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Este texto enuncia los postulados fundamentales de tres de las corrientes teóricas
que han hecho un ejercicio reflexivo frente al proyecto ilustrado occidental, con el
objeto de identificar sus aportes a la visualización de la marginalidad. Se discute,
entre otros elementos, la crítica postmoderna a los conceptos de razón y sujeto; la
pretensión postcolonial de reinterpretar la historia a partir de espacios silenciados
e híbridos; y la insistencia feminista en el desdibujamiento de las categorías
homogeneizantes.
Palabras claves: postmodernismo/ postcolonialismo/ feminismo/ modernidad/ ra-
zón/ sujeto/ metarrelatos/ hibridez/ agencia/categorías binarias.
This text explores the central arguments of three theoretical perspectives that have ana-
lyzed the Englightenrnent project from a critical angle, wiih the goal of identifying their
respective contributions to visualizing marginality in social theory. A series of elements are
discussed, including the postmodern critique of concepts such as reason and subject;
postcolonialism's attempt to ground historical interpretation in silenced, hybrid spaces; and
feminist insistence upon the erasure of homogenizing, binary categories.
1 Politóloga, Universidad de los Andes; Profesora Asociada, Departamento de Ciencia Política, Univer-
sidad de los Andes. El presente artículo es el resultado de una investigación profesoral realizada por las
autoras como prerrequisito de grado de Catalina Arreaza.
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 15
2 Anthony Giddens (1999: 57) plantea que la disolución del evolucionismo, la desaparición de la
teleología de la historia, y la evaporación de la posición privilegiada de occidente no son rasgos de una
época postmoderna, sino de una radicalización de la modernidad.
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advenimiento de una nueva época histórica miento así como para juzgar entre dis-
(López, 1988). En esta medida, las corrientes tintas pretensiones de verdad;
postmodernas ofrecen un conjunto de mar-
cos interpretativos para abordar esta reali- 6. Una noción teleológica y racionalista de
dad, los cuales se contraponen a los preceptos la historia. El propósito de la historia es
centrales de la modernidad. El paradigma la perfección progresiva de la humani-
de la época moderna, que desde el siglo xvi dad y la realización de sus capacidades y
empezó a desarrollarse en Europa, se funda- proyectos.
menta en una visión antropocéntrica del
mundo (la cual contrasta con el orden Los autores postmodernos se presentan
teocéntrico característico de la época medie- ante todo como anti-modernos (Habermas,
val), así como una nueva concepción de ra- 1991). En este sentido, el postmodernismo
cionalidad basada en el hombre como suje- constituye un estado de incredulidad frente
to. Algunos de sus puntos centrales incluyen a las grandes narrativas, la epistemología, la
(Habermas, 1989; Vattimo, 1990; Viviescas y racionalidad, la metafísica, las metodologías
Giraldo,1991): y los sujetos de la modernidad (Lyotard, 1989;
Giddens, 1999:16). Todos los logros que se
1. Un "yo" (sujeto) coherente y estable, cu atribuyen a la modernidad son cuestiona-
yas principales características son su ca dos, desde la industrialización, la urbaniza-
pacidad de razonar sobre sí mismo y so ción y la tecnologización del mundo, hasta
bre las leyes de la naturaleza, y su el estado-nación, la democracia liberal y el
autonomía y libertad para hacerlo; humanismo (Rosenau, 1992:6). Dichas críti-
cas se desprenden de la crisis que la moder-
2. Una concepción particular de la realidad nidad atraviesa, razón por la cual los autores
y, por extensión, de los fundamentos de postmodernos afirman que ésta no es una
la verdad, desde la cual lo "real" es aque fuente de libertad y progreso sino, por el
llo que existe independientemente del contrario, un reproductor de destrucción,
sujeto; subyugación, opresión y represión.
Percibir la singularidad de los sucesos, fue- de ellas; "no existe ningún punto de Ar-
ra de toda finalidad monótona; encontrar- químedes, ningún momento de la autono-
los allí donde menos se espera y en aquello mía, ninguna razón pura ni conciencia cons-
que pasa desapercibido por carecer de his- titutiva con un acceso independiente,
toria -los sentimientos, el amor, la concien- no-lingüístico ni ahistórico a lo real ni al ser
cia, los instintos-; captar su entorno, pero
del mundo" (Flax, 1990:33).
en absoluto trazar la curva lenta de una evo-
lución, sino reencontrar las diferentes esce-
El fin de la historia implica que ésta es
nas en las que han jugado diferentes pape-
les; definir incluso el punto de su ausencia, una fábula que el hombre construye para
el momento en el que no han tenido lugar justificar sus acciones y situarse en el tiem-
po. Dentro de la idea moderna de historia
están implícitas las nociones de progreso,
Simultáneamente con el rescate de ele- evolución, continuidad y razón. En este sen-
mentos desconocidos y silenciados, los tido, se constituye teleológica: existen metas
postmodernos declaran la muerte de los prin- que el sujeto debe cumplir y en la medida
cipales elementos que privilegió el proyecto en que éstas se cumplen, estará más próximo
de la Ilustración: el hombre o el sujeto, y la a sí mismo y a su esencia (Flax, 1990). Los
historia (Reale y Antiseri, 1988:837-838). La postmodernos rechazan esta concepción
afirmación de que el sujeto (el hombre o la porque sustentan de forma equívoca la idea
conciencia) ha muerto significa que esta ca- de que existe una sola noción de historia, de
tegoría es engañosa, que las personas no exis- la cual el hombre es su protagonista. Para
ten por sí solas independientes de las estruc- que el relato histórico sea legítimo, las histo-
turas sociales. Desde el pensamiento rias de los "otros" deben ser expuestas y
moderno el hombre, a partir de su concien- visibilizadas, ya que cualquier muestra de
cia racional, es visto como el motor de la his- unidad presupone un acto previo de poder
toria y dueño de su propio destino. En cam- y dominación3.
bio, los filósofos postmodernos consideran
todos los conceptos como aparatos artificia- En las páginas que siguen exploraremos
les que adquieren el carácter de natural a las críticas postmodernas a los conceptos
través de su uso repetitivo en el lenguaje y modernos de razón y sujeto, el sistema de
de las prácticas sociales. En esta medida, el los binarios dicotómicos, los metarrelatos y
sujeto es un artefacto social, histórico y del el fundacionalismo teórico4, así como dos de
lenguaje, no un ser trascendental como lo las herramientas interpretativas que el
ha dibujado la modernidad. El hombre se postmodernismo utiliza para su análisis: la
encuentra siempre atrapado en redes de sig- hermenéutica y la deconstrucción.
nificado, y no puede hacer nada para salirse
3
Esta noción de la historia guarda una relación cercana con el concepto de genealogía de Foucault,
desde el cual la historia se concibe como un conflicto permanente entre distintas perspectivas, que
culmina en el predominio de unas sobre otras. Ver Dant (1991: 126).
4
El pensamiento del fundamento, o el fundacionalismo, característico de la modernidad, aduce que
existe una sola realidad que puede ser abordada por las teorías, las cuales deben operar sin variación en
todos los contextos.
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separado del objeto, ubicado en una posi- (Bleicher, 1980:1). Hans-George Gadamer,
ción privilegiada con respecto a éste. Desde uno de los principales exponentes de la her-
una postura racionalista la "verdad" sólo menéutica, afirma que el método científico
puede adquirirse cuando el sujeto se abstrae de las ciencias naturales no constituye el
del objeto, lo que significa que cualquier único modelo a partir del cual el conocimien-
método que no cumpla con este distancia- to se origina. En su lugar, Gadamer ofrece la
miento carecerá de la posibilidad de produ- idea de la interpretación como método de
cir conocimiento válido, neutral y objetivo. las ciencias histórico-hermenéuticas. El fun-
Para la epistemología moderna la tarea prin- cionamiento de la hermenéutica se basa en
cipal del conocimiento es, entonces, la cons- tres elementos: el prejuicio, la tradición y el
trucción de representaciones fieles del en- entendimiento (Hekman, 1990:13-14). El pri-
torno, de tal manera que la mente se mero se entiende como aquellas precompren-
convierta en el espejo de la naturaleza siones que hacen posible la comunicación y
(Benhabib, 1990:10). el mismo entendimiento. El segundo hace
referencia a las raíces históricas y el contexto
Existen varios reparos a esta forma de que rodean al individuo, lo cual es descrito
aprehensión del mundo. Las primeras críti- por el autor como la conciencia expuesta a
cas fueron adelantadas por distintos filóso- los efectos de la historia. Y el tercero se rela-
fos mucho antes del surgimiento del llama- ciona como lo que se ha denominado "cir-
do pensamiento postmoderno. Por ejemplo, culo hermenéutico"5.
para el idealismo alemán, entre la concien-
cia y su objeto existe una tensión dialéctica Gadamer, basándose en el pensamiento
que Hegel caracteriza con la fórmula identi- de Martin Heidegger (1974), explica el círcu-
dad sujeto-objeto. La identidad sujeto-obje- lo hermenéutico y la función del prejuicio
to no es la reducción de un término a otro, de la siguiente forma:
sino una realidad cambiante donde los dos Esa sorprendente ingenuidad de la con-
se reconstruyen permanentemente (Hegel, ciencia subjetiva que, cuando cree haber
1973:7-50). Por ende, la separación entre su- comprendido un texto, tiene la impresión
jeto y objeto no es otra cosa que dogmatismo de hallar en él algo que ya sabía. Heide-
(Gadamer, 1994:102). gger ha demostrado que tal impresión
constituye una reacción por completo
natural, si bien en realidad no se trata de
LA HERMENÉUTICA que se encuentre nada que esté sencilla-
mente allí, pues todo cuanto se dice y
todo lo que existe en el texto existen sólo
La hermenéutica constituye una herramienta en cuanto han sido anticipados (...) Eso
central del pensamiento postmoderno significa que sólo aquello que es antici-
(Madison, 1990). En términos generales, ésta pado puede ser comprendido. Es un mo-
se ha preocupado por el problema de la sub- mento circular necesario el de tratar de
jetividad del individuo y el logro de la obje- leer o creer comprender lo que se tiene
tividad interpretativa a pesar de ésta delante, mientras que son los propios ojos
5
Para Heidegger, el círculo hermenéutico implica que el entendimiento de un objeto de estudio sólo es
posible por medio del entendimiento de su relación con el todo. Ver Gadamer (1984).
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(y la propia mente) los que ven lo que se solamente de manera indirecta a la sociedad
tiene delante (Gadamer, 1984: 105). a través de algunas instituciones competen-
tes (como las universidades). Los únicos vín-
El concepto del horizonte de entendi- culos directos que manifiesta son aquellos
miento, que originalmente proviene de que existen entre sus pares, sean éstos cientí-
Edmund Husserl, se relaciona con lo ante- ficos, profesores, investigadores o tecnócra-
rior. Éste surge en contraposición a la figura tas (Lyotard, 1989:54). De esta forma, uno de
del sujeto cognoscente que selecciona los los problemas principales de legitimación
objetos que va a interpretar, y se centra en la del saber científico gira en torno a la fun-
influencia del conocimiento intuitivo pre- damentación de lazos sociales. El saber na-
vio en los procesos de interpretación rrativo, en cambio, se vincula directamente
(MueUer-Vollmer, 1988:28-31). a la sociedad a través de la tradición oral y
así, cualquiera que escuche puede ser la
El aporte principal de la hermenéutica próxima vez un narrador competente. Los
al debate postmoderno es la inclusión de ele- dos tipos de saberes también se diferencian
mentos distintos a la idea de racionalidad con respecto a su incidencia en el tiempo. El
moderna, en el proceso de construcción de científico se basa en una noción diacrónica
conocimiento o producción de verdades. del tiempo que supone un proceso de acu-
Específicamente, la ampliación del concep- mulación de conocimiento específico
to de entendimiento humano para incorpo- (Lyotard, 1989:55). Por el contrario, la tem-
rar una serie de factores que no dependen poralidad del conocimiento narrativo es in-
de la intención del sujeto cognoscente, sean memorial. No requiere apoyarse en un pasa-
éstos, prejuicios, tradiciones u horizontes, do fijo, puesto que su relación con el
constituye una crítica directa a la fe en la conjunto social se basa en el significado de
razón y el prejuicio contra lo "no racional" los relatos que cuenta y, sobre todo, en el
característicos de la Ilustración. acto de contarlos. Por ello, "la referencia de
los relatos puede parecer perteneciente al
mismo pasado, y en realidad siempre es con-
CRÍTICA A LAS METANARRATIVAS O temporáneo a este acto" (Lyotard, 1989:49).
LOS METARRELATOS
Los distintos saberes, como se ha señala-
Jean-Francois Lyotard es de los autores que do, requieren de formas de legitimación. El
más ha profundizado sobre los rasgos cen- narrativo adquiere la suya a través de la tra-
trales de la sociedad postmoderna, los cua- dición y de su pertenencia a la cultura, que
les parten desde su concepto de las formas es en últimas el espacio que define lo que es
de legitimación moderna del saber científi- legítimo o no, de trasmitirse (Lyotard, 1989:
co. Según el autor, la postmodernidad se ca- 50). La legitimación del saber científico se da
racteriza por un conflicto entre el saber na- a partir de la deslegitimación del conoci-
rrativo tradicional y el saber científico miento tradicional y la performatividad
(Lyotard, 1989:57), siendo el último el prin- como estrategia de autolegitimación, que
cipal mecanismo de poder en la sociedad. somete el criterio de verdad al criterio técni-
co (Mejía y Tickner, 1993:18). Este proceso se
A diferencia de lo que ocurre con el sa- materializa en unas reglas de juego que son
ber narrativo, el saber científico está ligado producto del debate científico y del consen-
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 21
so entre expertos, y que por ende se generan basa su teoría lingüística, entre otros, en el
como discurso. Estas reglas de juego termi- papel desempeñado por los signos y en la
nan basándose en un tipo de legitimación función social de la lengua (Reale y Antiseri,
de carácter narrativo, ya que en el momento 1988:776-778). Para el autor, el signo lingüís-
de enunciarlas a través del lenguaje, éstas tico "[...] no une una cosa y un nombre, sino
también se convierten en narrativa (Lyotard, un concepto [significado] y una imagen acús-
1989:60). tica [significante]" (Reale y Antiseri, 1988:
776). El hecho de que un signo sirva de vín-
Una de las contradicciones que encuen- culo entre significados y significantes espe-
tra Lyotard en la sociedad postmoderna es cíficos no es algo natural sino arbitrario, y
que el saber científico, en su afán de legiti- obedece a su integración dentro de un siste-
mación, termina también por exigirle legiti- ma de relaciones entre los signos lingüísticos
midad a los mismos principios (o reglas de (Benhabib, 1990). Saussure también estable-
juego) a partir de los cuales la ciencia se con- ce una distinción entre el habla y la lengua.
sidera legítima. En este sentido, la "crisis" Mientras que todos los hombres tienen la
del saber científico surge del desmorona- capacidad del habla en tanto seres huma-
miento interno del principio de legitimidad nos, este autor afirma que la lengua solamen-
del saber (Lyotard, 1989:75). Así, te se da dentro de la comunidad. Con ello,
señala el carácter social y colectivo que tiene
se tiene por postmoderna la incredulidad
la lengua, la cual consiste en un sistema de
con respecto a los metarrelatos. (...). Al desu-
so del dispositivo metanarrativo de legiti- signos que aprende a utilizar el individuo
mación corresponde especialmente la crisis para vivir en sociedad.
de la filosofía metafísica y de la institución
universitaria que dependía de ella. La fun- Wittgenstein, por su parte, impulsó en la
ción pierde sus functores, el gran héroe, los filosofía occidental lo que se conoce como el
grandes peligros, los grandes periplos y el giro lingüístico. Este aduce que no existe una
gran propósito. Se dispersa en nubes de ele- correlación objetiva entre la realidad y el len-
mentos lingüísticos, etc., cada uno de ellos guaje utilizado para describirla. Al contra-
vehiculando consigo valencias pragmáticas rio, el lenguaje consiste en juegos lingüísti-
sui generis (Lyotard, 1989: 10). cos cuyo uso repetido le da a la realidad su
significado específico (Reale y Antiseri, 1988:
582-591). De esta forma, los "juegos del len-
EL PAPEL DEL LENGUAJE guaje" implementados por diversos orado-
res construyen la realidad como parte de un
La importancia que Lyotard le da al uso del acto del habla (Searle, 2001). El giro lingüís-
lenguaje y de los juegos lingüísticos en la tico obliga a reconceptualizar la función del
legitimación del conocimiento, el ejercicio sujeto así como la idea moderna de realidad.
del poder y la construcción de la realidad, Hablar un lenguaje forma parte de una
es compartida por todas las corrientes actividad social o forma de vida; no es
postmodernas. La obra de dos autores, potestad del individuo. Por lo tanto, las
Ferdinand de Saussure y Ludwig Witt- palabras, así como la realidad, solamente
genstein, ha sido fundamental en esta adquieren sentido dentro de una comuni-
reconceptualización del papel desempeña- dad social de usuarios del lenguaje
do por el lenguaje en la sociedad. Saussure (Benhabib, 1990:112).
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tos tipos de interpenetración que existen rio". Sin embargo, las herramientas utiliza-
entre sociedades colonizadas y colonizado- das para adelantar la crítica postcolonial han
ras. Su objetivo principal es abrir un espacio estado sustentadas en metodologías lite-
desde el cual el individuo postcolonial rarias, las cuales, para muchos autores, tien-
pueda adquirir agencia como sujeto. Por den a obviar factores socioeconómicos y
ende, si bien los textos postcoloniales com- políticos, provocando así diagnósticos par-
parten con el postmodernismo la gran cializados e incompletos (Ahluwalia, 2001:
mayoría de las críticas que éste ha formu- 1). La focalización sobre la teoría literaria
lado a la modernidad, difieren en el re- obedece, según Nederveen y Parekh (1995:
chazo postmoderno de la categoría del 12-13), a que los académicos del Tercer
sujeto. Mundo adquirieron voz en primera ins-
tancia a través de la literatura y los estu-
Para Stuart Hall (1996:247), el postcolo- dios literarios.
nialismo se refiere a "las diferentes formas
de 'poner en escena' los encuentros entre las Un claro ejemplo de la preeminencia li-
sociedades colonizadoras y sus 'otros'". Los teraria en los enfoques postcoloniales, es que
enfoques postcoloniales no pueden consi- tres de los principales autores identificados
derarse como un grupo homogéneo ni uni- con éstos: Edward Said, Homi Bhabha y
tario, dado que éstos surgieron a partir de Gayatri Chakravorty Spivak son, de hecho,
los aportes de diferentes disciplinas, como críticos literarios. El trabajo de Said (1994)
la literatura, la historia, el sicoanálisis y el sobre la construcción del "otro" a través de
feminismo, y en distintos contextos geográ- la literatura metropolitana, y por medio de
ficos y culturales. A pesar de que estas re- los textos académicos y administrativos so-
flexiones son producto de una historia co- bre las colonias, desencadenó una ola de
mún de dominación colonial, las nuevas producción intelectual sobre el problema de
formas de conocimiento que estos autores las representaciones del colonizado y las for-
producen siguen siendo "contextúales y mas de poder colonial. El autor se basa fun-
contingentes" (Prakash, 1995:10). damentalmente en la obra de Foucault para
analizar la manera en que los países coloni-
Los textos postcoloniales han sido escri- zadores europeos construyen, a través del
tos principalmente por académicos pertene- discurso, una idea de las sociedades coloni-
cientes a las diásporas de algunos países que zadas. De allí, Said establece que "es el po-
adquirieron su independencia durante el der ejercido por las potencias imperialistas
siglo XX (en particular, India, Argelia, europeas de entrar sin restricciones a otras
Pakistán y Bangladesh). Éstos han formula- localidades y extrañar su cultura, el que per-
do sus respuestas al colonialismo principal- mite la producción de una serie de discur-
mente desde las instituciones universitarias sos históricos, arqueológicos, sociológicos y
de los centros metropolitanos de Estados etnológicos sobre el 'otro'" (Castro-Gómez,
Unidos y Europa. Según Nederveen y 1998:174).
Parekh (1995:11), el postcolonialismo es un
campo académico "caracterizado por el cru- Por su parte, Homi Bhabha (1994) explo-
ce de límites y fronteras [...en el cual] fuerzas ra el colonialismo, así como la ambivalencia
sociales biculturales y bilingües -emigran- del poder colonial, a partir de un análisis
tes, diásporas, exiliados- entran al escena- psicoanalítico, basado en el trabajo de
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Jacques Lacan y Frantz Fanón6. Para Bhabha las mujeres del Tercer Mundo como un gru-
(1994), no es suficiente ni útil para la bús- po homogéneo y como una categoría "de
queda de la agencia postcolonial limitarse al análisis de la cual se suprimen los contextos
estudio de aquellas categorías binarias sobre culturales, históricos y económicos específi-
las cuales la identidad del sujeto colonial se cos" (Sarup, 1999:39). Según esta autora, cier-
ha construido (yo/otro, Occidente/Oriente), tas prácticas feministas podrían considerar-
tal como lo hace Said. En su lugar, el objeti- se formas contemporáneas del discurso
vo principal del autor es examinar las for- colonial.
mas híbridas desde donde la teoría "habla"
como una forma de repensar lo político y lo
social, y en donde la construcción del sujeto Los estudios subalternos
ya no es ni el "yo" ni el "otro". De hecho,
Bhabha plantea la idea de la hibridez tanto El grupo de estudios subalternos que surge
en este sentido de la construcción de los in- en la India a principios de los años ochenta,
dividuos así como en el tiempo de la moder- es considerado uno de los elementos más
nidad, la cual abre un nuevo espacio para la influyentes en la teorización postcolonial.
agencia de los sujetos que han sido colo- Su pretensión era revisar la historiografía que
nizados. durante la colonia inglesa y luego de la in-
dependencia fue escrita de manera esen-
En su crítica de la posición de autores cialista o totalizante bajo modelos tomados
postestructuralistas occidentales como de la historiografía colonial europea. Este
Michel Foucault y Gilíes Deleueze, Spivak tipo de narración histórica parte de una con-
(1994:66-111) afirma que la subvaloradón del cepción excluyente de la historia, puesto que
papel ejercido por la ideología en la repro- está basada primordialmente en los logros
ducción de las relaciones de producción, de las grandes figuras (de las élites naciona-
precluye la posibilidad de construir un pro- listas) "representativas" de la nación, produ-
yecto contrahegemónico a partir de las vo- ciendo el silenciamiento de las "hibri-
ces subalternas. La actitud "benevolente" daciones culturales, los espacios mixtos y las
con la cual los académicos del Primer Mun- identidades mixtas" (Castro-Gómez, 1998:
do se apropian de los "oprimidos" del Ter- 176) que hacen parte de la historia nacio-
cer Mundo a fin de recalcar su autenticidad nal. Por ello, el objetivo principal de los
como "otros" trae como consecuencia, en estudios subalternos fue y sigiue siendo
opinión de la autora, su negación como su- "producir análisis históricos en los cuales
jeto y agente de su propia historia. los grupos subalternos [sean] vistos como
sujetos de la historia" (Chakrabarty, 2000:
Spivak también elabora una fuerte críti- 15).
ca al feminismo occidental por construir a
6
A pesar de que Fanón no es un autor postcolonial, ni postmoderno, su análisis de los efectos psíquicos
de la colonización en el contexto argelino han sido fundamentales en el desarrollo del pensamiento
postcolonial. En particular, se destacan las reflexiones del autor sobre la deshumanización del coloni-
zado a partir de la negación de su historia por parte del colonizador, así como la descolonización de la
mente a través de la ruptura violenta con el sistema colonial. Ver Franz Fanón (1968).
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 25
cuentran ubicados al oriente de Europa. Sin perialistas persisten aún en momentos en que
embargo, el fenómeno del Orientalismo que el colonialismo directo ha desaparecido,
analiza el autor tiene que ver principalmen- debido al anclaje de esta forma de domina-
te "no con la correspondencia entre el ción dentro de la esfera cultural, así como su
Orientalismo y Oriente sino con la consis- circulación a nivel de la ideología y de las
tencia interna del Orientalismo y las ideas prácticas sociales, económicas y políticas. El
sobre Oriente, más allá de cualquier corres- autor recalca, además, que el imperialismo
pondencia o no, con el Oriente real" (Said, no es un simple proceso de acumulación y
1979:5). De esta manera, la reflexión de Said adquisición, sino que se fundamenta en es-
gira en torno a las diversas formas en las cua- tructuras de sentimientos que son genera-
les Oriente se "orientalizó" como producto das a partir de ciertas formas de expresión
de su interacción con Occidente. artística como las novelas europeas que ver-
san sobre las colonias y excolonias (Said,
Igualmente, basándose en la idea gram- 1994:14). A pesar de lo anterior, Said no bus-
siana de hegemonía, Said establece que el ca responsabilizar a las novelas ni a otras
Orientalismo ha resistido gracias a la hege- manifestaciones del arte por el imperialis-
monía de las ideas orientalistas que Europa mo, sino mostrar que "la novela y el impe-
tiene, sobre y en estas partes del mundo, las rialismo se fortificaron el uno al otro en tal
cuales se sustentan en la concepción de lo grado, que es imposible leer el uno sin ocu-
europeo como algo superior a las identida- parse del otro en alguna forma" (Sarup, 1999:
des de otras culturas. Este discurso de su- 29).
premacía cultural, cuya vigencia se ha pre-
servado desde los primeros encuentros Las estructuras de comprensión creadas
coloniales, ha permitido al europeo por las obras artísticas tendieron a propagar
posicionarse en un lugar desde el cual pue- la idea de que el imperio debería mantener-
de establecer cualquier tipo de relación je- se y que otros pueblos deberían ser domina-
rárquica con Oriente. Así, el académico, el dos, ya que éstos eran representados como
soldado o el misionero podían escribir, ha- razas "inferiores" en contraste con la raza
blar y construir al mundo oriental porque europea que merecía y se había ganado el
podían estar allí, sin tener mucha resisten- derecho de expandirse sobre otras tierras
cia por parte de oriente mismo (Said, 1979: (Said, 1994:53). En combinación con lo ante-
6). De esta forma, para Said, existe una con- rior, el surgimiento de la etnografía (entre
vergencia entre el alcance geográfico de los otros campos de estudio académicos) per-
imperios y los discursos culturales uni- mite la codificación de la diferencia y la cons-
versalistas, la cual se posibilita por la habili- trucción de esquemas evolucionistas, los
dad de estar en lugares lejanos, de aprender cuales abarcan desde las razas primitivas
sobre otros pueblos, de codificar y disemi- hasta las sociedades superiores o civilizadas
nar conocimiento, de caracterizar, transpor- (Said, 1994:108).
tar, e instalar ejemplares de otras culturas a
través de fotografías, expediciones y exhi- Además del análisis de las formas en las
biciones. cuales el discurso imperialista perpetúa re-
laciones de dominación entre colonizador y
Posteriormente, en Imperialismo y cultura colonizado, así como la construcción de la
(1994), Said señala que las prácticas im- inferioridad del sujeto colonial, otro de los
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 27
Es sólo cuando entendemos que todos los forma en que el proyecto de la modernidad
sistemas y apreciaciones culturales son cons- llevó al establecimiento de relaciones de
truidos en este espacio de enunciación con- dominación basadas en jerarquías de géne-
tradictorio y ambivalente, que empezamos ro, clase, raza y etnicidad, las cuales invisi-
a entender porqué las afirmaciones jerár- bilizaron a ciertos grupos sociales al tiempo
quicas sobre la originalidad inherente o la que privilegiaron a otros. La academia femi-
'pureza' de las culturas, son insostenibles
(Bhabha, 1994: 37). nista hace énfasis en la idea de que la filoso-
fía de la Ilustración parte, como hemos seña-
lado, de nociones estáticas de la razón, la
La misma idea de la hibridez producida civilización, la humanidad y el progreso.
por el momento colonial cuestiona de ma- Éstas se basan en una visión androcéntrica
nera directa el tiempo histórico de la moder- del mundo que subvalora la mujer, la natu-
nidad como un proceso lineal, progresivo y raleza y lo "incivilizado" (Harding, 2000:
acumulativo. En lugar de las grandes na- 241), dando lugar a la creación de dicotomías
rrativas establecidas por el proyecto de la binarias excluyentes, como el yo/otro, pú-
modernidad, Bhabha afirma que la moder- blico/privado, racional/irracional, objetivo/
nidad entraña temporalidades distintas. El subjetivo. Las relaciones sociales desiguales
concepto de la dilación temporal (o time- entre hombre y mujer se perpetúan median-
lag) hace referencia justamente a la inte- te la asociación de lo femenino con aquellos
rrupción del presente enunciativo de la rasgos "inferiores" (el otro, lo privado, lo irra-
modernidad. Ésta constituye el espacio- cional, lo subjetivo), así como la identifica-
tiempo postcolonial, cuyo surgimiento es ción del conocimiento masculino hegemó-
producto de la adquisición de agencia que nico con el conocimiento universal en
el tercer espacio le ofrece al colonizado. La general (Scott, 1988). De allí que el género se
agencia adquirida a través del time-lag entienda como una forma de desigualdad
constituye una fractura de la modernidad socialmente construida entre hombres y
desde adentro o una contramodernidad mujeres, que crea identidades subjetivas a
(Bhabha, 1994: 252). Lo anterior contrasta través de las cuales el mundo es interpreta-
con las críticas postmodernas de la mo- do (Whitworth, 1989:266).
dernidad, en la medida en que mientras
éstas resaltan la crisis y posterior desapa- El feminismo comparte con las otras dos
rición del proyecto moderno, la agencia corrientes de pensamiento discutidas ante-
postcolonial pone en entredicho su riormente el supuesto de que el conocimien-
carácter unitario. En palabras de Bhabha to se basa en intereses, y por lo tanto es so-
(1994: 252), "sin el time-lag postcolonial el cialmente construido, al tiempo que critica
discurso de la modernidad, [...] no puede la supuesta objetividad y neutralidad de la
ser escrito [...]". ciencia positivista. Aunque no existe una
única teoría feminista, todos sus enfoques
buscan explicitar la forma en que distintos
LA TEORÍA FEMINISTA relatos y afirmaciones sobre la verdad son
distorsionados por el sesgo masculino. Como
A semejanza del pensamiento postmoderno resultado, una de las tareas más importantes
y postcolonial, las perspectivas feministas del análisis de género ha incluido la decons-
sobre el conocimiento buscan esclarecer la trucción del conocimiento occidental an-
30 • Colombia Internacional 54
mujer con respecto al hombre. Según esta tro de la esfera académica, tienen también
autora, la mujer siempre constituye el "otro" un claro fin político: el empoderamiento de
del hombre, mientras que éste representa lo las mujeres. No obstante, en el momento de
absolutamente humano, positivo y neutral. articular dicha demanda, estas corrientes
La forma en que el término "hombre" repre- recurren frecuentemente a la figura de un
senta al grupo humano masculino, a la vez sujeto "femenino" (Butler, 1990:2-3). El pro-
que es utilizado como un genérico descrip- blema de la esencialización de lo femenino
tivo de toda la humanidad es ilustrativa de es que éste no se construye uniforme ni co-
lo anterior. En cambio, la mujer es una pecu- herentemente en diversos contextos cultu-
liaridad o un ser que carece de algo para ser rales e históricos. En la mayoría de los casos,
hombre. el género interactúa con diversas identida-
des de clase, etnia, religión y sexo. Por lo tan-
Para Beauvoir, la otredad de la mujer se to, nociones tales como "hermandad de
manifiesta en la incapacidad de acción de mujeres" o sistema de "patriarcado univer-
ésta, en el sentido de que las actividades que sal", resultan simplistas para afrontar los
se asocian con el género (dar a luz, amaman- múltiples tipos de opresión de los que son
tar, criar), son funciones naturales. En esta objeto distintos grupos de mujeres alrede-
medida, la mujer solamente puede conver- dor del mundo. Esto representa uno de los
tirse en "verdadero" ser humano al repetir problemas más importantes a los que se en-
los pasos del hombre, para así trascender la frenta el pensamiento feminista, puesto que
naturaleza a través de actividades distintas a al hablar de las mujeres como un solo sujeto
la reproducción. La principal limitación de colectivo, las prácticas feministas transcul-
este argumento es que para convertirse en turales tienden a homogenizarse.
sujeto la mujer debe adquirir características
masculinas, con lo cual el sistema de los
binarios tiende a perpetuarse. CULTURA Y SUJETO
7 Según Slavoj Zizek (1998), un aspecto central del capitalismo avanzado lo constituye la celebración del
multiculturalismo como estrategia de la apropiación y mercantilización de la diferencia.
Postmodernismo, postcolonialismo y feminismo: manual para (in)expertos • 33
coloniales. Meyda Yegenoglu (1998) estudia Para Yegenoglu (1998:2), una lectura acer-
cómo las representaciones culturales y sexua- tada del Orientalismo tendría que partir del
les son constitutivas las unas de las otras y reconocimiento de que la construcción
de qué manera estas últimas son ignoradas discursiva de la otredad se hace simultánea-
por el discurso postcolonial. La presencia mente a través de formas sexuales y cultura-
recurrente de alusiones sexuales a las muje- les de diferenciación. En otras palabras, las
res en los textos orientalistas es vista por los representaciones de Oriente se entretejen
autores postcoloniales como algo separado con imaginarios sexuales, fantasías incons-
del proceso de diferenciación cultural que cientes, deseos, temores y sueños. Con el fin
ocurre en el momento de encuentro entre de ilustrar esta idea la autora recurre a la fi-
colonizador y colonizado. Uno de los pro- gura del velo, a fin de demostrar cómo éste,
blemas del trabajo de Said es justamente la junto con las mujeres que lo llevan puesto,
renuencia a explorar el papel de la sexuali- se convierte en una metáfora sobre Oriente
dad en la construcción del Orientalismo, a que construye a la mujer "oriental" como
pesar de que el mismo autor reconoce que misteriosa y exótica, así como la cultura de
Oriente evoca nociones de deseo (y amena- Oriente como velada y peligrosa:
za) sexual, fecundidad y sensualidad desbo-
En la mirada occidental, el Oriente siempre
cada (Said, 1979:188). Por ello se explica la es más de y distinto a lo que parece, ya que
ausencia de análisis bajo conceptos aparece siempre y en todas partes de for-
psicoanalíticos referentes al inconsciente ma velada, disfrazada y engañosa. Es a tra-
y a la sexualidad (la fantasía, el deseo, la vés de su apariencia velada [...] que Oriente
negación), de los procesos de configura- se revela, al tiempo que revela que hay un
ción del sujeto y de la producción de co- Oriente, un lugar, una cultura, una esencia
nocimiento referente a Oriente. Separar la que necesita ser entendida, conocida y apre-
esfera sexual de la esfera cultural implica hendida (Yegenoglu, 1998: 48).
negar los esfuerzos que el feminismo ha
hecho por dejar las dicotomías sexo/géne- El velo es necesario para que el occiden-
ro y cultura/naturaleza, al tiempo que tal asegure su identidad. Es irrelevante lo
ejemplifica una contradicción dentro de que hay o no hay detrás de éste; lo impor-
las narrativas postcoloniales, pues éstas tante es lo que el colonizador imagina que
seguirían perpetuando la estructura hay bajo el velo. Al imaginar la esencia fe-
ontológica del sistema colonial, basada en menina y oriental detrás del velo se constru-
los binarismos. ye un conocimiento sobre Oriente a través
de la fantasía, que a su vez fundamenta la
Homi Bhabha vincula los momentos de identidad del occidental así como su posi-
diferenciación cultural y sexual a través del ción privilegiada como poseedor de la ver-
uso de la figura del fetiche. Sin embargo, la dad (Yegenoglu, 1998: 49). Una vez que la
diferenciación sólo queda enunciada como mujer "oriental" ha sido construida como
metáfora para explicar la configuración de "otra", se esencializa su posición y se con-
la superioridad cultural occidental, dejan- vierte en la verdad sobre Oriente. Así, el velo
do de lado el problema de la sexualidad y de acentúa la necesidad de conocer y controlar
la construcción de los sujetos coloniales Oriente y, simultáneamente, la urgencia de
sexuados (Yegenoglu, 1998:28-29). estar allí y recorrerlo.
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