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POSTMODERNISMO, POSTCOLONIALISMO Y FEMINISMO:

MANUAL PARA (IN)EXPERTOS

Catalina Arreaza y Arlene B. Tickner1


Y es que, por mucho que haya sido triunfal el rasgo predominante de la
ciencia moderna y por más obvia que resulte para quienes hoy viven la
penetración de los presupuestos científicos de nuestra cultura en la concien-
cia existencial de todos ellos, el pensamiento de los hombres sigue constante-
mente dominado, a pesar de todo, por problemas para los que la ciencia no
tiene respuesta alguna. (Gadamer, 1994: 91)

Este texto enuncia los postulados fundamentales de tres de las corrientes teóricas
que han hecho un ejercicio reflexivo frente al proyecto ilustrado occidental, con el
objeto de identificar sus aportes a la visualización de la marginalidad. Se discute,
entre otros elementos, la crítica postmoderna a los conceptos de razón y sujeto; la
pretensión postcolonial de reinterpretar la historia a partir de espacios silenciados
e híbridos; y la insistencia feminista en el desdibujamiento de las categorías
homogeneizantes.
Palabras claves: postmodernismo/ postcolonialismo/ feminismo/ modernidad/ ra-
zón/ sujeto/ metarrelatos/ hibridez/ agencia/categorías binarias.
This text explores the central arguments of three theoretical perspectives that have ana-
lyzed the Englightenrnent project from a critical angle, wiih the goal of identifying their
respective contributions to visualizing marginality in social theory. A series of elements are
discussed, including the postmodern critique of concepts such as reason and subject;
postcolonialism's attempt to ground historical interpretation in silenced, hybrid spaces; and
feminist insistence upon the erasure of homogenizing, binary categories.

Keyiuords: postmodernism/ postcolonialism/ feminism/ modernity/ reason/ subject/


metanarrativesl hybridity/ agency/ binary categories.

INTRODUCCIÓN dernidad a fin de volver explícitos sus


silencios, de identificar las contradicciones
En este texto exploramos algunos de los pos- internas que lo caracterizan y de dar voz a
tulados centrales de las corrientes post- "la hibridez, la multiplicidad, la ambigüe-
modernas, postcoloniales y feministas. Bajo dad y la contingencia de las formas de vida
distintos enfoques éstas revisan, rein- concretas" (Castro-Gómez, 2000:145). Su es-
terpretan y critican el paradigma de la mo- cepticismo frente al proyecto político y cien-

1 Politóloga, Universidad de los Andes; Profesora Asociada, Departamento de Ciencia Política, Univer-
sidad de los Andes. El presente artículo es el resultado de una investigación profesoral realizada por las
autoras como prerrequisito de grado de Catalina Arreaza.
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 15

tífico de la Ilustración surge en parte por la tes postmodernas, postcoloniales y feminis-


complicidad de éste con algunos aconteci- tas para reconstruir el pensamiento social
mientos que han sacudido de manera pro- son a veces tan complejas y obtusas que la
funda los cimientos humanísticos de la mo- pretensión de utilizarlas resulta difícil y frus-
dernidad. Fenómenos como el racismo, los trante. Debido a la presentación de sus ideas
campos de concentración, la bomba atómi- en un lenguaje altamente especializado, las
ca, y la contaminación ambiental, por solo personas que no poseen un trasfondo litera-
mencionar algunos, no hubieran sido posi- rio o filosófico adecuado terminan siendo
bles sin la clasificación de las razas, la física excluidas de su lectura y de la posibilidad
atómica y la sobreexplotación de la natura- de aprehender los espacios críticos y alter-
leza que produjeron las ideas modernas so- nativos que dichas perspectivas ofrecen.
bre el progreso, el desarrollo tecnológico y
la industrialización. El conocimiento, por Por ello, el artículo busca llevar a cabo
ende, no constituye una fuente de emanci- una revisión preliminar de las tres corrien-
pación como lo plantea la Ilustración sino, tes y enumerar algunos de sus postulados
por el contrario, una herramienta más de centrales desde un lenguaje sencillo y acce-
opresión, destrucción y miseria para la gran sible a lectores no expertos como nosotras.
mayoría de la población mundial. Posteriormente, y sin pretender ser exhaus-
tivas, formulamos una serie de críticas a los
En el contexto descrito, que ha sido de- planteamientos hechos por cada una. El ejer-
nominado de diversas formas -postmo- cicio conceptual que presentamos a conti-
dernidad, postnacionalismo, modernidad nuación refleja nuestra convicción de la
tardía o modernidad radical2- se ha formu- importancia teórica y política que reviste el
lado una serie de ideas que obligan a postmodernismo, el postcolonialismo y el
reevaluar el pensamiento moderno' en sus feminismo para la visualización de los suje-
manifestaciones políticas, sociales y cultu- tos marginales de la modernidad así como
rales. Entre éstas se destacan la crítica al hom- su posibilidad de agencia, y de la necesidad
bre racional como sujeto de la historia, el de aproximarnos al contexto histórico actual
rechazo a las nociones progresistas de la his- desde una posición subalterna como muje-
toria, el carácter social y construido de la rea- res, en el tercer mundo.
lidad, el desvanecimiento de jerarquías den-
tro de la producción del saber; la relación
entre distintos saberes y el ejercicio del po- LAS TEORÍAS POSTMODERNAS
der; y el cuestionamiento de los fundamen-
tos del conocimiento. La postmodernidad como concepto resalta
la existencia de una realidad social, cultural,
A pesar de su enorme relevancia, las he- política y económica distinta en el mundo,
rramientas teóricas que ofrecen las corrien- producto de la crisis de la modernidad y el

2 Anthony Giddens (1999: 57) plantea que la disolución del evolucionismo, la desaparición de la
teleología de la historia, y la evaporación de la posición privilegiada de occidente no son rasgos de una
época postmoderna, sino de una radicalización de la modernidad.
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advenimiento de una nueva época histórica miento así como para juzgar entre dis-
(López, 1988). En esta medida, las corrientes tintas pretensiones de verdad;
postmodernas ofrecen un conjunto de mar-
cos interpretativos para abordar esta reali- 6. Una noción teleológica y racionalista de
dad, los cuales se contraponen a los preceptos la historia. El propósito de la historia es
centrales de la modernidad. El paradigma la perfección progresiva de la humani-
de la época moderna, que desde el siglo xvi dad y la realización de sus capacidades y
empezó a desarrollarse en Europa, se funda- proyectos.
menta en una visión antropocéntrica del
mundo (la cual contrasta con el orden Los autores postmodernos se presentan
teocéntrico característico de la época medie- ante todo como anti-modernos (Habermas,
val), así como una nueva concepción de ra- 1991). En este sentido, el postmodernismo
cionalidad basada en el hombre como suje- constituye un estado de incredulidad frente
to. Algunos de sus puntos centrales incluyen a las grandes narrativas, la epistemología, la
(Habermas, 1989; Vattimo, 1990; Viviescas y racionalidad, la metafísica, las metodologías
Giraldo,1991): y los sujetos de la modernidad (Lyotard, 1989;
Giddens, 1999:16). Todos los logros que se
1. Un "yo" (sujeto) coherente y estable, cu atribuyen a la modernidad son cuestiona-
yas principales características son su ca dos, desde la industrialización, la urbaniza-
pacidad de razonar sobre sí mismo y so ción y la tecnologización del mundo, hasta
bre las leyes de la naturaleza, y su el estado-nación, la democracia liberal y el
autonomía y libertad para hacerlo; humanismo (Rosenau, 1992:6). Dichas críti-
cas se desprenden de la crisis que la moder-
2. Una concepción particular de la realidad nidad atraviesa, razón por la cual los autores
y, por extensión, de los fundamentos de postmodernos afirman que ésta no es una
la verdad, desde la cual lo "real" es aque fuente de libertad y progreso sino, por el
llo que existe independientemente del contrario, un reproductor de destrucción,
sujeto; subyugación, opresión y represión.

3. La fe en la razón, y en el conocimiento De forma paralela, el postmodernismo


neutral y objetivo como garantes de la reconoce y privilegia muchos elementos que
libertad y el progreso de la humanidad; fueron subestimados por la modernidad. Las
emociones, los sentimientos, la intuición, la
4. El lenguaje como medio de expresión costumbre, la magia, la tradición y, en gene-
transparente. Los objetos no son cons ral, todo lo perteneciente al "mundo de la
trucciones sociales ni productos del len vida" adquiere una importancia decisiva en
guaje, sino que se hacen presentes en la la construcción del conocimiento. Un ejem-
conciencia al nombrarlos a través del uso plo de estos acercamientos es la genealogía,
de éste; metodología histórica utilizada por Michel
Foucault para aproximarse a los orígenes, la
5. La filosofía como modelo privilegiado de puesta en funcionamiento, y los efectos de
interpretación. Sólo la filosofía puede los dispositivos de poder. Para Foucault
proporcionar fundamentos objetivos, (1992: 7), la genealogía enfrenta una tarea
confiables y universales para el conoci- indispensable:
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 17

Percibir la singularidad de los sucesos, fue- de ellas; "no existe ningún punto de Ar-
ra de toda finalidad monótona; encontrar- químedes, ningún momento de la autono-
los allí donde menos se espera y en aquello mía, ninguna razón pura ni conciencia cons-
que pasa desapercibido por carecer de his- titutiva con un acceso independiente,
toria -los sentimientos, el amor, la concien- no-lingüístico ni ahistórico a lo real ni al ser
cia, los instintos-; captar su entorno, pero
del mundo" (Flax, 1990:33).
en absoluto trazar la curva lenta de una evo-
lución, sino reencontrar las diferentes esce-
El fin de la historia implica que ésta es
nas en las que han jugado diferentes pape-
les; definir incluso el punto de su ausencia, una fábula que el hombre construye para
el momento en el que no han tenido lugar justificar sus acciones y situarse en el tiem-
po. Dentro de la idea moderna de historia
están implícitas las nociones de progreso,
Simultáneamente con el rescate de ele- evolución, continuidad y razón. En este sen-
mentos desconocidos y silenciados, los tido, se constituye teleológica: existen metas
postmodernos declaran la muerte de los prin- que el sujeto debe cumplir y en la medida
cipales elementos que privilegió el proyecto en que éstas se cumplen, estará más próximo
de la Ilustración: el hombre o el sujeto, y la a sí mismo y a su esencia (Flax, 1990). Los
historia (Reale y Antiseri, 1988:837-838). La postmodernos rechazan esta concepción
afirmación de que el sujeto (el hombre o la porque sustentan de forma equívoca la idea
conciencia) ha muerto significa que esta ca- de que existe una sola noción de historia, de
tegoría es engañosa, que las personas no exis- la cual el hombre es su protagonista. Para
ten por sí solas independientes de las estruc- que el relato histórico sea legítimo, las histo-
turas sociales. Desde el pensamiento rias de los "otros" deben ser expuestas y
moderno el hombre, a partir de su concien- visibilizadas, ya que cualquier muestra de
cia racional, es visto como el motor de la his- unidad presupone un acto previo de poder
toria y dueño de su propio destino. En cam- y dominación3.
bio, los filósofos postmodernos consideran
todos los conceptos como aparatos artificia- En las páginas que siguen exploraremos
les que adquieren el carácter de natural a las críticas postmodernas a los conceptos
través de su uso repetitivo en el lenguaje y modernos de razón y sujeto, el sistema de
de las prácticas sociales. En esta medida, el los binarios dicotómicos, los metarrelatos y
sujeto es un artefacto social, histórico y del el fundacionalismo teórico4, así como dos de
lenguaje, no un ser trascendental como lo las herramientas interpretativas que el
ha dibujado la modernidad. El hombre se postmodernismo utiliza para su análisis: la
encuentra siempre atrapado en redes de sig- hermenéutica y la deconstrucción.
nificado, y no puede hacer nada para salirse

3
Esta noción de la historia guarda una relación cercana con el concepto de genealogía de Foucault,
desde el cual la historia se concibe como un conflicto permanente entre distintas perspectivas, que
culmina en el predominio de unas sobre otras. Ver Dant (1991: 126).
4
El pensamiento del fundamento, o el fundacionalismo, característico de la modernidad, aduce que
existe una sola realidad que puede ser abordada por las teorías, las cuales deben operar sin variación en
todos los contextos.
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SUJETO Y PODER prescribe lo que es humano, normal y acep-


table, así como lo que es considerado como
La oposición postmoderna a la categoría del desdeñable y perjudicial para el cuerpo so-
sujeto se remonta a desarrollos previos en el cial (Foucault, 1992:185-200). Para asegurar
pensamiento social occidental, en particu- que el cuerpo social sea coherente y unifor-
lar a las reflexiones de Freud, Nietzsche y me, las disciplinas producen conceptos y
Heidegger, así como el estructuralismo en prácticas normalizadoras.
general (Ferry y Renaut, 1990). En contrapo-
sición a la idea moderna del sujeto como un La subjetivación hace de la construcción
agente pensante, autónomo e independien- del sujeto un proceso reflexivo y activo, en
te de las relaciones y estructuras sociales, el la medida en que la internalización de los
postmodernismo concibe al ser humano, primeros dos dispositivos es tal que el ser
ante todo, como un producto social e his- humano empieza a actuar en su propia for-
tórico. mación (Foucault, 1990). Para que esta acción
de autoformación (que a su vez constituye
Sin duda, Michel Foucault (1998:12) es una forma de autovigilancia) pueda llevarse
de los autores contemporáneos que más ha a cabo, los individuos deben consultar figu-
reflexionado sobre los distintos procesos a ras externas de autoridad, sean éstas el psi-
través de los cuales los seres humanos se con- coanalista, el sacerdote o el médico, quienes
vierten en sujetos en la sociedad. Según este les ayudan a conocerse a sí mismos (Rabinov,
autor, el sujeto puede entenderse de dos for- 1984:11). Los saberes expertos sobre los cua-
mas: como sometimiento y dependencia al les se estructuran los procesos de disci-
control de otro; o como individuo amarra- plinamiento y vigilancia descritos por
do a su propia identidad por la conciencia Foucault, hacen ver que la objetividad que
que tiene de sí mismo. Ambas definiciones supone el ejercicio de la razón en la moder-
del sujeto guardan una relación íntima con nidad es una ficción, dado que el conoci-
las prácticas de poder, las cuales son inhe- miento guarda una relación íntima con el
rentes a toda la actividad humana. A partir ejercicio del poder.
de lo anterior, Foucault plantea que existen
tres dispositivos para convertir a los seres
humanos en sujetos "objetificados", a saber: LA RAZÓN
las prácticas de división; la clasificación
científica, y la subjetivación (Rabinov, 1984: El concepto de racionalidad propio del pa-
7-11). Las primeras están representadas por radigma moderno tiene la característica de
el aislamiento de los enfermos, los locos, los posicionar al sujeto cognoscente en una dis-
pobres y los marginados en general, como tancia tal que pueda abstraer y controlar las
una técnica de dominación. Del proceso de "verdades" de sus objetos de conocimiento;
clasificación de las actividades humanas sur- es lo que se denomina el punto de Ar-
gen mecanismos de disciplinamiento y vi- químedes (Hekman, 1990: 12). Una de las
gilancia, como aquellos que se observan en implicaciones ontológicas de este principio
las cárceles, los hospitales y los centros edu- físico es la producción de la categoría
cativos. Para esto, las ciencias humanas pro- dicotómica sujeto/objeto, en la cual las ca-
ducen "verdades" que "reflejan" hechos so- racterísticas de cada uno de los lados son
bre la conducta humana. A través de ellas se reificadas, y en donde el sujeto siempre está
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos 19

separado del objeto, ubicado en una posi- (Bleicher, 1980:1). Hans-George Gadamer,
ción privilegiada con respecto a éste. Desde uno de los principales exponentes de la her-
una postura racionalista la "verdad" sólo menéutica, afirma que el método científico
puede adquirirse cuando el sujeto se abstrae de las ciencias naturales no constituye el
del objeto, lo que significa que cualquier único modelo a partir del cual el conocimien-
método que no cumpla con este distancia- to se origina. En su lugar, Gadamer ofrece la
miento carecerá de la posibilidad de produ- idea de la interpretación como método de
cir conocimiento válido, neutral y objetivo. las ciencias histórico-hermenéuticas. El fun-
Para la epistemología moderna la tarea prin- cionamiento de la hermenéutica se basa en
cipal del conocimiento es, entonces, la cons- tres elementos: el prejuicio, la tradición y el
trucción de representaciones fieles del en- entendimiento (Hekman, 1990:13-14). El pri-
torno, de tal manera que la mente se mero se entiende como aquellas precompren-
convierta en el espejo de la naturaleza siones que hacen posible la comunicación y
(Benhabib, 1990:10). el mismo entendimiento. El segundo hace
referencia a las raíces históricas y el contexto
Existen varios reparos a esta forma de que rodean al individuo, lo cual es descrito
aprehensión del mundo. Las primeras críti- por el autor como la conciencia expuesta a
cas fueron adelantadas por distintos filóso- los efectos de la historia. Y el tercero se rela-
fos mucho antes del surgimiento del llama- ciona como lo que se ha denominado "cir-
do pensamiento postmoderno. Por ejemplo, culo hermenéutico"5.
para el idealismo alemán, entre la concien-
cia y su objeto existe una tensión dialéctica Gadamer, basándose en el pensamiento
que Hegel caracteriza con la fórmula identi- de Martin Heidegger (1974), explica el círcu-
dad sujeto-objeto. La identidad sujeto-obje- lo hermenéutico y la función del prejuicio
to no es la reducción de un término a otro, de la siguiente forma:
sino una realidad cambiante donde los dos Esa sorprendente ingenuidad de la con-
se reconstruyen permanentemente (Hegel, ciencia subjetiva que, cuando cree haber
1973:7-50). Por ende, la separación entre su- comprendido un texto, tiene la impresión
jeto y objeto no es otra cosa que dogmatismo de hallar en él algo que ya sabía. Heide-
(Gadamer, 1994:102). gger ha demostrado que tal impresión
constituye una reacción por completo
natural, si bien en realidad no se trata de
LA HERMENÉUTICA que se encuentre nada que esté sencilla-
mente allí, pues todo cuanto se dice y
todo lo que existe en el texto existen sólo
La hermenéutica constituye una herramienta en cuanto han sido anticipados (...) Eso
central del pensamiento postmoderno significa que sólo aquello que es antici-
(Madison, 1990). En términos generales, ésta pado puede ser comprendido. Es un mo-
se ha preocupado por el problema de la sub- mento circular necesario el de tratar de
jetividad del individuo y el logro de la obje- leer o creer comprender lo que se tiene
tividad interpretativa a pesar de ésta delante, mientras que son los propios ojos

5
Para Heidegger, el círculo hermenéutico implica que el entendimiento de un objeto de estudio sólo es
posible por medio del entendimiento de su relación con el todo. Ver Gadamer (1984).
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(y la propia mente) los que ven lo que se solamente de manera indirecta a la sociedad
tiene delante (Gadamer, 1984: 105). a través de algunas instituciones competen-
tes (como las universidades). Los únicos vín-
El concepto del horizonte de entendi- culos directos que manifiesta son aquellos
miento, que originalmente proviene de que existen entre sus pares, sean éstos cientí-
Edmund Husserl, se relaciona con lo ante- ficos, profesores, investigadores o tecnócra-
rior. Éste surge en contraposición a la figura tas (Lyotard, 1989:54). De esta forma, uno de
del sujeto cognoscente que selecciona los los problemas principales de legitimación
objetos que va a interpretar, y se centra en la del saber científico gira en torno a la fun-
influencia del conocimiento intuitivo pre- damentación de lazos sociales. El saber na-
vio en los procesos de interpretación rrativo, en cambio, se vincula directamente
(MueUer-Vollmer, 1988:28-31). a la sociedad a través de la tradición oral y
así, cualquiera que escuche puede ser la
El aporte principal de la hermenéutica próxima vez un narrador competente. Los
al debate postmoderno es la inclusión de ele- dos tipos de saberes también se diferencian
mentos distintos a la idea de racionalidad con respecto a su incidencia en el tiempo. El
moderna, en el proceso de construcción de científico se basa en una noción diacrónica
conocimiento o producción de verdades. del tiempo que supone un proceso de acu-
Específicamente, la ampliación del concep- mulación de conocimiento específico
to de entendimiento humano para incorpo- (Lyotard, 1989:55). Por el contrario, la tem-
rar una serie de factores que no dependen poralidad del conocimiento narrativo es in-
de la intención del sujeto cognoscente, sean memorial. No requiere apoyarse en un pasa-
éstos, prejuicios, tradiciones u horizontes, do fijo, puesto que su relación con el
constituye una crítica directa a la fe en la conjunto social se basa en el significado de
razón y el prejuicio contra lo "no racional" los relatos que cuenta y, sobre todo, en el
característicos de la Ilustración. acto de contarlos. Por ello, "la referencia de
los relatos puede parecer perteneciente al
mismo pasado, y en realidad siempre es con-
CRÍTICA A LAS METANARRATIVAS O temporáneo a este acto" (Lyotard, 1989:49).
LOS METARRELATOS
Los distintos saberes, como se ha señala-
Jean-Francois Lyotard es de los autores que do, requieren de formas de legitimación. El
más ha profundizado sobre los rasgos cen- narrativo adquiere la suya a través de la tra-
trales de la sociedad postmoderna, los cua- dición y de su pertenencia a la cultura, que
les parten desde su concepto de las formas es en últimas el espacio que define lo que es
de legitimación moderna del saber científi- legítimo o no, de trasmitirse (Lyotard, 1989:
co. Según el autor, la postmodernidad se ca- 50). La legitimación del saber científico se da
racteriza por un conflicto entre el saber na- a partir de la deslegitimación del conoci-
rrativo tradicional y el saber científico miento tradicional y la performatividad
(Lyotard, 1989:57), siendo el último el prin- como estrategia de autolegitimación, que
cipal mecanismo de poder en la sociedad. somete el criterio de verdad al criterio técni-
co (Mejía y Tickner, 1993:18). Este proceso se
A diferencia de lo que ocurre con el sa- materializa en unas reglas de juego que son
ber narrativo, el saber científico está ligado producto del debate científico y del consen-
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 21

so entre expertos, y que por ende se generan basa su teoría lingüística, entre otros, en el
como discurso. Estas reglas de juego termi- papel desempeñado por los signos y en la
nan basándose en un tipo de legitimación función social de la lengua (Reale y Antiseri,
de carácter narrativo, ya que en el momento 1988:776-778). Para el autor, el signo lingüís-
de enunciarlas a través del lenguaje, éstas tico "[...] no une una cosa y un nombre, sino
también se convierten en narrativa (Lyotard, un concepto [significado] y una imagen acús-
1989:60). tica [significante]" (Reale y Antiseri, 1988:
776). El hecho de que un signo sirva de vín-
Una de las contradicciones que encuen- culo entre significados y significantes espe-
tra Lyotard en la sociedad postmoderna es cíficos no es algo natural sino arbitrario, y
que el saber científico, en su afán de legiti- obedece a su integración dentro de un siste-
mación, termina también por exigirle legiti- ma de relaciones entre los signos lingüísticos
midad a los mismos principios (o reglas de (Benhabib, 1990). Saussure también estable-
juego) a partir de los cuales la ciencia se con- ce una distinción entre el habla y la lengua.
sidera legítima. En este sentido, la "crisis" Mientras que todos los hombres tienen la
del saber científico surge del desmorona- capacidad del habla en tanto seres huma-
miento interno del principio de legitimidad nos, este autor afirma que la lengua solamen-
del saber (Lyotard, 1989:75). Así, te se da dentro de la comunidad. Con ello,
señala el carácter social y colectivo que tiene
se tiene por postmoderna la incredulidad
la lengua, la cual consiste en un sistema de
con respecto a los metarrelatos. (...). Al desu-
so del dispositivo metanarrativo de legiti- signos que aprende a utilizar el individuo
mación corresponde especialmente la crisis para vivir en sociedad.
de la filosofía metafísica y de la institución
universitaria que dependía de ella. La fun- Wittgenstein, por su parte, impulsó en la
ción pierde sus functores, el gran héroe, los filosofía occidental lo que se conoce como el
grandes peligros, los grandes periplos y el giro lingüístico. Este aduce que no existe una
gran propósito. Se dispersa en nubes de ele- correlación objetiva entre la realidad y el len-
mentos lingüísticos, etc., cada uno de ellos guaje utilizado para describirla. Al contra-
vehiculando consigo valencias pragmáticas rio, el lenguaje consiste en juegos lingüísti-
sui generis (Lyotard, 1989: 10). cos cuyo uso repetido le da a la realidad su
significado específico (Reale y Antiseri, 1988:
582-591). De esta forma, los "juegos del len-
EL PAPEL DEL LENGUAJE guaje" implementados por diversos orado-
res construyen la realidad como parte de un
La importancia que Lyotard le da al uso del acto del habla (Searle, 2001). El giro lingüís-
lenguaje y de los juegos lingüísticos en la tico obliga a reconceptualizar la función del
legitimación del conocimiento, el ejercicio sujeto así como la idea moderna de realidad.
del poder y la construcción de la realidad, Hablar un lenguaje forma parte de una
es compartida por todas las corrientes actividad social o forma de vida; no es
postmodernas. La obra de dos autores, potestad del individuo. Por lo tanto, las
Ferdinand de Saussure y Ludwig Witt- palabras, así como la realidad, solamente
genstein, ha sido fundamental en esta adquieren sentido dentro de una comuni-
reconceptualización del papel desempeña- dad social de usuarios del lenguaje
do por el lenguaje en la sociedad. Saussure (Benhabib, 1990:112).
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EL MÉTODO DE LA DECONSTRUCCIÓN adquiere por sí solo. Así, la deconstrucción


cuestiona el presupuesto según el cual la fi-
La deconstrucción, que hace referencia a un nalidad de la interpretación de un texto dado
proceso dual de destrucción y construcción es encontrar el significado que el autor le ha
del lenguaje escrito, ha sido una herramien- conferido a éste o lo que se había entendido
ta utilizada frecuentemente por las corrien- por el "verdadero" significado del texto
tes postmodernas en su proceso de revisión (Hekman, 1990:67). Lo anterior implica que
de la modernidad. Podría afirmarse que la la presencia de diferentes lecturas de un
deconstrucción constituye otra manera de mismo texto no es problemática, en la medi-
desplazar al sujeto, aunque en este caso se da en que no existen interpretaciones erra-
remite a un sujeto específico, que es el autor. das del mismo.
Sin duda, la obra de Jacques Derrida (1971;
1989) es la que mejor ejemplifica este método. Por otra parte, a través de la deconstruc-
ción se pretende analizar los textos, interrum-
La tradición occidental ha considerado pir su unidad aparente, y rescatar sus ele-
la voz como el lenguaje "auténtico", pronun- mentos heterogéneos y discontinuos,
ciado por el sujeto racional, por encima de además de la multiplicidad de voces y signi-
la palabra escrita, vista como un signo del ficados que los atraviesan (Flax, 1990: 37).
signo original (hablado) (Habermas, 1989: Como se ha mencionado anteriormente, la
214). Frente a esto, Derrida intenta mostrar modernidad construye sujetos y relatos que
que en la sustancia de la escritura se encuen- aparecen como homogéneos, pero cuya con-
tra el espacio decentrador de la subjetividad, figuración no puede ser sino heterogénea.
no solo moderna sino occidental en general, Por ello, cualquier manifestación de unidad
en la medida en que ésta constituye un mo- y coherencia implica un silenciamiento y
mento de "no sujeto" particular o de desa- una supresión de la diferencia. Una de las
parición del sujeto. En este sentido, "la es- tareas que enfrenta la deconstrucción es pre-
critura se considera como signo arrancado cisamente hacer explícito lo suprimido. Al
de todos los plexos pragmáticos de la comu- evidenciar lo que se suprime, se recuperan
nicación, como signo que se ha tornado in- partes fundamentales del texto, con lo cual
dependiente de los sujetos hablantes y oyen- su significado se transforma. Con ello, el efec-
tes, como el signo originario" (Habermas, to de poder que el texto produce sobre el
1989:216). lector puede disminuirse (Flax, 1990:38).

Según lo anterior, no existe significado


por fuera del texto, dado que el significado LAS TEORÍAS POSTCOLONIALES
de éste ya no es generado por un sujeto-au-
tor, sino que se genera internamente. Así, el En términos generales, las aproximaciones
texto adquiere legitimidad (y poder) a partir postcoloniales buscan reinterpretar al suje-
de sus propias estrategias y no de su capaci- to y la historia coloniales, tal como éstos han
dad para representar la realidad, como se sido representados tradicionalmente por
pretendía en la modernidad (Flax, 1990:38). Occidente. Sus distintos autores tratan de
De esta manera, se cuestiona el papel del explicitar la relación entre la formación de
autor, al reemplazar la autoridad inferida por conocimiento sobre las colonias y excolonias,
éste a su texto por una autoridad que el texto el ejercicio de poder hacia ellas, y los distin-
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 23

tos tipos de interpenetración que existen rio". Sin embargo, las herramientas utiliza-
entre sociedades colonizadas y colonizado- das para adelantar la crítica postcolonial han
ras. Su objetivo principal es abrir un espacio estado sustentadas en metodologías lite-
desde el cual el individuo postcolonial rarias, las cuales, para muchos autores, tien-
pueda adquirir agencia como sujeto. Por den a obviar factores socioeconómicos y
ende, si bien los textos postcoloniales com- políticos, provocando así diagnósticos par-
parten con el postmodernismo la gran cializados e incompletos (Ahluwalia, 2001:
mayoría de las críticas que éste ha formu- 1). La focalización sobre la teoría literaria
lado a la modernidad, difieren en el re- obedece, según Nederveen y Parekh (1995:
chazo postmoderno de la categoría del 12-13), a que los académicos del Tercer
sujeto. Mundo adquirieron voz en primera ins-
tancia a través de la literatura y los estu-
Para Stuart Hall (1996:247), el postcolo- dios literarios.
nialismo se refiere a "las diferentes formas
de 'poner en escena' los encuentros entre las Un claro ejemplo de la preeminencia li-
sociedades colonizadoras y sus 'otros'". Los teraria en los enfoques postcoloniales, es que
enfoques postcoloniales no pueden consi- tres de los principales autores identificados
derarse como un grupo homogéneo ni uni- con éstos: Edward Said, Homi Bhabha y
tario, dado que éstos surgieron a partir de Gayatri Chakravorty Spivak son, de hecho,
los aportes de diferentes disciplinas, como críticos literarios. El trabajo de Said (1994)
la literatura, la historia, el sicoanálisis y el sobre la construcción del "otro" a través de
feminismo, y en distintos contextos geográ- la literatura metropolitana, y por medio de
ficos y culturales. A pesar de que estas re- los textos académicos y administrativos so-
flexiones son producto de una historia co- bre las colonias, desencadenó una ola de
mún de dominación colonial, las nuevas producción intelectual sobre el problema de
formas de conocimiento que estos autores las representaciones del colonizado y las for-
producen siguen siendo "contextúales y mas de poder colonial. El autor se basa fun-
contingentes" (Prakash, 1995:10). damentalmente en la obra de Foucault para
analizar la manera en que los países coloni-
Los textos postcoloniales han sido escri- zadores europeos construyen, a través del
tos principalmente por académicos pertene- discurso, una idea de las sociedades coloni-
cientes a las diásporas de algunos países que zadas. De allí, Said establece que "es el po-
adquirieron su independencia durante el der ejercido por las potencias imperialistas
siglo XX (en particular, India, Argelia, europeas de entrar sin restricciones a otras
Pakistán y Bangladesh). Éstos han formula- localidades y extrañar su cultura, el que per-
do sus respuestas al colonialismo principal- mite la producción de una serie de discur-
mente desde las instituciones universitarias sos históricos, arqueológicos, sociológicos y
de los centros metropolitanos de Estados etnológicos sobre el 'otro'" (Castro-Gómez,
Unidos y Europa. Según Nederveen y 1998:174).
Parekh (1995:11), el postcolonialismo es un
campo académico "caracterizado por el cru- Por su parte, Homi Bhabha (1994) explo-
ce de límites y fronteras [...en el cual] fuerzas ra el colonialismo, así como la ambivalencia
sociales biculturales y bilingües -emigran- del poder colonial, a partir de un análisis
tes, diásporas, exiliados- entran al escena- psicoanalítico, basado en el trabajo de
24 • Colombia Internacional 54

Jacques Lacan y Frantz Fanón6. Para Bhabha las mujeres del Tercer Mundo como un gru-
(1994), no es suficiente ni útil para la bús- po homogéneo y como una categoría "de
queda de la agencia postcolonial limitarse al análisis de la cual se suprimen los contextos
estudio de aquellas categorías binarias sobre culturales, históricos y económicos específi-
las cuales la identidad del sujeto colonial se cos" (Sarup, 1999:39). Según esta autora, cier-
ha construido (yo/otro, Occidente/Oriente), tas prácticas feministas podrían considerar-
tal como lo hace Said. En su lugar, el objeti- se formas contemporáneas del discurso
vo principal del autor es examinar las for- colonial.
mas híbridas desde donde la teoría "habla"
como una forma de repensar lo político y lo
social, y en donde la construcción del sujeto Los estudios subalternos
ya no es ni el "yo" ni el "otro". De hecho,
Bhabha plantea la idea de la hibridez tanto El grupo de estudios subalternos que surge
en este sentido de la construcción de los in- en la India a principios de los años ochenta,
dividuos así como en el tiempo de la moder- es considerado uno de los elementos más
nidad, la cual abre un nuevo espacio para la influyentes en la teorización postcolonial.
agencia de los sujetos que han sido colo- Su pretensión era revisar la historiografía que
nizados. durante la colonia inglesa y luego de la in-
dependencia fue escrita de manera esen-
En su crítica de la posición de autores cialista o totalizante bajo modelos tomados
postestructuralistas occidentales como de la historiografía colonial europea. Este
Michel Foucault y Gilíes Deleueze, Spivak tipo de narración histórica parte de una con-
(1994:66-111) afirma que la subvaloradón del cepción excluyente de la historia, puesto que
papel ejercido por la ideología en la repro- está basada primordialmente en los logros
ducción de las relaciones de producción, de las grandes figuras (de las élites naciona-
precluye la posibilidad de construir un pro- listas) "representativas" de la nación, produ-
yecto contrahegemónico a partir de las vo- ciendo el silenciamiento de las "hibri-
ces subalternas. La actitud "benevolente" daciones culturales, los espacios mixtos y las
con la cual los académicos del Primer Mun- identidades mixtas" (Castro-Gómez, 1998:
do se apropian de los "oprimidos" del Ter- 176) que hacen parte de la historia nacio-
cer Mundo a fin de recalcar su autenticidad nal. Por ello, el objetivo principal de los
como "otros" trae como consecuencia, en estudios subalternos fue y sigiue siendo
opinión de la autora, su negación como su- "producir análisis históricos en los cuales
jeto y agente de su propia historia. los grupos subalternos [sean] vistos como
sujetos de la historia" (Chakrabarty, 2000:
Spivak también elabora una fuerte críti- 15).
ca al feminismo occidental por construir a

6
A pesar de que Fanón no es un autor postcolonial, ni postmoderno, su análisis de los efectos psíquicos
de la colonización en el contexto argelino han sido fundamentales en el desarrollo del pensamiento
postcolonial. En particular, se destacan las reflexiones del autor sobre la deshumanización del coloni-
zado a partir de la negación de su historia por parte del colonizador, así como la descolonización de la
mente a través de la ruptura violenta con el sistema colonial. Ver Franz Fanón (1968).
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 25

EL ESPACIO DE ENUNCIACIÓN los modelos de producción de conocimiento


DIFERENCIAL propuestos desde Occidente. El surgimien-
to de un locus de enunciación diferencial,
Los estudios postcoloniales tienden a agru- representado por los autores postcoloniales,
parse (junto con otros programas como los deslegitima la distribución del trabajo cien-
estudios de género y los estudios culturales) tífico-social entre Norte y Sur, en la cual el
alrededor de las instituciones de educación Primer Mundo producía la teoría y el Tercer
superior de los centros metropolitanos, en Mundo la "materia prima" para su construc-
parte con la intención de destruir y rehacer ción. En este contexto, Mignolo (1996:119)
la historia de las colonias y de sus sujetos afirma que "las prácticas teóricas postco-
desde el mismo lugar geográfico donde se loniales [...] están desafiando la misma
construyeron y difundieron. Al respecto, fundamentación del concepto occidental del
Said (1996:41-42) afirma: conocimiento y del entendimiento al esta-
blecer conexiones epistemológicas entre el
Como ciudadanos e intelectuales dentro de
Estados Unidos tenemos una particular res- lugar geo-cultural y la producción teórica".
ponsabilidad frente a lo que sucede entre
Estados Unidos y el resto del mundo [...] El desafío a la construcción de conoci-
debemos [...] tomar nota [...] de cómo [...] miento en Occidente obedece a que las teo-
Estados Unidos ha reemplazado los gran- rías postcoloniales, además de la necesidad
des imperios antiguos como la fuerza do- política de la descolonización, buscan ela-
minante externa. borar una "relectura del paradigma de la ra-
zón moderna" (Mignolo, 1996:123). No se
No obstante, este proceso se enmarca den- trata simplemente de forjar una tradición
tro de un espacio de enunciación diferente, anfi-imperialista o de corte autóctona sino,
caracterizado por la diáspora desde la cual en palabras de Bhabha (1994:241), de un in-
los autores postcoloniales escriben. tento de interrumpir "los discursos occiden-
tales de la modernidad a través de narrativas
Como han señalado autores entre los que desplazadoras, interrogativas, subalternas o
figura Immanuel Wallerstein, las ciencias posteriores al esclavismo, y las perspectivas
sociales han sido eurocéntricas durante su crítico-teóricas que éstas producen".
historia institucional como producto de la
existencia de un solo sistema-mundo
(Mignolo, 1996:115). Éstas se constituyeron LA REPRESENTACIÓN DE
como respuesta a los problemas europeos en LO COLONIZADO
un momento en que Francia, Gran Bretaña,
Italia y los Estados Unidos dominaban casi En su texto, Orientalismo (1979), Edward Said
la totalidad del territorio mundial, de tal for- afirma que Oriente no es un hecho de la na-
ma que su objeto de estudio, las metodo- turaleza. Por el contrario, éste ha sido confi-
logías y las categorías que contienen estu- gurado en el imaginario de Occidente a tra-
vieron delimitadas por las relaciones de vés de procesos discursivos que, a su vez,
poder que producía este contexto colonial. fundamentan relaciones de poder. Lo ante-
rior no implica que Oriente no corresponda
En este sentido, uno de los logros de la a un espacio geográfico concreto; efectiva-
teorización postcolonial es la subversión de mente, existen países y pueblos que se en-
26 • Colombia Internacional 54

cuentran ubicados al oriente de Europa. Sin perialistas persisten aún en momentos en que
embargo, el fenómeno del Orientalismo que el colonialismo directo ha desaparecido,
analiza el autor tiene que ver principalmen- debido al anclaje de esta forma de domina-
te "no con la correspondencia entre el ción dentro de la esfera cultural, así como su
Orientalismo y Oriente sino con la consis- circulación a nivel de la ideología y de las
tencia interna del Orientalismo y las ideas prácticas sociales, económicas y políticas. El
sobre Oriente, más allá de cualquier corres- autor recalca, además, que el imperialismo
pondencia o no, con el Oriente real" (Said, no es un simple proceso de acumulación y
1979:5). De esta manera, la reflexión de Said adquisición, sino que se fundamenta en es-
gira en torno a las diversas formas en las cua- tructuras de sentimientos que son genera-
les Oriente se "orientalizó" como producto das a partir de ciertas formas de expresión
de su interacción con Occidente. artística como las novelas europeas que ver-
san sobre las colonias y excolonias (Said,
Igualmente, basándose en la idea gram- 1994:14). A pesar de lo anterior, Said no bus-
siana de hegemonía, Said establece que el ca responsabilizar a las novelas ni a otras
Orientalismo ha resistido gracias a la hege- manifestaciones del arte por el imperialis-
monía de las ideas orientalistas que Europa mo, sino mostrar que "la novela y el impe-
tiene, sobre y en estas partes del mundo, las rialismo se fortificaron el uno al otro en tal
cuales se sustentan en la concepción de lo grado, que es imposible leer el uno sin ocu-
europeo como algo superior a las identida- parse del otro en alguna forma" (Sarup, 1999:
des de otras culturas. Este discurso de su- 29).
premacía cultural, cuya vigencia se ha pre-
servado desde los primeros encuentros Las estructuras de comprensión creadas
coloniales, ha permitido al europeo por las obras artísticas tendieron a propagar
posicionarse en un lugar desde el cual pue- la idea de que el imperio debería mantener-
de establecer cualquier tipo de relación je- se y que otros pueblos deberían ser domina-
rárquica con Oriente. Así, el académico, el dos, ya que éstos eran representados como
soldado o el misionero podían escribir, ha- razas "inferiores" en contraste con la raza
blar y construir al mundo oriental porque europea que merecía y se había ganado el
podían estar allí, sin tener mucha resisten- derecho de expandirse sobre otras tierras
cia por parte de oriente mismo (Said, 1979: (Said, 1994:53). En combinación con lo ante-
6). De esta forma, para Said, existe una con- rior, el surgimiento de la etnografía (entre
vergencia entre el alcance geográfico de los otros campos de estudio académicos) per-
imperios y los discursos culturales uni- mite la codificación de la diferencia y la cons-
versalistas, la cual se posibilita por la habili- trucción de esquemas evolucionistas, los
dad de estar en lugares lejanos, de aprender cuales abarcan desde las razas primitivas
sobre otros pueblos, de codificar y disemi- hasta las sociedades superiores o civilizadas
nar conocimiento, de caracterizar, transpor- (Said, 1994:108).
tar, e instalar ejemplares de otras culturas a
través de fotografías, expediciones y exhi- Además del análisis de las formas en las
biciones. cuales el discurso imperialista perpetúa re-
laciones de dominación entre colonizador y
Posteriormente, en Imperialismo y cultura colonizado, así como la construcción de la
(1994), Said señala que las prácticas im- inferioridad del sujeto colonial, otro de los
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 27

planteamientos hechos en el trabajo de Said colonizador y colonizado. Según Bhabha,


tiene que ver con la manera en que la domi- la dominación ejercida por la autoridad
nación colonial influencia también a la me- colonial se fundamenta en la supuesta supe-
trópoli. Dicha influencia se manifiesta prin- rioridad cultural del colonizador. La ambi-
cipalmente a través de prácticas sociales tales valencia de esta autoridad radica preci-
como la edificación de ciudades coloniales, samente en el hecho de que la producción
la creación de disciplinas como la geografía de la superioridad solamente ocurre en el
y la antropología, las cuales dependen de momento mismo del encuentro colonial
las necesidades de la política colonial, y el (Bhabha, 1994:34). En otras palabras, la cons-
surgimiento de nuevos géneros artísticos trucción de la identidad del colonizador
como la fotografía histórica y la pintura y como superior, civilizado y culto requiere
poesía orientalista (Said, 1994:109). En este de la existencia de un colonizado inferior,
contexto, el autor concluye expresando que incivilizado e inculto; lo uno no puede exis-
"el trabajo principal al que se enfrenta el in- tir sin lo otro.
telectual cultural no es aceptar las políticas
de identidad dadas, sino mostrar cómo to- Si bien la diferenciación cultural, como
das las representaciones son construidas, con se ha señalado, constituye la fuente primor-
qué propósito y por quién, y con qué com- dial de la ambivalencia colonial, las formas
ponentes" (Sarup, 1999:35). en que esta última se produce son varias. Una
primera explicación que ofrece Bhabha par-
te del concepto del fetichismo de Freud. El
AMBIVALENCIA Y AGENCIA fetichismo hace referencia al proceso me-
diante el cual el niño (masculino) afronta el
El trabajo de Homi Bhabha gira en torno a la momento de la diferenciación sexual, al des-
exploración de los procesos por medio de cubrir que su madre carece de pene. Para
los cuales los sujetos, tanto colonizadores sobrellevar este descubrimiento, el niño sus-
como colonizados, se construyen a partir del tituye la carencia de la madre con un objeto
encuentro colonial, y los efectos del mismo. que se denomina fetiche, el cual ayuda a
Al aproximarse al discurso colonial por me- negar la diferencia sexual. Esto significa que
dio de la "negociación" cultural que cual- la estructura del fetichismo como creencia
quier encuentro conlleva, en vez de la nega- contradictoria está siempre caracterizada
ción y la alteridad (yo/otro, colonizador/ por una ambivalencia o ambigüedad, por
colonizado), el autor afirma que se abren una tensión productiva que resulta del re-
nuevas posibilidades de emancipación y conocimiento y la simultánea negación de
lucha, así como un espacio de agencia para la diferencia (Yegenoglu, 1998: 27-28).
el sujeto postcolonial (Bhabha, 1994:25). Para
realizar este análisis, Bhabha recurre a tres De modo similar, en el momento del en-
ideas fundamentales: la ambivalencia de la cuentro colonial, la sociedad colonizadora
autoridad colonial, el tercer espacio y la di- descubre que no todas las personas en el
lación temporal o time-lag. mundo poseen el mismo color de piel ni son
de la misma raza o cultura; es decir, se reem-
En términos generales, la ambivalencia plaza el "pene" por las categorías "piel/raza/
que caracteriza a la autoridad colonial surge cultura". Esta situación es superada con la
del proceso de diferenciación cultural entre utilización de los estereotipos en el discurso
28 Colombia Internacional 54

colonial, los cuales reconocen y niegan la la diferencia en peligro, convirtiendo la piel


diferencia del "otro" de manera simultánea negra bajo la mirada racista en "signos de
(Campbell, 2000:194-195). El fetichismo como bestialidad, genitalidad, grotesquería, que
estereotipo es siempre la vacilación de la idea revelan el mito fóbico del cuerpo blanco in-
de originalidad y unidad. En palabras de tegral indiferenciado" (Bhabha, 1994:92).
Bhabha (1994: 75), "es la sustitución y el
deseo por algún tipo de integración ori- De la discusión presentada arriba se des-
ginal [la idea de una raza original], copan- prende una conclusión importante: la rela-
do ambivalentemente con el peligro de la ción entre colonizador y colonizado no es
división a través de la diferencia, raza y estática ni unidimensional, sino que por el
cultura". contrario, ésta se caracteriza por un comple-
jo proceso de negación y reconocimiento
La segunda manera de explicar la simultáneo de la diferencia que genera la
ambivalencia de la autoridad colonial es por práctica de la mímica así como la estéreo-
medio del concepto de la mímica. Con el fin tipificación del otro como fetiche (Kraniaus-
de garantizar la estabilidad del régimen im- kas, 2000). Para Bhabha, la ambivalencia pro-
perial, así como el correcto funcionamiento veniente de la negación de la diferencia
de las colonias, las autoridades coloniales se cultural en el momento de su enunciación
propusieron hacer del nativo un sujeto pa- problematiza las divisiones binarias (yo/
recido a ellos mismos a través de su misión otro) con las cuales otros autores como
civilizadora. Ésta se manifestó en aspectos Edward Said aducen que la identidad colo-
como la educación en los valores occidenta- nial se construye. En su lugar, el autor sos-
les, y en el control y la supresión de los valo- tiene que el significado de la cultura se pro-
res nativos tradicionales. No obstante, el duce en un espacio intermedio, el cual abre
hombre colonizado nunca es una "copia" la posibilidad de ejercer la agencia
fiel del hombre blanco, sino apenas una re- postcolonial. Éste, que Bhabha denomina el
presentación parcial de éste, o una mímica. "tercer espacio", no es el espacio de enun-
Bhabha (1994:86) describe la mímica como ciación del "yo" colonizador, ni el espacio
"...el deseo por otro reformado, reconocible, de enunciación del "otro" colonizado, sino
como sujeto de una diferenciación que es una dimensión híbrida en la cual el "otro"
casi lo mismo, pero no del todo" (Bhabha, se enuncia dentro del "yo". Así, el tercer es-
1994:86). La misión civilizadora es amenaza- pacio permite elaborar una estrategia "para
da por un proceso discursivo la emergencia y la negociación de esas agen-
cias de la marginalidad, la minoría, los subal-
por el cual el exceso o descuido producido
por la "ambivalencia" de la mímica (casi lo
ternos..." (Kraniauskas,2000:120).
mismo, pero no del todo) no sólo rompe el
discurso, sino que se transforma en una in- En este sentido, el postcolonialismo de
certidumbre la cual fija al sujeto colonial Bhabha no busca definir la relación
como una presencia parcial. Por parcial [se dictómica entre las colonias y las metrópo-
entiende] tanto incompleta como virtual lis, sino rastrear, desde la hibridez, una rela-
(Bhabha, 1994: 86). ción más profunda e inconsciente, la cual
abre espacios de negociación en el mismo
Lo anterior redunda en la ambivalencia punto de producción de la diferenciación y
de la autoridad colonial, la cual transforma la subalternización:
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 29

Es sólo cuando entendemos que todos los forma en que el proyecto de la modernidad
sistemas y apreciaciones culturales son cons- llevó al establecimiento de relaciones de
truidos en este espacio de enunciación con- dominación basadas en jerarquías de géne-
tradictorio y ambivalente, que empezamos ro, clase, raza y etnicidad, las cuales invisi-
a entender porqué las afirmaciones jerár- bilizaron a ciertos grupos sociales al tiempo
quicas sobre la originalidad inherente o la que privilegiaron a otros. La academia femi-
'pureza' de las culturas, son insostenibles
(Bhabha, 1994: 37). nista hace énfasis en la idea de que la filoso-
fía de la Ilustración parte, como hemos seña-
lado, de nociones estáticas de la razón, la
La misma idea de la hibridez producida civilización, la humanidad y el progreso.
por el momento colonial cuestiona de ma- Éstas se basan en una visión androcéntrica
nera directa el tiempo histórico de la moder- del mundo que subvalora la mujer, la natu-
nidad como un proceso lineal, progresivo y raleza y lo "incivilizado" (Harding, 2000:
acumulativo. En lugar de las grandes na- 241), dando lugar a la creación de dicotomías
rrativas establecidas por el proyecto de la binarias excluyentes, como el yo/otro, pú-
modernidad, Bhabha afirma que la moder- blico/privado, racional/irracional, objetivo/
nidad entraña temporalidades distintas. El subjetivo. Las relaciones sociales desiguales
concepto de la dilación temporal (o time- entre hombre y mujer se perpetúan median-
lag) hace referencia justamente a la inte- te la asociación de lo femenino con aquellos
rrupción del presente enunciativo de la rasgos "inferiores" (el otro, lo privado, lo irra-
modernidad. Ésta constituye el espacio- cional, lo subjetivo), así como la identifica-
tiempo postcolonial, cuyo surgimiento es ción del conocimiento masculino hegemó-
producto de la adquisición de agencia que nico con el conocimiento universal en
el tercer espacio le ofrece al colonizado. La general (Scott, 1988). De allí que el género se
agencia adquirida a través del time-lag entienda como una forma de desigualdad
constituye una fractura de la modernidad socialmente construida entre hombres y
desde adentro o una contramodernidad mujeres, que crea identidades subjetivas a
(Bhabha, 1994: 252). Lo anterior contrasta través de las cuales el mundo es interpreta-
con las críticas postmodernas de la mo- do (Whitworth, 1989:266).
dernidad, en la medida en que mientras
éstas resaltan la crisis y posterior desapa- El feminismo comparte con las otras dos
rición del proyecto moderno, la agencia corrientes de pensamiento discutidas ante-
postcolonial pone en entredicho su riormente el supuesto de que el conocimien-
carácter unitario. En palabras de Bhabha to se basa en intereses, y por lo tanto es so-
(1994: 252), "sin el time-lag postcolonial el cialmente construido, al tiempo que critica
discurso de la modernidad, [...] no puede la supuesta objetividad y neutralidad de la
ser escrito [...]". ciencia positivista. Aunque no existe una
única teoría feminista, todos sus enfoques
buscan explicitar la forma en que distintos
LA TEORÍA FEMINISTA relatos y afirmaciones sobre la verdad son
distorsionados por el sesgo masculino. Como
A semejanza del pensamiento postmoderno resultado, una de las tareas más importantes
y postcolonial, las perspectivas feministas del análisis de género ha incluido la decons-
sobre el conocimiento buscan esclarecer la trucción del conocimiento occidental an-
30 • Colombia Internacional 54

drocéntrico y la reconstrucción teórica a promulgados umversalmente es, según al-


partir de categorías sensibles al género gunas feministas, una característica intrín-
(Peterson, 1992:6). Ésta conlleva a la identifi- seca del proceso de naturalización de la
cación de los diversos sistemas de opresión mujer como representante de lo privado, lo
que existen con relación a las mujeres y a familiar y lo emocional. Pnina Werbner y
todos los demás grupos no hegemónicos, y Nira Yuval-Davis (1999) describen este mo-
resulta en la recuperación de múltiples su- mento como esencial en la construcción de
jetos históricamente silenciados. La recons- la esfera pública como masculina, racional,
trucción busca trascender el simple recono- responsable y respetable. De esta forma, "[l]as
cimiento de la dominación y la exclusión al mujeres se convirtieron en una 'propiedad'
hacer énfasis en el valor del conocimiento que permitió a los hombres casados, inclusi-
producido por los actores marginados. ve de las clases trabajadoras, adquirir el de-
recho de ser ciudadanos activos en la esfera
pública" (Werbner y Yuval-Davis, 1999: 6).
LA CRÍTICA A LAS CATEGORÍAS BINARIAS Así, la afirmación feminista de que "lo per-
sonal también es político" señala que la dis-
Como se ha señalado, el género se define tinción tradicional que existe entre lo públi-
como la división (hombre y mujer) entre co y lo privado es producto de una división
personas, rasgos humanos y capacidades. Se de la actividad humana basada en catego-
concibe como un factor determinante en la rías de género (Flax, 1990:167), la cual en-
organización de la sociedad en donde "[...] mascara las relaciones de interdependencia
género también constituye la forma que necesariamente existen entre ambas es-
discursiva/cultural a través de la cual se pro- feras y que refuerza la opresión de las muje-
duce una 'naturaleza sexuada' o un 'sexo res (y otros grupos subordinados) en estos
natural' previos a la cultura" (Butler, 1990: espacios.
7). Las teóricas feministas sostienen que las
dicotomías binarias expuestas arriba repre-
sentan en cada uno de sus lados a uno de los LA DEFINICIÓN DEL "SUJETO"
géneros. Esta distribución por género es, sin EN LA TEORÍA FEMINISTA
embargo, asimétrica; la mujer siempre ocu-
pa el lado inferior. En este sentido, Susan En el pensamiento feminista esta definición
Hekman (1990:31) afirma que "la mujer siem- es problemática por diversas razones, sien-
pre se define como aquello que no es el hom- do la principal la exclusión de la mujer como
bre" o aquello de lo que carece. sujeto en el pensamiento de la Ilustración.
En contraposición con la identificación
Un claro ejemplo de este tipo de "dico- moderna del sujeto como masculino, racio-
tomización genérica" del mundo moderno nal, autónomo e independiente, capaz de
se encuentra en la definición de la ciudada- producir conocimiento o verdades absolu-
nía. La Declaración de los Derechos del tas, las mujeres han sido identificadas histó-
Hombre y del Ciudadano, producto de la ricamente como objetos (Hekman, 1990:73).
Revolución Francesa, tal como su nombre lo Una de las primeras críticas a esta caracteri-
indica, se refiere específicamente a los dere- zación fue elaborada por Simone de Beauvoir
chos del hombre y a su rol como ciudadano. (1977), quien realiza un análisis histórico y
La exclusión de la mujer de los derechos filosófico del posicionamiento social de la
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 31

mujer con respecto al hombre. Según esta tro de la esfera académica, tienen también
autora, la mujer siempre constituye el "otro" un claro fin político: el empoderamiento de
del hombre, mientras que éste representa lo las mujeres. No obstante, en el momento de
absolutamente humano, positivo y neutral. articular dicha demanda, estas corrientes
La forma en que el término "hombre" repre- recurren frecuentemente a la figura de un
senta al grupo humano masculino, a la vez sujeto "femenino" (Butler, 1990:2-3). El pro-
que es utilizado como un genérico descrip- blema de la esencialización de lo femenino
tivo de toda la humanidad es ilustrativa de es que éste no se construye uniforme ni co-
lo anterior. En cambio, la mujer es una pecu- herentemente en diversos contextos cultu-
liaridad o un ser que carece de algo para ser rales e históricos. En la mayoría de los casos,
hombre. el género interactúa con diversas identida-
des de clase, etnia, religión y sexo. Por lo tan-
Para Beauvoir, la otredad de la mujer se to, nociones tales como "hermandad de
manifiesta en la incapacidad de acción de mujeres" o sistema de "patriarcado univer-
ésta, en el sentido de que las actividades que sal", resultan simplistas para afrontar los
se asocian con el género (dar a luz, amaman- múltiples tipos de opresión de los que son
tar, criar), son funciones naturales. En esta objeto distintos grupos de mujeres alrede-
medida, la mujer solamente puede conver- dor del mundo. Esto representa uno de los
tirse en "verdadero" ser humano al repetir problemas más importantes a los que se en-
los pasos del hombre, para así trascender la frenta el pensamiento feminista, puesto que
naturaleza a través de actividades distintas a al hablar de las mujeres como un solo sujeto
la reproducción. La principal limitación de colectivo, las prácticas feministas transcul-
este argumento es que para convertirse en turales tienden a homogenizarse.
sujeto la mujer debe adquirir características
masculinas, con lo cual el sistema de los
binarios tiende a perpetuarse. CULTURA Y SUJETO

En contraposición a lo anterior, Julia El esencialismo cultural consiste en este tipo


Kristeva (1987:9) afirma que la categoría "su- de generalizaciones: "cultura occidental",
jeto" no es estática, sino que es producto de "culturas no-occidentales", "mujeres occi-
la interacción social y, por ende, constituye dentales" y "mujeres del Tercer Mundo". Los
un proceso inacabado. Esta aproximación per- grupos que las categorías pretenden repre-
mite a la teoría feminista dilucidar a la mujer sentar se describen como unidades homo-
como una construcción social, más que como géneas e inmutables, cuyos orígenes históri-
un ser dado de esencia prefijada. Por ello, se cos, culturales y económicos son negados
puede afirmar que "las mujeres no nacen, sino (Narayan, 2000:82). Además, la noción de la
que se hacen" (Hekman, 1990:189). diferencia cultural se produce y se reprodu-
ce de tal forma que ésta es representada como
algo natural y prediscursivo, de carácter
LA ESENCIALIZACIÓN DE LA CATEGORÍA descriptivo más que formativo. La crítica
"MUJER" principal de las autoras feministas post-
coloniales al feminismo Occidental tiene
Las reflexiones feministas en torno a la cons- que ver con la forma generalizada en que
trucción del sujeto, a pesar de situarse den- se analizan las condiciones de vida y de
32 • Colombia Internacional 54

batalla de las mujeres del Tercer Mundo feminista a fin de desoccidentalizarlo. Lo


(Spivak 1987:89-90). anterior supone una exploración de la cate-
goría "blanco", así como el reconocimiento
Para Grewal y Kaplan (1994), la alusión a explícito del lugar desde donde se escribe la
cierta forma de feminismo global también es teoría feminista.
problemática en la medida en que se con-
funde con prácticas imperialistas occiden- La política del lugar, si bien reconoce el
tales, al tiempo que obvia la multiplicidad racismo y elitismo presentes en algunas co-
de lealtades e identidades que convergen al rrientes feministas de Occidente, manifiesta
momento de formular demandas políticas. varias debilidades. Primero, a pesar de que
Tal es el caso de las identidades locales pretende abrir espacios para incluir la voz
(étnicas, religiosas) y transnacionales (nacio- de las marginadas, quienes formulan este
nalistas, de clase, género y sexuales) que en- reclamo siguen siendo voces hegemónicas
tran en juego en las prácticas feministas. Asi- centralistas. En este sentido, autoras como
mismo, según estas autoras el término Rich siguen estando ubicadas en una posi-
"feminismo global" borra la diversidad ca- ción de poder académico que define y
racterística de los movimientos feministas en redefine límites, perpetuando con ello el ses-
aras de una idea universal, occidental, de la go etnocéntrico del feminismo occidental.
liberación de la mujer. Y segundo, cuando se construye como el
reflejo de identidades supuestamente autén-
ticas que han de ser reestablecidas y reafir-
The politics of location madas, la política del lugar naturaliza y
reifica los márgenes de las identidades
Con el fin de superar las consecuencias ne- periféricas en aras de la celebración de la
gativas del esencialismo cultural, a princi- diferencia7.
pios de los años ochenta Adrienne Rich
(1986) propuso la idea de una política del
lugar (politics of location), para deconstruir CRÍTICAS FEMINISTAS
la teoría feminista que se realizaba en ese
momento en Estados Unidos. La propuesta La teoría feminista se encuentra atravesada
de Rich de producir una política del lugar, por diversas corrientes de pensamiento.
descansa sobre su reconocimiento de que Mientras que algunas autoras escriben des-
"por más marginales que parezcan ser las de posturas modernas, tales como el marxis-
mujeres blancas occidentales, con respecto mo y el liberalismo, sobre todo por la posibi-
a los verdaderos agentes en este mundo -los lidad de agencia que éstas confieren a los
hombres blancos- hay otras que son margi- sujetos, otras lo hacen desde las corrientes
nadas por las mujeres blancas, occidentales postmodernas y postcoloniales por su críti-
mismas" (Grewal y Kaplan, 1994). En térmi- ca al paradigma epistemológico de la moder-
nos concretos, lo que plantea esta autora es nidad y por la posibilidad de abrir nuevos
una reconceptualización del pensamiento espacios de expresión a voces históricamen-

7 Según Slavoj Zizek (1998), un aspecto central del capitalismo avanzado lo constituye la celebración del
multiculturalismo como estrategia de la apropiación y mercantilización de la diferencia.
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 33

te silenciadas. Como se mencionó anterior- la adquisición de agencia de parte de los ac-


mente, la ubicación de estas corrientes en tores marginales también se menosprecia. Es
uno u otro bando ha generado problemas así como, tanto para los movimientos femi-
como el esencialismo de género, en el caso nistas como para otros grupos marginados,
particular de los enfoques modernos, y el el rechazo postmoderno de estos factores fue
esencialismo cultural en el de los enfoques visto como una amenaza a sus luchas por
postmodernos. Además de las críticas ya se- construir una identidad autóctona. Podría
ñaladas, algunas autoras feministas han rea- preguntarse "¿por qué, en momentos en que
lizado valiosas reflexiones sobre los vacíos muchas de nosotras que hemos sido silen-
que caracterizan las otras dos corrientes con- ciadas hemos empezado a exigir el dere-
ceptuales tratadas en este escrito, a saber, el cho de nombrarnos a nosotras mismas, de
postmodernismo y el postcolonialismo. actuar como sujetos en vez de objetos de
nuestra historia, el concepto de subjetivi-
dad se vuelve problemático?" (Grewal,
Críticas al postmodernismo 1994:233).

Las principales críticas a los enfoques Dado su rechazo a la existencia de una


postmodernos se relacionan con la exclusión sola postura epistemológica, así como de las
de la categoría de género en la teorización metanarrativas, los autores postmodernos
sobre la postmodernidad, de los modos de niegan la posibilidad de juzgar entre distin-
representación coloniales y postcoloniales, tas afirmaciones sobre la verdad (Rosenau,
y de piezas sobre el Tercer Mundo y los pro- 1992:81-82). Según Karla Mantilla (1999:10),
blemas étnicos y raciales (Grewal y Kaplan, la imposibilidad de hacer generalizaciones
1994:3). De igual manera, se cuestiona la con- por el hecho de que en el momento de ha-
cepción postmoderna de la historia, así como cerlas se estaría silenciando alguna voz, im-
la negación del sujeto como agente transfor- pide subvertir el "statu quo". De igual forma,
mador de su entorno. Lo anterior resulta el cuestionamiento del sistema de los binarios
particularmente problemático ya que el fe- como fuente principal de dominación en la
minismo no sólo es un enfoque teórico sino sociedad obvia la posibilidad de aducir que
también una posición política con un claro un orden social dado es mejor que otro, ya
objetivo emancipatorio. Las contradicciones que esto replicaría dicotomías como bueno/
con el postmodernismo en este sentido son malo, mejor/peor. Esto trae como consecuen-
evidentes. Al respecto, Hekman (1990:154) cia la imposibilidad de adoptar posturas
afirma que "las feministas, más que otros crí- políticas basadas en ideas normativas, lo cual
ticos del postmodernismo, se preocupan de es particularmente problemático para fun-
que éste precluye la posibilidad de una ac- damentar un marco de acción orientado ha-
ción política liberadora". cia el cambio social.

De allí que algunas autoras sostengan que


el efecto más nocivo del postmodernismo es Críticas al postcolonialismo
el silenciamiento del habla y del pensamien-
to (Mantilla, 1999; Epstein, 1999): dado que La exploración de temas relacionados con la
la historia y la subjetividad son desle- mujer y con el género ha estado ausente en
gitimadas por el pensamiento postmoderno, gran medida de las aproximaciones post-
34 • Colombia Internacional 54

coloniales. Meyda Yegenoglu (1998) estudia Para Yegenoglu (1998:2), una lectura acer-
cómo las representaciones culturales y sexua- tada del Orientalismo tendría que partir del
les son constitutivas las unas de las otras y reconocimiento de que la construcción
de qué manera estas últimas son ignoradas discursiva de la otredad se hace simultánea-
por el discurso postcolonial. La presencia mente a través de formas sexuales y cultura-
recurrente de alusiones sexuales a las muje- les de diferenciación. En otras palabras, las
res en los textos orientalistas es vista por los representaciones de Oriente se entretejen
autores postcoloniales como algo separado con imaginarios sexuales, fantasías incons-
del proceso de diferenciación cultural que cientes, deseos, temores y sueños. Con el fin
ocurre en el momento de encuentro entre de ilustrar esta idea la autora recurre a la fi-
colonizador y colonizado. Uno de los pro- gura del velo, a fin de demostrar cómo éste,
blemas del trabajo de Said es justamente la junto con las mujeres que lo llevan puesto,
renuencia a explorar el papel de la sexuali- se convierte en una metáfora sobre Oriente
dad en la construcción del Orientalismo, a que construye a la mujer "oriental" como
pesar de que el mismo autor reconoce que misteriosa y exótica, así como la cultura de
Oriente evoca nociones de deseo (y amena- Oriente como velada y peligrosa:
za) sexual, fecundidad y sensualidad desbo-
En la mirada occidental, el Oriente siempre
cada (Said, 1979:188). Por ello se explica la es más de y distinto a lo que parece, ya que
ausencia de análisis bajo conceptos aparece siempre y en todas partes de for-
psicoanalíticos referentes al inconsciente ma velada, disfrazada y engañosa. Es a tra-
y a la sexualidad (la fantasía, el deseo, la vés de su apariencia velada [...] que Oriente
negación), de los procesos de configura- se revela, al tiempo que revela que hay un
ción del sujeto y de la producción de co- Oriente, un lugar, una cultura, una esencia
nocimiento referente a Oriente. Separar la que necesita ser entendida, conocida y apre-
esfera sexual de la esfera cultural implica hendida (Yegenoglu, 1998: 48).
negar los esfuerzos que el feminismo ha
hecho por dejar las dicotomías sexo/géne- El velo es necesario para que el occiden-
ro y cultura/naturaleza, al tiempo que tal asegure su identidad. Es irrelevante lo
ejemplifica una contradicción dentro de que hay o no hay detrás de éste; lo impor-
las narrativas postcoloniales, pues éstas tante es lo que el colonizador imagina que
seguirían perpetuando la estructura hay bajo el velo. Al imaginar la esencia fe-
ontológica del sistema colonial, basada en menina y oriental detrás del velo se constru-
los binarismos. ye un conocimiento sobre Oriente a través
de la fantasía, que a su vez fundamenta la
Homi Bhabha vincula los momentos de identidad del occidental así como su posi-
diferenciación cultural y sexual a través del ción privilegiada como poseedor de la ver-
uso de la figura del fetiche. Sin embargo, la dad (Yegenoglu, 1998: 49). Una vez que la
diferenciación sólo queda enunciada como mujer "oriental" ha sido construida como
metáfora para explicar la configuración de "otra", se esencializa su posición y se con-
la superioridad cultural occidental, dejan- vierte en la verdad sobre Oriente. Así, el velo
do de lado el problema de la sexualidad y de acentúa la necesidad de conocer y controlar
la construcción de los sujetos coloniales Oriente y, simultáneamente, la urgencia de
sexuados (Yegenoglu, 1998:28-29). estar allí y recorrerlo.
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 35

CONCLUSIONES ciones de verdad, tales como "todos los ne-


gros son perezosos", pertenecen a un mo-
A lo largo de este artículo hemos explorado mento histórico específico y obedecen a una
tres enfoques teóricos que se fundamentan construcción eurocéntrica de la realidad atra-
en una crítica del paradigma de la moderni- vesada por deseos, fantasías y temores. Por
dad, con el fin de esclarecer sus argumentos ende, éstas resultan ambivalentes, debatibles
centrales y de discernir su utilidad para re- y frágiles. De allí que el sujeto marginado
pensar el problema de agencia de los sujetos por su condición colonial, tenga la posibili-
subalternos. En la primera parte, encontra- dad de enunciarse en igualdad de condicio-
mos que el postmodernismo, a pesar de des- nes desde un espacio híbrido, abierto por la
conocer la validez de la categoría del sujeto, misma debilidad y ambivalencia de la auto-
abre un espacio a lo contingente mediante ridad del colonizador. Las teorías post-
el análisis de los vínculos entre conocimien- coloniales, por ello, constituyen uno de los
to y poder, del efecto que dicha relación ge- más poderosos instrumentos de recon-
nera en la configuración de los sujetos mo- ceptualización y reposicionamiento, y en
dernos y de la desaparición de los grandes últimas de liberación, de quienes han sido
metarrelatos. Lo postmoderno permite sos- caricaturizados peyorativamente por los
pechar que lo que está "dado", en realidad procesos de diferenciación cultural en el
no lo está; que la frase tiene un punto final mundo.
que la hace parecer definitiva, pero que de
hecho representa un punto desde el cual se De las tres corrientes exploradas en el ar-
puede volver a comenzar. A través de las co- tículo, las teorías feministas ofrecen, tal vez,
rrientes postmodernas, la uniformidad, lo el planteamiento más concreto en lo que res-
lineal, lo concreto y lo delimitado se pecta con la posibilidad de agencia. En pri-
desdibujan, abriéndole espacio a la fluidez mera instancia, porque han sido propuestas
de lo híbrido y de lo contradictorio, para desde la necesidad política de superar la
declarar que nada es como parece, que las opresión masculina y de ubicar a las muje-
afirmaciones de verdad, las cuales legitiman res en una posición equitativa con respecto
relaciones de poder basadas en la superiori- a los hombres. En segundo lugar, porque no
dad de unos sobre otros, y la dicotomización es una corriente que se alimenta de manera
del mundo, son tan inestables como los mis- homogénea de los postulados de otros enfo-
mos objetos que pretenden representar (y si- ques teóricos. Pueden coexistir feminismos
multáneamente silenciar). En este sentido, liberales, marxistas, postmodernos y post-
la postmodernidad permite dilucidar espa- coloniales que, si bien parten de posturas
cios desde donde, en teoría, todas las voces epistemológicas distintas, comparten como
puedan hablar sin el riesgo de ser acalladas. meta principal el mejoramiento de las con-
diciones de vida de las mujeres y de todos
Por su parte, el postcolonialismo sitúa las los seres humanos no hegemónicos. En ter-
críticas postmodernas dentro de un espacio cera instancia, las teorías feministas agregan
geográfico y cultural que ha sido margina- un componente muy específico a la crítica
do por la modernidad. Así, la relación po- de la modernidad, que también se aplica por
der-conocimiento se explica principalmen- igual a las corrientes postmodernas y post-
te en función de su utilización en la campaña coloniales. La ausencia de una perspectiva
colonialista europea. Se plantea que afirma- de género en el momento de teorizar puede
36 • Colombia Internacional 54

redundar en la perpetuación de la diferen- otro". En Edgardo Lander (comp.). La


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