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LA INSEGURIDAD SOCIAL
¿Qué es estar protegido?
MANANTIAL
Buenos Aires
Título original: L'insécurité sociale. AGRADECIMIENTOS
Quest-ce quétre protege?
Éditions du Seuil, 2003
© Éditions du Seuil et La République des Idees, 2003
Castel, Robert
La inseguridad social : ¿qué es estar protegido?. -1 a . ed.- Buenos
Aires : Manantial, 2004.
112 p.; 20x14 cm. - (Reflexiones)
Isabelle Astier, Lysette Boucher-Castel, Denis Merklen y
Traducción de: Viviana Ackerman Albert Ogien me hicieron preciosas observaciones sobre una
ISBN 987-500-078-7
primera versión del manuscrito. Mi interpretación del "retor-
no de las clases peligrosas" está en deuda con entrevistas pro-
1. Segundad Social I Título puestas por Richard Figuier sobre este tema. Por último,
CDD 363.1
agradezco a Christine Colpin por su contribución esencial a
la elaboración del texto.
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Impreso en la Argentina
ISBN: 987-500-078-7
Derechos reservados
Prohibida su reproducción total o parcial
ÍNDICE
Introducción 11
Capítulo 1
La seguridad civil en el Estado de derecho 17
Modernidad y vulnerabilidad 19
Seguridad pública y libertades públicas 27
Capítulo 2
La seguridad social en el Estado protector 35
La propiedad o el trabajo 37
Una sociedad de semejantes 45
Capítulo 3
El aumento de la incertidumbre 53
Individualización y descolectivización 55
El retorno de las clases peligrosas 62
Capítulo 4
Una nueva problemática del riesgo 75
Riesgos, peligros y daños 76
Privatización o colectivización de los riesgos 81
10 ROBERT CASTEL
Capítulo 5 INTRODUCCIÓN
¿Cómo combatir la inseguridad social? 87
Reconfigurar las protecciones sociales... 88
Dar seguridad al trabajo 102
Conclusión 113
en el camino. Nuestras existencias ya no se desarrollan, desde dominar perfectamente todos los riesgos de la existencia, sino
el nacimiento hasta la muerte, sin redes de seguridad. Una más bien vivir rodeado de sistemas que dan seguridad, que
bien llamada "seguridad social" se ha vuelto un derecho para son construcciones complejas y frágiles, las cuales conllevan
la inmensa mayoría de la población, y ha generado una multi- en sí mismas el riesgo de fallar en su objetivo y de frustrar las
tud de instituciones sanitarias y sociales que se ocupan de la expectativas que generan. Por lo tanto, la propia búsqueda de
salud, de la educación, de las discapacidades propias de la protecciones estaría creando inseguridad. La razón de ello se-
edad, de las deficiencias psíquicas y mentales. A tal punto que ría que el sentimiento de inseguridad no es un dato inmediato
se ha podido describir este tipo de sociedades como "socieda- de la conciencia. Muy por el contrario, va de la mano de con-
des aseguradoras", que aseguran, de alguna manera de dere- figuraciones históricas diferentes, porque la seguridad y la in-
cho, la seguridad de sus miembros. seguridad son relaciones con los tipos de protecciones que
Sin embargo, en estas sociedades rodeadas y atravesadas asegura -o no- una sociedad, de manera adecuada. En otras
por protecciones, las preocupaciones sobre la seguridad per- palabras, hoy en día estar protegido es también estar amena-
manecen omnipresentes. No se puede eludir el carácter zado. El desafío que nos interesa subrayar sería entonces
perturbador de esta constatación pretendiendo que el senti- comprender mejor la configuración específica de esas relacio-
miento de inseguridad es sólo un fantasma de personas aco- nes ambiguas protección-inseguridad, o seguros-riesgos, en la
modadas que habrían olvidado el precio de la sangre y de las sociedad contemporánea.
lágrimas, y hasta qué punto la vida antes era ruda y cruel. Aquí propondremos una línea de análisis para convalidar
Tiene tales efectos sociales y políticos que, por cierto, forma esta hipótesis. El hilo conductor es que las sociedades moder-
parte de nuestra realidad y hasta estructura en gran medida nas están construidas sobre el terreno fértil de la inseguridad
nuestra experiencia social. Hay que reconocer que, si bien las porque son sociedades de individuos que no encuentran, ni en
formas más masivas de la violencia y de la decadencia social ellos mismos ni en su medio inmediato, la capacidad de ase-
han sido ampliamente neutralizadas, la preocupación por la gurar su protección. Si bien es cierto que estas sociedades se
seguridad es por cierto de naturaleza popular, en el sentido han dedicado a la promoción del individuo, promueven tam-
fuerte del término. bién su vulnerabilidad al mismo tiempo que lo valorizan. De p
¿Cómo dar cuenta de esta paradoja? Ella conduce a for- ello resulta que la búsqueda de las protecciones es consustan-
mular la hipótesis de que no habría que oponer inseguridad y cial al desarrollo de este tipo de sociedades. Pero esta búsque-
protecciones como si pertenecieran a registros opuestos de la da se asemeja en muchos aspectos a los esfuerzos desplegados
experiencia colectiva. La inseguridad moderna no sería la au- para llenar el tonel de las Danaides, que siempre deja filtrar el
sencia de protecciones, sino más bien su reverso, su sombra peligro. La sensación de inseguridad no es exactamente pro-
llevada a un universo social que se ha organizado alrededor porcional a los peligros reales que amenazan a una población.
de una búsqueda sin fin de protecciones o de una búsqueda Es más bien el efecto de un desfase entre una expectativa so-
desenfrenada de seguridad. ¿Qué es estar protegido en estas cialmente construida de protecciones y las capacidades efecti-
condiciones? No es estar instalado en la certidumbre de poder vas de una sociedad dada para ponerlas en funcionamiento.
14 ROBERT CASTEL INTRODUCCIÓN 15
La inseguridad, en suma, es en buena medida el reverso de la alrededor de la búsqueda de la seguridad. Y ello por una do-
medalla de una sociedad de seguridad. ble razón. En primer lugar, porque los programas protectores
Idealmente, ahora habría que volver a trazar la historia de jamás pueden cumplirse completamente y producen decep-
la organización de estos sistemas de protecciones y de sus ción y aun resentimiento. Pero también porque su logro, aun-
transformaciones hasta el momento -es decir, hasta hoy- en que relativo, al dominar ciertos riesgos, hace emerger otros
que su eficacia parece precarizada por la mayor complejidad nuevos. Es lo que sucede hoy en día con la extraordinaria ex-
de los riesgos que supuestamente neutralizan, así como por la plosión de esta noción de riesgo. Tal exasperación de la sensi-
aparición de nuevos riesgos y de nuevas formas de sensibilidad bilidad a los riesgos muestra bien a las claras que la seguridad
a los riesgos. Programa que, evidentemente, no podrá ser rea- jamás está dada, ni siquiera conquistada, porque la aspira-
lizado aquí por completo. Nos conformaremos con esbozar es- ción a estar protegido se desplaza como un cursor y plantea
te proceso a partir del momento en que la problemática de las nuevas exigencias a medida que se van alcanzando sus objeti-
protecciones se redefine alrededor de la figura del individuo vos anteriores. Así, una reflexión acerca de las protecciones
moderno que vive la experiencia de su vulnerabilidad. Pero in- civiles y sociales debe conducir igualmente a interrogarse so-
sistiremos también en la diferencia entre los dos tipos de "co- bre la proliferación contemporánea de una aversión al riesgo
berturas" que intentan neutralizar la inseguridad. Hay una que hace que el individuo contemporáneo nunca pueda sen-
problemática de las protecciones civiles y jurídicas que remite tirse totalmente seguro. Pues ¿qué nos protegerá -dejando de
a la constitución de un Estado de derecho y a los obstáculos lado a Dios o la muerte- si para estar plenamente en paz hay
experimentados para encarnarlos lo más cerca posible de las que poder dominar por completo todas las contingencias de
exigencias manifestadas por los individuos en su vida cotidia- la vida?
na. Y hay una problemática de las protecciones sociales que No obstante, esta toma de conciencia de la dimensión pro-
remite a la construcción de un Estado social y a las dificulta- piamente infinita de la aspiración a la seguridad en nuestras
des que surgen para que pueda asegurar al conjunto de los in- sociedades no debe conducir a cuestionar la legitimidad de la
dividuos contra los principales riesgos sociale^. Esperamos que búsqueda de protecciones. Todo lo contrario, es la etapa críti-
la cuestión de la inseguridad contemporánea pueda esclarecer- ca necesaria que hay que atravesar para definir las acciones
se si se consigue captar la naturaleza de los obstáculos que que hoy se requieren para hacer frente del modo más realista
existen en cada uno de los dos ejes de la problemática de las a las inseguridades: combatir los factores de disociación so-
protecciones para realizar un programa de seguridad total, y cial que están en la raíz tanto de la inseguridad civil como de
también si se toma conciencia de la imposibilidad de hacer su- la inseguridad social. No conseguiremos la seguridad de estar
perponer por completo estos dos órdenes de protecciones. liberados de todos los peligros, pero se podría ganar la opor-
Entonces tal vez estemos en condiciones de comprender tunidad de habitar un mundo menos injusto y más humano.
por qué es la propia economía de las protecciones la que pro-
duce una frustración sobre la situación de la seguridad cuya
existencia es consustancial a las sociedades que se construyen
Capítulo 1
LA SEGURIDAD CIVIL
EN EL ESTADO DE DERECHO
nencia. Son las mismas sociedades que están continuamente Modernidad y vulnerabilidad
expuestas a las devastaciones de la guerra y a los riesgos de
escasez, hambrunas y epidemias. Pero se trata de agresiones Con el advenimiento de la modernidad, el status del indi-
que amenazan a la comunidad desde afuera y, en última ins- viduo cambia radicalmente. Éste es reconocido por sí mismo,
tancia, pueden llegar a aniquilarla. Por sí mismas, sin embar- al margen de su inscripción en colectivos. Pero no por ello es-
go, como dice Duby, son "seguras": protegen a sus miembros tá seguro de su independencia, muy por el contrario. Segura-
sobre la base de redes estrechas de dependencias e interdepen- mente es Thomas Hobbes quien ha brindado la primera pin-
dencias. tura, estremecedora y fascinante, de lo que realmente sería
En esas sociedades -cuya descripción necesariamente debe- una sociedad de individuos. Testigo a través de las guerras de
mos simplificar aquí- también existe de manera evidente inse- religión en Francia y de la guerra civil inglesa de la desestabi-
guridad interna. Pero ésta es introducida por los individuos y lización de un orden social fundado en las pertenencias colec-
los grupos que están fuera de los sistemas de dependencias- tivas y legitimado por las creencias tradicionales, lleva al ex-
protecciones comunitarias. En las sociedades preindustriales tremo la dinámica de la individualización hasta el punto en
europeas, este peligro se cristalizó en la figura del vagabundo, que ésta dejaría a los individuos enteramente librados a sí
es decir, del individuo desafiliado por excelencia, a la vez fue- mismos. Una sociedad de individuos no sería ya, hablando
ra de la inscripción territorial y fuera del trabajo. La cuestión con propiedad, una sociedad sino un estado de naturaleza, es
del vagabundeo fue la gran preocupación social de aquellas decir, un estado sin ley, sin derecho, sin constitución política y
comunidades, movilizó una cantidad extraordinaria de me- sin instituciones sociales, presa de una competencia desenfre-
didas de carácter dominantemente represivo para intentar nada de los individuos entre sí, y de la guerra de todos contra
erradicar -por otra parte, en vano- esa amenaza de subver- todos.
sión interna y de inseguridad cotidiana que supuestamente re- Por ello sería una sociedad de inseguridad total. Liberados
presentaban los vagabundos. Si se quisiera escribir una histo- de toda regulación colectiva, los individuos viven bajo el sig-
ria de la inseguridad y de la lucha contra la inseguridad en las no de la amenaza permanente porque no poseen en sí mismos
sociedades preindustriales, el personaje principal sería el va- el poder de proteger y de protegerse. Ni siquiera la ley del
gabundo, siempre percibido como potencialmente amenaza- más fuerte puede estabilizar la situación porque David podría
dor, y sus variantes abiertamente peligrosas, como el saltea- matar a Goliat y porque el fuerte podrá siempre ser aniquila-
dor, el bandido, el outlaw -todos ellos individuos sin amarras do, aunque más no fuere por uno más débil que tendría el co-
que representan un riesgo de agresión física y disociación so- raje de asesinarlo durante el sueño. En consecuencia, es con-
cial, porque existen y actúan por fuera de todo sistema de re- cebible que la necesidad de estar protegido pueda ser el
gulaciones colectivas. imperativo categórico que habría que asumir a cualquier pre-
cio para poder vivir en sociedad. Esta sociedad será funda-
mentalmente una sociedad de seguridad porque la seguridad
c's la condición primera y absolutamente necesaria para que
20 ROBERT CASTEL LA SEGURIDAD CIVIL EN EL ESTADO DE DERECHO 21
10. Sobre la inseguridad en otras áreas culturales, véase por ejemplo Lu-
cio Kowarick, "Living at risk, on vulnerability in urban Brazil", en Escritos
Urbanos, San Pablo, Editora 34, 2000. Pintura impresionante de la omni-
presencia de la inseguridad en las metrópolis brasileñas. Sobre la situación
en Francia hace un siglo, véase por ejemplo Dominique Kalifa, "L'attaque
nocturne", en Société et représentation, Credes, n° 4, mayo de 1997, que
pinta a la vez la inseguridad real y la puesta en escena de los medios de la
época de la inseguridad de las noches parisinas alrededor de 1900. Se obser-
va que en el tiempo de los apaches la violencia criminal estaba incontesta-
blemente más presente que hoy; la prensa a veces relataba hasta ciento cua-
renta ataques nocturnos por mes en París, pero también se ve que la
temática de la inseguridad ya era explotada con fines políticos. Atacar el la-
xismo del prefecto de policía era también para la oposición de entonces una
manera de cuestionar la legitimidad del gobierno.
32 ROBERT CASTEL
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