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SIGNO digital

Revista del Área Sectores de la Acción Católica Argentina


N°S 68
UM A R I2018
- Mayo O

EDITORIAL 3
Rafael Ángel Corso

CONSTRUIR UN MUNDO HUMANO 5


Paola Delbosco

EL ABORTO LIBRE, O EL FRACASO DE LA POLÍTICA 7


María Inés Franck y Jorge Nicolás Lafferriere

EL DEBATE DEL ABORTO DESDE LA CONCEPCIÓN POLÍTICA DE 12


LA PERSONA
Alejandro José Bulacio

ABORTO Y MORTALIDAD MATERNA: ATACAR LA POBREZA Y NO 16


A LOS POBRES
Miguel Ángel Schiavone

“POR QUÉ NO PUEDO OLVIDAR QUE ABORTÉ” 19


Raquel Graciela Bolton

TALLERES DE SEXUALIDAD EN LA ESCUELA: BREVE RELATO DE 23


UN RECTOR
Leopoldo José Ferraris

EL SERVICIO DE GRÁVIDA A LA MUJER EMBARAZADA EN RIESGO 27


DE ABORTAR
Grávida (Centro de Asistencia a la Vida Naciente)

BIBLIOGRÁFICAS 29
Biblioteca “Mons. Manuel Moledo”

Responsables Nacionales del Área Sectores:


Prof. Carlos E. Bulacios / Dr. Adrián H. Álvarez

Asesor del Área:


Pbro. Lic. Luis Emmanuel Bonetta

Consejo de Redacción:
Dra. Delia Aboy de Montes Pita / Dra. Beatriz Balian de Tagtachian / Lic. Hernán Biscayart / Dra. Raquel Bolton / Dr.
Alejandro Bulacio / Prof. Beatriz Buzzetti / Dra. Cecilia Díaz / Lic. Catalina Garavaglia de Tamayo / Lic. Hebe Hernando
/ Lic. Alicia Louise / Lic. Marìa Inés Passanante / Lic. Paola Scarinci de Delbosco

La Revista Signo es propiedad de la Acción Católica Argentina


Av. de Mayo 621, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C1084AAB)
Los artículos firmados son de responsabilidad del autor

SIGNO digital N° 68 Área Sectores

Mayo 2018
SIGNOdigital
EDITORIAL

Estimados lectores: en este mes de mayo de 2018 son muchos los temas que nos desafían
en nuestra querida Argentina. El sentido de fraternidad nacional no se realiza, ni tampoco
la solidaridad de bienes que permita alcanzar una más justa y equitativa distribución de la
riqueza a través del acceso al trabajo digno y legal. La violencia cotidiana parece no tener
fin y sigue cobrándose víctimas bajo todo tipo de formas, en cualquier horario y geografía.
Estos temas se constituyen en realidades dramáticas que lastiman y enferman nuestras vidas
y aparecen como amenazas que degradan la sana convivencia.

Por otro lado, los intereses económicos en pugna y las antinomias ideológicas no nos
permiten construir un proyecto de nación que favorezca el bienestar general, la convivencia
pacífica y el desarrollo entusiasta de los proyectos de vida de quienes habitamos el mismo
suelo.

En este clima de altos y sostenidos índices de pobreza, continuidad de la precariedad y el


desempleo, rebalanceo inentendible de precios de servicios esenciales y daño de la
confianza en el rumbo emprendido, el Gobierno nacional, a dos años y medio de haber
iniciado su mandato, abre el debate parlamentario sobre el tema del aborto. La motivación
e interpretación sobre la oportunidad política es un capítulo abierto.

En estos días, entre las fundamentaciones que se han escuchado para impulsar el acceso al
aborto libre, seguro y gratuito, sorprende la manipulación de los datos que ignoran los
registros estadísticos del Ministerio de Salud de la Nación. También nos asombra el
ocultamiento premeditado de la verdad científica sobre la gestación de la vida humana y el
enmascaramiento generalizado del deseo de acceso a esta vía como un medio más de
anticoncepción asegurada, desconociendo la evaluación histórica de las naciones que ya han
recorrido este camino.

Nuestra convicción nos mueve a pedir el cuidado y salvaguarda de las dos vidas en juego, la
de la madre y su hijo, la vida naciente, cualquiera sea su nivel de desarrollo, con un
involucramiento real del Estado para tutelar la fragilidad y el dolor que envuelve una
potencial situación de aborto. La protección a la vida que se manifiesta es una realidad

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Editorial

irrefutable desde lo que establece nuestra Constitución, tutela del indefenso del débil del
binomio angustiado y necesitado.

¡Qué amenazadora se revela la pretendida solución de cualquier situación a través de la


administración de muerte! ¡Qué simplistas y deshumanizantes resultan las políticas de
control poblacional a través del control de la natalidad ejercido hasta el extremo del aborto!
¡Qué contradicción para el mundo del conocimiento médico es el emplear la capacidad
técnico instrumental como vía de muerte y no de vida!

¡Qué profundo es el desafío ético de nuestro tiempo para cuidar la vida! Toda vida humana,
de punta a punta, desde la concepción a la muerte natural, para un sano crecimiento, una
adecuada educación que garantice igualdad de posibilidades, una familia que sea hogar de
amor y contención, un trabajo que sea canal de realización vocacional, desarrollo integral,
inserción social y construcción del bien común. ¡Cuántas posibilidades extraordinarias se
abren al bien, la bondad y la belleza! ¡Cuántas malogramos, conculcando los derechos
humanos fundamentales! El planteo del aborto pareciera uno de esos caminos. Algunos
profesionales testifican que en su vida de servicio han acompañado a muchas madres
arrepentidas por practicarse un aborto y no por dar a luz nuevas vidas.

No pretendemos ser simplistas ni reduccionistas en temas profundos y dolorosos; de allí el


temario y el contenido de los artículos que componen esta publicación. Tampoco podemos
omitir que hay una progresiva banalización en el tratamiento del tema que degrada la
naturaleza, omitiendo el derecho fundamental a la vida y pretendiendo cosificar al ser
humano en todas las etapas de su desarrollo y particularmente en la prenatal.

Confiamos que en la profundidad de la conciencia humana la fuerza de la vida será la que


clame y triunfe tanto en la dimensión individual como social, asumiéndonos como
inteligencia, voluntad y naturaleza, llamados a vivir en plenitud y armonía en la maravillosa
obra de la creación divina.

Hacemos, por lo tanto, un llamado a defender la preeminencia de la vida, de las dos vidas,
¡de toda vida!

Rafael Ángel Corso


Presidente del Consejo Nacional de la Acción Católica Argentina

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CONSTRUIR UN MUNDO HUMANO

Paola Delbosco ∗

El debate sobre la legalización del aborto reactualiza la reflexión sobre el sentido de


las leyes. ¿Deben éstas reflejar las preferencias de la mayoría? ¿Son, por el contrario,
garantía de protección de las minorías? ¿Son la respuesta de la sociedad frente a nuevos
problemas? ¿Son una propuesta de un mundo más justo y humano?
Si tomamos esta última definición, que es la más amplia, vemos cómo la
despenalización del aborto cierra la puerta al valor de ciertas vidas humanas, en su estadio
incipiente, por el simple hecho de no ser vidas humanas deseadas u oportunas. Esto
conlleva, como corolario, que una vida humana es valiosa solo si es deseada o querida. De
ahí que seguir existiendo o dejar de existir depende de la decisión de alguien, y no es
consecuencia del reconocimiento del derecho a la vida, el derecho más fundamental. ¡Ojalá
todas las vidas humanas, en cualquiera de sus momentos vitales, sean siempre reconocidas
valiosas y dignas de respeto!
Justamente porque esto no sucede así, la ley establece que, más allá de las emociones
a favor o en contra, una vida humana es siempre digna de respeto.
El pensamiento de la filósofa judía francesa Simone Weil nos ayuda a entender qué
hay detrás de los derechos de las personas. En un texto que constituye su testamento
intelectual, ella afirma que la noción de obligación precede a la de derecho y la funda. Si no
nos sentimos obligados (ligados a lo que tenemos delante de nosotros) frente a la
humanidad del otro, no le reconocemos sus derechos y no actuamos de acuerdo a eso.
Nuestra actual presencia en la vida es una prueba de que todos nosotros, sin excepción,
hemos sido reconocidos en nuestros derechos, antes de poder reclamarlos, por personas
que se han comportado en consecuencia.
Además de reconocer el derecho a la vida, una sociedad justa es aquella en que,
parafraseando a Gerald Cohen, ‘‘cualquier desventaja involuntaria que no se haya elegido o
que no pueda ser superada voluntariamente, debe ser eliminada o compensada’’. Nadie hay
más excluido de la ventaja entendida como una colección heterogénea de estados deseables
que la persona excluida de la vida, que es la condición básica para esos estados.
Una comunidad justa, entonces, se da a sí misma las leyes que regulen el acceso a los
bienes significativos (los que permiten una buena vida individual y comunitaria) de todas las

∗ Profesora de Ética de la Universidad Austral y miembro de la Academia Nacional de Educación.


Artículo publicado el pasado 24 de abril por la agencia Télam y difundido por otros medios de
comunicación.

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Construir un mundo humano

personas, y particularmente las que no podrían por sí mismas alcanzarlos (menores,


ancianos, enfermos, carenciados, no nacidos).
Resulta claro, sobre estas premisas teóricas, que un niño por nacer, o para evitar la
polémica sobre las palabras, un ser humano en su estado inicial, es el sujeto más necesitado
de ser favorecido para acceder a esos estados deseables dada su total indefensión.
Mucho ha sido dicho sobre los derechos de las mujeres a la gestión del propio
cuerpo y mucho también sobre la pertenencia plena de embriones, fetos y bebés a la
especie humana, con lo cual debería quedar bien delimitado el derecho de la mujer a su
cuerpo, pero no al cuerpo de otro. Y es aquí donde necesariamente hay que cambiar el
modo de razonar.
Para entender el valor de cada uno de los miembros de la familia humana resulta útil
recordar lo que dice Hannah Arendt, la gran filósofa política del siglo XX. En su libro La
condición humana, ella plantea que cada generación tiene la tarea de construir un mundo
humano, dado que los intentos de plasmar de una vez por todas una sociedad perfecta han
implicado a lo largo de la historia formas de violencia y también un número importante de
excluidos, inadaptados, anormales, etc. El desafío es entonces que en cada tiempo se
busque cómo construir un mundo humano, en forma activa y con la participación de todos,
con proyectos comunes y sin apelar a la violencia.
Esta construcción se hace a través de la acción y del discurso, que son los ámbitos
específicamente humanos de presencia en el mundo, y para llevarla a cabo contamos con
tres recursos, para llamarlos de alguna manera: la pluralidad de las personas, condición
básica tanto para la acción como para el discurso; la libertad, sin la cual no hay acción ni
discurso, sino solo necesidad biológica o utilidad; y la iniciativa, es decir, la capacidad de
comenzar algo nuevo, algo inesperado, de poner en movimiento lo que hay, que es una
capacidad que trae cada nueva persona que llega a este mundo.
Para la edificación de un mundo humano, donde sea posible la aparición de todos los
seres humanos, es necesaria la participación de cada uno y la puesta en juego de su libertad
y de su iniciativa. Estas afirmaciones ponen en evidencia el valor de cada vida humana,
incluyendo a las nuevas vidas recién esbozadas, que en cambio se desechan hoy en día por
millones en todo el mundo.

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EL ABORTO LIBRE, O EL FRACASO DE LA POLÍTICA

María Inés Franck y Jorge Nicolás Lafferriere ∗

La Cámara de Diputados, a través de las comisiones de Legislación Penal, Legislación


General, Acción Social y Salud Pública, y Familia, Mujer, Niñez y Juventud, comenzó a
debatir distintos proyectos de ley para legalizar el aborto. En este breve texto
presentaremos un resumen de los principales ejes del debate, llamando la atención sobre los
cambios operados en los últimos tiempos en esta materia y la necesidad de una profunda
clarificación de los objetivos buscados con las decisiones políticas involucradas1.

Los cambios en los ejes del debate. Una de las características del actual debate
sobre el aborto libre es la dificultad para identificar cuáles son las cuestiones en juego y qué
finalidad buscan quienes lo proponen. Estas confusiones obedecen, en parte, a los cambios
que ha sufrido el debate durante los últimos 40 años.
Mientras que en los años setenta el principal argumento a favor del aborto fue el
derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, desde comienzos de los ochenta la
expansión de la ecografía permitió el acceso a la vida intrauterina y la humanidad del niño
por nacer se hizo visible. Eso puso en evidencia que estábamos ante un nuevo ser humano
que nos exigía respeto y cuidado, de modo que la necesidad de garantizar su derecho a la
vida modificó los ejes del debate. Si ya nos encontramos ante un ser humano, no podemos
admitir que se le quite la vida sin quebrar las bases mismas de la convivencia social.


María Inés Franck es Licenciada en Ciencias Políticas con especializaciones en Ciencia Política y en
Relaciones Internacionales (UCA) y Doctora en Sociología en la misma Universidad. Es coordinadora
académica del Programa de Evangelización de la Cultura y Profesora Adjunta de la cátedra Análisis del
Universo Político del Instituto de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, también en la Pontificia
Universidad Católica Argentina.

Jorge Nicolás Lafferriere es Doctor en Ciencias Jurídicas (UCA, 2009) y profesor de Principios de Derecho
Privado e Instituciones de Derecho Civil en la misma Universidad. Dirige el Centro de Bioética, Persona y
Familia.
1
Este texto toma como base el informe elaborado desde el Centro de Bioética, Persona y Familia por ambos
autores: “Análisis del proyecto de ley de aborto libre y propuestas para la maternidad vulnerable”, marzo de
2018, disponible en: http://centrodebioetica.org/wp-content/uploads/2018/03/An%C3%A1lisis-del-
proyecto-de-ley-de-aborto-libre-y-propuestas-para-la-maternidad-vulnerable.pdf

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El aborto libre, o el fracaso de la política

A mediados de los años noventa se puso en marcha otro cambio. En lugar de fundar
la pretensión de legalizar el aborto a partir de la decisión de la mujer, se comienzan a
esgrimir las cifras de abortos inseguros a los que deben recurrir las mujeres, especialmente
pobres, cuando esta práctica está prohibida. En consecuencia, ahora se propone legalizar el
aborto para salvar la vida de la mujer, que se vería obligada a recurrir a abortos en
condiciones muy riesgosas para su salud, cuando en realidad debería poder abortar en
centros de salud. Así, se afirma que nos encontramos ante la disputa entre el derecho a la
vida de dos personas: el de la madre y el de su hijo por nacer. De esta manera, quienes
propugnan la legalización del aborto ya no necesariamente niegan que el ser humano exista
en el seno materno (en la mayoría de los casos les resulta indiferente definir el punto), pero
sostienen que su derecho a la vida debe ceder ante el riesgo de vida que significa todo
aborto ilegal.

El proyecto de ley de aborto libre e irrestricto. En este marco hay que analizar el
proyecto de ley presentado el 5 de marzo de 2018 por 71 diputados (Expte. 230-D-2018),
que postula la completa legalización del aborto hasta la semana 14 y, luego de ese plazo,
por amplias causales que involucran toda situación que pueda afectar la salud física,
psíquica y social de la madre, la violación o las malformaciones fetales graves. Lo dicho se
desprende de los artículos 1 y 3 del proyecto:

“Artículo 1°. − En ejercicio del derecho humano a la salud, toda mujer tiene derecho a
decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce
semanas del proceso gestacional”.

“Artículo 3º. − Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo primero, y más allá del plazo
establecido, toda mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo en los siguientes casos:
”1. Si el embarazo fuera producto de una violación, con el sólo requerimiento y la
declaración jurada de la persona ante el profesional de salud interviniente
”2. Si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer,
considerada en los términos de salud integral como derecho humano.
”3. Si existieren malformaciones fetales graves”.
Al respecto, una lectura del proyecto permite advertir una ambigüedad que dificulta
el debate. Por un lado, se señala que la legalización del aborto quiere evitar que las mujeres
pobres tengan que recurrir a abortos clandestinos e inseguros, lo que las coloca en riesgo de
vida. Incluso se considera que sostener la punibilidad del aborto sería una forma de
violencia contra la mujer y una violación de su derecho a la vida. Sin embargo, el proyecto
al mismo tiempo propone una legalización completa y sin causales del aborto, lo que
excede los casos de embarazos vulnerables. Es decir, de aprobarse la ley cualquier mujer
podría abortar sin expresión de causa. Ello se asemeja más al debate propio de los años
setenta en torno al “derecho a decidir sobre el propio cuerpo”.
Parte del problema se plantea porque se propone el aborto libre casi durante todo el
embarazo a partir de una manipulación estadística deliberadamente confusa. Por ejemplo,
las cifras oficiales para el año 2016 señalan que se produjeron 43 muertes maternas por
aborto en el año en la Argentina, lo que significa un 17,55 % del total de muertes maternas

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El aborto libre, o el fracaso de la política

(245). Pero al mismo tiempo en los medios se suelen mencionar los supuestos 500.000
abortos por año, de modo que el oyente desprevenido parece inducido a pensar que
mueren el 17,55 % de las 500.000 mujeres que deciden abortar, cuando en realidad
murieron 43 mujeres en un año. Esta confusión no minimiza el problema de la mortalidad
materna, pero impide una discusión de fondo sobre dos problemas diferentes.
Por eso, es necesario distinguir dos cuestiones que están en juego al momento de
considerar el proyecto de ley aborto libre: la problemática de la maternidad vulnerable y la
mortalidad materna, por un lado, y la legalización completa del aborto, por el otro.

Maternidad vulnerable y mortalidad materna. En relación con este tema, nos


planteamos las siguientes preguntas: ¿Cuántos son los abortos? ¿Cuántas son las muertes
maternas? ¿Cuáles son las causas de las muertes maternas? ¿Qué lleva a las mujeres a
considerar abortar? ¿Se pueden evitar las muertes maternas? ¿Es el aborto una solución?
Constatamos que existe un problema grave de muertes maternas, que podemos y
debemos encarar y solucionar. Las muertes maternas se pueden evitar. Pero el aborto libre
no ataca las causas que llevan a la madre vulnerable a considerar el aborto y la colocan en el
riesgo de vida. Ninguna mujer quiere abortar. Hay problemas estructurales detrás de la
maternidad vulnerable que no se solucionan a partir del aborto, y que son invisibilizados
cuando se liberaliza el aborto. Existen estrategias de fondo para prevenir las muertes
maternas y los abortos y salvar tanto la vida de la madre como de su hijo.
La experiencia internacional demuestra que la legalización del aborto no soluciona el
problema de la mortalidad materna. En tal sentido, el proyecto de ley no contiene ninguna
propuesta concreta de políticas públicas a favor de la maternidad. Se limita a la legalización
completa del aborto hasta la semana 14, y aún luego de ese plazo en tres causales descriptas
con particular amplitud.
Un estudio chileno 2 explica las razones que llevan a las mujeres en situación de
vulnerabilidad a considerar un aborto: entre quienes pensaron realizar un aborto, el 44,4 %
alegó como motivo la coerción sufrida de parte de los padres o la pareja con o sin la
presencia de violencia intrafamiliar; el 22,8 %, factores asociados a expectativas de vida
incluyendo continuar estudios, proyecto de vida, situación socioeconómica y temor a ser
madres solteras; el 20,4 %, ocultar el embarazo por temor a la reacción de la pareja o de los
padres; el 2,1 %, por abuso sexual, y el 1,9%, por abandono de la pareja. Entre las que
presentaban embarazos vulnerables y requerían ayuda, aunque no manifestaron buscar un
aborto, el 36,9 % fue por necesidad de apoyo psicológico o emocional; el 20,1 %, por
situación de abandono con pérdida de hogar; el 12,9 %, para ocultar embarazo por temor a
la reacción de la pareja o de los padres; el 9,4 %, por la posibilidad de dar en adopción; el
7,9%, por abandono de la pareja; el 3,7 %, por coerción o violencia intrafamiliar y el 1,8 %,
por abuso sexual.
Estas estadísticas dejan a las claras que la principal causa que lleva a considerar el
aborto es la presión, tanto la directa como la tácita o indirecta. En este terreno tiene que
plantearse la respuesta estatal, abordando la problemática del embarazo de mujeres que, por
2
“Embarazo vulnerable: realidad y propuestas”, elaborado en conjunto por Idea País y Comunidad y Justicia,
dirigido por Cristóbal Ruiz-Tagle Coloma, disponible en
www.comunidadyjusticia.cl/attachments/article/328/Embarazo vulnerable.pdf

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El aborto libre, o el fracaso de la política

diversos factores, se encuentran en especial situación de vulnerabilidad y en riesgo de


aborto, ya que la reducción de esos indicadores contribuye, como lógica consecuencia, a
una notable disminución de la morbilidad de esta población.
La compleja situación de la maternidad vulnerable exige un esfuerzo interdisciplinario
acompañado de políticas públicas que apoyen la maternidad en sus diferentes etapas.
Por su parte, la respuesta al problema de la mortalidad materna consiste en mejorar el
tratamiento de complicaciones obstétricas, los cuidados y controles prenatales y un
acompañamiento sanitario, social, económico y psicológico de la mujer y su hijo por nacer,
a fin de garantizarle a ambos el máximo nivel de salud. Antes que la legalización del aborto,
hay que explorar otros caminos que buscan atender a los graves problemas de salud
materna que existen. Es clave en este punto la inversión en maternidades seguras, que
cumplan las condiciones obstéticas y neonatales esenciales.

La legalización completa del aborto sin expresión de causa. En tanto el


proyecto no se limita únicamente a los casos de embarazos vulnerables, sino que propone
el aborto libre e irrestricto, sin expresar causa hasta la semana 14, y con amplitud de
causales hasta el fin del embarazo, también surgen algunos interrogantes: ¿Cómo se
compatibiliza el aborto libre con el resto del ordenamiento jurídico que protege el derecho
a la vida desde la concepción? ¿Qué consecuencias tiene el aborto libre? ¿Qué sucede con
las personas con discapacidad? ¿Qué lugar ocupa el médico y su conciencia en este debate?
La propuesta de legalizar el aborto como un derecho, sin expresión de causa,
introduce en la convivencia un dinamismo de exclusión y descarte de seres humanos, que
violenta el derecho a la vida junto a muchos otros. El aborto libre conduce a un incremento
de las presiones sobre la mujer que quiere llevar adelante el embarazo. El aborto libre
también ha sido utilizado en otros países para discriminar y seleccionar el sexo de los hijos,
eliminando sistemáticamente a las mujeres. En definitiva, el aborto libre genera condiciones
jurídicas que favorecen una concepción tecnocrática de la sociedad en la que las personas
son valoradas sólo por su eficiencia y utilidad.
Además, el aborto libre, en alianza con estudios genéticos cada vez más precisos,
tempranos, seguros y accesibles, genera las condiciones jurídicas para la sistemática
eliminación prenatal de personas con discapacidad. La experiencia internacional demuestra
que en los países con aborto libre se descarta alrededor del 90 % de los casos detectados de
discapacidad, como el Síndrome de Down. El aborto por discapacidad fetal es, además,
contrario a la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, con
jerarquía constitucional. Si bien la ley no obliga a abortar a la persona con discapacidad, su
eliminación sistemática se produce por la presión sobre el médico, quien se ve obligado a
recomendar estudios prenatales o incluso el mismo aborto por temor a sufrir acciones por
mala praxis, y por presión hacia los padres, desde un sistema de salud que pretende cobrar
mayores primas por la cobertura de discapacidades que hubieran podido ser eliminadas
prenatalmente.
Por otra parte, la fijación del plazo de 14 semanas para poner el límite a la posibilidad
de solicitar el aborto libre resulta arbitraria y desconoce la constatación científica de que la
existencia del ser humano comienza en la concepción.

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El aborto libre, o el fracaso de la política

En lo jurídico, no existe ningún documento internacional ni tratado vinculante para


la Argentina que expresamente establezca un pretendido derecho al aborto. El
ordenamiento jurídico nacional posee una sólida tradición de reconocimiento de la
personalidad jurídica del ser humano desde la concepción, ratificada recientemente por el
Código Civil y Comercial (cfr. arts. 19 y 57). La legalización del aborto vulnera el derecho a
la vida y significa un quiebre en la coherencia del sistema punitivo del Código Penal, de tal
modo que la vida humana como bien jurídico queda relegada en su protección ante bienes
como la propiedad o la seguridad.
En síntesis, creemos que en este debate es necesario hacer una distinción clara entre
dos problemáticas muy distintas: el aborto libre no puede ser legalizado ni despenalizado
sin grave daño al tejido social. Además, legalizar el aborto equivale a reconocer el fracaso
de las políticas públicas para la maternidad vulnerable. Justamente, esta vulnerabilidad
requiere respuestas integrales que ataquen las causas de fondo de los problemas y procuren
siempre salvar las dos vidas.

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SIGNOdigital
EL DEBATE DEL ABORTO
DESDE LA CONCEPCIÓN POLÍTICA DE LA PERSONA

Alejandro José Bulacio∗

Nos preguntamos: ¿Quién es persona? ¿Quién merece la protección del legislador?


Hay tres criterios para determinarlo: la pertenencia a la especie humana, la potencialidad de
ser plenamente humano y la identidad.
1) El embrión tiene procedencia y estructura genética humana, porque viene de padre
y madre humanos. No es una larva; tiene ADN humano, por lo tanto pertenece a la especie
humana.
2) El embrión tiene en potencia todo lo necesario para ser plenamente humano, lo
que se desarrollará con el tiempo. Esto no ocurre con los animales o con el esperma y o el
ovulo.
En condiciones normales, se desarrollará a través de un proceso continuo hasta
convertirse en una persona paradigmática. No es forzado decir que en el embrión humano
está la potencialidad de realizar el ejercicio de los poderes morales, al menos tanto como un
niño en los primeros días después de nacido.
Nótese que esto ocurre sólo a partir de la fecundación.
Si quisiésemos suponer un comienzo de la persona posterior al momento de la
procreación, tendríamos que equipararlo con el surgimiento de la conciencia del yo. Esto
significaría que habría que despenalizar el acto de matar la vida humana de niños ya
nacidos.
3) En cuanto a la identidad, la pregunta es si los seres humanos ya desarrollados
fuimos los mismos que cuando éramos embriones.
En ese sentido, lo que caracterizaría la relación de identidad no es la conciencia o la
capacidad sino la identidad física: ser el mismo organismo vivo el que pasa por las distintas
etapas desde la fecundación, instancia en la que forma un organismo completo y distinto,
que tiene un código genético propio, diferente al de sus progenitores. De ahí que podría
trazarse una relación de identidad entre un embrión y una persona adulta.
4) En consecuencia, si hay pertenencia a la especie, potencialidad e identidad, no hay
duda de que estamos ante una persona que merece la protección de la ley, ya que la clave


Abogado. Profesor de Teoría del Estado (UBA) y Magister en Ciencias Políticas. El texto que aquí se
presenta fue la base de la exposición del autor en la Cámara de Diputados de la Nación el 3 de mayo último.

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El debate del aborto desde la concepción política de la persona

no está en el ejercicio actual de los poderes morales, sino en su potencialidad, en sus


atributos, en la pertenencia a la familia humana.
En el debate por el aborto, un filósofo, por negar el concepto de persona, terminó
negando la existencia de la comunidad política, llegando a una concepción
hiperindividualista: “cada uno hace lo que quiere y listo”.
Rawls elabora un concepto de persona como miembro de la comunidad política, el
que surge implícito en una sociedad con una cultura democrática, y de las constituciones y
declaraciones de derechos.
Este concepto de persona digna (que en Rawls es político y no metafísico) es
aceptado por la sociedad, porque es una concepción que “puede ganar el apoyo de un
consenso superpuesto” es decir, de aquellos que tenemos concepciones omnicomprensivas
distintas.
5) Ser personas, ser parte de una comunidad política, nos lleva a hablar de los
derechos. Norberto Bobbio afirmó al respecto: “He hablado de tres derechos. El primero,
el del concebido, es el fundamental; los otros, el de la mujer y el de la sociedad, son
derechos derivados. Por otro lado, y para mí este es el punto central, el derecho de la mujer
y el de la sociedad, que suelen esgrimirse para justificar el aborto, pueden ser satisfechos sin
necesidad de recurrir al aborto, evitando la concepción. Pero una vez hay concepción, el
derecho del concebido sólo puede ser satisfecho dejándolo nacer (. . .).
”Dice también Stuart Mill: ‘Sobre sí mismo, sobre su mente y sobre su cuerpo, el
individuo es soberano’. Ahora las feministas dicen: ‘Mi cuerpo es mío y lo gestiono yo’.
Parecería una perfecta aplicación de este principio. Pero yo digo que aplicar ese
razonamiento al aborto es aberrante. El individuo es uno, singular, pero en el caso del
aborto hay un ‘otro’ en el cuerpo de la mujer. (…) Con el aborto se dispone de una vida
ajena.
”No veo qué sorpresa puede haber en el hecho de que un laico considere como
válido en sentido absoluto, como un imperativo categórico, el ‘no matarás’. Y al mismo
tiempo me sorprende que los laicos dejen a los creyentes el privilegio y el honor de afirmar
que no se debe matar”.
Por su parte, Adolf Arndt expresaba: “Un Estado como el nuestro, que pretende ser
un Estado social de derecho, estaría renegando de sí mismo si rehusase proteger la vida
germinal y como ayuda ‘social’ no se le ocurriese otra cosa que sencillamente permitir, sin
hacer nada para evitarlo, que se diese muerte a la vida inocente”. Asimismo veía en el
sistema de plazos (fijar a partir de qué semana puede recurrirse al aborto) y en la
despenalización por razones sociales una capitulación del Estado social.
La misión del legislador es proteger a los más débiles dentro de una sociedad, a los
menores, a los que no tienen el uso actual de la razón en plenitud, a los ancianos, los
enfermos, las personas por nacer.
6) Ahora bien, lo que estamos discutiendo es si existe un derecho por parte de la
mujer de poner fin a la vida de la persona no nacida.
Fundarlo en el derecho de disponer del propio cuerpo no se condice con el hecho de
que el embrión es persona, por lo que no puede fundarse la posibilidad de terminar con el
embrión en este derecho. Tiene un ADN distinto y la madre no puede disponer de lo que
no es suyo.

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Mayo 2018 13
El debate del aborto desde la concepción política de la persona

La otra posibilidad es fundarlo en la libertad entendida como autonomía, es decir, en


un supuesto derecho al aborto. Aquí hay un claro conflicto entre derechos: el derecho del
nonato a la vida y el derecho a la libertad.
El derecho a la vida, desde siempre, ha estado como base y fundamento de nuestra
tradición democrática. Es falso que tan solo en el siglo pasado haya surgido este derecho.
Es el fundamento de las teorías de Locke y paradójicamente también de Hobbes. Y cuando
existe un conflicto de derechos, se opta, desde el punto de vista del legislador, por el que es
el fundamento del otro. El derecho a la vida es previo al derecho a la libertad, cualquiera
sea esta. Por lo tanto, está claro que el aborto no es un derecho, desde ningún punto de
vista.
7) Los legisladores son representantes también de los no nacidos. En consecuencia,
¿cuál es la misión del legislador en la cuestión que se plantea del aborto libre, legal y
gratuito?
Es casi imposible no reparar en la misma terminología usada, que ni siquiera
considera la existencia de la persona por nacer.
En segundo lugar, pareciera una reivindicación ante un derecho negado, cuando
dicho derecho no existe como tal.
Asumiendo que uno pone en su justo lugar los derechos de la persona no nacida y el
derecho de la mujer, se sigue que la cuestión de salud pública no es cómo poner fin a la
vida del embrión, ni en qué momento puede procederse en tal sentido.
Desde la concepción se forma parte de la especie, hay potencialidad, y hay identidad,
o sea, se es persona, por lo que la clave son las políticas públicas para que nazcan todos los
embriones, que sabemos que son personas, y al mismo tiempo la ayuda necesaria a las
mujeres embarazadas en situaciones difíciles. El debate sobre el aborto ha favorecido la
concientización social de tal problema.
Ser conscientes del sufrimiento y de las dificultades que atraviesan muchas madres e
hijos debería llevarnos a apostar por una educación y una legislación que promovieran más
solidaridad y responsabilidad, sin elegir el atajo más cómodo, barato y bárbaro. Hemos de
tomar en serio el protagonismo y el deseo de autonomía de la mujer embarazada, cuya
relación con el no nacido no tiene parangón. Pero es preciso insistir en que el momento de
la autodeterminación de la mujer es antes, no después de la procreación: no cabe rebajar la
sexualidad humana a un nivel meramente animal y luego deshacerse impunemente de las
consecuencias.
9) Quiero rescatar la actualidad del pensamiento de la filósofa judía Hannah Arendt,
para quien la natalidad es la categoría política más importante: “Cada nacimiento es una
promesa de renovación del mundo”.
El aborto atenta contra la promesa de pluralidad renovada con cada nacimiento. El
resguardo más radical para prevenir el espíritu totalitario es permitir la llegada de nuevos
miembros al mundo.
Este no es un asunto sólo ético, es político en gran parte. Por eso no es casual que
Hannah Arendt encuentre en la pequeña y gloriosa natalidad, tal como ella la describe, un
motivo de enorme celebración política de la vida: “un niño ha nacido”.

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Mayo 2018 14
El debate del aborto desde la concepción política de la persona

Bibliografía

- Arndt, Adolf, artículo publicado en Hamburger Abendblatt (Hamburgo) 20/10/1962.


- Bobbio, Norberto, artículo publicado en Il Corriere della Sera (Milán), 8/5/1981.
- Llano Torres, Ana, “Conocer y creer. A propósito del debate sobre la nueva
regulación del aborto”, en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, Universidad
Complutense de Madrid, N° 45 (2011), ps. 297-320, disponible en
http://eprints.ucm.es/35078/1/Conocer%20y%20creer...%20regulaci%C3%B3n%2
0del%20aborto%20ACFS%202011.pdf.
- Spaemann, Robert, artículo publicado en Persona y Derecho (Revista de
fundamentación de las Instituciones Jurídicas y de Derechos Humanos), Nº 19
(1988), ps. 13-33.
- Urbina, Francisco J., “Rawls y una disputa sobre los derechos”, en Persona y Derecho
(Revista de fundamentación de las instituciones jurídicas y de Derechos
Humanos), Nº 58 (2008), ps. 185-242, disponible en
https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/17338/1/35048214.pdf (consultado el
1/5/2018).

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Mayo 2018
SIGNOdigital
ABORTO Y MORTALIDAD MATERNA:
ATACAR LA POBREZA Y NO A LOS POBRES

Miguel Ángel Schiavone ∗

Espero con estas breves reflexiones aportar verdades científicas a las mentes abiertas
a la razón, fundamentos éticos a los que luchan por la vida priorizando a los más débiles, y
visión holística a los que sienten el dolor de la pobreza y su impacto social. Pero como
saben los lectores, los fundamentos científico-técnicos difícilmente modifiquen la forma de
pensar de los fanáticos ni la de los que se mueven por intereses meramente políticos u
económicos, a pesar de lo cual intentaré que revisen críticamente sus posiciones dentro del
marco del debate impulsado por el gobierno nacional.
Abordemos el problema del aborto y la mortalidad materna en cuatro dimensiones:
biológica, bioética, salud pública y política demográfica.

1. Desde la biología. No hay duda de que el huevo o cigoto recién fecundado es un


ser viviente. Los filósofos y juristas podrán debatir si se lo denomina persona, pero yo
quiero resaltar que se trata de un ser viviente, que por sus características genéticas y
desarrollo embrionario es un ser humano. Sí: es un ser humano en desarrollo. Tenemos que
cambiar el eje del debate; no se trata de ponernos de acuerdo sobre el concepto de persona.
Hablemos de ser humano, y nos quedará claro que ese ser viviente, débil, frágil, al que
queremos eliminar es un ser humano, con los derechos que le corresponden.
La genética establece claramente que el óvulo recién fecundado tiene la misma
secuencia de ADN que tendrá ese ser humano adulto, que a su vez no es la misma que
tiene la madre. El embrión, entonces, no es un órgano de la madre (como el hígado, el pulmón
o el riñón); aunque dependa de ella para alimentarse, es biológicamente un ser distinto de
sus padres, singular y único, con una vida tan respetable e inviolable como la de cualquiera
de nosotros. Ese ADN y sus secuencias –aun con posibles variaciones– se mantendrán al
nacer y durante toda su vida
Sobre estas afirmaciones hay poco margen de debate; basta con recorrer
publicaciones y textos de embriología y genética humana.


El Dr. Miguel Ángel Schiavone es desde hace pocos días rector de la Universidad Católica Argentina,
siendo el primer laico que la dirige desde su fundación. Anteriormente se desempeñaba como Decano de su
Facultad de Ciencias Médicas.

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Mayo 2018 16
Aborto y mortalidad materna: atacar la pobreza y no a los pobres

2. Desde la bioética. La defensa de la vida debe extenderse desde la fecundación


hasta la muerte natural. El desarrollo embrionario y el nacimiento no establecen una
diferencia que trace una línea clara entre un ser humano desarrollado y no desarrollado. La
finalidad del genoma del embrión es alcanzar el desarrollo del individuo adulto,
comenzando desde el momento de la fecundación y extendiéndose este proceso durante
toda la vida.
Algunos se atreven a afirmar que existe un punto en la vida en que se alcanza el
desarrollo para justificar el aborto. Con este mismo razonamiento, ¿está un recién nacido
desarrollado, si aún no sabe caminar ni leer ni hablar? ¿Podemos incluir a los
discapacitados, aplicando esta peculiar lógica, ya que no han desarrollado algunas de sus
funciones?
Provoca temor pensar en ciertas teorías que invitan a eliminar a los más débiles,
justamente por no estar plenamente “desarrollados”, o por no ser plenamente conscientes
o plenamente productivos. ¿Son menos persona humana por eso?
¿Tienen derecho las sociedades y los pueblos más fuertes a destruir o someter a los
menos desarrollados? Las organizaciones de derechos humanos y la justicia, que siempre
protegieron a los más frágiles, deben entender lo que estamos defendiendo. Recordemos
que “los pueblos se diferencian según la actitud que asumen frente a las personas más
débiles”.

3. Desde la salud pública. En 2016 hubo 245 muertes maternas; de ellas 43 fueron
por aborto. El 82,5 % restante fue por causas obstétricas directas e indirectas (diabetes,
hipertensión y otras enfermedades previas de la mujer, sepsis, hemorragias y otras
complicaciones del embarazo y parto) ¿Quién se preocupa por estas otras 202 muertes?
Más aún, teniendo en cuenta la responsabilidad que tiene el Estado y su sistema de salud
sobre ellas (falta de control del embarazo, falta de obstétricas, maternidades inseguras por
falta de sangre, de insumos, áreas quirúrgicas deficientes, incapacidad de resolver
procedimientos anestésicos en un sistema de salud fragmentado ineficiente e injusto).
Según datos de 2008 el 56 % de las maternidades en la Argentina son inseguras 1, al no cumplir con
las Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales establecidas por la OMS en 1986 2. ¿La
legalización del aborto va a resolver este déficit?
En 2016 murieron en la Argentina 525 mujeres por deficiencias de la nutrición y
anemias nutricionales 3. Este problema se resuelve en algunos casos con un medicamento
muy barato, la comida. Siguen en este repertorio de muertes femeninas 233 por
tuberculosis, 194 por Chagas y ¡3 muertas por tétanos!
La otra falacia la constituye la afirmación de que una ley de aborto no punible reduce
la mortalidad materna. Los hechos concretos demuestran que el aborto es legal en los

1Véase el informe del Ministerio de Salud en


http://www.msal.gob.ar/images/stories/cofesa/2008/acta-03-08/anexo-10-03-08.pdf.
2Véase el documento de la Sociedad Argentina de Pediatría en
http://www.sap.org.ar/docs/congresos_2015/37%20CONARPE/speranza.regionalizacionperinatal.pdf
3Véase el Anuario del Ministerio de Salud correspondiente a ese año en
http://www.deis.msal.gov.ar/index.php/anuario/

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Mayo 2018
Aborto y mortalidad materna: atacar la pobreza y no a los pobres

Estados Unidos desde 1973, y sin embargo, su tasa de mortalidad materna es de 26 veces
más alta que la de Irlanda, donde el aborto está prohibido 4.
¿Dónde está la diferencia? Estados Unidos posee un sistema de salud mercantilizado
con alto gasto, sectores excluidos y sin acceso a la cobertura. Irlanda tiene un Sistema
Nacional de Salud basado en un sistema público estatal con menor gasto y mejores
indicadores sanitarios.
La Organización Mundial de la Salud afirma que la mortalidad materna es una
tragedia global: más de 300.000 mujeres en edad fértil, en plena etapa productiva y creativa
de sus vidas, fallecen por año. El 99 % de ellas viven en el mundo subdesarrollado, y
menos del 1 % en los países desarrollados 5.
¿Qué tienen en común estas mujeres que mueren en regiones con legislación dispar?
Tienen en común la pobreza. Las evidencias demuestran que la pobreza es el mayor factor de
riesgo de mortalidad materna; el aborto es solo un factor de confusión.
Siempre se asoció la mortalidad infantil con la pobreza, la exclusion social y las
barreras para acceder al sistema de salud. Si las regiones con altas tasas de mortalidad
infantil tienen también elevadas tasas de mortalidad materna ¿por qué no vincular esta
última al mismo factor causal? El problema es la pobreza, en cualquiera de sus expresiones:
económica, social, educacional, de salud pública y también espiritual.
Lo expuesto muestra que la legalización del aborto no reduce la mortalidad materna.
Seguramente va a contribuir en reducir la mortalidad infantil al seleccionar los nacimientos,
pero también estamos seguros de que este debate eclipsará la discusión de fondo sobre la
pobreza y sus consecuencias que, hoy por hoy, afecta al 28 % de nuestra población.

4. Desde las políticas demográficas. En las cumbres mundiales sobre población se


intenta permanentemente fomentar el aborto (¿pretenden reivindicar a Malthus?). Este
interés de los grupos de poder no es filantrópico ni inofensivo. Ellos promueven que haya
menos gente, para preservar los recursos no renovables del planeta. De otra manera, si
crece la población mundial, no podrá sostenerse el altísimo nivel de consumo que estos grupos
mantienen. Este dato no puede ser ingenuamente ignorado.

5. A modo de conclusión. Defender la vida no es una cuestión religiosa, científica,


política, filosófica ni de militancia. Es una cuestión de derechos humanos básica. Nacer es el
primer derecho de toda persona humana.

4Véase, respectivamente, http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/11/27/la-verdadera-tasa-de-


mortalidad-materna-en-estados-unidos y http://www.hazteoir.org/noticia/50972-tasa-mortalidad-
materna-irlanda-es-casi-cero-muy-al-contrario-que-reino-unido-y-eeuu

5Véase http://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/maternal-mortality y DE LA TORRE


DÍAZ, Javier (ed.)., Mujer, mujeres y bioética (Madrid, Universidad Pontificia de Comillas, 2010), disponible
en https://books.google.com.ar/books?isbn=8484682773

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Mayo 2018 18
SIGNOdigital
“POR QUÉ NO PUEDO OLVIDAR QUE ABORTÉ”

Raquel Graciela Bolton ∗

La realidad biológica y psíquica de la mujer la constituye en el ser al que Dios ha


elegido desde el inicio de los tiempos para darle el don de la maternidad. Su delicada
intuición y comprensión le posibilitan encontrar formas de realización personal, aun en la
circunstancia en que no hay generación biológica.
Ser madre está unido a la estructura personal de la mujer y la afectividad es una
dimensión fundamental en la persona humana, que anclada en la sexualidad se manifiesta
en la mujer con características propias de expresión.
A través de una bioética centrada en la persona humana podemos profundizar el
conocimiento de las consecuencias de un aborto en el ser humano en estado embrionario o
fetal y dar una respuesta desde la ciencia en diálogo con un enfoque antropológico.
Se entiende por aborto a la interrupción del embarazo en periodo embrionario o
fetal, espontáneo o provocado, en un periodo no viable de la vida intrauterina, es decir
cuando no hay posibilidad de vida por sí misma.
En 2016 hubo 245 muertes maternas en nuestro país, con 43 embarazos que
terminaron en aborto (provocados y espontáneos); 135 defunciones por causas obstétricas
directas: trastornos hipertensivos, hemorragia posparto y sepsis, entre otras causas por
considerar, y 67 causas obstétricas indirectas: enfermedades del sistema circulatorio,
respiratorio y digestivo que complican el embarazo, entre otras causas indirectas 1.
En mi experiencia como médica bioeticista he acompañado en el sufrimiento y
desesperación a mujeres que han abortado y siempre me pregunté cuál es el motivo de no
poder olvidar que lo hicieron.
El trastorno por estrés postraumático (TEPT) puede presentarse luego de un evento
traumático, algo que vemos o escuchamos, o situaciones vividas asociadas con la propia
biología y sentimientos de desesperanza.
Los síntomas del TEPT se manifiestan poco después del evento traumático; incluso
aparecen y desaparecen durante muchos años.


Médica bioeticista. Presidente del Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires.
1Ministerio de Salud de la Nación, Secretaría de Políticas, Regulación e Institutos, Dirección de Estadísticas e
Información en Salud. Estadísticas vitales. Información básica (2016).

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Mayo 2018 19
“Por qué no puedo olvidar que aborté”

Profundizando en el conocimiento científico y analizándolo desde una mirada


biológica, fundamento mi pensamiento a través del diálogo que el hijo tiene con la madre
durante la vida intrauterina.
Inmediatamente después de la fecundación comienza, junto al desarrollo celular, un
diálogo madre-hijo que profundizará una relación difícil de olvidar por la intimidad
provocada y la misma biología. El gameto masculino como el femenino son dos sistemas
autónomos, ordenados el uno al otro.
Los aportes científicos-biológicos aportan evidencias, señalando que no estamos en
presencia de un ser humano en potencia sino en presencia de un único proceso de vida que
es continuo, gradual y coordinado, dado en el mismo individuo.
Desde el momento de unión de los pronúcleos femenino y masculino la
individualidad cromosómica determina una realidad biológica con una autogénesis
individualizada y monitoreada activamente.
En el primer día el embrión comienza a comunicarse con la madre a través de
señales, en un diálogo molecular: antígenos de superficie interactúan con receptores
específicos en la trompa uterina. Como respuesta, se producen a este nivel sustancias que
permiten el desarrollo del embrión y convierten al sistema inmunológico materno en
tolerante hacia el embrión.
Durante su desarrollo inicial en el embrión comienzan a diferenciarse células
pluripotenciales en distintos procesos de maduración. En estado de blastocisto –quinto
día− comienza la nueva vida a prepararse para su recorrido en dirección a la cavidad
uterina.
En las distintas etapas de la vida, distintos fenómenos acompañan la vida celular:
proliferación, diferenciación y muerte programada de células embrionarias. La
diferenciación es el proceso que origina la diversidad celular mediante la adquisición de
diferentes funciones por grupos de células. En su mayor parte este proceso se da, o al
menos se inicia, en el desarrollo embrionario 2.
En la primera semana se produce la implantación: diálogo tisular. A partir de la
quinta semana del embarazo, se produce un intercambio celular bidireccional. Las células
del embrión atraviesan la barrera placentaria, migran hacia la médula ósea y los órganos
maternos. Estas células pluripotenciales agrupadas en nichos son las que, llegado un caso
concreto, pueden reparar daños en los órganos dañados de la madre.
La ciencia aporta hallazgos notables acerca de la íntima relación madre-hijo, haciendo
referencia a aquellos factores que intervienen en la determinación de la ontogenia y que dan
lugar a un diálogo epigenético. Estudios científicos han revelado la aparición de cambios
epigenéticos, llamados así por ser determinados por el ambiente celular, permitiendo que
algunos genes se expresen o no según las condiciones externas.
Justamente, por la gran conexión materno-fetal existen riesgos biológicos para la vida
intrauterina; por ello es importante que se realicen los controles médicos en la mujer
embarazada y que se le brinde la debida atención por parte del profesional que la asiste.

2 LÓPEZ MORATALLA, Natalia, e IRABURU ELIZALDE, María J., Los quince primeros días de una vida humana,
Ediciones Universidad de Navarra, segunda edición, 2006.

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20
Mayo 2018
“Por qué no puedo olvidar que aborté”

Suprimir una vida conlleva a secuelas físicas y psicológicas difíciles de olvidar, ya sea
por los métodos utilizados para abortar o por las complicaciones inmediatas que ponen en
peligro futuros embarazos.
Si bien un embarazo que es producto de una violación es en sí una situación
sumamente traumática, abortar aumenta el dolor ya experimentado por la mujer, debido al
desgarro que se produce en lo profundo de su ser por la vida arrancada de su propio
cuerpo.
Frente al aborto el hombre también experimenta distintas sensaciones, que tienen
que ver con el gran vacío que provoca la muerte de un hijo, estados profundos de tristeza,
ausencias en los lugares de trabajo y estudio y distintas situaciones que lo llevan a “abortar
momentos de su vida”.
Los hijos nacidos también reciben el impacto de la muerte de un bebé: alguien
formaba parte de la familia y ya no está. El bajo rendimiento escolar y las frecuentes
pesadillas, entre otras causas, forman parte de un cuadro que hace impacto en la relación
con los padres y el entorno.
Como médica defiendo las dos vidas, por su misma dignidad, y comparto lo señalado
en la declaración de la Comisión Directiva del Consorcio de Médicos Católicos de Buenos
Aires sobre el aborto, de fecha 24 de febrero de 2018, afirmando que “Como profesionales
de la salud sostenemos nuestra fidelidad ética al servicio de la vida, en todas sus etapas y
circunstancias.
”Asimismo defendemos la libertad radicada en la razón y en la voluntad, de hacer
esto o aquello conforme a una elección asumida, pero no debemos olvidar que la libertad
proviene de una larga maduración y de una integración de normas morales, asumiendo
responsablemente los actos propios y sus consecuencias.
”La vida humana no es cuestión de una religiosidad o ideología; no es una hipótesis
que tiene que ser demostrada. Es una realidad biológica y desconocerla significa desestimar
estudios complementarios y exámenes ecográficos en una mujer embarazada que
demuestran, entre otros signos vitales, los latidos cardíacos en las primeras semanas de
gestación, propios de la nueva vida que por su frecuencia nada tienen que ver con los
latidos maternos.
”Nuestra institución se manifiesta una vez más en defensa de la vida humana:
”Acompañando su etapa inicial desde la fecundación dada por la unión de los
gametos femenino y masculino y custodiando la individualidad e identidad biológica
comprobada científicamente.
”Acompañando a las mujeres, adolescentes y niñas que han sido violadas,
coincidiendo en un cuidado interdisciplinario con profesionales de la salud e instituciones
capacitadas para sostener esta situación sumamente traumática.
”Acompañando a las mujeres que han abortado desde la atención profesional y
pastoral más allá de los condicionamientos que pueden haber influido en la decisión.
”En el caso de haber debate parlamentario, pedimos estar presentes para manifestar
nuestro pensamiento y experiencia médica a través del diálogo en el tratamiento de este
paradigma, que muestra cómo conductas permitidas por la sociedad a través de múltiples
transgresiones tienden a eliminar la vida humana en su etapa inicial. Pero insistimos que

SIGNO digital N° 68 Área Sectores

Mayo 2018 21
“Por qué no puedo olvidar que aborté”

considerarla en esta etapa como vida latente, implica un total desconocimiento desde lo
biológico y lo científico.
”Asimismo, señalamos que en ninguna circunstancia el aborto será legal, seguro ni
gratuito.
”No es legal porque el ordenamiento jurídico argentino, en su misma Constitución,
protege a la persona humana desde su concepción.
”No es seguro en forma absoluta porque ninguna práctica médica que implique un
procedimiento quirúrgico invasivo y cruento como lo es la práctica instrumental de la
realización de un aborto carece de riesgos. Es un procedimiento que con respecto al ser
humano en la etapa gestacional lo mata y que incluso puede llegar a tener consecuencias
graves para la salud y hasta la vida de la madre.
”En cuanto a la gratuidad no existiría como tal, ya que los recursos económicos
serían aportados por el Estado y resultarían del aporte de los ciudadanos. Esto significaría
que el Estado sería partícipe necesario y destinaría fondos públicos a la eliminación de vidas
humanas inocentes.
”Finalmente afirmamos que hemos sido formados desde lo académico, para el
cuidado de la vida en todas sus fases y ningún profesional de la salud puede estar obligado
a actuar en contra de ese derecho”.
El aborto no solo deja huellas en el cuerpo; lo hace también en el corazón de todos
los que están involucrados en él.

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Mayo 2018 22
SIGNOdigital
TALLERES DE SEXUALIDAD EN LA ESCUELA:
BREVE RELATO DE UN RECTOR.

Leopoldo José Ferraris ∗

Un poco de escuela. Hace mucho tiempo que las escuelas enseñan sexualidad en sus
recintos. Han enseñado, con los gestos, que “de eso no se habla”; han enseñado que los
docentes no sufren, no lloran, no ríen, no “padecen”, no hacen el amor. En fin, carecen de
aquello que portan los mortales y que llaman pasión, o pulsión, o deseo. Al fin, una plétora
de seres asexuados reparte saberes en un menú aséptico en el que lo más parecido a la
condición sexuada de lo humano aparece en un programa de biología titulado “sistema
reproductor”. Allí básicamente se habla de trompas de Falopio y prepucios, junto a sus
correspondientes patologías.
La escuela poco pudo preparar a los adolescentes y jóvenes para comprender, y
mucho menos para poder manejar, las problemáticas que conforman el “entretiempo”1 de
la adolescencia en el que las energías propias de la etapa estallan en búsquedas frenéticas de
identidad, de consistencias, de descarga; en fin, en búsqueda frenética. Ésta entrama, de
algún modo, el desorden dinámico e intenso lleno de potencia innovadora en la repetida
praxis estereotipada de “transformar el mundo”.
Sí; hasta hace poco las escuelas han esquivado ‒no intencionalmente‒ la
responsabilidad de acompañar y orientar al adolescente en su crecimiento como personas
integradas, atendiendo también el desarrollo sexual.
La ley tuvo que “ordenar” (como indicación y como logos) la implementación de la
Educación Sexual Integral (ESI) en la escolaridad formal. La escuela, que hasta hace poco
dejaba la educación sexual fuera de las aulas, debió abrir sus puertas y hoy se encuentra con
el desafío de capacitar a sus educadores para que puedan acompañar a sus educandos en la
fascinante experiencia de crecer como sujetos-sexuados, en un contexto en el que la
“reducción” orquestada de los medios masivos de (in)comunicación circunscribe la
sexualidad al ejercicio de la genitalidad; y la identidad al consumo.
La escuela secundaria también incorporó (hizo corpus) mecanismos acordes a aquello
que no podía atender ni entender. De hecho, la “expulsión” de la adolescente
tempranamente embarazada y la “marginación” de quienes no encajan en los moldes


El profesor Leopoldo José Ferraris es rector del Instituto Santa Catalina, en el barrio de Constitución, el que
desde ya hace varios años ha implementado un Proyecto de Educación Sexual Integral (ESI) con el apoyo y
acompañamiento de la Cátedra de Adolescencia II de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos
Aires.
1 Grassi, A., y Córdova, N. (2010): Entre niños, adolescentes y funciones parentales (Buenos Aires, Entreideas).

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Mayo 2018 23
Talleres de sexualidad en la Escuela: breve relato de un Rector

biologicistas de las categorías “varón-mujer” es muy referida en la experiencia de tantos que


vivenciaron la escuela media como una sucesión de padecimientos de los cuales sólo
rescatan como momentos positivos las horas libres, los recreos y el viaje de fin de estudios.
Poco que ver con lo que la escuela se propone y pretende.

Nuestro encuentro con los talleres de la cátedra Adolescencia II. En el colegio Santa Catalina
del barrio de Constitución hace muchos años que hemos decidido no esquivar las
problemáticas de los adolescentes y jóvenes que forman nuestra escuela, aun cuando éstas
desbordan largamente las posibilidades de la institución, concebida como autosuficiente u
omnipotente. No hay proyectos que puedan abordar la realidad del educando, con promesa
de relativo éxito, si no se los articula en red. En el campo de la educación sexual hemos
intentado diversos caminos y aquí nos interesa comentar nuestro trabajo en cuanto se
vincula con el trabajo que desarrollan los y las profesionales de la Cátedra Adolescencia II,
y que articulan en nuestra propuesta educativa, año tras año desde 2009, una secuencia de
talleres que permiten a nuestros educandos expresarse, reflexionar y accionar
preventivamente con respecto al complejo de inquietudes, dudas y temores que conforman
la realidad de nuestros y nuestras adolescentes y jóvenes, quienes encuentran en el equipo
de los talleres interlocutores valiosos que les permiten resolver dudas, plantear situaciones e
inquietudes que movilizan su interés.
Al mismo tiempo, el equipo aborda, de acuerdo con nuestro requerimiento y sus
posibilidades, el acompañamiento y capacitación de docentes con la doble finalidad de
generar el contexto en el que pueda encuadrarse y continuarse en el aula lo trabajado
específicamente en los encuentros de taller y, simultáneamente, de ayudarnos a crecer como
personas integradas.
De aquellos primeros encuentros de docentes con el equipo de talleres, con la
desconfianza de algunos respecto de qué podría consistir una capacitación en el campo de
la sexualidad, o el prejuicio de otros que pensaban que un grupo de profesionales vendría a
decirles qué tenían que hacer en el aula, a la presencia amable, iluminadora y acompañante
de hoy, hay un trayecto de la vida de este secundario que ha transcurrido con la riqueza del
intercambio y la invitación a construir caminos. Los docentes estamos más acostumbrados
a hablar de los educandos que de nosotros mismos cuando de dudas e inseguridades se
trata. Pero en el campo de la sexualidad hemos hablado de nosotros y de nuestras prácticas.
La invitación a la pregunta, el sentirnos no juzgados por tener asuntos sin respuestas
y la inteligente sugerencia de las talleristas de profundizar, de volver a ver, pero desde otro
lugar, las incertidumbres que portamos, nos ha ayudado a acompañar mejor a los
adolescentes. Qué hacer cuando en los recreos alguna pareja va de la mano, cuando se
besan en la escuela, qué intervenciones realizar ante conductas agresivas o discriminatorias
de género, o hasta cómo integrar normalmente a la adolescente embarazada, fueron algunas
de las cuestiones tratadas. He notado con asombro con qué naturalidad finalmente algunos
docentes planteaban cuestiones relacionadas a sus propios hogares, situaciones que de
algún modo muchos vivimos en nuestras experiencias y que abordarlas en conjunto fueron
iluminadoras también de nuestras prácticas en el ámbito escolar. Noto frecuentemente la
demanda de una mayor asiduidad en el acompañamiento al grupo de educadores. Esto da
cuenta de la relevancia de que se aborden este tipo de temáticas desde un espacio de
capacitación al docente bajo la modalidad del taller, modalidad que, además de ser
expositiva, desafía al pensar grupal a partir de situaciones actuales y presentes en la escuela
desde el habitar adolescente.

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Mayo 2018 24
Talleres de sexualidad en la Escuela: breve relato de un Rector

A lo largo de estos años podemos testimoniar el interés de nuestros y nuestras


jóvenes por participar en las jornadas de taller, como también las inquietudes que despierta
el poder dedicar estos espacios-tiempos a la reflexión, el trabajo, el juego y toda expresión
que resulta de las actividades creativas que se proponen año a año. Resulta llamativo el
clima de relativa serenidad que sigue a la excitación propia de abordar temáticas del
desarrollo sexual, de la conformación de la identidad y de la integración de aspectos tan
des-ordenados en la adolescencia. Las preguntas “vergonzosas” o “desfachatadas”, tratadas
con seriedad, encuadradas en visiones integradoras, y nunca respondidas reductivamente,
generan nuevas reflexiones y prácticas que ubican progresivamente al adolescente como
protagonista de sus decisiones y artífice de su destino, un destino en construcción que
suplementa y orienta incipientes subjetividades en búsqueda de sentido 2.
“¿Cuándo tenemos los talleres?”. Es ésta una pregunta habitual en los grupos que no
ocultan su interés por participar; interés que se ve reflejado además en la respuesta a las
dinámicas que el equipo les propone y en la intensidad con la que aportan, se mueven, se
incomodan y opinan.
Agradecidos por el trabajo desarrollado en estos años, esperamos poder contar por
mucho tiempo más con el equipo de talleristas, conformando una red que acompañe y
sostenga el crecimiento de nuestros y nuestras adolescentes en la vida cotidiana.

¿Cuáles son los desafíos? Hoy parecieran verse allanados algunos aspectos endémicos de
las problemáticas relacionadas con el abordaje de la condición sexuada de los educandos en
las escuelas. No es menor que haya leyes, encuadres diversos y la sugerencia de generar
recursos pedagógicos y respaldo económico para abordar las temáticas de salud y educación
(que tienen que ver no sólo con el trabajo en la formación de personas integradas en su
sexualidad, sino también, por ejemplo, respecto de las problemáticas generadas en la
prevención de adicciones y el consumo de drogas).
Por eso considero prioritario trabajar en la formación-capacitación de los actores
escolares en el abordaje de los temas que habitan cotidianamente las escuelas y que
obstruyen o facilitan el desarrollo de una sexualidad saludable. Esto sea dicho teniendo en
cuenta que el “ocultamiento” de las problemáticas ya ha demostrado ser el peor camino en
la educación, y que la naturalización de conductas insanas no es tampoco la mejor opción
(pues implicaría la resignación a la idea de que lo que hay es lo mejor o que no se puede
cambiar lo establecido).
Entiendo que es básico asignar energías y recursos a los proyectos institucionales de
las escuelas que trabajan en red el entramado complejo que supone generar el andamiaje
necesario para poder promover y acompañar el crecimiento saludable e integrado de los
educandos. Es también una chance histórica para las escuelas que se ven ante la posibilidad
de cambiar modelos de enseñanza impersonales por tejidos grupales que puedan dar cuenta
de la realidad vincular de ser-humanos, pudiendo de este modo abordar estrategias que
rompan el modelo ficcional del individuo autosuficiente y monádico construido y
legitimado por Occidente en forma sostenida, al menos desde el siglo XVII hasta nuestros
días, modelo ficcional que ya no da respuestas a los adolescentes y jóvenes de nuestro
tiempo.

2
Puede verse un desarrollo de este concepto en L. FERRARIS y M. LEPKA, “Tiempos posmodernos. Nuevas
subjetividades juveniles”, en Caldas, M. (comp.), Juventudes (Buenos Aires, Cesba, 2012, pp. 111-121).

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Talleres de sexualidad en la Escuela: breve relato de un Rector

En fin, sé que no alcanza con proponer sentidos suplementados por grandes relatos
en decadencia o perimidos. Urge generar pequeños relatos anclados en las tramas propias
de las grupalidades constructoras de subjetividad. Creo que, en este sentido, las escuelas
son un espacio privilegiado para construir pertenencia, salud, modelos vinculares; en fin,
identidad.
Hasta aquí lo escrito por mí como parte del libro Pensando la sexualidad en la escuela. De
las ideas al aula, que reúne gran parte de la experiencia de lo realizado en Santa Catalina
desde 2009 hasta la fecha, sobre todo lo relacionado al vínculo, a través del convenio con la
Facultad de Psicología de la UBA y su cátedra de Psicología Evolutiva II, a cargo del
licenciado Adrián Grassi, con los talleres de sexualidad liderados por las licenciadas
Mariana Soler y Miriam Lepka, quienes continúan generando año a año propuestas para
hacer realidad en nuestro colegio, a través de talleres y otras actividades, el involucramiento
y la capacitación de docentes (con algunos se ha conformado el grupo ESI en la escuela) y
jóvenes más grandes, quienes se van transformando en agentes de salud para sus propios
pares. Agrego nuestro vínculo habitual (no transformado aún en convenio formal) con el
servicio de adolescencia del hospital Argerich y las médicas del Pedro de Elizalde, quienes
vienen a hacer talleres y charlas con los alumnos y alumnas de primero y segundo año
sobre información y prevención de temas específicos de interés referidos a la ESI.

Bibliografía

- CALDAS, M. (comp.) (2012). Juventudes (Buenos Aires, Cesba).


- GRASSI, A. y CÓRDOVA, N. (2010). Entre niños, adolescentes y funciones parentales
(Buenos Aires: Entreideas).
- SOLER, M. (comp.) (2016). Pensando la sexualidad en la escuela. De las ideas al aula
(Buenos Aires, Ed. ¿Qué diría Víctor Hugo?).

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EL SERVICIO DE GRÁVIDA A LA MUJER EMBARAZADA
EN RIESGO DE ABORTAR

Grávida (Centro de Asistencia a la Vida Naciente)

Grávida nace como una respuesta concreta a los desafíos de la realidad, a las
necesidades de las personas, escuchando la voz de la Iglesia en las palabras de sus pastores
para impulsar un proceso de valorización de la vida humana.
La respuesta que define y da identidad a Grávida es el servicio, centrado en la
mujer-madre embarazada en dificultad y/o en riesgo de abortar a fin de brindarle
orientación, acompañamiento y contención. Actualmente se ofrece en 57 localidades de 33
diócesis argentinas.
Lo central en nuestro trabajo es ponernos al lado de las embarazadas en riesgo
inminente de aborto, generar encuentro, diálogo, atención personalizada, brindar
acompañamiento, información objetiva, fundada y abierta a mostrar todas las alternativas,
sus riesgos y nuevas opciones de vida.
Junto a esta tarea primordial, en varios de nuestros Centros se lleva adelante el
Programa de Fortalecimiento de la Maternidad “Cuidando al bebé desde la panza”, como
una propuesta de contención y formación integral de la mujer madre durante el tiempo de
gestación y crianza, especialmente dirigido a adolescentes y jóvenes. En este Programa se
propicia el tratamiento de temáticas fundamentales para el cuidado responsable de la vida
desde un abordaje interdisciplinario.
Acompañamos también a mujeres y varones que acuden buscando hacer un camino
de sanación post-aborto, y se desarrolla todo un trabajo de prevención del aborto a través
de la propuesta “Haciendo una opción por la vida”, en los talleres para grupos de
adolescentes y jóvenes.
Como servicio, lo central es ofrecer respuestas concretas y efectivas a las críticas
situaciones que viven las mujeres y los hombres, los adolescentes y jóvenes de hoy ante un
embarazo inesperado, en una situación difícil o traumática. Traen diferentes presiones
internas y externas, como soledad, abandono, desempleo, falta de recursos o la pobreza, la
condena o presión familiar, motivos de salud, en fin, muchas causantes entre las que se
encuentra también su propio proyecto de vida, sus estudios, su profesión y toda la presión
sociocultural.
El acompañamiento apunta a trabajar en las presiones o condiciones que llevan a
plantearse el aborto como opción. En este proceso, la escucha y el apoyo son
fundamentales. Es clave también promover el desarrollo integral de la embarazada o mamá,
alentando su protagonismo activo en la resolución de las dificultades de su situación.

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El servicio de Grávida a la mujer embarazada en riesgo de abortar

Una modalidad de atención y acompañamiento más concentrada en casos y en la


valoración de las situaciones en forma específica podría parecer, de momento, una salida
demasiado esforzada, con intensa movilización de trabajo. Y es cierto. Pero es la respuesta
que queremos dar. Creemos ―y lo hemos experimentado en el servicio― que, ante la
situación que hace pensar en el aborto como opción, está la posibilidad de multiplicar la
ayuda para cuidar las dos vidas.

Sobre Grávida:
En la página http://www.gravida.org.ar puede verse un detalle de todos los servicios
que se prestan a la embarazada en riesgo de abortar. Entre ellos, Grávida ofrece programas
de ayuda, acompañamiento y promoción de la mamá, con abordaje interdisciplinario y
seguimiento personalizado, durante el periodo de gestación y crianza del niño. También
ofrece el Programa de Sanación “Proyecto Raquel” para sanar las heridas del aborto.
En la misma página puede verse la lista completa de los Centros Grávida en todo el
país. En la provincia de Buenos Aires funcionan 11 centros, y 2 en la Ciudad de Buenos
Aires. Grávida también está presente en las siguientes provincias: Catamarca, Chaco,
Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Neuquén,
Río Negro, Salta, San Juan, Santa Fe, San Luis, Santiago del Estero y Tucumán.

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BIBLIOGRÁFICAS
Biblioteca “Mons. Manuel Moledo”

FERNÁNDEZ, Víctor Manuel. Ser santos en medio del mundo. El caso de


Enrique Shaw (Buenos Aires: San Pablo, 2017).

“Siendo rector de la Pontificia Universidad Católica


Argentina, me encontré con muchos docentes que sienten un
inmenso cariño por Enrique Shaw y lo consideran un modelo.
Por eso comencé a interesarme por su vida y me puse a leer
sus escritos, donde descubrí una figura actual y atractiva”
(Prólogo del autor).
El papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires,
decidió iniciar el proceso para que pueda ser declarado santo.
Enrique fue miembro del Consejo Superior de la Acción
Católica, siendo presidente de la rama de los Hombres de la
Acción Católica durante el período 1954-1956. Fue el
fundador de la Asociación Cristiana de Dirigentes de
Empresa.
Un pantallazo sobre la vida de alguien a quien podemos considerar un
contemporáneo, ya que falleció en 1962, “propuesto como modelo para todos y como
intercesor que nos acompañe en el camino de la vida”.

LECLERC, Eloi. Francisco de Asís. El retorno al Evangelio (Guipúzcoa:


Editorial Franciscana, 2010).

A pesar de los siglos transcurridos, la figura del Pobre


de Asís permanece muy viva. Continúa ejerciendo atractivo
poderoso y una especie de fascinación, no solo entre los
cristianos sino también sobre hombres y mujeres que no
comparten ni nuestra fe ni nuestra cultura. ¿De dónde viene
esta fuerza de seducción?
“Francisco de Asís fue, en el siglo XIII, el hombre del
retorno al Evangelio. Rompiendo con el sistema político-
religioso de su tiempo, el de los señoríos eclesiásticos y de las
guerras santas, retornó al Evangelio de la pobreza, de la
fraternidad y de la paz (. . .). Hoy, como en tiempo de San
Francisco, vivimos ciertamente un período de transformación
profunda. Se anuncia una nueva sociedad, provocada por el
‘salto tecnológico’. Es por ello que la experiencia franciscana primitiva nos fascina tanto. (.
. .) La fraternidad que hoy crease Francisco no sería totalmente idéntica a la que suscitó en
el siglo XIII. Pero comportaría los mismos rasgos esenciales: comunión de vida con los más

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Bibliográficas

humildes, rechazo del dominio ejercido por el dinero, búsqueda de una comunidad humana
realmente fraternal, sentido y gusto por la persona concreta y singular, acogida y respeto de
la naturaleza, vivido todo ello en una aproximación vital y conmovida de la humanidad de
Dios” (Prólogo del autor).
Vale la pena internarnos en la experiencia evangélica de Francisco, que no es un
simple episodio en la historia del cristianismo. Fue un despertar dentro de la Iglesia del
siglo XIII y conserva aún hoy un poder de renovación y rejuvenecimiento.

PÉREZ DEL VISO, Ignacio. Antula, peregrina de la esperanza


(Buenos Aires: Ágape Libros, 2016).

Este libro nos invita a encontrarnos con una mujer


fundamental en la historia de la Iglesia en nuestras tierras, María
Antonia de la Paz y Figueroa, más conocida como “Mama Antula” y
beatificada como María Antonia de San José. Como dice el autor en
el prólogo, “su figura se proyecta hacia el presente argentino y
latinoamericano, como una voz profética que puede orientarnos”.
Cuando tenía 15 años se unió a los jesuitas, adoptando la
modalidad de “beata”, un estilo de vida religioso propio de aquella
época. Cuando los jesuitas son expulsados no solo se sobrepuso a
esa crisis sino que comenzó “el apostolado de los Ejercicios
Espirituales de San Ignacio que habían hecho tanto bien”. Al
promover hoy su figura, la Iglesia nos muestra el perfil de una mujer piadosa, pero sobre
todo el de una mujer carismática, que no retrocede ante la decisión de un Papa presionado
por los reyes.
“En la historia de la Iglesia encontramos laicos y laicas, como Santa Catalina de Siena,
muerta en 1380, que se sintieron enviadas por Dios para ayudar a los obispos y papas a
retornar al camino del Evangelio” (prólogo del autor).

S.S. FRANCISCO. Dios es joven. Francisco, una conversación con Thomas


Leoncini (Buenos Aires: Planeta, 2018).

Aquí tenemos al papa Francisco en primera persona,


contestando preguntas que le formuló Thomas Leoncini, periodista y
escritor, quien dedica este libro “a los lectores de todas las edades”.
Las preguntas y sus respuestas están agrupadas en tres capítulos: “I.
Jóvenes profetas y viejos soñadores. ‒ II. En este mundo. ‒ III.
Enseñar y aprender”.
Algunas de las preguntas formuladas: ¿Qué es la juventud? ¿Qué
ve cuando piensa en un joven? ¿Se ha sentido alguna vez traicionado
por Dios? ¿Hay alguna enfermedad moral del hombre que sea peor
que las demás? ¿Dios es para todos? ¿También para los que no creen?
Cuando usted era joven, ¿qué significaba tener miedo? ¿De qué tenía miedo? ¿Cómo se
vuelve uno malvado? ¿Cuáles son las raíces del mal? ¿Cuáles son las características del buen
educador? ¿Qué es para usted el perdón? ¿Qué les puede aconsejar a los que gobiernan?
¿Ser ambicioso es un defecto o bien una virtud?

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