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ACTUALIZACIÓN

PUNTOS CLAVE
Glomerulonefritis Nefropatía IgA. La glomerulonefritis por depósito

crónicas de IgA es la enfermedad glomerular primaria más


frecuente a nivel mundial, sin embargo la
incidencia de la glomeruloesclerosis focal y
segmentaria (GEFS), es la que más se ha
J. Egido, J. Rojas-Rivera y A. Barat incrementado en los últimos años. La
Servicio de Nefrología e Hipertensión. Fundación Jiménez Díaz. glomerulonefritis por IgA tiene un comportamiento
Madrid. España.
muy variable, desde una enfermedad crónica y de
curso benigno, hasta una glomerulonefritis
rápidamente progresiva, con vasculitis y
progresión rápida a ERCT. Dependiendo de la
Nefropatía IgA presentación clínica y la evolución, los
tratamientos pueden ser conservadores o
requerir inmunosupresión agresiva.
Introducción
Nefropatía por cambios mínimos. En niños, la causa
La nefropatía IgA es la enfermedad glomerular primaria más más frecuente de síndrome nefrótico es la
común en todo el mundo. La prevalencia de la enfermedad enfermedad de cambios mínimos y en adultos la
muestra variaciones geográficas (del 5-10% de las glomeru- nefropatía membranosa primaria y en la raza negra,
lonefritis primarias en EE. UU., al 30-40% en Asia). Las di- la GEFS. La enfermedad de cambios mínimos,
ferencias pueden ser atribuibles a posibles variaciones gené- generalmente responde a la terapia con
ticas, diferencias en la realización de los exámenes urinarios glucocorticoides, mientras que en la GEFS, la
de rutina, las indicaciones de biopsia renal u otros factores. respuesta a glucocorticoides es baja y hasta un 50-
En general, se diagnostica más comúnmente en adultos jóve- 60% de pacientes evolucionan a la enfermedad renal
nes en la en la segunda y tercera década de la vida, con un crónica terminal (ERCT) en el lapso de 5 a 10 años.
cierto predominio en el género masculino. Se han descrito
algunos casos de enfermedad familiar, aunque no puede de- Glomerulonefritis mesangiocapilar. La incidencia
finirse como una enfermedad hereditaria. La forma más co- de la glomerulonefritis mesangiocapilar o
mún es la nefropatía primaria o idiopática, aunque los depó- membranoproliferativa ha disminuido en los, últimos
sitos de IgA se asocian a una amplia serie de enfermedades años y en general, la respuesta al tratamiento es
(tabla 1). En muchas de estas situaciones, aunque existen de- mejor en niños y adolescentes que en adultos.
pósitos de IgA a nivel glomerular, no se asocia a inflamación
Nefropatía membranosa. La nefropatía
ni a enfermedad renal progresiva. No es infrecuente encon- membranosa primaria o idiopática es la causa
trar depósitos de IgA en los riñones en las autopsias de pa- más importante del síndrome nefrótico en los
cientes fallecidos con cirrosis hepática, fundamentalmente de adultos, después de la nefropatía diabética. Las
origen alcohólico. nefropatías membranosas secundarias pueden
representar hasta un tercio de los casos, y suelen
asociarse a enfermedades autoinmunes,
Anatomía patológica infecciones, medicamentos y neoplasias.

La nefropatía IgA o enfermedad de Berger, se caracteriza por


la presencia de depósitos mesangiales de IgA e IgG, descrita
por primera vez en 1968 y catalogada como una entidad cli-
nicomorfológica en la aplicación de la inmunofluorescencia. Lesión mesangial mínima
La microscopía electrónica pone de manifiesto depósitos de Caracterizada por un mesangio muy discretamente ensan-
electrón densos, principalmente en la periferia del mesangio. chado y depósitos intercapilares difíciles de ver en ausencia
Cuando se observa una biopsia renal por microsocopía de inmunofluorescencia. El componente tubulointersticial,
óptica, se aprecia una proliferación mesangial con aumento así como los vasos, no muestran alteraciones.
de matriz, y por inmunofluorescencia se observa de forma
dominante IgA a nivel mesangial, con un patrón mesangial Lesión mesangial difusa
arborescente. La lesión mesangial es muy variable, con los Los ovillos presentan un mesangio ampliado por la presencia
siguientes grupos de afectación: de unos depósitos homogéneos, medianamente PAS positi-

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Glomerulonefritis crónicas

TABLA 1
Enfermedades más importantes asociadas a la nefropatía IgA

Gastrointestinales
Hepatopatías crónicas
Enfermedad celiaca
Enfermedad inflamatoria intestinal

Reumatológicas
Espondilitis anquilopoyética
Síndrome de Reiter
Artritis reumatoide
Uveítis anterior

Infecciones
Virus de la inmunodeficiencia humana
Toxoplasmosis

Pulmonares
Hemosiderosis pulmonar Fig. 1. Ovillo con aumento de la celularidad mesangial. H&E.
Neumonitis intersticial

Cutáneas
Dermatitis herpetiforme
Psoriasis

Tumorales
Adenocarcinoma pulmonar
Ganmapatía monoclonal IgA
Micosis fungoide

vos que se localizan en el espacio intercapilar, entre la mem-


brana basal y las células mesangiales e, incluso, en la pared
capilar con disposición subendotelial. Se acompañan de un
componente proliferativo de cuantía variable (fig. 1).

Lesión mesangial con lesiones focales segmentarias


Los ovillos muestran lesiones focales manifestadas por áreas Fig. 2. Ovillo glomerular con foco de celularidad mesangial (flecha). Tricrómico
de proliferación celular (fig. 2), con obliteración de las luces de Masson.
capilares y producción de red membranoide. Frecuentemen-
te estas lesiones son sinequiantes con la cápsula de Bowman
(fig. 3). Su observación es de gran interés práctico, por cata- El diagnóstico se basa en la presencia de IgA por inmu-
logarse fácilmente como glomerulonefritis focales inespecí- nofluorescencia a nivel mesangial (fig. 4) acompañada a menu-
ficas, si no se dispone de inmunofluorescencia. En algunos do de depósitos de IgG y de C’3. No es habitual la presencia
casos, se puede acompañar de proliferación extracapilar o de de IgM. La presencia de C’4 y C1q no es habitual y su positi-
semilunas fibrosas. vidad debe plantear una posible nefropatía lúpica subyacente.
La presencia de atrofia tubular, fibrosis intersticial y algún La microscopía electrónica confirma la presencia de de-
pequeño foco inflamatorio está en relación con el compromi- pósitos electrón densos. Cuando son abundantes pueden ex-
so glomerular, por lo que su presencia obliga a realizar cortes tenderse por debajo de la membrana basal.
seriados en la biopsia para visualizar glomérulos con lesiones Mención especial es la afectación renal en la púrpura de
focales segmentarias o esclerosados. En los casos con compro- Schönlein-Henoch, que es una forma sistémica, con manifes-
miso nefronal, hay lesiones vasculares, frecuentemente asocia- taciones digestivas y articulares, cuyos hallazgos morfológi-
das. Los factores pronósticos en la biopsia son la extensión de cos son indistinguibles de la nefropatía IgA idiopática o
la proliferación mesangial, la presencia de glomérulos con es- primaria, si bien en la púrpura hay mayor actividad y con
clerosis segmentaria o esclerosados, la proliferación endocapi- mayor frecuencia se observan semilunas, así como necrosis
lar, la presencia de semilunas celulares o fibrocelulares, la fi- fibrinoide.
brosis intersticial/atrofia tubular y el compromiso vascular.
De manera esquemática se clasifican en cinco grupos: I.
lesión histológica mínima; II. glomerulosclerosis focal seg- Patogenia
mentaria; III. glomerulonefritis proliferativa focal; IV. glo-
merulonefritis proliferativa difusa y V. glomerulonefritis cró- En esta enfermedad existe una anomalía en la IgA sérica. En
nica avanzada. sujetos sanos la mayoría de la IgA circulante es monomérica.

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Enfermedades del sistema nefrourinario

HTA
Nefrítico 2%
6%

IRA
10%

Nefrótico Alteración
12% urinaria
41%

IRC
14%
Hematuria
Fig. 3 Lesión proliferativa focal con hiperplasia podocitaria. Tricrómico de Mas­ 15%
son.
Fig. 5 Formas clínicas de presentación de la nefropatía IgA. HTA: hiper­
tensión arterial; IRA: insuficiencia renal aguda; IRC: insuficiencia renal cró­
nica.

coca-cola). Estos episodios coinciden a menudo con una infec-


ción inespecífica del tracto respiratorio superior. En algunas
ocasiones, la hematuria microscópica coincide con infecciones
agudas como gastroenteritis o infección del tracto urinario. En
el 40-50% de los pacientes, la IgA se detecta por la presencia de
proteinuria y hematuria microscópica en un estudio de orina
ocasional. Estas formas asintomáticas son más comunes en el
adulto, y suelen diagnosticarse en relación con un chequeo
anual, examen de embarazo, de empresa u otras circunstancias.
Mucho más infrecuente es la presentación como síndro-
me nefrótico o fracaso renal agudo. Algunos de los pacientes,
con esta última situación, muestran en la biopsia una obs-
Fig. 4 Depósitos de IgA, con topografía mesangial. IF directa IgA. trucción tubular por cilindros hemáticos con un cierto grado
de necrosis tubular aguda. Un porcentaje variable de pacien-
tes presenta una enfermedad renal crónica después de varios
años de evolución, sin haberse detectado previamente. La
En estos pacientes hay un aumento circulante de la IgA poli- hipertensión arterial suele ser un acompañante de esta enfer-
mérica, que es la que se produce en las células plasmáticas del medad, ya desde las fases tempranas. Las diversas formas clí-
tracto gastrointestinal y respiratorio. La mayoría de la IgA de- nicas de presentación de la nefropatía IgA en España, de
positada a nivel renal es también polimérica. Estos pacientes acuerdo con los datos del registro de glomerulonefritis de la
presentan una anomalía en la región gozne (hinge región) de Sociedad Española de Nefrología 1994-2006 que incluye
la IgA con un contenido en galactosa y/o de ácido siálico re- 3.776 biopsias renales, están representadas en la figura 5.
ducido. Los mecanismos responsables de esta hipoglucosila-
ción de la IgA no es conocida. Sin embargo, la anomalía en la
glucosilación podría favorecer la oxidación de la IgA1, for- Hallazgos de laboratorio
mando complejos y depositándose a nivel mesangial. También
se han demostrado inmunocomplejos conteniendo una IgG No existe ningún examen de laboratorio específico que dis-
que es un anticuerpo contra la IgA. Los complejos depositados tinga la nefropatía IgA de otras enfermedades glomerulares.
a nivel renal activan las células mesangiales que producen ci- La hematuria suele ser muy común en el análisis de orina. La
tocinas proinflamatorias y profibrogénicas, aumentando el proteinuria es frecuente, en general, con unos valores infe-
número de células mononucleares y la producción de matriz riores a los 2 g/24 horas. Sólo alrededor del 10% de los pa-
extracelular, desembocando a largo plazo en fibrosis. cientes presentan proteinuria con intensidad del síndrome
nefrótico. Los hematíes en la orina son similares a los de
todas las glomerulonefritis con sangrado glomerular. Esto es,
Datos clínicos hematíes pequeños y dismórficos acompañados de cilindros
hemáticos (núcleo proteico al que pegan hematíes). Convie-
La nefropatía IgA tiene dos grandes maneras de presentarse ne recordar que estos últimos sólo suelen observarse en la
clínicamente. Un grupo de pacientes, sobre todo jóvenes, pre- orina de la mañana recién emitida. La creatinina sérica suele
sentan episodios de hematuria macroscópica indolora (orina color té/ ser normal o elevada dependiendo de la intensidad y los años

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Glomerulonefritis crónicas

de evolución. Los niveles de complemento sérico son nor- También se ha aconsejado la administración de ácidos
males. Alrededor del 50% de los pacientes presentan niveles grasos Omega-3. Aunque estos ácidos grasos tienen efectos
séricos elevados de IgA; sin embargo, la determinación de la antiinflamatorios, los estudios clínicos realizados en la nefro-
IgA sérica no tiene valor diagnóstico ni pronóstico. patía IgA han proporcionado datos contradictorios, a pesar
El diagnóstico definitivo de esta nefropatía se realiza me- de que algunos autores lo recomiendan con estatinas.
diante biopsia renal. En pacientes con proteinuria importante y función renal
normal se ha sugerido la administración de corticoesteroides
durante unos seis meses en dosis descendentes. Si bien algún
Diagnóstico diferencial estudio ha demostrado una disminución de la proteinuria en
pacientes tratados, estos datos no han sido confirmados.
La nefropatía IgA es la causa más común de hematuria macros- Existen, sin embargo, dos situaciones en las que los esteroi-
cópica recidivante en personas jóvenes. Esta presentación clíni- des pueden ser de utilidad. Un grupo de pacientes presenta
ca es más infrecuente en adultos o ancianos, en los que siempre un cuadro clínico e histológico muy parecido al de la nefro-
se debería sospechar una enfermedad maligna del tracto urina- patía de cambios mínimos, pero con depósitos de IgA en el
rio o litiasis. El examen del sedimento urinario es útil en la mesangio. Estos pacientes suelen entrar en remisión tras un
distinción de la hematuria glomerular frente a no glomerular. tratamiento con esteroides. Asimismo, en los pacientes con
En niños, la hematuria coincide, o aparece, uno o dos una enfermedad rápidamente evolutiva y semilunas glomeru-
días después de la infección del tracto faringoamigdalar, a lares los esteroides también pueden ser de utilidad asociados
diferencia de la que se observa en la glomerulonefritis aguda a inmunosupresores. Sin embargo, las recientes guías KDI-
postestreptocócica que aparece 10-14 días después del episo- GO 2011 sugieren que los pacientes con proteinuria persis-
dio infeccioso. Episodios de hematuria macroscópica, a veces tente superior a 1 g/día, a pesar de 3-6 meses de tratamiento
asociados a infecciones inespecíficas del tracto respiratorio general (incluidos IECA o ARA2 y control estricto de la pre-
superior, también pueden observarse en enfermedades glo- sión arterial), y con un GFR > 50 ml/minuto, deberían reci-
merulares familiares como el síndrome de Alport o el adel- bir un ciclo de 6 meses de corticoides.
gazamiento de la membrana basal glomerular. Algunos estudios han sugerido que el empleo de agentes
citotóxicos clásicos, como la ciclofosfamida, seguido de una
terapia de mantenimiento con prednisona y micofenolato
Tratamiento podrían estar indicados en pacientes con enfermedad renal
progresiva y una creatinina inferior a 3 mg/dl. Aunque no
Hasta la fecha no se ha demostrado la eficacia de un trata- exista evidencia científica sólida obtenida en estudios clínicos
miento específico para esta enfermedad. Muchos de estos bien diseñados y con un grupo adecuado de pacientes, de
pacientes no necesitan un tratamiento inmunosupresor, manera individualizada podría realizarse un intento terapéu-
puesto que el pronóstico suele ser bueno sin tratamiento. La tico en estos pacientes con esteroides e inmunosupresores.
decisión de tratar depende de la identificación de los pacien- Los pacientes con nefropatía IgA no deberían ser tratados
tes con una alta probabilidad de progresar, basada en algunos con corticoesteroides en combinación con ciclofosfamida o
aspectos de mal pronóstico. Los pacientes con una proteinu- azatioprina, a menos que existan semilunas y un rápido dete-
ria ligera (inferior a 500 mg/día), función renal normal y rioro de la función renal. Como en otras enfermedades glo-
tensión arterial en valores normales pueden ser tratados de merulares, no se aconseja el uso de inmunosupresores en los
manera conservadora, con una revisión a los 6 meses. Los pacientes con un eGFR < 30 ml/minuto, excepto cuando
pacientes con una proteinuria mayor, entre 500-1.000 mg/ existen semilunas y un deterioro rápido de la función renal.
día y función renal normal, deberían tener un control óptimo Aunque en casos aislados se ha obtenido una disminución de
de la tensión arterial con un objetivo terapéutico inferior a la proteinuria y una estabilización de la función renal utili-
135/80 mm Hg. Los inhibidores de la enzima convertidora zando esteroides y micofenolato, y nosotros hemos tenido
de la angiotensina (IECA) y los bloqueadores de los recepto- buena experiencia en casos aislados, las guías KDIGO 2011
res de la angiotensina 2 (ARA-2) suelen ser los fármacos más no aconsejan utilizar micofenolato en estos pacientes.
adecuados tanto para controlar la tensión arterial como para En los pacientes en los que la enfermedad progresa a in-
disminuir la proteinuria en la mayoría de los pacientes con suficiencia renal terminal, el transplante renal es una tera-
nefropatía IgA (como ocurre, en general, en la mayoría de las péutica adecuada. Aunque en un porcentaje variable entre el
enfermedades glomerulares). El efecto antiproteinúrico se ve 30-40%, la nefropatía IgA recidiva en el riñón trasplantado,
aumentado añadiendo dosis bajas de tiacidas (12,5 mg/día) los depósitos de IgA pocas veces son la causa de la pérdida
que puede administrarse en un único comprimido con los del injerto
IECA o ARA-2, o de manera aislada tres veces por semana.
A lo largo de estos últimos años se han abordado diversos
tratamientos. Dado que los brotes de hematuria se asocian a Glomerulonefritis mesangiocapilar
infecciones faringoamingdalares, en algunos de estos pacien-
tes se ha propuesto realizar amigdalectomía. No hay, sin em- Aspectos generales
bargo, datos sólidos para recomendar esta práctica, excepto
en los pacientes que presenten episodios de amigdalitis im- La glomerulonefritis mesangiocapilar (GMC), también de-
portantes asociadas a brotes de hematuria macroscópica. nominada glomerulonefritis membranoproliferativa, define

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Enfermedades del sistema nefrourinario

un patrón morfológico originado por múltiples causas. Los


pacientes generalmente comienzan con síndrome nefrótico,
hipertensión, hematuria y un cierto grado de insuficiencia
renal. El descenso de los niveles plasmáticos del complemen-
to C3 y/o C4 es muy común. Existen tres formas histológicas
(tipos I, II y III) con una morfología común a la microscopía
óptica, caracterizada por una hipercelularidad glomerular,
engrosamiento de la pared capilar y un desdoblamiento de la
membrana basal. Todo ello confiere al glomérulo un aspecto
lobular. La IF y la microscopía electrónica son importantes
para definir correctamente cada uno de los tres tipos

Clasificación y etiopatogenia
Las GMC se clasifican en primarias y secundarias (tabla 2).
En las formas primarias, los mecanismos de daño glomerular Fig. 6. Glomérulo con ovillo hipercelular y aspecto lobulado. H y E.
se centran alrededor de una activación anómala de la cascada
del complemento. Hace unos años, esta era la variante más
común, pero su frecuencia ha descendido en los últimos años
y hoy en día las formas secundarias son, con mucho, las más
frecuentes.
De las tres formas histológicas la GMC de tipo I es la
más común. Esta enfermedad glomerular se caracteriza por
depósitos inmunes en el mesangio y en el espacio subendo-
telial, similares a los que se observan en la nefropatía lúpica.
No son específicos y reflejan el depósito de inmunocomple-
jos circulantes. La forma primaria está disminuyendo, y
siempre debe evaluarse en esta entidad la existencia de una
enfermedad crónica por inmunocomplejos (tabla 2). La
GMC tipo II también se llama enfermedad de depósitos den-
sos, debido a los depósitos densos y continuos en las mem-
branas basales del glomérulo, túbulos y cápsula de Bowman.
Esta entidad suele asociarse a anomalías del complemento.
La GMC tipo III es una enfermedad por inmunocomplejos,
similar a la tipo I pero con depósitos subepiteliales. Es una Fig. 7. Imagen de doble contorno en las paredes de los capilares glomerulares
entidad rara. Existe también una forma familiar. (flecha). Plata metenamina.

Anatomía patológica expensas de células mesangiales y endoteliales y a la presen-


cia de leucocitos neutrófilos y a un aumento de la matriz. Las
La GMC tipo I se caracteriza en relación con la microscopía asas capilares aparecen engrosadas debido a la imagen de do-
óptica por la presencia de glomérulos grandes, con aspecto ble contorno de la pared capilar, que puede observarse con la
lobulado de los ovillos (fig. 6), globalmente hipercelulares a tinción de plata metenamina (fig. 7) y con ácido peryódico de
Schiff (PAS), debido a la formación de una nueva membrana
basal y a la interposición subendotelial del mesangio. La IF
TABLA 2 demuestra la presencia de depósitos de C3 e IgG en forma
Etiología de las glomerulonefritis mesangiocapilares granular en la pared capilar (fig. 8). Puede haber también
otros componentes del complemento (C1q, C4). Ultraes-
Primarias (tipo I, tipo II o enfermedad de depósitos densos y tipo III)
tructuralmente se aprecian depósitos electrón densos a nivel
Secundarias subendotelial y mesangial. Las alteraciones tubulares, inters-
Infecciones crónicas, la más frecuente ligada al virus C ticiales y vasculares guardan relación con el grado de afecta-
Enfermedades autoinmunes: nefropatía lúpica, síndrome de Sjögren ción glomerular y la hipertensión.
Ganmapatías monoclonales, especialmente la enfermedad de cadenas ligeras y la En la GMC tipo II, los fenómenos proliferativos son me-
enfermedad de IgG monoclonal
Enfermedades malignas: leucemia linfocítica crónica, linfoma no-Hodgkin nos marcados, destacando el aspecto acintado irregular de la
Anomalías del complemento (formas genéticas): deficiencia del factor H, deficiencia membrana basal con el tricrómico de Masson (fig. 9), debido
del C4 a la existencia de material tingible en rojo en la lámina densa
Medicamentos: interferón alfa, factor estimulador de la colonia de granulocitos de la membrana basal. Por este aspecto también se le deno-
Microangiopatía trombótica crónica mina enfermedad por depósitos densos. Por IF se observan

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Glomerulonefritis crónicas

Fig. 10. Imagen de inmunofluorescencia granular basal y mesangio. Fijación te­


nue continua en membrana basal. IF C’3.

Fig. 8. Patrón lobular y periférico por depósitos subendoteliales. IF C’3.


zo. Es más común en niños y adolescentes. La incidencia de
las formas primarias, por razones desconocidas, está dismi-
nuyendo en los últimos años. Existen tres formas importan-
tes de presentación. En algunos niños se presenta como un
síndrome nefrítico agudo con niveles plasmáticos de C3 bajo
que persiste más allá de las 8-12 semanas, periodo en el cual
el C3 suele normalizarse en la glomerulonefritis aguda post-
infecciosa. Alrededor del 50% de los pacientes suelen pre-
sentar síndrome nefrótico, en general, acompañado de mi-
crohematuria. Otro tercio de los pacientes puede comenzar
con proteinuria y hematuria asintomática. La hipertensión
arterial se presenta en el 50-70% de los pacientes.
En los pacientes con GMC secundaria pueden existir sig-
nos clínicos correspondientes a la enfermedad de base.
Analíticamente, la GMC se caracteriza por hipocomple-
mentemia, fundamentalmente de C3 y de CH50, en el 80-
90% de los pacientes. Alrededor del 40% de los pacientes
Fig. 9. Depósitos fucsinófilos en membrana basal tubular con polarización hacia con GMC tipo I y C3 bajo presentan, además, niveles séricos
el lado intersticial. Tricrómico de Masson. descendidos de C4. Este patrón es más infrecuente en la
GMC II y III. El factor nefrítico C3 es más común en la
enfermedad tipo II. Este auto-anticuerpo también se en-
depósitos granulares de C3 a ambos lados de la membrana cuentra en un número variable de GMC secundaria. Un
basal y a nivel mesangial (fig. 10), así como en la membrana 25% de las GMC tipo II se asocia con lipodistrofia parcial.
basal tubular y cápsula de Bowman. No es habitual la presen- El diagnóstico diferencial de la GMC debe realizarse con
cia de IgG ni otros componentes del complemento. varias enfermedades glomerulares dependiendo de los sínto-
Ambas formas de glomerulonefritis pueden acompañarse mas y signos de presentación. Los pacientes con anomalías
de proliferación extracapilar. Cuando las semilunas son muy urinarias deben diferenciarse de la nefropatía IgA y la nefritis
extensas existen datos clínicos de glomerulonefritis rápida- hereditaria, fundamentalmente. Aquellos que comienzan con
mente progresiva. La recidiva de la lesión en el receptor de un síndrome nefrítico manifiesto deberían diferenciarse de la
trasplante renal es frecuente, sobre todo en la forma por de- glomerulonefritis aguda postinfecciosa, la nefritis lúpica y la
pósitos densos. vasculitis, entre otras. En los que comienzan con síndrome
Hay un tercer tipo de GMC tipo III caracterizada por nefrótico el diagnóstico diferencial debería realizarse con la
imágenes de doble contorno con proyecciones membranoides nefropatía membranosa y la glomeruloesclerosis focal.
de la membrana basal y con depósitos electrón densos subepi-
teliales y subendoteliales, pero es mucho más infrecuente.
Tratamiento
Datos clínicos El tratamiento de las GMC depende, en gran medida, de la
identificación de la causa subyacente (tabla 2). El tratamiento
La incidencia de la GMC es baja, representando entre el 5 y específico de las formas primarias está muy debatido. Los
el 15% de los pacientes con síndrome nefrótico de comien- pacientes con esta entidad, niños o adultos, que presentan

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Enfermedades del sistema nefrourinario

síndrome nefrótico y/o pérdida progresiva de la función re-


nal podrían recibir ciclofosfamida oral o micofenolato mofe-
til asociado a corticoesteroides diarios o a días alternos. En
general, el tratamiento suele prolongarse 6 meses. Se ha
aconsejado también terapia antiplaquetaria y anticoagulante
pero, hoy en día, no es recomendado.
En los pacientes que presentan anomalías urinarias o en
aquellos que no responden a los esteroides se debería admi-
nistrar un tratamiento conservador. Los IECA o ARA-2 son
efectivos en la reducción de la proteinuria en estos pacientes.
La hiperlipidemia mantenida, secundaria al síndrome nefró-
tico, debería ser tratada con estatinas.
En los últimos años se han producido tremendos avances
en el tratamiento de las formas secundarias ligadas a los virus
C y B, crioglobulinemias y anomalías del complemento, en-
tre otros, que no abordamos en esta revisión.
Fig. 11. Glomérulo ópticamente normal. H y E.

Pronóstico
Alrededor del 50% de los pacientes progresan a insuficiencia
renal terminal al cabo de 10-15 años. Como en otras enfer-
medades glomerulares, la presencia de un síndrome nefróti-
co persistente, el incremento de la creatinina sérica al co-
mienzo, la hipertensión arterial severa y un porcentaje
importante de semilunas son datos de mal pronóstico. El
pronóstico es peor en los pacientes con GMC primaria que
con secundaria. Además, la tipo II suele tener peor pronósti-
co que la tipo I y que la III. Aproximadamente, un 20-30%
de las GMC primarias recidivan en el riñón trasplantado.

Nefropatía de cambios mínimos


Aspectos generales
Fig. 12. Glomérulo con ovillo hipercelular a expensas de células mesangiales
La nefropatía de cambios mínimos es la causa más común de (síndrome nefrótico corticorresistente). Tricrómico de Masson.
síndrome nefrótico en los niños y la tercera más común de
síndrome nefrótico en el adulto. En los niños, la incidencia
de síndrome nefrótico es de 2 a 7 casos por 100.000 habitan- glomérulos esclerosados o lesiones intersticiales. Si estas al-
tes al año, y la prevalencia de casi 16 casos por 100.000 habi- teraciones aparecen en niños, se deberían hacer cortes seria-
tantes al año. La mayoría de los casos con esta enfermedad dos para buscar lesiones focales segmentarias y plantearse la
responden al tratamiento con esteroides y tienen un buen posibilidad de que haya una glomerulonefritis focal segmen-
pronóstico, pero están en riesgo de desarrollar complicacio- taria (GNFS) subyacente, como primera opción.
nes importantes como infecciones y trombosis. Por el con- Es característica la ausencia de depósitos de inmunoglo-
trario, el tratamiento de la nefropatía de cambios mínimos bulinas y de complemento C’3 mediante técnicas de IF. Estos
resistente o dependiente de esteroides es un reto terapéutico hallazgos son importantes para el diagnostico diferencial de
a pesar de las diversas opciones terapéuticas disponibles. la nefropatía membranosa, dado que en lesiones muy inci-
pientes, con microscopia óptica poco demostrativa, los depó-
sitos no son visibles con frecuencia con las técnicas tricrómi-
Anatomía patológica cas. Por ello, en ausencia de microscopia electrónica son
imprescindibles las técnicas de IF. En algunos casos aislados
En la biopsia renal se observa ausencia de alteraciones a nivel puede haber trazas de IgM y C’3 a nivel mesangial.
de la microscopía óptica (fig. 11). Los ovillos aparecen bien Los túbulos proximales pueden mostrar inclusiones pro-
conformados con las luces de los capilares claramente per- teicas y vacuolas lipídicas, por reabsorción tubular de lipo-
ceptibles. Puede existir un discreto aumento de la celularidad proteínas. En los adultos, una complicación no infrecuente
mesangial y/o de matriz (fig. 12). A nivel mesangial no se es la asociación con fracaso real agudo, con necrosis tubular
encuentran depósitos fucsinófilos. No es habitual encontrar aguda isquémica. A veces hay xantomatosis tubulointersticial

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Glomerulonefritis crónicas

TABLA 3
Nefropatía de cambios mínimos secundaria a situaciones seleccionadas

Fármacos: antiinflamatorios no esteroideos, antibióticos (ampicilina, cefalosporinas,


rifampicina), litio, pamidronato y otros bifosfonatos, interferón ganma, entre otros
Neoplasias, fundamentalmente hematológicas como la enfermedad de Hodgkin’s,
linfomas no-Hodgkin’s o leucemias. También se ha asociado a varios carcinomas
(renales, bronquiales, colon y próstata, entre otros
Atopia: polen, leche de vaca, picadura de insectos y otros
Infecciones: sífilis, VIH
Sobreimpuesto a otras enfermedades renales: nefropatía IgA y diabetes mellitus,
entre otros
VIH: virus de la inmunodeficiencia humana.

Aspectos clínicos
Fig. 13. Capilar glomerular con desaparición total de los pies de los podocitos y
transformación villositaria del cuerpo hacia el espacio urinario. ME.
Los síntomas de la nefropatía de cambios mínimos se relacio-
nan con la presencia de síndrome nefrótico, incluyendo ede-
mas periféricos o edema generalizado, incluyendo derrame
y las escasas alteraciones a nivel tubular son de carácter de- pleural. Debido a la hipovolemia circulante y la hipoperfusión
generativo inespecífico, con vacuolas intracitoplásmicas de renal consiguiente, los pacientes pueden presentar oliguria y,
tipo hialino o graso. más excepcionalmente, fracaso renal agudo. Como en otros
A nivel ultraestructural, es característica la extensa y di- casos de síndrome nefrótico los pacientes presentan un au-
fusa desaparición de los pedicelos de los podocitos en más mento de la susceptibilidad a las infecciones, especialmente
del 75% de la superficie de los capilares glomerulares. En el por bacterias encapsuladas, pudiendo presentar síntomas de
citoplasma podocitario hay vacuolizaciones y transformación peritonitis o shock séptico. Existe un riesgo aumentado de
villositaria o microvillis que se proyectan hacia el espacio de tromboembolismo asociado a trombosis venosas profundas.
Bowman (fig. 13).

Hallazgos de laboratorio
Etiopatogenia
El examen de orina, mediante tiritas, suele mostrar una pro-
La mayoría de los casos de nefropatía de cambios mínimos teinuria de 3 a 4 cruces. La presencia de hematuria macros-
son idiopáticos, aunque existe una larga serie de situaciones cópica no es común, aunque alrededor del 10-15% de los
a las cuales se ha asociado (tabla 3). pacientes con nefropatía de cambios mínimos puede presen-
Los mecanismos del síndrome nefrótico en la nefropatía tarla. La cuantificación de las proteínas urinarias muestra
de cambios mínimos no son del todo conocidos. Desde los cantidades superiores a los 3,5 g cada 24 horas.
años 70 se han asociado a la presencia de un factor circulan-
te capaz de inducir proteinuria. Inicialmente se pensó que
este factor procedía de los linfocitos T circulantes, aunque Tratamiento
sorprendentemente el tratamiento con anticuerpos mono-
clonales frente a las células B (CD20), como rituximab, me- Todos los pacientes con síndrome nefrótico deberán recibir
jora la evolución en algunos pacientes. La hipotética presen- un tratamiento general incluyendo restricción sódica, diuréti-
cia de un factor circulante que causa proteinuria al dañar los cos de forma apropiada para tratar los edemas, aunque evi-
podocitos ha constituido la base terapéutica del empleo de tando diuresis masivas que pudieran favorecer el fracaso re-
plasmaféresis en algunos pacientes con evolución agresiva, nal agudo. Si el síndrome nefrótico es mantenido, debería
(fundamentalmente casos de glomeruloesclerosis focal escle- tratarse la dislipidemia fundamentalmente con estatinas.
rosante, para algunos autores una variante agresiva de la ne- El tratamiento básico de la enfermedad son los corticoes-
fropatía de cambios mínimos). teroides. Se recomienda utilizar prednisona oral administrada
Desde hace algunos años se han descrito mutaciones en en una sola dosis diaria comenzando por 60 mg/m2/día o 2
los genes que regulan las proteínas de la unidad de filtración mg/kg/día (con un máximo de 60 mg/día). Este tratamiento
glomerular (podocito),como la nefrina, podocina y otras. Es- debe administrase durante un mínimo de 4 semanas, seguido
tos hallazgos se han encontrado fundamentalmente en niños de prednisona en días alternos también en dosis única co-
de familias con síndrome nefrótico. Algunos autores han de- menzando por 40 mg/m2 o 1,5 mg/kg (con un máximo de 40
mostrado que hasta el 30% de los pacientes con síndrome mg en días alternos) durante unos 2-5 meses.
nefrótico resistente tienen mutaciones en las proteínas En los niños con recaídas infrecuentes del síndrome ne-
NPHS1 o NPHS2. Otros han sugerido que las mutaciones frótico deberían tratarse de la misma manera que durante el
de esos genes son más comunes en los pacientes resistentes a primer episodio continuando hasta que presente una remisión
los esteroides. Es de esperar que futuros estudios muestren completa durante al menos 3 días. Una vez alcanzada la remi-
mutaciones genéticas de otras proteínas podocitarias. sión, los niños deberían tomar prednisona en días alternos,

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Enfermedades del sistema nefrourinario

como se comenta más arriba, durante al menos 4 semanas. Los suele ser buena. Por el contrario, aquellos que se hacen resis-
niños con recidivas frecuentes y con síndrome nefrótico este- tentes a los esteroides pueden tener una glomeruloesclerosis
roide dependiente deberían tratarse con prednisona oral tam- focal subyacente con un mayor riesgo de evolucionar a una
bién hasta que el niño esté en remisión durante 3 días, seguido enfermedad renal terminal. Esta entidad se comenta por se-
por prednisona en días alternos durante, al menos, 3 meses. En parado en otro apartado.
ambas situaciones (recidivas infrecuentes o esteroide depen-
dencia) la dosis de prednisona que se debe administrar en días
alternos sería la más baja para mantener la remisión sin efectos
adversos. En estos niños se suele administrar prednisona diaria
Glomeruloesclerosis focal y segmentaria
durante los episodios de infección del tracto respiratorio supe-
rior para reducir el riesgo de recidiva.
Introducción
En los niños con recidivas frecuentes o dependientes de
esteroides que desarrollan efectos adversos debidos a los es- La glomeruloesclerosis focal y segmentaria (GEFS), también
teroides, deberían emplearse agentes alquilantes (ciclofosfamida llamada hialinosis focal y segmentaria, es un término histo-
o clorambucil), como agentes ahorradores de esteroides. En patológico, pero que indica un síndrome clínico-patológico
los últimos años también se han introducido otros agentes de diferentes causas y mecanismos patogénicos, caracteriza-
ahorradores de esteroides como los inhibidores de la calcineu- do clínicamente por la presencia de proteinuria en rango
rina (ciclosporina o tacrolimus). También se está utilizando en subnefrótico o nefrótico, disfunción tubular, deterioro varia-
este sentido el micofenolato mofetil. Recientemente, se está ble de la función renal, hipertensión arterial y, a nivel histo-
empleando también rituximab en niños con resistencia a los lógico, por una esclerosis y cicatrización glomerular segmen-
esteroides y que presentan recaídas frecuentes a pesar de taria y focal. Afecta a todos los grupos étnicos, a todas las
combinaciones óptimas con los medicamentos comentados edades y a ambos géneros. Su incidencia se ha incrementado
y/o presentan efectos adversos de la medicación. Estos fár- en los últimos años en todas las regiones geográficas, y ac-
macos deberían ser empleados únicamente por especialistas tualmente la GEFS primaria representa la primera causa de
con experiencia en su uso. síndrome nefrótico en la población de raza negra y, según
Los niños que no responden a un mínimo de 8 semanas algunas comunicaciones, en la población de adultos en gene-
de tratamiento con corticoesteroides se definen como este- ral (25-35% de los síndromes nefróticos). Es una condición
roide-resistentes. Algunos autores suelen aconsejar en estos renal grave, por la alta probabilidad de progresar a enferme-
momentos realizar una biopsia renal diagnóstica. En estas dad renal terminal. En esta revisión se hará énfasis en la
circunstancias se suele recomendar un inhibidor de la calci- GEFS primaria o idiopática.
neurina de forma continua durante un mínimo de 6 meses y
no continuar más, si la remisión de la proteinuria no es com-
pleta o solo parcial. En los casos de remisión parcial a los 6 Etiología y patogénesis
meses, se suele aconsejar otros 6 meses adicionales. En estos
casos siempre suelen asociarse dosis bajas de corticoesteroi- La GEFS puede ser primaria (idiopática) o secundaria a di-
des como terapia combinada. En los niños que no alcanzan versas condiciones que producen daño al podocito. En la
la remisión con estos fármacos se suele recomendar micofe- forma primaria, la causa exacta no se ha establecido de ma-
nolato mofetil, dosis altas de esteroides o combinación de nera concluyente. Se presume un disturbio del sistema inmu-
ambos fármacos. La ciclofosfamida no debería utilizarse en nitario y diversas investigaciones apuntan a un “factor circu-
los niños con síndrome nefrótico esteroide-resistente. En lante”, entre los que se postulan inmunoglobulinas, diversas
todos los casos deberían utilizarse, además, IECA o ARA-2 citocinas como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa),
como nefroprotectores o disminuidores de la proteinuria. CLF-1, etc. Esto se basa en la respuesta parcial a algunos
inmunosupresores y a modelos experimentales en animales.
Los estudios genéticos y moleculares, a nivel del podoci-
Pronóstico to, han permitido establecer que las alteraciones genéticas de
diversas proteínas podocitarias son las responsables de la
El pronóstico de los pacientes con nefropatía de cambios mí- GEFS de causa genética-familiar y que pueden determinar la
nimos se basa, en gran medida, en la respuesta a los esteroi- aparición de un síndrome nefrótico resistente a corticoides.
des. En general, cuanto más temprana es la remisión en res- Entre las proteínas podocitarias descritas están: podocina,
puesta a los esteroides, mejor es el pronóstico. En los niños nefrina, alfa-actinina, CD2AP, WT1 y TRPC6. Estas proteí-
en que remite antes de las 2 semanas no se observa microhe- nas participan en mantener la citoarquitectura normal del
maturia y tienen más de 4 años en el momento de la presen- podocito y la barrera de filtración glomerular. Estas mutacio-
tación. Suelen tener pocas recaídas. nes pueden ser responsables de un 20-25% de los casos cata-
Otros presentan recaídas anuales durante varios años, de- logados como GEFS primaria.
pendiendo del tratamiento de su enfermedad, entrando en La GEFS secundaria puede ser producida por daño po-
remisión en la pubertad. Durante los episodios de recidiva docitario directo (virus, fármacos, etc.) o ser una respuesta
los niños son más sensibles a las infecciones y tienen más adaptativa a la pérdida de masa nefronal y a procesos de hi-
posibilidades de tener eventos cardiovasculares. En general, perfiltración glomerular. La tabla 4 muestra el espectro etio-
el pronóstico a largo plazo de esta enfermedad en los niños lógico de la GEFS.

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Glomerulonefritis crónicas

TABLA 4 Los estudios de imágenes permiten descartar otras causas


Clasificación de la glomeruloesclerosis focal y segmentaria
de GEFS, así como valorar la cronicidad del daño renal.
Primaria o Idiopática La ecografía renal y la tomografía computadorizada (TC)
Disfunción inmune: factor circulante pueden mostrar anormalidades en el tracto urinario y en el
parénquima renal como ausencia de un riñón o asimetría en
Secundaria o adaptativa
Fármacos: adriamicina, heroína, interferón alfa, litio, pamidronato
el tamaño renal, hidronefrosis, nefropatía por reflujo, cicatri-
Infecciones: VIH, malaria, parvovirus B19, SV40, virus C, CMV, schistosomiasis
zaciones por infecciones o infartos previos, cálculos renales,
Neoplasias: linfoma de Hodgkin y no-Hodgkin.
quistes o masas sugerentes de procesos neoplásicos, etc. Los
Pérdida de nefronas o hiperfiltración: nefropatía por reflujo, ablación quirúrgica, riñones pequeños, con adelgazamiento de la cortical, son
obesidad mórbida, bajo peso al nacer muy sugerentes de procesos crónicos.
Genética o familiar
Mutaciones genéticas en: podocina, nefrina, alfa-actinina, CD2AP, WT-1, TRPC6.
CMV: citomegalovirus; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana. Biopsia renal en la glomeruloesclerosis focal
y segmentaria
La histología de la GEFS primaria se caracteriza por la pre-
Manifestaciones clínicas sencia de lesiones glomerulares escleróticas de distribución
focal (algunos glomérulos) y que afectan a una parte de cada
La GEFS primaria puede presentarse como una proteinuria glomérulo (lesión segmentaria), aunque también se puede
asintomática y sub-nefrótica, al hacer análisis de orina de ru- observar esclerosis global en algunos glomérulos. En las eta-
tina o como un síndrome nefrótico manifiesto (proteinuria pas más tempranas de la enfermedad, frecuentemente se
en rango nefrótico, edemas, hipoalbuminemia y dislipide- comprometen las nefronas yuxtamedulares. Puede haber ci-
mia). También se puede presentar con hipertensión (50-60% catrización periglomerular y grados variables de atrofia tu-
de los pacientes), hematuria microscópica (20%) y deterioro bular y fibrosis intersticial. Las lesiones glomerulares focales
variable de la función renal. Si solo se presenta como síndro- segmentarias aparecen como zonas de colapso de las mem-
me nefrótico (sobre todo en niños o adolescentes) y se tiene branas basales, con matriz mesangial aumentada y depósitos
la sospecha inicial de una enfermedad por cambios mínimos, proteicos de carácter fucsinófilo en la luz en forma de hiali-
la no respuesta a corticoides debe hacernos plantear la posi- nosis (de ahí el nombre de glomerulosesclerosis focal seg-
bilidad de una GEFS, en cuyo caso la biopsia renal está ple- mentaria con hialinosis), por que se producen por atrapa-
namente indicada. miento de proteínas (IgM y C3) y no por mecanismo
inmunológico. Frecuentemente hay acumulaciones lipídicas,
células espumosas e hiperplasia podocitaria. Los glomérulos
Diagnóstico sin lesiones focales segmentarias aparecen ópticamente nor-
males. Los estudios de inmunofluorescencia no muestran
El diagnóstico definitivo de la GEFS primaria requiere la depósitos inmunes característicos, aunque a veces pueden
realización de una biopsia renal y descartar las causas secun- verse depósitos de IgM y C3. La microscopía electrónica
darias (tabla 4). muestra fusión de los pedicelos, desaparición difusa y des-
La proteinuria puede mostrar valores desde 1 g hasta más prendimiento de los mismos, esclerosis mesangial y ausencia
de 20 g al día. En casos de proteinuria nefrótica, es frecuente de depósitos inmunes. La enfermedad progresa afectando al
encontrar en el sedimento cuerpos ovales y cilindros hiali- resto del ovillo, evolucionando hacia la esclerosis glomeru-
nos. La microhematuria se puede ver hasta en el 20%, pero lar.
la hematuria macroscópica es muy infrecuente. Algunos autores han tratado de clasificar las lesiones his-
La hipoalbuminemia puede ser a veces menor de 1 g/dl. tológicas encontradas por microscopía óptica. La clasificación
Tanto el colesterol como sus fracciones y los triglicéridos de Columbia del año 2003 es una de las más estudiadas y
pueden estar muy aumentados. En los casos de GEFS secun- agrupa a la GEFS primaria en 5 variantes histológicas: lesión
daria a la obesidad, los pacientes presentan de forma caracte- tip, lesión perihiliar, lesión celular, lesión colapsante y lesión
rística glomerulomegalia con proteinuria nefrótica pero sin clásica o no especificada en alguna de las anteriores (NOS
hipoalbuminemia ni edemas. Estos pacientes se benefician [not otherwise specified]). La más frecuente es la NOS, la tip es
de la reducción de peso, con remisión de la proteinuria sin la de aparente mejor pronóstico y se caracteriza por la escle-
necesidad de recibir inmunosupresores. rosis confinada al segmento adyacente al origen del túbulo
La presencia de un deterioro crónico de la función renal proximal. La variante colapsante muestra un colapso segmen-
puede conllevar la presencia de anemia. tario de los capilares con hipertrofia e hiperplasia de las célu-
También son frecuentes las alteraciones en las proteínas las epiteliales envolventes. Esta variante es la menos frecuen-
de la coagulación (incremento de los factores V, VII, VIII, X te en las diversas series publicadas, pero la de peor pronóstico.
y fibrinógeno) y el aumento de las plaquetas. La proteinuria También de manera secundaria esta lesión se asocia a la infec-
condiciona además la pérdida de la antitrombina III y los ción por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), he-
factores XI y XII. Todo ello conlleva un incremento en el patitis C, lupus eritematoso sistémico (LES) y tratamiento
riesgo de trombosis, sobre todo en el contexto de un síndro- con pamidronato endovenoso. La figura 14 muestra diversas
me nefrótico con hipoalbuminemia intensa. imágenes de la histología renal en la GEFS primaria.

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Enfermedades del sistema nefrourinario

A B 5 a 10 años de la presentación. En
pacientes tratados casi el 50% pro-
gresa a estadios terminales. Dentro
de los factores de mal pronóstico
descritos están: niveles de creatinina
y de proteinuria en el momento de
la biopsia renal, remisión de la pro-
teinuria y del síndrome nefrótico
después del tratamiento inmunosu-
presor, variante histológica celular y
colapsante y el compromiso túbulo-
C D intersticial severo en el momento
de la biopsia renal.
La no remisión del síndrome
nefrótico y la función renal basal
parecen ser los mejores indicado-
res pronósticos de supervivencia
renal. Casi el 50% de los pacientes
que no logran la remisión de la
proteinuria (parcial o total) alcan-
zan el estadio de enfermedad renal
terminal en 6 años frente a menos
E F del 15% de los pacientes que sí lo-
gran dicha remisión.
Los pacientes que se presentan
con deterioro importante de la
función renal en el momento de la
biopsia y que progresan rápida-
mente a enfermedad renal terminal
son los de mayor riesgo para pre-
sentar recidiva o recurrencia de la
GEFS después de realizado el tras-
plante renal. La posibilidad de re-
G H cidiva es del 20-30% y existe un
15-20% de riesgo de falla del injer-
to renal debido a la recurrencia de
la GEFS primaria.

Manejo terapéutico de la
glomeruloesclerosis focal
y segmentaria

El primer paso en el manejo de la


Fig. 14. Patrones histológicos en la glomeruloesclerosis focal y segmentaria primaria. (A) Detalle de una lesión
GEFS debe ser establecer si es pri-
en zona yuxtamedular. Tricrómico de Masson. (B) Glomérulo con ovillos con colapso de las membranas basales
e hiperplasia de los podocitos (flechas). Tricrómico de Masson. (C) Lesión focal segmentaria con material hiali­ maria o secundaria a alguna causa
no (flechas). Tricrómico de Masson. (D). Típica lesión de hialinosis de carácter fucsinófila (flechas). Tricrómico conocida y potencialmente tratable.
de Masson. (E). Fijación periférica del suero anti-C3. Inmunofluorescencia anti-C3. (F). Glomérulo con lesión El manejo sintomático del síndro-
“perihiliar”. Tricrómico de Masson. (G) Lesión periférica en “tip” (flecha). Tricrómico de Masson. (H). Ovillo
glomerular con lesión tipo “colapsante”. Tricrómico de Masson. Cortesía del Dr. Antonio Barat. me nefrótico y de la hipertensión
incluye la restricción dietética de sal
y de líquidos, el uso de diuréticos de
asa y el bloqueo del sistema renina-
Pronóstico de la glomeruloesclerosis focal angiotensina-aldosterona (SRAA) con inhibidores de la enzi-
y segmentaria ma convertidora o de los antagonistas de los receptores de
angiotensina. Con el bloqueo del SRAA, se logran reducciones
Una minoría de los pacientes logra una remisión espontánea de casi el 50% de la proteinuria basal y disminuye la progre-
de la proteinuria (menos del 5%) y en pacientes no tratados, la sión de la enfermedad renal crónica. Se requiere un monitoreo
mayoría progresa a enfermedad renal terminal en un lapso de del potasio sérico y a veces el filtrado glomerular o la creatini-

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Glomerulonefritis crónicas

na deben disminuir o aumentar de manera reversible, en un TABLA 5


Causas más importantes de la nefropatía membranosa
15-20% para asegurarnos de su efecto farmacológico. El uso
de antagonistas de la aldosterona es una opción prometedora Idiopática: en un porcentaje de pacientes existen anticuerpos frente a la PLA2R
con la posibilidad de prevenir la fibrosis renal, pero no se ha Infecciones: hepatitis B y C
estudiado detenidamente en la GEFS. Las estatinas están indi- Neoplasias: carcinomas (85% de los casos), leucemia y linfoma
cadas para el manejo de la dislipidemia. Autoinmunes: lupus eritematoso sistémico, tiroiditis, artritis reumatoide
Respecto a la inmunosupresión, no existe un esquema ideal Fármacos: AINE (diclofenaco), D-penicilamina, sales de oro, terapia anti TNF
para la GEFS por el escaso número de ensayos clínicos con- Otras: de novo en el trasplante renal, diabetes mellitus
trolados, bien ponderados y de seguimiento prolongado. Los AINE: antiinflamatorios no esteroideos; PLA2R: fosfolipasa A2 tipo M; TNF: factor de
necrosis tumoral.
corticoides constituyen la primera línea de tratamiento. En ge-
neral, se logran remisiones entre el 25-40%, pero la persis-
tencia de la proteinuria después del tratamiento es frecuente.
En casos de recaídas o no respuesta a los esteroides, los anti- TABLA 6
calcineurínicos (ciclosporina) son la alternativa mejor estudia- Etiología de la nefropatía membranosa de acuerdo con la edad
da. Se logran disminuciones del 50% en los valores de la
Niños de menos Adultos mayores
proteinuria basal y casi el 70% de los casos logra preservar la de 16 años de 60 años
función renal. Sin embargo, el riesgo de recaída es alto des- Infecciones virales 53% 2%
pués de la descontinuación de estos agentes. El beneficio del Neoplasia < 1% 54%
mofetilmicofenolato y de la ciclosfosfamida se ha comunica- Lupus 27% 1%
do en algunas series pequeñas de pacientes, pero no se ha Fármacos 3% 38%
demostrado su utilidad en ensayos clínicos controlados y Otras 17% 5%
bien ponderados. El rituximab y la plasmaféresis parecen tener
mejor resultado si se administra de manera precoz en la re-
currencia post-trasplante renal. El beneficio en la GEFS pri-
(tabla 5). La asociación con enfermedades malignas aumenta
maria se ha observado en series pequeñas y no controladas de
con la edad, alcanzando hasta un 54% en pacientes con una
pacientes con síndrome nefrótico severo y refractario a la
edad superior a los 60 años. La presentación clínica en ambas
mayoría de los inmunosupresores. Una aproximación al ma-
nefropatías, primaria y secundaria, es muy similar, y el térmi-
nejo integral de la GEFS primaria, incluyendo la inmunosu-
no idiopático se aplica una vez que se han excluido las causas
presión sugerida por las recientes guías KDIGO sobre glo-
secundarias a través de la historia clínica, el examen físico y
merulonefritis y las complicaciones asociadas al síndrome
los estudios analíticos. Al contrario que en el adulto, la nefro-
nefrótico, como infecciones, trombosis y fracaso renal agudo
patía membranosa es rara en los niños y, cuando aparece,
se muestran en la figura 15.
suele asociarse a una enfermedad inmunológica como la he-
patitis B o el lupus. La implicación de cada una de las causas
varía en relación a la edad (tabla 6).
Nefropatía membranosa
Introducción
Anatomía patológica
La nefropatía membranosa primaria o idiopática es la causa
más importante del síndrome nefrótico en los adultos, des- La nefropatía membranosa se caracteriza a nivel óptico por
pués de la nefropatía diabética. Morfológicamente, se ma- mostrar como lesión relevante un engrosamiento difuso de
nifiesta por el engrosamiento de las membranas basales de las membranas basales de los capilares glomerulares, sin au-
los capilares glomerulares, debido a la presencia de depósi- mento de la matriz mesangial ni proliferación celular eviden-
tos electrón densos no organizados, subepiteliales e intra- te (fig. 16). El aspecto engrosado de la membrana basal se
membranosos, que por inmunofluorescencia corresponden debe a la presencia de depósitos granulares de inmunocom-
fundamentalmente a IgG. Aunque en la mayoría de los pa- plejos circulantes o formados in situ, localizados en la ver-
cientes la enfermedad progresa de manera relativamente tiente epitelial (fig. 17).
lenta, aproximadamente un 40% de los pacientes desarro- El estudio combinado de microscopía óptica, inmu-
llan insuficiencia renal terminal, sobre todo en aquellos pa- nofluorescencia y/o técnicas inmunohistoquímicas y, sobre
cientes con síndrome nefrótico persistente a pesar del tra- todo, la microscopía electrónica, proporciona una secuencia
tamiento. cronológica de las lesiones de la membrana basal en cuatro
En la mayoría de los casos, el agente etiológico es desco- estadios, lo cual es de gran interés práctico, al facilitar de una
nocido, y por eso recibe el nombre de idiopática. Las nefro- forma rápida encuadrar el tipo predominante de afectación
patías membranosas secundarias pueden representar hasta membranosa, si bien las lesiones pueden ser diferentes de
un tercio de los casos, y suelen asociarse a enfermedades au- unas asas a otras. Consideraremos a continuación los hallaz-
toinmunes (por ejemplo, lupus eritematoso sistémico), infec- gos morfológicos de la glomerulonefritis extramembranosa
ciones (por ejemplo, hepatitis B y C), medicamentos (por de causa idiopática en sus diferentes estadios, queda excluida
ejemplo, antiinflamatorios no esteroideos [AINE], D-penici- la glomerulopatía extramembranosa del lupus, ya que la
lamina y oro) y neoplasias (cáncer de colon, riñón y otros) morfología es básicamente similar.

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Enfermedades del sistema nefrourinario

Sospecha clínica de GEFS


S. Nefrótico/proteinuria subnefrótica
Disminución de la FR
HTA
Microhematuria

Descartar causas secundarias


de GEFS

GEFS secundaria En todos los casos: No causa secundaria


Fármacos Manejo del SNo y de la HTA.
Infecciones (restricción hidrosalina, diuréticos, bloqueo del
Neoplasias SRAA).
Pérdida neuronal Manejo de la dislipidemia (estatinas). Bx renal
Obesidad Prevención de trombosis y de infecciones.
Prevención de IRA (depleción de volumen,
nefrotóxicos, etc).
Manejo de la salud ósea (Ca, vitamina D).
Patrón histológico de GEFS
Describir % glomérulos esclerosados.
Describir variante Hx.
Tratar la causa Describir compromiso túbulo-
secundaria intersticial.

GEFS con S. Nefrótico Contraindicaciones ó intolerancia a


No contraindicación de GC dosis altas de GC

PRD vo 1 mg/Kg/día (máx. 80 mg/día) ó Resistencia a GC CsA


2 mg/Kg en días alternos (máx. 120 mg). (si hay AF, sospechar Iniciar con 3-5 mg/Kg/día
De 4-16 semanas de tratamiento ó causa genética) en dosis divididas por al menos 4-6
hasta RC. meses.
Iniciar de GC desde RC por 6 meses Si hay RP ó RC, continuar
por al menos 12 meses y luego iniciar
descenso lento del fármaco.

Recaída de SNo al disminuir GC


SNo severo refractario a IS
Plasmaféresis (beneficio anecdótico).
IAPA (beneficio anecdótico).
RTX (uso compasivo).
CFA vo (2.0-2.5 mg/Kg/día por 8
semanas).
CsA vo (igual que para resistencia).
TAC vo (0.05-0.1 mg/Kg/día bid).
MMF vo (750-1000 mg bid), para
pacientes intolerantes a GC, CFA
ó CsA.

Fig. 15. Algoritmo de tratamiento y seguimiento en la glomeruloesclerosis focal y segmentaria. AF: antecedentes familiares; Bx: biopsia; CFA: ciclofosfamida; CsA:
ciclosporina A; FR: función renal; GC: glucocorticoides; GEFS: glomeruloesclerosis focal y segmentaria; HTA: hipertensión arterial; Hx: histología; IAPA: inmunoadsor­
ción con proteína A; IRA: insuficiencia renal aguda; PRD: prednisona; MMF: mofetilmicofenolato; RP: remisión parcial; RC: remisión completa; RTX: rituximab; SNo:
síndrome nefrótico; SRAA: sistema renina-angiotensina-aldosterona; TAC: tacrolimus; vo: vía oral

Estadio I denso no organizado (fig. 18), osmiófilo, en la vertiente epi-


En el seno de una arquitectura renal bien conservada, los telial de la membrana basal, de disposición bastante irregular.
glomérulos muestran unos ovillos de celularidad habitual La presencia de depósitos subendoteliales y mesangiales,
con apariencia de “ópticamente normales”. Sin embargo, en membrana basal tubular, así como de IgA e IgM, C3 y C1q
la inmunofluorescencia destaca la presencia de IgG en las obligaría a plantear como primera opción descartar una ne-
paredes de los capilares, con una imagen granular bastante fropatía membranosa lúpica.
homogénea a lo largo de la membrana basal. La fijación del
suero anti-C’3 es inconstante, con la misma disposición Estadio II
granular que la IgG. No es habitual en las formas primarias Existe un engrosamiento difuso de la membrana basal con
la presencia de C1q, C4, IgM, IgA. La microscopía electró- proyecciones membranoides en el lado epitelial, claramente
nica pone de manifiesto la existencia de material electrón visibles con la plata metenamina, por ser argirófilas, en forma

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Glomerulonefritis crónicas

Fig. 16. Glomérulo con engrosamiento difuso de las membranas basales. H&E. Fig. 18. Escasos y pequeños depósitos electrón densos en vertiente epitelial de
la membrana basal. ME.

Fig. 17. Depósitos subepiteliales teñidos en rojo. Tricrómico de Masson.

Fig. 20. Fijación granular del suero anti-IgG a lo largo de las paredes de los ca­
pilares. IF IgG.

con las técnicas argénticas. Existe una desaparición de los


pedicelos.

Estadio III
Caracterizado por un engrosamiento más manifiesto de la
membrana basal, como consecuencia de la formación de una
membrana basal que rodea a los depósitos con fusión de las
porciones distales de las proyecciones membranoides, por lo
que ésta muestra un aspecto engrosado con depósitos total-
mente rodeados por la membrana basal. El depósito de IgG
es positivo y parecido al del estadio II, y a veces es difícil
Fig. 19. Aspecto espiculado de la membrana basal. Plata metenamina distinguir el estadio de la lesión. Ultraestructuralmente, se
aprecian focos de vacuolización intramembranosa.

de “púas de peine”, originando un aspecto estriado a la mem- Estadio IV


brana basal (fig. 19). Por inmunofluorescencia, hay un im- La lesión de la membrana basal es aún más manifiesta, con
portante depósito de IgG a lo largo del contorno de la mem- un aspecto de rigidez y disminución de las luces que se acom-
brana basal (fig. 20). La presencia de C’3 es inconstante y con paña de obsolescencia, con escaso componente celular. La
imagen muy similar al de IgG. Ultraestructuralmente, la inmunofluorescencia muestra la presencia de IgG, en escasa
membrana basal aparece espiculada con material electrón a mediana intensidad, con el suero anti-IgG de distribución
denso entre las proyecciones membranoides ya observadas granular muy irregular. Puede haber C’3 de forma discreta.

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Enfermedades del sistema nefrourinario

Los túbulos proximales contienen lípidos y gotas de inclu- Hallazgos clínicos


sión proteica. La aparición de glomérulos esclerosados, focos
inflamatorios, atrofia tubular y fibrosis intersticial son mar-
La mayoría de los pacientes con nefropatía membranosa
cadores de peor pronóstico. Es habitual encontrar en el in-
(aproximadamente el 80%) se presentan con síndrome nefrótico,
tersticio grupos de células espumosas que corresponderían a
y el resto son diagnosticados después de una evaluación de una
los glomérulos en vías de esclerosis.
proteinuria asintomática. Debido a que la patología se debe a
A pesar del interés morfológico de los diversos estadios
la acumulación gradual de depósitos subepiteliales y al daño
de la enfermedad, no se ha encontrado una correlación estre-
podocitario consiguiente, las características del síndrome ne-
cha entre los diversos estadios y la gravedad de la clínica y
frótico, en particular el aumento de peso y el edema de las
evolución de los pacientes.
extremidades inferiores, se desarrollan a un ritmo más lento
que el observado en pacientes con la enfermedad de cambios
mínimos o glomeruloesclerosis focal primaria, por lo que el
Patogenia inicio exacto de la enfermedad es menos fácil de reconocer. La
intensidad de la proteinuria es variable, desde un rango subne-
La presencia de depósitos inmunes de IgG y complemento
frótico a más de 20 g al día. Por lo general, está presente du-
de manera granular a lo largo de la membrana basal sugiere
rante varios meses antes del diagnóstico mediante biopsia re-
una enfermedad autoinmune. Los depósitos se localizan,
nal, lo que pone de manifiesto el desarrollo más gradual de
predominantemente o exclusivamente, en el área subepitelial
esta fase de la enfermedad. La hematuria microscópica se ob-
de la membrana basal glomerular. El podocito glomerular
serva hasta en el 50% de los pacientes, pero los cilindros he-
parece que es la diana de la agresión inmunológica. Los mo-
máticos son raros. También son comunes la presencia de cuer-
delos experimentales de nefropatía membranosa sugieren
pos grasos por la lipiduria y la glucosuria en presencia de
que los depósitos inmunes se desarrollan in situ, en los cuales
niveles normales de glucosa en la sangre, probablemente como
los anticuerpos IgG circulantes se dirigen contra antígenos
consecuencia de la disfunción tubular por la proteinuria.
endógenos expresados en (o cerca de) los pies podocitarios, o
La hipoalbuminemia y la hiperlipidemia intensas casi siempre
contra agentes catiónicos circulantes o antígenos de bajo
están presentes en el momento del diagnóstico.
peso molecular que han atravesado la barrera aniónica de la
Aproximadamente el 70% de los pacientes presentan ci-
membrana basal molecular. Los depósitos inmunes subepite-
fras normales de tensión arterial. La tasa de filtración glo-
liales activan el complemento que conduce a la generación
merular (TFG) suele ser también normal al inicio de la en-
del complejo de ataque a la membrana (C5b-9) y su inserción
fermedad. La insuficiencia renal aguda es poco frecuente, y
en la membrana del podocito. Esto conlleva la activación de
puede ser debida a la hipovolemia por el uso excesivo de diu-
una serie de señales intracelulares podocitarias que ocasio-
réticos y a la nefritis intersticial aguda debida a los diuréticos
nan una redistribución de la actina y la pérdida de la integri-
y otros fármacos. En ocasiones puede aparecer trombosis
dad del diafragma glomerular. Asimismo, el podocito dañado
aguda de la vena renal produciendo un infarto renal.
aumenta la producción de colágeno tipo IV y laminina, con-
Conocer el curso de la historia natural de una enfermedad
tribuyendo a la expansión de la membrana basal glomerular.
es crucial para determinar si una terapia particular es apropia-
Recientemente se ha identificado al receptor de la fosfo-
da. La nefropatía membranosa es un buen ejemplo de este
lipasa A2 tipo M (PLA2R), un receptor transmembrana que
principio general. Durante años era conocido que sin trata-
está altamente expresado por los podocitos, como un antíge-
miento la nefropatía membranosa sigue un curso caracteriza-
no importante en la nefropatía membranosa idiopática hu-
do por remisión espontánea y recaída. Recientemente, el gru-
mana. Los autoanticuerpos circulantes frente a la PLA2R se
po Español para el estudio de las enfermedades glomerulares
han observado en aproximadamente el 75% de estos pacien-
(GLOSEN) ha observado en 328 pacientes con síndrome ne-
tes, y podrían estar asociados a la actividad de la enfermedad.
frótico secundario a nefropatía membranosa que la remisión
Es desconocido si el 25% de los pacientes con anticuerpos
espontánea ocurrió en 104 (32%) de los pacientes. Después
negativos corresponde a una insensibilidad de la técnica o
del diagnóstico, la proteinuria descendió progresivamente
que la enfermedad está ligada a otros antígenos. Estos anti-
hasta la desaparición en una media de 14,7 +/- 11,4 meses.
cuerpos son predominantemente IgG4, la subclase de IgG
Aunque la remisión espontánea fue más frecuente en los pa-
más abundante en los depósitos inmunes en la idiopática
cientes con proteinuria basal más baja, también se observó en
pero no en la secundaria. De hecho, los anticuerpos anti-
algunos pacientes con proteinuria importante (entre 8-12 g/24
PLA2-R no se detectan en los casos de nefropatía membra-
horas). Un descenso del 50% en la proteinuria durante el pri-
nosa secundaria, otras glomerulonefritis secundarias o con-
mer año fue un predictor independiente de la remisión espon-
troles sanos. Existe una correlación lineal entre los anti PLA2
tánea. Estos resultados han tenido una gran acogida en la co-
y la cantidad de proteinuria. En los pacientes que alcanzan
munidad nefrológica, y han influido en las nuevas guías de las
una remisión completa en respuesta a los inmunosupresores,
enfermedades glomerulares que se publicarán en 2011.
los niveles de antiPLA2 son indetectables meses antes de que
la proteinuria desaparezca. Se están realizando estudios en
un grupo importante de pacientes y es previsible que en los Diagnóstico
próximos años sepamos si estamos en realidad ante un mar-
cador de la actividad de la nefropatía membranosa con inte- El diagnóstico de nefropatía membranosa sólo puede hacerse me-
rés diagnóstico, pronóstico y terapéutico. diante una biopsia renal. De hecho, esta exploración está indi-

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Glomerulonefritis crónicas

cada en todos los pacientes con síndrome nefrótico sin una pacientes tendrían que ser tratados con inhibidores de la en-
causa clara (por ejemplo, en un paciente con diabetes de lar- zima convertidora de angiotensina (IECA) o antagonistas de
ga duración). En los pacientes con nefropatía membranosa y la angiotensina II (ARA-2).
síndrome nefrótico se deberían realizar los exámenes que se El tratamiento en la nefropatía membranosa se iniciará
aconsejan en el síndrome nefrótico. El diagnóstico histológi- únicamente en los pacientes que presenten un síndrome ne-
co de nefropatía membranosa obliga a realizar una serie de frótico y una proteinuria persistente superior a los 4 g/d, pa-
pruebas para identificar una posible causa secundaria. La sado el periodo de observación, en los que presenten síntomas
presencia de anticuerpos antinucleares sugeriría, sobre todo si relacionados con el síndrome nefrótico y que puedan amena-
se asocia a un complemento bajo, una nefropatía membrano- zar la vida (por ejemplo, la trombosis venosa y/o la embolia)
sa lúpica. La detección de virus B y C son también obligato- o en los que la creatinina sérica ha aumentado más del 30%
rias. La búsqueda de una neoplasia responsable de la nefropa- en los 6-12 meses desde el momento del diagnóstico, y que
tía membranosa subyacente no está indicada más allá de lo no es explicable por complicaciones superimpuestas.
que sugieran los síntomas y la exploración clínica (anemia, Por el contrario, los pacientes con una creatinina sérica
sangre en heces positiva, antígeno específico prostático [PSA] superior a 3,5 mg/dl (320 μmol/l) o eGFR < 30 l/minuto por
muy elevado en hombres o mamografía positiva en la mujer). 1,73 m2 no deben ser tratados con inmunosupresores por su
En la mayoría de los pacientes con nefropatía membranosa alto riesgo y las escasas posibilidades de recuperación.
asociada a una neoplasia, ya han sido diagnosticados de esta Una vez decidido qué pacientes deberían seguir el trata-
última antes de la aparición de la proteinuria. En raras oca- miento, se inicia este utilizado el que se aplica con más fre-
siones el diagnóstico de neuropatía membranosa precede al cuencia, y que consiste en un periodo de 6 meses alternando
de la neoplasia maligna. mensualmente ciclos de corticoesteroides orales y agentes
alquilantes. En general, la ciclosporina suele preferirse al clo-
rambucil. La dosis de ciclofosfamida suele ajustarse temien-
Pronóstico do en cuenta la edad de los pacientes y el eGFR. Aunque
algunos autores extienden a más de 6 meses los agentes al-
Una predicción exacta de la posible evolución de la neuropa- quilantes, en general no suelen recomendarse por su toxici-
tía membranosa facilitaría un tratamiento más adecuado. La dad.
edad y el sexo influyen de manera importante, siendo los va- En los últimos años, está cobrando interés el uso de in-
rones de más edad los que tienen un peor pronóstico de pro- munosupresores anticalcineurínicos como la ciclosporina o
gresión hacia la insuficiencia renal. En la biopsia, el grado de el tacrolimus, sobre todo en pacientes que deciden no recibir
glomeruloesclerosis, fibrosis intersticial y enfermedad vascu- esteroides/agentes alquilantes, o en los que este régimen te-
lar se asocian con un peor pronóstico. El grado de disminu- rapéutico está contraindicado. Los anticalcineurínicos debe-
ción de la función renal en el momento del diagnóstico tam- rían ser discontinuados en pacientes que no alcanzan una
bién se correlaciona con la supervivencia a largo plazo. Una remisión parcial o completa después de 6 meses de trata-
idea aproximada del riesgo en estos pacientes, basada en la miento. En general, se sugiere que las dosis de los anticalci-
función renal y en la proteinuria se observa en la tabla 7. neurínicos se reduzcan a intervalos de 4-8 semanas para al-
canzar unos valores de aproximadamente el 50% de la dosis
inicial, continuando durante unos 12 meses más en el caso de
Tratamiento que se observe una remisión parcial o completa de la protei-
nuria y no se observe nefrotoxicidad por estos fármacos. La
Teniendo en cuenta la posibilidad de la remisión espontánea monitorización de los niveles sanguíneos de estos inmunosu-
en la mayoría de los pacientes, sobre todo en las mujeres jó- presores se debería realizar regularmente durante el periodo
venes y cuando existe un comienzo reciente de la enferme- inicial de tratamiento, y cuando hay un aumento inexplicable
dad, se deberá observar durante un periodo de, al menos, 6 en la creatinina sérica (superior al 20% durante el tratamien-
meses. Por supuesto, estos pacientes deberían recibir, ade- to).
más, los abordajes terapéuticos señalados en el apartado de Diversos estudios clínicos han demostrado que estos fár-
tratamiento general de las enfermedades glomerulares. Estos macos inducen la remisión de la proteinuria (completa o par-
cial en más del 70%). El tratamiento prolongado puede com-
plicarse con efectos adversos como hipertensión y
TABLA 7 nefrotoxicidad. Un problema adicional es que casi el 50% de
Riesgo de progresión de categorías los pacientes recidivan una vez que el fármaco se retira. Una
Riesgo bajo
alternativa sería administrar una dosis baja de anticalcineurí-
Creatinina sérica y aclaramiento de creatinina normal más proteinuria inferior
nicos de manera prolongada. Recientemente, el grupo Espa-
a 4 g/día durante 6 meses de observación ñol GLOSEN ha demostrado en un grupo limitado de pa-
Riesgo medio cientes que el tratamiento con rituximab durante 4 semanas
Aclaramiento de creatinina normal o casi normal y proteinuria persistente con una dosis semanal de 365 mg/m? en pacientes en remi-
≤ 4 g al día - ≤ 8 g/día durante 6 meses de tratamiento conservador sión con anticalcineurínicos puede ser efectivo para evitar la
Riesgo alto dependencia de esos fármacos.
Deterioro de la función renal y/o proteinuria persistente ≥ 8 g/día en menos Aunque en el pasado se utilizaron los corticoesteroides
de 6 meses de observación
en monoterapia, como tratamiento inicial en la nefropatía

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Enfermedades del sistema nefrourinario

Crook ED, Habeeb D, Gowdy O, Nimmagadda S, Salem M. Effects os


membranosa hoy no están indicados. Del mismo modo, no steroids in focal segmental glomerulosclerosis in a predominantly Afri-
deberían utilizarse de inicio fármacos en monoterapia, como can-American population. Am J Kidney Dis. 2005;33:19-24.
el micofenolato, el ACTH o el rituximab. ✔•   D’Amico G. Natural history of idiopathic IgA nephropathy and
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Los pacientes con nefropatía membranosa resistentes al 2004;24:179.
tratamiento inicial con agentes alquilantes podrían ser trata- ✔ D’Amico G, Ferrario F. Mesangiocapillary glomerulonephritis. J Am Soc
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dos con anticalcineurínicos y viceversa. Los casos de recidiva D’Agati VD, Fogo AB, Bruijin JA, Jennette JC. Pathologic classification
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tica deberían tratarse con la misma terapia con la que se con- ✔•   Donadio JV, Grande JP. IgA nephropathy. N Engl J Med.
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siguió la remisión inicial.
Dragovic D, Rosenstock JL, Wahl SJ, Panagopoulos G, DeVita MV, Mi-
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berían ser considerados para el tratamiento anticoagulante Fernández-Fresnedo G, Segarra A, Gonzáles E, Alexandru S, Delgado R,
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Es de esperar que en los próximos años la mejor com- 2009;4:1317-23.
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