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De una concepción del Estado patrimonial a una de actuación por resultados que
nos lleva a la corriente de la Nueva Administración Pública la cual es impulsada
en nuestro país y de aplicación progresiva pero no sistematizada, contextualiza
la administración pública y en especial la gestión de los gobiernos locales que
dentro de la lógica de su autonomía se diversifica en sus formas de organización,
lo que nos lleva a plantear ¿Cuánto del problema corresponde al actual diseño
del aparato estatal y en especial de los gobiernos locales?
El quedarnos sin personal calificado origina los cuellos de botella, que van a ir
creciendo en la medida en que la demanda de la población sea más grande. Lo
vemos en el caso de carreteras, que cada vez son las suficientes. En el sector
de educación no hay gente calificada. La calidad del servicio de salud es
deficiente y no llega a todos los peruanos y en el sector de seguridad y defensa
hay una percepción de que la policía no está cumpliendo sus labores.
Dónde se observan más estas deficiencias?
Todas las instituciones están en proceso de mejora. Sin embargo, lo que está
pasando en la región y en la municipalidad es que tienen el dinero pero no tienen
la capacidad de gestión para generar proyectos de inversión sostenibles. Estos
inconvenientes son los que más atrasan al Perú. Para que haya una buena
alianza entre los sectores público y privado, el Estado debe reforzar estos
servicios. Por ejemplo no tenemos una carrera pública como la hay en otros
países. Tiene que haber una visión de carrera pública que motive a los jóvenes
a desarrollarse en esos campos.
Hay que mejorar los recursos naturales, el medio ambiente, los recursos hídricos,
la producción de nuestra agricultura, la innovación, entre otros. Tiene que haber
mecanismos para que el Estado otorgue garantías a fin de que el sector privado
pueda hacer grandes inversiones. El Estado debe garantizar activamente
capitales de riesgo e innovación, lo que traerá consigo una cadena de
inversiones. Sin una política adecuada, nos vamos a perder estas
oportunidades.
La inversión pública ha crecido, es probable que no crezca más del 7% del PBI.
Sin embargo esto nos permitirá trabajar los próximos 10 años. En la medida que
se tenga gente más preparada, el proceso de toma de decisiones para llevar a
cabo los proyectos será más rápido.
Situación general En los últimos diez años, el Perú logró una de las tasas más
altas de crecimiento económico de la región. El Ingreso Nacional Bruto por
persona casi se triplicó 1 , y las tasas de pobreza se redujeron a la mitad. Desde
2010, el Perú se ubica en el grupo de países de ingresos medio alto. Este
crecimiento económico fue acompañado por un crecimiento parecido de los
ingresos del Estado. Desde 2005, la recaudación fiscal se incrementó en 13%
por año 2 , y el presupuesto público del año fiscal 2013 se proyecta en más del
doble del presupuesto de apertura del año 2006, incrementándose de S/.53,929
millones a S/.108,419 millones 3 . Sin embargo, este fuerte crecimiento
económico y presupuestal no fue acompañado por un crecimiento similar de la
capacidad del Estado de gastar bien lo que recauda y de generar las condiciones
para un crecimiento sostenible que conlleve a un desarrollo económico y social.
Si bien en años recientes el Perú ha escalado seis posiciones en el Índice Global
de Competitividad 2012-2013 elaborado por el Foro Económico Mundial,
avanzando 31 posiciones en la variable de estabilidad macroeconómica, aún
mantiene un desempeño deficiente en pilares claves como innovación (puesto
117 sobre 144), instituciones (puesto 105), educación primaria y salud (puesto
91). En lo que respecta a las instituciones, resalta el bajo desempeño mostrado
en aspectos como confianza en los políticos (127) y carga de la regulación
gubernamental (128), por mencionar sólo algunos de los más relevantes. El bajo
desempeño del Estado se refleja en la poca confianza de la población en el
Estado y bajos niveles de satisfacción ciudadana. Según el Latinobarómetro
1995-2011 4 , los niveles de satisfacción con la democracia en el Perú se
encuentran por debajo del promedio de la región (31% en el Perú versus 39% en
promedio en América Latina). Además, aún persisten marcadas desigualdades
sociales y territoriales 5 ; según el mismo Latinobarómetro, apenas el 14% de los
peruanos considera que la distribución de la riqueza en el país es justa, lo que
se refleja en un grado alto de insatisfacción con el sistema político y económico,
y altos niveles de conflictividad social que afectan la gobernabilidad democrática.
PRINCIPALES DEFICIENCIAS DE LA GESTIÓN PÚBLICA
En el Perú Como se ha mostrado, existen deficiencias en la prestación de los
servicios públicos, las cuales terminan incidiendo negativamente en la
percepción ciudadana sobre la gestión pública y el desempeño del Estado en el
Perú. Frente a ello, ¿cuáles son los principales problemas de gestión que deben
ser resueltos? Del “Documento de identificación de la problemática y mapeo de
actores” se pueden identificar los siguientes
Ausencia de un sistema eficiente de planeamiento y problemas de articulación
con el sistema de presupuesto público:
No queda claro el rol efectivo del CEPLAN ni las políticas u objetivos prioritarios
del Gobierno. Asimismo, se ha identificado problemas en la definición de
objetivos –no necesariamente recogen demandas de la población y las brechas
que se pretenden cubrir no se estiman adecuadamente-. Por otra parte, no se
asegura el alineamiento entre las políticas públicas nacionales y sectoriales con
las territoriales de responsabilidad de los gobiernos descentralizados, así como
de los Planes de Desarrollo Concertado (PDC), los Planes Estratégicos
Institucionales (PEI) y los Planes Operativos Institucionales (POI), ni la
vinculación de éstos con los documentos de gestión y los programas
presupuestales. Ello, en la práctica, no logra utilizar el planeamiento como
herramienta efectiva de gestión y no articula el plan y el presupuesto público.
Otro aspecto a resaltar es que existen limitaciones en cuanto a las capacidades
de las entidades para identificar y priorizar programas y proyectos de
envergadura y alto impacto en la calidad de vida de los ciudadanos.
A nivel del presupuesto público, aunque se ha logrado avances a través de la
implementación progresiva del presupuesto para resultados, aún existen
problemas pendientes en tanto en ciertos sectores persiste una asignación
inercial de recursos (monto asignado el año anterior y negociación con el MEF
por incrementos). Asimismo, debe mencionarse que el gobierno nacional tiene
el 70% del gasto corriente total, las regiones el 19% y los gobiernos locales, el
11%. Adicionalmente, existe poca predictibilidad de los recursos transferidos
como consecuencia del canon y las regalías.
Además, no siempre la asignación de los recursos responde a una definición
clara de las prioridades del país y a una objetiva determinación de metas de
productos o servicios que cada entidad debe ofrecer, así como de sus
respectivos costos. Ello hace que en el nivel operativo no necesariamente exista
coherencia entre los insumos que van a ser adquiridos y los servicios que serán
provistos con ellos, con lo cual los presupuestos no siempre se dirigen a cerrar
las brechas o déficits existentes de infraestructura y servicios públicos, ni
responden a las prioridades ciudadanas.
• Deficiente diseño de la estructura de organización y funciones:
En muchas instituciones públicas su estructura de organización y funciones
(agrupamiento de actividades y asignación de responsabilidades dentro de la
entidad) no necesariamente viene siendo congruente con las funciones que
deben cumplir ni tampoco con los objetivos que puedan haberse fijado como
resultado de sus procesos de planeamiento estratégico-operativo y de su
presupuestación. Ello puede deberse a que las organizaciones fueron diseñadas
bajo un modelo de gestión funcional, con estructuras jerárquicas, estamentales
y sin claridad en los procesos que deben realizar para entregar los bienes y
servicios públicos de su responsabilidad con la calidad y pertinencia requeridos.
Además los lineamientos y los modelos vigentes para la formulación de
documentos de gestión –ROF, CAP, etc.- imponen normas uniformes de
organización para la gran diversidad de entidades existentes, en especial en el
caso de los Gobiernos Regionales, para los que su Ley Orgánica establece un
modelo único y demasiado detallado de organización que no considera la
heterogeneidad15 de las realidades regionales.
• Inadecuados procesos de producción de bienes y servicios públicos:
Los procesos dentro de las organizaciones se deben definir como una secuencia
de actividades que transforman una entrada en una salida, añadiéndole un valor
en cada etapa de la cadena. Sin embargo, la mayor parte de entidades no cuenta
con las capacidades o los recursos para trabajar en la optimización de sus
procesos de producción de bienes y servicios públicos. En ese sentido, no se
estudia de manera rigurosa y estructural cómo optimizar, formalizar y
automatizar cada uno de los procesos internos a lo largo de la cadena de valor.
Por otra parte, uno de los problemas neurálgicos en esta materia, es la
desarticulación de los principales sistemas administrativos, además de ser
complejos, engorrosos y en muchos casos, de difícil cumplimiento, sobre todo
para los Gobiernos Locales más pequeños con menores capacidades
institucionales –no están diseñados
Carencia de sistemas y métodos de gestión de la información y elconocimiento:
La gestión del conocimiento implica la transferencia del conocimiento y el
desarrollo de competencias necesarias al interior de las instituciones para
compartirlo y utilizarlo entre sus miembros, así como para valorarlo y asimilarlo
si se encuentra en el exterior de estas16. Relacionado con el problema anterior,
actualmente, en el Estado no existe de manera institucionalizada un sistema de
gestión de la información y el conocimiento, ni existe un sistema de recojo y
transferencia de buenas prácticas; las lecciones aprendidas de la propia
experiencia no se registran, por lo que se repiten los mismos errores y se buscan
soluciones a problemas que ya habían sido resueltos, generando pérdidas de
tiempo, ineficiencias, además de que las mejores prácticas no se aplican, ni se
comparten.