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LOS REYES CATÓLICOS CONQUISTAN GRANADA

La guerra de Granada fue el conjunto de campañas militares que tuvieron lugar


entre 1482 y 1491, emprendidas por la reinaIsabel I de Castilla y su esposo
el rey Fernando II de Aragón en el interior del reino nazarí de Granada, que
culminaron con la Capitulaciones de Granada del rey Boabdil, quien había oscilado
entre la alianza, el doble juego, la contemporización y el enfrentamiento abierto con
ambos bandos y que tuvo como consecuencias la integración en la Corona de
Castilla del último reino musulmán de la península ibérica finalizándose el proceso
histórico de la Reconquista que los reinos cristianos habían comenzado en el siglo
VIII y por el cual el papa Alejandro VI reconoció a Isabel y Fernando con el título
de Reyes Católicos en 1496.
Los diez años de guerra no fueron un esfuerzo continuo: solía marcar un ritmo
estacional de campañas iniciadas en primavera y detenidas en el invierno.

El 2 de enero de 1492, tras diez años de guerra, las tropas de los Reyes
Católicos entraban en Granada, el último estado islámico de la península. El
rey nazarí, Boabdil, rendía la ciudad y negociaba con Gonzalo Fernández de
Córdoba, el Gran Capitán, las condiciones de la capitulación. Así desaparecía el
último reducto de poder musulmán en España desde aquel lejano año de 711. La
Reconquista había terminado. La unificación de los reinos españoles era ya un
hecho; Navarra no tardaría en ser incorporada a la Corona. Sin aquel episodio, sin
la conquista de Granada, hoy no estaríamos hablando de España.

La conquista de Granada fue un acontecimiento de alcance universal. No sólo


fuedecisiva para la Historia de España. Toda Europa la vivió, en aquel mismo
momento, como una noticia formidable, uno de esos sucesos que hoy llenarían
horas de radio y televisión, portadas y portadas de periódicos. En Roma se
celebraron grandes solemnidades religiosas que culminaron con una gigantesca
procesión de tres días, presidida por el Papa. En el reino de Nápoles, la victoria
cristiana fue conmemorada con una obra teatral cuyos personajes alegóricos eran la
Alegría, el Falso Profeta Mahoma y la Fe. En Londres, en la abadía de Westminster,
el Canciller de la Corona, ante una enorme multitud convocada por las campanas,
anunció solemnemente la victoria de los cristianos sobre los musulmanes. En
España, uno de los grandes poetas del momento, Juan del Enzina, escribió este
romance invitando a Boabdil a abrazar la Cruz:

.
UNIFICACIÓN DEL REINO ESPAÑA

Tan enorme eco tuvo la conquista de Granada, que el Papa Julio II no dudó en
otorgar a Fernando el Católico el título de rey de Jerusalén (que aún conserva el
Rey de España). El Papa aspiraba a una nueva cruzada en Tierra Santa. Pero los
Reyes Católicos tenían planes más inmediatos. Estaban construyendo una gran
unificación y no se apartarían de su proyecto. Y como la fuente de la legitimidad en
aquella época era la Corona y la Religión, será a través de ambas como
materializarán su proyecto. La unión de la Corona la encarnaban ellos. Y la unión
de la religión vendrá, tras la toma de Granada, con la expulsión de los
judíos. Pero habrá más unificaciones: en ese mismo año Antonio de Nebrija
presenta a la reina Isabel I su Gramática de la lengua castellana, la primera
gramática europea de una lengua vulgar, que significará la unificación lingüística del
reino.

¿Y qué fue de Boabdil? Leyendas románticas aparte, Boabdil se retiró a las


Alpujarras y se dedicó a cazar, que era lo que le gustaba. Pero en 1493, deprimido
por la muerte de su esposa, Moraima, decidió cambiar sus tierras a los Reyes
Católicos por una fuerte suma de dinero y se instaló en el reino de Fez. Allí viviría
hasta 1533, cuando los españoles ya están en Cartagena de Indias y Perú. Aquellos
españoles a los que los Reyes Católicos, con la conquista de Granada, dieron una
única bandera.
FIN DE LA DINASTÍA TODOR INGLATERRA

Había dos candidatas a suceder a Isabel I: sus primas, descendientes de las


hermanas de Enrique VIII. Sin embargo, Isabel se las apañó para pelearse con
ambas, de manera que las posibilidades de encontrar un heredero al trono en la
casa Tudor eran aún más escasas. Cuando digo “pelearse”, quiero decir, por
supuesto, escándalos, bodas secretas, complots y decapitaciones. Repasemos el
perfil de las dos nominadas.
La primera era María, conocida popularmente como “María, reina de los escoceses”
(Mary Queen of Scotts). Muy popular en la historia anglosajona por su vida digna de
un culebrón. Era nieta de Margaret Tudor, la mayor de las hermanas de Enrique
VIII. Su padre, el rey de Escocia, murió prematuramente a la edad de 30 años, y
María fue proclamada reina con seis días y coronada con nueve meses de edad.
Seguro que estaba adorable. Al crecer, se convirtió en reina de Francia, enviudó.
Después se casó con un noble escocés, que fue asesinado, y se casó con el asesino
de su marido, algo que a todo el mundo le pareció bastante sospechosa. Con su
popularidad muy dañada, tuvo que abdicar en su hijo Jacobo, de sólo un año de
edad (a los escoceses les parece muy cuqui coronar bebés, al parecer).
María se refugió entonces en Inglaterra, pero a su prima, la reina Isabel, no le hacía
ninguna gracia. María era católica, y muchos ingleses católicos, así como monarcas
extranjeros, querían verla en el trono en lugar de a Isabel. Para evitarle a María la
tentación de encabezar una rebelión, Isabel la puso en arresto domiciliario.
Curiosamente, las dos reinas nunca llegaron a conocerse. A medida que las
conspiraciones de nobles en torno a María aumentaban y el hastag #QueenMary
ganaba popularidad, Isabel decidió quitársela de en medio. Tras un juicio en el que
aparecieron unas cartas conspiratorias supuestamente escritas por María, y que
según muchos historiadores eran pruebas falsas bastante cutres, fue condenada a
muerte. Con 45 años, fue decapitada. Eligió vestir de rojo, pues se consideraba una
mártir católica (y razón no le faltaba). Está enterrada en Westminster, irónicamente,
a 9 metros de su querida prima Isabel la Decapitadora.

La segunda candidata a heredar el trono era Catalina Grey. Era nieta de María
Tudor, reina
“All you need is love, love is all you need”, le dijo Catalina Grey a su prima Isabel.
de Francia y hermana menor de Enrique VIII. Como heredera, ya tenía una pega, y
era que su hermana Jane se había coronado como reina de Inglaterra, saltándose
a María e Isabel, por ser, respectivamente, católica y posiblemente ilegítima. A
María no le pareció bien la decisión e hizo decapitar a Jane. Isabel, por tanto,
desconfiaba de la familia Grey, pero le venía bien Catalina como peón en el juego
de alianzas de la corona. Tenía la intención de casar a Catalina con el conde de
Arran, un joven pretendiente al trono escocés, al que podría llegar con apoyo de
Inglaterra. Así, las casas reales de ambos reinos se unirían.
Sin embargo, Catalina tenía sus propios planes y se casó en secreto con Edward
Seymour, sobrino de la reina de Inglaterra Jane Seymour. Una hermana del novio,
también llamada Jane, fue el único testigo. Catalina confesó el matrimonio a su
cuñado, Robert Dudley, favorito de la reina Isabel, estando ya embarazada de ocho
meses. Cuando Isabel se enteró de que su prima se había casado sin su permiso,
fastidiando sus planes con Escocia, monta en cólera y encierra a los esposos en la
Torre de Londres. Al morir la hermana del novio de tuberculosis, nadie podía probar
el matrimonio, y sus hijos (tuvo dos en la Torre) son declarados ilegítimos. Catalina
muere poco después de dar a luz, de tuberculosis, a los 27 años.
Finalmente, Isabel se decide por el hijo de María, Jacobo Estuardo, rey de Escocia.
Sin embargo, nunca lo dijo públicamente, sino que primero quiso conocer a su
sobrino. Robert Cecil, consejero de la reina, aconseja al joven rey escocés que sea
paciente y haga la pelota a la reina, sin pedir el trono. La estrategia funciona, e
Isabel solía lanzar indirectas a Jacobo acerca de heredar la corona de Inglaterra. Al
morir la reina, Jacobo I es coronado, lo que marcó el fin de la dinastía Tudor y el
comienzo del reinado de los Estuardo.

EL CARDENAL RICHARD NIEU FORMAN PARTE DEL CONSEJO DEL REY DE


FRANCIA

La política del Cardenal se centraba en dos metas: centralizar el poder en Francia


y neutralizar a los Habsburgo, reinantes en España y Alemania. Para ello, se alió
con las rebeldes Provincias Unidas, en guerra con España, y apoyó a los Estados
protestantes alemanes que se enfrentaban a los Habsburgo en la guerra de los
Treinta Años. Asimismo buscó un acercamiento con Inglaterra, logrando acordar el
matrimonio entre Enriqueta María, hermana del rey, y el futuro Carlos I de Inglaterra.
Al poco de ser nombrado primer ministro, se enfrentó a la crisis de la Valtelina, un
valle en Lombardía (norte de Italia). Para combatir la influencia de los Habsburgo
(que controlaban el Milanesado) e impedir que este estratégico valle cayera en
manos españolas, Richelieu apoyó a los protestantes suizos del cantón de
los Grisones, que también lo reclamaban. Richelieu desplegó tropas en Valtelina
que expulsaron a las guarniciones papales. Este apoyo a una potencia protestante
frente al papa le ganó numerosos enemigos en la católica Francia.
Para consolidar el poder en Francia, el Cardenal suprimió el poder de la nobleza
feudal con medidas como la abolición del cargo de condestable de Francia en 1626,
o la destrucción de todas las fortalezas interiores del país (con la excepción de
aquellas que se encontraban en la frontera y eran necesarias para la guerra). Esta
última medida dejó a los duques y condes del país sin defensas contra el rey en una
hipotética rebelión. Estas medidas le granjearon el odio de la nobleza.
Otro obstáculo para la centralización del poder fue la división religiosa de Francia.
Los hugonotes, una facción protestante, disponían de una importante fuerza militar
y se habían rebelado con el apoyo del rey Carlos I de Inglaterra. En 1627, Richelieu
ordenó al ejército real el asedio de la plaza de La Rochelle, al mando personal del
cardenal. Las expediciones de socorro comandadas por George Villiers, primer
duque de Buckingham, fracasaron, capitulando la ciudad en 1628.
A pesar de su derrota en La Rochelle, los hugonotes, liderados por Henri de Rohan,
continuaron la lucha. En 1629 fueron derrotados de nuevo, aceptando la Paz de
Alais, que permitió a los hugonotes continuar con su culto, como había sido
garantizado por el edicto de Nantes, aunque Richelieu conseguía abolir sus fueros
particulares. Rohan, a diferencia de la mayoría de los líderes rebeldes que se
enfrentaron a Richelieu, no fue ejecutado, pasando a ser oficial del ejército francés.
Los Habsburgo españoles aprovecharon el conflicto interno francés para expandir
su influencia en Italia. Para mantener ocupado al ejército francés, España financió
a los rebeldes. Como respuesta, Richelieu, una vez ganada La Rochelle, lideró un
ejército contra España en el norte de Francia.

GUERRA DE SUCESIÓN ESPAÑOLA

La Guerra de Sucesión Española fue un conflicto dinástico español que se inició


tras la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. El trono de España
correspondía a Felipe V de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, pero el miedo de
muchas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España generó
que apoyaran al archiduque Carlos de Austria en sus pretensiones al trono español.
El conflicto dinástico se convirtió en una feroz guerra internacional que decidiría
para siempre los destinos de toda Europa. Este conflicto marcó el punto final para
España como potencia hegemónica en Europa, convirtiéndose a partir de entonces
en una potencia de segunda fila. El conflicto sucesorio se convirtió además en una
verdadera Guerra Civil entre la Corona de Castilla y la Corona de Aragón, que se
saldó con la perdida de los históricos fueros aragoneses y catalanes.

La Guerra de Sucesión acabó con el poder hegemónico de España en Europa, a


partir de entonces Inglaterra y Francia serán las potencias dominantes en el
continente europeo. España perdió poder político y militar, pero por lo menos ganó
una familia de gobernantes que tratarían de emprender las reformas sociales y
económicas que tanto necesitaban los habitantes del país y de sus colonias. La
Guerra de Sucesión permitió la forja de España como nación unificada y prospera.
La llegada de la nueva casa reinante, la casa de Borbón, significó también la llegada
de la ilustración y el progreso, acabando, poco a poco, con el medievalismo que aun
estaba latente en España. Por último, las sucesivas guerras que sacudirían Europa
en todo el siglo XVIII permitirían que España recobrara parte de su prestigio y
algunos territorios perdidos en el Tratado de Utrecht.

FIN DE LA DINASTÍA HABSBURGO

La dinastía de los Habsburgo fue una de las casas reales más importantes e
influyentes de Europa durante más de 500 años.
Image captionA Carlos II lo llamaban El Hechizado, por sus múltiples trastornos y
enfermedades.

Pero cuando el rey Carlos II murió sin herederos en 1700, la rama española de la
familia también llegó a su fin.

A pesar de mucha especulación, hasta ahora no se sabía con certeza qué fue lo
que causó la extinción de la dinastía.

Ahora científicos españoles afirman que encontraron evidencia genética de que los
Habsburgo llegaron a su fin por la alta frecuencia de cruzamiento entre individuos
de la misma familia.

"Lo que hemos hecho es demostrar desde el punto de vista genético la hipótesis de
que la dinastía se extinguió por un problema de consanguinidad", le dijo a BBC
Ciencia el profesor Gonzalo Álvarez, quien dirigió la investigación en la Universidad
de Santiago de Compostela, en España.
"En aquella época la alianzas políticas se sellaban con uniones matrimoniales. Y en
este caso, las uniones matrimoniales condujeron a elevados casos de
consanguinidad", explica el científico, cuya investigación aparece publicada
en Public Library of Science PLoS ONE (Biblioteca Pública de Ciencia).

"Así que la práctica de casarse entre primos, tíos y sobrinas, etc., que se pensaba
podría mantener el poder dinástico, condujo al fin de la dinastía"

ASCENSO DE LA CASA BORBÓN

a Casa de Borbón 123 es la casa real reinante actualmente en España. La rama


española de la Casa de Borbón, de origen francés, se inicia con la llegada al Trono
de España de Felipe, duque de Anjou. Por ello puede ser conocida como Casa de
Bourbon-Anjou, aunque normalmente es denominada simplemente como Casa de
Borbón.
La Casa de Borbón ha reinado en España desde 1700 hasta la actualidad excepto
durante la ocupación napoleónica (1808-1813),a el Sexenio Revolucionario (1868-
1874), la Segunda República (1931-1939) y la dictadura del general Franco (1939-
1975).
La rama Bourbon-Anjou, castellanizada simplemente como Borbón, proviene de
Felipe de Francia, duque de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, proclamado
en 1700 rey de España con el nombre de Felipe V. Esta proclamación dio pie a
la Guerra de Sucesión Española, contra el pretendiente de la Casa de Austria,
el Archiduque Carlos de Austria.
La existencia del mismo linaje gobernando en Francia y España no impidió que los
países tuvieran políticas autónomas, aunque facilitaría las alianzas políticas y
militares entre los reyes franceses y españoles, como los acuerdos de los Pactos
de Familia o la entrada en España de los Cien Mil Hijos de San Luis.
La Casa de Borbón española se escindió en el siglo XIX en dos ramas rivales.
La carlista proveniente del pretendiente Carlos María Isidro de Borbón, enfrentada
a la línea reinante, proveniente de Isabel II de España y su marido, el rey
consorte, Francisco de Asís de Borbón. Este conflicto se concretó en diversas
guerras civiles, las llamadas Guerras Carlistas. Tras la extinción de la línea carlista
principal, la mayor parte de los carlistas actuales reconoció como heredera a la
familia Borbón-Parma, representada actualmente por Carlos Javier de Borbón-
Parma.

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