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CATEDRA:
HORMIGÓN I
TEMA 1.
2001
FACULTAD DE INGENIERÍA.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO.
MENDOZA. ARGENTINA.
2
CONTENIDO.
I.1.1 INTRODUCCIÓN.
Lo primero y fundamental que hay que comprender es que tanto desde el punto de
vista de la funcionalidad, como de la seguridad y de la economía existe una interacción y
por ende dependencia directa entre el proyecto arquitectónico y el diseño estructural.
I.1.2. FUNCIONALIDAD.
En forma tal vez muy resumida, se podría decir que el éxito de la arquitectura se
mide simplemente por el grado de calidad con que se puedan desarrollar las funciones
para las cuales la construcción fue proyectada. De esta aseveración podría inducirse que
en realidad lo importante y final es el funcionamiento, el servicio que se presta, lo cual en
cierta medida es correcto. Sin embargo, la misma ref.[1] indica que la estructura es una
necesidad para la arquitectura: sin estructura no hay arquitectura. En definitiva, por una
lado la estructura sirve a la arquitectura, pero por otro lado la alimenta y la enriquece.
Estas reflexiones marcan lo que podría indicarse como una interacción funcional
entre arquitectura y estructura. Es válida y trascendente. Lo que sí es muy importante
destacar para los fines del diseño y análisis estructural es que la construcción en su
conjunto, y no simplemente su estructura o lo que hemos “pensado” que es la estructura,
es la que está sometida a acciones, sean fuerzas o desplazamientos. La interacción
excitación - respuesta se da entre el medio ambiente y todo lo adherido o que toca la
construcción.
La Fig. 1.1(a) y (b) muestra, como ejemplos, las fotografías de dos edificios ya
terminados y en funcionamiento en la ciudad de Mendoza. En ellos, a simple vista, será
difícil separar lo que es estructura de lo que no lo es. Existiría tal vez la tentación de definir
4
I.1.3 SEGURIDAD.
para valorar las acciones que excitarán las fundaciones de la construcción, el verdadero
factor de seguridad estructural es bastante difícil de evaluar. Por ejemplo, en un edificio y
para estados de carga normales como acciones permanentes de peso propio, algunos
reglamentos fijan coeficientes de seguridad que varían entre 1.50 a 2.0. Si todo el
proceso de diseño y construcción fue realizado correctamente, es muy probable que la
seguridad final esté asociada a tal factor, y que en general el margen de seguridad pueda
ser aún más amplio.
Sin embargo el punto que acá se quiere expresar con relación a la seguridad que
resulta de la interacción arquitectura - estructura está ligada al hecho de que para conocer
la seguridad con un razonable grado de aproximación el estructuralista debería ser capaz
de visualizar cuál sería el comportamiento o respuesta de la construcción ante la
ocurrencia de un terremoto. Para responder a ésto deberían al menos satisfacerse dos
condiciones: la primera es que habría que conocer con certeza el input, la acción sísmica,
y la otra es que la respuesta del edificio ante esa acción debería ser predecible.
6
Al decir de ref. [1], el proyecto estructural debe resolver los conflictos direccionales
obligando a las fuerzas a cambiar su dirección, de manera que los espacios para el
movimiento humano queden sin obstruir en un amplio sector. En qué grado de
imaginación se realiza este encauzamiento de las fuerzas y en qué grado la estructura es
capaz de reforzar el concepto funcional, social y estético del espacio que cubre es lo que
constituye la medida de la calidad de la estructura arquitectónica. En este sentido, el
7
proyecto estructural, por tanto, no es solamente un método para obligar a las fuerzas a
cambiar de dirección, sino también un arte.
La referencia citada indica que uno de los objetivos del diseño estructural es
impedir que las fuerzas se reúnan en una concentración destructiva. Es justamente esta
anomalía la que se está insinuando como potencial en la discontinuidad de Fig. 1.2(b) y la
que seguramente produjo los colapsos de la Fig. 1.3. Las enseñanzas de los últimos
terremotos han demostrado en forma elocuente que un proyecto arquitectónico con
visibles falencias por tendencia a concentración de fuerzas y/o deformaciones, no termina
de ser eficazmente resuelto aunque se empleen métodos sofisticados de análisis. En
realidad éstos últimos pueden ser de muy dudosa validez, y podrían aún más esconder las
verdaderas causas de potenciales desastres. En general, los diseños “enfermos” se
detectan a simple vista.
I.1.4 ECONOMÍA.
Para que una construcción sea eficiente no basta que sea solamente funcional y
segura, sino que también debe tener un costo razonable. En la medida que el proyecto de
arquitectura pueda ser resuelto a través de una estructura simple, limpia y también
agradable a la vista, y que además permita que los conflictos antes mencionados ni
pongan en peligro la estabilidad del edificio ni provoquen daños ante sucesivos
movimientos sísmicos, la solución estructural será más predecible y resultará con un factor
de seguridad mayor y menores costos asociados. Es de hacer notar que en diseño y
construcción sismorresistente no sólo interesa el costo inicial, sino el costo asociado a
toda la vida útil de la construcción. Si por ejemplo un edificio con deficiencias de rigidez
(muy flexible globalmente, con excentricidades, con deformaciones localizadas, etc.) debe
ser reparado varias veces ante sismos que ocurren, digamos cada 10 años, podría
suceder que el costo de dichos arreglos supere ampliamente el costo inicial. Muchas
veces esta condición no es contemplada y las consecuencias, para el propietario, son
muy desagradables.
(i) Esto va a permitir una interacción teoría-práctica directa sobre un caso concreto.
(ii) De esta estructura existen suficientes datos acerca de las razones de su diseño,
las características de los materiales empleados, análisis muy completos sobre
predicción de su comportamiento, resultados de ensayos estáticos y dinámicos
sobre el modelo en escala natural y sobre un modelo en escala 1:5, re-evaluación
del diseño a la luz de los resultados obtenidos.
8
(iii) El diseño del edifico fue controlado por las solicitaciones sísmicas que se
pudieran desarrollar en dos de las regiones más activas del mundo: Japón y
California. Nuestras normas fijan requerimientos similares.
(iv) El diseño de todos los elementos de hormigón armado fue hecho con referencia al
Código ACI-318, del American Concrete Institute, ref. [12] que es el que pronto
entrará en vigencia en todo nuestro país.
(v) La estructura en sus componentes es suficientemente simple como para que su
respuesta pueda ser comprendida por los alumnos que cursan Hormigón I.
(vi) Tiene todos los elementos estructurales básicos de hormigón armado que son
objeto de la materia: losas, vigas, columnas, tabiques y bases.
(vii) Cada uno de dichos elementos estructurales juega un rol fundamental en el
comportamiento de la estructura completa, por lo que se da la oportunidad para ver
cuales son los esfuerzos críticos en cada caso.
(viii) Contiene sistemas estructurales que son utilizados con mucha frecuencia en
nuestro medio.
(ix) El trabajo que se desarrolle en Hormigón I puede ser alimentado por materias de
años anteriores, y a la vez puede servir de base para materias posteriores.
(x) Permitiría la profundización más allá del desarrollo de la materia por parte de los
alumnos interesados y habría material suficiente de consulta como para dar
respuesta a inquietudes y dudas que pudieran surgir.
I.2.2.1. INTRODUCCIÓN.
Entre los años 1982 y 1987 se desarrolló entre Japón y Estados Unidos un Plan
Cooperativo de Investigación en Diseño Sismorresistente (PCIDS). El plan muy
ambicioso por cierto, incluía el diseño, análisis, construcción y ensayos de edificios de
acero y hormigón armado. En Japón el diseño y construcción se llevó a cabo en el Instituto
de Investigación de Edificios, Building Research Institute referido como BRI de ahora en
más. En este caso, dada la gran capacidad de aplicación de cargas que tiene el BRI, se
decidió por la construcción de los edificios de hormigón armado, de 7 pisos, y de acero,
6 pisos, en escala 1:1, es decir en escala natural. La Fig. 1.4(a) muestra un esquema de
las dimensiones de las losas de anclajes y pared reactiva del BRI junto con una posible
Esta información debe ser suministrada por los responsables del proyecto
arquitectónico, generalmente un estudio de arquitectura. La documentación debería tener
como mínimo planos de planta, cortes y fachadas del edificio. A la luz de las herramientas
de dibujo con que se cuenta hoy, lo ideal es que se entreguen en la forma de archivos
magnéticos (usualmente en AUTOCAD), ya que esto permite:
A su vez, el hecho de elaborar los planos de estructura en, por ejemplo AUTOCAD,
permite entre otros aspectos:
Es obvio que sin los planos de planta es imposible comenzar a trabajar. Sin
embargo, en edificios de hormigón armado en zonas sísmicas y por las razones que luego
se verá, es imprescindible contar con los planos de elevación (cortes y fachadas), pues
tal cual se expresó en las secciones anteriores, el conflicto a resolver en este caso es que
las acciones predominantes son horizontales y la expansión del edificio en altura es
vertical por lo cual lo que en altura se coloque, depende de cómo y dónde, ayudará o
perjudicará en la respuesta del edificio. En nuestro medio, tal cual se muestra en la Fig.
11
A los efectos de este estudio se va a suponer que los planos que se muestran
representan un planteo estructural que el arquitecto pone a consideración del ingeniero,
basado en las reuniones anteriormente mantenidas por ambos y donde el diseñador
estructural fijó pautas mínimas asociadas con el diseño sismorresistente. Se supone que
este planteo, por supuesto, es totalmente “potable” para el arquitecto. No se entra ahora
en la discusión si el diseño estructural es totalmente aceptable o no. Esto es objeto de los
estudios que se harán subsiguientemente. Por ahora basta con identificar que, a los
efectos de soportar cargas verticales y horizontales, la estructura del edificio cuenta con:
Las acciones críticas son aquellas que determinan por un lado el sistema
estructural global del edificio (por ejemplo, tabiques acoplados de hormigón armado), y
por otro el diseño de cada uno de los elementos estructurales que lo componen (tabiques
y vigas de acople).
Lo importante en esta etapa del diseño es identificar los acciones críticas con sus
posibles combinaciones. Convengamos que para el edificio en estudio, por ubicarse en
zona de alta peligrosidad, las mayores demandas de resistencia y ductilidad estarán
asociadas a un terremoto severo, y lo que hay que decidir ahora es qué nivel de respuesta
se espera. El problema, tal cual se expresó antes y se lo aclarará y enfatizará luego, es
13
que la definición del input sísmico está llena de incertidumbres. Más adelante, en la
sección III donde se trata sobre las particularidades del diseño sismorresistente, se
ampliará el aspecto de la definición de los terremotos de diseño.
Para solicitación sísmica sin embargo, el tema es más complicado y depende del
país y dentro del mismo del reglamento que se aplique, ya que se utilizan distintos grados
o niveles de protección. En general, ref. [2], son tres los límites impuestos: preservación
de la funcionalidad, control de daños y evitar pérdidas de vida o estado límite último. La
ref. [3] establece cuatro estados límites a los que brevemente haremos referencia más
adelante.
(a) Estado Límite de Servicio: el hecho de que ocurran sismos frecuentes que
inducen solicitaciones relativamente pequeñas no tendría que interferir con el
normal funcionamiento del edificio. Esto significa que no deberían ocurrir daños
ni a la estructura ni a los componentes. Es un requerimiento básicamente de
rigidez, parámetro éste que quedará mejor definido en la sección siguiente,
pero convengamos por ahora que el objetivo es que los desplazamientos y
deformaciones resultantes se mantengan dentro de límites muy bajos de
manera que el daño prácticamente no existe y los niveles de demandas de
resistencia son bajos comparados con las capacidades. En general se está de
acuerdo que para cada estado límite el terremoto que se define está asociado
a la importancia de la construcción. Así entonces, para el estado límite de
servicio y aplicado a edificios de uso común, como oficinas o viviendas, que
responde al caso particular de nuestro edificio en estudio, el período de retorno
podría estar comprendido entre 30 a 50 años. Para un hospital, estación de
bomberos, centro de comunicaciones o una planta nuclear, donde se necesita
mayor grado de protección, el período de retorno a adoptar debería ser mayor.
(c) Estado Límite Último: para el caso de sismos muy severos, cuyos períodos de
retorno pueden ser grandes (entre 100 a 500 años) se puede admitir que el
edificio sufra daños generalizados pero no se admite que colapse, es decir que
ponga en peligro la vida de sus ocupantes. Esto quiere decir que si bien se
alcanzó el nivel máximo de resistencia, la estructura cuenta con suficiente
ductilidad como para disipar la energía del sismo a través de daño, es decir de
comportamiento francamente no lineal. Generalmente los códigos modernos
utilizan al menos este estado límite para el diseño.
Fig. 1.7(a) Plaza Central de Mendoza Fig. 1.7(b) Pintura que muestra los
antes del terremoto del 20-3-1861. daños en dicha zona por el sismo.
Para ampliar un poco más la metodología que se utiliza para definir los sismos de
diseños asociados a distintos estados límites, vale indicar en forma breve lo que es
propuesto por la Asociación de Ingenieros Estructurales de California, SEOAC (Structural
Engineers Association of California) [3]. El SEOAC propone cuatro (4) estados límites,
para los cuales define niveles de daños aceptables, que se resumen así:
p = 1 – [ 1 / e tu/Tr ] (1a)
Tr = 1 / [1 – (1-p)1/tu ] (1b)
En la ref. [3] se dan como períodos de retorno los valores de 43 años, 72 años, 475
años y 970 años para los terremotos frecuentes, ocasionales, raros y muy raros
respectivamente. A su vez, define tres (3) tiempos de vida útil tu, 30 años, 50 años y 100
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años, que aplicados en la ecuación (1a) resultan en las probabilidades de excedencia que
se indican en la tabla 2.
Por último, para establecer las condiciones de diseño para los edificios, es necesario
relacionar los terremotos con los estados límites y los distintos tipos de edificios. Falta
entonces indicar qué clasificación establece el SEAOC para los edificios según su
importancia. Básicamente los agrupa en tres tipos:
C. Edificios Básicos: son todo el resto, incluyendo por supuesto los de viviendas,
oficinas, comercio, industria, etc. que excluyan las condiciones anteriores.
La Fig. 1.9 resume los objetivos de comportamiento que se espera que se cumplan en
función de los terremotos de diseño y los estados límites.
Un criterio similar utiliza el código de Nueva Zelanda NZS 4203:1992, ref. [6], que en
su sección C.4.6.2 indica que para el estado último se ha adoptado un espectro de riesgo
uniforme con un período de retorno asignado en 450 años (lo que también da
aproximadamente un 10 % de probabilidad de ser excedido en 50 años). Note que en
este caso la probabilidad anual de excedencia, que es la inversa del período de
recurrencia, es de aproximadamente el 0.2 %, o sea 0.002 . La misma norma, para el
estado límite de servicio establece que las fuerzas de diseño están basadas en un
espectro de riesgo uniforme con una probabilidad anual de excedencia del 10 %, o sea
0.10. Esto implica para este estado límite un período de retorno de 10 años, lo cual le da
una probabilidad del 100 % de ser excedida en 50 años, del 95 % en 30 años y del 63 %
en 10 años. La Fig. 1.10 muestra la relación entre el factor de importancia o riesgo de la
construcción y el período de retorno o su inversa la probabilidad anual de excedencia. Se
ve que, para un edificio esencial, para el cual la norma toma el factor de riesgo R=1.3,
resultaría una probabilidad anual de excedencia del orden de 10-3 , es decir un período de
retorno de casi 1000 años. Si esto se relaciona con la tabla 2 que da el SEAOC
significaría que de acuerdo al NZS4203 el mismo nivel de daños se espera en un edificio
de uso común para el sismo que ocurre cada 500 años (designado como raro) que en un
edificio esencial para el sismo que ocurre cada 1000 años (designado como muy raro).
Para la respuesta global, lo usual es representar el cortante total del edificio vs. el
desplazamiento de la última losa. Se supone entonces que las cargas verticales no varían
y que el edificio es “empujado” por las fuerzas horizontales que crecen desde cero en
forma estática, monotónica y proporcional. Estática porque se aplican lentamente (no
genera fuerzas de inercia asociadas a aceleraciones), monotónica porque van siempre
en el mismo sentido (no hay reversión) y proporcional implica que todas las cargas
horizontales aumentan en forma proporcional, es decir, manteniendo la relación entre
ellas. En la literatura técnica inglesa este tipo de análisis se llama “push-over”.
Obviamente esta es una manera de estudiar el comportamiento a carga combinada, es
muy instructiva y aunque esté lejos de representar lo que sucede durante un sismo, la
información que se obtiene es muy valiosa. En este caso servirá para clarificar los
conceptos de rigidez, resistencia y ductilidad. En la Fig. 1.12 se muestra un esquema,
(obtenido de información japonesa) sobre la diferencia conceptual entre comportamiento
Lineal y No lineal. Luego de que la acción desaparece, se ve que en el primer caso, no
Los tres parámetros que son necesarios identificar para comprender los estados
límites del diseño son la rigidez, la resistencia y la ductilidad.
I.4.2.1 RIGIDEZ.
Este parámetro relaciona directamente, por ejemplo en este caso, las fuerzas con
los desplazamientos, y sirve principalmente para verificar el estado límite de servicio. En
la rigidez global intervienen los módulos de elasticidad de los materiales, las
características geométricas de los elementos estructurales y la topología (distribución y
conexiones de los elementos) de la estructura en su conjunto. No debe olvidarse de que la
estructura no es algo plano sino tridimensional. En el caso de estructuras de hormigón
armado y de mampostería, la evaluación de la rigidez con cierto grado de precisión no es
tan simple, como lo podría ser para, por ejemplo, una estructura metálica. Los fenómenos
de fisuración y la evaluación de la contribución en tracción del hormigón y los mampuestos
suele presentar bastantes incertidumbres. Estos problemas se enfrentarán más adelante.
Si en la Fig. 1.13 se toma como representativa cualquiera de las dos curvas bilineales, y
se define como ∆y el desplazamiento que corresponde a la “fluencia” de la estructura, y
que está asociado a una resistencia Sy, entonces la pendiente de dicha respuesta
idealizada como lineal y elástica y dada por K = Sy/∆y es utilizada para cuantificar la
rigidez global del edificio en la dirección analizada. Muchas son las discusiones que se
han generado para definir el punto de fluencia. No es objeto entrar ahora en detalle sobre
los distintos criterios, sino simplemente mencionar que en la ref.[2] se toma el concepto
de rigidez secante refiriéndola al valor de 0.75 Si , donde con Si se representa la
resistencia “ideal” o de fluencia de la estructura. Al valor de K resultante se lo llama
“rigidez efectiva” y será éste el que nos interese cuando se verifiquen condiciones de
estado límite de servicio. Una de las condiciones más comunes a verificar es la de
desplazamientos relativos entre pisos, que deben permanecer dentro de ciertos valores, a
los cuales los reglamentos modernos de diseño imponen límites.
24
I.4.2.2 RESISTENCIA.
I.4.2.3 DUCTILIDAD.
En la Fig. 1.13 se puede contrastar una falla dúctil contra tipos de falla frágil, las
que se representan con líneas de trazo descendentes. Fallas frágiles (brittle) implican
pérdidas completas de la resistencia. En el hormigón armado implican generalmente
desintegración del hormigón, y sobrevienen sin ningún tipo de aviso. Por razones obvias,
este tipo de comportamiento debe ser evitado y es el que ha causado la mayoría de los
colapsos durante terremotos, siendo responsable por lo tanto de las pérdidas de vidas.
25
La Fig. 1.14(a) muestra cómo quedó el hospital Olive View después del terremoto
de San Fernando de 1971, Magnitud Richter ML = 6.4, en California. Lo importante a
mencionar de este edificio para el tema que se desarrolla, está en la comparación de las
Figs. 1.14(b) y 1.14(c), que muestran a dos columnas del mismo edificio pero con un
comportamiento totalmente diferente. La Fig. 1.14(b) muestra una respuesta netamente
dúctil de una de las columnas centrales de la fachada de 1.14(a) y que evitó junto a las
otras columnas de similar respuesta el colapso durante el sismo. El desplazamiento del
extremo superior respecto de la base fue cercano a 80 cm. Una de las columnas esquinas
del mismo edificio tuvo un comportamiento explosivo, desintegrándose el hormigón tal
cual se muestra en la Fig. 1.14(c): esto es comportamiento frágil. Si ésta hubiera sido la
respuesta de la mayoría de las columnas, seguramente se hubiera producido un colapso
similar al que se muestra en la Fig. 1.15(a) y (b), es decir falla total de planta baja
26
Fig. 1.15(a) Vista del Pabellón de Fig. 15(b) Causa del Colapso de
Psiquiatría del Olive View. Sismo de Planta Baja.
1971.
µ = ∆ / ∆y (1.2)
No es objeto por el momento entrar en más detalles sobre estos resultados. Existen
numerosos trabajos al respecto que pueden ser consultados [ref.7].
28
A los efectos de llevar a cabo los análisis de cargas y de fuerzas que actúan sobre los
edificios, se debe reconocer, para las construcciones en general, las siguientes acciones:
Dado que se utiliza en gran parte bibliografía en inglés como referencia, y como
reglamento de hormigón armado el ACI-318, en ocasiones se coloca también la
designación en inglés a los efectos de facilitar comparaciones, búsquedas de temas y
asociar la notación con la designación.
II. Cargas de Uso o Sobrecargas: son las que resultan del mismo uso o función
de la construcción. Pueden ser móviles y variar en intensidad. Los máximos
valores que dan los códigos están basados en estimaciones probabilísticas. En
la mayoría de los casos estas cargas son simuladas como uniformemente
distribuidas sobre el área total de piso. Sin embargo, en varias ocasiones es
necesario la consideración de cargas puntuales. En edificios industriales ésta
suele ser una situación muy común. La probabilidad de que un área en forma
completa esté sometida a la máxima intensidad de carga accidental
especificada disminuye cuando la dimensión del área cargada aumenta. Los
pisos utilizados para oficinas suelen ser ejemplos de estos casos. Si bien es
recomendable diseñar las losas para que soporten la carga accidental total, las
columnas y vigas que reciban cargas de una gran área tributaria asociada,
29
Lr = r ⋅l (1.3)
Wi = D + ηLr (1.5)
y adopta η = 0, 0.6 y 0.4 para los techos, pisos de depósitos y el resto de los
casos respectivamente. El INPRES-CIRSOC toma valores que van de 0, 0.25,
0.50, 0.75 y 1.0 según los casos que da en su tabla 6 (ref.[5]).
30
III. Fuerzas sísmicas: El método más empleado para evaluar el efecto sísmico
sobre los edificios es conocido como método de las fuerzas horizontales
estáticas equivalentes. Si bien su aplicación está limitado a cumplir ciertas
condiciones, se prefiere el mismo por su simplicidad, pues da buenos
resultados en particular para edificios simples y simétricos y además porque es
el método con el cual los diseñadores están más familiarizados. La Fig. 1.17
muestra un esquema del modelo utilizado para determinar las fuerzas sísmicas
que se deben aplicar en cada nivel del edificio. Primeramente se calcula la
fuerza sísmica total, expresada como esfuerzo de corte total en la base del
edificio, y dada por:
Vb = C . Wt (1.6)
donde:
Wt = ΣWi, es decir el peso de toda la masa del edificio que se activa durante el
sismo.
Este esfuerzo de corte basal deber ser distribuido en la altura total del edificio.
En general se acepta una distribución de fuerzas con configuración de triángulo
invertido, y que responde a la siguiente expresión:
Wr . hr
Fr = α Vb (1.7.1)
ΣWi . hi
La norma NZS:4203 establece para todos los casos, es decir sin tener en
cuenta período o altura del edificio en estudio, que para todos los niveles:
Wi . hi
Fi = 0.92 V b (1.8)
ΣWi . hi
y para el último nivel se debe adicionar una fuerza horizontal equivalente a 0.08
Vb.
Wr . hr
Fr = 0.90 V b (1.9.1)
ΣWi . hi
Wn . hn
Fn = 0.10 V b + 0.90 V b (1.9.2)
ΣWi . hi
aunque de todos modos reconoce que existen otros métodos más refinados y
menciona el que adopta las recomendaciones del NEHRP de 1988. Sin
embargo, las nuevas recomendaciones de la NEHRP de 1997, en el
documento que emite la FEMA 273 (Federal Emergency Management Agency),
ref.[9], dan esta expresión:
Wn . hnk
Cνx = (1.9.3)
ΣWi . hi k
donde:
Otros efectos que se debe considerar son los de contracción y fluencia lenta del
hormigón, y los originados por diferencias de temperatura. La incidencia y
33
Es claro que las cargas y fuerzas antes descriptas no actúan aisladas, sino
combinadas en ciertas proporciones. Estas proporciones están asociadas a los estados
límites que se deban verificar. Hasta hace unos años atrás era común que las
verificaciones se hicieran considerando el método de tensiones admisibles. En este caso
las acciones no se mayoraban y, para tener los márgenes de seguridad adecuados, se
trabajaba con tensiones admisibles de los materiales, es decir se aplicaban factores de
seguridad a los materiales. Sin embargo, tal cual luego se verá, en la actualidad los
métodos basados en resistencia y capacidad son los que prácticamente se usan en
exclusividad. Por ello, por ejemplo el ACI-318, ref. [12], establece que las estructuras y los
elementos estructurales deben ser diseñados para que tengan en cualquier sección una
resistencia que se debe comparar con las solicitaciones que resultan de las acciones
combinadas y mayoradas. En las secciones siguientes se verán los distintos niveles de
resistencia para efectuar las comparaciones exigidas por los códigos. Corresponde
ahora ver las combinaciones de acciones.
U = 1.4 D (1.12.1)
U = 1.2 D + 1.6 L. (1.12.2)
U = 1.0 D + 1.0 L u ± Eu (1.12.3)
34
donde en este caso el valor de L u está dado por la carga viva reducida, por ecuación (1.3)
multiplicada a su vez por el factor η, es decir:
Lu = η . r . L (1.13)
Los factores de carga que se aplican tienen la intención de que se tenga suficiente
seguridad contra el incremento de las cargas de servicio hasta un cierto valor más allá de
los valores especificados, de modo que la falla del elemento sea muy improbable. En
algunos casos, cuando no se diseña también para el estado límite de servicio, estos
factores ayudan a que las deformaciones para las cargas de servicio se mantengan
dentro de límites razonables. El reglamento NZS:4203, en cambio, especifica que se
deben verificar las estructuras para dos estados límites. Las ecuaciones (1.12)
corresponden al estado límite último. Para el estado límite de servicio especifica las
siguientes combinaciones:
S = D + L s. (1.14.1)
S = D + L s ± Es (1.14.2)
donde en este caso el valor de L s está dado por la carga viva reducida, por ecuación (1.3)
multiplicada a su vez por el factor ηs, factor de participación específico para cargas de
servicio, es decir:
Ls = η s . r . L (1.15)
Su = S D + S L + S Eo (1.16.1)
35
Su = 0.9 S D + S Eo (1.16.2)
donde con SEo se denota una acción que ha sido obtenida de sobre resistencias
inducidas por el sismo en las correspondientes rótulas plásticas.
(b) Resistencia Nominal: a veces llamada resistencia característica, designada con Sn,
es la que se obtiene de las dimensiones, contenido de armaduras y de las características
nominales de los materiales especificados por los códigos. La manera en que las normas
definen la resistencia de los materiales varía de país a país. En algunos casos es la
resistencia que los proveedores garantizan que se va a exceder. Por ejemplo, la norma
CIRSOC 201, tomo I, sección A.6.6.2.1. establece que la resistencia característica del
hormigón, ensayado a una edad determinada, es aquella resistencia por debajo de la cual
puede esperarse que se encuentre el 5 % del total de ensayos disponibles. El mismo
criterio del 5% inferior es utilizado en Japón y EEUU para el hormigón.
Sd = φ . S n ≥ Sr (1.17)
36
Es importante notar que la norma NZS:3101, que antes adoptaba estos valores
para los factores de reducción de resistencia, los ha modificado (ver sección 3.4.2.2. de
dicho documento). Sobre ésto se discutirá más adelante.
So = φ o . S n (1.18)
La Fig. 1.18 muestra una clarificación de las relaciones entre los distintos niveles
de resistencias, a través de un típico gráfico de distribución de frecuencias de
resistencias.
37
Sr
Sn ≥
φ
o bien, para el caso planteado:
Sn Sr 1.4 S D + 1.7SL
≥ =
SD + S L φ (S D + S L) 0.9 (S D + S L)
Se toma para edificio de oficinas, ref.[8], una sobrecarga de uso por planta de L=
0.25 t/m2, que cubre lo exigido también para un edificio de viviendas ya que para
dormitorios, baños y comedores exige 0.20 t/m2. Para la losa del último nivel, se podría
haber tomado una sobrecarga de 0.20 t/m2 que corresponde a azotea accesible, pero
dada la pequeña diferencia, se opta por dejar el mismo valor para tener el mismo L en
todos los niveles.
II. balcones.
Para el análisis del prototipo se tomaron como pesos por nivel los siguientes
valores: 149 ton para el 7mo. y 160 del 6to. al 1ro. El total para todo el edificio fue de
1109 ton.
2. CCSR-87 ref.[16]
3. PRONAM-97 ref.[17]
Del análisis 3-D con Etabs, con las masas por nivel antes indicadas y utilizando el
espectro de respuesta elástica que corresponde al I-C 103 para suelo II, se obtuvieron los
siguientes cortantes Elásticos, VE, para las dos direcciones, X e Y, de análisis:
VEx = 1147 ton V Ey = 1326 ton
0.16/0.21 = 0.76, o sea resultan mayores que el 75 % del estático. En definitiva, a los
efectos de este trabajo se adopta el coeficiente inelástico de 0.16 y como cortante 260
ton en ambas direcciones para aplicar el método estático.
Si se usan las ecuaciones (1.7) del I-C 103, el factor α es 1.0 ya que para ambas
direcciones el valor 2xT2 supera al período fundamental. La siguiente tabla muestra los
resultados de la distribución en altura, y se incluyen los resultados que arrojaría la
aplicación de la norma NZS:4203, para que sirva como comparación.
A partir de estas acciones se puede llevar a cabo el análisis estructural tridimensional que
dará como resultado las demandas en cada elemento estructural en términos de
esfuerzos internos, momentos, cortes y axiales, con los cuales se está en condiciones de
comenzar con el diseño de las secciones de hormigón armado. El Apéndice A, ref.[19],
contiene los resultados del análisis estructural.
niveles y en planta, conferir mayor rigidez o mayor resistencia local y/o global, etc. Un claro
ejemplo de edificio en altura con necesidad de refuerzo es el que se mostró en la Fig. 1.2.
Sin entrar en detalles, para lo cual se puede consultar la ref. [18], las Figs. 1.19 y 1.20
muestran respectivamente los refuerzos principales en la fachada y la vista de la fachada
Sur del edificio para hotel ubicado en la ciudad de San Rafael, Mendoza.
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1.9 BIBLIOGRAFÍA.
[2] “Seismic Design of Reinforced Concrete and Masonry Buildings”, Tomas Paulay
& M.J.N. Priestley, John Wiley & Sons, Inc. 1992.
[6] “Code of Practice for General Structural Design and Design Loading for
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Volume 2 Commentary.
[9] “NEHRP Guidelines for the Seismic Rehabilitation of Buildings”. Editado por la
FEMA, Federal Emergency Management Agency. FEMA 273. Octubre 1997.
[10] “Acción del Viento Sobre las Construcciones”. Reglamento CIRSOC 102. INTI.
Diciembre 1984.