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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y


CONTABLES

MAESTRÍA EN METODOLOGÍAS DE INVESTIGACIÓN


ECONÓMICA Y SOCIAL

TESIS:
FACTORES QUE CONDUCEN A LA PRÁCTICA DE LA
MENDICIDAD EN LA CIUDAD DE TEGUCIGALPA

SUSTENTADA POR:
ROGERS EDUARDO CABRERA SANDOVAL

PREVIO A OTORGAR EL GRADO DE MASTER EN


METODOLOGÍAS DE INVESTIGACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL

ASESOR: MSc. EDWIN MEDINA

TEGUCIGALPA, HONDURAS

NOVIEMBRE 2016
1
AUTORIDADES UNIVERSITARIAS

LICDA. JULIETA CASTELLANOS RUIZ


RECTORA

ABOG. EMMA VIRGINIA RIVERA MEJÍA


SECRETARIA GENERAL

LICDA LETICIA SALOMON


DIRECTORA DEL SISTEMA
DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

MAE. BELINDA FLORES DE MENDOZA


DECANA DE LA FACULTAD
DE CIENCIAS ECONÓMICAS, ADMINISTRATIVAS Y
CONTABLES

DOCTOR HENRY RODRIGUEZ COREA


COORDINADOR MAESTRIA EN METOLOGIAS DE
INVESTIGACION ECONOMICA Y SOCIAL

2
DEDICATORIA

A Dios mi padre celestial, por ser el principal guía y arquitecto de mi camino. A mi madre Lidia
A. Sandoval Espinal, por su gran y valioso aporte como fiel acompañante en mi crecimiento
personal y profesional; lo que soy y seré es todo gracias a ti. A mi padre Roger Cabrera Acosta,
por cada una de sus valiosas enseñanzas e inculcar en mí, la importancia de emprender cualquier
actividad con excelencia.

3
AGRADECIMIENTOS

A Dios, por su respaldo en cada paso de mi vida y por permitirme lograr mis metas académicas,
familiares y personales.

A mis padres, quienes, con sus exigencias y enseñanzas, me han orientado y apoyado en cada
etapa de mi vida.

A cada una de las personas entrevistadas, por brindarme su confianza y permitirme conocer
parte de sus vidas.

A Gabriela Alejandra Elvir Zepeda, por su gran y constante apoyo durante el curso de mis
estudios en la maestría.

A mis asesores por su apoyo y guía en este trabajo de investigación.

A mi familia, principalmente a mis hermanos, particularmente a Erick Alexander Cabrera


Sandoval, por ser mi compañero de aventura durante el trabajo de campo.

A Amílcar Iván Valladares, por sus constantes y valiosas enseñanzas dentro del área psicológica,
pero más que un gran mentor, un gran amigo.

A Brayan Emir Montesinos y a Judith Yizell Rodríguez grandes colaboradores de este proceso
de investigación.

A Johanna Merari Moncada Ramos, por sus ideas y observaciones; cambiando sus amadas
estadísticas por grandes reflexiones.

4
TABLA DE CONTENIDOS

Página
Introducción 1

Capítulo I: Planteamiento del Problema 3


1.1 Antecedentes 4
1.2. Enunciado del Problema 7
1.3. Preguntas de Investigación 8
1.4. Objetivos de la Investigación 9
1.5. Justificación 9

Capítulo II: Marco Referencial 11


2.1. Reseña Histórica 12
2.2. Honduras en Cifras 18
2.2.1. Marco Geográfico del Municipio del Distrito central 19
2.3. Marco Legal 22
2.4. Pobreza y Grupos Excluidos 26
2.5. Mendicidad y Limosna 28
2.6. Causas de la Mendicidad 34
2.6.1. Determinantes Sociales para Ejercer la Mendicidad 36
2.6.2. Determinantes Económicos para Ejercer la Mendicidad 39
2.6.3. Determinantes Personales para Ejercer la Mendicidad 40
2.7. Efectos de la Mendicidad 42
2.8. Mendicidad como Problema Social 43
2.9. Mendicidad y Economía 46
2.10. Enfermedades Psico-sociales y Mendicidad 51
2.11. Mendicidad y Discapacidad 54
2.12. Estrategias para Erradicar la Mendicidad 56

Capítulo III: Metodología de la Investigación 60


3.1. Enfoque de Investigación 61
3.2. Alcance de Investigación 61
3.3. Diseño de Investigación 61
3.4. Participantes 62
3.5. Categorías de Análisis 64
3.6. Descripción del Método y las Técnicas de la Investigación 65
3.7. Descripción de los Instrumentos para la Recolección de la Información 65
3.8. Fuentes de Información 66

5
Capítulo IV: Factores Asociados al Ejercicio de la Mendicidad 67
4. Presentación de Resultados 68
4.1. Aspectos Sociales Asociados a la Mendicidad 70
4.1.1. Familia y Vivienda 70
4.1.2. Condiciones de Salud 74
4.1.3. Formas de Apoyo 75
4.1.4. Características Delictivo – Penales 78
4.2. Aspectos Económicos Asociados a la Mendicidad 79
4.2.1. Prácticas de la Mendicidad 79
4.2.2. Condiciones Laborales 86
4.3. Características de Personalidad Asociadas a la Mendicidad 88
4.3.1. Estado Mental 88
4.3.2. Personalidad 92
4.3.2.1 Análisis del Test de los Colores de Lüscher 92
4.3.2.2. Auto Descripción de los Sujetos 94
4.4. Análisis Global 99

Capítulo V: Conclusiones, Aproximación de Propuesta para la Atención de los


Mendigos, y Recomendaciones 102
5.1. Conclusiones 103
5.2. Aproximación de propuesta para la atención de los mendigos 107
5.3. Recomendaciones 109

Lista de Referencias 111

Anexos 117

6
RESUMEN

Los resultados de este trabajo responden a una investigación cualitativa donde se analizaron
factores socio-económicos, posibles alteraciones cognitivas en la capacidad de atención y
concentración, funciones ejecutivas, memoria, lenguaje, habilidades visuoconstructivas,
pensamiento conceptual, cálculo y orientación; como también características de personalidad
que conducen a la práctica de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras; para ello
se entrevistó un total de 23 adultos que se dedican a pedir dinero en las calles a través de la
solicitud de limosnas utilizando diversas estrategias; adicionalmente se profundizaron ciertos
análisis evaluando de forma adicional a 18 de los 23 mendigos, haciendo uso del examen del
estado mental (MoCA) y el test de los colores de Lüscher.

Dentro de los resultados más relevantes destacan que las personas que practican la mendicidad
provienen de entornos con limitadas expectativas familiares y un contexto de pobreza que no
les permitió continuar con sus estudios académicos, volviéndose de esta manera parte activa e
importante para la generación de ingresos económicos y brindar el sustento de sus familias. Por
otra parte, su bajo nivel de competencia limita las opciones laborales y el desempleo, los ha
obligado a mendigar para afianzarse de ingresos, decisión que es tomada principalmente para
utilizar el dinero obtenido en su alimentación diaria.

Entre los hallazgos se encontró que las capacidades cognitivas más debilitadas son el lenguaje,
la capacidad de abstracción y el recuerdo referido, componentes mentales que se ven
disminuidos al no ser de suma relevancia para mendigar. En relación a las características de
personalidad estas giran alrededor de sentimientos de minusvalía o fracaso, los cuales se evaden
a través de un profundo optimismo y la autopercepción de honradez (donde pedir es mejor que
robar), también destaca la extrema confianza en apoyo externo, lo que genera la esperanza de
un futuro mejor, el cual solo será logrado gracias a otras personas o bien una fuerza divina.

Palabras Clave: Mendicidad, pobreza, desempleo, sentimientos de fracaso, Tegucigalpa.


ABSTRACT

The results of this study reflect a qualitative research where were analyzed the socio-economic
factors, possible cognitive impairment in attention and concentration, executive functions,
memory, language, visual-constructive skills, conceptual thinking, calculation and orientation;
as well as personality characteristics that lead to the practice of begging in the city of
Tegucigalpa, Honduras. This required a total of 23 adults who dedicate to ask for money on the
streets through the application of alms, using various strategies; additionally, made certain
analyzes evaluating 18 of the 23 beggars, using the mental status examination (MoCA) and the
test of Lüscher color deepened.

Among the most relevant results, highlight that people who practice begging comes from
environments with limited family expectations and context of poverty that did not allow them
to continue their academic studies, thus becoming active and important part for generating
income and provide food for his family. Moreover, their low level of competition limits
employment options and unemployment, it has forced them to beg to steady income, a decision
that is taken mainly to use the money earned in their daily diet.

Also it was found that the more debilitated cognitive abilities are language, the ability of
abstraction and the aforementioned memory, which are mental components that are diminished
because aren’t very relevant to beg. In relation to personality characteristics, these revolve
around feelings of worthlessness or failure, which are evaded through a profound optimism and
self-perception of honesty (where beg is better than stealing), also highlights the extreme
confidence in external support, which generates hope for a better future, that only will be
achieved through other people or force divine

Keywords: Begging, poverty, unemployment, feelings of failure, Tegucigalpa.


INTRODUCCIÓN

La mendicidad ha sido un problema histórico y global, de tal forma que la cantidad de personas
que demandan una ayuda o colaboración principalmente económica a otros como medida para
poder sobrevivir es muy extensa. Dicho fenómeno podría ser un claro reflejo de la exclusión
social y la pobreza extrema que impera en la sociedad, lo que obliga a varios individuos a buscar
en muchas ocasiones estrategias humillantes y en algunas otras revestirse de ideas creativas y
arriesgadas para poder hacerse de dinero, ante la percepción de relativa facilidad de ejecutar tal
actividad (Ramos, Moreno, Parada, & García, 2008).

Por ende, resultó importante la ejecución de esta investigación que aborda esta población
excluida de los sistemas económicos y sociales del país, la misma permitió comprender a estas
personas y a su vez visualizar su realidad, puesto que muchos hondureños deben afrontar sus
vidas y buscar actividades emergentes como medio para adquirir recursos y sobrevivir. Cabe
resaltar que entre mejor se conozca la problemática de la mendicidad, los gobiernos locales
podrán generar estrategias y políticas que se acoplen de una mejor manera a brindar actividades
en beneficio del desarrollo de esta población.

Es importante destacar que, para abordar a los mendigos, se utilizaron entrevistas, en las cuales
se procuró establecer un buen rapport (sintonía psicológica y emocional) el cual permitió
generar la confianza necesaria para que ellos proporcionaran información suficiente, logrando
de esta manera la comprensión de sus dinámicas de vida. A su vez se aplicó una prueba de
personalidad que orientó la búsqueda de conductas y comportamientos específicos asociados al
desarrollo de la práctica de la mendicidad.

Por todo lo planteado anteriormente resulta de vital importancia determinar y profundizar en


que elementos sociales, económicos y psicológicos conlleva a determinadas personas a
mendigar, como también es importante conocer y elaborar un perfil de los mendigos de la ciudad
de Tegucigalpa.

1
En el Capítulo I se detallan los antecedentes del fenómeno de estudio, se presenta el
planteamiento del problema, el objetivo general y los objetivos específicos, también se exponen
las razones por las cuales es necesario llevar a cabo la investigación; por su parte el Capítulo II
está compuesto por una breve reseña histórica, el marco geográfico del Municipio del Distrito
Central, los aspectos legales entorno a la mendicidad, y en última instancia se define la
mendicidad de forma conceptual con su respectiva tipología y manifestaciones, junto con
propuestas para erradicarla. Mientras que en el Capítulo III se plantea la metodología utilizada
en el estudio.

En el Capítulo IV, se presentan a detalle los principales resultados del estudio, partiendo de
aspectos sociales relacionados con la mendicidad, seguido por aspectos económicos y
continuando con las características de personalidad, para finalmente realizar un análisis global
de los elementos asociados al fenómeno de estudio. Se culmina con el Capítulo V donde se
presentan las principales conclusiones y se brindan una serie de recomendaciones para reducir
o evitar la práctica de la mendicidad en Tegucigalpa.

La investigación brinda una serie de resultados sobre los diversos factores asociados a la práctica
de la mendicidad, engloba las principales características sociales, las cuales son influenciadas
primordialmente por condiciones de pobreza y por limitadas expectativas familiares, que no
favorecieron el desarrollo académico de las personas que viven de la mendicidad. En los
resultados se exponen también las principales características económicas asociadas al
fenómeno, dentro de las cuales destacan el bajo nivel de competencia y el desempleo, el cual
obliga a muchas personas a buscar estrategias diariamente para su sustento.

Dentro de los hallazgos más novedosos en relación a la mendicidad, figuran las características
de personalidad vinculadas a la acción de mendigar, siendo principalmente los sentimientos de
minusvalía o fracaso, en su mayoría ocultos a través de un excesivo optimismo y una
autopercepción de honradez. Todos estos resultados son ampliados en la medida se avance a lo
largo del documento.

2
CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

3
1.1. ANTECEDENTES
En Latinoamérica se han realizado diversos estudios sobre la mendicidad, como ser en México,
Colombia, Ecuador, Chile y Argentina; muchos de los trabajos se centran en describir el
fenómeno, otros a su vez buscan generar estrategias para erradicarla. Estos proyectos de
investigación se concentran primordialmente en factores socioeconómicos, no existen muchas
referencias en relación a características de personalidad, que puedan estar asociadas con esta
problemática; así mismo entre alguno de los hallazgos más relevantes se encuentran:

Ramos et al. (2008) en un estudio sobre la mendicidad en el caribe colombiano analizaron las
características socioeconómicas de los mendigos, en este expone que existen dos clases de
mendigos, aquellos que ejercen la mendicidad a través de la solicitud de limosnas, y los que
practican una actividad comercial-servicio y/o entretenimiento, la cual se refleja en un 71% de
la población que mendiga. A su vez Ramos et al., detalla que las causas están vinculadas al
desplazamiento forzado, violencia intrafamiliar, despidos laborales, creencia de mejores
ingresos en la ciudad y a la anómala pobreza urbana.

Ramos et al. (2008) concluye que la mendicidad es una respuesta a la exclusión de la estructura
laboral que sufren diversas personas hasta llegar al punto de humillarse ante otros para poder
subsistir; por otra parte, el 95% de los mendigos del estudio provienen de estratos
socioeconómicos extremadamente bajos, son vulnerables económica y socialmente. Ramos el
al., también encuentra una serie de características asociadas a la mendicidad en el caribe
colombiano, una de ellas es que la mayoría son hombres dada las amplias exigencias físicas y
morales de la práctica de esta actividad, otra característica es que el 39% son jóvenes entre 18 y
25 años con capacidad de estudio y trabajo, también plantea que dicha población se encuentra
excluida a nivel social.

También se estima que para Colombia los mendigos poseen bajos niveles educativos, así mismo
la cantidad de dinero recolectada oscila al equivalente de 3$ a 6$ (66.00 a 130.00 L.) diarios y
justifica principalmente su presencia en las calles (Avendaño y Paz, 2013; Ramos et al. 2008).

Ferrante (2015) por su parte centralizó su estudio en mendigos varones que presentan
discapacidad, la investigación fue eminentemente bajo el paradigma interpretativo y un enfoque

4
sociológico, donde establece las estrategias que utiliza esta población para la supervivencia en
la Ciudad de Buenos Aires; Ferrante, alude que las ayudas brindadas se convierten
prácticamente en políticas de la discapacidad, inhabilitando socialmente a estas personas,
excluyéndolas del ámbito laboral. Expone que los mendigos terminan valorando la solicitud de
limosnas como un “trabajo” y que esto les proporciona un mecanismo de soportabilidad.

Por su parte diversos proyectos de Tesis se han realizado en Ecuador y Colombia desde 2009,
tuvieron como principal objetivo encontrar estrategias para erradicar la mendicidad en una
ciudad en específico, las propuestas engloban diversos elementos como ser la participación del
gobierno en la generación de políticas públicas, como de igual manera crear fundaciones para
atender a los mendigos, también el mejoramiento de las oportunidades económicas y laborales,
el fortalecimiento de la estructura familiar e inclusive fomentar el acompañamiento y desarrollo
psicológico de las personas en situación de mendicidad (Chiliquinga y Villarroel, 2012; González,
Pizo, Martínez y Callejas, 2009; Moncayo y Vega, 2012; Montalván, 2012).

Cabe agregar que no existen antecedentes directos sobre características de personalidad


asociadas a las personas en situación de mendicidad, el único referente general es Bordiú (1924)
quien llama a los mendigos como enfermos de la voluntad. Pero en la generalidad de estudios
en Latinoamérica escasamente abordan factores psicológicos, primordialmente se centran en la
parte socioeconómica del fenómeno.

En Honduras es un hecho que la pobreza tiene un gran impacto en nuestra sociedad, según datos
del Instituto Nacional de Estadística (INE, 2015) se estima que el 63.8% de los hogares a nivel
nacional son pobres y para el Distrito Central las cifras reflejan que un 57.2% de los hogares
viven en condiciones de pobreza, de ellos el 31.8% corresponde a pobreza relativa y 25.3% a
pobreza extrema; de esto se estima que 649,606 personas viven en condiciones de pobreza. Lo
cual refleja una alarmante situación que afecta a muchos hondureños en el día a día, y a la vez
vuelve muy probable que gran cantidad de personas opten a la mendicidad. Cabe agregar que
los datos del INE, para el Distrito Central, reflejan que la Población Económicamente Activa es
de 496,873 habitantes, siendo el subempleo invisible el mayor problema con una tasa de 38.8.

5
Siguiendo la línea de los datos anteriores, se trae a elocución el planteamiento del periodista
Septién (2015) quien argumenta:
En Tegucigalpa y Comayagüela es fácil encontrar familias completas dedicadas a pedir
limosna, siendo los niños los más utilizados por los padres de estas criaturas; aunque
muchos de ellos provienen de familias “de transacción” de mendicidad, cuyos abuelos y
padres también fueron o siguen siendo mendigos (“Familias de transacción”, párr. 2).

La representante del Fondo de las Naciones Unidas para Infancia (UNICEF) en Honduras,
Munduate (2012) expone que la mendicidad infantil está vinculada con la pobreza, siendo
familias completas que se dedican a esta actividad rozando la indigencia, mientras que otros
niños son explotados por adultos, así también existen niños y adolescentes en completo
abandono que han tenido una ruptura de su estructura familiar.

Bajo la misma línea, F. Amador (Comunicación personal, 27 de abril de 2016) con la ayuda de
la extinta Dirección Nacional del Adulto Mayor, estimaron que entre 50 y 60 adultos mayores,
eran utilizados principalmente por sus hijos para pedir dinero, así mismo el Centro de Día y
Reposo del Adulto Mayor Desprotegido y Abandonado CEDER dio seguimiento junto con el
ministerio público para presionar a los familiares a que desistieran de continuar con tales
prácticas.

Es importante notar que, en Honduras, los problemas de la mendicidad son más notorios y
evidenciados en aquellas poblaciones más vulnerables (Niños y ancianos), y por ende se
desconoce en gran medida, cómo la mendicidad tiene una incidencia en la población adulta.
Pero dicha temática ha tornado mayor relevancia en el último trimestre del 2015, dado que surge
un hito en relación al tema de la mendicidad, debido a que la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia consideró inconstitucionales los artículos 99, 100 y 119 de la ley de policía
y convivencia social, donde el último regula y castiga la mendicidad sin permiso municipal
(“Tiempo Digital”, 23 de septiembre de 2015). A pesar de tal evento, a través del acceso público
a las leyes del país, que brinda el poder judicial se encontró que la ley no ha sufrido
modificación.

6
1.2. ENUNCIADO DEL PROBLEMA
El coeficiente de Gini de Honduras es de 53.7, lo que lo ubica como uno de los 10 países más
desiguales del mundo y el número uno a nivel latinoamericano (Banco Mundial, 2016). Según
datos del INE (2015) “el 63.8% de los hogares hondureños se encuentran en condiciones de
pobreza, ya que sus ingresos se encuentran por debajo del costo de una canasta básica de
consumo que incluye alimentos y otros bienes y servicios” (p. 23). Por ende, muchas personas
no disponen de los recursos necesarios para hacer frente al diario vivir.

En la misma dirección el INE (2015) detalla que “los desalentados constituyen un grupo muy
especial y ascienden a 164,244 personas que no buscan trabajo porque piensan que no
encontrarán, la distribución por área es de 57.9% urbana y 42.1% rural” (p. 20). Otras cifras
reflejan que cerca de más de un millón de habitantes de la población hondureña, sufren de algún
problema mental y no todas reciben atención especializada, de igual manera, los factores
psicosociales como la pobreza, la violencia, el desempleo, y otros estresores son los activadores
de tales problemas (Chirinos, 2016).

A pesar de que la ciudad de Tegucigalpa, es un eje de desarrollo para el país, las estadísticas
nacionales someramente profundizan sobre la realidad que deben afrontar muchos capitalinos,
como ser las personas en situación de mendicidad, quienes al encontrarse abatidos por la pobreza
extrema, la falta de oportunidades y junto a ello las carencias educativas enlazadas con la falta
de recursos de afrontamiento, a causa de la ruptura de su entorno familiar, social y/o laboral,
sumado con posibles alteraciones psicológicas, optan como un recurso, a la solicitud de una
ayuda o limosna a otras personas que se apiaden de su situación.

Las leyes que castigan la mendicidad, fueron declaradas inconstitucionales a finales de 2015,
bajo el argumento principal de la preservación de los derechos humanos y la no criminalización
de la pobreza, aunque falta mucho para evaluar los efectos de tal evento y su ejecución real.
Constantemente se mantiene un nivel de incertidumbre para todas aquellas personas que se
dedican a realizar estas prácticas. Por lo cual es vital y necesario profundizar en el pensar y
accionar de esta población hondureña, caracterizada por su prolongada exclusión de los medios,
socialmente aceptados de producción; quienes en las consideraciones de Geremek (1989) son
valorizados de forma negativa, y más bien deben ser dignos de recibir apoyo y asistencia.
7
1.3. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
La mendicidad está presente en Honduras, no se puede hacer caso omiso a esta realidad, la
misma existe desde tiempos remotos tanto en Europa como en América Latina y su práctica se
puede deducir que es reflejo de las debilidades del sistema económico imperante.

También es inobjetable que subsistir es la principal razón del ejercicio de la mendicidad, pero
escasamente se conoce sobre las variables que motivan a desistir de la búsqueda de un trabajo o
una forma considerada socialmente más digna de obtener ingresos o insumos para cubrir las
necesidades y subsistir; considerando tales elementos, esta investigación profundizó en ¿Cuáles
son los factores asociados con la práctica de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa durante
el año 2016?

Dado que es importante ahondar en todos los elementos que puedan estar asociados con el
fenómeno, y que a su vez empíricamente destaca que el dinero es un agente primordial en tales
prácticas resulta necesario indagar ¿Cómo influyen los factores socio-económicos en la práctica
de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa?

Otras características dignas de reflexión en la población que mendiga, se encuentra en los


elementos asociados a su personalidad, puesto que se conoce poco sobre las posibles
alteraciones conductuales y psicológicas de las personas que viven de la mendicidad, de esta
manera es importante conocer ¿Qué características cognitivas y de personalidad se encuentran
asociadas a la práctica de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa?

De igual manera resultaría idóneo sistematizar la información obtenida para identificar ¿Cuál
sería el perfil de las personas que se dedican a la mendicidad y qué elementos incrementan la
posibilidad de que los mendigos opten por pedir dinero en las calles?

En última instancia, una vez comprendidas y analizadas las variables vinculadas a la


mendicidad, será de vital importancia incentivar la generación de alternativas y por tanto ¿Qué
propuestas permitirán la mejora de la calidad de vida de las personas que viven de la mendicidad
en Tegucigalpa?

8
1.4. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN

1.4.1. OBJETIVO GENERAL


Determinar los factores que conllevan a determinadas personas a excluirse de los medios
tradicionales y formales de producción económica para recurrir a la mendicidad como medio
para la obtención de ingresos y subsistir.

1.4.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS


i. Analizar los factores socio-económicos vinculados al desarrollo de la mendicidad en
la ciudad de Tegucigalpa.
ii. Describir alteraciones cognitivas y patrones conductuales vinculados con el ejercicio
de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa.
iii. Determinar el perfil del mendigo vinculando las variables y características que
propician el ejercicio de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa.
iv. Proponer estrategias para combatir la práctica de la mendicidad en la ciudad de
Tegucigalpa.

1.5. JUSTIFICACIÓN
La mendicidad es un problema social y constituye sin duda, unos de los principales retos para
gobiernos locales y nacionales, en la medida en que su solución demanda una serie de elementos
y factores que deben articularse para producir un efecto positivo sostenible en el tiempo (Ramos
et al., 2008, p.68). La mendicidad es una vía “fácil” para la obtención de ingresos, esta se da
cuando una persona no dispone de los recursos necesarios para hacer frente a los problemas de
la vida, principalmente desde el aspecto económico, buscando así el sustento principalmente en
las calles; por tanto, es de vital importancia la comprensión de este fenómeno y visibilizar a esta
población excluida, para la generación de estrategias en favor de los mismos.

Se observa diariamente en las calles, semáforos y zonas comerciales hondureños pidiendo


“limosna” como medio para sustentar sus necesidades, pero se sabe poco respecto de los
motivantes directos de por qué, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad se dedican a esta
actividad. A su vez se ignora la cantidad de adultos que, a pesar de contar con plenitud de su

9
fuerza laboral, prefieren “levantar la mano” y solicitar de una limosna. De la misma manera no
se dispone de información sobre características propias de personalidad, o como los diversos
factores económicos, sociales y familiares tienen un impacto en el desarrollo de tal práctica.

Ante la escasez de investigaciones y profundidad de estudios orientados a este grupo que se


puede considerar excluido, y reconociendo que la ciencia debe ir de la mano con la justicia, por
tal motivo es preponderante adquirir conocimiento para comprender la dinámica, características
y manifestaciones económicas, sociales, educativas, psicológicas, familiares e inclusive
migratorias de la población que se dedica al ejercicio de la mendicidad, de manera que la
información recabada permita comprender este fenómeno social y posteriormente inclusive
pueda orientar la creación de estrategias que permitan reducir esta actividad, en aras de mejorar
la calidad de vida de las personas en situación de mendicidad primordialmente en la población
adulta que tiene la fuerza y capacidad de trabajar, para comenzar a romper las cadenas que
impiden el crecimiento personal y preservan la pobreza.

Todo aporte investigativo que permita visibilizar la miseria, es un buen punto de partida para
promover el bienestar y llamar la atención del estado, como a su vez para incentivar el
crecimiento y desarrollo de una sociedad hondureña que requiere de la ciencia para su progreso,
tomando en consideración la mayor cantidad posible de individuos.

10
CAPÍTULO II

MARCO REFERENCIAL

11
2.1. RESEÑA HISTORICA
Según Bordiú (1924) en la edad antigua los habitantes de regiones como Grecia vivían en su
mayoría de actividades como la mendicidad, en Grecia se convirtió por esa época en el problema
más difícil de resolver para las autoridades, ya que las personas adineradas y el estado daban
subsidios a los vagabundos y mendigos sin tener a cambio un trabajo, lo que fortalecía el
crecimiento de esta actividad y no dejaba que el país se desarrollara de una mejor manera.

De igual forma en el imperio romano, siglo y medio antes de Jesucristo, la mendicidad tuvo su
aparición política logrando que se les diera a todos los ciudadanos el derecho a recibir ocho
libras de trigo mensuales a un precio menor a la mitad de su precio real, como consecuencia el
agro contó con menos fuerza laboral y al estado aportó personas que no querían salir de las
ciudades a trabajar al campo por la comodidad de tener un alimento casi seguro (Bordiú, 1924).

Siguiendo con las ideas de Bordiú (1924) en la edad media, las iglesias toman especial
protagonismo en la asistencia a los mendigos aboliendo la “caridad legal” ya que desde su punto
de vista “corrompían a la sociedad”. Asignaron a los diáconos la tarea de dar asistencia pública
a domicilio, sistema que duró hasta el siglo VII. Bajo el feudalismo la mendicidad adquirió
características que se constituían con un problema de grandes dimensiones, lo que hizo aparecer
a finales de la edad media la caridad legal, abolida anteriormente por la iglesia. En la edad
moderna con el desarrollo y la libertad de la industrialización se fortalecieron tanto la miseria
como la mendicidad, agudizándose la misma con las revoluciones en los siglos XVIII y XIX,
produciéndose a finales de la edad moderna una proliferación de instituciones con el fin de
memorizar los efectos de la mendicidad.

Según Rodríguez (2004) los primeros registros históricos de la mendicidad datan de la segunda
parte del Siglo XVI, con el intento de Inglaterra por suprimir la vagancia y el acto de pedir, lo
que conllevó a que se estableciera un sistema de caridad institucionalizado con la creación de
las llamadas leyes de los pobres. Estas leyes se referían a una serie de acciones y obras que se
podían realizar en favor de los pobres pertenecientes a la iglesia y eran financiadas por el estado
a través de los impuestos.

12
Desde lo expuesto por Gordon (1995) citado por Ramos et al. (2008) La revolución industrial
fue un punto de inflexión en el notable aumento de la práctica de la mendicidad en la primera
parte del siglo XIX, y a la vez elevando el costo de los fondos públicos dirigidos a las personas
denominadas mendigos lo que ocasionó cierto desdén de algunos sectores de la población hacia
las personas que practicaban esta actividad.

La mendicidad americana y europea no tienen el mismo fundamento de inicio y crecimiento, ya


que, en América surge y se desarrolla gracias a la poca productividad agropecuaria y la falta de
oportunidades en el campo, mientras en Europa el principal causante es el cambio de la mano
de obra por máquinas de trabajo, lo que hizo que las empresas en su mayoría agrícolas
contrataran menos produciendo mayores índices de desempleo. En los dos casos la actividad
mendiga se agudiza con la migración de la población a las grandes ciudades que se dio en gran
magnitud en el siglo XIX (Ramos et al., 2008).

En el contexto mexicano la mendicidad se propaga por la abundante proliferación de epidemias


en el sector salud y las crisis agrícolas. Entre los años de 1759 y 1794 existieron muchas
vicisitudes relacionas con el fenómeno de la vagancia y la mendicidad, los cambios en la reforma
borbónica colonial obligaron a incrementar los impuestos colaborando con la expansión del
fenómeno (Gómez, 1998).

En Honduras la mendicidad no es un fenómeno nuevo, empíricamente se puede afirmar que


existe y no se puede hacer caso omiso de ella, la misma tiene muchas facetas desde aquellos que
piden por necesidad utilizando diversas estrategias (p. ej. Invocar la lástima, limpiar parabrisas,
entre otros), hasta terceros que manipulan y utilizan a otras personas para afianzarse de ingresos.
Es importante hacer notar que para W. Funes (Comunicación personal, 26 de octubre de 2016)
las personas más vulnerables y propensas a ser utilizadas por personas externas son los niños y
las mujeres, agregando énfasis en que la mendicidad también es una cuestión de género y la
misma afecta principalmente a muchas mujeres.

Por otra parte, cabe resaltar que la mendicidad está regulada por la ley hondureña y tiene como
antecedentes más recientes la Ley de Policía y Convivencia Social elaborada en el año 2001,

13
donde destaca que se prohíbe mendigar sin permiso municipal entre otros elementos (Artículos
119 al 127). Pero a su vez es importante hacer ver que dicha temática no se mantiene en completo
olvido, para el caso en el último trimestre del 2015, surge un hito en relación al tema de la
mendicidad cuando la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia considera
inconstitucionales varios artículos, entre ellos el 119, bajo el argumento que viola los derechos
humanos y así mismo agregaba calificativos discriminativos, y como elemento asociado la
criminalización de la pobreza (“Proceso Digital”, 28 de noviembre de 2015). A pesar de ello,
toma realce el hecho que los artículos que regulan la mendicidad siguen siendo parte de la ley
en la actualidad.

Ahora bien los referentes más actuales para la Ciudad de Tegucigalpa, se construyen con la
trágica escena a través de las vestiduras de la pobreza, con el afán de incentivar la compasión
de las personas, tales imágenes se observan diariamente en la capital hondureña, en los bulevares
Morazán, Juan Pablo II, Centroamérica, Comunidad Económica Europea y en los alrededores
de los centros comerciales, es frecuente encontrarse personas pidiendo dinero, dentro de ellas
se encuentran madres de familia y personas aprovechadas que hacen de los niños una mercancía,
debido a que son utilizados para obtener ganancias que se podrían considerar millonarias (“La
Tribuna”, 12 de enero de 2015).

Luego de realizar múltiples investigaciones periodísticas “La Tribuna” (12 de enero de 2015),
revela en las páginas de su diario que:
…Detrás de estas estructuras de mendicidad existe una red de trata de personas, quienes
se apoderan de los lugares más transitados, alquilan a los niños a padres desalmados y
contratan a mujeres para que pidan.
La tarifa anda entre los 300 y 500 lempiras diarios, de esto le pagan 150 a la
mujer que pide, 100 a la madre que alquila el niño, y el resto es para la persona “dueña”
del punto que merodea a diario para que nadie llegue a meterse (párr. 9-10).

Bajo esta misma línea y de acuerdo con las observaciones de las investigaciones realizadas por
“La Tribuna” (12 de enero de 2015), es curioso que los infantes, no lloran y toleran muy bien
las crudezas del clima durante muchas horas durante el día, por lo que diversas organizaciones

14
sospechan que las niñeces sometidas a esta condición son drogados a través de sedantes con la
finalidad de mantenerlos dormidos y soportar toda la jornada. También, el diario profundiza por
medio de una entrevista lo siguiente:
El director de Casa Alianza, José Guadalupe Ruelas, declaró que la mendicidad es uno
de los negocios más oscuros y terribles del país, y el problema es que se está volviendo
común ver a niños y mujeres con recién nacidos pidiendo en las calles (“La Tribuna”, 12
de enero de 2015, Es un negocio oscuro, párr.1).

Bajo la línea temática es evidente que Honduras es un país que cuenta con un aparato jurídico
establecido y legisla por medio de diferentes normas, es para el caso que Ávila (2014) hace
mención a ella:
El Estado de Honduras desde el mes de septiembre de 2013, sanciona la mendicidad
como delito. Mediante Decreto 35-2013 de 27 de febrero, publicado en la Gaceta el 6 de
septiembre de 2013, el Congreso Nacional de la República adicionó al Código Penal el
artículo 179-E, mediante el cual se sanciona con pena de tres (3) a seis (6) años de
reclusión, a quien[sic] utilizando un niño o una niña, se dedique al ejercicio de la
mendicidad. Con la adopción de esta ley, el Estado de Honduras considera que el hecho
de implorar la caridad pública es una conducta que lesiona un bien jurídicamente
protegido (p.1).

Tal decreto es considerado inadecuado por Ávila (2014) quien manifiesta una postura opuesta
y negativa, bajo el siguiente argumento:
Si bien es cierto se puede decir que lo que sanciona el antes señalado artículo 179-E del
Código Penal, es la conducta de quien utilice a un niño o niña para practicar la
mendicidad, por ende, lo que se protege es la niñez hondureña de toda conducta de
personas mayores para obtener un lucro indebido a costa de los menores expuestos. Pero
resulta que el hecho de que muchas personas tengan que implorar la caridad, junto a sus
hijos, no es otra cosa más que la verdadera situación social de miseria a que son
sometidas, ante la ausencia de programas sociales que obligatoriamente deben impulsar
y poner en práctica los gobiernos (p.2).

15
Pero curiosamente a pesar de la ley, en ciertos que casos se han absuelto a determinadas personas
de esta penalidad para el caso, por medio de un Boletín Informativo en octubre de 2015 el Poder
Judicial de Honduras, expresa:
Por unanimidad de votos la Sala IV del Tribunal de Sentencia determinó absolver de
responsabilidad penal a la señora Katia Suyapa Zambrano de 42 años de edad, a quien
el Ministerio Público acusó por los delitos de Mendicidad Simple y Mendicidad
Agravada en perjuicio de sus 4 hijos menores de edad, según hechos ocurridos en
septiembre de 2014 en la ciudad de Tegucigalpa…
Al momento de rendir su declaración durante el debate Katia Suyapa Zambrano
manifestó al Tribunal lo siguiente “No sabía que pedir era un delito yo sé que robar es
malo necesito volver con mis hijos” de igual manera sus pequeñas hijas con lágrimas en
sus ojos al brindar sus declaraciones solicitaron al Tribunal que dejaran libre a su mamá
que la necesitaban que ella nunca los utilizó para pedir en las calles ya que ella es lo más
grande que Dios les ha dado (p. 1).

De igual manera el Poder Judicial a través del mismo boletín explica que esta situación ocurre
debido a que al analizar su contexto socioeconómico verificó que en efecto la señora Zambrano,
no sabía leer ni escribir y adicionalmente padece epilepsia y vitíligo, siendo víctima de esta
manera de discriminación, por otra parte, es madre soltera de siete hijos a los cuales debería dar
sustento; la Sra. también argumentó que la zona donde vive es muy peligrosa y que optaba por
llevar a sus hijos cuando estos no tenían clases. Información se logró confirmar en el juicio al
que fue llevada la imputada, e influyó en la omisión de sanciones legales.

Pero la pregunta casi obligatoria en esta situación es ¿Qué sucede si la mayoría de las personas
que se dedican a pedir dinero en las calles tienen una situación similar? Por tanto, es realmente
un tema que deber ser digno de mayor análisis y reflexión por parte del gobierno de Honduras
y la sociedad en general.

Por otra parte para la periodista W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de 2016),
quien ha investigado y reportado el fenómeno de la mendicidad en Honduras, este visto desde
un punto de vista práctico y aplicado al contexto hondureño, considera que a la actualidad la

16
mala aplicación del modelo económico (neoliberal) está obligando a muchas personas a
depender de otras; pero a su vez también abre la oportunidad a terceros para que se aprovechen
de grupos vulnerables, convirtiendo la mendicidad en un negocio para algunos sectores, quienes
utilizan principalmente niños (preferiblemente en situación de calle) y adultos mayores, para
que realicen el acto de mendigar; también algunas mujeres se ven involucradas, algunas
viéndose en la necesidad de alquilar a sus hijos para obtener ingresos, siendo esta última la
persona criminalizada, a pesar de que esta puede ser obligada por las condiciones desfavorables
de su entorno, debido a la violencia estructural de género que impera en el país.

W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de 2016), también plantea en algunos casos


la existencia de una ruta crítica donde niños son expulsados de sus casas, posteriormente
comunidades y su destino final en muchas ocasiones es andar pidiendo dinero en las calles (p.
ej. Centro de Tegucigalpa) Muchos de estos niños y jóvenes resultan ser víctimas de explotación
económica y son más propensos a convertirse en adultos que lleguen a depender de algún vicio
(p. ej. Inhalantes).

En este mismo orden y dirección se plantea que a la fecha existe persecución para personas que
practican la mendicidad, por ejemplo al llegar la noche en el centro de la capital, cuando se retira
la policía municipal, se observa como aparecen muchas niñas (explotadas sexualmente) y
jóvenes drogándose, que empiezan a pedir dinero; dentro esta observación es importante valorar
la mendicidad no se puede desligar del tema de tráfico y consumo de drogas, como de la
violencia delictiva, siendo así la mendicidad una ruta crítica a la explotación (W. Funes,
comunicación personal, 25 de octubre de 2016).

Bajo este mismo orden de ideas, es importante resaltar que de forma independiente y sin apoyo
estatal el Centro de Día y Reposo CEDER, recoge personas de la tercera edad, para cuidarlos y
brindarles sus necesidades básicas a cambio de que abandonen la mendicidad, la que en muchos
casos es por presión de familiares quienes los obligan a ejercerla (F. Amador, comunicación
personal, 26 de agosto de 2016).

17
La información anterior refleja que la mirada sobre la mendicidad en Honduras se encuentra
enfocada en la niñez, es poco lo que se menciona o hace por los jóvenes, adultos e inclusive
personas de la tercera edad que se dedican a ejercer la misma, por lo que es preponderante
enfatizar y profundizar más aún en este fenómeno que atañe a toda la sociedad hondureña,
puesto que la misma es responsable por cada uno de sus pobladores, en este caso visibilizando
los efectos de la pobreza en Honduras.

2.2. HONDURAS EN CIFRAS


Con base en los resultados de esta encuesta [Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos
Múltiples], los habitantes [En territorio hondureño]] se estiman en 8,570,154; de los cuales
4,102,079 (47.9%) son hombres y 4,468,074 (52.1%) son mujeres. La población urbana es de
4,617,757 habitantes, y de esta el Distrito Central concentra aproximadamente el 23.5% con
1,083,319 habitantes, mientras que San Pedro Sula con 700,322 habitantes representa el 15.2%
(INE, 2015, p. 15).

El analfabetismo, es un problema muy importante en la realidad educativa del país, los datos
reflejan que:
En Honduras, el 12.1% de las personas mayores de 15 años, no sabe leer ni escribir. Los
datos indican que la tasa de analfabetismo continúa siendo mayor en la población del
área rural (18.8%). Sin embargo, afecta tanto a hombres como a mujeres, en ambos casos
la tasa de analfabetismo es de 12.1% (INE, 2015, p. 16).

En relación a la descripción anterior, es importante hacer ver que:


Existe una marcada diferencia entre el 20% de los hogares con mayores ingresos y el
20% de los hogares con menos ingresos. Los primeros perciben un ingreso per cápita de
L. 7,965.00, mientras que los segundos perciben L. 467.00 al mes. La relación ingreso-
nivel educativo también es notoria en cuanto al ingreso per cápita de los hogares; en los
casos en que los jefes de hogar no tienen nivel educativo este apenas es de 1,577.00 L.,
mientras que en aquellos hogares cuyos jefes poseen educación superior, llega a los
8,386.00 L. (INE, 2015, p. 19). Para el Distrito Central la pobreza es de 57.2%, siendo
31.8% relativa y 25.3% absoluta. (INE, 2015)

18
Los resultados de la EPHPM también demuestran que los ingresos serán mayores a medida que
sea mayor el nivel educativo de las personas:
El ingreso promedio mensual de una persona ocupada que no tiene educación formal es
de 2,295.00 L., con educación primaria llega a 3,695.00 L., y puede llegar a 13,440.00
L. con educación superior (INE, 2015, p. 19).

Bajo la consideración anterior se puede analizar que la cantidad de 2,295.00 L. para una persona
sin educación formal únicamente representa un ingreso de 76.00 L. al día; mientras que los
3,695.00 L., para aquellos con educación primaria representa un ingreso diario de 123.00 L.,
tales cantidades resultan realmente insignificantes, si consideramos que el costo de la canasta
básica para el año 2016 es superior a los 7,800.00 L. o bien un aproximado de 260.00 L., al día;
Por lo que pedir dinero en las calles sería una lucrativa alternativa si esta iguala o supera los
ingresos previamente establecidos.

Otro elemento que es digno de análisis es en relación al campo laboral:


La capacidad del mercado laboral para absorber la fuerza de trabajo también puede
medirse con los Meses Buscando Trabajo (MBT) que tienen las personas desocupadas.
Así, en el área urbana en promedio una persona desocupada lleva 3.4 meses buscando
trabajo, en cambio en el área rural son 2 meses; al igual que con la TDA [Tasa de
Desempleo Abierto], en el Distrito Central es donde un desocupado puede llevarse más
tiempo sin encontrar trabajo: 3.8 meses (INE, 2015, p. 19).

2.2.1. MARCO GEOGRAFICO DEL MUNICIPIO DEL DISTRIRO CENTRAL


En base a los datos del Censo del INE (2013) en relación al Municipio del Distrito Central, cabe
destacar, según decreto No. 2 del Congreso Nacional, se ratifica el Decreto No. 53 de 30 de
enero de 1937 en el que se reforma el artículo 179 de la Constitución Política en el que se dice
que los actuales municipios de Tegucigalpa y Comayagüela formaron un Distrito Central cuya
creación, organización y funcionamiento será objeto de una Ley especial. Con el Decreto 309
de 22 de enero 1976, el Consejo del Distrito Central se denomina "Consejo Metropolitano del
Distrito Central". En 1986, se consideró de nuevo Alcaldía Municipal.

19
Con una población total de 1,157,509 Habitantes de los cuales 544,098 son hombres 613,410
son mujeres, 1,049,644 viven en el Área Urbana y 107,865 Viven en el área rural, por su
población Ocupa el puesto #1 del departamento, con el 77% de la población, y el puesto #1 del
país con el 14% de la población total, el 1.3% de la población pertenece a un grupo étnico, en
los últimos 10 años 15,818 personas se han ido y viven en otro país, en este municipio existen
737,939 personas de 18 años y más de los cuales el 96% tiene su tarjeta de identidad, este
municipio cuenta con una tasa de analfabetismo de 5.7% y una cobertura en primaria de 97%
con un promedio de años de estudio de 8.4, las mujeres jefas de hogar representan el 34% de los
hogares, el índice de masculinidad es 77 hombres por cada 100 mujeres, y la población de la
tercera edad (65+Años) representa el 4.9% de la población (INE, 2013).

Figura 1. Delimitación geográfica de la Ciudad de Tegucigalpa


(Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Tegucigalpa_Map_7.png)

20
Se maneja que las principales actividades económicas del municipio son: (a) 23% Comercio al
por mayor y al por menor reparación de vehículos (b) 13% Industrias Manufactureras (c) 9.5%
Construcción (d) 7.1% Administración Pública y defensa planes de seguridad social (e) 5.8%
Enseñanza (f) 42% Otras Actividades (INE, 2013).

El ministerio de Gobernación este municipio cuenta con una extensión territorial de 1,501 Km2,
cuenta actualmente con una densidad de 770 Hab/Km2, el municipio cuenta además con 43
aldeas, 538 caseríos y en su área urbana se contabilizan 746 barrios, en todo el territorio del
municipio se registran 292,975 viviendas de las cuales un 11% están desocupadas (INE, 2013).

Las necesidades básicas insatisfechas (NBI-2013) el índice de pobreza es de: 43%, y ocupa el
puesto #3 del departamento y el puesto N° 12 del país, según el índice de Necesidades Básicas
Insatisfechas del Censo 2001 (NBI-2001), la pobreza es de 38% con un Crecimiento de 4.8%,
el índice de pobreza extrema según el INE 2005 Método línea de Pobreza LP es de 25%, en el
municipio un 30% de los hogares posee por lo menos un vehículo (INE, 2013).

Para W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de 2016), el fenómeno de la mendicidad


es distinta en Tegucigalpa con respecto a Comayagüela, siendo la segunda más proclive al
ingreso del crimen organizado; también hay más riesgo de que los niños prueben inhalantes y/o
sean explotados sexualmente. Para Tegucigalpa, la tendencia es observar niños menos
maltratados, ubicándose preferencialmente en semáforos, donde a su vez algunos comienzan a
realizar ciertos trabajos (p. ej. Limpiar vidrios). Lo cual es un cambio que ha sufrido la
mendicidad, quizás para minimizar el juicio social de la actividad de pedir.

También W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de 2016), expone que las políticas
municipales han cambiado la manera en la que se ejerce la mendicidad, debido a que se
expulsaron los mendigos del casco histórico de Tegucigalpa, sancionando penalmente a las
personas que ejerzan la misma, bajo las disposiciones propuestas a través de la alcaldía que
inicio funciones a partir del 2006 y que se mantienen en la actualidad; a criterio de W. Funes,
se podría considerar una forma de criminalización de la pobreza.

21
2.3. MARCO LEGAL
La Legislación Hondureña por su parte hace referencia a la mendicidad, en la Ley de Policía y
Convivencia Social elaborada en el año 2001, esta dedicaba un capítulo y nueve artículos
referentes a la figura de los mendigos, la información más relevante para el presente estudio se
presenta a continuación.

ARTÍCULO 119.- Se prohíbe la mendicidad sin permiso municipal el que solo se concederá
por impedimento para trabajar, así como la mendicidad valiéndose de menores, lisiados,
paralíticos, ciegos, ancianos, enfermos o fingiendo una enfermedad o impedimento, los
mendigos serán conducidos a un centro de beneficencia, para disuadir de esta conducta
antisocial, y los que se valieren de ellos se les impondrá multa y se les procesará de conformidad
con la Legislación penal. Se tendrán y castigarán como vagos a personas de ambos sexos se
dediquen a la mendicidad, sin adolecer de ningún impedimento para trabajar que los induzca a
implorar la caridad pública y sin el permiso respectivo.

ARTÍCULO 120.- El permiso consiste en la autorización que el Alcalde del domicilio del
mendigo concede a éste para explorar la caridad, pública, en consideración a su miseria y
absoluta incapacidad para trabajar.

ARTÍCULO 125.- El Departamento Municipal de Justicia recogerá el permiso en los casos


siguientes:
1) Cuando el mendigo hubiere adquirido medios de subsistencia;
2) Cuando hubiere desaparecido la incapacidad o impedimento;
3) Cuando lleve una conducta inmoral o viciosa; y,
4) Cuando sea condenado por un delito.

ARTÍCULO 127.- Quien ejerza la mendicidad valiéndose de un niño o lo facilite a otro con el
mismo fin o de cualquier otro modo trafique con él, o, cuando el niño esté afectado por
deficiencias físicas o mentales que tiendan a producir sentimientos de conmiseración, repulsión
u otros semejantes, serán sancionados de conformidad con el Código de la Niñez y de la

22
Adolescencia y el Código Penal. La contravención de todo lo señalado en este libro dará lugar
a la denuncia pública.

Es importante destacar también la Ley de Protección al Adulto Mayor y Jubilados, publicada en


el año 2007, la cual plantea en el artículo 9 (inciso 3) Evitar la mendicidad del adulto mayor y
jubilado; esto como parte de los deberes de la familia.

Adicionalmente también el código penal expresa en su Artículo 179-E. A quien utilice a un


niño o una niña para el ejercicio de la mendicidad, ya sea por sí o mediante otra persona, se le
impondrá la pena de reclusión de tres (3) a seis (6) años.

La pena establecida en el párrafo precedente se aumentará en dos tercios (2/3) cuando concurra
cualesquiera de las circunstancias siguientes:
1) Se trate de menores de doce (12) años;
2) El niño o la niña esté afectado (a) por enfermedad o discapacidad física o mental que tienda
a producir sentimientos de conmiseración, repulsión u otros semejantes; y,
3) Cuando se realice tráfico de niños o niñas, con fines de ejercer mendicidad.

Dado lo anterior se puede afirmar que la mendicidad, sigue un patrón en el cual la misma es
permitida, siempre y cuando se goce con un permiso municipal, sujeto a una serie de elementos
de aprobación por parte de la Alcaldía, siendo así que todo aquel que realice esta actividad sin
la autorización será sometido a las exigencias de la ley. Por tanto, se observa que la mendicidad
es parcialmente aceptada siempre y cuando se certifique la imposibilidad para trabajar y esta no
involucre niños o adultos mayores, procurando cuidar la integridad de estos grupos de personas
con la finalidad de evitar que los mismos sean víctimas de maltrato, abuso o explotación
económica.

Pero la postura anterior tiene fuertes críticos, desde la antigüedad y es que, en relación a la
legislación de mendicidad en España en el siglo IXX, Durán, Monlau y Saénz (1851/2011)
consideraban que la legislación que permite mendigar con licencia, que igual nadie solicita,
como “ridícula”.

23
Bajo esta misma línea, pero aplicado al contexto hondureño, Ávila (2014) opina en relación a
la penalización de la mendicidad que:
Ser pobre en cualquier lugar del mundo supone encontrarse en una situación de
desventaja en relación a las demás personas que conforman la sociedad. Pero ser pobre
en Honduras implica, además de lo anterior, encontrarse en una situación de precariedad
que le hace disminuir su esperanza de vida a niveles insospechados. A todo lo antes
dicho hay que agregar una situación aún más terrible, la condición de pobreza en nuestro
país puede llevar a una persona a ser considerada delincuente y perder su libertad y sus
más preciados derechos. En otras palabras, en Honduras se criminaliza la pobreza pues
se sanciona penalmente a los miserables. Se considera delincuentes a los mendigos y aún
a aquellos que no han alcanzado esa escala de retroceso social, pues según el Código
Penal infringen las normas que el Estado ha dictado para la convivencia social…
En los países más industrializados del mundo se encuentran personas que
imploran la caridad pública, pero no por eso son sancionadas como delincuentes (p. 1).

Ahora profundizando en materia de derecho, Ávila (2014) cuestiona las políticas en contra de
la pobreza, para él:
El Derecho Penal es la herramienta de control social más drástica con la que cuenta el
Estado, por esa razón debe ser visto siempre como la última ratio dentro de una serie de
posibilidades para resolver los problemas sociales. Si en nuestro país, más del sesenta
por cien (60%) de la población es pobre, y dentro de esta enorme masa poblacional un
gran porcentaje está por debajo de la línea de la pobreza, es indudable que miles de
personas, todos los días, practican la mendicidad como única alternativa para poder
sobrevivir. Entonces, si practicar la mendicidad, como único mecanismo de
supervivencia, implica cometer un atentado contra bienes jurídicamente protegidos
tendremos en nuestro país a una enorme población prácticamente delinquiendo a diario.
La pregunta obligada es: se resuelve el problema social de la extrema pobreza con la
imposición de sanciones penales a personas que practican la mendicidad. La respuesta
no es otra que un rotundo NO. La aplicación del Derecho Penal debe reservarse para
amenazar y, en definitiva, sancionar las conductas más lesivas a bienes jurídicos
protegidos, como la vida, la propiedad, la libertad y la seguridad, entre otros (p. 2).

24
Bajo esta misma línea Ávila (2014) recrudece su criterio y opinión, manifestando que:
Quien ignora que una conducta es prohibida por la Ley penal no es responsable. La teoría
del error prohibición supera la máxima de que todos sabemos el contenido de la Ley, y
que nadie debe alegar ignorancia de ella una vez que es publicada. No más injusta puede
ser una máxima como esa, cuando existen miles de personas que ni siquiera saben leer…
Nuestros gobernantes, antes de elaborar las leyes penales para reprimir conductas
que las personas se ven obligadas a practicar debido a la miseria en que se les ha
sometido, deben revisar sus planes de desarrollo y tratar de combatir esa enorme
desigualdad social que es la que verdaderamente lleva a las personas, no sólo a practicar
la mendicidad sino a cometer otros hechos, que si son verdaderamente reprochables
desde el punto de vista penal, pero que bien podrían ser exculpados, bajo la justificación
de un estado de necesidad…
El Estado que impone una pena a quien implora la caridad pública, para oponerse
siquiera a la miseria a la que es sometido, acudiendo a la extrema violencia estatal que
ha diseñado para combatir la criminalidad, como si se tratase de un acto verdaderamente
criminal, no puede denominarse Estado de Derecho. Asimismo, no puede ser justa una
sociedad que acepta un orden jurídico que manda a encarcelar a las personas por ser
pobres y por no tener ni siquiera que comer (p. 3).

Para Honduras en la actualidad, a raíz de acusaciones hechas por personas que fueron apresadas
por efectuar la mendicidad, y las observaciones hechas por grupos de Derechos Humanos. Se
declararon inconstitucionales los artículos (artículos 99, 100 y 119 de la ley de policía y
convivencia social permiso municipal) que castigaban la mendicidad y otras prácticas asociadas
con la pobreza; esto sucedió a finales del 2015, por la Sala Constitucional de la Corte Suprema
de Justicia (“Proceso Digital”, 28 de noviembre de 2015).

Lo anterior indica que se tendría la libertad de pedir sin impedimento legal alguno, pero en la
realidad no es así, dado que a través del acceso público que brinda el poder judicial se observa
que la ley no ha sufrido modificación y W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de
2016) manifiesta que existe persecución de parte de las autoridades hacia las personas que viven
de la limosna.

25
2.4. POBREZA Y GRUPOS EXCLUIDOS
Es importante comprender que la pobreza es un fenómeno de amplia envergadura que ha tenido
un especial interés para las ciencias sociales, muchas investigaciones realizadas a través del
tiempo, demuestran que lo único que en realidad se sabe acerca del fenómeno, es que no se
puede explicar de manera clara y concluyente y que tampoco se sabe cómo poder llegar a
erradicarlo (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2015).

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE, s.f.), la pobreza se define como una
situación en la que las necesidades más básicas del ser humano no están cubiertas, existiendo
carencia o falta total de bienes y servicios básicos. La pobreza también podría ser explicada en
términos más subjetivos y sencillos como la evidente desventaja económica y social de un
individuo en relación al grupo de personas que conforman su entorno.

Los profesionales que han tenido a bien estudiar las características, formas, evolución y
repercusiones de la pobreza se han encargado, entre otras cosas, de elaborar una especie de
división entre los que son realmente pobres (que están debajo del umbral de la pobreza) y los
que, aunque estén en desventaja social, no están incluidos en este grupo. Siendo esto, en palabras
de Castel (1991), una forma de caracterizar las situaciones de total o parcial marginalidad, en la
cual no existen umbrales ya que es una pobreza integrada.

Fernández, Martínez, Pérez, Pérez y Sánchez (2014) expresan que la desigualdad entre
individuos depende de la organización social establecida en un momento histórico determinado.
Ellos además interpretaron esta disparidad como el efecto de tres tipos de factores, los que se
encuentran a un nivel estructural relacionados estrechamente con el sistema económico
capitalista que impera en el hemisferio occidental, en un segundo nivel están los que se
relacionan con la incapacidad de los sistemas de protección para abarcar todos los casos de
desigualdad y en un tercer nivel o “nivel microsocial”, están los que corresponden a los ámbitos
personal y familiar donde se identifican determinadas estrategias y episodios personales y
familiares que influyen en los procesos de empobrecimiento.

Por su parte Baró (1983) argumenta que la división de grupos en la sociedad tiene una
segmentación principal y más notoria, y es aquella en la que se separa a los que controlan los

26
recursos y las posibilidades (burguesía) de los que no cuentan con estas posibilidades
(proletariado) y cuyos intereses aparentemente antagónicos se encuentran para formar la
totalidad de la organización social actual, pasada y posiblemente futura. Esto no significa que
las divisiones sociales y específicamente las desigualdades sociales tengan que relacionarse
estrechamente con el poder adquisitivo.

La división de grupos produce lo que podemos llamar desigualdad social, encontrando dentro
de esta, grupos vulnerables que son según la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CONADEH, 2014) un “conjuntos de personas que, dentro de la sociedad, enfrentan mayores
riesgos de ser sometidos a prácticas estigmatizantes, discriminatorias, excluyentes y de
violencia, por su edad, raza, sexo, condición económica-social, condición serológica,
orientación sexual, circunstancias culturales y políticas, entre otros” (p. 60).

De acuerdo a Retamales (2010) la pobreza y la exclusión social son dos conceptos que describen
a las personas en las calles (p ej. mendigos, vagabundos, etc.), las condiciones de estos grupos,
caracterizados por la falta de oportunidades, recursos y apoyo son las consecuencias de la
división económico-social, misma que produce que sean vistos, por la sociedad que los excluye
como renegados, holgazanes y hasta delincuentes.
.
La desigualdad económico-social tiene mucha relación con el fenómeno de la mendicidad, ya
que la comunidad de mendigos está formada en su mayoría de personas ubicadas en los peldaños
más bajos de este tipo de desigualdad (Avendaño y Paz, 2013). Las características
aparentemente típicas de la población mendiga se relacionan con aspectos fundamentales de la
división económico social, la falta de alimentos, vestimenta y vivienda por un lado y la poca
educación por otro, los hacen formar parte de lo que Corredor (1998) citado por Avendaño y
Paz (2013) llamó “La cultura de la pobreza”.

Lo planteado anteriormente pone de manifiesto que los entornos sociales donde existe
desigualdad son propicios para que el fenómeno de la mendicidad se esparza por las diferentes
ciudades, y dado que Honduras como se ha planteado desde el comienzo es uno de los países
más desiguales del mundo, es evidente que la mendicidad no puede escapar a las calles de sus
ciudades más importantes.

27
Bajo esta misma línea lo expuesto por Perdomo y Días (2014) tiene mayor eco, los mismos
manifiestan que las causas principales de la pobreza en el territorio hondureño siguen teniendo
la misma fuerza que tuvieron al iniciar la Estrategia de Reducción de la Pobreza en el año 1999,
lo que implica que esta estrategia no fue funcional; puesto que factores como el lento
crecimiento económico, la desigualdad en la distribución de los ingresos, el bajo nivel de
escolaridad y otros, seguían siendo para 2014 problemas con la misma o mayor intensidad, por
lo que se constató que la estrategia para mejorarlos fracasó rotundamente.

De acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando es importante tener presente
que de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (2013) citado por Perdomo y
Días (2014), para finales del año 2013 más del 64% de los hogares hondureños se encontraban
en una situación de pobreza, lo que de alguna manera pudiera coincidir con el aumento de
problemáticas sociales y/o políticas sufridas por la nación y el aumento de actividades como la
mendicidad y el vagabundeo en las zonas públicas de las principales ciudades.

2.5. MENDICIDAD Y LIMOSNA


Desde la perspectiva semántica, es importante comenzar defendiendo el significado de ciertos
términos usados frecuentemente en este estudio y que deben ser dignos de un análisis profundo
si se desea abordar la temática de la mendicidad; para el caso Nieto (2009) describe de la
siguiente manera “en nuestra lengua ´pobre´ viene del latín pauper, una raíz que significa ´poco´.
Pauper es el que produce poco, el que no tiene recursos, y algunos sinónimos son: indigente,
mendigo, menesteroso, falto, necesitado” (p. 21).

Tal definición, aunque sea breve, permite proyectar un imaginario de la amplitud de elementos
asociados a las condiciones de pobreza que algunas personas deben afrontar. Nieto, también
destaca el término pobreza, que plantea la Real Academia de la Lengua Española describiéndola
como la “necesidad, estrechez, carencia de lo necesario para el sustento de la vida”; y pobre es
el “necesitado, menesteroso y falto de lo necesario para vivir, o que lo tiene con mucha escasez”
Cabe resaltar de esta manera que la pobreza es una situación caracterizada por la escasez, la
misma se encuentra presente en toda sociedad, siendo aún más marcada en los países en vías de
desarrollo.

28
En seguimiento a lo descrito en el párrafo anterior, cabe describir y hacer la distinción entre
pobreza y mendicidad, para ello es necesario comprender el origen desde sus raíces literarias,
lo que plantea a continuación:
El vocablo castellano mendigo proviene directamente de la voz latina mendicus y viene
definido así por el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia como la
«Persona que habitualmente pide limosna»… Para el verbo mendigar, proveniente del
latín mendicare (presentar la mano), se encuentra allí dos acepciones: «1. Pedir limosna
de puerta en puerta. 2. Solicitar el favor de alguien con importunidad y hasta con humilla-
ción».
…A su vez la Mendicidad es definida por Manuel Seco como «actividad de
mendigo», en tanto que la Academia ofrece una definición más amplia y ajustada:
«Mendicidad: Estado y situación de mendigo; 2. Acción de mendigar». María Moliner,
por su parte, define al mendigo como la «persona que vive habitualmente pidiendo
limosna», y la mendicidad como «actividad del mendigo» y «fenómeno social de existir
mendigos». Al verbo mendigar le concede, al igual que la Academia, dos acepciones:
una literal: «pedir limosna» y otra que explícitamente reconoce como figurada: «pedir
algo humillándose» (Quevedo 2007, pp. 21-22).

En continuidad a la descripción etimológica de la mendicidad, Durán et al. (1851/2011)


identifican diversos tipos de mendigos:
El mendigo inválido, que es un niño sin hogar, huérfano por la muerte o quizás por el
crimen de los padres; o un anciano abrumado bajo el peso de los años; o un infeliz militar,
mutilado en defensa de la patria. A veces es un ciego o un sordo-mudo; a veces una
víctima de una dolencia crónica contraída muy a menudo en el vicio; o veces un
laborioso trabajador horriblemente mutilado por una de estas máquinas que revelan el
progreso industrial.
El mendigo válido, que es el que sucumbe a la falta absoluta de trabajo o a la
insuficiencia de su jornal [el salario que cobra un trabajador por un día de trabajo], ora
porque atraviesa el país una crisis industrial o mercantil, ora, porque esquilma la riqueza
pública una guerra civil o con el extranjero, ora porque una sequía u otro fenómeno de
la naturaleza ha esterilizado temporalmente los campos.

29
El mendigo vago, o sea el que pordiosea por vicio; que no trabaja para holgar
[estar ocioso]; que consume su jornal, cuando lo gana, en el juego o en la taberna
[Cantina]…
El mendigo criminal, el que se viste con los harapos más asquerosos, que
despliega ante nuestros ojos las deformidades más repugnantes, que nos mueve a
compasión con los más lastimeros acentos; y que llegada la noche arroja, si es ciego, sus
cataratas, y que, paralítico por la mañana, danza…
Y el mendigo avaro; que hipócrita como el anterior, sufre las más irresistibles
privaciones, entrega su cuerpo a la intemperie, no ama la vida sino para mendigar (pp.
16-17).

Pero de forma general el mendigo (también llamado pordiosero entre los cristianos porque
demanda el auxilio invocando el nombre de Dios) se dice es aquella persona, que carece, de
condiciones, materiales y recursos generalmente económicos, para hacer frente a las necesidades
de la vida, el mismo vive sin dedicarse al trabajo, ni ocupación de ninguna especie; por lo cual
para sobrevivir hay que pedir a otros, ya sea una limosna o aquello que precisa a los que sí
poseen dinero, alimento o algo elemental que el mendicante necesite” (Bordiú, 1924; Chasing,
2015; Durán et al.,1851/2011; Montalván, 2011, Vega-Rey & Falco, 1886 citado por Nieto,
2009).

Pinilla 2004 citado por González et al., (2009) por su parte coincide con las descripciones de
mendicidad, aludidas en los párrafos anteriores, de hecho, el adiciona que la mendicidad siempre
ha ido asociada a situaciones sociales de pobreza y miseria; ambos elementos son condiciones
necesarias para que se dé tal fenómeno social; también resalta la actitud humillante que debe
estar latente en este proceso y el cual es un punto para diferenciar entre el pobre y el mendigo.

Pero en contraposición a lo expuesto por Pinilla, figura el planteamiento hecho por Quevedo
(2007) puesto que su análisis menciona con insistencia, el error provisto de la asociación que se
establece acerca de la mendicidad estrechamente ligada con la humillación; dado que la esencia
de “pedir” no estriba únicamente en el acto realizado bajo tal condición y aunque se requiere en
cierta medida de conductas que impliquen el rebajamiento ante otros; la solicitud de apoyo y

30
colaboración, no deja de ser la petición de una persona carente de derechos, quien debe luchar
por los mismos y por tanto mendigar se convierte en el clamor de una persona que de forma
insistente y humilde, solicita, ruega, suplica o implora, por tener algo para sobrevivir, siendo la
preservación de la vida un derecho primordial por el cual debe luchar todo ser humano.

De igual forma para Quevedo (2007), se debe dejar de lado la obsoleta alusión al pedir limosna
«de puerta en puerta», y tomar en cuenta la definición de un mendigo en base a dos principios
fundamentales (1) el pedir limosna y (2) el hacerlo de modo habitual. No es para Quevedo, un
mendigo quien solicita limosna, alimento o vestido, ocasionalmente. Por tanto, agrega un tercer
elemento crucial para su definición, el cual tiene su fundamento en literatura alemana, y expone
que debe entenderse el acto de mendigar, (3) como el medio para obtener el sustento, en su
totalidad o parcialidad, en dependencia de otros semejantes que estén dispuestos a colaborar,
sin esperar nada a cambio.

En el marco de las observaciones anteriores, toma realce la valoración de la mendicidad como


una condición de vida, vista de forma negativa a lo largo de la historia, tal práctica toma una
connotación de rechazo hacia el mendigo, no así para el pobre que se esfuerza por sobresalir.
“La pobreza es una condición social, y aún nos atreveríamos a llamarla una institución,
al paso que la mendicidad es una aberración y un vicio también social… Pobre es… el
jornalero del campo o de la ciudad que solo cuenta con sus brazos para adquirir la diaria
subsistencia… Pobre es el oficial de cualquier arte… Pobre es el honrado labrador,
dueño del pequeño campo que cultiva…” Ninguno de estos mendiga porque todos
trabajan, cubren sus necesidades “y no viven a costa de sus semejantes, recurriendo a la
vergonzosa limosna y molestando a conocidos y extraños con el solo objeto de vivir sin
trabajar”. (Vega-Rey & Falco,1886, citado por Nieto, 2009, p. 19)

A su vez Ramos et al. (2008) consideran la práctica de la mendicidad es una respuesta a la


exclusión laboral que sufren estas personas, también plantean que pedir lleva explícitamente el
acto de humillarse, y que muchos mendigos han optado por realizar actividades en la calle, como
limpiar vidrios cerca de semáforos, vender baratijas, hacer acrobacias, o actividades similares;
para proveer un ingreso y subsistir. En esta línea Ramos et al., expone que los lugares escogidos

31
preferencialmente, son aquellas zonas donde se percibe una alta actividad comercial, o a bien
un amplio flujo vehicular y/o de personas, priorizando esta práctica en horas pico.

Para finalizar está línea temática es importante mencionar el alcance que tiene la mendicidad en
la sociedad, es así como destacan los aportes realizados por González (2009), quien manifiesta:
Siendo la mendicidad un fenómeno social resultado de la conjugación de factores
tanto político-económicos, culturales y sociales se debe ver desde un punto de vista de
justicia social y no como la visión general de la caridad sin pretender que todas las
entidades de beneficencia que lo hacen por tal motivo pierdan su misión.
Según los expertos la mendicidad, se ha venido desarrollando a través del tiempo
y transformándose en un problema social que ha invadido no solamente a los países
latinoamericanos sino a todo el mundo puesto que ha sido una forma de subsistir sin
responsabilidad alguna por parte de los actores (pp. 34-35).

Después de las consideraciones anteriores, es importante mencionar un elemento vinculado


estrechamente al acto de mendigar, siendo este el que se conoce como limosna, la cual figura
como la otra cara de la moneda y nace en la persona que brinda la misma, para obtenerla el
mendigo realiza algún tipo de esfuerzo, siendo el origen de esta palabra el que expone Quevedo
(2007):
Limosna viene del latín eleemosyna, proveniente a su vez del griego eleȇmosynȇ, que
significa propiamente compasión, misericordia, y que por un uso corrupto ha llegado a
significar limosna. La misma raíz tienen el vocablo inglés alms, el alemán Almosen, el
francés aumȏne, el italiano elemosina y el portugués esmola…
El Diccionario de la Real Academia ofrece cuatro acepciones del vocablo
limosna: «1. Cosa que se da por amor de Dios para socorrer una necesidad. 2. Dinero
que se da en las colectas hechas con fines religiosos. 3. Dinero, alimento o ropa que se
da a los indigentes. 4. Donativo o subvención que se daba a los conventos de Indias, con
cargo a los ingresos de encomiendas y otros». Manuel Seco, solo una: «Cosa,
especialmente dinero, que se da por caridad». También María Moliner hace mención
explícita de la caridad. Por su parte, algunas fuentes germanas definen la limosna como
un don modesto hecho al pobre, por compasión y misericordia, para mitigar una situación

32
de necesidad o indigencia. La precisión no sobra; en efecto, hablamos de limosna cuando
lo que se dona es algo modesto, de escaso valor (p. 27).

De todo lo mencionado y recopilado por Quevedo, para los fines descritos del estudio, resaltan
primordialmente la acepción que posee la limosna en relación al dinero, alimento o algún tipo
de bienes que se da con fines caritativos y constituye una ayuda modesta que se le brinda por
compasión (por el amor de Dios) a las personas más necesitadas; siendo esta, el principal aporte
de la persona común, hacia la figura del mendigo u otra persona necesitada de auxilio. A su vez
Quevedo, resalta que el concepto que se posee de la limosna, está sujeto fuertemente arraigado
a la tradición cristiana, lo cual se ve reflejado desde los diversos orígenes semánticos de este
tipo de culturas, dado que esta posee el mismo significado “implorar caridad”.

Mata y Pallarés (2014) luego de analizar diversos autores en referencia a la limosna, concluyen
que “la ayuda que proporciona el rico (limosna) es un acto que persigue un interés (la vida
eterna) y se define por ser voluntario, indiscriminado, inespecífico, aleatorio, no regulado y no
sujeto a periodicidad alguna” (p. 6). Visto de esta forma la limosna es un mal necesario para la
salvación desde el paradigma religioso, y ambas figuras se necesitan mutuamente, dado que el
pobre por ser pobre ya tiene la salvación divina y el rico necesita de este para manifestar su
bondad.

Para Matta (2007) cuando se da una limosna a un mendigo, también se puede considerar que
existe un intercambio, el que recibe la limosna retribuye agradecimiento o alguna sutil
transferencia de tipo psicológico. A su vez considera que alguien como un mendigo puede
recibir una donación en forma de limosna, solo si este logra desplegar también alguna acción
que despierte la caridad, esta generalmente se despliega a través de signos de lástima, caso
contrario no recibirá donación alguna.

La limosna ha recibido una importante valoración desde la antigüedad hasta nuestros tiempos:
La limosna es la forma más primitiva y más sencilla de la asistencia. Socorriendo al
desgraciado que está en la miseria se llena un deber… La limosna no es sólo la dádiva,

33
es algo más; al pobre no le basta el pan, necesita también la piedad santa, la ternura atenta
y delicada; en una palabra, el amor cristiano”. (Bordiú, 1924, p.40)

El mismo Bordiú (1924), rescata las palabras del Papa León VIII (964-965 D.C.) quien expone
que cubiertas las necesidades individuales, es un deber entregar lo superfluo a los pobres. Pero
a su vez Bordiú, hace referencia a la mendicidad profesional, y menciona que para aquellas
personas que viven en la calle y que hacen una explotación de la caridad, la limosna es
perjudicial, puesto que el dador no considera que esta fomentado la pereza y contribuyendo al
desarrollo de un vicio, lo cual hasta puede ser visto con injusticia. Bajo la línea de estos
planteamientos, se expone que ni las personas de la tercera edad o con enfermedades deben ser
víctimas de la caridad, el Estado debe apoyarles y buscar mitigar la mendicidad, la cual es
perjudicial para los obreros honestos que laboran y se esfuerzan día a día para gozar de una
mejor vida.

Igualmente, años después no se encuentran diferencias significativas en la descripción de la


limosna y mendicidad, es más, esto se respalda por múltiples autores, uno de ellos Montalván
(2011) quien manifiesta y describe desde su visión como es percibida la limosna actualmente:
La limosna constituye un fenómeno reproductor de la mendicidad, en tanto que posibilita
un efecto continuista. Las personas que donan limosnas satisfacen la necesidad
momentánea del mendigo, y, al mismo tiempo, favorecen su conciencia personal. En
muchos casos, la limosna no es más que un remedio contra la "vergüenza ajena". Se da
limosna y se libera el remordimiento de conciencia (p. 25).

2.6. CAUSAS DE LA MENDICIDAD


La pobreza se encuentra latente desde tiempos remotos, esto se refleja a través de los
planteamientos de Bordiú (1924) quien expone:
La idea de pobreza es relativa al ambiente de prosperidad de la generalidad. En un país
primitivo, en que todos sus habitantes vivieran en pobres chozas, se alimentan
míseramente y vistieran harapos, nadie se consideraría pobre si tal modo de vida se
aceptase como el corriente y único por esos seres (p. 15).

34
En las sociedades modernas, esta percepción parece no entrar en obsolescencia, dado que la
modernización y las exigencias del capitalismo parecen no haber opacado tales características
en los países en vías de desarrollo.

Adicionalmente Bordiú, manifiesta que:


La pobreza no es sólo hambre: es privación de otras muchas cosas, y a veces consiste
tan sólo en esto último. La pobreza es ley. Tiene de tal su universalidad y su constancia.
Es como todos los males; existe para que puedan existir los bienes, que de otro modo no
podrían gustarse y no serían debidamente apreciados. La indigencia es algo más que la
falta de pan [Cursivas añadidas]; es también pobreza de alma, común a todas las clases
sociales. A veces quien posee cuantiosos bienes materiales es un indigente del espíritu,
porque, entre otras virtudes, le falta la caridad (pp. 15-16).

El planteamiento anterior refleja que la pobreza es más que la falta de bienes, esta adiciona la
carencia de virtudes y atributos personales que permitan a la persona crecer y buscar
constantemente su bienestar, quien es pobre y bien quien llega a mendigar minimiza el valor de
su ser y existir a la estructura más elemental del ser humano, la supervivencia.

En seguimiento a los planteamientos expuestos; Moncayo y Vega (2012) elaboraron un árbol


de problemas, para poder profundizar en las causas y efectos de la mendicidad. Las principales
problemáticas se mencionan a continuación:
(1) La falta de recursos económicos en las personas ha llevado a mandar a sus hijos a
pedir limosnas en las calles por lo que sus padres no han tenido la valentía de trabajar y
darle sustento a sus críos (2) Muchas personas con capacidades especiales, adultos
mayores no tienen el apoyo económico y moral de sus familiares y esto los ha llevado a
las calles, ya sea en sillas de ruedas o arrastrándose a pedir limosnas (3) La falta de
cultura y educación en las personas que se dedican a este tipo de actividad conlleva a
que lo vean como un modo de subsistir tan normal e inclusive se torna una exigencia
de ellos hacia la sociedad (4) El poco interés que existe en ayudar a las personas que se
dedican a este tipo de actividad por parte de las entidades gubernamentales y no
gubernamentales (5) La no aplicación del bono de desarrollo humano que habiéndola

35
solicitado no han sido aprobadas y esto ha hecho que muchas personas de la tercera edad
y de escasos recursos no sean beneficiados y llevarlos a la mendicidad (6) La falta de un
plan de contingencia a largo plazo no ha permitido contrarrestar este problema social
infrahumano (7) El desinterés social, el que existe entre los habitantes del puerto
principal, por estar preocupados en temas de menor relevancia (8) El déficit de inversión
estatal (p. 8).

Desde hace casi un siglo se ha buscado explicar las causas de este fenómeno social, conocido
por mendicidad, es así como el economista Chevalier citado por Bordiú (1924) clasificaba las
causas que producen la miseria, y, por tanto, la mendicidad, en tres principales: (1) El estado
general de la sociedad, (2) Accidentales, ora con respecto a la generalidad o a los particulares.
(3) Imputables al individuo por su negligencia (p.19).

Por su parte Durán et al. (1851/2011) en relación a las causas, plantean lo siguiente:
La mendicidad, como todos los fenómenos sociales, tiene también sus leyes; unas que
son generales al pauperismo y que, por lo mismo, influyen en la mendicidad, como otra
de sus formas; algunas que solo son propias, peculiares de ella, independientemente de
las causas generales.
Pero estas leyes, que son múltiples, pueden reducirse a tres grandes grupos, a tres
grandes asociaciones; y consideradas de un modo general, sin descender por ahora a su
enumeración detallada, podemos señalar las siguientes: El aumento de necesidades; la
carestía de los objetos aptos para satisfacer estas necesidades; y la falta absoluta o la
insuficiencia de medios con que proporcionarse estos objetos [Haciendo referencia al
trabajo y los ahorros].
Más al paso que cada una de estas grandes causas puede sumir en la mendicidad,
la diferente combinación de todas ellas puede hacer variar los grados de intensidad de la
miseria (p. 18).

2.6.1. DETERMINANTES SOCIALES PARA EJERCER LA MENDICIDAD


Como uno de los principales agraviantes sociales y que promueven la práctica de la mendicidad,
Ferrante (2015) propone el “debilitamiento de las redes sociales y de apoyo” (p. 161). Una

36
persona que pierde el empleo, la familia y vive en un contexto en el cual no existen formas
estatales de apoyo, es comprensible se vea obligado a recurrir a la mendicidad; dado que
cualquier ruptura social y familiar, es de fuerte impacto para cualquier persona que no disponga
de las herramientas y recursos de afrontamiento.

Lo anterior puede ser reforzado por los resultados encontrados por Ramos et al., (2008) en un
estudio sobre la mendicidad en el caribe colombiano, donde encontró que los mendigos se
caracterizaban por bajos niveles educativos (solo un 2% posee estudios universitarios), también
cabe destacar que, aunque el 68% vive con familiares el 66% de ellos vive en condiciones de
hacinamiento. Hallazgos similares fueron encontrados por Graziano et al. (2004) quien agrega
que muchos desde temprana edad han sido forzados a pedir limosna para colaborar con el
sustento familiar.

A su vez la edad parece ser otro elemento asociado a la mendicidad, según Fábregas (1971, p.
281) Citado por Moncayo y Vega (2012) “La falta de trabajos disponibles para las personas
saludables de mayor edad…, o de facilidades de cuidado adecuadas para aquellos incapacitados
para trabajar, hace de la edad una desventaja” (p. 42).

Otros elementos que pueden explicar la presencia de mendigos en la sociedad, están asociados
a enfermedades y a la discapacidad, en una sociedad donde el empleo es escaso y la
competitividad es elevada, muchas personas, suelen ser desplazadas por el sistema, teniendo
como alternativa recurrir a limosnas para subsistir (Ferrante, 2015; Moncayo & Vega, 2012;
Montalván, 2011; Ramos et al., 2008).

En relación y profundización respecto a la discapacidad Ferrante (2015), sugiere que esta


población tiene un panorama muy desfavorable, muchas políticas públicas los inhabilitan para
el trabajo, volviendo inclusive el problema del desempleo algo crónico, a su vez se forja en ellos
la naturalización de la discapacidad como una tragedia médica individual, por ende dado que la
sociedad los excluye, la misma debe retribuirles por medio de algún medio, y este medio es la
limosna, de esta forma la mendicidad se vuelve su “actividad laboral”.

37
Con palabras entrelazadas como si fuese una poesía Durán et al. (1851/2011) detalla los efectos
de la mendicidad, caracterizando a los mendigos, como endebles y sumamente enfermizos,
personas que impiden el progreso, entregadas a la calle, carente de moralidad alguna, propensas
a la delincuencia y cualquier vicio existente, a su vez ve el constante peligro de los mendigos al
orden social de una nación.

En el marco de las idea anterior, Bordiú (1924), plantea que la mendicidad produce dos efectos
principales: (1) Efectos económicos y (2) Efectos morales; en relación a lo primero, plantea que
es natural en las personas estar en un estado de ejecutividad, pero aquellas personas débiles en
contraposición se encuentran en uno de receptividad; el mismo Bordiú, expone que en una
situación económica normal, las personas, para adquirir bienes, trabajan, teniendo presente la
necesidad de efectuar diversas actividades laborales, tal necesidad objetiva del trabajo no hace
más que corresponder a una exigencia subjetiva de su naturaleza propia; quien únicamente
soporta los problemas sin hacer frente a las dificultades, termina desperdiciando sus fortalezas
y habilidades, quien no trabaja, se degenera, pues el trabajo es orden y no trabajar desorden.

Bajo esta misma línea y continuando con la descripción de los efectos, cabe resaltar:
La mendicidad no es solamente un desorden económico. No se limita a hacer correr
serios peligros al mendigo y a su familia. Existe una unión tan estrecha entre los
fenómenos psíquicos y los fisiológicos, que todo cuanto atañe a una de estas partes se
hacen sentir en la otra.
El mendigo no tiene otra ocupación que pedir, y en las horas en que no pone en
práctica su lucrativa y descansada ocupación, malgasta en tabernas lo que ha robado a la
caridad pública. Vive en la miseria, y toda noción del pudor desaparece en él. Habita en
inmundas chozas o en zaquizamíes absurdos, en los que reina la más abyecta
promiscuación de sexos. Y su alma, habituada a este medio ambiente, va degradándose,
hasta el punto de encontrar lógicas y naturales las aberraciones y los crímenes… el
desorden económico no tarda en engendrar el desorden moral; la inactividad psíquica
produce la atonía intelectual y moral, el abotargamiento de todas las facultades (Bordiú,
1924, p. 3).

38
2.6.2. DETERMINANTES ECONÓMICOS PARA EJERCER LA MENDICIDAD
Siguiendo con las causas de la mendicidad, cabe destacar las atribuibles a problemas
económicos, el cual para muchos autores es un factor primordial y que debe ser digno de un
análisis detallado.

Es así como para Ramos et al. (2008) el aumento de los niveles de mendicidad en zonas urbanas
y el deterioro cada vez mayor de las condiciones de vida, es producto de las crisis económicas,
esto para el contexto colombiano; lo cual no escapa a la realidad que afronta Honduras. Siempre
bajo esta línea Ramos et al., manifiesta que:
Ser mendigo guarda relación con el escaso y nulo acceso al trabajo, a la salud, a la
cultura, a la educación, a la alimentación y a los derechos sociales. Estas condiciones de
mendicidad y exclusión conllevan al deterioro a escala de las motivaciones y seguridades
de las personas. Según esta perspectiva podemos señalar que ser mendigo no es un estado
sin dinámica, sino un proceso colectivo que afecta a un gran número de personas que
ejercen la mendicidad (p. 79).

Una de las causas más mencionada por diversos autores, es la pérdida del empleo asociado con
el desempleo, quien no goza de la estabilidad de un ingreso, no puede proveer un sustento para
sí y su familia en caso de poseerla, por lo que la mendicidad se convierte en una alternativa, la
cual buscan algunas personas para hacer frente a las necesidades y subsistir, (Avendaño y Paz,
2012; Ferrante, 2015; Moncayo & Vega, 2012; Montalván, 2011; Ramos et al., 2008). A su vez,
algunos estudios han indicado que los ingresos de una persona en situación de mendicidad
oscilan en 3$ y 6$ diarios, que equivale en lempiras entre 68.00 L. y 138.00 L. (Ramos et al.,
2008). Es evidente que cualquier cantidad de dinero que pueda contribuir a cubrir las
necesidades básicas de una persona, será bien vista por la misma, y propiciará la búsqueda de
estrategias para afianzarse de recursos.

En seguimiento al párrafo anterior, se puede enfatizar en el desempleo tecnológico, sucede aquí


que muchos puestos de trabajo han sufrido los cambios del siglo XXI, la modernización implica
que el nivel de calificación se ha incrementado en diversos puestos de trabajo e implícitamente
la industrialización destruye progresivamente los empleos de baja calificación, siendo de esta

39
forma los grupos marginales o la población que se ha desplazado hacia la ciudad, la que debe
tolerar y vivir en miseria. (Mocayo & Vega, 2012; véase también Ramos et al., 2008; Graziano,
Lejarraga & Grillo, 2004).

Tal línea explicativa es sustentada por los argumentos de Lomnitz (1975) quien expone lo
siguiente “a mayor tecnología, mayor complejidad de la organización de la producción, mayor
especialización de la estructura política y social, mayor concentración de poder y más grupos
excluidos del proceso de control económico, político y social” (p. 18). A manera de conclusión
Lomnitz, manifiesta que “sólo queda para los marginados el conjunto de empleos asalariados
más bajos: ocupaciones manuales sin calificación, en la construcción, en limpieza, vigilancia,
reparación y mantención, servicio doméstico y ocupaciones desvalorizadas, reliquias de la
economía tradicional” (p.20).

En la misma dirección y como consecuencia a la marginalidad presente en la sociedad, se


argumenta que ésta "genera un proceso de acumulación transgeneracional de la pobreza y del
desempleo, en virtud de que las personas empleadas en actividades de muy baja productividad
no pueden alimentar apropiadamente a sus hijos ni darles la educación apropiada para que
puedan incorporarse a actividades de más alta productividad que sus padres (Alejo, citado por
Lomntiz, 1975, p. 21).

Otro elemento crucial y que es argumentado como clave para el desarrollo de procesos que
orientan a la mendicidad, es lo que se conoce como desplazamiento forzado a la ciudad, el cual,
vinculado con las descripciones anteriores, viene a causar aún más dificultades. Dado que mucha
gente emigra de las zonas rurales, en busca de mejores condiciones de vida, pero el contexto
que viven muchas urbanizaciones es paradójicamente distinto, dificultando aún más el logro y
consecución de un empleo (Avendaño y Paz, 2012; Moncayo & Vega, 2012; Montalván, 2011;
Ramos et al., 2008).

2.6.3. DETERMINANTES PERSONALES PARA EJERCER LA MENDICIDAD


Como ya se ha planteado anteriormente las causas de la mendicidad se pueden agrupar en
diversos factores, esto abarca los atribuibles a los individuos, los cuales Bordiú (1924) resalta,

40
como ser “la pereza u holgazanería, la abulia, el vicio, la embriaguez, la imprevisión, el
despilfarro, y, aunque indirectamente, la ignorancia” (p. 27). Bordiú, señala también que estas
originan lo que se conoce como mendicidad profesional, a su vez considera ésta como la más
terrible, dado que tales personas se convierten en parásitos del sistema de producción vigente,
dado que vivir del esfuerzo y lucro de otras personas es el único objetivo del mendigo
profesional, el mismo autor enfatiza que no es adecuado confundir la pobreza con la vagancia,
puesto que los primeros si merecen respeto y consideración, como a su vez el merecimiento de
ser ayudados.

Son muchos los elementos atribuibles al mendigo profesional, entre ellos cabe mencionar:
El vago no quiere trabajar. Su propósito es que trabajen otros para que lo mantengan.
Para conseguirlo acude a todos los medios imaginables. Algunos fingen enfermedades;
otros figuran estar contrahechos; aquél se hace pasar por cojo, manco o ciego; el de más
allá se finge baldado, y así sucesivamente, cada uno busca el medio que considera más
adecuado para excitar la caridad.
Algunos mendigos profesionales, no contentos con sacar de la limosna lo
suficiente para satisfacer sus necesidades, y viendo que la caridad es un manantial
inagotable, se dedican a ahorrar parte de lo que recogen durante el día.
El mendigo profesional ama la libertad tanto como la suciedad de su cuerpo y de
sus ropas. No puede verse en un asilo, aunque no se le exija trabajo alguno, y tampoco
puede tener ropa limpia, aunque ella no esté uniformada.
Finalmente, la estadística prueba que los mendigos profesionales dan un
considerable contingente a la criminalidad, siendo aquéllos de ordinario la mitad de los
delincuentes, no obstante ser mucho menor su número en la sociedad. Aún hay más:
algunos mendigos profesionales cometen infracciones leves, precisamente para ser
recluidos en las prisiones y tener de este modo, sin cumplir el precepto divino del
moralizador y progresivo trabajo, vivienda y habitación, sobre todo en los meses de
invierno.
Véase, pues, cómo, perdido el decoro y la dignidad, ya la voz de la conciencia
apenas se escucha, atendiéndose sobre todo a la satisfacción deshonrosa de exigencias,
no en todo caso legítimas (Bordiú, 1924, pp. 27-28).

41
De lo anterior expuesto se puede enfatizar en el hecho que los mendigos principalmente aquellos
que vuelven de la actividad una profesión, poseen una cantidad de atributos negativos
adjudicados principalmente por su rechazo al trabajo formal y socialmente aceptable.

2.7. EFECTOS DE LA MENDICIDAD


Con palabras entrelazadas como si fuese una poesía Durán et al. (1851/2011) detalla los efectos
de la mendicidad, caracterizando a los mendigos, como endebles y sumamente enfermizos,
personas que impiden el progreso, entregadas a la calle, carente de moralidad alguna, propensas
a la delincuencia y cualquier vicio existente, a su vez ve el constante peligro de los mendigos al
orden social de una nación.

En el marco de la idea anterior, Bordiú (1924), plantea que la mendicidad produce dos efectos
principales: (1) Efectos económicos y (2) Efectos morales; en relación a lo primero, plantea que
es natural en las personas estar en un estado de ejecutividad, pero aquellas personas débiles en
contraposición se encuentran en uno de receptividad; el mismo Bordiú, expone que en una
situación económica normal, las personas, para adquirir bienes, trabajan, teniendo presente la
necesidad de efectuar diversas actividades laborales, tal necesidad objetiva del trabajo no hace
más que corresponder a una exigencia subjetiva de su naturaleza propia; quien únicamente
soporta los problemas sin hacer frente a las dificultades, termina desperdiciando sus fortalezas
y habilidades, quien no trabaja, se degenera, pues el trabajo es orden y no trabajar desorden.

Bajo esta misma línea y continuando con la descripción de los efectos, cabe resaltar:
La mendicidad no es solamente un desorden económico. No se limita a hacer correr
serios peligros al mendigo y a su familia. Existe una unión tan estrecha entre los
fenómenos psíquicos y los fisiológicos, que todo cuanto atañe a una de estas partes se
hacen sentir en la otra.
El mendigo no tiene otra ocupación que pedir, y en las horas en que no pone en
práctica su lucrativa y descansada ocupación, malgasta en tabernas[cantinas] lo que ha
robado a la caridad pública. Vive en la miseria, y toda noción del pudor desaparece en
él. Habita en inmundas chozas o en zaquizamíes absurdos, en los que reina la más
abyecta promiscuación de sexos. Y su alma, habituada a este medio ambiente, va

42
degradándose, hasta el punto de encontrar lógicas y naturales las aberraciones y los
crímenes… el desorden económico no tarda en engendrar el desorden moral; la
inactividad psíquica produce la atonía intelectual y moral, el abotargamiento de todas las
facultades (Bordiú, 1924, p. 3).

Como referencia más actual se cuenta con el análisis de Moncayo y Vega (2012) para ellos son
múltiples las consecuencias de la mendicidad, y luego de examinar tal situación problemática
definen que son las siguientes:
(1) Rechazo de la sociedad por el desconocimiento que existe sobre quienes están detrás
de estas personas y si el dinero que piden será realmente para subsistir o para vicios, etc.
(2) El peligro que corren los NNA [niños y niñas] de ser obligados a prostituirse para
sustentarse y la explotación infantil (3) Con el tiempo la mendicidad llega a hacerse una
costumbre arraigada difícilmente de dejarla por propia cuenta (4) El estado de salud
mental y psicosocial de estas personas puede correr mucho peligro al ocasionarles
enfermedades por deficiencia nutricional (5) Haciendo un análisis del dar o no dar una
limosna, nacen muchas dudas al respecto, como por ejemplo cuál será el destino de ese
dinero, para subsistir o para fines lucrativos de gente explotadora (6) La imagen de la
ciudad o del país ante turistas y ante el mundo se ve afectada por lo que no existe una
erradicación del problema (7) El peligro que los ciudadanos corren por no querer dar una
limosna siendo estos agredidos verbalmente y en ocasiones físicamente y esto se debe a
la falta de cultura que existe en los mendigos así como el resentimiento social del que
padecen (8) Regalar dinero no dignifica a nadie, simplemente hace más grande el
problema para aquellos que lo piden (p. 8-9).

2.8. MENDICIDAD COMO PROBLEMA SOCIAL


Desde hace casi un siglo Bordiú (1924) plantea una relación entre mendicidad y pobreza, siendo
así considera que “la clase de los mendigos y la de los criminales son vecinas. La pendiente que
existe entre ellas es rápida, y las ocasiones para caer muchas” (p. 33). Para Bordiú, “la miseria
da mayor contingente a los vicios, y, a su vez, está producida por la pereza y la prodigalidad,
siendo este influjo recíproco muy digno de atención detenida por lo mucho que aumenta la
delincuencia” (p. 34).

43
En estudios sobre mendicidad, vinculado a las razones para dedicarse a la misma es importante
resaltar que:
La población en estado de mendicidad no se siente obligada a ejercerla, sino que, por el
contrario, para ellos existen motivos económicos (satisfacer necesidades) y de
rentabilidad para seguir ejerciendo la actividad (Ramos, et al. 2008, p. 90).

Adicionalmente en su estudio Ramos et al. (2008) encontró que cinco de cada diez ejerce la
mendicidad por necesidad de proveerse ingresos que permitan mantener el núcleo y la unidad
familiar y cuatro de cada diez lo hace por la dificultad para acceder a un buen empleo estable y
formal. En contraste es importante mencionar que:
Los resultados evidenciaron que el 51% de los entrevistados abandonó el hogar paterno
o el de familiares a cargo de ellos. En la ruptura con la familia han incidido aspectos
relacionados con la pobreza y con la dinámica familiar. Algunos afirmaron que se fueron
de su casa por decisión propia y otros fueron expulsados de ella por comportamientos
agresivos e irrespetuosos (Ramos, et al. 2008, p.103).

Sobre la base anterior para Avendaño y Paz (2013) en su estudio sobre rebusque y mendicidad
encontraron que:
La mayoría de entrevistados muestra niveles académicos bajos, no alcanzan estudios
culminados de secundaria, muy posiblemente por falta de recursos (sin tener en cuenta
la decisión propia de no querer hacerlo) y por la misma necesidad de tener que abandonar
su ciudad para hallar nuevas oportunidades de subsistencia (p. 22).

Cabe agregar las reflexiones de Ferrante (2015) sobre las personas en situación de mendicidad
con discapacidad, quien valora que tales se encuentran:
Arrojados al vacío, para estos agentes el estigma deviene un rol mediante el cual
sobrevivir material y simbólicamente. Su significación en tanto “trabajo” [mendicidad]
constituye un mecanismo de soportabilidad para encontrar modos de reconocimiento
socialmente valorados (p. 170).

Dando continuidad sobre los estudios realizados, Ramos el al. (2008) encontró que:
Los individuos que están más asociados a conductas antisociales son aquellos que se
dedican a la mendicidad directa, es decir que piden dinero sin ofrecer productos o

44
servicios a cambio, así como los que ejercen actividades en los semáforos (limpiadores
de vidrios) y los que mendigan a cambio de distraer al público en general con bailes,
actos de acrobacia y arte callejero.
Actividades como lavar carros o cuidarlos y las de obsequio - venta de dulce se
asocian a conductas normales de comportamiento social. Los que se dedican a dichas
actividades no se sienten conformes con lo que hacen, porque les gustaría hacer otras
que les representen reconocimiento laboral y aceptación social (p. 81-82).

En seguimiento a los resultados Ramos et al. (2008) concluye que:


De la población que ejerce la mendicidad, ocho de cada diez son hombres. Este
comportamiento es producto de la creencia de que el hombre es el proveedor principal
de ingreso para el núcleo familiar; además, ellos mismos reconocieron que es una
actividad que demanda fortaleza física y moral para soportar el rechazo de algunas
personas a las que recurren.
Según la estructura de edad, el grupo que mayor presencia tiene en esta actividad
es el comprendido entre los 18 y 25 años (39%). Es decir, es una población joven, con
capacidad de estudio, trabajo y generador de ingreso formal, que debido a las
circunstancias… constituye en una población marcada socialmente, con bajos niveles
educativos, proclive a cometer delitos y excluida a nivel social.
De cada cien mendigos, catorce son menores de 18 años, los cuales, según la
perspectiva de la teoría del desarrollo, deberían estar vinculados al sistema educativo en
los niveles correspondiente a su edad y no ejerciendo una actividad como ésta que no les
garantiza en un futuro mejorar sus condiciones socioeconómicas (pp. 102-103).

Así mismo en relación con la conducta social y aspectos familiares:


Los mayores problemas a los que hicieron referencia los encuestados en cuanto a sus
hogares fueron la falta de dinero y de amor, y los castigos se asocian fuertemente con
comportamientos antisociales (problemas con la Policía y el consumo de drogas). Así
mismo, estos problemas y conductas están asociados con el hecho de que los individuos
no viven con sus padres y no tienen pareja… La evidencia empírica reveló que cinco de
cada diez mendigos reconocieron que consumen drogas alucinógenas, inclusive

45
manifestaron que el grupo al que pertenecen también lo hace (Ramos, et al. 2008, pp.
102-103).

2.9. MENDICIDAD Y ECONOMÍA


Cabe comenzar haciendo una observación sobre el sistema de producción económica vigente en
Honduras, en relación a ello Castel (1997) señala que cuando el sistema capitalista, impide y
despoja a los individuos, de todos los recursos para desarrollarse, estos deben buscar la forma
de sobrevivir, siendo la calle y la solicitud de limosnas una de las vías.

Pobreza y marginalidad no tienen los mismos significados, para Lomnitz (1975/2004) es


“importante distinguir en principio, entre la categoría de marginalidad (definida
estructuralmente por la ausencia de un rol económico articulado con el sistema de producción
industrial) y la de pobreza que implica más bien una situación de escasos ingresos” (p. 17). Bajo
esta definición la mendicidad es una situación de marginalidad. En continuidad a la descripción
Lomnitz, plantea:
Un Estado puede acabar con la miseria a través de un subsidio mínimo a todos los
ciudadanos; puede incluso acabar con la cesantía mediante la institucionalización del
subempleo; pero tales medidas no eliminan la marginalidad ya que subsisten importantes
sectores que la economía no ha sido capaz de integrar funcionalmente a su esquema de
producción. Estos sectores tienden a encontrarse al margen de los procesos económicos
y políticos oficiales (p.17).

Teniendo presente los elementos descritos en los párrafos anteriores, viene a colación el
planteamiento de Freige (2001) quien habla sobre el trabajo por cuenta propia, llamado también
económica informal, y dice:
Un empleo de baja productividad y bajos salarios que, en la mayor parte de los casos,
simplemente constituye una estrategia de supervivencia. De manera que los trabajadores
informales reúnen poco capital, a medida que disminuye el rendimiento de las
actividades informales. En consecuencia, al mostrarse un crecimiento en el sector
informal, aumenta también la pobreza y la desigualdad asociadas al sector, hecho que
aleja el objetivo del desarrollo económico y social (citado por Avendaño y Paz, 2012, p.
163-164).

46
Bajo tal orden de ideas, es bastante curioso, que para aquellas personas que no disponen de los
recursos suficientes, la economía informal se convierta en una mejor alternativa, por encima de
trabajo permanente, cuando este es percibido como mal remunerado.

Bajo la misma línea, se puede citar a Graziano et al. (2004) dado que manifiestan que el aumento
de la pobreza está vinculado al aumento de estrategias y actividades asociadas a la
supervivencia, ésta se logra en condiciones de la obtención de bajos ingresos y situaciones de
una gran inestabilidad, promoviéndose así trabajos informales, considerados de baja
productividad, ilegales, e inclusive someramente reglamentados por el estado. Graziano et al.,
coincide con el sociólogo francés Wacquant quien establece que la relación entre la ganancia
obtenida en la economía formal e informal en situación de marginalidad se invierte, siendo así
que el empleo formal es visto como irregular y poco fiable, mientras que las actividades
informales parecen seguras y regulares.

En este orden de ideas es importante destacar el planteamiento de Andrade (2008), quien


manifiesta que el indigente, a través de la caridad o de fuentes de economía informal, puede
lograr obtener ingresos que inclusive superan el salario mínimo establecido; sin embargo a su
vez expone que tales ingresos, además de no poseer un origen formal y aceptado socialmente,
poseen un destino que difícilmente puede estar orientado a la obtención de un bienestar real y,
menos aún, al ahorro o la inversión. “En consecuencia, dada la condición de pobreza, la
economía informal es vista como una opción de supervivencia y no de superación de la
indigencia” (Ochoa, 2005, p. 6).

Según la Oficina Internacional del Trabajo (OIT, 2002)


En los países con desarrollo económico, el aumento de la economía informal se
encuentra estrechamente ligada a situaciones de exceso de mano de obra, que muestra
bajos niveles de educación, y a estados de migración de las zonas rurales a las ciudades,
que ocasionan, por ende, menor acceso a los recursos, situación que se agrava en los
casos de aquellos que no tienen empleo y que, pese a esto, deben asumir cargas de
responsabilidades familiares, lo que con frecuencia da paso a la indigencia. Así como
sucede con la economía informal, la indigencia es un fenómeno adjunto al movimiento

47
de capital de las ciudades desestructuradas, pues es un tipo de pobreza urbana extrema
que obliga a las personas a optar por la mendicidad (p. 36).

Para Camargo (2005), la mendicidad como la indigencia, se presentan como denominador


común, en las economías en auge; adicionalmente la economía informal no solo es vista en
países en vías de desarrollo, puesto que su existencia también es notoria en naciones con un alto
grado de desarrollo económico y social. Por tal motivo se observa que es un fenómeno digno de
valoración y análisis profundo.

Como consecuencia lógica a las ideas planteadas anteriormente, se sabe que el aspecto
económico es fundamental para la subsistencia, siendo el dinero solicitado a través de las
limosnas, el principal motivante de quien mendiga. De esta manera Ramos et al. (2008), expresa
que en el caribe colombiano el 47% de los mendigos obtiene ingresos entre 3$ y 6$ y solo un
7% supera los 6$. Siendo el principal destino de los ingresos, en orden de importancia la
alimentación, la vivienda, salud y educación y para algunos el consumo de drogas. En el mismo
estudio se encontró que el 60% de los mendigos buscan ingresos que le permitan mantener el
núcleo familiar, así mismo un 40% lo hace al no tener alternativas formales de empleo; más que
por obligación, mendigar se hace por necesidad.

Bajo esta misma línea Avendaño y Paz (2012) encontraron que en Cúcuta y el Norte de
Santander, el 44% de las personas recogen limosnas entre 1.60$ a 3.20$, un 52% entre 4.80$ a
6.40$ y únicamente un 4% obtienen más de 6.50$, esto refleja que un 44% no alcanzan el salario
mínimo establecido en Colombia.

Por su parte Graziano et al (2004) en su estudio menciona que para los mendigos que se dedican
a la venta en el subterráneo de Argentina, las ganancias netas oscilan entre 15$ y 30$ diarios
(343 L. y 686 L.). A su vez Graziano et al., expone que los mendigos que ofrecen servicios o
venden al público hacen inversiones que requiere poco capital inicial, dicha mercadería debe
facilitar la obtención de ganancias que permitan mantenerse constantemente activos en la
generación de ingresos diariamente.

48
Como se observa, la mendicidad y la limosna proporcionan un sustento a las personas, por ende,
al resultar una actividad lucrativa, garantiza su presencia en las calles. Si los ingresos no
proporcionaran un sustento mínimo

Así mismo, Ramos et al. (2008) Continúa explorando la mendicidad desde el punto de vista de
la economía, asegura que algunas personas que se dedican a la mendicidad han trabajo
previamente en empleos de baja calificación, esto asociado a los bajos niveles educativos que
poseen, la falta de experiencia y por no poseer las competencias para trabajos de mayor
complejidad; por ende, se dificulta su inserción en el mercado laboral de forma competitiva. Se
puede decir que para quien mendiga, la mejor alternativa es solicitar limosnas y dada sus
limitaciones sociales, educativas y económicas, esta se vuelve en la alternativa más rentable
para su subsistencia. En esta línea en otro estudio también se encontró que “las trayectorias
laborales están relacionadas con trabajos de muy baja calificación… los más jóvenes no tienen
experiencia en otro trabajo que no sea la práctica mercantil de mendicidad” (Graziano, 2004,
p.9).

De aquí se puede observar que el trabajo formal no es percibido como una vía para la
sobrevivencia y por ende se debe recurrir a la creatividad u otros medios con tal de garantizar
la vida y la existencia.

En este mismo orden y dirección un estudio realizado en el tren subterráneo de Argentina,


vincula la mendicidad como una práctica mercantil, dado que la misma no es suficiente,
entonces se debe recurrir a la venta ambulante como complemento para poder agenciarse de
mejores ingresos; Graziano et al. (2004) expone:
La mendicidad parece no satisfacer las necesidades individuales, en cambio la venta
ambulante ofrece ciertas ventajas y así constituye un buen complemento de la primera.
En principio, el hecho de fijar un precio al producto de venta implica cierta seguridad de
ingreso que no está garantizado con la mendicidad. Por otro lado, la venta ambulante
genera menos rechazo por parte de la sociedad; el vendedor no porta el estigma que sí
carga el que pide dinero. Los elementos propios de la venta ambulante se articulan con
los de la mendicidad conformando una compleja y no monolítica práctica laboral/
actividad de intercambio (p.5).
49
Esta actividad específica que es la que Graziano et al., denominan práctica mercantil de
mendicidad, la cual consiste en la oferta al público de productos o servicios en intercambio por
dinero, la misma es desarrollada en espacios públicos de gran concurrencia y evoca la súplica
por la ayuda y búsqueda de su propio sustento.

Para finalizar cabe destacar que los marginados, sean mendigos o no, deben sobrevivir,
buscando satisfacer necesidades como el alimento, la vestimenta, la vivienda y el cuidado los
hijos, estos son motivos para generar una estructura social que les permita adaptarse a la
urbanización, siendo esta las redes de intercambio entre parientes y vecinos. Esta red no es un
obstáculo para la participación de los miembros en el mercado de trabajo, más bien es un recurso
social, que cumple la función de esta garantizar la seguridad y subsistencia entre sus miembros
(Lomnitz, 1975/2004).

En esta misma línea teórica, Lomnitz (1975/2004) expone que:


El comportamiento económico del marginado es complejo: participa simultáneamente
en dos sistemas de intercambio, uno muy antiguo [la reciprocidad, es decir, el
intercambio de favores y de regalos que es consecuencia y parte integral de una relación
social] y otro moderno [el intercambio de mercado, en que circulan los bienes y servicios
sobre la base de la oferta y la demanda, sin generar relaciones sociales duraderas]. La
reciprocidad se había considerado generalmente como una reliquia de sociedades
primitivas o tribales en vías de desaparición. Su utilización generalizada por la
marginalidad representa una indicación de que la reciprocidad puede coexistir con el
intercambio de mercado en las sociedades complejas la red de reciprocidad, basada en
la ayuda mutua entre parientes y vecinos, representa el mecanismo específico de
seguridad económica y social de los marginados (p. 24).

Para W. Funes (Comunicación personal, 25 de octubre de 2016), en los países que no ha


funcionado el sistema económico neoliberal hay una gran cantidad de mendigos que se ven
obligados a pedir dinero en las calles, aún sin presión externa de otras personas, y ocurre que
para calmar la conciencia muchas personas son caritativas, pero no solidarias; de igual manera
W. Funes, considera que las personas que viven de la mendicidad como parte de un grupo

50
excluido del sistema, ejemplificando para la ciudad de Tegucigalpa que muchos de ellos son
personas vulnerables por su condición física (p. ej. discapacidad), estado de salud, por su edad
(niños y adultos mayores), orientación sexual, y también viéndose afectadas aquellas personas
que se ven obligadas a migrar principalmente del área rural a la ciudad.

2.10. ENFERMEDADES PSICO-SOCIALES Y MENDICIDAD


Retomando ideas anteriores cabe destacar que la mendicidad, desde su existencia ha sido
rechazada socialmente, esto se refleja de diversos textos sin importar su antigüedad, de esta
manera también es importante visualizar como ha sido fuertemente criticada, desde lo que ahora
puede ser visto bajo un enfoque motivacional e inclusive de generatividad.
El hombre es un ser vital; pero lo más vital de su vida es su voluntad, motor autónomo
y línico que mueve a otros y se mueve a sí mismo con plena independencia de toda causa
segunda. Faltando este motor, toda la voluntad se derrumba.
Abúlicos, enfermos de la voluntad, arredrados ante la primera dificultad que
encontraron en el duro camino de la vida, se lanzan a pedir, faltos de energía para la
lucha por la existencia.
Abúlicos, enfermos de la voluntad, son juguetes de otros, y mal aconsejados
emprenden la senda fácil de implorar la caridad pública. Abúlicos, enfermos de la
voluntad, son víctimas de sus propios vicios, y arrastrados por ellos van descendiendo
en la escala social hasta llegar al último peldaño, y pérdida de la dignidad y el decoro,
acuden en solicitud de una limosna como medio de atender a sus necesidades y a la par
de seguir cultivando sus vicios (Bordiú, 1924, p.28).

En relación al tema de las enfermedades o trastornos psicosociales ha sido abordado desde hace
varias décadas, ha sido y será siempre un tema de interés y que requiere ser abordado, es así
como Padilla (1975) resalta:
Todo tipo de conducta que se aparta del patrón social establecido es generalmente
considerado como anormal y se traduce en un trastorno que si es del orden de los
supuestamente dirigidos o gobernados por la mente se le llama trastorno o enfermedad
mental. Estas enfermedades mentales se dividen en individuales y sociales
(psicosociales) dependiendo frecuentemente de si la enfermedad mental tiene

51
consecuencias que afectan directamente al individuo que la padece (el enfermo) o si en
alguna forma atenta contra la sociedad. Este atentado consiste generalmente en el
rompimiento de normas o leyes que pretenden mantener un orden en el conglomerado
social.

Según Cabildo, "por enfermedad psicosocial debe entenderse una alteración en la estructura y
dinámica de la colectividad que impide la existencia de un ambiente adecuado y que fomenta a
su vez, las tendencias destructivas, el odio, el robo, el homicidio, la miseria, la desintegración
familiar, la guerra, etc." (Citado por Padilla, 1975, p.179)

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2016):


La salud mental es un componente integral y esencial de la salud. La Constitución de la
OMS dice: «La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.» Una importante consecuencia de
esta definición es que considera la salud mental como algo más que la ausencia de
trastornos o discapacidades mentales.
La salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus
capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma
productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es
el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la comunidad.
La salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad
colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás,
ganar el sustento y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la
promoción, la protección y el restablecimiento de la salud mental son preocupaciones
vitales de las personas, las comunidades y las sociedades de todo el mundo (párr. 1-3).

En seguimiento al párrafo anterior es importante destacar:


La salud mental individual está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos
y biológicos. Por ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un
riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. Las pruebas
más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y en particular con
el bajo nivel educativo.
52
La mala salud mental se asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las
condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a la exclusión social,
a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a
las violaciones de los derechos humanos.
También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen
que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos
mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de
factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales (Determinantes de la salud
mental, OMS, párr. 1-3).

A su vez Quitian y Ariza (2015) concluyen que:


Se puede inferir que los factores psicosociales tienen una estrecha relación con las
enfermedades de la salud mental. Que el estar enfermo tanto físicamente como mental,
es un puente entre las esferas familiares, sociales, laborales, que son las tareas e
interacciones que se da en estas inadecuadamente (p. 35).

A través de un periodismo de intervención con una crónica narrativa en primera persona


W. Funes (comunicación personal, 25 de octubre de 2016) asumió el rol de una mujer que
mendiga en la ciudad de Tegucigalpa, de su experiencia vivida, recuerda que lo más doloroso
fue el desprecio y la indiferencia que percibió de las personas y por ende de la sociedad, ya sea
por miedo o apatía; expresa también que nadie le brindó una sonrisa, salvo al llegar a las
cercanías de una iglesia, donde si le mostraron mayor caridad. Manifiesta que a través del
personaje pudo percibir la competencia entre los mendigos, el maltrato, las burlas e inclusive el
posible abuso que podrían vivir mujeres que viven de limosnas. Por ende, considera que la
mendicidad existe, porque no hay tolerancia, la indiferencia que hay en la sociedad es el máximo
aliado de la misma, el desprecio por la gente en condiciones de pobreza existente en las calles
es fundamental para que ese “negocio”, “brazo de la mafia” o problema social, siga creciendo;
independientemente desde la perspectiva que se quiera ver.

En el marco de las observaciones y planteamientos anteriores, cabe mencionar que las personas
en situación de mendicidad evidencian problemas mentales de algún tipo, dado que los diversos

53
factores psicosociales están en contra y dilatan las posibilidades de crecimiento y desarrollo de
esta población. Por lo cual brindar atención integral en salud resultaría de vital importancia al
momento de promover estrategias en las cuales se busque mejorar las condiciones de vida de
esta población generalmente excluida.

2.11. MENDICIDAD Y DISCAPACIDAD


La discapacidad ha sido asociada por diversos autores como un agente generador de procesos
de mendicidad, siendo así es importante destacar el planteamiento de Bustos (2014) quien
manifiesta:
El “boteo” (pedir dinero) en las calles se ha convertido en una forma en la cual las
personas con discapacidad afrontan el panorama adverso que enfrentan: falta de
oportunidades educativas y laborales. Sin embargo, en nuestra sociedad, esta actividad
es estigmatizada y considerada como vergonzosa (p. 33).

Si bien la mendicidad constituyó la única salida para sobrevivir a la marginación social, al


mismo tiempo contribuyó a afianzar la estigmatización de quienes están en situación de
discapacidad como personas desvalidas. Más aún, son las personas en situación de discapacidad
que piden dinero por las calles y cruceros quienes reproducen y reafirman la permanencia de su
“desvalidez” que les es asignada por el imaginario social (Bustos, 2014, p. 42). Vinculado a tal
planteamiento Pantano (2015) expone que la práctica de la mendicidad en personas con
discapacidad es socialmente más aceptada, que en aquellas personas que no presentan esta
condición.

La mayoría de las personas con discapacidad de clase baja de esos países [Los denominados en
vías de desarrollo] sobreviven a través de distintas formas de caridad social, entre las que se
encuentran: la seguridad social, el traslado de ingresos familiares, la ayuda brindada por
asociaciones de beneficencia y religiosas, y el pedido de limosna (Barnes, 2010, 2009; Joly,
2008; Borsay, 2008; Russell, 2008) citado por Ferrante (2015, p. 154). En esta misma línea
Ferrante, argumenta que “en la Ciudad de Buenos Aires la mendicidad se convierte para muchas
personas con discapacidad en un ´trabajo por cuenta propia´ (Joly y Ferrante, 2013; Joly y
Venturiello, 2012)”.

54
En esta línea es importante hacer ver el planteamiento expuesto por Ferrante (2014) con respecto
a las limosnas, en este aspecto considera que “La interacción del dar y recibir limosna por ´tener
una discapacidad´ constituye en términos goffmanianos una situación social (p. 2). Ferrante, a
partir de ello menciona que cuerpo a cuerpo, se da un convenio entre el que mendiga y el que
da limosna, recurriendo el primero al estigma físico para acceder a la solidaridad (Goffman,
2001) mientras que el segundo ve la discapacidad como una fuente de lastima, de esta forma la
limosna alivia cualquier sentimiento de culpa (Matta, 2010).

A manera de conclusión Ferrante (2015) enfatiza:


Puntualizando el análisis en los procesos sociales que configuran al pedido de limosna
como estrategia de supervivencia de personas con discapacidad… el capitalismo actual,
en los países periféricos, genera una dinámica estructural que, lejos de hacer florecer la
inclusión y más allá de toda declaración, genera endémicamente formas de desigualdad,
entre las que se encuentran la discapacidad.
Se da una lógica en la cual la estructura social discapacita biológicamente a
algunos de sus miembros, promoviendo modos de vulnerabilidad social donde se
conjugan la pobreza y la ayuda focalizada. Tales ayudas… constituyen auténticas
políticas de la discapacitación que los inhabilitan socialmente, al excluirlos del proceso
de trabajo y que, al justificar este proceso, a través de la lógica de la tragedia médica
personal, generan esquemas de apreciación de la discapacidad que promueven el
desarrollo de subjetividades lumpenizadas.
Arrojados al vacío, para estos agentes el estigma deviene un rol mediante el cual
sobrevivir material y simbólicamente. Su significación en tanto “trabajo” constituye un
mecanismo de soportabilidad para encontrar modos de reconocimiento socialmente
valorados. A su vez, hemos visto que también la disposición generosa de aquellos que
donan dinero, y que hacen efectiva la práctica de la mendicidad, procuran hacer tolerable
la vida en un mundo segregador, donde el fantasma de la vulnerabilidad atraviesa cada
cuerpo y en el que las necesidades sociales son percibidas como cuestiones que ya no
serán resueltas por la seguridad social (pp. 169-170).

55
2.12. ESTRATEGIAS PARA ERRADICAR LA MENDICIDAD
Como se ha planteado anteriormente, la mendicidad está vinculada grandemente con la pobreza,
es así como el vizconde de Villeneuve-Bargemont expresa “para tener derecho de prohibir y
castigar la mendicidad, es preciso haber conseguido hacer desaparecer la indigencia.» Esta
proposición es demasiado absoluta: mas ello es indudable que para extinguir la mendicidad debe
haberse reducido en lo posible el pauperismo” (Citado por Durán et al. 1851/2011, p.76).

Bajo esa misma línea respondiendo a la pregunta ¿Se puede suprimir la mendicidad? El propio
Durán et al. (1851/2011) plantea:
Suprimir la mendicidad no es suprimir los pobres, sino los pordioseros; no es hacer
desaparecer la miseria, sino la indigencia que se alivia con la limosna a mano; no es
extinguir la pobreza oculta, vergonzante y la más digna de compasión sin duda, sino la
pobreza que pide sin rubor, y que a menudo persigue é importuna; no es curar
radicalmente el infortunio, sino no abandonarlo al acaso de la limosna (pp. 40-41).

El fenómeno social del pauperismo hay dos sistemas que tienden a hacerlo desaparecer; el
socialismo y la economía política; Sin embargo, descuellan dos diferencias muy radicales entre
uno y otro sistema. El socialismo quiere reformar la sociedad hasta en los mismos puntos
cardinales de su existencia; la economía política respeta las condiciones esenciales de existencia
de las sociedades. El socialismo nos ofrece estos remedios; la organización del trabajo, la
abolición de la propiedad y del capital individual, y la educación por el Estado. La economía
política también presenta contra el fenómeno de la mendicidad tres grandes remedios; la
competencia, el libre cambio y la abolición de los impuestos de consumos.

En los planteamientos de Durán et al. (1851/2011) si se logra neutralizar las causas de la


miseria, por añadidura el problema de la mendicidad queda prácticamente resuelto. Por ende, al
ser humano solo le resta prevenir, y procurar reducir la frecuencia de tales causas, soslayando
los obstáculos de su desarrollo, neutralizando los posibles efectos, esto se logra a través de
medios preventivos. Durán et al. en esta misma línea expone que:
Felizmente para las sociedades, no es la mendicidad inevitable como el pauperismo, no
lleva ella en su naturaleza la imposibilidad de extinguirla; y podemos indicar los
remedios represivos que hagan desaparecer esta enfermedad social.

56
Empecemos por exponer los remedios que pueden prevenir la miseria nacida del
aumento de necesidades. Estos remedios se nos presentan desde luego divididos en dos
categorías; unos pueden impedir, contrariar, el aumento de necesidades, otros pueden
satisfacer las que han nacido, siquiera hubiese podido evitarlas la previsión humana
(p. 51).

Adaptando el pensamiento y los planteamientos de Durán et al. 1851/2011, en relación a los


remedios preventivos de la mendicidad a la actualidad, se puede considerar que si se organizan
asilos o fundaciones de apoyo a los mendigos es necesario incorporar dentro de los mismos
programas que fortalezcan la moral, buenas costumbres y el beneficio del trabajo.

El mismo Durán et al. (1851/2011) expone que es necesario neutralizar las causas políticas
(haciendo referencia a leyes) que interfieren en la falta de trabajo, a su vez considera que se
debe garantizar a la población la integridad física dentro del campo laboral y apoyar a personas
con discapacidad no desvinculándolas del trabajo; también recomienda combatir las causas
económicas que contribuyen a la falta de trabajo siendo el estado el principal garante de atacarlas
favoreciendo a las personas más desprotegidas.

González et al. (2009) propone realizar un análisis y estrategias para erradicar la mendicidad,
principalmente orientado en menores entre 10 y 14 años, planteando que para prevenir esta
problemática se deben unir diversos grupos sociales como ser el estado, la familia, instituciones
de beneficencia y universidades entre otras, para realizar proyectos orientados la solidaridad y
los valores, unido a la enseñanza de oficios, respaldados a través de microempresas que
colaboren en su desarrollo y ocupación.

Para González et al. (2009) “Corresponde al estado el cumplimiento de las leyes que protegen,
del sector privado brindar oportunidades y de la comunidad la concientización de que la caridad
no es una solución al problema sino por el contrario ahonda una situación caótica que avanza a
pasos agigantados día tras día” (p. 35). En seguimiento a su línea de pensamiento González et
al., considera que para resolver la condición de mendicidad:
Si se implementan estrategias para mejorar el nivel socioeconómico de los padres de
familias de los menores que ejercen la mendicidad, esto conlleva a elevar el nivel

57
educativo de los niños, y además se ponen en marcha programas de capacitación,
concientización de los actores del conflicto, mejoramiento integral de las familias
mendigas a través de una fundación, cabe esperar que la tendencia cambie. En estas
condiciones se podría esperar un alto índice de disminución de los menores mendigos.
De esta forma se estaría atacando varias de las causas principales de la mendicidad en
menores (p. 61).

De acuerdo con Moncayo y Vega (2012) dan una serie de recomendaciones como medidas para
reinsertar a los mendigos a la sociedad, dentro de las cuales destacan: (1) El estado debe de
generar políticas sistemáticas para ir eliminando los grados de pobreza del país (2) Las políticas
del estado son para ir eliminando las grandes diferencias económicas que existen en la
población. (3) Que los gobiernos generen políticas de atención al estado (4) Que los gobiernos
formulen políticas de empleo (5) Es sensato que todos nosotros tomemos conciencia de lo que
significa la mendicidad, puesto que en la mayoría de casos las personas adultas y niños que están
mendigando son obligados por mafias e incluso por sus propios familiares… (6) Es necesario
tomar cartas en el asunto puesto que si no le damos la importancia debida este mal social nunca
se lo podrá erradicar (7) Con la finalidad de luchar juntos contra la mendicidad, se recomienda
también implementar un sistema de acciones conjuntas entre la sociedad y las entidades
gubernamentales con planes estratégicos. (8) Sería factible también endurecer las leyes y buscar
sanciones a estas personas que se dedican a explotar a los mendigos (p. 65).

En la Ciudad de Cantón en Colombia se elaboró un proyecto para crear una fundación de ayuda
social para disminuir la mendicidad, en el mismo Chiliquinga y Villarroel (2012) brindan una
serie de recomendaciones en relación a la fundación, de las cuales destacan: (1) Gozar de
profesionales destacados, los cuales se encargarán de brindar atención médica y psicológica, por
medio de la evaluación continua de los mendigos, para evitar el contagio de enfermedades y que
reciban el tratamiento adecuado (2) Para lograr el desarrollo psicológico de los mendigos e
indigentes es recomendable que existan excelentes vías de comunicación, de forma tal que un
equipo de voluntarias, pueda proporcionar una atención de calidad a esta población (3) Lo más
adecuado es lograr acuerdos a través del diálogo con autoridades del cantón para que formen
parte activamente y contribuyan con la finalidad social de colaborar con los menos favorecidos,
brindando el apoyo pertinente, para lograr con éxito los objetivos de la fundación.
58
Por su parte para la OMS (2016) la promoción de la salud mental depende en gran medida de
estrategias intersectoriales. Entre otras formas concretas de fomentar la salud mental se pueden
mencionar:
 la emancipación socioeconómica de la mujer (p. ej. concesión de microcréditos);
 el apoyo social a las poblaciones geriátricas (p. ej. iniciativas para hacer amistades y centros
comunitarios y de día);
 los programas dirigidos a grupos vulnerables, y en particular a las minorías, los pueblos
indígenas, los migrantes y las personas afectadas por conflictos y desastres
(p. ej. intervenciones psicosociales tras los desastres);
 las intervenciones de salud mental en el trabajo (p. ej. programas de prevención del estrés);
 las políticas de vivienda (por ejemplo, mejora de las viviendas);
 los programas de desarrollo comunitario (p. ej. iniciativas de colaboración ciudadana y de
desarrollo rural integrado);
 la reducción de la pobreza y la protección social para los pobres.

Durán et al. (1851/2011) no se limita a describir la situación de los mendigos, en su lugar busca
generar estrategias para que este fenómeno no se siga propagando, para él todos los servicios de
atención que ofrece un país son válidos, para brindar asistencia a aquel mendigo realmente se
encuentra invalidado para trabajar. Para el mismo Durán et al:
Solo en épocas excepcionales, y por esta misma razón transitoria, solo en momentos de
crisis industrial y mercantil, cuyo azote se extiende entonces más allá de las clases
proletarias, el número de los mendigos válidos involuntarios se presenta como una carga
de la sociedad… La agricultura no suele acrecentar el número de esta clase de mendigos;
solo cuando la miseria es muy general en un país enteramente agrícola, el jornalero del
campo, avezado a la frugalidad, y más apegado que el jornalero industrial al propietario,
tiene que recurrir a la limosna a mano… En Inglaterra, en Dinamarca, en Noruega, en
algunos estados de Alemania, en varios cantones de Suiza, los mendigos válidos son
repartidos entre los particulares; en el campo, entre los propietarios; en las ciudades,
entre los fabricantes y comerciantes… En estos mismos países, en Francia, en Italia, en
otras naciones, se han establecido Casas de trabajo donde se da ocupación al indigente
(p. 77 -78).

59
CAPÍTULO III

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

60
3. MÉTODO

3.1. ENFOQUE DE INVESTIGACIÓN


De acuerdo con Sampieri, Fernández y Baptista (2014, p.358) “El enfoque cualitativo se
selecciona cuando el propósito es examinar la forma en que los individuos perciben y
experimentan los fenómenos que los rodean, profundizando en sus puntos de vista,
interpretaciones y significados (Punch, 2014; Lichtman, 2013; Morse, 2012; Encyclopedia of
Educational Psychology, 2008; Lahman y Geist, 2008; Carey, 2007, y DeLyser, 2006)”.

Lo expuesto anteriormente concuerda con los propósitos de esta investigación, puesto que en la
misma se buscó entender y profundizar en los motivos de las personas para recurrir a la
mendicidad como medio de subsistencia, así mismo se analizaron sus percepciones y
experiencias a través de diversas categorías enfocadas en la comprensión de los factores
económicos, sociales y psicológicos asociados a la mendicidad como una forma de vida para la
obtención del sustento diario.

3.2. ALCANCE DE INVESTIGACIÓN


La investigación es de alcance descriptivo, en ella se especifican características y un perfil de
los mendigos de la ciudad de Tegucigalpa, propiamente en el estudio se sistematizan las
características socioeconómicas y psicológicas de estas personas; cabe resaltar que el abordaje
de este último elemento es el más novedoso del estudio; también es importante mencionar que
a partir de la información obtenida se analizaron y detallan los factores asociados al ejercicio de
la mendicidad; describiendo experiencias y condiciones específicas en las que ocurre este
fenómeno; buscando así la comprensión de los motivantes que orientan a mendigar.

3.3.DISEÑO DE INVESTIGACIÓN
Para esta investigación se utilizó el diseño fenomenológico el cual según Sampieri et al. (2014)
se enfocan en los valores y experiencias individuales subjetivas de los participantes. Este diseño
permitió explorar, describir y comprender los valores y estilos de vida de los mendigos, como
también el descubrimiento y análisis de elementos comunes que inciden en el ejercicio de la
mendicidad.

61
3.4. PARTICIPANTES
Para este estudio se considera mendigo a toda persona que, de forma permanente, pide dinero
en espacios públicos como el principal medio para subsistir. Incluye personas que, por su
situación personal, ya sea por ser de la tercera edad o por tener alguna discapacidad física o
mental, pide dinero para su sustento. De igual forma incluye las personas que solicitan dinero a
cambio de un servicio o “entretenimiento” como ser limpiavidrios, acróbatas, malabaristas o
músicos.

La selección de los participantes se hizo por medio de un muestreo no probabilístico, a través


de la selección de sujetos tipo, en este tipo de muestreo los actores clave deben cumplir ciertas
características previamente definidas (García-Cabrero, 2009), siendo para esta investigación las
personas que mendigan a través de la solicitud exclusiva limosnas, del ofrecimiento de servicios
o entretenimiento y la exhibición de alguna discapacidad. Cabe resaltar que “en estudios con
perspectiva fenomenológica, en los que el objetivo es analizar los valores, experiencias y
significados de un grupo social, es frecuente el uso de muestras tanto de expertos como de casos
tipo” (Sampieri et al., 2014, p.387). Este planteamiento de Sampieri et al., respalda el tipo de
muestreo seleccionado.

Para el abordaje de los mendigos se priorizaron las zonas donde empíricamente se observó
mayor presencia de este tipo de personas, para el caso fue el Distrito Central de Negocios de
Tegucigalpa (ver figura 1), siendo aquellos sectores de mayor auge económico y tráfico
vehicular, como ser en las proximidades de centros comerciales, restaurantes y hoteles
prestigiosos de la ciudad, considerando como punto de partida el corredor el boulevard Juan
Pablo II, Casa Presidencial y la UNAH.

Se consideró abordar 30 mendigos, optando por 50% hombres y 50% mujeres, de acuerdo a los
diferentes tipos de mendicidad descritos previamente (ver tabla 1), para lograr de esta manera
la comprensión del fenómeno desde las diversas percepciones de la unidad de análisis; haciendo
uso de entrevistas e indagando a través de ellas parte de sus vidas y profundizando en las causas
del fenómeno (Sampieri et al., 2014); pero cabe resaltar que se tuvo presente el criterio de
saturación teórica, llegando al mismo con un total de 23 personas y dos acompañantes
dedicados a ejercer la mendicidad.
62
Tabla 1.
Distribución de la muestra sugerida
Población Cantidad Características
Mendigos de la 12  Seis adultos que se dediquen a la mendicidad a través de la solicitud
limosna de limosnas, preferiblemente personas entre 25 y 60 años.
 Seis adultos mayores que se dediquen a la mendicidad a través de la
solicitud de limosnas.
Mendigos de 12  Seis jóvenes entre 16 y 35 años que brindan servicios (ej. Limpiar
servicio o parabrisas, etc.)
entretenimiento  Seis jóvenes entre 16 y 35 años que se dedican al entretenimiento
(ej. Malabares, escupe fuego, etc.)
Mendigos con 6  Seis personas con discapacidad que se dediquen a la práctica de la
discapacidad mendicidad, se buscará que posea una discapacidad física aparente
y que esta misma sea el medio para la obtención de la limosna.
Fuente: Elaboración propia.

63
3.5. CATEGORIAS DE ANÁLISIS
La mendicidad es una actividad visible de forma cotidiana por las calles de la ciudad de Tegucigalpa, a pesar de ello no se profundiza a
nivel teórico sobre este fenómeno, por ende, para fines del estudio resulta preponderante conceptualizarla, por tanto, detalla a
continuación (ver tabla 2):

Tabla 2.
Categorías de Análisis

Definición
Categorías Definición Conceptual Dimensión Indicadores
Operacional
Como uno de los principales 1. Estructura Familiar
Mendicidad agraviantes sociales y que promueven 2. Formas de Apoyo

Social
Para las diversas
como problema la práctica de la mendicidad, Ferrante 3. Características delictivo
categorías de análisis se
social (2015) propone el “debilitamiento de penales
entrevistó aquellos
las redes sociales y de apoyo” (p. 161). 4. Condiciones de salud
mendigos que:
Para Ramos et al. (2008) “El aumento
(1) Pedir limosnas 5. Aspectos económicos y

Económica
de los niveles de mendicidad en zonas
Mendicidad y (2) Hacerlo de forma laborales
urbanas y el deterioro cada vez mayor
Economía habitual. 6. Prácticas de la mendicidad
de las condiciones de vida, es producto
(3) La mendicidad debe 7. Hogar y vivienda
de las crisis económicas”.
Dentro de los factores los atribuibles a ser el medio para obtener
los individuos Bordiú (1924) resalta, el sustento diario, en su

Psicológica
8. Estado Mental
Mendicidad y como ser “la pereza u holgazanería, la totalidad o parcialidad. 9. Personalidad
Personalidad abulia, el vicio, la embriaguez, la
imprevisión, el despilfarro, y, aunque
indirectamente, la ignorancia” (p. 27)
Fuente: Elaboración propia

64
3.6. DESCRIPCIÓN DEL MÉTODO Y LAS TÉCNICAS DE LA INVESTIGACIÓN
Se delimitó la población objeto de estudio, realizando un mapeo y una demarcación de las
principales zonas donde se suelen encontrar los mendigos, proceso que se realizó por medio de
observación y un registro previo. Posteriormente se entrevistó a los mendigos, abordándolos en
semáforos, tiendas, restaurantes, centros comerciales e instituciones escogidas. La validación se
hizo por medio de la triangulación por fuentes (García, Ibáñez & Alvira, 2007) a través de los
tipos de mendigos, siendo para el estudio de la limosna, de servicio y con discapacidad.

Para el abordaje de los mendigos se recurrió a la utilización de una entrevista semi-estructurada


para profundizar elementos económicos y psicosociales, como a su vez se efectuó la aplicación
de una prueba proyectiva de personalidad, como ser el test de los colores de Lüscher y se valoró
el estado mental de los mendigos, para ampliar a profundidad el conocimiento sobre este
fenómeno.

Una vez culminado el trabajo de campo el análisis de datos está configurado por un conjunto de
actividades y operaciones organizadas en torno a tres grandes tareas admitidas en la literatura
contemporánea: 1) Reducción de datos; 2) Disposición y transformación de los datos; y 3)
Obtención de resultados y verificación de conclusiones (Miles & Huberman, 1994).

3.7. DESCRIPCIÓN DE LOS INSTRUMENTOS PARA LA RECOLECCIÓN DE LA


INFORMACIÓN
Los instrumentos utilizados en la investigación se detallan a continuación:

 Estado Mental
Montreal Cognitive Assessment (MoCA)
Descripción:
La Evaluación Cognitiva Montreal (MoCA) fue diseñada como un instrumento de escaneo
rápido para alteraciones cognitivas leves. Evalúa diferentes dominios cognitivos: atención y
concentración, funciones ejecutivas, memoria, lenguaje, habilidades visuoconstructivas,
pensamiento conceptual, cálculo y orientación. El tiempo para administrar la MoCA es de
aproximadamente 10 minutos. El puntaje máximo es de 30 puntos: un puntaje arriba de 26 o
más es considerado normal.
65
 Factores socio-económicos y psicológicos.
Entrevista semi estructurada a profundidad para valoración de la influencia de factores
Económicos, Sociales y Psicológicos.
Descripción: la entrevista explora el fenómeno de la mendicidad a través de diferentes
categorías como ser: formas de mendicidad, causas, dinámica familiar, condiciones generales
de salud, aspectos económicos y laborales, formas de apoyo, características delictivo penales, y
características y personalidad.

 Características de Personalidad.
Test de los Colores
Descripción: El test de Lüscher, también conocido como test de los colores es una prueba de
tipo proyectivo que mide el estado psicológico de una persona, su habilidad para soportar el
estrés y para comunicarse.

El Test de los Colores es un test que toma como base teórica los principios de la Psicología
Funcional que son las Teorías que dentro del campo de la Psicología encuadran el tema de la
elección cromática, como una temática que también brinda información sobre la Personalidad
humana. El Test consiste básicamente en elegir las tarjetas de colores, de acuerdo a cuáles se
elijan primero tendrá un significado particular para cada elección.

3.8. FUENTES DE INFORMACIÓN


Como fuentes primarias se contó con los actores clave que viven y practican la mendicidad en
la Ciudad de Tegucigalpa, siendo jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Como fuentes
secundarias se buscó en algunos casos verificar la información con familiares o conocidos de
los mendigos, buscando la forma de validar y contrastar la información proporcionada.

66
CAPÍTULO IV

FACTORES ASOCIADOS AL EJERCICIO DE


LA MENDICIDAD EN TEGUCIGALPA

67
4. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS
En primera instancia se procedió a realizar el trabajo de Campo, para ello se entrevistaron un
total de 23 personas que viven de la mendicidad en la Ciudad de Tegucigalpa, tal actividad se
realizó por diversas zonas de la ciudad capital; la tabla siguiente (ver tabla 3) está detallada con
algunas referencias de las personas que forman parte del estudio (de las cuales se omiten sus
nombres, por principios de confidencialidad y se tomaron el número de entrevista para fines de
identificación).

Tabla 3.
Datos Generales de las Personas Entrevistadas
Entrevista Edad Sexo Escolaridad Clasificación por Tipo Ubicación
Mendicidad
1 30 Años M Primaria Pedido de limosnas Col. Tres Caminos
incompleta
2 41 Años H Primaria Pedido de limosnas Food Court Plaza
incompleta Miraflores
3 50 Años H Primaria Pedido de Limosna / Semáforo Pollo
incompleta Discapacidad Tropical
4 17 Años H Secundaria Servicio: Semáforo: final
incompleta Limpia vidrios Blvd. Juan Pablo
5 24 Años H Primaria Servicio: Semáforo: final
incompleta Limpia vidrios Blvd. Juan Pablo
6 44 Años M Primaria Servicio: Semáforo: final
incompleta Limpia vidrios Blvd. Juan Pablo
7 40 Años M Primaria Servicio: Plaza Miraflores
incompleta Pedido de limosnas entra UPNFM
8 57 Años M Universitaria Servicio: Semáforos: final
incompleta Pedido de limosnas Blvd. Juan Pablo
9 16 Años M Primaria Servicio: Semáforos: final
incompleta Limpia vidrios Blvd. Juan Pablo
10 27 Años H Secundaria Servicio: Semáforos: por
incompleta Limpia vidrios Friday´s Multiplaza

68
11 56 Años H Primaria Pedido de limosna / Semáforos: Mall
incompleta Discapacidad leve Multiplaza
12 35 Años H Primaria Pedido de limosna / Semáforo: Hotel
incompleta Discapacidad Intercontinental
13 20 Años H Primaria Entretenimiento Semáforo: SM La
incompleta Colonia #1
14 18 Años H Primaria Servicio: Semáforos: Casa
incompleta Limpia vidrios Presidencial
15 56 Años H Secundaria Discapacidad Semáforo: Ficohsa
H
incompleta la Hacienda
16 54 y 55 Años H Primaria Limosna y uso de Semáforo: Hotel
incompleta Discapacidad Marriot
17 44 Años H Secundaria Entretenimiento Torres Metrópolis
incompleta
18 87 Años H Primaria Pedido de limosnas (3ra BK Santa Mónica
incompleta edad)
19 76 Años M Primaria Pedido de limosnas BK Santa Mónica
ra
incompleta (3 edad)
20 70 Años H Primaria Pedido de limosna / Entrada Principal
incompleta Discapacidad (3ra edad) UNAH
21 27 Años H Primaria Pedido de limosnas / Semáforo: Clínicas
incompleta Discapacidad Médicas
22 50 Años M Primaria Pedido de limosnas Entrada Principal
ra
incompleta (3 edad) UNAH
23 +21 Años M Primaria Pedido de limosnas Edificio CISE
incompleta UNAH

Nota: Entiéndase por mendigos aquellas personas solicitan principalmente dinero de forma abierta y
exclusiva a los transeúntes de una zona en particular; siendo así mendigos de la limosna aquellos que
únicamente piden sin ofrecer nada a cambio; mendigos del servicio son aquellos piden una ayuda luego
de brindar un “favor” (p. ej. Limpiar vidrios); mendigos del entretenimiento son aquellos que piden
luego de realizar acrobacias, malabares o tocar música; y por último los mendigos con discapacidad,
los cuales muestran sus problemas físicos o mentales para lograr el apoyo de las personas.
(Fuente: Elaboración propia.)

69
A continuación, se presenta el análisis de la información obtenida a través del trabajo de campo,
para ello se analiza como los diferentes factores, sociales, económicos y psicológicos
intervienen en el desarrollo de procesos asociados a la práctica de la mendicidad; el análisis
consiste en el modelo de reducción de datos de forma tal que los resultados brinden indicios
para comprender el fenómeno de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa. Es importante
tener presente que se especifican los resultados en primera instancia de forma global, referida
directamente al fenómeno de la mendicidad y posteriormente en caso de ser necesario se
especifican en relación a los tipos de mendicidad, esto de acuerdo a las variaciones que sufre la
práctica de esta actividad, tomando como eje fundamental los testimonios de las personas
entrevistadas.

4.1. ASPECTOS SOCIALES ASOCIADOS A LA MENDICIDAD

4.1.1. FAMILIA Y VIVIENDA


Las personas entrevistadas que viven de la mendicidad, provienen en su mayoría de familias
caracterizadas por la pobreza, bajos niveles educativos y empleos de baja calificación, los padres
no han podido brindar las mejores alternativas a sus hijos (mendigos) quienes en su mayoría han
trabajado desde temprana edad, abandonando la escuela sin superar el sexto año de primaria.
Los pocos que lograron superar la primaria fue gracias a un mayor respaldo de sus padres.
“Yo no estudié más porque yo me críe en Amarateca y allí no había más estudios, hasta tercero… mis
hijos no estudiaron, porque yo nunca los puse a estudiar, solo la primaria”. (Entrevista #19)

“¿Cuál era la ocupación de su papá? Él era ayudante de albañil, ¿Hasta qué grado llego él? No,
tampoco nunca estuvo en la escuela… es de afuera él. ¿A qué se dedica su mamá? A vender tortillas,
vendía tortillas, ahora ya no, está bien de edad. ¿Hasta qué grado llegó su mamá? Tampoco… ¿No
estudio tampoco? No” (Entrevista #3)

Se encontró que en varios casos que los padres y madres de las personas en mendicidad se
separaron, también que la tendencia ha sido a no recibir apoyo principalmente del padre, al cual
muchos no conocieron, por lo que, en algunos casos al no obtener un vasto apoyo, no pudieron
continuar sus estudios; pese a ello la mayoría expresan en la actualidad no tener resentimiento
con los mismos.

70
“-¿Usted conoció a su papá? -No pues fíjese que no… él estudio, se fue para Estados Unidos me cuentan
a mi… nunca lo conocí… -¿Tiene algún resentimiento con su papá por eso? –No -¿Lo tuvo en algún
momento? –No”. (Entrevista #7)

A su vez en su mayoría los mendigos expresan mantener vínculos afectivos sólidos con sus
padres, hermanos, hijos y demás familiares, expresando que muchas de las actividades que
realizan lo hacen por preservar el bienestar de los mismos, también plantean que los ingresos
son destinados principalmente para sostener su familia nuclear.
“De aquí a veces cuando tengo pistillo me voy para allá a dejarles algo. Porque allá es palmado, allá
no hay nada solo son frijolitos”. (Entrevista #5)

Las personas entrevistadas que practican la mendicidad y tienen hijos, expresan amarlos, y que
su esfuerzo es básicamente para que ellos puedan tener mejores condiciones de vida, por tanto,
parte de sus ingresos van para el cuidado, alimentación y educación de sus infantes, quienes son
su principal responsabilidad y a la vez fuente de motivación, para mendigar.
“-¿Hay alguna persona por la que vale la pena esforzarse? -Mis hijos… -¿Cuáles son tus aspiraciones
en el futuro? -Sacar adelante mis hijos, hacerle la casa a mis hijos, que no anden, así como yo ando,
luchar por ellos, sus estudios, todo”. (Entrevista #9)

A su vez es importante destacar que, aunque no existe desvinculación afectiva, en algunos casos
existe un descuido y abandono de algunos padres o madres dado que reportan por un lado tener
varios hijos y que varios de ellos están enfermos o murieron y en otro caso que sus hijos no
viven con ellos porque se fueron a vivir con otros familiares.
“Tengo ocho hijos, pero cuatro los tengo internados”. (Entrevista #22)

También un joven expreso no querer tanto a sus hijas desde que tuvo dificultades con su ex
pareja, eliminando todo tipo de ayudas para las niñas, hasta que pudiera solventar los problemas
que aqueja con la madre de sus hijos, la cual lo rechaza.

Algunos mendigos han quedado solos en la vida, subsistiendo para sí mismos, otros para sus
familias, pero indistintamente del tamaño de la misma, expresan un gran amor por sus
familiares, comunicando que los momentos más felices que han disfrutado son aquellos en los
que la familia ha estado unida, apoyándose entre sí y disfrutando de cumpleaños o momentos
en los cuales pueden compartir, como también en los momentos que ocurre una tragedia.

71
“-¿Qué es lo que más le gustaba de su abuelo? -Que era como un padre para mí, aunque no era mi
papá, pero se comportaba como mi papá. -y ¿Qué es lo que más le gustaba de su mamá? -De mi abuela
que nos enseñó muchas cosas buenas”. (Entrevista #6)

“-¿Cuáles han sido uno de los momentos más felices que ustedes han tenido como familia? -Cuando
cumplimos años… partimos pastel”. (Entrevista #2)

“-¿Cuál ha sido uno de los momentos más felices como familia? -Poder compartir tiempo con mis hijos,
mi esposa y mi familia, convivir con ellos… cuando hay celebraciones, cumpleaños así, siempre lo
hacemos en familia, no hacemos cosas grandes, siempre algo humilde me entiende. -¿Han sucedido
tragedias? -No, en realidad solo la muerte de un tío mío hace como 4 años… -¿Cómo reaccionaron en
su familia cuando pasó eso? -No pues en realidad él se llevaba bien con nosotros, y fue un momento de
mucho dolor para todos. -y ¿Qué cosas disfrutan ustedes hacer en familia? -Salimos así a dar una vuelta
al parque, cosas así… o cuando vamos a la iglesia a veces”. (Entrevista #10)

Para las personas que practican la mendicidad, la estabilidad y permanencia en los mismos
hogares es bastante regular, una vez establecidos, pueden vivir varios años en la misma zona,
en su mayoría expresaron vivir en casas propias o de algunos de sus familiares; pero en
enfatizaron que sus hogares presentan limitaciones físicas y estructurales, dado que son casas
de madera o de adobe y piso de tierra. Otros mendigos alquilan casas o cuartos con precios que
van de los 250.00 L. a un máximo de 1,500.00 L. dependiendo del tamaño de su familia y la
colaboración que obtienen de otros familiares. Solo una de las personas entrevistadas expresó
vivir de casa en casa, a través de otros que le brindan posada.
“-¿Usted ya me dijo que tenía una casa, como son las condiciones de esa casa?-…Ahí es de bajos
recursos, es bien feo, si nosotros vivimos ahí porque en realidad por no andar alquilando, pero ahí es
feo, vivimos ahí por la parte de la Australia verdad, pero varios lugares tienen su nombre va, vivimos
en montes del olivo, todo eso ahí es de tierra, y ahí en la casa que vivimos es de madera, no tenemos
luz… ahí pagamos 1,000.00 L…”. (Entrevista #1)

“-¿Actualmente donde vive? -Vivo arriba de Lepaterique. -¿Tiene familia allá? ¿Hace cuánto vive allá?
E: 3 años. -¿Por qué vive allá? ¿Con quién vive? -Ahh por problemas aquí en Tegucigalpa. -¿Problemas
con quién? -En la colonia así con cosas de mareros. -¿Dónde vivía usted? -En la San Martín… pero es
que se metían ahí robaban, nosotros nos cuestan las cosas y duele que se las quiten, por eso nos tuvimos
que ir de ahí. -y la casa en la que viven allá Lepaterique es ¿Propia o es alquilada? –Alquilada -¿Cuánto
pagan de alquiler? -Ahorita estamos pagando 1,500.00 L y ¿Con quién vive allá? -Solo con mi mamá”.
(Entrevista #21)

Para las personas que solicitan dinero a otros en la calle, la tendencia es no recibir apoyo de
otros miembros de su familia, sin importar la actividad o la edad, en muchas ocasiones de ellos
depende el sustento y bienestar de otros familiares.

72
“- ¿Usted no recibe apoyo de ningún familiar? ¿verdad? -y ni de ningún gobierno mis hijos, aquí pasan,
pero ni una receta médica le pueden dar cobertura a uno, uno les dice pero. -¿Ningún gobierno le ha
ayudado? -No, ninguno ni con una casita óigame, ni con material… porque le dije al alcalde y me dijo
ahí bueno, ahí vamos a hablar, usted cree que una posada es para esperar papa, es como el pan de cada
día… -¿Cómo le gustaría que le ayudaran? -Haciéndome un lugar para poder estar, donde pueda
descansar… un lugar donde sea salubre y digno para poder estar, porque yo como paso aquí entre ellos
yo solo llego a dormir”. (Entrevista #6)

En un caso la pareja de una de las entrevistadas consideró una grosería que las hijas le pidieran
dinero a su madre de la tercera edad que les daba de lo poco que recolectaba pidiendo en silla
de ruedas.
“Que yo le dé a mis hijas no le gusta a él, porque dice que el anda con esta silla, anda todo el día, a él
le cuesta, es un esfuerzo grande para él”. (Entrevista #20)

Las principales responsabilidades de quienes viven de la mendicidad, es poder obtener dinero


para alimentación, vestimenta y salud, de ellos y su familia, pero enfatizan que lo más
importante es obtener ingresos para comprar comida, dinero que muchas veces pueden ahorrarse
cuando las personas en la calle les brindan un poco de alimento.
“-Tienes una niña verdad ¿Cuántos meses tiene? -Tres meses… -¿Consideras que vale la pena
esforzarse por ella? -Por ella sí, yo quiero que no le falte nada, hay a veces que yo me preocupo cuando
le faltan los pañales y hay a veces que la gente no me quiere apoyar, ¡pucha! -¿Por qué sientes que no
te apoyan? -No se pues, hay alguna gente va, como usted bien sabe en este mundo existe gente que dice,
no eso es que a veces tiene vicios, a saber para que ocupan el dinero, o a saber para y uno nunca sabe,
la gente dice eso más no sabe que puede ser para hasta para una enfermedad de un niño… no sé si es
la gente, no sé si es la Alcaldía o el Estado el que ha dicho eso, va la gente si nos apoya, sea como sea,
de lempira en lempira, como dicen de grano en grano se llena el buche, pero hay a veces que la gente
no nos quiere apoyar”. (Entrevista #13)

Es importante destacar que, aunque la mayoría comen tres veces al día, en ocasiones solo lo
hacen una vez al día y en otras hasta que a través de la colaboración de las personas logran
obtener el dinero suficiente para comprar algo barato en las calles o bien al llegar a sus colonias,
dado que comprar en la calle generalmente es muy caro. También destaca que buscan comer
variado y en base a sus posibilidades, no miden la calidad del alimento, solo les interesa en
primera instancia poder alimentarse.
“-¿Cuántas veces usted al día come? -Mire una vez. -¿A qué hora? -Hasta que voy a la colonia, porque
yo no, yo no, aquí es casualidad que me regalen. -¿Usted cena nada más? -Solo la cena nada más”.
(Entrevista #11)

73
Las personas que piden únicamente limosnas o que presentan discapacidad, expresaron
mayoritariamente no tener pareja sentimental, viven para sí mismos, los deseos de contar con
alguien más que brinde apoyo fueron variados, algunos soñaban con casarse, para otros eso no
era algo relevante para sus vidas. Se dio un caso en el cual una pareja de la tercera edad,
manifestaron un profundo amor, respaldo y convivencia, su tiempo de relación ascendía cerca
de los 7 años, e inclusive un sujeto abandonó su trabajo (vigilante) para cuidar de su pareja que
a partir de una fractura se vio forzada a andar por las calles pidiendo dinero o comida a quienes
los apoyen.
“-Trabajaba de guardia… cuando ya le pasó eso (Discapacidad)…no me pude desatender de ella.
-¿Entonces tuvo que dejar el trabajo para ayudarla a ella? -Si. -¿Usted la quiere a ella? -Si la quiero,
a mí me dice la gente que no es cualquier hombre que lo hace”. (Entrevista #20)

Por su parte los mendigos que realizan alguna actividad secundaria (Limpiar vidrios o brindar
entretenimiento) en su mayoría tienen pareja, la cual consideran parte importante de sus vidas,
quienes han formado una familia y son un pilar importante para sus vidas.

4.1.2. CONDICIONES DE SALUD


Las personas jóvenes o que brindan servicios en situación de mendicidad, en general reportan
no padecer enfermedades graves, ni tomar medicamentos de forma regular. Contrario a aquellas
personas con discapacidad o de la tercera edad quienes aquejan de diversas dolencias o bien de
enfermedades que en algunos casos tienen un origen desde temprana edad y en otros es producto
ya de sus problemas físicos o accidentes que han sucedido con el paso de los años.
“-¿De niño cuales eran sus sueños? -No, Mis sueños eran jugar en el Olimpia… -¿Por qué no pudo
jugar en el Olimpia?-Como en eso me enfermé. - ¿De qué se enfermó? -Una fiebre. -y ¿Por qué le
impidió la fiebre poder jugar en el Olimpia? -Ahh porque nunca me llevaron al Hospital…ósea que un
líquido que uno tiene aquí, me lastimó las dos rodillas, soy fregado de las dos rodillas…”. (Entrevista
#3)

“-¿Usted me dijo que padecía una enfermedad? -… La presión, imagínese usted siento las dos causas y
efectos, como bajones verdad, como escalofríos, algo así sudoraciones, otros dolor de cabeza… casi
siempre en la semana, y se me alterna es como le digo un infarto fulminante mi cielo, yo soy hipertensa
por excelencia mi cielo”. (Entrevista #8)

A pesar de ello es inobjetable que las condiciones de salud pueden variar de un momento a otro,
por diversas enfermedades, ante esta situación dado lo escaso de sus recursos deben ir a centros

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de salud y hospitales públicos para ser atendidos o bien buscar los medios, por lo que se ven
obligados a conseguir dinero para las medicinas por medio de limosnas.
“-¿Cuándo se enferma dónde va? E: No pues una vez me enfermé aquí del estómago, me salió una
pelota, y tuve que ir al Clíper… He venido enfermo (a pedir)”. (Entrevista #21)

“-¿Usted cuando se enferma dónde va? -Aquí (en la calle) a todos, los abordo, a todos los médicos de
todos los centros verdad…Como andan los recetarios y ahí nomás ellos me dan muestras médicas. -y
¿Usted que hace para recuperarse toma medicamentos? -Mire las que venden así fuera de caja, pues
así las voy comprando menudeadas, las que no debo ir… ahí veo que tengo un estatus entonces voy
poniendo, hasta poder llegar”. (Entrevista #8)

Muchos mendigos sin importar sus condiciones de salud deben ir a realizar sus diversas
actividades, para obtener ingresos económicos, dado que día faltado es equivalente a un día en
el cual no se obtiene ningún tipo de ingreso.
“-¿Cuándo te enfermas o alguno de tus hijos se enferma a dónde van? -Aquí lo normal, al hospital
Escuela o la Clipper… -¿Cuándo estas enfermo te ha tocado alguna vez levantarte saber que estas
enfermo y saber que tienes que venir? -Si he venido enfermo a trabajar. -¿Sino vienes no hay dinero?
-No hay dinero, el único sustento soy yo”. (Entrevista #10)

Por otra parte, no se reportan abusos o maltratos de otros hacia las personas entrevistadas, solo
las personas en silla de ruedas se consideran imposibilitadas para trabajar, el resto a pesar de
alguna enfermedad o problemas de discapacidad expresan sentirse en la plenitud para efectuar
cualquier actividad laboral, si la oportunidad se presenta.

Los mendigos con discapacidad entrevistados, en específico sienten que algunas personas los
menosprecian por su condición, expresan que buscan humillarlos (incluidos los limpia vidrios
de la zona), pero ellos hacen caso omiso de cualquier insulto o forma de agresión verbal.

4.1.3. FORMAS DE APOYO


Las personas que practican la mendicidad, mencionan que el trato de quienes les brindan apoyo
en general es bueno, muchos colaboran con dinero o alimento; pero en contraste expresan que
siempre hay algunas personas que los insultan, les tiran el carro o les dicen que busquen trabajo.
“-¿Las personas a las que les limpian los vidrios como los tratan? - Como le digo algunos bien,
´algotros´ que lo insultan a uno, pero ni modo que le vamos hacer. (Entrevista #10)

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“-¿Cómo es el trato de las personas que pasan por aquí en los carros? - Mire hay unos que, que, más
bien le cierran el vidrio y hay otros que más bien abren el vidrio, me regalan. - y ¿Qué piensa usted de
los que le cierran el vidrio? -No, yo no pienso nada, ni digo nada, sino que ellos ya saben -¿Siente que
le tienen miedo? -Eso… yo digo yo que me tienen miedo, han de decir, porque me miran así, creen que
yo soy ladrón… es injusto, de la edad que soy yo, nunca he pecado en agarrar lo ajeno y nunca lo voy a
hacer”. (Entrevista #11)

“-¿Por lo general como es el trato? -Bien, bien la mayoría de la gente es bien verdad, pero de esa
mayoría como de 100 personas, por lo menos unas dos o tres personas el trato es mal pue, dicen ¡anda
trabaja! Busca algo, en esa parte yo me siento mal pucha no me dan oportunidades yo quisiera tener mi
trabajo estable”. (Entrevista #13)

“-¿Cómo considera en general el trato de las personas a las cuales usted les pide una ayuda, una
contribución? -No pues la mayoría de las personas se portan bien… es así como extraño encontrar
alguien de mal carácter, si talvez vienen discutiendo por teléfono, así como le digo con su pareja o de
su trabajo, no se vienen de mal humor de su casa, o con sus otros amigos, y en veces por querer ganarse
un lempira, dos lempiras, a veces se gana una buena insultada”. (Entrevista #21)

De igual manera se marca una tendencia de los mendigos a expresar que aquellas personas que
los tratan mal, los consideran perezosos o piensan que el dinero es para “mantener sus vicios”;
no saben, ni comprenden que ellos se ven obligados a realizar esta actividad, por lo que algunos
reaccionan ante estos insultos pidiéndoles trabajo a los agresores y otros simplemente ignoran
las palabras de quienes los juzgan.
“-¿Cómo considera en general el trato de las personas aquí en la calle cuando usted les solicita ayuda?
-bien, algunos tontos ahí, pero no se les para bola a esos tontos. -¿Qué es lo que dicen de malo? -No
que trabaje, que busque trabajo, yo lo que hago a veces, yo le digo, porque no me das trabajo, si me
dices que busque trabajo, dame trabajo se quedan callados… saben que la situación del país es tremenda
sin trabajo”. (Entrevista #15)

Las personas que ejercen la mendicidad en sus distintas formas, en general manifiestan que no
existe una persona, ni organización que les brinde apoyo de forma constante, el Estado pasa
prácticamente desapercibido de su existencia, no hay ni empleo, ni ayudas constantes; los que
expresaron recibir un apoyo periódico son algunas personas con discapacidad a las cuales les
otorgan un bono proporcionado por una organización estatal, pero del cual deben estar
constantemente pendientes, dado que no siempre les es proporcionado en la fecha establecida,
según manifiestan. El resto de la población entrevistada, consideran nulo el apoyo, salvo las
bolsas solidarias que ocasionalmente brinda el Gobierno en las colonias más pobres.
“-¿Usted tiene una persona u organismo que siempre le ayude? -No, prácticamente solamente ahorita
el gobierno me está dando esa ayuda del PRAF, pero no le digo que sale dos veces al año. -¿Y esa ayuda

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a quienes se las da el gobierno? -… A nosotros la gente que estamos con discapacidad… solo me ha
dado un cheque nada más que me salió de 2,400.00 L y algo… dos veces al año… pero dicen que la
segunda vez le dan 5,000.00 L., pero es una ayuda bien poca. (Entrevista #15)

Los mendigos estarían dispuestos trabajar solo por comida, asistencia médica, psicológica y
estudios, a cambio les gustaría ser parte de una fundación que les cubra todas sus necesidades,
puesto que consideran que con alimentación, techo y vestimenta basta para vivir tranquilamente.

Las ayudas que solicitan las personas que viven de la mendicidad son variadas, coinciden en el
apoyo externo que esperan de quien sea, a una parte le gustaría que se les pudiera dotar de un
empleo, otros preferirían que les brindaran un hogar o bienes materiales, mientras otros
gustarían obtener apoyo principalmente económico para poder invertir y ejecutar cualquier otra
actividad, que involucre la venta de productos o comestibles.
“Mire a mí me gustaría que me ayuden a construir mi casa, el techo, todo”. (Entrevista #6)

“-¿Usted no recibe apoyo de ningún familiar? -y ni de ningún gobierno mis hijos, aquí pasan, pero ni
una receta médica le pueden dar cobertura a uno, uno les dice, pero. -¿Ningún gobierno le ha ayudado?
-No, ninguno ni con una casita óigame, ni con material… porque le dije al alcalde y me dijo ahí bueno,
ahí vamos a hablar, usted cree que una posada es para esperar papa, es como el pan de cada día… -
¿Cómo le gustaría que le ayudaran? -Haciéndome un lugar para poder estar, donde pueda descansar…
un lugar donde sea salubre y digno para poder estar, porque yo como paso aquí entre ellos yo solo llego
a dormir”. (Entrevista #8)

“-¿Qué tipo de ayuda te gustaría recibir… del estado del gobierno? -Una ayuda que va, tan siquiera
que me den una oportunidad de trabajo… que pueda sacar, dar abasto con mi comida… mi niña, los
pañales”. (Entrevista #13)

“-¿Ha recibido ayuda de parte de algún gobierno? -No, ósea he ido a tocar porque yo, bueno yo no solo
soy músico, yo soy artesano, yo trabajo cinco materiales, yo soy sensei de origami también, y he
mandado proyectos, incluso le mande un proyecto de origami al despacho de la primera dama, pero
-¿no ha obtenido respuesta? - ninguno, ninguno. -¿Le gustaría recibir apoyo basado en las propuestas
que usted tiene? - O en las propuestas que me hagan, por eso te digo, a mí el trabajo no me da miedo,
ahí yo puedo hacer cualquier cosa, me pones a lavar carros yo ya te lo lavo”. (Entrevista #17)

“Esta sillita (de ruedas) a mí me la ´regalaron´, pero no ando bien en esta silla… Quiero una mejor
silla”. (Entrevista #20)

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4.1.4. CARACTERÍSTICAS DELICTIVO – PENALES
La mayoría de los mendigos no ha participado en peleas, las conductas violentas han sido
descritas más por la población joven que se dedica a limpiar vidrios, quienes en algunos casos
han tenido problemas en sus barrios, más que en las zonas que frecuentan para obtener ingresos,
mencionan que en ocasiones fueron apresados 24 horas por conflictos en su comunidad.
“-Estando en la calle ha participado en peleas? -Yo no he peleado, he visto peleas. - ¿De quién? De
muchos aquí que se han peleado”. (Entrevista #6)

“-¿Ha sido arrestado? -Una vez sí.-¿Pero? -pero estando en vía pública nada más… Allá en la colonia…
-y ¿Qué pasó te peleaste? -Si un muchacho ahí donde estaba viviendo tuvimos un problema ahí entonces
nos llevaron… 24 horas (Entrevista #10)

En la calle ninguno de los entrevistados tuvo problemas con las autoridades policiales,
expresaron que en muchas ocasiones ellos les cuidaban, pero algunos mendigos de la limosna
se han quejado principalmente de los jóvenes dado que consideran que perjudican la zona,
debido a que consumen drogas y a veces participan en pelas o actividades ilícitas, lo cual se vio
ratificado de alguna manera por medio de diversas confesiones.
“-¿Nunca ha consumido drogas? –No, ¡uy ni quiera! No diga eso, me pueden hacer todas las pruebas
antidoping y de todo…. -¿Pero los que anda aquí con vidrios? -no, no, también si, ellos si todos esos
niños en eso caminan, en drogadicciones -¿Los ha visto usted? -Siii, estos niños, pero como ellos dicen
que limpian para su vicio pues es problema de ellos verdad… -¿Pero no todos verdad? -Todos, ahí no
hay ninguno que se salve mis hijos”. (Entrevista #8)

“-¿Nunca has consumido drogas? -Para ser conscientes antes, antes, cuando la niña, cuando estaba en
el estómago… dos meses, deje de probar el vicio, lo único que si he probado era marihuana… -¿Tus
amigos si consumen drogas? -E: A veces, a veces… le soy honesto, usted bien sabe uno se golpea y a
veces ¡pucha! Anda perdido en ese mundo, pero esa onda fíjese que hace que no le duela nada pue y
sigue trabajando. -¿Pero no trabajan para eso? -No, ellos no, no sé va, usted bien sabe, eso ha de ser
barato 20 ´varas´ va, ellos trabajan para la comida y andar bien vestidos, también tienen sus hijos
también, algunos tienen sus hijos, tienen su familia, tienen su mamá, le apoyan mutuamente tan siquiera
100 lempiras, 200 lempiras, yo le ayudo a mi mamá”. (Entrevista #13)

-¿Todos son gente tranquila? -no, algunos son rebeldes. -…¿La mayoría consumen droga? -Si.
-¿Sobretodo quién? -Los muchachos… si los que ´limpean´ -¿Considera que es bastante o es poco? -
Eh bastante… el dinero que hacen ellos no más para mal gastarlo… si los que están ahí enfrente, ellos
inhalan las 24 horas del día… en la Kennedy también… hay algunos que no, le ayudan a su madre a sus
abuelos… pero la mayoría lo que hacen en la calle es para destruirlo…”. (Entrevista #21)

No se encontró en la población, alguna problemática por adicción a algún vicio, esto para
mendigos de la limosna. El consumo de drogas fue mencionado por algunos mendigos limpia

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vidrios, uno del entretenimiento, así como un joven con discapacidad, quienes abiertamente
expresaron consumir o haber consumido drogas, principalmente marihuana, pero resaltaron que
el consumo de la misma era bajo, dado que sus ingresos eran predominantemente para su
alimentación. En su mayoría resaltan que si ingresarían a un centro de tratamiento en caso que
consideraran que su situación empeore.
“-Aquí en confianza ¿En algún momento de tu vida has consumido algún tipo drogas? -La coca. -
¿Cuándo por última vez? -Ayer… ayer me puse una pija de loquera con la coca. Y ¿Qué consecuencias
tiene eso, te gusta? -Si me gusta, la mota, también. (Entrevista #9)

“-¿En los últimos 7 días a consumido bebidas alcohólicas? -…Fumar… - y ¿Drogas…? -Antes fumaba
drogas ahora ya no. -¿Hace cuánto? -Hace unos ocho años deje la droga… la droga no deja nada,
violencia”. (Entrevista #12)

“-¿Ha consumido drogas en algún momento? -…Si de vez en cuando me siento, así como dicen
´agüitado´ o así como desesperado, que no hayo así que hacer o dónde agarrar pue, me hecho así mi
purito ahí de cannabis para tranquilizarme o para dormirme. -…¿Pero lo hace seguido o lo hace
ocasionalmente? -Sí, lo hago muy seguido… eso lo hago diariamente, pero no así como quien dice voy
agarrar ese árbol y me lo voy a consumir todo… -¿Cuánto gasta aproximadamente? -Como 10
lempiras…en la calle no hago eso… es peligroso”. (Entrevista #21)

4.2. ASPECTOS ECONÓMICOS ASOCIADOS A LA MENDICIDAD

4.2.1. PRÁCTICAS DE LA MENDICIDAD


Mendigar se convierte en la solución ante la difícil problemática que afrontan diversas personas
en el país, es una vía “sencilla” para obtener algunos “billetes”; son diversos los medios, lugares
y actividades que se realizan por parte de las personas dedicadas a esta actividad para poder
subsistir.

Algunos se dedican únicamente a pedir limosnas, otros ejercen otra actividad complementaria
como limpiar para brisas o entretener a los transeúntes de la ciudad, principalmente escogen los
semáforos y zonas con alto tráfico vehicular, dado que consideran que existen mayores
posibilidades de ingreso, además que son percibidas como zonas más seguras y de mayor
resguardo.
“-¿La actividad que realizas para obtener dinero únicamente es limpiar vidrios actualmente?- Sí.
-¿A veces solo has pedido dinero?-No, nunca… casi es lo mismo no más que es un poco más de trabajo”.
(Entrevista #10)

79
“-¿Bueno vos te dedicas a hacer malabares catrachos, me dijiste verdad? ¿En qué consiste la actividad?
-…Mire puedo hacer pelotitas de juego, ´stick´de fuego, esclavas de fuego, cadenas de fuego, machetes
de fuego, machetes de día, hay un montón de infinitas cosas… podemos hacer dobles… eso es más
arriesgado, la gente ahí si nos apoya más, le miran más riesgo a uno”. (Entrevista #13)

“-¿Usted se dedica a recolectar botes y a pedir dinero?... -Sí, Solamente a eso…”. (Entrevista #11)

La cantidad de tiempo que llevan en el ejercicio de la mendicidad las personas entrevistadas, va


desde un par meses hasta 20 años o más, lo que indica que la búsqueda del sustento por esta vía
ha sido y sigue siendo una opción para sobrevivir.
“-¿Hace cuánto está usted aquí exactamente? -Ya como dos meses ya”. (Entrevista #12)

“-¿Hace cuánto tiempo estas en esto? -Como siete años”. (Entrevista #7)

“-¿Por qué decidió venirse para acá? -Ahh porque el ingeniero se quedó sin trabajo y él me apoyaba
en ese tiempo y al verme así me dijo Chele no tengo, trabajo no hayo que hacer, ándate para Burger
King… -¿Cuánto tiempo ha estado actualmente sin trabajar?... -De estar aquí en este lugar tengo 17
años. (Entrevista #3)

“-¿Usted me decía que tiene mucho tiempo limpiando vidrios verdad? ¿Cuánto tiempo tiene? -20 años
ya. -Me podría describir ¿Cómo comenzó? Y ¿Qué más ha hecho? -En veces mire, para salir uno
adelante aquí, a veces vendía periódicos, en veces vendía frutas, cuando no estaba buena la venta de
frutas limpiaba vidrios, lo poquito que se gana le llevo a mis hijos la comidita”. (Entrevista #6)

Por otra parte, los días utilizados para mendigar varía según la persona, van de los dos a los siete
días, pero la mayoría se inclina por acceder a las diferentes vías de la ciudad capital de lunes a
sábado, preferiblemente entre las 7:00 A.M. y las 6:00 P.M., en muchas ocasiones algunas
“trabajan” media jornada o bien hasta que logran cierta cantidad de dinero que permita cubrir
sus necesidades diarias, que como se ha especificado principalmente es su alimentación.
“-Usted me dijo que venía todos los días verdad. - Si todos los días. -¿De lunes a Domingo? -De lunes
a domingo sí. -¿Cuántas horas está aquí regularmente? -4 horas… de 7 a 11”. (Entrevista #3)

“-Desde qué horas viene? -Ahorita estoy viniendo como desde las 7 y media… hay veces que vengo a
las 6 y otras 6 y media. -y ¿Se va? -A las 6”: (Entrevista #11)

“-¿Desde qué hora se levanta usted para hacer esta actividad? -Toco de 6 a 9 más o menos, de ahí
regreso dejo lo de la comida, vuelvo a salir a las 2 de la tarde y hasta las 6”. (Entrevista #17)

Los motivos que llevan a ejercer la mendicidad son variados, pero en su mayoría expresan la
ausencia de oportunidades laborales, por ende, ante la necesidad que impera por alimento,

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vivienda y vestido, prefieren buscar alternativas ante la difícil situación que experimentan; al
encontrarse desempleados algunos recientemente, otros ya por varios años, para todos ellos
mendigar se convierte en la mejor alternativa.
“-¿Usted me decía que tiene mucho tiempo limpiando vidrios verdad? ¿Cuánto tiempo tiene?- 20 años
ya. -Me podría describir ¿Cómo comenzó? Y ¿Qué más ha hecho? -En veces mire, para salir uno
adelante aquí, a veces vendía periódicos, en veces vendía frutas, cuando no estaba buena la venta de
frutas limpiaba vidrios, lo poquito que se gana le llevo a mis hijos la comidita”. (Entrevista #6)

“-¿Hace cuánto usted se dedica a pedir? No, tengo como dos años ya. -…¿Usted cómo se siente con
esto, con esta actividad, como se siente usted pidiendo? -No yo hay veces, yo es por los niños lo hago yo
va, por los niños lo hago yo, hay veces que digo yo pucha digo yo, pero si yo no tuviera esos dos cipotes
yo no saldría aquí ni a pedir, yo allá estuviera viendo tele. -¿Pero a usted le gusta esto o lo hace por
obligación? -Si lo hago por obligación… hay veces que a mí me da pena, hay veces, pero digo yo, pena
sería mejor que una gente me mirara haciendo picardías ah, robando o algo, pero hay veces que hay
gente que a mí me da duro ¡puta trabaja! Mire varón yo trabajo también, yo pido, pero yo trabajo, peor
es que usted me mire que yo le tengo algo a alguna persona acá y salga corriendo y me vayan a pegar
un tiro”. (Entrevista #2)
.
“-¿Por qué tomaste la decisión de hacer este tipo de actividades? -Porque en este país que vivimos, hay
pocas oportunidades de trabajo, vaya si a uno vinieran y le dijeran te vamos a dar este trabajo, tan
siquiera te vas a ganar 150 L. al día, pongámosle de 7 a 3 a 4 de la tarde, uno ya estaría más solvente,
porque ¡pucha! Tiene su trabajo, ya después de su trabajo se puede venir hacer algo para la comida
uno para que eso 150 vayan quedando para después comprar otra cosa”. (Entrevista #13)

“-¿Por qué tomo la decisión de tocar los instrumentos?... -Bueno lo más importante fue lo que me
produce tocar, siento que es como una, es como una, un talento digamos, una ventaja va, que genera
alegría a la gente, compartir eso es genial… ósea que, si vos me preguntaras porque todavía estoy
tocando, te diría que por eso el tiempo pasa y vos no te das cuenta de que el tiempo está cambiando,
sino que hasta que te das cuenta y decís ¡wow! Pero antes cuanto recogía y ahora, ya ahora es tarde,
como te digo tengo 44 años, es bien difícil optar por un trabajo y entonces ahora, no te voy a decir que
no me divierte, por supuesto me fascina tocar en la calle, inclusive me fascina, más que tocar en un
escenario con luces y con equipo, porque la calle es más emocionante, ósea en la calle conoces gente,
en la calle entras en contacto con gente de un montón de estratos sociales, con gente que pide, con gente
que trabaja, con gente que estudia y entonces yo si me sigo divirtiendo, pero como te digo, si me
preguntas porque estoy ahorita aquí, te diría que es por eso, porque ya no tengo opciones a trabajo, ya
no tengo opciones a nada más de eso”. (Entrevista #16)

Al indagar sobre que los motivó a hacer esa actividad en específico, los mendigos de la limosna
expresaron que por sugerencia de amistades o bien por disposición propia tomaron la decisión
de ir a pedir dinero a las calles; por su parte los mendigos del servicio optaron por esta alternativa
dado que ya tenían amigos o familiares que lo realizan y que también habían visto que otras

81
personas que se dedican a lo mismo en las calles, por lo que se armaron de confianza y valor
para tomar tal decisión, en palabras de los involucrados “prefieren pedir que robar”.
“-¿Usted me podría decir como tomo la decisión de venir acá a evangelizar? -Bueno como que Dios
dicto en mí que estuviera acá, viendo verdad por mi prójimo y si dije voy a ir, di el primer paso y estoy
entre ellos mi muchachito. -Claro y ¿Qué hacía usted antes? ¿A qué se dedicaba? - Mis hijos, cuando si
todo lo tenía mediante mis padres verdad, ya cuando ellos fallecieron, y mi madre abuela que hace poco
los enterré, ya para mi vida tomo otro giro por eso vine acá”. (Entrevista #8)

“-¿Usted por qué razones usted decidió limpiar vidrios? -Porque así… no yo no me gustaba limpiar y
las cuñadas me entusiasmaron a ir… mira que aquí vas a salir bien…ahí me entrucharon, y me daba
pena no me gustaba y ahora sí, no me da pena… es el pisto va, aunque sea un pesito”. (Entrevista #5)

“-¿Por qué razones tomaste la decisión de venir a limpiar? -Porque como no hay trabajo ahorita.
-¿Buscaste trabajo? -Estuve trabajando anteriormente, pero como usted sabe que como ahorita está un
poco difícil la situación, esta difícil encontrar trabajo, entonces no hay de otra que venir acá, porque si
no hacemos nada nos morimos de hambre la realidad…”. (Entrevista #10)

“-¿Lo hace por obligación? -No ni por obligación ni por nada, sino que uno lo hace por no ir a tocar
lo ajeno, por no ir a robar o por no ir a vender su cuerpo, así pue nunca he acostumbrado eso, le doy
gracias a Dios… por no estar de balde”. (Entrevista #7)

“- ¿Lo que haces te gusta? -No es que me gusta va, esto yo lo tomo como un deporte, es como cuando
una va a jugar pelota, es como un deporte pue, yo hago como que es un deporte, me estoy divirtiendo va
y estoy divirtiendo a la gente y me ayudan mutuamente, económicamente me ayudan. -¿Sientes que te
has visto obligado a hacerlo? -Sí, obligado porque ¡pucha! No me puedo morir de hambre, no puedo
dejar de morir de hambre a mi hija tampoco, a mi mujer.

“-¿Usted porque tomó la decisión de venir acá a pedir? -Por mi condición económica, no tengo trabajo
que voy a hacer, no voy a ir a robar, prefiero pedirle a la gente, y la gente le gusta hay algunos que les
gusta, está bueno, está bien la gente me dice a mí que pida, como voy a ir a ponerle la pistola a un man,
es ilógico me pueden matar, ya me hubieran matado si yo robara”. (Entrevista #15)

Por su parte las personas de la tercera edad, expresaron que no contaban actualmente con apoyo
de nadie, están solos en esta vida y además que su fuerza laboral estaba ya muy disminuida para
poder trabajar, por lo que pedir se convirtió en la mejor opción y la que le recomendaron las
personas de su comunidad.

En contraste se intentó entrevistar a varias personas de la tercera edad, pero el rechazo a


colaborar fue una característica de muchos, esto sucede según Francisco Amador asistente de la
Dirección del Centro de Día y Reposo del Adulto Mayor, a que muchos de los ancianos no les

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gusta comunicar que sus familiares los obligan a pedir, lo cual se corroboró durante el trabajo
de campo, puesto que se observó en el boulevard Juan Pablo, que un señor fue llevado en un
automóvil, lo bajaron del mismo para subirlo a una silla de ruedas, donde posteriormente se
ocupó exclusivamente a pedir durante varias horas, esta información fue validada por una de las
personas que recurría a la mendicidad en la zona. Amador, también expresó que la calle es un
buen negocio para estas personas superando los 1,000.00 L. por día dedicado a esta actividad.

Se observa así que aquellos mendigos que ven disminuidas sus condiciones físicas, optan por
pedir de limosnas, y por otro lado los que presentan un mejor estado en general hacen uso de
actividades de servicio o entretenimiento, para agenciarse de ingresos económicos.

Aunque muchos de los mendigos expresan que aceptan y algunos hasta han logrado disfrutar lo
que hacen de igual forma consideran que realizan sus actividades por obligación, que da
vergüenza pedir constantemente, pero que es una forma de generarse ingresos y que no hay pena
que valga en ese momento; otros expresan disfrutarlo, aunque de igual forma les gustaría hacer
otra actividad laboral convencional.
“-¿Lo que haces te gusta? -No es que me gusta va, esto yo lo tomo como un deporte, es como cuando
una va a jugar pelota, es como un deporte pue, yo hago como que es un deporte, me estoy divirtiendo va
y estoy divirtiendo a la gente y me ayudan mutuamente, económicamente me ayudan. - ¿Sientes que te
has visto obligado a hacerlo? - Si, obligado porque ¡pucha! No me puedo morir de hambre, no puedo
dejar de morir de hambre a mi hija tampoco, a mi mujer”. (Entrevista #13)

“-¿Cómo te sentís con esto? ¿Lo disfrutas? ¿Te gusta? -En realidad gustarme no, yo quisiera tener un
trabajo digno me entiende, pero como no se puede. -¿Más que todo por obligación? -Exacto”.
(Entrevista #10)

“-¿Pero a usted le gusta esto o lo hace por obligación? -Si lo hago por obligación… hay veces que a mí
me da pena, hay veces, pero digo yo, pena sería mejor que una gente me mirara haciendo picardías ah,
robando o algo, pero hay veces que hay gente que a mí me da duro ¡puta trabaja! Mire varón yo trabajo
también, yo pido, pero yo trabajo, peor es que usted me mire que yo le tengo algo a alguna persona acá
y salga corriendo y me vayan a pegar un tiro”. (Entrevista #2)

“-¿Lo hace por obligación? .-No ni por obligación ni por nada, sino que uno lo hace por no ir a tocar
lo ajeno, por no ir a robar o por no ir a vender su cuerpo, así pue nunca he acostumbrado eso, le doy
gracias a Dios… por no estar de balde”. (Entrevista #7)

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Sabiendo esto se observa que la valoración de esta actividad es variada y que depende de la
forma que el sujeto racionaliza su práctica; para algunos es visto como un trabajo, otros lo ven
como la única alternativa mientras logran un trabajo estable (aunque lleven más de 5 años
haciendo tal actividad), en un caso particular la palabra pedir generó incomodidad y fue
cambiada por “evangelizar”, para esta persona, su labor es orientar las personas y estas
colaboraban como forma de gratitud al escuchar la palabra de Dios.
“Esta es mi ropa de trabajo”. (Entrevista #2)

“¿Cómo tomaste la decisión de venir a pedir acá? Esto no es pedir usted… Esto es ayudar a la gente y
que la gente lo ayude a uno”. (Entrevista #9)

“-¿Usted considerara que esto le podemos llamar un trabajo? -Si es trabajo le digo. -y ¿pedir también?
-Si. (Entrevista #11)

“-¿Usted se dedica a pedir verdad -A predicar… -¿Cuándo el semáforo se para usted habla de Dios? -
Exactamente, los evangelizo y les digo como deben llevar sus vidas, como deben organizarse, como
deben de ser para con los demás, la sensibilidad del ser humano y ver el rostro de Cristo en cada uno
de ellos”. (Entrevista #8)

En relación al esfuerzo que implica realizar estas prácticas en la calle diariamente, los mendigos
expresan que pedir o brindar servicios, implica una carga física o mental la cual varía en
intensidad de acuerdo a como lo perciben, destacando mayormente la queja sobre el incesante
sol y el peligro subyacente de los automóviles o la calle misma. Aunque los entrevistados
expresaron no haber sufrido ningún accidente grave, salvo “golpecitos”, pero que de igual forma
habían presenciado como compañeros de actividad (Limpia vidrios) habían sido fuertemente
golpeados por motocicletas y automóviles al punto de una fractura.
“-¿Sientes que es cansado? -No, ni tanto es solo que uno anda ahí parado todo el día. -…¿Cuál es el
principal reto? ¿Qué es lo más difícil de hacer esto? -Si porque hay personas que dicen no lo ´lempeen´
uno no lleva nada de dinero”. (Entrevista #4)

“-¿Cuánto esfuerzo físico y mental requiere esta actividad? -Físico es bastante, porque en realidad estos
soles y todo esto a uno lo hacen cansarse, pero uno tiene obligación tiene que seguir”. (Entrevista #10)

“-Pero claro, cuando la gente no colabora entonces si sentís un cansancio mental, porque te estresas
totalmente y decís bueno y ahora que le voy a llevar de comer aquella gente… cuando la gente no
colabora si te mata”. (Entrevista #17)

“Hay algunos que se enojan, porque ¡pucha! nadie les da nada, digamos usted viene se mete en un faro
si le dan un lempira uno se alegra va, pero viene usted le hace cinco veces y no le dan ni un lempira, aja

84
y viene por joder se golpea o se quema, en ese aspecto es donde bien uno ¡pucha!, vaya yo no soy de
esos… si no me dan en una en la otra y en la otra”. (Entrevista #13)

En su mayoría los entrevistados desconocían la existencia de leyes que prohibieran el ejercicio


de la mendicidad en la ciudad de Tegucigalpa, pero consideran que ésta sería injusta, porque
ellos no andaban robando, sino buscando la manera de obtener un sustento económico para su
vida y la de sus familias.
“-¿Sabía que existe una ley que decía que era prohibido pedir en la calle? ¿Qué opina usted de eso?
-…Eso ya es por parte de los mareros, quiere que le diga una cosa hay manes que no es pedir lo que
hacen, es rentear una renta, que usted pase todo el tiempo por acá y un man que ande en cosas así le
diga a usted, vos todos los días que pases por acá ´tenes´ que traerme 100 eso si es una cosa prohibida…
porque le está poniendo una renta porque usted tiene que darle eso, si mil veces tiene que prohibirlo,
pero porque usted pase y yo le diga a usted joven regáleme un lempira ¡puta! Ni el presidente se enojaría
que le pidiera un peso”. (Entrevista #2)

“-Sabía usted que existió una ley que prohibía este tipo de actividad? –No. -y ¿Qué opina si existiera
una ley que dijera que usted ya no puede hacer esto? -…Sabe una cosa de aquí dependemos nosotros,
si no nos quieren ver trabajar aquí tienen que darnos a donde como luchar nosotros”. (Entrevista #6)

En general según los testimonios de los participantes, no existe mayor rivalidad por la
permanencia en los lugares escogidos para la práctica de la mendicidad, algunos inclusive van
en grupos y manifiestan que nadie impide a otro que busque su sustento en la zona, pero de igual
manera algunos entrevistados expresan que hay algunos de sus compañeros de actividad que se
incomodan y los corren al sentir que no están obteniendo ingresos.
“-¿Consideras que existe algún tipo de competencia, en estos espacios entre ustedes? -Bueno para mí
no, todos tenemos necesidad y en realidad ninguno para mi es competencia, porque todos tenemos
necesidad y necesitamos el dinero, entonces ya sería un poco mal de mi parte que ellos fueran
competencia para mi pue, para todos da Dios”. (Entrevista #10)

“-¿Qué peligros hay aquí en la calle, ha sentido usted algún peligro en algún momento? E: Existe, existe
un peligro, claro no es un peligro tan eminente, pero si existe un peligro, la mayoría de gente que trabaja
en la calle, ósea que venden cosas o que piden o que esto o lo otro, son personas que no han ido a la
escuela va, son personas que no han ido al colegio y de repente puedo sentir yo como una mala vibra
por parte no de toda la gente que vende o que trabaja en la calle, pero de algunas personas si, ósea hay
veces que yo he pasado tocando, por ejemplo una mujer diciéndome vos vago ándate para el parque,
que ¡uh uh uh! Que yo, porque ella pide ahí, ahh por eso no me dan por estarte dando a vos no me dan
a mí... ese tipo de cosas yo si las veo feas”. (Entrevista #17)

85
4.2.2. CONDICIONES LABORALES
La situación económica de las familias de las personas que ejercen la mendicidad es precaria,
tanto la persona que mendiga como el resto de la familia nuclear y extendida no gozan de las
mejores condiciones económicas, en ocasiones los mendigos son la única fuente de sustento
familiar.
“-¿Cómo ha sido la situación económica de su familia? -Esta dura… -¿Qué es lo más difícil? -Conseguir
el billete como dicen… ahorita todo esta caro usted, antes era todo uno compraba todo su poquito y
ahora que una libra de azúcar cuánto cuesta más de 20 pesos, los frijoles están arriba el maíz”.
(Entrevista #6)

En relación al empleo la situación es variada, algunos recientemente quedaron desempleados y


otros llevan varios años sin un empleo formal y mejor estructurado, manifiestan no han desistido
de la búsqueda, pero que no han recibido ninguna propuesta sólida, por lo que pedir se convierte
en su único ingreso seguro hasta que logren un mejor empleo, este deseo es más fuerte en la
población joven, que en aquellos que llevan muchos años en la misma actividad.
“-¿En algún momento ha buscado otro trabajo en su vida? -Mire yo si alguien me ayudara a poner mi
negocio yo lo ponía… -¿Qué le gustaría poner? -Bien una chiclera o un puesto de frutas. - y ¿Usted
porque cree que sería difícil que eso pase? - No porque para mí no es difícil eso le digo. Porqué más
bien es un orgullo un don que Dios le da a uno… -¿Usted considera que a esto le podemos llamar un
trabajo? -Si es trabajo le digo. -y ¿Pedir también? -Si”. (Entrevista #11)

“-¿Has buscado trabajo? -Sí, he buscado trabajo… no he encontrado”- (Entrevista #13)

La población joven y adulta expresan que no hay oportunidades de empleo, ni de los


considerados más bajos, y que harían lo que sea, siempre y cuando pudieran tener un ingreso
fijo y con derechos; para los que dejaron algún empleo o actividad laboral, no fue plenamente
por decisión propia, algunos fueron despedidos y otros emigraron de pueblos en busca de
mejores oportunidades que aún no han encontrado. Sus aspiraciones laborales son de baja
calificación, como por ejemplo de albañil o ayudante de bodega, entre otros; esto se da puesto
que poseen bajos niveles educativos, así como también que la generalidad no sabe utilizar
internet y dispositivos computacionales disponibles en la época actual, únicamente algunos
jóvenes y adultos expresaron comprender el uso de aplicaciones para dispositivos celulares.
“-¿Dónde has ido a buscar trabajo? - He ido a buscar trabajo allá por el aeropuerto, allá por la quinta…
como algo va como de guardia, algo así en los restaurantes chinos, pero fíjese que no, tenemos muchos
trabajadores dicen, vamos a sacar ´anantes´”. (Entrevista #13)

86
A su vez, consideran que no encuentran empleo simple y sencillamente porque no hay, tampoco
reciben propuestas concretas, mencionan que en la calle en ocasiones reciben ofertas, pero que
nadie concretiza nada. Salvo las personas de la tercera edad entrevistadas, el resto no muestra
rechazo por hacer otras actividades, las cuales van desde poner una chiclera, vender productos
o hasta obtener un trabajo en un taller u oficina. Otro elemento que en menor medida se planteó
como forma de excusa es que no tienen los documentos que requieren algunas empresas, porque
no tienen el suficiente dinero para acceder a ellos.
“-¿En algún momento ha buscado otro trabajo en su vida? -Mire yo si alguien me ayudara a poner mi
negocio yo lo ponía… -¿Qué le gustaría poner? -Bien una chiclera o un puesto de frutas. -y ¿Usted
porque cree que sería difícil que eso pase? -No porque para mí no es difícil eso le digo. Porqué más
bien es un orgullo un don que Dios le da a uno…”. (Entrevista #11)

“-¿Qué trabajo le gustaría a usted hacer si le dieran la oportunidad? -Ahorita cualquier trabajo, de
pintar, de albañilería, cualquier trabajo”. (Entrevista #12)

El ingreso diario de acuerdo con los entrevistados oscila entre los 25.00 L. y 350.00 L., pero la
mayoría de las personas que recurren a la mendicidad expresan obtener entre 150.00 L. y
250.00 L., por cada día que realizan sus diversas actividades; es importante resaltar que
consideran que actualmente se les está dificultando más hacerse de buenos ingresos; para el caso
una persona ésta solo expresó que obtenía únicamente 25.00 L., asumiendo que las personas le
tenían miedo por su condición física, dado que le subían el vidrio; por otro lado la persona que
obtenía un máximo de 350.00 lo hacía por medio de una persona discapacitada con la cual se
repartían la mitad de los ingresos, el mismo expresó que en otros tiempos superaba los
600.00 L., pero que lamentablemente sus ingresos habían decaído, como también manifestaron
otros mendigos.
“-¿Para qué le ajusta el dinero? E: Ahorita no me está ajustando ni para comprar mi comidita le digo.
-¿Cómo cuánto hace al día? -Ahorita estoy haciendo hasta 25 L. hago. -¿Solo 25 Lempiras? Y ¿Con los
botes cuanto hace? - Con los botecitos me ayudo más. -200 Lempiras… ¿No le colaboran mucho? --No,
muy poco le digo”. (Entrevista #11)

“-¿Aquí como le ha ido? ¿Mejor que vendiendo agua o esta dura la situación? -Esta dura solo se hace
50 o 70 L. en todo el día… la gente no le da nada. -y ¿Lo máximo que ha hecho en un día? 100
Lempiras”. (Entrevista #12)

“-¿Cómo cuanto se hace en un día? -Mire hay a veces, usted ya sabe va que hay gente buena en este
mundo también va, entonces alguna gente nos da comida, cuando nos dan comida, nosotros no gastamos
de lo que hemos hecho en el día, vaya cuando no gastamos en comida, nos hacemos unos 200, 230, pero
cuando gastamos en comida lo más que nos hacemos son 150, 170”. (Entrevista #13)

87
“-¿Cómo cuanto hacen en el día? -Según 300, 350. -¿Varia según el día entonces? ¿Es bastante
complicado? -Complicadísimo. -¿Más que todo para la comida? - Lo principal es la comida”.
(Entrevista #16)

“-¿En promedio como cuánto logra hacer en un día? -Podría ser entre 200 y 300. -¿y Antes era mucho
más? -¡No! Fíjate que era lo mismo, lo que pasa es que el dinero te rendía el triple… La gente sigue
colaborando lo que pasa es que ahora las están carísimas”. (Entrevista #17)

Las mismas personas que piden, son las que lo administran, esta es la principal tendencia, ellos
deciden que hacer el dinero, el cual destina principalmente para alimentación, siendo esta la
prioridad máxima en todos los casos, pero rinde menos porque prácticamente todo sube de
precio, es poco o casi nada lo que se puede ahorrar, por lo que el ciclo no se cierra y toca regresar
nuevamente a las calles para buscar el sustento.
“-¿Podes ahorrar algo, aunque sea poco? -No puedo ahorrar fíjese, porque se gasta todo, ósea que lo
que yo hago es solo para lo del día, de ahí en el siguiente día, en la siguiente mañana tengo que
enfocarme, volver a buscar… gracias a Dios que no me pasan ondas ahí por la mente de ir a quitar
cosas a la gente, algo así a quitar celulares… gracias a Dios porque sea como sea mi familia me enseñó
los valores, el respeto”. (Entrevista #13)

“-¿En qué prioriza el dinero que obtiene?... -Diario se come, porque me llevo mis frijolitos de allá de
una pulpería, me llevo mi chorizo, mis tortillas… dejo para el desayuno de ahí me vengo para acá y lo
mismo así andar comiendo todos los días. -¿Puede ahorrar algo, aunque sea un poquito del dinero que
recibe? -Alzo 20 lempiras, 30, pero de balde, ocupa uno azúcar, que ocupa café, que ocupa tantas
cosas… siempre tiene que gastarlo”. (Entrevista #12)

4.3. CARACTERISTICAS DE PERSONALIDAD ASOCIADAS A LA MENDICIDAD

4.3.1. ESTADO MENTAL


Para comenzar con el análisis de los datos, en primera instancia se describe de manera general
los resultados obtenidos en el examen del estado mental (EEM) Monteal Cognitive Assessment
(MoCA), es importante tener presente que cualquier puntaje superior a 26 es el ideal, dado que
para cada uno de los participantes indica un funcionamiento normal a nivel cognitivo (Los
resultados globales se detallan en la tabla 4). A su vez es importante destacar que el desempeño
obtenido es sugestivo de:
a) La persona evaluada no presenta alteración de sus funciones cognitivas (24-30).
b) Deterioro cognitivo leve (20 a 23).
c) Deterioro cognitivo moderado (11 a 19).
d) Deterioro cognitivo grave (Si obtiene un puntaje menor de 10).
88
Con base en los resultados se busca comprender mejor el funcionamiento cognitivo de las
personas que se dedican a la práctica de la mendicidad como forma de vida, de esta manera en
el EEM del Monteal Cognitive Assessment (MoCA), los mendigos presentan en términos
generales alteraciones cognitivas de leves a moderadas, pudiéndose explicar debido a que sus
condiciones de vida se ven afectadas por las carencias económicas, deficiente alimentación y
cuidado personal, lo que abonaría a estas deficiencias, pero es importante reconocer que se
requiere de estudios más profundos en este aspecto.

Tabla 4.
Resultados obtenidos MoCA
Entrevistado Tipo de mendicidad Puntaje MoCA Capacidad Cognitiva
1 Pedido de limosnas 17 Deterioro cognitivo moderado
2 Pedido de limosnas 17 Deterioro cognitivo moderado
3 Discapacidad 18 Deterioro cognitivo moderado
4 Limpia vidrios 19 Deterioro cognitivo moderado
5 Limpia vidrios 15 Deterioro cognitivo moderado
6 Limpia vidrios 20 Deterioro cognitivo leve
7 Pedido de limosnas 17 Deterioro cognitivo moderado
8 Pedido de limosnas 25 Funciones cognitivas normales
9 Limpia vidrios 17 Deterioro cognitivo moderado
10 Limpia vidrios 25 Funciones cognitivas normales
11 Limosna / Discap. leve 17 Deterioro cognitivo moderado
12 Limpia vidrios 14 Deterioro cognitivo moderado
13 Entretenimiento 23 Deterioro cognitivo leve
14 Limpia vidrios 13 Deterioro cognitivo moderado
15 Discapacidad 22 Deterioro cognitivo leve
16 Uso de Discapacidad - -
17 Entretenimiento 25 Funciones cognitivas normales
ra
18 Pedido de limosnas (3 edad) - -
19 Pedido de limosnas (3raedad) 13 Deterioro cognitivo moderado
ra
20 Limosna / Discap. (3 edad) - -
21 Discapacidad 24 Funciones cognitivas normales
ra
22 Pedido de limosnas (3 edad) - -
23 Pedido de limosnas - -
Fuente: Elaboración propia.
89
De igual manera es importante destacar que la finalidad es conocer el Estado Mental de forma
global de los mendigos entrevistados, por ello se hace uso de porcentajes para describir la
situación de las diferentes áreas que componen el funcionamiento cognitivo de los mismos, es
importante que el propósito no trasciende a elementos cuantitativos de análisis, únicamente se
pretende adquirir una idea general del posible funcionamiento cognitivo de los participantes del
estudio.

Es así como en síntesis los aspectos mentales más debilitados son el lenguaje, su capacidad de
abstracción y el recuerdo referido, componentes mentales que no se pueden considerar
esenciales para la actividad que realizan, puesto que no son habilidades utilizadas
necesariamente para pedir dinero, dado que deben enfocarse en su actividad/Tarea en cada
momento, esta propuesta se respalda con los mismos resultados de evaluación, donde la
capacidad de atención, identificación y la orientación son capacidades que se vuelven
importantes al momento de ejercer la mendicidad.

VisoEspacial -
Ejecutiva

80%
Orientación Identificación
87% 76%

24%
Recuerdo Diferido 69% Atención
19%
28%

Abstracción Lenguaje

Figura 2. Rendimiento global por áreas de estado mental de las personas en mendicidad
(Fuente: Elaboración propia).

En esta misma línea es importante destacar que las personas con deficiencias cognitivas más
notorias son las personas con bajos niveles educativos, de la tercera edad y los jóvenes que
manifestaron el consumo de drogas, principalmente “marihuana”.

90
Cabe mencionar que el Monteal Cognitive Assessment (MoCA) examina atención,
concentración, funciones ejecutivas (incluyendo la capacidad de abstracción), memoria,
lenguaje, capacidades visoconstructivas, cálculo y orientación, por lo que a continuación se
detalla el rendimiento de cada de estas áreas:

4.1.1. Viso espacial / Ejecutiva


La capacidad Visoespecial / Ejecutiva consiste en los niveles de coordinación ojo-mano, de las
personas en situación de mendicidad evaluadas cerca de la mitad no sabían leer ni escribir y
dado que para realizar las actividades de esta área se requiere de cierto nivel educativo, se otorgó
el puntaje máximo a los mismos, para no penalizarlos; teniendo esta consideración, el
rendimiento en esta área es bueno dado que un 80% de las ejecuciones fueron correctas, lo que
indica comprenden y manejan los elementos estructurales de su entorno.

4.1.2. Identificación
Identificar animales y objetos es una actividad sencilla, pero de suma importancia para encontrar
posibles alteraciones cognitivas, de acuerdo con la evaluación las personas en situación de
mendicidad evaluadas identificaron en global el 76% de los estímulos, pero aquellos mendigos
que se dedican únicamente a pedir limosnas presentaron mayores dificultades en esta capacidad,
identificando con éxito únicamente el 58% de los estímulos.

4.1.3. Atención
La atención es la capacidad que se tiene para seleccionar y discernir entre diversos estímulos,
para las personas que están en la calle pidiendo dinero para su subsistencia esta es una habilidad
cognitiva de vital importancia, dado que deben estar pendientes de lo que acontece a su
alrededor; de acuerdo a los resultados de la evaluación, los mendigos de forma global obtuvieron
69% de rendimiento en esta área, respondiendo en forma positiva a los diversos ejercicios.

4.1.4. Lenguaje
A nivel de lenguaje las personas que practican la mendicidad, mostraron un rendimiento bajo
en la evaluación, dado que en términos porcentuales solo respondieron correctamente en un 28%
a los estímulos proporcionados, independientemente del tipo de actividad que realizaran para
obtener ingresos.
91
4.1.5. Abstracción
La capacidad de abstracción es entendida como el nivel de pensamiento y capacidad para pasar
de lo general a lo particular, generalmente la abstracción se asocia directamente con la capacidad
intelectual, y es en esta área donde los mendigos mostraron bajos niveles de acierto en los
ejercicios utilizados para su medición donde solo obteniendo un rendimiento del 19% basado
en sus aciertos, lo cual es bastante bajo en términos globales.

4.1.6. Recuerdo diferido


El recuerdo diferido está asociado a la capacidad de memoria y retención, en relación a esta
actividad se observan también bajos niveles de respuesta por parte de los mendigos, dado que
en su mayoría presentaron dificultades para recordar estímulos vinculados a la memorización,
dado que ninguno de los participantes del estudio pudo recordar por completo las palabras
utilizadas para las mediciones de las capacidades cognitivas en esta área y en general su
rendimiento fue de un 24%.

4.1.7. Orientación
Es la capacidad para ubicarse en el espacio y comprender el entorno, en esta área las personas
que practican la mendicidad mostraron buen rendimiento, en su mayoría se ubicaban en el
tiempo y en el espacio. El rendimiento global indica un 87% de aciertos en relación a la fecha y
la ubicación.

4.3.2. PERSONALIDAD

4.3.2.1 ANÁLSIS DEL TEST DE LOS COLORES DE LÜSCHER


De los 23 participantes 18 fueron evaluados con el test de Lüscher (descrita previamente como
una prueba de tipo proyectivo que mide el estado psicológico de una persona, su habilidad para
soportar el estrés y para comunicarse) para analizar características de personalidad, los
resultados proporcionaron una diversidad de perfiles (ver tabla 5), los mismos no pudieron
conjuntarse para conformar un patrón específico, por tanto, por medio de esta técnica de
exploración psicológica se procedió a contrastar y validar la información obtenida a través de la
entrevista. También es importante destacar que se buscó eliminar cualquier posible sesgo en
relación a la predilección de un color sobre otro, por lo cual es adecuado ser mesurado al
momento de establecer generalizaciones en relación a estas características comprendiendo que
92
los resultados que el test brindan únicamente una aproximación a las posibles características de
personalidad de quienes practican la mendicidad.

Tabla 5.
Secuencia escogida en el Test de los Colores de Lüscher
Resultados
Sujetos Primera Segunda Tercera Cuarta Quinta Sexta Séptima Octava
Elección Elección Elección Elección Elección Elección Elección Elección
1 5 3 2 1 4 7 0 6
2 3 7 1 0 4 2 6 5
3 1 5 4 7 6 3 2 0
4 1 4 3 7 2 5 0 6
5 1 7 2 4 0 6 5 3
6 1 7 3 5 2 6 0 4
7 6 5 1 2 3 0 4 7
8 1 4 2 3 6 0 5 7
9 2 4 3 7 1 0 5 6
10 1 0 2 3 4 7 5 6
11 3 1 2 5 6 4 7 0
12 3 4 2 1 5 0 6 7
13 2 3 4 7 6 5 1 0
14 1 7 2 3 0 4 6 5
15 1 7 0 4 6 3 2 5
17 3 2 4 1 6 5 0 7
19 4 1 5 0 2 6 3 7
21 1 5 4 2 6 0 3 7
Nota: Los valores en sombreados en negro han sido asociados a valores seleccionados con mayor
frecuencia; por otra parte, los valores sombreados en gris son los que cumplen con un perfil de
personalidad adecuados para el campo laboral (De acuerdo con el manual de interpretación).

En el marco de las observaciones anteriores se utilizó el test para identificar algunos rasgos y
características generales de personalidad, donde se procedió considerar los colores que se
repetían mayormente de acuerdo a la posición escogida por los sujetos, de esta forma se encontró
que el color preferido fue el azul (1) como primera elección, el cual está asociado con una
necesidad de paz y armonía que lo asocian con felicidad pues la actividad (mendicidad) que
realizan les brinda la oportunidad de satisfacer necesidades fisiológicas tales como el descanso
y la protección.

93
A pesar de ello en contraste el color negro (7) seleccionado en las primeras cuatro elecciones
representa diversos elementos de personalidad asociados con tendencia a renunciar las
experiencias actuales de la vida, las cuales no brindan un nivel de satisfacción y sienten que su
vida debió ser diferente y por ende salir de su situación actual; mientras que el negro como
última opción representa el deseo de no abandonar su situación actual y controlar su destino de
una manera conformista, de ellos, cuatro casos se dedican al pedido de limosna exclusivamente,
dos hacen una actividad que es limpiar vidrios y tocar un instrumento musical.

Los colores, verde (2), el rojo (3) y el amarillo (4) y su combinación en los tres primeros lugares
de elección se llama el "grupo laboral", representando constancia, energía–vigor y la expectativa
hacia el trabajo respectivamente; de los sujetos evaluados únicamente cuatro tienen en los tres
primeros lugares de su selección la combinación descrita y se dedican a obtener recursos
monetarios por medio del ofrecimiento de servicios o entretenimiento. En contraste el color azul
(1) significa pasividad y tranquilidad, la selección del mismo, no se asocia con la idea de trabajo
y fue escogido como primera opción para la mayoría de los sujetos.

4.3.2.2. AUTODESCRIPCIÓN DE LOS SUJETOS


Se realizaron entrevistas a 23 sujetos para explorar rasgos de personalidad, de ellos 18 fueron
contrastados por medio del test de los colores y dos a través de un cuestionario desiderativo; los
tres casos restantes fueron valorados únicamente a través de la entrevista dado que no
comprendían las instrucciones o practicaban la mendicidad de forma cooperativa. Los análisis
se integraron en cuatro dimensiones evaluadas cualitativamente: 1) Objetivos deseados 2)
Autopercepción 3) Focos emocionales de tensión 4) Problemas actuales.

Objetivos Deseados
Se identifica que los sujetos se interesan por una oportunidad de empleo, y de esta manera
obtener posesiones materiales para protegerse a sí mismos y su familia, haciendo énfasis en la
satisfacción del sustento alimenticio principalmente.
“-¿Cuáles son sus aspiraciones y expectativas en el futuro inmediato -“No que Dios, vaya algún día, ya
me saque, ya me saque de esto va, vaya yo sé que para mí todo el tiempo no voy a estar así pidiendo,
porque la gente se va a cansar y yo también, así como yo voy ´dentrando´ de edad, ya tengo que ir
buscando otro va… a veces pasan hasta doctores y abogados, y me dicen nosotros le vamos a conseguir
una cajita de ´chaine´ para que trabaje, está bueno yo se las agarro le digo, yo se los agarro porque yo

94
no le puedo decir no, no me traiga nada, porque van a decir lo que te gusta pedir sos haragán”.
(Entrevista #2)

“-Cuándo eras niño, ¿cuáles eran tus sueños? -Soñaba con ser veterinario. - ¿y ahora cuáles son tus
sueños? -Mi sueño es que Dios me tenga con vida y que me gane la vida honradamente y que me dé una
oportunidad para un trabajo digno, que tenga tan siquiera seguro, para meter al seguro a mi niño”.
(Entrevista #13

“-¿Si hoy fuese el último día de su vida que haría? -Comer bastante…”. (Entrevista #6)

En las personas que viven de la limosna y apoyo de otros se manifiesta la necesidad de apoyo
externo ante la presencia de sentimientos de minusvalía y falta de confianza en sus habilidades.
Esto se asocia en el test de Lüscher de conformismo pasividad y evitación de la renuncia a
abandonar la actividad.
“Ojalá, que Dios me dé la oportunidad de estar un poco mejor…”. (Entrevista #10)

Por su parte, las personas de la tercera edad expresan el único objetivo de subsistir, únicamente
en dos casos se encontró el deseo superarse hasta poder llegar a un nivel socioeconómico alto
por medio de una ocupación o trabajo específico.

Autopercepción
En la dimensión de autopercepción existe ambivalencia emocional dado que por un lado aceptan
la actividad que realizan, pero se sienten de alguna manera, juzgados y criticados por la misma,
aunque en algunos casos tratan de restarle importancia estos elementos. Exceptuando aquellas
que consideran que no hacen daño alguno.
“-¿Se siente juzgado por la gente que pasa… así como que lo ven mal? - No aquí hay gente que me mira
bien y me mira mal, pero usted sabe yo tengo que, no tengo, que va. - ¿y usted que cree que piensa la
gente que pasa por aquí de usted? -Que pide mucho va, hay gente que yo le tengo lástima va, porque
ellos piensan que yo consigo para droga va, yo por eso les alego, aquí están equivocados porque aquí,
no es para droga que ocupo el dinero, y en los ojos de Dios no lo puedo engañar ni a usted ni a las
personas, porque yo a Dios no lo puedo engañar tampoco”. (Entrevista #2)

“-¿Se ha sentido juzgada alguna vez? -Más o menos. -¿Por qué? -Más o menos va, porque hay gente
que lo mira aquí a uno y lo queda viendo raramente, y uno se siente lo mira como si fuera zapato viejo…
por ser pobre uno lo miran con desprecio y somos todos, Dios los hizo iguales, no diferentes”.
(Entrevista #6)

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“-¿Qué cree que las demás personas piensen de usted, se ha sentido juzgada alguna vez? -“No, yo
siempre pienso que las personas que hacen eso es porque no tienen un grado de, verdad de, un grado
de, no gozan de, hay algo en que andan mal, tienen una descompensación en su personalidad o son
personas que están desfasadas o en ellas hay algún espíritu de inferioridad, porque el que anda bien no
repara en andar enjuiciando, ni haciendo juicios de las personas”. (Entrevista #8)

La tendencia general es considerarse así mismos personas buenas, educadas y honradas,


respaldado por un fuerte lazo familiar, que poseen un lazo con una figura divina, lo que puede
minimizar la culpa y autocrítica por la actividad que realizan.
“-¿Qué piensas de vos mismo, como te describís?”-No, yo soy una persona que soy buena… si hombe
no voy hacer lo malo pue, nada de eso pue, como así hay chavalos como mí que solo piensan en robar
compa, la mera verdad le voy a decir, en ir a robar me entiende” (Entrevista #4)

“-¿Cómo se describe usted, dígame cosas buenas y algo malo que no le guste de usted? -Me describo
porque yo le ruego a Dios por todo mundo, para que la gente prospere y salga adelante y que no sufran
como yo sufrí, y quizás yo soy un poco enojado porque me hacen algo malo, no me gusta entonces me
rebalso, cualquiera lo puede hacer, pero yo perdono también a la vez, porque si alguien me hace un
mal, yo perdono como Dios nos perdonó a nosotros”. (Entrevista #15)

En relación a la actitud sobre la mendicidad la mayoría de los sujetos dicen sentir aceptación
por la actividad y en ciertos casos satisfacción por la ejecución de la misma, más en aquellos
que racionalizan con mayor intensidad la mendicidad como un trabajo formal, para evitar la
angustia que les produce hacer una actividad que la misma experiencia sugiere no es aceptada
o bien vista socialmente.
“-¿Cómo se siente usted haciendo esto? -no, yo feliz. -¿Lo disfruta? -yo tranquilamente, es que a mí
me conoce medio mundo aquí… cuando no vengo la gente queda preguntando ¿no vino el chele?...
-¿Entonces usted no siente que lo hace por obligación, sino porque realmente le gusta? - No, lo hago
por obligación porque no tengo trabajo”. (Entrevista #3)

“Hay veces que me encuentro con personas que me dicen a mí, porque solo pasas pidiendo, porque no
buscas un trabajo. Señora trabajo me ofrece la gente, o señor, pero no me cumplen, quisiera tener un
trabajo, quisiera tener los dos brazos que usted tiene para poder trabajar y no estar molestándolos a
ustedes, pero yo pido a la gente de buena voluntad, porque si yo veo a una persona que me está
regalando de mala gana, mejor que no me lo de pue”. (Entrevista #15)

Focos Emocionales de Tensión


Uno de los focos de tensión es mantener a su familia satisfecha de manera emocional y
económica, esto hace que los sujetos se resistan a alejarse de la actividad, pues es el medio que
tiene para satisfacción de sus necesidades fisiológicas.

96
“-¿Hay alguna persona por la que vale la pena esforzarse? -Mis hijos… -¿Cuáles son tus
aspiraciones en el futuro? -Sacar adelante mis hijos, hacerle la casa a mis hijos, que no anden,
así como yo ando, luchar por ellos, sus estudios, todo.” (Entrevista #9)

“¿Lo que haces te gusta? No es que me gusta va, esto yo lo tomo como un deporte, es como cuando una
va a jugar pelota, es como un deporte pue, yo hago como que es un deporte, me estoy divirtiendo va y
estoy divirtiendo a la gente y me ayudan mutuamente, económicamente me ayudan. -¿Sientes que te has
visto obligado a hacerlo? -Sí, obligado porque ¡pucha! No me puedo morir de hambre, no puedo dejar
de morir de hambre a mi hija tampoco, a mi mujer”. (Entrevista #13)

Hay casos donde se demuestran conflictos intrafamiliares que provocan más sentimientos de
minusvalía y fracaso personal. Adicionalmente en tres casos se identifica que el mayor temor es
sufrir agresiones o vivenciar actos de violencia durante la actividad de mendicidad.

Se observan mecanismos de defensa los cuales se manifiestan por medio de la evasión de


características que ellos perciben como negativas (ira, maldad, conductas delictivas), algunos
expresan que solamente reaccionan negativamente cuando son confrontados por otros que
buscan hacerles daño y en ocasiones evadir su propia realidad al tener una actitud excesivamente
optimista, en la que una fuerza divina favorece este tipo de actitudes.
“-¿Cómo tomaste la decisión de venir a pedir acá? -Esto no es pedir usted. -Bueno de venir a limpiar
vidrios, perdón. -Esto es ayudar a la gente y la gente que lo ayude a uno”. (Entrevista #9)

“-¿Usted se dedica a pedir verdad? -A predicar… en el fondo la necesidad en uno esta… ellos la
perciben y ellos tienden a dar. -¿Es como una retribución? -Una retribución”. (Entrevista #8)

“Me describo porque yo le ruego a Dios por todo mundo, para que la gente prospere y salga adelante
y que no sufran como yo sufrí, y quizás yo soy un poco enojado porque me hacen algo malo, no me gusta
entonces me rebalso, cualquiera lo puede hacer, pero yo perdono también a la vez, porque si alguien
me hace un mal, yo perdono como Dios nos perdonó a nosotros”. (Entrevista #15)

“Las cosas buenas mías de mi persona… las cosas buenas mías de mi persona es que no soy malcriado,
me gusta respetar a la gente y soy honrado no me gusta robar “y malas, que cosas malas diría de usted”
E: “cosas malas mías, no cosas malas yo que sepa va, en la biblia va que nadie es perfecto, hay veces
que yo también tengo mis errores va, hay veces que me rebalsan y yo digo malcriadezas, pero con los
otros, pero ya con la gente de aquí no soy malcriado”. (Entrevista #2)

“-¿Cuáles son los momentos más felices de su vida? -No, para mí todos los días. -¿y los más tristes?
-Para mí ninguno, yo camino alegre todo el tiempo”. (Entrevista #3)

“-¿Usted está feliz con su vida? -Yo soy feliz en mi vida… tenga o no tenga yo soy feliz”. (Entrevista #7)

97
Problemas actuales
Uno de los problemas significativos que causan ansiedad en los entrevistados, es que las
aspiraciones que tenían en la infancia y la adolescencia (no lograron ser satisfechas en la
mayoría de los casos, por falta de continuidad en sus estudios) esto provoca menos
oportunidades de empleo, las cuales al ser limitadas para esta población, han optado por la
mendicidad a través de la motivación o identificación con otras personas que han efectuado o
recomendado la actividad luego de un fracaso laboral.
“-¿Cuando usted era niño? ¿Cómo era su vida en la escuela? -La escuela yo la pase descalzo, a los 15
años me calcé, iba a la escuela con una bolsa plástica, llevaba los cuadernos, no tenía dinero mis papas
no me compraban… desfile descalzo, todo eso pasé”. (Entrevista #12)

“-¿Cuando usted era niño, ¿cuáles eran sus sueños, cuáles eran sus metas? -Desde cipote yo decía, yo
voy a trabajar cuando este grande, para sacar adelante a mi papá, mi mamá, pero ya estoy un poco de
edad, tener mis cosas yo propias. Pero no he podido, como no tengo una profesión y no he encontrado
un trabajo bueno”. (Entrevista #12)

Otra de las tensiones significativas que padecen las personas que mendigan, es el esfuerzo
elevado que deben realizar para obtener recursos económicos para la satisfacción de las
demandas personales o familiares (Salud, educación, vivienda) así como la necesidad en algunos
casos de encontrar una pareja y formar una familia, por su parte los que la poseen mantener el
vínculo afectivo con las mismas, por lo que de alguna manera esto viene a causar un uso
excesivo de la fantasía, puesto que lo ingresos que perciben son limitados en comparación a las
expectativas que tienen (Vivienda digna y propia, transporte privado, entre otros).
-“¿Alguna persona por la que valga la pena esforzarse? -Por mis hijos más que todo, darles un buen
ejemplo a ellos… -¿Si pudieras elegir otro tipo de vida, que tipo de vida te hubiera gustado tener? -
Bueno quizás no ser adinerado ni nada, pero si tener una forma talvez más fácil de obtener el dinero,
siendo profesional y vivir más o menos económicamente pues, algo estable me entiende, tener mis cosas
propias”. (Entrevista #10)

“-Cuando usted era niño, ¿cuáles eran sus sueños? ¿Cuáles eran sus metas? -Trabajar para poder vivir
bien… tener mi casa, tener mis hijos, tranquilo, mi comidita que no me falte”. (Entrevista #5)

“Hay algunos que se enojan, porque ¡pucha! nadie les da nada, digamos usted viene se mete en un faro
si le dan un lempira uno se alegra va, pero viene usted le hace cinco veces y no le dan ni un lempira, aja
y viene por joder se golpea o se quema, en ese aspecto es donde bien uno pucha, vaya yo no soy de
esos… si no me dan en una en la otra y en la otra”. (Entrevista #13)

98
Analizando el cuestionario desiderativo de personalidad, se observa que las personas en
situación de mendicidad entrevistadas, poseen una estructura básica de personalidad, es decir
son personas elementales, que viven el día a día y se centran en satisfacer sus necesidades
primarias.
“Si usted no pudiera ser persona, ¿Qué animal, vegetal o cosa, le gustaría ser?… No, yo si eso sí, no
se lo puedo contestar”. (Entrevista #19)

“Si usted no pudiera ser persona, ¿Qué animal, vegetal o cosa, le gustaría ser?… No le puedo decir
eso, ya que somos personas de carne”. (Entrevista #22)

4.4. ANÁLISIS GLOBAL


En base a la información obtenida se plantea un triángulo compuesto por diversas variables que
conjuntas incrementan la posibilidad de la práctica de la mendicidad, y de alguna forma generar
indicios de las causas que orientan a determinadas personas a recurrir a la mendicidad en la
ciudad de Tegucigalpa, prefiriendo pedir que cualquier otra actividad laboral convencional o
por otro lado ilícita, esto mientras mantienen la esperanza de lograr solventar prontamente la
difícil situación que aqueja sus vidas (Ver figura 3).

El objetivo principal de las personas que viven de la mendicidad es subsistir, la base para poder
hacerlo es básicamente la alimentación, el dinero que se logra obtener, obliga a estas personas
a volver al día siguiente a pedir u ofrecer sus servicios, para tener con que alimentarse y suplir
otras necesidades, tanto de ellos como en varios casos sus familias, por tanto el ciclo no se cierra,
dado que los ingresos se miden por la cantidad de días y horas que realizan sus diversas
actividades y la “necesidad obliga” verbalizan las personas entrevistadas.

La familia toma un papel importante, dado que el apoyo económico, la formación educativa y
valores, depende principalmente de esta estructura social, también es importante destacar que a
pesar de las carencias expresadas el apego y amor hacía miembros familiares es notorio, puesto
que son pocos los elementos negativos asociados principalmente a los padres.

99
Alimentación

Ingresos suplen las necesidades básicas


Pedir se vuelve una obligación
Fuerza Laboral: Define el Tipo de Mendicidad

Desempleo

Familia Pobre Hereda Excesivo Optimismo


Bajo Nivel Educativo
MENDICIDAD Autopercepción de Honradez
Apoyo Económico Reforzada por una divinidad
Familiar
Nulo Confianza en
Limitadas Sentimientos de Apoyo Externo
expectativas Minusvalía
familiares (Conformismo)

Subsistir

Figura 3. Triángulo de variables asociadas con la mendicidad (Fuente: Elaboración propia)

Adicionalmente al bajo nivel educativo se suman otros elementos como el desempleo, para estas
poblaciones que no gozaron de la oportunidad de crecimiento y desarrollo desde su infancia, la
situación se agrava más, dado que no cuentan con las competencias profesionales y tecnológicas
necesarias para optar a buenos empleos, como tampoco a mejores opciones educativas, al menos
hasta que logren superar el ciclo básico de educación primaria, aspectos que resultan difíciles
dado que el principal destino de los ingresos económicos giran en torno a cubrir las necesidades,
por otra parte sus ingreso en general como mínimo superan los 5,000.00 L., mensuales, cantidad
que otros empleos de bajo nivel de competencia no brindan.

En relación a las características de personalidad es importante mencionar que las personas que
viven de la mendicidad desarrollan las funciones cognitivas de acuerdo a lo que más necesitan

100
para adaptarse a las experiencias que le permitan algún grado de satisfacción y minimizan o
disminuyen aquellas funciones cognitivas que se apartan de sus motivaciones para la
subsistencia.

Así también, en base a la información obtenida por medio de los test y la entrevista se encontró
la presencia de sentimientos de minusvalía o fracaso en las personas que practican la mendicidad
pero en mayor medida estos se encuentran de forma inconsciente, lo que de alguna forma se
convierte en conformismo lo que vuelve tolerante cualquier actitud de humillación, por lo tanto
tales sentimientos son racionalizados a través de un excesivo optimismo, manifestando un grado
de satisfacción con la acción de pedir dinero en las calles; otro elemento asociado que se
encuentra presente en las personas entrevistadas es la autopercepción de honradez, la cual
suprime los elementos negativos asociados a sí mismos y a la vez evita que estos se sientan
juzgados por practicar de mendicidad; en última instancia otra característica de personalidad
que subyace es la excesiva confianza en apoyo externo, dado que no perciben que únicamente
por sus capacidades y fuerzas lograran salir de su situación, en muchas ocasiones dejan su
destino en manos de una fuerza divina.

Adicionalmente se encontró que el bienestar familiar y personal motiva a varias de las personas
que se dedican a la mendicidad, convirtiéndose en uno de sus principales objetivos el sustento
inmediato; también la misma autopercepción de honradez, sujeta con sus necesidades al verse
ya sin opciones laborales y el crecimiento, los vuelve proclives a iniciarse en la práctica de la
mendicidad y tomar la decisión de pedir dinero en las calles o bien imitar la conducta de otros
con mayor experiencia en mendigar.

El triángulo de variables asociadas a la mendicidad descrito previamente, a criterio del autor


aumenta la probabilidad del desarrollo de procesos que orientan a las personas recurrir a la
mendicidad como forma de vida y medio para obtener su sustento; según los testimonios de los
mendigos “pedir dinero” en las calles, se convierte en una alternativa, que generalmente no es
la primera, pero si la única que les ha brindado el sustento inmediato, lo cual vienen a convertirse
en otra forma de “trabajo” con días, horarios e ingresos diarios.

101
CAPÍTULO V

CONCLUSIONES, APROXIMACIÓN DE
PROPUESTA PARA LA ATENCIÓN DE LOS
MENDIGOS Y RECOMENDACIONES

102
5.1. CONCLUSIONES
La práctica de la mendicidad es un fenómeno presente en Honduras y el mundo, por ende, no
escapa a la ciudad de Tegucigalpa, siendo está una de las ciudades más importantes del país al
ser su capital; entrando en materia el estudio encontró de acuerdo a la información obtenida a
través del abordaje a los mendigos en el distrito central de negocios; información muy
interesante, cuyas conclusiones serán descritas en los párrafos siguientes.

En relación a los factores sociales asociados a la mendicidad, se encontró en primera instancia


que las personas que practican la mendicidad, presentan un fuerte apego emocional con los
miembros de su familia, siento esta la principal fuente de apoyo y el principal ente en la
formación de valores como el respeto y el amor, por otro lado, se encontró que la valoración
positiva hacia uno o ambos padres es un elemento que destaca en las verbalizaciones de los
entrevistados.

También resulta interesante destacar que el deseo de superación junto con el de la familia es
bastante fuerte y sirve como agente motivador para dedicarse a pedir dinero en las calles y
aceptar toda aquella ayuda que se pueda recibir. A su vez es importante resaltar que para
aquellos que viven solos, el imago paterno y principalmente el materno siempre cobran vital
importancia en los discursos, lo que indica un elevado compromiso y apego hacia la familia y
lo que la misma representa.

Es importante igualmente, reflejar que a pesar de la existencia de lazos fuertes y sólidos, la


estructura familiar de las personas que practican la mendicidad no les permitió gozar de buenos
estudios, sus familias son pobres, viven en colonias marginales y hogares con condiciones
precarias, también los padres heredaron a sus hijos un bajo nivel educativo, pero en su mayoría
inculcaron en ellos un fuerte sistema de valores como ser la honradez, donde rescatan el valor
del respeto a los demás, y la importancia de sacar a la familia y su vida adelante, a través de la
búsqueda del sustento diario.

Por otro lado, en base la información obtenida se encontraron algunas conductas antisociales,
principalmente en la población joven, algunos dedicados a limpiar parabrisas y una persona con
discapacidad, expresaron consumir marihuana ocasionalmente, pero que esta no era el principal
destino de sus ingresos, también manifestaron ser partícipes de peleas principalmente en los
103
barrios y colonias donde residen, no así en la calle donde ejercen su actividad; por otra parte
para las personas que viven exclusivamente de las limosnas manifestaron inconformidad con
algunos limpia parabrisas dado que los han visto consumiendo drogas y que en ocasiones buscan
conflictos con ellos o los conductores, lo que no era bueno para el desarrollo de sus actividades.

En el marco de estas observaciones se puede comprender que la mendicidad tiene muchas


aristas, que su práctica no es perfecta y que quienes la realizan no necesariamente son personas
que se puedan considerar dóciles, sumisas, tolerantes o bien intencionadas, pero si puede
entrever que, en su mayoría a pesar de sus problemas, no son personas con pensamientos
dañinos, sino más bien seres que buscan alternativas para mejorar sus condiciones de vida y dar
sustento a sus familias. Pero a pesar de ello al sentir que la situación se torna cada vez más difícil
sus niveles de frustración van en aumento y se puede reflejar a través de conductas socialmente
inapropiadas.

Por otra parte los factores económicos son quizás el principal móvil de la personas que viven de
la mendicidad, y es aquí donde se presentan las mayores dificultades esto de acuerdo con las
percepciones de los entrevistados, dado que son muchos elementos que interfieren como ser que
al no disponer de un elevado nivel educativo, tampoco gozan de las mejores oportunidades, ni
se acoplan a las nuevas herramientas de aprendizaje disponibles en la época; por lo que sus
opciones laborales se ven limitadas a empleos da baja cualificación, puesto que existe un
mercado laboral que exige altos niveles de calidad y certificación dentro de un área específica,
por ende los mendigos tienen a ser excluidos del sistema económico, donde las opciones de
trabajo son cada vez más limitadas, lo que implica que cuando el hambre llama, la pena se va y
la mano se levanta, para poder obtener dinero o comida que permita sobrevivir día a día.

De igual forma se encontró que las personas en mendicidad al efectuar esta actividad
independientemente del hecho de disfrutarla o no, se sienten conformes con la misma, dado que
es visualizada como una opción que ayuda a subsistir diariamente, y valoran el hecho de pedir
u ofrecer algún servicio antes que efectuar un robo o cualquier actividad ilícita. Además, si se
considera el ingreso diario que es aproximadamente de 150.00 L a 250.00 L., este durante un
mes puede estar dentro de un rango entre 4,500.00 y 7,500.00 L., cantidad de dinero que supera
las opciones que brinda el mercado a personas de su nivel educativo. Recordando que el ingreso

104
promedio mensual de una persona ocupada que no tiene educación formal es de 2,295.00 L.,
con educación primaria llega a 3,695.00 L. (INE, 2015, p. 19).

También es importante destacar que el dinero que perciben tiene como principal destino la
alimentación, sea para el sustento personal o familiar y en caso de enfermedad atender la misma;
adicionalmente se pueden realizar una serie de valoraciones, como ser que los mendigos
independientemente del tipo, tienen como propósito subsistir o preservar su vida, lo cual
dificulta ejecutar cualquier otra actividad laboral o formativa; dado que día que no se sale a las
calles, equivale a día que no se generan ingresos. Esta dinámica se convierte en círculo vicioso
que encierra la alimentación y el acto de pedir, como actividades elementales para la
subsistencia y que una vez sumergidos en ese contexto, resulta difícil escapar, por lo que muchos
llevan 20 años o más dedicados a la misma actividad.

En el marco de las observaciones anteriores se puede plantear que las limitaciones que sufren
los mendigos para su inserción laboral son amplias, el bajo nivel educativo, la estructura familiar
que no brinda sustento económico y su baja cualificación son elementos que desfavorecen la
inclusión de estas personas, por tal motivo, su atención y reinserción a la sociedad se dificulta
aún más, al no contar de los elementos necesarios que propicien su desarrollo.

En relación a los análisis de las condiciones cognitivas de los mendigos, se observa que aquellas
capacidades mentales que no son fuertemente necesitadas para mendigar, son las que presentan
mayor deterioro cognitivo como ser el lenguaje, la capacidad de abstracción y el recuerdo
diferido; mientras que aquellas capacidades cognitivas vinculadas directamente con la actividad
de pedir dinero en la vía pública, cuya interacción se realiza mayormente entre autos, semáforos
y personas, en general se encuentra en niveles adecuados, estas son la atención, identificación y
orientación. Por tanto, se puede concluir que la práctica de la mendicidad disminuye ciertas
capacidades, esto al ser menos utilizadas, por no ser requeridas para mendigar.

De acuerdo con el análisis de las características de personalidad vinculadas con la práctica de la


mendicidad, se encontró entre los principales factores la existencia de sentimientos de
minusvalía o fracaso en la población dedicada a pedir dinero o comida en las calles, esto se
manifiesta en un amplio nivel de conformismo con la actividad, lo que podría justificar porque

105
algunos planteamientos teóricos manifiestan que la actitud de humillación es una característica
en estas personas.

También es importante mencionar que los sentimientos de minusvalía o fracaso no son


aceptados de manera consciente en la mayoría de la población que mendiga, por lo que se
encuentra una marcada tendencia a recurrir a un mecanismo de defensa llamado racionalización
(justificar prácticas, pensamientos o conductas) para eliminar o evadir la culpa que puede
generar la práctica de la mendicidad, puesto que no es reconocida socialmente, esto se logra a
través de un proceso de autopercepción de honradez, donde las personas se ven así mismas como
buenas y rara vez perciben elementos negativos de sí mismos.

Las personas que viven de la mendicidad tienden por otro lado a confiar más en el apoyo externo
que el de sus propias cualidades, por ende, tienen pensamientos fantasiosos, dado que perciben
que su oportunidad de mejorar y salir de su situación actual, solo será gracias al apoyo de otras
personas; respaldado en algunos casos principalmente por un fuerte vínculo religioso.

Bajo esta misma línea también es importante destacar que los principales estresores, se ven
influenciados por los sueños y aspiraciones de la infancia, puesto que su vida actual no les ha
permitido gozar de las mejores condiciones de vida; de igual manera se encuentran
desmotivados ante la situación de desempleo, por lo cual la mendicidad se vuelve en la
alternativa que brinda un leve estado de calma a este tipo de personas, dado que se convierte en
su fuente de sustento para ellos y/o sus familias.

En síntesis, se puede establecer un perfil de los mendigos, el cual incrementaría la posibilidad


que una persona opte por pedir dinero en las calles por sobre la búsqueda de otras formas
socialmente más aceptables de afianzarse de ingresos.

Estas variables involucran en primera instancia a la familia, a través de las limitadas expectativas
familiares de la misma, aquí se premia la obtención de dinero para apoyar económicamente a la
familia, descuidando la importancia de la formación educativa u ocupacional.

En continuidad las variables económicas que inciden fuertemente giran en torno al desempleo,
la urgencia por cubrir las necesidades básicas, aunado a un bajo nivel de competencias, orienta

106
a muchas personas a pedir dinero en las calles, siendo de esta manera que aquellos que gozan
de mayor energía encubren la mendicidad a través del ofrecimiento de servicios o
entretenimiento, mientras que aquellos que evocan más lástima por sus condiciones físicas o
personales, piden exclusivamente limosna.

Sumado a los elementos descritos anteriormente, se encuentra la presencia de sentimientos de


fracaso, es así como la persona que percibe que no es buena para alguna tarea o actividad, y se
encuentra influenciado por elementos socio-económicos adversos, opta como recurso de
supervivencia a la mendicidad.

Para finalizar cabe destacar que la mendicidad es un fenómeno digno de más estudios y análisis,
esta se presenta en diversos escenarios y situaciones, los tipos de personas y actividades son
muy variadas, algunas rozan lo creativo en sus estrategias para la subsistencia diaria. Por ello es
importante ahondar más en la comprensión de la mendicidad y sus tipos, para contribuir a la
mejora de la calidad de vida, de un grupo de personas excluidas.

5.2. APROXIMACIÓN DE PROPUESTA PARA LA ATENCIÓN DE LOS MENDIGOS


Para el contexto de la ciudad de Tegucigalpa, sería lógico pensar que mientras exista pobreza,
existirá la mendicidad, pero no se debería considerar esto como una verdad absoluta y cruzarse
de brazos a esperar a que todo cambie en algún momento para las personas que se dedican a
mendigar. Por tanto, buscar una solución ante este fenómeno se vuelve un compromiso personal
y social, donde diversos actores deben ser partícipes del mejoramiento de la calidad de vida de
esta población hondureña desprotegida y excluida.

Como respaldo a lo descrito anteriormente, cabe recordar los planteamientos de Durán et al.
(1851/2011) quien expone que, si se logra neutralizar las causas de la miseria, por añadidura el
problema de la mendicidad queda prácticamente resuelto.

Es importante tener presente que desde tiempos remotos, se consideraba que para tener derecho
a prohibir y castigar la mendicidad, tendría primero que desaparecer la pobreza, por ende es
comprensible que las leyes hondureñas que prohíben la mendicidad tengan críticas, desde la
premisa de la criminalización de la pobreza; por tal motivo las propuestas orientadas a erradicar
este fenómeno deben surgir inicialmente de una política pública incluyente que promueva el
107
empleo, la salud física y mental, como también el fortalecimiento de la moral para las
poblaciones más vulnerables.

En base al planteamiento anterior, cabe resaltar la importante labor que tiene el Gobierno, donde
el mismo debe promover y garantizar el bienestar de la población principalmente de aquellas
personas que no han contado con las oportunidades y herramientas necesarias para hacer frente
de una mejor manera los retos de la vida. Es por ello que adaptando el pensamiento y propuestas
de Durán et al. (1851/2011) en relación a los remedios preventivos de la mendicidad a la
actualidad, se puede considerar que se deben organizar asilos (para personas de la tercera edad)
y fundaciones de apoyo a los mendigos, donde es necesario incorporar programas que
fortalezcan la moral, buenas costumbres y el beneficio del trabajo.

También es importante considerar para la elaboración de la propuesta, las condiciones sociales


encontradas a partir de los resultados del estudio, donde se visualiza que las estrategias deben ir
orientadas en mejorar el nivel socioeconómico de las personas que se dedican a la mendicidad,
esto conlleva a elevar el nivel educativo, brindar formación profesional y además poner en
marcha programas de capacitación, sin descuidar la satisfacción de las necesidades básicas de
estas personas y sus familias; donde la concientización a las personas involucradas promuevan
el mejoramiento integral de sus familias, dado que ésta es una estructura social esencial para
promover el desarrollo de sus miembros y evitar también que ante las carencias y precariedad,
los menores de edad se involucren en actividades para buscar el sustento diario.

En seguimiento a estas ideas y de la comprensión de las condiciones económicas de esta


población, se debe proponer leyes de apoyo social que promuevan el trabajo, y garanticen la
inserción laboral sin ningún tipo de discriminación (involucrando personas con discapacidad);
es aquí donde el estado debe estar pendiente y dar seguimiento, generando opciones laborales y
formativas para las personas que viven de la mendicidad. Por otro lado, las propuestas deben
satisfacer las necesidades de las personas de la tercera edad que se dedican a pedir ayuda, dado
que encuentra disminuida su fuerza de trabajo, esto sin dejar de lado el involucramiento de
familiares en ese proceso en el caso que existan.

Donde no se fortalezca a la familia, ni se promueva el empleo, la vida de aquellos que no cuentan


con los recursos socioeconómicos y herramientas de afrontamiento psicológico adecuadas,
108
verán limitadas sus vidas a aspiraciones elementales, que simple y sencillamente se convierte
en la satisfacción de las necesidades fisiológicas. Brindar resguardo a la salud física y mental,
es un tema que no es debatible para ningún tipo de persona, por lo cual brindar apoyo y sustento
a estas personas que presentan dificultades para la obtención de recursos para su subsistencia,
debe ser un elemento inherente y esencial dentro de toda propuesta que busque reinsertar a los
mendigos a la sociedad de forma activa y propositiva.

Tomando todos los elementos antes descritos, la propuesta para la mejora de la calidad de vida
de las personas que ejercen la mendicidad va orientada en relación a la creación de una
fundación que incentive a diversos actores de la sociedad hondureña: (1) Estado, (2) Familia,
(3) Sector empresarial y (4) Organizaciones no gubernamentales; para que en conjunto trabajen
en beneficio de una población vulnerable, excluida y desprotegida.

La suma de todos estos elementos podrá propiciar un alto índice de disminución de las personas
que piden limosna en las calles, por ende, la importancia que se forme una fundación que
promueva el desarrollo de las personas que de momento viven de la mendicidad. Para la
población entrevistada lo más importante es la alimentación y el sustento de su familia, por ello
están de acuerdo con una fundación que les brinde asistencia médica, psicológica y educación,
solo a cambio de su trabajo, en su mayoría las personas que viven del dinero que obtienen en la
calle primordialmente desean cubrir sus necesidades básicas, y por ello estarían dispuestos a
realizar cualquier otra actividad.

5.3. RECOMENDACIONES
Teniendo en consideración la aproximación de propuesta para la atención de los mendigos se
plantean una serie de recomendaciones las cuales se dividen en tres etapas, la primera de ellas
es la creación de Políticas públicas en favor de grupos excluidos a través de las siguientes
actividades: (1) Incentivar al Estado que es el principal ente que debe garantizar el bienestar de
la población a que promueva una política pública que genere el empleo para los sectores más
desprotegidos y sus familias (2) Esta política debe prestar especial interés en las personas que
han optado por vivir de la mendicidad, creando previamente un registro a partir de un estudio
socioeconómico que valide y certifique los casos (3) La creación de una fundación que busquen
constantemente estrategias de ayuda y rescate de las personas que viven de la mendicidad, que

109
sin sustento permanente y estable durante periodos amplios de tiempo se han visto obligados a
recurrir a las calles para subsistir.

En segunda instancia la implementación de procedimientos específicos de atención a los


mendigos los cuales deben tener presente: (4) La fundación debe estar dotada de personal
profesional y capacitado para atender problemas médicos, psicológicos; que a su vez brinde
educación y estimule el emprendedurismo a través de programas de capacitación y desarrollo
de competencias profesionales (5) El estado a través de la fundación debe asesorar y acompañar
a la población que está abandonando la práctica de la mendicidad a través del desarrollo de un
programa de microcréditos que permita a las diversas personas obtener ingresos por medio de
su trabajo (6) La fundación debe contar con una cafetería, que en base a programa alimenticio
elaborado por profesionales del área de la nutrición, proporcione alimento gratuito o a bajo costo
a las personas que están abandonando la mendicidad y sus familias.

En última instancia se debe dar seguimiento a las personas que abandonaron la mendicidad
como también aquellas que están en el ejercicio de la misma a través del seguimiento periódico
de las zonas proclives al ejercicio de tales prácticas, por ende: (7) La fundación debe hacer
visitas de reconocimiento a las zonas donde se presenten casos de mendicidad e incentivar a
estas personas a que opten por los servicios que brinda la institución y que participen en otras
actividad de desarrollo profesional (8) La fundación debe reportar a las autoridades
correspondientes los casos donde los mendigos son utilizados por otras personas para realizar
esta actividad y disuadir dicha práctica (9) crear asilos especializados y remitir a las personas
abandonadas y de la tercera edad de manera obligatoria, donde el estado pueda suplir sus
necesidades básicas.

110
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116
ANEXOS

117
Anexo I. Examen del Estado Mental

118
Anexo II. Test de los Colores de Lüscher

Consigna básica
- Observe los ocho colores y determine cuál le gusta más. Trate de no asociar los colores con
otras cosas, como vestidos, muebles, automóviles, etc. Procure en su elección atenerse
exclusivamente al color que le gusta más en sí mismo de los ochos que tiene adelante.
Recoja las ocho tarjetas, mézclelas de nuevo y vuelva a colocarlas frente a usted, con el color
hacia arriba.

Repetir las indicaciones. No trate de recordar o repetir la selección de colores que hizo antes.
(Tampoco haga esfuerzos conscientes para no repetirla). Aténgase exclusivamente a los colores
como si fuera la primera vez que los está viendo.

119
Anexo III. Entrevista Semi-Estructurada

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE HONDURAS


MAESTRÍA EN METODOLOGÍAS DE INVESTIGACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL
ENTREVISTA SEMI-ESTRUCTURADA

I. DATOS GENERALES
¿Dónde estamos?: ______________ ¿En qué fecha estamos?: ___/___/___ Sexo: M  F 
Lugar de nacimiento (Depto., ciudad): ________________ Fecha de nacimiento: ___/___/___
Donde Vive: ______________ Tiempo de residencia: _____________ Casa: P  A  Ot 

II. RELACIONES FAMILIARES


1. ¿Con cuantas personas vive? ¿Quiénes son?
2. ¿Cuál es la ocupación de su padre? ¿Nivel educativo de su padre? ¿Cómo es la relación
con su padre? ¿Qué es lo que más le gusta de él? ¿Qué es lo que menos le gusta de él?
3. ¿Cuál es la ocupación de su madre? ¿Nivel educativo de su madre? ¿Cómo es la
relación con su madre? ¿Qué es lo que más le gusta de ella? ¿Qué es lo que menos le
gusta de ella?
4. ¿Cómo ha sido la relación de sus padres? ¿Han tenido otros matrimonios o relaciones
extramatrimoniales?
5. ¿Cómo son las relaciones o comunicación con sus hermanos y entre sus hermanos?
6. ¿Tiene hijos? ¿Cómo es la relación con sus hijos?
7. ¿Cuál ha sido uno de los momentos más felices como familia?
8. ¿Han sucedido tragedias en su familia? ¿Cómo ha reaccionado usted y los demás
miembros de su familia?
9. Cuándo su padre y madre se enojaban ¿De qué forma lo castigaban? ¿Cómo respondía
ante él?
10. ¿Qué cosas disfrutan o disfrutaban hacer en familia?
11. ¿Alguno de sus padres migro o abandono el hogar? ¿Cómo reaccionó? ¿Qué cambios
provoco a nivel familiar?

120
III. FAMILIA Y VIVIENDA
1. ¿Se ha mudado alguna vez? ¿A dónde y por qué?
2. ¿Recibe apoyo de parte de su familia? En caso de responder afirmativamente ¿De qué
tipo?
En caso de responder negativamente ¿Por qué?
3. ¿Está a cargo de alguna(s) persona(s)? ¿De quién?
4. ¿Cuáles son sus principales responsabilidades?
5. ¿Usted tiene un sitio seguro donde dormir y alimentarse todos los días?
6. ¿Cuántas veces al día usted puede comer? ¿Qué come?
7. ¿Tiene pareja (sentimental)? Describa su relación y que tipo de apoyo recibe
8. ¿Se ha visto forzado(a) a abandonar su hogar? ¿Por qué motivos?

IV. PRÁCTICAS DE LA MENDICIDAD


1. ¿Cuál es la actividad que usted realiza para obtener dinero?
2. Descríbame la actividad que realiza: ¿Qué estrategias utiliza para obtener apoyo de otros?
¿Lo hace solo o acompañado?
3. ¿En qué lugar suele realizar principalmente esta actividad?
4. ¿Por qué prefiere el lugar seleccionado para realizar su labor?
5. ¿Cantidad de días que se dedica a esta actividad (pedir) por semana?:
6. Regularmente en cuantos días y horas dedica a esta actividad:
7. ¿Cantidad de horas diarias que se dedica esta actividad? ¿En qué jornada?
8. ¿Porque razones se dedica a esta actividad (Pedir)? Explique las causas.
9. . ¿Hace cuánto tiempo se dedica a esta actividad? ¿Se ve obligado(a) por alguien?
10. ¿Cómo se siente con la actividad que realiza? ¿Lo disfruta / Le gusta? o Siente que lo
¿Hace por obligación?
11. ¿Cuánto esfuerzo físico y mental que requiere esta actividad? ¿Cuál es el principal
reto?
12. ¿Qué riesgos tiene hacer esta actividad?
13. ¿Sabe usted que existe una ley que prohíbe que usted desarrolle esta actividad? ¿Qué
opina sobre ello?
14. ¿En algún momento ha necesitado vender su cuerpo o acostarse con alguien para
obtener algún beneficio económico?
15. Considera que existe rivalidades o una competencia por la permanencia en los espacios.
121
V. ASPECTOS ECONÓMICOS Y LABORALES
1. ¿Cómo ha sido la situación económica de su familia? ¿Ha habido cambios?
2. ¿Había trabajado anteriormente? ¿Sabe algún oficio? Hábleme de los empleos que ha
tenido:
3. ¿Cuál fue su último empleo o principal actividad de ingreso económico? ¿Por qué dejo
o abandonó ese trabajo? (Indagar sobre el Nivel Educativo)
4. ¿Cuánto tiempo ha estado sin trabajar? ¿Ha buscado trabajo? ¿Quiere trabajar?
5. ¿Por qué causa específica usted no puede conseguir trabajo o desistió la búsqueda?
6. PCD ¿Cree que su condición le dificulta encontrar empleo? ¿Qué opina?
7. ¿Cuál es su ingreso económico diario? (por rangos)
8. ¿Quién administra los ingresos económicos que recibe?
9. ¿En que utiliza el dinero obtenido? ¿Qué prioriza?
10. ¿Posee otras fuentes de ingreso?
11. ¿Puede usted ahorrar o hacer algo más con el dinero que obtiene?
12. ¿Prefiere dinero o comida? ¿Por qué?
13. ¿Ha considerado otras formas de ganarse la vida? ¿Le gustaría aprender un oficio o
realizar otra actividad?
14. ¿Se ha visto forzado(a) a desplazarse a diversos puntos para realizar la actividad? En
caso de responder si ¿Por cuál(es) motivo(s)?
15. Si hay un evento concurrido ¿Usted recurre al mismo? ¿Por qué?
16. ¿Sabe utilizar, internet, computadora, celular y otras tecnologías?

VI. PERSONALIDAD
1. ¿Cómo fue su vida a lo largo del prescolar, la escuela y el colegio? ¿Retomaría estudios?
2. ¿Cuáles fueron sus sueños, metas e intereses en su niñez y adolescencia?
3. ¿Si usted pudiera elegir su tipo de vida, que tipo de vida le hubiera gustado tener?
4. ¿Qué deportes y pasatiempos han sido sus favoritos?
5. ¿Cuáles son sus aspiraciones y expectativas para el futuro (vida)?
6. ¿Hay alguna persona por la cual valga la pena esforzarse?
7. ¿Qué piensa de usted mismo? ¿Cómo se describiría? ¿Dígame tres cosas buenas y
malas de usted? (cualidades y defectos)

122
8. ¿Cómo eran sus relaciones con las demás personas cuando era niño? y ¿Cómo son en
la actualidad? ¿A quiénes considera sus amigos?
9. ¿Qué cree que las demás personas piensan de usted? ¿Se siente juzgado?
10. ¿Se siente amado? ¿Qué opina del noviazgo y del matrimonio?
11. ¿Cuáles serían los momentos más felices y tristes de su vida?
12. ¿Cuáles son sus temores?
13. Si hoy fuese el último día de su vida ¿Qué haría?

VII. FORMAS DE APOYO

1. ¿Cómo es el trato de las personas a las cuales usted les solicita ayuda, o alguna
contribución? Y de las personas de las cercanías, como guardias, empleados y dueños de
locales.
2. ¿Asiste a un organismo o persona que le brinde ayuda? ¿Cuál? ¿Qué tipo de ayuda?
3. ¿Alguna persona u organización le ha ofrecido otro modo de ganarse la vida que no
sea la Pedir, vender o la actividad que realiza?
4. ¿Estaría dispuesto a ser parte de una fundación que le brinde, asistencia médica,
psicológica, alimentación y estudio a cambio de su trabajo?
5. ¿Qué tipo de ayuda ha recibido de parte de los gobiernos anteriores?
6. ¿Qué espera usted de parte del gobierno actual?
7. ¿Qué tipo de ayuda le gustaría recibir de otros?

VIII. CONDICIONES DE SALUD (PCD)


1. ¿Padece (ud o familiar) alguna enfermedad (grave)? ¿Qué tipo de enfermedad?
Describa la situación y como han reaccionado ud y los demás miembros de su familia.
2. ¿Toma algún medicamento? Indagar
3. ¿Ha sufrido algún accidente grave? ¿Cómo fue?
4. ¿Ha sido víctima de maltrato o abuso sexual? ¿Lo ha denunciado? ¿Por qué?
5. ¿Cree que su condición o estado actual le impide ejercer alguna actividad laboral?
6. ¿Siente que las personas lo marginan por su condición?
7. ¿Considera que cuenta con alguna otra alternativa para mejorar su condición de vida?
8. Cuándo se enferma ¿Dónde va? o ¿Qué hace para recuperarse?
9. ¿Alguna vez ha sido intervenido quirúrgicamente? ¿Por qué?

123
IX. CARACTERÍSTICAS DELICTIVO - PENALES
1. ¿Estando en la calle, se ha visto involucrado en peleas? ¿Por qué razón?
2. ¿Ha tenido algún tipo de inconveniente con la autoridad policial? ¿Por qué?
3. ¿Ha sido arrestado(a)? ¿Por qué?
4. Solo si ha sido arrestado ¿Cuánto tiempo permaneció en prisión? Describa su
experiencia:
5. En los últimos 7 días ¿Ha consumido algún tipo de droga o bebidas alcohólicas?
6. Solo si consume Aceptaría ingresar a un centro de tratamiento para drogadictos ¿Por
qué?
7. ¿Qué comportamiento tiene la policía o agentes municipales con usted? Ha sufrido
abusos
8. Indagar sobre sexualidad y actos delictivos en su ambiente

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