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PREFACIO
El título de esta novela surgió por accidente, en una imagen que al aparecer
en mi ordenador me cautivó por lo escalofriantemente simple pero al mismo
tiempo sugerente en su contenido. Desde su voz sin sonido pude escuchar en mi
mente la historia de cómo un hombre surgió de las sombras, llevando a cabo un
acto de extrema crueldad con el que hizo temblar los huesos de una sociedad
aquejada por la dolorosa pasividad. Imaginé también a su víctima, joven,
autosuficiente y confiada haciendo su rutina sin percibir la amenaza e imaginé a
los que rodean a esa víctima, personas comunes que deben aprender a
sobrellevar el brusco cambio en su entorno.
Santa Catalina es una ciudad con salida al mar, pero también con zonas
que se elevan varios cientos de metros sobre su nivel, con rascacielos muy
modernos y vecindarios tan comunes como el nuestro. Por supuesto no puede
faltar la historia de amor, de odio, de respeto, de desconfianza, de vanidad, y
sobre todo de aprendizaje.
Están todos invitados a visitar este imaginario lugar, donde tendrán asientos
de primera fila para compartir el desarrollo de los acontecimientos que nos llevan
hacía el desenlace elegido por su autora.
PRESENTACIÓN DE LOS PERSONAJES
Alfred Evans: Joven de veinte años. Botones en el Hotel Mendieta. Vive con sus
padres. Estudia y trabaja para convertirse en un contable. Muy bueno con los
números.
Erick Calvet: hijo del gobernador, de veinte y ocho años. Sobreprotegido por su
padre. Enajenado por él. En excelente condición física. Sociópata.
Unos treinta minutos después donde antes solo existía tierra y alguna
basura dejada por los recurrentes del lugar se levantaba una suerte de trono
donde una nueva hembra resurgiría. La silla de madera fue cubierta por la tela
roja con brocados, una bandeja con comida y agua situada junto a ella, sus pies
ungidos en aceite de cocina, su cuerpo perfumado, el cabello trenzado. Estaba
limpia y purificada según las instrucciones de su esposa, lo había hecho bien.
Todo estaba listo, ahora podía traerla, su obra maestra merecía ser
depositada en el nuevo trono que le construyó, desde donde podría renacer como
una nueva mujer. Fue tan fácil llevarla hasta allí, tan cooperadora al final de
cuentas que era obligatorio darle un trato especial, un premio por ser buena chica
y aceptar las indicaciones que le fue dando todo el camino.
---- Un momento --- exclamó él con el aliento entrecortado --- Tengo algo para ti---
---- Bueno, me esfuerzo.--- contestó con una rara sonrisa en los labios y la mirada
completamente fría
---- Un esfuerzo que será recompensado… te lo juro.--- fue lo último que dijo antes
de que el ataque iniciara. La enorme mano rodeo su garganta aplicando una
poderosa presión sobre las vértebras, cortando la respiración hasta llevarla a la
inconciencia en minutos.
Luego todo fue distinto, ella despertó atada sobre la cama, abrió los ojos
aturdida y en un instante entendió que él había esperado solo para hacerla entrar
en una pesadilla. Rogaba por su vida mientras su llanto era cubierto por la música.
Él sabía que ella no opondría mayor resistencia, casi sintió pena por el dolor
que le causaba, pero desde su perspectiva limpiaba con golpes su piel y con cada
puñalada santificaba su esencia para liberarla. Estaba higienizándola de esa
putrefacción que solo el vicio y el libertinaje da. No podría detenerse, no ahora.
Su esposa observaba desde el sillón dispuesto en el rincón de la habitación
sin emitir sonido alguno, solo miraba la acción y lo miraba a él con una sonrisa en
su boca maquillada con ese perfecto rosa medio que tanto amaba. Aprobó con la
vista cada movimiento ejecutado dentro de las cuatro paredes del lujoso
departamento.
Cuando había terminado con ella su obra estaba completa, era una nueva
mujer y se sentía orgulloso, su dama seguía sonriendo también sin moverse un
centímetro de su posición. Estaba hecho, para ambos no habría marcha atrás.
CAPITULO UNO
----- Diga… Sí, sí, voy enseguida… ¿Cuál es la dirección…? … Bien sé dónde es,
los veré en veinte minutos.
----- Detective, detective, por acá… ¿Se encuentra bien? ---- preguntó Gabriel
Morrison, el recién trasladado Ingeniero Forense, un hombre joven pero un muy
eficiente Técnico en ingeniería Forense.
----Sí, sí. ----- contestó el aludido mirando con enojo sus pies para luego caminar
en la dirección que le indicaban.
---- Una mujer, joven en apariencia. Creo que la escena fue montada, según los
testigos el lugar estaba limpio esta mañana cuando salieron de aquí… También
hay un detalle que no termina de encajar, no se decirle en este momento pero algo
está de más
----Sí… señor, además de eso. Sabré lo que es cuando haya terminado de revisar
el terreno.---- diciendo esto se marchó con un aparato parecido al que usa un
oculista pero montado sobre un trípode y con una pequeña pantalla llena de
información imposible de distinguir a simple vista.
---- Lo era, No llega a los veinticinco. Aunque le diré más con la autopsia. El parte
forense estará listo mañana a la tarde.
---- ¿Quién reportó el cuerpo?
Unos pasos más allá reconoció la patrulla cero veinticinco, asignada a sus
dos uniformados favoritos, ambos hombres en sus treinta con buena condición
física como lo exige el trabajo. Diligentes y profesionales con más de diez años en
la fuerza cada uno; eran personas de confianza a las que recurría cuando
necesitaba un brazo fuerte y una acción discreta. Emilio Abellán era del tipo
nórdico, de estatura media; su experiencia en artes marciales mixtas era
invaluable. Alfonso Barrios era más bien un latino bajito pero con los pantalones
bien puestos. Lo agradable en él es que nunca llega a ser el típico macho que
esperas sino más bien un hombre muy encantador cuando no necesita usar esos
movimientos callejeros perfeccionados con lucha libre semi-profesional para
someter por lo general a un muy sorprendido delincuente o dos.
---- Para realizar un breve resumen ---- dijo Alfonso, quien ostentaba un grado más
alto que su compañero ----- El cuerpo fue localizado por Johnson y Harry, dos
indigentes asiduos del lugar, ambos acostumbran pasar aquí la noche. Nos
aseguran no haber tocado nada cuando nos detuvieron en nuestro recorrido
normal por esta zona para informar del hallazgo.
II
Los lunes por la mañana siempre son caóticos, todos llegan tarde a alguna
parte, la mayoría ansiado el descanso del fin de semana siguiente. Tratando de
llegar al departamento de policía Lombardi pasó de cerca tres accidentes de
tránsito y una pelea de peatones en pleno cruce. Pero su mente no estaba en la
agresividad creciente que cada día muestran los habitantes de la ciudad, estaba
en la joven hallada el día anterior; sin duda se ensañaron mucho con ella.
---- Vamos, Lombardi, que hoy he venido a ayudarle, necesito contarle algo
importante sobre la joven que encontraron ayer noche.
---- No quiero saber cómo lo supiste tan rápido, pero no puedo darte detalles que
todavía no tengo.
---- Pero yo sí tengo algunos para usted. Ya sabe quién es no es así, lo que creo
que no sabe es que ayer durante la tarde un conocido la vio salir del Centro
Comercial Imperio, y no va a creerme con quien.
---- Su nombre era Julia Bianchi, ¿no es así?--- dijo el hombre más joven mirando
con cierta expectativa al policía.
---- Iniciaré por decirle que ayer un conocido mío la vio en el centro de la ciudad,
paseando en un centro comercial. Eso fue en la tarde del domingo
---- ¿En la ciudad hay cuatro centros comerciales, puedes ser más específico?
--- Si claro, en el Centro Comercial Imperio, ya sabe dónde las tiendas más caras
cobran por el servicio de entrada
--- Pues, ayer durante la tarde este conocido estaba paseando por el lugar y se
detuvo cerca de uno de estos kioscos de dulces y cafés gourmet cuando una rubia
pasó a su lado para sentarse y esperar ser atendida. Por como la describió era
una chica de impacto, un poco más alta que el promedio, escultural, con piernas
torneadas. Unos instantes después un hombre joven se le acercó, ya conoce el
tipo, fornido, vestido a la moda, rubio castaño, sonrisa asesina, un sujeto con buen
porte para generalizar. Hablaron unos instantes y se marcharon juntos.
--- Sin lugar a dudas. Hasta reconoció su foto en el archivo que llevo de los Calvet
--- Sí pero hay niveles y este hombre juega bastante más fuerte que la mayoría.
--- Bueno, tendría que preguntarle. Es un twink muy nervioso y ya sabe cómo se
la montan los policías con chicos así.
--- No te preocupes, no me interesa su vida privada, solo que hable sobre su tarde
en el centro comercial. Siempre hay detalles que se ignoran y son los más
importantes en la historia. Dile que me busque para conversar. Es más que vaya
esta tarde al centro de la avenida, en el Café de Le-Marais. A eso de las cuatro
estaré por ahí.
--- Ok, se sentirá más cómodo para hablar de esa manera. Gracias.
No era la primera vez que peleaban, pero por alguna razón le pareció fue
peor en esta ocasión, como si algo en su interior le avisará que su matrimonio
llegaba ya a su esperado final. Después de los dos últimos años las cosas se
habían deteriorado muy rápido; las peleas constantes y las mentiras hicieron mella
en la confianza del hombre. Cada vez que trató de arreglar las cosas, de hablar
con ella y posiblemente llegar a un acuerdo para separarse parecía que
reaccionaba con más ira, en algún punto de ese camino el marido empezó a
considerar la ayuda profesional para su esposa.
De una u otra forma Julia necesitaba ser tratada por alguien con más
capacidad que él. Una decisión que jamás se comunicaría.
CAPITULO DOS
----- Me preguntaba ----- dijo Lombardi midiendo muy bien el rostro de Bianchi
----- No sabría decirle donde está ahora ----- contestó extrañado Andrés. ----- Salió
el viernes en la tarde y no ha regresado. Por un momento creí que venía a darme
alguna mala noticia sobre ella.
-----En realidad Señor Bianchi, es por ella que estoy aquí, necesito que se
presente en el departamento de policía lo más pronto posible para identificar
algunas fotografías ----dijo el detective sin agregar nada más al cruzar la puerta de
madera pulida.
II
---- Cuénteme señor Bianchi, ¿Cómo era la relación con su esposa?--- empezó a
preguntar Lombardi, buscando en su respuesta algún indicio útil --- ¿Tenía ella
algún enemigo?
---- No, sí… realmente no lo sé. De un tiempo para acá es difícil comunicarse con
ella. No…. No tengo idea. ¿Puedo preguntar cómo pasó?, ¿La asaltaron… la… la
lastimaron?.--- preguntó Bianchi realmente abatido
--- Yo, no entiendo. ¿Qué pasó?... esto no puede estar pasando de verdad.
--- Cuando dice que era difícil comunicarse, ¿a qué se refiere con exactitud?,
podría empezar con el último día en que habló con ella.
---- Eso fue el viernes, llegué tarde a casa debido a un choque en la autopista
central cuando venía de mi trabajo, ella empezó a discutir primero sobre la hora
que era, luego sobre mis escasas ambiciones en la vida. La verdad es que nada la
conforma, últimamente esta irritada siempre y no sé cómo manejarlo.
--- Creo señor que eso ya no es importante ahora.--- dijo Lombardi para recordarle
al hombre la razón de su visita.
---- ¡Cielos, parece una mala broma!... realmente está muerta, ¿no es así?
---- La dejé hablar hasta que se cansó, luego escuché el auto marcharse
--- No la verdad es que no. En los dos últimos años todo ha sido una pela tras otra.
No importa la razón nunca esta contenta.
---- Un Volvo Amarillo del año. Ella lo está…estaba pagando con su trabajo.
---- ¿sabe dónde estuvo ella desde que se fue de aquí hasta el domingo?
--- No tengo ni idea. Cuando está en ese estado no contesta el teléfono, así que
no tenía caso llamarla
--- Quisiera decirle más pero de momento es imposible---- dijo Lombardi sacando
una tarjeta de presentación oficial del departamento para entregarla en las manos
de un Bianchi desconcertado y abatido.
--- Una pregunta más, ¿Conoce usted al señor Erick Calvet?
---- Uhh… sí le conozco, fue gracias a su padre que Julia y yo pudimos casarnos y
nos ayudó con la compra de esta casa. No habría forma de que pudiera pagarla
por mi cuenta, pero Julia trabajaba para él en esa época y nos ofreció su ayuda
como regalo de bodas.
---- Ya veo. Gracias señor Bianchi. Por favor preséntese mañana a las ocho de la
mañana, conversaremos más en la estación.---
III
Era cuatro con diez cuando Lombardi llagaba a su café favorito, en el fondo
del local un joven de veintitantos le esperaba un poco aprensivo. Justo en el
momento que se disponía a marcharse Enrico se le acercó con paso tranquilo
cuidando mantener su expresión facial relajada. No quería que su testigo se
cerrara antes de obtener la información que necesitaba. Diego es un muchacho de
diecinueve años, medio artista en su tiempo libre, trabaja normalmente como
programador informático, un trabajo que le permite ser independiente
económicamente. Enrico jamás se entrevistaba con alguien sin conocer un poco
sobre esa persona, tal vez no era lo más apropiado para un defensor de la ley
pero si lo más prudente. Cuando llegó al café ya sabía que este joven no solo era
su testigo, también el novio del periodista; permitirle hablar con él es un voto de
confianza que agradecía.
---- Algo me explico Thomas, empecemos entonces por la tarde del domingo en el
centro comercial. Con exactitud ¿qué viste?
---- Ah, bueno empecemos por eso: estaba caminando por ahí pensando en mis
cosas, nada del otro mundo cuando me detuve en uno de esos kioscos de café
gourmet y dulces. Yo… --- expresó Diego algo nervioso--- ya debe saber que no
estoy interesado en el género femenino, pero esta chica realmente llamaba la
atención, muy bonita, aunque con un aura triste, no sé cómo explicarlo mejor.
--- Sí, no muy alta pero tampoco baja, rubia, con una figura increíble, joven, solo
un poco mayor que yo imagino. Vestía muy bien. Se sentó en una de las mesitas y
esperó. Luego en otra de las mesitas del kiosco un hombre también joven la miró
como si la estuviera esperando. Y él sí que es de impacto, alto, rubio, musculoso,
con una sonrisa devastadora, pero su mirada parece un tempano de hielo, casi
cruel no sé si me explico con claridad.
---- Bueno ellos se miraron y conversaron tan solo unos minutos luego se
marcharon juntos.
---- A ella no, pero estoy seguro que él es el hijo de nuestro gobernador. Es
imposible no reconocerle si sale cada tres por cuatro en algún periódico o revista.
El hombre debió ser modelo a algo así. Le habría ido de lujo.
--- Podría ganarme un café contándole esto a Thomas chico --- dijo Lombardi con
una expresión divertida en su cara
--- Me despido detective, espero que algo de lo que le conté le sirva. Saludaré a
Thomas de su parte.
Eran casi las doce de la noche cuando el teléfono móvil que descansaba en
su mesita de noche sonó sacando a Lombardi de un cómodo descanso, miró un
momento el aparato considerando ignorarlo, pero es un policía y su deber es
contestar a la hora que sea.
---- Diga. Sí, voy para allá. Envía la dirección exacta al móvil, estoy en camino---
dijo levantándose con una gran agilidad de la cama y vistiéndose en tiempo
record.
---Detective, por aquí--- lo llamó el asistente Jules Pinkman, cubierto por el traje
especial, hacía el trabajo de Beckham, al parecer le tocó trabajar solo esta vez,
entre tanto Morrison revisaba la topografía de la escena usando el mismo aparato
montado sobre un trípode y que al parecer poseía además un sistema infrarrojo.
--- Para iniciar la joven estará en el rango de los veinte a treinta años señor, la
posición del cuerpo no es natural pero sí relajada. Fue colocada y lleva muerta tal
vez unas seis horas, lo sabré mejor después de la autopsia.
--- Bien --- dijo Lombardi al tiempo en que daba la vuelta para retirarse, por un
segundo consideró seguir su camino, reconsiderándolo después al volverse y
preguntar ---- ¿Tiene las mismas heridas que la otra?---
--- Sí señor, a simple vista parece obra del mismo atacante, presenta las mismas
abrasiones, golpes y cortes, sumando una veintena o más. Lo sabré con precisión
en unas horas.
--- Entregamos reporte a las ocho de la mañana. Esta semana son doce horas.
--- Solemos revisar este parque ya que es una zona frecuentada por indigentes y
drogadictos, así que los pequeños robos son cosa común en esta área. La mujer
estaba en una posición extraña y obviamente desnuda. Reportamos a la central y
se nos indicó esperar. Unos diez minutos después llegaron los técnicos y el
forense.--- dijo Henderson apenas haciendo pausa al hablar en su corto pero
bastante exacto informe.
Esta vez fue el turno de Philip --- Hay algo… una de las regulares que suele
trabajar por aquí vio una camioneta tipo van alejarse del sitio. No distinguió
matricula o marcas pero asegura que es de color claro.
Por la mañana aún trataba de dilucidar una idea concreta de su caso ahora
con dos víctimas en lugar de una, mientras desayunaba frugalmente sentado en
su amplia cocina. Dentro del horno un pírex de porcelana contenía lo que sería
una crema de naranjas horneadas; era un secreto bien guardado que Lombardi
amaba cocinar cuando necesitaba pensar.
II
---- Si, lo único que nos llevaremos es el aparato y esperemos que los de
Informática puedan sacar algo útil de él.
---- Buenas tardes Lombardi.---- Dijo Moore caminando directamente hasta él.
---- Aún no tenemos mucho, de hecho, nada sobre la segunda víctima. Sobre la
primera apenas empezamos a recabar los datos pertinentes.
---- Sí, aunque no es mucho lo que hay sobre él. Básicamente es un ciudadano
tranquilo, no existen antecedentes penales, un par de multas de tránsito menores,
ambas descartadas en el sistema. Tengo a alguien comprobando su ubicación
durante el fin de semana.
----Sí… ayuda. Nunca se sabe cuándo una llamada telefónica puede ser realmente
oportuna ¿no lo cree?
II
III
Unas horas más tarde tanto Alfonso como Emilio seguían dando vueltas
sobre una idea, era extraño que no hubiera un solo reporte sobre el collar del día
anterior; una joya tan cara no es algo que alguien deje por ahí, ¿verdad?,
entonces, ¿por qué nadie la había reportado hasta ese momento? esa pregunta
seguía girando en sus cabezas; con la convicción de que las mujeres de la riña del
día anterior no les habían dicho todo, ambos fueron a buscarlas en la zona que
ambas frecuentaban.
---- Detective, que bien que está aquí quería hablarle.--- dijo el técnico al mirarlo
pasar tras el grupo de estudiantes. Lombardi se detuvo para darle tiempo a
Gabriel Morrison de poderle alcanzar.
---- ¿Recuerda en la primera escena, la del domingo, recuerda que le dije que
había algo de más en la escena? ... Ahora sé que es…
---Sí, sí… ya le cuento. Verá en la escena era obvio que solo se trata de un
asesino que montó y dejó el cadáver, axiomáticamente lo trajo desde otra
ubicación, lo que la convierte en una escena secundaria.
--- No…no… no lo creo; más bien parece ser alguien que fue posterior al
abandono del cadáver, observó y se fue tan cuidadosa y discretamente como
llegó.
Era una suerte que el hombre fuera lo suficiente mente inteligente como
para no brindar mayores detalles del caso, nadie en la delegación querría lidiar
con el pánico de la población si las palabras Asesino Serial llegaran a filtrarse.
A las ocho de la noche, estaba claro para Lombardi que ya no podría hacer
más por ese día, llovía a cántaros cuando se disponía a salir con su chaqueta
colgando del brazo; Emilio y Alfonso le alcanzaron sumamente agitados, en las
manos traían algunos papeles, unas fotografías de cámaras de seguridad y un
periódico.
---- Señor, señor espere, debe ver esto.--- dijeron ambos al mismo tiempo mientras
le entregaban las hojas
---- ¿Qué es esto?...--- dijo el detective tomando las hojas sueltas y mirando a
ambos críticamente--- tomen un poco de aire, parece que van a desmayarse…
ahora explíquenme.
---- Estos son copias de facturas, de diversas joyas compradas por el Gobernador
Calvet, entre ellas está el collar que las dos mujeres de la riña encontraron el otro
día---- dijo Emilio al tiempo que le pasaba las hojas destacando la del collar.
---- Y esto --- continuó Emilio --- es un reportaje hecho hace cuatro años… miré
quien acompaña al Gobernador en un acto público en el hospital infantil de la
ciudad.
--- ¿Cómo se les ocurrió buscar esta información?
--- Recuerda a las mujeres de la pelea, las que trajimos por escándalo y desorden,
nos pareció raro que solo encontraran el collar, así que las buscamos para
conversar un poco a fondo sobre cómo lo encontraron. Resulta que no lo
encontraron en la acera como dijeron, si no que estaba en un terreno baldío junto
a la fábrica textil, la misma donde encontramos el cuerpo.
--- ¡¿Esas dos son testigos?! Válgame--- dijo Lombardi poniendo los ojos en
blanco.
--- Ellas aseguran no haber visto el cadáver, encontraron el collar y fue todo lo que
vieron, se marcharon tan rápido como pudieron para tratar de venderlo.
Lombardi miró las fotos y el reportaje sin decir una palabra, luego estudió
las facturas antes de mirar a ambos oficiales.
---- Excelente… hay que manejar esta información con mucho cuidado; desde este
momento es parte del Secreto de Sumario, ¿está claro? Una palabra y lo ocultarán
bajo la alfombra sin mencionar la muerte súbita de la carrera de los tres. Ni una
palabra a nadie ¿entendido?
---- Vayan a casa, lo que sigue lo discutiremos mañana. Vengan vestidos de civil.
Yo me encargo de hablar con el Sargento Griffin.
Emilio y Alfonso lo miraron asintiendo con la cabeza sin decir nada más.
Los tres hombres salieron en silencio del edificio, tratando de parecer tan
normales como siempre. En su interior sabían que entraban en un juego muy
peligroso, uno de poder y supervivencia.
II
---- Aquí Lombardi… sí, estoy escuchando… bien nos veremos allí. — dijo
Lombardi un tanto desconcertado. No era la llamada que esperaba.
Unos veinte minutos después Lombardi llegó solo a la nueva escena donde
encontró a al detective Johansson revisando sus propias notas.
--- Estaba algo lejos cuando me avisaron… ¿Necesitas ayuda con tu caso? Mira
que estoy algo ocupado en este momento
--- Y lo vas a estar más amigo mío, al parecer esta también es tuya
--- ¿Mía, estas seguro?
--- No hay duda, no está desnuda o en pose, sin embargo según el forense
las heridas son muy consistentes con tus otras chicas. Además está también tiene
una joya bastante cara encima. Inicialmente el forense no creyó hubiese relación
pues esta chica lleva ya un tiempo enterrada, está semidesnuda y fue
estrangulada. Al mirar más de cerca, el especialista descubrió marcas, moretones,
abrasiones en la piel y un collar largo de perlas colocado en su cuello que en
conjunto eran demasiado similares a las encontradas en las víctimas
recientemente halladas en la ciudad.
--- Por casualidad. Los jardineros vinieron a trabajar en esta área, uno de ellos
hincó la pala junto a esos arbustos y sacó la pierna de la muchacha. Nos llamaron
justo antes de llamar a una ambulancia para su amigo.
---- Sí, solo una crisis de nervios por el susto que se dio. Es el que se fuma un
cigarro sentado en esa camilla. ---- terminó de explicar el detective al tiempo que
señalaba con la cabeza a un empleado municipal que temblaba entre calada y
calada de humo.
--- Tengo dos casos abiertos de asaltos con agresión, estoy bastante lleno de
momento, pero gracias por la cortesía al preguntar, pero si necesito ayuda te
aviso--- luego se giró haciendo camino en dirección de la salida del parque
dejando a Lombardi solo en el sitio. Unos minutos después se le unió el Forense
Beckham con cara de pocos amigos.
---- Lombardi, esto pasa a ser un asunto muy rudo ¿no cree usted?
--- Las heridas presentes son consistentes con las dos que ya encontramos, salvo
que ella esta semidesnuda y fue enterrada tras su muerte.
Lombardi se marchó con un mal sabor de boca, ahora había una gran
cantidad de curiosos hablando entre sí, señalando el lugar del hecho. Entre ellos
reconoció tanto a Gelbero como a otros periodistas con los cuales se relacionaba
en las ocasiones en que era necesario para un caso.
III
--- Buenas tardes Gelbero, necesito un favor--- decía Lombardi mientras llevaba al
periodista de manera discreta hacía un lado para conversar con él.
--- Sé que lo está Thomas, lo que necesito es averiguar hasta donde y desde
cuándo.
--- De acuerdo, vaya a mi casa esta noche, mi hermana Sonia cocina una de sus
cazuelas caseras, es comida italiana tradicional, le va a gustar.
--- Tenemos un trato, nos vemos esta noche, ¿cómo a las ocho menos treinta te
parece aceptable?
--- Excelente, le veo esta noche… Aquí está mi dirección.---- respondió Thomas
extendiendo un papel recortado de su libreta donde anotó la dirección al
despedirse.
Revisó algunos documentos cuando vio las hojas que Emilio y Alfonso le
trajeron el día anterior, de pronto su mente se iluminó al recordar el collar con
incrustaciones de rubíes.
---- ¡¡Claro!!..., en la segunda escena había una pulsera y la tercera mujer hallada
un collar de perlas. Son regalos, regalos muy caros para dárselos a cualquier
mujer. Solo pueden significar dos cosas, los dejaron allí como ofrenda para las
víctimas o fue un pago anterior a sus muertes, un pago por su silencio. --- se decía
así mismo, su mente inquisitiva empezó a dar vueltas alrededor de ambas teorías
sopesando las posibles fallas en cada una.
---- Sé quién es ---- contestó Sonia con una sonrisa que iluminó el día de Enrico
---- Usted debe ser Sonia, de quien me habló… ah, tome, esto es para acompañar
la cena---- dijo Lombardi entregándole las dos botellas de vino al entrar a la casa
---- Bueno señora, no sabía cuál sería más apropiada realmente, así que me
simplifique al elegir ambas. Espero haber acertado.
En la cocina, Sonia colocaba las dos botellas junto a las que ella ya tenía
dispuestas para la cena, justamente la misma marca de vino.
IV
---- Buenas noches Thomas--- saludó Lombardi al cruzar el umbral de una oficina
de buen tamaño, con paredes cubiertas por una amplia biblioteca y una pantalla
de cuarenta y seis pulgadas empotrada en la pared, frente a un escritorio de
madera amarilla en el que una computadora reemplazó el espacio que
seguramente fuese de la antigua máquina de escribir desplazada ahora a una
mesa auxiliar a un lado de la ventana. Para rematar la decoración una hermosa
imitación de Goya lucía sobre ella.
---- ¿Cómo está detective?... Pase, está es su casa---- expresó Thomas con una
sonrisa igual de agradable que la de su hermana, fue cuando Enrico notó el gran
parecido familiar entre ambos
---- Si bueno, empezamos si le parece. Cuando Sonia nos llame a cenar, más nos
vale ir.
---- Qué, no… no. En realidad no tiene mucho tiempo para socializar, con su
negocio creciendo está siempre muy ocupada cocinando.
--- Es un servicio de Catering Service llamado Buen Gusto, tiene mucha demanda
ahora, lo que me alegra mucho. ---decía el joven mientras sacaba una carpeta
repleta de folios con marcadores de papel y movía la pantalla de la computadora
para darle acceso a Lombardi. --- Es todo lo que tengo de momento además de
estas dos tarjetas de ocho gigas cada una. Lo encontrará bastante revelador.
---- Esto es una bomba de tiempo esperando estallarte en las manos Thomas,
¿alguien sabe que tienes estos documentos?
Lombardi la leyó con cautela, luego hizo algunos gestos con su rostro
tratando de sopesar el grado de peligro en que el hombre más joven estaba sin
darse una verdadera idea. Lo miró un instante a los ojos y suspiró sabiendo que
hablaba con un adulto profesional. Nada podría hacer hasta que los Calvet se
movieran, después de leer los periódicos
---- Necesito una copia de todo esto Thomas, puedes dármela y necesitaré las
fotografías también
---- Claro, todo está digitalizado,… siempre tengo una o dos copias en caso de
necesidad… Todo está aquí--- respondió el periodista entregándole a Lombardi
una pequeña tarjeta de memoria.--- Pero si algo llegara a pasar necesitaré dos
cosas de usted Lombardi
---- En realidad no creo que sea necesario, se cuidarme. Pero le prometo que le
informaré solo porque quiero una exclusiva sobre su investigación Lombardi,
cuando haya concluido.---- respondió Thomas al mirar la expresión de
preocupación en el rostro de su invitado.
---- Así, bueno supongo que siempre estoy un tanto ocupado, puedo ayudarlo.
---- Supongo que al menos me dirá el motivo de esta llamada--- dijo Lombardi
tratando de ubicar en su memoria la voz que escuchaba por el auricular.
---- ¿Detenerlo?
Todo llegó en un solo paquete sellado, sin remitente lo que por supuesto
desató la curiosidad de toda la oficina periodística. Bajo el titular en grandes letras
rojas la pregunta ¿quién es el Doctor Muerte?, dejaba abierta la puerta a una serie
de especulaciones que no se hicieron esperar.
II
---- Justo lo que más temía---- pensó Lombardi mientras miraba el título del
reportaje y escuchaba el pandemonio telefónico a su alrededor, cuando recibió la
orden directa del Sargento Griffin, quien lo necesitaba en su oficina en ese
instante.
---- ¿Me puede explicar qué está pasando? ¿Sabe lo que se nos viene encima?
---- Sí señor, estoy muy claro en lo que van complicarse las cosas.
---- ¿Qué piensa hacer? ¿Tiene un plan en marcha para detener a este victimario?
---- Señor, tengo una sospecha muy fuerte pero no va gustarle el rumbo que tiene
---- Bueno, estoy convencido que todo el asunto viene desde el Gobernador
mismo o alguien muy cercano a su círculo. Antes era una conjetura pero cada dato
que encuentro me lleva más y más en esa dirección.
--- ¡Válgame Detective!, ¿Sabe en lo que se está metiendo? El sujeto tiene una
larga trayectoria y una reputación bien blindada, casi es un suicidio profesional
meterse en su camino.
---- Sí, si… lo entiendo, pero se pondrán las cosas muy complicadas para usted y
para mí, así que esté atento a lo que se presente.---- dijo Griffin suavizando el tono
un poco. ---- Por lo pronto vaya usted a ese periódico en busca de esa carta y de
cualquier otra cosa que nuestro desconocido victimario les haya facilitado. Sí
necesita ayuda avíseme, aún tengo un par de favores por cobrar, es muy posible
que los vayamos a necesitar ---- dijo terminando la entrevista.
---- Noticias, ¿Qué pasó?..... ¡Thomas! --- dijo Lombardi con voz alarmada
---- Sí señor, lo atacaron en el centro, dos sujetos armados que huyeron en una
camioneta azul oscuro a toda velocidad. Lo lamento no tenemos una identificación
clara de los hombres tampoco ningún testigo viable sobre el hecho.
---- Él está bien, pero inconsciente. Alfonso está con él en el Hospital General---
contestó Emilio por el móvil
Unos quince minutos después Lombardi entraba por una puerta secundaria
al centro médico, topándose de frente con uno de los hombres asignados a la
seguridad en la oficina de gobernación. Para su suerte este no lo reconoció.
Lombardi optó por no hacerse notar esperando en cambio que el hombre le
pasara a la par sin verlo. Decidido a no llamar la atención sacó su móvil y testeo a
Emilio y Alfonso avisándoles de la situación; estos a su vez respondieron ocultos
desde una de las habitaciones donde ambos mantenían bajo vigilancia al
periodista.
---- Señor por aquí…. --- dijo Alfonso desde una esquina unos minutos más tarde
---- Lo seguimos como usted nos pidió, cerca de una de las intersecciones justo
antes de llegar al barrio donde vive dos hombres le cruzaron de frente obligándolo
a parar, mientras uno cuidaba el otro se le fue encima golpeándolo en la cabeza
con una porra. Intervinimos y lo trajimos directamente aquí.
----- ¿Cuántas personas saben que está aquí? --- habló el detective con una
expresión indescifrable en su rostro
---- Nadie, nos valimos de una novia de Emilio para ocultarlo. Ni siquiera está
ingresado por lo que no van a encontrarlo fácilmente.
---- Por lo que parece el golpe fue fuerte pero no hizo mayor daño. La doctora nos
dirá más....
---- Deben estar buscando en cada centro médico de la ciudad. ¿Cree que tratarán
de rematarlo?
---- Estoy seguro, pero antes querrán saber qué sabe, la idea era secuestrarlo.
Bien yo llamaré… No, no mejor iré en persona a buscar a su hermana, ustedes
quédense con él y yo lo arreglaré con el sargento Griffin. Llámenme directamente
si cualquier cosa sucede.---- dijo Lombardi dirigiéndose a la casa de Thomas
directamente.
CAPITULO SIETE
Le tomó cerca de veinte minutos a Enrico llegar hasta la casa del periodista,
donde al parecer sus sospechas eran confirmadas, dos hombres trataban de
entrar a la vivienda posiblemente buscando cualquier archivo que Thomas pudiese
tener en su poder sobre los Calvet.
---No podían ser otros --- pensó Lombardi, quién más tendría interés en Gelbero
en este momento.
Recordó que la casa era pequeña al estilo colonial ubicada en una esquina
de la calle, por lo que tendría un pequeño portón lateral o trasero, una vez allí
cruzó rápidamente el patio interior para entrar por el cuarto de lavandería, esa
parte no fue difícil hasta que llegó a la cocina donde Sonia le recibió con tremendo
sartenazo que el esquivó por centímetros.
--- Sonia espere ---- susurró el policía sabiendo que era la única en la casa
---- Bueno casi me atina con él, venga… la voy a sacar de aquí
II
----- Bueno padre, eso no ayudará, tenemos que pensar en algo mejor
---- ¿Algo como qué?--- alegó furioso el anciano embutido en un fino traje oscuro
de corte ingles.
---- Es obvio que el periodista trabaja solo y que no se venderá, tampoco lo hará el
policía, lo mejor es desaparecerlos. El primero es cuestión de encontrarlo, cuando
lo hagamos simplemente lo eliminamos. Al policía,… creo que un desafortunado
accidente en su coche será muy conveniente. Nos desligaría de cualquier
problema --- dijo pasivamente el joven de veintitantos, como si hablasen de la
compra de un terreno o un viaje a la playa mientras su padre lo miraba con una
expresión de orgullo total.
---- Claro padre, ¿de quién sino?--- terminó de decir el joven Calvet con un brillo
en su mirada
---- Quería preguntarte ¿sabes algo de Andrés?, creí que con la muerte de Julia el
aparecería por aquí pero no lo hizo
---- No, no he escuchado nada de él, yo pensé que me llamaría al menos para
informarme, pero en su lugar me enteré por los periódicos. ¿Por qué no te acercas
a su casa? Solo para ver si está bien.--- Dijo Mariano Calvet poniendo su mejor
cara de inocencia.
---- Diga…
---- Señor, quería informarle que Thomas está bien, despierto y con un dolor de
cabeza marca infierno pero bien. La doctora Baguette le hizo una placa, y no
parece haber nada malo excepto el golpe.--- dijo Emilio pasándole el teléfono a
Alfonso
---- Señor la doctora se apellida Bugatti, ella y su novia trabajan aquí y se las han
ingeniado para atender a Thomas sin hacer ningún trámite, ahora ¿A dónde lo
llevamos?.. No podemos llevarlo a su casa--- terminó Alfonso
---- Hay que ocultarlo, lo mejor es en casa de alguien a quien no relacionen con
ninguno de nosotros--- respondió Lombardi pensativo --- ya sé, recuerdan a
Monsieur Ditry, él vive solo, nadie lo buscará ahí. Voy a llamarlo, ustedes salgan
del hospital sin que los vean--- les indicó Lombardi
---- Háganlo con discreción, muchachos, entre menos ruido más fácil nos será
salir de esta indemnes--- expresó Enrico cerrando la conversación.
---- Bueno será mi invitada, y su hermano tendrá que mantenerse oculto por unos
días. Lo resolveremos créame.
--- Por el momento está seguro y lo mantendremos así. Usted se quedará aquí los
días que sean necesarios y si todo sale bien muy pronto ambos estarán en su
casa. ----respondió En rico anticipándose a todas sus preguntas--- ¿qué le parece
si envío a alguien a su casa para verificar que todo esté en orden?
Era claro que estaba angustiada pero era admirable que se mantuviera
fuerte a pesar de lo complicado del escenario actual. Enrico no podía más que
admirar esa entereza propia de una verdadera dama. No iba a explorar ningún
sentimiento más profundo por el momento.
Hoy en casa de Andrés Bianchi todo estaba muy diferente al día en que
Lombardi la visitó; ya no era la casa ordenada e inmaculada de la pareja, más bien
era un caos total de cosas rotas y muebles desperdigados por todo el salón, los
que no habían sido destrozados en la pelea.
Andrés estaba impactado por la noticia y no fue hasta unas horas más tarde
de la salida del detective Lombardi de su casa cuando que se le ocurrió llamar no
al gobernador como se hubiese esperado ya que este le daba su apoyo gracias a
su amistad con Julia, prefirió en cambio llamar al único amigo en el que confiaba
de verdad, su jefe del taller Tyago Vasilis. El y su hermana Katarina eran más una
familia para él que su propia esposa. Justo cuando estaba a mitad de la llamada
dos hombres se presentaron en su casa, vestidos de negro y bien armados, era
definitivo que no venían como amigos.
Tras una fuerte pelea con los dos hombres Andrés apenas pudo salir de su
casa, llegó hasta una salida de la calle cuando reconoció el auto del gobernador
justo unos metros más allá. No necesitaba ser un genio para darse cuenta de que
era la última persona en la que podría confiar. Discretamente se escabulló por otra
de las salidas laterales rogando que este no lo hubiese visto, para su suerte
consiguió dar con un teléfono público en servicio para realizar una llamada de
emergencia a Katarina Vasilis, unos instantes más tarde su hermano Tyago lo
recogía en la grúa del taller. En su interior Andrés agradecía a uno de sus
molestos vecinos quien siempre decía que era indispensable tener un teléfono
público en el vecindario en caso de emergencia; siendo un hombre mayor no se
fiaba de los móviles actuales. Andrés se prometió silenciosamente no volver a
pensar en él como un viejo chocho.
--- ¿Estas bien hermano?—preguntó Tyago preocupado por el estado de las ropas
de su amigo
--- Lo mejor será que te ocultes por unos días, sabes que puedes quedarte en
casa. A mi hermana le encantará tenerte ahí
--- ¿Cómo si ella se fuera a quejar?--- caviló mentalmente el ruso --- estoy seguro,
por eso te invito a mi casa--- respondió con una tranquilidad en la voz que Tyago
solo usaba con él.
El día de hoy
----Muy bonito los dos eh--- dijo riéndose al ver a su hermana y amigo
completamente avergonzados como adolescentes atrapados ---- Ahora eres un
hombre viudo, lo dijeron los diarios --- le dijo a Andrés mirándolo directamente a
los ojos
---- Si lo soy--- corroboró Andrés apenas captando lo que su amigo espera que
respondiera--- Sabes que la trataré bien, no tendrás queja, tienes mi palabra
---- Lo sé --- dijo Tyago con una gran sonrisa en la cara al tiempo que miraba a su
hermana Katarina completamente iluminada por la emoción.
II
En la oficina de Mariano Calvet las cosas se ponían cada vez más intensas,
desde que su hijo le preguntara por Andrés no había tenido ni un memento de
descanso. Sus hombres lo buscaban pero el muy ladino se había escondido bien.
En un principio se imaginó que iría a buscar a ese ruso amigo suyo pero cuando
sus informantes le dijeron que este había levantado una denuncia de persona
perdida era obvio que no.
Erick se habían acercado a casa de Andrés ese mismo día, tras unos
instantes no le fue difícil suponer lo que había pasado, su padre pensó en
deshacerse de él, no contó con el hecho de que su amigo tan común y simple
tenía un buen gancho y un instinto de auto preservación únicos. Debió huir y eso
significaba que no lo encontrarían a menos que él lo quisiera.
III
--- Trataste de desaparecer a Andrés, ¿por qué?... No había ninguna razón para
ello. Él es un amigo leal, mi amigo--- dijo Erick ahora hablándole como lo hacía de
adolescente y le reclamaba algo de atención al anciano.
--- No podemos arriesgarnos hijo, estamos muy cerca de irnos. Entiéndelo, eres lo
más importante y no dejaré que nada te lastime. Nos iremos en dos días, no
podemos dejar ningún cabo suelto muchacho.
Eran las poco más de las cinco de la mañana cuando Lombardi recibió la
llamada de Gabriel Morrison que tanto esperaba
---- Cierto, cierto ¿qué tienes sobre eso?--- respondió Enrico totalmente alerta
---- Básicamente esto: las huellas en sí son de hombre, zapatos hechos a medida.
La huella de la suela es particularmente exclusiva por lo que solo unos cuantos
fabricantes las usan, le di la información al sargento Griffin, dijo que él se haría
cargo.
---- Lombardi no me gusta hacer de mandadero, quiero que lo sepa, pero en vista
de las circunstancias no me ha dejado alternativa. Quiero que eso también lo
sepa. Y que no se repetirá.
--- Sí, ese nombre--- reiteró Griffin---- Ahora que hacemos, sabe que no podemos
solo ir por él
---- Tengo suficiente para ir con él fiscal general, que si no me equivoco estará
más que encantado con la idea de quitarse de en medio a uno de sus rivales
políticos más fuertes.
--- Bien en eso tiene razón, se lo concedo. Ahora ¿Cómo quiere hacer esto?
--- Claro --- agregó Griffin sabiendo que ambos hombres les apoyarían porque así
les convenía
Llegaron a la oficina del subintendente solo para ser recibidos por una mal
geniuda secretaria, el señor Moore y el fiscal estaban en una reunión desde las
cuatro de la mañana les confió nada contenta la mujer con cara de haber sido
sacada del mejor de los sueños.
--- Necesitamos hablar señores, créanme que a los dos les interesa---
--- Tienen toda nuestra atención--- habló el Fiscal invitando a ambos a sentarse
mientras les ponían al corriente de todo.
II
---No se lo lleven--- les gritó desesperada en medio de las amenazas en ruso que
Tyago les profirió.
---- No me gusta Tyago ---- estos lugares siempre son un problema dijo aprensivo
uno de los hombres
--- Que bueno, vamos cuatro por atrás Alik, si alguno trata de escapar nos lo
avisas, dos a cada lado los otros tres con migo en el frente---- dictó Tyago en
modo comando. Trece hombres para rescatar a su amigo, sabían que sería una
buena lucha y nada era mejor para celebrar una boda en su opinión.
III
Los muebles que había empezaron a caer, todo se rompía junto con brazos,
piernas y un cuello que sonó en alguna parte. También había dientes
desperdigados por el piso, sangre salpicada, si Andrés no estuviera atado
posiblemente habría disfrutado de la lucha también pero lo sujetaban para que
Calvet pudiera terminarlo el mismo. La herida que el desgraciado le hizo solo para
verlo desangrarse estaba drenándolo con mucha velocidad. Casi estaba
inconsciente cuando empezaron a oírse disparos por todos lados. La guerra era
campal y sin cuartel.
Al poco tiempo de haber iniciado, casi todo había terminado, los hombres
que Calvet contrató a dedo yacían muertos en su mayoría, los rusos estaban
bastante bien salvo dos heridos de menor importancia. Pero todo quedó en
silencio cuando un grito desesperado se oyó en medio de todo el caos. Erick
estaba en el suelo tendido sobre su estómago con una herida en la espalda. El
anciano se apresuró a socorrerlo pero ya era tarde para él, lo llamo desesperado,
pero no hubo respuesta alguna. Ciego empezó a disparar de nuevo, los rusos
respondieron el fuego pero de alguna manera no lograban atinarle de lleno al
hombre enfurecido delante de ellos. Cinco tiros hicieron el trabajo finalmente.
Tyago se acercó a Andrés y supo que estaba vivo, su herida era profunda pero
pudo vendarla para que esperara la atención médica que necesitaba. Recogió a
sus hombres y salieron de allí tan rápido como pudieron. Ninguno quería dar
explicaciones a la policía.
IV
Encapotado: cielo gris y cubierto de nubes. Dicho costarricense cuando está a punto de
llover.