FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Psicología Social y Comunitaria

“Relevamiento de Representaciones Sociales de Género”

2015
 PSICOLOGIA SOCIAL Y COMUNITARIA

Podríamos afirmar que con la representación, aquello de lo que se habla se

hace presente en la mente, en la consciencia; es una sustitución, es el estar en
lugar de, el re-presentar; es un acto mental donde algo es representado y ese
algo se corresponde con un objeto, un acontecimiento, una persona, una idea.
Jodelet (1984) agrega que no existe una representación social que no se
asocie a un objeto, aunque este sea mítico o imaginario.

Las representaciones están mediadas por la cultura y esto tiene una

implicación, su estudio pasa por una comprensión de las orientaciones y los
sentidos que los sujetos desde sus contextos culturales, les van otorgando en
forma cambiante.

Los roles de género, se definen como “un conjunto de tareas y funciones que
se asignan a una persona o a un grupo de personas dentro de una cultura o un
grupo social determinado” las valoraciones, consideraciones y
representaciones son las responsables del mantenimiento de los roles
asignados socialmente a cada uno de los sexos; emergen así los estereotipos
de género, definidos como creencias populares sobre los atributos que
caracterizan a una categoría social específica. El sexismo por su parte, se
corresponde con “aquellas conductas sociales discriminatorias basadas en el
sexo de los individuos y en los roles socialmente aceptados”

Algunos de los frentes donde se observan estas prácticas: los libros de texto, el
lenguaje escolar, el trato entre chicos y chicas en las instituciones educativas,
sus valores, los modelos de masculinidad y feminidad, las relaciones de
dominación, la competencia académica de hombres y mujeres, la violencia
escolar.

Dentro de las representaciones sociales emergentes en la actividad del teatro

espontaneo surgió ¿qué es ser una mujer? La posición subordinada de la
mujer, sigue siendo invisible para muchas y muchos. No nos damos cuenta, es
decir, no estamos conscientes, de que vivimos en un mundo definido por
hombres; que de la condición biológica que nos permite engendrar, parir y
amamantar, no emana una habilidad especial para educar, criar, cuidar, limpiar,
es decir, nuestro sexo biológico no secreta ninguna hormona o cosa por estilo
que nos defina como las destinatarias de las tareas reproductivas. Sin
embargo, esto forma parte de nuestras identidades; ser mujeres pareciera
significar: ser madres, esposas, amas de casa, educadoras, estar peinadas,
maquilladas, depiladas, entre otras cosas.
Surge a su vez como representación la figura masculina, ¿Qué es ser un
hombre? El estereotipo de hombre pareciera ser la figura de fortaleza, el
hombre proveedor, la masculinidad, el hombre no debe expresar sus
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Emociones, debe mostrar que es fuerte, desde pequeños se les impone este
mito, lo que va condicionando su comportamiento y rigiendo su actuación a
ocultar sus sentimientos.
El rol productivo del hombre, donde debe de actuar siempre como sustentador
del hogar. Una carga demasiado pesada la de ser hombre bajo este
estereotipo.
La vida agitada que vive el hombre en la sociedad le exige más esfuerzo de lo
que puede aguantar el cuerpo. El empeño excesivo de los hombres de tener
una imagen fuerte genera un malestar y los mantiene constantemente
estresados. La cultura es un factor que condiciona el comportamiento de cada
hombre. Las presiones sociales van en aumento y afectan el estado de salud
de todos.
Los estereotipos que encierra la mística masculina le exigen al hombre ocultar
sus temores bajo un porte de aparente fortaleza y sus sentimientos tras una
máscara amenazante. A los hombres se les prohíbe severamente que
confiesen sus dudas o pidan ayuda. Desde pequeños se les enseña que no
pueden llorar ni quejarse, sino aguantar y ser valientes en todo momento.
Para la sociedad los desahogos sentimentales son exclusivamente para las
mujeres y si el hombre cede a sus emociones se convierte en blando, débil, en
una mujer. Poco a poco las tradiciones de ocultar su dolor y poner sardina a
todos sus sentimientos lo hacen perder la capacidad de sentir, ser seres
humanos, afectuosos y vulnerables.

Otra representacion que aparece en el teatro espontaneo es la de la necesidad

de una identidad, es preciso que el ser humano “se defina”, ya sea como
hombre, como mujer pero que tome una posición, no hay lugar para la duda,
para la indecisión o “eres algo o no eres nada”. Pareciera que es necesario
tomar posición sobre el género para lograr identidad. Si bien la sociedad ha ido
mutando y las necesidades son distintas y la diversidad emerge, queda mucho
por asimilar, por entender de la diferencia, por la libertad de elegir desde donde
uno se siente cómodo para posicionarse sin estar marcados por el estereotipo
de “normalidad”, de “genero”, de lo que es ser un hombre o una mujer.

Personalmente considero que esta experiencia propuesta desde la cátedra, fue

interesante y movilizadora, y nos deja abierto un abanico de interrogantes
acerca del género, de los estereotipos y los prejuicios que conviven al día de
hoy en la sociedad y la posibilidad de pensar desde que lugar posicionarnos y
no solo desde el género hombre, mujer, gay, transexual, sino ante todo como
seres humanos que conviven en sociedad tolerando la diferencia.