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La Intencionalidad
Capacidad de la mente de proyectarse hacia algo exterior y eventualmente distinto
de ella. Por la intencionalidad la conciencia llega a tener frente a sí un término u
objeto de su acto. No hay conciencia en el vacío; ser consiente es siempre ser
consiente de algo.1
Esta propiedad permite la aprehensión cognoscitiva la captación de los objetos en el
conocimiento.
En consecuencia, el conocimiento es para el realismo lo que nos manifiesta la
realidad de cada cosa, ya que mediante en el conocimiento puedo captar su esencia.
El conocimiento es la verdadera aprehensión que el sujeto tiene de la cosa conocida
o del objeto estudiado.
De todas las corrientes el realismo natural es el más acertado para descubrir la
verdad, porque la verdad es la correspondencia entre el conocimiento y el objeto.
1. La verdad
Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso; mientras que decir de
lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero (Aristóteles: metafísica
IV,7,1011b27-27)
Aquí se parte del concepto de ente, como aquella noción que primeramente concibe
el intelecto.
Ejemplos de verdad: Si afirmo que está lloviendo, esta frase será verdadera si
efectivamente ahora llueve; si en cambio, sostengo que los animales hablan afirmo
algo falso, porque de hecho ningún bruto conversa con sus semejantes. Tú no eres
1
Salazar Bondy: introducción a la filosofía y lógica. P.33
blanco porque nosotros pensemos que verdaderamente eres blanco; sino que,
porque tú eres blanco, nosotros los que lo afirmamos, nos ajustamos a la verdad.
Conocer no es aprender una cosa tal como está en el entendimiento; sino aprender,
en el entendimiento, la cosa tal como es.
Advierte Santo Tomás, “Se deben considerar dos actos de la razón: uno por el que se
aprehende la verdad sobre algo y el otro es el acto por el que la razón asiente a aquello
que aprehender”
2. La certeza:
La certeza puede ser mayor o menor. Ya Aristóteles advertía que “no debemos buscar
el mismo grado de certeza en todas las cosas”. Tan absurdo sería, por ejemplo,
pedirle al político que en sus discursos procediera a golpe de demostraciones
matemáticas, que el geómetra usara en la persecución. La índole de certeza que se
puede esperar depende de la materia que se estudia. Y así “en materias contingentes
basta la certeza de que algo es verdadero en la mayoría de los casos, aunque falle en
unos pocos” (Ética a nicómaco I, 1094b13)
3. La duda
4. La opinión
Tener criterio es, en buena parte, saber discernir las distintas situaciones en las que
se encuentra la mente en cada momento.
La opinión es de suyo una estimación ante lo contingente, es decir, aquello que puede
ser y no ser. Como no todo es contingente, no todo es opinable.
A medida que se indagan los problemas con mayor rigor y profundidad, se obtienen
opiniones más fundadas; y en muchos casos, se llega también a conocer la verdad
con certeza.
5. La fe
Es un asentimiento firme a eso que se cree. En el caso de la fe, la voluntad mueve al
entendimiento a asentir con certeza, sin miedo a que sea verdad la opinión contraria,
basándose en el testimonio y la autoridad de otro.
No hay que confundir la fe con la simple creencia. Se dice por ejemplo: “Creo que
Marta ha salido pero no estoy seguro donde “creo” equivale a “opino”” o “me parece”
Creer en algo, es siempre también, creer a alguien. Advirtamos que gran número de
verdades naturales las admitimos con base en el testimonio de otros.
Por la FE se cree en la misma verdad primera que es infalible y , por tanto, es más
firme que la luz del entendimiento humano. De ahí que la FE tenga mayor certeza –
en cuanto a la firmeza de adhesión – que la certeza de la ciencia o de los primeros
principios, aunque sea menor la evidencia. (Suma teológica: Santo Tomás)
6. El error
Referencias Bibliográficas.