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Principio de la división de poderes

Un estado, pensado como forma de organizar el poder político, siempre desde su origen
ha tenido la discusión de cómo organizar sus funciones, facultades, etc. Enrique Díaz nos
dice:

Todas aquellas discusiones se han fundamentado en diversas teorías sobre el origen


de la sociedad el propio origen del poder político, desarrollándose las más variadas
construcciones teoréticas al respecto, transitando desde aquellas que se fundamentan
en la fuerza física, pasando por su fundamentación divina, hasta aquella que
sostienen su posición en una especie de contrato. (Díaz, 2012)

Es así como la división de poderes dentro de un estado surge como un principio


que persigue el objetivo de restringir el absolutismo y garantizar la libertad de los
individuos, por lo que de manera clásica se ha divido al estado tres funciones la Función
legislativa, ejecutiva y judicial, que realizan funciones de creación, ejecución, control y
solución de problemas respectivamente; aunque, por otra parte, se ha dicho que el poder
de un estado es indivisible y que aquello que se divide son las funciones, o el ejercicio
del poder .

Éste principio se convierte en un mecanismo obligatorio en la elaboración de


cualquier constitución. Y así penetra en un constitucionalismo moderno a partir de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en donde en su artículo XVI
se afirma que “Toda sociedad en que la garantía de los derechos no esté asegurada ni
determinada, la separación de poderes, no tiene constitución”

Por lo que Cienfuegos y Natarén, afirman que: “El principio de división de poderes
adquirió el carácter de verdadero dogma constitucional, por lo que, ha sido utilizados para
calificar las normas constitucionales y las prácticas políticas de cualquier sistema”
(Cienfuegos & Natarén, 2008)

Un antecedente significativo de este principio fue Jhon Locke quien plantea en El


ensayo sobre el gobierno civil, según Villanueva, que:

El ser humano en estado natural ejercía dos clases de poder, el primero era el de
hacer todo lo que estime conveniente, y el segundo el de castigar los crímenes
cometidos en contra de sus intereses personales. Cuando la sociedad civil se organiza
políticamente, el individuo renuncia a tales poderes para transferirlos al estado
(Villanueva, 2014).
De lo anterior podemos inferir que este pensador ya había planteado al estado con dos
poderes básicos como lo son el poder legislativo y el poder ejecutivo.

Montesquieu retoma las ideas de Locke en su libro El Espíritu de la Leyes, y


señala que: “la libertad política no es permitir hacer lo que queramos ni incluso lo que
permite la ley, sino solo el poder de hacer lo que deberíamos querer” (Montesquieu,
1750), siendo así la realización de la libertad como objetivo político.

Partiendo de esto Fuentes se permite citar a Isaiah Berlín quien nos dice:
“Montesquieu, olvidando sus momentos liberales, dice que la libertad política no es dar
permiso para hacer lo que queramos, ni incluso para hacer lo que permite la ley sino solo
el poder de hacer lo que deberíamos querer” (Fuentes, 2011) y más abajo explica :

La presuposición común a estos pensadores es que los fines racionales de


nuestras “Verdaderas” naturalezas tiene que coincidir, o hay que hacerlas coincidir,
por muy violentamente que griten en contra de nuestros procesos nuestros pobres
yos, empíricos, ignorantes, apasionados y guiados por los deseos. La libertad no es
la libertad para hacer lo que es irracional, estúpido o erróneo. (Fuentes, 2011)

Lo que se debe querer entonces es lo que las leyes permiten, y lo que no se debe querer,
aquello que prohíben, notemos que en esta definición Montesquieu sustituye el lenguaje
del deber por el lenguaje del derecho, garantizando un espacio de no interferencia en la
elección de todas las opciones admitidas por la ley

Por otra parte Montesquieu afirma que, a pesar de todo, quien obtenga el poder
siendo el garante de la libertad , representaría mayor peligro ya que menciona: “todo
hombre que tiene poder siente inclinación a abusar de él, yendo hasta donde encuentra
límites” (Montesquieu, 1750), es así como considera que el problema se encuentra en
encontrar un recurso que limité el poder, esto debía hacerse sin anular su función : el de
garantizar la libertad. De esta manera escribe : “Para que no se pueda abusar del poder es
preciso que , por la disposición de las cosas el poder frene al poder” (Montesquieu, 1750),
por lo que del fragmento citado anteriormente se desprende la justificación de que la
división de poderes es limitar a quien ostente al poder , ya que sus ideas son concluyentes:
cuando se concentran más de un poder en un mismo cuerpo, no existe libertad.

Posteriormente todo esto después sería complementado y perfeccionado con la


teoría de los frenos y contrapesos que se pensó para poder poner fin a la corrupción y
abuso del poder, a sabiendas de que una separación de poderse no es absoluta pues cada
poder tiene la obligación de limitar al otro, con el fin de encausarlos dentro de sus
competencias, sin influencia de los otros dos poderes del estado, Es por esto que debemos
pensar que el objetivo principal, o por lo menos uno de los más importantes de la doctrina
de Montesquieu, se manifiesta en la idea de disponer de tal suerte de la división que se
llegue así al control del poder público mediante su equilibrio, es decir que todo órgano
del estado encuentre otro que pueda oponerse a su voluntad.

Ahora bien no podemos pensar en una división absoluta entre las competencias de
los distintos poderes, ya que de ninguna manera significa que una misma autoridad no
deba participar más que de una función o tener atribuciones de una sola índole; sino de
forma sencilla que es necesario que dos, cualquiera que sea de las tres funciones no es
estén reunidas, en las mismas manos de manera íntegra ; ya que como se puede evidenciar
el ejecutivo participa de la legislación puesto que tiene el derecho de veto , que el
legislativo puede en cierta medida, ejercer un derecho de examinar los actos del poder
ejecutivo , además puede pedir cuentas a los ministro, etc.

Para Montesquieu, una constitución debe tener como objetivo el asegurar


un gobierno moderado, donde existiera como requisito esencial de la libertad política un
ejercicio atemperado del poder político, es así que su interés no radicaba en una
separación de órganos de las funciones del estado, sino una distribución mesurada del su
poder entre las fuerzas sociales que existían.

Resulta importante destacar el papel que se le asigna al poder Judicial en la teoría


de Montesquieu, ya que este pensador consideraba que la impartición de la justicia no
debía estar a cargo, de manera permanente, de personal ajeno, sino en manos de personas
provenientes del pueblo y designadas alternativa y periódicamente, relacionado a esto las
autora María Luz Alarcón señala que para habar de una efectiva manifestación de la
separación de poderes con respecto a la función legislativa , es esencial que se produzca
el reconocimiento del principio de independencia judicial , la misma que abordaremos en
los siguientes capítulos de este ensayo.

Conclusión:

Se puede afirmar que las ideas básicas sobre la división de poderes, tienen una
validez que trasciende cualquier época histórica y país porque los valores que contiene;
como: garantizar la libertad, evitar la arbitrariedad y el abuso, así como el monopolio del
poder, tienen categoría universal. Así la división de poderes debe entenderse como el
concepto de una herramienta de equilibrio de funciones y debe adaptarse a las
peculiaridades de cada época y comunidad.

Bibliografía

Cienfuegos, D., & Natarén, C. (Diciembre de 2008). El Principio De la División de


Poderes. Obtenido de http://cedem.unach.mx/doctos/CEDEM-
El_principio_de_la_division_de_poderes.pdf
Díaz, E. (Julio-Diciembre de 2012). Desarrollo histórico del principio de separación de
poderes . Obtenido de Revista de derecho:
www.redalyc.org/pdf/851/85124997008.pdf
Fuentes, C. (2011). Montesquieu: teoría de la distribución social del poder. Revista de
Ciencia Política, 47-61.
Montesquieu, C. (1750). El Espíritu de la Leyes.
Villanueva, L. (2014). La división de poderes: teoría y realidad. Obtenido de
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/8/3634/8.pdf

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