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ACTUALIZACIÓN
PUNTOS CLAVE
Glomerulonefritis Nefropatía IgA. La glomerulonefritis por depósito
Glomerulonefritis crónicas
TABLA 1
Enfermedades más importantes asociadas a la nefropatía IgA
Gastrointestinales
Hepatopatías crónicas
Enfermedad celiaca
Enfermedad inflamatoria intestinal
Reumatológicas
Espondilitis anquilopoyética
Síndrome de Reiter
Artritis reumatoide
Uveítis anterior
Infecciones
Virus de la inmunodeficiencia humana
Toxoplasmosis
Pulmonares
Hemosiderosis pulmonar Fig. 1. Ovillo con aumento de la celularidad mesangial. H&E.
Neumonitis intersticial
Cutáneas
Dermatitis herpetiforme
Psoriasis
Tumorales
Adenocarcinoma pulmonar
Ganmapatía monoclonal IgA
Micosis fungoide
HTA
Nefrítico 2%
6%
IRA
10%
Nefrótico Alteración
12% urinaria
41%
IRC
14%
Hematuria
Fig. 3 Lesión proliferativa focal con hiperplasia podocitaria. Tricrómico de Mas 15%
son.
Fig. 5 Formas clínicas de presentación de la nefropatía IgA. HTA: hiper
tensión arterial; IRA: insuficiencia renal aguda; IRC: insuficiencia renal cró
nica.
Glomerulonefritis crónicas
de evolución. Los niveles de complemento sérico son nor- También se ha aconsejado la administración de ácidos
males. Alrededor del 50% de los pacientes presentan niveles grasos Omega-3. Aunque estos ácidos grasos tienen efectos
séricos elevados de IgA; sin embargo, la determinación de la antiinflamatorios, los estudios clínicos realizados en la nefro-
IgA sérica no tiene valor diagnóstico ni pronóstico. patía IgA han proporcionado datos contradictorios, a pesar
El diagnóstico definitivo de esta nefropatía se realiza me- de que algunos autores lo recomiendan con estatinas.
diante biopsia renal. En pacientes con proteinuria importante y función renal
normal se ha sugerido la administración de corticoesteroides
durante unos seis meses en dosis descendentes. Si bien algún
Diagnóstico diferencial estudio ha demostrado una disminución de la proteinuria en
pacientes tratados, estos datos no han sido confirmados.
La nefropatía IgA es la causa más común de hematuria macros- Existen, sin embargo, dos situaciones en las que los esteroi-
cópica recidivante en personas jóvenes. Esta presentación clíni- des pueden ser de utilidad. Un grupo de pacientes presenta
ca es más infrecuente en adultos o ancianos, en los que siempre un cuadro clínico e histológico muy parecido al de la nefro-
se debería sospechar una enfermedad maligna del tracto urina- patía de cambios mínimos, pero con depósitos de IgA en el
rio o litiasis. El examen del sedimento urinario es útil en la mesangio. Estos pacientes suelen entrar en remisión tras un
distinción de la hematuria glomerular frente a no glomerular. tratamiento con esteroides. Asimismo, en los pacientes con
En niños, la hematuria coincide, o aparece, uno o dos una enfermedad rápidamente evolutiva y semilunas glomeru-
días después de la infección del tracto faringoamigdalar, a lares los esteroides también pueden ser de utilidad asociados
diferencia de la que se observa en la glomerulonefritis aguda a inmunosupresores. Sin embargo, las recientes guías KDI-
postestreptocócica que aparece 10-14 días después del episo- GO 2011 sugieren que los pacientes con proteinuria persis-
dio infeccioso. Episodios de hematuria macroscópica, a veces tente superior a 1 g/día, a pesar de 3-6 meses de tratamiento
asociados a infecciones inespecíficas del tracto respiratorio general (incluidos IECA o ARA2 y control estricto de la pre-
superior, también pueden observarse en enfermedades glo- sión arterial), y con un GFR > 50 ml/minuto, deberían reci-
merulares familiares como el síndrome de Alport o el adel- bir un ciclo de 6 meses de corticoides.
gazamiento de la membrana basal glomerular. Algunos estudios han sugerido que el empleo de agentes
citotóxicos clásicos, como la ciclofosfamida, seguido de una
terapia de mantenimiento con prednisona y micofenolato
Tratamiento podrían estar indicados en pacientes con enfermedad renal
progresiva y una creatinina inferior a 3 mg/dl. Aunque no
Hasta la fecha no se ha demostrado la eficacia de un trata- exista evidencia científica sólida obtenida en estudios clínicos
miento específico para esta enfermedad. Muchos de estos bien diseñados y con un grupo adecuado de pacientes, de
pacientes no necesitan un tratamiento inmunosupresor, manera individualizada podría realizarse un intento terapéu-
puesto que el pronóstico suele ser bueno sin tratamiento. La tico en estos pacientes con esteroides e inmunosupresores.
decisión de tratar depende de la identificación de los pacien- Los pacientes con nefropatía IgA no deberían ser tratados
tes con una alta probabilidad de progresar, basada en algunos con corticoesteroides en combinación con ciclofosfamida o
aspectos de mal pronóstico. Los pacientes con una proteinu- azatioprina, a menos que existan semilunas y un rápido dete-
ria ligera (inferior a 500 mg/día), función renal normal y rioro de la función renal. Como en otras enfermedades glo-
tensión arterial en valores normales pueden ser tratados de merulares, no se aconseja el uso de inmunosupresores en los
manera conservadora, con una revisión a los 6 meses. Los pacientes con un eGFR < 30 ml/minuto, excepto cuando
pacientes con una proteinuria mayor, entre 500-1.000 mg/ existen semilunas y un deterioro rápido de la función renal.
día y función renal normal, deberían tener un control óptimo Aunque en casos aislados se ha obtenido una disminución de
de la tensión arterial con un objetivo terapéutico inferior a la proteinuria y una estabilización de la función renal utili-
135/80 mm Hg. Los inhibidores de la enzima convertidora zando esteroides y micofenolato, y nosotros hemos tenido
de la angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los recepto- buena experiencia en casos aislados, las guías KDIGO 2011
res de la angiotensina 2 (ARA-2) suelen ser los fármacos más no aconsejan utilizar micofenolato en estos pacientes.
adecuados tanto para controlar la tensión arterial como para En los pacientes en los que la enfermedad progresa a in-
disminuir la proteinuria en la mayoría de los pacientes con suficiencia renal terminal, el transplante renal es una tera-
nefropatía IgA (como ocurre, en general, en la mayoría de las péutica adecuada. Aunque en un porcentaje variable entre el
enfermedades glomerulares). El efecto antiproteinúrico se ve 30-40%, la nefropatía IgA recidiva en el riñón trasplantado,
aumentado añadiendo dosis bajas de tiacidas (12,5 mg/día) los depósitos de IgA pocas veces son la causa de la pérdida
que puede administrarse en un único comprimido con los del injerto
IECA o ARA-2, o de manera aislada tres veces por semana.
A lo largo de estos últimos años se han abordado diversos
tratamientos. Dado que los brotes de hematuria se asocian a Glomerulonefritis mesangiocapilar
infecciones faringoamingdalares, en algunos de estos pacien-
tes se ha propuesto realizar amigdalectomía. No hay, sin em- Aspectos generales
bargo, datos sólidos para recomendar esta práctica, excepto
en los pacientes que presenten episodios de amigdalitis im- La glomerulonefritis mesangiocapilar (GMC), también de-
portantes asociadas a brotes de hematuria macroscópica. nominada glomerulonefritis membranoproliferativa, define
Clasificación y etiopatogenia
Las GMC se clasifican en primarias y secundarias (tabla 2).
En las formas primarias, los mecanismos de daño glomerular Fig. 6. Glomérulo con ovillo hipercelular y aspecto lobulado. H y E.
se centran alrededor de una activación anómala de la cascada
del complemento. Hace unos años, esta era la variante más
común, pero su frecuencia ha descendido en los últimos años
y hoy en día las formas secundarias son, con mucho, las más
frecuentes.
De las tres formas histológicas la GMC de tipo I es la
más común. Esta enfermedad glomerular se caracteriza por
depósitos inmunes en el mesangio y en el espacio subendo-
telial, similares a los que se observan en la nefropatía lúpica.
No son específicos y reflejan el depósito de inmunocomple-
jos circulantes. La forma primaria está disminuyendo, y
siempre debe evaluarse en esta entidad la existencia de una
enfermedad crónica por inmunocomplejos (tabla 2). La
GMC tipo II también se llama enfermedad de depósitos den-
sos, debido a los depósitos densos y continuos en las mem-
branas basales del glomérulo, túbulos y cápsula de Bowman.
Esta entidad suele asociarse a anomalías del complemento.
La GMC tipo III es una enfermedad por inmunocomplejos,
similar a la tipo I pero con depósitos subepiteliales. Es una Fig. 7. Imagen de doble contorno en las paredes de los capilares glomerulares
entidad rara. Existe también una forma familiar. (flecha). Plata metenamina.
Glomerulonefritis crónicas
Pronóstico
Alrededor del 50% de los pacientes progresan a insuficiencia
renal terminal al cabo de 10-15 años. Como en otras enfer-
medades glomerulares, la presencia de un síndrome nefróti-
co persistente, el incremento de la creatinina sérica al co-
mienzo, la hipertensión arterial severa y un porcentaje
importante de semilunas son datos de mal pronóstico. El
pronóstico es peor en los pacientes con GMC primaria que
con secundaria. Además, la tipo II suele tener peor pronósti-
co que la tipo I y que la III. Aproximadamente, un 20-30%
de las GMC primarias recidivan en el riñón trasplantado.
Glomerulonefritis crónicas
TABLA 3
Nefropatía de cambios mínimos secundaria a situaciones seleccionadas
Aspectos clínicos
Fig. 13. Capilar glomerular con desaparición total de los pies de los podocitos y
transformación villositaria del cuerpo hacia el espacio urinario. ME.
Los síntomas de la nefropatía de cambios mínimos se relacio-
nan con la presencia de síndrome nefrótico, incluyendo ede-
mas periféricos o edema generalizado, incluyendo derrame
y las escasas alteraciones a nivel tubular son de carácter de- pleural. Debido a la hipovolemia circulante y la hipoperfusión
generativo inespecífico, con vacuolas intracitoplásmicas de renal consiguiente, los pacientes pueden presentar oliguria y,
tipo hialino o graso. más excepcionalmente, fracaso renal agudo. Como en otros
A nivel ultraestructural, es característica la extensa y di- casos de síndrome nefrótico los pacientes presentan un au-
fusa desaparición de los pedicelos de los podocitos en más mento de la susceptibilidad a las infecciones, especialmente
del 75% de la superficie de los capilares glomerulares. En el por bacterias encapsuladas, pudiendo presentar síntomas de
citoplasma podocitario hay vacuolizaciones y transformación peritonitis o shock séptico. Existe un riesgo aumentado de
villositaria o microvillis que se proyectan hacia el espacio de tromboembolismo asociado a trombosis venosas profundas.
Bowman (fig. 13).
Hallazgos de laboratorio
Etiopatogenia
El examen de orina, mediante tiritas, suele mostrar una pro-
La mayoría de los casos de nefropatía de cambios mínimos teinuria de 3 a 4 cruces. La presencia de hematuria macros-
son idiopáticos, aunque existe una larga serie de situaciones cópica no es común, aunque alrededor del 10-15% de los
a las cuales se ha asociado (tabla 3). pacientes con nefropatía de cambios mínimos puede presen-
Los mecanismos del síndrome nefrótico en la nefropatía tarla. La cuantificación de las proteínas urinarias muestra
de cambios mínimos no son del todo conocidos. Desde los cantidades superiores a los 3,5 g cada 24 horas.
años 70 se han asociado a la presencia de un factor circulan-
te capaz de inducir proteinuria. Inicialmente se pensó que
este factor procedía de los linfocitos T circulantes, aunque Tratamiento
sorprendentemente el tratamiento con anticuerpos mono-
clonales frente a las células B (CD20), como rituximab, me- Todos los pacientes con síndrome nefrótico deberán recibir
jora la evolución en algunos pacientes. La hipotética presen- un tratamiento general incluyendo restricción sódica, diuréti-
cia de un factor circulante que causa proteinuria al dañar los cos de forma apropiada para tratar los edemas, aunque evi-
podocitos ha constituido la base terapéutica del empleo de tando diuresis masivas que pudieran favorecer el fracaso re-
plasmaféresis en algunos pacientes con evolución agresiva, nal agudo. Si el síndrome nefrótico es mantenido, debería
(fundamentalmente casos de glomeruloesclerosis focal escle- tratarse la dislipidemia fundamentalmente con estatinas.
rosante, para algunos autores una variante agresiva de la ne- El tratamiento básico de la enfermedad son los corticoes-
fropatía de cambios mínimos). teroides. Se recomienda utilizar prednisona oral administrada
Desde hace algunos años se han descrito mutaciones en en una sola dosis diaria comenzando por 60 mg/m2/día o 2
los genes que regulan las proteínas de la unidad de filtración mg/kg/día (con un máximo de 60 mg/día). Este tratamiento
glomerular (podocito),como la nefrina, podocina y otras. Es- debe administrase durante un mínimo de 4 semanas, seguido
tos hallazgos se han encontrado fundamentalmente en niños de prednisona en días alternos también en dosis única co-
de familias con síndrome nefrótico. Algunos autores han de- menzando por 40 mg/m2 o 1,5 mg/kg (con un máximo de 40
mostrado que hasta el 30% de los pacientes con síndrome mg en días alternos) durante unos 2-5 meses.
nefrótico resistente tienen mutaciones en las proteínas En los niños con recaídas infrecuentes del síndrome ne-
NPHS1 o NPHS2. Otros han sugerido que las mutaciones frótico deberían tratarse de la misma manera que durante el
de esos genes son más comunes en los pacientes resistentes a primer episodio continuando hasta que presente una remisión
los esteroides. Es de esperar que futuros estudios muestren completa durante al menos 3 días. Una vez alcanzada la remi-
mutaciones genéticas de otras proteínas podocitarias. sión, los niños deberían tomar prednisona en días alternos,
como se comenta más arriba, durante al menos 4 semanas. Los suele ser buena. Por el contrario, aquellos que se hacen resis-
niños con recidivas frecuentes y con síndrome nefrótico este- tentes a los esteroides pueden tener una glomeruloesclerosis
roide dependiente deberían tratarse con prednisona oral tam- focal subyacente con un mayor riesgo de evolucionar a una
bién hasta que el niño esté en remisión durante 3 días, seguido enfermedad renal terminal. Esta entidad se comenta por se-
por prednisona en días alternos durante, al menos, 3 meses. En parado en otro apartado.
ambas situaciones (recidivas infrecuentes o esteroide depen-
dencia) la dosis de prednisona que se debe administrar en días
alternos sería la más baja para mantener la remisión sin efectos
adversos. En estos niños se suele administrar prednisona diaria
Glomeruloesclerosis focal y segmentaria
durante los episodios de infección del tracto respiratorio supe-
rior para reducir el riesgo de recidiva.
Introducción
En los niños con recidivas frecuentes o dependientes de
esteroides que desarrollan efectos adversos debidos a los es- La glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS), también
teroides, deberían emplearse agentes alquilantes (ciclofosfamida llamada hialinosis focal y segmentaria, es un término histo-
o clorambucil), como agentes ahorradores de esteroides. En patológico, pero que indica un síndrome clínico-patológico
los últimos años también se han introducido otros agentes de diferentes causas y mecanismos patogénicos, caracteriza-
ahorradores de esteroides como los inhibidores de la calcineu- do clínicamente por la presencia de proteinuria en rango
rina (ciclosporina o tacrolimus). También se está utilizando en subnefrótico o nefrótico, disfunción tubular, deterioro varia-
este sentido el micofenolato mofetil. Recientemente, se está ble de la función renal, hipertensión arterial y, a nivel histo-
empleando también rituximab en niños con resistencia a los lógico, por una esclerosis y cicatrización glomerular segmen-
esteroides y que presentan recaídas frecuentes a pesar de taria y focal. Afecta a todos los grupos étnicos, a todas las
combinaciones óptimas con los medicamentos comentados edades y a ambos géneros. Su incidencia se ha incrementado
y/o presentan efectos adversos de la medicación. Estos fár- en los últimos años en todas las regiones geográficas, y ac-
macos deberían ser empleados únicamente por especialistas tualmente la GEFS primaria representa la primera causa de
con experiencia en su uso. síndrome nefrótico en la población de raza negra y, según
Los niños que no responden a un mínimo de 8 semanas algunas comunicaciones, en la población de adultos en gene-
de tratamiento con corticoesteroides se definen como este- ral (25-35% de los síndromes nefróticos). Es una condición
roide-resistentes. Algunos autores suelen aconsejar en estos renal grave, por la alta probabilidad de progresar a enferme-
momentos realizar una biopsia renal diagnóstica. En estas dad renal terminal. En esta revisión se hará énfasis en la
circunstancias se suele recomendar un inhibidor de la calci- GEFS primaria o idiopática.
neurina de forma continua durante un mínimo de 6 meses y
no continuar más, si la remisión de la proteinuria no es com-
pleta o solo parcial. En los casos de remisión parcial a los 6 Etiología y patogénesis
meses, se suele aconsejar otros 6 meses adicionales. En estos
casos siempre suelen asociarse dosis bajas de corticoesteroi- La GEFS puede ser primaria (idiopática) o secundaria a di-
des como terapia combinada. En los niños que no alcanzan versas condiciones que producen daño al podocito. En la
la remisión con estos fármacos se suele recomendar micofe- forma primaria, la causa exacta no se ha establecido de ma-
nolato mofetil, dosis altas de esteroides o combinación de nera concluyente. Se presume un disturbio del sistema inmu-
ambos fármacos. La ciclofosfamida no debería utilizarse en nitario y diversas investigaciones apuntan a un “factor circu-
los niños con síndrome nefrótico esteroide-resistente. En lante”, entre los que se postulan inmunoglobulinas, diversas
todos los casos deberían utilizarse, además, IECA o ARA-2 citocinas como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa),
como nefroprotectores o disminuidores de la proteinuria. CLF-1, etc. Esto se basa en la respuesta parcial a algunos
inmunosupresores y a modelos experimentales en animales.
Los estudios genéticos y moleculares, a nivel del podoci-
Pronóstico to, han permitido establecer que las alteraciones genéticas de
diversas proteínas podocitarias son las responsables de la
El pronóstico de los pacientes con nefropatía de cambios mí- GEFS de causa genética-familiar y que pueden determinar la
nimos se basa, en gran medida, en la respuesta a los esteroi- aparición de un síndrome nefrótico resistente a corticoides.
des. En general, cuanto más temprana es la remisión en res- Entre las proteínas podocitarias descritas están: podocina,
puesta a los esteroides, mejor es el pronóstico. En los niños nefrina, alfa-actinina, CD2AP, WT1 y TRPC6. Estas proteí-
en que remite antes de las 2 semanas no se observa microhe- nas participan en mantener la citoarquitectura normal del
maturia y tienen más de 4 años en el momento de la presen- podocito y la barrera de filtración glomerular. Estas mutacio-
tación. Suelen tener pocas recaídas. nes pueden ser responsables de un 20-25% de los casos cata-
Otros presentan recaídas anuales durante varios años, de- logados como GEFS primaria.
pendiendo del tratamiento de su enfermedad, entrando en La GEFS secundaria puede ser producida por daño po-
remisión en la pubertad. Durante los episodios de recidiva docitario directo (virus, fármacos, etc.) o ser una respuesta
los niños son más sensibles a las infecciones y tienen más adaptativa a la pérdida de masa nefronal y a procesos de hi-
posibilidades de tener eventos cardiovasculares. En general, perfiltración glomerular. La tabla 4 muestra el espectro etio-
el pronóstico a largo plazo de esta enfermedad en los niños lógico de la GEFS.
Glomerulonefritis crónicas
A B 5 a 10 años de la presentación. En
pacientes tratados casi el 50% pro-
gresa a estadios terminales. Dentro
de los factores de mal pronóstico
descritos están: niveles de creatinina
y de proteinuria en el momento de
la biopsia renal, remisión de la pro-
teinuria y del síndrome nefrótico
después del tratamiento inmunosu-
presor, variante histológica celular y
colapsante y el compromiso túbulo-
C D intersticial severo en el momento
de la biopsia renal.
La no remisión del síndrome
nefrótico y la función renal basal
parecen ser los mejores indicado-
res pronósticos de supervivencia
renal. Casi el 50% de los pacientes
que no logran la remisión de la
proteinuria (parcial o total) alcan-
zan el estadio de enfermedad renal
terminal en 6 años frente a menos
E F del 15% de los pacientes que sí lo-
gran dicha remisión.
Los pacientes que se presentan
con deterioro importante de la
función renal en el momento de la
biopsia y que progresan rápida-
mente a enfermedad renal terminal
son los de mayor riesgo para pre-
sentar recidiva o recurrencia de la
GEFS después de realizado el tras-
plante renal. La posibilidad de re-
G H cidiva es del 20-30% y existe un
15-20% de riesgo de falla del injer-
to renal debido a la recurrencia de
la GEFS primaria.
Manejo terapéutico de la
glomeruloesclerosis focal
y segmentaria
Glomerulonefritis crónicas
Fig. 15. Algoritmo de tratamiento y seguimiento en la glomeruloesclerosis focal y segmentaria. AF: antecedentes familiares; Bx: biopsia; CFA: ciclofosfamida; CsA:
ciclosporina A; FR: función renal; GC: glucocorticoides; GEFS: glomeruloesclerosis focal y segmentaria; HTA: hipertensión arterial; Hx: histología; IAPA: inmunoadsor
ción con proteína A; IRA: insuficiencia renal aguda; PRD: prednisona; MMF: mofetilmicofenolato; RP: remisión parcial; RC: remisión completa; RTX: rituximab; SNo:
síndrome nefrótico; SRAA: sistema renina-angiotensina-aldosterona; TAC: tacrolimus; vo: vía oral
Glomerulonefritis crónicas
Fig. 16. Glomérulo con engrosamiento difuso de las membranas basales. H&E. Fig. 18. Escasos y pequeños depósitos electrón densos en vertiente epitelial de
la membrana basal. ME.
Fig. 20. Fijación granular del suero anti-IgG a lo largo de las paredes de los ca
pilares. IF IgG.
Estadio III
Caracterizado por un engrosamiento más manifiesto de la
membrana basal, como consecuencia de la formación de una
membrana basal que rodea a los depósitos con fusión de las
porciones distales de las proyecciones membranoides, por lo
que ésta muestra un aspecto engrosado con depósitos total-
mente rodeados por la membrana basal. El depósito de IgG
es positivo y parecido al del estadio II, y a veces es difícil
Fig. 19. Aspecto espiculado de la membrana basal. Plata metenamina distinguir el estadio de la lesión. Ultraestructuralmente, se
aprecian focos de vacuolización intramembranosa.
Glomerulonefritis crónicas
cada en todos los pacientes con síndrome nefrótico sin una pacientes tendrían que ser tratados con inhibidores de la en-
causa clara (por ejemplo, en un paciente con diabetes de lar- zima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de
ga duración). En los pacientes con nefropatía membranosa y la angiotensina II (ARA-2).
síndrome nefrótico se deberían realizar los exámenes que se El tratamiento en la nefropatía membranosa se iniciará
aconsejan en el síndrome nefrótico. El diagnóstico histológi- únicamente en los pacientes que presenten un síndrome ne-
co de nefropatía membranosa obliga a realizar una serie de frótico y una proteinuria persistente superior a los 4 g/d, pa-
pruebas para identificar una posible causa secundaria. La sado el periodo de observación, en los que presenten síntomas
presencia de anticuerpos antinucleares sugeriría, sobre todo si relacionados con el síndrome nefrótico y que puedan amena-
se asocia a un complemento bajo, una nefropatía membrano- zar la vida (por ejemplo, la trombosis venosa y/o la embolia)
sa lúpica. La detección de virus B y C son también obligato- o en los que la creatinina sérica ha aumentado más del 30%
rias. La búsqueda de una neoplasia responsable de la nefropa- en los 6-12 meses desde el momento del diagnóstico, y que
tía membranosa subyacente no está indicada más allá de lo no es explicable por complicaciones superimpuestas.
que sugieran los síntomas y la exploración clínica (anemia, Por el contrario, los pacientes con una creatinina sérica
sangre en heces positiva, antígeno específico prostático [PSA] superior a 3,5 mg/dl (320 μmol/l) o eGFR < 30 l/minuto por
muy elevado en hombres o mamografía positiva en la mujer). 1,73 m2 no deben ser tratados con inmunosupresores por su
En la mayoría de los pacientes con nefropatía membranosa alto riesgo y las escasas posibilidades de recuperación.
asociada a una neoplasia, ya han sido diagnosticados de esta Una vez decidido qué pacientes deberían seguir el trata-
última antes de la aparición de la proteinuria. En raras oca- miento, se inicia este utilizado el que se aplica con más fre-
siones el diagnóstico de neuropatía membranosa precede al cuencia, y que consiste en un periodo de 6 meses alternando
de la neoplasia maligna. mensualmente ciclos de corticoesteroides orales y agentes
alquilantes. En general, la ciclosporina suele preferirse al clo-
rambucil. La dosis de ciclofosfamida suele ajustarse temien-
Pronóstico do en cuenta la edad de los pacientes y el eGFR. Aunque
algunos autores extienden a más de 6 meses los agentes al-
Una predicción exacta de la posible evolución de la neuropa- quilantes, en general no suelen recomendarse por su toxici-
tía membranosa facilitaría un tratamiento más adecuado. La dad.
edad y el sexo influyen de manera importante, siendo los va- En los últimos años, está cobrando interés el uso de in-
rones de más edad los que tienen un peor pronóstico de pro- munosupresores anticalcineurínicos como la ciclosporina o
gresión hacia la insuficiencia renal. En la biopsia, el grado de el tacrolimus, sobre todo en pacientes que deciden no recibir
glomeruloesclerosis, fibrosis intersticial y enfermedad vascu- esteroides/agentes alquilantes, o en los que este régimen te-
lar se asocian con un peor pronóstico. El grado de disminu- rapéutico está contraindicado. Los anticalcineurínicos debe-
ción de la función renal en el momento del diagnóstico tam- rían ser discontinuados en pacientes que no alcanzan una
bién se correlaciona con la supervivencia a largo plazo. Una remisión parcial o completa después de 6 meses de trata-
idea aproximada del riesgo en estos pacientes, basada en la miento. En general, se sugiere que las dosis de los anticalci-
función renal y en la proteinuria se observa en la tabla 7. neurínicos se reduzcan a intervalos de 4-8 semanas para al-
canzar unos valores de aproximadamente el 50% de la dosis
inicial, continuando durante unos 12 meses más en el caso de
Tratamiento que se observe una remisión parcial o completa de la protei-
nuria y no se observe nefrotoxicidad por estos fármacos. La
Teniendo en cuenta la posibilidad de la remisión espontánea monitorización de los niveles sanguíneos de estos inmunosu-
en la mayoría de los pacientes, sobre todo en las mujeres jó- presores se debería realizar regularmente durante el periodo
venes y cuando existe un comienzo reciente de la enferme- inicial de tratamiento, y cuando hay un aumento inexplicable
dad, se deberá observar durante un periodo de, al menos, 6 en la creatinina sérica (superior al 20% durante el tratamien-
meses. Por supuesto, estos pacientes deberían recibir, ade- to).
más, los abordajes terapéuticos señalados en el apartado de Diversos estudios clínicos han demostrado que estos fár-
tratamiento general de las enfermedades glomerulares. Estos macos inducen la remisión de la proteinuria (completa o par-
cial en más del 70%). El tratamiento prolongado puede com-
plicarse con efectos adversos como hipertensión y
TABLA 7 nefrotoxicidad. Un problema adicional es que casi el 50% de
Riesgo de progresión de categorías los pacientes recidivan una vez que el fármaco se retira. Una
Riesgo bajo
alternativa sería administrar una dosis baja de anticalcineurí-
Creatinina sérica y aclaramiento de creatinina normal más proteinuria inferior
nicos de manera prolongada. Recientemente, el grupo Espa-
a 4 g/día durante 6 meses de observación ñol GLOSEN ha demostrado en un grupo limitado de pa-
Riesgo medio cientes que el tratamiento con rituximab durante 4 semanas
Aclaramiento de creatinina normal o casi normal y proteinuria persistente con una dosis semanal de 365 mg/m? en pacientes en remi-
≤ 4 g al día - ≤ 8 g/día durante 6 meses de tratamiento conservador sión con anticalcineurínicos puede ser efectivo para evitar la
Riesgo alto dependencia de esos fármacos.
Deterioro de la función renal y/o proteinuria persistente ≥ 8 g/día en menos Aunque en el pasado se utilizaron los corticoesteroides
de 6 meses de observación
en monoterapia, como tratamiento inicial en la nefropatía
los niños con esta enfermedad. Sin embrago, en los niños no ✔ Egido J, García-Hoyo R, Lozano L, González-Cabrero J, de Nicolás R,
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