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ajeno”.i
Por Bárbara Nayla Piñeiro Pessôa ii
ABSTRACT: This paper aims at discussing the changes which happen inside the
indigenous community considering the relation that is established between the regional
and the Peruvian national reality. It is intended to show the different movements which
go back to the tradition and go towards to the changes as a dynamic and conflicting
process also necessary to the community integration into the modern world. In this
context, the various meanings of the word mestizo are debated as well as the ways how
its final enunciation implies a new vision and ideological position that identifies it as an
agent of transformation, able to establish connections between the community values
and the ones from the modern urban society.
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un contexto social que no sólo la agrede como le impide el acceso a armas de
resistencia. En este marco, el mestizo es el sujeto responsable por hacer un puente entre
estos dos mundos conflictivos. En su figura reside la esperanza de una posible
integración entre la cultura indígena y la sociedad moderna basada en una ideología
modernizadora como única manera de darle a la comunidad herramientas necesarias
para su inserción en la sociedad moderna.
Este trabajo pretende analizar y discutir el cambio de mentalidad que se opera en
la comunidad indígena a partir del contacto y apropiación de los valores modernos cuya
capacidad selectiva evalúa y articula dentro de su propio sistema cultural. A través de
este proceso transculturador, que no sólo se aplica a la cultura extranjera, sino que
también a la regional, se ponen en movimiento los valores cristalizados por la tradición,
revisitándolos y dándoles nuevos significados. Para este análisis, estudiaremos aquí
cómo los valores de la comunidad se reelaboran frente a este nuevo orden a partir de dos
personajes: el indio Rosendo, alcalde y símbolo en el cual se concentran las
características que identifican la cosmovisión indígena y Benito, mestizo e hijo
adoptado de Rosendo, catalizador y promotor del debate de los procesos de cambio que
la comunidad sufre.
La historia de Rosendo es para nosotros ejemplar, pues significa la propia
historia de la comunidad indígena que asiste a los procesos de desapropiación de la
tierra y se ve aislada de la realidad nacional: “anotemos que Rosendo confunde un tanto
las peripecias personales con las colectivas”, dice el narrador (ALEGRÍA, 1949, p.26).
Bajo el signo de la palabra “¡Desgracia!” se inicia su historia. Una culebra cruza el
camino del indio Rosendo Maqui que sin suceso intenta matarla. Entonces, a partir de
este momento, nos damos cuenta de que este sólo hecho, irradiará las páginas siguientes
con su fuerza de señal. Con esta apertura Ciro Alegria nos da una clave para la
compreensión del personaje que nos presenta y así de su propia comunidad.
El signo de la desgracia, simbolizado por la culebra, nos señala la presencia de
un orden en el cual el destino y la fatalidad pueden ser anunciados por la naturaleza, y
más que eso, un modo de ser en que el individuo siente la naturaleza como un verdadero
oráculo, capaz de anunciar los acontecimientos venideros, pues posee significado. Pero,
lo más importante para nosotros tal vez sea entender de qué manera su cultura reconoce
estos mensajes naturales.
La naturaleza constituye uno de los elementos centrales de la cosmovisión
indígena y de lo que se entiende como tal para dichas décadas. Manifestación de lo
sagrado, es fuente de vida, de trabajo y por ende de sentido de la propia vida humana.
La comunidad se constituye por ella y significa la vida de sus hombres por el trabajo
que le dedica: “(...) el amor confiado a la tierra y sus dones daría, como siempre, cabal,
sentido a su existencia”. (ALEGRÍA, 1949, p. 20)
Contemplarla, entonces, significa descubrir los modos de lo sagrado, ya que los
ciclos y leyes de la naturaleza son modelos ejemplares que a partir del trabajo agrario
enseñan al hombre que los vive un modo de vida natural y de esta manera también
sagrado. Así, a través del narrador accedemos a un orden primordial donde los ritos de
la tierra manifiestan la fecundidad, el orden y armonía que sostienen el cosmos. Es por
el trabajo que el hombre puede no sólo acercarse, como participar de estos ritos. El
trabajo de la tierra significa para el hombre indígena su integración en un sistema
sagrado y por eso es capaz de religar al hombre a la Verdad que encierra la naturaleza:
“En el fondo de sí mismo creía que los Andes conocían el emocionante secreto de la
vida” (ALEGRÍA, 1949, P.19)
En este sentido el trabajo del hombre es un trabajo religioso en la medida en que
lo aproxima a algo que le da fuerzas y lo hace comprender mejor la propia vida: “el
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trabajo no debe ser para que nadie muera, ni padezca, sino para dar el bienestar y
alegría” (ALEGRÍA, 1949, p.26)
Esta perspectiva en relación al mundo es el cimiento de la confianza del hombre
en relación a los hechos venideros, por eso, aunque Rosendo crea en la señal de la
culebra, éste mantiene la calma y confía:
Podemos notar que la relación entre hombre y naturaleza se establece por una
relación de amor, y ahí es exactamente donde nace su potencia cognoscitiva. La
ignorancia, la inocencia y la ingenuidad del mismo modo actuán como una suerte de
apertura del personaje ante todas las cosas que permiten un vínculo intenso entre el
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hombre y su objeto de conocimiento. Solamente quien posee esta ignorancia puede
dejarse guiar por una “potencia germinal”, pues la ignorancia se revela también como
un estado de confianza en la existencia natural.
Y es a partir de un conocimiento intuitivo que Rosendo entiende la necesidad de
valores que están tan lejos de su manera de comprensión del mundo: el progreso y la
civilización. Aunque el indio muestre su visión arraigada en la tradición, éste percibe la
necesidad de cambio, la necesidad del indio de poseer herramientas para enfrentar el
nuevo orden que se impone.
Rosendo nos deja claro esta intención cuando lucha empecinadamente por la
implantación de una escuela en la comunidad. La escuela, el saber letrado, es la primera
tentativa de modernización de la comunidad:
Así comuneros, han acabao las cosas. Se pelió todo lo que se pudo.
Han ganao la plata y la maldá. Bismar Ruiz dijo que había juicio pa cien
años y ha durao pocos meses. Muy luego crecen los expedientes cuando
empapelan al pobre. Ya han visto que naides quiso declarar a nuestro favor
y al que quiso lo encarcelaron... ¿Qué íbamos a hacer? (ALEGRÍA, 1949,
p.259)
Toda la primera parte del libro refuerza la idea de impotencia del indio que
desprovisto del bien simbólico de la letra y del conocimiento de la ley, aparece
condenado a permanecer aislado del cuadro político y social del resto del país:
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Por mucho tiempo se habló de que había una guerra con Chile. Diz
que Chile ganó y se fue y nadie supo más de él. Los comuneros no vieron la
guerra porque esos lados nunca llegó. (…)” ““Sepan, ignorantes, que Chile es
un país y los de allá son los chilenos, así como el Perú es otro país y nosotros
somos los peruanos. ¡Ah indios bestias!” (ALEGRÍA, 1949, p.36)
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Para evitar su prisión o su posible exclusión de la comunidad, Rosendo pasa por
encima de las leyes de la comunidad para poder hacer que Benito se escape. Así, se nos
hace claro como Rosendo ve que es necesario transgredir de alguna manera la tradición
de la comunidad para que Benito permanezca dentro de ella. La lección que nos queda
es que para que la comunidad se abra a lo extranjero hay que conceder. Y es a partir de
este episodio que Benito completa su mestizaje. Las primeras referencias acerca del
carácter mestizo de Benito ponen de relieve el carácter biológico y despreciativo de su
mestizaje. El término cholo abarca un valor ambiguo así como su origen incierto de
indio “mala casta” despierta la furia de su padrastro que lo agrede. Hasta este momento
es la sangre el elemento que lo distingue del resto de la comunidad:
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dolor del pueblo y eso de Rómulo Quinto, que debe ser otro, y la guerra que
hay po el mundo y lo demás... A veces me ha dao vueltas la cabeza y mi
ignorancia me causó mucha pena...(ALEGRÍA, 1949, p.502)
Sin embargo hay que tener en cuenta que este proceso no es pasivo, así advierte
Benito: “(...) si te acepto mucho, me metes en cosa que no convenga... Yo quiero volver
a mi comunidá.”(ALEGRÍA, 1949, P.502) Resaltamos, entonces, que el personaje no se
desprende de los valores comunitarios, éstos actúan como una referencia y brújula
necesarias para que el extranjero pueda caminar por este terreno novedoso. Y es por este
proceso de apropiación; que no se trata de una absorción del modelo, sino que de su
reorganización mediante una tarea selectiva propia del proceso transculturador, que
Benito se torna un mestizo cultural.
Pero es al volver a su comunidad y descubrir el despojo y la ida de los
comuneros a Yanañahui que Benito puede empezar un proceso de transformación
efectivo. Visto con extrañeza por los comuneros, Benito desde su manera de vestirse y
sus modales revela su transformación:
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Si quería progreso era porque estimaba que solamente con el
progreso el indio podía desarrollarse y librarse de la esclavitud. ¿Por qué se
salvó don Alvaro Amenábar de las brujerías de Nasha Suro? Porque no le
tuvo miedo. Eso era el progreso. Ahora, él quería que se sembrara en los
contornos de la laguna y en esa pampa, llena de tierra arrastrada por las
lluvias. Las cosechas serían excelentes. Rosendo Maqui deseó una escuela
porque comprendió que era preciso saber, que era necesario el progreso. De
funcionar una escuela en Yanañahui, en diez o veinte años nadie creerá.
(ALEGRÍA, 1949, p.569)
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Para Cornejo Polar, “Parte de la novela supone un debate entre el
tradicionalismo (representado por el viejo alcalde, Rosendo Maqui) y la voluntad
modernizadora (representada por Benito Castro, su sucesor). (...) La rebelión final,
encabezada por Benito, es también, dentro del relato, una respuesta nueva, no
tradicional, frente al abuso de los poderosos hasta entonces apenas detenidos por un
escéptico recurso a las leyes. Por lo demás, aunque no llega a plasmarse, los jóvenes de
la comunidad de Rumi imaginan su rebelión como parte de un movimiento más vasto.”
(CORNEJO POLAR, 1994, p.733)
Alejandóse en parte de la posición de Cornejo Polar, al contraponer las figuras
de Rosendo y Benito este trabajo no trata de exponer la manera como se configuran
ambas posiciones como dicotómicas. Se trata más bien de mostrar cómo las acciones de
Rosendo respondían a una manera de ver el mundo basada en valores distintos de los de
la sociedad moderna. Así, a partir del proceso de mestizaje cultural por el que pasa
Benito y en el que en la base está Rosendo, asistimos a un giro de perspectiva ante las
mismas agresiones, que de una misma forma, corresponden a una manera de ver el
mundo ya asentada en valores de esta misma sociedad que lo agrede. Lo que la figura de
Benito representa es lo que nos afirma Ángel Rama: “la modernidad no es renunciable y
negarse a ella es suicida; lo es también renunciar a sí mismo para aceptarla” (RAMA,
1987, p.71) Aunque Rosendo supiera el valor de esta inserción para la manutención de
la comunidad, expresadas por la búsqueda de la escuela, del abogado y de los consejos
de Fierro, sus actitudes y pensamientos se basan en la confianza en la naturaleza, en una
cosmovisión que se buscó dibujar en este trabajo.
Así, no es nuestra intención mostrar Benito y Rosendo como dos caras de un
proceso, dos modelos distintos y divergentes, se trataría más bien, de mostrarlos como
dos puntas de un proceso continuo y conflictivo en el cual los personajes tratan de
participar y por las razones ya mostradas tienen armas o no para realizarlo.
Todo el debate que la figura de Benito suscita, representa el debate que en este
momento es muy caro a los que en el campo intelectual peruano pretendían discutir la
inserción de las comunidades indígenas en la sociedad moderna.
Los contactos culturales que se establecen a partir de este intento de inserción
implican un proceso de desestabilización de los valores comunitarios y al mismo tiempo
los reconstruye a través de dos movimientos: los de repliegue hacia la tradición y los de
avance hacia el progreso. En el libro estudiado esta dinámica muestra la complejidad del
proceso en el cual están sometidas las comunidades y muestra el camino hacia la
modernidad como irreversible, caminos únicos, travesías a las cuales hay que pasar,
pues a cada paso se deshace el camino que se deja atrás:
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Para los que reflexionan sobre esta revisión de los contenidos culturales regionales y
buscan componer este híbrido en Perú, el mestizo aparece como sujeto capaz de
responder a esta solución intermedia que menciona Rama. En una perspectiva
sociológica, Mariátegui ve la posibilidad de cambio a un determinado mestizo:
Referencias Bibliográficas:
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ALEGRÍA, Ciro. “El mundo es ancho y ajeno”. Santiago de Chile: Ediciones Ercilla,
1949.
CORNEJO POLAR Antonio: “El indigenismo andino”. In: PIZARRO, Ana (Org.).
América Latina: palavra, literatura e cultura. 2 vol. São Paulo: Memorial, Campinas:
UNICAMP, 1994. p.719-738
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Este trabajo es el primer resultado de mi beca de Iniciación Científica de la Universidad de Juiz de Fora dentro del
proyecto “Arquivos da Localidade Cultural” orientado por la Profa. Dra. Silvina Liliana Carrizo de la Facultad de
Letras de esta Universidad.
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Graduanda en Letras – Lengua Española y sus respectivas Literaturas de la Universidad Federal de Juiz de Fora –
UFJF barbara_nayla@hotmail.com