Fecha de presentación: martes 6 de marzo 2018 Libro Revisado: ¿cómo negocian los colombianos ?, Enrique Ogliastri, Alfaomega, 37 páginas, Colombia 2001 ¿Somos los colombianos buenos negociantes? Es uno de los interrogantes que van surgiendo al principio de la lectura del libre de Enrique Ogliastri, que tan profesionales son los colombianos a la hora de ofrecer una negociación, si se basan en un beneficio mutuo o tal vez en un beneficio unilateral que hace que se cree una cultura de negociación no tan apropiada para triunfar. En el libro se puede identificar las dos maneras de negociar por la que optan los colombianos, la tradicional o moderna y a su vez cual sería la escogida o la que se pueda observar más en cada región del país. También se puede observar por medio de un estudio el concepto que pueden tener los extranjeros a la hora de hacer negocios, donde la primera percepción no es la mejor, ya que solo se considera al colombiano como un negociador de recateo y no un socio para el futuro, un actuador independiente y un improvisador. Siempre se ha pensado que la habilidad de negociar es de cierto grupo de personas, como grandes empresarios o personas de gran estatus todo en base de lograr un dinero o un beneficio vendiendo algo. Pero la verdad es que, hoy en día se utiliza la negociación en cada aspecto de la vida cotidiana, como en donde ir a comer o pasear ò que electrodoméstico comprar. Una negociación puede darse simplemente en un lugar donde necesitamos algo y se recurre al diálogo para lograr una ganancia. En cada negocio sea del propósito que sea prima un interés por conseguir un beneficio, una ganancia ya sea social, económico, político etc. Los colombianos en su mayoría se destacan por tener un beneficio personal por tener un estilo de regateo donde siempre quiere adquirir lo mejor que pueda sin pensar en el beneficio para ambas partes o en un negocio a futuro esta es la escuela tradicional, pero se tiene otro estilo ya evidenciado en muchos negociadores que sería la nueva teoría de negociación o integrativa, la cual piensa en un beneficio para ambas partes, negocios a futuro y un trato amable. Como se puede observar en la lectura la primera es más agresiva más improvisada y puede ser un poco desgastante para ambas partes, mientras que la segunda puede ser una conversación formal, precisa y clara con beneficios más extendidos. No se puede decir cuál puede ser más afectiva para vender o comprar ya que como se evidencio depende mucho del lugar y cultura en la que se den, pero la idea es que se debe de trabajar en ese regionalismo y construir una negociación equitativa. Cada región tiene maneras distintas de pensar y algunos optan por el regateo y otros por ser integrales y estos últimos son los mejores negociantes, pero a pesar de esto los colombianos son pensados como personas que generalmente negocian al regateo y este tipo de negociación está mal vista en otras culturas y países. En el momento en que se toca el tema de negociaciones entre colombianos y extranjeros se evidencia varios problemas que el autor resume en 5 puntos “¿Cuáles son los problemas y malentendidos que tienen los holandeses al negociar con los colombianos? Se resumen en cinco puntos: el incumplimiento, la falta de puntualidad, la evasión de responsabilidad, la vaguedad, y el exceso de amabilidad” (p.21). En esta sola frase se evidencia graves fallas de los colombianos en la perspectiva de un negociador internacional lo que puede ser una desventaja monumental a la hora de tratar de hacer negocios incluso un fracaso. Los colombianos se caracterizan ante los ojos extranjeros como personas incumplidas, poco responsables y ambiguos, todo esto contrastado con una gran habilidad que puede generar desconfianza para culturas más directas y tajantes. El autor mencionaba un problema general y es que el colombiano siempre tiene una excusa para su fallo, pero nunca va a ser su culpa si no la de alguien mas lo que puede generar que se vea poco serio para el negocio. Los colombianos a la hora de negociar se basan en el momento, no están preparados lo suficiente y tienen tendencia a ser muy flexibles, su mayor preocupación antes de saber si pueden cumplir o no con lo pactado es simplemente el lograr cerrar el negocio, se piensa que después se podrá arreglar el problema o adaptarse a lo que llegue y esto no está bien visto ante el mundo ya que la mayoría de negociantes internacionales les gusta basarse en los parámetros establecidos desde el principio. Tampoco se puede decir que el colombiano sea mal negociante puesto que ante los ojos extranjeros también son visto como negociantes activos, que si llega a ver un problema el colombiano lo lucha, lo trabaja y a pesar de sus errores son personas profesionales y preparadas solo que se centran más en buscar un beneficio propio y no global.
Como posición de informante puedo percibir al colombiano como un negociante
cercano, es decir le gusta ser amigable de entrada, entablar conversación hacerse amigo de la persona con la que está negociando, pensando así que cada vez que cometa un error su amistad lograra disculparlo dando esto un gran margen de supuestos y no parecer ser la mejor solución, además se dejara llevar por quien es más amigo para ejecutar la acción o para dejarla para después. Es mejor una negociación integral buscar un beneficio mutuo, un socio a futuro ya que se va a llegar un momento en que como negociante lo necesitara y por negociar siempre al beneficio personal puedo ya no encontrarlo porque siempre se cansaran de esta negociación. Cada vez son más las personas, las regiones que se adaptan a este nuevo modelo de negocio, donde encuentran el beneficio mutuo como un crecimiento oportuno. Se debe de dejar esa percepción de ganar solo por ganar puesto que la negociación es parte de la vida de todo individuo y formara su carácter para relacionarse con las demás personas. Negociar debe de ser un dialogo cordial donde dos partes interesadas tienen una necesidad y se encontrara por medio de este dialogo una solución que pueda traer un beneficio para ambos respetando las condiciones pactadas y sin sobrepasar la confianza depositada por cada parte. La forma de negociar tradicional puede ser una negociación con mucha incertidumbre ya que al utilizar un método de confrontación o de beneficio propio puede hacer que la otra parte negociadora se arrepienta y su relación en un futuro no sea la más adecuada ya que se sentirá desconfianza o una insatisfacción en la negociación. Se puede decir que los colombianos ahora deben tener en consideración que la actualidad de los negocios no está orientada en un solo sistema de negociación, si no una combinación de ambas, tanto la integrativa como la distributiva. Siempre pensar en que cada negociación se puede llegar a un ganar-ganar y se puede buscar un beneficio mutuo dejar de buscar ese 2x1 de vender más y comprar más barato hay que pensar en que se está beneficiando de su compra. Ser un poco más formales a la hora de presentarse a una negociación, no para cambiar su esencia sino también de combinar su esencia y la de la persona con la que se está tratando para que ambas partes se sientan en un ambiente de respeto y la negociación se dé más fluida