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PÉREZ SÁNCHEZ

STETRICIA Cuarta Edición

booksmedicos.org
Alfredo Pérez Sánchez
Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile
Maestro de la Obstetricia y la Ginecología Latinoamericana (FLASOG)
Maestro de la Obstetricia y la Ginecología Chilena (SOCHOG)

Enrique Donoso Siña


Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile

MEDITERRÁNEO
SANTIAGO • BUENOS AIRES
Inscripción Registro de Propiedad Intelectual NT 195.141
ALFREDO PÉREZ SÁNCHEZ • ENRIQUE DONOSO SIÑA

Prohibida la reproducción total o pardal de este libro


por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo
las fotocopias, sin el permiso escrito de los editores.

Dirección General: Ramón Alvarez Minder


Dirección Editorial: María Pilar Marín Villasante

Cuarta Edición, 2011. Editorial Mediterráneo Ltda.


Avda. Andrés Bello N° 1.587-1.591, Providencia, Santiago de Chile
ISBN: 978-956-220-314-2
Diseño y diagramación (portada e interior): info@tooldiseno.cl
Impreso en Chile por: Worldcolor Chile S.A.
índice

Prólogo a la Primera Edición xix Anatomía microscópica de las tubas uterinas


(trompas de Falopio) 32
Prólogo xxi Anatomía microscópica del cuerpo uterino 33
Introducción. Mortalidad materna en las Américas xxüi Anatomía microscópica del cuello uterino 36
Anatomía microscópica de la vagina 40
Anatomía microscópica de la vulva 41
PRIMERA PARTE Anatomía microscópica de la mama femenina 42
BASES MORFOLÓGICAS, FISIOLÓGICAS Y BIOÉTICAS DE LA
REPRODUCCIÓN HUMANA Capítulo 3. Ciclo menstrual 46
H.B. CROXATTO, P. VIG/L, M.E. ORTIZ
Capítulo 1. Anatomía macroscópica Ciclo ovárico 47
del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea 3
Producción y secreción de las hormonas ováricas 50
H. ODDÓ, M. CAMUS, H. G/RALDES
Biosíntesis de las hormonas ováricas 50
Aparato genital femenino 3 Fluctuaciones hormonales durante el ciclo
Genitales internos 3 menstrual 52
Genitales externos 10 Gonadotrofinas y esferoides sexuales 53
Diafragma pelviano 11 Otras hormonas 56
Periné 12 Regulación del ciclo menstrual 57
Anatomía de la pelvis ósea 13 Control de la descarga preovulatoria
Diámetros de la pelvis 15 de gonadotrofinas 58
Topografía de la pelvis 16 Control de la ciclicidad 59
Topografía de la excavación pelviana 17 Respuesta de algunos efectores a las variaciones
Clasificación morfológica de la pelvis 17 hormonales del ciclo menstrual 59
Aspectos clínicos de la pelvis ósea en obstetricia . 18 Diagnóstico clínico de la ovulación en la mujer ... 65
Anatomía de la mama 19
Capítulo 4. Gametogénesis 70
I rrigación 19
E. BUSTOS-OBREGÓN, R. MORENO, M.E. ORTIZ, H.B. CROXATTO
Drenaje linfático 20
Anatomía muscular y nerviosa 21 Ovogénesis 70
Embriología y desarrollo 22 Espermatogénesis 74
Anatomía de la axila 23 Capítulo 5. Transporte ovular, migración
Lím ¡tes 23 espermática, fecundación, desarrollo
Contenido 23 preimplantacional y nidación 89
Fascias de la axila 24 H.B. CROXATTO, M.E. ORTIZ, P. MORALES
Linfonodos de la axila 25
Transporte ovular 89
Capítulo 2. Anatomía microscópica Migración espermática 93
del aparato genital femenino y mama 28 Fecundación 95
R. GEJMAN, I. DUARTE Desarrollo preimplantacional 99
Anatomía microscópica del ovario ... 28 Nidación 101
Capítulo 6. Desarrollo embrionario y elementos Modificaciones glandulares 212
de fetación 108 Modificaciones en el crecimiento del pelo 212
M. ROJAS, A. RODRÍGUEZ, M.A. MONTENEGRO Modificaciones dentarias 212
Período embrionario 108 Órganos de los sentidos 212
Período feta I 119 Sistema musculoesquelético 212
Organogénesis 120 Modificaciones metabólicas ................................... 213
Modificaciones del aparato respiratorio .................... 215
Capítulo 7. Placenta 136 Modificaciones del tracto gastrointestinal ................. 217
L SOBREVIA, P. CASANELLO Modificaciones del riñon y tracto urinario ................. 218
Tipos de placenta 136 Modificaciones de la función renal .......................... 218
Etapas de la placentación 138 Alteraciones hematológicas en el embarazo ............. 218
Invasión del trofoblasto 140 Modificaciones del aparato genital .......................... 220
Estructura de las vellosidades placentarias 141 Modificaciones mamarias ...................................... 222
Formación del corión y decidua 142 Modificaciones psicológicas del embarazo y parto ..... 223
Circulación placentaria materna 143
Vasculogénesis y angiogénesis en la placenta ... 144 Capítulo 11: El inicio de la vida humana:
Placenta, cordón umbilical y membranas Perspectiva bioética ............................................... 226
ovulares 144 F. LEÓN, S. PÉREZ
Inmunología en la unidad madre-feto 146 El embrión humano: Ser humano, individuo
Barrera física inmunológica 146 y persona ........................................................ 226
Barrera metabólica inmunológica (citoquinas Inicio de la vida humana ....................................... 228
y otras moléculas) 146 Consecuencia del análisis de los datos biológicos ..... 230
Síntesis de hormonas en la placenta humana 148
Hormonas peptídicas 148 SEGUNDA PARTE
Factor liberador de corticotrofina 150 EMBARAZO v PARTO
Hormonas esferoidales 151
Síntesis de otras moléculas en la placenta 153 Capítulo 12. Semiología obstétrica:
Transporte transplacentario de sustratos rnetabólicos 155 Diagnóstico de embarazo ........................................ 235
Difusión y mecanismos de transporte 156 A. PÉREZ
Transporte a través de la barrera placentaria 156 Anamnesis ........................................................... 235
Examen físico general ........................................... 238
Capítulo 8. Líquido amniótico 177
Examen ginecoobstétrico ....................................... 239
L OTAÑO, G. IZBIZKY, H. AIELLO
Examen obstétrico ................................................ 242
Medición del volumen del líquido amniótico 178 Exploración ginecológica ........................................ 245
Alteraciones del volumen del líquido amniótico 180 Procedimientos complementarios de exploración
Am n iocentes is 185 en obstetricia ................................................... 248
Proteómica en líquido amniótico 187 Algunas definiciones de uso frecuente
en obstetricia y medicina perinatal ..................... 250
Capítulo 9. Fisiología fetal 192
Diagnóstico de embarazo ....................................... 251
J.P. FlGUEKOA

Metabolismo fetal 192 Capítulo 13. Control prenatal .................................. 257


Crecimiento fetal 193 £. DONOSO
Sistema endocrino fetal 195 Objetivos del control prenatal ................................. 260
Sistema cardiovascular 196 Frecuencia del control prenatal ............................... 272
Sistema respiratorio 198 Exámenes de laboratorio en el control prenatal ......... 273
Sistema gastrointestinal 201 El carné perinatal .................................................. 275
Función renal fetal 202 Síntomas maternos habituales durante el control
Sistema nervioso central 203 prenatal .......................................................... 276
Sistema ¡nmunitario 203 Vacunación antitetánica prenatal ............................ 279
Intercambio gaseoso materno-fetal 204 Diagnóstico y manejo nutricional
Respuesta fetal a la hipoxia 205 de la embarazada ............................................. 279
El modelo OMS de control prenatal ......................... 281
Capítulo 10. Modificaciones fisiológicas durante
el embarazo 210 Capítulo 14. Nutrición de la embarazada .................. 288
A.M. LAP/OUS, J. ORTÍ F. MARDONES, M. FARÍAS
Modificaciones fisiológicas de la piel Requerimientos nutricionales ................................. 288
en el embarazo 210 Antropometría materna .......................................... 295
Modificaciones vasculares 211 Composición corporal materna ............................... 297
Hipótesis del origen temprano de las enfermedades Diagnóstico diferencial de la hemorragia
crónicas del adulto 298 posparto 365
Recomendaciones dietéticas 299 Tratamiento médico de la hemorragia posparto .... 365
Tratamiento quirúrgico de la hemorragia
Capítulo 15. Fisiología de la contracción uterina 306 posparto 366
J. CARVAJAL, C.A. GONZÁLEZ Hipopituitarismo posparto 366
Características de la célula miometrial 306
Capítulo 18. Actitud, situación, presentación
Mecanismo molecular de la contracción
307 y posición fetal 370
del músculo liso miometrial
A. PÉREZ
Mecanismo propulsivo de la contracción uterina 310
Estudio de la contracción uterina 311 Actitud fetal 370
Características de la contracción uterina 312 Situación fetal 370
Contracción uterina fisiológica. Triple gradiente Presentación fetal 371
descendente 313 Posición fetal 373
Consecuencias de la contracción uterina 316 Algunas consideraciones sobre la cabeza del feto
Control clínico de la contractilidad uterina 318 de término 374
El cuello uterino durante el embarazo y el parto 319
Capítulo 19. El parto en presentación de vértice 376
322 A. PÉREZ
Capítulo 16. Deterninismo del parto
J. CARVAJAL Diagnóstico de la presentación de vértice 376
Fases uterinas del embarazo 322 Mecanismo del parto en la presentación de vértice ... 379
Mantención de la quiescencia miometrial 323 Atención del parto en presentación de vértice 382
Activación miometrial 331 Modificaciones plásticas de la cabeza fetal
Inicio del trabajo de parto 331 en el parto de presentación de vértice 385
Regulación de la maduración del cuello uterino 335 Capítulo 20. Presentaciones cefálicas deflectadas 387
A. PÉREZ
Capítulo 17. El parto 340
Presentación de cara 387
A. PÉREZ, J.A. RÓBLETE
Presentación de frente 388
Etapas del parto 340
Presentación de sincipucio 389
Modificaciones fisiológicas determinadas
por la actividad contráctil del útero Capítulo 21. El parto en presentación podálica 391
durante el parto 341 A. PÉREZ
Intercambio gaseoso fetal durante la contracción
Etiología 391
uteri na 345
Variedades de presentación podálica 392
Período de dilatación (1ra etapa del parto) 345
Diagnóstico de la presentación podálica 392
Diagnóstico de inicio del trabajo de parto 345
Posiciones de la presentación podálica 394
Preparación de la madre para el parto 346
Mecanismo del parto en presentación podálica 394
Control y conducción del período de dilatación .. 347
Atención del parto en presentación podálica 396
Dinámica uterina 347
Morbimortalidad perinatal en el parto en podálica .... 400
Latidos cardiofetales (LCF) 350
Versión externa 401
Exploración vaginal 352
Posición materna 352 Capítulo 22. Presentación de tronco 403
Analgesia y anestesia obstétrica 353 A. PÉREZ
Partograma y prueba de trabajo de parto. Presentaciones oblicuas 405
Curvas normales de parto 353
Período expulsivo (2da etapa del parto) 356 Capítulo 23. Fórceps y vacuum extractor:
Atención del período expulsivo 358 Parto vaginal operatorio 407
Alumbramiento (3ra etapa del parto) 360 J.A. POBLETE, U. N/COLINI (f)
Fisiología del alumbramiento 360 Incidencia 407
Semiología del desprendimiento placentario 360 Clasificación 407
Técnica de atención del alumbramiento 361 Descripción y diseño del fórceps 408
Recuperación posparto inmediato 362 Fuerzas ejercidas por el fórceps 410
Adherencia normal de la placenta 362 Funciones del fórceps 410
Revisión del canal de parto y de la cavidad Indicaciones de la extracción fetal con fórceps 411
uterina postalumbramiento 363 Condiciones para la aplicación de fórceps 411
Hemorragias del alumbramiento Entrenamiento del profesional que realiza
y del postalumbramiento 363 el fórceps 412
Causas de hemorragia posparto 364 Técnicas para la aplicación correcta del fórceps ... 412
Principios generales de la aplicación del fórceps ... 412 Complicaciones anestésicas 461
Introducción de las ramas 413 Infección de herida operatoria en cesárea
Articulación de las ramas 414 (infección del sitio quirúrgico) 461
Ventajas y desventajas de los fórceps analizados ... 415 Medidas generales de prevención de infección
Aplicaciones de fórceps en la presentación de heridas 463
de vértice 415 Fasceítis necrotizante 466
Fórceps en posiciones oblicuas anteriores 416
Capítulo 26. Anestesia en obstetricia 474
Fórceps en posiciones oblicuas posteriores 416
H.J. LACASSIE, H.P. LACASSIE
Fórceps en posiciones transversas 417
Aplicación de fórceps en presentación de cara 418 Vías de inervación del aparato genital 474
Aplicación de fórceps en la cabeza última Anestésicos locales 474
del parto en podálica 418 Anestesia regional 477
Aplicación de fórceps en la operación cesárea 418 Analgesia epidural 478
Morbilidad materna 419 Anestesia subaracnoidea 481
Morbimortalidad perinatal 419 Anestesia pudenda 482
Prueba de fórceps y fórceps frustro 420 Anestesia paracervical 482
Extracción fetal por vacío: Vacuum extractor 421 Anestesia infiltrativa local 483
Indicaciones y condiciones para la aplicación Analgesia y resultado obstétrico 483
deVE 421 Opioides y anestésicos locales 485
Descripción del VE 422 Complicaciones de los bloqueos regionales 486
Funciones del VE 423 Analgesia intravenosa 489
Técnica de aplicación 423 Anestesia en operación cesárea 490
Complicaciones 423 Anestesia general para operación cesárea 494
Comparación de VE con fórceps 424 Vía aérea en la paciente embarazada 496
Espátulas 424 Anestesia en patología obstétrica 499
Complicaciones 426 Anestesia no obstétrica durante el embarazo 501
Dolor postoperatorio 502
Capítulo 24. Operación cesárea 428
Dolor crónico poscesárea 503
A. MAZZONI, J.M. BELIZÁN, F. ALTHABE
Tasas de cesárea abdominal en el mundo 428 Capítulo 27. Embarazo ectópico 511
Indicaciones de operación cesárea 429 R. MAC AYA
Cuidado preoperatorio 431 Epidemiología 511
Anestesia en la operación cesárea 432 Fisiopatología 515
Procedimiento quirúrgico 432 Diagnóstico 518
H isterotomía 433 Tratamiento 522
Extracción fetal y placentaria 434 Fertilidad después de un embarazo ectópico 527
Cierre del útero y de la pared abdominal 434
Capítulo 28. Aborto 530
Técnica de Pelosi 434
S. SILVA
Complicaciones 435
Complicaciones a largo plazo 435 Aborto espontáneo 530
Etiología 531
Capítulo 25. Puerperio 439 Diagnóstico 535
S. SILVA, A. PÉREZ Tratamiento 538
Puerperio normal 439 Aborto habitual o recurrente 540
Atención del puerperio normal 443 Aborto inducido 546
Indicaciones a la puérpera 445 Aborto provocado, séptico, clandestino
Puerperio patológico 446 o ilegal 547
Infección puerperal 448 Diagnóstico 552
Concepto de fiebre en el puerperio 448 Tratamiento 554
Endometritis puerperal 448
Capítulo 29. Enfermedad trofoblástíca gestacional 562
Sacroileítis séptica 452
M. CUELLO, N. BARRENA, J. BRAÑES, R. GEJMAN
Trombofeblitis séptica pelviana 453
Mastitis aguda 454 Enfermedad trofoblástica gestacional: Mola
Septicotoxemia perfríngens 457 hidatidiforme 563
Shock séptico 458 Neoplasia trofoblástica gestacional (NTG) 567
Otras infecciones del puerperio 459 Tumor trofoblástico del sitio de inserción
Complicaciones médicas 460 placentaria y tumor trofoblástico epiteloideo 568
Complicaciones quirúrgicas 460 Manejo de la ETG 569
Capítulo 30. La adolescente embarazada 577 Definición de restricción del crecimiento fetal
X. LUENGO, A. ¿EPEDA, R. MOL/NA y otros términos relacionados 702
Datos epidemiológicos 578 Fisiopatogenia 703
Etiología 703
Diagnóstico 706
TERCERA PARTE Conducta obstétrica 711
MEDICINA PERINATAL
Capítulo 36. Parto prematuro 717
Capítulo 31. Embarazo de alto riesgo 591
J. CARVAJAL, J. POBLETE
E. OYARZÚN, B. DONOSO
Etiopatogenia 717
Cuidado preconcepcional 591
Infección y parto prematuro 720
Evaluación del riesgo materno-perinatal 596
Isquemia uteroplacentaria y parto prematuro 721
Prevención del parto prematuro 602
Disfunción cervical y parto prematuro 722
Anomalías congénitas 603
Diagnóstico 722
Restricción del crecimiento intrauterino (RCIU) 606
Tratamiento 723
Asfixia perinatal 608
Tratamientos específicos para el manejo
Embarazo múltiple 609 del trabajo de parto prematuro 727
Recomendaciones 614 Inducción de madurez pulmonar 735
Capítulo 32. Evaluación de la edad gestacional, Tratamiento antibiótico profiláctico 737
madurez y bienestar fetal durante el embarazo 617 Rol de la amniocentesis en el manejo del trabajo
de parto prematuro 738
J.A. POBLETE
Cerclaje de emergencia en el manejo del trabajo
Evaluación de los procedimientos diagnósticos 617
de parto prematuro 740
Diagnóstico de la edad gestacional 618
Atención del parto prematuro 740
Diagnóstico del bienestar fetal durante el embarazo ... 623
Monitorización de la unidad fetoplacentaria 624 Capítulo 37. Embarazo gemelar y múltiple 745
Cordocentesis 638 J. BECKER, E. GRATACÓS

Capítulo 33. Ultrasonografía en obstetricia 644 Epidemiología 745


H. MUÑOZ, M. PARRA, D. PEDRAZA
Clasificación y definiciones 746
Importancia de la corionicidad 747
Bioseguridad del ultrasonido diagnóstico 644
Diagnóstico prenatal 749
Ultrasonido de rutina en el control prenatal 644
Complicaciones maternas 750
Determinación de la edad gestacional y del peso fetal ... 646
Parto prematuro 751
Anatomía fetal y malformaciones congénitas
Restricción del crecimiento intrauterino, gemelos
más frecuentes 648
discordantes y restricción selectiva
Determinación de riesgo perinatal 665
del crecimiento fetal 752
Determinación de riesgo de aneuplodías 666
Óbito de un gemelo 754
Hemodinamia fetal 668
Complicaciones propias de los gemelos
Procedimientos invasivos 670
monocoriales 755
Ultrasonido 3D y 4D 671
Control del embarazo múltiple 763
Capítulo 34. Evaluación de la condición fetal Parto en embarazo gemelar y múltiple 764
durante el trabajo de parto 676
Capítulo 38. Embarazo prolongado 770
J. CARVAJAL, C. VERA
D. LARRAÍN, E. DONOSO
Antecedentes históricos 676
Epidemiología 770
Mecanismos fetales de control de la frecuencia
cardíaca 676 Etiología 770
Factores que afectan la oxigenación fetal durante Diagnóstico 773
el trabajo de parto 677 Manejo del embarazo prolongado 774
Evaluación de la condición fetal durante el parto ... 678 Interrupción del embarazo 776
Métodos de registro de la frecuencia cardíaca 679 Manejo ¡ntraparto del embarazo prolongado 776
Vigilancia fetal intraparto mediante cardiotocografía 682 Prevención del embarazo prolongado 777
Interpretación de la cardiotocografía (CTG) 691
Capítulo 39. Rotura prematura de membranas,
Recomendaciones para el uso de CTG 693 corioamnionitis y respuesta inflamatoria fetal 781
Electrocardiograma fetal 698 R. GÓMEZ, J. KAF, M. CARSTENS, M. SCHEPELER
Capítulo 35. Restricción del crecimiento fetal 702 Función y estructura de las membranas ovulares 781
R. FESCINA, B. DE Muao Factores de riesgo para RPM de pretérmino 782
Crecimiento fetal normal 702 Infección/inflamación intrauterina y RPM 784
Diagnóstico de RPM 789 Capítulo 42. Alteraciones de la coagulación
Complicaciones maternas, fetales y neonatales durante el embarazo 876
asociadas a la RPM 791 J. PEREIRA, J. CARVAJAL, P. ZÚÑ/GA
Manejo general de la RPM 793 Fisiología del sistema hemostático 876
Manejo de la paciente con RPM mayor Cambios del sistema hemostático en el embarazo 879
de 35 semanas 794 Coagulopatías congénitas y embarazo 880
Manejo de la paciente con RPM de pretérmino Embarazo en mujeres portadoras de hemofilia 883
entre las 24 y 34 semanas 796 Coagulación intravascular diseminada 886
Rotura prematura de membranas antes de las Trombofilias y embarazo 890
24 semanas 804
Situaciones clínicas especiales 806 Capítulo 43. Enfermedad hemolítica perinatal 905
L VOTO, J. ORT¡
Capítulo 40. Metrorragias de la segunda mitad
de la gestación 814 Incompatibilidad sanguínea materno-fetal 905
J. PALACIOS, Á. FIORILLO, A. FERNÁNDEZ
Patogenia y fisiopatología de la EHP 908
Anemia fetal y amniocentesis 909
Placenta previa 815
Anemia fetal y ultrasonografía Doppler 910
Placenta acreta, increta o percreta 819
Anemia fetal y cordocentesis 911
Desprendimiento prematuro de placenta
Control prenatal de la paciente Rh negativa 911
normoinserta (DPPNI) 824
Tratamiento antenatal de incompatibilidad
Vasa previa 829
materno-fetal severa por factor Rh 913
Rotura uterina 830
Conducta obstétrica 914
Capítulo 41. Síndromes hipertensivos Profilaxis de la isoinmunización por factor Rh 916
y embarazo 836
Capítulo 44. Colestasia intrahepática
VALDÉS, E. OYARZÚN, J. CORTHORN
del embarazo 920
Clasificación, definiciones e incidencia 837 R, ZAPATA, J.C. GLASINOVIC
Casos de los síndromes hipertensivos 838
Definición 920
Riesgo materno y fetal en el síndrome
hipertensivo del embarazo Epidemiología 921
838
Diagnóstico de hipertensión arterial en la mujer Etiopatogenia 921
embarazada 839 Cuadro clínico 922
Regulación de la presión arterial en el embarazo Exámenes de laboratorio 923
normal 840 Diagnóstico 924
Preeclampsia-eclampsia 841 Riesgo perinatal 924
Fisiopatología 842 Conducta obstétrica 925
Alteraciones de los mecanismos reguladores Tratamiento de la colestasia y del prurito 926
de presión arterial 847
Capítulo 45. Infecciones bacterianas durante
Alteraciones morfológicas y funcionales
el período perinatal 930
en la preeclampsia-eclampsia 847
M. FERRÉS, P. VIAL, F. MOYA
índices predictores de preeclampsia 849
Prevención de la preeclampsia 850 Streptococcus agalactiae (estreptococo grupo B) 931
Cuadro clínico 853 Listeria monocytogenes 933
Estudio de la embarazada hipertensa 853 Clostridium tetani 934
Tratam iento 856 Infecciones intrahospitalarias 935
Síndrome de HELLP 858 Enfermedades bacterianas de transmisión sexual 935
Eclampsia 858 Gonorrea 939
Tratamiento 859 Mycoplasma hominis 940
Drogas antihipertensivas 860 Ureaplasma urealytícum 940
H ipertensión esencia I 864 Chlamydia trachomat/s 940
Hipertensión arterial secundaria 864 Capítulo 46. Infecciones virales congénitas
Hiperaldosteronismo primario (HAP) 865 y perinatales 945
Coartación de la aorta 866 P. VIAL, K. ABARCA, J. WILHELM, S. STAGNO
Feocromocitoma 866
Herpes simplex 946
Conducta posparto en mujeres que han presentado
Varicela zóster 951
hipertensión durante el embarazo 867
Citomegalovirus 953
Virus rubéola 955
Virus hepatitis 958
Parvovirus B19 961 Control glicémico en la resolución del embarazo ... 1040
Rotavirus 962 Manejo en el puerperio 1041
Enterovirus 963 Diabetes gestacional 1041
Virus papiloma humano (VPH) 963 Historia y epidemiología 1041
Virus de la coriomeningitis linfocitaria 964 Fisiopatología 1041
Virus del Nilo Occidental (West N¡le] 964 Diagnóstico 1043
Virus de la ¡nmunodeficiencia humana (VIH) 964 Control metabólico 1045
Insulinoterapia 1045
Capítulo 47. Infecciones perinatales por parásitos Interrupción del embarazo 1048
y hongos 972 Vía de parto 1048
P. MUÑOZ, M. TORRES, M. ENDE/ZA
Puerperio 1049
Enteroparasitosis 972 Manejo alejado posdiabetes gestacional 1049
Histoparasitosis 976 Proyecciones 1050
Otras parasitosis 985
Infecciones por hongos 985 Capítulo 50. Enfermedades endocrinológicas
Epidemiología 986 y embarazo 1053
Cuadro clínico y diagnóstico 986 £. APJEAGA
Tratamiento y pronóstico 988 Hipófisis 1053
Síndrome de Cushing 1055
CUARTA PARTE Hipopituitarismo 1055
PATOLOGÍA MÉDICA v EMBARAZO Enfermedad tiroidea en el embarazo y puerperio 1056
Paratiroides y embarazo 1062
Capítulo 48. Infección por el virus de Osteoporosis relacionada a embarazo y lactancia 1063
¡nmunodeficiencia humana (VIH) en el embarazo 997 Patología suprarrenal y embarazo 1064
C. PÉREZ, F. ABARZÚA Terapia esteroidal 1065
Etiopatogenia 997
Epidemiología 999 Capítulo 51. Cardiopatía y embarazo 1069
Efectos del VIH sobre el embarazo y el feto 1000 S. BRAUN
Diagnóstico 1002 Fisiología circulatoria y embarazo 1070
Conceptos básicos de la terapia antirretroviral (TAR) ... 1003 Síntomas y signos cardiovasculares
Manejo de la embarazada infectada con VIH 1004 en el embarazo 1071
Terapia antirretroviral (TAR) y embarazo 1004 Riesgo materno de la cardiópata embarazada 1071
Cesárea en la paciente infectada por VIH 1011 Riesgo fetal en el embarazo de la cardiópata 1072
Inmunoterapia 1011 Valvulopatías adquiridas 1072
Vitamina A 1012 Cardiopatías congénitas 1075
Lactancia materna 1012 Miocardiopatía periparto 1075
Coinfección con el virus de la hepatitis C (VHC) 1012 Hipertensión pulmonar primaria 1076
Coinfección con el virus de la hepatitis B (VHB) 1013 Arritmias cardíacas 1076
Resumen de manejo de la embarazada con VIH 1014 Cardiopatía coronaria 1076
Hipertensión arterial (HTA) 1076
Capítulo 49. Diabetes y embarazo 1019
Profilaxis de endocarditis infecciosa 1077
P. OLMOS, C. BELMAR
Recomendaciones generales para el manejo
Fisiología del metabolismo glucídico de la cardiópata embarazada 1077
sin embarazo 1019 Drogas frecuentemente utilizadas en la cardiópata
Fisiología del metabolismo glucídico embarazada 1077
en embarazo normal 1024 Cardiopatía y lactancia 1079
Clasificación 1026 Cardiopatía y planificación familiar 1079
Diabetes pregestacional 1027
Epidemiología 1027 Capítulo 52. Enfermedades respiratorias
Fisiopatología 1028 y embarazo 1082
Efecto de la diabetes pregestacional C. LISBOA, P. BARRÍA, F. BALDÍAS, O. DÍAZ
en el embarazo 1030 Función respiratoria durante el embarazo 1082
Manejo preconcepcional 1034 Asma y embarazo 1085
Cuidados gestacionales 1035 Neumonía y embarazo 1089
Control metabólico 1037 Tuberculosis y embarazo 1092
Interrupción del embarazo 1039 Embolia pulmonar 1095
Capítulo 53. Enfermedades nefrourológicas Desórdenes del apetito 1156
y embarazo 1102 Psicofarmacología 1156
A. JARA, C. ULLOA Escala de depresión posnatal de Edimburgo 1159
Cambios fisiológicos nefrourológicos durante
Capítulo 57. Enfermedades del tejido conectivo
la gestación 1102
y embarazo 1162
Infección urinaria 1104
S. JACOBELLI
Litiasis renal 1106
Embarazo en pacientes con enfermedades renales .... 1107 Lupus y embarazo 1162
Glomerulopatías y embarazo 1108 Artritis reumatoide y embarazo 1168
Insuficiencia renal aguda y embarazo 1109 Esclerodermia y embarazo 1169
Necrosis cortical renal 1110 Espondiloartropatía y embarazo 1170
Hígado graso agudo del embarazo 1110 Síndrome antifosfolípido 1170
Obstrucción urinaria 1111 Vasculitis y embarazo 1173
Síndrome nefrósico y embarazo 1111 Capítulo 58. Enfermedades hematológicas
Embarazo en diálisis y trasplante renal 1111 y embarazo 1176
Drogas inmunosupresoras 1113 M. OCQUETEAU, A. RODRÍGUEZ, J. NEIRA
Manejo general de la embarazada nefrópata 1114
Anemia y embarazo 1176
Capítulo 54. Enfermedades digestivas y embarazo 1118 Neoplasias hematológicas malignas y embarazo 1181
V. VALDIVIESO Trombopenia y embarazo 1184
Tracto gastrointestinaI 1118 Capítulo 59. Enfermedades dermatológicas
Hígado 1122 y embarazo 1190
Patología biliar y pancreática 1128 M. ClFUENTES, M.L. PÉREZ-COTAPOS

Capítulo 55. Enfermedades neurológicas Cambios fisiológicos de la piel 1190


y embarazo 1131 Tumores cutáneos influenciados por el embarazo 1192
J. TAPIA, j. GODOY, C. JURI, M. SOZA Dermatosis específicas del embarazo 1192
Infecciones genitales de importancia perinatal 1196
Epilepsia 1131
Infestaciones parasitarias frecuentes durante
Cefalea 1133
el embarazo 1198
Tumores del SNC 1133
Dermatosis influenciadas por el embarazo 1198
Trastornos del movimiento 1134
Medicamentos y embarazo 1200
Accidentes vasculares encefálicos 1134
Preeclampsia-eclampsia 1138 Capítulo 60. Cáncer y embarazo 1203
Mononeuropatfas 1139 M. CUELLO, N. BARRENA
Pol ¡neuropatías 1141 Efectos del embarazo sobre el cáncer 1204
Miopatías 1142 Efectos del cáncer sobre el embarazo 1206
Capítulo 56. Complicaciones psiquiátricas Enfrentamiento del cáncer según lugar
en obstetricia: Guía para el equipo obstétrico 1146 de presentación 1211
P. TORRES, M.A. FRÍAS, S. VALDIVIESO
Factores generales de alto riesgo para QUINTA PARTE
las complicaciones psiquiátricas EL RECIÉN NACIDO
en obstetricia (CPO) 1147
Factores de alto riesgo relacionados Capítulo 61. Morbilidad y mortalidad neonatal 1223
con la concepción 1149 A. GONZÁLEZ, F. MARDONES
Factores de alto riesgo en el segundo trimestre Definiciones 1223
de gestación 1149 Causas de muerte neonatal 1225
Resultados anormales de exámenes Evolución de la mortalidad neonatal e infantil
y procedimientos 1150 en algunos países de América 1229
Cáncer de mama 1150
Capítulo 62. Evaluación del recién nacido 1233
Factores de alto riesgo en parto y puerperio 1150
S. URZÚA, Á. GONZÁLEZ, J.L TAPIA
Factores de alto riesgo en el posparto 1151
Depresión perinatal 1152 Historia clínica 1233
Depresión posparto 1154 Atención inmediata y evaluación inicial del recién
Dragadicción 1155 nacido en sala de parto 1233
Psicosis endógenas 1156 Examen físico sistemático del recién nacido 1239
Exploración neurológica del recién nacido 1244 Capítulo 65. Hiperbilirrubinemia neonatal 1276
Signos y síntomas de riesgo en el recién nacido 1245 Á. GONZÁLEZ, P. Toso
Supervisión de la transición 1248 Metabolismo de la blllrrubina e ictericia fisiológica .... 1276
Valores de laboratorio en el recién nacido 1249 Toxicidad de la bilirrubina 1277
Hiperbllirrubinemia patológica 1278
Capítulo 63. Reanimación neonatal
Aproximación clínica al RNT con ictericia 1280
y asfixia perinatal 1251
Criterios para indicación de fototerapia
J. FABRES, H. GONZÁLEZ
y/o exanguinotransfusión según corresponda 1282
Reanimación neonatal 1251 Tratamiento 1283
Fisiopatología 1251 Fototerapia 1283
Etapas de la reanimación 1251 Exangulnotransfusión (ET) 1284
Ventilación a presión positiva 1254 Tratamiento específico para algunas enfermedades ... 1284
Masaje cardíaco 1255 Ictericia del prematuro 1285
Intubación 1255
Medicamentos 1256 Capítulo 66. Lactancia 1288
Aspectos éticos 1257 V. VALOES, P.O. ANDERSON
Asfixia perinatal 1257 Fisiología y manejo clínico de la lactancia 1288
Definición 1257 Desarrollo de la glándula mamaria 1288
Etiología 1258 Regulación de la síntesis y secreción de la leche 1290
Fisiopatología 1259 Regulación de la eyección de leche 1291
Manifestaciones clínicas 1259 Prácticas clínicas que apoyan el establecimiento
Tratamiento 1260 de la lactancia 1292
Pronóstico 1261 Técnicas y posiciones para amamantar 1293
Problemas de la madre al amamantar 1295
Capítulo 64. Problemas respiratorios
Destete 1297
del recién nacido 1263
Amenorrea de lactancia y fertilidad 1297
P. Toso, J.L TAPIA, E. BANCALARI Medicamentos y lactancia 1298
Fisiología 1263
Recién nacido con dificultad respiratoria 1264 Capítulo 67. Genética y perinatología 1302
Cuadros respiratorios en el recién nacido 1266 G. REPETTO, Á. INSUNZA, S. ILLANES
Infecciones respiratorias: Neumonía 1271 Aspectos generales de la genética 1302
Problemas respiratorios debido a alteraciones Mecanismos de las enfermedades genéticas 1304
congénitas de vía aérea y pulmón 1272 Evaluación clínica 1310
Problemas respiratorios crónicos: Evaluación de laboratorio 1315
Dlsplasia broncopulmonar (DBP) 1272 Manejo obstétrico 1326
Prevención de anomalías congénitas 1326
Colaboradores

DRA. KATIA ABARCA DRA. PAULINA BARRÍA DR. MARIO CARSTENS


Profesora de Pediatría Profesora de Medicina Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile

DR. FERNANDO ABARZÚA DR. JORGE BECKER DR. JORGE CARVAJAL


Profesor de Obstetricia y Ginecología Profesor de Obstetricia y Ginecología Profesor de Ginecología y Obstetricia
Facultad de Medicina Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile

DR. HORACIO AIELLO DR. JOSÉ BELIZÁN PAOLA CASANELLO, PhD


Especialista en Obstetricia Departamento de Investigación de Ma- Investigadora
Hospital Italiano de Buenos Aires dre y Niño Facultad de Medicina
Buenos Aires, Argentina Instituto de Efectividad Clínica y Sani- Pontificia Universidad Católica de Chile
taria (IECS)
DR. FERNANDO ALTHABE Buenos Aires, Argentina DRA. MlRTHA ClFUENTES
Departamento de Investigación en Sa- Profesora de Dermatología
lud de la Madre y el Niño DR. CRISTIAN BELMAR Facultad de Medicina
Instituto de Efectividad Clínica y Sani- Profesor de Obstetricia y Ginecología Pontificia Universidad Católica de Chile
taria (IECS) Facultad de Medicina
Buenos Aires, Argentina Pontificia Universidad Católica de Chile JENNY CORTHORN
Investigadora Asociada
DR. PHILIP O. ANDERSON DR. JORGE BRAÑES Departamento de Nefrología
Clinical Professor of Pharmacy Profesor de Obstetricia y Ginecología Facultad de Medicina
University of California Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile
San Diego, CA, EE.UU. Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. HORACIO B. CROXATTO
DR. EUGENIO ARTEAGA DRA. SANDRA BRAUN Profesor de Ciencias Biológicas
Profesor de Medicina Profesora de Medicina Universidad de Santiago de Chile
Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile DR. MAURICIO CUELLO
Profesor de Obstetricia y Ginecología
DR. EDUARDO BANCALARI DR. EDUARDO BUSTOS-ÜBREGÓN Facultad de Medicina
Profesor de Pediatría Profesor de Biología Molecular Pontificia Universidad Católica de Chile
Facultad de Medicina Facultad de Medicina
University of Miami - Jackson Memo- Universidad de Chile DR. BREMEN DE Mucio
rial Medical Center Centro Latinoamericano de Perinatolo-
Florida, EE.UU. DR. MAURICIO CAMUS gía/Salud de la Mujer y Reproductiva
Profesor de Cirugía (CLAP/SMR)
DR. NICANOR BARRENA Facultad de Medicina Organización Panamericana de la Sa-
Profesor de Obstetricia y Ginecología Pontifica Universidad Católica de Chile lud, Oficina Regional (OPS/OMS)
Facultad de Medicina Uruguay
Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. ORLANDO DÍAZ DR. ÁNGEL FlORILLO DR. SEBASTIÁN ILLANES
Profesor de Medicina Profesor de Obstetricia y Ginecología Departamento de Obstetricia y Gineco-
Facultad de Medicina Centro de Educación Médica e Investi- logía
Pontificia Universidad Católica de Chile gaciones Clínicas (CEMIC) Facultad de Medicina
Buenos Aires, Argentina Universidad de los Andes
DRA. BERNARDITA DONOSO Santiago, Chile
Departamento de Obstetricia y Gineco- Ma ANGÉLICA FRÍAS, MD
logía Psiquiatra DR. ALVARO INSUNZA
Facultad de Medicina Houston, Texas Unidad de Gestión Clínica de la Mujer
Pontificia Universidad Católica de Chile EE.UU. Hospital Padre Hurtado
Facultad de Medicina
DR. ENRIQUE DONOSO DR. ROGER GEJMAN Clínica Alemana - Universidad del De-
Profesor de Obstetricia y Ginecología Profesor de Anatomía Patológica sarrollo
Facultad de Medicina Facultad de Medicina Santiago, Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. GUSTAVO IZBIZKY
DR. IGNACIO DUARTE HUMBERTO GIRALDES Profesor de Obstetricia
Profesor de Anatomía Patológica Profesor de Anatomía Instituto Universitario del Hospital Ita-
Facultad de Medicina Clínica Alemana - Universidad del De- liano de Buenos Aires
Pontificia Universidad Católica de Chile sarrollo Argentina
Santiago, Chile
DRA. Ma Luz ENDEIZA DR. SERGIO JACOBELLI
Profesora de Pediatría DR. JUAN CARLOS GLASINOVIC Profesor de Medicina
Facultad de Medicina Profesor de Medicina Facultad de Medicina
Clínica Alemana - Universidad del De- Departamento de Enfermedades Diges- Pontificia Universidad Católica de Chile
sarrollo tivas
Santiago, Chile Clínica Alemana - Universidad del De- DR. AQUILES JARA
sarrollo Profesor de Nefrología
DR. JORGE FABRES Santiago, Chile Facultad de Medicina
Profesor de Pediatría Pontificia Universidad Católica de Chile
Facultad de Medicina DR. JAIME GODOY
Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor de Neurología DR. CARLOS JURI
Facultad de Medicina Departamento de Neurología
MARCELO PARÍAS Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina
Departamento de Obstetricia y Gineco- Pontificia Universidad Católica de Chile
logía DR. RICARDO GÓMEZ
Facultad de Medicina Profesor de Obstetricia y Ginecología DR. JYH KAE MÍEN SHY
Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina Profesor de Obstetricia y Ginecología
Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina
DR. ALBERTO FERNÁNDEZ Pontificia Universidad Católica de Chile
Centro de Educación Médica e Investi- DR. ALVARO GONZÁLEZ
gaciones Clínicas (CEMIC) Profesor de Pediatría DR. HÉCTOR J. LACASSIE
Buenos Aires, Argentina Facultad de Medicina Departamento de Anestesiología
Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina
DRA. MARCELA FERRÉS Pontificia Universidad Católica de Chile
Profesora de Pediatría DR. CRISTIAN GONZÁLEZ
Facultad de Medicina Departamento de Obstetricia y Gineco- DR. HÉCTOR P. LACASSIE
Pontificia Universidad Católica de Chile logía Profesor de Anestesiología
Facultad de Medicina Facultad de Medicina
DR. RICARDO FESCINA Pontificia Universidad Católica de Chile Universidad de Chile
Centro Latinoamericano de Perinatolo-
gía/Salud de la Mujer y Reproductiva DR. HERNÁN GONZÁLEZ DRA. ALICIA LAPIDUS
(CLAP/SMR) Profesor de Pediatría Profesora de Obstetricia
Organización Panamericana de la Sa- Facultad de Medicina Facultad de Medicina
lud, Oficina Regional (OPS/OMS) Pontificia Universidad Católica de Chile Universidad de Buenos Aires
Argentina Argentina
DR. EDUARDO GRATACÓS
DR. JORGE R FIGUEROA Profesor de Obstetricia y Ginecología DR. DEMETRIO LARRAÍN
Profesor de Obstetricia y Ginecología Hospital Clínico de Barcelona Departamento de Obstetricia y Gineco-
The Bowman Grey School of Medicine España logía
Wake Forest University Facultad de Medicina
Winston - Salem, Carolina del Norte, Pontificia Universidad Católica de Chile
EE.UU.
DR. FRANCISCO JAVIER LEÓN DR. FERNANDO MOYA DR. ENRIQUE OYARZÚN
Doctor en Filosofía y Letras Departamento Neonatología Profesor de Obstetricia y Ginecología
Universidad Valladolid New Hanover Regional Medical Center Facultad de Medicina
Magíster en Bioética Wilmington, N.C. Pontificia Universidad Católica de Chile
Universidad Santiago de Compostela Profesor de Pediatría
Profesor de Bioética Universidad de Carolina del Norte DR. JOSÉ M. PALACIOS-JARAQUEMADA
Facultad de Medicina Chapel Hill, N.C. EE.UU. Profesor de Obstetricia y Ginecología
Pontificia Universidad Católica de Chile Centro de Educación Médica e Investi-
DR. HERNÁN MUÑOZ gaciones Clínicas (CEMIC)
DRA. CARMEN LISBOA Profesor de Obstetricia y Ginecología Buenos Aires, Argentina
Profesora de Medicina Facultad de Medicina
Escuela de Medicina Universidad de Chile DR. MAURO PARRA
Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor de Obstetricia y Ginecología
DRA. PATRICIA MUÑOZ Facultad de Medicina
DRA. Ma XIMENA LUENGO Profesora de Parasitología Universidad de Chile
Profesora Facultad de Medicina
Centro de Medicina Reproductiva y Universidad Diego Portales DR. DANIEL PEDRAZA
Desarrollo Integral del Adolescente Santiago, Chile Profesor de Obstetricia y Ginecología
(CEMERA) Facultad de Medicina
Facultad de Medicina DR. JORGE NEIRA Universidad de Chile
Universidad de Chile Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina DR. JAIME PEREIRA
DR. RODRIGO MACAYA Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor de Hematología y Oncología
Profesor de Obstetricia y Ginecología Facultad de Medicina
Facultad de Medicina DR. UMBERTO NICOLINI (t) Pontificia Universidad Católica de Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor
Facultad de Medicina DR. ALFREDO PÉREZ SÁNCHEZ
DR. FRANCISCO MARDONES Universitá Degli Studi di Milano Profesor de Obstetricia y Ginecología
Profesor Italia Facultad de Medicina
Departamento de Salud Pública Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. MAURICIO OCQUETEAU
Facultad de Medicina DR. CARLOS PÉREZ
Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor de Hematología y Oncología
Facultad de Medicina Profesor de Medicina
DRA. AGUSTINA MAZZONI Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina
Departamento de Investigación en Sa- Pontificia Universidad Católica de Chile
lud de la Madre y el Niño DR. HERNÁN ODDÓ
Profesor de Obstetricia y Ginecología DRA. SOLEDAD PÉREZ
Instituto de Efectividad Clínica y Sani-
Facultad de Medicina Gineco-Obstetra
taria (I ECS)
Pontificia Universidad Católica de Chile Magíster en Bioética
Buenos Aires, Argentina
Chile
DR. RAMIRO MOLINA DR. PABLO OLMOS
Profesor de Medicina DRA. Ma LUISA PÉREZ-COTAPOS
Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina Profesora de Dermatología
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile Facultad de Medicina
Universidad de Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile
DRA. MARÍA A. MONTENEGRO DR. JORGE ORTÍ
Profesor de Obstetricia DR. JOSÉ A. POBLETE
Profesora de Embriología
Facultad de Medicina Profesor de Obstetricia y Ginecología
Facultad de Medicina
Universidad de Buenos Aires Facultad de Medicina
Universidad de Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile
PATRICIO MORALES Ma ELENA ORTIZ
Facultad de Ciencias Biológicas DRA. Ma GABRIELA REPETTO
Profesor
Pontificia Universidad Católica de Chile Centro de Genética Humana
Facultad de Ciencias Biológicas
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. LUCAS OTAÑO Clínica Alemana - Universidad del De-
DR. RODRIGO MORENO Profesor de Obstetricia sarrollo
Profesor de Medicina Universidad de Buenos Aires Santiago, Chile
Facultad de Medicina Profesor de Tocoginecología
Pontificia Universidad Católica de Chile Instituto Universitario del Hospital Ita-
liano de Buenos Aires
Argentina
DRA. ALEJANDRA RODRÍGUEZ DR. JOSÉ Luis TAPIA DR. CLAUDIO VERA
Departamento de Hematología y On- Profesor de Pediatría Profesor de Obstetricia y Ginecología
cología Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. JORGE TAPIA DR. PABLO VIAL
DR. ÁNGEL RODRÍGUEZ Profesor de Neurología Profesor de Pediatría
Profesor de Embriología Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile Clínica Alemana - Universidad del De-
Universidad de Chile sarrollo
DRA. MARITZA TORRES Santiago, Chile
DRA. MARIANA ROJAS Profesora de Parasitología
Profesora de Embriología Escuela de Medicina DRA. PILAR VIGIL
Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile Profesora
Universidad de Chile Facultad de Ciencias Biológicas
PATRICIO TORRES-LISBOA, MD Pontificia Universidad Católica de Chile
DR. FERNANDO SALDÍAS Psiquiatra
Profesor de Medicina Richmond, Virginia DRA. LILIANA VOTO
Facultad de Medicina EE.UU. Profesora
Pontificia Universidad Católica de Chile Departamento de Obstetricia y Gineco-
DRA. PAULINA Toso logía
DR. MANUEL SCHEPELER Unidad de Neonatología Facultad de Medicina
Servicio de Obstetricia y Ginecología Facultad de Medicina Universidad de Buenos Aires
Hospital Dr. Sótero del Río Pontificia Universidad Católica de Chile Argentina
Santiago, Chile
DR. CAMILO ULLOA DR. JAN WILHELM
DR. SERGIO SILVA Departamento de Nefrología Profesor de Pediatría
Profesor de Obstetricia y Ginecología Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile Clínica Alemana - Universidad del De-
Pontificia Universidad Católica de Chile sarrollo
Servicio de Obstetricia y Ginecología DRA. SOLEDAD URZÚA
Santiago, Chile
Hospital Dr. Sótero del Río Unidad de Neonatología
Santiago, Chile Facultad de Medicina DR. RODRIGO ZAPATA
Pontificia Universidad Católica de Chile Profesor de Medicina
Luis SOBREVIA, PnD Departamento de Enfermedades Diges-
Investigador DRA. GLORIA VALDÉS
tivas
Departamento de Obstetricia y Gineco- Profesora de Medicina
Clínica Alemana - Universidad del De-
logía Facultad de Medicina
sarrollo
Facultad de Medicina Pontificia Universidad Católica de Chile
Santiago, Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile
DRA. VERÓNICA VALDÉS
ANA ZEPEDA
DR. MARCO A. SOZA Pediatra y Médico Familiar
Tecnólogo Médico
Profesor de Neurología Departamento de Medicina Familiar
Bioestadística ICMER
Facultad de Medicina Facultad de Medicina
Santiago, Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile Pontificia Universidad Católica de Chile
DRA. PAMELA ZÚÑIGA
DR. SERGIO STAGNO DR. VICENTE VALDIVIESO
Profesora de Pediatría y Hematología y
Departamento de Pediatría Profesor de Medicina
Oncología
Escuela de Medicina Facultad de Medicina
Facultad de Medicina
Universidad de Alabama Pontificia Universidad Católica de Chile
Pontificia Universidad Católica de Chile
Birmingham, Virginia
DR. SERGIO VALDIVIESO
EE.UU.
Profesor de Psiquiatría
Facultad de Medicina
Pontificia Universidad Católica de Chile
Prólogo a la Primera Edición

Un logro científico puede ser el resultado del trabajo de un hombre,


pero su significado perdura solamente si su papel es parte del edificio erigido
por las generaciones de científicos del pasado o del presente.

(VÍCTOR F. WEISSKOPF)

Puede parecer intrusión indebida el que un fisiólogo acepte escapar a la fascinación que suscita el proceso que ge-
la misión de prologar un libro que condensa los saberes nera y multiplica la vida. ¿Podrían darse imágenes más
que son fundamentos prácticos y teóricos de especialida- deslumbrantes que aquéllas que derivan de las miríadas
des médicas que nunca ha practicado. Pero por encima del de procesos que van de los mensajes del código genético,
halago de vincularse a una obra tan ansiosamente espera- del encuentro y fusión de los gametos, del asombroso plan
da en el ambiente científico, está el sentido de apropiación organogenia) de la embriogénesis, a la perfecta adecuación
que brota de todo viejo profesor que siente identificarse en de las funciones maternas para el óptimo desenvolvimiento
la creatividad científica de sus ex discípulos. El autor de del nuevo ser?
este libro, el doctor Alfredo Pérez Sánchez, Profesor de Obs-
La verdad es que desde la más remota antigüedad pocos
tetricia y Ginecología, por varios lustros, durante un largo
fenómenos biológicos han resultado más atractivos para la
período de su carrera compartió conmigo muchas etapas
mente humana, que el organizado proceso de la formación
de la vida creativa del Laboratorio de Fisiología a mi car-
del embrión y su nacimiento como un nuevo individuo.
go. Desde estudiante, con ingenua curiosidad e inteligente
Mitos, supersticiones, vaticinios astrológicos, encubrieron
industriosidad, decidió adentrarse en los meandros de la
por siglos plausibles explicaciones científicas en torno a la
investigación fisiológica. Había en él de temprano, la voca-
ción de un médico humanista, profundamente interesado fecundidad, la gestación, el parto y la lactancia. El gran
por todo lo que engendra y sostiene la vida humana. Aristóteles, fascinado por el desarrollo del embrión de pollo,
nos dio no sólo una notable y objetiva descripción de la
Había, además, una singular inclinación por conocer los embriogénesis que culmina en un "ser", sino que encontró
procesos en toda su profundidad, como también un an- en este proceso la más sólida argumentación para funda-
sia por transmitir el saber con propiedad y claridad. No mentar la "causalidad" y la concepción teleológica de la
es extraño que desde hace largo tiempo haya sentido sus Naturaleza. Así y todo, la Obstetricia, la Ginecología y la
más caras aspiraciones didácticas. Esfuerzo que, por su Perinatología, hoy día afluentes de un mismo río, pueden
envergadura, ha debido esperar años de reposada reflexión calificarse como unas de las disciplinas médicas más jóve-
y de enjundiosa madurez intelectual. Todo esto ha hecho nes, cuyas verdaderas raíces científicas están inmersas en
posible la concurrencia de connotados especialistas en la los tiempos recientes. Si bien se dice que el pasado explica
redacción de los distintos capítulos que cubren lúcida y el presente, y estas disciplinas no son divorciables de la
cabalmente los aspectos más fundamentales de estas dis-
Medicina que fundara Hipócrates, la verdad es que la gran
ciplinas. avanzada de la Obstetricia y Ginecología sólo se produce
Pero hay además otras razones que legitimizan la vin- en el siglo xix para convertirse en arrolladura y espectacular
culación del fisiólogo con esta obra. Un fisiólogo no puede en las recientes décadas. Bastaría para apreciar la juventud

xix
OBSTETRICIA

de estas disciplinas recordar algunos hitos en el itinera- en este último siglo, han estado siempre incentivando la
rio del conocimiento. Es apenas en el siglo xvi cuando se invención de recursos técnicos de instrumentos, creando
completa una descripción concordante con la realidad ana- medios de exploración y análisis precisos, descubriendo
tómica del aparato genital femenino, cuando Fallopio des- agentes terapéuticos más y más eficaces, sin los cuales el
cribe la trompa que lleva su nombre. Es Regner de Graff progreso alcanzado sería inconcebible. La historia de los
(1641-1674), descubridor del folículo ovárico, quien se grandes hallazgos muestra que detrás de ellos hubo hom-
opuso a la teoría, hasta entonces aceptada y sostenida por bres que abandonando "el negocio" pudieron disponer de
Aristóteles, de que el huevo se formaba en el útero. Es sólo ratos de "ocio" para investigar, sólo posible si se siente la
en 1821 cuando William Bayer por primera vez anunció gran atracción de comprender y la ansiedad para explicar
haber visto el huevo humano. Estos pocos ejemplos dan el misterio que se oculta tras las apariencias. La clave está
muestras de la orfandad científica en que se desenvolvió la en que la búsqueda de la verdad tiene autonomía, vida
Obstetricia hasta la era avanzada de los tiempos modernos. propia, con un insoslayable propósito de saber, sostenido
Pero ¿no es aún más ilustrativo que el gran obstetra Ignacio por la irrefrenable curiosidad e inagotable capacidad de
Semmelweis (1818-1865), a pesar de la lucidez de sus asombro. Así, el incremento del saber ha sido prodigioso.
argumentos y de su épica lucha, no llegara en el año de Por desgracia toda medalla tiene su reverso: al extenderse y
su muerte a conocer la completa vindicación de su teoría enriquecerse el conocimiento se ha facilitado su división y
sobre la infección puerperal? Había probado con hechos subdivisión y la especialización, muchas veces a ultranza,
y estadísticas el carácter infeccioso de la fiebre puerperal ha sido el precio de esta continua ascensión.
y el efecto profiláctico de un antiséptico (un cierto tipo de
Los tres tomos de esta obra que sale a la luz son el tes-
agua de cloro); sin embargo, encontró una acre oposición
timonio vivo del espectacular avance alcanzado por estas
de eminentes cirujanos contemporáneos.
tres ramas de la Medicina y de la enorme proliferación de
Por siglos la Obstetricia estuvo exclusivamente en ma- conocimientos que hacen cada vez más segura y eficiente
nos de comadronas y avanzó lentamente por la intuición la labor profesional. Pero la información, o sea, la asimila-
de espíritus eximios. Operaba de vez en cuando la misma ción de las conquistas realizadas en los recientes años en
genialidad que hizo posible la construcción de la rueda, cada especialidad, representa la dificultad más seria que
de las armas, de acueductos, de fortalezas y aún de las experimenta el estudioso. Esta información casi siempre
catedrales. Sabemos que sin disponer de teorías científicas llega desperdigada, diseminada en monografías o en artí-
la humanidad pudo desarrollar una metalurgia elemental, culos repartidos en un sinnúmero de publicaciones que no
elaborar bellamente la cerámica, tejer la seda, etc. con sólo están, en general, al alcance de su mano. Aquí, en estos
rudimentos del saber sistemático. Pero como todo arte de tres tomos, se tiene la certeza de encontrar en capítulos
curar, no habría podido erigirse la Obstetricia en disciplina seleccionados, escritos por reputados especialistas, lo más
científica sin la emergencia de las teorías de las Ciencias fundamental que sirve de ilustración al pensamiento alta-
Naturales, sostenidas por la observación y la experimen- mente crítico que debe servir de guía a un profesional de
tación. Sin duda, el imperativo de asistir al paciente per- vanguardia.
siguiendo su máximo bien ha sido en sí mismo promotor PROFESOR DR. HÉCTOR CROXATTO R.
de grandes pasos en el progreso. Huelgan los ejemplos. Miembro de la Academia Pontificia de Ciencias
Los cultores de la Obstetricia, Ginecología y Perinatología, Premio Nacional de Ciencias
Prólogo

Tengo el honor de presentar la cuarta edición del libro de Cuatro capítulos tratados en la edición anterior en forma
Obstetricia, una vez más editado por editorial Mediterráneo, independiente, ahora son parte de otros capítulos, éstos
de Santiago de Chile. son: "Aborto espontáneo", "Psicoprofilaxis", "La pelvis obs-
tétrica" y "Efectos de algunas drogas sobre el feto y el recién
Como la primera edición, publicada en los inicios de la
nacido". El aborto se unificó en un capítulo que analiza por
década de los ochenta (1983-85), la actual representa un
una parte el aborto provocado y por otro el aborto espon-
homenaje a la Maternidad (Departamento de Obstetricia
táneo; la psicoprofilaxis pasó a formar parte del capítulo
y Ginecología) y a la Escuela de Medicina de la Pontificia
de control prenatal, la pelvis obstétrica del de anatomía
Universidad Católica de Chile, con ocasión del cincuen-
macroscópica y las drogas se integraron al capítulo de lac-
tenario de la primera, fundada el 4 de octubre de 1960
tancia.
y del octogésimo aniversario de la segunda, que inició su
quehacer en 1930. A estas celebraciones se suma el Bi- La presente edición incluye los aspectos macroscópicos
centenario de nuestra patria y de la mayoría de los países y la anatomía microscópica del aparato genital femenino,
de América Latina, a quienes han sido dedicados los textos además de la perspectiva bioética del inicio de la vida hu-
de Obstetricia y Ginecología de Editorial Mediterráneo. mana.
Nuestro primer libro respondía a la imperiosa necesi- De los más de cien autores que estuvieron a cargo de
dad de procurar a los médicos, enfermeras y matronas, y a los distintos capítulos de este libro -individualizados en la
los respectivos estudiantes de estas asignaturas de nuestra lista de colaboradores que precede al texto-, entre los que
región latinoamericana, material docente didáctico actuali- encontramos argentinos, norteamericanos, españoles, ita-
zado, completo y enmarcado en la realidad regional. Esta lianos, uruguayos y chilenos, cincuenta y tres se incorpora-
cuarta edición, como las anteriores, tiene entre sus obje- ron en esta edición como nuevos autores, lo que a mi juicio
tivos abarcar los aspectos fisiológicos y patológicos de la revela el interés que despiertan los textos de Obstetricia y
obstetricia y de la medicina perinatal desde un punto de Ginecología de Editorial Mediterráneo entre los más desta-
vista científico, clínico, técnico y epidemiológico. cados especialistas de la región.
El libro está especialmente dirigido a los estudiantes de Veintinueve capítulos fueron preparados por nuevos au-
posgrado que inician su formación de especialistas, cuidan- tores y treinta y ocho por otros que ya habían participado
do de aportar los elementos necesarios para que sirva de de la tercera edición, pero que igualmente los modifica-
guía a los alumnos e internos de las escuelas de medicina ron minuciosamente, de forma que estuvieran acorde a las
y de las escuelas de obstetricia y de enfermería obstétrica. innovaciones obstétricas y de medicina perinatal que se
También se pretende que sea útil para los médicos genera- suscitaron entre ambas ediciones.
les, matronas y enfermeras-matronas, que con frecuencia
Todos los capítulos fueron revisados detenidamente por
deben practicar la obstetricia y la medicina perinatal en
los editores médicos, en orden de asegurar la calidad cien-
lugares apartados y con escasos recursos. Confiamos que
tífica y docente de cada uno de ellos.
esta edición sea utilizada como texto de consulta y referen-
cia para especialistas, por lo cual en todos los capítulos se Me es muy grato agradecer sinceramente a todos los
ha incorporado bibliografía completa y actualizada con la autores por su colaboración responsable, profesional y
que el lector puede complementar el contenido de todos y desinteresada, cuyo único fin era transmitir sus calificados
cada uno de los capítulos. conocimientos a nuestros jóvenes profesionales latinoame-

xxi
OBSTETRICIA

ricanos, deseosos de contribuir, a través de una práctica y asfixia perinatal, la hiperbilirrubinemia neonatal y la lac-
obstétrica calificada, a la construcción de una región que tancia. Esta sección, que finaliza con un interesante y com-
cada año disminuya la mortalidad materna y la morbimor- pleto capítulo sobre genética y perinatología, fue preparada
talidad perinatal. por un destacado grupo de pediatras neonatólogos, a quie-
nes agradezco su generosidad por compartir sus profundos
En la primera parte se introdujeron importantes modi-
conocimientos y experiencia.
ficaciones respecto de ediciones anteriores. La anatomía
del aparato genital femenino se dividió en dos capítulos, Me es grato agradecer sinceramente a todos los colabo-
uno que da cuenta de la anatomía macroscópica y otro de radores por este nuevo esfuerzo editorial. A los autores de
la anatomía microscópica, de forma que las descripciones los capítulos les reitero mi gratitud por su esfuerzo generoso
anatómicas y las variantes clínicas de la pelvis ósea fueran y dedicado.
más comprensibles para los alumnos. En el primer capítu-
Al personal de Editorial Mediterráneo le agradezco su
lo, además se abordó la importancia de las variantes anató-
profesionalismo, humanidad y generosidad, sin cuyo es-
micas pelvianas en el proceso mismo del parto.
fuerzo no hubiera sido posible llevar a buen término este
El ciclo menstrual, la gametogénesis y el desarrollo trabajo. Manifiesto mi agradecimiento a don Ramón Alva-
embrionario se analizan en detalle. El Capítulo 5, relativo rez Minder, Presidente de Editorial Mediterráneo, amigo
al transporte ovular, la migración espermática, la fecun- ya de muchas jornadas, colaborador generoso y profundo
dación, el desarrollo prelmplantacional y la nidación del conocedor de su actividad profesional; a Ximena Segovia,
embrión, es sin duda uno de los más señeros del libro. El piedra angular de la empresa y amable receptora de las
capítulo referente a la placenta y los anexos embrionarios problemáticas de los editores; a Ma Pilar Marín, generosa,
ha sido modificado por dos especialistas que han dedicado amistosa, trabajadora inagotable, inteligente y conocedora
su vida profesional al estudio e investigación del tema. La de su profesión como pocos; y a Cecilia Bravo colaboradora
perspectiva bioética del inicio de la vida humana comple- constante y siempre pendiente de las necesidades de los
menta esta primera parte del libro. autores.
La segunda parte aborda el embarazo y parto, incluyen- Una vez más, quisiera expresar mi gratitud al profesor
do la semiología obstétrica, el control prenatal, la nutrición Enrique Donoso Siña, editor de ésta y las dos ediciones
de la embarazada, el deterninismo del parto, la fisiología precedentes, pues sin su colaboración dudo que esta tarea
de la contracción uterina, la operación cesárea, el puerpe- hubiese llegado a buen término. Su contribución invaluable
rio, el embarazo ectópico, el aborto, etcétera. en la selección de autores y materias, en la revisión y en la
corrección, además de su criterio científico y docente, fueron
Finaliza con un capítulo fundamental para la realidad de
fundamentales en el desarrollo y resultado de este libro. Des-
América Latina: "La adolescente embarazada", que estuvo
taco también su interesante introducción "Mortalidad mater-
a cargo de especialistas destacados de nuestro medio.
na en las Américas", que junto con mostrarnos su avezado
La tercera parte incluye dieciocho capítulos que se desti- conocimiento sobre el tema nos recuerda a todos que la
naron a todos los aspectos relativos a la medicina perinatal. mortalidad materna aún es una realidad en América Latina.
La cuarta parte estudia distintas patologías médicas y Debo destacar que estoy consciente de que once años
su relación con el embarazo. Esta sección es en sí misma transcurridos desde la última edición es un intervalo dema-
un tratado de medicina obstétrica, pues se refiere al VIH, siado amplio para un libro de obstetricia docente, pues las
a la diabetes, a la patología endocrinológica, a las cardio- modificaciones e innovaciones en este campo de la medici-
patías, a las enfermedades respiratorias, nefrourológlcas, na son enormes y difíciles de seguir con prontitud y acierto.
digestivas, neurológicas, dermatológicas, hematológicas y Por eso, propongo que en el futuro no transcurran más de
psiquiátricas en relación al embarazo. cinco años entre una edición y la siguiente. ¡Once años es
mucho!
La quinta parte está enfocada en aspectos del recién
nacido como la morbimortalidad neonatal, la reanimación PROF. DR. ALFREDO PÉREZ SÁNCHEZ

xxii
OBSTETRICIA

TABLA 2. Tasa de mortalidad materna (TMM*) estimada para 2005 en el mundo

TMM* Muertes maternas


Global 402 (216-654) 535.900(288.400-871.800)
Regiones desarrolladas 9 (8-17) 960(910-1.950)
Regiones en desarrollo 450 (242-730) 533.100 (286.400-864.900)
África 824(414-1.351) 276.100(138.600-452.900)
Oceanía 427(121-1.169) 890 (250-2.440)
Asia 329(189-523) 240.600 (138.100-382.600)
América Latina & el Caribe 132 (81-230) 15.500 (9.470-26.900)

* TMM: x 100.000 nacidos vivos.


Adaptado de: Huí y cois., 2007.

y sociales. El último de ellos, denominado "Objetivos de una amplia cobertura del control prenatal, de la atención
Desarrollo del Milenio" (United Nations, 2000) es liderado profesional e institucional del parto y a la reducción de la
por las Naciones Unidas y su quinto objetivo es reducir natalidad (Donoso, 2004). Sin embargo, a partir del año
la mortalidad materna en el 75% para el período 1990- 2000, los cambios demográficos atribuidos al envejeci-
2015. En la TABLA 3 se presenta el objetivo para 2015 en miento de la mujer en edad fértil (Donoso y cois., 2009)
países de América Latina y el Caribe. El seguimiento global impiden que la mortalidad materna sufra modificaciones
y regional del cumplimiento del quinto objetivo (TABLA 4), debido a que las principales causas son las indirectas o
a diez años de la meta, ha revelado una pobre reducción de enfermedades pregestacionales, que dificultarán lograr el
la mortalidad materna, que a nivel mundial es tan solo del quinto objetivo del milenio (Donoso, 2006).
5,4%, del 23,6% en regiones desarrolladas y del 6,6% en
El Countdown Core Group (Countdown Coverage Writing
las en desarrollo (Hill y cois., 2007).
Group y cois., 2008), constituido por varios organismos
En América Latina y el Caribe, la reducción global de la internacionales como WHO, UNICEF y UNFPA y agencias
mortalidad materna fue del 26%, lejos aún del objetivo del relacionadas con la salud materna e infantil, definieron
75%, lo que significa al 2015 que la tasa de mortalidad como prioritarios a 68 países, que concentran el 97% de
será de 45/100.000 nacidos vivos (TABLAS 3 Y 4). En la mortalidad materna mundial; seis de ellos son latinoa-
América Latina, las estimaciones de las causas de muerte mericanos, de los cuales Haití, Bolivia, Guatemala y Perú
materna determinadas por bases de datos de países entre fueron seleccionados por su elevada tasa de mortalidad
1997 y 2002, señalan que las atribuibles a hipertensión materna, más México y Brasil por el alto número de muer-
arterial son la primera causa de muerte (25,7%), segui- tes maternas debido a su gran masa poblacional. El análisis
das por la hemorragia obstétrica (20,8%), el parto obs- es desalentador, pues el riesgo de mortalidad materna a
truido (13,4%), el aborto (12,0%) y la infección puerperal lo largo de la vida adulta (Lifetime rísk of maternal dea-
(7,7%) (Khan y cois., 2006). Como se observa, las prin- th), que corresponde a la probabilidad de que una mujer
cipales causas de muerte materna están relacionadas con de quince años muera por una causa materna (Wilmoth,
la cobertura y calidad del control prenatal, con la atención 2009), tiene un rango para estos países de 1 en 44 a 1 en
del parto por personal capacitado y con la planificación 670 (TABLA 5).
familiar.
En 2003, un grupo de expertos se reunió en Bellagio,
Las realidades sociales, económicas y sanitarias en paí- Italia, para analizar nuevas tecnologías y aquellas subu-
ses de América Latina son diferentes e inciden en la salud tilizadas que podrían contribuir al control de las muertes
materna (Salinas y cois., 2006). Chile fue uno de los pocos maternas por causas directas de mayor frecuencia, espe-
países latinoamericanos que redujo la mortalidad materna cialmente cuando se dispone de bajos recursos para su
en más del 50% de acuerdo al Plan de Acción Regional prevención y tratamiento (Tsu, 2004). A continuación se
para la Reducción de la Mortalidad Materna en las Amé- presentan brevemente algunas de esas recomendaciones,
ricas (OPS, 1991). La mortalidad materna pudo reducirse que son aplicables en localidades de países de nuestra re-
por el significativo descenso de la mortalidad materna por gión y que no disponen de una infraestructura que permi-
hipertensión arterial, aborto y sepsis puerperal, debido a tan una maternidad segura.
Introducción Mortalidad niaierna en ¡as Américas

TABLA 3. Mortalidad materna ajustada en países de América Latina y el Caribe (1990-2005) y su proyección al 2015

Mortalidad materna ajustada


1990 2005 2015
Haití 1.000 670 250
Bolivia 650 290 163
Guyana 470 n/d 18
El Salvador 300 170 75
Perú 280 240 70
Brasil 220 110 55
Honduras 220 280 55
Guatemala 200 290 50
Nicaragua 160 170 40
Paraguay 160 150 40
Ecuador 150 210 38
Jamaica 120 170 30
Venezuela 120 57 30
México 110 60 28
República Dominicana 110 150 28
Argentina 100 77 25
Bahamas 100 16 25
Colombia 100 130 25
Cuba 95 45 24
Trinidad y Tobago 90 45 23
Uruguay 85 20 21
Suriname 72 n/d 18
Costa Rica 55 30 14
Panamá 55 130 14
Chile 40 19 10
América Latina & el Caribe 180 130 45

Adaptado de: WHO y cois., 2008.

TABLA 4. Reducción de la tasa de mortalidad materna (TMM*) en el mundo, 1990-2005

1990 / Muertes maternas 2005 / Muertes maternas Porcentaje (%)


(TMM*) (TMM*) cíe cambio
Global 576.300 (425) 535.900(402) -5,4
Regiones desarrolladas 1.330(11) 960 (9) -23,6
Regiones en desarrollo 572.200 (481) 533.100(450) -6,6
África 221.000 (829) 276.100 (824) -0,6
Oceanía 1.050 (548) 890 (427) -22,2
Asia 329.100(410) 240.600 (329) -19,7
América Latina & el Caribe 21.100 (179) 15.500(132) -26,3

* TMM: x 100.000 nacidos vivos.


Adaptado de: Huí y cois, 2007.
OBSTETRICIA

TABLA 5. Países prioritarios latinoamericanos con alto riesgo de mortalidad materna

País Mortalidad materna ajustada (2005) Lifetimc risk of maternal dcath (2005)
Bolivia 290 Ien89
Brasil 110 1 en 370
Guatemala 290 1 en 71
Haití 670 1 en 44
México 60 1 en 670
Perú 240 1 en 140

Adaptado de: Countdown Coverage Writing Group y cois., 2008.

Hipertensión arterial países latinoamericanos (Devine, 2009). En esos lugares,


las posibilidades de recibir atención profesional del parto
La muerte maternal por preeclampsia-eclampsia da cuen- y ser derivadas a centros de mayor complejidad son esca-
ta del 25% de los fallecimientos de madres en América sas, ya que habitualmente el parto es atendido en lugares
Latina y el Caribe, y la eclampsia es responsable de más inadecuados o en los domicilios por comadronas o líderes
de 50.000 muertes maternas anuales en el mundo (Du- religiosos.
ley, 2009). Se conoce el efecto del sulfato de magnesio en
la prevención y tratamiento de la preeclampsia-eclampsia Para disminuir las muertes por esta causa, se debe ca-
(Altman y cois., 2002), sin embargo, pese a su bajo cos- pacitar a las personas que habitualmente asisten esos par-
to no está disponible o se usa ocasionalmente en muchos tos. Se ha visto la utilidad de usar preventivamente 10 Ul
de oxitocina, por vía Intramuscular, contenidas en un dis-
hospitales de países en desarrollo (Aaserud y cois., 2005;
positivo o jeringa precargada de 1 mL en el manejo activo
Sevene y cois., 2005; Lumbiganon y cois., 2007).
del alumbramiento (para su uso se refiere al lector a: www.
El uso intravenoso de la droga requiere personal de en- path.org/uniject.php). Las experiencias de su uso han sido
fermería capacitado para su administración y control, lo positivas en reducir la incidencia de hemorragia posparto,
que dificulta su utilización en hospitales de países con bajo especialmente las severas (Strand y cois., 2005; Lalonde y
desarrollo, como también la falta de guías clínicas institu- cois., 2006; Tsu y cois., 2006).
cionales, la falta de experiencia en el uso, el temor a los
Otra recomendación es usar 600 a 400 ¿jg de miso-
efectos colaterales y la resistencia a usarla. Experiencias
recientes indican que es promisorio el uso de bajas dosis de prostol, por vía oral o sublingual, cuando no se dispone de
oxitocina en jeringa precargada o de personal capacitado
sulfato de magnesio intramuscular en maternidades donde
para su uso. Se observó una significativa reducción de la
no es seguro el uso intravenoso (Begum y cois., 2001;
Begum y cois., 2002; Shilva y cois., 2007). hemorragia posparto con misoprostol en poblaciones rura-
les de países con bajo desarrollo, comparado con placebo
Otra estrategia es prevenir la preeclampsia-eclampsia (Walraven y cois., 2005; Derman y cois., 2006). Investi-
mediante la administración de 1,5 g/día de calcio, que gaciones posteriores señalan que misoprostol también es
reduce significativamente la frecuencia de eclampsia (RR: efectivo en el control de la hemorragia posparto cuando no
0,68; IC 95%: 0,48-0,97) y de preeclampsia severa (RR: se dispone de oxitocina (Winikoff y cois., 2010).
0,71; IC 95%: 0,61-0,82) (Villar y cois., 2006). Similar-
mente, el uso de aspirina en población de riesgo de hiper-
tensión arterial en el embarazo, mostró un discreto efecto
Parto obstruido
preventivo (RR: 0,48; IC 95%: 0,33-0,69) (Duley y cois., Se estima que se presenta parto obstruido en el 4,6% de
2004). los nacimientos, lo que significa que más de 6 millones
de mujeres en el mundo enfrentan esta situación; sobre
Hemorragia posparto 40.000 mujeres mueren y más de 73.000 presentan fís-
tula urinaria e incontinencia fecal como secuela (Abou-
La hemorragia posparto complica cerca del 18% de los par- Zahr, 2003). Muchas veces estos casos se suscitan por-
tos y da cuenta del 25% al 30% de la mortalidad materna que el parto se lleva a cabo en los hogares de las mujeres,
mundial, que corresponde a la pérdida de aproximadamen- en lugares inadecuados o en hospitales con escasos pro-
te 140.000 mujeres por año por esa causa, concentrada fesionales médicos capaces de efectuar una operación
en Asia y África, como también en algunas localidades de cesárea.

xxvi
Introducción I Mortalidad materna en las Américas

Una de las herramientas más útiles para identificar a zo no deseado es la principal causa de morbilidad y mor-
las madres en riesgo, es el partograma diseñado por WHO, talidad materna como consecuencia del aborto inseguro.
que identifica a aquellas cuyo trabajo de parto se aleja de En América Latina y el Caribe, el 12% de las muertes ma-
la normalidad (Mathews y cois., 2007) y que es senci- ternas son atribuibles al aborto inseguro, siendo la primera
llo de comprender y usar por personal sanitario primario causa de muerte materna en muchos de los países que la
(Fatusi y cois., 2008). Esta herramienta permitirá decidir conforman (Khan y cois., 2006).
la oportuna interrupción del embarazo o el traslado de la
Se estima que de los 210 millones de nacimientos en el
madre a un hospital con personal que pueda realizar la
mundo, 80 millones son producto de embarazos no desea-
cesárea.
dos o no programados, y de éstos, 46 millones son inte-
Otro instrumento que permite identificar el parto distó- rrumpidos voluntariamente, de los cuales 19 millones son
cico en primigestas, es la combinación de la talla materna ¡legales (Alan Guttmacher Institute, 1999). En América La-
menor o igual al quinto percentil y la pelvimetría externa tina y el Caribe las mujeres recurren al aborto inseguro por
(diagonal transversa del rombo sacro de Michaelis menor o disponer en sus países de escasas oportunidades de utilizar
igual al percentil 10), que presenta un valor predictivo po- métodos anticonceptivos eficaces, por desear menos hijos,
sitivo del 47,7% (IC 95%: 38,0-57,5) y una especificidad por embarazo debido a violencia sexual, por legislaciones
del 92% (IC 95%: 89,7-93,9). Gracias a ello es posible restrictivas y por falla del método anticonceptivo; por eso,
derivar a estas madres a maternidades con personal mé- es más frecuente que las mujeres que recurren al aborto
dico capacitado para resolver el parto (Rozenholc y cois., inseguro sean adolescentes, solteras, mayores de cuarenta
2007). años y de bajo nivel socioeconómico (Langer, 2002).

Otra política que reduciría las muertes maternas por En países donde está legalizado el aborto se utilizan el
esta causa es la capacitación de personal médico no g¡- metotrexato, mifepristona y misoprostol, con una efectivi-
necoobstetra o especialista en formación inicial, en cesá- dad entre el 84% y el 95% (Creinin y cois., 2003). Expe-
reas de menor complejidad, como la técnica de Joel-Cohen riencias en un centro anónimo de un país latinoamericano
(Hofmeyr y cois., 2008), que es más rápida, con menor con las drogas ya mencionadas, mostraron una eficacia
pérdida sanguínea, menos dolor y menos suturas, puesto de entre el 76,8% y el 83,5%, siendo el metotrexato más
que considera la histerorrafia en un plano y la no sutura eficaz que el misoprostol en la interrupción del embarazo
del peritoneo. temprano (Aldrich & Winikoff, 2007).

Es evidente que ampliar la cobertura de anticonceptivos


Sepsis puerperal a la población en riesgo disminuirá significativamente la
mortalidad materna y fetal como consecuencia del emba-
Está demostrado el efecto del lavado de manos en la pre- razo no deseado (Cleland y cois., 2006; Stover & Ross,
vención de la muerte materna por infección puerperal 2009).
(Noakes y cois., 2008). En América Latina y el Caribe esta
complicación es responsable del 7,7% del total de muertes
maternas (Khan y cois., 2006). La operación cesárea, el Conclusiones
parto prolongado, el parto obstruido, la rotura prematura de
membranas, el exceso de tactos vaginales, la atención del Para disminuir la mortalidad materna en países en desa-
parto en condiciones de higiene deficiente, son factores de rrollo, como es el caso de América Latina y el Caribe, se
riesgo, entre otros, de infección posparto, sepsis puerperal requiere tomar, al menos, las siguientes medidas (OPS/
y muerte materna (van Dillen y cois., 2010). OMS, 2002):

Las experiencias con el uso rutinario de lavado vaginal • Contar con la voluntad política de los gobernantes para
anteparto con una solución de clorhexidina al 0,6% o al aplicar medidas multisectoriales destinadas al desarrollo
0,25%, sugieren que puede reducir la infección materna social, económico y sanitario de sus países.
puerperal en países con bajos recursos sanitarios, pues son
• Establecer metas y objetivos respecto a la mortalidad
aplicables por su facilidad de uso, bajo costo, buena tole-
materna.
rabilidad y porque no posee efectos adversos (Taha y cois.,
1997; Goldenberg y cois., 2006; McCIure y cois., 2007). • Contar con un adecuado registro y auditorías de las
muertes maternas.
Aborto inseguro • Tener una amplia cobertura del control prenatal y aten-
ción profesional e institucional del parto.
El aborto inseguro se define como la interrupción del emba-
razo no deseado, efectuado por personas no capacitadas, • Contar con guías clínicas nacionales basadas en la evi-
o en un ambiente que carece de los mínimos estándares dencia para el control del embarazo normal y de alto
clínicos, o ambas condiciones (Fawcus, 2008). El embara- riesgo.
OBSTETRICIA

• Contar con programas de planificación familiar y anti- Chang J, Elam-Evans LD, Berg CJ, Herndon J, Flowers L, Seed KA
concepción, con programas nacionales de educación ef al. Pregnancy-related mortality surveillance - United States,
1991-1999. MMWR Surveill Summ 2003; 52:1-8.
sexual, de consejería y de anticoncepción postaborto
Derman RJ, Kodkany BS, Goudar SS, Geller SE, Naik VA, Bellad MB
• Empoderar a la mujer y la comunidad en problemas re- ef al. Oral mlsoprostol ¡n preventing postpartum haemorrhage in
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Introducción I Mortalidad materna en las Amáicas

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xxix
Introducción.
Mortalidad materna en las Américas
E. Donoso

El principal objetivo de este texto de obstetricia es contri- Por eso, los Gobiernos de cada uno de los países de la
buir a la capacitación de los profesionales encargados del Región de las Américas deben hacer todos los esfuerzos
cuidado de la salud de la mujer, para que ella y su hijo por revertiría.
tengan una maternidad segura, con el menor riesgo posi-
La mortalidad materna está estrechamente relacionada
ble de enfermar o morir como consecuencia del proceso
con el grado de desarrollo social, cultural, económico y sa-
reproductivo.
nitario de los países. Es por eso que Canadá y los EE.UU.
La muerte materna continúa siendo un grave problema no se incluirán en este análisis, ya que son los únicos paí-
mundial de salud pública, que se prolonga en el tercer mi- ses desarrollados de la Región, con una mortalidad ma-
lenio (Countdown Coverage Writing Group y cois., 2008). terna inferior a 10 por cada 100.000 nacidos vivos. Sin
Sin embargo, la mayoría de las causas se pueden prevenir embargo, también en esos países hay inequidades que se
aplicando estrategias, muchas veces simples y costo efec- evidencian según los grupos raciales. Así, en los EE.UU.
tivas, que reducirían la mortalidad global al menos en el las madres norteamericanas de raza negra presentan una
50% (TABLA 1). mortalidad materna 3 a 4 veces superior a la de las madres
de raza blanca (Chang y cois., 2003). En la TABLA 2 se
En 2005 se estimó que en el mundo fallecieron por esa
presenta la magnitud del problema a nivel mundial (Hill y
causa 535.900 mujeres y el 95% de las muertes se con-
cois., 2007).
centró en África y Asia. Para América Latina y el Caribe
la tasa de mortalidad materna estimada fue de 132 por Desde mediados del siglo xx se han adquirido compro-
cada 100.000 nacidos vivos, cifra equivalente a la pérdida misos a nivel regional y mundial (AbouZahr, 2003) para re-
promedio de 15.500 madres, una cantidad inaceptable. ducir las muertes maternas, entre otros objetivos sanitarios

TABLA 1. Estimación de la mortalidad derivada de las principales complicaciones obstétricas a nivel mundial y el im-
pacto de las muertes prevenibles

Causa de muerte Muertes estimadas Muertes prevenibles


N° (%) N° (%)
Hemorragia 127.000(25) 70.000(55)
Sepsis 76.000(15) 57.000(75)
Preeclampsia-Eclampsia 64.000(12) 42.000 (65)
Parto obstruido 38.000 (8) 30.000 (80)
Aborto inseguro 67.000(13) 50.000(75)
Causas indirectas 100.000 (20) 20.000 (20)
Total 510.000 (100) 269.000 (~50)

Adaptado de: Bergsj0, 2001.

XXHI
Bases morfológicas, fisiológicas y bioéticas
de la reproducción humana
Anatomía macroscópica del aparato genital
femenino, mama y pelvis ósea
H. Oddó I M. Camus ! H. Giraldes

APARATO GENITAL FEMENINO Genitales internos


El aparato genital femenino está formado por los órganos Ovarios. Los ovarios son las gónadas femeninas y se
genitales Internos y externos. Los genitales internos están desarrollan a partir de la cresta genital del embrión, por
constituidos por los ovarios, las tubas uterinas y el útero, debajo del riñon (Sadler, 2001). Se ubican uno a cada lado
órganos que se encuentran ubicados en la pelvis menor. del útero, detrás del ligamento ancho, unidos a la hoja pos-
Los genitales externos incluyen el monte de Venus y la vul- terior de éste por el mesoovario (FIGURA 1-3).
va. La vulva comprende los labios mayores y menores, el
El ovario tiene forma ovalada. Mide 4 cm de largo, 2 cm
clítons, el bulbo del vestíbulo vaginal, las glándulas vesti-
de ancho y 1 cm de espesor. Su aspecto externo es distinto
bulares mayores y el orificio uretral.
según la edad de la mujer. Durante el período de ciclos
La vagina está ubicada entre el cuello del útero y la vul- menstruales, en la mujer adulta, es de color rosado grisá-
va. Sus dos tercios superiores tienen un origen embriológi- ceo y su superficie es irregular por la presencia de folículos
co común con los genitales internos, el conducto parame- en diferentes etapas de maduración y de cicatrices de los
sonéfrico. En cambio, su tercio Inferior se forma del mismo cuerpos lúteos.
tejido embrionario que la vulva, el seno urogenital (Sadler,
La posición del ovario es distinta según la condición de
2001). la mujer. En la que no ha tenido embarazos su eje mayor
En la pelvis menor los genitales internos tienen estrecha es casi vertical. Presenta un polo superior o tuboovárico y
relación con la sección pelviana de los uréteres, con la veji- un polo inferior o uterino, una cara lateral y una medial,
ga urinaria y con el recto. Por abajo están en relación con el un borde anterior unido al mesoovario y un borde posterior
diafragma pélvico, estructura que sirve de medio de fijación que es libre. En la pelvis, el ovario ocupa una depresión
al útero y a la parte superior de la vagina. llamada fosa ovárica que está limitada por delante por la
hoja posterior del ligamento ancho y por atrás por el relieve
El útero ocupa el centro de la pelvis y está unido a la
que produce el trayecto ureteral en el peritoneo parietal.
pared lateral de ella por los ligamentos anchos. Los ovarios
El polo superior del ovario está en contacto con la fimbria
se encuentran detrás de dichos ligamentos y las tubas en
ovárica de la tuba uterina y con un repliegue del peritoneo,
su borde superior (FIGURAS 1-1 Y 1-2).
el ligamento ovárico, que contiene los vasos ováricos y lo
La parte inferior del útero está desprovista de cubierta fija a la pared posterior de la pelvis. El extremo uterino del
peritoneal. ovario está orientado hacia abajo. La cara lateral está en
contacto con el peritoneo parietal que recubre la fosa ovári-
Los ovarios no están rodeados de peritoneo visceral, por
ca, el cual lo separa del tejido extraperitoneal y de los vasos
lo que se les considera órganos ¡ntraperitoneales.
y nervios obturadores. La cara medial está cubierta en una
Los genitales externos están en contacto con el periné y gran extensión por la tuba uterina. El borde anterior del
sus estructuras. La uretra femenina se incorpora a la pared ovario está unido a la hoja posterior del ligamento ancho
vaginal anterior y su orificio externo forma parte de la vulva, por dos hojas de peritoneo que constituyen el mesoovario.
ubicándose entre el clítoris y el Introito vaginal. Los vasos sanguíneos y nervios llegan al hillo del ovario
entre las dos hojas de esta estructura. Ocasionalmente se
Cuerpo del útero

Ovarios

Tubas uterinas

Ligamentos redondos

Recto

Vejiga urinaria

FIGURA 1-1. Vista superior de la pelvis femenina.

Útero
Ovario
Tuba uterina
Ligamento redondo
Vejiga urinaria

O yO
Canal anal

FIGURA 1-2. Vista lateral de la pelvis femenina.


Capítulo 1 Anatomía macroscópica de! aparato genital femenino, manía y pelvis ósea

Q Cuerpo lúteo Folículo Folículo maduro

FIGURA 1-3. Corte esquemático de un ovario.

observan ovarios accesorios en el mesoovario o en la parte (FIGURA 1-4). En su trayecto hacia la pelvis, los vasos
del ligamento ancho, más cercana a él. ováricos cruzan al uréter por delante y le proporcionan irri-
gación, lo que establece un estrecho contacto entre estas
Irrigación. Las arterias ováricas son ramas laterales de estructuras. Éste es un sitio en el cual se puede lesionar
la aorta abdominal. Siguen un trayecto retroperitoneal y se casualmente al uréter durante la cirugía pelviana.
dirigen a la pared lateral de la pelvis hasta alcanzar el liga-
mento ¡nfundibulopélvico o ligamento ovárico, para llegar Las venas ováricas forman un plexo cerca del hilio del
al polo superior del ovario. ovario, que confluye en uno o más troncos que ingresan
al ligamento ovárico y rodean la arteria. Al lado derecho
En el mesoovario y en el ligamento ancho la arteria ová- las venas desembocan en la vena cava inferior. En el lado
rica se anastomosa con ramas ascendentes de la arteria izquierdo, la vena ovárica desemboca en la vena renal.
uterina formando un arco vascular a cada lado del útero

Ovario Uréter Ligamento uterosacro


Ligamento ancho Fimbria Arteria ovárica

FIGURA 1-4. Vista posterior de los genitales internos.


OBSTETRICIA

Los vasos linfáticos del ovario ascienden alrededor de


la arteria ovárica hasta los linfonodos aórticos laterales y
preaórticos.

Inervación, Los nervios del ovario proceden del plexo


ovárico que sigue un trayecto junto a la arteria ovárica y se
extiende por el ovario y la tuba uterina. Este plexo contiene
fibras simpáticas eferentes que son vasoconstrictoras y pro-
ceden de los segmentos torácicos décimo y undécimo de la
médula espinal. Las fibras parasimpáticas son vasodilata-
doras (Hamilton, 1976).

Tubas uterinas. Las tubas uterinas, denominadas ge-


neralmente trompas de Falopio, son dos órganos tubula-
res ubicados en la parte superior del ligamento ancho a
cada lado del útero (Penéis & Dauber, 2006). Su función Cavidad
es transportar los óvulos desde los ovarios a la cavidad ute-
rina y permitir el paso de los espermios desde los genitales FIGURA 1-5. Tuba uterina
externos y el útero hacia el peritoneo. La fecundación se
produce normalmente dentro de la tuba uterina. Éstas mi-
den entre 10 y 12 cm de longitud, presentan un extremo
Útero. Es el órgano de la gestación. Su forma es com-
medial o uterino y un extremo lateral abdominal. El extremo
parable con una pequeña pera aplanada e invertida. Pre-
medial de la tuba sigue un trayecto dentro de la pared del
senta una parte superior más ancha denominada cuerpo y
útero y llega a la cavidad uterina a través de un orificio muy
una inferior de forma cilindrica denominada cuello. Entre
estrecho, El orificio peritoneal tiene un diámetro de 3 mm
ambas existe una zona intermedia sin límite preciso llama-
cuando la musculatura tubaria está relajada. Este orificio
da istmo. Por encima de la inserción de las tubas, presenta
está situado en el fondo de una expansión en forma de
una eminencia que se denomina fondo uterino. El útero
embudo, que presenta numerosas prolongaciones irregula-
está en el centro de la pelvis menor entre la vejiga y el recto.
res denominadas fimbrias de la tuba uterina. La superficie
En la mujer adulta joven, antes del primer embarazo, mide
interna de las fimbrias está recubierta por mucosa tubaria
7 a 8 cm de largo, 5 cm de ancho máximo y 3 a 4 cm en
y su superficie externa está recubierta por peritoneo. El ex-
sentido anteroposterior (Hamilton, 1976).
tremo fimbriado de la tuba se continúa con el segmento
ampular del órgano, cuyas paredes son delgadas y cons- El cuerpo del útero es de forma triangular con un vértice
tituye aproximadamente la mitad de su largo. El segmen- inferior. Presenta una cara anterior, una cara posterior y dos
to ampular se continúa con la parte ístmica, en la cual bordes laterales derecho e izquierdo. Ambas caras están
el lumen tubario se va estrechando y el órgano adquiere recubiertas por peritoneo, en mayor extensión la cara pos-
una conformación externa más redondeada. Después del terior. Entre el útero y el recto existe una profunda depre-
istmo, penetra la pared del útero por un trayecto de aproxi- sión de la cavidad peritoneal, denominada fondo de saco
madamente 1 cm, que se denomina segmento intramural rectouterino o fondo de saco de Douglas. El peritoneo que
(FIGURA 1-5). La motilidad de la fimbria tubaria y las ca- recubre la cara superior de la vejiga se extiende a nivel del
racterísticas de la mucosa cambian según la fase del ciclo istmo sobre la cara anterior del útero, formando el fondo del
menstrual (Patek y cois., 1972). saco vesicouterino que es mucho menos profundo que el
posterior (Ferner & Staubesend, 1983).
Irrigación. Los vasos arteriales de las tubas uterinas
La cavidad del cuerpo uterino es pequeña en relación
provienen de la arteria ovárica y de la arteria uterina. La ar-
al tamaño exterior del órgano y es aplanada en sentido an-
teria uterina irriga los dos tercios mediales de ella y la arte-
teroposterior. El vértice se encuentra en la parte inferior y
ria ovárica el tercio lateral. Los vasos venosos y los linfáticos
corresponde al orificio cervical interno. En los ángulos de
siguen un curso similar al de las arterias (FIGURA 1-5).
la parte superior de la cavidad uterina se encuentran los
orificios tubarios.
Inervación. La inervación de las tubas es compleja. La
mayor parte de ellas tiene inervación simpática y parasim- El cuello es la parte inferior del útero. Mide aproxima-
pática. La mitad lateral recibe inervación parasimpática por damente 2 a 3 cm de largo. Su forma es cilindrica y es
intermedio de fibras vagales y la mitad medial por fibras de más angosto que el cuerpo. Su eje longitudinal presenta
los nervios esplácnicos pelvianos. La inervación simpática una angulación respecto del eje del cuerpo. El cuello ute-
procede de los segmentos espinales décimo torácico a pri- rino presenta una parte superior denominada supravaginal
mero lumbar (Williams & Warwick, 1985). que se encuentra fuertemente unida al piso pelviano y una
parte vaginal que hace eminencia en el fondo de la vagina
(FIGURA 1-6). Entre ambas se forman los fondos de saco
o fórnix vaginales anterior, posterior y laterales. El fórnix
posterior es el más profundo. La porción supravaginal del
cuello uterino es muy importante por sus estrechas rela-
ciones con la vía urinaria. En efecto, por delante está en
relación con la cara posterior de la vejiga, sin mediar entre
ambos órganos cubierta peritoneal. Lateralmente se rela-
ciona con la parte terminal del uréter, cuyo trayecto hacia
la cara posterior de la vejiga pasa aproximadamente a 1 cm
del borde lateral del cuello, levemente más cerca al lado
izquierdo (Ferenczy & Winkler, 1984).
El cuello uterino presenta un conducto fusiforme en su
interior, aplanado por delante hacia atrás y más ancho en el
centro que en los extremos. Este conducto se comunica con
la cavidad del cuerpo uterino por el orificio cervical interno.
En la región anterior y posterior del conducto se reconoce
un solevantamiento longitudinal desde el cual descienden
en sentido lateral algunos pliegues que encajan unos con
otros para contribuir a un adecuado cierre del conducto cer-
vical ( FIGURA 1-6). La longitud total de la cavidad uterina
desde el orificio externo del cuello hasta el fondo del útero
es de 6 a 7 cm. El orificio externo del cuello se abre en el
fondo de la vagina. Su forma es redondeada en la mujer
que no ha tenido partos vaginales y alargada lateralmente
en la multípara. En esta zona se produce la transición del
epitelio cilindrico que recubre al conducto hacia el epite-
lio pavimentoso que recubre la porción vaginal (Ferenczy,
1984) (consultar Capítulo 2: Anatomía microscópica del Q Cuerpo uterino Q Cuello Q Vagina
aparato genital femenino y mamas}.
Q Ligamento cervical lateral Q Fórnix lateral
El istmo uterino adquiere especial importancia en la se-
gunda mitad de la gestación y hacia el fin del embarazo,
FIGURA 1-6. Cavidad del útero y de la vagina.
momento en el cual se adelgaza constituyendo el segmento
inferior del útero. Esta zona es la que se utiliza para prac-
ticar la histerotomía segmentaria en la operación cesárea
transversalmente después del parto y presenta desgarros
(Moore, 2002).
en las comisuras.
La forma, el tamaño y la posición del útero cambian en
En el período posmenopáusico el útero se hace progresi-
los distintos períodos de la vida de la mujer. En el feto y en
vamente atrófico, pálido y duro (Williams &Warwick, 1985).
la niña el cuello uterino es considerablemente más largo
que el cuerpo. Hasta la pubertad el útero es piriforme y
Medios de fijación del útero. La posición normal del
pesa alrededor de 20 gramos. Desde entonces comienza
útero en la pelvis se denomina anteversoflexión, es decir
un crecimiento acelerado del cuerpo uterino hasta llegar
que entre el eje del útero y el de la vagina existe un ángulo
a la configuración del útero de la mujer adulta (Sadler,
recto abierto hacia delante y que el cuerpo uterino está incli-
2001).
nado en la misma forma respecto del cuello. El segmento su-
Durante la menstruación el tamaño y la vascularización pravaginal del cuello está a nivel del diafragma pélvico. Esta
del útero aumentan discretamente. En la gestación el útero posición es mantenida por ligamentos originados en la fascia
crece enormemente. Este aumento de tamaño se debe a la pélvica, en el peritoneo y por ligamentos fibromusculares.
hipertrofia de las fibras musculares preexistentes y también
La fascia pélvica forma, en relación al útero, los liga-
al desarrollo de nuevas fibras musculares. Después del par-
mentos laterocervicales, los ligamentos uterosacros y los
to recobra su tamaño habitual en un plazo de ± 30 días.
pubovesicouterinos.
Después del primer embarazo su cavidad es más grande
que la del útero de la mujer nulípara; sus vasos son más El peritoneo, después de cubrir las caras del útero, se
tortuosos y sus túnicas musculares más gruesas y defini- dirige desde su borde externo a la pared pelviana formando
das. El orificio cervical externo adquiere una forma alargada los ligamentos anchos.
OBSTETRICIA

Los ligamentos redondos están constituidos por tejido por una gruesa banda de tejido conectivo. Por su borde
fibromuscular y se extienden desde la parte anterior del superior transcurren la arteria uterina y el uréter, que cruza
cuerpo del útero, por debajo de la inserción de la tuba, hacia la vejiga por debajo de la arteria, aproximadamente a
hasta el labio mayor de la vulva, haciendo un trayecto por 1 cm del borde lateral del cuello.
el conducto inguinal a cada lado (FIGURA 1-1) (Rohen &
Yokochi, 1998). Los ligamentos uterosacros son dos gruesas bandas de
tejido fibroso que, por debajo del peritoneo, se dirigen des-
Los ligamentos anchos están formados por dos hojas de de el útero hacia los bordes del sacro, dejando entre ellos al
peritoneo, una anterior y otra posterior que se continúan recto. Limitan lateralmente el fondo del saco posterior del
en el borde superior, lugar en el cual envuelven a la tuba peritoneo (FIGURA 1-4).
uterina. La hoja posterior, en la parte superior, por debajo
y detrás de la inserción de la trompa, se extiende hacia Los ligamentos pubovesicouterinos son en general mal
el ovario y forma el mesoovario. La parte del ligamento definidos, constituyendo bandas de tejido conectivo que
ancho que queda por encima del mesoovario se denomina desde la región retropúbica se dirigen a la parte inferior de
mesosalpinx. La hoja anterior se extiende hacia delante por la vejiga urinaria.
los bordes laterales de la vejiga y después hacia la cara
posterior de la pared anterior del abdomen. La hoja poste- Irrigación. La irrigación arterial del útero procede de las
rior se dirige lateralmente al recto, hacia la pared posterior arterias uterinas, ramas de la arteria ilíaca interna. Desde
y lateral de la cavidad pelviana, constituyendo el pliegue su punto de origen, en la pared lateral de la pelvis se diri-
sacrogenital. gen hacia la línea media para alcanzar el útero a nivel del
istmo. En este trayecto cruzan al uréter que pasa por debajo
Entre las hojas del ligamento ancho transcurren la arte- de la arteria. En el borde del útero se dividen en dos ramas,
ria uterina y sus principales ramas, vasos linfáticos, nervios una ascendente y otra descendente. La rama ascendente
y un extenso plexo venoso. El espacio que queda entre ellas sube haciendo un trayecto sinuoso por el borde lateral del
se denomina parametrio. cuerpo del útero hasta anastomosarse con una rama de la
Los ligamentos originados en la fascia pélvica se extien- arteria ovárica. La rama descendente sigue paralelamente
den entre la pared pélvica y la parte supravaginal del cuello al cuello y se anastomosa con la arteria vaginal. Desde los
del útero. bordes del útero se extienden, por ambas caras, ramas de
las arterias uterinas ascendentes y descendentes que se
Los ligamentos cervicolaterales se encuentran en rela- anastomosan en la línea media con las del lado contrario
ción con la base del ligamento ancho. Están constituidos (FIGURA 1-7).

Arteria uterina Vena uterina Uréter Arteria ovárica


Ovario Tuba uterina Útero

FIGURA 1-7. Anastomosis entre la arteria uterina y la arteria ovárica en el borde del útero.
Capítulo 1 | Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

La extensa red anastomótica de las ramas de la arteria entre los que destaca uno más grande denominado ganglio
uterina permite que se mantenga una irrigación arterial sufi- cervical uterino (Williams & Warwick, 1985).
ciente del órgano, aunque se obstruya alguna de las ramas
Las ramas que transcurren junto con la arteria uterina
importantes. De cada rama de la arteria uterina penetran
inervan al cuerpo del útero y a la parte proximal de la tuba
hacia el miometrio las arterias arqueadas anteriores y pos-
acompañando en su curso a los vasos. Las fibras simpá-
teriores. Estas arterias suministran gran número de ramas
ticas preganglionares derivan de los segmentos torácicos
radiales tortuosas que transcurren hacia las capas más pro-
undécimo y duodécimo y de los primeros lumbares. Las
fundas del miometrio. Desde las arterias radiales nacen las
fibras parasimpáticas nacen del segundo, tercero y cuarto
arterias espirales o helicoidales que alcanzan al endome-
segmento sacro. La estimulación de los nervios simpá-
trio. La morfología de estas arterias es influida por el ciclo
ticos produce contracción de la fibra muscular uterina y
endometrial, siendo menos prominentes durante la fase pro-
vasoconstricción. La estimulación de los nervios parasim-
liferativa.
páticos produce relajación de la fibra muscular y vasodi-
Las venas uterinas están dispuestas en forma similar a latación.
las arterias y son más abundantes que ellas (Hendrickson
& Kempson, 1997). Vagina. Es un órgano tubular fibromuscular, revestido
por epitelio pavimentoso estratificado, que se extiende des-
Uréteres. La porción pélvica de los uréteres sigue un de el introito vulvar hasta la parte vaginal del cuello del
trayecto descendente y hacia atrás, por la pared lateral útero (Robboy & Bentley, 1997). Es el órgano de la cópula.
de la pelvis, detrás del peritoneo parietal y delante de las Delante de ella se encuentra la vejiga urinaria y la uretra
arterias ilíacas internas. Continúan este trayecto hasta un que está incorporada a su pared anterior. Por detrás se re-
punto situado aproximadamente 1,5 cm por encima de las laciona con el recto y el canal anal. El eje longitudinal de
espinas ciáticas. Luego, cada uno de los uréteres se curva la vagina forma con el del útero un ángulo de aproximada-
hacia delante y al centro, por encima de los músculos ele- mente 90°, abierto hacia delante. La longitud de la vagina
vadores del ano. es de 7 a 8 cm, siendo más larga su pared posterior. El
ancho aumenta desde su extremo inferior hacia el superior.
En la mujer, el uréter desciende por la pared lateral de
Las paredes de la vagina se encuentran en contacto una
la pelvis menor formando el límite posterior de la fosita
con otra y se separan sólo en la parte superior, en relación
ovárica. Durante su descenso, pasa medial al origen de la
con el cuello uterino. En un corte transversal a nivel de la
arteria uterina y continúa hasta el nivel de la espina ciática,
parte media, la vagina tiene forma de H. En el extremo su-
donde es cruzado por encima por la arteria uterina. Luego
perior rodea al cuello del útero, el cual hace eminencia en
se dirige a la pared lateral del fórnix vaginal, hasta llegar al
ella, formándose entre ambos los fondos de saco o fórnix
ángulo posterosuperior de la vejiga (Moore, 2002).
vaginales. En la parte superior, tiene estrecha relación con
la vejiga urinaria y en la parte inferior con el recto. Los fon-
Linfáticos. El útero presenta una red linfática superficial
dos de saco laterales se relacionan con el segmento termi-
subserosa y una profunda, ubicada en el espesor del mio-
nal del uréter. La parte inferior de la vagina se encuentra en
metrio. Los vasos colectores de la parte superior del cuerpo
relación con el clítoris, por delante, y con el cuerpo fibroso
uterino drenan, junto con los linfáticos del ovario, en los
del periné por detrás, el cual la separa del canal anal.
linfonodos aórticos laterales y preaórticos. Algunos conduc-
tos desembocan en los ilíacos externos, y los de la pared
Vasos y nervios. La vagina recibe irrigación arterial de
anterior, cerca de la inserción del ligamento redondo, llegan
las arterias vaginal, uterina y pudenda interna, que son ra-
a los inguinales superficiales. Los vasos procedentes de la
mas de la arteria ilíaca interna. En su parte más inferior
parte inferior del cuerpo drenan fundamentalmente en los
recibe también algunas ramas de la arteria rectal inferior.
linfonodos ilíacos internos, junto a los de la parte superior
Las venas vaginales forman un plexo a ambos lados del
del cuello uterino. Los vasos linfáticos del cuello uterino se
órgano y luego desembocan en las venas ilíacas internas.
dirigen a tres grupos de linfonodos, lateralmente a los ilía-
cos externos e internos y hacia atrás a los presacros. Los vasos linfáticos procedentes de los dos tercios supe-
riores de la vagina acompañan a la arteria uterina hasta los
La compleja irrigación linfática del útero es responsable
linfonodos ilíacos internos y externos. Los del tercio inferior,
de la extensión por esta vía del cáncer de endometrio y del
cercanos al introito, se unen con vasos procedentes de la
cuello uterino (Drake y cois., 2005).
vulva y de la piel del periné para drenar en los linfonodos
inguinales superficiales.
Inervación. Los nervios del útero nacen del plexo h¡-
pogástrico inferior. Algunas ramas pasan directamente al Los nervios vaginales nacen de la parte inferior del plexo
cérvix y otras acompañan en forma más o menos estre- uterino e hipogástrico inferior y se dirigen junto a las arte-
cha a las arterias uterinas, alcanzando al útero por la base rias y sus ramas a las paredes del órgano. La parte inferior
del ligamento ancho. Los nervios que se dirigen al cuello está inervada especialmente por el nervio pudendo que
forman un plexo en el cual es posible reconocer ganglios también inerva parte importante de la vulva.
OBSTETRICIA

Genitales externos
Los genitales externos están formados por el monte de Ve-
nus, los labios mayores y menores, el clítoris, el introito
vaginal, los bulbos del introito vaginal y las glándulas ves-
tibulares mayores o glándulas de Bartholino. La uretra, in-
corporada a la pared vaginal anterior, termina en el meato
uretral, entre el clítoris y el introito vaginal. El conjunto de
estructuras mencionadas se conoce con el nombre de vulva
(FIGURA 1-8).

Monte de Venus. Es una prominencia redondeada que


se ubica delante de la sínfisis púbica. Está constituido por
tejido adiposo subcutáneo. Después de la pubertad se re-
cubre de vellos rizados dispuestos en un área triangular
cuyo límite superior es plano. Desde el monte de Venus se
extienden hacia abajo y atrás dos rodetes de piel que se
denominan labios mayores. El meato uretral y el introito
vaginal están entre los labios mayores que tienen una su-
perficie interna con grandes folículos sebáceos desprovistos
de vellos. La superficie externa está recubierta de vellos
similares a los del monte de Venus.

Labios mayores. Se ubican en la parte posterior del


monte de Venus. Se adelgazan y se fusionan en la línea
media por delante del ano, formando la comisura posterior
de la vulva que está separada del ano por el rafe períneal
que mide 3 a 4 cm. Por debajo de la piel, los labios ma- Q Monte de Venus Capuchón del clítoris
yores están constituidos por tejido areolar y adiposo entre-
mezclados con fibras musculares lisas. Q Meato uretril Clítoris
Q Labio mayor Labio menor
Labios menores o ninfas. Son dos pliegues cutá-
neos, desprovistos de tejido adiposo, situados entre los 0 Himen Periné Ano
labios mayores. Se extienden desde el clítoris hacia atrás y
afuera a cada lado del introito vaginal. Miden 3 a 4 cm de FIGURA 1-8. Vulva.
largo y 2 a 3 mm de ancho. Su borde libre frecuentemente
excede al espesor del labio mayor. En las cercanías del
clítoris, cada labio menor se divide en dos pliegues uno culo redondeado constituido por tejido eréctil. El cuerpo del
anterior que pasa por encima del clítoris formando con clítoris está unido a la parte inferior de la sínfisis púbica
el del lado opuesto el prepucio de este órgano y uno pos- por un tejido conectivo denso denominado ligamento sus-
terior que pasa por debajo del clítoris y se une con el del pensorio. En la raíz del órgano se insertan los músculos
lado opuesto para formar el frenillo. En su parte posterior, isquiocavernosos (Snell, 1978).
los labios menores se adelgazan uniéndose en la horquilla
vulvar. Orificio vaginal. Se encuentra detrás del meato uretral.
En la mujer que no ha tenido relaciones sexuales, éste se
Clítoris. Se encuentra por delante del meato uretral. Ór- encuentra parcialmente obliterado en su parte posterior por
gano eréctil que mide 2,5 cm de largo, homólogo del pene una pequeña membrana, el himen. Éste es un pequeño
masculino. En el clítoris se reconoce una parte proximal pliegue mucoso cuya forma y extensión son variables. Con
denominada cuerpo y un extremo libre denominado glan- mayor frecuencia tiene forma semilunar con un borde cón-
de. El cuerpo del clítoris está constituido por dos estructu- cavo orientado hacia el pubis. En ocasiones puede estar to-
ras de tejido eréctil rodeadas de una gruesa capa de tejido talmente ausente o formar un tabique que divide el orificio
fibroso separadas a lo largo de sus caras mediales por un vaginal en dos o cerrar completamente el orificio vaginal,
tabique. Éstos son los cuerpos cavernosos, que en su parte configurando la situación del himen imperforado. Después
más posterior están fijos a las ramas púbica e isquiática del inicio de las relaciones sexuales quedan, en relación al
del pubis por una estructura denominada raíz del clítoris. orificio vaginal, restos del himen, conocidos como carún-
El extremo distal o glande del clítoris es un pequeño tubér- culas himeneales.

10
Capítulo 1 Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

Introito o vestíbulo vaginal. Se encuentra entre las Diafragma pelviano


caras internas de los labios menores; delante de éste, en la
línea media, está el meato uretral. Entre ambos se recono- La cavidad pelviana está cerrada en su parte inferior por
cen los orificios correspondientes a las glándulas vestibula- una estructura formada por músculos y fascia, denomina-
res menores. Por detrás del introito vaginal se reconoce una da diafragma pélvico. Este diafragma está constituido por
depresión suave denominada fosa navicular. dos músculos propios de la pelvis, el elevador del ano y
el coccígeo y en la parte lateral por el músculo piramidal,
Bulbos del vestíbulo. Son dos estructuras alargadas ubicado hacia atrás y el obturador interno, ubicado hacia
de tejido eréctil que se encuentran a cada lado del orificio adelante. Estos músculos conectan la pelvis con el miembro
vaginal. Miden 3 cm de longitud. Tienen un extremo an- inferior. Los músculos elevador del ano y coccígeo de cada
terior aguzado que se une por delante del introito vaginal lado, se unen en la línea media formando un rafe que, en
con el del lado opuesto. Su extremo posterior está ensan- la pelvis femenina, es interrumpido por el ano en la parte
chado en estrecha relación con las glándulas vestibulares posterior y la hendidura vaginal en la parte anterior (FIGU-
mayores. Su cara profunda se encuentra por debajo de la RAS 1-9 Y 1-10). La cara pelviana de los músculos antes
membrana perineal y su cara superficial está recubierta por mencionados está recubierta por una estructura de tejido
el músculo bulbocavernoso. conectivo que se extiende por sobre ellos para insertarse en
el esqueleto de la pelvis. Esta estructura se denomina fascia
Glándulas vestibulares mayores o glándulas de pélvica. La fascia o aponeurosis pélvica profunda se divide
Bartholino. Están ubicadas detrás del orificio vaginal, más en dos hojas, una parietal que cubre el plano muscular y
cerca de la línea media, en relación con la parte posterior una visceral que se relaciona con las visceras pélvicas. La
del bulbo. Miden aproximadamente 13 x 9 mm, su forma hoja parietal de la fascia pélvica se extiende sobre el múscu-
es redondeada y su color es amarillo pálido. Su estructura lo obturador interno hasta el esqueleto pelviano. En la zona
es tubuloalveolar; la parte secretora está revestida por cé- en que se une el músculo elevador del ano con el obturador
lulas cilindricas o cuboideas de citoplasma pálido. Cada interno se forma un engrosamiento denominado arco tendi-
glándula vierte su producto de secreción por intermedio de noso del músculo elevador del ano, estructura que sirve de
un delgado conducto de 2 cm de longitud, cuyo extremo se inserción lateral a dicho músculo. La parte inferior de esta
encuentra inmediatamente por fuera del himen en un surco fascia es delgada y se conoce con el nombre de fascia infe-
situado entre el borde fijo de éste y el labio menor (Williams rior del diafragma pélvico o fascia anal. En la parte anterior,
& Warvick, 1985). Las glándulas son comprimidas por la la hoja superior forma los ligamentos pubovesicouterinos.
contracción del músculo bulbo esponjoso. El músculo elevador del ano forma la mayor parte del
Toda la superficie de la vulva está revestida por epite- piso de la cavidad pélvica. Por delante se inserta en la cara
lio pavimentoso estratificado queratinizado, que en la cara posterior del cuerpo del pubis a ambos lados de la sínfisis.
externa de los labios mayores presenta todas las caracte- Por detrás se une a las espinas ciáticas. Entre estos dos
rísticas del epitelio cutáneo. A medida que se acerca al puntos tiene un borde lateral que se fija al arco tendinoso
vestíbulo disminuye el grosor del epitelio, en especial el del elevador del ano, dependencia de la fascia pélvica. Las
del estrato córneo. También las papilas formadas por el te- fibras de este músculo se dirigen a la línea media donde se
jido conectivo subepitelial disminuyen en número y altura. entrecruzan con las del músculo del lado opuesto. La direc-
La superficie vulvar del himen está revestida por epitelio ción de las fibras es irregularmente oblicua, lo que permite
queratinizado, en cambio su cara vaginal carece de estrato configurar tres componentes en este músculo. Éstos son: la
córneo, siendo similar al epitelio de la vagina. parte puborrectal, constituida por fibras que se entrecruzan
por detrás del recto, la parte pubococcígea y la parte ilio-
Vasos y nervios. La irrigación arterial de la vulva proce- coccígea (FIGURA 1-9).
de de las arterias pudendas externa e interna y de algunas La cara superior del elevador del ano se relaciona, me-
ramas de la arteria epigástrica inferior. Estas forman una diante la fascia pélvica, con la vejiga, el recto y el útero.
extensa red vascular que explica que las lesiones en la vul- Su cara inferior está en relación en la parte posterior, con
va produzcan hemorragias. Las venas forman un plexo que la fosa isquiorrectal, de la cual forma el límite medial. En
confluye en troncos venosos distribuidos en forma equiva- la parte anterior, los bordes mediales de ambos músculos
lente a las arterias. Los linfáticos de la vulva drenan a los están en relación con la pared vaginal. El músculo elevador
linfonodos inguinales superficiales. La inervación de la par- del ano es inervado por ramas del nervio pudendo.
te anterior de la vulva procede del nervio ilioinguinal, que
nace del plexo lumbar, especialmente de raíces originadas El músculo coccígeo se encuentra por detrás y por sobre
en el primer segmento lumbar de la médula espinal. La el músculo elevador del ano en el mismo plano. Se inserta
parte posterior de los genitales externos es inervada por lateralmente en la cara pélvica de la espina ciática y del
ramas del nervio pudendo, cuyas fibras proceden de los ligamento sacrociático y medialmente en el borde lateral
segmentos sacros de la médula espinal (Hamilton, 1976). del coxis y de la última vértebra sacra.

11
OBSTETRICIA

Periné lado el receso anterior, por encima de la membrana peri-


neal, que llega hasta el espacio retropúbico. La base de la
Por debajo del diafragma pélvico se encuentran nume- fosa isquiorrectal en su parte anterior es la piel del periné
rosas estructuras relacionadas con los genitales externos entre las tuberosidades isquiáticas, y en su parte posterior,
que en conjunto se denominan periné (Anderson, 1978). el coxis. La fosa isquiorrectal está ocupada en su mayor
Desde el punto de vista descriptivo, el periné se divide en parte por tejido adiposo y fibromuscular. Los vasos y ner-
dos triángulos: uno anterior o urogenital y uno posterior o vios pudendos internos transcurren junto a la pared lateral
rectal. Estos triángulos se unen por su base, que correspon- de ella, rodeados por tejido conectivo que forma el conduc-
de con el plano que se extiende entre ambas tuberosidades to pudendo. La fosa isquiorrectal permite la distensión del
isquiáticas. El triángulo urogenital tiene un vértice anterior recto durante la defecación y especialmente la ampliación
y el triángulo rectal tiene un vértice posterior. El triángulo de la vagina en el transcurso del parto.
anterior contiene los genitales y los músculos que se rela-
cionan con ellos y el triángulo posterior contiene el canal El músculo esfínter externo del ano rodea la parte más
anal y la fosa isquiorrectal (FIGURA 1-10). Éste es un distal del canal anal; se encuentra en el centro del triángulo
espacio cuneiforme ubicado a ambos lados del canal anal posterior, en un plano más superficial que el músculo ele-
y del recto, con su base dirigida hacia la piel y su vértice vador del ano. Se inserta por delante en el cuerpo perineal
dirigido hacia arriba. Se distinguen en ella una cara medial y por detrás en el rafe anococcígeo y en las últimas piezas
constituida por la fascia anal, que cubre al músculo eleva- del coxis. Este músculo se subdivide en tres partes: una
dor del ano y una cara lateral formada por la fascia obtura- profunda, una superficial y una subcutánea. La profunda
triz, que cubre al músculo obturador interno. Ambas caras está en contacto con las fibras puborrectales del músculo
se unen profundamente en un ángulo. La fosa isquiorrectal elevador del ano y en su parte más anterior con el cuerpo
está limitada por detrás por el ligamento sacrotuberoso y el perineal. La superficial se relaciona con los músculos trans-
músculo glúteo mayor. En su parte anterior forma a cada versos superficiales del periné (Anderson, 1978).

Introito vaginal Canal anal


Q Músculo transverso profundo Q Glándula bulbo uretral
Músculo isquiocavernoso Músculo bulbocavernoso
Q Esfínter anal Q Músculo elevador del ano
Membrana perineal Cuerpo perineal
Raí'e anococcígeo Músculo elevador del ano Q Músculo elevador del ano (pubo rectalis)

Músculo coccígeo Ramas del nervio pudendo Q Músculo coccígeo Q Uretra (j) Vagina
Músculo glúteo mayor Músculo piramidal
FIGURA 1-10. Bolsillo perineal profundo.
{P Músculo transverso superficial del periné

FIGURA 1-9. Fosa isquirrectal y bolsillo o espacio peri-


neal superficial.

12
Capítulo 1 | Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

La parte anterior del músculo elevador del ano, los ANATOMÍA DE LA PELVIS OSEA ,
músculos bulbocavernosos en su extremo posterior y los
músculos transversos superficiales del periné en su extre- La pelvis ósea es la parte del esqueleto que conecta el
mo medial entrecruzan sus fibras musculares formando el tronco con las extremidades inferiores. Es un anillo osteo-
tendón central del periné, denominado también cuerpo pe- ligamentoso formado por los huesos coxales, el sacro y el
rineal. Esta estructura es de gran importancia en obstetricia coxis. Soporta el peso del cuerpo y se apoya en los miem-
porque se secciona al practicar la episiotomía durante el bros inferiores mediante la articulación coxofemoral. Desde
parto vaginal (Moore, 2002). el aspecto obstétrico conforma el canal óseo que debe atra-
vesar el feto en el parto vaginal.
Entre la unión anorrectal y el coxis se encuentra el rafe
anococcígeo, estructura constituida por la decusación de Los huesos coxales están unidos en la parte anterior
láminas musculotendinosas de cada lado. formando la sínfisis del pubis. En la parte posterior cada
hueso coxal se articula con el borde lateral del sacro me-
El triángulo urogenital femenino está dividido en dos
diante las articulaciones sacroilíacas y se unen con el sacro
mitades por la vagina. El espacio ubicado entre los bor-
y el coxis por intermedio de los ligamentos sacrotuberosos
des mediales de los músculos elevadores del ano es ce-
y sacroespinosos. Se conforma de esta manera en la parte
rrado por una gruesa estructura membranosa denominada
inferior de la pelvis un anillo inextensible (FIGURA 1-11).
membrana perineal. Ésta se extiende lateralmente hasta el
esqueleto. Por encima de ella se encuentran los músculos El hueso coxal se forma por la unión a nivel del acetábu-
transversos profundos del periné y el esfínter estriado de lo del ilion, isquion y pubis. Su parte superior es expandida
la uretra, en el espacio llamado bolsillo perineal profun- y en su parte inferior se encuentra el agujero obturador.
do. Por debajo de la membrana perineal se encuentran los Este agujero ha adquirido especial importancia en los úl-
músculos bulbocavernoso en la línea media, isquiocaver- timos años porque a través de él se introducen las cintas
noso lateralmente y el transverso superficial del periné. Este suburetrales para el tratamiento de la incontinencia urinaria
espacio se denomina bolsillo perineal superficial. La cara (De Leval, 2003). En la cara externa del hueso coxal, por
superficial de estos músculos está en relación con la apo- encima y detrás del agujero obturador está el acetábulo,
neurosis superficial del periné, constituida por una capa que es la superficie articular para la cabeza del fémur.
adiposa superficial y una membranosa o fibrosa profunda.
El borde superior del hueso coxal se denomina cresta
Los músculos bulbocavernosos y transversos superficiales
ilíaca, que termina por delante en una eminencia denomi-
y profundos, se insertan por atrás en el cuerpo perineal que
nada espina ilíaca anterosuperior y por detrás en otra, la
es una estructura fibromuscular de forma piramidal situada
espina ilíaca posterosuperior (FIGURA 1-12).
en la línea media, por delante del canal anal y por detrás
de la vagina (FIGURA 1-9). Esta estructura tiene gran Im- La articulación sacroilíaca se encuentra en el borde pos-
portancia en la mantención de las visceras pélvicas en su terior del hueso coxal. Por debajo de ella hay una gran es-
posición y debe ser cuidadosamente reparada en caso de cotadura llamada ciática mayor y un poco más abajo una
lesiones que ocurran durante el parto y en la cirugía gine- más pequeña llamada escotadura ciática menor. La espina
cológica perineal. ciática o isquiática es una eminencia aguzada que separa
ambas escotaduras ciáticas. Por debajo de la escotadura
La función de los músculos pélvicos es compleja. El
ciática menor está la tuberosidad isquiática, que es una
músculo elevador del ano y el coccígeo cumplen espe-
gran eminencia que se continúa hacia delante con la rama
cialmente una función de sostén de las visceras pélvicas
inferior del pubis.
cuando la mujer se encuentra en posición de pies. Durante
el trabajo de parto, el diafragma pélvico es un importante En la cara interna del hueso coxal se observa un borde
factor en la orientación de la presentación fetal. Los bordes liso llamado línea arcuata, que se continúa con la línea
anteriores de los músculos elevadores del ano al contraer- pectínea de la rama superior del pubis la que termina en
se, comprimen lateralmente la pared vaginal. El esfínter de una prominencia denominada tubérculo púbico. A ambos
la uretra y el transverso profundo del periné realizan con- lados de la sínfisis se une la rama superior e inferior del
juntamente la función de esfínter comprimiendo la porción pubis (FIGURA 1-13).
membranosa de la uretra. Durante la micción se relajan.
La pelvis ósea se divide en una parte superior, la pelvis
Los músculos bulbocavernosos al contraerse exprimen la
mayor o falsa (que está formada por esqueleto sólo en su
uretra y expulsan su contenido.
parte posterior y laterales), y una inferior, menor o verda-
La musculatura de la región urogenital es inervada por dera, que está completamente rodeada por esqueleto. La
los nervios perineales; ramas del nervio pudendo que se pelvis verdadera presenta un anillo superior y uno inferior,
originan en los segmentos sacros segundo, tercero y cuarto el estrecho superior está formado de delante hacia atrás por
(FIGURA 1-9). el borde superior de la stnfisis y el cuerpo del pubis, la emi-
nencia iliopectínea, la línea innominada, el borde anterior
del sacro a ambos lados y el promontorio.

13
OBSTETRICIA

Coxis Acetábulo
Q Agujero obturador Espina ilíaca anterosuperior
Q Rama del isquion Cresta ilíaca
Q Cartílago interpúbico Promontorio

FIGURA 1-11. Vista anterosuperior de la pelvis.

Q Cresta ilíaca Línea innominada

£) Espina ilíaca anterosuperior Espina ilíaca anteroinferior

0 Pubis Rama inferior del pubis

(p Isquion Agujero oblitador

Tuberosidad isquiática Escotadura ciática menor

Q Espina ciática Escotadura ciática mayor

^ Espina ilíaca posterosuperior

FIGURA. 1-12. Pelvis ósea. Hueso coxal.

14
Capítulo 1 Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis osen

5 centímetros aproximadamente y una pared posterior larga


formada por el sacro y el coxis que mide aproximadamente
14 centímetros (FIGURA 1-13).
Las articulaciones de la pelvis permiten muy poca mo-
vilidad. En la superficie articular del pubis hay un grueso
fibrocartílago llamado disco interpúbico que une el cartílago
hialino que cubre las superficies articulares de los huesos
púbicos. El fibrocartílago se reblandece durante el embara-
zo permitiendo cierta movilidad entre los huesos púbicos
que en ocasiones produce dolor (Hamilton, 1976).
Entre la pelvis del hombre y de la mujer existen diferen-
cias tanto en los huesos como en la cavidad y en los diáme-
tros. La pelvis masculina es más alta y sus huesos son más
grandes y gruesos. La excavación pelviana en el hombre es
en general más estrecha. Debido a la mayor masa muscular
del hombre, las inserciones musculares son más destaca-
das. Las características propias de la pelvis femenina son la
amplitud del ángulo subpúbico, la amplitud de la escotadu-
ra ciática mayor y la mayor distancia entre la sínfisis púbica
y el borde anterior del acetábulo (Hamilton, 1976).

Diámetros de la pelvis
La información expuesta se refiere a la mujer chilena.
Q Cresta ilíaca Línea innominada
Diámetros externos:
{!) Espina ilíaca anterosuperior Q Espina ilíaca anteroinferior • Biespinoso. Entre el punto más prominente de las espi-
nas ilíacas anterosuperiores. Mide en promedio 23 cm.
Q Rama superior del pubis Q Hueso púbico
• Bicrestal. Es la mayor distancia entre las crestas ilíacas.
4Q) Rama inferior del pubis Q Rama del isquion Mide en promedio 27 cm.
Q Tuberosidad isquiática ^ Espina ciática • Bitrocantéreo. Es la distancia entre los trocánteres ma-
yores del fémur. Mide en promedio 30 cm.
{J| Escotadura ciática mayor
• Conjugada externa o diámetro de Baudelocque. Entre
la sínfisis púbica y la apófisis espinosa de la quinta vér-
FIGURA 1-13. Corte sagital de la pelvis.
tebra lumbar. Mide 19 cm en la mujer chilena (Avenda-
ño & Mayorga, 1985).

La cavidad de la pelvis menor está limitada por detrás Diámetros internos. En el estrecho superior de la pel-
por el sacro, el coxis y los ligamentos sacrotuberosos y sa- vis se describen diámetros transversos, oblicuos y antera-
croespinosos. Lateralmente por el isquion y anteriormente posteriores (FIGURA 1-14).
por el pubis.
• Diámetro transverso máximo. Se extiende entre los pun-
El estrecho inferior de la pelvis menor está limitado des- tos más distantes de las líneas innominadas y mide en
de adelante hacia atrás por el borde inferior de la sínfisis del promedio 13,5 cm.
pubis, la rama isquiopúbica, el borde inferior del ligamento
• Diámetro transverso útil o mediano. Entre el pubis y
sacrotuberoso y el coxis.
el promontorio, mide 12 cm. Se le denomina también
En la parte anterior de la pelvis verdadera, por debajo diámetro de Pinard.
de la sínfisis púbica queda un gran espacio triangular con
• Diámetros oblicuos. Se extienden entre la eminencia
vértice anterosuperior que se denomina ángulo subpúbico.
ileopectínea y la unión sacroilíaca contralateral. Miden
La cavidad de la pelvis menor tiene una pared anterior 12 a 13 cm. El izquierdo es levemente más amplio que
corta formada por las ramas y sínfisis del pubis, que mide el derecho (FIGURA 1-14).

15
OBSTETRICIA

• Diámetro promontosuprapúbico o conjugada anatómi-


ca. Mide 11 cm y se extiende desde el promontorio has-
ta el borde superior de la sínfisis púbica.
• Diámetro promontoretropúbico mínimo o conjugada
vera. Entre el promontorio y el punto más prominente
de la cara posterior de la sínfisis del pubis. Es el menor
diámetro anteroposterior de la pelvis. Mide en promedio
10,5 cm.
• Diámetro promontosubpúbico o conjugada diagonal.
Entre el promontorio y el borde inferior de la sínfisis del
pubis. Mide 12 cm (FIGURA 1-15).

Diámetros de la excavación pelviana. La excava-


ción de la pelvis menor también presenta diámetros antero-
posteriores, transversales y oblicuos que en general miden
TM Transverso máximo OD Oblicuo derecho 12 cm con excepción del diámetro biciático.
Oí Oblicuo izquierdo CA Conjugada anatómica • Diámetro sacrosubpúbico. Desde la articulación de la
TU Transverso mediano segunda con la tercera vértebra sacra hasta el borde in-
ferior de la sínfisis púbica.
FIGURA 1-14. Diámetros del estrecho superior de la pelvis. • Diámetro biciático o interespinoso. Entre ambas es-
pinas ciáticas, mide 10 a 11 cm. Es el más estrecho
transversalmente.

Diámetros del estrecho inferior de la pelvis:


• Diámetro transverso. Entre los bordes internos de am-
bas tuberosidades isquiáticas. Mide 11 cm.
• Diámetro coxisubpubiano. Entre la punta del coxis y el
borde inferior de la sínfisis del pubis. Mide 8,5 a 9 cm.
Con el movimiento hacia atrás del coxis durante el parto
puede llegar a medir hasta 13 cm.
• Diámetro sagital posterior. Desde la punta del sacro
hasta el diámetro que une ambas tuberosidades isquiá-
ticas. Mide 7,5 cm.

Topografía de la pelvis
Comprende el estudio de los planos, los ejes y la inclina-
ción de la pelvis.

Planos de Hodge. Son cuatro planos paralelos de la


pelvis menor:
• Primer plano. Del estrecho superior, trazado entre el pro-
montorio y el borde superior del pubis.
• Segundo plano. Paralelo al anterior, toca el borde interior
de la sínfisis pubiana y el cuerpo de la segunda vértebra
CA Conjugada anatómica CV Conjugada vera sacra; está localizado en el plano de las dimensiones
CD Conjugada diagonal SSP Sacro subpúbico pélvicas máximas.
CSP Coxis subpúbico • Tercer plano. Paralelo a los precedentes, tangencial a las
espinas ciáticas.
FIGURA 1-15. Diámetros anteroposteriores de la pelvis.

16
Capítulo 1 | Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

FIGURA 1-16. Planos de Hodge. FIGURA 1-17. Eje de la excavación pelviana.

• Cuarto plano. Localizado en el estrecho de salida de la Topografía de la excavación pelviana


pelvis, señala el piso de la pelvis; paralelo a los prece-
dentes, toca el vértice del coxis (FIGURA 1-16). La excavación pelviana es la pelvis menor propiamente di-
cha. Su pared anterior, ligeramente convexa, corresponde
La línea biciática (correspondiente al tercer plano de a la sínfisis, al cuerpo y a las ramas del pubis; la cara
Hodge) se usa extensamente como referencia para evaluar posterior, a la concavidad del sacrocoxis, de curvatura va-
el grado de encajamiento o altura de la presentación duran- riable y altura fluctuante (12 y 15 cm); las caras laterales,
te el parto. La distancia aproximada entre este plano y el sensiblemente paralelas, ofrecen como rasgo importante
estrecho superior de la pelvis es de 5 cm. las espinas ciáticas. Las dimensiones de la excavación se
aproximan a 12 cm en todo sentido, a excepción de la
Ejes pelvianos. Son líneas imaginarias trazadas como línea biciática (11 cm) que constituye el estrecho medio,
perpendiculares en el centro de cada plano. El eje de la zona de gran importancia en el mecanismo del parto y sus
excavación es una curva formada por la intersección de anomalías (consultar Capítulo 17: El parto).
los planos con sus respectivos centros, cuya concavidad
mira hacia el pubis. Teóricamente coincide en la parte de Clasificación morfológica de la pelvis
arriba con el eje del estrecho superior y se prolonga en el
eje uterino. Constituye el trayecto fetal en el parto vaginal De acuerdo a la forma de la pelvis, se distinguen cuatro
(FIGURA 1-17). grandes grupos según las características del estrecho supe-
rior. Si se traza una línea a través del diámetro transverso
Inclinación de la pelvis. Es el ángulo formado por máximo éste queda dividido en dos segmentos (anterior y
el plano del estrecho superior y la horizontal que, estando posterior), siendo este último el que determina el tipo de
la mujer en posición vertical, fluctúa entre 48° y 60°. Si pelvis, los cuatro grupos son (FIGURA 1-18):
aumenta se acentúa la lordosis lumbar y se produce an-
teversión pelviana. Si disminuye, la curvatura lumbar se Pelvis ginecoide. Variedad típica de rasgos femeninos.
endereza, rasgo propio de la pelvis en retroversión. La incli- Estrecho superior circular, suave prominencia del promon-
nación pelviana es importante en el mecanismo del parto torio y discreto aplanamiento. Segmento posterior apenas
y sus anomalías se asocian a variados defectos de confor- menor que el anterior, ambos con líneas amplias y curvas.
mación. En la práctica reconocemos la inclinación pelviana Las paredes laterales de la excavación son paralelas, con
según el diámetro del plano conjugado externo y según la escasa saliente de las espinas ciáticas, de vértice romo;
profundidad de la curvatura lumbar. arcada subpubiana normal (90°) o amplia y cóncava; sa-
cro en posición intermedia o en leve retroversión. Durante
el parto, el polo cefálico suele introducirse en esta clase
de pelvis empleando el diámetro transverso del estrecho

17
OBSTETRICIA

hacia atrás aumentando el espacio posterior. El sacro tiene


por lo general seis segmentos y es recto, lo que explica que
la pelvis antropoide sea más profunda que los otros tipos.
Las espinas ciáticas son prominentes. El arco subpúbico es
algo estrecho pero bien formado.

Pelvis platipeloide. Modalidad ginecoide aplanada,


con moderada reducción anteroposterior y diámetros trans-
versos amplios. El estrecho superior es un óvalo transversal
con arcos posterior y anterior curvos y cóncavos; excava-
ción ensanchada con diámetro biciático normal o aumenta-
do; ángulo subpubiano sobre 90°; en general la excavación
es más breve (canal más corto); anteversión común con
aumento de la lordosis lumbar. La mujer portadora de esta
variedad no se asimila a una tipología somática propia,
pero con frecuencia su estatura y su peso son inferiores al
promedio según edad y paridad. La pelvis platipeloide es la
menos frecuente de las pelvis puras, se presenta sólo en el
2,6% de las mujeres de raza blanca (Avendaño & Mayorga,
1985) (FIGURA 1-18).

Aspectos clínicos de la pelvis ósea


en obstetricia
A Pelvis ginecoide B Pelvis androide
La normalidad de la forma y los diámetros de la pelvis es
C Pelvis antropoide D Pelvis platipeloide un requisito importante en el mecanismo del parto vaginal.

FIGURA 1-18. Tipos de pelvis. La evaluación de la pelvis se puede realizar con proce-
dimientos clínicos, radiológicos y ultrasonográficos. En la
práctica, los de más utilidad son los clínicos, que conside-
ran las características somáticas de la mujer y la medición
superior. La mujer presenta estatura normal, sus hombros
de algunos diámetros pelvianos, lo que se denomina pelvi-
tienen menor desarrollo que las caderas; muslos largos, metría clínica. Se ha demostrado que mujeres de talla mar-
cuyos contornos siguen una línea curva hasta la rodilla; cadamente baja presentan con mayor frecuencia diámetros
piernas delgadas. pelvianos menores.

Pelvis androide. Es una variedad de pelvis femenina En la evaluación de la pelvis en obstetricia es necesario
con rasgos viriloides; estrecho superior triangular o cunei- recordar el concepto de proporcionalidad entre los diáme-
forme en su segmento anterior; diámetro sagital posterior tros pelvianos y los de la cabeza fetal, de tal manera que
breve, lo que puede ser un obstáculo para el uso de este la pelvimetría funcional considera el descenso de la cabeza
espacio por la cabeza fetal; las paredes laterales de la ex- del feto durante el trabajo de parto (Avandaño & Mayorga,
cavación muestran tendencia convergente, espinas ciáticas 1985).
prominentes y agudas; sacrocoxis rectilíneo, a menudo en La pelvimetría clínica consiste en medir los diámetros
anteversión; ángulo subpubiano cerrado; huesos gruesos y externos de la pelvis (pelvimetría externa) y los internos
pesados. Recuerda la pelvis infundibuliforme, con retrover- (pelvimetría interna). Para realizar una pelvimetría externa
sión pelviana y reducción de la lordosls lumbar. Aparece en se utilizan instrumentos denominados pelvímetros, entre
mujeres de pequeña estatura, con dimensiones semejantes los cuales el más conocido es el pelvímetro de Baude-
en hombros, cintura y caderas; miembros inferiores grue- locque (FIGURA 1-19). La pelvimetría interna se realiza
sos y cilindricos. mediante el tacto transvaginal (FIGURA 1-20).

Pelvis antropoide. Se caracteriza por un diámetro an- La pelvimetría interna es de gran utilidad en obstetricia.
teroposterior de la entrada pélvica mayor que el transver- Las características más importantes a determinar en este
so, formando un óvalo en el sentido anteroposterior, con el procedimiento son el ángulo pubiano, la distancia entre el
segmento anterior algo estrecho y puntiagudo. Las paredes promontorio del sacro y la sínfisis del pubis y la distancia
laterales son algo convergentes y el sacro está inclinado entre las espinas ciáticas (FIGURA 1-21).

18
La pelvimetría radiológica es la medición de los diáme-
tros pelvianos mediante la obtención de imágenes radioló-
gicas, con las que se puede acceder a diámetros imposibles
de determinar clínicamente. La utilidad de este procedi-
miento es discutida por lo que se solicita sólo en casos
seleccionados (Varner, 1980; Barton y cois., 1982),
La pelvimetría ultrasonográfica ha sido propuesta para
la medición de algunos diámetros pelvianos pero no se ha
FIGURA 1-19. Pelvímetro de Baudelocque. demostrado su real aporte en este aspecto (Kratochwill &
Zeibekis, 1972). Por el contrario la ultrasonografía permite
determinar con exactitud los diámetros de la cabeza fetal,
lo que es de gran importancia para establecer la proporcio-
nalidad entre ella y la pelvis (Donoso, 1986).
En la práctica obstétrica el correcto descenso de la ca-
beza fetal durante el trabajo de parto es el mejor indicador
de una pelvis funcionalmente adecuada y las distintas for-
mas de pelvimetría se practican sólo en casos calificados
(Stewart, 1984) (FIGURA 1-21) (consultar Capítulo 19: El
parto en presentación de vértice).

ANATOMÍA DE LA MAMA
Las mamas femeninas en la mujer adultan se ubica en la
cara anterior del tórax, entre la segunda y la sexta costillas y
entre el borde esternal y la línea axilar media. En su porción
profunda se relacionan principalmente con el músculo pec-
toral mayor y en menor medida con los músculos serrato
anterior y recto abdominal (FIGURA 1-22).
Aunque el tamaño de las glándulas mamarias es muy
FIGURA 1-20. Pelvimetría clínica para la determinación variable, en promedio las mamas miden 10 a 12 cm de
de la conjugada vera. diámetro y su espesor es de 5 a 7 cm en la zona central.
El volumen promedio de la mama derecha es de 275,5
mLy el de la mama izquierda es 291,7 mL (Srnith y cois.,
1986). Más de la mitad de las mujeres tiene diferencias de
volumen entre la mama derecha e izquierda que exceden el
10% y en una cuarta parte de las mujeres esta diferencia
excede el 20% (Spratt & Tobln, 1995).

Las mamas tienen forma de disco; su porción supero-


lateral se prolonga hacia la axila, llamada cola de Spence,
que es la única porción del parénquima mamario que se
encuentra bajo la fascla profunda. El contorno de la mama
y su prominencia es variable en distintas mujeres y razas,
como también en distintas edades de una misma mujer,
siendo cónica en la nulípara y péndula en la multípara.

Irrigación
Las principales arterias que irrigan la mama derivan de las
ramas perforantes de la artería torácica interna, entre los
espacios Intercostales segundo y cuarto y de las ramas de
la artería torácica lateral. Aproximadamente el 60% de la
FIGURA 1-21. Descenso de la cabeza fetal en relación a mama, especialmente su parte medial y central, es irrigada
las espinas. por las ramas perforantes anteriores de la arteria torácica

19
OBSTETRICIA

el plexo subareolar y posteriormente hacia la axila. Actual-


mente las técnicas de detección del linfonodo centinela,
que por definición sería el primer linfonodo en recibir el dre-
naje linfático desde un sitio determinado, han despertado el
interés en el estudio del drenaje linfático de la mama, pero
aún no existe acuerdo acerca del curso que sigue el flujo
linfático desde el parénquima mamario hasta las cadenas
de linfonodos (Tanis y cois., 2001). Lo que sí está aceptado
es que el drenaje de la mama puede ir a diversos sitios y
que la axila es la principal cadena de drenaje linfático desde
la mama. En 1959, Turner-Warwick inyectó partículas de
coloide marcado con oro 198 en el parénquima mamario,
demostrando un drenaje directo hacia la axila en más del
75% de los casos y confirmando también que la cadena de
linfonodos torácicos internos representaba otra importante
vía de drenaje linfático tanto para los cuadrantes mamarios
mediales como laterales (Turner-Warwick, 1959).
Se ha demostrado que los vasos linfáticos originados del
plexo perilobulillar siguen a los conductos lactíferos para
confluir en un plexo linfático subareolar. Los plexos linfáti-
cos subepiteliales o papilares de la mama confluyen con los
linfáticos subepiteliales de la superficie del cuerpo. Estos
vasos linfáticos, carentes de válvulas, se comunican con
los vasos linfáticos subdérmicos y se mezclan con el plexo
Músculo pectoral mayor Músculo deltoides subareolar de Sappey. Éste recibe vasos linfáticos del pe-
Músculo dorsal ancho Músculo serrato anterior zón y la areola y se comunica con los plexos subepitelial y
subdérmico mediante vasos linfáticos verticales equivalen-
tes a los de otras partes del cuerpo (Spratt y cois., 1965).
FIGURA 1-22. Relaciones de la mama con los músculos
La linfa fluye unidireccionalmente, a través de los vasos
de la pared del tórax.
linfáticos, desde el plexo superficial al profundo y desde
el plexo subareolar a los plexos subcutáneos profundos y
perilobulares.
interna, especialmente la del segundo espacio intercostal El flujo desde los vasos linfáticos subcutáneos profundos
que es la más gruesa y larga, pudiendo irrigar todo el pa- e intramamarios es centrífugo y preferentemente desde la
rénquima mamario cuando la microcirculación se encuen- superficie a la profundidad, como lo plantean algunos au-
tra en condiciones normales (Wood & Bostwick, 1999). tores (Turner-Warwick, 1959; Spratt y cois., 1965; Tanis
Alrededor del 30% de la mama, principalmente el cuadran- y cois., 2001). Las aseveraciones de este último autor se
te superoexterno, es irrigado por la arteria torácica lateral. basan en estudios dinámicos linfocintigráficos para detec-
Contribuyen en menor grado a la irrigación de la mama ción del linfonodo centinela. Después de la inyección en
la rama pectoral de la arteria toracoacromial, las ramas el parénquima mamario de un nanocoloide marcado con
cutáneas laterales y anteriores de las arterias intercostales tecnecio -99m (Te 99m) se observó la mayoría de las ve-
tercera a quinta, la arteria subescapular y la arteria toraco- ces la presencia de un típico canal linfático drenando di-
dorsal (Moore, 1980). rectamente hacia la axila, y rara vez se visualizó un curso
Las venas de la mama drenan a la vena axilar, a la vena indirecto de la linfa por la ruta del plexo subareolar (Tanis
torácica interna, a la vena torácica lateral y a las venas y cois., 2001).
intercostales superiores. La mayor parte de la linfa de la glándula mamaria drena
en los linfonodos axilares y en los linfonodos de la cadena
Drenaje linfático torácica interna como lo demuestran varios estudios de lin-
fonodo centinela en cáncer de mama (Tanis y cois., 2001).
La anatomía del sistema linfático de la glándula mamaria En una serie de 256 pacientes portadoras de cáncer de
ha sido estudiada desde hace más de dos siglos. Sappey, mama se realizó la combinación de tres técnicas para la
en 1834, publicó sus estudios basados en inyecciones de detección del linfonodo centinela: primero se realizó una in-
mercurio en los canales linfáticos y concluyó que la mayor yección peritumoral de nanocoloide marcado con tecnecio
parte del tejido mamario drena en forma centrípeta hacia -99m (Te 99m) y se efectuó una linfocintigrafía. Después
Capítulo 1 Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

se utilizó durante el acto operatorio una sonda detectara de donde se pueden comunicar con los plexos subdiafragmá-
radioactividad. La tercera técnica consistió en una inyec- tico y subperitoneal; estas vías de drenaje, que no tienen
ción ¡ntradérmica de tinta azul (patent blue) al 1%, para gran trascendencia en la mama sana, cobran importancia
visualizar los linfonodos durante la intervención quirúrgica, en caso de haber compromiso tumoral y obstrucción de las
apoyado además por la sonda detectara de radioactividad. rutas fisiológicas del flujo linfático (Osborne, 1991). Otras
Los estudios linfocintigráficos mostraron drenaje hacia lin- rutas accesorias de drenaje linfático corresponden a la vía
fonodos centinelas axilares en el 95% de los casos y un transpectoral y a la vía retropectoral. Los linfonodos de la
drenaje adicional hacia linfonodos de la cadena torácica vía transpectoral se ubican entre los músculos pectorales
interna en el 25% de los casos (Van der Enty cois., 2001). mayor y menor (linfonodos de Rotter); los vasos linfáticos
de esta vía se originan en el plexo retromamario y atravie-
El gran desarrollo que ha tenido en los últimos 10 años la
san el pectoral mayor; siguen el curso de la arteria tora-
técnica del linfonodo centinela ha permitido entender mejor
coacromial y terminan en los linfonodos subclavios (nivel
el drenaje linfático mamario. Las técnicas de inyección de
III). La vía retropectoral drena la región superointerna de la
tinta o radiofármaco se han simplificado. Se ha cambiado
mama; estos vasos linfáticos se unen a los vasos linfáticos
la clásica inyección peritumoral, que tenía sus dificultades
de los músculos pectorales mayor y menor y también dre-
para los tumores no palpables. Esta inyección se ha re-
nan en el grupo subclavio (nivel III) de la axila.
emplazado por la vía intradérmica o subdérmica en la piel
sobre el tumor o en la piel periareolar (Samphao y cois.,
2008). Estas distintas vías de inyección más superficiales Anatomía muscular y nerviosa
se basan en la rica comunicación entre los linfáticos su-
perficiales y los linfáticos profundos intraparenquimatosos. Los músculos de mayor importancia anatómica en la región
Se ha demostrado que, en cerca del 95% de los casos, el de la mama y axila son los pectorales mayor y menor, el
material inyectado por cualquiera de estas vías, fluye hacia serrato anterior y el dorsal ancho, como también la apo-
el mismo linfonodo centinela axilar, que habitualmente es neurosis de los músculos oblicuo externo y recto abdominal
uno, pero que en algunas ocasiones pueden ser dos o más. (FIGURA 1-23).

Un estudio anatómico realizado en 14 cadáveres fres-


cos, en los que se inyectaron los vasos linfáticos torácicos
y luego se cortaron y se tomaron radiografías para obtener
imágenes tridimensionales, ha permitido visualizar el flujo
linfático de la región mamaria (Suami y cois., 2008). La
mayor parte de este flujo linfático pasa a través del tejido
subcutáneo superficial del tórax entre la dermis y el tejido
mamario. Sin embargo, existen algunos canales linfáticos
que pasan a través del mismo tejido mamario. Finalmente
todos estos colectores pasan a la profundidad para alcanzar
los linfonodos axilares. En la porción profunda y medial de
la mama se observaron vasos colectores que pasaban a
través de la fascia intercostal al sistema de linfonodos de la
cadena torácica interna. No se observó una conexión apa-
rente entre los colectores del sistema de la cadena torácica
interna y el sistema de colectores linfáticos superficiales.
Los linfonodos torácicos internos se ubican en los prime-
ros espacios intercostales de la región paraesternal. Estos
linfonodos están en relación con los vasos torácicos inter-
nos, en la grasa extrapleural y desde el segundo espacio in-
tercostal hacia abajo están separados de la pleura por una Músculo dorsal ancho Nervio toracodorsal
delgada capa de fascia en el mismo plano que el músculo Músculo coracobraquial Vasos toracodorsales
torácico transverso. La cantidad de linfonodos que se pue-
de encontrar en esta cadena es variable, con un promedio Vena axilar Nervio pectoral lateral
de 8,5 linfonodos (Ellis y cois., 1993).
Músculo pectoral mayor Nervio pectoral medial
En otros estudios se ha observado que algunos vasos
Músculo pectoral menor Nervio torácico largo
linfáticos pueden drenar hacia los linfonodos supraclavicu-
lares, la mama contralateral, los linfonodos paraesternales, Músculo serrato anterior
la región subesternal, la cadena torácica interna contrala-
teral, el mediastino y los linfonodos abdominales, desde FIGURA 1-23. Anatomía de la región axilar.

21
OBSTETRICIA

El músculo pectoral mayor está formado por una porción vasos para entrar a la superficie medial del músculo. La
clavicular, que se origina en la mitad medial de la clavícula acción del músculo dorsal ancho es la aducción y rotación
y una porción costoesternal que se origina en el esternón, interna del húmero.
en los cartílagos costales 2d° al 6to y en la aponeurosis del
músculo oblicuo externo; las fibras del pectoral mayor se
disponen en forma de abanico, convergiendo hacia la re-
Embriología y desarrollo
gión lateral donde se insertan en el tubérculo mayor del La glándula mamaria es una glándula sudorípara modifica-
húmero. El músculo pectoral mayor es inervado en sus dos da que deriva de la hoja ectodérmica aunque también tiene
tercios superiores por el nervio pectoral lateral y en su tercio un origen mesodérmico. Se desarrolla en la "línea de la le-
inferior por el nervio pectoral medial. La acción del mús- che", que se extiende desde la axila hasta la ingle, pasando
culo pectoral mayor es la aproximación y rotación medial por la región anterior del tórax y el abdomen. Durante el
del húmero, como también la tracción de la escápula hacia desarrollo embrionario se producen varias papilas a lo largo
delante y abajo. de esta línea, las que pueden reconocerse desde la sexta
El músculo pectoral menor nace de la cara externa de semana a partir de la fertilización, pero generalmente se
la 3ra, 4ta y 5ta costilla y se inserta en el borde medial de mantiene hasta el nacimiento sólo aquélla ubicada a nivel
la superficie superior del proceso coracoideo de la escápu- del quinto espacio intercostal en la línea medioclavicular
la. El músculo pectoral menor está cubierto por el pecto- (Gould, 1983).
ral mayor y sirve de punto de referencia para la ubicación Las glándulas mamarias están subdesarrolladas al mo-
de los vasos, nervios y linfáticos de la axila. Está inervado mento de nacer y su desarrollo se completa normalmente
por el nervio pectoral medial, que nace principalmente del en la pubertad. Los ductos mamarios primarios, que con-
fascículo medial del plexo braquial, llevando fibras de los forman la glándula al nacer se elongan y ramifican duran-
segmentos C8 y TI, y desciende posterior al músculo, cru- te la infancia. En la etapa previa a la menarquia hay una
zando la vena axilar por delante. El nervio entra al espacio proliferación del epitelio ductal (Morabia y Wynder, 1990).
¡nterpectoral, atravesando el músculo en la mayoría de los
casos (Mousman, 1980). Un número variable de ramos En la menarquia los estrógenos estimulan la prolifera-
pasa a través del músculo pectoral menor o alrededor de su ción de las células epiteliales ductales, mioepiteliales y
borde lateral, para darle inervación motora al tercio inferior estromales del parénquima mamario; los conductos se ra-
del músculo pectoral mayor (Serm y cois., 1984). La ac- mifican y en sus extremos se forman pequeñas masas só-
ción del músculo pectoral menor es la estabilización de la lidas, esféricas, de células poliédricas, que constituirán los
escápula y la elevación de las costillas 3ra, 4ta y 5ta, durante alvéolos. La progesterona, junto con los estrógenos, inician
la inspiración forzada. la formación de los componentes acinares secretorios en
la parte más distal de los conductillos. Los aumentos cícli-
El músculo serrato anterior, que estabiliza la escápula cos de estrógeno y progesterona en cada ciclo menstrual
sobre la pared torácica, nace de una serie de digitaciones inducen mayor desarrollo ductal y formación de lóbulos-,
desde la parte lateral de las ocho primeras costillas y se esta formación de nuevos acinos continúa hasta alrededor
inserta en la primera costilla en el triángulo posterior del de los 35 años. En estado de reposo, el epitelio glandular
cuello. En el origen de la 5ta, 6ta, 7ma y 8va costilla se inter- está separado del estroma vascularizado vecino por una
digita con el origen del músculo oblicuo externo. El mús- fina zona de fibroblastos a través de los cuales no penetran
culo serrato anterior se inserta en el borde vertebral de la vasos.
escápula, sobre su superficie costal y es inervado por el
nervio torácico largo, que proviene de las raíces C5, C6 y Tanto los estrógenos como la progesterona estimulan la
C7 del plexo braquial. El nervio pasa por la región dorsal a proliferación de tejido conectivo, que posteriormente reem-
los vasos axilares, emergiendo sobre la pared torácica, en la plaza al tejido adiposo y sirve de soporte para los conductos
parte medial de la fosa subescapular, superficial a la fascia en desarrollo. Los esferoides ováricos también estimulan la
profunda, que cubre al músculo serrato anterior. proliferación de tejido adiposo y ayudan al crecimiento y
pigmentación proporcionales del pezón y la areola.
El músculo dorsal ancho o latissimus dorsi tiene un ori-
Generalmente, dentro del primer a segundo año des-
gen muy ancho a partir de las apófisis y ligamentos supra-
pués de la menarquia, la mama ha adquirido la estructura
espinosos desde la 7ma vértebra torácica hacia abajo inclu-
de la glándula madura y ha cambiado de forma cónica a
yendo todas las vértebras lumbares y sacras. El músculo
semiesférica.
se inserta por un tendón angosto y forma el pliegue axilar
posterior en el surco bicipital del húmero. Es inervado por En el embarazo se produce un incremento de los acinos,
el nervio toracodorsal, que nace del fascículo posterior del estableciéndose entonces la estructura definitiva de la glán-
plexo braquial, con fibras de C6, C7 y C8. El nervio pasa dula (Morabia & Wynder, 1990). Los conductos se ramifi-
por detrás de los vasos axilares, se junta a los vasos tora- can y en su parte terminal se forma un lumen que aumenta
codorsales desde medial y luego cruza por delante de estos de tamaño a medida que se va cargando de secreción, al

22
tiempo que aparecen los alvéolos activos. Simultáneamen- clavipectoral se fusionan para formar el ligamento costo-
te aumenta la cantidad de tejido adiposo y la irrigación coracoideo, que se extiende desde el proceso coracoideo
de la mama. Algunos días después del parto la secreción a la primera unión costocondral (FIGURA 1-24). En este
láctea distiende los alvéolos, que en ese momento están punto, los vasos axilares entran al tórax pasando sobre la
tapizados por una sola capa de células cilindricas bajas. A primera costilla y por detrás de la clavícula. Existen muchas
medida que aumenta la cantidad de secreción, las células ramas pequeñas innominadas provenientes de la axila que
se aplanan y desaparecen los espacios intercelulares. Du- drenan en el borde inferior de la vena axilar. Cerca del ápex
rante el período de secreción el citoplasma de las células es surge una pequeña arteria llamada torácica suprema, que
basófilo; al microscopio electrónico se pueden observar m¡- es una rama de la arteria axilar y que descansa sobre la
tocondrias, lisosomas y ribosomas libres. Sobre el núcleo, primera y segunda costilla.
que se sitúa en la parte basal de la célula está el aparato
de Golgi al que acompañan grandes vacuolas proteicas y
Contenido
lipídicas. Durante el destete las glándulas se distienden, el
epitelio alveolar se aplana y la producción de leche cesa por La axila contiene los grandes vasos y nervios de la extre-
falta del estímulo hormonal y por compresión de los vasos midad superior y los linfonodos axilares. El contenido axilar
sanguíneos, cuyo flujo se reduce. El tejido glandular vuelve está rodeado por tejido conectivo laxo. La FIGURAS 1 -23 y
a su estado de reposo, los alvéolos se retraen y los restos de 1-24 ilustran las relaciones Importantes de las estructuras
secreción láctea son reabsorbidos (consultar Capítulo 66: dentro de la axila. Los vasos y nervios están estrechamen-
Lactancia). te asociados unos con otros y englobados dentro de una
Después de la menopausia la glándula mamaria se atro- capa de fascia llamada vaina axilar. Esta lámina de tejido
fia y los elementos celulares de los alvéolos y conductos conectivo denso se extiende desde el cuello y gradualmente
degeneran y disminuyen en número, siendo reemplazados desaparece a medida que los vasos y nervios van dando
parcialmente por tejido adiposo. ramas.
La arteria axilar puede dividirse en tres partes toman-
ANATOMÍA DE LA AXILA do como referencia el músculo pectoral menor. La primera
parte, medial al pectoral menor, lleva a una rama llamada
Límites arteria torácica suprema, que irriga la pared torácica a ni-
vel del primer y segundo espacio intercostal. La segunda
La axila es un compartimiento piramidal con cuatro pare- parte, posterior al pectoral menor, lleva a dos ramas, la
des, un ápice y una base, que está ubicada entre la extre- arteria acromiotorácica y la arteria torácica lateral. La
midad superior y la pared torácica. La base corresponde al arteria acromiotorácica se divide en sus ramas acromial,
hueco axilar y está formada por la fascia axilar; la forma clavicular, deltoidea y pectoral. La arteria torácica lateral
externa de la base de la axila es cóncava y está cubierta pasa a lo largo del borde lateral del pectoral menor a la cara
por vello, que crece durante la pubertad. El ápex o vértice superficial del músculo serrato anterior. Ramas pectorales
es una abertura que se extiende hacia el triángulo posterior de la arteria acromiotorácica y de la torácica lateral irrigan
del cuello a través del canal cervicoaxilar, que está delimi- los músculos pectorales mayor y menor. La arteria torácica
tado por delante por la clavícula, por detrás por la escápula lateral es muy importante porque lleva a las ramas mama-
y medialmente por la primera costilla. A través del vértice rias laterales. La tercera parte de la arteria axilar, lateral al
de la axila pasan las estructuras vasculares y nerviosas de pectoral menor, origina tres ramas: las arterias circunfle-
la extremidad superior. La pared anterior de la axila está jas humeral anterior y posterior y la arteria subescapular.
formada por los músculos pectorales mayor y menor y sus Las arterias circunflejas humerales irrigan la parte alta del
fascias; el borde lateral del pectoral mayor forma el pliegue brazo y participan en la circulación colateral alrededor del
axilar anterior. La pared posterior está compuesta princi- hombro. La arteria subescapular no irriga la mama, pero
palmente por el músculo subescapular y por los músculos es muy importante en la disección de la axila, ya que es
redondo mayor y dorsal ancho, que forman el pliegue axilar la rama arterial más grande de la axila y da origen, poco
posterior. La pared lateral es la más angosta y está formada después de nacer, a sus ramas terminales, la arteria cir-
por el surco bicipital y el músculo coracobraquial entre las cunfleja escapular y la toracodorsal, que irriga el músculo
inserciones de los músculos que forman las paredes ante- dorsal ancho y se asocia íntimamente con los linfonodos
rior y posterior. La pared medial está formada por el múscu- subescapulares y centrales.
lo serrato anterior, que recubre las costillas y los músculos
La vena axilar tiene tributarias que siguen el curso de
intercostales.
las arterias, existiendo generalmente dos venas por cada
Un punto de referencia importante en el ápice de la axila arteria. La vena cefálica cursa por el surco deltopectoral y
es el origen del músculo subclavio, que nace en la unión luego se une a la vena axilar después de perforar la fascia
costocondral de la primera costilla. En la parte tendinosa clavipectoral. A través de su curso en la axila la arteria
del borde inferior de este músculo dos hojas de la fascia axilar está asociada con distintas partes del plexo braquial.

23
OBSTETRICIA

El plexo braquial está formado por las ramas ventrales de


las raíces C5 a TI; las ramas ventrales C5 y C6 forman e\o superior, C7 form

el tronco inferior. Cada uno de los tres troncos se bifurca


en divisiones anteriores y posteriores. Las tres divisiones
posteriores se unen formando el fascículo posterior. Las di-
visiones anteriores de los troncos superior y medio se unen
formando el fascículo lateral, mientras que la división an-
terior del tronco inferior se continúa como fascículo medial
(FIGURA 1-25).

Los fascículos del plexo braquial: medial, lateral y poste-


rior, se denominan de acuerdo a su relación con la arteria
axilar. El fascículo posterior tiene cinco ramas: el nervio
subescapular superior; el toracodorsal; el subescapular in-
ferior y luego sus dos ramos terminales, el nervio circunflejo
y el radial. El fascículo lateral tiene tres ramas: el nervio
pectoral lateral, que inerva al pectoral mayor y a menudo
da una rama que se comunica con el nervio pectoral me-
dial y dos ramas terminales, el nervio músculo cutáneo y la
raíz lateral del nervio mediano.

Es necesario recordar que el nervio pectoral lateral se


denomina así por su origen en el fascículo lateral, pero su
ubicación en la región axilar está en relación con el borde
medial del músculo pectoral menor y ocurre lo contrario
con el nervio pectoral medial, que se origina en el fascículo
medial, pero que se ubica rodeando o atravesando el borde
lateral del músculo pectoral menor. Por este motivo algunos
Q Músculo trapecio autores proponen un cambio en la denominación de estos
^ Plexo braquial nervios para no perpetuar la tradicional confusión basada
en el origen de estos nervios y no en su ubicación anató-
Q Músculo supraespinoso mica (Mousmam, 1980; Serm y cois., 1984). El fascículo
4£) Escápula medial da origen a cinco ramos: el nervio pectoral medial,
que inerva los músculos pectorales mayor y menor; el ner-
(j) Músculo subescapular vio cutáneo braquial medial; el nervio cutáneo antebraquial
{J Músculo infraespinoso medial; y dos ramos terminales, el nervio cubital y la raíz
lateral del nervio mediano.
fp Músculo redondo menor
^ Músculo redondo mayor Fascias de la axila
Q Músculo dorsal ancho La fascia que cubre los músculos de la pared anterior de
^) Clavícula la axila tiene dos hojas: una superficial, que envuelve al
pectoral mayor y se llama fascia pectoral, y una profunda
^ Músculo subclavio que se extiende desde la clavícula hasta la fascia axilar, la
^^ Membrana costocoracoidea cual forma el piso de la axila, llamada fascia clavipecto-
ral o clavicoracoaxilar o costocoracoidea. Esta fascia clavi-
{£) Vaina axilar y vasos axilares pectoral recubre el músculo subclavio y luego se desdobla
^^ Músculo pectoral mayor envolviendo el músculo pectoral menor, uniéndose nueva-
mente por debajo y por fuera de éste, para insertarse en
(J^ Músculo pectoral menor la fascia axilar. La fascia clavipectoral tiene dos porciones:
^ Ligamento suspensorio de axila una porción superior ubicada entre el músculo subclavio y
el músculo pectoral menor, que se denomina membrana
(^ Fascia axilar costocoracoidea y una porción inferior al músculo pectoral
menor, que constituye el ligamento suspensorio de la axila
FIGURA 1-24. Corte sagital de la axila, mostrando fascias o fascia coracoaxilar, la que se continúa con la fascia del
y músculos. músculo dorsal ancho (FIGURA 1-24).

24
Capítulo 1 | Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

5 raíces ventrales

3 divisiones anteriores
3 divisiones posteriores
Nervio musculocutáneo

Nervio mediano

Nervio axilar 3 fascículos


o
Nervio radial cr
Nervio ulnar

Nervio toracodorsal
Ramas terminales
Fascículo medial

Fascículo posterior

Fascículo lateral

Nervio torácico largo


3 troncos
(superior, medio e inferior)

FIGURA 1-25. Esquema del plexo braquial.

La membrana costocoracoidea es perforada por la vena • Grupo 1: linfonodos mamarios externos (1,7 linfo-
cefálica, el nervio pectoral lateral y las ramas de la arte- nodos). Se ubican bajo el borde lateral del músculo pec-
ria acromiotorácica. El nervio pectoral medial no perfora la toral mayor. Siguen el curso de la arteria torácica lateral
membrana costocoracoidea, sino que entra por la superfi- en la pared torácica desde la segunda a la sexta costilla.
cie profunda del músculo pectoral menor inervándolo y pa-
• Grupo 2: linfonodos escapulares (5,8 linfonodos). Se
sando a través de la hoja anterior de la fascia de éste, para
ubican en relación a los vasos subescapulares y a su
inervar el pectoral mayor, al cual entra por su cara posterior.
rama toracodorsal.
Es esencial para el cirujano recordar que prácticamente
• Grupo 3: linfonodos centrales (12,1 linfonodos). Se ubi-
todos los elementos vasculares, linfáticos y nerviosos im-
can en el centro de la grasa axilar. Este es el grupo más
portantes de la axila se encuentran por detrás de la fascia
numeroso y son los que se palpan con mayor facilidad.
clavipectoral, la que debe ser abierta para exponerlos. En
el vértice de la axila existe una condensación de la fascia • Grupo 4: linfonodos interpectorales (o grupo de linfo-
clavipectoral que se extiende desde el extremo medial de nodos de Rotter) (1,4 linfonodos). Se ubican entre los
la clavícula a la primera costilla, formando un ligamento músculos pectorales mayor y menor.
que cubre la arteria y vena subclavia, al cruzar la primera
• Grupo 5: linfonodos de la vena axilar (10,7 linfonodos).
costilla.
Se ubican en la superficie caudal y ventral de la parte
lateral de la vena axilar.
Linfonodos de la axila
• Grupo 6: linfonodos subclavios o apicales (3,5 linfo-
Los linfonodos axilares son la principal ruta de extensión nodos). Se ubican en la superficie caudal y ventral de la
regional del cáncer de mama. La axila contiene un núme- parte medial de la vena axilar.
ro variable de linfonodos: se ha reportado entre 8 y 87,
de acuerdo a distintos estudios, con un promedio de 35,3 Una manera alternativa de denominar los linfonodos
linfonodos (Ellis y cois., 1993). Éstos pueden dividirse en axilares, y que es la utilizada por los cirujanos, es dividirlos
seis grupos: en tres niveles arbitrarios según su relación con el músculo
pectoral menor (FIGURA 1-26):

25
OBSTETRICIA

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Capítulo 1 | Anatomía macroscópica del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea

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27
Anatomía microscópica del aparato genital
femenino y mama
R. Gejman | I. Duarte

Anatomía microscópica del ovario Epitelio superficial


En el corte histológico del ovario a bajo aumento se reco- En la mujer joven, el epitelio superficial consta de una
nocen en el ovario dos zonas: una periférica o corteza y monocapa de células mesoteliales modificadas, cúbicas,
una central e biliar, la médula. La corteza está revestida que tienden a aplanarse con los años. A esta capa también
exteriormente por el epitelio superficial. En la corteza se se le denominaba epitelio germinativo: por mucho tiempo
encuentran los folículos ováricos, en sus diferentes etapas esto provocaba confusión, dado que los oocitos, verdaderas
de evolución, y el estroma ovárico (FIGURA 2 - 1 ) . En la células germinales, no se originan en esta estructura. Este
corteza de la mujer posmenopáusica es frecuente encontrar epitelio es muy interesante ya que reúne muchas caracte-
inclusiones de epitelio similar al de la trompa de Falopio, rísticas comunes con el mesotelio peritoneal y de hecho
que forman quistes microscópicos (Russell & Bannatyne, pueden dar origen a neoplasias muy similares. De esta si-
1989). militud da cuenta la microscopía electrónica que muestra

0 Epitelio superficial
0 Corteza
0 Oocitos primordiales
»^^^:'^^I^^J^Ü
^m^^á^Mm^^W^-'
0 Folículo de Graff
0 Médula 0 Cuerpo lúteo 0 Folículo atrésico 0 Cuerpo blanco 0 Mesoovario

FIGURA 2-1. Esquema de la anatomía microscópica del ovario (Modificado de: Eroshenko, 1993).

28
Capítulo 2 Anatomía microscópica del apáralo genital femenino y mama

muchas similitudes con las células mesoteliales (Ferenczy síntesis de colágeno (ribosomas libres y mitocondrias). Se
& Richart, 1974; Blaustein, 1984). La superficie epitelial observan vesículas de micropinocitosis y uniones intercelu-
posee abundantes microvellosidades y vesículas de pinoci- lares del tipo de los desmosomas. Las células luteinizadas
tosis. El citoplasma contiene organelos bien desarrollados contienen abundante citoplasma rico en gotas de lípido y
con abundantes polisomas libres, mitocondrias y monofila- los organelos necesarios para la síntesis de esferoides; re-
mentos. Se pueden observar gotas de lípidos en el citoplas- tículo endoplásmico liso, mitocondrias y complejo de Golgi
ma basal. La membrana nuclear presenta indentaciones y (Ferenczy & Richart, 1974).
el nucléolo es periférico. En la membrana citoplasmática se
En las mujeres en edad reproductiva la corteza ocupa
reconocen complejos de unión luminal con escasos des-
más del 50% del volumen total del ovario. Contiene las cé-
mosomas y complejos de desmosomas con tonofilamentos.
lulas reproductivas u oocitos que, rodeados por células del
A pesar de las similitudes con el mesotelio de la cavidad
estroma, constituyen los folículos, que varían de tamaño
peritoneal, el epitelio superficial tendría algunas diferencias
de acuerdo al estado de maduración en que se encuen-
tales como actividad de 17-p-hidroxiesteroide deshidro-
tran. La mayoría corresponde a folículos primordiales que
genasa, que no está presente en las células mesoteliales
se disponen en una capa discontinua inmediatamente por
del peritoneo (Blaustein & Lee, 1979). Una lámina basal
debajo de la túnica albugínea, formando pequeños grupos.
bien desarrollada separa el epitelio superficial del estroma
El número de estos folículos es mayor cuanto menor es la
cortical. En el hilio ovárico existe una continuidad de este
edad de la mujer. Una recién nacida posee 1 a 2 millones
epitelio con el mesotelio peritoneal: la abrupta transición
de folículos primordiales, una adolescente unos 380.000,
entre ambos recibe el nombre de línea de Farre-Waldeyer.
en la mujer cercana a los cuarenta años hay alrededor de
A pesar de las similitudes con el mesotelio de la cavidad
8.000 y en la menopausia es difícil encontrarlos. En la
peritoneal el epitelio superficial tendría algunas diferencias.
menopausia son notorios el adelgazamiento de la corteza,
Se cree que el epitelio superficial del ovario se originaría del
la ausencia de folículos y la falta de una neta distinción
endodermo del saco embrionario primitivo y no derivaría
entre la corteza y la médula (Clement, 2002; Clement,
del mesodermo. Esto quedaría en evidencia, además, por
2007).
la actividad de 17-p-hidroxiesteroide deshidrogenase, que
no está presente en las células mesoteliales del peritoneo Cada folículo primordial consiste en un oocito de 40 a
(Blaustein & Lee, 1979). 70 ¿/m rodeado por una capa de células foliculares o de
granulosa. Es raro encontrar más de un oocito por folículo
Inmediatamente bajo el epitelio superficial existe una
primordial. El oocito se caracteriza por un núcleo vesicu-
delgada capa con fibras de colágeno entrecruzadas deno-
loso de 22 a 24 /jm con un patrón cromatínico fino y un
minada túnica albugínea. Esta capa le confiere a la superfi-
macronucléolo. En el citoplasma del oocito se concentra un
cie ovárica el característico color blanquecino nacarado.
complejo de organelos interrelacionados llamado cuerpo
vitelino de Balbiani; dicha estructura es eosinófila, paranu-
Corteza clear, en forma de luna creciente (Hertig, 1968) y contiene
el centrosoma, rodeado de retículo endoplásmico liso. El
Corresponde a la porción externa del ovario inmediata- cuerpo vitelino de Balbiani contiene, además, el retículo
mente bajo la delgada albugínea. El estroma cortical con- endoplásmico rugoso, el complejo de Golgi, abundantes
tiene células tusadas que se disponen en un patrón arremo- mitocondrias y láminas anulares.
linado, entremezclándose con fibras de reticulina. Dichas
células se pueden diferenciar en: a) células foliculares de la El centrosoma consta de granulos densos, vesículas
teca interna, o bien células estromales luteinizadas cuan- agrupadas y fibras densas que forman una malla. Las lámi-
do se sitúan alejadas del folículo; y b) células estromales nas anulares son un complejo de canales. Se ha sugerido
enzimáticamente activas, que se caracterizan por poseer que su función es el intercambio de sustancias entre el
actividad oxidativa (Scully & Cohén, 1964). núcleo y el citoplasma, relacionadas con la actividad meta-
bólica o la transferencia de información genética.
Además, en la corteza se pueden encontrar células mus-
culares lisas, células del tipo del estroma endometrial, célu- Las células de la granulosa del folículo primordial tie-
las deciduales que reflejan los altos niveles de progesterona nen organelos dispersos, con uniones intercelulares del tipo
de la mujer embarazada, adipocitos y células de Leydig. En desmosomas y con microvellosidades que las unen al ooci-
menos del 10% de los ovarios de mujeres jóvenes se han to (Ferenczy & Richart, 1974).
encontrado células neuroendocrinas dispuestas en peque-
La foliculogénesis se refiere al proceso continuo que
ños grupos en la unión corticomedular, cuya función no ha
ocurre a través de la vida fértil de la mujer y que permite
sido determinada (Hidvegi y cois., 1982).
que un folículo primordial llegue a la madurez en cada ci-
Al examinar las células fusadas del estroma con el mi- clo menstrual. La estimulación del folículo primordial por
croscopio electrónico se reconoce un núcleo fusado y es- la gonadotrofina hipofisiaria folículo estimulante (FSH) se
caso citoplasma con organelos bien desarrollados para la manifiesta a través del agrandamiento del oocito que llega a

29
OBSTETRICIA

medir 120 ¡jm o más y por la proliferación de las células de corona radiada, la cual acompaña al oocito aun dentro de
la granulosa que se disponen en 3 a 5 capas concéntricas la trompa. La teca interna madura del folículo está consti-
de células columnares que miden 5 a 7 ¡im. Este folículo re- tuida por células grandes de núcleo ovalado y citoplasma
cibe el nombre de folículo secundario o preantral y mide de con pequeñas gotas de lípido, similares a otras células que
50 a 400/jm, migrando desde la corteza a una médula más secretan esferoides. La teca interna contiene fibras de re-
vascularizada. El oocito es rodeado por una fina capa de ticulina que rodean cada célula y que se continúan con la
material eosinófilo refringente, filamentoso, rico en mucopo- teca externa y el resto del estroma ovárico.
lisacáridos ácidos, llamada zona pelúcida. Las células de la
En la maduración folicular la mayor producción de líqui-
granulosa poseen un núcleo pequeño, redondo u ovoide e
do inducido por la secreción máxima de la gonadotrofina
hipercromático. La membrana citoplasmática posee uniones
luteotrófica (LH) hace que se observe un abultamlento en
estrechas que permiten el intercambio iónico. Prolongacio-
la superficie ovárica, que se adelgaza y se hace translúcida.
nes citoplasmáticas atraviesan la zona pelúcida y establecen
El oocito completa la primera división meiótica que da ori-
contacto con el oocito (Ferenczy & Richart, 1974). El esto-
gen a un cuerpo polar y a un oocito secundario.
ma ovárico vecino a las capas de células de la granulosa se
denomina teca y se diferencia en dos estratos: La ovulación y descarga del líquido folicular que podría
ser secundaria a la contracción de las fibras musculares
1. Teca interna, altamente vascularizada, de células po-
lisas perifoliculares deja una solución de continuidad en
liédricas de 12 a 20 /jm. Con abundante citoplasma
la superficie ovárica al colapsarse el resto del folículo. El
eosinófilo, vacuolado por la presencia de lípidos: dichas
sangrado de los vasos de la teca forma un coágulo en la
células son productoras de hormonas esferoidales (Fein-
cavidad del folículo. Las células de la granulosa y las de
berg & Cohén, 1965; Jones y cois., 2004); presentan
la teca interna sufren modificaciones tales como agranda-
un gran núcleo central, vesiculoso, y un macronucléolo;
miento y acumulación de material lipídico que le da un
la teca interna tiene 3 a 4 células de espesor.
color amarillo, denominado ahora cuerpo lúteo. Las células
2. Teca externa, de células fusadas con elevada actividad de la granulosa lutelnizadas completan su transformación
mitótica, que rodea al estrato anterior, tiene un grosor alrededor del cuarto día postovulación, miden 30 a 35 ¡jm,
variable, no tiene actividad secretora (Gillim y cois., son de contornos poligonales, con abundante citoplasma
1969) y posee abundantes bandas de colágeno. La eosinófilo pálido rico en lípidos. Su núcleo mide 5 a 7 jL/m
teca externa es atravesada por vasos de calibre pequeño y contiene 1 ó 2 nucléolos. Las células de la teca interna
que forman un plexo en la teca interna. La granulosa es llegan a medir alrededor de 15 jUm. Su citoplasma es más
avascular. denso con gotas lipídicas de mayor tamaño que las encon-
tradas en la granulosa. La distinción entre ambos tipos de
Al persistir la estimulación del folículo éste adopta una células luteinizadas se hace más difícil con el desarrollo
forma ovoidea y el oocito ocupa una posición excéntrica. del cuerpo lúteo. Las células luteinizadas poseen un gran
Cuando alcanza alrededor de 0,2 mm de diámetro se forma número de mitocondrias y retículo endoplásmico liso aso-
una cavidad denominada antro por la presencia de líquido ciados a un complejo de Golgi bien desarrollado, ribosomas
intercelular rico en mucopolisacáridos y glicógeno que dis- libres y agrupados, gotas llpídlcas y lipofuscina. Existe un
persa las células de la granulosa. La presencia del antro con pequeño espacio intercelular entre ellas y pueden observar-
un elevado nivel estrogénico caracteriza al folículo terciario, se uniones estrechas y desmosomas (Gillim y cois., 1969).
astral o vesicular, el que continúa creciendo hasta alcan- Prolongaciones de la membrana citoplasmática permiten
zar 15 a 20 mm. Una lámina basal separa a las células su conexión a los capilares y a otras células. Los peque-
de la granulosa de las de la teca interna. Los cuerpos de ños capilares de la teca interna proliferan y penetran en
Call-Exner, presentes en la granulosa como pequeñas áreas la granulosa junto con fibroblastos que van a permitir la
pálidas rodeadas por células de la granulosa probablemente organización del coágulo. Las células luteinizadas se dis-
representan material de la lámina basal y detritus. El oocito ponen más o menos radialmente en torno al coágulo y los
excéntrico es rodeado por un grupo de células de la granu- trayectos vasculares las separan en cordones que le dan un
losa que recibe el nombre de cúmulo y que es prominente aspecto pseudolobulado.
en el antro folicular. Este folículo corresponde al folículo ma-
Si el óvulo no es fertilizado, la involución del cuerpo
duro o de Graff (Ferenczy & Richart, 1974; Scully, 1979).
lúteo ocurre aproximadamente a los 14 días de liberado
A medida que va madurando, el oocito incrementa tres el oocito como respuesta a la acción local de prostaglan-
veces su volumen y desarrolla mayor número de organelos dinas, con la acumulación de lípidos y lipofuscina en las
citoplasmáticos que reflejan un aumento en la producción células luteinizadas. Se observa picnosis y acumulación de
de proteínas. Por otra parte, la actividad mitótica de las material hialino intercelular, formándose una cicatriz llama-
células de la granulosa disminuye y éstas son separadas da cuerpo blanco (albícans). El cuerpo blanco se sitúa en
por mayor acumulación de líquido intercelular, dejando una la médula del ovario y en el transcurso de meses o años
sola capa que rodea la zona pelúcida y que se denomina desaparece.

30
Capítulo 2 | Anatomía microscópica del aparato gmital femenino y mama

En algunas ocasiones, especialmente cuando el cuerpo de la influencia hormonal (Ej.: embarazo), pueden aumen-
lúteo es quístico, se retarda su involución persistiendo más tar de tamaño y disponerse en grupos separados por célu-
de 2 semanas. En estos casos, un denso tejido conectivo las fusadas pequeñas y fibras colágenas (Duarte y cois.,
fibroso acelular delimita una cavidad central. 1999).

Si ha habido fertilización, el cuerpo lúteo crece para El aspecto epitelioideo de las células de la teca puede
transformarse en cuerpo lúteo del embarazo, mantenién- hacer pensar en un cuerpo lúteo en involución; sin embar-
dose por 6 a 8 semanas e involucionando lentamente en go, su menor tamaño, la presencia de una gruesa lámina
el segundo o tercer trimestre. El cuerpo lúteo del embarazo basal, la degeneración de las células de la granulosa y la
mide 3 cm o más y ocupa aproximadamente la mitad del mantención de la zona pelúcida demuestran que corres-
volumen del ovario debido a la presencia de una cavidad ponde a un folículo atrésico. La atresia quística afecta a los
quística. Las células de la granulosa llegan a medir 50 a 60 folículos de Graff y se caracteriza por una cavidad rodeada
jum a las 8 a 9 semanas de gestación y en su citoplasma de tejido conectivo fibroso.
aparecen glóbulos de material hialino (cuerpos coloideos)
En la corteza se encuentran plexos de vasos capilares
(Scully, 1979). Las células de la granulosa se encuentran
linfáticos, especialmente en relación con la teca externa de
dispuestas en nidos, rodeadas por los vasos, y con escasas
los grandes folículos. Las fibras nerviosas rodean a los folí-
fibras de reticulina adyacentes. La involución del cuerpo
culos, pero aparentemente no penetran a la granulosa. Fi-
lúteo del embarazo es en todo similar al de la menstrua-
bras sensoriales terminan en los corpúsculos de Pacini que
ción, y aunque al término del embarazo aún puede estar
se encuentran en el estroma ovárico. Pequeños grupos de
presente, la cavidad se encuentra obliterada por tejido co-
adipocitos pueden ser encontrados bajo la corteza ovárica
nectivo denso. Puede haber microcalcificaciones que re-
en el 2% de las mujeres, generalmente perimenopáusicas
emplazan los cuerpos coloideos en el tercer trimestre del
y obesas, y podrían tener un origen metaplásico (Russell &
embarazo. Otra característica de la involución del cuerpo
Bannatyne, 1989).
lúteo es la presencia de células K entre las células de la
granulosa. Estas células presentan forma estrellada, núcleo El ovario contiene restos embrionarios que corresponden
condensado y escaso citoplasma eosinófilo que contiene al epoóforo, la rete ovárica y al conducto paramesonéfrico.
abundantes fosfolípidos. Estas células han sido conside- El primero, estrictamente extraovárico, está constituido por
radas macrófagos perivasculares o células de la granulosa pequeños túbulos paralelos o divergentes, que van desde el
o de la teca en apoptosis. Cuando ocurre una muerte fetal hilio ovárico a la trompa y se unen a un canal longitudinal
¡n útero, los cambios ¡nvolutivos del cuerpo lúteo pueden que corre paralelo a la trompa, denominado conducto de
ser muy precoces, llegando hasta la necrosis. Durante el Gartner. Los túbulos están revestidos por un epitelio cúbico
puerperio el ovario pasa a un estado de latencia en que no o columnar bajo, a veces ciliado, rodeado por tejido conec-
ocurre desarrollo folicular ni ovulación. tivo entremezclado con fibras musculares lisas. El epoóforo
es un resto embrionario del mesonefro no funcional y ho-
En cada ciclo un número importante de folículos inicia
mólogo al epidídimo del hombre. La rete está situada en el
su desarrollo sin llegar a la madurez: la involución o atre-
hilio ovárico: es una red de espacios irregulares, estructuras
sia van a ocurrir en cualquier momento; por tanto, pueden
tubulares, quistes y papilas intraluminales que están reves-
observarse folículos primordiales, en desarrollo y atrésicos
tidos por un epitelio cuboidal bajo, rodeados por células
adyacentes.
estromales fusadas. La rete está en yuxtaposición y puede
Como regla, sólo un folículo llega a la madurez y es comunicarse con los túbulos mesonéfricos del mesoova-
liberado en cada ciclo menstrual. El resto va a la atresia. rio. Su contraparte masculina corresponde a los túbulos
Se ha calculado que el 99,9% de los folículos presentes seminíferos que van al epidídimo (reíe íest/s) (Russell &
al nacer están destinados a desaparecer o ir a la atresia Bannatyne, 1989).
(Clement, 2007). El folículo atrésico, sea primario o secun-
Los restos paramesonéfricos se encuentran en el meso-
dario, presenta cambios en el patrón cromatínico nuclear
sálpinx y en el ligamento ancho, están revestidos por un
hasta llegara la picnosis. En los folículos de mayor tamaño,
epitelio similar al tubario y su dilatación da origen a los
los cambios involutivos ocurren primero en la granulosa y
comúnmente llamados quistes paraováricos.
posteriormente en el oocito. Se puede observar una pene-
tración de vasos desde la teca a la granulosa con pérdida
de la coalescencia celular, presencia de células libres en el Médula
antro folicular e hipertrofia de la teca interna. La cavidad es
ocupada por fibroblastos, histiocitosy pequeños vasos. Las La médula está constituida por un estroma menos fibro-
células foliculares residuales degeneran y puede mantener- so que el de la corteza y por abundantes vasos sanguíneos
se la zona pelúcida. La lámina basal aumenta su espesor, espiralados de paredes gruesas; además contiene fibroblas-
que es característico de los folículos atrésicos. Las células tos, mastocitos, fibras elásticas y células musculares. En el
de la teca son reemplazadas por fibrosis o, dependiendo hilio ovárico, adyacente al meso, se reconoce un grupo de

31
OBSTETRICIA

células epltelioideas grandes de núcleo redondo pequeño la apariencia funcional persiste por muchos años (Patek y
("células h/liares ováricas") asociadas a vasos y fibras ner- cois., 1972).
viosas no mielinizadas. Algunos grupos pueden encontrar-
se en la médula del ovario y han recibido la denominación Células ciliadas. Son células cilindricas que miden 30
de células de Leydig estromales (Clement, 2007). Son in- a 35 prn, su citoplasma es claro, con un núcleo redondo u
distinguibles de las células de Leydig del testículo, miden ovoideo situado en la base. Se encuentran agrupadas y su
15a 25/um, son poligonales y ovoideas, de núcleo vesicu- número disminuye desde la fimbria al segmento intramural.
loso con uno o dos macronucléolos y citoplasma eosinófilo Alcanzan su máximo tamaño en el momento de la ovulación
o finamente granular que es rico en esteres de colesterol, y su polo apical está cubierto por cilios. Alrededor del 10%
lipocromo, cuerpos hialinos esféricos y cristales de Reinke. de las células pierde y regenera sus cilios en cada ciclo.
Los cristales miden 10 a 30 /Jim, son eosinófilos y tienen la
forma de una barra o bastón cuyos extremos son romos o Células intersticiales. Se encuentran intercaladas en-
aguzados. Las células biliares poseen la ultraestructura de tre sus vecinas, son alongadas, de núcleos ovoides, con un
las células productoras de esteroides con un prominente escaso citoplasma denso. Presentan microvellosidades en
retículo endoplásmico liso, mitocondrias, complejos de Gol- su borde apical y semejan células secretoras modificadas.
g¡, grandes lisosomas e inclusiones lipídicas. Las células Células similares se encuentran en el endometrio en la fase
biliares están presentes en el 83% de los ovarios y son secretora.
más prominentes en el embarazo y la menopausia (Boss
y cois., 1965). Células migrantes. Son pequeñas células redondas de
núcleo central y citoplasma claro, localizadas en las porcio-
nes básales del epitelio. Corresponden a células linfoides
Anatomía microscópica de las tubas
que migran desde el estroma y pertenecen al tejido linfoide
uterinas (trompas de Falopio) asociado a mucosas (MALT).
En la trompa se pueden reconocer cuatro túnicas: muco- La túnica muscular está conformada por dos capas de
sa, muscular, subserosa y serosa (FIGURA 2 - 2 ) (consultar músculo liso: una circular interna y una longitudinal exter-
Capítulo 1: Anatomía del aparato genital femenino, mama na. En la porción ístmica se agrega, por dentro de la capa
y pelvis ósea). La mucosa está constituida por un epite- circular, una muy delgada capa longitudinal.
lio tubario que asienta sobre una lámina propia de tejido
conjuntivo y que está dispuesta en forma de numerosos
repliegues hacia la luz del órgano. El epitelio tubario consta
de una sola capa de células, de las cuales se reconocen los
siguientes tipos: secretoras, ciliadas, intersticiales o inter-
caladas, y migrantes.

Células secretoras. Se caracterizan por la presencia


de un borde apical con microvellosidades, núcleo elongado
y citoplasma más basófilo que el de las células ciliadas. Su
aspecto es más cúbico en la primera fase del ciclo, elon-
gándose desde la ovulación hasta la menstruación. Su bor-
de apical presenta múltiples prolongaciones hacia el lumen
de la trompa después de la ovulación, lo que hace parecer
al núcleo muy superficial e incluso fuera del epitelio. La
actividad secretora de estas células es confirmada por la
presencia de glicógeno y lípidos intracitoplasmáticos. En
la segunda fase del ciclo se reconocen granulos secretores
entre las microvellosidades, lisosomas y un retículo endo-
plásmico bien desarrollado (Gompel & Silverberg, 1994).
La concentración de receptores para estradiol y proges-
terona varía durante el ciclo (Pollow y cois., 1982). Duran-
te el embarazo las células secretoras se llenan de glicógeno
y el nivel de lípidos permanece constante; hay tumefacción
de las mitocondrias y presencia de granulos secretores. Mucosa Muscular Serosa
En la lámina propia puede haber decidualización; no hay
modificaciones específicas en el puerperio. La atrofia de la FIGURA 2-2. Tuba uterina. Corte a nivel de la parte am-
mucosa después de la menopausia es un proceso lento y pular.

32
Capítulo 2 Anatomía microscópica del aparato genual femenino v mama

La subserosa corresponde al tejido conectivo laxo subya- marcada su longitud y tortuosidad que son máximas en el
cente a muscular. La serosa es la túnica más externa y está período premenstrual, alcanzando la porción superficial de
constituida por una capa de tejido conectivo vascularizado la zona funcional. Al final del ciclo presentan hialinización
revestido por células mesoteliales, cuya proliferación en ni- y degeneración de las fibras elásticas. Las arterias espira-
dos sólidos o quísticos se ha denominado restos celulares ladas se diferencian de las miometriales por la ausencia de
de Walthard. capa elástica subendotelial (FIGURA 2-3).

Anatomía microscópica
del cuerpo uterino
En el cuerpo uterino se reconocen tres túnicas: 1) mucosa
o endometrio, que proporciona el sitio de implantación y
nutrición al huevo fecundado; 2) túnica muscular o mio-
metrio; y 3) serosa o peritoneo visceral. La unión entre el
endometrio y el miometrio es irregular con leves prolonga-
ciones de tejido endometrial que se alternan con fascículos
musculares del miometrio.

Histología del endometrio


y del ciclo menstrual
El endometrio consta de: epitelio superficial, glándulas y
una lámina propia o estroma endometrial.

La superficie del endometrio está revestida por un epite-


lio columnar que se continúa con el epitelio de las glándu-
las. Las glándulas endometriales son de estructura tubular
simple, dispersas en el estroma, dispuestas paralelamente
entre sí y perpendicularmente a la superficie de la mucosa,
revestidas por células epiteliales cilindricas o columnares.
La porción superior de las glándulas, inmediatamente por
debajo de su unión con el epitelio superficial, se denomina
cuello glandular.
El estroma está constituido por abundantes células me-
senquimáticas pluripotenciales, tusadas u ovoideas, sepa-
radas entre s(, rodeadas por una red fibrilar y un aparato
vascular característico. Una membrana basal separa al
epitelio superficial y al de las glándulas del estroma sub-
yacente. La pluripotencialidad de estas células queda de FIGURA 2-3. Esquema de las relaciones entre las arterias
manifiesto con el hallazgo de algunos tumores de estroma espirales y la glándulas endometriales durante la fase se-
cretora del ciclo.
endometrial con componentes epiteliales. Recientemente
se ha postulado la existencia de una célula troncal plu-
ripotencial en el endometrio, de la cual puede originarse
diferenciación estromal o epitelial (Gargett y cois., 2007). En relación con los cambios fisiológicos que experimen-
ta el endometrio, se describen en él dos zonas: superfi-
La vascularización propia del endometrio comprende
cial o funcional y profunda. La zona basal o profunda que
dos tipos de arterias que provienen del miometrio, las bá-
comprende los fondos de saco glandulares responde dé-
sales y las espiraladas. Las arterias básales se sitúan en
bilmente a la acción estrogénica durante la primera mitad
la profundidad del endometrio, no varían durante el ciclo y
del ciclo, pero no a la progestativa. La zona funcional, a
poseen ramas horizontales y verticales.
diferencia de la anterior, representa la de mayor espesor y
Las arterias espiraladas penetran hacia la superficie de reacciona intensamente a la acción hormonal; luego, en la
la mucosa y manifiestan notorios cambios por la influencia segunda fase del ciclo, la progesterona activará la secreción
hormonal. Durante la fase proliterativa, son menos numero- en las glándulas y producirá un leve grado de deciduali-
sas, moderadamente tortuosas y se localizan en la base de zación estromal (predecidua), preparando el endometrio
la zona funcional. La acción de la progesterona hace más para una eventual anidación. Si la anidación no ocurre y el

33
OBSTETRICIA

cuerpo lúteo involuciona, la porción superficial o funcional


del endometrio se desprenderá o descamará acompañada
de hemorragia, lo que conocemos como menstruación (Da-
Ilenbach-Hellweg, 1981).
Las glándulas están revestidas por un epitelio columnar
de 6 a 20 /jm de altura en relación con la etapa del ciclo.
Su núcleo es elongado, pero se redondea durante la fase
secretora. La estructura cromatínica es fina y homogénea
con un nucléolo rico en ARN, que alcanza su tamaño máxi-
mo en el momento de la ovulación.
Entre las células columnares existen algunas células
ciliadas, más numerosas en la fase proliferativa y en los
casos de hiperplasia endometrial, lo que sugiere su interac-
ción con los estrogenos.
El ciclo endometrial corresponde a una serie de eventos
fisiológicos y morfológicos, caracterizados por proliferación,
diferenciación secretora, degeneración y regeneración,
controlados por la acción hormonal. Los distintos compo-
nentes de endometrio responden a la estimulación hor-
monal en forma desigual. Hay receptores de estrogenos y
progesterona en las glándulas (donde son más numerosos),
en el estroma endometrial y en el endotelio vascular. Un in-
cremento en la concentración de receptores de estrogenos
se asocia a una disminución de los receptores de proges-
terona.
FIGURA 2-4. Esquema del endometrio en fase prolifera-
Durante la fase proliferativa, los estrogenos estimulan
tiva. Glándulas rectas; núcleos de las células epiteliales
fundamentalmente la multiplicación de células epiteliales
elongados y densos; células del estroma con núcleos os-
y del estroma adyacente, incluyendo los vasos endometria- curos, sin citoplasma aparente.
les. La síntesis de ADN aumenta y las mltosis son nume-
rosas. Las glándulas endometriales en la fase proliferativa
son de calibre uniforme y lumen relativamente estrecho;
se hacen más largas y tortuosas a medida que son esti- epiteliales superficiales y glandulares adquieren microvello-
muladas por los estrogenos (FIGURA 2-4); sin embargo, sidades, que aumentan la superficie de contacto, y cilios,
histológicamente las variaciones diarias del endometrio en que son más numerosos en los cuellos glandulares, lo que
esta fase son muy leves, lo que no permite determinar en explica la movilización y distribución de la secreción duran-
una biopsia el día preciso del ciclo endometrial. El máxi- te la fase secretora.
mo número de células endometriales que se encuentran Los cambios secretores en las células epiteliales permi-
en fase de síntesis de ADN se observa entre los días 8 ten estimar en qué día de la fase postovulatoria se encuen-
y 10 del ciclo menstrual. En ese momento se encuentra tra el endometrio, en comparación con un ciclo ideal de
la mayor actividad mitótica, los mayores niveles de estro- 28 días. Esto ha sido de gran utilidad en el estudio histo-
genos circulantes y la mayor densidad de receptores para patológico de los trastornos hormonales del ciclo (Noyes y
esta hormona. Los estrogenos estimulan el desarrollo de cois., 1950). Es así como en los días 14 y 15, el aspecto
organelos tales como ribosomas, mitocondrias, complejo aún es similar al de la fase proliferativa. El día 16, se reco-
de Golgi y lisosomas primarios, relacionados con la síntesis nocen pequeñas vacuolas subnucleares con glándulas de
de proteínas, energía y enzimas que serán necesarias para núcleos alargados y pseudoestratificados. En el día 17 se
la fase secretora (Hendrickson y cois., 2007). observan vacuolas subnucleares de glicógeno bien desa-
Luego de ocurrida la ovulación, el cuerpo lúteo produce rrolladas y los núcleos de las células glandulares se dispo-
progesterona, la que estimula la secreción por parte del nen en empalizada en el tercio medio de las células; este
epitelio glandular, y cambios estromales como predecidua- fenómeno afecta a todas las células glandulares. El día 18
lización. Todos estos cambios están destinados a preparar aparece vacuolización supranuclear y en los días 19 y 20
al endometrio ante una eventual anidación del huevo. La los productos de secreción son liberados al lumen glandu-
fosfatasa acida y la p-glucuronidasa tendrían un papel en lar por secreción de tipo apocrino. La secreción máxima en
la desestructuración menstrual del endometrio. Las células el lumen glandular coincide con la implantación del blas-

34
Capítulo 2 Anatomía microscópica del apáralo genital femenino y mama

tocisto (día 21 del ciclo). La síntesis de ADN y las mitosis


han sido inhibidas por la presencia de progesterona y su
cese coincide con el inicio de la actividad secretora el día
19. A partir del día 20 las modificaciones estromales per-
miten fechar el endometrio. Aparece edema entre los días
20 y 23, las arterias espiraladas se hacen más tortuosas
(días 22 a 25) y ocurre la predecidualizaclón del estroma
(días 23 a 28). Estas alteraciones son mediadas por pros-
taglandinas. El día 24 la predecidualización perivascular
es evidente: las células del estroma aumentan de tamaño,
el núcleo se redondea; el citoplasma, abundante, eosinófi-
lo, contiene glicógeno y lípidos (FIGURA 2 - 5 ) . Las células
tienden a disponerse formando una especie de mosaico o
embaldosado. Representan precursoras de las células de
la decidua gravídica (decidua vera). El día 25 ocurre la
transformación predecidual de las células del estroma bajo
la superficie endometrial. Entre los días 26 y 27 esta mo-
dificación afecta a los 2/3 de la capa funcional y aparece
infiltración leucocitaria. Los granulocitos endometriales y
las células deciduales tienen relaxina, polipéptido que ac-
tiva la lisls de colágeno y degrada las fibras de reticulina
inmediatamente antes de la menstruación: sería útil en el
parto al participar en la rotura de membranas y en la di-
\A 2-5. Esquema del endometrio en fase
latación cervical. El día 28 se reconoce fragmentación del
endometrio (Dallenbach y Dallenbach-Hellweg, 1964).
ra. Glándulas tortuosas con lumen amplio. Núcleos de
Durante la menstruación la capa funcional del endo- las células epiteliales redondos y claros. Reacción pre-
metrio se disgrega y descama. Posteriormente se inicia la decidual del estroma. Nótese que en la capa basal no se
regeneración del tejido. El sangrado es controlado por va- aprecian las modificaciones propias de la fase secretora.
soconstricción. Entre los días 2 y 4 la capa funcional se
desprende de la basal de manera secuencial desde el fondo
al istmo. En los dos días siguientes se observa proliferación
de las glándulas básales, desde las cuales se regenera el
epitelio superficial.

Endometrio en la implantación del blastocisto. La


porción superficial de la capa funcional es el sitio de im-
plantación del blastocisto y, por tanto, debe proporcionar
un ambiente metabólico y físico apropiado. El endometrio
de la gestación (FIGURA 2-6) se caracteriza por presentar
glándulas serradas con secreción ¡ntracelular e intralumi-
nal; edema e hiperemia y reacción decidual de las células
del estroma, que se extiende a toda la mucosa. Se exageran
todos los cambios morfológicos de la fase secretora. En las
glándulas gestacionales se observan proyecciones intralu-
minales; las células epiteliales aparecen aumentadas de ta-
maño, de citoplasma eosinófilo o claro y núcleo de tamaño
variable e hipercromático. Este aspecto de las glándulas
se conoce como signo de Arias Stella. La proliferación de
la vascularización endometrial en el sitio de implantación
tiene directa relación con el blastocisto que es capaz de
producir un factor angiogénico. Esta hiperplasla no es diag- FIGURA 2-6. Esquema del endometrio de la gestación.
nóstico de embarazo hasta 9 a 13 días después de la fer- En la porción superior, reacción decidual con células
tilización. Las células deciduales contienen más organelos densamente agrupadas (compacta). En la porción in-
que las predeciduales. Todos estos cambios se mantienen termedia, glándulas tortuosas con escaso estroma entre
dada la persistencia del cuerpo lúteo; sin embargo exis- ellas (esponjosa).

35
OBSTETRICIA

te aparentemente un rol importante en la producción de Serosa


citoqu/nas antünflamatorias por parte del endometrio que
preparan un mícroambiente para recibir a un embrión se- La túnica serosa consta de una delgada banda de te-
mialogénico y que a su vez ayudan a que el endometrio jido conectivo por fuera del miometrio, revestido por una
gestacional perdure y no se descame (Jones y cois., 2004). monocapa de células mesoteliales. Esta capa se denomina
también epimetrio.
La presencia de los cambios endometriales no es exclu-
siva del embarazo intrauterino; también se encuentran en
embarazos ectópicos y en la terapia con progestágenos. Anatomía microscópica
En zonas que presentan escasa reacción decidual (istmo del cuello uterino
y cuerno) puede producirse acretismo placentario. El cuello está constituido por tejido conectivo y muscular
Las células del estroma peritoneal, ovárico y tubario, revestido por epitelio columnar y escamoso. A diferencia
también pueden sufrir transformación decidual. del miometrio del cuerpo uterino, en el cuello el tejido co-
nectivo fibroso es el componente predominante. Las fibras
Endometrio en condiciones de bajo estímulo hor- musculares lisas se encuentran de preferencia en el endo-
monal. En el endometrio de la recién nacida el epitelio cérvix y representan el 15% del volumen total. A nivel del
superficial es cúbico o cilindrico bajo, sin respuesta a las límite con el istmo, el 50% al 60% del tejido corresponde
hormonas, similar al endometrio de la menopáusica. a fibras musculares que se disponen en forma concéntrica
y cumplen la función de esfínter. En la porción vaginal del
El endometrio atrófico de la posmenopausia se adelgaza, cuello este componente está ausente.
llegando a medir menos de 0,5 mm. Las glándulas están
orientadas paralelas a la superficie, revestidas por epitelio
cúbico bajo que carece de cilios; a menudo presentan di- Mucosa exocervical
latación con aplanamiento del epitelio (atrofia quística). El
Esta mucosa se extiende por toda la superficie vaginal
estroma es colagenizado y semeja al del istmo. En la mujer
del cuello uterino hasta los alrededores del orificio cervi-
posmenopáusica la terapia hormonal obtiene respuesta en
cal externo. Está revestida por un epitelio escamoso plano
las glándulas y no en el estroma.
estratificado no queratinizado. Este epitelio es remodelado
por proliferación, maduración y descamación durante el
Variaciones regionales. Es importante tener en cuen-
período reproductivo, y llega a ser totalmente reemplazado
ta que la mucosa endometrial está dividida en dos regiones,
en 4 a 5 días. Dicho proceso puede ser acelerado por la
una correspondiente al segmento inferior del cuerpo uterino
administración de estrógenos, acortándolo a sólo 3 días.
denominada istmo, la cual es más delgada en comparación
El 17-|3-estradiol estimula la proliferación, maduración y
con la del cuerpo uterino y con respuesta parcial a las hor-
descamación; en cambio, la progesterona inhibe la madu-
monas ováricas. El segmento superior, en cambio, presenta
ración de la porción media y superficial del epitelio. En
todas las características morfológicas y funcionales del en-
la recién nacida el epitelio escamoso está completamente
dometrio. Esto es importante y debe ser considerado tanto
maduro y glicogenizado por la influencia estrogénica ma-
por el ginecólogo y el patólogo a la hora de realizar una
terna. Después del parto, al disminuir los niveles hormo-
biopsia para determinar el estado funcional del endometrio.
nales ocurre atrofia que es mantenida hasta la menarquia
La biopsia debe, por tanto, contener endometrio de seg-
(Ferenczy & Winkler, 1984). Durante el embarazo, los altos
mento superior, ya que solamente en éste se manifiestan
niveles de progesterona impiden la maduración de las cé-
más claramente los cambios morfológicos inducidos por las
lulas superficiales.
hormonas ováricas
El epitelio escamoso está formado por tres estratos (FI-
GURA 2-7):
Miometrio
1. Estrato basal, donde ocurre la proliferación celular. Con-
La túnica muscular o miometrio está constituida por fi- tiene una o dos capas de células elípticas, de 10 /i/m,
bras musculares lisas entremezcladas con bandas de colá- con escaso citoplasma y núcleo oval orientado perpen-
geno y fibras elásticas. Según la disposición de los haces dicularmente a la lámina basal.
musculares se distingue una capa externa longitudinal, una
media plexiforme y una interna circular. La capa circular 2. Estrato medio o espinoso que es el de mayor espesor;
está mejor desarrollada en el istmo. Se ha descrito una su tercio inferior posee células más grandes que las bá-
banda muscular que se extiende desde el cuerno al cue- sales y con mayor cantidad de citoplasma que, dada su
llo y que se denomina fascículo cervicoangular. Esta capa localización, se han llamado parabasales. Pueden tener
es más gruesa en multíparas debido a que nunca regresa actividad mitótica. Están unidas por numerosos comple-
totalmente a su estado inicial después de los embarazos. jos de tonofilamentos-desmosomas y poseen enzimas

36
Capítulo 2 Anatomía microscópica del aparato genital femenino y mama

En la mujer menopáusica el epitelio es atrófico con es-


caso glicógeno. Su menor espesor no otorga la protección
adecuada, lo que favorece el sangrado y las infecciones.
Los estrógenos estimulan la proliferación del epitelio
exocervical con un estrato superficial bien desarrollado que
contiene células paraqueratósicas con queratinización pre-
matura. En casos de hiperestrogenismo la queratinización
2B se exagera. El trauma repetido que ocurre en el prolapso
uterino también se manifiesta en la formación de una capa
córnea superficial. El efecto de la progesterona se manifies-
ta como diferenciación y descamación.

2A Mucosa endocervical
Esta mucosa normalmente reviste el canal endocervical
y el endometrio ístmico, aunque su extensión puede variar,
como se explicará más adelante. Posee una monocapa de
i células cilindricas (columnares) que revisten la superficie y
las llamadas glándulas endocervicales. Éstas corresponden
a hendiduras o repliegues de la mucosa; su compleja orga-
1. Estrato basal nización y su disposición oblicua, longitudinal o transversal
2A. Estrato espinoso con células parabasales explica que se vean como unidades glandulares aisladas
2B. Estrato espinoso con células intermedias en los cortes histológicos (Fluhman, 1961) (FIGURA 2-8).
3. Células superficiales Las células cilindricas son altas, uniformes, de citoplas-
ma vacuolado por la presencia de mucina y un núcleo ba-
FIGURA 2-7. Esquema de los estratos del epitelio esca- sal. Se observan además células cilindricas ciliadas cuya
moso cervical. Las células se han dibujado separada- función sería la movilización y distribución del mucus, y
mente para destacar la forma en que se manifiestan en el células neuroendocrinas sin una función específica cono-
frotis cervical en el examen de Papanicolaou (adaptado cida. Las células columnares contienen citoqueratinas de
de: Murayama, 1963). bajo peso molecular y no contienen involucrina. Su regene-
ración depende de las células de reserva.

para la síntesis de glicógeno. En el tercio superior de


la zona media se reconocen células en maduración con
mayor cantidad de citoplasma de aspecto claro en los
cortes histológicos de rutina, debido a su contenido de
glicógeno; su tamaño nuclear permanece constante y se
conocen como células intermedias en citología exfoliati-
va. No tienen actividad mitótica.
3. Estrato superficial que contiene la población celular ma-
dura. Está formado por células aplanadas, de 50 fjm,
con gran cantidad de citoplasma eosinófilo rico en gli-
cógeno y abundantes filamentos intermedios. Su núcleo
es pequeño y de cromatina condensada. Las células po-
seen filamentos intermedios de queratina que son com-
plejos y heterogéneos, de alto peso molecular, presentes
en el epitelio maduro y ausente en la metaplasia esca-
mosa inmadura y el epitelio columnar. La involucrina,
un precursor de las proteínas necesarias para el paso de FIGURA 2-8. Esquema de un corte histológico de la mu-
células intermedias a superficiales, se encuentra homo- cosa endocervical. El relieve es irregular por la presencia
géneamente distribuida en el citoplasma de las células de pliegues y hendiduras que se hacen más complejas
parabasales. Ultraestructuralmente se aprecia ausencia hacia la profundidad a manera de glándulas. El epitelio
de desmosomas, lo que facilita la exfoliación epitelial. es cilindrico simple, mucosecretor.

37
OBSTETRICIA

La estimulación estrogénica del epitelio columnar incre-


menta la producción de mucina y, de no existir un antago-
nista, la producción puede ser excesiva. La progesterona
permite la regeneración e hiperplasia de las células colum-
na res y de reserva (Ferenczy & Winkler, 1984).
Estudios de ultraestructura muestran que las células en-
docervicales poseen una actividad secretora apocrina (la
porción apical del citoplasma es desprendida junto a los
granulos secretores) y merocrina (los granulos secretores FIGURA 2-9. Representación esquemática del ectropion.
atraviesan poros localizados (en la superficie). A: cuello ideal: la mucosa endocervical y la mucosa exo-
El estroma endocervical está mejor vascularizado e ¡ner-
cervical se unen a nivel del orificio externo. B: ectropion:
vado que la porción vaginal del cuello. Los filetes nerviosos
la mucosa endocervical se extiende a la porción vaginal
del cuello, por fuera del orificio externo.
corren paralelos a las fibras musculares, pero no se han
demostrado terminaciones nerviosas libres. En la mucosa
endocervical y exocervical pueden observarse folículos lin-
foides, con o sin centros germinales. de células de reserva, bipotenciales, que poseen un núcleo
grande que ha aumentado la síntesis de ácidos nucleicos y
que en su ultraestructura son similares a las células básales
Zona de transformación o unión del epitelio escamoso. El siguiente paso está caracterizado
escamocolumnar por la progresión en el crecimiento y estratificación de las
células de reserva (hiperplasia), seguido de la diferencia-
La unión escamocolumnar o zona de transformación co-
ción a un epitelio escamoso inmaduro y, luego, maduro. La
rresponde al sitio en que se unen ambos epitelios. Morfoló-
metaplasia puede ser vista como islas de epitelio pavimen-
gicamente, se describen dos tipos de unión:
tóse, que con el paso del tiempo confluyen. La metaplasia
1. Original, que corresponde a la unión entre el epitelio es- inmadura se manifiesta por la falta de madurez del estrato
camoso nativo y el endocervical, o en el caso del ectro- superficial y por la casi ausencia de glicogenización. Un
pion, a la unión del epitelio escamoso nativo al epitelio observador inexperto podría confundirla con una neoplasia
endocervical que sobrepasa el orificio cervical externo. intraepitelial, especialmente cuando se ven afectados los
El cambio es abrupto y claramente demarcado. pliegues de la mucosa. Este epitelio mantiene la cohesión
y organización, no presenta atipia y, generalmente, puede
2. Funcional o fisiológico, que corresponde a la unión del
encontrarse una capa de células columnares que lo recu-
epitelio escamoso neoformado y el epitelio cilindrico en-
bre. En la ultraestructura, las células metaplásicas inmadu-
docervical. Esta unión puede ser abrupta o gradual.
ras son similares a las parabasales.

La mayoría de las mujeres en edad reproductiva poseen Las células del epitelio metaplásico inmaduro poseen
mucosa endocervical con epitelio columnar en la porción características ultraestructurales combinadas del epitelio
vaginal del cuello, lo que se denomina ectropion (FIGURA escamoso y del columnar. Los filamentos intermedios de
2-9), que es dos veces más frecuente en el labio anterior queratina son de menor complejidad y se encuentran en
que en el posterior, aunque puede presentarse en ambos. menor cantidad. La presencia de involucrina es variable y
La histología del ectropion muestra papilas romas revesti- se relaciona con la cantidad de células intermedias y su-
das por epitelio columnar con un estroma fibrovascular que perficiales presentes. En el citoplasma se encuentran canti-
contiene un infiltrado inflamatorio crónico. Este hallazgo es dades variables de mucina. Estas células poseen organelos
considerado fisiológico. citoplasmáticos de ambos tipos de epitelio, asociados a
cantidades variables de tonofibrillas, glicógeno y glicocálix.
Se han descrito dos mecanismos que explican el reem- Los cilios ocasionalmente pueden persistir en las células
plazo del epitelio columnar por el escamoso: la metaplasia escamosas inmaduras (Wright & Ferenczy, 2002).
escamosa y la epidermización ascendente.
La llamada epidermización ascendente se ha descrito
La metaplasia escamosa de la mucosa endocervical se como un mecanismo reparativo de una erosión o úlcera
realiza a partir de la proliferación de las células de reserva de la mucosa endocervical vecina a la zona límite de am-
subcolumnares indiferenciadas y su gradual transformación bos epitelios. Corresponde a una reepitelización directa con
a células escamosas maduras (FIGURA 2-10). El origen epitelio escamoso estratificado desde el exocérvix, en forma
de las células de reserva es controversial; se ha propuesto
ascendente.
que derivan de las células secretoras, de las células básales
escamosas, de restos embrionarios urogenitales o de célu- La identificación de la zona de transformación por el clí-
las estromales. El primer paso en el proceso es la presencia nico es fundamental ya que coincide con la localización de

38
o

FIGURA 2-10. Esquema de las fases de la metaplasia escamosa. A: Mucosa endocervical revestida por epitelio cilindrico
simple; B: Hiperplasia de células subcilíndricas; C: Metaplasia escamosa inmadura; i): Metaplasia escamosa madura:
se reconoce la arquitectura del epitelio escamoso normal.

la neoplasia ¡ntraepitelial. En la mujer joven y particular- En ocasiones los repliegues de la mucosa pueden estar
mente en la embarazada dicha zona se encuentra fuera del revestidos por epitelio metaplásico de tipo tubario (cilindri-
orificio cervical externo, pero en la mujer menopáusica se co ciliado). Dichos focos se han denominado endosalpin-
sitúa dentro del canal. giosis.

La identificación de la zona de transformación es de


suma importancia al realizar la toma de muestra para ci- El cuello uterino en el embarazo
tología cervical. La no inclusión de la zona de transición
Durante el embarazo el cuello responde a los estímu-
puede provocar que una lesión neoplásica tanto escamo-
los de las hormonas gestacionales. El epitelio escamoso
sa como glandular (adenocarcinoma) no se diagnostique.
aumenta su espesor por hiperplasia de las células bása-
Por eso ante la ausencia de estas lesiones debe tenerse en
les, conservando el aspecto de los estratos superficiales.
cuenta si el examen demostró o no la presencia de células
El agrandamiento del cuello de la embarazada se debe a
endocervicales en el extendido, única evidencia de que se
edema e hipervascularización del estroma y a la presencia
incluyó la zona de transformación.
de inflamación aguda. La destrucción masiva de fibras de
El proceso de la metaplasia escamosa puede ocurrir tan- colágeno y el depósito de material glicoproteico intercelular
to en la superficie como en los pliegues de la mucosa en- durante el embarazo y parto permiten el reblandecimiento
docervical. El epitelio pavimentoso puede ocluir el drenaje y borramiento, facilitando la dilatación. Puede haber deci-
de las glándulas endocervicales, que se dilatan, formando dualización del estroma en un tercio de las embarazadas
quistes mucosos, llamados quistes de Naboth. y desaparece dentro de los dos meses después del parto.
En el 1% de las mujeres se observan remanentes me- El mucus de la embarazada es más denso, adherente
sonéfricos (conductos de Gartner) en el espesor del estro- y rico en leucocitos y constituye un verdadero tapón que
ma cervical. Consisten en pequeñas estructuras tubulares impide la invasión bacteriana. Puede observarse hiper-
o quísticas revestidas por epitelio cúbico o aplanado, que plasia microglandular papilar que corresponde a proyec-
están localizadas en las paredes laterales. La hiperplasia de ciones polipoides de unidades glandulares endocervicales.
estas estructuras puede ocupar todo el espesor de la pared Se observa una marcada proliferación de células mucosas
(Dallenbach-Hellweg& Poulsen, 1990). endocervicales que, asociada al agrandamiento y reblan-

39
OBSTETRICIA

decimiento del cuello durante la gestación, permiten que En estudios histológicos seriados frecuentemente se
el ectropión sea más evidente. La zona de transformación observan estructuras epiteliales tubulares aisladas entre
iniciará su remodelación y los cambios serán mayores en el epitelio escamoso superficial y la lámina propia; están
el primer embarazo que en los siguientes. En el 10% de formadas por una sola capa de células cuboideas o cilindri-
las embarazadas se han encontrado erosiones localizadas cas, que pueden tener diferenciación de tipo endocervical,
en el ectropión. Las dislaceraciones propias del trabajo de endometrial o tubario. Estos remanentes de epitelio ductal
parto son más frecuentes en el labio anterior en razón de mülleriano han sido denominados adenosis y cobraron im-
2:1 y se observan en la mayoría de las primigestas y en el portancia en la década de 1970 cuando se le relacionó con
50% de las multíparas. La restitución dependerá de la ree- la aparición del carcinoma de células claras de la vagina,
pitelización por el epitelio escamoso de la porción vaginal. tumor extremadamente raro.
En el estroma de la mucosa, además de la rica vascula-
Anatomía microscópica de la vagina rización, se pueden observar algunas células estrelladas y
en ocasiones multinucleadas, estas células estromales son
La pared de la vagina consta de tres túnicas: mucosa, las que dan origen a los pólipos fibroepiteliales, los cuales
muscular y adventicia (FIGURA 2-11). La mucosa está característicamente las presentan en abundancia. En la tú-
revestida por epitelio escamoso estratificado no ramificado. nica muscular se distingue una capa externa longitudinal
El epitelio asienta sobre una lámina propia que posee un y una capa interna circular de fibras musculares lisas. La
tejido conectivo rico en plexos venosos, linfáticos y fibras adventicia está constituida por un tejido conectivo laxo que
elásticas. En el epitelio escamoso, la proporción relativa de contiene un plexo venoso y fibras nerviosas y se continúa
los estratos varía con la acción hormonal; las células inter- con las envolturas conectivas de los órganos vecinos (Rob-
medias contienen abundante glicógeno. Las células super- boy & Bentleyt, 2007).
ficiales en ocasiones pueden mostrar granulos de querato-
hialina. El epitelio vaginal sufre cambios similares a los de La vagina presenta además conductos vestigiales Wolf-
epitelio escamoso cervical en relación con los niveles de fianos o conductos de Gartner. Son dos y se ubican profun-
estrógeno y progesterona. damente en la pared, en general a cada lado de la vagina,

Mucosa

Epitelio plano estratificado (escamoso)


Muscular

Adventicia

FIGURA 2-11. Esquema de la anatomía microscópica de la vagina (Modificado de: Eroshenko, 1993).

40
Capítulo 2 Anatomía microscópica del aparato genital femenino y mama

sin embargo, muchas veces están representados por un El himen marca el límite entre el vestíbulo y la vagina,
grupo de pequeños tubitos a cada lado. Están revestidos teniendo un epitelio similar al vaginal en su cara interna
por un epitelio cúbico bajo con escaso citoplasma claro y y discretamente queratinizado en su superficie externa.
lumen repleto de material eosinófilo algo coloideo. Su im- Ambos epitelios asientan sobre una delgada lámina común
portancia clínica radica en que pueden originar quistes, h¡- de tejido fibroconectivo. Luego del primer coito el himen
perplasias, y muy rara vez adenomas y carcinomas. Estos presentará un borde irregular con pequeñas prominencias
conductos han sido descritos también en el cuello uterino. denominadas carúnculas himeneales.
El clítoris, por otra parte, está formado por cuerpos ca-
Anatomía microscópica de la vulva vernosos, los cuales consisten en espacios vasculares Ínter-
conectados con paredes de tipo venoso que incluyen mús-
Vestíbulo culo liso y están completamente rodeados por una banda
de tejido conectivo con abundantes bandas de colágeno o
El vestíbulo está revestido por epitelio de origen endo- albugínea. Por fuera de la albugínea existe tejido conecti-
dérmico con excepción del que se encuentra en la uretra. vo laxo con abundantes terminaciones nerviosas y vasos
En esta zona predomina el epitelio escamoso no queratini- sanguíneos. Los receptores que predominan son los de
zado, siendo tenuemente queratinizado hacia la periferia. Pacini (presión) y terminales nerviosos libres (dolor). Tam-
El epitelio es rico en glicógeno similar al que reviste la va- bién existen receptores de Dogiel-Krause relacionados con
gina y el cuello uterino. la percepción de temperatura y estímulos sexuales, éstos
El vestíbulo presenta varias unidades glandulares, las últimos se encuentran en toda la vulva con excepción del
menores y las mayores, ubicadas alrededor del orificio va- himen (Wilkinson & Hardt, 2007).
ginal o introito. Además existen dos conductos periuretrales
llamados conductos de Skene. Las glándulas vestibulares Labios menores
mayores denominadas glándulas de Bartholino son estruc-
turas de origen ectodérmico que consisten en estructuras Los labios menores están revestidos por epitelio escamo-
glandulares de arquitectura tubuloacinar. Las glándulas de so estratificado de origen ectodérmico, el que muestra dis-
Bartholino son la contraparte femenina de las glándulas creta queratinización hacia los márgenes externos, pudien-
de Cowper. El epitelio glandular es columnar con presen- do ser desprovisto de queratina en el margen vestibular.
cia de células que secretan mucus. El conducto excretor Los labios menores son la contraparte femenina del cuerpo
está revestido por un epitelio de transición hasta el epitelio esponjoso del pene. La superficie no contiene anexos cu-
plano estratificado de la superficie vestibular. En el con- táneos, aunque en algunas mujeres pueden presentarlos
ducto se pueden reconocer algunas células argentafines en su extremo lateral. Los labios menores contienen tejido
probablemente de función neuroendocrina. Los quistes de eréctil. Esta propiedad está dada por la rica presencia de
la glándula de Bartholino se originan generalmente por una fibras elásticas y abundantes vasos sanguíneos. Bajo los
dilatación postobstructiva del conducto excretor. labios menores están los bulbos vestibulares, los cuales tie-
nen tejido eréctil que funciona como tal gracias a la acción
Las glándulas vestibulares menores consisten en es-
de los músculos bulbocavernosos.
tructuras tubulares con un epitelio similar al de las glán-
dulas de Bartholino. La diferencia con las glándulas de
Bartholino es que éstas son pequeñas y múltiples. Además Labios mayores
desembocan directamente en la superficie vestibular sin la
Están ubicados lateralmente con respecto a los menores
presencia de un conducto excretor. El número es muy varia-
y al vestíbulo y su epitelio es de origen ectodérmico. Están
ble y aparentemente existen en todas las mujeres. Robboy
revestidos por epitelio escamoso queratinizado con abun-
y colaboradores reportaron que el número de glándulas en
dantes anexos cutáneos. Entre los anexos presentes están
el vestíbulo era de entre 1 a 100 en mujeres con glándu-
los folículos pilosos y glándulas sebáceas, asociadas o no
las identificables. En ocasiones las glándulas vestibulares
con folículos pilosos.
pueden sufrir metaplasia escamosa. La metaplasia puede
terminar dejando una cavidad completamente revestida por Las glándulas sudoríparas son apocrinas y merocrinas.
epitelio plano estratificado pasando a ser un pliegue o hen- Las apocrinas secretan con pequeños despenachamientos
didura vestibular (Robboy y cois., 2007). de su citoplasma, produciendo un sudor con un aroma par-
ticular. Las glándulas merocrinas son de tipo ecrino y son
El meato uretral es otra estructura presente en el vestí-
similares a otras glándulas similares en el resto de la piel.
bulo; la uretra, que está revestida por epitelio transicional,
Ambos tipos de glándulas secretan sus productos directa-
emerge al vestíbulo revestida por epitelio plano estratifica-
mente a la superficie de lo labios o a folículos pilosos.
do. La inflamación de las glándulas vestibulares periure-
trales puede provocar divertículos uretrales. Su prolapso Profundamente situada en los labios mayores hay una
parcial además determina la llamada carúncula uretral. lámina delicada de tejido muscular esquelético (túnica

41
OBSTETRICIA

darlos labialis). Bajo esta capa hay otra de fibras elásticas.


Esta capa es rica en tejido adiposo en mujeres en edad
reproductiva, otorgándole mayor prominencia a los labios
mayores.

Anatomía microscópica de la mama


femenina
La mama consta de tres componentes principales: piel, te-
jido subcutáneo y tejido glandular, que a su vez está com-
puesto de estroma y parénquima (FIGURA 2-12).

Piel de la mama
La piel de la mama es delgada y contiene folículos pilo-
sos, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas ecrinas.
El pezón está ubicado sobre el cuarto espacio intercos-
tal en la mama no péndula. La epidermis del pezón está
constituida por epitelio plano estratificado cornificado; las
papilas dérmicas son más largas que en otros sitios de la
piel, de modo que la mayor proximidad de la sangre a la Grasa mamaria Sano lactífero
piel da a la areola un color rosado en la mujer prepúber. En
la pubertad el pezón se hace prominente y la piel adquiere Conducto lactífero Acinos
mayor pigmentación. Ligamentos suspensorios Lobulillos
El pezón contiene abundantes terminaciones sensoriales (Ó) Lóbulo Q Tejido conectivo interlobulillar
además de glándulas sebáceas y sudoríparas, pero no folí-
culos pilosos. La epidermis que cubre el pezón está forma- Q Pezón y musculatura subareolar ^ Grasa subcutánea
da por un epitelio plano estratificado queratinizado.
Q Aréola ^^ Tubérculo de Montgomery ^ Pezón
La areola, circular y pigmentada, mide entre 15 y 60
mm de diámetro. Los tubérculos de Morgagni, localizados FIGURA 2-12. Relaciones de la mama con los músculos
cerca de la periferia de la areola, son elevaciones forma- de la pared del tórax.
das por la apertura de los conductos de las glándulas de
Montgomery, las cuales son glándulas sebáceas grandes
que representan un estado intermedio entre glándula sudo-
vasos linfáticos. El tejido celular subcutáneo rodea a la glán-
rípara y glándula mamaria. En el tejido conectivo ubicado
dula mamaría pero no existe una cápsula claramente defini-
bajo la areola y el pezón existen numerosas fibras muscu-
da; a través del tejido celular subcutáneo pasan numerosos
lares lisas dispuestas en forma circular y radial, así como
tabiques de tejido conectivo constituyendo los ligamentos
fibras longitudinales dispuestas a lo largo de los conductos
suspensorios de la mama o ligamentos de Cooper. Debajo
galactóforos. Estas fibras musculares son responsables de
de la piel de la areola y el pezón no hay tejido adiposo.
la erección del pezón, que ocurre en respuesta a diferentes
estímulos (Rornrell & Bland, 1991). La punta del pezón
está ricamente inervada con terminaciones nerviosas libres Tejido glandular
y corpúsculos de Meissner ubicados en las papilas dérmi-
cas. Comparativamente, la inervación de la areola es mu- El tejido glandular está conformado por un sistema rami-
cho más escasa. La piel periférica a la areola tiene plexos ficado de conductos que en el extremo de sus ramas más
nerviosos alrededor de los folículos pilosos, además de ter- finas contiene las células productoras de leche, cuya activi-
minaciones nerviosas similares a los discos de Merkel y a dad se pone de manifiesto durante el embarazo y lactancia.
los corpúsculos de Krause. Este sistema arboriforme está dispuesto en 15 a 20 unida-
des independientes o segmentos dispuestos radialmente,
denominados lóbulos mamarios (FIGURA 2-13).
Tejido subcutáneo
Cada lóbulo tiene su propio aparato excretor, el conducto
El tejido subcutáneo de la mama está compuesto por colector, que se abre en el pezón por medio de un segmen-
tejido adiposo, tejido conectivo, vasos sanguíneos, nervios y to denominado conducto galactóforo.

42
Pectoral mayor
Fascia pectoral
Grasa mamaria
Ligamentos suspensorios
Grasa subcutánea

f*/' "' »Y> Glándula de Montgomery


Seno lactífero
Conducto lactífero
Acinos
Tejido conectivo intralobulillar
Tejido conectivo interlobulillar
Fascia superficial

FIGURA 2-13. Esquema de un corte de la mama adulta para mostrar su estructura.

En el lóbulo, el conducto colector recibe conductos ¡n- terminal (Parks, 1959), en la que desembocan 10 a 100
terlobulillares, en los que, a su vez, confluyen conductos unidades tubulosaculares, cuyo extremo ciego recibe el
terminales provenientes de 20 a 40 lobulillos. Un lobullllo nombre de acino o alvéolo (FIGURA 2-14).
está compuesto por la porción intralobullllar del conducto

FIGURA 2-14. Corte histológico de lobulillos mamarios en la adulta no embarazada. Se observan tres lobulillos: en el de
la derecha se aprecia el conducto terminal que se ramifica, el extremo de las ramificaciones son son alvéolos o acinos,
que en este estado fisiológico no se distinguen de los conductos. El tejido conectivo intralobulillar es laxo, con linfoci-
tos. El tejido conectivo intralobular, externo a los lobulillos, es denso, con abundante colágeno.

43
OBSTETRICIA

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FIGURA 2-15. Corte histológico de un lobulillo mamario de una embarazada de término. Está formado por numerosos
acinos o alvéolos con lumen amplio que contienen secreción. El estroma conjuntivo intralobulillar es inaparente.

El conjunto de conductos de los lóbulos y lobulillos está Bibliografía


constituido por una doble capa de células: una interna
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45
Ciclo menstrual

H.B. Croxatto | R Vigil | M.E. Ortiz

La menstruación es un fenómeno episódico de la mujer estas duraciones representan sólo el 37% del total de los
y de algunos primates no humanos -tales como la maca- ciclos. Duraciones de 25 a 29; 24 a 30 y 22 a 32 días
ca-, que tiende a repetirse mensualmente en el período representan el 55%, 68% y 82%, respectivamente, de la
de la vida comprendido entre la pubertad y la menopau- población total de ciclos analizados (Chiazze y cois., 1968;
sia. En la mujer se manifiesta como un flujo sanguíneo Vollman, 1977).
que escurre visiblemente al exterior por la vagina; en otros
El ciclo menstrual y el ciclo estral son manifestaciones
primates como el cebus, este flujo es escaso y se detecta
de los cambios morfológicos y funcionales del ciclo ovárico.
por la aparición de glóbulos rojos en el extendido vaginal.
Por esta razón se acostumbra a dividir el ciclo menstrual en
La menstruación en la mujer es la manifestación externa
fases cuya denominación alude al fenómeno morfológico o
más notoria de la ciclicidad ovárica, por lo que su ciclo se
funcional predominante en cada una de ellas.
denomina menstrual, a diferencia de los mamíferos que no
menstrúan, en los cuales el signo externo de ciclicidad ová- La división más simple, en dos fases, reconoce una
rica es el estro o celo, vale decir, la conducta de aceptación primera fase llamada folicular, que comprende desde el
del macho; en ellos el ciclo se denomina estral. comienzo de la menstruación hasta la ruptura folicular, y
una segunda fase llamada lútea, que comprende el resto
La menstruación es un flujo rojo vaginal producido por
del ciclo. En la primera se produce el desarrollo terminal
el desprendimiento de la capa superficial del endometrio,
del folículo que va a ovular y en la segunda se forma el
que ocurre como consecuencia de la luteólisis que pone
cuerpo lúteo a partir del folículo que óvulo y luego se inicia
término a un ciclo ovulatorio en el que no se produjo em-
la involución de dicha estructura (luteólisis). Cada una de
barazo. Aunque la menstruación es el flujo rojo vaginal más
estas fases se subdivide en tres períodos de igual dura-
frecuente entre la menarquia y la menopausia, no todo flujo
ción denominados temprano, medio y tardío. Es así como
rojo vaginal corresponde a este fenómeno biológico.
la menstruación ocurre en los primeros días de la fase fo-
La menstruación, que dura 3 a 5 días, ocurre con una licular temprana y la ovulación al final de la fase folicular
periodicidad mensual relativamente regular. Por convención tardía. Debido a que la ovulación marca un límite entre la
se considera que el ciclo menstrual comienza el primer día fase folicular y lútea, ellas se denominan también preovula-
de la menstruación y termina el día que precede al inicio toria y postovulatoria respectivamente. Además de las fases
de la menstruación siguiente. La longitud o duración del que tienen límites precisos, se distinguen períodos como
ciclo menstrual coincide, por lo tanto, con el intervalo entre periovulatorio y perimenstrual o de transición luteofolicular,
el inicio de dos menstruaciones sucesivas. La longitud del que se usan en contextos menos precisos.
ciclo varía de una mujer a otra y espontáneamente a lo
Coincidiendo con la fase folicular y lútea, ocurren otros
largo de la vida reproductiva de una misma mujer. La pro-
fenómenos que justifican diversas denominaciones para
babilidad de que una mujer tenga cinco ciclos seguidos de
estas fases: fase estrogénica y progestativa, que aluden
igual duración es de 1,5 en 1.000 ciclos (Vollman, 1977).
a los esteroides ováricos (estradiol y progesterona), secre-
Datos recopilados por Chiazze y por Vollman, que abarcan
tados predominantemente en cada fase; hipotérmica e h¡-
casi 60 mil ciclos de mujeres entre 15 y 44 años, indican
pertérmica, que aluden al aumento de la temperatura basal
que la duración más frecuente de los ciclos menstruales es
que ocurre por acción de la progesterona durante la fase
de 26, 27 y 28 días. Sin embargo, en conjunto, ciclos de
lútea (FIGURA 3-1).

46
Capítulo 3 Ciclo menstrual

lo tanto, las diferentes longitudes de los ciclos menstruales


se explican mejor por variaciones en la duración de la fase
folicular.
Esta mayor variabilidad de la fase folicular afecta nota-
blemente la cronología de algunos eventos. Cuando se ana-
lizan a partir del primer día de la menstruación, ocurre que
el perfil morfológico y funcional del ovario o del endometrio
en el día 18 de un ciclo de 28 días es totalmente distinto
IVestradiol de aquel de un ciclo de 35 días. Por la misma razón, el
400- recuento regresivo del tiempo a partir del primer día de la
menstruación hace más probable que el día menos 18 de
M 200-
un ciclo de 28 días tenga un perfil común con el día menos
18 de un ciclo de 35 días.
Los cambios en la citología vaginal, morfología endo-
40-
metrial, temperatura basal y características del moco cer-
vical son muy útiles para orientar la cronología del ciclo
menstrual. Estos procedimientos, complementados con
I 3 otras técnicas de laboratorio y con el examen ginecológi-
Í 20H co, han permitido precisar cada vez con mayor exactitud la
cronología de los eventos del ciclo menstrual y diversificar
los marcadores cronológicos. Entre ellos cabe mencionar la
FSH detección inmunológica del pico preovulatorio de hormona
O- i i i i i i i i i i i i i luteinizante en sangre y orina y la detección de la ruptura
Día del ciclo 1 10 15 20 25 folicular por ultrasonografía.

Ciclo ovárico
O O Q $ $ $• * * a)
El ovario es uno de los pocos órganos que experimenta
notables cambios estructurales y funcionales como parte
de su actividad normal. Durante la vida fértil de la mujer
Endometrio b)
dichos cambios exhiben un comportamiento cíclico conti-
nuo, salvo durante el embarazo y la lactancia. Los ovarios
ocupan una posición central dentro de la fenomenología
del ciclo menstrual y están sujetos a un complejo sistema
•f proliferativa T de regulación endocrina y paracrina.
| o folicular
M Ovulación Los protagonistas de dichos cambios en los ovarios son
los folículos y el cuerpo lúteo, y los procesos fundamen-
FIGURA 3-1. A: Cambios de la temperatura basal y osci- tales que experimentan en el ciclo menstrual normal son
laciones hormonales. en orden cronológico los siguientes: crecimiento folicular,
B: Diagrama del ciclo menstrual en relación con el ciclo ovulación, formación del cuerpo lúteo y luteólisis.
ovárico (a) y endometrial (b).
Crecimiento folicular. El crecimiento folicular es
parte de un proceso más amplio llamado foliculogénesis,
que comprende la formación del folículo primordial y su
La cronología de los diversos eventos del ciclo mens-
desarrollo y crecimiento, hasta estados intermedios o fina-
trual es crucial para aplicar con éxito los procedimientos
les (FIGURA 3-2). Aunque la evolución de un folículo es
diagnósticos y terapéuticos de la infertilidad y los métodos
un proceso continuo, se han definido varios estados que
naturales de planificación familiar, como también en la in-
coexisten en el ovario adulto y que se caracterizan como
vestigación clínica ginecológica y endocrínológica.
sigue:
En un ciclo de 28 días, cada fase dura aproximadamen-
te dos semanas. No obstante, la variabilidad en la duración Folículo primordial. Es un folículo de 40 a 50 jum de
del ciclo menstrual afecta desigualmente a las dos fases, diámetro que contiene un ovocito primario de 9 a 25 /jm
siendo la folicular la más variable (10 a 22 días) y la fase de diámetro, rodeado por una capa única de células de la
lútea la más constante (11 a 16 días) (Vollman, 1977). Por granulosa aplanadas. En la menarquia existen alrededor de

47
OBSTETRICIA

,'/~*-:¿: *&=».«,
'.', í-*3Sigí3&$¿y,

iK&í *

Teca interna
Corona radiada
Teca externa

Membrana basal

Folículo de Graaf

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~ • • • ' «,'.',','*•'••,"!."'
^wvh^-ív^

Ovario, tamaño natural


H

FIGURA 3-2. Diversos estados del desarrollo folicular.


A: folículos primordiales. B y C: folículos primarios. D: folículo secundario. E y F: folículo terciario. G: folículo de Graaf.
H: ovario con un folículo de Graaf.

400.000 folículos primordiales, que disminuyen a 80.000 de células foliculares, se puede distinguir la zona pelúci-
en una mujer de 35 años y a 10.000 durante la menopau- da.
sia (Bloch, 1952).
Folículo secundario. Es un folículo de 300 yi/m de diá-
Folículo primario. Es un folículo de aproximadamente metro. En esta etapa el ovocito alcanza su tamaño máximo,
60 jum que contiene un ovocito primario, que aumenta de 90 a 130 /i/m de diámetro, y está rodeado por tres a
de tamaño y que está rodeado por células de la granulo- cuatro capas de células de la granulosa asentadas sobre
sa de forma cuboidal. Cuando el folículo tiene dos capas una membrana basal.

48
Capítulo 3 Ciclo menstrual

Folículo terciario. Su característica principal es la pre- la granulosa aumenta de 6 mil a 50 millones y el de las cé-
sencia de un antro en cuyo fluido están presentes hormonas lulas de la teca, de mil a 6 a 7 millones, lo cual se refleja en
esteroidales y peptídicas; mucopolisacáridos y electrólitos. un considerable aumento en la producción de estrógenos.
Las células de la granulosa se agrupan de dos maneras: las
Se distinguen cuatro etapas en la evolución de una co-
parietales se ordenan en varias capas entre la membrana
horte de folículos, uno de los cuales va a ovular durante
basal y el antro; y las del cúmulo oóforo se ordenan en 8 a
un determinado ciclo menstrual (FIGURA 3-3) (Goodman
10 capas rodeando al ovocito. Dentro del cúmulo, aquellas
& Hogden, 1983): reclutamiento de un grupo de folículos
células en contacto con la zona pelúcida forman la corona
(día 1 a 4 del ciclo); selección de un folículo dominante
radiada. En este folículo, el tejido conectivo circundante
del grupo de folículos reclutados (día 5 a 7 del ciclo); ma-
forma la teca interna y la teca externa, que son ricas en
duración del folículo dominante (día 8 a 12 del ciclo); y
capilares sanguíneos y terminaciones nerviosas. Las célu-
ovulación (día 13 a 14 del ciclo).
las de la granulosa, en cambio, no están vascularizadas.
Esta clase de folículo posee todos los componentes, por lo Los folículos reclutados durante el período de transición
que representa el término del desarrollo folicular y sólo le luteofollcular, es decir, en el período de transición entre un
falta crecer para alcanzar el estado siguiente. Los folículos ciclo menstrual y otro, son aquéllos en etapa de folículo ter-
que alcanzan este estado previo a la pubertad degeneran, y ciario, con una pequeña cavidad antral. Ese tipo de folículo,
sólo aquellos que lo hacen con posterioridad a la pubertad sin gran desarrollo de la teca, bajo la acción de las gona-
pueden crecer hasta folículo de Graaf. dotrofinas, es el que puede completar su evolución hacia
folículo de Graaf (Gougeon, 1981). El desarrollo completo
Folículo de Graaf. Es un folículo de 16 a 24 mm de de un folículo hasta llegar a la ovulación es una excepción,
diámetro, llamado también preovulatorio o maduro, que ya que más del 99% de los folículos ováricos sufrirán el
hace eminencia en la superficie ovárica (FIGURA 3-2). fenómeno de degeneración o atresia (Goodman & Hogden,
Las capas de células de la granulosa en este folículo son 1983).
18 a 20 y persisten avasculares. Hasta aquí, la cromatina
ovocitaria no ha sufrido grandes modificaciones, pues aún Ovulación. La ovulación es un proceso que se inicia
no se ha reiniciado la meiosis y el ovocito se mantiene en cuando un folículo maduro de Graaf es estimulado por el
dictioteno de la profase de la primera división meiótica. aumento brusco de la hormona luteinizante (LH) y que se
completa varias horas después, con la ruptura de la pared
La foliculogénesis se inicia durante la vida embrionaria
folicular y la descarga del ovocito. Durante ese lapso se
y continúa ininterrumpidamente hasta que se consumen
remida y se completa la primera división meiótica del ovo-
todos los folículos primordiales. Para la Inmensa mayoría
cito, la cual se encontraba detenida por acción del "factor
de los folículos, su desarrollo termina en cualquier estado
inhibidor de la meiosis" (OMI). Este factor sería secretado
de la follculogénesis, dando paso a la atresla folicular. El
por las células del cúmulo oóforo que rodean al ovocito
estado preovulatorio alcanza una proporción mucho menor
(Tsafriri & Channing, 1975). También como consecuencia
de folículos. De éstos, la mayoría ovula y los otros pueden
del pico de LH se produce la expansión y desprendimiento
luteinizarse sin ovular o bien seguir creciendo hasta formar
del cúmulo oóforo (por acumulación e hidratación de pro-
un quiste folicular que luego se rompe o se reabsorbe.
teoglicanos entre sus células); se inicia la diferenciación
Se ha determinado que un folículo ovárico humano de- de las células de la teca y de la granulosa hacia células
mora 85 días en alcanzar un diámetro de 16 mm, desde lúteas, con caída en la producción de estrógenos y se ini-
un diámetro inicial de 150 /jm (folículo primario) (Gou- cia una cascada enzimática por aumento del activador del
geon, 1981). Durante este período el número de células de plasminógeno que conduce a la activación de colagenasas

O
Reclutamiento Selección Dominancia Ovulación

FIGURA 3-3. Diagrama de las etapas del desarrollo folicular durante la fase proliferativa o folicular del ciclo menstrual.

^m 49

L
OBSTETRICIA

que debilitan la pared externa del folículo. A medida que Los esteroides ováricos mejor conocidos se diferencian
va cediendo la pared, persiste una presión intrafolicular en tres grupos de acuerdo a su estructura química y acción
positiva, por aumento del volumen del líquido folicular y biológica:
mantención del tono de la musculatura lisa del folículo,
• Progestinas. Poseen 21 átomos de carbono, e incluyen
hasta que se rompe y se inicia el vaciamiento folicular, de-
la progesterona, la 17a-OH progesterona y la 20a-OH
jando una cavidad mínima ocupada por un coágulo seroso
progesterona. La progesterona es esencial para iniciar y
o sanguíneo.
mantener el embarazo.
Formación del cuerpo lúteo y luteólisis. La forma- • Andrógenos. Poseen 19 átomos de carbono, e incluyen
ción del cuerpo lúteo es el resultado de numerosos proce- la dehidroepiandrosterona, la androstenediona y la tes-
sos, algunos de los cuales se inician antes de la ruptura tosterona. Esta última es importante en la diferenciación
folicular. sexual, en la mantención de la libido y por su efecto
anabólico.
El estímulo ovulatorio inicia la diferenciación de la
granulosa y de la teca interna, que puede evolucionar in- • Estrógenos. Poseen 18 átomos de carbono, e incluyen
dependientemente de los procesos asociados a la prime- la estrena, el estradiol y el estriol. Inicialmente los estró-
ra división meiótica o a la ruptura folicular. La inhibición genos se caracterizaron por su efecto uterotrófico, pero
farmacológica de la síntesis de prostaglandinas inhibe la participan, especialmente el estradiol, en la regulación
ruptura folicular, pero no la luteinización del folículo. La de todo el proceso reproductivo.
luteinización implica no sólo un cambio morfológico de
las células, sino que una remodelación de sus sistemas En el ovario existen tres unidades que producen y se-
enzimáticos involucrados en la esteroidogénesis, que per- cretan hormonas esteroidales: el folículo, el cuerpo lúteo
mite la biosíntesis y la secreción de progesterona con una y el estroma ovárico. Las estructuras de mayor dinamismo
eficiencia asombrosa. El crecimiento y multiplicación de funcional son el folículo y el cuerpo lúteo y su producción
estas células y su mayor demanda metabólica exigen una hormonal varía durante el ciclo menstrual en respuesta a la
profusa irrigación sanguínea, la que se logra por conjun- acción de las gonadotrofinas hipofisiarias.
ción de dos factores: por la desaparición de la membrana
basal que separa la teca de la granulosa y que normalmen-
te mantiene a esta última en un estado avascular; y por
Biosíntesis de las hormonas ováricas
un proceso de angiogénesis, estimulado localmente, que Biosíntesis de esteroides. El colesterol es el precursor
conduce a la invasión vascular de la granulosa. En este obligado de las hormonas esteroidales. Todas las células
proceso, las células provenientes de la granulosa y de la pueden obtenerlo desde la fracción plasmática, unida a li-
teca se mezclan, y a medida que proliferan van llenando poproteínas de baja densidad; algunas células pueden ade-
y reexpandiendo el espacio que dejó la cavidad folicular más sintetizarlo a partir de acetato. Algunos compuestos
colapsada. Este proceso se desarrolla durante la primera intermedios se generan del colesterol en un proceso que
semana de la fase lútea y se traduce funcionalmente en un involucra la disminución del número de átomos de carbo-
aumento progresivo del nivel de progesterona circulante, no, hidroxilaciones, deshidrogenaciones y cambios en la
que es parcialmente dependiente de la acción de la hor- posición de dobles enlaces. Estos derivados del colesterol
mona luteinizante. Salvo que aparezca en la circulación son secretados como hormonas y también sirven como
materna una señal embrionaria, la gonadotrofina coriónica sustrato para la formación de otros esteroides. La conver-
(HCG), entre 8 y 10 días después de la ovulación el cuerpo sión de colesterol en pregnenolona es la etapa limitante
lúteo inicia un proceso regresivo autónomo con disminu- más importante en el ovario y está regulada por la hormona
ción del tamaño y del número de las células lúteas y de la luteinizante (LH) (FIGURA 3-4).
producción de progesterona y estradiol. La caída de estas
hormonas en la circulación determina el inicio de la mens- Biosíntesis de progesterona. La pregnenolona, bio-
truación. lógicamente inactiva, es convertida en progesterona por
acción de una hidroxiesteroide deshidrogenase (FIGURA
Producción y secreción 3-4). La progesterona es sintetizada en el ovario, placen-
de las hormonas ováricas ta y glándula suprarrenal, y es secretada como tal por el
ovario. Es clave en el metabolismo esteroidal debido a que
El ovario sintetiza y secreta hormonas esteroidales y pep- puede ser transformada en andrógenos, estrógenos y, en la
tídicas. Las primeras comprenden las progestinas, los an- glándula suprarrenal, en glucocorticoides.
drógenos y los estrógenos. Las hormonas peptídicas mejor La progesterona también puede ser convertida en proges-
caracterizadas son la inhibina, la activina, la oxitocina y la tinas de menor actividad como la 17a-hidroxiprogesterona,
relaxina. la 20a-hidroxiprogesterona y la 5a-dihidroprogesterona.

50
Capítulo 3 | Ciclo menstrual

Dehidroepiandrosterona

FIGURA 3-4. Síntesis de esteroides oválicos (Adaptado de: Schindler, 1986).

El metabolito más conocido de la progesterona es el deposiciones. Los niveles de estrógenos se pueden medir
pregnandiol, el cual se elimina principalmente en las en el plasma, saliva, moco cervical, fluido folicular y perito-
deposiciones y en menor cantidad en la orina, en forma de neal. También es posible medir estrógenos conjugados con
glucuronido. glucurónidos en orina.

Biosíntesis de andrógenos. Los andrógenos se forman Producción y secreción hormonal. Se entiende por
a partir de la progesterona y/o pregnenolona, por acción de velocidad de secreción la cantidad de hormona liberada
dos enzimas, una hidroxilasa y una desmolasa. La 17-OH- al torrente circulatorio por la glándula en una unidad de
pregnenolona es transformada en dehidroepiandrosterona tiempo.
(DHA), a partir de la cual el ovario produce androstene-
Algunas hormonas son secretadas por más de un tejido.
diona y testosterona. En la glándula suprarrenal la dehi-
Por ejemplo, la testosterona en la mujer se produce en el
droepiandrosterona puede ser convertida por medio de una
sulfatase en sulfato de dehidroepiandrosterona (DHA-S). ovario (células foliculares e intersticiales) y en la glándula
suprarrenal. La producción de una hormona considera la
La androstenediona y la testosterona se originan también
cantidad total secretada, es decir, la suma de las cantida-
en forma directa desde la 17-OH progesterona (FIGURA
des secretadas por distintos tejidos del organismo. Habi-
3-4).
tualmente se calcula multiplicando la concentración plas-
Biosíntesis de estrógenos. Los estrógenos, estradiol y mática de la hormona (/Jg/L) por la velocidad de depuración
metabólica (1/24 horas).
estrona, se forman por aromatización del anillo A de la
testosterona y de la androstenediona respectivamente. La La producción y secreción de las hormonas ováricas
dehidroepiandrosterona no puede ser aromatizada a estró- varía durante la vida reproductiva y durante el ciclo mens-
genos. El estradiol es el estrógeno más abundante y acti- trual. Por ejemplo, la producción diaria de estradiol durante
vo que sintetiza el ovario. Existe una interconversión entre la fase folicular es de 0,5 a 10 jug/día y durante la fase
estrona y estradiol; sin embargo, el estriol sintetizado a lútea de 0,27 /Jg/día. La producción de progesterona au-
partir de estradiol es un producto final (TABLA 3-1). Los menta de 2 mg/día durante la fase folicular, a 25 mg/día
principales sitios de meta bol ización de los estrógenos son en la fase lútea del ciclo menstrual (Schindler, 1986). La
el hígado y el tracto gastrointestinal. Del 60% al 80% de producción diaria de testosterona en la mujer es de 0,2 a
los estrógenos son excretados en la orina y el 10% en las 0,3 mg/día.

51
OBSTETRICIA

TABLA 3-1. Valores hormonales plasmáticos periovulatorios en vena ovarica IPSI y contralateral al folículo dominante

Hormona Unidad Plasma Ipsilateral Contralateral


periférico
Androstenediona Mg/100 mL plasma 0,8 8,8 8,5
Dehidroepiandrosterona /ig/1 00 mL plasma 1,9 4,0 3,8
Estradiol /tig/100 mL plasma 0,12 1,8 0,34
Progesterona ¿ig/100 mL plasma 0,2 1,6 0,4
17-OH-progesterona ¿íg/100 mL plasma 2,0 4,4 2,0

Fuente: Mikhail, 1970.

TABLA 3-2. Valores hormonales plasmáticos en vena ovarica IPSI y contralateral al cuerpo lúteo

Hormona Unidad Plasma Ipsilateral Contralateral


periférico
Androstenediona /Ltg/100 mL plasma 0,2 3,9 1,0
Dehidroepiandrosterona /j,g/l 00 mL plasma 2,5 4,0 3,9
Estradiol jug/1 00 mL plasma 0,09 0,8 0,1
Progesterona í¿g/100 mL plasma 1,8 26,5 0,4
1 7-OH-progesterona /ig/100 mL plasma 2,0 12,0 2,0

Fuente: Mikhail, 1970.

Comportamiento asimétrico de los ovarios duran- Fluctuaciones hormonales


te el ciclo menstrual. Los mamíferos pueden dividirse en durante el ciclo menstrual
monovulares y poliovulares según sea que habitualmente
liberan uno o varios ovocitos en cada episodio ovulatorio. Las gonadotrofinas hipofisiarias, hormona folículo estimu-
Lo habitual es que cada folículo contenga sólo un ovocito, lante (FSH) y hormona luteinizante (LH) (las hormonas
por lo que en las especies políovulares ovulan varios folí- FSH y LH se denominan en algunas publicaciones folitro-
culos en un mismo episodio, contribuyendo ambos ovarios pina y lutropina, respectivamente); los esferoides ováricos
al proceso. En las especies monovulares, como el ser hu- progesterona y estradiol y la hormona peptídica ovárica
mano, sólo un ovario contribuye al proceso en cada ciclo, inhibina presentan notables oscilaciones dentro del ciclo
lo que determina una marcada asimetría bilateral en la es- menstrual. La cronología de estos cambios hormonales
tructura y función de este órgano par. En cada ciclo hay un se ha relacionado con la menstruación y con el pico de
ovario dominante, es el que ovula y a lo largo de sucesivos LH que ocurre previo a la ovulación. Ambas descripciones
ciclos se alternan en esta dominancia sin seguir un patrón son útiles para obtener una visión global del ciclo, ya que
definido. Las TABLAS 3-1 Y 3-2 muestran cuánto difieren individualmente sirven a distintos propósitos y se comple-
las concentraciones de hormonas esferoidales en el afluen- mentan. Debido a que la menstruación no predice nece-
te venoso de ambos ovarios a lo largo del ciclo menstrual. sariamente los fenómenos del ciclo menstrual, como por
ejemplo el día en que va a ocurrir la ovulación, resulta más
Esta asimetría en el comportamiento de los ovarios es
exacto definir los cambios hormonales en relación con el
sorprendente si se considera que ambos están expuestos a
pico preovulatorio de LH (FIGURA 3-1).
la misma estimulación gonadotrófica. Infrecuentemente en
ciclos espontáneos, más frecuentemente en ciclos en que La descripción clásica de las fluctuaciones hormonales
se sobreestimula hormonalmente a los ovarios, se produce durante el ciclo menstrual comprende variaciones de las
ovulación múltiple en la mujer, la cual puede provenir ente- gonadotrofinas y de los esferoides sexuales, estradiol y pro-
ramente del ovario dominante o de ambos ovarios. La asi- gesterona. Recientemente se han demostrado fluctuaciones
metría es por lo tanto la condición habitual, sin ser estricta. de otras hormonas, como la hormona liberadora de gona-

52
Capílulo 3 | Ciclo menstrual

dotrofinas (GnRH), inhibina y activina, las que se describi-


rán separadamente.
Al considerar el perfil hormonal del ciclo menstrual debe
tenerse presente que tanto las variaciones en la longitud de
las fases, como las diferencias individuales, dan lugar a un
rango relativamente amplio dentro de la normalidad. Con
el único propósito de facilitar la descripción, se utiliza el
ciclo de 28 días en el que la ovulación ocurre en la mitad
del ciclo.

Gonadotrofinas y esteroides sexuales


Gonadotrofinas durante la fase folicular. Aproxima-
damente catorce días antes de la ovulación, coincidiendo
con los primeros días de la menstruación, los niveles plas-
máticos de FSH y LH comienzan a subir, siendo el alza de
FSH, en proporción, superior a la de LH. La FSH aumenta
en forma gradual durante los primeros 5 a 6 días del ciclo
menstrual y después de alcanzar un máximo de 6 a 8 mili/
mL en la mitad de la fase folicular, comienza a descen-
der. Los niveles plasmáticos de LH durante la fase folicular
se estabilizan alrededor de 15 a 18 mUI/ml (Punnonen y
cois., 1976; Landgreny cois., 1980).
Algunas mujeres tienen un patrón constante de los ciclos FIGURA 3-5. Frecuencia y amplitud de los pulsos de LH
menstruales con una fase folicular corta de 10 días. En este durante el ciclo menstrual en relación con el día pico de
grupo de mujeres se produce un alza de FSH tres días an- LH (díaO).
tes de la menstruación y la secreción de estradiol aumenta
notoriamente ya al segundo o tercer día posmenstrual. Por
el contrario, en aquellas mujeres con fase folicular larga, el
Estrógenos y progestinas durante la fase folicular.
alza de FSH que ocurre al inicio de la fase folicular coincide
Los niveles de estradiol plasmático al inicio de la fase foli-
con la menstruación y el incremento en la secreción de
cular varían entre 25 y 95 pg/mL (Ryan, 1986; Vigil & Val-
estradiol se hace evidente después del quinto día posmens-
dez, 1989) y aumentan en promedio durante los primeros
trual. Es importante destacar que estos diferentes patrones
6 días del ciclo menstrual desde 40 pg/mL hasta 100 pg/
se han observado en mujeres de fertilidad probada, por lo
mL (Aedo y cois., 1976; Landgren y cois., 1977).
que la presencia de cualquiera de ellos debe considerarse
como normal, siempre que se mantenga el perfil hormonal La excreción de metabolltos de estradiol y estrona en
común del ciclo menstrual (Lenton & Landgren, 1986). la orina alcanza a 4 a 20 /ug/24 hora al inicio de la fase
folicular (Brown y cois., 1989). Los niveles estrogénicos
Cuando se mide la concentración de LH en muestras
encontrados en la orina durante este período del ciclo co-
sucesivas de sangre obtenidas a intervalos cortos entre 5
rresponden a metabolitos de estrona, la cual es secretada
y 20 minutos, por varias horas se observa que cada cierto
en forma constante por la glándula suprarrenal, y en menor
tiempo hay una elevación brusca y breve seguida de un
proporción a metabolitos de estradiol secretados por el ova-
descenso exponencial. Estas elevaciones, que se denomi-
nan pulsos de LH, tienden a producirse a intervalos regu- rio (Brown y cois., 1989). En la mitad de la fase folicular
los niveles de estradiol comienzan a aumentar en forma
lares y su amplitud fluctúa entre menos de 5 y algo más
progresiva, y este aumento podría ser un índice del inicio
de 25 mlll/ml y se cree que corresponden a un fenómeno
del período fértil del ciclo menstrual (WHO, 1980; Brown
de descarga hormonal pulsátil (FIGURA 3-5) (Crowley y
y cois., 1989). Se considera que los niveles de estrógenos
cois., 1985).
han comenzado a aumentar cuando la excreción urinaria es
Durante la fase folicular inicial los pulsos de LH se pro- 1,4 veces mayor que el día anterior (Brown y cois., 1989).
ducen en promedio cada 94 minutos, con una amplitud de El número de días durante los cuales los niveles estrogéni-
6,5 mlll/ml. A medida que avanza esta fase, el intervalo cos aumentan antes de alcanzar el pico preovulatorio es en
se acorta a 75 minutos y la amplitud aumenta a 7,2 mili/ promedio de 5 (rango entre 3 y 10).
mL

53
OBSTETRICIA

Existen técnicas que permiten medir los niveles de estra- Durante la fase folicular, los valores plasmáticos de pro-
diol y progesterona en saliva durante las distintas fases del gesterona permanecen estables bajo 2 ng/mL. Los niveles
ciclo menstrual. Durante el período folicular los valores de plasmáticos, en saliva y orina, de las diferentes hormonas
estradiol son de 2,6 pg/mL, y los de progesterona de 41 pg/ durante la fase folicular se resumen en las TABLAS 3-3,
mL (0,04 ng/mU (Berthonneau y cois., 1989). 3-4 Y 3-5.

TABLA 3-3. Valores hormonales plasmáticos durante el ciclo menstrual

Hormona Unidad Fase del ciclo menstrual Referencia


Folicular Periovulatoria Lútea
Androstenediona pg/mL 1.590-1.980 1.932-1.998 1.932-1.998 Ryan, 1986
Dehidrostestosterona pg/mL 30-70 30-70 30-70 Dawood & Saxena,1976
DHEAS-S Mg/mL 0,9-1,9 1,5-3,3 1,2-2,5 Romero, 1989
Estradiol pg/mL 25-95 200-350 180-230 Punnonen y cois., 1975
FSH mUI/mL 6-8 15-18 2,5-4,5 Punnonen y cois., 1975
GnRH pg/mL 2-4 10-42 4-5 Miyake y cois., 1980
Inhibina UI/L 400-500 500-700 1.500 McLachlan y cois., 1987
LH mUI/mL 15-18 50-100 4-10 Punnonen y cois., 1975
Progesterona ng/mL -1 1,5 10-14 Punnonen y cois., 1975
17-OH-progesterona Pg/mL 380 500-1.200 500-1.200 Landgren y cois., 1977
20-L-OH-progesterona Pg/mL 240 500 3.700 Landgren y cois., 1977
Prolactina mUI/L 125-850 50-1.450 125-850 Lenton & Landgren, 1 986
Testosterona libre pg/mL 0,6-2,1 0,6-2,1 0,6-3,2 Lenton & Landgren, 1986
Testosterona ng/mL 0,06-0,5 0,06-0,5 0,06-0,5 Romero, 1989

TABLA 3-4. Valores hormonales en saliva durante el ciclo menstrual

Hormona Unidad Fase del ciclo menstrual


Folicular Periovulatoria Lútea
Androstenediona pg/mL 2,2 3,3
Progesterona ng/mL 133 335

Fuente: Berthonneau y cois., 1989; Zornycols., 1984.

TABLA 3-5. Valores hormonales en orina durante el ciclo menstrual

Hormona Unidad Fase del ciclo menstrual Referencia


Folicular Periovulatoria Lútea
Estradiol Mg/24 h 4-20 400-100 20-60 Brown, 1977, 1989
LH mUI/mL 10-20 50-90 10-20 Singhycols., 1984
Progesterona Mg/24 h 0,5-1 2-6 Brown, 1977, 1989

54
Capítulo 3 Ciclo menstrual

TABLA 3-6. Valores hormonales en el fluido folicular

Hormona Unidad Fase del ciclo menstrual


Folicular inicial Preovulatoria
Androstenediona ng/mL 800 800
Estradiol ng/mL 500 2.000
FSH mUI/mL 2,5 3,6
LH mUI/mL - 6
Progesterona ng/mL 100 2.000
Prolactina ng/mL 40 5

Fuente: Ericksony cois., 1985.

Gonadotrofinas, asteroides sexuales y prolactina pulsos de LH tienen mayor frecuencia y amplitud que en el
en el fluido folicular. Durante la primera mitad de la fase período precedente (Crowley y cois., 1985).
folicular el fluido antral tiene altas concentraciones de FSH
y estrógenos. Las concentraciones de distintas hormonas Estrógenos y progestinas durante el período pe-
en dicho fluido es muy superior a la concentración plas- riovulatorio. Los niveles de estradiol alcanzan un máximo
mática de las mismas (TABLA 3-6). Durante el período de de 200 a 300 pg/mL aproximadamente en el día 12 de
incremento rápido de la concentración de estradiol plasmá- una fase folicular de 14 días. El estradiol dobla su concen-
tico, al tener el folículo un diámetro aproximado de 10 a 12 tración plasmática cada 58 horas antes del pico de LH, y
mm, la concentración de estradiol intrafolicular se duplica, estos altos niveles se mantienen durante las primeras horas
alcanzando valores de 1.000 ng/mL. Previo a la ruptura fo- de iniciado el pico de LH. Después el estradiol desciende
licular, los niveles de estradiol y progesterona intrafolicular en forma marcada llegando en sólo 14 horas a la mitad de
alcanzan los 2.000 ng/mL (Erikson y cois., 1985). la concentración inicial. Cuarenta y ocho horas después del
pico de LH los niveles de estradiol plasmático son de 100
Gonadotrofinas durante el período periovulatorio. pg/mL. En forma concomitante con el alza de estradiol,
El pico preovulatorio de gonadotrofinas se produce cuando 48 a 72 horas del inicio del pico de LH, se ha identificado
se alcanzan los máximos niveles de estradiol plasmático en un aumento paralelo en la producción de progesterona y
el ciclo. Cuarenta y ocho horas antes del inicio del pico de 17-OH-progesterona (Hoff y cois., 1983). Además, duran-
LH, los niveles de LH comienzan a aumentar notoriamente, te la fase descendente del pico de LH ocurre un segundo
doblando sus niveles cada 57,6 horas, mientras que el FSH incremento rápido de progesterona (Hoff y cois., 1983).
tiene un descenso significativo (Yen & Tsai, 1971; Marshall Los valores plasmáticos preovulatorios de 17-OH-proges-
y cois., 1983). Este ascenso de LH y descenso de FSH es terona llegan a 1.200 pg/mL y los de progesterona a 550
seguido de un pico simultáneo de ambas gonadotrofinas. pg/mL.
Durante el pico, los niveles plasmáticos de gonadotrofinas
se duplican cada dos horas. La duración del pico de LH es Relación temporal de la ovulación con los cam-
de 48 (± 9,27) horas, y se caracteriza por una corta fase bios hormonales. La ovulación se produce 24 a 36 horas
ascendente (14 horas), una meseta (14 horas) y una fase después del alza máxima de estradiol, alrededor de 35 ho-
descendente de mayor duración (20 horas). ras después del inicio del pico de LH (Kerin, 1982; Hoff y
cois., 1983) y 10 a 14 horas después del alza máxima de
Los niveles plasmáticos de las gonadotrofinas durante
LH en plasma (Pauerstein y cois., 1978; WHO, 1980; Hoff
el pico preovulatorio son de 50 a 100 mUI/mL para LH, y
y cois., 1983). El pico de LH urinario estudiado con cintas
de 15 a 18 mUI/mL para FSH (Punnonen y cois., 1975;
indicadoras de LH (sensibilidad sobre 50 mUI/L) ocurre el
Landgren y cois., 1980). Durante el pico preovulatorio, los
día previo a la ruptura folicular detectada por ultrasonogra-
niveles plasmáticos de LH alcanzan valores 5 a 20 veces
fia en el 40% de las mujeres y en el 60% el mismo día de
mayores que durante el resto del ciclo y los de FSH 2 a 10
la ruptura folicular (Vigil y cois., 1992).
veces (Ryan, 1986).
Los valores máximos de LH en orina (50 a 90 mili/ Gonadotrofinas durante la fase lútea. Durante la
mL) durante el ciclo menstrual se alcanzan 12 a 24 horas fase lútea, los valores plasmáticos de gonadotrofinas son
después del pico de LH en el plasma. Durante el pico los de 4 a 10 mUI/mL para LH y de 2,5 a 4,4 mUI/mL para

55
OBSTETRICIA

FSH. Los valores de LH se mantienen durante los prime- entre FSH y LH, pues los niveles de LH comienzan a au-
ros 10 días de la fase lútea y descienden hacia el final mentar 1 a 2 días después que los de FSH.
de ella.
La luteólisis también se refleja en el descenso rápido de
A medida que progresa la fase lútea, los pulsos de LH los niveles plasmáticos de estradiol y progesterona. Este
muy incrementados y frecuentes durante el pico de LH, van descenso, causado por una disminución de la capacidad
disminuyendo en frecuencia primero y luego en amplitud esteroidogénica de las células luteínicas, comienza por lo
para llegar a pulsos de 7,6 mlll/mL cada 216 minutos. menos 64 horas antes de la menstruación (Mais y cois.,
1986).
Estrógenos y progestinas durante la fase lútea. El
período de máxima producción hormonal durante la fase
Otras hormonas
lútea se detecta 7 a 8 días después del pico de LH, mo-
mento en el cual los niveles de progesterona en el plasma Hormona liberadora de gonadotrofinas (GnRH).
periférico alcanzan valores de 10 a 16 ng/mL (McLachlan GnRH es secretada en forma pulsátil aumentando la fre-
y cois., 1987). Estos valores son alrededor de 20 veces cuencia de los pulsos durante el período periovulatorio. Ge-
superiores a los de la fase folicular. La producción diaria neralmente, este incremento en la frecuencia ocurre entre
de progesterona llega a 25 mg/día, lo que hace del cuerpo uno y cuatro días antes del pico de LH. Los valores plasmá-
lúteo el tejido esteroidogénico más vascularizado y activo ticos de GnRH aumentan de 2 a 4 pg/mL durante la fase
del organismo. Es importante considerar que la proges- folicular y de 10 a 42 pg/mL en el período periovulatorio
terona es secretada en forma episódica (Younglai y cois., (TABLA 3-3) (Miyake y cois., 1980). El aumento, tanto de
1975) y sus variaciones se correlacionan estrechamente la frecuencia de los pulsos como de los valores plasmáticos
con los pulsos de LH de la fase lútea (Veldhuis y cois., de GnRH, generalmente ocurre antes del pico de LH, sin
1988). Este patrón de secreción pulsátil de la progesterona embargo, en algunas mujeres (10%) ello ocurre 1 a 2 días
puede ser causa ocasional de detección de valores aislados después.
bajos de esta hormona en la fase lútea media, en ciclos
con fases lúteas normales. Se ha sugerido, para eliminar Inhibirías, activinas, folistatina y hormona anti-
errores debidos a las variaciones de la progesterona, el uso mülleriana. Estas hormonas intervienen en la regulación
de un índice de progesterona (Lenton & Cooke, 1981), de la secreción o de la acción de FSH. Las inhibinas son
definido como la media aritmética de la concentración de estructuras diméricas constituidas por las subunidades a
progesterona en los días +5, +6, +7 y +8 respecto del y p, unidas por puentes de disulfuro, pero distintas de las
pico de LH. En ciclos concepcionales espontáneos el índice subunidades de las gonadotrofinas. Las dos inhibinas son
más bajo de progesterona encontrado ha sido de 11,2 ng/ heterodímeros que comparten una subunidad a y difie-
mL (Lenton & Landgren, 1986), habiéndose sugerido que ren por la subunidad (3, que es (3A en la inhibina A y |3B
éste sería el valor mínimo de progesterona necesario para en la inhibina B. Ambas son producidas por células de la
lograr un embarazo. granulosa e inhiben selectivamente la secreción de FSH.
La excreción de pregnandiol urinario aumenta de nive- La inhibina B es secretada en mayor cantidad en la fase
les inferiores a 1 mg/24 horas durante la fase folicular, a folicular, alcanzando niveles de 14 a 70 pg/mL, mientras
valores entre 2 y 12 mg/24 horas durante la fase lútea. que la inhibina A es secretada predominantemente en la
Se considera que si una mujer ha ovulado, sus niveles de fase lútea, alcanzando niveles de 14 a 28 pg/mL (Sehested
pregnandiol glucurónido en la orina deben ser mayores a y cois., 2000).
6,3 L/mol/24 h (Brown y cois., 1989). Las activinas son tres homodímeros de las subunidades
Los niveles de estradiol disminuyen durante los dos pri- P designadas A, B y AB según estén formadas por pA-pA,
meros días de la fase lútea (McLachlan y cois., 1987), pB-pB o pA-pB. Son producidas por células de la granu-
para aumentar en forma progresiva alcanzando sus niveles losa y por células de muchos otros órganos y estimulan
máximos durante el día 7™ a 8™ de la fase lútea y luego la secreción de FSH. La folistatina es una proteína multi-
declinar. Los niveles máximos de estradiol en plasma peri- funcional que une activinas (y otras moléculas tales como
férico durante la fase lútea son de 180 a 230 pg/mL, y en miostatina y factor de crecimiento y diferenciación 11) y
la saliva de 3,2 pg/mL (TABLAS 3-3, 3-4 \- 3-5). previene su efecto estimulador sobre la secreción de FSH.
Tanto las activinas como la folistatina son producidas tam-
Gonadotrofinas, estradiol y progesterona durante bién localmente por las células hipofisarias y es probable
el período de transición luteofolicular. La FSH, cuyos que la producción local sea tan importante como la ovárica
niveles se mantienen en 2 a 3 UI/L durante la fase lútea, para regular los niveles circulantes de FSH (Bilezikjian y
comienza a doblar sus niveles plasmáticos 28 horas antes cois., 2006).
de la menstruación. Existe en este período una disociación

56
Otra glicoproteína dimérica producida por células de la pero significativo aumento de androstenediona durante la
granulosa es la hormona antimülleriana (también desig- fase folicular de 1.689 ± 80 pg/mL a 1.932 ± 66 pg/
nada mullerian inhibiting substance, abreviada MIS en la mL durante el período periovulatorio. La metabolización
literatura inglesa), que es miembro de la superfamilia del de androstenediona a testosterona ocasionaría el aumento
factor de crecimiento transformante |3. En fetos masculi- plasmático de esta última desde 289 a 342 pg/mL.
nos es producida por los testículos y suprime el desarrollo
El 80% de la testosterona y del estradiol es transportado
de los conductos de Müller, mientras que en la hembra es
en el plasma unido a una proteína transportadora (SHBG
producida después del nacimiento por folículos primordia-
o TeBG). Los niveles de esta proteína aumentan durante el
les, preantrales y antrales tempranos. Su función es res-
período periovulatorio. La fracción biológicamente activa de
tringir la entrada de folículos al pozo dependiente de FSH y
la hormona probablemente es aquella que no está unida a
disminuir la sensibilidad al FSH de los folículos reclutados
la proteína transportadora (Plymate y cois., 1985).
en cada ciclo. Sus niveles plasmáticos son estables a lo
largo del ciclo menstrual, pero van diminuyendo a medida
Deoxicorticosterona. Durante la fase lútea aumentan
que se pierde la población de folículos con el avance de la
los niveles de deoxicorticosterona (DOC), la cual sería pro-
edad, por lo que es un índice de reserva folicular (Gruijters
ducida a partir de la progesterona plasmática, por actividad
y cois., 2003).
enzimática de una 21 hidroxilasa esteroidal presente en
el riñon. La DOC participa en el metabolismo hidrosalino
Fluctuaciones de la prolactina (PRL) durante el
determinando retención acuosa y vasoconstricción (Winkel
ciclo menstrual. Los niveles plasmáticos de prolactina
y cois., 1980).
se mantienen relativamente constantes a lo largo del ciclo
menstrual, a excepción de un pequeño aumento observado
Relaxina y oxitocina. El cuerpo lúteo humano, al igual
en el día del pico de LH (Lenton & Landgren, 1986). Sin
que el de otras especies, produce relaxina, que es una hor-
embargo, el rango de variación de PRL es mayor que el de
mona peptídica de 6.000 daltons (Bigazzi & Nardi, 1981).
las otras hormonas. Su variación (95% intervalo de con-
Se ha observado que las células luteínicas humanas culti-
fianza) medida en 53 mujeres con ciclos regulares, fue de
vadas in vitro secretan relaxina al ser estimuladas con HCG
125 a 850 mUI/L para los valores más bajos (día pico de
(Goldsmith y cois., 1981).
LH-11), y de 50 a 1.450 mUI/L para los valores más altos
(Lenton & Landgren, 1986). Se ha propuesto que la relaxina, junto con la progeste-
rona, podría actuar inhibiendo la actividad uterina durante
Los niveles de PRL en el fluido folicular descienden con
el primer período de la gestación (Szlachter y cois., 1980).
la maduración folicular (McNatty, 1978) desde 40 ng/mL
en un folículo de 4 mm a 5 ng/mL en un folículo de 20 mm En varias especies, incluyendo la humana, se ha com-
(Erickson y cois., 1985). Durante el período periovulatorio probado que los genes que codifican las neurofisinas y
del ciclo menstrual los niveles de PRL en el fluido folicular hormonas de la neurohipófisis se expresan también en las
se mantienen bajo los niveles plasmáticos (TABLA 3-6). células gonadales. En el ovario, las células de la granulosa
y del cuerpo lúteo producen oxitocina, y en especies en
Es importante considerar el patrón diario de secreción
que la luteólisis depende de la producción endometrial de
de PRL al analizar sus variaciones durante el ciclo mens-
prostaglandinas, la oxitocina juega un importante papel en
trual. La PRL sigue un ritmo circadiano, con un nivel máxi-
este mecanismo. En la mujer no se ha establecido el rol de
mo de secreción durante el sueño (Yen, 1986a), por lo que
la oxitocina ovárica.
al analizar los resultados y las variaciones individuales, es
necesario considerar la hora de la obtención de la muestra.
Regulación del ciclo menstrual
Androstenediona, testosterona y 5a-dehidrotes-
tosterona (DHT). Los valores de andrógenos plasmáticos Crecimiento folicular y procesos asociados. El de-
no tienen grandes variaciones durante el ciclo menstrual sarrollo de los folículos primordiales hasta la formación del
(Dawood & Saxena, 1976). Al igual que con otras hor- antro folicular ocurre continuamente hasta el término de la
monas ováricas, existe un importante rango de variación vida reproductiva de la mujer. Este crecimiento inicial no
individual. Los valores de androstenediona son de 1.590 se ve interrumpido durante la infancia, embarazo u otro
a 1.980 pg/mL (Ryan, 1986), los de testosterona de 0,06 período de anovulación. Su regulación es, por lo tanto, dis-
a 0,5 mg/mL (Dawood & Saxena, 1976; Ryan, 1986) y tinta a la del crecimiento folicular cíclico. Durante el ciclo
los de DHT de 30 a 70 pg/mL (TABLA 3-3) (Dawood & menstrual, un grupo de folículos terciarios responde al alza
Saxena, 1976). Sin embargo, algunos autores (Judd & Yen, de FSH que se produce durante el período de transición lu-
1973) han observado variaciones en los valores plasmá- teofolicular. Habitualmente, el folículo que ovula comenzó
ticos de androstenediona y testosterona. Las variaciones su período de crecimiento rápido junto a los otros folículos
encontradas estarían dadas principalmente por un discreto reclutados en el período perimenstrual.

57
OBSTETRICIA

Al cauterizar el folículo dominante en monas rhesus, se lar. El descenso en los niveles de FSH estaría determinado
produce un retorno a la fase de reclutamiento folicular y por la inhibiría, hormona peptídica secretada por el folículo
se obtiene un nuevo pico preovulatorio de gonadotrofinas, dominante en respuesta a la acción de la FSH. Éste se-
12,5 días después de la cauterización (Goodman y cois., ría un mecanismo de autocontrol de la selección folicular
1977). La postergación del pico preovulatorio de gonado- mediante el cual folículos con baja capacidad aromatásica
trofinas y el retorno a la fase folicular inicial indica que irían a la atresia al descender los niveles de FSH. El folículo
en presencia de un folículo dominante no hay en ese mo- dominante es el que genera la supresión de FSH, pero es
mento en el ovario otro folículo capaz de reemplazarlo, y capaz de mantenerse debido a que posee un mayor núme-
por lo tanto, para que se produzca una ovulación, deben ro de células de la granulosa y, por lo tanto, mayor número
reiniciarse las fases de reclutamiento, selección y dominan- de receptores para FSH y capacidad de producir altas can-
cia folicular utilizando una nueva cohorte de folículos. El tidades de estradiol.
folículo dominante, además, inhibe el desarrollo de otros
Al final de la maduración folicular, la FSH estimula la
folículos, disminuyendo la secreción de FSH vía inhibina y
formación de receptores para LH en las células de la granu-
estradiol. Esta inhibición es mantenida durante la segunda
losa. La acción de la LH se traduce en síntesis de proges-
fase del ciclo por el cuerpo lúteo hasta que se inicia la
tinas en las células de las granulosa del folículo de Graaf
luteólisis.
preovulatorio y se expresa por un aumento en la producción
Es interesante destacar que, en la mujer, cuando hay un de progesterona y de 17a OH progesterona, 48 a 72 horas
folículo dominante (aproximadamente en los días 6 a 10 antes del inicio del alza preovulatoria de LH (Hoff y cois.,
del ciclo menstrual), no se induce el desarrollo de nuevos 1983).
folículos al administrar gonadotrofinas (Goodman & Hog-
Las células de la teca secretan andrógenos en respues-
den, 1983). Este hecho se ha explicado por la probable
ta al LH, los cuales son necesarios para la formación de
acción de un factor secretado por el folículo dominante,
estrógenos y para aumentar la actividad aromatásica de
que inhibiría directamente el desarrollo de nuevos folículos.
las células de la granulosa al estar en baja concentración.
Sin embargo, en presencia de altas concentraciones de
Secreción hormonal. La FSH es la hormona responsa- andrógenos, la androstenediona secretada por las células
ble de estimular el desarrollo folicular durante la fase pro- de la teca es convertida en 5a dehidrotestosterona, y ésta
liferativa del ciclo menstrual. Ésta actúa sobre las células no puede ser aromatizada a estradiol (McNatty y cois.,
de la granulosa, estimulando su proliferación y la expresión 1979a), lo que genera en el folículo un ambiente andro-
de aromatasa. génico. Este ambiente determina que el folículo no pueda
continuar su crecimiento y va a la atresia (Erickson y cois.,
Secreción de esferoides. La hormona sintetizada en 1985). Por lo tanto, el desarrollo exitoso de un folículo
mayor cantidad por las células de la granulosa de los fo- reclutado (Gougeon, 1981) depende de su capacidad de
lículos en crecimiento es el estradiol. Éste es producido aromatizar los andrógenos sintetizados por las células de
mediante la aromatización de andrógenos, los que son la teca para así tener un medio ambiente estrogenico ade-
sintetizados por las células de la teca y exportados a las cuado en el interior de la cavidad antral (McNatty y cois.,
células de la granulosa. La FSH aumenta la capacidad de 1979b; McNatty y cois., 1980; Chabab y cois., 1986).
aromatización que tienen las células de la granulosa y la
síntesis de una proteína ligante de estrógenos (Catt & Pier-
Control de la descarga preovulatoria
ce, 1986). La FSH, además, en forma conjunta con los
estrógenos, ejerce una acción mitogénica sobre las células de gonadotrofinas
de la granulosa, lo que contribuye al aumento en la produc-
Papel de los estrógenos. El ovario ejerce una acción
ción de estradiol.
de retroalimentación negativa sobre la secreción de gona-
La acción de las hormonas FSH y estradiol también dotrofinas. Este hecho se demuestra al observar un alza
determina la secreción de fluido folicular por parte de las en la secreción de estas hormonas dos días después de
células de la granulosa (Edwards, 1974). Por lo tanto, la efectuar una ooforectomía. Parte importante de esta retroa-
acción de la FSH crea un ambiente estrogenico en el folí- limentación negativa es dada por la acción del estradiol,
culo. Al aumentar el número de células de la granulosa con ya que una infusión de esta hormona en monas ooforec-
capacidad aromatásica, el nivel de estrógenos circulantes tomizadas y en mujeres posmenopáusicas hace que los
aumenta en forma progresiva durante el período de selec- niveles aumentados de gonadotrofinas bajen rápidamente.
ción y maduración folicular. Además de ser secretado hacia La acción del estradiol es ejercida principalmente a nivel
la circulación sistémica, el estradiol, en una función auto- hipofisiario (Knobil, 1974). Sin embargo, también se ha
crina, es secretado hacia el interior del folículo, logrando demostrado que parte de esta acción se ejerce a nivel hi-
que este tenga un medio ambiente estrogenico aun cuando potalámico (Ferin y cois., 1984). La retroalimentación ne-
los niveles de FSH descienden a mediados de la fase folicu- gativa del estradiol sobre la secreción de gonadotrofinas se

58
invierte a positiva en la fase folicular tardía, cuando el nivel suprime este freno al sistema y ello explica por qué puede
de estradiol circulante excede cierto umbral. Para que se reiniciarse un nuevo ciclo de crecimiento folicular. Durante
produzca el alza preovulatoria de LH en la mujer es nece- la fase lútea la progesterona es el factor más importante en
sario que la concentración de estradiol sobrepase los 200 el mecanismo de freno. Durante la fase folicular el freno
pg/mL en la circulación por un período de 2 a 3 días (Liu está dado por la presencia de un folículo dominante, sin
&Yen, 1983). haberse dilucidado el mecanismo por el cual este folículo
ejerce este control.
Papel de las progestinas. 48 a 72 horas antes del
Esta serie de eventos explica cómo llega a completarse
inicio del alza preovulatoria de LH se ha identificado, en
un ciclo de crecimiento folicular una vez iniciado (en lugar
forma concomitante con el alza de estradiol, un aumen-
de que continúe indefinidamente) y explica, además, por
to paralelo en la producción de progesterona y 17-cc OH
qué no se superponen los ciclos de crecimiento folicular.
progesterona (Hoff y cois., 1983). El alza preovulatoria de
progesterona amplifica la acción del estradlol a nivel hipofi- La duración del ciclo menstrual es explicable por la ve-
siario, favoreciendo la producción del pico preovulatorio de locidad de los procesos biológicos involucrados, es decir,
LH. La retroalimentación positiva de la progesterona sobre el tiempo necesario para aumentar la población de células
la hipófisis requiere una acción previa del estradiol sobre la granulosas y fecales de unos pocos miles a varios millones,
glándula. Sin alza preovulatoria de progesterona el alza de así como el tiempo necesario para incrementar 10 veces la
LH se reduce a 24 horas (Liu & Yen, 1983). Por lo tanto, el maquinaria biosintética de progesterona y luego desman-
aumento rápido de las progestinas incrementa la acción del telarla.
estradiol, influyendo en la programación, duración y ampli-
El ciclo menstrual tiene cierta analogía con el reloj tra-
tud del pico de LH. Los factores responsables de finalizar el
dicional. El ciclo de eventos ováricos es comparable al ho-
pico de LH aún se desconocen.
rario del reloj, con la diferencia de que este último cumple
su ciclo en 12 horas. Lo que mueve al ovario a ciclar es un
Papel de la hormona liberadora de gonadotrofi-
tic-tac hipotalámico que pulsa con una frecuencia circoral
na (GnRH). La secreción basal de GnRH y de estradiol
(cercana a una hora), aunque a diferencia del reloj, dicha
promueve la síntesis de gonadotrofinas durante el ciclo
frecuencia es inestable a lo largo del ciclo.
menstrual (Yen, 1976). Esta acción no se traduce en mayor
liberación de gonadotrofinas por parte de la hipófisis debi- Las descargas pulsátiles de LH hipofisiario obedecen a
do a la acción de retroalimentación negativa del estradiol. descargas pulsátiles de GnRH hipotalámico, las que son
Además, se ha demostrado que el GnRH es capaz de au- comandadas por un generador neuronal de pulsos (Lincoln
mentar el número de receptores hipofisiarios para el mismo y cois., 1985). La actividad de este generador está modu-
GnRH (Yen, 1986b). El pico preovulatorio de gonadotrofi- lada por los esteroides gonadales, lo que explica que su
nas sería consecuencia de la retroalimentación positiva del frecuencia no sea estable a lo largo del ciclo.
estradiol sobre la hipófisis, la cual habría sido estimulada
Una adecuada secreción basal de gonadotrofinas, en la
previamente por GnRH y estradiol para producir y almace-
que se sobreponen pulsos de LH de frecuencia y amplitud
nar gonadotrofinas en un comportamiento de reserva. La
moduladas por la respuesta ovárica, determina la irreversi-
retroalimentación positiva del estradiol se ve apoyada por
ble progresión del ciclo ovárico a la velocidad propia de sus
una mayor sensibilidad hipofisiaria al GnRH debido al au-
estructuras. La conjunción de estos factores da cuenta del
mento en el número de sus receptores. De este modo, no
control de la ciclicidad menstrual.
sería necesario un aumento del GnRH durante el período
preovulatorio para asegurar el pico de gonadotrofinas (Yen,
1986b). Respuesta de algunos efectores
a las variaciones hormonales
Control de la ciclicidad del ciclo menstrual
El endometrio durante el ciclo menstrual. El útero,
Un fenómeno central del ciclo menstrual está dado por la
y particularmente el endometrio, es uno de los órganos que
multiplicación de las células granulosas y la creciente pro-
normalmente presenta notables cambios estructurales du-
ducción de estrógenos que la acompaña. Cuando el nivel
rante el ciclo menstrual en la mujer.
plasmático de estradiol supera cierto umbral, la retroali-
mentación vira de negativa a positiva, desencadenando la El inicio del ciclo endometrial está marcado por la pérdi-
descarga de LH. El pico de LH induce la conversión de da mensual de epitelio y estroma durante la menstruación.
las células lúteas programadas para secretar predominan- Tras la menstruación sólo una fina capa de estroma y epi-
temente progesterona y para involucionar si no son rescata- telio del fondo de las glándulas permanecen indemnes y
das por HCG. Mientras está activo, el cuerpo lúteo previene a partir de ellas, prolifera nuevamente el endometrio para
el despertar de una nueva cohorte folicular. La luteólisis reconstituirse estimulado por el estradiol. El ciclo endome-

59
OBSTETRICIA

trial consta de dos fases, la proliferativa y la secretora. La Fase Fase


primera se encuentra bajo la influencia de los estrógenos, folicular lútea
que se secretan en cantidades crecientes durante esta fase,
Mitosis
las células del estroma y las células epiteliales proliferan glandular
rápidamente. Durante el período previo a la ovulación el
endometrio se espesa, en parte debido al creciente número Pseudoestratificación
de células del estroma, pero primordialmente por el cre- de los núcleos
cimiento progresivo de las glándulas endometriales y de
nuevos vasos sanguíneos. Al momento de la ovulación el Vacuolización
basal
endometrio tiene unos 8 a 10 mm de espesor. La fase se-
cretora se inicia después de la ovulación. En esta fase se
secretan grandes cantidades de progesterona y estrógenos Secreción
por parte del cuerpo lúteo. Los estrógenos producen una
ligera proliferación adicional del endometrio, mientras que Edema
la progesterona provoca una notable tumefacción y desa- del estroma
rrollo secretor del endometrio. En este período las glándu-
las se vuelven más tortuosas; y en las células del epitelio Reacción
glandular se acumula un exceso de sustancias secretoras; pseudodecidual
igualmente aumenta el citoplasma de las células del es-
troma junto al depósito de lípidos y proteínas, y el aporte Mitosis
del estroma
sanguíneo al endometrio sigue incrementándose de forma
proporcional al desarrollo de la actividad secretora, con Infiltración
gran tortuosidad de los vasos sanguíneos. Ecográficamente leucocitaria
podemos observar un endometrio de tipo proliferativo, en
el que se distingue una capa trilaminar anecogénica y un Días del ciclo 14 28
endometrio de tipo secretor, en el cual se puede observar
una imagen hiperecogénica, homogénea y blanquecina. FIGURA 3-6. Esquema modificado de PF Latour. Las
curvas representan los cambios cuantitativos de ocho
El recuento de dichos cambios a nivel de microscopia parámetros clásicos usados para fechar una muestra de
de luz y electrónica es un tema clásico en los libros de endometrio.
anatomía microscópica desde la descripción sistemática
hecha por Noyes y cois, en 1950 (FIGURA 3-6) (consul-
tar Capítulo 2: Anatomía microscópica del aparato genital
femenino y mama). Al final de la menstruación, durante arteriolas. En este período las células del estroma se hacen
la fase proliferativa, se inicia una proliferación glandular más notorias alrededor de las arteriolas espirales superfi-
caracterizada al comienzo por glándulas rectas con células ciales. Este cambio, que se produce alrededor de las arte-
epiteliales que se multiplican, se hacen más cilindricas y riolas espirales, se hace confluente alrededor de las capas
se estratifican modificando el aspecto de las glándulas, las superficiales del endometrio (FIGURA 3-10). En el estro-
que se hacen tortuosas (FIGURA 3-7). Simultáneamente ma aparecen además granulocitos, eosinófilos y -hacia los
prolifera el estroma, dando un aspecto compacto, densa- últimos días de la fase lútea- extravasación de eritrocitos.
mente celular, en el que las células son pequeñas con es- El endometrio en descamación (menstrual) se caracteriza
caso citoplasma (FIGURA 3-8). por hemorragia del intersticio, colapso de las glándulas,
trombos fibrinosos y células polinucleares.
En la fase secretora aparece vacuolización intranuclear
en el epitelio glandular. Desordenada al comienzo, adquie- La FIGURA 3-6 ilustra la evolución de varios paráme-
re después una disposición basal (FIGURA 3-9). Las va- tros desde la fase proliferativa a la secretora. Debido a que
cuolas posteriormente se desplazan al polo apical de las dichos cambios reflejan fielmente la acción estrogénica
células y son vertidas al lumen glandular en forma de se- y progestativa de los esteroides secretados por el ovario,
creción. Durante este período se presenta una disminución la biopsia del endometrio fue en una época el principal
progresiva de las mitosis hasta desaparecer. Posteriormen- indicador de la actividad endocrina gonadal en la mujer.
te, la secreción hacia el lumen se hace prominente, y en Esta aplicación es particularmente útil para detectar la
forma simultánea aparece edema del estroma que llega a funcionalidad del cuerpo lúteo, ya que la actividad glan-
ser máximo en la mitad de la fase secretora. dular del endometrio, así como la pseudodecidualización
perivascular, dependen estrictamente de la actividad pro-
Las transformaciones más importantes del endometrio
gestativa.
hacia el final de la fase lútea se producen en el estroma y

60
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FIGURA 3-7. Endometrio de la fase proliferativa media. FIGURA 3-8. Endometrio de la fase proliferativa tardía.
Glándulas ligeramente tortuosas revestidas de epitelio Glándulas tortuosas y estroma denso. A: 150x; B: 400x.
cilindrico, pseudoestratiíicado con abundantes mitosis.
Estroma poco denso. A: 150x; B: 400x.

La microscopía electrónica del endometrio, si bien apor- ción a nivel vascular durante la fase postovulatoria. Esta
ta mayor riqueza de detalles -como el sistema de canales dilatación estaría relacionada con los cambios que ocurren
nucleolares, por ejemplo- no ha revelado aspectos estruc- en el estroma en el momento de la implantación (Peek y
turales o funcionales que mejoren significativamente la cois., 1992).
comprensión del fenómeno menstrual o la utilización del
El endometrio no es solamente un efector de estróge-
endometrio como ventana hacia el ovario.
nos y progestinas, sino que además transforma esteroides
La aplicación del análisis morfométrico (Schmidt- y produce algunas hormonas proteicas y prostaglandinas
tvlatthiesen, 1963) ha permitido hacer comparaciones cuyas funciones aún no son claras (Riddick, 1985).
objetivas y cuantitativas de los cambios de diversos pará-
metros microscópicos, ya sea a lo largo del ciclo menstrual Se ha identificado también que un número de proteínas
o entre mujeres pertenecientes a distintos grupos etarios endometriales tiene una expresión cíclica. Las proteínas
(Johannisson y cois., 1982; Li y cois., 1988; Johannisson relacionadas con el citoesqueleto (vimentina, queratina,
y cois., 1989; Dockery y cois., 1990). tubulina) tendrían su síntesis máxima durante la fase foli-
cular, mientras que aquellas relacionadas con el metabolis-
Mediante este tipo de análisis se ha demostrado además mo energético (creatinquinasa, dehidrogenasa) tendrían su
que a nivel subepitelial, los plexos capilares del endometrio expresión máxima durante la fase lútea (Byrjalsen y cois.,
experimentan cambios dinámicos, mostrando una dilata- 1995).

61
OBSTETRICIA

FIGURA 3-10. Endometrio de fase secretora avanzada


FIGURA 3-9. Endometrio de fase secretora inicial (día 17 (día 24 o décimo día postovulatorio). Arteriolas espirales
o tercer día postovulatorio). Vacuolas subnucleares en prominentes rodeadas por un manguito de células pre-
epitelio glandular. A: 150x; B: 40í)x. deciduales. Estroma denso. A: 150x; E: 400x.

Los cambios que induce la progesterona en el endome- Actualmente se describen dos tipos de moco cervical
trio después de la ovulación son esenciales para que este durante el ciclo menstrual: estrogénico (E) y gestagénico
tejido se haga receptivo a la implantación embrionaria y (G). El moco estrogénico predomina en el período periovu-
también para que desarrolle la maquinaria necesaria para latorio del ciclo menstrual y es transparente y filante. Éste
la menstruación si no llega un embrión al útero. Dichos se divide en varios subgrupos (Odeblad, 1994), los cuales
cambios están asociados a una reformulación de la expre- poseen distintas funciones y también se diferencian en la
sión génica en los distintos fenotipos celulares de este com- receptividad a los espermatozoides. Los subtipos de moco
plejo tejido (Aghajanova y cois., 2008). estrogénicos son:

Respuesta de la mucosa cervical a los asteroides Moco tipo ES, Su función es transportar a los esper-
sexuales durante el ciclo menstrual. El cuello uterino matozoides desde su lugar de depósito hasta las criptas
esíá revestida de un epitelio compuesto en el 95% por cé- secretoras de moco tipo S localizadas en el cérvix. Este
lulas secretoras y el 5% de células ciliadas. Los cilios baten moco es muy fluido y los espermatozoides pueden migrar
hacia la vagina y una de sus funciones es crear una co- rápidamente a través de él, alcanzando las criptas secre-
rriente mucociliar que expulse células y partículas hacia la toras de moco tipo S en un período de 3 a 10 minutos
vagina. El epitelio cervical posee receptores para estradiol (Odeblad, 1994). El patrón de cristalización del moco tipo
y progesterona (Muldoon, 1980), por lo que se acepta que S se dispone en forma de finas líneas paralelas. Este moco
el cuello del útero es un "órgano blanco" para estas hormo- es secretado en respuesta a niveles altos de estrógeno (FI-
nas y, de acuerdo con este concepto, la secreción cervical GURA 3 -11A).
varía en calidad y en cantidad en respuesta a los cambios
hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual.

62
$&*
s

FIGURA 3-11. Fotografías de los subtipos de moco cervical estrogénico (E) tomadas con microscopía de luz. A: Moco
tipo ES: muestra la cristalización en forma de líneas rectas. B: Moco tipo EL: muestra la cristalización en forma de hojas
de heléchos. C: Moco tipo EP (Variantes Pa): muestra la cristalización en forma de finos cristales semejantes a plumas.
D: Moco tipo EP (Variante P6): muestra la cristalización en forma de finos cristales hexagonales estrellados (fotografías:
cortesía Dr. E. Odeblad).

Moco tipo EL. Posee una viscosidad media y los esper- (variante EP6) (FIGURA 3-11 C Y D). Un tipo de moco
matozoides se desplazan en él más lentamente. El moco predomina sobre el otro durante los diferentes períodos del
EL actuaría como un filtro atrapando a los espermatozoides ciclo menstrual, pero siempre se presentan varios tipos de
mal formados (Odeblad, 1968; Odeblad, 1972; Odeblad, moco a la vez. Es notable que una de las principales di-
1985). El moco EL posee un patrón de cristalización muy ferencias de composición de los mocos ES, EL y G es su
característico en forma de hojas de helécho. Este tipo de porcentaje de agua, siendo del 98% para el ES, del 95%
moco comienza a secretarse en respuesta al alza inicial de para el EL y del 90% para el G (Odeblad, 1968).
estrógenos durante la selección folicular (FIGURA 3-1 IB).
De acuerdo con lo propuesto por Odeblad, sería específi-
camente a través del moco ES y EP6 que los espermatozoi-
Moco tipo EP. Este tipo de moco es semejante al moco
des migran hacia las criptas cervicales donde pueden ser
EL, ya que posee un patrón de cristalización similar al de
almacenados (Hafez, 1976), o bien directamente hacia la
hojas de helécho, pero en forma de finos cristales hexa-
cavidad uterina (Odeblad, 1968).
gonales. Su máxima cantidad se presenta en el día pico
estrogénico o día de máxima sensación de lubricación de Al observar el moco estrogénico en un microscopio elec-
la mujer a nivel vulvar. El moco EP posee dos subtipos, trónico de barrido se observa la presencia de canales de
uno con cierta actividad mucolítica (variante EPa) y otro 30 ji/m de diámetro (Elstein & Daunter, 1976), a través de
con capacidad de conducir a los espermatozoides desde las los cuales pueden migrar fácilmente los espermatozoides,
criptas secretoras de moco tipo S hacia el interior del útero cuyas cabezas tienen un diámetro de 5 jum. Otros estu-

63
OBSTETRICIA

dios de microscopía electrónica de barrido han demostrado niveles plasmáticos de estradiol alcanzan valores promedio
una disposición lineal de las fibras del moco estrogénico de 107 pg/mL y el folículo un diámetro de 8 a 10 mm
a través de las cuales pueden migrar los espermatozoides (aproximadamente 6 a 7 días antes de la ovulación), la se-
(Barros v cois., 1985) (FIGURA 3-12). creción de moco cervical comienza a aumentar hasta alcan-
zar valores de 500 mg/día en el período periovulatorio y es
La cantidad de moco cervical secretada durante el ciclo
percibida por la mujer (Vigil & Valdez, 1989). Después de
menstrual varía de acuerdo con los cambios hormonales
la ovulación aumenta la progesterona, y los niveles de es-
(FIGURA 3-13). Durante el desarrollo folicular, cuando los
tradiol fluctúan entre 130 y 200 pg/mL (Punnonen y cois.,
1975), la cantidad de moco secretado por las células del
canal cervical disminuye a 50 mg/día (McCoshen, 1987) y
el moco se torna opaco y poco filante a pesar de los altos ni-
veles de estradiol (Brown, 1977). Esto se debe a la acción
antiestrogénica de la progesterona (Sitruk-Ware, 1987).
Además, en el cuello del útero, la progesterona induce
la liberación de catepsinas desde los leucocitos y aumenta
la acción de la sialiltransferasa (Jordán & Singer, 1976), lo
que favorece la formación de una densa red entre las molé-
culas de mucina que componen el moco cervical. El moco
cervical secretado durante la fase lútea (según Odeblad,
moco progestativo o tipo G) pierde su forma característica
de cristalizar y presenta un diámetro canalicular de 3 a 5
/uní que lo hace impenetrable por los espermatozoides (Els-
tein & Daunter, 1976).
Por lo expuesto comprobamos que el moco cervical
cumple una serie de importantes funciones biológicas. La
FIGURA 3-12. Microfotografía de moco cervical estro- principal es la del transporte espermático. Ésta es la prime-
génico tomada con microscopio electrónico de barrido. ra barrera que deben atravesar los espermatozoides en su
Se aprecia la disposición lineal de fibras de este tipo de recorrido hacia el sitio de la fecundación y es una barrera
moco (30.000x). selectiva, ya que permite el paso preferencial de algunos

cm
15 -i

5 -

0J
Füancia

Cristalización Heléchos Heléchos Heléchos


Viscosidad Alta Moderada Baja Baja Alta
Cantidad +
Leucocitos
Penetrabilidad
espermática
Días -4 +2 +4

FIGURA 3-13. Variaciones del moco cervical en relación con el día de la ovulación.

64
espermatozoides a través de ella y sólo durante 6 a 7 días ciones de los esferoides ováricos en forma similar al col-
en el ciclo menstrual. pocitograma, siendo la obtención de la muestra bastante
más sencilla que para el colpocitograma. El urocitograma
Existen dos tipos de transporte espermático a través del
o el colpocitograma pueden utilizarse como un parámetro
canal cervical (Hafez, 1976). El transporte rápido mediante
complementario en un estudio del ciclo menstrual y en el
el cual en pocos minutos, aproximadamente 10, se pueden
diagnóstico de ovulación (Duarte & Pérez, 1984).
encontrar espermatozoides en las trompas de Falopio y el
transporte lento que permite a los espermatozoides ingresar
Cambios en la glándula mamaria durante el ciclo
a las criptas del canal cervical y sobrevivir en éstas por va-
menstrual. Las modificaciones que experimenta la glán-
rios días (Overstreet, 1983). Esta función de reservorio de
dula mamaria durante el ciclo menstrual han sido motivo
espermatozoides que cumple el cérvix es importante para
de controversia. Algunos estudios (Ramakrishnan y cois.,
definir el período de fertilidad de la pareja humana, ya que
2002) cuidadosamente controlados, han proporcionado
la sobrevida espermática es distinta en los diferentes sitios
evidencias de cambios de naturaleza más bien sutiles en
del tracto genital femenino: 2 a 12 horas en la vagina; 2 a
los lobulillos mamarios en las diferentes fases del ciclo. No
2,5 días en la cavidad endometrial y oviducto, y 2 a 8 días
todos los lobulillos exhiben el mismo aspecto, pero los que
en el canal cervical.
se desvían del aspecto dominante, generalmente exhiben
Estos datos nos permiten deducir que, para definir el caracteres de las fases contiguas. Esta falta de sincronía
período fértil de una pareja, es muy importante considerar es reminiscente de la que se observa durante la lactancia.
la sobrevida espermática en el cérvix. Los espermatozoi-
Durante la fase proliferativa precoz, los acinos están
des morfológicamente normales que sobreviven en el moco
tapizados por dos o tres capas de células. Los lúmenes
cervical conservan su acrosoma intacto y probablemente
son pequeños y no contienen secreción; las mitosis son
su potencial de fecundar al ovocito (Barros y cois., 1984;
claramente identificables. El estroma es celular y contiene
Barros y cois., 1985).
un número moderado de leucocitos. En la fase proliferativa
tardía se distinguen claramente dos capas de células, el
Epitelio vaginal. El epitelio que recubre la vagina, plano
lumen está bien definido con un contenido mínimo de se-
pluriestratificado no cornificado, es especialmente sensible a
creción. El estroma intralobulillar es laxo. En la fase secre-
la acción de los esferoides ováricos (estrógenos y progestero-
tora o lútea tardía las células epiteliales exhiben secreción
na). Los estrógenos determinan su crecimiento (proliferación
apocrina verdadera con desprendimiento de fragmentos del
celular, aumento del número de capas celulares, aumento
citoplasma apical en el lumen. El estroma es francamente
del grosor) y maduración (diferenciación celular, aumento
edematoso. En la fase menstrual el lumen está a menudo
del glicógeno intracelular). La progesterona produce dismi-
dilatado con secreción granular y el citoplasma celular es
nución del contenido ¡ntracelular de glicógeno y aumento de
escaso, sugiriendo que la secreción activa ha disminuido.
la descamación de células de la capa intermedia.
El estroma es compacto y contiene células mononucleares.
Las células del epitelio vaginal se desprenden perma-
nentemente y pueden ser evaluadas por medio del frotis
citológico de la pared vaginal (colpocitograma). El análisis
Diagnóstico clínico de la ovulación
del colpocitograma es un excelente parámetro para valorar en la mujer
la acción de los esferoides ováricos sobre el epitelio vaginal,
En la práctica clínica se presenta una serie de situaciones
evaluando la proporción de células superficiales, interme-
en las cuales es necesario predecir o diagnosticar la ovu-
dias y parabasales.
lación en la mujer. Si bien es cierto que el embarazo o la
Los estrógenos producen un significativo aumento de recuperación de un ovocito desde el tracto genital femenino
las células superficiales y determinan un colpocitograma constituye la única evidencia directa de ovulación, el cono-
muy limpio, con células preferentemente separadas. La cimiento acabado de los fenómenos que ocurren durante el
progesterona produce un aumento significativo de células ciclo menstrual ha permitido desarrollar métodos indirectos
intermedias, que tienden a disponerse en grupos celulares para el diagnóstico clínico de la ovulación (FIGURA 3-14).
y la ausencia de esferoides ováricos se acompaña de des- Los métodos comúnmente utilizados son:
camación importante de células parabasales.
Monitoreo ecográfico. El monitoreo ecográfico diario
El estudio seriado del colpocitograma durante el ciclo
del desarrollo folicular es una técnica ampliamente utiliza-
menstrual (todos los días o día por medio) es un parámetro
da en el diagnóstico de ovulación. El crecimiento folicular
muy útil, barato y sencillo de realizar, para diagnosticar las
es un proceso lineal que generalmente va desde un tamaño
diferentes etapas del ciclo: fase folicular, período periovula-
folicular de 10 a 14 mm en el día -4 respecto del pico de
torio, fase lútea y período de transición luteofolicular.
LH, hasta que el folículo alcanza un diámetro máximo pre-
El urocitograma (estudio del frotis preparado con células ovulatorio de 20 a 25 mm-. Ecográficamente el folículo se
provenientes del sedimento urinario) responde a las varia- observa como una estructura redondeada, econegativa. La

65
OBSTETRICIA

Ecografía

Evaluación Progesterona
del moco cervical plasmática

36,7

36,6

1 36'5
-Q
2 36,4

§ 36,3
a*
I 36,2
H

36,1

36,0

10 15 20 25 30
Día del ciclo

FIGURA 3-14. Parámetros clínicos comúnmente utilizados para el diagnóstico de ovulación.

ruptura del folículo se diagnostica ecográficamente por la de la selección folicular y, por lo tanto, es un parámetro
desaparición de la imagen folicular o por una disminución utilizado en el diagnóstico del período fértil. Además, la
brusca en el diámetro folicular. Se considera que la mujer evaluación del moco cervical permite efectuar un diagnós-
ha ovulado al diagnosticar la ruptura folicular. Ocasional- tico aproximado del día de la ovulación, ya que el 40% de
mente se observa, horas antes de la ovulación, en el inte- las mujeres ovula durante el último día en que se constata
rior de folículos de 18 o más mm de diámetro, la presencia la presencia de moco estrogénico. Se ha demostrado que
de pequeñas zonas ecogénicas de 3 a 5 mm. Estas zonas el último día de secreción de moco cervical estrogénico se
pueden corresponder al cúmulo oóforo (Kerin, 1982). Des- relaciona con el día de la ovulación (con un ± de tres días
pués de la ruptura folicular persiste en el ovario la imagen en el 95% de las mujeres) (Hilgers y cois., 1984). En la
del cuerpo lúteo, que se observa como una estructura de práctica clínica se considera que ha ocurrido la ovulación
bordes irregulares con áreas ecogénicas en su interior. al constatar el viraje del moco cervical estrogénico (filante,
transparente y que cristaliza en forma de hojas de helécho)
La incorporación de la tecnología Doppler ha per-
a gestagénico (opaco, viscoso y de cristalización irregular).
mitido el estudio de los cambios termodinámicos que
Para hacer el diagnóstico de ovulación basándose en los
ocurren durante el desarrollo folicular (Tan y cois., 1996).
cambios del moco cervical, es importante la observación
El folículo preovulatorio se identifica por tener un alto índice
seriada (todos los días o día por medio) del moco cervical
de resistencia, la cual baja bruscamente el día de la ruptura
y la constatación de moco estrogénico sucedido por moco
folicular. Los cambios hemodinámicos se asocian a la se-
gestagénico.
creción de estradiol y progesterona.

Evaluación del moco cervical. La secreción de moco Detección del pico de LH, El pico de LH es el pa-
cervical depende de la actividad ovárica, siendo máxima en rámetro hormonal que más exactamente se relaciona con
el período periovulatorio debido a los altos niveles de estró- la ovulación. La determinación del pico de LH permite pre-
genos producidos por el ovario (FIGURAS 3-11 A 3-13). decir la ovulación al menos con 14 horas de anticipación
Se ha demostrado que la secreción de moco cervical de tipo (Singh y cois., 1984). En el diagnóstico clínico de la ovula-
estrogénico comienza en promedio seis a siete días antes ción se considera que la mujer está presentando su pico de
de la ovulación, cuando los valores de estradiol en plasma LH al obtener valores de LH en plasma u orina superiores a
son superiores a 100 pg/mL (Vigil & Valdez, 1989; Vigil y 25 mUI/mL Existen productos comerciales que mediante
cois., 2006). La evaluación del moco cervical efectuada reacciones inmunoenzimáticas viran su color ante la pre-
por la mujer o por personal especializado permite predecir sencia de niveles de LH superiores a 25 ó 50 mUI/mL en
el período preovulatorio aproximadamente desde el inicio plasma u orina. Las características del pico de LH hacen

66
Capítulo 3 Ciclo menstrual

que con una medición diaria de LH en orina matinal se Colpo y urocitograma. Descritos recientemente en
pueda diagnosticar este pico en el 90% de las mujeres este capítulo, estos procedimientos practicados en forma
(Vigilycols., 1992). seriada también permiten el diagnóstico retrospectivo de la
ovulación (Duarte & Pérez, 1984).
Determinación de niveles de progesterona. Un va-
lor de progesterona plasmática superior o igual a 4 ng/mL
refleja una fase lútea en evolución y por lo tanto se consi-
Bibliografía
dera índice de ovulación. Una medición única de progeste- Aedo AR, Landgren BM, Cekan Z, Diczfalusy E. Studies on the pattern
rona plasmática bien programada permite diagnosticar que of circulating steroids ¡n the normal menstrual cycle. 2. Levéis
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ratura ocurre por lo general dos días después del pico de
53:665-67.
LH, cuando los niveles de progesterona plasmáticos han
Bilezikjian LM, BlountAL, Donaldson CJ, Vale WW. Pituitary actions
alcanzado valores superiores a 4 ng/mL (Moghissi y cois.,
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gesterona determina un aumento en la liberación de no- system ¡n women: Variations at different ages. Acta Anat (Basel)
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sistema nervioso central. El ascenso de la temperatura nor- Brown JB. Timlng of ovulatlon. Med J Aust 1977; 2:780-83.
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glándulas endometriales indica que la ovulación ya ha teni- Saunders, 1986.
do lugar en ese ciclo. Este estudio permite también estable- Chabab A, Hedon B, Arnal F ef al. Folllcular steroids ¡n relation to
cer una correlación entre el período del ciclo y las caracte- oocyte development and human ovarían stimulation protocols.
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La biopsia de endometrio es un procedimiento muy sen- rone ¡n ovulatory and anovulatory cycles. Am J Obstet Gynecol
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OBSTETRICIA

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69
Gametogenesis

E. Bustos-Obregón R. Moreno | M.E. Ortiz H.B. Croxatto

La formación de los gametos (gametogénesis) es un pro- Ovogénesis


ceso de vital importancia por el papel que cumplen estas
células en la reproducción como puente celular entre pro- El término ovogénesis comprende la transformación de una
genitores y descendientes. Estrictamente no es un proceso célula germinal primordial en un ovocito maduro, la inte-
sino dos: la ovogénesis y la espermatogénesis, que difieren racción con las células somáticas esenciales y la evolución
considerablemente entre sí en su cronología y morfología. de la población de células de la línea germinal a lo largo de
Sólo tienen en común el objetivo de formar células con la vida de la mujer.
un genoma haploide, lo que sólo se alcanza cabalmente
La mayor parte de la ovogénesis ocurre en el ovario y
en ei espermatozoide -con capacidad de unirse al gameto
está íntimamente ligada a la foliculogénesis; sólo su inicio
heterólogo-. Ambos procesos tienen una fase embrionario-
y término son extragonadales. La ovogénesis comienza du-
fetal, en la cual las células germinales primordiales se es-
rante el desarrollo embrionario temprano con la formación
tablecen en la gónada, adoptando una relación íntima con
de células germinales primordiales (CGP), a partir de un
las células somáticas; y otra fase pospuberal, en la cual
pequeño número de células ubicadas en un sitio extragona-
se produce su maduración final. Mientras la maduración
dal, y termina años más tarde en la mujer sexualmente ma-
de las células germinales masculinas ocurre en el adulto a
dura, con la activación del ovocito después de ser ovulado.
partir de una población de células troncales con capacidad
Muy al comienzo del proceso, las CGP migran al lugar de
mitótica indefinida, en la mujer todas las células germina-
la presunta gónada y se transforman en ovogonias que pro-
les entran en la profase meiótica durante la vida fetal, y por
liferan y colonizan el ovario. Las ovogonias se transforman
lo tanto, pierden su capacidad mitótica muy temprano en
en ovocitos al entrar en meiosis. La meiosis se detiene en
el desarrollo.
el diploteno de la primera división, estado que caracteriza a
La función del espermatozoide maduro es llegar hasta los ovocitos primarios. Éstos son rodeados individualmente
el ovocito, penetrar sus cubiertas y transferirle su genoma por células somáticas, formando folículos primordiales en
haploide, para lo cual está dotado de una organización los cuales los ovocitos pueden permanecer en dictioteno
estructural y metabólica específica. El ovocito maduro, en por años, hasta que después de haber completado su cre-
cambio, está capacitado para ser fecundado, completar la cimiento son reactivados por el estímulo ovulatorio si se
meiosis, preparar la cromatina haploide masculina y fe- encuentran en un folículo de Graaf. Dicha reactivación lo
menina para la singamia y finalmente iniciar el desarrollo. convierte en ovocito secundario por extrusión del primer
Como la ovogénesis y la espermatogénesis difieren sustan- corpúsculo polar y la ovogénesis nuevamente se detiene;
cialmente, se las tratará independientemente. esta vez por horas, en la metafase de la segunda división
meiótica. La fecundación o el envejecimiento postovulato-
Tanto la ovogénesis como la foliculogénesis han sido ob- rio lo reactivan nuevamente para completar la segunda di-
jeto de revisiones recientes en diversos aspectos (Makabe visión (FIGURA 4-1). Sin embargo, la inmensa mayoría de
y cois., 1991; Wassarman & Albertini, 1994; Byskov &
los ovocitos primarios degenera en las etapas más tempra-
Hoyer, 1994; Grudzinskas & Yovich, 1995; Wassarman, nas de la foliculogénesis. La culminación de la ovogénesis
1996; De Felíci y cois., 2005; Skinner, 2005; Pepling, es la maduración del ovocito; la ovulación representa por
2006; Nilsson y cois., 2007; Pacchierotti y cois., 2007;
lo tanto un fenómeno excepcional y un privilegio biológico
Bromfield y cois., 2008; Bukovsky y cois., 2008; Martin, en términos de la combinación genética seleccionada, ya
2008; Rodrigues y cois., 2008). sea que dicha selección obedezca al azar o a un programa.

70
Capítulo 4 Gametogénesis

Células germinales primordiales

Migración y mitosis

Feto Ovogonias 2n2C

Inicio de la meiosis

Ovocito primario 2n4C 1ra detención meiótica

Foliculogénesis y crecimiento

Ovocito primario mitóticamente


2n4C
competente

Estímulo ovulatorio • Reinicio de la mitosis

Adulto
Ovocito secundario ln2C 2a" detención meiótica

Ovulación y fecundación

Cigoto 2n2C

2n2C: condición diploide.

FIGURA 4-1. Principales etapas, procesos y variaciones en el contenido cromosomico (n) y de ADN (C) durante la ovo-
génesis en la mujer.

De células germinales primordiales El desarrollo de la cresta genital comienza en la cuarta


(CGP) a ovogonias semana de vida embrionaria con la aparición de promi-
nencias longitudinales bilaterales simétricas entre el meso-
Las CGP se detectan por primera vez en la tercera se- nefros y la raíz del mesenterio dorsal. Estas prominencias
mana de vida embrionaria después de la fecundación, en luego se acortan, se redondean y hacen eminencia en la
el endoderma extraembrionario de la pared dorsal del saco cavidad celómica, formando el esbozo gonadal. En la quin-
vitelino, cerca del lugar en que se desarrolla el alantoides. ta semana el esbozo está formado por el epitelio celómico
El saco vitelino juega un papel crucial en la nutrición del que la cubre y por células mesenquimáticas y mesonéfri-
embrión y es externo a él, por lo que el origen de las CGP cas organizadas en corteza y médula. Con la llegada de
no sólo es extragonadal sino también extraembrionario. És- las CGP se produce hiperplasia de la corteza y regresión
tas son células redondas de gran tamaño (20 mm de diá- parcial de la médula. Las CGP proliferan activamente y se
metro) y citoplasma claro, que se tiñen intensamente con entremezclan con las células somáticas de la corteza, para
los colorantes para la fosfatasa alcalina. A medida que el luego diferenciarse en ovogonias (Makabe y cois., 1991).
embrión cambia de una forma discoide a tubular, parte del
endoderma del saco vitelino es incorporado al intestino pri- Las CGP masculinas y femeninas son aparentemente
mitivo por desplazamientos morfogenéticos. De este modo, idénticas. Los factores que determinan que una CGP se
las CGP son transferidas pasivamente de su sitio de origen diferencie hacia ovogonia o hacia espermatogonia han
extraembrionario al embrión. Posteriormente, continúan sido objeto de diversos estudios y se ha establecido que el
migrando por movimientos ameboides. A la cuarta semana factor determinante no es el cariotipo XX o XY de la CGP
de vida embrionaria se encuentran numerosas CGP en el misma, sino ciertas características de las células somáticas
epitelio del intestino posterior, luego pasan al mesénquima circundantes (Upadhyay & Zamboni, 1993). La falta de
subepitelial; a la quinta semana llegan al mesenterio dorsal expresión del gen SRY en las células somáticas del ovario
y a partir de la sexta comienzan a colonizar la cresta genital. es determinante para que las CGP se diferencien hacia ovo-

71
OBSTETRICIA

gonias, mientras la expresión del mismo gen en el testículo


por un corto período, al inicio de su diferenciación sexual,
determina que las CGP se diferencien hacia espermatoge-
nias (Koopman y cois., 1990). La ovogénesis y la foliculo- 6-
génesls se producen por la ausencia de la expresión del gen
SRY (MacLaren, 1991).
Para conferir totipotencialidad al futuro huevo, las CGP 3 4 -
tienen que reprogramar la expresividad de su genoma. Esto
ocurre por desmetllaclón del ADN en las CGP de ambos
sexos y expresión del gen Oct-3 antes de diferenciarse en
2 -
ovogonias (Gartlery cois., 1973; Monky cois., 1987; Ros-
ner y cois., 1990). Alrededor de la novena semana de vida
embrionaria se inicia la formación de cordones de células
somáticas que envuelven nidos de CGP y ovogonias. Dentro
de estos nidos las ovogonias se multiplican y van quedando
unidas por puentes citoplasmáticos. Éstas se reconocen por
poseer un gran núcleo redondo y escaso citoplasma.
CGPS migratorias
Ovogonias
De ovogonias a folículos primordiales Entrada en meiosis
Después de numerosas divisiones mitóticas que literal- Diploteno
mente terminan por llenar el ovario de ovogonias, aque-
llas que ocupan la porción más central inician la profase
meiótica y la transformación en ovocito primario. Esto co- •a
e
3
mienza a partir de la duodécima semana de vida embrio- Xl
naria, mientras otras ovogonias más periféricas aún siguen
multiplicándose, de modo que hasta las 24 semanas de
gestación coexisten ovogonias y ovocitos (FIGURA 4-2).
Esta situación contrasta con lo que ocurre en el testículo, 4 6 8
donde las células germinales se detienen en preleptoteno y Meses de gestación
no entran en meiosis hasta la pubertad. El máximo número
de células germinales en el ovario fetal humano se alcanza FIGURA 4-2. Variaciones en la población de células ger-
al quinto mes y es de siete millones de unidades (FIGURA minales en el ovario fetal humano durante la gestación.
4-2). La figura superior muestra el número absoluto total de
Los filamentos cromosómicos se hacen visibles cuando células germinales (células germinales primordiales
las ovogonias duplican su ADN por última vez, al pasar de -CGP-, ovogonias y ovocitos). La figura inferior muestra
la interfase al leptoteno de la profase 1. Los filamentos se la cantidad relativa de ellas (Gosden, 1995).
acortan y engruesan durante el zigoteno, y luego en el pa-
quiteno los 23 pares de cromosomas paternos y maternos
se alinean formando cintas tripartitas llamadas complejos La menor fertilidad de los ovocitos de mujeres de más edad
sinaptolémicos. Varias semanas después de iniciado este no es sorprendente en vista de esta situación. No obstante,
proceso, aparecen los primeros ovocitos en diploteno (dic- se desconoce la base molecular de la menor fertilidad aso-
tioteno). Estos ovocitos ya han experimentado la recombi- ciada a mayor edad.
nación genética en los quiasmas, son más grandes, tienen
más organelos citoplasmáticos, las mitocondrias se orde- La entrada en meiosis de las ovogonias no depende de
nan en una capa alrededor del núcleo y el aparato de Golgi hormonas circulantes, ni requiere del ambiente ovánco, ya
rodea al centríolo. Los puentes citoplasmáticos que unían que ocurre en las CGP que se pierden durante su migración
a las ovogonias no están presentes en los ovocitos (Baker, hacia el ovario y que van a parar a otros órganos, tales
1963; Baker & Franchi, 1967; Makabe y cois., 1989). A como las suprarrenales. Sin embargo, células somáticas de
partir del dictioteno no habrá más desarrollo nuclear hasta ambas gónadas producen una(s) sustancia(s) inductora(s)
que el ovocito haya completado su crecimiento dentro de de la meiosis (MIS) y las del testículo fetal producen ade-
un folículo y reciba el estímulo ovulatorio. Algunas de estas más una(s) sustancia(s) que previene(n) la meiosis (MPS).
células pueden esperar cincuenta o más años suspendidas Pareciera, por lo tanto, que la agenda de desarrollo de las
en diploteno, conteniendo el mismo ADN sintetizado antes células germinales está controlada en parte por un reloj
del nacimiento durante la última fase S previa a la meiosis. interno y en parte por sustancias difusibles producidas en

72
Capítulo 4 Gametogénesis

su cercanía. La naturaleza química de MIS y MPS es aún pubertad todos los folículos que comienzan a crecer van a
desconocida. La progresión centrífuga de la meiosis dentro la atresia, antes de que se forme una cavidad folicular. A
del ovario es concordante con la idea de que las células partir de la pubertad, debido a la secreción pulsátil de go-
mesonéfricas asociadas a la refe ovarii producen el MIS nadotrofinas y a su mayor concentración sanguínea, algu-
(Byskov, 1986). nos folículos crecen hasta que se forma un antro folicular.
En el ovario humano, al comienzo de cada ciclo menstrual
A partir del quinto mes de vida intrauterina se inicia
hay aproximadamente 20 folículos antrales de menos de
una pérdida de ovocitos que reduce su número al nacer
5 mm de diámetro. Uno de éstos continuará creciendo en
a un quinto del máximo alcanzado en la vida fetal (Baker,
las próximas dos semanas hasta llegar al estado de folículo
1963) (FIGURA 4-2). La mayor parte experimenta apop-
de Graaf o folículo maduro alcanzando unos 20 mm de
tosis in situ como parte de la atresia folicular y un menor
diámetro, con 60 millones de células granulosas, 3 a 5 mL
número es expulsado del ovario hacia la cavidad celómica
de líquido folicular y un ovocito de 120 /jm de diámetro.
o peritoneal. La atresia folicular, fenómeno que ocurre con-
Los otros folículos antrales experimentan atresia. El tiempo
tinuamente durante la vida fetal y posnatal hasta la meno-
que demora un folículo primario en crecer hasta conver-
pausia, consume la mayoría de los ovocitos que se forman
tirse en folículo de Graaf es alrededor de tres meses en
en el feto. La explicación que se ha dado de este fenómeno
la mujer (Gougeon, 1986). Este folículo, pero no los de-
es que durante la profase meiótica se produce el entrecru-
más, tiene la capacidad de responder al estímulo ovulatorio
zamiento de las cromátidas y la precombinación genéti-
(aumento brusco, entre el 200% y el 800%, en la con-
ca, proceso que tiene alto riesgo de conducir a errores que
centración plasmática de hormona luteinizante y hormona
disminuyen la viabilidad de la célula y la atresia folicular
foliculoestimulante) con el llamado proceso ovulatorio que
permitiría eliminar estos ovocitos defectuosos. De hecho,
comprende, entre otros, la reanulación de la meiosis, la
la incidencia de anomalías meióticas, en ovarios humanos
mucificación, la expansión y desprendimiento del cúmulo
fetales, es diez veces mayor que en el ratón, pero esta dife-
oóforo y la ruptura y vaciamiento del folículo. Este proceso
rencia corresponde a la incidencia de zigotos aneuploides
culmina con la entrada de un ovocito secundario rodeado
en las dos especies (Burgoyne & Baker, 1984), por lo que
del cúmulo oóforo a la trompa de Falopio, donde puede
no está claro que la atresia elimine selectivamente ovocitos
ocurrir la fecundación.
con anomalías meióticas.
El crecimiento del ovocito se relaciona con la acumula-
ción y almacenamiento de una serie de sustancias necesa-
Del pozo de folículos primordiales rias para completar la meiosis e iniciar la embriogénesis si
a los ovocitos secundarios ocurre la fecundación. A modo de ejemplo, un ovocito ma-
duro no fecundado contiene 200 veces más ARN, 1.000
Cada ovocito primario detenido en la etapa de dictioteno
veces más ribosomas y 60 veces más proteína que una
de la primera profase meiótica mide aproximadamente 50
célula somática (Wassarman, 1996). Además de crecer, el
fjm de diámetro y está rodeado por una capa de células fo-
ovocito juega un papel activo en el desarrollo folicular, con-
liculares planas, poliédricas, asentadas sobre una delicada
trolando la diferenciación de las células de la granulosa en
membrana basal. Estas células se encuentran comunica-
células murales y células del cúmulo (Eppigy cois., 1997).
das entre sí y con el ovocito por uniones en hendidura. La
viabilidad del ovocito depende de estas células y viceversa. Los mecanismos moleculares que mantienen al ovocito
Estos folículos aparecen en fetos humanos a las 22 sema- primario en dictioteno por años, así como los que lo llevan
nas de gestación y al nacimiento alcanzan entre uno y dos a reanudar la meiosis, han sido una fuente permanente de
millones en total. Éstos conforman un pozo de folículos pri- investigaciones que aún no logran desentrañar el misterio.
mordiales que se ubican en la porción más cortical del ova- Está claro que el ovocito primario adquiere la capacidad
rio, bajo la albugínea. El crecimiento del ovocito primario de reanudar la meiosis sólo después de completar su cre-
de 50 a 120 fjm de diámetro ocurre mientras permanece cimiento y que lo hace en dos etapas. Primero adquiere la
detenido en dictioteno y mientras el folículo que lo contiene capacidad de progresar hasta la metafase I y necesita aún
experimenta también un crecimiento a través de una serie más tiempo para adquirir la capacidad de progresar hasta
de cambios morfológicos definidos (consultar Capítulo 3: la metafase II. Las células foliculares, de algún modo, in-
Ciclo menstrual). Cada día, cerca de una docena o más de hiben la progresión de la meiosis en los ovocitos que han
folículos primordiales comienza a crecer. Crece el ovocito, completado su crecimiento, ya que basta con sacarlos del
se multiplican las células que lo rodean, las que adoptan folículo para que reanuden la meiosis (Pincus & Enzmann,
primero una forma redondeada o cuboide (células granu- 1935; Edwards, 1965). El estímulo ovulatorio termina
losas) y eventualmente se diferencia otra capa celular más con esta inhibición, ya sea porque suprime la producción
extensa: la teca. Luego que se inicia el crecimiento folicu- de la sustancia inhibidora, o porque suprime el acceso de
lar comienza a acumularse una sustancia amorfa proteica ella al ovocito al disminuir las uniones en hendidura entre
(zona pelúcida) entre el ovocito y las células granulosas, las células del cúmulo y entre ellas y el ovocito, o bien
que es cosecretada por ambos. Entre el nacimiento y la porque induce la producción de una sustancia que esti-

73
OBSTETRICIA

muía la meiosis y que supera la inhibición. Las evidencias Espermatogénesis


experimentales sugieren que es una combinación de es-
tos factores la que determina la reanudación de la meiosis La espermatogénesis se desarrolla en la gónada masculina
(Downs, 1990; Downs, 1995). o testículo. Los testículos son órganos pares simétricos si-
tuados dentro del escroto. Su función es producir esperma-
Es importante destacar dos características morfológi- tozoides y hormonas.
cas del ovocito primario: su gran núcleo vesicular, llamado
vesícula germinativa, y su conexión con las células de la
corona, cuyas prolongaciones citoplasmáticas atraviesan la Morfología
zona pelúcida y establecen abundantes uniones en hen-
didura con el ovocito. Estas células están interconectadas Anatomía macroscópica del testículo, vías excre-
por el mismo tipo de unión con el resto de las células del toras y glándulas anexas. Los órganos genitales mas-
cúmulo y, a través de ellas, con las células de la granulosa culinos comprenden los testículos y el epidídimo, el con-
mural. El primer signo morfológico de reanulación de la ducto deferente, las vesículas seminales y los conductos
meiosis es la desaparición de la membrana de la vesícula eyaculadores, la próstata, las glándulas bulbouretrales y el
germinativa (DMVG), la cual va seguida de desaparición pene (FIGURA 4-3). Los espermatozoides se originan en
del nucléolo, condensación de los cromosomas y forma- los testículos, se almacenan en el epidídimo y son excre-
ción del huso miótico. La progresión desde DMVG hasta la tados en el semen, que a su vez es producido por las vesí-
metafase I toma aproximadamente 10 horas. En las horas culas seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales.
que siguen, se produce la separación de los cromosomas Los espermatozoides, al dejar el epidídimo, pasan a través
homólogos, al mismo tiempo que se inicia un clivaje muy del conducto deferente y conducto eyaculador y llegan a
asimétrico, que extruye el primer polocito, dejando casi la uretra.
todo el citoplasma en el ovocito secundario recién formado.
En él, el proceso continúa hasta la metafase II, donde nue- Testículo. Es una glándula ovoide que produce esper-
vamente se detiene. matozoides y secreta hormonas esteroidales. En la vida
fetal, los testículos descienden del abdomen a través del
La DMVG se inicia casi simultáneamente con una gran canal inguinal hasta alcanzar el escroto. Los testículos se
disminución del área total de uniones en hendidura entre sitúan bajo el pene, en el interior de las bolsas escrotales,
las células foliculares y el ovocito y está precedida por una lo que determina que la temperatura sea inferior a la ab-
disminución del nivel intracelular de AMP cíclico en el ovo- dominal (FIGURA 4-3). Cada testículo está dividido por
cito. Algunos datos experimentales sugieren que el estímulo tabiques derivados de su envoltura o albugínea en aproxi-
ovulatorio disminuye la transferencia de bases purínicas, madamente 250 lobulillos (FIGURA 4-4). Cada lobulillo
tipo hipoxantina, de las células del cúmulo al ovocito; esto contiene 1 a 3 túbulos seminíferos y tejido intersticial. Los
determinaría la disminución del AMP cíclico intraovocita- túbulos seminíferos se continúan en los canalículos rectos,
rio, condición imprescindible para que se reanude la meio- convergiendo a la refe testis, que desemboca en la cabeza
sis (Eppig y cois., 1983; Downs y cois., 1986; Downs, del epidídimo mediante los canalículos eferentes (FIGURA
1990). También hay evidencia de que se produce un fac- 4-4).
tor inductor de la meiosis (Byskov y cois., 1995; Downs,
1995; Downs y cois., 1998). Epidídimo. Es un tubo derivado del conducto de Wolff
Si no es fecundado en las primeras 12 horas después de o mesonefros que mide 4 a 5 metros de longitud y que
la ovulación, el ovocito secundario está programado para se encuentra enrollado sobre sí mismo. Consta de cabeza,
autoactivarse. Si así ocurre, completa la segunda división cuerpo y cola y continúa con el conducto deferente. Su
meiótica con extrusión del segundo polocito, nuevamente función está asociada a los procesos de almacenamiento y
a través de un clivaje muy asimétrico que deja casi todo el maduración espermática (FIGURA 4-4).
citoplasma en el óvulo. Simultáneamente, el primer polo-
cito, ubicado en el espacio perivitelino, también se divide. Conducto deferente. Originalmente conocido como
Esto le ocurre al ovocito secundario humano en la trompa vas deferens (de aquí vasectomía), conecta el conducto
de Falopio, aun cuando no haya fecundación (Ortiz y cois., del epidídimo con el conducto eyaculador. Comienza en
1983). La principal diferencia con la activación inducida la cola del epidídimo como una continuación del conducto
por la fecundación, es que la autoactivación es expresión epididimario. El conducto deferente se incorpora al cordón
del envejecimiento postovulatorio que conduce a formas de espermático, donde puede ser palpado como un cordón
clivaje anómalas, con fragmentación citoplasmática y autó- firme en la parte posterior de él. Mide entre 33 y 45 cm de
lisis del huevo. La activación del desarrollo inducida por la largo. Su parte terminal o ampolla se une con el extremo
fecundación conduce a una segmentación inicial ordenada inferior de la vesícula seminal de ese lado para formar el
y simétrica. conducto eyaculador (FIGURAS 4-3 Y 4-4).

74
Capítulo 4 Gametogénesis

Conducto deferente

Uretra

Testículo

Epidídimo

Próstata

Recto

Vesícula seminal

FIGURA 4-3. Esquema del aparato reproductor masculino.

Conducto eyaculador. Forma la parte final de la vía (Jost, 1970; Boczkowski, 1973; Dalcq, 1973). La prós-
seminal, atraviesa la próstata y desemboca en la parte su- tata aumenta rápidamente de tamaño en la pubertad. Du-
perior de la uretra prostética (FIGURA 4 - 5 ) . rante la quinta década comienza a atrofiarse y a experi-
mentar hipertrofia benigna. El acceso a la próstata puede
Vesículas seminales. Son dos estructuras de forma pi- ser transvesical, retropúbico, perineal o uretral (FIGURAS
riforme ubicadas detrás de la vejiga y cuyo extremo inferior 4-3 Y 4-5).
se une con la porción seminal del conducto deferente. Se
pueden explorar por tacto rectal, al igual que la próstata. Glándulas bulbouretrales de Cowper. Las glándulas
El fluido proveniente de estas vesículas aporta el 66% del de Cowper son dos y tienen el tamaño de una arveja, están
total del fluido seminal (FIGURA 4-3). situadas a ambos lados del bulbo uretral y sus conductos
atraviesan la uretra bulbar (FIGURA 4-5). El producto de
Próstata. Es un órgano fibromuscular que rodea la ure- secreción de estas glándulas es un líquido claro, viscoso
tra masculina y contiene glándulas que contribuyen al se- y de aspecto mucoide que contiene principalmente galac-
men. La próstata normal puede ser palpada a través del tosa, ácido oxálico y galactosamina. Se vierte de manera
recto como un abultamiento elástico con un surco medial gradual a la uretra bajo estimulación erótica y sirve proba-
que termina en una depresión. La parte superior de la su- blemente como lubricante del mencionado conducto para
perficie posterior está cubierta por las vesículas seminales la eyaculación.
y la ampolla del conducto deferente. Las glándulas pros-
téticas dentro del órgano se abren en canalículos en los Glándulas uretrales o de Littré. Dispersas en número
senos prostéticos de la uretra. Las glándulas principales, y formas variables, extendiéndose por la mucosa uretral,
situadas lateral y posteriormente, son las involucradas en se encuentran estas glándulas que segregan un fluido li-
el carcinoma. La secreción de la próstata se vierte en la geramente viscoso, cuyo papel parece ser también el de
uretra prostética y constituye el 30% del fluido seminal lubricación del tracto uretral antes de la eyaculación.

75
OBSTETRICIA

Lobulillos testiculares

Conos vasculosos Conducto epididimario

Albugínea Cuerpo de Highmore

Tabiques testiculares Rete testis

*• Túbulos seminíferos Conductillos aberrantes


De la rete testis Glande
Paradídimo © del epididimo
Próstata Meato urinario
Conducto deferente Canalículos rectos
Veru montanum Uretra peneana
•M Canalículos eferentes
Conductos eyaculadores Uretra bulbar
FIGURA 4-4. Esquema de la anatomía general del testícu-
lo y vía seminal inicial. Esfínter externo (M Uretra membranosa

O Glándula de Cowper
y su orificio
Utrículo

Cuerpo cavernoso Uretra prostática

ffii Cuerpo esponjoso

FIGURA 4-5. Visión de la sección media posterior de la


vejiga, la uretra, el cuerpo esponjoso y el cuerpo caver-
noso.

76
Capítulo 4 Gametogénesis

Pene. El pene consta de una raíz y un cuerpo. La raíz Compartimento intratubular o túbulo seminífero.
o porción unida está situada en el perineo, cubierta por el Está formado por el epitelio germinal y las células de sostén
bulbo esponjoso y consta de tres masas de tejido eréctíl, o de Sertoli.
un bulbo y dos pedúnculos. El bulbo es atravesado por
la uretra y está cubierto por el bulbo esponjoso. El bulbo Epitelio germinal. Comprende:
se transforma en el cuerpo esponjoso. Los dos pedúnculos
• Las espermatogonias, que representan la etapa proli-
peneanos se unen y forman el cuerpo cavernoso. El cuerpo
ferativa y permiten la ampliación numérica de la línea
del pene es la porción libre cubierta por la piel y contiene
germinal. A las espermatogonias iniciales de la pospu-
el cuerpo esponjoso y dos cuerpos cavernosos (Jost, 1970;
bertad se les denomina de tipo A, siendo las de tipo B
Boczkowski, 1973; Dalcq, 1973; O'Rahily, 1983) (FIGU-
antecesoras de los espermatocitos primarios.
RA 4-5).
• Los espermatocitos representan la etapa de reducción
cromosómica o meiosis. Los espermatocitos primarios
Histofisiología del testículo se dividen y dan origen a espermatocitos secundarios
En el testículo (FIGURA 4-6) se reconocen tres compar- (haploides), cuyo material genético es recombinado res-
timentos morfofuncionales: el compartimento ¡ntratubular pecto de las clases párenteles (Bishop & Walton, 1960;
o túbulo seminífero, el compartimento peritubular o pared Dym & Fawcett, 1971).
tubular y el compartimento extratubular o intersticio (Bus-
tos-Obregón & Díaz, 1999).

Barrera hematotesticular

CI

MB

FIGURA 4-6. Esquema en el que se muestra, de derecha a izquierda, las estructuras anatómicas a través de las cuales
debe moverse toda sustancia llegada por vía sanguínea hasta alcanzar el epitelio seminífero. El espacio linfático re-
presenta un espacio de dilución. Las estructuras peritubulares y la membrana basal del epitelio germinal constituyen
una barrera parcial a la libre difusión, en tanto que las uniones estrechas (*) entre las células de Sertoli son el sitio
anatómico de la barrera hematotesticular. Está formada por esos tres elementos. CI: compartimento intratubular; CP:
compartimento peritubular; CE: compartimento extratubular; L: linfa; SI: sustancia intercelular; CM: célula mioide
(contráctil peritubular); F: fibroblasto; G: espermatogenia; CS: capilar sanguíneo; S: citoplasma de célula de Sertoli (las
uniones estrechas se señalan por [*]); MB: membrana basal del túbulo; EL: espacio linfático (se señalan las paredes
del vaso linfático).

77
OBSTETRICIA

• Las espermátidas derivan de los espermatocitos secun-


darios y son las células haploides que darán origen a
los espermatozoides. Se pueden distinguir dos tipos de
espermátidas: las redondas y las elongadas, que se di-
ferencian en la forma de su cabeza en relación al grado
de diferenciación de cada una de ellas (FIGURA 4-7)
(Fawcett, 1958; Dym & Fawcett, 1971).

Células de Sertoli. Se ubican en relación a la membra-


na basal del túbulo seminífero y desarrollan funciones de
sostén, de nutrición y endocrina. El papel mecánico de las : ©-MP ^
células de Sertoli es de gran importancia en la mantención , i . ; :~,.~ s> ....< U

de la estructura del epitelio seminífero y en la espermiación


o liberación fisiológica del espermatozoide testicular (Heller
&Clermont, 1964).

Compartimento peritubular o pared tubular. Cons-


ta de una membrana basal y una túnica propia. En la tú-
nica propia hay células contráctiles especializadas (células
mioides) y material intercelular secretado por ellas. La in-
tegridad morfológica y funcional del tejido peritubular está
bajo control gonadotrófico y androgénico.

Compartimento extratubular o intersticio. El com-


partimento intersticial en el hombre representa del 12% al
15% del volumen testicular total, del cual del 10% al 20%
es ocupado por células de Leydig. El resto incluye células
del tejido conjuntivo, del sistema inmune y vasos sanguí-
neos, linfáticos y nervios.
Las células de Leydig secretan la testosterona. Se descri-
ben dos tipos de ellas: inmaduras y adultas. Estas últimas
FIGURA 4-7. Espermatozoide humano. (1) Espermato-
son ricas en retículo endoplásmico liso y mitocondrias con
zoide de un frotis (microscopía óptica) H: cabeza; MP:
crestas tubulares, características de las células productoras
segmento intermedio (de la cola); PP: pieza (segmento)
de esferoides. Poseen cristales típicos (cristales de Reinke),
principal; EP: pieza (segmento) terminal. (2) Recombi-
cuya función es desconocida.
nación gráfica de la ultraestructura del espermatozoide.
Las células de Leydig se desarrollan del mesénquima a A: acrosoma; N: núcleo; NM: membrana nuclear; PL:
partir de células tipo fibroblastos del intersticio. Su prolife- lámina postacrosómica; RM: membrana nuclear redun-
ración y diferenciación es dependiente de LH. dante; CD: gota citoplasmática; CP: pieza (segmento) de
conexión; M: mltocondria; An: anulo; R: costilla de la
vaina fibrosa; Ax: axonema. (3) Sección transversal de la
Funciones del testículo porción apical de la cabeza; las secciones transversales
3 a 11 se refieren a las líneas de la sección longitudinal
Las funciones del testículo son la producción de esper- de 12. (4) Secciones distales de la cabeza. (5) Sección
matozoides o espermatogénesis y la producción de hormo-
de la región del cuello a nivel del centríolo proximal.
nas o esteroidogénesis. (6) Sección a nivel del segmento intermedio, (7) Sec-
ción del segmento intermedio cerca del anulo. (8) Sec-
Espermatogénesis. La espermatogénesis es una se- ción a través del segmento principal (engrosamientos o
rie de eventos complejos que, en su conjunto, permiten columnas). Frente a los dobletes 2 y 4 lasfibrasden-
la formación continua de espermatozoides durante toda la sas externas se engruesan. Frente a los dobletes 3 y S,
vida fértil del hombre. La espermatogénesis comienza du- desaparecen. (9) Segmento distal de la vaina fibrosa.
rante la vida embrionaria, pero se detiene poco después (10) y ( U ) Secciones del segmento terminal que mues-
de que las células germinales primordiales (CGP) coloni- tran la desaparición gradual distal del axonema. (12)
zan la cresta germinal y forman el primordio que llegará Sección longitudinal del espermatozoide (Fuente: Hols-
a ser el testículo en la vida adulta. Dependiendo de cuál tein & Roosen-Runge, 1981).
sea la característica genética del embrión, las CGP pueden

78
Capítulo 4 | Gametogénesis

formar tanto el testículo como el ovario. En un embrión XY, espermatogenia Al hasta la A5 también se ubican en la
las CGP se verán envueltas por las células somáticas que membrana basal del túbulo seminífero, y es la espermato-
componen la cresta germinal, y pronto formarán una serie genia B la que finalmente entra en el proceso de meiosis.
de estructuras llamadas cordones seminíferos. Las CGP en
La membrana basal, que es la matriz extracelular que
estado quiesciente se denominan gonocitos, y se encuen-
rodea al túbulo seminífero, parece ser muy importante en
tran al centro de los cordones seminíferos. Esta detención
la capacidad que tienen estas células de dividirse y dife-
de la espermatogénesis permite que el testículo complete
renciarse continuamente. Una prueba de esto es que las
su diferenciación sólo cuando el niño llegue a la puber-
divisiones celulares que ocurren en estas células no son al
tad. De la proliferación de los gonocitos derivan diferentes
azar, es decir, que el plano de división ocurre perpendicu-
clases de células germinales, que son las precursoras de
lar al plano de la membrana basal (Lagos-Cabré & More-
las espermatogonias presentes en el testículo pospuberal
no, 2008). Este tipo particular de división puede permitir
(Bustos-Obregón y cois., 1975; Skinner, 1993).
que una de las dos células hijas que se formen se "suelte"
Durante la pubertad, las células somáticas, que poste- de la membrana basal y de esta manera pueda continuar
riormente darán origen a las células de Sertoli, y los gono- con la diferenciación. En tanto que la célula que se queda
citos, que ahora se llaman espermatogonias, comienzan unida a la membrana basal continúa siendo una célula
una etapa de activa proliferación, estimulada principal- troncal. En esta misma línea de pensamiento se ha visto
mente por el aumento en los niveles de las hormonas fo- que un factor de crecimiento llamado Factor Nervioso De-
liculoestimulante (FSH) y testosterona. Estudios realizados rivado de Glia (GDNF) es importante para mantener la pro-
en ratas indican que alrededor de los 15 días de edad las liferación de esta población de células troncales (Brinster,
espermatogonias entran en meiosis. Posteriormente, una 2007). EL GDNF es secretado por la célula de Sertoli y su
vez completada la meiosis se formarán las espermátidas, receptarse encuentra en las espermatogonias. Es muy in-
que son las células haploides que se diferenciarán hacia teresante que un aumento desmedido en la producción de
espermatozoides. De manera concertada, en esta etapa, GNDF induzca a una sobrepoblación de espermatogonias,
las células de Sertoli dejan de dividirse y adquieren la mor- y la forma en que estas crecen se asemeja mucho a los
fología y propiedades funcionales de una célula adulta. seminomas, o tumores de células germinales (Yomogida y
Además, la diferenciación de la célula de Sertoli va acom- cois., 2003).
pañada de la formación de una serie de uniones entre ellas,
Otro factor trófico importante es el receptor c-kit, que
las cuales forman la barrera hematotesticular (Yan y cois.,
se expresa desde las espermatogonias tipo Al hasta los
2008). Esta estructura tiene por función aislar a las células
espermatocitos en paquiteno (Kierszenbaum, 2006). Este
germinales en formación (espermatocitos en meiosis y las
receptor se activa por medio de la unión con su ligando
espermátidas haploides) del ambiente somático. Todo este
(stem ce// factor, SCF), el cual es producido por las células
conjunto celular se ordena en estructuras llamadas túbulos
de Sertoli. La ausencia de SCF, o alguna mutación en c-
seminíferos, los cuales presentan una luz al interior y se
kit que impida su funcionamiento, provoca una detención
encuentran rodeados por una capa de células tipo mioi-
de la espermatogénesis y la ausencia casi total de células
des y una membrana basal. Esta disposición permite que
germinales (Bedell y cois., 2004). Las únicas células que
las células más indiferenciadas, las espermatogonias, se
quedan son las espermatogonias AO a las A8, las cuales
alojen en la periferia del túbulo, en contacto con la mem-
no expresan c-kit. Es interesante que la histología de los
brana basal. De esta manera, en la medida que ocurre la
testículos de los ratones que presentan una deficiencia en
diferenciación, las células germinales van "avanzando" ha-
c-kit se asemeje mucho a la histología de pacientes que no
cia el centro del túbulo y al final los espermatozoides son
producen espermatozoides (azoospérmicos) y que tampoco
liberados hacia el lumen del túbulo.
producen células germinales, en el llamado síndrome de
En el adulto la duración de la espermatogénesis, medida célula de Sertoli solo. Estudios en ratones han demostrado
desde las células troncales hasta la espermiación, es de que es posible trasplantar células germinales "sanas" a los
74 ± 4 días. El tiempo de tránsito del espermatozoide a lo testículos de los ratones que presentan una falla en c-kit.
largo del epidídimo se estima en 8 a 17 días. De esta manera, es posible revertir el fenotipo permitiendo
que estos ratones produzcan espermatozoides fértiles.
Espermatogonias. La producción continua de esperma-
tozoides se basa en la propiedad que tiene un grupo de Maduración meiótica de los espermatocitos. Este
células troncales del testículo (espermatogonias), las cuales proceso asegura la reducción del número de cromosomas
pueden dividirse y diferenciarse durante toda la vida fértil al seí haplolde, a la vez que garantiza la variabilidad ge-
del macho. Espermatogenia es el nombre que se da a una nética de la descendencia; esta es característica de los
serie de células que se encuentran pegadas a la membra- organismos de reproducción sexuada y fecundación cru-
na basal de los túbulos seminíferos. Las espermatogonias zada y se debe a los fenómenos de recombinación génica
más indiferenciadas se denominan As, las que al dividirse (crosslng-over) y de permutación cromosómica que tienen
generan otra serie de células, que se llaman Al - A8, las lugar durante la meiosis.

79
OBSTETRICIA

Diferenciación de las espermátídas. La espermiogé- Los factores que influyen sobre la espermatogénesis
nesis o espermiohistogénesis es el proceso por el cual una son:
espermátida haploide se transforma morfológica y funcional-
• Temperatura. Debe ser inferior a la abdominal. En los
mente en un espermatozoide. Durante este proceso podemos
casos de criptorquidia la temperatura en la cual ocurre
encontrar una serie de cambios dramáticos a nivel del núcleo
la espermatogénesis es mayor dada la locallzación ectó-
y del citoplasma. El núcleo del espermatozoide experimenta
pica del testículo.
un reordenamiento de sus proteínas y en la manera como se
ordena el ADN. En la espermátida, al igual que en las célu- • Circulación sanguínea. La circulación arterial se puede
las somáticas, el núcleo contiene el ADN que se encuentra alterar como consecuencia de una cirugía (orquidopexia
asociado a las histonas, que forman heterooctámeros que y herniorrafia) o de torsión del cordón testicular. Una
enrollan y almacenan ADN. Durante la espermatogénesis el circulación venosa alterada (varicocele) puede compro-
núcleo de la espermátida se compacta y las histonas son meter la fertilidad.
reemplazadas por un grupo de proteínas nucleares llamadas
• Factores nutricionales. Oligoelementos (magnesio y
proteínas de transición (PT). Finalmente, estas PT son nue-
zinc); vitaminas (E, A y C) y aminoácidos (arginina) son
vamente reemplazadas por un segundo grupo de proteínas
necesarios en la dieta, especialmente durante el período
llamadas protaminas, las cuales empaquetan y comprimen
prepuberal para un desarrollo normal de la espermato-
el ADN hasta que el núcleo queda con un volumen muy
génesis.
pequeño. Otro cambio importante es la formación de un fla-
gelo, y una reducción en más del 80% del volumen total de • Factores genéticos. Aplicando técnicas de genética mo-
la célula. Finalmente, durante este proceso se forma una lecular se demostró que las deleciones en las bandas 5
vesícula de secreción llamada acrosoma, la cual se encuen- y 6 del brazo largo del cromosoma Y están asociadas
tra unida al núcleo y cumple una importante función en el con esterilidad masculina. Estos hallazgos citogenéticos
proceso de fecundación (Moreno & Alvarado, 2006). indujeron a proponer un gen o un grupo de genes del
brazo largo del cromosoma Y como responsables de la
Las proteínas que forman el acrosoma comienzan a sin-
espermatogénesis. Esta región del cromosoma Y ha sido
tetizarse durante la meiosis en los espermatocitos en pa-
identificada con las siglas AZF (azoospermia factor],
quiteno, pero el organelo como tal empieza a organizase
zona que alberga el gen o genes del factor de azoosper-
una vez que se forma la espermátida. La vesícula acrosó-
mia (Tiepolo & Zuffardi, 1976).
mica se pega al núcleo y posteriormente comienza a crecer
en volumen gracias a la adición constante de membrana • Radiaciones. Agentes citostáticos, radiomiméticos y ra-
proveniente del aparato de Golgi. Posteriormente, todas las diaciones pueden producir aplasia del epitelio germinal.
proteínas que no son propias del acrosoma se degradan y
• Contaminantes ambientales. La contaminación química
el producto final es una vesícula que no tiene ninguna pro-
ambiental es un problema mundial, ya que actualmen-
teína del aparato de Golgi (Ramalho-Santos y cois., 2002).
te se usan más de 60.000 sustancias químicas. Los
Entre las enzimas proteolíticas que contiene el acrosoma
efectos sobre la salud reproductiva se conocen sólo para
destaca la acrosina, una proteasa que se expresa en gran-
algunas de ellas. La exposición accidental o laboral a
des cantidades en este organelo, y que sirve como marca-
numerosos químicos es dañina para la espermatogéne-
dor de diferenciación de las espermátidas.
sis (Carlsen y cois., 1992; Paul, 1993; Bustos-Obregon
& Díaz, 1999; Contreras y cois., 1999).
Cinética de la espermatogénesis. La división y di-
ferenciación de las células germinales siguen un patrón • Hormonas. Los estrógenos en altas dosis frenan la es-
ordenado que crea grupos celulares característicos y aso- permatogénesis. La testosterona en dosis altas produce
ciaciones celulares denominadas estadios del ciclo del epi- azoospermia, pero después de la suspensión provoca
telio seminífero, de los cuales se han descrito seis en el un fenómeno "de rebote", de modo que aumenta el
humano. La duración del ciclo es de 16 días y la de la recuento espermático y mejora la motilidad en un alto
espermatogénesis de 74 días en el hombre. porcentaje de los pacientes tratados, al menos durante
algunos meses. En condiciones normales ambas hormo-
El patrón temporal de la espermatogénesis es propio de
nas estimulan la espermatogénesis y la maduración es-
cacfa especie, como también lo es el patrón espacial, deno-
permática. La concentración normal de testosterona en
minado onda del epitelio seminífero, que en el hombre es
el plasma es 13 a 18 nmol/L (total) y 1,6 a 14,7 nmoI/L
de tipo helicoidal (Schulzey cois., 1999).
(libre). Las gonadotrofinas hipofisarias y la gonadotrofina
El proceso de espermatogénesis humano es relativa- coriónica humana (hCG) estimulan la esteroidogénesis y
mente ineficiente (3 a 7 millones de gametos por g de tes- la espermatogénesis. La gonadotrofina FSH estimula la
tículo en 24 horas, contra 10 a 24 millones en la rata). línea germinal en asociación con pequeñas cantidades
El principal momento de pérdida de células germinales es de LH. El valor normal de FSH en el varón adulto normal
durante la meiosis y en el paso a espermátida redonda. en el plasma es de 1 a 6 UI/L y el de LH de 2,3 a 9

80
Capítulo 4 | Gametogénesis

UI/L. La mayor parte de los gestágenos puede frenar la tenberg, 1970). En consecuencia, los elementos que
espermatogénesis (Glass & Nagler, 1992). la componen son el endotelio capilar, el intersticio, las
células conjuntivas y las células de Leydig, los vasos lin-
Los espermatozoides se almacenan en el epidídimo (que fáticos intersticiales, el tejido peritubular (compuesto de
es un efector androgénico) y son expulsados hacia el con- células especializadas, contráctiles o mioides y material
ducto deferente momentos antes de la eyeculación. En el intercelular), la membrana basal del epitelio y las unio-
epidídimo y en el deferente, y luego en la vesícula seminal, nes especializadas entre las células de Sertoli (FIGURA
se agrega el plasma seminal. Este contiene prostaglandi- 4-6).
nas, fructosa, fosforilcolina, ergotionina, inositol, gliceril-
El concepto de barrera hematotesticular se formuló al
fosforilcolina, sorbitol, proteínas, ácido ascórbico y flavinas
observar que algunas sustancias inyectadas por vía san-
(color amarillo). La próstata aporta nuevos elementos al
guínea son excluidas de los túbulos seminíferos; que el
plasma seminal, tales como ácido cítrico, fosfatasas acidas,
fluido testicular tiene una composición química diferente
flbrinolisina, fosfolípidos, zinc, magnesio, espermina (que
a la linfa y al plasma sanguíneo; y que se produce una
le da al semen su olor característico), enzima coagulante
distensión en los túbulos seminíferos cuando se bloquea
y albúmina. la vía excretora testicular.
Célula de Sertoli. Las células de Sertoli son las células Los capilares del testículo, como los de otras glándulas,
somáticas del epitelio seminífero. Se apoyan sobre la mem- son de tipo fenestrado (a diferencia de los capilares ce-
brana basal del túbulo y se extienden con sus proyecciones rebrales, en cuyo endotelio se sitúa la barrera hemato-
arborescentes hasta el lumen del túbulo. Representan del encefálica), lo que permite el pasaje relativamente libre
35% al 40% del volumen del epitelio germinal, no se di- de ciertas substancias. Los capilares linfáticos tienen un
viden en el adulto y alojan a los elementos germinales en endotelio irregularmente fenestrado y constituyen una
cavidades de su citoplasma a la vez que establecen rela- barrera poco efectiva, si bien representan un espacio de
ciones diversas con ellos. Las células de Sertoli coordinan dilución y de remoción de sustancias que por estos mo-
topográfica y funcionalmente el proceso de espermatogé- tivos no podrían llegar al túbulo.
nesis. Estas células producen y secretan una gran variedad
En algunas especies las células mioides constituyen una
de factores tales como proteínas, citoquinas, factores de
barrera parcial; pero en el hombre no es así (como lo
crecimiento, opioides, esteroides, prostaglandlnas, etc. Su
demuestran los estudios con trazadores opacos al mi-
morfología compleja se relaciona con esa multiplicidad de
croscopio electrónico) (Fawcett & Burgos, 1956).
funciones (Hess & Franca, 2005).
Otra barrera física es la membrana basal del túbulo,
Cada célula de Sertoli es una unidad funcional que se
que no ha sido aún demostrada como barrera con las
relaciona con un número definido de células germinales y
técnicas usadas, aunque en algunas especies es mul-
por ello el volumen testicular y la producción espermática
tilaminar (bovinos, ovinos y caprinos) y podría repre-
en el adulto depende del número de células de Sertoli. El
sentar una barrera física importante. La barrera está
número de células varía entre las distintas especies, pero
constituida por las uniones especializadas, intercélulas
sí se sabe que el número final de células de Sertoli deter-
de Sertoli, las que representan una barrera infranquea-
mina el número final de espermatozoides que se producen
ble para cualquier molécula, pues se trata de largas
(Cooke y cois., 2005). Es más, uno de los elementos Im-
zonas de unión estrecha, con fusión entre ambas ho-
portantes en la regulación del número de células Sertoli es
jas externas de la membrana plasmática de dos células
la hormona tiroidea, la cual promueve la diferenciación de
de Sertoli vecinas. Por congelación y criofractura la ul-
las células en proliferación. Hay tres tipos importantes de
traestructura muestra que debe ser la más impermea-
uniones celulares presentes en el epitelio seminífero: las
ble de las barreras epiteliales descritas. Su presencia
uniones oclusivas (uniones estrechas); las uniones de an-
permite delimitar dos compartimentos en el epitelio
claje (o adherentes) y las uniones a la matriz; y las uniones
seminífero; el compartimento basal, en contacto direc-
comunicantes (uniones estrechas). Estas uniones están
to con la membrana basal del túbulo, que recibe las
bien caracterizadas en las células de Sertoli. Sin embargo,
sustancias por difusión simple desde el polo sanguí-
se sabe que las células germinales se unen a la célula de
neo y corresponde a espermatogonias y espermatocitos
Sertoll desde la etapa de paquiteno hasta el espermatozoi-
primarios (compartimento de células en proliferación);
de, pero se desconoce la naturaleza de esta unión.
y el compartimento adluminal, más allá de las unio-
nes estrechas Ínter Sertoli, con las células germinales
Fundones de la célula de Sertoli:
(espermatocltos secundarios y espermátidas) alojadas
• Crear una barrera impermeable. La llamada barrera he- en las células de Sertoli, que recibe nutrientes por vía
matotesticular está compuesta portadas las estructuras del citoplasma de estas células ("células puente"). El
que se interponen entre el capilar del compartimento compartimento adluminal está formado por células en
extratubular y el epitelio seminífero (Holstein & War- diferenciación (FIGURA 4-8).

81
OBSTETRICIA

ser capaces de desarmar transitoriamente la barrera he-


matotesticular.
• Espermiación. Las células de Sertoli son indispensables
para la liberación de las espermátidas maduras hacia el
lumen del túbulo seminífero (espermiación). Este pro-
ceso involucra una cascada de eventos que incluyen:
encapsulación de la cabeza de la espermátida por parte
de extensiones de la célula de Sertoli; expulsión de la
espermátida madura; y liberación de la cabeza de la es-
permátida. La mayoría de estos procesos depende de la
arquitectura y organización del citoesqueleto de micro-
túbulos de la célula de Sertoli.
• Fagocitosis. Antes de la espermiación, las células de
Sertoli fagocitan el citoplasma residual de las espermá-
tidas. También la células de Sertoli fagocitan cualquier
pcrmatocito íispermatocí célula germinal que haya muerto durante el proceso de
espermatogénesis. En este sentido, las células de Sertoli
funcionan como macrófagos para mantener la homeos-
tasis del tejido.
• Aislamiento inmunológico de los antígenos específicos
del espermatozoide. Estos antígenos aparecen en la eta-
pa pospubertad, cuando la maduración de la barrera ya
se ha completado. Así se evita la formación de anticuer-
FIGURA 4-8. Diagrama de la localización de la barrera pos antiespermáticos (Dalcq, 1973).
hemalotesticular a nivel de las uniones estrechas inter-
células de Sertoli (en detalle en el recuadro). Nótese la Esteroidogénesis testicular. La esteroidogénesis tes-
posición de las células germinales en el citoplasma de ticular ocurre en las células de Leydig maduras y tal vez
las células de Sertoli, de modo que las espermatogonias en sus precursoras inmediatas (FIGUKA 4-9). En la bio-
y los espermatocitos iniciales ocupan el compartimiento síntesis de esferoides testiculares son válidos los mismos
basal (CB), en tanto que las células espermatogénicas principios y vías metabólicas de la esteroidogénesis de la
más avanzadas ocupan el compartimiento adluminal corteza suprarrenal (Sanford y cois., 1977).
(CA). En A se señalan uniones estrechas intercélulas
mioides y espacio intercelular libre en B. Andrógenos. Los principales andrógenos circulantes
producidos por el testículo son la dehidroepiandrosterona,
la androstenediona, la testosterona y la dihidrotestosterona,
Asistir en la translocación de las células germinales. que son compuestos de 19 átomos de carbono, derivados
Una vez que las células germinales comienzan a diferen- de la progesterona y pregnenolona hidroxiladas en posición
ciarse, avaman bacía la luz del túbulo seminífero. Este 17 alfa. La testosterona puede derivar también de la su-
movimiento o translocación es facilitado por las células prarrenal o de la transformación de la androstenediona en
de Sertoli. Este proceso está mediado por la estructura y testosterona.
arquitectura del citoesqueleto de microtúbulos que tiene La testosterona se metaboliza fundamentalmente en el
la célula de Sertoli. En este sentido, se ha descrito la hígado. Como consecuencia de esto, se producen una se-
participación de proteínas "motores celulares" como la rie de compuestos: androsterona, dehidroepiandrosterona,
dineína o miosina Vlla. Otros estudios indican que la epiandrosterona, etiocolanolona y otros, que pueden ser
translocación de espermátidas elongadas está mediada detectados en la orina como 17-cetoestero¡des. De estos
principalmente por especializaciones ectoplásmicas, compuestos, el 70% deriva de la corteza suprarrenal y el
un tipo de unión de la célula de Sertoli con las células 30% del testículo (Mowszowiz, 1984).
germinales. Durante la espermatogénesis las esperma-
togonias permanecen unidas a la membrana basal. Sin La testosterona o sus metabolitos activos producen los
embargo, una vez que entran en meiosis, los esperma- siguientes efectos periféricos en el varón:
tocitos se sueltan y deben comenzar a migrar por entre • Contribuyen al crecimiento del túbulo seminífero y a la
las células germinales. Esta migración es clave, puesto producción de espermatozoides maduros.
que además implica que las células germinales deben

82
Capítulo 4 Gametogénesis

Colesterol
22 hidroxilasa
20 alfa - 22 dehidro colesterol
20-22 desmolosa

Pregnenolona
A 5-3 beta al dehidrogenasa
A 5-4 isomerasa

20 alfa OH-Pg Progesterona

16 alfa hidroxilasa 7 alfa hidroxilasa

16 alfa OH-Pg 17 alfa OH-Pg

17-20 desmolasa

17|5HSD
Estriol Testosterona Androstenediona Epiandrosterona

Enzima; aromatizantes Enzimas aromatizantes

17(3 HSD
17 beta estradiol < — -> Estrena Androsterona

FIGURA 4-9. Diagrama de las vías metabólicas de las hormonas esteroidales.

Estimulan los caracteres sexuales secundarios: aumento Es importante recordar los cambios en la secreción y
del tamaño y pigmentación del escroto y pene, desarro- nivel de los andrógenos en las distintas etapas de la vida
llo de los pliegues del escroto, crecimiento del vello (bi- del varón. Antes de la pubertad los niveles sanguíneos son
gote, barba, vello pubiano hacia el ombligo, del tronco, muy bajos o no detectables y la relación testosterona/an-
de las extremidades, del ano, de la axila), cambio de drostenediona es de uno a uno. Al producirse la pubertad,
tono de la voz por engrasamiento de las cuerdas vocales aumentan los niveles androgénicos por efecto de la estimu-
y desarrollo de las glándulas sebáceas y de su actividad lación hipotálamo-hipofisiaria. Estos cambios son respon-
secretora. sables de la aparición de los caracteres sexuales secunda-
rios, de los efectos sobre los órganos sexuales accesorios,
Estimulan los órganos sexuales accesorios: próstata, ve-
del crecimiento somático y de parte de los cambios de la
sículas seminales y glándulas de Cowper.
conducta. Después de la pubertad la relación testosterona/
Tienen acción anabólica proteica. Retención de N+, K+, androstenediona es 10:1.
y P04. Crecimiento (en el adolescente), aumento y/o
Durante la vida adulta, los niveles androgénicos tien-
mantención de la masa muscular, mantención de la
den a mantenerse constantes para decaer en la senectud.
masa esquelética, cierre del cartílago de crecimiento de
Bastan pequeñas cantidades de andrógenos para mantener
los huesos largos.
los caracteres sexuales secundarios. Por eso, en las fallas
Estimulan la eritropoyesis, con aumento de la actividad testiculares progresivas los efectos de la falta de andróge-
de la eritropoyetina y del número de glóbulos rojos. nos pueden manifestarse muchos años después (10 ó 20),
a menos que se produzca una castración total y repentina
Producen cambios psíquicos. Aumentan la libido y po-
(Theintz & Sizonenko, 1984).
tencia sexual, determinan una actitud más agresiva.
En la vida fetal determinan el desarrollo de los órganos Estrógenos. A partir de la testosterona y de la androste-
derivados del seno urogenital. Tienen acción sobre el nediona se pueden producir pequeñas cantidades de estró-
hipotálamo, esbozo mamario y estructuras nerviosas re- genos, estradiol, estrona y estriol en el varón normal.
lacionadas con la psicosexualidad.

83
OBSTETRICIA

Control endocrino ,EN DA Histamina En dorfinas


.Otros
de la espermatogénesis .eurotránsmisores

Ambas funciones testiculares, androgénesis y esperma- Hipotála


togénesis, son reguladas por el hlpotálamo y la hipófisis a
través de mecanismos de retroalimentación negativa (FI-
GURA 4-10). La testosterona inhibe la secreción de LH
y FSH. Esta última es también regulada por la inhibina,
cuyo rol exacto se desconoce. La LH estimula la sínte-
sis de testosterona en las células de Leydig, en tanto que
el FSH controla la espermatogénesis por su acción sobre
las células de Sertoli. La concentración intratesticular de
testosterona también es importante para la espermatogé-
nesis.
La iniciación de la espermatogénesis (primer ciclo com-
pleto en la pubertad) ocurre bajo estímulo de LH y FSH.
También se puede lograr por medio de dosis muy altas de
testosterona, pero ello no es útil en la práctica clínica. No
se sabe si la FSH sola puede iniciar la espermatogénesis
en humanos. Los datos disponibles señalan que LH y/o
testosterona junto a FSH son necesarias para el desarrollo
normal cualitativo y cuantitativo de la espermatogénesis en
la pubertad.
La experimentación en voluntarios muestra que dosis
altas de testosterona suprimen la secreción de gonado- Células
germinales
trofinas y llevan a un descenso drástico del número de
espermatozoides en el eyaculado. La reanudación de la
espermatogénesis inducida por FSH recupera el recuento FIGURA 4-10. Eje hipotálamo-hipófisis-testículo. NE:
en sólo el 30%. La administración de hCG, al estimular norepinefrina; DA: dopamina; GnRH: factor liberador
la producción de testosterona, produce un efecto similar hipotalámico de gonadotrofinas: T: testosterona; E2: es-
aunque de menor magnitud sobre el recuento espermático, tradiol; LH: hormona luteinizante; FSH: hormona folicu-
el que puede recuperarse totalmente por la acción sinérgica loestimulante.
de FSH.
La espermatogénesis se puede mantener administran-
do FSH cuando se ha inhibido la producción endógena de las cuales está el ABP. La molécula de ABP es secretada
gonadotrofinas. Desde el punto de vista clínico, puede afir- al espacio intracelular, donde se liga a los andrógenos que
marse que la acción sinérgica de LH, testosterona y FSH es han difundido al parénquima testicular. El complejo ABP-
necesaria para la mantención y posiblemente la reanuda- andrógeno se pone en contacto con la membrana de las cé-
ción de la espermatogénesis. lulas germinales facilitando la transferencia de andrógenos
a un receptor citoplasmático que lo transporta al núcleo de
Función endocrina de la célula de Sertoli. La fun- la célula germinal, en la cual ocasiona respuestas especí-
ción nutritiva adquiere su máxima expresión al proveer del ficas. Así, el ABP queda disponible para repetir este ciclo
fluido adecuado para el metabolismo a las células germina- funcional (FIGURA 4-11).
les ubicadas a nivel del compartimento cercano al lumen
La concentración intratesticular de testosterona es 50 a
(o adluminal). Las células de Sertoli, además, secretan el 100 veces superior a la plasmática. Esta concentración es
fluido testicular (o intratubular). La función endocrina de la necesaria para la progresión normal de la espermatogéne-
célula de Sertoli se comprobó al demostrar que sintetizan
sis, especialmente en la etapa meiótica.
una proteína que liga andrógeno (ABP o androgen-binding-
protein) bajo la estimulación de la hormona foliculoesti- Las concentraciones plasmáticas de testosterona que se
mulante (FSH). La FSH induce aumento de la síntesis de alcanzan en el hombre, aun con la administración de dosis
AMP cíclico (AMPc). Éste, a su vez, promueve la síntesis altas (por ejemplo, 200 mg de enantato de testosterona 2
de ARNm, que se utiliza en la síntesis de proteínas, entre veces por semana) sólo logran frenar la secreción hipofisia-

84
Capítulo 4 Gametogénesis

FSH na de la hormona luteinizante (LH) y con ello disminuir la


secreción androgénica, sin que los niveles intratestlculares
sean suficientes para estimular la espermatogénesis. Se ha
calculado que se deberían inyectar 400 a 600 mg dia-
rios para lograr este objetivo, lo cual no resulta práctico en
Andrógeno clínica. Por ello, los tratamientos usuales con testosterona
constituyen un freno para la espermatogénesis y llevan a la
azoospermia.
En el individuo prepuberal, la testosterona y la FSH es-
timulan la división de las células de Sertoli, la cual cesa
cuando se establecen las uniones estrechas ¡ntersertolianas
(y se establece además la barrera hematotesticular) junto
con iniciarse las primeras divisiones meióticas en las célu-
Andrógeno
las germinales. Las células de Sertoli crean y mantienen el
lumen tubular, al cual secretan más del 90% del fluido. La
composición química de éste es diferente al fluido extra-
vascular y crea un microambiente propicio para las células
FIGURA 4-11. Mecanismos moleculares de acción hor- germinales. Éstas dependen de la función trófica de las cé-
monal en la espermatogénesis. Acción de la FSH sobre lulas de Sertoli, que se ejerce por varios mecanismos, tales
la célula de Sertoli y papel de la testosterona en la man- como transporte selectivo, transcitosis (hierro, transferrina),
tención y/o promoción de etapas específicas de la progre- síntesis y secreción vectorial (proteína que une andrógenos-
sión de la línea espermatogénica. ABP-, inhibina, activina, activador del plasminógeno, etc.).

Testosterona f-

e
r
X PAlodS
é i
1 t
Célula
< IGF-I >•
y buu
de Sertoli -< TGF-a >•
3 1
a
•< TGF-p >. r

' 1

bFGF NGF
TGF-a TGF-P IL-I IGF-II
I 4i i
Células germinales
Espermatogenias —>• —>• —> —>• Espermatozoides

FIGURA 4-12. Representación esquemática de las principales interacciones celulares en el testículo mediadas por fac-
tores regulatorios.

85
OBSTETRICIA

Rol de la testosterona. La testosterona, un factor en- Bibliografía


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c a p í t u l o

Transporte ovillar, migración espermática,


fecundación, desarrollo preimplantacional
y nidación
H.B. Croxatto I M.E. Ortiz I R Morales

Transporte ovular embriones entran al útero, pero no se ha establecido aún si


lo hacen al mismo tiempo o no (Croxatto, 1996).
En este capítulo se utilizan los términos huevo y óvulo con
un sentido genérico que abarca todas las formas del game- Cuando se fecunda el ovocito, habitualmente en el seg-
to femenino, antes, durante y después de la fecundación, mento ampular del oviducto, el cigoto resultante se desa-
incluyendo el embrión en desarrollo. Cuando sea pertinente rrolla hasta el estado de mórula en el oviducto y después de
especificar si está fecundado, se indicará así explícitamente entrar al útero, continúa su desarrollo y permanece libre en
o se utilizaran términos más precisos, tales como cigoto y el lumen hasta que se inicia la nidación. En algunas espe-
embrión para los fecundados y ovocitos para los no fecun- cies la nidación está precedida por un período de diapausia
embrionaria en la cual se suspende el desarrollo embrio-
dados.
nario por días o meses hasta que el organismo materno
El ovocito es la única entidad biológica de una sola cé- produce ciertas señales que gatillan la nidación (Lopes y
lula a partir de la cual se generan nuevos individuos en cois., 2004). En la mujer no hay evidencia de que ocurra
circunstancias naturales. En los mamíferos, los ovocitos tie- diapausia embrionaria.
nen que ser transferidos desde su sitio de almacenamiento
a ambientes adecuados para su fecundación y desarrollo El oviducto, llamado trompa de Falopio en la mujer,
hasta un estado fetal viable. En cada ciclo ovárico se pro- cumple varias funciones relacionadas entre sí. Capta el
duce un episodio ovulatorio en el cual uno o más ovocitos ovocito liberado por el folículo al completarse el proceso
son liberados. El transporte ovular es el paso del ovocito o ovulatorio, controla el ascenso de los espermatozoides al
embrión desde la superficie del ovario hasta el sitio donde sitio de la fecundación, provee el espacio y medio ambiente
se anida en el útero. Comprende la captación del complejo biológico donde ocurre la fecundación, contribuye a quitar
cúmulo-ovocito por la fimbria, su transporte por el oviducto o agregar cubiertas ovulares y nutre al huevo a medida
y dentro del útero hasta que el embrión se adhiere al sitio que lo transporta, y finalmente transfiere el embrión a la
de nidación. Cuando el transporte de los embriones termi- cavidad endometrial en un estado de desarrollo y en un
na antes o más allá del sitio de implantación, constituye momento adecuado para que continúe su programa.
una anormalidad. La mecánica del transporte oviductal comprende el
El destino de los ovocitos no fecundados es variable y batido ciliar continuo hacia el útero, las contracciones
depende de la especie. En algunas entran al útero y en intermitentes del miosálpinx que crean gradientes de pre-
otras quedan retenidos en el oviducto. En algunas se de- sión transientes que desplazan el contenido luminal, con-
sintegran dentro del tracto genital y en otras son expulsados tracciones tónicas que cierran temporalmente el lumen en
de él (Croxatto, 2002). las junturas entre los segmentos, cambios en las propieda-
des reológicas de la secreción oviductal, y finalmente cam-
En ciertas especies en que ovocitos y embriones en- bios vasculares y en la dinámica de fluidos que afectan la
tran al útero lo hacen al mismo tiempo; en otras no. En el elasticidad de los tejidos. La interacción entre estos factores
hámster, los embriones entran al útero aproximadamente determina la velocidad y patrón del transporte oviductal.
un día antes que los ovocitos, mientras que en la rata es al
revés (Forcelledo y cois., 1981, Ortiz y cois., 1991). En el El transporte ovular está sujeto a regulación fisiológica,
caso de la mujer se sabe que tanto los ovocitos como los ya que no sigue un curso temporal fijo, sino que cambia

89
OBSTETRICIA

dependiendo de la condición fisiológica externa al tracto


genital o de acuerdo a la condición del huevo que está
siendo transportado.
Los términos regulación endocrina y regulación embrio-
naria aluden a la fuente de las señales que actúan sobre las
células oviductales o uterinas, para controlar la velocidad y
dirección en que se mueve el huevo o el momento en que
pasa de un segmento a otro.
Las siguientes secciones describen la estructura del ovi-
ducto, el patrón y curso temporal del transporte ovular, la fi-
siología de las células involucradas en la mecánica y cómo
el proceso es controlado por las hormonas del ovario y por
el embrión mismo.

La trompa de Falopio
Desde la descripción de este órgano hecha por Gabriele
Fallopius en 1561, el conocimiento de su estructura y fun-
ción ha progresado mucho menos que la de los órganos
vitales o la de otros órganos reproductivos, que son más
accesibles por procedimientos menos invasivos.
Este órgano tubular se abre a la cavidad peritoneal en su
extremo distal y a la cavidad uterina por su extremo proxi-
mal. La porción extrauterina mide 6 a 15 cm y es relativa-
mente recta en comparación con otras especies. Los cuatro FIGURA 5-1. Silueta del lumen del segmento ampular de
segmentos que lo constituyen desde el extremo distal al la trompa de Falopio. La complejidad de los pliegues de
proximal son la fimbria e infundíbulo, la ampolla o seg- la mucosa que llenan el lumen deja un espacio casi vir-
mento ampular, el istmo o segmento ístmico y el segmento tual semejante a un laberinto. En él se encuentran (¿a
intramural. Se distinguen dos transiciones de un segmento
veces?) el espermatozoide fecundante con el oocito.
al siguiente, que se designan unión istmoampular (UIA) y
unión ¡stmouterina (UIU).
tinguiéndose una capa longitudinal interna muy fina que
La pared del oviducto consta de una capa externa de
corre al fondo de los pliegues, otra intermedia circular y
tejido conectivo, la túnica serosa, una capa media muscu-
gruesa y una externa helicoidal. En la mujer este ordena-
lar, el miosálpinxy una interna mucosa, el endosálpinx. La
miento es menos nítido debido a que hay mucho entrela-
mucosa está tapizada por un epitelio columnar monoestra-
zamiento en todas las direcciones de las fibras musculares
tificado que contiene células ciliadas y células secretoras
lisas. El lumen del segmento intramural es más estrecho y
cuyas características responden a las fluctuaciones hormo-
está rodeado no sólo por el miosálpinx, sino también por la
nales del ciclo menstrual (Fredericks, 1986).
musculatura del útero y es el punto de mayor resistencia al
La fimbria y el infundíbulo son una expansión de la paso de fluidos.
membrana mucosa que adopta diversas formas según la
La irrigación del oviducto proviene tanto de las arte-
especie (en el caso de la mujer es similar a una flor). La
rias uterinas como de la ovárica. En algunas especies la
fimbria tiene la mayor densidad de células ciliadas y la
aposición muy íntima entre arterias y venas en el pedículo
capa muscular más delgada. Los cilios baten hacia la en-
ovárico permite la transferencia de hormonas de la vena a
trada del lumen. El segmento ampular es el más largo en
la arteria por difusión contracorriente, lo que hace posible
la mujer pero el más corto en otras especies. Se caracteriza
que opere un sistema local de señales entre ovario y ovi-
por la gran complejidad de los pliegues de la mucosa, que
ducto (Hunter, 1988). No está claro que esta disposición
llenan el lumen dejando sólo un espacio virtual semejante
anatómica esté presente o tenga importancia funcional en
a un laberinto (FIGURA 5-1). La capa muscular que la
la mujer.
rodea es muy delgada y comienza a engrosarse en la UIA.
En el istmo la capa muscular es prominente, desaparece La inervación está dada por fibras posganglionares sim-
la complejidad de los pliegues de la mucosa y aumenta páticas cortas y largas, por fibras parasimpáticas y aferen-
la proporción de células secretoras en el epitelio. En la tes viscerales. La mayor densidad de terminales nerviosos
mayoría de las especies, el miosálpinx se estratifica, dis- se encuentra en el miosálpinx del istmo, las que son pre-

90
Capítulo 5 | Transporte ovalar, migración espermática, fecundación, desarrollo preimplantacional y iridación

dominantemente adrenérgicas y peptidérgicas (Hodgson & de ovular versus otra que no lo hizo. Esto sugiere que el
Eddy, 1975; Sjoberg & Helm, 1991). programa de transporte no es fijo, sino regulable.

El transporte a lo largo del segmento ampular toma mi-


Curso temporal del transporte ovular nutos, mientras que el transporte a lo largo del istmo dura
horas o días. Cuando el huevo llega a la UIA su avance se
La duración total del transporte ovular desde la ovula- detiene por horas o días. En la mujer el huevo permanece
ción hasta la nidación fluctúa entre 4 y 60 días en los ma- aproximadamente 70 horas en el extremo ampular de la
míferos y entre 7 y 11 días en los primates (Villalón y cois., UIA y luego atraviesa el istmo en unas 10 horas. Esto es
1998); la mujer está en el extremo más corto del rango. típico de los primates, mientras que en otros mamíferos el
Este proceso consta de las siguientes etapas: huevo pasa en el istmo el 75% de lo que dura el transporte
oviductal (Croxatto & Villalón, 1995).
Liberación del ovocito del folículo y captación por
Muy probablemente, la fecundación se inicia en el seg-
la fimbria. El tránsito del ovocito desde el folículo ovula-
mento ampular, aunque podría ocurrir también antes de
torio hasta el lumen tubario demora entre minutos y horas.
que el cúmulo llegue a la trompa, ya que en la mujer mu-
No basta la ruptura folicular, se requiere además la contrac-
chos espermatozoides llegan hasta la cavidad peritoneal.
ción del folículo y extrusión del cúmulo oóforo, el contacto
Con seguridad la fecundación y la disolución del cúmulo se
de este con la fimbria y la acción de la corriente mucociliar
completan antes de que el huevo pase al istmo.
que lo transporta al infundíbulo. En la mujer, el folículo roto
vacía su contenido a la cavidad peritoneal, a no ser que la Durante el paso por el segmento ampular, el huevo se
fimbria lo esté cubriendo. Esto último parece ser frecuente mueve hacia adelante y atrás por cortas distancias y a alta
gracias al ligamento tuboovárico, que está dotado de mus- velocidad, que excede la del movimiento neto hacia el útero
culatura lisa y permite que la fimbria se movilice sobre la (Villalón y cois., 1991). Si se suprime la actividad muscu-
superficie del ovario. lar con bloqueadores adrenérgicos, el huevo sólo se mueve
en forma continua y a baja velocidad hacia el útero debido
Cuando el cúmulo cae al peritoneo, su ubicación más
al batido ciliar. En el istmo se moviliza dentro de un bolo de
frecuente es el fondo de saco de Douglas debido a la po-
líquido que es desplazado en una u otra dirección por cam-
sición erecta de las mujeres. En esta ubicación ambas
bios en las gradientes de presión intraluminal causados por
fimbrias tienen igual probabilidad de captarlo. Se ha dis-
contracciones y relajaciones del miosálpinx que ocurren
tinguido entre captación primaria, aquella que lo toma di-
simultánea y sucesivamente en distintos puntos (Moore &
rectamente de la superficie del ovario que óvulo y que, por
Croxatto, 1988).
lo tanto, es 100% ipsilateral, de aquella que lo toma de
la cavidad peritoneal que, en teoría, puede ser 50% ipsi-
Transporte uterino. Una vez que el huevo entra al
lateral. Cuando se ha buscado el ovocito en la trompa de
útero puede ser retenido, expulsado hacia la vagina o bien,
mujeres normales en los tres primeros días después de la
en el caso de la mujer, devuelto a la trompa ipsi o contrala-
ovulación, se ha encontrado en la trompa ¡psilateral en más
teral. En la mujer, el embrión permanece tres días libre en
del 95% de las veces, lo cual indica que lo habitual en la
la cavidad uterina, durante los cuales se desarrolla hasta
mujer es la captación primaria. Sin embargo, en mujeres
el estado de blastocisto expandido. Durante la retención,
con embarazo tubario, éste se encuentra en la trompa con-
el embrión no está necesariamente inmóvil. Al contrario,
tralateral en el 27% de los casos. Esta asociación sugiere
en animales que tienen cuernos uterinos el o los huevos
que en el embarazo tubario el huevo se encuentra en posi-
son transportados a lo largo del cuerno y de un cuerno al
ción medial para ser captado por cualquiera de las trompas
otro si están comunicados. Esto es esencial para que los
en el 54% de los casos que hicieron un embarazo tubario.
embriones comuniquen su presencia a todo el endometrio
No obstante, no se puede descartar que algunos de estos
y se inhiban los mecanismos luteolíticos que se generan en
se expliquen por trasmigración uterina de una trompa a la
él. De este modo continúa la secreción de progesterona,
otra (Croxatto & Ortiz, 1989).
hormona esencial para el establecimiento y progreso del
embarazo (Dziuk, 1985).
Transporte oviductal. Esta fase se extiende hasta que
el huevo pasa a la cavidad uterina, su duración varía entre El transporte uterino también sirve para espaciar regular-
1 y 12 días en los mamíferos y no tiene relación alguna mente múltiples embriones a lo largo del cuerno uterino. En
con la longitud del oviducto. En la mujer dura 80 horas el útero simple de la mujer es improbable que el embrión
(Croxatto y cois., 1978). Para cada especie la duración experimente mucho desplazamiento, ya que habitualmente
es constante cuando se comparan individuos en la mis- se anida en la cara anterior, pero otros sitios de nidación
ma condición fisiológica, lo que indica que es un proceso menos frecuentes atestiguan que se mueve. Dado que no
programado y controlado. Por otra parte, puede diferir entre se ha descrito un mecanismo luteolítico dependiente del
dos individuos de la misma especie que están en distintas endometn'o, en la mujer no se justifica que el embrión se
condiciones. Por ejemplo, una hembra que se apareó antes desplace mayormente dentro de la cavidad uterina. En los

91
OBSTETRICIA

primates, incluido el humano, el embrión comienza a pro- la UIA y luego generar contracciones del istmo que tengan
ducir gonadotrofina coriónica en esta etapa, la cual pasa a un sesgo de propagación hacia el útero y no simplemente
la circulación materna y ejerce una acción luteotrófica. contracciones aleatorias.

Mecánica del transporte oviductal Células ciliadas. La densidad de las células ciliadas
y su altura es aumentada por los estrógenos y disminuida
Las células musculares, ciliadas y secretoras del oviduc- por las progestinas, lo cual coincide con las variaciones
to son las que generan las fuerzas que mueven, facilitan que se observan a lo largo del ciclo menstrual y de la vida
o previenen el movimiento de los huevos en su interior. A reproductiva de la mujer (Verhage & Jaffe, 1986).
continuación se describen aspectos relevantes de la fisiolo-
Se ha demostrado que la actividad ciliar del oviducto
gía de estas células.
es suficiente por sí sola para transportar, a lo menos, hue-
vos en cúmulo cuando se suprime farmacológicamente la
Células musculares lisas. El miosálpinx exhibe con-
actividad muscular (Halbert y cois., 1989). Sin embargo,
tracciones fásicas y tónicas. Las primeras son responsa-
siendo suficiente parece no ser esencial, ya que algunas
bles de los movimientos pendulares de los huevos y las
mujeres que padecen del síndrome del cilio inmóvil han
segundas de las pausas del transporte que se observan en
tenido embarazos intrauterinos. Probablemente, la activi-
la UIA y UIU. A lo largo del oviducto hay múltiples marca-
dad muscular y ciliar son funciones redundantes, siendo
pasos que inician actividad contráctil que se propaga en
cada una suficiente pero también prescindible si la otra
ambas direcciones por cortas distancias a velocidades de
está ausente.
uno o dos mm/seg. Por otra parte, los marcapasos cam-
bian de ubicación constantemente, lo cual determina que La frecuencia del batido ciliar es variable y está sujeta
el contenido luminal se desplace hacia adelante y atrás de a regulación variando en distintas etapas del ciclo. Ago-
un modo totalmente irregular y al azar (Hodgson y cois., nistas betaadrenérgicos, PGs y ATP estimulan la frecuen-
1977; Talo, 1991). No obstante, hay períodos en los que cia del batido ciliar y los esteroides sexuales modulan esta
aparece un sesgo de direccionalidad hacia el útero provo- respuesta. Un dato interesante es que el factor activador
cando un avance neto, al que probablemente contribuye de plaquetas, secretado por el embrión de varias especies
también el batido ciliar, que es continuo y siempre hacia incluyendo el humano, y la PGE2 producida por el em-
el útero. Uniones en hendidura presentes en el miosálpinx brión de equinos, estimulan la frecuencia del batido ciliar
acoplan las células, y la expresión de las conexinas que (Croxatto y cois., 1997).
las constituyen está en parte regulada por las hormonas
sexuales (Hermoso y cois., 1997). Tanto las contracciones Células secretoras. El fluido oviductal se forma por
fásicas como las tónicas son afectadas independientemen- transudación del plasma y secreción activa, variando en
te por hormonas y neurotransmisores y las fibras longitu- cantidad, composición y propiedades Teológicas según la
dinales y circulares no responden del mismo modo a una etapa del ciclo ovárico. El volumen de fluido es máximo
misma sustancia. En general, los esteroides no inducen di- durante la ovulación y mínimo en la fase lútea. Debido a
rectamente relajación o contracción, pero modifican la res- que el huevo se transporta en el istmo en un bolo de fluido,
puesta a sustancias inotrópicas, siendo estas habitualmen- las propiedades reológicas del mismo pueden ser un factor
te potenciadas por el estradiol e inhibidas por progesterona. importante en la velocidad de transporte.

En parte, estas acciones de los esteroides se deben a En la mujer se ha descrito que alrededor de la ovulación
que modifican la disponibilidad o actividad de las enzimas el lumen del istmo está ocupado por una secreción mucosa
que sintetizan a los agentes inotrópicos o la disponibilidad que lo obstruye y que luego es reemplazada por una se-
de sus receptores celulares. Aparte de la norepinefrina, la creción fluida. Se ha sugerido que este cambio es esencial
trompa contiene neuropéptido Y, péptido intestinal vasoac- para que el huevo pase del segmento ampular a la cavidad
tivo, sustancia P y prostaglandinas (PG), todos los cuales uterina (Jansen, 1984).
son muy activos sobre la musculatura lisa. No obstante, no
está claro cómo participan en la regulación del transporte
ovuíar (Harper, 1994). Regulación
Varios intentos de acelerar el transporte ovuíar en la mu- La llegada prematura del embrión al útero disminuye la
jer utilizando fármacos activos sobre la musculatura lisa, probabilidad de nidación y aumenta la probabilidad de ex-
tales como PGF2 alfa, PGE2, ritodrine y ergonovina, no pulsión del huevo hacia la vagina. Por otra parte, la reten-
lograron este efecto, aun cuando se logró activar la fre- ción del embrión en el oviducto disminuye su viabilidad y
cuencia y amplitud de las contracciones del miosálpinx en el caso de la mujer aumenta el riesgo de que se implante
(Croxatto y cois., 1979). Una posible explicación es que en la trompa. No es extraño por lo tanto, que el momento
para acelerar el transporte oviductal en la mujer es indis- en que el huevo pasa al útero esté sujeto a regulación.
pensable primero relajar la contracción tónica que cierra Hasta ahora se han investigado tres formas de regulación:

92
endocrina, neural y embrionaria, que no son iguales en no producen PAF, pero pasan al útero un día más tarde que
todas las especies. los embriones (Velásquez y cois., 1995).

El embrión preimplantacional humano también produce


Regulación endocrina, Tanto la extirpación de los
PAF y el endosálpinx humano posee receptores para PAF.
ovarios como la administración de dosis farmacológicas de
Dada esta similitud con el hámster y el hecho de que en
estrógenos o progestinas después de la ovulación produ-
ambas especies el transporte oviductal es poco sensible a
cen profundas alteraciones del transporte ovular en varias
la acción de estradiol y progesterona, es tentador pensar
especies, pero no en todas. Provocando déficit hormonales
que la regulación en la mujer podría estar dada por este
selectivos, usando anticuerpos contra estradiol o progeste-
mecanismo.
rona o bloqueadores específicos de sus receptores, se ha
demostrado que en algunos animales como la rata cum- La regulación embrionaria del transporte oviductal, y
plen un rol fisiológico en la regulación del transporte ov¡- hasta cierto punto la endocrina, hacen sospechar que la
ductal y que ambas hormonas tienen efectos opuestos. El señal extraoviductal (sea ésta PAF o estradiol) actúa sobre
estradiol acelera el transporte en la rata, mientras que la algún tipo celular del oviducto estimulando la producción
progesterona la retarda. Estos efectos no son universales, de otros agentes. Eventualmente, éstos actuarían sobre
ya que en otras especies es al revés y en algunas -como los efectores mecánicos promoviendo un cambio que se
el hámster-, sólo actúan sobre el transporte en dosis muy traduce en el paso del huevo al útero en ese momento.
altas (Croxattoycols., 1991). Los receptores de PAF en el oviducto están principalmente
ubicados en las células subepiteliales. Es preciso suponer
La administración de altas dosis de estradiol o proges-
que estas células producen en respuesta al PAF, de ori-
terona a la mujer inmediatamente después de la ovulación
gen embrionario, algún agente que actúa sobre las células
no altera la recuperación de ovocitos de la trompa dentro
ciliadas o musculares lisas o secretoras. Aunque algunas
del período en que normalmente deben estar ahí (Croxatto,
investigaciones señalan que la endotelina I y el óxido nítrico
1996), lo cual sugiere que estas hormonas no tendrían un
jugarían este papel intermediario.
papel importante en el control del transporte oviductal en el
homo sapiens, a pesar de que la trompa de Falopio posee
receptores para estas hormonas en células musculares, ci- Migración espermática
liadas y secretoras, al igual que el oviducto de la rata.
La migración espermática en la hembra es la dispersión de
Regulación nerviosa. A pesar de la profusa iner- los espermatozoides desde el sitio de inseminación hacia el
vación autonómica del oviducto, la alta sensibilidad del sitio de fecundación, con el objetivo de lograr el encuentro
miosálpinx a la estimulación nerviosa y la diversidad de con el gameto femenino en un estado viable y competente
neurotransmisores que en él se encuentran, hasta ahora para la fecundación y en cantidades que la aseguren, sin
no hay evidencia alguna de que jueguen un papel en la poner en riesgo de poliespermia (Croxatto, 1996).
regulación del transporte. La mayoría de los estudios se
El término transporte se usa preferentemente para de-
hizo en conejos y tal vez los resultados no se apliquen a
notar la dispersión de los espermatozoides, atribuida a la
otras especies. Ni la denervación del oviducto ni la admi-
actividad contráctil del tracto genital; mientras que el tér-
nistración de agonistas o antagonistas adrenérgicos altera
mino migración se refiere a aquella atribuida al movimiento
el transporte (Hodgson & Eddy, 1975). Sin embargo, no se
propio del espermatozoide. Probablemente ambos fenóme-
puede descartar por eso que disfunciones autonómicas se
nos contribuyen y no se hará distinción entre ellos en este
expresen a este nivel en la mujer y perturben el transporte
capítulo.
afectando su fertilidad.
Cerca de 300 millones de espermatozoides suspendidos
Regulación embrionaria. En varias especies (equi- en 3 a 5 mL de líquido seminal se depositan en la vagina en
nos, murciélagos, hámster, ratón) se ha visto que la du- una eyeculación. Aunque el moco cervical no se mezcla con
ración del transporte oviductal de huevos fecundados y el semen, miles de espermatozoides pasan en pocos segun-
no fecundados es distinta (Croxatto, 2002). En el caso de dos al moco. En condiciones óptimas, dentro de los prime-
la yegua se descubrió que la mórula produce cantidades ros cinco minutos pasa un número suficiente para asegurar
crecientes de PGE2 hacia el quinto día postovulatorio, la la fecundación. A los 30 minutos el canal cervical contiene
cual actuando sobre el oviducto modifica su actividad de 200 mil a 400 mil. Así ocurre cuando el moco se ha pro-
un modo tal que la mórula pasa al útero en ese momen- ducido bajo dominancia estrogénica antes de y en el día de
to. El ovocito no produce PGE2 y no pasa al útero. En el la ovulación. Cuando los niveles de estradiol son bajos o los
hámster, en cambio, los embriones en estado de ocho blas- de progesterona altos, el moco cervical es mucho menos
tómeros producen factor activador de plaquetas (PAF), el penetrable. Esta primera etapa de la migración espermá-
cual modifica la actividad del oviducto de un modo tal que tica cambia notablemente a lo largo del ciclo menstrual.
los embriones pasan al útero. Los ovocitos no fecundados El endocérvix contiene unas 100 criptas de donde fluye el

93
OBSTETRICIA

TABLA 5-1. Número de espermatozoides recuperados de la cavidad endometrial y trompas de Falopio 8 a 15 horas des-
pués del coito en el período periovulatorio en parejas fértiles

Número de espermatozoides
Estado del folículo Trompa de Falopio Cavidad endometrial
(promedio de ambas)
Preovulatorio (n = 4) 0 39
138 1.490
306 1.393
2.184 1.573
Roto
Día 1 (n = 4) 0 0
10* 2.905
95 151
4.980* ND
Día2(n=l) 33 24
Día 3 (n = 4) 0 ND
5 ND
98* 1.380
417 ND

* También se encontró el oocito en la trompa.


ND: No determinado.
n: Número de casos examinados.

moco hacia el orificio externo del cuello (20 a 700 mg/día). coito confirman que en nuestra especie también se esta-
Muchos espermatozoides llegan hasta el fondo de estas blece una gradiente muy marcada entre vagina y segmento
criptas, donde pueden permanecer viables por varios días ampular del oviducto, pero con características propias. Hay
y luego salir de ellas y migrar hacia el útero. Otros pasan una disminución del número de espermatozoides de gran
directamente a la cavidad endometrial y muchos quedan en magnitud de la vagina a la cavidad endometrial y luego,
el moco que llena el lumen central (Insler y cois., 1980). una gradiente pequeña hacia el sitio de fecundación.
El paso por el moco cervical aumenta la proporción de Otra característica común es que la migración espermá-
espermatozoides normales y también les acorta el tiempo tica ocurre en dos fases: una rápida inmediata por la cual
de capacitación (Overstreet y cois., 1991). Es mucho más los espermatozoides llegan al sitio de inseminación en po-
difícil estudiar la migración espermática más allá del cuello cos minutos después del coito y otra fase retardada, lenta
uterino en la mujer, por lo que se sabe poco y es nece- y sostenida, por la cual los espermatozoides colonizan el
sario recurrir a estudios realizados en otras especies para oviducto a lo largo de varias horas o días. La fase rápida
formarse una idea de los fenómenos que acontecen. La ocurre a una velocidad que excede con la que avanzan los
gran diversidad que hay entre las especies obliga a ser cau- espermatozoides por el movimiento de su cola y se presu-
teloso y evitar generalizaciones, así como extrapolaciones me, por lo tanto, que el tracto genital acelera el avance por
de cualquier especie a la humana. La característica más medio de contracciones que facilitan Ja dispersión (Overs-
universal es una notable reducción del número de esper- treet & Cooper, 1978a; 1978b; Kunz y cois., 2007; Zervo-
matozoides de varios órdenes de magnitud desde el sitio manolakis y cois., 2007). Cuando se liga la UIU después
de inseminación al de fecundación (Hunter, 1988). Esta de la fase rápida y antes de que comience la fase lenta, no
reducción no obedece a una gradiente continua, sino que se fecundan los ovocitos en la coneja. Pero si se espera
es muy marcada al pasar primero el cuello uterino, luego que transcurra el comienzo de la fase lenta, la fecunda-
la UIU, a lo largo del istmo y al pasar la UIA. Pareciera que ción ocurre (Adams, 1956). En la mujer se encuentran
esto es fundamental para prevenir la poliespermia. Estu- espermatozoides en la trompa dentro de 5 minutos de una
dios en los que se ha tratado de recuperar espermatozoides inseminación, por lo que se acepta que también presenta
de la trompa de Falopio en la mujer horas después de un ambas etapas (Settlage y cois., 1973).

94
Capítulo 5 | Transporte ovular, migración espermática, fecundación, desarrollo preimplantadonaly nielarían

En varias especies de mamíferos se produce una acu- de divisiones celulares, su capacidad de división está con-
mulación de espermatozoides en el istmo (Hunter, 1988). siderablemente reducida. No obstante, la célula que resulta
Lo más interesante es que hasta antes de que ocurra la de su unión tiene la máxima capacidad de multiplicación
ovulación la motilidad de estos espermatozoides está dis- posible para la especie (Hayflick, 1980). En mamíferos, la
minuida y que se pueden distinguir dos poblaciones: una unión de los gametos ocurre habitualmente en la porción
que está adherida al epitelio y otra que está libre en el más distal del tracto genital femenino, durante un período
lumen. Se ha podido demostrar que los espermatozoides comprendido entre minutos y pocas horas después de la
que fecundan a los ovocitos provienen de la primera po- ovulación.
blación (Smith & Yanagimachi, 1989; Smith & Yanagima-
La fecundación es un objetivo biológico ricamente res-
chi, 1990). Cuando ocurre la ovulación, algunos de estos
guardado por mecanismos fisiológicos de regulación que
espermatozoides se sueltan, su motilidad es hiperactivada
operan no sólo independientemente en el macho y la hem-
y migran hacia el ámpula gradualmente, de modo que no
bra para procurar la maduración oportuna de los game-
hay más espermatozoides que ovocitos hasta que todos
tos en cantidad adecuada, sino también para promover la
son fecundados (Smith & Yanagimachi, 1991). Ni en la
coordinación de fenómenos conductuales que aseguren el
mujer ni en otros primates se ha podido demostrar que
encuentro de los gametos en óptimas condiciones.
funcione este reservorio ístmico. Más bien parece que los
espermatozoides que llegan a la trompa la recorren ente- Aun cuando es posible delimitar etapas en la serie de
ra sin detenerse y llegan a la cavidad peritoneal (Oliva y fenómenos que conducen a la formación de un nuevo indi-
cois., 1992). Probablemente esto explica que rara vez se viduo, en la realidad es un conjunto ordenado de secuen-
recupera un gran número de espermatozoides de la trompa cias que se desarrollan contemporánea o sucesivamente
humana, cualquiera que sea el tiempo poscoito en que se y contiguas o distantes en el espacio, constituyendo un
examina. Aparentemente siguen llegando espermatozoides proceso complejo, continuo y unitario. Es por eso que la fe-
que migran desde el reservorio cervical por varios días. cundación se entiende mejor cuando se analiza después de
El mayor número de espermatozoides recuperado de una conocer la maduración final de los gametos y los procesos
trompa humana no excede 5.000 (TABLA 5 - 1 ) , y si se que intervienen en su acercamiento.
considera el espacio en que éstos se distribuyen, su densi-
dad es extremadamente baja. Más aún, las características Maduración final del ovocito. La meiosis se inicia
de laberinto de dicho espacio en el segmento ampular ha- en el período embrionario y se detiene antes del nacimien-
cen aún más difícil el encuentro entre los gametos (FI- to en estado de dictioteno, en el cual los ovocitos no son
GURA 5 - 1 ) . El gran volumen del cúmulo probablemente fecundables. En la hembra adulta los ovocitos primarios
tiene por finalidad facilitar este encuentro. Otro factor que presentes en los folículos en crecimiento persisten en esta-
lo facilita es que las células del cúmulo producen proges- do de dictioteno, debido a que las células de la granulosa
terona y la progesterona ejerce una acción quimiotáctica producen un polipéptido que inhibe el proceso de la meio-
sobre los espermatozoides humanos (Villanueva-Díaz y sis y que mantiene al ovocito en este estado (Channing y
cois., 1995). cois., 1978). El estímulo ovulatorio, de algún modo aún no
establecido, suprime o neutraliza este factor, permitiendo
La migración espermática en la mujer en el período pre-
que se reanude y se complete la primera división meiótica
ovulatorio se caracteriza por una fase de transporte rápido
antes de la ovulación. De esta división resulta el primer
y el establecimiento de un reservorio cervical que surte de
corpúsculo polar y el ovocito secundario, el cual es fecun-
espermatozoides a los segmentos distales durante varios
dable. Este proceso se puede reproducir experimentalmen-
días. Los espermatozoides pasan continuamente a lo largo
te en la mujer y otros mamíferos sacando el ovocito del
de la trompa hasta la cavidad peritoneal, manteniéndose
folículo en dictioteno e incubándolo en un medio libre del
una población homogéneamente distribuida en la trompa,
factor inhibidor de la meiosis (Tsafriri & Channing, 1975).
que fluctúa entre unos pocos cientos y unos pocos miles.
Inmediatamente después de que se completa la primera
división meiótica, los cromosomas del ovocito se disponen
Fecundación en una placa metafásica que va a mantenerse hasta que
el huevo sea activado por la unión con un espermatozoide.
La fecundación normal comprende la unión de un gameto
En la mujer, el ovocito, junto con el primer corpúsculo
femenino con uno masculino, la formación de un comple-
polar, sale del folículo rodeado de la zona pelúcida (ZP) y
mento cromosómico diploide, la activación de la división y
de un gran número de células foliculares (FIGURA 5 - 2 ) .
diferenciación celular y el retorno de la unidad biológica a
Las células que se encuentran inmediatamente adyacentes
edad cero.
al huevo constituyen la corona radíala y se caracterizan
El número de veces que una célula puede dividirse es fi- porque emiten una prolongación citoplasmática que atra-
nito y disminuye a medida que el individuo envejece. Como viesa la ZP hasta llegar al espacio perivitelino y porque se
ambos gametos representan células terminales de una serie agrupan en forma más compacta que el resto. Por fuera de

95
OBSTETRICIA

500 ^m 70/Ltm

FIGURA 5-2. Ovocito humano recuperado de la trompa de Falopio pocas horas después de la ovulación. A) Ovocito ro-
deado por células foliculares que constituyen la corona radíala (cr) y el cúmulo oóforo (co). Ovocito y primer corpús-
culo polar rodeados por la zona pelúcida y las células de la corona radíala. Corte de 1 mm teñido con azul de toluidina.

la corona radíala se disponen algunas células formando permática (Austin & Bishop, 1958; Chang, 1969). Los
pequeños grupos compactos, pero la mayoría está dispersa espermatozoides, además, pueden ser capacitados in vitro
en medio de una matriz mucosa, constituyendo el cúmulo en medios químicamente definidos (Toyoda y cois., 1971).
oóforo. El cúmulo contiene 10 a 20 mil células y mide El tiempo mínimo necesario para completar la capacitación
varios milímetros de diámetro. El ovocito ocupa una po- varía de una especie a otra y está influido por factores tales
sición excéntrica dentro de este conjunto celular (FIGURA como la raza (Fraser & Drury, 1976; Fraser, 1977; Niwa y
5-2A). cois., 1980), el estado fisiológico de la hembra y del ma-
cho (Soupart, 1967; Bedford, 1970; Soupart, 1972), y la
La ZPes una cubierta ovular de 15 a 20(1/171 de espesor,
composición y condición del medio al cual se exponen los
de apariencia homogénea y compuesta de glicoproteínas.
espermatozoides (Roger & Yanagimachi, 1975; McMaster
Está separada de la membrana plasmática del huevo por
y cois., 1978). Aunque en rigor todavía no se sabe qué
un espacio muy estrecho denominado espacio perivitelino.
fenómeno(s) constituye(n) la capacitación, operacional-
La zona posee componentes específicos para la fijación de
mente podemos definir este proceso como la serie de cam-
espermatozoides de la misma especie y constituye una de
bios que preparan al espermatozoide para experimentar la
las barreras que impiden la fecundación heteróloga. Des-
reacción acrosómica (Yanagimachi, 1981; Yanagimachi,
pués de la penetración de un espermatozoide, la ZP expe-
1988).
rimenta cambios que impiden la penetración de otros es-
permatozoides. Durante las primeras divisiones contribuye
Acrosoma y reacción acrosómica. El acrosoma es
a que los blastómeros se mantengan juntos y posiblemente
una estructura vesicular rodeada por una membrana se-
le confieren al huevo una adhesividad particular a la super-
mejante a la membrana plasmática que cubre la porción
ficie mucosa del \racto genital.
anterior del núcleo del espermatozoide (FIGURA 5-3A).
El acrosoma es análogo a un lisosoma o a un granulo de
Capacitación. Los espermatozoides de mamíferos re- zimógeno pancreático, ya que contiene un elevado nú-
cién eyaculados no son capaces de fecundar un ovocito. mero de poderosas enzimas hidrolíticas (Yanagimachi,
Ellos deben residir por algún tiempo en la hembra antes de 1981; Yanagimachi, 1988). Las más estudiadas han sido
adquirir capacidad fecundante. En el tracto genital femeni- la hialuronidasa y la acrosina (Gould & Bernstein, 1975;
no los espermatozoides experimentan complejos cambios Green & Hockaday, 1978; Shams-Borham y cois., 1979;
fisiológicos, de naturaleza aún no precisada. El conjunto Castelloni-Cereza y cois., 1983; Johnson y cois., 1983;
de estos cambios es lo que se denomina capacitación es- De Vries y cois., 1985). Estas enzimas son liberadas du-

96
Capítulo 5 Transporte ovillar, migración espermática, fecundación, desarrollo preimplantacionaly nidación

también pueden estimular la RA (Yanagimachi y cois.,


1983; Tesarik, 1985). Sin embargo, cualquiera que sea
el inductor fisiológico de la RA, esta puede ocurrir in vitro
en completa ausencia del ovocito, de materiales asocia-
dos a él o al tracto genital femenino (Bedford, 1983). La
RA puede ser inducida in vitro por diversas condiciones o
agentes que alteren directa o indirectamente la permeabi-
lidad iónica de la membrana plasmática de espermatozoi-
des capacitados.

Penetración del espermatozoide a través de las


cubiertas ovocitarias. En el momento de fecundar un
ovocito y en respuesta a una señal o señales derivadas de
éste, el espermatozoide experimenta la exocitosis del acro-
soma (Yanagimachi, 1988). La versión más recientemente
aceptada es que el espermatozoide fecundante atraviesa
el cúmulo oóforo gracias a la actividad hialuronidásica
presente en la proteína PH20, localizada en la membra-
FIGURA 5-3. Reacción acrosómica de un espermatozoi- na plasmática de la porción posterior de la cabeza (Lin y
de típico de mamífero. Espermatozoide intacto. MP, cois., 1994). Luego, el espermatozoide fecundante, con su
membrana plasmática; AC, acrosoma; ME membra-
acrosoma intacto, se une a la glicoproteína ZP3 de la zona
na acrosomal externa; ESE, espacio subecuatorial; MI
pelúcida. A continuación, la glicoproteína ZP3 estimula al
membrana acrosomal interna; N: núcleo; SE segmento
espermatozoide a experimentar la RA. La exposición a ZP3
ecuatoriaJ; PA, región postacrosomal. B) Reacción del
conduce a la fosforilación en tirosina de una proteína de
acrosoma: Los procesos de fenestración y fusión tienen
95 kDa (Naz & Ahmad, 1994) y a la activación de una
lugar entre la MP y la ME. El material acrosomal se libera
proteína de unión de guanosin trifosfato (GTP) (Lee y cois.,
y se expone la MI. Espermatozoide reaccionado. El
1992) La progesterona atrapada en, o producida por el cú-
punto de fusión, PF, de la ME con la MP a lo largo del
límite anterior del SE permite que el espermatozoide siga mulo oóforo, también puede iniciar la RA (Osman y cois.,
rodeado por una membrana única. 1989). La acción de la progesterona es específica, media-
da por un receptor de superficie y conduce a fosforilación
de una proteína de 95 kDa. Sin embargo, no se produce
activación de una proteína G.
rante la reacción acrosómica (RA) (FIGURA 5-3B). Dicha
Antes de que el espermatozoide fecundante pase a
reacción es un evento exocitótico que consiste en fusiones
través de la zona pelúcida, debe unirse firmemente a ella
múltiples entre la membrana acrosomal externa (ME) y la
(Gwatkin & William, 1977) (FIGURA 5-4A). La unión
membrana plasmática (MP) adyacente, originando fenes-
entre espermatozoide y ZP es mediada por la interacción
traciones. El contenido acrosomal es liberado a través de
entre receptores complementarios en la zona y en la su-
las membranas fenestradas, las que luego se desprenden
perficie del espermatozoide. La naturaleza química de las
de la cabeza del espermatozoide. La membrana acrosomal
moléculas responsables de esta unión se ha estudiado con
interna (MI) pasa a ser la membrana limitante del esper-
más detalle en el ratón que en otras especies. En el ratón,
matozoide (Barros y cois., 1967). El significado funcional
las glicoproteínas de la zona pelúcida ZP3 y ZP2 (pero no
de la reacción acrosómica es dual: permite el paso de los
ZP1) son las que tienen la actividad receptora para los es-
espermatozoides a través de la zona pelúcida y, al inducir
permatozoides. La glicoproteína ZP1 es el receptor prima-
cambios de las propiedades fusogénicas de la membrana
rio, responsable de unir los espermatozoides intactos a la
plasmática del segmento ecuatorial (SE), permite la poste-
zona. La glicoproteína ZP2 es el receptor secundario al cual
rior fusión del espermatozoide con el ovocito (Yanagima-
se unen los espermatozoides una vez que la reacción del
chi & Noda, 1970; Yanagimachi,1988). En mamíferos, la
acrosoma ha tenido lugar en la superficie de la zona pelúci-
zona pelúcida es un inductor biológico de la RA (Bleil &
da (Wassarman y cois., 1985; Bleil & Wassarman, 1986).
Wassarman, 1983; Cherr y cois., 1986; O'Rand & Fisher,
Sin embargo, hasta el momento, la naturaleza química del
1987; Cross y cois., 1988; Florman & First, 1988). En el
receptor para la zona pelúcida en el espermatozoide no ha
ratón, el inductor de la reacción acrosómica es ZP3, una
sido precisada (Saling, 1989).
de las tres glicoproteínas que componen la zona pelúcida
en esta especie (Meizel, 1985). La capacidad de inducir la Se ha establecido que los espermatozoides deben com-
RA reside en la cadena polipeptídica de esta glicoproteína pletar la RA antes de franquear la ZP (Austin & Bishop,
(Wassarman y cois., 1985; Wassarman y cois., 1986). 1958) (FIGURA 5-4B). El espermatozoide que pasa a
Otros componentes del ovocito, como el cúmulo zoóforo, través de la ZP bate su flagelo vigorosamente; espermato-

97
OBSTETRICIA

1 /xm

FIGURA 5-4. Espermatozoides humanos unidos a la zona pelúcida. A) Espermatozoide intacto unido a la zona. B) Es-
permatozoide en el proceso de experimentar la reacción acrosómica. Contigua al segmento principal del acrosoma re-
accionado se puede observar la presencia de varias vesículas acrosómicas (va) y de restos de la matriz acrosomal (ma).

zoides inmóviles no pueden penetrar la ZP. Aparentemente corpúsculo polar y el núcleo, ahora haploide, se transforma
el movimiento vigoroso de la cola del espermatozoide es en el pronúcleo femenino. El núcleo del espermatozoide
necesario para el éxito de la fecundación (Gaddum-Rosse, también se descondensa y transforma en el pronúcleo mas-
1985). Aunque no se conoce con certeza la forma en que culino. Los pronúcleos femenino y masculino se mueven
el espermatozoide atraviesa la ZP, han surgido dos hipóte- hacia el centro del huevo, replicando su ADN a medida que
sis para explicar este proceso. Una de ellas sugiere que la avanzan. Al encontrarse, la envoltura nuclear se desintegra
penetración de la zona pelúcida se lograría gracias a una y los cromosomas se organizan en una única placa metafá-
acción puramente mecánica; otra postula que la penetra- sica. En este punto el número diploide de cromosomas es
ción de la zona pelúcida es dependiente de enzimas espe- restaurado. Esto puede ser considerado como el final de la
cíficas (Yanagimachi, 1988). fecundación y el comienzo del desarrollo embrionario. De lo
anterior se desprende que el verdadero núcleo diploide en
los mamíferos se visualiza por primera vez no en el cigoto,
Fusión espermatozoide-ovocito. Una vez que el
sino al observar dos células.
espermatozoide ha franqueado la ZP, su cabeza cruza el
espacio perivitelino, se une al vitelo y gradualmente se in- La prevención de la poliespermia, o el paso de esper-
corpora a él. En los mamíferos, es la membrana plasmática matozoides supernumerarios a través de la ZP, se logra
del segmento ecuatorial la que se fusiona con la membra- fundamentalmente por el fenómeno denominado reacción
na plasmática del ovocito, y no la membrana acrosomal de zona (Wolf, 1981). La reacción de zona consiste en
interna, como en los marsupiales (Piko & Tyler, 1964). la modificación de la ZP por el contenido de los granulos
Con pocas excepciones, toda la cola del espermatozoide corticales, de tal manera que la zona se hace refractaria a
es incorporada al vitelo (Yanagimachi, 1988). Después de los espermatozoides subsiguientes. En el ratón, la reacción
que las membranas se han fusionado, el ovocito parece de zona se logra mediante la hidrólisis parcial de ZP3 por
despertar e inicia una serie de eventos morfológicos y bio- una proteasa liberada de los granulos corticales. Así modi-
químicos que conducen a la diferenciación y formación de ficada, ZP3 no es capaz de unir nuevos espermatozoides ni
un nuevo individuo. Este despertar del huevo se conoce de inducir la RA de aquellos espermatozoides previamente
como activación. La indicación más visible de que el huevo unidos (Wassarman y cois., 1985; Wassarman, 1987). El
se ha activado es la exocitosis de los granulos corticales otro mecanismo para evitar la poliespermia ocurre a nivel
y el reinicio de la meiosis. El núcleo del ovocito reanuda de la membrana plasmática ("reacción del vitelo"). En la
la meiosis después de la fecundación, expulsa el segundo mayoría de las especies, el bloqueo a la poliespermia está

98
Capítulo 5 Transporte ovillar, migración espcrmática, fecundación, desarrollo preimplantacional y nidación

dado por estos dos mecanismos, que actuarían en forma cocultivo, la eficiencia de esta técnica está aún en discu-
secuencial. Sin embargo, en algunas especies, como la co- sión (Bongso y cois., 1989; Bongso y cois., 1992; Jayot y
neja, la reacción de zona no opera y el único modo de pre- cois., 1993; Bongso y cois., 1994; Plachot, 1995).
venir la fusión con espermatozoides supernumerarios está
El embrión puede desarrollarse en medios de cultivo
dado por el bloqueo vitelino (Yanagimachi, 1994).
desde el estado de dos células hasta el blastocisto sin adi-
cionarle hormonas, de lo cual podría inferirse que éstas
Desarrollo preimplantacional no son necesarias para el desarrollo preimplantacional. Sin
embargo, la velocidad de desarrollo en estas condiciones es
El desarrollo preimplantacional comprende la multiplica- inferior a la que se observa normalmente in vitro y puede
ción y diferenciación celular del huevo fecundado hasta ser modificada por adición de hormonas al medio de cul-
que se inicia la implantación. Lo característico de la mul- tivo. Es difícil establecer experimentalmente si las hormo-
tiplicación celular del embrión preimplantacional es la di- nas son esenciales para el desarrollo normal, pero podría
visión de la masa celular presente, en unidades cada vez influir en el desarrollo embrionario in vitro en forma directa
más numerosas y más pequeñas, sin variación aparente de e indirecta. Las hormonas maternas regulan el estado tró-
la masa total. fico del tracto genital y la composición de sus secreciones,
La diferenciación comprende diversas manifestaciones, que constituyen el microambiente en que se desarrolla el
siendo la más evidente la formación de dos líneas celula- huevo. Además, actuarían directamente sobre el embrión
res que se distinguen por su ubicación espacial y poten- influyendo en la frecuencia con que se dividen sus células
cialidad biológica. Las que se ubican al centro dan origen y en el tiempo en que se demora en alcanzar los estados
al macizo celular interno y las periféricas al trofoblasto; la más diferenciados (Roblero & Izquierdo, 1976; Roblero &
diferenciación de estas dos líneas celulares está precedida Caravagno, 1979).
o acompañada de manifestaciones ultraestructurales y bio-
químicas que confieren distintas características a los dos Etapas del desarrollo
grupos de blastómeros. Se han propuesto varios modelos
para explicar cómo se inicia la diferenciación en el embrión El desarrollo prelmplantacional en primates se conoce a
(Izquierdo, 1977). través de observaciones fragmentarias. En la mujer se han
estudiado algunos embriones, cuya edad se ha estimado
Otra característica del desarrollo preimplantacional del
en forma aproximada. Los hallazgos permiten solamente
embrión de mamíferos es que predomina la capacidad de
describir aspectos parciales del desarrollo que ocurren en
regulación sobre la predeterminación (McLaren, 1974;
la trompa de Falopio y en el útero (FIGURA 5 - 5 ) (Ortiz &
Johnson, 1979). Esta capacidad de regulación se va per-
Croxatto, 1979).
diendo a medida que progresa el desarrollo, así, por ejem-
plo, si se separan células en un embrión de dos blastóme-
Fase tubaria. Disponemos de información sobre 22
ros, cada una es capaz de formar un nuevo individuo. Si
huevos en desarrollo, recuperados de la trompa de Falo-
se separan blastómeros de un embrión de ocho células, se
pio, considerados normales. Ellos representan los estados
pueden desarrollar blastocistos a partir de grupos de blas-
de pronúcleo, 2, 4, 7 y 8 células. Durante esta fase el
tómeros, pero rara vez a partir de uno aislado (Tarkowski
número de células se duplica cada 20 a 25 horas, pero el
& Wroblewska, 1967). Por otra parte, la fusión de dos em-
hallazgo de un huevo de 7 células sugiere que estas divi-
briones de ocho células da origen a un individuo normal
siones no son necesariamente sincrónicas. Sin considerar
(Mintz, 1965).
las variaciones de las envolturas ovulares, el volumen del
A juzgar por el desarrollo in vitro en medios de cultivo, embrión permanece constante. Dentro de las primeras 48
los requerimientos nutritivos del embrión preimplantacional horas de desarrollo las células del cúmulo oóforo y de la co-
son relativamente simples. Sin embargo, dichos requeri- rona rae/raía se desprenden, quedando el embrión rodeado
mientos varían tanto de una especie a otra como entre un solamente por la ZP. Los polocitos persisten en el espacio
estado de desarrollo y el siguiente (Biggers & Stern, 1973). perivitelino por lo menos hasta el estado de 8 células. Los
Probablemente uno de los cambios más importantes en requerimientos nutricionales del embrión humano en este
relación al desarrollo in vitro logrado en los últimos años período no se han estudiado en forma sistemática, pero son
ha sido la introducción del cocultivo. El desarrollo preim- satisfechos por medios de cultivo suplementados con suero
plantacional se ha logrado en cocultivo con monocapas sanguíneo (Edwards y cois., 1970). La diferenciación del
preparadas con diversos tipos celulares humanos o de ani- embrión humano posiblemente comienza en la fase tubaria
males, epitelio de trompa y endometrio, células del cúmulo (Avendaño y cois., 1975).
o granulosa, o una línea celular de células epiteliales de
riñon de mono (vero cells}. A pesar de que algunos autores Fase uterina. De la cavidad uterina de la mujer se
han logrado mejorar el desarrollo y la tasa de embarazo han recuperado huevos en distintos estados de desarrollo,
después de transferir embriones previamente cultivados en pero muy pocos han sido descritos en cuanto a su aspecto.

99
OBSTETRICIA

(p Huevo con dos pronúcleos, que representa una etapa avanzada de la fecundación
O O © Prmleras etapas de la segmentación
Q Mórula avanzada Q Blastocisto expandido
Q Blastocisto temprano Q Blastocisto sin zona pelúcida antes de iniciar la nidación

FIGURA 5-5. Ilustración esquemática del desarrollo preimplantacional.

Cuatro mórulas y ocho blastocistos han sido considerados se ha detectado en la secreción uterina humana ocho días
normales. Según el número de células, una mórula de 12 después de la ovulación (Daniel, 1973), lo que sugiere que
células es el embrión menos desarrollado recuperado des- en la mujer su producción también estaría controlada por
de el útero. Por lo menos hasta el estado de mórula de 16 las hormonas y que su función puede estar relacionada con
células no se aprecia un aumento del tamaño del embrión. la nidación.
El embrión más joven en el cual se observó una cavidad El inicio de la nidación requiere el contacto directo del
blastocélica era un blastocisto formado por 58 células, de trofoblasto con el epitelio uterino. En algunos mamíferos las
las cuales 53 eran trofoblásticas y 5 constituían el macizo células del trofoblasto emiten prolongaciones que atravie-
celular interno. En un blastocisto de 107 células, 99 eran san la ZP, logrando este contacto (Blandau, 1961) pero en
trofoblásticas y entre las ocho células que forman el maci- otros, la ZP se pierde antes de que se inicie la implantación
zo celular interno se describieron tres tipos, que según los y se producen, por eclosión o por disolución, fenómenos
autores corresponderían a ectoderma primitivo, endoderma que dependen -al menos en la coneja- de la actividad
primitivo y posiblemente células germinales primordiales proteolítica del trofoblasto y del epitelio uterino (Denker,
(Hertig y cois., 1954). El blastocisto libre más desarrolla- 1978). La interacción entre el blastocisto y el ambiente
do tenía 186 células en total, estaba expandido y poseía uterino, previa a la implantación, parece ser muy compleja
ZP. De los 5 blastocistos en los que se conocen las horas y muy variable de una especie a otra. En ella participan fac-
probables de desarrollo, desde la ovulación o desde la in- tores endometriales que regulan la biosíntesis de macromo-
seminación hasta el momento de la recuperación, se cal- léculas en el embrión y este a su vez metaboliza esferoides
cula que tenían entre 102 y 115 horas (Buster & Bustillo, que influyen localmente sobre las células endometriales
1983). (Heap y cois., 1979). En muchas especies, el desarrollo
del blastocisto puede permanecer en suspenso por un tiem-
La expansión del blastocisto está asociada en la co-
po (letargo embrionario) debido a la acción de factores de
neja a la presencia de una globulina de origen endome-
origen materno no identificados. Al cesar esta acción, el
trial denominada blastoquinina o uteroglobina, que tiene
blastocisto reanuda su actividad metabólica normal y se
la propiedad de ligar progesterona y cuya secreción está
implanta (Aitken y cois., 1978). Hasta el momento no hay
regulada por las hormonas ováricas (Krishnam & Daniel,
evidencia de que este fenómeno ocurra en primates.
1967; Beato, 1977; Beier, 1978). Esta sustancia también

100
Capítulo 5 | Transporte ovillar, migración espermática, fecundación, desarrollo preimplantacional y nidación
Nidación celulares. Dichos cambios pueden corresponder a la mayor
expresión o acumulación de moléculas de adhesión en las
La nidación o implantación comprende una serie de proce- membranas que se enfrentan o bien a una menor expresión
sos que llevan a establecer estructuras y relaciones anató- de otra clase de moléculas presentes en la superficie exter-
micas que permiten un flujo adecuado de sustancias entre na de la membrana celular que enmascaran a las primeras.
el organismo materno y el embrión. Estos procesos se de-
Las moléculas de adhesión que se expresan en la su-
sarrollan normalmente en el útero y comprometen inicial-
mente al trofoblasto y al endometrio. perficie de las células en los estados de competencia em-
brionaria y de receptividad del endometrio normalmente
Desde un punto de vista morfológico y funcional, la im- están presentes en una variedad de tejidos. En epitelios
plantación presenta gran diversidad entre los mamíferos polarizados se expresan en las caras basolaterales de las
(Wimsatt, 1975; Perry, 1981). En mayor o menor grado, células, sin embargo, en el epitelio uterino estas moléculas
en todos ellos se establece una relación entre el embrión se expresan también en la cara apical (Denker, 1990). Se
y la madre, semejante a la de un injerto homólogo. No postula que dichas moléculas se expresan en las super-
obstante, los mecanismos inmunológicos por los cuales la ficies celulares que se adhieren y que en la adhesión del
madre no rechaza al embrión parecen estar basados en trofoblasto al epitelio uterino, la unión podría ser del tipo,
una compleja interacción entre los antígenos expresados ligando-receptor, o ser moléculas idénticas entre sí (interac-
por el trofoblasto invasor y los linfocitos granulares de la de- ción homotípica), o unirse a través de una tercera molécula
cidua. Los antígenos trofoblásticos, por ser no polimórficos, presente en el líquido luminal uterino que actúe como es-
no estimularían a las células T maternas y, por ser mono- labón entre ambas.
mórficos, serían reconocidos como propios por las natural
El epitelio endometrial de la mujer experimenta cambios
killer cells maternas, evadiéndose el reconocimiento de los
morfológicos y bioquímicos que pueden considerarse como
linfocitos granulares. Este mecanismo permitiría mantener
marcadores de receptividad. El cambio morfológico más
la capacidad ¡nvasora del trofoblasto hasta lograr el estable-
importante es la aparición de unas formaciones saculares
cimiento de la placenta (Loke y cois., 1993).
en la porción apical de las células epiteliales llamadas pi-
La implantación uterina requiere que el embrión esté nópodos. Estas estructuras aparecen en el período periim-
en el sitio de implantación en estado competente para plantacional y permanecen sólo durante 24 a 48 horas, al
implantarse cuando en el endometrio aparece la "recep- término de las cuales regresan. Se cree que los pinópodos
tividad al embrión". El embrión adquiere la competencia son capaces de succionar líquido endometrial y consecuen-
para implantarse en estado de blastocisto expandido sin temente facilitar el acercamiento entre las paredes endo-
zona pelúcida y la receptividad del endometrio al embrión metriales y el trofoblasto (Psychoyos & Nikas, 1994). El
está cronológicamente limitada a un corto período, llama- cambio bioquímico mejor caracterizado es la expresión de
do "ventana de implantación". El embrión humano pasa un patrón de ¡ntegrinas. Durante el período de máxima re-
al útero en estado de mórula, que es previo al de blasto- ceptividad se coexpresan las subunidades al, a4 y |33. La
cisto (Ortiz y cois., 1994). El blastocisto, a diferencia de aparición de la |33 en la mitad de la fase lútea (día 19 a 20
la mórula, es competente para implantarse porque puede del ciclo menstrual) coincide con la apertura de la ventana
desprenderse de la zona pelúcida que lo rodea y posee tro- de implantación y la desaparición de cc4 coincide con el
foblasto que puede adherirse al epitelio e invadir el teji- cierre de dicha ventana. Otra subunidad de integrina que
do subyacente. El trofoblasto puede invadir casi todos los se expresa en la fase lútea es la av. Esta subunidad se une
tejidos del organismo, independientemente del ambiente a la |33 para formar la integrina av|33, la cual se encuentra
hormonal; incluso cuando se remueve experimentalmente disminuida en algunas mujeres infértiles (Lessey y cois.,
el epitelio luminal del endometrio, la implantación puede 1995; Lessey y cois., 1996). Más recientemente se ha po-
ocurrir en el estroma, independientemente del ambiente dido caracterizar el perfil de expresión génica asociado a la
hormonal (Cowwell, 1969); pero las etapas iniciales de la receptividad endometrial (Mirkin y cois., 2005) e incluso
implantación en el endometrio requieren la coordinación de alteraciones en la expresión génica endometrial asociadas
fenómenos complejos regulados por estradiol y progestero- a falla en la implantación (Tapia y cois., 2008).
na. Tal es así que el inicio y el término de la ventana de im-
También se han detectado subunidades de integrina en
plantación está bajo el control de las hormonas esteroidales
embriones preimplantacionales humanos y de ratón, incluso
sexuales, especialmente de progesterona y de la relación
en blastocistos (Campbell y cois., 1995). Por otra parte, du-
estrógeno/progesterona (Psychoyos, 1986).
rante los fenómenos de unión y penetración del endometrio
En este período, la superficie externa del trofoblasto em- se produce una remodelación del estroma, el cual desarrolla
brionario (el que cubre al macizo celular en el blastocisto edema y se hace más laxo, pero sin perder resistencia. El
humano y el trofoblasto mural en el de roedores) y la super- edema es concurrente con una mayor hidratación de los
ficie luminal del epitelio uterino experimentan cambios que proteoglicanos del intersticio, facilitando así el desplaza-
hacen posible la adhesión específica entre estos dos tipos miento celular y proporcionando sitios de anclaje para el tro-
101
OBSTETRICIA
FIGURA 5-6. Representación esquemática de la nidación en la mujer. A) El blastocisto (bl) sin zona pelúcida se ha orien-
tado en el sitio de implantación y está en estrecho contacto con el epitelio endometrial (ep). Posiblemente, en este sitio
la cavidad endometrial (ce) es real y el resto es virtual por aposición de la cara anterior y posterior. B) Algunas células
trofoblásticas (t) que cubrían el macizo celular interno (me) se han fusionado formando un sincicio (st). Posiblemente,
se fusionan también con células del epitelio endometrial. Luego de alcanzar la membrana basal, la atraviesan y co-
mienzan a invadir el estroma (es), C) el embrión se ha incorporado casi enteramente en e! estroma y del macizo celular
interno se ha diferenciado ectoderma (ec) y endoderma (en). El sinciciotrofoblasto (st) continúa desarrollándose; D)
el sinciciotrofoblasto ha crecido y formado lagunas (L) intercomunicantes. Sobre el disco embrionario se ha formado
el aramos (am) y por debajo el saco vitelino (sv). El epitelio endometrial (ep) aún no se reconstituye sobre el sitio de
implantación, gl: glándula endometrial.
foblasto (Weitlauf, 1994). Estos cambios resultan de varios La etapa inicial de la implantación puede ser dividida en
procesos que conducen a modificaciones de los colágenos dos fases (Weitlauf, 1994; Tabibzadeh & Babaknia, 1995).
del estroma (Strickland y cois., 1976; Kubo y cois., 1981;
Wan y cois., 1984; Charpin y cois., 1985; Flsher y cois., Fase de unión Se subdivlde a su vez en dos etapas:
1985; Kisalusy cois., 1987; Kllman & Felnberg, 1990). aposición, en la cual se enfrentan y establecen contacto las
células del tejido materno y embrionario que luego se van a
La intervención de hormonas maternas en el control
adherir; y adhesión, en la cual la membrana celular externa
de la nidación está comprobada en numerosos mamíferos
del trofoblasto se une a la membrana apical del epitelio
(Psychoyos, 1970). Sin embargo, esto no descarta una po-
uterino. Se supone que las moléculas de adhesión celular
sible intervención de hormonas u otras señales químicas
que se expresan en la superficie celular del trofoblasto y del
producidas por el embrión (Dlckman, 1979; Heap y cois.,
epitelio uterino permitirían la adhesión entre ellas.
1979; Heap y cois., 1981).
Fase de penetración. El trofoblasto penetra el epitelio
Etapas de la nidación y la lámina basal del útero. Existen tres tipos principales de
penetración: intrusiva, fusional y desplazamiento. El em-
Del estudio de la implantación en los mamíferos es po- brión humano exhibe el tipo de penetración intrusiva, de
sible diferenciar varias etapas que van desde la orientación manera que prolongaciones del trofoblasto sincicial en de-
del blastoclsto en el útero hasta el establecimiento de la sarrollo se proyectan entre las células epiteliales uterinas,
placenta (FIGURA 5-6). desplazándolas lateralmente e Invadiendo el estroma. En
102
Capítulo 5
el tipo de penetración fusional, el trofoblasto y las células esta hormona es impedir la involución del cuerpo lúteo y la
epiteliales uterinas se fusionan, formando un sincicio y en consecuente descamación del endometrio (menstruación).
la penetración por desplazamiento hay evidencia de muerte Además, se atribuye al hCG una función en los cambios
celular y separación del epitelio del tejido subepitelial. La inmunológicos del embarazo (Fuchs & cois., 1977; Mor-
rata y el conejo presentan la penetración fusional y por des- ton, 1977; Wass & cois., 1977) y efectos directos sobre
plazamiento, respectivamente (Weitluf, 1994). el endometrio que parecen tener un rol en la implantación
(Licht & cois., 2007; Perrier & cois., 2007).
En la especie humana el sitio de implantación más fre-
cuente es la línea media de la cara posterior del endometrio.
Habiendo alcanzado el blastocisto el sitio de implantación, Bibliografía
se orienta enfrentándolo por el polo embrionario. A conti-
Adams CE. A study of fertilizaron in the rabbit. The effect of postcoi-
nuación se desprende de la ZP y las células del trofoblasto
tal ligation of the fallopian tube or uterine horn. J Endocrinol
que cubren el macizo celular interno se ponen en contacto 1956; 13:296.
con el epitelio del sitio de implantación. Las microvello-
Aitken RJ, Bonnin M, Canivenc R. Blastocyst dormancy and acti-
sidades de ambas superficies celulares se entrelazan, lo vation. En: Du Mesnil du Buisson F, Psychoyos A, Thomas K.
que determina que el blastoclsto se fije débilmente al útero. L'lmplantation de lioeuf. París: Masson, 1978; 255.
Posteriormente, las microvellosidades disminuyen en nú- Austin CR, Bishop (V1WH. Some features of the acrosome and per-
mero y se acortan, las membranas se acercan más entre foratorium ¡n mammalian spermatozoa. Pro R Soc Lond 1958;
sí y la superficie de contacto entre trofoblasto y endometrio 149:234.
aumenta por plegamiento. Pronto se desarrollan complejos Avendaño S, Croxatto HD, Pereda J, Croxatto HB. A seven cell hu-
de unión entre las membranas, lo que produce una unión man egg recovered from the oviduct. Fértil Steril 1975; 26:1167.
más firme del blastocisto al endometrio. A continuación se Barros C, Beldorf JM, Franklin LE, Austin CR. Membrane vesicula-
observa ruptura de las membranas celulares adyacentes y tions as a feature of the mammalian acrosome reaction. J Cell
fusión de algunas células trofoblásticas, lo que se traduce Blol 1967;34:C1.
en continuidad del citoplasma, originando un sincicio. En Beato M. Psycho-chemical characterization of uteroglobin and its
este momento ya es posible observar dos estructuras: el interaction with progesterone. En: Johnson MH. Development in
trofoblasto y el sinciciotrofoblasto. mammals. Amsterdam: North Holland Publishing & Co, 1977;
173.
Esta etapa de la implantación se ha logrado in vitro cul- Bedford JM. Significance of the need for the sperm capacitation
tivando blastocistos sobre una monocapa de epitelio endo- before fertilization in eutherian mammals. Biol Reprod 1983;
metrial. El estudio de tres especímenes con el microscopio 28:108.
de luz y el microscopio electrónico de transmisión muestra Bedford JM. Sperm capacitation and fertilization in mammaís. Biol
que solamente las células del trofoblasto polar que cubren Reprod (Suppl) 1970; 2:128S.
a las del macizo celular interno están involucradas en la ad- Beier HM. Physiology of uteroglobin. En: Spilman CH, Wilks JW.
hesión del blastocisto expandido a las células endometria- Novel aspects of reproductive physiology. New York: SP Medical
les (Lindenberg y cois., 1986; Lindenberg y cois., 1989). &Scientific Books, 1978; 219.
La orientación que exhiben los blastocistos para adherirse Biggers JD, Stern S. Metabolism of the preimplantation mammalian
in vitro concuerda con descripciones del fenómeno en eta- embryo. En: Bishop MWH. Advances ¡n reproductive physiology.
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pas más avanzadas in vivo (Hertig y cois., 1956; Knoth &
Larsen, 1972). En la fase siguiente, las células del trofo- Blandau RJ. Biology of eggs and implantation. En: Young WC. Sex
and ¡nternal secretion. Baltimore: Williams Wilkins & Co, 1961;
blasto logran franquear la membrana basal del epitelio del
797.
endometrio comenzando a invadir el estroma. Concomitan-
Bleil JD, Wassarman PM. Auroradiographic visualization of the
te a este evento ocurre la decidualización del estroma endo-
mouse egg's sperm receptor bound to sperm. J Cell Biol 1986;
metrial. El sinciciotrofoblasto sigue desarrollándose; forma 102:71.
lagunas y por crecimiento alcanza los vasos sanguíneos Bleil JD, Wassarman PM. Sperm-egg ¡nteractions in the mouse: Se-
maternos, con los cuales se fusiona. Esta fusión provoca quence of events and induction of the acrosome reaction by a
un vaciamiento de la sangre en las lagunas trofoblásticas, zona pellucida glycoprotein. Dev Biol 1983; 95:317.
que marca el término de la implantación y el comienzo de Bongso A, Fong CY, Ng SC et al. Human embryonic behaviour ¡n
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En la especie humana no se ha precisado en qué mo-
Bongso A, Fong CY, Ng SC eí al. Human ampullary co-cultures for
mento ocurre la implantación, pero se estima que se pro-
blastocyst transfer in assisted reproduction. Ann Acad Med Sln-
duce entre el 5'° y 9"° día después de la ovulación (Hertig y gapore!992; 21:571.
cois., 1956). Ocho a diez días después de la ovulación es
Bongso A, Ng SC, Sathanatham H etal. Improved quality of human
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107
c a p í t u l o
Desarrollo embrionario
y elementos de fetación
M. Rojas | A. Rodríguez | M.A. Montenegro
El período embrionario se inicia con la fecundación y ter- epitelio-mesenquimáticas (Montenegro & Rojas, 2001).
mina 8 semanas después (10™ semana de amenorrea), lo Además hay síntesis de moléculas importantes para el de-
que coincide con el comienzo de la formación de la médula sarrollo embrionario como componentes de la matriz extra-
ósea, que es evidente en embriones de aproximadamente celular y factores de crecimiento. Pero todos estos procesos
30 mm de longitud (Montenegro & Barros, 1995). El perío- son generalmente inducidos y se deben a interacciones
do fetal se extiende desde la novena semana de vida posfe- celulares. A nivel molecular, estas interacciones involucran
cundación (11ra semana de amenorrea) hasta el término de una compleja red de señales, sus receptores y sistemas de
la gestación, y se caracteriza por el rápido crecimiento del control transcripcional.
cuerpo y la progresiva maduración de los diferentes órga-
Durante la organogénesis existe una relación funcional
nos (Carlson, 1994; Moore & Persaud, 1995).
entre el epitelio del esbozo de un órgano y el mesénquima
La edad gestacional o semanas de amenorrea, término que lo soporta. Los órganos se desarrollan a partir de teji-
que se utiliza en obstetricia y ultrasonografía obstétrica, se dos epiteliales y mesenquimáticos. El epitelio generalmente
refiere a la edad medida desde el primer día de la última origina un engrasamiento que invade el mesénquima con
menstruación hasta el momento en que se está evaluando formación de pliegues o ramificación y forma un esbozo
la gestación (Gormaz & Herrera, 1995). En embriología se alrededor del cual el mesénquima se condensa.
emplea el término edad embrionaria o edad fetal, que se
La organogénesis es resultado de varias interacciones ce-
refiere a la edad real calculada desde el momento de la
lulares, debido a lo cual aparecen nuevas estirpes celulares,
fecundación, Este concepto no se utiliza en la práctica obs-
modificaciones específicas de la matriz extracelular, cam-
tétrica, debido a la dificultad que existe para establecerla
bios morfológicos y nuevas funciones celulares. Experimen-
con precisión, a menos que la paciente haya sido sometida
tos de recombinación de tejidos, en los cuales el epitelio y el
a fertilización asistida. La edad embrionaria o fetal se cal-
mesénquima de diferentes órganos se cultivan juntos, han
cula restando dos semanas a la edad gestacional (Callen,
permitido estudios detallados de las relaciones entre estos
1995).
dos tejidos. El epitelio y el mesénquima pueden ser separa-
dos y luego recombinados en diferentes recombinaciones a
Período embrionario las que luego se les permite continuar su desarrollo en una
cápsula de cultivo. Así, se ha observado que dependiendo
Mecanismos biológicos del desarrollo del órgano y de la etapa del desarrollo, o bien el epitelio o el
mesénquima poseen la información para la diferenciación
embrionario humano
específica de ese órgano (Montenegro & Rojas 2001; Mon-
tenegro & Rojas, 2005; Montenegro & Rojas, 2007).
A nivel celular, el avance del desarrollo embrionario hu-
mano se refleja predominantemente en su proliferación y Cuando la célula tiene su destino fijado (por ejemplo,
diferenciación. Pero la migración celular y los desplaza- célula muscular o cartilaginosa), la célula está determina-
mientos celulares también cumplen una función importan- da. Estas células determinadas pueden todavía pasar por
te durante algunos eventos del desarrollo. En otros casos, muchas etapas de desarrollo antes de llegar a su estado
las células experimentan apoptosis o muerte celular pro- maduro, pero ya no son capaces de pasar a otra línea de
gramada, y en otros, las células se transforman, es de- desarrollo, por ejemplo, una célula muscular no se puede
cir, cambian su fenotipo, se trata de las transformaciones transformar en cartílago y viceversa.
108
El proceso por el cual una célula determinada llega a Transformación epitelio-mesenquimática. La trans-
ser una célula especializada, estructural y funcionalmente, formación entre un epitelio y un mesénquima es un proce-
se llama diferenciación. A través del proceso de diferencia- so celular crítico que cumple una importante función en la
ción, el embrión produce finalmente unos 200 tipos celula- morfogénesis de diferentes órganos, como la desaparición
res distintos. Los experimentos realizados durante muchos del epitelio palatino medio, que permite la fusión del pa-
años, en distintas especies animales, han demostrado que ladar; el epitelio del conducto paramesonéfrico, destinado
casi todas las células de mamíferos contienen un genoma a desaparecer en el varón; la formación del mesoderma
completo, pero sólo una pequeña parte del material genéti- durante la gastrulación; el desarrollo de la cresta neural,
co se expresa al mismo tiempo (Gilbert, 2005). la formación de las válvulas y tabiques que dividen el co-
razón embrionario, etc. Durante este proceso, las células
Los mecanismos del desarrollo que se requiere conocer
epiteliales pierden sus uniones celulares, dejan de expresar
para una mejor comprensión de las malformaciones congé-
citoqueratinas y empiezan a sintetizar vimentina. Además,
nitas son los siguientes:
degradan la lámina basal y extienden filopodios a través de
ella hacia el mesénquima subyacente, adoptando una mor-
Proliferación celular. El crecimiento del embrión se fología de fibroblasto. El control molecular de este proce-
debe principalmente a la multiplicación celular y en menor so está asociado a factores de crecimiento, especialmente
grado al aumento de la matriz extracelular. Existen meca- TGF-|33 (factor de crecimiento transformante y a la proteí-
nismos que regulan la velocidad de las mitosis en diferen- na zinc-finger Slug). Si el mecanismo de la transformación
tes grupos celulares, determinando que éstos crezcan a un epitelio-mesenquimática o el de apoptosis no ocurre en el
ritmo diferente según su localización, su destino y el tama- epitelio de revestimiento que reviste los mamelones faciales
ño de las estructuras que generará. Existen factores que y palatinos, se puede generar el labio fisurado y/o el paladar
estimulan el crecimiento celular en forma específica, como
fisurado (Montenegro & Rojas, 2001, 2005, 2007).
los factores de crecimiento epidérmico, neural, fibroblás-
tico, etc. En algunos órganos el crecimiento está regulado
Inducción e interacciones tisulares. La inducción
por factores inhibidores llamados chalonas.
embrionaria es un proceso por el cual un grupo de células
se modifica estimulado por la acción de otras células. Este
Migraciones celulares. La migración celular es el me- cambio significa que el tejido inducido diferencia nuevos
canismo que regula el ordenamiento, la orientación espacial tipos celulares o bien puede significar el crecimiento, la
y la distribución de las diferentes estructuras del cuerpo. migración, la muerte o el cambio de fenotipo de las células
Durante el desarrollo embrionario, las células se mueven en inducidas. Para que un grupo celular pueda ser inducido,
conjunto, no sólo durante la gastrulación, sino que también debe ser competente, es decir, debe ser capaz de reaccio-
hay migración durante las etapas avanzadas de la embrio- nar frente al estímulo inductor. Esta competencia abarca
génesis. Los grupos celulares se desplazan siguiendo rutas un período muy preciso del desarrollo, ya que si el estímulo
específicas y deteniéndose en destinos específicos aparen- inductor actúa antes o después del momento que corres-
temente preestablecidos. Las células migratorias muestran ponde, no se produce la inducción.
gran afinidad por la fibronectina, una molécula de la matriz
extracelular que se encuentra en gran cantidad en sus rutas Generalmente la inducción embrionaria que se produce
de migración y por los espacios producidos por el ácido entre dos grupos celulares es recíproca, es decir, los tejidos
hialurónico, originados por la capacidad de éste de retener se influencian mutuamente, constituyendo las interaccio-
grandes cantidades de agua. Varias malformaciones de la nes tisulares. Sólo en los últimos años se ha podido em-
cara y del cuello se producen por defectos en la migración pezar a entender los controles moleculares y celulares de
de las células de la cresta neural. Un ejemplo es el sín- estos procesos. Las células embrionarias del mismo tipo
drome de Di George (Montenegro y Rojas, 2005; Walter & adhieren unas a otras y por lo tanto se pueden reagregar
Trainor, 2006). si son separadas. La base molecular de esta agregación y
adherencia celular es la presencia de moléculas de adhe-
sión celular (MAC) en sus superficies. Éstas son proteí-
Muerte celular programada o apoptosis. La elimi-
nas relacionadas con la adhesión célula-célula, que pue-
nación de algunas células durante el desarrollo embrionario
den unir células en una capa epitelial o condensar células
ocurre normalmente en una gran variedad de tejidos. Este
mesenquimáticas. Existen varias familias de moléculas de
proceso ocurre en una etapa precisa del desarrollo. Es nor-
adhesión celular, algunas de las cuales son dependientes
mal que durante la embriogénesis se originen estructuras
del ion calcio, como las caderinas, en cambio, otras son
transitorias que deben desaparecer, tales como conductos,
membranas, etc. Un gran número de estas células experi- independientes de él (Gilbert, 2005).
menta muerte celular programada, como por ejemplo, las El que las células embrionarias migren o permanezcan
membranas bucofaríngea y cloacal, las membranas interdi- estacionarias depende de sus relaciones con la matriz ex-
gitales de las extremidades y el conducto mesonéfrico (de tracelular (MEC) de su entorno inmediato. La MEC consiste
Wolff) (Montenegro y Rojas, 2001). en un complejo macromolecular que tiene tres compo-
109
OBSTETRICIA
nenies básicos: colágeno, proteoglicanos y glicoproteínas, Los genes homeóticos codifican proteínas que unen DNA
también llamadas moléculas de adhesión a sustrato. Estas y contienen secuencias homeobox muy bien conservadas.
moléculas de la MEC interactúan para formar una malla Por ejemplo, en el ratón existen cuatro complejos, llamados
insoluble, que puede jugar diversos roles durante el desa- Hox a, Hox b, Hox c y Hox d, cada uno de los cuales se en-
rrollo. En algunos casos puede separar dos grupos celulares cuentra en un cromosoma distinto. En la drosophila existe
adyacentes previniendo las interacciones, en otros, la MEC sólo un complejo HOM que es equivalente. Los genes Hox
puede servir como sustrato para que las células migren o son fundamentales en la segmentación del eje corporal y
bien puede inducir la diferenciación de algunos tipos ce- en la determinación de las rombómeras (Gilbert, 2005).
lulares.
Otra familia de factores de transcripción, es la de las
Una de las formas en que las cadenas de GAGs de los proteínas zinc fínger, que se unen mediante iones de zinc
proteoglicanos pueden actuar es reteniendo y presentando y la cadena polipeptídica forma estructuras digitiformes que
factores de crecimiento (FC) a los receptores celulares. Los se insertan en lugares específicos del DNA. Por ejemplo,
FC son proteínas similares a hormonas que pueden Inducir slug es un factor de transcripción de la familia zinc fínger
mitosis o diferenciación cuando se unen a determinadas cé- que se expresa en las células de la cresta neural y también
lulas. Sin embargo, frecuentemente el receptor celular para durante la gastrulación en las células del epiblasto, que
el FC no se une al factor con gran afinidad. De este modo, se están invaginando por la línea primitiva y que se están
el FC es primero unido a los carbohidratos del proteoglicano transformando en células mesenquimáticas. Slug es un re-
y éste concentra el FC, pudiendo así unirse a su receptor. presor de la expresión de caderina-E.
Uno de los hallazgos más importantes es el manteni- La interferencia con la función de los genes homeobox
miento y conservación de los genes que guían el desarro- puede causar alteraciones significativas en la morfogénesis.
llo. Existen evidencias que sugieren que el plan básico del
A continuación analizaremos los nombres y funciones
embrión de mamífero está bajo el control de muchos genes
de cuatro familias de proteínas que participan activamente
similares a aquéllos que han sido identificados como contro-
durante el desarrollo embrionario:
ladores de la morfogénesis en la drosófila (Gilbert, 2005).
• Familia factor de crecimiento fibroblástico (FGF). Se
Se ha observado que en las bases de los nucleótidos de
asocia a funciones del desarrollo como angiogénesis
muchos genes reguladores del desarrollo se producen muy
(FGF2), formación del mesodermo, extensión axonal,
pocos cambios en las especies que van desde la drosophüa
desarrollo de mesencéfalo, ojos y miembros (FGF8).
a la especie humana. En los mamíferos, se han identifica-
do zonas homologas de los genes que tienen importantes • Familia Hedgehog. Proteínas de efecto paracrino. La
funciones en el desarrollo de otras especies. El mismo gen proteína más conocida de esta familia es la sonic hed-
puede tener diferentes funciones en distintas fases del de- gehog. Es producida por la notocorda, determina el pa-
sarrollo y en órganos distintos. trón de diferenciación del tubo neural y del somito. Está
relacionada con la formación del eje derecha-izquierda
Las moléculas importantes que guían el desarrollo pue-
y con el establecimiento del eje anterior-posterior en (os
den agruparse en:
miembros; es decir, se relaciona con la zona de activi-
dad polarizante de los dedos (Gilbert, 2005).
Moléculas de activación (señales intercelulares).
Son moléculas que salen de las células que las producen y • Familia Wnt. Glicoproteínas ricas en cisterna; tienen
ejercen sus efectos en otras células, ya sea vecinas o aleja- importancia en la inducción de las células del dermo-
das. Muchas de estas moléculas son miembros de grandes miotomo (Wntl), participan en el desarrollo del sistema
familias de proteínas relacionadas entre sí, los factores de urogenital (Wnt4) y en el establecimiento de la polaridad
crecimiento. Para ejercer su acción, se unen a moléculas dorsoventral de los miembros.
receptoras (proteínas integrales de membrana) y desenca-
• Superfamilia TGF-|3 factor de crecimiento transforman-
denan la cascada de sucesos que transmite la señal al nú-
te beta. Es muy importante en el desarrollo embriona-
cleo (Spears & Snoboda, 2005).
rio porque participa en la regulación de la formación de
MEC, estimula la síntesis de colágeno y fibronectina,
Factores de transcripción. Son proteínas que poseen
también Inhibe la degradación de MEC, y controla la
dominios que se fijan al ADN en zonas específicas y regu-
ramificación de glándulas del pulmón y riñon. Algunas
lan la cantidad de ARNm que el gen produce. Un grupo de
de las proteínas de esta superfamila son las siguientes:
factores de transcripción son las proteínas homeodominio.
activína, participa en la diferenciación del mesoderma;
Los 183 nucleótidos que codifican el homeodominio se
proteína morfogenética de hueso (BMPs), entre sus
denominan homeobox. Los genes homeóticos definen las
funciones se cuentan regular la división celular, apopto-
diferencias entre los segmentos del cuerpo desde la cabeza
sis, migración celular, e inducir la formación de hueso y
a la cola y proporcionan a las células una memoria de su
dentina (Mié y cois., 2006; Walker & Trainor, 2006); la
valor posicional (Gilbert, 2005).
no
r Capítulo 6 Desarrollo embrionario y chínenlos defetación
proteína nodal, determina el eje derecho-izquierdo; y el El sitio normal de la implantación es el tercio superior
factor antimülleriano, que elimina el conducto parame- de la pared anterior o posterior del cuerpo uterino. Se inicia
sonéfrico en los hombres (Gilbert, 2005). aproximadamente seis días después de la fecundación, en-
contrándose el endometrio en fase secretora, con glándulas
grandes y tortuosas, secreción en el lumen y edema en el
Primera semana del desarrollo estroma. A medida que avanza el proceso de implantación,
embrionario el endometrio desarrolla una reacción decidual, generando
una capa compacta de células que acumulan glucógeno
Durante esta etapa ocurren los procesos de la fecunda-
y lípidos. Los leucocitos del estroma endometrial secretan
ción y segmentación. La fecundación comprende la unión
interleuquina 2, que impide el reconocimiento materno del
de un gameto femenino con un gameto masculino (consul-
embrión como un cuerpo extraño (Enders, 1989; Denker,
tar Capítulo 5-. Transporte ovular, migración espermática,
1990; Cross y cois., 1994).
fecundación, desarrollo preimplantacional y nidadón).
Cuando el blastocisto invade el endometrio, el trofo-
La segmentación del embrión, que se desarrolla en las
blasto se diferencia en dos capas: una interna de límites
trompas de Falopio, consiste en una serie de divisiones ce-
celulares definidos llamada citotrofoblasto y otra externa,
lulares muy rápidas que experimenta el huevo fecundado,
sin límites celulares definidos, que corresponde al sincicio-
el cual se va transformando en una mórula o agrupación de
trofoblasto (FIGURA 6-1).
células pequeñas llamadas blastómeros. Estos blastómeros
son totipotentes, es decir, tienen la capacidad de generar El sinciciotrofoblasto, además de invadir el estroma
cada uno de ellos a un individuo normal. A medida que endometrial, secreta la gonadotrofina coriónica humana
ocurre la segmentación, el embrión migra a través de las (HCG), hormona que mantiene al cuerpo lúteo funcional
trompas en dirección a la cavidad uterina, envuelto por la durante el desarrollo embrionario. Mientras esto ocurre, en
zona pelúcida (Beer, 1991). la región del nudo embrionario que mira hacia la cavidad
del blastocisto, comienzan a diferenciarse las células del hi-
Cuando el embrión tiene ocho células, ocurre el proce-
poblasto que constituirán la hoja inferior del embrión. En la
se llamado compactación, en el cual se forman medios
parte superior del nudo embrionario y en el límite entre es-
de unión entre los blastómeros externos; esto determina
tas células con las células trofoblásticas, aparece un espa-
la pérdida de la totipotencialidad de los blastómeros y la
cio que corresponde al inicio de la formación de la cavidad
constitución de dos poblaciones celulares diferentes. La po-
amniótica. De esta manera, se forma el embrión bilaminar,
blación externa dará origen principalmente a la placenta, y
constituido por una hoja superior llamada epiblasto y una
las células que quedan ubicadas internamente originarán al
hoja inferior llamada hipoblasto (FIGURA 6-1). El epiblas-
embrión (Gilbert, 1991; Gualtieri y cois., 1992).
to, que constituye la hoja superior del embrión forma el piso
Cuando la mórula se encuentra en el útero (aproxima- del amnios. El hipoblasto, que es la hoja inferior del em-
damente cuatro días después de la fecundación), después brión constituye el techo del saco vitelino (Carlson, 1994).
de migrar por la trompa, el líquido proveniente de la secre-
A medida que avanza el proceso de implantación, con-
ción de las glándulas endometriales ingresa al interior de
tinúan desarrollándose el citotrofoblasto y el sinciciotrofo-
la mórula: a medida que este líquido aumenta, aparecen
blasto. Aparece una nueva población celular, que consti-
espacios que confluyen para formar una cavidad central. Se
tuye el mesodermo extraembrionario que ocupa el espacio
forma así el blastocisto, el cual está constituido por el nudo
comprendido entre el citotrofoblasto y el amnios y el saco
embrionario que originará el embrión, una cavidad central
vitelino primitivo en formación (FIGURA 6-2). Posterior-
y una pared que es el trofoblasto, el cual originará parte de
mente, en el mesodermo extraembrionario, se forman gran-
la placenta (Moore & Persaud, 1995).
des cavidades, las cuales confluyen y originan un nuevo es-
pacio, que se denomina cavidad coriónica (FIGURA 6-3).
Segunda semana después Esta cavidad rodea al saco vitelino primitivo y a la cavidad
de la fecundación amniótica. El mesodermo extraembrionario que reviste
el citotrofoblasto y el amnios se denomina somatopleura
La implantación del embrión ocurre durante la segunda extraembrionaria, y el que cubre el saco vitelino recibe el
semana después de la fecundación. La implantación es el nombre de esplacnopleura extraembrionaria (consultar Ca-
proceso por el cual el blastocisto toma contacto con el en- pítulo 7: Placenta y anexos embrionarios). Al final de la
dometrio y se une a él. Este proceso está regulado por la segunda semana después de la fecundación, el hipoblasto
expresión en el útero del denominado "factor inhibitorio de produce células que migran hacia el saco vitelino primitivo.
leucemia" (LIE), el cual promueve la adherencia del em- Estas células proliferan y forman la pared de una nueva
brión al epitelio uterino, así como la decidualización del cavidad, que recibe el nombre de saco vitelino secundario
útero; en su ausencia, estos mecanismos no se manifiestan o definitivo y reemplaza al saco vitelino primitivo (FIGURA
(Stetwart & Cullinan, 1997; Schultz & Edwards, 1997). 6-3) (Moore & Persaud, 1995).
111
OBSTETRICIA
ST
CT
GU
EU
FIGURA 6-1. Blastocito implantándose en el endometrio
materno (2 lla semana después de la fecundación). EU:
epitelio uterino, S: estroma endometrial, GU: glándula
uterina. Blastocito constituido por CT: citotrofoblasto,
ST: sinciotrofoblasto, A: amnios. E: epiblasto, H: hipo-
blasto.
FIGURA 6-3. Formación de la cavidad coriónica (2da se-
mana posfecundación). El mesodermo que reviste al
citotrofoblasto (CT) y al amnios (A) se denomina me-
sodermo extraembrionario somático (S). El mesodermo
que reviste al saco vitelino (VS) se llama mesodermo ex-
traembrionario esplácnico (EY). El espacio comprendido
entre ambas hojas de mesodermo corresponde a la cavi-
dad coriónica (C). Se observa además ST: sinciciotrofo-
blasto, VT: vellosidades del saco coriónico con capilares
fetales, El: lagunas con sangre materna, E: epiblasto, H:
hipoblasto y Q: quistes del saco vitelino primitivo.
Tercera semana posfecundación
(quinta semana de gestación)
En esta etapa el embrión bilaminar adquiere, mediante
un proceso conocido como gastrulación, una tercera hoja
embrionaria llamada mesodermo. Durante esta semana es
posible observar que existe embarazo mediante la ultraso-
nografía transvaginal, pero no se evidencia claramente el
FIGURA 6-2. Formación del saco vitelino primitivo y dife-
renciación del mesodermo extraembrionario (2da semana embrión. Durante esta semana se inicia la formación del
posfecundación). E: epiblaslo, H: hipoblasto, ME: me- sistema nervioso.
sodermo extraembrionario, A: amnios, VP: saco vitelino En la gastrulación, primeramente se forma la línea pri-
primario, constituido por células del hipoblasto y una mitiva, que aparece como un engrosamiento en el extremo
membrana delgada que delimita el mesodermo extraem- caudal del epiblasto, debido a la convergencia de células
brionario. EU: epitelio uterino, CE: cavidades que origi- hacia el plano medio. Luego estas células se invaginan for-
narán la cavidad coriónica, SM: sangre materna. mando el surco primitivo. Cuando esto sucede, las células
del epiblasto pierden su característica de epitelio (superficie
apical y basal bien definida) y adquieren forma y caracte-
rísticas mesenquimales (forma estrellada y capacidad de
migrar individualmente) (FIGURA 6-4). La migración de
112
Capítulo 6 Desarrollo embrionario y elementos de /elación
SP
HB
FIGURA 6-4. Gastrulación (3 ra semana posfecundación).
Corte transversal a nivel de línea y surco primitivo. SP:
surco primitivo, EB: epiblasto, HB: hipoblasto, M: me-
sodermo. Las flechas indican la dirección del movimien-
to de las células.
FIGURA 6-5. Gastrulación (3ra semana posfecundación).
Vista dorsal del epiblasto u hoja superior del embrión. L:
las células mesenquimales durante la gastrulación forma el línea primitiva, NH: nudo c Hensen, FP: fosita primitiva,
mesodermo ¡ntraembrionario. Este proceso se ve facilitado PN: prolongación notocordal.
por el ácido hialurónico, elaborado previamente por las cé-
lulas del epiblasto, y la fibronectina que está asociada con
la lámina basal del epiblasto. Las células de la capa meso-
dérmica, recientemente formada, migran lateralmente y ha-
cia el polo cefálico poniéndose en contacto con el mesoder-
mo extraembrionario que cubre al amnios y al saco vitelino.
Hacia el final de la tercera semana, se observa mesodermo
en todo el disco embrionario, excepto en dos zonas: una
cefálica que constituye la membrana bucofaríngea y una
caudal que formará la membrana cloacal (Bellairs, 1986;
Carlson, 1994).
FIGURA 6-6. Formación de la placa neural (3 ra semana
El nudo primitivo o nudo de Hensen está localizado en
posfecundación). Se han constituido las tres hojas em-
el extremo craneal de la línea primitiva (FIGURA 6-5). Sus
brionarias: EC: ectodermo, M: mesodermo, EN: endo-
células se invaginan formando la fosita primitiva, y luego
dermo. En la hoja media se encuentra la notocorda (N),
migran directamente en dirección cefálica, dando origen
que induce la diferenciación de la placa neural sobre ella
a la prolongación cefálica o notocordal (FIGURA 6-5), la
(PN).
cual formará la notocorda y la placa precordal, esto es, los
organizadores primarios del futuro sistema nervioso. Cuan-
do ha terminado la gastrulación, el embrión está formado
por tres hojas embrionarias: una hoja superior, llamada jido que origina el sistema nervioso. Este último se ubica
ectodérmica, una hoja media, el mesodermo y una hoja sobre la notocorda y se extiende desde el nudo de Hensen
inferior, llamada endodermo (FIGURA 6-6). hacia el polo cefálico. Las células neuroectodérmicas au-
mentan de altura por inducción de la notocorda y consti-
Al término de la tercera semana posfecundación (quinta
tuyen la placa neural (FIGURA 6-6). Al final de la tercera
semana de gestación), la línea primitiva empieza a involu-
semana de vida embrionaria (quinta semana de gestación),
cionar hasta desaparecer. En ocasiones, algunas de sus cé-
los bordes laterales de la placa neural se levantan, dando el
lulas, en lugar de involucionar, proliferan y forman tumores
aspecto de una pseudoestratificación y quedando la zona
denominados teratomas, incluidos los sacrococcígeos, los
central deprimida longitudinalmente. Los bordes solevan-
cuales contienen tejidos derivados de las tres capas germi-
tados reciben el nombre de pliegues neurales y la parte
nales (Moore & Persaud, 1995).
media deprimida, el de surco neural (Schoenwolf & Smith,
1990) (FIGURA 6-7).
Formación del sistema nervioso: neurulación. La
hoja superior del embrión está formada por el ectodermo, Durante la quinta semana de gestación, la cavidad co-
que origina la epidermis y el neurectodermo, que es el te- riónica ha alcanzando un diámetro de 2 a 3 mm; es el
113
OBSTETRICIA
Diferenciación del mesodermo. El mesodermo, for-
mado en estadios más precoces, se diferencia en meso-
dermo somítico, mesodermo intermedio y mesodermo
lateral (FIGURAS 6-7, 6-8 Y 6-9). El mesodermo somítico
EC comienza a segmentarse en somitos, es decir, se forman
acúmulos de células que yan desde el punto de unión del
cerebro y la médula espinal, hasta el extremo caudal. El
primer par de somitos corresponde al par occipital y apare-
ce a los 21 días de edad embrionaria; después se forman
tres pares de somitos por día, de modo que alrededor del
día 34 a 35 de vida embrionaria se han formado los 42 a
44 pares de somltos (Lash & Ostrovsky, 1986; Aoyama &
Asamoto, 1988).
El mesodermo intermedio es el lugar donde se forma-
SV MI rán los diferentes ríñones que irán apareciendo en la vida
embrionaria, como también las gónadas y las glándulas
FIGURA 6-7. Formación del surco neural en un embrión suprarrenales (Vize y cois., 1997) (FIGURAS 6-7 Y 6-9).
somítico (finales de la 3ra semana posfecundación). SN: En el mesodermo lateral aparece una laminación que
surco neural, P: pliegues neurales, EC: ectodermo, N: lo divide en dos hojas, una visceral o esplácnica y otra
notocorda, S: mesodermo somítico, MI: mesodermo in- parietal o somática. En medio de estas dos hojas se forma
termedio, SP: mesodermo lateral somático, CI: celoma un espacio o celoma (FIGURAS 6-7 Y 6-9). La hoja somá-
embrionario, EP: mesodermo lateral esplácnico, A: am- tica, junto con el ectodermo, forma las paredes corporales
nios, y SV: saco vitelino. (Modificado de: Gómez Dumm. lateral y ventral. El mesodermo visceral esplácnico y el en-
Atlas de embriología humana. Buenos Aires: Celsius JJ dodermo forman las paredes del intestino. Las células que
Vallory, 1978).
se encuentran frente a la cavidad celómica originarán las
membranas serosas que revestirán las cavidades pleural,
pericárdica y peritoneal.
momento en el que la ultrasonografía de alta resolución
puede detectar la presencia de una gestación. Hacia el fi- Delimitación del cuerpo del embrión. Un fenómeno
nal de esta semana, la cavidad coriónica contiene líquido importante para determinar la forma del cuerpo embrio-
y permite a los ecografistas visualizar el saco gestacional nario es el plegamiento del disco embrionario trilaminar,
(Filly, 1995). que es plano. Al plegarse, el embrión se transforma en un
cilindro completamente cerrado (FIGURA 6-10). El cuerpo
del embrión sufre un proceso de plegamiento longitudinal
Cuarta y quinta semana posfecundación y transversal. El plegamiento longitudinal determina que
(sexta y séptima semana de gestación) las regiones craneal y caudal se desplacen ventralmente,
mientras que el plegamiento transversal produce pliegues
Durante estas dos semanas se delimita el cuerpo del
laterales (derecho e izquierdo). Cada pared lateral del cuer-
embrión, separándose del saco vitelino. El embrión adquie-
po o somatopleura se pliega hacia la línea media, enrollan-
re un aspecto tubular debido al cierre de sus paredes cor-
do los bordes del disco embrionario y arrastrando al amnios
porales laterales, se forma el corazón y se diferencian los
en dirección ventral, lo que origina un embrión cilindrico
arcos branquiales en la región del futuro cuello. Además, se
(FIGURA 6-10). Al formarse las paredes corporales lateral
inicia la formación de la cara y continúa la diferenciación
y ventral, parte del saco vitelino se incorpora en el embrión
del sistema nervioso.
como intestino medio.
Mediante ultrasonografía es posible identificar una
combinación del saco vitelino y del saco amniótico en de- Formación de los arcos faríngeos. Los arcos farín-
sarrollo, se identifica una "doble burbuja" durante un breve geos o branquiales son engrasamientos de tejido mesen-
período. El embrión no se distingue claramente, aparecien- quimal, derivados, en su mayor parte, de las células que
do la línea de ecos que se encuentra entre el amnios y el migraron desde las crestas neurales. Se ha demostrado
saco wtelino; sin embargo, se puede identificar la diminuta que el ácido retinoico y sus receptores son esenciales para
pulsación del corazón embrionario en formación (Golds- que ocurra la diferenciación de los arcos faríngeos y la mor-
tein, 1991; Filly, 1995). fogénesis de la cara a partir de las células de la cresta
neural. Estos arcos faríngeos aparecen como protuberan-
cias ubicadas ventral y lateralmente respecto de la faringe
(Brickell & Thorogood, 1997).
114
TN
EC
MI
ML
FIGURA 6-9. Formación del tubo neuronal y crestas neu-
ronales (4U semana posfecundación). EC: ectodermo,
TN: tubo neuronal, C: cresta neuronal, N: notocorda, E:
endodermo, S: mesodermo somítico, MI: mesodermo
FIGURA 6-8. Embrión somítico (4 IJ semana posfecunda- intermedio, ML: mesodermo lateral, CI: celoma embrio-
ción). S: somitos, N: neuroporo anterior, AF: arcos farín- nario, SP: mesodermo embrionario somático, EP: meso-
geos, C: corazón. dermo embrionario esplánico.
Cuando finaliza la quinta semana de vida embrionaria
(séptima de amenorrea), se pueden observar cuatro arcos
faríngeos bien definidos, separados por surcos externos
ectodérmicos, llamados hendiduras branquiales. Interna-
mente, los arcos también están separados por depresiones
o surcos endodérmicos de la faringe, que se denominan
bolsas faríngeas. Además, cada arco branquial contiene un
vaso sanguíneo que se denomina arco aórtico, un nervio
craneal mixto que inervará todas las estructuras que deri-
van de ese arco y un cartílago. l
Formación del tubo neural. Durante la cuarta sema- FIGURA 6-10. Plegamiento del cuerpo en sentido trans-
na después de la fecundación (sexta de amenorrea), los versal (4U semana posfecundación). 1. Las flechas in-
pliegues neurales que rodean al surco neural se levantan, dican la dirección del crecimiento del amnios, SV: saco
acercándose en la línea media, hasta unirse y fusionarse vitelino. 2. El amnios (CA) crece en dirección ventral y
para formar el tubo neural (FIGURA 6-9). En el momento medial (flechas). El saco vitelino queda incorporado
en que los pliegues neurales se unen, se produce una doble gradualmente como intestino primitivo. Las paredes del
ruptura y soldadura del epitelio ectodérmico y del epitelio cuerpo se aproximan a la línea media (flechas). CI: celo-
del surco neural. De este modo, los bordes del surco se ma embrionario, EC: ectodermo. 3. Las paredes del cuer-
cierran constituyendo el tubo neural, al mismo tiempo que po se han cerrado en la región medial, separándose del
el ectodermo de ambos lados une sus paredes por encima amnios. IN: intestino.
del tubo neural, para constituir el recubrimiento externo del
embrión (Karfunkel, 1974).
El tubo neural queda abierto durante un tiempo en su los bordes o pliegues neurales, los que se disponen como
zona anterior y posterior, constituyendo los neuroporos an- bandas a ambos lados del tubo, formando las crestas neu-
terior y posterior (FIGURA 6-8). A medida que avanza el rales (FIGURA 6-9). Las crestas neurales originan la mayor
cierre del tubo neural, los neuroporos se van desplazando, parte del sistema nervioso periférico; en tanto que el tubo
en dirección cefálica y caudal respectivamente. En el pro- neural origina el sistema nervioso central, el encéfalo y la
ceso del cierre del surco, se desprenden grupos celulares de médula espinal (Müller & O'Rahilly, 1987; Rohrer, 1990).
115
OBSTETRICIA
Sexta a octava semana posfecundación
(octava a décima semana de gestación)
LR
El embrión cambia su forma y adquiere aspecto huma-
no: se forma la cara, involucionan los arcos branquiales,
IV
formándose así el cuello, aparecen las extremidades y, por
último, involuciona la cola. Se constituye, además, la her-
nia umbilical fisiológica, que consiste en la presencia de
asas intestinales en el cordón umbilical (FIGURA 6-11).
Durante este período se establecen los órganos y sistemas;
esto es, la fase de organogénesis. Sin duda, ésta es la eta-
pa del desarrollo embrionario con mayor susceptibilidad a
los agentes teratógenos, siendo el momento de mayor ries-
ME
go de malformaciones congénitas.
Diferenciación del sistema nervioso (FIGURA
6-11). Desde la pared del diencéfalo se forman el epitá-
lamo, el tálamo y el hipotálamo. El tálamo crece con rapi-
dez pro trayendo el tercer ventrículo (luz del diencéfalo).
El hipotálamo da origen a la estructura adulta del mismo
nombre, mientras que el epitálamo da origen a la glándula
pineal y las habénulas. Las vesículas telencefálicas son dos
evaginaciones laterales del cerebro anterior. La pared de las
EUA
vesículas telencefálicas se adelgaza y las invaginaciones de
la piamadre vascular forman en ese sitio el plexo coroideo
de los ventrículos laterales. En el piso de cada vesícula te-
lencefálica se forma el cuerpo estriado (Moore & Persaud,
FIGURA 6-11. Embrión humano en la novena semana de 1995; Sadler, 1996).
amenorrea. Sistema nervioso. T: télencefalo, D: diencé- El mesencéfalo sufre menos modificaciones que las
falo, M: mesencéfalo, LR: esbozo del cerebro, IV: cuarto otras regiones del cerebro. La luz de esta vesícula se es-
ventrículo, MI: mielencéfalo, ME: médula espinal, CV: trecha para formar el acueducto cerebral (de Silvio). En el
cuerpos vertebrales en etapa cartilaginosa, LE: lengua,
techo del mesencéfalo se desarrollan los colículos superior
M': mandíbula, MA: extremidad anterior, CO: corazón,
e inferior, que consisten en cuatro grandes grupos de neu-
H: hígado, E: estómago, AI: asas intestinales, EUA: her-
ronas que se relacionarán posteriormente con los reflejos
nia umbilical fisiológica, TG: tubérculo genital, V: vejiga,
visuales y auditivos. En la porción basal del mesencéfalo se
R: recto.
encuentran fibras que vienen del cerebro en crecimiento,
formando los pedúnculos cerebrales.
El extremo craneal del tubo neural origina tres vesículas El cerebro posterior origina el metencéfalo y el mielencé-
que formarán el encéfalo: un cerebro anterior o prosencéfa- falo. Desde el metencéfalo se forma el cerebelo, que actúa
lo, un cerebro medio o mesencéfalo y un cerebro posterior como centro de coordinación de la postura y del movimien-
o rombencéfalo. El cerebro anterior originará los hemisfe- to, y también la protuberancia, que sirve de vía para las
rios cerebrales y el diencéfalo. El cerebro medio permanece fibras nerviosas que conectan la médula espinal con las
como tal y el cerebro posterior dará origen al metencéfa- cortezas cerebral y cerebelosa. El mielencéfalo se modifica
lo y al mielencéfalo (FIGURA 6-11) (Müller & O'Rahilly, poco y se convierte en el bulbo raquídeo. La luz del me-
1988). tencéfalo y mielencéfalo corresponde al arto ventrículo y,
al igual que los ventrículos laterales y el tercer ventrículo,
Por otra parte, durante la quinta semana posfecundación contiene plexos coroideos derivados de una invaginación
(séptima de amenorrea), el embrión alcanza una longitud de la piamadre vascular, que se caracterizan por elaborar
cráneo-nalgas de 5 mm, no siendo posible discriminar ul- el líquido cefalorraquídeo (Moore & Persaud, 1995; Sadler,
trasonográficamente qué extremo del embrión corresponde 1996).
a la coronilla y cuál a las nalgas (Filly, 1995).
El desarrollo encefálico se completa en gran medida en
este período y es posible que aparezca un número impor-
tante de malformaciones encefálicas. Estas alteraciones no
suelen ser reconocibles mediante ultrasonografía hasta eta-
pas gestacionales más tardías (Filly, 1995).
116
Capítulo 6 Desarrollo embrionario y elementos defetación
Diferenciación de los somitos. En los somitos se
distinguen tres regiones: el esclerotomo, el miotomo y
el dermatomo. El esclerotomo está formado por tejido
mesenquimal que circunda a la médula espinal y a la
notocorda, para formar la matriz cartilaginosa de las vérte-
bras. El miotomo formará el tejido muscular y las células
del dermatomo, las que luego de perder las características
epitelioides iniciales, se extienden por debajo del ectoder-
mo subyacente, constituyendo el dermis (FIGURA 6-12)
(Lash &0strovsky, 1986).
MX
MA
M
FIGURA 6-13. Formación de la cara (4U semana posfe-
cundación). ES: boca primitiva o estomodeo, PF: promi-
EX nencia frontonasal, PN: placodas nasales, MX: promi-
nencias maxilares, MA: prominencias mandibulares.
Hacia el final de la cuarta semana (sexta de ameno-
rrea), se desarrollan unos engrasamientos ovales bilaterales
del ectodermo que se denominan placodas nasales y co-
rresponden a los primordios de la nariz y de las cavidades
nasales, en la región ventrolateral de la prominencia fron-
tonasal. El mesénquima de los bordes de estas placodas
FIGURA 6-12. Formación de extremidades (séptima se- prolifera, lo que origina elevaciones en forma de herradura,
mana de amenorrea). EX: esbozo de extremidad, CA: denominadas prominencia nasal medial y lateral (FIGURA
cresta apical, TN: tubo neuronal, D: dermatomo, M: 6-14A). Una semana más tarde, los pabellones auricula-
miotomo, E: esclerotomo, N: notocorda, A: aortas dor- res inician su desarrollo alrededor del primer surco farín-
sales, NE: mesodermo intermedio, SP: somatopleura, CI: geo, donde se forman seis montículos auriculares (Wedden
celoma embrionario, EP: esplacnopleura, EN: endoder- y cois., 1988).
mo.
Al final de la sexta semana de vida embrionaria (octa-
va de amenorrea), cada prominencia maxilar comienza a
unirse con la nasolateral. Posteriormente se fusionan las
Formación de la cara. Al inicio de la cuarta semana prominencias nasales mediales entre sí y también con las
después de la fecundación (sexta de amenorrea), apare- maxilares. La fusión de estas prominencias requiere la de-
cen cinco primordios faciales dispuestos alrededor de la sintegración de su epitelio superficial, entremezclándose
boca primitiva o estomodeo, constituyendo una prominen- con las células mesenquimales subyacentes (Brickell &
cia frontonasal media, dos primordios maxilares y dos pri- Thorogood, 1997).
mordios mandibulares (FIGURA 6-13). Ambos primordios
maxilares y mandibulares derivan del primer par de arcos A medida que se fusionan los primordios nasales me-
faríngeos. La prominencia frontonasal que rodea la porción diales, se forma el segmento intermaxilar, para originar el
ventrolateral del cerebro anterior originará las vesículas ópti- philtrum del labio, la parte premaxilar de la maxila, incluida
cas que posteriormente se transformarán en los ojos. El par la encía y el paladar primario. Las partes laterales del labio
de prominencias maxilares diferenciará los límites laterales superior, la mayor parte del maxilar y el paladar secunda-
del estomodeo, mientras que las mandibulares constituirán rio se forman a partir de las prominencias maxilares. Los
los límites caudales de la boca primitiva (FIGURA 6-14). labios y mejillas primitivos son invadidos por mesénquima
La mandíbula y el labio inferior son las primeras partes de proveniente del segundo arco faríngeo, el cual diferencia-
la cara que se forman, siendo el resultado de la unión en el rá los músculos faciales. Estos músculos de la expresión
plano medio de las dos prominencias mandibulares, lo que facial recibirán su inervación del nervio del segundo arco,
ocurre durante la cuarta semana (FIGURAS 6-13 Y 6-14). llamado facial.
1 17
OBSTETRICIA
PF.
ON
NM MX MA
FIGURA 6-14. Etapas de la formación de la cara. A. Séptima semana de amenorrea. PF: prominencia frontonasal, F:
fositas olfatorias, NM: prominencias nasomedianas, NL: prominencias nasolaterales. B. Novena semana de amenorrea.
SN: fisuras o surco nasilagriinal, entre el proceso maxilar y nasal lateral, ON: fisura oronasal, entre la prominencia
maxilar y nasal media, NL: prominencias nasolaterales, MX: prominencias maxilares, MA: prominencias mandibulares.
( . Undécima semana de amenorrea (período fetal). Los ojos se ubican medialmente, pero están muy separados. El
puente nasal es amplio. Los pabellones auriculares son de inserción baja.
El primordio frontonasal forma la frente, el dorso y la las (tiroides y paratiroides) y de los órganos linfoides, timo
punta de la nariz. Las alas de la nariz derivan de las pro- y amígdalas, se diferencian del endodermo de la faringe
minencias nasales laterales. El tabique nasal se desarrolla (Carlson, 1994; Montenegro & Barros, 1995).
a partir de prominencias nasales mediales. Los esbozos
maxilares determinan la diferenciación de la mejilla y la Formación de los miembros. Al inicio de la quinta
mayor parte del labio superior. Los primordios mandibula- semana posfecundación (séptima semana de amenorrea),
res dan lugar al mentón, labio inferior y regiones bajas de aparecen los esbozos de los miembros superiores, mientras
las mejillas (Moore & Persaud, 1995). que la morfogénesis de las extremidades inferiores ocurre
más tardíamente. Sin embargo, su desarrollo es similar.
La cara crece en sentido transversal, lo que determina
Cada esbozo está constituido por tejido mesenquimal re-
que los ojos, que se localizaban lateralmente, migren ha-
vestido de una capa de células epiteliales ectodérmicas, en
cia el centro (FIGURAS 6-14B). Durante algún tiempo se
cuyo extremo se observa un engrosamiento, denominado
pueden observar profundas fisuras entre las prominencias
cresta apical (FIGURA 6-12). El desarrollo de la cresta
facíales, la fisura o surco nasolagrimal entre el proceso
apical es fundamenta], porque ejerce una influencia induc-
maxilar y nasal lateral y la fisura oronasal entre el proceso
tiva en el mesénquima, lo que promueve la formación de la
maxilar y nasal medio ( FIGURAS 6-14B Y 6-14C).
extremidad. Si en un esbozo temprano se elimina la cres-
Si los surcos o fisuras no desaparecen por fusión de las ta apical, la extremidad completa involuciona. Del mismo
prominencias faciales, aparecen anomalías faciales como modo, al inicio de la séptima semana de amenorrea, se
labio hendido unilateral, bilateral o medial, que provoca- forman los modelos mesenquimáticos de los huesos de las
rán, si no se corrige quirúrgicamente, defectos en la dic- extremidades; los centros de condrificación se constituyen
ción. Estas alteraciones ocurren en uno de cada 1.000 na- al final de esa semana (Rubin & Saunders, 1972; Maini &
cidos vivos; sin embargo, su frecuencia varía en diferentes Solursh, 1991; Carlson, 1994; Hinrichsen y cois., 1994).
grupos étnicos (Vanderas, 1987; Wedden y cois., 1988).
Durante la sexta semana de vida embrionaria, además
de producirse la elongación de este esbozo, aparecen cons-
Formación del cuello. Los arcos faríngeos experimen-
tricciones que delimitan los tres segmentos principales de
tan cambios importantes; así, el crecimiento hacia la región
la extremidad. Todo el esqueleto de las extremidades se ha
caudal del borde del segundo arco faríngeo (opérculo) cu-
formado sobre la base de cartílago hialino. Durante la octa-
bre los restantes arcos, constituyéndose el seno cervical.
va a décima semana de amenorrea se observan los futuros
Entre la octava y novena semana de amenorrea, el seno
dedos en forma de rayos divergentes, unidos por una mem-
cervical se oblitera, debido al crecimiento y fusión de sus
brana digital. Durante la décima semana de amenorrea se
paredes (FIGURAS 6-15B v C). Las células mesenqui-
produce el alargamiento de las extremidades y los dedos
males de los arcos faríngeos dan origen a los huesos de la
se separan por un proceso de apoptosis de la membrana
cara, cartílagos laríngeos y a los huesecillos del oído medio.
interdigital (Hinrichsen y cois., 1994; Carlson, 1994).
Estas mismas células dan origen a la musculatura facial,
masticatoria y a los componentes conectivos de la lengua. En este período (octava a décima semana de ame-
Sin embargo, los componentes epiteliales de las glándu- norrea), se puede observar muy bien el embrión mediante
1 18
M
SE
FIGURA 6-15. Arcos branquiales y formación del cuello, a: Mesénquima de cada arco branquial. CA: cartílago, AA: vaso
sanguíneo, N: nervio, M: músculo. Externamente se observan hendiduras, denominadas surcos branquiales (H-l H-2,
H-3, H-4), revestidas por ectodermo. Internamente se observan las bolsas faríngeas (B-1, B-2, B-3, B-4), revestidas por
endodermo. b: desde el segundo arco branquial se forma el opérculo (O), c. SE: seno cervical, CE: conducto auditivo
externo, TE: tuba auditiva o trompa de Eustaquio, AP: amígdala palatina, PI: paratiroides inferior, PS: paratiroides su-
perior. T: timo, CU: cuerpo último-bronquial.
el examen ultrasonográfico. Cuando éste alcanza 12 mm de El crecimiento es lento inicialmente (9 a 16 semanas
longitud coronilla-nalgas es posible distinguir claramente la de amenorrea) y tiene por base la hiperplasia o multiplica-
cabeza y el tórax. La cabeza del embrión constituye la mitad ción celular. A partir de las 16 semanas se inicia una fase
de su volumen total. Se observan los esbozos de los miem- de crecimiento rápido caracterizado fundamentalmente por
bros y los centros de osificación primarios del maxilar, la hipertrofia (aumento de tamaño de las células) y también
mandíbula y la clavícula (Filly, 1995) (FIGURA 6-11). Por por aumento de la matriz extracelular. La interferencia con
otra parte, el diámetro del saco vitelino aumenta significa- el crecimiento celular durante la fase de hiperplasia puede
tivamente entre la sexta y la décima semana de gestación, determinar una falta de crecimiento corporal permanente,
para disminuir posteriormente (Jauniaux y cois., 1991). cuya cuantía es proporcional a la duración del período de
desnutrición, mientras que una restricción tardía tiene como
El período embrionario se considera como la fase crítica
única consecuencia la aparición de células más pequeñas
del desarrollo, ya que es la etapa de morfogénesis de prác-
que recobran su tamaño normal, al mejorar las condiciones
ticamente todos los órganos y sistemas, y por ello, puede
ambientales (Carrera y cois., 1997).
ser alterada por agentes teratogénicos tan comunes como
el alcohol y la nicotina (Golbus, 1980), drogas como la El crecimiento fetal está regulado por genes localiza-
cocaína (Rosenak y cois., 1990), fármacos como los an- dos en el cromosoma 11, pero existen algunos factores de
ticonceptivos hormonales que contienen progestágenos y riesgo como hipertensión, obesidad, desnutrición y taba-
estrógenos (Kelsey, 1980), ácido retinoico o vitamina A quismo de la madre, que modifican las medidas antropo-
en grandes dosis (Rosa y cois., 1986; Rothman y cois., métricas (Goldenberg y cois., 1993). La raza y el origen
1995), cafeína, (Infante-Rivard y cois., 1993), alimentos o étnico influyen también sobre el crecimiento. En estudios
agua contaminados con residuos industriales como mercu- sobre crecimiento intrauterino realizados en Chile, se ob-
rio orgánico (Burbacher y cois., 1990) o bifenilos policlo- servó que la relación tronco-estatura indicaba una menor
rinados (Rogan, 1986) y pesticidas (Willis y cois., 1993). longitud de las extremidades inferiores. Esto explicaría la
diferencia de estatura con otras etnias, pues se ha demos-
trado que el menor tamaño de las extremidades inferiores
Período fetal
es una fuente determinante de las diferencias de estatura
Se inicia durante la novena semana posfecundación (deci- entre poblaciones (Montenegro y cois., 1990).
moprimera de amenorrea) y se caracteriza por el crecimien-
to del cuerpo y por la maduración fisiológica de órganos y
sistemas.
119
OBSTETRICIA
Novena a duodécima semanas las 38 semanas, la piel es rosada y las mamas están pre-
sentes en ambos sexos.
posfecundación (undécima a
decimocuarta semanas de gestación)
Organogénesis
Es posible identificar por ultrasonografía los rasgos de la
cara, la cual es ancha, de órbitas muy separadas y pabello- Sistema cardiovascular
nes auriculares de implantación baja (Benacerraf, 1995).
En la décima semana posfecundación se observan las es- Es el primer sistema orgánico que alcanza el estado fun-
pirales intestinales en el extremo proximal del cordón um- cional en el embrión. La formación de vasos sanguíneos
bilical. Al final de las 12 semanas, los miembros superiores y de sangre se inicia en el mesénquima extraembrionario
alcanzan una longitud apreciable, pero los inferiores aún del saco vitelino y del corion, a partir de grupos de célu-
no están bien desarrollados. las angiógenas. En dichos cúmulos, las células ubicadas
centralmente se transforman en elementos hematopoyéti-
cos primitivos, en tanto que las periféricas se aplanan para
Decimoséptima a vigésima semana formar un endotelio. El corazón y los vasos sanguíneos em-
posfecundación (decimonovena a brionarios se forman posteriormente, de manera similar a
vigesimasegunda semanas de gestación) los elementos vasculares extraembrionarios. Posteriormen-
te, todos estos elementos vasculares aislados se interco-
El feto aumenta su longitud cráneo-nalgas hasta alrede- nectan, estableciéndose así el plan circulatorio del embrión
dor de 50 mm. Los miembros inferiores alcanzan su pro- (Larsen, 1997).
porción final relativa. La piel se cubre de un material graso
que se conoce como vérnix caseoso o unto sebáceo, cons- Corazón. El corazón deriva de un primordio tubular
tituido por una combinación de las glándulas sebáceas de doble, de disposición bilateral, que se forma en la hoja es-
la piel y células muertas; esta sustancia protege la piel fetal plácnica del mesodermo lateral, a partir de una estructura
del líquido amniótico. Hacia las 22 semanas de gestación, dispuesta como arco por delante y a los lados de la placa
el cuerpo de los fetos se recubre de un vello fino llamado neural del disco embrionario, la denominada placa cardio-
lanugo, que ayuda a conservar el vérnix caseoso en la piel; génica, constituida por agrupaciones de células angiógenas
además, aparecen las cejas y el cabello. que aparecen en el embrión a la tercera semana de edad
Durante las semanas 19 a 22 de gestación se forma posfecundación (quinta semana de edad gestacional) (FI-
la grasa parda, tejido productor de calor, en particular en GURA 6-16A).
recién nacidos, debido a la oxidación de ácidos grasos. La El corazón tubular está constituido por dos capas: endo-
grasa parda se encuentra en la nuca, espalda y en el área cardio y epimiocardio, separados por un tejido laxo, la gela-
perirrenal (Moore & Persaud, 1995). tina cardíaca. Esta estructura inicia sus latidos a principios
de la cuarta semana de vida embrionaria (sexta semana de
Vigésimo sexta a vigésimo novena edad gestacional); consecuentemente, a esa edad queda
establecida una circulación funcionante (Moore & Persaud,
semana posfecundación 1995).
(28™ a 31 ra semana de gestación)
Los continuos cambios de la forma corporal que experi-
Los pulmones y los capilares sanguíneos se desarro- menta el embrión, provocan el desplazamiento de ambos
llaron lo suficiente para proporcionar un intercambio de tubos cardíacos (llamados tubos endocárdicos) hacia la lí-
gases adecuado. El sistema nervioso central ha madurado nea media, donde se fusionan para constituir un solo tubo
lo suficiente para dirigir movimientos respiratorios rítmicos cardíaco. Este se inicia en posición ventral con respecto a
y controlar la temperatura corporal. A las 28 semanas de la faringe embrionaria y dentro de una cavidad que corres-
gestación, se abren los ojos, y se pueden observar las uñas ponde a la porción pericárdica del celoma intraembrionario.
de los dedos de las manos y de los pies y abundante grasa Este corazón primitivo permanece sostenido provisoriamen-
subcutánea (Moore & Persaud, 1995). te por un mesocardio dorsal y conectado por sus extremos
cefálico y caudal, respectivamente, con las aortas ventrales
embrionarias y el sistema venoso del embrión (FIGURAS
Trigésimo quinta a trigésimo octava se- 6-16A Y6-16B).
manas posfecundación
(37 míl a 40ma semanas de gestación) Debido a que el corazón tubular crece más rápidamente
que el tejido circundante, se incurva, adquiriendo el aspec-
El sistema nervioso ha madurado y puede llevar a cabo to de una "S" (FIGURA 6-16C) y se divide en una serie
alguna funciones ¡ntegradoras. Hacia las 36 semanas, las de segmentos interconectados, que, ordenados en sentido
circunferencias del cráneo y abdomen son casi iguales. A caudocefálico, corresponden al seno venoso, atrio (aurícula
120
Capítulo 6 | Desarrollo embrionario y elementos de feíación
cionar en forma distinta en el momento del nacimiento,
cuando comienza la respiración pulmonar.
Los cambios más notorios que experimenta el corazón
primitivo durante este período comprenden: el tabicamiento
interno, la incorporación a su pared de algunas estructuras
vasculares embrionarias y la formación de válvulas (FIGU-
RA 6-17A). El tabicamiento del corazón primitivo es pre-
pe
cedido por la formación de las almohadillas endocárdicas
(FIGURA 6-17B). Ellas son el resultado del engrasamien-
to de un tejido acelular invadido por células de origen en-
docárdico, que al crecer, emergiendo desde zonas opuestas
de la pared y fusionarse entre sí, cierran incompletamente
el canal auriculoventricular, dejando dos conductos auri-
culoventriculares, uno derecho y otro izquierdo (FIGURA
6-17C), en cuyas paredes se desarrollarán posteriormente
las válvulas mitral y tricúspide, respectivamente (Wenink &
Gittenberger de Groot, 1985; Icardo, 1989).
Desde la pared cefálica de la aurícula primitiva crece un
tabique, en dirección de las almohadillas endocárdicas, el
septum primum, que divide la aurícula en dos comparti-
mentos, uno derecho y otro izquierdo. El espacio que va
quedando entre el borde libre del septo y las almohadillas
endocárdicas, denominado foramen primum, constituye
una comunicación interauricular provisional. Poco antes
de que el septum primum se fusione completamente con
las almohadillas endocárdicas, obliterando el foramen pri-
mum, se forma una nueva comunicación en el sector ce-
fálico del septum primum, el llamado foramen secundum,
que mantiene la comunicación directa entre ambas aurí-
cp culas. Justo a la derecha del foramen secundum aparece
una nueva excrecencia, el septum secundum, que cubre
parcialmente el foramen secundum, dejando una abertura,
el foramen oval (de Botal), que persiste durante toda la
FIGURA 6-16. Cambios iniciales de posición del tubo vida intrauterina, permitiendo el paso directo de la sangre
cardíaco. Región cefálica de embriones humanos. A. em- oxigenada en la placenta desde la aurícula derecha hacia
brión de 5U semana de edad gestacional. a: aninios, e: la aurícula izquierda, lo que caracteriza la circulación em-
extremo cefálico del embrión, pe: placa cardiogénica. B. briofetal (Carlson, 1994).
embrión de fines de la 5ta semana de edad gestacional. Posteriormente, el tabicamiento del ventrículo primitivo,
ia: intestino anterior, te: tubo cardíaco, cp: cavidad pe- mediante el septum interventricular, genera los dos ven-
ricárdica. C. Embrión de 6U semana gestacional, te: tubo trículos (FIGURAS 6-17B Y C). Por otra parte, el tabi-
cardíaco, cp: cavidad pericárdica. camiento del tronco arterioso, por crecimiento y fusión de
las crestas troncoconales, forma los dos grandes vasos que
dan salida a la sangre del corazón: la aorta ascendente y
primitiva), ventrículo primitivo, bulbo cardíaco (arterial) y la arteria pulmonar. El seno venoso (cuyo sector izquierdo
tronco arterioso. La incurvación del corazón desplaza gra- involuciona) se incorpora a la aurícula derecha y el sector
dualmente el extremo venoso en dirección cefálica y hacia proximal de las venas pulmonares se incorpora a la au-
la derecha; en cambio, el extremo arterial sigue una direc- rícula izquierda. Paralelamente a estos cambios morfoge-
ción caudal y hacia la izquierda (Orts-Llorca y cois., 1982). néticos, se forman las válvulas auriculoventriculares, las
semilunares y las sinoauriculares, que regulan el flujo san-
En el transcurso del segundo mes de vida embrionaria, guíneo intracardíaco (McBride y cois., 1981; Orts-Llorca y
el corazón adquiere su estructura definitiva. Funcionalmen- cois., 1982).
te debe adecuarse a dos fines primordiales: participar en
el plan circulatorio embrionario, caracterizado porque los La circulación del embrión puede ser detectada por ul-
pulmones no funcionan y por lo tanto, la oxigenación de la trasonido a partir de las cinco semanas (siete semanas de
sangre ocurre en la placenta; y estar preparado para fun- amenorrea), momento en que el corazón late con una fre-
121
OBSTETRICIA
fv
FIGURA 6-17. Tabicamiento de la aurícula y ventrículo en cortes frontales de corazón. A, Inicio del tabicamiento de la
aurícula en la séptima semana de amenorrea, sp: septum primun, vs: válvulas venosas, ca: canal auriculoventricular. B.
op: foramen primun, ae: almohadilla endocárdica. C. octava semana de amenorrea, ss: septum secundum, os: foramen se-
cundum, ai: aurícula izquierda, af: almohadillas endocárdicas fusionadas, ca: conducto auriculoventricular derecho, fv:
foramen interventricular (Adaptado de: Hamilton WJ, Mossman HW. Embriología humana. Intermédica, 1973).
cuencia de 100 latidos por minuto. La frecuencia cardíaca (FIGURA 6-18A). El gran desarrollo de la región cefálica
fetal aumenta a 170 a 180 latidos por minuto al final de del embrión y el descenso del corazón primitivo, debido a
la 9™ semana, aumento que sucede en forma paralela al la formación del cuello, provocan profundos cambios en
incremento del tamaño del feto. Después, a medida que la la región de los arcos aórticos, que llevan al desarrollo de
gestación avanza, la frecuencia cardíaca fetal basal declina la circulación arterial definitiva (Moore & Persaud, 1995).
hasta 145 a 155 latidos por minuto, como consecuencia
A principios de la quinta semana posfecundación, los
de una mayor actividad vagal, debido a la maduración del
dos primeros pares de arcos aórticos han involucionado en
sistema nervioso parasimpático y al desarrollo normal de
su mayor parte. Las porciones remanentes de estos vasos
las estructuras cardíacas (Merchiers y cois., 1991; Carlson,
forman las arterias maxilares (primer arco), hioidea y del
1994).
músculo del estribo (segundo arco) (FIGURA 6-18B).
Sistema circulatorio. Al principio de la cuarta semana Durante la sexta semana posfecundación, el tercero,
después de la fecundación, el embrión presenta un sistema cuarto y sexto arcos aórticos crecen y el tronco arterioso
circulatorio incipiente, similar en ambos lados del cuerpo, se divide por un tabique helicoidal en dos grandes vasos:
constituido por un corazón primitivo, las arterias aórticas la aorta ascendente y la arteria pulmonar, de modo que
y umbilicales y las venas vitelinas, las umbilicales y las la sangre que penetra al saco aórtico desde el ventrículo
cardinales. derecho, pasa al sexto arco aórtico y desde allí a los esbo-
zos pulmonares, mientras que la sangre proveniente del
El sistema arterial primitivo consiste en un tronco princi-
ventrículo izquierdo pasa al tercero y cuarto arcos aórticos
pal, las aortas dorsales, que recorren longitudinalmente el
(FIGURAS 6-18B Y C) (Anderson & Ashley, 1974; Hi-
cuerpo del embrión. En el sector rostral del embrión existen
rakow, 1983).
dos aortas dorsales, una izquierda y otra derecha, en tanto
que en el sector caudal éstas se fusionan en el plano medio Los terceros arcos aórticos, al continuarse con el sector
y forman un vaso único que se continúa con las arterias craneal de las aortas dorsales, dan origen a las arterias
umbilicales. Estas últimas transportan sangre pobremente carótidas internas. En tanto, las aortas ventrales (prolon-
oxigenada y abandonan el cuerpo embrionario por el pedí- gaciones cefálicas del saco aórtico) se transforman en las
culo de fijación (estructura precursora del cordón umbilical) arterias carótidas externas, más allá de los terceros arcos
para capilarizarse en la placenta (Hirakow, 1983). aórticos (FIGURAS 6-18C Y 6-18D).
Durante la cuarta y quinta semanas posfecundación El cuarto par de arcos aórticos evoluciona en forma dife-
(sexta y séptima semana de edad gestacional), se forman rente a cada lado. En el lado izquierdo contribuye a formar,
en el mesénquima de los arcos faríngeos las arterias de- junto con el saco aórtico y la aorta dorsal, el cayado de la
nominadas arcos aórticos. En total aparecen seis pares de aorta. En el lado derecho se desconecta de la rama izquier-
arcos aórticos. Los arcos aórticos conectan el saco aórtico da en la zona de confluencia de las dos aortas dorsales y
(receptáculo que recibe la sangre que fluye desde el cora- contribuye a formar la arteria subclavia derecha (FIGURAS
zón primitivo) con la aorta dorsal de cada lado del embrión 6-18C YÓ-18D).
122
Capílu lo 6 Desarrollo embrionario y elementos de/elación
vp
FIGURA 6-19. Evolución de los sistemas venosos vitelino
y umbilical, sv: seno venosos, vcc: vena cardinal común,
he: conducto hepatocardíaco, sh: sinusoides hepáticos,
vu: vena umbilical, cv: conducto venoso, vu¡: vena um-
FIGURA 6-18. Evolución de los arcos aórticos. Las líneas bilical izquierda, vp: vena porta, d: duodeno, vv: venas
segmentadas indican los vasos obliterados. \n vitelinas (onfalomesentéricas), vh: venas hepáticas, rp:
inicial, aa: arcos aórticos, sa: saco aórtico, ad: aorta dor- ramas portales, ve:vena esplénica, p: páncreas, vu: vena
sal. B y C. Rp: ramas pulmonares, ace: arteria carótida umbilical izquierda, vm: vena mesentérica superior, vci:
externa, aci: arteria carótida interna, ca: cayado aórtico, porción hepática de la vena cava inferior.
ai: séptima arteria intersegmentaria. D. Arterias deriva-
das definitivas, av: arteria vertebral, asd: arteria subcla-
via derecha, asi: arteria subclavia izquierda, as: arterias
segmentarias, ace: arteria carótida externa, aci: arteria Desde los sectores de la aorta dorsal que persisten se
carótida interna. desprenden ramas que van a irrigar las diferentes partes
del embrión, como las arterias intersegmentarias, las arte-
rias laterales, las arterias onfalomesentéricas y las arterias
umbilicales, todas las cuales van a servir de base para la
El sexto par de arcos aórticos participa en parte en la formación de las arterias corporales definitivas.
formación de las arterias pulmonares. La porción distal del
sexto arco aórtico izquierdo persiste hasta el término de la El sistema venoso del embrión está integrado por tres
gestación como ductus arteriosas, desviando hacia el caya- troncos principales: las venas vitelinas (onfalomesentéri-
do aórtico parte del flujo sanguíneo destinado a los esbozos cas), las venas umbilicales y las venas cardinales. Estos
pulmonares (FIGURAS 6-18C Y D). tres troncos venosos confluyen en forma separada al seno
venoso del lado respectivo, donde vierten la sangre recupe-
Todos estos cambios determinan que aquellas zonas del rada desde el cuerpo del embrión y sus anexos (FIGURA
sistema de arcos aórticos primitivos en que deja de fluir la 6-19A).
sangre, ¡nvolucionan. Así, desaparecen el segmento de la
aorta dorsal que conecta los terceros con los cuartos arcos Las venas vitelinas se originan en el mesodermo es-
aórticos, el quinto par de arcos aórticos y el segmento distal plácnlco de la pared del saco vitelino, forman un plexo
del sexto arco aórtico derecho (FIGURA 6-18D) (Carlson, alrededor del duodeno, atraviesan el septum transver-
1994). sum y acceden al hígado, donde vierten la sangre en los
123
OBSTETRICIA
sinusoides hepáticos. Los sinusoides hepáticos confluyen mal de la vena cardinal anterior derecha, más el conducto
en los segmentos más proximales, izquierdo y derecho, de de Cuvier, terminan en la vena cava superior. Por otra parte,
las venas vitelinas, las que finalmente desembocan en los el sector distal de ambas venas cardinales anteriores se
senos venosos respectivos. Debido a la involución del seno transforma en las venas braquiocefálicas y en las venas
venoso izquierdo, la sangre que proviene del lado izquierdo yugulares.
del hígado es desviada hacia el seno venoso derecho, con
lo que se agranda la vena vitelina derecha, constituyéndose Circulación fetal. Durante la vida intrauterina, la san-
en el conducto hepatocardíaco. Este conducto constituye el gre rica en oxígeno regresa desde la placenta al hígado por
segmento prehepático de la vena cava inferior. En su sector la vena umbilical; en este órgano y a través del conducto
distal las venas vitelinas dan origen a la vena porta (FIGU- venoso de Arancio, la sangre alcanza la vena cava inferior,
RA 6-19) (Moore& Persaud, 1995). sitio donde la sangre se mezcla con pequeñas cantidades
de sangre pobremente oxigenada, proveniente de la región
Las venas umbilicales se originan en las vellosidades co-
caudal del cuerpo, así como de los sinusoides hepáticos
riónicas de la placenta y entran al cuerpo del embrión con
y de la vena porta. Desde la vena cava inferior, la sangre
sangre oxigenada a través del cordón umbilical. En un prin-
pasa a la aurícula izquierda, donde se divide en dos siste-
cipio, estos vasos vacían la sangre en el seno venoso del
mas circulatorios; uno principal, con sangre rica en oxígeno
lado respectivo, después de pasar por el hígado, donde se
que se dirige a la aurícula izquierda a través del foramen
comunican con los sinusoides hepáticos. Posteriormente,
aval, donde se une con la sangre desoxigenada que llega
la vena umbilical derecha y la porción proximal de la vena
por las venas pulmonares. Desde la aurícula izquierda la
umbilical izquierda involucionan. La porción remanente de
sangre pasa al ventrículo izquierdo, y de allí, por vía de la
la vena umbilical izquierda transporta la sangre oxigenada
arteria aorta se distribuye en la cabeza, las extremidades
desde la placenta al hígado del feto. El aumento notable
superiores y el miocardio, que se ven favorecidos por esta
del flujo sanguíneo placentario crea en el hígado una vía
sangre rica en oxígeno. La corriente secundaria, después
sanguínea preferencial, el conducto venoso de Arancio, que
de mezclarse con la sangre venosa proveniente de la vena
une la vena umbilical izquierda con el conducto hepatocar-
cava superior, se dirige al ventrículo derecho y desde allí a
díaco derecho (segmento hepático de la vena cava inferior)
los pulmones a través de las arterias pulmonares y al caya-
(FIGURA 6-19).
do aórtico, mediante el ductus arteriosas. Desde la región
Las venas cardinales comprenden las venas cardina- distal de la arteria aorta la sangre desoxigenada regresa a
les anteriores, que drenan la sangre de la región cefálica la placenta a través de las arterias umbilicales (FIGURA
del embrión; las venas cardinales posteriores, que drenan 6-20).
la sangre proveniente de la pared corporal, los ríñones y
la columna vertebral; y la vena cardinal común (conduc- Cambios en el sistema circulatorio durante el na-
to de Cuvier), que constituye el punto de confluencia del cimiento. En el sistema circulatorio fetal ocurren cambios
sistema cardinal y que desemboca en el seno venoso del trascendentales, provocados por la interrupción brusca de
lado respectivo (FIGURA 6-19A). La mayor parte de las la circulación sanguínea placentaria y el inicio de la respi-
venas cardinales posteriores desaparecen. Sus porciones ración pulmonar. La sangre pobremente oxigenada, prove-
persistentes dan origen a las venas ilíacas comunes y a la niente del ventrículo derecho y que antes se desviaba en
raíz del sistema ácigos. Entre la quinta y la séptima sema- parte hacia el ductus arterioso, pasa ahora en su totalidad
nas posfecundación, aparecen varias venas de disposición a los pulmones por la arteria pulmonar. Asociados a este
longitudinal, interconectadas por anastomosis. Estas venas cambio, el ductus se oblitera y se transforma en el ligamen-
son subsidiarias de las venas cardinales posteriores. Las to arterioso (Carlson, 1994).
principales son: las venas subcardinales, que drenan san-
La supresión de la circulación placentaria (al contraerse
gre desde los ríñones y el primordio gonadal y contribuyen
las arterias umbilicales) y el aumento del flujo sanguíneo,
a formar el segmento renal de la vena cava inferior; las
proveniente de los pulmones, provocan un aumento de la
venas sacrocardinales, que reciben sangre desde las extre-
presión en la aurícula izquierda y su consiguiente dismi-
midades inferiores, y las venas supracardinales, que contri-
nución en la aurícula derecha. Dicho fenómeno determina
buyen a formar el sistema ácigos y el segmento posrenal de
el cierre del foramen oval y la separación definitiva de las
la vena cava inferior (Moore & Persaud, 1995).
dos aurículas. Más tarde, los vasos fetales principales de
En la octava semana posfecundación se establece una la circulación placentaria, tales como el conducto venoso
anastomosis entre las venas cardinales anteriores de am- y los vasos umbilicales, involucionan y se transforman en
bos lados, produciéndose un drenaje sanguíneo desde la ligamentos viscerales.
vena cardinal izquierda hacia la derecha. La porción proxi-
124
CapítuJo 6
de desde la cavidad oral hasta el nacimiento del esbozo
del aparato respiratorio y una región posterior, que se ex-
tiende desde el nacimiento del esbozo respiratorio hasta el
segmento inicial del duodeno (FIGURA 6-21). Desde la
región faríngea se origina la faringe, la lengua, las amíg-
ap- dalas y las glándulas salivales. La región posterior forma
vpu el esófago, el estómago y la parte del duodeno y también
los esbozos hepatobiliar, pancreático dorsal y pancreático
ventral (FIGURA 6-21).
IP
cv
ST
FIGURA 6-20. Circulación fetal. Las flechas muestran la
FIGURA 6-21. Formación del intestino primitivo (sép-
dirección del flujo sanguíneo. El punteado representa
tima semana de amenorrea). F: intestino faríngeo con
el grado de desoxigenación de la sangre, ves: vena cava
sus bolsas faríngeas, TB: tabique traqueoesofágico, se-
superior, ap: arteria pulmonar, vpu: vena pulmonar, vci:
parando el brote traqueo bronquial del esófago. E: estó-
vena cava inferior, h: hígado, cv: conducto venoso, vp:
vena porta, vu: vena umbilical, vic: vena ilíaca común, mago, CP: cavidad pericárdica, ST: septum transversum o
aic: arteria ilíaca común, au: arterias umbilicales, v: ve- futuro diafragma, H: esbozo hepático, VB: esbozo biliar,
jiga, cu: cordón umbilical, ca: cayado aórtico, da: ductus PD: páncreas dorsal. En el intestino medio se observa la
arteriosas, p: pulmón, ai: aurícula izquierda, vi: ventrículo rotación de las ramas cefálica y caudal, ambas están co-
izquierdo, ad: aorta descendente. nectadas con el saco vitelino por el conducto onfalome-
sentérico (CV). IP: intestino posterior. (Modificado de:
Gómez Dumm. Atlas de embriología humana. Buenos
Aires: Celsius JJ Vallory, 1978).
Aparato digestivo
La formación del intestino primitivo se inicia durante la
Intestino anterior. Durante la sexta semana de ame-
cuarta semana después de la fecundación, cuando se in-
norrea, aparece un tabique llamado traqueoesofágico, que
corpora parte del saco vitelino en el embrión, como conse-
separa el esófago de la tráquea (FIGURA 6-21). Poste-
cuencia del plegamiento del cuerpo en sentido transversal
riormente, en embriones de más edad, el epitelio de re-
(FIGURA 6-10). Del endodermo del intestino primitivo se
vestimiento prolifera y oblitera toda la luz del esófago,
origina el epitelio de revestimiento y el epitelio glandular
convirtiéndolo en una estructura maciza, que normalmente
del tubo digestivo, mientras que, del mesodermo esplácni-
se recanaliza hacia la décima semana de amenorrea.
co que reviste externamente el endodermo, se diferencia el
tejido conjuntivo, la capa muscular y la serosa o peritoneo El tercio superior del esófago está formado por una capa
del tubo digestivo. de musculatura originada del mesénquima de los arcos fa-
ríngeos; en cambio, los segmentos medio y distal presentan
El intestino primitivo se divide en tres partes: intesti-
una capa muscular lisa, formada a partir del mesénquima
no anterior, intestino medio e intestino posterior. Durante
esplácnico circundante. La ultrasonografía permite obser-
la séptima semana de amenorrea, el intestino anterior se
var los segmentos medio y distal el esófago, pero es muy
diferencia, a su vez, en una región faríngea, que se extien-
difícil ver su tercio superior (Filly, 1995).
125
OBSTETRICIA
Durante la séptima semana de amenorrea, el estóma- Casi todo el páncreas deriva del esbozo dorsal, pero el
go adquiere su forma característica, debido al crecimien- proceso estrangulado (istmo) y parte de la cabeza del pán-
to desigual sus bordes dorsal y ventral (FIGURA 6-21); creas provienen del esbozo ventral. Los islotes pancreáticos
además, experimenta cambios de posición que lo llevan a se desarrollan a partir de algunas células que se separan de
su localización definitiva, un giro de izquierda a derecha, los conductos primitivos. La secreción de insulina se inicia
aproximadamente de 90° respecto del eje sagital, arras- aproximadamente durante la décima semana posfecunda-
tra al mesogastrio dorsal, determinando la formación de la ción (decimosegunda semana de amenorrea), y el gluca-
trascavidad de los epiplones (Menard & Arsenault, 1990). gón aparece en el plasma fetal a la decimoséptima semana
de amenorrea. En las ultrasonografías el tejido pancreático
En estudios ultrasonográficos el estómago se puede
se observa por detrás del estómago.
identificar entre las 13 y 16 semanas de gestación, ya que
se observa en su cavidad el líquido amniótico deglutido El hígado, la vesícula biliar y el sistema de conductos
por el feto. El estómago se observa en el hemiabdomen biliares se forman desde una evaginación ventral de la
izquierdo y cambia de tamaño de manera considerable, de- porción caudal del intestino anterior (FIGURA 6-21). Las
pendiendo del volumen del líquido amniótico contenido en células endodérmicas del divertículo hepático crecen hacia
su cavidad (Goldstein, 1995; Filly, 1995). el septum transverso, que corresponde al tabique de me-
sodermo esplácnico, que se encuentra entre el corazón y el
El páncreas se origina de dos yemas, una dorsal y otra
intestino medio. Una vez en el septum transverso, las cé-
ventral, las cuales se formaron de células endodérmicas
lulas hepáticas proliferan formando los cordones hepáticos,
presentes en el duodeno (FIGURA 6-21). Primero apare-
los cuales se entrecruzan con ramificaciones de las venas
ce la yema pancreática dorsal, que crece en el mesenterio
vitelinas que originan los sinusoides hepáticos (FIGURA
dorsal; la yema pancreática ventral se desarrolla cerca de la
6-19). El tejido conectivo del hígado deriva del mesén-
entrada del colédoco en el duodeno (FIGURA 6-22) y cre-
quima del septum transverso. El hígado fetal es de grandes
ce entre las capas del mesogastrio ventral. A medida que
dimensiones y se extiende a lo ancho del abdomen, de
el duodeno gira hacia la derecha y toma la forma de arco,
modo que el lóbulo izquierdo contacta siempre con la pared
la yema pancreática ventral es arrastrada, juntamente con
abdominal izquierda.
el colédoco, hacia la región dorsal (FIGURA 6-22). Pronto
ambas yemas pancreáticas quedan juntas y terminan por El hígado es el órgano en el que se desarrolla la mayor
fusionarse (Le Douarin, 1998). parte de la hematopoyesis fetal, la que comienza entre las
8 y 14 semanas de gestación. Esta actividad le proporciona
un aspecto rojizo brillante y un gran tamaño. La forma-
ción de bilis por las células hepáticas comienza al final del
primer trimestre (Goldstein, 1995). El hígado sintetiza la
CH alfafetoproteína, que alcanza niveles séricos máximos a las
14 semanas de amenorrea. Niveles séricos aumentados de
esta glicoproteína pueden indicar malformaciones fetales
(Wallery cois., 1993; Filly, 1995) (consultar Capítulo 67:
Genética y perinatología).
A la sexta semana de vida embrionaria, el conducto he-
PV CPC patobiliar da origen a la vesícula biliar y a su conexión con
el conducto cístico, cuya desembocadura separa el conduc-
to hepático del colédoco (FIGURA 6-22). La vesícula biliar
FIGURA 6-22. Formación del páncreas y vesícula biliar: es visible a la ultrasonografía a partir de las 20 semanas
A/ La Hecha indica la dirección de la rotación del duo- de gestación (Goldstein, 1995). La vesícula biliar y el es-
deno. E: estómago, PD: páncreas dorsal, PV: páncreas tómago son las únicas partes del sistema gastrointestinal
ventral, CO: colédoco, CC: conducto cístico y vesícula fetal subdiafragmático que normalmente contienen líquido.
biliar, CH: conducto hepático. El duodeno gira hacia la
derecha y la yema pancreática ventral es arrastrada con Intestino medio. Durante la quinta semana posfecun-
el colédoco hacia la región dorsal, para fusionarse con dación el intestino medio origina el asa intestinal primitiva,
el páncreas dorsal. CPA: conducto pancreático accesorio, la cual mantiene su comunicación con el saco vitelino a
CPC: conducto pancreático común. VB: vesícula biliar.
través del conducto onfalomesentérico. Este conducto debe
(Modificado de: Gómez Durnm. Atlas de embriología hu-
involucionar posteriormente (FIGURA 6-21). El intestino
mana. Buenos Aires: Celsius JJ Vallory, 1978).
medio da origen a una rama craneal y a una caudal. Desde
la rama craneal se origina un segmento del duodeno, el
yeyuno y la primera parte del íleon. Desde la rama caudal
se origina la segunda región del íleon, el colon ascendente
126
y parte del colon transverso. El borde dorsal del intestino intestino posterior y una porción inferior, formada por el
medio permanece unido al peritoneo parietal por medio del ectodermo del proctodeo.
mesenterio dorsal. En el espesor de este meso transcurre la
arteria mesentérica superior, rama de la aorta.
AD
Durante la octava semana de amenorrea, se forma la
hernia umbilical, debido a que los órganos internos ex-
perimentan un gran desarrollo en comparación con el mí-
nimo crecimiento del cuerpo del embrión. El intestino no
cabe dentro de la cavidad abdominal, se hernia hacia el
exoceloma del cordón umbilical, constituyendo una hernia
umbilical fisiológica (FIGURA 6 - 1 1 ) . Mientras esto ocu-
rre, las ramas del asa intestinal rotan en 90°, en sentido
contrario a las agujas del reloj y sobre un eje constituido
por la arteria mesentérica superior. En la décima semana
de amenorrea, ya se ha reducido el tamaño del hígado y de
los ríñones, facilitando el regreso del intestino al abdomen,
lo cual se produce en un perfecto orden: primero lo hace
el yeyuno, que se ubica al lado izquierdo y aumenta noto-
riamente de longitud; la última porción del intestino medio
que se incorpora a la cavidad abdominal corresponde al FIGURA 6-23. Derivados del intestino medio y posterior
esbozo del ciego, que ahora se ubica en el cuadrante su- y retorno de la hernia umbilical fisiológica. A. Décima
perior derecho de la cavidad abdominal, cerca del hígado semana de amenorrea. Y: yeyuno-íleon, CV: conducto vi-
(FIGURA 6-23). Mientras los intestinos entran a la cavi- telino u onl'alomesentérico, C: ciego, en cuadrante su-
dad abdominal, continúan girando en otros 180° más en perior derecho, AD: aorta dorsal, PP: peritoneo parietal,
torno a la arteria mesentérica superior (Moore & Persaud, M: mesenterio, Co: colon descendente. B. Período fetal
1995). avanzado. CA: colon ascendente, A: apéndice, E: estó-
mago, D: duodeno, YI: yeyuno-íleon, CT: colon trans-
En el período fetal la rama caudal del intestino medio verso, CD: colon descendente, R: recto (Modificado de:
experimenta un alargamiento para formar el colon ascen- Gómez Dumm. Alias de embriología humana. Buenos
dente, y desplaza el ciego hasta la fosa ilíaca derecha, que Aires: Celsius JJ Vallory, 1978).
es su destino definitivo. El apéndice vermiforme o ¡leocecal
nace como un divertículo del ciego, que se desarrolla al
final de la gestación y durante los primeros años de vida
posnatal (FIGURA 6-23). Durante el período fetal el aparato digestivo no es es
completamente funcional, debido a que el feto adquiere
Intestino posterior. Origina parte del colon transverso, su nutrición de la sangre materna a través de la placen-
el colon descendente, el colon sigmoides, el recto y parte ta. El aparato digestivo se prepara para asumir su función
del conducto anorrectal. Ultrasonográficamente, el colon se después del nacimiento; gran parte del período fetal está
identifica por primera vez al finalizar el segundo trimestre; destinado a la diferenciación celular del epitelio del intesti-
y se localiza en los flancos y en el hemiabdomen superior. no, a la adaptación bioquímica de sus diferentes regiones
A la inversa del intestino delgado, el colon no suele mos- para la función digestiva y al desarrollo de la motilidad (Ro-
trar peristalsis, sino que actúa como reservorio del meconio mero y cois., 1988). Entre las semanas 11 y 12 de ges-
(Goldstein, 1995). tación, en el estómago se diferencian las células parietales
Durante la séptima semana de amenorrea, el intestino (productoras de HC1) y las células principales (producto-
posterior desemboca en la cloaca (FIGURA 6-21). Un ras de pepsinógeno), que no elaboran secreción durante la
tabique urorrectal comienza a crecer hacia la membrana vida fetal (Carlson, 1994).
cloacal. Durante la novena semana de amenorrea, el ta- La diferenciación del complejo neuromuscular del tracto
bique urorrectal termina por contactar con la membrana digestivo sigue una gradiente que se inicia en el esófago a
cloacal, originándose de este modo una membrana uroge- las seis semanas de edad embrionaria. La formación del
nital y una membrana anal; en ese momento, el intestino plexo mientérico (neuronas parasimpáticas) a lo largo del
posterior constituye el conducto anorrectal y queda separa- tracto digestivo se completa a las doce semanas de vida
do del seno urogenital. intrauterina. La primera actividad rítmica espontánea del
El proctodeo es una depresión ectodérmica en cuyo intestino delgado ocurre en la séptima semana, lo que co-
fondo aparece la membrana anal. El conducto anal que- incide con la diferenciación de la capa muscular circular
da constituido por una porción superior, originada por el interna.
I 127
OBSTETRICIA
La formación de meconio comienza después de las 15 bronquíolos y los bronquíolos terminales. En este perío-
a 16 semanas de amenorrea. Esta sustancia es una mez- do no es posible la supervivencia en caso de nacimiento
cla verdosa de células intestinales descamadas, lanugo, y (Pringle, 1986).
secreción biliar que se encuentran en el íleon y en el colon
b. Etapa canalicular, desde las semanas 19 a 28 de ges-
(Goldstein, 1995).
tación, caracterizada por la división de cada bronquío-
Los fetos de término degluten 200 a 750 mL de fluido lo terminal en dos bronquíolos respiratorios, los cuales
amniótico por día. Este fluido amniótico contiene factores originan los conductos alveolares. Los bronquíolos res-
de crecimiento que facilitan la diferenciación de células epi- piratorios presentan alvéolos en su pared, y por ello
teliales en el tracto digestivo. Sin embargo, los movimientos participan en la respiración, ya que se encuentran en
de succión aparecen tardíamente en el desarrollo fetal, ob- estrecha relación con numerosos capilares sanguíneos
servándose sólo desde las 34 semanas de gestación. (Pringle, 1986, Moore & Persaud, 1995).
c. Etapa del saco terminal, transcurre desde las 29 sema-
Aparato respiratorio nas de gestación hasta el nacimiento. En el pulmón se
forman los sacos terminales y los alvéolos, estos últi-
Durante la cuarta semana de vida embrionaria (sexta mos establecen íntimo contacto con los capilares. En el
semana de edad gestacional), emerge el divertículo res- séptimo mes de embarazo ya se ha desarrollado cierto
piratorio en forma de evaginación de la pared ventral del número de capilares, lo que permite el intercambio de
intestino anterior. El epitelio de revestimiento de la laringe, gases y la supervivencia del recién nacido prematuro.
tráquea, bronquios y pulmones, tiene un origen endodérmi- En este período disminuye la altura de las células al-
co; los tejidos cartilaginoso y muscular de la tráquea y los veolares o neumocltos tipo I y se transforman en células
pulmones derivan del mesodermo esplácnico del intestino aplanadas. El íntimo contacto que se establece entre es-
anterior (Kitterman, 1984). tas células y el endotelio de los capilares constituye la
El esbozo pulmonar se comunica con el intestino an- barrera hematogaseosa (Burri, 1984).
terior precozmente; pero cuando el divertículo se extiende
en dirección caudal, queda separado por la aparición de Un aspecto importante del desarrollo del pulmón fetal
dos rebordes longitudinales, denominados rebordes tra- es la secreción del factor surfactante pulmonar por los
queoesofágicos. Al fusionarse estos rebordes se forma el neumocitos tipo II, que se inicia alrededor de las 24 se-
tabique traqueoesofágico; de este modo el intestino ante- manas de gestación. El surfactante pulmonar es una mez-
rior queda dividido en una porción dorsal, el esófago y otra cla de fosfolípidos y proteínas que reviste la superficie de
ventral, la tráquea y los esbozos pulmonares. Se mantie- los alvéolos, disminuye la tensión superficial, reduciendo
ne el contacto entre estas dos estructuras por medio de la fuerza inspiratoria requerida para distender el alvéolo,
la laringe, que está formada por tejido del cuarto y sexto previniendo el colapso del alvéolo durante la inspiración.
arco faríngeo. El esbozo endodérmico del pulmón crece en Unas pocas semanas antes del nacimiento, la producción
el mesénquima esplácnico y allí se ramifica para formar de surfactante es mayor que en cualquier otro período de la
los distintos tipos de bronquios. Existen varias moléculas vida del individuo, de este modo, se produce una adapta-
producidas por el mesénquima que determinan el patrón ción funcional que prepara al recién nacido para la primera
de ramificación de los elementos distales del esbozo respi- respiración. Varias hormonas y factores de crecimiento es-
ratorio e inhiben la ramificación de las regiones proximales tán involucrados en la síntesis de surfactante, destacán-
del árbol respiratorio. Algunos de estos factores involucra- dose entre ellas la hormona tiroidea y los glucocorticoides
dos son el ácido retinoico, el factor de crecimiento epitelial (Joyce-Bradley & Brody, 1990).
(EGF), el factor de crecimiento plaquetario (PDGF), el factor La ultrasonografía ha demostrado que el feto presenta
de crecimiento transformante-a (TGFa) y el factor de creci- movimientos respiratorios desde las 11 semanas. El feto
miento transformante-p (TGFp) (Cardoso, 1995). alterna períodos de respiración rápida con períodos de ap-
Los pulmones se desarrollan en cavidades pleurales pri- nea. La frecuencia respiratoria es mayor en la noche y me-
mitivas. El mesodermo, que recubre la parte externa del nor en la mañana. Cuando la madre fuma, se produce una
pulmón, se convierte en pleura visceral. La hoja somática rápida disminución de la respiración del feto, durante más
del mesodermo que cubre interiormente la pared del cuer- de una hora (Carlson, 1994).
po se transforma en pleura parietal. Se forma así un espa- Existen tres factores muy importantes para el desarrollo
cio virtual entre ambas hojas pleurales: la cavidad pleural. pulmonar fetal:
En el desarrollo pulmonar se identifican las siguientes - espacio torácico adecuado para el crecimiento;
etapas: - movimientos respiratorios fetales que determinan la as-
a. Etapa pseudoglandular, durante la 7ma a 18va semana piración del líquido amniótico; y
de gestación, en la que se forman los bronquios, los - volumen adecuado de líquido amniótico.
128
Capítulo 6 | Desarrollo embrionario y elementos de ¡elación
Estos factores estimulan el crecimiento de los pulmones
y el condicionamiento de los músculos de la respiración
(Sherer y cois., 1990; Goldstein, 1995). Los movimientos
respiratorios después del nacimiento hacen que entre aire a
los pulmones, los cuales se expanden notoriamente.
Aparato urinario
En el embrión humano se forman tres pares de siste-
mas renales: pronefros, mesonefros y metanefros (FI-
GURA 6-24). El pronefros es una estructura transitoria y
sin función. El mesonefros aparece al final de la cuarta
semana posfecundación, y se diferencia en el mesodermo
intermedio de la región torácica y lumbar (FIGURAS 6-12
Y 6-24); está constituido por glomérulos y túbulos meso-
néfricos que se abren en un conducto, llamado mesonéfrico
o de Wolff, el cual discurre en sentido caudal hasta desem-
bocar en el seno urogenital, que es un derivado de la cloaca
(FIGURA 6-24).
MT
Desde la quinta semana de vida embrionaria, el meso-
nefros elabora pequeñas cantidades de orina muy diluida.
Con posterioridad al primer trimestre de gestación pierde FIGURA 6-24. Riñones del embrión en la quinta semana
esta función y comienza a degenerar, sin embargo, los tú- después de la fecundación (séptima semana de ameno-
bulos mesonéfricos se transforman en los conductos efe- rrea). PN: pronefros, con sus respectivos túbulos proné-
rentes del epidídimo, y el conducto mesonéfrico o de Wolff fricos en involución, MS: mesonefros, W: conducto mesi-
formará parte de las vías genitales masculinas (Carlson, néfrico o de Wolf, MT: metanefros o riñon definitivo, CL:
1994). cloaca, A: alan.toid.es.
El metanefros o riñon permanente se desarrolla durante
la quinta semana posfecundación y forma orina desde la
novena semana posfecundación. Esta orina es excretada frico y lo induce a formar tubos contorneados renales. Los
en la cavidad amniótica, constituyendo la mayor parte del extremos de estos tubos se invaginan por la protrusión de
líquido amniótico, el cual es tragado por el feto y absorbido los primitivos capilares glomerulares que provienen de la
en el intestino. Los productos de desecho son llevados, a aorta dorsal. De esta manera, desde el mesodermo meta-
través de la placenta, hacia la sangre materna. néfrico se forma la nefrona, la cual está constituida por el
corpúsculo renal o glomérulo, el tubo contorneado proxi-
El metanefros se desarrolla a partir de dos esbozos di- mal, el asa de Henle y el tubo contorneado distal. Cada
ferentes: la yema ureteral o divertículo metanéfrico, que es tubo contorneado distal se une a un tubo colector. Los ríño-
una evaginación proveniente del conducto mesonéfrico lo-
nes fetales se subdividen en lóbulos, pero esta lobulación
calizada cerca de su entrada a la cloaca, que da origen al desaparece durante la infancia; sin embargo, la diferencia-
uréter, pelvis renal, cálices y tubos colectores; y el blastema ción, el crecimiento, y la maduración de los componentes
metanéfrico o mesodermo metanéfrico, que corresponde al de la nefrona continúan después del nacimiento (Patterson
mesodermo intermedio lumbosacro y origina las nefronas
& Dressler, 1994; Moore & Persaud, 1995).
(FIGURAS 6 - 2 5 A v B ) .
A medida que la yema ureteral o divertículo metanéfrico Cambios de posición de los ríñones. Durante la
se alarga, penetra en el mesodermo metanéfrico, lo que quinta y sexta semana posfecundación, los ríñones se lo-
origina la formación de una caperuza sobre su extremo ex- calizan en la pelvis, muy próximos entre sí. Debido al cre-
pandido y luego se inicia una serie de procesos inductivos cimiento desproporcionado de la región lumbar y sacra, los
entre ambos tejidos. El tallo del divertículo metanéfrico se ríñones pasan al abdomen y se separan. Hacia la novena
transforma en uréter y su extremo craneal forma la pelvis semana posfecundación, los ríñones alcanzan su posición
renal (FIGURA 6-25B). Las cuatro primeras generaciones definitiva y se ubican retroperitonealmente, en contacto con
de túbulos colectores dan origen a los cálices mayores y las la pared posterior del abdomen. En este momento, los rí-
siguientes a los cálices menores; las generaciones siguien- ñones entran en contacto con las glándulas suprarrenales
tes forman tubos colectores (FIGURA 6-25B). El extremo y se detiene su ascenso. Durante la quinta semana, el hilio
de los tubos colectores actúa sobre el mesodermo metané- renal mira hacia la parte ventral del cuerpo, pero a medida
129
OBSTETRICIA
de osificación de la columna lumbar (FIGURA 6-27). La
lobulación normal de los ríñones fetales se puede observar
muy bien por medio de la ultrasonografía (Lawson y cois.,
1981; Patriquinycols., 1990; Mahoni, 1995).
La vejiga urinaria proviene del seno urogenital. El epi-
telio de la vejiga se origina en el endodermo de la parte
vesical del seno urogenital; las otras capas de su pared se
desarrollan del mesénquima esplácnico adyacente. La
uretra femenina y casi toda la uretra masculina tienen un
origen similar. A medida que la vejiga crece, las porciones
distales de los conductos mesonéfricos se incorporan den-
tro de su pared; asociados a estos cambios, los uréteres
se abren por separado en la vejiga urinaria. Debido a la
tracción que ejercen los ríñones durante su ascenso, los
orificios de los uréteres se desplazan hacia arriba y afuera
CM y penetran en forma oblicua en la base de la vejiga. Los
orificios de los conductos mesonéfricos se ubican muy cer-
PR
ca entre sí y penetran en la parte prostética de la uretra,
transformados en conductos deferentes (FIGURA 6-26).
Ultrasonográficamente, poco después del comienzo de
la producción fetal de orina (novena semana de amenorrea)
es posible observarla en la vejiga del feto. La vejiga tiene
YU una pared muy delgada que es prácticamente invisible y
U CM ocupa una posición anterior en la línea media dentro de la
pelvis fetal (FIGURAS 6-15, 6-26 Y 6-27). Cuando está
distendida, adquiere forma esférica o elíptica. Los cambios
FIGURA 6-25. A. Formación de! metanefros o riñon de- de volumen permiten diferenciar a este órgano de otras
finitivo y división de la cloaca en un embrión de cinco estructuras pélvicas quísticas. Las arterias ilíacas internas
semanas posfecundación (séptima de amenorrea). YU: transcurren, en su trayecto hacia el ombligo, alrededor de
yema ureteral que emerge corno una evaginación dorsal sus márgenes laterales, lo que ayuda a la identificación de
del conducto mesonéfrico y contacta con el blastema me- la vejiga (Mahoni, 1995).
tanéfrico (MT) para formar el riñon definitivo. TU: tabi-
que urorrectal que divide la cloaca en el seno urogenital
Glándulas suprarrenales. Las glándulas suprarrena-
(SU) y en el canal anal (CA). MA: membrana cloacal,
les (FIGURA 6-27) alcanzan un tamaño que es proporcio-
MS: mesonefros, G: gónada indiferenciada, W: conducto
nalmente 10 a 20 veces mayor en el feto que en el adulto.
mesonéfrico, A: alanloides. B. Etapas del desarrollo del
Están formadas por dos órganos endocrinos diferentes: la
divertículo metanéfrico. YU: yema ureteral, B: blastema
médula y la corteza suprarrenal; la médula tiene origen
metanéfrico, U: uréter, PR: pelvis renal, C: cálices mayo-
res, CM: cálices menores, TC: tubos colectores. ectodérmico y la corteza es un derivado mesodérmico. El
gran tamaño de las glándulas suprarrenales está dado por
la corteza, la cual disminuye de tamaño después del na-
cimiento. La corteza se desarrolla por agregación de célu-
que el riñon asciende, gira en 90° en sentido medial. Al- las mesenquimales subyacentes al epitelio celómico que
rededor de la novena semana, el hilio renal se dirige hacia reviste la pared abdominal posterior, entre el mesenterio
delante y hacia la línea media. dorsal y la gónada en desarrollo, lo que ocurre durante la
octava semana posfecundación. La médula se origina en
La ultrasonografía transvaginal permite observar los ríño-
el neurectodermo, por migración de los neuroblastos des-
nes fetales desde las 12 semanas de amenorrea, mientras
de la cresta neural. Las hormonas fetales de las glándulas
que la ultrasonografía abdominal visualiza los ríñones feta-
suprarrenales influyen en la maduración de los pulmones,
les a partir de la 14ta semana. En la visión longitudinal, los
del hígado y del epitelio del tracto digestivo. Después del
ríñones muestran una forma elíptica y abarcan la longitud
nacimiento la corteza adrenal fetal involuciona rápidamen-
de cuatro a cinco cuerpos vertebrales. En un corte trans-
te (Pepe & Al brecht, 1990).
versal, presentan aspecto circular, adyacente a los centros
Capítulo 6 | Desarrollo embrionario y elementos de fetación
U
VA
CL U
FIGURA 6-26. Formación de los genitales externos. Indiferenciados (séptima semana posfecundación).TG: tubérculo
genital, LU: pliegues labiouretrales, LE: pliegues labioescrotales y A: conducto anal. 3 Diferenciación genital en sentido
femenino (feto a término). CL: clítoris, U: uretra, V: vejiga, VA: vagina, UT: útero, H: hímen, R: recto. Diferenciación
genital en sentido masculino (feto a término). V: vejiga, U: uréteres, UP: uretra prostética, D: conductos deferentes, VS:
vesículas seminales, R: recto, T: testículo, P: pene. (Esquemas modificados de Gómez Dumm. Atlas de embriología
humana. Buenos Aires: Celsius JJ Vallory, 1978).
Aparato genital nales y el conducto eyaculador; de manera que cada testí-
culo actúa, en parte, de modo paracrino sobre el conducto
El sexo genético se establece con la fecundación, sin de Wolff ¡psilateral. Si no se diferencia tempranamente la
embargo, para que ese sexo genético se manifieste en las gónada masculina, significa que se desarrollará un ovario
características fenotípicas y conductuales durante la infan- (Tran y cois., 1977; Berta y cois., 1990; Koopman y cois.,
cia y sobre todo en la pubertad, deben ocurrir una serie or- 1991; McEIreavey y cois., 1993; Garat& Ruiz de Termino,
denada de eventos en el período neonatal, en las que están 1994).
involucrados enzimas, hormonas y receptores hormonales.
En la mujer, la formación de los conductos paramesoné-
Entre la cuarta y la sexta semana posfecundación (sexta fricos o de Müller se realiza a partir de una invaginación del
a octava semana de edad gestaclonal), las células germi- epitelio celómico, a nivel del borde lateral del mesonefros,
nales primordiales migran desde el saco vitelino hasta el lo que ocurre aproximadamente durante la octava semana
esbozo pregonádico, que se encuentra en la región ven- posfecundación. En la porción cefálica, los conductos de
tromedial del mesonefros, para colonizarlo y de este modo Müller corren verticalmente paralelos a los conductos de
constituir la gónada indlferenciada. Durante su migración, Wolff, pero después cruzan hacia la línea media. En em-
las células germinales proliferan en respuesta a factores briones de nueve semanas de vida, los extremos de los
mitogénicos, tales como el factor inhibitorio de leucemia conductos de Müller contactan con el epitelio endodérmico
y el factor de crecimiento de mastocitos. Sin embargo, por del seno urogenital, en medio de la llegada de los conduc-
motivos aún poco conocidos, pueden quedar retenidos en tos mesonéfricos. En ese momento, las partes distales de
su migración normal y localizarse en sitios ectópicos, dan- los dos conductos paramesonéfricos se fusionan, formando
do origen a teratomas (Carlson, 1994). el conducto uterovaginal (FIGURA 6-26B).
Durante las primeras ocho semanas posfecundación la Los conductos de Müller se diferencian espontáneamen-
gónada es indiferenciada. Cuando se expresa el gen SRy la te, dando origen a los oviductos y al canal uterovaginal y
gónada indiferenciada se transforma en un testículo; con- los conductos de Wolff involucionan. Durante la 9na a 12da
trariamente, cuando este gen no se expresa, se desarrolla semana posfecundación, los conductos de Müller-parcial-
un ovario. La diferenciación morfológica del testículo se mente fusionados- presentan una parte craneal, que va
acompaña de la síntesis del factor antimülleriano, produci- hasta el límite de fusión de ambos conductos, de donde
do por las células de Sertoli (8va a 10ma semana posfecun- se desarrollan las trompas de Falopio; una parte media y
dación), el cual es el responsable de la involución de los fusionada, que da origen al útero; y una parte caudal, que
conductos de Müller, que son estructuras femeninas. Ade- contribuye a la formación de la vagina.
más, en el feto varón, las células intersticiales o de Leydig
El extremo caudal de los conductos de Müller fusiona-
secretan testosterona desde la novena semana posfecunda-
dos (tubérculo de Müller) estimula en este punto el creci-
ción, la cual será responsable de estimular la diferenciación
miento de una invaginación del seno urogenital, formando
de los conductos de Wolff, que a su vez se transformarán
la placa vaginal. Entre los constituyentes de la placa vagi-
en el epidídimo, el conducto deferente, las vesículas semi-
131
OBSTETRICIA
FIGURA 6-27. Esquemas de cortes transversales reales de un feto de dieciséis semanas de amenorrea. Se indican los
siguientes niveles de cortes: A. Corte en base de cráneo. Se observa P: pabellón auricular, Oí: oído interno con el cara-
col, PR: rombencéfalo. B. Corte a nivel de pulmón (PU). ME: médula espinal, BP: bronquios primarios, CO: corazón.
C. Sección a nivel de hígado (H). E: estómago, B: bazo, AD: suprarrenal. D. Corte a nivel de riñon. H: hígado, AI: asas
intestinales, P: páncreas, R: riñon. E. Sección a nivel de gónada. G: testículo, AI: asas intestinales, V: vejiga.
nal se encuentra el epitelio endodérmico del seno uroge- Cuando esto ha ocurrido, el epitelio endodérmico del
nital y el tejido mesodérmico de los conductos de Müller seno urogenital invade y reemplaza totalmente la mucosa
fusionados. La luz de la vagina se hace evidente por rup- mülleriana (mesodérmica), hasta el nivel del hocico de ten-
tura del centro de la placa vaginal. El desarrollo y posterior ca del canal cervical (Barros & Arrau, 1995).
evolución de la vagina dependerá de dos procesos: de que
El desarrollo de los genitales externos proviene, en am-
al menos uno de los conductos paramesonéfricos alcance
bos sexos, de un esbozo común en el que se integran el
el epitelio endodérmico del seno urogenital, ya que de esta
seno urogenital, el tubérculo genital, los pliegues labio-
manera se inducirá la proliferación de su endodermo, y de
uretrales y los pliegues labioescrotales (FIGURA 6-26A),
la persistencia de los extremos caudales de los conductos
siendo idénticos los genitales externos de ambos sexos
de Müller, hasta el momento en el que aparece la placa
antes de la octava semana de vida embrionaria. La dife-
vaginal.
renciación de los órganos genitales en sentido masculino
132
Capítulo 6
depende de la 5 a-dih¡drotestosterona, para lo cual debe Bibliografía
estar presente tanto la enzima 5 a-reductasa, que transfor-
ma la testosterona en dihldrotestosterona, como los recep- Anderson RH, Ashley GT. Growth and development of the cardiovas-
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forma el rafe peneano-escrotal-perineal. Los pliegues labio-
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escrotales se fusionan posteriormente para formar el escro-
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forman los labios mayores, permaneciendo sin fusionarse, Neurotoxicol Teratol 1990; 12:191.
excepto en la porción posterior, donde se dispone la hor- Burri PH. Fetal and postnatal development of the lung. Annu Rev
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otra parte, la testosterona fetal provoca una inhibición del phoblastlc píate ¡n the rhesus monkey and human. Am J Anat
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esto puede explicarse si se tiene presente que los estróge- desarrollo. 7ma ed. Buenos Aires: Panamericana, 2005; 419.
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c a p í t u l o
Placenta
L. Sobrevia I R Casanello
La placenta es el órgano distintivo de los mamíferos eute- vergentes y han permitido clasificar los tipos de placenta:
rianos, pues permite el desarrollo del embrión dentro del la forma de la placenta y sus puntos de contacto entre las
útero materno. Desde sus etapas más tempranas, hasta el membranas fetales y el endometrio materno; y el número
final de la gestación, el desarrollo del feto de mamífero de- de capas de tejido que separan el sistema vascular materno
pende de la capacidad funcional de los tejidos extraembrio- del fetal.
narios, específicamente de la placenta. Las células que per-
tenecen al linaje extraembhonaho, denominadotrofoblasto, Clasificación basada en la forma y puntos de con-
son requeridas para conferir el adecuado acoplamiento del tacto. Al examinar la placenta de diversas especies, se
blastocísto al útero. Posteriormente, células especializadas observan importantes diferencias tanto en su forma como
del trofoblasto acceden al suministro de sangre materna, en el área de contacto entre los tejidos maternos y fetales.
estableciendo una intrincada ¡nterfase entre la circulación Esto ha permitido clasificar los tipos de placenta en difu-
materna y fetal dentro de la placenta, lo que asegura una sa, cotiledonaría, discoide y zonada (FIGURA 7-1). En la
adecuada nutrición del embrión en desarrollo. Al mismo placenta difusa toda o aproximadamente toda la superficie
tiempo, la placenta es esencial para la eliminación de pro- alantocorial está comprometida en la formación de la pla-
ductos de desecho desde el embrión hacia la circulación centa. Este tipo de placenta se puede encontrar en caba-
materna. llos y cerdos. En la placenta cotiledonaria, múltiples áreas
discretas de adhesión, llamados cotiledones, se forman por
La placenta es un órgano único, ya que realiza la fun-
la interacción de parches de corión con la decidua. Las
ción de la mayoría de los órganos fetales (excepto la del
porciones fetales de este tipo de placenta se denominan co-
aparato locomotor y del sistema nervioso central) desde el
tiledones y los puntos de contacto maternos se denominan
comienzo y a través de toda la gestación. Entre las fun-
carúnculas. El complejo cotiledón-carúncula se denomina
ciones que son completa o parcialmente desarrolladas por
placentoma. Este tipo de placentación se observa en ru-
la placenta durante el embarazo como un sustituto a los
miantes. La placenta discoide corresponde a una placenta
órganos embrionarios o fetales aún inmaduros, se encuen-
única con una forma de disco, tipo de placenta que se en-
tra la transferencia de gases (función de los pulmones), la
cuentra en primates y roedores. La placenta zonaria, toma
función excretora, el balance de agua y la regulación de pH
la forma de una banda completa o incompleta de tejido
(función de los ríñones), la función catabólica y resorptiva
que rodea al feto. Los carnívoros como perros, gatos, focas,
(función del intestino), la función secretora y la metabólica
osos y elefantes tienen este tipo de placenta.
(función hepática), la transferencia de calor de la piel, la
función ¡nmunológica y hematopoyética durante las prime-
Clasificación basada en las capas que separan la
ras etapas de la gestación.
circulación materna de la fetal. Inmediatamente antes
de la formación de la placenta existe un total de seis capas
Tipos de placenta de tejido que separan la sangre materna y fetal (FIGURA
7-2). Hay tres capas de membranas fetales extraembrio-
La placenta de todos los mamíferos euterianos posee una narias en la placenta corioalantoidea de los mamíferos.
estructura y función común, aunque existen amplias dife- Los elementos que forman parte de la placenta madura,
rencias entre las especies respecto de su estructura macro corresponden a: 1) el endotelio que recubre los capilares
y microscópica. Dos características son particularmente di- alantoideos; 2) el tejido conectivo denominado mesoder-
136
Capítulo 7 Placenta
Difusa Cotiledonaria Discoide Zonaria
FIGURA 7-1. Tipos de placenta. La placenta puede ser difusa (con puntos de contacto materno-fetal distribuidos a tra-
vés de toda la estructura placentaria), cotiledonaria (con puntos de contacto más definidos denominados cotiledones),
discoide (con un punto de contacto en forma de disco) o zonaría (con un punto de contacto materno-fetal en forma
de anillo).
Célula endotelial
Zona fetal
Tejido conectivo
Células epiteliales del corión
-I Células epiteliales del endometrio
Tejido conectivo
Zona materna
Célula endotelial
FIGURA 7-2. Láminas de células que separan la circulación materna y fetal. Al inicio de la placentación existen seis lá-
minas de células que separan la sangre materna de la fetal. Éstas se dividen en las zonas materna (endotelio de arterias
espirales, tejido conectivo y epitelio endometrial) y fetal (epitelio corial, tejido conectivo y endotelio vellositario).
137
OBSTETRICIA
TABLA 7-1. Tipos de placentación
Tipo de placenta Epiteliocorial Endoteliocorial Hemocorial
Epitelio
endometrial
Capas de tejido Tejido
materno
conectivo
retenidas
Endotelio
uterino
Caballos,
Perros, Humanos,
Ejemplos rumiantes, ,
, gatos roedores
cerdo
lililí III
mo corioalantoideo; y 3) el epitelio coriónico, la capa más denomina aposición, que en el embarazo humano ocurre
externa de las membranas fetales derivada del trofoblas- alrededor del día 6 a 7 poscoito (pe). Durante este esta-
to. También existen tres capas en el lado materno, pero dio el blastocisto se compone de 107 a 256 células. La
el número de membranas retenidas, es decir, que no son mayoría de estas células constituyen la pared externa (tro-
destruidas en el proceso de placentación, varía entre las foblasto) que rodea la cavidad del blastocisto. El grupo de
diferentes especies. Las tres capas maternas potenciales células que forma la masa celular interna es más grande y
de encontrar en la placenta corresponden al endotelio, que forma el embrioblasto, que está más cercano a la superficie
recubre la cara interna de los vasos sanguíneos endome- interna de la vesícula trofoblástica. El embrión, el cordón
triales; al tejido conectivo del endometrio y a las células umbilical y el amnios, provienen de estas células. Tanto
epiteliales del endometrio. La TABLA 7-1 muestra un es- el mesénquima como los vasos sanguíneos derivados del
quema de la clasificación de las placentas basado en las embrioblasto contribuyen a la formación de la placenta. En
membranas maternas que son retenidas en la placenta, y la mayoría de los casos el blastocisto se orienta de tal forma
que son los tejidos maternos que quedan en contacto con que el polo embrionario, que posee el embrioblasto en su
el epitelio coriónico del feto (Boyd & Hamilton, 1970; Lei- superficie interna, se adhiere al endometrio primero. Debi-
ser& Kaufmann, 1994). do a lo anterior es que a esta sección se le denomina polo
de implantación. El lugar más común de implantación es la
parte más alta de la cara posterior de la pared uterina. La
Etapas de la placentación implantación ocurre por la adhesión de la membrana apical
Etapa prelacunar. El desarrollo de la placenta se inicia del trofoblasto blastocístico a la membrana apical del epite-
en tanto los tejidos embrionarios establecen un contacto lio uterino. Este fenómeno ha sido descrito como biológico
estable con la mucosa uterina, es decir, cuando se implan- paradójico, ya que las membranas apicales de los epitelios
ta el blastocisto. La primera etapa de la implantación se se caracterizan por ser, en general, no adhesivas. Ésta es
138
Capítulo 7 | Placenta
una característica de las membranas basolaterales de los de las lagunas se inicia en el polo de implantación. Con el
epitelios, que están unidas entre ellas y a su lámina ba- avance de la implantación, la masa del sinciciotrofoblasto
sal. Es así como el blastocisto y el endometrio poseen esta se expande sobre la superficie del blastocisto, y una vez
no-adhesividad propia de los epitelios durante toda la fase que esta capa alcanza cierto grosor, se forman nuevas lagu-
preimplantacional, es decir, en su recorrido por la trompa nas, logrando en pocos días la formación de un intrincado
de Falopio y al llegar a la cavidad uterina. La propiedad sistema lacunar. Esta etapa se extiende hasta el día 12 pos-
de adhesividad apical de estos epitelios, del trofobiasto y coital, donde se observa un blastocisto tan profundamente
del endometrio, se adquiere sólo por una fase específica y implantado que el epitelio uterino se cierra por encima del
breve denominada ventana de implantación, que es crucial sitio de implantación. En esta etapa, el sinciciotrofoblasto
para la implantación del blastocisto. Los mecanismos celu- cubre toda la superficie del blastocisto, siendo el extremo
lares y moleculares que determinan este cambio temporal del polo de implantación el que va a formar la placenta,
que permiten la invasión del trofobiasto son desconocidos considerablemente más grueso que el del polo opuesto a
en la gestación humana por la escasez de material para la implantación.
estudio histológico y por la mala calidad de la preservación
de éstos cuando están disponibles (Denker, 1993; Aplin, La formación de las lagunas divide la capa de trofobiasto
1997). en tres capas: 1) placa coriónica primaria, que mira hacia
la cavidad del blastocisto; 2) sistema lacunar separado por
Durante el acoplamiento y luego de la invasión del epi- trabéculas; y 3) capa trofoblástica externa, que mira hacia
telio endometrial, las células trofoblásticas del polo embrio- el endometrio. La primera capa está formada principalmen-
nario del blastocisto que se está implantando presentan te por una capa continua de citotrofoblasto que forma una,
una alta tasa de proliferación, que dan como resultado un dos o tres capas de células. Hacia las lagunas, el citotrofo-
trofobiasto formado por una doble capa de células. La capa blasto está rodeado por sinciciotrofoblasto. A partir del día
más externa, en contacto directo con el tejido materno, se 14 pe, un grupo de células mesenquimáticas se esparce
transforma en sinciciotrofoblasto debido a la fusión de las por la superficie interna de la capa de citotrofoblasto, deno-
células vecinas. El resto de las células que componen la minada mesodermo extraembrionario. El segundo elemen-
pared del blastocisto, que no han tenido contacto con las to, el sistema lacunar, es una red de lagunas vasculares
células maternas que permanecen sin fusionarse, se de- separadas por pilares de sinciciotrofoblasto denominados
nominan citotrofoblasto. En los días siguientes ocurre una trabéculas. El día 12 pe las trabéculas son invadidas por
invasión progresiva del endometrio materno, que consiste células del citotrofoblasto derivadas de la placa coriónica
en un mayor contacto de la superficie del blastocisto con primaria, logrando en unos pocos días abarcar toda la lon-
los tejidos maternos y junto a ello se observa una mayor gitud de las trabéculas y llegar al frente de migración, de-
proliferación del trofobiasto, con la consiguiente fusión ce- nominado envoltura citotrofoblástica externa cerca del día
lular. La masa del sinciciotrofoblasto aumenta alcanzando 15 pe.
un grosor considerable en el polo de implantación, forman-
do extensiones y digitaciones que invaden las capas más Durante las primeras etapas de la implantación la ero-
profundas del endometrio. sión de los tejidos maternos ocurre por acción enzimática,
principalmente metaloproteasas, derivadas del trofobiasto
El sinciciotrofoblasto pierde su capacidad generativa du- sincicial. En esta etapa lacunar comenzada por prolifera-
rante la fusión celular, mientras que el trofobiasto actúa ción y migración del citotrofoblasto en la base de la en-
como una célula troncal que garantiza el crecimiento del voltura citotrofoblástica externa, comienza la denominada
trofobiasto por proliferación continua con la consiguiente invasión del trofobiasto, un evento clave durante la im-
fusión celular. El sinciciotrofoblasto se forma más bien por plantación y placentación, que es responsable no sólo de la
la fusión celular (sincicio o sincitio) que por una división posterior invasión del blastocisto, sino también de la adap-
nuclear sin una división citoplasmática posterior (plasmo- tación de los vasos sanguíneos maternos al embarazo y
dio). El sinciciotrofoblasto es un sistema continuo sin in- al anclaje de la placenta en desarrollo (Cohén & Bischof,
terrupciones de espacios intercelulares (Cohén & Bischof, 2007; Lunghi y cois., 2007).
2007).
El estroma endometrial se expone a cambios dramáti-
Etapa lacunar. El día 8 pe aparecen pequeñas vacuo- cos inducidos por el trofobiasto invasivo, que resulta ser
las intrasinciciales en la creciente masa de sinciciotrofo- un estrés mecánico y hormonal, logrando una importante
blasto presente en el polo de implantación. Las vacuolas proliferación de las células del estroma, dando origen a las
crecen rápidamente llegando a confluir, lo que constituye células de la decidua. La invasión del sinciciotrofoblasto
un sistema de lagunas. Las láminas y pilares del sincicio- basal a partir del día 12 pe ocurre a causa de la desintegra-
trofoblasto se denominan trabéculas. La aparición de estas ción de las paredes de los vasos endometriales maternos,
lagunas, que se inicia en el polo de implantación, determi- logrando la perfusión con sangre materna de las lagunas
na el inicio de la etapa trabecular o lacunar de la placen- formadas. Esta primera etapa de irrigación materna de las
tación, que se extiende hasta el día 13 pe. La formación lagunas se desarrolla por presión capilar, pero al generarse
139
OBSTETRICIA
una invasión más profunda del endometrio, se compro- continua de sinciciotrofoblasto que recubre las vellosidades
meten también las arterias espirales, lo que aumenta la y delimita el espacio intervelloso; una capa continua (en
presión intralacunar, en la verdadera circulación materna el primer trimestre) y luego discontinua (segundo y tercer
de la placenta. Los mecanismos moleculares que permiten trimestre) de citotrofoblasto (células de Langhans); una lá-
esta última etapa de acceso de la sangre materna a las mina basal trofoblástica; tejido conectivo; y endotelio fetal,
lagunas vasculares de la placenta en formación, son a la que está rodeado sólo por una lámina basal en el tercer
fecha desconocidos. trimestre.
Período vellosítario. Después del acceso de la san-
Invasión del trofoblasto
gre materna a las lagunas, cerca del día 13 pe, aumen-
ta notablemente la proliferación del citotrofoblasto con la En el piso placentario se encuentra tejido de origen materno
consiguiente fusión sincicial. A consecuencia de lo anterior y fetal. La penetración se favorece por la producción de me-
se puede observar un crecimiento longitudinal de las tra- taloproteinasas de la matriz (IVIMP) por el sinciciotrofoblas-
béculas, además de que las ramas del sincicio protruyen to junto a sus respectivos factores activadores e inhibidores
hacia las lagunas formando las vellosidades primarias. (Lala & Hamilton, 1996). Como reacción fisiológica de los
Estas vellosidades van creciendo en diámetro y longitud tejidos maternos ante la capacidad proliferativa, histolítica
y van siendo invadidas por el citotrofoblasto, siendo estos y de penetración que posee el trofoblasto, la decidua sin-
procesos los que marcan el inicio de la etapa vellositaria de tetiza y secreta factores de diferenciación celular, como el
la placentación. factor de crecimiento transformante p (TGF-p), los cuales
Con la proliferación del citotrofoblasto y la ramificación inducen que el trofoblasto se diferencie en sincicio y pierda
de las vellosidades se generan los troncos vellosítarios, que su capacidad de duplicación celular.
derivan de las trabéculas primitivas de la etapa lacunar. El contacto de los tejidos maternos y fetales, de compo-
Una vez que el trofoblasto proliferante al interior de las ve- sición antigénica diferente, libera una serie de citoquinas,
llosidades alcanza la envoltura citotrofoblástica externa, se que junto a otros factores transforman la protrombina en
denominan vellosidades de anclaje y con ello el sistema trombina, depositándose placas de fibrina en la zona de
lacunar pasa a denominarse espacio intervelloso. Sólo dos cercanía o contacto entre ambos tejidos.
días más tarde, las células mesenquimáticas derivadas de
la capa del mesodermo extraembrionario de la placa corió- La zona distal de los troncos vellositarios no es invadida
nica primaria comienzan la invasión de las vellosidades, por mesénquima, sino que está constituida por columnas
formando las vellosidades secundarias. Con algunos días sólidas de citotrofoblasto que toman contacto con la de-
de retraso y cerca del día 18a 20 pe, se pueden observar cidua basal, y que originan las vellosidades gancho. Este
los primeros capilares fetales en el tejido mesodérmico. Los citotrofoblasto de las columnas prolifera hacia los lados,
capilares fetales derivan de células progenitoras hemangio- formando la cápsula o cascara trofoblástica, que limita todo
blásticas que se diferencian localmente a partir de células el espacio intervelloso, tomando contacto con la decidua
mesodérmicas (Demiry cois., 1989). Estas mismas células basal. Estas columnas contienen trofoblastos intermedios,
progenitoras dan origen a grupos de células troncales he- que producen lactógeno placentario o somatomamotropi-
matopoiéticas, que están rodeadas por endotelio y se po- na, proteína específica |31 (SP1) y proteína básica mayor
sicionan dentro de los capilares primitivos, dando origen a (MBP) (Benirschke, 1994).
las vellosidades terciarias. Algunos de estos trofoblastos intermedios invaden la de-
Hasta el término de la gestación, todas las vellosidades cidua, los tabiques placentarios, los depósitos de fibrina,
con vascularización fetal, que son la mayoría, son vellosida- el miometrio y los vasos arteriales maternos de la decidua.
des terciarias, aunque se pueden observar ocasionalmente Estas células dispersas de trofoblasto extracorial son menos
columnas de células no vascularizadas, así como estados basófilas que el sinciciotrofoblasto, sus núcleos son hiper-
de transición de la formación de nuevas vellosidades, que cromáticos y de contornos irregulares, y pueden fusionarse
corresponden a vellosidades primarias o secundarias. Cer- entre sí dando origen a células gigantes multinucleadas en
ca del momento en que se las vellosidades se vascularizan el espesor de la decidua o del miometrio.
con vasos fetales, el alantoides, que posee vascularización La decidua basal está constituida principalmente por
fetal, alcanza la placa coriónica, fusionándose con ella, con células estromales deciduales de diversas variedades. En
lo que se establece la circulación fetoplacentaria cerca de la ¡nterfase entre decidua y trofoblasto se forman sucesiva-
la 5ta semana pe. mente las capas fibrinoides de Nitabuch (hacia la decidua)
Una vez que se ha establecido la circulación interve- y de Rohr (hacia el espacio intervellositario). Las células
llosa, la sangre materna y fetal llegan a estar muy cerca, del trofoblasto intermedio producen grandes cantidades de
aunque las dos circulaciones están separadas por la deno- fibronectina fetal, laminina y merosina, que facilitan la fija-
minada barrera placentaria, que se compone de una capa ción placentaria (Lunghi y cois., 2007).
140
Capítulo 7 Placenta
Estructura de las vellosidades capilar establecen un íntimo contacto, de forma que el gro-
placentarias sor de los tejidos que separa la sangre materna y la sangre
fetal llega a ser inferior a 2 micrones constituyendo áreas
Las vellosidades terminales de la placenta están básica- de máxima eficiencia de difusión entre ambas circulaciones
mente compuestas por capilares fetales, rodeados de una (FIGURA 7-3) (Kauffmann, 1982).
pequeña cantidad de tejido mesenquemático y cubiertas Los nudos sinciciales deben ser diferenciados de otra
por dos capas de células; el citotrofoblasto por dentro y el manifestación morfológica del trofoblasto denominados
sinciciotrofoblasto por fuera (FIGURA 7-3). A través del brotes sinciciales. Éstos son abundantes en el primer tri-
proceso de desarrollo, las vellosidades terciaras están su- mestre del embarazo y constituyen el mecanismo por el
jetas a complejos procesos de diferenciación que llevan a cual las vellosidades se ramifican, permitiendo el creci-
una amplia variedad de tipos de vellosidades, que difieren miento placentario. Las vellosidades de la placenta de tér-
en sus características de estructura y función. mino presentan un diámetro de 35 a 40 micrones, están
A lo largo del embarazo las vellosidades sufren diver- tapizadas por sinciciotrofoblasto, presentan nudos sincicia-
sas modificaciones, aunque mantienen sus características les y membranas sinciciovasculares. Contienen entre 1 y 6
generales; su diámetro disminuye desde —170 micrones vasos capilares. Estos vasos ocupan más del 50% del área
en el primer trimestre a menos de —40 micrones en pla- de sección de la vellosidad y se disponen en la periferia en
centas de término. La cantidad de células de Langhans o estrecha relación con el trofoblasto. El estroma que rodea
citotrofoblasto va disminuyendo, los capilares se desplazan los capilares es compacto y escaso.
del centro a la periferia y proporcionalmente el área que Las características ultraestructurales del sinciciotrofo-
ocupan es cada vez mayor. El estroma cambia de laxo y blasto de alguna manera reflejan su actividad metabólica.
mixoide, rico en células de Hofbauer de tipo histiocitario, a La presencia de vesículas pinocíticas que comunican a un
escaso y denso, con algunos pericitos y fibroblastos. El sin- sistema canalicular transincicial, probablemente desempe-
ciciotrofoblasto se adelgaza después de las diez semanas. ñan una importante función en la transferencia de fluidos
Los núcleos del sinciciotrofoblasto en la vellosidad madura y proteínas. Las microvellosidades que cubren la superficie
se distribuyen en forma irregular, constituyendo en algu- del sinciciotrofoblasto aumentan el área de intercambio y
nas áreas acúmulos que se denominan nudos sinciciales. podrían realizar tanto funciones de absorción como de ex-
Estos nudos aumentan a partir del tercer trimestre de la
creción.
gestación, estando presentes en —30% de las vellosidades
de la placenta de término. La naturaleza de esta forma es- El sincicio presenta zonas a especializadas en el trans-
pecializada del trofoblasto es incierta. Se cree que podría porte, y zonas p que concentran los núcleos, mitocondrias
corresponder ya sea a un desplazamiento de los núcleos y ribosomas especializadas en funciones de síntesis. El
sinciciales senescentes, sin actividad funcional, o a una sinciciotrofoblasto posee abundante retículo endoplásmico
adaptación plástica de la vellosidad que permitiría el acer- rugoso y en ribosomas libres, lo que explica su alta síntesis
camiento de los capilares fetales al espacio ¡ntervelloso, proteica. Posee granulos de secreción que contienen hCG,
formando las membranas sinciciovasculares. Estas mem- sobre todo en el primer trimestre, que van disminuyendo
branas son áreas donde el sincicio adelgazado y la pared hasta desaparecer al término de la gestación. La ultraes-
Vellosidad primaria Vellosidad secundaria Vellosidad terciaria
Sinciciotrofoblasto Endotelio vascular
Mesoderma
Citotrofoblasto Capilares vellosos
FIGURA 7-3. Estructura de las vellosidades coriónicas en diferentes etapas del desarrollo. En las vellosidades del primer
trimestre se observan las capas de citotrofoblasto y sinciciotrofoblasto. En las vellosidades secundarias se aprecia un
componente de mesoderma en la región central. Las vellosidades terciarias poseen capilares vellosos recubiertos por
células endoteliales (endotelio vascular) y menos células del citotrofoblasto.
141
OBSTETRICIA
tructura del citotrofoblasto es más simple que la del sin- la placenta. El conducto onfalomesentérico, que comunica
ciciotrofoblasto y aunque no produce hormonas, sintetiza el saco vitelino con el mesenterio, queda incluido en el cor-
otras moléculas, entre las que se cuentan la laminina. El dón umbilical. Éste se forma entre el día 28 y 40 poscon-
trofoblasto intermedio o extravellositario posee un núcleo cepcional a partir del pedúnculo de fijación del embrión,
de forma irregular, y no sintetiza hCG, sino lactógeno pla- el cual es completamente envuelto por el saco amniótico a
centario. Las células de Hofbauer poseen un abundante medida que se expande. Al pedúnculo de fijación se adosa
sistema de vacuolas intracitoplasmáticas y corresponden el alantoides con su mesénquima y vasos, de los cuales
a una variedad especial de macrófagos ricos en prolonga- se originan las dos arterias y la vena umbilical. El epitelio
ciones dendríticas, especializadas en transporte activo de externo del cordón es una derivación del amnlos. Los vasos
sustancias. sanguíneos fetales luego de atravesar la superficie corióni-
ca, constituyen los vasos troncales de primer, segundo y
tercer orden, para finalmente dar lugar a la red capilar de
Formación del corión y decidua
vellosidades terminales, donde se produce el intercambio
El corión se diferencia en dos capas: sinciciotrofoblasto entre la sangre fetal que circula por los capilares y la san-
hacia afuera y citotrofoblasto hacia adentro. El embrión es gre materna que baña el espacio intervellositario (FRIURA
inductor del mesénquima extraembrionario, que se adosa a 7-4) (Mayhew, 2001).
la pared interna del blastocisto. El conjunto de trofoblasto y La decidua se denomina también caduca y correspon-
mesénquima extraembrionario se denomina corión. A partir de al endometrio del útero grávido. La decidua localizada
del día 14 se empiezan a formar las vellosidades coriales. por debajo de la zona de implantación ovular se conoce
Cuando el corazón del embrión comienza a latir, se estable- como decidua basal o serótina, y queda parcialmente in-
ce la circulación fetoplacentaria primitiva (días ~22 a 23 corporada al disco placentario. La que recubre el huevo
de la gestación). se denomina decidua capsular o refleja y la que tapiza el
La totalidad del corión es ¡nlcialmente vellosltaria (tam- resto de la cavidad uterina, se denomina decidua parietal
bién denominado o reconocido como corión frondoso o ve-
lloso). Luego de tres semanas de gestación el saco ovular
es una estructura de menos de 1 cm de diámetro implan-
tado en el espesor de una de las caras del endometrio,
transformándose en decidua.
Las arteriolas espiraladas del endometrio se alargan
para envolver y nutrir toda la circunferencia de este saco
ovular y de la decidua que lo contiene. En el segundo mes
de gestación, la nutrición del saco ovular es más eficiente
por su polo basal que por sus paredes laterales, y es pobre
a nivel de la cúpula. Esto determina que las vellosidades
del polo basal se desarrollen como troncos vellositarios con
ramificaciones primarias y secundarias, mientras que las
otras entran en un proceso de atrofia. Al finalizar el tercer
mes, el corión frondoso queda reducido al disco de implan-
tación basal y todo el resto se ha transformado en el corión
calvo. En esta etapa queda definitivamente formado el dis-
co placentario, que sólo irá creciendo en diámetro junto con
el feto y el cuerpo uterino en las semanas sucesivas. En el
interior del saco ovular se desarrolla el saco amniótico, con
el embrión en su interior. El saco amniótico ocupa el espa-
cio interior del saco ovular adosándose a la cara interna del
corión y de la placenta.
Las membranas de la placenta corresponden a tres ca-
pas que se disponen desde afuera hacia adentro: la deci-
dua vera, el corión y el arrimos. El saco vitelino está comu-
nicado inicialmente con el endoderma primitivo a nivel del FIGURA 7-4. Esquema de la circulación uteroplacentaria.
lumen. La función del saco vitelino termina al establecerse 1. Cordón umbilical, 2. Superficie fetal de la placenta, 3.
la circulación fetoplacentaria definitiva, pero queda un ves- Vasos de primer orden, 4. Vasos de segundo orden, 5.
tigio de este saco, como una formación lenticular blanque- Vasos de tercer orden, 6. Superficie materna, 7. Arteria
cina y fibrosa de 4 a 5 mm de diámetro en la cara fetal de espiral.
142
Capítulo 7 Placenta
Decidua capsular Decidua basal
Cavidad amniótica Celoma extraembrionario
Decidua parietal
FIGURA 7-5. Tipos de decidua de la placentación humana.
(FIGURA 7-5). Entre la decidua capsular y parietal persiste se denominan reacción predecidual y que las modificacio-
una cavidad virtual que a las 18 semanas de gestación se nes inducidas por agentes farmacológicos sobre el útero no
oblitera y forma la decidua vera por fusión de las deciduas grávido se denominan reacciones pseudodeciduales (Ma-
capsular y parietal. yhew, 2001).
La decidua parietal y la basal presentan tres capas: una
superficial denominada zona compacta, una media o zona Circulación placentaria materna
esponjosa y una zona profunda o basal. Las zonas com-
pacta y esponjosa constituyen la parte funcional de la de- Durante las primeras semanas del embarazo, las células
cidua, mientras que la zona basal es el sitio desde donde del trofoblasto extravelloso invaden las paredes vasculares
se regenera el tejido endometrial en el puerperio. La capa reemplazando la íntima, muscular y elástica por material
compacta se caracteriza por grandes células poligonales, de tipo fibrinoide en las arteriolas deciduales del sitio de
de aspecto epitelioide pero de origen mesenquimático con implantación, controlando así el flujo sanguíneo sobre el
núcleos redondos y vesiculares, y uno o dos nucléolos. Du- saco ovular y protegiéndolo de ser desprendido por turbu-
rante los primeros meses de la gestación, entre estas cé- lencias del flujo. Este proceso aumenta entre las semanas 9
lulas deciduales se observan células pequeñas, redondas, y 14, período en el cual avanza la degeneración fibrinoide
con escaso citoplasma rico en granulocitos endometriales, hasta las arterias espirales del miometrio, transformándolas
que corresponden a células migratorias de origen medular en vasos de alto flujo y baja resistencia carentes de elemen-
y a linfocitos grandes granulares, es decir, a una variedad tos contráctiles. De esta forma, se produce una gradiente
de células asesinas naturales (células NK, natural külers). de presión suficiente para aumentar el flujo sanguíneo en el
La capa esponjosa presenta glándulas distendidas, con h¡- espacio ¡ntervelloso a medida que el feto va creciendo. Esta
perplasia y separadas por escaso estroma. Estas glándulas invasión del trofoblasto al lecho vascular materno permi-
presentan actividad secretora caracterizada por vacuolación te mantener un flujo sanguíneo y la capacidad nutricional
del polo apical de las células, lo cual contribuye a la nu- adecuados en la placenta.
trición del huevo antes de la formación de la circulación
La circulación fetal es cerrada y se realiza en el interior
placentaria.
de los troncos y vellosidades coriales, con un sistema de
La decidua es un órgano endocrino que sintetiza pro- arteriolas, capilares y vénulas de retorno que confluyen en
lactina. Los cambios histológicos que se producen en el la vena umbilical. La circulación materna, por otra parte, es
estroma endometrial durante la gestación se denominan re- abierta, es decir, las arteriolas espiraladas terminan abier-
acción decidual, mientras que los cambios histológicos que tas hacia la decidua basal o en el interior de los tabiques
son inducidos por la progesterona en cada ciclo menstrual intercotiledonarios, permitiendo que la sangre llegue hasta
143
OBSTETRICIA
la vena subcorial del espacio intervelloso. Un cotiledón ma-
terno presenta una cavidad central generada por la sangre
materna, que desemboca bruscamente en el espacio inter-
velloso. La sangre circula por el espacio intervelloso limita-
da por el sistema de troncos vellositarios y las vellosidades
terminales, lo que en conjunto determina que el espacio
intervelloso sea muy parecido a una circulación sinusoidal,
pero sin paredes propias. La sangre es entonces colectada
en la base de la placenta, donde se originan vasos venosos
de drenaje que llevan la sangre hacia las venas uterinas
(Crossycols., 2002).
Vasculogénesis y angiogénesis
en la placenta
La formación de vasos sanguíneos se realiza por dos pro-
cesos consecutivos denominados vasculogénesis y angio-
FIGURA 7-6. Superficie fetal de la placenta.
génesis. Durante la vasculogénesis se forman los primeros
capilares primitivos por la diferenciación in situ de células
troncales hemangogénicas que derivan de células mesen-
quimáticas pluripotentes. Las células troncales hemangio-
génicas se diferencian convirtiéndose en células troncales
hemangioblásticas que finalmente dan origen a células
angioblásticas, que son los progenitores de las células en-
doteliales (Ribatti y cois., 2002), y en células hemangio-
blásticas, los progenitores de las células hemangiopoiéti-
cas. Durante la angiogénesis, los vasos nuevos formados
derivan de los vasos ya existentes (Hanahan & Folkman,
1996). En todos los tipos de angiogénesis, ya sea en condi-
ciones fisiológicas o patológicas, la activación de las células
endoteliales es la primera etapa del proceso, llevando a au-
mentar la permeabilidad vascular. El objetivo principal de
esta etapa es aumentar el aporte sanguíneo. Varios factores
afectan la angiogénesis y la vasculogénesis de una manera
autocrina y paracrina estimulando directa o indirectamente
la proliferación y diferenciación de células precursoras en-
doteliales (Demir y cois., 2007).
Placenta, cordón umbilical
y membranas ovillares FIGURA 7-7. Superficie materna de la plácenla.
La placenta de término es un órgano de forma discoide,
plana, redonda u ovalada. Su diámetro promedio es de 22
centímetros, el grosor promedio en el centro de la placen-
amniótico (FIGURA 7-6). Esta membrana cubre la placa
ta es de 2,5 centímetros y el peso promedio es de 470
coriónica, incluidos los vasos coriónicos. Se pueden ob-
gramos (libre de membranas y cordón umbilical). El peso
servar claramente debajo de las membranas ovulares las
de la placenta se correlaciona con la edad gestacional y
arterias y venas coriónicas, siendo las arterias las que están
corresponde a 1/5 a 1/8 del peso fetal. Estas medidas son
más cerca de las membranas y las venas las que cruzan
sólo referenciales, ya que están sujetas a la variación inte-
por debajo de las anteriores. La superficie materna o ute-
rindividuo, la vía del parto, el tiempo transcurrido entre el
rina de la placenta es opaca y está constituida por diez a
parto y el examen de la placenta.
cuarenta zonas levemente elevadas denominados cotiledo-
La placenta presenta dos superficies, la fetal y la ma- nes maternos o lóbulos separados entre sí por surcos que
terna. La superficie fetal, llamada también coriónica o corresponden a proyecciones septales de la placa basal de
amniótica, mira hacia la cavidad amniótica y posee una la placenta (FIGURA 7-7). La zona expuesta de la superfi-
apariencia lustrosa debido a la superficie intacta de epitelio cie materna está cubierta por la decidua, fibrina (capas de
144
Capítulo 7 | Placenta
Nitabuch y de Rohr) y cantidades variables de depósitos queñas grietas o cavidades irregulares de menor densidad.
de calcio. Este tejido conectivo es que posee fibras colágenas tipo 1,
111, IV y VI. El colágeno IV es característico de las mem-
Los lóbulos o cotiledones maternos muestran cierta ar-
branas básales, pero en el cordón umbilical forma parte
monía con la posición de los cotiledones fetales, que son la
difusa de la matriz extracelular. La matriz extracelular pre-
unidad funcional de la placenta y corresponden a la ramifi-
sente en la gelatina de Wharton del cordón umbilical sirve
cación de troncos vellositarios provenientes de cada una de
como lugar de almacenamiento de factores de crecimiento,
las ramas de las arterias umbilicales que atraviesan la pla-
facilitando su concentración de éstos en la vecindad de los
ca corial y penetran en el espacio ¡ntervelloso. En la placen-
vasos umbilicales. La gelatina de Wharton contiene un bajo
ta de término existen cerca de 60 a 70 troncos vellositarios,
número de células y gran cantidad de colágeno, ácido hla-
y cada uno de ellos se ramifica en una vellosidad. Estos
lurónico y glucosaminoglicanos sulfatados. Las células de
cotiledones muestran plasticidad, de modo que si una zona
la gelatina de Wharton son fuertemente estimuladas para
de la placenta sufre un infarto y se fibrosa, otros cotiledo-
producir componentes de la matriz extracelular en grandes
nes aumentan de tamaño para reemplazar funcionalmen-
cantidades. La gelatina de Wharton acumula cantidades
te al tejido dañado. En ocasiones, se produce un déficit
significativas de factor de crecimiento similar a insulina tipo
funcional de la placenta y una hiperplasia compensatoria
1 (IGF-1), factores de crecimiento de fibroblastos (FGF) y
de los cotiledones, después que se ha fijado el diámetro
factor de crecimiento transformante beta (TGF-|3), que pa-
definitivo de la placenta, a comienzos del segundo trimestre
recen ser responsables de esta estimulación. Estos factores
de la gestación. Esta hiperplasia de cotiledones fetales en
no se encuentran en su forma libre, sino formando comple-
un espacio restringido da origen a las placentas parcial o
jos con sus proteínas de unión, que los hacen inactivos. La
totalmente extracoriales, como las placentas clrcunvalata y
cantidad de 1GF-I y sus proteínas de unión presentes en la
círcunmargmata.
gelatina de Wharton son excepcionalmente altas compara-
El cordón umbilical es la estructura que une al feto con das con los niveles encontrados en el plasma de los vasos
la placenta. Tiene una longitud media de —60 cm al tér- umbilicales o en la pared de la arteria umbilical (Todros y
mino del embarazo. Fue Leonardo da Vinel quien propuso cois., 2002; Sobolewski y cois., 2005).
que la longitud del cordón umbilical se correlacionaba con
la talla del recién nacido. Cordones de una longitud mayor a —100 cm se asocian
a mayor frecuencia de nudos verdaderos y a circulares del
El cordón umbilical se inserta en la superficie fetal de cordón. Cordones menores de —30 cm, se asocian a sufri-
la placenta y presenta un diámetro variable según la edad miento fetal agudo durante el trabajo de parto y en ocasio-
gestacional, alcanzando un promedio de —1,5 cm al tér- nes con desprendimiento prematuro de placenta normoin-
mino de la gestación. Su aspecto externo es blanquecino serta. La arteria umbilical única es escasa (0,2% al 1% de
nacarado, sinuoso y en ocasiones espiralado, debido a la los cordones umbilicales) y se asocia a malformaciones del
mayor longitud de las arterias que de la vena umbilical. Po- recién nacido. La inserción habitual del cordón umbilical
see normalmente dos arterias y una vena, ambas rodeadas en la placenta se realiza en la zona central o paracentral.
por tejido conectivo rico en miofibroblastos, colágenos y En ocasiones, esta inserción se presenta en los bordes de
proteoglicanos, en lo que se denomina gelatina de Whar- la placenta o en las membranas ovulares (inserción ve-
ton. lamentosa del cordón) llevando a mayor riesgo de sufri-
miento fetal en el trabajo de parto debido al desgarro de
En el inicio del desarrollo embrionario el cordón umbili-
los vasos umbilicales al romperse las membranas ovulares
cal tiene dos arterias y dos venas. Durante el segundo mes
de embarazo una de las dos venas ¡nvoluciona y excepcio- (vasa previa).
nalmente ¡nvoluciona una de las arterias umbilicales dando Las membranas ovulares constituyen la envoltura del
origen a la arteria umbilical única, una anormalidad que huevo y están compuestas por el corión y el amnios. Pese
puede estar asociada a malformaciones fetales. a ser una estructura avascular, participa en procesos de
Los vasos umbilicales difieren del resto de los vasos transporte de solutos metabólicos y agua. Es una zona de
sanguíneos del cuerpo. Las células endoteliales tanto de síntesis de prostaglandinas y por su riqueza en fosfolípidos
las arterias como de la vena umbilical son especialmente y ácido araquidónico, tiene un rol en el determinismo del
ricos en organelos y por tanto estructuralmente diferentes parto. La íntima comunicación del amnios con el líquido
del endotelio de los vasos de las vellosidades. Las arterias amniótico y del corión con la decidua materna, hace que
umbilicales tienen una capa media muscular gruesa, care- esta estructura ovular sea un importante mediador de se-
cen de capa elástica interna y no tienen rasa vasorum. La ñales hormonales entre la madre y el feto. El amnios y el
nutrición de estas arterias umbilicales se realiza desde la corión están íntimamente adheridos, pudiendo de todas
gelatina de Wharton. maneras separarse, incluso en gestaciones de término.
La observación microscópica de la gelatina de Wharton El amnios está constituido por una sola capa de células
permite reconocer un reticulado estromal que delimita pe- cuboideas, sin cilios, y exhibe un citoplasma con vacuolas
145
OBSTETRICIA
paranucleares y gotas de lípidos. En su ultraestructura se interleuquina 1 (IL-1) por los histiocitos maternos. La IL-1
reconocen canales intercelulares laterales, que sugieren la inhibe la formación de trombomodulma llevando a la acti-
posibilidad de paso de soluciones desde la cavidad am- vación del factor Vil y la vía extrínseca de la coagulación,
niótica hacia la decidua. El amnios no posee estructuras aumentando la formación y el depósito de fibrina.
vasculares sanguíneas o linfáticas ni estructuras nerviosas.
La principal zona de contacto entre el sistema inmuno-
lógico de la madre y los antígenos fetales se produce en el
INMUNOLOGÍA EN LA UNIDAD espacio intervelloso, donde circulan células ¡nmunocompe-
MADRE-FETO tentes de la madre. La extensa superficie de intercambio del
trofoblasto (abarcando —14 m2 al término de la gestación)
Barrera física inmunológica está expuesta a rupturas focales que permiten el paso de
elementos sanguíneos en ambos sentidos. Esto explica que
El feto debe mantener una interacción funcional, anatómi- se puedan reconocer eritrocitos y leucocitos fetales y ADN
ca e inmunológica con su madre. A este último fenóme- fetal en la circulación materna, y de la misma manera, leu-
no contribuyen tanto la madre como el feto mismo. Los cocitos maternos en tejidos fetales. La posibilidad de que
eventos más tempranos en esta relación surgen de factores exista una eventual inmadurez de los tejidos embrionarios,
de origen materno, incluyendo la síntesis de hormonas, lo cual podría traducirse en una pérdida de la expresión de
tales como la progesterona. Ésta última es una hormona HLA, es improbable, puesto que tanto los tejidos fetales,
con propiedades ¡nmunosupresoras que cumple un papel embrionarios y extraembrionarios, como el corión, expre-
importante en el período de implantación, donde se ge- san antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad
neran altas cantidades de citoquinas inflamatorias. Se ha (MHC) clase I y clase II, así como HLAs.
propuesto que la madre es de esta manera alertada de la
existencia del fenómeno de implantación, reconociéndose La posibilidad de que la gestación corresponda a un es-
funcionalmente el implante (es decir, el feto en desarro- tado generalizado de depresión inmunológica es improba-
llo). Se cree que el útero se transforma en una región de ble, puesto que durante el embarazo la madre mantiene la
inmunidad natural. Desde el punto de vista inmunológico, capacidad de reconocer antígenos y de generar una res-
el embarazo sería un aloinjerto tolerado, o un hemialoinjer- puesta inmunológica a las noxas.
to, puesto que el hijo comparte la mitad de los antígenos Junto con la alerta del útero a la presencia del implante,
leucocitarios de histocompatibilidad (HLA) con su madre el tejido uterino es invadido por linfocitos T y B, macrófagos
(Hunt, 2006). Este caso biológico de injerto no rechazado, y células NK. Del 20% al 40% de los leucocitos correspon-
podría resultar ya sea de una separación anatómica natu- de a NK uterinas (reconocidas por marcadores como CD-
ral entre los tejidos maternos y fetales, de que los tejidos 56brightCD16-) durante el primer y segundo trimestre, para
embrionarios carecen de antígenos que desencadenen una luego desaparecer al momento del nacimiento. Los macró-
respuesta materna, o de que el sistema inmune materno fagos constituyen del 10% al 20% de los leucocitos y, a
sea relativamente inerte durante el embarazo. diferencia de las NK uterinas, permanecen durante todo
Debido a que la disposición epitelioide de la decidua el período de gestación. También se ha descrito la presen-
presenta múltiples uniones estrechas intercelulares, se re- cia de linfocitos CD8+ y células T reguladoras CD4+CD25+
duce el espacio intersticial permitiendo el flujo de molécu- (CD4+CD25+7regs).
las a través del espacio intracelular. Por último, las células En el embarazo predomina la respuesta Th2, favorecien-
del estroma vellositario presentan capacidad macrofágica do la producción de anticuerpos ya que la respuesta celular
y tienen numerosas prolongaciones dendríticas que comu- citotóxica está parcialmente frenada. Se ha propuesto que
nican el trofoblasto con los capilares fetales. Estas células una falla del predominio de las citoquinas Th2 sobre las
filtran y procesan agentes citotóxicos para los tejidos feta- Thl explicaría algunos tipos de aborto del primer trimestre
les. Estas barreras impiden que las diferencias antigénicas de la gestación (Wegmann y cois., 1993). La modificación
entre la madre y el feto inicien una respuesta inmunológica de la respuesta inmune materna a favor de las citoquinas
nociva contra el feto. Th2 se produce en la interfase materno-fetal de la placenta.
En esta zona se produce un intercambio de citoquinas entre
Barrera metabólica inmunológica los tejidos maternos y fetales (red de citoquinas) (Mitchell
(citoquinas y otras moléculas) y cois., 1993). Mediante esta red de citoquinas se regula
la entrega de factores de crecimiento para el desarrollo del
La zona basal de la placenta es muy rica en células produc- trofoblasto durante la placentación, y por otra parte, genera
toras de citoquinas, que regulan la función de los tejidos una serie de factores que deprimen localmente la respuesta
maternos y el trofoblasto. De hecho, las capas fibroides de citotóxica especifica e inespecífica. Igualmente importante
Nitabuch y de Rohr entre los tejidos maternos y fetales se es el efecto de la red de citoquinas sobre la producción
producen como consecuencia de las diferencias antigéni- local de prostaglandinas. Para desencadenar el trabajo de
cas entre ambos, principalmente debido a la liberación de parto se deben revertir muchos de estos equilibrios con el
146
Capítulo 7 | Placenta
fin de permitir la aparición de las contracciones del miome- leucocito [(LlLR)Bl] para HLA-G y los receptores CD94/
trio y el desprendimiento de la placenta. NKG para unir HLA-E. Por otra parte, los macrófagos expre-
san L1LRB2 para HLA-G. Las células CD8bT también unen
Los componentes más característicos de esta red de ci-
HLA-G, pero aún no se conoce sus receptores; los leucoci-
toquinas son los factores estimuladores de colonias (GM-
tos de la decidua unen antígenos solubles y de membrana
CSF, CSF-1, 1L-3) producidos por las células glandulares
de HLA clase Ib.
del endometrio y por histiocitos, y la propia capacidad del
citotrofoblasto de expresar receptores para CSQ-I aumen- El trofoblasto de la placenta humana solamente expresa
tando su mitosis y la interleuquina 1(3 (IL-lp) producida en HLA-C (perteneciente a la clase la de genes I), mientras
altas cantidades por la decidua. que expresa las tres clases de antígenos pertenecientes a la
clase Ib de genes I (es decir, HLA-E, HLA-F y HLA-G). Se
La IL-6, producida por el trofoblasto como factor auto-
ha propuesto que las ¡soformas HLA-G 1 y HLA-G5 son pro-
crino, aumenta la producción de la hormona gonadotropi-
teínas que podrían jugar un papel importante en mantener
na coriónica (hCG), deprime la respuesta de los linfocitos
el embarazo, puesto que una disminución en sus niveles se
citotóxicos y la actividad de las células NK y favorece la
asocia con alto riesgo de aborto recurrente. Otros estudios
respuesta inmune humoral estimulando la diferenciación
sugieren que una baja expresión de HLA-G o polimorfismos
de linfocitos B en células plasmáticas. La IL-6 también es
no codificantes de HLA-G en placentas de término se aso-
producida por las células deciduales de la placenta y el
cian con alta incidencia de preeclampsia. Recientemente
corión.
se ha determinado la distribución subcelular de las HLA-G,
La IL-4, que favorece la respuesta humoral, disminuye HLA-G1 y HLA-G2/G6, que se encuentran en las columnas
la producción de 1L-8 y de prostaglandinas. Se han obser- de trofoblastos y en los citotrofoblastos del corión adyacente
vado citoquinas inhibidoras o moduladoras de la respuesta a la decidua. HLA-G5 parece ser ubicua en lassubpoblacio-
inmunológica al TGF-|31, liberado por el trofoblasto y por la nes de trofoblastos. Debido a que hay evidencias recientes
decidua, y el factor de diferenciación de citotrofoblasto en que muestran que HLA-G5 está presente en la circulación
sinciciotrofoblasto. materna, es probable que no todo el HLA-G5 sea generado
a partir del embrión en el período de preimplantación. Se
El factor de necrosis tumoral a (TNF-a) presente en
ha sugerido que la expresión del ARNm de HLA-G podría
la decidua humana inhibe el crecimiento del trofoblasto
aumentar en respuesta a interferones sin sufrir alteraciones
y controla el grado de penetración de éste en los tejidos
significativas en la expresión de su producto proteico en la
maternos. Este factor aumenta en el último trimestre de la
membrana plasmática del trofoblasto. También existe evi-
gestación y durante el parto. La IL-8 aparece en el líquido
dencia que muestra que la expresión de HLA-G5 y HLA-G6
amniótico en el tercer trimestre y aumenta con la ruptura
responde a hipoxia en este tipo celular, y que el factor de
de las membranas. Los estrógenos potencian la actividad
crecimiento epidemial sería un potente estimulador de la
de 1,25-dihidrovitamina D3, la cual inhibe la producción
expresión de HLA-G en la placenta humana. El papel de
de IL-2 por los linfocitos, inhibiendo la respuesta citotóxica
estas moléculas en la relación inmunológica entre la madre
y aumenta la producción de IL-4. Esta última favorece la
y el feto es aún motivo de controversia en la literatura, que
respuesta inmune de tipo humoral e inhibe la producción
asigna a HLA-Gs un papel preponderante en este fenóme-
local de prostaglandinas.
no (Hunt, 2006).
El feto en desarrollo también contribuye a este último
Las evidencias sugieren que durante la gestación, el tro-
fenómeno. El trofoblasto y el corión cumplen un papel de-
foblasto sintetiza factores inmunosupresores e ¡nmunomo-
terminante en la generación de la tolerancia al feto (Hunt,
duladores locales que favorecen la implantación, a pesar
2006). El trofoblasto produce citoquinas (CXCL12/factor 1
de que los tejidos fetales son antigénicamente diferentes a
de las células estromales), atrayendo células del sistema
los de la madre; que la decidua produce citoquinas que es-
inmune innato, en un mecanismo natural temprano de
timulan el crecimiento del trofoblasto y la síntesis de hCG,
generación de inmunidad adquirida en el útero. Los trofo-
además de otras moléculas, que inducen la diferenciación
blastos también producen ¡nmunosupresores, incluyendo
y limitan la capacidad de penetración del trofoblasto.
progesterona y protaglandinas, así como las formas hidro-
solubles de los antígenos leucocitarios de histocompatibili- Debido al alto nivel de progesterona derivado de la es-
dad C (HLA-C, perteneciente a la clase la de genes I junto timulación del cuerpo lúteo gestacional y del sinciciotrofo-
a HLA-A y HLA-B), HLA-G y HLA-E (pertenecientes a la blasto, los linfocitos maternos liberan a la circulación un
clase Ib de genes 1 junto a HLA-F) y TGF-|31 e interleuquina factor supresor de la respuesta inmune natural e impiden el
10 (IL-10). rechazo inmunológico.
Se cree que el TGF-pl induce la generación de La reacción ¡nmunológica adaptativa materna frente a
CD4+CD25+7regs a expensas de la activación de células los antígenos de histocompatibilidad fetal favorece la res-
xvCTB y macrófagos expuestos a HLA-G. Las células NK puesta humoral con producción de inmunoglobulinas. Du-
uterinas expresan receptores tipo inmunoglobulinas del rante el parto, los equilibrios de la red de citoquinas se
147
OBSTETRICIA
invierten para favorecer la producción de prostaglandinas dales; distribución entre la circulación de la madre y el feto
que participan en la contracción uterina y de citoquinas es diferente (TABLA 7-2).
tipo Thl, que contribuyen al desprendimiento de la pla-
centa.
Hormonas peptídicas
Está demostrado que durante el embarazo se producen
anticuerpos contra los antígenos de histocompatibilidad fe- Lactógeno placentario. En la placenta humana se
tal de origen paterno, pero esta respuesta humoral no llega ha sugerido la presencia de lactógeno placentario (hPL,
a dañar al feto debido a que el sinciciotrofoblasto absorbe también conocido como hormona coriónica somatotrófica)
anticuerpos e impide que se inicie la reacción en cadena debido a la capacidad que muestran extractos de tejido pla-
del complemento, que es el agente nocivo en las respues- centario de estimular la actividad secretora de cultivos de
tas de tipo humoral. células de glándula mamaria in vitro y de competir con la
prolactina en ensayos de unión a receptores de membrana.
La hPL es, en efecto, un grupo de hormonas específicas de
SÍNTESIS DE HORMONAS la placenta que exhiben actividad tipo hormona del creci-
EN LA PLACENTA HUMANA miento (GH) y prolactina (PRL). El hPL humano presenta
estructura primaria semejante a la hormona del crecimien-
La placenta es un órgano endocrino extremadamente ac- to hipofisiaria y alta homología con la PRL. Existen varias
tivo, que produce prácticamente todas las hormonas hi- formas moleculares de hPL, producto de los genes hPL-
potalámicas, hipofisiarias y esteroidales y participa en la A y hPL-B, formando oligómeros de alto peso molecular,
inactivación de otras hormonas. Esta actividad endocrina aparentemente producidos por agregación de hPL, tanto en
está dirigida principalmente hacia la madre y en menor pro- suero como en extractos de placenta. El hPL es sintetizado
porción al feto. Las hormonas placentarias se clasifican de por el slnciciotrofoblasto, pero no ha sido identificado en el
acuerdo a su estructura en hormonas peptídicas y esteroi- citotrofoblasto. La síntesis de hPL comienza alrededor de
TABLA 7-2. Contenido plasmático de hormonas y sustratos metabólicos en la madre y el feto en la gestación de término
Hormonas peptídicas
Hormona Vena materna Vena umbilical
hPL 0,03
hCG (lU/mL) 0,03
Prolactina (IU/L)
ACTH (pM) 48 30
(3 endorfina (pM)
Somatostatina (pg/mL) 23 27
Hormona de crecimiento (ng/mL)
Insulina (/¿U/mL) 10
Glucagón (pg/mL) 72 70
Hormonas esteroidales
Hormona Vena materna Vena umbilical Arteria umbilical
Cortisol 770 125 172
Cortisonal 12 174 163
DHAS 7,9 9,5
Estradiol 59 59 55
Estrona 27 84 62
Estriol 60 466 383
Progesterona 0,51 1,4 1,1
Los valores de hormonas esteroidales están en nM, excepto para DHAS y progesterona, que corresponden a /¿M. hPL: hormona lactógeno
placentaria, hCG: hormona gonadotrofina coriónica, ACTH: hormona adrenocorticotrofina, DHAS: dehidroepiandrosterona sulfato.
148
Capítulo 7 Placenta
las dos semanas de gestación, y es notoriamente mayor en La actividad biológica de la hCG es similar a la de LH y
el tercer trimestre de gestación, correspondiendo al produc- ocurre luego de la activación de receptores de LH/hCG dis-
to secretado en mayor cantidad por la placenta, tanto hacia tribuidos en células gonadales y no gonadales, incluyendo
la circulación materna como la fetal. la placenta, membranas fetales, decidua, cordón umbilical,
oviducto, útero, cérvix, vejiga urinaria, vasos sanguíneos en
La concentración de hPL en el feto de término es —0,2%
los órganos blanco y en células del sistema inmune. En el
respecto del plasma materno. A las 11 semanas de gesta-
cuerpo lúteo del ciclo menstrual, la hCG estimula la síntesis
ción la concentración de hPL en el líquido amniótico es
de progesterona, 17-OH progesterona, andrógenos y estró-
similar a la materna, aumentando con la edad gestacional,
genos, aumentando los niveles plasmáticos de progestero-
aunque más lentamente en el feto que en la madre. Pasa-
na y 17-OH progesterona, lo cual retrasa la menstruación.
das las 14 semanas de gestación, la concentración de hPL
Este efecto es transitorio, se alcanza la máxima producción
en el líquido amniótico es menor que en la sangre mater-
de progesterona ovárica a las cuatro semanas de gestación,
na. Aparentemente, el hPL es secretado directamente en
luego el cuerpo lúteo se vuelve refractario a la hCG, posi-
el líquido amniótico, difundiendo pasivamente a través de
blemente debido al aumento de la secreción de estrógenos.
las membranas placentarias. El hPL funciona en concierto
Aunque la hCG actúa estimulando la síntesis de progestero-
con la hGH-V (una variante de la GH que es mayormente
na, no parece prolongar la vida del cuerpo lúteo.
expresada en la placenta), aumentando la síntesis de factor
de crecimiento tipo insulina (IGF) y modulando el meta- La hCG también actúa como regulador paracrino en la
bolismo intermediario, lo cual resulta en un aumento de placenta de la síntesis de estrógenos y de progesterona. En
la disponibilidad de glucosa y aminoácidos para el feto en el feto, la hCG estimula la producción de testosterona por
desarrollo. Una vez en la circulación fetal, el hPL actúa so- el testículo y la proliferación de las células de Leydig. El
bre receptores de lactógeno y un receptor de PL, regulando papel de la hCG y la LH en tejidos blancos no gonadales es
el desarrollo embrionario y aumentando la síntesis de las hoy un fenómeno que cobra importancia, existiendo clara
IGFs, insulina, hormonas adrenocorticales y surfactantes evidencia de este efecto en el humano (Rao & Lei, 2007).
pulmonares (Handwerger & Freemark, 2000). El papel de Así, se cree que la hCG actúa sobre la glándula suprarrenal
hPL en el desarrollo mamario y en la producción de leche del feto, pero los mecanismos, posiblemente mediados por
es todavía confuso. receptores de membrana, son menos claros.
La hCG tiene una acción tirotrófica intrínseca, y es ca-
Gonadotrofina coriónica. La gonadotrofina coriónica
paz de unirse a las membranas de la glándula tiroides es-
(hGC) es la hormona producida más precozmente por el
timulando la producción de adenosín monofosfato cíclico
embrión, detectándose antes de la implantación. La hCG
(cAMP). Aunque la potencia de la hCG comparada con TSH
pertenece a las familias de glicoproteínas y factores de cre-
es muy baja para tener un papel fisiológico en el embara-
cimiento del grupo de las cistinas, y es sintetizada por el
zo normal, esta actividad podría explicar el hipertiroidismo
sinciciotrofoblasto. hCG está formada por dos subunidades,
asociado con la presencia de tumores del trofoblasto. Otros
a y |3. La subunidad a corresponde a la descrita para las
estudios han demostrado que la hCG estimula la secreción
hormonas hipofisiarias lúteo estimulante (LH), folículo esti-
de prolactina por la decidua in vitro. La hCG se utiliza para
mulante (FSH) y tiroideo estimulante (TSH), y difiere de és-
aumentar la tasa de embarazos en tecnologías de reproduc-
tas en la composición de sus carbohidratos. La subunidad
ción asistida, para prevenir el parto prematuro y el aborto, y
P es distinta en la composición de los aminoácidos y de los
para potenciar el tratamiento de infecciones ginecológicas.
carbohidratos, y contiene la actividad biológica característi-
ca de cada una de estas hormonas.
Hormona adrenocorticotrófica y péptidos rela-
En el embarazo, la hCG es detectada en la circulación cionados. La placenta contiene hormonas derivadas de
materna aproximadamente diez días después del pico la molécula precursora de la hormona adrenocorticotrófica
ovulatoho de LH. La concentración de hCG aumenta rá- (ACTH), la pro-opiomelanocortina. ACTH, lipotropinas ((3-
pidamente en el plasma materno hasta la octava semana y y-lipotropina, con limitada actividad lipolítica y precurso-
de embarazo, permaneciendo constante entre las ocho y res de p-endorfinas), p-endorfina (opioide peptídico) y la
doce semanas para luego declinar, manteniéndose en un hormona estimuladora del melanocito (a-MSH, estimula-
nivel bajo durante el resto de la gestación. En el feto, la dora de la pigmentación de la piel por melanina) han sido
concentración plasmática de hCG es una pequeña fracción detectadas en la placenta humana.
de la materna (3% de la concentración materna máxima),
La concentración de ACTH en la placenta no varía con
manteniéndose un perfil similar al del plasma materno. La
el curso de la gestación, y se ha propuesto que la secreción
hCG está presente en el líquido amniótico en una concen-
de ACTH placentaria hacia la madre puede explicar el au-
tración similar a la del plasma materno durante el primer
mento de ACTH y cortisol que se observa en la circulación
trimestre de gestación, para disminuir en —20% al término
materna durante la gestación. Se desconocen los mecanis-
de la gestación.
mos que regulan la producción de ACTH placentario; sin
149
OBSTETRICIA
embargo, aunque la placenta contiene factor liberador de sarrollo vascular y la proliferación en el endometrio (Parry
corticotrofina (CRF), similar en estructura, peso molecular &Vodstrcil, 2007).
y actividad biológica al CRF hipotalámico, y que aumenta
en el tercer trimestre del embarazo, no es claro que la Inhibina y activina. La placenta, la decidua y las
secreción de ACTH por la placenta responda a este factor. membranas fetales humanas son el sitio de mayor sínte-
Sin embargo, la secreción de |3-endorfinas aumenta al fi- sis y secreción de inhibinas (particularmente inhibina A)
nal de la gestación y se cree que este fenómeno sí podría y activinas (particularmente activina A). Estas hormonas
deberse a un aumento de las concentraciones plasmáticas son secretadas al suero materno, al líquido amniótico y se
de CRF. Se estima que las |3-endorfinas se acumulan en encuentran también en la sangre del cordón umbilical. To-
la placenta alcanzando niveles mayores a los detectados dos estos tejidos también expresan betaglicanos y genes
en la circulación materna y fetal. Aunque las lipotropinas relacionados con folistatinas, las cuales corresponden a
han sido difíciles de detectar en la placenta, esto podría proteínas de unión de inhibina A y activina A, respectiva-
resultar de una alta tasa metabólica en la generación de mente. Estas hormonas son glicoproteínas que inhiben la
p-endorfinas. producción de FSH por la adenohipófisis.
La inhibina ha sido detectada en cultivos de citotrofo-
Factor liberador de corticotrofina blasto de placentas de término, donde actuaría como un
agente paracrino en la regulación de hCG. La concentra-
La placenta sintetiza el factor liberador de corticotrofina
ción de inhibina en el plasma materno aumenta a lo largo
(CRF) y que es estimulado por neurotransmisores y pép-
de la gestación. La producción de inhibina por la placenta
tidos como epinefrina y acetilcolina, y por angiotensina II,
podría disminuir los niveles de FSH, previniendo así el de-
interleuquina-l, oxitocina y arginina-vasopresina (Petraglia
sarrollo folicular durante el embarazo.
y cois., 1989).
El fenómeno de decídualización es un prerrequisito para
La expresión del gen para el CRF en la placenta y la pro-
una implantación exitosa y es activado por diversos agentes
ducción del CRF es estimulada por glucocorticoides (Robin-
paracrinos, entre los cuales destacan las activinas A. Estas
son y cois., 1988). El CRF tiene efectos paracrinos en la
hormonas promueven la decidualización mediante la acti-
placenta, la decidua y el miometrio y efectos endocrinos en
vación de metaloproteasas (MMP), un fenómeno que tam-
la madre y el feto. Se postula que el rol de CRF placentario,
bién podría darse en el proceso de invasión del trofoblasto,
y de urocortina, un miembro de la familia de CRFs, es esti-
posiblemente mediado por activación de MMP-9 (Jones y
mular la secreción de ACTH por la placenta.
cois., 2006).
La secreción hipofisiaria de ACTH fetal establece un
Diversos estudios sugieren que la determinación de los
feedback positivo de CRF/ACTH/cortisol al final de la ges-
niveles de estas hormonas podría ser importante en el diag-
tación. La concentración del CRP en el plasma materno se
nóstico, la prevención, la prognosis y en el seguimiento de
correlaciona con la concentración de cortisol libre, lo que
enfermedades de la gestación tales como riesgo de aborto,
sugiere un rol fisiológico de esta hormona en la regulación
desarrollo de tumores en la placenta, desórdenes hiperten-
de la glándula suprarrenal materna. La urocortina también
sivos del embarazo, RCIU e hipoxia fetal (Florio y cois.,
aumenta la secreción de prostaglandinas y aumenta la con-
2004; Luisiycols., 2005).
tractilidad del miometrio. Se ha propuesto que los efectos
de CRF y de urocortina están mediados por la secreción
Hormona liberadora de gonadotrofinas. La hormo-
local de proteínas de unión de CRF y por diversos tipos
na liberadora de gonadotrofinas (GnRH) ha sido detectada
de receptores de CRF distribuidos en la placenta y en las
en el citotrofoblasto y en la superficie externa de las células
membranas placentarias (Fadalti y cois., 2000).
del sinciciotrofoblasto humano (Gohar y cois., 1996). Esto
sugiere que el GnRH se sintetiza en el citotrofoblasto y que
Relaxina. La placenta y la decidua sintetizan relaxina,
el sinciciotrofoblasto sería un órgano blanco para GnRH. La
una hormona polipeptídica de estructura similar a la insuli-
concentración de GnRH en la placenta es alta entre las 12
na e IGFs, que no entra a la circulación y que actúa como
y 13 semanas de embarazo y luego declina, aumentando
un agente autocrino y paracrino. Se ha demostrado que la
levemente al final de la gestación.
relaxina tiene una acción inhibidora de la actividad uterina
y que actúa en el cuello uterino, el miometrio, el endome- La GnRH placentaria estimula la secreción de gonado-
trio y la decidua en receptores de membrana (Goldsmith y trofina coriónica por el sinciciotrofoblasto, y la liberación de
cois., 1995). La relaxina también puede ser secretada por estrógenos, progesterona y la producción de prostaglandi-
el cuerpo lúteo en respuesta a la hCG, y la hiperrelaxine- nas F por la placenta. Así, es probable que GnRH participe
mia es probable en mujeres con múltiples gestaciones y en la regulación paracrina de la secreción de hCG en la pla-
estimulación de los ovarios, habiéndose asociado algunos centa y que este efecto sea determinante en la generación
casos a parto prematuro. La relaxina también promueve el del fenotipo sincicial del trofoblasto humano.
crecimiento uterino y de la placenta, y participa en el de-
150
Factor liberador de tírotrofina. El factor liberador de almacena en microsomas y metaboliza la pregnenolona a
tirotrofina (TRH) extrahipofisiaria ha sido descrito también progesterona. Posteriormente, debido a la acción de la en-
en la placenta humana. No se conocen detalles de sus zima P450cl7 (17ahidroxilasa/C17,20 ligasa), presente
mecanismos de acción y regulación en la placenta, y se en los microsomas del ovario, testículo y glándulas supra-
cree que son péptidos tipo TRH hipofisiaria con inmuno- rrenales, se introduce un grupo OH en la posición 17 de la
reactividad positiva para anticuerpos anti-TRH hipofisiaria. progesterona, formando el esteroide 17a-hidroxiprogeste-
Los péptidos tipo TRH se caracterizan por presentar en sus rona, precursor de los corticoides y andrógenos.
estructuras primarias una sustitución del aminoácido his-
Aunque la P450cl7 no ha sido identificada en la pla-
tidina (un aminoácido básico en condiciones fisiológicas)
centa humana, lo que implica que este órgano no sintetiza
encontrado en TRH hipofisiaria por aminoácidos neutros
andrógenos de novo, sí se ha detectado expresión de mo-
tales como ácido glutámico, fenilalanina, glutamina o tiro-
léculas que pueden activar la expresión del gen que codifi-
sina (Bílek, 2000; Peter, 2005).
ca para P450cl7, tales como el antígeno autoinmune Ku
La TRH de la placenta ha sido identificada en el cito- (Zhangy cois., 1999). De la 17a-hidroxilación de pregne-
sol del sinciciotrofoblasto a partir de las siete semanas de nolona y progesterona se obtiene dehidroepiandrosterona
gestación durante todo el período de embarazo (incluso ha (DHA) y androstenediona, respectivamente.
sido detectada en la placenta de embarazos de 41 sema-
La DHA y su forma sulfatada (DHAS) son producidas por
nas). La secreción de TRH es preferentemente hacia el feto
la glándula suprarrenal del feto humano. La androstene-
y es máxima entre las 7 a 12 semanas de gestación, para
decaer hacia fines de la misma. diona es el andrógeno producido en forma más abundante
por el ovario, y puede ser transformada en testosterona por
Se cree que la placenta actúa como una barrera meta- reducción del grupo OH del carbono 17 a un grupo ceto
bólica importante en el traspaso transplacentario, lo cual se en el testículo. Posteriormente, en la placenta y en el ova-
acentúa a partir de las 24 semanas de gestación, favore- rio ocurre la transformación de andrógenos en estrógenos
ciendo el transporte vectorial desde la madre al feto (Bajo- mediante aromatización, es decir, la formación de un ani-
ria y cois., 1997). En todo este fenómeno es determinante llo no saturado (aromático) en el anillo A de la molécula
también la concentración efectiva de TRH hipofisiaria en la del esteroide (FIGURA 7-8). La enzima que cataliza este
circulación materna. proceso es la P450aro, presente en los microsomas de es-
tos órganos, y también, aunque en menor cantidad, en los
hepatocitos y en el tejido adiposo. La aromatización de la
Hormonas esteroidales
androstenediona produce estrona, a partir de la cual se ge-
Estrógenos y progesterona. La placenta humana nera estradiol, el estrógeno natural más potente.
produce estrógenos y progesterona en grandes cantidades
Las gónadas del adulto son capaces de transformar el
a través de todo el embarazo. La producción de estrógenos
colesterol en progesterona, ésta en andrógenos y éstos en
comienza antes de la implantación y es posible que sea
estrógenos. Para producir estrógenos la placenta utiliza
una de las señales utilizadas por el embrión para inducir
como precursores a los andrógenos provenientes principal-
este fenómeno. La síntesis de las hormonas esteroidales
mente del feto, mientras que para producir progesterona
consiste en modificar la molécula de colesterol para generar
utiliza colesterol ligado a LDL de origen materno. La muerte
progestinas y corticoides (con 27 a 21 átomos de carbono),
fetal o el daño de la unidad fetoplacentaria resulta en un
andrógenos (con 19 átomos de carbono) o estrógenos (con
rápido descenso de los niveles circulantes y de la excreción
18 átomos de carbono).
urinaria de estriol en la circulación materna. La placenta
Una de las etapas esenciales en este proceso es introdu- también produce estradiol y estrona.
cir grupos hidroxilo (OH) o grupos cetónicos para obtener
esteroides específicos. Las enzimas que introducen gru- Funciones biológicas y su regulación. La progeste-
pos OH pertenecen a la familia de enzimas del citocromo rona colabora con la mantención del embarazo, puesto que
P450. Las enzimas que transforman grupos OH en grupos propicia un ambiente hormonal que favorece el desarrollo
ceto se denominan deshidrogenases. La síntesis de esteroi- normal del embarazo, ya que disminuye la actividad uteri-
des comienza con la captación desde la colesterol plasmá- na. En consecuencia, el uso del antagonista de progeste-
tico unido a lipoproteínas de baja densidad (LDL). Las LDL rona produce aborto. La progesterona también interviene
se unen a receptores de relativa especificidad en la mem- en la inhibición de la respuesta de la inmunidad celular
brana plasmática. Estos complejos colesterol-LDL-receptor mediada por linfocitos T, los cuales durante el embarazo
de LDL son entonces invaginados formando vesículas que expresan receptores para progesterona, contribuyendo así a
sufren una posterior degradación para liberar el colesterol que el feto en desarrollo sea tolerado inmunológicamente.
desde la LDL como éster de colesterol. Este último se hidro- A su vez, en presencia de progesterona los linfocitos no son
liza y se transforma en pregnenolona en las mitocondrias. capaces de secretar el factor de necrosis tumoral, una de
La enzima 3B-OL esteroide-deshidrogenasa-isomerasa se las señales involucradas en el fenómeno de rechazo inmu-
151
OBSTETRICIA
Madre Placenta Feto
LDL-Colesterol LDL-Colesterol LDL-Colesterol
Pregnenolona -»• Pregnenolona sulfato
Progesterona
ORINA DQ Bstradiol
17a-Hidroxipregnenolona sulfato
METABOLISMO
I
ORINA DD Estrona •« Androstenediona •«—Dehidroepiandrosterona DHAS
(DHA)
Dehidroepiandrosterona sulfato
(DHAS)
ORINA 300 Estriol •» 5-androsten (3, 16cü7|3 triol < 16 OH-DHA •«- 16a-DHAS
FIGURA 7-8. Síntesis de progesterona y estrógeno en la placenta humana.
nológico. Se cree que al final de la gestación el número de explicados por el efecto biológico propio de los estrógenos
receptores para progesterona en los llnfocitos disminuye, (Buhimschi, 2004).
fenómeno que se suma a los múltiples factores involucra-
Se desconocen los mecanismos que regulan la produc-
dos en el determinismo del parto (Szekeres-Bartho y cois.,
ción de progesterona. El cAMP y sus análogos estimulan su
1981).
producción. Algunos experimentos sugieren una regulación
El papel de los estrógenos durante el embarazo es menos autocrina por hCG. Se ha informado que la IGF-I de ori-
claro que el de la progesterona (Mesiano & Welsh, 2007; gen hepático estimula la actividad de la enzima P450scc
Chang & Lubo, 2008). Así, se conoce que el tratamiento aumentando la conversión de colesterol a pregnenolona y
de animales no preñados con estrógenos aumenta la con- progesterona. Experimentos in vitro muestran que la insuli-
tractilidad uterina; sin embargo, este efecto no se observa na inhibe la aromatización, posiblemente disminuyendo la
durante el período de preñez. Los estrógenos producen un síntesis de la enzima P450aro. Este efecto de la insulina es
aumento del flujo sanguíneo uterino en animales no pre- similar al de IGF-1, lo que podría explicar la disminución de
ñados, actuando con la misma potencia que el estriol, la la concentración de los estrógenos en el suero de mujeres
estrena y el estradíol. diabéticas (Nestler, 1987). El glucagón estimula la síntesis
de estrógenos ¡n vitro e inhibe la de hPL (Perlman y cois.,
Los estrógenos se unen a un receptor nuclear que se
1988). La síntesis placentaria de estrógenos es inhibida
une al ADN activando la expresión de genes regulados por
por cAMP y sus derivados, lo que lleva a un aumento de la
estrógenos. Una de las acciones biológicas del estradiol es
síntesis de progesterona (Rodway y cois., 1988).
la inducción de la expresión de receptores para progeste-
rona, un fenómeno que parece ser regulado por la propia
progesterona, puesto que esta última reduce el número de Variaciones cíclicas de estrógenos y progesterona.
veceptores para estrógenos. Sin embargo, el desarrollo de la La concentración plasmática basal de ambas hormonas au-
glándula mamaria, la inhibición de la secreción de leche y menta progresivamente durante la gestación, presentando
la hiperprolactinemia durante el embarazo son fenómenos variaciones durante el día (Junkermann y cois., 1982). La
152
Capítulo 7 | Placenta
concentración plasmática materna de progesterona presen- El NO tiene una vida media corta (—5 segundos) siendo
ta un ritmo circadiano a las 34 semanas de gestación, que rápidamente metabolizado en presencia de 0 2 para formar
se opone al ritmo circadiano del cortisol materno. compuestos más estables, tales como nitritos y nitratos
(NOx). El NO también puede reaccionar con moléculas que
Se ha descrito un ritmo circadiano de las concentracio-
contengan azufre formando los denominados nitrosotioles.
nes de estriol y estradiol en el compartimiento materno a
La captación a través de la membrana plasmática del ami-
las 34 y 38 semanas. Este ritmo no está presente al final
noácido catiónico L-arginina se ha considerado una etapa
de la gestación. Se presume que el origen de estos ritmos
limitante en la síntesis de NO (Casanello y cois., 2007;
circadianos representa cambios regulares en las concen-
Escudero & Sobrevia, 2008). Este fenómeno es mediado
traciones de precursores tales como colesterol, LDL, DHAS
por proteínas transportadoras de membrana de relativa es-
y 16-hidroxi-DHAS disponibles en el tejido placentario, o
pecificidad.
que podría reflejar cambios en la actividad de las enzimas
placentarias a lo largo del día. Debido a que las células endoteliales limitan la super-
ficie interna de los vasos sanguíneos y linfáticos, cumplen
Debido a que el feto de término tiene un ritmo circadia-
un importante papel en el desarrollo y remodelamiento vas-
no de DHAS, se esperaría un ritmo de estradiol y estriol en
cular, mantención del tono, flujo sanguíneo, coagulación,
la circulación materna. Sin embargo, no se han detectado
intercambio de nutrientes y desarrollo de los órganos. La
ritmos circadianos de estriol, estradiol o progesterona en la
placenta humana constituye una fuente importante de en-
circulación materna.
dotelio microvascular, que presenta características funcio-
La placenta, además de sintetizar estrógenos y progeste- nales y estructurales diferentes al endotelio de otros lechos
rona, metaboliza progesterona a 20a-hidroxiprogesterona y vasculares del feto.
cortisol a cortisona. La transformación de cortisol a cortiso-
Se conoce que las células endoteliales de la microcir-
na limita el paso de cortisol desde la madre al feto (Mark &
culación de la placenta (hPMEC) generan una cantidad de
Waddell, 2006), habiéndose planteado que no hay transfe-
NO comparable a otros lechos microvasculares, tales como
rencia neta de cortisol desde la madre al feto. Sin embargo,
el cerebro. La abundancia de eNOS e ¡NOS en estas cé-
el feto exhibe un ritmo de cortisol y DHAS en 24 horas. La
lulas en embarazos normales es escasa; sin embargo, el
cortisona, producto del metabolismo placentario del cor-
NO sintetizado por hPMEC se constituye en un importante
tisol es transferida al feto sólo en algunas horas del día.
regulador local del tono vascular debido a su abundante
Este fenómeno podría explicarse si la actividad enzimática
número comparado con el de células endoteliales en otros
de la llp-hidroxiesteroide deshidrogenase (11-HSD) de la
lechos vasculares.
placenta cambiara durante el día.
Se ha documentado la expresión de ¡NOS en placenta,
habiéndose determinado cambios en la expresión de ¡NOS
Síntesis de otras moléculas en hPMEC de las microvellosidades coriónicas y en usados
en la placenta totales de placenta. Así también, se ha detectado ¡NOS en
cultivos de trofoblasto. El producto proteico del gen NO-
Ruta L-arginina/óxido nítrico. La relación funcional
S2A, o ¡NOS, está constituido por un dominio N-terminal
entre el transporte de membrana de L-arginina y la sínte-
con función oxigenase que contiene sitios para ligación al
sis de óxido nítrico (NO) ha sido definida como "ruta L-
grupo heme, tetrahidrobiopterina (BH4), cofactor requerido
arginina/NO" (Moneada & Higgs, 2006) (FIGURA 7-9). El
para el acoplamiento de ¡NOS (Venema y cois., 1996) y un
NO es sintetizado a partir del aminoácido L-arginina por la
sitio de unión a la L-arginina. ¡NOS presenta una secuencia
familia de enzimas NO sintasas (NOS). Se han identifica-
central de ligación a calmodulina, y un dominio C-terminal
do tres isoformas de la NOS: endotelial (eNOS o tipo III),
con función reductora y sitios de unión a FAD, FMN y NA-
neuronal (nNOS o tipo I) e inducible (¡NOS o tipo II). eNOS
DPH. Una vez inducida, ¡NOS genera NO en forma conti-
y nNOS son constitutivas y clásicamente consideradas de-
nua hasta que la enzima es degradada. La proteína forma
pendientes de Ca +2 -calmodulina. Estas enzimas sintetizan
homodímeros dependiendo de la ligación del sustrato, la
NO en forma continua por tiempos cortos y en concentra-
concentración de heme y de BH4.
ciones nanomolares. ¡NOS se expresa prácticamente en to-
dos los tejidos estimulados por moléculas proinflamatorias, La regulación de la expresión de ¡NOS es mediada por
es independiente de Ca l 2 y produce NO en cantidades mil mecanismos transcripcionales, traduccionales y postraduc-
veces mayores que las NOS constitutivas. El NO activa a la cionales. Esta regulación ocurre tanto en condiciones bá-
guanilil ciclasa soluble (GCs), aumentando los niveles de sales como bajo la acción de estímulos inflamatorios y/o
cGMP, un segundo mensajero que participa en una serie de prooxidativos. Pese a estas diversas vías de regulación, la
mecanismos de regulación celular, incluidos comunicación regulación en la expresión de ¡NOS a nivel transcripcional
intercelular, neurotransmisión, inhibición de la agregación se reconoce como el proceso más importante. Diversos fac-
plaquetaria y vasorrelajación del músculo liso (Ignarro & tores de transcripción regulan la expresión de ¡NOS, entre
Napoli 2005). los que destaca el factor de necrosis tumoral K B (NF-KB).
153
OBSTETRICIA
L-Arginina Sangre materna
y+L
y+
Pool de L-arginina
I I
L-Arginina L-Arginina
Sinciciotrofoblasto
eNOS Rutas de señalización
L-Citrulina
NO -•"
4 Estroma
Pool de L-arginina
^_eNOS
NO + L-Citrulina
\, , L-Arginina Endotelio
Rutas de señalización
ÍNOS i "<
y+L
Sangre fetal
L-Arginina
FIGURA 7-9. Ruta L-arginina/óxido nítrico en la unidad sinciciotroíoblasto-endotelio capilar en la placenta humana.
L-Arginina en la sangre materna y en la sangre fetal es captada por el sinciciotrofoblasto y por el endotelio de la micro-
circulación de la placenta, respectivamente, mediante los sistemas de transporte y + e y + L. Una vez en el interior celular
la L-arginina es metabolizada por la sintasa de NO endotelial (eNOS) o la índucible (¡NOS) para generar L-citrulina y
NO. La L-arginina también puede intercambiarse con sitios de almacenamiento (poo/s) inlracelulares. El NO generado
tanto en el sinciciotrofoblasto como en el endotelio capilar difunde, alcanzando las células vecinas y generando cambios
en mecanismos de señalización celular que alteran la función celular.
Se ha detectado NF-KB por ¡nmunohistoquímica en mues- placentario, ni en trofoblasto o sincíciotrofoblasto, acerca
tras de placentas normales, preeclámptlcas y con RCIU de la participación de estos receptores en los mecanismos
(Aban y cois., 2004). NF-KB se ubica en la periferia de de adaptación de la función placentaria o vasos umbilica-
los cotiledones placentarios, lo que es compatible con una les a condiciones ambientales extremas como las posibles
distribución en el trofoblasto. Por otra parte, el nucleósido de encontrar en diabetes gestacional, preeclampsia o RCIU
endógeno vasoactivo adenosina y sus receptores, específi- (Casanello y cois., 2007; Escudero & Sobrevia, 2008).
camente el receptor de adenosina A 2A , han sido asociados
con la regulación del tono vascular, estado inflamatorio y Adenosina. La adenosina es un nucleósido purínico
estado oxidativo en diferentes tejidos a través de una vía derivado del metabolismo del adenosin trifosfato (ATP), di-
dependiente de NF-KB (Zhang y cois., 2005). Sin em- fosfato (ADP) o monofosfato (AMP) o por hidrólisis de la
bargo, aunque ésta es una posibilidad atractiva, no hay S-adenosin-homocisteína. Adenosina ejerce sus efectos
publicaciones disponibles a nivel del endotelio vascular biológicos mediante la activación de receptores de mem-
154
Capítulo 7 | Placenta
brana. A la fecha se han identificado cuatro tipos de re- una acción directa e indirecta en las células endoteliales,
ceptores de adenosina: Aj, A2A, A2B, A3 (Fredholm y cois., músculo liso, fibroblastos, monocitos, macrófagos y mas-
2001). Los receptores A: y A3 se encuentran acoplados a tocitos (Auchampach, 2007). Todos estos tipos celulares
proteínas G¡/0 cuya activación disminuye el cAMP intrace- se reconocen como fuentes importantes de producción de
lular, mientras que los receptores A2 acoplados a proteínas factores proangiogénicos. Debido a que la preeclampsia se
Gs aumentan los niveles ¡ntracelulares de este segundo asocia con un aumento del nivel plasmático de adenosina
mensajero. Los efectos fisiológicos de la activación de este en la madre y el feto, y que la hipoxia reduce la captación
grupo de receptores se traduce principalmente en meca- de adenosina en cultivos primarios de células endoteliales
nismos moleculares involucrados en la regulación del tono de la microcirculación de la placenta humana (hPMEC) y
vascular, angiogénesis, proliferación, permeabilidad endo- en endotelio de la vena umbilical humana (HUVEC), es
telial, inflamación, protección celular al daño inducido por probable que este nucleósido desempeñe un papel en la
ROS, entre otros (Burnstock, 2006). invasión del miometrio en esta patología. Sin embargo, no
hay publicaciones que hayan caracterizado las potencia-
En la placenta humana se Identificó inicialmente la pre-
les acciones angiogénicas de la adenosina en la placenta
sencia de receptores de adenosina de alta y baja afinidad
humana (Casanello y cois., 2007; Escudero & Sobrevia,
en respuesta a agonistas. Posteriormente, mediante estu-
2008).
dios farmacológicos utilizando vasos coriónicos (arterias y
venas), se determinó la expresión de receptores \ A2, y la La adenosina aumenta la síntesis de NO en el endote-
respuesta vasodilatadora asociada a su activación. También llo fetoplacentario mediante la activación de receptores de
se ha informado que la adenosina disminuye la presión adenosina A2A en HUVEC, constituyendo la recientemente
de perfusión en vasos placentarios aislados. Sólo recien- descrita ruta ALANO (Adenosine/L-Arginine/Nitric Oxide)
temente ha sido posible detectar el ARNm y las proteínas (Vásquez y cois., 2004; San Martín & Sobrevia, 2006).
para los receptores de adenosina A2A y A2B en endotelio de Debido a que NO es un potente factor angiogénico en la
las microvellosidades coriónicas humanas. Estos estudios placenta, es probable que el potencial efecto de adenosina
muestran que la adenosina podría actuar como un repre- como inductor de angiogénesis sea mediado por NO.
sor de la expresión de ¡NOS en hPMEC, alterando el flujo
El NO es necesario para la formación de redes capilares
sanguíneo en la unidad fetoplacentaria (Escudero y cois.,
inducidas por VEGF, un fenómeno mediado por receptores
2007).
tipo 1 de VEGF (Flt-1) en cultivos primarios de HUVEC.
Estudios realizados en placenta humana muestran que fo-
Angiogénesis y vasculogénesis, adenosina y óxido
cos isquémicos de la placenta promueven la secreción de
nítrico (NO). Existen revisiones extensas con respecto al
factores biológicamente activos, tales como citoquinas y es-
papel crítico de proteínas proangiogénicas circulantes en
pecies reactivas derivadas del oxígeno (ROS). Debido a que
la angiogénesis placentaria, tales como el factor de creci-
los aniones superóxido (02-, uno de los radicales libres más
miento de endotelio vascular (VEGF) y factor de crecimien-
reactivos), reducen la biodisponibilidad de NO debido al
to placentario (PGF) (Reynolds & Redmen, 2001; Demiry
atrapamiento de éste por Q- para formar el radical peroxi-
cois., 2007). Las alteraciones en la angiogénesis pueden
nitrito (ONOO), la angiogénesis inducida por factores que
ser determinantes en algunas patologías tales como pree-
requieren NO, como serían adenosina y VEGF, se verían
clampsia o RCIU, en que la Invasión intravascular por el
alterados. Recientemente se ha propuesto que la adenosi-
citotrofoblasto de las arterias espirales del miometrio está
na sería un factor proangiogénico también en la placenta
disminuida, llevando a la formación de vasos de pequeño
humana, posiblemente facilitando los cambios metabólicos
calibre y de alta resistencia. Aunque la etiología propuesta
requeridos en el citotrofoblasto para su paso al fenotipo in-
para este fenómeno incluye factores ambientales, genéticos
vasivo endotelial (Escudero & Sobrevia, 2008).
e inmunológicos, aún no ha sido posible establecer una
causa específica (o un grupo de causas) para este fenó-
meno. Se ha propuesto que la invasividad de los citotrofo- TRANSPORTE TRANSPLACENTARIO
blastos depende de la síntesis de factores proangiogénicos
y antiangiogénicos que actúan en la vasculatura materna,
DE SUSTRATOS METABÓLICOS
tales como el factor soluble circulante tirosina kinasa 1 tipo Existe abundante evidencia experimental que demuestra
fms (sFlt-1), una proteína endógena antiangiogénica sinte-
que la placenta es un órgano que permite el paso de molé-
tizada en la placenta que neutraliza los efectos proangiogé- culas metabolizables (sustrato metabólico) desde la madre
nicos de VEGF y PGF.
hacia el feto y desde el feto hacia la madre. Este fenómeno
La adenosina es un nucleósido proangiogénico bien ca- es definido funcionalmente como transporte transplacen-
racterizado en diversos lechos vasculares (Demir y cois., tario. El desarrollo y el crecimiento del feto son fenómenos
2007; Auchampach, 2007; Escudero & Sobrevia, 2008). que dependen directamente del transporte transplacenta-
Los cuatro tipos de receptores de adenosina están implica- rio de estos sustratos metabólicos, los cuales se utilizan
dos en las acciones angiogénicas de la adenosina mediante para mantener la alta tasa de actividad metabólica de la
155
OBSTETRICIA
placenta y el feto en desarrollo. El paso de sustratos me- o activo son reversibles, de forma que el sustrato puede
tabólicos desde la sangre materna a la sangre fetal se entrar (captación) o salir (extrusión) de la células por el
conoce como transporte vectorial materno-fetal (madre- mismo sistema de transporte. Este fenómeno contribuye a
hacia-feto) y el paso de estos sustratos desde la sangre mantener el equilibrio ¡ntracelular y extracelular de los sus-
fetal a la sangre de la madre, se conoce como transporte tratos en condiciones fisiológicas normales o patológicas
vectorial feto-materno (feto-hacia-madre). (por ejemplo, equilibrio de D-glucosa o de nucleósidos en
el endotelio fetal humano en casos de diabetes mellitus}.
Difusión y mecanismos de transporte El transporte de sustratos metabólicos es de carácter se-
miselectivo y estereoespecífico. El transporte semiselectivo
En las células de mamíferos los fenómenos de movilización indica la capacidad de captar un sustrato respecto de otro
de sustratos a través de las membranas biológicas ocurren de características químicas y energéticas similares, pero
a través de fenómenos de difusión simple, transporte faci- no ¡guales, que es transportado por uno o varios sistemas
litado y transporte activo. La difusión simple corresponde a transportadores de membrana, pero con mayor eficiencia
la movilización de un sustrato con carga neutra en condi- (más selectivo) o con menor eficiencia (menos selectivo).
ciones fisiológicas a favor de una gradiente de concentra- Este concepto también es conocido como semiespecifici-
ción; esto es, movilización del sustrato desde un lugar de dad o especificidad relativa del fenómeno de transporte. La
mayor concentración hacia uno de menor concentración. estereoespecificidad dice relación con la disposición levó-
Cuando el sustrato presenta carga eléctrica, el transporte gira (L) o dextrógira (D) de la molécula a ser transportada,
por difusión simple también depende de la diferencia eléc- determinando mayor o menor unión de ésta al sitio activo
trica a través de la membrana plasmática. Así, el fenómeno en la configuración externa (para captación) o interna (para
de transporte integra las fuerzas impuestas por la diferen- extrusión) de los transportadores.
cia de concentración y la carga eléctrica, en un concepto
Los sistemas de transporte de membrana están cons-
conocido como potencial electroquímico. Este fenómeno
tituidos por proteínas integrales de membrana que se
es particular para cada molécula y depende de las condi-
agrupan en familias de transportadores de membrana y se
ciones ambientales en las que se desarrolle (por ejemplo,
clasifican de acuerdo a las características de los transpor-
depende del valor de pH y de la temperatura).
tadores de membrana (parámetros cinéticos macroscópi-
El transporte facilitado implica el movimiento de un sus- cos y microscópicos de transporte, estructura y carga neta
trato a través de la membrana facilitado por la existencia del transportador, abundancia de los transportadores en
de proteínas, glicoproteínas o lipoproteínas en la membra- la membrana plasmática), del sustrato a ser transportado
na plasmática. Estas moléculas se conocen como trans- (estructura y carga eléctrica neta del sustrato, diferencia
portadores de membrana (por ejemplo, transportadores de de concentración del sustrato a través de la membrana
glucosa, aminoácidos, nucleósidos), canales iónicos (por plasmática, hidrofobicidad e hidrofilicidad, capacidad de
ejemplo canales de K + , Na+, Cl~), canales de agua (aqua- formar complejos con iones ya sean cationes o aniones)
porinas) y algunos tipos de receptores de membrana (como y del ambiente donde el fenómeno de transporte ocurre
receptores de ATP, retrovirus ecotrópicos). En este fenóme- (potencial de membrana, pH intracelular y extracelular, Id-
no de transporte facilitado los sustratos tienden a movilizar- ealización en especializaciones de membrana tales como
se a favor de su potencial electroquímico. microvellosidades, caveolas, balsas lipídicas, metabolismo
extracelular e intracelular del sustrato).
El transporte activo se caracteriza por consumir energía
en forma directa (hidrólisis de ATP, fosforilación o desfos-
forilación, nitración o desnitración, nitrosilación o desnitro- Transporte a través
silación) o en forma indirecta (por ejemplo, cambio en el de la barrera placentaria
potencial de membrana debido a la apertura o al cierre de
canales iónicos) durante el fenómeno de movilización del Entre los sustratos que se movilizan mediante transporte
sustrato. vectorial materno-fetal están D-glucosa, lactato, L-aminoá-
cidos, ácidos grasos libres, trazas de metales, vitaminas,
Estos procesos de transporte de membrana son efectua-
inmunoglobulinas (IgG), agua, iones, oxígeno, entre otros.
dos por proteínas de membrana y pueden ir a favor o en
Entre los sustratos que se movilizan mediante transporte
contra del gradiente de concentración del sustrato y/o de la
vectorial feto-materno se encuentra el dióxido de carbono
diferencia de potencial de membrana. Los mecanismos de
(C02), urea y bilirrubina (TABLA 7-3).
transporte que tienden a acumular el sustrato en el interior
de la célula (es decir, sistemas de captación de sustratos Existen sistemas de transporte que se caracterizan por
metabólicos) se denominan concentrativos, en cambio, los mediar la movilización de sustratos metabólicos una vez
que tienden a igualar las concentraciones del sustrato entre unidos a receptores de membrana (por ejemplo, transpor-
el intracelular y el extracelular se denominan equilibrativos. te de vitamina C a través de receptores tipo P2 para nu-
Sin embargo, todos los sistemas de transporte facilitado cleótidos macroérgicos tal como el ATP) o en los cuales
156
Capítulo 7 | Placenta
TABLA 7-3. Contenido plasmático de sustratos metabó- los sustratos metabólicos se unen a su receptor, o a varios
licos en la madre y el feto en la gestación de término receptores dependiendo de su selectividad, para entonces
la membrana plasmática sufrir una invaginación forman-
do vesículas conocidas como endosomas. Estas estructu-
Madre Feto ras son internalizadas al citoplasma del sinciciotrofoblasto
D-Glucosa (mM) 4,4 3,6 constituyendo el fenómeno de endocitosis (por ejemplo,
transporte de colesterol ligado a lipoproteínas y a IgGs,
Lactato (mM) 1,2 1,3
transporte de hormonas esteroidales).
Ácidos grasos (mEq/L) 0,9 0,3
Una vez que el sustrato unido a su receptor es liberado
Vitamina C (mg/dL) 0,8 1,3 en el interior del trofoblasto, como ocurre en la mayoría
IgG (g/dL) 1,1 1,2 de las células de mamíferos por acción de las lisosimas
Colesterol-ligado LDL (g/dL) 0,2 60 contenidas en los lisosomas, el contenido de la vesícula
es liberado al interior celular, donde puede ser metaboliza-
Sodio (mM) 135 137
do mediante complejos enzimáticos de alta especificidad o
Potasio (mM) 3,8 5,7 liberado al espacio extracelular por mecanismos de trans-
Calcio (mM) 2,1 2,6 porte de membrana que funcionan como sistemas prefe-
Proteínas totales (g/dL) 6,7 5,4 rentemente extrusores de sustratos metabólicos. Cuando
los endosomas se fusionan con la membrana contralateral
Albúmina (mg/dL) 3,1 3,6 del sinciciotrofoblasto (membrana basal o cara fetal de la
Ferritina (mg/dL) 23 128 placenta en el caso de transporte vectorial maternofetal) su
a-Fetoproteína (pg/mL) 0,005 48 contenido es liberado al espacio intercelular entre el sinci-
ciotrofoblasto y el endotelio de la microvasculatura de la
Aminoácidos (/¿M)
placenta en las microvellosldades coriónicas. De esta ma-
L-Arginina 80 50 nera, se completa el fenómeno de transporte trans-sincicio-
L-Histidina 88 90 trofoblasto (o en forma más general, transporte transcelu-
L-Isoleucina 55 70 lar) de un sustrato metabólico.
L-Leucina 105 120 Transporte de D-glucosa. El transporte de D-glucosa
L-Lisina 14 29 ocurre mediante un proceso de difusión facilitada en el sin-
L-Metionina 23 29 ciciotrofoblasto y en el endotelio de las microvellosidades
coriales (FIGURA 7-10). Debido a que la concentración
L-Fenilalanina 69 75
de D-glucosa en la circulación fetal es usualmente me-
L-Valinal 60 201 nor (—3,5 mM) que en la circulación materna (—5 mM)
L-Triptofano 30 40 en condiciones fisiológicas normales, se entiende que los
sistemas transportadores de esta hexosa funcionan prefe-
L-Alanina 350 500
rentemente como sistemas vectoriales feto-placenta. Sin
L-Asparragina 49 45 embargo, debido a que la actividad metabólica de las célu-
L-Ácido aspártico 54 20 las del feto en desarrollo es alta, se requiere un suministro
L-Cisteína 30 4 también alto de este sustrato aportado desde la circulación
de la madre. Debido a que el feto en esta etapa de desarro-
L-Glutamato 115 450
llo o el feto de término es hiperinsulinémico respecto a la
L-Glutamina 430 450 madre, y que una pequeña fracción (-30%) de D-glucosa
L- Glicina 200 250 que llega a la placenta es transferida al feto al término de
la gestación, se ha propuesto que la disminución de la con-
L-Prolina 130 135
centración plasmática de D-glucosa en el feto se debe a
L-Serina 120 200 estos últimos fenómenos más que a un aumento de la tasa
L-Treonina 160 235 de transporte vectorial fetomaterno.
L-Tirosina 45 65 La movilización de D-glucosa desde la sangre materna
L-Citrulina 16 101 al feto comienza por la captación de este sustrato en el
2 lado materno del sinciciotrofoblasto (en la membrana api-
3-Metilhistidina 2
cal). Los transportadores de D-glucosa identificados en las
L-Ornitina 45 110 membranas apical y basal del sinciciotrofoblasto presentan
L-Taurina 120 170 características similares (Illsley, 2000). Estos transportado-
res exhiben parámetros cinéticos [constante de Michaelis y
Menten (K ) aparente y velocidad máxima (Vmáx)] similares,
157
OBSTETRICIA
son independientes de la gradiente electroquímica del Na+, En esta etapa limitante del transporte de D-glucosa
son selectivos para D-glucosa antes que L-glucosa (este- intervienen procesos metabólicos tales como la alta tasa
reoselectivos) y son inhibidos por floretina y citocalasina B. de metabolismo de D-glucosa en la placenta y las etapas
Los valores de los parámetros cinéticos de transporte de D- de fosforilación mediadas por hexoquinasas y subsiguien-
glucosa sugieren la presencia de los sistemas de transporte te desfosforilación por glucosa-6-fosfatasa. Así, el meta-
de glucosa tipo 1 (GLUTl) tanto en la membrana apical bolismo de D-glucosa participa en las alteraciones de la
como en la basal del sinciciotrofoblasto. capacidad de transporte de D-glucosa en la placenta. Sin
embargo, el aumento de la abundancia de GLUTl en la
Debido a que la membrana apical presenta abundantes
membrana apical, debido a la mayor superficie de mem-
microvellosidades aumenta su superficie total, lo cual se tra-
brana plasmática, permite captar D-glucosa en cantidades
duce en que la abundancia de transportadores de D-glucosa
suficientes para mantener una concentración de D-glucosa
sea numéricamente mayor al número estimado en la mem-
similar entre la sangre de la madre y el sinciciotrofoblasto.
brana basal. Así, la etapa limitante para el transporte trans-
De esta manera se mantiene la concentración de D-glucosa
sinciciotrofoblasto de D-glucosa es, en primera instancia,
adecuada para maximizar la gradiente de concentración de
la abundancia relativa de los transportadores de D-glucosa
esta hexosa desde el sinciciotrofoblasto, y no solamente
en la membrana basal. Este fenómeno se traduce en una
desde la sangre de la madre, a la sangre fetal haciendo
menor capacidad máxima de transporte (determinado por
menos determinante la pérdida de D-glucosa por metabo-
la razón Vmáx/Km) (Casanello & cois., 2007) de D-glucosa en
lismo intracelular en el sinciciotrofoblasto. Este fenómeno
esta membrana comparado con la membrana apical.
Sangre materna Sinciciotrofoblasto Estroma Endotelio Sangre fetal
D-Glucosa
D-Glucosa
D-Glucosa
D-Glucosa
D-Glucosa
FIGURA 7-10. Transporte de D-glucosa en la placenta humana. La D-glucosa circulante en la sangre materna ingresa a
través de la membrana apical del sinciciotrofoblasto mediante los transportadores de glucosa GLUTl, para ser liberada
al estroma mediante los transportadores GLUTl y GLUT4 en la membrana basal. Ü-Glucosa es captada por los GLUTl
y GLUT3 presentes en el endotelio capilar, a expensas de los cuales sale al lumen capilar. En el estroma, las células es-
tromales (incluido el trofoblasto) captan parte de esta D-glucosa mediante los transportadores GLUTl y GLUT4.
158
Capítulo 7 | Placenta
permite disminuir la distancia de movimiento de D-glucosa La información disponible en la literatura es controver-
en —25 ji/m correspondientes al espesor del sinciciotrofo- sia! respecto de la expresión de GLUT4, isoforma sensi-
blasto (Illsley, 2000). ble a insulina, en la placenta. Los pocos estudios que han
descrito abundancia de proteína GLUT4 en el sinciciotrofo-
Por otra parte, GLLJT4 ha sido detectado en las células
blasto indican que es mínima y que funcionaimente no es
del estroma placentario, y GLLJTl y GLUT3 en las células
determinante en el transporte de D-glucosa en la placenta.
endoteliales de las arteriolas fetales. GLLJTl es una isofor-
El sinciciotrofoblasto expresa receptores de insulina, los
ma ubicua y constitutiva. Primero, el ARNm fue amplifica-
cuales colocalizan con GLLJT4, por lo cual aún queda la
do por la reacción de la polimerasa en cadena (RT-PCR)
interrogante de si este fenómeno se traduce en una relación
y posteriormente, la proteína GLLJTl fue identificada por
funcional. Existen evidencias que demuestran la presencia
inmunohistoquímica en la placenta humana. La proteína
de la proteína GLUT4 en células estromales intravenosas
GLLJTl también ha sido detectada en células endoteliales
de la placenta, pero su participación como elementos que
(micro y macrovasculares), y en las membranas apical y
faciliten el transporte vectorial materno-fetal o feto-materno
basal del sinciciotrofoblasto y el citotrofoblasto. La abun-
de D-glucosa es desconocida (Baumann y cois., 2002).
dancia de la proteína GLLJTl es mayor en la membrana
apical comparado con la membrana basal del sinciciotrofo- GLUT2 no ha sido detectado en homogenizados de pla-
blasto (es decir, la distribución de GLLJTl es asimétrica en centa, microvellosidades, o en membranas apical o basal
este tipo celular). La abundancia de GLLJTl en el endotelio del sinciciotrofoblasto. Aun cuando se ha detectado paso
de la placenta es significativamente menor respecto de la de D-fructosa a través de las membranas apicales y basola-
abundancia de esta proteína en el sinciciotrofoblasto y el terales del sinciciotrofoblasto, no ha podido ser demostrado
citotrofoblasto. que sea mediado por transportadores de membrana. Debi-
do a que D-fructosa es el sustrato de más alta afinidad para
También ha sido posible amplificar el ARNm para
GLUT5, se considera que esta ¡soforma de transportadores
GLUT3, pero no identificar la proteína en el sinciciotrofo-
de D-fructosa no es expresada, o es afuncional en la pla-
blasto. La abundancia de la proteína GLLJT3 podría dismi-
centa humana (Baumann y cois., 2002).
nuir a medida que avanza la edad gestacional. Investiga-
ciones realizadas esencialmente ¡n vitro sugieren que el
Transporte de L-am¡noácidos. Los L-aminoácidos se
paso de un fenotipo metabólicamente activo con alta tasa
movilizan a través de las membranas apical y basal del sin-
mitótica (trofoblasto) a uno no mitótico (citotrofoblasto) y
ciciotrofoblasto y de las células endoteliales de las microve-
finalmente a un estado diferenciado de menor actividad
llosidades córlales mediante transporte activo. En todas las
metabólica (sinciciotrofoblasto), se caracteriza por asociar-
especies estudiadas, la concentración total de compuestos
se con una disminución de la abundancia de la proteína
aminonitrogenados, como la mayoría de los aminoácidos
GLUT3. Sin embargo, actualmente no existe un consenso
individuales, es mayor en la circulación fetal comparado
general en términos de los mecanismos de señalización
con la circulación materna, lo que sugiere que el transpor-
que expliquen tanto que el nivel o que el número de co-
te vectorial materno-fetal es mayor que el transporte vecto-
pias de ARNm para GLLJT3 no cambien o aumenten con
rial feto-materno de L-aminoácidos. Tal como ha ocurrido
la edad gestacional en el trofoblasto, citotrofoblasto o sin-
para otros sustratos metabólicos, la información disponible
ciciotrofoblasto.
sobre el transporte de aminoácidos en el trofoblasto surge
De esta manera, la expresión de GLUT3 no depende de de estudios realizados en tejido placentario total, membra-
la actividad metabólica y tasa mitótica en estos tipos celula- nas apical y basal aisladas del sinciciotrofoblasto, explantes
res de la placenta humana. Sin embargo, GLUT3, así como de vellosidades y cultivos de trofoblastos y líneas celulares
GLLJTl, son expresados en el endotelio microvascular de derivadas de trofoblastos (Jansson y cois., 2009).
las vellosidades coriónicas. Estos transportadores pueden
El transporte de aminoácidos en la placenta ocurre a tra-
jugar un papel en el traspaso vectorial de madre a feto se-
vés de sistemas heterodiméricos (sistemas L, y+L, ba+, ase
guido al transporte trans-sinciciotrofoblasto. Debido a que
y xc-) y monoméricos (sistemas y+, X-AG, ASC, A y N) (Cetin
el endotelio microvascular de la placenta permite el movi-
y cois., 2005; Battaglia, 2007; Cieal & Lewis, 2008) (FI-
miento intercelular (entre células) de algunas moléculas de
GURA 7-11). El sistema L está formado por dos cadenas
tamaño menor tal como D-glucosa, estos transportadores
de bajo peso molecular (cadenas livianas) LATÍ y LAT2.
ayudan a disminuir la concentración de D-glucosa en el
Cada una de estas cadenas forma complejos heteroméricos
plasma fetal, facilitando la generación de la gradiente de
con la cadena pesada 4F2 (4F2hc). Estas dos configuracio-
esta hexosa desde el sinciciotrofoblasto hacia la sangre fe-
nes del sistema L (4F2hc/LATl y 4F2hc/LAT2) se expresan
tal. Este fenómeno se ve potenciado por la alta afinidad de
y median actividad de transporte de aminoácidos neutros
GLUT3 (Km aparente ~2 juM) comparado con GLLJTl (Km
de manera independiente de la gradiente electroquímica de
aparente ~10juM) por D-glucosa, facilitando así la eficien-
Na+ en el sinciciotrofoblasto. 4F2hc/LATl media el trans-
te captación de esta hexosa desde la sangre fetal (Simpson
porte de aminoácidos neutros de cadena larga y es inhibido
y cois., 2007).
por el ácido 2-aminobiciclo-(2,2,l)-heptano-2-carboxílico
159
OBSTETRICIA
(BCH). 4F2hc/LAT2 también media el transporte de este 4F2hc ha sido identificada en ambos tipos de membranas
tipo de aminoácidos y además presenta selectividad relati- del citotrofoblasto.
va para L-alanina, L-glicina, L-serina y L-glutamina.
El sistema y+L está conformado por dos subunidades,
Así, la función general del sistema L en la placenta es y+LATl e y+LAT2, que combinadas con 4F2hc (4F2hc/
actuar como un sistema que media la captación de un am- y+LATl y 4F2hc/y+LAT2) median actividad de transporte de-
plio espectro de L-aminoácidos neutros. Se ha sugerido que nominado sistema y+L. Tanto 4F2hc/y+LATl como 4F2hc/
4F2hc/LAT2 funciona como un mediador de aminoácidos y+LAT2 median el transporte de aminoácidos catiónicos en
desde el tmfoblasto al árbol capilar de las vellosidades mi- ausencia de Na+, pero comparten especificidad para ami-
crovasculares. La actividad de transporte de L-aminoácidos noácidos neutros en presencia de este ion en el medio. Así
vía el sistema L se ha identificado tanto en la membrana como en otros epitelios, en el sínciciotrofoblasto y en las cé-
apical como basal del trofoblasto con características fun- lulas endoteliales de la microcirculación en las vellosidades
cionales que sugieren la presencia del sistema LATÍ o Ll coriónicas, el sistema y+L media el intercambio de aminoáci-
(4F2hc/LATl) y LAT2 o L2 (4F2hc/LAT2). La proteína dos catiónicos por aminoácidos neutros solamente en la pre-
LATÍ ha sido identificada en la membrana apical del tro- sencia de Na+. Este fenómeno de transporte desde el trofo-
foblasto, no así la proteína LAT2. Sin embargo, la proteína blasto al endotelio microvasculardel corión es electroneutro.
Sangre materna Sinciciotrofoblas to Estroma Endotelio Sangre fetal
MeAIB/Ala
FIGURA 7-11. Transporte de L-aminoácidos en la placenta humana. Los L-aminoácidos son captados por sistemas de
transporte de aminoácidos presentes en la membrana apical del sinciciolrofoblasto. Estos aminoácidos pueden salir
a través de la membrana basal del sínciciotrofoblasto mediante los mismos sistemas y otros que no se expresan en la
membrana apical, para llegar al endotelio y el lumen capilar. De los sistemas de transporte diagramados en el la cara
luminal del endotelio capilar, sólo existe evidencia de la presencia del sistema y + L y de actividad y + . Así, se esperan
avances en este tipo celular para confirmar la existencia y funcionalidad de estos y otros sistemas. Leu: L-leucina, Arg:
L-arginina, Gli: L-glicina, Ser: L serina, GIn: L-glutamina, Glu: glutamato, Lis: L-lisina, Asp: aspartato, MeAIB: ácido
metilaminoisobutírico.
160
Capítulo 7 | Placmta
Un defecto en la secuencia del ADN que codifica para estudios posteriores han establecido que este "sistema de
y+LATl es responsable del desorden recesivo autosómico transporte" corresponde a una familia de transportadores
caracterizado por intolerancia a L-lisina, proteinlisinuria de membrana con al menos cinco miembros, que han sido
(aumento de la excreción de aminoácidos catiónicos a la clonados y de los cuales se ha caracterizado su expresión
orina). Actualmente se sugiere que esta patología podría y función de transporte en diversos tejidos, incluyendo la
incluir una tercera isoforma del sistema y+L, de la cual to- placenta humana.
davía no se ha identificado el ARNm o la proteína.
En general, los miembros del sistema y+ median acti-
Se ha caracterizado actividad del sistema y+L tanto en la vidad de trasporte independiente de Na+ y exhiben una
membrana apical como basal del sinciciotrofoblasto en pla- alta capacidad. Los miembros de esta familia de transpor-
centas de término. La actividad de transporte del sistema tadores se conocen como transportadores de aminoácidos
y+L en la membrana basal del sinciciotrofoblasto intercam- catiónicos (CAT, catíonic amino acidtransporters). Las pro-
bia L-leucina extracelular por L-arginina intracelular en pre- teínas correspondientes a estos cinco sistemas de transpor-
sencia de Na+, favoreciendo, potenclalmente, el transporte te son codificadas por cuatro genes distintos y el producto
vectorial materno-fetal de aminoácidos catiónicos. génico varía entre 600 a 650 aminoácidos. Los transpor-
tadores miembros de esta familia han sido denominados
En la placenta se ha logrado amplificar ARNm para
CAT-1, CAT-2A, CAT-2B (variante de splicing del gen que
y+LATl, y+LAT2 y 4F2hc; sin embargo, la localización de
codifica para CAT2, SLC7A2), CAT-3 y CAT-4.
los productos proteicos en la placenta es desconocida. La
actividad del sistema y+L también ha sido caracterizada en El primer transportador descrito para aminoácidos catió-
endotelio de vena umbilical humana proximal a la placenta nicos fue mCAT-1 (CAT-1 de ratón), una proteína con 14
(Sala y cois., 2002; Arancibia-Garavilla y cois., 2003). dominios transmembrana putativos, con los extremos ami-
no y carboxilo en el espacio intracelularíKimy cois., 1991;
También se ha clonado la cadena liviana b°'+AT, la cual
Macleod y cois., 1994). El transporte de los aminoácidos
al combinarse con la cadena glicoproteica pesada rBAT,
L-arginina, L-lisina y L-ornitina vía CAT-1 ocurre por un me-
media actividad de transporte independiente de Na+ de-
canismo de alta afinidad, independiente del pH, sensible a
nominada sistema b°'+, con selectividad para aminoácidos
transestimulación y saturable (Devés & Boyd, 1998; Pala-
catiónicos y L-cisteína. Este sistema de transporte permi-
cín y cois., 1998; Mann y cois., 2003; Casanello y cois.,
te el intercambio de L-aminoácidos neutros por L-cisteína
2007) a concentraciones plasmáticas circulantes de ami-
y aminoácidos catiónicos. El sistema b°'+ es funcional en
noácidos catiónicos (-0,05 a 0,2 mM). Además, CAT-1 es
la membrana basal, pero no en la membrana apical del
sensible a cambios en el potencial de membrana (Bussolati
trofoblasto; sin embargo, no existe evidencia experimental
y cois., 1993; Kavanaugh, 1993), por lo que la hiperpo-
que demuestre la presencia del ARNm codificando para
larización inducida por agonistas vasoactivos aumenta el
b°'+AT en trofoblasto de término. Al igual que el sistema
transporte de aminoácidos catiónicos en diversos tipos ce-
y+L, mutaciones ya sea en rBAT o b°i+AT están asociadas
lulares. Exceptuando el hígado, la actividad de transpor-
con cistinuria. La cadena liviana b°'+AT también interactúa
te del sistema CAT-1 es expresada ubicuamente (Mann y
con 4F2hc In vitro, llevando a alteraciones de la función de
cois., 2003).
transporte tipo sistema b°i+.
Se ha descrito que CAT-1 y las variantes de splicing
La actividad de transporte del sistema ase resulta de
CAT-2A y CAT-2B (diferentes en 42 aminoácidos) presen-
la interacción entre la cadena liviana Ascl y la 4F2hc, y
tan sitios de glicosilación (MacLeod, 1996). CAT-2A es
media la captación independiente de Na+ de aminoácidos
expresado predominantemente en el hígado, mientras que
neutros de cadena corta, tales como L-alanina, L-serina y
CAT-2B usualmente es inducido en condiciones de infla-
L-cisteína con alta selectividad, además de L-glicina y L-
mación en diversos tipos celulares, incluyendo células T
treonina con menor selectividad. El ARNm para Ascl ha
y macrófagos (Baydoun y cois., 1999; Nicholson y cois.,
sido amplificado, pero la proteína Ascl no ha sido detec-
2001; Reade y cois., 2002). CAT-2A es un transportador
tada en la placenta humana. Por otra parte, la interacción
de baja afinidad para aminoácidos catiónicos, y a diferen-
entre la cadena liviana xCT y la 4F2hc determina actividad
cia de CAT-1, es relativamente insensible a transestimula-
de transporte denominado sistema xc~, el cual es indepen-
ción, es decir, aumento del transporte de un sustrato resul-
diente de la gradiente electroquímica de Na+ y permite el
tante del transporte del mismo u otro similar en el sentido
intercambio de L-cisteína y L-glutamato en la placenta. Sin
contrario o desde una posición trans a la del sustrato en
embargo, ni el ARNm ni la proteína han sido identificados
cuestión. CAT-3 media el transporte de aminoácidos ca-
en este órgano.
tiónicos con una especificidad de sustrato diferente a las
Uno de los sistemas monoméricos de transporte de ami- otras isoformas de CAT, con un valor aparente de Km en el
noácidos más estudiados es el sistema y*. Inicialmente rango de valores reportados para CAT-1 (Hosokawa y cois.,
se creía que era un sistema único para aminoácidos pre- 1997; Ito & Groudine, 1997). A diferencia del CAT-3 de
ferentemente catiónicos en condiciones fisiológicas, pero cerebro de rata y ratón, el CAT-3 humano no es específico
161
OBSTETRICIA
de neuronas, tiene alta selectividad por aminoácidos ca- de aminoácidos mantenidos por las fuerzas electroquími-
tiónicos y no transporta L-citrullna, L-metionina, L-cisteína cas de entrada de dos o tres iones Na* y la salida de un K+.
o L-glutamato (Vekony y cois., 2001). Una característica Las isoformas EAAT4 y EAAT5 presentan una marcada con-
importante de la especificidad del sistema CAT-3 es que el ductancia a Cl- comparado con las otras ¡soformas. Tanto la
reconocimiento de aminoácidos neutros es independiente membrana apical como la basal del trofoblasto presentan
de Na+ (Hosokawa y cois., 1997; Ito & Groudlne, 1997). actividad de transporte acumulativo tipo sistema X~AG. Las
El CAT-3 humano es glicosilado y se ubica principalmente ¡soformas EAAT1, EAAT2 y EAAT3 son expresadas en pla-
en la membrana plasmática (Vekony y cois., 2001). Tam- centa humana, de las cuales la isoforma EAAT3 predomina
bién se ha Identificado un ADNc para CAT-4 en placenta en la membrana apical, y las ¡soformas EAAT1 y EAAT2 en
humana con el 41% al 42% de identidad de secuencia a la membrana basal. La actividad de transporte por estos
los miembros de la familia CAT, pero no se ha encontrado sistemas es regulada pordepleción de aminoácidos (Novak
transporte de aminoácidos catiónicos en ovocitos de Xeno- y cois., 2001) y presentan cambios en la actividad entre los
pus o en células de glioblastoma sobreexpresando CAT-4. 14 y 20 días de embarazo.
Así, el papel funcional de CAT-3 y CAT-4 en el transporte de
Debido a que L-aspartato y L-glutamato se encuentran
aminoácidos catiónicos en endotelio, músculo liso vascular
concentrados en el trofoblasto, estos son ávidamente me-
o en el trofoblasto no está del todo claro en la literatura
tabollzados, en un fenómeno que se considera una fuente
(Palacín y cois., 1998; Mann y cois., 2003; Casanello y
importante de energía para la actividad metabóllca de la
cois., 2007; Sobrevia & González, 2009).
placenta y un mecanismo de protección del feto en desa-
Los ARNm correspondientes a las ¡soformas humanas rrollo ante el potencial efecto neurotóxlco de L-glutamato
de CAT-1 (hCAT-1), hCAT-2B y hCAT-4 han sido detectados (Battaglia & Regnault, 2001).
en el trofoblasto humano en cultivo (Kamath y cois., 1999)
El sistema ASC media la captación de aminoácidos
y en vellosidades corlónicas (Kudo y Boyd, 2000; Ayuk y
neutros de cadena corta, tales como L-alanina, L-serina y
cois., 2000). Se ha Informado actividad de transporte tipo
L-cisteína, dependiente de la gradiente electroquímica de
sistema y+ en las membranas apical y basal del trofoblasto
Na+. Existen al menos dos ¡soformas que han sido clo-
humano (Furesz y cois., 1995). El transporte de aminoá-
nadas para este sistema de transporte, ASCT1 y ASCT2,
cidos catiónicos a través de este sistema en la placenta
producto de diferentes genes (Kekuda y cois., 1996). La
humana es mediado por al menos dos sistemas, uno de
selectividad del primero de estos sistemas de transporte
alta afinidad (sistema y+L y/o probablemente sistema ba+)
es alta para los aminoácidos clásicamente descritos para
y otro de baja afinidad (probablemente miembros de la fa-
el sistema ASC, pero ASCT2 (ATBO) puede transportar
milia y+) para el transporte de aminoácidos catiónicos. El
otros aminoácidos, tales como L-glutamina, L-leucina,
transporte mediado por miembros del sistema y+ es mayor
L-triptofano y L-fenilalanina. Sin embargo, ambas ¡sofor-
en la membrana apical comparado con la basal del tro-
mas son expresadas exclusivamente en la membrana basal
foblasto humano (Furesz y cois., 1995; Furesz & Smith, del trofoblasto de placenta humana.
1997; Jansson y cois., 1998).
El sistema A presenta al menos tres ¡soformas (Mann
Debido a que recientemente ha sido posible generar y cois., 2003), ATA1 (o SNAT1), ATA2 (o SNAT2) y ATAS
anticuerpos para algunas ¡soformas de los transportadores (posiblemente correspondiente a SNAT4 de expresión so-
CAT (por ejemplo hCAT-1), se espera que los miembros de lamente en el tejido hepático). Estas ¡soformas median la
esta familia puedan ser detectados en la Inferíase tisular captación de aminoácidos neutros en forma dependiente
madre-feto de la placenta humana aclarando la incógnita de la gradiente electroquímica de Na+. La característica
de cuál o cuáles transportadores CAT cumplen el papel de principal de las isoformas ATA1 y ATA2 es que ¡nteractúan
movilizar aminoácidos catiónicos en el trofoblasto. Experi- con el ácido metilaminoisobutírico (MeAIB), lo cual ha sido
mentos recientes realizados en cultivos primarios de hP- usado como sustrato específico para la actividad de trans-
MEC de la placenta humana y en HUVEC, demuestran la porte vía estos sistemas. Sin embargo, ATAS lo hace, pero
existencia de la proteína hCAT-1 y su función como trans- con menor afinidad. ATAS puede transportar además los
portador de L-arginina en estos tipos celulares (Casanello y aminoácidos catiónicos L-arginina y L-l¡sina en ausencia
cois., 2007; Sobrevia & González, 2009). de Na+ (Hatanaka y cois., 2001). Las membranas apical y
El sistema X~AG media la captación de tipo concentra- basal del trofoblasto exhiben actividad del sistema A, para
tivo (sistema acumulativo) de los aminoácidos aniónicos lo cual las ¡soformas ATA1 y ATA2 y SNAT4 han sido de-
L-aspartato y L-glutamato pudlendo llegar a lograr una tectadas en la placenta (Mann y cois., 2003; Desforges y
concentración ¡ntracelular —150 veces la concentración cois., 2006).
plasmática de estos aminoácidos. Se conocen al menos El sistema N permite la captación de L-glutamina,
cinco ¡soformas para el sistema X~AG denominadas EAAT1 L-asparragina, L-histidina y otros aminoácidos neutros de
(GLAST), EAAT2 (GLT-1), EAAT3 (EAAC1), EAAT4y EAAT5 cadena corta deforma dependiente de Na+ (Kilbergycols.,
(Mann y cois., 2003). Estas proteínas median el transporte 1980). Este sistema se caracteriza por captar sus sustratos
162
Capítulo 7 | Placenta
Sangre materna Sinciciotrof oblaste Estroma Endotelio Sangre fetal
Adenosina _£
(NT- ^ Adenosina
/ Adenosina
Retinol
_ , ¿<-*- Retinol
Fol ,»--». Retinol
Folato
Folato Folato
Na+
Ácido
ascórbico Ácido ascórbico
" Ácido ascórbico"
•»- a-Tocoferol
a-Tocoferol
Biotina
Ac linoleico Biotina
Ac linolénico Ac linoleico
25-OHD3 Ac linolénico
25(OH) 2 D 3 25-OHD 3
25(OH) 2 D 3
FIGURA 7-12. Transporte de nucleósidos y vitaminas en la placenta humana. El transporte del nucleósido adenosina es
de tipo equilibrativo y en la cara apila del sinciciotrofoblasto parece ser mediado por hENTl, pero en la cara basal del
sincicio es mediado por transportadores de nucleósidos (NT) (es decir, sistemas de transporte de nucleósidos en gene-
ral sin haber sido caracterizados para su identificación específica). En cambio, el transporte de adenosina en endotelio
capilar es mediado por hENTl y hENTl. El transporte de vitaminas ocurre mediante la formación de endosomas para
retinol y folato, pero por otros mecanismos para las vitaminas restantes. Las flechas blancas indican transporte trans-
placentario de estas moléculas.
movilizando además iones Na + , los cuales son intercam- res: los transportadores de nucleósidos tipo equilibrativos
biados por H + , determinando que el sistema N dependa del (ENT, equilibrative nucleoside transporters) y los transpor-
pH intracelular. Se han clonado dos isoformas que median tadores de nucleósidos de tipo concentrativos (CNT, con-
actividad tipo sistema N, es decir, SN1 y SN2. Sin embar- centrative nucleoside transporters). Cuatro miembros de la
go, aunque existe evidencia de actividad de transporte de familia ENTs de transportadores de solutos (SLC29A genes)
L-histidina mediada por el sistema N en membranas apica- han sido clonados desde tejidos humanos (ENT1, 2, 3 y
les de trofoblasto, ninguna de estas isoformas ha sido de- 4).
tectada en la placenta humana (Nakanishi y cois., 2001).
Estudios realizados en placenta perfundida muestran
Actualmente es incierto el que el sistema N sea funcional
que la barrera placentaria modula el paso transplacentario
en la placenta humana, aunque se haya detectado activi-
del nucleósido adenosina y de la nucleobase hipoxantina.
dad de transporte tipo sistema N.
Igualmente se ha descrito que preparaciones de membrana
apical y basal del sinciciotrofoblasto transportan adenosina
Transporte de nucleósidos. El transporte del nucleó- (Osses y cois., 1995; Mann y cois., 2003; Escudero & So-
sido endógeno adenosina es mediado por transportadores brevia, 2008; Westermeier y cois., 2009; Sobrevia y cois.,
de nucleósidos (NT). Estas proteínas de membranas han 2009) (FIGURA 7-12). Más recientemente, se ha logrado
sido agrupadas en al menos dos familias de transportado- caracterizar que la adenosina es captada principalmente
163
OBSTETRICIA
(-60% al 80%) por el sistema ENT1 humano, también terior esterificación transiente del retinol y secreción de esta
denominado inicialmente sistema es por su sensibilidad a vitamina al suero fetal.
inhibición por nitrobenziltioinosina < 1 /./M) en el sinci-
El receptor de membrana para retinol-RBP involucrado
ciotrofoblasto, el tejido placentario (Govindarajan y cois.,
en este fenómeno correspondería a una proteína de 60 a
2007), cultivos primarios de citotrofoblastos y trofoblastos,
65 kDa expresada en las vellosidades del sinciciotrofoblas-
HUVEC y células musculares lisas de la arteria umbilical
to humano del primer trimestre y de término (Johansson y
humana (HUASMC) (Escudero & Sobrevia, 2008).
cois., 1999).
La contribución relativa de los transportadores hENT2
El trofoblasto humano también capta las vitaminas del
(también denominado inicialmente sistema ei, por su in-
complejo B (hidrosolubles) (Keating y cois., 2007). El áci-
sensibilidad a la inhibición por nitrobenziltioinosína < 1
do fólico o folato (vitamina B9 del complejo B) es recono-
juM) a la captación total de adenosina corresponde en ge-
cido por el tejido placentario mediante los receptores de
neral a una fracción significativamente menor que la de-
folato a y |3, los cuales reciclan entre la membrana plas-
tectada para hENTl en HUVEC y HUASMC. Sin embargo,
mática y el interior celular, permitiendo su captación y la
se ha informado que en cultivos primarios de hPMEC la
transferencia transplacentaria de éste. Al menos los recep-
contribución de los sistemas de transporte hENTl y hENT2
tores a de folato se encontrarían en balsas lipídicas en la
para adenosina contribuyen de manera proporcional al
membrana plasmática lo cual podría ser importante en el
transporte total (Escudero y cois., 2007).
fenómeno de reciclaje y en el secuestro de folato a zonas
En estados patológicos, tales como preeclampsia, una específicas del interior celular.
patología donde el nivel plasmático de adenosina en la
El folato juega un papel determinante en el desarrollo
circulación materna y fetal es mayor, comparado con em-
fetal (Antony, 2007) y el nivel de esta vitamina es deter-
barazos normales, el transporte de adenosina mediado
minado por el nivel existente en la circulación materna,
por hENTl puede verse claramente disminuido, incluida
que es mayor en la circulación fetal que en la materna.
la expresión de estos transportadores, pero la actividad y
El folato se liga a proteínas que unen folato (FBP), lo cual
expresión de hENT2 se ve aumentada. Se ha propuesto
es necesario para la transferencia transplacentaria al feto.
que en estos casos la actividad y expresión de hENT2 au-
Los receptores de folato presentes en la membrana apical
mentada podría ser una respuesta al exceso de adenosina
del trofoblasto secuestran 5-metiltetrahidrofolato, la forma
extracelular, regulando así sus diversas funciones biológi-
circulante de folato reducido, hasta que es secretado a la
cas, incluyendo su capacidad de regular el tono vascular
circulación ¡ntervellosa. Esto aumenta la concentración de
mediante la regulación de la expresión y actividad de ¡NOS
folato entre esta zona y la sangre fetal, generando una gra-
y eNOS en la vasculatura fetoplacentaria (San Martín &
diente favorable para la difusión pasiva (potencialmente)
Sobrevia, 2006; Casanello y cois., 2007; Escudero & So-
hacia los vasos de las microvellosidades coriónicas. Aun-
brevia, 2008).
que se conoce que la deficiencia de vitamina B7 del com-
Todos los estudios disponibles en la literatura muestran plejo B (biotina o también conocida como vitamina H) se
transporte de adenosina de manera independiente de Na+ asocia con el progreso del embarazo en algunas madres,
en la placenta, aunque recientemente se ha logrado am- y que esto puede llevar a malformaciones fetales, no se
plificar el ARNm para la isoforma hCNT2, sin haber sido sabe con detalle cuáles son los mecanismos de transporte
posible detectar la proteína y/o función de transporte tipo transplacentario de esta vitamina. Sólo se conoce que la
CNTs (Govindarajan y cois., 2007). Esto deja todavía la placenta humana exhibe actividad de transporte de biotina,
incertidumbre de si este tipo de transportadores son expre- pero que este fenómeno es menor comparado con epitelios
sados y si son funcionales en la placenta humana. en otros órganos.
Existen dos transportadores de vitamina C (ácido as-
Transporte de vitaminas. El transporte de vitamina A
córbico) con propiedades funcionales conocidas, SVCT1 y
(retinol) requiere de proteínas de unión de retinol (RBP), las
SVCT2, los cuales presentan alta especificidad para ácido
cuales actúan como vehículo sérico para esta vitamina. La
ascórbico y son dependientes de Na+ con una estequeome-
placenta humana transporta retinol mediante mecanismos
tría de Na+:ácido ascórbico = 2:1. La actividad de SVCT2
que aún no están claramente establecidos, pero debido a
ha sido descrita en la placenta, así como en muchos otros
su naturaleza lipofílica podría ser permeable a través de la
tipos celulares de alta actividad metabólica (Takanaga y
placenta para llegar a la circulación fetal (FIGURA 7-12).
cois., 2004). SVCT2 es expresado tanto en la membrana
Sin embargo, al menos dos mecanismos parecen ser po-
apical como basal del trofoblasto, siendo su actividad de
sibles: el primero contempla una transferencia directa de
transporte mayor en la membrana basal comparado con la
retinol ligado a RBP (complejo retinol-RBP) involucrando
membrana apical.
captación celular y posterior secreción del complejo retinol-
RBP, y el segundo comprende la captación de retinol-RBP El transporte de ácido ascórbico en la placenta huma-
por unión a un receptor de membrana para RBP, una pos- na, así como en otros epitelios, ocurre mediante la cap-
164
Capítulo 7 | Placenta
tación de ácido L-dehidroascórbico (DHA), forma oxidada en la circulación fetal exceden los niveles en la circulación
del ácido ascórbico, en mayor proporción que el propio materno-fetai. Esto sugiere que existiría un proceso de mo-
ácido ascórbico (3 a 6 veces mayor) tanto en la membra- vilización transplacentario (que no correspondería a trans-
na apical como basal del trofoblasto. En otros epitelios se porte mediado) de estos metabolitos o que el feto expresa
ha propuesto que radicales libres derivados del oxígeno, un menor número de DBP, dejando así más metabolitos
particularmente los aniones superóxido (O2), oxidan el áci- libres que el número detectado en la madre.
do ascórbico en el espacio extracelular para formar DHA.
La vitamina E (a-tocoferol) es captada a través de la pro-
Esta molécula es entonces captada por transportadores de
teína de transferencia de a-tocoferol (TIPA) expresada en
D-glucosa e inmediatamente reducida para formar nue-
membranas en células epiteliales, incluyendo el trofoblasto
vamente ácido ascórbico en el espacio intracelular. Este
y el endotelio microvascular de la placenta. Aún cuando
mecanismo lleva a acumular esta vitamina en el espacio
esta es una vitamina liposoluble, la TIPA parece ser deter-
intracelular, un fenómeno que ha sido también descrito en
minante en su transferencia transplacentaria. Por otra par-
trofoblastos humanos. Aunque no está del todo esclarecido,
te, la localización de TIPA en el sinciciotrofoblasto y el en-
el paso de ácido ascórbico hacia la circulación fetal podría
dotelio microvascular piacentario asociado a su función de
involucrar, además de SVCT2, otros sistemas de transporte
transporte, permitirían el flujo vectorial materno-fetai. Sin
de ácido ascórbico, transportadores de glucosa o sistemas
embargo, los niveles de a-tocoferol en la circulación fetal
no identificados aún que presentan dependencia a Na+
son menores que los niveles de esta vitamina en la sangre
para su función.
materna. Esto implicaría que el transporte neto (la suma de
La vitamina D corresponde a un grupo de prohormo- los transportes vectoriales materno-fetai y feto-materno) de
nas liposolubles conocidas como ergocaiciferiol (vitamina esta vitamina sería primariamente un fenómeno que favo-
D2) y colecalciferol (vitamina D3), así como derivados rece la acumulación en la circulación de la madre.
metabólicos de éstos (vitaminas DI, D4 y D5). La forma
Por otra parte, el transporte de madre a feto parece ser
metabólicamente activa de la vitamina D3 es el 1,25-dihi-
más eficiente para el monoestereoisómero RRR-a-tocoferil
droxicolecalciferol [1,25-(OH)2D3 o calcitriol], derivado del
acetato comparado con el poliestereoisómero (8 ¡sómeros)-
metabolismo renal de 25-dihidroxicolecalciferol [25-(OH)
a-tocoferil acetato (Acuff y cois., 1998), sugiriendo este-
D3 o calcidiol] generado en el hígado de la madre.
reoselectividad en el proceso de transporte transplacentario
La placenta tiene permeabilidad selectiva para los me- para estas moléculas.
tabolitos de vitamina D3. Entre éstos, el 25-(OH)D3 es mo-
Otro mecanismo que permitiría la transferencia de vi-
vilizado desde la madre al feto más eficientemente que los
tamina E desde la madre al feto involucra la presencia de
metabolitos dihidroxilados. Se ha observado que la placen-
receptores de lipoproteínas de baja densidad (LDL), muy
ta tiene la capacidad de sintetizar 1,25-(OH)2D3 mediante
baja densidad (VLDL) o de receptores atrapadores de la
mecanismos no esclarecidos aún. Se cree que este meta-
clase B tipo I, los cuales actuarían en conjunto con lipasa
bolito de origen piacentario podría entrar a la circulación
de lipoproteínas en la placenta. Estos mecanismos en ge-
materna o fetal por ser lipofílico o mediante mecanismos de
neral son importantes, considerando que los recién nacidos
secreción aún no esclarecidos, o que, en su defecto, podría
presentan bajos niveles de a-tocoferol y elevados niveles
permanecer en el trofoblasto y otros tipos celulares en la
de estrés oxidativo. Debido a su naturaleza antioxidante,
placenta para regular la síntesis de proteínas involucradas
esta molécula ha sido suministrada en infantes prematuros
en el transporte de Ca+2.
y a madres que cursan su embarazo con preeclampsia.
Se ha propuesto que existirían proteínas que unen vita- Sin embargo, los resultados no muestran un efecto benéfi-
mina D (DBP)¡ sin embargo, la síntesis de novo de estas co claro de la administración de a-tocoferol en esta última
proteínas en el trofoblasto no ha podido ser caracterizada, patología.
sugiriendo que estas proteínas podrían ser de origen ma-
La vitamina F es en efecto un término para referirse a
terno (posiblemente DBP circulantes) antes que fetal. Así,
los ácidos grasos esenciales, linoleico y a-linoiénico. Estos
es probable que exista una especialización funcional de las
tipos de ácidos grasos se clasifican en al menos dos cate-
células de la placenta, donde un tipo celular sintetizaría
gorías: cü-3 y cú-6 (ver Transporte de lípidos}. Un proble-
1,25-(OH)2D3 y otro tipo celular expresaría las DBP, siendo
ma actual en el recién nacido es su casi indetectable nivel
activadas por este metabolito para el equilibrio de Ca+2.
plasmático de vitamina K (particularmente filoquinona).
La placenta también sintetiza 24,25-(OH)2D3, pero sus Aunque se sabe que estas vitaminas cruzan la barrera pla-
efectos celulares en este órgano son desconocidos. Igual- centaria, se cree que los procesos celulares que permiten
mente, los ríñones del feto sintetizan 1,25-(OH)2D3, pero su paso al feto desde la madre son poco eficientes. No
es probable que no tengan una función determinante, pues existen mecanismos de transporte que hayan sido caracte-
el feto mantiene una declarada hipercalcemia e hiperfosfa- rizados para el paso de vitamina K desde la madre al feto.
temia respecto de la madre. Sin embargo, la concentración Igualmente, el nivel de esta vitamina es bajo en la leche
de 25-(OH)D3 y 1,25-(OH)2D3 libres (no unidos a DBP) materna, lo que sugiere que los potenciales mecanismos
165
OBSTETRICIA
de transporte de vitamina K en epitelios de la mama y de trofoblasto (FIGURA 7-13). La función de estas proteínas
la placenta podrían compartir características funcionales. compensa la transferencia por difusión simple por su na-
turaleza química, la cual, sin embargo, es muy limitada
Transporte de lípidos. El transporte y el metabolismo para este tipo de moléculas en la placenta (Booth y cois.,
de los ácidos grasos funcionan en paralelo, contribuyen- 1981).
do a la homeostasis de los ácidos grasos de la placenta
La placenta secreta apolipoproteína B, que contiene
humana (Xu y cois., 2007). El transporte transplacentario
partículas del rango de LDL a la circulación fetal, la que
de lípidos ocurre por mecanismos de transporte vectorial
indica que la placenta participa en mantener ios niveles de
materno-fetal, un fenómeno mediado por una serie de pro-
especies moleculares tales como fosfolípidos, triglicéridos y
teínas a las cuales se les ha conferido la propiedad funcio-
esteres de colesterol en el plasma fetal. La enzima lipasa
nal de transportar este tipo de moléculas (Innis, 2005).
lipoproteica, encargada de hidrolizar los triglicéridos a áci-
Entre éstas se encuentran isoformas de proteínas citoplas-
dos grasos y glicerol, está presente en la membrana apical
máticas unidoras de ácidos grasos (FABP), translocasas
del trofoblasto (Thomas y cois., 1983). El colesterol, ligado
de ácidos grasos (FAT/CD36), proteína transportadora de
a lipoproteínas de baja densidad (LDL), es captado por las
ácidos grasos (FATP) y la proteína de membrana plasmá-
células del trofoblasto por un proceso de endocitosis, me-
tica que une ácidos grasos (FABPpm, posiblemente una
diado por un receptor similar al descrito para las ¡nmunog-
proteína de 40 kDa) (Dutta-Roy, 2000). Todas estas pro-
lobulinasG (IgGs).
teínas han sido detectadas en la placenta humana y en el
Sangre materna Sinciciotrofoblasto Estroma Endotelio Sangre fetal
Ácidos grasos —
Apo B ...
Ácidos grasos dos grasos
ApoB Apo B
Colcsterol-LDL \" Col<" R
-*- Colcstcrol-LDL
Ac. araquidónico i Ac. araquidónico
DHA DHA
FIGURA 7-13. Transporte de lípidos, lactato, piruvato y cuerpos cetónicos en la placenta humana. El transporte de estas
moléculas en la placenta está descrito principalmente para los fenómenos que ocurren en el sinciciotrofoblasto. Sin
embargo, en el endotelio capilar no hay estudios en los que se haya caracterizado la presencia de transportadores o ac-
tividad de transporte de membrana. Col: colesterol-LDL, Apo B: apolipoproteína B, R: receptor de colesterol-LDL, DHA:
ácido docohexanoico. Las (lechas blancas indican transporte transplacentario de estas moléculas.
166
Capítulo 7 | Placenta
El ácido araquidónico (20:4n-6) y el ácido docohexa- mas de transporte TRPV5 (canal de Ca+2 tipo 1 o ECaCl) y
noico (22:6n-3) se encuentran en mayor concentración TRPV6 (transportador de Ca+2 tipo 1, CaTl o ECaC2). Estos
en la circulación fetal comparado con la circulación de la sistemas son sensibles a vitamina D3 [particularmente a
madre. Esto sugiere una eficiente capacidad de transporte 1,25(OH)2D3] y cambian tanto su expresión como activi-
transplacentario para estas moléculas. En ensayos preli- dad de movilización de Ca+2 de acuerdo al nivel intracelular
minares, se ha detectado que en mujeres embarazadas de esta vitamina. La salida de Ca+2 a través de la membra-
que cursan con diabetes gestacional la suplementación na basal del trofoblasto ocurre a través de Ca+2/ATPasas de
con ácido docohexanoico (DHA) restablece los valores de la membrana plasmática (PMCA), de las cuales existen al
Vmax, sin alterar el valor de Km aparente para el transporte menos cuatro isoformas e ¡ntercambiadores de Na+/Ca+2
de L-arginina y la síntesis de NO en cultivos primarios de (NCX). Estos sistemas funcionan de manera que favore-
HUVEC. Así, los niveles alterados de este ácido graso pue- cen la transferencia a través del sinciciotrofoblasto de hasta
den asociarse con alteración en la función endotelial fetal ~30 mg de Ca+2 desde la madre al feto, especialmente
en humanos. hacia el término de la gestación.
La transferencia placentaria es más eficiente para ácidos El flujo de entrada de Ca+2 al sinciciotrofoblasto, además
grasos esenciales versus no esenciales, y es también más de utilizar los transportadores de membrana, se ve favore-
eficiente para ácido araquidónico antes que ácido doco- cido por la existencia en la membrana apical de canales
hexanoico o sus precursores (ácido linoleico o 18:2n-6, de Ca+2 dependientes de voltaje (VDCC). Existen al me-
y ácido a-linolénico o 18:3n-3). Aun cuando este fenó- nos dos categorías: los canales de calcio activados por alto
meno ocurre, este último es transportado claramente por voltaje que incluyen los tipos L, N, P/Q y R, y los canales
la placenta. Sin embargo, todavía es materia incierta si el de Ca+2 activados por bajo voltaje o LVA o tipo T. De estos
ácido araquidónico y el ácido docohexanoico se incorporan dos subgrupos de canales, los tipo L y T son expresados
a grupos acilos preferencialmente en lípidos esterificados en placenta. Los canales tipo L se encuentran en la mem-
que son secretados por la placenta a la circulación fetal, y brana apical del sinciciotrofoblasto y se cree que estarían
si la especificidad de las acetiltransferasas involucradas en involucrados en señalización celular y en la regulación de
la síntesis de triglicéridos y fosfolípidos en el hígado del feto la secreción de proteínas en el trofoblasto. Los canales tipo
contribuyen a este fenómeno (Innis, 2005). T son menos conocidos, pero se cuenta con información
experimental que confirma la expresión de ARNm para este
Transporte de lactato, piruvato y cuerpos cetó- tipo de canales en la placenta humana. Se conoce que la
nicos. El lactato es transportado por cotransportadores expresión de este tipo de canales podría ser inducida por
de monocarboxilatos (MCT), de los cuales se conocen 14 hipoxia (Belkacemi y cois., 2005).
miembros. En esta familia MCT solamente se ha demos- El flujo de sodio (Na+) es unidireccional desde la madre
trado actividad de transporte acoplado a la gradiente de al feto, aumentando a medida que transcurre la gestación
entrada de H+ para las primeras cuatro ¡soformas, MCT1, y el crecimiento fetal. No se ha aclarado si este pasaje de
MCT2, MCT3 y MCT4. Estos transportadores movilizan Na+ hacia el feto representa una secreción o es un trans-
lactato, piruvato y cuerpos cetónicos, y la expresión y porte pasivo de este electrolito. En placentas hemocoriales,
actividad de transporte de las ¡soformas MCT1 y MCT4 re- la mayor parte del Na+ es transferido disuelto en agua,
quiere de una proteína ancilar monottpica, CD147 (Hales- a través de canales paracelulares. Sin embargo, es clara
trap & Meredith, 2004). Se ha caracterizado actividad de la evidencia experimental que demuestra la existencia de
transporte vía MCT1 y MCT4 tanto en la membrana apical la bomba Na+/K+-ATPasa tanto en la membrana apical
como basal del trofoblasto de la placenta humana (FIGURA como basal del sinciciotrofoblasto humano. Esto es parti-
7-13). La actividad de transporte de lactato es mayor en cularmente importante, puesto que la distribución de esta
la membrana apical comparado con la membrana basal. bomba ¡ntercambiadora de Na+ por K+ se distribuye sólo en
Las proteínas MCT1 y MCT4 han sido detectadas en ambas las membranas básales de epitelios absortivos y secretores.
membranas, pero MCT4 es más abundante en la mem- El significado funcional de la expresión de esta bomba en
brana apical, mientras que MCT1 lo es en la membrana ambos lados del sinciciotrofoblasto humano no es clara,
basal del trofoblasto en la placenta humana (Settle y cois., pero esto no parece ser un factor que altere la transferen-
2006). cia trans-sinciciotrofoblasto de Na+. Existe evidencia que
muestra la existencia del intercambiador Na+/H+ (NHE)
Transporte de iones. El transporte de calcio (Ca+2) en en el sinciciotrofoblasto. Se ha detectado la presencia de
la placenta implica la entrada de este catión a través de la ARNm para tres isoformas de NHE (NHE1, NHE2 y NH3).
membrana apical mediante transportadores de membrana Estos sistemas participan en la homeostasis del pH intra-
y de canales de calcio, difusión a través del citosol liga- sinciciotrofoblasto mediando el intercambio de H+ intrace-
do a calbindinas-D, y extrusión a través de la membrana lular por Na+ extracelular, en el sentido de transferir el Na+
basal del trofoblasto (Belkacemi y cois., 2005) (FIGURA hacia el feto y depurar a éste de aumentos en la concentra-
7-14). El transporte de Ca+2 ocurre a través de los siste- ción plasmática de H+.
167
OBSTETRICIA
Sangre materna Sinciciotrofoblasto Estroma Endotelio Sangre fetal
Sulfato
Selenio
Cromo
Molibdeno
Fósforo
FIGURA 7-14. Transporte de iones en la placenta humana. El transporte de iones ocurre mediante fenómenos de trans-
porte en combinación funcional con la movilización de estos por canales iónicos (por ejemplo, ENaC, CICh, VDCC). Al
igual que para muchos sustratos, el transporte de iones en el endotelio capilar no ha sido estudiado en detalle de forma
de lograr determinar la actividad de transporte o los transportadores de membrana presentes en este tipo celular. CbD:
calbindina D. Las flechas blancas indican transporte transplacentario de estas moléculas.
De estas tres isoformas, la expresión de NHE1 es modu- res amónicos de Cl~ por HCO~3 (AE). Las isoformas AE1 y
lada de acuerdo al desarrollo de la gestación, aumentando AE2 de estos intercambiadores han sido detectadas en la
hacia el término de ésta (Lacey y cois., 2005). Aunque placenta humana, y se cree que, a diferencia de NHE1,
es poco claro, también es probable que en la membrana no son regulados por el desarrollo de la gestación. Tam-
apical del Sinciciotrofoblasto se expresen canales epiteliales bién se ha identificado el yoduro (h) en tejido placentario
de Na+ (ENaC), los cuales se encuentran ampliamente dis- y en líquido amniótico, que se cree proviene de la ingesta
tribuidos en diferentes epitelios. de yodo de la madre. Esto último implica un proceso de
transporte o movilización del yoduro desde la madre al feto.
La placenta es más permeable al potasio (K+) que al
Al parecer, la asimilación del catión divalente magnesio
Na+. Se ha descrito la presencia de sistemas activos de
(Mg+2) depende de los niveles de l~ en patologías asocia-
movilización de K + , entre los cuales están los cotranspor-
das con disminución del nivel de este ion en la placenta,
tadores de Na+/K+/Ch Estos sistemas, además de regular
tal como preeclampsia severa. El consenso general, aun
los niveles de K + , modulan el volumen celular como conse-
cuando no se ha caracterizado claramente, es que el I" es
cuencia de las distribución intra versus extracelular de es-
transportado activamente a través de la placenta humana.
tos iones. Son muy escasos los estudios disponibles acerca
También lo sería el fósforo, el que se acumula en el com-
del transporte de aniones, particularmente de cloruro (Cl~),
partimiento fetal comparado con el materno. La placenta
en la placenta.
humana también expresa los transportadores NaS2 para
Un mecanismo que participa en la regulación del pH captar sulfato. Este sistema de transporte es dependiente
intracelular, además de los NHE, son los intercambiado- de la gradiente de Na+ y de la interacción del sustrato con
168
Capítulo 7 Placenta
Sangre materna Sinciciotrofoblasto Estroma Endotelio Sangre fetal
Fe-Tf
H,0
Bilirrubina
FIGURA 7-15. Transporte de metales, agua y desechos fetales en la placenta humana. El transporte de metales ocurre
mediante su unión a proteínas receptoras en la membrana apical del Sinciciotrofoblasto y transportadores de membrana
presentes en los desmosomas y la membrana basal de este sincicio. Sin embargo, también existen transportadores de
metales (por ejemplo, zinc) en la membrana apical del Sinciciotrofoblasto. Para el transporte de agua desde la madre
al feto, y el transporte de urea y bilirrubina desde el feto a la madre, sólo se ha descrito en la membrana apical el Sin-
ciciotrofoblasto. Con la captación de agua a través de las aquaporinas (AQPs) pueden pasar también otras moléculas.
Fe: hierro, Zn: zinc, TfR: receptor de transferrina, Fe-Tf: hierro ligado a transferrina sérica. Las flechas blancas indican
transporte transplacentario de estos metales y moléculas.
al menos 3 iones Na+, siendo electrogénico (es decir, au- circulación materna y el Sinciciotrofoblasto, acumulándose
menta el potencial de membrana). Debido a que la función en éste. Sin embargo, se observa transferencia unidireccio-
de transporte de sulfato vía NaS2 es inhibida fuertemente nal de madre a feto, sin que existan evidencias experimen-
por selenio, cromo, arsénico, molibdeno y fósforo, se cree tales de un transporte bidireccional (de madre a feto y de
que este sistema de transporte también podría permitir el feto a madre), y aumenta especialmente durante el tercer
flujo de estos oxianiones en la placenta humana (Miyauchi trimestre de la gestación.
y cois., 2006).
En la madre, el Fe circula unido a la transferrina forman-
do transferrina diférrica, complejo que se une a receptores
Transporte de metales. El transporte de hierro (Fe) en de transferrina (TfR) presentes en la membrana apical
la placenta ha sido estudiado en el Sinciciotrofoblasto, pero del Sinciciotrofoblasto (FIGURA 7-15). Estos complejos,
no se conocen con precisión las características del trans- unidos a los TfR, son internalizados como depresiones de
porte de este metal en citotrofoblastos, células del estroma membrana y fracciones endosomales. La acidificación del
placentario o en el endotelio microvascular de las vellosida- medio intraendosomas, probablemente hasta pH 6, resulta
des coriónicas (Srai y cois., 2002). El Fe es transportado en la liberación de Fe dejando apo-transferrina unida a TfR.
activamente contra el gradiente de concentración entre la La salida de Fe desde el endosoma se debería a un proceso
169
OBSTETRICIA
de transporte activo mediado por la actividad de transpor- das, polioles, purinas y pirimidinas, sugiriendo que estas
tadores de metales divalentes (DMTl), también conocidos proteínas no sólo permiten el paso de agua a través de la
como transportadores de cationes divalentes (DCT1) o placenta sino también de solutos hacia el feto. Otros estu-
NrampZ, La proteína correspondiente a DMTl ha sido de- dios sugieren la presencia de AQP1 en membrana fetales
tectada en el sinciciotrofoblasto, pero no localiza con TfR. del amnios y corión en gestaciones de término, pero no se
El complejo apo-transferrina unido a TfR recicla hasta la han caracterizado sus propiedades funcionales y las conse-
membrana apical del sinciciotrofoblasto (posiblemente ne- cuencias de su actividad para el desarrollo del feto.
cesitando alrededor 7 a 10 minutos para cumplir un ciclo).
El Fe es entonces liberado desde el sinciciotrofoblasto por Transporte de oxígeno. El oxígeno (02) y el anhídrido
un mecanismo desconocido, pero que podría involucrar los carbónico (C02) pasan a través de la placenta por difusión
transportadores de Fe de la membrana plasmática (IREG1), simple. Sin embargo, el transporte de estos gases se ve
similares a los encontrados en el intestino. En este proceso afectado por la combinación de estos con la hemoglobina y
también participaría hefaestina, una ferroxidasa de mem- por el flujo sanguíneo uterino y umbilical. Se asume que el
brana que facilita la liberación de Fe al medio extracelu- mínimo tiempo durante el cual un volumen de sangre de la
lar. Sin embargo, su participación en este proceso no es madre y del feto se encuentran en proximidad en la unidad
claro. Por otra parte, el sinciciotrofoblasto expresa en su funcional sinciciotrofoblasto-microvellosidad placentaria
membrana basal una oxidasa de cobre que participa en la puede ser suficiente para igualar sus presiones parciales
oxidación de Fe, facilitando la incorporación de transferrina de 02. El suministro u oferta de 02 aportado por la sangre
a la circulación fetal. de la madre a esta zona de intercambio depende del flujo
El transporte de zinc (Zn) ocurre mediante la actividad sanguíneo intervelloso generado en un intervalo de la fre-
de miembros de las familias de proteínas SLC30 y SLC39 cuencia cardíaca fetal aumentado proporcionalmente por
en células de mamíferos. Entre éstos se encuentra la fami- la concentración de 02 total en la sangre materna. Por otra
lia de transportadores facilitadores de la difusión de catio- parte, el suministro u oferta de 02 aportado por el feto a
nes (CDF) y la familia de transportadores de Zn tipo zrt e irt esta zona de intercambio surge del flujo luminal en la zona
(ZIP). Se han clonado los transportadores de Zn tipo ZnTl intermedia de la vellosidad coriónica, aumentado también
humanos (hZTLl)/ZnT5 y hZIP4. Sólo el primero de éstos en forma proporcional por el contenido de 02 en la aorta
ha sido localizado en la placenta, específicamente en la fetal descendente. Así, la cantidad de 02 que gana la cir-
membrana apical del slnciciotrofoblasto, lo cual sugiere un culación del feto se equipara con la cantidad perdida por la
papel fundamental de esta proteína en la transferencia de circulación de la madre (FIGURA 7-16). Esto lleva a que
Zn desde la madre al feto. la sangre materna que llega a zonas inferiores en las ramas
de las vellosidades coriónicas presenta concomitantemen-
Aunque no se conocen en detalle sus mecanismos de te menos presión parcial de 02. No se han descrito hasta
regulación y características funcionales específicas en la la fecha transportadores de 02, pero sensores de este gas
placenta, es posible que la abundancia de las proteínas podrían ser determinantes en la capacidad de las células
ZnTl y hZTLl/ZntTS disminuya cuando los niveles extra- para responder a cambios ambientales, como los que se
celulares de Zn aumentan. El hecho de que la placenta manifiestan en patologías del embarazo asociados con hi-
presente altos niveles de Zn sugiere además que este metal poxia, tales como preeclampsia y restricción de crecimiento
es acumulado en este órgano, indicando que los sistemas intrauterino.
descritos, u otros, podrían ser de tipo concentrativos. Con-
trario a lo que se conoce para el hierro y el Zn, el trans- Se ha propuesto que algunos tipos de transportadores
porte de elementos trazas como cobre también ocurre en de membrana bien podrían actuar como sensores de 02
la placenta humana, pero su transferencia transplacentaria como lo harían receptores de membrana para otras molé-
desde la madre al feto parece ser por mecanismos pasivos. culas. Debido a que estos potenciales sensores de 02 son
a la vez transportadores de membrana para aminoácidos,
Transporte de agua. El transporte de agua por la nucleósidos u otros sustratos metabólicos, se ha convenido
placenta es dependiente del flujo y regulado por fuerzas en llamarlos "transceptores", que podrían estar presentes
hidrostáticas y osmóticas. Inicialmente se consideró que en la microcirculación de la unidad materno-fetal (Escude-
el flujo de agua a través de la placenta era pasivo, pero ro & Sobrevia, 2008).
hace ya una década se propuso la existencia de proteínas
formando canales de agua de un peso molecular de 28 kDa Transporte de urea y bilirrubina. El feto consume
(CHIP28), las cuales fueron detectadas en el sinciciotrofo- nitrógeno y elimina desechos nitrogenados, entre los que
blasto (Stulc, 1997). Estudios más recientes demuestran se cuenta la urea. La urea es transportada a través de la
Ja expresión y función de aquaporinas 3 (AQP3) y AQP9 placenta gracias a la presencia de transportadores de urea
en el sinciciotrofoblasto humano (FIGURA 7-15). Se ha (UT), de los cuales los transportadores UT-A han sido ca-
propuesto que AQP3 y AQP9 también permitirían el paso racterizados funcionalmente en la placenta humana au-
transplacentario de otras moléculas, tales como carbami- mentando los niveles de urea en el feto (FIGURA 7-15).
170
Capítulo 7 Placenta
Sangre materna
Sangre materna
§
srt
o
a
V
Sinciciotrofoblasto
Estroma
O2 bajo
Sangre fetal
FIGURA 7-16. Modelo de intercambio de oxígeno en la unidad sinciciotrofoblasto-capilar microvelloso en la placenta
humana. La sangre materna baña la lámina correspondiente al sinciciotrofoblasto que cubre los capilares de las micro-
vellosidades de la placenta que llevan sangre fetal. La sangre materna es rica en oxígeno (O 2 ) en el volumen cercano a
la zona más alta de la microvellosidad capilar, pero contiene menos O2 al alcanzar las bases (llanos) de estas estructu-
ras. El O2 contenido en la sangre materna es traspasado más eficientemente a la sangre fetal cuando se logra el mayor
tiempo de exposición, dependiendo del ciclo sístole/diástole tanto de la madre como del feto. En cada diástole (indicado
como ) aumenta el tiempo de exposición de los volúmenes sanguíneos de la madre y el feto. De esta manera,
un volumen determinado de O, (representado como rectángulos) difunde desde regiones de mayor concentración a
regiones de menor concentración desde la circulación de la madre primero al sinciciotrofoblasto, y desde ahí a la sangre
fetal. Este desplazamiento de volúmenes de O2 es favorecido por la diástole fetal. Este fenómeno de extracción de O2
lleva a que la sangre materna que llega a zonas inferiores en las ramas de las vellosidades coriónicas presente menor
presión parcial de O (representado como rectángulos de menor tamaño en la figura).
El sinciciotrofoblasto también expresa proteínas trans- Una mutación en los transportadores MRP2 lleva a hi-
portadoras detoxificadoras tipo KYP-bingind cassette ta- perbilirrubinemia, sugiriendo que la bilirrubina no conju-
les como la proteína tipo 2 de multlrresistencia a drogas gada sería eliminada desde la circulación fetal (Jedlitschky
(MRP2 o ABCC2). Otro tipo de transportadores detoxifica- y cois., 2006), un fenómeno que involucraría a este tipo
dores corresponde a los transportadores de salida KTP-bin- de transportadores. También se ha descrito que polipépti-
ding cassette, conocidos como BCRP, que son expresados dos transportadores de aniones orgánicos (OATPs) se en-
abundantemente en la membrana apical del sinciciotrofo- cuentran presentes en la placenta, posiblemente OATP-A
blasto, permitiendo la salida hacia la circulación materna y OATP-8 (este último en mayor proporción que OATP-A)
de drogas, xenobióticos y metabolitos (Serrano y cois., y que contribuyen con la detoxificación fetal de bilirrubina
2002). (Briz y cois., 2003). Otro transportador de este tipo, OA-
171
OBSTETRICIA
TP4A1, también es expresado en el sinddotrofoblasto y De las cuatro subclases de IgG, los niveles sanguíneos
se cree que es importante para el transporte de hormonas de IgGl y de lgG2 han sido abordados con mayor deten-
tiroideas desde la madre al feto en desarrollo (Hagenbuch, ción. IgGl se encuentra en mayores niveles en el feto que
2007). en la madre, mientras que lgG2 se encuentra en mayores
niveles en la madre que en el feto al término de la gestación.
Transporte de inmiinoglobulinas G. La mayoría de Las otras subclases son similares en la circulación fetal y la
las ¡nmunoglobulinas G (IgG) detectables en la sangre fetal materna durante el primer y segundo trimestre de la gesta-
son de origen materno, y su concentración en la circula- ción. Sin embargo, es interesante destacar las razones de
ción fetal refleja la existencia de mecanismos de transporte las concentraciones de IgGl, lgG3 e lgG4 correspondientes
de estas moléculas desde la circulación materna (Simis- a la circulación fetal; la circulación materna aumenta con el
ter, 2003) (FIGURA 7-17). Este fenómeno de transporte término de la gestación, mientras que esta razón para lgG2
transplacentario permanece bajo hasta el segundo trimestre disminuye. El transporte de IgGl, y posiblemente IgGS e
de la gestación, particularmente hacia la segunda mitad de lgG4, sería un fenómeno que comienza antes que el trans-
este período, llegando entonces a término a una distribu- porte de lgG2 o el o los sistemas movilizando IgGl serían
ción en la cual los niveles de IgG en el feto sobrepasan los más selectivos para esta IgG que para lgG2.
niveles en la madre.
Sangre materna Sinciciotrofoblasto Estroma Endotelio Sangre fetal
IgGl
IgG3 *-IgG<FcRrí
IgG4
IgGl--'
IgG2
IgG3
IgG4\A 7-17. Transporte de inmunoglobulinas G en la placenta humana. El transporte de iiimunoglobulinas G (IgG)
ocurre mediante su unión a proteínas receptoras formando complejos IgG-receptores en la membrana apical del Sinci-
ciotrofoblasto, para luego de ser incorporados a desmosomas ser liberados en la membrana basal del sincicio. Desde acá
son liberados al estroma, donde pueden ser capturados y almacenados en células estromales (incluido el trofoblasto) o
pueden ser captados por receptores en las células endoleliales de los capilares para su potencial traspaso a la circulación
fetal. Las IgG también pueden alcanzar los desmosomas por difusión simple a través de la membrana plasmática o por
su unión (potencial) a proteínas ligadoras de ácidos grasos (FATP). Las flechas blancas indican transporte transplacen-
tario de estos metales y moléculas. FcRn: receptores Fe del neonato.
172
Capítulo 7 | Plácenla
Los receptores clase I de MHC relacionados a Fe (FcRn porte IgG monoméricas no está del todo aceptada en la lite-
o receptores Fe del neonato) podrían mediar el paso de IgG ratura y más bien se propone que este receptor cumple una
a través del sinciciotrofoblasto humano y a través de las función como atrapador de complejos inmunes, limitando
membranas de la placenta. Se ha detectado ARNm para su paso a la circulación fetal.
FcRn en el sinciciotrofoblasto, pero no ha sido amplifica-
do en el endotelio microvascular de la placenta, sugiriendo
que al menos en esta primera barrera entre la sangre ma-
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terna y la fetal estas proteínas de membrana participan en Aban M, Cinel L, Arslan M, Dilek U, Kaplanoglu M, Arpad R et
iniciar el transporte materno-fetal de IgG. al. Expression of nuclear factor-kappa B and placental apoptosis
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ple diferencia de concentración entre la circulación materna synthesis requires activity of the cationic and neutral amino acid
y el endosoma. Igualmente, y como ruta alternativa, se ha transport system y+L ¡n human umbilical vein endothelium. Exp
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plasmática expuesta al fluido ¡ntracelular en la membrana
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basal del sinciciotrofoblasto que consta de un pH neutro. C1171.
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las HLA clase I, es posible observar una adsorción estromal GE, Pearson JD eí al. Transmembrane signalling mechanisms
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173
OBSTETRICIA
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176
Líquido amniótico
L. Otaño | G. Izbizky H. Mello
El líquido amniótico (LA) cumple un papel fundamental en el principal origen es fetal. El volumen de líquido amniótico
el normal desarrollo y crecimiento fetal, lo protege contra promedio aumenta de 30 mL a las 10 semanas de gesta-
infecciones y toxinas, le provee un ambiente térmicamente ción, 250 mL a las 16 semanas hasta 800 mL a las 32
estable que lo resguarda de traumas y le permite movilidad, semanas. Se mantiene estable hasta las 39 y luego dismi-
y contribuye al desarrollo pulmonar normal. Los distintos nuye hasta 500 mL a las 42 semanas. El volumen de LA
aspectos relacionados con la fisiología del LA continúan se mantiene a través de un balance entre la producción de
siendo parcialmente conocidos. Dada la importancia que líquido fetal (pulmón y orina) y su reabsorción (deglución
las perturbaciones en el volumen del LA tienen sobre los fetal y el flujo a través de las membranas hacia el feto o a
resultados perinatales, se sabe más acerca de sus estados la madre) (FIGURA 8-1) (Gilbert y cois., 1991; Gilbert,
patológicos que de los procesos normales. Distintas estruc- 2007).
turas son importantes en la dinámica y composición del
LA. Su volumen representa el balance entre aquellos com- Orina fetal. La orina fetal es la fuente primaria del LA.
ponentes que producen o permiten el pasaje de LA (corión La orina entra a la cavidad amniótica por primera vez alre-
frondoso, piel fetal, tracto respiratorio y tracto urinario), y dedor de las 8 a 11 semanas de gestación, produciéndose
aquellos otros que facilitan su remoción (tracto digestivo, un marcado incremento a medida que va madurando el
respiratorio, ¡nterfase corioamniótica). riñon fetal. La producción de orina por kilogramo de peso
fetal aumenta de alrededor de 110/mL/kg cada 24 horas a
las 25 semanas, hasta aproximadamente 190 mL/kg cada
Formación del líquido amniótico
24 horas a las 39 semanas; al término se estima que el feto
La cavidad amniótica aparece en la parte dorsal del ma- produce un promedio de 700 a 900 mL/día. En la primera
cizo celular interno tan temprano como la segunda sema- mitad de la gestación la orina fetal es isotónica respecto del
na del desarrollo. El origen del LA en el primer trimestre plasma materno, aunque presenta menor concentración de
presenta todavía varios interrogantes. La membrana co- proteínas; a las 20 semanas, la concentración de sodio y
rioamniótica actuaría en esta etapa como un filtro, pues urea son similares al plasma materno.
el LA básicamente es un trasudado del plasma materno. Después de las 20 semanas, la orina es hipotónica en
La contribución del plasma fetal es muy escasa, aunque relación al plasma materno y fetal, con una disminución
posteriormente aumenta, ya que la piel es muy permeable promedio del 10%. El flujo sanguíneo renal fetal y la fil-
antes que de su queratinización. tración glomerular pueden variar en respuesta a distintos
Sin embargo, contradiciendo el simple rol de filtro de la factores endocrinos fetales, como el factor natriurético fe-
membrana corioamniótica, se sabe que los niveles de so- tal (ANF), angiotensina II, aldosterona y prostaglandinas.
dio, potasio y bicarbonato son significativamente mayores En situaciones de estrés fetal, algunas de estas sustancias
en el líquido amniótico, mientras el cloro, urea, bilirrubina, pueden disminuir el flujo renal y producir oligoamnios.
proteínas, glucosa, creatinina, calcio y fosfato son menores
que en el líquido del celoma extraembrionario. Líquido pulmonar. Los pulmones fetales participan en
la producción de líquido. Se estima que llegan a secretar
El origen y la dinámica del LA, por otra parte, es mu- 300 a 400 mL/día de líquido al término.
cho más conocida a partir del segundo trimestre, cuando
177
OBSTETRICIA
Este amplio gradiente osmótico entre el LA y la sangre fetal
sería la fuerza que direcciona el pasaje.
De esta manera, el volumen normal de LA se mantiene
por un balance entre la orina fetal y la producción pulmonar
de líquido y la deglución fetal y el pasaje a través de las
membranas (FIGURA 8-1).
Volumen de líquido amniótico normal
Como resultado de la homeostasis de los mecanismos
antes descritos, el promedio del volumen de líquido am-
Líquido amniótico niótico (VLA) se mantiene relativamente constante entre las
22 y 39 semanas en alrededor de 700 mL (Brace & Wolf,
1989). Sin embargo, existe una variación en los valores
normales (entre el 5% y el 95%) que va ampliándose con
FIGURA 8-1. Producción de líquido amniótico: orina y
la edad gestacional, registrándose la mayor variación alre-
pulmón fetal. Reabsorción de líquido amniótico: deglu-
dedor de las 32 y 33 semanas (entre 400 y 2.100 mL).
ción fetal y transmembranoso. Alrededor de la mitad del
líquido que produce el pulmón se deglute directamente y
la otra mitad pasa al LA (Gilbert y cois., 1991). Medición del volumen
del líquido amniótico
El líquido pulmonar fetal sirve para mantener la expan- La estimación del VLA se puede realizar a través de méto-
sión pulmonar y facilitar el crecimiento pulmonar y no pa- dos invasivos o no invasivos (TABLA 8-1).
rece intervenir en la homeostasis de los líquidos fetales. Los métodos invasivos permiten un cálculo preciso del
Este líquido disminuye durante el trabajo de parto, lo cual VLA. Puede realizarse por métodos directos como la reco-
facilita la transición a la respiración ventilatoria extraute- lección y medición del líquido amniótico en el momento de
rina. Este proceso se produce por efecto de algunas hor- la histerotomía durante una cesárea; o en forma indirecta,
monas que aumentan durante el trabajo de parto, como mediante técnicas de dilución de colorantes a través de
las catecolaminas y la vasopresina. Estas disminuyen la una amniocentesis (paraaminohipurato, rojo congo). Esta
producción de líquido pulmonar, lo cual modifica el gra- técnica, realizada en estudios experimentales, ha servido
diente coloideo osmótico entre el plasma fetal y el líquido como gold standard para conocer los valores normales,
pulmonar, resultando en reabsorción de líquido a través del pero obviamente no tiene aplicación en la práctica clínica
epitelio pulmonar y su clearance a través de los linfáticos. (Gilbert, 2007).
La ausencia de este proceso explicaría la mayor incidencia
de taquipnea transitoria en el RN por cesárea electiva, sin Los métodos utilizados en la práctica clínica son los no
trabajo de parto. invasivos, que comprenden la evaluación clínico-semioló-
gica y ecografía del VLA. La semiología obstétrica incluye
las maniobras de Leoppold, altura uterina, palpación de las
Reabsorción del líquido amniótico partes fetales, tono uterino. La altura uterina mayor a la
esperada, dificultad en la palpación y peloteo de las partes
Deglución fetal. Se ha demostrado deglución fetal
fetales y el aumento del tono suelen ser signos que sugie-
desde las 18 semanas de gestación. La deglución es la
ren polihidramnios. En tanto, el oligoamnios se asocia con
vía principal de reabsorción de LA, sin embargo, de acuer-
una altura uterina menor a la esperada y fácil palpación de
do a la cantidad de líquido que deglute el feto, se estima
las partes fetales.
que sólo la deglución no podría reabsorber todo el líquido
producido por la orina y el pulmón fetal. Es por eso que La evaluación de líquido amniótico por ecografía es el
se postula que existen otros mecanismos de reabsorción, procedimiento más usado y de acuerdo a la técnica em-
como el transmembranoso. pleada, se puede dividir en métodos cualitativos y semi-
cuantitativos.
El mecanismo de reabsorción a través de las membra-
nas se basa en que el LA es hipotónico y en que debido al La evaluación cualitativa es la impresión subjetiva del
gradiente osmótico habría un pasaje neto de agua y solutos operador y consiste en comparar la relación entre el volu-
hacia el plasma materno, por una parte, y en mayor medi- men del líquido amniótico y el volumen fetal. Aunque esta
da hacia el plasma fetal, difundiendo a través de los vasos evaluación es subjetiva, es útil para distinguir entre la nor-
fetales de la superficie placentaria que llevan sangre fetal. malidad y las anomalías de VLA. La correlación "intraob-
178
Capítulo 8 Líquido amniótico
TABLA 8-1. Métodos de medición del volumen de líquido amniótico
Métodos invasivos Directos: recolección de LA durante la histerotomía de una cesárea
Indirectos: inyección de una sustancia colorante mediante amniocentesis y recolección
posterior de una nueva muestra
Métodos no invasivos Clínico Alteración de la altura uterina
Palpación de partes fetales
Ecográfko Cualitativo: Impresión subjetiva del operador
S emicuantit ativo s
Medición del bolsillo más grande
índice de líquido amniótico
TABLA 8-2. Técnicas semicuantitativas de medición del volumen de líquido amniótico
Técnica VLA normal Oligoamnios Polihidramnios
Máximo bolsillo vertical (cm) 2a8 <1 >8
índice de LA (ILA)
cm 8 a 24 <5 > 24
Percentilo 5 a 95 <5 > 95
servador" es alta para los operadores con experiencia, pero yle, 1990) estableció la distribución de los valores de ILA
es poco reproducible y la falta de cuantificación dificulta el en embarazos normales de acuerdo a la edad gestacional
seguimiento para evaluar las variaciones. (TABLA 8-3).
Dentro de los métodos ecográficos semicuantitativos de Ambos métodos ecográficos han demostrado una pobre
medición del VLA se encuentran la medición vertical del correlación con el verdadero VLA. Por otra parte, las corre-
bolsillo más grande (MVBG) (Manningy cois., 1981; Hill y laciones con el resultado perinatal no han resultado homo-
cois., 1987) y el índice de líquido amniótico (ILA) (Phelan géneas entre los distintos autores. Usando MVBG, algunos
y cois., 1987; Rutherford y cois., 1987; Moore & Cayle, autores han encontrado una asociación entre un bolsillo de
1990) (TABLA 8-2). LA menor a 1 cm y un aumento de la morbimortalidad pe-
rinatal (Chamberlain y cois., 1984; Mercer y cois., 1984).
La MVMG por ecografía consiste en examinar la totali-
Pero el método en sí tiene una baja sensibilidad con ese
dad del contenido intrauterino y medir la profundidad del
punto de corte. Posteriormente, con una mejor calidad de
bolsillo que impresione más grande, teniendo cuidado en
imagen, se aplicó la MVBG tomada en los cuatro cuadran-
colocar el transductor en posición vertical y no incluir en la
tes con el transductor perpendicular al piso, técnica que se
medición el cordón umbilical o los miembros fetales. Los
conoce como índice de líquido amniótico. Las curvas obte-
valores normales oscilan entre un mínimo, de acuerdo a
nidas con la medición del ILA son similares a las graficadas
diversos autores (Chamberlain y cois., 1984; Hill y cois.,
con las pruebas directas con colorantes. No obstante, con-
1987; Manning y cois., 1990), de 1 cm a 2 cm y un
tinúan siendo pobres predictores del resultado prerinatal,
máximo de 8 cm.
con baja sensibilidad (Johnson y cois., 2007).
Originalmente descrito por Phelan y cois. (1987), el
En una reciente revisión de la literatura, Magann (Ma-
índice de líquido amniótico (ILA) se basa en sumar ver-
gann y cois., 2007b) afirma las evidencias para abandonar
ticalmente los bolsillos más profundos de los cuatro cua-
el uso de ILA a favor del MVBG. Ninguna de las dos técni-
drantes en los cuales está dividido el útero, con valores en
cas es superior a la otra, pero el uso del ILA sobreestimaría
la mayoría de los embarazos normales entre 8 cm y 18
el número de embarazos con oligoamnios y en consecuen-
cm. Al igual que en la MVMG, la medición del ILA no debe
cia, aumenta el número de intervenciones, sin mejorar el
incluir el cordón ni los miembros fetales, y el transductor
resultado perinatal.
ecográfico debe estar vertical. Posteriormente (Moore & Ca-
179
OBSTETRICIA
TABLA 8-3. Valores de ILA de acuerdo a la edad gestacional (Moore & Cayle, 1990)
índice de líquido amniótico
Semanas p2,5 P5 p50 P95 p97,5
16 73 79 121 185 201
17 77 83 127 194 211
18 80 87 133 202 220
19 83 90 137 207 225
20 86 93 141 212 230
21 88 95 143 214 233
22 89 97 145 216 235
23 90 98 146 218 237
24 90 98 147 219 238
25 89 97 147 221 240
26 89 97 147 223 242
27 85 95 146 226 245
28 86 94 146 228 249
29 84 92 145 231 254
30 82 90 145 234 258
31 79 88 144 238 263
32 77 86 144 242 269
33 74 83 143 245 274
34 72 81 142 248 278
35 70 79 140 249 279
36 68 77 138 249 279
37 66 75 135 244 275
38 65 73 132 239 269
39 64 72 127 226 255
40 63 71 123 214 240
41 63 70 116 194 216
42 63 69 110 175 192
A pesar de la extensa evidencia que muestra la baja per- perinatal. Ejemplos extremos que ponen en evidencia este
formance del ultrasonido para medir el VLA, la evaluación concepto son los siguientes: el oligoamnios severo en el
ecográflca del VLA continúa siendo un método de rutina en 2do trimestre se asocia con el 90% al 100% de mortalidad
la práctica clínica. perinatal (Barssy cois., 1984; Mercer& Brown, 1986), en
tanto un polihidramnios severo en la misma edad gestacio-
Actualmente se están desarrollando técnicas que permi-
nal se asocia con el 50% de mortalidad perinatal.
tirá medir la diuresis fetal a través de ecografía 30, lo cual
podría agregar un parámetro dinámico a la medición del
VLA y ayudar a determinar la causa y el pronóstico en la Oligoamnios
evaluación de las anomalías del volumen de LA (Touboul
y cois., 2008). Se define oligoamnios como la presencia de menos de
400 mL de líquido amniótico (aunque esto no aplica en
etapas tempranas del embarazo), o clínicamente ante la
Alteraciones del volumen presencia de un ILA < 50 mm, o un MVBG < 1 ó 2 cm.
de líquido amniótico
La incidencia de oligoamnios es, de acuerdo a la defini-
Las alteraciones en el volumen de líquido amniótico, oli- ción que se utilice, del 1% al 3% en la población general
goamnios y polihidramnios, suelen constituir un signo de (Casey y cois., 2000) y del 20% en la población de emba-
alarma en cuanto a la salud del embarazo y su resultado razos de alto riesgo (Magann y cois., 2000).
180
Capítulo 8 Líquido amniótico
La importancia clínica del oligoamnios depende de la TABLA 8-4. Causas de oligoamnios
edad gestacional y de las anomalías asociadas. El oligoam-
nios en el segundo trimestre tiene muy mal pronóstico, en
tanto, al término o cercano al término del embarazo como Fetales
signo aislado, se asocia a un buen resultado perinatal en la Agenesia renal
mayoría de los casos. Uropatía obstructiva
Restricción de crecimiento
Desde el punto de vista clínico, el oligoamnios se carac- Embarazo prolongado
teriza por una disminución de la altura uterina y una fácil
Placenta y membranas
palpación de las partes fetales.
Ruptura de membranas (espontánea y traumá-
La evaluación Geográfica subjetiva muestra líquido am- tica)
niótico escaso o ausente y compresión del abdomen fetal Placentación anormal
contra las paredes uterinas a medida que avanza el emba- Trombohematoma
razo. El Doppler color muestra que lo que frecuentemente Inserción velamentosa de cordón
parecen pequeños bolsillos de líquido, en realidad corres- Maternas
ponden a asas del cordón (FIGURA 8-2). Las principales Hipertensión arterial
causas de oligoamnios se describen en la TABLA 8-4. Preeclampsia
Síndrome antifosfolipídico
Deshidratación-hipovolemia
Idiopática
fusor (oligoamnios severo o anhidramnios, stuck twin, en
el transfusor y polihidramniosen el transfundido), patología
propia de los gemelares monocoriales biamnióticos y de
retardo de crecimiento selectivo de un gemelo (oligoamnios
en un saco y LA normal en el otro).
En presencia de un oligoamnios se debe realizar una
detallada anamnesis, examen físico materno y una evalua-
ción ecográfica, aunque esta última suele ser dificultosa
para observar detalles anatómicos fetales, precisamente
por el LA escaso o ausente.
FIGURA 8-2. Embarazo de 35 semanas con RCIU y oli-
goamnios. Lo que impresiona inicialmente como un bol- Anomalías fetales. Las malformaciones urinarias son
sillo de líquido amniótico (A) es en realidad un asa de una de las principales causas de oligoamnios severo, e
cordón umbilical, fácilmente visible con Doppler color incluso anhidramnios, en el segundo trimestre. Dentro de
(B). estas, la agenesia renal bilateral, la displasia renal multi-
quística bilateral y las obstrucciones uretrales son las más
frecuentes. Ocasionalmente se pueden diagnosticar enfer-
medades génicas como riñon poliquístico infantil tipo I y
Oligoamnios en el segundo trimestre. El diagnós-
síndrome de Meckel (ríñones poliquísticos, cefalocele y po-
tico de oligoamnios en el segundo trimestre es habitual-
lidactilia). Las anomalías mencionadas se suelen asociar
mente un signo de muy mal pronóstico. El pronóstico ad-
con ausencia de LA (anhidramnios) y con una mortalidad
verso perinatal está asociado con la patología de base. Las
perinatal cercana al 100%, debido a la hipoplasia pulmo-
causas más comunes en esta edad gestacional son las
nar que acompaña al oligoamnios severo, precoz y crónico.
anomalías fetales, especialmente las urinarias, la ruptura
prematura (pretérmino) de membranas (RPPM), y los tras- Otras anomalías fetales que pueden cursar con oligoam-
tornos maternos que cursan con insuficiencia uteroplacen- nios severo precoz son algunas anomalías cromosómicas,
taria de comienzo precoz como trastornos hipertensivos, como la triploidía (69 cromosomas) o mosaicismos. Estas
síndrome antifosfolipídico, trombofilias congénitas, nefro- anomalías cromosómicas suelen presentar, además, res-
patías severas y vasculopatías. tricción de crecimiento intrauterino (RCIU) severo y ano-
malías anatómicas.
En los embarazos múltiples, el oligoamnios de uno de
los sacos, de comienzo en el segundo trimestre, es signo de El oligoamnios severo o anhidramnios persistente, se
complicación severa, como el síndrome transfundido-trans- correlaciona con modificaciones histopatológicas caracte-
181
OBSTETRICIA
rísticas en el amnios, conocida como amnion nodosum La práctica clínica ha llevado a adoptar en muchos cen-
(Adeniran & Stanek, 2007). tros para diagnóstico y seguimiento del oligoamnios la defi-
nición basada en la técnica de ILA. Sin embargo, reciente-
Ruptura prematura pretérmíno de membranas mente Magann y colaboradores, en base a una revisión de
(RPPM). Se caracteriza por la aparición de hidrorrea (pér- la literatura, afirma que debería abandonarse el uso del ILA
dida de líquido) vaginal y oligoamnios. La ruptura puede a favor del MVBG porque dado que ninguna técnica resul-
ser espontánea o iatrogénica. ta superior, el ILA sobreestimaría el número de embarazos
con oligoamnios y en consecuencia aumentaría el número
En la RPPM espontánea las complicaciones suelen aso-
de intervenciones, sin mejorar el resultado perinatal (Ma-
ciarse con el momento de inicio, la severidad y la duración
gann y cois., 2007b).
del oligoamnios. Este cuadro suele asociarse a infección y
tiene un pronóstico reservado cuando se produce antes de Todas estas observaciones coinciden en que el oligoam-
las 24 semanas, con alta tasa de mortalidad perinatal (del nios como parámetro aislado de salud fetal es un pobre
50% al 80%) y morbilidad a largo plazo entre los sobre- predictor del resultado perinatal y debe ser interpretado en
vivientes (Faroqui y cois., 1998; Dewan & Morris, 2001; combinación con otros parámetros biofísicos y clínicos. El
Dinsmoory cois., 2004). oligoamnios adquiere relevancia clínica cuando se asocia
a anomalías fetales, alteraciones de otros parámetros de
Por otra parte, la RPPM iatrogénica se produce luego de
salud fetal (monitoreo fetal electrónico, tono y movimientos
un procedimiento invasivo (amniocentesis, cordocentesis,
fetales), restricción del crecimiento intrauterino y/o anoma-
otros), frecuentemente resulta en un cuadro transitorio; la
lías de la flujometría Doppler. De hecho, en la evaluación
pérdida de LA cesa espontáneamente y se constata la res-
de la salud fetal de embarazos con RCIU, el oligoamnios
titución del líquido por ecografía; suele tener un pronóstico
sería un pobre predictor (Chauhan y cois., 2007); el pará-
favorable (Borgida y cois., 2000; Devliegery cois., 2006).
metro con mejor valor predictivo de resultado perinatal es
Ante la sospecha de una ruptura de membranas, si el el Doppler (González y cois., 2007).
diagnóstico no es evidente, se debe colocar un espéculo
Finalmente, en el embarazo de postérmino la presencia
estéril y tomar una muestra del fondo de saco vaginal para
de oligoamnios se asocia a aumento de incidencia de LA
diagnosticar la presencia de LA (prueba de la cristalización,
meconial, síndrome de aspiración de LA meconial, signos
la de nitrazina, o la determinación del pH).
de compromiso de la salud fetal durante el trabajo de parto
y parto por cesárea (Crowley y cois., 1984; Grubb & Paul,
Oligoamnios en tercer trimestre. Se describieron 1992).
previamente las dificultades para medir el VLA a través de
la ecografía, además de la pobreza de su sensibilidad y Intervenciones para el manejo del oligoamnios:
valor predictivo. Distintos estudios evaluaron los resultados
perinatales de embarazos de 34 semanas o más con ILA Hidratación materna. Tanto en estudios realizados en
menor de 5 cm (parámetro que se utiliza habitualmente animales como en humanos, se observó que existe una re-
para definir oligoamnios), comparados con embarazos con lación entre el volumen intravascular materno y el volumen
un ILA mayor de 5 cm (Magann y cois., 2000; Casey y de LA (Goodlin y cois., 1983). Asimismo, en ensayos clíni-
cois., 2000; Rainford y cois., 2001). En dos estudios no se cos aleatorizados se demostró que en casos de oligoamnios
encontraron diferencias, en otro, hubo mayor incidencia de idiopático la hidratación materna resultó en un aumento
muerte perinatal, admisión a terapia intensiva, bajo peso del VLA (Kilpatricky cois., 1991). Un estudio más reciente
al nacer y aspiración meconial. Sin embargo, cuando se comparó el aumento del ILA luego de hidratación versus
excluyeron los casos de defectos congénitos y de RCIU, no placebo y no encontró diferencias (Yan-Rosenberg y cois.,
se encontraron diferencias entre ambos grupos. 2007). Será necesaria mayor investigación para valorar el
efecto de esta intervención.
El oligoamnios aislado definido como un ILA menor de
5 cm, con el resto de los parámetros del embarazo norma- Amníoinfusión durante el embarazo. En determina-
les, no debería modificar la conducta obstétrica y perinatal dos escenarios clínicos puede ser necesario infundir líquido
(Elsandabesee y cois., 2007; Manzanares y cois., 2007). en la cavidad amniótica (amnioinfusión). Ejemplo de ello
Como se mencionó previamente, usando la técnica de es la necesidad de crear un bolsillo previo a la colocación
MVBG algunos autores han encontrado una asociación en- de un catéter de derivación vesicoamniótico, o mejorar la
tre un bolsillo de LA menor a 1 cm y un aumento de has- calidad de la evaluación y diagnóstico ecográfico en emba-
ta 50 veces la morbimortalidad perinatal (Chamberlain y razos complicados con oligoamnios severo o anhidramnios
cois., 1984). El 40% de estos embarazos estaba asociado (Fisk y cois., 1991). Este procedimiento sólo se realiza en
a hipertensión arterial y/o RCIU. Además, este punto de circunstancias excepcionales, y no forma parte de los es-
corte tiene muy baja sensibilidad, dado que son muy pocos tándares de la práctica clínica.
los embarazos que entran en esta definición.
182
Capítulo 8 Líquido amniótico
Amnioinfusión durante el trabajo de parto. El oli-
goamnios suele asociarse a desaceleraciones variable seve-
ras durante el trabajo de parto, por lo que, hipotéticamente,
la restitución de líquido podría ser útil para disminuir los
episodios de salud fetal alterada en el trabajo de parto. Sin
embargo, no se ha mostrado que esta intervención mejore
los resultados perinatales (Ogundipe y cois., 1994). Tam-
bién existe abundante información sobre el uso de amnioin-
fusión durante el trabajo de parto en presencia de meconio
espeso con el objetivo de prevenir el síndrome de aspiración
de LA meconial. Aunque los primeros resultados fueron pro-
misorios, las investigaciones y revisiones subsiguientes no
han confirmado los beneficios en los resultados perinatales
en centros con una adecuada atención perinatal (monitoreo
fetal electrónico y atención neonatal especializada) (Fraser y
cois., 2005; Xu y cois., 2007). Los ensayos clínicos realiza- FIGURA 8-3. Embarazo de 21 semanas con polihidram-
dos en centros con capacidad de atención perinatal limitada nios. El bolsillo más grande mide 85 mm. La medición
muestran que esta intervención pudiera ser beneficiosa al debe ser realizada en forma vertical y sin interposición de
disminuir la tasa de cesárea por compromiso de la salud miembros fetales ni del cordón umbilical.
fetal y la incidencia de aspiración de LA meconial. Estos ha-
llazgos deberán ser corroborados en estudios multicéntricos
(Das y cois., 2007).
to de la morbimortalidad perinatal (Chamberlain y cois.,
Terapia fetal de la obstrucción urinaria baja. Los fetos 1984b), especialmente si es severo, de inicio precoz o
que presentan oligoamnios severo o anhidramnios asocia- asociado a defectos fetales (Queenan & Gadow, 1970; Gil-
do a megavejiga por obstrucción uretral (por ejemplo, val- bert, 2007).
vas uretrales posteriores) en el segundo trimestre tienen un La sospecha clínica de polihidramnios se basa en la
pronóstico uniformemente fatal en el período neonatal por presencia de altura uterina aumentada, dificultad para pal-
hipoplasia pulmonar. En presencia de ríñones fetales fun- par al feto, posible percepción de un tono aumentado y
cionantes, la colocación de un catéter de derivación vesi- síntomas maternos como dolor, contracciones o dificultad
coamniótico tiene por objetivo restituir el VLA para permitir respiratoria.
un desarrollo pulmonar compatible con la vida extrauterina,
permitiendo así la sobrevida neonatal (Clark y cois., 2003; Etiología del polihidramnios. El polihidramnios se
Biard y cois., 2005). Este tipo de intervención, a pesar de produce debido a un desbalance entre la producción y la
que se realiza desde hace dos décadas, está siendo some- reabsorción del líquido amniótico. Un incremento en la
tida a un ensayo clínico aleatorizado para evaluar su real producción del líquido se observa en la diabetes materna
efecto (Morris y cois., 2007). o en el síndrome de transfusión entre gemelos. Las obs-
trucciones del tubo digestivo fetal o las alteraciones de la
Polihidramnio s deglución fetal secundarias a anomalías neuromusculares,
son ejemplos de una reabsorción disminuida. De acuer-
Cuantitativamente se define polihidramnios como la pre- do al origen, las causas pueden clasificarse en idiopáticas,
sencia de un volumen de LA superior a los 2.000 mL. Por maternas, placentarias o fetales (TABLA 8-5).
ecografía, la evaluación subjetiva describe un exceso de
La principal causa materna es la diabetes mal controla-
líquido amniótico, cuando "hay espacio para otro feto en
da. La hiperglucemia fetal secundaria a la hiperglucemia
el lugar ocupado por el líquido amniótico". De acuerdo a
materna produce poliuria y un aumento en la secreción de
las técnicas semicuantitativas, el MVBG de más de 8 cm
insulina fetal y factores de crecimiento, responsables de la
(FIGURA 8-3) (Chamberlain y cois., 1984W y el ILA que
se encuentra por encima de 240 mm o 250 mm, que co- macrosomía fetal.
rresponden al 95% y el 97,5% respectivamente, definen el Entre el 40% y el 50% de los embarazos con polihi-
polihidramnios (Moore & Cayle, 1990). dramnios presenta alguna anomalía fetoplacentaria (Stoll y
El exceso del volumen del líquido amniótico se observa cois., 1991; Pauerycols., 2003).
aproximadamente del 1% al 2% de los embarazos (Cham- Los tumores placentarios, como el corioangioma, pue-
berlain y cois., 1984b; Hill y cois., 1987; Biggio y cois., den provocar polihidramnios o hidrops por insuficiencia
1999). Esta condición también se asocia a un aumen- cardíaca de alto gasto cardíaco.
183
OBSTETRICIA
TABLA 8-5. Causas de polihidramnios
Maternas Enfermedades metabólicas: diabetes
Placentarias Corioangioma
Fetales J Defectos congénitos Aneuploidías y malformaciones, en especial del tubo digestivo
Hidrops fetal
' "Semelaies monocoriales Síndrome de transfusión entre gemelos
Gemelo acárdico
Infecciones Parvovirus, CMV, toxoplasmosis, sífilis
Is oinmunización Rh y otros sistemas antigénicos
Idiopáticas
Los embarazos con anomalías de cromosomas como el Otra situación que se observa en los embarazos gemelares
síndrome de Down, las trisomías 13 y 18 y el síndrome monocoriales es el gemelo acárdico, donde existe una co-
de Turner, pueden complicarse con un aumento del líqui- municación vascular entre gemelos, de tal manera que la
do amniótico debido a la hipotonía y a las malformaciones volemia de uno pasa directamente al otro, apareciendo po-
asociadas a estas aneuploidías, como hidrops, atresia de lihidramnios por insuficiencia cardíaca del gemelo bomba.
duodeno e hidrotórax.
Los mecanismos por los cuales las infecciones fetales se
Casi todos los defectos estructurales pueden cursar con asocian con polihidramnios son diversos, pero fundamen-
polihidramnios, aunque las principales malformaciones in- talmente se describen anemia, carditis y lesiones del SNC.
volucradas son las anomalías del tracto gastrointestinal y
La isoinmunización Rh era la causa más común de
las del sistema nervioso central. La obstrucción del tránsito
polihidramnios antes de la aparición de la profilaxis con
intestinal puede ser provocada por atresias del tubo diges-
gammaglobulina. En esos casos se produce una hipoprotei-
tivo como la atresia esofágica, duodenal, yeyunoileal o co-
nemia por ocupación hepática, y en etapa terminal insufi-
lónica, o por compresiones extrínsecas, como ocurre en la
ciencia cardíaca, con gasto aumentado debido a la anemia
hernia diafragmática o en la malformación adenomatoidea
por hemolisis y a la disminución de la prensión oncótica
quística de pulmón. Cuanto más alta sea la obstrucción,
secundaria a hipoproteinemia. Los casos actuales corres-
más severo y precoz será el polihidramnios.
ponden a fallos en la implementación de la prevención pri-
Las anomalías del sistema nervioso central como hidro- maria, transfusiones incompatibles, sensibilizaciones intra-
cefalia, anencefalia, infecciones o hemorragias intracranea- embarazo o sensibilización por otros sistemas antigénicos
nas, alteran los mecanismos normales de deglución fetal. como el Kell.
La falta de deglución fetal causada por la disminución de
A pesar de una exhaustiva investigación, en la actuali-
los movimientos fetales también puede ser causa del polihi-
dad del 50% al 60% de los casos de polihidramnios son
dramnios en fetos con artrogriposis múltiple o con diversas
idiopáticos (Magann y cois., 2007a).
displasias esqueléticas.
Las cardiopatías estructurales son otro grupo de ano-
malías asociadas a polihidramnios, especialmente las que
Polihidramnios y morbimortalidad perinatal. La
presencia de un polihidramnios aumenta la probabilidad
afectan las cavidades derechas.
de un resultado perinatal adverso; aunque la morbimor-
Aunque habitualmente las anomalías urinarias se aso- talidad elevada está fuertemente relacionada con la pre-
cian con oligoamnios, el 15% de los fetos con estrechez sentación clínica, la etiología y la prematurez extrema. El
bilateral de la unión pieloureteral presenta polihidramnios. polihidramnios de presentación precoz y severa durante el
Este fenómeno estaría asociado a poliuria fetal por aumento segundo trimestre tiene como causas más frecuentes a las
de la filtración secundaria y una presión glomerular aumen- malformaciones del tubo digestivo, cardíacas o del SNC,
tada. o embarazos múltiples con síndrome de transfusión entre
gemelos. Tienen mayor tasa de mortalidad perinatal debido
Aproximadamente el 15% de los embarazos gemelares
a la patología de base y a la prematurez (Hill y cois., 1987;
monocoriales se complica con el síndrome de transfusión
Manyycols., 1995).
entre gemelos. En el saco amniótico del feto receptor se
observa un incremento del líquido amniótico debido a la Por el contrario, la mayoría de los casos que aparecen en
insuficiencia cardíaca, que provoca exceso de volemia. el tercer trimestre son leves, corresponden a casos idiopáti-
184
Capítulo 8 | Líquido amniótico
eos o son secundarios a diabetes materna, y presentan una (Bartha y cois., 2003). Los embarazos con polihidramnios
evolución más benigna. No obstante, aun los embarazos asociados a hidrops fetal de etilología identificada antes
con polihidramnios idiopáticos presentan una mayor tasa de las 32 semanas y que se disponga de tratamiento se
de mortalidad perinatal que los embarazos no afectados, debe instaurar la terapia adecuada, por ejemplo: hidrops
alrededor del 4% y 5% (Biggio y cois., 1999; Dashe y cois., por anemia fetal (isoinmunización Rh, a otros antígenos,
2002). Por una parte, esto se debe a que aunque la eco- por parvovirus B19) (Moise, 2002; Young & Brown, 2004)
grafía sea negativa, existe un riesgo del 8% al 10% de que se les debe realizar transfusiones intrauterinas, hidrops se-
el recién nacido presente un defecto congénito no diagnos- cundario a patología torácica y pulmonar (hidrotórax fetal
ticado (Golan y cois., 1994). Cuanto más severo es el poli- primario, malformación adenomatoidea quística, secuestro
hidramnios, mayor es la posibilidad de tener una anomalía pulmonar, etc.) (Knox y cois., 2006) pueden ser tratados
anatómica o aneuploidía o ambas (Pauer y cois., 2003). con colocación de catéter de derivación toracoamniótica o
Por otra parte, existe una mayor tasa de cesáreas, presenta- obstrucción del vaso fuente de un secuestro; los hidrops
ciones anormales y prolapsos de cordón. También se obser- secundarios a taquiarritmias fetales son tratados con antia-
va un aumento de la morbimortalidad materna debido a una rrítmicos (Vergani y cois., 2005).
mayor tasa de desprendimiento de placenta, atonía uterina
La extracción de líquido amniótico mediante amniorre-
y embolia de líquido amniótico (Maymon y cois., 1998).
ducción puede estar indicada en los casos de transfusión
entre gemelos como tratamiento primario o en forma com-
Evaluación y manejo del embarazo complicado
plementaria durante una fetoscopia para fotocoagulación
con polihidramnios. Ante el diagnóstico de polihidram-
con láser (Senat y cois., 2004; Crombleholme y cois.,
nios se deben pesquisar las siguientes condiciones: diabe-
2007). También puede ser útil en fetos con obstrucción
tes, con una prueba de tolerancia a la glucosa; infecciones,
del tubo digestivo con polihidramnios severos luego de las
mediante serología de anticuerpos en sangre materna; is-
32 semanas y si se considera oportuno para avanzar en la
oinmunización Rh y de otros antígenos, con una prueba
edad gestacional.
de Coombs indirecta; y defectos congénitos o transfusión
entre gemelos, mediante una ecografía detallada (Magann En los embarazos con polihidramnios idiopático y sin
y cois., 2007). La obtención de un cariotipo prenatal está otras complicaciones maternas parece prudente la finali-
indicada ante un hallazgo ecográfico, aunque no hay un zación luego de las 37 semanas, aunque la forma ideal
consenso en la literatura de realizarlo ante los casos de de seguimiento y finalización del embarazo no está aún
polihidramnios idiopáticos. establecida.
El seguimiento del embarazo consiste en la medición
seriada de la altura uterina, control clínico materno, la v¡- Amniocentesis
sualización por ecografía del volumen de líquido amniótico
y la evaluación de la salud fetal mediante monitoreos como La amniocentesis consiste en la extracción de LA a través
la cardiotocografía o el perfil biofísico. El tratamiento du- de una punción y es el procedimiento invasivo intrauterino
rante el embarazo depende de la patología de base y de que más se ha aplicado en medicina materno-fetal. Consiste
la evolución del polihidramnios. En los casos con posibi- en la introducción de una aguja en la cavidad amniótica y
lidad de sobrevida neonatal se puede efectuar una serie la extracción de líquido amniótico generalmente con fines
de maduración pulmonar con corticoides. Además, si el diagnósticos y menos frecuentemente con fines terapéuticos
volumen del líquido progresa o la madre presenta síntomas (amniorreducción). Excepcionalmente se puede usar para
de disnea y molestias, el tratamiento médico consiste en introducir líquido (amnioinfusión) o drogas. A través de la
la administración materna de indometacina, para dismi- extracción de líquido amniótico se puede obtener informa-
nuir la producción del líquido amniótico. Esta droga es un ción genética, bioquímica, infectológica o fisiológica del feto.
inhibidor de las prostaglandinas que disminuye significa-
tivamente la diuresis fetal (Mamopulus y cois., 1990) y Indicaciones. Las indicaciones para una amniocente-
debido a los potenciales efectos adversos serios, como el sis pueden dividirse en diagnósticas y terapéuticas (Aiello
cierre precoz del ductus arterioso, diabetes insípida y falla & Otaño, 2005). En la práctica las principales indicaciones
renal crónica neonatal, actualmente no se recomienda la para efectuar una amniocentesis son la realización de estu-
administración por períodos mayores de tres días seguidos dios genéticos para el diagnóstico de anomalías fetales, la
o después de las 32 semanas. Sin embargo, otros autores evaluación de la maduración pulmonar fetal, la evaluación
observaron que la ingesta prolongada de indometacina rara de isoinmunización Rh, de infecciones fetales y para el dre-
vez se asociaba con constricción del ductus y oligoamnios naje de líquido amniótico (amniorreducción).
(Savage y cois., 2007).
Amniocentesis diagnóstica:
En los casos en que se identifique una causa, debe-
rá tratarse la causa. Si se trata de una paciente diabética a. Para estudios genéticos. Se practica a partir de la sema-
con pobre control metabólico, debe ajustarse el tratamiento na 15. Se puede obtener la siguiente información:
185
OBSTETRICIA
• Cariotipo fetal: en embarazos con riesgo aumentado c. Para isoinmunización Rh. La medición por densltome-
para anomalías de cromosomas como los siguientes: tría óptica de la cantidad intramniótica de bilirrublna
(AO 450) permite predecir el grado de anemia y la ne-
- Edad materna avanzada: igual o mayor a 35 años.
cesidad de realizar una transfusión fetal o de finalizar el
- Hijo o embarazo previo con anomalías de cromo- embarazo.
somas.
d. Para evaluación de la maduración pulmonar fetal. Me-
- Padres portadores de rearreglos cromosómicos ba- diante la medición del índice de lecitina/esfingomielina,
lanceados. el dosaje de fosfatidil-glicerol, cuerpos lamelares.
- Detección ecográfica de malformaciones fetales.
Amniocentesis terapéutica:
- Detección de marcadores ecográficos de aneu-
a. Amniorreducción. Consiste en la aspiración de líquido
ploidías fetales: translucencia nucal aumentada,
amniótlco con el objetivo de disminuir el volumen. Se
intestino ecogénico, ausencia de hueso nasal, et-
aplica como tratamiento en casos de pollhidramnios
cétera.
(ejemplo: síndrome transfundido-transfusor).
- Resultado positivo de una prueba de screening
b. Inyección de drogas u hormonas. Por ejemplo Inyección
prenatal.
de tiroxina en casos de hipotiroidlsmo fetal.
- Mosaicismo detectado en vellosidades coriónicas.
c. Amnioinfusión. Consiste en la Infusión de líquidos en la
- Restricción de crecimiento intrauterino. cavidad amniótica, generalmente en casos de ollgoam-
nios severo, ya sea con fines diagnósticos (mejorar la
• Estudios moleculares: embarazos en riesgo para ano-
calidad de la imagen ecográfica) o terapéuticos (generar
malías mendelianas (mutaciones génicas) recesivas y
espacio previo a intervenciones fetales de embarazos
dominantes o para síndromes por microdeleciones.
complicados con oligoamnios).
- Parejas heteroclgotas (portadoras) para enferme-
d. Ruptura traumática de membranas. En la ruptura de
dades autosómicas recesivas, mujeres portadoras
membranas luego de los procedimientos se describe la
en riesgo para enfermedades recesivas ligadas al
posibilidad de inyectar en la cavidad amniótica plaque-
cromosoma X.
tas y crioprecipitados homólogos, que actuarían como
- Padre o madre afectado de anomalías génicas do- un parche biológico (amnlopatch) para bloquear la solu-
minantes. ción de continuidad de las membranas (Quintero y cois.,
1999; Quintero, 2003; Lewi y cois. 2004; Contino y
- Anomalías fetales detectadas por ecografía (Ej.:
cois., 2004; Cobo y cois., 2007).
displasias esqueléticas, sospecha defibrosls quís-
tica, cardiopatías conotruncales en riesgo para m¡-
Edad gestacional. La amniocentesis genética se realiza
crodeleción del 22, etc.).
a partir de la semana 15 de amenorrea. Desde el punto de
• Estudios bioquímicos: vista técnico, el procedimiento se puede realizar a partir de
las 10 a 11 semanas de gestación e incluso antes. Esta
- Alfafetoproteína: en embarazos en riesgo para de-
práctica, denominada amnlocentesis precoz, otrora usada
fectos del tubo neural y defectos de pared abdomi-
por muchos centros y que pareció que podía reemplazar a
nal.
la aspiración de vellosidades coriónicas, fue prácticamente
- Estudios metabólicos para embarazos en riesgo de abandonada cuando se comprobó que se asocia con un
defectos congénitos del metabolismo. En los casos mayor número de pérdidas fetales, un mayor riesgo de pie
de deficiencias enzimáticas en que el gen no pue- bot y una .tasa, mayor de fracasos de cultivo que la amnio-
da ser analizado mediante técnicas moleculares, centesis de segundo trimestre (CEMAT, 1998).
la medición de la actividad enzimátlca o de sus
productos metabólicos es una alternativa diagnós- Técnica para amniocentesis diagnóstica:
tica.
• Evaluación ecográfica: número de fetos, vitalidad, edad
b. Para infecciones: gestacional, morfología fetal, localizaclón placentaria y
del cordón umbilical, y elección del sitio de Inserción de
• Estudios moleculares. Embarazos en riesgo para
la aguja.
infecciones fetales: toxoplasmosls, citomegalovirus,
etcétera. • Desinfección del área de piel del abdomen materno.
• Estudios bacteriológicos. Sospecha de corioamnioni- • Reevaluación ecográfica del sitio de inserción inmediata-
tis. mente antes de la punción.
186
Capíuilo 8 | Líquido amníótico
• Introducción de la aguja, generalmente calibre 21 gau- • Advertir que pueden sentirse ciertas molestias abdomi-
ge, con un movimiento rápido para evitar la separación nales a nivel de la punción o en las regiones anexiales.
de las membranas (en general no es necesario realizar
• Pautas de alarma en caso de fiebre y dolor abdominal o
anestesia de la piel). Resulta útil realizar el procedimien-
pérdidas vaginales de líquido amniótico.
to bajo control ecográfico.
• Control ecográfico de la punta de la aguja en el bolsillo Informe de resultados:
de líquido elegido. Controlar que la aguja no esté empu-
• Cariotipo fetal: entre 10 y 20 días.
jando las membranas. Retirar el mandril.
• Análisis cromosómico con técnicas moleculares como
• Esperar que el líquido fluya espontáneamente.
FISH (f/uorescent in sítu hibridization) o QF-PCR (quan-
• Descartar las primeras gotas para evitar contaminación títative fluorescent-po/imerase chain reaction): 1 a 2
con células maternas. días.
• Colocar una jeringa de 20 ml_ y extraer entre 15 ml_ y • Técnicas moleculares: depende del tipo de estudio.
20 ml_ para diagnóstico genético. Para otros estudios es
• a-fetoproteína: usualmente dentro de los cinco días.
necesario, en general, un volumen menor.
• Técnica de Gram, fosfatidil-glicerol y AO-450: dentro de
• Extraer la aguja de punción y controlar la vitalidad fetal
posprocedimiento. las 24 horas.
Riesgos del procedimiento. Los riesgos de la amnio- Proteómica en líquido amniótico
centesis son mínimos y es el procedimiento invasivo prena-
tal con menor riesgo (Tabor y cois., 1986; Finegan y cois., La comprensión sobre los eventos que inician y mantie-
1996; Eisenberg & Wapner, 2002; Simpson & Otaño, nen procesos fisiológicos como el parto a término o pa-
2007). Para la amniocentesis del 2do trimestre se describe: tológicos como el parto prematuro, o la preeclampsia, es
limitada. Posiblemente los avances en el conocimiento del
• Pérdida fetal: es alrededor del 0,2% al 0,5%. Este nes- complejo e intrincado microambiente durante el embarazo
go está relacionado con la experiencia del operador. permitirán descifrar estos eventos. En este sentido, uno de
• Pérdida transitoria de líquido amniótico: 1%. los desarrollos más notables, luego del desciframiento del
genoma humano, es el surgimiento de la proteómica, una
• Ruptura de membranas. nueva disciplina que proviene de la química, bioquímica,
• Corioamnionitis: 0,1%. biología molecular y la genómica. La proteómica compren-
de el estudio de la expresión y la composición del conjunto
• Hematomas. completo de proteínas producidas por una célula bajo de-
• Lesión fetal: excepcional. terminadas condiciones reguladas por factores intrínsecos
y extrínsecos. El análisis proteómico representa entonces,
• Isoinmunización Rh: prevenible con la administración el esfuerzo por establecer la identidad, cantidad, estructu-
de globulina ant¡-D pospunción. ra, así como la función bioquímica y celular de todas las
• Sangrado e irritabilidad uterina. proteínas en un organismo, órgano, u organelo, y de cómo
estas propiedades varían en espacio, tiempo y estado fisio-
• En procedimientos durante el 3er trimestre se describe la lógico o patológico (Kenyon y cois., 2002).
posibilidad de desprendimiento de placenta.
Como campo emergente, la proteómica clínica busca
Precauciones: aplicar las nuevas tecnologías y descubrimientos científicos
en la búsqueda de biomarcadores que permitan predecir,
• Postergar el procedimiento en caso de sangrado activo diagnosticar en forma rápida y precisa la enfermedad hu-
reciente. mana y monitorizar el tratamiento de las mismas (Golden-
• Si es posible, evitar traspasar la placenta. Si no es posi- berg y cois., 2005). La introducción de la proteómica en
ble, evitar la inserción del cordón. líquido amniótico permitirá comprender muchos de los pro-
cesos del embarazo normal y de sus principales patologías.
• Si luego de dos intentos no es posible obtener líquido
amniótico, se sugiere postergar el estudio. El amnios es una estructura de origen exclusivamente
fetal, donde la composición bioquímica del líquido am-
• yglobulina anti-Rh a la paciente Rh negativa no sensibi- niótico se modifica a lo largo del embarazo, y su perfil de
lizada. proteínas refleja los cambios fisiológicos y patológicos del
• Reposo relativo posprocedimiento durante 24 horas. feto y la madre, ya que es un importante regulador de las
interacciones feto-maternas. Entre las 12 y 18 semanas se
187
OBSTETRICIA
observa un aumento significativo en la concentración de El parto prematuro es responsable del 70% de la
proteínas totales debido a la excreción a través de los ríño- mortalidad perinatal y de casi el 50% de la morbilidad
nes en etapa de maduración funcional (Jauniaux y cois., neurológica a largo plazo (Goldenberg y cois., 2008). La
1994). identificación de proteínas que puedan ser usadas como
biomarcadores y la comprensión de sus redes funciona-
La caracterización de proteínas en el líquido amniótico, les tiene el potencial de ayudar en el desarrollo de nuevas
como por ejemplo la alfafetoproteína, representó un paso estrategias para la predicción, diagnóstico y prevención
crucial hacia la identificación de posibles marcadores para de estas complicaciones. Aunque la genómica funcional
la predicción de aneuploidías y otras complicaciones del promete proporcionar respuestas a muchas de estas pre-
embarazo (Merkatz y cois., 1984). guntas, la identificación de genes que participan del parto
La mayoría de las proteínas del líquido amniótico son en la especie humana ha demostrado ser una tarea difícil
estructuralmente glucoconjugados que promueven el creci- (Romero y cois., 2002).
miento y la diferenciación de tejidos fetales. Originalmente, El parto prematuro y los resultados neonatales adver-
el análisis proteómlco del LA humano se limitó a células en sos han sido fuertemente asociados a la presencia de in-
cultivo (Nilsson y cois., 2004), identificándose 43 proteí- fección ¡ntramn¡ótica asintomática (IAA) (Goldenberg y
nas a las 15 semanas. Posteriormente logró obtenerse un cois., 2008). Utilizando algunas técnicas de proteómica,
mapa de las proteínas del sobrenadante no cultivado de las defensmas 1 y 2 (NHP), las calgranulinas A y B, y
LA a través de electroforesis bidimensional, en muestras un fragmento único del factor de crecimiento símil Insuli-
obtenidas para diagnóstico prenatal a las 17 semanas, pu- na 1, resultaron potencialmente útiles para el diagnóstico
blicándose luego un banco de datos de las proteínas de las de IAA (Gravett y cois., 2004). Estas mismas proteínas se
células del LA normales, que consisten en 432 diferentes encontraron expresadas en suero materno, convirtiéndolas
productos génicos (Liberatori y cois., 1997). Estudios pos- en candidatas para su uso como marcadores de séricos de
teriores mostraron que el perfil de proteínas del LA es diná- IAA.
mico, con productos más abundantes en etapas tempranas
del embarazo, mientras que otras proteínas se expresan Buhimschi y colaboradores perfilaron proteínas especí-
más cerca del término (Queloz y cois., 2007). ficas para inflamación en LA, describiendo la existencia de
cuatro biomarcadores (defensinas 1 y 2, calgranulina C, y
Además de distintos perfiles proteómicos de fetos cro- A) y creando un puntaje MR (mass restrícted score) (Bu-
mosómicamente normales, existen estudios que identi- himschi y cois., 2005; Buhimschi y cois.,2008). Según
ficaron cambios metabólicos en muestras de LA de fetos estos autores, existe un gradiente de enfermedad que pue-
afectados por trisomía 21. Específicamente se observaron de ser detectado en forma rápida y precisa a través de este
cambios significativos en el manejo de los hidratos de car- puntaje. Si no se detectan biomarcadores, el embarazo se
bono y aminoácidos, purinas y otras vías metabólicas (Oh considera de bajo riesgo, un puntaje de 3 ó 4 predice un
y cois., 2004). Comparadas con muestras de LA de em- resultado adverso; la presencia de dos marcadores de in-
barazos normales, el LA de fetos con trisomía 21 mostró flamación indicarían una latencla media al parto de cuatro
diferencias significativas cualitativas y cuantitativas en la días, mientras que la detección de cuatro marcadores sólo
expresión de proteínas: la a-1-microglobulina, las cadenas de horas.
a 1 del colágeno (I, 111, V) y la proteína del heparán sulfato
específico de membrana se vieron aumentadas; mientras La segunda causa más frecuente de parto prematuro
que la proteína ligadora del factor de crecimiento simil in- es la rotura prematura pretérmino de membranas (RPPM),
sulina se vio disminuida en el 40%. Otro hallazgo fue la que difiere en ciertos aspectos del parto prematuro espon-
presencia de enzimas que clivan regiones ricas en arginlna/ táneo. La literatura sobre la Identificación de marcadores
serina, sólo identificada en muestras provenientes de fetos bioquímicos es abundante (Goldenberg y cois., 2001;
con síndrome de Down (Tsangaris y cois., 2006). Goldenberg y cois., 2003), sin embargo, ninguno de ellos
en forma aislada o en combinación han logrado niveles de
La preeclampsia es una de las principales causas de predicción clínicamente útiles. Los estudios sobre posibles
prematurez inducida. Vascotto y colaboradores compararon marcadores de RPPM utilizando tecnología proteómica en-
la proteómica del LA de cinco pacientes con preeclampsia, contraron algunos péptldos candidatos, como el extremo
comparándola con pacientes normales; los resultados mos- carboxilo terminal de la argina y el perlecano (Vuadens y
traron un aumento significativo en las formas monoméricas cois., 2003). Recientemente, una comparación entre plas-
de la transtlretina (proteína responsable de transportar la ma materno y LA de mujeres con embarazo a término, re-
íiroxina y el retlnol). Esta forma de la proteína puede ser el veló que 19 proteínas estaban específicamente presentes
resultado de reacciones oxldativas aumentadas, tal como en el LA y ausentes en plasma; entre ellas, diez podrían
se describe en la fisiopatología de la preeclampsia (Vascotto ser potenciales biomarcadores de RPPM (Michel y cois.,
y cois., 2007). 2006).
188
Capítulo 8 Líquido amniótico
Aunque hasta la fecha estas técnicas son de uso experi- Chauhan SP, Taylor M, Shields D, Parker D, Scardo JA, Magann EF.
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191
c a p í t u l o
Fisiología fetal
J.R Figueroa
A partir del descubrimiento, a mediados del siglo xx, de que utilizada como fuente energética para suplir la demanda
la presión parcial de oxígeno en sangre arterial fetal es 4 a impuesta principalmente por el ejercicio físico, la digestión
5 veces menor que en la sangre arterial materna, se hizo y la termorregulación. El feto, por el contrario, tiene una mí-
evidente la necesidad de crear una rama especial de la nima actividad física, no tiene alimentación enteral y juega
fisiología para estudiar al feto in útero. A partir de esta ob- un rol pasivo desde el punto de vista de la termorregula-
servación, el avance en el conocimiento de la fisiología fetal ción. De los nutrientes utilizados para el crecimiento fetal,
ha permitido identificar períodos críticos del desarrollo fetal del 50% al 60% genera energía a través de un metabolis-
durante los cuales la intervención médica puede mejorar mo oxidativo y del 40% al 50% restante se deposita en los
sustancialmente el pronóstico del recién nacido prematuro. tejidos en forma de tejido propiamente dicho o de reservas
Un ejemplo del profundo impacto que esta disciplina ha metabólicas, como por ejemplo glicógeno. La cantidad de
tenido en la práctica de la obstetricia fue el descubrimiento energía utilizada para la actividad física fetal corresponde al
del efecto de los glucocorticoides en la maduración pul- 15% al 20% del consumo de oxígeno.
monar fetal. La información acerca del funcionamiento de
El metabolismo fetal está bajo el control casi exclusivo
órganos y sistemas durante la vida fetal se ha obtenido
de la insulina, lo cual mantiene al feto en condiciones de
principalmente estudiando fetos de animales, entre los cua-
anabolismo. En el feto normal, el glucagón y las catecola-
les el feto de oveja ha sido el más usado. La oveja, con una
minas tienen un rol fisiológico de poca importancia. El prin-
gestación de 145 a 150 días, ha sido el animal de elección
cipal sustrato metabólico para el feto, la glucosa, atraviesa
por tener un feto de tamaño similar al feto humano, que se
la placenta por un mecanismo de difusión facilitada. El flu-
puede estudiar in útero en forma crónica con una muy baja
jo de glucosa desde la madre hacia el feto está determinado
incidencia de parto prematuro. En las últimas décadas, el
por la gradiente de concentración materno-fetal de glucosa
uso más difundido de técnicas de diagnóstico, tales como
y por el consumo placentario de glucosa. El consumo de
amniocentesis, fetoscopia, ultrasonido, biopsia coriónica y
glucosa en el tejido placentario, proporcionalmente, es de
cordocentesis, ha permitido obtener gran cantidad de in-
gran magnitud, ya que puede constituir hasta el 70% de
formación directamente del feto humano. Sin embargo, a
la glucosa que difunde desde la circulación uterina hacia el
pesar del gran progreso en fisiología fetal, aún quedan mu-
lado fetal. No toda la glucosa en el compartimiento fetal es
chas áreas por investigar; especialmente se necesita esta-
oxidada para generar energía, sino que aproximadamente
blecer cuáles aspectos de la información obtenida en otras
el 40% es utilizada como fuente de carbono para formar
especies se pueden aplicar directamente al feto humano.
tejido en forma de proteínas fundamentalmente o es depo-
Este capítulo tiene por objetivo presentar información que
sitada en los tejidos como glicógeno.
está ampliamente aceptada y destacar aquellas áreas en
las cuales es necesaria mayor investigación. El hidrato de carbono, que sigue en importancia como
sustrato fetal, es el lactato. La concentración de ácido lác-
Metabolismo fetal tico en el plasma fetal es mayor que en el plasma materno,
no obstante, esto no implica que el feto esté en condiciones
A partir de las 30 semanas de gestación, la demanda me- de metabolismo anaeróbico. El lactato proviene en su ma-
tabólica del feto humano es aproximadamente de 100 kcal/ yoría de la placenta, desde donde es transportado en forma
kg/día, equivalente a tres veces la demanda metabólica del selectiva hacia el lado fetal de la placenta. En el compar-
adulto. En el adulto, gran parte de la ingesta calórica es timiento fetal, el 70% del ácido láctico es utilizado como
192
fuente de energía, siendo metabolizado a C02; el resto se El retraso de crecimiento intrauterino, en general, se
utiliza como fuente de carbono para generar tejido fetal. clasifica en simétrico o asimétrico para destacar que en
el último caso, el retraso del crecimiento de la masa en-
Los aminoácidos se transportan por medio de un proceso
cefálica ha sido de menor magnitud cuando se compara
activo y se utilizan en la síntesis de proteínas tisulares y tam-
con el retraso en el crecimiento somático. En el animal de
bién como fuente energética. El suministro y disponibilidad
experimentación con retardo de crecimiento asimétrico, la
de aminoácidos excede las necesidades básales en el 50%,
masa encefálica es protegida, no obstante en ningún caso
indicando que bajo condiciones normales, el feto utiliza una
es normal (Owens y cois., 1987a; Owens y cois., 1987b).
gran proporción de aminoácidos como fuente de energía.
El cerebro es de menor peso, la celularidad es menor y el
Los lípidos en el compartimiento fetal en su mayoría son
número de sinapsis también es menor, lo que indica que
de origen materno, pero debido a las bajas concentracio-
la fragilidad del sistema nervioso central, durante el desa-
nes, no existe información fidedigna en cuanto a la cinética
rrollo, se ve acentuada en casos de retraso de crecimiento
transplacentaria de ácidos grasos libres y de triglicéridos.
intrauterino.
Existe muy poca información acerca del metabolismo fetal
de ácidos grasos libres y triglicéridos como sustrato lipídico Las hormonas más importantes en la regulación del
primario, o de glicerol y cuerpos cetónicos que el adulto crecimiento posnatal son la hormona de crecimiento (so-
utiliza bajo ciertas condiciones como sustratos alternativos. matotrofina) y las hormonas tiroideas. El rol que cumplen
estas hormonas en la regulación del crecimiento en el feto
La leptina es una proteína que pertenece a la superfa-
humano es mínimo, y en animales varía dependiendo de la
milia de las citoquinas y se produce principalmente en el
especie que se considere. En el feto de oveja la ablación de
tejido adiposo blanco. Está involucrada en el control del
la glándula tiroides produce retardo de crecimiento severo,
peso corporal a través de la regulación del apetito a ni-
sin embargo, la agenesia tiroidea en el feto humano pro-
vel hipotalámico. La secreción de leptina en el adulto está
duce solamente un retardo de la maduración del esqueleto
regulada por la ingesta de carbohidratos y los niveles de
óseo.
cortisol, epinefrina, norepinefrina e insulina.
La importancia de la hormona de crecimiento es aun
Durante el embarazo, la placenta y la grasa parda fetal
más controvertida. En el feto de oveja los receptores para
también secretan leptina y se ha reportado una relación
hormona de crecimiento, especialmente en el hígado, apa-
positiva entre los niveles de leptina en el cordón umbilical
recen después que ha ocurrido la mayor parte del creci-
y el peso de nacimiento y también con el índice de masa
miento fetal (Gluckman, 1995). En el feto humano con
corporal (IMC) (Marchini y cois., 1998). En humanos, la
deficiencia absoluta de hormona de crecimiento, el desa-
leptina fetal es detectable a las 14 semanas de gestación
rrollo somático está muy levemente afectado y de no haber
y a partir de las 34 semanas los niveles suben progresi-
antecedentes familiares, habitualmente pasa inadvertido
vamente, observándose los niveles más altos en el feto de
en el examen del recién nacido. Las hormonas prolactina
término. La reducción fisiológica del peso en los primeros
y lactógeno placentario tienen una gran homología estruc-
días de vida se asocia con una disminución de los niveles
tural con la somatotrofina y se encuentran en altas concen-
de leptina en plasma. Sin embargo, en niños con retardo de
traciones en el plasma fetal, sin embargo, tampoco se ha
crecimiento, los niveles de leptina al año de vida son más
demostrado que tengan una importancia fundamental en
altos. En los recién nacidos de sexo femenino los niveles de
la regulación del crecimiento fetal. El lactógeno placentario
leptina son más altos que en los de sexo masculino, ya que
tiene un rol importante en la modificación del metabolis-
la secreción de leptina es inhibida por la testosterona. Este
mo materno. El desarrollo de resistencia a la insulina y por
dimorfismo sexual permanece hasta la edad adulta.
ende la mayor dependencia del metabolismo materno en
el uso de lípidos como fuente calórica es mediado por el
Crecimiento fetal lactógeno placentario.
El crecimiento fetal no está sujeto al mismo control endocri- Factores de crecimiento. La mayor parte de los efec-
no que existe en el período posnatal y en la adolescencia. tos de la hormona de crecimiento en el desarrollo posnatal
El feto vive en un estado de dependencia con respecto al son mediados por la estimulación en el hígado de la sínte-
suministro transplacentario de nutrientes y oxígeno, por lo sis de un factor de crecimiento que ha recibido múltiples
que la placenta adquiere un rol decisivo en el crecimiento denominaciones, tales como factor de sulfatación, somato-
fetal. Durante la etapa embrionaria, el peso de la placenta medina, etc. El nombre que se utiliza en la actualidad en la
es mayor que el peso fetal y es sólo a partir de la mitad de literatura anglosajona es IGF-I (insulin-like growth factor I).
la gestación que el crecimiento fetal excede el crecimiento Esta denominación se debe a la homología estructural que
placentarlo. Esta relación de dependencia funcional tiene presenta con la proinsulina. Estructura I mente, la IGF está
un corolario antropométrico; en todas las especies existe compuesta de dos cadenas polipeptídicas, A y B, conecta-
una correlación entre el peso del recién nacido y el peso das por una tercera cadena peptídica C. En el feto, IGF-I
de la placenta. se produce en forma independiente de la concentración de
193
OBSTETRICIA
somatotrofina y durante toda la gestación ios niveles plas- de crecimiento en ciertos tipos celulares. La especificidad
máticos son más bajos que los del adulto. tisular está determinada por el hecho de que, en la mayo-
ría de los casos, estos factores se producen en pequeñas
Además de IGF-I, en el feto se produce 1GF-II, una pro-
cantidades y su acción es principalmente a nivel local. Otro
teína que se encuentra en mayor concentración que la pri-
factor que podría participar en la regulación del crecimien-
mera, y al igual que IGF-I, su producción es independiente
to fetal global o de órganos específicos es la grelina. Este
de la concentración de somatotrofina (Gluckman, 1995).
factor es un péptido de 28 aminoácidos que participa en
Estos factores de crecimiento tienen receptores específicos
el control de la ingesta de alimentos, balance energético
en diversos tejidos fetales. Existe un receptor para IGF-I y
y crecimiento. La grelina se produce principalmente en el
un receptor para IGF-II, sin embargo, a pesar de la nomen-
estómago y duodeno en el adulto. Sin embargo, en el feto
clatura los receptores no son selectivos y ambos ligan 1GF-1I
se encuentran células especializadas que producen greli-
con mayor afinidad que IGF-I. El receptor de IGF-I presenta
na en el páncreas, pulmón y también en el estómago, lo
cierta homología estructural con el receptor de insulina, por
que sugiere que este factor tiene un rol importante en el
lo que es capaz de ligar insulina pero con muy baja afini-
desarrollo fetal. Aparentemente, los niveles de grelina son
dad, no así el receptor de IGF-II, que no tiene semejanza
estables en la última mitad del embarazo, ya que no se han
con el receptor de insulina y no liga insulina.
demostrado diferencias entre niños prematuros menores de
En el feto humano, a partir de la semana 15 de gesta- 32 semanas, menores de 37 semanas y recién nacidos de
ción, ambos factores de crecimiento se encuentran en el término. Sin embargo, los niveles caen rápidamente en el
plasma y en los tejidos. Los niveles de IGF-II son siempre período posnatal (Soriano-Guillen y cois., 2004).
más altos que los de IGF-I. Los niveles plasmáticos de IGF-I
En resumen, el crecimiento fetal está regulado funda-
y IGF-II aumentan gradualmente durante la gestación, es-
mentalmente por el suministro de nutrientes y por factores
pecialmente después de las 32 semanas, sin embargo, en
de crecimiento que actúan a nivel sistémico y probable-
el feto humano la concentración plasmática fetal de ambos
mente en forma más importante a nivel local. Entre es-
es siempre menor que la del adulto. A pesar de que los
tos factores, los más estudiados son IGF-I, IGF-II y IGFBP.
niveles de IGF-II son siempre más altos que los de IGF-I,
Como es de esperar, una patología placentaria de suficiente
especialmente en especies como la rata y la oveja, esto no
magnitud como para comprometer la superficie de inter-
implica que IGF-II sea más Importante para el crecimiento
cambio o el flujo sanguíneo uterino o umbilical trae como
del feto. No existe una correlación entre el nivel plasmático
consecuencia retardo de crecimiento intrauterino.
de IGF-II y cualquiera de los índices de crecimiento fetal
que se seleccione. La concentración plasmática de IGF-I, Los factores que determinan que el retraso de crecimien-
por el contrario, tiene una buena correlación con índices to sea simétrico o asimétrico son: la edad gestacional al
de crecimiento fetal en el humano y otras especies (Fall inicio de la insuficiencia placentaria, el sistema más com-
y cois., 1995). Esta paradoja se explica en parte porque prometido, la oxigenación o la nutrición. Casos extremos
estos dos factores de crecimiento no circulan en forma libre de malnutrición materna, como los ocurridos a consecuen-
en el plasma, sino que lo hacen asociados a una proteí- cia de la Segunda Guerra Mundial en Holanda también
na óe transporte 1GFBP (¡nsulin-Hke growth factor bindíng pueden ocasionar retardo de crecimiento intrauterino. La
profe/n) (Butlery cois., 1996). Hasta la fecha se han des- epidemia de obesidad del adulto que actualmente afecta al
crito seis proteínas transportadoras que difieren en ciertas mundo, ha determinado un rápido aumento en la inciden-
características bioquímicas; de estas, sólo cuatro se han cia de obesidad materna.
descrito en el feto humano. Las IGFBP no solamente son
La obesidad materna e intolerancia a la glucosa son las
proteínas transportadoras, además regulan la cantidad de
patologías metabólicas más frecuentes en países desarro-
IGF-I o IGF-II que se puede ligar a cada uno de los diferen-
llados y ambas se asocian con recién nacidos grandes para
tes receptores y esta característica puede explicar en parte
la edad gestacional (GEG) o francamente macrosómicos.
la discordancia entre los niveles plasmáticos de IGF y la
Aparte del aumento de las complicaciones maternas aso-
velocidad de crecimiento fetal.
ciadas a la obesidad, existe evidencia importante para su-
En los últimos años se ha descubierto un gran número gerir que la obesidad materna tiene además un impacto a
de factores de crecimiento. En general son proteínas con la largo plazo. Los recién nacidos GEG tienen un aumento en
capacidad de estimular la proliferación y la diferenciación el porcentaje de tejido adiposo, lo que indica una alteración
celular en los órganos y tejidos en donde fueron encon- en los mecanismos de depósito de grasa corporal durante la
trados. Habitualmente los nombres de estos factores se vida fetal. Se ha demostrado que recién nacidos GEG tienen
refieren a la función biológica que permitió identificarlos. una mayor incidencia de obesidad en la edad adulta tanto
Es muy importante destacar que todos, en mayor o me- en hombres como en mujeres (Curhan y cois., 1996a; Cur-
nor grado, no tienen selectividad tisular. En algunos casos han y cois., 1996b). El factor más determinante asociado
la nomenclatura es absolutamente confusa, por ejemplo, con un aumento del riesgo de obesidad del adulto parece
el factor de necrosis tumoral (TNF) es también un factor ser el peso materno al inicio del embarazo (Catalano y cois.,
194
Capítulo 9 | Fisiología fetal
2003; Ismail-Beigi y cois., 2006). El hijo de una madre ticoides tiene un efecto supraaditivo en la estimulación de
con un índice de masa corporal (IMC) elevado ya antes síntesis y secreción del surfactante pulmonar.
del embarazo tiene un mayor riesgo de obesidad de adulto,
Una de las características de la secreción hormonal en el
comparado con el hijo de una madre con embarazo compli-
adulto es la presencia de ritmos circadianos en la secreción
cado con diabetes gestacional (Ismail-Belgi y cois., 2006).
de las hormonas. Estos ritmos son de origen endógeno,
con un ciclo de aproximadamente 24 horas (circadiano)
Sistema endocrino fetal cuando el sujeto no está expuesto a señales que sirven
para establecer la hora del día. La señal más importante
En el adulto, el sistema endocrino, en una labor coordinada es el ciclo luz-oscuridad. En el feto de oveja, los niveles
con el sistema nervioso central, mantiene la constancia del plasmáticos de prolactina y melatonina exhiben un ciclo de
medio interno (homeostasis) al adaptarse y reaccionar a 24 horas (Vergara y cois., 1989). A pesar de que el feto
los cambios del medio ambiente. El feto, por carecer de los es capaz de responder a estímulos luminosos a partir de
mecanismos para modificar el medio ambiente en el cual la semana 25 y de que hay transmisión de luz a través de
se desarrolla, depende de la madre y de la placenta para la pared uterina (Vergara y cois., 1992), no está del todo
la mantención de la homeostasis fetal. De los componen- claro si el ciclo luz-oscuridad es importante para el feto. El
tes del sistema endocrino fetal, el eje hipotálamo-hipófisis- hecho de que en el feto humano la actividad respiratoria y
adrenal es el que ha recibido la mayor atención. Esto se la deglución presenten un ritmo de 24 horas, hace factible
debe a la importancia de la glándula adrenal fetal en la la posibilidad de que la secreción de algunas hormonas
respuesta al estrés; por su participación en el inicio del también lo tengan (Rivkees & Reppert, 1992).
parto en especies como la oveja y por el papel que juega el
cortisol en la maduración de órganos críticos para la sobre- Tiroides. En el feto humano, la deficiencia de hormonas
vida del recién nacido. tiroideas durante la vida fetal tiene una baja repercusión
metabólica y en la mayor parte de los casos pasa inadverti-
Hipotálamo-hipófisis. La primera estructura del cere- da durante el examen del recién nacido. Las consecuencias
bro anterior que se diferencia es el hipotálamo. En el feto catastróficas de la deficiencia tiroidea posnatal impulsaron
humano, el primer núcleo hipotalámico es visible a partir el estudio del desarrollo de esta glándula durante la vida
de las seis semanas y los neurotransmisores y neurohor- fetal. Las investigaciones de Fisher en la rata y en el feto de
monas aparecen entre las semanas 8 y 16 de gestación oveja (Fisher, 1975) han proporcionado la mayor parte de
(Swaab, 1995). El origen embriológico de la hipófisis an- la información con que se cuenta en la actualidad (Fisher,
terior es el techo de la boca primitiva, que genera la bolsa 1997). La placenta tiene una gran capacidad para inactivar
de Rathke; este origen no está universalmente aceptado y tiroxina (T4) al convertirla en forma enzimática en la forma
es así que algunos autores sostienen que el origen es la inactiva triiodotironina reversa (rT3). Esta alta conversión
placa neural. de T4 a rT3 limita la cantidad de T4 materna que puede
llegar al feto, explica los altos niveles de rT3 en el plasma
El esbozo hipofisiario es visible a partir de las cuatro
fetal y en parte los bajos niveles de T3 en plasma fetal. En
semanas y a las seis semanas se pone en contacto directo
general se acepta que la función tiroidea materna no tiene
con el esbozo de la neurohipófisis. A las ocho semanas
un gran impacto en el desarrollo fetal. Aunque la placenta
pierde el contacto con el techo de la boca, y la glándula
humana no permite el paso de cantidades importantes de
presenta el aspecto típico a las 12 semanas, incluyendo el
T4 o T3 de la madre al feto, no se descarta que este mí-
sistema portal hipoflsiario.
nimo paso transplacentario sea la explicación de la falta
La producción hormonal se hace evidente a partir de la de signos físicos de deficiencia tiroidea en el feto humano
semana 11 y la actividad secretoria comienza alrededor de atiroideo. En estos recién nacidos, la única alteración es
la semana 14. Las hormonas hipotalámicas que regulan una concentración de tirotrofina (TSH) elevada en la sangre
la secreción de las diferentes hormonas hipofisiarias son fetal. En países con alta incidencia de insuficiencia tiroidea,
activas desde el momento en que se hacen presentes en la se hace la determinación de TSH en forma rutinaria en
circulación portal. Sin embargo, con la excepción de CRH, todos los recién nacidos. La concentración fetal de T3, la
estos factores no tienen un rol importante en la regulación forma más potente de las hormonas tiroidea, es baja debi-
de la función de la glándula hipofisiaria. La capacidad de do a una inmadurez en la capacidad de sintetizar T3. La
la hipófisis fetal para responderá TRH (hormona liberadora T3 aparece en el plasma fetal alrededor de las 30 semanas,
de tirotrofina) tiene una gran importancia, ya que se pue- para luego aumentar en forma gradual, posiblemente bajo
de usar como una herramienta terapéutica para acelerar la estimulación del cortisol. En el período de recién nacido
la maduración pulmonar fetal. Esta hormona, además de inmediato, la producción de T3 aumenta en forma dramá-
estimular la secreción de tirotrofina (TSH) y por ende de tica. El origen de esta T3 es la conversión de T4 a T3 en
hormonas tiroideas, estimula la secreción de prolactina. La el tejido adiposo termogénico (brown fat), probablemente
combinación de hormonas tiroideas, prolactina y glucocor- bajo el control de catecolaminas.
195
OBSTETRICIA
Eje hipotálamo-hipófisis-adrenal. El hipotálamo prematuro (Mecenas y cois., 1996). Los autores postulan
fetal sintetiza por lo menos dos sustancias que pueden que el mecanismo por el cual se estimula la contractilidad
desempeñar el rol de hormona liberadora de corticotrofi- uterina y eventualmente se induce el parto prematuro es
na: argmina-vasopresina (AVP) y la hormona liberadora el aumento en la concentración de estrógenos (Giussani y
de corticotrofina (CRH) propiamente tal. La importancia cois., 1996). Aún queda por establecer el rol que cumple
relativa de estos factores en la regulación de la secreción de la producción de DHEAS en la glándula adrenal del feto
hormona adrenotrofica (ACTH) depende de la especie que humano de término al inicio del parto.
se considere. En general, ambas son capaces de estimular
Otro aspecto del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal que
la secreción de ACTH.
está bajo intensa investigación es la participación de CRH
Las diferencias más importantes en el eje hipotálamo- de origen placentario en el desarrollo de la adrenal fetal.
hipófisis-adrenal se encuentran en la glándula suprarrenal. Esta hormona se encuentra en cantidades muy altas en el
En el feto humano, la mayor parte de la glándula está cons- plasma del feto humano, pero su importancia fisiológica
tituida por lo que se conoce como zona fetal y el resto es no se ha establecido con certeza, ya que en su mayoría el
análoga en estructura a la glándula adrenal del adulto. La CRH está unido a proteínas transportadoras. Además de
zona fetal de la glándula adrenal es deficiente en la enzi- los efectos que el CRH placentario podría tener en la adre-
ma deshidrogenasa de esferoides 3a-hidroxilados, lo que nal fetal, se ha postulado que el CRH estaría involucrado
determina que el producto de secreción sea sulfato de dihi- en la mantención del flujo uteroplacentario, en la regula-
droepiandrosterona (DHEAS). Este compuesto, un esferoi- ción de la contractilidad uterina y en la iniciación del parto
de de 19 átomos de carbono, es hidroxilado en el carbono (McLeany cois., 1995).
16, en el hígado fetal, y posteriormente es utilizado como
precursor en la síntesis de estrógenos en la placenta. En Sistema cardiovascular
el feto de oveja no existe la zona fetal y el esferoide más
abundante es el cortisol, hormona que juega un rol prepon- La circulación fetal, a diferencia de la circulación del adul-
derante en el inicio del parto en esta especie. Durante las to, es una circulación en paralelo, por lo que el gasto car-
últimas dos semanas de gestación se produce un aumento díaco está representado por la suma del gasto de ambos
gradual en la concentración fetal de cortisol, aumento que ventrículos. El gasto del ventrículo derecho es 1,5 a 2 veces
se hace más abrupto 3 a 5 días antes del parto. El incre- mayor que el gasto del ventrículo izquierdo y el gasto total
mento en la concentración de cortisol durante los últimos es de aproximadamente 500 mL/kg/min (Rudolph, 1985;
días estimula la maduración de los órganos fetales y la pro- M¡elke& Benda, 2001).
ducción de las enzimas 17a-hidroxilasa y 17,20 liasa en la
Esta organización de la circulación fetal permite el trans-
placenta. Esta inducción enzimática desvía el metabolismo
porte y distribución de oxígeno y nutrientes desde la placen-
de pregnenolona hacia 17a-hidroxiprogesterona lo que trae
ta al organismo fetal. Sangre pobre en oxígeno y cargada de
como consecuencia una disminución de la concentración
anhídrido carbónico llega a la placenta a través de las dos
de progesterona y un aumento de la síntesis de estrógenos.
arterias umbilicales que se originan como una continuación
La acumulación de 17a-hidrox¡progesterona se traduce en
de las arterias hipogástricas. En la placenta, las arterias
un aumento en la producción de androstenediona que, al
umbilicales se ramifican y se capilarizan en las vellosidades
igual que DHEAS en los primates, es aromatizada en la pla-
córlales para luego constituir la vena umbilical. La vena
centa y se convierte en estrógenos. En la especie humana
umbilical penetra la pared abdominal y se dirige hacia el
el cortisol no estimula las enzimas 17a-hidroxilasay 17,20
hígado fetal, en donde se divide en el ductus venoso (con-
liasa y por lo tanto no hay una caída de progesterona, sin
ducto venoso de Arancio) y en el seno portal. La sangre del
embargo existen algunas similitudes.
seno portal, aproximadamente el 40% del flujo umbilical,
El rol de la glándula adrenal en el inicio del parto en se distribuye en el hígado en el territorio servido por la vena
primates suscita controversia. Se ha sugerido que el incre- hepática izquierda. El resto de la sangre proveniente de la
mento en los niveles de cortisol en el feto humano puede vena umbilical entra directamente a la vena cava inferior,
antagonizar los efectos de la progesterona y ser responsable, generando una gran diferencia en la saturación de oxígeno
al igual que en la oveja, del inicio del parto (Fisher, 1997). entre sangre de la vena cava inferior caudal a la anastomo-
En los primates, un incremento en los niveles de estró- sis del conducto venoso y la sangre en la cava cefálica a la
genos estimula una serie de sistemas que potencialmente anastomosis. El flujo laminar en la vena cava inferior evita
participan en el inicio del parto, tales como un aumento de que la sangre proveniente de la vena umbilical se mezcle
la secreción de oxitocina, de receptores de oxitocina, de la completamente con la del hemicuerpo inferior durante el
secreción de prostaglandinasy en la proteína conexína, que trayecto hacia la aurícula derecha. En la aurícula derecha,
forma puentes celulares (gap junctíons). Experimentos en la orientación anatómica del foramen oval determina que la
Maccaca mulatta (mono Rhesus) han demostrado que la mayor parte de la sangre proveniente de la vena cava infe-
administración de androstenediona aumenta la contractili- rior pase a la aurícula izquierda sin mezclarse con sangre
dad uterina (Figueroa y cois., 1989) y puede inducir parto de la vena cava superior (Rudolph, 1985).
Capítulo 9 | Fisiología fetal
La sangre que permanece en la aurícula derecha, que aumentando el tamaño celular (hipertrofia). El tamaño del
tiene una baja saturación de oxígeno, fluye a través del miocito cardíaco es muy similar en las diferentes especies,
ventrículo derecho, hacia la arteria pulmonar y el ductus de tal manera que el número total de células es uno de los
arterioso y finalmente a la aorta descendente. Una peque- factores que determina el tamaño del corazón del adulto
ña fracción del gasto cardíaco del ventrículo derecho se dis- normal.
tribuye en el territorio de la arteria pulmonar y desemboca
Factores que aceleran la maduración del corazón fetal,
en la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares.
en teoría, pueden tener consecuencias sobre la función car-
La sangre en el ventrículo izquierdo es impulsada a la aorta
díaca del adulto, ya que el feto al nacer debe poseer el nú-
ascendente, en donde no se mezcla con la sangre prove-
mero de células necesarias para constituir un corazón adul-
niente del ductus arterioso que fluye hacia la aorta descen-
to de tamaño normal. Un factor importante en el desarrollo
dente, manteniendo un mayor contenido de oxígeno en la
ventricular es la presión contra la cual el ventrículo tiene
sangre que perfunde los territorios coronario y cerebral. En
que impulsar la sangre (poscarga). Experimentalmente se
resumen, la mitad inferior del cuerpo incluyendo el territo-
ha comprobado que al aumentar la presión en el tracto de
rio umbilical, recibe principalmente sangre proveniente de
salida de la arteria pulmonar se produce hiperplasla e hi-
la vena cava superior, con menor contenido de oxígeno y
pertrofia ventricular (Pinson y cois., 1991). Esta respuesta
entra a la aorta descendente a través del ductus arterioso
adaptativa está asociada con una maduración celular ace-
(gasto cardíaco del ventrículo derecho). La mitad superior
lerada, de tal manera que, a pesar de la hiperplasia inicial,
del cuerpo, incluyendo el corazón, recibe sangre provenien-
el feto al nacer tiene un número de células miocárdicas en
te de la vena cava inferior, que tiene un mayor contenido
el ventrículo derecho menor que lo normal (Pinson y cois.,
de oxígeno y entra a la aorta ascendente proveniente del
1991).
ventrículo izquierdo.
Por el hecho de ser una circulación en paralelo, durante
Desarrollo cardíaco. El corazón se desarrolla muy la vida fetal, ambos ventrículos están expuestos a la misma
temprano en la vida fetal, con una cronología en cuatro presión o poscarga. Sin embargo, las diferencias en geome-
fases muy características que se pueden identificar en to- tría intracavitaria y en el grosor de la pared ventricular libre
das las especies (Reller y cois., 1991) y que se resumen a entre los dos ventrículos determina que la tensión a la cual
continuación. la pared ventricular está sometida sea diferente para cada
uno de los ventrículos. Estas diferencias se reflejan en el
Precardiogénesis. Esta fase se caracteriza por la pre- desarrollo de los miocitos cardíacos en ambos ventrículos.
sencia a partir de los 16 días postovulación de una estruc- En el feto de oveja, el diámetro de la célula miocárdica, la
tura tubular simétrica bilateral a lo largo del embrión, que distancia intercapilar y el diámetro capilar, son mayores en
son los tubos endocardíacos. el ventrículo izquierdo comparados con aquellos del ven-
trículo derecho. Estas diferencias se acentúan en el perío-
Fusión. Los tubos endocardíacos migran hacia la línea do posnatal por los grandes cambios hemodinámicos que
media y a los 21 días postovulación se fusionan para for- ocurren al nacimiento. Éstos son la oclusión de los vasos
mar una estructura tubular única. El extremo caudal del umbilicales y el cierre del ductus arterioso, al originar una
tubo único da origen inicialmente al seno venoso, que pos- alza en la presión arterial sistémica. La posibilidad teórica
teriormente constituirá las aurículas. El extremo cefálico de que una aceleración en la maduración del corazón fetal
origina el tronco arterial. tenga impacto en la vida de adulto necesita mayor estudio.
En una serie de estudios epidemiológicos (Barker,
Plegamiento. Durante los días 25 a 30 postovulación,
1990; Barker, 1998; Barker y cois., 2002) se ha demos-
el tubo cardíaco, que está fijo en sus dos extremos, crece
trado una correlación entre el peso del recién nacido y la
en forma muy rápida, formando lo que se conoce como asa
presión arterial en el adulto. Cuanto menor es el peso de
cardíaca, que semeja inicialmente una letra C, luego una
nacimiento, mayores la presión arterial. Esta asociación de
letra S y finalmente a una letra U.
hipertensión arterial y bajo peso al nacer ha iniciado una
multitud de estudios para tratar de establecer la relación
Formación de tabiques, A partir de los 30 días posto-
causa-efecto.
vulación se inicia la formación del tabique interventricular,
el tabique interauricular, los canales atrioventriculares y la Otro aspecto muy importante en el desarrollo del sistema
separación del tronco arterial en arteria pulmonar y aorta. cardiovascular es el uso de glucorticoides para acelerar la
Durante la vida intrauterina y el período neonatal la masa maduración pulmonar. La administración de dexametasona
ventricular crece por un aumento en el tamaño y número o betametasona produce retardo de crecimiento intrauteri-
de células miocárdicas. La capacidad de proliferación ce- no (Ikegami y cois., 1997a), aumenta de la presión arterial
lular se pierde en la etapa neonatal, y es así que como en fetal (Derks y cois., 1997) y reduce la masa ventricular (Wu
el adulto el corazón puede aumentar de tamaño solamente y cois., 1993).
197
OBSTETRICIA
Función cardíaca fetal. Durante la vida intrauterina las propósitos didácticos, el desarrollo pulmonar se ha dividido
demandas metabólicas son significativamente diferentes a en las cuatro etapas que se describen a continuación.
las del adulto. A pesar de que el feto se mueve y tiene
episodios de actividad inspiratoria, esta actividad muscular Fase embrionaria. A partir de las seis semanas de ges-
constituye menos del 20% del consumo de oxígeno fetal. tación se puede distinguir la estructura pulmonar primitiva,
La demanda metabólica fetal, que está determinada casi que es la vía traqueobronquial.
exclusivamente por el crecimiento de la placenta y del feto,
representa un consumo de oxígeno equivalente al doble del Fase pseudoglandular. Entre las 6 y 16 semanas se
de un adulto. forma el árbol bronquial, en el cual, a pesar del aspecto
acinar, se pueden distinguir cartílago y células musculares
En el último tercio de la gestación existe una relación lisas en las ramificaciones bronquiales.
lineal entre el aumento de peso fetal y el aumento del gasto
cardíaco. Si se normaliza el gasto cardíaco combinado de Fase canalicular. Durante esta fase, que se extiende
los dos ventrículos, al expresarlo por kilo de peso corporal, desde las 16 hasta las 26 semanas, el pulmón posee una
también es equivalente al doble del gasto del adulto y per- estructura que se asemeja a la del adulto, con diferencia-
manece relativamente constante durante la mayor parte de ción de células epiteliales de tipo I y II. En las múltiples
la gestación. divisiones del árbol bronquial se identifica claramente el
lumen e incluso el ensanchamiento distal de los bronquio-
Regulación cardiovascular. El feto dispone esencial- los terminales.
mente de dos mecanismos para aumentar el gasto cardíaco
en la adaptación a corto plazo, el aumento de frecuencia Fase sacular o alveolar. Es la etapa terminal de la dife-
cardíaca y el aumento de contractilidad. El sistema nervio- renciación pulmonar, durante la cual el pulmón adquiere el
so autonómico adquiere importancia en la regulación de la aspecto esponjoso característico, debido al adelgazamiento
función cardiovascular a partir del último tercio de la ges- del epitelio alveolar.
tación (Hanson, 1988). La mayor parte de la información
El desarrollo pulmonar está influenciado por numerosos
acerca de la participación del sistema nervioso autonómico
factores. Muy temprano en la vida embrionaria la interac-
se obtuvo estudiando la actividad de quimio y barorrecepto-
ción entre el tejido epitelial progenitor y el tejido mesen-
res en relación con la respuesta fetal a la hipoxemia (Han-
quimatoso circundante determina la diferenciación de los
son, 1988; Rellery cois., 1989). Durante el último tercio
diferentes tipos celulares que van a constituir no solamente
de la gestación, en el feto de oveja y en el feto humano, hay
el tipo celular adecuado, sino también el aspecto anatómi-
un aumento gradual de la presión arterial y una disminu-
co adecuado. Entre los factores que determinan la diferen-
ción de la frecuencia cardíaca.
ciación del esbozo pulmonar, los más importantes son el
Los factores más importantes para la mantención de la factor de trascripción tiroideo (TTF-1) y el factor nuclear de
presión arterial durante este período son la angiotensina II hepatocitos 3 beta (HNF-3beta) (Stahlman y cois., 1996;
y las catecolaminas (Anderson y cois., 1994; Faber & An- Zhou y cois., 1996). Estos factores inducen la expresión
derson, 1997). El bloqueo de receptores a-adrenérgicos o de los genes responsables de la diferenciación de las cé-
la conversión de angiotensina I en angiotensina II, produce lulas progenitoras en células del árbol traqueobronquial o
hipotensión arterial; el bloqueo de receptores |3-adrenérgi- células alveolares. La diferenciación celular en uno u otro
cos produce bradicardia. El mecanismo por el cual la pre- tipo es la fuerza directriz para la bifurcación y ramificación
sión arterial aumenta y la frecuencia cardíaca disminuye no del árbol bronquial (Korfhagen & Whitsett, 1997; Zhang y
está claro. Durante este período, en el feto de oveja no hay cois., 1997). El líquido pulmonar en el espacio bronquial y
un aumento en la producción de catecolaminas o en la sen- alveolar también cumple un rol importante en el desarrollo
sibilidad vascular a las catecolaminas, ni en la sensibilidad pulmonar normal. Este líquido pulmonar es producido y se-
a la angiotensina. La respuesta adaptativa más importante cretado en el epitelio bronquial con una tasa de producción
es la redistribución del gasto cardíaco. La vasoconstricción de hasta 3 a 4 mL/h/kg. La producción y flujo del líquido
selectiva de territorios considerados de menor importancia pulmonar está bajo regulación hormonal; entre estas, las
permite mantener un aporte de oxígeno y nutrientes al ce- hormonas más importantes son las catecolaminas circulan-
rebro y al corazón. La redistribución del gasto cardíaco ex- tes y la vasopresina, estímulos muy potentes para inhibir su
plica, en parte, la asimetría en el compromiso somático del producción (Hooper & Harding, 1995; Harding & Hooper,
retardado de crecimiento intrauterino. 1996).
Sistema respiratorio Respiración fetal. El feto inicia movimientos respira-
torios a partir de la décima semana de gestación y durante
Desarrollo pulmonar. El pulmón fetal, aunque no es la mayor parte de la gestación, predominan los períodos de
un órgano vital para la vida intrauterina como el corazón, apnea. La respiración fetal se caracteriza por ser episódica
también inicia su desarrollo temprano en la gestación. Para y estar asociada con cambios en la actividad eléctrica de
198
Capítulo 9 | Fisiología fetal
la corteza cerebral (Jansen & Chernick, 1991). Los mús- & Wilson, 1996). Esto se debe a que la falta de líquido
culos que participan en los movimientos respiratorios son amniótico reduce el tamaño de la cavidad uterina, lo cual
el diafragma y los músculos intercostales y la consecuencia induce una flexión excesiva del feto. Al disminuir la capaci-
mecánica es el movimiento de líquido pulmonar a lo largo dad toráxica, disminuye la cantidad de líquido pulmonar y
del árbol traqueobronqulal. la excursión toráxica durante los movimientos inspiratorios.
La duración y frecuencia de los movimientos respirato-
Surfactante pulmonar. El surfactante pulmonar es el
rios fetales aumentan gradualmente a medida que avanza
componente más crítico para una función pulmonar nor-
la gestación; a las 10 semanas el feto respira por no más
mal. En 1959, Avery y Mead describieron la asociación
de 30 minutos en todo un día; a las 19 semanas respira el
entre la falta de surfactante pulmonar y la enfermedad de
6% del día; entre las 22 y 24 semanas del 11% al 13%;
membrana hialina o síndrome de dificultad respiratoria
entre las 24 y 29 semanas del 12% al 24%; y durante las
(SDR) del recién nacido. En ese y otros estudios se demos-
últimas semanas de gestación del 30% al 60% del día, es
tró que en recién nacidos prematuros con menos de 1,2
decir, 7 a 14 horas.
kg al nacer existe una deficiencia de surfactante pulmonar.
En este último período de la gestación los movimien- La incidencia de SDR es prácticamente del 100% en ges-
tos respiratorios presentan una asociación temporal con la taciones de menos de 26 semanas y de aproximadamente
actividad eléctrica de la corteza cerebral y la presencia de el 50% a las 31 semanas. La composición del surfactante
movimientos oculares rápidos. Estos episodios de actividad es el 90% de lípidos y el 10% de proteínas (FIGURA 9-1).
cortical cerebral asincrónica, de bajo voltaje, están asocia-
La fracción lipídica está compuesta principalmente por
dos con movimientos oculares rápidos (MOR) y son equi-
glicerofosfolípidos, de los cuales el 80% es lecitina. Lecitina
valentes al período de sueño MOR del adulto (Nathanielsz
es el nombre común para un grupo de fosfolípidos también
y cois., 1980).
conocidos como fosfatidilcolinas, las cuales pueden estar
En el feto de oveja de término, además de existir una saturadas o no saturadas. La fosfatidilcolina más abundan-
correlación entre los episodios de respiración fetal y sueño te es la dipalmitoil fosfatidilcolina (DPFC), que contiene dos
MOR, del 2% al 5% de los episodios de respiración fetal moléculas de ácido palmítico, un ácido graso saturado. La
se asocian con una actividad electroencefalográfica similar DPFC es el lípido del surfactante pulmonar más efectivo
a la actividad de vigilia. Un aspecto de la regulación de para reducir la tensión superficial. Las proteínas del sur-
los movimientos respiratorios que aún no está completa- factante pulmonar también cumplen un rol importante en
mente esclarecido es la respuesta paradójica a la hipoxe- la disminución de la tensión superficial. Estas proteínas del
mia (Dawes, 1984). Teleológicamente es beneficioso para surfactante se sintetizan en las células epiteliales tipo 11 y
el feto disminuir funciones no vitales con el propósito de como se muestra en la TABLA 9-1, varían en función y
disminuir el consumo de oxígeno. Ésta es un área de gran estructura. De las cuatro proteínas descritas hasta la fecha,
interés ya que se utiliza en forma empírica para evaluar el PS-A y PS-B han sido las más estudiadas (Weaver, 1991;
bienestar fetal y por su posible relevancia en la etiopatoge- Weaver & Whitsett, 1991).
nia del síndrome de muerte súbita.
El gen para PS-A se encuentra en el cromosoma 10 y
La respiración fetal es inhibida por los narcóticos, la hi- codifica una proteína de 248 aminoácidos, que es la más
poglucemia materna y las prostaglandinas. Por el contrario, abundante de las proteínas del surfactante y que por ser
es estimulada por los inhibidores de la síntesis de prosta- una glicoproteína tiene un peso molecular que varía entre
glandina y por la hipercapnia materna (Jansen & Chernick, 28 a 36 kilodaltons. El gen que codifica SP-B se encuentra
1991). en el cromosoma 2 y codifica una proteína de 42 kilodal-
tons que es posteriormente procesada en el interior de la
A pesar de que se han hecho intensos estudios, el me-
célula y termina con un peso molecular de 8 kilodaltons
canismo responsable del inicio de la respiración continua,
(Whitsett y cois., 1995). El gen para SP-C se encuentra en
vital para la sobrevida del recién nacido, aún no se conoce.
el cromosoma 8, y al igual que SP-B, se sintetiza a partir
Entre las posibilidades se ha sugerido que al momento de
de un progenitor de mayor peso molecular, en este caso de
nacer se induce un estado de vigilia que en combinación
21 kilodaltons, y el producto final es de 31 aminoácidos
con un alza súbita de la presión parcial de oxígeno arterial
con un peso molecular de sólo 5 kilodaltons. La supresión
estimula al centro respiratorio. Una alternativa es que al
espontánea o inducida de la expresión del gen que codifica
perder el contacto con la placenta desaparece un factor in-
PS-B tiene una letalidad del 100% en recién nacidos (Clark
hibidor como la prostaglandina E2 o adenosina.
y cois., 1995). Esta proteína es muy importante para que
El líquido pulmonar y los movimientos respiratorios el surfactante se extienda en una monocapa homogénea
tienen un rol crucial en el desarrollo pulmonar, pues una sobre la superficie alveolar y regula la síntesis de PS-C. En
disminución importante del volumen del líquido pulmonar, los casos de supresión del gen para PS-B hay una deficien-
como la que se observa en oligohidroamnios, se acompa- cia de PS-C debido a que la síntesis de PS-C no es com-
ña de hipoplasia pulmonar (Kitterman, 1996; Nobuhara pleta, acumulándose el precursor de mayor peso molecular
199
OBSTETRICIA
Proteínas del surfactante (A,B,C y D)
Proteínas plasmáticas
Lípidos neutros
Lecitinas no saturadas
Dipalmitoil fosfatidil colina (DPFC) 45%
Fosfatidil glicerol
Fosfatidil etanolamina
Otros fosfolípidos
FIGURA 9-1. Composición del surfactante pulmonar en el feto humano de término.
TABLA 9-1. Características fisicoquímicas y funcionales de las proteínas del surfactante pulmonar
Proteína Peso molecular Propiedades Funciones
(kilodaltons)
PS-A 28-36 Glicoproteína hidrofílica. Puede Mantención de la mielina tubular,
ligar calcio, azúcares y lípidos. formación de capa de surfactante.
Se une a macrófagos alveolares. Inhibe secreción de surtfactante.
Estimula inmunidad local.
PS-B 8 Lipofílica. Formación de capa de surfactante.
PS-C 5 Lipofílica. Formación de capa de surfactante.
PD 43 Glicoproteína hidrofílica. ¿Inmunidad local?
(Vorbrokery cois., 1995). La supresión del gen para PS-C Regulación de la producción de surfactante. La
también se acompaña del 100% de letalidad, por lo que producción de surfactante empieza alrededor de la vigé-
no está completamente establecido si sólo una de estas sima semana de gestación, incluso antes de la etapa al-
proteínas (PS-C) o ambas representan el factor crítico para veolar. Sin embargo, se secreta en forma importante sólo
la formación de una monocapa lipídica funcionalmente a partir de la 30 semana de gestación. La prueba de diag-
adecuada para permitir la sobrevida fetal. No obstante, de nóstico de madurez pulmonar más usada es la razón entre
presentar grandes alteraciones en la síntesis y metabolis- las concentraciones de lecitina y esfingomielina o índice
mo del componente lipídico, incluyendo una alteración en L/S. La esfingomielina es un lípido que normalmente se
la formación de mielina tubular, la supresión del gen para encuentra en la membrana celular y presenta muy poca
PS-A no es letal (Korfhagen y cois., 1996; Ikegami y cois., variación durante la gestación, por lo que se utiliza para
1997b). El rol más importante de esta proteína es aparen- estandarizar el contenido de lecitina. Los niveles de fos-
temente inmunológico; PS-A se une a la superficie de los fatidilglicerol en líquido amniótico también se usan como
macrófagos alveolares y estimula la actividad fagocítica. La indicadores de madurez pulmonar, ya que la aparición de
deficiencia total o parcial de PS-A aumenta la sensibilidad a este lípido en el líquido amniótico indica que el pulmón
las infecciones, especialmente por estreptococo grupo B, el fetal está sintetizando en forma preferencia! fosfatidilgllcerol
agente etiológico más frecuente en sepsis neonatal (LeVine en vez de fosfatidilinositol, proceso que sucede solamente
y cois., 1997). al madurar el pulmón fetal.
200
Capítulo 9 Fisiología fetal
Glucocorticoides. A partir del trabajo clásico de Lig- está completamente establecido. Se ha demostrado que no
gins (Liggins, 1969; Liggins & Howie, 1972), la regula- aumentan la cantidad de las enzimas responsables de la
ción hormonal de la producción de surfactante pulmonar síntesis del componente lipídico del surfactante y que tam-
ha sido estudiada intensamente. Los efectos de glucocor- poco estimulan la producción de SP-A, como es el caso de
ticoides se ven reflejados en un aumento en la cantidad los glucocorticoides. La combinación de hormona tiroidea y
de lecitina, en la maduración acelerada de la estructura glucocorticoides tiene un efecto supraaditivo sobre la sínte-
pulmonar y en un aumento de las proteínas del surfactante. sis de surfactante y en la diferenciación del pulmón.
Los glucocorticoides no estimulan directamente la secre-
ción de surfactante, el mecanismo es indirecto al aumentar Prolactina, esteroides sexuales, insulina. Los
la cantidad de lecitina y también por aumentar la densidad efectos de otras hormonas sobre la maduración pulmonar
de receptores betaadrenérgicos, cuya estimulación resulta no están completamente aclarados. Los efectos de la prola-
en aumento de secreción de surfactante. ctina parecen actuar a través de un mecanismo permisivo
De las enzimas involucradas en la síntesis de lecitina, de las acciones de los glucocorticoides y de las hormonas
por lo menos cuatro son estimuladas directamente por la tiroideas. Clínicamente se ha observado que los recién na-
administración de betametasona. Las enzimas estimuladas cidos de sexo masculino tienen una mayor incidencia de
por glucocorticoides son la sintetasa de ácidos grasos, co- SDR y en general tienen mala respuesta a la administración
linofosfato citidiltransferasa, fosfatidato fosfatasa y la liso- de glucocortlcoides.
lecitina aciltransferasa. De estas enzimas, la colinofosfato Experimentos dirigidos a establecer si los estrógenos
citldlltransferasa es la responsable de la etapa limitante en estimulan la maduración pulmonar o si los andrógenos
la síntesis de lecitina, que es la incorporación de colina a inhiben la maduración pulmonar han originado datos no
la molécula. concluyentes.
La administración de glucocorticoides también estimula El recién nacido de madre diabética también tiene un
la síntesis de las proteínas del surfactante SP-B y SP-C, aumento en la incidencia de SDR. La mayor incidencia
pero los efectos sobre SP-A son más controvertidos, ya que de SDR presenta una correlación directa con los niveles
altas dosis Inhiben la producción de SP-A. El uso de gluco- plasmáticos de glucosa en la madre. El agente causal apa-
corticoides para prevenir SDR es umversalmente aceptado. rentemente es el aumento de Insulina en el plasma fetal,
Sin embargo, estudios recientes han demostrado que la ad- sin embargo, no está claramente establecido. En la mayor
ministración de glucocortícoides produce efectos no desea- parte de los casos, en el hijo de madre diabética, la canti-
bles, como retardo de crecimiento (Ikegami y cois., 1997a) dad de surfactante es normal, por lo que se piensa que el
e hipertensión arterial (Derks y cois., 1997) en el feto de aumento de insulina fetal produce fundamentalmente una
oveja cuando se utiliza en dosis única o múltiples. El retra- alteración en la composición del surfactante.
so de crecimiento intrauterino es más intenso cuando se
utilizan en dosis múltiples. Éste es un problema al cual se El uso combinado de glucocorticoides y hormona libera-
le debe dar gran importancia, ya que no se dispone de la dora de tirotrofina (TRH), que estimula la secreción de pro-
información necesaria para decidir cuál es la dosis mínima lactina y de hormonas tiroideas, ha disminuido la gravedad
efectiva y cuál es la frecuencia óptima en caso de que sea del SDR y la incidencia de enfermedad pulmonar crónica
necesario repetir la administración (Ikegami y cois., 1996; (Liggins, 1995).
Polk y cois., 1997), aunque el estudio de Dalziel (Dalziel y
cois., 2005) indica que la administración de una dosis úni-
ca de betametasona no se asocia con alteraciones cardio- Sistema gastrointestinal
vasculares o hipertensión a los treinta años de vida. Cabe
El desarrollo del sistema digestivo ocurre a partir del endo-
destacar que la edad gestacional media al tiempo de la
dermo fetal, que a los 22 días postovulación se constituye en
exposición a glucocorticoides fue de 32 semanas (Liggins &
una estructura tubular a lo largo del embrión. De este tubo
Howie, 1972; Howie & Liggins, 1977). En la actualidad el
endodérmico se derivan todos los componentes epiteliales
50% de las pacientes que reciben esteroides para madurar
de los órganos que origina, y es este componente epitelial
el pulmón fetal tienen una edad gestacional de entre 23 y
el que induce la diferenciación del tejido mesenquimatoso
28 semanas (Wirtschafter y cois., 2006; Wapner y cois.,
circundante, para dar origen al tejido fibroso y muscular.
2007).
Anatómicamente, y por propósitos didácticos, el tubo
Hormonas tiroideas. Los efectos de la tiroxina y la endodérmlco se ha dividido en tres segmentos, anterior,
triiodotironina en la síntesis de surfactante y también en medio y distal. El segmento anterior no solamente origi-
la diferenciación del parénquima pulmonar son indepen- na los componentes del sistema digestivo, sino también
dientes de la concentración de glucocorticoides presente. la faringe, el aparato respiratorio, el timo y el tiroides. Los
El mecanismo por el cual las hormonas tiroides aceleran componentes del sistema digestivo derivados del segmen-
la maduración pulmonar y la síntesis de surfactante no to anterior son el esófago, el estómago, la parte superior
201
OBSTETRICIA

del duodeno, el hígado y el páncreas. El segmento medio ponsable de la eliminación de deshechos metabólicos y de
origina el resto del duodeno, el intestino delgado y los 2/3 la carga acida. El flujo sanguíneo renal durante el último
proximales del colon transverso. El segmento distal origina tercio de la gestación corresponde al 2% al 4% del gasto
todo el resto del intestino grueso. cardíaco combinado, que al compararse con el flujo renal,
de entre el 15% y el 18% en el período neonatal, confirma
Probablemente por el carácter no vital de este sistema,
la poca importancia del riñon para el feto.
comparado con el pulmón fetal, el desarrollo del aparato
digestivo ha recibido menos atención y por ende la informa- La producción de orina se inicia a partir de la octava
ción que se maneja es menor. Esta diferencia en la cantidad semana de gestación y aumenta gradualmente durante el
de información es particularmente obvia en relación con los transcurso de ella. La tasa de filtración glomerular es baja
factores involucrados en el desarrollo y diferenciación de durante la vida fetal y aumenta gradualmente durante el
los diferentes tejidos del sistema digestivo. Gran parte de último tercio de la gestación. Este aumento en la capacidad
la información se ha obtenido en el feto de oveja, que por de filtración renal representa el crecimiento del órgano.
ser un rumiante, tiene un sistema digestivo anatómica y
funcionalmente difícil de comparar con el del humano. La función tubular está poco desarrollada y la orina que
normalmente produce el feto es hipotónica y de gran vo-
El factor de crecimiento de células epidérmicas (EGF) y lumen (0,6 a 1,2 litros en 24 horas en el feto de oveja).
el cortisol favorecen la diferenciación celular y la expresión La orina se hace isotónica o hipertónica en respuesta a
de las diferentes enzimas digestivas. A partir de las once la secreción de vasopresina, como en el caso de hipoxe-
semanas de gestación, el feto es capaz de deglutir líquido mia aguda. La función más importante del riñon fetal es
pulmonar y amniótico, lo cual sucede en forma episódica, la mantención del volumen de líquido amniótico y de la
al igual que la respiración fetal. A medida que el feto ma- presión arterial fetal. La inervación renal no es importante
dura, la frecuencia de episodios de deglución aumenta. El en la regulación del flujo sanguíneo renal en condiciones
feto de oveja, durante el último tercio de la gestación, es básales, sin embargo, juega un papel preponderante en la
capaz de ingerir 0,6 a 1 litro de líquido, por lo que consti- respuesta de adaptación a la hipoxemia (Robillard y cois.,
tuye una vía importante de pérdida de líquido amniótico y 1993).
pulmonar, por lo que en casos de atresia esofágica se de-
sarrolla polihidramnios. Inicialmente este líquido deglutido El riñon fetal produce renina a partir de la mitad de la
se absorbe en el estómago, posteriormente, a partir de las gestación. El ARN mensajero para renina tiene una evo-
25 semanas, se organiza la motilidad gástrica e intestinal, lución muy interesante durante el último tercio de la ges-
por lo que la absorción ocurre a lo largo de todo el intestino. tación. En el feto de oveja, a los 100 días de gestación,
Normalmente el feto no presenta episodios de evacuación lo cual corresponde aproximadamente a 28 semanas de
intestinal in útero, y cuando ocurre, la defecación es en gestación en el humano, los niveles de ARNm para renina
respuesta a un episodio de hipoxia. Sin embargo, ha sido son equivalentes a los niveles del adulto. A medida que
reportado que fetos aparentemente normales pueden tener el feto madura los niveles aumentan llegando a doblar el
evacuación de pequeños volúmenes a partir de las 18 se- nivel del adulto y permanecen elevados durante la etapa de
manas de gestación. Estudiando la composición del meco- recién nacido (Carbone y cois., 1993). Los niveles de ARN
nio presente en el intestino grueso, se ha podido estimar mensajero tienen una correlación directa con el contenido
en el feto humano la capacidad de digestión y absorción a renal de renina, indicando que la producción renal de reni-
medida que el feto madura. Durante la primera mitad de na durante el último tercio de la gestación juega un papel
la gestación el meconio está compuesto por hidratos de importante en la mantención de la presión arterial fetal. La
carbono (70%), proteínas (13%) y lípidos (8%). inhibición de la conversión de angiotensina I a angioten-
sina II produce hipotensión fetal. La hipótesis de Barker
En el feto de término no se detectan proteínas, lo que (Barker y cois., 1989; Barker, 1990) ha determinado que
indica la aparición de enzimas proteolíticas. Las enzimas el desarrollo del riñon fetal adquiera mayor importancia.
que hidrolizan disacáridos se han identificado a partir de la
décima semana de gestación. La enzima lactasa aumenta Tanto en prematuros como en niños de bajo peso al na-
en forma importante entre las 34 y 36 semanas. El feto cer, se ha demostrado un número menor de nefronas. Se
y ei recién nacido tienen muy baja producción de ácido considera que esta disminución tiene un rol central en el
clorhídrico en el estómago, por lo que la digestión de las desarrollo de hipertensión en el adulto (Brenner & Macken-
proteínas de la leche se realiza fundamentalmente por me- zie, 1997; Hoy y cois., 2005).
dio de enzimas con un pH óptimo mayor de 4. En el riñon definitivo del humano las primeras nefronas
aparecen a las 12 semanas, la mayor proliferación se ob-
Función renal fetal serva a las 24 semanas y de las 32 a las 34 semanas se
establece el número total de nefronas. En varios animales
El riñon fetal también es un órgano aparentemente no vi- de experimentación se ha demostrado que la administra-
tal durante la vida intrauterina, ya que la placenta es res- ción de glucocorticoides en dosis equivalentes a las usadas

202
clínicamente para inducir maduración pulmonar fetal pro- núcleo diencefálico que exhibe dimorfismo sexual (Hofman
duce una disminución del número de nefronas de hasta el &Swaab, 1989).
30% (Wintoury cois., 2003; Figueroa y cois., 2005).
Existe muy poca información acerca del desarrollo so-
matosensorial en el feto humano. Se sabe que el feto es
capaz de reaccionar a estímulos vibroacústicos a partir de
Sistema nervioso central las 25 semanas y responde a estimulación fótica a partir
El cerebro fetal depende estrictamente del suministro de de las 28 semanas. La presencia de movimientos fetales
glucosa como fuente de energía y el flujo sanguíneo ce- somáticos y de respiración fetal son un índice de la madu-
rebral se preserva durante condiciones de hipoxia aguda ración de la corteza motora y del tronco encefálico.
y crónica. Sin embargo, en el retardo de crecimiento in-
trauterino asimétrico, en que se supone que el cerebro ha Sistema inmunitario
sido protegido, se ha demostrado una disminución de masa
encefálica y del número de células. El número de células en Los dos componentes del sistema inmunitario adaptativo
el cerebro de un adulto se ha calculado que es de 1.011 (linfocitos T y B) se clasifican en base a la expresión de
células, de las cuales, la totalidad o al menos la mayoría receptores de superficie. Los linfocitos T expresan recepto-
están presentes al momento de nacer. Para que esto suce- res (TCR) que se denominan basándose en la clasificación
da, durante las cuarenta semanas de gestación el feto tiene CD (cluster of differenciation). Es así que linfocitos que
que generar, en promedio, la astronómica cifra de 250.000 expresan el CD8 se conocen como linfocitos T citolílticos
células nuevas por minuto. Sin embargo, aun considerando (killer cells) por su propiedad de eliminar células infecta-
que el número de células aumenta en forma logarítmica y das por virus. Linfocitos T que expresan CD4 se conocen
ocurre en ciertos períodos del desarrollo, esta alta tasa de como células ayudantes (helper T cells) y son importantes
proliferación celular nos hace conscientes de la fragilidad en la organización de la respuesta inmune por medio de
del sistema nervioso durante la gestación. la secreción de citoquinas y estimulación de células CD8
y linfocitos B. Las células T se originan en la médula ósea
La mayor parte de la división celular ocurre en la capa
para luego migrar al timo, en donde se seleccionan para
celular adyacente al lumen del tubo neural y cuando la
ser distribuidas a la circulación general y a los órganos lin-
célula se ha diferenciado, y por lo tanto no puede dividirse,
fáticos. Los linfocitos B se clasifican también según el tipo
inicia la migración hacia su lugar de destino. En el cere-
de receptores en la superficie celular. Cabe destacar que
bro anterior (prosencéfalo) y en el cerebelo además hay
en este caso se trata de una molécula de inmunoglobulina.
proliferación celular en áreas alejadas del lumen del tubo
Los linfocitos se producen y maduran en la médula ósea.
neural, es decir, células de los ganglios básales y células
reticulares. Los precursores de células T se han detectado en el hí-
gado fetal a las siete semanas de gestación. Sin embargo,
La proliferación celular en el cerebro ocurre en diferentes
estas células primitivas aún no expresan CD4, CD8 u otros
etapas para las diferentes áreas del sistema nervioso. En el
TCR. Los precursores de células T aparecen en el timo entre
feto humano, las neuronas de la corteza cerebral aparecen
las 8 y 9 semanas, y a la semana 18 ambos CD4 y CD8
por primera vez a las siete semanas y se siguen dividiendo
pueden ser detectados. En el recién nacido de término las
hasta las 18 semanas. Esto significa que en ciertas etapas
células T representan entre el 19% y el 16% de los leuco-
del desarrollo, en algunas áreas especificas del cerebro la
citos periféricos, con un predominio de CD 4 sobre CD8 de
tasa de proliferación celular es aún más alta que 250.000
2:1. Las células precursoras de linfocitos B aparecen en el
células nuevas por minuto. Existe muy poca información
hígado y en el omento alrededor de las 8 a 10 semanas
en primates acerca de los mecanismos que regulan la di-
de gestación y a partir de las 20 semanas la generación
ferenciación y migración celular en las diferentes áreas del
de linfocitos B ocurre en la médula ósea y las células B ya
sistema nervioso central.
han colonizado el tejido linfático. La producción de inmu-
Quizás tan importante como la proliferación celular es noglobulinas, fundamentalmente de tipo IgM, comienza a
la regulación de la muerte celular programada (apoptosis). las 10 semanas de gestación. La IgG en el plasma fetal es
En el sistema nervioso central un número importante de predominantemente de origen materno, a pesar de que el
células son eliminadas durante el desarrollo prenatal y feto es capaz de producirlas. Temprano en la gestación las
posnatal. La interpretación es que el sistema se desarrolla células B en su mayoría expresan CD5, que es un marca-
con una redundancia exuberante para prevenir errores de dor de linfocitos B inmaduros. Incluso a término, más del
conexión. Cuando un área en particular del sistema nervio- 50% de los linfocitos B son células CD5. En general, las
so está completamente estructurada, aquellas neuronas en células B representan del 3% al 4% de los leucocitos en la
exceso o que tengan una mala conexión son eliminadas. En sangre periférica. En comparación con el adulto, el recién
algunas áreas específicas la muerte celular está regulada nacido tiene una capacidad significativamente menor de
por la presencia o ausencia de hormonas. Un ejemplo es el montar una respuesta inmune.

203
OBSTETRICIA

TABLA 9-2. Valores típicos de presión parcial de oxígeno en vasos maternos y fetales (mmHg)

Arteria uterina Vena uterina Arteria umbilical Vena umbilical


Oveja 95 57 20 35
Humano 95 50 29 41

Intercambio gaseoso materno-fetal = Qutx(02)Aut

El feto ha sido comparado con un individuo en la cum-


bre del monte Everest. Esta comparación, aunque correcta
desde el punto de vista de los valores de presión parcial umbilical
de oxígeno en sangre arterial, no lo es desde el punto de
vista metabólico. En condiciones normales, la cantidad de
oxígeno que la madre suministra al feto excede la demanda
metabólica fetal. El feto presenta un consumo de oxígeno
más alto que el de un adulto y obtiene el oxígeno suficiente umbilical
para suplir las demandas metabólicas utilizando una ex-
tracción de oxígeno de sólo el 30%. En condiciones extre-
mas, el feto es capaz de aumentar la extracción de oxígeno D02 = Q U m x ( 0 2 ) V U m
hasta en el 80%. Esta capacidad constituye la reserva de
oxígeno fetal. FIGURA 9-2. Diagrama del intercambio de oxígeno trans-
La organización de la circulación placentaria determina placentario. Flujo uterino (Qm), Suministro de oxígeno
(SO 2 ), Flujo umbilical (Q um ), Disponibilidad de oxígeno
que la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial fetal
(DO2), Contenido de oxígeno [OJ, Arteria uterina (A u[ ),
sea diferente de acuerdo al lugar anatómico en que se tome
Vena umbilical (V ).
la muestra. Los valores de Pa02 más altos se encuentran en
la arteria carótida y los más bajos en la arteria umbilical.
En la TABLA 9-2 se muestran valores típicos de presión
parcial de oxígeno básales en la circulación uterina y umbi- TABLA 9-3. Factores maternos y fetales determinantes
lical en ovejas y en humanos. La vena umbilical es donde que participan en el transporte transplacentario de oxí-
se encuentra la presión parcial de oxígeno más alta en la geno
circulación fetal.

Transferencia de oxígeno. El transporte de oxígeno Presión parcial de oxígeno en sangre materna


placentario está determinado principalmente por la gra- Presión parcial de oxígeno en sangre fetal
diente de la presión parcial de oxígeno a través de la pla- Flujo sanguíneo uterino
centa. La alta permeabilidad de la placenta para el 02 y ei
Flujo sanguíneo umbilical
C02 determina que bajo condiciones normales, la difusión
de estos gases a través de la placenta no sea un factor Superficie placentaria
limitante en la transferencia a través de la membrana de Consumo de oxígeno placentario
intercambio. En la FIGURA 9-2 se muestra un esquema del Afinidad de la hemoglobina fetal por el oxígeno
intercambio gaseoso materno-fetal.
Capacidad de transporte de la sangre fetal
El suministro de oxígeno (S02) está determinado por el Efecto Bohr
producto del flujo sanguíneo uterino (Qut) y del conteni-
do de oxígeno en la arteria uterina ([02]Aut). El contenido
de oxígeno, a su vez, depende de la PaÓ2 y de la con-
centración de hemoglobina. En ausencia de enfermedad
respiratoria materna o anemia, el suministro de oxígeno VUni. El contenido de oxígeno, al igual que en el lado ma-
está determinado fundamentalmente por el flujo sanguíneo terno, está determinado por la presión parcial de oxígeno
uterino. En el lado fetal, la disponibilidad de oxígeno fetal y la concentración de hemoglobina. En la TABLA 9-3 se
(D02) depende del producto del flujo sanguíneo umbilical resumen los factores maternos y fetales que determinan el
(QUm) y el contenido de oxígeno en la vena umbilical [02] paso transplacentario de gases.

204
Flujo sanguíneo uterino. La cantidad máxima de oxí- (15,8 mL por 100 mL). Esta pequeña diferencia está deter-
geno que puede ser transportada hacia el lado fetal está minada por el oxígeno que consume el tejido placentario y
determinada por el producto del contenido de oxígeno en por la existencia de cortocircuitos arteriovenosos en el lado
la sangre materna, por el flujo sanguíneo uterino, menos fetal de la placenta.
el consumo de oxígeno por parte del tejido placentario.
Una disminución de flujo sanguíneo uterino como la que
Respuesta fetal a la hipoxia
se observa en condiciones de hipotensión arterial materna,
contracción uterina, compresión de la vena cava inferior o El feto depende estrictamente del flujo uteroplacentarlo
vasoconstricción uterina, produce una disminución en el para la obtención de oxígeno y tiene una reserva de oxí-
suministro de oxígeno y, por ende, una caída en la presión geno suficiente para suplir las demandas metabóllcas por
parcial de oxígeno en la vena umbilical. Esto último resulta 1 6 2 minutos. Esta dependencia absoluta lo sitúa en una
en una disminución en el contenido o disponibilidad de posición muy precaria en cuanto a las posibilidades de
oxígeno. La extracción de oxígeno por parte de la placenta compensación para aumentar el suministro de oxígeno a
aumenta para mantener constante su consumo de oxígeno los tejidos. El insulto hipóxico evoca una respuesta com-
y por lo tanto, se exagera el efecto de la disminución del pensatoria general, no obstante se ha prestado más aten-
flujo sanguíneo uterino en la oxigenación fetal. ción a aquellos sistemas cuya adaptación tienen un mayor
impacto en la sobrevida fetal.
Flujo sanguíneo umbilical. La disminución de flujo
El sistema cardiovascular es obviamente el que tiene el
umbilical también se acompaña de una caída en la dispo-
nibilidad de oxígeno, pero a diferencia de la disminución rol central en la respuesta compensatoria a la hipoxia y
será el área de mayor énfasis en esta sección. La respuesta
de flujo sanguíneo uterino, en este caso la presión parcial
de oxígeno en la vena umbilical es normal. El volumen de fetal a la hipoxia depende de la magnitud, del origen y la
duración del insulto hipóxico. La respuesta típica a la hi-
sangre que retorna a la circulación fetal por la vena umbi-
lical es menor que lo normal y se mezcla con una mayor poxemia aguda es bradicardia inicial, aumento de presión
proporción de sangre con baja presión parcial de oxígeno arterial, aumento del flujo cerebral y coronarlo y cese de
al nivel de la vena cava inferior. En la arteria umbilical es la actividad respiratoria. Estas respuestas fetales, en parte,
donde se refleja mejor el impacto de la disminución del reflejan las cuatro estrategias que el feto posee para en-
flujo sanguíneo umbilical en la oxigenación fetal. frentar la hipoxemia: aumento de la extracción de oxígeno;
redistribución del gasto cardíaco; aumento de la capacidad
de transporte de oxígeno; y disminución del consumo de
Hemoglobina fetal. Comparada con la hemoglobina
oxígeno.
materna, la hemoglobina fetal presenta una mayor afinidad
por el oxígeno, lo que facilita el transporte de oxígeno hacia El feto es capaz de mantener un metabolismo aeróbico
el lado fetal. En la especie humana, la presión parcial a la con disminuciones en el aporte de oxígeno hasta del 50%.
cual la hemoglobina se encuentra saturada al 50% (P50) Cuando el Insulto hipóxico supera la capacidad compen-
es de 26 milímetros de mercurio (mmHg) para la madre satoria fetal se produce una disminución del consumo de
y de 22 mmHg para el feto. Es decir, a la misma presión oxígeno, que puede llegar a ser hasta del 25%. Como se
parcial de oxígeno, la hemoglobina fetal tiene una mayor mencionó anteriormente, el crecimiento fetal es cuantitati-
saturación de oxígeno. vamente el factor más importante de la demanda metabó-
lica, por lo que una manera muy eficiente de disminuir el
Los cambios de pH asociados con el intercambio de
consumo de oxígeno es disminuir la tasa de crecimiento.
C02 determinan que a medida que el pH aumenta por la
Aunque la actividad física no es una demanda metabólica
pérdida de C02, la afinidad de la hemoglobina fetal por el
muy importante para el feto, el feto hlpoxémico limita su
oxígeno aumente aún más. En el lado materno ocurre el
actividad física, que es fundamentalmente la respiración.
proceso inverso, es decir, a medida que el pH disminuye
Esta respuesta fetal ha sido la base para establecer los cri-
por el aumento de C02, la afinidad de la hemoglobina ma-
terios usados en el monltoreo fetal (Patrick, 1989).
terna por el oxígeno disminuye aún más. La capacidad de
transporte de oxígeno en la sangre fetal es mayor que en La capacidad de aumentar la extracción de oxígeno
la sangre materna, 21,4 mL de 02 por 100 mL de sangre está limitada por la difusión de oxígeno a nivel capilar y
fetal comparado con 16,2 mL de 02 por 100 mL en sangre no puede ser mayor que el 75% al 80%, lo que Implica
materna. Esta diferencia se debe a que el feto, además de que este mecanismo por sí solo no es capaz de mantener
tener una hemoglobina con mayor afinidad por el oxígeno, el suministro de oxígeno a los tejidos en forma prolongada.
también tiene una mayor concentración de hemoglobina. La presión parcial de oxígeno en la sangre arterial fetal no
Estas características de la hemoglobina fetal determinan es constante, incluso en el feto normal. El uso de sensores
que normalmente el contenido de oxígeno en la vena um- de P02 Introducidos en forma crónica en una arteria fetal
bilical, que en promedio es de 14,5 mL por 100 mL de permitió establecer que normalmente existen oscilaciones
sangre, no sea mucho menor que el de la arteria uterina en la presión parcial de oxígeno fetal. En el feto de oveja

205
OBSTETRICIA

se observan disminuciones de 3 a 5 mmHg en la P02 de los quimorreceptores carotídeos y no en respuesta al alza


la arteria carótida o en la aorta descendente, que están de presión arterial por acción de los barorreceptores. La
asociadas temporalmente a aumentos en la contractilidad bradicardia es transitoria, ya que en respuesta a la hipoxia
uterina y caídas del flujo sanguíneo uterino. Esta actividad se produce liberación de catecolaminas, que estimulan los
contráctil se denomina contracturas, por ser de menor in- receptores betaadrenérgicos cardíacos. Una bradicardia
tensidad (3 a 8 mmHg) y de mayor duración (3 a 8 minu- prolongada o que reaparece, indica que la hipoxia es se-
tos) que las contracciones presentes al momento del parto. vera y se ha producido acidosis o hipoxia miocárdica. Si la
Las contracturas ocurren en forma regular durante la última magnitud del episodio hipóxico no sobrepasa una reduc-
mitad de la gestación, tienen una frecuencia de 1 a 2 por ción del 50% de la disponibilidad de oxígeno, el gasto car-
hora y una intensidad equivalente a entre el 10% y el 20% díaco combinado se mantiene constante o incluso puede
de las contracciones de parto (Figueroa y cois., 1985). Por aumentar levemente. Bajo estas condiciones, el flujo san-
su baja frecuencia e intensidad ha sido difícil demostrar- guíneo al corazón, cerebro y adrenales aumenta en forma
las en la especie humana, sin embargo, no se pone en importante y el aporte de oxígeno puede ser mayor que en
duda que ocurran, ya que se ha demostrado que existen condiciones normales. Cabe destacar que el flujo umbilical
en por lo menos tres especies de primates: Macacoa mu- se mantiene constante. Teleológicamente, un aumento de
lata (rhesus), M. fasdcularís (cinomolgus) y Papio anubis flujo umbilical no produce ningún beneficio por el hecho
(mandril), y en muchas otras especies tales como vacas y de que bajo condiciones normales se extrae todo el oxígeno
ovejas, caballos, cerdos, cobayos y ratas. que difunde a través de la placenta. Por la misma razón, el
feto hipoxémico no debe disminuir el flujo sanguíneo umbi-
La otra causa que disminuye la P02 fetal es la actividad
lical, por ser su única fuente para el suministro de oxígeno.
muscular fetal asociada a los episodios de respiración. Por
Experimentalmente se ha demostrado una caída en el flujo
el aumento en el consumo de oxígeno también se produce
umbilical en casos de hipoxemia y acidosis severa.
una disminución de 3 a 5 mmHg en la P02 de la arteria
carótida. Estas disminuciones repetidas de la P02 impactan La hipoxia siempre se acompaña de un aumento en la
en el suministro de oxígeno en el feto hipóxico, por lo que resistencia en la circulación umbilical inducida por angio-
es necesario que el feto utilice los otros mecanismos de tensina II, vasopresina o catecolaminas; sin embargo, en
compensación que están a su disposición para garantizar la mayoría de los casos la hipertensión es suficiente para
su sobrevida en caso de que el insulto hipóxico sea pro- mantener el flujo. Para garantizar el suministro de oxígeno a
longado. los órganos vitales se produce una reducción importante en
el flujo sanguíneo hacia los territorios renal, mesentérico,
El aumento de la capacidad de transporte de oxígeno
musculoesquelético, cutáneo y pulmonar.
en la hipoxemia aguda puede ocurrir por dos mecanismos:
liberación de glóbulos rojos secuestrados en órganos feta- Un componente importante en la compensación a la hi-
les, principalmente en el bazo, y disminución del volumen poxia aguda es la disminución en la proporción de la san-
plasmático para concentrar los glóbulos rojos. La utilización gre de la vena umbilical que perfunde al lóbulo izquierdo
de glóbulos rojos secuestrados es la respuesta a la hipoxia del hígado. Normalmente, el hígado recibe el 40% del flujo
característica de mamíferos marinos, como la foca, que venoso umbilical y este valor se reduce del 10% al 20%
permanecen bajo la superficie del agua por períodos de en respuesta a la hipoxemia. Si el insulto hipóxico produce
una hora o más. No está claramente establecido si la con- una reducción de la disponibilidad de oxígeno mayor que
tracción del bazo es importante en la especie humana, ya el 50%, el feto no es capaz de compensar por períodos
que proporcionalmente es un órgano más pequeño que el prolongados. En esas condiciones, el gasto cardíaco dis-
de la foca, oveja o caballo y no es capaz de secuestrar más minuye y también disminuye el flujo sanguíneo cerebral
del 10% de los glóbulos rojos circulantes, comparado con y adrenal. La baja prolongada en el aporte de oxígeno al
el 60% en la foca, el 26% en la oveja y el 50% en el caba- tejido cerebral resulta en daño irreversible, especialmente
llo. La hipoxia crónica también estimula la producción de en la sustancia blanca periventricular y si el insulto es aún
eritropoyetina, lo que aumenta el número de glóbulos rojos, más prolongado, se produce daño cortical (Mallard y cois.,
y por lo tanto la capacidad de transporte de oxígeno. El be- 1994; Mallard y cois., 1995a). En el feto de oveja se ha
neficio de esta respuesta está limitado por los efectos que determinado experimentalmente que una oclusión comple-
la policitemia tiene en la viscosidad de la sangre. Cuando el ta de cordón umbilical de 5 minutos de duración, repetida
hematocrito fetal, que normalmente es más alto que el de cuatro veces en media hora, produce daño neuronal espe-
un adulto, llega a niveles mayores al 60%, la viscosidad es cialmente en el núcleo estriado (Mallard y cois., 1995b).
tan alta que se altera el flujo sanguíneo.
La respuesta cardiovascular fetal a la hipoxia es diferen-
La bradicardia inicial que se observa en la hipoxia aguda te si el insulto es por oclusión del cordón umbilical, hemo-
ocurre antes que el aumento de la presión arterial, indican- rragia fetal, o por disminución del flujo sanguíneo uterino.
do que la estimulación vagal es una respuesta directa a la En cada una de estas situaciones los cambios hemodiná-
hipoxemia. El mecanismo de estimulación es a través de micos asociados con el insulto determinan en gran parte la

206
respuesta cardiovascular. Una reducción en el volumen cir- Brenner BM, Mackenzie HS. Nephron mass as a risk factor for pro-
culante, como en el caso de la hemorragia, limita la capaci- gression of renal disease. Kldney int 1997; 63:S124-S27.
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26.
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Capítulo 9 | Fisiología fetal

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209
Modificaciones fisiológicas
durante el embarazo
A.M. Lapidus | J. Ortí

No hay en la vida del ser humano otro período que pro- Los estrógenos y la progesterona son fuertes inductores
duzca tantos cambios simultáneos y sucesivos, y que exi- melanogénicos (Snell, 1964); a través de un efecto estimu-
jan tanto del cuerpo y de la psiquis de la mujer como la lante de los melanocitos ambas hormonas pueden ser res-
maternidad. Las modificaciones que el embarazo produce ponsables de las modificaciones gravídicas iniciales (Snell
son de orden local, genital, y general. & Turner, 1966). Poco se sabe acerca de la naturaleza de
estas modificaciones pigmentarias, sin embargo, la hormo-
na estimulante de los melanocitos (MSH) se ha encontrado
consistentemente elevada desde el final del segundo mes
Modificaciones fisiológicas de gestación hasta el término del embarazo. La proopino-
de la piel en el embarazo melanocorticotrofina es metabolizada en el lóbulo medio de
la hipófisis en |3-endorf¡na y en a-melanotrofina (a-MSH).
El embarazo es un período de profundos cambios hormo- Esta actividad está bajo el control inhibitorio de la dopami-
nales que afectan a la piel de varias maneras. Muchas de na. Cuando la dopamina es bloqueada, en la embarazada
estas modificaciones son tan comunes que se consideran se produce un marcado aumento en los niveles plasmáticos
"fisiológicas", otras en cambio son alteraciones patológicas de (3-endorfina, situación que no ocurre en las mujeres no
producidas por la gestación. Por otra parte, también las grávidas (Abou-Samra y cois., 1984).
dermatosis previas al embarazo pueden ser modificadas
por la gestación y no deben ser confundidas con los proce- Luego del parto, la pigmentación se aclara paulatina-
sos fisiológicos. Las modificaciones gravídicas de la piel se mente, pero raramente retorna a los niveles pregestaciona-
consideran asociadas a los cambios hormonales. Tales mo- les. Los nevos y las efélides pueden oscurecerse y aumentar
dificaciones son más ostensibles en el sistema pigmentario en número. También las cicatrices recientes tienden a hi-
y vascular. Según veremos, existen otras variaciones pro- perpigmenta rse.
pias de la gestación que ocurren en la dermis, el crecimien-
to piloso y la actividad de las glándulas sebáceas (consultar Melasma o cloasma. Aproximadamente el 50% al
Capítulo 59: Enfermedades dermatológicas y embarazo). 70% de las mujeres presenta, durante la segunda mitad
del embarazo, manchas faciales irregulares de bordes ne-
Pigmentación. La hiperpigmentación es muy común tos, de color tostado a marrón oscuro, conocidas como me-
en el embarazo y ocurre en hasta el 90% de las embaraza- lasma (Wade y cois., 1978). Esto también ocurre en el
das. Es uno de los signos más evidentes y más precoces del 30% de las mujeres que toman anticonceptivos hormona-
embarazo, y puede ser generalizada o restringida a áreas les (Resnik, 1967). El patrón más común es centrofacial,
de hiperpigmentación normalmente sensibles a la influen- involucrando la frente, mejillas, nariz y mentón. El patrón
cia hormonal, como los pezones, aréolas, vulva y región malar se limita a las mejillas y a la nariz, y el mandibular
perianal. La línea alba, una línea longitudinal en el centro afecta a las ramas del maxilar inferior. Histológicamente el
de la pared anterior del abdomen, frecuentemente también melasma se puede clasificar de acuerdo a dos patrones de
se hiperpigmenta convirtiéndose en la línea nigra, que se pigmentación:
extiende desde el pubis hasta el apéndice xifoides. La pig- 1. Tipo epidérmico. Ocurre en el 72% de las embarazadas,
mentación aparece desde el primer trimestre y es más in- en los que la melanina se deposita fundamentalmente
tensa en las mujeres morenas. en los melanocitos básales.

210
2. Tipo dérmico. Afecta al 13% de las embarazadas, en TABLA 10-1. Factores predisponentes del edema graví-
quienes la melanina se deposita fundamentalmente en dico
la dermis superficial y profunda.

Cerca del 90% de las mujeres con cloasma por anticon- Aumento de la retención hídrica
ceptivos hormonales tiene historia de melasma del emba- Aumento de la permeabilidad vascular
razo. Aumento del flujo sanguíneo
Los diferentes patrones de pigmentación pueden relacio- Disminución de la presión osmótica del plasma
narse con diferente sensibilidad del órgano blanco, o dife-
rente distribución de los melanocitos. La exposición al sol
también juega un rol relevante en la aparición e intensidad
del cloasma. áreas drenadas por la vena cava superior, parte superior
El melasma generalmente se aclara durante el primer del tórax y cara; aumentan en tamaño y número durante
año posparto, aunque un estudio Informó que el 30% de el embarazo y desaparecen después del parto. La mayo-
los casos persistió hasta 10 años después del parto. ría (75%) ha desaparecido a la séptima semana posparto.
Pueden recurrir en embarazos subsiguientes en los mismos
Estrías. En la mayoría de las mujeres las estrías gravídi- lugares originales. Clínicamente son indistinguibles de las
cas se desarrollan durante la segunda mitad del embarazo. producidas por enfermedad hepática.
Aparecen en el abdomen, las mamas y los muslos. Inicial-
mente se presentan como placas lineales rojo vinosas o Eritema palmar. El eritema palmar se desarrolla du-
violáceas, que se desarrollan en forma perpendicular a las rante el embarazo aproximadamente en el 70% de las
líneas de tensión de la piel. Con el transcurso del tiempo se mujeres blancas. Aparece en el primer trimestre de la ges-
vuelven blancas y atróficas, aunque no desaparecen com- tación y desaparece en la primera semana posparto. Exis-
pletamente. Son similares a las estrías que aparecen en la ten dos modos de presentación: eritema difuso de toda la
pubertad, en la obesidad, en la enfermedad de Cushing y palma y eritema confinado a las eminencias tenares e hipo-
en la terapéutica con corticosteroides. tenares. Los últimos son los más frecuentes.

Han sido atribuidas a la distensión cutánea del abdomen Várices. Las várices afectan al 40% de las embaraza-
y a los mayores niveles de corticoesteroides del embarazo. das. Involucran al sistema de la vena safena o a pequeños
Estos últimos tienen la capacidad de disminuir la síntesis vasos superficiales de los miembros inferiores, así como a
de colágeno y el número de fibroblastos de la dermis (Booth las redes hemorroidales y vulvares. La etiología de las vári-
y cois., 1982). ces es múltiple y de acuerdo a la predisposición individual
será la magnitud y gravedad de las mismas (TABLA 10-
Moluscum fibrosas. Estas lesiones pequeñas y popu- 2). En el posparto las várices mejoran y algunas tienden
lares de color marrón son de etiología controversial. Son de a desaparecer.
aparición tardía y su desaparición es espontánea posparto.
Este hecho orienta a la presunción de su dependencia hor-
monogestacional.
TABLA 10-2. Etiología de las várices en el embarazo

Modificaciones vasculares
Aumento de la presión venosa en los vasos pélvicos
Edema. El edema clínicamente significativo de la cara y y femorales por compresión del útero grávido
las manos ocurre aproximadamente en el 50% de las mu- Aumento de la volemia
jeres embarazadas, mientras que el edema de los miem- Fragilidad aumentada del colágeno
bros inferiores, no asociado a hipertensión, ocurre en el
Tendencia hereditaria
80% de las embarazadas. Son múltiples los factores que
contribuyen a su aparición, como puede observarse en la
TABLA 10-1.

Telangiectasias aracnoideas. Las telangiectasias Hemangiomas. Si se producen, lo que ocurre con rare-
vasculares se desarrollan entre el segundo y el quinto mes za, suelen desaparecer al finalizar la gestación. Las manos
de embarazo y están presentes en cerca del 57% de las y la región del cuello son las de más frecuente afectación;
mujeres embarazadas de piel blanca, mientras que ocurren por lo general aparecen en la gestación avanzada.
en sólo el 15% de las no embarazadas. Se manifiestan en

211
OBSTETRICIA

Modificaciones glandulares Es común observar un descenso en el pH de la saliva,


tanto como un cambio en la relación bacteriana en las en-
Glándulas sudoríparas. La denominada hiperhidrosis cías y una alteración vascular periodontal. El aumento de
fisiológica del embarazo está regulada fundamentalmente la secreción de prostaglandinas influirá en los mecanismos
por el funcionamiento tiroideo. El sudor es un mecanismo de defensa de las encías.
de regulación de la temperatura corporal; se ha comproba-
do el aumento de la actividad de las glándulas sudoríparas Las embarazadas deben consultar al odontólogo, dado
durante el embarazo. que la afectación de lesiones inflamatorias periodontales
y gingivales son prácticamente una norma. De existir una
Glándulas apocrinas. Se describe una actividad dis- respuesta inmunitaria exagerada, se produce el granuloma
minuida de estas glándulas, que están ubicadas en la axila piógeno, también denominado épulis gravídica. Éste tiene
y el periné. un color rojo y gran tendencia al sangrado fácil; puede en
ocasiones ser pediculado. Éstos desaparecen después del
parto; la medida que debe indicarse en tales casos es sólo
Glándulas sebáceas. Si se produce un aumento en
la higiene oral cuidadosa y persistente.
la actividad de estas glándulas, se refleja en el recrude-
cimiento de un acné preexistente. En otras ocasiones, un Indicios refrendados por algunas publicaciones abonan
proceso de este tipo puede mejorar durante el transcurso de la relación entre fenómenos periodontales inflamatorios se-
la gestación, por lo cual debemos concluir que se trata de veros y partos prematuros (Fergunson y cois., 2007).
un fenómeno aleatorio.

Órganos de los sentidos


Modificaciones en el crecimiento
del pelo Nos referiremos exclusivamente a los ojos, ya que son los
que mayores modificaciones presentan durante el emba-
Durante el embarazo, como resultado de la estimulación razo. La sensibilidad de la córnea disminuye progresiva-
estrogénica y probablemente androgénica, existe una pro- mente a lo largo de la gestación. En la mayoría de las
porción aumentada de pelos anágenos; en fase de creci- embarazadas es posible demostrar un engrasamiento de
miento frente a los telógenos; en fase de reposo (Lynfield, la córnea atribuible a edema de la misma. Por eso algunas
1960). Normalmente un pelo telógeno permanece en su mujeres embarazadas manifiestan molestias con lentes de
lugar hasta ser reemplazado por uno anágeno que lo em- contacto que antes del embarazo eran bien tolerados. La
puja. En el período posparto y hasta tres meses posterior a presión infraocular también disminuye, lo que ha sido atri-
él, se invierte la relación previa, produciéndose un efluvio buido a un aumento del flujo de salida del humor vitreo
telógeno, con una marcada caída del cabello que suele pre- (Sunness, 1988). La función visual no se ve modifica-
ocupar a la madre. Este proceso es autolimitado y el cabello da, excepto por casos aislados de pérdida transitoria de la
usualmente retorna a sus niveles pregestacionales en 6 a acomodación.
12 meses.
Otra modificación que puede aparecer es un hirsutismo Sistema musculoesquelético
leve, más notorio en la cara. Las mujeres portadoras de una
predisposición genética son comúnmente más afectadas. Durante el embarazo es normal la aparición de una lordosis
Sin embargo, el hirsutismo que aparece por primera vez en progresiva, que sirve para compensar la posición anterior
el embarazo o el de mayor grado, debe ser investigado para del útero grávido, desplazando el centro de gravedad nue-
descartar tumores adrenales o luteomas del embarazo. vamente por detrás de los miembros inferiores. Se puede
observar una movilidad aumentada de las articulaciones
sacroilíaca, púbica y sacrocoxígea, probablemente como
Modificaciones dentarias resultado de la secreción de relaxina (Cruikshank & Hays,
1986). Esta movilidad articular contribuye aún más a la
Existe una tendencia a pensar que el aumento de la apa- postura materna alterada, causando la aparición frecuen-
rición de caries en la dentadura de una mujer gestante se te de lumbalgias en general hacia el fin del embarazo. La
debe al incremento en la demanda de calcio. Al encon- marcha de la embarazada de tercer trimestre se conoce
trarse el calcio en forma cristalina estable, éste no está como "marcha de pato", y se caracteriza por una hiperex-
disponible. No se ha demostrado que el feto absorba calcio tensión de los músculos paravertebrales y dorsales y una
de la dentadura materna. Los cambios fisiológicos en las abducción de los miembros inferiores para ampliar la base
glándulas anexas de la boca son los causantes del deterioro de sustentación.
dentario. Si existen trastornos dentarios previos al emba-
razo que no han sido tratados debidamente, el daño se En el tercer trimestre puede aparecer también dolor, de-
profundizará. bilidad y entumecimiento de los miembros superiores, ya

212
Capítulo 10 ¡ Modificaciones fisiológicas durante el embarazo

que por la acentuada lordosis, el cuello se flexlona en forma Es fundamental para el aumento proteico en el emba-
manifiesta hacia delante, produciendo elongación de los razo una ingestión adecuada de lípidos e hidratos de car-
nervios cubital y mediano (Crisp & de Francesco, 1964). bono. Si esto no ocurre, los requerimientos energéticos de
la madre serán obtenidos a través del catabolismo de las
reservas proteicas.
Modificaciones metabólicas
Ganancia de peso. La mayor parte del incremento de Metabolismo de los hidratos de carbono. El emba-
peso durante el embarazo se debe al útero y su contenido, razo es un estado potencialmente diabetogénico. El emba-
al aumento de tamaño de las mamas y al aumento del razo normal se caracteriza por una moderada hipoglicemia
volumen hemático y del fluido extracelular. de ayunas, hiperglicemia posprandial e hiperinsulinemia.

Una pequeña fracción puede atribuirse a las alteracio- La concentración plasmática de glucosa en ayunas cae
nes metabólicas que producen un aumento del agua intra- en el embarazo normal, posiblemente debido a un nivel
celular y el depósito nuevo de lípidos e hidratos de carbono, aumentado de la insulina plasmática, que no puede ser ex-
llamado "reservas maternas" (Hytten, 1991). plicado por un cambio en su metabolismo, ya que su vida
media no está alterada (King, 2000). El mecanismo exacto
Metabolismo del agua. Es normal que durante el de la hipertrofia de las células p, de la hiperplasia e h¡-
embarazo aumenta la retención hídrica. El agua corporal persecreción observada en el embarazo no es exactamente
total aumenta 7 a 8 litros a las semanas 36 y 38 (Forsum conocido; pero es sabido que los estrógenos, la progestero-
y cois., 1988). Este volumen agregado se distribuye en na y el lactógeno placentario tienen participación en estos
forma proporcional entre el compartimento materno y el hechos (Butle, 2000). Después de una ingesta de glucosa
fetoplacentario. En la madre, el 75% del incremento hí- en una embarazada normal se prolonga tanto la hipergli-
drico se ubica en el espacio extracelular. Esta retención cemia como la hiperinsulinemia (Ramírez-Parra, 2000).
está mediada en parte por una caída de la osmolaridad del El propósito de esta respuesta sería asegurarle al feto un
plasma, e inducida por un nuevo ajuste del umbral, tanto suministro sostenido de glucosa posprandial; situación que
para la secreción de hormona antidiurética como para la se relaciona con el estado de insulinorresistencia del emba-
sed (Davison y cois., 1984). Esta caída de la osmolaridad razo (consultar Capítulo 49: Diabetes y embarazo).
comienza en forma temprana en el embarazo.
Metabolismo lipídico. Existe un estado de hiperlipe-
Es común en el embarazo avanzado la presencia de ede- mia durante la gestación. La elevación de los ácidos grasos,
ma de miembros inferiores, especialmente al fin del día. colesterol, fosfolípidos y triglicéridos es notoria luego de un
Esta retención hídrica, que puede alcanzar hasta un litro, descenso leve durante las primeras semanas de gestación.
se origina por un lado en la compresión de la vena cava
inferior por el útero grávido, y por otro, en la disminución Se observa un aumento de los valores absolutos de cada
de la presión coloidosmótica normal durante el embara- una de las fracciones del colesterol. Es así como el coles-
zo (Oian y cois., 1985), alcanzando su valor máximo a la terol HDL se eleva desde el inicio y persiste elevado hasta
10™ semana, a partir de la cual los valores se mantienen el final del embarazo. El colesterol LDL, si bien sufre una
hasta el término de la gestación (Davison y cois., 1981). ligera caída en el comienzo del embarazo, aumenta luego
En el puerperio este exceso de fluidos deberá movilizarse de transcurrido el primer trimestre. Tanto los triglicéridos
y excretarse; la cantidad dependerá de la retención prepar- como el colesterol LDL aumentan progresivamente hasta el
to, de la hidratación durante el trabajo de parto y de las final de la gestación (King, 2000).
pérdidas hemáticas en el parto. En primíparas normales, Aún es controversial el poder de absorción lipídico que
sin edema demostrable antes del parto, la pérdida de peso la embarazada posee. Es habitual metabolizar 1 gramo de
promedio durante los primeros diez días de puerperio es de colesterol diariamente. Si normalmente se considera que
dos kilogramos (Dennis & Bytheway, 1965). son absorbidos la mitad de los 300 mg de colesterol que
ingresan con la dieta, se cree que en la paciente embara-
Metabolismo proteico. Un feto y una placenta de zada tal absorción es mayor. Existe un reciclado permanen-
término pesan juntos aproximadamente 4 kilogramos, y te a fin de poder utilizarlo cuando el organismo lo juzgue
contienen aproximadamente 500 gramos de proteínas, oportuno. Este proceso se efectúa en el hígado, órgano que
aproximadamente la mitad del aumento total de proteínas también se encarga de sintetizarlo, junto con las glándulas
inducido por el embarazo (Kalban, 2000). El otro 50% de suprarrenales y el tiroides.
incremento de proteínas se distribuye entre el aumento del
útero en forma de proteínas contráctiles, en la mama, pri- La placenta ejerce una fuerte demanda de colesterol; los
mariamente en las glándulas y en la sangre materna en ácidos grasos se reservan en forma de triglicéridos. Estos se
forma de hemoglobina y proteínas plasmáticas. comportan en forma diferente con respecto a una paciente

213
OBSTETRICIA

no gestante; en la embarazada son reabsorbidos en su to- Es un mineral que está relacionado con múltiples
talidad, mientras que fuera del embarazo esta reabsorción funciones, tales como la glucólisis y la glucogénesis, la
es sólo parcial. producción de la serie roja y blanca y la regulación tér-
mica, así como con la formación del cerebro y del tejido
El valor absoluto de los triglicéridos se incrementa du-
nervioso.
rante la gestación desde el comienzo, mientras que los
niveles de colesterol aumentan entre el 20% y el 30%, El hígado es el reservorio fundamental del cobre. Un
siendo la fracción LDL la que más se eleva. tercio de su insumo es absorbido por el yeyuno. Circula
unido a una proteína que oficia de carrier, la ceruloplasmi-
Luego de transcurrida la vigésima semana, la secreción
na, cuya función es lograr que el cobre alcance fundamen-
de lactógeno placentario promueve la lipólisis, y hay un
talmente los tejidos periféricos. Las hormonas esferoides y
incremento en los ácidos grasos por la movilización de sus
principalmente los estrógenos provocan un incremento de
depósitos. La energía en el binomio madre-feto es utilizada
ceruloplasmina. El cobre se encuentra en alimentos como
en forma diversa. La madre utiliza grasa y la convierte en
el arroz, el trigo, las legumbres, las ostras, el cereal de gra-
energía, mientras que el feto reserva para sí hidratos de
no entero y el chocolate.
carbono y aminoácidos.
Los ácidos grasos pueden ser elaborados en el tejido Cinc. La relación cobre/cinc (Cu/Zn) parece asociarse
graso, aunque la activación de la cascada de las lipopro- a fenómenos preeclámpticos. El cinc tiende a disminuir,
teínas genera la mayor parte (consultar Capítulo 7: Pla- mientras que el cobre aumenta hacia el final del embarazo.
centa). Un nivel menor a 0,70 jug/mL expresa carencia de este
mineral.
Metabolismo mineral:
El cinc es importante para algunas reacciones enzimáti-
Sodio, De los 1 a 5 gramos que se ingieren a diario en cas. Sus niveles están influenciados directamente por la in-
promedio, sólo es necesario el 10%. No se discute su pro- gesta de calcio, cobre, fibras, hierro e incluso fármacos. Se
tagonismo en el equilibrio osmolar o el estado ácido-base. absorbe en el intestino y sus oscilaciones también pueden
estar relacionadas con el volumen plasmático materno. Se
Su dinámica está atada al eje renina-angiotensina-al-
cree que es necesario triplicar la ingesta de cinc en compa-
dosterona y en menor medida al factor atrial natriurético. Si
ración a una paciente no gestante.
bien su necesidad se ve incrementada durante la gestación
a propósito del aumento del líquido amniótico, del volu- Cumple funciones aliviando alergias y mejorando la res-
men extracelular y del requerimiento fetal, es suficiente la puesta inmunitaria a las agresiones bacterianas, contribuye
ingesta diaria para cubrir las necesidades, por lo que no es con la cicatrización y regeneración de los tejidos.
necesario suplementario.
Se aconseja una dosis de 11 mg diarios durante el em-
barazo, pudiéndose aumentar durante el puerperio y la lac-
Magnesio. Se ha comprobado que este mineral tiene
tancia. Se lo encuentra en carnes rojas, pescado, yema de
injerencia en gran diversidad de hechos, tales como la
huevo, leche, remolacha, zanahoria, durazno y naranja. El
generación de energía, la degradación de los hidratos de
cobre y el cinc sérico, así como la relación Cu/Zn, puede
carbono e inclusive se ha detectado alguna función en la
servir como indicador de función placentaria.
transmisión del código genético. Es probable que por tales
propósitos su caída sea progresiva a medida que transcurre
Metabolismo del calcio. La homeostasis del calcio
el embarazo. El último trimestre de la gestación es el mo-
es regulada por un sistema complejo que involucra a la
mento en que los requerimientos se hacen ostensibles. Esto
parathormona (PTH), a la calcitonina y al calcitriol (D3).
se evidencia tanto en la madre como en el feto. La mitad
del magnesio acumulado está en el hueso. La vitamina D es una hormona sintetizada por la piel o
ingerida. La hormona D3 (calcitriol) es metabolizada por el
Es recomendable prescribir un suplemento de magnesio
hígado a 25-hidroxivitamina D3, y los riñones, la decidua y
sobre todo en el último trimestre del embarazo. Es común
la placenta la convierten en su forma biológicamente activa
que indiquemos magnesio cuando en la paciente sobrevie-
1,25 (OH)2-D3 (Weisman y cois., 1979). Las concentra-
nen calambres en sus extremidades inferiores, aunque no
ciones maternas de hormona D3 aumentan durante el em-
existe evidencia real de su utilidad.
barazo, promoviendo la absorción de Ca ++ y su transporte
La dosis indicada en el tercer trimestre es de 300 a 400 al feto. En el compartimento fetal las concentraciones de la
mg diarios, de los que probablemente se absorbe la mitad. homeostasis del calcio es regulada por un sistema comple-
jo que involucra a la parathormona (PTH), a la calcitonina
Cobre, Es un micronutriente imprescindible en el desa- y al calcitriol (D3).
rrollo del feto.

2.14
Aumento del volumen plasmático
Aumento de la tasa de filtración glomerular Disminución de la caliemia
Transferencia de Ca ++ al feto

FIGURA 10-1. Etiología del aumento de la parathormona en el embarazo.

Durante el embarazo las necesidades de calcio por parte Metabolismo del hierro
del feto son satisfechas por la madre. Por lo tanto, el ingreso
de calcio debe aumentar para cubrir las demandas fetales. El hierro es un elemento esencial que está presente en
todas las células del cuerpo, generalmente unido a una pro-
El calcio y el magnesio aumentan la biosíntesis y la se- teína. En el embarazo, la demanda de hierro aumenta para
creción de la calcitonina. Las acciones conocidas de la cal- satisfacer principalmente las demandas de la masa eritro-
citonina son la oposición a la parathormona y a la hormona citaria en expansión, y secundariamente los requerimientos
D3 (vitamina D) para proteger la calcificación ósea durante del feto y la placenta. El feto obtiene el hierro del suero
períodos de carencia de calcio. El embarazo y la lactancia materno por transporte activo a través de la placenta, en su
son ejemplos típicos de situaciones de necesidad de Ca ++ . mayor parte en las últimas cuatro semanas del embarazo
Las disminuciones agudas o crónicas de los niveles (Fletcher & Suter, 1969).
plasmáticos de calcio o de magnesio plasmático, estimulan El requerimiento total de hierro en el embarazo es del
la liberación de la parathormona, mientras que los incre- orden de 700 a 1.400 mg. Globalmente es de 4 mg/día
mentos del calcio y del magnesio disminuyen su secreción. en el embarazo, pero aumenta a 6,6 mg/día en las últimas
Las concentraciones de parathormona disminuyen du- semanas de la gestación. Esta demanda sólo puede ser sa-
rante el primer trimestre, y luego aumentan progresivamen- tisfecha movilizando los depósitos de hierro, además de lo-
te durante el resto del embarazo (Pitkin, 1985) (FIGURA grar la máxima absorción de hierro de la alimentación. Una
10-1). dieta adecuada provee aproximadamente 14 mg de hierro
por día, del que se absorbe sólo 1 a 2 mg. La absorción de
Una acción primaria de la parathormona es el aumen- hierro aumenta cuando hay una hiperplasia eritroide y una
to de la reabsorción renal de Ca ++ . Simultáneamente la concentración aumentada de transferrina no saturada; am-
parathormona promueve la conversión de 250H-D3 a bas condiciones son parte de la respuesta fisiológica de la
1,25(OH)2-D3 en el riñon, incrementando de este modo embarazada. Existe evidencia de que la absorción de hierro
la absorción gastrointestinal de Ca ++ . La parathormona está aumentada al fin de la gestación, esta, sin embargo,
también estimula la actividad osteoclástica, llevando a un no permite proveer el hierro necesario para la embarazada,
aumento de la concentración de calcio en el plasma que por lo que la suplementación siempre es necesaria (Apte &
inhibe la secreción de parathormona, restaurando el cal- lyengar, 1970).
cio a sus niveles normales. No obstante, algunos autores
sostienen que en el embarazo no se pierde ni masa ósea
ni minerales y se apoyan en una menor incidencia de frac- Modificaciones del aparato
turas en la paciente multigesta con respecto a las nulíparas respiratorio
en el período climatérico. Todo indica que en pacientes de
gran multiparidad, que además han prolongado su período Durante el embarazo, el consumo de 02 aumenta en
de lactancia más allá de los seis meses, se puede notar un aproximadamente el 18%. Casi 1/3 del aumento de dicho
marcada estabilidad en le densidad ósea. consumo es necesario para el metabolismo del feto y ía
placenta. El resto es utilizado para los procesos metabóli-
De tal manera, sopesando las diferentes opiniones, una cos aumentados de la madre, fundamentalmente para la
ligera pérdida de masa ósea durante el embarazo no alcan- filtración, excreción y reabsorción aumentada del riñon (De
za a afectar clínicamente a una mujer gestante en buen Sweiet, 1993).
estado de salud.
La mayoría de los autores encuentran pocas modifica-
Si bien existe una fuerte demanda fetal de calcio y mi- ciones a la p02 durante el embarazo. El valor normal es de
nerales, el esfuerzo redistributivo materno no afectará el alrededor de 13,6 kPa (103 mmHg) al final del embara-
futuro clínico inmediato posterior de la madre, ni en etapas zo (Templeton & Kelman, 1976). La p02 puede disminuir
posteriores, cuando los cambios hormonales la expongan hasta 13 mmHg al cambiar desde la posición sentada a la
por una situación biológica, a una eventual osteopenia, os- supina (Ang y cois., 1969), probablemente debido a una
teoporosis o aun a una fractura. combinación de alteraciones hemodinámicas, disminución

215
OBSTETRICIA

del gasto cardíaco y cambios en la capacidad residual y Ese aumento en la ventilación del 40% comparado al
el volumen de cierre. Es por eso que en el embarazo las aumento del consumo de oxígeno del 20% produce una
mediciones de gases en sangre debieran realizarse con la caída de la pC02 en el embarazo desde los niveles de no
paciente sentada si se las quiere utilizar con fines diagnós- embarazada (35 a 40 mmHg) a aproximadamente 30
ticos, como por ejemplo en la sospecha de embolia pul- mmHg.
monar. El aumento del consumo de 02 se asocia con el
La caída en la pC02 es equivalente al descenso de la
correspondiente aumento de la excreción de C02 (consultar
concentración del bicarbonato en plasma y toda la eviden-
Capítulo 52: Enfermedades respiratorias y embarazo).
cia sugiere que el pH arterial no se modifica desde los nive-
les normales de no embarazo.
Modificaciones anatómicas. El embarazo produce
alteraciones fisiológicas y anatómicas que afectan el ren-
El estímulo a la hiperventilación. El aumento en la
dimiento respiratorio. Temprano en el embarazo ocurre di-
ventilación y la caída asociada de la pC02 que ocurre en
latación capilar en el tracto respiratorio, llevando a un en-
el embarazo probablemente se debe a la acción de la pro-
grasamiento de la mucosa nasofaríngea, laríngea, tráquea
gesterona, que actúa por varios mecanismos. Aumenta la
y bronquios. Esto produce una modificación de la voz y en
sensibilidad del centro respiratorio a la C02 y la sensibilidad
ocasiones dificultad para respirar por la nariz.
del centro respiratorio, por lo que un alza de la pC02 de 1
Aproximadamente un tercio de las gestantes presenta mmHg aumenta la ventilación en 5 L/minuto en el emba-
congestión nasal, producto del edema que produce el au- razo, comparado con 1,5 L/minuto fuera de él (Prowse &
mento de los niveles de estrógeno. Este estado congestivo Gaensler, 1965; Eng y cois., 1975). También es posible
no suele remitir con facilidad. que la progesterona actúe como un estimulante primario
del centro respiratorio, independientemente de cualquier
Es posible que se produzcan hemorragias nasales pro-
cambio en el umbral o la sensibilidad a la C02.
ducto de la congestión vascular durante la gestación. Una
vez descartada cualquier otra patología de significación que Mediante la excreción de bicarbonato en la orina, el ri-
pudiera producir un cuadro similar, bastará con alertar a ñon compensa la alcalosis respiratoria que se genera al
la paciente de la posibilidad de repetición espontánea del disminuir la P02.
síntoma, así como advertirle sobre la transitoriedad de la
Sin embargo, no hay evidencias para afirmar que el
molestia.
examen funcional respiratorio medido por espirometría se
Los hallazgos de una capacidad vital no modificada con encuentre alterado durante la gestación.
una reducción del volumen residual son consistentes con
los cambios observados en la configuración del tórax du- Capacidad de difusión pulmonar. La transferencia
rante el embarazo. El nivel del diafragma se eleva cerca de de gases mide la facilidad con la que el monóxido de carbo-
4 cm tempranamente en el embarazo, aun antes de sufrir no y el oxígeno son transportados a través de la membrana
la presión del útero en crecimiento. Esto podría servir para pulmonar. Recientemente se ha demostrado una marcada
disminuir el volumen residual, ya que los pulmones esta- disminución en el factor de transferencia desde temprano
rían relativamente comprimidos en la espiración. en el embarazo, lo cual parece estar relacionado con la
caída del hematocrito, pero al mismo tiempo es compen-
El ángulo subcostal se amplía en casi 2 centímetros
sado por el aumento en el gasto cardíaco. La reducción en
cuando el diámetro transverso de la caja torácica aumen-
el factor de transferencia actúa en contra del aumento de
ta. La circunferencia torácica aumenta 6 centímetros, pero
la ventilación.
esto no es suficiente para prevenir la disminución en el
volumen residual de aire en los pulmones creada por la ele- Como consecuencia del desbalance entre el incremento
vación del diafragma. La excursión diafragmática es mayor ventilatorio y las necesidades de oxígeno, disminuye la di-
durante el embarazo que fuera de él. ferencia arteriovenosa materna de oxígeno.
La madre sobrecompensa el aumento del consumo de
Volumen corriente. El alza en el consumo de oxígeno
oxígeno generado por sus propios requerimientos y los del
se asocia con un marcado incremento ventilatorio de hasta
feto, con un marcado aumento en el volumen corriente,
el 40% en el embarazo. Este aumento en la ventilación
produciendo así una considerable reducción en la pC02.
se consigue en forma eficiente elevando el volumen co-
Esto se debe a la progesterona, ya que la eficiencia respi-
rriente desde 500 a 700 mL más que por el incremento
ratoria se ve mejorada por una disminución del volumen
de la frecuencia respiratoria. Esto ocurre tempranamente
residual, que a su vez podría ser compensado por una dis-
en el embarazo. La ventilación alveolar efectiva aumenta
minución en el factor de transferencia.
aún más por la reducción del 20% en el volumen residual
(el volumen de aire que permanece en los pulmones al fin Cierta avidez por el oxígeno es común desde el comien-
de la expiración y con el cual se diluye el aire que ingresa) zo del embarazo (Milne y cois., 1978). Esto no debe con-
(Alaily& Carrol, 1978). fundirse con disnea. A pesar de que la función pulmonar

216
no está disminuida en el embarazo, las enfermedades del las ondas peristálticas esofágicas son de menor velocidad
tracto respiratorio pueden ser más graves. Uno de los fac- y amplitud.
tores importantes es el aumento de los requerimientos de
Todas estas alteraciones, así como el decúbito dorsal y
oxígeno impuestos por la gestación (consultar Capítulo 47:
la administración de analgésicos, hacen más peligroso el
Enfermedades respiratorias y embarazo).
uso de la anestesia general en el parto por la posibilidad
aumentada de regurgitación y aspiración.
Modificaciones del tracto
gastrointestinal Intestino delgado, intestino grueso y apéndice. A
medida que el embarazo avanza, el intestino delgado y el
Durante el embarazo, los requerimientos nutricionales, in- intestino grueso se mueven hacia arriba y lateralmente, el
cluyendo aquellos para vitaminas y minerales, aumentan y apéndice es desplazado en dirección superior llegando a
muchas alteraciones maternas ocurren para satisfacer esta veces hasta el flanco derecho. Esos órganos retornan a sus
demanda. El apetito de la madre generalmente aumenta, posiciones normales muy pronto en el puerperio.
de tal modo que la Ingesta de alimentos es mayor; algunas
mujeres experimentan náuseas y vómitos. Las hemorroides son moderadamente comunes durante
la gestación. Están ocasionadas por la constipación y la
Cavidad oral. La salivación parece estar aumentada elevada presión que presentan las venas por debajo del
debido a las dificultades para la deglución asociadas con nivel del útero grávido.
las náuseas; pueden ocurrir pérdidas de piezas dentarias.
Dichas pérdidas durante el embarazo, no se deben a falta Vesícula biliar. La función de la vesícula biliar también
de calcio en los dientes; de hecho, el calcio dental es es- está alterada durante el embarazo por la hlpotonía del mús-
table y no se moviliza durante el embarazo, como lo hace culo liso de sus paredes (Braverman & Johnson, 1980).
el calcio óseo. La evacuación está enlentecida y generalmente es incom-
pleta. La colecistoquinina, que es el regulador primario de
Las encías pueden volverse hipertróficas, hlperémicas y la contractilidad vesicular, aparentemente está inhibida por
friables debido al aumento de los estrógenos sistémicos y la progesterona. Esa alteración contráctil lleva a la estasis
es posible que sangren ante traumatismos menores como biliar, la que asociada con el aumento de la saturación del
el cepillado. La deficiencia de vitamina C también puede colesterol del embarazo, explica la asociación de cálculos
causar edema y sangrado de las encías, que retornan a su vesiculares de colesterol en relación con la paridad.
estado normal en el puerperio.
En el embarazo existe cierto grado de colestasis ligada a
Motilidad gastrointestinal. La motilidad gastrointes- la concentración de estrógenos séricos que inhiben el trans-
tinal puede estar reducida durante el embarazo debido al porte intraductal de los ácidos biliares (consultar Capítulo
aumento de los niveles de progesterona, la que disminuye 54: Enfermedades digestivas y embarazo).
la producción de motilina, un péptido hormonal que esti-
mula el músculo liso del intestino (Chhstofides & Ghalei, Hígado. Aparentemente no hay cambios morfológicos
1982). El tiempo de tránsito de la comida a lo largo del en el hígado durante el embarazo normal, pero sí hay alte-
trayecto gastrointestinal puede ser tan lento que una mayor raciones funcionales. El flujo sanguíneo hepático se man-
cantidad de agua es reabsorbida, llevando a la constipación tiene constante durante el embarazo a pesar de los cambios
(consultar Capítulo 54: Enfermedades digestivas y emba- circulatorios que ocurren normalmente en el resto del orga-
razo). nismo. Esto determina una disminución de la proporción
del flujo sanguíneo que llega al hígado del orden del 35%.
Estómago y esófago. La producción gástrica de ácido Esta disminución relativa puede contribuir a la disminución
clorhídrico es variable y algunas veces exagerada, espe- del clearance de diferentes compuestos en la segunda mi-
cialmente durante el primer trimestre. Más comúnmente, tad del embarazo.
la acidez gástrica está reducida. La producción gastrina
En el embarazo casi todas las proteínas plasmáticas que
aumenta significativamente aumentando el volumen del
se sintetizan por el hígado están disminuidas en aproxi-
estómago y disminuyendo el pH. El peristaltismo gástrico
madamente el 20%, fundamentalmente a expensas de la
está disminuido.
albúmina. Además, normalmente disminuye la relación al-
El reflujo gástrico es más prevalente al final del emba- búmina/globulina, ya que además de la disminución de la
razo por la elevación del estómago que produce el útero albúmina, se produce un ligero aumento de las fracciones
grávido y por la disminución del tono del esfínter esofágico alfa y beta de las globulinas, con una leve disminución de
inferior, lo que produce la aparición de pirosis. En las muje- las gamma. La albúmina (Haemmerli, 1972) disminuye en
res embarazadas la presión intraesofágica está disminuida parte por la hemodilución y en parte por un aumento en
y la presión ¡ntragástrica aumentada y, simultáneamente, su catabolismo. La actividad de la fosfatasa alcalina sérica

217
OBSTETRICIA

puede duplicarse, probablemente por el aumento de las la noche, con el decúbito, movilizan esos fluidos causando
¡soenzimas placenterías de la misma. nocturia, con una orina más diluida que fuera del embara-
zo. La falla del riñon de la mujer embarazada en concentrar
la orina luego de una abstención de ingreso hídrico de 18
Modificaciones del riñon
horas no indica daño renal, sino un funcionamiento ade-
y tracto urinario cuado excretando el líquido extracelular movilizado de baja
osmolalidad (Davison y cois., 1981).
Modificaciones anatómicas. Durante el embarazo
cada riñon aumenta 1 a 1,5 cm de longitud (Bailey & Ro- A pesar de que la filtración glomerular aumenta en for-
lleston, 1971), con un aumento concomitante de su peso. ma tan manifiesta durante el embarazo, el volumen de ori-
La pelvis renal está dilatada. Los uréteres también lo están na eliminada cada día no está aumentado.
por encima del borde superior de la pelvis ósea. Los uré-
Con el aumento del filtrado glomerular se produce un
teres además de dilatarse se elongan, se ensanchan y se
incremento del clearance de creatinina endógena. La
curvan. Aumenta la estasis urinaria que puede hacer más
concentración plasmática de creatinina disminuye propor-
difícil la interpretación de los análisis de función renal y
cionalmente al aumento del filtrado glomerular, y la con-
facilitar la aparición de una infección urinaria.
centración de urea está igualmente disminuida.
La etiología de la hidronefrosis y del hidrouréter no está
Estos cambios fisiológicos se interpretan como el resul-
totalmente aclarada, pero puede haber una serie de facto-
tado del aumento de los estrógenos, la progesterona y la
res que contribuyen:
aldosterona. La progesterona a su vez antagoniza parcial-
• Los niveles elevados de progesterona pueden contribuir mente el efecto de la aldosterona sobre la reabsorción de
a la hipotonía del músculo liso del uréter. Na+ con un efecto antimineralocorticoide. Por eso las mu-
jeres embarazadas pierden Na+.
• El complejo venoso ováríco del ligamento suspensorio
del ovario aumenta lo suficiente de tamaño como para Los niveles de renina aumentan tempranamente en el
comprimir al uréter contra el borde de la pelvis ósea, primer trimestre y continúan ascendiendo hasta el término.
causando así la dilatación que se observa por sobre ese Esta enzima actúa sobre su sustrato angiotensinógeno para
nivel. Esta dilatación venosa puede observarse desde las formar primero angiotensína I y luego angiotensina II, que
ocho semanas de gestación. es un potente vasoconstrictor. Sin embargo, Las embaraza-
das normales son refractarias a los efectos presores de la
• La dextrorrotación del útero durante el embarazo pue-
angiotensina II.
de explicar por qué generalmente el uréter derecho está
más dilatado que el izquierdo (Peake y cois., 1983). Durante el embarazo la glucosuria no es necesariamen-
te anormal. Podría explicarse por un aumento del filtrado
• La hiperplasia del músculo liso en el tercio dista I del
glomerular con una capacidad de reabsorción tubular de
uréter puede causar reducción de su luz.
la glucosa disminuida. Los niveles aumentados de glucosa
urinaria también contribuyen a aumentar la susceptibilidad
Modificaciones de la función renal de la mujer embarazada a las infecciones del tracto urinario.

La tasa de filtración glomerular (FG) aumenta durante el La proteinuria no es normal durante el embarazo, y si
embarazo más del 50%. De hecho, entre la semana 16 y se encuentran valores ¡guales o superiores a 300 mg/L/24
la 32 de la gestación el aumento promedio de la filtración horas, debe sospecharse patología.
glomerular en la embarazada es del 60% (Davíson & Hy-
tten, 1974). El flujo plasmático renal lo hace entre el 25% Vejiga. A medida que el útero aumenta de volumen,
y el 50%. En una mujer no embarazada el flujo plasmático la vejiga es desplazada hacia arriba y aplanada en el diá-
renal es de 600 mL/minuto. Durante el 1er trimestre el flu- metro anteroposterior. La presión del útero aumenta de la
jo plasmático renal aumenta a aproximadamente 850 mL/ frecuencia miccional. La vascularidad vesical aumenta y
minuto, disminuyendo a 750 mL/minuto en la mitad del el tono muscular disminuye, aumentando la capacidad a
embarazo para alcanzar al término los valores básales pre- 1.500 mL.
vios al embarazo (Dunlop, 1981) (consultar Capítulo 53:
Enfermedades nefrourológicas y embarazo). Alteraciones hematológicas
El flujo urinario y la tasa de excreción de Na+ en la se- en el embarazo
gunda mitad del embarazo pueden alterarse con la posición
de la madre, siendo del doble en decúbito lateral respecto Volumen hemático. Los cambios fisiológicos de la
al decúbito dorsal (Dunlop, 1976). La concentración urina- sangre en el embarazo se basan en la derivación parcial del
ria puede ser variable y confundir. Durante el día, las emba- hierro, desde la síntesis de hemoglobina hacía la placenta
razadas tienden a acumular agua en forma de edema, y por y feto, y en el aumento del volumen plasmático materno.

218
Capítulo 10 | Modificacionesfisiológicasdurante el embarazo

El volumen plasmático aumenta progresivamente desde la embarazada. El valor normal más bajo de hemoglobina
el inicio de la gestación, tendiendo a mantenerse estable de una mujer no embarazada que vive a nivel del mar es
durante las últimas ocho semanas. El feto no es necesa- de 12 mg/dL El valor mínimo aceptado por la Organización
rio para que este aumento se produzca, ya que ha sido Mundial de la Salud para la mujer embarazada es de 11 g/
demostrado en pacientes con mola hidatiforme (consultar dL(WHO, 1972).
Capítulo 58: Enfermedades hematológicas y embarazo).
Es sabido que existe una correlación entre el volumen Cambios en la volemia en el momento del parto y
plasmático, el peso del recién nacido y los resultados pe- durante el puerperio. La pérdida aguda de sangre causa
rinatales, aunque a pesar de que con el aumento de la cambios dramáticos en el volumen hemático materno, tan-
paridad hay un aumento del peso fetal no existe evidencia to en el parto vaginal como en la operación cesárea. Si la
de un aumento proporcional del volumen plasmático, que pérdida hemática en el parto vaginal es medida en forma
sf aumenta en las mujeres con embarazo múltiple. Las em- meticulosa es de más de 500 mL en los embarazos únicos
barazadas con fetos de bajo peso para la edad gestaclonal y casi de 1.000 mL en los gemelares. La operación cesárea
tienen una pobre respuesta de incremento volumétrico del se asocia con una pérdida hemática de alrededor de 1.000
plasma. mL (Pritchard, 1965).
En genera] se observa un incremento de alrededor de En la mujer embarazada normal a término, la hipervole-
1.250 mL de plasma sobre los niveles pregestacionales, mia modifica considerablemente la respuesta a la pérdida
que habitualmente son aproximadamente 2.600 mL Esto hemática. El volumen sanguíneo cae siguiendo a la pérdi-
representa aproximadamente el 45% al 50% de incremen- da aguda del parto, pero permanece relativamente estable
to del volumen plasmático. La mayor parte de este aumen- a menos que dicha pérdida exceda al 25% del volumen
to ocurre antes de la semana 32 a 34 de la gestación. preparto. No hay aumento compensatorio en el volu-
men hemático, ocurriendo una caída gradual en el volumen
Masa eritrocitaria. Es un término que involucra al vo- plasmático, debido primordialmente a la diuresis. La masa
lumen total de los eritrocitos circulantes. La masa eritroci- celular roja aumentada durante el embarazo que no se ha
taria aumenta en el embarazo, pero aún no hay acuerdo en perdido en el momento del parto, se reduce lentamente a
cuanto a la magnitud de este aumento, que puede variar medida que las células rojas llegan al fin de su vida media.
considerablemente cuando la embarazada recibe medica- El resultado general es que el hematocrito aumenta gra-
ción con hierro, aun sin evidencias clínicas de un déficit del dualmente y que el volumen hemático regresa a los niveles
mismo. El estímulo para el aumento de producción de la pregestacionales.
serie roja se debe a la elevación de los niveles de eritropo- En los primeros días posparto existen fluctuaciones en el
yetina, que ocurre desde el inicio de la gestación. volumen plasmático y el hematocrito debido a respuestas
Si se acepta que el volumen de glóbulos rojos en pro- individuales a la deshidratación, hipervolemia del embara-
medio en la mujer sana antes del embarazo es de aproxi- zo y a la rapidez de la pérdida hemática. La pérdida hemá-
madamente 1.400 mL, el aumento normal sin recibir tica promedio que puede ser tolerada sin causar una caída
suplemento de hierro es de aproximadamente 240 mL significativa de la concentración de hemoglobina, es de
(18%) y en aquellas que reciben hierro es de 400 mL aproximadamente 1.000 mL, pero depende del aumento
(30%). La masa celular roja aumenta sostenidamente en- del volumen hemático previo al parto. Casi toda la pérdida
tre el fin del primer trimestre y el término de la gestación. hemática ocurre dentro de las primeras horas posteriores al
De la misma manera que el volumen plasmático, la mag- parto, en circunstancias normales. En las 72 horas siguien-
nitud del aumento está relacionada con el tamaño del feto; tes sólo se pierden por vía vaginal 80 mL. Las pacientes
en los embarazos múltiples se pueden observar aumentos con atonía uterina, episiotomía extendida o laceraciones,
particularmente importantes. tienen una pérdida mayor. Si el hematocrito o la concen-
tración de hemoglobina al quinto o séptimo día posparto
La masa celular roja cae inmediatamente en el momen- están significativamente más bajos que antes del parto,
to del parto como resultado de la pérdida hemática. Los existió una pérdida hemática patológica en el momento del
volúmenes hemáticos previos al embarazo se recuperan mismo, o hubo un pobre incremento del volumen hemático
aproximadamente tres semanas después del parto. durante el embarazo, o ambos (Peck & Arias, 1979).
Hemoglobina total. La concentración de hemoglobina, Los beneficios de la hipervolemia del embarazo pueden
el hematocrito y el recuento de glóbulos rojos cae durante el verse en la TABLA 10-3.
embarazo porque la expansión del volumen plasmático es
superior a la de la masa eritrocitaria. De todos modos, exis- Leucocitos. El recuento leucocitario en la mujer varía
te un aumento de la hemoglobina total circulante relaciona- considerablemente a lo largo de la gestación. Suele oscilar
do directamente al aumento de la masa eritrocitaria. Ésta, entre 5.000 y 12.000 mm3. Durante el parto y a principios
a su vez, depende del estado de los depósitos de hierro de del puerperio puede elevarse a 25.000 o más, sin em-

219
OBSTETRICIA

TABLA 10-3. Beneficios de la hipervolemia en el emba- Otros factores de la coagulación que aumentan durante
razo el embarazo son el factor Vil (proconvertina), VIII (globulina
antihemofílica), factor IX y el factor X (factor de Stuart). Ge-
neralmente los niveles de factor II (protrombina) aumentan
Provee a las necesidades de oxígeno (aumento
sólo ligeramente, mientras que los factores XI y XIII están
de la demanda de O2 de alrededor del 15% y el
algo disminuidos.
16% al final del embarazo)
Cubre el aumento de la demanda del útero con Fibrinólisis. La actividad fibrinolítica es esencial en el
su sistema vascular hipertrofiado mecanismo de la hemostasia. La fibrina y el fibrinógeno
Combate los riesgos de las pérdidas sanguíneas son degradados por la plasmina (una proenzima derivada
del parto del plasminógeno). Esta actividad está mayormente con-
Evita la hipotensión postural protegiendo a la centrada alrededor de los grandes vasos. El plasma, suero,
madre y al feto de la disminución del retorno ve- y especialmente las plaquetas, tienen una gran actividad
noso en decúbito dorsal y de pie inhibidora de la plasmina. Durante el embarazo normal, el
nivel de plasminógeno (profibrinolisina) en el plasma au-
menta considerablemente, aparentemente inducido por los
estrógenos. A pesar de esto, la actividad fibrinolítica medi-
bargo, el incremento medio es de 14.000 a 16.000 mm3 da en el tiempo de disolución del coágulo está claramente
(Taylor, 1981). La causa de este aumento es desconocida, prolongada respecto de sus valores fuera del embarazo. La
pero esto mismo ocurre luego del ejercicio extenuante. placenta cumple un importante papel en esta reducción de
la actividad fibrinolítica normal durante la gestación, ya que
Otra característica del embarazo es la neutrofilia, que una hora después del alumbramiento vuelve a la normali-
consiste principalmente en formas maduras, aunque oca- dad (Astedt, 1972).
sionalmente puede encontrarse un mielocito.
Las modificaciones de la coagulación en el embarazo
Desde épocas precoces aumenta la actividad de la fos- normal producen una actividad procoagulante continua de
fatasa alcalina leucocitaria, pero esto no es exclusivo del bajo grado. Usando microscopía electrónica se pueden ob-
embarazo, sino que suele aparecer también en procesos servar depósitos de fibrina en el espacio intervelloso de la
inflamatorios. placenta y en las arterias espiraladas del lecho placentario.

Hemostasia. Una hemostasia normal depende de una En el momento del desprendimiento placentario, duran-
vasculatura normal, de los factores de la coagulación, de te el alumbramiento normal, un flujo sanguíneo de 500
las plaquetas y de la fibrinólisis. Todos ellos actúan en con- a 800 mL/minuto tiene que ser detenido en segundos o
junto para mantener la sangre dentro del sistema circu- ocurriría una grave hemorragia. La contracción miometrial
latorio y frenar el sangrado luego de un traumatismo. La juega un rol preponderante reduciendo el flujo al lecho pla-
hemostasia no está exenta del cúmulo de alteraciones que centario. El cierre veloz de la porción terminal de las arte-
el embarazo produce en toda la fisiología de la madre. rias espiraladas se ve además facilitado porque en el último
período de la gestación la capa muscular de las arteriolas
Integridad vascular. Las plaquetas tienen un papel espiraladas es reemplazada por una matriz de fibrina. El
fundamental en los pequeños defectos o lesiones del área lecho placentario, subsecuentemente, es cubierto por una
vascular, formando coágulos de fibrina. En el embarazo se capa de fibrina, para lo cual durante el embarazo los nive-
observa un pequeño descenso de los índices plaquetarios, les de fibrina y los de otros factores de la coagulación están
pero siempre dentro de los valores normales de la mujer no aumentados. Estas modificaciones predisponen a la madre
embarazada (Tygart y cois., 1986). Esto puede deberse al a un espectro amplio de posibles desórdenes de la coagula-
aumento del consumo plaquetario a lo largo de todo el em- ción, poniéndola en un estado de sensibilidad especial para
barazo (Fay y cois., 1983). En el embarazo se encuentra la coagulación intravascular (Gray y cois., 1988) (consultar
también disminuido el tamaño de las plaquetas (Meher- Capítulo 58: Enfermedades hematológicas y embarazo).
Hom¡i Ácols., 1994).
Modificaciones del par ato genital
Coagulación. Muchos factores de la coagulación están
aumentados durante el embarazo. El fibrinógeno aumenta Útero
en promedio aproximadamente el 50%. Este marcado au-
mento sin duda contribuye a la aceleración de la eritrose- Modificaciones en el cuerpo uterino (hipertrofia
dimentación que se observa normalmente en el embarazo e hiperplasia). El útero no grávido es una estructura casi
(Ozanney cois., 1983). sólida que pesa alrededor de 70 gramos, con una pequeña

220
cavidad central. Durante el embarazo, el útero tiene la ca- A medida que el embarazo progresa, las paredes del úte-
pacidad de aumentar rápidamente su tamaño transformán- ro se adelgazan progresivamente, llegando a medir 1,5 cm
dose en un órgano muscular de paredes relativamente finas de espesor al final del embarazo. Ya desde el principio de
capaz de albergar al feto, la placenta y el líquido amniótico. la gestación, el útero se hace menos consistente, perdiendo
su firmeza y resistencia características. En los últimos me-
El agrandamiento uterino se produce predominante-
ses del embarazo el útero se convierte en un saco muscular
mente por hipertrofia e hiperplasia de las fibras musculares
de paredes delgadas, blandas y fácilmente depresibles, lo
existentes, ya que la aparición de nuevas células miome-
que permite palpar las partes fetales a través de la pared
triales es escasa.
abdominal.
Durante el embarazo el agrandamiento uterino, la hi-
La musculatura uterina está dispuesta en tres estratos
pertrofia e hiperplasia, se producen por dos mecanismos:
o capas:
la influencia hormonal y la adaptación al crecimiento del
huevo que aloja. Este crecimiento consiste en estiramiento • Externa. Se arquea sobre el fondo y se extiende hacia los
e hipertrofia de las células miometriales. Las células del diversos ligamentos.
músculo liso (miometrio) están rodeadas por una red irre-
• Interna. Fibras de tipo esfinteriano alrededor de los orifi-
gular de fibrillas colágenas. La fuerza de contracción es
cios de las trompas y del orificio cervical interno.
transmitida desde las proteínas contráctiles de las células
musculares al tejido conectivo que las rodea a través del • Media o plexiforme. Entre las dos anteriores forma una
retículo de colágeno. densa red de fibras musculares, perforada en todas di-
recciones por los vasos sanguíneos, de modo que cuan-
El rápido crecimiento de los tejidos está en relación
do estas fibras se contraen después del parto, constriñen
con el aumento de la síntesis de poliaminas. Las concen-
los vasos y actúan así de "ligaduras vivas" (son las deno-
traciones de poliaminas de las mujeres gestantes están
minadas ligaduras vivas de Pinard) (consultar Capítulo
sorprendentemente elevadas, alcanzando su máxima con-
17: El parto).
centración entre las semanas 13 y 14 de gestación (Russell
y cois., 1978).La mayor velocidad en la síntesis de polia-
Modificaciones de tamaño, forma y posición ute-
minas depende de la hipertrofia del miometrio en esta fase
rina a lo largo del embarazo. En las primeras semanas
del embarazo.
del embarazo el útero mantiene su forma de pera inverti-
Acompañando el aumento en tamaño de las células da, pero a medida que el embarazo avanza, el cuerpo y
musculares uterinas, durante el embarazo se produce una el fondo toman una forma globulosa. El útero aumentado
acumulación de tejido fibroso, particularmente en la capa se vuelve asimétrico, ya que un factor que influencia su
muscular externa, junto con un aumento considerable del crecimiento es la ubicación de la placenta, y que el sitio de
tejido elástico. La red formada se suma materialmente a la inserción placentario crece más rápidamente que el resto
fuerza de la pared uterina. del miometrio. Esta asimetría, reconocible por el examen
bimanual, se conoce como signo de Piskacek. Este signo
Simultáneamente aumenta el calibre de los vasos san-
desaparece después de las 16 semanas, adoptando el úte-
guíneos y linfáticos, y la hipertrofia de las fibras nerviosas.
ro una forma ovoide. El alargamiento uterino no es parejo,
El volumen total del útero aumenta unas veinticuatro ve- y es más marcado en el fondo que en el istmo.
ces, pero su capacidad pasa a contener de 10 mL o menos
Al final de las 12 semanas de embarazo el útero es
fuera de la gestación, a 5 a 10 litros al final del embarazo,
lo suficientemente grande como para perder su localiza-
de tal modo que hacia el término del embarazo el útero ha
ción intrapélvica. En la medida en que el útero continúa
conseguido tener una capacidad 500 a 1.000 veces mayor
su crecimiento, contacta la pared anterior del abdomen,
que en el estado no grávido. El peso uterino se incrementa
se desplaza lateral y superiormente al intestino, y alcanza
en forma correlativa; de 60 gramos antes del embarazo a
finalmente hasta el hígado. Mientras el útero crece simultá-
1.100 gramos aproximadamente al término de la gestación.
neamente aumenta la tensión sobre los ligamentos anchos
Durante los primeros meses del embarazo, la hipertrofia y redondos.
uterina es probablemente estimulada principalmente por la
Cuando la mujer embarazada está de pie, el eje longi-
acción de los estrógenos, y quizá de la progesterona. La hi-
tudinal del útero corresponde a la extensión del eje de la
pertrofia inicial no depende de la distensión mecánica pro-
cavidad de la pelvis. La pared abdominal soporta al útero
ducida por el embrión y sus anexos, ya que estas mismas
y, a menos que esté muy relajada, mantiene esta relación
modificaciones se observan en los embarazos ectópicos. A
entre el eje mayor del útero y el eje de la cavidad de la pel-
partir de las 12 semanas de la gestación, el aumento de
vis. Cuando la mujer embarazada está en posición supina,
tamaño uterino se produce en gran medida por la presión
el útero se apoya hacia atrás sobre la columna vertebral y
ejercida por su contenido en expansión.

221
OBSTETRICIA

los grandes vasos adyacentes, especialmente la vena cava Vagina


inferior y la aorta.
En el embarazo, el aumento de la vascularización y la
Junto con el ascenso del útero desde la pelvis, usual-
hiperemia, que ocurre en la piel, la mucosa y los músculos
mente ocurre una rotación hacia la derecha; esta dextrorro-
del periné y la vulva, producen reblandecimiento del tejido
tación probablemente es producida por el colon sigmoide
conectivo que normalmente abunda en estas estructuras.
en el lado izquierdo de la pelvis.
El aumento de la vascularidad afecta fundamentalmente
a la vagina. El color violeta característico de la vagina du-
Cambios en la contractilidad uterina. Desde el pri- rante el embarazo (signo de Chadwick) ocurre fundamen-
mer trimestre del embarazo el útero presenta contracciones talmente por hiperemia. Las paredes vaginales realizan
irregulares, que habitualmente son indoloras. Se observan importantes cambios probablemente en preparación para
dos tipos de contracciones:
la distensión que ocurrirá durante el parto, con una dis-
1. Contracciones de Álvarez: muy pequeñas y de gran fre- minución considerable del grosor de la mucosa, pérdida
cuencia (una por minuto), localizadas en una pequeña del tejido conectivo e hipertrofia de las células del músculo
área uterina. liso, en forma similar y magnitud similar a lo que ocurre en
el útero. Estos cambios aumentan tanto la longitud de las
2. Contracciones de Braxton Hicks: de mayor intensidad paredes vaginales, que algunas veces en mujeres multípa-
y menor frecuencia (una cada 60 minutos), se propa- ras la porción inferior de la pared vaginal anterior protruye
gan a una gran zona uterina. En el segundo trimestre levemente a través de la vulva. Las papilas de la mucosa
esas contracciones pueden ser detectadas por el exa- vaginal también experimentan una hipertrofia considerable.
men obstétrico. Son contracciones esporádicas que no
tienen un ritmo definido y cuya intensidad varía entre Al inicio del embarazo la colpocitología es similar a la de
5 y 25 mmHg (Álvarez y Caldeyro-Barcia, 1950). En la fase lútea de un ciclo menstrual normal. A medida que
las últimas semanas del embarazo estas contracciones progresa el embarazo se encuentran dos tipos especiales
aumentan en frecuencia, confundiendo muchas veces a de células, por un lado las naviculares, que son pequeñas
la embarazada, que cree que son el inicio del trabajo de células intermedias, con núcleo elongado y por el otro, los
parto. núcleos desnudos, ambos junto con una abundante pro-
porción de Lactobacillus acidophilus como flora habitual
Flujo uteroplacentario. La oferta de la mayor parte de (consultar Capítulo 2: Anatomía microscópica del aparato
las sustancias esenciales para el crecimiento y desarrollo genital femenino y mama).
del feto y la placenta, así como la remoción de los deshe-
chos metabólicos, depende de una adecuada perfusión del
espacio intervelloso de la placenta. La perfusión placen-
Ovarios
taria depende del flujo por las arterias uterinas y ováricas. Durante el embarazo deja de producirse ovulación, el
Durante el embarazo ese flujo aumenta en forma progresiva cuerpo amarillo persiste funcionando en el ovario durante
llegando a ser de 450 a 650 mL/minutos al final del mis- las primeras 6 a 7 semanas de la gestación. Antes de ese
mo. Estos valores varían de acuerdo a los métodos utiliza- período la remoción quirúrgica de los ovarios produce una
dos para su medición y a la posición del cuerpo que adopta brusca caída de los niveles de progesterona y el consiguien-
la mujer (Kauppila y cois., 1980). te aborto (Snell, 1995). Luego de la 7ma semana la extirpa-
La mayoría de los factores que regulan el flujo uteropla- ción del cuerpo amarillo no produce aborto.
centario son aún desconocidos. Entre los factores implica- El cuerpo lúteo del embarazo también está encargado de
dos en este control se encuentran las catecolaminas (Ro- la secreción de relaxina, junto con la placenta y la decidua
senfeld y cois., 1976), la angiotensina II y el óxido nítrico parietal. La función de la relaxina en el embarazo aún no es
(Izumi y cois., 1994). totalmente aclarada, pero parecería cumplir una función en
el reblandecimiento y borramiento del cuello uterino (Wi-
Modificaciones del cuello uterino. Durante el em- lliams y cois., 1995).
barazo e) cuello uterino se reblandece y se encuentra no-
tablemente cianótico desde el inicio de la gestación. Estas
modificaciones ocurren como consecuencia del aumento Modificaciones mamarias
de la vascularización, el edema y la hiperplasia e hipertrofia
de las glándulas cervicales. Se produce un reordenamiento Desde muy temprano en el embarazo las mamas muestran
de las fibras colágenas que lo componen, produciendo al modificaciones, volviéndose turgentes y sensibles. Antes
final de la gestación una disminución de 12 veces en su del segundo mes de embarazo aumentan de tamaño y su
resistencia (Mcinnes & Naftolin, 1980). Los tabiques que estructura se vuelve nodular por la hipertrofia de los alvéo-
separan los espacios glandulares se adelgazan y se llenan los mamarios. Las venas aumentan de calibre y se obser-
de un moco viscoso (tapón mucoso). van a través de la piel como líneas azuladas, especialmente

222
Capítulo 10 [ Modificaciones fisiológicas durante el embarazo

en la periferia de la mama. Pueden aparecer estrías. Los embarazadas sufre estados nauseosos y tiene partos di-
pezones se pigmentan y se tornan más eréctiles. La base de fíciles, mientras que en otras sociedades que no rodean
las aréolas se torna hinchada, elevando su superficie sobre de "peligros" a la gestante, los embarazos y partos suelen
la del resto de la glándula, y los tubérculos de Montgomery transcurrir con facilidad.
crecen notablemente. En ocasiones, con la expresión del
La situación de embarazo y parto produce que un sinnú-
pezón, pueden obtenerse gotas de un líquido amarillento
mero de mujeres repita esencialmente su relación primitiva
y pegajoso, el calostro (consultar Capítulo 1: Anatomía del
con su propia madre, por lo que si su vida infantil fue ca-
aparato genital femenino, mama y pelvis ósea-, y Capítulo
rente de afecto, durante el embarazo los rasgos característi-
2: Anatomía microscópica del aparato genital femenino y
cos de cada personalidad individual se acentuarán.
mama).
La toma de conciencia del estado de embarazo depende
El desarrollo del tejido glandular no es uniforme. El de-
de diversos factores, entre los que se cuentan el deseo o la
sarrollo de los lobulillos es anárquico, observándose en
aceptación o el rechazo del mismo.
ellos distintos grados evolutivos. A medida que las células
proliferan por mitosis, los conductos sufren ramificaciones, Como los primeros síntomas son, a excepción de la falta
a la vez que los alvéolos comienzan a desarrollarse. La menstrual, subjetivos, la posibilidad de percibirlos o no de-
evolución de la gestación torna a los alvéolos cada vez penderá de la situación particular de cada mujer.
más prominentes. Hacia el final del embarazo la división
Los síntomas pueden dividirse en tres períodos, como
celular cesa y la hipertrofia de las células alveolares da
los trimestres del embarazo: primero, segundo y tercer tri-
lugar al aumento de tamaño mamario; al mismo tiempo
mestre.
la acumulación del producto de su secreción, en la luz
de los conductos, también influye en el aumento de volu- En el 1er trimestre la embarazada tiende a retraerse del
men. medio exterior. Necesita adaptarse a la nueva realidad. Otro
síntoma frecuente es el aumento del apetito ("ahora tiene
Las células liberan dos productos por diferentes meca-
que comer por dos"). Para la mente de la madre, el feto
nismos. La secreción merocnna corresponde a la proteína
actúa como un parásito, pues el huevo, para anidarse, des-
de la leche y la secreción apocrina aporta el componente
truye tejido materno y la madre "se deja comer", lo deja
lipídico.
hacer nido dentro de ella, y ésta es una condición biológica
El calostro, sin embargo, posee un componente lipídi- de la mujer. Pero para que ello ocurra, normalmente la ma-
co bajo, pero se cree que su concentración de anticuerpos dre debe aceptar a su hijo también emocionalmente. Por
es alta, la cual es transferida al recién nacido, otorgándo- otra parte, la sensación de hambre está relacionada con el
le cierto grado de inmunidad pasiva. Lentamente, cuando incremento de la ansiedad frente a la concreción del deseo
disminuye la concentración de linfocitos y plasmocitos, la infantil de maternidad.
producción de calostro se detiene y aumenta la producción
Entre las modificaciones que son fuente de conflicto
de una leche rica en contenido graso (consultar Capítulo
se encuentran los vómitos. Durante este trimestre, por los
66: Lactancia).
cambios hormonales, son normales las náuseas y vómitos
de cierta magnitud. Ante una hiperemesis gravídica esta
Modificaciones psicológicas situación se transforma en un síntoma psíquico, que es al
del embarazo y parto mismo tiempo causa y consecuencia.
La sexualidad en este trimestre disminuye debido al
El embarazo y el parto constituyen un hecho normal en la
nuevo juego hormonal. En realidad no hay disminución de
vida de una mujer, por lo que se podría suponer que trans-
la libido, sino que ha cambiado el objeto. La mujer necesita
curren en su vida sin mayores problemas. Sin embargo, del afecto y la ternura de su pareja, porque suele estar hi-
sus profundas transformaciones físicas se traducen en un persensible y el menor estímulo la conmociona.
fuerte impacto emocional, y la perspectiva del parto genera
un sinnúmero de angustias cuya magnitud dependerá del En el 2do trimestre generalmente se ha producido una
estado emocional previo de la embarazada. En el embarazo adaptación a las modificaciones del esquema corporal y la
resurgirá su problemática con mayor intensidad. Este as- aparición de movimientos fetales le produce a la mujer em-
pecto de la adaptación materna no debe ignorarse, ya que barazada sosiego y una sensación de plenitud y compañía
constituye un conocimiento fundamental para una correcta permanente. La madre se ha conectado con su hijo y, por
asistencia de la mujer en este período. ende, se ha formado un triángulo, con el padre algo aleja-
do, lo que genera sentimientos de culpa que son acompa-
Es fundamental la influencia de los preconceptos so-
ñados por expectativas de castigo: la infidelidad.
ciales respecto al embarazo. En sociedades que conside-
ran que el mismo debe estar acompañado de náuseas y Por otra parte, ella puede sentir que ha perdido su atrac-
el parto de dolores y peligros, la mayoría de las mujeres tivo sexual (aparecen los celos).

223
OBSTETRICIA

En el 3er trimestre la inquietud aumenta, la ansiedad Cruikshank KD, Hays PM. Maternal physiology in pregnancy. En:
crece, el parto se aproxima y con ello también aparecen Gabbe SG, Niebyl RR, Símpson JL. Obstetrics. New York: Chur-
fantasías de malformaciones y de daño o muerte de ella chil Livingstone, 1986; 149.
misma o su bebé. El miedo al parto es primitivo, surge de la Davey CMH. Factors associated with the occurrence of striae gravi-
darum. J Obstet Gynecol BrComm 1972; 79:113.
profundidad del psiquismo y está íntimamente relacionado
con el miedo a la muerte. La madre tiene en este momento Davison JM, Gilmore EA, Dürr J, Robertson GL, Lindheimer MD.
Altered osmotic thresholds for vasopressin secretion and thirst ¡n
sentimientos opuestos, por un lado desea que nazca su
human pregnancy. Am J Physiol 1984; 246:F105-F109.
hijo, y por otro teme, por un lado compartirlo, ya que hasta
Davison JM, Vallotton MB, Lindheimer MD. Plasma osmolality and
ahora ella ha sido su dueña exclusiva y por el otro está el
urinary concentration and dilution during and after pregnancy.
temor a morir. La sexualidad hacia el fin del embarazo se ve Evidence that lateral recumbent inhibits máxima] urinary concen-
dificultada porque aparecen miedos en ambos integrantes tratingability. Br J Obstet Gynaecol 1981; 88:472-79.
de la pareja. La mujer teme al parto prematuro, lo que se Davison JM, Hytten FE. Glomerular filtration during and after preg-
suma a su incomodidad física. El hombre tiene fantasías de nancy. J Obstet Gynaecol Br Commonw 1974; 81:588-95.
dañar al niño. Generalmente llegan al parto en abstinencia Dennis KJ, Bytheway WR. Changes ¡n the body weight after delivery.
sexual. En parejas maduras, y frente a un hijo deseado, J Obstet Gynaecol Br Commonw 1965; 72:94-102.
todas estas perturbaciones no influirán en el éxito del em- De Swiet M. Maternal pulmonary disorders. En: Creasy RK, Resnik
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Capítulo í O | Modificacionesfisiológicasdurante el embarazo

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225
El inicio de la vida humana:
Perspectiva bioética
F. León I S. Pérez

El término bioética fue introducido por el médico oncólogo para resolver estos dilemas. Por otra parte, la reflexión filo-
norteamericano Van Rensselaer Potter en "Bioética: puente sófica y jurídica se aleja cada vez más de los avances de las
hacia el futuro" (1971), para referirse al análisis de proble- ciencias biológicas y médicas, por lo que se hizo necesario
mas éticos, que en la década de los sesenta comenzaron a crear "un puente entre ellas" (Durand, 1992).
surgir en relación al desarrollo de las ciencias biomédicas y
Para el estudio bioético con frecuencia es necesario
proponer así, una disciplina de enlace entre la biología y las
un equipo multidisciplinario, donde además de médicos,
humanidades. Paralelamente se desarrollaba un movimiento
participen abogados, filósofos, teólogos, antropólogos, tra-
intelectual, que solicitaba responsabilidad a la ciencia, en
bajadores de la salud pública, economistas investigadores
sus avances, tras la utilización de la energía atómica en la
en ciencias biológicas y otros profesionales según el tema
Segunda Guerra Mundial y de la investigación biomédica a
bioético a estudiar.
gran escala. Por ello, algunos científicos solicitaban una ética
de la responsabilidad a los científicos (Joñas, 1979). La bioética tiene un importante campo de acción en
obstetricia, especialmente en las situaciones relacionadas
La bioética es una disciplina derivada de la ética aplica-
con el inicio de la vida humana, como son: la definición de
da: la ética médica. Se han dado diversas definiciones de
embarazo, la condición de persona del producto de la con-
bioética, la mayoría como disciplina que corresponde al es-
cepción, los aspectos éticos y sociales de la evaluación del
tudio y valoración moral de la conducta o actuar humano,
screeníng fetal y el consejo prenatal, el embarazo múltiple,
en el ámbito de las ciencias biológicas y médicas (Durand,
la operación cesárea, entre otros.
1992), como una respuesta a los crecientes problemas éti-
cos a los que se ven enfrentadas las ciencias de la vida, de- Analizaremos desde la bioética el debate sobre el inicio
bido fundamentalmente al explosivo desarrollo tecnológico, de la vida humana, el estatuto ontológico del embrión y el
en especial en el ámbito médico. En la primera Enciclope- momento desde el cual el ser humano es persona.
dia de Bioética, coordinada por WalterT. Reich, bioética se
define como: "El estudio sistemático de la conducta hu-
mana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado
El embrión humano: Ser humano,
de la salud, en cuanto que esta conducta es examinada individuo y persona
a la luz de los principios morales" (Reich, 1978). Desde
El análisis de la protección adecuada del embrión humano
una concepción personalista, la bioética es: "el conjunto de
ha dado lugar a controversias, y a un extenso debate sobre
exigencias que lleva consigo el respeto y la promoción de la
su estatuto ontológico y moral (Carrasco de Paula, 2000;
dignidad de la vida humana y de la persona, en el ámbito
Beca, 2002; Ballesteros, 2002). Le daremos mayor o me-
biomédico" (León, 2008).
nor protección jurídica dependiendo de si lo reconocemos
Esta disciplina estudia la licitud de las intervenciones como individuo de la especie humana y persona, o sola-
sobre la vida del ser humano, dado que los avances tecno- mente como un individuo humano en potencia (Massini
lógicos han llegado a controlar aspectos como el inicio y fin & Serna, 1998; Hidalgo Ordás, 2002; Zurriaraín, 2007).
de la vida de éste (Sgreccia, 1996). Así los dilemas éticos, Esto no puede ser determinado sin referirse a la naturaleza
son cada vez más complejos y la sola opinión del médico del embrión y a la relación entre dicha naturaleza y el men-
basada en su experiencia, en ocasiones ya no es suficiente cionado estatuto (Honefelder, 1997).

226
Capítulo 11 \l inicio de la vida humana: Perspectiva bioética

Todas las soluciones consideradas como relevantes en el Es característico del término "ser humano" que un in-
Convenio Europeo de Derechos Humanos y Biomedicina, dividuo al que designamos como tal, permanece de esa
acuerdo realizado entre todos los países de la Unión Euro- manera en el tiempo y en el espacio; es decir, no sólo existe
pea en 1997 (Consejo de Europa, 1997) y que se conside- aquí y ahora sino que persiste durante un período de tiem-
ra actualmente como modelo para un acuerdo de consenso po y en un espacio determinado, y no como algo pertene-
más general a nivel internacional, se basan en dos presu- ciente a otra especie natural. Si no fuera posible asumir
puestos jurídicos aceptados; a) que el embrión humano es que, por ser humano, entendemos individuos de una espe-
una manifestación de la vida humana (Núñez de Castro, cie natural, no podríamos describir a otros miembros de la
2008); y b) que esta vida debe ser protegida desde su especie homo sapiens como seres humanos, ni hablar con
origen (Convenio, art. 18.1). Las diferencias surgen acer- sentido de los derechos humanos (Finnis y cois., 1998;
ca del tipo de protección que se debe proporcionar (Macía Hoyos, 2007; Rodríguez Merino, 2008).
Manso, 2003; Masía, 2005). Algunos autores sostienen
Es bastante común confundir sustancia y naturaleza.
que sólo después del nacimiento, y al madurar biológica-
Sustancia es la esencia de un ser, qué es ese ser, o en el
mente el ser humano, es titular de un derecho indudable
caso del hombre, quién es ese ser. Naturaleza es la sustan-
a la protección de su identidad, integridad y dignidad. Sin
cia en cuanto principio de operaciones, en cuanto capaz de
embargo, como veremos al analizar los argumentos cien-
realizar determinadas actividades físicas, o psíquicas, etc.
tíficos, el embrión humano es un individuo de la especie
Puede estar impedido un ser de manifestar plenamente las
humana, y como tal, no puede ser sino persona, porque ser
capacidades naturales que tiene, pero no por eso pierde
persona es connatural al hombre, y no puede existir ningún
su esencia y comienza a ser otra sustancia. Para esto debe
ser humano sin cualidad personal. El cual tiene una natu-
producirse un cambio tal de la naturaleza que manifieste
raleza y estatuto que reclaman su protección, que no ha
un cambio sustancial, como por ejemplo, la madera que
de ser menos que la que se proporciona al recién nacido,
deja de ser madera, y es ceniza después de arder.
definiéndose, portante, dicha protección no como relativa
sino como absoluta (Spaemann, 1992; Andorno, 1998; Lo que la filosofía moderna ha revelado del uso lingüísti-
Spaemann, 2003; Bochatey, 2008). co del término "ser humano" y el enfoque metafíslco que va
implícito, fue en su tiempo analizado conceptualmente por
Cuando se describe a alguien como "ser humano", se
Aristóteles y formulado en la bien conocida definición de
hace referencia a todos los miembros de nuestra especie, y
Boecio: persona es "una sustancia individual de naturaleza
sin duda lo utilizamos como término diferenciador, es decir,
racional" (Boecio, 1343). Todos los seres humanos, por
como un vocablo genérico, en virtud del cual simultánea-
pertenecer a la especie humana, son de naturaleza racio-
mente identificamos y describimos algo. Algo que es de la
nal, por lo que el peso de la prueba descansa en cualquiera
especie humana y no de otras especies. Y lo que determina
que pretenda alterar o restringir dicho uso: deberían probar
tal especie, no es una cuestión de convención lingüística,
que el embrión o el enfermo mental, no son sustancias in-
sino algo que es propio de la realidad y de las leyes natura-
dividuales de naturaleza racional, aunque no puedan ejer-
les que la caracterizan.
cer la racionalidad en el presente (Bonete Perales, 2009).
Por lo tanto, el término diferenciador "ser humano" sig-
La descripción del ser humano como individuo de una
nifica un individuo de una especie, caracterizado por ras-
especie, a cuya naturaleza le corresponde ser un ser vivo
gos particulares que se pueden denominar "naturales", y
con facultad racional, también implica un juicio de valor.
que señala a todos los individuos de esa especie.
Consideramos al ser humano como un bien, que situamos
La especie natural designada con la expresión "ser hu- sobre todos los demás, y también consideramos que el ser
mano" es un ser vivo cuya naturaleza incluye la posibilidad humano tiene dignidad y no precio. Esto supone un juicio
de desarrollar funciones físicas, tales como andar, y menta- de valor en la forma de juicio práctico definitivo sobre el
les tales como ser consciente, actuar racional y libremente cual todos estamos de acuerdo. Con esto no nos limita-
(González, 1996). mos a los rasgos descritos por la taxonomía biológica, sino
que atribuimos a los seres humanos, a diferencia de otros
El término "ser humano" designa cualidades caracterís-
seres vivos, un valor absoluto, ya que los seres humanos
ticas esenciales de la manera de existir de todos los indi-
son seres vivos cuya naturaleza es estar dotados de la fa-
viduos de la especie humana. Son seres vivos dotados de
cultad racional, poder relacionarse con otros semejantes y
la facultad de razonar, aunque no tengan actualmente la
perseguir sus propios objetivos (Posada González, 2003;
capacidad de expresarla: cada ser humano es un ser ra-
Torralba, 2005).
cional por naturaleza, aunque aún no tenga la suficiencia
biológica para razonar o la haya perdido por alguna enfer- Portante, todos los seres humanos tienen dignidad, y la
medad o por la edad. No existen seres humanos irraciona- mayoría reconocemos que la vida humana es sagrada. En
les (Melendo & Millán-Puelles, 1996). esencia, esta postura significa que la vida humana posee

227
un valor intrínseco que no depende de ninguna otra consi- • Las normas éticas generales de acción en relación con
deración, como intereses o derechos, relaciones sociales o este paciente deben estar regidas, al igual que en todo
competencia comunicativa. "Casi todo el mundo comparte, paciente, por la declaración Universal de los Derechos
explícita o intuitivamente, la idea de que la vida humana Humanos, el juramento Hipocrático, y las Declaraciones
posee un valor objetivo e intrínseco que es por completo in- de Nüremberg y Helsinki, en cuanto a sujetos humanos
dependiente de la valoración personal que cualquiera hace en experimentos biomédicos (Serani, 1997).
de ella" (Dworkin, 1998). Sólo asumiendo la aceptación
general de esta premisa es posible, según Dworkin, enten-
der por qué el aborto constituye todavía un problema para
Inicio de la vida humana
aquellos que no consideran al embrión como persona, o La información embriológica permite afirmar que desde la
la problemática que causa el dilema de la eutanasia aun fecundación existe un individuo de la especie humana (Ló-
cuando sea requerida por la persona afectada. Aunque la pez Moratalla & Iraburu, 2004): "el desarrollo de un indivi-
idea de la inviolabilidad de la vida, desde su comienzo, se duo comienza con la fecundación, fenómeno por el cual un
encuentre más declarada en el contexto de las convicciones espermatozoide del varón y un ovocito de la mujer se unen
religiosas, tal como la creencia de que todo ser humano es para dar origen a un nuevo ser humano" (Sadler, 2000).
una criatura de Dios, en el caso de la protección de la vida
humana de los no nacidos o de quienes se están muriendo, La fecundación normal comprende la unión de un ga-
dicha convicción también es compartida por personas que meto femenino con un gameto masculino, la formación de
no creen en Dios y, por lo tanto, se puede concluir que no un complemento cromosómico diploide y la activación y
está unida forzosamente a premisas religiosas (Carrasco, diferenciación celular (Croxatto y cois., 2003). En la mujer
2008). la fecundación normalmente ocurre en el tercio externo de
la trompa de Falopío. Una vez que el espermatozoide ha
El embrión humano dispone de un genoma comple- franqueado la zona pelúcida, su cabeza cruza el espacio
tamente humano y específicamente individual desde la perivitelino, se une al vítelo y gradualmente se incorpora
fecundación. Se desarrolla continuamente desde ese mo- al ovario. Toda la cola del espermatozoide es incorporada
mento; no existen saltos en su desarrollo. Es desde el co- al vítelo. Después que las membranas se han fusionado, el
mienzo un ser personal que posee la potencialidad activa ovocito parece despertar e inicia una serie de eventos mor-
para desarrollar su relacionalidad y racionalidad, siempre fológicos y bioquímicos que conducen a la diferenciación y
que no se le alteren las condiciones para su desarrollo. formación de un nuevo individuo. Este despertar del ooci-
Basta que el embrión tenga la potencia activa correspon- to se denomina activación. El núcleo ahora haploide del
diente a cada ser humano, para que se erija en titular de oocito se transforma en el pronúcleo femenino. El núcleo
los derechos humanos. del espermatozoide también se descondensa y se transfor-
Algunas afirmaciones que pueden derivarse del conoci- ma en el pronúcleo masculino. Los pronúcleos femenino y
miento científico actual, aunque no sean compartidas por masculino se mueven hacia el centro del huevo, replicando
todos y se debatan en el ámbito científico y legal, son: su ADN. Al encontrarse, la envoltura nuclear se desintegra
y los cromosomas se organizan en una placa única. En este
• No existen evidencias racionales ni científicas suficientes momento el número diploide de cromosomas es restaura-
para negar que el embrión humano sea un ser humano do, lo que es considerado como el final de la fecundación
desde la fecundación. Todos los intentos por demostrar y el comienzo del desarrollo embrionario (Croxatto y cois.,
que con la implantación en el útero se produce un apor- 2003).
te genético de la madre al feto han sido muy insuficien-
tes (Beca, 2002). Ante la duda sobre si es o no un ser El desarrollo preimplantacional del embrión comprende
humano, se impone desde la ética la prudencia, por el la multiplicación y diferenciación celular del embrión hasta
valor de la misma vida humana que puede estar siendo que se inicia su implantación en el útero (endometrio). Lo
pasada a llevar. característico de la multiplicación celular del embrión pre-
implatacional es la división de la masa celular existente,
• "Las evidencias empíricas y racionales examinadas nos en unidades cada vez más numerosas y más pequeñas,
obligan a observar las máximas precauciones en cuanto sin producir variación aparente de la masa total del em-
a no atentar contra el derecho a la vida y a la integridad brión. En el período preimplantacional se produce la dife-
física, psíquica y moral del embrión humano" (Serani, renciación de las dos líneas celulares embrionarias, las que
1997). formarán el trofoblasto y las que constituirán el embrión
• El embrión humano debe ser tratado por la medicina, propiamente tal (consultar Capítulo 5: Transporte ovular,
la investigación y la ciencia en general, como cualquier migración espermática, fecundación, desarrollo preím-
otro paciente. plantacional y nídación).

228
Capítulo 11 El inicio de la vida humana: Perspectiva bioética

Características fundamentales embrión y de su implantación en el útero de la madre viene


del embrión humano pregestacional del embrión mismo, de su genoma. Es cierto que esa au-
tonomía no es absoluta, que es a la vez dependiente bio-
Novedad biológica. Al fusionarse los núcleos del óvu- lógicamente de la madre, pero en el mismo sentido que es
lo y el espermatozoide; estamos ante un nuevo ser vivo que dependiente durante todo el embarazo y también después
tiene una información genética que no se ha dado ni se de nacer, y hasta alcanzar su pleno desarrollo biológico.
dará nunca más. En sus genes están inscritas ya muchas
"Existen también señales que el organismo materno reci-
de sus características biológicas: como el color de los ojos
be y que son enviadas por el embrión antes de implantarse.
y la forma de la nariz, entre miles de otras. Recoge parte
Una de ellas el PAF (Platelet Activating Factor), producido
de la información genética de los padres, y así podemos
por el embrión y captado por receptores tubarios. Esta inte-
rastrear las enfermedades de carácter hereditario, pero ha
racción acelera el tránsito del embrión por la trompa. Muy
reconvertido esa información en una expresión nueva. Se
precozmente después de la fecundación (24 horas), se
trata de un ser biológicamente único e irrepetible (Testart,
detecta en el suero materno una actividad aparentemente
1988; Larsen, 1993).
inmunosupresora. Ésta fue atribuida a un early pregnancy
factor (proteína secretada relacionada con la chaperonina
Unidad. El embrión es un ser vivo con individualidad
10, intracelular). Es muy posible que el embrión, probable-
biológica. Es un todo compuesto de partes organizadas, mente a través del ovario, dé una señal precoz de su pre-
y como en todo ser vivo posee un centro coordinador. El sencia al sistema inmunitario. Otro ejemplo de este inter-
genoma es el que aporta la organización vital necesaria
cambio es la presencia de la gonadotropina coriónica (hCG)
para que se produzcan de una manera armónica las suce- embrionaria en la sangre y orina de la mujer embarazada,
sivas fases en esa novedad biológica, como demostraron
9 días después de la fecundación, vale decir, con anteriori-
los estudios de Edgard B. Lewis (Lewis, 1997), Christiane
dad a que la madre perciba el atraso de su menstruación;
Nüsslein-Volhard (Nüsslein-Volhard, 1997) y Eric F. Wies-
que se usa en clínica como el diagnóstico más precoz de
chaus (Wieschaus, 1997), que recibieron el Premio Nobel
embarazo (Pérez, 1999). Si se combinan estos datos con
de Medicina en 1995 por su descubrimiento del "control
los conocidos mensajes que van del organismo materno al
genético del desarrollo temprano del embrión" (consultar
embrión (HP-EGF, calcitonia), en las primeras 24 horas,
Capítulo 66: Genética y perinatología).
posfecundación ya hay un 'diálogo' entre los organismos;
del embrión y el de su madre" (Vial, 2004).
Continuidad. No existe ningún salto cualitativo desde
la fecundación hasta la muerte. Se dan múltiples cambios
Especificidad. Todo ser vivo pertenece a una especie.
accidentales, de crecimiento, tamaño, peso y forma, pero
Si analizamos el cariotipo del embrión humano, vemos que
no puede decirse que en un momento es una determinada
desde el primer momento de su desarrollo pertenece a la
sustancia y más adelante otra diferente; todo el desarrollo
especie homo sapiens sapiens. No puede pertenecer a otra
está previsto en el genoma. También tenemos, la experien-
especie, tiene una individualización y una especie heredi-
cia de la continuidad de nuestra propia vida a través del
tarias (Rostand, 1983). Se puede conocer la especie del
tiempo, hasta donde nos alcanza la memoria. La trayecto-
nuevo ser, aun antes de que se haya expresado, antes de
ria biológica que conduce hasta nosotros es perfectamen-
que la existencia sea reconocible (Lejeune, 1970).
te continua (Moore, 1993). No ha tenido interrupciones.
Si se quiere se pueden introducir etapas para su estudio
Historicidad o biografía. Todo viviente tiene "una his-
o análisis, pero en todas esas etapas estamos hablando
toria", no es solamente lo que se ve en un momento dado
de un organismo de la especie humana (Carlson & Feher,
(un conjunto de células vistas con el microscopio), sino
1990).
que todo viviente es lo que ha sido hasta ese momento y lo
"En especial, nunca fuimos una 'célula' a secas, como que será después. Desde la fecundación existe un individuo
cualquiera, porque no hay ninguna 'célula' que tenga una de la especie humana, que se va desarrollando de manera
trayectoria predecible en la que haya de devenir un orga- continua en sus aspectos biológicos y biográficos, su histo-
nismo adulto. En cuanto a verdaderas discontinuidades en ria comenzó en el tiempo y perdurará hasta su muerte. "La
la trayectoria no hay más que dos: la iniciación del nuevo historia personal de cada uno de nosotros empezó en un
sistema dinámico con la fertilización, y su término con la momento bien preciso y definido, cuando el organismo que
muerte" (Vial, 2002). somos empezó a vivir con vida propia su propio desarrollo.
Ese momento fue el de la fecundación de un óvulo por un
Autonomía. Desde el punto de vista biológico, sabe- espermio, el momento en que a partir de dos células, de
mos que todo el desarrollo sucede desde el principio hasta dos organismos diferentes, el del padre y el de la madre,
el final de manera autónoma (Moore, 1972). La informa- se originó una sola célula con su propia trayectoria de de-
ción para dirigir los procesos de la evolución temprana del sarrollo".

229
No obstante, se han planteado también algunas objecio- existe un nuevo ser vivo, de la especie humana, desde que
nes a que el embrión antes de la implantación sea ya un se produce la fecundación; es decir, desde el inicio de la
individuo de la especie humana. penetración en un ovocito por un espermatozoide fecun-
dante único y del cierre de la zona pelúcida consecuente-
La posibilidad de gemelación antes de la implan- mente para impedir la poliespermia, y por lo tanto, estamos
tación en el útero. Si el embrión antes de la implantación ante un embrión humano de una célula, o zigoto, un nuevo
se puede dividir en dos o más (de forma natural o por clo- ser vivo humano, individual, completo ontológicamente, en
nación), entonces no sería un individuo. tanto que es sujeto humano en acto, y no sólo en potencia,
que permanecerá individual e inalterado en su estructura
La conclusión de la última frase no se deriva necesaria-
genética a lo largo de toda su existencia, sea ésta corta o
mente de la premisa expuesta; por ejemplo, una ameba es
larga (Serani, 1997).
un individuo biológico, aunque pueda dividirse y dar lugar
a otras amebas. Podemos decir que individuo no es igual a La fecundación que da origen al embrión inicia también
indivisible; un individuo se puede dividir, como puede ocu- el embarazo, dado que éste, es el estado en que se halla
rrir con el embrión humano antes de implantarse y dar lugar la mujer gestante. Comprende las modificaciones que ex-
a dos embriones gemelos. A partir de un individuo se han perimenta el organismo femenino durante el desarrollo de
formado, por un camino distinto al habitual, dos individuos su hijo, desde que el espermatozoide fecunda al óvulo en
(en el caso de los gemelos monocigóticos) (Serra, 1993). el tercio externo de la trompa de Falopio, generando así al
embrión, que se desarrolla, multiplica y migra a la cavidad
La totipotencialidad de las células del preem- uterina llegando en estadio de blastocisto a implantarse en
brión. Si una de las células puede dar lugar mediante la el endometrio. Durante las primeras diez semanas del de-
reprogramación genética a otro individuo, o incluso a la sarrollo gestacional, el nuevo ser humano, se denomina
placenta, ¿cómo el blastómero puede ser un individuo? embrión y posteriormente feto, para que al final de su desa-
rrollo se de lugar al parto del recién nacido.
En realidad esto refuerza el hecho de que es un indi-
viduo, pues si siendo célula totipotencial acaba formando Normalmente el tiempo comprendido entre la fecunda-
parte de un todo único, eso indica que existe un centro ción del óvulo por el espermatozoide y el parto es de 280
organizador. Si tienen tanta capacidad y potencia, debemos días, 40 semanas, 10 meses lunares o 9 meses calendario.
pensar por qué cada una no se independiza y no se confor-
man de modo natural múltiples individuos: tiene que haber El diccionario Webster, en sus ediciones de 1828 y
un centro organizador, que defina la función de cada una 1913, define embarazo como haber concebido. También
de ellas, y según algunos estudios (Gardner, 2001; Pio- define concepción como la fertilización del óvulo por el es-
trowska y cois., 2001), ya desde la primera división celular permatozoide.
se puede rastrear la futura división de funciones: una célula
Sin embargo, entre 1960 y 1980 algunos autores (Bo-
dará lugar a la placenta y la otra al blastómero.
ving, 1963) y algunas entidades representativas, como
el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (1956,
La ausencia de línea primitiva. A partir del día cator-
1972) y la Federación Internacional de Ginecología y Obs-
ce después de la concepción o fecundación, aparece el es-
tetricia FIGO (1985), plantearon que la vida del embrión
bozo del sistema nervioso central, que será posteriormente
humano sería el momento de su implantación en la cavi-
la base principal del sistema coordinador de todas las fun-
dad uterina (endometrio); creando el término de preem-
ciones vitales, por lo que algunos piensan que previamente
brión para el embrión humano pregestacional, cuya des-
no se puede hablar de individuo.
trucción correspondería al ámbito de la anticoncepción y
El sistema organizador y también coordinador en las no al del aborto.
primeras semanas, previo al sistema nervioso central, es
Los argumentos que plantearon estos autores y entida-
el genoma, presente desde el primer instante. Es precisa-
des descansan en: a) la frecuente inviabilidad del embrión
mente el desarrollo genómico el que da lugar a la aparición
humano aún no implantado y por lo tanto en la alta inci-
del sistema nervioso que ejercerá después la coordinación
dencia de abortos espontáneos que conllevaría, aduciendo
de funciones, aunque tampoco de manera absoluta, como
la falta de formación de la estría primitiva del SNC en el
podemos ver en la coordinación ejercida por el sistema lin-
embrión pregestacional; y b) en la imposibilidad de división
fático (Seraní, 1997; Serani, 2000).
embrionaria después de la implantación uterina, ya que
previo a la implantación podría tener lugar la gemelación,
Consecuencia del análisis planteando en este caso su no reconocimiento del embrión
de los datos biológicos como individuo y persona.

Los datos biológicos disponibles en la actualidad apoyan Los autores estiman que el contenido de este capítulo da
cada vez con más fuerza la convicción filosófica de que amplia respuesta a los planteamientos señalados.

230
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232
Embarazo y parto
Semiología obstétrica:
Diagnóstico de embarazo
A. Pérez

Obstetricia, según el Diccionario de la Real Academia Espa- en su problema. Ciertos profesionales y frecuentemente
ñola, es la parte de la medicina que trata de la gestación, los estudiantes, se refugian en un lápiz y una hoja de pa-
el parto y el puerperio. pel mientras realizan la historia clínica, casi sin levantar
la vista hacia la paciente. Consideramos esta actitud in-
Como en todos los campos de la medicina, el conoci-
adecuada.
miento de la semiología es fundamental para el adecuado
diagnóstico, tratamiento y pronóstico de la mujer embara- Creemos importante iniciar la historia clínica preguntan-
zada y puérpera. do el motivo de la consulta, para completar posteriormente
todas las etapas del proceso semiológico.
El análisis de los síntomas y signos obstétricos se efec-
túa por medio de la anamnesis, el examen físico general, Consideramos útil iniciar el interrogatorio obteniendo in-
el examen ginecoobstétrico y de procedimientos de explo- formación sobre la gestación actual, que es lo que realmen-
ración complementarios. te interesa a la madre. Debemos demostrarle interés por su
nuevo estado, sus dudas y sus problemas. Debemos ser
Una buena relación médico-paciente es de la mayor im-
muy cautelosos y discretos en la forma de plantear nuestras
portancia para captar la confianza de la mujer y así lograr
preguntas. La mujer embarazada es especialmente sensi-
una anamnesis y un examen adecuado.
ble y emotiva, y para ella, el profesional que se hará cargo
El conocimiento y la correcta interpretación de los ha- de su embarazo y parto es un soporte emocional en el que
llazgos semiológicos y procedimientos complementarios deposita confianza y expectativas.
de exploración obstétrica constituyen parte esencial de la
La relación del profesional con la paciente en obstetricia
formación del médico ginecoobstetra, de la matrona y de la
es diferente a la de otros campos de la medicina; es más
enfermera-matrona (Palermo, 2004).
íntima; la problemática de la mujer en general no se centra
en ella sino en su futuro hijo. Habitualmente ella goza de
Anamnesis buena salud y la acción profesional es más preventiva que
curativa; el aspecto psicoemocional reviste singular impor-
La anamnesis es muy importante en el estudio de la pa- tancia.
ciente obstétrica y en muchas ocasiones es el principal
elemento de orientación diagnóstica. Por medio de ella se La anamnesis obstétrica debe realizarse en un ambiente
inicia la relación médico-paciente. grato y privado, en donde la paciente comprenda que sus
consultas están siendo sólo conocidas por el profesional
La forma de obtener la anamnesis es importante. Debe que la atiende.
prestarse cuidadosa atención a lo que la paciente narra.
El profesional debe desarrollar una aptitud especial para En la ficha clínica debe anotarse toda la historia ob-
interesarse por la problemática de la paciente (oír con tenida. Es útil seguir un esquema metódico al realizar la
interés). No debemos interrumpirla innecesariamente. historia clínica, ya que así evitamos omitir antecedentes
Cuando la interrogamos debemos emplear un lenguaje importantes. Una forma de facilitar esta esquematización
adecuado para ella, escogiendo los términos propios a su es el uso de fichas clínicas preelaboradas. También pueden
nivel cultural e idiosincrasia. Al interrogarla y escuchar sus utilizarse fichas precodificadas, aptas para ser traspasadas
respuestas, debemos mirarla a los ojos, mostrando interés a un sistema de computación.

235
OBSTETRICIA

La anamnesis obstétrica debe incluir las siguientes eta- Motivo de consulta


pas:
Recomendamos abordar el motivo de la consulta in-
mediatamente después de la identificación de la paciente,
Identificación de la paciente y su pareja como el primer paso de la anamnesis, ya que este constitu-
En esta sección incluimos los nombres y apellidos, la ye el problema más importante para la mujer y en general
edad, el estado civil, la dirección del domicilio y del lugar ella se siente gratificada al comprobar que el profesional
de trabajo, la profesión o actividad, años de matrimonio o presta especial y pronta atención a su consulta.
vida en común y el tipo de previsión. Incluimos también Concordamos con los autores que sostienen que el mo-
ciertos datos del cónyuge: nombre y apellido, edad, profe- tivo de consulta debe anotarse en la ficha clínica en los
sión o actividad y dirección laboral. mismos términos expresados por la paciente: dolor a los
Es importante consignar también la fecha de la consul- ovarios, atraso de la regla, frialdad vaginal, reglas irregu-
ta, el número de la ficha clínica y la identificación del pro- lares, etc. (Rezende, 1982; Benson, 1987).
fesional que realiza la historia clínica.
Ya en estos primeros datos de identificación general se Embarazo actual
obtiene información que puede ser relevante en el enfoque Luego abordamos el análisis del embarazo actual, in-
obstétrico. La edad es un dato importante; no es semejan- teresándonos por su evolución, por los síntomas que ha
te, desde un punto de vista clínico, psicológico y social, la determinado, poniendo especial interés en las dudas y pre-
maternidad con anterioridad a los quince años o después guntas de la madre. Debemos interrogarla sobre la fecha
de los cuarenta con aquella que cursa en la segunda o ter- y condiciones de la última menstruación y las anteriores,
cera década de la vida. La maternidad en adolescentes es sobre síntomas generales propios de la gestación, sobre la
una problemática obstétrica que requiere un enfoque espe- presencia de ginecorragia, flujo y prurito vaginal, prurito
cial (consultar Capítulo 30: La adolescente embarazada). generalizado, epistaxis, gingivorragia, cansancio, disnea,
Por otra parte, la gestación en edad avanzada conlleva ma- palpitaciones, alteraciones emocionales, molestias urina-
yor riesgo obstétrico y perinatal, destacando el aumento de rias, estreñimiento y cualquier otro síntoma que la madre
la incidencia de las enfermedades cromosómicas del niño mencione. Especial importancia reviste la percepción de
(consultar Capítulo 67: Genética y perínatología). La ges- movimientos fetales y la fecha en que éstos fueron percibi-
tación en una madre soltera tiene implicancias diferentes dos por primera vez, lo que habitualmente sucede entre las
a la de una mujer casada e integrada a un grupo familiar. 18 y 20 semanas de gestación.
La actividad de la mujer debe ser considerada en deta-
lle. Hay profesiones y actividades compatibles con el em- Cálculo de la edad gestacional
barazo, en cambio, otras pueden ser peligrosas (actividades
físicas bruscas, deportes, ballet, trabajo a baja tensión de y fecha probable de parto
oxígeno, etc.) o estar totalmente contraindicadas (radiacio- Ésta es una información que interesa a la madre, a su
nes, inhalación de productos químicos, etc.). núcleo familiar y al profesional que efectúa la atención. El
La dirección del domicilio interesa desde varios aspec- embarazo en la mujer tiene una duración de 40 semanas
tos: para realizar controles a domicilio, ya sea cuando la (280 días), contadas a partir del primer día de la última
madre no concurre al consultorio o durante el puerperio, menstruación. La duración promedio del embarazo en
o para citarla frente a exámenes alterados que necesiten 77.300 mujeres con recién nacidos de más de 2.500 gra-
pronto tratamiento (VDRL, Papanicolaou, VIH, etc.). Con mos analizados en un estudio obstétrico cooperativo reali-
posterioridad al parto, también puede ser necesario visitar zado en los EE.UU., fue de 281 días. Para el cálculo clínico
al niño en el domicilio. de la fecha probable de parto (FPP) se emplea la regla de
Nágele, que consiste en sumar siete días a la fecha del
En la mayoría de los países latinoamericanos existen be- primer día de la última menstruación y a esa fecha restarle
neficios provisionales para la mujer embarazada y puérpe- tres meses calendario o sumarle nueve meses calendarlo.
ra. Estos pueden incluir gratuidad del control prenatal, de Así por ejemplo, si el primer día de la última menstruación
medicamentos, de la atención del parto, del control puerpe- fue el 5 de enero, a esta fecha se le suman siete días (12
ral, de la atención del recién nacido, descanso remunerado de enero) y a ésta se le restan tres meses calendario o se le
en el período anterior al parto y en el puerperio, etc. Estos suman nueve meses calendario, lo que es igual, obtenién-
beneficios son diferentes, a veces en un mismo país, para dose una FPP para el 12 de octubre.
diversos tipos de población. Al profesional que efectúa el
control prenatal le corresponde conocer estos beneficios En la práctica obstétrica actual, la edad gestacional se
para informar a la mujer sobre sus derechos y ayudarla a calcula empleando discos especialmente diseñados, que
obtenerlos. relacionan el día calendario con la semana de embarazo.

236
Capítulo 12 Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

CENTRO LATINOAMERICANO
DE PERINATOLOGIA V
DESARROLLO HUMANO
C L A P - OPS/OMS

NTBO LATINOAMERICANO
DE PERINATOLOGIA ¥
DESARROLLO HUMANO

FIGURA 12-1. Disco empleado en el cálculo de la fecha probable de parto y de la edad gestacional diseñado por el Centro
Latinoamericano de Perinatología (CLAP).

Con estos discos se obtiene en forma fácil, precisa e inme- sexo y el peso del recién nacido, su condición al nacer, las
diata la fecha probable de parto y la edad gestacional en complicaciones neonatales, la evolución de la lactancia y
cualquier momento de la gestación (FIGURA 12-1). cualquier otra consideración de interés. El análisis de estos
antecedentes permitirá orientar la conducción del embara-
La edad de la gestación se expresa en semanas, con-
zo y del parto. Por ejemplo, si una madre ha tenido dos o
tadas a partir del primer día de la última menstruación.
más operaciones cesáreas, su parto se resolverá en medio
Idéntica valoración se hace de la edad del feto y del recién
de una operación cesárea electiva.
nacido.

Fórmula obstétrica
Gestaciones y partos anteriores
Para caracterizar en forma resumida los antecedentes
En el análisis de los antecedentes ginecoobstétricos inte-
obstétricos, aconsejamos el empleo de la fórmula obsté-
resa conocer el número de gestaciones (gesta) y el número
trica (FO), que es un número de cinco dígitos en la que el
de partos (para) que ha tenido la mujer. Se denomina pri- primer dígito representa los partos de término; el segundo
migesta a la mujer en su primer embarazo; multigesta, a la
los partos prematuros; el tercero los abortos espontáneos;
que ha tenido dos o más embarazos; primípara es la madre el cuarto los abortos provocados y el quinto los hijos vivos.
que ha tenido un parto; multípara la que ha tenido entre Una madre que ha tenido tres partos de término, un parto
dos y cinco partos; gran multípara, la que ha tenido más prematuro, un aborto espontáneo y tiene cuatro hijos vivos,
de cinco partos. Se denomina primigesta precoz a la mujer tendrá la siguiente FO: 3-1-1-0-4.
que tiene su primer embarazo antes de los quince años de
edad, y primigesta tardía a aquella que lo tiene después de
los treinta y cinco años. La primiparidad precoz y tardía y la Antecedentes ginecológicos
gran multiparidad influyen negativamente sobre el pronós-
Entre ellos debemos destacar la historia menstrual, la
tico materno-perinatal.
historia sexual, las prácticas anticonceptivas y las enferme-
Como parte de la anamnesis obstétrica se debe incluir dades ginecológicas previas.
en la ficha prenatal un análisis detallado de todos y cada
uno de los partos y abortos que ha tenido la madre, ano- Historia menstrual. Se debe iniciar preguntando la
tando la fecha, el lugar donde fue atendido, la evolución y edad en que se presentó el primer flujo rojo (menarquia)
complicaciones puerperales, el intervalo entre los partos, el y si éste fue espontáneo o provocado. La menarquia se

237
OBSTÉTRICA

presenta en Chile habitualmente entre los 12 y 13 años de Antecedentes mórbidos


edad, con un promedio de 12 años 3 meses.
Debe interrogarse sobre antecedentes de cardiopatía,
Luego se analizarán las características de la menstrua- nefropatía, hipertensión arterial, infección urinaria, enfer-
ción: duración del ciclo menstrual, cuantía de la sangre medades de transmisión sexual, tuberculosis, diabetes,
menstrual (valorada por el número de apositos diarios utili- enfermedades infecciosas, parasitosis, constipación cró-
zados), presencia de coágulos, presencia de dolor abdomi- nica, operaciones, traumatismos, luxación congénita de
nopelviano (dismenorrea), etc. La duración de la menstrua- las caderas, etc. Interesan también los antecedentes sobre
ción se anota en números romanos y la duración del ciclo enfermedades psiquiátricas y trastornos psicológicos y en-
en números árabes. Así, una mujer que tiene menstruacio- fermedades neurológicas. Específicamente se debe obtener
nes de cuatro o cinco días de duración cada 28 a 30 días, el antecedente de transfusión sanguínea por la posibilidad
se anotará: IV-V/28-30. de incompatibilidad fetomaterna por factor RH. Conviene
Importante es el análisis de la dismenorrea. Ésta puede conocer también los antecedentes del embarazo y parto de
ser primaria (desde la menarquia) o secundaria (de apa- la propia paciente, su peso al nacer, su evolución neonatal
rición posterior); puede ser premenstrual o menstrual. La y las características de su primera infancia, especialmente
dismenorrea secundaria, especialmente menstrual, es ca- las nutritivas.
racterística de la endometriosis y de la adenomiosis.
En la historia menstrual debemos preguntar por la pre- Hábitos
sencia del síndrome premenstrual. Éste es un conjunto de
síntomas y signos muy característicos que se presentan los Los hábitos constituyen parte importante en la anamne-
días que preceden a la menstruación. Este síndrome puede sis obstétrica. El tabaco, el alcohol, la ingestión crónica de
incluir cefalea, dolor abdominopelviano, edema, jaqueca, medicamentos y drogas afectan al feto, y pueden producir
mastodinia, alteraciones digestivas, alteraciones psicológi- recién nacidos de bajo peso, variada morbilidad perinatal
cas, etcétera. e incluso daño irreversible del recién nacido o su muerte.

Historia sexual. Incluye los antecedentes sobre la vida Antecedentes familiares


sexual: frecuencia de relaciones sexuales, libido, orgasmo,
dispareunia, reflujo poscoito, existencia de más de un com- La anamnesis debe incluir los antecedentes familiares,
pañero sexual, etcétera. dando especial importancia a las enfermedades heredita-
rias, a la diabetes, a la hipertensión arterial y al anteceden-
Procedimientos anticonceptivos. Es importante in- te de embarazo múltiple.
terrogar a la embarazada sobre el empleo previo de mé-
todos anticonceptivos, con especial énfasis en el último
procedimiento usado y la fecha de su suspensión, analizan-
Examen físico general
do la posible eventualidad de que el embarazo se haya pro- El examen físico que debe acompañar a la exploración obs-
ducido durante el uso del procedimiento. Esta posibilidad tétrica es para muchas mujeres el primer examen médico
adquiere especial relevancia si la mujer se ha embarazado después del contacto que tuvieron con el pediatra en la in-
siendo portadora de un dispositivo intrauterino, que debe fancia. Portal motivo, esta evaluación permite en múltiples
ser retirado precozmente frente al diagnóstico de embarazo, ocasiones detectar alguna patología que hasta ese momen-
con el objeto de reducir la tasa de aborto. to había pasado inadvertida: alteraciones visuales, bocio,
El cálculo de la edad gestacional y de la FPP de un cardiopatías, nefropatías, patología respiratoria, patología
embarazo producido en el primer ciclo menstrual después digestiva, tumores o quistes abdominales, parasitosis, her-
de suspendida la anticoncepción hormonal puede ser equí- nias, patología vascular, patología ósea, patología dental,
voco debido a que la primera ovulación postanticoncepción desnutrición, etc. En consecuencia, este examen debe ser
hormonal puede retrasarse. completo y minucioso, no orientado exclusivamente a va-
lorar la gestación, sino a realizar una evaluación completa
Enfermedades ginecológicas. Luego se consignan de la salud de la mujer.
los antecedentes ginecológicos: operaciones, trastornos Antes de realizar el examen físico general y el examen
hormonales, ginecorragia, procesos inflamatorios pelvia- ginecoobstétrico, es conveniente que la madre orine y cam-
nos, antecedentes de aborto habitual, enfermedades del bie toda su ropa por una bata amplia que facilite la explo-
cuello uterino, enfermedades de transmisión sexual, viro- ración física.
sis, etc. Singular relevancia adquiere el antecedente de in-
fertilidad previa, condición que puede determinar conduc- El examen general debe evaluar la posición, la deambu-
tas específicas en el manejo del embarazo y parto. lación, el decúbito, la expresión de la fisonomía, el estado

238
r
psíquico, la constitución, el estado nutritivo, secuelas de El examen del pezón puede mostrar el pezón plano, um-
raquitismo, alteraciones de la columna vertebral y de los bilicado (invertido) o inadecuadamente formado (consultar
miembros inferiores, etc. Debe incluir también el examen Capítulo 1: Anatomía del aparato genital femenino, mama
de la piel, del sistema linfático, el registro de la presión y pelvis ósea y Capítulo 66: Lactancia).
arterial, del pulso, de la temperatura, de la frecuencia res-
Debe explorarse la presencia de mamas supernumera-
piratoria, de la talla y del peso.
rias (línea mamaria fetal), especialmente en las cercanías
La observación de estos parámetros puede orientar a del hueco axilar. Las mamas supernumerarias pueden pro-
posibles problemas obstétricos. Una talla inferior a 150 ducir molestias al final del embarazo y durante la lactancia;
cm, alteraciones en la estática del cuerpo o en la deambu- en ciertas ocasiones puede ser necesario extirparlas.
lación, pueden sugerir anormalidad pelviana, posiblemente
Quien practica el primer examen obstétrico debe estar
incompatibles con un parto vaginal. A similar conclusión
capacitado para realizar un examen del sistema cardio-
puede llevar una asimetría del rombo de Michaelis en el
vascular y respiratorio y poder detectar signos o síntomas
examen de la columna vertebral (Avendaño, 1974) (con-
que determinen el envío de la mujer a interconsulta con
sultar Capítulo 1: Anatomía del aparato genital femenino,
el especialista. Son muchos los casos de cardiopatías que
mama y pelvis ósea).
se detectan por primera vez por la auscultación de soplos
El estado nutritivo insuficiente, acompañado de bajo cardíacos durante el examen obstétrico. No obstante, la
peso y de signos carenciales o de anemia, indicará conduc- presencia de un soplo sistólico moderado en una embara-
tas precisas durante el embarazo, orientadas a recuperar el zada no es sinónimo de cardiopatía, ya que en la mayoría
estado nutritivo de la madre y a lograr un adecuado desa- de las ocasiones se debe a alteraciones de la dinámica car-
rrollo ponderal del feto. diovascular propias del embarazo (consultar Capítulo 51:
Cardiopatía y embarazo).
El examen físico segmentario debe ser minucioso y de-
tallado. Observar anormalidades oculares, trastornos de la El examen del abdomen como parte del examen físico
visión, aspecto de las conjuntivas. El examen de la boca re- general debe incluir todos los pasos semiológicos habitua-
vela con frecuencia caries y patología dental, especialmen- les (inspección, palpación, percusión, auscultación) y está
te en la población latinoamericana de bajo nivel económico destinado a pesquisar cualquier signo patológico. El exa-
cultural; los controles prenatales son una excelente opor- men abdominal no se debe limitar al examen del útero.
tunidad para realizar los tratamientos dentales necesarios. Conviene observar la presencia de hernias, tumores, ca-
En la mayoría de los consultorios maternales del Servicio racterísticas semiológicas del hígado, bazo, ríñones, movi-
Nacional de Salud de Chile se otorga atención dental gra- mientos respiratorios, etcétera.
tuita a la embarazada.
Se termina el examen físico general con el examen de las
No es infrecuente observar en la piel que recubre la cara extremidades, observando, entre otros caracteres semioló-
(frente-nariz-región zigomática) pigmentación difusa o cir- gicos, la deambulación, la presencia de edema, de várices
cunscrita de color café, en forma de manchas, que confiere y de signos sugerentes de patología vascular periférica.
a la facie de la embarazada un aspecto muy característico
(cloasma o melasma, máscara gravídica). Esta hiperpig-
mentación es más frecuente en mujeres morenas que expo-
Examen ginecoobstétrico
nen con frecuencia su cara a la luz solar (consultar Capítulo El examen ginecoobstétrico, junto con la anamnesis y el
59: Enfermedades dermatológicas y embarazo). examen físico general, proporciona el diagnóstico obstétrico
En el examen del cuello se debe examinar el tiroides y en la mayoría de los casos.
los ganglios linfáticos cervicales. El examen ginecoobstétrico consta de una adecuada
El examen del tórax debe incluir las mamas, el aparato exploración ginecológica y de un examen abdominal, espe-
respiratorio y el corazón. cialmente destinado a evaluar el contenido uterino.

Las mamas presentan importantes transformaciones La realización adecuada de un examen ginecoobstétrico


con la gestación: aumentan de volumen, la aréola se h¡- que permita obtener información semiológica completa, es
perpigmenta y se observan en ella los folículos de Mont- parte primordial de la formación del médico ginecoobstetra,
gomery, el pezón se aprecia más eréctil y a la compresión de la matrona y de la enfermera matrona. No obstante,
deja salir una secreción semitransparente o blanquecina. todo médico debe estar capacitado para practicar una ex-
Es frecuente observar a través de la piel una marcada red ploración del aparato genital femenino que le proporcione
venosa y estrías de distensión. El examen de la mama no información útil, muy especialmente frente al diagnóstico
sólo debe ir orientado a observar los signos propios de la presuntivo de embarazo.
gestación, sino también a detectar cualquier tipo de patolo-
gía mamaria, especialmente tumoral.

239
OBSTETRICIA

Para practicar un examen ginecoobstétrico completo se


necesita disponer de mesa ginecológica, taburete, mesa
portainstrumental, fuente luminosa adecuada, espéculos
estériles, pinzas de curación, espátulas de Ayre, portaob-
jetos, huincha de medir, estetoscopio de Pinard o de Lee-
Hilles, y si es posible, un aparato de ultrasonido para la
auscultación de latidos cardiofetales (LCF), manómetro,
fonendoscopio, pesa, guantes, algodón y gasa estériles y
los elementos necesarios para practicar un examen de Pa-
panicolaou.

Local del examen


Todo examen médico debe realizarse en un ambiente
con cierta privacidad. El examen del aparato genital feme-
nino no hace excepción a este principio, por el contrario,
FIGURA 12-2. Posición de la madre en la camilla de exa-
por sus características y la naturaleza de la consulta, exi-
men ginecoobstétrico.
ge mayor privacidad que un reconocimiento médico ge-
neral. La privacidad en que se realice el examen genital
contribuye a disminuir la tensión de la mujer y facilita el
examen.
Exploración abdominal
El local del examen debe tener cierto confort, en lo po- Con un propósito exclusivamente didáctico, dividiremos
sible debe ser grato y disponer de iluminación adecuada. la exploración semiológica abdominal que forma parte del
Estas condiciones distan mucho de ser una realidad en los examen ginecoobstétrico, en aquella practicada en mujeres
consultorios y hospitales de América Latina. En muchos de con un embarazo de primer trimestre y en la practicada
ellos las condiciones en que se realiza la exploración geni- durante la segunda mitad de la gestación.
tal femenina podrían ser calificadas de promiscuas. Con-
sideramos necesario hacer un gran esfuerzo por mejorar Exploración abdominal en el primer trimestre de
estas condiciones, ya que una mejor forma de ofrecer los la gestación. El examen del abdomen es parte de la ex-
servicios de salud, especialmente a la población de esca- ploración ginecológica. Para realizarlo, el médico (diestro)
sos recursos, contribuirá a dignificar el nivel de vida de la debe colocarse al lado derecho de la mesa ginecológica. El
población latinoamericana. examen incluye inspección, palpación, percusión, auscul-
tación y en ciertos casos mensura.
Posición de la paciente La inspección permite observar las características gene-
en la mesa ginecológica rales y la forma del abdomen, los movimientos respiratorios,
los aumentos de volumen que pueden ser generalizados o
En la mesa ginecológica la paciente se debe colocar en localizados y que pueden ser producidos por obesidad, as-
decúbito dorsal, con las piernas flectadas sobre los muslos citis, gestación, meteorismo, tumores, retención urinaria,
y éstos en abducción y flexión formando un ángulo recto eventración, etc. También se debe observar la presencia de
con las caderas, de tal manera de exponer los genitales ex- estrías de distensión (que habitualmente significan embara-
ternos. Las extremidades inferiores descansan en las pier- zos anteriores), de cicatrices de laparotomías u otro tipo, la
neras de la mesa. Los tipos más frecuentes de pierneras son circulación venosa, los cambios de coloración de la piel, etc.
las de anillo o estribo y las de horquilla. En las primeras, El embarazo puede determinar aumento de la pigmentación
los talones se enganchan en los anillos o estribos; en las de de la línea media ¡nfraumbilical (línea parda abdominal).
horquilla las pierneras abrazan el hueco poplíteo de ambas Como parte de la inspección debemos hacer toser y pu-
extremidades sosteniéndolas y separándolas. Las tuberosi- jar a la paciente, observando la región umbilical y los plie-
dades isquiáticas deben apoyarse en el extremo de la mesa gues inguinales en busca de hernias.
quedando en esta forma los genitales externos accesibles al
examen. La cabeza y el tronco de la paciente pueden ser Importante es observar la distribución del vello pubia-
levantados algunos grados para mayor comodidad de ésta. no. La distribución de tipo femenino es triangular de base
Las extremidades superiores descansarán relajadas sobre superior. En la distribución androide el vello tiende a as-
la mesa al costado del tronco. Las extremidades inferiores cender por la línea media hacia el ombligo, perdiendo la
y parte del abdomen se cubren con una sábana (FIGURA distribución triangular. La distribución del vello pubiano es
12-2). un efector muy sensible de los estrógenos. A menudo la

Z40
Capítulo 12 Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

hipertricosis se acompaña de alteración de la distribución pática y esplénica, siendo timpánico el resto del abdomen.
femenina del vello pubiano. Como parte de la exploración ginecoobstétrica, la percusión
abdominal se usa especialmente para valorar el meteoris-
La palpación es la parte más importante del examen
mo y la presencia de líquido libre en la cavidad peritoneal.
abdominal. El médico (diestro) la realizará con su mano
La matidez desplazable que determinan los líquidos libres
derecha, empleando los dedos y la palma de la mano. El
(sangre, ascitis) con los cambios de posición es de utilidad
codo del examinador debe ubicarse por encima del plano
diagnóstica.
del abdomen de la paciente. También pueden emplearse
las dos manos juntas para la palpación abdominal. La auscultación del abdomen con el objeto de percibir
ruidos intestinales se realiza directamente colocando la ore-
Durante la palpación conviene distraer a la paciente con ja sobre la pared abdominal. Sin embargo, en el examen
el objeto de obtener una mejor relajación de los músculos
ginecoobstétrico, la mayor relevancia la adquiere la auscul-
de la pared abdominal. tación de latidos cardiofetales en un tumor hipogástrico
El procedimiento se inicia con la palpación superficial, que suponemos es un útero grávido.
que permite detectar sensibilidad y/o contractura muscular. La auscultación de los latidos cardiofetales puede hacerse
Deben palparse los orificios hemiarios y la región umbilical, por medio del estetoscopio de Pinard o de Lee-Hillis. Con es-
haciendo toser y pujar a la paciente para detectar posibles tos instrumentos es corriente auscultar latidos cardiofetales
hernias. Luego se procede a la palpación profunda. a partir de las 18 semanas de gestación. La oreja colocada
Al palpar un tumor abdominal debemos analizar su po- directamente sobre el útero grávido no es un buen procedi-
sición, tamaño, superficie, consistencia, sensibilidad, mo- miento semiológico en estos casos. Por medio del ultrasoni-
vilidad, relación con los órganos vecinos, relación con la do es posible auscultar latidos cardiofetales desde las 8 a 10
pared abdominal y presencia de pulso. semanas de gestación, habiéndose constituido este procedi-
miento en ayuda importante en el diagnóstico de algunos tu-
La palpación del hipogastrio con cierta frecuencia revela mores abdominales y especialmente de la gestación inicial.
la presencia de un tumor. En la mayoría de los casos éste
corresponde a un embarazo, a un útero miomatoso o a La mensura de ciertos tumores uterinos permitirá evi-
retención urinaria. denciar su crecimiento. Un embarazo mostrará un claro
aumento de la distancia entre el fondo del tumor y la parte
El embarazo (entre las semanas 12 y 15) se presen- superior de la sínfisis del pubis, entre dos controles. No
ta como un tumor hipogastrio) de borde superior cóncavo obstante, aunque no debe olvidarse este procedimiento se-
hacia el pubis, que asciende sobre éste en relación a la miológico, la ginecotología moderna dispone de elementos
edad gestacional, de superficie y contornos lisos y suaves, diagnósticos más rápidos, precisos e inocuos para el diag-
de consistencia relativamente blanda, con cierta movilidad, nóstico diferencial de los tumores hipogástricos (consultar
indoloro, que no adhiere a la pared ni a los órganos vecinos Capítulo 33: Ultrasonografía en obstetricia).
y que en ocasiones se puede contraer por corto tiempo,
adquiriendo una consistencia más firme. Cuando este tu- Exploración abdominal en el segundo y tercer
mor hipogástrico se acompaña de amenorrea y síntomas trimestre de la gestación. El examen abdominal de la
de gestación, el diagnóstico no ofrece dudas. Frente a todo embarazada en la segunda mitad de la gestación constituye
tumor hipogástrico en mujer en edad reproductiva debe el examen obstétrico propiamente tal.
plantearse el diagnóstico de embarazo mientras no se de-
muestre lo contrario. En esta sección nos referiremos a la semiología del útero
grávido, dando por entendido que en toda circunstancia, el
El útero miomatoso se palpa como un tumor hipogástri- examen semiológico del abdomen debe orientarse a detec-
co bastante más duro y más irregular que el útero grávido, tar signos semiológicos correspondientes a patología médi-
generalmente indoloro, con cierta movilidad y sin adherir a ca o quirúrgica de las visceras que alberga el abdomen y de
la pared ni a los planos profundos. su pared, cualquiera sea la edad gestacional.
La palpación de los ganglios inguinales tiene impor- Para una mejor comprensión de la semiología obstétrica,
tancia semiológica como parte de la exploración genital. sugerimos al lector consultar previamente el Capítulo 18:
Diversos procesos inflamatorios del aparato genital y pel- Actitud, situación, presentación y posición fetal.
vis producen adenopatías inguinales, de características se-
miológicas definidas (enfermedades de transmisión sexual, Para realizar el examen obstétrico, el médico diestro
etc.). Especial importancia en la palpación abdominal tiene debe colocarse a la derecha de la paciente. La paciente
la exploración de los flancos o fosas renales. estará ubicada en la mesa ginecológica o en una camilla
de examen con las extremidades inferiores extendidas o le-
Luego se procede a la percusión del abdomen, proce- vemente flexionadas y la cabeza discretamente levantada
dimiento que normalmente nos informa de la matidez he- descansando sobre una almohada.

241
OBSTETRICIA

Examen obstétrico La palpación del útero grávido, especialmente después


de las treinta semanas de gestación, ofrece información so-
El examen obstétrico incluye inspección, palpación, percu- bre el útero y su contenido.
sión, auscultación, mensura y pelvimetría.
Al palpar el útero valoramos su forma, su tamaño, su
consistencia, su posición y su irritabilidad (contractilidad).
Inspección Su forma es típicamente ovoidea, especialmente después
de las veinte semanas de gestación; su borde superior es
La inspección del abdomen permite observar en primer
regular, de concavidad orientada hacia el pubis. Algunas
lugar su conformación general, los movimientos respirato-
anomalías morfológicas alteran su forma y pueden presen-
rios y en ocasiones movimientos fetales.
tar aspecto cordiforme, cilindrico, asimétrico, de corazón
Observaremos detenidamente la piel, en donde se de naipe, etc. En general, se trata de úteros tabicados o
pueden distinguir estrías de distensión, las que, si tienen bicórneos, en los que la gestación se asienta en uno de los
fondo rosado se interpretan como recientes y si tienen cuernos.
fondo nacarado se interpretan como antiguas. Las estrías
La apreciación semiológica de la forma uterina reviste
de distensión corresponden a la ruptura de la capa de fibras
importancia por la frecuencia con que las alteraciones de la
elásticas de la dermis por la distensión de la pared abdomi-
forma se acompañan de presentaciones anormales.
nal (consultar Capítulo 59: Enfermedades dermatológicas
y embarazo). Si bien son características de la gestación, no El tamaño o volumen uterino orienta respecto de la edad
son patognomónicas de ella, ya que otras causas de disten- gestacional; de las once a las doce semanas se hace pal-
sión de la pared abdominal como ascitis y tumores abdomi- pable en el hipogastrio; al quinto mes alcanza el ombligo.
nales las pueden producir. También se pueden presentar es- La relación del tamaño uterino con la edad gestacional se
trías de distensión en la piel de las mamas y de los muslos. analiza al tratar la mensura.
Se observará la presencia de pigmentación de la línea El útero tiene una típica consistencia, que ha sido des-
media infraumbilical, denominada línea parda abdominal, crita como cistoelástica. La tensión varía en relación con la
especialmente en mujeres morenas, y la presencia de cica- cantidad del líquido amniótico.
trices de laparotomías previas.
La palpación de la pared uterina permite diagnosticar la
El ombligo se puede presentar evertido, especialmente presencia de contracciones uterinas. La contracción de la
en las últimas semanas del embarazo. pared uterina hace que ésta se palpe muy dura, no depre-
sible y que durante ella no se pueda palpar el contenido
Desde las veinte semanas de gestación el útero grávido
uterino. Existen úteros irritables, vale decir, que el estímulo
ya distiende la pared abdominal. Al observar el aumento de
de la palpación desencadena contracciones.
volumen del abdomen debemos considerar que también la
ascitis, la obesidad, el meteorismo, la distensión vesical y Normalmente, la posición del útero grávido es simétrica,
los tumores pelvicoabdominales pueden producirlo. desplazándose por igual a ambos lados de la línea media.
Ciertas condiciones patológicas, como algunos tumores
En la inspección del útero grávido, especialmente
pelvianos o anomalías morfológicas del útero, determinan
después de las treinta semanas, debemos observar si el
su desviación lateral.
contenido uterino se dispone según el eje longitudinal,
transverso u oblicuo del abdomen de la madre. La superficie externa del útero grávido normal es lisa y
regular. Es posible palpar en ciertas ocasiones irregularida-
Por medio de la inspección se puede observar también
des de carácter redondeado o tumoral de diverso tamaño
la forma del útero grávido, especialmente a nivel del fondo
que generalmente corresponden a miomas.
uterino, el cual, habitualmente, es cóncavo hacia el pubis,
pudiendo presentar alteraciones que generalmente respon- Por medio de la palpación del contenido uterino se ob-
den a anomalías morfológicas (útero en corazón de naipe, tiene el diagnóstico de presentación y posición del feto y
bicórneo, etc.). Por otra parte, con la inspección se puede de la altura de la presentación en relación con el canal del
establecer una correlación general entre el tamaño uterino parto. Se obtiene información sobre la cantidad de líquido
y la supuesta edad gestacional calculada por la fecha de la amniótico y sobre la relación del tamaño fetal con la edad
última menstruación. gestacional.

Palpación Maniobras de Leopold


Es parte fundamental del examen obstétrico. Se debe Para la palpación del contenido uterino se utilizan las
iniciar palpando la pared abdominal en forma superficial, cuatro maniobras de Leopold (FIGURA 12-3).
valorando el panículo adiposo y los orificios hemiarios.

242
Capítulo 12 | Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

FIGURA 12-3. Maniobras de Leopold para palpación uterina. A) Primera maniobra; B) Segunda maniobra; C) Tercera
maniobra; y D) Cuarta maniobra.

Primera maniobra. El profesional que examina se co- sional hace una especie de tenaza firme entre el dedo pul-
loca al lado derecho de la mujer mirando hacia su cara. gar y los restantes dedos y trata de ubicar el polo cefálico
Con los bordes cubitales de ambas manos delimita el fondo en el hueco suprapúbico. Al ubicarlo (redondeado, duro,
uterino y palpa su contenido (FIGURA 12-3A). En esta regular), éste permite cierta movilidad (peloteo) si la pre-
forma se reconoce el polo del ovoide fetal que ocupa esta sentación no ha iniciado su descenso en el canal del parto
región. Si se trata de una presentación cefálica, el fondo (FIGURA 12-3C). Si la presentación es podálica, el hueco
estará ocupado por el polo podálico del feto, el que se palpa suprapúbico estará ocupado por el polo podálico, que no se
como un polo voluminoso, blando, no muy regular. Si se logra tomar con la mano en forma de tenaza, por ser más
trata de una presentación podálica, el fondo uterino estará voluminoso, a la vez que irregular y de consistencia más
ocupado por el polo cefálico del feto, que se palpa como un blanda. El polo podálico no pelotea.
polo redondeado, más pequeño, duro y regular. El polo ce-
Esta tercera maniobra permite también diagnosticar la
fálico en el fondo uterino pelotea. Al movilizarlo se mueve
altura de la presentación con respecto al canal del parto
en forma similar a la de un trozo de hielo en un vaso con
(estrecho superior de la pelvis), pudiendo estar la presenta-
líquido. Si la presentación es transversa, con esta primera
ción alta (no ha iniciado su encajamiento), fija (ya no tiene
maniobra de Leopold no encontraremos ninguno de los po-
movilidad porque está recién insinuándose en el estrecho
los fetales en el fondo uterino.
superior) o encajada.

Segunda maniobra. En la misma ubicación de la pri- Esta maniobra permite valorar si la prominencia del polo
mera maniobra y con ambas manos extendidas, el profe- cefálico se encuentra hacia el mismo lado que el vientre
sional palpa los costados del útero grávido, ejerciendo una fetal, situación que indica que la cabeza tiene un grado
presión suave pero profunda (FIGURA 12-3B). Corriente- adecuado de flexión o si la prominencia del polo cefálico
mente, en un lado percibe una superficie resistente y dura, se dirige hacia el lado del dorso fetal, situación que indica
el dorso fetal, y en el otro lado palpa pequeños abultamien- que la presentación cefálica está deflectada. Si la presen-
tos que corresponden a las extremidades del feto. Así se tación está encajada, no se puede hacer este diagnóstico
diagnostica la posición izquierda o derecha del dorso fetal. semiológico.
Esta maniobra también permite diagnosticar si el dorso fe-
Si la mano que examina encuentra el hueco suprapú-
tal es anterior o posterior. bico vacío; sin polo cefálico ni podálico, estamos ante una
En ocasiones (presentación transversa), en lugar del presentación de tronco.
dorso y los miembros, esta maniobra permite palpar en un
Esta maniobra también permite diagnosticar las presen-
costado uterino el polo cefálico y, en el otro, el polo podáli- taciones cefálicas o podálicas oblicuas, al palpar el polo
co con sus respectivas características semiológicas. inferior del feto en relación con una de las fosas ilíacas.

Tercera maniobra. En la misma posición que para las Cuarta maniobra. Para realizar esta maniobra el exa-
dos maniobras anteriores, con la mano derecha, el profe- minador debe cambiar su posición, permaneciendo en el

243
OBSTETRICIA

mismo lado derecho de la paciente, pero dándose vuelta séptimo, 28 al octavo y 32 al noveno. Se ha objetado la
hacia los pies de la mujer. precisión de la medida de la altura uterina, especialmente
cuando es realizada en diversos controles por distintos exa-
La punta de los dedos de ambas manos se tratan de
minadores. Belizán, en 1979, actualizó una tabla de altura
introducir lateralmente entre la presentación y los huesos
uterina durante el embarazo (Belizán y cois., 1979), con-
de la pelvis, con las palmas apoyadas en la superficie del
cluyendo que la mayor utilidad diagnóstica de este proce-
abdomen (FIGURA 12-3D).
dimiento en el cálculo de la edad gestacional se obtiene en
En la presentación de vértice, los dedos de una mano la primera mitad del embarazo. Aunque este procedimiento
son detenidos más arriba que los de la otra, al encontrar la puede ser alterado por la obesidad, el polihidroamnios, la
prominencia cefálica; esta prominencia se palpa al mismo macrosomía fetal, el embarazo múltiple, etc., considera-
lado que el abdomen fetal. En la presentación de cara, ésta mos que es una exploración semiológica útil (consultar Ca-
se palpa al lado del dorso fetal. pítulo 13: Control prenatal).
En consecuencia, esta cuarta maniobra permite palpar
el polo presentado, su altura, el grado de flexión y la po- Auscultación
sición.
La auscultación de los LCF durante el embarazo se pue-
La palpación del contenido uterino permite también ob- de realizar con el estetoscopio de Pinard (FIGURA 13-5)
tener información sobre la cantidad de líquido amniótico o de Lee-Hilles o por medio del ultrasonido.
(oligoamnios, polihidramnios).
La auscultación con el estetoscopio de Pinard o de Lee-
Por medio de la inspección, palpación y mensura se Hilles permite auscultar LCF aproximadamente desde las
debe establecer la estimación del peso fetal, que es de veinte semanas de gestación, siempre que el panículo
gran utilidad en el manejo y pronóstico obstétrico, especial- adiposo de la pared abdominal de la embarazada no sea
mente en las últimas semanas de gestación. demasiado abundante. Los LCF tienen una frecuencia que
La palpación también permite diagnosticar o sospechar oscila entre 120 y 160 latidos por minuto. Cada latido pre-
un embarazo múltiple, macrosomía fetal, hidrocefalia, m¡- senta dos tonos ¡guales (tac-tac). El estudio semiológico de
los LCF comprende su frecuencia, intensidad y ritmo. La
crocefalia, etcétera.
frecuencia de los LCF desciende con la contracción uteri-
La palpación de un feto que ha perdido su actitud de na (Althabe, 1992) (consultar Capítulo 32: Evaluación de
flexión sugiere hídrops o muerte fetal. la edad gestacional, madurez y bienestar fetal durante el
embarazo).
La palpación del contenido uterino permite también
evidenciar movimientos fetales (extremidades), signo se- Es aconsejable auscultar los LCF en los llamados fo-
miológico importante, ya que se considera, al igual que la cos de auscultación, que se ubican en las zonas de mayor
palpación de partes fetales, signo de certeza en el diagnós- proximidad del tórax o del hombro izquierdo del feto a la
tico clínico de embarazo. pared abdominal. Los focos de auscultación varían con las
diversas presentaciones. Así, en las presentaciones cefáli-
cas son focos adecuados de auscultación los puntos situa-
Mensura dos en la parte media de una línea que une el ombligo y
La mensura del útero grávido es el procedimiento que la espina ilíaca anterosuperior en ambos lados. En las pre-
valora la distancia en centímetros entre la parte media del sentaciones podálicas, el mejor foco se ubica en la región
fondo uterino y la parte superior de la sínfisis del pubis a umbilical o por encima del ombligo, según la altura de la
través de la pared anterior del abdomen. presentación.

Para realizar la mensura, el examinador se ubica a la La auscultación también permite percibir el soplo funi-
derecha de la mujer y coloca el extremo de una huincha de cular, movimientos fetales, latidos cardíacos maternos ori-
medir flexible sobre la parte superior de la sínfisis del pu- ginados en la aorta abdominal y el soplo placentario, que
bis, sosteniéndola con el dedo pulgar de la mano derecha. permite ubicar topográficamente la placenta y que tiene la
Luego pone la huincha entre el dedo índice y el dedo medio frecuencia de los latidos cardíacos de la madre. Muy oca-
de la mano izquierda y con la parte cubital de esa mano de- sionalmente es posible auscultar soplos cardíacos fetales
limita el fondo uterino. Junto con delimitar el fondo uterino, originados en una cardiopatía fetal.
pone tensa la huincha de medir, sujeta todavía en la sínfisis El ultrasonido permite la auscultación de los LCF desde
y observa la altura uterina en centímetros. las nueve a las diez semanas de gestación. La auscultación
Clásicamente se enseña que el útero mide 12 cm al de LCF, ya sea con el estetoscopio de Pinard o con ultraso-
cuarto mes de gestación, 16 al quinto, 20 al sexto, 24 al nido, constituye signo de certeza de embarazo.

244
Capítulo 12 j Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

En caso de embarazo múltiple es posible auscultar dos Posteriormente, con el dedo pulgar e índice de la mano
o más focos de distinta ubicación y diferente frecuencia e izquierda entreabre los labios mayores con el objeto de
intensidad, aunque la no identificación semiológica de más observar adecuadamente las estructuras anatómicas del
de un foco de LCF no descarta el diagnóstico de embara- introito vaginal, donde observará también la presencia de
zo múltiple (consultar Capítulo 37: Embarazo gemelar y flujo, sangre, úlceras, vulvitis, chancros, condilomas, quis-
múltiple). tes, etc. Asimismo, observará la posible existencia de ure-
trocistocele, rectocele o prolapso genital.
Percusión Las várices vulvares, la cianosis vulvovaginal y el flujo
vaginal son frecuentes en la mujer embarazada, especial-
Es un procedimiento semiológico de uso restringido en mente en la gran multípara, durante la segunda mitad de
la exploración obstétrica. Tiene utilidad en casos de diag- la gestación.
nóstico diferencial de embarazo con tumor abdominal y en
caso de coexistencia de embarazo y tumor, con el objeto de
diferenciar semiológicamente ambas masas. Especuloscopia
La mayor utilidad semiológica de la percusión abdomi- La especuloscopia se practica después de la inspección
nal se presenta en el diagnóstico de la matidez desplazable genital, pues si se practica el tacto vaginal antes de ésta no
que produce la presencia de líquido libre en la cavidad pe- se puede obtener una muestra citológica adecuada para el
ritoneal (ascitis, hemoperitoneo, etc.). También es útil en examen de Papanicolaou.
casos de meteorismo, distensión abdominal e íleo.
Recomendamos el empleo de espéculos tipo Collin o
Cusco (FIGURA 12-4). Estos diseños tienen cuatro tama-
Pelvimetría clínica ños: virginal, pequeño, mediano y grande.
El examen obstétrico debe completarse con el estudio de
las características y dimensiones del canal del parto (pel-
vimetría).
La pelvimetría se divide en interna y externa. La interna
evalúa los diámetros y condiciones del canal del parto, pal-
pando directamente ciertos reparos anatómicos de la pelvis
a través del tacto vaginal. La externa, muy poco usada en la
práctica clínica actual, pretende obtener información sobre
las dimensiones y condiciones del canal del parto, valoran-

i Í ^1
do los diámetros externos de la pelvimetría. Más que valor ^ <« >
clínico, la pelvimetría externa tiene hoy valor histórico (con-
sultar Capítulo 1: Anatomía del aparato genital femenino,
mama y pelvis ósea).

Exploración ginecológica
FIGURA 12-4. Espéculos vaginales. Izquierda: tipo Cus-
Podría pensarse que el examen ginecológico en la mujer co; derecha: tipo Collin,
embarazada está contraindicado por su posible efecto sobre
la evolución de la gestación. Consideramos que la explora-
ción ginecológica adecuadamente realizada en una gesta-
ción de evolución normal no sólo no está contraindicada, La exploración de la vagina y del cuello uterino también
sino que es parte fundamental de la evaluación obstétrica. puede hacerse por medio de valvas vaginales.
El espéculo o las valvas deben estar esterilizados y de-
Inspección de los genitales externos ben introducirse a la vagina secos, sin vaselina ni jalea
lubricante si se quiere obtener muestra para estudio cito-
Para este fin el examinador se ubica frente a los genita- lógico.
les externos, sentado en el taburete o de pie, disponiendo En los países industrializados es habitual el uso de es-
de iluminación apropiada. Observa la piel que recubre los
péculos desechables, no así en la mayoría de los países
labios mayores, cara interna de los muslos, periné y región latinoamericanos.
perianal; la distribución del sistema piloso, la presencia de
foliculitis, pediculosis, quistes, nevos, várices, úlceras, ec-
zema, hemorroides, etcétera.

245
OBSTETRICIA

Para introducir el espéculo en la vagina éste se debe tra para biopsia o hacer tratamiento tópico en la consul-
tomar con la mano derecha y con los dedos pulgar e ín- ta prenatal. La madre debe ser enviada al consultorio de
dice de la mano izquierda se deben entreabrir los labios patología cervical, donde será reevaluada a través de la
mayores y menores de la vulva. En el momento de iniciar visión colposcópica y, si es necesario, tratada por un es-
la introducción es conveniente instar a la madre a realizar pecialista.
un pujo suave con el objeto de precisar mejor el introito va-
Es importante utilizar el control prenatal para hacer
ginal. El espéculo debe introducirse bien cerrado; una vez
pesquisa de lesiones premalignas y malignas incipientes
introducido aproximadamente ocho centímetros, se debe
del cuello uterino (Programa Control de Cáncer). Existen
iniciar la apertura de sus valvas; en este momento también
programas de control prenatal en que el examen colposcó-
es útil hacer pujar a la paciente para que el cuello uterino
pico es tan rutinario como el citológico. La eversión propia
baje a la obertura que han dejado las valvas del espéculo.
del cérvix de la grávida facilita la exploración colposcópica
La introducción del espéculo no debe producir dolor. (Aruta, 2003).
Para esto es preciso escoger el instrumento adecuado a
El moco cervical de la embarazada, especialmente a
la paciente, lograr que ésta relaje sus músculos perineales
medida que avanza la gestación, es abundante, opaco, pe-
y abdominales y que la introducción sea suave y con la
gajoso, sin filancia (tapón mucoso); no se recomienda tocar
técnica descrita. Se debe hacer énfasis en la cuidadosa co-
el moco cervical durante la exploración ginecológica de una
locación del espéculo en la mujer embarazada, ya que una
mujer embarazada.
maniobra brusca puede producir cervicorragia.
Para retirar el espéculo se cierran las valvas y se retira
Colocado el espéculo se observan las paredes vaginales,
suavemente.
el cuello uterino y la presencia de flujo. El cuello uterino de
la embarazada se presenta cianótico, generalmente hiper-
trófico, con cierto grado de apertura de su orificio externo, Tacto vaginal
lo que produce habitualmente algún grado de eversión del
epitelio endocervical. Se practica cubriendo la mano con un guante desecha-
ble de látex. Cuando a través del tacto vaginal se pretende
La mucosa vaginal presenta coloración cianótica y fre-
principalmente evaluar las condiciones de un útero gravídi-
cuentemente flujo blanquecino o amarillento abundante.
co intrapélvico (tacto bimanual vaginoabdominal), el pro-
Antes de limpiar la vagina o realizar cualquier otra ma- fesional que realiza el tacto debe usar su mano izquierda.
niobra se debe tomar la muestra del cuello uterino para el Si la evaluación se realiza en la segunda mitad del emba-
examen de Papanicolaou. razo y tiene por objeto principal valorar las condiciones del
cuello uterino y practicar una pelvimetría interna, el exami-
Para esto recomendamos la espátula de Ayre, retándola
nador debe usar su mano derecha. No obstante, la mano
en 360° sobre el cérvix (scraping cervical) y extendiendo
usada por el examinador para realizar el tacto obstétrico o
rápidamente, con la misma espátula, el material obtenido
ginecológico dependerá también, en gran medida, del en-
en un portaobjeto; luego con el otro extremo de la espátula
trenamiento que haya recibido y de su hábito.
se obtiene una muestra del contenido del fondo de saco
posterior de la vagina (pool vaginal) y se extiende en el mis- Para realizar el tacto vaginal el examinador se coloca
mo portaobjeto, sobre el material obtenido del cuello y se frente a los muslos separados de la mujer, colocando su pie
fija rápidamente con aerosol fijador. Es importante recalcar izquierdo en el primer escalón de la escalinata (taburete),
que en la mujer embarazada la espátula de Ayre no se debe ubicada entre las pierneras de la mesa ginecológica.
introducir excesivamente en el canal endocervical, más
Los dedos de la mano que realiza el tacto deben colo-
aún, en la embarazada no se debe obtener rutinariamente
carse de la siguiente manera: meñique y anular flectados
muestra del endocérvix. Si se requiere este tipo de muestra,
sobre la mano; pulgar, índice y medio extendidos. Esta
debe ser obtenida por un especialista, en un consultorio de
disposición permite la adecuada depresión del periné, fa-
patología cervical (Peluffo & Pérez, 2003).
cilitando la exploración de la parte profunda del conducto
La muestra otológica para evaluación hormonal se ob- vaginal, aunque los dedos del examinador sean cortos. La
tiene de la pared lateral de la vagina, en la unión de su depresión perineal es especialmente fácil cuando la pacien-
tercio interno con sus dos tercios externos. te tiene su musculatura relajada (FIGURA 12-5).
La muestra para estudio bacteriológico o parasitológico El tacto vaginal habitualmente se puede realizar con dos
del flujo vaginal (directo, Gram o cultivo) se obtiene recién dedos (índice y medio), conviene sí lubricarlos con vaselina
colocado el espéculo, con una pipeta o tórula bacterioló- líquida o jalea esterilizada.
gica.
Al iniciar el tacto, el dedo índice y pulgar de la mano
Si observamos cualquier tipo de lesión sospechosa en derecha separan los labios mayores y menores para facilitar
el cuello uterino o en la vagina, no se debe tomar mues- la introducción de los dedos de la mano izquierda.

246 !
Capítulo 12 | Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

FIGURA 12-5. Posición de mano y dedos para realizar tacto vaginal: A: vista palmar; B: vista dorsal.

El primer tiempo del tacto es la exploración del extremo cuello y el cuerpo uterino. En este momento la mano de-
terminal de la uretra. Con el dedo índice se realiza la expre- recha del ginecólogo va a complementar el tacto vaginal a
sión de la parte terminal del conducto y de las glándulas través de la pared abdominal. Así se inicia el tacto vagino-
periuretrales observando el meato. En caso de uretritis se abdominal combinado (examen bimanual), que persigue
puede observar la salida de pus por el meato y/o por los palpar entre ambas manos, la izquierda vaginal y la dere-
conductos de las glándulas periuretrales al realizar esta cha abdominal, los órganos y estructuras normales y anor-
maniobra. males que se encuentran en la pelvis.

A continuación, con el dedo índice en la pared lateral En el primer trimestre de la gestación, el tacto vagino-
del introito vaginal y el dedo pulgar en el espesor del labio abdominal revela el cuello uterino reblandecido, el istmo
mayor se palpan las glándulas de Bartholino, ubicadas de- uterino también reblandecido (signo de Hegar) y los fondos
bajo del músculo constrictor de la vagina, cuyo conducto de saco laterales de la vagina parcialmente rechazados por
excretor se abre a los lados del vestíbulo, inmediatamente el crecimiento uterino (signo de Noble-Budin); el cuerpo
por fuera del borde lateral del orificio de la vagina, aproxi- uterino se palpa de consistencia blanda, de forma redon-
madamente en la unión de los dos tercios anteriores con deada al inicio de la gestación, aumentado de volumen en
el tercio posterior del introito. Las glándulas normales prác- relación con el periodo de amenorrea, de superficie lisa,
ticamente no se palpan. La bartholinitis y los quistes de regular e indolora.
retención son frecuentes.
Frecuentemente, en el embarazo que se produce en un
El examen continúa con la introducción de los dedos ín- útero en retroversión o retroflexión, el peso del útero grávido
dice y medio de la mano izquierda por el conducto vaginal. tiende a acentuar esta posición del útero. A medida que
Esta maniobra debe ser suave, teniendo especial cuidado avanzan las primeras semanas de gestación, el crecimiento
de no producir dolor. Algunos autores recomiendan apoyar lo moviliza (lo levanta) hacia el abdomen.
el codo de la mano que realiza el tacto vaginal en la rodilla
de la pierna ubicada sobre la escalinata, con el objeto de Los anexos y los parametrios deben estar libres de signos
ubicar el codo bajo las caderas de la paciente y facilitar la patológicos y ser indoloros. En ocasiones, durante las prime-
compresión perineal. ras ocho semanas de gestación, se palpa discretamente au-
mentado de volumen el ovario donde asienta el cuerpo lúteo.
Se debe palpar todo el conducto vaginal, buscando de-
formaciones, cicatrices, tabiques, quistes, etc., y los fondos En el primer trimestre del embarazo es importante va-
de saco, detectando la presencia de dolor, abombamiento, lorar el grado de abertura del os externo del cuello uterino.
retracción, etcétera. En las primigestas, ambos orificios (interno y externo) per-
manecen cerrados; en las multíparas y especialmente en
Posteriormente se palpa el cuello uterino, examinando
las gran multíparas, el os externo puede presentarse entre-
su consistencia, regularidad, contorno, posición, movilidad
abierto; pero el os interno debe permanecer cerrado (dilata-
y características del orificio cervical externo.
ción de multípara). La palpación del orificio cervical interno
En seguida, se introducen los dedos en el fondo de saco dilatado plantea diagnóstico de amenaza de aborto o de
vaginal posterior levantando hacia la pared abdominal el incompetencia cervical (consultar Capítulo 28: Aborto}.

247
OBSTETRICIA

El examen vaginoabdominal durante el primer trimestre contracciones uterinas, prueba de tolerancia a la glucosa,
permitirá, por consiguiente, diagnosticar la presencia de prueba de la estimulación mamaria, estimulación vibro-
un embarazo y su edad gestacional, síntomas de aborto, acústica del feto, perfil biofísico fetal, cordocentesis, biop-
aborto en evolución, restos de aborto o aborto retenido y sia de vellosidad corial, flujometría por Doppler. También
plantear el diagnóstico diferencial de una gestación nor- pueden considerarse como elementos de exploración com-
mal con otras causas de amenorrea. En ocasiones permiti- plementarios en obstetricia aquellos procedimientos desti-
rá sospechar una gestación múltiple. También permitirá la nados a monitorizar la condición uterina y fetal durante el
apreciación semlológica de patología ginecológica conco- trabajo de parto, como son la frecuencia cardíaca y la con-
mitante con la gestación. dición bioquímica fetal y la monltorización de la contracti-
lidad uterina. Además, debemos considerar como elemen-
El tacto vaginal durante la segunda mitad del embarazo
tos complementarlos en el diagnóstico obstétrico todos los
en general se limita a valorar las condiciones semiológlcas
exámenes de laboratorio que habitualmente complementan
de la vagina y del cuello uterino y a obtener información
el diagnóstico medicoquirúrgico: hemograma, perfil bioquí-
sobre la pelvis.
mico, examen de orina, cultivos bacteriológicos, electrocar-
Durante la gestación normal, el cuello uterino debe per- diograma, diagnóstico por imágenes, citología hormonal,
manecer cerrado, de 2 a 3 cm de longitud, de consistencia examen de Papanlcolaou, colposcopia, etcétera.
firme y de ubicación posterior. Encontrar durante la gesta-
A excepción de la amnioscopia y de la amniocentesis,
ción signos de acortamiento del cuello (borramiento), re-
los procedimientos mencionados son presentados en los
blandecimiento, cambio de posición (haciéndose anterior)
Capítulos 32: Evaluación de la edad gestacional, la ma-
y/o dilatación, son signos que nos orientan hacia el diag-
durez fetal y el bienestar del feto durante el embarazo-,
nóstico de una posible amenaza de parto prematuro.
33: Ultrasonografía en obstetricia- 34: Evaluación de la
La pelvimetría interna se debe realizar rutinariamen- condición fetal durante el trabajo de parto y 67: Genética
te en el examen ginecoobstétrico, no obstante, es preci- y perinatología.
so conocer que su realización en prlmigestas, con vagina
estrecha, en ocasiones produce dolor, sin que se obtenga
información clínica fidedigna. Amniocentesis
Por medio de la pelvimetría interna se debe evaluar el Se denomina amniocentesis a la punción de la cavidad
ángulo subpubiano, la prominencia de las espinas ciáti- amniótica a través de la pared abdominal con el objeto de
cas, las características de la línea innominada, la condición obtener líquido amniotico.
anatómica del sacro y la palpación del promontorio con la
consiguiente medición de la conjugada vera. Sin embar- Técnica. Para su realización se emplea técnica asépti-
go, no se deben tomar conductas obstétricas electivas por ca (quirúrgica). Inmediatamente antes de la amniocentesis
la apreciación clínica de la condición pelviana, ya que la la mujer debe orinar. La placenta y el sitio de la punción
única pelvimetría que certifica la verdadera relación cefalo- deben ubicarse por visión utrasonográfica efectuada inme-
pelviana es la prueba de trabajo de parto. diatamente antes de la amniocentesis.
El diámetro büsquiático o diámetro transverso del es- La paciente se coloca en decúbito dorsal y después de
trecho inferior de la pelvis, se puede medir con el pelví- un minucioso lavado de su pared abdominal y de la asep-
metro de Thoms o con el puño cerrado del examinador. tización de ésta, se colocan paños esterilizados alrededor
En una pelvis normal, el puño del examinador debe caber del sitio de la punción y anestesia local (dimecaína 2%)
transversalmente entre ambas tuberosidades isquiáticas. de la pared abdominal en el sitio de la amniocentesis. Se
El acortamiento de este diámetro sugiere una pelvis infun- realiza una punción de la pared abdominal con trocar N°
dibuliforme. 22 con mandril. La introducción del trocar debe hacerse
perpendicular a la pared uterina. Una vez introducido en la
cavidad amniótica, se retira el mandril y se conecta a una
Procedimientos complementarios jeringa estéril de 20 mL. El líquido amniótico se recoge en
de exploración en obstetricia un tubo o frasco oscuro.
Los procedimientos diagnósticos complementarlos más Terminada la obtención del líquido amniótico se retira
utilizados en obstetricia son: ultrasonografía, amniocen- el trocar y se presiona el sitio de la punción por algunos
tesis, amnioscopia, determinaciones en el líquido amnió- momentos, luego se coloca una curación plana.
tico (creatinina, bilirrubina, lecitina/esflngomielina, fosfatil
Como rutina deben auscultarse los LCF después del pro-
glicerol, test de Clements, células), alfafetoproteína plas-
cedimiento.
mática, estriol plasmático, lactógeno placentario, registro
materno de la actividad fetal, monitorización basal de la Si no se dispone de ultrasonografía para elegir el sitio
frecuencia cardíaca fetal, prueba de tolerancia fetal a las de la punción, éste debe elegirse por medio del examen

248
clínico. Habitualmente resulta adecuada para la punción El instrumento permite observar el líquido amniótico a
el área paraumbilical correspondiente al lado en que se través de las membranas del polo inferior del huevo al ser
encuentran las extremidades fetales; otro sitio adecuado es contrastado contra el polo cefálico del feto. Son necesarias
la región suprapúbica, previo rechazo hacia arriba de la ciertas condiciones cervicales para poder introducir el am-
presentación. nioscopio.
La amnioscopia es un procedimiento diagnóstico comple-
Indicaciones de la amniocentesis. Son indicaciones
mentario de utilidad en las últimas semanas de gestación.
frecuentes del procedimiento, las siguientes: riesgo de cro-
mosomopatía fetal, riesgo de trastornos metabólicos here-
Técnica de la amnioscopia. Es muy simple, de poco
ditarios, valores elevados de alfafetoproteína en el plasma
riesgo, indolora, se realiza en forma ambulatoria y puede
materno, madre RH negativo sensibilizada, diagnóstico de
repetirse cuantas veces sea necesario.
madurez fetal y diagnóstico de condición fetal.
Con la paciente en posición ginecológica, se procede a
La amniocentesis permite la observación directa del lí-
un prolijo aseo vulvovaginal. Se practica un tacto vaginal
quido amniótico, pudiéndose observar en él, ya en la mis-
con el objeto de diagnosticar la presentación fetal y la po-
ma jeringa con que es extraído, su color, la presencia de
sición, consistencia, longitud y dilatación del cuello uterino
vérnix y la presencia de meconio.
para juzgar si es posible practicar el procedimiento y con
Un líquido amniótico como agua cristalina sugiere un qué calibre de instrumento debe ser practicado.
embarazo en evolución. La presencia de vérnix y lanugo
Con los dedos introducidos en la vagina se guía el extre-
en el líquido amniótico sugiere madurez fetal. Un líqui-
mo del amnioscopio hasta introducirlo en el cuello uterino.
do amniótico de color amarillo seguramente contendrá
Luego se retira el mandril y se acopla en el borde libre del
concentraciones elevadas de bilirrubina; un líquido amnió-
amnioscopio una fuente luminosa que permita observar el
tico con meconio nos orientará al diagnóstico de hipoxia
polo inferior del huevo.
fetal.
Para observar el líquido amniótico por medio del am-
Con técnicas adecuadas de laboratorio se puede estu-
nioscopio, es necesario que la presentación sea cefálica y
diar en el líquido amniótico la concentración de bilirrubina,
no se encuentre muy alta.
la presencia de células naranjas, la concentración de crea-
tinina, de estriol, de fosfolípidos y de las células fetales para El líquido amniótico normal se observa transparente u
estudio cromosómico. opalescente, con grumos de vérnix caseoso de acuerdo
con el grado de madurez fetal. El líquido amniótico puede
El estudio macroscópico, bioquímico, citológico y cro-
observarse de color verde (meconio) o amarillento (bilirru-
mosómico del líquido amniótico obtenido por amniocen-
bina). El líquido amniótico rojizo puede indicar desprendi-
tesis, ha trasformado a este procedimiento en uno de los
miento de placenta o muerte fetal.
métodos diagnósticos complementarios más útiles en obs-
tetricia (Pérez & Donoso, 1984).
Indicaciones de la amnioscopia. Después de las 36
semanas de gestación es un procedimiento útil para mo-
Riesgos de la amniocentesis. La amniocentesis no es
nitorizar embarazos de alto riesgo: embarazo prolongado,
un procedimiento inocuo; tiene riesgo de infección, hemo-
diabetes, retardo del crecimiento intrauterino, síndrome
rragia, desencadenamiento de trabajo de parto o de abor-
hipertensivo, colestasia intrahepática del embarazo, etc.
to, desprendimiento de placenta, punción del feto (incluso
También es útil en el diagnóstico de rotura prematura de
muerte fetal), etc. No obstante, todas estas complicaciones
membranas.
si bien han sido descritas, son infrecuentes, especialmente
si se siguen con rigurosidad las normas técnicas descritas,
Contraindicaciones. Son contraindicaciones de la am-
y no logran eclipsar el aporte que significa el procedimien-
nioscopia la metrorragia del tercer trimestre, la amenaza de
to, en especial para el diagnóstico de la condición y madu-
parto prematuro, la presentación podálica, la presentación
rez fetal (Pérez & Donoso, 1984; Donoso, 1992) (consultar
de tronco y las condiciones inadecuadas del cuello uterino.
Capítulo 67: Genética y perinatología).
El 15% de las primigestas presenta un cuello uterino inade-
cuado para el procedimiento.
Amnioscopia
Complicaciones. Se describen como complicaciones
La amnioscopia es la observación del líquido amniótico de la amnioscopia la rotura prematura de membranas, la
a través del polo inferior del huevo intacto, por medio de un infección ovular, la metrorragia y el desencadenamiento del
tubo con iluminación adecuada, llamado amnioscopio, que trabajo de parto; sin embargo, observando la técnica des-
se introduce por el cuello uterino. crita, estas complicaciones son infrecuentes.

249
OBSTETRICIA

Cordocentesis Algunas definiciones de uso


La muestra de sangre fetal obtenida por punción trans-
frecuente en obstetricia
cutánea del cordón umbilical se emplea para evaluar po- y medicina perinatal
sibles alteraciones hematológicas del feto y para el estudio
• Muerte fetal (mortinatalidad). Es la cesación de la vida
del cariograma de la sangre fetal.
fetal antes de su expulsión o extracción completa, in-
La técnica más empleada es la obtención de sangre del dependiente de la edad fetal. Se divide en muerte fetal
cordón umbilical por vía percutánea dirigida por ultrasoni- temprana, intermedia y tardía.
do. Se realiza generalmente después de las 18 semanas de
• Muerte fetal temprana (aborto). Es la que ocurre en las
gestación, aunque procedimientos exitosos han sido reali-
primeras 19 semanas de gestación.
zados desde las doce semanas (Nicolini y cois., 1990). La
implantación placentería del cordón, por ser fija, es el lugar • Muerte fetal intermedia. Es aquella que ocurre entre la
preferente para la cordocentesis, siempre que sea visible 20™ y la 28va semana de gestación.
a la ultrasonografía. Otras alternativas de punción son las
• Muerte fetal tardía. Es el fallecimiento que ocurre des-
vueltas libres del cordón o la vena intrahepática.
pués de la 28va semana de gestación antes de que se
Bajo visión ultrasonográfica se inserta una aguja de complete la expulsión fetal en el parto (Benson, 1987).
anestesia espinal y se aspira una pequeña cantidad de
• Mortinato. Es el recién nacido que nace muerto.
sangre. La confirmación de sangre fetal se hace por medio
de un contador y canalizador Coulter que puede diferenciar
En el Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Ca-
la sangre materna de la fetal, en base al mayor volumen de
tólica de Chile, se denomina mortinato al feto que nace
los eritrocitos de la sangre fetal.
muerto pesando 500 g o más, y aborto al que nace pesan-
La cordocentesis es segura cuando es realizada por mé- do 499 g o menos.
dicos experimentados, pero tiene mayor riesgo que la biop-
La mortalidad fetal se expresa por la tasa de mortalidad
sia de vellosidades córlales y que la amniocentesis. Las
fetal o tasa de mortinatalidad, que es la relación entre el
complicaciones maternas son raras, pero puede presentar-
número de defunciones tardías (más de 28 semanas de
se amnionitis y hemorragia transplacentaria. El riesgo de
gestación) ocurridas en una zona geográfica dada, en un
muerte fetal o aborto se estima en el 3% (Ghidini y cois.,
año dado y el número total de nacimientos vivos ocurridos
1993; Wilson y cois. 1994) (consultar Capítulo 67: Gené-
en la misma zona durante el mismo año, expresada por
tica y perinatología).
1.000 nacidos vivos (Meneghello, 1985).

Biopsia de vellosidades córlales (BVC) Mortalidad neonatal. Se denomina así al fallecimien-


to de un recién nacido vivo durante sus primeros 28 días
La BVC permite el diagnóstico prenatal en el primer tri- de vida.
mestre. En las células trofoblásticas de origen fetal se pue-
den realizar estudios genéticos. La BVC ofrece la misma La mortalidad neonatal se divide en: mortalidad neo-
información respecto a cariograma, niveles enzimáticos y natal precoz, que incluye desde el nacimiento hasta los 6
ADN que el estudio de las células del líquido amniótico. días, 23 h, 59', y la mortalidad neonatal tardía, que abar-
ca las muertes neonatales desde el 7mo día de vida, hasta
La BVC puede ser realizada por vía transcervical o tran- los 27 días, 23 h y 59'.
sabdominal. El período óptimo para la vía transcervical es
entre la décima y la duodécima semana de gestación. La La mortalidad neonatal se expresa por la tasa de mor-
vía transabdominal puede realizarse durante todo el emba- talidad neonatal, que es la relación entre el número de de-
razo, constituyendo una alternativa de la cordocentesis. La funciones de recién nacidos vivos, menores de 28 días de
tasa de aborto después de una BVC no es significativamen- edad, ocurridas en una zona geográfica dada, durante un
te diferente a la que determina la amniocentesis. La BVC año dado y el número total de nacimientos vivos ocurridos
transcervical y transabdominal son procedimientos igual- en la misma zona dada, durante el mismo año, expresada
mente seguros (Golbus y cois., 1991) (consultar Capítulo por 1.000 nacidos vivos (Meneghello, 1985).
67: Genética y perinatología).
Mortalidad perinatal. El período perinatal es aquel
que se extiende desde las 28 semanas de la vida fetal hasta
los siete días de vida extrauterina.
El mayor riesgo de morir del ser humano se encuentra
en el período perinatal.

250
TABLA 12-1. Elementos diagnósticos de embarazo

Presuntivos Probabilidad Certeza


Amenorrea Aumento tamaño uterino PhCG + Radioinmunoanálisis suero-orina
Síntomas digestivos Modificaciones mamarias Observación ultrasonográfica embrión
Síntomas urinarios Signo de Hegar Auscultación por ultrasonido LCF
Síntomas cardiovasculares Signo de Chadwick Auscultación clínica LCF
Otros síntomas (sueño) Signo de Godell Palpación partes y movimientos fetales

La mortalidad perinatal se expresa por la tasa de mor- Clásicamente, los síntomas y signos diagnósticos de
talidad perinatal, que es la relación entre la suma de las embarazo se han dividido en presuntivos, probables y de
defunciones fetales tardías y las defunciones de recién na- certeza. Los primeros representan los síntomas generales
cidos vivos menores de siete días de edad ocurridas en que determina el embarazo inicial en el organismo de la
una zona dada, durante un año dado y el número total de mujer. Los de probabilidad se refieren a signos precoces
nacidos vivos en la población de la misma zona, durante el del examen ginecológico determinados por la gestación y
mismo año, expresada por 1.000 nacidos vivos. a ciertos exámenes de laboratorio. Los signos de certeza
evidencian en forma inequívoca la presencia fetal (TABLA
La tasa de mortalidad perinatal es el más fiel reflejo
12-1) (Schwarczycols., 2008).
de la efectividad de un programa de atención materno-
perinatal.
Diagnóstico de embarazo durante
Mortalidad materna. Se denomina muerte materna al el primer trimestre
fallecimiento de una mujer, por causas derivadas o agrava-
das por el embarazo, parto o puerperio (42 días posparto). La consulta por presunción de embarazo es muy fre-
Excluye las muertes incidentales y accidentales. La tasa cuente. Habitualmente la mujer, y en ocasiones la pareja,
de muerte materna es el número de muertes maternas por está ansiosa por confirmar, a la brevedad posible, la pre-
100.000 nacidos vivos en un período determinado. sencia o ausencia de gestación.

El diagnóstico de embarazo de primer trimestre descan-


Diagnóstico de embarazo sa en la anamnesis, el examen físico y exámenes diagnós-
ticos complementarios.
El diagnóstico de gestación generalmente es sencillo. Des-
pués de un interrogatorio y un examen adecuado, el clí- El diagnóstico durante la quinta semana de amenorrea,
nico, en la mayoría de los casos, llega a una conclusión vale decir, durante los primeros siete días de atraso mens-
diagnóstica. Para los casos de duda existen procedimientos trual, es habitualmente presuntivo y descansa en la falta de
diagnósticos complementarios precisos y precoces. menstruación y en la presencia de síntomas sugerentes de
gestación. La ultrasonografía y el examen ginecológico no
Para la mujer, el diagnóstico de embarazo reviste es-
son concluyentes en este período. Sin embargo, la subuni-
pecial importancia, desee o no la gestación. Es fácil com- dad beta de la gonadotropina amónica (phCG), hormona
prender que este diagnóstico conlleva para ella, su pareja
producida por el sincicio trofoblasto a los ocho días de la
y su familia implicancias diferentes al diagnóstico médico fecundación, se puede detectar por medio de radioinmu-
habitual. noanálisis en el suero materno ya a los nueve días de la
Por su frecuencia y por sus implicancias medicosociales, fecundación. No obstante, la detección precoz de esta hor-
todo médico, no sólo el ginecoobstetra, debe estar capaci- mona si bien permite detectar la presencia en el organismo
tado para encauzar el diagnóstico precoz de gestación. Más materno de tejido trofoblástico, no permite diagnosticar si el
aún, el médico general debe pensar en esta posibilidad embarazo es intrauterino, ni tampoco su normalidad (Marrs
frente a síntomas generales, especialmente digestivos, que & Mishell, 1980).
pueden no ser otra cosa que los síntomas acompañantes
de una gestación inicial, aún inadvertida. También se debe Anamnesis. La anamnesis dirigida al diagnóstico
tener presente la posibilidad de un embarazo inicial en toda precoz de embarazo (5ta a 12da semana) debe considerar
mujer en edad fértil que requiera de procedimientos diag- prioritariamente la amenorrea y los síntomas propios de la
nósticos o terapéuticos que puedan implicar riesgo para la gestación durante el primer trimestre. Estos pueden abarcar
gestación. el aparato digestivo, urinario, cardiovascular, los órganos

251
OBSTETRICIA

de los sentidos y ciertos síntomas generales (astenia, som- cio y el aumento de la necesidad de dormir. Para el autor,
nolencia, fatigabilidad), aunque se observan embarazadas éste es el signo subjetivo más corriente de gestación inicial.
que no acusan ninguno de estos síntomas.
Son frecuentes también las alteraciones emocionales
como irritabilidad, cambios en el carácter, labilidad emo-
Amenorrea. Es corrientemente el primero y más evi-
cional, melancolía, angustia, sensación de miedo, etcétera.
dente de los síntomas de gestación. En una mujer sana,
en edad fértil, con vida sexual activa con varón sano y sin
Examen físico. Para el diagnóstico precoz de embara-
uso de procedimientos anticonceptivos, la suspensión de
zo el examen físico general y ginecológico son elementos
la menstruación es, sin duda, el síntoma más útil en la
semiológicos útiles.
sospecha clínica de gestación. No obstante, el análisis
anamnésico de este síntoma debe ser cuidadoso, ya que
Examen físico general. La paciente que concurre al
hay circunstancias que dificultan su interpretación. Así, por
médico por sospecha de embarazo, como toda paciente gi-
ejemplo, es frecuente que la mujer no recuerde la fecha
necológica, debe ser sometida a un detenido examen físico
de su última menstruación o este recuerdo sea impreciso;
general y segmentario, el cual proporcionará importantes
que la causa del atraso menstrual o amenorrea no sea de-
signos semiológicos útiles en el diagnóstico diferencial de
pendiente de un embarazo (González-Merlo, 1997); que
la amenorrea.
la gestación se haya iniciado en un período de amenorrea
fisiológica o patológica, etc. Por otra parte, un embarazo Los signos semiológicos más corrientes y precoces du-
inicial puede acompañarse de ginecorragia de cierta perio- rante las primeras doce semanas de gestación se presen-
dicidad que enmascara la amenorrea. tan en las mamas. La aréola aumenta su pigmentación,
las glándulas sebáceas de la aréola se hacen prominentes
Síntomas digestivos. Los síntomas digestivos son fre- (folículos de Montgomery) y los pezones se tornan erécti-
cuentes y precoces. Incluso algunas mujeres presentan les y algo prominentes. Al estimular el pezón y comprimir
molestias digestivas antes de la falta de menstruación. El la glándula mamaria se obtiene a través de los conductos
síntoma más frecuente entre los digestivos es la sensación galactóforos un líquido seroblanquecino muy característico
de náusea, con vómito o sin él, generalmente de aparición denominado calostro.
matinal y que tiende a desaparecer durante el transcurso
del día. Hay mujeres que presentan náuseas o vómitos a Examen ginecológico. Para el diagnóstico de embara-
cualquier hora del día. La exacerbación de este síntoma zo, el examen ginecológico debe incluir todos los tiempos
puede llevar a la hiperemesis gravídica, cuadro de fuerte anteriormente mencionados.
componente funcional que puede comprometer la gesta-
La inspección abdominal en una gestación inicial nor-
ción y que determina la hospitalización de la paciente.
mal generalmente no aporta evidencias semiológicas ca-
Otros síntomas digestivos sugerentes de gestación de racterísticas. Sin embargo, debe ser atenta y acuciosa con
primer trimestre son: sialorrea, sensación de asco por cier- el objeto de observar signos que puedan ser de utilidad en
tos alimentos, sensación de vacío gástrico, exacerbación el diagnóstico diferencial de la amenorrea.
del apetito, perturbación del gusto, etcétera.
La palpación abdominal (superficial y profunda) entre
las once y doce semanas de amenorrea frecuentemente
Síntomas urinarios. Con cierta frecuencia, precozmen-
revela una masa de características semiológicas bien de-
te después del atraso menstrual, la mujer relata poliaquiu-
finidas que se insinúa en el hipogastrio. Se trata de un
ria sin disuria. Para algunas mujeres éste es un síntoma
tumor redondeado, de consistencia blanda, de superficie y
típico de comienzo de gestación. Este síntoma desaparece
bordes lisos y suaves, de borde superior cóncavo hacia el
espontáneamente en dos o tres semanas. Es frecuente en
pubis y dotado de cierta movilidad e indoloro, que se conti-
las mujeres con útero en marcada anteversoflexión. En es-
núa hacia el interior de la pelvis y que se percibe mejor en
tos casos puede ser necesario plantear el diagnóstico dife-
la palpación profunda y en mujeres delgadas. Este tumor
rencial con infección urinaria.
hipogastrio) aumenta su tamaño al desplazarse sobre el
pubis y facilita su palpación a medida que aumentan las
Síntomas cardiovasculares. Algunas mujeres presen-
semanas de amenorrea.
tan taquicardia, extrasistolia y fatigas frecuentes como res-
puesta vascular al estado de gestación inicial. La auscultación abdominal con el estetoscopio de P¡-
nard o de Lee-Hilles no revela la presencia de latidos car-
Otros síntomas. También son frecuentes al inicio del diofetales (LCF) en un embarazo de primer trimestre. Sin
embarazo alteraciones de los órganos de los sentidos, ta- embargo, con la ayuda de un instrumento de ultrasonido,
les como hiperosmia, hiposmia o parosmia y alteración del se pueden auscultar LCF desde las nueve a diez semanas
gusto. Sensación de aumento de volumen y tensión de las de gestación, constituyéndose esta auscultación en un sig-
mamas. Más frecuente aún es la somnolencia, el cansan- no precoz de certeza de embarazo. La frecuencia de 140 a

252
160 LCF por minuto permite diferenciarlos claramente de tación intrauterina, esta información es útil para el clínico,
los latidos maternos. ya que en presencia de pruebas inmunológicas positivas o
determinaciones de subunidad |3 que indiquen actividad
La inspección de los genitales externos muestra cierto trofoblástica debe sospecharse un embarazo ectópico. En
grado de cianosis vulvar (introito); también la vagina y el ocasiones, es posible también reconocer imágenes anexia-
cuello uterino muestran cierto grado de cianosis, lo que les sugerentes de embarazo tubario.
se conoce como el signo de Chadwick (Chadwick, 1886).
En pacientes que presentan metrorragia, no obstante
El moco endocervical se presenta opaco, pegajoso y sin existir pruebas ¡nmunológicas positivas, la ultrasonografía
filancia. Es frecuente la presencia de leucorrea. contribuye en forma substancial al diagnóstico de embara-
El cuello uterino se presenta reblandecido al tacto (signo zo y de vida embrionaria y pueden así plantearse, según las
de Goodell), los fondos de saco vaginales están ocupados imágenes observadas, los diagnósticos de restos de aborto
para el dedo que examina, como consecuencia del creci- o aborto completo, aborto retenido, huevo anembrionario o
miento uterino (signo de Noble-Buddin). embarazo molar (consultar Capítulo 28: Aborto y Capítulo
33: Ultrasonografía en obstetricia).
En el examen bimanual (mano izquierda vaginal - mano
derecha abdominal) se palpa el útero discretamente au- Un embarazo intrauterino normal puede detectarse por
mentado de tamaño en relación con el tiempo de ameno- ultrasonografía transvaginal desde los 16 días postovula-
rrea, de forma redondeada y de consistencia blanda y de ción o desde los diez días postimplantación. La ultrasono-
superficie lisa e indoloro y con cierto grado de movilidad. grafía abdominal puede detectar un embarazo intrauterino
No es infrecuente detectar una marcada retroflexión del desde la quinta semana de amenorrea.
útero gravídico inicial debido al aumento de tamaño y de Durante el primer trimestre de gestación, la ultrasono-
peso que la gestación determina. grafía transvaginal ofrece el diagnóstico de gestación y su
Al palpar el istmo del útero se comprueba el clásico sig- correcta implantación, la valoración del número de embrio-
no de Hegar, que consiste en el reblandecimiento marcado nes y su corionicidad, el cálculo de la edad gestacional, la
del istmo uterino y que se aprecia con toda claridad al pal- vitalidad del embrión y su adecuado desarrollo, el diagnós-
par este segmento entre los dedos de la mano vaginal y la tico de malformaciones y marcadores de cromosopatías.
abdominal. El signo de Hegar es uno de los más clásicos, Mientras no se observe vesícula vitelina ni embrión es
precoces y fáciles de identificar entre los signos semiológi- preciso hacer diagnóstico diferencial del saco gestacional
cos de probabilidad de embarazo; se puede detectar ya en con sangre en la cavidad endometrial, quistes adenomó-
la sexta semana de amenorrea (Benson, 1987). ticos e imagen de pseudosaco en una gestación ectópica.
En ciertas ocasiones, especialmente en mujeres delga- La vesícula vitelina es la primera estructura que puede
das, es posible palpar un ovario más aumentado de tamaño ser demostrada dentro del saco gestacional. Es claramente
y de consistencia remitente. Es el ovario donde asienta el perceptible a las cinco semanas y cuatro días de ameno-
cuerpo lúteo gravídico. También es posible detectar durante rrea. Su observación permite hacer diagnóstico diferencial
el tacto bimanual una contracción uterina (signo de Braxton entre embarazo intrauterino y ectópico (Tobajas y cois.,
Hicks) propio del útero grávido (Schwarcz y cois., 2008). 2007).
Desde las seis semanas de amenorrea se observa, por
Procedimientos diagnósticos complementarios. medio del ultrasonido, en el interior del útero un saco ges-
Una vez realizada la anamnesis, el examen físico general tacional que mide aproximadamente 4 a 5 mm de diá-
y el examen ginecológico, se puede recurrir a exámenes metro. En el interior de ese saco gestacional se observa el
de laboratorio o pruebas hormonales para complementar el embrión. Este hallazgo constituye un diagnóstico certero de
diagnóstico de embarazo, otorgándole a este diagnóstico el gestación. La actividad cardíaca y los movimientos fetales
carácter de probabilidad y, en ocasiones, de certeza. Entre se detectan habitualmente a la séptima semana de ame-
estos procedimientos de diagnóstico precoz de embarazo norrea. La cabeza, el tórax, el abdomen y las extremidades
podemos mencionar la ultrasonografía, las pruebas bioló- del embrión son identificadas claramente desde las ocho o
gicas, las pruebas inmunológicas y el radioinmunoanálisis nueve semanas de amenorrea.
para la fracción |3 de la hormona gonadotrofina coriónica
(phCG). A las once semanas el huevo ocupa la totalidad de la
cavidad uterina, habiéndose adosado la decidua capsular y
Ultrasonografía. Sin duda es el examen complemen- parietal. Hasta esta edad la medición de la longitud céfalo-
tario más útil para el diagnóstico de embarazo. El examen nalgas (LCN) constituye el mejor índice para determinar la
edad gestacional.
ultrasonográfico de aquellas pacientes en las que se sospe-
cha una gestación reviste extraordinaria importancia. Inclu- A las doce semanas aparece la calota y desde las trece
so cuando el examen ultrasonográfico no demuestra ges- y catorce semanas de amenorrea en adelante la medición

253
OBSTETRICIA

del diámetro biparietal (DBP) es el parámetro más útil para Pruebas inmunológicas. Estas pruebas se basan en la
determinar la edad gestacional (consultar Capítulo 33: Ul- detección de la gonadotrofina coriónica (hCG) en la orina
trasonografía en obstetricia}. o plasma de la mujer embarazada (Tobajas y cois., 2007).
El nivel plasmático y la excreción urinaria de hCG au-
Pruebas biológicas. Estas pruebas forman parte de la
mentan gradualmente durante el embarazo, hasta llegar a
historia de la medicina. Actualmente han sido reemplaza-
su mayor nivel entre los 60 y 80 días de amenorrea. A las
das por las pruebas inmunológicas.
16 semanas, aproximadamente, estos niveles descienden
La primera prueba biológica descrita y que revolucionó y se mantienen en niveles bajo 40 UI/mL hasta el final del
la obstetricia y la investigación en el campo de la reproduc- embarazo. Los niveles de hCG son más elevados en el em-
ción fue la descrita por Ascheim y Zondek en 1927. Estos barazo múltiple y en la enfermedad trofoblástica.
autores demostraron que la orina de mujeres embarazadas
La hCG tiene capacidad antigénica. Al ser inyectada en
desde los 35 días de amenorrea tenía propiedades gonado-
un animal, éste desarrolla anticuerpos específicos.
íróflcas que se podían utilizar para el diagnóstico precoz de
gestación en la mujer (Ascheim & Zondek, 1927). El fundamento de la detección inmunológica de la hCG
consiste en que la hCG contenida en el suero o en la orina
La prueba propuesta por estos autores y que se empleó
de la mujer embarazada es neutralizada por el suero anti
en clínica durante muchos años consiste en inyectar orina
hCG.
o suero de la mujer supuestamente embarazada a ratas
impúberes. Si la orina contiene gonadotroflnas coriónicas, El avance de la inmunología ha permitido el desarrollo
se producirá aproximadamente a las 96 horas maduración de los denominados anticuerpos monoclonales, que junto
folicular, hipermia oválica, hemorragia folicular y luteini- con disminuir los costos de los reactivos, ha permitido una
zación de los folículos. Esta reacción que tiene alta espe- mayor sensibilidad y especificidad de la reacción inmuno-
cificidad presenta como inconvenientes la demora en la lógica para la detección de gonadotrofina coriónica (hCG).
obtención del resultado (96 horas) y la necesaria disponi-
El diagnóstico inmunológico es fundamental en la capa-
bilidad de ratas.
cidad antigénica de la gonadotropina coriónica. Al mezclar
En 1929 Friedman demostró que la inyección intrape- orina de una mujer embarazada con un suero que con-
ritoneal o intravenosa de orina de mujer embarazada pro- tiene anticuerpos antigonadotrofina, la orina neutraliza los
duce ovulación en la coneja (Friedman, 1929). La técnica anticuerpos. Esta mezcla se introduce en una suspensión
de esta prueba como diagnóstico precoz de embarazo con- de partículas de látex cargadas con gonadotropina. Como
siste en laparotomizar a la coneja 48 horas después de la los anticuerpos ya han sido neutralizados por la gonado-
inyección de la orina para observar los ovarios. La prueba tropina de la orina de la mujer gestante, no se produce
positiva revela folículos hemorrágicos en los ovarios. reacción. Si la orina proviene de una mujer no embarazada,
las partículas de látex serán aglutinadas por los anticuer-
Este método de alta especificidad fue usado por varias
pos antigonadotrofina del suero. Éstas se hacen positivas a
décadas para el diagnóstico precoz de gestación. Su incon-
partir del quinto día de amenorrea en una mujer con ciclos
veniente era la demora en la obtención del resultado (48
menstruales regulares y detectan valores de 50 mUI/mL de
horas), el costo que significaba la disponibilidad de conejas
gonadotropina coriónica o superiores en orina.
vírgenes y el tiempo que requiere la laparotomía.
Existen también pruebas inmunológicas que utilizan el
En 1947, Galli Mainini describió los resultados de sus
principio de la hemaglutinación de hematíes de carnero
investigaciones utilizando el sapo vulgar (Bufo arenarum
por los anticuerpos antigonadotrofina en orina, que pueden
hensel) como receptor de la orina de la mujer supuesta-
efectuar las madres en su domicilio. Estos exámenes detec-
mente embarazada (Galli-Mainini, 1947). La técnica de
tan cantidades de 200 mU/mL de gonadotropina coriónica
esta prueba consiste en inyectar 10 mL de orina en el saco
o superiores en orina (Tobajas y cois., 2007).
linfático dorsal del sapo. Si la orina es portadora de gonado-
trofinas, se produce la eyeculación del sapo y el contenido Un ejemplo de estos exámenes actualmente muy difun-
de la cloaca obtenido con una pequeña pipeta a las tres didos, de bajo costo y de fácil realización por la mujer mis-
horas de fa inyección de la orina y al ser observado al mi- ma es el Test Pac/c®, que utiliza anticuerpos monoclonales
croscopio muestra abundantes espermios. La reacción es anti hCG de ratón. Estos anticuerpos se localizan en una
negativa cuando no se observan espermios en el contenido matriz en forma de cruz (+) en el disco de reacción. Ante
de la cloaca por un período de 24 horas. Este procedi- la presencia en la orina de hCG, más el agregado de un
miento es tan sensible como las reacciones anteriormente activo cromógeno, aparece la cruz dibujada en el disco de
mencionadas y tiene a su favor el bajo costo, la sencillez reacción (reacción positiva de embarazo). La sensibilidad
de su técnica y, especialmente, la rapidez en la obtención de esta prueba es de 50 Ul hCG/litro, lo que permite de-
del resultado. tectar hCG en mujeres embarazadas cinco días antes de

254
r la menstruación esperada. Otros test similares son el Neo-
Capítulo 12 Semiología obstétrica: Diagnóstico de embarazo

semanas de embarazo, lo que constituye un signo clínico


Pregnosticon y el Beta-U-Test. de certeza del embarazo, lo mismo que la percepción por
parte del examinador de movimientos y partes fetales.
Determinación de hCG por radioinmunoanálisis. La
El diagnóstico de embarazo en este período debe incluir
hormona foliculoestimulante (FSH), la hormona estimu-
la comprobación de la gestación, la presencia de vida fetal,
lante del tiroides (TSH), la hormona luteinizante (LH) y la
la edad gestacional, la fecha probable de parto (FPP), la
gonadotropina coriónica (hCG) constan de dos subunida-
normalidad o anormalidad del embarazo, la presencia de
des (a y |3). La subunidad a es la misma para las cuatro
una gestación única o múltiple, la presencia de síntomas
hormonas; en cambio, la subunidad |3 es diferente en todas
de aborto o síntomas de parto prematuro, el crecimiento
ellas, proporcionando así especificidad para cada una. Las
fetal, la condición fetal, la presentación fetal, la cantidad de
subunidades |3 se pueden aislar del resto de la glucoproteí-
líquido amniótico (oligoamnios-polihidramnios), la ubica-
na. Así, mediante la determinación de la subunidad |3 por
ción de la placenta, la concomitancia de patología médica
radioinmunoanálisis, puede distinguirse entre hCG y LH
y obstétrica; el estado nutritivo de la madre, su condición
eliminando el problema de la reacción cruzada entre estas
psíquica, su condición económico-social y la disposición
dos hormonas (Waitukaitis y cois., 1972).
de la pareja o del grupo familiar para recibir al hijo. La
El radioinmunoanálisis permite identificar la fracción P anamnesis, el examen físico general, el examen ginecoobs-
de la hCG nueve días después de la concepción, vale de- tétrico, los exámenes de laboratorio y muy especialmente la
cir, con anterioridad al atraso menstrual (Mishell y cois., ultrasonografía obstétrica con estudio fetal, determinan el
1974). diagnóstico (Donoso, 1992) (consultar Capítulo 32: Eva-
luación de la edad gestacbnal, madurez y bienestar fetal
Desde la implantación del conceptus, la hCG aumenta
durante el embarazo).
su nivel plasmático duplicando sus valores cada dos días,
llegando a niveles de 100 mUI/mL a los 16 días de gesta-
Diagnóstico diferencial del embarazo. El diagnósti-
ción. Entre los 40 y 90 días de amenorrea, el nivel plasmá-
co diferencial de presunción o probabilidad de embarazo es
tico de hCG oscila entre 70.000 y 200.000 mUI/mL, para
eventualidad frecuente en clínica ginecoobstétrica. Frente a
luego permanecer durante todo el resto del embarazo en
la sospecha de un embarazo inicial, es preciso plantear el
valores aproximados a las 20.000 mUI/mL.
diagnóstico diferencial de las amenorreas (González-Merlo,
La detección por radioinmunoanálisis de la subunidad |3 1997).
de la hCG se ha constituido en la prueba más sensible (5
Frente a la sospecha de un embarazo inicial es preciso
mUI/mL), específica, precoz y útil para el diagnóstico de
establecer si se trata de una gestación única o múltiple;
gestación inicial. Debe destacarse la especial utilidad de
normotópica o ectópica. Si se trata de una gestación intrau-
esta determinación en ciertos casos de embarazo ectópico
terina, debemos diagnosticar si su implantación es normal
y en el seguimiento de pacientes en que se ha hecho el
o si estamos en presencia de una amenaza de aborto. En
diagnóstico de enfermedad trofoblástica (consultar Capítulo
ocasiones es preciso plantear el diagnóstico diferencial de
29: Enfermedad trofoblástica gestacional).
gestación de primer trimestre con un embarazo molar (me-
Se ha informado que el pronóstico del embarazo en pa- diante ultrasonografía).
cientes portadoras de embarazo de primer trimestre con
Preponderancia en el diagnóstico diferencial de emba-
amenaza de aborto estaría en relación con el nivel de hCG.
razo adquiere su diferenciación con otro tipo de tumores o
Si los niveles de hCG en orina son inferiores a 10.000
aumentos de volumen pelvicoabdominal: mioma uterino,
mUI/mL, el pronóstico de la gestación sería peor que si
quistoma ovárico, hematometra, quiste hidatídico, tumor
estos valores son mayores de 20.000 mUI/mL. La serie
de colon, ascitis, obesidad, retención urinaria, procesos in-
de Nygren mostró que con valores de subunidad |3 de hCG
flamatorios crónicos, etc. Estas patologías pueden simular
mayores de 20.000 mUI/mL en plasma, no se produjeron
una gestación o complicarla. Sigue siendo válido el plan-
abortos, en cambio, las pacientes con menos de 10.000
teamiento de que frente a todo tumor abdominal de ca-
mUI/mL en plasma abortaron (Nygren, 1973).
racterísticas similares a una gestación, en una mujer en
edad fértil, debe sospecharse un embarazo mientras no se
Diagnóstico de embarazo durante demuestre lo contrario y actuar en consecuencia.
la segunda mitad de la gestación Al plantear el diagnóstico diferencial de embarazo debe-
Entre las 18 y 20 semanas la madre inicia la percepción mos mencionar el pseudoembarazo o pseudociesis. Este
de movimientos fetales. Esta percepción es ligeramente problema se plantea generalmente en mujeres con proble-
más precoz en las multíparas que en las primíparas. mas psíquicos que desean vehementemente un embarazo.
Es más corriente en mujeres cercanas al climaterio. Ellas
La auscultación de LCF por medio del estetoscopio de llegan a percibir movimientos fetales, aumento de volumen
Pinard o de Lee-Hilles, es positiva a partir de las veinte del abdomen, adoptar actitud y marcha de embarazada.

255
OBSTETRICIA

Relatan crecimiento de las mamas y hasta presencia de Golbus MS, Simpson JL, Fowler SE ef al. Risk factors associated
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256
Control prenatal

E. Donoso

El control prenatal es el conjunto de acciones y procedi- En Chile, desde los inicios de la década de los noven-
mientos sistemáticos y periódicos destinados a la preven- ta del siglo recién pasado, más del 99% de los partos
ción, diagnóstico y tratamiento de los factores que puedan tiene atención profesional intrahospitalaria y la media de
condicionar morbimortalidad materna y perinatal. controles prenatales por embarazada es superior a cinco
controles (Herrera & Castro, 1996). Entre los años 2000
Mediante el control prenatal podemos vigilar la evolu-
y 2005, los rangos de las tasas de mortalidad fetal y mor-
ción del embarazo y preparar a la madre para el parto y
talidad neonatal fueron de 4,3 y 7,6/1000 nacidos vivos
el cuidado de su hijo, como también capacitarla para la
y de 5,6 y 5,2/1.000 nacidos vivos respectivamente (INE,
identificación de síntomas y signos de alarma que le per-
2005); en el mismo período el rango de la tasa de mor-
mitan consultar oportunamente. Así, podremos controlar el
talidad materna osciló entre 12,2 y 18,7/10.000 nacidos
período de mayor riesgo de morbimortalidad en la vida del
vivos (TABLA 13-1), cifras excelentes para Latinoamérica
ser humano, como es el perinatal, y una de las principales
pero distantes aún de los países desarrollados (Donoso,
causas de muerte de la mujer, como son las derivadas del
2006).
embarazo, parto y puerperio.
La mayoría de los modelos de control prenatal actual-
El éxito del control prenatal se mide por la magnitud
mente en uso no han sido evaluados en sus resultados
de los indicadores de mortalidad materno-perinatal y de la
primarios ni en su costo-efectividad (Carroli y cois., 2001),
atención profesional del parto. Para que un programa de
por lo que no se han podido ¡mplementar intervenciones
control prenatal tenga impacto en estos indicadores, este
efectivas, como por ejemplo la óptima asignación de re-
debe ser eficaz, eficiente, de amplia cobertura e incluir el
cursos humanos y tecnológicos para reducir la morbimor-
90% de los partos con atención profesional ¡ntrahospita-
talidad materno-perinatal. Es así que especialmente en
laria.

TABLA 13-1. Tasas de mortalidad neonatal, fetal y maternal (Chile 2000-2005)

Año Mortalidad fetal Mortalidad neonatal Mortalidad materna


(por l.OOONV) (por 1.000 NV) (por 100.000 NV)
2000 4,3 5,6 18,7
2001 4,9 5,0 17,4
2002 4,8 5,0 16,7
2003 5,7 4,9 12,2
2004 6,2 5,4 17,5
2005 7,6 5,2 19,8

Fuente: INE, 2005.

257
OBSTETRICIA

los países en desarrollo, los programas de control prenatal parada con la de médicos ginecoobstetras (Villar y cois.,
son ineficientes, con visitas clínicas irregulares, con largos 2001a).
tiempos de espera y una mala respuesta en el cuidado de
Aproximadamente el 70% de las embarazadas no tiene
las embarazadas. Estos programas habitualmente adoptan
factores de riesgo y sus embarazos evolucionan fisiológica-
el modelo occidental de control prenatal, que se basa en
mente. Su control es simple y no requiere de infraestructura
controles mensuales en la primera mitad de la gestación,
de alto costo. El equipamiento básico consiste en un lugar
luego cada tres semanas, cada dos semanas y finalmente
físico con privacidad, iluminación y climatización adecua-
semanal en el último mes, lo que significa un rango entre
da, camilla o mesa ginecológica (FIGURA 13-1), esfigmo-
ocho y doce controles si la primera visita se efectúa antes
manómetro (FIGURA 13-2), balanza con cartabón (FIGU-
de las doce semanas de embarazo (AAP & ACOG, 2002;
RA 13-3), cintas obstétricas (FIGURA 13-4), gestograma
National Collaborating Center for Women's and Children's
(FIGURA 12-1), estetoscopio de Pinard (FIGURA 13-5),
Health, 2003; ICSI, 2007).
guantes de examen ginecológico, espéculos vaginales (FI-
Las evidencias señalan que es posible, en la embaraza- GURA 13-6), carné de control prenatal (FIGURA 13-7A Y
da de bajo riesgo, reducir el número de controles sin alterar FIGURA 13-7B) y equipo humano de salud conciente de
el pronóstico perinatal, con un menor costo para las em- la importancia de su labor. Con esta básica y simple infra-
barazadas y los proveedores, y con una efectividad clínica estructura es posible cumplir adecuadamente los objetivos
similar a la dada por matronas y médicos generales, com- del control prenatal.

FIGURA 13-1. Mesa para examen obstétrico ginecológico. FIGURA 13-2. Esfigmomanómetro de mercurio.

FIGURA 13-3. Balanza con cartabón. FIGURA 13-4. Cinta obstétrica [fuente: www.clap.ops-
oms.org/web_2005/TECNOLOGIAS/tecnologias%20pe-
rinatales.htm].

258
FIGURA 13-5. Estetoscopio de Pinard. FIGURA 13-6. Espéculo vaginal.

á
EXAMENES COMPLEMENTARIOS
Día í, es CARNÉ PERINATAL

\~
\
\. 1
1
\ 1 Llagar ííe| parto
JK

\í ffi HOSPITALI7ACION
IN&RtSO E'^C'ÍIJ

oía r/üs oa vea El embarazo no es una enfermedad pera exige


vig¡|;3nc!ri dnl noiirDO de salud para cvilar
\!
0. Es impórtente que sy primera consulta a
centro de salud sea la mu ti pro-rtD posibie-
Gümpl-i co'i IMS c'uiíi y |HE, rccarrondíaciortíti que [o
sean d actas.
OBSERVACIONES Es!e carné contiene ínfomiacióq intJirinfír!=-,;3liln
para su suludykiijíí t;u hiju.l h'-vcío r;.; i Ur'.ü'iiodo
c,íio r¡:-quM\ una utííic^r-, v,'; .-IREJ pcr.-j el nniunrnzo,
ptartD, puo-pnrifi o oonírai dw oíbcinicnto y
c'f:á;íi[0|[ü'.iOBi,h"jD.
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FIGURA 13-7A. Carné perinatal (anverso).

259
OBSTETRICIA

CA8NÉ PERINATAL- CUP'SMR - OPS. OMS

FIGURA 13-7B. Carné perinatal (reverso).

Objetivos del control prenatal to de la probabilidad de que la madre, el feto o el recién


nacido puedan sufrir un daño. Desde el punto de vista mé-
El objetivo general del control prenatal es lograr que la ges- dico, daño es la morbimortalidad que puede experimentar
tación culmine exitosamente, con madre y recién nacido un individuo como consecuencia de la acción del factor de
sanos. Los objetivos específicos son identificar los factores riesgo.
de riesgo, diagnosticar la edad gestacional, la condición fe-
Los problemas que con mayor frecuencia determinan
tal, la condición materna y educar a la madre.
morbimortalidad perinatal en Chile son la prematurez, la
asfixia periparto, las malformaciones congénitas y las infec-
Identificación de los factores de riesgo ciones (Donoso y cois., 1999; Donoso & Villarroel, 1999).
La morbimortalidad materna está determinada principal-
Factor de riesgo es la característica biológica, social o mente por el síndrome hipertensivo del embarazo, por el
ambiental que al estar presente, se asocia con un aumen- aborto, por las enfermedades maternas pregestacionales,

260
Capítulo 13 Control prenatal

por las hemorragias periparto y por las infecciones (Dono- TABLA 13-2. Evaluación de factores de riesgo en nivel
so, 2004; Donoso, 2006). De ahí que las estrategias del primario de atención maternal
control prenatal estén orientadas a la prevención, al diag-
nóstico y al tratamiento de estos factores.
• Historia obstétrica
Con el fin de normar la identificación de los factores de - Muerte fetal o neonatal previa
riesgo, las organizaciones que coordinan la atención de la - 3 o más abortos sucesivos
salud de un país han diseñado instrumentos que facilitan - Peso de nacimiento previo menor a 2.500 gra-
esta acción. Consisten en un listado de antecedentes obsté- mos o mayor a 4.500 gramos
tricos, médicos, socioeconómicos y nutricionales a los que - Parto prematuro previo menor de 35 semanas
se les asigna un puntaje. En relación a éste son las accio-
- Anomalía congénita mayor
nes que se tomarán para establecer un programa específico
de control prenatal, destinado a una vigilancia más estricta - Hospitalizaciones por hipertensión, preeclamp-
y especializada del binomio madre-hijo. Estos instrumentos sia o eclampsia en el último embarazo
deben ser diseñados de acuerdo a la realidad sanitaria del - Cirugía uterina previa
país, basada en el estudio de los problemas prioritarios de • Complicaciones del embarazo actual
salud materno-infantil. Deben ser simples, de forma que - Gestación múltiple
permitan su uso en cada control por el personal que trabaja
- Edad materna menor de 16 años o mayor de 40
habitualmente en los lugares de atención, y que puedan ser años
evaluados en su capacidad predictiva.
- Isoinmunización por factor Rh
El instrumento debe diferenciar claramente los factores - Sangrado vaginal
de riesgo poblacionales de los factores de riesgo individual - Presión arterial diastólica igual o mayor a 90
o biológico. Es así como el factor de riesgo pobreza, de mmHg al momento del control
alta prevalencia en los países en desarrollo y de gran im- - Masa pélvica
pacto en la salud materno-perinatal, deberá ser manejado
en el nivel primario, mientras que en un país desarrollado • Patologías médicas generales
se efectuará en un nivel secundario o terciario de control - Hipertensión arterial
prenatal. Esto enfatiza que los instrumentos de identifica- - Diabetes mellitus insulinodependiente
ción de factores de riesgo deben ser propios de cada país - Patología renal o cardíaca
o adoptados de uno que tengan una realidad sanitaria y - Abuso de sustancias, incluido el alcohol
sociocultural semejante. - Cualquier otra patología o condición médica
El modelo sugerido por la OMS (Villar & Bergsj0,
2003), en base a la evaluación efectuada en el primer
control prenatal, identifica a las embarazadas calificadas
de "bajo riesgo", a las que se les ofrece un control de Nivel primario de atención prenatal. Este nivel rea-
rutina con componente básico, de aquellas que necesitan liza la atención prenatal básica, otorgando prestaciones
un cuidado mayor o de atención especial, por lo que son a no menos del 80% de las embarazadas en control. La
referidas a un centro de atención secundario o terciario atención materna puede ser dada según la realidad del país
(TABLA 13-2). por profesionales matronas, enfermeras matronas, médi-
cos generales y auxiliares de enfermería capacitadas en la
Uno de los objetivos específicos del Estado en relación
atención materno-infantil. Este nivel de atención debe estar
a la salud de la población, es brindar la máxima cobertura
localizado donde se ubica la mayor concentración poblacio-
técnico-profesional a los problemas prioritarios de salud
nal, con el objetivo de otorgar la mayor cobertura y facilitar
y a los problemas derivados del proceso reproductivo, ya
los desplazamientos de las madres para su atención. Debe
que constituyen problemas de salud pública de máxima
disponer de subniveles de atención primaria para dar co-
relevancia. Un programa de atención prenatal bien con-
bertura a los grupos alejados de los centros urbanos, como
cebido debe disponer de una cobertura superior al 90%
es la posta y el consultorio rural. Los objetivos específicos
de la población de embarazadas para lograr una signifi-
de este nivel son identificar los factores de riesgo materno-
cativa reducción de los indicadores de riesgo materno-
perinatal, derivar a las madres al nivel secundario o terciario
perinatal. Para lograr esos objetivos la atención materna
según riesgo, efectuar el control prenatal a las embarazadas
se debe organizar en niveles, los que se deben diferenciar
de bajo riesgo, educar a las embarazadas, efectuar el con-
por la complejidad de los problemas a resolver, por la lo-
trol posparto y realizar y controlar la planificación familiar.
calización geográfica y por los recursos tecnológicos que
se deberán utilizar para el diagnóstico y tratamiento de las
Nivel secundario de atención prenatal. Debe estar
patologías.
localizado en el mismo lugar físico del nivel primario. La

261
OBSTETRICIA

atención de las pacientes debe ser realizada por un médi- En países desarrollados como los EE.UU. se aprecian
co ginecoobstetra. Los objetivos específicos de atención de diferencias significativas en los indicadores de morbilidad
este nivel son confirmar o rechazar el diagnóstico de riesgo y mortalidad perinatal según los diferentes grupos étnicos,
efectuado en el nivel primario, efectuar el control prenatal incluso con ingreso precoz al control prenatal; se demostró
de las pacientes de alto riesgo que no requieren hospitaliza- que minorías raciales de ese país comparadas con la pobla-
ción y derivarlas al nivel terciario en el momento oportuno. ción blanca presentaron mayor frecuencia de restricción del
crecimiento intrauterino, preeclampsia, rotura prematura de
Nivel terciario de atención prenatal. Debe estar lo- membranas de pretérmino, diabetes gestacional, placenta
calizado en un centro hospitalario. La atención la realizarán previa, parto prematuro, parto por cesárea y metrorragia del
médicos ginecoobstetras, perinatólogos y matronas o enfer- posparto (Healy y cois., 2006). Estadísticas vitales nacio-
meras capacitadas en la realización de algunas técnicas de nales de ese país también señalan que las muertes depen-
evaluación fetal no invasivas. Los objetivos específicos de dientes del período perinatal (CIÉ 10: POO-96) en niños de
este nivel son atender a las embarazadas de alto riesgo que raza negra son significativamente mayor es que en las otras
requieren hospitalización para su diagnóstico y tratamiento; razas (Hoyert y cois., 2006; Minino y cois., 2007).
efectuar técnicas de evaluación fetal invasivas y no invasi-
vas; asistir el parto de las embarazadas de alto riesgo y a
su recién nacido. La marcha armónica y organizada de los
Edad materna
tres niveles de atención prenatal logrará brindar las mejores La edad materna constituye un factor de riesgo materno-
expectativas de salud para la madre y su hijo. perinatal, especialmente en las edades extremas del pe-
A continuación analizaremos algunos factores de riesgo ríodo fértil (Donoso y cois., 2001; Donoso y cois., 2003;
que deben ser identificados durante el control prenatal. La Donoso & Villarroel, 2003; Donoso & Carvajal, 2008).
mayoría de ellos están tratados extensamente en los dife- Adolescentes chilenas menores de 15 años y de 15 a
rentes capítulos de este libro. 19 años, se compararon con adultas de 20 a 34 años
en relación al riesgo de mortalidad materna, mortalidad
Raza fetal tardía, mortalidad neonatal y mortalidad infantil. En
las menores de quince años las muertes maternas y fe-
Se debe reconocer si la madre pertenece a algún grupo tales tardías no presentaron diferencias significativas con
étnico en particular. Este conocimiento es importante, de- las adultas definidas como grupo control; mientras que sí
bido a que en los países de la región una gran proporción hubo diferencias significativas en el mayor riesgo de mor-
de sus habitantes pertenece a etnias cuyas costumbres en talidad neonatal (2,27; IC95% 1,92 a 2,68) e infantil
torno al proceso reproductivo hace que tengan un control (2,39; IC95% 2,04 a 2,62). En las adolescentes de 15
prenatal inadecuado y que su parto sea atendido habitual- a 19 años, el riesgo de mortalidad materna (0,72; IC95%
mente por empíricas, comadronas o su líder religioso. Una 0,56 a 0,92) y fetal (0,81; IC95% 0,77 a 0,86) fue sig-
de las acciones más importantes del control prenatal en nificativamente menor al de las adultas; mientras que el
esos grupos es mostrar respeto por sus costumbres e in- de muerte neonatal (1,20; IC95% 1,16 a 1,25) e infantil
tegrarlos a las acciones de salud. En la TABLA 13-3, se (1,38; IC95% 1,35 a 1,42) fue significativamente mayor.
presentan las tasas de mortalidad fetal, neonatal e infantil Un estudio previo había demostrado que el mayor riesgo
de la Región de la Araucanía, comparada con la Región de mortalidad neonatal e infantil se asociaba a mayor ries-
Metropolitana y las otras regiones de Chile; solamente se go de recién nacidos menores de 2.500 gramos (1,78;
encuentran diferencias significativas en la mortalidad fetal, IC95% 1,66 a 1,92) (Donoso y cois., 2001; Donoso y
que está directamente relacionada con el control prenatal cois., 2003).
(INE, 2004).

TABLA 13-3. Comparación de las tasas de mortalidad fetal, neonatal e infantil de la Región de la Araucanía versas las de
la Región Metropolitana y todas las regiones de Chile, 2004

Tasas de mortalidad Región Metropolitana Región de la Araucanía Todas las regiones


(x 1.000 nv)
Mortalidad fetal 5,2 7,9 6,í
Mortalidad neonatal 5,2 5,3 5,6
Mortalidad infantil 8,4 8,8

Fuente: INE, 2004.

262
En el otro extremo de edad materna, las mujeres chile- TABLA 13-4. Recién nacidos vivos según edad materna
nas de cuarenta o más años, comparadas con mujeres de (Chile, 2004)
20 a 34 años, tienen mayor riesgo de mortalidad mater-
na (7,13; IC95% 3,31 a 14,97), mortalidad fetal (2,19;
Edad materna n %
IC95% 1,69 a 2,85), neonatal (1,8; IC95% 1,4 a 2,32) e
infantil (1,8; IC95% 1,49 a 2,18), como también de recién < 15 905 0,39
nacidos menores de 2.500 gramos (1,72; IC95% 1,58 a 15 a 19 33.507 14,55
1,88) (Donoso & Villarroel, 2003). 20 a 34 158.209 68,68
En países desarrollados el mayor riesgo perinatal a ma- 35 a 39 29.108 12,64
yor edad materna, especialmente a partir de los 35 años, 40 a 44 8.207 3,48
es un hecho establecido (Canterino y cois., 2004; Jacob- a 45 335 0,15
sson y cois., 2004; Odibo y cois., 2006; Reddy y cois.,
2006), como también en la maternidad adolescente (Jolly No declarado 81 0,04
y cois 2000; Gortzak-Uzan y cois., 2001; Smith & Pell,
2001; Chen y cois., 2007; Reime y cois., 2008). Fuente: INE, 2004.

En la TABLA 13-4 se presenta la frecuencia absoluta y


relativa de los nacidos vivos según edad materna en Chile
(INE, 2004). Se aprecia que el 68,7% de los nacimientos Recién nacido de bajo peso
ocurren en mujeres de 20 a 34 años, rango definido ha-
Se define como recién nacido de bajo peso aquel niño
bitualmente como edad reproductiva ideal. Los grupos de
cuyo peso al nacer es inferior a 2.500 gramos, indepen-
edad extrema, definidos como de alto riesgo, son las ma-
diente de su edad gestacional. Es la resultante de nacer
dres adolescentes (14,9%) y las mujeres en edad materna
antes de las 37 semanas (parto prematuro), de la restric-
avanzada (3,6%).
ción del crecimiento intrauterino o de ambas condiciones.
En la TABLA 13-5 se presentan las tasas de mortalidad Constituye uno de los problemas más importantes de salud
fetal, neonatal e infantil (expresadas por 1.000 nacidos vi- pública, porque se asocia con la mayoría de las muertes
vos) según rangos de edad materna, correspondientes a que acontecen en el primer año de vida y con la mayoría
Chile en el período entre 1990 y 2004. Se aprecia un sig- de las alteraciones del desarrollo neurointelectual. El 90%
nificativo aumento de los tres tipos de mortalidad a partir de los nacimientos con bajo peso que ocurren en el mundo
de los cuarenta años, mientras que en las adolescentes acontecen en los países en vías de desarrollo.
la mortalidad neonatal e infantil son más altas que en los
grupos de entre 20 y 34 años (Donoso, 2008).

TABLA 13-5. Mortalidad fetal, neonatal e infantil según rangos de edad materna (Chile, 1990-2004)

Edad materna (años) Mortalidad fetal Mortalidad neonatal Mortalidad infantil


(x 1.000 nv) (x l.OOOnv) (x 1.000 nv)
10a 14 5,8 13,3 23,9
15 a 19 4,2 7,5 14,6
20 a 24 4,7 6,7 12,4
25 a 29 4,8 5,9 10,2
30a 34 5,6 6,0 9,7
35 a 39 7,1 7,1 11,4
40 a 44 11,2 10,5 17,4
45 a 49 15,9 14,5 27,2
a 50 18,8 61,0 103,3

263
OBSTETRICIA

Una embarazada que registra el antecedente de un hijo tal. Múltiples estudios actuales han mostrado una mayor
anterior con bajo peso al nacer, tiene dos a tres veces ma- prevalencia de diabetes gestacional, hipertensión arte-
yor riesgo de que esta morbilidad vuelva a repetirse en la rial, preeclampsia, cesáreas, mortinatos y recién nacidos
gestación actual. De ahí que se deben hacer todos los es- macrosómicos, como también mayor riesgo de obesidad
fuerzos posibles por obtener esta información cuando se y alteraciones metabólicas a largo plazo del recién naci-
efectúe la anamnesis perinatal, con fines de efectuar las do (Lu y cois., 2001; Callaway y cois., 2006; Galtier y
intervenciones necesarias que permitan reducir el riesgo. cois., 2008), y muy especialmente en la obesa mórbida
embarazada (Callaway y cois., 2006). El manejo de esta
patología nutricional durante el embarazo permite reducir
Antropometría materna
el riesgo materno-perinatal (Átala & Castro, 2004; Kiel y
Parámetros básicos antropométricos nos permiten eva- cois., 2007).
luar la condición nutricional materna. Es así que medir a la En nuestra experiencia, hemos encontrado una signifi-
madre en el primer control prenatal y pesarla en cada control cativa mayor incidencia de hipertensión arterial, infección
permite el seguimiento nutricional durante el embarazo y to- puerperal, cesáreas y fetos grandes para la edad gestacio-
mar las medidas dietéticas que correspondan. La condición nal (Tilton y cois., 1989). Otras experiencias chilenas han
nutricional materna anterior y durante el embarazo es un encontrado riesgos similares a lo reportado en países desa-
factor determinante del peso del recién nacido. Los antece- rrollados y una reducción del riesgo materno-perinatal con
dentes nutricionales, tales como ingesta calórica diaria infe- manejo nutricional durante el embarazo (Atalah & Castro,
rior a 2.000 calorías, talla materna inferior a 150 cm, peso 2004; Huidobro y cois., 2004). En países desarrollados
materno pregestacional inferior a 50 kg, ganancia de peso la obesidad es un problema de salud pública; en el Reino
durante el embarazo inferior a 10 kg, eran los principales Unido una de cada cinco embarazadas es obesa (Guelinckx
determinantes de retardo de crecimiento intrauterino, y por y cois., 2008), en Australia el 34% de las embarazadas
sí solos explicaban más del 50% de las diferencias de esta tiene sobrepeso u obesidad (Callaway y cois., 2006) y en
patología entre los países rurales e industrializados (Kramer, los EE.UU. el 13,1% de las embarazadas tiene sobrepeso
1987). La antropometría materna disminuida (talla menor y el 21,9% es obesa (D'Angelo y cois., 2007). En Chile, la
de 150 cm y peso menor de 50 kg) constituye, en ocasio- prevalencia de sobrepeso y obesidad fue del 16,8% en el
nes, la expresión genética de un adulto de su potencial de 2000, 3% más que en 1990 (MIDEPLAN, 2000).
crecimiento, pero también puede significar la expresión de
una subalimentación en la infancia, que se puede mantener
en la actualidad. Estas madres tienen un riesgo relativo 3,3 Mala historia obstétrica
veces mayor de tener un hijo pequeño para la edad ges-
De especial importancia para el éxito de la gestación
tacional, comparadas con madres de mayor antropometría
actual es efectuar una detallada historia reproductiva en
(Donoso & Espinoza, 1988). Esto explica la necesidad de
el primer control prenatal. Su importancia radica en que
medir y pesar a la madre en el primer control prenatal, para
la paciente que tiene un pasado obstétrico adverso como
realizar la intervención nutricional y tomar otras medidas
aborto recurrente (Fox & Chevernak, 2008), mortinatos
destinadas a revertir su efecto sobre el recién nacido.
(Smith, 2006; Getahun y cois., 2007; Reddy, 2007),
Las mujeres con un índice masa corporal (IMC) pre- malformaciones fetales (Wilson y cois., 2007), restricción
gestacional inferior a 18,5 se asocian significativamente del crecimiento intrauterino (Surkan y cois., 2004; Sali-
a restricción del crecimiento intrauterino (Doherty y cois., hu y cois., 2006), parto prematuro (Adams y cois., 2000;
2006). Las madres con bajo peso materno (definido como Mazaki-Tovi y cois., 2007; McManemy y cois., 2007) y
un índice peso/talla inferior al 90% del peso estándar), rotura prematura de membranas (Lee y cois., 2003), tie-
tienen hijos con peso inferior a 3 kg, lo que es significati- nen mayor riesgo de repetir un nuevo fracaso reproductivo
vamente superior a la de madres con un índice peso/talla que aquella embarazada que carece de esos antecedentes.
mayor (Rosso, 1991). La importancia de establecer el diag-
Debemos obtener información sobre antecedentes de
nóstico de bajo peso materno es que con terapia nutricional
partos prematuros previos y de sus características. Es im-
es posible disminuir e incluso revertir su efecto sobre el
portante conocer si hubo parto prematuro con o sin in-
peso neonatal. La etiología del menor peso fetal en mujeres
demnidad de las membranas ovulares, como también si la
de bajo peso se puede explicar por un déficit de substrato
prematurez se debió a la interrupción de la gestación por
nutricional caloricoproteico y por importantes cambios he-
patología materna o fetal. Debemos obtener información
modinámicos, especialmente por una menor expansión del
sobre el peso y la edad gestacional del recién nacido, como
volumen plasmático materno (Rosso y cois., 1992).
también de si requirió terapia respiratoria neonatal, si fa-
La obesidad materna definida como un índice peso/ lleció o sobrevivió y las eventuales secuelas respiratorias o
talla superior al 120% del peso estándar o un índice de neurológicas. Con esa información es posible planificar las
masa corporal igual o superior a 30, ha sido considerada estrategias y medidas terapéuticas para evitar un resultado
tradicionalmente como un factor de riesgo materno-perina- adverso.

264
CapítuJo 13 [ Control prenatal

Se debe obtener una detallada información de los an- su hijo, a través de control prenatal gratuito y retiro del tra-
tecedentes de mortinatos previos. Es muy importante co- bajo con compensación económica al menos seis semanas
nocer si hubo patología materna, la edad gestacional, el antes de la fecha estimada de parto (Debré y cois., 1933).
peso y las características anatómicas y genéticas del óbito Estas recomendaciones sentaron las bases para las políti-
anterior. De especial importancia es el conocimiento de si cas de protección de la salud de las embarazadas y de sus
la muerte aconteció durante el embarazo o en el trabajo de hijos, adoptadas por muchos países y que se mantienen en
parto. Con el conocimiento de estos antecedentes podre- la actualidad.
mos planificar un protocolo específico de control prenatal y
Un estudio realizado en 1992 en Ciudad de México, que
disminuir o evitar un nuevo fracaso reproductivo.
evaluó el beneficio de la licencia prenatal (retiro laboral seis
Debemos obtener una detallada información en aquellas semanas antes de la fecha probable de parto) en mujeres
pacientes que tienen historia de aborto recurrente; el que trabajadoras que tienen ese beneficio comparadas con las
se define como los antecedentes de tres o más abortos es- que no lo tienen, observó que las últimas tienen un 50%
pontáneos sucesivos, siendo muy alto el riesgo de recurren- más de riesgo de tener hijos con retardo del crecimiento
cia en estas situaciones. De acuerdo a las características de intrauterino y tres veces más probabilidades de parto pre-
los abortos será posible protocolizar un manejo específico maturo, como también las mujeres que trabajan más de
en su actual gestación. cincuenta horas semanales o cuyos trabajos les requiere
estar más de siete horas de pie o que tienen conflicto labo-
ral (Cerón-Mireles y cois., 1996).
Actividad laboral
Un estudio europeo multinacional efectuado en 16 paí-
Con mayor frecuencia, la mujer se integra a la población ses (Saurel-Cubizolles y cois., 2004), reveló un moderado
laboral remunerada; en Chile, la participación de la mujer mayor riesgo de parto prematuro para mujeres que trabajan
en el mercado laboral es del 42% y el 29,7% es jefa de más de 42 horas semanales (OR 1,33; 95%IC 1,1 a 1,6),
hogar (MIDEPLAN, 2006). En ocasiones su actividad labo- trabajo de pie más de seis horas diarias (OR 1,26; 95%IC
ral implica un mayor riesgo para su actual gestación, como 1,1 a 1,5) y bajo grado de satisfacción laboral (OR 1,27;
mortalidad perinatal, malformaciones congénitas, aborto, 95%IC 1,1 a 1,5).
restricción del crecimiento fetal y parto prematuro. Es así
que debemos informarnos de si la madre trabaja en con- Entre los factores laborales de riesgo de parto prematuro
tacto con productos tóxicos como pesticidas (Rojas y cois., es preciso considerar la actividad laboral prolongada de pie,
2000; Schreinemachers, 2003), radiaciones ionizantes efectuar trabajos que requieren levantar cosas pesadas y
(Brent, 1989; International Commission on Radiológica! realizar largos traslados al trabajo, especialmente si estas
Protection, 2000; De Santis y cois., 2005; De Santis y embarazadas tienen factores de riesgo como embarazo ge-
cois., 2007), o si realiza actividad física inadecuada y está melar o antecedentes de partos prematuros.
sometida a estrés (Mozurkewich y cois., 2000). Identifi-
cado el riesgo laboral debemos hacer todos los esfuerzos Consumo de alcohol
para lograr una readecuación laboral u otorgar las licencias
médicas por el tiempo que sea necesario. El consumo de alcohol es un hábito muy arraigado en
nuestra sociedad y este se extiende durante el embarazo.
En relación al parto prematuro y al tipo de actividad la-
En los EE.UU. los estudios epidemiológicos revelan que el
boral, ya en 1895 el obstetra francés Pinard pudo observar
10% de las embarazadas bebe alcohol y que el 2% con-
que las embarazadas que trabajaban en las lavanderías de
sume seis o más tragos por semana o cinco o más tragos
París tenían altas tasas de parto prematuro y de mortalidad
en una ocasión (Tsai & Floyd, 2004). El denominado fetal
neonatal. Les ofreció un programa de retiro laboral y com-
alcohol spectrum dísorders (FASO) describe los defectos
paró las cifras de parto prematuro y de mortalidad neonatal
al nacer causados por consumo de alcohol durante el em-
con las embarazadas burguesas, demostrando que no ha-
barazo, que incluyen el síndrome alcohólico fetal (FAS) y
bía diferencias entre ellas en estos resultados perinatales;
otras condiciones tales como el síndrome alcohólico fetal
demostró así el beneficio del reposo prenatal (citado por
parcial (PFAS), el alcohol-related neurodevelopmental di-
Papiernik, 1993).
sorder (ARND), el alcohol-related birth defects (ARBD), y
En Europa, entre 1928 y 1930, la Oficina de Higiene el fetal alcohol effect (FAE) (Abel, 1982; Abel & Hannigan,
de la Liga de las Naciones realizó un estudio multinacional 1995; Sokol y cois., 2003). La negación del hábito es
de las causas de la mortalidad fetal e infantil. Consideraron muy frecuente en la mujer, especialmente cuando se em-
al trabajo pesado (hard work) como una causa mayor de baraza. Sin embargo, el 60% de las mujeres disminuye la
parto prematuro, asociado al abandono social y ausencia ingesta espontáneamente, llegando incluso a la completa
de control prenatal. Propusieron que para prevenir el parto abstinencia, especialmente en la última parte de la gesta-
prematuro debía darse una mayor protección a la madre y a ción (Pietrantoni & Knuppel, 1991).

265
n

OBSTETRICIA

El etanol y su metabolito, el acetoaldehído, son dos po- Existe una gran variabilidad de la prevalencia de uso en
derosos agentes teratógenos. A nivel celular aumentan la los diferentes países, regiones de los países y grupos étni-
actividad peroxidasa, disminuyendo la síntesis de ADN y la cos que los forman. En los EE.UU. el 90% de las consu-
síntesis proteica, como también dificultando el crecimiento, midoras está en edad fértil y las drogas de mayor consumo
la diferenciación y la migración celular. El alcohol interfiere son cocaína, anfetaminas, opiáceos, marihuana, etanol,
con el sistema de transporte placentario de aminoácidos al cafeína y solventes derivados del tolueno (Kuczkowski,
feto, generando retardo del crecimiento fetal y recién naci- 2007). Los factores de riesgo sugerentes de consumo de
dos de bajo peso. Otros efectos descritos son el aumento drogas en la embarazada son ausencia de control prenatal,
del riesgo de aborto espontáneo entre dos a cuatro veces parto prematuro y tabaquismo, como también enfermeda-
entre las bebedoras de más de 1 oz de alcohol absoluto dos des de transmisión sexual y embarazo adolescente (Little
veces a la semana; como también desprendimiento prema- y cois., 2003; Fiellin, 2004; Mitsuhiro y cois., 2006; Ku-
turo de placenta normoinserta y parto prematuro entre las czkowski, 2007).
bebedoras de más de dos tragos diarios (1 trago = bebida
El consumo de drogas ¡lícitas durante el embarazo se
que contiene 12 g o 15 mL de alcohol absoluto; esta can-
asocia a un mayor riesgo obstétrico y perinatal como parto
tidad de alcohol está contenida en un tarro de cerveza de
prematuro, bajo peso al nacer, restricción del crecimiento
360 mL o de 12 oz) (Abel, 1982; Berkowitz y cois., 1982;
intrauterino y depresión neonatal. Se ha descrito también
Pietrantonl & Knuppel, 1991; Sokol y cois., 2007).
mayor riesgo de malformaciones fetales, pero los mecanis-
Los denominados fetal alcohol spectrum disorders mos a través de los cuales la mayoría de las drogas provo-
(FASO) son una combinación de defectos físicos y mentales ca alteraciones estructurales en el feto son desconocidos.
atribuibles a la exposición del feto al alcohol (Sokol y cois., Evidencias actuales señalan que un mecanismo muy im-
2003; Manning & Hoyme, 2007; Romitti y cois., 2007); portante es la disminución del flujo sanguíneo provocada
los signos más frecuentes en el recién nacido son: por drogas con acción vasoconstrictora como la cocaína, la
anfetamina y el éxtasis, lo que provoca la disrupción o la
• Retardo del crecimiento pre o posnatal.
destrucción de estructuras corporales, que previamente se
• Compromiso del sistema nervioso central: irritabilidad, habían formado normales. Es difícil separar los efectos pu-
hiperactividad, hipotonía, retraso del desarrollo psico- ros de las drogas en el desarrollo del feto y en la evolución
motor y retardo mental leve a moderado, trastornos del del embarazo, debido a que la embarazada adicta utiliza
aprendizaje. habitualmente múltiples compuestos con capacidades te-
ratógenas. Es importante destacar que drogas con acción
• Malformaciones cardíacas como defectos del septum
vasoconstrictora como la cocaína, las anfetaminas y el éx-
interventricular e interauricular y tetralogía de Fallot.
tasis, usadas recreacionalmente en el primer trimestre del
• Miopía. embarazo, tienen un riesgo significativo de gastrosquisis
fetal (OR 3,3; 95% Cl: 1,0 a 10,5) (Drapery cois., 2008).
• Dismorfias craneofaciales como: microcefalia, microof-
talmia y/o fisuras palpebrales cortas, labio superior fino El consumo de cocaína durante la gestación se asocia
y aplanamiento o ausencia del maxilar, dientes peque- a anomalías fetales y del embarazo como desprendimien-
ños y alteraciones del esmalte. to prematuro de placenta normoinserta, engrasamiento de
los vasos de la decidua, infartos placentarios isquémicos,
Se ha podido determinar una dosis respuesta relaciona- hematomas ¡ntervellositarios, parto prematuro, retardo
da con alteraciones conductuales evaluadas entre los seis y del crecimiento fetal, hemorragia intracerebral, atresias
siete años de edad de los niños expuestos prenatalmente al no duodenales del intestino, defecto de las extremidades
alcohol; los efectos conductuales adversos pudieron ser ob- por reducción y anomalías del tracto urinario (obstrucción
servados en dosis tan bajas como con un trago por sema- uretral, hidronefrosis, hipospadia y síndrome prune belly)
na, por lo que la recomendación final es no beber alcohol (Jones, 1991; Chasnoff, 1991). Sin embargo, cuando se
durante el embarazo (Sood y cois., 2001). controla el uso de múltiples drogas se aprecia solamente
mayor riesgo de desprendimiento prematuro de placenta y
rotura prematura de membranas como efectos directos de
Consumo de drogas la cocaína en el embarazo (Addis y cois., 2001). Recien-
La verdadera incidencia del uso de drogas en el embara- temente se ha podido demostrar que los niños expuestos
zo es desconocida. En los EE.UU. en el período entre 1996 antenatalmente tienen una curva de crecimiento posnatal
y 1998 la prevalencia de uso fue del 6,4% para mujeres no menor que los no expuestos (Richardson y cois., 2007). La
embarazadas en edad fértil y del 2,8% de mujeres emba- cocaína y su metabolito (benzoylecgonina) se acumulan y
razadas, de las cuales el 28% suspendió el consumo en el pueden ser detectados en cabello materno y fetal; la pre-
primer trimestre, alcanzando el 93% en el tercer trimestre sencia en cabello fetal indica una fuerte adicción materna
(Ebrahim & Gfroerer, 2003). a la droga (García-Bournissen y cois., 2007).

266
Capítulo 13 Control prenatal

La marihuana es la droga ¡lícita de mayor consumo en la parto prematuro, monitorizar el crecimiento fetal y decidir la
edad fértil de la mujer y durante el embarazo (Burnsy cois., interrupción del embarazo en caso necesario.
2006). Su uso oscila entre el 10% y el 32% de las emba-
razadas durante el primer trimestre, descendiendo al 10%
Consumo de tabaco
en el tercer trimestre de la gestación. Pese a la gran pre-
valencia de su uso, los efectos de esta droga sobre el feto Pese a que las personas tienen una adecuada informa-
y el embarazo son motivo de controversia. Los resultados ción sobre los efectos perniciosos del tabaco sobre la sa-
obtenidos en las múltiples publicaciones sobre el tema no lud, la prevalencia de su consumo no se ha modificado
son consistentes. Esto se debe a las diferencias de los dise- significativamente. Es así que sólo el 25% de las mujeres
ños de las investigaciones, a la metodología de evaluación suspende su hábito cuando se les diagnostica su embara-
de los resultados, a la población estudiada y al momento y zo. Estudios con marcadores bioquímicos señalan que sólo
dosis de la exposición del feto a la acción de la droga. No se el 60% de las embarazadas reconoce su hábito y que el
ha encontrado asociación con alteraciones morfológicas. La 20% continúa fumando hasta el término de la gestación.
asociación con retardo del crecimiento fetal, talla fetal baja, La madre fumadora aumenta el riesgo de aborto 1,4 veces,
bajo peso de nacimiento y prematurez es motivo de contro- el riesgo de recién nacido de bajo peso en 1,9 veces y
versia (Day & Richardson, 1991). Un estudio poblacional la mortalidad perinatal en 1,2 veces. El mayor riesgo de
neozelandés no mostró que el consumo de marihuana se malformaciones congénitas es controversial (Fingerhut y
asocie a un riesgo aumentado de morbimortalidad perinatal cois., 1990; Lieberman y cois., 1994). Los hijos de ma-
(Fergusson y cois., 2002). dres fumadoras pesan en promedio 420 gramos menos
El uso de narcóticos está limitado especialmente por el que los hijos de madres no fumadoras. Aproximadamente,
costo de la droga. El consumo de estas drogas condiciona cada cigarrillo/día es responsable de 11 g menos de peso
un embarazo de alto riesgo por la magnitud de situaciones neonatal. Durante el control prenatal se debe detectar el
perinatales descritas y asociadas a su uso, como aborto hábito y educar a la madre para que suspenda o disminu-
espontáneo, mortalidad, retardo del crecimiento intrauteri- ya significativamente su consumo (CLAP, 1987). Estudios
no, prematurez, insuficiencia placentaria, eclampsia, corio- recientes han mostrado la asociación de parto prematuro y
amnionitis, rotura prematura de membranas, hemorragias restricción del crecimiento fetal tanto en fumadoras pasi-
posparto, diabetes gestacional, infecciones de transmisión vas como activas, sugiriendo que las estrategias efectivas
sexual, VIH y síndrome de abstinencia neonatal (Hoeger- para reducir el riesgo es la suspensión completa del hábito
man & Schnoll, 1991; Sarkar & Donne, 2006). El consu- más que su reducción (Windham y cois., 2000; Kharrazi
mo de metadona se asocia a un riesgo cuatro veces mayor y cois., 2004; Steyn y cois., 2006; Jaddoe y cois., 2008).
de parto prematuro, nueve veces mayor de restricción del
crecimiento intrauterino (percentil < 3) y cuatro veces ma- Diagnóstico de la edad gestacional
yor de microcefalia que la población general; es importan-
te destacar que el 62% de los recién nacidos desarrolló Los elementos clínicos que se utilizan para el cálculo de
síndrome de abstinencia (Arlettaz y cois., 2005). En una la edad gestacional son el tiempo de amenorrea a partir del
población de embarazadas tailandesas consumidoras de primer día de la última menstruación, el tamaño uterino,
heroína y anfetaminas la incidencia general de prematurez, la primera percepción materna de los movimientos fetales
bajo peso al nacer, restricción del crecimiento intrauterino y la primera identificación de los latidos cardiofetales con
y microcefalia fue del 31,7%, 31,7%, 9,5% y 8,6%, res- el estetoscopio de Pinard. Para que estos elementos tengan
pectivamente (Thaithumyanon y cois., 2005). utilidad práctica, el control prenatal debe ser precoz (antes
de las doce semanas de amenorrea) para así evitar el olvido
La farmacoterapia para las adicciones durante el emba-
de la información por parte de la embarazada. Además,
razo es escasa; con excepción de la terapia de reemplazo
la relación edad gestacional/tamaño uterino es adecuada
para metadona y nicotina, las experiencias clínicas con me-
siempre que el examen obstétrico se realice antes del quin-
dicación antiadictiva para alcohol y estimulantes son muy
to mes.
limitadas, y no existen para marihuana y alucinógenos
(Rayburn & Bogenschutz, 2004). Los resultados del trata- En niveles de atención de baja complejidad y con emba-
miento para el abuso de drogas en el embarazo son pobres, razadas de bajo riesgo, los elementos clínicos enunciados
registrándose resultados positivos especialmente en un dis- son suficientes para fijar la edad gestacional y obrar en con-
creto mayor peso neonatal y prolongación de la gestación secuencia. Idealmente, si se cuenta con el recurso de la ul-
(Sweeney y cois., 2000; Little y cois., 2003). Sin embargo, trasonografía, se la debe utilizar para certificar la edad ges-
la pesquisa de la adicción nos permitirá tomar las medidas tacional, teniendo en cuenta que su efectividad diagnóstica
pertinentes para lograr una mayor adherencia al control es máxima cuando se realiza antes de las doce semanas
prenatal y así mejorar la nutrición materna, como también y menos eficiente posteriormente (consultar Capítulo 33:
tratar las enfermedades de transmisión sexual, pesquisar Ultrasonografía en obstetricia). Es necesario enfatizar que
oportunamente el síndrome hipertensivo y la amenaza de el diagnóstico de edad gestacional debe estar establecido a

267
OBSTETRICIA

más tardar al segundo control prenatal, debido a que todas síntoma clínico que se utiliza para el diagnóstico de la edad
las acciones posteriores se realizan en relación a ese diag- gestacional y de la condición fetal. Este síntoma debe ser
nóstico. El desconocimiento de la edad gestacional es por sí evaluado en cada control prenatal desde que es percibido
mismo un factor de riesgo y esa madre debe ser controlada por la madre. Su presencia es un signo de vida fetal y la
en el nivel secundario si no tiene otros factores de riesgo o ausencia de muerte fetal. El aumento de la actividad fetal
en el terciario si los posee. es un signo de salud, mientras que su disminución es un
signo sospechoso de hipoxia fetal. En el embarazo de bajo
Una vez fijada la edad gestacional por elementos clíni-
riesgo bastará con que la madre haga una evaluación sim-
cos y/o ecográficos utilizaremos como referencia el primer
ple de la frecuencia y de la intensidad del síntoma; si a su
día menstrual real u operacional (determinado por ecogra-
juicio refiere que hay una significativa reducción de la acti-
fía) para calcular con el gestograma (FIGURA 12-1) la fe-
vidad fetal, deberemos realizar una evaluación tecnológica
cha probable de parto y la edad gestacional al momento del
de la condición del feto. En el embarazo de bajo riesgo y de
control obstétrico.
evolución fisiológica no es recomendable el recuento de los
movimientos fetales (Mangesi & Hofmeyr, 2007), ya que
Diagnóstico de la condición fetal puede provocar un estrés materno innecesario.

Este objetivo debe evaluarse ineludiblemente en cada Evaluación de la altura uterina. El tamaño uterino
control prenatal, aun cuando la madre no tenga factores determinado antes del quinto mes, cuando la fecha de la
de riesgo a lo largo del embarazo y no relate ningún sínto- última menstruación es segura y confiable, proporciona un
ma sospechoso de compromiso fetal. Si el embarazo es de valioso elemento clínico para el diagnóstico de la edad ges-
bajo riesgo, bastarán los siguientes elementos clínicos para tacional. Posteriormente, en el embarazo de bajo riesgo, la
evaluar la condición nutricional y respiratoria del feto: aus- mensura uterina es un signo indirecto del crecimiento fetal
cultación de los latidos cardiofetales; percepción materna y de la evolución de éste en relación a la edad gestacional
de los movimientos fetales; evaluación de la altura uterina; (Gardosi & Francis, 1999). En el embarazo de alto riesgo
estimación clínica del peso fetal y estimación clínica del se debe evaluar el crecimiento fetal con la ayuda de la ul-
volumen de líquido amniótico. trasonografía.
Si el embarazo presenta factores de riesgo, durante el Desde las doce semanas de amenorrea el fondo uterino
control prenatal se deberá realizar, además de los pará- se localiza sobre la sínfisis pubiana y puede ser medido
metros clínicos anteriormente enunciados, un seguimiento en su eje longitudinal, desde el borde superior del pubis
tecnológico de la condición fetal (consultar Capítulo 32: materno hasta el fondo uterino. Para esto se requiere que la
Evaluación de la edad gestacional, madurez y bienestar madre se recueste en una camilla o en una mesa gineco-
fetal durante el embarazo). lógica con los muslos semiflectados. Con una cinta flexible
y graduada en centímetros (FIGURA 13-4), se procede a
Auscultación de los latidos cardiofetales. Los lati- deslizaría entre el dedo índice y medio del operador cor-
dos cardíacos del feto son auscultables con el estetoscopio tando perpendicularmente donde termina el fondo uterino,
de Pinard o el de Lee-Hilles desde las veinte semanas de mientras que el otro extremo de la cinta es fijado sobre el
amenorrea. Con equipos de ultrasonido pueden ser identifi- pubis materno. Obtenida la medida se procede, en relación
cados desde las doce semanas de amenorrea. Es deseable, a la edad gestacional, a ubicarla en la curva de crecimiento
si se dispone del recurso, para la tranquilidad materna y de uterino, que relaciona la altura uterina en centímetros con
su familia, que ella escuche los latidos cardíacos de su hijo la edad gestacional en semanas de amenorrea, dividida en
en cada control prenatal. percentiles 10, 50 y 90. La condición de obesidad materna
La frecuencia cardíaca fetal es considerada normal y la experiencia del clínico influye sobre la exactitud de la
cuando se ausculta en el rango de 120 a 160 latidos por medición (Jelks y cois., 2007). En el embarazo múltiple se
minuto. La presencia de actividad cardíaca es un signo de deben utilizar curvas específicas para embarazo gemelar y
vida fetal, mientras que las aceleraciones de la frecuencia embarazo doble (Staub y cois., 2006) o triple (Yokoyama,
cardíaca en relación a movimientos fetales espontáneos o 2002).
a estímulos externos son un signo indirecto de salud fetal. Se recomienda guiarse por la tabla de crecimiento uteri-
La auscultación de frecuencias cardíacas bajo 120 o sobre no elaborada en el Centro Latinoamericano de Perinatología
160 latidos por minuto se denominan bradicardias y ta- (TABLA 13-6). Este instrumento para el diagnóstico de re-
quicardias, respectivamente y son signos sospechosos de tardo del crecimiento intrauterino tiene una sensibilidad del
hipoxia fetal hasta que se demuestre lo contrario. 56%, una especificidad del 91% y valores predictivos posi-
tivo y negativo del 80% y del 77%, respectivamente, lo que
Percepción materna de los movimientos fetales. significa que si la altura uterina para la edad gestacional se
La percepción materna de los movimientos de su hijo se localiza sobre el percentil 10, con razonable seguridad po-
establece entre las 18 y 22 semanas de amenorrea. Es un demos decir que no hay compromiso del crecimiento fetal,

268
Capítulo 13 Control prenatal

TABLA 13-6. Altura uterina (cm) y edad gestacional (se- el peso fetal estimado y en relación a la edad gestacio-
manas) nal, este se localiza en la tabla de crecimiento fetal, lo que
permite el diagnóstico de adecuación del peso fetal para
la edad gestacional (TABLA 13-7) (Juez y cois., 1989).
Percentiles 10 25 50 75 90
Otras experiencias clínicas informan una adecuada corre-
semanas lación entre la estimación clínica del peso fetal y el peso
13 8,0 8,0 10,8 11,0 12,0 neonatal (Hendrixy cois., 2000; Harlevy cois., 2006; Fox
14 8,5 10,0 11,0 13,0 14,5 & Chasen, 2008).
15 9,5 10,5 12,5 14,0 15,0
16 11,5 12,5 14,0 16,0 18,0 TABLA 13-7. Crecimiento intrauterino según edad gesta-
17 12,5 13,0 15,0 17,5 18,0 cional al nacer (10, 50 y 90)
18 13,5 15,0 16,5 18,0 19,0
19 14,0 16,0 17,5 19,0 19,5 Edad gestacional 10 50 90
20 15,0 17,0 18,0 19,5 21,0 (semanas)
21 15,5 18,5 19,0 20,0 21,5 28 901 1.050 1.258
22 16,5 18,5 20,0 21,5 22,5 29 1.001 1.180 1.434
23 17,5 19,5 21,0 22,5 23,0 30 1.142 1.356 1.653
24 18,5 20,5 22,0 23,0 24,0 31 1.316 1.567 1.906
25 19,5 21,0 22,5 24,0 25,5 32 1.514 1.805 2.183
26 20,0 21,5 23,0 24,5 25,5 33 1.730 2.060 2.474
27 20,5 21,5 23,5 25,0 26,5 34 1.954 2.323 2.768
28 21,0 23,0 25,0 26,0 27,0 35 2.178 2.583 3.055
29 22,4 24,0 25,5 26,5 28,0 36 2.396 2.832 3.327
30 23,5 24,5 26,5 28,0 29,0 37 2.599 3.060 3.572
31 24,0 26,0 27,0 28,0 29,5 38 2.777 3.257 3.780
32 25,0 26,5 28,0 29,5 30,0 39 2.924 3.415 3.943
33 25,5 26,5 29,0 30,0 31,0 40 3.032 3.523 4.040
34 26,0 27,5 29,5 31,0 32,0
35 26,5 28,5 30,5 32,0 33,0
36 28,0 29,0 31,0 32,5 33,0 Estimación clínica del volumen de líquido amnió-
37 28,5 29,5 31,5 33,0 34,0 tico. Las alteraciones cuantitativas del volumen del líquido
38 29,5 30,5 33,0 33,5 34,0 amniótico constituyen un factor de alto riesgo de morbimor-
30,5 31,0 33,5 33,5 34,0 talidad perinatal (Chhabra y cois., 2007; Magann y cois.,
39
2007). Estas alteraciones son el oligohidramnios y el po-
40 31,0 31,0 33,5 33,5 34,5 lihidramnios (consultar Capítulo 8: Líquido amniótico}. El
primero de ellos se sospecha cuando hay una altura uterina
Fuente: Fescina y cois., 1984. disminuida para la edad gestacional, junto a una palpación
extremadamente fácil de las partes fetales. El segundo se
sospecha cuando la altura uterina es mayor para la edad
especialmente si el embarazo es de bajo riesgo (Fescina y gestacional, con una palpación dificultosa de los segmentos
cois., 1984). corporales del feto. Las dos alteraciones señaladas, cuan-
do son sospechadas clínicamente, deben ser corroboradas
Estimación clínica del peso fetal. Es uno de los mediante ultrasonografía para iniciar el estudio etiológico.
contenidos del control prenatal que tiene mayor dificultad
para ser aplicado, ya que requiere de experiencia para su Diagnóstico de la condición materna
utilización. Cumple el mismo objetivo que la mensura de la
altura uterina, de ahí que si el operador no tiene experien- Se inicia en el primer control prenatal, con una anam-
cia puede evaluar el peso fetal con esta última metodología nesis de la historia médica complementada con un examen
clínica. En nuestra práctica, el error de la estimación del físico general y segmentario. Se debe realizar una evalua-
peso fetal alcanza a ±10% del peso neonatal real. Con ción por sistemas y requerir antecedentes de cirugías, de

269
OBSTETRICIA

patologías médicas crónicas, enfermedades infecciosas de • Signos y síntomas de alarma


la infancia, inmunizaciones y transfusiones sanguíneas.
• Nutrición materna
Del mismo modo, debemos efectuar una anamnesis de la
historia médica familiar, con especial énfasis en enferme- • Lactancia natural
dades como tuberculosis, hipertensión arterial, cáncer y • Derechos legales
diabetes.
• Orientación sexual
El examen físico general y segmentario es ineludible
aunque la embarazada no tenga antecedentes médicos; • Planificación familiar
con frecuencia la gestación permite diagnosticar patologías • Preparación para el parto
hasta ese momento desconocidas y asintomáticas. Identi-
ficada una patología médica debemos comunicarnos con Signos y síntomas de alarma. La embarazada debe
el especialista respectivo para que se realice un manejo estar capacitada para reconocer y diferenciar las molestias
en conjunto con el equipo perinatal. Se refiere al lector a consideradas propias de la gestación, de aquellas que cons-
los diferentes capítulos de patología médica y embarazo de tituyen una emergencia obstétrica y por lo tanto la obligue a
este texto. concurrir oportunamente al servicio obstétrico donde aten-
derá su parto. De ahí que la embarazada y su grupo fami-
En cada control prenatal se procederá al control de peso
liar deben conocer la ubicación geográfica exacta del centro
materno, de la presión arterial y se efectuará un examen fí-
asistencial. Idealmente debe conocerlo personalmente an-
sico dirigido si la madre relata algún tipo de sintomatología
tes de que se genere una emergencia o el trabajo de parto.
específica. El peso debe ser determinado con la embara-
zada descalza y en ropa interior cubierta con una bata de La embarazada debe estar capacitada para reconocer
peso estándar. un flujo genital hemático y su trascendencia, tanto en la
primera mitad de la gestación (aborto, embarazo ectópico,
El síndrome hipertensivo inducido por el embarazo es
enfermedad del trofoblasto), como en la segunda mitad de
de alta prevalencia, especialmente en el tercer trimestre,
ella (desprendimiento prematuro de placenta normoinserta,
y una de las principales causas de muerte materna y peri-
placenta previa). Como también debe ser instruida para el
natal (Donoso, 2004; Donoso, 2006), por lo que debemos
reconocimiento y diferenciación de flujos genitales blancos
ser muy precisos en el registro de la presión arterial. Para
(escape urinario, leucorrea, fluido seminal y líquido am-
la obtención de la presión arterial debe usarse un manguito
niótico).
que produzca una compresión adecuada sobre la arteria
braquial; para esto, el tamaño del manguito debe cubrir Debe estar informada de su edad gestacional actual,
2/3 de la longitud y 2/3 del ancho del brazo. Éste debe ser fecha probable de parto y tiempo máximo de espera de
localizado a dos traveses de dedo sobre el pliegue del codo. inicio del trabajo de parto espontáneo (41 semanas en el
La cifra sistólica corresponderá al primer ruido de Korotkof embarazo de bajo riesgo) (Caughey y cois., 2008). Este
y la cifra diastólica al cambio de tono de los ruidos o a la último punto, cuando se cumplen las cuarenta semanas y
desaparición de éstos. Se considera hipertensión arterial no se ha producido el parto, genera angustia en la madre y
cifras iguales o superiores a 140/90 o al aumento sobre los su grupo familiar. Debe estar en conocimiento que el rango
valores básales de 30 mmHg para la presión sistólica o de normal del parto es entre las 39 y 41 semanas en el em-
15 mmHg para la presión diastólica (consultar Capítulo 41: barazo de bajo riesgo.
Síndromes hipertensivos y embarazo).
Debemos informarla de que la primera percepción de
los movimientos fetales ocurrirá alrededor de las veinte se-
Educación materna manas de embarazo y de que la frecuencia e intensidad
de ellos son un signo de vida y salud fetal. También debe
Este objetivo es fundamental para el éxito del control estar capacitada para reconocer el inicio del trabajo de par-
prenatal y del parto. La embarazada bien instruida sirve
to para evitar concurrencias innecesarias a la maternidad.
como guía de otras gestantes que están en control prenatal La madre con factores de riesgo de parto prematuro (em-
deficiente o sin control. El primer contacto con la madre es barazo gemelar y múltiple, incompetencia cervical, partos
fundamental para instruirla sobre la importancia del control prematuros previos, etc.), debe estar especialmente capaci-
precoz y seriado. Se debe explicar, de manera simple y ade- tada en el reconocimiento de contracciones uterinas e ins-
cuada al nivel de instrucción materna, el futuro programa truida para concurrir oportunamente al centro asistencial
de control prenatal. Los contenidos educacionales deben en relación a patologías intercurrentes como fiebre, diarrea,
ser entregados a la embarazada en forma individual o gru-
vómito, dolor abdominal, cefalea, etcétera.
pal de acuerdo a la infraestructura del centro obstétrico.
Los siguientes contenidos educacionales son ineludibles Nutrición materna. Durante el control prenatal ad-
en un programa de control prenatal (Ministerio de Salud, quiere especial relevancia la educación materna en relación
Departamento Ciclo Vital, 2007): a la entrega de contenidos sobre nutrición en el embarazo

270
Capítulo 13 | Control prenatal

(consultar Capítulo 14: Nutrición de la embarazada). La y crecimiento del recién nacido, especialmente entre las
primera entrevista prenatal debe incluir una encuesta nu- nodrizas de nivel socioeconómico bajo y los recién nacidos
tricional de la madre y de su grupo familiar. En relación a de bajo peso al nacer, ya que es en estos niños donde se
su capacidad económica y hábitos nutrlclonales se debe concentra la morbimortalidad infantil, que puede ser mo-
aconsejar una dieta equilibrada caloricoprotelca de acuerdo dificada significativamente con el fomento de la lactancia
al diagnóstico nutricional materno. Se deben enfatizar las natural. El fomento de la lactancia natural se Inicia, por lo
bondades nutricionales de la leche durante el embarazo y tanto, en el primer control prenatal con un examen de las
el puerperio, hábito nutriclonal de excepción entre las em- mamas, con una evaluación de los conocimientos mater-
barazadas de los países en desarrollo. Es preciso ser muy nos sobre el tema y con la entrega de un programa educati-
cauto en las recomendaciones nutricionales, especialmente vo de lactancia natural que deberá ser desarrollado durante
entre las embarazadas de nivel socioeconómico bajo y de el control prenatal. El beneficio de la lactancia natural se ha
extrema pobreza, ya que ellas probablemente no podrán demostrado en países en desarrollo en la disminución del
modificar significativamente la calidad y la cantidad de su riesgo de otitis media, gastroenteritis, infecciones respirato-
dieta y se creará un sentimiento de frustración. Si en sus rias severas, dermatitis atópica, asma, obesidad, diabetes
respectivos países existen programas de alimentación com- tipo 1 y 2, leucemia infantil, síndrome de muerte súbita
plementarla, éstos deben ser dados a conocer para que y enterocolitis necrotlzante (Ip y cois., 2007); lo mismo
especialmente las madres pobres obtengan los beneficios acontece en países desarrollados en la reducción de la
respectivos. Lo característico de la dieta promedio de los mortalidad posneonatal (Chen & Rogan, 2004) (consultar
países en desarrollo es un bajo contenido caioricoproteico, Capítulo 66: Lactancia).
de ahí la Importancia de los programas de alimentación
complementaria para las embarazadas. Derechos legales. El profesional encargado del control
prenatal debe velar por los derechos legales de la embara-
Prácticamente todas las embarazadas deben recibir un
zada; con mucha frecuencia ésta los desconoce y puede
suplemento diarlo de hierro durante el embarazo equiva-
perder importantes beneficios para ella y su hijo (Ministerio
lente a dosis de entre 60 y 100 mg de hierro elemental; la
de Salud de Chile, Departamento Ciclo Vital, 2007). Esto
oportunidad para otorgarlo dependerá de la edad gestacio-
significa que es nuestra obligación extender los certificados
nal y del hematocrito de Ingreso. Durante el embarazo los
respectivos, aun cuando la madre no los solicite.
requerimientos de calcio aumentan hasta 1.200 mg dia-
rios; se recomienda un aporte diario extra de 400 mg me- En Chile, toda embarazada en control prenatal por servi-
diante aporte adicional de lácteos o calcio medicamentoso. cios públicos o privados tiene derecho a una cuota de leche
La leche de vaca aporta 125 mg por 100 mL, de ahí que en polvo y otros nutrientes de acuerdo al diagnóstico nutri-
si la madre puede ingerir entre 750 y 1,000 mL diarios de cional; se debe llenar un certificado ad hoc, con los datos de
leche, más otros productos lácteos adicionales, cumpliría Identificación de la madre, del profesional, la edad gestacio-
adecuadamente con los requerimientos necesarios para un nal y el diagnóstico nutrlcional. Con esta certificación la em-
buen desarrollo del esqueleto fetal. barazada hace efectivo su derecho nutrlcional en el consul-
torio público más cercano a su domicilio. Se debe extender
Se han efectuado múltiples estudios de Intervenciones
el certificado de asignación familiar al quinto mes cumplido
nutrlcionales buscando prevenir o tratar la morbilidad ma-
de embarazo a toda madre que tiene un contrato laboral
terna y perinatal, que requieren estudios prospectivos para
o es carga legal de su cónyuge, lo que le permite recibir
controlar la introducción de sesgos considerando etiologías
mensualmente una cantidad variable de dinero en relación
multifactoriales (Villar y cois., 2003). Las madres desnutri-
al sueldo. Las embarazadas con contrato laboral, al cumplir
das se beneficiarán con alimentación complementaria, hie-
las 34 semanas, deben recibir la licencia de descanso pre-
rro y preparados multivitamínicos. El consumo excesivo de
natal, independientemente de la evolución de la gestación,
vitaminas llposolubles, especialmente A y D, es de riesgo
además, pueden recibir licencia médica en caso de enfer-
porque tienen un efecto acumulativo.
medad con anterioridad a esa edad gestacional; producido
Es importante destacar el mayor consumo pregestacio- el parto tienen derecho a licencia posnatal equivalente a
nal de ácido folleo para la prevención de malformaciones doce semanas. La madre con contrato laboral tiene fuero
del cierre del tubo neural (anencefalia, encefalocele, mie- maternal durante el embarazo y el primer año de vida de su
lomenmgocele). En Chile, desde el año 2000 se fortifican hijo; también puede recibir licencia médica laboral en caso
las harinas con este nutriente, lo que ha permitido reducir de enfermedad de su hijo que requiera cuidado materno.
significativamente la incidencia de estas malformaciones
(Freiré y cois., 2000; Hertrampf & Cortés, 2004; Nazer y Orientación sexual. Los contenidos de este objetivo
cois., 2007). deben ser dados a la pareja. En el embarazo fisiológico
el coito no está contraindicado (Klebanoff y cois., 1984).
Lactancia natural. Los contenidos educacionales so- Debemos explicar a la pareja que el embarazo produce en
bre lactancia son fundamentales para el éxito del desarrollo la mujer una reducción en la satisfacción sexual, espe-

271
OBSTETRICIA

cialmente en el tercer trimestre de la gestación (Gokyildiz Frecuencia del control prenatal


& Beji, 2005). Está especialmente contraindicado en pre-
sencia de metrorragia o en riesgo de ella (placenta previa), La frecuencia del control prenatal está determinada por los
parto prematuro. Algunos estudios han señalado que no factores de riesgo detectados en esa gestación, por lo que
hay asociación de parto prematuro con actividad sexual serán necesarios tantos controles como la patología lo re-
entre las 29 y 36 semanas. No se ha demostrado efec- quiera. En embarazos de bajo riesgo, la frecuencia de los
to del coito en parto prematuro recurrente (Yost y cois., controles debe racionalizarse en relación a la magnitud de
2006). Se ha reportado un efecto positivo del coito fre- la población obstétrica bajo control y los recursos humanos
cuente en el embarazo de término, en la reducción de la destinados para realizarlo.
inducción de parto a las 41 semanas (Tan y cois., 2006).
El número de controles prenatales tiene una significativa
Se debe instruir a la pareja que en las primeras veinte
incidencia en los resultados perinatales. Experiencias cola-
semanas, las diversas posiciones coitales están permiti-
borativas latinoamericanas han mostrado que el riesgo re-
das siempre y cuando el embarazo tenga una evolución
lativo de mortalidad fetal tardía es significativamente mayor
fisiológica. Posteriormente, a medida que crece el útero
cuando se realizan menos de cuatro controles prenatales,
hay que evitar las penetraciones profundas del pene en
con un RR de 2,3 para el parto entre las 29 y 41 semanas
la vagina y en el tercer trimestre se debe aconsejar el coi-
y 1,72 entre las 37 y 41 semanas (CLAP, 1990).
to con la mujer en decúbito lateral y penetración vaginal
posterior. Generalmente los controles prenatales se efectúan cada
cuatro semanas en el primer y segundo trimestre de la ges-
Planificación familiar. Debemos introducir conceptos tación. En el tercer trimestre (desde las 28 semanas) los
generales de planificación familiar, que deben ser profundi- controles son progresivamente más frecuentes, para ser
zados y consolidados en el primer control puerperal. Entre cada siete días desde las 36 semanas hasta el término del
estos se debe informar sobre el método de la lactancia, embarazo. El motivo de esta secuencia se debe a que des-
también denominado LAM (lactation amenorrhea me- de las 28 semanas en adelante es posible detectar patolo-
thocí), que otorga una infertilidad natural tan eficiente como gías de alta relevancia y frecuencia con feto viable, como
los métodos tradicionales (dispositivos intrauterinos y pro- retardo del crecimiento intrauterino, diabetes gestacional,
gestágenos) cuando se utiliza en los primeros seis meses síndromes hipertensivos del embarazo, macrosomía fetal,
posparto, en presencia de lactancia exclusiva y amenorrea amenaza de parto prematuro, malformaciones congénitas
(Kennedy & Visness, 1992; Pérez y cois., 1992; WHO, fetales, placenta previa, embarazo gemelar, embarazo pro-
1999; Pérez, 2003). La aceptación del método es buena, longado, agravamientos de patologías maternas pregesta-
alcanzando el 54,2% de las puérperas, mientras que la cionales, etcétera.
principal razón de rechazo fue considerarlo inseguro (Ló-
En el Servicio de Obstetricia de la Universidad Católica
pez-Martínez y cois., 2006). Una revisión sistemática en-
de Chile, la secuencia establecida es una vez al mes has-
contró en dos estudios controlados una tasa de embarazos
ta las 28 semanas, cada 21 días hasta las 34 semanas,
a los seis meses del 0,45% y del 2,45%, respectivamente.
cada catorce días hasta las 36 semanas y posteriormente
Posiblemente, la gran heterogeneidad de los estudios no
cada siete días hasta las 41 semanas de amenorrea. Esto
permitió encontrar claras diferencias en la efectividad del
significa que si la embarazada inicia su control a las ocho
método (Van der Wijden y cois., 2003).
semanas de amenorrea y su parto se resuelve a las cua-
renta semanas, totalizará trece controles prenatales, de los
Preparación para el parto. La atención integral debe
cuales tres de ellos son destinados a la educación materna.
incluir un programa de preparación para el parto, en el Las acciones y procedimientos del control prenatal se pre-
que se deberá informar a las embarazadas los motivos de sentan en la TABLA 13-8.
ingreso a la maternidad, los períodos del parto, conceptos
generales sobre los tipos de anestesia obstétrica, ejercicios Sin duda que para la mayoría de los países de la región
de relajación y pujo, ejercicios perineales, así como tam- esta secuencia no es permisible, dada la magnitud de la
bién las indicaciones más frecuentes de los diferentes tipos población obstétrica y la escasez de los recursos huma-
de parto (Lamaze ínternatíona/, 2007). El Ministerio de nos y de infraestructura. Surge por lo tanto la necesidad de
Salud de Chile, en su MANUAL DE ATENCIÓN PERSONALIZADA EN EL racionalizar la secuencia de los controles prenatales, para
PROCESO REPRODUCTIVO (Ministerio de Salud, 2007), presenta tener el justo equilibrio entre el costo y el beneficio. Los pro-
detalladamente los objetivos y contenidos de los talleres gramas de control prenatal deben ser eficaces y eficientes,
de preparación para el parto para las usuarias del sistema lo que significa que la embarazada debe ser atendida con
público de salud de Chile; se refiere al lector a ese docu- una espera razonable, en un ambiente físico y humano,
mento. privado y agradable (atención personalizada e idealmente
siempre por el mismo profesional). La paciente debe per-
cibir que ella es importante, especialmente en los grupos
de madres marginadas por problemas sociales o étnicos. Si

Z7Z
Capítulo 13 Control prenatal

TABLA 13-8. Acciones y procedimientos del control prenatal según normas del Servicio de Obstetricia, Hospital Clínico,
Universidad Católica de Chile

Acciones y procedimientos Instancia


Anamnesis médica Primer control
Anamnesis ginecoobstétrica Primer control
Examen físico general Primer control
Examen ginecoobstétrico Primer control
Talla Primer control
Peso En cada control
índice peso/talla En cada control
Presión arterial En cada control
Medición de la altura uterina En cada control
Auscultación fetal con Pinard Desde las 20 semanas
Estimación del peso fetal Desde las 28 semanas
Especuloscopia Primer control y según necesidad
Papanicolaou Primer control
Hematocrito Primer control, 28 y 36 semanas
VDRL Primer control y tercer trimestre
VIH Primer control
Glicemia ayuno Primer control
TTG 75 g de glucosa A las 28 semanas
Urocultivo Primer control
Albuminuria cualitativa Desde las 28 semanas
Grupo-Rh Primer control
Ecografía Primer control, 28 y 36 semanas
Educación materna En cada control
Asignación familiar prenatal Al quinto mes cumplido
Licencia prenatal A las 34 semanas
Certificado de leche Mensualmente
Cultivo vaginal estreptococo f> hemolítico 35 semanas

se logra hacer efectiva esta intencionalidad lograremos una Exámenes de laboratorio


significativa adherencia al programa de control prenatal. en el control prenatal
Factores que atenían contra un control prenatal precoz e
insuficiente son la baja escolaridad materna, la maternidad Los exámenes de laboratorio que se deben solicitar en el
en la adolescencia, la condición de madre soltera, la gran control de la embarazada de bajo riesgo son:
multiparidad, la ruralidad, la pobreza y la pertenencia a • Clasificación del grupo sanguíneo
grupos sociales o étnicos segregados. Factores que atentan
contra un control prenatal efectivo son su costo (cuando no • Urocultivo
es gratuito para la usuaria, los gastos de transporte y dis- • VDRLo RPR
minución de los ingresos económicos por pérdidas de horas
laborales), la ineficiencia del sistema de salud, la atención • VIH
no personalizada, las barreras culturales, el descrédito de • Hematocrito y hemoglobina
las bondades del sistema y la necesidad de control prenatal
(consultar Capítulo 30: La adolescente embarazada). • Prueba de tolerancia a la sobrecarga de glucosa

273
OBSTETRICIA

• Albuminuria Detección de anticuerpos VIH


• Papan icolaou
La detección de las embarazadas seropositivas a VIH es
• Ecografía fundamental para la prevención de la transmisión madre-
hljo de la infección. En Chile, la detección se realiza con
consentimiento materno al ingreso a control prenatal. Se
Clasificación del grupo sanguíneo ha demostrado que el tratamiento materno antirretroviral
Este examen debe solicitarse al inicio del control prena- es efectivo en reducir el riesgo de transmisión al feto y re-
tal. Idealmente, la tipificación debe realizarse en el labo- cién nacido (Volmink y cois., 2007). Según la carga viral
ratorio de la institución donde se atenderá el parto, con fi- se decidirá la vía de parto y la suspensión de la lactancia
nes de evitar clasificaciones de verificación. La tipificación (American Academy of Pediatrías Committee on Pediatríc
consiste en identificar el grupo del sistema ABO y Rh a que AIDS, 2008) (consultar Capítulo 48: Infección por el virus
pertenece la embarazada y el test de Coombs indirecto. de inmunodeficiencia humana (VIH) en el embarazo).
Los objetivos de la clasificación son conocer el sistema
sanguíneo a que pertenece la paciente en una situación Hematocrito y hemoglobina
de potencial riesgo de hemorragia como es el parto; iden-
tificar grupos sanguíneos poco prevalentes con fines de La concentración de glóbulos rojos durante el emba-
disponer de esa sangre al momento del parto e identificar razo se modifica por la hemodilución fisiológica, por las
la presencia de anticuerpos circulantes que pueden pro- reservas de hierro y el aporte exógeno de hierro a través
ducir enfermedad hemolítica perinatal o reacciones trans- de la alimentación y la suplementación medicamentosa.
fusionales. La anemia por déficit de hierro es prevalente en países en
desarrollo; en Chile la prevalencia de anemia es del 13%
(Mardones y cois., 2003). En embarazadas no anémicas
Urocultivo se debe solicitar un hematocrito al ingreso del control pre-
La infección urinaria es la complicación infecciosa más natal y otro a las 28 y 36 semanas de gestación.
frecuente asociada al embarazo. Ésta se puede manifestar El déficit nutricional de hierro es la principal etiología de
como bacteriuria asintomática, cistitis aguda o pielonefri- la anemia en el embarazo, especialmente en los países en
tis. La incidencia de bacteriuria asintomática oscila entre desarrollo, lo que evidencia una dieta pobre en proteína de
el 2% y el 14% de los embarazos; E. coli es el germen origen animal. La suplementación con hierro debe iniciar-
más frecuentemente encontrado y el tratamiento reduce se precozmente en el primer trimestre si el hematocrito es
significativamente la incidencia de parto prematuro y pie- inferior a 36%; si es superior a ese valor esta se inicia a las
lonefritis aguda (Uncu y cois., 2002; Smaill & Vázquez, veinte semanas de amenorrea. Si el primer hematocrito es
2007). La ausencia de síntomas hace que la única forma inferior al 28% se debe iniciar el estudio de la etiología de
de identificar esta patología sea el urocultivo (consultar la anemia para descartar anemias megaloblásticas (déficit
Capítulo 53: Enfermedades nefroumlógicas y embarazo). de ácido fólico o vitamina B12), hemoglobinopatías (ta-
lasemias) y anemias hemolíticas adquiridas (autoinmune,
VDRL, RPR infecciosas, neoplásicas, etc.). La suplementación profilác-
tica se efectúa con preparados que aseguren una cantidad
Son las siglas de Venereal Disease Research Laboratory de hierro elemental de 60 a 100 mg diarios. Debemos re-
y Rapid Plasma Reagin pruebas no treponémica utiliza- cordar que la ingesta de hierro puede producir intolerancia
das en la identificación de las pacientes que han tenido o gástrica, estado nauseoso, constipación y coloración obs-
tienen infección por treponema pálido. La infección pue- cura de las deposiciones. Se debe instruir a la embarazada
de provocar abortos tardíos, parto prematuro, mortinatos que la ingestión del medicamento, para su mejor absorción,
y recién nacidos con estigmas orgánicos y funcionales de se debe realizar con el estómago vacío, con una bebida cí-
infección luética. En Chile, la prevalencia de infección con- trica, evitando la ingesta con leche o té, ya que bloquean
génita es de 0,25/1.000 nacidos vivos (Abarzúa y cois., casi totalmente la absorción enteral del hierro (consultar
2008). Lo importante es que una detección oportuna per- Capítulo 58: Enfermedades hematológicas y embarazo).
mite evitar el mal pronóstico perinatal y también materno,
con un tratamiento antibiótico simple y efectivo (Saloojee Prueba de sobrecarga a la tolerancia
y cois., 2004). La normativa sanitaria chilena obliga a
efectuar dos exámenes de VDRL durante el embarazo; el
oral de glucosa
primero al inicio del control prenatal y el segundo al inicio Aproximadamente el 5% de las embarazadas cursa con
del tercer trimestre del embarazo. En Chile, la sífilis es una una alteración del metabolismo de la glucosa, lo que confiere
enfermedad de notificación obligatoria e inmediata al Mi- un alto riesgo perinatal a esa gestación. El 90% de los casos
nisterio de Salud Pública. corresponde a una intolerancia a la glucosa, que se corrige

274
Capítulo 13 | Control prenatal

espontáneamente en el posparto. Se estima que el 30% de riamente en el control prenatal. La experiencia sobre un to-
las diabéticas gestacionales no tiene factores de riesgo para tal 36.524 muestras obtenidas durante el embarazo reveló
diabetes, de ahí que se recomienda estudiar a todas las em- que el 1,9% de ellas (688 casos) presentó alteraciones
barazadas. En Chile, la normativa del Ministerio de Salud citológicas, como carcinoma invasor (8 casos) y cáncer in
indica realizar entre las 24 y las 28 semanas de embarazo situ (24 casos); como puede apreciarse el rendimiento es
una sobrecarga oral con 75 g de glucosa según recomen- bajo, debido especialmente a la edad de las embarazadas,
dación de la OMS; esta norma determina una prevalencia pero justifica plenamente el costo en relación al beneficio
de diabetes gestacional en Chile del 7,7% (Belmar y cois., (Chuaqui y cois., 1994). Todas las embarazadas mayores
2004) (consultar Capítulo 49: Diabetes y embarazo). de 35 años deben tener necesariamente un examen de
Papanicolaou; a edades inferiores se les debe efectuar el
procedimiento si existen otros factores de riesgo epidemio-
Albuminuria lógico asociados.
La detección de la albuminuria durante el embarazo
permite identificar a un grupo de pacientes de muy alto
riesgo materno-perinatal. Se efectúa mediante una técnica
Ecografía
muy simple, que consiste en agregar 2 a 3 gotas de ácido Este procedimiento en el manejo de la embarazada de
sulfosalistlico al 20% a una muestra de orina, el cual en bajo riesgo, según la infraestructura que se posea para el
presencia de albúmina produce la "coagulación" de esta. control prenatal, puede ser desde omitido hasta realizar
La albuminuria se efectúa en el primer control prenatal; si un máximo de tres evaluaciones ultrasonográficas durante
esta es negativa se realiza en cada control prenatal desde la gestación. La primera evaluación permite certificar la
las 28 semanas de amenorrea. Si se detecta albúmina an- edad gestacional cuando se realiza en el primer trimestre
tes de las 28 semanas, con alta probabilidad se debe a una de la gestación. En el segundo trimestre este procedimiento
nefropatía no diagnosticada previamente. Albuminurias posibilita el diagnóstico de la indemnidad anatómica del
positivas en el tercer trimestre habitualmente corresponden feto y en el tercer trimestre, especialmente a las 36 se-
a una preeclampsia y se debe hospitalizar a la madre para manas, permite la evaluación del crecimiento fetal, la Id-
iniciar el estudio específico. Se considera como patológica ealización definitiva de la placenta y el perfil biofísico fetal
una albuminuria igual o mayor a 300 mg en orina de 24 (consultar Capítulo 33: Ultrasonografía en obstetricia).
horas o sobre 1 gramo por litro en muestra única aislada. Se
ha podido determinar que la mortalidad perinatal aumenta
progresiva y significativamente en los niños cuya gestación El carné perinatal
se asocia a proteinurias superiores a 1 gramo (consultar
Capítulo 41: Síndromes hipertensívos y embarazo). El carné perinatal es un sistema de registro que es trans-
portado por la embarazada y que permite obtener dirigi-
damente la información perinatal más relevante para el
Examen Papanicolaou cuidado de la salud materna, del feto y del recién nacido.
La información obtenida será de máxima importancia para
En Chile la detección de la neoplasia intraepitelial del
las acciones que se deberán realizar cuando la embara-
cuello uterino mediante el Papanicolaou ha reducido signi-
zada concurra a la maternidad por signos o síntomas de
ficativamente la mortalidad por cáncer cervicouterino (Do-
alarma o para la atención del parto. De igual forma será
noso y cois., 2006). En Chile, en 2005 fallecieron por esta
de gran importancia para una adecuada atención de ella y
patología 677 mujeres; 132 de ellas tenían entre 20 y 45
del recién nacido cuando regresen a su nivel de atención
años. En ese año se registraron 48 muertes como conse-
primaria. De tal manera, los profesionales encargados de
cuencia del proceso reproductivo (INE, 2005). El examen
la atención materno-perinatal deben extremar los cuidados
de Papanicolau se realiza en el primer control prenatal
para el adecuado llenado de la información requerida.
como parte habitual de la semiología obstétrica. Tenemos
que explicar previamente a la embarazada la importancia En Chile se utiliza una modificación del carné perinatal
del examen, que no es causante de aborto y que puede desarrollado en el Centro Latinoamericano de Perinatología
presentar un discreto sangrado genital, pero exento de ries- (CLAP) (Fescina y cois., 2007), que se presenta en las
go para ella y su hijo. El embarazo no es una contraindi- FIGURAS 13-7A Y 13-7B. Se recomienda al lector visi-
cación, como tampoco la edad gestacional para realizarlo, tar el sitio www.clap.ops-oms.org/web_2005/NOVEDAD/
pero se debe omitir cuando hay riesgo de sangrado por la LIBRO%20SIP.pdf, donde encontrará detalladamente los
especuloscopia, como sucede en casos de placenta previa. contenidos y forma de llenar ese instrumento de registro.
No debe realizarse cuando hay síntomas de aborto en evo-
Cada país, de acuerdo a su infraestructura sanitaria,
lución y de rotura prematura de las membranas ovulares.
efectuará las modificaciones que estime necesarias o lo
En el Servicio de Obstetricia del Hospital Clínico de la adoptará en su totalidad. Las secciones que debe contener
Pontificia Universidad Católica de Chile se efectúa rutina- necesariamente son:

275
OBSTETRICIA

• Sección identificación: identificación y domicilio de la Somnolencia


embarazada. Etnia si procede. Estado civil. Nivel de al-
fabetización de la embarazada. Identificación del sitio de Probablemente corresponda al síntoma más frecuente
atención prenatal. del primer trimestre de la gestación, se establece precoz-
mente y se atenúa lentamente hasta desaparecer alrededor
• Sección antecedentes: listado de patologías personales y de las doce semanas. Es un síntoma preocupante para la
familiares de importancia para el embarazo actual. Ante- embarazada, especialmente para la mujer que trabaja fuera
cedentes obstétricos relevantes como bajo peso al nacer, de su hogar y no le es posible reposar. La embarazada y
tipo de partos y abortos. Hijos vivos y/o mortinatos. su entorno familiar habitualmente relacionan este síntoma
con anemia y falta de complejos vitamínicos. Se les debe
• Sección gestación actual: peso, talla, fecha última mens-
instruir que corresponde a un síntoma común y natural del
truación, fecha probable de parto, registro de inmuni-
estado grávido y que no traerá consecuencias para la evo-
zaciones (rubéola/tétanos especialmente), consumo de
lución de su embarazo. A la embarazada cuya actividad
tabaco, alcohol, drogas, violencia intrafamiliar, examen
diaria lo permite, se le recomienda siesta. Este síntoma no
físico general, examen de cuello uterino por especulos-
constituye causal de licencia médica, a no ser que su acti-
copia y exámenes de laboratorio según normativa del
vidad laboral ponga en riesgo su persona o la de terceros.
país.

• Sección consultas prenatales: espacio para contener


Náuseas y vómitos
al menos cinco consultas prenatales con casillas para
fecha, edad gestacional, peso, presión arterial, altura El estado nauseoso y los vómitos son síntomas digesti-
uterina, presentación, frecuencia cardíaca fetal, movi- vos muy frecuentes en el primer trimestre de la gestación.
mientos fetales, albuminuria, espacio para consignar La etiología no está establecida. Se piensa que es depen-
presencia de síntomas de alarma, identificación de la diente de los niveles de gonadotrofina coriónica y hormonas
persona que realizó el control, fecha de próximo con- tiroideas, sin embargo, los estudios no han sido concluyen-
trol. tes (Panesar y cois., 2001). Los vómitos y náuseas son ca-
racterísticos del primer trimestre y se inician precozmente;
• Sección resultados del parto o aborto: está diseñada
tienen predominio matinal y disminuyen en intensidad al
para contener y resumir los datos relevantes del trabajo
terminar el día. Presentan una clara disminución hasta des-
de parto, parto o aborto, como tipo de resolución, com-
aparecer espontáneamente alrededor de las doce semanas
plicaciones, patologías obstétricas anteparto, etcétera.
de amenorrea. Existe una clara asociación con la perso-
• Sección recién nacido: diseñada para contener los an- nalidad de las embarazadas; habitualmente se aprecia la
tecedentes más relevantes, como peso, talla, circunfe- desaparición de los síntomas, sin mediar terapia específica,
rencia craneana, vivo o muerto (mortinato/mortineo- cuando la madre es retirada del trabajo u hospitalizada.
nato), Apgar al minuto de vida 1 y 5, malformaciones El tratamiento es dependiente de la magnitud de los
congénitas, calificación del que asiste el parto (médico síntomas y de su repercusión en el estado nutricional e h¡-
ginecoobstetra, médico general, matrona, estudiante, dratación. Debemos explicarle que sus molestias no consti-
empírico, otro). tuyen una enfermedad propiamente tal y que irán disminu-
• Secciones de egreso del recién nacido y materno: dise- yendo progresivamente hasta desaparecer. Se debe explicar
ñada para caracterizar la condición de la madre y de su que no debe forzar la ingesta de alimentos y que su hijo
hijo al momento del egreso. no experimentará complicaciones como consecuencia de
sus molestias. Hay que instarla a mantener una adecuada
hidratación, ingiriendo pequeños volúmenes de líquido en
Síntomas maternos habituales forma constante. La dieta debe ser una papilla semisólida,
durante el control prenatal de pequeño volumen y del gusto de la paciente. La medi-
cación antiemética reduce la frecuencia e intensidad de los
En el transcurso de la gestación la embarazada puede pre- vómitos y hay escasa información de efectos adversos en
sentar una serie de síntomas que producen inquietud en estudios prospectivos, mientras que los estudios observa-
la embarazada y su entorno familiar. Entre ellos destacan cionales no proporcionan evidencia de teratogenia (Jewell
la somnolencia, náuseas y vómitos, pirosis, constipación, &Young, 2003).
hemorroides, lumbalgia, poliuria, edema y várices de las
Cuando el cuadro de náuseas y vómitos compromete la
extremidades inferiores, hiperpigmentación, palpitación
hidratación de la paciente o presenta hemorragia digestiva
precordial, flujo vaginal, etcétera.
alta (síndrome de Mallory-Weiss), estaremos en presencia
de la entidad denominada hiperemesis gravídica, la cual
requiere hospitalización para su estudio y tratamiento (Phi-
lip, 2003; Ismail & Kenny, 2007).

276
Capítulo 13 | Control prenatal

Pirosis Hemorroides
El 80% de las embarazadas experimenta este síntoma La compresión de los vasos venosos pélvicos por el útero
en algún momento de la gestación. Se presenta como un grávido, sumado a la frecuente constipación de la embara-
ardor retroesternal, que se inicia desde el epigastrio. Co- zada, hace que la dilación de los vasos venosos del plexo
rresponde al denominado reflujo gastroesofágico del con- hemorroidal sea una situación muy frecuente durante la
tenido ácido del estómago, exacerbado por el aumento de gestación. Frecuentemente la embarazada consulta por la
la presión intraabdominal dada por el útero grávido y por presencia de un aumento de volumen localizado e indoloro
la disminución de la presión del esfínter esofágico inferior y en el ano. La inspección revela un aumento del volumen
enlentecimiento del vaciamiento gástrico. En la mayoría de blando, indoloro, del color habitual de la piel o tenuemente
los casos el reflujo no presenta complicaciones; pero si es violácea, que corresponde a un hemorroide no complicado.
persistente y repetido puede erosionar la mucosa esofágica, En ocasiones es muy dolorosa, de consistencia aumentada
intensificando las molestias y excepcionalmente se puede y de color rojo oscuro o morado, lo que corresponde a una
acompañar de hemorragia digestiva alta moderada. trombosis hemorroidal. El tratamiento consiste en aliviar
el dolor con analgésicos corrientes, baños de asiento con
El tratamiento consiste en evitar comidas nocturnas de
agua tibia, vaselina líquida y aumento de la ingesta líquida
gran volumen, que contengan condimentos irritantes, alto
y de fibras para corregir la constipación (Alonso-Coello y
contenido graso y de hidratos de carbonos, etc. Se reco-
cois., 2005; Quijano & Abalos, 2005). Cuando hay trom-
mienda levantar la cabecera de la cama y evitar acostarse
bosis hemorroidal se debe realizar la trombectomía bajo
hasta dos horas después de comer. El tratamiento medi-
anestesia local. La aplicación de pomadas con anestésicos,
camentoso ha mostrado un efecto positivo en las emba-
corticoides y antiinflamatorios no tiene un efecto demos-
razadas intervenidas, pero no ha podido ser concluyente
trado.
(Dowswell & Neilson, 2008). Los antiácidos son la primera
línea de tratamiento, si los síntomas persisten intensos es
posible usar H2Ras; la ranitidina es el medicamento prefe- Edema y várices de las extremidades
rido por su eficacia y seguridad documentada en el emba- inferiores
razo; inhibidores de la bomba de protones están reservados
sólo para pacientes con síntomas intratables o en casos de La presencia de edema localizado sólo en las extremi-
reflujo gastroesofágico complicado (Richter, 2003). dades inferiores, leve a moderado y que no tiene relación
con un aumento exagerado de peso y sin presión arterial
elevada, debe ser considerada normal. Se exacerba en los
Constipación meses de calor, con la obesidad, con la actividad laboral
Se define constipación en el embarazo según los criterios sedentaria o de pie y se asocia a síndrome varicoso. El
Roma II, como la presencia de al menos dos de los siguien- tratamiento consiste en reposo en decúbito dorsal con las
tes síntomas en el 25% de las defecaciones (deposiciones piernas discretamente levantadas; no se deben administrar
duras, sensación de evacuación incompleta, sensación de diuréticos ni restringir la sal, a no ser que exista un evidente
obstrucción anorrectal, efectuar maniobras manuales para exceso en su consumo. Constituye motivo para otorgar una
facilitar la defecación y menos de tres evacuaciones por licencia médica según sea su magnitud, tensión y dolor
semana); de acuerdo a esa definición la prevalencia de asociado. Si el edema compromete la cara, las extremi-
constipación en el embarazo en los tres primeros meses de dades superiores y se presenta un aumento exagerado de
puerperio es del 25% (Bradley y cois., 2007). La frecuen- peso, especialmente en el tercer trimestre de la gestación,
cia normal de la evacuación intestinal es variable, depen- debemos pensar y descartar un síndrome hipertensivo del
diendo de los hábitos alimentarios, del contenido de fibras embarazo.
en la dieta y de la ingesta de agua. Se estima que durante La dilatación de las paredes de las venas de las extremi-
el embarazo la constipación se debe al efecto inhibitorio de dades inferiores o síndrome varicoso es muy frecuente en
la progesterona sobre la fibra muscular lisa intestinal, favo- las mujeres. El embarazo es uno de los factores más impor-
recida por el efecto mecánico de la compresión del recto- tantes para su desarrollo, junto a la predisposición familiar;
sigmoides por el útero grávido, lo que permitiría una mayor además influye la obesidad, la actividad laboral prolongada
absorción de agua del contenido intestinal con un endu- en posición erecta y la multiparidad. La compresión de los
recimiento de las deposiciones. El tratamiento consiste en vasos venosos en la pelvis por el útero grávido realiza una
aumentar la ingesta de líquidos y fibras, como también el función de "torniquete", distendiendo y dañando estructu-
uso de emolientes, tipo vaselina líquida medicinal, que fa- ralmente las paredes de los vasos venosos, siguiendo un
cilita el paso del contenido intestinal por el recto y el canal curso progresivo de gestación en gestación. La sintomato-
anal (Jewell & Young, 2001; Prather, 2004). logía más frecuente es la sensación de "pies cansados" y
en ocasiones dolor de intensidad variable. Habitualmente
se acompaña de un grado variable de edema. Las medi-

277
OBSTETRICIA

das para atenuar estos síntomas son las medias de malla Estas zonas son la aréola mamaria y el pezón, los genitales
circular compresiva para facilitar el retorno venoso y dis- externos, la línea media infraumbilical o línea alba, el peri-
minuir el estasis sanguíneo, como también reposar en de- né, como también las cicatrices, los nevis y las efélides. En
cúbito dorsal con las extremidades inferiores discretamente el 50% al 70% de las embarazadas en la segunda mitad
elevadas. Las embarazadas con síndrome de insuficiencia de la gestación se establece el denominado cloasma del
venosa importante o con antecedentes de trombosis tienen embarazo, que corresponde a máculas simétricas hiper-
alto riesgo de presentar tromboembolismo en el posparto. pigmentadas, localizadas en las mejillas de la mujer, que
En ellas se debe atender el parto con las extremidades infe- habitualmente desaparecen al año después del parto (Tunzi
riores vendadas, propender a la deambulación precoz pos- & Gray, 2007).
parto y en ocasiones se debe utilizar heparina de bajo peso
molecular. Una revisión sistemática de intervenciones para
el tratamiento de las várices y edema del embarazo mostró
Palpitación precordial
que los flavonoides del tipo rutosides ayudan a aliviar los Durante la gestación se producen importantes modifi-
síntomas de las várices en el tercer trimestre, mientras que caciones de la hemodinamia, estableciéndose un estado
las medias compresivas no tienen efecto en la reducción hiperdinámico que en ocasiones se traduce, entre otros
del edema (Bamigboye & Smyth, 2007). síntomas, en una sensación de palpitación precordial. Aun
cuando la embarazada tenga un examen cardíaco catalo-
Lumbalgia gado como normal al ingreso del control prenatal, debe
efectuarse nuevamente un estudio cardíaco de verificación
Durante la gestación se producen modificaciones pos- si se instala este síntoma posteriormente. Si este es nor-
turales progresivas destinadas a mantener el centro de mal, se debe tranquilizar a la-mujer, habiendo previamente
gravedad de la embarazada por sobre las extremidades buscado y descartado síntomas y signos de hipertiroidis-
inferiores, a la altura de la pelvis. Esto se manifiesta en mo, ingestión de drogas, cigarrillos, cafeína y alcohol. Si
una hiperlordosis lumbar, con hiperextensión de la muscu- se detecta arritmia debemos derivarla al cardiólogo con un
latura dorsolumbar, produciendo desde escasa a ninguna electrocardiograma previo; la ecocardiografía Doppler se
sintomatología, hasta dolor invalidante. Este es el costo que solicitará si además de la arritmia se ausculta un soplo car-
debe pagar la especie humana, especialmente la mujer, por díaco (Flores & Márquez, 2007).
la bipedestación. Contribuyen a aumentar la sintomatología
la ganancia excesiva de peso, las posturas bizarras para
sentarse y el mal hábito de flectar la columna dorsolum-
Flujo vaginal
bar para inclinarse. Se debe instruir a la embarazada en Los genitales de la embarazada presentan una humedad
cómo cuidar la columna vertebral, para controlar una de mayor que los de la mujer no grávida. La mayoría de las
las causas más frecuentes de ausentismo laboral durante veces esto hace pensar a la mujer que la pérdida de flujo por
la gestación: el lumbago agudo. los genitales es una situación "normal", y por lo tanto, no
En los casos de dolor intenso se recomienda el reposo consulta oportunamente a no ser que tenga evidentes sínto-
en cama, analgésicos como el acetaminofeno y el metami- mas, como ardor, prurito o mal olor. La descarga de flujo ge-
zol sódico, calor local con almohadillas térmicas eléctricas nital debe ser tratada durante el embarazo. La importancia
o bolsas de agua caliente; están contraindicado durante el del diagnóstico precoz y tratamiento oportuno, radica en que
embarazo el uso de antiinflamatorios no esteroidales, como algunos de los gérmenes involucrados se asocian a parto
también el tratamiento con ultrasonido y ultratermia (Mun- prematuro y rotura prematura de las membranas ovulares.
jin y cois., 2007). Una revisión sistemática de las inter- Es necesario efectuar una inspección de los genitales ex-
venciones para prevenir o tratar el dolor lumbar o pélvico ternos en búsqueda de elementos inflamatorios de la vulva
durante el embarazo mostró que los efectos de agregar ejer- e introito vaginal. Posteriormente se realizará una especu-
cicios específicos de elongación, fisioterapia, acupunturas loscopia para intentar un diagnóstico etiológico según las
y almohadas tipo ozzlo, acupuntura y gimnasia acuática, características macroscópicas del flujo. Característicamen-
mostraron un pequeño efecto positivo en el alivio de los te, el flujo de las micosis (Candida albicans) vaginovulvares
síntomas (Pennick & Young, 2007). tienen el aspecto de "leche cortada", es grueso y poco flui-
do, se adhiere a las paredes de la vagina y habitualmente
Hiperpigmentación no se aprecia mal olor; el componente inflamatorio de la
mucosa se presenta en grado variable. El tratamiento con-
El aumento de la hormona melanino estimulante y el siste en la autointroducción profunda de un óvulo intrava-
efecto melanogénico de los estrógenos y de la progestero- ginal de nistatina o clotrimazol, en la noche, por un plazo
na durante la gestación, provoca que aproximadamente el no inferior a diez días; simultáneamente se aplicarán los
90% de las embarazadas presente un aumento de la pig- mismos medicamentos en forma de crema en el introito,
mentación en zonas donde se concentran los melanocitos. vulva y periné.

278
Otra infección frecuente es la producida por Trichomo- de aproximadamente 200.000 recién nacidos y 30.000
nas vaginalis. El flujo es fluido, de color amarillo-verdoso, muertes maternas. El 90% de estas muertes se concen-
de mal olor, con burbujas de gas, eritema con o sin pun- tró en 27 países (Vandelaer y cois., 2003; Roper y cois.,
teado petequial de la mucosa vaginal y del exocérvix. El 2007). Varios estudios han mostrado la efectividad de la
tratamiento se realiza con óvulos vaginales de metronidazol inmunización, administrando a la embarazada 2 a 3 do-
o tinidazol. Debe evitarse el tratamiento de la embarazada sis de toxoide tetánico separadas por un mes, al menos
por vía sistémica durante el primer trimestre de la gesta- seis semanas antes del parto (idealmente entre las 22 y
ción. Debe tratarse a la pareja, se recomienda el uso de 32 semanas de gestación). Este sistema de vacunación ha
tinidazol en dosis única de 2 gramos, con fines de asegurar logrado una reducción significativa de la enfermedad y de
el cumplimiento del tratamiento. la muerte neonatal (Demicheli y cois., 2005). En aquellos
países donde es posible asegurar la atención profesional
La infección genital por Neisseria gonorrhoeae, especial-
del parto al 95% o más de las embarazadas, no es necesa-
mente durante el embarazo es poco sintomática, a menu-
ria la inmunización durante el embarazo.
do está asociada con descarga vaginal producida por otros
gérmenes de transmisión sexual, lo que distrae al clínico de
su presencia. Puede apreciarse la salida de flujo purulento Diagnóstico y manejo nutricional
por el exocérvix, el cual presenta habitualmente signos de de la embarazada
cervicitis. Cuando esta infección se localiza en el cuello ute-
rino tiene una significativa asociación con parto prematuro, Ya hemos comentado en este capítulo la importancia de la
rotura prematura de las membranas ovulares y morbilidad alimentación de la madre y sus implicancias perinatales.
infecciosa neonatal grave. En nuestra experiencia, sobre un En la primera entrevista prenatal es necesario establecer
total de 256 embarazadas asintomáticas, 4 (1,6%) de ellas un diagnóstico nutricional para realizar el tratamiento nutri-
presentaban colonización en el cuello uterino por Neisseria cional respectivo y su seguimiento. El diagnóstico se basa
gonorrhoeae (Donoso y cois., 1984). en dos parámetros maternos: el peso y la talla. En Chile y
en algunos países latinoamericanos se utiliza la gráfica de
La vaginosis bacteriana es una entidad clínica caracte-
incrementos ponderales, también denominado índice peso/
rizada por una disminución del lactobacilo y proliferación
talla, que relaciona el porcentaje del peso para la talla y su
de la flora bacteriana anaeróbica (Gardnerella vaginalis,
evolución durante el embarazo. Este índice se obtiene del
bacteroides, mobiluncos, micoplasmas y cocos anaeróbi-
nomograma que se presenta en la FIGURA 13-8. Se debe
cos). Se caracteriza por presentar flujo vaginal de mal olor,
unir con una línea la talla materna con el peso respectivo
que se intensifica cuando se agregan gotas de hidróxido
y ésta cortará en la columna correspondiente el porcentaje
de potasio al 10%. Carece de signos inflamatorios de la
del peso para la talla. El valor obtenido se localiza según
mucosa genital; a la especuloscopia el flujo es de mediana
la edad gestacional en la gráfica que se presenta en la FI-
cuantía y de aspecto grisáceo. Aún es motivo de controver-
GURA 13-9 y permite el diagnóstico nutricional y su se-
sia si se asocia a parto prematuro y rotura prematura de
guimiento durante los controles prenatales (Rosso, 1985;
membranas. Análisis sistemáticos de la literatura muestran
Mardones & Rosso, 2005).
que el tratamiento puede erradicar la vaginosis en el emba-
razo, pero sin efecto en la prevención del parto prematuro Esta gráfica clasifica a las embarazadas en zona A o
(McDonald y cois., 2007). El tratamiento recomendado es bajo peso materno, zona B o peso materno normal, zona
en base a óvulos vaginales de metronidazol o de clindami- C o sobrepeso materno y zona D u obesidad materna. Las
cina por un período no inferior a siete días. madres con bajo peso tienen como objetivo nutricional un
aumento superior al 20% de su peso inicial e idealmente
un aumento total en relación con la magnitud del déficit, es
Vacunación antitetánica prenatal
decir, alcanzar al término de la gestación un índice peso/ta-
La inmunización materna con toxoide tetánico ha resultado lla mínimo equivalente al 120%. Las madres con peso nor-
un método muy importante en la prevención de la muer- mal tienen como objetivo nutricional un aumento del 20%
te por tétano neonatal, especialmente en aquellos países de su peso inicial, alcanzando al término de la gestación
donde la atención institucional y profesional del parto es un índice peso/talla entre 120% a 130%. Las madres con
escasa y los partos se atienden en condición de déficit hi- sobrepeso deben incrementar un peso tal que las ubique
giénico (Sheffield & Rarnin, 2004). El toxoide atraviesa la al término de la gestación entre 130% a 135% de la rela-
barrera placentaria y protege al recién nacido si este se ción peso/talla. Las madres obesas deben incrementar su
pone en contacto con el Clostrídium teta ni, especialmen- peso entre un mínimo de 7,5 y un máximo de 10,5 kilos;
te cuando es atendido en malas condiciones higiénicas, este rango permite no cometer iatrogenia en la nutrición del
como es el corte del cordón umbilical con instrumentos feto, como restricción del crecimiento fetal y la madre no
no esterilizados y el mal cuidado del muñón umbilical. incorporará masa grasa adicional a su peso pregestacional
En el año 2000 el tétano neonatal fue causa de muerte (consultar Capítulo 14: Nutrición de la embarazada).

279
Talla (cm) Peso (kg)
150
140

142
140
144

146
OJ

148
-o
V

150
'3
u
152

164
60-H
156

158

160

162

164
80 -2
166

85 -=
168 15 20 25 30 35 40
Edad gestacional (semanas)
170
Porcentaje del peso/talla Categorías de estado nutricional
172
11 Bajo peso | C | Sobrepeso
174
100- UH Normal D Obesidad

FIGURA 13-8. Nomograma para determinar la relación FIGURA 13-9. Curva de incremento de la relación peso/
peso/talla (Rosso, 1985). talla según edad gestacional para el seguimiento nutri-
ciona) materno durante el embarazo (Rosso, 1985).

Atención especializada,
examen/evaluación o seguimiento
adicionales, en caso de ser
necesario en clínica u otro lugar

Cualquier afección
o factor de riesgo La transferencia de pacientes
Todas las mujeres, Formulario entre el componente básico
primera visita detectados luego de
de clasificación y la atención especializada
completar el formulario
de clasificación es posible a lo largo de todo el CPN

Componente básico del programa


de CPN

FIGURA 13-10. Flujograma del nuevo modelo de control prenatal (CPN) de la OMS.

280
El modelo OMS de control prenatal La edad gestacional y duración aproximada de las cuatro
visitas se presentan a continuación:
El modelo propuesto fue previamente comparado con el
• Primera visita: primer trimestre, preferentemente antes
modelo estándar occidental de control prenatal, como el
de las doce semanas de embarazo. Duración de la visita:
anteriormente presentado, realizado multicéntricamente en
30 a 40 minutos.
cuatro países (Argentina, Cuba, Arabia Saudita y Tailan-
dia) (Villary cois., 2001b). La hipótesis examinada fue que • Segunda visita: alrededor de las 26 semanas de emba-
el nuevo modelo, basado en componentes científicamen- razo. Duración de la visita: 20 minutos.
te comprobados y que mejoran los resultados maternos y
• Tercera visita: alrededor de las 32 semanas de embara-
perinatales, sería tan efectivo como el estándar en los re-
zo. Duración de la visita: 20 minutos.
sultados perinatales finales, aceptado por las pacientes y
las instituciones prestadoras de salud. El modelo sólo es • Cuarta visita: entre las 36 y 38 semanas. Duración de
aplicable a embarazadas con feto único, seleccionadas por la visita: 20 minutos.
sus antecedentes obstétricos, perinatales y de salud pre-
gestacional (Villar & Bergsj0, 2003). La embarazada debe presentarse en el hospital o la ma-
En el modelo propuesto por la OMS la identificación del ternidad a las 41 semanas si no se ha producido el parto, o
riesgo materno-perinatal está facilitada por un formulario antes, frente a signos o síntomas de alarma. Las pacientes
simple que permite la identificación y derivación de la em- que se incorporan tardíamente al modelo deben recibir los
barazada a un nivel de mayor complejidad (FIGURA 13- contenidos de las visitas no realizadas.
10). Sólo se realizan los exámenes y pruebas que estén Los resultados de la investigación clínica aleatorizada
avaladas por la evidencia. de control prenatal de la OMS y la revisión sistemática de la
El formulario de clasificación es muy simple (FIGURA evidencia científica sobre modelos de control prenatal que
13-11). Consta de 18 puntos, divididos en tres secciones: utilizan un número reducido de visitas, justifica la intro-
ducción del nuevo modelo de la OMS para uso general. El
• La primera sección comprende los antecedentes obsté- nuevo modelo de control prenatal no se asocia a un riesgo
tricos de alto riesgo de embarazos previos. mayor en morbimortalidad en mujeres o recién nacidos.
• La segunda sección contiene los antecedentes de alto Además, se reduce el tiempo y los recursos necesarios para
riesgo del embarazo actual. el control prenatal, limitando el número de visitas, los pro-
cedimientos clínicos y el seguimiento a aquellas que se han
• La tercera sección identifica los factores de alto riesgo de probado como eficaces para promover resultados maternos
la historia clínica general de la embarazada. La identifi- y neonatales beneficiosos.
cación de cualquier factor de riesgo hace que la emba-
razada sea derivada a un nivel de mayor complejidad y Se ha demostrado que, en general, las usuarias y los
es retirada del modelo de control prenatal. prestadores de salud aceptan el nuevo modelo sin aumen-
tar el costo y en ciertos casos disminuyéndolo, especial-
El componente básico del nuevo modelo consta de cua- mente en lo que respecta a costos asociados con los ser-
tro visitas, cada una de ellas con contenidos que deben vicios de control prenatal. Aunque es poco probable que
ser realizados ineludiblemente, las que se encuentran deta- los prestadores de salud logren un ahorro real en el costo,
lladas en el sitio www.who.inVreproductive-health/publica- recursos tales como personal e instalaciones y el tiempo de
tions/rhr_01_30_sp/RHR_01_30_6.sp.html. las mujeres y las familias redundará en una mayor dispo-
nibilidad para extender el servicio, para prestar asistencia o
para realizar otras actividades de manera más eficaz.

281
OBSTETRICIA

Nombre de la paciente: Número de historia clínica


Dirección Teléfono;

JNSTRUCCiOEJES: Responda las siguientes preguntas marcando con una cruz el casillero correspondiente.

ANTECEDENTES OBSTÉTRICOS Ho Sí

'3. Muerte fetal o muerte neonatal previas. D


2. Antecedentes de 3 o más abortos espontáneos consecutivos.
3. Peso al nacer dei último bebé < 2500 g.
4. Peso al nacer dei último bebé > 4500 g. D
5. ¿Tuvo una internación por hipertensión o preeclampsia/eclampsia en el último embarazo? D
6. Cirugías previas en el tracto reproductivo (miomectomía. resección dei tabique,
coligación, cesárea clásica, cerclaje cervical].

EMBARAZO ACTUAL Sí

7. Diagnóstico o sospecha de embarazo múltiple.


8. "«leños de 16 años de edad.
9. Más de 40 años de edad.
10. Isoinmunization Rh {-} en el embarazo actual o en embarazos anteriores.
11. Hemorragia vaginal. D
12. Masa pélvica.
13. Presión arterial diastólica de 90 mmHg o más durante el registro de datos, D
HISTORIA CLÍNICA GENERAL Sí

14. Diabetes melfitus ¡nsulinodependiente.


15. Nefropatía.

íB. Cardiópata.
17. Consumo de drogas (incluido el consumo excesivo de alcohol).
i 8'. Cualquier otra enfermedad o afección médica severa.
Par favor, especifique

Una respuesta SÍ en cualquiera de las preguntas anteriores (es decir, una cruz en cualquier casillero
sombreado) significa que la mujer no es elegible para el componente básico del nuevo modelo de control
prenatal.
¿Es elegible? (marque con un círculo) NO SI
Si la respuesta es NO, será derivada a

Fecha. Nombre Firma

(personal responsable de CPN)

FIGURA 13-11. Formulario de clasificación para clasificar a las mujeres para el componente básico del nuevo modelo
de control prenatal (CPN) de la OMS.

282
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287
c a p í t u l o

Nutrición de la embarazada

F. Mardones I M. Parías

La transición nutricional en Chile ha significado una reduc- adulto, que son independientes del peso al nacer (Morton,
ción en las mujeres embarazadas con bajo peso y un sig- 2006).
nificativo aumento del sobrepeso y de la obesidad materna
(Albala y cois., 2002; Mardones & Rosso, 2005). Tanto el
sobrepeso como la obesidad implican un mayor riesgo de
Requerimientos nutricionales
peso excesivo al nacer, diabetes gestacional, trabajo de par-
to prolongado, cesárea, trauma obstétrico y asfixia perinatal
Energía
(Donoso, 1997). Últimamente se ha descrito también una Las primeras recomendaciones sobre aporte energético
fuerte asociación entre la obesidad materna preconcepcio- durante el embarazo se basaron en estimaciones de la ener-
nal y el riesgo para el niño de algunos defectos al nacer, gía acumulada en la madre y los productos del embarazo
particularmente de espina bífida y de malformaciones car- y en estimaciones de gasto energético que incluían medi-
díacas (Waller y cois., 2007). ciones del metabolismo basal y la actividad física (WHO,
En Chile la epidemia de la obesidad se concentra en 1973; WHO 1985). Para estos cálculos se consideró una
las madres beneficiarías del sector público de salud, que mujer "tipo" de 24 años de edad, de 163 cm de estatu-
tienen menor ingreso y que son bajas en talla en relación ra, con un peso preembarazo de 56 kg, con un cuociente
a las madres beneficiarías del sector privado (Mardones y respiratorio durante el embarazo de 0,90 y se asumió que
cois., 2004a; Mardones y cois., 2004b; Mardones & Ros- la eficiencia de conversión de la energía contenida en los
so, 2005). alimentos a energía metabolizable era del 90%. La talla y
el peso utilizados son significativamente superiores al pro-
Un nuevo impulso para preocuparse de la nutrición ma- medio de 156 cm y 48 kg de la mujer chilena y significó
terna proviene de la evidencia epidemiológica que vincula que las recomendaciones de ingesta energética derivadas
algunas enfermedades crónicas del adulto, tales como la de las mismas fueran superiores a las de la población chi-
obesidad, la diabetes mellitus y las enfermedades cardio- lena promedio (WHO, 1973; WHO, 1985). Además, las
vasculares, al crecimiento fetal restringido (WHO, 2003; estimaciones internacionales se basaron en una ganancia
Barker, 2006; Eriksson, 2006). Al respecto, existe eviden- de peso promedio de 12,5 kg y un peso al nacer promedio
cia creciente de que el feto en el útero queda programado de 3,4 kg. De esta manera se llegó a una recomendación
para la situación que la madre está viviendo. Si luego de de 285 kcal extra al día para 280 días de embarazo (Total:
nacer el individuo vive en un ambiente en que la nutrición 80.000 kcal o 335 MJ).
es hipercalórica con respecto a lo que fue programado in
útero, se desencadenarían las alteraciones metabólicas Estudios longitudinales realizados desde 1985 han
antes descritas. Éste sería el caso de la embarazada de permitido revisar los estimados previos, desarrollados con
bajo peso con dieta hlpocalórica, hecho que es cada vez métodos menos actualizados y se ha producido un nuevo
menos frecuente. Otra situación de riesgo es la madre de reporte con recomendaciones, que fue publicado en el año
talla baja con sobrepeso u obesa que se alimenta de una 2004 (FAO/WHO/UN, 2004). Ellos concluyen que una
dieta hipercalórica y de baja calidad. Esta ingesta altera- mujer promedio saludable y bien nutrida (no es definida
da también puede afectar la programación fetal. También en términos de peso y talla, como se hizo en los comi-
se han descrito posibles efectos de la nutrición materna tés anteriores), deberá ganar un promedio de 12 kg en
durante el embarazo sobre las enfermedades crónicas del el embarazo (10 a 14 kg) para que su hijo tenga una

288
alta probabilidad de un peso al nacer de entre 3,1 y 3,6 no es a sobreestimar la ingesta y a subestimar las pérdidas;
kg. Esta recomendación está basada en los resultados de los estudios de buena calidad requieren ser breves.
un estudio colaborativo de la Organización Mundial de la
Es posible que el cambio fundamental durante el emba-
Salud realizado a inicios de los noventa (WHO, 1995a) y
razo ocurra en el metabolismo de las proteínas, lo que favo-
consideró variables como depósitos totales de proteínas,
rece una mayor velocidad de síntesis proteica en perjuicio de
depósitos de grasas, metabolismo basal medido por el
la velocidad de la degradación proteica. Actualmente existe
método de calorimetría indirecta y gasto energético total
interés por estudiar el recambio proteico total para conocer
estimado usando agua doblemente marcada (FAO/WHO/
estas variaciones en el metabolismo, aspecto que se explica
UN, 2004).
en la sección relativa a la composición corporal materna.
Las cifras obtenidas fueron de 321 MJ o 77.000 kcal
para un incremento de peso de 12 kg. El requerimiento
extra para el primero, segundo y tercer trimestre, respecti-
Papel de los macro y micronutrientes
vamente, sería: 0,35 MJ/día, 1,2 MJ/día y 2,0 MJ/día (85 Existe evidencia creciente de que la nutrición pericon-
kcal/día, 285 kcal/día y 475 kcal/día). Estas recomenda- cepcional establece la trayectoria del crecimiento fetal y,
ciones son similares a las recomendaciones para todo el por lo tanto, fija la demanda de nutrientes para el segundo
embarazo hechas en los años 1973 y 1985, aunque sí se y tercer trimestre del embarazo (Barker, 2006). Este aspec-
diferencian notablemente, los requerimientos por trimestre to relativo a la historia nutricional de las madres se comen-
de embarazo. El comité del 2004 recomendó también ga- ta más adelante, en la sección sobre composición corporal
nancias de peso mayores para las mujeres de bajo peso al materna.
inicio del embarazo y menores para las mujeres con sobre-
peso al inicio del embarazo. Sin embargo, no estableció re- La ingesta reducida de macronutrientes, energía y pro-
comendaciones proporcionales a la talla materna, excepto teínas resulta en restricción del crecimiento intrauterino
guías muy generales. (RCIU) tanto en humanos como en modelos animales (Har-
ding, 2001). Sin embargo, la mayoría de las intervenciones
orientadas a mejorar el peso al nacer en grupos de madres
Proteínas en riesgo nutricional mediante suplementación energética
y proteica balanceada han tenido un efecto de escasa mag-
En el caso de las recomendaciones de aporte proteico
nitud (Kramer& Kakuma, 2003; Kramer, 2005). La única
todavía no se produce un nuevo consenso internacional
excepción en cuanto a aporte energético es un estudio rea-
que las actualice, como en el caso del aporte energético en
lizado en Cambia, en mujeres donde la restricción calóri-
el año 2004 (FAO/WHO/UN, 2004).
ca de la dieta habitual era considerable (Ceesay y cois.,
El embarazo es un período de necesidades proteicas 1997). Afortunadamente, las situaciones de hambruna son
aumentadas tanto para los requerimientos de la madre cada vez menos frecuentes en el mundo. Por ello, el interés
(especialmente por la expansión del volumen sanguíneo y de los investigadores se ha ido concentrando en nuevos as-
el crecimiento de algunos tejidos) como para el crecimien- pectos, tales como el balance de proteínas y carbohidratos
to de la placenta y el feto. Se acepta que se produce un en la dieta materna; esto último porque en la hambruna de
depósito neto de proteínas durante los nueve meses de la Holanda se observó que los niveles de presión arterial en
gestación de 925 g (con incrementos de 0,6, 1,8, 4,8, la progenie adulta estaban asociados al balance alterado
y 6,1 g/día en un embarazo dividido en cuatro secciones de los niveles de proteínas y carbohidratos en la dieta del
sucesivas). Si además se asume una utilización proteica embarazo de sus madres (Roseboom y cois., 2006).
de 70% en una dieta mixta, la mujer promedio necesitaría
En varios estudios experimentales, como los que efec-
8,5 g/día de proteínas extras como máximo de sus necesi-
tuaron investigadores del INTA de la Universidad de Chi-
dades al final del embarazo; con una variabilidad biológica
le, la disminución de proteínas en la dieta de animales de
de 15%, la necesidad extra sería de 10 g/día para cubrir
experimentación se asoció con una mayor presión arterial
las necesidades de la mayoría de las mujeres embaraza-
(Pérez y cois., 2006; Sierralta y cois., 2006). También en
das (Rosso, 1990; WHO, 1995a). El componente que más
animales de experimentación recién nacidos se ha asociado
contribuye al total de requerimientos es el feto, para el que
una dieta alta en carbohidratos con el desarrollo de altera-
se estima un peso al nacer de 3,4 kg. La recomendación
ciones metabólicas, principalmente hiperinsulinemia, que
de ingesta extra de proteínas coincide con la idea de que la
persiste hasta la edad adulta (Ismail-Beigi y cois., 2006).
dieta promedio habitual pregestacional contiene aproxima-
En un estudio nacional se comprobó que el déficit de in-
damente 9% de proteínas (Rosso, 1990).
gesta proteica en las madres embarazadas de la provincia
Por otra parte, se han realizado estudios de balance de de Arauco, la más pobre de Chile, se podía estimar entre el
proteínas que generalmente han terminado en recomenda- 30% y el 40% incluso en madres obesas, que son de talla
ciones mayores con respecto al estimado teórico (Rosso, baja y tienen una dieta hipercalórica, pero baja en proteí-
1990). La tendencia de los estudios de balance de nitróge- nas y micronutrientes (Mardones y cois., 2006a).

289
OBSTETRICIA

Carencias específicas de micronutrientes peso al nacer (Alien, 2005). Por otra parte, un reciente
estudio experimental controlado mostró que la suplementa-
En esta sección se analizan las carencias específicas de ción materna con hierro aumentó el peso al nacer en 236
micronutrientes y su influencia en la salud y bienestar de la g promedio y disminuyó la incidencia de bajo peso al nacer
madre y del niño (Fall y cois., 2003). Los posibles efectos del 17% al 4% (Cogswell y cois., 2003). Estos resultados
de los multimicronutrientes, que son suplementos combi- han apoyado la idea de que la deficiencia de hierro es un
nados de vitaminas y minerales (Haider & Bhutta, 2006), importante factor en la causalidad de la restricción del cre-
son abordados en la próxima sección. cimiento fetal (Alien, 2005).
Los micronutrientes corresponden a las vitaminas y los La carencia de hierro y folatos durante el embarazo pue-
minerales requeridos para el normal funcionamiento y de- de causar anemia materna. Una revisión de 44 ensayos
sarrollo del organismo humano. En el caso de la embaraza- controlados, que sumaron 12.706 mujeres, sobre la su-
da, el aumento correspondiente de las necesidades genera plementación rutinaria de hierro solo o combinado con áci-
un mayor riesgo de deficiencias de micronutrientes. Los do fólico, mostró una tendencia a aumentar los niveles de
datos chilenos más recientes de la dieta en el embarazo hemoglobina y a disminuir la anemia materna, aunque los
revelan diferencias entre distintas regiones del país. En las datos fueron insuficientes para evaluar sus posibles efectos
mujeres de la provincia de Arauco se observan ingestas sobre el crecimiento fetal; concluyó que se necesita mayor
promedio menores al 90% de las recomendaciones inter- investigación sobre los programas preventivos, particular-
nacionales en lo referido a hierro, magnesio, zinc, vitamina mente en países en desarrollo (Pena-Rosas & Viten, 2006).
A, vitamina C, vitamina B6 y biotina (Mardones y cois., Sin embargo, mientras se investiga cuál es el mejor progra-
2006a); por otro lado, datos recientes de mujeres de bajo ma preventivo, debe continuarse con una suplementación
peso/talla al inicio de la gestación en Santiago revelaron de hierro que permita cubrir las necesidades adicionales
ingestas promedio menores al 90% sólo para hierro, mag- del embarazo, aun en países desarrollados (Stoltzfus & Dre-
nesio, vitamina B6 y biotina (Mardones y cois., 2007). yfuss, 1998).

Hierro. Se estima que aproximadamente el 20% de las Ácido fólico. El ácido fólico cumple un importante rol
mujeres de los países industrializados tiene deficiencia de en la síntesis del ácido nucleico durante el desarrollo em-
hierro en el embarazo, condición que lleva a la aparición de brionario y fetal. La deficiencia de folatos con o sin anemia
anemia ferropriva (Stoltzfus & Dreyfuss, 1998). megaloblástica es todavía un problema de salud pública en
En Chile, un estudio reciente de embarazadas del área las mujeres embarazadas de países en desarrollo (Tamura
suroriente de Santiago mostró una prevalencia del 13,4% & Picciano, 2006). Las concentraciones reducidas de fola-
de anemia (Mardones y cois., 2003), aunque las embara- to dietario y circulante parecen estar asociadas con mayor
zadas de bajo peso/talla tuvieron una prevalencia del 21%. riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y retardo del
Estas cifras son inferiores a aquellas reportadas en estudios crecimiento fetal. Sin embargo, los estudios disponibles
anteriores (Donoso, 1997), lo que podría deberse al efecto tienen resultados discrepantes, lo que podría deberse a ta-
preventivo de la fortificación con hierro de la harina de trigo maños muéstrales insuficientes y a que se han utilizado
desde 1952 y a la distribución de tabletas de sulfato ferroso diferentes criterios para la evaluación del estado nutricional
a las embarazadas beneficiarias del sector público desde de folatos (Tamura & Picciano, 2006).
1991 (Pena y cois., 1991; Mardones y cois., 2003). Los Un importante efecto metabólico de la deficiencia de fo-
requerimientos de hierro durante el embarazo aumentan lato es la elevación de la homocisteína en la sangre. El au-
tres veces por la expansión de la masa de células rojas y mento de los niveles de homocisteína plasmática materna
por el crecimiento de la unidad fetoplacentaria. El reque- ha sido asociado a un mayor riesgo de aborto espontáneo
rimiento neto de hierro durante el embarazo es de 1 g, la y de complicaciones del embarazo como desprendimiento
mayoría del cual ocurre durante los dos últimos trimestres prematuro de placenta y preeclampsia, factores que pue-
del embarazo (Bothwell y cois., 1979). den reducir el peso al nacer y la duración del embarazo
La Organización Mundial de la Salud estima que el 52% (Tamura & Picciano, 2006). Se desconoce si la homocisteí-
de ías embarazadas en los países en desarrollo presenta na es la causa o simplemente un marcador biológico de las
anemia y que la mitad de ellas corresponde a anemia por complicaciones antes indicadas.
carencia de hierro (WHO/UNICEF/UNU, 2001). La anemia La evidencia científica sobre la suplementación con áci-
es considerada un problema de salud pública cuando su do fólico para la prevención de defectos de cierre del tubo
frecuencia poblacional llega a más del 5% (WHO/UNICEF/ neural se ha considerado sólida; esto ha permitido que las
UN, 2001), por lo que las embarazadas de Chile todavía comunidades científicas y los Gobiernos se movilicen para
están en esta categoría. la implementación de políticas relativas al ácido fólico, tan-
Estudios observacionales han mostrado que la deficien- to para la suplementación periconcepcional como para la
cia de hierro se asocia con el parto prematuro y el bajo fortificación de alimentos (Lumley y cois., 2001; Tamura

Z90
Capítulo 14 | Nutrición de la embarazada

& Picciano, 2006). La fortificación de alimentos con ácido makrishnan y cois., 1999). En el caso particular de la su-
fólico ha resultado en mejorías notables del estado nutricio- plementación con calcio durante la gestación, una actua-
nal de folatos según los niveles de folato sérico o de homo- lización reciente de la base de datos Cochrane mostró que
cisteína en varios países (Estados Unidos, Canadá, Costa esta medida se asoció a una reducción en la incidencia de
Rica y Chile), sin embargo, Europa no ha iniciado progra- preeclampsia y algunas de sus complicaciones, especial-
mas de fortificación (Jamura & Picciano, 2006). Desde el mente en embarazadas de alto riesgo o con bajo consumo
año 2000, la fortificación de la harina de trigo en Chile se habitual de este mineral (Hofmeyr y cois., 2006).
ha asociado a una reducción del 40% en tres años de la
incidencia de defectos del tubo neural (Hertrampf & Cortés, Vitamina D. En cuanto a la vitamina D, una revisión
2004). La posibilidad de un aumento de los embarazos reciente de su deficiencia señala que es frecuente en niños
múltiples asociada a esta suplementación se considera no y adultos en algunos países (Holick, 2007). Además, pro-
demostrada (Hertrampf & Cortés, 2006). pone que podría producir retardo de crecimiento intrauteri-
no y deformidades esqueléticas, aumentando el riesgo de
Yodo. La carencia severa de yodo durante el embarazo fractura de cadera más tarde en la vida. Dos estudios recién
puede provocar retardo mental (Alien, 2005). En nuestro publicados de embarazadas y sus hijos en los EE.UU. han
país, la fortificación obligatoria con yodo de la sal de mesa, detectado una alta prevalencia de vitamina D insuficiente
además de otros factores, prácticamente ha erradicado la (Bodnar y cois., 2007; Lee y cois., 2007). Por otra parte,
deficiencia de yodo (Muzzo y cois., 2003). En Chile, el bo- en Inglaterra se ha podido determinar en dos estudios de
cio llega a presentarse en el 6,4% de los escolares de Edu- cohorte que la insuficiencia de vitamina D en la madre está
cación Básica y por ecografía se ha detectado en el 5%; por asociada con una adquisición reducida de mineral durante
lo tanto, ya no existe bocio endémico (Muzzo y cois., 2003). la vida intrauterina y la extrauterina temprana, utilizando
mediciones del contenido mineral óseo (Cooper y cois.,
Vitamina A. La vitamina A se considera esencial para 2005); este último se asoció con el peso al año de vida. Es-
la embriogénesis, el crecimiento y la diferenciación epitelial tas asociaciones se mantuvieron aun después de controlar
(Rothman y cois., 1995). La deficiencia de vitamina A du- los posibles efectos de los marcadores de riesgo osteoporó-
rante el embarazo aumenta el riesgo de mortalidad materna tico (tales como los polimorfismos del gen para el receptor
(Alien, 2005). West y colaboradores han reportado que la de la vitamina D), además de las posibles influencias de
mortalidad materna en Nepal disminuyó 40% en las muje- estilos de vida que pueden afectar la formación de masa
res que recibieron vitamina A al menos tres meses antes y ósea (actividad física, ingesta dietaria de calcio, hábito ta-
durante el embarazo con respecto a las no suplementadas, báquico y consumo de alcohol).
posiblemente por una disminución de la susceptibilidad a
También se pudo apreciar que tanto el tamaño bajo al
la infección (West y cois., 1999). Estudios similares se es-
nacer como el bajo crecimiento durante la niñez están di-
tán desarrollando en Bangladesh y Ghana. El límite supe-
rectamente vinculados con el riesgo posterior de fractura de
rior de los suplementos de vitamina A es 3.000 Ul por día,
cadera. La optimización de la nutrición materna y del cre-
dado que dosis superiores pueden tener efectos teratogéni-
cimiento intrauterino debiera ser incluida en las estrategias
cos (Segovia-Riquelme, 1979; Alien, 2005).
preventivas que luchan contra la fractura de cadera (Cooper
Cuando se habla de niveles adecuados de vitamina A, y cois., 2005).
se trata de los compuestos retinoides que tiene la actividad
Es necesario actualizar localmente la medición de los
biológica del retinol. La vitamina A preformada en la dieta
niveles plasmáticos de la forma primaria de vitamina D,
proviene de fuentes animales, tales como productos lácteos
que es la 25-hidroxivitamina D; la mayoría de los expertos
e hígado, de alimentos fortificados y también de suplemen-
señala que la deficiencia se observa con menos de 20 ng
tos vitamínicos. El betacaroteno y otros carotenoides son
por mL. Esta forma primaria es convertida a la forma activa
precursores de la vitamina A sintetizados por las plantas
de 1,25-hidroxivitamina D. La información actualizada de
y que luego son parcialmente convertidos a retinol antes o
los niveles de 25-hidroxivitamina D se justifica porque la
durante la absorción intestinal. Los experimentos en anima-
intoxicación se observa con un nivel relativamente cerca-
les han demostrado que los retinoides pueden ser teratogé-
no (150 ng por mL). Nuevos estudios están permitiendo
nicos; los carotenoides no lo son (Rothman y cois., 1995).
proponer niveles mayores al límite de un aporte diario de
2000 Ul o 50 microgramos/día que se estableció en los
Zinc. La deficiencia aislada de zinc se ha asociado con
EE.UU. (Hathcockycols., 2007).
preeclampsia y con la ruptura prematura de membranas
(Caulfield y cois., 1998). Ramakrishnan y colaboradores En Chile, un estudio reciente observó una alta preva-
concluyen que existe fuerte evidencia sobre el efecto po- lencia de insuficiencia en la vitamina D de las mujeres
sitivo de la suplementación con zinc, calcio y magnesio posmenopáusicas, aun teniendo exposición normal al sol,
sobre el peso al nacer, la prematurez y la hipertensión del agregando con ello evidencia a una preocupación mundial
embarazo, particularmente en grupos de alto riesgo (Ra- (González y cois., 2007).

291
OBSTETRICIA

Vitamina E. Existe muy poca información sobre su promedio del peso al nacer en comparación con el grupo
posible efecto en el crecimiento fetal. Sin embargo, una control, que recibió el producto lácteo de suplementación
publicación reciente reporta que en embarazadas de los habitual (Mardones y cois., 2007). El peso al nacer fue
EE.UU., se observó una clara asociación positiva entre la 118 g mayor para el grupo experimental en comparación
concentración plasmática de tocoferol y el crecimiento fe- con las madres que no recibieron tratamiento. Este hallazgo
tal (Scholl y cois., 2006). Sus autores comentaron que, al sugiriere que al conocido efecto de los multimicronutrien-
margen de su acción antioxidante, la vitamina E facilita la tes, de aproximadamente 60 g (Mardones y cois., 1988;
liberación de prostaciclina, un metabolito del ácido araqui- Friis y cois., 2004; Osrin y cois., 2005), se sumó un efecto
dónico que inhibe la agregación plaquetaria, disminuye la positivo de los ácidos grasos omega-3, lo que plantea la
contractibilidad uterina y aumenta la vasodilatación. necesidad de investigar el efecto separado de ambas in-
tervenciones. A pesar de que estos y otros resultados pro-
metedores están motivando la introducción de los multi-
Suplementación con multimicronutrientes micronutrientes en las recomendaciones nutricionales, los
durante el embarazo beneficios de estas medidas sobre los resultados del emba-
razo siguen bajo continuo análisis y, de acuerdo a la última
La desnutrición caloricoproteica durante el embarazo y revisión sistemática específica de la biblioteca Cochrane,
la lactancia era muy frecuente en el mundo hasta hace po- los estudios disponibles no permiten recomendar por ahora
cos años. La carencia severa de alimentos en la actualidad nada más que la suplementación con fierro y ácido fólico
es cada vez menos común. Sin embargo, la calidad de los (Haider& Bhutta, 2006).
alimentos es todavía un problema significativo, razón por
Por otra parte, en un estudio realizado en una población
la cual las carencias de micronutrientes pueden ser impor-
de mujeres embarazadas de México no se informaron di-
tantes en muchas poblaciones (Uauy & Monteiro, 2004;
ferencias en el peso al nacer tras comparar un suplemento
Kramer, 2005; Lónnerdal, 2005). Los efectos negativos de
de multimicronutrientes con la suplementación rutinaria
las carencias simultáneas de varios micronutrientes en mu-
de hierro (Ramakrishnan y cois., 2003). Para los autores,
jeres no embarazadas y niños incluyen la reducción en la
la ausencia de beneficios adicionales podría deberse a que
capacidad para trabajar, el aumento de la susceptibilidad a
las deficiencias nutricionales y los resultados perinatales
las infecciones y la mayor severidad de patologías como la
de la población estudiada no eran tan severas como para
enfermedad coronaria, la osteoporosis y la anemia (Jack-
observar un cambio significativo. Otra posible explicación
son y cois., 2003). Las consecuencias de estas carencias
podría ser que los dos grupos de madres hayan sido de-
nutricionales durante el embarazo constituyen posiblemen-
ficitarias en hierro al inicio del estudio. Sin embargo, no
te un riesgo aumentado de preeclampsia materna, RCIU y
se descarta la posibilidad de encontrar diferencias favo-
prematurez (Villar y cois., 2003). Existe dificultad para re-
rables en el período posnatal, aludiendo a una mejoría en
solver las necesidades nutricionales únicamente a través de
el estado nutricional -y especialmente micronutricional-,
la dieta, especialmente en embarazadas cuyo consumo de
tanto materno como infantil, lo que podría redundar en
alimentos diversificados que incluyen productos animales y
un mejor desarrollo posterior en el grupo que recibió un
fortificados es muy limitado (Huffman y cois., 1998; Alien
suplemento múltiple. A modo de ejemplo cabe mencio-
& Gillespie, 2000; Fall y cois., 2003).
nar que en un estudio realizado en Bangladesh, donde la
Un grupo de agencias internacionales (UNICEF/WHO/ suplementación con zinc durante el embarazo no incidió
UN) ha propuesto un suplemento que contiene las recomen- en el peso al nacer, la intervención se asoció a una menor
daciones diarias de ingesta de 10 vitaminas y 10 minerales morbilidad en los primeros seis meses de vida (Osendarp
(UNICEF/WHO/UN, 1999). La evaluación de los posibles y cois., 2001).
beneficios del aporte de micronutrientes múltiples a las em-
Los beneficios de la suplementación con micronutrientes
barazadas, ya sea mediante suplementos en tabletas o pro-
pueden ser variados y los mecanismos de explicación son
ductos fortificados, constituye un tópico de creciente investi-
también diversos. En el caso específico de la mejoría del
gación en este momento (Kramer & Kakuma, 2003; Kramer,
crecimiento fetal observada en numerosos análisis, estos
2005). El uso de una combinación de micronutrientes du-
mecanismos estarían relacionados con una posible mayor
rante el embarazo ha tenido resultados iniciales favorables
retención de líquido (Mardones y cois., 1988; Rosso & Sa-
en varios estudios recientes que muestran una diferencia
las, 1994); a mayor agua corporal habría una consiguiente
positiva en el promedio del peso al nacer de alrededor de
expansión del volumen plasmático durante el embarazo.
60 g en mujeres mayoritariamente saludables (Mardones y
Es conocido que la mayor expansión del volumen plas-
cois., 1988; Friis y cois., 2004; Osrin y cois., 2005).
mático y del flujo placentario influencian favorablemente
Un estudio chileno controlado reciente aporta nueva evi- el crecimiento fetal (Rosso & Salas, 1994), mientras que
dencia al evaluar el efecto de un suplemento fortificado con otros estudios sobre el agua corporal total materna al final
multimicronutrientes y ácidos grasos omega-3 durante el del embarazo han mostrado una asociación positiva con el
embarazo, pues demostró un aumento significativo en el peso al nacer (Mardones y cois., 1998).

292
Capítulo 14 Nutrición de la embarazada

En general se acepta que el aporte de suplementos die- neonatal en los grupos de mujeres que recibieron multi-
téticos con múltiples vitaminas y minerales será de gran micronutrientes (Christian y cois., 2005). Sin embargo, la
ayuda para mejorar tanto el estado nutricional general debilidad de las posibles inferencias estadísticas del ha-
como la carencia de deficiencias específicas que pueden llazgo indicado ha sido reconocida por los propios autores
coexistir en un mismo individuo. Uno de los factores de- de ese estudio al señalar que no fueron diseñados para
terminantes en la eficacia sanitaria de la suplementación detectar posibles pequeñas diferencias en la mortalidad;
nutricional es la existencia efectiva de estas carencias, vale este es el tema central de dos cartas al editor de Lancet
decir, el estado nutricional basal de la población estudiada. (Huffman y cois., 2005; Osrin y cois., 2005). Por otra
En poblaciones con deficiencias nutricionales generales o parte, nuevos datos de un estudio chileno han descartado
en subgrupos específicos como las mujeres VIH positivas, la posibilidad de que haya aumentado la asfixia al nacer
donde se ha evidenciado una reserva reducida de micro- en el grupo experimental con un mayor peso promedio de
nutrientes (Papathakis y cois., 2007), la suplementación nacimiento, lo que podría haber producido una obstruc-
nutricional constituye una necesidad imperiosa, especial- ción del parto (Mardones y cois., 2007); los puntajes de
mente en un período de demanda aumentada como es el Apgar fueron similares a los del grupo control y en ningu-
embarazo. De este modo, el diagnóstico nutricional comen- no de los dos grupos se presentaron muertes neonatales
tado anteriormente cobra especial relevancia en la decisión o perinatales. Es decir, los datos nacionales confirman lo
de ¡mplementar políticas de suplementación nutricional de observado en todos los otros estudios experimentales con
la embarazada en cualquier región. multimicronutrientes, con la excepción de la tendencia ob-
servada en Nepal, que tampoco es concluyente (Huffman
Hasta ahora se desconoce la combinación ideal de mi-
y cois., 2005).
cronutrientes para ser aportada como suplemento (Alien,
2005). Aunque su uso es relativamente amplio entre la En otro estudio reciente, un análisis observacional
población general, actualmente la gran cantidad de suple- multiétnico mostró que el consumo habitual de multivita-
mentos vitamínicos y minerales disponibles en el merca- mínicos se asoció a un mayor riesgo de ingesta excesiva
do carece de una estandarización de calidad certificada para ciertos micronutrientes como vitamina A o zinc en
por estudios que avalen una adecuada composición para individuos sanos, aunque la suplementación contribuyó a
cada etapa de la vida (Yetley, 2007). Estos inconvenien- mejorar la calidad de la ingesta en la población estudiada
tes, sumados a la falta de información acerca de la biodis- (Murphyycols., 2007).
ponibilidad efectiva de cada micronutriente y la probable
interacción entre ellos y con otros compuestos farmacológi-
cos, hacen de ésta un área donde se requiere aún bastante
Ácidos grasos poliinsaturados
investigación. y duración del embarazo
Otro aspecto importante es la posibilidad de generar Los ácidos grasos esenciales de cadena larga y poliin-
toxicidad por exceso de aporte de algún micronutriente es- saturados pertenecen a la familia de los omega-6 y a la
pecífico, cuyas consecuencias sanitarias varían en cuanto a familia de los omega-3 (Hornstra, 2005). Mientras que los
su severidad. Por ejemplo, se sabe que cantidades excesi- primeros se encuentran presentes en exceso en la dieta
vas de vitamina C, magnesio o hierro se asocian a síntomas chilena, los omega-3 son deficientes en muchos grupos.
gastrointesinales leves a moderados (diarrea, constipación, La ingesta del producto final del proceso de desaturación
náuseas y dolor abdominal) (Mulholland & Benford, 2007). del grupo omega-3, correspondiente al ácido docosahexae-
Sin embargo, existen reportes sobre efectos adversos más noico (ADH), es muy limitada en la dieta típica de Chile.
serios e irreversibles, como la teratogenicidad producida Por ejemplo, en grupos de embarazadas beneficiarías del
por el consumo de metabolitos de la vitamina A durante servicio público de salud de la provincia de Arauco y de la
el embarazo (Rothman y cois., 1995), situación que hace provincia de Santiago, el ADH tiene un promedio de ingesta
recomendable evitar un exceso de ingesta de esta vitamina sólo algo mayor a 50 mg/día (Mardones y cois., 2006a;
durante la gestación. En este ámbito, la agencia americana Mardones y cois., 2007), lo que equivale a algo más de un
para el control de alimentos y medicamentos FDA (Food sexto de la recomendación de ingesta diaria para la emba-
and Drug Admínistration) ha tenido problemas para anali- razada (Simopoulos y cois., 1999).
zar en detalle la creciente oferta de productos disponibles
Varios estudios han sugerido que el consumo de áci-
en el mercado; sin embargo, se han hecho esfuerzos por
dos grasos omega-3 o simplemente la ingesta habitual de
mejorar el sistema de reporte de eventos adversos relacio-
pescado están asociados a un mayor peso al nacer y a
nados al uso de estos suplementos nutricionales (Woo,
una mayor duración del embarazo (de Onís y cois., 1998;
2007).
Kramer & Kakuma, 2003). El estudio 2006 sobre los na-
Los autores de dos estudios experimentales hechos en cimientos de pretérmino del Instituto de Medicina de los
Nepal realizaron recientemente un análisis combinado de EE.UU. señala que el posible efecto favorable de los niveles
sus resultados que destacó un aumento de la mortalidad de ácidos grasos poliinsaturados y otros nutrientes sobre la

293
OBSTETRICIA

incidencia del parto prematuro amerita mayor evaluación El grupo experimental fue suplementado tanto con mul-
(Behrman & Butler, 2006). Un estudio observacional re- timicronutrientes como con omega-3, lo que sugiere rea-
ciente ha sido destacado por la baja incidencia de sólo el lizar nuevos estudios que puedan discriminar los efectos
2,4% de nacimientos de pretérmino (< 37 semanas) en de cada intervención. Sin embargo, es interesante notar
embarazadas con un consumo de pescado que les aporta- que diversos estudios de suplementación con multimicro-
ba 150 mg/día de omega-3 (ADH), en comparación con el nutrientes realizados en mujeres saludables no han mostra-
7,1% en el grupo que nunca consumía pescado (Olsen & do efecto en la duración del embarazo (Mardones y cois.,
Secher, 2002). 1988; Christian y cois., 2003; Friis y cois., 2004; Osrin y
cois., 2005). Ello sugiere que la adición de omega-3 fue
Otro interesante estudio observacional corresponde al
la responsable de esta mayor duración del embarazo y, fi-
realizado en la cohorte longitudinal de padres e hijos de
nalmente, de una diferencia en el peso al nacer de 118 g
Avon, Reino Unido (ALSPAC Study), que muestra una me-
promedio, prácticamente el doble que los estudios experi-
joría consistente en la evaluación cognitivo y conductual
mentales indicados. Dado que la diferencia promedio es-
de niños de entre seis meses y ocho años cuyas madres
timada de ingesta diaria de ácido alfalinolénico, precursor
consumieron más de 340 g de pescado a la semana du-
del ADH, fue sólo de 330 mg, es posible que sólo un aporte
rante el embarazo, en comparación a hijos de madres con
estimado de alrededor de 50 mg de ADH haya sido respon-
menor o nula ingesta de pescado (Hibbeln y cois., 2007).
sable del efecto indicado, aunque no se puede descartar un
Basándose en sus resultados, los autores proponen revisar
efecto directo del precursor; los 50 mg indicados resultan
la recomendación hecha por la FDA y la agencia de protec-
de la estimación del 15% de biodisponibilidad en el ácido
ción ambiental EPA (Environment Protection Agency) de
alfalinolénico para ser transformado a ADH (Valenzuela &
los EE.UU. el año 2004, con el objetivo de limitar el consu-
Uauy, 2005).
mo de ciertas especies marinas, especialmente de aquellas
que acumulan concentraciones elevadas de contaminantes Entre los mecanismos esgrimidos para explicar los efec-
neurotóxicos como el metilmercurio (EPA & FDA, 2004; tos de estos ácidos grasos poliinsaturados se ha propues-
Myers & Davidson, 2007). to que podrían aumentar el peso al nacer prolongando la
gestación a través de su acción inhibitoria sobre la síntesis
En este mismo sentido, un estudio colaborativo observó
y función de las prostaglandinas, cuyo nivel juega un im-
que en general el consumo moderado de pescado no se
portante papel para definir el momento de inicio del trabajo
correlacionó con los niveles plasmáticos de ácidos grasos
de parto (Olsen y cois., 1986). Tanto los posibles meca-
omega-3 alcanzados en las personas y que la ingesta de
nismos como la determinación de otros efectos biológicos
ciertas especies con mayor contenido de grasa en su carne,
de los ácidos grasos poliinsaturados durante el embarazo
como el salmón, sí mostraba una correlación positiva con
están todavía en investigación (Kramer & Kakuma, 2003;
los niveles de estos ácidos grasos (Philibert y cois., 2006).
Hornstra, 2005).
Esto resulta relevante cuando se observa que el salmón
es una de las especies que acumula niveles mucho más
bajos de metilmercurio, según la información de la agencia Micronutrientes y ácidos grasos
EPA estadounidense. Los reportes de casos de intoxicación poliinsaturados en la preeclampsia
por mercurio son raros cuando provienen de una ingesta
elevada de pescados, en cambio, los potenciales efectos Se estima que la preeclampsia, incluyendo la hiperten-
benéficos del consumo de la innumerable lista de especies sión crónica durante la gestación, afecta del 10% al 12%
con bajos niveles de acumulación de este contaminante de las embarazadas en Chile y alrededor del mundo; estas
(generalmente especies pequeñas de vida corta) sobre el mujeres tienen mayor riesgo de parto prematuro y RCIU
desarrollo neurológico infantil hacen necesaria una reeva- en sus niños (Oyarzún, 1995; Neira y cois., 1997; Dono-
luación de las recomendaciones internacionales antes de so & Oyarzún, 2004; Bhutta y cois., 2005; Lawn y cois.,
adoptarlas para nuestra población. 2005). Una de la teorías prevalentes sobre la patogénesis
de la preeclampsia está referida a una mayor carga oxidati-
Un estudio chileno reciente aportó nueva evidencia so-
va y a la disfunción endotelial consiguiente (Rodrigo y cois.,
bre el posible efecto de los ácidos grasos omega-3 en la 2005). Por ello se ha propuesto suplementar a las emba-
duración del embarazo, que resultó significativamente ma-
razadas con vitaminas antioxidantes C y E. Sin embargo,
yor en casi dos días (p < 0,05) en el grupo experimental;
un importante estudio experimental controlado reciente no
considerando que el poder estadístico (error beta) alcanzó
encontró efecto de la suplementación conjunta con vitami-
un valor de 0,69 en la comparación con los grupos efecti-
nas C y E en la prevención de la preeclampsia (Postan y
vamente tratados y algo menor en la comparación con los
cois., 2006). En la literatura se ha sugerido también que
grupos según intención de tratamiento; es evidente que el
la incidencia de preeclampsia se podría reducir con la su-
tamaño muestral fue algo bajo para confirmar este hallazgo
plementación con omega-3 durante el embarazo (Horns-
(Mardones y cois., 2007).
tra, 2005; Lónnerdal, 2005). La posibilidad de reducir la

294
Capítulo 14 Nutrición de la embarazada

incidencia de preeclampsia y sus consecuencias con una ciudad de Nueva York encontrados por un estudio de una
intervención nutricional simple sería un paso significativo compañía de seguros; estos promedios de poblaciones ob-
en la mejoría de los resultados del embarazo alrededor del tenidos en un país desarrollado en tiempos en que no exis-
mundo (Behrtman & Butler, 2006). tía una epidemia de obesidad se consideraron, hasta años
recientes, como un patrón adecuado de referencia para
El estudio chileno antes citado también aportó nueva
evaluar el estado nutricional (MLIC, 1959). Los puntos de
evidencia sobre el posible efecto de los ácidos grasos ome-
corte para definir normalidad en la relación peso para la
ga-3 en la incidencia de preeclampsia, que resultó signi-
talla fueron establecidos estadísticamente usando criterios
ficativamente menor (p < 0,05) en el grupo experimental
de expectativa de vida (Society of Actuarles, 1959; WHO,
con respecto al grupo control: el 4,5% versus el 1,6%
1995b) y aquellos usados en los EE.UU. para clasificar el
(Mardones y cois., 2007). Sin embargo, el poder estadísti-
estado nutricional de una mujer no embarazada, estos son:
co (error beta) alcanzó un valor de 0,61 en la comparación
normal: IMC 19,8 a 26; bajo peso: IMC < 19,8; sobrepe-
de los grupos según intención de tratamiento, lo que indica
so: IMC 26,1 a 29 y obesidad: IMC > 29 (ÑAS, 1990).
que es necesario aumentar el tamaño muestral para con-
Estos límites también se han utilizado ampliamente en Chi-
firmar este hallazgo. El grupo experimental fue suplemen-
le y otros países. Actualmente, la OMS propone otros pun-
tado tanto con multimicronutrientes como con omega-3,
tos de corte del IMC para la mujer no embarazada, con las
lo que sugiere la necesidad de realizar nuevos estudios
siguientes categorías: normal: IMC 18,5 a 24,9; bajo peso:
que puedan discriminar los efectos de cada intervención.
IMC < 18,5; sobrepeso: IMC 25 a 29 y obesidad: IMC >
Aunque diversos estudios de suplementación con multi-
29 (WHO, 1995W. La clasificación de la OMS está basada
micronutrientes realizados en mujeres saludables no han
primariamente en las asociaciones entre IMC y mortalidad:
mostrado efecto en la incidencia de preeclampsia (Mar-
el riesgo menor de mortalidad está asociado con un IMC
dones y cois., 1988; Christian y cois., 2003; Friis y cois.,
entre 18 y 25 (WHO, 1998b). Es posible que los puntos
2004; Osrin y cois., 2005), destaca un estudio reciente
de corte propuestos no correspondan a un mismo nivel de
de casos-controles realizado en mujeres peruanas, donde
depósitos grasos en diferentes poblaciones; ello se debe, en
se concluye que un nivel bajo de ácidos grasos omega-3
parte, a diferencias en las proporciones corporales (WHO,
estaría asociado con un riesgo aumentado de preeclampsia
1995W.
(Qiu y cois., 2006).
Los criterios utilizados para evaluar el estado nutricio-
nal de mujeres no embarazadas corresponden a los riesgos
Antropometría materna para la salud de mujeres adultas también no embarazadas
El peso corporal refleja la constitución general o contextura observados en diferentes períodos de tiempo (ÑAS, 1990;
física de un individuo y está fuertemente influenciado por la WHO, 1995b). Con el objetivo de guiar la ganancia de peso
estatura. Por esta razón, la evaluación del estado nutricio- durante el embarazo, también se ha propuesto enriquecer
nal considera la adecuación del peso para una determinada estos criterios con la incorporación de los riesgos de resul-
talla (Garn, 1962). El indicador más utilizado actualmente tados deficientes del embarazo.
para relacionar ambas medidas es el índice de masa corpo-
ral (IMC), que se calcula así:
Recomendaciones de ganancia de peso
peso (kg)
IMC = Las primeras recomendaciones de los organismos inter-
talla 2 (m) nacionales sobre el incremento de peso durante el emba-
razo fueron establecidas en 1973 y 1985 y se basaron en
La relación peso/talla estima en forma simple la pro-
los datos de una población bien alimentada de mujeres
porción de grasa corporal (Garn, 1962). También se ha
escocesas (WHO, 1973; WHO 2003). En ese estudio, la
observado que el grado de adecuación del peso para la talla
diferencia entre el peso promedio de término y el peso pro-
de la mujer antes del embarazo se correlaciona claramente
medio al final de primer trimestre del embarazo fue de 11,4
con el peso al nacer (Mardones, 2006). Debido a su in-
kg (Thomson & Billewicz, 1957). En base a otro estudio,
fluencia sobre el resultado del embarazo, la evaluación nu-
se asumió también que el promedio de la ganancia de peso
tricional de la mujer debiera iniciarse lo más precozmente
del primer trimestre del embarazo es de 1,1 kg (Hytten &
posible, con el fin de facilitar las intervenciones necesarias
Leicht, 1971). Por tanto, la recomendación fue de 12,5
para asegurar una óptima evolución durante la gestación.
kg, cifra que en las décadas de los setenta y ochenta fue
Como se señaló anteriormente y como se comenta en esta
adoptada en la mayoría de los países como la ganancia de
sección, para asegurar un adecuado estado de salud y nu-
peso óptima, independientemente del peso y de la estatu-
trición de la mujer en edad fértil es necesaria una especial
ra pregestacional. No obstante, cuando se estableció una
preocupación por la nutrición desde la infancia.
influencia significativa del peso preconcepcional materno
En 1959 fueron publicados los promedios de peso para sobre el peso del recién nacido, se evidenció que el reque-
cada talla de adultos hombres y mujeres en muestras de la rimiento individual de ganancia de peso durante el emba-

295
OBSTETRICIA

razo dependía del estado nutricional previo y se inició un


cambio en las propuestas (ÑAS, 1990; Mardones, 2006).
El primer estudio que permitió orientar en forma sim-
ple ganancias de peso proporcionales a la talla materna
en relación al estado nutricional preconcepcional se basó
en el resultado de un estudio prospectivo de 262 mujeres
de bajos ingresos y diversas razas realizado en Nueva York
(Rosso, 1985). Posteriormente, un estudio análogo reali-
zado en 2.168 mujeres chilenas sanas y con partos de
término permitió establecer recomendaciones para todo el
rango de estados nutricionales, que son proporcionales al
estado nutricional materno al inicio del embarazo, conside-
rando para este fin la talla de cada individuo (Mardones &
Rosso, 1997).
Sin embargo, el patrón en uso en los EE.UU. desde el
año 1990 establece objetivos de ganancia de peso dife-
rentes para las mujeres que inician el embarazo en cuatro
grandes categorías de estado nutricional, sin consideración
específica de la talla materna: con bajo peso, normales,
con sobrepeso y obesas (ÑAS, 1990). Aunque los resulta-
dos del embarazo en cuanto al peso al nacer son diferentes
en cada una de estas categorías, los puntos de corte para
definirlas no consideraron la meta de un peso al nacer óp-
timo, sino criterios de sobrevida en mujeres no embaraza-
das. Sin duda, la no consideración de la talla materna en
esta norma puede inducir a errores de apreciación sobre el 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42
estado nutricional materno (Mardones & Rosso, 1997). Es Semanas
muy diferente la ganancia de peso requerida por mujeres
altas y bajas. Por ejemplo, una madre de 140 cm y una FIGURA 14-1. Curva de crecimiento de peso para emba-
madre de 180 cm, como se puede deducir de la FIGURA razadas según el índice de masa corporal (IMC).
14-1 donde se presenta esta curva, llamada de Rosso y
Mardones (RM), la mujer baja que inicia su embarazo a la
semana 10 con IMC 22 y a la semana 40 llega con IMC
superiores al punto de corte de IMC 26,6 al final del em-
27,6, deberá ganar 10,8 kg, mientras que la mujer alta,
barazo (semana 40). La mayoría de esos estudios tuvieron
con los mismos valores de IMC en esas semanas, deberá
tamaños muéstrales más bien pequeños (entre 200 y 500
ganar 18,1 kg. Estos casos extremos, pero reales, permiten
madres) y concluyeron que existía una especie de "umbral"
demostrar la importancia de establecer ganancias de peso
a partir del cual mejoraba ostensiblemente el peso al nacer
proporcionales a la talla.
(Gueriycols., 1982; Rosso, 1985; Hickey y cois., 1990).
En este último estudio se incorporó también una mayor Este hallazgo inicial también fue reportado en la muestra
precisión en la definición del resultado del embarazo para de 2.168 mujeres estudiadas entre 1983 y 1985 (Mardo-
orientar las ganancias de peso durante el mismo. Este fue nes & Rosso, 1997). Sin embargo, no se observa en bases
definido como un promedio de peso al nacer deseable simi- de datos mayores porque la asociación entre IMC y peso al
lar al de toda esta población de mujeres sanas con partos nacer es lineal, como ya se ha demostrado en los datos de
de término. Luego se estableció el área de normalidad del muestras con más de 20.000 embarazadas en Chile (Era-
IMC en la curva RM como la que predice este peso al nacer zo y cois., 2004; Mardones y cois., 2006W. Este hecho
deseable (Mardones & Rosso, 1997). Ésta es la llamada también se evidencia en el estudio colaborativo de la OMS,
"masa corporal crítica", que predice el peso al nacer que se que reunió información de más de 111.000 nacimientos
considera "óptimo", equivalente al promedio ± 1 desvia- (WHO, 1995a). Por tanto, lo observado en estudios con ta-
ción estándar de peso al nacer. El diagnóstico del bajo peso maños muéstrales más pequeños es sólo producto del azar
y el sobrepeso materno corresponde a las madres cuyo IMC y no representa la tendencia real de los datos.
se ubica por debajo y por arriba de esta masa corporal crí-
El peso al nacer "óptimo" que predice la masa corpo-
tica, la que equivale al área verde (N) en la FIGURA 14-1.
ral crítica a lo largo del embarazo, correspondería al mejor
En diversos estudios se observó una gran reducción en potencial genético promedio de las mujeres chilenas, dado
la incidencia de peso al nacer < 3.000 g asociada a valores que se incluyeron mujeres sanas de todos los estratos so-

296
Capítulo 14 | Nutrición de la embarazada

ciales en forma proporcional a la población general (Horns- han mostrado también que es posible modificar la ganancia
tra, 2005). El óptimo en el promedio del peso al nacer ± de peso durante el embarazo con una intervención educati-
1 desviación estándar de esta área de normalidad vanará va (Polley y cois., 2002). Por lo tanto, es posible guiar con
de población en población y en diversas épocas de acuerdo éxito perinatal las ganancias de peso materno. Para hacerlo
especialmente al promedio de talla que tienen las mujeres con el mejor criterio, parece ser necesario estudiar el em-
sanas, asumiendo una baja prevalencia de obesidad. barazo normal con un crecimiento fetal óptimo para cada
sociedad, como lo propone la Organización Mundial de la
El concepto de la masa corporal crítica materna en mu-
Salud; de esta manera se podría precisar el área de norma-
jeres sanas también se corresponde con el IMC deseable
lidad en la relación peso/talla de la embarazada (Mardones
durante el embarazo para una población materna sana;
y cois., 2006b).
esta es la llamada población normal en un documento
técnico reciente de la Organización Mundial de la Salud La curva RM puede utilizar tanto el porcentaje de peso
(WHO, 2006); y es la que permite establecer la referencia estándar (PPE) como el IMC (FIGURA 14-1). El PPE tiene
del peso al nacer correspondiente a un crecimiento fetal un coeficiente de correlación cercano a 1 con el IMC en la
óptimo en cada sociedad (Mardones, 2006). misma base de datos del estudio original, corroborando que
los dos indicadores son expresiones similares de la relación
La base de datos disponible para el diseño de la curva
peso para la talla (Mardones y cois., 1999b).
RM permitió construir canales detallados de incremento de
peso para las madres de bajo peso y normales para llegar a
un IMC deseable situado en la masa corporal crítica al final Composición corporal materna
del embarazo (Mardones & Rosso, 1997). Esos canales
de crecimiento se inician en determinadas subcategorías El crecimiento del feto y las múltiples adaptaciones mater-
de peso/talla materna al inicio del embarazo, observándose nas, tales como expansión del volumen sanguíneo, acumu-
diferentes comportamientos reales a lo largo del mismo que lación de tejido graso y aumento del tejido magro (útero y
permiten orientar a las madres en su ganancia de peso. glándula mamaria, principalmente), dan cuenta del peso
En el caso de las recomendaciones de aumento de peso final al momento del parto (Hytten, 1981). En este senti-
para las madres con sobrepeso y obesas, simplemente se do, conocer la composición óptima de la ganancia de peso
establecieron recomendaciones teóricas, buscando evitar el materno contribuye a mejorar el manejo nutricional obsté-
ayuno durante el embarazo. trico. La conocida influencia favorable de la expansión del
volumen plasmático y del agua corporal total materna al
El Ministerio de Salud de Chile adoptó la curva RM final del embarazo en el peso al nacer requiere de nuevos
como instrumento de evaluación de la embarazada en estudios durante todo el transcurso del embarazo para lle-
1987; otros países de Latinoamérica también la utilizan en gar finalmente a indicaciones en cuanto a su manejo opera-
sus programas de salud (Mardones & Rosso, 1997). Este cional nutricional (Mardones y cois., 1998; UNICEF/WHO/
Ministerio modificó recientemente los puntos de corte del UNU, 1999).
área de normalidad antes indicada y a partir del año 2005
se observa en la vigilancia nutricional nacional de la em- El estudio de la composición corporal materna también
barazada una reducción aparente de la obesidad y del bajo serviría para conocer la historia nutricional de la madre
peso durante la gestación. Ese cambio en las prevalencias (Barker, 2006). Existe evidencia de que la nutrición peri-
de obesidad y bajo peso se obtuvo al aumentar el área concepcional establece la trayectoria del crecimiento fetal
diagnóstica de normalidad con nuevos puntos de corte del y, por lo tanto, influye en la demanda de nutrientes para el
IMC que estuvieron sustentados en un estudio de más de segundo y tercer trimestre del embarazo. Las alteraciones
50.000 embarazadas (Erazo y cois., 2004). Ese estudio nutricionales de este período afectarían la "programación
propone nuevamente el concepto, ahora inexistente, de un metabólica" fetal de una forma que finalmente predispo-
umbral y sugiere la ausencia de una asociación lineal entre ne al desarrollo de enfermedades crónicas del adulto. Este
el IMC y el peso al nacer en segmentos específicos del IMC aspecto, relativo a la historia nutricional de las madres, se
que coinciden con los nuevos puntos de corte en uso, lo manifiesta en la composición corporal. Las mujeres delga-
cual no es aparente en ese reporte inicial. das tienen hijos que en la adultez tienen mayores riesgos
de presentar resistencia ¡nsulínica e hipertensión arterial.
En diversos estudios observacionales se ha informado Las mujeres obesas tienen hijos que en la adultez tienen
que el uso de algún criterio de clasificación nutricional ini- mayores riesgos de presentar enfermedad coronaria, defi-
cial, independientemente de los puntos de corte utilizados, ciencia insulínica y diabetes tipo 2. Parece evidente en-
para recomendar mayores ganancias de peso durante el tonces, que el feto no vive solamente de la ingesta diaria
embarazo a las madres con bajo peso con respecto a las de alimentos que tiene la madre y que las proporciones de
normales o con menores ganancias de peso a las con sobre- masa grasa y de masa magra que se han ¡do estableciendo
peso con respecto a las normales, tiene mejores resultados a lo largo de la vida, incluyendo los nutrientes específicos,
para el niño y para la madre (ÑAS, 1990; Rosso, 1990; son cruciales para comprender la nutrición fetal. Ello, por-
Abrams y cois., 2000). Algunos estudios experimentales que las asociaciones indicadas anteriormente son en gran

297
OBSTETRICIA

medida independientes del peso al nacer y están más bien 1944 y 1945, donde los hijos de madres cuya ingesta ca-
correlacionadas con la proporción de la masa grasa y de lórica fue reducida durante la gestación temprana presen-
la masa no grasa de la madre (Barker, 2006). Una de las taron en la adultez tasas de obesidad mayores (Roseboom
conexiones metabólicas que ya se conoce entre la compo- y cois., 2006). Otro se realizó en Finlandia y mostró que
sición corporal materna y el tamaño al nacer es la síntesis los niños con RCIU, que luego en la adultez desarrollaron
proteica. Las mujeres que tienen una masa magra mayor, enfermedad coronaria, en los primeros doce años de vida
tienen mayores tasas de síntesis proteica en el embarazo. incrementaron en talla menos que los normales, mientras
Cerca de un cuarto de la variabilidad en la talla al nacer que el peso de estos niños aumentó persistentemente a
puede explicarse por variaciones en la tasa de síntesis pro- partir del segundo año de vida, lo que se tradujo en un IMC
teica materna (Duggleby & Jackson, 2001). promedio cada vez mayor (Eriksson, 2005). Una situación
similar se ha determinado en cinco países en desarrollo
Un importante ejemplo de la influencia de la composi-
que ya están cursando la transición nutricional, donde se
ción corporal materna en la siguiente generación es el de
han apreciado asociaciones marcadas entre la falla de cre-
la severa hambruna de Holanda, donde se observó una
cimiento en la niñez temprana y el desarrollo de sobrepeso
reducción relativamente pequeña en el peso al nacer (Stein
en la niñez tardía, también continuado con aumento del
y cois., 1975). Posiblemente las mujeres estaban previa-
riesgo de hipertensión arterial, hiperglicemia y dislipidemia
mente bien nutridas, siendo sus reservas las que protegie-
en el adulto (Stein y cois., 2005). En Chile se ha observado
ron en alguna medida al crecimiento fetal. Sin embargo, los
también que muchos de los niños pequeños para la edad
efectos a largo plazo en adultos que sufrieron la hambruna
gestacional tienen crecimiento posnatal disminuido en talla
en el período intrauterino ya se están evidenciando por la
(Román y cois., 2006).
mayor presencia de intolerancia a la glucosa, enfermedad
coronaria, dislipidemia, coagulopatías, respuesta excesiva Otro análisis del crecimiento en niños de América Latina
al estrés, obesidad, cáncer mamario, enfermedad respira- es el estudio de Guatemala, donde se detectaron asociacio-
toria obstructiva y microalbuminuria (Roseboom y cois., nes significativas entre el grado de RCIU y la distribución
2006). abdominal de la grasa en adultos; la grasa corporal también
se asoció en varones, mientras que en mujeres, con un
La antropometría materna, que utiliza la medición del
valor p de 0,08, no fue significativa (Schroeder y cois.,
IMC o de los pliegues cutáneos, es el método más simple
1999).
para estimar la adiposidad (WHO, 1998a). Sin embargo,
los nuevos métodos para estimar la composición corporal Se ha observado en la India que niños con RCIU de-
son más precisos y permitirán mejorar la comprensión de sarrollaron en la adultez intolerancia a la glucosa y diabe-
sus cambios durante el embarazo (Bellido y cois., 2005). tes; el patrón de IMC fue de pequeños y delgados en la
Por ejemplo, en años recientes se ha estimado por el méto- infancia y a partir de la niñez se les producía un aumento
do de dos compartimentos, utilizando la dilución con deu- de peso y de IMC que culminaba con obesidad en la adul-
terio, que la masa grasa tiene menor influencia que la masa tez; el aumento del IMC en la infancia y niñez temprana
no grasa en el peso del recién nacido (Mardones y cois., está más correlacionado con la masa magra en el adulto,
1998). Estudios similares han corroborado este hallazgo mientras que el aumento del IMC en la niñez tardía está
(Lederman y cois., 1999). Ello también sugiere que las más correlacionado con la masa grasa (Bhargava y cois.,
mujeres con una masa magra mayor tienen mayores tasas 2004).
de síntesis proteica en el embarazo (Duggleby & Jackson,
2001). Estos cambios tempranos de crecimiento en la vida,
como los detectados en los estudios de Guatemala y la In-
El peso al nacer también es un indicador grueso y los dia, se están investigando en diferentes realidades. Barker
estudios de composición corporal del recién nacido pueden ha señalado que el crecimiento temprano es el que esta-
contribuir a una mejor comprensión de lo ocurrido con la blece el riesgo de enfermedad crónica del adulto: cuando
nutrición materna durante el embarazo y a conocer mejor el crecimiento lleva a una composición corporal con baja
los riesgos posteriores (Harding, 2001; Fall y cois., 2003; masa magra pero alta masa grasa (Barker, 2007); el mús-
Yajnik, 2005). culo tiene un período crítico de desarrollo desde antes del
nacimiento hasta los primeros seis meses de vida, por lo
Hipótesis del origen temprano que la falla de crecimiento en ese período está asociada
a una reducción de la masa magra durante toda la vida.
de las enfermedades crónicas
Otros estudios también han confirmado estas observacio-
del adulto nes: parece ser que la adiposidad se concentra en forma
Se indicó inicialmente que la epidemia actual de obesidad abdominal o central en quienes han tenido peso reducido
está vinculada a esta hipótesis. A continuación se comen- al nacer (Dolan y cois., 2007), aunque no todos los es-
tan algunos de los estudios relevantes. Uno de ellos, que tudios han logrado medir este tipo de obesidad (Victora y
ya se citó, es el relativo a la hambruna de Holanda entre cois., 2007).

298
Sin embargo, hay resultados contradictorios respecto de so y cois., 1990). Mardones y colaboradores detectaron
si la obesidad es en sí misma una manifestación exclusi- que los recién nacidos RCIU, tanto los pequeños para la
va del fenotipo ahorrador propuesto por Barker y cois.; los edad gestacional (PEG) como los con bajo IP, tienen menor
efectos de la falla temprana de crecimiento en otros signos proporción de grasa corporal que lo esperado, lo que pue-
del síndrome metabólico son más marcados. Esto podría de afectar su capacidad de crecimiento (Mardones y cois.,
ser explicado por el hecho de que la obesidad es un sín- 1999a). Molina y colaboradores describen en los PEG ni-
drome con muchas causas y que las influencias sociales, veles mayores de triglicéridos en niños con peso adecuado
conductuales y del medio ambiente pueden sobreponerse al nacer (Molina y cois., 2000). Casanello y colaboradores
a las vías metabólicas que presupone el síndrome del feno- demostraron que células endoteliales procedentes de la
tipo ahorrador (Remacle y cois., 2004). vena umbilical de recién nacidos con RCIU exhiben una
disminución del transporte de la L-arginina y de la síntesis
Una calificación inicial de la posible relevancia para Chi-
de óxido nítrico, posiblemente involucrados en un menor
le de los pesos al nacer inadecuados en la epidemia de la
crecimiento fetal y en una menor reactividad vascular (Ca-
obesidad y de las enfermedades crónicas del adulto se pue-
sanello & Sobrevia, 2002). Basaéz y colaboradores mostra-
de estimar con la incidencia de ellos a escala nacional. El
ron que a las 48 h de vida, recién nacidos PEG presentaron
peso bajo e insuficiente (< 3.000 g) al nacer ha fluctuado
mayor sensibilidad insulínica en relación al metabolismo de
en alrededor del 20% de los nacidos vivos en Chile en los
la glucosa (Bazaes y cois., 2003b).
últimos quince años (MINSAL, 2004). Con excepción de
una discreta mejoría del peso al nacer por debajo de 3.000 En preescolares y escolares se han realizado otros estu-
g observada entre 1990 y 1994, los datos siguientes son dios sugerentes. En un estudio prospectivo de niños, Soto y
estables (MINSAL, 2004; Amigo y cois., 2005; González colaboradores demostraron que al año de edad aquellos con
y cois., 2006). Esa estabilidad se mantiene más reciente- RCIU que evolucionan con crecimiento ponderal compen-
mente con la información oficial para el año 2004; ese año satorio presentan menor sensibilidad insulínica y aquellos
se presentaron 49.320 nacidos vivos en esa categoría de que evolucionan con crecimiento compensatorio estatural
peso al nacer, que corresponde al 21,4% del total. Por lo presentan mayor secreción insulínica (Soto y cois., 2003).
tanto, todavía hay alrededor de 50.000 nacidos vivos por En un estudio realizado en una cohorte similar y buscando
año que tienen aumentados los riesgos de enfermedades posibles condicionantes genéticos, Basaes y colaboradores
cardiovasculares a mediano y largo plazo. Esta sería una encontraron que diferentes polimorfismos genéticos relacio-
estimación conservadora, puesto que el riesgo menor de nados con sensibilidad y secreción insulínica, fueron inde-
mortalidad coronaria en Inglaterra ha sido ubicado en el pendientes del peso de nacimiento, del crecimiento posna-
rango de peso de nacimiento de 3.800 a 4.300 g (Barker, tal y del estado nutricional al año de vida (Bazaes y cois.,
2006; Eriksson, 2006). 2003a). Los mecanismos subyacentes para el desarrollo
de resistencia insulínica permanecen desconocidos en los
El otro grupo de riesgo para los problemas de salud indi-
niños con RCIU que tienen crecimiento compensatorio. Un
cados es el de los macrosómicos, que son aquellos nacidos
estudio comparativo entre varios países de niños de entre
vivos con 4.000 g y más, cuya proporción actual, cercana
tres y seis años de edad, detectaron en los niños chilenos
al 9%, creció desde el 6% en los últimos quince años en
una importante correlación entre presión arterial elevada y
Chile, y que representa alrededor de 25.000 nacimientos
reducción proporcionada del tamaño corporal al nacer, en
anuales. Este aumento se correlaciona con el incremento
forma similar a niños de Centro América y China (Law y
en la obesidad materna ocurrido en el mismo lapso (Mar-
cois., 2002). En niños chilenos de cuatro a once años de
dones & Rosso, 2005). La información disponible permite
edad, se ha sugerido que algunos de los pequeños para la
estimar que ese aumento en la prevalencia de la obesidad
edad gestacional que no presentan crecimiento compen-
materna está condicionando una mayor presentación de
satorio presentan sensibilidad pituitaria disminuida para
diabetes gestacional y de la consiguiente macrosomía.
producir hormona de crecimiento (Román y cois., 2006).
También se puede calificar la relevancia para Chile de la
Por otra parte, también se ha reportado la primera evi-
hipótesis del origen temprano de las enfermedades cróni-
dencia en Chile de que en adultos jóvenes la hipótesis de
cas del adulto, por el hallazgo de riesgos tempranos para la
Barker tiene indicaciones de validez en cuanto al origen
salud en los niños con falla del crecimiento. Estudios chi-
temprano de asma bronquial (Roña y cois., 2005).
lenos recientes indican que los recién nacidos con restric-
ción de crecimiento intrauterino (RCIU) tienen alteraciones
posiblemente programadas en el período intrauterino, que Recomendaciones dietéticas
pueden favorecer la presentación posterior de obesidad y
de otros factores de riesgo de las enfermedades cardiovas- La talla de la mayoría de las embarazadas en Chile es baja
culares. Rosso y colaboradores demostraron que los RCIU, en relación a la de los países desarrollados (MINSAL, 2003;
definidos así por el bajo índice ponderal (IP: peso/talla) tie- Mardones y cois., 2004a; Mardones y cois., 2004b). Ade-
nen mayores niveles de triglicéridos que los normales (Ros- más, se correlaciona claramente con el nivel de ingreso

299
OBSTETRICIA

TABLA 14-1. Ejemplo de dieta en un día de la semana para mujer no embarazada, de 25 años de edad, con nivel de ac-
tividad ligera, sin diagnóstico médico de alguna patología, con estatura de 155 cm y peso de 54 kg (148). Minuta base
de 1.800 calorías distribuidas en cuatro comidas y una colación

Desayuno Mandarinas 2 unidades


Leche en polvo , 1 taza
Pan marraqueta con mantequilla % unidad de pan con 2 cucharaditas
1 "de mantequilla

Colación 10:00 Manzana "« 1 unidad mediana


Almuerzo J;iOO Ensalada de lechuga y betarraga .f£ l/2 taza lechuga, íá betarraga regular,
'f-t IVz cucharadita de aceite y jugo
»/ de limón
Lentejas con arroz '/: 1 porción pequeña
Naranja " ' 1 unidad mediana
Once 16:00 Té puro '* 1 taza
Pan marraqueta con quesillo y jamón *j'~ 3A unidad de pan + 1 rebanada
de pavo ' ' de quesillo 40 g y 1 lonja de jamón
Cena 20:00 Pescado al jugo con papas doradas •*í 1 trozo regular de pescado con 2 papas •
Compota de pina ,ví 1 rodela de pina

1er trimestre de gestación: + 85 kcal expresadas en una fruta de tamaño mediano (pera o manzana), de tamaño
grande (naranja) o de tamaño pequeño (plátano) o 1 yogurt pequeño (125 g). O bien puede agregar a la cena otro
vaso de jugo tipo néctar (150 ce).
2do trimestre de gestación: + 285 kcal expresadas en una porción grande de postre de leche (200 g de arroz con
leche o sémola con leche y caramelo o leche con avena) + una fruta, o reemplazar todo esto por una hallulla de 90 g.
3er trimestre de gestación: + 475 kcal expresadas en una porción grande de postre de leche + una fruta + una sopa
crema o sopa guiso de verduras liviana agregada a la cena o almuerzo y 1/2 rebanada de pan negro.

y otros indicadores de pobreza. Datos de la encuesta na- para varias sociedades, la talla refleja una mejor condición
cional de salud señalan un promedio de 155,6 cm para de salud en cuanto expresa el mejor potencial genético con
las mujeres mayores de diecisiete años; los promedios por una alimentación de calidad en un medio ambiente ade-
nivel socioeconómico son los siguientes: bajo: 153,5 cm; cuado.
medio bajo: 154,7 cm; medio: 157,1 cm y alto: 160,8 cm
Existen evidencias disponibles que permiten proponer
(MINSAL, 2003).
una dieta balanceada y variada para las niñas, para las
En la experiencia internacional se aprecia que con una mujeres jóvenes y también para las embarazadas, des-
dieta de calidad no hipercalórica, la talla de las poblacio- de el inicio de la gestación (Bleker y cois., 2005; Barker,
nes demora algunas generaciones en mejorar, como lo ha 2006). Una dieta variada asegurará una ingesta adecuada
logrado Finlandia (Barker, 1998); en este proceso las em- de micronutrientes, incluyendo ácidos grasos poliinsatura-
barazadas pasan de una prevalencia de sobrepeso alta a dos omega-3 contenidos en el pescado; se ha propuesto
una reducida. Durante esta misma transición se observó la dieta mediterránea como un modelo a seguir (Urquiaga
también una franca mejoría del peso al nacer. En Chile, a & Leighton, 2003; Chrysohoou y cois., 2004; Furukawa y
pesar del aumento observado en la obesidad del embarazo, cois., 2004). Una ganancia de peso en el embarazo de 12
la proporción nacional de peso al nacer bajo los 3.000 g se kg promedio de una madre de estado nutricíonal normal
ha mantenido relativamente estable en alrededor del 20% podría reducir significativamente los pesos al nacer inade-
en los últimos quince años, mientras que el peso al nacer cuados y las complicaciones del embarazo, incluyendo la
por sobre los 4.000 g ha aumentado lentamente del 6% prematurez (WHO, 1995a; Luke, 2005).
al 9%; por esta razón, se mantiene un incremento en el Aunque no está disponible toda la información necesaria
promedio nacional del peso al nacer. La talla mayor implica para definir la dieta óptima de la embarazada en diferentes
mayor masa muscular y aumento en la capacidad de tra- condiciones de riesgo, las TABLAS 14-1 Y 14-2 contienen
bajo físico (De Andraca y cois., 1994). Más allá de estas una propuesta para mujeres no embarazadas de diferente
ventajas, que podrían ser relativamente poco importantes talla, que incluye además el aporte extra de calorías y pro-

300
Capítulo 14 | Nutrición de ¡a embarazada

TABLA 14-2. Ejemplo de dieta en un día de la semana para mujer no embarazada, de 25 años de edad, con nivel de
actividad ligera, sin diagnóstico médico de alguna patología, con estatura de 160 cm y peso de 57,5 kg. Minuta base de
2.082 calorías distribuidas en cuatro comidas y una colación. Agregado por trimestre de gestación, igual que el anterior

Medidas caseras (verduras en crudo)


Desayuno 09:00 Leche 1 taza de leche fluida (26% MG) +
1 cucharadita de azúcar
Pan con palta 1 pan c/ 3 cucharaditas de palta
Colación 10:30 Pera 1 pera pequeña
Almuerzo 13:00 Ensalada de tomate y apio 1 tomate regular + l/¿ taza de apio,
>/2 cucharadita aceite, jugo de limón
Pollo a la plancha con puré de papas 1 porción regular de pollo y 1 porción
regular de puré + 1 cucharadita aceite
Kiwi 2 unidades pequeñas
Jugo de damasco 1 vaso de 150 ce de jugo (envasado
larga vida)
Once 17:00 Té puro 1 taza c/ 2 cucharaditas de azúcar
Pan marraqueta con queso 1 pan hallulla con 1 rebanada de queso
y 1 cucharadita de margarina
Cena 20:30 Tortilla de acelga con arroz graneado 1 taza de acelga + 1/2 huevo y 1 taza
y choclo de arroz cocinado (1 cucharadita
de aceite)

teínas necesarias para cada trimestre de la gestación. La Barker DJ. Past obstacles and future promises. En: Gluckman P,
dieta propuesta está calculada según las recomendaciones Hanson M. Developmental origins of health and disease. Cam-
internacionales (WHO, 1995a; FAO/WHO/UN, 2004). La bridge: Cambridge University Press, 2006; 481-95.
dieta habitual requiere el consejo del profesional nutricio- Barker DJP. Mother, babies and health ¡n later life. Edinburgh: Chur-
chill Livingstone, 1998.
nista para adecuarla a las características de cada madre y
variar el tipo de alimentos en cada día de la semana. La Bazaes RA, Petry CJ, Ong KK, Ávila A, Dunger DB, Mericq MV. In-
TABLA 14-1 se refiere a una mujer tipo de 155 cm detalla sulin gene VNTR genotype is associated with insulin sensitivity
and secretion in infancy. Clin Endocrinol 2003a; 59:599-603.
y la TABLA 14-2 a una mujer tipo de 160 cm, promedios
Bazaes RA, Salazar TE, Pittaluga E, Pena V, Alegría A, íñiguez G
similares a los de las embarazadas atendidas en Chile por
ef al. Glucose and lipid metabolism in small for gestational age
el sector de salud público y privado, respectivamente (Mar-
infants at 48 hours of age. Pediatrics 2003b; 111:804-09.
dones y cois., 2004a; Mardones y cois., 2004b).
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305
c a p i t u

Fisiología de la contracción uterina

J. Carvajal | C.A. González

En los humanos, el feto se desarrolla completamente en el formado por el miometrio, compuesto de fibras musculares
interior del útero hasta alcanzar la madurez. En ese mo- lisas, similares al músculo liso de otros órganos, como el
mento, el útero que lo ha cobijado comienza a contraerse, vascular, bronquial e intestinal. Las células del músculo
logrando la expulsión del feto y los anexos ovulares. El úte- liso uterino están agrupadas en haces separados por delga-
ro posee, de este modo, dos funciones: primero, permi- das capas de tejido conectivo compuesto por colágeno, fi-
tir el desarrollo del feto y segundo, lograr la expulsión de bras elásticas, fibroblastos y mastocitos (Anderson, 1980).
este desde la cavidad uterina. Para permitir el desarrollo El útero humano, a diferencia del útero de animales de
del feto, el útero debe permanecer relajado, sin contraccio- experimentación, no está dividido en capas internas o ex-
nes uterinas, en un fenómeno conocido como quiescencia ternas, longitudinales o circulares, sino que simplemente
miometrial (consultar Capítulo 16: Determínísmo del par- tiene haces que forman fascículos (Young, 2007).
to) (Carvajal & Weiner, 2003).
La célula muscular lisa tiene forma de huso y durante
La función de expulsión del producto de la concepción el fenómeno contráctil disminuye sus diámetros, principal-
depende de la generación de contracciones rítmicas y pro- mente el longitudinal, en un proceso que requiere consumo
pulsivas, en lo que clínicamente conocemos como trabajo de energía química y que tiene como resultado la genera-
de parto. Este proceso fisiológico debe ser biológica y clíni- ción de energía mecánica (contracción). Las células mus-
camente bien controlado, para permitir que la expulsión del culares lisas del útero poseen características comunes a
feto se produzca sin causarle daño (Young, 2007). El co- todo músculo liso, así por ejemplo, generan contracciones
nocimiento de la fisiología de la contracción uterina permite en forma espontánea, capacidad que aumenta a medida
al equipo de salud que controla y asiste el trabajo de parto que se distiende la fibra.
determinar si el proceso se enmarca dentro de patrones de
El músculo liso posee características que lo diferencian
normalidad. Las alteraciones en la fisiología de la contrac-
del músculo estriado. Un microlitro de músculo liso con-
ción uterina pueden llevar, por una parte, a la progresión
tiene un millón de células más que el mismo volumen de
inadecuada del trabajo de parto y, por otra, a hipoxemia
músculo estriado, haciendo que la superficie de contacto
fetal. La detección y corrección de estas anomalías evitará
celular sea mayor y mejorando las interacciones celulares
intervenciones innecesarias y permitirá obtener un recién
del músculo liso (Csapo, 1955).
nacido saludable.
Los filamentos contráctiles del músculo liso tienen una
disposición oblicua que favorece el estiramiento y el acor-
Características de la célula tamiento celular y la generación de fuerza contráctil. Las
miometrial células musculares uterinas pasan de 20 a 600 /um de
longitud y de 2 /L/m a 10 ¡dm de espesor al término del
En el útero se pueden distinguir dos órganos desde el punto embarazo. El músculo estriado apenas puede estirarse más
de vista funcional. El cuerpo, principal responsable de las allá de su posición de reposo, sin perder su capacidad de
contracciones uterinas, formado en el 80% de células mus- contraerse. La disposición oblicua del músculo liso le per-
culares lisas y en el 20% de tejido conectivo; y el cuello, mite un mayor grado de acortamiento (Riemer & Roberts,
que se dilata pasivamente durante el trabajo de parto y que 1986), prácticamente el doble de lo que alcanza el mús-
está formado principalmente de tejido conectivo, con sólo culo estriado. La fuerza contráctil se ejerce en cualquier di-
el 5% al 15% de fibras musculares. El cuerpo uterino está rección y no necesariamente siguiendo la del eje central de

306
Capítulo 15 Fisiología de la contracción uterina

las fibras musculares; la posibilidad de generar fuerza mul- Receptores de membrana


tidireccional permite que la presentación y posición fetal no
sean un problema para generar contracciones adecuadas. Las hormonas que estimulan contracciones en el mús-
culo liso miometrial se denominan genéricamente ute-
En condiciones de reposo, la membrana del músculo
rotoninas. Existen cuatro uterotoninas de importancia
liso se encuentra polarizada, con carga eminentemente ne-
fisiológica: oxitocina (OCT), prostaglandinas (PG), endote-
gativa en el interior de la célula. A esta carga eléctrica se
lina-1 (ET-1) y factor activador de plaquetas (FAP). Existe
le conoce como potencial de membrana, y se logra por un tipo de receptor específico (con varias isoformas) para
una distribución desigual de iones (sodio, potasio y calcio)
cada una de las uterotoninas, todos ellos provenientes del
a cada lado de la membrana celular. La disminución del
grupo de receptores denominados receptores heptahelicoi-
potencial de membrana (depolarización) está determinada
dales (Levin, 1995). Estos receptores poseen siete domi-
por eventos cíclicos de depolarización y repolarización en
nios transmembrana y están acoplados a otra proteína de
sectores de la membrana, y precede a la actividad mecáni-
membrana, denominada proteína trimérica G (PTG) (FI-
ca (Alberts y cois., 2007). Cuando la depolarización afecta
GURA 15-1). La PTG está formada por tres subunidades:
un segmento suficientemente grande de la membrana, se
a, |3, y. La subunidad a es capaz de unir guanosina difosfa-
produce un potencial de acción. El potencial de acción que
to (GDP) o guanosina trifosfato (GTP) con alta afinidad. En
inicia la contracción está determinado por el paso de iones
condiciones básales une GDP y está normalmente acopla-
de calcio desde el extracelular al intracelular, a través de
da a las subunidades py, Que forman una unidad funcional.
canales de calcio voltajedepend¡entes y posiblemente tam-
Cuando el estímulo une al receptor heptahelicoidal especí-
bién por canales rápidos de sodio. El estímulo que produce
fico, activándolo, éste sufre un cambio conformacional, in-
la contracción, también determina la salida de calcio desde
teractúa y activa a la subunidad a de la PTG. La subunidad
las reservas intracelulares en el retículo sarcoplásmico. La
a activada libera la molécula de GDP y une GTP, al mismo
frecuencia de las contracciones está dada por la frecuencia
tiempo que se disocia del complejo Py, y así activada ejerce
de los potenciales de acción, por la intensidad de la con-
su efecto intracelular (Alberts y cois., 2007). También se
tracción, por el número de espigas en el potencial de acción
ha demostrado que el complejo py actúa como segundo
y por la cantidad de células miometriales que se despolari-
mensajero (Sternweis, 1994).
zan juntas (Garfield & Maner, 2007).
Existen cuatro tipos de subunidad a, conocidas como:
Si se registran los potenciales de membrana y la fuerza
Gas, Ga¡, Gaq y Gal2, cada una de ellas con diferente activi-
contráctil de un segmento de músculo uterino aislado du-
dad biológica como transductor de la señal. Así, el efecto
rante su actividad espontánea, se puede observar que un
final del agente que actúa en la superficie celular depende-
potencial de acción de la membrana se acompaña de un in-
rá del tipo de subunidad a presente en la PTG asociada al
cremento en la fuerza. Una rápida sucesión de los potencia-
receptor heptahelicoidal. Se ha establecido que GQS activa
les de acción de membrana produce una sumatoria de estos
a la enzima adenilatociclasa y aumenta el nivel de AMP
pequeños incrementos de fuerza, resultando en una contrac-
cíclico intracelular; que Ga¡ ejerce dos efectos, inhibe a la
ción tetánica del músculo liso (Parkington y cois., 1999).
adenilato ciclasa y activa a la fosfolipasa C (FL-C); que Ga
también activa a FL-C y G al2 ha sido relacionada con la re-
Mecanismo molecular gulación de los canales de Na+/K+ (Alberts y cois., 2007).
de la contracción del músculo
liso miometrial Segundos mensajeros intracelulares
Los agentes (drogas u hormonas) que producen contrac- Los receptores de oxitocina, endotelina, prostaglandinas
ciones actúan sobre la célula muscular lisa mediante la y factor activador plaquetario se asocian a una PTG con
interacción específica con su receptor, localizado en la subunidad de tipo Gaq, de modo que su acción intracelular
membrana plasmática. La unión del agente al receptor es mediada finalmente por activación de la fosfolipasa C
determina la activación de éste y la generación de segun- (FL-C). La fosfolipasa C activada hidroliza fosfolípidos de
dos mensajeros intracelulares. Estos segundos mensaje- membrana (específicamente fosfatidil inositol bifosfato:
ros actúan en la célula, produciendo un incremento en la PIP2), generando dos segundos mensajeros intracelulares,
concentración intracelular de Ca+2. El aumento del Ca+2 el inositol trifosfato (IP3) y el diacil glicerol (DAG). El IPq
intracelular permite complejas interacciones entre dos pro- actúa sobre su receptor específico en la membrana del re-
teínas, denominadas actina y miosina, que conforman los tículo endoplásmíco rugoso (RER), el cual está asociado a
filamentos de la célula muscular y determinan la aparición un canal de Ca +2 . En el RER, la célula muscular lisa acu-
de una contracción. Cuando el estímulo contráctil desapa- mula, medíante mecanismos activos (bomba de Ca^-ATP
rece, el mecanismo se revierte, disminuye la concentración dependiente), grandes cantidades de Ca +2 , de modo que
de Ca +2 intracelular y se produce la relajación (Carvajal y cuando el IP3 une y activa a su receptor (IP3-R), abriendo
cois., 2000; Wray y cois., 2001). los canales de Ca +2 , este sale del RER y aumenta su con-

307
OBSTETRICIA

Contracción
Célula miometrial

FIGURA 15-1. Mecanismo de acción de las uterotoninas: activación de un receptor específico en la membrana de la
célula muscular lisa y generación de segundos mensajeros intracelulares.

centración citoplasmática. Como veremos, este aumento Monómero de actina


en la concentración ¡ntracelular de Ca+2 activa el mecanis-
mo contráctil. El alza en los niveles de DAG, asociado al
aumento de Ca +2 , es responsable de activar a la proteína
klnasa C (PKC), causante de otros efectos intracelulares
resultantes de la activación de la vía descrita.

Interacción actina-miosina Filamento de actina


Independiente del estímulo que evocó el aumento de la
concentración de Ca+2 y así la contracción, sabemos que FIGURA 15-2. Los monómeros de a actina se unen en
ésta es el resultado de la interacción específica entre dos cadenas para formar un filamento.
moléculas proteicas intracelulares, miosina II y actina. La
actina es la proteína más abundante en las células euca-
riontes, especialmente la célula muscular, y corresponde a La miosina es la proteína celular relacionada con la ca-
una proteína del citoesqueleto. Está conformada por una pacidad motora en asociación con la actina. Forma parte
sola cadena polipeptídica de 375 aminoácidos, que ad- de una familia de proteínas identificadas por su capacidad
quiere una conformación tridimensional globular, denomi- de hidrolizar adenosina trifosfato (ATP) cuando están aso-
nada actina globular o actina G. Las moléculas de actina ciadas a actina; se han descrito dos subfamilias (I y II). La
G se disponen en cadenas helicoidales, con orientación miosina II está asociada al proceso de contracción muscu-
uniforme, para conformar los filamentos de actina (actina lar, mientras que la miosina I tiene relación con movimien-
F), principal componente de los filamentos delgados de la tos de la membrana u organelos subcelulares en el citoplas-
célula muscular (FIGURA 15-2). En los mamíferos existen ma. La miosina II es una proteína hexamérica conformada
tres clases de actina (a, p, y), correspondiendo la actina por dos cadenas pesadas, dos cadenas livianas esenciales
a a la relacionada con el proceso contráctil. En humanos y dos cadenas livianas regulatorias. Las dos cadenas pesa-
se han descrito veinte secuencias génicas relacionadas a das se disponen de modo tal que su extremo aminoterminal
diferentes isoformas de actina, mientras que en animales adquiere forma globular (región de la cabeza), y la porción
inferiores existe sólo un gen de esta familia (Alberts y cois., carboxiloterminal de ambas se entrelaza para formar una
2007). estructura helicoidal (región de la cola), de este modo, la

308
Capítulo 15 Fisiología de la contracción uterina

estructura final de la molécula de miosina II es la de una por actina) y caldesmon, proteína con alta afinidad por el
cola única y dos cabezas, y alrededor de cada cabeza, una complejo Ca +2 -calmodulina, pero que en ausencia de este,
cadena liviana regulatoria y una esencial (FIGURA 15-3). forma un complejo estable con actina y tropomiosina. La
La porción de la cabeza posee la actividad ATPasa y ligante contracción se produce por deslizamiento de los filamen-
de actina, mientras que la región de la cola se relaciona con tos de actina sobre los de miosina II, o viceversa, en un
la formación de los filamentos de miosina, que correspon- proceso en que el rol fundamental es desempeñado por la
den a los filamentos gruesos de la célula muscular (Alberts unidad motora, contenida en la porción de la cabeza de la
y cois., 2007). miosina, y el rol regulatorio por las cadenas livianas regula-
torias de la miosina y las proteínas accesorias del filamento
delgado (tropomiosina y caldesmon).

Cadenas livianas Cadenas livianas Durante la relajación, la cabeza motora une adenosina
difosfato (ADP) y fósforo inorgánico (Pi), y tiene tendencia a
unir actina, interacción que es impedida por la tropomiosina
y caldesmon (unidos a la actina), y por la cadena liviana
regulatoria de la miosina (FIGURA 15-4). Cuando la célula
muscular es estimulada a contraerse, el primer fenómeno
detectable, que sigue a la depolarización de la membrana,
es un incremento en la concentración de Ca +2 ¡ntracito-
plasmático, el cual forma rápidamente un complejo con la
Cadenas pesadas proteína citoplasmática calmodulina. El complejo Ca+2-cal-
modulina ejerce dos efectos: (a) se une a caldesmon, diso-
ciándola del complejo con actina y tropomiosina, y (b) liga y
activa una kinasa citoplasmática denominada kinasa de la
cadena liviana de la miosina, la cual fosforila a la cadena
liviana regulatoria de la miosina, modificando su estructura
tridimensional (conformación) (Alberts y cois., 2007).
Tanto la disociación de caldesmon como el cambio es-
tructural de la cadena liviana de la miosina, permitirán que
la cabeza motora de la miosina interactúe con la actina.
Extremo
carboxiloterminal Esta interacción desencadena una serie de eventos mole-
culares, con consumo de energía, responsables del desliza-
FIGURA 15-3. Molécula de miosina II: compuesta por miento recíproco de un filamento por sobre el otro (Alberts
dos cadenas pesadas (entrelazadas), dos cadenas livia- y cois., 2007).
nas regulatorias y dos cadenas livianas esenciales. El ex- La cabeza de miosina se une covalentemente a la ac-
tremo aminoterminal adquiere aspecto globular y forma tina; esta interacción determina que la cabeza motora de
las cabezas o unidades motoras de la miosina. actina libere el Pi y como consecuencia de ello sufra un
cambio en su estructura tridimensional, el que es responsa-
ble del desplazamiento de los filamentos (FIGURA 15-5).
Los filamentos delgados y gruesos no están distribuidos En esta nueva posición, la cabeza motora une ATP, reem-
dentro de la célula de modo estrictamente ordenado, como plazando el ADP, lo cual determina que se despegue de la
ocurre en el sarcómero del músculo estriado o músculo actina y recupere su forma. En su conformación original,
cardíaco. En este caso, los filamentos adoptan una direc- la cabeza motora hidroliza ATP, de modo que nuevamente
ción ligeramente oblicua respecto del eje longitudinal de la estará unida a ADP y Pi. Si los niveles de Ca+2 continúan
célula, de modo que están insertos por un extremo en la elevados (por persistencia del estímulo contráctil), el ciclo
membrana plasmática y por el otro en haces no contráctiles se repetirá, manteniendo la contracción de la célula mus-
de filamentos intermedios, mediante estructuras proteicas cular (Alberts y cois., 2007).
denominadas cuerpos densos, constituidos fundamental-
Otro mediador celular involucrado en el control de la
mente de a actina. Esta disposición permite que el acor-
actividad muscular, cuyo rol no ha sido bien establecido, es
tamiento de la célula muscular durante la contracción sea
la proteína kinasa C (PKC), que es activada, como dijimos,
mayor que lo que permitiría una orientación longitudinal de
por el estímulo que evoca la contracción muscular, en un
los mismos dentro de la célula.
mecanismo que involucra fosfolipasa C y diacil glicerol. La
Los filamentos gruesos están constituidos exclusivamen- PKC es capaz de fosforilar caldesmon, desplazándolo de su
te de miosina II, mientras que los delgados están cons- unión con actina y favoreciendo el mecanismo contráctil.
tituidos por actina F, tropomiosina (proteína con afinidad Sin embargo, la PKC activada fosforila a la cadena liviana

309
OBSTETRICIA

Actina

Tropomiosina

Cadena liviana

FIGURA 15-4. Proteínas involucradas en la interacción actina-miosina: fase de relajación muscular.

iiiiiniiiiiiiiiiii

iiiiiiiiiiiiniiiii

FIGURA 15-5. Proteínas involucradas en la interacción actina-miosina: fase de contracción muscular.

de la miosina, en un sitio en que determina impedimento Mecanismo propulsivo


de la interacción actina-miosina. de la contracción uterina
Cuando cesa el estímulo contráctil, los procesos mole-
culares descritos revierten, caen los niveles intracitoplas- La fuerza generada por la contracción sincrónica de las
máticos de Ca+2, disminuye la actividad del complejo Ca+2- células musculares uterinas es la responsable de los fenó-
calmodulina, caldesmon vuelve a formar un complejo con menos activos asociados al trabajo de parto, sea este de
actina y tropomiosina y la cadena liviana de la miosina término o pretérmino (Zahn, 1984). Para que la actividad
es desfosforilada por acción de fosfatasas. De este modo, contráctil uterina sea efectiva en lograr la expulsión del feto,
la interacción actina-miosina es nuevamente impedida, los se requiere que todas las fibras musculares se contraigan
filamentos se deslizan pasivamente en sentido inverso y la de modo coordinado; se necesita un sitio que inicie la con-
célula retoma su forma original. tracción y que esta onda contráctil se propague de modo

310
Capítulo 15 Fisiología de la contracción uterina

coordinado al resto del miometrio, algo similar a lo que de canales depende de la síntesis y degradación de la co-
ocurre en el corazón. Sin embargo, a diferencia de lo que nexina 43. En el miometrio de muchas especies de mamífe-
ocurre en el miocardio, no se ha demostrado en el miome- ros estas uniones parecen ser suprimidas por la progestero-
trio la presencia de un sistema nervioso excitoconductor na, mientras que los estrógenos y prostaglandinas parecen
que conforme un marcapaso o que distribuya el impulso estimular su producción y permeabilidad. La permeabilidad
contráctil. del canal depende, principalmente, del pH del medio intra
y extracelular y de procesos de fosforilación de la conexi-
La célula miometrial, corno cualquier otro músculo liso,
na 43 (Moreno & Lau, 2007; Yeager & Harris, 2007). Se
es capaz de generar impulsos de manera autónoma y tam-
requieren niveles reducidos de estos canales intercelulares
bién puede excitarse por la propagación de potenciales de
para la mantención de la quiescencia miometrial. Por otra
acción desde células vecinas. Se ha establecido que un
parte, se ha demostrado que el inicio y la progresión del
rol fundamental en coordinar la actividad contráctil de las
trabajo de parto está precedido por un drástico aumento en
células musculares uterinas es ejercido por las uniones in-
el número de uniones intercelulares en hendidura (Tabb y
tercelulares en hendidura (gap-junctions) (Garfield y cois.,
cois., 1992; Sparey y cois., 1999). Luego del parto y como
1977). Éstas permiten la transmisión de señales entre
resultado de un proceso de internalización, endocitosis y
grupos de fibras, de modo que la actividad contráctil de
digestión de la conexina 43, las uniones intercelulares en
las células musculares es sincrónica y efectiva en lograr la
hendidura desaparecen rápidamente.
expulsión del feto desde la cavidad uterina.
Existe otra teoría de la propagación de la contracción
uterina, que se denomina reclutamiento hidrodinámico
Marcapaso uterino
y que postula que cuando un segmento del miometrio se
En el útero no se conoce un marcapaso circunscrito a contrae aumenta la presión intracavitaria, lo que produce
un área determinada, como ocurre en el corazón (Young, una deformación en la pared del miometrio del segmento
2007). Sin embargo, se admite que en el útero humano adyacente que está en reposo, estimulando la contracción
grávido al término de la gestación, como en otros mamífe- de dicho segmento y así una reacción en cadena (Young,
ros, la zona de ubicación más frecuente de los marcapasos 2007).
se encuentra en el fondo uterino, cercano a la inserción
tubaria. Estos marcapasos se conocen como marcapasos Estudio de la contracción uterina
funcionales, para indicar que no corresponden a una es-
tructura anatómicamente identificare (Wray, 1993; Young, La contracción del músculo uterino resulta en un aumento
2007). de la presión intrauterina, que se denomina actividad me-
cánica. Se han empleado diferentes técnicas para medir y
registrar este fenómeno. Las primeras publicaciones se re-
Coordinación de la contracción uterina
montan a la segunda mitad del siglo pasado, mediante ca-
Desde el marcapaso funcional la onda contráctil del úte- téteres con balones con líquido en el extremo intrauterino,
ro se propaga al resto del miometrio. La propagación de la conectados a un quimógrafo en el otro extremo, logrando
activación implica un flujo de corriente eléctrica entre las los primeros registros de la contractilidad uterina durante
células, que se logra mediante el paso de iones desde una el parto y el alumbramiento (Álvarez & Caldeyro, 1950;
célula a la célula vecina, a través de las uniones intercelu- Caldeyro& Poseiro, 1960; Smith, 1984) (FIGURA 15-6).
lares en hendidura (gap-juntions). El desarrollo de nuevos instrumentos de transducción y re-
gistro electrónico permitió su uso tanto en la investigación
Las uniones intercelulares en hendidura forman canales fisiológica como en el manejo clínico de los pacientes (Cs-
entre células adyacentes. El canal está compuesto por pro- apo, 1970a; Csapo, 1970W.
teínas llamadas conexinas, que crean una especie de poro
entre dos células, permitiendo el paso de iones desde el En la actualidad la medición de la presión intrauterina
citoplasma de una a otra célula, ofreciendo una baja resis- se efectúa mediante colocación, a través del cuello uterino,
tencia eléctrica intercelular. Una proteína de 42 KD, llama- de un catéter que contiene en su extremo un transductor de
da conexina 43, es el mayor componente de las uniones presión electrónico. El catéter se introduce en presencia de
intercelulares en hendidura en el miometrio humano. Cada membranas rotas y con más de 3 cm de dilatación cervical,
unión está compuesta por unos pocos a cientos de canales habitualmente junto con anestesia peridural.
y cada canal está constituido por seis conexinas, situadas El catéter está conectado a un sistema de registro y
como un hexágono, y ligadas simétricamente con un grupo análisis computacional de la presión intrauterina, permi-
similar de seis conexinas en la célula adyacente. tiendo el uso de esta información en el manejo clínico de
La función de las uniones intercelulares en hendidura la primera y segunda fase del trabajo de parto (Dowdle,
está regulada por el número de canales y su permeabilidad 2003). Se ha demostrado que la información que provee la
(Moreno & Lau, 2007; Yeager & Harris, 2007). El número monitorización continua de la presión intrauterina es más

311
OBSTETRICIA

20 mmHg); hacia el comienzo del tercer trimestre aparecen


las denominadas contracciones de Braxton-Hicks, de alre-
dedor de 25 mmHg. Durante el trabajo de parto normal, la
intensidad promedio oscila entre 30 y 50 mmHg. A medida
que el trabajo de parto progresa, aumenta la intensidad.
Para una misma dilatación cervical la intensidad es mayor
en decúbito lateral que en decúbito dorsal.

Acmé. Es el punto más alto de la curva de presión ¡ntra-


amniótica durante la contracción (FIGURA 15-7).

Frecuencia. Es el número de contracciones en 10 mi-


nutos. Durante el embarazo, la frecuencia rara vez sobrepa-
FIGURA 15-6. Esquema de los métodos de registro de la sa las cuatro contracciones por hora, aunque se describen
contractilidad uterina. salvas de contracciones, con frecuencias similares a la del
parto, durante períodos de una a dos horas. Durante la fase
activa del trabajo de parto la frecuencia es de cuatro a cinco
contracciones en 10 minutos.
acuciosa que del transductor externo de presión colocado
en la pared abdominal (Miles y cois., 2001). Sin embargo,
Duración. Es el tiempo que transcurre entre el inicio y el
pese a esta diferencia, no se ha demostrado el beneficio
término de la contracción. En el registro de una contracción
clínico del manejo del trabajo de parto (espontáneo, in-
uterina se pueden distinguir una fase de contracción rápida,
ducido o acelerado) con vigilancia continua de la presión
una fase de relajación rápida y una fase de relajación lenta
intrauterina (Lucidi y cois., 2001). De este modo, no se re-
de duración variable, dependiente de la frecuencia. Las dos
comienda su utilización rutinaria, y se estima que el control
fases rápidas, en cambio, no se ven influidas por la frecuen-
mediante transductor externo y la evaluación manual de la
cia, salvo que ésta sea de seis o más en 10 minutos.
intensidad de las contracciones es el modo correcto para
vigilar las contracciones uterinas durante las tres fases del
Presión máxima. Es el resultado de la suma de la in-
trabajo de parto (dilatación, expulsivo y alumbramiento).
tensidad y el tono. Se mide en mmHg desde el nivel cero
hasta el acmé de la onda registrada.
Características de la contracción
uterina Actividad uterina. Es el producto de la intensidad por
la frecuencia, expresada en mmHg en 10 minutos. Esta
La descripción clásica de las características de la contrac- magnitud se conoce como Unidades Montevideo y repre-
ción uterina se logró fundamentalmente mediante las defi- senta una manera aproximada de medir la presión que el
niciones y medidas obtenidas por la escuela uruguaya de feto soporta por encima de la del tono basal. Se ha demos-
fisiología obstétrica, liderada a mediados del siglo pasado
por Roberto Caldeyro, Hermógenes Álvarez y Juan José
Poseiro (Althabe, 1999), mediante el registro continuo de
60-, Acmé
la presión amniótica con catéter de punta abierta, relleno
con solución fisiológica e introducido en la cavidad por vía o»
trasparietoabdominal (Caldeyro-Barcia & Álvarez, 1953). tí
Los parámetros que se deben analizar en cada contracción _
uterina son los que se mencionan a continuación (FIGURA a 40-
u
15-7). •o
'B 30- Tono basal
Tono basal. Es la menor presión ejercida por el útero
entre las contracciones. El tono varía entre 3 y 8 mmHg du- |20-
rante la segunda mitad del embarazo y entre 8 y 12 mmHg tí
;O
en el trabajo de parto. El tono aumenta a mayor dilatación 'u 10H
del cuello uterino y es independiente de la posición de la
Duración
madre. 0-
O 20 40 60 80 100 120 140 160 180 200
Intensidad. Es la diferencia de presión entre el vértice y Tiempo (s)
la base de la contracción (altura de la onda contráctil en el
registro). Durante el embarazo, la intensidad es baja (10 y FIGURA 15-7. Parámetros de la contracción uterina.

312
Capítulo 15 | Fisiología de la contracción uterina

trado la utilidad de controlar la actividad uterina como un Por el contrario, las contracciones que no siguen esta ca-
modo de predecir la progresión normal del trabajo de parto racterística, simplemente comprimen al feto, sin empujarlo
(Steerycols., 1984). fuera del útero.
Este fenómeno se aprecia preferentemente observando
Actividad uterina corregida. Es el resultado de multi-
los registros múltiples y simultáneos de la presión intramio-
plicar la presión máxima por la frecuencia. Representa una
metrial, pero también puede distinguirse en los registros de
forma aproximada de medición de la presión total que so-
presión intraamniótica, que es la resultante de la actividad
porta el feto (contracciones más tono).
de todos los segmentos del útero. Cuando una contracción
presenta la triple gradiente descendente conservada, el re-
Área o superficie. Corresponde al área bajo la curva
gistro de la presión amniótica muestra una elevación regu-
del registro gráfico de la contracción uterina medida desde
lar, un vértice único y una relajación también regular, que
el nivel cero. Se mide en mmHg al cuadrado y representa,
se extiende hasta la próxima contracción.
con más exactitud, la presión total a la que estuvo sometido
el feto en dicho periodo.
Anomalías de la contractilidad uterina
Trabajo uterino. Es la suma de todas las intensidades
en un tiempo dado. Se mide en mmHg y representa el es- La contracción uterina normal del trabajo de parto es
fuerzo contráctil del útero en ese período. generalizada y sigue la triple gradiente descendente (TGD).
Si no cumple con estas condiciones, debe considerarse
anormal (Althabe, 1999).
Contracción uterina fisiológica.
Triple gradiente descendente Ondas anormales generalizadas. Se difunden a
todo el útero pero no tienen una coordinación completa
Mediante el registro de la presión intramiometrial efectua-
por carecer de uno o más de los elementos de la TGD. No
da simultáneamente en distintas partes del útero, se pudo
obstante, tienen una coordinación parcial, ya que todos
estudiar el origen, la propagación y la desaparición de la
los segmentos del útero se contraen sincronizadamente.
onda contráctil del útero grávido. Normalmente, la onda
Por esta razón, el registro de la presión amniótica muestra
se origina en los marcapasos que están ubicados cerca
elevaciones muy similares a las producidas por las ondas
de los cuernos uterinos. Generalmente son dos, uno a la
normales y sólo pueden diferenciarse por medio del regis-
derecha y otro a la izquierda, que inician la contracción
tro de la presión intramiometrial, en distintos puntos del
casi simultáneamente (el derecho segundos antes que
útero. Clínicamente es muy difícil detectar esta anomalía;
el izquierdo). Desde los marcapasos la onda se irradia
se sospecha cuando, con contracciones uterinas de buena
en distintas direcciones, pero como están ubicados en la
intensidad y duración, el trabajo de parto avanza muy len-
parte más alta del útero, el sentido de la propagación es
tamente o se detiene. Las ondas anormales generalizadas
predominantemente descendente. La onda normal se pro-
son una causa de prueba de trabajo de parto fracasada
paga a una velocidad de 1 a 2 cm/seg e invade totalmente
(consultar Capítulo 17: El parto).
el órgano en 10 a 20 segundos. El máximo de la fuerza
contráctil se alcanza entre los 40 y los 60 segundos (Gar-
Ondas anormales localizadas. Son incoordinadas y
field & Maner, 2007).
pueden clasificarse en dos tipos de acuerdo al grado de
La concentración de fibras musculares es mayor en el incoordinación:
fondo del útero que en el segmento inferior, lo que deter-
mina que la intensidad de la fuerza contráctil también siga Incoordinación de primer grado. Presenta un útero
un patrón descendente. La relajación de la musculatura funcionalmente dividido en dos partes, cada una de las
uterina es, prácticamente, simultánea en todo el órgano. cuales obedece a un marcapaso. Este asincronísimo tiene
Por lo tanto, el acmé de la contracción se alcanza simultá- efectos típicos en el registro de la presión amniótica. Imagi-
neamente en todos los segmentos del registro. Esto afecta nemos que el marcapaso derecho inicia una onda que sólo
a la duración de la contracción, que es mayor en el fondo se difunde a una zona vecina de poca superficie, y que
que en el segmento inferior. Esta coordinación entre los dis- el izquierdo lo hace pocos segundos después y difunde a
tintos segmentos del útero se denomina la triple gradiente todo el resto del útero. En el registro de presión amniótica
descendente. Triple, porque toma en cuenta la propagación se verá un primer aumento de la presión, cuya intensidad
de la onda, la intensidad y la duración de la contracción en dependerá de la superficie de estimulación que abarca el
los distintos sectores del útero. Una contracción que sigue primer marcapaso y una fase de relajación rápida, muy bre-
la triple gradiente descendente se inicia primero, es de ma- ve y a continuación otro incremento de presión de mayor
yor intensidad y de más larga duración en el fondo uterino. intensidad seguido de su correspondiente relajación. Si el
Una contracción que sigue la triple gradiente descendente marcapaso que estimula la superficie mayor del útero pre-
es capaz de propulsar al feto fuera de la cavidad uterina. cede al otro, la melladura se verá en la fase de relajación.

313
OBSTETRICIA

Cuanto mayor sea la separación entre la estimulación de que reduce la perfusión placentaria. Se han descrito cuatro
los marcapasos, más profunda será la melladura, y cuanto mecanismos para su producción: hipertonía esencial, cuya
mayor sea la superficie bajo control de cada marcapaso, causa es el aumento primario del tono; hipertonía por poli-
más cerca del vértice de la contracción se encontrará ésta. sistolia, que responde a un aumento de la frecuencia de las
Clínicamente obtenemos la misma sensación táctil que la contracciones uterinas (la polisistolia, al acortar la fase de
descrita para el registro y será tanto más difícil detectarla relajación entre las contracciones, disminuye el descenso
cuanto menor sea la superficie dependiente de un marca- de la presión amniótica y produce hipertonía. En este me-
paso y cuanto menor sea la diferencia, en tiempo, entre canismo, la polisistolia y la hipertonía suman sus efectos
ellos. En la incoordinación de primer grado el trabajo de para disminuir el flujo uteroplacentario y producir hipoxia
parto puede prolongarse, dependiendo de la relación de fetal); hipertonía por asincronismo, debido a incoordina-
superficies bajo la influencia de cada marcapaso. ción uterina e hipertonía por sobredistensión, que se produ-
ce por aumento excesivo del contenido uterino.
Incoordinación de segundo grado. Presenta un útero
funcionalmente dividido en múltiples partes que se con-
traen en forma independiente y asincrónica. Dos de estas
Contractilidad uterina durante
zonas obedecen a los marcapasos normales, pero las otras el embarazo y el parto
están regidas por marcapasos aparecidos en otras zonas del
Existe una evolución gradual de la actividad uterina a
útero. Por su parecido con la fibrilación ventricular, es po-
lo largo del embarazo. Si bien el útero debe mantenerse
sible llamarla fibrilación uterina y representa la forma más
quiescente, es posible detectar actividad contráctil, no pro-
grave de incoordinación. La presión amniótica muestra un
pulsiva, durante todo el embarazo. Ya a las siete semanas
registro que se caracteriza por un tono elevado, sobre el
el útero grávido muestra actividad, constituida por contrac-
que se inscriben contracciones pequeñas, irregulares y de
ciones de gran frecuencia (130 por hora) y muy baja in-
frecuencia aumentada. La contracción aislada de cada una
tensidad (10 mmHg). Este patrón se mantiene hasta más
de las partes en que funcionalmente está dividido el útero,
o menos las veinte semanas. En adelante, las contraccio-
produce las pequeñas elevaciones de la presión amniótica y
nes uterinas aumentan en intensidad y disminuyen su fre-
como se suceden sin ningún orden, el registro es irregular;
cuencia hasta el término del embarazo (Csapo & Sauvage,
la coincidencia de la contracción de dos partes produce una
1968) (consultar Capítulo 16: Determinismo del parto).
elevación mayor de la presión. La falta de sincronismo im-
pide que el útero se relaje totalmente, lo que produce hiper- Estos cambios se intensifican en las últimas seis a ocho
tonía (hipertonía por asincronísimo). Clínicamente, lo que semanas del embarazo, que es el período en que aparecen
se detecta es la hipertonía y a veces algunas contracciones las contracciones de Braxton-Hicks, que son más inten-
sobreimpuestas. En la incoordinación de segundo grado el sas (15 a 20 mmHg) y se suceden con una frecuencia
trabajo de parto detiene su progreso y muchas veces ocasio- de una cada 20 minutos, aumentando progresivamente en
na alteraciones en el registro de la frecuencia cardíaca fetal. frecuencia e intensidad hasta el desencadenamiento del
parto, lo que sucede cuando la actividad uterina alcanza
Anomalías en la intensidad y frecuencia de ondas en promedio 100 Unidades Montevideo. No obstante, de-
normales. También se describen anomalías de la inten- bemos considerar que existe una gran variación de la ac-
sidad del tono y de la frecuencia que afectan a las con- tividad uterina entre las embarazadas, sobre todo hacia el
tracciones uterinas generalizadas y coordinadas del parto. final de la gestación (Zahn, 1984). En general, se admite
Al aumento de la frecuencia se le conoce con el nombre que aquellas madres que presentan mayor actividad con-
de polislstolia y a la disminución como hipodinamia. La tráctil iniciarán su parto antes que aquellas cuya actividad
definición de cada una de ellas depende del patrón normal uterina durante las últimas semanas del embarazo es baja
descrito para cada momento del trabajo de parto. Durante (Cooperstock y cois., 1987).
la fase activa del trabajo de parto, lo normal es que las
La frecuencia contráctil normal durante el trabajo de
contracciones uterinas tengan una frecuencia de cuatro a
parto oscila entre dos y cinco contracciones en 10 minu-
cinco en 10 minutos, de modo que polisistolia es aquella
tos, dependiendo de la fase del trabajo de parto en que
situación en que se presentan seis o más contracciones en
se encuentre. Se ha demostrado que el intervalo entre las
10 minutos, e hipodinamia la presencia de tres o menos
contracciones se reduce y la regularidad de las mismas se
contracciones en 10 minutos.
optimiza a medida que el trabajo de parto progresa. Altera-
Los valores elevados del tono se conocen como hiper- ciones en esta progresión característica se asocian con un
tonía, y los disminuidos como hipotonía. La hipotonía es aumento en la probabilidad de operación cesárea (Oppen-
poco frecuente y no conlleva riesgo para el feto; general- heimer y cois., 2002). En la primera parte del período de
mente está asociada con contracciones de baja intensidad, dilatación o fase latente, las contracciones alcanzan una
por lo que el parto se prolonga o se detiene. La hiperto- intensidad de 30 a 40 mmHg, con una frecuencia de dos
nía, en cambio, es peligrosa para la salud del feto dado a cuatro contracciones cada 10 minutos (FIGURA 15-8).

314
Capítulo 15 Fisiología de la contracción uterina

Preparto Período Período


de dilatación expulsivo

mmHg

Pujos

O 5 0 5 0 5

FIGURA 15-8. Esquema de las contracciones uterinas durante el preparto, período de dilatación y período expulsivo.

Alumbramiento
250

Mil©

25 30
Semanas de embarazo Puerperio

FIGURA 15-9. Esquema de la evolución de la actividad uterina espontánea durante el embarazo, parto y puerperio.

315
OBSTETRICIA

En la segunda mitad o fase activa del trabajo de parto, la contracción uterina y de cambios bioquímicos estimulados
frecuencia es de entre cuatro y cinco contracciones en 10 por hormonas (Winkler y cois., 1999).
minutos, con una intensidad promedio de 50 mmHg (FI-
GURA 15-9). Frecuencias menores se asocian a progresión Borramiento y dilatación del cuello uterino. Con
anormal del trabajo de parto, por lo que esta frecuencia el incremento de la actividad contráctil uterina, el cuello
debe ser normalizada con el uso de oxitocina, mejorando se reblandece y el canal se dilata. Como se verá más ade-
así la probabilidad de parto vaginal (Arulkumaran y cois., lante, el reblandecimiento del cuello uterino depende de
1991). La infusión de oxitocina también puede ser moni- influencias hormonales y no sólo del efecto mecánico de las
torizada estimando la actividad uterina en Unidades Mon- contracciones uterinas. El reblandecimiento del cuello es
tevideo (Steer y cois., 1985). Sin embargo, se estima que un fenómeno de aparición precoz seguido del borramiento
el control manual de la intensidad y frecuencia de las con- y dilatación gradual, primero del orificio externo y luego del
tracciones es la medida correcta para decidir la necesidad orificio interno (Hendricks y cois., 1970).
y dosis de ocitocina.
Por acción de la triple gradiente descendente y mediante
En el expulsivo, la frecuencia es de cinco a seis contrac- los mecanismos de presión excéntrica y tracción longitudi-
ciones cada 10 minutos, con una actividad uterina pro- nal, se va consiguiendo de modo simultáneo el borramiento
medio de 250 Unidades Montevideo, alcanzando las con- (acortamiento) y la dilatación cervical. El mecanismo de
tracciones una intensidad promedio de 100 mmHg por la presión excéntrica corresponde a la presión que ejerce so-
superposición del pujo materno (Buhimschi y cois., 2002). bre el cuello uterino la bolsa de las aguas o la presenta-
En el alumbramiento y las primeras horas posparto las ción durante cada contracción uterina (polo dilatante). La
contracciones uterinas son de alta frecuencia e intensidad, tracción longitudinal, ejercida por el cuerpo uterino que se
dando al útero una consistencia de contractura muscular contrae, fracciona a las fibras no contráctiles, que se com-
permanente, lo que constituye el principal mecanismo he- portan como un cuerpo elástico y se dejan estirar (seg-
mostático del lecho de inserción placentaria; a este fenó- mento y cuello). Así, las contracciones uterinas son res-
meno se le denomina ligaduras vivas de Pinard. ponsables del lento y progresivo borramiento y dilatación
del cuello uterino (House y cois., 2005).
Consecuencias de la contracción
Expulsión del tapón mucoso. Es la pérdida por la
uterina vulva de una sustancia espesa, de naturaleza mucoídea,
que durante el embarazo ocupa el canal del cérvix. El tapón
Los eventos relacionados con el trabajo de parto, en de-
mucoso se desprende como consecuencia del comienzo de
pendencia a la actividad contráctil del útero, han sido clá-
la dilatación y constituye uno de los signos que permite
sicamente comprendidos como dos tipos de fenómenos
reconocer el inicio del trabajo de parto (consultar Capítulo
mecánicos; los fenómenos activos del trabajo de parto,
17: El parto).
representados por las contracciones uterinas y por el pujo
materno ejercido por la prensa abdominal y el diafragma; y
Formación de la bolsa de las aguas. Corresponde a
los fenómenos pasivos del trabajo de parto, que correspon-
den a modificaciones del cuerpo y cuello uterino secunda- la protrusión del saco gestacional (líquido amniótico, am-
rios a la actividad contráctil del útero. nios y corion) a través del canal cervical. Resulta del des-
pegamiento y el deslizamiento hacia abajo del polo inferior,
Los fenómenos pasivos corresponden a: a consecuencia de las contracciones uterinas. La bolsa de
las aguas actúa como una cuña y contribuye a la dilatación
Ampliación del segmento inferior. Previo al inicio del cuello uterino, por el mecanismo de presión excéntrica
del trabajo de parto el útero está constituido por tres partes: (polo dilatante). Se estima que la bolsa de las aguas es la
el cuerpo, el cuello uterino y entre ambos el segmento infe- mejor cuña dilatante hasta los 4 cm de dilatación, luego la
rior. Se estima que el segmento inferior se constituye efec- cabeza fetal es más eficiente (Liao y cois., 2005) (FIGU-
tivamente entre las 32 y 34 semanas de embarazo. Entre RAS 1 5 - l O v 15-11).
el cuerpo uterino y el segmento inferior se encuentra una
zona anatómica conocida como anillo de Bandl (Buhimschi Encajamiento, descenso y expulsión del feto.
y cois., 2004; Cunningham y cois., 2005); el límite inferior Como se indicó, las contracciones uterinas normales pro-
del segmento es el orificio cervical interno. Sólo el cuerpo pulsan al feto fuera de la cavidad uterina. Las contracciones
uterino tiene alta capacidad contráctil, mientras que el seg- logran el progresivo encajamiento y descenso del polo fetal
mento inferior y el cuello tienen una actitud pasiva durante en la pelvis materna. Además de las contracciones uteri-
la contracción. Desde los 8 cm originales, el segmento infe- nas, durante el segundo período del trabajo de parto (el
rior llega a tener 12 cm en la dilatación completa (Parking- expulsivo), se requiere del pujo materno. En este periodo
ton y cois., 1999). La ampliación del segmento inferior se la presión que ejerce la presentación sobre las estructuras
produce a consecuencia de la tracción de las fibras por la nerviosas rectales y pararrectales estimula el reflejo de pujo

316
Capítulo 15 | Fisiología de la contracción uterina

FIGURA 15-10. Efecto de una contracción uterina sobre el cuello del útero.

FIGURA 15-11. Esquema del proceso de ampliación y formación del segmento inferior del útero grávido y del borra-
miento y dilatación del cuello del útero durante el preparto y parto.

materno. Durante el pujo, las contracciones de los mús- conoce como entuertos. La contractilidad miometrial del
culos abdominales y del diafragma aumentan la presión puerperio es incitada por el amamantamiento, pues la es-
intraabdominal, lo que se transmite a la cavidad uterina, timulación del pezón produce secreción refleja de oxitocina
donde también aumenta la presión (aproximadamente has- por la neurohipófisis.
ta 100 mmHg), facilitando la expulsión del feto (Buhimschi
y cois., 2002).
Efectos de la contractilidad uterina sobre
Alumbramiento. En el tercer período del parto, llama- la circulación materna y placentaria
do alumbramiento, el útero continúa contrayéndose rítmi-
camente, con gran intensidad y frecuencia, permitiendo la Cada contracción uterina causa un incremento en la
expulsión de la placenta (Bair & Williams, 2007). Poste- presión arterial materna por dos mecanismos: impulso de
rior al alumbramiento, las contracciones persisten, con la sangre desde los senos venosos intramiometriales, lo que
finalidad de garantizar la hemostasia (ligaduras vivas de aumenta el retorno venoso al corazón y aumento de la re-
Pinard) y eliminar los restos tisulares y coágulos durante el sistencia periférica por compresión de los vasos uterinos
puerperio inmediato. (Álvarez & Caldeyro-Barcia, 1954; Robson y cois., 1987).
Durante el puerperio las contracciones suelen ser indo- Cuando la madre está en posición supina, el útero se
loras, aunque en ocasiones pueden ser molestas, debido apoya sobre los grandes vasos (aorta descendente y vena
a un aumento de la frecuencia e intensidad, en lo que se cava inferior) (Abitbol, 1976). Fuera de la contracción ute-

317
OBSTETRICIA

Espacio intervelloso Espacio intervelloso

Presión intramiometrial
10 mmHg
_
Circulación.,. _ _ _ _ _ Presión intramiometrial
norma 120 mmH

Presión arterial Presión — -


Presión arterial media 90 mmHg amniótica
media 85 mmHg Presión 60 mmHg
\s amniótica _
10 mmHg
Hipercapnia

Venas Acidosis

FIGURA 15-12. Circulación por el espacio intervelloso durante la relajación uterina (A) y durante una contracción ute-
rina normal (B) durante el trabajo de parto.

riña, la ecuación fuerza/superficie no produce una presión producir daño en aquellos fetos cuyas reservas de oxígeno
suficiente que dificulte el pasaje de la sangre por esos va- están disminuidas (Bakker & Van Geijn, 2008) (FIGURA
sos. En cambio, durante la contracción, la superficie de 15-12).
apoyo disminuye, por lo que para una misma fuerza y
Resulta fácil deducir que la gravedad de los fenómenos
menor superficie, la presión que ejerce el útero aumen-
descritos está en relación directa con la presión arterial ma-
ta y produce disminución del flujo por la vena cava. Esta
terna y con la duración de la presión amniótica elevada.
compresión de la vena cava determina una disminución del
Valores bajos de presión arterial de la madre aceleran la
retorno de sangre al corazón con hipotensión, taquicardia y
compresión de los grandes vasos y demoran su recupera-
lipotimia, en el síndrome de hipotensión supina (Kinsella &
ción. Períodos prolongados de presión amniótica elevada
Lohmann, 1994). La hipotensión materna favorece la com-
aumentan el tiempo en que el intercambio gaseoso se man-
presión parcial de la aorta y de alguna de las arterias ilíacas
tiene interrumpido (Bakker & Van Geijn, 2008).
primitivas, lo que trae como consecuencia una disminución
del flujo circulatorio por las arterias uterinas. Esta situación
se puede diagnosticar clínicamente percibiendo los pulsos
periféricos en los miembros inferiores. El fenómeno des-
Control clínico de la contractilidad
aparece tan pronto se cambia la posición supina a decúbito uterina
lateral (Kinsella y cois., 1990).
De todas las medidas que hemos descrito en la práctica
La contracción uterina produce un bloqueo sobre la clínica se utilizan sólo tres: el tono, la intensidad y la fre-
circulación uteroplacentaria. La presión intramiometrial cuencia. En el control clínico de la contractilidad uterina
es dos a tres veces superior a la presión amniótica. En reemplazamos el catéter por la mano y al transductor de
contracciones uterinas normales, la presión en el espesor presiones por la sensación táctil que producen los cambios
del miometno alcanza valores de entre 80 y 130 mmHg. de consistencia del útero que se contrae. Dado que estos
Mientras se desarrolla la contracción, se produce el cierre elementos tienen un grado elevado de subjetividad, el sis-
de las venas que drenan la sangre del espacio intervelloso. tema clínico es más imperfecto (Miles y cois., 2001), pero
A medida que la presión aumenta, se produce la dismi- más apropiado para la gran mayoría de los partos (Lucidi
nución del calibre arterial y consecuentemente el aporte y cois., 2001). De ninguna manera significa minimizar la
de sangre oxigenada al espacio intervelloso disminuye pro- importancia del control electrónico y del registro gráfico de
gresivamente hasta desaparecer. El feto consigue mantener la contractilidad uterina; por el contrario, sugerimos que,
gran parte de su oxigenación obteniendo el remanente de en el entrenamiento de los profesionales involucrados en la
oxígeno que queda en la sangre atrapada en el espacio in- atención obstétrica, se los someta a realizar una correlación
tervelloso. No obstante, el contenido de oxígeno de la san- clinicográfica que consiste en palpar, al mismo tiempo que
gre fetal disminuye transitoriamente, tiempo suficiente para se observa un registro de la contractilidad. De esta manera

318
Capítulo 15 | Fisiología de ¡a contracción uterina

es posible tener una representación mental de la presión una disminución transitoria de la actividad uterina de al-
intrauterina y de sus alteraciones para cuando no se dis- rededor de 20 a 30 minutos de duración (Sala y cois.,
ponga de monitorización electrónica. 1970), de modo que estos cambios no producen un efecto
adverso en el trabajo de parto; se ha demostrado que el uso
rutinario de la analgesia peridural no prolonga la primera
Evaluación manual de la contractilidad fase del trabajo de parto (período de dilatación), pero sí el
uterina expulsivo (segunda fase), sin aumentar la tasa de cesáreas
o parto vaginal operatorio (Leighton & Halpern, 2002).
Cuando se utiliza la mano como elemento de registro,
la intensidad de las contracciones se mide en cruces (+) y La rotura artificial de las membranas ovulares acelera el
se admite que su variación va desde O (cero) a + + + (tres trabajo de parto, lo que siempre se atribuyó a un aumento
cruces). Cuando se dice O, la presión intrauterina es inferior en la actividad uterina (Rosen & Peisner, 1987). Sin em-
a 15 mmHg, lo que corresponde al tono basal. Una cruz bargo, no se encontró tal incremento en una serie de partos
( + ) se relaciona con presiones de entre 15 y 25 mmHg de iniciación espontánea, evolución eutócica y terminación
y corresponde a una situación en la cual el útero se deja natural, en los que se realizó la amniotomía entre 4 y 5
deprimir con relativa facilidad en el máximo de su presión; cm de dilatación cervical, comparados con otro grupo si-
dos cruces ( + + ) se relacionan con presiones entre 30 y 50 milar pero con membranas íntegras hasta el final del parto
mmHg y se evidencia una mayor dificultad para deprimir el (Álvarez-Bayón y cois., 1974). La sobredistensión uterina
útero en el acmé de su contracción; tres cruces ( + + +) in- (polihidroamnios, embarazo múltiple) suele presentar un
dican presiones superiores a 50 mmHg y con la sensación aumento del tono y una intensidad contráctil disminuida.
de un útero de consistencia leñosa, imposible de deprimir La disminución del volumen uterino disminuye el tono y
en el acmé de la contracción. aumenta la intensidad de las contracciones (Wood y cois.,
1963; Wood, 1964).
El control manual de la contractilidad uterina muestra
diferentes valores de la duración de las contracciones en
relación con los registros electrónicos. Con la mano sólo re- El cuello uterino durante
conocemos el cambio de consistencia del útero por encima el embarazo y el parto
de los 15 mmHg; la duración que percibimos corresponde
a gran parte de las fases rápidas de contracción y relajación El cuello uterino está constituido por tejido colágeno bien
del útero, pero no se percibirá una pequeña parte de las diferente del cuerpo uterino. Tanto los estudios histológi-
fases rápidas y toda la fase lenta de la relajación. Por ello, la cos como los de microscopía electrónica muestran que está
duración normal de la contracción uterina durante el traba- compuesto por haces de fibrillas colágenas dispuestas se-
jo de parto, cuando empleamos la mano como instrumento gún una matriz que le da su rigidez. El fino cemento que
semiológico, oscila entre los 30 y los 60 segundos. une los haces está compuesto, fundamentalmente, por gli-
cosaminoglicanos, y la variación en su síntesis está relacio-
Existe una fuerte relación entre la intensidad y la dura-
nada con su distensibilidad (Ruscheinsky y cois., 2008).
ción de las contracciones, lo que nos permite una mejor
valoración clínica de la intensidad. Esto es de gran impor- La división del útero en cuerpo y cuello es una sobresim-
tancia cuando la experiencia del observador es escás. En plificación. Existe una disminución gradual en el contenido
general, una contracción de + tendrá una duración menor de fibras musculares desde el fondo uterino al cuello: el
a 30 segundos, una de ++ de alrededor de 45 segundos segmento inferior tiene menos contenido muscular que el
(30 a 60 s) y una de + + + será mayor a 60 segundos. fondo y a su vez tiene más que el cuello, y este último
más en su porción proximal al segmento que en su porción
distal. En el cuello, las fibras musculares representan el
Variables que modifican la contractilidad 10% del total del tejido; estas fibras musculares presentan
uterina actividad contráctil espontánea tanto ¡n vivo como in vítro
(Ekerhovdy cois., 2000).
La posición materna tiene gran influencia sobre la con-
tractilidad uterina. En posición supina, la intensidad de las En el cuerpo uterino se observan escasas fibras nervio-
contracciones es menor y su frecuencia es mayor que en sas, mientras que en el cuello son abundantes, especial-
decúbito lateral (Roberts y cois., 1983; Roberts y cois., mente en la región cercana al cuerpo (Tingaker y cois.,
1984; Chen y cois., 1987). Si la madre está de pie, tanto 2006). Se ha señalado que esta disposición favorecería la
la frecuencia como la intensidad de las contracciones au- función tipo esfínter del cuello a través del sistema nervioso
menta (Méndez-Bauer y cois., 1975). autónomo (Bryman y cois., 1986; Bryman y cois., 1987).
Los cambios de temperatura, tanto el frío como el calor, Existe una tendencia a considerar que el cuello del úte-
producen aumento de la contractilidad del útero grávido ro humano grávido es un elemento pasivo que, llegado al
(Khamis y cois., 1983). La analgesia peridural produce término de la gestación y por la acción de las contracciones

319
OBSTETRICIA

uterinas del trabajo de parto, se borra y se dilata para per- Bryman I, Norstrom A, Lindblom B. Influence of prostaglandins and
mitir el paso del feto por el canal del parto. Sin embargo, el adrenoceptor agonists on contractile activity in the human cervix
cuello uterino presenta cambios estructurales progresivos atterm. Obstet Gynecol 1986; 67:574-78.
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Capítulo 15 | Fisiología de la contracción uterina

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321
c a p í t u l o

Determinismo del parto

J. Carvajal

El determinismo del parto corresponde a aquellos meca- tes investigadores han tratado de comprender la secuencia
nismos maternos y/o fetales que regulan la duración de la de eventos involucrados proponiendo diversas hipótesis.
gestación y el momento del inicio del trabajo de parto. La Sin embargo, ninguna ha logrado dar una respuesta glo-
duración de la gestación es una constante biológica para bal, sino sólo respuestas parciales e insatisfactorias (Cun-
cada especie. El cuidadoso determinismo de la duración ningham y cois., 2005). Esto no significa que hayan sido
de la gestación proporciona el tiempo suficiente para que el mal formuladas, o que los eventos propuestos no sean
feto se desarrolle, madure y adquiera las habilidades nece- individualmente relevantes, sino que el determinismo del
sarias para realizar la transición desde un ser dependiente, parto es un proceso complejo, en el que participan muchos
a uno capaz de vivir en forma autónoma fuera del útero sistemas y en el cual la madre, el feto y la placenta juegan
(Cunningham y cois., 2005). Una vez cumplido el proceso un rol importante, aún no bien esclarecido.
de maduración fetal debe Iniciarse el trabajo de parto, que
permite la salida del feto desde la cavidad uterina para ini-
Fases uterinas del embarazo
ciar una vida independiente. La mantención del embarazo
y el ¡nielo del trabajo de parto son los dos procesos clave en Se ha propuesto un modelo útil para la comprensión del
el determinismo del parto. determinismo del parto (Norwitz y cois., 1999; Carvajal
Desafortunadamente, en la especie humana el deter- & Weiner, 2003; Cunningham y cois., 2005;) en el que el
minismo del parto no funciona siempre correctamente, de embarazo se divide en cuatro fases de duración variable,
modo que del 5% al 10% de los embarazos termina pre- determinadas en base a la cuantía de la actividad contráctil
maturamente, sin que el recién nacido esté en condiciones del útero. Se estima que los eventos moleculares que de-
óptimas de maduración, exponiéndose por ello a un ma- terminan las características de cada una de las fases deben
yor riesgo de enfermedades graves, secuelas e incluso a la completarse antes de pasar a la siguiente (FIGURA 16-1).
muerte (Goldenberg y cois., 2008; Saigal & Doyle, 2008; La primera fase, o quiescencia miometrial, se inicia con la
Tyson y cois., 2008). Por el contrario, cerca del 10% de fecundación y comprende aproximadamente el 95% de la
las gestaciones en humanos se prolonga más allá de lo gestación. Este período se caracteriza por rigidez del cue-
normal, evento que se asocia a un riesgo elevado de mor- llo uterino, falta de respuesta del miometrio a los agentes
bimortalidad materna y perinatal (Bobby & Divon, 1997; que inducen contracciones uterinas (uterotoninas) y por la
Norwitz y cois., 2007). Tanto el parto prematuro como el relajación activa del miometrio. La segunda fase, o activa-
embarazo prolongado son problemas relevantes y de difícil ción, se caracteriza por el reblandecimiento y borramiento
soJución en obstetricia. Consideramos que el estudio de los del cuello uterino, por el desarrollo de uniones estrechas
mecanismos fisiológicos del determinismo del parto tiene intercelulares (gap-junctions), las cuales son importantes
importancia no sólo para entender este proceso como fenó- en la propagación de la contracción muscular entre las cé-
meno biológico, sino también para entender la ocurrencia lulas miometriales, por el aumento en el número de re-
de partos prematuros y embarazos prolongados (Carvajal & ceptores de oxitocina en el miometrio, decidua parietal y
Weiner, 2003). membranas ovulares, por el restablecimiento de la capaci-
dad de respuesta del miometrio a las uterotoninas y por la
El determinismo del parto es un proceso que resulta de formación del segmento inferior del útero. La tercera fase, o
la interacción compleja de factores fetales y maternos (Cha- estimulación, la que corresponde al trabajo de parto clíni-
llis y cois., 2000; Terzidou, 2007). Durante años, diferen- co, se caracteriza por contracciones uterinas coordinadas y

322
Capítulo 16 Determinismo del parto

Parto
38 a 40 sem

± 36 sem

Quiescencia Edad
miometrial gestacional

Involución
Activación

FIGURA 16-1. Fases uterinas del embarazo según el estado fisiológico de la contractilidad miometrial. La quiescencia
miometrial se extiende desde la fecundación hasta aproximadamente las 36 semanas de gestación.

frecuentes, por la dilatación cervical progresiva, por el des- 2003; Cunningham y cois., 2005; López-Bernal, 2007).
censo fetal y por la expulsión del feto y la placenta desde la La actividad uterina aumenta progresivamente al menos
cavidad uterina. La cuarta fase, o involución, corresponde cuarenta días antes del inicio de la fase de estimulación,
a la recuperación posparto, en la cual tiene lugar la involu- se asocia a un cambio en la distribución horaria de las
ción uterina (contracción y retracción uterina posparto) y la contracciones y se caracteriza por un aumento nocturno de
recuperación de la fertilidad. la actividad uterina al acercarse el inicio del parto (Germain
y cois., 1993) que se traduce en contracciones uterinas
Utilizando este modelo, el inicio del parto se define
frecuentes percibidas por la paciente sólo horas antes del
como la transición entre la quiescencia y la activación mio-
inicio de la fase de estimulación. La relación entre el au-
metrial. Los mecanismos responsables del inicio del parto
mento de la actividad uterina y el cambio en su distribución
son aquellos que hacen que el útero pase desde la quies-
horaria, y la transición entre la quiescencia y la activación
cencia (falta de respuesta uterina) a la activación (despertar
(inicio del parto) no es clara, pero sugiere que el restable-
uterino); se requiere desmantelar los mecanismos respon-
cimiento de la respuesta del útero a las uterotoninas ocurre
sables de la quiescencia y proceder a la activación miome-
mucho antes del inicio del trabajo de parto, lo que es con-
trial. Esta transición es regulada por agentes denominados
cordante con el modelo de cuatro fases del embarazo que
genéricamente uterotropinas.
hemos presentado.
De modo similar, se define como inicio del trabajo de
parto a la transición entre activación y estimulación. Los
Mantención de la quiescencia
mecanismos involucrados en el trabajo de parto son aque-
llos responsables del paso desde la activación a la estimu- miometrial
lación, para lo cual se requiere de un grupo de sustancias
En los últimos años hemos desarrollado la hipótesis de
denominadas uterotoninas, agentes fundamentales en el
que un proceso clave para el determinismo del parto es la
establecimiento de la estimulación uterina.
mantención de la quiescencia miometrial. En efecto, pos-
Se entiende claramente que el inicio del parto y el inicio tulamos que la quiescencia miometrial es el evento más
del trabajo de parto son eventos distintos y separados en importante que regula la duración del embarazo (Carvajal
el tiempo (López-Bernal y cois., 1995; Carvajal & Weiner, y cois., 2001b; Carvajal y cois., 2003; Carvajal y cois.,

323
OBSTETRICIA

2006). La suspensión prematura de la quiescencia miome- Corion


Decidua Amnios
trial ocasionará un parto prematuro, así como su suspen-
sión tardía llevará a un embarazo prolongado. Es posible,
además, que la prolongación anormal de la quiescencia Estrógenos
,- Progesterona
miometrial pueda causar progresión inadecuada del trabajo Activación
de parto, incrementando el riesgo de operación cesárea por Quiescencia
distocia, con el consiguiente aumento de la morbilidad y
mortalidad perinatal (Sheiner y cois., 2002).
Mediadores
paracrinos
La quiescencia miometrial corresponde a un período fi-
Quiescencia liescencia
siológico, altamente regulado, en que el miometrio perma-
nece completamente relajado, sobrepasando su tendencia
natural a contraerse, como todo músculo liso. La quies-
cencia miometrial es no sólo un período en que el útero Quiescencia
no presenta contracciones, sino que es un estado en que
el útero es refractario al efecto de las uterotoninas (agentes
contráctiles) (Carvajal & Weiner, 2003).
La quiescencia miometrial abarca más del 95% del
embarazo, desde la implantación hasta aproximadamente
las 36 semanas de gestación (FIGURA 16-1), momento FIGURA 16-2. Los mediadores endocrinos o paracrinos
en que se inicia la activación miometrial (Norwitz y cois., son los responsables de la mantención de la quiescencia
1999). Como indicamos, esta transición corresponde al miometrial. Es posible que también participen sustan-
inicio del parto, y requiere la abolición de los mecanismos cias de origen fetal.
que mantienen la quiescencia miometrial para que el útero
recupere su capacidad de contraerse (Lo pez-Berna I y cois.,
1995; Carvajal & Weiner, 2003; López-Bernal, 2007).
Regulación de la expresión génica:
Los mediadores que regulan la quiescencia miometrial
no son conocidos con precisión, aunque existe mucha in- Rol de la progesterona
formación que sustenta el rol de varias sustancias. El ba- El principal mediador endocrino de la quiescencia mio-
lance entre los niveles plasmáticos o la acción biológica de metrial es la progesterona. Se postula que reduce la ex-
la progesterona (pro quiescencia) y los estrógenos (pro ac- presión de aquellas proteínas relacionadas con el proceso
tivación) tienen un papel fundamental en la regulación de contráctil (ejemplo, receptores de oxitocina y prostaglan-
la mantención de la quiescencia, actuando de modo endo- dinas, conexina 43) y estimula la expresión de aquellas
crino (Olson y cois., 1995; Brown y cois., 2004). También proteínas relacionadas con la mantención de la quiescencia
es posible que los mediadores que regulen la quiescencia miometrial (ejemplo, agonistas de la vía del AMPc como
sean sintetizados en tejidos vecinos al miometrio, actuando proteína relacionada a la hormona paratiroidea PTH-RP,
de modo paracrino (Collins y cois., 1993; Challis y cois., o receptores que señalizan por la vía del AMPc como re-
2000; Carvajal y cois., 2001b). En la búsqueda de agen- ceptor de la proteína relacionada al gen de la calcitonina
tes paracrinos responsables de la quiescencia miometrial, CGRP) (Carvajal & Weiner, 2003). Al final del embarazo
la mirada se ha depositado sobre las membranas ovula- el efecto de la progesterona debe reducirse para permitir la
res (corion y amnios), las que al igual que la decidua, se activación miometrial (Olson y cois., 1995; Sfakianaki &
encuentran adyacentes al miometrio (Bryant-Greenwood Norwitz, 2006).
& Greenwood, 1998; Carvajal y cois., 2001b; Carvajal y
cois., 2003; Carvajal y cois., 2006) (FIGURA 16-2). En la década de 1960 surgieron evidencias que rela-
cionaron la actividad de la progesterona con la inducción
Los mediadores hormonales, sea que actúen de modo de relajación muscular en el útero de rata (Cunningham y
endocrino o paracrino, actúan en el miometrio para inducir cois., 2005), y se pensó que esta hormona desarrollaba
la quiescencia mediante cuatro efectos principales: regula- un papel fundamental en la mantención del embarazo (Cs-
ción de la expresión génica (FIGURA 16-3), modulación apo & Pinto-Dantas, 1965). Actualmente se conoce que
de canales iónicos (FIGURA 16-4) o activación de vías la progesterona puede actuar en el miometrio, a través de
intracelulares mediadas por receptores de membrana (Bux- múltiples vías, para inducir la quiescencia (Sfakianaki &
ton, 2004; López-Bernal, 2007). Las dos vías principales Norwitz, 2006) (FIGURA 16-3).
involucradas en la mantención de la quiescencia miome-
trial son la vía del AMPc (FIGURA 16-5) y la del GMPc El principal mecanismo es la regulación de la expresión
(FIGURA 16-6) (Sanborn y cois., 2005). génica, específicamente mediante la reducción de la sínte-

324
Capítulo 16 Deterninismo del parto

Sistémica

Progesterona ..

Células de corion o amnios

Progesterona

FIGURA 16-3. Mecanismos de acción de la progesterona en la mantención de la quiescencia miometrial.

Células de corion o aramos

Abre canal BKCa


Bloquea canal de Ca2

K+

Inhibición del potencial de acción

Quiescencia ¿?

FIGURA 16-4. Modulación de canales de K + y Ca 2+ miometrial por factores paracrinos como un mecanismo de la man-
tención de la quiescencia miometrial.

325
OBSTETRICIA

Células de corion o amnios

Neuropéptidos Hormonas

'*-. {+) Proteína G Proteína G

Receptor

FIGURA 16-5. Rol de la vía del AMPc miometrial en la mantención de la quiescencia miometrial.

Células de corion o amnios

FIGURA 16-6. Rol de la vía del GMPc miometrial en la mantención de la quiescencia miometrial.

326
Capítulo 16 | Detenninismo del parto

sis de proteínas relacionadas al proceso contráctil (Carvajal a la luz de las siguientes observaciones: en todos los ma-
& Weiner, 2003). También se ha demostrado la capacidad míferos existe la quiescencia miometrial; la progesterona
de la progesterona de mantener la quiescencia mlometrial mantiene la quiescencia en todos los mamíferos, pero no
por mecanismos no genómicos. Estos mecanismos no ge- en humanos; la quiescencia es suspendida en todos ellos
nómicos consisten principalmente en inhibir la entrada de previo al inicio del trabajo de parto y la administración de
Ca2+ desde el extracelular o desde reservónos intracelula- un bloqueador del receptor de progesterona (RLJ-486) es
res (Fomin y cois., 1999), en hiperpolarizar la membrana capaz de inducir actividad uterina, trabajo de parto y parto
mediante aumento en el grado de actividad del canal BKCa en pacientes en quiescencia, evidenciando que la remoción
(Mukerji y cois., 2000) y en inhibir la unión de oxitocina a de algunas de las acciones de la progesterona son impor-
su receptor (Grazzini y cois., 1998; Burgery cois., 1999). tantes en la transición desde la quiescencia a la activación
(Frydmanycols., 1992).
En modelos animales se demostró que los niveles plas-
máticos de progesterona son paralelos a la quiescencia, y El potencial rol de la progesterona en la mantención de
que el inicio del parto va aparejado de una reducción en la quiescencia miometrial en humanos ha sido replanteado,
los niveles de progesterona y de un aumento de los niveles con lo que se acuñó el concepto de reducción funcional
de estrógenos. En roedores se ha demostrado que la pro- del efecto de la progesterona como un modo de explicar la
ducción de progesterona es dependiente del cuerpo lúteo ausencia de cambio en los niveles plasmáticos de la hor-
durante toda la gestación. Al final del embarazo se produce mona, con una reducción biológica de su acción. Se han
propuesto tres mecanismos que pueden dar cuenta de esta
luteólisis, los niveles de progesterona caen y esa es preci-
reducción funcional. La primera posibilidad es que la pro-
samente la señal para el inicio del trabajo de parto (Natha-
gesterona ejerza su rol en el miometrio de modo paracrino,
nielsz, 1998). Este modelo demuestra la importancia de
es decir, que su producción local sea más importante que
la progesterona, pero es muy diferente a lo que sucede en
la sistémica. Al final del embarazo, la producción local dis-
humanos, donde el cuerpo lúteo es responsable de la pro-
minuiría, permitiendo la activación miometrial, sin cambios
ducción de progesterona sólo en el primer trimestre del em-
en el nivel plasmático de la progesterona (Glasier y cois.,
barazo; luego, la progesterona es producida por la placenta.
1994; Gunasegaram y cois., 1995).
En la década de 1970 se propuso un potencial meca-
Un segundo mecanismo para explicar la reducción fun-
nismo de inicio del trabajo de parto en ovinos relacionado
cional de la acción de la progesterona, es la acción de un
a la progesterona y se postuló que al final de la gestación
bloqueador endógeno que no actuaría a nivel del receptor
el cerebro del feto ovino enviaría una señal a la hipófisis
clásico de la progesterona, sino que sería célula específico
y esta a la glándula suprarrenal fetal, estimulándola a se-
y genespectfico, y por lo tanto modificaría selectivamen-
cretar cortisol. A su vez, esta hormona estimularía en la
te sólo algunas de las acciones de la progesterona (Casey
placenta la actividad de la enzima 17ahidroxilasa/17-20
& MacDonald, 1996). Esta sustancia podría ser el factor
liasa, la cual deriva el metabolismo de los esteroides desde
transformador del crecimiento beta-1 (FTC|3-1). El FTCp-1
progesterona a estrona. Como consecuencia se produciría
antagoniza el efecto de la progesterona sobre los siguien-
una reducción en la producción de progesterona y un alza
tes genes: endotelina, encefalinasa, conexina-43 (proteína
en los niveles plasmáticos de estrona, lo que induciría los
estructural de las uniones estrechas) y de la proteína rela-
cambios necesarios para que el trabajo de parto se inicie
cionada con hormona paratiroídea (PTH-rP) (Casey y cois.,
(Nathanielsz, 1996; Cunningham y cois., 2005;).
1992; Casey y cois., 1993b; Casey & MacDonald, 1996).
Al evaluar esta hipótesis en la especie humana, se de- El factor transformador del crecimiento beta-1 producido
terminó que en la placenta no está presente la 17ahidroxi- localmente (miometrio o decidua) sería el responsable de
lasa, más aún, no fue demostrada una reducción en la la atenuación del efecto progestativo.
concentración plasmática de progesterona, ni de su tasa de
El tercer mecanismo propuesto para explicar el cambio
producción, ni del número de receptores, ni el aumento en
de la acción progestativa son las modificaciones en la ex-
su metabolismo, secuestro, presencia de proteínas ligan-
presión del receptor de progesterona. La progesterona in-
tes o un cambio en la relación estrógeno/progesterona que
hibe la expresión de proteínas relacionadas con el proceso
proporcionen evidencia para plantear una reducción de su
contráctil mediante la activación del receptor tipo B de
acción biológica al final de la gestación (Brown y cois.,
progesterona (PRB) (Haluska y cois., 2002). El receptor
2004; Sfakianaki & Norwitz, 2006). Además, embaraza-
A de progesterona (PRA) inhibe o bloquea los efectos me-
das portadoras de abetalipoproteinemia, que tienen con-
diados por PRB. Se ha demostrado que durante el período
centraciones plasmáticas muy reducidas de progesterona,
de quiescencia PRB es expresado de modo exclusivo en
no modifican la duración de la gestación e inician normal-
el miometrio humano. Por el contrario, durante el inicio
mente su trabajo de parto (Cunningham y cois., 2005).
del parto, aumenta la expresión de PRA, bloqueando el
Sin embargo, el concepto de una reducción en la ac- efecto progestativo de la progesterona y permitiendo la
ción de la progesterona como un evento clave en el inicio activación miometrial (Haluska y cois., 2002; Brown y
del trabajo de parto en humanos debe ser reconsiderado cois., 2004).

327
OBSTETRICIA

Regulación de canales iónicos. que este efecto inhibitorio de la droga disminuye hacia el
Canales de K + y de Ca2+ término del embarazo (Okawa y cois., 2000). También se
ha demostrado que la inhibición de la contractilidad mio-
La contractilidad del músculo liso, incluyendo la del metrial inducida por la gonadotrofina coriónica humana
miometrio, depende de la actividad de los canales iónicos. (Doheny y cois., 2003) y por el péptido relacionado al gen
Los canales de Ca2+ y de K+ son los dos principales invo- de la calcitonina (CGRPP) (Adelwoehrer & Mahnert, 1993)
lucrados en la regulación de la contractilidad miometrial está mediada por la activación de los canales BKCa, y am-
(Carvajal & Weiner, 2003) (FIGURA 16-4). La apertura de bas hormonas han sido postuladas como potenciales me-
canales de Ca2+ es el mecanismo fundamental para permi- diadores involucrados en la mantención de la quiescencia
tir la contracción miometrial, mientras que el cierre activo miometrial (Carvajal & Weiner, 2003).
de los mismos determina la relajación del músculo uterino El canal de K+ tipo BKCa es una proteína de membrana
(Wray y cois., 2001). La apertura de canales de K+ ocurre formada por dos tipos de subunidades. La subunidad a es
normalmente en respuesta a la contracción o para evitar la que conforma el canal en sí mismo (cuatro subunidades
contracciones mediante hiperpolarización de la membrana a) y la subunidad |3, que es de tipo regulatorio, determina
celular (Khan y cois., 2001). un aumento de la sensibilidad del canal al Ca2+ (Wallner
y cois., 1995; Zhou y cois., 1998). Se ha demostrado la
Canales de K + . Los canales de K+ están ampliamente existencia de un solo tipo de subunidad a y de cuatro tipos
distribuidos en todo el organismo y actúan predominan- de subunidad |3 (Orio y cois., 2002); en el miometrio pre-
temente inhibiendo la excitabilidad celular al mantener el domina la subunidad |3-1 (Matharoo-Ball y cois., 2003).
potencial de membrana muy cerca del potencial de rever-
sión de los iones K + . En otras palabras, a un estímulo de- En el miometrio humano se han demostrado niveles ma-
polarizante de la membrana se contrapone una corriente de yores de subunidad a y niveles menores de subunidad |3
salida de K+, que hiperpolariza o repolariza la membrana durante el embarazo, comparado con el miometrio no ges-
plasmática, termina con la generación de potenciales de tante. La subunidad a disminuye levemente luego del ini-
acción o hace la contracción menos probable (Khan y cois., cio del trabajo de parto de término (Chanrachakul y cois.,
2001). 2003), mientras que la subunidad p disminuye significa-
tivamente sus niveles proteicos con el trabajo de parto de
Varios canales de K+ están presentes en el miometrio pretérmino o término. Se especula que esta reducción ex-
humano, fundamentalmente canales de K+ dependientes plica la disminución de la sensibilidad al Ca2+ demostrada
de ATP, canales de K+ dependientes de voltaje y canales
para este canal en muestras obtenidas después del inicio
de K+ activado por Ca2+ (Knock y cois., 1999). Existen del trabajo de parto (Matharoo-Ball y cois., 2003).
tres tipos de canales de K+ activado por Ca2+ según su
conductancia: gran conductancia, mediana conductancia Nuestros datos, aún no publicados, que estudiaron la
y pequeña conductancia. El canal de K+ de gran conduc- conductancia del canal BKCa en preparaciones de membra-
tancia activado por Ca2+ (BKCa) es el tipo predominante en na miometrial, muestran que este canal posee una activi-
el miometrio humano. El canal BKCa miometrial posee las dad mucho mayor en muestras obtenidas del período de
mismas propiedades fisiológicas que en otros tejidos, esto quiescencia miometrial (pretérmino sin trabajo de parto)
es, ser sensible al Ca2+ y al voltaje. Su fracción de tiempo comparado con muestras de fase de activación (parto de
abierto aumenta con la entrada de Ca2+ o la depolarización término), lo que sugiere que la activación del canal BKCa
de la célula miometrial; sin embargo, se ha demostrado puede desempeñar un rol en la mantención de la quies-
que la sensibilidad al Ca2+ del BKCa se pierde durante el cencia miometrial. El aumento de la actividad del canal
trabajo de parto en humanos (Khan y cois., 1997). Debido BKCa se puede lograr aumentando el número de canales,
a su rol clave en el control de la excitabilidad celular, es po- o bien, aumentando su probabilidad de apertura mediante
sible que la regulación de los canales de K+ miometrial sea fosforilación de su subunidad regulatoria.
el mecanismo responsable de la mantención de la quies-
Estudios realizados en nuestro laboratorio muestran que
cencia uterina durante el embarazo (Khan y cois., 1998a; tanto el corion como el arrimos sintetizan y liberan al medio
Khan y cois., 2001). factores que inhiben la contractilidad miometrial, espontá-
La apertura de los BKCa en respuesta al aumento del nea o inducida por oxitocina en humanos (Carvajal y cois.,
Ca2+ intracelular podría contrarrestar, durante el período de 2006). La actividad de este factor (o factores) fue mayor en
quiescencia uterina, el estímulo de cualquier agente con- las membranas prematuras (< 34 semanas) comparadas
tráctil (oxitocina). En el período de activación miometrial, la con las de término (> 38 semanas), ambas sin trabajo de
pérdida de la sensibilidad al Ca2+ de los BKCa facilitaría la parto. Es decir, el efecto es mayor durante el período de la
aparición de contracciones uterinas y así el parto. En apoyo quiescencia miometrial. Un hallazgo de gran trascendencia
de esta postulación, se ha demostrado que las drogas que fue que las membranas obtenidas después del inicio del
abren BKCa (NS-1619) inhiben la contractilidad miometrial trabajo de parto prematuro no tienen capacidad inhibitoria,
inducida por la oxitocina, in vitro (Khan y cois., 1998b), y reflejando un mecanismo potencial para la pérdida precoz

328
Capítulo 16 Determinismo del parto

de la quiescencia miometrial (Carvajal y cois., 2006), la Los datos presentados permiten sostener que la regula-
que potencialmente lleva al parto prematuro. Observamos ción paracrina de la actividad del canal de calcio tipo L es
algo similar en segmentos de miometrio de cobayo gestante uno de los mecanismos involucrados en la mantención de
in vitro (Carvajal y cois., 2001b), aunque en este modelo la quiescencia miometrial (FIGURA 16-4).
solamente el corion, no el amnios, produce factores inhibi-
torios de la contractilidad miometrial. Así, las membranas
fetales producen y liberan al medio uno o varios factores
Activación de la Ruta del AMPc.
que pueden actuar como mediadores paracrinos claves de Rol de los neuropéptidos, hormonas
la quiescencia miometrial del embarazo. Basados en nues- y autacoides
tros resultados, hemos denominado a este factor, produci-
do por las membranas fetales y secretado al medio, factor Se ha propuesto que la relajación activa de la célula
quiescente derivado de las membranas fetales (FQ-MF) muscular lisa durante la gestación, es decir, la quiescen-
(Carvajal y cois., 2006). cia miometrial, se relaciona con la actividad de mediadores
endocrinos o paracrinos que aumentan los niveles intrace-
Hemos propuesto que uno de los componentes del FQ- lulares de nucleótidos cíclicos, AMPc o GMPc (FIGURAS
MF es una sustancia que aumenta el grado de actividad de 16-5 Y 16-6).
los canales de potasio miometrial, específicamente de los
canales BKCa. Demostramos que el bloqueo de los canales El aumento del nivel intracelular de AMPc está condi-
BKCa del miometrio humano mediante iberiotoxina reduce cionado por la activación de la enzima adenilato ciclasa,
significativamente la capacidad del FQ-MF (contenido en que transforma ATP en AMPc. Dentro de las proteínas tri-
el medio condicionado de corion y amnios) para inhibir la méricas G (PTG) acopladas a receptores heptahelicoidales,
contractilidad miometrial (Carvajal y cois., 2006). El blo- existe un subgrupo cuya subunidad a es del tipo Gas. La
queo de otros canales de K+ (canales de K+ dependientes subunidad Gas activada es capaz de aumentar la actividad
de ATP y canales de K+ dependientes de voltaje) no alteró de la adenilato ciclasa y así aumentar el nivel intracelular
la actividad de FQ-MF. Estos resultados fueron reproduci- de AMPc (Alberts y cois., 2007). Han sido descritos múl-
dos en ensayos de contractilidad isométrica de miometrio tiples compuestos capaces de interactuar con receptores
de cobayo. Así, el FQ-MF posee un componente que actúa heptahelicoidales y generar aumento de AMPc intracelu-
induciendo la apertura de canales BKCa en el miometrio lar, entre los que se cuentan neuropéptidos, hormonas y
(Carvajal y cois., 2003; Carvajal y cois., 2006). autacoides (FIGURA 16-5). Entre los neuropéptidos se
mencionan la proteína relacionada al gen de calcitonina, la
Canales de Ca2+. Los canales de Ca 2+ , específicamen- adrenomedulina, el péptido intestinal vasoactivo y el pép-
te los canales de Ca2+ de tipo L sufren modificaciones du- tido activador de la adenilato ciclasa hipofisiaria. Entre las
rante el embarazo, en el miometrio. Su sensibilidad a Bay hormonas, se mencionan catecolaminas p adrenérgicas,
K 8644 (sustancia que abre canales de Ca2+), la cantidad PTH-rP, gonadotrofina coriónica humana, relaxina y la hor-
del RNAm de sus subunidades y su afinidad por isradipino mona liberadora de corticotrofina (CRH). Finalmente, se ha
(un bloqueador de canales de Ca2+) aumentan hacia el tér- demostrado la actividad de algunas prostaglandinas como
mino del embarazo. Estos hallazgos son consistentes con E2, D2 e I2 como causantes de relajación muscular por la vía
el rol de este canal en el inicio del parto (Collins y cois., descrita (Casey, 1997).
2000). El rol de esta vía celular en la mantención de ia quies-
El grupo de Collins encontró que el corion humano libera cencia se sustenta en que varias hormonas que actúan vía
una sustancia que inhibe las contracciones uterinas espon- AMPc (Price & Bernal, 2001) y vía proteína G-AMPc re-
táneas o estimuladas por prostaglandinas o Bay K 8644, ducen su actividad a medida que se acerca el trabajo de
pero no las estimuladas por oxitocina, lo que sugiere un parto (Europe-Finner y cois., 1994; Sanborn y cois., 1998;
potencial rol de las membranas ovulares en la mantención Lindeman y cois., 2000). Los cambios en la vía del AMPc
de la quiescencia miometrial (Collins y cois., 1993; Collins pueden ocurrir a tres niveles durante el embarazo: cambios
y cois., 1995; Collins y cois., 1996; Emery y cois., 1998). en la expresión de proteínas G; cambios en la expresión de
Basándose en un ensayo de unión competitiva, ellos pro- la adenilato ciclasa y cambios en la expresión de receptores
pusieron que el corion producía un antagonista de canales acoplados a la proteína G.
de Ca2+. Más tarde informaron que esta sustancia era li- En humanos, la expresión de subunidad GHS y su acopla-
berada en mayor cantidad en el período de la quiescencia miento a adenilato ciclasa incrementa durante el embarazo
miometrial y que estaba ausente en membranas en trabajo (Arkinstall & Jones, 1990) y disminuye después del inicio
de parto prematuro. Como nosotros, concluyeron que una del trabajo de parto (Europe-Finner y cois., 1994; Europe-
producción reducida de la substancia que bloquea canales Finner y cois., 1997; Gsell y cois., 2000; Price y cois.,
de Ca2+ puede asociarse al parto prematuro idiopático (Ca- 2000). Si bien el nivel total de adenilato ciclasa no cambia
rrol I y cois., 2001). durante el embarazo en humanos (Europe-Finner y cois.,

329
OBSTETRICIA

1994), sí existen cambios en las ¡soformas expresadas, to en los niveles de GMPc se asocie a la disminución en los
lo que puede dar cuenta del rol del AMPc en la manten- niveles de Ca+2, y así, a la relajación muscular (Carvajal y
ción de la quiescencia miometrial (Mhaouty-Kodja y cois., cois., 2000).
1997; Price y cois., 2000; Price & Bernal, 2001).
Los niveles de GMPc se han relacionado con la activa
Se han demostrado cambios en los niveles de receptores relajación uterina durante la gestación, postulándose que
de hormonas que activan la ruta del AMPc, los que podrían el incremento de la concentración de esta molécula en la
dar base a su rol en la quiescencia miometrial. célula muscular lisa uterina cumpliría un rol fundamental
en la mantención de la quiescencia miometrial; asimismo,
Receptor de prostaglandinas. El receptor inhibitorio la disminución en su síntesis, o el aumento en su degra-
EP2 aumenta durante el embarazo y disminuye cerca del dación, estaría involucrada en la transición hacia la acti-
parto; lo contrario ocurre con los niveles del receptor excita- vación.
torio FP (Brodt-Eppley & Myatt, 1999). Este cambio explica
En el cobayo, la rata, el conejo y la mujer se demostró
un potencial rol de las prostaglandinas en la mantención
que el contenido de GMPc miometrial aumenta a medida
de la quiescencia y en el inicio del trabajo de parto (Khan
que progresa la gestación, disminuyendo antes del inicio
y cois., 2008).
del trabajo de parto (Weiner y cois., 1994; Yallampalli y
cois., 1994; Telfery cois., 2001). Considerando este perfil
Receptor del péptido relacionado al gen de la cal-
temporal, y la capacidad del GMPc para relajar el músculo
citonina (CGRP). Este péptido relaja el miometrio por la
liso, se postula que el GMPc jugaría un rol central en la
vía del AMPc (Casey y cois., 1997). El receptor aumenta
mantención de la quiescencia miometrial. El GMPc es pro-
durante el embarazo y disminuye hacia el parto (Goharkhay
ducido en la célula por la activación de la guanilil ciclasa
y cois., 2007), y se asocia a reducción de la capacidad
soluble o particulada. Activadores de ambos sistemas han
inhibitoria del péptido (Dong y cois., 1999; Yallampalli y
sido estudiados como potenciales mediadores de la quies-
cois., 1999).
cencia miometrial a través de la vía del GMPc (Carvajal y
cois., 2000; Carvajal & Weiner, 2003).
Receptor p-adrenérgico. La capacidad de los beta-
agonistas de aumentar el AMPc y relajar el miometrio se La guanilato ciclasa soluble es una proteína citoplas-
reduce hacia el final del embarazo en humanos y roedores mática, activada por óxido nítrico (NO) o monóxido de
(Litime y cois., 1989; Engstrom y cois., 1997; Sanborn y carbono (CO); el NO es un potente relajador del músculo
cois., 1998; Gaspar y cois., 2005). liso, principalmente, aunque no exclusivamente, a través
de la estimulación de la vía del GMPc (Moneada y cois.,
Receptor hCG. Sus niveles disminuyen en el miome- 1991; Bradley y cois., 1998; Buxton, 2004). Varios gru-
trio obtenido luego del inicio del trabajo de parto, sea pre- pos han postulado que el NO producido localmente (en el
maturo o de término (Zuo y cois., 1994; Ticconi y cois., miometrio o en las membranas fetales) tendría un rol en la
2007). mantención de la quiescencia miometrial (Natuzzi y cois.,
1993; Sladeky cois., 1997). Nuestros estudios, realizados
Receptor de CRH. Sus niveles permanecen constan- en el cobayo, no apoyan esta posibilidad (Carvajal y cois.,
tes, sin embargo, hacia el término de la gestación el recep- 2003). La guanilil ciclasa particulada es una proteína de
tor se desacopla de la adenilato ciclasa (Grammatopoulos membrana cuyo dominio extracelular funciona como recep-
& Hillhouse, 1999). tor de membrana y su dominio ¡ntracelular posee actividad
guanilil ciclasa. El ligando natural de este receptor es la
AMPc, El aumento de su concentración condiciona un familia de péptidos conocidos como péptidos natriuréticos
aumento de la actividad de la proteína kinasa dependiente (Nakao y cois., 1992a; Nakao y cois., 1992b; Wilkins y
de AMPc (proteína kinasa A), la cual fosforila múltiples pro- cois., 1997).
teínas intracelulares, determinando la relajación muscular.
El sistema de péptidos natriuréticos está constituido por
al menos tres péptidos y al menos tres receptores (FIGURA
Activación de la ruta del GMPc. 16-6). Los principales péptidos identificados en este grupo
Rol del BNP son: péptido natriurético auricular (ANP), péptido natriu-
rético cerebral (BNP) y péptido natriurético tipo C (CNP).
El aumento del GMPc intracelular condiciona el au- Sus funciones se han relacionado con múltiples acciones
mento de la actividad de la proteína kinasa dependiente biológicas y se estima que ejercen su acción mediante la
de GMPc. Se ha determinado que la actividad de dicha unión a su receptor en la membrana plasmática (Baxter,
enzima es capaz de interferir en varios de los mecanismos 2004; Kuhn, 2004; Pandey, 2005; Potter y cois., 2006).
reguladores del nivel de Ca+2 intracelular: producción de Se ha demostrado la existencia de al menos tres receptores
IP3, actividad de la bomba de Ca+2 dependiente de ATP, principales para estos péptidos, los que habitualmente se
activación de canales de K+. Ello determina que el aumen- conocen con la denominación GC-A, GC-B y GC-C (guan-

330
Capítulo 16 Determinismo del parto

ylate cyclase receptor). Los receptores del tipo A y B son y amnios humano, siendo sus niveles mayores en membra-
diferentes isoformas de la guanilil ciclasa particulada. El nas obtenidas de gestaciones pretérmino (< 34 semanas,
de tipo C posee un dominio intracelular sin actividad gua- sin trabajo de parto) en comparación con membranas de
nilil ciclasa y su función sería el clearance de los péptidos, embarazos de término (obtenidas antes o después del ini-
mediante unión, endocitosis y degradación intracelular. Por cio del trabajo de parto). Observamos que en membranas
este motivo, se conoce a GC-C como receptor clearance. obtenidas de mujeres en trabajo de parto prematuro, los ni-
veles de BNP son significativamente menores que en casos
En años recientes se demostró que el dominio intra-
de membranas prematuras sin trabajo de parto (Carvajal
celular del receptor clearance, aunque no tiene actividad
y cois., 2008). Esta evidencia apoya la hipótesis del BNP
guanilil ciclasa, no es silente, y tiene la capacidad de aco-
como un componente del FQ-MF y sugiere una función del
plarse a proteínas triméricas G (G-proteins). Se demostró
BNP en la mantención de la quiescencia miometrial.
que los péptidos natriuréticos pueden producir señalización
intracelular mediante unión a este receptor (FIGURA 16- El BNP disminuye su concentración en las membranas
6) (Anand-Srivastavaycols., 1996; Murthy y cois., 2000; fetales al término del embarazo, lo que nos permite postular
Anand-Srivastava, 2005; Villar y cois., 2007). que la disminución de su producción, o su acción biológi-
ca, es necesaria para la activación miometrial al término
Se estudió la presencia de BNP en el líquido amniótico
de la gestación. Este dato coincide con una demostración
postulando su papel en la regulación del volumen de este
previa que sugiere una disminución de la concentración de
fluido, demostrándose que este péptido es sintetizado por
BNP en el líquido amniótico al término del embarazo (Itoh
células amnióticas en cultivo, constituyendo la primera evi-
y cois., 1993).
dencia de la expresión del BNP fuera del tejido cardíaco o
cerebral (Itoh y cois., 1993). Se sugirió que el BNP podría
jugar un rol paracrino en los tejidos vecinos a la cavidad Activación miometrial
amniótica, modulando el flujo de agua y electrolitos por
las membranas fetales o controlando la actividad contrác- La activación miometrial es un proceso indispensable para
til del miometrio (Itoh y cois., 1994a). Sin embargo, este el inicio del trabajo de parto. Durante el proceso de acti-
grupo no estudió la capacidad del BNP para producir rela- vación ocurren cambios en el miometrio que le permiten
jación miometrial. Los receptores del sistema de péptidos contraerse de modo coordinado. Parte fundamental de la
natriuréticos también han sido evaluados en tejidos gesta- activación es la suspensión de todos los mecanismos de
cionales. Se ha informado la presencia de la guanilil ciclasa mantención de la quiescencia miometrial.
particulada en miometrio de rata (Dos Reís y cois., 1995), Durante el período de activación, se produce un aumen-
de cobayo (Buhimschi y cois., 2000) y en la mujer (Itoh y to notorio de los receptores de uterotoninas en el miometrio
cois., 1994W. (Arthur y cois., 2007; Blanks y cois., 2007). Otro evento
Considerando la sospecha de un rol del GMPc en la fundamental en este período es el incremento en las unio-
mantención de la quiescencia miometrial, que el origen del nes celulares en hendidura, ya que sólo de este modo es
GMPc no sería la ruta NO/guanilil ciclasa soluble y que posible una contracción uterina que siga la triple gradien-
nuestros resultados sugieren la producción por las mem- te descendente (Garfield y cois., 1988; Carbillon y cois.,
branas fetales del FQ-MF, propusimos que las membranas 2001) (consultar Capítulo 15: Fisiología de la contracción
fetales producen un péptido natriurético, que actuando uterina).
de modo paracrino en el miometrio, a través de la vía del Se estima que el principal mediador de la activación
GMPc, juega un papel fundamental en la mantención de la miometrial es un aumento en la actividad biológica de los
quiescencia miometrial humana. Nuestros estudios realiza- estrógenos por sobre la progesterona. Como se indicó, este
dos en el cobayo muestran que el péptido natriurético tipo c aumento de la actividad estrogénica se produce probable-
(CNP) no posee efecto inhibitorio, y que el péptido nathuré- mente por cambios en la expresión de sus receptores más
tico auricular (ANP) y el péptido natriurético cerebral (BNP) que por cambios en su nivel plasmático (Lockwood, 2004;
producen inhibición dosis dependiente de la contracción Mesiano&Welsh, 2007).
miometrial. El BNP tiene mayor capacidad inhibitoria
de las contracciones miometriales comparado con ANP
(52% versus 32% inhibición máxima respectivamente, p Inicio del trabajo de parto
< 0,05) (Carvajal y cois., 2001a). Esto nos permitió suge-
En ovinos, el inicio del trabajo de parto y la maduración
rir que las membranas fetales humanas producen BNP, el
fetal son gatillados por el feto a través de un aumento en
cual desempeña, de modo paracrino, un rol fundamental
la producción de cortisol por la glándula suprarrenal fetal.
en la mantención de la quiescencia miometrial (Carvajal y
El aumento en la concentración de cortisol en el plasma
cois., 2008).
fetal determina una disminución en la producción de pro-
Observamos que el BNP inhibe la contractilidad del mio- gesterona y un aumento en la producción de estrógenos
metrio humano prematuro y que es producido por el corion y de prostaglandinas en la placenta y en las membranas

331
OBSTETRICIA

ovulares (amnios y corion). Estos cambios hormonales au- aquellas en fase de quiescencia miometrial (Cunningham
mentan la respuesta contráctil del útero a la oxitocina y y cois., 2005).
a las prostaglandinas e inducen una mayor coordinación
Las uterotoninas actúan mediante la activación de un
entre las fibras musculares. La secreción de cortisol al final
receptor específico de membrana, el cual está acoplado a la
de la gestación cumple, además, la función de estimular la
proteína trimérica G. La activación del receptor genera una
maduración del pulmón y otros sistemas fetales necesarios
cascada intracelular de eventos que llevan al aumento del
para la supervivencia del recién nacido (Liggins & Kitter-
contenido de Ca2+ en la célula, y así a la contracción del
man, 1981).
músculo liso miometrial (Alberts y cois., 2007). Consultar
El mecanismo de inicio de la producción de cortisol Capítulo 15: Fisiología de la contracción uterina.
adrenal fetal no está completamente establecido, pero se
conoce que en el mono rhesus y en ovinos, la placenta y tal Oxitocina. Desde su descubrimiento, esta hormona ha
vez la madre, modula este proceso a partir de la secreción sido involucrada en el desencadenamiento del trabajo de
de factor liberador de corticotrofina (CRH) por el trofoblasto, parto y actualmente es la droga más utilizada en la in-
el cual, actuando sobre la hipófisis fetal induce la liberación ducción y/o aceleración del trabajo de parto en la mujer.
de la hormona estimulante de la adrenal (ACTH), la que Sin embargo, las evidencias para sustentar su participación
induce la síntesis y secreción de cortisol por la adrenal fetal fisiológica en el inicio del trabajo de parto no son claras
(Challis, 1995). Otra forma de control para este proceso y (Cunningham y cois., 2005; Terzidou, 2007; Vidaeff &
que tal vez sea relevante en la especie humana es una ac- Ramin, 2008). El aumento de su concentración en el lí-
tivación hipotalámica, modulada por diferentes estímulos, quido amniótico (y en el plasma) se produce sólo cuando
que genera una respuesta del factor liberador de corticotro- la dilatación del cuello uterino es prácticamente completa,
fina (CRH) y activa el eje hipófisis adrenal fetal. En el ser alcanzando su máximo durante el período expulsivo. Su
humano y en otros primates, las funciones de maduración administración intravenosa en pacientes en quiescencia
y de iniciación del parto aparecen disociadas, y si bien es miometrial (embarazos de edad gestacional s 36 semanas
cierto que la producción de cortisol por la suprarrenal del y con ausencia de modificaciones cervicales), si bien puede
feto al final de la gestación es importante para la madu- producir actividad uterina, difícilmente induce trabajo de
ración, no hay evidencias suficientes para apoyar un rol parto. Sin embargo, es posible que la oxitocina desempeñe
clave de ésta en el inicio del trabajo de parto (Nathanielsz, un rol muy importante en la sensibilización del miometrio
1996). al calcio, estimulando así el mecanismo del inicio del tra-
bajo de parto (Arthur y cois., 2007).
El inicio del trabajo de parto requiere de la activación
miometrial como fenómeno previo. Sobre un miometrio ac- En la mujer, la oxitocina puede ser producida por las
tivado, el aumento en la producción y/o acción biológica de membranas ovulares; la presencia del ácido ribonucleico
las uterotoninas genera el trabajo de parto. mensajero (ARNm) de oxitocina ha sido descrita en el am-
nios, corion liso y decidua parietal. El nivel del ARNm au-
menta en tejidos obtenidos al final de la fase de activación
Aumento en la producción miometrial y al incubar durante 12 h trozos de membranas
de uterotoninas ovulares y decidua parietal con estradiol (Chibbar y cois.,
1993), lo que sugiere que la oxitocina, potencialmente pro-
Se plantea que el inicio del trabajo de parto es desenca-
ducida en las membranas ovulares y decidua parietal, po-
denado por un aumento en la producción de uterotoninas
dría estimularen forma directa la actividad uterina, además
por las membranas ovulares o la placenta, las cuales al
de la síntesis y secreción de otras uterotoninas (prostaglan-
llegar al miometrio inducen contracciones uterinas que de-
dinas) por las membranas y el miometrio.
terminan el parto. Resulta interesante destacar que la pro-
ducción y/o modulación de receptores miometriales para La hipótesis de un rol paracrino de la oxitocina en el
uterotoninas es, entre otros, un evento modulado por los inicio del trabajo de parto es atractiva, dado que en esos
estrógenos (Casey, 1997). tejidos existen receptores para oxitocina (Benedetto y cois.,
1990) y que la administración intravenosa de bloqueado-
Cuatro diferentes uterotoninas han sido propuestas
res del receptor produce una disminución de la actividad
como potenciales mediadores en el desencadenamiento
uterina espontánea en pacientes con trabajo de parto pre-
del trabajo de parto: oxitocina, prostaglandinas, endo-
maturo idiopático, siendo la reducción de la actividad ute-
telina-1 y factor activador de plaquetas (Cunningham y
rina comparable a la producida por otros tocolíticos, pero
cois., 2005). Todas ellas comparten como características
con menos efectos adversos (Goodwin y cois., 1996; Pa-
comunes: (a) producir una intensa contracción del músculo
patsonis y cois., 2005).
uterino aislado, (b) ser producidas por la placenta y/o mem-
branas ovulares, y (c) aumentar su concentración (o las de Al plantear que la oxitocina actúa de modo paracrino,
su metabolito estable) en el líquido amniótico y/o plasma debe tenerse presente que no es necesario que se produzca
materno en pacientes en fase de activación respecto de un aumento detectable en su concentración en el plasma

332
Capítulo 16 | Deterninismo del parto

materno o en el líquido amniótico. En efecto, se ha demos- La hipótesis actual es que las prostaglandinas produ-
trado la capacidad de la oxitocina de modular otros proce- cidas en las membranas ovulares y decidua parietal son
sos biológicos en tejidos adyacentes al miometrio (Ticconi transportadas hasta el miometrio, donde aumentan su ac-
y cois., 2004). tividad contráctil.
Un argumento en contra de esta hipótesis es que en En contra de la hipótesis planteada, existe evidencia
los sitios de producción de oxitocina, especialmente en el para sostener que en la especie humana las prostaglan-
corion liso y decidua parietal, la actividad específica de la dinas E2 y F2a son producidas como consecuencia, y no
enzima que degrada oxitocina es muy elevada (Germain como causa, del inicio del trabajo de parto (MacDonald &
y cois., 1994), haciendo poco probable que la hormona Casey, 1993). Al examinar la dinámica del compartimiento
producida por las membranas ovulares pueda llegar en for- amniótico se observa que durante las fases de quiescencia
ma bioactiva y en cantidad suficiente al tejido miometrial y activación, éste es un compartimiento único. Tras el en-
adyacente. cajamiento de la presentación fetal, al iniciarse el trabajo
de parto, éste queda anatómica y funcionalmente dividido
En este mismo sentido, poderosa evidencia en contra
en una cámara anterior, bajo el polo fetal, y en una cá-
del papel de la oxitocina en el desencadenamiento del tra-
mara posterior, entre éste y el fondo del útero. Muestras
bajo de parto es la descripción de la evolución del embara-
extraídas simultáneamente del líquido amniótico de ambos
zo en ratones knock-out para el gen de oxitocina (es decir,
compartimientos en diferentes momentos del trabajo de
ausencia completa en la producción de este agente), pues
parto, mostraron que el aumento de prostaglandinas o de
en ellos no se modifica la fertilidad, la duración de la ges-
sus metabolitos estables se producía fundamentalmente en
tación ni la duración del trabajo de parto, evidenciándose
la cámara anterior; probablemente como consecuencia de
solamente alteraciones en la lactancia (Nishimori y cois.,
la secreción desde la decidua parietal (adyacente al cuello
1996).
uterino) hacia el compartimiento amniótico (MacDonald &
Por lo tanto, podemos establecer que la evidencia ac- Casey, 1993).
tualmente disponible permite plantear solamente que la
Además, se ha establecido que con el inicio de la dilata-
oxitocina cumple un rol en la mantención y progresión del
ción del cuello uterino, la decidua parietal se desprende del
trabajo de parto ya establecido, vale decir, durante la fase
cuello uterino y parte del segmento inferior, produciendo
de estimulación del embarazo, pero que no existen sufi-
una rotura de la vascularización decidual, lo que reduce el
cientes argumentos para postular su acción como agente
flujo sanguíneo a la decidua parietal. Debido a la dilatación
responsable del inicio del trabajo de parto (transición acti-
del cuello, la decidua entra en contacto con las secreciones
vación a estimulación) (Arthury cois., 2007).
vaginales, que contienen una alta cantidad de microorga-
nismos y citoquinas, capaces de estimular la secreción, por
Prostaglandinas. Las prostaglandinas constituyen el
la decidua, de una serie de mediadores inflamatorios tales
grupo de mediadores paracrinos más frecuentemente men-
como citoquinas y prostaglandinas, los que podrían difun-
cionados en cuanto al rol fundamental que cumplen en
dir al líquido amniótico (Cox y cois., 1993). De hecho, los
el Inicio del trabajo de parto (Cunningham y cois., 2005;
niveles de ARNm para interleuquina-l|3 (IL-1|3) son mucho
Khan y cois., 2008; Vidaeff & Ramin, 2008). Las eviden-
más altos en la decidua obtenida de la cámara anterior que
cias que lo apoyan son las siguientes:
de la posterior. Este conjunto de evidencias sugiere que las
• Son producidas en las membranas ovulares y en la de- altas concentraciones de mediadores inflamatorios reporta-
cidua parietal (PGE2 fundamentalmente en el amnios y das en el líquido amniótico de pacientes en trabajo de parto
PGF2a en el corion liso y decidua parietal). representan un fenómeno secundario, y no causal, al inicio
de este (Buhimschi y cois., 2007).
• Administradas en forma ¡ntraamniótlca o intravenosa,
en dosis mayores que las concentraciones normalmente Otro argumento en contra de un papel fundamental de
encontradas en dichos compartimientos, pueden inducir las prostaglandinas en el desencadenamiento del trabajo
trabajo de parto. de parto es que ellas son al menos cien veces menos po-
tentes, como uterotoninas que la oxitocina y la endotelina-l
• Bloqueadores de la síntesis de prostaglandinas, por
(Word y cois., 1992). Por otra parte, se ha demostrado
ejemplo la ¡ndometacina, pueden detener el trabajo de
que es improbable que las prostaglandinas presentes en el
parto. líquido amniótico, o producidas por el amnios o corion liso,
• Determinaciones de prostaglandinas o de sus metaboli- lleguen al miometrio en forma activa, dada la presencia, en
tos estables (en plasma, orina y líquido amniótico) au- el corion liso y la decidua parietal, de altos niveles de su
mentan durante el trabajo de parto e incluso antes del enzima catabólica (Germain y cois., 1994).
inicio del trabajo de parto (Lee y cois., 2008).
Utilizando ratones knock-out carentes del gen que co-
• Inducen contracciones uterinas en segmentos de útero difica para el receptor FP de prostaglandina PGF2a, se de-
aislado. mostró que el ciclo estral, la ovulación, la fertilización y la

333
OBSTETRICIA

implantación son normales (Sugimoto y cois., 1997). Sin Factor activador de plaquetas. La última sustancia
embargo, estos animales no inician trabajo de parto en for- agregada a la lista de uterotoninas potencialmente invo-
ma espontánea, y no es posible desencadenar contraccio- lucradas en el inicio del trabajo de parto es el factor ac-
nes uterinas mediante la infusión intravenosa de oxitocina. tivador plaquetario (Zhu y cois., 1992; Cunningham y
Se estableció que ello no se debe a la ausencia de efecto cois., 2005; Vidaeff & Ramin, 2008). Este compuesto fue
de las prostaglandinas sobre el miometrio, sino que sobre inicialmente identificado como una sustancia liposoluble
el cuerpo lúteo, el cual, en ausencia del efecto de las pros- secretada por los basófilos en respuesta al estímulo con
taglandinas, se mantiene produciendo altas cantidades de inmunoglobulina E. Se observó que el factor activador pla-
progesterona, lo que determina la falta de inducción de los quetario tenía una estructura similar a la de un lípido de
receptores para oxitocina en el miometrio. Al terminar la efecto hipotensor previamente reportado. Posteriormente,
actividad del cuerpo lúteo, la ooforectomía determina una su investigación continuó vinculada a la respuesta inflama-
caída en la producción de progesterona, en la inducción de toria, de modo que al intentar relacionar el mecanismo del
receptores de oxitocina y en el inicio del trabajo de parto parto con la respuesta a la inflamación, se dio comienzo
(Sugimoto y cois., 1997). al estudio de este autacoide como uno de los posibles in-
volucrados en el desencadenamiento del trabajo de parto.
Endotelina-1. Aislada inicialmente en 1989 en el so- Se lograron determinar concentraciones mayores del factor
brenadante del cultivo de células endoteliales, la endotelina activador plaquetario en el líquido amniótico de pacientes
fue rápidamente caracterizada como el péptido vasocons- en fase de estimulación, comparadas con aquellas en acti-
trictor conocido de mayor potencia. Durante la gestación es vación (Narahara y cois., 1996) y se descubrió que éste es
producida por el amnios y posiblemente por el corion liso producido por las membranas ovulares y por macrófagos,
(Germain y cois., 1992). Su concentración en el líquido presentes en altas cantidades en la decidua parietal (Naha-
amniótico es diez a cien veces mayor que en el plasma nara y cois., 1996).
y aumenta aún más durante el trabajo de parto (Casey y
En varias especies, incluyendo los humanos, se han
cois., 1993a). La endotelina es capaz de producir contrac-
identificado receptores para el factor activador plaquetario
ciones uterinas ¡n vitro (Word y cois., 1992). El ARNm de
en el miometrio, donde es capaz de inducir contracciones
su receptarse encuentra en el corion liso, en la decidua, en
uterinas y aumento en la concentración intracelular de
el trofoblasto y en los vasos sanguíneos placentarios (co-
Ca+2, con concentraciones tan pequeñas como 10"12 M
riónicos) (Germain y cois., 1997). Sin embargo, al igual
(Zhu y cois., 1992). El factor activador plaquetario es mil
que para las prostaglandinas, su concentración durante la
veces más potente que la endotelina, convirtiéndolo en la
estimulación miometrial aumenta fundamentalmente en la
uterotonina más potente hoy conocida. AI administrar un
cámara anterior del compartimiento amniótico (MacDonald
bloqueador específico del receptor de factor activador pla-
& Casey, 1993).
quetario en ratas, la duración de la gestación no se modifi-
Se ha demostrado aumento de la concentración de en- ca, sin embargo, la duración del trabajo de parto aumenta
dotelina-1 en el plasma y en el líquido amniótico previo al significativamente. Esto sugiere que el factor activador pla-
inicio del trabajo de parto (Carbonne y cois., 1998). La en- quetario podría jugar un rol en la mantención de la fase
dotelina es inactivada por una enzima denominada encefa- de estimulación miometrial más que en la transición de la
linasa, cuya actividad específica, al igual que lo que ocurre quiescencia a la activación. El factor activador plaquetario
con las enzimas que degradan oxitocina y prostaglandinas, es inactivado por una enzima denominada FAP acetilhi-
es muy alta en el corion liso y decidua parietal (Germain y drolasa, producida por los macrófagos y que posee una
cois., 1994), haciendo improbable que la endotelina, pre- alta actividad específica en el amnios, corion liso y decidua
sente en el líquido amniótico o producida en el amnios, parietal (Ban y cois., 1986).
pueda llegar al miometrio en forma activa.
Por lo tanto, las evidencias disponibles en la actualidad
La distribución de los receptores de endotelina en los plantean que un aumento en la producción de uterotoninas
tejidos adyacentes al amnios (corion liso y decidua en la no es el evento clave en la transición quiescencia-activa-
zona refleja del amnios y en los vasos coriónicos en el am- ción (inicio del parto), sino que ellas jugarían un rol funda-
nios que se ubica sobre la placenta) sugieren que en esos mental en la mantención del trabajo de parto.
tejidos el rol de la endotelina es ejercido en forma paracrina
La mejor manera de resumir el conjunto de observa-
(Germain y cois., 1997). En el corion liso su acción podría
ciones descritas para explicar el mecanismo del inicio del
estar relacionada con la regulación de la secreción de dife-
trabajo de parto, es decir que no existe consenso sobre cuál
rentes hormonas y/o con el crecimiento celular. En los va-
es el principal mediador desencadenante del parto en la
sos coriónicos, la endotelina producida por el amnios que
especie humana. Estimamos que muy posiblemente el or-
recubre la placenta podría modular el tono muscular o el
ganismo utiliza como mecanismo de seguridad varios, sino
crecimiento de las células musculares, eventos importantes
todos, los mediadores propuestos.
en el control del flujo sanguíneo fetoplacentario.

334
Regulación de la maduración maduración cervical y que las prostaglandinas estimulan la
del cuello uterino producción de colagenasa por los macrófagos y la produc-
ción de la sintetasa de ácido hialurónico por los fibroblastos
Durante la quiescencia, el cuello uterino es una estructura (Huszar, 1991; Huszar & Walsh, 1991; Jeffrey, 1991).
rígida, que confiere protección mecánica al embarazo y es,
Es posible que las hormonas esteroidales también jue-
a la vez, una barrera al paso de gérmenes hacia la cavidad
guen un rol en la maduración del cérvix; la progesterona
amniótica. Con el inicio del parto (transición quiescencia
inhibiría la degradación del tejido conectivo, mientras que
a activación), el cuello uterino comienza el proceso de
un aumento de la razón estrógeno/progesterona tendría el
maduración cervical, caracterizado clínicamente por una
efecto opuesto. Clínicamente, los estrógenos han sido uti-
consistencia más blanda (ablandamiento del cuello). Pos-
lizados con éxito, mediante administración vaginal, para
teriormente, durante el trabajo de parto propiamente tal,
madurar el cuello uterino previo a la inducción de trabajo
el cuello uterino presenta las modificaciones más eviden-
de parto con prostaglandinas (Miklica y cois., 1995).
tes de borramiento y dilatación, hasta permitir la expulsión
del feto desde la cavidad uterina (Huszar, 1991; Huszar & La relaxina, hormona polipeptídica, que es producida en
Walsh, 1991). la placenta, corion y decidua, aumenta la distensibilidad
del cuello uterino en algunas especies, al mismo tiempo
Los cambios en las características del cuello, que se
que inhibe las contracciones uterinas y relaja la sínfisis del
presentan hacia el final del embarazo, no son un proceso
pubis. En la rata, disminuye la concentración de colágeno
puramente mecánico, secundario a las contracciones ute-
en el cuello uterino y también la actividad contráctil del
rinas, sino uno biológico de gran complejidad y finamente
cuerpo uterino, sin embargo, su rol fisiológico en primates
regulado (Word y cois., 2007). es aún desconocido (MacLennan y cois., 1985; Parry &
El cuello uterino sufre cambios estructurales importantes Vodstrcil, 2007).
a nivel molecular, las moléculas de colágeno se degradan,
se disgregan las fibrillas que lo conforman y aumenta el Bibliografía
contenido de agua. Así, el cuello, ahora blando, es fraccio-
nado por el cuerpo del útero, produciéndose su borramiento Adelwoehrer NE, Mahnert W. Hexoprenaiine actívales potassium
y dilatación. El parto exitoso requiere que los cambios en el channels of human myometrial myocytes. Arch Gynecol Obstet
cuerpo y en el cuello uterino ocurran sincrónicamente; sin 1993; 252:179-84.
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diente. Las contracciones uterinas no determinan los cam- lar biology of the cell. 5th ed. Garland Science, 2007.
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de la gestación (Cunningham y cois., 2005). Se han pos-
271:19324-29.
tulado diversos mediadores hormonales como responsables
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de regular los eventos biomoleculares evidenciables en el
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Se piensa que las prostaglandinas estarían involucradas
en el ablandamiento del cuello uterino, pudiendo ejercer Ban C, Bulan MM, Truong CT, Johnston JM. Metabolism of platelet-
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su acción mediante la inhibición de la síntesis de colágeno
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presencia de embarazo; que el cuello uterino incubado in
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\iltro produce prostaglandinas (E2, I 2 ) y leucotrienos, siendo S. Oxytocin receptor in human fetal membranes at term and du-
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335
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Capítulo 16 | Deterninismo del parto

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339
El parto

A. Pérez I J.A. Róblete

El parto es el conjunto de fenómenos fisiológicos que deter- Etapas del parto


minan y acompañan la expulsión del feto y de los anexos
ovulares desde la cavidad uterina al exterior a través del Según la nomenclatura habitualmente empleada en Lati-
canal del parto. noamérica y desde un punto de vista fisiológico y clínico,
el parto se divide en tres etapas denominadas período de
La definición precedente corresponde al parto normal y
dilatación, período expulsivo y alumbramiento. En la no-
espontáneo. En ciertas ocasiones la necesidad de preservar
menclatura norteamericana se les llama primera, segunda
la vida o la salud del feto o de la madre determina la extrac-
y tercera etapa.
ción fetal a través de una laparotomía e histerotomía que
constituyen la operación cesárea. Por otra parte, en múl-
tiples oportunidades, el profesional que conduce y atien- Período de dilatación (1ra etapa)
de el parto ejecuta procedimientos tendientes a facilitar la
expulsión del feto y de los anexos por vía natural (fórceps, Denominado en la práctica obstétrica trabajo de parto.
episiotomía, etc.). Se extiende desde el comienzo del parto hasta que la di-
latación del cuello del útero alcanza 10 cm de diámetro,
Parto de término. Es el que acontece cuando el em- vale decir, cuando se completa la dilatación y desaparece
barazo tiene entre 37 y 41 semanas de gestación, contadas el cuello uterino de la vagina.
desde el primer día de la última menstruación (amenorrea). El comienzo del parto no es un hito fisiológico preciso.
Las contracciones uterinas de las últimas semanas del em-
Parto de pretérmino o parto prematuro. Es el que barazo van condicionando cambios fisiológicos paulatinos,
acontece entre las 22 y 36 semanas de gestación, contadas que hacen muy difícil determinar el último período del em-
desde el primer día de la última menstruación (amenorrea). barazo del comienzo del parto mismo. Tanto es así, que des-
de un punto de vista clínico se reconoce un período denomi-
Aborto. Es la terminación del embarazo antes de las 22 nado preparto, que se caracteriza por presentar fenómenos
semanas completas de gestación, contadas desde el primer fisiológicos similares a los del parto, pero más atenuados.
día de la última menstruación (amenorrea).
Desde un punto de vista clínico el parto comienza cuan-
Mortinato. Es la expulsión de un feto muerto que tiene do la embarazada presenta dos o más contracciones dolo-
más de 22 semanas de gestación contadas desde el primer rosas en 10 minutos, de más de 30 segundos de duración,
día de la última menstruación y al nacer pesa 500 g o más. por un período mínimo de una hora, y al examen vaginal se
comprueba el cuello centrado, con cierto grado de borra-
Parto de postérmino (embarazo prolongado). Es el miento y por lo menos con 1 cm de dilatación.
que acontece a las 42 o más semanas de gestación desde El diagnóstico clínico de comienzo del parto difiere en
el primer día de la última menstruación o más de 280 días multíparas y primigestas debido a que las características
de gestación. semiológicas del cuello uterino son diferentes en unas y
otras. El cuello del útero en las multíparas y especialmente
Los fenómenos que determinan el comienzo del parto en las grandes multíparas, en las últimas semanas de ges-
han sido presentados en el Capítulo 16: Determinismo del tación habitualmente se presenta acortado, blando y con el
parto. orificio externo entreabierto (dilatación de multípara), con-

340
Capítulo 17 | El parto

di'ción que no debe ser diagnosticada como inicio de tra- ocasiones de manera sorpresiva, que pueden incluso, lle-
bajo de parto, pues la dilatación que se debe valorar como gar a comprometer la vida de la madre. Entre éstas, la más
parámetro semiológico de comienzo de trabajo de parto es frecuente es la hemorragia del alumbramiento.
la del orificio interno del cuello uterino. La dinámica ute-
rina requerida para producir las modificaciones cervicales
Modificaciones fisiológicas
características del trabajo de parto es menor en multíparas
que en primigestas. determinadas por la actividad
contráctil del útero durante el parto
Desde un punto de vista fisiológico se acepta que el par-
to se ha iniciado cuando la actividad uterina alcanza entre Los fenómenos fisiológicos que en conjunto constituyen el
80 y 120 Unidades Montevideo (Caldeyro-Barcia y cois., parto son determinados por la actividad contráctil del mús-
1957) (consultar Capítulo 15: Fisiología de la contracción culo uterino.
uterina).
Las modificaciones y adaptaciones del parto se van rea-
El fin del período de dilatación corresponde al momento lizando paulatinamente, desde las últimas semanas de la
en que la dilatación cervical se completa, hecho que se gestación y se intensifican al desencadenarse el parto, en
demuestra por medio del tacto vaginal; la actividad uterina estricta coincidencia con la actividad contráctil del útero.
media al final del período de dilatación es de 187 Unidades
Montevideo y el tono uterino medio de 10 mmHg (Schwar-
c z y cois., 2008).
Formación del segmento inferior
Por las dificultades existentes para precisar el comienzo La parte del útero grávido que origina el segmento infe-
de este período, no es fácil precisar su duración. Es la etapa rior corresponde a la región del istmo del útero no grávido.
más prolongada del parto y se estima una duración de 12 La formación del segmento inferior es un proceso gradual
a 18 horas para las primigestas y de 6 a 8 horas para las que se inicia en las últimas semanas del embarazo y se
multíparas (Rusell, 1987). completa durante el parto, determinado por la actividad
contráctil del útero (FIGURA 15-11).

Período expulsivo (2da etapa) La capacidad contráctil del cuerpo uterino, especialmen-
te del fondo, es mayor que la de la región ístmica, de tal
Se extiende desde que la dilatación cervical se completa manera que en el útero grávido, durante el período de pre-
hasta que el feto es completamente expulsado fuera de la parto y parto, se determina una región activa, contráctil, ge-
vulva. Dejado evolucionar espontáneamente su duración neradora de la presión intrauterina (fondo y cuerpo) y una
aproximada se estima en 15 a 20 minutos para la multípa- región pasiva (segmento y cuello) que es modificada por la
ra y en 30 a 45 minutos para la primigesta. presión ejercida por la onda contráctil y por estiramiento.
En este período a la presión ejercida por la contracción Esta diferencia en la capacidad contráctil de ambas re-
uterina, se le suma la presión desarrollada por los pujos giones uterinas determina, en las últimas semanas de la
maternos (prensa abdominal), por lo tanto, durante esta gestación y durante el parto, el engrasamiento de la pared
2da etapa el feto debe tolerar mayor dificultad en su inter- contráctil del fondo y cuerpo uterino y la formación y adel-
cambio gaseoso placentario y mayor compresión sobre su gazamiento del segmento inferior.
cabeza (FIGURA 15-8).
En cada contracción uterina se produce un estiramien-
La actividad uterina promedio es de 235 Unidades to de las fibras del segmento inferior. Este estiramiento se
Montevideo y el tono promedio es de 12 mmHg (Caldeyro- acompaña de adelgazamiento de la pared a ese nivel, la
Barcia & Poseiro, 1959). que, al final del parto, mide sólo algunos milímetros de
espesor (consultar Capítulo 15: Fisiología de la contracción
uterina).
Alumbramiento (3ra etapa)
El estiramiento y adelgazamiento de las fibras del seg-
Se extiende desde la salida del feto, hasta la comple- mento inferior se logra porque en cada contracción el fondo
ta expulsión fuera del aparato genital de la placenta y de uterino tracciona hacia sí la parte superior del segmento,
las membranas ovulares. Habitualmente se produce en los que por su continuidad con el cuello uterino se encuentra
diez primeros minutos después del parto del feto. El alum- fijo en la pelvis.
bramiento comprende el desprendimiento de la placenta y
las membranas y su expulsión o extracción. La formación del segmento inferior permite la formación
de un tubo muscular muy dilatado y adelgazado que alber-
El alumbramiento es un período en que con cierta fre- ga una parte creciente del contenido uterino a medida que
cuencia se presentan situaciones patológicas, en ciertas avanza el parto.

341
OBSTETRICIA

La formación del segmento inferior y su adelgazamiento nes hormonales y enzimáticas. Las contracciones uterinas
determinan que éste sea la mejor región para practicar la no determinan los cambios bioquímicos del cuello. En la
histerotomía en la operación cesárea, por ser la región más rata y en la oveja el cuello del útero trasplantado a otra
delgada, más exangüe y más fácil de suturar. región del cuerpo también se ablanda y se modifica al final
de la gestación (Ledger y cois., 1985).
Borramiento y dilatación El cuello uterino está constituido mayoritariamente de
del cuello uterino tejido conectivo, donde las fibras musculares lisas repre-
sentan menos del 10% en su extremo distal (Schwalm &
Entre las 36 y 37 semanas en un embarazo normal, el Dubrausky, 1966). La función normal del cuello uterino
cuello uterino se presenta como un cilindro de aproximada- durante el embarazo depende de cambios en el tejido co-
mente 2,5 cm de largo, con ambos orificios cerrados y con nectivo fibroso que lo constituye. Este tejido está formado
su orificio externo orientado hacia atrás (posterior). por escasas células y abundante matriz extracelular. Los
principales componentes macromoleculares de la matriz
Debido a las contracciones uterinas de las últimas sema-
extracelular son colágeno, proteoaminoglicanos (PG-S1,
nas del embarazo (preparto) y del parto, el cilindro descrito
PG-S2), elastina y varias glicoproteínas del tipo de las fi-
se transformará en un anillo virtual de 10 cm de diámetro,
bronectinas. El colágeno es el componente más importante
que se continuará insensiblemente con el segmento inferior
de la matriz extracelular y determina la consistencia del
(FIGURA 15-11). Esta transformación que, como dijimos,
tejido conectivo fibroso. Los cambios en las característi-
se produce por acción de la actividad contráctil del útero,
cas cervicales durante el embarazo han sido atribuidos a
se lleva a cabo paulatina y gradualmente.
cambios en el contenido y metabolismo del colágeno. Otro
La fuerza generada por la contracción de las células elemento importante en el cuello uterino son los proteoami-
miometriales es la responsable de los fenómenos activos noglicanos; la decorina (PG-S2) tiene una alta afinidad por
asociados al trabajo de parto. el colágeno y puede cubrir la superficie de las fibrillas de
colágeno, promoviendo la formación de haces de colágeno
Para que la actividad contráctil uterina sea efectiva en
más gruesos, que determinan una mayor consistencia del
lograr la expulsión del feto y los anexos ovulares, se requie-
cuello uterino. En contraste, el PG-S1 no tiene afinidad por
re que todas las células miometriales se contraigan coor-
el colágeno y confiere al cuello uterino menor consistencia.
dinadamente. Sin embargo, el útero no posee un sistema
El proteoglicano predominante en el cuello uterino de la
nervioso excitoconductor que distribuya el impulso contrác-
mujer no embarazada es el PG-S2 y en el embarazo de
til. Se admite que el útero grávido humano al término de la
término es el PG-S1 (FIGURA 17-1).
gestación presenta marcapasos funcionales que se ubican
en el fondo uterino, desde los cuales la onda contráctil se Los eventos bioquímicos que participan en el borramien-
propaga a todo el útero. La propagación de la onda con- to del cuello uterino durante el trabajo de parto incluyen:
tráctil entre las células uterinas implica un flujo de corriente
• Disminución en el contenido total de colágeno.
eléctrica entre ellas, que se logra mediante el paso de iones
entre las células a través de las gap-junctions (consultar • Aumento de la solubilidad del colágeno.
Capítulo 15: Fisiología de la contracción uterina).
• Aumento de la actividad colagenolítica (colagenasa y
El proceso de centramiento y borramiento del cuello, elastasa leucocitaria).
que se realiza al final del embarazo y en el período de pre-
parto, se conoce en clínica obstétrica con el nombre de El recambio en la matriz extracelular es muy alto, de
maduración cervical. este modo, las propiedades mecánicas del cuello uterino
pueden cambiar muy rápidamente.
Este proceso se inicia con el cambio de posición del
cuello uterino, que de posterior se hace anterior, centrán- En la mujer no embarazada, la concentración de colá-
dose en la vagina. Luego se inicia el borramiento, que se geno en el cuello uterino es alta y es estabilizado por la
continúa con el proceso de dilatación. Si bien estos tres acción del proteoglican PG-S2. En el embarazo de térmi-
procesos se realizan en el orden mencionado, lo habitual no, la concentración del colágeno ha disminuido debido
es que exista sobreposición entre ellos, es decir, que a me- a la alta actividad de las colagenasas secretadas por los
dida que el cuello se va centrando, inicia su borramiento, fibroblastos y las células inflamatorias. Además, las fibras
y a medida que se va borrando, también se va dilatando. de colágeno se desorganizan por la presencia del proteo-
No es de extrañar esta superposición de fenómenos fisioló- glican PG-S1. Los estrógenos sensibilizan los fibroblastos
gicos, ya que todos ellos se originan por la misma causa, a las prostaglandinas, por un lado aumentando el número
la dinámica uterina. Sin embargo, no se puede considerar de receptores y por otro, incrementando la presencia de
al cuello uterino durante el parto como un elemento exclu- mastocitos, macrófagos y otras células inflamatorias que
sivamente pasivo, ya que presenta cambios estructurales influencian el sistema por la secreción de leucotrienos y
progresivos durante el embarazo, que dependen de accio- citocinas.

342
Capítulo 17 El parto

PG-S2 que estabiliza


el colágeno
' '

Matriz, metalo
proteinasas

FIGURA 17-1. Cambios en el colágeno durante el borramienlo cervicaí.

Los cambios en la matriz extracelular durante el borra- Las prostaglandinas han sido ampliamente utilizadas
miento cervical también han sido ligados a una respues- para la inducción del trabajo de parto o aborto. Después
ta inflamatoria (Liggins, 1981). Existe permeación de las de algunas horas de la administración de PGE2 se pro-
células inflamatorias del estroma y se ha propuesto que ducen cambios clínicos e histológicos que se asemejan al
estas células producen atocinas y prostaglandinas, las que borramiento fisiológico del cuello uterino. El mecanismo de
tienen efecto sobre el metabolismo de la matriz extracelular acción de la PGE2 involucra la estimulación de la actividad
(Itoycols., 1987; Itoycols., 1988; Itoycols., 1990). colagenolítica y la síntesis de PG-S1 por el tejido cervical
(Uldbjergycols., 1992).
La cadena de eventos fisiológicos que determinan el bo-
rramiento del cuello uterino aún no está totalmente adata- Los cambios cervicales determinados por la actividad
da, sin embargo, existe fuerte evidencia que apoya el rol contráctil del útero llevan a la dilatación del cuello uterino.
de los esferoides sexuales, concepto que tiene importantes El aumento de la presión intramniótica, transmitida a través
implicancias clínicas (Romero y cois., 1993). Esta eviden- de la bolsa de las aguas o del polo del ovoide fetal, ejerce
cia incluye: una acción de cuña dilatante (Álvarez & Caldeyro-Barcia,
1954)(FIGURA 15-10).
• la administración intravenosa de 17 |3-estradiol induce
borramiento cervical. La contracción uterina produce aumento de la presión
intramniótica (30 a 50 mmHg). La resultante de este au-
• los estrógenos estimulan la degradación del colágeno in
mento de presión sólo puede ejercerse en dirección al cue-
vi tro.
llo del útero ya que es la única parte en que no existe fuerza
• la progesterona bloquea la colagenólisis inducida por los contráctil que la contrarreste.
estrógenos in vitro.
Cada contracción empuja al líquido amniótico hacia el
• la administración de un antagonista del receptor de pro- polo inferior del huevo, formándose la bolsa de las aguas
gesterona induce borramiento cervical en el primer tri- que actúa como una cuña dilatante del cuello uterino. La
mestre del embarazo. bolsa de las aguas es una cuña suave y potente. Cuando

343
OBSTETRICIA

se rompen las membranas la acción de cuña dilatante la En el periodo expulsivo, a la fuerza de la contracción
ejerce el polo del ovoide fetal. Si la dilatación cervical es uterina se suma la fuerza del pujo materno (FIGURA 15-
escasa, el polo fetal no es una buena cuña de dilatación. Si 8). Algunos de los movimientos del ovoide fetal al atrave-
la dilatación cervical es de cinco o más centímetros, el polo sar el canal del parto son resultantes de la fuerza generada
cefálico se adapta bien al cuello y contribuye eficazmente por la dinámica uterina y el pujo materno por una parte,
en el proceso de dilatación. No obstante, se puede obtener y la contrapresión que ejerce el canal del parto y especial-
dilatación completa sin cuña dilatante, bolsa de aguas ni mente el periné, por otra (flexión cefálica-rotación interna-
polo fetal. deflexión).
En la multípara se requiere entre 3.500 y 7.000 mmHg
de presión intraamniótica generada por la dinámica uterina Alumbramiento
para llevar el cuello uterino de 2 cm a dilatación completa
(Caldeyro-Barcia,1959). El alumbramiento es otro de los efectos de la dinámica
uterina y comprende el desprendimiento y la expulsión de
En 1983, Uldbjerg demostró la importancia del conte- la placenta.
nido de colágeno en la dilatación del cuello uterino durante
el trabajo de parto. Encontró una fuerte correlación entre Desprendimiento de la placenta. Después del parto
el contenido de colágeno de biopsias cervicales obtenidas del feto, el útero se contrae transformándose en una masa
después del parto y el tiempo requerido para llevar la dila- dura que se palpa por el abdomen ligeramente sobre el
tación de 2 a 10 cm (Uldbjerg y cois., 1983). Sin embargo, ombligo. Debido a esta súbita disminución del tamaño se
el contenido de colágeno en la mujer no embarazada es produce también una marcada disminución del área de
una función de la paridad; a mayor paridad menor conte- implantación placentaria. Como la placenta no es un ór-
nido de colágeno. Esta observación podría explicar por qué gano contráctil, no puede seguir esta disminución de su
el trabajo de parto es más corto en la multípara (Petersen área de implantación y tiene que doblarse. Esto determina
&Uldberj, 1991). que la decidua ceda, formándose en ella una hendidura.
El rol descrito de la dinámica uterina en el proceso de la El desprendimiento es facilitado por la estructura laxa de
dilatación cervical es de gran importancia para el manejo y la decidua y generalmente se inicia en la parte central de
conducción del parto (consultar Capítulo 15: Fisiología de la implantación placentaria. Nuevas contracciones uterinas
la contracción uterina-, y Capítulo 16: Determinismo del terminan el proceso del desprendimiento. Parte de la de-
parto). cidua queda adherida al miometrio y parte se adhiere a la
placenta.

Formación de la bolsa de las aguas Normalmente, el desprendimiento placentario ocurre a


los pocos minutos de efectuado el parto del feto. Despren-
Cuando las membranas ovulares (corion y amnios) que dida la placenta, ésta cae a la región del segmento. Luego
constituyen el polo inferior del huevo se desprenden de su se desprenden las membranas ovulares. La disminución
inserción en el segmento y tienden a protruir a través del del área uterina determina que las membranas fetales y la
canal cervical, especialmente durante la contracción uteri- decidua formen incontables pliegues. Las membranas ge-
na, forman la bolsa de las aguas. neralmente permanecen adheridas hasta que la placenta se
ha desprendido completamente. Luego son desprendidas
El despegamiento de las membranas ovulares a nivel
por las contracciones uterinas y por la tracción que sobre
del segmento uterino, que se produce entre la decidua y
ellas ejerce la masa placentaria desprendida.
el corion, es un fenómeno pasivo del parto también deter-
minado por la contractilidad uterina. Las membranas no
Expulsión de la placenta. Después de desprendida,
pueden seguir el estiramiento que sufre el segmento inferior
la placenta se desliza hacia el segmento inferior e incluso
y, por lo tanto, se desprenden; luego viene el aumento de la
alcanza la parte alta de la vagina. En ciertos casos, las
presión intraamniótica durante las contracciones que hace
contracciones uterinas pueden expulsarla espontáneamen-
protruir el polo inferior previamente desprendido.
te, situación infrecuente en la posición de decúbito dorsal
en que generalmente se atiende el parto en nuestro me-
Descenso y expulsión del feto dio. Una vez desprendida la placenta, por lo general quien
atiende el parto la extrae, traccionando suavemente desde
Los movimientos que realiza el ovoide fetal para atrave- el cordón umbilical y presionando, también suavemente, el
sar el canal del parto (mecanismo del parto) desde su en- fondo uterino a través de la pared abdominal.
cajamiento a nivel del estrecho superior de la pelvis hasta
su expulsión a nivel vulvar, son determinados por la fuerza
generada por las contracciones uterinas.

344
Hemostasia uterina postalumbramieiito más significativo cuando la madre se encuentra en decúbi-
to dorsal (consultar Capítulo 50: Cardiopatía y embarazo).
Desprendida la placenta, la retracción uterina al compri-
mir los vasos intramiometriales produce hemostasia en el PERÍODO DE DILATACIÓN
sitio donde estuvo implantada la placenta (ligaduras vivas
de Pinard), evitando la hemorragia del alumbramiento.
(1 RA ETAPA DEL PARTO)
Al revisar los diversos procesos fisiológicos que determi- Diagnóstico de inicio del trabajo
nan la actividad contráctil del útero, hemos podido com- de parto
prender que prácticamente todos los fenómenos fisiológicos
que constituyen o acompañan al parto están determinados La actividad uterina capaz de desencadenar los cambios
por la actividad contráctil del músculo uterino. Este es un fisiológicos que constituyen el parto, se inicia en las últi-
concepto importante, ya que el manejo clínico del parto mas semanas del embarazo y lenta y paulatinamente va
depende en gran medida del manejo y conducción de la aumentando su intensidad y frecuencia, lo que hace difícil
dinámica uterina. distinguir en forma clara el período de preparto, del co-
mienzo del parto propiamente tal. En semiología obstétrica,
este hecho fisiológico se refleja en la falta de elementos
Intercambio gaseoso fetal semiológicos que permiten diagnosticar en forma precisa
durante la contracción uterina el inicio del parto.
El intercambio metabólico entre la sangre materna y fetal Sin embargo, desde un punto de vista práctico es suma-
que se realiza en la placenta es indispensable para mante- mente importante poder establecer si una madre ya empe-
ner la homeostasis fetal. zó su trabajo de parto, vale decir, si ya inició un proceso
irreversible que terminará con la expulsión del feto y los
En el acmé de la contracción fisiológica durante el parto,
anexos embrionarios, o todavía se encuentra en un período
este intercambio fetomaterno se altera. No obstante, el feto
de preparación para el parto, el cual se llevará a efecto
normal tiene reservas para tolerar esta alteración transito-
algunos días o quizás semanas después.
ria.
El flujo sanguíneo del espacio intervelloso depende de la Para el diagnóstico clínico de comienzo del trabajo de
presión arterial media materna y de la presión intramiome- parto utilizamos síntomas relatados por la madre y signos
del examen obstétrico.
trial que actúa sobre los vasos uteroplacentahos.
Para producir una presión intraamniótica de 40 mmHg
la contracción uterina debe desarrollar una presión intra-
Signos y síntomas sugerentes
miometrial de 80 a 120 mmHg, valores que alcanzan o de trabajo de parto
sobrepasan los de la presión arterial media materna. Por
Expulsión del tapón mucoso. Con cierta frecuencia
esto, en el acmé de la contracción uterina la circulación en
la madre relata la expulsión del tapón mucoso, denomina-
el espacio intervelloso está muy reducida y, en ocasiones,
ción que recibe el moco cervical que tapona el canal del
abolida, determinando hipoxia fetal. En la contracción fisio-
cuello uterino durante el embarazo, lo que sucede entre
lógica esta situación dura pocos segundos, y al relajarse el
24 horas y 7 días antes del comienzo del trabajo de parto.
útero se restablece la circulación del espacio intervelloso y
Esta mucosidad se presenta como una gelatina amarillenta
la consiguiente oxigenación fetal. Las FIGURAS 15-12A Y
bastante fluida, generalmente rodeada de estrías de san-
15-12B representan la situación descrita cuando el útero
gre fresca, roja. Éste es un fenómeno pasivo, determinado
está relajado y cuando está contraído. En ocasiones, la hi-
por los cambios en la posición, consistencia y dilatación
poxia fisiológica produce bradicardia fetal en relación con
del cuello uterino, determinado por las contracciones uteri-
la contracción uterina (Dips I) (Caldeyro-Barria & Poseiro,
nas que anteceden al parto. Las modificaciones cervicales
1959) (consultar Capítulo 15: Fisiología de la contracción
determinan que el tapón mucoso se desprenda del canal
uterina).
cervical cayendo a la vagina y exteriorizándose a través de
la vulva.
Cambios circulatorios maternos
durante la contracción uterina Rotura prematura de membranas (RPM). El 10%
de los partos se inicia por rotura prematura de membranas.
La contracción uterina, al levantar el útero grávido por La madre percibe la pérdida de líquido amniótico por sus
una parte, facilitando el retomo venoso por la vena cava genitales antes de la percepción de contracciones uterinas
inferior, y al comprimir los vasos uterinos y placentarios por dolorosas. Las madres deben ser advertidas durante el con-
otra, aumenta significativamente el retomo venoso y por lo trol prenatal de esta posible forma de comienzo del trabajo
tanto el débito cardíaco y la presión arterial. Este efecto es de parto (Schnaidt & Pérez, 1984) (consultar Capítulo 39:

345
OBSTETRICIA

Rotura prematura de membranas y corioamnionitis y res- En el momento del ingreso la paciente deber ser some-
puesta inflamatoria fetal). tida a una cuidadosa anamnesis y examen físico y a cier-
tos procedimientos de laboratorio. Todos estos datos deben
Contracciones uterinas. El síntoma más característi- quedar adecuadamente registrados en la ficha clínica. El
co del comienzo de trabajo de parto es la percepción, por la examen físico general y segmentario y el examen gineco-
madre, de contracciones uterinas. En un comienzo, éstas obstétrico deben ser minuciosos. Este último debe incluir,
son percibidas en forma aislada, como un endurecimiento altura uterina, presentación y posición fetal, auscultación
pasajero de la pared uterina, no acompañado de dolor. A de latidos cardiofetales, estimación de peso fetal, diná-
medida que transcurre el tiempo, el endurecimiento uterino mica uterina, cantidad de líquido amniótico; condiciones
se hace más prolongado, más frecuente y se acompaña de del periné, vulva y vagina; posición, grosor, consistencia,
dolor. borramiento y dilatación del cuello uterino; estado de las
membranas, grado de descenso de la presentación y apre-
El dolor de la contracción uterina es tipo cólico, de co-
ciación clínica de la pelvis (pelvimetría clínica). Se debe
mienzo insidioso que va aumentando hasta llegar a un practicar hematocrito, clasificación sanguínea y HIV si no
acmé, para luego desaparecer paulatinamente; es de ubi-
los tuviere y albuminuria en muestra fresca de orina. Frente
cación hipogástrica, frecuentemente irradiado a la región
al antecedente de sangrado genital y si hay sospecha de
lumbosacra y de aparición simultánea con el endureci-
placenta previa, el examen vaginal debe postergarse para
miento de la pared del útero. La palpación de dos o más
ser realizado en pabellón con mayores medidas de segu-
contracciones uterinas en 10 minutos, de 30 o más se-
ridad (consultar Capítulo 40: Metrorragias de la segunda
gundos de duración, por espacio aproximado de una hora,
mitad del embarazo).
es signo clínico de trabajo de parto, especialmente si las
contracciones producen dolor. Terminada la evaluación clínica se debe formular un
diagnóstico, dar las indicaciones terapéuticas, indicar la
Cambios del cuello uterino. El borramiento y dila- preparación de la madre y su posterior traslado al lugar que
tación del cuello uterino también son signos semiológicos corresponde para continuar su atención obstétrica (sala de
que indican trabajo de parto. El borramiento se expresa en tratarniento-sala de preparto-pabellón de parto, etc.).
porcentaje de acortamiento de su largo teórico (2 a 2,5
cm). Así, un cuello de 1 cm de largo será un cuello borrado Preparación de la madre
aproximadamente en el 40% al 50%.
para el parto
La dilatación del cuello uterino se expresa en centíme-
tros de diámetro de abertura del orificio interno del cuello Si la madre se encuentra en trabajo de parto inicial, re-
uterino. Se estima que una primigesta con cuello centrado, comendamos que reciba una ducha tibia que incluya un
borrado en el 50% o más y con dilatación cervical de 1 cm buen aseo jabonoso de todo su cuerpo. Ésta es una buena
o más, se encuentra en trabajo de parto. medida higiénica y produce relajación y agrado.

El diagnóstico es menos preciso en las multíparas y En nuestra edición anterior (3ra) de 1999, recomendá-
grandes multíparas, quienes frecuentemente presentan bamos también la administración de enema evacuante,
cierto grado de borramiento y de dilatación del orificio ex- indicación que actualmente no damos, después de varios
terno del cuello uterino durante el embarazo (dilatación de estudios al respecto, especialmente el de Cuervo y cois.,
multípara). incluido en la Revisión Cochrane, 2003 (Cuervo y cois.,
2003), en que se desestima este procedimiento.

Indicaciones de hospitalización Tampoco insistimos en el rasurado de los vellos de la


de la madre en trabajo de parto región baja de la pared abdominal, ni del vello vulvar y
perineal (Kantor y cois., 1965; WHO, 1996; Silva, 1997).
Si se juzga que la embarazada está en trabajo de par- Es preciso recordar a los médicos residentes y matronas
to, debe ser hospitalizada. Frente a la duda diagnóstica es de turno de las maternidades que durante la preparación
preferible ingresarla y si posteriormente se comprueba que de la madre a su ingreso a la maternidad, procedimiento
el parto no continúa se da de alta algunas horas más tarde que puede durar en ocasiones más de una hora, no debe
con el diagnóstico de falso trabajo de parto o pródromo descuidarse el control de la dinámica uterina, de los latidos
de parto. Esta conducta sin duda es mejor que enviar a su cardiofetales (LCF) y del avance del parto.
casa a una madre cuyo parto ya se ha iniciado.
Cuando la madre ingresa en trabajo de parto avanzado,
Al ingreso de la madre a la maternidad es conveniente en ocasiones no se alcanza a practicar preparación alguna
disponer de la ficha clínica y prenatal de la madre con todos y la madre debe ser trasladada inmediatamente al pabellón
los antecedentes clínicos y de la evolución del embarazo.
de parto.

346
Capítulo 17 | El parto

Control y conducción del período parámetros cobran singular importancia una vez rotas las
de dilatación membranas porque permiten detectar precozmente algún
signo de infección ovular. La presión arterial y el pulso son
El período de dilatación, denominado comúnmente trabajo de importancia en el manejo del trabajo de parto, ya que
de parto, debe ser conducido en un lugar adecuado, donde revelan en forma inmediata cualquier accidente obstétrico
la madre y el feto dispongan de los controles apropiados grave. El control de la presión arterial es relevante también
realizados por profesionales ¡dóneos. en el síndrome hipertensivo y en pacientes con complica-
ciones cardiovasculares.
Habitualmente, en América Latina, la sala donde se
conduce el período de dilatación se denomina sala de pre-
parto y está a cargo de una o varias matronas, enfermeras- Dinámica uterina
matronas y/o médicos obstetras.
La contractilidad uterina en el período de dilatación se
La sala o pieza de preparto debe disponer de elemen- puede valorar por medio de la palpación abdominal, del
tos para registrar los signos vitales de la madre (presión registro electrónico externo y del registro de la presión in-
arterial-pulso-resplración-temperatura), los LCF y la diná- tramniótica.
mica uterina y para realizar tactos vaginales con las máxi-
mas condiciones de asepsia. Debe disponer de aspiración
y oxígeno, de cierta privacidad para realizar la evaluación
Registro por palpación
vaginal y de la posibilidad de alimentar a las madres, ya de la dinámica uterina
que en ocasiones permanecen más de 24 horas en este
La palpación uterina permite percibir la contracción
ambiente. La sala de preparto debe disponer de equipos de
cuando la presión intraamniótica alcanza los 20 mmHg.
monitoreo fetal y materno.
La mano que palpa sigue notando un mayor endurecimien-
El período de dilatación que se extiende desde el co- to de la pared uterina hasta que la presión intraamniótica
mienzo de la dilatación cervical hasta que ésta se comple- llega a los 30 mmHg; sobre este valor, la mano es incapaz
ta, es de duración variable, dependiendo principalmente de distinguir niveles mayores de presión intraamniótica. La
de la paridad, de la dinámica uterina, de la presentación y madre inicia la percepción de dolor durante la contracción
posición fetal y de la conducción del parto. Se estima que desde los 30 mmHg (consultar Capítulo 15: Fisiología de
dura 12 a 18 horas en la primigesta y 6 a 8 horas en la la contracción uterina).
multípara; no obstante, existen grandes multíparas o pa-
A medida que asciende la presión intraamniótica, au-
cientes con incompetencia cervical en las que el período de
menta el dolor percibido por la madre hasta llegar a un
dilatación puede durar menos de una hora.
acmé. La palpación uterina también puede percibir si el
Durante el período de dilatación el profesional a cargo de útero se relaja completamente después de la contracción o
la madre y del feto deberá controlar: dinámica uterina, LCF, si persiste con cierto grado de hipertonía. En la fase de re-
dilatación cervical, estado de la bolsa de las aguas, avance lajación, al llegar la presión intraamniótica a los 30 mmHg,
de la presentación, en ciertas ocasiones la condición me- la madre deja de sentir dolor y al llegar a los 20 mmHg el
tabólica del feto, signos vitales y condiciones generales de examinador palpa el útero relajado (FIGURA 17-2).
la madre y en el momento oportuno, indicar algún tipo de
La valoración de la dinámica uterina por medio de la
anestesia obstétrica.
palpación abdominal se practica con la madre en decúbito
Toda evaluación, indicación y acción realizada en la sala dorsal o lateral. Se debe iniciar inmediatamente después
o pieza de preparto, debe quedar detalladamente anota- de una contracción, palpando el útero durante 10 minutos.
da en una ficha clínica. Esta ficha es importante para el Cuando el control de dinámica se hace exclusivamente por
adecuado manejo de la paciente, en especial cuando hay palpación abdominal, durante todo el período de dilatación,
cambio de turno de los profesionales que están conducien- este control se debe efectuar cada 60 minutos. Para ello
do el parto y en la posterior confrontación de los resultados se coloca suavemente la mano sobre la pared anterior del
obstetricoperinatales. El partograma es un elemento impor- útero, cuidando que la mano no estimule la pared uterina.
tante en el control y conducción de este período. La ficha
Por medio de la palpación se debe valorar la frecuencia
clínica también tiene importancia desde un punto de vista
de las contracciones (número de contracciones en 10 mi-
médico-legal.
nutos), su duración, la relajación uterina que sigue a cada
contracción y una evaluación subjetiva de la intensidad de
Signos vitales de la madre la contracción.

Durante el período de dilatación se deben registrar la Por medio de la palpación se puede diagnosticar hiper-
temperatura, el pulso, la frecuencia respiratoria y la pre- dinamia (más de cinco contracciones en 10 minutos), hi-
sión arterial de la madre cada dos horas. Los dos primeros podinamia (menos de dos contracciones en 10 minutos),

347
OBSTETRICIA

50

> Dolor
Percepción /
por la palpación
abdominal

20

10 Tono

10
FIGURA 17-3. Cardiolacómetro externo (monitor exter-
mmHg no).

FIGURA 17-2. Contracción uterina (esquemática). Rela-


ción entre el registro de la presión intraamniótica, la pal- abdominal y los movimientos de la madre interfieren en el
pación abdominal y el dolor de la madre. registro.
El registro simultáneo de la dinámica uterina y de la fre-
cuencia cardíaca fetal que proporcionan los cardiotocógra-
hipertonía, contractura uterina e incoordinación de la di- fos externos es un elemento de gran utilidad en el manejo
námica. clínico del parto.

La dinámica coordinada, es aquélla en que las contrac-


ciones se suceden a intervalos regulares y su duración e Tocografía interna
intensidad es también regular. La dinámica incoordinada
presenta contracciones de diversa intensidad y duración a Es el método más preciso de registro de la presión in-
intervalos muy desiguales. Una dinámica coordinada es un traamniótica. Sin embargo, es de empleo excepcional en la
elemento muy necesario para la adecuada progresión del práctica clínica.
trabajo de parto. Los registros internos permiten una medición fidedigna
del tono, intensidad, duración, frecuencia e intervalo de las
Tocografía externa contracciones uterinas.
El tono uterino normal es de 8 a 12 mmHg. Por encima
Bastante más adecuados para el registro de la dinámica
de 12 mmHg estamos en presencia de una hipertonía, la
uterina son los instrumentos electrónicos que permiten un cual puede ser leve (13 a 20 mmHg), moderada (21 a 30
registro continuo de la dinámica uterina a lo largo del tra-
mmHg) o grave (más de 30 mmHg) (González-Merlo & Del
bajo de parto (tocógrafos externos). Sol, 1982).
Los tocógrafos externos emplean una cápsula que se co-
La intensidad de la contracción (distancia entre el tono
loca sobre la pared abdominal en las cercanías del fondo de base y el acmé de la contracción) no debe exceder tos
uterino, que registra los cambios ocasionados en la pared
50 mmHg en el período de dilatación. Un aumento de la
abdominal por la contracción uterina y los inscribe en un
intensidad de las contracciones sobre los valores señalados
monitor por medio de un sistema de registro electrónico
se denomina hipersistolia. Durante el período expulsivo a
(FIGURA 17-3).
esta intensidad se le suma la generada por la prensa abdo-
La tocografía externa registra con precisión la frecuencia minal durante el pujo materno.
de las contracciones uterinas. Sin embargo, no registra en
La excesiva duración de las contracciones o su excesiva
forma precisa el tono uterino ni la intensidad de la contrac-
frecuencia puede determinar hipertonía.
ción. La ubicación de la cápsula de registro en la pared

348
Capítulo 17 El parto

El intervalo entre las contracciones se valora por el tiem- permite la visualización del líquido amniótico para descar-
po que transcurre entre el acmé o el comienzo de dos con- tar o confirmar la presencia de meconio.
tracciones seguidas.
Sin embargo, el uso de la amniotomía para acelerar el
Es preciso recordar que durante el acmé de la contrac- período de la dilatación del parto no ha sido comprobado
ción disminuye la circulación del espacio intervelloso y se en metaanálisis conducidos por la Cochrane Review, en los
produce hipoxia fetal, que la unidad fetoplacentaria normal últimos años (Fraser y cois., 2003); ya en 1996 un grupo
y la dinámica uterina normal permiten compensar en el asesor de la OMS convocado para este tema no encontró
período de relajación uterina. La hipersistolia, la hiperdina- ventajas en la práctica de la amniotomía precoz de rutina
mia y la hipertonía exacerban la hipoxia fetal y dificultan los y recomendó que para realizar una amniotomía debe ha-
mecanismos compensatorios en los períodos de relajación ber una razón válida para interferir en el proceso fisiológico
uterina, por lo cual deben ser consideradas como una gra- (WHO, 1996; Schwarcz, 2008).
ve amenaza para el feto y ser corregidas inmediatamente
después de ser diagnosticadas.
Aceleración ocitócica
La hipodinamia, la hiposistolia y la incoordinación de
la dinámica pueden corregirse por medio de las siguientes La aceleración ocitócica consiste en la infusión intrave-
medidas: lateralización de la paciente, rotura artificial de nosa de ocitocina, con el objetivo de mejorar la frecuencia,
las membranas y aceleración ocitócica. intensidad y coordinación de la dinámica uterina.

La hiperdinamia, la hipersistolia y especialmente la hi- La ocitocina fue descubierta en 1906 por Sir Henry Dale
pertonía requieren una evaluación urgente de la situación y fue utilizada en forma empírica por Blair-Bell y Hofbauer
obstétrica para suprimirlas en forma inmediata o proceder para manejar la inercia uterina y la inducción del parto. En
a la extracción fetal. Al persistir estas alteraciones de la 1953, Vincent du Vigneaud propuso su estructura y sinteti-
dinámica y mientras se extrae el feto, se debe recurrir a la zó un producto similar a la hormona original. Fue el primer
lateralización de la madre y a la administración intravenosa polipéptido hormonal sintetizado, lo que le valió el Premio
de inhibidores de la actividad uterina. Nobel de Química en 1955.
Actualmente, la ocitocina sintética es utilizada para la
Lateralización de la madre inducción y aceleración del trabajo de parto, para la pre-
vención y tratamiento de la hemorragia posparto y menos
La lateralización de la madre en trabajo de parto pro- frecuentemente para la aceleración del reflejo eyectolácteo.
duce aumento de la intensidad y de la frecuencia de las
La ocitocina y la vasopresina son liberadas por el lóbu-
contracciones uterinas, y una significativa coordinación de
lo posterior de la hipófisis. La ocitocina es producida en
la dinámica uterina (Caldeyro-Barcia & Poseiro, 1959).
los núcleos supraópticos y paraventriculares en forma de
grandes péptidos que son olivados y almacenados en la
Rotura artificial de las membranas neurohipófisis. Existe una considerable similitud entre la
(RAM) ocitocina y la vasopresina en su configuración molecular;
ello explica las propiedades antidiuréticas y vasoactivas de
La rotura artificial de membranas ha sido utilizada por la ocitocina cuando es utilizada en altas dosis. La liberación
los obstetras durante décadas para acortar el trabajo de pulsátil de la ocitocina es activada por estímulos originados
parto. La manipulación del polo inferior de las membra- en las mamas y en el tracto genital inferior. La ocitocina
nas produce liberación de prostaglandinas que facilitarían activa no está unida a proteína en forma significativa y es
el borramiento y dilatación cervical generando además, un metabolizada por el riñon y el hígado de la madre. Exis-
aumento de la intensidad y frecuencia de la dinámica ute- te una ocitocinasa placentería (cistylaminopeptidasa) que
rina. destruye el anillo estructural de la hormona, produciendo
su inactivación biológica. La vida media plasmática de la
Para efectuar la ruptura artificial de membranas debe
hormona oscila entre 5 y 17 minutos. La farmacocinética
cumplirse con algunas condiciones, como son: presenta-
de la ocitocina es similar en mujeres embarazadas y no
ción cefálica encajada, dilatación cervical mayor a 4 cm y
embarazadas, sin embargo, su metabolización es mayor en
ausencia de cordón umbilical delante de la presentación.
las embarazadas, probablemente por el efecto de la ocitoci-
Una de las complicaciones derivadas de la rotura ar- nasa placentería (Amico y cois., 1984).
tificial de membranas es el prolapso de cordón, general-
Los efectos más importantes de la ocitocina están rela-
mente secundario a una RAM con una presentación no
cionados con la contracción del músculo liso del útero y de
encajada.
las mamas. El efecto antidiurético ha sido comunicado con
La RAM también ha sido utilizada como un método de tasas de infusión iguales o superiores a los 20 mil/ min
evaluación de la unidad fetoplacentaria ¡ntraparto, ya que (Abdul-Karin&Assali, 1961).

349
OBSTETRICIA

En las mujeres, la respuesta miometrial a la ocitocina A nuestro juicio, en la inducción con feto vivo se deben
empieza alrededor de las veinte semanas de gestación, au- utilizar las menores dosis posibles de ocitocina, en progre-
mentando en forma constante hasta las treinta semanas, y sión aritmética, con intervalos de aumento de entre 30 a
progresando hasta un máximo al inicio del trabajo de parto 40 minutos y con dosis máximas no superiores a las 40
(Caldeyro- Barcia & Theobald, 1968). mU/rnin.
El aumento en la concentración de los receptores de Por lo tanto, si la lateralización de la madre y/o la RAM
ocitocina en el miometrio y la decidua, y la formación de no han corregido la hipodinámica o la dinámica incoordi-
gapjunctions, se cree son responsables del aumento en la nada y las condiciones obstétricas lo permiten, podemos
sensibilidad a la ocitocina al final de la gestación. La con- emplear una infusión endovenosa de ocitocina.
centración de receptores de ocitocina que es mínima entre
Para la administración endovenosa de ocitocina reco-
las 13 y 17 semanas de gestación, aumenta doce veces
mendamos el empleo de bombas de infusión continua de
hacia el término del embarazo.
débito regulable o, en su defecto, fleboclisis gota a gota.
La ocitocina ejerce su acción a nivel celular regulando el Con este objetivo una unidad de syntocinon (ocitocina) se
nivel ¡ntracelular de calcio libre en el miometrio a través de disuelve en 500 mL de suero glucosado al 5% y se calcula
mecanismos ligados a los canales de calcio. la velocidad de la infusión intravenosa, de tal manera de
iniciar la administración con una miliunidad de ocitocina
Durante la primera etapa del parto, los niveles de oci-
por minuto (Caldeyro-Barcia & Poseiro, 1959). Luego, la
tocina maternos son similares a aquéllos obtenidos por
dosis se ajustará en relación a la respuesta uterina. Una
infusión intravenosa de ocitocina a 4 mU/min. La transfe-
madre con aceleración ocitócica requiere control profesio-
rencia calculada de ocitocina desde el compartimiento fetal
nal permanente.
al materno es de 2 a 3 mU/min, por lo cual los niveles
fisiológicos de ocitocina son consistentes con aquéllos ob- La ocitocina es una droga de gran rango terapéutico y
tenidos con infusiones a tasas de 2 a 6 mU/min. Aunque está exenta de complicaciones cuando se utiliza en las di-
existe una relación lineal entre la dosis de ocitocina infun- luciones adecuadas. Los riesgos probables al emplear oci-
dida y los niveles plasmáticos resultantes, existe una pobre tocina incluyen la intoxicación hídrica, la hiperestimulación
relación entre los niveles séricos y la actividad contráctil de uterina, la ruptura uterina, el desprendimiento placentario,
la fibra uterina. El clearance metabólico es independiente las laceraciones cervicales y el parto precipitado.
de la concentración plasmática lograda (Thornton y cois.,
1990).
Latidos cardiofetales (LCF)
Existen diversos protocolos para emplear ocitocina en la
inducción y aceleración del trabajo de parto. Sin embargo, Los LCF son el reflejo clínico de la oxigenación fetal du-
han existido dos escuelas que concentraron la mayoría de rante el trabajo de parto. La auscultación de los LCF es
las preferencias. La primera utiliza ocitocina a dosis que de fundamental importancia en la conducción del parto y
imitan las dosis fisiológicas y la segunda la utiliza en dosis es preciso analizar su frecuencia, intensidad y regularidad.
farmacológicas (Toaff y cois., 1978). La frecuencia normal de los LCF oscila entre los 120 y los
160 latidos por minuto. El ritmo y la intensidad deben ser
Los partidarios de la dosis fisiológica, en el rango de regulares. Los LCF pueden auscultarse por medio del es-
2 a 6 mU/min, recomiendan utilizar la dosis mínima de tetoscopio de Pinard, del estetoscopio de Lee-Hillis o los
ocitocina para imitar el modelo fisiológico de liberación en- equipos de ultrasonido.
dógena de la hormona. Su objetivo es el parto vaginal con
un mínimo de hiperestimulación uterina y de sufrimien- La frecuencia cardíaca fetal también puede registrarse
to fetal (Seitchik & Castillo 1983a; Dawood, 1990). Los por medio del electrocardiograma fetal.
adherentes a las dosis farmacológicas, tienen como objeti- Los equipos de uso clínico habitual de registro electróni-
vo primario el "manejo activo del trabajo de parto"; fuertes co externo de la frecuencia cardíaca fetal utilizan el ultraso-
contracciones uterinas que conducen a un acortamiento nido. El cardiotacómetro externo registra simultáneamente
del trabajo de parto y del parto. Sus objetivos incluyen una la dinámica uterina y la frecuencia cardíaca fetal por medio
disminución en la tasa de cesáreas, de la infección intra del ultrasonido.
y posparto y de la morbilidad materna (O'Driscoll y cois.,
1984). En ciertas condiciones puede ser necesario el estudio
de la condición fetal a través del análisis directo de la san-
Los trabajos de Seitchik proveen la base científica y ra- gre capilar por medio del método de Saling (Bretscher &
cional para los protocolos de ocitocina a bajas dosis (Seit- Saling, 1967; Saling, 1968, Althabe & Parer, 1999) (Con-
chik & Castillo,1982; Seitchik & Castillo 1983 b; Seitchik sultar Capítulo 34: Evaluación fetal durante el trabajo de
y cois., 1984). parto).

350
Capítulo 17 | El parto

Auscultación simple Auscultación intermitente


La auscultación con el estetoscopio de Pinard (FIGURA La evaluación de la condición fetal durante el trabajo de
17-4) permite detectar los LCF desde aproximadamente parto se ha realizado de manera tradicional a través de la
las veinte semanas de gestación, siempre que las condicio- auscultación de los LCF con un estetoscopio de Pinard. Las
nes del abdomen materno lo permitan. Tienen una frecuen- ventajas de esta metodología están en su mínimo costo de
cia que oscila entre los 120 y los 160 latidos por minuto. implementación, la facilidad de su uso y su falta de ¡nvasi-
Bajo 120 latidos por minuto se denomina bradicardia y vidad. Sin embargo, su utilidad como método de pesquisa
sobre 160 taquicardia. Se recomienda auscultar los LCF requiere de una metodología estandarizada, ya que la aus-
en los denominados focos de auscultación, que se ubican cultación aislada con o sin contracción uterina puede no
en los sitios de mayor cercanía del tórax o de los hombros reflejar la verdadera condición fetal.
fetales a la pared abdominal de la madre. Para el feto en
Se recomienda iniciar la auscultación fetal inmediata-
presentación cefálica corresponde a un punto medio entre
mente después de terminada la contracción uterina, inter-
el ombligo y la espina ilíaca anterosuperior en ambos lados
calando períodos de 10 segundos de auscultación y 10
del abdomen. En la presentación podálica, el mejor foco se
segundos de descanso, durante tres contracciones uterinas
ubica en la región periumbilical o por encima del ombligo,
(Espinoza, 1988). El número de latidos obtenido en cada
según la altura de la presentación.
período de auscultación, debe expresarse como latidos por
minuto, para ello debe multiplicarse el número de latidos
obtenidos en cada auscultación por seis y registrar el valor
obtenido en la hoja de registro dispuesta para este propó-
sito. En esta forma, se pueden diagnosticar los fenómenos
desaceleratorios periódicos que signifiquen un compromiso
fetal importante. El procedimiento debe repetirse en forma
periódica cada 30 a 60 minutos, de acuerdo a la condición
de riesgo de cada madre.
Existe consenso en considerar la auscultación intermi-
tente como un método aceptable de vigilancia intraparto,
sin embargo, se recomienda utilizarlo cuando exista una
adecuada relación entre el número de pacientes y el perso-
nal profesional a cargo de la unidad de preparto y siempre
que el período de auscultación incluya la contracción y los
30 segundos posteriores (Technical Bulletin, 1989) (con-
sultar Capítulo 34: Evaluación de la condición fetal duran-
te el trabajo de parto).

Monitorización electrónica
de la frecuencia cardíaca fetal (FCF)
La monitorización continua de la FCF puede realizarse
FIGURA 17-4. Estetoscopio de Pinard. de manera directa (electrodocefálico) o indirecta (transduc-
tor abdominal).
El registro interno o directo de la frecuencia cardíaca
La auscultación debe realizarse durante la contracción fetal requiere de la instalación de un electrodo bipolar en
uterina y durante el período de relajación del útero. Durante el polo cefálico del feto. Su gran ventaja es que evalúa en
la contracción se puede auscultar un descenso de la fre- forma exacta la variabilidad y mantiene un registro perma-
cuencia cardíaca fetal; bradicardia relativa que se produce nente de la FCF sin los artefactos generados por los movi-
junto con la contracción y se recupera al finalizar ésta (DIP mientos fetales. Su gran desventaja es la invasividad, ya
I). que requiere de membranas rotas y de un cuello uterino di-
La taquicardia fetal (más de 169 latidos por minuto) y latado para la instalación del electrodo, existiendo además
muy especialmente la bradicardia (menos de 120 latidos la posibilidad de laceraciones, hemorragias e infecciones
por minuto) son signos de hipoxia fetal (consultar Capítulo fetales (Espinoza, 1988; Cunningham y cois., 1996).
12: Semiología obstétrica). El registro externo o indirecto se realiza a través de la
pared abdominal de la madre utilizando el principio ultra-

351
OBSTETRICIA

sónico Doppler. Para ello se emplea un transductor que es avanzada y el cuello delgado, se facilita la valoración
emite ultrasonidos y un sensor para detectar el cambio de semiológica. Por ello, esta apreciación es más fácil en la
la frecuencia del sonido reflejado. Las señales ultrasónicas presentación de vértice.
son representadas gráficamente en un papel de registro di-
señado para este propósito (FIGURA 17-5) (Cunningham Descenso de la presentación
y cois., 1996a).
También por medio del tacto vaginal se valora el grado
de descenso de la presentación en la pelvis y se analiza el
Exploración vaginal progreso del parto en relación con el tiempo transcurrido.
Por medio del tacto vaginal durante el período de dilatación Para valorar este descenso se relaciona el punto más pro-
se valoran la dilatación del cuello uterino, la presentación minente de la presentación con el plano de las espinas ciá-
y posición fetal, el grado de descenso de la presentación y ticas de la pelvis media (consultar Capítulo 1: Anatomía del
las características de la pelvis. aparato genital femenino, mama y pelvis ósea- y Capítulo
10: Modificaciones fisiológicas del embarazo).
Durante el período de dilatación es preciso analizar cada
Dilatación del cuello uterino dos a tres horas la dinámica uterina, la condición materna,
El proceso de dilatación cervical no sigue una progresión la condición fetal y el progreso del parto, con el objeto de
uniforme. Los primeros centímetros de dilatación demoran determinar la conducta que se deberá seguir.
más en producirse que aquéllos después de que se alcan-
zan los 4 cm. Por esto se sostiene que la dilatación cervi- Posición materna
cal responde a un proceso de progresión uniformemente
acelerada que progresa en forma diferente según el tipo de En los servicios de obstetricia latinoamericanos es costum-
presentación y el grado de encajamiento de la presentación bre que el período de dilatación se conduzca con la madre
fetal. en cama en decúbito dorsal o decúbito lateral. Sin embar-
go, esto no es indispensable, especialmente durante las
Los tactos vaginales deben realizarse con medidas de
primeras horas. Más aún, existen investigaciones clínicas
asepsia rigurosa (guantes estériles, aseptización genital,
que han demostrado que el trabajo de parto se acorta e
etc.) muy especialmente cuando las membranas ovulares
incluso sería menos doloroso al mantener a la madre en
están rotas. posición de pie, caminando o sentada (Díaz y cois., 1980).
En los casos de rotura prematura de membranas se debe
No se debe olvidar que durante el tercer trimestre del
restringir al máximo posible el número de tactos vaginales
embarazo se produce la compresión de la vena cava inferior
durante el trabajo de parto. por el útero grávido, que alcanza su máximo entre las 36 y
Para apreciar el grado de adelgazamiento, consistencia 38 semanas. Esta compresión produce el llamado síndro-
y dilatación del cuello uterino por medio del examen vagi- me de hipotensión supina, caracterizado por hipotensión
nal, se debe palpar el cuello contra el polo fetal presenta- arterial, taquicardia, palidez y fatiga, fenómeno que ocurre
do. De esta manera, especialmente cuando la dilatación aproximadamente en el 10% de las embarazadas en posi-

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FIGURA 17-5. Hoja de monitoreo fetal continuo con transductor externo durante el trabajo de parto. En la parte superior
de la figura, el registro de la frecuencia cardíaca fetal, y en la inferior, el registro de la dinámica uterina.

352
Capítulo 17 El paño

ción supina. Por ello, toda madre en trabajo de parto debe Partograma y prueba de trabajo
lateralizarse de preferencia hacia la izquierda con un ángulo
de parto. Curvas normales de parto
mayor a 15° (Lacassie, 1999). Actualmente existen eviden-
cias de que la lateralización mejora la oximetría de pulso y La representación gráfica del trabajo de parto fue una idea
el gasto cardíaco en pacientes con anestesia regional (Car- original de Emanuel Friedman, quien concibió un gráfico
bonneycols., 1996; Danilenko-Dixon y cois., 1996). que relacionaba la dilatación cervical y el descenso de la
Ha sido demostrado que la deambulación de la madre presentación en función del tiempo (Friedman, 1981). El
durante el trabajo de parto acorta significativamente la du- análisis gráfico, denominado partograma, es una técnica
ración del período de dilatación si se compara con la posi- simple para organizar la información obtenida del examen
ción en decúbito horizontal en cama. Un estudio prospecti- físico en un formato de fácil interpretación y con valor pre-
vo multicéntrico de 334 madres con bajo riesgo obstétrico, dictivo (FIGURA 17-6). Al comparar las características de
demostró que la posición vertical de la madre durante el un trabajo de parto individual con los límites de normali-
período de dilatación del cuello uterino (sentada, parada o dad obtenidos en grandes poblaciones, se puede prever un
deambulando) acortó este período en el 25% en relación trabajo de parto disfuncional. La interpretación de la curva
al grupo control, que se mantuvo en posición horizontal en del partograma se facilita cuando la información relevante
está disponible en el gráfico (uso de ocitocina, anestesia,
cama.
RAM, cambios en la posición fetal). Estas curvas son sólo
Estos estudios permiten ofrecer a la madre en trabajo descriptivas y no identifican la etiología de la anormalidad
de parto, sin riesgo obstétrico, caminar, estar en posición del trabajo de parto (Cohén & Brennan, 1995).
de pie o sentada, durante el trabajo de parto; siempre que
las membranas ovulares permanezcan intactas (bolsa de Durante el trabajo de parto normal, la dilatación cervical
agua). En caso de rotura de membranas la madre debe sigue una curva de forma sigmoide, que tiene tres fases:
permanecer en cama (Schwarcz y cois., 2008). a) la parte inicial con poca progresión en la modificación
cervical, denominada fase latente y que ocupa dos tercios
del tiempo total del trabajo de parto; b) la parte intermedia,
Analgesia y anestesia obstétrica donde la curva adquiere una pendiente importante debido
a la rápida progresión de la dilatación, incluye dos fases:
El manejo del dolor durante el trabajo de parto es uno de fase aceleratoria y fase aceleratoria máxima; y c) la parte
los elementos más importantes para el bienestar materno y final de la curva sigmoide, donde la velocidad de dilatación
fetal. Debemos recordar que el dolor intenso generado por es lenta nuevamente y se conoce como fase desaceleratoria
la actividad uterina es capaz de modificar la hemodinamia (FIGURAS 17-7 Y 17-8).
y la ventilación de la paciente. El estímulo simpático puede
ser tan intenso que genere vasoconstricción, taquicardia y La representación gráfica del descenso de la presenta-
aumento de la presión arterial. La hiperventilación secun- ción corresponde a una curva con forma de hipérbole, en la
daria al estímulo nociceptivo produce vasoconstricción pe- cual hay una fase inicial con poco cambio, y luego otra de
riférica e hipercapnia, lo que puede producir desplazamien- rápido progreso, cuyo comienzo coincide con el inicio de la
to de la curva de disociación de la hemoglobina; todo lo fase desaceleratoria de la dilatación; en este punto ambas
anterior puede tener un efecto deletéreo sobre la circulación líneas se intersectan (FIGURAS 17-7 Y 17-8).
placentaria (Lacassie, 1999). Las ventajas de la anestesia
podrían resumirse entonces en una franca disminución del
estrés, con la consiguiente disminución en la liberación de Anormalidades en las curvas de parto
sustancias vasoactivas, disminución del consumo de oxíge- Las anormalidades del trabajo de parto se clasifican en
no materno, disminución de la sobrecarga cardiovascular y el partograma de acuerdo al período en que ocurren. En
disminución de la hiperventilación. una perspectiva general se denominan según exista una
Durante la fase de dilatación se emplea la anestesia epi- falla en el mecanismo, es decir, si no se realiza una de-
dural. Esta técnica ofrece la ventaja de provocar un bajo terminada etapa, o bien, si hay una detención o prolon-
bloqueo simpático y motor, por lo cual no interfiere con gación en la realización de dicha etapa. Algunos ejemplos
la dinámica uterina. Sí interfiere con el período expulsivo, se observan en la FIGURA 17-9 (Arias, 1993; Cohén &
produciendo un aumento de partos instrumentales sin au- Brennan, 1995). Desde un punto de vista académico, en
mentar el índice de cesáreas (Chesnut y cois., 1987). Sin la TABLA 17-1 se detallan las anormalidades del trabajo de
embargo, esta anestesia permite que se pueda actuar sobre parto que son deducibles del uso correcto del partograma.
la dinámica uterina aumentando su intensidad y frecuen- En la actualidad, en la mayoría de las maternidades de
cia; además, la relajación de las partes blandas pehneales Chile, el Ministerio de Salud ha promovido la utilización de
facilita el avance del ovoide fetal al no ofrecer resistencia una ficha perinatal, la cual pretende ser el único documen-
derivada de la contractura muscular por dolor (consultar to de registro utilizado en todo el país y cuyo análisis se
Capítulo 26: Anestesia en obstetricia). realiza en forma centralizada mediante programas compu-

353
OBSTETRICIA

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7 8 9 10 11 12 13
Horas de trabajo de parto

J__L
Presión arterial

Pulió
Posición materna

Intensidad contracciones
Duración contracciones

Dolor/local intens.
Líquido amniótico
Monitoreo tetal
Anestesia
Observaciones

FIGURA 17-6. Partograma, incluido en la ficha perinatal de los servicios de salud de Chile. En la parte superior se re-
gistra la dilatación y descenso de la presentación. En la inferior la información complementaria necesaria para tener en
cada control una visión global de la evolución del trabajo de parto.

tacionales. Dentro de esta ficha perinatal se encuentra un


partograma, en el cual se registra la evolución del trabajo
de parto (FIGURA 17-6).

Prueba de trabajo de parto


Ante cualquier anormalidad en la progresión del trabajo
de parto, surge la pregunta subyacente: ¿es adecuada la
pelvis de la madre para el paso del feto? Entonces, es la
proporcionalidad cefalopelviana lo que está en evaluación
durante el trabajo de parto. Dicha proporcionalidad se eva-
lúa mediante una prueba dinámica en la cual se otorgan
las condiciones óptimas para un trabajo de parto. Estas
condiciones incluyen que la paciente se encuentre en la
fase activa del parto, (con 4 cm o más de dilatación), diná-
mica uterina efectiva, membranas ovulares rotas y aneste-
sia peridural. En estas condiciones y al cabo de dos horas
2 4 6 8 10 de observación, se reexamina la paciente para determinar
Duración trabajo de parto (horas) la progresión de la dilatación cervical y del descenso de
la presentación. Si no existe una progresión favorable de
FIGURA 17-7. Diagrama original de E. Friedman, curva acuerdo a los valores de las curvas de Friedman, se estima
de trabajo de parto normal. como una prueba de parto fracasada y se procede a la
operación cesárea (FIGURA 17-9).

354
Capítulo 17 El parto

Segunda etapa
Fase latente Fase activa -

1 -

O 5 10
Tiempo (horas)

FIGURA 17-8. Representación esquemática de la curva de parto normal. La relación existente entre los cambios cervica-
les, el descenso de la presentación y la duración del trabajo de parto. (Cohén WR. Labor and delivery. Assessment and
care of the fetus. East Norwalk, CT: Applelon & Lange, 1990).

10 -5
9 -4
8 -3
7 -2
o
6 -1 •O
5
4 +1 §
0^

3 +2 Jl
2 +3
1 +4

10 15
Tiempo (horas)

FIGURA 17-9. Anormalidades de las curvas de parto. La línea continua superior representa falla en el mecanismo de
descenso de la presentación; la línea inferior representa una fase latente prolongada. La línea discontinua representa la
progresión normal del trabajo de parlo.

355
OBSTETRICIA

TABLA 17-1. Anormalidades del trabajo de parto observadas en el partograma

Anormalidad Criterio diagnóstico


Fase latente prolongada
Nulíparas > 20 h
Multíparas > 14 h
Fase activa prolongada
Nulíparas < 1,2 cm/h
Multíparas < 1,5 cm/h
Detención secundaria de la dilatación
Nulíparas Detención de la dilatación por 2 o más h
Multíparas
Fase desaceleratoria prolongada
Nulíparas > 3h
Multíparas > Ih
Falla del descenso
Nulíparas Ausencia de descenso
Multíparas
Prolongación del descenso
Nulíparas < 1 cm/h
Multíparas < 2 cm/h
Detención del descenso
Nulíparas Detención del descenso por una hora o más
Multíparas
Parto precipitado
Nulíparas Dilatación y descenso > 5 cm/h
Multíparas Dilatación y descenso > 10 cm/h

PERIODO EXPULSIVO sala de parto con escasas condiciones de asepsia y míni-


(2 DA
ETAPA DEL PARTO) mas facilidades quirúrgicas. Durante años se ha atentado
contra la salud de nuestras madres y contra el porvenir de
Una vez completada la dilatación del cuello uterino en las nuestros hijos ofreciendo en las salas de parto de las mater-
primígestas o antes que esto ocurra en multíparas, o cuan- nidades condiciones no sólo inadecuadas, sino riesgosas.
do la madre acusa sensación de pujo, debe ser trasladada En la actualidad se observa una tendencia creciente en
al pabellón de parto para atender el período expulsivo y el las maternidades a reemplazar el pabellón de partos por
alumbramiento. una "habitación" con el aspecto y el confort de una pieza
de hogar, en donde se invita a participar a los miembros de
Pabellón de parto la familia de la madre que está teniendo el parto y a quien
ella desee, en orden de transformar el parto en una opción
El pabellón donde se atiende el parto debe poseer las más normal, natural y familiar.
mismas características generales de un pabellón quirúrgi-
Debemos recordar que esta modalidad de atención no
co en lo referente a espacio, iluminación, condiciones de
puede descuidar los aspectos técnicos y profesionales im-
asepsia, instrumental, monitores vitales, recursos anestési-
plicados en una adecuada atención obstétrica y del recién
cos, medicamentos, mesa quirúrgica, oxígeno, aspiración,
nacido. Estas habitaciones deben tener excelente ilumi-
etc. Es indispensable que los médicos obstetras y directores
nación, dispositivos adecuados para recibir y examinar al
responsables de salud de los países latinoamericanos dejen
recién nacido, facilidad para administrar cualquier tipo de
de considerar que los partos se pueden atender en una

356
Capítulo J 7 j El parto

anestesia, transfusión de sangre, administración de sueros curso profesional señalado para la atención obstétrica. Sin
y medicamentos, etcétera. embargo, debemos estar conscientes también, que esta ca-
rencia constituye un riesgo importante para las madres y
En algunos países está siendo frecuente que en esta mo-
muy especialmente para las futuras generaciones de nues-
dalidad de conducción y atención del parto se aporte a la
tros hijos y que por lo tanto, los programas materno perina-
madre un acompañamiento que le brinde apoyo emocio-
tales de la región, deben recibir atención preferencial.
nal, físico y de cuidados básicos.
Para este acompañamiento es conveniente que la mis-
ma madre elija a su acompañante, que puede ser una ma-
Posición de la madre para la atención
trona, enfermera, un familiar, una amiga, su esposo, una del parto
doula, etc. Ésta debe ser una persona dedicada por entero
Durante el período expulsivo y el alumbramiento la ma-
a su labor, independiente del equipo de salud que atenderá
dre debe ser colocada en una mesa obstétrica (no en una
a la madre y al recién nacido.
cama) (FIGURA 17-10).
Este acompañante pretende brindar a la madre apoyo
emocional continuo y cuidados básicos, aportando consue-
lo, confianza, tranquilidad y algunas medidas para optimi-
zar el confort de la madre (Schwarcz y cois., 2008).
La palabra doula proviene del griego y significa mujer
que ha recibido capacitación para brindar apoyo y cuidados
básicos a la madre durante el parto (Klaus y cois., 1986).
Existen varios estudios controlados destinados a eva-
luar los efectos de este acompañamiento continuo (Donet,
2002; Donet y cois., 2004).

Equipo profesional para atender el parto


En condiciones ideales en la atención del parto deben
participar un médico obstetra, una matrona o enfermera-
matrona, un médico anestesista y un médico neonatólogo.
Es conveniente que en el momento del nacimiento mismo,
los profesionales se encuentren en el pabellón de parto. FIGURA 17-10. Mesa obstétrica para atención de parto.
Un parto normal puede ser atendido por una matrona o
enfermera matrona, siempre que esta atención se realice
en el contexto de un servicio de obstetricia, en el cual se La posición de la madre en la mesa obstétrica es muy
pueda solicitar la participación de un médico obstetra en similar a la posición para el examen ginecológico: decúbito
caso de que las condiciones lo requieran. Cuando el médi- dorsal con los muslos flectados y en abducción, las piernas
co obstetra atiende el parto, la matrona o enfermera matro- flectadas sobre los muslos y sostenidas por pierneras ade-
na colaborará en los controles y acciones que requiere la cuadas. Los pies y las regiones poplíteas deben descansar
atención desde el abdomen de la madre. Si es la matrona en sostenes firmes para facilitar el pujo. La pelvis se ubica
o enfermera matrona la que lo atiende, debe contar con el al extremo de la mesa obstétrica, lo que junto a la abduc-
concurso de otro profesional, para que le colabore en las ción y flexión de los muslos, permite un adecuado acceso
acciones y controles abdominales (LCF, dinámica uterina, de quien atiende el parto a la región vulvoperineal. Las ex-
apoyo a la madre, etc.). La acción principal del neonatólo- tremidades superiores se colocan extendidas al costado del
go se desarrolla en el pabellón de parto, teniendo a su car- cuerpo. Las manos deben tener la facilidad de aprehender
go la evaluación y tratamiento inmediato del recién nacido manillas o palancas que faciliten a la madre el esfuerzo del
(consultar Capítulo 61: Evaluación del recién nacido). El pujo (FIGURA 17-11).
concurso del anestesista es fundamental durante el período
El profesional que atiende el parto se debe sentar frente
expulsivo, no sólo para proveer una adecuada anestesia,
a los genitales de la madre con fácil acceso de sus dos
sino también en caso de accidentes que pudieran ocurrir
manos a ellos. La mesa con el instrumental debe colocarse
durante este período y durante el alumbramiento (rotura
a la derecha del profesional que atiende el parto. La ilumi-
uterina, anemia aguda, crisis convulsiva, etcétera).
nación debe ser adecuada y en lo posible provenir de una
Estamos conscientes de que en la mayor parte de las fuente luminosa colocada por detrás de quien atiende el
maternidades de Latinoamérica no se cuenta con el con- parto (FIGURA 17-12).

357
OBSTETRICIA

Para la revisión de la cavidad uterina y del canal del


parto después del alumbramiento es necesario disponer de
dos pinzas Foerster, valvas vaginales y cucharillas fenes-
tradas N°l y N°2 de bordes romos de 23,5 a 28,5 mm de
diámetro.

Atención del período expulsivo


La atención del período expulsivo del parto debe guardar las
mismas condiciones de asepsia que toda acción de cirugía
mayor. Uso de gorro, mascarilla, lavado y aseptización de
las manos, uso de delantal, guantes y paños quirúrgicos
esterilizados. Inmediatamente antes de la atención del par-
to se debe lavar y aseptizar la región vulvoperineoanal y la
cara interna de los muslos. Posteriormente estas regiones
FIGURA 17-11. Posición de la madre durante el período deben ser cubiertas con paños estériles, incluyendo las ex-
expulsivo. tremidades inferiores y dejando sin cubrir sólo la región
vulvoperineal.
El período expulsivo se extiende desde que la dilatación
cervical se completa hasta la total salida del feto de la vulva.
Las contracciones uterinas durante el período expulsivo
son las más frecuentes y las más intensas de todo el trabajo
de parto; su intensidad alcanza los 60 mmHg. La fuerza de
los pujos puede hacer llegar la presión intrauterina a más
de 100 mmHg.
Si recordamos que la circulación en el espacio interve-
lloso y las condiciones de la oxigenación fetal durante la
contracción uterina decrecen, comprendemos que el tiem-
po en que el feto puede ser sometido a esta elevada pre-
sión intrauterina es limitado. Consideramos que la duración
máxima de esta segunda etapa del parto no debe exceder
los 60 minutos (Schwarcz y cois., 2008).
Dejado evolucionar espontáneamente, el período expul-
sivo es más largo en primigestas que en multíparas. En
grandes multíparas el período expulsivo puede durar 5 mi-
nutos o menos. En primigestas puede durar más de una
hora.
FIGURA 17-12. Posición del profesional que atiende el
parto. Durante el período expulsivo es especialmente útil la
monitorización cardiotocográfica de la frecuencia cardíaca
fetal. Si no se dispone de este procedimiento electrónico,
un profesional idóneo debe auscultar los LCF después de
Instrumental para la atención del parto
cada contracción.
Para la atención de un parto normal se debe disponer En partos con unidad fetoplacentaria, que se presume
del siguiente instrumental: dos tijeras, una para la posible con reserva inadecuada, el período expulsivo es de riesgo
perineotomía y la otra para la sección del cordón umbili- fetal y debe acortarse empleando fórceps o vacum.
caí; dos pinzas Kocher o Kelly para la sección del cordón
umbilical; pinzas hemostáticas; una pinza quirúrgica, un En la mujer, los pujos producen taquicardia, aumento
portaaguja, dos pinzas de campo (backans) para fijar los del débito cardíaco y elevación de la presión arterial, por lo
paños estériles, agujas de sutura; una jeringa de 10 ml_ cual los flujos deben suprimirse, por medio de la aplicación
para anestesia local; agujas hipodérmicas y un recipiente de fórceps o vacum, en el síndrome hipertensivo, en las
estéril para contener la placenta. También se debe disponer cardiópatas con capacidad funcional disminuida, en las pa-
de.- anestésico local, solución antiséptica en solución acuo- cientes con patología respiratoria, etc. También el expulsivo
sa, catgut, compresas y gasas, todo material estéril. debe ser acortado en pacientes con cicatriz uterina.

358
Capítulo 17 | El parto

Cuando la madre no ha recibido anestesia, al comple- del ano. Sangra más que la perineotomía media y produce
tarse la dilatación cervical y descender la presentación al bastante dolor durante el puerperio. Sin embargo, la prefe-
piso perineal, siente una inminente sensación de pujo que rimos por estar exenta de complicaciones importantes. Su
habitualmente no puede contener. complicación más frecuente es la infección y la dehiscen-
cia, que obliga a la resutura o a esperar la cicatrización por
Cuando se comprueba dilatación cervical completa y
segunda intención.
membranas rotas, estando la madre en posición de parto
se le debe instar a pujar. Para ello, debe efectuar varias ins- Si la madre no ha recibido anestesia antes de practicar
piraciones y espiraciones profundas, después de 3 ó 4 de la perineotomía (episiotomía), debe practicarse una infiltra-
éstas, debe retener todo el aire inspirado en los pulmones ción de la región con anestesia local.
y expulsarlo lentamente por la boca, al mismo tiempo que
Es de importancia práctica el momento en que se efec-
puja fuertemente contrayendo los músculos de la prensa
túa la perineotomía, ya que si se realiza muy precozmente
abdominal.
determina importante pérdida de sangre, y si se realiza muy
Para lograr la expulsión del feto los pujos deben ser in- tardíamente ya se puede haber producido desgarro de la
tensos y prolongados. Durante una contracción uterina (± mucosa vaginal o dislaceración de los músculos perineales.
60 segundos) la madre puede realizar varios pujos.
La ampliación perineal debe hacerse cuando la presen-
Entre las contracciones, la paciente debe relajarse y res- tación se insinúa en la vulva.
pirar profundamente con el fin de descansar y de oxigenar
Antes de suturar la perineotomía debe explorarse el ca-
al feto.
nal vaginal, ya que incluso habiéndose practicado una am-
A medida que avanza el periodo expulsivo, quien atien- pliación quirúrgica del periné se pueden producir desgarros
de el parto debe comprobar el descenso y la rotación de la vaginales contralaterales o la propagación de la episiotomía
presentación. hacia el fondo de saco vaginal, especialmente si se ha em-
pleado fórceps.
La acción más frecuente y una de las más útiles que rea-
liza el profesional que atiende el parto es ayudar a realizar La sutura de la perineotomía (episiotomía) debe realizar-
la rotación interna de la presentación, especialmente en se después de asistido el alumbramiento. Se debe iniciar
primigestas y en fetos grandes. por la parte profunda de la pared vaginal (ángulo interno) y
desde allí con sutura corrida de material reabsorbible (caí-
Una vez que la presentación se encuentra en el diámetro
gut simple o cromado 0-1) repararla hasta la horquilla vul-
occipitopúbico (directa), insinuándose en la abertura vul-
var. En la horquilla se anuda esa sutura. Luego se procede
va r, puede ser necesario agrandar la abertura vulvar para
a colocar dos o tres puntos separados al músculo elevador
evitar desgarros vaginoperineales y la prolongación excesi-
del ano y a la aponeurosis. Se termina con la sutura de
va del período expulsivo.
la piel, con material reabsorbible y fino (catgut simple o
En el momento de la expulsión del polo fetal es muy cromado, doble 0).
importante proteger el periné; por medio de una compresa
Existe controversia en la literatura acerca de la libera-
con la mano derecha adosada contra la región perineal,
lidad del uso de la episiotomía. Dicho procedimiento fue
entre el dedo pulgar por un lado y los dedos restantes de
introducido en la práctica clínica en el siglo xvni sin tener un
la mano por el otro, se sostiene firmemente la presentación
fuerte sustento científico en sus beneficios. Su uso ha sido
para que ésta se desprenda suavemente y no se produzcan
justificado por la prevención de desgarros vaginoperinea-
desgarros vulvovaginales o se propague la perineotomía.
les severos, de manera de preservar una adecuada función
La perineotomía es el agrandamiento de la abertura vul- sexual y reducir la incidencia de incontinencia urinaria y
var durante el parto; ésta puede ser media o mediolateral. fecal. Sin embargo, el metaanalisis del Centro Rosarmo de
La perineotomía media secciona el rafe perineal desde la Estudios Perinatales, deja en evidencia que no hay funda-
horquilla vulvar hasta 2 ó 3 cm sobre el ano. Es una inci- mentos sólidos para sostener los efectos benéficos de la
sión fácil de realizar que sangra escasamente y que tiene episiotomía rutinaria; por el contrario, habría evidencia de
la ventaja de producir poco dolor en el puerperio. Sin em- que puede generar grandes intervenciones de reparación.
bargo, no la recomendamos, especialmente en los servicios Al igual que el grupo rosarino, recomendamos el uso selec-
obstétricos con personal profesional en entrenamiento, por- tivo y no rutinario de la episiotomía (Lede y cois., 1996).
que su propagación puede comprometer el esfínter anal e
Un metaanálisis de ensayos controlados (Cochrane Re-
incluso la mucosa anorrectal, haciendo más complicada su
w'ew) que comparó a un "grupo conservador" de episio-
reparación, y pudiendo originar complicaciones posteriores.
tomías restringidas al 28% de los partos, con un grupo
La perineotomía mediolateral (episiotomta) parte desde "intervencionista" de episiotomfas más rutinarias, practica-
la horquilla vulvar dirigiéndose en forma oblicua hacia el das en el 70% de los partos, parece dejar más beneficios
isquión, en una longitud de 4 a 5 cm. Puede ser derecha a favor del "grupo conservador" (Carroli & Belisan, 2002;
o izquierda. Secciona algunos ases del músculo elevador Schwarczycols., 2008).

359
OBSTETRICIA

Inmediatamente después del parto, se coloca al recién la placenta y la pared uterina, que da origen al denominado
nacido bajo los genitales maternos en la falda de quien coágulo retroplacentario (Cunningham y cois., 1996b).
atiende el parto con una ligera inclinación cefálica. Allí se le
limpia y se secciona el cordón umbilical, sin realizar ningún
Expulsión
tipo de comprensión manual sobre él.
Si el niño nace deprimido o es necesario completar la Una vez desprendida la placenta, ella es empujada por
aspiración, se debe seccionar rápidamente el cordón y en- las contracciones uterinas hacia el segmento inferior del
tregar a quien le proporcione atención apropiada. útero y parte alta de la vagina. De ahí es expulsada al ex-
terior por los pujos maternos y la actividad uterina. El des-
El cordón umbilical se secciona entre pinzas hemostá- prendimiento de las membranas ovulares es secundario a
ticas colocadas a unos 10 cm de la pared abdominal del la expulsión de la placenta; es el peso de la placenta, en
recién nacido. Seccionado el cordón, se entrega el recién su desplazamiento al exterior, el que las arrastra hacia la
nacido para su primera atención neonatal. vagina.
Luego se procede a obtener una muestra de 10 ml_ de Tradicionalmente se describen dos modalidades de ex-
sangre del extremo placentario del cordón umbilical para pulsión de la placenta. La primera, denominada Baude-
determinación de Rh, grupo sanguíneo, hematocrito, he- locque-SchuItze (FIGURA 17-13), es un desprendimiento
moglobina, bilirrubina y cualquier otro examen que pueda en el cual no se exterioriza sangrado, sino que la placen-
considerarse necesario. La valoración del recién nacido por ta se desprende como un paraguas invertido. Este tipo de
el puntaje de Apgar debe ser realizada al minuto y a los 5 expulsión se produce cuando la zona de desprendimiento
minutos de vida. se ubica en la porción central de la placenta y es originada
por el crecimiento expansivo del coágulo retroplacentario
ALUMBRAMIENTO que va desprendiendo la placenta y las membranas. Una
vez exteriorizada la placenta y las membranas se presenta
(3RA ETAPA DEL PARTO) el sangrado retroplacentario, con sangre oscura y de mode-
El alumbramiento corresponde a la tercera etapa del parto, rada cuantía.
se extiende desde la salida del feto hasta la completa ex- La otra modalidad de expulsión se denomina Baude-
pulsión fuera del aparato genital de la placenta y las mem- locque-Duncan (FIGURA 17-14). En ella, el desprendi-
branas ovulares. Durante esta etapa se pueden producir miento se inicia en uno de los bordes de la placenta, y es
diferentes situaciones patológicas que pueden comprome- habitualmente acompañado de sangrado externo durante el
ter la vida de la madre; muchas de ellas tienen su origen en desprendimiento. En esta modalidad no se produce coágu-
maniobras inadecuadas o iatrogenia por parte del profesio- lo retroplacentario.
nal que atiende el parto. Por ello, es de capital importancia
conocer los procesos fisiológicos involucrados, así como las La hemostasia del lecho placentario, donde quedan
acciones terapéuticas adecuadas para evitar la morbimor- abiertos y desgarrados innumerables vasos sanguíneos de
talidad materna. la inferíase coriodecidual, tiene su principal mecanismo he-
mostático en la adecuada retracción uterina. Ella, a través
de las denominadas ligaduras vivas de Pinard, produce
Fisiología del alumbramiento la compresión y oclusión de los vasos sangrantes (Pérez,
1999).
Desprendimiento
Después de la salida del feto, y como consecuencia de la Semiología del desprendimiento
persistencia de la actividad uterina, el útero se transforma placentario
en un órgano redondeado de consistencia dura con una
disminución importante del tamaño de la cavidad uterina, Los signos y síntomas clásicos de desprendimiento son:
lo que genera una reducción de la superficie interna del uterinos, del cordón umbilical y placentarios. El signo uteri-
útero. Esto obliga a la placenta y a las membranas ovula- no, conocido como signo de Schroder, consiste en la eleva-
res, que se encuentran adheridas a la cara interna del útero ción del fondo uterino dos a tres traveses de dedo por sobre
a sufrir un proceso de plegamiento, dada la reducción en el ombligo. Se origina en la retracción del cuerpo uterino
su superficie de inserción, lo que produce una zona de des- y en el desplazamiento hacia el segmento inferior de la
prendimiento y clivaje en la capa esponjosa de la decidua. placenta que levanta el cuerpo y fondo uterino. Los signos
Dicha zona de desprendimiento se expande por una parte, del cordón umbilical son dos; al primero se le denomina
debido a nuevas contracciones uterinas que aumentan la signo de Küstner y consiste en que al levantar el útero ha-
retracción uterina y que disminuyen aún más la superficie cia la región superior del abdomen no se produce un des-
de inserción, y por otra, por la acumulación de sangre entre plazamiento hacia arriba del cordón umbilical. El segundo,

360
Capítulo 17 | El parto

FIGURA 17-13. Desprendimiento y descenso de la pla- FIGURA 17-14. Desprendimiento y descenso de la pla-
centa según el mecanismo de Baudelocque-Schultze. centa según el mecanismo de Baudelocque-Duncan.

denominado de Ahlfeld, consiste en observar el desplaza- retención de placenta. Este mismo efecto puede tener el
miento de la pinza hemostática puesta en el cordón umbi- denominado alumbramiento dirigido, que consiste en la
lical justo a la salida de éste en la vulva. A medida que la administración de un bolo de 2,5 a 5 DI de ocitocina en
placenta se desprende, se aprecia que la pinza desciende; forma intravenosa inmediatamente después de expulsado
cuando la pinza ha descendido 10 cm, el desprendimiento el feto.
placentario es completo. Finalmente, cuando la placenta
totalmente desprendida se encuentra en el canal vaginal, la El alumbramiento asistido comprende la participación
madre percibe sensación de pujo. Este síntoma es menos del operador en la fase de expulsión de la placenta una
frecuente en las pacientes con anestesia peridural. vez que ésta se ha desprendido. Para ello se realiza una
tracción suave y sostenida del cordón umbilical con el fin
de exteriorizar la placenta. Si durante esta tracción no hay
Técnica de atención desplazamiento de la masa placentaria se recomienda
del alumbramiento asegurar que la placenta está desprendida a través de los
signos semiológicos ya descritos. No se debe incrementar
Para la atención del tercer período del parto, el mejor con- la tracción realizada sobre el cordón umbilical, ya que se
sejo es ser paciente y esperar vigilante la expulsión espon- expone a la sección traumática de éste, lo que obligará a
tánea de la placenta y las membranas ovulares. En muchas la extracción manual. Por otra parte, una tracción excesiva
ocasiones el apresuramiento de quien atiende el parto es puede desencadenar la complicación más temida, que es
el responsable de las complicaciones. Para evitar esto, se la inversión uterina.
debe estar seguro de que la placenta está totalmente des-
prendida antes de iniciar la tracción del cordón. Otra posibilidad es la maniobra de Credé (FIGURA 17-
15), que es considerada la modalidad más adecuada para
Existen tres modalidades de atención del alumbramien- extraer una placenta totalmente desprendida. Ella consiste
to, denominadas espontánea, asistida y manual. en comprimir el útero totalmente contraído en dirección a
La modalidad espontánea es aquélla en la cual la pla- la vagina, colocando el dedo pulgar en la pared anterior
centa sale de la vulva sin participación del operador, y éste del útero y los demás dedos en la pared posterior. El útero
sólo se limita a recibir la placenta en un recipiente estéril actúa como el émbolo de una jeringa que expulsa la pla-
especialmente dispuesto para ello. Es la modalidad ideal de centa a través de la vagina. Esta maniobra también sirve
atención, sin embargo, es poco frecuente, dada la posición para comprobar el grado de retracción uterina después de
en decúbito dorsal de la madre. expulsada la placenta (Cochrane Review 2002; Prendville
y cois., 2002).
Desaconsejamos los masajes y compresiones del útero
para ayudar al desprendimiento, ya que producen contrac- La extracción manual de la placenta está indicada
ciones irregulares que pueden generar contractura uterina en los casos de metrorragia severa del alumbramiento, y
o retracción del anillo de Bandl, que puede conducir a una cuando transcurridos 30 minutos del parto del feto no se

361
OBSTETRICIA

Si la retención placentaria es secundaria a la contracción


del anillo de Bandl, se denomina encastillamiento placen-
tario; habitualmente la placenta se encuentra desprendida
sobre dicho anillo. Para su extracción puede ser necesario
el uso de relajantes uterinos que faciliten la extracción ma-
nual.
Recomendamos el uso de antibióticos cada vez que se
realice una extracción manual de placenta o una revisión
manual de la cavidad.
Cualquiera sea el tipo de alumbramiento se debe ase-
gurar la salida de la totalidad de las membranas ovulares.
Para lograrlo se debe recibir la placenta en forma suave
para evitar el desgarro de las membranas. El peso de la
placenta a menudo desprende las membranas, pero en
ocasiones esto no se logra y continúan adheridas al útero.
En esa situación, se recomienda la torsión continua de la
placenta enrollando las membranas sobre su eje, con lo
que se obtiene el desprendimiento completo de ellas. Este
procedimiento se conoce como maniobra de Dublín. Para la
extracción de las membranas retenidas es útil tomarlas con
una pinza Foerster y al mismo tiempo que se enrollan con
la pinza sobre su eje se van traccionando suavemente para
evitar que se desgarren.
FIGURA 17-15. Maniobra de Credé para la extracción de
la placenta totalmente desprendida. Siempre se debe revisar la placenta y las membranas
con el objeto de verificar su integridad, ya que si así no
fuere, se debe proceder a la revisión manual o instrumental
ha producido el alumbramiento. La tradición obstétrica ha de la cavidad para extraer los fragmentos que falten.
establecido límites arbitrarios para la duración del tercer Una vez terminado el alumbramiento se debe asegurar
período del parto, con el objeto de disminuir la pérdida la retracción uterina, ya sea, mediante un enérgico masaje
sanguínea derivada de un desprendimiento prolongado. uterino por vía abdominal, o con el uso de agentes uterotó-
Combs y Laros establecieron, después de analizar 12.275 nicos como ocitocina.
partos con feto único, que la duración media del tercer pe-
ríodo fue de 6 minutos y el 3,3% duró más de 30 minutos.
Cuando la duración del alumbramiento se acercó a los 30 Recuperación posparto inmediato
minutos, aumentó la incidencia de hemorragia posparto
Inmediatamente después del parto la madre debe ser con-
(Combs & Laros, 1991).
ducida a la sala de recuperación posparto, en donde per-
Para realizar la extracción manual, se debe fijar el fondo manecerá por espacio de 1 a 2 horas de preferencia junto a
uterino por vía abdominal con una mano del operador. La su hijo y en donde se le controlarán signos vitales (presión
otra mano se introduce por la vagina hasta llegar a la cavi- arterial, pulso, temperatura, ritmo respiratorio, hidratación),
dad uterina, una vez localizado el sitio de inserción placen- retracción uterina y hemorragia genital. Recomendamos el
taria, se procede con los dedos, a desprender la placenta amamantamiento precoz, de preferencia en la primera hora
desde su borde inferior con la mano extendida; para ello se de vida.
introducen los dedos entre la pared uterina y la placenta.
Luego debe ser enviada a la sala de puerperio junto con
Encontrado el plano de clivaje se va introduciendo la su hijo, con indicaciones de levantada entre las 6 y 12
mano extendida hasta lograr el desprendimiento total de la horas del parto, amamantamiento de libre demanda, anal-
placenta. Una vez desprendida se procede a su extracción gésicos y régimen completo.
traccionando la masa placentaria hasta el canal vaginal.
Una vez terminado el procedimiento se recomienda realizar
Adherencia anormal de la placenta
una revisión manual de la cavidad con el objetivo de verifi-
car que no persisten partes de placenta que aún estén ad- En la implantación placentaria normal, la decidua endome-
heridas a la pared uterina. Realizada la revisión manual se tríal es una barrera adecuada para la invasión miometrial
aconseja proceder a la revisión instrumental con cucharilla por parte de las vellosidades trofoblásticas. Cuando esta
fenestrada de borde romo de 23,5 a 28,5 mm de diámetro. barrera es deficiente, la placenta se puede insertar direc-

362
Capítulo 17 | El parto

taimente en el miometrio e Incluso hasta en los órganos que debe ser conocida por todo profesional que atiende un
adyacentes. Estas formas anormalmente adherentes de la parto.
placenta son conocidas como acretismo placentario y son
Para revisar el cuello uterino, tomamos ambos labios del
raros en los embarazos normales, pero pueden ocurrir has-
cuello con pinzas Foerster. Junto con fraccionar suavemen-
ta en el 5% de los casos con placenta previa. La pobre
te el cuello hacia la vulva, separamos las paredes laterales
irrigación sanguínea del segmento uterino, en los casos de
de la vagina con valvas y observamos las comisuras cer-
placentas de inserción baja, predispondría a una deciduali-
vicales. Si se detecta desgarros cervicales sangrantes, se
zación deficiente de esa región uterina. Las pacientes cesa-
sutura con puntos separados de material reabsorbible (cat-
rizadas anteriores también constituyen un grupo de riesgo
gut), tratando de incluir una porción gruesa de la comisura
para la inserción placentaria anómala, especialmente si se
cervical en la sutura.
asocian a placenta de inserción baja (Roberts, 1995).
Posteriormente se rechaza hacia arriba el cuello uterino
La inserción anómala de la placenta se clasifica de
introduciendo una compresa en la vagina y, con la ayuda
acuerdo a la profundidad de su implantación:
de valvas vaginales, se examinan los fondos de saco y las
• Placenta acreta: la vellosidad está firmemente adherida paredes vaginales. Si se observan desgarros, se procede a
al miometrio, pero sin penetrar en él. suturarlos con puntos de material reabsorbible. Por último,
se procede a suturar en la forma ya descrita la perineoto-
• Placenta increta: la vellosidad se introduce en el mio-
mía.
metrio, pero sin atravesarlo.
Terminada la sutura se retira la compresa vaginal, si no
• Placenta percretai la vellosidad atraviesa el miometrio y
se hubiera retirado antes, se comprime el útero observando
alcanza la serosa peritoneal, en ocasiones puede pene-
su retracción y vaciando los coágulos que generalmente
trar a órganos vecinos como vejiga o recto.
tiene en su interior. Si la madre ha recibido anestesia de
conducción, vaciamos la vejiga por compresión suave.
El diagnóstico de acretismo placentario se comprueba
Terminamos la atención del parto con un prolijo aseo vul-
durante el alumbramiento, en el cual puede haber una re-
vovaginal y colocamos un aposito estéril en los genitales
tención parcial o total de la placenta. En ocasiones esto
externos.
puede ser solucionado mediante una dificultosa extracción
manual, en otras, ello será imposible y deberá recurrirse a
la histerectomía obstétrica. En este caso el estudio anato- Hemorragias del alumbramiento
mopatológico de la pieza certificará el diagnóstico. y del postalumbramiento
Generalmente, el acretismo placentario produce una he-
Tradicionalmente, la hemorragia posparto ha sido definida
morragia posparto importante, secundaria a una inadecua-
como un sangrado mayor de 500 mL después de un parto
da retracción uterina (inercia).
vaginal. Corresponde la denominación de hemorragia pos-
parto precoz a todo sangrado que ocurre en las primeras 24
Revisión del canal del parto y de la horas de puerperio, y hemorragia posparto tardía a aquélla
cavidad uterina postalumbramiento que se presenta después de las primeras 24 horas (Lucas,
1980).
Extraída la placenta, las membranas ovulares y obtenida
Se han publicado varios estudios en los que se ha cuan-
una buena retracción, uterina se procede a revisar la ca-
tificado cuidadosamente la pérdida sanguínea después de
vidad uterina y el canal del parto: cuello, vagina y vulva.
un parto, estableciéndose que la impresión clínica subes-
Si la paciente tiene el antecedente de cesárea anterior tima la cuantía de la hemorragia posparto en el 30% al
u otro tipo de histerotomía o patología uterina, debe prece- 50% de los casos (Gilbert y cois., 1987). Por otra parte,
derse a la revisión manual de la cavidad uterina con espe- se ha establecido que sangrados posparto de hasta 1.000
cial atención a la cicatriz de la histerotomía. mL son bien tolerados, con sólo mínimas variaciones de
la presión sanguínea y del gasto cardíaco (Robson y cois.,
En estos casos se requiere la revisión instrumental de la
1989).
cavidad uterina.
El American College of Obstetridans and Gynecologists
Para realizarlo fijamos el labio anterior del cuello uterino
intenta lograr una definición más exacta de hemorragia
con una pinza Foerster y procedemos al raspado uterino
posparto, considerando la variación del hematocrito que
con cucharilla roma para placenta de 23,5 a 28,5 mm de
experimenta la madre desde su ingreso a la maternidad
diámetro. hasta las 24 horas posparto. Una disminución del hema-
Si no se realiza revisión instrumental posparto, la pla- tocrito de 10 o más puntos, o la necesidad de transfusión
centa y las membranas deben ser cuidadosa y ordenada- sanguínea después del parto, clasifica la pérdida sanguínea
mente revisadas a fin de comprobar su integridad, acción como hemorragia del alumbramiento.

363
OBSTETRICIA

Ambos tipos de hemorragias posparto, tanto la hemo- Semiológicamente, la inercia uterina se caracteriza por
rragia precoz como la tardía, reconocen factores fisiopato- un útero muy blando por sobre el ombligo que, como res-
lógicos comunes y constituyen emergencias obstétricas con puesta al masaje se contrae, pero rápidamente se relaja
alto riesgo de morbilidad y mortalidad materna. Por ello, con reaparición de la metrorragia. El diagnóstico diferencial
el profesional que atiende un parto debe estar capacitado debe hacerse con la rotura uterina, para lo cual es útil la
para reconocer esta patología y efectuar el tratamiento ade- exploración manual endouterina.
cuado de ella para evitar el deterioro materno. Todo hospital
debe tener la Infraestructura necesaria para resolver este
tipo de emergencias.
Alumbramiento incompleto
Toda paciente obstétrica puede presentar una hemorra- Corresponde a la presencia de restos placentarios o de
gia grave en el posparto, sin embargo, existen factores de cotiledones placentarios y/o fragmentos de membranas
riesgo que permiten seleccionar grupos que requieren una ovulares adheridos a la pared uterina. Habitualmente se
intervención preventiva o terapéutica más eficaz. La TABLA debe a una inadecuada técnica de asistencia del alumbra-
17-2 agrupa los factores de riesgo asociados a hemorragia miento, o bien, a cualquiera de los grados de acretismo
posparto. placentario. Si bien es una causa frecuente de hemorragia
posparto inmediato, los restos placentarios son la causa
más frecuente de hemorragia tardía.
TABLA 17-2. Factores de riesgo asociado a hemorragias
posparto inmediato
Desgarros del canal del parto
Corresponde a las soluciones de continuidad traumáti-
Gran multiparidad cas del útero, cuello uterino, vagina y periné.
Embarazo múltiple
La rotura uterina se produce frecuentemente en úteros
Polihidramnios
con cicatrices quirúrgicas como cesáreas previas, miomec-
Macrosomía fetal tomías y cirugía correctora de malformaciones uterinas. Los
Miomatosis uterina desgarros cervicales y vaginoperineales se asocian a partos
Trabajo de parto prolongado instrumentales, partos precipitados, o bien, a partos con
atención inadecuada por inexperiencia del personal que lo
Infección ovular
atiende. Habitualmente su diagnóstico se hace en el pos-
Placenta previa parto inmediato, al realizar la revisión del canal del parto.
Desprendimiento prematuro placenta normoinserta
Parto con fórceps Inversión uterina
Cesárea
Anestesia general La inversión uterina es una rara y potencialmente grave
complicación de la tercera etapa del parto; se estima una
Tratamiento anticoagulante incidencia de 1 en 5.000 a 10.000 partos (Harris, 1984).
Coagulopatías
La inversión uterina corresponde a la invaginación del
fondo y del cuerpo del útero dentro de la cavidad uterina.
Se clasifica de acuerdo a la extensión de la inversión de la
pared uterina en relación al cuello del útero. En el primer
Causas de hemorragia posparto grado (inversión incompleta), el cuerpo o la pared uteri-
na alcanzan el cuello uterino, pero no traspasan el orificio
Inercia uterina cervical. En el segundo grado hay protrusión del cuerpo o
la pared uterina a través del orificio cervical, sin alcanzar
En el tercer trimestre del embarazo, el 20% del gasto
el periné. En el tercer grado (inversión completa) el fondo
cardiaco (600 mL/m¡n) perfunde el útero grávido; por ello,
uterino traspasa el orificio cervical y alcanza el periné. En
no es sorprendente que un parto sin complicaciones, pue-
la inversión total o prolapso uterino la vagina está inverti-
da en minutos -a consecuencia de una falla en la contrac-
da junto con el útero. Es una emergencia obstétrica grave
ción miometrial- transformarse en un desastre. Aunque
que se asocia con metrorragia profusa y frecuentemente
la inercia uterina puede ocurrir sin factores predisponen-
con shock hipovolémico. Su fisiopatología no es clara, sin
tes, debe ser sospechada cuando existe sobredistensión
embargo, es probable que su principal desencadenante sea
uterina (embarazo múltiple, polihidramnios, macrosomía
una mala atención del alumbramiento, debido a tracción
fetal), trabajo de parto y partos prolongados y gran mul-
exagerada sobre el cordón umbilical y a compresión exa-
tiparidad.

364
Capítulo 17 El parto

gerada sobre el fondo uterino, especialmente en casos de terminales, que puede persisitir por varias horas después
acretismo placentario. de su administración. Debido a la elevación de la presión
arterial asociada al uso de methylergonovina, está contra-
Para su adecuado tratamiento se requiere de un diagnós-
indicada en la paciente hipertensa.
tico rápido y certero. Este incluye por un lado las medidas
generales de soporte hemodinámico y por otro el manejo Han sido publicados estudios destacando el uso de los
de la inversión en sí. Se recomienda intentar la reducción análogos de la prostaglandina El (misoprostol) para el tra-
o reposición del útero invertido mediante un manejo con- tamiento de la inercia uterina. Si bien no existen ensayos
servador que comprende la reposición manual (utilizando prospectivos que avalen su uso, los resultados de los estu-
el puño de la mano derecha) asociado al uso de agen- dios caso-control son alentadores. La dosis recomendada
tes tocolíticos para facilitar la maniobra. Queda reservado es de 400 ¿ug por vía oral o transrrectal (Walder, 1997;
el tratamiento quirúrgico para aquellos casos en que por Baigboye y cois., 1998).
contracción del anillo cervical la reducción manual resulta
imposible. Una vez restituido el útero se recomienda el uso
Agentes mecánicos y taponamiento
de retractores uterinos.
uterino
Coagulopatías Si la hemorragia posparto persiste a pesar de los inten-
tos médicos para su control, concomitante con los agentes
Generalmente, las coagulopatías hereditarias o congé- uterotónicos para estimular la contracción uterina, se debe
nitas son conocidas antes del parto, de manera que su estimular y comprimir manualmente el útero. Junto con
manejo es planificado. Las coagulopatiás inducidas por la ello se puede realizar la elevación uterina por medio de una
administración de fármacos o por el consumo de factores mano vaginal que eleve el útero para mantener las arterias
de coagulación son las más frecuentemente asociadas a la uterinas en tensión; de este modo se disminuye el calibre
hemorragia posparto. En estas situaciones, los signos clíni- de las arterias uterinas y se reduce el flujo sanguíneo al
cos de la coagulación anormal van desde el sangrado de los útero. Otra maniobra de compresión descrita corresponde
sitios de punción a la anemia severa que pone en riesgo la a la compresión de la aorta; para lograr su máxima eficacia
vida. La piedra angular del tratamiento es la resolución del la aorta es comprimida con la mano, a través del abdomen,
trastorno primario (consultar Capítulo 42: Alteraciones de contra el promontorio sacro (Bergsjo, 1993). La efectividad
la coagulación durante el embarazo). de esta maniobra puede ser evaluada por la ausencia del
pulso femoral. Se debe señalar que la maniobra de com-
Diagnóstico diferencial presión no es efectiva inmediatamente debido al sangrado
venoso persistente. La compresión aórtica mantenida por
de la hemorragia posparto 10 minutos permite, en ocasiones, estabilizara la paciente.
El diagnóstico diferencial de la hemorragia posparto está El taponamiento de la cavidad uterina fue ideado por los
orientado a diferenciar las causas uterinas y no uterinas de obstetras en la década de 1930, pero posteriormente cayó
sangrado. Para ello se requiere realizar en forma ordenada en descrédito por las complicaciones infecciosas.
y metódica la exploración del canal del parto que incluye:
cuerpo uterino, cuello uterino (comisuras), vagina (episio- En la actualidad se considera que el taponamiento pue-
tomía), vulva y periné. En esta forma se establecerá el ori- de ser usado precoz o tardíamente en los esquemas de ma-
gen de la hemorragia. nejo de la hemorragia posparto, siendo un procedimiento
rápido, seguro y efectivo (Druzin, 1989; Escamilla & Chez,
1992; Maier 1993).
Tratamiento médico
Para realizarlo se recomienda tomar el labio anterior del
de la hemorragia posparto
cuello uterino e introducir ordenadamente mediante una
pinza Foerster gasas embebidas en povidona, hasta ocupar
Agentes uterotónicos completamente la cavidad uterina. Se recomienda admi-
Si el sangrado persiste a pesar del masaje uterino y de la nistrar antibióticos profilácticos. El taponamiento se puede
infusión de ocitocina, se puede utilizar, si no hay compro- dejar in útero 24 a 36 horas.
miso hemodinámico, bolos de 2,5 a 5 unidades de ocitoci- Si a pesar de la instalación de las gasas endouterinas, la
na endovenosa directa. paciente persiste con sangrado a través de ellas, o se com-
Si no existe respuesta clínica evidente, se debe utilizar prueba crecimiento uterino por sobre el ombligo y no se
methylergonovina (Methergin®), que produce contracción logra obtener estabilidad hemodinámica, se debe proceder
uterina tetánica, así como vasoconstricción de las arteriolas a los tratamientos quirúrgicos de control de la hemorragia.

365
OBSTETRICIA

Tratamiento quirúrgico ilíaca externa, ya que si se liga por error se producirá la


de la hemorragia posparto pérdida de la extremidad inferior. La arteria ilíaca interna se
liga con dos ligaduras a dos centímetros bajo la bifurca-
El tratamiento quirúrgico de la hemorragia posparto se rea- ción, lo cual evita la supresión de la irrigación del glúteo. Se
liza cuando los tratamientos farmacológicos y el tapona- recomienda doble ligadura con material no reabsorbible, de
miento uterino han fallado. Es preciso recordar que se debe preferencia seda. La oclusión bilateral de las arterias hipo-
tener un diagnóstico correcto del sitio de sangrado, ya que gástricas disminuye el pulso arterial aproximadamente en
solamente aquellos originados en el cuerpo y en el cuello el 85%. La ligadura de las arterias hipogástricas es efectiva
uterino se beneficiarán con los procedimientos quirúrgicos, en no más del 50% de los casos y está asociada con largos
que incluyen la ligadura de las arterias uterinas, la ligadura tiempos operatorios y alta incidencia de lesiones ureterales,
de la arteria hipogástrica y la histerectomía obstétrica. por lo cual debe ser reservada para pacientes clínicamente
estables que deseen mantener la fertilidad.

Ligadura de las arterias uterinas


Histerectomía obstétrica
Dado que la mayor parte de la irrigación del útero se
efectúa por las arterias uterinas, su ligadura podrá contro- Cuando todas las medidas médicas y los tratamientos
lar una hemorragia especialmente del cuerpo uterino. La quirúrgicos conservadores han fallado, la histerectomía
circulación colateral proporciona irrigación suficiente para aparece como un procedimiento aceptable y potencialmen-
mantener la vitalidad del útero e incluso permitir nuevos te salvador de la vida de la paciente en el caso de una he-
embarazos. morragia incoercible del posparto (Espinoza y cois., 1988
b).
Constituye un procedimiento que puede ser realizado
por un médico no especialista que tenga que resolver una Los principales factores de riesgo de la histerectomía
emergencia o cuando las condiciones de la paciente no obstétrica son las complicaciones hemorrágicas y quirúrgi-
recomiendan una hlsterectomía. En la serie de O'Leary, que cas debidas a la urgencia en que habitualmente se efectúa
incluye doscientos casos de ligadura bilateral de las arterias esta cirugía (Gonsoulin y cois., 1991). La Incidencia de
uterinas, el procedimiento fue exitoso en el 95% de los ca- esta cirugía es de 1 en 2.500 a 4.500 partos, siendo sus
sos (O'Leary & O'Leary, 1974). No se recomienda realizar causas más frecuentes la inercia uterina, la placenta acreta
este procedimiento en pacientes con rotura uterina o con y la ruptura uterina. La mortalidad materna alcanza hasta
hematoma del ligamento ancho. el 4,5% en algunas series (Zorlu y cois., 1998). La téc-
nica de la histerectomía no varía de la técnica clásica. Se
El procedimiento se debe realizar a través de una lapa- recomienda realizar disección bilateral de los uréteres para
rotomía, luego de la cual se levanta el útero y se expone el
evitar la sección accidental de ellos, ya que este accidente
área de los vasos uterinos. Con una aguja curva (grande, representa hasta el 22% de las complicaciones posope-
atraumática y con catgut crómico o vycril número 1 que se ratorias (Lau y cois., 1997). Idealmente se debe realizar
introduce a través de la zona avascular del ligamento an- histerectomía total con conservación de los anexos. La
cho, incluyendo abundante mlometrio en la sutura, se ligan histerectomía subtotal está reservada exclusivamente para
los vasos uterinos, los que no son seccionados. El drenaje pacientes muy inestables hemodinámicamente o cuando el
venoso se efectúa por las ramas colaterales de las venas cirujano no está capacitado para realizar una histerectomía
ováricas (Oxorn, 1986). total.

Ligadura de la arteria hipogástrica


Hipopituitarismo posparto
(ilíaca interna)
Constituye una complicación poco frecuente pero grave
Este procedimiento debe ser efectuado por un cirujano
de la hemorragia posparto. Se denomina síndrome de
capacitado y debe realizarse cuando se desee conservar
Sheehan y corresponde a la necrosis isquémica de la hi-
la fertilidad de la mujer (Clark, 1985). La técnica consiste pófisis anterior, secundaria a la hemorragia del parto con
en Identificar la arteria ilíaca común y su bifurcación en
colapso vascular grave.
arterias ilíacas externa e interna. El uréter que yace anterior
a los vasos y cruza la arteria ilíaca común desde afuera ha- Durante el embarazo se produce un crecimiento fisioló-
cia adentro, en un punto próximo a la bifurcación, siempre gico de la hipófisis anterior, a expensas de una hipertrofia e
debe ser identificado par evitar dañarlo. Para ligar la arte- hiperplasia de las células lactotropas. La irrigación de esta
ria se efectúa una incisión en el peritoneo posterior, lateral glándula es dependiente de los vasos del sistema porta,
respecto al ligamento infundlbulopélvico y medial respecto que tiene un régimen de presión semejante al de las venas
a los vasos ilíacos externos, extendiéndola unos seis centí- sistémicas, lo que hace que la hipófisis anterior sea muy
metros hacia la región caudal. Se debe identificar la arteria lábil frente a las disminuciones del flujo sanguíneo. Es así

366
Capítulo 17 | El parto

como una hipotensión grave y prolongada, secundaria a Caldeyro-Barcia R, Poseiro JJ. Oxitocin and contractility of the preg-
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cortisol y estrógenos. El uso de gonadotropinas sólo se jus- cond stage of labor and method of delivery in nulliparous women.
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369
c a p í t u l o

Actitud, situación, presentación


y posición fetal
A. Pérez

Al analizar la postura en que se encuentra el feto en el in-


terior de la cavidad uterina durante el embarazo y el parto
y su relación con la pelvis materna, debemos considerar su
actitud, situación, presentación y posición.

Actitud fetal
Se denomina actitud fetal la forma en que se disponen las
diversas partes del feto entre sí durante su permanencia
en el útero.

El feto normal tiene una actitud general de flexión mar-


cada. La columna vertebral está flectada sobre sí misma,
determinando una marcada convexidad del dorso fetal. La
cabeza está intensamente flectada sobre el tórax, de tal FIGURA 18-1. Actitud fetal. Flexión marcada y activa.
manera que el mentón se aproxima al esternón. Los mus-
los están flectados sobre el abdomen, las piernas sobre los
muslos y los pies descansan sobre la cara anterior de las
piernas. Los brazos están flectados sobre el tronco y los El tono uterino colabora en la mantención de la actitud
antebrazos sobre los brazos; los antebrazos se disponen fetal. Las contracciones uterinas del trabajo de parto y el
cruzados descansando sobre la pared anterior del tórax encajamiento del polo cefálico en el canal pelviano exage-
(FIGURA 18-1). ran la flexión cefálica en el parto de vértice.

Esta actitud generalizada de flexión activa lleva al feto a


formar un ovoide compacto, el ovoide fetal, postura que le Situación fetal
permite ocupar el menor espacio posible en el interior de la
Se designa como situación fetal a la relación existente en-
cavidad uterina.
tre el eje longitudinal del ovoide fetal y el eje longitudinal
El feto de término mide entre 47 y 50 cm de altura y (sagital) del útero.
la cavidad uterina en su diámetro mayor mide entre 30 y
La situación fetal es longitudinal si el eje longitudinal
32 cm, lo que explica la necesidad del feto de reducir al
del ovoide fetal se superpone al eje longitudinal del útero.
máximo su volumen durante su permanencia en el útero
(Rezende, 1982). La situación fetal es transversa si el eje longitudinal del
ovoide fetal forma un ángulo de 90° con el eje longitudinal
El ovoide fetal presenta dos polos, uno cefálico, peque-
del útero.
ño, regular y de consistencia dura en comparación con el
otro polo, el podálico, que es de mayor tamaño, más irre- La situación fetal es oblicua si el eje longitudinal del
gular y de consistencia más blanda. ovoide fetal forma un ángulo de 45° con el eje longitudinal
del útero.

370
Capítulo 18 Actitud, situación, presentación y posición fetal

B D

FIGURA 18-2. Tipos de presentación fetal: A: Cefálica flectada-vértice; B: Podálica completa; C: Podálica incompleta;
D: Hombro-tronco.

Aproximadamente en el 99% de los embarazos de tér-


mino la situación del ovoide fetal es longitudinal. Durante
el embarazo se observan con mayor frecuencia situaciones
oblicuas o transversas, de preferencia con anterioridad a las
34 semanas de gestación.

Presentación fetal
Se denomina presentación a la parte del feto que se ofrece D
al estrecho superior de la pelvis materna.
FIGURA 18-3. Presentaciones cefálicas. Diverso grado
En las situaciones longitudinales, la parte fetal presen- de flexión del polo cefálico: A: Presentación de vértice
tada es el polo cefálico o el polo podálico. En la situación u occipucio. Diámetro subocdpitobregmático 9,5 cm; B:
transversa, el segmento fetal presentado es el hombro. Presentación de bregma. Diámetro occipitofrontal 12 cm;
Se distinguen tres tipos de presentaciones: cefálicas, C: Presentación de frente. Diámetro occipitomentoniano
podálicas y de hombro (FIGURA 18-2) (Schawarcz y 13,5 cm; D: Presentación de cara. Diámetro submento-
cois., 2008). bregmático 9,5 cm.

Presentaciones cefálicas parto, que es el suboccipitobregmático y que mide aproxi-


madamente 9,5 cm (FIGURA 18-3A Y FIGURA 18-4).
En la presentación cefálica el feto ofrece al estrecho su-
perior de la pelvis materna su polo cefálico. El punto de reparo de la presentación de vértice es la
fontanela posterior u occipital (FIGURA 18-5). Es la más
En relación con el grado de flexión de la cabeza, se dis- frecuente de todas las presentaciones y ocurre en el 95%
tinguen los siguientes tipos de presentación cefálica: vérti- de todos los partos (Avendaño, 1974; Rezende, 1982, De
ce u occipucio, bregma o sincipucio, frente y cara (FIGU-
Cherny & Pernoll, 1997).
RA 18-3).
Presentación de sincipucio o bregma. En esta pre-
Presentación de vértice u occipucio. Es la presen- sentación la flexión del polo cefálico no es completa (FIGU-
tación normal por excelencia. El feto se presenta en una RA 18-3B), de tal manera que la zona de la cabeza presen-
actitud de flexión completa y ofrece al estrecho superior de tada al estrecho superior de la pelvis es la fontanela anterior
la pelvis materna su occipucio, vale decir, la región occipital o bregma. Es la presentación en actitud militar, determinada
de su cabeza, la que forma el vértice del polo cefálico cuan-
por un discreto grado de deflexión de la cabeza. El diámetro
do el polo cefálico está bien flectado (FIGURA 18-3A). presentado en la presentación de sincipucio es el occipito-
La flexión completa lleva al polo cefálico del feto a ofre- frontal, que mide como promedio 12 cm (consultar Capítulo
cer su diámetro más pequeño para atravesar el canal del 1: Anatomía del aparato genital femenino, mama y pelvis ósea).

371
OBSTETRICIA

No es una presentación frecuente al final del parto (me-


nos del 1%), sin embargo, con cierta frecuencia el feto
inicia su descenso en el canal del parto con cierto grado
de deflexión y a medida que transcurre el parto logra su
transformación en presentación de vértice.
El punto de reparo de esta presentación es la fontanela
anterior o bregma, que en forma muy característica se en-
cuentra en el centro del canal del parto.

Presentación de frente. Es la más distócica de las pre-


sentaciones cefálicas. La región frontal es la presentada (FI-
GURA 18-3C). El diámetro presentado es el Occipitomento-
niano, el mayor de los diámetros cefálicos, con una longitud
promedio de 13,5 cm y una circunferencia de la cabeza fetal
de 36 cm (FIGURA 18-4). Es una presentación infrecuente
(1%). El punto de reparo es la nariz o el maxilar superior
(Benson, 1979; Sesmero & Carrascal, 2007).
FIGURA 18-4. Algunos diámetros de la cabeza del feto En ciertas ocasiones la presentación de frente puede
de término: 1. Suboccipitobregmático 9,5 cm; 2. Occipi- transformarse en presentación de cara o de vértice al co-
tofrontal 12 cm; 3. Occipitomentoniano 13,5 cm; 4. Sub- mienzo del trabajo de parto (Pritchard & MacDonald, 1980).
mentobregmático 9,5 cm.
Presentación de cara. Se caracteriza por la total ex-
tensión de la cabeza fetal, de tal manera que el occipucio
alcanza la columna cervicodorsal y el cuerpo fetal toma una
forma muy característica en S (FIGURA 18-3D) (Sesmero
& Carrascal, 2007).
El diámetro presentado por el polo cefálico al canal del
parto es el submentobregmático (9,5 cm). El punto de
reparo de la presentación es el mentón. Su frecuencia es
baja (del 2% al 3%) (Benson, 1979; Duff, 1981). Es una
presentación distócica, aunque menos anormal que la pre-
sentación de frente.

Presentación podálica
(presentación de nalgas-pelvis
en la nomenclatura inglesa)
En este tipo de presentación el feto ofrece al estrecho
superior de la pelvis materna su polo podálico (sus nalgas,
su pelvis). Su frecuencia es de aproximadamente el 3,5%
de los partos (Kauppila, 1975; Ylikorkata & Hartikainen-
Sorri, 1977; González-Merlo & Del Sol, 1982, De Cherny
& Pernoll, 1997).
La presentación podálica puede ser completa o incom-
pleta (Avendaño, 1974; Cabero Roura, 2007).

Presentación podálica completa (FIGURA 18-2B).


FIGURA 18-5. Representación esquemática de algunas En esta presentación el feto se encuentra en la misma ac-
suturas y fontanelas de la cabeza fetal: 1: Fontanela pos- titud de flexión que en la presentación de vértice, pero con
terior u occipital; 2: Fontanela anterior o bregma; 3: Su- los polos invertidos. Presenta al estrecho superior de la pel-
tura interparietal o sagital; BP. Diámetro bíparietal; BT. vis materna su polo podálico, constituido por las nalgas y
Diámetro biternporal. parte de las extremidades superiores flexionadas (pies). El
feto está sentado en cuclillas sobre el estrecho superior de
la pelvis materna.

372
El punto de reparo es el sacro. El diámetro de presenta- Posición fetal
ción es el bitrocanterio, de una longitud media de 9,5 cm.
Ocurre aproximadamente en el 2% de los partos (Schwarcz La posición fetal es la relación del dorso del feto con el lado
y cois., 1986). izquierdo o derecho del cuerpo de la madre.

En términos obstétricos más precisos, se define como


Presentación podálica incompleta (FIGURA 18-
posición a la relación del punto de reparo de la presen-
2C). El feto presenta al estrecho superior de la pelvis ma-
tación con el estrecho superior de la pelvis materna. Se
terna su polo podálico (nalgas), pero su actitud no es la
distinguen posiciones anteriores, posteriores, transversas y
descrita para la presentación de vértice y nalgas completas,
oblicuas. A su vez, las posiciones transversas y oblicuas
pues en este tipo de presentación las piernas no se en-
pueden ser derechas o izquierdas. En cada presentación se
cuentran flectadas sobre los muslos, sino que se encuen- distinguen ocho variedades de posición.
tran extendidas descansando sobre el cuerpo fetal, de tal
manera que el polo podálico presentado está constituido El nombre con que se designa la variedad de la posición
exclusivamente por las nalgas. se establece mencionando primero el punto de reparo de
la presentación, seguido del término ilíaco (que hace refe-
El punto de reparo también es el sacro y el diámetro
rencia a la pelvis), continuando con la ubicación derecha o
.esentado también es el biacromial. Esta presentación izquierda del punto de reparo respecto de la pelvis y final-
curre aproximadamente en el 1,5% de los partos (Pernoll mente indicando si ésta es anterior o posterior.
. Benson, 1987).
Posiciones de la presentación de vértice (FIGURA 18-6):

Presentación de tronco • Occípito-ilíaca-izquierda-anterior (OIIA).


(presentación de hombro-presentación • Occípito-ilíaca-izquierda-posterior (OIIP).
de acromión-presentación transversa) • Occípito-ilíaca-derecha-anterior (OÍDA).

En esta presentación la situación del feto es transversa. • Occípito-ilíaca-derecha-posterior (OIDP).


El feto ofrece al estrecho superior de la pelvis materna un • Occípito-ilíaca-transversa-izquierda (OITI).
hombro (FIGURA 18-2D). El punto de reparo es el acro- • Occípito-ilíaca-transversa-derecha (OITD).
mión. Es una presentación anormal que ocurre en el 1%
• Occípito-púbica (OP).
de los partos y que no permite el parto vaginal espontáneo
(Schwarcz y cois., 1986; Schwarcz y cois., 2008). • Occípito-sacra (OS).

OÍDA OITD OIDP

FIGURA 18-6. Representación esquemática de las diversas posiciones de la presentación de vértice. OIIA: Occípito-
ilíaca-izquierda-anterior; OITI: Occípito-ilíaca-transversa-izquierda; OIIP: Occípito-ilíaca-izquierda-posterior; OS: Oc-
cípito-sacra; OÍDA: Occípito-ilíaca-derecha-anterior; OITD: Occípito-ilíaca-transversa-derecha; OIDP: Occípito-ilíaca-
derecha-posterior; OP: Occípito-púbica.

373
OBSTETRICIA

SIDP SITI SIDA

FIGURA 18-7. Representación esquemática de las diversas posiciones de la presentación podálica. SUP: Sacro-ilíaca-
izquierda-posterior; SITD: Sacro-ilíaca-transversa-derecha; SIIA: Sacro-ilíaca-izquierda-anterior; SP: Sacro-púbica;
SIDP: Sacro-ilíaca-derecha-posterior; SITI: Sacro-ilíaca-transversa-izquierda; SIDA: Sacro-ilíaca-derecha-anterior; SS:
Sacro-sacra.

Los mismos tipos de posiciones se describen para las Para designar la posición en las presentaciones de hom-
presentaciones cefálicas deflectadas. Lo único que cambia bro (tronco) se emplea una nomenclatura similar.
es el punto de reparo.
Acromio-ilíaca-izquierda o derecha. También es preciso
Ejemplo: Naso-ilíaca-izquierda-anterior, mento-ilíaca- conocer si el dorso es anterior o posterior, de tal forma que
transversa-derecha, etcétera. en la presentación de tronco se diferencian cuatro posicio-
nes:
En la presentación podálica (completa o Incompleta) se
describen las siguientes posiciones (FIGURA 18-7): • Acromio-ilíaca-izquierda dorso anterior (AMA).
• Sacro-ilíaca-izquierda-anterior (SIIA). • Acromio-ilíaca-izquierda dorso posterior (AIIP).
• Sacro-ilíaca-izquierda-posterior (SIIP). • Acromio-ilíaca-derecha dorso anterior (AÍDA).
• Sacro-ilíaca-derecha-anterior (SIDA). • Acromio-ilíaca-derecha dorso posterior (AIDP).
• Sacro-ilíaca-derecha-posterior (SIDP).
• Sacro-ilíaca-transversa-izquierda (SITI).
Algunas consideraciones sobre
la cabeza del feto de término
• Sacro-ilíaca-transversa-derecha (SITD).
Es importante comentar algunos reparos anatómicos de la
• Sacro-púbica (SP).
cabeza del feto de término por su importancia en el parto.
• Sacro-sacra (SS).
El polo cefálico es la estructura menos modificable de
las que deben atravesar el canal pelviano durante el parto.
Las posiciones izquierda anterior y derecha posterior se En términos físicos, el parto es fundamentalmente el paso
orientan en el mismo diámetro pelviano (oblicuo). Igual su-
de la cabeza fetal por el canal pelviano.
cede con las posiciones izquierdas posteriores y derechas
anteriores. La posición transversa izquierda y transversa La cabeza fetal está formada por la cara y el cráneo. El
derecha se orientan en el diámetro transverso y las posi- cráneo está formado por los huesos frontales, los parietales,
ciones púbica y sacra se orientan en el diámetro antero- los temporales, la parte superior del hueso occipital y las
posterior. alas del esfenoides. Estos huesos están separados, en el
feto de término, por suturas y fontanelas (FIGURA 18-5).

374
Capítulo 18 Actitud, situación, presentación y posición fetal

Las suturas más importantes son: La medida promedio de la circunferencia del cráneo fetal
de término a distintos niveles es la siguiente:
• La sutura sagital, interparietal o biparietal, situada en-
tre ambos huesos parietales y entre la fontanela anterior • Circunferencia Suboccípito bregmática = 32 cm.
y posterior.
• Circunferencia occipitofrontal = 34 cm.
• La sutura frontal o metópica, situada entre los dos hue-
• Circunferencia occipitomentoniana = 36 cm.
sos frontales.
• Circunferencia Suboccípito frontal = 33 cm.
• La sutura coronaria o frontoparietal, situada entre los
huesos parietales y frontales. • Circunferencia submento bregmática = 32 cm.
• La sutura lambdoidea u occipitoparietal, situada entre
El diámetro biacromial o transverso mayor de los hom-
los huesos parietales y el occipital.
bros en el feto de término mide aproximadamente 12 cm y
el bitrocantéreo 9,5 cm.
Las fontanelas más importantes son la anterior o breg-
ma y la posterior u occipital (FIGURA 18-5).
Bibliografía
La fontanela anterior está situada en la línea media entre
ambos huesos parietales y ambos huesos frontales. Tiene Avendaño O. Esquemas de obstetricia. Santiago, Chile: Universitaria,
forma romboidea. Su diámetro anteroposterior mide 4 cm 1974.
en promedio y el transversal 3 cm en promedio (González- Benson RC. Diagnóstico y tratamiento gíneco-obstétrico. México: El
Merlo & Del Sol, 1982). Es más grande que la fontanela Manual Moderno SA, 1979.
posterior. Cabero R. El parto en nalgas: Conducta obstétrica. En: Obstetricia
y medicina materno fetal. Buenos Aires-Madrid: Panamericana,
La fontanela posterior, occipital o lambda está ubicada 2007; 987-97.
en la línea media, entre los huesos parietales y el occipital. De Cherny AH, Pernoll ML. Diagnóstico y tratamiento gíneco-obsté-
Tiene forma triangular y es de menor tamaño que la fonta- tricos. México: El Manual Moderno SA de CV, 1997; 241.
nela anterior. Duff P. Diagnosis and management of face presentaron. Obstet Gy-
Los diámetros más importantes de la cabeza del feto necol 1981; 57:105-12.
de término y sus dimensiones promedio son los siguientes González-Merlo J, Del Sol JR. Obstetricia. Barcelona: Salvat, 1982.
(FIGURA 18-4): Kauppila O. The perinatal mortality in breech deliveries and obser-
vations on affecting factors: A retrospective study of 2.277 cases.
• Suboccípito bregmático: se extiende desde el suboccipu- Acta Obstet Gynec Scand Suppl 1975; 39:1-79.
cio al bregma (9,5 cm) (FIGURA 18-3A). Pernoll ML, Benson RC. Current Obstetric & Gynecologic. Diagnosis
• Occipitofrontal: se extiende desde la fontanela posterior & Treatment. 6th ed. Norwalk, Connecticut: Appleton & Lange,
1987.
a la nariz (12 cm) (FIGURA 18-3B).
Pritchard JA, Mac Donald PC. Williams Obstetricia. Barcelona: Sal-
• Occipitomentoniano: se extiende desde la parte más vat, 1980.
prominente del occipital al mentón (13,5 cm) (FIGURA RezendeJ. Obstetricia. Río de Janeiro: Guanabara Koogan, 1982.
18-3C). Schwarcz RL, Fescina RH, Duverges CA. Canal del parto y móvil
fetal. En: Obstetricia. 6ta ed. Buenos Aires: El Ateneo, 2008; 35-
• Submentobregmático; se extiende desde la región sub-
50.
mentoniana al bregma (9,5 cm) (FIGURA 18-3D).
Schwarcz RL, Fescina RH, Duverges CA. Situación transversa del
• Suboccípito frontal: se extiende desde la región subocci- feto. En: Obstetricia. 6ta ed. Buenos Aires: El Ateneo, 2008; 607-
pital a la región más saliente de la frente (10,5 cm). 09.
Schwarcz RL, Duverges CA, Díaz DG, Fescina RH. Obstetricia. 4ta
• Biparietal: se extiende entre las partes más prominentes ed. Buenos Aires: El Ateneo, 1986.
de los parietales (9,5 cm). Sesmero M, Carrascal E. Distocias por deflexión de la cabeza. Parto
• Bitemporal: se extiende de un pterion a otro (8 cm). de sincipucio, frente y cara. En: Obstetricia y medicina materno
fetal. Buenos Aires-Madrid: Panamericana 2007; 999-1003.
Ylikorkata O, Hartikainen-Sorri AL. Valué of external versión ¡n fetal
malpresentation in combination with the use of ultrasound. Acta
Obstet Gynec 1977; 56:63-67.

375
El parto en presentación de vértice

A. Pérez

La presentación de vértice, denominada también occipital, terosuperior con el ombligo; a la izquierda en las posiciones
es la presentación normal (eutócica) y habitual. Ocurre en izquierdas y a la derecha en las posiciones derechas.
el 95% al 96% de los partos. Es una presentación cefá-
lica bien flectada, en la que el feto, en actitud de flexión Palpación, Es el recurso semiológico más importante
generalizada (ovoide fetal), acerca el mentón al esternón y para el diagnóstico de la presentación.
presenta al estrecho superior de la pelvis materna la región
Con este objeto se emplean las cuatro maniobras de
occipital, vale decir, el vértice del polo cefálico (FIGURA
Leopold (FIGURA 19-1), que además del diagnóstico de
18-2A). Esta marcada flexión cefálica determina que el
presentación proporcionan una clara orientación respecto
diámetro presentado sea el menor del polo cefálico, el su-
de la posición fetal.
boccípito bregmático, que habitualmente mide 9,5 cm. El
punto de reparo de la presentación es la fontanela posterior Por medio de las maniobras de Leopold en la presenta-
u occipital y la línea de orientación es la sutura sagital o ción de vértice se palpa el polo cefálico en el hipogastrio y
interparietal (FIGURA 18-5). el polo podálico que ocupa el fondo uterino. El primero se
palpa como un polo duro, regular, más pequeño, fácilmente
La presentación de vértice está determinada por las con-
abordable por la mano del examinador. El polo podálico se
diciones de normalidad materna, fetal y ovular que condu-
palpa de mayor tamaño, más irregular y más blando.
cen a esta condición de normalidad obstétrica (Cabero y
cois., 2007). Según el grado de descenso de la presentación en el
canal del parto, será el grado de "peloteo" que presentará
el polo cefálico en la región suprapúbica. Si éste no se ha
Diagnóstico de la presentación introducido, ni apoyado en el estrecho superior de la pelvis,
de vértice la presentación está flotante, presentará "peloteo", lo cual
significa que, especialmente por medio de la tercera ma-
En el último trimestre del embarazo y durante el trabajo de niobra de Leopold, el examinador puede desplazar hacia
parto el diagnóstico de presentación se efectúa por medio ambos lados la cabeza fetal. Este desplazamiento del polo
del examen obstétrico abdominal, del tacto vaginal y del duro en el líquido amniótico produce a quien examina la
examen ecográfico. sensación denominada "peloteo".
Si la presentación está apoyada o insinuada en el estre-
Examen obstétrico cho superior de la pelvis (presentación fija), se palpa fácil-
mente el polo cefálico, con sus características semiológicas
Inspección. En la presentación de vértice la inspección
en la región suprapúbica, pero sin movilidad.
abdominal muestra una situación longitudinal del conteni-
do uterino, con el polo mayor (podálico) ocupando el fondo Si la presentación ha descendido más en el canal del
uterino. parto, vale decir que se ha "encajado", la parte del polo ce-
fálico que se palpa en la región suprapúbica es más peque-
Auscultación. Los latidos cardiofetales (LCF) presen- ña, más profunda y por supuesto sin peloteo y en la cuarta
tan su foco de auscultación bajo el ombligo, en la parte maniobra de Leopold no pueden insinuarse los dedos entre
media de una línea imaginaria que une la espina ilíaca an- la presentación y la pelvis.

376
Capítulo 19 | El parto en presentación de vértice

FIGURA 19-1. Presentación de vértice. Palpación abdominal: A: Primera maniobra de Leopold; B: Segunda maniobra de
Leopold; C: Tercera maniobra de Leopold; D: Cuarta maniobra de Leopold.

Por medio de la segunda y cuarta maniobra de Leopold en la periferia del canal. Ambas fontanelas se encuentran
se puede diagnosticar también la posición fetal, ubicando unidas por la sutura sagital que ocupa el diámetro de orien-
el lado del abdomen materno en que se encuentran respec- tación de la presentación.
tivamente el dorso y las extremidades fetales y verificando
Cuando la presentación se deflecta (sincipucio), se esca-
si el dorso se encuentra en posición anterior o posterior. La
pa a la palpación vaginal la fontanela posterior y la fontanela
presentación de vértice que se da con mayor frecuencia es
anterior (bregma) ocupa la parte central del canal del parto.
anterior e izquierda.
En la práctica, valoramos el grado de flexión de la cabe-
La palpación abdominal también informa sobre el grado
za fetal por la ubicación periférica de la fontanela anterior y
de flexión del polo cefálico (cuarta maniobra de Leopold).
por la facilidad de palpar la fontanela posterior.
En la presentación de vértice la prominencia occipital se
encuentra al mismo lado de las extremidades fetales (con-
Descenso de la presentación. La exploración vaginal
sultar Capítulo 12: Semiología obstétrica. Diagnóstico del
permite evaluar el grado de descenso de la presentación en
embarazo).
el canal del parto, información fundamental en el manejo
del parto.
Tacto vaginal La presentación cefálica se considera encajada cuando
el diámetro ecuatorial de la cabeza fetal (diámetro biparie-
El diagnóstico planteado a través del examen abdominal
tal) se encuentra a nivel del estrecho superior de la pel-
debe ser corroborado por medio del tacto vaginal, especial-
vis, lo que en la práctica es sinónimo de que la parte más
mente durante el parto.
prominente de la presentación (el vértice del ovoide fetal)
Por medio del tacto vaginal en la presentación de vértice se encuentra a nivel del tercer plano de Hodge (FIGURA
se palpa el polo cefálico de consistencia ósea en el que se 19-2), vale decir, a nivel del plano de las espinas ciáticas
puede diferenciar la sutura interparietal o sagital que une de los huesos ilíacos.
ambas fontanelas, la fontanela occipital o posterior, que
El encajamiento de la presentación puede efectuarse en
es pequeña, casi virtual, de forma triangular y la fontanela
los últimos días del embarazo, como generalmente ocurre
anterior, más grande y de forma romboidal.
en las primigestas, o durante el parto mismo.
Además del diagnóstico de presentación por medio del
Cuando la cabeza fetal presenta una deformación muy
tacto vaginal se debe precisar el grado de flexión de la pre-
pronunciada puede ocurrir que la bolsa serosanguínea se
sentación, su grado de descenso en el canal del parto, la
palpe a nivel de las espinas sin que el diámetro biparietal
posición y el grado de asinclitismo.
haya alcanzado el nivel del estrecho superior de la pelvis
(Pernoll & Benson, 1987; Biswas & Craigo, 1998).
Flexión cefálica. En la presentación de vértice, a tra-
vés del tacto vaginal se palpa la fontanela posterior en la En la práctica clínica empleamos la nomenclatura pro-
periferia del canal del parto y la fontanela anterior en el otro puesta por De Lee para referirnos al grado de descenso de
extremo del correspondiente diámetro pelviano, también la presentación en el canal del parto.

377
OBSTETRICIA

FIGURA 19-2. Planos de Hodge. FIGURA 19-3. Esquema de la nomenclatura de De Lee


(espinas) para el diagnóstico de progresión del polo ce-
fálico en el canal del parto.
Se denomina nivel de espinas o espinas O a la presenta-
ción cuyo vértice ha alcanzado el plano de las espinas ciá-
ticas (encajada). Si el vértice de la presentación se encuen- Occípito-ilíaca-izquierda-posterior (OIIP): la fontanela
tra entre las espinas y el estrecho superior, referimos su posterior se ubica en la parte izquierda y posterior de
ubicación como espinas -1, -2 ó -3 según su altura. Si aún la pelvis, equidistante entre el promontorio y el extremo
no penetra en el canal del parto la denominaremos presen- izquierdo del diámetro transverso útil de la pelvis. La
tación flotante. Si ha penetrado y aún no está encajada, la sutura sagital está orientada oblicuamente, en el mismo
denominaremos fija. Cuando el vértice de la presentación diámetro que en OIIA.
ha traspasado el nivel de las espinas nos referiremos a su
ubicación como espinas +1, +2 y +3, ésta última cuando Occípito-ilfaca-derecha-anterior (OÍDA): la fontanela
alcanza el plano perineal (Pernoll & Benson, 1987; Biswas posterior se ubica en la parte derecha y anterior de la
&Craigo, 1998) (FIGURA 19-3). pelvis, equidistante entre la sínfisis del pubis y el extre-
mo derecho del diámetro transverso útil de la pelvis. La
Posición. El punto de reparo de la presentación de sutura sagital está orientada oblicuamente.
vértice es la fontanela posterior u occipucio, que se palpa Occípito-ilíaca-derecha-posterior (01DP): la fontanela
como un triángulo pequeño enmarcado por ambos huesos posterior se ubica en la parte derecha y posterior de la
parietales y el occipital, en un extremo de la sutura Ínter- pelvis, equidistante entre el promontorio y el extremo
parietal. derecho del diámetro transverso útil de la pelvis. La su-
La relación de la fontanela posterior con la pelvis ma- tura sagital está orientada oblicuamente en el mismo
terna determina el diagnóstico de posición. La ubicación diámetro que en OÍDA.
de la sutura interparietal determina el diámetro pelviano Occípito-ilíaca-izquierda-transversa (OIIT): la fontanela
en el cual se ha orientado la presentación, limitado en posterior se ubica en la parte izquierda de la pelvis; la
un extremo por la fontanela anterior y en el otro por la sutura sagital ocupa el diámetro transverso útil de la pel-
posterior. vis.
Se distinguen ocho posiciones en la presentación de vér- Occípito-ilíaca-derecha-transversa (OIDT): la fontanela
tice (FIGURA 18-6): posterior se ubica en la parte derecha de la pelvis; la su-
• Occípito-ilíaca-izquierda-anterior (OIIA): la fontanela tura sagital ocupa el diámetro transverso útil de la pelvis.
posterior se ubica en la parte izquierda y anterior de la Occípito-púbica (OP): la fontanela posterior se ubica en
pelvis, equidistante entre la sínfisis del pubis y el extre- relación con la sínfisis del pubis; la sutura sagital se
mo izquierdo del diámetro transverso útil de la pelvis. La orienta en el diámetro anteroposterior de la pelvis.
sutura sagital está orientada oblicuamente.

378
Capítulo 19 El parto en presentación de vértice

FIGURA 19-4. Sinclitismo y asínclitismo.

• Occípito-sacra (OS): la fontanela posterior se ubica en Mecanismo del parto


relación con el promontorio; la sutura sagital se orienta en la presentación de vértice
en el diámetro anteroposterior de la pelvis.
El mecanismo del parto en la presentación de vértice com-
En la mayoría de los casos la presentación de vérti- prende seis tiempos:
ce se introduce al canal del parto empleando el diáme-
tro transverso u oblicuo de la pelvis y son más frecuentes • Acomodación de la cabeza.
las posiciones transversas izquierdas y oblicuas izquierdas • Descenso de la cabeza.
anteriores (Benson, 1979; Pritchard & Me Donald, 1980;
Rezende, 1982; Schwarcz y cois., 1986). • Rotación interna de la cabeza y acomodación de los
hombros.
Sinclitismo-asinclitismo. Se denomina sinclitismo la • Desprendimiento de la cabeza y descenso de los hom-
ubicación en el canal del parto de la sutura interparietal a bros.
una distancia equidistante del promontorio y de la sínfisis
del pubis. • Rotación interna de los hombros y rotación externa de la
cabeza.
La desviación de esta sutura hacia el promontorio o ha-
cia el pubis, determina el asinclitismo, que puede ser ante- • Desprendimiento de los hombros.
rior o posterior. Si la sutura sagital se desvía hacia el pubis,
el parietal posterior descenderá más en el canal del parto Por razones didácticas estos seis tiempos se describirán
que el anterior y se denominará asinclitismo posterior. Si en forma separada. Sin embargo, algunos de ellos se reali-
por el contrario, la sutura sagital se acerca más al promon- zan simultáneamente.
torio, el parietal anterior descenderá más en el canal del Al iniciarse el trabajo de parto y en particular después
parto y se denomina asinclitismo anterior (FIGURA 19-4). de la rotura de las membranas, las contracciones uterinas
El grado de asinclitismo que tiene importancia en el des- más intensas tienden a enderezar al feto, con cierta pérdida
censo de la presentación se diagnostica por medio del tacto de su convexidad dorsal, aumento de la flexión cefálica y
vaginal, determinando la equidistancia de la sutura Ínter- mayor plegamiento de las extremidades al tronco. De esta
parietal entre el promontorio y la sínfisis pubiana (Cabero manera, el ovoide fetal se convierte en un cilindro, con la
y cois., 2007). menor sección transversal posible y más apto para atra-
vesar el canal del parto (FIGURA 19-5) (Pritchard & Me
Donald, 1980; Rezende, 1982).
Exámenes complementarios
Los movimientos (tiempos) que realiza el cilindro fetal
Frente a una duda diagnóstica respecto de la presen- para atravesar el canal del parto son pasivos y determi-
tación fetal, ya sea en la gestación o durante el trabajo de nados por la actividad contráctil del músculo uterino du-
parto, se puede recurrir a la ultrasonografía. La ultrasono- rante el período de dilatación y por la fuerza sumada de la
grafía informa además de la presentación, de la posición, contracción uterina y de los pujos maternos en el período
del grado de descenso, de la flexión y del asinclitismo, de la expulsivo.
ubicación placentaria, del tamaño fetal, etcétera.

379
OBSTETRICIA

za sobre el tórax, de tal forma que el mentón llega a tocar


el esternón, presentando así su diámetro más pequeño -el
suboccípito-bregmático- al estrecho superior de la pelvis.
Esta intensificación de la flexión cefálica se logra por acción
de las contracciones uterinas que impulsan al feto hacia el
canal del parto.

Descenso de la cabeza
Es el proceso de introducción y descenso de la cabeza
fetal a través del canal del parto. La FJGURA 19-6 muestra
el eje que sigue el feto en su trayecto por este canal. El
asinclismo juega un rol importante en el descenso (FIGU-
RA 19-4). Un movimiento de deslizamiento del parietal
posterior sobre el promontorio para caer en la concavidad
del sacro le permite descender con mayor facilidad. El pa-
rietal anterior se introduce secundariamente en la excava-
ción deslizándose por detrás de la sínfisis del pubis. La
alternancia del asinclitismo posterior y anterior colabora en
el proceso de descenso cefálico. El encajamiento es asinclí-
tico en el 75% de las presentaciones de vértice (González-
FIGURA 19-5. El cilindro fetal. Merlo & Del Sol, 1982). A medida que el polo cefálico va
descendiendo en el canal del parto se va completando el
proceso de flexión que se inició en el tiempo anterior.

Quien atiende un parto debe conocer perfectamente los Desde un punto de vista clínico se considera la presen-
tiempos del mecanismo de éste para poder valorar adecua- tación encajada cuando el vértice alcanza el nivel de las
damente su evolución y cooperar, cuando sea necesario, en espinas ciáticas (tercer plano de Hodge) y por lo tanto el
su prosecución (Cabero y cois., 2007). diámetro biparietal se encuentra a nivel del estrecho supe-
rior de la pelvis.

Acomodación de la cabeza En las presentaciones de vértice posteriores, la flexión


cefálica no se completa adecuadamente durante el descen-
Este primer tiempo se subdivide a su vez en dos sub- so de la presentación.
tiempos (Avendaño, 1974).

Orientación de la cabeza. La sutura sagital se ubica


en uno de los diámetros del estrecho superior de la pel-
vis para iniciar su introducción al canal del parto. En el
60% de los casos el diámetro escogido es el transverso y
la posición OITI (Caldwell y cois., 1934). Frecuentemente,
el diámetro escogido también es el oblicuo izquierdo y la
posición OÍDA.
No obstante, el diámetro de orientación depende en for-
ma importante de la morfología pelviana. En la pelvis gine-
coide la orientación habitualmente se hace en el diámetro
transverso. La pelvis antropoide favorece la presentación
oblicua posterior (Rezende, 1982). En la pelvis platipeloide
la orientación es casi obligatoriamente transversa. La orien-
tación en el diámetro anteroposterior a nivel del estrecho
superior es muy rara (0,5%) y generalmente se observa en
pelvis antropoides, en las cuales los diámetros anteroposte-
riores son mayores que los transversos.

Flexión de la cabeza. Ubicado en el diámetro a nivel FIGURA 19-6. Eje del canal del parto (eje del trayecto fe-
del estrecho superior, el feto completa la flexión de su cabe- tal durante el parto).

380
Rotación interna de la cabeza Desprendimiento de la cabeza
y acomodación de los hombros y descenso de los hombros
Es un tiempo fundamental en el mecanismo del parto El descenso y la rotación interna han llevado al polo ce-
de vértice, ya que para que el feto pueda ser expulsado fálico bien flectado al piso pelviano. Las contracciones ute-
o extraído del canal del parto, su polo cefálico debe estar rinas y los pujos maternos llevan al feto a apoyar su fonta-
orientado en el diámetro anteroposterior del estrecho infe- nela posterior bajo la sínfisis del pubis y con un movimiento
rior de la pelvis, vale decir, con la fontanela posterior en de extensión (deflexión) cefálico, desprende a través de la
relación con la sínfisis del pubis (OP). Con mucho menos vulva sucesivamente la frente, los ojos, la nariz, la boca y
frecuencia la fontanela posterior se puede ubicar a nivel del el mentón. Si la rotación interna de la fontanela posterior
sacro (OS). se realizó hacia el sacro (posterior), el desprendimiento de
la cabeza, que es más difícil, se realiza por flexión y no por
A medida que el polo cefálico va descendiendo en el
extensión.
canal del parto, se va produciendo la rotación interna, por
medio de la cual la fontanela posterior rota hacia la sínfisis Junto al desprendimiento cefálico se inicia el descenso
del pubis (rotación anterior) en un movimiento similar a de los hombros por el canal del parto, orientando el diáme-
la rotación de un tornillo. Esta rotación persigue adaptar tro biacromial en el diámetro transverso de la pelvis.
el diámetro suboccípito bregmático al diámetro anteropos-
terior de la pelvis. A nivel de la pelvis media, el diámetro
más estrecho es el transverso que une las espinas ciáticas
Rotación interna de los hombros
(diámetro interespinoso ± 1 1 cm), por lo cual al feto le y rotación externa de la cabeza
conviene orientarse a ese nivel en sentido anteroposterior,
Las contracciones uterinas y los pujos maternos im-
ofreciendo a la pelvis media el diámetro biparietal (9,5 cm).
pulsan a los hombros, que han venido descendiendo en
En la mayoría de los casos la rotación se va efectuando el diámetro transverso de la pelvis, a efectuar su rotación
como hemos descrito, en forma paulatina a medida que se interna de tal modo que un hombro se ubica debajo de la
realiza el descenso cefálico. Sin embargo, en algunas oca- arcada del pubis (anterior) y el otro en la horquilla vulvar
siones desciende el polo cefálico en el diámetro transverso (posterior).
u oblicuo hasta el piso pelviano y sólo allí realiza el movi-
Junto con rotar el diámetro biacromial en el interior de
miento de rotación interna. En el 5% de los casos la fonta-
la pelvis, se produce la rotación externa de la cabeza, de
nela posterior rota hacia el sacro (Pritchard & Me Donald,
tal manera que el occipucio fetal rota en 90°. La rotación
1980; Schwarcz y cois., 1986; Schwarcz y cois., 2008).
externa de la cabeza (restitución) se realiza hacia el mismo
Cuando la orientación y el descenso han ocurrido en el lado en que ocurrió su descenso por el canal del parto,
diámetro transverso (OITD u OITI), la rotación intrapélvica debido a que es el lado donde se encuentra el dorso fetal.
debe describir un arco de 90°. Si el descenso se realiza en Si la presentación era izquierda, el occipucio rotará hacia
OIIA u OÍDA, el arco de la rotación será de 45° y si el des- la tuberosidad ¡squiática izquierda y viceversa (Biswas &
censo se realiza en OIIP u OIDP, la rotación será de 135°, Craigo, 1998).
lo que demora más el proceso del parto y en ocasiones lo
En muchas ocasiones, especialmente en primigestas, el
detiene.
profesional que atiende el parto ayuda al feto en su rotación
Existen varias teorías para explicar la rotación interna de cefálica externa para colaborar a la rotación interna de los
la cabeza fetal. La más aceptada parece ser aquella que hombros, que especialmente cuando el feto es macrosó-
la explica por la contrapresión de los músculos perineales, mico es un tiempo que se realiza con dificultad (FIGURA
especialmente del músculo elevador del ano, al impulso 19-7).
inferido al feto por la presión intrauterina durante la con-
tracción (Rezende, 1982).
Desprendimiento de los hombros
Simultáneamente con la rotación interna, en este tiempo
se realiza la orientación de los hombros al estrecho superior Este tiempo habitualmente lo realiza el profesional que
de la pelvis. El diámetro biacromial (12 cm) debe buscar un atiende el parto. El hombro anterior se desencaja primero
diámetro de orientación en el estrecho superior para iniciar deslizándolo bajo la horquilla del pubis. Luego, levantando
su descenso. Debemos recordar que el diámetro biacromial al feto, el hombro posterior se desliza sobre la horquilla
es perpendicular al diámetro suboccípito bregmático (su- vulvar. La expulsión del hombro posterior es seguida de
tura interparietal), de tal manera que cuando el diámetro la expulsión del tronco, nalgas y extremidades sin mayor
cefálico rota a OP, el diámetro biacromial se orienta en el dificultad, completándose el parto del feto.
diámetro transverso de la pelvis.

381
OBSTETRICIA

pítulo 15: Fisiología de la contracción uterina-, Capítulo 17:


El parto-, y Capítulo 34: Evaluación de la condición fetal
durante el trabajo de parto}.
Los cardiotacómetros disponen de una cápsula de pre-
sión que se coloca sobre la pared anterior o fondo uterino
para registrar las contracciones, de un sistema de ultraso-
nido para registrar los LCF en forma continua y de un sis-
tema de registro simultáneo de ambos fenómenos, que ha
demostrado ser de gran utilidad en la conducción del parto
y especialmente del parto de alto riesgo (FIGURA 17-3).
Las contracciones uterinas durante el período de dila-
tación en el parto de vértice deben tener una frecuencia
de 4 en 10 minutos, una duración promedio de 45 a 50
segundos y una intensidad ideal de 50 mmHg en el acmé
FIGURA 19-7. Rotación externa de la cabeza. Parto de los de la contracción. El útero debe relajarse completamente
hombros. entre las contracciones.
La hipodinamia y la incoordinación de la dinamia du-
rante el período de dilatación del parto de vértice pueden
Atención del parto en presentación corregirse por medio de los siguientes procedimientos:
de vértice • Lateralización de la paciente. La lateralización de la
madre en trabajo de parto produce aumento de la inten-
Como ya hemos planteado, la presentación de vértice ocu- sidad y de la frecuencia de las contracciones uterinas, y
rre en el 95% al 96% de los partos, por esto la matrona, la una significativa coordinación de la dinámica (Caldeyro-
enfermera-matrona y el médico obstetra deben ser adecua- Barcia& Poseiro, 1959).
damente entrenados en la correcta técnica de atención o
asistencia de este tipo de parto, ya que constituye el queha- • Rotura de la bolsa de las aguas (RAM). Desde hace
cer diario de la obstetricia. Debido a su alta frecuencia, es décadas, los obstetras clínicos hemos estimado que en
durante el parto de vértice cuando los profesionales se ven el parto de vértice con la presentación insinuada en el
con mayor frecuencia requeridos a extremar la vigilancia estrecho superior de la pelvis (fija) o encajada, con una
maternofetal, para obtener del parto una madre sana y un dilatación cervical de 4 cm o más y con un borramiento
recién nacido con toda su capacidad física e intelectual que cervical adecuado, la ruptura artificial de las membranas
le permita enfrentar su vida con la plenitud de su potencia- es un procedimiento que acelera el trabajo de parto. Sin
lidad genética, somática y psíquica. embargo, estudios clínicos bien planeados y bien reali-
zados, en base a la "medicina basada en evidencias" no
han logrado demostrar esta afirmación. La RAM permite
Atención del período de dilatación valorar la condición del líquido amniótico, reemplaza la
en el parto de vértice cuña de la bolsa de las aguas por el polo cefálico del
feto, que creemos produce un mejor efecto dilatante en
El diagnóstico del inicio del trabajo de parto, la prepara- un cuello que ha alcanzado 4 cm o más de dilatación,
ción de la madre para el parto y la conducción del período facilita el descenso del polo cefálico en la pelvis, au-
de dilatación han sido analizados en el Capítulo 17: El par- menta la frecuencia e intensidad de las contracciones
to y pueden ser válidamente aplicados al parto de vértice. uterinas y por lo tanto determina una progresión más
rápida del parto (Schwarcz y cois., 1986).
Durante el período de dilatación se deben registrar los
signos vitales de la madre (temperatura, pulso, presión Para proceder a la ruptura de las membranas la presen-
arterial, frecuencia respiratoria) cada dos horas. Debemos tación debe estar por lo menos apoyada sobre el estre-
insistir en el atento control de la dinámica uterina y del cho superior de la pelvis. Proceder a romper las mem-
bienestar fetal durante esta etapa del parto. La dinámica branas ovulares con la presentación flotante predispone
uterina se puede valorar por medio de la palpación de la al grave accidente obstétrico denominado prolapso del
pared uterina o por medio de un cardiotacómetro externo; cordón umbilical. El cordón "cae" por delante de la ca-
el bienestar fetal se puede valorar por medio de la ausculta- beza fetal a la pelvis y puede ser comprimido durante
ción de los latidos cardiofetales, ya sea con el estetoscopio la contracción por la presentación contra el canal del
de Pinard o por medio de instrumentos de ultrasonido o por parto, ocasionando la consiguiente hipoxia fetal, que
la determinación en ciertas circunstancias especiales de los puede determinar la muerte del feto si éste no se extrae
gases de la sangre del cuero cabelludo fetal (consultar Ca- prontamente o se reduce la procidencia del cordón.

382
Capítulo 19 El parto en presentación de vértice

Partidarios de la atención psicoprofiláctica del parto Por medio del tacto vaginal durante el período de dilata-
(parto natural) preconizan la conservación de las mem- ción se valoran la dilatación cervical, el grado de descenso
branas intactas hasta los 9 ó 10 cm de dilatación, con de la presentación, el estado de las membranas ovulares,
el objeto de lograr contracciones menos dolorosas. la posición de la presentación, las características de la pel-
vis, etc. En los casos de ruptura prematura de membranas
Para practicar la RAM el profesional introduce su mano
se debe restringir al máximo posible el número de tactos
izquierda en la vagina hasta que el dedo medio alcance
vaginales.
la bolsa de las aguas. Con la mano derecha desplaza
una pinza, que generalmente es una mitad de una pin- Para apreciar el grado de adelgazamiento, consistencia y
za Kocher desarticulada, entre el dedo índice y el dedo dilatación del cuello uterino por medio del examen vaginal,
medio, hasta el extremo de éste último y con la punta de se debe palpar el cuello contra el polo cefálico fetal. Así,
la pinza procede a "romper" las membranas, en el polo especialmente cuando la dilatación es avanzada y el cuello
inferior del huevo. Esta maniobra, que no produce dolor delgado, se facilita la valoración semiológica.
en la madre, es más fácil mientras más prominentes se
Para valorar el descenso de la presentación se relaciona el
encuentran las membranas. Al deslizar la pinza entre los
vértice de ella con el plano de las espinas ciáticas de la pel-
dedos medio e índice de la mano izquierda, se guía la
vis media (FIGURA 19-3). El examen abdominal también
pinza hacia el polo inferior del huevo y se protegen las
permite valorar el descenso de la presentación, especialmen-
paredes vaginales.
te por medio de la tercera y cuarta maniobra de Leopold.
Aceleración ocitócica. Si la RAM y la lateralización de la
Durante el período de dilatación es preciso analizar cada
paciente no consiguen modificar la dinámica uterina y
dos a tres horas la progresión de la dilatación cervical, la
las condiciones obstétricas lo permiten, se puede recu-
dinámica uterina, la condición materna, la condición fetal y
rrir a la infusión intravenosa de ocitocina. Para la admi-
el progreso del parto con el objeto de determinar la conduc-
nistración de ésta se recomienda el empleo de bombas
ta que se deberá seguir.
de infusión continua de débito regulable o en su defecto,
fleboclisis gota a gota. Con este objetivo, una unidad de Recomendamos el empleo de anestesia de conducción
Syntocinón® (ocitocina) se disuelve en 500 mL de suero (peridural) como analgésico del período de dilatación en el
glucosado al 5% y se calcula la velocidad de la infusión parto de vértice (consultar Capítulo 26: Anestesia en obs-
intravenosa, de tal manera de iniciar la administración tetricia). Recomendamos la administración de la primera
con una miliunidad de ocitocina por minuto (Caldeyro- dosis de anestesia cuando la dilatación cervical alcanza
Barcia & Poseiro, 1959). La aceleración del parto con los 4 cm, aunque no necesariamente tiene que existir una
ocitocina requiere estricto control de la dinámica y de correlación precisa entre la dilatación cervical y la primera
los LCF, lo cual puede obtenerse por palpación o por dosis de anestesia. No obstante, es habitual en el parto de
procedimientos cardiotocográficos. La dosis de ocitocina vértice de evolución normal que, alcanzados los 4 cm de
se ajustará de acuerdo con la respuesta uterina. Una dilatación, se coloque el catéter peridural y la primera dosis
madre con aceleración ocitócica requiere control profe- del anestésico, y se observe atentamente la necesidad de
sional permanente. aceleración ocitócica después de la anestesia. Habitual-
mente, la misma anestesia peridural continua se mantiene
En ocasiones, la anestesia de conducción (peridural) pro-
durante el período expulsivo.
duce disminución de la dinámica uterina, que se corrige
fácilmente con la administración de ocitocina en la for-
ma descrita en el párrafo anterior. Especial atención debe Atención del período expulsivo
prestar el profesional que conduce el trabajo de parto a la en el parto de vértice
hipertonía, a la hiperdinámica y a la contractura uterina,
condiciones que ponen en peligro la vida del feto. La posición de la madre en la mesa de parto, la ubica-
Frente a una hipertonía o hiperdinámica, se debe tratar ción del profesional que atiende el parto, la iluminación, el
instrumental necesario y los profesionales que participan
de determinar la causa que la produce y suprimirla en
forma inmediata. En ocasiones ésta puede ser yatrogé- en la atención de la madre y del recién nacido han sido
descritos en el Capítulo 17: El parto.
nica (exceso de ocitocina). La lateralización de la madre,
la administración de oxígeno y el empleo de tocolíticos Una vez lavada y aseptizada la región abdominal, vul-
son medidas útiles para aliviar la condición fetal; al per- voperineoanal y la cara interna de los muslos, se cubren
sistir la hipertonía o contractura uterina se debe proce- con paños estériles que incluyen las extremidades inferio-
der a la extracción urgente del feto. El desprendimiento res y sólo dejan sin cubrir el espacio vulvoperineal. Quien
prematuro de placenta normoinserta o abruptio p/acen- atiende el parto debe usar gorro y mascarilla y proceder al
tae, es causa frecuente de contractura uterina (consultar lavado quirúrgico de sus manos. Luego cubrirá su cuerpo
Capítulo 40: Metrorragias de la segunda mitad de la con un delantal esterilizado y empleará también guantes
gestación). estériles.

383
OBSTETRICIA

Se debe corroborar en ese momento la dilatación cer- minuto, no debemos considerar esta baja de LCF como un
vical (completa), el estado de las membranas, la posición sufrimiento fetal agudo y tomar medidas precipitadas. Fren-
del polo cefálico y la altura del vértice de la presentación te a este tipo de bradicardia del período expulsivo debemos
(occipucio) respecto del nivel de las espinas. SI las mem- comprender que en las próximas 5 ó 6 contracciones el
branas están intactas se debe practicar RAM valorando la feto habrá nacido y se podrá oxigenar apropiadamente. Lo
condición del líquido amniótico. que deseo dejar claramente establecido es que la bradicar-
dia fetal que acompaña a una contracción uterina no tiene
Si la dilatación está completa y las membranas rotas el mismo significado durante el período de dilatación que
se debe instar a la madre a pujar durante la contracción durante el período expulsivo, cuando faltan 4 ó 5 minutos
uterina, para lo cual la madre debe tomar las manillas de
para el nacimiento del feto y si fuese necesario, el profesio-
la mesa de parto, hacer una inspiración profunda y presio- nal que atiende el parto puede terminarlo rápidamente por
nar fuertemente con su prensa abdominal y el diafragma
medio de la aplicación de fórceps o vacum.
fijo, para lograr el descenso del polo cefálico a través del
canal del parto. Durante cada contracción la madre puede Cuando la madre no ha recibido anestesia, al comple-
realizar varios pujos. Al pujar, el aire debe ser expulsado tarse la dilatación cervical y descender la presentación al
lentamente desde el árbol respiratorio. Se debe compro- piso perineal, siente una inminente sensación de pujo que
bar la posición de la cabeza fetal ubicando la relación de habitualmente no puede dominar.
la fontanela posterior con la pelvis. Si la posición no es
Cuando la rotación interna de la cabeza lleva la fonta-
occípito-púbíca, es posible ayudar a la rotación interna de
nela posterior hacia el pubis (OP), el desprendimiento de
la cabeza durante el pujo, presionando con la punta de los
la cabeza fetal se realiza por un movimiento de deflexión
dedos índice y medio colocados en la vertiente parietal de
(extensión), por lo que sucesivamente aparecen por la hor-
la fontanela posterior. El objeto de esta maniobra es llevar
quilla de la vulva la frente, los ojos, la boca y luego el
la fontanela posterior hacia la sínfisis del pubis, lo que ha-
mentón del feto.
bitualmente ayuda al proceso de expulsión.
En algunas ocasiones (5%), especialmente cuando la
En ocasiones la dilatación cervical se detiene en 8 a presentación inicia su descenso por el canal pelviano en al-
9 cm y el vértice de la presentación se detiene a nivel de guno de los diámetros oblicuos, pero con el occipucio ubi-
espinas y en muchos de estos casos se puede comprobar cado en la región posterior del canal, la fontanela posterior
que la rotación interna aún no se ha efectuado. Al ayudar rota hacia el sacro en lugar de hacia el pubis, determinando
la rotación a OP se consigue habitualmente que la dilata- la presentación de vértice posterior u occípito-sacra (OS).
ción cervical se complete rápidamente y la presentación En algunos de estos casos (1% de los partos de vértice)
descienda. No obstante, es preciso recordar que en ciertas el expulsivo puede evolucionar en forma espontánea, des-
ocasiones la presentación desciende hasta muy abajo en prendiéndose la cabeza fetal con la región occipital hacia
el canal del parto en posición transversa y sólo rota a OP el sacro materno y la cara fetal mirando hacia el pubis de
en el último momento, antes del desprendimiento cefálico. la madre: la frente del feto progresa hasta que la raíz de
Consideramos que la duración del período expulsivo en un la nariz se sitúa debajo de la sínfisis del pubis y actuando
parto de vértice no debe exceder los 40 minutos. como una bisagra por un mecanismo de flexión progresiva
Como ya hemos visto, las contracciones uterinas del ex- aparecen por la vulva los parietales y el occipucio; luego
pulsivo son largas ((60 segundos), frecuentes (cada 1 a 2 la cabeza fetal se deflexiona, desprendiéndose la nariz, la
minutos) y más intensas que las del período de dilatación, boca y el mentón.
ya que a la fuerza de la contracción uterina se suma la En otras ocasiones la presentación de vértice en occí-
fuerza del pujo materno. pito-sacra no evoluciona en forma espontánea y se debe
practicar una rotación manual en 180°, o una rotación mix-
Durante el período expulsivo del parto de vértice, el pro-
ta (manual-fórceps).
fesional (matrona o enfermera-matrona) que colabora en
la atención del parto debe auscultar los LCF después de Se consideran como factores que favorecen la rotación
cada contracción uterina, con el objeto de detectar signos de la cabeza fetal hacia el sacro: la pelvis androide, la pel-
de hipoxia fetal y comprobar la adecuada relajación uterina vis antropoide y la deflexión de la cabeza fetal en el canal
entre las contracciones. del parto (Pérez, 1945; Peralta-Cayon, 1956).
Durante los pujos es frecuente que se produzca bradi- En partos con unidad fetoplacentaria que se presume
cardia fetal, determinada por la disminución de la oxigena- con reserva inadecuada, el período expulsivo es de riesgo y
ción fetal y por la compresión de la cabeza fetal contra el debe suprimirse (fórceps o vacum),
canal del parto, especialmente contra el piso perineal.
A medida que avanza la expulsión, quien atiende el par-
Cuando la expulsión fetal va progresando adecuada- to debe comprobar el descenso y la rotación de la presen-
mente y la bradicardia no sobrepasa los 100 latidos por tación.

384
La maniobra de Kristeller, que consiste en la compre- El cordón umbilical se secciona entre pinzas hemostáti-
sión del fondo uterino que un ayudante efectúa durante la cas colocadas a unos 10 cm de la pared abdominal del re-
contracción uterina en el período expulsivo puede ser útil cién nacido. Seccionado el cordón, se entrega al niño para
en los momentos finales del parto. Esta maniobra realizada su atención neonatal.
en forma inadecuada, puede dar origen a tremendas com-
Luego se obtiene una muestra de 10 mL de sangre del
plicaciones obstétricas: rotura uterina, hemorragia cerebral
cabo placentaño del cordón umbilical para determinación
del feto, traumatismo fetal, etc. Sin embargo, realizada cui-
de Rh, grupo sanguíneo, hematocrito, hemoglobina, bili-
dadosamente es una ayuda útil, principalmente en el últi-
rrubina y cualquier otro examen que pueda considerarse
mo momento del período expulsivo y en especial cuando la
necesario.
madre ha recibido anestesia de conducción. Para practicar
la maniobra de Kristeller debe existir una coordinación pre- Una vez entregado el recién nacido, quien atiende el
cisa entre quien la realiza y quien atiende el parto. Éste parto debe realizar una inmediata revisión del canal del
último debe valorar el avance de la presentación en el mo- parto en orden de hacer hemostasia de vasos arteriales o
mento que se presione el fondo uterino. venosos que pueden haberse desgarrado durante el expul-
sivo y que en ocasiones sangran copiosamente.
La maniobra de Kristeller sin dilatación completa, con
el vértice no encajado o cuando se sospecha una incom- Luego se procede a asistir el tercer tiempo del parto, el
patibilidad cefalopelviana está totalmente contraindicada. alumbramiento, y a revisar cuidadosamente la placenta y
Insistimos, sólo es una adecuada auxiliar de la asistencia el canal del parto, revisión que puede incluir la revisión
del período expulsivo cuando se utiliza en forma suave y instrumental de la cavidad uterina (consultar Capítulo 17:
como coadyuvante de los 4 ó 5 últimos pujos maternos. El parto).
En el momento del parto de la cabeza, debemos prote-
ger firmemente la región perineal por medio de una com- Modificaciones plásticas de la cabeza
presa sostenida con la mano derecha. Esta protección se fetal en el parto en presentación
debe realizar aunque se haya practicado perinectomía.
de vértice
Inmediatamente después de producida la expulsión de
Estas modificaciones plásticas de la cabeza fetal son más
la cabeza se procede a rotarla en 90°, llevando el occipucio
marcadas mientras más difícil y prolongado ha sido el paso
hacia la tuberosidad isquiática del mismo lado en que éste
del feto por el canal del parto.
descendió por la pelvis, a limpiar la cara del recién nacido
con una compresa y a aspirar las secreciones de la boca
y de las fosas nasales. Esta última maniobra es de im- Cabalgamiento de los huesos craneanos
portancia especialmente cuando el líquido amniótico está
contaminado de meconio. Los huesos craneanos del feto sufren un moldeamiento
importante y progresivo a medida que la cabeza se adapta
A continuación se produce el parto de los hombros. Ha- al canal del parto.
bitualmente éste es realizado por quien atiende el parto,
para lo cual toma entre ambas manos la cabeza fetal la- El diámetro occipitomentoniano experimenta un alarga-
teralizada, llevándola hacia abajo hasta desprender de la miento notable en comparación con los otros diámetros. Esta
arcada pubiana el hombro anterior y luego en la misma deformación plástica del cráneo, muy llamativa en la presen-
forma levanta la cabeza fetal hasta desprender la horquilla tación de vértice, se hace a expensas de un cabalgamiento
vulvar el hombro posterior (FIGURA 19-7). En fetos ma- óseo que clásicamente se presenta en la siguiente forma:
crosómicos (sobre 4.500 g) el desprendimiento del hombro los parietales se superponen entre sí a nivel de la sutura
anterior suele ser difícil, llegando en casos desafortunados longitudinal, y tanto el frontal como el occipital se acomo-
a producir fractura clavicular y/o lesión del plexo braquial dan por debajo de los parietales. Esta situación hace que las
(consultar Capítulo 62: Evaluación del recién nacido). Rea- fontanelas aparezcan a veces muy disminuidas de tamaño,
lizado el parto de los hombros, el resto del cuerpo fetal sale guardando relación con el grado de imbricación ósea.
al exterior sin dificultad. Excepcionalmente puede observarse cabalgamiento de
El cordón umbilical se secciona antes de los 30 segun- la sutura metópica. Esta circunstancia ocurre cuando los
dos después del parto. huesos frontales, normalmente fusionados en el momento
del nacimiento, aún no lo han hecho (Silva, 1984).
Si el niño nace deprimido o es necesario completar su
aspiración, se debe seccionar rápidamente el cordón y en-
tregar a quien le proporcione atención apropiada e inme-
diata.

385
OBSTETRICIA

Máscara equimótica Se reabsorbe espontáneamente entre diez y noventa


días; la duración depende de su tamaño y de su eventual
La máscara equimótica se manifiesta ante cualquier calcificación. En ocasiones se deposita calcio en todo el au-
causa que comprima los vasos del cuello del recién nacido mento de volumen, constituyendo una verdadera exostosis,
impidiendo el normal retorno venoso tributario de la vena lo que retarda meses su reabsorción total. En otras opor-
cava superior. Las principales causas determinantes de tunidades sólo calcifica el periósteo, lo que produce una
esta anomalía son las circulares apretadas del cordón o los crepitación muy característica a la palpación (Silva, 1984).
partos con un período expulsivo prolongado o dificultoso.
El recién nacido presenta intenso color violáceo circuns- Bibliografía
crito a la cara, que hace pensar en cianosis. La oxigenación
no muestra resultado efectivo. La equimosis se acompaña AvendañoO. Esquemas de obstetricia. Santiago, Chile: Universitaria,
1974.
de cierto grado de edema palpebral y de petequias distri-
buidas en toda la zona. Es frecuente que este cuadro pro- Benson RC. Diagnóstico y tratamiento gíneco-obstétrico. México DF:
El Manual Moderno, 1979.
duzca extensas hemorragias subconjuntivales y retínales
concomitantes. La reabsorción de este proceso se realiza Biswas MK, Craigo SD. Curso y atención del trabajo de parto y par-
tos normales. En: DeCherney AH, Pernoll ML. Diagnóstico y tra-
espontáneamente en uno a tres días y no necesita trata-
tamiento gíneco-obstétrico. México: El Manual Médico Moderno,
miento. 1998; 241.
Cabero L, Saldívar D, Cabrillo E. Obstetricia y medicina materno
Bolsa serosanguínea fetal. Buenos Aires-Madrid: Panamericana, 2007.
Caldeyro-Barcia R, Poseiro J. Oxitocin and contractility of pregnant
Se la conoce también con el nombre de "chichón del human uterus. Ann NY Acad Sci 1959; 75: 813-30.
recién nacido" o caput succedaneum. Es una deformación Cadwell WE, Moloy HC, D'Esopo DA. A roentgenologic study of the
cefálica producida por edema del cuero cabelludo. Su su- mechamsm of engagement of the fetal head. Am J Obstet Gyne-
perficie es equimótica y deja una fosita edematosa o signo col 1934; 28:824-41.
de Godet a la compresión digital. Tiene forma alargada en Eastman NJ, Hellman LM. Williams' Obstetrics. New York: Appleton-
dirección occipitofrontal como consecuencia de la impre- Century-Crofts 1961.
sión que deja la vulva materna en el polo de proyección de González-Merlo J, Del Sol JR. Obstetricia. Barcelona: Salvat, 1982.
la cabeza fetal. Se reabsorbe espontáneamente en veinti- Jill LG. Aspectos esenciales de ia valoración y el cuidado del neonato
cuatro a cuarenta y ocho horas. normal. En: DeCherney AH, Pernoll ML. Diagnóstico y tratamien-
to gíneco-obstétrico. México: El Manual Moderno, 1998; 275.
Peralta-Cayon R. Obstetricia y clínica obstétrica. Bogotá: Antares,
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Pérez ML. Tratado de obstetricia. Vol I. 5ta ed. Buenos Aires: Aniceto
Es una hemorragia subperióstica que afecta los huesos
López, 1945; 383.
craneanos, particularmente los parietales. Puede ser único
Pernoll ML, Benson RC. Current Obstetric & Gynecologic Diagnosis
o múltiple. Su frecuencia en algunas revisiones alcanza el
& Treatment. 6ta ed. Norwalk, Connecticut: Appieton & Lange,
2,9% de los recién nacidos (Silva, 1984). 1987.
El desprendimiento del periósteo se produce por la ac- Pritchard JA, McDonald PC. Williams Obstetricia. México DF: Salvat
ción de una fuerza tangencial al hueso afectado ejercida por Mexicana de Ediciones, 1980.
la pelvis materna durante el encajamiento de la cabeza fetal. Rezende J. Obstetricia. Río de Janeiro: Guanabara Koogan, 1982.
Schwarcz R, Fescina R, Duverges C. Atención del parto. En: Obstetri-
El cefaiohematoma es renitente, no sobrepasa los bor-
cia. 6ta ed. Buenos Aires: El Ateneo, 2008; 467-88.
des de las suturas y está delimitado por éstas en su contor-
Schwarcz RL, Duverges CA, Díaz AG, Fescina RN. Obstetricia. 6ta
no (Jill, 1998).
ed. Buenos Aires: El Ateneo, 1986.
Silva E. Influencia del parto sobre el recién nacido. En: Pérez Sán-
chez A. Perinatología. Santiago, Chile: Mediterráneo, 1984; 147.

386
Presentaciones cefálicas deflectadas

A. Pérez

Las presentaciones cefálicas deflectadas son aquellas en El punto de reparo es el mentón y la línea de orienta-
que el feto presenta al estrecho superior de la pelvis mater- ción es la línea facial, que une el mentón a la fontanela
na el polo cefálico inadecuadamente flectado o deflectado. anterior.

Según el grado de deflexión del polo cefálico se distingue La presentación de cara es más distócica que la de vérti-
la presentación de sincipucio, frente y cara (FIGURA 20- ce, pero menos que la de frente. Es una presentación poco
1) (Audra & Jacquot, 1988; Sesmero & Carrascal, 2007; frecuente; se estima una incidencia en 1 por cada 500 a
D'Angelo, 2004). 600 partos (Duff, 1981; Guimaraes Filho, 1982; Schwarcz
y cois., 2008).
Las causas primitivas son escasas y generalmente son
de origen fetal (tumores del cuello, anencefalia, etc.). Ha-
bitualmente la causa determinante actúa durante el parto
pudiendo ser materna, fetal u ovular. Las más frecuentes
son la prematurez, la macrosomía, la anencefalia, la gran
multiparidad y la desproporción cefalopélvica (Duff, 1981;
Pernoll & Benson, 1987).
Las posiciones se denominan mentoilíacas. Se puede
D establecer con facilidad la relación entre la posición de cara
y la respectiva de vértice que la originó por extensión. Así
por ejemplo la posición occípito-ilíaca-izquierda-anterior
FIGURA 20-1. Presentaciones cefálicas. Diverso grado de
(OIIA) al deflectarse origina la posición mento-ilíaca-dere-
flexión del polo cefálico: A: Vértice; B: Bregma o sincipu-
cha-posterior (MIDP).
cio; C: Frente; D: Cara.
Las posiciones en la presentación de cara son:
• Mento-ilíaca-derecha-posterior (MIDP). El mentón se
Presentación de cara ubica en la parte derecha y posterior de la pelvis, equi-
distante entre el promontorio y el extremo derecho del
Se caracteriza por la total extensión de la cabeza, de tal diámetro transverso útil de la pelvis.
manera que el occipucio alcanza el dorso fetal. Esta fuerte
extensión cefálica determina una marcada lordosis de la • Mento-ilíaca-izquierda-anterior (MIIA). El mentón se
columna cervicodorsal que confiere al feto la forma gene- ubica en la parte izquierda y anterior de la pelvis, equi-
ral de una S, con una incurvación de concavidad posterior distante entre la sínfisis del pubis y el extremo izquierdo
(FIGURA 20-1) (Cucco, 1966). del diámetro transverso útil de la pelvis.

El diámetro que ofrece esta presentación al estrecho su- • Mento-ilíaca-izquierda-posterior (MIIP). El mentón se
perior de la pelvis es el submentobregmático (9,5 cm), de ubica en la parte izquierda y posterior de la pelvis, equi-
similar longitud al suboccipitobregmático de la presenta- distante entre el promontorio y el extremo izquierdo del
ción de vértice. diámetro transverso útil de la pelvis.

387
OBSTETRICIA

• Mento-ilíaca-derecha-anterior (MIDA). El mentón se ubi- La acomodación de la cabeza incluye dos subtiempos:


ca en la parte derecha y anterior de la pelvis, equidis- la orientación que generalmente se hace en posición MIDP
tante entre la sínfisis del pubis y el extremo derecho del o MIIA y la extensión (en lugar de flexión como en el parto
diámetro transverso útil de la pelvis. de vértice). Por medio de la extensión marcada, el polo ce-
fálico logra presentar el diámetro submentobregmático de
• Mento-ilíaca-izquierda-transversa (MIIT). El mentón se
longitud similar al suboccipitobregmático.
ubica en la parte izquierda de la pelvis; la línea facial
ocupa el diámetro transverso máximo de la pelvis. El descenso se produce en forma lenta y dificultosa, de-
bido a que se pierde algo de la extensión cefálica en el
• Mento-ilíaca-derecha-transversa (MIDT). El mentón se
canal del parto y a que a los diámetros cefálicos se suma el
ubica en la parte derecha de la pelvis. La línea facial
espesor del tórax. Para que prosiga el mecanismo del parto
ocupa el diámetro transverso máximo de la pelvis.
es necesario que el mentón rote hacia delante (hacia el
• Mento-púbica (MP). El mentón se ubica en relación con pubis). Si el mentón rota hacia el sacro, el mecanismo del
la sínfisis del pubis. La línea facial se orienta en relación parto no prosigue, por la imposibilidad del descenso de la
al diámetro anteroposterior de la pelvis. presentación y constituye indicación de operación cesárea.
• Mento-sacra (MS). El mentón se ubica en relación con Orientada la cabeza en el diámetro anteroposterior de
el promontorio; la línea facial se orienta en el diámetro la pelvis inferior, con el mentón en el ángulo subpubiano,
anteroposterior de la pelvis. se produce el desprendimiento cefálico por un movimiento
de flexión.
La MIIA y la MIDP sumadas abarcan el 90% de las
El feto apoya el mentón en la arcada subpúbica y des-
posiciones en la presentación de cara (Avendaño, 1974).
prende progresivamente la boca, la nariz, la frente, los
La presentación de cara se diagnostica por los siguientes parietales y el occipital. Simultáneamente se produce el
signos semiológicos en la palpación abdominal (maniobras descenso de los hombros. Producido el desprendimiento
de Leopold): por medio de la tercera maniobra se palpa un cefálico, el mecanismo del parto continúa igual al parto de
polo cefálico muy voluminoso; la cuarta maniobra revela a vértice (Pérez, 1945).
la mano que palpa el dorso fetal, al Insinuarse entre la pre-
Si la causa determinante de la presentación de cara no
sentación y la pelvis una marcada prominencia (región oc-
es una desproporción cefalopélvica, el parto puede evolu-
cipital) separada del dorso por una hendidura. Este hallazgo
cionar en forma espontánea siempre que en la rotación in-
semiológico fue descrito por Tarnier como golpe de hacha y
terna el mentón rote hacia el pubis. En caso contrario debe
es un signo característico de la presentación de cara. El gol-
indicarse operación cesárea. Cuando la rotación interna se
pe de hacha se encuentra al mismo lado del dorso fetal. Por
realiza hacia el pubis, la duración del trabajo de parto es si-
otra parte, al continuar hacia abajo la palpación del lado
milar al parto de vértice y el pronóstico del parto es bueno.
ventral del feto, es posible percibir el mentón que hace pro-
En obstetricia se dice: "si el parto en presentación de cara
minencia en forma de herradura (Schwarcz y cois., 1986).
progresa, déjelo solo". La mayor parte de la morbimortali-
A través del tacto vaginal, especialmente cuando existe dad perinatal está en relación con traumatismos produci-
cierto grado de dilatación y las membranas están rotas, se dos durante la atención del parto vaginal, especialmente
pueden percibir las prominencias frontales, separadas por con la aplicación de fórceps medio para obtener la rotación
la sutura metópica, los ojos, la nariz, la boca y el mentón. interna de la presentación. Sin embargo, algunas series no
No obstante, el diagnóstico de presentación de cara en mu- muestran aumento de la morbimortalidad perinatal em-
chas ocasiones sólo se hace estando avanzado el trabajo pleando solamente una adecuada supervisión del trabajo
de parto. de parto (Duff, 1981). La mortalidad perinatal corregida
oscila entre el 0% y el 7,9% (Salzmann y cois., 1960;
En el diagnóstico de posición es preciso recordar que
Benedettiycols., 1980; Duff, 1981).
el mentón se encuentra en el plano ventral de la presen-
tación, ocupando el sitio inverso al del occipucio y al del Los fenómenos plásticos determinados por el parto en
dorso fetal. la presentación de cara asientan en los labios, párpados
y mejillas. La extensión cefálica y la lordosis cervicodorsal
En ocasiones la deformación de los labios, pómulos y
se mantienen por un período aproximado de 48 horas des-
frente (bolsa serosanguínea) puede ser tan marcada que
pués del parto.
simula una presentación podálica incompleta.
El estudio ultrasonográfico es útil para confirmar el diag-
Presentación de frente
nóstico de presentación y posición.
El mecanismo del parto comprende los mismos seis El feto presenta la frente al estrecho superior de la pelvis
tiempos que en el parto de vértice (consultar Capítulo 19: materna. Es la más distócica de las presentaciones cefáli-
El parto en presentación de vértice). cas deflectadas. El diámetro presentado es el occipitomen-

388
toniano, el mayor de los diámetros de la cabeza fetal (13,5 • naso-ilíaca-derecha-posterior (NIDP);
cm). El grado de deflexión coloca a la cabeza fetal en una
• naso-ilíaca-izquierda-transversa (NIIT);
situación intermedia entre la presentación de vértice y la
presentación de cara (FIGURA 20-1). El punto de reparo • naso-llíaca-derecha-transversa (NIDT); y
es la nariz y la línea de orientación la sutura metópica.
• naso-púbica (NP); naso-sacra (NS).
Es una presentación muy poco frecuente, observándose
1 cada 1.000 a 2.000 partos (Avendaño, 1974; Ausin,
Las más frecuentes son las NIIA y NIDP. La posición
1982; Schwarcz y cois., 1986; Schwarz y cois., 2008).
NIIA deriva de la extensión de la OIIP y la NIDP de la OIIA.
Las causas que determinan la presentación de frente
El mecanismo del parto comprende los mismos tiempos
son:
que el parto de vértice (consultar Capítulo 19: El parto en
• Maternas: multiparidad; estrechez pelviana relativa; pel- presentación de vértice). Debido al diámetro presentado,
vis platipeloide; malformaciones uterinas; tumor previo; este mecanismo se torna muy dificultoso y prolongado, es-
alteraciones en la posición del útero grávido. pecialmente en el descenso, en la rotación interna y en el
desprendimiento de la cabeza fetal (Sesmero & Carrascal,
• Fetales: malformaciones; tumores del cuello; anencefa-
2007).
lia; dolicocefalia; exceso de volumen fetal; feto pequeño.
La morbimortalidad perinatal que conlleva el parto en
• Uvulares: polihidramnios; Inserción baja de la placenta;
presentación de frente nos hace proscribir el parto vaginal.
embarazo múltiple.
El parto vaginal sólo es posible cuando se logra transfor-
No obstante, en más del 50% de los casos de presenta- mar rápidamente la presentación en cara o vértice después
ción de frente no es posible detectar la causa determinante de hecho el diagnóstico.
(Ausin, 1982).
Creemos que la indicación de operación cesárea en la
La presentación de frente es una distocia que surge en presentación de frente es independiente del tamaño fetal y
el curso del parto; no existe, en la práctica, la presentación debe incluir incluso al feto prematuro en la multípara, ya
de frente primitiva (originada durante el embarazo) (Aven- que dejada evolucionar espontáneamente, la presentación
daño, 1974). de frente determina un parto prolongado y traumático para
la madre y el feto. Los fenómenos plásticos del feto son
En algunos casos el diagnóstico se puede presumir por
muy característicos: se produce un marcado modelado de
medio de la palpación abdominal (maniobras de Leopold).
la cabeza, con gran aplastamiento óseo, que confiere a la
En la tercera maniobra se palpa el polo cefálico abultado y
cabeza del recién nacido el aspecto de "casco de granade-
en la cuarta se puede palpar un tumor redondeado y duro
ro", con una gran bolsa serosanguínea en la frente y com-
que continúa al dorso fetal, que corresponde a la región
promiso de los párpados (Avendaño, 1974).
occipital y que suele presentar un discreto "golpe de ha-
cha". En el lado ventral se palpa una prominencia menos
pronunciada que corresponde al mentón.
Presentación de sincipucio
El diagnóstico se confirma por medio del tacto vaginal,
de preferencia si las membranas están rotas y existe cierto Se denomina también presentación de bregma. Constituye
grado de dilatación cervical. Por medio de la exploración el menor grado de deflexión entre las presentaciones deflec-
vaginal se palpa la frente fetal en el centro de la pelvis; tadas. La región presentada es la fontanela anterior o breg-
en la línea media del canal del parto se palpa la fontane- ma que ocupa el centro de la pelvis. El diámetro presentado
la anterior, el extremo anterior de la sutura biparietal, la es el occipitofrontal, que mide 12 cm como promedio, con
sutura medio frontal y la nariz; lateralmente se palpan las una circunferencia cefálica de 34 cm. El punto de reparo
prominencias frontales, los arcos preciliares y los ojos. Se es el bregma. El diámetro de orientación es la sutura sagital
percibe la fontanela anterior muy cerca del centro de la y la sutura metópica. Su frecuencia oscila entre el 0,5% al
pelvis, pero no se palpa la fontanela posterior, como ocurre 1% de los partos (Calklns & Pearce, 1957; Ausin, 1982).
en la presentación de vértice, ni el mentón, como ocurre en Es frecuente su transformación en presentación de vértice,
la presentación de cara. La ultrasonografía es un examen frente o cara durante el parto (Sesmero & Carrascal, 2007).
complementario de gran utilidad diagnóstica. Las causas que la determinan son las comunes a las
Las posiciones en la presentación de frente se denomi- presentaciones cefálicas deflectadas y pueden ser prima-
nan nasoilíacas: rias (ocurren durante el embarazo) o secundarias (ocurren
durante el parto) y, a su vez, maternas, fetales u ovulares.
• naso-ilíaca-izquierda-anterior (NIIA); La causa que más favorece esta presentación es el peque-
• naso-ilíaca-izquierda-posterior (NIIP); ño volumen de la cabeza fetal; por esto es frecuente en
• naso-ilíaca-derecha-anterior (MIDA); fetos prematuros y en embarazos múltiples.

389
OBSTETRICIA

El diagnóstico se realiza por medio del tacto vaginal que Bibliografía


es muy característico: la fontanela anterior se palpa en el
centro del canal del parto y la fontanela posterior es difícil Audra P, Jacquot F. Les presentations cephaliques diflichies. A pra-
pos de 80 observations. Rev Fr Gynecol Obstet 1988; 83:355-
y en ocasiones imposible palpar. Ocasionalmente puede
57.
plantearse cierta duda diagnóstica con la presentación de
Ausin J. Presentación cefálica deflexionada. En: González-Merlo J,
vértice en posición posterior (OS).
Del Sol JR. Obstetricia. Barcelona: Salvat, 1982.
El mecanismo del parto es el descrito para el parto de AvendañoO. Esquemas de obstetricia. Santiago, Chile: Universitaria,
vértice. El descenso de la presentación se produce habitual- 1974.
mente en un diámetro oblicuo o transverso, generalmente Benedetti TJ, Lowensohn Rl, Truscott AM. Face presentaron atterm.
izquierdo; el bregma rota hacia adelante. El mecanismo del Obstet Gynecol 1980; 55:199-202.
parto se realiza con mayor lentitud que en la presentación Calkins LA, Pearce WJ. Bregma presentaron. Am J Obstet Gynecol
de vértice, debido a que el diámetro y la circunferencia del 1957; 73:288-95.
polo presentado son mayores. Para el desprendimiento, el Collea JV. Mal presentación y prolapso de cordón. En: DeCherney
feto apoya la nariz bajo el pubis, y por un movimiento de HA, Pernoll HL. Diagnóstico y tratamiento gíneco-obstétricos.
flexión desprende el bregma, los parietales y el occipucio México: El Manual Moderno, 1998; 509.
y luego con un movimiento de deflexión desprende la cara Cucco UP. Face presentation. Am J Obstet Gynecol 1966; 94:1085-
(Ausin, 1982). 91.
D'Angelo A. Presentaciones cefálicas deflexionadas. En: Galow EC,
En ciertas ocasiones esta presentación pasa inadvertida, Fiorillo AE. Obstetricia en esquemas. Buenos Aires: El Ateneo,
sobre todo en las grandes maternidades, en que el exceso 2004; 144-47.
de trabajo impide, en ocasiones, una atención personaliza- Duff P. Diagnosis and management of face presentation. Obstet Gy-
da de cada caso. Algunos trabajos de parto prolongados, necol 1981; 57:105-12.
con dilatación estacionaria y falta de rotación de la presen- Guimaraes Filho A. A presentacoes deflectidas (face, fronte, breg-
tación, pueden corresponder a una presentación cefálica ma). En: Rezende J. Obstetricia. Río de Janeiro: Guanabara Ko-
mal flectada. El obstetra debe pensar en esta posibilidad ogan, 1982.
cuando un parto no progresa en la forma esperada y debe Pérez ML. Tratado de obstetricia. 5ta ed. Buenos Aires: Aniceto Ló-
tratar de lograr la flexión cefálica, maniobra que no siempre pez, 1945; 1:383.
tiene éxito. Si existe una buena compatibilidad cefalopel- Pernoll ML, Benson RC. CurrentObstetric &Gynecologic Diagnosis &
viana, con toda probabilidad la presentación de bregma Tratment. Norwalk, Connecticut: Appleton & Lange, 1987.
terminará en parto vaginal. Salzmann B, Soled M, GilmourT. Face presentation. Obstet Ginecol
1960; 16:106-12.
Un feto grande en presentación de bregma en una primi-
Schwarcz RL, DuvergesCA, DíazAG, Fescina RH. Obstetricia. 4 la ed.
gesta seguramente conducirá -después de varias horas de
Buenos Aires: El Ateneo, 1986.
trabajo de parto- a una operación cesárea.
Schwarcz RL, Fescina RH, Duverges CA. Presentaciones cefálicas
La bolsa serosanguínea se ubica en la fontanela anterior, reflexionadas. En: Obstetricia. 6ta ed. Buenos Aires: El Ateneo,
buen signo para hacer el diagnóstico retrospectivo de la 2008; 581-93.
presentación. Sesmero M, Carrascal E. Distocias por deflexión de la cabeza. Parto
de sincipucio, frente y cara. En: Cabero L, Saldívar D, Cabrilo
E. Obstetricia y medicina materno fetal. Buenos Aires-Madrid:
Panamericana, 2007; 999-1003.

390
El parto en presentación podálica

A, Pérez

La presentación podálica se denomina también presen- se considera distócica por el riesgo perinatal que conlleva
tación de nalgas y presentación de pelvis. Es una pre- (Morgan y cois., 1964, Fianu, 1976; Rezende, 1982; Ma-
sentación longitudinal en la que el feto ofrece al estrecho homed y cois., 1990; Collea, 1998).
superior de la pelvis materna su propia pelvis, sus nalgas,
La presentación podálica es más corriente durante el
su polo podálico.
embarazo que al inicio del trabajo de parto, y es bastante
La frecuencia de la presentación podálica oscila entre frecuente con anterioridad a las 34 semanas de gestación
el 2,5% y el 4% de los partos, dependiendo de si se (Sorensen y cois., 1975; Hill, 1990). En el feto pequeño,
consideran los partos con fetos de menos de 1.000 gra- el polo cefálico se desarrolla más rápidamente que el polo
mos y los embarazos múltiples, ya que la frecuencia de la podálico y llega a ser, por consiguiente, el polo mayor del
presentación podálica aumenta en el embarazo múltiple ovoide fetal. Posteriormente se invierte la situación y el polo
y en el parto prematuro (Morgan y cois., 1964; Brenner podálico pasa a ser mayor que el polo cefálico (séptimo .
y cois., 1974; Kauppila, 1975; Fianu, 1976; Ylikorka- mes). Por esto y de acuerdo con la ley de Pajof1, el polo
la & Hartikainen-Sorri, 1977; González-Merlo & Del Sol, más pequeño del feto por regla general se ubica en el espa-
1982; Binham y cois., 1987; Collea, 1998) (TABLA cio proporcionalmente más pequeño del útero.
21-1).
El punto de reparo de la presentación es el sacro y el Etiología
diámetro de presentación es el bitrocantéreo (9,5 cm).
La presentación podálica puede ser determinada por cau-
Aunque algunos partos en presentación podálica se sas maternas, fetales u ovulares.
realizan en forma espontánea y normal, esta presentación

TABLA 21-1. Frecuencia presentación podálica en relación a peso al nacer y edad gestacional (embarazo con feto único)

Presentación podálica (%) Peso al nacer (g) Edad gestacional (semanas)


35 1 a 999 <28
25 1.000a 1.499 28 a 32
20 1.500a 1.999 32 a 34
8 2.000 a 2.499 34 a 36
2a3 2. 500 y + 36 y +

Fuente: Collea, 1998.

'*' Ley de Pajot: Cuando un cuerpo de forma ovoide se encuentra libre dentro de un continente de la misma forma, los ejes longitudinales y los
polos homónimos coinciden.

391
OBSTETRICIA

Causas maternas. Entre las causas maternas determi- flexión generalizada con la columna vertebral flectada, la
nantes de presentación podálica se incluyen: la multipari- cabeza flectada sobre el tronco y los antebrazos sobre tos
dad, la estrechez pelviana, los tumores previos, las malfor- brazos, con los muslos flectados sobre el abdomen y las
maciones uterinas (útero bicórneo, septado, etcétera). piernas sobre los muslos. El feto constituye un ovoide en
flexión activa (FIGURA 2 1 - 1 ) .
Causas fetales. Entre las causas fetales de presenta-
En esta variedad podálica completa, el feto presenta al
ción podálica se reconocen la hidrocefalia, la anencefalia,
estrecho superior de la pelvis sus nalgas y sus pies y se en-
el feto prematuro y los tumores del cuello fetal.
cuentra virtualmente sentado en cuclillas sobre el estrecho
superior de la pelvis.
Causas ovulares. Entre las causas ovulares de pre-
sentación podálica se incluyen la placenta previa, el po- El 55% de los partos en presentación podálica corres-
lihidramnios, el embarazo gemelar, el oligohidramnios, ponden a esta variedad.
etcétera.
Presentación podálica incompleta. En la presenta-
No obstante la enumeración causal señalada, en la ma-
ción podálica incompleta el feto adopta una actitud similar
yoría de los casos no se encuentra una causa etiológica
a la podálica completa, con la diferencia de que sus piernas
evidente que haya determinado la presentación podálica,
están extendidas sobre los muslos descansando sobre el
más aún, en una madre que ha enfrentado un parto en pre-
tórax del feto. En ciertas ocasiones los pies se ubican a
sentación podálica, la posibilidad que ésta se repita en un
sendos costados de la cara fetal, aumentando el diámetro
parto ulterior oscila entre el 2,4% y el 10,9% (González-
del polo cefálico y restándole movilidad (mecanismo de ta-
Merlo&Del Sol, 1982).
blilla) (FIGURA 21-2).
El 45% de las presentaciones podálicas corresponde a
Variedades de presentación podálica esta modalidad.
Se distinguen dos variedades de presentación podálica:
la presentación podálica completa (55%) y la incompleta Diagnóstico de la presentación
(45%). podálica
Presentación podálica completa En la presentación Durante el último trimestre del embarazo y durante el tra-
podálica completa la actitud fetal es similar a la que adopta bajo de parto el diagnóstico de presentación se realiza por
el feto en la presentación de vértice, pero con el polo ce- medio del examen abdominal, del tacto vaginal y del exa-
fálico orientado hacia el fondo del útero y el polo podálico men ultrasonográfico.
hacia el canal del parto. El feto se encuentra en actitud de

FIGURA 21-1. Presentación podálica completa. FIGURA 21-2. Presentación podálica incompleta.

392
Ex¡r ¡ner] otrs lút rico abclornina I Leopold (Frr,i:rrr I i-lC). La posibilidad de introducir
la punta de los dedos entre la presentación y el reborde
t..'::.i:;::t":.'i.tii, En la presentación podálica la inspección de la pelvis materna, ayuda también a valorar el grado de
abdominal muestra una situación longitudinal del feto con descenso de la presentación (cuarta maniobra de Leopold)
el polo podálico (el más abultado) en la región hipogástrica (l:r,,r rr,r -ll ll)).
del abdomen materno.

i¡:.,:,,,:.,.ri':.,,,:.:i.:t::. En la presentación podáIica los latidos T¿rctr¡ vaginal


cardiofetales (LCF) presentan en general sus focos de aus-
El diagnóstico planteado por medio del examen abdo-
cultación más nítidos en la región supraumbllical del abdo-
minal debe ser corroborado a través del examen vaginal,
men materno. Hacia la izquierda en las posiciones izquier-
especialmente en los últimos días de la gestación o durante
das y hacia la derecha en las posiciones derechas.
el trabaio de parto.

.::7i',;;:;,t;:!:::t Es el procedimiento semiológico más En la presentación podállca, el tacto vaginal muestra


útil. Con este objeto se emplean las cuatro maniobras de con frecuencia la excavación pelviana vacía, En otras oca-
Leopold (consultar Capítulo I2: Semiología obstétñca. siones se puede reconocer un polo blando e irregular de
Diagnóstico de embarazo) { [rr,r rrr ] l. i i. consistencia muy distinta a la estructura ósea que habitual-
mente presenta el polo cefálico.
Por medio de estas maniobras el polo cefálico se palpa
en el fondo uterino, habitualmente con bastante movilidad En la presentación podálica incompleta se palpan los
(peloteo). El polo podálico se palpa en el hipogastrio, con glúteos fetales como dos masas redondeadas de consisten-
bastante menos movilidad que la descrita para el polo cefá- cia blanda, separados por el surco interglúteo. En ocasio-
lico cuando ocupa esta ubicación. nes los dedos que examinan pueden diferenciar el ano y los
genitales del feto. EI sacro se percibe con claridad.
El polo cefálico se palpa como una masa dura, regular,
más pequeña, fácilmente abordable por la mano que exa- En la presentación podálica completa, además de las es-
mina y, en general, móvil. El polo podálico es de mayor tructuras anatómicas descritas, se palpan los pies del feto,
tamañ0, más irregular, más blando y menos móvil. constituyéndose éstos en un signo semiológico muy útil en
el diagnóstico diferencial de la variedad podálica completa
Por medio de la segunda maniobra de Leopold se pal-
o incompleta. La palpación de los pies a través del tacto va-
pa el dorso fetal a un lado del abdomen materno, lo cual
ginal sirve también para hacer diagnóstico diferencial con
indica la posición; al otro lado se palpan las extremidades la presentación de hombro, en la cual se puede palpar una
fetales i l .' r .' J l-]li¡.
mano fetal.
El grado de descenso del polo podálico en el canal Por medio del tacto vaginal se debe diagnosticar, ade-
del parto está determinado por la proporción de é1, que más de la presentación, la variedad, el grado de descenso
se alcanza a palpar por medio de la tercera maniobra de y la posición.

FE DE ERRATAS
La l,rc;un¡ 2l-l de la página 393 no corresponde. La figura correcta es la siguiente:

Frcunn 2l-f . Exan:ren abdor¡rinal. Feto en presentación potiálica. A: Pritnera mariobra de Leopold. 13: Segunda ntanio-
bra dc Leopotd. t,: Terccra rnaniobra de Leopold. l): Cuarta ma¡riobra de Lcopold.
OBSTETRICIA
Posición. El punto de reparo de la presentación podá- izquierdo del diámetro transverso útil de la pelvis. El diá-
lica es el sacro, el cual no se encuentra ubicado, como el metro de presentación, el bitrocantéreo, se orienta en el
punto de reparo de la presentación de vértice, en el extremo otro diámetro oblicuo. Es la posición más frecuente de la
del diámetro de orientación de la presentación, sino que presentación podálica.
se encuentra perpendicular a éste. Es decir, que cuando el • Sacro-ilíaca-derecha-posterior (SIDP): el sacro fetal se
punto de reparo (sacro) se ubica, por ejemplo, en uno de ubica en la parte derecha y posterior de la pelvis mater-
los diámetros oblicuos de la pelvis, el diámetro bitrocanté- na, equidistante entre el promontorio y el extremo dere-
reo (diámetro de orientación) se ubica en el otro diámetro cho del diámetro transverso útil de la pelvis. El diámetro
oblicuo (90°) y si el sacro se encuentra en el diámetro ante- bitrocantéreo se orienta en el mismo diámetro oblicuo de
roposterior de la pelvis, el diámetro bitrocantéreo se ubicará la pelvis descrito para la SHA. Es otra de las posiciones
en el diámetro transverso (90°). más frecuentes de la presentación podálica.
A través del tacto vaginal el sacro se palpa como una apó- • Sacro-ilíaca-izquierda-posterior (SIIP): el sacro fetal se
fisis ósea en un extremo del pliegue interglúteo en la periferia ubica en la parte izquierda y posterior de la pelvis mater-
del canal del parto. La ubicación del sacro, en relación con na, equidistante entre el promontorio y el extremo izquier-
los ejes de la pelvis, proporciona el diagnóstico de posición. do del diámetro transverso útil de la pelvis. El diámetro bi-
trocantéreo está ubicado en el diámetro oblicuo opuesto.
Descenso de la presentación. A través de la explora-
• Sacro-ilíaca-derecha-anterior (SIDA): el sacro fetal se
ción vaginal también se debe obtener información sobre el
ubica en la parte derecha y anterior de la pelvis materna,
grado de descenso de la presentación en el canal del parto,
equidistante entre la sínfisis del pubis y el extremo dere-
para lo cual se establece la relación existente entre el diá-
cho del diámetro transverso útil de la pelvis. El diámetro
metro bitrocantéreo fetal y el plano de la pelvis materna que
bitrocantéreo se orienta en el diámetro oblicuo opuesto,
pasa a nivel de las espinas ciáticas (tercer plano de Hodge).
que es el mismo de la posición SIIP.
La nomenclatura usada para diagnosticar el descenso de
la presentación es la misma que para la presentación de • Sacro-ilíaca-izquierda-transversa (SIIT): el sacro se ubi-
vértice: presentación flotante, espinas -3-2-1, espinas o, ca en el extremo izquierdo del diámetro transverso útil
+ 1 + 2 +3. El concepto de presentación encajada es si- de la pelvis materna; el diámetro bitrocantéreo se ubica
milar al de la presentación de vértice, considerándose que en el diámetro anteroposterior.
en la presentación podálica está encajada cuando el sacro • Sacro-ilfaca-derecha-transversa (SIDT): el sacro fetal se
alcanza el nivel de las espinas ciáticas. ubica en el extremo derecho del diámetro transverso útil
de la pelvis materna; el diámetro bitrocantéreo, igual
Examen ultrasonográfico que en la posición SIIT, se ubica en el diámetro antero-
posterior de la pelvis.
Frente a la duda diagnóstica de presentación se debe
• Sacro púbica (SP): el sacro fetal se ubica bajo el pubis
recurrir a la ultrasonografía, procedimiento que junto al
materno; el diámetro bitrocantéreo se orienta en el diá-
diagnóstico de presentación y diámetros de la cabeza fe-
metro transverso útil de la pelvis.
tal, nos informa sobre la ubicación placentaria, la posición
fetal, el grado de descenso de la presentación en el canal • Sacro sacra (SS): el sacro fetal se ubica en relación con
del parto, etcétera. el promontorio materno; el diámetro bitrocantéreo se
orienta también en el diámetro transverso máximo de la
Es preciso recordar que ciertas causas determinantes de
pelvis.
presentación podálica (estrechez pelviana, placenta previa,
hidrocefalia, etc.) dificultan y hacen riesgoso el parto va-
ginal, por lo que al hacer el diagnóstico de presentación Mecanismo del parto
podálica es conveniente tratar de precisar la causa que de- en presentación podálica
termina la presentación distócica, para lo cual el examen
ultrasonográfico es de gran utilidad. En el mecanismo del parto de la presentación podálica
cada segmento fetal (nalgas, hombros y cabeza) debe reali-
zar los cuatro tiempos necesarios (acomodación, descenso,
Posiciones de la presentación
rotación interna y desprendimiento) para atravesar el canal
podálica del parto. Sin embargo, la proximidad de los hombros y de
la cabeza fetal hace que algunos tiempos se superpongan
Se distinguen ocho posiciones en la presentación podálica
(FIGURA 18-7): y en lugar de distinguir doce tiempos en este mecanismo
se distinguen diez:
• Sacro-ilíaca-izquierda-anterior (SHA): el sacro fetal se
• Acomodación de las nalgas.
ubica en la región izquierda y anterior de la pelvis ma-
terna, equidistante entre la sínfisis del pubis y el extremo • Descenso de las nalgas.
394
• Rotación interna de las nalgas.
• Desprendimiento de las nalgas.
• Rotación externa de las nalgas y acomodación de los
hombros.
• Descenso de los hombros.
• Rotación interna de los hombros y acomodación de la
cabeza.
• Desprendimiento de los hombros y descenso de la cabe-
za.
• Rotación externa de los hombros y rotación interna de la
cabeza.
• Desprendimiento de la cabeza.

Acomodación de las nalgas. Este tiempo se compo-


ne de dos subtiempos: orientación y a pelota miento.
Habitualmente el diámetro pelviano en que se ubica el FIGURA 21-4. Eje del canal del parto (eje del trayecto fe-
diámetro bitrocantéreo para iniciar el descenso por el canal tal durante el parlo).
del parto es uno de los diámetros oblicuos de la pelvis.
No obstante, en ciertas ocasiones el diámetro ocupado por
el diámetro bitrocantéreo, es el transverso útil de la pelvis
materna. o transversos hasta llegar al piso perineal y sólo allí realizar
la rotación interna.
Simultáneamente con la orientación de las nalgas, y
como consecuencia de la dinámica uterina, se produce el El arco que describe el diámetro bitrocantéreo para en-
apelotamiento de las nalgas, proceso por el cual el polo contrar el diámetro anteroposterior de la pelvis es de 45°
podálico reduce al máximo su volumen para iniciar su des- o de 135°, según el diámetro pelviano en que se encon-
censo por el canal del parto. traba.

La fuerza necesaria para que se realice la rotación inter-


Descenso de las nalgas. Una vez ubicado el diámetro na proviene de la contracción uterina y de los pujos mater-
bitrocantéreo en uno de los diámetros útiles de la pelvis, las nos. Vale decir, que debe ser un movimiento espontáneo
nalgas inician su descenso; por el impulso proporcionado del segmento fetal sin que intervenga manipulación alguna
por las contracciones uterinas y en ocasiones por los pujos de quien atiende el parto.
maternos, el polo podálico desciende por el canal del parto
siguiendo su eje (FIGURA 21-4). La nalga anterior suele Desprendimiento de las nalgas. Para el desprendi-
preceder el descenso. miento de las nalgas es preciso que el diámetro bitrocanté-
La mayoría de las veces, a semejanza del parto de vér- reo esté colocado en el diámetro anteroposterior de la pelvis
tice, el proceso de descenso y de rotación interna se su- inferior. La nalga anterior se apoya bajo la arcada pubiana
perponen, ejecutando el segmento fetal que desciende por y se desprende primero. Posteriormente, la nalga posterior
el canal del parto, un movimiento de rotación similar al de se deslizará por la horquilla vulvar.
un tornillo.
Las extremidades inferiores se desprenden en este tiem-
po. En la variedad podálica completa lo hacen junto con las
Rotación interna de las nalgas, Como en la mayoría
nalgas e incluso en ocasiones con anterioridad a ellas. En
de los casos el diámetro de descenso es uno de los oblicuos la variedad incompleta se desprende primero el polo podá-
-debido a la arquitectura pelviana para traspasar la pelvis lico y el cuerpo fetal adquiere la forma de una V, luego, en
media (diámetro biespinoso)- el polo podálico orienta el ocasiones espontáneamente y en otras con ayuda de quien
diámetro bitrocantéreo en el diámetro anteroposterior de la atiende el parto, se desprenden las extremidades inferiores.
pelvis, ubicando el sacro en el extremo transverso izquierdo
o derecho de la pelvis. Esa rotación interna en general se En este momento del parto, el feto está con sus ex-
va realizando paulatinamente a medida que desciende la tremidades inferiores y su pelvis fuera de la vulva, y sus
presentación. Sin embargo, en ciertas ocasiones el polo po- hombros y su cabeza, sobre el estrecho superior de la
dálico se puede mantener en uno de los diámetros oblicuos pelvis materna.

395
OBSTETRICIA

Rotación externa de las nalgas y acomodación de Desprendimiento de los hombros y descenso de


los hombros. El diámetro bitrocantéreo, fuera de la vulva, la cabeza. Estando los hombros fetales en el diámetro an-
rota en 90°, de tal manera que la parte posterior del sacro teroposterior de la pelvis inferior, la fuerza de la contracción
fetal se ubica bajo la sínfisis del pubis. De esta manera, el uterina y del pujo materno desprenden primero el hombro
diámetro biacromial (hombros), que se encuentra a nivel anterior por deslizamiento bajo la arcada pubiana y luego
del estrecho superior de la pelvis y que es paralelo al diá- el hombro posterior por deslizamiento sobre la horquilla
metro bitrocantéreo, se acomoda en el diámetro transverso vulvar. En condiciones normales los brazos deben despren-
útil del estrecho superior de la pelvis materna. La rotación derse conjuntamente con el tórax.
del sacro fetal hacia el sacro materno es una distocia im-
En muchas ocasiones quien atiende el parto debe des-
portante que debe evitarse (Avendaño, 1974).
prender el hombro anterior y posterior y las extremidades
La rotación externa de las nalgas y la acomodación de superiores del feto.
los hombros puede realizarse en forma espontánea por la
El desprendimiento de los hombros se acompaña del
fuerza generada por la contracción uterina y los pujos ma-
descenso del polo cefálico por el canal del parto, habitual-
ternos o pueden ser realizados por quien atiende el parto;
mente en posición 01IA.
en este caso ésta debe ser una maniobra muy suave y pre-
cisa.
Rotación externa de los hombros e interna de la
En ciertas ocasiones el diámetro de los hombros pue- cabeza. Exteriorizada la cintura escapular y las extremida-
de acomodarse en alguno de los diámetros oblicuos de la des superiores, está todo el cuerpo del feto en el exterior,
pelvis. excepto la cabeza, que aún se encuentra en el canal del
parto. Los hombros (diámetro biacromial) deben rotar en
En este momento del parto en presentación podálica, las
90° ubicándose paralelos al diámetro biisquiático para que
extremidades inferiores y la pelvis del feto están fuera de la
la cabeza ejecute su rotación interna, es decir, para que la
vulva, con el abdomen del feto orientado hacia el periné y
sutura sagital se ubique en el diámetro anteroposterior del
el dorso hacia la sínfisis pubiana de la madre.
estrecho inferior de la pelvis.
Descenso de los hombros. Habitualmente, los hom- Habitualmente, la rotación interna de la cabeza es un
bros descienden con rapidez por el canal del parto, en el proceso paulatino que se efectúa en la medida que ésta
mismo diámetro en el cual se acomodaron. desciende por el canal de parto. Es conveniente que la ca-
beza última oriente su sutura sagital en el diámetro ante-
En condiciones normales los brazos flectados sobre el roposterior de la pelvis antes de traspasar el plano de las
tórax fetal acompañan el descenso de los hombros. espinas ciáticas (tercer plano de Hodge).

Rotación interna de los hombros y acomodación Desprendimiento de la cabeza. Antes de ser expul-
de la cabeza. Para traspasar el diámetro interespinoso sada del canal del parto, la cabeza fetal se encuentra con el
(9,5 cm) el diámetro biacromial (12 cm) además de tratar mentón orientado hacia el ano de la madre.
de reducirse, busca el diámetro anteroposterior de la pelvis
materna, para lo cual necesita describir un arco de 45° si El desprendimiento de la cabeza se realiza por un mo-
su descenso se realizó en uno de los diámetros oblicuos, o vimiento de flexión, apareciendo sobre la región perineal
de 90° si su descenso se realizó en el diámetro transverso sucesivamente el mentón, la boca, la nariz, la frente y la
de la pelvis. región occipital.

Por la cercanía de los hombros con la cabeza fetal la ro-


tación interna de ellos se acompaña de la acomodación de Atención del parto en presentación
la cabeza en alguno de los diámetros del estrecho superior podálica
de la pelvis. Habitualmente esta acomodación (orientación)
se hace en uno de los diámetros oblicuos con el occipucio Respecto del diagnóstico de comienzo del trabajo de parto,
orientado hacia la parte anterior de la pelvis materna y el de la preparación de la madre para el parto, de la monito-
mentón hacia la posterior. La posición más corriente adop- rización de los LCF, de la dinámica uterina, de la dilatación
tada por la cabeza fetal al introducirse al estrecho superior cervical, de la progresión del trabajo de parto y de los signos
de la pelvis es la izquierda anterior (Avendaño, 1974). vitales maternos, son aplicables los mismos conceptos ana-
lizados para el parto de vértice (consultar Capítulo 17: El
El tiempo de la acomodación de la cabeza fetal al estre- parto; y Capítulo 19: El parto en presentación de vértice).
cho superior de la pelvis comprende también la adecuada
flexión del polo cefálico sobre el tórax, tiempo trascen- Actitud frente a la bolsa de aguas. La actitud frente
dente para que el parto de la cabeza se realice en forma a la bolsa de aguas difiere en la conducción del parto en
normal. presentación podálica respecto del parto de vértice.

396
Capítulo 21 | El piulo en presentación podálica

La bolsa de aguas se debe tratar de mantener intacta Quien atiende un parto en podálica debe tener presente
durante todo el período de dilatación en el parto en presen- esta posibilidad, ya que es la que conlleva menor riesgo
tación podálica. perinatal.

El polo podálico, por ser más voluminoso, es inadecua- En esta modalidad de atención, al salir el cuerpo del
do para colaborar en la dilatación del cuello uterino. Ésta es niño a través de la vulva se le debe dejar colgar libremente,
la razón de la inconveniencia de reemplazar la cuña de la sin interferir en sus movimientos.
bolsa de aguas por el polo podálico. Por otra parte, la pre-
Se debe estar atento al sentido de la rotación del sacro
sentación podálica suele ser tardía en introducirse al canal
fetal para evitar la rotación posterior y recibir al recién naci-
del parto y la rotura de la bolsa de aguas puede condicionar
do una vez desprendido su polo cefálico.
prolapso del cordón umbilical.

Frente a la ruptura espontánea de las membranas du- Asistencia del parto en nalgas. Es la forma habitual
rante el período de dilatación en el parto en presentación de atención del período expulsivo del parto en presentación
podálica, se debe investigar en forma inmediata el posible podálica. Los primeros tiempos del mecanismo del parto
prolapso de cordón (tacto vaginal, auscultación LCF). se realizan espontáneamente; en los últimos, el profesional
que atiende el parto colabora en su realización o los realiza
La actitud necesariamente conservadora respecto de la
totalmente.
bolsa de las aguas y las condiciones poco efectivas para
cooperar con la dilatación cervical del polo podálico, deter- Al comprobarse la dilatación cervical completa se
minan que el período de dilatación del parto en podálica practica RAM y se insta a la madre a pujar durante las
sea más prolongado que en el parto de vértice. contracciones uterinas. Es preciso tener paciencia para
que se realice el parto de las nalgas, ya que es frecuen-
te que el polo podálico se encuentre alto en el canal del
Atención del período expulsivo parto y su descenso se realiza lentamente. Reiteramos,
Es más difícil valorar la dilatación completa del cuello la paciencia y tranquilidad de quien atiende el parto,
uterino a través del tacto vaginal en la presentación podá- siempre que la madre y el feto se encuentren en buenas
lica que en la presentación de vértice, debido a la falta de condiciones, para dejar que este proceso se realice es-
un polo duro contra el cual palpar el reborde del cuello. pontáneamente y no practicar maniobras de intervención
Esto implica que en ocasiones se interpreta como dilata- que puedan producir efectos negativos en el desarrollo del
ción completa la que aún no lo es, con las consecuencias mecanismo del parto.
negativas para el parto del polo cefálico que luego veremos. La expulsión de meconio durante el parto de las nalgas
Sólo cuando existe clara evidencia de que la dilatación se debe a la compresión del abdomen fetal en el canal del
cervical está completa, y mejor aún, cuando la bolsa de parto, y no debe interpretarse como signo de sufrimiento
aguas hace prominencia en la vulva se procede a romper fetal.
las membranas (RAM). Producido el parto espontáneo de las nalgas y extremi-
La atención del período expulsivo en el parto en presen- dades inferiores, se debe atender a la rotación externa de
tación podálica se puede realizar en tres formas (Collea, las nalgas, que generalmente también se produce espon-
1998): táneamente. Es preciso cuidar que el abdomen fetal rote
hacia el ano materno.
• Parto completamente espontáneo.
Al iniciarse el descenso de los hombros (sin que el obs-
• Asistencia del parto en nalgas. tetra traccione al feto), el dorso fetal se exterioriza en la
• Gran extracción en nalgas. vulva. En este momento se debe realizar el asa de cordón,
vale decir, traccionar suavemente el cordón umbilical hacia
Parto completamente espontáneo. En ciertos casos, afuera de la vulva, haciendo una asa amplia por el lado
desgraciadamente infrecuentes, y preferentemente en gran- ventral del feto, con el objeto de impedir la tracción del
des multíparas, el período expulsivo del parto en nalgas se cordón en lo que resta del período expulsivo.
efectúa en forma totalmente espontánea, sin intervención Después de realizada el asa de cordón, el obstetra debe
de quien atiende el parto en el desprendimiento fetal, limi- tomar la pelvis del feto con ambas manos, poniendo entre
tándose esta intervención a recibir al recién nacido, seccio- el cuerpo fetal y sus manos una compresa para evitar que
nar el cordón y atender el alumbramiento. los guantes de goma se resbalen en contacto con el vérnix
En este tipo de parto en nalgas, los diez tiempos del me- caseoso, que en muchas ocasiones cubre la piel del feto. El
canismo del parto se realizan en forma espontánea debido feto debe tomarse de la pelvis y no de las fosas lumbares,
a la fuerza generada por las contracciones uterinas y los pues la presión muy firme en la región lumbar puede pro-
pujos maternos. ducir traumatismo del riñon o de las suprarrenales.

397
OBSTETRICIA

En ese momento del parto, el feto tiene fuera de la ma- en este tiempo pueden determinar la deflexión cefálica, lo
dre las extremidades inferiores, la pelvis, el asa del cordón que complica el parto.
y la parte inferior del tronco (abdomen); la cintura esca-
Una vez desprendidos los hombros y las extremidades
pular está en el canal del parto y la cabeza sobre el es-
superiores, la cabeza permanece en el canal del parto y
trecho superior de la pelvis. Reiteramos que el feto debe
generalmente aún le falta realizar la rotación interna y el
estar ubicado con ei abdomen hacia la región perineal de
desprendimiento.
la madre.
Es importante recordar este hecho, pues intentar des-
Con suavidad, tomando al feto por la pelvis, se efectúa la
prender la "cabeza última" sin haber realizado previamente
rotación interna de ios hombros, colocando el diámetro bia-
su rotación interna, es prácticamente imposible y constitu-
cromial en el diámetro anteroposterior de ia pelvis materna,
ye causa frecuente de retención del polo cefálico.
para lo cual es preciso rotar la pelvis y el tronco fetal en 90°.
Para conseguir el desprendimiento de la cabeza última
Ubicado el diámetro biacromial en el diámetro antero-
los procedimientos más frecuentemente empleados son la
posterior de la pelvis y aprovechando la contracción uterina
maniobra de Bratch, la maniobra de Mauriceauxy la apli-
y los pujos de la madre, se desprende el hombro anterior
cación de fórceps (Collea, 1998; Schwarcz y cois., 2008).
bajando el cuerpo del feto; luego, levantándolo, se despren-
de el hombro posterior. La maniobra de Bratch consiste en tomar al feto de
ambos pies y llevarlo hacia arriba y atrás, curvando su
Al desprender los hombros, si el feto venía bien flectado
cuerpo sobre el dorso y acercando sus extremidades in-
y no mediaron maniobras inadecuadas, se deben despren-
feriores al abdomen de la madre. Con esta maniobra en
der espontáneamente las extremidades superiores, que han
general se obtiene fácilmente el desprendimiento de la
descendido flectadas sobre el tórax fetal.
cabeza última.
En ocasiones se elevan los brazos, produciéndose el
En la maniobra de Mauriceaux (FIGURA 21-5), la re-
parto de los hombros y quedando las extremidades supe-
gión ventral del feto se hace cabalgar sobre el antebrazo
riores en el canal pelviano. Si esta elevación de brazos se
izquierdo del obstetra. La mano izquierda se introduce en
produce por detrás del cuello fetal, es más difícil bajarlos
el canal del parto y el dedo medio se introduce en la boca
que si se produce por delante.
fetal. La mano derecha se coloca sobre los hombros del
Para obtener el descenso de los brazos existen dos ma- feto. Aprehendida la cabeza fetal en la forma descrita, se
niobras obstétricas clásicas: la maniobra de Pajot y la ma- procede antes de intentar extraerla a flectarla lo más posi-
niobra de Rojas. ble y luego a efectuar la rotación interna si ésta no se ha
producido, llevando el occipucio hacia la sfnfisis pubiana
La maniobra de Pajot consiste en descender los brazos
(occipitopúbica).
introduciendo el dedo índice y pulgar de la mano homóni-
ma del brazo que se requiere descender. El pulgar se coloca Una vez realizada la rotación interna se completa el des-
bajo la axila fetal y el índice se apoya a lo largo del húmero. censo cefálico y se procede a su extracción por un movi-
En esta forma se tracciona hacia abajo y el brazo se desliza miento de flexión.
sobre la cara del feto. La misma maniobra se ejecuta para
el otro brazo. Si el dedo índice se apoya perpendicularmen-
te en la parte media del húmero son frecuentes las fractu-
ras de este hueso durante esta maniobra (Rezende, 1982).

La maniobra de Rojas consiste en hacer rotar el cuerpo


del feto en 180°, primero en un sentido (izquierda) y luego
en el otro (derecha), al mismo tiempo que se le tracciona
hacia abajo desde la pelvis fetal; así se consigue el des-
prendimiento de un brazo al rotar el feto hacia un lado y del
otro, al rotarlo hacia el lado opuesto (Collea, 1998).
Después de realizar estas maniobras para desprender
los brazos, es preciso cuidar que el dorso fetal quede orien-
tado hacia el pubis de la madre.
El desprendimiento de los hombros debe ser una ma-
niobra suave y precisa, porque cuando éstos se rotan se
acomoda la cabeza en el estrecho superior de la pelvis y
cuando se desprenden, sincrónicamente desciende la ca-
beza fetal por el canal del parto. Maniobras inadecuadas FIGURA 21-5. Maniobra de Mauriceaux.

398
Capítulo 21 | E! parto en presentación podálka

La aplicación de fórceps en cabeza última también Cuando el feto se presenta en modalidad de nalgas in-
puede colaborar a la extracción cefálica en el parto en pre- completa, puede ser necesario -para descenderlo hacia el
sentación podálica. Tiene la ventaja sobre las maniobras canal del parto- colocar el dedo índice de la mano derecha
anteriores de evitar la tracción del cuello fetal. del obstetra en un pliegue inguinal, y fraccionar desde allí
al feto hacia abajo.
El fórceps en cabeza última puede emplearse en forma
electiva o cuando la maniobra de Mauriceaux o Bratch no Si las extremidades inferiores no caen hacia la vagina
han tenido éxito. puede ser necesario realizar la extracción de las nalgas a
través de la pelvis con las extremidades inferiores del feto
Es preciso recordar que es condición indispensable para
extendidas y sólo extraerlas una vez que se haya producido
la aplicación de un fórceps en cabeza última la dilatación
el parto de las nalgas.
cervical completa y el encajamiento de la cabeza fetal.
Para extraer las piernas extendidas desde la pelvis, el
Es preferible que la cabeza fetal esté en posición occi-
obstetra coloca el dedo índice en la fosa poplítea de una
pitopúbica (directa), pero las posiciones oblicuas anteriores
pierna y aplica presión hacia arriba y hacia afuera para
también pueden ser extraídas por fórceps.
flexionar la rodilla. Una vez flexionada ésta, con frecuencia
Es necesario un ayudante para que sujete el cuerpo fetal se palpa un pie. Luego se toma la parte inferior de la pierna
mientras el obstetra aplica el fórceps. Cuando el ayudante y se actúa con suavidad para continuar con la extracción de
eleva el cuerpo del feto, el obstetra coloca las ramas del la otra extremidad inferior.
fórceps.
Retención de cabeza última. El más temido acci-
Verificada la forma correcta se rota la presentación a OP
dente del parto en nalgas y una de las circunstancias más
y se aplica tracción suave para extraer el mentón, la boca,
angustiantes de la práctica obstétrica es la retención de
la nariz y la frente sobre el periné.
cabeza última, que en la mayoría de los casos lleva a la
Esta maniobra habitualmente requiere de una episioto- muerte fetal o a su daño neurológico.
mía amplia.
La retención de cabeza última se puede producir por
Los autores norteamericanos recomiendan el fórceps de algunas de las siguientes circunstancias:
Piper para practicar la extracción de cabeza última en parto
• Desproporción cefalopelviana; la cabeza se retiene en el
en podálica (Collea, 1998) (consultar Capítulo 23: Fórceps
estrecho superior de la pelvis o en el canal del parto.
y vacuum extractor: Parto vaginal operatorio}.
• Dilatación cervical incompleta; el cuello uterino incom-
Gran extracción en nalgas. En ciertas ocasiones, ac- pletamente dilatado se aprieta contra la cabeza fetal y no
tualmente sólo en el parto de un segundo gemelo o frente la deja avanzar.
a un óbito fetal, puede ser necesario extraer al feto en pre-
• Deflexión cefálica (extensión); esta actitud fetal aumenta
sentación podálica desde el útero, antes de que éste inicie
los diámetros del polo cefálico dificultando el parto.
su introducción en el canal del parto.
• Falta de la rotación interna; el polo cefálico debe rotar al
El obstetra debe realizar con sus manos los diez tiempos
diámetro 0-P para ser extraído.
del parto. Esta maniobra obstétrica se denomina gran ex-
tracción en nalgas (Pernoll & Benson, 1987).
La primera situación es muy difícil de solucionar con éxi-
Para realizarla se cogen ambos pies del feto estando aún to. La retracción del cuello uterino sobre la cabeza fetal que
el huevo intacto, luego se rompen las membranas tratan- se produce cuando el parto de la cabeza se efectúa estando
do de que el líquido amniótico se vacíe lentamente; luego la dilatación cervical incompleta, es una causa frecuente de
se tracciona suavemente de ambas extremidades inferiores retención de cabeza última. Es muy difícil poder vencer la
descendiendo las nalgas por el canal del parto, teniendo fuerza contráctil que el cuello uterino ejerce sobre el polo
cuidado de descender el diámetro bitrocantéreo por un diá- cefálico. Como medida extrema se puede recurrir a realizar
metro oblicuo o transverso de la pelvis, para rotarlo hacia cortes radiados del cuello. Es un procedimiento cruento y
el diámetro anteroposterior antes de atravesar el diámetro de riesgo que puede comprometer la integridad del útero
biespinoso de la pelvis media. e incluso la vida de la madre. No obstante, si se plantea
esta situación no debe practicarse sólo un corte al cuello,
Producido el parto de las nalgas, se realiza su rotación
porque la presión ejercida por la cabeza fetal puede pro-
externa y se inicia el descenso de los hombros orientándo-
pagar la incisión hacia el segmento inferior. Las secciones
los en el diámetro transverso. Es preciso cuidar que el dorso
múltiples pretenden evitar esta situación.
fetal esté en relación al pubis de la madre. Luego se realiza
el asa del cordón y se continúa la atención del parto como La extensión de la cabeza y la falta de rotación interna
en una asistencia de parto en nalgas. La gran extracción deben ser corregidas con tranquilidad y oficio obstétrico.
en nalgas debe ser precedida de una episiotomía amplia. No debemos olvidar que en ciertos casos la aplicación del

399
OBSTETRICIA

fórceps en la retención de cabeza última puede colaborar resultados, los autores concluyen que es razonable permitir
a su extracción. el parto vaginal en casos cuidadosamente seleccionados de
presentación podálica (Collea y cois., 1978).
Mobimortalidad perinatal En el Hospital Queen Charlotte's de Londres, una revi-
en el parto en podálica sión de tres años, de 313 partos en presentación podálica
de fetos maduros, incluyó 90% de partos vaginales sin que
Desde hace más de cinco décadas los obstetras hemos es- se registrara morbilidad seria o mortalidad en estos casos
tado extremadamente preocupados del riesgo perinatal que (Bingham y cois., 1987).
conlleva el parto en nalgas.
En la última década, y muy especialmente debido al
Desde el estudio cooperativo realizado por Morgan y esfuerzo de la comunidad científica de tratar de orientar
cois, (entre 1961 y 1962 en 147 hospitales de los EE.UU., los procedimientos médicos en base a evidencias demos-
y publicado en 1964) recibimos evidencia de que la mor- tradas científicamente, disponemos de varios metaanálisis
bimortalidad perinatal en el parto en presentación podálica que orientan los procedimientos obstétricos en base a este
era significativamente mayor que en el parto en cefálica tipo de evidencias.
(vértice) y que la morbimortalidad perinatal de los partos
Uno de estos es el Term Breech Tría I Colaborative Group
en podálica, que se resolvieron por operación cesárea elec-
(Hanna y cois., 2000): Planned cesarean section versus
tiva antes del comienzo del trabajo de parto, fue significa-
planned vaginal birth for breech presentaron at term: A
tivamente menor al de aquellas madres que tuvieron su
randomized multicentre irá/. Este estudio demostró que
parto por vía vaginal (Morgan y cois., 1964).
los fetos extraídos por cesárea electiva tienen menor morbi-
Los autores reunieron 16.327 partos en podálica en el mortalidad perinatal que los asistidos por vía vaginal. Tanto
período señalado (de un total de 404.847 partos). La mor- la mortalidad perinatal como la neonatal y la morbilidad
talidad perinatal de los partos vaginales en presentación neonatal fueron menos frecuentes en el grupo en que el
podállca fue 5,5 veces mayor que la del grupo total. Sin parto se resolvió por operación cesárea electiva, que en el
embargo, en aquellos años la operación cesárea constituía grupo en que se realizó parto vaginal. La morbilidad ma-
un riesgo para la madre, especialmente en las maternida- terna no presentó diferencias en ambos grupos. Estos re-
des públicas de los países del Caribe y Sudamérica, por lo sultados están incluidos en la base Cochrane 2001. Por lo
cual no era inocuo tomar una decisión drástica al respecto tanto, basado en esta evidencia científica vigente, la madre
(hemorragias, infecciones, coagulopatías, eclampsia). con un feto en presentación podálica de término debe ser
informada de estos resultados, aconsejándole la realización
La completa investigación de Fianu, que incluye una de una cesárea electiva. Apoya esta conducta el escaso
revisión bibliográfica desde 1900 a 1973 y el análisis de riesgo actual de la operación cesárea.
45.417 partos ocurridos en el Instituto Karolinska de Es-
tocolmo entre 1956 y 1969, también destaca la alta inci- Otro estudio realizado en California, EE.UU., también
dencia de morbimortalidad perinatal en el parto en nalgas, evaluó el riesgo comparado del parto vaginal en la presen-
recomendando que la indicación "liberal" de operación ce- tación podálica versus la cesárea electiva antes del comien-
sárea en la presentación podálica reduce significativamente zo del trabajo de parto (Gilbert y cois., 2003); se trata de
la mortalidad perinatal. Este autor demostró que la mayor un estudio retrospectivo de población que identificó todos
mortalidad perinatal se producía en el grupo de recién na- los partos de término con recién nacidos de más de 37
cidos por el proceso denominado "gran extracción de nal- semanas de edad gestacional y un peso de nacimiento de
gas", recomendando la abolición de este procedimiento. entre 2,5 y 3,8 kilos, entre el 1 de enero de 1991 y el 31
de diciembre de 1999, en el Departamento de Obstetricia
Por otra parte, el estudio prospectivo randomizado reali- y Ginecología de la Universidad de California, Davis-Sa-
zado en la Universidad de Southern California, en Los Án- cramento. Se estudió el parto de 3.271.092 madres, in-
geles (EE.UU.), en el cual se compararon los resultados cluyendo 100.730 (3%) partos en presentación podálica.
del parto vaginal y de la operación cesárea para resolver el
El parto en presentación podálica vía vaginal en nulípa-
parto en presentación podálica, no reveló mortalidad pe-
ras se asoció con un significativo incremento de la morbi-
rinatal en ninguno de los grupos y sí reveló aumento de
mortalidad perinatal al ser comparado con multíparas en
la morbilidad materna en el grupo sometido a operación
presentación podálica a quienes se les practicó cesárea
cesárea (Collea y cois., 1978). Este estudio fue restringido
electiva.
a embarazos de más de 36 semanas de edad gestacional y
con una estimación de peso fetal de entre 2.500 y 3.800 Sin embargo, a pesar de estas evidencias demostradas
g. Los casos con hiperextensión de la cabeza fetal o con en estos y otros estudios clínicos, estas evidencias cientí-
malformaciones fetales fueron excluidos del estudio. Tam- ficas obstétricas distan de ser norma de procedimiento en
bién fueron excluidas las primigestas tardías, las pacientes todo el mundo. El gran riesgo de la atención del parto vagi-
con estrechez pelviana y las diabéticas. A la luz de sus nal en la presentación podálica es la retención de "cabeza

400
Capítulo 21 El parlo en presentación podálica

última" en el canal pelviano, que puede producir lesiones por vía vaginal rechazar hacia arriba la presentación. Para
neurológicas permanentes del feto, habitualmente por he- lograr la versión puede ser útil desplazar la cabeza fetal
morragia intracraneana, o su muerte por esta misma causa hacia un lado, sin intentar descender la cabeza fetal hacia
o por asfixia. la pelvis materna, antes de que ésta esté libre de las nalgas
fetales. En la versión externa no deben realizarse manio-
En el completísimo texto OBSTETRICIA Y MEDICINA MATERNO FE-
bras bruscas, sino presión moderada y sostenida sobre las
TAL de Cabero, Saldívary Cabrilo (2007) se leen los criterios
partes fetales (Cararach y cois., 1999).
de selección de la vía vaginal para el parto en presentación
podálica: Es una técnica no exenta de complicaciones, entre las
que se cuentan rotura de membranas, sangrado, despren-
• Embarazo con peso estimado inferior a 3.500 g.
dimiento de placenta, muerte fetal, rotura uterina, desen-
• Diámetro biparietal inferior a 96 mm. cadenamiento del trabajo de parto, etcétera.

• Pelvis adecuada, evaluada clínica o radiológicamente. El procedimiento debe efectuarse en un área quirúrgica
con monitoreo fetal permanente de la frecuencia cardíaca
• Modalidad de nalgas completas.
fetal y control ecográfico también permanente. Se pueden
• Cabeza flexionada o indiferente. emplear tocolíticos con el fin de relajar la pared uterina y
facilitar los movimientos fetales.
• Ausencia de anomalías fetales.
No nos parece que el gran problema de la mortalidad
• Ausencia de impedimentos para la vía vaginal.
perinatal en el parto de nalgas pase por la solución de la
• Ausencia de patología medicaobstétrica concomitante. versión externa del feto, antes del inicio del trabajo de parto.

• Consentimiento de la madre.
Bibliografía
• Equipo médico calificado para el procedimiento.
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Vemos, por lo tanto, que siempre se abren posibilida- 1974.
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Hanna ME, Hanna WY, Hewson SA, Hodnett ED, Saigal S, Willian
de término, disminuye significativamente la frecuencia de AR. Planned cesarean section versus planned vaginal birth for
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El primer paso en la versión externa es desplazar las nal-
Hofmeyr GY External cephalic versión for breech presentation befo-
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401
OBSTETRICIA

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402
Presentación de tronco

A. Pérez

Se denomina también presentación de hombro, de acro-


mión o transversa. En ella, el feto se dispone en situación
transversa respecto del eje longitudinal del útero y presenta
al estrecho superior de la pelvis materna uno de sus hom-
bros. La actitud fetal es similar a la presentación de vértice
y a la presentación podálica, manteniendo el feto una ac-
titud de flexión activa, con flexión de la columna vertebral,
de la cabeza sobre el tórax y de las extremidades sobre el
tronco (FIGURA 2 2 - 1 ) (Sandmire & O'Halloin, 1988).
Es una presentación distócica en la cual el parto es-
pontáneo no es posible. El punto de reparo es el acromión.
Su frecuencia varía entre el 0,5% y el 1% de los partos (Jo-
hnson, 1964; Guimaraes Filho, 1982; Schwarcz, 2008).
Las causas que determinan la presentación son:
• Maternas: multiparidad; malformaciones uterinas; es-
FIGURA 22-1. Presentación de tronco (hombro-acro-
trechez pelviana; tumor previo.
mión).
• Fetales: feto prematuro; feto pequeño; gemelar; anence-
fálico; hidrocefalia); feto muerto.
• uvulares: placenta previa; polihidramnios. en el otro, con sus características semiológicas habituales
(FIGURA 21-3B). La tercera y cuarta maniobra (FIGU-
La presentación de tronco es diez veces más frecuente RA 21-3C Y D) encuentran el hueco suprapúbico vacío.
en grandes multíparas que en primigestas (Hellman & Prit- Este procedimiento semiológico permite también identificar
chard, 1973). En una revisión de 3.400 casos de placenta la ubicación del dorso fetal, el cual puede ser anterior o
previa, el 23% de las presentaciones fue transversa (Pérez, posterior. El dorso anterior se palpa como una superficie
1945). resistente, lisa y algo convexa. Cuando el dorso es posterior,
la superficie que se palpa es más irregular y se palpan los
El diagnóstico de la presentación de tronco se establece miembros fetales.
por la inspección y palpación abdominal, por el tacto vagi-
nal y por el examen ultrasonográfico. El examen vaginal durante el embarazo revela la pel-
vis vacía. Si la paciente está en trabajo de parto a través
La inspección muestra el eje mayor del contenido uteri-
del tacto vaginal se puede identificar, a nivel del estrecho
no en sentido transversal.
superior de la pelvis, el hombro fetal, que se palpa como
A la palpación (maniobras de Leopold) (FIGURA 2 1 - 3 ) , una prominencia redondeada, la parrilla costal, el omóplato
la primera maniobra no encuentra polo fetal en el fondo y las apófisis espinosas de las vértebras. Al romperse las
uterino (FIGURA 21-3A). La segunda maniobra palpa membranas una extremidad superior se puede prolapsar
el polo podálico en uno de los flancos y el polo cefálico en la vagina y debe hacerse diagnóstico diferencial por me-

403
OBSTETRICIA

dio del tacto con la extremidad inferior, que se puede pal- tres días antes, que ha roto membranas, en que un miem-
par en la presentación podálica completa. Para reconocer si bro superior del feto y posiblemente el cordón umbilical se
es extremidad superior derecha o izquierda la prolapsada, ha prolapsado a la vagina y en que el útero, tratando de in-
se lleva a la vulva la mano de la extremidad descendida y troducir al feto en el canal del parto (conduplicato corpore),
orientándola con la cara palmar hacia arriba, se observa desarrolla hiperdinamia, la cual puede llevar a la muerte
qué muslo materno, derecho o izquierdo, es el que señala fetal, a la ruptura uterina e incluso a la muerte materna.
el dedo pulgar del feto y ese (derecho o izquierdo) será el Ésta última se puede producir por hemorragia, infección,
hombro presentado por el feto. shock séptico o hipovolémico.
En general el diagnóstico clínico es preciso, no obstante, Toda paciente con presentación de tronco que rompe
puede ser necesario confirmarlo por medio de un examen membranas está expuesta a las siguientes eventualidades:
ultrasonográfico.
• Prolapso de cordón umbilical.
Las posiciones en la presentación de hombro se deno-
• Prolapso de extremidad superior del feto.
minan acromio-ilíacas y son:
• Amnionitis.
• Acromio-ilíaca derecha anterior (AÍDA).
• Hiperdinamia.
• Acromio-ilíaca derecha posterior (AIDP).
• Muerte fetal.
• Acromio-ilíaca izquierda anterior (ANA).
• Rotura uterina.
• Acromio-ilíaca izquierda posterior (AlIP).
• Muerte materna.
Las posiciones con el dorso anterior son más frecuentes
que aquellas con dorso posterior, lo que se explica por la Versión interna y gran extracción
mayor facilidad que tiene la región ventral del feto para
en nalgas
adaptarse a la convexidad de la cara posterior del útero
(Pérez, 1945). Es un procedimiento reservado para ciertos casos de la
El parto espontáneo en la presentación de tronco es im- extracción del segundo gemelo en presentación de tranco
posible. La versión externa es un procedimiento no exento o de un feto muerto. El abandono de esta intervención se
de riesgos, aunque algunos autores recomiendan intentar- debe, por una parte, a la elevadísima incidencia de morbi-
la antes del comienzo del trabajo de parto (Pérez, 1945, mortalidad perinatal y materna que determina, y por otra,
Peralta-Cayon, 1956; Schwarcz y cois., 2008). a la disminución del riesgo de la operación cesárea. Hay
estudios que muestran una mortalidad perinatal mayor al
El feto puede nacer sólo por medio de una versión in- 30% en partos resueltos por versión interna y gran extrac-
terna seguida de gran extracción en nalgas o por medio de ción en nalgas (Harris & Epperson, 1950; Ribas, 1982).
una operación cesárea.
La versión interna es un procedimiento obstétrico en el
La versión interna está actualmente contraindicada, y que por medio de maniobras intrauterinas se transforma
queda reservada solamente para ciertos casos del parto de una presentación fetal en otra. La versión interna requiere
un segundo gemelar (Rabinovici y cois., 1988) y en casos colaboración externa, vale decir, de la colaboración de la
de feto muerto, por ser un procedimiento que se acompaña otra mano del operador, que actúa a través del abdomen,
de alta morbimortalidad perinatal y materna. La mortali- por lo cual se le denomina también versión mixta (Pernoll
dad fetal puede sobrepasar el 30% (Harris & Epperson, & Benson, 1987; Collea, 1998).
1950; Johnson, 1964). En Chile, los estudios de Herrera
y de Thonet demostraron el riesgo materno y perinatal del Para realizar una versión interna seguida de una gran
procedimiento y recomendaron la restricción de su empleo extracción en nalgas es indispensable que existan las si-
(Herrera, 1961; Thonet y cois., 1964). Por consiguiente, guientes condiciones obstétricas:
el parto en presentación de tronco debe resolverse por • Adecuada compatibilidad cefalopelviana.
medio de una operación cesárea, en lo posible electiva
(Schwarcz y cois., 208). • Dilatación cervical completa.
• Membranas intactas.
Tronco abandonado • Anestesia materna.
En ciertas zonas rurales de los países latinoamericanos • Buena relajación uterina.
todavía se observa el cuadro obstétrico llamado tronco
abandonado. Se trata de una paciente con presentación de Para obtener una buena relajación uterina puede ser
tronco que ha iniciado trabajo de parto, en ocasiones dos o conveniente utilizar tocolíticos.

404
La técnica brevemente descrita es la siguiente: el ope- presentaciones de tronco. No obstante, es preciso recordar
rador utiliza la mano correspondiente a la del lado en que que -en ocasiones- una presentación oblicua durante el
se encuentra el polo podálico del feto. Con esa mano se embarazo se puede transformar en podálica, en cefálica o
cogen los dos pies del feto. En este momento se rompen en tronco al comenzar el trabajo de parto.
las membranas tratando que el líquido amnlótlco se vacíe
Las causas que determinan este tipo de presentación
lentamente. Luego se fraccionan ambos pies hacia abajo
son similares a las que determinan la presentación de tron-
y hacia atrás, llevándolos hacia el canal del parto, trans-
co: multlparldad, estrechez pelviana, tumor previo, feto pe-
formando, en esta forma, la presentación de tronco en
queño, hidrocefalia, placenta previa, etcétera.
podállca. La mano externa que en un comienzo se utiliza
para fijar el fondo uterino, cuando se inicia la tracción de
los pies, ayuda a desplazar la cabeza fetal desde el flanco Presentación compuesta
hada el fondo uterino. Inmediatamente de transformada
la presentación en podálica se continúa con su extracción: El prolapso de una extremidad fetal junto al polo fetal
muy suavemente se tracciona de ambas extremidades in- presentado constituye una presentación compuesta. El pro-
feriores descendiendo las nalgas por el canal del parto, te- lapso de una mano en la presentación cefálica es la pre-
niendo cuidado de descender el diámetro bltrocantéreo por sentación compuesta más común, seguida por el prolapso
un diámetro oblicuo o transverso de la pelvis y rotarlo al de una extremidad superior en la presentación podálica. El
diámetro anteroposterior antes de atravesar el plano biespi- prolapso de una extremidad inferior en una presentación
noso de la pelvis media. Producido el parto de las nalgas, cefálica es muy raro. La frecuencia de estas presentaciones
se realiza su rotación externa y se inicia el descenso de los oscila entre 1 por cada 1.200 a 1.600 partos. El 50% de
hombros orientándolos en un diámetro transverso. Luego ellas se presenta en partos prematuros (Collea, 1998).
se realiza el asa del cordón y se continúa la atención del
Entre las causas de presentación compuesta se incluyen
parto como fue descrito en el Capítulo 21: El parto en pre-
la prematurez, la desproporción cefalopelvlana, el embara-
sentación podálica. zo múltiple, la gran multiparidad y el polihidramnios.
Para realizar una versión interna es conveniente efectuar
El diagnóstico de presentación compuesta se establece
una perineotomía medio lateral amplia cuando se ¡niela la
habitualmente durante el trabajo de parto, por palpación a
extracción de las nalgas.
través del tacto vaginal de una extremidad fetal adyacente
Al coger los pies del feto es importante saber distinguir al polo fetal presentando. En caso de duda, la ultrasonogra-
entre pie y mano fetal, pues un error de esa naturaleza fía puede colaborar al diagnóstico.
puede alterar todo el procedimiento.
En las presentaciones cefálicas con prolapso de una
Semlológicamente, el pie forma un ángulo con la pierna mano, lo habitual es la obtención de un parto vaginal, pues
en cuyo vértice se palpa una saliente dura -el calcáneo- durante el trabajo de parto la mano se desplaza hacia arri-
que junto con los maléolos forman los tres relieves carac- ba, cuando el polo cefálico se introduce en el canal del
terísticos del pie fetal. El pulgar del pie se puede separar parto. El obstetra puede ayudar a desplazar la mano hacia
muy poco del resto de los dedos. La mano, en cambio, no arriba, actuando con mucha suavidad.
forma ángulo y presenta sólo dos relieves óseos. Los dedos
Las otras presentaciones compuestas deben resolverse
son más largos y el pulgar puede separarse hasta formar un
por operación cesárea una vez confirmado el diagnóstico.
ángulo recto con la mano (Ribas, 1982).
El prolapso del cordón umbilical es un riesgo frecuente
en las presentaciones compuestas, motivo por el cual debe
Presentaciones oblicuas establecerse una vigilancia especial en los casos en que se
Las presentaciones oblicuas son aquellas en que el eje de permita el parto vaginal.
la presentación forma un ángulo de 45° con el eje longitu- El riesgo perinatal en las presentaciones compuestas se
dinal del útero (situación oblicua). En ellas el feto mantiene relaciona con el prolapso del cordón, la prematurez y el
su condición de flexión generalizada. Los polos fetales, en traumatismo del parto (Collea, 1998).
lugar de ubicarse en la reglón del hipogastrio y epigastrio
materno, se ubican en un hipocondrio y en la fosa ilíaca
opuesta. Presentación funicular
Así, una posición oblicua puede presentar el polo ce-
y prolapso de cordón umbilical
fálico en la fosa ilíaca izquierda y el polo podálico en el La presentación funicular es una condición primaria en
hipocondrio derecho y viceversa. la cual el cordón umbilical precede a la presentación fetal.
Desde el punto de vista de la resolución del parto, las Por consiguiente puede encontrarse en esta ubicación con
presentaciones oblicuas se comportan en todo similar a las anterioridad a la ruptura de las membranas ovulares. El

405
OBSTETRICIA

prolapso de cordón, por el contrario, es secundario a la Bibliografía


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406
Fórceps y vacuum extractor:
Parto vaginal operatorio
J.A. Róblete U. Nicolini (t)

El rol que desempeña el parto vaginal operatorio en la obs- recomendación de algunos expertos que sugieren que se
tetricia moderna es bastante controvertido. La controversia deben abandonar las rotaciones del polo cefálico mayores
se refiere a la definición, indicación, influencia de la anes- de 45° al intentar un parto vaginal operatorio (Hankins &
tesia regional y al entrenamiento adecuado para realizar Rowe, 1996).
tales procedimientos. Tampoco existe consenso en cuanto a
En los EE.UU., los obstetras han abandonado la rotación
la asociación entre el parto vaginal operatorio y los efectos
instrumental en favor de la operación cesárea y en Austra-
adversos maternos y neonatales.
lia los especialistas prefieren el vacuum para la rotación
En la literatura anglosajona, se utiliza el término parto instrumental. De este modo, se ha visto favorecido explíci-
vaginal operatorio o parto instrumental para describir las tamente el uso del vacuum para realizar un parto vaginal
técnicas instrumentales de asistencia de un parto vaginal. operatorio (Land y cois., 2001).

Incidencia Clasificación
En el mundo occidental, aproximadamente uno de cada La clasificación actualmente utilizada para parto vaginal
diez partos corresponde a un parto instrumental. Los datos operatorio, que incluye fórceps y vacuum se encuentra en
reportados en el año 2002 en los EE.UU., señalan una uso desde el año 2002 y se presenta en la TABLA 23-1.
incidencia de fórceps o vacuum del 8%. En el Reino Uni-
Esta clasificación enfatiza que los dos factores más im-
do, en el año 2005, los partos vaginales instrumentales
portantes para discriminar el riesgo de la madre y el feto en
alcanzaron el 11% (Ezodien, 2007). En la maternidad del
el parto vaginal operatorio son la altura de la presentación
Hospital Clínico Universidad Católica de Chile, en el año
y el grado de rotación. No se incluyen en la clasificación
2006, hubo 12,5% de partos vaginales operatorios, que
actual los procedimientos denominados "altos", es decir,
sólo incluyen fórceps.
aquellos en que la presentación se encuentra sobre el de
En los EE.UU. la tasa de parto vaginal con fórceps ha espinas cero, dado que se consideran sin cabida en la obs-
disminuido, a pesar de un incremento en los partos opera- tetricia moderna por su alta tasa de complicaciones mater-
torios (Kozak & Weeks, 2002). Tal disminución es multifac- nas y neonatales.
torial, pues ha sido atribuida por una parte al incremento
A continuación entregamos un glosario con términos
en las demandas médico legales, y por otra a un aumen-
empleados frecuentemente en la nomenclatura del uso del
to en la preferencia de los especialistas por el vacuum o
fórceps en Latinoamérica (García-Huidobro,1992).
la operación cesárea cuando el parto vaginal se presenta
complejo (Boffil y cois., 1996).
Fórceps terminal. Presentación muy encajada, de
En Inglaterra, el Colegio Real de Obstetras y Ginecólo- manera que el cuero cabelludo es visible sin entreabrir la
gos recomienda, en sus guías de atención del parto vagi- vulva; la sutura sagital está en el diámetro anteroposterior
nal operatorio, el uso del vacuum como instrumento de de la pelvis.
elección. Asimismo, esta afirmación ha sido avalada por la

407
OBSTETRICIA

TABLA 23-1. Clasificación del parto con fórceps de acuerdo al nivel de la presentación y grado de rotación

Tipo Criterios
Fórceps estrecho inferior Cuero cabelludo es visible en introito sin separar los labios.
Cráneo fetal ha alcanzado el piso pélvico.
Sutura sagital está en el diámetro anteroposterior o el occipucio no está en án-
gulo mayor a 45 grados.
Rotación no excede los 45 grados.
Fórceps bajo Punto de reparo de la presentación está en espinas +2.
Rotación es de 45 grados o menos.
Fórceps medio Punto de reparo de la presentación está sobre espinas +2, pero la cabeza está
encajada.
Fórceps alto No incluido en la clasificación.

Modificada de: American Academy ofPediaírics and the American College of Obstetrícians and Gynecologists, 2002.

Fórceps bajo. Presentación en espinas +3; la sutura El instrumento consta de dos ramas cruzadas que el
sagital está en el diámetro anterosposterior u oblicuo de la operador toma por los mangos, de forma que naturalmente
pelvis (Schwartz y cois., 1983). una quedará en la mano derecha (rama derecha) y la otra
en la mano izquierda (rama izquierda) (FIGURA 23-1).
Fórceps medio. La presentación está encajada entre La rama derecha se denomina también rama hembra, por
espinas y espinas +2 y no se ha producido la rotación presentar en la zona articular la escotadura para recibir a la
interna. rama izquierda o rama macho. En cada rama se distinguen
las siguientes partes: cuchara, zona intermedia y mango
Fórceps alto. Es aquél que se aplica a la cabeza que (FIGURA 23-2).
está por encima de las espinas ciáticas. Está proscrito en
la obstetricia actual. Cuchara. Es la parte que se adapta a la cabeza del feto
dentro del canal del parto; para ello presenta una concavi-
Fórceps riesgoso. Presentación en espinas O, en posi- dad a lo largo y a lo ancho para adaptarse a la doble con-
ción posterior o transversa. Si bien cumple con el requisito vexidad del cráneo fetal. Esto constituye la curvatura cefáli-
de la cabeza encajada, es una aplicación difícil y riesgosa ca, muy pronunciada en el fórceps de Kielland y Simpson y
en manos poco expertas. En esta situación debe conside- menos en el fórceps de Tarnier (FIGURA 2 3 - 3 ) .
rarse la alternativa de operación cesárea.
La cuchara presenta otra curvatura en relación con sus
bordes; es convexa en el borde posterior para adaptarse a
Fórceps profiláctico. Aplicación que se hace con la
la concavidad de la pelvis y cóncava en el borde anterior
presentación en el piso pelviano para evitar el pujo ma-
para coincidir con la arcada pubiana: esa doble incurvación
terno.
constituye la curvatura pelviana.

Fórceps tentativo. Es aquél que tiene alguna posibili- Cuando el fórceps está articulado, se aprecia que las
dad de éxito y se pretende intentar teniendo la convicción cucharas están orientadas en el plano vertical. La cuchara
de que al menor tropiezo, debe cambiarse de conducta. es fenestrada, lo que la hace más adherente a la cabeza
fetal y termina en el pico de la cuchara.
Fórceps fallido o frustro. Corresponde al fracaso en la
Cada cuchara se continúa hacia atrás con el pedículo o
extracción fetal con fórceps. tallo, el cual la une a la zona intermedia.

DESCRIPCIÓN Y DISEÑO DEL FÓRCEPS Zona intermedia. Está orientada en el plano horizon-
tal y en ella se encuentra el pedículo o tallo y el sistema
El fórceps es un instrumento formado por dos ramas cru- de articulación. Existen varios tipos de articulación: fija por
zadas, ideado para la extracción del feto por su extremidad tornillo (fórceps Tarnier), articulación deslizable (fórceps
cefálica a través del canal del parto en el período expul- Kielland), articulación inglesa de encaje recíproco (fórceps
sivo. Simpson) (FIGURA 2 3 - 3 ) .

408
Capítulo 23 Fórceps y vacuum extractor: Parto vaginal operatorio

FIGURA 23-3. Articulación de las ramas entre sí. El fór-


ceps Simpson tiene articulación inglesa de encaje recí-
proco; el fórceps Tarniers se articula con el tornillo de
presión y el tornillo de mariposa (tornillo de presión); el
fórceps Kielland posee articulación deslizable.

Mango. Constituye la empuñadura de la rama. Una vez


articulado el fórceps, la tracción se hace de los mangos en
los fórceps que carecen de tractor (Simpson y Kielland).
FIGURA 23-1. Fórceps Kielland ubicado frente a la pelvis
y articulado en el espacio. Cada mango está tomado con La FIGURA 23-4 presenta los fórceps más comúnmente
la mano homónima. empleados.

Fórceps de Kielland
Es un fórceps de 40 a 42 cm de longitud en que la cu-
chara mide 18 cm y en que la zona Intermedia y el mango
miden 11 cm cada uno.
Cuchara: tiene una curvatura cefálica pronunciada, lo
que hace aumentar el volumen intravagmal de la presen-
tación. Esta mayor curvatura permite una excelente toma
parieto malar. La curvatura pelviana es mínima y esto lo
hace un fórceps casi recto, de utilidad para la rotación de
Cuchara las posiciones transversas y posteriores (FIGURA 23-3).
Zona intermedia: los tallos o pedículos están superpues-
Curvatura cefálica tos y el izquierdo presenta en su cara superior una pestaña
donde calza el pedículo de la rama derecha. Esto constitu-
Curvatura pélvica
ye una articulación deslizable que permite la articulación,
aunque las ramas estén a distinta profundidad; lo cual es
Vastago
favorable para corregir el asinclitismo cefálico (FIGURAS
Articulación 23-2, 23-3, Y 23-4).
Mango: en la extremidad superior presenta una saliente
Mango lateral que permite una vez armado el fórceps, colocar el
dedo índice y medio de la mano que hace la tracción. En
su extremo inferior el mango se incurva hacia afuera en
ángulo recto (FIGURAS 23-2, 23-3, v 23-4).

FIGURA 23-2. Partes de un fórceps.

409
OBSTETRICIA

La fuerza producida por el fórceps sobre el cráneo fetal


es una función compleja de la tracción y compresión ejer-
cida por el instrumento más la fricción producida por los
tejidos maternos.
Los únicos estudios electrónicos disponibles (Mool-
gaoker y cois., 1979) que miden la compresión ejercida
sobre la cabeza fetal, tanto por los tejidos maternos como
por el fórceps, y cuyos resultados se expresan en kg/cm2,
han demostrado que:
• En la presentación cefálica por debajo de las espinas, en
el parto espontáneo, la compresión es de 0,17 kg/cm2, y
por encima de las espinas de 0,20 kg/cm2.
• La comprensión total en primíparas en presentación ce-
fálica por debajo de las espinas es de 57,64 kg/cm2 y
en las multíparas en las mismas condiciones de 40,77
kg/cm2 (Kelly & Simes, 1960).
• La comprensión ejercida por el fórceps de Kielland es
de 0,31 kg/cm2, la compresión máxima con el mismo
instrumento es de 1,31 kg/cm2 y la compresión total
para el mismo fórceps alcanza a 35,71 kg/cm2. La com-
presión total en el parto espontáneo es, por lo tanto,
superior a la compresión total producida con el fórceps
Kielland. Esto se debe al mayor tiempo necesario para la
expulsión fetal en el parto espontáneo.

Con los fórceps cruzados convencionales, la compresión


FIGURA 23-4. Fórceps comúnmente empleados. de la cabeza por las cucharas equivale del 50% al 59%
de la fuerza de tracción aplicada (Nelly & Simes,1960).
Estos mismos autores demostraron que la compresión que
ejercen los tejidos maternos es 5 a 10 veces mayor que la
Fórceps de Simpson
compresión debida al fórceps.
Es un fórceps que tiene muchos adeptos en Inglaterra y
países anglosajones. Es corto, mide 36 cm de longitud; la Funciones del fórceps
cuchara mide 16 cm, la zona intermedia 7 cm y el mango
13 cm (FIGURA 23-4). Prensión de la cabeza fetal
Cuchara: tiene la curvatura cefálica amplia, lo que per-
El polo cefálico debe tomarse con las cucharas de modo
mite coger muy bien la cabeza fetal y la curvatura pelviana
que cada una de ellas quede sobre el plano parietomalar
que se adapta al canal óseo en forma ajustada.
y en la toma o prensa se encuentre la eminencia parietal,
Zona intermedia: los tallos o pedículos salen de la ex- el arco cigomático y la mejilla. La parte más distal de la
tremidad posterior de la cuchara y corren paralelos para cuchara debe sobrepasar el ecuador de la presentación y
cruzarse bruscamente en la articulación. Ésta es fija, es la terminar en la mejilla para evitar el deslizamiento de las
llamada articulación inglesa de encaje recíproco. ramas durante la tracción. La introducción muy profunda
puede dañar los vasos y nervios cervicales (Yates, 1970).
Mango: en su extremidad superior presenta una saliente
lateral donde se coloca el dedo índice y medio en el fórceps
articulado. Tracción de la presentación
Como el fórceps es un sustituto de las fuerzas expulsivas
Fuerzas ejercidas por el fórceps naturales, debe utilizar la vía del parto como eje de progre-
sión. El ideal de tracción es aquella que atrae la cabeza se-
Aunque la función más importante del fórceps es la trac-
gún el eje curvo del canal pelviano y permite cierta libertad
ción, su ayuda puede ser invaluable para la rotación del
de movimiento a la presentación y aprovecha al máximo la
polo cefálico, particularmente en las posiciones occipitales
fuerza del obstetra (Tarnier & Budín, 1901).
transversas y posteriores.

410
Capítulo 23 | Fórceps y vacuum extractor: l'arto vaginal operatorio

Toda tracción debe hacerse sentado y con la sola fuerza Indicaciones maternas
de los antebrazos, y no fraccionar apoyando los pies en la
mesa de parto para darse más impulso. Fuera de las con- Incluyen la incapacidad de la madre para generar un
tracciones es conveniente soltar las ramas para descompri- pujo adecuado, ya sea por agotamiento o por el efecto de
mir la cabeza. una anestesia de conducción. La prolongación de la segun-
da etapa del parto puede superar las dos horas si el mo-
La tracción se expresa en kilogramos; si medimos el nitoreo fetal es normal y si hay progresión en el descenso
tiempo en que se efectúa la compresión y la tracción, ten- de la presentación. El Colegio Americano de Obstetras y
dremos el impulso. Es decir, el producto de la fuerza (trac-
Ginecólogos en el año 2002 redefinió la prolongación del
ción) por el tiempo durante el cual esta fuerza actúa. La segundo período del parto o expulsivo.
fuerza de tracción del fórceps en espinas +3 oscila entre
7,9 kgy 11,5 kg. En la paciente nulípara con y sin anestesia este período
puede ser de tres y dos horas respectivamente. En cambio,
Varios estudios (Wilie, 1935; Baxter, 1946; Kelly & Si- en la paciente multípara será de dos horas cuando exista
mes, 1960) sugieren que el límite superior de seguridad es anestesia peridural y de una hora cuando no exista aneste-
una fuerza máxima de tracción de 22,7 kg. Con el fórceps sia de conducción.
de tracción axial en el eje del canal pelviano, la fuerza máxi-
ma aplicada es de 22,5 kg (Moolgaoker y cois., 1979). Otras indicaciones de parto vaginal operatorio incluyen
las complicaciones médicas del embarazo, especialmente
Las fuerzas que actúan sobre la cabeza fetal están repre-
si deterioran la reserva materna. El acortamiento del se-
sentadas por la suma de la tracción y compresión efectua- gundo período del parto es beneficioso en cardiópatas de
das por el fórceps, más la resistencia opuesta por los tejidos mala capacidad funcional, en enfermedades neurológicas
maternos en el canal pelviano. con aumento de la presión intracraneana, en pacientes con
La bradicardia fetal observada en relación con la aplica- aneurisma cerebral, en pacientes con riesgo de disección
ción del fórceps no tiene relación con el grado de tracción de la aorta, en pacientes con retinopatía proliferativa y en
ni compresión (Kelly & Simes, 1960; Ullery y cois., 1963). pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva.

Asimismo, se recomienda en pacientes hipertensas se-


Rotación veras o en crisis hipertensivas al momento del expulsivo.
Complicaciones obstétricas como el desprendimiento pla-
El fórceps permite imprimir a la presentación un movi- centario también requieren una extracción fetal acelerada.
miento de rotación, el cual es de distinta magnitud y direc-
ción según la posición de la presentación. En las posiciones
oblicuas anteriores la rotación es de 45°, con el objeto de
Indicaciones fetales
llevar el occipucio al pubis. En las posiciones transversas es Son generalmente derivadas de la detención de los me-
de 90°; en las oblicuas posteriores de 135° y en las occipi-
canismos de rotación y descenso de la cabeza fetal, ya sea
tosacras de 180°. Mientras mayor es el radio de la rotación, por falta de rotación interna de la presentación o por dificul-
mayor es la complejidad de ella. tades producidas por fetos de gran tamaño. En la presenta-
Para efectuar la rotación con los fórceps que tienen ción podálica la retención de cabeza última también puede
curvatura pelviana acentuada (Simpson, Tarnier), con los constituir una indicación de fórceps. Cuando están presen-
mangos debe describirse un movimiento amplio en forma tes todas las condiciones para un procedimiento expedito,
de embudo, cuyo vértice está en el pico de las cucharas; el deterioro de la unidad fetoplacentaria durante el expul-
con ello se evitará desgarrar las paredes vaginales. sivo expresado a través de un sufrimiento fetal agudo es
también indicación de fórceps (Thompson y cois., 1995).
Con el fórceps de Kielland, cuya curvatura pelviana es No obstante, debemos recordar que una discreta bradicar-
menor, no es necesario hacer el movimiento en embudo. dia fetal durante las últimas contracciones del expulsivo no
Para disminuir la resistencia de los tejidos maternos es necesariamente constituye sufrimiento fetal agudo.
preciso lubricar la cara externa de las cucharas y las pare-
des vaginales y practicar episiotomía amplia en el momento Condiciones para la aplicación
adecuado.
de fórceps
Indicaciones de la extracción fetal Las condiciones para la aplicación de fórceps incluyen:
con fórceps • Dilatación completa. Éste es un requisito fundamental,
pues la introducción de las ramas con un cuello incom-
Las indicaciones de la extracción fetal con fórceps se clasi- pletamente dilatado involucra el riesgo de desgarro cer-
fican en maternas y fetales. vical y de los tejidos pelvianos de sostén.

41 1
OBSTETRICIA

Presentación encajada. El punto de reparo de la pre- Entrenamiento del profesional


sentación debe haber traspasado el nivel de las espinas que realiza el fórceps
ciáticas. Se debe ser muy cuidadoso en este diagnóstico,
ya que un caput succedaneum voluminoso o un gran El adecuado entrenamiento y la adquisición de las compe-
amoldamiento de la cabeza en una pelvis estrecha pue- tencias es clave en cualquier esfuerzo serio de promover
den inducirá diagnosticar una presentación encajada en seguridad para un parto vaginal operatorio. Existe eviden-
circunstancias en que el ecuador de la presentación no cia de que tales competencias no siempre están presentes
ha franqueado el estrecho superior de la pelvis. La falta (Sau, 2004). Las evaluaciones del entrenamiento que re-
de encajamiento contraindica absolutamente la extrac- ciben los residentes de obstetricia en los EE.UU. señalan
ción fetal por fórceps. consistentemente que la mayoría de ellos se sienten capa-
Proporcionalidad cefalopelviana. Esta condición se re- citados para realizar procedimientos cuando la presenta-
ción se encuentra a nivel del estrecho inferior. Sin embargo,
fiere a la relación que debe existir entre el polo cefálico
menos de la mitad de ellos tiene habilidades suficientes
y los diversos diámetros de la pelvis. Un niño pequeño
pasa a través de una pelvis viciada de primer grado, para realizar procedimientos en la pelvis media (Ramin y
pero un niño grande no puede hacerlo. Una presenta- cois., 1993).
ción puede encajarse, pero al haber una estenosis del
estrecho inferior quedará detenida. Por lo tanto, el en- Técnicas para la aplicación correcta
cajamiento cefálico no es sinónimo de proporcionalidad del fórceps
cefalopelviana.
La técnica de la aplicación del fórceps debe ser muy cuida-
Membranas rotas. Esta condición debe ser confirmada
dosa y seguir estrictamente los siguientes pasos. En primer
manual y/o visualmente, ya que membranas muy pla-
lugar, se deben respetar los preparativos para la aplicación
nas y adosadas a la cabeza fetal pueden inducir a error.
del fórceps:
La aplicación del fórceps sobre las membranas intac-
tas hará que las ramas resbalen sobre la presentación y • Vaciamiento vesical. Se efectúa previo a la aplicación de
puedan desprenderse lesionando el borde placentario y las ramas mediante una sonda nelaton a caída libre.
el canal blando.
• Aseptización de la región vulvoperineal con solución
Diagnóstico correcto de la variedad de posición. Para antiséptica (povidona yodada o clorhexidina).
poder aplicar correctamente un fórceps es fundamen-
• Anestesia, preferentemente de conducción.
tal realizar un diagnóstico correcto de la posición del
punto de reparo de la presentación respecto de la pelvis • Instrumental adecuado, constituido por el fórceps que
materna. Un diagnóstico erróneo puede conducir a una se considere adecuado para el caso o el que mejor do-
rotación inadecuada de la presentación y entorpecer la mine el operador, tijeras, material de sutura, valvas va-
extracción fetal. ginales e instrumental para revisión uterina.
Anestesia materna. La aplicación del fórceps es una
maniobra dolorosa que exige anestesia de la madre. Por Principios generales de la aplicación
otra parte, la relajación de las partes blandas que ésta del fórceps
produce facilita la aplicación del instrumento.
Vaciamiento vesical. Se recomienda realizar un vacia- Aplicación en el espacio
miento vesical previo a la aplicación del fórceps, pues
Estando la paciente en posición de parto, el operador
ello facilitará el descenso y rotación de la presentación.
toma el fórceps articulado (cada mango es tomado con su
Además evitará las posibles lesiones del compartimento
mano homónima) y lo presenta en el espacio en la forma
anterior del canal del parto, que pueden producir una
que debe quedar colocado en el interior de la pelvis. Si la
retención urinaria después del parto.
presentación está en directa (OP), el fórceps se coloca por
Operador entrenado. La persona que aplica el fórceps delante de la vulva en el plano transversal, con el borde
debe conocer el instrumento y su técnica de aplicación cóncavo de las cucharas dirigido hacia la arcada pubiana
y debe ser capaz de reparar los eventuales daños del (FIGURA 23-1).
canal blando.
Si la presentación está ubicada en el diámetro oblicuo
izquierdo (OIIA-OIDP), el mango del fórceps se orienta en
el diámetro oblicuo derecho con el borde cóncavo de las
cucharas dirigido hacia la rama isquiopubiana izquierda.
Si la presentación está ubicada en el diámetro oblicuo de-
recho (OIDA-OIIP), el mango del fórceps se orienta en el

412
diámetro oblicuo izquierdo. Si la presentación está en el
diámetro transverso (OIIT-OIDT), el mango del fórceps se
orienta en el diámetro anteroposterior de la pelvis y el bor-
de cóncavo de las cucharas se dirige hacia la hemipelvis
correspondiente.

Introducción de las ramas


Posición occípto-púbica (OP)
Introducción de la primera rama. Se introduce pri-
mero la rama izquierda y así la rama derecha quedará enci-
ma para articular; al proceder en forma contraria descruzar
las ramas. La rama se toma como un lapicero: se apoya
en posición vertical en la mano guía con la concavidad de
la cuchara hacia los genitales (FIGURA 23-5). La mano
guía se ubica en el espacio isquiocoxígeo izquierdo, sólo el
pulgar queda afuera. La cuchara se desliza por el eje de la
mano guía y progresa debido al descenso de mango, el cual
llega a colocarse por fuera del antebrazo.
El lugar definitivo de la cuchara corresponde al meridia-
no lateral del ovoide cefálico y al diámetro transverso de la FIGURA 23-5. Introducción de la primera rama del fór-
pelvis. Debe desplazarse con la mano guía hasta el lugar ceps en posición occípito-pubiana. La rama izquierda
definitivo de aplicación, lo que se consigue con el descen- tomada con la mano homónima y guiada con la mano
so, lateralización hacia la derecha y rotación del mango a derecha, que se ubica en el espacio isquiocoxígeo iz-
un plano horizontal. quierdo. Sólo el pulgar queda fuera de los genitales.
El desplazamiento mencionado no se ejecuta en posicio-
nes oblicuas ni transversas.

Introducción de la segunda rama OP, en directa.


Se toma con la mano homónima y se ubica igual que la
primera rama. Se introduce en la vagina el dedo índice y
medio en el espacio isquiocoxígeo con la palma hacia arri-
ba; se apoya el extremo distal de la cuchara en estos dedos,
el pulgar se coloca en el borde convexo de la cuchara para
servirle de eje de rotación (FIGURA 23-6); la penetración
de ésta se ayuda con el mango, que pasa de situación ver-
tical a horizontal y llega a calzar con la primera rama.

Introducción de la primera rama en posiciones


oblicuas y transversas. Se coloca primero la cuchara
posterior porque es la que se puede guiar profundamente;
la mano guía va a ocupar el espacio isquiocoxígeo en las
oblicuas y la concavidad sacra en las transversas.

Introducción de la segunda rama en posiciones


oblicuas y transversas. Esta rama debe trasladarse des-
de la frente en las oblicuas anteriores y transversas y desde
el occipucio en las oblicuas posteriores hasta calzar con la
primera rama. Este movimiento de giro o circunducción, o FIGURA 23-6. Introducción de la segunda rama en po-
movimiento espiral de Madame Lachapelle, se realiza en la sición occípito-pubiana. La rama derecha tomada con la
siguiente forma: la cuchara se apoya en los dedos índice y mano homónima. La mano guía anlónima con los dedos
medio de la mano guía, ubicados en la vagina en el espa- índices y medio introducidos en la vagina. El pulgar se
cio ¡squiocoxígeo. Los que servían de guía a la cuchara se ubica en el borde convexo de la cuchara y le sirve de eje
trasladan al borde convexo de ella y la empujan alrededor de rotación.

413
OBSTETRICIA

de la cabeza; el pulgar de esta misma mano se ubica como Si las ramas no están a la misma altura en el momento
punto de apoyo y eje de rotación en la parte posterior de la de la articulación, es preciso introducir la rama menos pro-
cuchara para transmitirle el movimiento que se origina en funda hasta que calcen y no proceder a la inversa.
el desplazamiento y descenso del mango (FIGURAS 23-5
Si los mangos no están paralelos al articular, es signo de
Y 23-6). Éste, que en un comienzo estaba vertical, pasa a
que las cucharas no están simétricas y que le falta rotación
una posición que le permite articular con la de la primera
a la segunda cuchara; en este caso es preciso recolocarlas.
rama.

Articulación de las ramas Verificación de una buena "torna"


La cabeza bien tomada por las cucharas tiene su fon-
En las posiciones directas, transversa izquierda y las orien-
tanela posterior a igual distancia de ambas cucharas. Si la
tadas en el diámetro oblicuo izquierdo (OIIA-OIDP), la pri-
cuchara sobrepasó el ecuador de la presentación, entre el
mera rama que se coloca es la izquierda, la cual tiene el
extremo posterior de la ventana de la cuchara y el cráneo
elemento articular macho y, por lo tanto, la segunda rama,
se puede introducir sólo un dedo.
al quedar encima, articula sin dificultad (FIGURAS 23-1
Y 23-7).
En las variedades transversa-derecha, derecha-anterior e
Tracción
izquierda-posterior, los elementos articulares no coinciden Al hablar de la función tractora del fórceps dijimos que
y es necesario descruzar las ramas; para ello se toman los ésta se cumple en forma adecuada cuando se hace si-
mangos con la mano alterna y se descruzan evitando movi- guiendo el eje del canal del parto y sólo con la fuerza del
lizar las cucharas. Para evitar este inconveniente se puede antebrazo.
introducir primero la cuchara anterior y luego la posterior.

FIGURA 23-7. En la secuencia se observan los pasos de aplicación correcta de un fórceps. Desde la aplicación en el es-
pacio, introducción de rama izquierda, articulado del fórceps y tracción simétrica de las ramas.

414
Capítulo 23 Fórceps y vacuum extractor: Parlo vaginal operatorio

Ventajas y desventajas de los fórceps tomando adecuadamente la cabeza fetal más allá de los
analizados arcos zigomáticos.
El borde convexo de la curvatura pelviana es poco pro-
Fórceps Kielland nunciado y no produce gran distensión perineal.
Ventajas: Desventajas:
• La curvatura cefálica amplia permite una mejor adapta- La tracción debe hacerse de los mangos, pero al no con-
ción de la cabeza entre las cucharas y al mismo tiempo cordar con el eje del canal pelviano pierde eficacia la
una buena toma en las posiciones transversas. fuerza de tracción.
• La ausencia de curvatura pelviana lo hace muy eficaz La curvatura pelviana lo hace poco adecuado para rotar
para las rotaciones en las posiciones transversas y pos- el vértice.
teriores.
• La presión que se ejerce sobre la cabeza no es controla-
• La articulación deslizable permite corregir el asinclitismo ble, sino que depende de la fuerza que se ejerce sobre
y al mismo tiempo lo hace de fácil manejo. los mangos.
Desventajas:
Aplicaciones de fórceps
• La curvatura cefálica amplia distiende bastante al canal
blando y posibilita desgarros.
en la presentación de vértice
• La falta de tractor hace que la tracción se haga desde los Fórceps en posición directa
mangos, por lo que la fuerza no actúa siguiendo el canal
del parto. Aplicación en occípito-púbica (OP) (FIGURA 23-
8). Aplicación en el espacio. Verificar los requisitos o con-
• La presión que se ejerce sobre la cabeza fetal depende diciones de toda aplicación de fórceps. Se toma la rama
de la fuerza de apriete sobre los mangos. Izquierda desde el mango con su mano homónima y se
guía con la mano opuesta. Ésta se ubica hacia la izquierda
Fórceps Simpson y atrás en la pelvis dejando sólo el pulgar afuera. Se baja el
mango de su posición vertical Inicial hasta quedar horizon-
Ventajas: tal y por fuera del antebrazo de la mano guía.
• Las cucharas tienen una curvatura cefálica amplia que La cuchara que quedó algo posterior se traslada hasta
se continúa con los tallos o pedículos largos y paralelos, quedar en la extremidad izquierda del diámetro transverso

FIGURA 23-8. Fórceps aplicado en posición occípito-púbica.

415
OBSTETRICIA
de la excavación. Se introduce la rama derecha, se ejecutan Aplicación en occípito-íliaca-derecha-
los mismos tiempos de la rama izquierda y queda colocada anterior (OÍDA)
encima de la primera. Se articula el fórceps y se tracciona
en el sentido del canal pelviano durante las contracciones; Aplicación previa en el espacio. La cabeza está orien-
fuera de ellas, se suprime la presión en los mangos para tada en el diámetro oblicuo derecho; la curvatura pelviana
descomprimir la cabeza. Cuando el vértice se fija en el del fórceps se orienta hacia la rama isquiopubiana derecha.
subpubis, hay que comenzar la deflexión y es el momento
La primera rama que se introduce es la posterior, la
de practicar la episiotomía.
rama derecha, la rama hembra, que se toma con la mano
La deflexión se ejecuta tomando los mangos con ambas homónima y se guía con la mano izquierda.
manos y llevándolos a la posición vertical. La ramas se
La segunda rama, la rama macho, se toma con la mano
sacan en orden y dirección opuestos a su introducción. Es
izquierda, se guía con la mano derecha y se desplaza con
preciso evitar que la cabeza se desprenda con el fórceps
porque implica riesgo de desgarros. la maniobra ya descrita del movimiento en espiral. Los ele-
mentos articulares quedan invertidos. Esto se corrige to-
mando los mangos con manos alternas y descruzando las
Aplicación en occfpito-sacra (OS). Con una valori-
ramas.
zación previa de la permeabilidad pelviana en los diámetros
transversos a nivel de espinas y tuberosidades, isquiáticas Para evitar el descruzamiento se puede colocar primero
y de todas las condiciones exigidas para el fórceps, se prac- la rama anterior con la maniobra en espiral y la rama poste-
tica una aplicación en directa con la misma técnica que rior a continuación, de manera que quede por encima de la
para la occípito-pubiana. primera rama y pueda articularse sin descruzar. Sólo resta
traccionary rotar la presentación en 45° a occípito-pubiana
La tracción debe hacerse en el sentido del eje del canal,
hasta que la base de la nariz se fija bajo el pubis, momento y extraerla.
en el que se práctica episiotomía lateral amplia y tracción
de la cabeza en el sentido de la flexión hasta su despren- Fórceps en posiciones oblicuas
dimiento. posteriores
Las posiciones posteriores del vértice son más frecuentes
Fórceps en posiciones oblicuas
en las pelvis androides y antropoides y la cabeza fetal suele
anteriores presentar deformaciones plásticas, tales como alargamien-
to o moldeado, o un gran capul succedaneum. Estas cir-
Aplicación en occípito-ilíaca-izquierda- cunstancias inducen a error sobre el grado de encajamiento
anterior (OIIA) de la presentación; la parte más declive de la cabeza puede
estar en espinas y el diámetro biparietal no haber sobrepa-
Esta aplicación es muy semejante a la occípito-púbica
sado el estrecho superior.
(OP).
La estenosis del estrecho medio (diámetro biciático) y
Aplicación previa en el espacio. La curvatura pelviana se
del estrecho inferior (diámetro biisquiático) suele ser in-
orienta hacia la rama isquiopubiana izquierda; se toma la
compatible con el parto vaginal.
rama izquierda desde el mango con la mano homónima y
se guía con la mano opuesta, la cual se ubica a la izquierda
y atrás, en el espacio isquiocoxígeo. Se introducen en la Aplicación en occípito-ilíaca-derecha-
vagina los cuatro dedos, sólo el pulgar queda fuera. Para posterior (OIDP)
avanzar la cuchara se baja el mango de la posición vertical
que tenía al comenzar la aplicación, hasta quedar horizon- En las posiciones posteriores del vértice debe intentar-
tal y por fuera del antebrazo de la mano guía. se la rotación manual de la cabeza fetal a una posición
anterior, como tiempo previo a la aplicación de fórceps.
La segunda rama, la derecha, se coge con la mano ho-
mónima y se guía con dos dedos de la mano izquierda En la aplicación en posición occípito-posterior la curva-
(Figuras 23-5 y 23-6) y por medio de un movimiento en tura pelviana del instrumento queda dirigida hacia la cara
espiral alrededor de la cabeza se coloca sobre la rama iz- del feto, por lo tanto, el fórceps Kielland es el más adecua-
quierda y se articulan entre sí. do en estos casos.
Habitualmente, con las tracciones efectuadas durante Se introduce primero la rama posterior que es la izquier-
las contracciones uterinas la presentación rota hacia occí- da, que se toma con la mano izquierda y se guía con los
pito-pubiana. Si esto no acontece, se procede a rotarla con cuatro dedos de la mano derecha colocados en el espacio
el fórceps. isquiocoxígeo.
416
La segunda rama, la rama derecha, se coloca con la téc- Rotación con una rama del fórceps Se introduce
nica descrita del movimiento en espiral; en esta ocasión la solamente la rama derecha en la forma habitual, en el
cuchara entra en contacto con el occipucio para trasladarse espacio isquiocoxígeo, tomada con la mano homónima y
posteriormente hasta el diámetro parietomalar y articular guiada por la mano opuesta; la cuchara se desplaza con el
con la primera rama. Realizada la toma, el camino que se movimiento en espiral alrededor del occipucio y del parie-
deberá seguir tiene las siguientes alternativas: rotación a tal, quedando invertida con el borde cóncavo dirigido hacia
occípito-sacra; doble aplicación Scanzoni; gran rotación; la cara. El pico de la cuchara se apoya en la mejilla fetal y
rotación con una rama. se adapta a la zona parietomalar.
Durante las contracciones se presiona la cuchara hacia
Rotación a occípito-sacra. Se aplica el fórceps, de
atrás y hacia abajo en el sentido del canal de) parto con un
preferencia el Kielland, con la técnica descrita para la
movimiento de hacer girar la llave de la chapa; la mano
OIDP; se rota la presentación en 45° a occípito-sacra; se
derecha en el mango y la izquierda en la cuchara. No se
tracciona durante las contracciones uterinas hasta llevar la
debe hacer palanca contra el pubis para no provocar trau-
fontanela anterior y posteriormente la base de la nariz bajo
matismo de la vejiga o de la uretra.
el pubis. El desprendimiento se hace por flexión de la cabe-
za, en oposición a lo que acontece en la posición occípito
pubiana, la cual se desprende por deflexión. Al momento Aplicación en occípito-íliaca-izquierda-
de desprenderse, la cabeza presenta el diámetro occípito- posterior (OIIP)
frontal de 11,5 a 12 cm, lo que puede causar desgarros
si la extracción se hace muy rápida y sin una episiotomía La conducta es igual que en las derechas posteriores,
amplia. La rotación a OS es aconsejable cuando se fracasa sólo que se introduce primero la rama derecha y después
con la rotación manual y no se tiene destreza para rotar con la izquierda, pues la cabeza está orientada en el diámetro
el fórceps la presentación hacia el pubis. oblicuo derecho. Para evitar el descruce de las ramas se co-
loca primero la rama izquierda, la rama derecha se coloca
Doble aplicación de fórceps. Técnica de Scanzoni. por encima de la anterior y, de este modo, los elementos
Se hace una primera aplicación en el diámetro oblicuo iz- articulares calzan.
quierdo, con la técnica descrita para la aplicación en OIDP.
Durante la contracción uterina se procede a rotar la pre- Aplicación del fórceps de Kielland
sentación en 45° a OIDT (toma primaria de Scanzoni), se invertido
extraen las ramas y se hace una segunda aplicación en DT,
con la cual la presentación se lleva hasta DA. Se reaplica el En las variedades posteriores del vértice se puede colo-
fórceps en esta posición; la curvatura pelviana queda ahora car el fórceps Kielland con las cucharas invertidas, es decir,
dirigida hacia el occipucio. con el borde convexo de la curvatura pelviana dirigido ha-
cia el pubis (Dennen, 1983).
Gran rotación. El fórceps se coloca con la técnica des-
Con este propósito se hace una aplicación en el espacio
crita para las aplicaciones en el diámetro oblicuo izquierdo. para orientarse y se coloca primero la cuchara izquierda
Se procede a rotar la cabeza en 45° a transversa-derecha;
en la hemipelvis izquierda, guiada con la mano derecha,
de esta posición a derecha-anterior y se termina la gran
ya sea OS, DP o IR Luego se coloca la cuchara derecha.
rotación con el vértice en el occípito-pubiano; en total, la
Se articulan las ramas y se hace la rotación por el camino
presentación se desplaza 135°. Esta rotación se debe hacer
más corto, describiendo con los mangos un cono de base
en forma suave y lenta.
amplia. Esta técnica aprovecha la escasa curvatura pélvica
El occipucio se encuentra después de la rotación, bajo del fórceps Kielland; la maniobra está contraindicada en las
el pubis y el fórceps con la curvatura pelviana invertida. pelvis androide y antropoide, en las cuales es más aconse-
jable la extracción en occípito-sacra (OS).
Se desarticulan las ramas y se extrae hacia abajo pri-
mero la rama hembra. Si el fórceps que se ha usado es un
Kielland, podría seguirse la extracción del ovoide cefálico Fórceps en posiciones transversas
con una cuchara, la que no se ha retirado y que continúa
en posición invertida. La presentación suele detenerse en esta posición en la pel-
vis plana (platipeloide) y en la pelvis androide, hecho que
Con cualquier fórceps que se emplee, la "gran rotación" es preciso tener presente, ya que se trata de un canal duro
requiere de un obstetra con experiencia en el procedimien- que puede ir acompañado de una estenosis en toda la al-
to. Maniobras intempestivas o bruscas pueden dañar al feto tura de la pelvis.
y producir importantes desgarros vaginovulvoperineales en
la madre.
417
OBSTETRICIA

Aplicación en occípito-ilíaca-izquierda- cruzamiento se puede colocar primero la rama anterior y en


transversa (OIIT) seguida la rama posterior por delante de la primera.

La primera rama que se introduce es la posterior, la rama Aplicación de fórceps


izquierda (macho), que se toma con la mano izquierda y se
guía con la mano derecha. La mano guía se coloca entre
en presentación de cara
el parietal y el sacro. El fórceps Kielland se adapta bien a Cuando el polo cefálico llega a su máxima deflexión, se
esta posición, ya que tiene un curvatura cefálica amplia y constituye la presentación de cara cuyo punto de reparo es
escasa curvatura pelviana. el mentón, que juega el mismo rol que el occipucio en la
La rama anterior, rama derecha, se toma con la mano presentación de vértice.
del mismo nombre y se guía con la mano opuesta; con el Las posiciones posteriores del mentón que se enclavan
movimiento espiral en 180° se traslada alrededor del fron- en la pelvis no pueden ser resueltas con el fórceps, y si se
tal, hasta quedar debajo del pubis. La introducción de esta intenta, la mortalidad fetal puede llegar hasta el 10%.
rama presenta dificultades y para lograrlo es preciso bajar
bastante el mango, para que la cuchara penetre profunda- Las posiciones mentoanteriores (MIIA-MIDA) y las men-
mente y pueda franquear la frente fetal. Una vez articulado totransversas (MIIT-MIDT) pueden ser extraídas con fór-
el fórceps, la curvatura pelviana no mira hacia el pubis, ceps, al igual que en la presentación de vértice. Las cucha-
sino lateralmente. La presentación se rota en 90° para lle- ras quedan ubicadas en el diámetro occípito mentoniano.
varla a occípito-pubiana. Si la cabeza está detenida a nivel Es imprescindible rotar previamente la presentación antes
de espinas, espinas+1 o espinas+2, no debe hacerse la de fijarla bajo el pubis. El desprendimiento se hace por
rotación a ese nivel, sino que después encajarla profunda- flexión del polo cefálico.
mente. También puede rotarse con una rama del fórceps, al
igual que en la posición posterior.
Aplicación de fórceps en la cabeza
Cuando no se puede colocar la segunda rama, con la última del parto en podálica
técnica de la vuelta en espiral puede llevarse la cuchara
directamente a contactar con el parietal anterior. Se coloca Al asistir un parto en presentación podálica, debe tenerse
a la paciente con sus nalgas bastante por delante del borde un fórceps disponible para la eventualidad que se produz-
de la mesa de parto y se toma la rama con la mano derecha ca retención de la cabeza en la excavación pelviana que
y se introduce la cuchara entre el pubis y la presentación no pueda ser liberada por la maniobra de Mauriceau o
con el mango casi vertical. Bracht (consultar Capítulo 21: El parto en presentación
podálica).
También se puede colocar la rama anterior tomándola
con la mano opuesta y guiando la cuchara con la mano
Cabeza última en occípito-púbica. Se debe llevar el
derecha; esta mano se introduce en el espacio sacrociático
cuerpo fetal hacia el vientre de la madre y aplicar una rama
izquierdo que está más amplio por estar el vértice flecta-
del fórceps a cada lado de la cabeza, haciendo una aplica-
do. Con los dedos índice y medio se traslada la cuchara
ción simétrica. La tracción se hace en el eje pelviano y ha-
alrededor del occipucio hacia el parietal anterior. Al mismo
cia atrás, para fijar el occipucio bajo el pubis. Finalmente,
tiempo, la mano izquierda baja el mango. De esa manera el
se desprende la cabeza por flexión (Whitacre, 1965).
borde convexo de la cuchara queda dirigido hacia la frente.

Cuando no puede hacerse una toma parietomalar, la Cabeza última en occípito-sacra. Se lleva el cuerpo
distocia de posición puede solucionarse con una toma obli- fetal sobre el vientre de la madre y se aplican las cucharas
cua frontomastoidea que resulta eficaz. Sin embargo, esta simétricamente sobre la cabeza. La tracción se hace hacia
toma puede producir una parálisis facial por compresión abajo, para que el mentón se fije bajo el pubis y la cabeza
del nervio facial, la que generalmente es transitoria. se desprenda por deflexión.

Aplicación en occípito-ilíaca-derecha- Aplicación de fórceps en la operación


transversa (OIDT) cesárea
La técnica es igual a la IT en todos sus tiempos, so- En ciertas ocasiones la extracción de la cabeza fetal a tra-
lamente que ahora se introduce primero la rama derecha vés de la histerotomía en la operación cesárea es muy difícil
(hembra). y puede requerir la utilización de una o de las ramas de un
La articulación queda invertida como en todas las apli- fórceps. Esto suele ocurrir cuando la cabeza está muy en-
caciones derechas y es necesario descruzar las ramas y cajada, cuando está muy alta o cuando la histerotomía es
tomar cada mango con la mano alterna. Para evitar el des- pequeña en relación al diámetro de la cabeza fetal.

418
Capítulo 23 | Fórceps y vacuum extractor: Parto vaginal operatorio

Cabeza encajada. Si no es posible introducir la mano La combinación de parto vaginal operatorio con episo-
entre la pelvis y la cabeza fetal por estar ésta encajada, se tomía media está asociada a un riesgo significativamente
introduce una cuchara del fórceps y se fracciona desde el mayor de trauma sobre el esfínter anal, tanto en primíparas
mango hacia arriba como con un calzador. como en multíparas (Kudish y cois., 2006).
Recientemente Hirsch publicó algunas recomendacio-
Cabeza fetal por encima de la histerotomía. Suele
nes para reducir las laceraciones de alto grado durante el
haber dificultad para extraerla y el feto puede traumatizarse
parto vaginal operatorio (Hirsch y cois., 2008). Ellas son:
en el intento. En estas circunstancias se rota la cabeza ma-
nualmente para traer la cara hacia adelante y se aplican las • Aumentar el uso del vacuum por sobre el fórceps.
cucharas de un fórceps pequeño (Simpson) a ambos lados
• Rotar las posiciones posteriores a anteriores antes del
de la cabeza y se extrae. parto.
En algunas ocasiones una rama de un fórceps pequeño,
• Realizar episiotomía medio lateral sólo cuando sea nece-
reemplazando a la mano del cirujano, es de gran utilidad
sario.
para la extracción de la cabeza fetal en la operación cesá-
rea, cualquiera sea la ubicación de ésta. • Flexionar la cabeza fetal y mantener el eje de tracción.
• Desarticulación precoz del fórceps.
Morbilidad materna • Reducir el esfuerzo materno en el expulsivo.
La morbilidad materna está directamente relacionada con
la aplicación de fórceps en una paciente que no cumple De Farades y colaboradores, en el 2004, identificaron
con los requisitos exigidos. La dilatación incompleta es por endosonografía, defectos del esfínter anal en sólo el
causa de desgarros cervicales que pueden comprometer 13% de las pacientes con o sin episiotomía o desgarro
gravemente a la madre. El fórceps alto trae como conse- después de un fórceps. El daño muscular es responsable
cuencia desgarros del segmento inferior, hematomas del li- de la disfunción anal, sin embargo, el daño del nervio
gamento ancho, lesiones vesicouretrales que pueden dejar pudendo también juega un rol importante (Tetzschner,
como secuela fístulas urinarias. 1998).

Si las rotaciones de la cabeza no son hechas con suavi- La atención de un parto con fórceps habitualmente de-
dad, desgarran las paredes vaginales y prolongan la episio- termina mayor requerimiento de analgesia en el posparto
tomía. Hagadorn-Freathy y colaboradores, reportaron tasas inmediato que el parto vaginal no operatorio y la aplicación
de desgarros de episiotomía de tercer o cuarto grado y la- de vacuum extractor.
ceraciones vaginales en el 13% de los fórceps realizados En general, aún se considera correcta la afirmación de
en el estrecho inferior de la pelvis; en el 22% para fórceps que la morbilidad como consecuencia de la aplicación del
bajos con ángulos menores de 45° de rotación, y en el 44% fórceps es mayor en primíparas que en multíparas (Dunlop,
para fórceps bajos con ángulos mayores de 45° de rota- 1969).
ción. Hubo el 37% de lesiones al realizar fórceps medios
(Hagadorn-Freathy y cois., 1991).
Morbimortalidad perinatal
Episiotomías amplias o desgarros del canal vaginal, es-
pecialmente si comprometen el esfínter anal, pueden cau- Las complicaciones fetales atribuibles al fórceps incluyen
sar incontinencia. El fórceps que se asocia a una frecuen- laceraciones faciales o del cuero cabelludo, fractura de crá-
cia mayor de episiotomía o desgarros de segundo o tercer neo, hemorragia intracraneana, parálisis del nervio facial,
grado, se relaciona también frecuentemente a problemas lesiones de la córnea, hemorragia retiniana, hemorragia
de continencia. Se ha demostrado una fuerte asociación subgaleal, lesión de la médula espinal e hiperbirrubinemia
entre laceraciones del esfínter anal y parto vaginal ope- por reabsorción de hematomas (O'Grady y cois., 2002).
ratorio. Existe evidencia que en el posoperatorio de estas
pacientes el examen clínico revelaba sólo el 3% de daño Las aplicaciones asimétricas (toma frontomastoidea)
pueden producir parálisis facial por compresión de las mas-
del esfínter en primíparas, mientras que la endosonogra-
fía anal demuestra el 33% de daño esfinteriano (Sultán y toides y del nervio facial a su salida del cráneo. El fórceps,
cuyas cucharas no pasan el ecuador de la presentación,
cois., 1993).
puede resbalar con la tracción y provocar erosiones del cue-
Las laceraciones que comprometen el esfínter anal se ro cabelludo y hematomas en la cara. Por el contrario, la
asocian con incontinencia fecal o de gases hasta en el 40% compresión del cuello con el pico de las cucharas, como
de los casos, mientras que aquellos que comprometen la también las rotaciones violentas, pueden lesionar los vasos
mucosa rectal suman los riesgos de infección, dehiscencia cervicales y dañar secundariamente la irrigación cerebral
de herida operatoria y fistulización (Haademy cois., 1987). (Yates, 1970).

419
OBSTETRICIA

No obstante, el daño neurológico y sus secuelas puede Un estudio retrospectivo que compara los resultados
deberse a la hipoxia de un sufrimiento fetal que obligó a la después de realizar una operación cesárea en la segunda
extracción con fórceps y generalmente persistirá la duda etapa del parto, ya sea inmediatamente o después de un
de si la causa determinante del daño neurológico fue la parto instrumental frustro, no encontró diferencias en la
hipoxia o el traumatismo del fórceps. morbilidad materna o neonatal.
La mortalidad perinatal tiene relación directa con la difi- Un estudio prospectivo demostró que el trauma neonatal
cultad para la extracción, debida a aplicaciones laboriosas y la acidosis fetal fueron más comunes después del parto
con poco dominio del instrumento y al empecinamiento en vaginal instrumental frustro que después de una cesárea
la extracción por vía vaginal ante el fracaso de la interven- de emergencia (Murphy y cois., 2001). El aumento en la
ción. Si a esto sumamos el mal estado en que puede estar tasa de encefalopatía neonatal asociada con parálisis cere-
el feto por una hipoxia previa, tendremos una visión de las bral y muerte neonatal ha sido reportada tanto después de
causas de mortalidad. La muerte perinatal se produce por una cesárea de emergencia como luego de un parto vaginal
problemas respiratorios derivados del sufrimiento fetal y por instrumental (Badawi y cois., 1998). Es difícil establecer
lesiones neurológicas a consecuencia de hemorragia por hasta qué punto las complicaciones del trabajo de parto
anoxia o traumatismo. que terminan en un parto vaginal operatorio o las condi-
ciones del parto mismo, contribuyen al resultado perinatal
Las cifras de mortalidad perinatal atribuibles al fórceps
adverso.
varían dependiendo de los autores. En aplicaciones trans-
versas y posteriores alcanza el 0,4% (Rubín & Coopland, Otros estudios proponen que el fórceps bajo que no
1970) y en posiciones posteriores persistentes hasta el incluya más de 45° de rotación de la cabeza fetal es una
2,2% (Phillips & Freeman, 1974). Se desaconseja el fór- maniobra obstétrica vigente y eficaz sin riesgo para la ma-
ceps a nivel de espinas por ser altamente peligroso y produ- dre y el niño y que el fórceps aplicado en espinas cero o
cir una mortalidad perinatal del 3,5% al 6% (Cooke, 1967). +1 que incluya rotación de la cabeza fetal de más de 45°
conlleva riesgo para la madre y el feto (Hanskins & Rowe,
En relación a la controvertida asociación entre parto
1996).
operatorio y nivel de inteligencia, no se han encontrado di-
ferencias significativas en el score de inteligencia a los cin- Un estudio aleatorio realizado en Barcelona, que com-
co años, según la vía de parto, al comparar el parto vaginal paró el efecto neonatal del parto espontáneo y del fórceps
espontáneo con fórceps o vacuum medios y bajos (Wesley bajo en dos grupos muy similares de madres, demostró que
y cois., 1992). Por otro lado, Seidman y colaboradores re- el período expulsivo fue significativamente más largo y el
portaron que aquellos niños nacidos por vía vaginal, ya sea pH de la sangre arterial del cordón umbilical significativa-
por parto espontáneo o instrumental, tenían un score de mente más bajo en el grupo de parto espontáneo que en el
inteligencia superior a aquellos nacidos por operación ce- que se aplicó fórceps (Carmona y cois., 1995).
sárea (Seidman y cois., 1991).
Podría interpretarse que dado el relativo bajo riesgo ma-
La evidencia que evalúa la morbilidad neonatal después terno perinatal de la operación cesárea, debería disminuir
de un parto vaginal instrumental es inconsistente; una revi- porcentualmente la proporción de aplicaciones de fórceps
sión sistemática de diez trabajos que comparan el vacuum en favor de la operación cesárea. Debemos refutar esta
con el fórceps no encontró diferencias significativas en el apreciación, pues respetando las condiciones necesarias
test de Apgar al primer minuto y a los cinco minutos de vida. para aplicar un fórceps, este instrumento no constituye en
Hubo unas pocas lesiones graves en los neonatos, aunque la obstetricia moderna alternativa de operación cesárea, ya
el vacuum estuvo asociado con un aumento en los cefa- que las indicaciones para extraer un feto encajado en la
lohematomas y hemorragias retinianas (Johanson,2000). pelvis no son habitualmente las que requieren de una ope-
ración cesárea.
No existe evidencia que asegure el pronóstico a largo
plazo; sólo un estudio reporta que no existen diferencias
significativas en el desarrollo a los cinco años de edad entre Prueba de fórceps y fórceps frustro
niños nacidos por fórceps y aquellos nacidos por vacuum
Si se anticipa que un parto vaginal instrumental puede ser
(Johanson y cois., 1999).
difícil, se debe considerar sólo como una prueba de parto
Un estudio prospectivo de corte que compara el parto operatorio. Dicho intento se debe realizar en una sala de
vaginal instrumental con la operación cesárea en pacientes parto que permita realizar inmediatamente una operación
con dilatación completa no encontró un aumento en las cesárea en caso de que el intento vaginal fracase. Un estu-
hospitalizaciones de los neonatos a las unidades de cuida- dio no encontró diferencias significativas en la morbilidad
dos intensivos después de la operación cesárea (Murphy, materna o neonatal inmediata al comparar mujeres que tu-
2001). Las secuelas en los neonatos son una importante vieron una operación cesárea por similares indicaciones sin
consideración cuando el parto vaginal instrumental no es una prueba de instrumentación. Ciertamente, la morbilidad
exitoso (Johanson y cois., 2000). neonatal fue mayor en aquellas pacientes que tuvieron un

420
Capítulo 23 Fórceps y vacuum extractor: Parlo vaginal operatorio

parto vaginal operatorio frustro no esperado, en las cuales El vacuum extractor fue diseñado en Edimburgo (Esco-
no hubo preparación para una operación cesárea inmediata cia) el año 1849 por James Simpson, el mismo diseñador
(Lowe, 1987). del fórceps que lleva su nombre. En 1954, Malmstrom in-
trodujo la copa metálica, que llegó a ser muy popular en los
El intento de parto vaginal instrumental debe ser aban-
EE.UU. y en Chile en la década de 1960, y cuyo uso pos-
donado frente a los siguientes casos:
teriormente se desincentivó por su asociación con lesiones
• Dificultad en aplicar el instrumento. del cuero cabelludo fetal (Muñoz y cois., 2004).
• No se logra descenso en cada tracción. Actualmente, las nuevas tecnologías han desarrollado
• Si no se produce el parto después de tres tracciones con copas que han hecho que sea el instrumento de elección
un instrumento correctamente aplicado. en el parto vaginal instrumenta I izado (Johanson & Menon,
2000). En los EE.UU. y el Reino Unido el vacuum extrac-
• Si la extracción del feto no se logra en 15 a 20 minutos tor se utiliza en el 6,0% al 7,4% de los partos (Maresh,
(Edozien, 2007). 2001).

Cuando un instrumento ha fallado en lograr el parto, el Existen dos tipos de VE, los de copa blanda (KIWI Pro-
uso de un segundo instrumento podría en algunos casos Cup®, Kovayashi®, Mytivac®) y los de copa rígida (Mals-
completar la extracción sin daño para la madre ni para el mtrom®, Bird®). Al compararlo con el fórceps se ha de-
feto. Sin embargo, el uso secuencial de instrumentos está mostrado que la tasa de falla es del 12% versus el 7%
asociado con un aumento en el riesgo de trauma para el del fórceps. La incidencia de lesiones fetales que requieren
neonato; un recién nacido que nace por dos o más instru- hospitalización del recién nacido no son diferentes al fór-
mentaciones diferentes es más probable que tenga lesio- ceps, aunque esos estudios analizaron juntos copas blan-
nes graves que uno que nace por fórceps o vacuum como das y rígidas, lo que hace suponer que la incidencia de
método único. La instrumentación secuencial podría ofre- lesiones fetales con VE de copa blanda serían menores (Jo-
cer la ventaja de evitar las complicaciones de una cesárea hanson & Menon, 2000a).
con dilatación completa y la cabeza encajada, pero podría Al comparar la copa blanda con la rígida se ha demos-
ser también un grave riesgo para el feto (Gardella y cois., trado que la tasa de falla es del 16% para copa blanda
2001). versus el 9% para la rígida. La incidencia de despegue de
La clave para resolver esta contradicción es la adecuada la copa es del 22% para copa blanda y del 10% para copa
selección de los casos con una cuidadosa toma de decisio- rígida. La copa blanda produce menos deformaciones cos-
nes; si una de las indicaciones para abandonar el proce- méticas de la cabeza fetal y menos laceraciones del cuero
dimiento está presente, un segundo instrumento no debe cabelludo (Johanson & Menon, 2000b). Vacca estableció
ser aplicado. que la evidencia disponible señala que existen pocas lace-
raciones en el cuero cabelludo con las copas blandas, pero
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (2000) la tasa de cefalohematomas y hemorragia subgaleal fueron
propone que estas pruebas de parto vaginal sólo deben ser similares entre las copas blandas y rígidas (Vacca, 2002).
realizadas si la evaluación clínica es altamente sugerente
de un resultado exitoso (American College of Obstetrícians Se recomienda no realizar más de 4 a 5 tracciones, con
and Gynecologists, 2000). lo que se logra el 85% de los partos, y reaplicar la copa
no más de tres veces si se despega. Idealmente, el pro-
cedimiento no debería durar más de 20 minutos (Vacca,
EXTRACCIÓN FETAL POR VACÍO: 2002).
VACUUM EXTRACTOR
En los EE.UU., el instrumento se denomina vacuum ex- Indicaciones y condiciones
tractor (VE), mientras que en Europa se denomina vento- para la aplicación de VE
sa. Las ventajas teóricas del VE sobre el fórceps incluyen
evitar la introducción en la vagina de dos ramas que ocu- Las indicaciones para la aplicación de VE son similares a
pan espacio, y el requerimiento del diagnóstico exacto de las del fórceps, y se encuentran detalladas de acuerdo al
la variedad de posición. Además, posee la capacidad de Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (2002) en la
rotación de la cabeza fetal sin comprimir los tejidos blandos TABLA 23-1. Asimismo, las condiciones necesarias para su
maternos, y la reducción de la presión sobre la cabeza fetal aplicación fueron descritas previamente al tratar el fórceps.
en el momento de la tracción. Algunas contraindicaciones para su uso son: incapaci-
El vacuum extractor es un instrumento que por medio dad de colocar bien la copa, desconocimiento de la posi-
del vacío fija una copa metálica o de plástico en el cuero ción fetal, sospecha de desproporción cefalopélvica, pre-
cabelludo fetal, lugar desde donde se tracciona en direc- sentaciones altas y de nalgas, y edad gestacional menor de
ción al canal del parto. 34 semanas.

421
OBSTETRICIA

Descripción del VE los con bombas manuales de vacío, que son más fáciles de
manejar (FIGURA 23-10).
El VE consta de copas metálicas o de plástico de distintos
diámetros, además de un sistema para hacer el vacío y otro El vacío se hace con una bomba aspirante que está
de tracción. conectada a un frasco de vacío por un tubo de goma a
través del segundo tubo que perfora el tapón del frasco.
La compresión efectuada por el VE equivale a 0,32 kg/
Copas o cazoletas cm2, semejante a la ejercida por el fórceps de Kielland. La
máxima compresión que se produce con la copa de 6 cm
Tienen forma de hongo; el diámetro de la copa puede es de 0,79 kg/cm2, y con el fórceps de Kielland de 1,31
ser de 3, 4, 5 y 6 cm, la altura, de 2,25 cm para la copa kg/cm2. La compresión total es de 87,94 kg/cm2 y con
de 6 cm y de 1,5 cm para la copa de 3 cm. En la superficie el fórceps de Kielland es de 35,71 kg/cm2 (Moolgaoker y
externa de la copa existe un solevantamiento en forma de cois., 1979).
mamelón, el cual se orienta hacia el occipucio y orienta
al operador sobre la rotación de la presentación (FIGURA
23-9).

I'IET
V«cuu.n b,lr

FIGURA 23-9. Vacuum extractor. Copas o cazoletas metá-


licas de distintos tamaños, junto a la bomba de vacío y la
cadena de tracción protegida por un tubo de goma.

El borde de la copa es romo para no erosionar el cuero


cabelludo y para producir una mejor adhesión. En el fon-
do de la copa se encuentra una placa metálica (placa de
tracción); desde el centro de ella emerge una cadena que
atraviesa una perforación del conducto metálico de 1,5 cm
que sirve para coger la copa al colocarla. En este conducto
metálico se coloca el tubo de goma para hacer el sistema
hermético.

Sistema de vacío
Está representado por un frasco de vidrio cerrado por un
tapón de goma, el cual está perforado por tres tubos metá- FIGURA 23-10. Vacuum extractor con bomba manual y
licos; uno es recto y está unido a un manómetro de reloj, cúpula blanda. Posición correcta sobre el occipucio del
graduado de O a 1 kg/cm2. En la actualidad existen mode- recién nacido.

422
Capítulo 23 | Fórceps y vacnum extractor: Parto vaginal operatorio

Sistema de tracción Vacío


Se inicia en la copa por medio de la placa de tracción, Se mantiene la copa presionada sobre la cabeza fetal
que es accionada por la cadena que se inserta en su cen- con los dedos índice y medio y se inicia el vacío de O a
tro. Esta cadena pasa a través de una cruceta metálica y 0,2 kg/cm2. Con este vacío se adhiere la copa y la pre-
por medio de un pasador que atraviesa la rama horizontal sión negativa se aumenta en 0,1 kg/cm2 cada dos minutos
de la cruceta; la cadena queda fija en un eslabón. Para hasta obtener una presión de vacío de 0,6 a 0,7 kg/cm2,
mantener el vacío, se cierra la superficie de entrada del suficiente para extraer un feto de término. Es necesario re-
pasador con una tapa metálica atornillada. Toda la cadena correr la superficie de adherencia del borde de la copa para
corre por dentro de un tubo de goma; otro tubo de goma comprobar que no existe pellizcamiento de tejidos blandos,
conecta la cruceta al frasco de vacío por el tercer tubo me- ya sea del cuello uterino o de la pared vaginal.
tálico que perfora la tapa. Para que no se escurra el aire,
Es conveniente emplear diez minutos en obtener el va-
este tubo metálico tiene un tornillo de paso. Una vez hecho
cío adecuado para la formación de un caput succedaneum
el vacío, la tracción se ejecuta desde la barra transversal
que ocupe toda la capacidad de la copa y permita una
de la cruceta.
buena tracción sin riesgo de desprenderse. Una presión
La fuerza de tracción de la ventosa es de 4 kg, mien- de vacío lograda en menos de diez minutos expone a esta
tras que la fuerza de tracción del fórceps oscila entre 7,9 contingencia. Esta circunstancia hace inadecuado el uso
y 11 kg cuando se aplica en espinas +3 (Moolgaoker y del VE en el sufrimiento fetal agudo. Si se usa la copa de
cois, 1979). La ventosa tiene ventajas sobre el fórceps sólo Silastic, el vacío se puede obtener en 4 minutos (Cohn y
cuando se usa en espinas +3 y en posición OP. Si la pre- cois., 1989).
sentación está más alta y/o hay necesidad de rotar prolon-
gando el tiempo de extracción, el total de la compresión
Tracción
y de la tracción supera ampliamente a lo que sucede con
cualquier tipo de fórceps. Debe ejercerse en el eje del canal pelviano y durante la
contracción uterina. Cuando la presentación está por enci-
Funciones del VE ma de las espinas, la tracción se ejerce hacia el sacro. Con
la mano opuesta a la que fracciona se presiona la copa
Función flectora. Se ejecuta al aplicar la copa en sobre la cabeza para dirigirla hacia el eje del canal pelvia-
el occipucio en la presentación de sincipucio; al fraccio- no. Si la presentación está en la excavación, la tracción
nar la presentación durante la contracción, la cabeza se debe hacerse en dirección horizontal primero y luego se
flecta. debe traccionar hacia arriba casi verticalmente para des-
prenderla.
Función rotadora. El VE permite a la presentación
La tracción no debe exceder los veinte minutos; mayor
cierta libertad de movimiento en el canal pelviano. En una
tiempo de tracción nos indica que la ventosa no soluciona
serie de 231 casos de VE como alternativo de fórceps, hubo
el parto y solamente compromete al feto. La descompresión
77 posiciones transversas y posteriores en las cuales la ro-
se debe realizar lentamente.
tación se obtuvo en el 60% de los casos (García-Huidobro
y cois., 1963).
Complicaciones
Función extractora. En una serie de 237 casos de
empleo de VE como alternativo de fórceps la extracción se Se han reportado daños fetales severos en 0,1 a 3 ca-
obtuvo en el 97% de los casos (Avendaño y cois., 1963). sos/1.000 procedimientos. Las complicaciones más fre-
cuentes son caput succedaneum marcado y el cefalohe-
matoma. Una complicación rara pero potencialmente fetal
Técnica de aplicación es la hemorragia subgaleal, de presentación más frecuente
con copas rígidas (6 a 50/1.000 procedimientos), escasa-
Ubicación de la copa mente reportada con el uso de VE de copa blanda (Uchil &
Arulkumaran, 2003).
En el feto de término se aplica la copa de 5 ó 6 cm de
diámetro para lograr un caput sucedaneum adecuado para Estudios de evolución a largo plazo no han demostrado
fraccionar. La copa se introduce por su borde en la vagina y diferencias intelectuales en los recién nacidos obtenidos
una vez en contacto con la cabeza se ubica en el occipucio por VE, fórceps y partos vaginales espontáneos. Con res-
o en la región parietooccipital anterior. No debe colocarse pecto a la madre, el VE presenta una tasa menor de trau-
en la cara ni en las fontanelas. ma vaginal y de dolor posparto que el fórceps (Yeomans &
Hankins, 1992).

423
OBSTETRICIA

Comparación de VE con fórceps de fototerapia y hemorragia retiniana. Al evaluar el resulta-


do perinatal se observa una tendencia al aumento de los
Tradicionalmente se ha asociado el vacuum a una menor neonatos con Apgar < 7 a los 5 minutos y otra tendencia
tasa de complicaciones maternas y el fórceps a una me- a una menor mortalidad perinatal en el grupo de vacuum;
nor tasa de lesiones fetales. Sin embargo, en los últimos ambos resultados no alcanzan significación estadística
años, probablemente gracias al desarrollo de nuevas copas (TABLA 2 3 - 3 ) .
de materiales suaves, ha surgido evidencia en favor de la
utilización del vacuum por sobre el fórceps, reportando me-
nor incidencia de lesiones maternas y disminución de las Espátulas
lesiones fetales clásicamente descritas (Cuevas & Carvajal,
2007). Son instrumentos obstétricos que han sido diseñados para
extraer al feto por vía vaginal con el menor riesgo posi-
Como se puede ver en la TABLA 23-2, el uso de va- ble para el binomio maternofetal (Thierry, 1956; Velasco,
cuum extractor como método primario se asocia con una 1975). Están conformadas por dos palancas independien-
mayor tasa de fracasos en lograr parto vaginal. Sin embar- tes, no articulables y con escasa curvatura pélvica. La cur-
go, ante la falla del método se puede resolver el parto vía vatura cefálica es lo suficientemente pronunciada como
fórceps; de este modo, el vacuum se asocia a una menor para poder adaptarse al macizo facial del feto; de esta for-
tasa de cesáreas. Al evaluar las complicaciones maternas ma, la presa o toma es de tipo facial y no parietomalar,
se observa una reducción estadísticamente y clínicamente como en el fórceps (FIGURA 23-11).
significativa en la incidencia de lesiones maternas severas
(desgarros de tercer grado o compromiso del fórnix vaginal La fuerza ejercida para lograr la extracción del feto no
y en el dolor a las 24 horas posparto). repercute peligrosamente en la forma de compresión cra-
neana, como la del fórceps, sino que sólo produce flexión,
Respecto de las complicaciones fetales, el vacuum se rotación y descenso de la cabeza fetal (Velasco, 1975).
asocia a un aumento estadísticamente significativo en la
incidencia de cefalohematomas, sin tener diferencias con La tracción realizada sobre los mangos tiende a separar
el fórceps en la tasa de lesiones craneofaciales, necesidad las cucharas del instrumento, las cuales se encuentran so-

TABLA 23-2. Complicaciones maternas asociadas al uso de vacuum o fórceps

Pronóstico Vacuum (%) Fórceps (%) Valor (p) Riesgo relativo 95% IC
Tasa falla método 13,9 9,4 < 0,005 1,48 1,18a 1,85
Tasa de cesárea 2,1 4,1 < 0,005 0,51 0,27 a 0,94
Lesiones severas 9,5 19,7 < 0,005 0,48 0,39 a 0,59
Dolor severo 24 horas 8,5 14,9 < 0,005 0,57 0,34 a 0,94

Modificada de: Carvajal & Cuevas, 2007.

TABLA 23-3. Complicaciones fetales asociadas al uso de vacuum o fórceps

Pronóstico Vacuum (%) Fórceps (%) Valor (p) Riesgo relativo 95% IC
Apgar < 7 a 1 minuto 2,26 2,4 NS 0,93 0,66a 1,31
Apgar < 7 a 5 minuto 2,6 1,8 NS 1,43 0,71 a 2,89
Cefalohematoma 9,1 3,4 < 0,005 2,66 1,89 a 3,73
Lesiones craneofaciales 10,7 11,9 NS 1,14 0,76 a 1,71
Hemorragia retiniana 21,3 18,7 NS 1,14 0,76 a 1,71
Fototerapia neonatal 4,2 3,9 NS 1,07 0,67a 1,71
Mortalidad perinatal 0,3 0,2 NS 1,53 0,26 a 9, 13

Modificada de: Carvajal & Cuevas, 2007.

424
Capítulo 23 Fórceps y vacuum extractor: Parlo vaginal operatorio

utiliza por primera vez el principio de extracción con dos


palancas paralelas no articulables, las cuales colocadas a
cada lado de la cabeza fetal podrían servir para extraer el
feto sin temor de lesionarlo o de causar una lesión consi-
derable del canal del parto. Este diseño motivó a Thierry,
en 1956, en Francia y a Velasco, en 1975, en Colombia, a
diseñar las espátulas que llevan sus nombres y que son las
más utilizadas hoy en día (Lattus y cois., 2003)

Espátulas de Thierry
Descripción. Este instrumento está conformado por
dos palancas independientes de 40 cm de longitud. Cada
rama está a su vez constituida por dos partes bien diferen-
ciadas: las cucharas o espátulas propiamente dichas y los
mangos (FIGURA 2 3 - 1 1 ) . Las cucharas tienen una longi-
tud de 16 cm, un ancho de 5,5 cm, son lisas y disponen de
una curvatura facial suave, así como una pequeña curva-
FIGURA 23-11. Espátulas de Velasco (izquierda) y de tura pélvica. Su borde anterior es casi rectilíneo y su borde
Thierry (derecha). posterior es ligeramente curvo. Los mangos, que son muy
angostos en la zona donde se unen a las cucharas, tienen
una longitud de 24 cm y se amplían en su extremidad pos-
bre la cara fetal. A este movimiento se le opone la pared terior o distal. En su borde inferior poseen unas depresiones
pélvica, estableciéndose así el punto de apoyo, el cual des- para el apoyo de los dedos del operador (Mendoza, 1999).
ciende a medida que la tracción hace progresar la presen-
tación en la cavidad pelviana (Velasco & Handzer, 1964). Técnica de aplicación. La técnica de aplicación re-
quiere del conocimiento por parte del operador de una se-
La función de prensa es inherente a la toma parietoma-
ne de principios básicos, como son los siguientes (Thierry,
lar e, inevitablemente, se acompaña de compresión Intra-
1956):
craneana. Esta compresión es variable, dependiendo del
tipo de fórceps, del tamaño de la cabeza fetal, de la fuerza • La toma debe ser transversa o directa. No se deben ha-
de tracción, de la amplitud de la pelvis materna y de la cer tomas oblicuas ni anteroposteriores.
altura de la presentación en el momento de la aplicación.
• Una vez aplicadas, deben permanecer paralelas entre
Aunque no se han hecho mediciones de la compresión sí en un plano sagital y los mangos nunca se deben
ejercida por las espátulas, se presume que la misma es mí- aproximar entre sí. La pérdida del paralelismo es indicio
nima debido a su mecanismo de acción por tracción facial, de anormalidad, por lo que la aplicación debe ser recti-
lo cual coloca a estos instrumentos en una posición privi- ficada.
legiada para lograr la extracción fetal con el menor riesgo
• La tracción se efectúa en el diámetro suboccipitomento-
posible (Thierry, 1956; Velasco, 1975; Velasco & Handzer,
niano de la cabeza fetal, con lo que se evita la deflexión
1964).
cefálica.
Se podría considerar que las espátulas modernas están
• La introducción del instrumento no debe ser muy pro-
inspiradas en un instrumento diseñado en 1713 por Jean
funda y siempre debe quedar una porción del mismo
Palfyn, célebre cirujano de Gante, Francia, y que fue pre-
entre 2 y 4 cm por debajo del punto inferior de la pre-
sentado en 1722 en la Academia de Medicina de París.
sentación.
Palfyn, consciente de la necesidad de realizar tracción so-
bre la cabeza detenida y reconociendo la imposibilidad de
La tracción se realiza mediante un movimiento suave
hacerlo con las propias manos, se inspiró en los ganchos
de balanceo anteroposterior, manteniendo el paralelismo de
de Ambrosio Pare y de Mauriceau y diseñó un instrumento
las cucharas y la separación de los mangos. Al realizar la
que podía tomar la cabeza para hacer la tracción (Mendo-
tracción se tiene la sensación de que el polo cefálico des-
za, 1999).
ciende libremente en la excavación pelviana. La rotación se
La falta de articulación y el paralelismo de las ramas del realiza de una manera simple, mediante una toma directa
instrumento de Palfyn hacen que se considere el prototipo y dirigiendo los mangos desde su posición original hasta el
de los fórceps de ramas paralelas. Con este instrumento se pubis, recorriendo así un arco de 45° a 90° según el caso.

425
OBSTETRICIA

Complicaciones Cuevas P, Carvajal J. El uso de vacuum extractor disminuye la tasa


de lesiones maternas severas asociadas al fórceps sin aumen-
Las complicaciones maternas más frecuentes son los des- tar las complicaciones fetales severas. Rev Chil Obstet Ginecol
garros vaginales de primer y segundo grado, así como 2007; 72(5):329-33.
desgarros leves del cuello uterino. Estas lesiones se con- Cunningham G, Leveno K, Bloom S, Hauth J, Glistrap III L, Wenstrom
sideran menores y son fáciles de reparar. La incidencia de K. Fórceps delivery and vacuum extraction. En: Cunningham G,
Leveno K, Bloom S, Hauth J, Glistrap III L, Wenstrom K. Wiliams
complicaciones maternas oscila entre el 10% y el 24%,
obstetrics. 22 nd ed. New York: McGraw-Hill, 2005.
y las complicaciones perinatales se encuentran en el ran-
De Parades V, Etienney I, Thabut D, Beaulieu S, Twak M, Asseme-
go del 1% al 2%. Son en su mayoría menores y están
kang B ef al. Anal sphincter injury after fórceps delivery: Myth or
representadas por equimosis en la cara fetal y cefalohe- reality? A prospective ultrasound study of 93 females. Dis Colon
matomas parietales u occipitales que suelen evolucionar Rectum 2004; 47:24-34.
sin problemas (Mendoza, 1999). La mayor experiencia en Dunlop KL. Midforceps operation at the University of Alberta Hospi-
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426
Capítulo 23 | Fórceps y vacuum extractor: Parto vaginal operatorio

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427
Operación cesárea

A. Mazzoni I J.M. Belizán I F. Aithabe

La cesárea abdominal es una operación que se realiza para y muchas veces con feto muerto. La primera publicación
extraer al feto a través de una incisión en la pared abdomi- médica sobre la operación cesárea fue la de Francois Mau-
nal y en el útero. riceau en 1668.
Existen tres hipótesis sobre el origen de la palabra "ce- Al final del siglo xix y a principios del siglo xx hubo un
sárea" (De Costa, 2001). La primera se refiere a un código gran progreso de la medicina en general, incluyendo la ci-
legal romano llamado LEX CESÁREA que decía que, en caso rugía, lo que afectó positivamente el pronóstico de la cesá-
de que se estimara que la madre moriría antes de que se rea. La introducción de técnicas asépticas y de la aneste-
produjera el nacimiento, se podía extraer al niño a través sia con cloroformo fueron avances importantes. La técnica
de un "corte" en el abdomen. La otra hipótesis atribuye la quirúrgica fue progresando continuamente. En 1882, Max
palabra "cesárea" a una antigua historia, contada cien años Sanger destacó la importancia de cerrar el útero con sutu-
después de Cristo por "Pliny the Eider", quien narraba que ras (De Costa, 2001). Luego, con el advenimiento de los
uno de los antecesores de César había nacido por cesárea. antibióticos y la transfusión de sangre, la mortalidad mater-
La tercera hipótesis propone que el nombre de esta inter- na disminuyó drásticamente.
vención proviene del verbo en latín "caedere", que significa
"cortar".
Tasas de cesárea abdominal
La operación cesárea no es mencionada como procedi- en el mundo
miento médico en los escritos de Hipócrates, Galeno, Cel-
so, Paulo o Sorano. La tasa global de cesáreas es actualmente del 15% (Betrán
y cois., 2007), con una amplia variación entre los distin-
Originalmente la cesárea abdominal era una interven-
tos países, que va desde el 0,4% al 40% (Belizán y cois,
ción que se practicaba post mórtem, cuando ocurría una
1999). La tasa de cesárea ha aumentado drásticamente en
muerte materna durante el trabajo de parto. La primera
los últimos cuarenta años, con cifras que van desde el 5%
evidencia documentada de la realización de una cesárea es
en los países desarrollados a principios de los años setenta,
del año 1770 a.C.: un documento legal mencionaba que
hasta más del 50% en algunas regiones del mundo a fines
un niño había sido extraído a través de una cesárea luego
de los años noventa (Villar y cois., 2006). En los países
de la muerte de su madre.
desarrollados la tasa de cesárea ha alcanzando niveles sin
La primera cesárea documentada en una mujer viva y precedentes en la historia obstétrica (Dobson, 2001; CDC,
que sobrevivió al procedimiento, se le atribuye a Jacob Nu- 2005). En los EE.UU., en el año 2005 se constató la tasa
fer en el año 1.500 d.C. (Boley, 1991; De Costa, 2001), de cesáreas más elevada de la historia de ese país: 30,2%
quien solicitó permiso a las autoridades para operar a su (CDC, 2005). América Latina y el Caribe muestran cifras
esposa, que había estado en trabajo de parto por varios globales del 29,2%. La tasa más baja de cesáreas es la de
días. La madre y el niño sobrevivieron. África, que es del 3,5% (Betrán y cois, 2007).

La mayor parte de las mujeres a las que se les realizaba Actualmente, la tasa óptima de cesárea es controversial,
una cesárea en el siglo xix moría por peritonitis, sepsis, tanto en los países desarrollados como en los países en vías
hemorragia y diversas complicaciones (Boley, 1991). La de desarrollo (Wagner, 2000; Peskin & Reine, 2002). Lo
cirugía se efectuaba sin anestesia y en general se indicaba más aceptado a nivel mundial es el límite superior del 15%
por parto obstruido, luego de varios días de trabajo de parto establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS)

428
Capítulo 24 Operación cesárea

en 1985 (WHO, 1985). Esta recomendación se basa en En los países pobres se mantiene un riesgo elevado de mor-
las tasas de cesárea de los países con la menor mortalidad talidad materna y fetal, debido a la falta de acceso a opera-
materna y neonatal en el mundo en ese momento (aproxi- ción cesárea sin riesgo. Internacionalmente, las indicacio-
madamente 10%). Como esa tasa correspondía a países nes maternas y fetales de operación cesárea continúan en
desarrollados, la OMS definió un valor del 15%, teniendo el campo de la investigación. Sin embargo, algunos países
en cuenta que en los países en vías de desarrollo es mayor han obtenido un aumento de sus recursos para la prácti-
la proporción de mujeres en riesgo que podrían beneficiarse ca de operación cesárea por indicaciones no médicas. La
con una cesárea. La tasa óptima de cesárea puede variar FIGO considera la práctica de operaciones quirúrgicas sin
según la población. Cuanto mayor es la prevalencia de po- causa médica razonable fuera de una adecuada práctica
blación de alto riesgo, mayor es la necesidad de cesáreas profesional. El parto por operación cesárea debe ser reali-
para prevenir o tratar las complicaciones del embarazo. En zado únicamente cuando su indicación busca el bienestar
los países menos desarrollados con tasas excesivamente de la madre y del hijo y mejora la salida de éste.
bajas de cesárea, la mortalidad materna y perinatal es muy
La FIGO respeta a las madres como participantes acti-
elevada, lo que sugiere una clara necesidad de mejorar el
vas en las decisiones que afectan el cuidado de su salud.
acceso de las mujeres a este procedimiento (Betrán y cois,
Que puedan tomar decisiones informadas en lo referente al
2007), ya que las tasas menores al 10% no parecen cubrir
empleo o no de intervenciones como la operación cesárea
sus necesidades. En los países de mediano y alto ingreso,
requiere que las mujeres tengan una completa y entendida
no hay evidencia de que se reduzca la mortalidad materna
información sobre los riesgos y beneficios que conllevan las
y neonatal cuando la tasa de cesárea es mayor al 10%
intervenciones propuestas. La FIGO llama a los obstetras a
(Althabe y cois., 2006). Otro estudio sugiere que tasas ele-
ofrecer a las mujeres información respecto de los cuidados
vadas de cesárea se asocian con una mayor mortalidad y
del parto en el marco de su práctica profesional. La FIGO
morbilidad materna y neonatal (Villar y cois., 2006).
solicita a los responsables de los servicios de maternidad
El aumento de la tasa de cesáreas en los países en vías públicos y privados, proveer y facilitar los mejores estánda-
de desarrollo y en los países desarrollados se ha atribuido res de la práctica profesional, procurando la participación
a múltiples factores: mejoría en las técnicas quirúrgicas y de los miembros del equipo en cursos de educación médi-
anestésicas (Villar y cois, 2006), cambios en las expecta- ca continua y en la revisión de las actividades en audito-
tivas y actitudes frente al riesgo por parte de los médicos rías clínicas y de las investigaciones sobre la especialidad.
y las pacientes, cambios en la práctica clínica habitual, Los sistemas de salud necesitan infraestructura adecuada
que incluyen: menos partos vaginales después de una ope- para hacer seguras las actividades operativas, incluyendo
ración cesárea, menos partos vaginales en presentación la anestesia, el problema de las infecciones hospitalarias y
podálica, menos partos instrumentales, más inducciones las transfusiones de sangre sin riesgos.
del trabajo de parto, factores médico-legales y económicos
Los profesionales y directivos que determinan las polí-
(Localio,1993; Porter & Bhattacharya, 2004; Ecker & Fri-
ticas de salud deben compartir responsabilidades con los
goletto, 2007; Murthy y cois., 2007). Otros factores que
servicios de maternidad, para que las madres reciban un
pueden considerarse son la edad materna avanzada, que
adecuado tratamiento y cuidado en éstas. A las madres
es cada vez más frecuente, y la mayor prevalencia de em-
no se les debe negar el acceso a un parto por operación
barazos múltiples y de obesidad materna. En los últimos
cesárea cuando lo necesitan, por falta de infraestructura
años ha surgido una controversial causa del incremento en
u otra causa, como tampoco se les debe presionar para
la tasa de operación cesárea: la demanda por parte de las
practicarles una operación cesárea por falta de un profe-
mujeres (Kalish y cois, 2004).
sional que pueda atenderlas adecuadamente en un trabajo
La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia de parto y parto normal (FIGO Statement on Caesarean
(FIGO), en su reunión del 2007 aprobó un statement so- Sectío, 2007).
bre operación cesárea que a continuación reproducimos en
forma resumida. Indicaciones de operación cesárea
La FIGO apoya el concepto de que el parto, para la gran
Las indicaciones de operación cesárea se dividen clásica-
mayoría de las mujeres a través del mundo, es un proceso
mente en: maternas, fetales, ovulares y maternofetales.
fisiológico normal, influenciado por la cultura, las tradicio-
A su vez, la indicación puede ser absoluta o relativa. Se
nes, la religión y por factores psicológicos. La FIGO además
considera indicación absoluta cuando el parto debe resol-
considera que el parto es un evento familiar que requiere
verse por cesárea en cualquier circunstancia e indepen-
como punto de partida un modelo de orientación de salud y
dientemente de las condiciones obstétricas de la mujer. En
no un modelo de orientación hacia la enfermedad, respecto
cambio, la indicación es relativa cuando el parto puede
a los cuidados proporcionados por los proveedores.
resolverse por cesárea, pero ante determinadas circunstan-
La habilidad para ofrecer el parto por medio de una ope- cias o condiciones obstétricas puede efectuarse un parto
ración cesárea es esencial para una maternidad sin riesgo. por vía vaginal (TABLA 24-1).

429
OBSTETRICIA

TABLA 24-1. Indicaciones maternas y fetales de operación cesárea

Indicaciones maternas Absolutas Dos o más cesáreas previas


Rotura uterina
Carcinoma de cuello uterino
Antecedente de plástica de fístula
Relativas Desprendimiento placentario
Tumor previo
Distocia cervical
Inducción de parto fallida
Preeclampsia/eclampsia
Indicaciones fetales Absolutas Presentación transversa abandonada
Prueba de fórceps fallida con feto vivo
Relativas Sufrimiento fetal agudo
Presentación podálica
Embarazo múltiple
Macrosomía fetal
Retardo del crecimiento intrauterino
Malformaciones fetales
Fetos de muy bajo peso
Infección vaginal por herpes simplex o infección materna por
VIH
Indicaciones ovulares Absolutas Placenta previa oclusiva total
Relativas Placenta previa oclusiva parcial o marginal
Desprendimiento prematuro de placenta normoinserta
Prolapso de cordón
Rotura de vasa previa
Indicaciones maternofetales Absolutas Desproporción cefalopelviana

Un estudio realizado en países latinoamericanos mues- 2001). Una herramienta útil para el diagnóstico temprano
tra que las cuatro indicaciones más frecuentes de cesá- de trabajo de parto prolongado y falta de progresión es el
rea (Althabe, 2004), responsables de aproximadamente el partograma.
80% de ellas son las siguientes:
Se ha demostrado que ni la ruptura prematura de mem-
• Cesárea anterior (18% al 38%). branas ni el manejo activo del trabajo de parto tienen in-
fluencia sobre la probabilidad de cesárea ante una falta de
• Falta de progresión del trabajo de parto (15% al 32%).
progresión del parto (Fraser y cois., 1998; Fraser y cois.
• Estado fetal no tranquilizador, sufrimiento fetal agudo u 2003).
otras alteraciones del monitoreo fetal (16% al 24%).
• Presentación podálica (8% al 16%). Presentación podálica
En el 4% de los embarazos con feto único el feto se halla
Falta de progresión del trabajo de parto en presentación podálica al término de la gestación. Este
porcentaje es mayor si el embarazo es de pretérmino: del
Se diagnostica trabajo de parto prolongado cuando la 9% entre las 33 y las 36 semanas, del 18% entre las 28
tasa de dilatación cervical en la fase activa es menor a la y las 32 semanas y del 30% en embarazos menores a 28
media o menor al percentil 10 (Penn & Ghaem-Maghami, semanas (Thomas & Paranjothy, 2001).

430
A las mujeres con un embarazo único de 36 semanas Cuidado preoperatorio
o más, con feto en presentación podálica, se les puede
ofrecer la realización de una versión externa, excepto en Laboratorio preoperatorio y evaluación
mujeres que estén en trabajo de parto, que tengan una ci- anestésica
catriz uterina, compromiso fetal, membranas rotas, sangra-
do vaginal o condiciones médicas que lo impidan (Hofme- Como cualquier intervención quirúrgica, la cesárea re-
yr, 2001) (consultar Capítulo 21: El parto en prsentación quiere de una evaluación anestésica previa. Idealmente, la
podálica). mujer debería consultar al anestesiólogo antes del parto o
cuando comienza el trabajo de parto, para que éste pueda
Un ensayo clínico controlado y aleatorizado que incluyó
identificar si la mujer tiene por algún motivo un riesgo anes-
a 2.088 mujeres, comparó la realización de una cesárea
tésico aumentado (obesidad extrema, hipertensión arterial
programada versus un parto vaginal en embarazos de tér-
severa, coagulopatía, dificultades en la apertura bucal,
mino con presentación podálica. La cesárea programada
historia de complicaciones anestésicas, alteraciones de la
redujo la mortalidad perinatal y neonatal y la morbilidad
columna vertebral, etc.) (ACOG, 1992).
neonatal severa (Hannah y cois., 2000). Por lo tanto, en
embarazos de término en presentación podálica, en mu- La cesárea es una cirugía en la cual es esperable una
jeres que tienen contraindicada una versión externa o en pérdida de sangre significativa. Por este motivo es reco-
quienes se efectuó la misma sin éxito, se aconseja la reali- mendable solicitar un dosaje de hemoglobina previo a la
zación de una cesárea. intervención. Si la mujer tiene un dosaje de hemoglobina
del último mes y cursa un embarazo normal, no es nece-
Otras indicaciones de cesárea menos frecuentes inclu-
sario solicitar otro.
yen:
• Embarazo múltiple.
Antibiótico-profilaxis
• Placenta anómala (placenta previa, vasa previa, acretis-
mo placentario). La recomendación actual (Hopkins & Smaill, 2000 &¡
Smaill & Hopkins, 2002) es administrar una dosis única
• Infección materna (infección por herpes simple o por de un antibiótico como ampicilina (2 g) a toda mujer a la
VIH). A las mujeres infectadas con VIH se les debe rea- que se le efectúe una cesárea. Una revisión sistemática que
lizar una cesárea abdominal, ya que disminuye el riesgo incluyó 66 ensayos clínicos controlados y aleatorizados que
de transmisión vertical (Brocklehurst, 2001). La infec- comparaban la tasa de infecciones luego de una cesárea
ción genital primaria por herpes simple en el tercer tri- con o sin uso de profilaxis antibiótica, demostró el benefi-
mestre del embarazo es indicación de cesárea, ya que cio obtenido con esta práctica (Smaill & Hopkins, 2002).
reduce la transmisión vertical. La evidencia con respecto El uso de profilaxis antibiótica redujo significativamente la
a la infección genital recurrente por herpes simple no es incidencia de fiebre posoperatoria, de endometritis, de in-
concluyente (NICE, 2004). fección de la herida quirúrgica, de infección urinaria y de
• Obstrucción mecánica del canal de parto, que puede infección severa en relación a los controles que no recibie-
ser por un factor materno, como por ejemplo mioma, ron antibióticos. El riesgo relativo de endometritis se redujo
condiloma o fractura pelviana; o también de causa fetal, un 60% en las mujeres que recibieron antibióticos (RR =
como por ejemplo una macrosomía fetal o hidrocefalia. 0,39).

• Mujeres con riesgo incrementado de desgarros o trauma La elección de cuántas dosis de antibiótico utilizar no es
perineal asociados al descenso y la expulsión fetal o a la tan clara. Se ha demostrado que regímenes de dosis única
episiotomía (carcinoma invasor de cuello uterino o mu- son igualmente efectivos que regímenes de dosis múltiples
jeres con antecedentes de cirugías de prolapso, fístula (Hopkins & Smaill, 2000). La ampicillna (2 g) y la cefazoll-
rectovaginal o urogenital. na han demostrado similar efectividad (Faro y cois,, 1990).

• Fetos prematuros extremos (< 1.000 gramos) o fetos Respecto al momento para administrar el antibiótico,
de muy bajo peso (< 1.500 gramos) (Grant & Glazener, éste puede ser administrado en el preoperatorio o inme-
2001); o malformaciones fetales, como los defectos de diatamente después del clampeo del cordón umbilical. La
cierre del tubo neural, displasias esqueléticas o gastros- evidencia existente en relación a este punto no es suficiente
quisis con hernia de hígado (Luthy y cois., 1991). como para recomendar uno o el otro método, por lo que
ambos se consideran aceptables. Dos ensayos clínicos
• La preferencia o elección de la paciente (cesárea "a de- controlados y aleatorizados han comparado las tasas de
manda"). infección en las mujeres que recibieron antibióticos inme-
No existen contraindicaciones absolutas de operación diatamente antes de la incisión versus aquellas que lo re-
cesárea. cibieron luego del clampeo del cordón (Thigpen y cois,,
2005; Sullivan y cois,, 2007). Sus resultados en relación

431
a la prevención de la infección de la herida quirúrgica mos- La elección del tipo de anestesia a utilizar depende
traron que no hubo diferencias significativas en ambos de varios factores: el estado materno y fetal, la urgencia
grupos. Para prevenir la endometritis, la administración del procedimiento y las preferencias, tanto de la paciente
previa a la incisión fue significativamente más efectiva que como del anestesista. La anestesia más rápida de efectuar
la administración posclampeo del cordón en uno de estos es la anestesia general, que habitualmente se reserva para
estudios (Sullivan y cois, 2007). Uno de los motivos por emergencias, ya que los riesgos son mayores. Además, la
los que el antibiótico se administra habitualmente luego de anestesia general tiene otra gran desventaja: la imposibili-
cfarnpear el cordón es evitar que el antibiótico interfiera con dad de la madre de interactuar con el recién nacido en las
los cultivos del recién nacido, si es necesario efectuarlos. primeras horas de vida.
En los dos estudios mencionados, la administración del an-
La anestesia raquídea también puede utilizarse en situa-
tibiótico en el preoperatorio no se asoció a una internación
ciones de urgencia, ya que comienza a actuar más rápido
más prolongada del neonato, ni tampoco a un incremento
que la epidural. Si la mujer ya tiene colocado un catéter
de sepsis neonatal.
epidural (para la analgesia en el trabajo de parto), general-
mente se utiliza esta vía para la anestesia.
Evaluación de la madurez pulmonar fetal
Es importante tener en cuenta que los cambios fisioló-
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (Ame- gicos del embarazo pueden afectar la anestesia, como por
rican College of Obstetrícians and Gynecologists) (ACOG, ejemplo el edema de las vías aéreas superiores, que puede
2007) recomienda que se evalúe la madurez pulmonar dificultar la intubación, o la incompetencia relativa del es-
fetal antes de efectuar una cesárea electiva en embarazos fínter gastroesofágico, que puede facilitar la aspiración de
con menos de 39 semanas. contenido gástrico.
En comparación con los neonatos que nacen por vía Otro factor a considerar es que la anestesia regional
vaginal o por una cesárea de urgencia, aquéllos que nacen puede inducir hipotensión como consecuencia de la va-
por una cesárea electiva desde las 37 semanas en adelante sodilatación ocasionada por el bloqueo simpático, sobre
tienen un riesgo incrementado de morbilidad respiratoria en todo en la anestesia raquídea. Es importante prevenir esta
general (taquiapnea transitoria del recién nacido, síndrome hipotensión utilizando expansión intravenosa, administra-
de distrés respiratorio, hipertensión pulmonar persistente) ción de vasopresores e intervenciones mecánicas, ya que
y de morbilidad respiratoria severa (oxigenoterapia por más la oxigenación fetal depende de la perfusión placentaria, y
de dos días, presión positiva continua nasal o necesidad de la hipotensión materna compromete esta oxigenación, ma-
asistencia respiratoria mecánica). El riesgo relativo (Odds nifestándose con cambios en la frecuencia cardíaca fetal.
Ratio) es mayor a menor edad gestacional y oscila entre
3,9 a las 37 semanas (IC 95% 2,4 a 6,5) y 1,9 (IC 95% Procedimiento quirúrgico
1,2 a 3,0) a las 39 semanas (Hansen y cois., 2008).
Laparotomía
Anestesia en la operación cesárea Se denomina laparotomía a la apertura de la cavidad
Para la realización de la operación cesárea pueden utilizar- abdominal. Para la operación cesárea pueden utilizarse dos
se distintos tipos de anestesia. A diferencia de otras ciru- tipos de laparotomía: mediana infraumbilical; y transversa
gías, en la cesárea es necesario considerar tanto el bien- suprapúbica, como la incisión de Pfannnenstiel o Pfan-
estar materno como fetal. La anestesia puede ser regional nenstiel modificada por Cohén.
o general (Afolabi y cois., 2006). A su vez, la anestesia
regional puede ser (consultar Capítulo 26: Anestesia en Laparotomía mediana infraumbilical. En este tipo
obstetricia)-. de laparotomía, la cavidad abdominal se abre por la línea
media, entre el ombligo y la sínfisis pubiana. Si es nece-
• Epidural o peridural. sario el cirujano puede extenderse alrededor y encima del
• Raquídea o subaracnoidea. ombligo (con extensión supraumbilical), sobre todo cuando
se realiza una cesárea de urgencia. Se realiza una incisión
• Combinación de epidural y raquídea. con bisturí en la piel, en el tejido celular subcutáneo y en
• Anestesia general. la fascia superficial hasta visualizar la aponeurosis de los
rectos anteriores. La hemostasia se efectúa con electrocoa-
En la mayor parte de las cesáreas se utiliza la anestesia gulación o ligaduras. Se realiza una incisión sobre la línea
regional, ya sea raquídea o epidural, pues permiten que la alba con bisturí o se secciona con tijera para luego proceder
madre permanezca despierta para interactuar con su hijo a una divulsión roma de los músculos rectos y piramidales
apenas nace. hasta exponer la fascia transversalis, la grasa preperitoneal
y el peritoneo. Se diseca la fascia transversalis cerca del

432
Capítulo 24 | Operación cesárea

extremo superior de la incisión. Puede elevarse el peritoneo no tienen un mayor riesgo de dehiscencia comparado con
con dos pinzas hemostáticas separadas 2 cm entre sí, para las mujeres con laparotomía transversa (Hendrix y cois.,
facilitar la apertura del mismo sin lesionar las visceras ab- 2000).
dominales. Al elevar el peritoneo con dos pinzas es posible
Una vez abierta la cavidad abdominal, se procede a la
visualizar por transparencia y palpar el pliegue peritoneal
histerotomía o apertura del útero para la extracción fetal.
creado para asegurarse de que esté libre y proceder a su
apertura. Esta maniobra es particularmente importante en
mujeres que hayan tenido laparotomías previas, ya que Histerotomía
pueden tener adherido el epiplón o el intestino al peritoneo
parietal. Se abre un ojal con bisturí o tijera entre las dos La incisión uterina o histerotomía puede ser transversal
pinzas y luego se secciona el peritoneo hacia arriba, hasta o vertical. La utilización de una u otra depende de varios
donde termina la incisión; y hacia abajo, hasta el pliegue factores: posición y tamaño del feto, localización de la
vesical (Cunningham y cois., 1998; Kaser y cois., 2000). placenta, presencia de miomas y el grado de desarrollo o
formación del segmento uterino. La histerotomía más fre-
Laparotomía transversa suprapúbica. La laparoto- cuentemente utilizada es la transversa.
mía transversa de Pfannenstiel comienza con una incisión
cutánea ubicada a 2 ó 3 cm de la sínfisis pubiana, trans- Histerotomía transversa
versal, y que habitualmente mide alrededor de 12 cm. En
general se realiza sobre un pliegue natural de la piel en La histerotomía transversa se realiza a lo largo del seg-
dicha zona, que tiene una forma levemente curva cóncava mento inferior uterino. Se denomina histerotomía de Kerr
hacia arriba. Luego se incide el tejido celular subcutáneo o de Munro Kerr. Sangra menos que las incisiones verti-
y la fascia superficial, hasta exponer la aponeurosis de los cales, el cierre es más fácil y el riesgo de ruptura en futu-
músculos abdominales en toda la extensión de la incisión, ros embarazos es menor. La principal desventaja es que la
disecándola para separarla de la grasa. Se realiza hemosta- ampliación, en caso de ser necesaria, debe hacerse hacia
sia con electrocoagulación o ligaduras. Se secciona trans- el cuerpo uterino, ya sea en "T" invertida (incisión longitu-
versalmente la aponeurosis con bisturí o con bisturí y tijera. dinal de la pared uterina anterior) o en "J" (extendiéndose
Se separa la aponeurosis del músculo subyacente. Se suje- lateralmente hacia el fondo uterino), asociándose a un ma-
ta la porción inferior de la aponeurosis con dos pinzas, se yor sangrado y a una potencial cicatrización más débil del
tracciona de las mismas hacia arriba y se separa del mús- útero.
culo en dirección caudal. El tejido fibroso de la línea alba se
Una vez abierto el peritoneo parietal, se coloca una val-
secciona con tijera. Luego se hace lo mismo con la porción
va vesical o suprapúbica y se visualiza el segmento inferior
superior de la aponeurosis. Se separan los músculos rectos
del útero. El pliegue vesicouterino (del peritoneo visceral)
en la línea media y se procede a la apertura del peritoneo,
se levanta con una pinza, se abre un ojal con tijera y se
tal como se describió en la laparotomía mediana. La mo-
extiende la apertura seccionando el peritoneo hacia ambos
dificación introducida por Cohén (disección roma) a la téc-
lados. A continuación se diseca en dirección caudal con
nica descrita es la más frecuentemente utilizada y consiste
tijera roma o hisopo, logrando de esa manera separar la
en la apertura de piel como en la técnica de Pfannenstiel
vejiga. La valva vesical se coloca debajo del peritoneo se-
original, en la sección de unos pocos centímetros de tejido
parado. La pared anterior del útero se incide con bisturí en
celular subcutáneo y fascia superficial en la línea media
forma transversal y con una longitud de aproximadamente
(sector con poca vascularización), en la sección de la apo-
2 cm, hasta alcanzar el amnios (Káser y cois, 2000). Esta
neurosis prolongándola lateralmente con tijera por debajo
maniobra debe ser cuidadosa para no lesionar al feto. La
de la grasa intacta y en la separación de los músculos rec-
incisión uterina se alarga hacia ambos lados y ligeramente
tos con los dedos índices en dirección craneocaudal (Káser
hacia arriba. Esta maniobra puede realizarse usando los
y cois., 2000).
dedos índices o una tijera roma. Existen dos ensayos clí-
La laparotomía transversa tiene mejores resultados nicos controlados y aleatorizados que comparan estas dos
estéticos y se asocia a menor dolor en el postoperatorio técnicas (Rodríguez y cois., 1994; Maggan y cois., 2002).
(Berghella y cois., 2005). Las ventajas de la laparotomía En uno de estos estudios la disección con tijera de la inci-
mediana son la rapidez con que se efectúa, la posibilidad sión uterina se asoció a mayor pérdida de sangre intraope-
de ampliarla si es necesario (extensión supra-umbilical) y ratoria y a un incremento en la necesidad de transfusión de
que ocasiona un menor sangrado que las transversas. La sangre (Maggan y cois., 2002). En el otro estudio (Rodrí-
principal desventaja de la laparotomía mediana es que es- guez y cois., 1994) no se hallaron diferencias significativas
téticamente es menos agradable. Con respecto al mayor ni en cuanto a la duración de la operación ni a la pérdida
riesgo de dehiscencia atribuido a la laparotomía mediana, de sangre. Es probable que la disección con los dedos ín-
existe un estudio caso-control en el que se concluye que a dices tenga menos riesgo de trauma fetal que la utilización
las pacientes que se les efectúa una laparotomía mediana de tijera.

433
OBSTETRICIA

Una vez finalizada la apertura del miometrio se procede Cierre del útero y de la pared
a la extracción fetal. abdominal

Histerotomía vertical El cierre del útero o histerorrafia puede efectuarse con el


útero dentro del abdomen o exteriorizándolo. La evidencia
La incisión vertical clásica del útero se extiende desde disponible acerca de este punto es poco concluyente y no
el segmento uterino (región superior) hasta el fondo. Este habilita a dar una recomendación en contra o a favor de
tipo de incisión uterina se asocia a un riesgo aumentado uno u otro método. Algunos estudios reportan mayor dolor
de rotura uterina en futuros embarazos comparado con la posoperatoho y una mayor frecuencia de náuseas y vómi-
incisión transversa y con la vertical baja (Patterson y cois, tos en los casos en que se utilizó el cierre extraabdominal o
2002). exteriorización (Nafisi, 2007; Siddiqui y cois., 2007).

La incisión vertical baja (De Lee o Cornell) se efectúa Por otra parte, puede efectuarse la histerorrafia en un
sobre el segmento uterino inferior y teóricamente no se ex- plano o en dos planos. La principal ventaja del cierre en un
tiende al cuerpo uterino. Sin embargo, puede ocurrir que plano es la reducción del tiempo quirúrgico. Sin embargo,
se extienda hacia el fondo uterino o en dirección caudal, la evidencia referida a este tema tampoco es concluyente.
pudiendo dañar la vejiga o el cuello/vagina. Dos estudios sugieren que el cierre del útero en dos planos
se asocia a un menor riesgo de rotura uterina o dehiscen-
La histerotomía vertical se efectúa en pocas situaciones, cia en el siguiente embarazo comparado con el cierre en
como por ejemplo: un solo plano (Bujold y cois., 2002; Durnwald & Mercer,
• Segmento inferior uterino poco desarrollado y sospecha 2003). Otros estudios no hallaron diferencias entre ambos
de necesidad de maniobras intrauterinas para extracción grupos (Chapman y cois., 1997).
fetal, por ejemplo en una presentación podálica de pre- No hay evidencia de que el hecho de cerrar el peritoneo,
término. tanto visceral como parietal, se asocie a algún beneficio a
• Mioma u otra patología que impida la apertura por el corto plazo (Bamigboye & Hofmeyr, 2003; Malomo y cois,
segmento inferior uterino. 2006). Los músculos rectos pueden suturarse para aproxi-
marlos o no.
• Acretismo placentario anterior.
La aponeurosis se cierra con una sutura continua reab-
sorbible. El tejido celular subcutáneo con catgut y la piel
Extracción fetal y placentaria con sutura no-absorbible.
Si la presentación es cefálica de vértice, para extraer al feto
se coloca una mano dentro de la cavidad uterina, entre el Técnica de Pelosi
pubis y la cabeza fetal, se ejerce una suave presión con la
palma de la mano en dirección craneal elevando la cabeza Es una variante de la laparotomía transversa de Pfannens-
fetal para lograr la extracción, aplicando a su vez una leve tiel. La incisión en piel se realiza como ya fue descrita. A
presión en el fondo uterino a través de la pared abdominal. continuación se realiza la apertura del tejido celular subcu-
Puede ocurrir que la cabeza fetal se encuentre enclavada táneo y de la aponeurosis con electrobisturí. Los músculos
en el canal de parto y su extracción sea dificultosa. Ante rectos se separan manualmente. Se perfora el peritoneo
esta eventualidad pueden efectuarse dos maniobras: una utilizando el dedo índice y luego con ambas manos se toma
de ellas consiste en la presión ascendente sobre la cabeza toda la pared abdominal para ampliar el campo hasta al-
fetal ejercida por un ayudante desde la vagina y la otra es canzar el tamaño de la apertura de la piel. No se efectúa el
efectuar una versión interna y extraer al feto en podálica. descenso de la vejiga que clásicamente se describe en otras
técnicas, sino que directamente se incide el segmento in-
Una vez finalizada la extracción fetal, se procede a la ex- ferior del útero a 1 cm por arriba del pliegue vesicouterino,
tracción placentaria, que puede ser espontánea o manual. y con ambos dedos índices se amplía la histerotomía hacia
La extracción espontánea consiste en fraccionar suave- ambos lados tratando de respetar el amnios. Se procede
mente del cordón umbilical al mismo tiempo que se aplica luego a la apertura del amnios o amniorexis. Se extrae el
ocitocina intravenosa para aumentar las contracciones ute- feto y la placenta como ya fue descrito. La histerorrafia sin
rinas. La extracción manual se realiza desprendiendo ma- exteriorizar el útero se realiza en un plano con una sutura
nualmente la placenta en todas sus caras y extrayéndola. continua. No se cierra el peritoneo visceral ni el parietal.
Se ha demostrado que la extracción espontánea se asocia La aponeurosis se cierra con una sutura continua sintéti-
a un menor riesgo de endometritis y a una menor pérdida ca absorbible 0. El tejido celular subcutáneo (TCS) sólo se
de sangre que la extracción manual (Morales y cois, 2004; aproxima si la mujer es obesa (2 cm o más de espesor de
Berghellaycols, 2005). TCS). Se realiza la sutura de la piel.

434
No hay ningún ensayo clínico controlado y aleatorizado Lesión de otros órganos
que compare esta técnica con otras. Existe un estudio pros-
pectivo y observacional que compara 101 cesáreas realiza- En la operación cesárea puede lesionarse accidental-
das con la técnica de Pelosi versus 174 cesáreas realizadas mente la vejiga, el tracto urinario o el intestino. Estas lesio-
con la técnica convencional (Wood y cois., 1999). Los re- nes son poco frecuentes, ya que ocurren en menos del 1%
sultados de este estudio indicaron que la técnica de Pelosi de los casos (ACOG, 1997).
reducía el tiempo operatorio en el 40% y que reducía la Existen algunos factores que aumentan la probabilidad
pérdida de sangre (consultar Capítulo 25: Puerperio). de lesionar otros órganos, como por ejemplo mujeres con
cirugías abdominales previas, cesáreas de urgencia o efec-
Complicaciones tuadas por un cirujano poco experimentado, o en los casos
en que se efectúa una histerectomía poscesárea.
Las principales complicaciones de la operación cesárea
incluyen: infección, hemorragia, lesión de otros órganos y En los casos en que se produzca una lesión visceral, lo
más importante es diagnosticarla y repararla. En el caso de
enfermedad tromboembólica.
una lesión vesical, la misma debe repararse con puntos se-
parados o con una sutura continua de 3.0, y debe dejarse
Infección la sonda vesical por catorce días. También puede lesionarse
el uréter, aunque es raro que esto ocurra en una cesárea.
Es una de las complicaciones más frecuentes de la ope- Es más frecuente si se realiza una histerectomía luego de
ración cesárea. Dentro de las infecciones, la más frecuente la cesárea. Esta complicación es difícil de diagnosticar en
es la endometritis, seguida por la infección de la herida la cirugía, por lo cual muchas veces se diagnostica en el
quirúrgica. postoperatorio como una hidronefrosis, fiebre en el posto-
Estudios de cohorte han reportado un riesgo incremen- peratorio o la aparición de una fístula ureterovaginal. En el
tado de endometritis en las mujeres a las que se les efectuó caso de que la lesión ureteral sea diagnosticada durante la
una cesárea comparado con aquéllas que habían tenido un cirugía, debe ser reparada en el momento, habitualmente
parto vaginal (RR 4,51, IC 95% 4,00 a 5,09). con la ayuda de un urólogo.

La infección de la herida quirúrgica se manifiesta en ge-


neral a los 5 a 7 días del posoperatorio y puede ser causada Enfermedad tromboembólica
por distintos gérmenes: Staphyilococcus aureus o epider-
El embarazo es un factor de riesgo para enfermedad
midis, E. coli, Proteus mirabilis u otros gérmenes de la flora
tromboembólica. La incidencia reportada de tromboembo-
vaginal (Roberts y cois., 1993; Martens y cois., 1995).
lismo pulmonar es de 6 cada 10.000 embarazos, variando
Se manifiesta como dolor, calor y eritema en la zona de la
según la edad materna, la presencia o ausencia de obe-
herida quirúrgica. Si la infección aparece en las primeras
sidad y el tabaquismo (Simpson y cois., 2001). El ries-
48 horas, con fiebre alta y celulitis, es probable que el ger-
go de trombosis venosa profunda y de tromboembolismo
men causante sea un streptococo alfa o beta hemolítico. El
pulmonar es mayor en la cesárea que en el parto vaginal
tratamiento consiste en antibióticos, apertura para permitir
(Gherman y cois., 1999; Simpson y cois., 2001). Existen
el drenaje, limpieza y control diario.
medidas preventivas que pueden ¡mplementarse: deambu-
lación precoz, uso de compresión neumática intermitente
Hemorragia y la administración de ocitocina profiláctica en mujeres de
alto riesgo.
Habitualmente la pérdida de sangre en una cesárea es
de aproximadamente 1.000 mL. Este valor es mayor que
la pérdida habitual en un parto vaginal, que es de alrededor Complicaciones a largo plazo
de 200 mL. El riesgo de recibir una transfusión de sangre
es bajo y oscila entre el 2% y el 3%. Este riesgo es ma- Placenta previa
yor en mujeres con anemia o con placenta previa (Rouse,
Existe evidencia de que la cesárea abdominal aumenta
2006).
el riesgo de placentación anormal en futuros embarazos.
Las causas de la hemorragia pueden ser: atonía uterina, Se ha demostrado que las mujeres con una o más cesáreas
lesión de vasos uterinos o acretismo placentario. previas tienen un riesgo dos o tres veces mayor de desa-
rrollar placenta previa. Este riesgo aumenta a medida que
aumenta el número de cesáreas previas (Ananth y cois.,
1997). Además, se ve incrementado el riesgo de acretismo
placentario, que es mayor en mujeres con placenta previa
y antecedente de histerotomía.

435
OBSTETRICIA

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22.
pero es más alto que si se repite la cesárea (1 por 10.000)
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por debajo de lo aconsejable y, por otro, países con tasas
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exageradamente altas. En otras palabras, las cifras indican nvsr54/nvsr54_04.pdf.
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neonatales, por lo que es necesario que el obstetra haga un ef al. Parto por cesárea e histerectomía poscesárea. En: Cun-
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Capítulo 24 | Operación cesárea

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OBSTETRICIA

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80.

438
Puerperio

S. Silva I A. Pérez

El puerperio es el período que sigue al parto, extendiéndolo Puerperio normal


desde el fin de éste, hasta la total recuperación anatómica
y fisiológica de la mujer. Este período de recuperación es de Cambios anatómicos y fisiológicos
duración variable, dependiendo principalmente de la dura-
ción de la lactancia. En el puerperio se producen importantes modificaciones
anatomofisiológicas de todo el organismo que tienen por
Tradicionalmente se ha considerado el puerperio como objeto retornar éste a las condiciones pregestacionales.
el período de 6 a 8 semanas que sigue al parto, en el
que sin duda, tienen lugar la mayor parte de los cambios
Útero. Luego del alumbramiento el útero presenta
anatómicos y fisiológicos que retornan a la mujer a su con-
contracciones intensas y frecuentes, que disminuyen su
dición pregestacional, especialmente en lo que respecta a tamaño y cambian su forma. En el léxico popular estas
la involución de los órganos genitales y a su condición de
contracciones se conocen con el nombre de entuertos, y en
preembarazo. ocasiones pueden producir bastante dolor. Generalmente
En este período se inicia el complejo proceso de adapta- ocurren durante los dos a tres primeros días posparto y
ción psicoemocional entre la madre y su hijo y se establece son más comunes en las multíparas que en las primíparas
el proceso de la lactancia. (Pernoll & Benson, 1987; Cañete, 2007).

En la mayoría de los casos el puerperio transcurre en Estas contracciones miometriales pueden incluso ser
forma fisiológica. Sin embargo, se pueden observar fenó- más intensas que las que ocurren durante el parto y sue-
menos patológicos que pueden llegar a ser tan graves que len alcanzar una intensidad de hasta 150 mmHg (Novy,
pueden comprometer la vida de la madre. 1998).

Los hechos expuestos determinan que los profesiona- Durante las primeras 24 horas después del parto las
les que asisten a la madre a través del puerperio deben contracciones son intensas, regulares y coordinadas; luego
estar especialmente capacitados para realizar las acciones van decreciendo progresivamente, aunque aumentan du-
de prevención y recuperación de la salud que el binomio rante el amamantamiento. Esto último ocurre debido a la
madre-niño requiere en este período. liberación de oxitocina por la hipófisis posterior. Las con-
tracciones del miometrio, además de provocar involución
Desde un punto de vista clínico, el puerperio se divide uterina, comprimen los vasos sanguíneos que irrigan el
en inmediato, temprano y tardío. lecho placentario y efectúan la hemostasia hasta que los
El puerperio inmediato incluye las primeras veinticuatro vasos se trombosan (consultar Capítulo 66: Lactancia).
horas posparto; el puerperio temprano abarca la primera El peso del útero disminuye rápida y progresivamente.
semana posparto y el puerperio tardío incluye el tiempo De 1.000 a 1.200 g inmediatamente después del alum-
necesario para la adecuada involución de los órganos geni- bramiento, pasa a 500 g al séptimo día y a menos de
tales y el retorno de la mujer a su condición de preembara- 100 g a la sexta semana posparto (Pritchard & McDonald,
zo, que se estima en 6 semanas (42 días) (Cañete, 2007; 1976). Durante la primera semana posparto la superficie
Schwarczy cois., 2008). uterina disminuye el 31%, durante la segunda y tercera el
48% y posteriormente, el 18%. Estos cambios se deben
principalmente a modificaciones en la longitud del útero.

439
OBSTETRICIA

Inmediatamente después del alumbramiento el fondo ute- reepitelización (Singer, 1976) y se comprueba que la re-
rino se palpa contraído a nivel del ombligo y día a día va tracción del epitelio columnar evertido es muy variable, lo
disminuyendo su altura, de tal manera que al séptimo día, que determina que frecuentemente el cuello no recupere su
es apenas palpable en el hipogastrio sobre la sínfisis del apariencia colposcópica pregestacional (Coppleson & Reid,
pubis. Esta acentuada pérdida de peso y volumen es pro- 1976).
ducida por una disminución en el tamaño de las células
miometriales y no por una reducción del número de ellas. Trompa, vagina y genitales externos. Los cambios
En este período, el acentuado catabolismo del tejido uterino puerperales en las trompas de Falopio son esencialmente
se evidencia por una marcada pérdida de nitrógeno y por histológicos. En la primera semana después del parto las
un aumento en la secreción urinaria de creatinina y urea células secretoras muestran reducción en número y tamaño
(Schwarczy cois., 2008). (Andrews, 1951). Al término de la segunda semana el epi-
Expulsada la placenta y las membranas, sólo permanece telio tiene las características observadas en la menopausia,
adosada a la pared uterina la parte basal de la decidua, en con marcada atrofia y ausencia parcial de los cilios (Pauers-
la que al segundo o tercer día posparto se distinguen dos tein, 1974). Sin embargo, entre la sexta y octava semana
capas: la capa superficial, que se necrosa y es eliminada la estructura epitelial es similar a la de la fase folicular (Fre-
en los loquios entre el quinto y sexto día, y la capa profun- dericsson, 1959).
da, que contiene glándulas endometriales residuales y que En el período posparto inmediato la vagina se observa
permanece intacta. A partir de ésta última se regenera el con su superficie lisa, edematosa y relativamente flaccida.
nuevo endometho. En la tercera semana la vascularización y el edema dismi-
La reconstitución del endometrio es rápida, exceptuando nuyen casi totalmente y aparecen las primeras rugosidades
el lecho placentario. Al séptimo día se evidencia una super- (Kistner, 1978). El estudio de las células exfoliadas revela
ficie epitelial bien definida y el estroma comienza a mostrar atrofia marcada en la tercera y cuarta semana, que se re-
características pregestacionales. La restauración completa cupera entre la sexta y décima semana. En las madres en
del endometrio proliferativo se logra al día 16 y es similar al amenorrea y lactancia exclusiva, la atrofia de las células
de la mujer no gestante, salvo por la presencia de hialiniza- exfoliadas es más marcada y permanece por más tiempo
ción e infiltración leucocitaria el estroma (Sharman, 1953). (Pérez y cois., 1968; Duarte y cois., 1995). El tercio infe-
rior de la vagina sufre generalmente laceraciones superfi-
Para su total restauración el lecho placentario requiere ciales múltiples, pero ya a la tercera semana recupera el as-
de alrededor de 6 a 8 semanas. Inmediatamente después pecto pregestacional y persiste en algunas ocasiones cierto
del parto esta zona mide no más de 9 cm2; a los ocho días grado de relajación muscular que se evidencia por un cisto
se reduce a la mitad y a las ocho semanas alcanza sólo o rectocele y por una mayor apertura del introito vaginal.
2 cm2. Las arteriolas que lo irrigan desarrollan en las pri- Algunas zonas remanentes del himen que se desgarran en
meras horas posparto una endarteritis fibrinoide que más el parto, al cicatrizar toman el aspecto de pequeñas papilas
tarde produce una acentuada hialinización. Las venas que denominadas carúnculas mirtiformes. Los genitales exter-
lo drenan se trombosan en el mismo período y también nos retoman su aspecto normal con rapidez; las várices
se hialinizan. Esta zona se recubre del nuevo endometrio vulgares se borran; la vagina recupera su tonicidad y los
alrededor de la sexta semana (Williams, 1931). músculos elevadores recobran su resistencia (Schwarcz,
El cuello uterino reduce su dilatación a 2 ó 3 cm rápida- 2008).
mente después del alumbramiento y permanece así hasta
el término de la primera semana del puerperio, en que se Retorno de la ovulación y menstruación. El retorno
reduce a 1 cm. El cuello uterino no recupera su aspecto de la ovulación y de la menstruación después del parto
anatómico de nulípara y el orificio cervical adquiere una tiene estrecha relación con las características y duración de
disposición transversal en lugar de circular, generalmente la lactancia materna y es analizado en detalle en el Capítulo
con pequeños desgarros. 66: Lactancia.

El estudio histológico del cuello uterino en este período Mamas. Entre el segundo y cuarto día posparto las ma-
muestra edema y hemorragia con acentuada disminución
mas se observan ingurgitadas, aumentadas de volumen, de
de la hiperplasia e hipertrofia glandular. Estos fenómenos
un color levemente azulino debido al aumento de la vascu-
se completan alrededor de la sexta semana. Sin embar-
larización y con un marcado aumento en la pigmentación
go, el edema puede persistir por 3 a 4 meses (McLaren,
de la aréola. El estudio histológico de la glándula mamarla
1952).
en este período revela un importante crecimiento de los
La observación colposcópica del cuello uterino en las lóbulos mamarios debido a un aumento en el número y ta-
dos primeras semanas del puerperio revela cuatro tipos de maño de los alvéolos, a una notable proliferación vascular
imágenes: úlcera, laceración, desgarro y áreas amarillas. y a una marcada hiperplasia del sistema ductoalveolar. En
Al repetirla entre la sexta y duodécima semana se observa cada lóbulo el grado de secreción de los ácinos es varia-

440
ble, y también es muy variable el grado de dilatación de Una disminución en el recuento de plaquetas ocurre
los alvéolos (Salazary cois., 1975) (consultar Capítulo 66: inmediatamente después de la separación de la placenta.
Lactancia). Una elevación secundaria de ellas ocurre en la primera se-
mana del puerperio.
Aparato cardiovascular y hematológico. El retorno
Las reservas de hierro se ven repletadas en el 33% de
a los parámetros pregestacionales comienza en el puerperio
las madres que recibió suplemento de hierro durante el
inmediato y culmina en la sexta semana posparto, para
embarazo y en el 56% de las que no lo recibió. Este pará-
continuar con un descenso gradual hasta llegar al 40%
metro puede permanecer alterado por más de doce meses,
en la sexta semana (Ueland, 1976). Por otra parte, el
dependiendo de la lactancia y de la ingesta de hierro en el
gasto cardíaco aumenta en el 13% inmediatamente post-
puerperio (Barrena y cois., 1981).
alumbramiento y se mantiene así por una semana (Novy,
1980), para luego iniciar un ritmo decreciente durante la En el puerperio ocurren cambios rápidos y significativos
segunda semana y llegar a un descenso del 40% alrededor en los sistemas de coagulación y fibrinólisis (TABLA 25-
de la sexta semana. La resistencia periférica aumenta al 1). El fibrinógeno y el factor VIII disminuyen durante el pri-
obliterarse el circuito placentario y en la primera semana mer día, comenzando luego un rápido incremento que llega
se observa un incremento de 0,4/mmHg/mL/kg/min. Los a un máximo entre el tercer y quinto día, manteniéndose
cambios descritos traen como consecuencia una vuelta a así durante la primera semana para luego alcanzar valores
los valores pregestacionales de la frecuencia cardíaca y de pregestacionales durante la segunda semana. El factor V
la presión arterial sistólica y diastólica dentro de las dos pri- se comporta en forma similar, pero su descenso es más
meras semanas después del parto (Monheit y cois., 1980). precoz a fines de la primera semana. Los factores II, Vil y
X disminuyen desde el primer día. La actividad fibrinolítica
El cambio hematológico más significativo en el puerpe-
del plasma materno está muy reducida durante los últimos
rio es el aumento de la masa eritrocitaria. Si la pérdida
meses del embarazo, pero aumenta rápidamente después
sanguínea en el parto fue normal, la masa eritrocitaria cre-
del parto.
ce al 15% durante la primera semana y llega a valores
pregestacionales en los 120 días que siguen al parto. En El sistema fibrinolítico se encuentra en equilibrio diná-
la primera semana posparto se observa una significativa mico con los factores desencadenantes de la coagulación.
reticulocitosis y un aumento moderado de la eritropoyetina El aumento de los factores de la coagulación que se ob-
(Novy, 1980; Noby, 1998). serva durante el embarazo puede interpretarse como una
reserva fisiológica para compensar el rápido consumo de
Durante la primera semana la serie blanca puede mos-
estos factores durante el parto y colaborar en la hemostasis
trar leucocitosis de hasta 30.000 x mm3 con aumento de
del puerperio inmediato.
los granulocitos (Cunninghan y cois., 2003).

TABLA 25-1. Cambios en la coagulación sanguínea y fibrinólisis durante el puerperio*

Tiempo posparto
1 hora 1 día 3 a 5 días 1ra semana 2da semana
Recuento de plaquetas | t t t TT T
Adhesividad plaquetaria T íT t íT t 0
Fibrinógeno 1 i í 0 1
Factor V t tt t 0
Factor VIII i 1 T T I
Factores II, VII, X 1 i í1 1i
Plasminógeno I 1i 0 1 i
Activador del plasminógeno Tt t íT 0
Actividad fibrinolítica T tT íí t
Productos de la disgregación de la fibrina f TT TT
* Las flechas indican la dirección y magnitud relativa de los cambios comparados con el tercer trimestre de la gestación o los valores del
período anterior al parto. El O indica el retorno a los valores anteparto, pero no necesariamente a los valores de la mujer no embarazada.
Basada en datos de Manning FAy cois. Am J Obstet Gynecol 1969; 75:433.

441
OBSTETRICIA

Sin embargo, una activación demasiado extensa de los Tracto urinario. En el puerperio inmediato la muco-
factores de coagulación, sumados a la inmovilidad de la sa vesical se observa edematosa como consecuencia del
paciente, sepsis o trauma durante el parto, puede determi- trabajo de parto y es frecuente la sobredistensión y vacia-
nar complicaciones tromboembólicas. El alza secundarla miento incompleto de la vejiga urinaria. Este fenómeno
(primera semana posparto) del fibrinógeno, del factor VIII y se observa en el 18% de las puérperas (Crabtree, 1942).
de las plaquetas también predispone a enfermedad trom- Pielografías intravenosas practicadas en los primeros cinco
boembólica durante el puerperio (Heit y cois., 2005). El días posparto muestran un aumento promedio de 1,5 cm
rápido retorno de la actividad fibrinolítica normal después en la longitud del riñon en comparación con la mujer no
del parto actúa como un mecanismo de protección frente a gestante del mismo peso (Bailey & Rolleston, 1971). En
este riesgo. Un pequeño porcentaje de puérperas que tiene el 81% de los casos se observa una significativa dilatación
disminuida su habilidad para activar el sistema fibrinolítico no obstructiva de uno o ambos uréteres, más comúnmente
es de alto riesgo respecto de la enfermedad tromboembóli- del derecho (bilateral en el 22%). La dilatación del tracto
ca en el puerperio (Pernoll & Benson, 1987; Novy, 1998) urinario puede persistir hasta tres meses después del parto.
(consultar Capítulo 42: Alteraciones de la coagulación du- El 11% de las mujeres que ha tenido previamente un em-
rante el embarazo}. barazo y no está enferma del tracto urinario queda con dila-
tación ureteral persistente (Spiro & Fry, 1970). Estas obser-
Aparato respiratorio. Las funciones respiratorias que vaciones sugieren que los cambios morfológicos del tracto
cambian con mayor rapidez después del parto son las in- urinario durante el embarazo pueden persistir más allá de
fluidas por las modificaciones en el contenido abdominal las seis semanas de puerperio, hecho que debe tenerse
y en la capacidad de la caja torácica. El volumen residual presente al interpretar exámenes por imágenes del aparato
aumenta, pero la capacidad máxima respiratoria disminuye urinario, aunque otros estudios reportan que los uréteres y
durante la primera semana. Posteriormente existe tenden- las pelvis renales vuelven a su estado previo al embarazo 2
cia a la normalización de dichos parámetros, encontrán- a 8 semanas después del parto (Cañete, 2007).
dose total recuperación dentro de los seis primeros meses
Los parámetros de función renal, a excepción del flujo
(Novy, 1980).
plasmático renal, mantienen valores elevados durante los
Los cambios ácido-básicos están estrechamente relacio- primeros cinco días del puerperio (De Álvarez, 1958). En
nados con los de la función respiratoria. En los primeros su normalización, el flujo plasmático renal guarda estrecha
días posparto se observa un aumento de la PC02 a valores relación con el volumen plasmático y el gasto cardíaco. El
pregestaclonales (35 a 40 mmHg); un aumento del exce- clearance de la creatinina es generalmente normal al tér-
so de base y del bicarbonato plasmático acompañan esta mino de la primera semana y el nitrógeno ureico aumenta,
relativa hipercapnia puerperal. Estos parámetros tienden alcanzando valores de 20 mg/dL al final de la misma se-
a normalizarse totalmente alrededor de la tercera semana mana (Novy, 1998). Sin embargo, el retorno de la función
posparto. Además, durante los primeros días se mantiene renal a su condición pregestacional se obtiene dentro de las
el aumento del consumo de oxígeno en reposo y persiste seis primeras semanas del puerperio.
una respuesta menos eficiente al ejercicio (consultar Capí-
tulo 52: Enfermedades respiratorias y embarazo]. Agua y electrólitos. El aumento total de agua durante
el embarazo es de 8,5 litros, de los cuales 6,5 litros corres-
Aparato digestivo. Con la disminución del tamaño ponden al espacio extracelulary 2 litros al espacio intrace-
uterino en el posparto inmediato se produce un reorde- lular. Dos tercios del agua extracelular se distribuyen en los
namiento general en el tracto gastrointestinal en lo refe- tejidos maternos y un tercio en el contenido intrauterino.
rente a su ubicación. Durante la primera semana persiste
Como consecuencia del parto (feto y placenta), de la
cierta atonía intestinal producto del efecto relajante de la
perdida del líquido amniótico y de la pérdida insensible
progesterona sobre la musculatura lisa. Posteriormente y
de líquido durante el parto, alumbramiento y puerperio in-
una vez recuperada la tonicidad, cesa el reflujo, la pirosis y
mediato, se produce una disminución promedio del peso
el retardo del vaciamiento gástrico y aumenta la motilidad
materno de 5,5 kg (Pernoll & Benson, 1987).
intestinal.
El balance hídrico muestra una pérdida de al menos 2
En el hígado ocurren cambios más significativos, ya
litros durante la primera semana del puerperio y de 1,5
que en las primeras tres semanas del puerperio se norma-
litros por semana en las cinco semanas siguientes, todo a
lizan la excreción de bromosulfaleína, el metabolismo lipí-
expensas del líquido extracelular. La pérdida puerperal de
dico y la actividad de numerosas enzimas. Estos cambios
agua y electrólitos es mayor en mujeres que han presenta-
se correlacionan con el rápido descenso de los niveles de
do un síndrome hipertensivo durante el embarazo.
estrógenos (Boroditzky y cois., 1978). Los niveles séricos
de fosfatasa alcalina vuelven a valores pregestaclonales No obstante, la mayoría de las madres recupera el peso
a los veinte días luego del parto (Zuckermann y cois., previo al embarazo a los seis meses posparto (si aumenta-
1965). ron no más de 10 kg durante la gestación) (Cañete, 2007).

442
La lactancia materna estimula la pérdida de peso en la ma- Las concentraciones séricas de la hormona folículo es-
dre al ser comparada con la lactancia parcial (Sarkar & timulante (FSH) son muy bajas en la puérpera durante
Taylor, 2005). los primeros 10 a 12 días posparto, independiente de la
cuantía de la lactancia. Estos niveles aumentan luego hasta
Los cambios que ocurren en los electrólitos séricos du-
alcanzar concentraciones similares a las de la fase folicu-
rante el puerperio indican en general un aumento en el
lar durante la tercerea semana posparto. Por otra parte, el
número de cationes y aniones respecto de los valores pre-
nivel plasmático promedio de LH es de 20,4 m UI/mL en
gestacionales. La caída de la progesterona plasmática dis-
la primera semana del puerperio, valor que desciende a
minuye el antagonismo con la aldosterona, lo que explica
8,7 m UI/mL a fines de la segunda semana (Pinto y cois.,
el aumento del sodio. La destrucción celular debida a la
1976; Glasier, 1989).
involución tisular contribuye al aumento de potasio durante
el puerperio temprano. La hipófisis prácticamente no responde al factor libera-
dor de gonadotropina (GRF) en el puerperio inmediato. Sin
Cambios endocrinos. Los niveles plasmáticos de las embargo, si entre la cuarta y octava semana se administra
hormonas placentarias descienden precozmente. El lactó- GRF, se observa una exagerada elevación sérica de LH. El
geno placentario alcanza niveles no detectables durante el factor liberador de gonadotropina alcanza los niveles de la
primer día posparto. La gonadotropina coriónica humana fase folicular en la segunda semana después del parto. La
disminuye bajo 1 UI/mL en las primeras 48 a 96 horas y reanudación de la primera ovulación posparto dependerá
bajo 100 UI/mL al séptimo día. La subunidad (se negativi- de la correlación entre este fenómeno y la caída en los ni-
za entre los 11 y 16 días (Novy, 1998; Schwarcz y cois., veles de prolactina y el aumento del FSH (Novy, 1998;
2008). Glasier, 1989).

Los niveles de estrógeno y progesterona también dismi- La rápida desaparición del lactógeno placentario y los
nuyen rápidamente. Luego de 3 horas postalumbramiento bajos niveles de hormona de crecimiento después del parto
la concentración plasmática de 17-|3-estradiol cae al 10% llevan a una relativa deficiencia de factores antiinsulínicos.
del valor anteparto. Los niveles más bajos se observan al Este fenómeno se revierte entre la sexta y la octava semana.
séptimo día posparto con concentraciones séricas medias
Al evaluar la función tiroidea se aprecia un marcado au-
de 28,0 ± 2,8 pg/mL. La recuperación de los niveles plas-
mento en la tiroxina plasmática y otros índices de función
máticos de los estrógenos a niveles propios de la fase fo-
tiroidea durante las 12 horas siguientes al parto y valores
licular (> 50 pg/mL) se alcanza entre los 19 y 21 días
que retornan a los anteriores al parto al tercer o cuarto día
en la mujer que no lacta (Novy, 1980) y está retardado
del puerperio. La reducción de los estrógenos lleva a la
en la mujer que amamanta, detectándose en éstas últimas
consiguiente disminución de la globulina que liga tiroxina,
niveles sobre 42 pg/mL sólo después de las trece semanas
apreciándose una disminución de ésta y de las hormonas
posparto (Pinto y cois., 1976; Schwarcz y cois., 2008).
tiroideas en el suero.
El nivel promedio de progesterona plasmática a las 24
La concentración plasmática de corticoesteroides dismi-
horas del parto es de 5 a 6 ng/mL (Pinto y cois., 1976), lle-
nuye en el posparto inmediato a niveles de 20 a 30 jug/L y
gando al tercer día del puerperio a concentraciones bajo las
llega a niveles pregestacionales (4 a 14 jUg/L) a fines de la
que se observan durante la fase lútea (< 1 ng/mL) (Novy,
primera semana del puerperio. La excreción de 17 ketoes-
1980).
teroides se normaliza al séptimo día posparto. Los niveles
La iniciación de la secreción de leche en la mujer estaría de testosterona, androstenediona y dehidroepiandrosterona
en relación con la secreción de prolactina. En las primeras descienden a niveles pregestacionales al tercer día pospar-
24 horas después del parto el nivel promedio de prolactina to (Pernoll & Benson, 1987; Novy, 1998).
plasmática es de 180 ng/mL, valor que desciende a 88 ng/
mL en los primeros siete días después del parto. El valor
Atención del puerperio normal
promedio de prolactina plasmática en madres en lactancia
exclusiva y anovulación durante las primeras diez semanas Concluido el parto, la puérpera debe ser trasladada por un
después del parto es significativamente superior (60,2 ng/ período variable de 1 a 6 horas a una sala de recuperación.
mL) al de las madres en lactancia parcial y anovulación Ahí deben vigilarse en forma acuciosa los signos vitales,
(35 ng/mL) (Pérez y cois., 1972; Pérez, 1979; Flynn y evaluar la retracción uterina y la metrorragia, practicar un
cois., 1983) (consultar Capítulo 66: Lactancia). balance hídrico y aliviar el dolor en caso necesario. Ge-
La prolactina plasmática se eleva en respuesta a la suc- neralmente el recién nacido realiza su adaptación durante
ción del niño. Esta respuesta es mayor en las madres en el período de transición en la unidad de recién nacidos.
lactancia exclusiva, durante las primeras diez semanas No obstante, la situación ideal es que durante este período
posparto y en las mamadas vespertinas (Glasier, 1989). permanezca junto a su madre. Luego, la madre es trasla-

443
OBSTETRICIA

dada a la sala de puerperio, en donde deberá permanecer Problemas relacionados con la micción. Durante
junto a su hijo hasta ser dada de alta de la maternidad los primeros cinco días del puerperio se observa habitual-
(roomíng-in). mente un aumento considerable de la diuresis. Esto se
debe fundamentalmente a la reducción del compartimiento
Durante el puerperio la madre y el recién nacido deben
del líquido extracelular. Puede observarse discreta hema-
ser visitados y "evolucionados" diariamente por el médico,
turia, dificultad para orinar, retención urinaria e incluso
matrona o enfermera a cargo de la unidad, con el objeto de
incontinencia urinaria, especialmente en partos traumáti-
detectar precozmente cualquier patología y ayudar a esta-
cos (fórceps). La anestesia de conducción suele producir
blecer una buena relación madre-hijo.
también cierto grado de dificultad miccional durante las
primeras 12 a 24 horas después de su administración. En
Pérdida de peso. Durante el parto se produce un des-
ocasiones es necesario recurrir a la cateterización vesical,
censo ponderal de alrededor de 5 a 6 kg. Posteriormente,
intermitente o continua, que predispone a la infección uri-
durante los primeros siete días del puerperio, la paciente
naria, que es una de las complicaciones más frecuentes
pierde 2 a 3 kg. Esto se explica fundamentalmente por la
del puerperio. La cateterización vesical debe ser seguida de
pérdida y redistribución de líquidos en el organismo. La
cultivo de orina.
madre debe ser pesada diariamente durante su estadía en
la maternidad (Cañete, 2007).
Constipación. Los principales factores que predisponen
a la constipación durante el puerperio son el íleo moderado
Escalofríos. Con frecuencia, en el posparto inmediato
que sigue al parto, las molestias perineales secundarias a
la puérpera experimenta una relajación muscular acentua-
la sutura, las molestias anales debidas a hemorroides y la
da, que suele ser interrumpida por escalofríos, en ocasio-
pérdida de líquidos por otras vías. Las indicaciones para
nes intensos. Este fenómeno es la respuesta muscular al
atenuar estos factores incluyen la ingesta abundante de lí-
esfuerzo del parto y a la diferencia de temperatura am-
quido y alimentos ricos en residuos, la administración de
biental entre el pabellón de partos y otras dependencias
lubricantes intestinales (vaselina medicinal), el empleo de
hospitalarias. Los escalofríos que pueden determinar una
laxantes y microenemas y el alivio del dolor local.
leve elevación térmica cesan en forma espontánea en las
dos primeras horas posparto (Cañete, 2007).
Anemia. La incidencia de anemia puerperal, en madres
que no han tenido complicaciones hemorrágicas graves,
Involución uterina y loquios. Entre los cambios ana-
varía según la suplementación de hierro durante el em-
tómicos puerperales destaca la acentuada pérdida de peso
barazo. Si han recibido hierro, la incidencia de anemia es
del útero, la que se refleja clínicamente en la involución del
del 9,5%, y si no han sido suplementadas alcanza el 22%
tamaño uterino.
(Barrena y cois., 1981). Como método de pesquisas es
El útero se palpa a nivel del ombligo inmediatamente importante realizar un hematocrito entre las 48 a 72 horas
después del alumbramiento. Al décimo día del puerperio posparto (consultar Capítulo 58: Enfermedades hematoló-
apenas es palpable sobre la sínfisis del pubis, recuperando gícas y embarazo).
su tamaño normal a las seis semanas después del parto.
Reacciones emocionales. En la mujer que ha dado a
Las contracciones uterinas puerperales que van provo-
luz un niño sano y normal se observan diferentes y varia-
cando la involución del órgano son referidas por la madre
das respuestas emocionales. Las primeras emociones son
como una sensación dolorosa tipo cólico, seguida de un
generalmente de alegría, satisfacción y gratitud por haber
período de relajación (entuertos). Estas contracciones son
tenido un parto y un recién nacido sin problemas. Una
frecuentes e intensas durante la lactancia debido al reflejo
segunda fuente de reacciones conductuales y sentimientos
eyectolácteo que descarga ocitocina.
la constituye el encuentro madre-hijo. En este momento,
Los loquios constituyen el contenido normal (líquido) acariciarlo, tomarlo en los brazos, comenzar a amaman-
expulsado por el útero; no tienen mal olor y se eliminan tarlo y observarlo acuciosamente conforman los primeros
en cantidades variables. La cantidad expulsada es menor lazos de esta nueva situación tan relevante como es la re-
si se practica revisión instrumental de la cavidad uterina lación madre-hijo. Sin embargo, un pequeño porcentaje
inmediatamente después del alumbramiento. de madres experimenta en este período cierto rechazo que
generalmente es temporal y habitualmente está determina-
Los primeros dos o tres días los loquios contienen una
do por inadecuación, ansiedad y cierta confusión ante el
mezcla de sangre fresca y decidua necrótica (Jochía rubra),
nuevo estado.
luego, por disminución en el contenido sanguíneo se tornan
más pálidos (jochía serosa), y posteriormente, alrededor del Si el niño es prematuro o presenta alguna patología
séptimo día se observan de color blancoamarillento (Jochía y debe permanecer hospitalizado en la unidad de recién
alba). Este flujo cesa habitualmente durante la segunda se- nacidos, el primer contacto madre-hijo es habitualmente
mana posparto. diferido y puede ocasionar reacciones emocionales ad-

444
Capítulo 25 Puerperio

versas si la madre no está adecuadamente preparada e operación, completando con régimen completo del tercer al
informada. Ella debe seguir muy de cerca la evolución del cuarto día posoperatorio.
recién nacido y, si es posible, participar en la recuperación
de su hijo. Agentes oxitócicos. Su administración más allá del
puerperio inmediato se limita a las madres que han presen-
tado hemorragia o endometritis y a las grandes multíparas.
Indicaciones a la puérpera
El resto de las madres, sobre todo si están amamantando,
Las indicaciones atañen fundamentalmente al reposo, a la no los requieren, y, más aún, éstos pueden tener efectos
dieta, a los medicamentos y a los cuidados personales, y colaterales no deseados, especialmente en relación con la
deben ser renovadas o modificadas diariamente luego de la lactancia (derivados de la ergocriptina).
visita profesional. La puérpera debe permanecer hospitali-
zada por un período de 2 a 3 días si el parto fue vaginal Cuidado de la episiotomía. El área perineal debe
y de 4 a 5 días si fue mediante operación cesárea. Sin asearse dos a tres veces al día y después de orinar y de-
embargo, en América Latina, en centros hospitalarios que fecar. Este aseo se realiza con agua y un antiséptico no
atienden una alta densidad de población, con gran deman- irritante, para luego cubrir la zona perineal con un aposito
da asistencia!, en ocasiones es perentorio dar de alta en estéril. El dolor local se alivia con analgésicos y el uso de
forma muy precoz (24 horas) a las puérperas, con los ries- calor local seco (lámpara), lo cual favorece además una
gos que esta medida implica, agravada por el hecho de que buena cicatrización.
estas madres pertenecen a estratos económico-culturales
bajos y de que en sus viviendas no disponen de las condi- Cuidado de las mamas. Es muy importante una co-
ciones de comodidad e higiene básicas para una adecuada rrecta técnica de amamantamiento y un adecuado cuidado
atención del binomio madre-niño. de las mamas. Si no hay adecuado vaciamiento de las ma-
mas después del amamantamiento, se deben vaciar ma-
En ciertos países desarrollados, las hospitalizaciones de nualmente, evitando el uso de pezoneras o "saca leche". La
12 a 24 horas para partos vaginales sin complicaciones acción de la matrona, enfermera o auxiliar en relación a las
y de 48 a 72 horas para los casos de operación cesárea primeras ocasiones en que la madre da de mamar a su hijo
sin complicaciones están siendo frecuentes e incluso se ha es de singular importancia para el establecimiento de una
realizado un estudio clínico randomizado de altas precoces adecuada técnica de amamantamiento y de una adecuada
en partos de bajo riesgo, que concluye que en embarazos relación madre-hijo (consultar Capítulo 66: Lactancia).
de bajo riesgo el alta precoz y la visita de una matrona
al domicilio es una alternativa adecuada. Una revisión del Higiene general. Tan pronto como deambule, la puér-
Cochrane establece que no hay evidencias de efectos neo- pera puede ducharse, sin jabonarse los genitales, dejando
natales o maternos adversos en estas altas precoces, pero escurrir el agua sobre ellos y secándoselos bien después del
que los hallazgos no son aún concluyentes (Brown y cois., baño. Las duchas o lavados vaginales están contraindica-
2005). Nos parece que esta modalidad de alta precoz debe dos durante el puerperio.
ser definitivamente estudiada antes de establecerla como
habitual en nuestra región del Caribe y Sudamérica. Examen e instrucciones al alta. Previo al alta debe
practicarse un examen físico completo de la puérpera, re-
Reposo-deambulación, La levantada precoz después servando el examen ginecológico sólo para aquellas ma-
del parto beneficia a la madre proporcionándole sensación dres en que se sospeche alguna complicación. También
de bienestar, ayudando a drenar el contenido del útero y debe informarse a la paciente sobre cada uno de los pun-
disminuyendo las complicaciones urinarias, digestivas y tos analizados anteriormente y la manera como llevarlos
vasculares (trombosis, embolias). Esta levantada precoz se a cabo en su casa. Es importante recalcar la forma gra-
prescribe entre las 6 a 12 horas después de un parto va- dual en que debe reasumir sus labores, evitando ejercicios
ginal y entre las 12 y 24 horas después de una operación bruscos, la realización de esfuerzos, la actividad sexual y
cesárea. especialmente insistir en la técnica de amamantamiento de
La levantada precoz no debe confundirse con la nece- libre demanda, para lo cual es conveniente entregar indica-
sidad de reposo de la puérpera. Es conveniente el reposo ciones escritas a la puérpera.
relativo durante los primeros seis días después del parto La legislación en Chile otorga descanso posnatal remu-
y en lo posible una actividad reducida hasta cumplir los nerado a las madres que trabajan, por un período de 84
quince días. días a contar desde la fecha del parto.

Dieta. La puérpera de parto vaginal se puede alimen- En el momento de alta se debe entregar a la madre un
tar inmediatamente después del parto. En cambio, en las pequeño documento (carné) con los diagnósticos de egre-
puérperas de operación cesárea la realimentación se debe so, las indicaciones que debe cumplir en su casa y la ci-
iniciar gradualmente, entre 12 y 24 horas después de la tación a control puerperal entre los 8 y 21 días posparto

445
OBSTETRICIA

de acuerdo a las normas del establecimiento y se le debe TABLA 25-2. Complicaciones puerperales
instruir para que concurra a la maternidad frente a cual-
quier complicación (fiebre, hemorragia, dolor, problemas
Hemorragias
mamarios, etcétera).
Hemorragia posparto
Control posnatal. Se realiza en la consulta externa Atonía uterina
entre los 8 y 21 días posparto, aunque algunos servicios Desgarro del canal de parto
de salud realizan este control puerperal a las seis semanas Restos placentarios
posparto. Una vez más, en esta oportunidad debe practi-
carse una completa evaluación física que incluya examen Hemorragia tardía del puerperio
mamario y ginecológico. El cuello uterino debe ser exa- Restos placentarios
minado y si durante el embarazo no se obtuvo muestra Subinvolución uterina
citológica para examen de Papanicolaou o éste resultó Shock hipovolémico
alterado, en ese momento debe obtenerse una muestra
Infecciones
citológica. En esta ocasión debe aconsejarse sobre la re-
anudación de las relaciones sexuales, entregar informa- Tracto genital
ción sobre planificación familiar y derivar a la paciente Endometriosis
a los diversos especialistas si se detectan o sospechan Parametritos
patologías específicas.
Pelviperitonitis
Existiendo adecuada recuperación perineogenital la ma- Infección episiotomía
dre puede reanudar relaciones sexuales entre los 21 y 28
Infección urinaria
días después del parto.
Tracto urinario bajo
Pielonefritis aguda
Puerperio patológico
Mastitis
La recuperación posparto puede alterarse dando origen a Linfangítica
diversas complicaciones que pueden llegar incluso a com- Abscedada
prometer la vida de la madre. En la TABLA 25-2 se siste-
Otras complicaciones sépticas
matizan estas complicaciones y a continuación se destacan
los aspectos más relevantes de las mismas. Infecciones de la pared abdominal
Tromboflebitis pelviana séptica
Hemorragia del puerperio Shock séptico
Complicaciones psiquiátricas
Hemorragia posparto. Se define como aquella gineco-
Depresión posparto
rragia que supera la pérdida sanguínea normal del parto y
posparto inmediato y que acontece dentro de las primeras Psicosis
24 horas del puerperio. La pérdida de sangre fisiológica Miscelánea
estimada en un parto normal es de hasta 500 mL y para Complicaciones médicas
un parto mediante operación cesárea, de hasta 1.000 mL Complicaciones quirúrgicas
(Pérez y cois., 1967; Ueland, 1976).
Complicaciones anestésicas
Las causas más frecuentes de hemorragia posparto son: Hematomas
atonía uterina (90%), desgarros o rupturas del tracto geni-
tal (6%) y la retención de restos placentarios o de mem-
branas (3% al 4%) (Sibai, 1982; Novy, 1998; Schwarcz
y cois., 2008). El correcto manejo de la hemorragia posparto compren-
Existen factores de riesgo que se asocian con una ma- de su reconocimiento precoz, la corrección enérgica de la
yor incidencia de hemorragia posparto. Entre los más re- hipovolemia y el control de las causas específicas que ori-
levantes se cuentan la sobredistensión uterina, debida a ginan la hemorragia.
polihidramnios, el embarazo múltiple o la macrosomía
El tratamiento de estas pacientes es la reposición rápida
fetal; la gran multiparidad; el trabajo de parto prolonga-
de volumen plasmático con infusión intravenosa de solu-
do, especialmente asociado a inducción ocitócica, historia
ciones salinas o expandidores plasmáticos hasta disponer
previa de hemorragia posparto y síndrome hipertensivo del
de sangre, la monitorización de los signos vitales y la man-
embarazo, anestesia general, implantación anormal de la
tención de una adecuada presión venosa central y diuresis.
placentea y parto operatorio.

446
Capítulo 25 | Puerperio

Luego de estas medidas iniciales debe examinarse sis- El tratamiento de la ruptura uterina es la laparotomía
temáticamente el tracto genital a fin de identificar la causa con la opción de practicar sutura de la laceración o histe-
de la hemorragia. rectomía, según la extensión, tipo y ubicación de la misma,
la necesidad de preservar fertilidad y las condiciones gene-
El manejo de la atonía o inercia uterina comprende la
rales de la paciente (Schwarcz y cois., 2008).
estimulación mecánica de la contractilidad uterina median-
te masaje firme y mantenido del útero y la administración
Hemorragia tardía del puerperio. Se denomina he-
de ocitócicos o retractores uterinos. En estos casos la ocito-
morragia tardía del puerperio a la ginecorragia que aconte-
cina se administra por vía intravenosa en dosis de 20 a 40
ce después de las primeras 24 horas posparto. Una revi-
U/500 mL en solución Ringer lactato, suero glucosado al
sión en los EE.UU. informa una incidencia de 1 hemorragia
1% o suero fisiológico. Se puede indicar simultáneamente
puerperal por cada 1.000 partos. La mayoría de los casos
methilergonovina en dosis de 0,2 mg por vía intravenosa.
ocurren entre el sexto y el décimo día del puerperio, aun
Si las medidas señaladas fracasan, otros métodos de trata-
cuando pueden presentarse casos severos entre la cuarta y
miento incluyen el taponamiento uterino y la intervención
la sexta semana.
quirúgica. Taponar la cavidad uterina con compresas es un
método controversial que a veces da resultados satisfacto- Las causas más frecuentes de metrorragia tardía del
rios y otras veces es inefectivo y predispone a la infección. puerperio son la sublnvolución uterina, la presencia de res-
La cirugía (histerectomía, ligadura arterias hlpogástricas) tos placentarios y la endometrltis. Otras causas menos fre-
en casos de inercia uterina es un tratamiento de excepción. cuentes son los miomas submucosos y el coriocarcinoma.
También se han empleado las prostaglandinas para vencer
En la mayoría de estas pacientes debe intentarse el tra-
la inercia uterina posparto. La prostaglandina F2 a (PGF2
tamiento conservador con agentes oxitócicos, especialmen-
a), 0,25 a 1 mg intramiometrial, o 0,25 mg de 15-methyl-
te si se ha efectuado revisión de la cavidad uterina inme-
prostaglandina F2 a por vía intramuscular cada 2 horas u
diatamente después del alumbramiento. El uso de curetaje
óvulos vaginales de 20 mg de prostaglandina E2, pueden
en forma simultánea con los ocitócicos es necesario en el
ser muy útiles para controlar la atonía uterina (Novy, 1998;
65% de los casos, pero debe ser en extremo cuidadoso por
Crargo & Kapernick, 1998) (consultar Capítulo 17: El par-
la alta incidencia de perforación uterina y de síndrome de
to),
Asherman (sinequias endouterinas) que determina.
Los restos plácentenos pueden removerse digitalmente o
mediante revisión instrumental de la cavidad uterina. Efec- Shock hipovolémico. El 22% de las muertes mater-
tuar esta maniobra en forma rutinaria inmediatamente des- nas se relaciona con hemorragia puerperal (Gibs & Weins-
pués del alumbramiento descarta prácticamente este factor tein, 1976; Cralgo & Kapernick, 1998). Cuando la hemo-
como causa de hemorragia posparto. rragia posparto es severa, es decir, mayor de 1.500 mL,
la puérpera puede presentar signos y síntomas de shock
El diagnóstico de placenta acreta debe sospecharse
hipovolémico. De éstos, los más relevantes son: taquicar-
cuando no existe plano de clivaje y no se pueden remover
dia, hipotensión, piel fría y húmeda y compromiso senso-
los restos placentarios.
rial. Estos síntomas son consecuencia de la disminución
Los desgarros de vagina y cuello son habitualmente del débito cardíaco y de la subsecuente puesta en marcha
consecuencia de partos instrumentales y pueden también de los mecanismos compensadores conducentes a orientar
presentarse en partos normales. El sitio más común de los el flujo sanguíneo hacia el corazón y el cerebro. La vaso-
desgarros del cuello uterino son sus comisuras. En la vagi- constricción e hipoperfusión de los tejidos menos nobles
na, la parte más afectada es la que está en contacto con las como el muscular lleva a la acidosis láctica, a daño capilar
espinas ciáticas. En estos casos el control de la hemorragia y a coagulación intravascular diseminada, lo cual aumenta
se consigue mediante la sutura de los desgarros. Como te- la pérdida de volumen plasmático, exacerbando la hipovo-
rapia coadyuvante cuando la hemorragia vaginal es venosa lemia (Schwarcz y cois., 2008).
y en napa, se puede emplear el taponamiento vaginal con
La paciente en shock debe ser rápidamente monitori-
gasas o compresas.
zada (catéter de presión venosa central, de presión arterial
Los desgarros y dehiscencias del segmento uterino o su periférica y sonda vesical), para lo cual es muy importante
ruptura se deben sospechar luego de la aplicación de fór- conocer la técnica de punción de grandes troncos venosos,
ceps dificultoso, maniobras intrauterinas, uso de ocitócicos pues permite reponer considerables volúmenes en breve
y parto vaginal en madres con antecedentes de cesárea tiempo.
anterior. No obstante, este tipo de complicaciones se puede
En primer lugar, el tratamiento incluye yugular el cua-
observar incluso en un parto aparentemente normal. La
dro hemorrágico y reponer las pérdidas de volumen. Debe
hemorragia es habitualmente interna, pudiendo también
comenzar con infusión intravenosa de soluciones salinas
ser externa. El diagnóstico se confirma por medio de la ex-
como Ringer lactato o suero fisiológico hasta disponer de
ploración digital de la cavidad uterina.
sangre total. Si se deben trasfundir grandes volúmenes,

447
OBSTETRICIA

es necesario agregar albúmina y plasma fresco a fin de instancia, plantear sólo el diagnóstico de morbilidad febril
mantener la presión coloidosmótica y de reponer los fac- puerperal y no de infección puerperal (Charles, 1993). La
tores de coagulación (consultar Capítulo 42: Alteraciones primera se define como temperatura sobre 38°C en dos
de la coagulación durante el embarazo). Si la reposición mediciones con seis horas de intervalo después de las 24
ha sido adecuada y la paciente se mantiene hipotensa e a 48 horas posparto. Cuando la fiebre se presenta en la
hipoperfundida se puede agregar infusión intravenosa de forma indicada debe ser investigada hasta determinar su
dopamina en dosis de 5 a 10 ji/g/min. También puede ser causa. Prácticamente la única excepción a esta regla es la
necesario indicar digitalización y corrección de la acidosis sepsis por algunas cepas de estreptococos muy patógenas
láctica severa con infusión intravenosa de bicarbonato. que puede presentarse como un cuadro grave, muy precoz,
las primeras seis horas posparto, con fiebre muy alta, con
gran compromiso general y hemodinámico (Nathan y cois.
Infección puerperal 1993). Se considera como infección puerperal todo proce-
El puerperio es una condición muy especial en la mujer. so séptico originado en el aparato genital femenino que se
Una vez expulsado el feto, cualquiera sea la vía, al des- manifiesta clínicamente en el puerperio, asociado al parto,
prenderse la placenta se abre una superficie extensa en sea vaginal o cesárea.
la cavidad uterina que se expone a una gran cantidad de
bacterias, especialmente del canal de parto. En caso de Endometritis puerperal
parto vaginal, se agrega la superficie de la episiotomía y
en el caso de una cesárea la herida operatoria. En estas Etiopatogenia
mujeres, la vagina, que contiene hasta quince tipos dife-
rentes de cepas bacterianas, constituye un peligro latente Una vez ocurrido el alumbramiento, se produce una
de infección, con mayor razón si existe una vaginosis, en gran reacción por parte de la inmunidad celular en base
la cual la flora normal puede aumentar de 100 a 1.000 a macrófagos y factores humorales que provienen de los
veces. Existen múltiples factores que pueden alterar el de- espacios intersticiales del miometrio y que contrarrestan
licado equilibrio entre la flora vaginal, la pared vaginal y el el potencial patógeno de la mayor parte de las bacterias
medio ambiente, creando con ello un entorno agresivo para que han ingresado por penetración de vasos miometriales
la propia mujer y también para el recién nacido, que pasa e invasión hematógena. El efecto de toda esta maquina-
por dicho medio en el momento del parto (Silva, 1997a). ria defensiva redunda en una aseptización de la cavidad
Dicho de otra manera, la mujer, sin saberlo, puede llegar al uterina en el 60% al 100% de las madres al tercer día
parto con un riesgo mayor de infección. Si el médico está posterior al parto (Duff y cois., 1983; Eschenbach y cois.,
conciente de ello, puede tomar las medidas de prevención 1986). Por lo tanto, todas las mujeres tienen en su cavidad
adecuadas antes del parto. uterina una cantidad variable de bacterias inmediatamente
después del parto, pero que no necesariamente van a pro-
Las complicaciones puerperales más relevantes desde ducir una endometritis. Se desconoce el mecanismo por
un punto de vista epidemiológico y como riesgo para la el cual la cavidad queda posteriormente sin bacterias en
madre son las infecciosas, y entre ellas, la más relevante la mayor parte de las mujeres y en otras se desarrolla una
es la endometritis puerperal, con todas sus formas de evo- endometritis.
lución hacia cuadros más severos: salpingitis y anexitis, la
pelviperitonitis, la peritonitis, los abscesos tuboováricos y Las bacterias que llegan a infectar el útero provienen de
los abscesos residuales o interasa, la sacroileítis séptica, la la vagina y muy excepcionalmente de las manos o boca del
tromboflebitis séptica pelviana, la mastitis y la infección de operador. Aparentemente, el que una paciente después del
herida operatoria. parto se infecte o no, depende esencialmente del inoculo
bacteriano, que está relacionado con la cantidad de bacte-
rias de la vagina, del poder patógeno de estos microorga-
Concepto de fiebre en el puerperio nismos y del poder inmunitario del huésped (Jacobson y
cois., 2002). La vaginosis es una circunstancia en la cual
Este signo se presenta prácticamente siempre en las com-
hay un aumento importante de la flora vaginal, de entre
plicaciones enumeradas, pero es muy inespecífico e in-
100 a 1.000 veces, lo que constituye un factor de riesgo
cluso puede presentarse en puérperas sin patología. Sin
de endometritis y de procesos inflamatorios pelvianos (Ha-
embargo, la fiebre siempre es un signo de alarma, tanto
ggerty y cois., 2004). También se postula que la presencia
para la madre y su familia como para el médico, que debe
de material necrótico, de restos de decidua, de trozos de
evaluarla con criterio clínico, de modo que una buena
cotiledones y de coágulos puede ser un factor de riesgo,
anamnesis, un prolijo examen físico y un adecuado estudio
pues constituyen un medio de anaerobiosis.
de laboratorio le impidan incurrir en tratamientos innecesa-
rios. En otras palabras, una puérpera con fiebre no signi- En otras circunstancias, las bacterias pueden invadir
fica necesariamente una puérpera con infección. Por ello, la cavidad cuando el líquido amniótico está contaminado.
ante una puérpera febril es conveniente, en una primera Se ha visto que en el 19% de los embarazos de término

448
Capítulo 2 5 Puerperio

hay una o más bacterias en el líquido amniótico, aun con Como ya se ha dicho, la simple presencia de bacterias
membranas intactas, sin que ello signifique que la madre en la cavidad uterina no es una endometritis y si se obtiene
tendrá una infección clínica en el puerperio. Las bacterias un cultivo positivo de la cavidad uterina posparto, tampoco
que más se cultivan en estos casos son: Mycoplasma, Ure- lo es, pues para considerarla como tal debe haber una re-
aplasma, Streptococcus y Lactobacillus. acción inflamatoria local, con permeadón de vasos sanguí-
neos y linfáticos miometriales. De esta manera, el término
La operación cesárea tiene asociada un riesgo mu-
correcto debiera ser endomiometritis, la cual siempre se
chísimo mayor de endometritis que el parto normal, casi
expresa por fiebre.
quince veces mayor (0,17% en partos normales versus
el 2,63% en cesáreas), especialmente si hay corioam- La endomiometritis puede ceder espontáneamente o por
nionitis. Existen múltiples factores de riesgo que pueden medio de antibióticos, pero también diseminarse por vía
favorecer que la simple contaminación bacteriana de la canalicular (trompas) o linfática y llegar a constituir una
cavidad uterina se transforme en una endometritis; estos pelviperitonitis o una peritonitis, cuando invade la cavidad
se describen en la TABLA 25-3 (Bergstrom & Libombo, pelviana o abdominal, comprometer la herida operatoria en
1995; Ely y cois., 1995; Atkinson y cois., 1996; Desjar- el caso de cesárea y ocasionalmente diseminarse por vía
d i n s y cois., 1996). hematógena produciendo una sepsis.
Por lo tanto, la flora de las infecciones puerperales es
un reflejo de la flora de la vagina, es decir, una mezcla va- Diagnóstico
riable de bacterias aeróbicas (40%) y anaeróbicas (60%).
Los aerobios más frecuentes son: Streptococcus grupo A Es fundamentalmente clínico. La paciente presenta fie-
bre, asociada a cualquiera de los siguientes signos: loquios
y B, Streptococcus faecalis y Eschericha coli y los anae-
turbios, hemopurulentos o purulentos, con o sin mal olor,
robios más cultivados: Peptococcus, Peptostreptococcus
discreto dolor abdominal bajo, útero subinvolucionado y
y Bacteroides fragilis. Se ha demostrado Ureap/asma
sensible a la palpación. Esto ocurre generalmente entre 24
urealyticum en cantidades significativamente mayores en
y 72 horas después del parto. La fiebre es un elemen-
el cuello uterino en pacientes que desarrollan endometritis,
to diagnóstico indispensable, ya que indica que existe
sin que su rol patógeno sea claro (Andrews y cois., 1995;
compromiso miometrial y bacteremia (Spandorfer y cois.,
Chaim y cois., 2003), presentando buena respuesta clí-
1996). La presencia de loquios de mal olor y sin fiebre pue-
nica a la azitromicina (Andrews y cois., 2003). También
de explicarse por falta de aseo y/o drenaje de loquios en for-
se han informado endometritis por virus herpes simple,
ma no adecuada. Por otra parte, la sensibilidad uterina no
asociadas incluso a muerte fetal (Remadi y cois., 1995;
es un signo muy confiable en el diagnóstico, especialmente
Holliery cois., 1997).
en cesarizadas y la subinvolución uterina es un fenómeno

TABLA 25-3, Factores de riesgo asociados a endometritis puerperal

Grupo Causa asociada


Bajo nivel socioeconómico Desnutrición
Anemia ferropriva
Trastornos inmunitarios
Parto, sea vaginal o cesárea mayor de 24 h Restos placentarios
Cuerpo extraño vaginal
Parto de pretérmino
Rotura prematura de membranas
Infección ovular
Trabajo de parto prolongado
Hemorragia posparto
Métodos invasivos (electrodo cefálico, catéter de presión amniótica)
Extracción manual de placenta
Más de cinco tactos vaginales
Vaginosis bacteriana

449
muy errático y poco objetivo. No hay que olvidar el tacto • Bacteroides fragilis y Bacteroides melaninogenicus.
vaginal en una paciente con loquios de mal olor y sin fiebre,
• Enterobacterias y bacilos gramnegativos: Eschericha
pues algunas veces puede haber un cuerpo extraño vagi-
colí, Proteus.
nal (compresas o gasas). La confirmación diagnóstica por
medio de toma de muestras bacteriológicas de cavidad no
Si se trata de una endomiometritis leve, es decir, con
tiene sentido alguno, puesto que, como se dijo, la presencia
fiebre de no más de 38°C y sin compromiso del estado
de bacterias en la cavidad uterina no hace diagnóstico.
general, la paciente puede ser tratada en forma ambulato-
La pelviperitonitis y la peritonitis posparto es una com- ria, con un antibiótico y por un período corto (Rodríguez-
plicación poco frecuente, especialmente posparto vaginal, Ballesterosy cois., 1996):
no así poscesárea, en la cual generalmente se acompaña
• Cloramfenicol 500 mg c/6 horas oral durante 5 días.
de infección de la herida operatoria, cuadro que puede te-
ner una respuesta variable a los antibióticos o puede termi- • Ampicilina, 500 mg c/6 horas oral durante 5 días.
nar en una infección severa con riesgo de muerte cuando
• Amoxicilina 500 mg c/8 horas durante 5 días.
se complica de una fasceítis necrotizante, que en ocasio-
nes se asocia a metritis y sepsis. En la pelviperitonitis,
En caso de endomiometritis severa, con fiebre sobre
junto con la fiebre y los loquios de mal olor, se presenta
38°C, muy comprometida desde el punto de vista general,
gran sensibilidad anexial, dolor a la movilización del cuello
vale decir, con taquicardia sobre 100 x min, polipnea so-
uterino por inflamación de los medios de fijación del útero
bre 28 x min, tendencia a la oliguria o a la hipotensión y
(parametrios, ligamentos uterosacros), movilidad del cue-
útero muy sensible, especialmente en las zonas anexiales,
llo disminuida por el edema y la inmersión del útero en
se recomienda:
líquido seropurulento; signo de Blumberg positivo por la
inflamación de la serosa peritoneal y disminución de los • Hospitalización.
ruidos hidroaéreos en la mitad inferior del abdomen, como
• Régimen cero las primeras 24 horas, en las que even-
consecuencia de la inflamación de la serosa que cubre las
tualmente pudiera plantearse una cirugía.
asas intestinales. En caso de una peritonitis, los signos de
reacción peritoneal se extienden al resto del abdomen, con
gran compromiso del estado general, pudiendo presentarse Se recomienda cualquiera de los siguientes esquemas
acompañada de un preshock o shock séptico, que puede antibióticos (Filker & Monif, 1979; González y cois., 1984;
incluir hipotensión, taquicardia, oliguria, acidosis metabó- Faro y cois., 1988):
lica, etc. En el hemograma se puede observar leucocitosis • Penicilina sódica 5 millones c/6 h, en bolus inyectado
de 15.000 o más, VHS y PCR elevada sobre 60 y la ultra- en no más de 10 a 15 minutos, asociada a succinato de
sonografía generalmente muestra líquido libre en la pelvis Cloramfenicol 1 g c/8 horas iv y gentamicina 3 a 5 mg/
y abundante gas en las asas intestinales, lo que con la por kilogramo de peso, vía im en una dosis diaria. Con
sombra acústica que produce, disminuye a veces el rendi- este esquema se obtiene una buena respuesta en casi
miento de este examen. el 100% de las pacientes, pero desgraciadamente no
es aplicable en pacientes alérgicas a la penicilina. Otras
alternativas pueden ser:
Tratamiento
• Metronidazol 500 mg c/6 h oral o iv, droga que pudien-
Es muy importante que en una paciente que presen- do usarse como droga única con el 80% de efectividad
te loquios de mal olor después del parto, tenga o no su- (Ledger y cois., 1976), también se puede asociar a c¡-
binvolución y sensibilidad uterina, si no presenta fiebre y profloxacino 500 mg c/12 h vía oral o ceftriaxona 1 g iv
su estado general es bueno, no indique inmediatamente o im c/24 h.
antibióticos, sino deambulación precoz, aseo frecuente y
esperar por lo menos 24 horas. Si al cabo de ese plazo • Clindamicina 600 mg c/6 u 8 h vía im o iv asociada a
se agregara fiebre, se confirmará el diagnóstico. Como en gentamicina 3 a 5 mg/kg vía intramuscular en una dosis
muchas infecciones polimicrobianas, al igual que en los diaria (Del Priore y cois., 1996; Cochrane Datábase Syst
procesos inflamatorios pelvianos, no se debe intentar cu- Rev 2002; Livingston y cois., 2003; French & Smaill,
brir todo el espectro de bacterias, sino los grandes grupos. 2004).
Existen cuatro grupos de bacterias sobre las cuales el o los • Ampicilina/Sulbactam 1,5 a 4,5 g c/8 o 12 h por vía
antibióticos escogidos debieran actuar con eficacia: oral o 4,5 a 6 g por vía iv cada 6 u 8 h (Gall & Koukol,
• Cocáceas grampositivas anaeróbicas: Peptococcus, 1996).
Peptostreptococcus. • Ampicilina 500 mg c/6 h, oral, iv o im más gentamicina
• Cocáceas grampositivas aeróbicas: Streptococcus grupo 3 a 5 mg/kg im en una dosis diaria (Figueroa-Damian y
Ay B. cois., 1996).

450
Capítulo 25 | Puerperio

Cualquiera de estos esquemas debe usarse durante Muchas veces, ante un útero vital sólo bastará el aseo de
siete días. La elección de la vía intravenosa o intramuscular la cavidad abdominal con abundante solución de NaCI al
dependerá del antibiótico, como en el caso de la gentamici- 9%, por lo menos 3 litros, y con la colocación de drenajes,
na, que por el peligro de daño del octavo par, debe usarse uno en el Douglas y uno en cada espacio parietocólico. Con
sólo im, excepto en casos graves, en los cuales el riesgo es esta medida, si la hacemos a tiempo, evitaremos llegar a la
superado por el beneficio. histerectomía, sólo disminuyendo la población bacteriana
de la cavidad peritoneal por medio del aseo con suero.
Sólo casos aislados con presencia de Mycoplasma en
sangre y endometrio se han relacionado con mala respues- Hay casos límite en los cuales el útero puede estar en
ta clínica con los esquemas mencionados, respondiendo una condición intermedia en cuanto a vitalidad o puede
bien al uso de tetraciclinas (Faro y cois., 1989; Patai y tratarse de una mujer joven y sin hijos. Sólo un clínico
cois., 2005). y un cirujano de experiencia podrán tomar en forma res-
ponsable la decisión de no hacer una histerectomía; si ello
Cuando la contaminación bacteriana desde el foco ute-
ocurriera, se puede cerrar la pared y esperar no más de
rino es muy importante y se invade la cavidad pelviana, su
dos horas evaluando las condiciones hemodinámicas de la
serosa peritoneal y los órganos que allí existen, la endomio-
paciente, que no pocas veces mejoran, con lo que se evita
metritis severa puede seguir su curso y complicarse con
una cirugía mutiladora. Lo importante es darse plazos fijos,
una pelviperitonitis. En ese caso, el cuadro clínico es más
no mayores que el mencionado y la expectación quirúrgica
o menos característico: dolor constante en la mitad inferior
debe ser hecha por la misma persona que lo decidió. No
del abdomen, resistencia muscular y signos de irritación
hay lugar para delegar funciones y entregar el caso a otro
peritoneal expresado en Blumberg positivo y disminución
médico.
de los ruidos hidroaéreos.
Por tratarse de una herida operatoria contaminada y
La pelviperitonitis es de tratamiento médico, con la pa-
con una alta probabilidad de infección y dehiscencia, se
ciente hospitalizada, en posición semisentada para evitar la
aconseja el cierre de la aponeurosis con puntos de Smead
diseminación de la infección a la mitad superior del abdo-
Jones, separados, con material no reabsorbible.
men y espacios subdiafragmáticos a través de las correde-
ras parietocólicas. Se aconseja régimen cero las primeras
veinticuatro horas por la eventualidad de que el cuadro se Prevención
agrave y fuese necesario cirugía.
La prevención siempre es mejor que el tratamiento, y lo
Ocasionalmente, la sintomatología ya descrita se puede esencial es tratar o evitar los factores de riesgo enumerados
desplazar a todo el resto del abdomen, con lo cual nos en- en la TABLA 25-3.
frentamos a una peritonitis y en este caso la única solución
es la cirugía. La profilaxis con antibióticos, especialmente en cesá-
reas precedidas de trabajo de parto, es una medida amplia-
La finalidad de la laparotomía es la exploración de la mente conocida y demostrada en cuanto a su eficacia. La
cavidad abdominal en búsqueda de compromiso de otros profilaxis debe ser sólo con una droga, en una dosis y por
órganos o estructuras que pudieran afectarse primaria o lo menos 15 a 25 minutos previos a la incisión, lo cual es
secundariamente, como es el apéndice. También nos per- ventajoso respecto de su administración en el momento de
mite determinar el estado de vitalidad en que se encuen- ligar el cordón (Sullivan y cois., 2007). En casos de cesá-
tra el miometrio. Un útero de consistencia blanda, pálido rea, usar más de una dosis se ha visto asociado a mayor
o de aspecto pálido cianótico irregular, que no responde incidencia de infección de la herida operatoria (Newton &
con contracciones al estímulo manual o al inyectar por vía Wallace, 1998). Otra medida bastante adecuada es tratar
intravenosa 2 a 5 Ul de ocitocina, nos estará indicando de disminuir lo más posible la flora bacteriana antes del
claramente que nos encontramos frente a una metritis y parto, más aún si está a niveles patológicos, como ocurre
que la histerectomía es la única solución, dado que en en la vaginosis. Una manera es administrar metronidazol
estos casos el útero se comporta como una esponja llena en forma de gel 5 g intravaginal antes del parto o cesárea,
de bacterias y mediadores químicos tóxicos generados por procedimiento que ha demostrado reducir la frecuencia de
el proceso inflamatorio y al no extraerlo, llegarán al torren- endomiometritis en el 50% (Pitt y cois., 2001).
te circulatorio para provocar una bacteremia, un preshock
séptico, un shock y luego la muerte. Otra medida preventiva coadyudante es la administrac-
ción de methergin o metilergometrina, 0,125 mg por vía
En caso de decidir la histerectomia, la ooforectomía ex- intramuscular inmediatamente posparto, con el fin de ex-
cepcionalmente es necesaria, ya que las gónadas, por tener pulsar coágulos, restos de decidua o cotiledones, que pue-
muy buena irrigación no se afectan y no sufren necrosis; den ser factor de riesgo, pues favorecen el desarrollo de
por ello no influyen en el pronóstico y la determinación de anaerobios, con lo cual se reduce al 30% la incidencia de
extirparlas dejará expuesta a la paciente a todas las conse- endometritis (Dweck y cois., 2000).
cuencias que ello implica.

451
OBSTETRICIA

Sacroileítis séptica posición decúbito prono, en lo posible bajo visión radios-


cópica, con infiltración anestésica, en manos expertas y
Es el compromiso séptico de la articulación sacroilíaca (ASI) con experiencia en punción articular. En ocasiones se logra
que ocurre como complicación, especialmente después de aislar Staphylococcus aureus, Streptococcus beta hemolíti-
un parto vaginal espontáneo, con fórceps o posterior a una co, Escherichia coli, Proteus mirabilis e incluso Salmoriella
cesárea. Se asocia a menudo con endomiometritis. El agen- typhi, lo que constituye diagnóstico de certeza (Durlach y
te etiológico más importante es el Staphylococcus aureus. cois., 1995).
La radiografía de la articulación muestra alteraciones
Diagnóstico tardías después de los quince días de evolución de la en-
fermedad: borramiento de los bordes y pseudoensancha-
Es difícil y especialmente tardío (Niklander y cois., miento del espacio articular. En etapas más tardías pueden
1990). Ello se debe a la dificultad en el examen de las ASI, verse erosiones del hueso, estrechamiento del espacio y
por estar ubicadas profundamente. El ginecólogo no tiene esclerosis de los márgenes.
la costumbre de examinarlas y, por lo tanto, su examen
suele ser incompleto. La forma más fácil de hacer el diagnóstico es tener en
mente la enfermedad, la observación de la actitud de la
Por su relación anatómica y topográfica íntimamente li- paciente en la cama al intentar moverse y su examen físico.
gada a la cavidad pelviana y región glútea, hacen que en
general el dolor sea referido a otros sitios, como la pelvis o
las extremidades inferiores. Diagnóstico diferencial
Por su baja frecuencia, el índice de sospecha es bajo; en Los cuadros clínicos con los que más se puede confun-
general es una patología en la cual no se piensa o que no dir son: artritis séptica de cadera, prolapso de disco inter-
se toma en cuenta en el diagnóstico diferencial. vertebral que se manifiesta como una lumbociática, absce-
La enfermedad se inicia en forma más o menos brusca, so glúteo, absceso del psoas (muy raros), apendicitis aguda
generalmente en una puérpera de parto vaginal o con fór- con gran irritación del psoas, especialmente la cecal ascen-
ceps. El dolor es muy intenso e invalidante, la paciente se dente y procesos inflamatorios del espacio retroperitoneal.
encuentra postrada en cama y prácticamente es incapaz de
moverse, ni siquiera para cambiar de posición para ayudar- Manejo
la a orinar o defecar. Al intentar moverla suele gritar de do-
lor. Esta forma de presentarse es tan típica que el médico o Se recomienda reposo absoluto en cama, régimen livia-
estudiante de medicina que lo vea por una vez, difícilmente no y analgesia con metadona 2 mg iv PRN (de una solu-
lo olvidará. La sintomatología suele ser tan intensa, que ción con 10 mg diluida en 10 cm3) en la etapa más aguda
erróneamente se puede pensar que la paciente es histérica. y con analgésicos no narcóticos posteriormente.

Refiere el dolor a las articulaciones sacroilíacas, a los Antibióticos. Si se aisla alguna bacteria, se debe admi-
glúteos, a toda la pelvis y en ocasiones a la columna lum- nistrar aquél que corresponda por antibiograma; de no ais-
bar, simulando una lumbociática, incluso hasta las extre- lar alguna bacteria, se puede administrar empíricamente:
midades inferiores. Esta invalidez no se ve acompañada de • Cloxacilina 1 a 2 g iv c/6 h durante 3 a 5 días, lue-
compromiso neurológico en el sentido de parestesias o dis-
go seguir por vía oral hasta completar dos semanas. En
minución de la sensibilidad. La paciente no logra moverse caso de aislar un Staphylococcus aureus completar seis
no por déficit motor, sino por el dolor. semanas de tratamiento.
Al examen físico se debe buscar el signo de FABERE Otra alternativa es:
(Schiling & Silva, 1989), que es una sigla dada por las
primeras letras de la maniobra que desencadena el dolor: • Ceftriaxona 1 g c/12 h por 3 a 5 días, luego 1 g al día
Flexión del muslo sobre la cadera, Abducción Externa del hasta completar 15 días + gentamicina 5 mg/kg im en
muslo y Rotación y Extensión. 3 dosis durante 5 días.
Prácticamente todas las pacientes presentan fiebre, VHS
Existe un cuadro de sacroileítis posparto de tipo infla-
elevada, con fluctuaciones entre los 30 a 130 mm y leuco-
matorio (Ploman y cois., 1994) en la que no se logra de-
citosis entre 11.000 a 21.000.
mostrar ningún tipo de microorganismo, sea a la punción
A pesar de que la clínica es tan clásica y patognomóni- articular o en otro sitio. Tiene una incidencia de 1:10.000
ca, a veces es necesario usar métodos de diagnóstico más partos y no necesariamente recurre en los partos siguien-
invasivos tales como a la punción de ASI, que se realiza en tes.

452
Tromboflebitis séptica pelviana nos, especialmente de la vena ovárica derecha. En este
caso hay un componente séptico e inflamatorio de la vena
Es el compromiso séptico de los vasos sanguíneos pelvia- (Witlin & Sibai, 1995). Este cuadro no tiene tan buena
nos, especialmente ováricos o parametriales (Dunnihoo y respuesta al tratamiento médico. Responde bien al uso de
cois., 1991), ocurre generalmente en el puerperio de pa- los mismos antibióticos, pero la heparina no tiene un efecto
cientes que han tenido un parto vaginal, excepcionalmente significativo en la evolución de la fiebre (Brown y cois.,
poscesárea o fórceps. El endotelio de las venas de la pelvis 1991). Lo más característico es el dolor abdominal de tipo
es colonizado por bacterias que provienen generalmente de cólico en flanco o lumbar, el cual no existe en la trombo-
un foco séptico uterino, provocando inflamación endotelial flebitis séptica difusa. El diagnóstico se hace mediante la
y subendotelial. Como respuesta al daño endotelial, se for- visualización de la vena trombosada mediante escáner y
ma una malla de microcoágulos en la superficie interna de resonancia magnética, con ausencia de flujo Doppler (Twic-
estos vasos, que atrapa y mantiene a los microorganismos kler y cois., 1997). Ocasionalmente se puede palpar una
invasores creando con ello un medio adecuado para que se estructura semejante a una cuerda que nace en el anexo
sigan multiplicando, desprendiéndose en forma constante y asciende por las correderas parietocólicas hacia los ríño-
hacia la circulación y manteniendo el daño endotelial que nes, que correspondería a la vena trombosada más la zona
induce la malla de fibrina que les protege. Es importante flegmonosa en su periferia.
entender que es un fenómeno microscópico, por lo que es
El fenómeno trombótico de la vena ovárica se produce
difícil detectarlo por angiografía, TAC u otros medios.
porque en la embarazada hay un aumento de hasta tres
La flora es mixta, con prevalencia de Saetero/otes fra- veces su diámetro y junto con ello hay una disminución
gilis, el cual produce heparinasa, enzima que ai destruir de la velocidad del flujo sanguíneo. Por otra parte, la dex-
la heparina, contribuye a la formación y mantención de la trorrotación uterina comprime el uréter, que aumenta su
malla de fibrina intacta en la superficie endotelial de los diámetro y comprime secundariamente a la vena ovárica
vasos afectados. Se supone que como factor predisponen- en el sitio en que se cruzan, provocando mayor dificultad
te estaría el trauma en los vasos pelvianos que produciría en el flujo. La tomografía axial computarizada muestra un
el descenso de la presentación, agregándose el estado de aumento del diámetro de la vena trombosada con dismi-
hipercoagulabilidad propia del embarazo. Las bacterias po- nución de la densidad del lumen, que se visualiza muy
drían llegar también a la pared vascular por medio de vasos nítidamente. La vena ovárica derecha es la más afectada.
linfáticos perivasculares. Por la ubicación del dolor, la trombosis de la vena ovárica
puede ser confundida con apendicitis aguda o pielonefritis
aguda.
Diagnóstico
Es fundamentalmente clínico. Se trata de puérperas de Tratamiento
parto vaginal que generalmente tienen una endomiometri-
tis clínica y que no tienen una evolución satisfactoria con Se recomienda reposo absoluto y régimen liviano.
el tratamiento habitual. A las 48 ó 72 h posparto, en vez
Antibióticos. Penicilina 5 millones c/6 h iv + succinato
de haber remisión de la fiebre, ésta se eleva a 39°C o 40°C
de cloramfenicol 1 g c/8 h iv + gentamicina 3 a 5 mg/kg
o bien, si no había endomiometritis clínica aparece fiebre
im o iv en una dosis diaria durante 3 días, luego suspender
ato, en general con poco compromiso del estado general.
la gentamicina y bajar la dosis de penicilina a 2 millones
El examen físico no muestra ninguna focalización especial
c/6 h ¡m y cambiar la vía del cloramfenicol a oral en una
que explique la fiebre tan alta ni la evolución tórpida de
dosis de 500 mg c/6 h hasta completar 7 días. En caso
la endometritis, no encontrándose tampoco alteraciones al
de haber administrado previamente antibióticos en dosis
examen pelviano.
bajas, se recomienda volver a aumentar las dosis según
La rápida respuesta a la heparina, en horas o a más tar- este esquema.
dar al día siguiente, permite confirmar el diagnóstico. Oca-
Otra alternativa es administrar metronidazol 500 mg c/6
sionalmente la ecotomografía axial computarizada puede
h oral o 500 mg iv c/8 h + gentamicina 3 a 5 mg/kg im
ser de ayuda en el diagnóstico cuando la clínica no es clara
o iv en una dosis. Otra opción es suministrar heparina 16
y no se logra determinar la causa de fiebre puerperal per-
Ul/kg/h durante 10 a 15 días. No es necesario dar anticoa-
sistente, pero sólo tiene buena sensibilidad cuando se ven
gulantes posteriormente (Zakut & Achiran, 1984; Witlin y
afectados grandes vasos pelvianos (Brown y cois., 1991).
cois., 1996).
El tratamiento de la trombosis de la vena ovárica es algo
Diagnóstico diferencial
diferente, pues la heparina se administra en forma de in-
En la literatura se menciona como tromboflebitis séptica fusión continua en dosis 17 UI por kg de peso por hora
pelviana a la trombosis macroscópica de los vasos pelvia- durante aproximadamente 120 horas, alcanzándose 1,5 a

453
OBSTETRICIA

2 veces el TTPK normal, continuándose con dicumarínicos la mama de la mujer embarazada o mucho más allá de
por lo menos durante tres meses. Si se demuestra exten- los cuarenta días posparto. La incidencia reportada es muy
sión del coágulo a vena cava, el tratamiento se debe exten- variable, del 2% al 33% de las mujeres que están lactan-
der por mayor tiempo, dependiendo de la visualización de do; la cifra se inclina a extremos más bajos en la pobla-
la lesión en los escáner seriados. ción de los EE.UU. (Voguel y cois., 1999; Kinlay y cois.,
2001; Foxmanycols., 2002; Michiey cois., 2003; Hager,
2004). Hay dos formas de clasificar a las mastitis, la pri-
Mastitis aguda mera, la más conocida, se basa en características clínicas:
La mama es una glándula sudorípara modificada consti- forma epidémica o abscedada, que ocurre con frecuencia
tuida de lóbulos glandulares que por medio de conductos intrahospitalaria, considerada como infección nosocomial y
galactóforos se vacían a conductos más dilatados que se otra forma, esporádica o linfangítica, que puede ocurrir en
llaman senos galactóforos y de ahí, por medio de múltiples la paciente que ya está en su casa. En la TABLA 25-4 se
orificios a la superficie del pezón (FIGURA 25-1). muestra un resumen de las características de ambas.

Los acinis glandulares están rodeados de tejido conecti- Las mastitis se pueden clasificar también en tres formas,
vo fibroso en forma de tabiques que van desde su inserción desde el punto de vista anatómico (Bertrand & Rosenblood,
en la aponeurosis del pectoral mayor hasta el pezón. Estos 1991):
tabiques constituyen los ligamentos suspensorios de Co- • Celulitis mamaria, equivalente a la mastitis linfagítica.
oper. Tienen gran importancia clínica puesto que forman
compartimientos separados dentro de la mama, lo que tie- • Adenitis, cuando se infectan los conductos galactóforos
ne mucha relevancia en el desarrollo de los procesos infla- y acinis, que es equivalente a la etapa inicial del absce-
matorios que la pueden afectar (Monif, 1977). so.

Mastitis es un término inespecífico, que implica infla- • Absceso, en el cual el espacio entre los conductos galac-
mación y fundamentalmente infección de la mama. Ocurre tóforos es ocupado por colecciones de pus.
con mayor frecuencia en el puerperio, pero puede afectar

Acini glandular

Músculo pectoral mayor


Seno galactóforo

Ligamento suspensorio de Cooper

Conducto galactóforo

Tejido graso

FIGURA 25-1. Esquema de una mama normal.

454
Capítulo 25 Puerperio

TABLA 25-4. Características clínicas de la mastitis linfangítica y la abscedada

Esporádica o linfangítica Epidémica o abscedada


Generalmente no hospitalaria Generalmente hospitalaria
Es de comienzo agudo Es de comienzo incidióse, a veces de pocos días a 5 meses posparto
Celulitis cuya puerta de entrada es Rara vez existe grieta de pezón. A veces se inicia como infección
una grieta del pezón. intraductal. Puede comprometer varios lóbulos, puesto que la puerta
Compromete el tejido interlobulillar, de entrada es múltiple. Se palpan una o varias zonas engrosadas,
con zonas demarcadas por los ligamentos muy dolorosas, con piel enrojecida y con fluctuación
de Cooper, que son los que forman tabiques
entre los lóbulos mamarios.
Piel enrojecida, de bordes circinados, que
demarca el trayecto de los linfáticos
No se logra obtener pus por el pezón al Generalmente se obtiene pus al comprimir la mama
comprimir la mama
Discordancia entre fiebre muy alta y pocos Sintomatología de acorde al compromiso mamario, en general no
hallazgos al examen físico, cursan con se expresan con mucha temperatura
temperaturas muy altas, de 39°C a 40°C

En la adenitis existe una importante cantidad de bacte-


rias en la leche de los conductos, que es de alrededor de
1.000 bacterias por mm3. Rara vez se aislan bacterias en
la leche de las pacientes con celulitis.
Las mastitis linfangíticas no se complican de abscesos,
en cambio, el 3,6% de las adenitis tiene esta complica-
ción.

Etiología
El microorganismo más frecuente es el Staphylococcus
aureus (Karstrup y cois., 1993; Amir y cois., 1999; Oster-
man & Rahm, 2000) en más del 50% de los casos, de los
cuales en el 70% existe la bacteria en la mama contralate-
FIGURA 25-2. Etapa de necrosis de una fasceítis necro-
ral no afectada, lo que sugiere como medio de transmisión
tizante de mama. Se observa marcado con un bolígrafo
al recién nacido. el halo de enrojecimiento que precede a la necrosis, que
Se ha visto también que la principal fuente de Staphylo- avanza y se extiende en pocas horas.
coccus son las manos de la madre y del equipo de salud,
teniendo como reservorio el medio hospitalario (camas,
ropa, etc.), la piel de la areola mamaria y la nasofaringe En la adenitis o en la mastitis abscedada, las bacterias
del recién nacido. Se han encontrado otras bacterias tales penetran a la mama por vía canalicular y se multiplican en
como el Staphylococcus epídermides, considerado patóge- los conductos galactóforos en forma progresiva, formando
no para la mama, Escherícha coli, Klebsiela pneumoniae, pus, que por su densidad aumentada obstruye finalmente
Streptococcus pneumonías, Bacteroides fragllis y el Sfrep- estos conductos, produciendo el absceso al destruirse la
tococo grupo A (Hager, 2004). Este último puede producir pared de los éstos y desencadenando la invasión bacteria-
mastitis grave, de rápida instalación, con necrosis extensa na del intersticio. Las etapas serían las siguientes (Thom-
de la piel, que necesita casi siempre cirugía reparadora. Se sen y cois., 1984):
han visto casos de extensión del cuadro séptico local de
la mama a otras zonas del cuerpo, produciendo fasceítis • Estasis lácteo, con leucocitos < 106 y recuento bac-
necrotizante (FIGURAS 25-2 Y 2 5 - 3 ) . teriano < de 103 en la leche. Su pronóstico es bueno
y no necesita otra medida que respetar los horarios de
lactancia y un buen vaciamiento de la mama.

455
OBSTETRICIA

con buena iluminación, nos mostrará zonas en'tematosas


de aspecto circinado o como línea enrojecida irregular que
corresponde a los linfáticos inflamados. Como son lesiones
difíciles de encontrar, generalmente se cae en el error de
atribuir la fiebre a otras causas. En la mastitis abscedada,
el cuadro destaca fundamentalmente por dolor en foco e in-
duración de una zona de la mama, con aumento de tama-
ño de la mama completa y signos inflamatorios en la piel
circundante. Si el cuadro está muy avanzado puede haber
una zona fluctuante bajo la piel más inflamada y delgada.
Especialmente en mujeres con mamas de gran tamaño, la
ultrasonografía puede ser útil para diagnosticar abscesos
retromamarios. Puede además haber leucocitosis discreta.
La concentración del sodio en la leche aumenta de 5 a 6
FIGURA 25-3. Se ha caído y extirpado todo el esfacelo mmoles/L a 12 ó 20 (Michie y cois., 2003).
necrótico, la herida está limpia y apta para iniciar etapa
de cirugía reparadora.
Tratamiento
Lo más importante es la prevención (Peters & Flick,
• Inflamación: con leucocitos > de 106 y recuento de 1991). Este autor logró disminuir la incidencia de mastitis
bacterias < de 103. El pronóstico es bueno si se realiza del 2,9% al 0,65% con la sola medida de disponer de
un activo drenaje y masaje de la mama. solución desinfectante junto a la cama de la paciente para
que se lave las manos antes y después de atender a su hijo.
• Mastitis: leucocitos en la leche > de 106 y recuento El aseo y una buena higiene de la madre previo y después
de bacterias > de 103. Junto al masaje u ordeñe de la de alimentar al recién nacido es una pieza clave en la pre-
mama es necesario administrar antibióticos para evitar vención. Es también muy importante evitar el estasis lácteo
la formación de abscesos. tratando de que la mama se vacíe completamente después
de amamantar. Si el recién nacido se quedara dormido y no
Existen ciertos factores de riesgo que se dan en las ma- lo hiciere, vaciar la mama conservando la leche refrigera-
dres que desarrollan una mastitis puerperal. Los más cono- da o simplemente eliminarla si no existen las condiciones
cidos y en los cuales hay más consenso son: adecuadas.
• Historia de mastitis con un hijo anterior. Se ha demostrado que el masaje u ordeña de la mama
• Grietas en el pezón. son medidas valiosísimas para evitar el absceso (Bertrand
& Rosenblood, 1991). En pacientes con mastitis en etapa
• Uso de cremas antifúngicas o de otro tipo en el pezón, de adenitis con una buena educación por medio de en-
las que probablemente incuban o llevan bacterias de la fermeras entrenadas se ha obtenido una regresión de la
piel de la madre o de sus manos a esa zona. enfermedad hasta en el 99% de las pacientes.
• El bombeo de leche por medios manuales. En mastitis linfangítica:
• Fatiga, estrés o cansancio materno, lo que pudiera influir • No hospitalizar.
en una técnica defectuosa en la que el recién nacido
pudiera fraccionar y traumatizar más el pezón. • Cloxacilina 500 mg c/6 h oral durante 7 días o lincomi-
cina 30 a 50 mg/kg oral en 3 a 4 dosis por 7 días.
• Alimentación materna defectuosa, especialmente en
proteínas y antioxidantes. En mastitis abscedada:

Como factor protector se ha visto que hay menos mas- • Hospitalizar.


titis mientras menor es el número de mamadas en el día • Régimen cero.
(Kinlayy cois., 2001; Foxman y cois., 2002).
• Hidratación parenteral.

Diagnóstico • Drenaje quirúrgico. Ésta es una urgencia médica, lo que


significa que debe realizarse en cuanto ingrese la pa-
Es fundamentalmente clínico. En el caso de la mastitis ciente, debido al intenso dolor con que se presenta. Pue-
linfangítica, la madre experimenta fiebre alta con muy es- de existir duda clínica en cuanto a la existencia de un
casa sintomatología en la mama; un examen cuidadoso, absceso superficial y drenable o sospecha de un absce-

456
Capítulo 25 Puerperio

so retromamario. Éste último se caracteriza por intenso persistencia de la supuración por muchas semanas. En es-
dolor en una mama, sin hallazgos superficiales objetivos tos casos es aconsejable plantear el diagnóstico diferencial
a simple vista, pero con la mama afectada por el dolor con mastitis granulomatosa (Akcan y cois., 2006; Azlina y
mucho más grande que la contralateral. En todo caso, la cois., 2003). Ésta es una enfermedad que generalmente se
ecografía permite confirmar la existencia de colecciones da en la mujer joven, no lactante, pero también en la puér-
líquidas profundas. pera. El diagnóstico se hace sólo por punción y estudio his-
tológico (Hirata y cois., 2003; Tse y cois., 2003), en el cual
El drenaje se debe realizar siempre bajo anestesia ge- se demuestra intensa reacción inflamatoria tipo granuloma,
neral mediante una incisión de la piel en la zona más fluc- con infiltración de polimorfonucleares, linfocitos, monocitos
túa nte. Una vez drenado el pus hay que debridar la cavidad y células gigantes tipo cuerpo extraño o de Langhans e his-
con una pinza y detectar si hay más de una cavidad. Me- tiocitois, semejando una inflamación por cuerpo extraño o
diante una jeringa de 50 cm3 realizar lavado de la cavidad una tuberculosis. En algunos casos se han cultivado varias
con discreta presión con suero fisiológico, colocando un especies diferentes de Corynebacteríum (Paviour y cois.,
drenaje de látex (Penrose) hasta el día siguiente. La in- 2002; Taylory cois., 2003). El estudio histológico permite
cisión puede ser circular si es periareolar o radial si no lo descartar también otra patología, que aunque rara, puede
es. En abscesos múltiples se pueden realizar dos o más afectar a la madre, como es el carcinoma de la mama (Heer
incisiones, pudiendo comunicarse dos cavidades con un y cois., 2003), que en ocasiones se presenta en forma muy
drenaje común en "U". semejante a la mastitis granulomatosa, sin diferencia algu-
na en la mamografía ni en la ultrasonografía. El tratamiento
Junto con la decisión quirúrgica, iniciar antibióticos sólo
se basa en dosis moderadas de corticoides, con los cuales
en caso de fiebre o compromiso de los bordes como enro-
se han obtenido resultados variables, a veces con recurren-
jecimiento, induración y dolor:
cia del cuadro. También se ha usado metotrexato (Kim y
• Cloxacilina 500 mg c/6 h iv u oral por 7 a 10 días. cois., 2003), con el cual, la escasa experiencia que hay,
ha sido satisfactoria.
• Alternativas (Hager, 2004):
- Lincomicina 30 a 50 mg/kg al día en 3 a 4 dosis o: Mastitis por Candida. Se considera como diagnóstico
- Clindamicina 600 mg c/6 h iv u oral por 7 a 10 días diferencial debido a que puede simular una mastitis linfan-
gítica, pero con una mala respuesta al tratamiento. Es un
O:
enrojecimiento periareolar doloroso a veces con aftas que
- Ciprofloxacino 500 mg c/6 h por 7 a 10 días o se asocia a lesiones semejantes en la orofaringe del recién
- Ampicilina/sulbactam 4,5 a 6 g al día iv en 3 a 4 nacido. Se trata con fluconazol o nistatina, con buena res-
dosis por 7 a 10 días o: puesta (Chetwynd y cois., 2002).
- Amoxicilina 1,5 a 2 g + ac. clavulánico 0,375 a 0,5
g oral al día en 3 a 4 dosis. Septicotoxemia perfringens
Algunos autores aconsejan el uso de drenaje percutá- Es una infección aguda y grave causada por el Clostrídiium
neo con anestesia local previa visualización del o de los welchii o Bacillus perfrins, bacilo grampositivo esporulado,
abscesos mediante ultrasonido. Una vez drenado el pus se anaerobio, de la familia de los Clostridíum que puede com-
deja un catéter en cola de cerdo por el cual se realizan seis plicar un aborto séptico pero que también puede complicar
irrigaciones al día con solución fisiológica. Se ha visto que una sepsis puerperal. Su patogenia se desarrolla a través
este procedimiento no necesita uso de antibióticos sistémi- de poderosas exotoxinas que libera el germen desde el foco
cos y que tiene un éxito del 95%, sin recurrencias hasta inicial. Las toxinas (lecitinasa, colagenasa, hialurodinasa,
doce meses después (Karstrup y cois., 1993). ADNasa, toxina theta, hemolítica y necrotizante) actúan
sobre todos los parénquimas, produciendo hemolisis de
La lactancia no se debe suprimir, ya que se ha demostra- grado variable y otros síndromes graves, como coagulación
do que no produce enfermedad al recién nacido (Devereux, ¡ntravascular diseminada y shock.
1970), el cual se debe alimentar por la mama contralateral
y de la leche extraída de la mama abscedada. Clásicamente se reconocen tres etapas en la enferme-
dad: etapa hemolítica, etapa de insuficiencia renal aguda
y etapa de recuperación. Ésta última puede ser total o con
Diagnóstico diferencial secuelas renales.
A pesar del drenaje quirúrgico y el uso de antibióticos, De acuerdo con su gravedad se reconocen tres formas
en algunas madres la evolución del cuadro no es satisfac- clínicas: sobreaguda, aguda y leve. La forma sobreaguda
toria, produciéndose induraciones en la zona afectada de puede poner fin a la vida de la paciente en un plazo de
la mama, con escaso dolor y repercusión general, pero con horas.

457
OBSTETRICIA

El cuadro clínico debe sospecharse y el diagnóstico Las etapas iniciales de este síndrome cursan con alca-
plantearse al aparecer ictericia o hemoglobinuria en el cur- losis respiratoria, pero en el shock sostenido, la evolución
so de una sepsis puerperal. es hacia la insuficiencia respiratoria aguda producida por el
llamado distrés respiratorio del adulto, que se caracteriza
Son signos y síntomas habituales de la septicotoxemia a
por hipoxemia, trastornos V/Q y disminución de la disten-
perfringens: ictericia, hemoglobina, oliguria o anuria, mial-
sibilidad pulmonar.
gias generalizadas, hipertermia, compromiso grave de la
conciencia, shock, peritonitis, fenómenos hemorragíparos, En el shock séptico frecuentemente se encuentra un
disnea, cianosis distal con llene capilar perturbado. Habi- alargamiento del tiempo de protrombina y trombocitope-
tualmente, el útero se presenta como un foco séptico, con nia. En algunos casos se asiste al cuadro completo de
flujo pútrido, de consistencia disminuida o signos de gan- coagulación intravascular diseminada (trombocitopenia,
grena franca. alargamiento del TPA, hipofibrinogenemia, elevación de los
productos de degradación del fibrinógeno), con trastornos
El laboratorio muestra gran reacción leucocitaria (40 a
hemorrágicos como consecuencia.
100.000), anemia por hemolisis o hemorragia, hiperbili-
rrubinemia, alteración de la hemostasia por coagulopatía La función miocárdica se afecta, atribuyéndose esta
de consumo secundaria a coagulación intravascular dise- alteración a moléculas polipeptídicas que disminuyen la
minada o fibrinólisis (consultar Capítulo 28: Aborto). contractilidad del músculo cardíaco. Se observa dilatación
del corazón, caída de la fracción de eyección ventricular y
alteración de las propiedades diastólicas del músculo car-
Shock séptico díaco. El trastorno suele ser severo, pero reversible, si el
El shock séptico se define como un colapso circulatorio que tratamiento tiene éxito. Sin embargo, también se ha descri-
lleva a una condición de hipoperfusión tisular generalizada, to como causa en la evolución hacia el shock irreversible
desencadenado por un cuadro infeccioso focal. El agente (Cunnion y cois., 1986).
infectante puede ser una bacteria gramnegativa o positiva, El riñon también se afecta en el shock séptico, tanto
hongo, Rickettsia o virus, pero en el ámbito ginecoobsté- por efecto directo de las toxinas que lesionan las células
trico la causa más frecuente es la infección por gérmenes tubulares y aumentan la secreción de renina, modificando
gramnegativos, seguida por las infecciones por Clostrídium la hemodinamia renal, como por las alteraciones profun-
welchii, Staphylococcus y otros agentes grampositivos. das de la macrohemodinamia. Inicialmente puede verse
La fisiopatología del shock séptico se basa en la interac- poliuria con trastornos de la capacidad de concentración
ción del germen o sus productos con el sistema inmune del renal atribuible al aumento del flujo renal. Si las circunstan-
huésped (McCabe y cois., 1983). La endotoxina liposacá- cias adversas se mantienen, esta alteración funcional renal
rida de los gérmenes gramnegativos y otros productos bac- puede progresar a una necrosis tubular oligoanúhca, con
terianos son los responsables del shock, al inducir en las todo su cortejo de alteraciones metabólicas y ácido-básicas
células del huésped la producción y liberación de citocinas (Groeneveldycols., 1986).
(Jacobs & Tabor, 1988). Potentes mediadores vasoactivos Con alguna frecuencia se ven alteraciones hepáticas
son producidos por las cascadas bioquímicas gavilladas por de muy variada magnitud, que van desde hiperbilirrubi-
células circulantes o fijas del huésped, activadas directa- nemia hasta una insuficiencia hepática aguda grave que,
mente por la endotoxina o por las fracciones del sistema afortunadamente, se observa con poca frecuencia. Tanto
complemento (Robinson y cois., 1975). el compromiso renal como hepático severo señalan un
pronóstico muy grave en el shock séptico. Cuando a la
Cuadro clínico insuficiencia renal aguda se le agrega distrés respiratorio
y falla hepática, la mortalidad se acerca al 100% (Fowler
El shock séptico se caracteriza por hipotensión (presión y cois., 1985).
arterial media menor de 60 mmHg), trastornos sensoriales,
En los pacientes sépticos en la fase de shock hiperdi-
oliguria, polipnea y acidosis metabólica.
námico existe incremento del débito cardíaco y al mismo
Clásicamente se distinguen dos tipos: el caliente o hiper- tiempo incremento del transporte de 02. La utilización del
dinámico y el frío o hipodinámico, transformables uno en 02 en los tejidos está alterada y la extracción tisular del 02
otro según las medidas terapéuticas, la volemia efectiva o el es baja. Esto se refleja en una P02 alta a pesar de la hiper-
tiempo de evolución de la enfermedad (Siegelycols., 1986). lacticidemia, que refleja metabolismo anaeróbico.
El shock hiperdinámico corresponde a una variedad con
débito alto y resistencia vascular sistémica reducida, que Tratamiento
se contrapone al hipodinámico, en el que la relación en-
tre estas variables se invierte, y tiene un pronóstico más El shock séptico es una emergencia circulatoria y meta-
sombrío. bólica que debe enfrentarse sin demora. La corrección ur-

458
Capítulo 25

gente del descalabro hemodlnámico y respiratorio y el trata- Paralelamente al tratamiento de las condiciones gene-
miento de la Infección deben plantearse simultáneamente. rales de la paciente es fundamental el manejo del cuadro
Infeccioso, para lo cual son necesarias las siguientes me-
Es fundamental asegurar vías venosas centrales que
didas:
permitan un aporte de fluido eficaz y, paralelamente, la
medición de la presión venosa central, cuyos valores nor- • Tratamiento precoz del foco con antibióticos y tratamien-
males oscilan entre 5 y 12 cmH20. Es deseable, además, to quirúrgico o procedimientos de drenaje.
la medición directa de la presión arterial.
• Identificación del agente agresor, solicitando los cultivos
Cuando el aporte generoso de volumen intravenoso es adecuados previo al uso de antibióticos.
bien tolerado, sin alzas desproporcionadas de la PVC y con
• Seleccionar el o los fármacos Iniciales (tentativamente)
evidencias clínicas de mejoría del débito cardíaco, no es
de acuerdo con el sitio de la infección, sensibilidad pro-
necesario el monitoreo hemodinámico.
bable de los gérmenes según prevalencia institucional,
En este contexto es útil la prueba de sobrecarga, que antecedentes de alergia al medicamento, etcétera.
por medio de la PVC inicial analiza la respuesta circulato-
• Revisar el esquema según los resultados de sensibilidad
ria a un aporte de volumen en un tiempo determinado. Si
real.
la respuesta es pobre o si existen sospechas fundadas de
compromiso pulmonar (dlstrés respiratorio del adulto), o • Perseguir la ubicación de colecciones sépticas en los ca-
ventrlcular Izquierdo, el paso siguiente es la medición de sos de foco desconocido refractario al tratamiento, con
la presión pulmonar enclavada o presión capilar pulmonar los exámenes clínicos, bacteriológicos y por imágenes
(PCP) mediante catéteres flotantes de balón, que reflejan que sean necesarios.
adecuadamente la presión dlastólica final del ventrículo iz-
quierdo. La Insuficiencia respiratoria producida por la sepsis debe
tratarse agresivamente con oxigenoterapia, diuréticos y, en
La experiencia con mediciones de PCP en sepsis señala
los casos severos, monltoreo de presión enclavada pulmo-
que, en general, no hay ventajas en aumentar la precarga
nar. En estos casos se debe vigilar la infección pulmonar
ventricular sobre 15 mmHg. Incrementos mayores no me-
secundaria.
joran el débito y aumentan el riesgo de edema pulmonar.
SI la reposición de volumen no es suficiente, o se presenta El hipercatabolismo y el autocanlballsmo propio de la
una falla central, se requiere usar drogas inotróplcas y va- sepsis se agravan en el shock séptico. Una vez estabilizado
soconstrictoras. el transporte de 02, debe iniciarse la nutrición por vía ente-
ral, parenteral o mixta de acuerdo con la etapa del shock y
El fármaco más usado en el shock séptico es la dopa-
las condiciones particulares del caso. En principio, el apor-
mina. En dosis de hasta 5 gamma/kg/mln predomina el
te nutricional debe considerar un alto aporte de nitrógeno,
efecto vasodilatador sobre la circulación renal y el efecto
equivalente a 1,5 a 2,0 g/kg/día, una relación de calorías
(3 (inotrópico) en el miocardio. En dosis mayores a 10 ga-
no proteicas de 100 g/N, glucosa no mayor de 3 a 5 g/kg/
mma/kg/min es evidente su acción alfa vasoconstrictora.
día y grasas en cantidad variable para completar el aporte
La respuesta habitual es la mejoría en el débito cardíaco
calórico necesario.
y e) aumento de la resistencia sistemática total, sin que
se logren descensos significativos en la presión de llenado El tratamiento de la insuficiencia renal aguda requiere
ventrlcular izquierdo. Cuando se requiere bajar estos valo- de las medidas clásicas, considerando que la Inestabilidad
res, la dobutamina es la droga de alternativa eficaz (Parker hemodinámlca complica la realización de hemodlálisis.
y cois., 1984). Una técnica alternativa útil en el manejo de la hipervolemia
en estas situaciones es la ultrafiltración.
En situaciones de hipotensión con resistencia vascular
sistémica (RVS) muy disminuida, la norepinefrina ha re-
sultado una droga útil en dosis de hasta 0,30 mg/kg/min, Otras infecciones del puerperio
rescatándose pacientes consideradas Irrecuperables. La
eplnefrina se ha usado también en esas condiciones con Infección de la episotomía. La incidencia de esta
algún éxito (Desjars y cois., 1987). complicación es baja y oscila entre el 0,09% y el 0,5% de
los partos (Ledger y cois., 1976). El tratamiento es habi-
Algunos Informes señalan la utilidad de los digitálicos tualmente local, drenando y explorando la episiotomía. Las
en casos de shock séptico con función cardíaca muy dis- infecciones más severas requieren terapia antibiótica,
minuida y que no responden a la Infusión Intravenosa de
catecolaminas (Parker y cois., 1984). Infección urinaria. La incidencia de infección urina-
Según los principios habituales, la corrección del pH con ria en el posparto oscila entre el 3% y el 7% (Gruneberg
bicarbonato de Na es necesaria cuando su valor desciende y cois., 1969). Habitualmente, el primer día posparto el
17% de las puérperas tiene bacteriuria aslntomática, que
d e p H 7,25.

459
OBSTETRICIA

se resuelve en forma espontánea en el 75% de ellas (Novy, Las puérperas portadoras de enfermedades respirato-
1980). rias, especialmente obstructivas, tienden a agravarse en
el puerperio inmediato. Las cardiopatías también son de
Los factores predisponentes más importantes de infec-
alto riesgo en este período, en especial las reumáticas y
ción urinaria son el parto operatorio, desgarros del canal
dentro de éstas las portadoras de estenosis mitral. Los fac-
del parto, retención urinaria, cateterización vesical, trauma
tores de riesgo que pueden conducir a la paciente a una
vesical, trabajo de parto prolongado y anestesia de con-
insuficiencia cardíaca son los cambios hemodinámicos, las
ducción.
arritimias, la infección respiratoria alta y la anemia aguda
El agente causal en el 80% al 90% de los casos es (consultar Capítulo 51: Cardiopatía y embarazo).
£ cali. Sin embargo, en las mujeres con antecedentes de
También se agravan durante el puerperio la miastenía
infecciones urinarias a repetición, se puede encontrar Kle-
gravis, la sarcoidosis, la colitis ulcerosa y las enfermedades
bsiella, Enterobacter, Proteus y Pseudomonas aeruginosa.
del mesénquima.
La pielonefritis generalmente determina alrededor del
Merecen especial consideración dos entidades que com-
tercer o cuarto día posparto fiebre alta de 39°C a 40°C,
plican el puerperio y que pueden comprometer la vida de
acompañada de escalofríos y gran sensibilidad en el án-
la madre:
gulo costovertebral. Es común la tendencia al shock y la
respuesta lenta a los antibióticos, con un período febril pro- Miocardiopatía posparto es una enfermedad del mús-
longado. culo cardíaco de causa desconocida que se presenta clíni-
camente como insuficiencia cardíaca global. La mayoría de
El diagnóstico de infección urinaria en el puerperio debe
las pacientes inicia el cuadro dentro del mes siguiente al
confirmarse con urocultivo, recuento de colonias y antibio-
parto, pero puede presentarse hasta 3 a 5 meses después
grama.
del parto.
El tratamiento requiere el antibiótico adecuado según
La anatomía patológica muestra degeneración focal y
la sensibilidad del germen causal. En la infección urinaria
fibrosis de las fibras musculares, con trombosis mural pero
baja, la vía de administración es generalmente oral y se
sin enfermedad coronaria. La terapia está basada en el uso
prolonga por 7 a 10 días. En la pielonefritis aguda se debe
de digitálicos, en el tratamiento del edema pulmonar y en
iniciar terapia por vía intravenosa hasta dominar el cuadro
el uso de anticoagulantes.
febril y mantenerlo luego por vía oral hasta completar 10 a
14 días. Debe efectuarse urocultivo de control una semana Síndrome hemolítico-urémico posparto es la insuficien-
después del tratamiento y otro a la sexta semana posparto. cia renal debida a coagulopatía intravascular diseminada
asociada con anemia microangiopática. Generalmente es
Complicaciones psíquicas del puerperio. Durante precedido de un embarazo y parto normal y se manifiesta
el puerperio pueden ocurrir importantes cambios psíqui- clínicamente entre la primera y décima semana del puer-
cos como consecuencia de la interacción entre la madre, el perio. El pronóstico es reservado y habitualmente requiere
niño y el padre. Es común observar sentimientos ambiva- hemodiálisis.
lentes de temor, confusión y un cierto resentimiento por la
alteración que esto supone en las relaciones con el esposo.
Complicaciones quirúrgicas
Esto puede conducir a un cuadro de depresión puerperal
profundo. Los problemas quirúrgicos puerperales son en general, los
Aun cuando no se conoce la manera de prevenir este derivados del parto: dehiscencias y rotura uterina, desga-
desorden psíquico, el médico y el personal paramédico de- rros, inversión uterina, lesión del tracto urinario. Se puede
ben estar atentos a fin de sospecharlo en forma precoz. presentar también apendicitis y colecistitis aguda, ruptura
Una vez diagnosticado, el manejo y seguimiento correspon- esplénica, etcétera.
den al psiquiatra con el apoyo del obstetra y la matrona o El abdomen agudo quirúrgico es peligroso en el puerpe-
enfermera matrona. Este cuadro tiende a recurrir en el 25% rio debido a que tanto la sintomatología como el examen
en los partos siguientes (Boemh, 1982) (consultar Capítulo físico se ven distorsionados por los cambios /oca/es causa-
56: Enfermedades psiquiátricas y embarazo). dos por el embarazo y el parto, determinando en algunas
ocasiones ausencia de los signos semiológicos clásicos que
Complicaciones médicas sugieren irritación peritoneal.

Las pacientes con antecedentes de enfermedades médicas


que complican el embarazo requieren especial atención du-
rante el puerperio.

460
Complicaciones anestésicas Infección de herida operatoria
en cesárea (infección del sitio
Con el uso cada vez más frecuente de las anestesias de
conducción (peridural) y el uso restringido de la anestesia quirúrgico)
general durante el parto, las complicaciones anestésicas y
posanestésicas son cada día menos frecuentes. Etiopatogenia
La cefalea posraquídea, que se observa hasta en el Se considera que una herida está infectada cuando hay
10% de las anestesias espinales, también se ha reducido salida de pus por algún punto de ella. La contaminación
significativamente con el uso cada vez mayor de la aneste- bacteriana que ocurre en su superficie al final de la cirugía
sia peridural. Este cuadro se manifiesta por cefalea intensa es el punto de partida del proceso. Los microorganismos
de predominio frontal, con irradiación a la región tempo- provienen frecuentemente de la propia paciente, ocasional-
ral y occipital, de comienzo habitualmente al segundo día mente del equipo quirúrgico y excepcionalmente del instru-
posparto. El dolor se exacerba con la incorporación de la mental o materiales empleados.
paciente y puede llegar a ser invalidante. Si éste es mo- En el caso de las infecciones obstétricas, las bacterias
derado habitualmente cede en 1 a 3 días y se alivia con
provienen fundamentalmente de la flora vaginal de la pa-
analgésicos e hidratación abundante. Si es intenso o no ciente, que asciende por vía canalicular, especialmente si
cede, se puede recurrirá la infiltración del espacio peridural el cuello se encuentra abierto como consecuencia de un
con soluciones hipertónicas o sangre fresca de la misma trabajo de parto previo (Martens y cois., 1995; Sherman
paciente. y cois., 1999). En infecciones de la episiotomía la conta-
En un pequeño porcentaje de pacientes la cefalea se minación es directa, sin embargo, se infectan muy ocasio-
acompaña de signos de irritación meníngea debido a meni- nalmente en comparación con la cesárea o la histerectomía
gitis química aséptica. La punción lumbar muestra un leve (Eschenbach, 1998).
aumento de la presión del LCR, con aumento de las pro- Prácticamente todas las heridas tienen presencia bac-
teínas y glóbulos blancos, pero sin presencia de bacterias teriana en su superficie al inicio del cierre, pero el que se
(consultar Capítulo 26: Anestesia en obstetricia). infecten algunas y otras no depende de varios factores (FI-
GURA 25-4):

Dosis o tamaño del inoculo x Virulencia


RIESGO DE INFECCIÓN
Inmunidad

Dosis o tamaño del


Virulencia
inoculo bacteriano

INFECCIÓN

Manejo preoperatorio Técnica operatoria

Inmunidad

FIGURA 25-4. Factores que influyen en la probabilidad de que una herida se infecte.

461
• De un desbalance a favor de la inmunidad del huésped riana proveniente de la piel de la paciente o del equipo de
cuya consecuencia es una herida sana y una cicatriz salud (Emmons y cois., 1988).
firme (Collier, 2004).
• De un número de bacterias mayor de 1 millón por gramo Diagnóstico
de tejido o en caso de ser menor a este valor crítico, de
una gran virulencia (Mertz & Ovington, 1993). La infección de la herida operatoria se expresa desde la
salida de pus por algún punto de la herida hasta un extenso
• De condiciones locales en el huésped que pueden ser
compromiso inflamatorio de sus bordes.
modificadas en el preoperatorio, como por ejemplo una
vaginosis, con una gran población bacteriana vaginal, La fiebre es un signo que acompaña casi siempre a una
una piel mal aseada o contaminada con patógenos in- herida infectada y que en ocasiones se hace presente antes
trahospitalarios multirresistentes. Otras condiciones lo- de que se observen signos evidentes como enrojecimiento
cales no modificables como la presencia de meconio o e induración de los bordes.
una infección ovular no diagnosticada.
La evolución del síntoma dolor es un elemento impor-
• De condiciones generales en el huésped, como obesi- tante en el diagnóstico precoz de infección, puesto que pre-
dad, anemia u otras patologías asociadas que producen cede a los signos locales de infección. Una vez terminada
un estado de baja inmunidad. la intervención y sin mediar efecto anestésico, la paciente
experimenta normalmente un dolor de intensidad variable
• De condiciones que se dan en la misma cirugía y que
en la herida que se hace máximo entre las 24 y 48 horas
competen al cirujano, como una mala técnica, mucha
y luego va descendiendo progresivamente hasta ser míni-
atrición o desgarro de tejidos, exceso de uso de elec-
mo a los siete días. Si la herida ha iniciado un proceso de
trocoagulador o de materiales de sutura multifibrilares,
infección, la paciente comenzará a experimentar dolor local
etcétera.
después de haber estado con un mínimo de dolor (éste es
un elemento importante para el diagnóstico).
Si finalmente las bacterias terminan por desarrollarse, lo
primero que producen es frenar la cicatrización, inhibien- Junto con el dolor local, sea punzante o urente, apa-
do este complejo mecanismo por medio de los múltiples rece enrojecimiento, edema y al comprimir los bordes de
productos enzimáticos de los leucocitos en respuesta a los la herida operatoria se puede obtener pus en una cuantía
antígenos bacterianos. La ausencia de actividad fibroblásti- variable. Otras veces, sin haber riesgos locales evidentes de
ca adecuada altera la adherencia de ambas superficies de infección, al comprimir la herida se obtiene material sero-
la herida operatoria, lo que resulta en una acumulación de hemático abundante y al retirar uno o más puntos observa-
sangre que no coagula, cuyo resultado final es la dehiscen- mos que la herida tiene una dehiscencia parcial o total; se
cia de la herida, ya sea parcial o total. trata del seroma.
La mayor parte de las veces esta dehiscencia compro-
mete piel y celular, denominándose infección o dehiscen- Tratamiento
cia superficial. Si se compromete la aponeurosis y el pe-
ritoneo, se trata de una infección o dehiscencia profunda Mientras más precoz es el diagnóstico, menor es la
(Eschenbach, 1998). Si hay salida de asas intestinales se probabilidad de una dehiscencia completa y la necesidad
considera una evisceración, situación considerada una ur- de resutura. Si llegamos a la etapa de enrojecimiento de
gencia y que necesita cirugía de inmediato. Otras veces se los bordes y sensibilidad en algunas zonas de la herida,
interpone epiplón entre las asas intestinales y el exterior; la paciente se puede tratar en forma ambulatoria e indi-
en ese caso se denomina evisceración cubierta, la que no car antibióticos en dosis bajas por un corto período (3 a 5
necesita cirugía inmediata, pero que generalmente termina días), utilizando cloramfenicol 500 mg c/6 horas vía oral
en una hernia incisional. o amoxicilina 500 mg c/8 horas vía oral. Cualquiera que
sea la longitud afectada, la dehiscencia superficial no es
En lo referente a la infección de herida poscesárea o
indicación de hospitalización; basta con duchas de agua
episiotomías, se agregan otros factores de riesgo: cesárea
potable con chorro directo en la herida coincidiendo con el
de urgencia, tiempo de trabajo de parto, número de tactos
cotidiano, luego secar y colocar una gasa estéril sobre ella.
vaginales, tiempo operatorio, rotura de membranas, pre-
La hospitalización de una puérpera con herida infectada
sencia de meconio o infección ovular.
es un grave problema para la paciente y todo el entorno
La flora microbiana encontrada en heridas de cesáreas familiar. Si hay mucho dolor, ella se ve impedida además
e infecciones de heridas de cirugías ginecológicas es muy de poder atender al recién nacido.
semejante a la flora microbiana vaginal.
Se debe hospitalizar a la madre en caso de fiebre, ede-
El hallazgo de Staphylococcus aureus en una herida ma, enrojecimiento o sensibilidad en los bordes de la he-
infectada tiene más relación con una contaminación bacte- rida, sobre todo si hay hiperestesia cutánea. También en

462
Capítulo 2 5 Puerperio

casos en que no habiendo fiebre o dolor intenso, la herida • Uso de larvas de Lucilía ser/caía en la superficie de la
está dehiscente en más del 30% de su longitud y todo el herida. Actúan mediante licuefacción del tejido necróti-
espesor del tejido celular. co, tienen efecto bactericida, aceleran la regeneración
de los tejidos y se alimentan de las bacterias y detritus
Una vez hospitalizada, se procede a debridar la herida,
celulares. Se supone también que pueden producir sus-
retirando los puntos en la medida que se vayan encontran-
tancias semejantes a los antibióticos. Están indicadas en
do zonas dehiscentes, respetando los puentes de cicatri-
heridas muy contaminadas o infectadas con cepas resis-
zación siempre y cuando no exista espacio con contenido
tentes a los antibióticos (Hinterwimmer y cois., 2001;
purulento bajo ellos.
Thomas, 1999; Krajacic, 1998).
Técnicas de curación de heridas supuradas. No se
Momento de la resutura. Debe realizarse cuando la
ha descubierto aún la técnica más adecuada ni la sustancia
superficie de los bordes esté limpia de fibrino pus en el
química o el elemento óptimo en cuanto a reducir el nú-
80% al 90% como mínimo y cuando la superficie de los
mero de curaciones ni en cuanto a disminuir el tiempo de
bordes adquiere un color rojo-violáceo con aspecto brillante
regeneración de los tejidos ni el tiempo de hospitalización.
homogéneo. La resutura se hace seccionando y eliminando
La revisión de la literatura de los últimos once años nos
por lo menos 2 a 3 mm de piel y tejido celular hasta el
muestra que son las técnicas múltiples y elementos usados
límite con la aponeurosis.
con diferentes y contradictorios resultados:
Normalmente, una herida está en condiciones para la
• El uso de miel no refinada sin diluir es un excelente me-
resutura en un plazo que oscila entre 5 a 10 días. También
dio antibacteriano, incluso para hongos, con poco efecto
existe la alternativa de resutura precoz de la herida usando
sobre Pseudomonas, algunos Clostridium y estreptoco-
antibióticos por 24 horas una vez debridada la herida, resu-
cos. No se ha estudiado su efecto en la epitelización y
turando sin importar la cantidad de fibrino pus observada
la multiplicación de fibroblastos; aplicada en heridas in-
y manteniendo los antibióticos durante las 24 horas poste-
fectadas poscesáreas, afrontando luego los bordes, éstas
riores a la resutura. Tiene un éxito de alrededor del 90% y
no llegan ni siquiera a necesitar resutura, cicatrizando a
logra disminuir en forma importante el costo de hospitaliza-
los quince días aproximadamente (Efem, 1992; Phua-
ción (Ramín & Ramus, 1992; Silva, 1999).
pradit & Saropala, 1992; Vardi y cois., 1998).
• Existen en el comercio apositos de aplicación local que Antibióticos. Los antibióticos pueden ser usados en
tienen como fin disminuir la humedad local absorbien- caso de fiebre o signos de compromiso de los bordes de la
do o evaporando agua y promoviendo la cicatrización herida: engrasamiento, induración, enrojecimiento y dolor
y la oxigenación de la herida. A algunos se les agrega importante. Se puede usar alguno de estos esquemas:
antisépticos como clorhexidina, povidona y otros. Aun-
• Cloramfenicol, 500 mg c/6 horas oral + gentamicina 3
que pueden tener efecto citotóxico local (Kjolseth y cois.,
a 5 mg/kg im en una dosis diaria por 3 a 5 días.
1994; Cooper, 2004), son efectivos en disminuir la car-
ga bacteriana de la herida. • Clindamicina 600 mg cada 8 horas oral + gentamicina
3 a 5 mg/kg im en una dosis diaria durante 3 a 5 días.
• Las gasas mojadas con suero fisiológico isotónico actúan
como una maquinaria osmótica: el agua de su superficie • Metronidazol 500 mg c/6 horas oral + ciprofloxacino
se evapora, aumenta la tonicidad en la gasa, esto atrae 500 mg c/12 horas oral durante 3 a 5 días.
el agua del exudado de la herida, vuelve a su tonicidad
normal, hay evaporación y se sigue el ciclo. Además, al En heridas con cultivo positivo a Staphylococcus aureus
retirarlas arrastran el tejido desvitalizado y la malla de resistente a meticilina u otros microorganismos multirre-
fibrino pus. Deben cambiarse por lo menos dos veces al sistentes, sin compromiso sistémico (fiebre, sepsis), no se
día (Mulder, 1995; Lim y cois., 2000). aconseja usar antibióticos, ya que no está claro su poder
patógeno y su verdadero papel en la persistencia de la in-
• El uso mantenido de antibióticos y antisépticos locales
fección en la herida; basta con curaciones con los medios
en las curaciones sólo produce selección de cepas mul-
ya descritos (Collier, 2004).
tirresistentes; por esta razón, se deben usar por 24 a 48
horas como máximo.
Medidas generales de prevención
• En heridas muy exudativas, el lavado con agua de la
llave a presión normal tiene un efecto reductor de la de infección de heridas
población bacteriana mayor que el uso de suero fisioló-
El costo en días de hospitalización y calidad de vida para
gico, sin que exista riesgo de bacteremia (Weller, 1991;
la paciente cuando tiene una infección de herida operatoria
Moscati y cois., 1998; Tabor y cois., 1998; Pronchik y
es muy importante, ya que significa prolongar su estadía
cois., 1999).

463
¡ntrahospitalaria en 7 a 10 días como promedio y mucho a la cirugía no es necesario usar antisépticos, sino que
más si se complica de una fasceítis necrotizante. basta con usar agua potable, siendo el arrastre el efecto
más importante a conseguir. No es posible eliminar bac-
Prevenir las infecciones de heridas operatorias es una
terias que están en el endocérvix (Eschenbach, 1998).
tarea de todo el equipo de salud, el cual debe mantener
No está claro si hay ventajas con el uso de povidona
una conducta siempre activa para que dichas medidas lo-
yodada, pese a que mantiene su efecto en reducir las
gren las metas deseadas o las superen en cuanto a índices
bacterias en la vagina hasta los 30 a 120 minutos de
se refiere. El índice más importante que indica si se está
aplicada, pero después, la cantidad de bacterias vuelve
realizando una vigilancia adecuada y el cumplimiento de
a su nivel habitual. La povidona gel mantiene su acción
las normas es la tasa de infecciones en heridas limpias y,
protectora más prolongada, hasta 2l/2 a 3 horas desde el
en segundo lugar, la tasa en heridas limpias contaminadas.
momento de ser aplicada (Monif y cois., 1980; Hemsel,
Las medidas de prevención de las infecciones de heridas 1991; Easonycols., 1997). No existe contraindicación
operatorias se pueden clasificar en tres niveles: paciente, en la embarazada para hacer aseptización, ni siquiera
cirujano y pabellón. con membranas rotas.
• Tratamiento de la vaginosis. La presencia de vaginosis
Medidas de prevención preoperatorias tiene alta relación con infecciones postoperatorias en las
a nivel del paciente que se tiene acceso a la vagina. Su diagnóstico es fácil
y su tratamiento también. Basta con la aplicación de
• Procurar un buen estado nutricional e inmunología) óvulos de metronidazol de 500 mg al día durante 3 a 5
previo a la cirugía. días o clindamicina vaginal 100 mg diarios por el mis-
mo período.
• Prevenir y tratar la obesidad. La obesa mórbida, que
sobrepasa los 40 kg/m2 tiene una tasa de infección de • Antibióticos profilácticos. Hay indicación de profilaxis
herida de entre el 26% y el 30%, esto es, cuatro ve- antibiótica cuando el riesgo de infección para una ciru-
ces más que la mujer de peso normal (Joshua y cois., gía determinada y en un centro determinado sobrepasa
2001; Malone & Weiss, 2001). Este riesgo se debe a el 5% (Duff & Jamie, 2003). La operación cesárea de
un mayor tiempo operatorio, a la poca vascularización urgencia está entre sus indicaciones, dado que la fre-
del celular y a la formación de espacios muertos con cuencia de infección de herida oscila alrededor de esa
colección de sangre o suero, medio favorable para el cifra. En la cesárea electiva su indicación es discutible
desarrollo de bacterias. Sobre 5 cm de grosor del paní- (Chelmow y cois., 2001). Es muy importante saber ele-
culo adiposo aumenta en forma significativa el riesgo de gir en cada centro hospitalario el antibiótico a usar en
infección de la herida (Naumann y cois., 1995; Soper y la profilaxis y controlarlo periódicamente en cuanto a
cois., 1995; Myles y cois., 2002). Además, cuando se eficiencia (Classen y cois. 1992; Jakobi y cois., 1994;
realizan incisiones abdominales bajas y transversas, el Duff y cois., 1997; Kukatsu y cois., 1997; Newton &
pliegue de grasa y piel que queda sobre la herida se ma- Wallace, 1998; Ledger, 1999).
cera y en él se pueden desarrollar bacterias patógenas y
Entre los antibióticos ensayados en profilaxis los que
Candida albicans.
han demostrado mayor efectividad han sido: cefazoli-
• Tratar la anemia severa. na, ampicilina, cefotetán y piperazilina, logrando reducir
la morbilidad infecciosa 2 a 40 veces (Hemsel, 1991;
• Estadía hospitalaria previa lo más breve posible. Des-
Ehrenkranz y cois., 1990; Faro y cois., 1990; Phelan
graciadamente, en la paciente obstétrica con patología
& Pruyn, 1979). La cefazolina destaca por su amplio
asociada al embarazo, la cesárea electiva se realiza es-
espectro, su vida media más prolongada y porque habi-
tando ya varios días hospitalizada.
tualmente no se usa clínicamente como arma terapéuti-
• Preparación de la piel. Debe incluir baño con jabón co- ca.
mún el mismo día de la intervención, cambio de ropa
limpia y luego asear la pared abdominal con clorhexidi-
na al 0,5% en alcohol etílico al 70% o povidona yodada
Medidas de prevención a nivel
al 10% (Davies y cois., 1978), colocando un aposito de cirujano o de la técnica
estéril en la zona donde se realizará la incisión. La tri-
Material de sutura. El material de sutura puede in-
cotomía debe realizarse con tijeras limpias en la zona
fluir en el desarrollo de una infección de herida. Desde un
donde irá la incisión y no más allá de dos horas previas
punto de vista de prevención de infecciones se deberán
a la cirugía (Eschenbach, 1998). El rasurado está ac-
elegir aquellos de menor diámetro posible conservando su
tualmente contraindicado.
resistencia, especialmente monofilamentos y evitando los
• Aseptización vaginal. Disminuir la cantidad de bacterias multifibrilares, dado que permiten la permanencia de bac-
en la vagina siempre es beneficioso. Si se realiza previo terias entre sus fibras, espacios donde no pueden llegar

464
Capítulo 25 Puerperio

monolitos o macrófagos. Se deberá reducir el número de bilidad de infección (Thach y cois., 2000; Vermillion y
nudos dependiendo de su grado de deslizamiento y de las cois., 2000), el cierre de éste para que no queden espacios
características físicas dadas por el proveedor y elegir aqué- muertos implica usar material de sutura, el que a su vez
llos que produzcan una menor respuesta inflamatoria (Silva constituye riesgo de infección (Silva & Pierotic, 1993b).
& Pierotic, 1993a).

Drenajes. Deben ser tubulares y en circuito cerrado


Medidas de prevención a nivel
(Eschenbach, 1998). El uso de drenajes conectados a pre- de pabellón
sión negativa en el celular de pacientes obesas mórbidas
Las normas de manejo de un pabellón quirúrgico son
tiene más ventajas que el cierre del celular (Gallup & No-
importantes en la prevención de infecciones. En las líneas
lan, 1996). No usar drenajes abiertos tipo Penrose.
siguientes se enumeran las normas de prevención de in-
fecciones de heridas operatorias del Ministerio de Salud de
Tiempo operatorio. En una cesárea, un tiempo ope-
Chile separadas según el grado de comprobación que se
ratorio bajo 15 minutos y sobre 55 aumenta el riesgo de
tiene respecto a su eficacia (Varios, 1993).
infección (Silva, 1997b).
Medidas de comprobada eficacia:
Evitar exceso de sangrado. Produce hipoxia tisular
• El lavado de manos es muy importante, puesto que el
por anemia e hipovolemia, se asocia a mayor tiempo ope-
25% al 50% de los guantes tiene pequeñas perforacio-
ratorio, mayor atrición o daño tisular en los intentos de
nes, de manera que sí la piel de las manos del ciruja-
realizar hemostasia, a pérdida de proteínas plasmáticas y
no tiene baja concentración de bacterias disminuirá el
de elementos importantes de la inmunidad celular y hu-
riesgo de infección. La duración del lavado debe ser de
moral. entre 3 a 5 minutos para una primera intervención y de
2 minutos para las siguientes; prolongar este tiempo no
Electrobisturí o bisturí frío. No hay diferencia en reduce la tasa de infecciones. Se debe usar clorhexidina
cuanto a incidencia de infección de herida operatoria si al 2% o povidona al 10%.
se realiza la laparotomía con electrocoagulador o bisturí
frío (Franchi y cois., 2001), pero no debe abusarse del • Cuidar y mantener la técnica aséptica en todos los pro-
primero, porque produce demasiada necrosis, facilitando cedimientos durante la intervención.
la proliferación de microorganismos que se desarrollan en
• Uso de mascarillas de alta eficacia, una por cada inter-
ese medio. La toma del tejido sangrante debe ser fina para
vención.
evitar quemar el tejido sano que hay en la periferia del vaso
sangrante. • Uso de ropa quirúrgica impermeable.
• Evitar turbulencias de aire en el pabellón durante la in-
Evitar la atrición innecesaria de tejidos. Se logra
tervención (entrada y salida de personal durante la in-
realizando los nudos sin emplear demasiada fuerza, espe-
tervención, puertas abiertas o que se abran y cierren con
cialmente en tejidos que no contribuyen a la resistencia de
frecuencia).
la pared abdominal como lo es el músculo.
• Vigilancia epidemiológica por tipo de herida con retroali-
Disminuir los tactos vaginales. Se ha demostrado mentación de los resultados al equipo quirúrgico (Evald-
que con más de cinco tactos vaginales aumenta el riesgo de son, 1992).
infección poscesárea (Silva, 1997b; Mylesy cois., 2002).
• Lavado y restregado de la herida luego de suturar apo-
Después de un tacto vaginal el recuento de bacterias endo-
neurosis, sobre todo si el lavado es con agua a pre-
cervicales aumenta al doble, independientemente de que
sión (Morse y cois., 1998; Cervantes-Sánchez y cois.,
exista o no rotura prematura de membranas (Imseis y cois.,
2000).
1999). En pacientes con RPO, con dos tactos vaginales
se acorta en dos horas el período de latencia sin aumento • Mantener una adecuada temperatura corporal, la cual
de la incidencia de infección de herida (Alexander y cois., puede bajar por sólo efecto de los anestésicos emplea-
2000). dos o por inadecuadas condiciones del pabellón (Sessler
& Akca, 2004).
Hipotermia tanto en el intra como en el posopera- Medidas de eficacia no comprobadas:
torio. La vasoconstricción de la piel reduce su oxigenación
y disminuye la acción de los neutrófilos a nivel local (Es- • Uso de flujo laminar.
chenbach, 1998). • Uso de doble guante.

Cierre de celular. Es un tema controvertido. Si bien • Uso de cubiertas plásticas transparentes, estériles y ad-
es cierto un celular mayor de 5 cm tiene mayor proba- hesivas a la piel en el campo operatorio.

465
• Aseptización vaginal con povidona yodada (Virgil y cois., Fasceítis necrotizante
2001).
Es una inflamación y necrosis rápidamente progresiva de
Medidas comprobadamente infectivas: piel y tejido subcutáneo (fascia superficial y profunda).
• Uso de botas de género o desechables. Por ser un órgano muy bien irrigado, el músculo puede no
afectarse o ser el último en hacerlo. No hay compromiso
• Cepillado de uñas; sólo se debe usar frote de las ma- de vasos mayores. Al examen histológico hay intensa in-
nos con el antiséptico para lavado de manos, cuidando filtración leucocitaria, necrosis facial (celular subcutáneo)
de asear los espacios interdigitales. Si hubiera suciedad y microtrombosis (Adelson y cois., 1991) (FIGURAS 25-5
bajo las uñas, extraerla con algún objeto de punta agu- Y 25-6).
zada y completar el lavado (Loeb y cois., 1997).
Su agente etiológico más importante es el Streptoco-
• Cultivos rutinarios de portadores o de superficies de pa- ccus grupo A. Infecciones menos severas pueden ser pro-
bellón. vocadas por Streptococcus beta hemolíticos del grupo C
• Uso de pabellón exclusivo para cirugías contaminadas: y G que cursan sin bacteremia y la infección permanece
el antiguo "pabellón séptico". más localizada (Seal, 2001). Generalmente existe asocia-
ción con Staphylococcus aureus, enterobacterias (Escheri-
• Procedimientos diferentes de limpieza y desinfección de chia cotí, Proteus, Pseudomonas aeruginosa) y anaerobios
pabellón en casos de cirugía "contaminada" y "no con- (Peptococcus, Peptostreptococcus, Bacteroides fragilis,
taminada". Bacteroides melanmogenlcus, Clostridium, etc.). Es una
• Extensión del uso de antimicrobíanos con fines de profi- enfermedad de etiología polimicrobiana con un mecanismo
laxis por períodos mayores que la intervención quirúrgi- de sinergia bacteriana. Esto significa que los anaerobios
ca y período postoperatorio inmediato. se potencian con el consumo de oxígeno por los aerobios.
Son especialmente susceptibles las pacientes con diabetes
• Cambio de ropa quirúrgica después de salir de un pabe- mellitus, obesidad, hipertensión u otras enfermedades que
llón séptico. disminuyen la inmunidad.

Estas medidas son aplicables solamente a cirugías co- En la etiopatogenia de esta enfermedad juegan un papel
rrientes, con heridas limpias, contaminadas o sucias. Exis- importante las endotoxinas bacterianas, que son un com-
ten cirugías como los trasplantes de corazón o implantes plejo de polisacáridos y mucopéptidos asociadas a varias
de marcapasos o prótesis que se consideran ultralimpias, enzimas y exotoxinas que producen la destrucción tisulan
en las cuales se toman medidas extremas de asepsia que hialuronidas y colagenasas. Las colagenasas producen des-
exceden el objetivo de este capítulo. trucción del colágeno, que constituye parte importante de
las barreras mecánicas fundamentales destinadas a impe-
Manejo habitual de una herida quirúrgica recien- dir la invasión microbiana más profunda (Krepel y cois.,
te no infectada: 1991). Como consecuencia de esto las bacterias invaden
rápidamente los tejidos y los órganos adyacentes. Junto
• Retirar el aposito a las 24 horas, dejar la herida expues- con esto se produce microtrombosis vascular, isquemia y
ta al aire o con un aposito delgado que permita la evapo- necrosis, cambio del potencial redox e invasión por bacte-
ración de la transpiración, sobre todo cuando la herida rias anaeróbicas, lo que aumenta el daño tisular; la trombo-
está en un pliegue, como es el caso del Pfannestiel en sis de la microcirculación agrega la dificultad de la llegada
pacientes obesas. La humedad es siempre un elemen- de antibióticos al foco séptico.
to nocivo. Hasta la fecha son muchos los argumentos
en contra de sellar una herida quirúrgica (Meylan & En ginecología y obstetricia, la enfermedad tiene como
Tschantz, 2001). No se deben usar parches impermea- punto de partida cualquier herida operatoria de pared ab-
bles que sellan la herida e impiden la evaporación del dominal: cesáreas, intervenciones ginecológicas, episioto-
agua producida (Dabi y cois., 1994). mías, abscesos de la glándula de Bartolino, abscesos de la
vulva, abscesos de la mama, etcétera.
• Observar y preguntar por el síntoma dolor. Una herida
que va a evolucionar bien tiene una curva de dolor en
el tiempo que va disminuyendo hasta llegar a cero más Diagnóstico
o menos a los siete días. Si la paciente acusa dolor más
En etapas iniciales, la fasceítís necrotizante se puede
intenso después de haber tenido poco o menos dolor,
presentar inmediatamente después de una cesárea o de un
éste puede ser un síntoma previo a una infección de
parto o en forma más tardía, cuando la paciente ya ha sido
herida operatoria y debe ser vigilado en las horas o días
siguientes. dada de alta, debutando con una infección de herida ope-
ratoria previa que no tiene un curso normal. Aparece fiebre
y en vez de ir retrocediendo el dolor en la herida operato-

466
Capítulo 25 Puerperio

FIGURA 25-5. Fasceítis de una herida poscesárea en eta- FIGURA 25-6. La misma paciente con una fasceítis de
pa de necrosis. Observar el halo de enrojecimiento de la pierna por diseminación hematógena. Fue necesaria
alrededor. amputación.

ría, se va incrementando progresivamente. En ocasiones herida, sobre todo en la etapa reparativa, que suele ser
aparecen en la piel bulas con líquido serohemático turbio. prolongada.
También puede haber crepitación por enfisema del tejido
celular. El gas de esa zona está constituido por hidrógeno,
nitrógeno, óxido nitroso y ácido sulfhídrico y es producido Manejo
por la Escheríchia coli, el Streptococcus microaerofílo y los
Bacteroides (Adelson y cois., 1991). Por la alta tasa de mortalidad (30% al 70%) y de com-
plicaciones, lo más importante es el diagnóstico precoz y
No siempre se presenta salida de pus por la herida e para ello se debe tener siempre en mente esta eventualidad
incluso puede haber escasa secreción serohemática, lo que cuando se examina por primera vez una herida operatoria
de ninguna manera descarta el diagnóstico. Luego, la su- infectada. Es la única manera de prevenir el desastre. El
perficie de la piel se torna hipoestésica, adquiriendo un destape precoz de una herida operatoria, a las 24 horas,
color oscuro, violáceo. En este momento el estado general permite observar cambios iniciales que pueden hacer sos-
se compromete, pudiendo agregarse shock séptico, el cual pechar una fasceítis necrotizante. Toda herida quirúrgica
una vez instalado puede ser irreversible. se debe destapar al día siguiente y dejar expuesta al aire
La tomografía computarizada y la resonancia magnética o en contacto con la ropa interior de la paciente. Con esta
conducta no existe riesgo de infección puesto que a las seis
pueden ser útiles en el diagnóstico, ya que muestran los lí-
horas de cerrada la incisión se forma una costra impermea-
mites de la lesión permitiendo determinar más exactamente
ble a las bacterias del exterior.
la extensión de la zona afectada y guiando al cirujano en la
decisión de la cuantía de tejido a extirpar. Se debe hospitalizar o mantener hospitalizada toda
El cultivo poco aporta al diagnóstico, ya que su resul- paciente con herida operatoria infectada que presente una
evolución no habitual, con intenso dolor y compromiso de
tado es muy tardío. El diagnóstico clínico es fundamental
y el tiempo en que se tomen las decisiones es aún más pared. Es conveniente dibujar con bolígrafo la zona de la
piel comprometida y compararla en las horas siguientes
importante.
para observar si el proceso va extendiéndose. Si las condi-
ciones generales de la paciente se van agravando y el com-
Laboratorio promiso de los tejidos aumenta, se debe decidir la cirugía.

En la fasceítis necrotizante es habitual encontrar leu- Se recomienda régimen cero, puesto que en cualquier
cocitosis importante con desviación izquierda; alteración momento se puede requerir la cirugía.
enzimática hepática leve; elevación del nitrógeno ureico y Balance hídrico. Hidratación parenteral, con solución
presencia de gas en el tejido celular, diagnosticado con ra- glucosaza y electrólitos. Agregar potasio en caso de haber
diología o ecotomografía con transductor de alta frecuencia. buena diuresis. Se debe vigilar la concentración plasmáti-
En etapas posteriores se agrega hipoalbuminemia, pro- ca de este catión, ya que existe tendencia a aumentar su
ducto del abundante exudado al producirse pérdida impor- pérdida dada la intensa liberación desde las células por
tante de suero y proteínas a través de la superficie de la necrosis. Cuando la pérdida a través de la zona cruenta

467
OBSTETRICIA

es importante y se asocia a hipoalbuminemia, también se Akcan A, Akyildiz H, Deneme MA, Akgun H, Aritas Y. Granulomatous
debe administrar plasma. lobular mastitis: A complex diagnostic and therapeutic problem.
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domized clinical trial of extended spectrum antibiotic prophylaxis
micina más ceftriaxona 1 g/día; o
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- metronidazol 1 g iv c/8 horas más ceftriaxona 1 g rean delivery endometritis. Obstet Gynecol 2003; 101:1183-
c/12 horas iv durante dos días para seguir con 1 g 89.
diario. Andrews WW, Shan SR, Goldenberg RL, Ciiver SP, Hauth JC, Cassell
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Junto con los antibióticos se puede administrar heparina nization of the chorioamnion by Ureaplasma urealyticum. Obstet
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trayendo todo el material necrótico posible, hasta llegar a
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tejido que se encuentre vital, es decir, que sangre. Si la
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zona comprometida es muy extensa, se pueden realizar in- 1996; 63:457-59.
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cubriéndola con un aposito delgado. En lo posible, no dejar Bergstrom S, Libombo A. Low birthweight and postpartum endome-
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473
Anestesia en obstetricia

HJ. Lacassie I H.R Lacassie

:
La anestesiología obstétrica ha evolucionado reactivamente cuerpo y cuello uterino se inicia en el plexo uterino, de
a los avances tecnológicos, al conocimiento científico y a la ahí pasa al plexo hipogástrico, integrándose finalmente a
humanización de la medicina. Actualmente la opinión de la médula espinal a nivel de TÍO, Til, T12 y Ll (FIGURA
las pacientes es muy importante en la toma de decisiones, 26-1).
por lo que ha sido necesario proporcionarles una atención
La inervación sensitiva de la parte alta de la vagina se
más integral, pues la anestesiología tiene un rol muy im-
dirige, pasando por el plexo hipogástrico, a los segmentos
portante en el manejo perioperatorio.
medulares sacros S2, S3 y S4. La parte baja de la vagina,
El tratamiento del dolor durante el trabajo de parto y el la vulva y el periné son inervados por el nervio pudendo,
parto constituye uno de los avances más importantes de la que finalmente se integra en estos mismos segmentos sa-
obstetricia moderna. Sin embargo, la anestesia obstétrica cros (Bonica & McDonald, 1995) (FIGURA 26-1). Por lo
es un procedimiento no exento de riesgos, que dependen tanto, es factible suprimir el dolor del trabajo de parto blo-
de la idoneidad del anestesiólogo, de la oportunidad de su queando los segmentos TÍO, Til, TI2 y Ll. La anestesia
administración, de los agentes anestésicos utilizados y de la del periné y del canal del parto se obtiene bloqueando las
patología materno-fetal, entre otros factores. Durante el em- raíces S2, S3 y S4 (TABLA 26-1). A medida que avanza el
barazo la paciente obstétrica presenta cambios fisiológicos trabajo de parto en cuanto a dilatación cervical y altura de
que la hacen más susceptible a potenciales intervenciones, la presentación, el dolor se va modificando en intensidad,
por lo que se ha postulado que su condición basal, a pesar tipo y ubicación (TABLA 26-2, FIGURA 26-2 Y 26-3). Es
de ser normal, no necesariamente es la de una paciente por eso que los requerimientos anestésicos van variando a
sana sin patología. Así, según la Sociedad Americana de lo largo de su evolución (Viscomi y cois., 1996; Capogna
Anestesiólogos (ASA) (Saklad, 1941), la clasificación del y cois., 1998).
estado físico de una paciente cursando un embarazo fisio-
lógico no será ASA I, sino ASA II o más específicamente,
ASA I-G, como han sugerido recientemente Barbeito y cola- Anestésicos locales
boradores, quienes han propuesto una nueva clasificación
El objetivo de la anestesia local y regional es obtener un
de riesgo para la paciente gestante, usando el modificador
buen bloqueo nervioso con el mínimo costo biológico para
"G" (de gestación) en la clasificación ASA de riesgo periope-
las funciones normales del organismo. El anestésico local
ratorio, lo que reduciría la inconsistencia en la clasificación
ideal en obstetricia debe producir bajas o nulas concentra-
de este grupo de pacientes (Barbeito y cois., 2006).
ciones sanguíneas maternas y fetales, no debe ser neuro-
La anestesia obstétrica actúa simultáneamente sobre la tóxico y no debe interferir en la fisiología del parto.
madre y el feto, y no debe interferir con la contracción del
músculo uterino, con el pujo materno, ni con la perfusión
de la unidad fetoplacentaria.
Clasificación
De acuerdo con su duración, los anestésicos locales se
Vías de inervación del aparato genital clasifican en agentes de corta duración (cloroprocaína), de
duración intermedia (lidocaína) y de duración prolongada
La inervación motora del cuerpo uterino se origina en las (bupivacaína, levobupivacaína, ropivacaína). Según su es-
raíces nerviosas de T5 a TÍO. La inervación sensitiva del tructura química se clasifican en anestésicos locales de tipo

474
Capítulo 26 Anestesia en obstetricia

NP

FIGURA 26-1. Descripción esquemática de las vías noci- FIGURA 26-2. Dolor visceral (figura superior) y somáti-
ceptivas durante el trabajo de parto y parto. El cuerpo y co (figura inferior) de las distintas etapas del trabajo de
el cuello uterino están inervados por vías aferentes que parto. El círculo representa la zona con mayor dolor y su
van desde el útero a la médula espinal por el plexo hipo- integración a nivel radicular.
gástrico inferior (PHI), por el nervio hipogástrico (NH),
por el plexo hipogástrico superior (PHS) y que entran a
la médula por las raíces TÍO, Til, T12 y Ll. Las fibras
que inervan vagina, vulva y periné ascienden por el ner-
vio pudendo (NP) e ingresan a la médula por las raíces
S2, S3 y S4.

TABLA 26-1. Inervación del aparato genital femenino

Inervación Raíces
Útero Cuerpo Motora T5 - TÍO
Sensitiva TÍO Ll
Cuello Sensitiva TÍO Ll
Vagina Sensitiva S2 S4
Vulva y periné Sensitiva S2 S4

aminoésteres (cocaína, cloroprocaína) o de tipo aminoami- y cois., 2003) y motora (Lacassie y cois., 2002; Lacassie
das (lidocaína, bupivacaína, levo-bupivacaína, ropivacaína) & Columb, 2003), al ser administrados por vía epidural en
(TABLA 26-3). También pueden clasificarse en términos de trabajo de parto es: bupivacaína - levobupivacaína - ropi-
potencia sensitiva y motora. Así, de los anestésicos más uti- vacaína (Lacassie y cois., 2007). Lo anterior es igualmente
lizados en anestesia obstétrica, la jerarquía de mayor a me- cierto para el comportamiento sensitivo y motor por vía ¡n-
nor potencia sensitiva (Capogna y cois., 1999; Benhamou tratecal (Camorcia y cois., 2005; Camorcia y cois., 2007).

475
OBSTETRICIA

TABLA 26-2. Comparación entre dolor somático y visceral durante el trabajo de parto

Dolor somático Dolor visceral


Ubicación 1ra etapa Sacro bajo* y muslos Abdomen (T L ), dorso bajo y ano
Ubicación 2da y 3ra etapa Sacro, vagina, vulva y periné (S .) Lumbar bajo y sacro (estructuras pelvianas)
Irradiación Dermatomas perineales Viscerotoma (dolor referido)
Carácter Punzante y definido Vago, cólico
Temporalidad Constante Periódico
Síntomas asociados Náuseas Náuseas, vómitos, sensación de enfermedad

: La distribución cutánea de las raíces T10-L1 es a nivel sacro, lo que explica la percepción de dolor a este nivel (Blumberg, 2000).

Leve Moderado Intenso

FIGURA 26-3. Distribución e intensidad del dolor según la etapa del trabajo de parto.
TABLA 26-3. Clasificación de los anestésicos locales

Anestésico Duración Estructura química


Cocaína Corta Aminoéster
Procaína Corta Aminoéster
Cloroprocaína Corta Aminoéster
Lidocaína Intermedia Aminoamida
Mepivacaína Intermedia Aminoamida
Prilocaína Intermedia Aminoamida
Dibucaína Intermedia Aminoamida
Bupivacaína Larga Aminoamida
L-Bupivacaína Larga Aminoamida
Ropivacaína Larga Aminoamida
Tetracaína Larga Aminoéster
Etidocaína Larga Aminoéster

Los anestésicos locales aminoamidas tienen en su nombre (antes de la palabra "caína"


una letra "i" (en negrita), que los identifica en este grupo.

Características biofísicas La constante de difusión se relaciona con el peso mo-


lecular de la sustancia, con la configuración espacial de la
El grupo áster realiza su biotransformaclón por hidrólisis molécula, con el grado de ionización y con la liposolubili-
plasmática. Este enlace resiste mal las altas temperaturas, dad. Estos dos últimos factores son los más importantes
perdiéndose la potencia del agente anestésico cuando es en la transferencia placentaria de las drogas y anestésicos.
sometido a la acción del autoclave. Por su parte, el grupo Las drogas no ionizadas se transfieren más fácilmente que
amida se metaboliza fundamentalmente en el hígado. Esta las ionizadas (Miller, 1994). Sin embargo, las drogas lipo-
molécula hace más estable a este grupo de anestésicos, solubles pasan más rápidamente que las no liposolubles,
pudiendo ser sometido a ebullición o a esterilización en aunque éstas estén pobremente ionizadas. Existe gran si-
autoclave sin que pierda su efectividad. militud entre la barrera encefálica y la placentaria (Shnider
Con respecto a sus propiedades anestésicas dependien- & Levinson, 1993).
tes únicamente de la droga, la efectividad o potencia de un Los anestésicos locales cruzan la placenta (Ralston y
anestésico local depende del grado de solubilidad lipídica, cois., 1974; Mirkin, 1975), siendo el grado de esta trans-
mientras que la duración de su acción depende del grado ferencia variable para los diversos anestésicos de acuerdo
de unión a proteínas plasmáticas. La latencia dependerá con las condiciones señaladas. Se ha demostrado pasa-
del grado de ionización de la molécula, factor que está ín- je placentario para la mayoría de las drogas utilizadas en
timamente relacionado con el pK de la droga (De Jong, anestesia.
1994). Esto significa que si se mantienen todos los facto-
res iguales, aquel anestésico local que tenga el menor pK,
tendrá la mayor fracción de droga no ionizada, lo que favo- Anestesia regional
recerá el traspaso por las membranas lipídicas neuronales
El empleo de este tipo de anestesia en obstetricia permite,
y por lo tanto el inicio de acción será más rápido (menor
además de evitar el dolor durante el trabajo de parto y el
latencia). período expulsivo, tener a la madre despierta y colabora-
dora, lo que ayuda a lograr un apego precoz con el recién
Transferencia placentaria nacido, a disminuir el riesgo de vómito y aspiración ma-
terna y a evitar la depresión respiratoria del recién nacido
El grado de difusión de las drogas y sustancias a tra- por el uso de opiáceos administrados por vía sistémica a
vés de la placenta está limitado por factores fisicoquímicos la madre. Además, esta técnica analgésica ha demostrado
acordes con la ley de difusión de Fick y depende de la di- una clara superioridad en términos de satisfacción materna
ferencia de concentración de la sustancia en ambos lados al ser comparada con técnicas analgésicas sistémicas (Hal-
de la membrana, del área de difusión y del grosor de la pern y cois., 2004).
membrana.

477
OBSTETRICIA

El feto puede ser influido por la anestesia regional a tra- La técnica de la analgesia epidural se ha descrito en
vés del paso directo del anestésico por la placenta y/o por detalle (Bromage, 1978; Bonica & McDonald, 1995). Con-
las alteraciones hemodinámicas que la anestesia pueda siste básicamente en depositar un anestésico en el espa-
producir en la madre producto del bloqueo simpático (vaso- cio epidural, cavidad virtual que puede ser modificada por
dilatación y disminución del retorno venoso, que producirán condiciones como el embarazo. Durante éste se produce
un descenso de la presión arterial). Sin embargo, la utiliza- ingurgitación de los plexos venosos vertebrales, además de
ción de técnicas modernas de analgesia para el trabajo de un aumento del tejido adiposo epidural, con la consiguien-
parto hace que estos efectos colaterales sean infrecuentes. te disminución del espacio epidural. Esto favorece que los
requerimientos anestésicos de las embarazadas estén dis-
Existen múltiples alternativas analgésicas para el traba-
minuidos con respecto a la población no gestante. En con-
jo de parto (período de dilatación), especialmente para la
diciones normales, el espacio epidural de mayor amplitud
primera etapa y en particular para la fase latente. Sin em-
se encuentra a nivel del segundo espacio lumbar, y mide
bargo, existe consenso en que la analgesia neuroaxial es la
de 5 a 6 mm entre el ligamento amarillo y la duramadre,
mejor alternativa.
sin embargo, esta distancia puede variar según las carac-
terísticas físicas de la paciente (en particular del índice de
Analgesia epidural masa corporal) y según su etnia; las mujeres afroameri-
canas tienen la mayor distancia desde la piel al espacio
Los términos epidural, extradural y peridural son sinóni-
epidural, mientras que las asiáticas, la menor (D'Alonzo y
mos y se usan indistintamente.
cois., 2008).
El espacio epidural, región que contiene tejido adiposo,
La referencia anatómica más frecuentemente empleada
vasos sanguíneos (plexo venoso de Battson) y linfáticos,
para ubicar el sitio de punción es la línea de Tuffier o Jaco-
está ubicado entre las paredes óseas del canal espinal y el
by, que es la línea recta que une los puntos más altos de
saco dural. En el sentido cráneo-caudal, sus límites son el
ambas crestas ilíacas (Kim y cois., 2003) y que habitual-
foramen magno a cefálico y el hiato sacro a caudal (FIGU-
mente corresponde al interespacio L4-L5 (FIGURA 26-5).
RA 26-4).
Es recomendable realizar la punción a nivel de L1-L2 o
L2-L3, ya que permite obtener un bloqueo analgésico más
rápido que cuando se hace más caudal (Bouguet y cois.,
1991). Guzmán y colaboradores evidenciaron un efecto si-
milar, esta vez en pacientes en trabajo de parto inicial, don-
de determinaron que los requerimientos anestésicos eran
menores al puncionar a nivel L1-L2 o L2-L3 que a nivel
L3-L4 (Guzmán y cois., 2002).
El momento en que se debe iniciar la analgesia epidural
en una paciente en trabajo de parto está determinado por
el dolor y no por la dilatación cervical, tal como ha sido
reconocido por el Colegio Americano de Obstetricia y Gi-
necología en su boletín sobre analgesia y la incidencia de
operación cesárea (ACOG, 2006). La analgesia neuroaxial
que se utiliza actualmente se basa en la administración de
las mínimas dosis de droga necesarias para proveer analge-
sia sin comprometer la capacidad motora de las pacientes,
lo que incluso les permite deambular durante su trabajo de
parto (VaNejo y cois., 2001).
Se ha demostrado que la analgesia epidural disminuye
los niveles plasmáticos de norepinefrina, mejora el flujo
uterino (Shnider y cois., 1979) y del espacio intervello-
so, en especial en pacientes portadoras de un síndrome
hipertensivo del embarazo (Hollinen y cois., 1982; Alahu-
hta y cois., 1991). Mejora además la satisfacción de las
pacientes al compararla con otras técnicas analgésicas
(Halpern y cois., 2004; Wong y cois., 2005). No prolon-
ga, sino que incluso puede acortar la duración del trabajo
de parto (Tsen y cois., 1999; Wong y cois., 2005; Ohel
FIGURA 26-4. Extensión del espacio epidural desde el fo-
y cois., 2006). No aumenta la frecuencia de posiciones
ramen magno al hiato sacro.

478
espacio epidural que favorece el paso de los anestésicos al
espacio subaracnoídeo; la compresión del saco dural, que
disminuye a su vez la cantidad de líquido cefalorraquídeo
disponible para la dilución de los anestésicos, mejora el
rendimiento de éstos; la disminución del tamaño de los
forámenes laterales, por congestión venosa y aumento del
tejido adiposo epidural, impide el escape del anestésico por
los sitios de salida de las raíces nerviosas, lo que favorece
la difusión de los anestésicos hacia el espacio subaracnoí-
deo en las raíces nerviosas emergentes (Hogan, 2002; Ta-
kiguchi y cois., 2006);

Cambios hormonales. El aumento de los niveles de


progesterona determina que las fibras nerviosas sean más
sensibles a los anestésicos locales (Abouleish, 1986; Datta
y cois., 1986; Popitz-Bergez y cois., 1997) y a los anesté-
sicos inhalatorios. Además, dos sistemas analgésicos opioi-
des menores (delta y kappa), que están latentes, se activan
durante el embarazo y responden a las endorfinas dinor-
fina y encefalina. Estos sistemas interactúan sinérgica-
mente con las vías noradrenérgicas al estimular receptores
espinales alfa-2, amplificando la respuesta antinocicepti-
va (Gintzler, 1980; Giamberardino, 2000). Lo anterior ha
sido comprobado al administrar antagonistas de opioides
sistémicos o intratecales, los que han abolido el efecto an-
tinociceptivo del embarazo. Esto apoya el rol dominante
del sistema de opioides endógeno, que muy probablemente
FIGURA 26-5. Corte coronal de la columna vertebral y está modulado por los esferoides sexuales (Dawson-Basoa
corte sagital del cuerpo que muestra la relación entre & Gintzler, 1993; Jayaram & Carp, 1993; Medina y cois.,
los espacios intervertebrales y los puntos de reparo en 1993; Dawson-Basoa & Gintzler, 1998). Por otra parte, la
el cuerpo. La línea que pasa por el interespacio L4-L5 alcalosis respiratoria fisiológica del embarazo favorece el
corresponde a la línea de Tufiier. CI: Cresta ilíaca. aumento de la fracción no ionizada de los anestésicos loca-
les (Sosis & Bodner, 1983; Bonica & McDonald, 1995), lo
que disminuye su latencia.

anormales de la cabeza fetal, no afecta el flujo sanguíneo


a nivel del cordón umbilical (Marquette y cois., 1994) y Técnica epidural
favorece un resultado neonatal superior al de pacientes
Para practicar una analgesia epidural se coloca a la
sometidas a analgesia sistémica con opioides (Halpern y
paciente en decúbito lateral en posición fetal (flexión de
cois., 2004). La evidencia recopilada es categórica en se-
piernas y cabeza sobre el tronco), se ubica el interespacio
ñalar que no aumenta la incidencia de operación cesárea
lumbar a puncionar y se hace una pápula en la piel con un
en pacientes con trabajo de parto espontáneo o inducido
anestésico local. Luego se introduce lentamente una aguja
con oxitócicos (Chestnut y cois., 1994a; Chestnut y cois.,
(trocar) epidural de Tuohy o similar #16-18, atravesando
1994b). El feto también se beneficia al evitar la depresión
secuencialmente: piel, tejido celular subcutáneo, ligamento
provocada por el uso de opioides, barbitúricos o anestési-
supraespinoso, ligamento interespinoso y ligamento amari-
cos generales y por la facilitación del período expulsivo al
llo (FIGURA 26-6). Durante esta maniobra es preciso tra-
tener un periné relajado e indoloro.
tar de pesquisar constantemente la pérdida de resistencia
Los requerimientos anestésicos de las embarazadas son que ocurre al llegar al espacio epidural. Una vez detectado,
menores que los de las mujeres no embarazadas debido a: el trocar queda fijo por el ligamento interespinoso y el li-
gamento amarillo (signo de Cabrera o de la flecha). Luego
Cambios anatómicos. La disminución relativa del es- se coloca un catéter en el espacio epidural, introducién-
pacio epidural que se produce por la ingurgitación de los dolo 4 a 6 cm para sucesivas inyecciones de la solución
plexos venosos epidurales, por la compresión del útero grá- analgésica (D'Angelo y cois., 1996). En este momento se
vido sobre la vena cava inferior (Takiguchi y cois., 2006) y recomienda administrar una dosis de prueba, que debe
por el aumento de la cantidad de tejido adiposo epidural, contener 15 ¡-ig de epinefrina y 45 mg de lidocaína para
determinan un aumento de la presión relativa dentro del provocar una taquicardia o anestesia raquídea en caso de

479
OBSTETRICIA

1 2 3

FIGURA 26-6. Izquierda: corte sagital de la columna vertebral a nivel de los cuerpos vertebrales de L2 y L3. 1. Piel;
2. Tejido celular subcutáneo; 3. Ligamento supraespinoso; 4. Apófisis espinosa; 5. Ligamento interespinoso; 6. Liga-
mento amarillo; 7. Saco dura! en el canal medular; 8. Cuerpo vertebral; 9. Disco intervertrebral.
Derecha: corte transversal a nivel de L2. 1. Duramadre-aracnoides; 2. Médula espinal; 3. Espacio epidural; 4. Ligamento
amarillo; 5. Apófisis espinosa; 6. Ligamento interespinoso; 7. Ligamento supraespinoso.

inyección intravascular o intratecal, respectivamente (Moo- 3. La tercera alternativa es administrar una dosis intrate-
re & Batra, 1981). Finalmente, se introduce lentamente la cal por la aguja epidural para luego retirar la aguja y
solución analgésica en dosis fraccionadas, evaluando pe- efectuar una nueva punción epidural, teniendo las mis-
riódicamente el comportamiento clínico de la paciente. Las mas precauciones que en la alternativa anterior. En esta
dosis sugeridas se pueden ver en la TABLA 26-4. forma se aprovecha la punción accidental para admi-
nistrar una dosis analgésica efectiva por vía intratecal,
Al efectuar una punción epidural se puede perforar ac-
seguida de una analgesia epidural continua, similar a la
cidentalmente la duramadre-aracnoides, lo cual da salida a
técnica combinada espinal-epidural.
líquido cefalorraquídeo (LCR). En esta circunstancia existen
tres alternativas:
Cabe señalar que la paciente tiene alto riesgo de desa-
1. Efectuar una analgesia subaracnoidea continua, in- rrollar una cefalea pospunción de duramadre-aracnoides,
troduciendo un catéter en el espacio subaracnoídeo. por lo que el incidente debe quedar claramente documen-
Es muy importante rotularlo adecuadamente para evi- tado en la ficha clínica.
tar accidentes, en especial sobredosificación. Es reco-
La analgesia caudal es una anestesia epidural practi-
mendable dejar el catéter por 24 horas, ya que puede
cada por el hiato sacro. La consideramos una alternativa
disminuir el riesgo de cefalea pospunción de durama-
para el período expulsivo cuando no es posible efectuar
dre-aracnoides (Ayad y cois., 2003).
una analgesia epidural lumbar. No está indicada durante el
2. Retirar el trocar hasta el espacio epidural y colocar un período de dilatación, porque se bloquean temprana e in-
catéter epidural en este espacio. Inyectar una dosis de necesariamente las raíces sacras. Con esta técnica se usan
prueba por el catéter, para luego inyectar la solución volúmenes grandes de anestésicos locales, con todos los
analgésica en forma fraccionada, controlando el blo- problemas que esto conlleva, además de que se dificulta
queo sensitivo y motor. Si éste es adecuado, continuar el manejo de enfermería del catéter epidural dada la zona
manejando la analgesia epidural como si no se hubiese donde se realiza el bloqueo.
perforado la duramadre-aracnoides.

480
TABLA 26-4. Dosis sugeridas para Sas diferentes dilataciones cervicales durante el trabajo de parto

Dosis epidural inicial (volumen total: 20 mL)


Bupi o L-Bupi o Ropi (mg) Fenta o Suf (p,g) Epi (Mg)
0
1 a4 10 12,5 15 50 a 100 10 a 20 10 a 20
4a8 12,5 15 20 50 a 100 10 a 20 10 a 20
>8 15 a 20 17,5 a 25 25 a 30 50 a 100 10 a 20 10 a 20

Dosis intratecal inicial (analgesia combinada espinal/epidural)


Bupi o L-Bupi o Ropi (mg) Fenta o Suf (,ug)
0
< 4 cmo - 20 a 25 5
< 4 cm 1 1 a 1,25 1,5 10 a 20 5
> 4 cm 2,5 3,75 4a 5 20 5

Top up epidural (refuerzo) (volumen total: 10-15 mL)


Bupi o L-Bupi o Ropio Lido (mg) Fenta o Suf (/*) Epi (Mg)
0
2a6 10 12,5 15 60 20 5 10
6a8 12,5 15 17,5 80 20 5 10 a 20
>8 15 a 20 17,5 a 25 25 a 30 100 20 5 20

Bupi: bupivacaína; L-Bupi: levobupivacaína; Ropi: ropivacaína; Fenta: fentanyl; Suf: sufentanil; Epi: epinefrina; 0: dilata-
ción cervical. Dosis en miligramos (mg) o microgramos (/^g) según corresponda.

Anestesia subaracnoidea Se puede practicar una analgesia subaracnoidea en el


contexto de una técnica combinada espinal-epidural (ver
También se la denomina anestesia espinal o raquídea. Se técnica en anestesia combinada espinal-epidural para ope-
emplea desde 1898 y consiste en depositar anestésicos ración cesárea). Al usar cantidades pequeñas de anestésicos
en el espacio subaracnoídeo. Se han descrito múltiples se logra un bloqueo sensitivo con escaso bloqueo motor, lo
factores que determinan la altura que alcanza el bloqueo que permite que la madre pueda pujar y cooperar en el pe-
(Greene, 1985); los más importantes son la masa de dro- ríodo expulsivo, algo similar a lo buscado con la técnica epi-
ga, la baricidad de la solución anestésica, la posición de dural. Las dosis sugeridas se presentan en la TABLA 26-4.
la paciente y la cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR)
Al colocar a la paciente en decúbito dorsal después de
en el cual se está depositando el anestésico (Carpenter y
la anestesia es preciso desplazar el útero hacia la izquierda
cois., 1998).
para evitar la compresión de la vena cava inferior. Este des-
En obstetricia, las circunstancias en que más frecuente- plazamiento del útero se puede lograr colocando un cojín
mente se usa esta técnica es en la anestesia para la ope- bajo la cadera derecha de la madre o inclinando la mesa
ración cesárea. En el período expulsivo del parto se puede operatoria 10 a 15 grados hacia al lado izquierdo.
usar la técnica en silla de montar (saddle block), que es
Son ventajas de la anestesia subaracnoidea la simplici-
una anestesia espinal que bloquea selectivamente las raí-
dad de su técnica, la baja incidencia de fracasos, su exce-
ces sacras al emplear anestésicos hiperbáricos (mayor bari-
lente acción anestésica, su corto período de latencia y su
cidad que el LCR) y dejar a la paciente en posición sentada
bajo costo. Son desventajas el riesgo de hipotensión arterial
durante cinco minutos.
y la posible cefalea pospunción de duramadre-aracnoides.

481
OBSTETRICIA

Consideramos contraindicaciones de la anestesia raquí- con un anestésico local (FIGURA 26-8). Es una excelente
dea el rechazo de la técnica por la paciente, la infección del anestesia para el período expulsivo, pues permite atender
sitio de punción, las enfermedades neurológicas en evolu- un parto normal, realizar una episiotomía en forma indolora
ción y la falta de entrenamiento del operador. e incluso utilizar un fórceps. No produce alteraciones de
la dinámica uterina ni de la musculatura abdominal. Se
describen como complicaciones la inyección ¡ntravascular
Anestesia pudenda o intraglútea del anestésico, la punción de la cabeza fetal,
El bloqueo de los nervios pudendos es una buena anestesia la producción de hematomas, la punción del recto y del
para el canal del parto, lo que la hace muy deseable para el nervio ciático. Esta técnica es de fácil ejecución, por lo que
período expulsivo, ya que la inervación de la vagina, vulva es recomendable su uso en aquellos lugares en que no se
y periné está dada por estos nervios. disponga de un anestesiólogo.

Existen dos vías de acceso para el bloqueo pudendo,


la transvaginal y la transperineal. Habitualmente se usa Anestesia paracervical
la primera, pero cuando la cabeza fetal está ocupando la
La anestesia paracervical bloquea los plexos nerviosos pa-
vagina se debe recurrir a la transperineal. El punto de blo-
rauterinos (plexo hipogástrico inferior; FIGURA 26-1), su-
queo del nervio se encuentra a nivel de las espinas ciáti-
primiendo la sensibilidad del cuerpo y cuello uterino. Por
cas, detrás del ligamento sacroespinoso. Cuando se usa
esta razón se ha usado como anestesia para el período
la vía transvaginal, se debe conducir una aguja larga con
de dilatación. La técnica consiste en depositar el agente
dos dedos a través de un tacto vaginal para identificar las
anestésico en los fondos de saco vaginales. Se avanza la
espinas, que se tocan con la aguja y en su superficie an-
punta de la aguja 1 a 2 cm en los puntos horarios 3 a 5 y
teromedial se avanza 1 a 2 cm atravesando el ligamento
7 a 9 del fondo de saco vaginal. El alivio del dolor durante
sacroespinoso (Bonica & McDonald, 1995). Debe aspirar-
el trabajo de parto es bastante eficiente, aunque de corta
se y luego, si no fluye sangre, inyectar la solución anesté-
duración (Goins, 1992) (FIGURA 26-9). El principal pro-
sica. Posteriormente se repite el procedimiento al otro lado,
blema de esta técnica es la producción de bradicardia fetal,
cambiando la mano que hace el tacto vaginal (FIGURA
26-7). la que no tiene relación con la contracción uterina ni con la
posición de la paciente (Espinoza y cois., 1969); aparece
Al usar la vía transperineal se debe colocar a la paciente dos a diez minutos después de ejecutada y puede durar
en posición ginecológica, con las piernas en hiperflexión hasta treinta minutos (Ralston & Shnider, 1978). Esta bra-
para hacer más prominentes las espinas (Klink, 1953). En dicardia se produce por el paso de la solución anestésica
este caso el dedo guía va por vía rectal. La aguja se inserta al feto (Bonica & McDonald, 1995). Actualmente es una
por vía transperineal, realizándose las mismas maniobras anestesia poco usada en obstetricia y ha sido reemplazada
descritas para la vía transvaginal, previa pápula en la piel por otras técnicas más seguras.

FIGURA 26-7. Esquema del abordaje transvaginal del bloqueo de nervio pudendo. Izquierda: vista inferior de la pelvis
que muestra la aguja pasando por la vagina y avanzando hasta atravesar el ligamento sacroespinoso a la altura de su
inserción con la espina ciática. Derecha: vista superior de la pelvis.

482
FIGURA 26-9. Técnica de bloqueo paracervical. Izquier-
da: corte coronal de la vagina y parte inferior del útero
que muestra la forma de inserción de la aguja a través de
la vagina. Derecha: corte transversal del cuello uterino
FIGURA 26-8. Esquema del abordaje traiisperineal del y los puntos donde se debe puncionar y administrar el
bloqueo pudendo. anestésico.

Anestesia infiltrativa local


La anestesia infiltrativa es, probablemente, la más usada
en muchos centros obstétricos. Es la más simple de to-
das las técnicas y es la que tiene menor morbilidad, sin
embargo, es muy limitada en su acción. Consiste en la in-
filtración de una solución anestésica en la dermis y en el
tejido subcutáneo para bloquear las aferencias sensitivas.
Se efectúa infiltrando la solución anestésica a lo largo del
periné, en el sitio en que se va a efectuar la episiotomía
(FIGURA 26-10). Para aumentar el rango de seguridad de
la técnica debe emplearse una solución anestésica diluida.
Se usa lidocaína al 0,5% ó 1% con un volumen de 10 a 40
ml_. Estos volúmenes y concentraciones están por debajo
de los niveles tóxicos sistémicos descritos para la lidocaína
(7 mg-kg-1).

Analgesia y resultado obstétrico FIGURA 26-10. Esquema de la zona perineal que mues-
tra la técnica de infiltración. Las líneas continuas des-
La evolución del trabajo de parto puede ser alterada por criben la distribución de las fibras nerviosas del lado
múltiples factores, entre los cuales se encuentra la anal- derecho. Las líneas punteadas muestran la forma de ad-
gesia neuroaxial (epidural o subaracnoidea). Si se consi- ministración del anestésico en forma de abanico en el
dera este factor desde el punto de vista histórico, cuando lado izquierdo.
se analizan estudios centinela se observa que en aquellos
centros donde históricamente los partos eran atendidos sin
analgesia o sólo con analgesia intravenosa, una vez que se 1999). Analizando el problema en otro sentido, en los
incorporó la analgesia neuroaxial para el trabajo de parto EE.UU. se demostró que luego de que los seguros de salud
no hubo modificación en la incidencia de partos asistidos dejaron de cubrir los honorarios anestesiológicos obstétri-
con fórceps o cesárea (Lyon y cois., 1997; Yancey y cois., cos (con lo que disminuyó la cobertura analgésica para el

483
OBSTETRICIA

parto del 71% al 27%), la incidencia de operación cesá- analgesia epidural, como ha señalado Chestnut al comentar
rea se mantuvo estable (Johnson & Rosenfeld, 1995). Esto el problema metodológico que Implica hacer estudios re-
sugiere que, bajo la perspectiva histórica, la intervención trospectivos y que demuestran una relación entre analgesia
anestesiológica no afectaría la incidencia de instrumenta- neuroaxial y partos instrumentales (Chestnut, 1997).
lización del parto.
Existe debate respecto de la dilatación cervical en la cual
A medida que se han ¡do reduciendo las dosis de drogas se debiera instaurar la analgesia neuroaxial. Chestnut y co-
gracias a la asociación de diferentes tipos de ellas, se ha laboradores evaluaron el tema al comparar dos grupos de
visto un importante descenso de los partos instrumentales pacientes nulíparas en trabajo de parto espontáneo: uno
y cesáreas (Olofsson y cois., 1998). Sharma y colabora- recibió analgesia epldural "precoz", es decir, con dilatación
dores evaluaron en forma muy eficiente la relación entre cervical entre 3 a 5 cm, y el otro grupo ("tardío"), después
la analgesia epldural y el resultado obstétrico al compa- de los 5 cm. No se encontraron diferencias en la incidencia
rar la por vía epidural versus la analgesia sistémica sobre de cesáreas (el 10% versus el 8%, respectivamente), par-
la base de meperidina, administrada por vía intravenosa tos instrumentales, distocia de posición ni prolongación de
con un sistema controlado por la propia paciente (patient las etapas del trabajo de parto. Incluso aquellas pacientes
controiled analgesia o PCA). Entre sus resultados sólo des- que recibieron analgesia en forma precoz tuvieron mejor
tacó una prolongación de la fase activa del trabajo de par- analgesia durante el trabajo de parto y los gases sanguí-
to en aproximadamente una hora en el grupo que recibió neos del recién nacidos fueron mejores (Chestnut y cois.,
analgesia epidural. No hubo alteración en la incidencia de 1994a). Más aún, recientemente fue demostrado por dos
operación cesárea ni en el uso de fórceps (Sharma y cois., grupos independientes que la administración de analgesia
1997). Sin embargo, en un segundo estudio en que eva- neuroaxial en forma precoz (antes de los 4 cm de dilatación
luaron esta vez cerca de 500 nulíparas, con un diseño no- cervical) no aumenta los partos instrumentales (fórceps y
tablemente más depurado, donde compararon la analgesia operación cesárea) pero sí la satisfacción de las pacientes
epidural continua versus PCA intravenosa con meperidina, y puede acortar la duración del trabajo de parto cuando se
reprodujeron su hallazgo anterior de la prolongación de la compara con su administración en forma tardía (Wong y
fase activa del trabajo de parto (—40 min), además de evi- cois., 2005; Ohel y cois., 2006).
denciar una prolongación de la segunda etapa del trabajo
de parto (—10 min) (Sharma y cois., 2002). Gambling y Hasta el momento, la deambulación durante el trabajo
colaboradores compararon la técnica combinada espinal- de parto no ha tenido el impacto en el resultado obstétrico
epidural versus analgesia sistémica sobre la base de me- que se esperaba, es decir, una disminución de los tiempos
peridina y prometazina. No encontraron diferencias en la del trabajo de parto y una menor incidencia de operación
incidencia de operación cesárea, pero sí una prolongación cesárea o fórceps. Un estudio evaluó la historia natural de
de una hora en la primera etapa del trabajo de parto (Gam- la deambulación sobre el resultado obstétrico comparando
bling y cois., 1998). Así, al evaluar el resultado obstétrico (en cerca de un millar de pacientes) el efecto de la deam-
bajo la perspectiva de la técnica neuroaxial propiamente bulación versus el reposo durante el trabajo de parto, sin
tal, es posible que prolongue las etapas del trabajo de parto analgesia neuroaxial. Los resultados no mostraron diferen-
sin aumentar la Incidencia de operación cesárea. cias en la incidencia de operación cesárea ni en los partos
instrumentalizados. Sin embargo, uno de los principales
Existen otros factores que pueden afectar el resultado hallazgos de este estudio fue que en el grupo que deam-
obstétrico y que a menudo confunden los resultados y los bularon hubo gran aceptación materna y la mayoría de las
sesgan en contra de la analgesia neuroaxial. Beilin aisló va- pacientes que caminaron repetirían la experiencia (Bloom
rios factores de riesgo que pudieran aumentar la tasa de y cois., 1998). Otro estudio evaluó la contribución de la
operación cesárea, entre los que destacan edad materna, deambulación en pacientes con analgesia neuroaxial. En-
peso de nacimiento, inducción oxitócica, raza y manejo contraron que el deambular (con o sin analgesia) no ofrece
obstétrico (aceleración oxitócica, uso de análogos de pros- ninguna ventaja obstétrica (Vallejo y cois., 2001). Así, a
taglandinas, momento de la ruptura de membranas, inter- pesar de que la deambulación, por el momento, no ofrece
pretación del trazado de la frecuencia cardíaca fetal, etc.). ventajas desde el punto de vista obstétrico, muy probable-
Sin embargo, en este estudio la analgesia epidural no fue mente contribuye a un mayor bienestar de la paciente. Por
un factor de riesgo (Beilin y cois., 2000). Otra fuente de lo tanto, si la paciente prefiere deambular, debemos aplicar
confusión es que aquellas pacientes que están cursando un una técnica anestésica que le permita hacerlo.
trabajo de parto anormal solicitan más analgesia neuroaxial
que aquellas que tienen una evolución normal y sin com- En resumen, los bloqueos neuroaxiales modernos son
plicaciones. Este hecho por sí solo es un factor asociado a la mejor alternativa analgésica para el trabajo de parto. Sin
prolongación del trabajo de parto y operación cesárea (Pan- embargo, puede afectar el resultado obstétrico en cuanto a
n¡ & Segal, 2003). Por lo tanto, un aumento en la tasa de una leve prolongación de la duración del trabajo de parto
cesáreas en el subgrupo de pacientes con intenso dolor será al compararla con la analgesia sistémica. Su administra-
un sesgo de selección más que un fenómeno asociado a la ción en forma precoz (antes de los 4 cm de dilatación del

484
Capítulo 26 | Anestesia en obstetricia

cuello uterino) no altera la incidencia de operación cesárea sufentanil. Este último, en dosis de hasta 50 microgramos
e incluso puede acortar las etapas del trabajo de parto al administrados en el espacio epidural, no genera niveles
compararla con su administración más tardía. Por su parte, plasmáticos fetales detectables (Steinberg y cois., 1989).
la deambulación no mejora el resultado obstétrico pero sí
La morfina epidural se usa habitualmente para propor-
contribuye a aumentar la satisfacción de las pacientes, tan-
cionar analgesia postoperatoria, ya que debido a su hi-
to en pacientes sin analgesia neuroaxial como en aquellas
drosolubilidad presenta una latencia y duración de efecto
con esta técnica analgésica.
analgésico prolongados (entre 12 y 18 horas) (Lacassie y
cois., 1983; Cousins & Mather, 1984).
Opioides y anestésicos locales
Los opioides administrados por vía epidural pueden pre-
Los opioides administrados por vía epidural o espinal ac- sentar efectos colaterales: náuseas y vómitos en el 30% de
túan a nivel del asta posterior de la médula, bloqueando los casos y prurito predominantemente facial y del tronco
la transmisión de los impulsos dolorosos (Yaksh & Rudy, en el 80%. Cuando se usa morfina, la retención urinaria
1976). Los estímulos dolorosos que se originan en el cuello es tan frecuente como el prurito. El fentanyl y sufentanil,
uterino determinan la activación de cFos (un gen temprano usados por esta vía, no producen retención urinaria. La de-
inmediato) en las láminas de Rexed III, IV, V y X, que actúa presión respiratoria secundaria al uso de morfina epidural
como marcador de dolor agudo y que coinciden con la zona es el efecto colateral más temido, pero afortunadamente es
de distribución de los nervios hipogástricos (Tong y cois., poco frecuente (0,4%) (Leicht y cois., 1986) y es muy si-
2003), que son los responsables de la conducción nerviosa milar a la incidencia de depresión respiratoria de los opioi-
sensitiva del cuerpo y cuello uterino. des administrados por cualquier vía, es decir, del 0,1% al
1% (Bailey y cois., 2000). Con morfina, la incidencia de
El uso de opioides asociados a anestésicos locales ha depresión respiratoria es dosisdependiente, es decir, al ele-
sido motivo de amplio desarrollo e investigación en la pa- var la dosis de morfina, aumenta la incidencia de depresión
ciente obstétrica, dado el beneficio que conlleva disminuir respiratoria. La depresión respiratoria tiene dos fases, una
las dosis de ambos componentes, potenciándose su efecto precoz, a la hora de administrada, que se debe a su ascen-
sin comprometer la calidad analgésica (sinergismo) (Rath- so al cerebro dada su absorción por vía sistémica (venas
mellycols., 2005). basivertebrales) (Cousins & Mather, 1984) y una tardía,
entre las 9 y 14 horas, que se debe al ascenso del fármaco
Clasificación por el líquido cefalorraquídeo (Bromage y cois., 1982). En
estos casos se presenta tendencia a la somnolencia y dis-
Los opioides se dividen en hidro y liposolubles. Los pri- minución de la frecuencia respiratoria, que en casos graves
meros (morfina, coeficiente de partición octanol: agua = l) puede llegar a la apnea. El tratamiento etiológico de estos
tienen una latencia y duración prolongadas, por lo que efectos colaterales consiste en antagonizar la acción de la
habitualmente se usan en analgesia postoperatoria. Los morfina con un antagonista específico como la naloxona
liposolubles (fentanyl y sufentanil, coeficiente de partición (Chadwick& Ready, 1988).
octanohagua = 955 y 1737 respectivamente) (Rathmell y
cois., 2005) tienen una latencia y duración cortas, por lo
Opioides intratecales
que se usan asociados a anestésicos locales, lo que permite
bajar la masa de éstos (Polley y cois., 1998). Se bloquean El sitio de acción de los opioides administrados por vía
las aferencias sensitivas sin producir bloqueo motor, incluso intratecal es, al igual que por vía epidural, en el asta pos-
permitiendo a las pacientes deambular durante el trabajo de terior de la médula (Yaksh & Rudy, 1977; Wang y cois.,
parto (Lacassie & Riquelme, 1996; Pickeringy cois., 1999). 1979).
El efecto analgésico del opioide está dado por su paso Se puede usar fentanyl o bien sufentanil solos o aso-
desde el espacio epidural al subaracnoídeo, donde actúa a ciados a un anestésico local en bajas dosis (bupivacaína)
nivel del asta posterior de la médula. La difusión depende- sin comprometer la capacidad motora, lo que permite a
rá, entre otros factores, de la liposolubilidad de los diferen- las pacientes deambular si así lo desean. Con el desarrollo
tes opioides y de su grado de ionización (Eltzschig y cois., de nuevas agujas subaracnoideas se ha puesto en boga
2003). el uso de la anestesia combinada espinal-epidural, que
consiste en inyectar la mezcla a través de un trocar fino
Opioides epidurales (#25-27) de punta cónica (punta de lápiz) en el espacio
subaracnoídeo (analgesia subaracnoidea) para luego colo-
El uso de opioides en el espacio epidural es efectivo car un catéter en el espacio epidural (analgesia epidural),
en la primera fase del trabajo de parto (Steinberg y cois., que sirve para administrar más anestésicos en caso de que
1989), ya sean solos o asociados a bajas concentraciones se requiera o para practicar una operación cesárea (anes-
de anestésicos locales. Los más usados son el fentanyl y el tesia epidural).

485

L
OBSTETRICIA

Se puede usar morfina como analgésico único durante Los bloqueos pudendo, paracervical o infiltrativo no pre-
el trabajo de parto, pero se requieren dosis elevadas para sentan hipotensión arterial porque no bloquean el sistema
producir una buena analgesia (Lacassie y cois., 1983), las simpático.
que pueden producir depresión respiratoria. La morfina se
La compresión de la vena cava inferior por el útero
ha empleado como analgésico único en el trabajo de parto
grávido, que empieza durante el segundo trimestre de la
en casos muy especiales, tales como pacientes portadoras
gestación, llega a su máximo entre las 36 a 38 semanas
de un ventrículo único o de hipertensión pulmonar primaria
y puede disminuir posteriormente por el descenso de la
(Abboud y cois., 1983a). La morfina usada por esta vía
cabeza fetal en la pelvis. Esta compresión produce el lla-
no produce bloqueo simpático y por lo tanto, no produce
mado síndrome de hipotensión supina, caracterizado por
alteraciones hemodinámicas.
hipotensión arterial, taquicardia, palidez y fatiga. Este fe-
Actualmente, el principal uso de la morfina por vía in- nómeno ocurre aproximadamente en el 10% de las emba-
tratecal es la analgesia postoperatoria en la operación ce- razadas de término colocadas en posición supina (Howard
sárea. Su equipolencia con respecto a las dosis utilizadas y cois., 1953; Shnider& Levinson, 1993). Estudios radio-
en el espacio epidural es aproximadamente del 4% de la gráficos revelan una completa obstrucción de la vena cava
dosis epidural (Sjostrom y cois., 1987) y la dosis más reco- inferior en el 90% de las embarazadas de término cuando
mendada es de 100 pg ¡ntratecal (Rathmell y cois., 2005). adoptan la posición supina (Kerr y cois., 1964). En estas
circunstancias la sangre de la parte baja del cuerpo, para
llegar al corazón, lo hace a través del plexo venoso verte-
Complicaciones de los bloqueos bral y de la vena ácigos. La parte baja de la aorta también
regionales puede comprimirse en la posición supina (Bieniarz y cois.,
1969). Este fenómeno afecta el flujo renal y uteroplacen-
Tan importante como saber efectuar correctamente una
tario. Por esto, la posición supina debe evitarse en el se-
técnica anestésica es conocer sus complicaciones y su tra-
gundo y tercer trimestre del embarazo, aun en ausencia de
tamiento.
hipotensión arterial y con mayor razón si se usa un bloqueo
regional.
Complicaciones cardiovasculares Otra complicación cardiovascular es el paso de la so-
La hipotensión arterial es la complicación cardiovascu- lución anestésica al torrente circulatorio, especialmente
lar más frecuente en la analgesia neuroaxial (epidural y durante la anestesia epidural. Los anestésicos locales son
subaracnoidea). En estricto rigor, la hipotensión arterial no cardiotóxicos, por lo que pueden incluso producir un paro
es una complicación, sino que es la resultante del bloqueo cardiocirculatorio (Albright, 1979).
simpático que se obtiene al producir el bloqueo sensitivo.
Siempre que existe bloqueo sensitivo habrá bloqueo simpá- Complicaciones neurológicas
tico, y dependiendo de su extensión será la magnitud de la
hipotensión arterial. Debemos recordar que el nivel (altura Los anestésicos que en parte actúan estabilizando las
de una anestesia) que medimos a través de la respuesta membranas cruzan rápidamente la barrera placentaria y
al dolor es el sensitivo. El nivel del bloqueo simpático se también la hematoencefálica, lo que determina que tam-
encuentra entre 2 y 6 metámeros más hacia cefálico que el bién actúen a nivel del sistema nervioso central (SNC)
bloqueo sensitivo, que puede ser medido con una prueba pudiendo, según su concentración, producir reacciones
que discrimine diferencias de temperatura. tóxicas a este nivel.
El bloqueo simpático produce hipotensión arterial por La incidencia de reacciones tóxicas a nivel de SNC en
disminución de la resistencia periférica. Además, hay una las anestesias regionales depende de la definición de toxi-
disminución del débito cardíaco por disminución del retor- cidad que establezcamos. Si consideramos la toxicidad en
no venoso. Este disminuye por la venodilatación y por la globo, su incidencia es aproximadamente del 1,5% (Steen
comprensión ejercida por el útero grávido sobre la vena & Michenfelder, 1979).
cava inferior (síndrome de hipotensión supina). La mag-
nitud de la hipotensión arterial dependerá de la altura del Cuando la concentración del anestésico local aumenta
en el plasma y posteriormente en el cerebro, se produce una
bloqueo y de la volemia. Si la hipotensión arterial es pro-
secuencia bien establecida de signos y síntomas, los que
ducto del ascenso de la anestesia y compromete al sistema
son inicialmente excitatorios, seguidos de síntomas depre-
simpático cardíaco (raíces nerviosas TI a T4) se producirá
sores del SNC. Se ha estudiado en detalle la sintomatología
bradicardia, con el consiguiente empeoramiento de la hi-
asociada a la dosificación de lidocaína sistémica y se ha lle-
potensión.
gado a la conclusión de que si la concentración plasmática

486
Capítulo 26 | Anestesia en obstetricia

del anestésico es baja (2 a 4jUg-mL"1 de lidocaína plasmá- pero se postulan dos teorías, la teoría mecanicista, que
tica), los efectos sobre el SNC son de sedación y analgesia plantea que al perderse el sostén hidráulico del cerebro por
y que combinados con una acción anticonvulsivante, no la pérdida de LCR, al ponerse de pie se traccionan estruc-
son propiamente tóxicos. Si la concentración aumenta (de turas sensibles intracraneanas (vasos sanguíneos), lo que
4 a 8 jUg-mL"1), se pueden observar mareos, vértigos, gusto genera dolor y la teoría vascular, que postula que existe
metálico, alucinaciones auditivas (f/n/íus) y visuales (fotop- una relación constante intracraneana entre sangre y LCR.
sias), náuseas y sensación de temblor (Mather & Cousins, Si disminuye la cantidad de LCR, aumenta el volumen san-
1979), que corresponden a actividad excitatoria del SNC. guíneo cerebral por vasodilatación, lo que puede generar
En forma paralela se pueden observar signos objetivos ta- dolor. La frecuencia de la cefalea oscila entre el 0,4% y el
les como euforia, disartria, nistagmo, sudoración, vómitos, 72% (García-Müller, 1976).
belicosidad y locuacidad. Con concentraciones plasmáticas
mayores (10 a 18/jg-ml-1) se observan signos objetivos de El cuadro clínico consiste en cefalea, de aparición 24
irritación neuronal que incluyen calofríos, fasciculaciones, a 48 horas después de la punción, que se caracteriza por
movimientos coreiformes y finalmente convulsiones. Esto ser muy intensa, frontooccipital u holocránea, exacerbada
puede progresar a una depresión generalizada del SNC con al sentarse o al ponerse de pie y que cede completamen-
coma y muerte por paro respiratorio (> ISjUg-mL-1) (Usu- te al adoptar el decúbito dorsal. Puede agregarse parálisis
del nervio motor ocular externo (VI nervio craneano) y/o
biaga y cois., 1966; Steen & Michenfelder, 1979).
de la rama coclear del nervio vestibulococlear (VIH nervio
Lo anterior está claramente demostrado para la lidocaí- craneano). El resto del examen neurológico es normal. La
na, sin embargo, el rango terapéutico de la bupivacaína incidencia de la cefalea pospunción tiene directa relación
es más estrecho, por lo que la sintomatología de intoxica- con el número de punciones, con el calibre del trocar usado
ción se alcanzará con niveles plasmáticos menores a los (trocar de Tuohy #17: 70%, Quinke #22: 43%, Quinke
descritos para la lidocaína (4 jjg-ml-1 en sangre arterial) #25: 4-17%, Whitacre #25: 1-3%; Whitacre #27: 0,1-
(Hasselstrom & Mogensen, 1984). También pueden obser- 0,3% (Lybeckery cois., 1990; Dixon, 1991) y con el di-
varse acciones tóxicas de los anestésicos locales sobre el seño de su punta: las agujas biseladas (Quinke®) tienen
SNC del recién nacido, tales como movimientos de tipo mayor riesgo de producir cefalea que las de punta cónica
tónico-clónico, midriasis, pérdida del reflejo óculo-cefálico (Whitacre® o Sprotte®). El diagnóstico se hace por medio de
e incluso apnea. la historia clínica y del examen físico. El mejor tratamiento
La punción accidental o inadvertida de la duramadre es la prevención, que consiste, entre otras medidas, en em-
aracnoides durante la ejecución de la anestesia epidural plear buen material y una técnica adecuada, en usar una
puede transformarla en una anestesia espinal total por paso aguja fina (N° 25 ó 27), con diseño de punta cónica (punta
de lápiz), realizando, en lo posible, una sola punción.
en forma masiva de la solución anestésica desde el es-
pacio epidural al subaracnoideo. En estos casos, además Actualmente no se justifica dejar a la paciente sin al-
del uso de drogas vasoactivas y anticolinérgicos (atropina), mohada después de una anestesia subaracnoidea, ya que
debemos preocuparnos del manejo de la vía aérea y de la esta acción no disminuye el riesgo de cefalea. Si ésta ya
ventilación pulmonar. En estas pacientes se produce paro se produjo, antes que nada debemos evaluarla y certificar
respiratorio por parálisis de la musculatura torácica debido mediante un examen neurológico realizado por el aneste-
al ascenso de la anestesia y, posteriormente, por su acción siólogo o el neurólogo que corresponde a una cefalea pos-
a nivel del bulbo raquídeo. Por esta razón, cuando se efec- punción y no a otra causa (TABLA 26-5).
túa un procedimiento anestésico debe disponerse de todos
los elementos necesarios para una adecuada reanimación El tratamiento dependerá de la intensidad. Si la cefalea
(carro de paro que contenga tubos endotraqueales, másca- es leve, bastará con reposo en cama por 24 a 48 h, con
ras laríngeas, laringoscopio, drogas, mecanismo para ven- la administración de antiinflamatorios no esteroidales y de
tilación a presión positiva, Ambu® o similar, etc.), además cafeína. Se puede agregar un relajador muscular como el
de la disponibilidad inmediata de personal entrenado para baclofeno, que ayuda en el tratamiento del dolor muscular
manejar este tipo de emergencias. cervical y de los hombros, secundario al síndrome mio-
fascial que frecuentemente acompaña a este cuadro. Si la
Cefalea pospunción de duramadre-aracnoides. De cefalea persiste o es muy intensa, se debe recurrir a la ad-
las complicaciones neurológicas, ésta es la que más fre- ministración de un parche de sangre en el espacio epidu-
cuentemente se puede observar en la anestesia raquídea o ral, que consiste en depositar 15 a 20 mL de sangre fresca
en una punción advertida o inadvertida de la duramadre- de la paciente, puncionando 1 a 2 espacios intervertebra-
aracnoides durante la realización de una anestesia epidu- les más hacia la región caudal que la punción original, ya
ral. Su etiología es la salida de LCR a través del sitio de que el mayor volumen de sangre inyectada se dirige hacia
punción meníngeo. Su patogenia no está del todo aclarada, la región cefálica (Abouleish, 1978; Morgan, 1995).

487
OBSTETRICIA

TABLA 26-5. Diagnóstico diferencial de cefalea posparto Aracnoiditis o meningitis aséptica. Es otra compli-
cación neurológica de la anestesia regional, afortunada-
mente poco frecuente. La sintomatología consiste en una
Cefalea
irritación meníngea con sintomatología neurológica; tam-
Tensional*
bién puede haber rigidez de nuca y signo de Koernig y
Migraña* acompañarse de cefalea, que no tiene carácter postural.
Hipertensiva* El diagnóstico diferencial debe hacerse con la meningitis
séptica. El tratamiento es sintomático en base a AINES y
Pneumoencéfalo*
la signología debe desaparecer en 24 a 36 horas (Roberts
Accidente vascular encefálico & Petts, 1990).
Hematoma subdural
Hemorragia subaracnoidea* Meningitis séptica pospunción meníngea. Es una
Trombosis de seno venoso complicación rara (1:10.000 a 50.000 procedimientos)
Trombosis vena cortical (Hepner, 2006) y se debe generalmente a la contami-
nación con gérmenes comensales de la boca o del trac-
Higroma subdural to respiratorio superior (Baer, 2006), por lo que es muy
Meningitis importante cuidar las medidas de asepsia al momento de
Infecciosa realizar la punción, con especial énfasis en la protección
Aséptica: aracnoiditis de la boca y nariz del operador con una mascarilla facial.
El diagnóstico es principalmente clínico y se certifica por el
Sinusitis cultivo del LCR. El tratamiento es el propio de estos cua-
Tumor dros, es decir, corresponde a una terapia antibiótica (Lee
& Parry, 1991).
Hipoglicemia
Drogas Cateterización venosa epidural
Síntomas de retiro por cafeína
Sulfato de magnesio La incidencia de cateterización venosa epidural duran-
te el embarazo es de aproximadamente del 15% (Evron
Glaucoma
y cois., 2007). Se ha demostrado que a partir de las 32
Cefalea de la lactancia semanas aumenta el tamaño del plexo venoso epidural, es-
pecialmente en su distribución ventral (Hirabayashi y cois.,
* Cefalea de aparición precoz posprocedimiento anestésico neu- 1996), que adopta una disposición en forma de escalera
roaxial. (Takiguchiy cois., 2006) (FIGURA 26-11).
La importancia de lo anterior radica en el riesgo de in-
toxicación por anestésicos locales durante una analgesia
Como efecto secundario de este tratamiento se ha des- epidural si el catéter se ubica en posición ¡ntravascular.
crito dolor de espalda de tipo lumbago que puede durar Para evitar esto, se debe optimizar la técnica de punción,
24 a 48 horas y que cede con el uso de antünflamatorios favoreciendo una punción en la línea media y distender el
no esteroidales (AINES). No se han descrito complicacio- espacio epidural con solución salina en un volumen de 5 a
nes como abscesos epidurales o tabicamiento del espacio 10 mL antes de introducir el catéter epidural, con lo que se
epidural después de un parche de sangre (Carrie, 1993). disminuye el riesgo al 2% (Evron y cois., 2007). Lo ante-
Esta técnica está contraindicada en aquellas pacientes que rior no descarta utilizar medidas que disminuyan el riesgo
presentan una sepsis, por la posibilidad de producir un de intoxicación por anestésicos, tales como dosis fraccio-
absceso epidural o contaminación del LCR. nadas, aspiración secuencial del catéter y dosis de prueba,
que en el caso de la analgesia epidural para el trabajo de
parto cada dosis es una dosis terapéutica y de prueba en sí
misma (Van Zundert y cois., 1987).

488
FIGURA 26-11. Ingurgitación venosa del plexo epidural durante el embarazo, visión anteroposterior, con formación tipo
escalera cuando está ingurgitado. Pane! superior-izquierdo: paciente no embarazada; Panel superior-derecho: paciente
embarazada. Panel inferior-izquierdo: corte coronal a nivel lumbar en paciente no embarazada, con plexo venoso co-
lapsado. Panel inferior-derecho: paciente embarazada, con el plexo ingurgitado, generando compresión del saco dural.
Adaptado de: Takiguchi y cois., 2006.

Analgesia intravenosa por estearasas plasmáticas y tisulares inespecíficas (Olufo-


labi y cois., 2000), que le confiere una vida media contex-
La analgesia intravenosa se realiza sobre la base de opioi- tual corta (T1/2 contextual: 3,2 min) (Kapila y cois., 1995).
des. Se han usado múltiples drogas y esquemas de ad-
Estas características han hecho de esta droga un po-
ministración con resultados variables. La más usada es la
meperidina en bolos de 0,5 a 2 mg-kg'1 en la fase latente tencial aliado en el manejo del dolor en obstetricia, ya que
permite tener un rápido inicio de acción, es de corta dura-
del trabajo de parto. Es mejor que la morfina, ya que produ-
ce menos depresión respiratoria, náuseas y atraviesa me- ción y fácil eliminación, lo que previene la acumulación del
fármaco tanto en la madre como el feto, a pesar de que el
nos la barrera hematoencefálica fetal que la morfina (Hess
& Morrison, 1995). Sin embargo, su uso no está exento de traspaso placentario es del 73% al 88% del nivel plasmá-
tico materno (Kan y cois., 1998; Ngan Kee y cois., 2006).
riesgos, ya que produce depresión respiratoria neonatal en-
tre dos a cuatro horas postadministración y puede provocar Sin embargo, su efectividad en términos analgésicos para
alteraciones neuroconductuales fetales hasta por 72 horas el trabajo de parto ha sido decepcionante, pues por el mo-
mento no hay sistemas de administración de remifentanil
posparto (Hess & Morrison, 1995).
que permitan hacer uso de todas sus potencialidades far-
El remifentanil, es un agonista sintético de receptores macodinámicas asociadas a sus ventajas farmacocinéticas.
opioides mu (/j), con un rápido inicio de acción (latencia), Las bombas de infusión automatizadas actualmente en uso
dada por su corta vida media de equilibrio en el sitio de sólo permiten administrar bolos en forma relativamente
efecto (T1/2KeO: 1,3 min) (Glass y cois., 1993) luego de su lenta, impidiendo un inicio de acción oportuno, como el
administración por vía intravenosa. Lo anterior se asocia a momento de máximo dolor durante una contracción uterina
una duración de acción muy corta dada la metabolización (Lacassie & Olufolabi, 2005). Lo anterior no condena el

489
OBSTETRICIA

uso de remifentanil en obstetricia, pero sí sugiere que su con electrocardiografía continua, oximetría de pulso y me-
uso como droga única en trabajo de parto es insuficiente; dición de presión arterial no invasiva.
se requiere de sistemas de administración concordantes
Para realizar la punción subaracnoidea la posición de la
con su perfil farmacológico, es decir, de una bomba que
paciente (decúbito lateral o posición sentada) dependerá
permita la administración de bolos en forma rápida y que
de varios factores, entre los que se cuentan la baricidad de
la latencia esté dada sólo por el tiempo de trayecto desde el
las drogas, la preferencia del anestesiólogo, la contextura
sitio de inyección al sitio de efecto; de ser utilizado, deben
materna, etc. Con respecto a los materiales, el trocar más
extremarse las medidas de seguridad en términos de oxige-
utilizado es el de punta cónica y calibre pequeño (25 a
nación y monitorización de la paciente.
27G), ya que ambos factores son los más importantes en
Como tercera alternativa se puede utilizar fentanyl sisté- la prevención de la cefalea pospunción meníngea (Halpern
mico administrado por la propia paciente con una bomba & Presten, 1994). Con esta técnica, en el Hospital Clínico
PCA. El esquema más utilizado es una dosis de carga de de la Universidad Católica de Chile tenemos una inciden-
1 a 2 /ug-kg-1, bolos de 25 a 50 ¡jg y período entre dosis cia de cefalea pospunción meníngea menor al 1%, cifra
(lockout) de 5 a 10 minutos. Su efectividad es variable. muy similar a la informada en la literatura para este tipo
de materiales en la población obstétrica (Lambert y cois.,
1997). Existen agujas de menor calibre aún, con las cua-
Anestesia en operación cesárea les se logra una menor incidencia de cefalea pospunción
meníngea, sin embargo, se debe transar entre esto y una
La operación cesárea es la cirugía obstétrica más frecuen-
mayor dificultad de inserción y fracasos de la técnica. Pro-
te, con una incidencia muy variable entre países, centros
bablemente la aguja con el mejor perfil riesgo/beneficio sea
hospitalarios e incluso grupos obstétricos (Reisner & Lin,
la de calibre 27G con punta cónica.
1994; Beilin y cois., 2000; Murray, 2000).
En la literatura hay evidencias de que lo más importante
El tipo de anestesia que se emplea depende de múltiples
en términos de calidad anestésica para un bloqueo suba-
factores, entre otros, de la disponibilidad de anestesiólogo,
racnoídeo es la cantidad o masa de droga y no la baricidad
de la urgencia del procedimiento, del estado preoperatorio
de ésta o el volumen en el cual fue inyectada (Malinovsky
de la madre, de la indicación de la operación cesárea, de
y cois., 1999; Sarvela y cois., 1999). Se han determinado
la preferencia personal, etc. Actualmente, la más usada es
las dosis efectivas al 50% y al 95% (DE50 y DE95) para
la anestesia regional neuroaxial (subaracnoidea y/o epi-
bupivacaína hiperbárica e isobárica intratecal asociada a
dural), ya que ofrece ventajas sobre la anestesia general,
fentanyl y morfina para operación cesárea electiva. Las
como mantener a la madre despierta, lo que permite un
DE50 son 7,6 y 11,2 mg para la forma hiperbárica y 7,25
contacto con el recién nacido en forma precoz, minimizar el
y 13 mg para la isobárica respectivamente (Ginosary cois.,
riesgo de aspiración pulmonar de contenido gástrico, evitar
2004; Carvalho y cois., 2005). El esquema más utilizado
la depresión neonatal por drogas de la anestesia general
es bupivacaína 0,75% hiperbárica (7,5 a 10,5 mg) aso-
(Reisner & Lin, 1994) y porque se asocia a un riesgo casi
ciada a fentanyl (10 a 20 /ug), con lo que se logra un ni-
siete veces menor de mortalidad materna por causa anes-
vel anestésico quirúrgico T4 [C7-T5] con bloqueo motor
tésica (Hawkins y cois., 2002).
completo (Bromage 1) (Bromage, 1978) que se recupera
aproximadamente a los 90 min y con una duración anesté-
Anestesia subaracnoidea sica, definida como regresión de 4 metámeros anestésicos,
de al menos 60 minutos (Sarvela y cois., 1999). Existen
La anestesia subaracnoidea para la operación cesá- otros esquemas de drogas con resultados variables (TABLA
rea es una de las técnicas más usadas en nuestro medio 26-6).
(Holmstrom y cois., 1997). Es una excelente opción por-
que produce una anestesia profunda, con buen bloqueo
motor, favorece que las asas intestinales estén contraídas y TABLA 26-6. Dosis anestésicas subaracnoídeas
permite que la paciente esté despierta. Dada la simplicidad alternativas sugeridas para operación cesárea.
de su técnica, la reproducibilidad de sus efectos, su escasa El anestésico local puede combinarse indistintamente
latencia y la baja masa de droga utilizada, se sitúa como con uno de los opioides sugeridos
una técnica regional muy recomendable para este tipo de
procedimientos.
Anestésico local Opiáceo
Técnica. Al igual que en cualquier procedimiento anes- Lidocaína 5% Fentanyl
tésico y siguiendo las recomendaciones internacionales 50 a 80 mg 10 a 20 /ig
para un procedimiento anestésico regional (American So- Bupivacaína 0,5% Sufentanil
ciety of Anesthesiologists Guidelines for Regional Anesthe- 7,5 a 10,5 mg 5 a 10 í¿g
sía in Obstetrics, 1994), se debe monitorizar a la paciente

490
Capítulo 26 | Anestesia en obstetricia

La lidocaína hiperbárica por vía subaracnoidea para y uso de vasoconstrictores. Entre estos últimos, destaca la
operación cesárea se ha utilizado por mucho tiempo, sin efedrina, que ha sido utilizada profilácticamente por vía in-
embargo, tiene algunos inconvenientes tales como su tramuscular e intravenosa con pobres resultados. Más aún,
corta duración y el riesgo de producir un síndrome radi- y secundario a la observación de casos aislados, Shearer y
cular transitorio, que ha sido descrito ampliamente para cois, observaron que su uso produce disminución del pH
diferentes tipos de cirugía, pero en especial en aquellas fetal, sin disminuir el riesgo de hipotensión arterial (Shearer
en que se ha usado lidocaína hiperbárica en pacientes en y cois., 1996).
los que existe algún grado de sobreestiramiento de raíces
Con respecto a la prehidratación con cristaloides antes
nerviosas, como por ejemplo en la posición de litotomía
de iniciar una anestesia neuroaxial, podemos decir que es
(Lacassie, 1998). Este efecto colateral es extremadamente
controversial, ya que existen evidencias en contra del rol
raro en la población obstétrica (Aouad y cois., 2001), por
protector de la prehidratación contra la hipotensión (Rout &
lo que, sumado a su corta latencia, aún sigue siendo la
Rocke, 1999). Diferente es la situación de la prehidratación
droga de elección para la operación cesárea de urgencia en
con coloides, donde se han documentado cambios hemodi-
numerosos centros.
námicos que se correlacionan con una menor incidencia de
Una vez administrada la anestesia, se posiciona a la hipotensión luego de la anestesia subaracnoidea (Baraka
paciente en decúbito dorsal, con desplazamiento uterino y cois., 1994). Con esta técnica, la modificación hemodi-
hacia la izquierda en 15°a 30° para evitar el síndrome de námica más importante parece ser un aumento del débito
hipotensión supino y se inicia una infusión continua de fe- cardíaco con el coloide administrado (un litro de coloide
nilefrina de lOOpg-min"1 o según el esquema del Hospital aumenta el débito cardíaco en el 40%) (Ueyama y cois.,
Clínico de la Universidad Católica de Chile 1 ¿ug-kg-^mirr1, 1999), protegiendo a la paciente contra la hipotensión.
asociados a cohidratación con cristaloides a una veloci- Los conceptos antes mencionados no consideran el uso
dad que permita administrar en total aproximadamente 10 de vasopresores de acción directa tales como la fenilefrina
mL-kg-1 para una operación cesárea estándar. o el metaraminol. En el último tiempo se ha vuelto a ana-
Actualmente no se recomienda administrar oxígeno su- lizar el rol de la fenilefrina como tratamiento y prevención
plementario a la madre, ya que esta maniobra implica un de la hipotensión secundaria al uso de anestesia neuroaxial
modesto aporte de oxígeno al feto e incluso en situaciones en obstetricia. Dos factores han sido críticos: el uso de efe-
de mayor riesgo de hipoxemia fetal (Khaw y cois., 2004). drina ha sido correlacionado con valores de pH de cordón
Por otra parte, hay evidencia preliminar de que aumentaría umbilical menores a los encontrados luego del uso de feni-
la producción de radicales libres maternos y fetales (Khaw lefrina (posiblemente por un aumento en la tasa metabólica
y cois., 2002), lo que implica un riesgo teórico más que fetal secundario a un efecto p-adrenérgico) (Coopery cois.,
práctico por ahora. Por lo anterior, no proscribimos el uso 2002) y la fenilefrina usada como profilaxis de hipoten-
de oxígeno, sino que restringimos su uso a situaciones de sión arterial posbloqueo neuroaxial es más efectiva que la
insuficiencia respiratoria materna o en aquellas en que se efedrina (en términos hemodinámicos y como profilaxis de
requiera una mayor reserva de oxígeno. náuseas y vómitos) y no compromete el resultado fetal (Lee
y cois., 2002). Es por esto que se han empezado a usar
drogas con efecto predominantemente alfa-1 adrenérgico,
Efectos colaterales. La anestesia subaracnoidea no
como es el caso de la fenilefrina; no sin antes haber demos-
sólo produce un bloqueo sensitivo y motor, sino que tam-
trado su seguridad en el contexto obstétrico (Cooper y cois.,
bién bloquea el sistema simpático, perdiéndose el tono
2002; Erkinaro y cois., 2004). La racionalidad de su uso
vasomotor, lo que determina la pérdida de la relación con-
es combatir directamente la alteración fisiológica inducida
tinente-contenido del sistema circulatorio, la disminución
por el bloqueo simpático, de manera que su efecto es más
del retorno venoso y la consiguiente hipotensión arterial.
específico que el que pudiera ejercer la efedrina (principal-
El bloqueo simpático alcanza entre 2 y 6 metámeros más
mente p adrenérgico).
altos que el bloqueo sensitivo (Chamberlain & Chamber-
lain, 1986), con el consiguiente riesgo de hipotensión ar- Actualmente, con el uso de fenilefrina asociada a cohi-
terial, que es un síntoma prácticamente ubicuo. A fines de dratación, concepto recientemente validado (Kee y cois.,
los años sesenta hubo gran interés por determinar drogas 2005), se han abolido casi por completo los casos de hi-
que pudieran ser usadas contra la hipotensión en esta si- potensión y también los síntomas asociados tales como
tuación, sin lograr grandes cambios, a excepción del uso náuseas y vómitos intraoperatorios, tan prevalentes en esta
terapéutico de efedrina, cuya seguridad para ser usada en población.
la población obstétrica fue apoyada por la determinación
Es poco probable que la técnica antes descrita tenga
experimental en ovejas (Ralston y cois., 1974).
un rol muy importante en las pacientes cursando con un
Han sido ideados múltiples métodos profilácticos contra síndrome hipertensivo del embarazo, ya que la incidencia
la hipotensión, entre los que se incluyen desplazamiento de hipotensión arterial secundaria a anestesia subaracnoi-
uterino, elevación y/o vendaje de extremidades inferiores dea en esta población es baja y sólo se requieren dosis

491
OBSTETRICIA

pequeñas de vasoconstrictores para su tratamiento efectivo han comparado ambas técnicas en un estudio prospecti-
(Wallace y cois., 1995), Pareciera que en situaciones de vo con cerca de 4.000 pacientes, habiéndose reportado
insuficiencia placentaria, la fenilefrina es deletérea para el igual incidencia de perforación accidental de duramadre-
feto(Erkinaroycols., 2006). aracnoides. Sin embargo, el grupo que usó la técnica con
aire presentó seis veces más cefalea que su contraparte con
Alternativamente, se ha recomendado disminuir la dosis
líquido, lo que se explica en gran parte por la presencia de
de bupívacaína para reducir la incidencia de hipotensión
pneumoencéfalo, lo que sugiere que se debiera preferir la
materna, los requerimientos de drogas vasoactivas, las
técnica de pérdida de resistencia al líquido (Aida y cois.,
náuseas y el tiempo de estadía en la unidad de recupe-
1998).
ración postoperatoria, además de para mejorar la satisfac-
ción de las pacientes (Ben-David y cois., 2000; Carvalho Una vez alcanzado el espacio epidural se puede admi-
y cois., 2005). No hay duda de que la administración de nistrar la dosis anestésica por la aguja o bien introducir un
dosis pequeñas de anestésicos locales tendrá el beneficio catéter epidural y administrar la dosis anestésica por éste,
de una menor repercusión hemodinámica; sin embargo, su en forma fraccionada para evitar una simpaticollsis brusca
duración anestésica también será menor y por lo tanto de- (con la consiguiente hipotensión) y además para tener la
biera ser utilizada en el contexto de una técnica combinada posibilidad de detectar un mal posicionamiento del caté-
espinal-epidural (Ginosar y cois., 2004). ter (intratecal o intravenoso). Esta simple medida permite
redosificar el catéter que está funcionante y previamente
Anestesia epidural probado (Pernoll & Mandell, 1995).
La instalación de un catéter epidural es un procedimien-
La anestesia epidural para la operación cesárea se po- to a ciegas, por lo que se debe recurrir al máximo de prue-
pularizó en parte por el aumento del uso de analgesia epi- bas diagnósticas que orienten a una correcta ubicación de
dural para el trabajo de parto, aprovechándose esta técnica éste, con el mínimo riesgo y costo para la paciente. Debido
para una eventual cesárea, ya que la anestesia regional a los cambios fisiológicos del embarazo, el plexo venoso pe-
tiene menor riesgo de morbimortalidad materna comparada ridural (plexo venoso de Battson) estará ingurgitado, por lo
con la anestesia general (Hawkins y cois., 1997; Hawkins
que la incidencia de canulación venosa estará aumentada
y cois., 2002). entre 2 y 4 veces (5% y 15%) con respecto a la paciente
Las ventajas de la anestesia epidural sobre la técnica no grávida (2% al 3%) (Norris y cois., 1998).
subaracnoidea antes discutida son: titulación de la dosis
El uso de la dosis de prueba es discutible en la paciente
anestésica para alcanzar el nivel apropiado, flexibilidad en embarazada, ya que su comportamiento hemodinámico es
la dosificación si se requiere más tiempo quirúrgico que el
singular y enmascara posibles respuestas frente a las dro-
habitual, inicio de acción más lento que permite a la madre
gas vasoactivas, lo que le resta sensibilidad y especificidad
compensar frente a los cambios hemodinámicos produci-
a esta prueba. Hasta el momento, la maniobra con me-
dos por el bloqueo simpático, menor bloqueo motor que
jor perfil costo-beneficio para detectar una mala posición
permitiría la deambulación precoz para disminuir el riesgo
de catéteres instalados para analgesia durante el trabajo
teórico de trombosis venosa profunda y, finalmente, posibi-
de parto es la reportada por Norris y colaboradores en un
lidad de usar el catéter para dosificaciones analgésicas en
estudio prospectivo realizado en más de un millar de pa-
el postoperatorio (Reisner & Lin, 1994). cientes en trabajo de parto. Utilizaron la tríada aspiración
Las desventajas de la técnica incluyen una latencia pro- secuencial del catéter, uso de dosis fraccionadas y drogas
longada en el inicio de la acción, lo que es inapropiado diluidas para probar un catéter epidural multiorificios. Con
para una cesárea de urgencia/emergencia; el inconveniente esta técnica se obtuvo muy bajo porcentaje de falsos nega-
de usar grandes masas de anestésicos locales con el consi- tivos, lo que sugiere que la analgesia epidural para trabajo
guiente riesgo de toxicidad sistémica si el catéter está en el de parto puede ser administrada sin el uso de la tradicional
espacio intravascular y realizar una anestesia espinal total dosis de prueba (Norris y cois., 1998). Sin embargo, esto
en forma accidental si el catéter está en el espacio intrate- no puede ser extrapolado a la anestesia epidural quirúrgica
cal o incluso subdural (Glosten, 1994). necesaria para una operación cesárea, pero nos acerca a
la respuesta. Las recomendaciones para probar un catéter
Técnica. Las consideraciones preanestésicas de moni- epidural se presentan en la TABLA 26-7.
torización e hidratación son similares a las aplicadas para Las drogas frecuentemente usadas por vía epidural son
la anestesia subaracnoidea. mezclas de anestésicos locales, opioides y coadyuvantes
La punción epidural ha sido descrita extensamente, sin como epinefrina. La racionalidad del uso de opioides como
embargo, vale la pena detenerse en algunos aspectos de fentanyl o sufentanil radica en su capacidad de potenciar la
la técnica, como la ubicación del espacio epidural, que se analgesia en forma aditiva o bien sinergica (Solomon & Ge-
realiza por medio de la técnica de pérdida de resistencia, bhart, 1994), disminuir la incidencia de náuseas y vómitos
que puede ser con líquido (solución fisiológica) o aire. Se durante la manipulación uterina y disminuir los requeri-

492
Capítulo 26 | Anestesia en obstetricia

mientas de sedación intravenosa suplementaria sin aumen- Católica de Chile: remifentanil, dadas sus características
tar los efectos adversos maternos (Reisner & un, 1994) farmacológicas antes mencionadas. A lo anterior se agre-
o fetales (Porter y cois., 1998), además de proporcionar gan las evidencias presentadas por Kan y cois, al analizar
analgesia postoperatoria (Shnider & Levinson, 1993). 19 pacientes sometidas a operación cesárea con anestesia
regional usando remifentanil para sedación por medio de
El esquema de drogas más usado en el Hospital Clínico
una infusión intravenosa continua a 0,1 /jg-kg^-min-1 (Kan
de Universidad Católica de Chile se muestra en la TABLA
y cois., 1998). En estas condiciones evidenciaron que exis-
26-8. Con esta dosificación se obtiene un nivel anestésico
te un paso transplacentario de la droga sobre el 85% y que
suficiente (T4-T5) para realizar una operación cesárea sin
ésta es metabolizada por el feto en gran medida, por lo que
exponer a la paciente a altas dosis de anestésicos. A las do-
al nacer, los niveles plasmáticos fetales de remifentanil no
sis antes mencionadas se les puede adicionar bicarbonato
se traducen en depresión neonatal (Kan y cois., 1998). Por
en dosis de 1 mL de NaHC03 2/3 molar por cada 10 mi-
otra parte, esta dosis se asoció a depresión respiratoria y
de lidocaína, con lo que aumenta el pH de la mezcla y se
sedación materna, caracterizado en una escala de sedación
logra más anestésico local en su forma no-ionizada, lo que
por un valor 2 a 3 de 5 (lo que corresponde a una pa-
acelera el tiempo de inicio de acción del anestésico.
ciente somnolienta y con los ojos cerrados pero fácilmente
despertable). Así, la dosis ideal de remifentanil intravenosa
TABLA 26-7. Recomendaciones para aumentar la sensi- para sedación en operación cesárea pareciera ser menor a
bilidad en la detección de un catéter epidural mal ubica- la reportada por Kan y colaboradores.
do (intratecal o intravascular)
Efectos colaterales. Las complicaciones de la técnica
epidural para operación cesárea no difieren en gran medida
Aspiración secuencial del catéter epidural de las de la técnica epidural para el trabajo de parto, ex-
Dosis fraccionada cepto por un mayor riesgo de intoxicación con el anestésico
Dosis de drogas adecuadas local, dada su mayor dosificación en la operación cesárea.

Observación permanente
Uso de epinefrina Anestesia combinada espinal-epidural
La anestesia combinada espinal-epidural para la opera-
ción cesárea fue descrita por Brownridge en 1981 (Brown-
TABLA 26-8. Esquema anestésico epidural frecuente- ridge, 1981). Esta técnica reúne la rapidez y profundidad
mente usado para operación cesárea anestésica del componente espinal y la flexibilidad de la
epidural al ser posible titular la dosis o bien prolongar la
anestesia tanto como el procedimiento lo requiera (Fan y
Droga Dosis cois., 1994). Actualmente, donde los principales deter-
Bupivacaína 40 a 60 mg minantes de nuestro accionar son tanto la paciente como
Lidocaína 100 a 200 mg el costo y eficiencia del método anestésico utilizado, esta
Fentanyl o sufentanil 50 a 100 ,ug o 10 a 20 ¡ig técnica permite optimizar el manejo anestésico, ya que al
administrar una dosis anestésica intratecal se logran anes-
Epinefrina 20 a 40 jug
tesias confiables con una latencia de acción pequeña que
Volumen total 15a24mL permite el inicio rápido de la cirugía sin producir alteración
hemodinámica, que es el principal problema de la aneste-
sia subaracnoidea como técnica única. Luego, al titular el
nivel anestésico requerido con el componente epidural, se
En algunas ocasiones es necesario utilizar algún tipo de logra una mejor analgesia y con menor hipotensión que al
sedación, ya sea para tratar la ansiedad materna o bien para administrar una anestesia epidural única (Rawal y cois.,
suplir bloqueos incompletos, hasta en el 20% de las anes- 1988). Por otra parte, el perfil de seguridad de la técnica
tesias epidurales (Pernoll & Mandell, 1995), en especial al es alta, ya que se usan bajas masas de drogas, minimi-
tratar el dolor visceral al manipular el peritoneo o frente a zando así los riesgos de toxicidad sistémica si se produce
la tracción de estructuras ¡ntraabdominales, como ocurre una inyección ¡ntravascular en forma accidental (Rawal y
en la exteriorización uterina. Las técnicas más usadas son cois., 1997).
la administración por mascarilla facial de óxido nitroso en
oxígeno 50%, ketamina en bolos pequeños (0,1 a 0,25 Técnica. Las consideraciones preanestésicas de mo-
mg-kg"1) o bien el uso de opioides sistémicos tales como nitohzación y disponibilidad de equipos deben ser las
fentanyl (0,5 a 1 mg-kg'1) (Shnider & Levinson, 1993) o el mismas que las aplicadas para la anestesia epidural y
opiáceo de elección en el Hospital Clínico de la Universidad subaracnoidea. Con respecto a la técnica de punción epi-

493
OBSTETRICIA

dural, se deben seguir las mismas directrices que ya se han TABLA 26-9. Dosis sugeridas para realizar una anestesia
mencionado. combinada epidural espinal en operación cesárea
La punción subaracnoidea no aumenta el riesgo de in-
troducción accidental del catéter epidural en el espacio ra- Droga Dosis
quídeo, como ha sido corroborado en cadáveres, donde el Bupivacaína 3 a 7,5 mg
paso del catéter al espacio subaracnoídeo es improbable
Fentanyl o sufentanil 10 a 20 pg ó 3,3 a 10 /¿g
si la duramadre está intacta o incluso luego de una pun-
ción con la técnica combinada espinal-epidural, sin com- Componente epidural
plicaciones. El paso del catéter al espacio raquídeo sugiere Droga Dosis
daño meníngeo previo con la aguja epidural (Angle y cois., Lidocaína 2% 2 mL/segmento no blo-
2004). queado (Vercauteren y
La punción de la duramadre-aracnoides con una agu- cois., 1998)
ja de punta cónica número 27G no pareciera favorecer el Bupivacaína 20 a 40 mg
paso de anestésicos desde el espacio epidural al subarac- EVE* 5 a 10 mL
noídeo (Thomas y cois., 2005); sin embargo, punciones
con agujas de mayor calibre sí pudieran afectar (Swenson
* EVE: Extensión con volumen epidural: administración de solu-
y cois., 1996), por lo tanto, se debe tener precaución en el ción fisiológica por vía epidural para aumentar el nivel del bloqueo
uso de refuerzos anestésicos por vía epidural luego de una sensitivo. Debe realizarse dentro de los primeros 30 minutos de la
técnica combinada espinal-epidural cuya punción subarac- administración de la dosis subaracnoidea (Takiguchi y cois., 1997;
noidea haya sido realizada con una aguja gruesa. Stienstra y cois., 1999). Esta técnica no ha demostrado ser útil
para disminuir la masa de droga (ED 50 ) (Beale y cois., 2005), sino
Las dosis anestésicas recomendadas para la operación sólo para aumentar el nivel anestésico.
cesárea son menores que las usadas tradicionalmente en
la anestesia subaracnoidea, ya que se dispone del catéter
epidural para suplir niveles insuficientes. Actualmente, las
instalar un catéter epidural luego de haber administrado
drogas más usadas son bupivacaína asociada a un opiáceo
la dosis de anestésico local intratecal, con el riesgo de la-
(fentanyl o sufentanil). Ocasionalmente se pueden agregar
teralización de la anestesia subaracnoidea, la canulación
coadyuvantes como epinefrina, clonidina y/o neostigmina.
venosa con el catéter epidural, la perforación meníngea con
Las dosis recomendadas se pueden ver en la TABLA 26-9.
el catéter a través del orificio dejado por la aguja espinal (lo
La dosis intratecal de bupivacaína se ha ¡do reduciendo
que se debe considerar extremadamente raro, ya que en un
con el tiempo hasta llegar a niveles realmente bajos, con
modelo en cadáveres, luego de la punción subaracnoidea
mínima repercusión hemodinámica y con una muy baja
con una aguja calibre 25G no fue posible pasar un catéter
incidencia de molestias intraoperatorias. La necesidad de
epidural calibre 18G por la perforación bajo visión por epi-
suplir la anestesia por el catéter epidural varía entre el 10%
duraloscopia) (Holmstrom y cois., 1995), la presencia de
y el 100% de los casos dependiendo de la dosis intratecal,
un catéter no probado, el arrastre de partículas metálicas
de la técnica quirúrgica (exteriorización uterina), de la du-
de la aguja epidural al realizar la técnica aguja a través de
ración de la cirugía, etcétera.
aguja (needle through needle), que debe ser una situación
rara, ya que en un estudio in vitro no se demostró el paso
Efectos colaterales. Como la técnica combinada es
de partículas metálicas (Holst y cois., 1999), la infección
una mezcla de dos técnicas, los efectos colaterales debie-
meníngea, etc. Todos los problemas mencionados son de
ran ser la suma de los problemas de cada uno de ellos.
baja ocurrencia.
Sin embargo, esto no ha podido ser demostrado para cada
uno de los problemas e incluso se le ha dado un valor pro-
tector contra algunos de ellos, como por ejemplo, el hecho Anestesia general
de obtener líquido cefalorraquídeo habla a favor de que la para operación cesárea
punción fue realizada en la línea media, por lo que muy
probabíemente la aguja epidural esté en la misma dirección Desde el punto de vista materno, el uso de anestesia ge-
y por lo tanto el catéter epidural quedará en la línea media neral para la operación cesárea ha sido tema de debate
también (Van de Velde, 2000). por dos motivos, por el manejo de la vía aérea y por la
respuesta hipertensiva a la laringoscopia, intubación y ex-
Los problemas potenciales de esta técnica son, entre
tubación.
otros, la falla de la técnica al no identificar el espacio suba-
racnoideo, el no-reflujo de líquido cefalorraquídeo por la El manejo de la vía aérea puede ser un problema real
aguja espinal, ya sea por mala posición de la aguja epidural en este grupo de pacientes dado por el aumento de peso
que genera un trayecto desviado para la aguja espinal o seguido de edema generalizado y en particular de la vía aé-
por punciones tangenciales al saco dural, la dificultad de rea. Como la mortalidad materna por causa anestesiológica

494
Capítulo 26 Anestesia en obstetricia

TABLA 26-10. Resumen de las diferentes patologías obstétricas y anestesia de elección

Patología Alteración Anestesia de elección


SHE Hipovolemia y vasoconstricción CEE, espinal o epidural
Cardiopatía Inestabilidad cardiovascular Epidural o CEE
Diabetes Metabólica Regional
Anemia aguda Hipovolemia General

SHE: síndrome hipertensivo del embarazo; CEE: anestesia combinada espinal-epidural.

es mayor para el uso de anestesia general que para su con- indicada en aquellos casos de fracaso de la anestesia regio-
traparte regional (Hawkins y cois., 1997; Hawkins y cois., nal y en emergencias obstétricas como el desprendimiento
2002), debiera favorecerse el uso de anestesia regional en de placenta o la rotura uterina, en que no hay tiempo para
lo posible. Un riesgo omnipresente asociado a esta técnica realizar una técnica regional.
es que la paciente presente vómitos y éstos sean aspira-
La anestesia general debe ser balanceada, teniendo en
dos, produciendo el síndrome de Mendelson, con la consi-
cuenta que, además de la madre, existe el feto. Por eso,
guiente morbilidad y riesgo de muerte (Cooper & McCIure,
las dosis de anestésicos que se usen deben ser las míni-
2005). Cabe mencionar que el riesgo de muerte materna
mas efectivas (Stenger y cois., 1967; Fox y cois., 1979).
por causa anestesiológica ha ido disminuyendo gracias a la
Es conveniente hacer respirar previamente a la paciente
implementadón de medidas tales como el reconocimiento
oxígeno al 100% durante uno a dos minutos para elevar
de la necesidad de contar con un anestesiólogo entrenado,
el contenido de oxígeno arterial y desnitrogenar los pulmo-
la ¡mplementación de políticas de ayuno para pacientes en
nes. La inducción se puede hacer con cualquier hipnótico
trabajo de parto, el uso de técnicas de inducción anestésica
de rápida acción, tal como propofol (2 mg-kg^1) o barbitú-
de secuencia rápida asociadas a compresión cricoídea, la
ricos (tiopental, en dosis de 2 a 3 mg-kg^1) intravenosos
monitorización apropiada de oxigenación sanguínea (oxi-
colocados rápidamente, y en lo posible, al comenzar una
metría de pulso) y de dióxido de carbono espirado (capnó-
contracción uterina (Bonica & McDonald, 1995), para así
grafo) y la preferencia en el uso de anestesia regional sobre
disminuir al máximo el paso del anestésico al feto. Conco-
la general (Cooper & McCIure, 2005). mitantemente se agrega un opiáceo que atenuará la res-
Con respecto a la respuesta hipertensiva a las maniobras puesta a la laringoscopia e intubación. Es muy importante
de manipulación de la vía aérea, trabajos clásicos (Hodg- asegurar una buena analgesia frente a esta maniobra, ya
kinson y cois., 1980) demostraban una gran alza tensional que es en este momento donde hay mayor riesgo mater-
en momentos críticos, tales como laringoscopia, intubación no de presentar un alza de presión que pueda derivar en
y extubación, algo muy diferente a lo que ocurría con el uso una complicación mayor. Realizada la inducción anestésica
de anestesia epidural. Sin embargo, las drogas utilizadas se administra un relajante muscular (succinilcolina, 1 a 2
en la anestesia no fueron más que tiopental y óxido nitroso mg-kg-1), haciendo presión sobre el cricoides (maniobra de
(Hodgkinson y cois., 1980). El principal problema de esta Sellick) para ocluir el esófago y disminuir el riesgo de regur-
técnica es el consiguiente riesgo de hemorragia intracra- gitación. Luego se procede a la intubación endotraqueal.
neana, en especial en el contexto de la trombocitopenia Inflando el manguito del tubo se sella la tráquea, con lo
que acompaña a este síndrome. Diferente es la situación que se evita el riesgo de aspiración pulmonar de contenido
si se utilizan drogas de alta potencia analgésica y de corta gástrico. En este momento el cirujano puede iniciar la ope-
duración, como el remifentanil. Con esta última droga se ha ración. Se debe mantener a la paciente con oxígeno 100%
informado un muy buen control de la respuesta hiperten- o con una mezcla de 02/N20 al 50% y gases halogenados
siva a la laringoscopia e intubación (Johannsen & Munro, en concentraciones menores a una concentración alveolar
1999), con mínimos efectos en el recién nacido (Ngan Kee mínima (concentración alveolar del anestésico inhalatorio
y cois., 2006). Existen además otras drogas para atenuar a la cual el 50% de los pacientes no se mueve frente a un
la respuesta hipertensiva, tales como betabloqueadores y estímulo quirúrgico; en inglés, MAC). Es recomendable que
vasodilatadores, con efectividad variable (Gatt, 2000). La el feto sea extraído rápidamente. El tiempo quirúrgico más
elección de la técnica anestésica resulta de un balance en- importante es el que media entre la incisión del útero y el
tre riesgos y beneficios (TABLA 26-10). nacimiento (sección del cordón umbilical), que debe ser
Las principales indicaciones de anestesia general en la menor a tres minutos, pues en este período se producen
operación cesárea son la contraindicación o el rechazo por las mayores alteraciones del flujo uteroplacentario (Datta
parte de la paciente de la anestesia regional. También está y cois., 1981). Con el objeto de evitar la inercia uterina,

495
OBSTETRICIA

se debe tener en consideración la acción tocolítica de los de intubación en la paciente embarazada son evolutivas,
agentes halogenados. Inmediatamente después de extraído observándose que en pacientes en trabajo de parto empeo-
el feto y la placenta, se inicia la administración de oxitocina ran desde el inicio del mismo hasta el parto (Kodali y cois.,
por vía intravenosa para obtener una adecuada contracción 2008), por lo que deben evaluarse inmediatamente antes
uterina. Como efecto colateral del uso de oxitocina por vía de manipular la vía aérea de la paciente.
intravenosa se puede observar hipotensión y taquicardia
(Dyer y cois., 2008), por lo que su uso debe ser juicio-
so y en forma de infusión continua por una bomba. La TABLA 26-11. Factores a considerar en la evaluación
administración de bolos de oxitocina ha sido reconocida preoperatoria de la vía aérea
como causal de isquemia miocárdica y de muerte materna
(Cooper & McCIure, 2005; Svanstrom y cois., 2008), por
Edema
lo que debe evitarse.
Obesidad
Flexoextensión atlantooccipital (35°)*
Anestesia para legrado uterino
Distancia tiromentoniana (5 cm)*
La anestesia utilizada en procedimientos como el legrado Apertura bucal (5 cm)*
uterino por restos ovulares o por aborto retenido dependerá Dentición
de la urgencia del procedimiento y de las condiciones de
Estructuras orofaríngeas**
la paciente. Como en cualquier procedimiento anestésico,
se debe disponer de una máquina de anestesia o equipo
de reanimación, además de todos los implementos para la * Bajo este valor se asocia a mayor riesgo de intubación difícil.
** Clasificación de Mallampati.
anestesia propiamente tal.
La anestesia más frecuentemente usada es la aneste-
sia general, especialmente en aquellas pacientes que se
encuentran en ayunas y en las que este procedimiento es La posición adecuada de la paciente (posición de ol-
electivo. Sin embargo, este procedimiento puede ser rea- fateo) facilitará la maniobra de intubación, ya que al ali-
lizado bajo cualquier tipo de técnica anestésica (general, near los ejes oral, faríngeo y laríngeo, permite visualizar las
regional o local con sedación), la que se debe individualizar cuerdas vocales (FIGURA 26-12). Cabe recordar que el
según las condiciones particulares de la paciente y del cen- tamaño aumentado de las mamas y la prevalente obesidad
tro donde se realizará el procedimiento. de las pacientes pueden interferir y dificultar la laringosco-
pia, por lo que se sugiere utilizar un cojín bajo los hombros
y otro bajo la cabeza, además de la almohada (Davies y
Vía aérea en la paciente embarazada cois., 1989) (FIGURA 26-13), lo que mejora las condi-
ciones de intubación de la tráquea. Se recomienda además
El manejo de la vía aérea en la paciente embarazada es un utilizar un laringoscopio de mango corto.
desafío latente para el anestesiólogo, ya que los cambios
anatómicos y fisiológicos (TABLA 26-11) la hacen sus-
ceptible de una situación en la que sea imposible ventilar Algoritmo de intubación difícil
los pulmones y/o intubar la tráquea. Este riesgo es casi
diez veces mayor que el que posee la población general La vía aérea difícil se define como la "dificultad en la
(Samsoon & Young, 1987) y su incidencia varía entre el ventilación por mascarilla facial, intubación endotraqueal
0 , 1 3 % y e l 2 , l % ( R o c k e y c o l s . , 1992; Yeo y cois., 1992; o ambos, experimentado por un anestesiólogo con entre-
Vallejo, 2007). namiento convencional" (Crosby, 1996). Para facilitar la
toma de decisiones en momentos críticos, el manejo de la
vía aérea se ha estandarizado. La aplicación del algoritmo
Aproximación a la vía aérea supone que el operador posee experiencia en el manejo de
la vía aérea de pacientes no embarazadas, que conoce los
Como la vía aérea en obstetricia es potencialmente difí- implementos para establecer una vía aérea segura y que se
cil, unido a que debe considerarse el estómago lleno desde ha optimizado la posición de la paciente.
las doce semanas de gestación hasta 24 horas posparto,
la preparación para su abordaje es primordial. Así, el exa- Los pasos a seguir son dependientes de la condición
men físico será un factor predictor de la dificultad en la materno-fetal, de la posibilidad de al menos poder ventilar
intubación, cuya sensibilidad aumentará al agregar más con mascarilla facial y de la necesidad de extraer al feto en
métodos de evaluación (TABLA 26-11). Las condiciones forma urgente (FIGURA 26-14 Y 26-15).

496
Capítulo 26 | Anestesia en obstetricia

Eje oral (EO)

..-Eje laríngeo (EL)

EF

FIGURA 26-12. Alineamiento de los ejes oral (EO), faríngeo (EF) y laríngeo (EL) luego de adoptar la posición de olfateo,
lo que permite observar las cuerdas vocales con mayor facilidad. Adaptado de: Stackhouse & Bainton, 2002.

FIGURA 26-13. Optimización de la posición para laringoscopia e intubación al poner un cojín tipo cuña bajo la cabeza
y hombros. Las imágenes superiores muestran a una paciente con índice de masa corporal (IMC) = 40 kg-irr2 y las
imágenes inferiores, un IMC = 60 kg-nr2. Modificado de: Davies y cois., 1989.

497
OBSTETRICIA

Intubación fallida

¿Ventilación con mascarilla facial?

Mantener Sellick*
Convertir a ventilación espontánea Vía aérea oral o máscara laríngea
Despertar a la paciente
Programar intubación vigil**

Sí No o difícil

VJTT-CTT-TQ-IR*

FIGURA 26-14. Algoritmo de intubación fallida sin sufrimiento fetal.


* Maniobra de Sellick: presión cricoídea para evitar reflujo gastroesofágico. La fuerza debe ser de 40 Newtons (—4 kg de peso).
** Intubación vigil: se realiza con la paciente despierta en ventilación espontánea. Se puede utilizar fibrobroncoscopio.
*** Vías aéreas quirúrgicas: VJTT: ventilación jet transtraqueal; CTT: cricotiroidotomía; TQ: traqueostomía; IR: intubación retrógrada.

Intubación fallida • Sufrimiento fetal

¿Ventilación con mascarilla facial?

Mantener Sellick Vía aerea oral o mascara laríngea


Anestesia con mascarilla facial
Cesárea de emergencia Considerar inicio de cesárea

Sí No

VJTT-CTT-TQ-IR
Continuar con cesárea de emergencia

FIGURA 26-15. Algoritmo de intubación fallida con sufrimiento fetal.


Anestesia en patología obstétrica der & Levinson, 1993), una técnica combinada espinal-
epidural o incluso, actualmente la técnica de elección, una
Existen algunos cuadros clínicos en obstetricia que requie- anestesia subaracnoidea en dosis única (Hood & Curry,
ren un manejo anestesiológico especial. 1999; Dyery cois., 2008).

Las pacientes portadoras de hipertensión arterial cró-


Síndrome hipertensivo del embarazo nica habitualmente reciben tratamiento antihipertensivo
antes del comienzo de la gestación. En general, en estos
Entre las pacientes portadoras de un síndrome hiperten- tratamientos se emplean medidas tendientes a disminuir
sivo del embarazo, el grupo más importante lo constituyen la volemia (diuréticos, régimen hiposódico), por lo que ésta
las portadoras de preeclampsia grave o eclampsia. Aquellas debe monitohzarse y corregirse antes de efectuar la anes-
que presentan una hipertensión y oliguria refractaria a tra- tesia regional.
tamiento o bien insuficiencia cardíaca y edema pulmonar,
deben ser monitorizadas con cateterización vesical (débito
urinario), línea arterial (presión arterial invasiva), catéter Cardiopatía
venoso central (presión venosa central) y ocasionalmente
presión de arteria pulmonar (presión de capilar pulmonar) En el embarazo fisiológico el mayor aumento de la vo-
(Robson y cois., 1992; Gilbert y cois., 2000). lemia se observa durante el segundo y tercer trimestre.
Este aumento asociado al mayor trabajo cardíaco es el
Antes de iniciar cualquier procedimiento anestésico en responsable de la descompensación hemodinámica de las
estas pacientes, debe corregirse la volemia. Debe tenerse pacientes cardiópatas. Esta descompensación se puede
en mente que la volemia de estas pacientes habitualmente producir también durante el parto debido a las contraccio-
está disminuida y que su magnitud es proporcional a la nes uterinas y el pujo materno. En el posparto inmediato,
gravedad de la enfermedad, por lo que se debe rehidra- la descompensación se produce por la inyección de sangre
tar y expandir el espacio ¡ntravascular, con lo que se logra al torrente circulatorio dado por la retracción uterina, que
disminuir la presión arterial al disminuir la viscosidad san- genera una autotransfusión y una sobrecarga aguda de vo-
guínea. Esta maniobra mejora el flujo uteroplacentario y lumen sanguíneo (Shnider & Levinson, 1993).
la oxigenación fetal (Gutsche & Cheek, 1993). Lo anterior
debe ser realizado juiciosamente, ya que existe el riesgo de La incidencia de cardiopatías en el embarazo en la dé-
producir una insuficiencia cardíaca congestiva, especial- cada de 1970 era del 0,5%, siendo la enfermedad reumá-
mente en el período posparto, donde se puede observar tica la responsable del 83% de ellas y las enfermedades
disfunción diastólica del ventrículo izquierdo (Tihtonen y congénitas del 13%, con una mortalidad que fluctuaba
cois., 2006). entre el 3,3% y el 5,7% (Sugrue y cois., 1981). En la ac-
tualidad en los países desarrollados la incidencia global es
La anestesia de elección para el trabajo de parto en es- similar, pero se han invertido, dando el mayor porcentaje a
tas pacientes es la anestesia epidural continua adminis- las cardiopatías congénitas (71%), mientras que las valvu-
trada en forma fraccionada (evitar descensos bruscos de lopatías de origen reumático alcanzan el 15%, asociado a
la presión arterial). Esta técnica tiene la ventaja (además un descenso en la mortalidad a la mitad (0,5% al 2,7%)
de bloquear el dolor) de bajar los niveles plasmáticos de (Siu y cois., 2001; Ávila y cois., 2003). Sin embargo, en
norepinefrina y betaendorfinas y de mejorar el flujo del es- los países subdesarrollados se mantiene el predominio de
pacio intervelloso (Hollinen y cois., 1982; Abboud y cois., la enfermedad reumática sobre las cardiopatías congénitas
1983b). (85% versus 15%), pero con una reducción en la mortali-
Si la paciente presenta una crisis convulsiva (eclamp- dad (2,2%) (Boma y cois., 2006) (consultar Capítulo 51:
sia), se debe controlar la vía aérea y yugular la crisis con- Cardiopatía y embarazo).
vulsiva con benzodiacepinas o sulfato de magnesio, el cual
además provee protección contra la recurrencia de con-
vulsiones y la mortalidad materna (Lucas y cois., 1995;
Estenosis mitral
Altman y cois., 2002). Más aún, el sulfato de magnesio, Las pacientes asintomáticas no requieren de monitoreo
utilizado para la reducción del riesgo de eclampsia, no se especial. En cambio, las pacientes con capacidad funcional
ha asociado a mayor mortalidad o discapacidad de las ma- III y IV deber ser monitorizadas en forma invasiva con medi-
dres hasta dos años después del tratamiento (The Magpie ción de presión arterial directa, además de presión de arte-
Trial, 2007), reafirmando la seguridad de la droga. ria pulmonar. En estas pacientes se deben evitar los ritmos
Una vez controlada la crisis convulsiva se puede efec- ventriculares rápidos, los aumentos bruscos de la volemia
tuar una analgesia regional para el parto. En caso de (sobrehidratación, posición de Trendelemburg o autotrans-
operación cesárea, la anestesia de elección es también la fusión), los descensos marcados de la resistencia vascular
anestesia regional, donde se puede emplear la técnica epi- periférica y las exacerbaciones de la hipertensión pulmonar
dural continua administrada en forma fraccionada (Shni- (hipercarbia, hipoxia, acidosiso hiperinsuflación pulmonar)

499
OBSTETRICIA

(Shin & King, 1993). En este sentido, recomendamos uti- Para la operación cesárea en la cardiópata es reco-
lizar con precaución aquellas drogas potencialmente taqui- mendable la anestesia epidural continua fraccionada o la
cardizantes (atropina, efedrina, oxitocina, etcétera). anestesia combinada espinal-epidural, con la paciente mo-
nitorizada. Alternativamente se puede utilizar una aneste-
sia general, tomando todas las precauciones previamente
Insuficiencia mitral señaladas, además de ajusfando las dosis para lograr la
Deben evitarse la vasoconstricción sistémica, las drogas máxima estabilidad hemodinámica posible (consultar Capí-
depresoras miocárdicas, la fibrilación auricular y la bradi- tulo 51: Cardiopatía y embarazo).
cardia. Las técnicas anestésicas de elección, tanto para el
parto como para la operación cesárea son la anestesia epi- Anemia aguda
dural continua administrada en forma fraccionada o bien la
anestesia combinada espinal-epidural. En estas pacientes La anemia aguda en obstetricia puede tener diferentes
se debe desplazar el útero a la izquierda y colocarlas en etiologías. El problema fundamental que produce es la hi-
discreta posición de Trendelemburg para aumentar el re- povolemia. No obstante, también es preciso considerar la
torno venoso. La efedrina sólo está indicada para tratar la disminución del transporte del oxígeno, que depende direc-
hipotensión arterial que se puede producir por efecto del tamente de la cantidad de hemoglobina, de la saturación
bloqueo simpático. de oxígeno y de la capacidad de transporte de la hemoglo-
bina (Lacassie, 1971).
Recambio valvular cardíaco En una paciente con anemia aguda la primera medida
es permeabilizar una vía venosa periférica con un teflón
Otro tipo de pacientes cardiópatas que debemos con- o aguja de grueso calibre (14 a 16G). Este procedimiento
siderar son aquellas con recambios valvulares, pues pre- asegura una buena vía de reposición de sangre, solucio-
sentan un problema adicional, el uso de anticoagulantes. nes electrolíticas balanceadas o expansores plasmáticos
Esto conlleva el riesgo de que se produzca un hematoma mientras se obtiene sangre y hemoderivados del banco
en el espacio epidural frente al uso de anestesia regional de sangre. El desequilibrio hemodinámico de la paciente
neuroaxial. Sin embargo, si la alteración de la coagulación se debe tratar de compensar antes de proceder a la anes-
está corregida, el riesgo no aumenta (Vandermeulen y cois., tesia.
1994; Horlockerycols., 2003).
En situaciones en que hay inestabilidad hemodinámi-
De mayor importancia que la cardiopatía en sí es el gra- ca y que se requiere practicar una operación cesárea, la
do de compromiso funcional con que la paciente llega al anestesia general es la técnica de elección. La anestesia
pabellón de partos (clasificación de la capacidad funcional subaracnoidea o epidural conllevan riesgo de agravar el
graduada de I a IV según la New York Heart Association). compromiso hemodinámico. Si la paciente está parcial-
Las pacientes clase I y II no significan mayor riesgo de des- mente compensada, estos bloqueos la pueden descom-
compensación cardíaca, las clase III y IV crean las mayores pensar haciéndola caer en shock, con grave peligro para
dificultades y deben ser monitorizadas en forma invasiva ella y el feto.
con catéter en la arteria radial y pulmonar, ya que permi-
tirán la medición del débito cardíaco y el cálculo de las La transfusión de hemoderivados conlleva riesgos, por
resistencias vascular sistémica y pulmonar, de forma de lo que la decisión de hacerlo debe considerar múltiples fac-
guiar el tratamiento en forma más fina. tores tales como el nivel de anemia, la oxigenación tisular,
el riesgo de infecciones, las reacciones transfusionales y el
Los opioides deben ser usados con precaución y mo- costo, entre otros. Frente a la disquisición de cuánto esperar
nitorización intensiva, ya que pueden deprimir el centro antes de transfundir glóbulos rojos en pacientes anémicas
respiratorio con la consiguiente hipoxemia, hipercarbia e no hipovolémicas, se ha observado en estudios con volun-
hipertensión arterial por vasoconstricción. tarios sanos que el límite inferior tolerable de hemoglobina
En las pacientes cardiópatas se prefiere el uso de un es de aproximadamente 7 mg-dL^1 antes de que se produz-
bloqueo regional. Creemos que la analgesia epidural con- ca disfunción cerebral, caracterizada por alteración en las
tinua o bien, la combinada espinal-epidural, son las mejo- funciones cognitivas (Weiskopf y cois., 2000). Si se admi-
res técnicas para el manejo de una cardiopatía durante el nistra oxígeno suplementario las alteraciones cerebrales se
parto, dada su gran estabilidad hemodinámica, asociada revierten, incluso frente a niveles de hemoglobina tan bajos
a una alta efectividad desde el punto de vista analgésico. como 5,7 mg-dL^1 (Weiskopf y cois., 2002). Lo anterior no
Excepcionalmente, se ha empleado con buenos resultados considera a pacientes embarazadas, por lo que sólo debe
la morfina intratecal como analgésico único durante el par- tomarse como una guía para la toma de decisiones frente a
to en ciertos tipos de cardiópatas (hipertensión pulmonar la necesidad de transfundir glóbulos rojos.
primaria y ventrículo único) (Abboud y cois., 1983a).

500
Capítulo 26 Anestesia en obstetricia

Anestesia no obstétrica durante riesgo de interferir con los procesos de organogénesis de


períodos tempranos, que ofrece una ventana terapéutica al
el embarazo
facilitar la cirugía desde un punto de vista técnico y que,
Durante el embarazo puede ser necesario efectuar una por otra parte, disminuye el riesgo de desencadenar un
anestesia para algún acto quirúrgico. Se estima que el parto de pretérmino (O'Rourke & Kodali, 2006). Sin em-
1,6% de las embarazadas se somete a algún procedimien- bargo, esta recomendación genérica debe ser interpretada
to quirúrgico no obstétrico (Shnider & Levinson, 1993). según las condiciones individuales de la paciente y su pa-
tología, como también del centro asistencial donde será
Los problemas de la anestesia quirúrgica durante el intervenida.
embarazo se relacionan con los cambios fisiológicos de la
madre y los posibles efectos adversos sobre el feto. Existe Al analizar la población de mujeres en edad fértil sin
razonable consenso en que el resultado neonatal depen- embarazo conocido, la incidencia de prueba de embarazo
de de la condición quirúrgica de base y de la cirugía pro- positivo preoperatorio ha sido demostrada entre el 0,3% y
piamente tal (Chantigian & Chantigian, 1994; AI-Fozan & el 2,2%, lo que ha condicionado que el panel de expertos
Tulandi, 2002). La anestesia es un factor muy secundario de la sociedad Americana de Anestesiólogos recomiende
en el resultado final. No obstante, es importante no pro- que sea un test a considerar en la evaluación preoperatoria
ducir alteraciones maternas tales como hipotensión arte- (American Sodety of Anesthesiologists, 2002). En aque-
rial, hipoxia o hipercapnia, ya que experimentalmente se llas pacientes con embarazo conocido, las implicancias
ha demostrado que la hipoxia puede ser teratogénica en anestesiológicas son evidentes al tener que lidiar con una
embriones de pollo (Grabowski & Paar, 1958). En general paciente sometida a cambios fisiológicos propios de esta
se acepta que sólo deben realizarse los procedimientos qui- condición, como también frente al uso de drogas que pu-
rúrgicos de urgencia durante el embarazo, debiendo poster- dieran interferir con el embarazo.
garse la cirugía electiva. La prevalencia de patologías que requieren resolución
En experimentación animal existe evidencia sobre los quirúrgica durante el embarazo es de aproximadamente el
efectos celulares de los anestésicos y sus metabolitos. Los 2% (Melnick y cois., 2004). Las patologías más frecuentes
anestésicos generales deprimen el crecimiento celular y en esta condición son la apendicitis aguda, la colecistitis
retardan la división celular. Se ha demostrado que el ha- aguda y los traumatismos. Le siguen en frecuencia los quis-
lotano en concentraciones sobre el 0,7% interfiere con la tes ováricos, la obstrucción intestinal y el tumor de mama.
síntesis del ADN en embriones de pollo (Sturrock & Nunn, A lo anterior se agregan los cada vez más frecuentes proce-
1976), sin embargo, este efecto no ha sido observado en dimientos fetales intrauterinos tales como las cordocente-
humanos. Los anestésicos locales no han demostrado tener sis, la cirugía láser para corrección de transfusión fetofetal,
efecto teratogénico. Cuando se usan en la práctica clínica derivaciones vesicoamnióticas y otras más complejas pero
por vía subaracnoidea, las concentraciones sanguíneas son menos frecuentes (Myers y cois., 2002).
indetectables.
Si es imprescindible la administración de anestesia en Riesgos fetales
este período, es recomendable usar aquellas drogas que se
sabe que son más seguras por su uso a través de los años La teratogenia se define como la disgenesia de los órga-
nos fetales caracterizada como alteración en su estructura
y por estudios experimentales. Entre éstas se incluyen mor-
fina, fentanyl, remifentanil, tiopental, propofol y relajantes o función (Koren y cois., 1998). El período más crítico en
términos de teratogenicidad por exposición a drogas es en-
musculares. Los anestésicos locales neuroaxiales pueden
tre las 4 y 10 semanas de gestación, que corresponden
usarse, evitando la hipotensión y el paso de cantidades im-
aproximadamente a los días 31 al 71 del último período
portantes a la circulación sistémica. El analgésico con la
menstrual. Antes de las cuatro semanas se produce una
mejor relación riesgo/beneficio sigue siendo el acetoami-
respuesta binaria frente a algún problema del desarrollo,
nofeno (paracetamol) (Lacassie & Núñez, 2000).
vale decir, sobrevive sin anomalías o muere. Luego, cerca
En la operación de cerclaje del cuello uterino, realizada de la quinta semana, se establece el transporte de sustan-
generalmente durante el primer trimestre de la gestación, cias maternas al feto a través de la placenta. La exposición
la anestesia de elección es la anestesia raquídea, ya que a drogas después del período de organogénesis puede pro-
no presenta riesgos para el feto al usar anestésicos locales vocar compromiso multiorgánico actual o tardío, alteración
en bajas dosis. La anestesia infiltrativa local de uso dental, del desarrollo, retardo del crecimiento intrauterino, altera-
sin vasoconstrictor, no está contraindicada en la paciente ciones funcionales y/o alteraciones del recién nacido (La-
embarazada. cassie & Núñez, 2000) (consultar Capítulo 67: Genética y
perinatología).
Conceptualmente es reconocido que el segundo trimes-
tre del embarazo es el momento ideal para realizar cirugías Hasta el momento no existe evidencia definitiva en es-
no obstétricas en la embarazada, dado que disminuye el tudios realizados en humanos de que las drogas utilizadas

501
OBSTETRICIA

en anestesiología sean teratogénicas. Las únicas drogas que Tratamiento


pudieran generar problemas de este tipo son la ketamina y
el óxido nitroso (Lacassie & Nuñez, 2000). El dolor experimentado en el posoperatorio de la opera-
ción cesárea es similar al de aquellas cirugías intraabdomi-
Ha sido demostrado concluyentemente que durante nales infraumbilicales, vale decir, agudo, de mayor magnitud
el capnoperitoneo humano no se produce acidosis respi- en las primeras seis horas, de intensidad moderada y afec-
ratoria materna (Bhavani-Shankar y cois., 2000). Así, es ta la piel entre los metámeros correspondientes a las raíces
altamente probable que la oxigenación fetal no esté com- T9 a Ll, lo que desencadena un dolor de tipo incidental. El
prometida. Hasta el momento no hay estudios de efectos dolor de piel, músculos y aponeurosis es somático, mien-
fetales adversos en humanos secundarios al uso de la téc- tras que el uterino y peritoneal es visceral.
nica laparoscópica, sin embargo, debemos estar atentos,
ya que pudiera ocurrir. El manejo del dolor puede realizarse de múltiples for-
mas, dependiendo de la experiencia y recursos disponibles
en cada centro. Las alternativas disponibles incluyen anal-
Monitorización fetal gesia regional, parenteral y anestesia infiltrativa local.
La decisión de utilizar monitorización fetal debe indivi-
dualizarse. De utilizarse, dependerá de la edad gestacional, Analgesia regional. Es la técnica ideal, ya sea usando
del tipo de cirugía y de los recursos disponibles (ACOG, anestésicos locales y/u opioides neuroaxiales. Los primeros
2003). Antes de las veinte semanas de gestación es téc- interrumpen la transmisión del dolor somático y visceral
nicamente muy difícil dada la altura uterina, que impide transmitida por los haces espinotalámicos y además supri-
realizar monitorización continua externa. En el Hospital men por completo la respuesta neuroendocrina desencade-
Clínico de la Universidad Católica de Chile se monitoriza nada por este (Liu y cois., 1995). Los opioides como droga
la presencia de latidos cardiofetales antes y después del única son igualmente efectivos en este tipo de cirugía, sin
procedimiento quirúrgico en embarazos hasta las veintiséis embargo, dado su mecanismo de acción no bloquean la
semanas. Sobre esa edad gestacional se realiza evaluación respuesta neuroendocrina, sino que sólo modulan las vías
de la unidad fetoplacentaria utilizando perfil biofísico fetal nociceptivas del SNC. Permiten a la paciente deambular
o registro basal no estresante con especial énfasis en la en forma precoz y estar libre de dolor durante el postope-
interpretación de la variabilidad de la frecuencia cardíaca ratorio usando drogas de muy bajo costo, como es el caso
fetal como marcador de bienestar fetal. de la morfina. El problema de esta técnica es la necesidad
de control permanente de las pacientes, en particular de
aquellas con opioides neuroaxiales. De no existir contra-
Dolor postoperatorio indicación recomendamos el uso de AINES como suple-
mento analgésico al usar opioides o anestésicos locales
La cirugía produce daño tisular, con la consecuente libera-
epidurales/subaracnoídeos, ya que permiten disminuir la
ción de sustancias algésicas (prostaglandinas, histamina,
dosis y los efectos colaterales de los opioides (Cardoso y
serotonina, bradikininas, sustancia P y otras) y generación
cois., 1998).
de estímulos que son detectados por nociceptores y trans-
mitidos por fibras A delta y C al neuroeje, los que liberan
Analgesia parenteral. Por esta vía se pueden utilizar
neuropéptidos excitatorios. El resto de la transmisión está
opioides (fentanyl, morfina, tramadol) y AINES. La forma
determinada por influencias moduladoras complejas a ni-
de administración puede ser por bolos, infusiones conti-
vel de la médula espinal. Algunos impulsos pasan a los
nuas o bien administración controlada por la paciente
cuernos anteriores y anterolaterales de la médula espinal
(patíent controlled analgesia [PCA]), donde es ella la que
para provocar respuestas reflejas segmentarias. Otros son
determina la cantidad de analgésico que se administra, con
transmitidos a centros superiores por medio de los haces
lo que disminuyen los riesgos de depresión respiratoria y
espinotalámicos y espinorreticulares que generan respues-
otros efectos colaterales, además de permitir reducir el uso
tas suprasegmentarias y corticales. Las respuestas de los
total de analgésicos y mejorar la satisfacción de las pacien-
reflejos segmentarios asociados a cirugía incluyen aumento
tes, incluso por sobre la analgesia neuroaxial con opioides,
del tono muscular y espasmos, con el consecuente aumen-
a pesar de ser menos efectiva (Eisenach y cois., 1988).
to del consumo de oxígeno muscular y producción de ácido
láctico. La estimulación de neuronas simpáticas produce Al ser somático, el dolor de la incisión de la piel es bien
taquicardia, aumento del volumen sistólico eyectado y del controlado por AINES y anestésicos locales, aunque no por
trabajo cardíaco, incrementando el consumo de oxígeno opioides, a los que el dolor muscular y visceral responde
miocárdico. El tono de la musculatura lisa disminuye a muy bien.
nivel del aparato gastrointestinal y genitourinario. La res-
Los esquemas terapéuticos más frecuentemente usados
puesta de reflejos suprasegmentarios resulta en un aumen-
son:
to más marcado del tono simpático, con el consiguiente
aumento de la respuesta en los diferentes sistemas.

502
Capítulo 26 Anestesia en obstetricia

• Tramadol 300 mg + ketorolaco 90 mg diluidos en suero milia de AINES inhibidores selectivos de la COX-2 tienen la
glucosado 5% 500 ml_, en infusión continua a 20 ml_ ventaja de alterar en menor proporción estos parénquimas.
por hora hr1 iv. Sin embargo, esta inhibición selectiva de prostaciclinas a
nivel endotelial deja a los tromboxanos A2 mediados por
• Bolos de morfina 2 mg iv según necesidad + ketorolaco
COX-1 relativamente desprotegidos, lo que podría favorecer
30 mg o ketoprofeno 100 mg iv cada 8 horas.
fenómenos de vasoconstricción, agregación plaquetaria y
• PCA con morfina intravenosa, diluyendo 50 mg de mor- trombosis (Graham, 2006), además de correlacionarse con
fina en 250 mL de solución fisiológica (es decir, morfina edema periférico, hipertensión y falla renal (Zhang y cois.,
0,2 mg-mL-1) con un programa [0-1-8], lo que significa: 2006). Así, el beneficio de proteger los parénquimas antes
sin infusión continua; 1 mg por bolo (5 mL); intervalo mencionados pudiera ser a costa de un mayor riesgo de in-
entre bolos (lockout) de 8 minutos. fartos al miocardio (Graham, 2006). Finalmente, el valde-
coxib tiene reacción alérgica cruzada con las sulfas, ya que
• Morfina neuroaxial en dosis de 100 jug intratecal o 2 mg esta molécula forma parte de su formulación (FDA, 2007).
epidural, asociados a AINES iv.

• PCA epidural: bupivacaína 0,12% + fentanyl 2 Dolor crónico poscesárea


jUg-mL'1, con un programa [5-5-20], (infusión continua
a 5 mL-por hora'1, bolos de 5 mL y lockout de 20 minu- El dolor posquirúrgico persistente se define como aquel que
tos), asociados a AINES iv. perdura por más de tres meses en el postoperatorio, ex-
cluyendo la condición preoperatoria u otra causa de dolor
• Metamizol sódico 2 g cada 8 horas + morfina 2 mg iv (Joshi, 2005). La incidencia de dolor neuropático crónico
según necesidad (este último esquema es el más uti- es reconocidamente alta luego de cirugías tales como am-
lizado en los hospitales estatales dado su bajo costo,
putaciones de extremidades, toracotomías y mastectomías,
aunque no necesariamente es el más efectivo). sin embargo, poco se sabe de la incidencia en operación
cesárea. Algunos estudios han reportado incidencias de en-
La analgesia debe ser usada por horario y no cuando la tre el 12% y el 15% de dolor crónico persistente después
paciente esté experimentando dolor o esté reapareciendo, de los seis meses de la cesárea (Nikolajsen y cois., 2004;
ya que dada la farmacocinética de los analgésicos se debe Lavand'homme y cois., 2005). Este dolor es de tipo neu-
esperar un lapso de tiempo hasta que la droga alcance ni- ropático, que puede tener puntos gatillo dolorosos, gene-
veles plasmáticos efectivos para el control del dolor. ralmente en relación a la herida operatoria. La génesis del
dolor puede ser por atrapamiento de nervios, formación de
Anestesia infiltrativa local. Es una alternativa barata, neurinomas o sensación de hipoestesia cutánea (Luijendijk
de fácil manejo y reproducible en sus efectos. La técnica y cois., 1997), lo que puede ser interpretado como dolor.
consiste en infiltrar bajo la piel un anestésico local (bu-
pivacaína 0,25% a 0,5% 10 a 20 mL). Es efectiva para Se han postulado algunos factores de riesgo que se co-
controlar el dolor incidental de la piel y de la aponeurosis. rrelacionan con una mayor predisposición a presentar do-
El inconveniente es que su duración es de 2 a 6 horas so- lor crónico, entre los que se encuentran el tamaño de la
lamente y que su espectro analgésico no permite cubrir el incisión de Pfannenstiel (Luijendijk y cois., 1997), el uso
dolor visceral, sin embargo, es un coadyuvante de aquellos de anestesia general sobre anestesia neuroaxial (lo que su-
esquemas analgésicos menos efectivos. geriría que existe un rol preventivo o al menos anticipatorio
de la anestesia regional contra dolor crónico) (Nikolajsen
y cois., 2004), infección previa del tracto genitourinario
Efectos colaterales de la analgesia (Lavand'homme y cois., 2005) y la intensidad del dolor
postoperatoria postoperatorio (Perkins & Kehlet, 2000; Lavand'homme y
cois., 2005). Experiencias clínicas y experimentales han
Los efectos colaterales de la morfina son similares para demostrado que una oleada de estímulos nociceptivos pue-
las técnicas epidural y subaracnoidea. Estos son prurito, den generar una sensibilización central, la que a su vez
náuseas y vómitos, retención urinaria y depresión respira- puede asociarse a un mayor riesgo de dolor persistente
toria. Se ha descrito un quinto efecto colateral de la morfina (Nikolajsen y cois., 2004).
neuroaxial y se refiere a la reactivación de una lesión labial
por virus herpes simple tipo II en más del 20% de las pa-
cientes seropositivas para el virus (Crone y cois., 1990). Prevención
Los AINES no selectivos, es decir, los inhibidores de La prevención del dolor crónico poscesárea es funda-
la ciclooxigenasa tipo 1 (constitutiva) y tipo 2 (inducida) mental e incluye una anestesia efectiva que bloquee impul-
(COX-1 y COX-2) pueden producir alteración de la función sos que podrían inducir sensibilización central. El anterior
renal y alteraciones gástricas (gastritis o úlceras) secunda- es un argumento más a favor del uso de anestesia regio-
rias a la disminución de las prostaglandinas. La nueva fa- nal sobre la anestesia general para operación cesárea que

503
OBSTETRICIA

del uso de inhibidores de receptores N-metil D-aspartato Alahuhta S, Rasanen J, Jouppila R, Jouppila P, Hollmen Al. Effects
(NMDA) como la ketamina, que reduce la sensibilización of extradural bupivacaine with adrenaline for caesarean sec-
central y por ende la aparición de dolor neuropático (De tion on uteroplacental and fetal circulation. Br J Anaesth 1991;
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de la analgesia (Buvanendran y cois., 2003). Más aún, al
Do women with pre-eclampsia, and their babies, benefit from
asociarlos a ketamina no sólo mejora la analgesia, sino que
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symptoms? Anesth Analg 2001; 92:401-04.
témicos. Se ha recomendado la infiltración de la herida,
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Ayad S, Demian Y, Narouze SN, Tetzlaff JE. Subarachnoid cathe-
agregar antidepresivos en bajas dosis; su efecto antihipe-
ter placement after wet tap for analgesia in labor: ¡nfluence on
ralgésico se logra con dosis inferiores a las antidepresivas the risk of headache ¡n obstetric patients. Reg Anesth Pain Med
y/o anticonvulsivantes como gabapentina (100 mg hasta 2003; 28:512-15.
1.800 mg al día) o pregabalina (75 mg hasta 300 mg al Baer ET. Post-dural puncture bacterial meningitis. Anesthesiology
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510
Embarazo ectópico

R. Macaya

En la historia de la práctica de la obstetricia y ginecolo- embarazos iniciales o concepciones; sin embargo, no cono-
gía, el embarazo ectópico, definido como aquel ovocito cemos la real incidencia de abortos espontáneos no diag-
fecundado cuya implantación ocurre fuera de la cavidad nosticados, o electivos no reportados, lo que originará un
uterina, ha sido una de las causas importantes de morbi- denominador siempre más pequeño que el real, con lo que
lidad y mortalidad materna, así como también una de las la tasa de embarazos ectópicos aumenta. Es preciso des-
eventuales causas de disminución del potencial reproduc- tacar, además, que un porcentaje de embarazos ectópicos
tivo de la mujer. La disponibilidad de nuevos marcadores evoluciona sin síntomas y por lo tanto no es diagnosticado,
hormonales e imágenes por ultrasonido ha incrementado la lo que repercute en un numerador más pequeño. Así en-
complejidad del trabajo diagnóstico en pacientes en las que tonces, la incidencia de embarazos ectópicos por 1.000
se sospecha un embarazo ectópico, así como el desarrollo concepciones totales no puede ser exactamente calculada.
de nuevos tratamientos con técnicas quirúrgicas menos in- Su incidencia se ha expresado reconociendo el número de
vasivas y tratamientos médicos no-invasivos han cambiado mujeres en edad reproductiva, expresado como el núme-
el espectro de los mismos (Murray y cois., 2005). ro de embarazos ectópicos por 10.000 mujeres de 14 a
44 años o también aludiendo al número de partos totales
El embarazo ectópico es generalmente diagnosticado en
expresado como el número de embarazos ectópicos por
el primer trimestre del embarazo, siendo la edad gestacio-
1.000 partos.
nal más común las 6 a las 10 semanas (Murray y cois.,
2005). La documentación de factores de riesgo es parte La incidencia de embarazo ectópico varía en los distin-
fundamental de la historia de una paciente. En este senti- tos países del mundo, con tasas tan altas como 1 en 28 y
do, aquellas mujeres asintomáticas con factores de riesgo 1 en 40 embarazos reportados en Jamaica y Vietnam. En
pueden beneficiarse de estudios de imágenes realizados los EE.UU., en 1989 el Centro para el Control y Prevención
precozmente. Sin embargo, más de la mitad de los emba- de Enfermedades (Centers for Disease Control and Preven-
razos ectópicos identificados se presentan en mujeres sin tion, o CDC) reportó un incremento de la tasa de embara-
factores de riesgo conocido. Por otra parte, la mayoría de zo ectópico durante los veinte años anteriores. En ese año
los embarazos ectópicos ocurren en mujeres multíparas. hubo una estimación de 88.400 embarazos ectópicos, con
Sólo del 10% al 15% de los embarazos ectópicos ocurren una tasa de 16 embarazos ectópicos por 1.000 embarazos
en mujeres nuligestas, mientras que más de la mitad de los reportados, cifra similar a la de Finlandia, pero mayor que
casos se observan en mujeres que han estado embaraza- la de Francia. Estos números representan un incremento de
das tres o más veces. cinco veces comparado con lo reportado en 1970 (Kriebs
& Fahey, 2006). Las tasas más altas se presentaron en
Epidemiología mujeres entre 35 y 44 años (27,2 por cada 1.000 em-
barazos reportados). Cuando estos datos se analizan por
La incidencia de embarazo ectópico ha sido expresada de raza, vemos que el riesgo de embarazo ectópico entre los
diferentes maneras en la literatura. Lo que habitualmente afroamericanos y otras minorías (20,8 por 1.000) es 1,6
encontramos es el número de embarazos ectópicos reco- veces mayor que el riesgo entre el grupo de origen anglo-
nocidos por 1.000 embarazos totales. La mejor forma de sajón (13,4 por 1.000). Después de un embarazo ectópico
calcular la incidencia de embarazos ectópicos sería cono- existe un riesgo 7 a 13 veces mayor de un subsiguiente
cer cuántos embarazos ectópicos ocurren por cada 1.000 embarazo ectópico. Otras publicaciones mencionan que la

511
OBSTETRICIA

posibilidad de que el siguiente embarazo sea intrauterino ropa, Australia, Nueva Zelanda y Japón) la tasa de muertes
es del 50% al 80%, mientras que la posibilidad de que por embarazo ectópico fue del 4,9% (rango entre 0,4% y
sea un embarazo tubario fluctúa entre el 10% y el 25%, 7,4%) (Kriebs & Fahey, 2006). Aunque el porcentaje de
quedando el resto de las mujeres ¡nfértiles. todas las muertes maternas en los EE.UU. que resultaron
de un embarazo ectópico aumentó del 8% en 1970 al
El embarazo ectopico sigue siendo una causa impor-
13% en 1989, el porcentaje de embarazos ectópicos que
tante de mortalidad materna y da cuenta aproximadamen-
actualmente son fatales ha disminuido aproximadamente
te del 4% de las veinte muertes anuales relacionadas a
diez veces, observándose una mortalidad por esta causa de
embarazos en Canadá (Murray y cois., 2005). A pesar
35 por cada 10.000 mujeres en 1970 y de 3,8 por cada
de la relativa alta frecuencia de esta grave condición, la
10.000 en 1989.
detección precoz es un desafío. En más de la mitad de
las mujeres con un embarazo ectópico, que acuden a un Recientemente se estimó el riesgo de mortalidad mater-
servicio de urgencia, su diagnóstico no es identificado en na en los EE.UU. para varias patologías maternas usando
la primera evaluación médica (Murray y cois., 2005). Aun- los datos del CDC desde el año 1991 a 1999. Su análisis
que la incidencia de embarazo ectópico es cercana al 2% determinó un riesgo de mortalidad materna relacionada a
(Kamwendo y cois., 2000), la prevalencia en mujeres que embarazo ectópico de 31,9 por 100.000 embarazos, así
ingresan a un servicio de urgencia con una metrorragia del como también reveló que la tasa de muertes es similar en
primer trimestre o dolor abdominal va del 6% al 16% (Ka- todos los grupos otarios; pero es cuatro veces mayor en
mwendo y cois., 2000; Murray y cois., 2005). Por otra afroamericanas y otras razas no blancas que en mujeres
parte, a medida que la incidencia de embarazo ectópico blancas. Por esta misma razón es que en los EE.UU. una
ha aumentado, la mortalidad absoluta asociada con esta mujer de raza afroamericana tiene una probabilidad cinco
condición ha disminuido. Sin embargo, en los EE.UU. el veces mayor de morir de un embarazo ectópico que una
embarazo ectópico sigue siendo la causa más común de mujer de raza blanca. El embarazo ectópico es la causa
mortalidad materna en el primer trimestre del embarazo. única más común (un quinto) de todas las muertes ma-
Aproximadamente el 13% de las muertes relacionadas con ternas entre mujeres afroamericanas. Mujeres solteras de
un embarazo son atribuidas a embarazo ectópico (Kriebs & todas las razas, tienen 1,7 veces más probabilidades de
Fahey, 2006). morir de un embarazo ectópico, que aquellas mujeres ca-
sadas. En Chile, según lo informado por el Instituto Nacio-
Un análisis de las causas de mortalidad materna repor-
nal de Estadísticas (INE), entre los años 1990 y 2005 el
tado por la Organización Mundial de la Salud en el año
embarazo ectópico no fue la primera causa en de muerte
2006, que considera todas las muertes de mujeres incluido
materna, y al igual que en otros países, existe una tenden-
el año posterior al embarazo, gráfico los datos de múltiples
cia a su disminución (FIGURA 27-1).
áreas geográficas. En los países desarrollados (EE.UU., Eu-

2,5

2-

o
o 1,5 -
o
R: -0,566; p = 0,02

0,5 -

1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1—
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Año

Mortalidad materna

Fuente: Instituto Nacional de Estadísticas, Chile, 1990-2005.

FIGURA 27-1. Mortalidad materna por embarazo ectópico.

512
120

100 -

60 ~
40-

20 -

1970 1972 1974 1976 1978 1980 1982 1984 1986 1988 1990 1992
Año
1970* 1992 Pacientes hospitalizados (NHDS*)
• 1992 Pacientes ambulatorios (NHDS y NHAMCS&)

* Encuesta de Altas Hospitalizaciones Nacionales y Encuesta de altas atención ambulatoria (datos reportados por el CDC).
Fuente: Kriebs & Fahey, 2006.

FIGURA 27-2. Número de embarazos ectópicos en los EE.UU. entre 1970 y 1992.

Durante las últimas décadas la incidencia de embarazo versus las no embarazadas. La mayoría de los factores de
ectópico ha estado aumentando constantemente en Amé- riesgo altera la probabilidad de fecundación y la probabili-
rica y en la mayoría de los países europeos. Un análisis dad de una implantación extrauterina. Varios estudios han
de pacientes dadas de alta y de aquellas que recibieron identificado los factores de riesgo relacionados con emba-
tratamiento ambulatorio, reveló que el número estimado razo ectópico. Un tercio de los casos están asociados con
de hospitalizaciones por embarazo ectópico en los EE.UU. daño tubario, causado por infección o cirugía, y otro tercio,
disminuyó de aproximadamente 90.000 en 1989 a cerca con tabaquismo (Ankum y cois., 1996). Aparentemente,
de 45.000 en 1994. Sin embargo, en 1992 cerca de la la infección de las trompas contribuye menos al riesgo de
mitad de todas las mujeres con embarazo ectópico en los embarazo ectópico que el tabaquismo, aunque el riesgo de
EE.UU. fueron tratadas en forma ambulatoria y el número embarazo ectópico aumenta con el número de infecciones
total de embarazos ectópicos en ese año fue de 108.000, pelvianas. Mujeres con antecedentes de cirugía tubaria o
con una tasa de 19,7 por cada 1.000 embarazos reporta- aquellas que tienen una patología tubaria conocida, tienen
dos (Kriebs & Fahey, 2006) (FIGURA 27-2). Por lo tanto, un riesgo mayor de embarazo tubario, seguidas por muje-
en los EE.UU., en 1992, cerca de 2 de cada 100 mujeres res con historia de infertilidad, uso de técnicas de repro-
embarazadas presentó un embarazo ectópico. Se piensa ducción asistida, historia de enfermedades de transmisión
que el incremento en la incidencia de embarazos ectópicos sexual y actividad sexual con múltiples parejas a edades
se debe a dos factores: al aumento en la incidencia de jóvenes. Otros factores misceláneos, como la ducha vagi-
salpingitis, debido a la mayor cantidad de infecciones por nal, también han sido asociados con embarazo ectópico
Chlamdia tracomatis u otras enfermedades de transmisión (Pisarska & Carson, 1999; Kriebs & Fahey, 2006) (TABLA
sexual y a la mejoría del diagnóstico precoz del embarazo 27-1).
ectópico asintomático.
Mujeres con historia de infertilidad (definida como una
Entender los factores de riesgo para desarrollar un em- falla en lograr embarazo, después de un año de actividad
barazo ectópico puede ayudar en el diagnóstico y evitar sexual no protegida) tienen un riesgo mayor de presentar
una cirugía innecesaria. Dos factores principales deben ser un embarazo ectópico. La interpretación de este hecho es
considerados: la probabilidad de fecundación y la proba- compleja, ya que es difícil separar el efecto de los trata-
bilidad de implantación fuera del útero del óvulo fecun- mientos de fertilidad, especialmente la inducción de ovu-
dado. En este sentido, los estudios debieran comparar los lación y de la infertilidad misma. Existen factores comunes
factores de riesgo en mujeres con un embarazo ectópico para la infertilidad y para el embarazo ectópico, e identi-
versus aquellas con una gestación normotópica y también ficarlos nos ayuda a comprender la etiología de cada uno

513
OBSTETRICIA

de ellos. Un riesgo aumentado de embarazo ectópico es vitro (FIV) (Strandell y cois., 1999; Fernández & Gervaise,
reportado en embarazos logrados con inducción de ovula- 2004; Clayton y cois., 2006). Conocer los factores de ries-
ción con citrato de clomifeno. En 1999, en los EE.UU. los go ha hecho posible diseñar escalas de riesgo de embarazo
embarazos ectópicos representaron el 2,2% de los emba- ectópico como la mostrada en la FIGURA 27-3 (Coste y
razos clínicos de todos los procedimientos de fertilización in cois., 1997).

TABLA 27-1. Factores de riesgo para embarazo ectópico

Factor de riesgo Riesgo relativo


Riesgo alto
Cirugía tubaria 21,0
Esterilización 9,3
Embarazo ectópico previo 8,3
Exposición en útero a dietilestilbestrol 5,6
Uso de dispositivo intrauterino 4,2 a 45,0
Patología tubaria documentada 3,8 a 21,0
Riesgo moderado
Infertilidad 2,5 a 21,0
Infección genital previa 2,5 a 3,7
Parejas sexuales múltiples 2,1
Riesgo leve
Cirugía pélvica/abdominal previa 0,9 a 3,8
Tabaquismo 2,3 a 2,5
Ducha vaginal 1,1 a 3,1
Coito antes de los 18 años 1,6

Fuente: Pisarskay cois., 1998.

A) Calcule el puntaje para cada factor de riesgo


Edad (años) Puntos Tabaco Puntos Otros factores Puntos
(cig/día) Sí No
<32 0 0 0 Historia E. ectópico 10 0
35 a 39 3 1 a 20 2 Endometriosis 9 0
40 6 > 20 4 Historia infección (1) 8 0
Uso clomifeno 7 0
Cirugía tubaria 4 0
1 Historia de salpingitis (confirmada o no) y/o posible serología para Chlamydia trachomatis (1/64)

sgo relat ivo % ) c le ernbar azo ?CtÓ]3ÍCO de a cuer do a pulitaje (P)


B) S ume los punt os y lea ¡\e
p 0 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40 42 44 46 48
% 1 2 2 3 5 y 11 15 21 28 37 47 57 66 74 81 87 91 93 96 97 98 99 99 99

Por ejemplo: Una mujer de 36 años que fuma 25 cigarrillos al día, con historia de embarazo ectópico previo y un embarazo
inducido con citrato de clomifeno tiene un puntaje de 3 + 4 + 10 + 7 = 24. Su riesgo de que su embarazo actual sea ectópico es del 57°/

Fuente: Coste y cois., 1997.

FIGURA 27-3. Escala de riesgo para embarazo ectópico.

514
El riesgo de embarazo ectóplco en mujeres que se em- jugar un rol en la implantación del mismo. Normalmente,
barazan como consecuencia de la falla de un método an- un ovocito es fertilizado en la trompa de Faloplo y viaja a
ticonceptivo, difiere de aquellas que buscan un embarazo través de esta hasta el sitio de implantación en la cavidad
espontáneo en un ciclo natural (Bouyer y cois., 2003). uterina. Cualquier mecanismo que interfiera con la función
Los métodos anticonceptivos -hormonales o mecánicos- normal de la trompa durante este proceso aumenta el ries-
disminuyen la probabilidad de un embarazo ectópico. La go de embarazo ectópico. Es conocido que un medio rico
revisión de la literatura, de datos de embarazos debidos a en estrógenos o progesterona puede contribuir a un ries-
la falla de un método anticonceptivo, muestra que el em- go aumentado de embarazo ectópico (Lavy & DeCherney,
barazo ectópico fue más probable en mujeres embarazadas 1987) (consultar Capítulo 5: Transporte ovular, migración
en la población general cuando éstas habían usado anti- espermática, fecundación, desarrollo preimplantacional y
conceptivos orales que sólo contenían algún progestágeno, n ¡dación.
usaban implantes de progestágenos, dispositivo intrauteri-
La implantación en humanos es un proceso complejo
no (DIU) o habían sido esterilizadas (Furlong, 2002). La
que compromete a una variedad de moléculas que juega
probabilidad que ocurra un embarazo ectópico en mujeres
un rol único y que en general tiene algunas características
portadoras de DIU in situ en el momento del embarazo, es
análogas a la invasión por un tumor y a la respuesta Infla-
de una cada dos mujeres con DIU medicado con levonor-
matoria (Attar, 2004). El diálogo molecular que ocurre en-
gestrel, y una en 16 mujeres con DIU con cobre (Xiong,
tre el embrión y el sitio de implantación es mediado por le-
1995; Furlong, 2002). El riesgo de un embarazo ectópico
citina, integrinas, prostaglandinas, factores de crecimiento
después de una esterilización aumenta nueve veces y es
y citoquinas. La implantación del blastocisto puede comen-
especialmente alto en mujeres mayores de treinta años, es-
zar sólo durante una breve fase de receptividad endome-
terilizadas con electrocauterización de las trompas en vez
trial, conocida como ventana de implantación. El epitelio
de la sutura y corte de las mismas (Farquhar, 2005). Un
tubario normal puede tener una ventana de implantación
tercio de los embarazos que aparecen después de una es-
cercana al mismo período de la ventana de implantación
terilización son ectópicos. Excepto quizás en el manejo y la
endometrial, el cual entrega la oportunidad al embrión para
eficacia inmediata del tratamiento, los embarazos ectópicos
que en 5 a 7 días sea erróneamente retenido y origine una
en mujeres usuarias de métodos anticonceptivos difieren
reacción trofoblástica ¡mplantatoha en la trompa (Sülz y
en su incidencia, sitio de ubicación, factores de riesgo e
cois., 1998). Entre muchos mediadores solubles que están
infertilidad subsiguiente.
asociados con este proceso, las citoquinas son conocidas
como componentes cruciales que regulan una variedad de
Fisiopatología eventos celulares y moleculares.
El factor de necrosis tumoral-a (TNF-a), originalmente
Entre las posibles razones que explican un incremento en
identificado como una citoquina asociada a inflamación, es
las tasas de embarazo ectópico están, el aumento en las
sintetizada a través del tracto reproductivo femenino, como
infecciones tubarias y el uso más frecuente de técnicas de
también en el embrión y en la placenta (Terranova y cois.,
reproducción asistida. Entre 1978 y 2004 la incidencia
1995; Attar, 2004). TNF-a, IL-6, IL-11 y posiblemente
de Chlamydia trachomatis, una causa común de enferme-
otros miembros de la familia de las citoquinas son media-
dad inflamatoria pélvica, aumentó de 78,5 por 100.000
dores clave en los procesos inflamatorios (reacción de fase
a 485 por 100.000 mujeres. Además, el número de mu-
aguda, daño tisular, infección) (Mánnel & Echtenacher,
jeres que busca tratamientos de fertilidad como resultado
1995). Estos cambios podrían originar también anorma-
de un aumento de las tasas de infertilidad y el retraso en
lidades en la implantación por alteración del ambiente tu-
la búsqueda de embarazo se ha Incrementado. Clayton pu-
bario. Es altamente probable que la Chlamydia trachomatis
blicó que entre los años 1999 y 2001 aquellas mujeres
sea una bacteria desencadenante que induce la presencia
que se sometieron a inseminación intrauterina tuvieron una
tasa de embarazo ectópico similar a la población general de citoquinas inflamatorias en la trompa de Falopio. La sal-
pingitis humana por Chlamydia se asocia a un aumento
(2,1%), sin embargo, en las mujeres que fueron sometidas
de hasta cinco veces del TNF-a en el fluido tubarlo (Toth y
a procedimiento de reproducción asistida de alta comple-
cois., 1992; Spiliopoulou y cois., 2005). En este sentido,
jidad (fertilización in vítro, FIV) se observó que el riesgo
la aglutinación permanente de los pliegues del endosalpinx
de embarazo ectópico aumentó hasta el 3,6% (Clayton y
pueden permitir el libre paso de un espermio pequeño,
cois., 2006). Los factores de riesgo pueden compartir me-
pero no el de una mórula de tamaño más grande, la cual
canismos comunes y pueden ser anatómicos, funcionales
puede ser atrapada en fondos de sacos ciegos formados por
o ambos. Es difícil evaluar la causa de una implantación
adherencias del mismo endosalpinx.
ectópica en ausencia de una anormalidad tubaria detecta-
ble. Cambios en el medio hormonal del tracto reproductivo El estudio longitudinal de veinte años, realizado por
pueden causar anormalidades funcionales de la trompa Westróm encontró que el 45,3% de las mujeres con un
de Faloplo. Mediadores paracrinos y autocrinos que inte- embarazo tubario tenía una historia clínica o hallazgos his-
ractúan entre el sistema reproductivo y el embrión pueden tológicos de una salpingitis aguda previa, concordante con

515
OBSTETRICIA

el 40% de incidencia de evidencia histológica de salpingi- Los cambios hormonales también pueden afectar la mo-
tis, encontrada por grupos de investigadores en revisiones tilidad tubaria. El transporte rápido de los gametos involu-
de la anatomía patológica de trompas de mujeres con em- cra una compleja reorganización de la actividad exitocon-
barazos ectópicos (Westróm y cois., 1981). ductora y eléctrica del tejido muscular liso de la trompa que
precede la actividad mecánica de la misma. El transporte
Earl estudió la reactividad de varias poblaciones de tro-
del embrión en el fluido tubario depende del movimiento
foblasto que fueron encontradas en embarazos ectópicos,
de los cilios y de contracciones musculares, principalmente
en trompas de Falopio con marcadores para trofoblasto co-
en la unión ampuloístmica y uterotubaria, la cual puede
nocido y de anticuerpos monoclonales contra antígenos de
alterarse según las distintas concentraciones de estrógenos
histocompatibilidad mayor (Earl y cois., 1987). Estos au-
y progesterona.
tores demostraron que el trofoblasto fetal en un embarazo
ectópico tubario exhibía un patrón de reacción idéntico en- El desarrollo embrionario precoz anormal, a partir de un
tre antígenos y anticuerpos, algo similar a lo que ocurre en defecto cromosómico también puede dar origen a una im-
embarazos intrauterinos. Esto sugiere que la implantación plantación ectópica. Los espermios con alteraciones cromo-
ectópica no está relacionada a anormalidades inmunológi- sómicas pueden estar asociados con expresiones de genes
cas inherentes al trofoblasto fetal. paternos que causan un desarrollo embrionario defectuoso
y predisponen al embrión a interactuar en forma anómala
La placenta hemocorial humana se desarrolla primaria-
con el epitelio del tracto genital, y por lo tanto, aumen-
mente a través de la proliferación, migración e invasión del
tar el riesgo de implantación también anormal. Un estudio
endometrio y su vasculatura por el trofoblasto de origen
analizó el cariotipo de embriones de embarazos ectópicos
embrionario. El complejo proceso de invasión que acom-
demostrando una tasa de anormalidad cromosómica simi-
paña la implantación del embrión es controlada en la ¡n-
lar a la reportada para gestaciones intrauterinas. Por otra
terfase embrionaria-materna, por factores del endometrio
parte, usando dtometría de flujo para ADN se encontró
decidualizado y el trofoblasto mismo. Estudios en sistemas
aneuploidía en un tercio de las gestaciones ubicadas en la
no humanos proponen un rol crítico para la urokinasa se-
trompa (Attar, 2004).
cretada por el trofoblasto (uPAs) e inhibidores (PAI) durante
la implantación y placentación. Éstos controlan la invasión De los embarazos ectópicos que ocurren en embarazos
de la decidua materna por el trofoblasto durante la implan- espontáneos, entre el 95% y el 98% se implantan en la
tación humana. El receptor para uPAs (uPAR) es una mo- trompa (Pisarska & Carson, 1999, Bouyer y cois., 2002;
lécula clave en la activación del plasminógeno en la super- Kriebs & Fahey, 2006) (FIGURA 27-4). Cuando el em-
ficie celular, que une urokinasa uPAR, PAI-1 y PAI-2 que barazo ectópico se observa después de un tratamiento de
han sido localizados inmunohistoquímicamente en sitios reproducción asistida, la trompa de Falopio sigue siendo el
de implantación humano de embarazos ectópicos no rotos, sitio de implantación más frecuente (82%), pero el número
lo que indica que el sitio de implantación ectópico también de implantaciones ováricas, abdominales y cervicales se
se comporta como el endometrio (Hofmann y cois., 1994). incrementa, así como también el número de embarazos

Intersticial (cornual)
ístmico

Ampular

Infundibular

Fímbrico

Cervical

FIGURA 27-4. Diferentes ubicaciones de un embarazo ectópico.

516
Capítulo 27 | Embarazo ectópico

TABLA 27-2. Frecuencia de embarazo ectópico según ubicación

Sitio de implantación Embarazo espontáneo Embarazo posfertilización asistida


Trompa 98,3% 82,2%
Ampolla (Ampula) 79,6% 76,2%
ístmico 12,3% 6,0%
Fimbria 6,2%
Cornual / intersticial 1,9% 7,3%
Abdominal 1,4%
Ovárico 0,15%
Abdominal / ovárico 4,6%
Cervical 0,15% 1,5%
Heterotópico 11,7%

Fuente: Kriebs & Fahey, 2006.

heterotópicos (coexistencia de un embarazo intrauterino y En el caso de los embarazos abdominales, la mayoría


uno ectópico) (Pisarska & Carson, 1999) (TABLA 27-2). ocurre después de un aborto tubario seguido de implan-
tación peritoneal. Los embarazos primariamente abdo-
El sitio más frecuente de ubicación de un embarazo ec-
minales son extremadamente raros. Nuevamente, para
tópico es dentro de la trompa, específicamente dentro de
considerarlo como tal, Studdiford propuso los siguientes
la porción ampular. Una frecuencia menor es la observada
criterios: las trompas y los ovarios deben conservar su
en la región ístmica, fimbria y porción intersticial (cornual)
anatomía normal, sin evidencia de daño reciente o anti-
de la misma. Cerca del 2% de los embarazos ectópicos se
guo, no debe haber evidencia de una fístula uteroplacen-
ubica en la región intersticial y generalmente se asocian
taria y el embarazo debe estar en relación solamente con
con alta morbilidad por su diagnóstico tardío (comparado
la superficie peritoneal a una edad suficientemente precoz
con embarazos tubarios de otra localización) y difícil diag-
para descartar la posibilidad de una implantación secun-
nóstico, además de producir hemorragia masiva cuando
daria después de una anidación primariamente tubaria
ocurre la ruptura del mismo. En una revisión de 240 em-
(Studdiford, 1942).
barazos cornuales, cerca del 90% presentó una hemorragia
masiva después de su ruptura. Hallazgos ultrasonográficos Para el diagnóstico de un embarazo cervical, Rubin con-
consistentes con una gestación intersticial incluyen un saco sidera que deben cumplirse las siguientes características:
gestacional localizado excéntricamente en la cavidad ute- glándulas cervicales presentes en aposición a la unión con
rina rodeado por un tejido miometrial asimétrico que se la placenta, la unión de la placenta al cuello uterino debe
distingue y separa de la cavidad uterina, junto con una ser íntima, la placenta debe estar debajo de la entrada de
línea ecogénica paralela al saco gestacional y que repre- los vasos uterinos o por debajo del límite Inferior del fondo
senta el segmento intersticial de la trompa o el endometrio, de saco peritoneal vesicouterino y los elementos fetales no
dependiendo de la edad y del tamaño del saco gestacional. deben encontrarse presentes en el cuerpo uterino (Rubin y
cois., 1983). Sin embargo, no son los únicos criterios para
Los embarazos ectópicos verdaderamente ováricos son
este diagnóstico. Paalman y McElin proponen que para el
de una frecuencia extremadamente baja, constituyendo
diagnóstico se debe observar metrorragia después de un pe-
menos del 0,5%. Según Spiegelburg, para que un emba-
ríodo de amenorrea sin dolor, un cuello uterino blando au-
razo ectópico sea considerado verdaderamente ovárico, se
mentado de volumen en forma desproporcionada de igual
deben cumplir los siguientes criterios: la trompa y la fim-
o mayor tamaño que el cuerpo uterino, ubicación completa
bria deben estar intactas y separadas del ovario (el saco
y firmemente adherida del saco gestacional al endocérvix
gestacional debe ocupar una posición sobre el ovario), el
y un orificio cervical interno cerrado (Paalman & McElin,
saco gestacional debe estar irrigado a través del ligamento
1959). Con frecuencia el diagnóstico diferencial puede
ovárico y se debe observar tejido ovárico en las paredes del
ser difícil y considera otras causas de metrorragia, como el
saco gestacional (Spiegelburg, 1878). El embarazo ovárico
aborto incompleto o en evolución, la placenta previa oclusi-
también se asocia con hemorragia masiva, sin embargo, la
va y el cáncer de cuello uterino. Actualmente, dentro de las
mayoría puede tratarse mediante una resección parcial del
alternativas terapéuticas que han logrado disminuir la tasa
ovario y no necesariamente con ooforectomía.

517
OBSTETRICIA

de mortalidad, se evalúa considerar la histerectomía como necesidad de una laparotomía o laparoscopia, que hoy se
tratamiento primario, en aquellos embarazos que alcanzan usan casi exclusivamente para confirmar el diagnóstico en
el segundo trimestre. En aquellos que aún cursan el primer los casos en que el ultrasonido no sea concluyente en una
trimestre, el uso de metotrexato paraenteral puede ser una mujer con una |3-hCG presente.
alternativa (Kirk y cois., 2006; Kirk & Bourne, 2006). La
Antiguamente, los síntomas clínicos (tríada clásica)
inyección local de metotrexato con o sin embolización de
usados y enseñados para realizar el diagnóstico de un
arterias uterinas ha mostrado ser útil en estos casos.
embarazo ectópico eran: dolor abdominal, amenorrea y
Aún menos frecuente es aquella condición en la cual metrorragia, con frecuencia acompañados de compromiso
se observa un embarazo ectópico en concomitancia con hemodinámico y que se presentan en general después de
una gestación intrauterina (embarazo heterotópico). Clási- las 5 a 9 semanas de gestación. Afortunadamente, cada
camente se ha considerado que esta condición se presenta vez con más frecuencia el clínico rápidamente puede ob-
con una frecuencia de 1 por 16.000 a 30.000 embarazos; tener diferentes test para una evaluación precoz de una
sin embargo, publicaciones más recientes han mostrado mujer cuya historia, signos clínicos o síntomas sugieren un
una frecuencia de 1 cada 8.000. Un estudio retrospecti- embarazo ectópico, permitiéndole además la posibilidad de
vo publicado por Clayton en el año 2006 mostró que en realizar un tratamiento conservador.
aquellos embarazos logrados por técnicas de reproducción
La historia clínica puede revelar antecedentes de irregu-
asistida entre los años 1999 y 2002, la incidencia de em-
laridad menstrual, oligomenorrea o amenorrea. El antece-
barazos heterotópicos era de 1 cada 642 embarazos. Múl-
dente de uso de anticoncepción o incluso esterilización tu-
tiples factores pueden explicar la mayor frecuencia en el
baria o vasectomía no descarta el diagnóstico de embarazo
caso de pacientes que requieren una técnica de fertilización
ectópico. Un tercio de las pacientes no presenta síntomas
asistida, entre ellos la inducción de ovulación y la ovulación
clínicos y el 9% no presenta síntomas de un embarazo ec-
múltiple, así como también la mayor frecuencia de altera-
tópico. La presencia de factores de riesgo conocidos puede
ciones tubarias y/o salpingitis (Barrenetxea y cois., 2007).
aumentar la sospecha, pero cualquier mujer sexualmente
El embarazo ectópico crónico es una forma de emba- activa con dolor abdominal y metrorragia, después de un
razo tubario, en la cual una ruptura menor asintomática período de amenorrea puede tener un embarazo ectópico.
o aborto tubario silente origina una respuesta inflamato-
Los síntomas clínicos de un embarazo inicial, como
ria, que origina un tumor pelviano que contiene mate-
náuseas o tensión mamaria, pueden de igual manera es-
rial trofoblástico activo. Las características clínicas de un
tar presentes y no ser específicos. Lo habitual es que en
embarazo ectópico crónico son en general confusas, sin
concomitancia con un período de amenorrea exista un au-
embargo, en más del 90% de los casos se observa una
mento de sensibilidad o dolor abdominal, con frecuencia
p-hCG plasmática persistentemente positiva. La cirugía de
asociado a metrorragia. Habitualmente la paciente refiere la
un embarazo ectópico crónico es habitualmente difícil por
instalación de un dolor de inicio paulatino o brusco, locali-
los cambios inflamatorios crónicos que se producen, así
zado o generalizado en todo el abdomen. A medida que los
como también por la distorsión de la anatomía.
síntomas se presentan a una edad gestacional más avan-
En aquellos embarazos que ocurren dentro de la trompa zada o aumenta el volumen del sangrado intraabdominal,
de Falopio, el embrión en su estado de mórula o blastocisto aumenta la severidad del dolor. Por otra parte, un grupo de
no se desarrolla dentro del lumen, sino que, al igual como pacientes se mantiene sin síntomas hasta la ruptura del
lo hace inicialmente en el tejido endometrial, se implan- embarazo ectópico.
ta en la mucosa del endosalpinx, llegando el trofoblasto a
Los signos semiológicos inicialmente presentes en el
tener un íntimo contacto con la lámina propia para, poste-
examen ginecológico de una paciente con embarazo ec-
riormente, invadir la muscular de la trompa. El crecimiento
tópico pueden ser variados. Lo habitual es observar mayor
y desarrollo de un embarazo tubario ocurre entonces entre
sensibilidad a la movilización del cuello uterino; útero con
el lumen y la serosa de la trompa, en paralelo al eje de la
discreto aumento de volumen lateralizado por un tumor
misma.
anexial; palpar un tumor anexial en situación unilateral o
en ocasiones retrouterina; y sensibilidad aumentada a la
Diagnóstico palpación abdominal, todo lo cual es más evidente a mayor
edad gestacional. Después de la ruptura de un embarazo
La forma de hacer el diagnóstico de un embarazo ectópico ectópico rápidamente pueden aparecer síntomas y/o sig-
ha cambiado considerablemente durante las últimas déca- nos de descompensación hemodinámica con taquicardia
das. El uso del ultrasonido transvaginal, así como también e hipotensión arterial. El sangrado intraabdominal puede
la posibilidad de detección de |3 gonadotrofinas coriónicas originar síntomas de irritación peritoneal y, en ocasiones,
(p-hCG) cuantitativa en sangre u orina, ha permitido un en forma tardía, irritación diafragmática y omalgia por esti-
diagnóstico más precoz, muchas veces incluso antes de mulación del nervio frénico, sensación de pujo por compre-
que aparezcan síntomas, reduciendo considerablemente la sión rectal de los coágulos presentes en el fondo de saco

518
Capítulo 27 | Embarazo ectópico

de Douglas, signos de anemia aguda severa y de compro- Los niveles de progesterona deben ser considerados como
miso hemodinámico progresivo. Sin embargo, ninguno de una ayuda en el diagnóstico, ya que en el 2% de las muje-
los signos antes descritos son patognomónicos de un em- res un nivel de progesterona mayor a 25 ng/mL no descar-
barazo tubario y varían según el sitio de implantación del tará un embarazo ectópico.
embarazo ectópico.
Mujeres con una mayor cantidad de factores de riesgo
Cuando se dispone de ultrasonido y/o |3-hCG cuantita- deberán ser monitoreadas cuidadosamente, independien-
tiva en sangre u orina, con frecuencia se puede realizar temente de los niveles plasmáticos de progesterona. La
un diagnóstico más precoz, siempre basado en la historia mayoría de las mujeres que presenta un embarazo ectópi-
clínica y los signos y síntomas presentes. El embarazo ec- co tiene niveles de progesterona que van entre los 5 y los
tópico produce un incremento menor de |3-hCG comparado 25 ng/mL, limitando la utilidad clínica de la medición de
con un embarazo intrauterino (Murray y cois., 2005); en progesterona en el diagnóstico del embarazo ectópico. Una
casos de sospecha de un embarazo ectópico el seguimiento concentración de progesterona menor a 5 ng/mL se asocia
de los niveles de |3-hCG puede ser de mucha utilidad. Un con aborto espontáneo en el 85%, con embarazo ectópico
incremento inadecuado de los niveles de |3-hCG en un em- en el 14% y con embarazo viable en el 0,2%. Una revisión
barazo inicial, es decir, un aumento menor al 66% en 48 sistemática de la precisión de una sola medida de proges-
horas, sugiere que el embarazo probablemente no es via- terona concluyó que aunque la concentración de progeste-
ble (Kadar y cois., 1981; Mol y cois., 1999; Dart y cois., rona podría identificar a una mujer en riesgo de presentar
1999). Sin embargo, frente al inadecuado incremento de un embarazo ectópico, su capacidad para discriminar es
los niveles de |3-hCG, se puede sospechar un embarazo insuficiente para diagnosticar un embarazo ectópico con
ectópico, aunque también se podría tratar de un embarazo certeza.
Intrauterino no viable. Dicho de otra manera, la duplicación
de los niveles de |3-hCG durante 48 horas está a menudo En el año 2007, Florio publicó los resultados de un es-
asociada con un embarazo viable, aunque los resultados tudio observacional realizado en 536 mujeres con embara-
de un estudio con un gran número de pacientes, publicado zos de ubicación desconocida en el que se evaluó la sen-
en 2004, sugiere que un incremento menor está asociado sibilidad, especificidad y valores predictivos de activina-A,
con una viabilidad del 53% después de dos días (Barnhart progesterona y |3-hCG como ensayo diagnóstico para em-
y cois., 2004). En este punto el ultrasonido es de utilidad, barazo ectópico. Las pacientes que presentaron un emba-
pues es capaz de identificar una gestación intrauterina, la razo ectópico tuvieron un nivel de |3-hCG significativamente
cual prácticamente el 100% de los casos está presente menor que aquellas con embarazo intrauterino. Los niveles
cuando los niveles de |3-hCG exceden 2.400 mUI/mL en de activina-A también resultaron ser menores en aquellas
el plasma. Algunas publicaciones ponen este valor de corte pacientes con un embarazo ectópico; significativamente
o zona discriminatoria en rangos menores, incluso hasta menores incluso que aquéllas que presentaron un aborto
en 1.500 mUI/mL. Situaciones especiales y que cambian espontáneo o un embarazo intrauterino viable. Los nive-
el valor inferior de corte de p-hCG para visualizar una ges- les de activina-A fueron mucho menores en los embarazos
tación intrauterina son aquellos embarazos múltiples o en intrauterinos viables que en aquellos que cursaron como
situaciones de inducción de ovulación con ovulación múl- abortos espontáneos. Al realizar un análisis estadístico con
tiple. En estas circunstancias los valores de p-hCG podrían una curva ROC (rece/Ver operating curve), el valor de corte
ser mayores a 2.400 mUI/mL antes de que un saco gesta- de 0,37 ng/mL para activina-A, muestra una sensibilidad
cional sea visible por el ultrasonido transvagina]. y especificidad simultánea del 100% y del 99,6%, respec-
tivamente, para predecir un embarazo ectópico. Cuando
En conjunto con las de p-hCG, las concentraciones de las concentraciones de activina-A se ubicaron bajo el valor
progesterona pueden ser útiles en la evaluación de un po- de corte (0,37 ng/mL), el valor predictivo positivo para el
sible embarazo ectópico. En contraste con las concentra- diagnóstico de embarazo ectópico fue del 97,43% y del
ciones de (3-hCG, las de progesterona muestran pequeñas 0% para concentraciones mayores a 0,37 ng/mL. El área
variaciones durante las primeras 8 a 10 semanas de ges- bajo la curva ROC para la activina-A fue significativamente
tación. Sin embargo, las concentraciones de progesterona mayor que la de |3-hCG y de progesterona (Florio y cois.,
suelen ser altas en una mujer con un embarazo viable en 2007) (FIGURA 27-5).
comparación con un embarazo que no lo es. Una concen-
tración de progesterona mayor a 25 ng/mL (79,5 nmol/L) El ultrasonido transvaginal es una herramienta muy va-
está asociada con un embarazo intrauterino viable en el liosa para el diagnóstico de embarazo ectópico (Dialane &
97,5% de los casos. Nuevamente, este valor de corte pue- Levine 2004; Moore & Promes, 2004). La presencia de una
de ser sólo considerado en pacientes que logran un emba- gestación intrauterina con frecuencia descarta el diagnósti-
razo sin inducción de ovulación. Por otro lado, un nivel de co de un embarazo ectópico, aunque no en el 100% de los
progesterona menor a 5 ng/mL (15,9 nmol/L) indica muy casos, ya que como se comentó anteriormente, aunque con
probablemente que el embarazo en curso no es viable, in- baja frecuencia, puede tratarse de un embarazo heterotópi-
dependiente de su ubicación (Sowter & Farquhar, 2004). co (Albayram & Hamper, 2002). Los hallazgos reportados

519
OBSTETRICIA

100 vaginal es capaz de detectar un embarazo ectópico con


-I Adivina A una sensibilidad del 97% y una especificidad del 95%,
evitando la intervención de otros test más invasivos, como
80 el legrado uterino.
Un saco gestacional normal (una imagen ovoidea adya-
hCG,--- ; progesterona cente a la línea endometrial) puede verse con un transduc-
13 60 tor transvaginal a una edad gestacional cercana a las cinco
•a semanas o cuando mide 2 a 3 mm de diámetro y debiera
ser consistentemente visualizado cuando mide más de 5
40 mm. Como consecuencia del ambiente hormonal produ-
cido en un embarazo ectópico, en ocasiones se observa
una colección de fluido en la interfase endometrial, la cual
simula un saco gestacional intrauterino (imagen de pseu-
20
dosaco gestacional) (Albayram & Hamper, 2002) (FIGURA
27-6B). A medida que el embrión se va desarrollando,
otros signos son visibles al ultrasonido. Cuando el saco ges-
tacional se ha implantado en el espesor del endometrio, su
20 40 60 80 100 posición relativa en la pared endometrial cambia, produ-
100-espedfiddad ciendo el signo de saco intradecidual, que se observa como
una imagen de doble halo o doble saco decidual, que no
Fuente: Florio y cois., JCEM 2007.
está presente en las imágenes de pseudosaco gestacional
(FIGURA 27-6C). A una edad gestacional más avanza-
FIGURA 27-5. Curva ROC para concentraciones de acti-
da el saco vitelino es la marca más precoz de desarrollo
vina-A, progesterona y |3-hCG como predictores de em-
barazo ectópico. embrionario. Aparece en general cuando el saco gestacio-
nal mide más de 8 mm de diámetro, generalmente en el
transcurso de la quinta semana de gestación. La actividad
cardíaca del embrión puede verse con el ultrasonido trans-
en una revisión sistemática de diez estudios indican que el
vaginal cuando el embrión alcanza los 4 mm de longitud
ultrasonido transvaginal puede identificar cualquier tumor
a una edad gestacional de 6 a 6,5 semanas (Albayram &
anexial no quístico con una sensibilidad del 84,4% y una
Hamper, 2002).
especificidad del 98,9%, con un valor predictivo positivo
y negativo del 96,6% y del 94,8%, respectivamente. El El legrado uterino podría ser útil para determinar si existe
ultrasonido tridimensional tampoco ha demostrado una uti- presencia de vellosidades coriales cuando el nivel de |3-hCG
lidad extra al bidimensional en el diagnóstico de embarazo es decreciente o no se duplica en 48 horas, confirmando
ectópico (Sowter & Farquhar, 2004). un embarazo no viable independiente de su localización.
La evidencia histológica de vellosidades coriales confirmará
Con el ultrasonido se debe documentar la presencia
un embarazo intrauterino, mientras que su ausencia hará
o ausencia de una gestación intrauterina, siendo habi- sospechar fuertemente un embarazo ectópico. Una caída
tualmente la zona discriminatoria del nivel de |3-hCG en
de los niveles de (3-hCG mayor al 15% durante las 8 a 12
sangre necesaria para visualizar un saco gestacional nor-
horas después del legrado uterino sugiere el diagnóstico de
motópico mayor a 2.400 mUI/mL. Para el ultrasonido rea-
aborto completo. En este sentido, los niveles de |3-hCG en
lizado por vía abdominal, la zona de discriminación es ha-
un embarazo ectópico caerán a una razón menor del 15%
bitualmente mayor, cercana a las 6.500 mili/mi. Un saco
durante las 12 horas posteriores al legrado y los hallazgos
gestacional puede ser visualizado consistentemente con
histológicos no lograrán demostrar vellosidades coriales.
niveles de |3-hCG mayores a la zona de discriminación,
Un plateau o incluso un aumento de la (3-hCG indicarán
sin embargo, este nivel es variable para cada laboratorio.
presencia de trofoblasto activo.
Por este motivo cada centro debiera estudiar y documentar
cuál es el nivel que su laboratorio entrega para establecer El seguimiento seriado con |3-hCG cuantitativa será posi-
una zona discriminatoria. La visualización por ultrasoni- ble de realizar en la medida que la hemodinamia de la pa-
do de un saco gestacional fuera de la cavidad uterina, ciente se encuentre estable. Habitualmente, los niveles de
más aún con embrión visible con latidos cardíacos fetales |3-hCG se duplican cada 48 horas. Cuando esto no sucede,
presentes, es patognomónico de un embarazo ectópico, en términos generales se trata de un embarazo anormal,
siendo su presencia habitualmente útil para determinar pero no indica su localización. Otros marcadores placenta-
el tratamiento más adecuado (FIGURA 27-6A). El en- rios pueden alterarse durante el transcurso de un embarazo
frentamiento combinado entre la evaluación de los niveles ectópico, aun cuando en el diagnóstico diferencial no han
de p-hCG junto con el seguimiento con ultrasonido trans- mostrado ser de utilidad práctica. Entre ellos se destaca

520
ü,e,.

Gentileza de: Pontificia Universidad Católica de Chile, Unidad de Ultrasonografía de Obstetricia y Ginecología.

FIGURA 27-6A. Ultrasonido con imágenes de saco gestacional extrauterino.

Saco gestacional

Gentileza de: Pontificia Universidad Católica de Chile, Gentileza de: Pontificia Universidad Católica de Chile,
Unidad de Ultrasonografía de Obstetricia y Ginecología. Unidad de Ultrasonografía de Obstetricia y Ginecología.

FIGURA 27-6B. Ultrasonido con imagen de pseudosaco. FIGURA 27-6C. Ultrasonido con imagen de saco gesta-
La imagen se encuentra en el centro de la interfase en- cional verdadero (imagen de doble halo o saco intrade-
dometrial. cidual).

la presencia de creatinina kinasa sérica, glicoproteína f>1 comparación con uno intrauterino o un aborto espontáneo.
embarazoespecífica (SPj), lactógeno placentario humano y Del mismo modo, una concentración sérica de antígeno
proteína plasmática asociada al embarazo (PAPP)-A. Tam- para cáncer-125 (CA125) puede verse alterada en una ges-
bién los niveles séricos de IL-8, IL-6 y TNF-a aumentan tación cuya evolución no es normal, pero no es específica
más en mujeres que cursan con un embarazo ectópico en para una implantación ectópica.

521
OBSTETRICIA

Antes del desarrollo del ultrasonido transvaginal la cul- observen valores decrecientes de |3-hCG y hasta que éstos
docentesis era de mucha utilidad en el diagnóstico de sean indetectables.
embarazo ectópico roto al encontrar sangre no coagulada.
Actualmente, el ultrasonido puede fácilmente ver la pre-
sencia de líquido libre ¡ntraabdominal. Por otra parte, el
Tratamiento médico o quirúrgico
advenimiento de la laparoscopia como método diagnósti- Los tratamientos de elección para la resolución del em-
co por visualización directa casi siempre puede realizar el barazo ectópico siguen siendo el médico o el quirúrgico.
diagnóstico de un embarazo ectópico, incluso cuando el La decisión de iniciar un tratamiento quirúrgico dependerá
hemoperitoneo, las adherencias o la obesidad dificultan la de la probabilidad del éxito de un tratamiento no quirúrgi-
visibilidad de los órganos pélvicos. En un estudio, 4 de co. En este sentido, cuando se está frente a un embarazo
166 embarazos ectópicos no fueron visualizados por el ectópico con latidos cardíacos fetales visibles o existe un
laparoscopista y en 6 de 120 mujeres con un embarazo nivel de p-hCG mayor a 5.000 mUI/mL, la probabilidad de
intrauterino se pensó que sí tenían un embarazo ectópico. un tratamiento médico exitoso es muy pobre. Otra indica-
Según estas cifras, en el diagnóstico de embarazo ectópico ción para un tratamiento quirúrgico es la presencia de un
por laparoscopia entre el 2% y el 5% son falsos positivos o embarazo ectópico constituido por un tumor anexial mayor
falsos negativos (Samuellson & Sjovall, 1972). a 4 cm, asociado a líquido libre intraabdominal visible en
el ultrasonido; aunque resultados recientes sugieren que
estos factores no son siempre predictores de falla de un
Tratamiento tratamiento médico. Menos del 38% de las mujeres son
Existen varias opciones de tratamiento para cada tipo de tratadas exitosamente con metotrexato cuando la concen-
paciente en particular, dentro de las cuales se considera tración de p-hCG es mayor a 5.000 ulIl/mL. Si se suman
el tratamiento quirúrgico radical o conservador, por lapa- los criterios p-hCG menor a 5.000 uUI/mL, presencia de
rotomía o laparoscopia; el tratamiento médico con diferen- un tumor anexial menor a 4 cm de diámetro y ausencia
tes drogas administradas en forma paraenteral o local; y de actividad cardíaca para decidir un tratamiento médico,
el manejo expectante. La elección del tipo de tratamiento aproximadamente el 15% de las mujeres con un embarazo
dependerá de los objetivos inmediatos del mismo (riesgo ectópico requerirá tratamiento quirúrgico.
de mortalidad materna, tasa de complicaciones, necesidad Las dos estrategias de manejo básico son: la remoción
de reintervención) como de aquellos objetivos mediatos quirúrgica mediante laparotomía o laparoscopia, o el trata-
(deseo de fertilidad futura, condiciones de la trompa con- miento médico con metotrexato. Los factores críticos para
tralateral). elegir un tratamiento médico con metotrexato incluyen los
niveles de p-hCG (menor a 5.000 mUI/mL), el tamaño del
Manejo expectante embarazo ectópico (menos de 3 a 4 cm de diámetro) y que
no se encuentre roto. Cualquier mujer que presente signos
Algunos embarazos ectópicos se resuelven espontánea- clínicos inestables o que tenga un tumor anexial de gran
mente. El manejo expectante es posible en casos selec- volumen y/o presente signos o síntomas de un embarazo
cionados cuando la paciente entiende la necesidad de un ectópico roto deberá ser referida para tratamiento quirúrgi-
seguimiento muy cercano y bajo ciertas condiciones (Pi- co inmediato.
sarska & Carson, 1998). El Colegio Americano de Obstetri-
Los criterios para decidir si se realiza una cirugía abierta
cia y Ginecología recomienda que esta práctica se limite a
o una laparoscopia incluyen la condición hemodinámica
mujeres que aceptan el potencial riesgo de una ruptura de
de la paciente y la habilidad del cirujano para realizar una
la trompa y/o posterior hemorragia. Se puede realizar cuan-
laparoscopia. En una mujer que no presenta signos de des-
do existe la duda razonable de que se trate de un aborto
compensación hemodinámica grave, se prefiere realizar
espontáneo o un embarazo ectópico pequeño no roto en
una cirugía laparoscópica en vez de una laparotomía, aun
una paciente asintomática que ha mostrado un descenso
cuando, a excepción de una hospitalización más corta y
espontáneo de los niveles de (3-hCG. Es importante poder
una recuperación más rápida, existe poca evidencia de que
seguir evaluando los niveles de p-hCG en forma senada. A
la laparoscopia muestre un beneficio mayor que la laparo-
mayores niveles de p-hCG, mayor la probabilidad de que
tomía (Silva y cois., 1993).
el manejo expectante falle. En términos generales, si los
niveles de p-hCG son menores a 1.750 mUI/mL, el manejo Una revisión sistemática de tres estudios aleatorizados
expectante será exitoso en el 96% de las pacientes, mien- y controlados demostró que la salpingostomía por laparo-
tras que si la concentración de |3-hCG está entre 1.750 y tomía comparada con la realizada por laparoscopia, me-
1.500 mlll/mL, el manejo expectante será efectivo sólo en jora las tasas de eliminación del embarazo tubario (2,4%
el 66%. Durante el seguimiento, la monitorización repetida versus 12,5%) evaluado a través de la mayor persistencia
a través de la medición de las concentraciones de p-hCG de tejido trofoblástico detectado por la p-hCG, en aquellas
y el ultrasonido transvaginal es recomendada mientras se pacientes que fueron a laparoscopia. En ese estudio no

522
Capítulo 27 | Embarazo etiópico

hubo diferencias en la posterior permeabilidad tubaria ni menos el 13% de las pacientes necesita una segunda dosis
en la tasa de embarazos intrauterinos o ectópicos poste- y que el 1% necesita más de dos. Más del 90% de las mu-
riores, aun cuando las pérdidas de sangre fueron mayores jeres tratadas con este último esquema evita el tratamiento
en los casos de cirugía abierta. Las hospitalizaciones de quirúrgico. Cuando se utiliza metotrexato para el tratamien-
pacientes que fueron a laparoscopia resultaron más eco- to del embarazo ectópico, eventos adversos a corto plazo
nómicas, principalmente por la menor cantidad de días de (neutropenia severa - alopecia) son poco frecuentes; sin
hospitalización (Vermesh y cois., 1989; Lundorff y cois., embargo, efectos menos serios como náuseas, vómitos,
1991). diarrea, test de función hepática anormales, estomatitis,
neumonitis transitoria y supresión de la médula ósea son
Otras publicaciones muestran que el tratamiento por
comunes. En un metaanálisis publicado por Barnhart, los
laparotomía o laparoscopia son equivalentes en la proba-
efectos colaterales aparecieron en el 30% de las pacientes,
bilidad de fertilidad futura. Lo que en realidad afecta la
de las cuales el 12% de las tratadas requirió hospitaliza-
posibilidad de un embarazo futuro exitoso es si la trompa
ción. Las consecuencias tardías del tratamiento con meto-
de Falopio puede o no ser conservada durante el procedi-
trexato incluyen el hematosalpinx y el hematocele después
miento quirúrgico.
de la normalización de las concentraciones de |3-hCG (Bar-
nhart y cois., 2004).
Tratamiento médico A través de un metaanálisis que incluyó tres trabajos
El tratamiento con metotrexato es una alternativa a la aleatorizados controlados y 23 estudios no aleatorizados,
cirugía en cerca del 25% de las pacientes que presenta un Lipscomb comparó la eficacia de la administración de una
embarazo ectópico no roto y es cada vez más usado (en dosis única de metotrexato con el tratamiento de múltiples
la medida en que se haya realizado un diagnóstico pre- dosis. La tasa de éxito (definida como la ausencia de tra-
coz). Además de evitar una cirugía, su ventaja está en la tamiento quirúrgico posterior) fue del 88% para la terapia
preservación de una trompa permeable y funcional a un con dosis única y del 93% para dosis múltiples. Cabe des-
costo menor. Además del metotrexato, otros agentes han tacar que esta diferencia fue más pronunciada cuando los
sido evaluados para el tratamiento médico, entre los que resultados se ajustaron según la concentración de (3-hCG
se cuentan la glucosa hiperosmolar, la urea, las prostaglan- y la presencia de actividad cardíaca fetal visible. También
dinas, la mifepristona (RU486) y otros agentes citotóxicos hubo menos efectos colaterales en las pacientes que reci-
diferentes al metotrexato, como la actinomicina. bieron una dosis única en comparación con las que recibie-
ron múltiples dosis (Lipscomb y cois., 1998).
El metotrexato, un antagonista del acido fólico que
bloquea al ADN y en algún grado al ARN, funciona como Aparentemente, de los factores que determinan el éxito o
potente inductor de apoptosis del tejido trofoblástico. Ha- fracaso del tratamiento médico indicado para una paciente
bitualmente se administra por vía intramuscular en dosis estable con un embarazo ectópico, el más importante es el
de 50 mg/m2 o inyectado directamente en el embarazo valor de la concentración de p-hCG inicial. El tratamiento
ectópico (vía de administración que logra altas concentra- con metotrexato tiene un éxito cercano al 90%, indepen-
ciones locales con una pequeña distribución en el resto del diente de la modalidad de uso, pero las tasas de éxito son
organismo); sin embargo, las tasas de tratamiento exitoso inversamente proporcionales a las concentraciones inicia-
con metotrexato inyectado localmente en el embarazo ectó- les de p-hCG.
pico no son diferentas a las del uso de metotrexato por vía
intramuscular, además de que requiere un procedimiento Sowter y Farquhar publicaron el resultado del tratamien-
laparoscópico o su administración transvaginal con aguja to con dosis única de metotrexato en 350 mujeres con
guiada por ultrasonido. diagnóstico de embarazo ectópico. La tasa de éxito fue del
92% en aquellas mujeres que tenían una concentración
Se han descrito dos modalidades del uso de metotrexato de p-hCG menor a 5.000 mUl/mL y del 98% cuando esta
para el tratamiento del embarazo ectópico por vía intramus- concentración era menor a 1.000 mUl/mL. Los autores no
cular; una alternativa es la administración de metotrexato y encontraron diferencias en el resultado final en el momento
leucovorina en días alternados hasta que las concentracio- de considerar el tamaño de la lesión anexial (Sowter & Far-
nes de |3-hCG comiencen a caer. Este tratamiento tiene una quhar, 2001; Sowter & Farquhar, 2004).
tasa de éxito (definida como aquella que evita una cirugía
posterior) del 93%. La segunda modalidad considera la En el año 2006, la Sociedad Americana de Medicina
administración de metotrexato seguida por dosis repetidas Reproductiva (ASRM) publicó los resultados con dosis úni-
semanales si a los 4 a 7 días la concentración de |3-hCG ca de metotrexato en el tratamiento del embarazo ectópico,
no disminuye en el 15% al 20% (Lipscomb y cois., 1998). evidenciando un quiebre notorio en la tasa de fracaso del
Con alguna frecuencia esta última modalidad, llamada do- tratamiento cuando el nivel de |3-hCG era mayor a 5.000
sis única de metotrexato, no cuenta realmente con una mUl/mL (FIGURA 27-7) (Sowter & Farquhar, 2001;
dosis única, ya que en varios estudios se muestra que al Sowter & Farquhar, 2004; ASRM, 2006).

523
OBSTETRICIA

5 -•

O
< 1.000 1.000 a 1.999 2.000 a 5.000 5.000 a 10.000 10.000a 15.000
Concentración de |3-hCG (mUI/mL)

Fuente: ASRM, Practice Commitee, Fértil Steril 2006.

FIGURA 27-7. Tasa de falla del tratamiento con dosis única con metotrexato según nivel de (3-hCG.

Basado en estos criterios, el Comité de Práctica Clínica TABLA 27-3. Contraindicaciones absolutas y relativas
de la ASRM publicó lo que considera las contraindicaciones para la administración de metotrexato en el tratamiento
absolutas y relativas para la administración de metotrexato del embarazo ectópico
como tratamiento médico del embarazo ectópico, que se
resumen en la TABLA 27-3. En todos los casos en que se
Contraindicaciones absolutas
considere el uso de metotrexato es absolutamente necesa-
rio contemplar el seguimiento de las concentraciones plas- Embarazo intrauterino
máticas de |3-hCG hasta que sean indetectables. El mismo Evidencia de ínmunodeficiencia
comité de la ASRM propone un protocolo para el tratamien- Anemia moderada o severa, leucopenia o trombo-
to con metotrexato del embarazo ectópico, que se presenta citopenia
en la TABLA 27-4 (ASRM, 2006). Alergia o sensibilidad al metotrexato
La evaluación de las concentraciones de progesterona Enfermedad pulmonar activa
también puede ser útil en el seguimiento de pacientes que Úlcera péptica activa
recibieron metotrexato. De acuerdo a la curva ROC obteni-
Disfunción hepática clínicamente importante
da en su casuística, el nivel crítico de progesterona reco-
mendado para intentar el uso de metotrexato en pacientes Disfunción renal clínicamente importante
con diagnóstico de embarazo ectópico no roto fue de 11 ng/ Lactancia
ml_. También se observó que los niveles de progesterona Contraindicaciones relativas
disminuyeron a una velocidad mayor que para los niveles Presencia de actividad cardíaca fetal detectable por
de |3-hCG (Fan & Long, 2003). ultrasonido
Concentración de |3-hCG inicial alta (> 5.000 mVI/
Tratamiento quirúrgico mL)
Embarazo ectópico de tamaño mayor a 4 cm de diá-
Una gran proporción de mujeres con embrazo ectópico metro
requerirá tratamiento quirúrgico. Aun así, el manejo quirúr-
Rechazo a aceptar una transfusión sanguínea
gico debiera reservarse a pacientes que rechazan o tienen
una contraindicación para recibir un tratamiento médico, Incapacidad para adherirse a un seguimiento con-
a aquellas en las que el tratamiento médico ha fallado y a trolado
aquellas que muestran signos o síntomas de hemodinamia
inestable (Takeda y cois., 2006). Fuente: ASRM, Practice Commitee, Fértil Steril 2006.

524
Capítulo 27 | Embarazo ectópico

TABLA 27-4. Protocolo para el tratamiento médico del embarazo ectópico con metotrexato

Evaluación pretratamiento
Hemograma completo
Tipificación de grupo ABO, Rh y test de Coombs
Evaluación de función hepática y renal
Medir concentración plasmática de |3-hCG
Ultrasonido transvaginal
Tratamiento: Día O
Inyección intramuscular de metotrexato (50 mg/m2)
Inyección de RhoGAM (300 /¿g) intramuscular si factor Rh materno es negativo
Descontinuar el uso de suplementos con ácido fólico
Evitar el ejercicio extremo y la actividad sexual
Tratamiento: Día 7
Medir concentración de |3-hCG
Ejecutar un ultrasonido transvaginal
Inyectar 2da dosis de metotrexato si la disminución de (3-hCG es menor al 25%
Semanalmente
Medir concentración de |3-hCG hasta obtener un nivel menor a 15 mUI/mL
Ejecutar un ultrasonido transvaginal
En cualquier momento
Ejecutar una laparoscopia si la paciente tiene dolor abdominal severo o abdomen agudo o si el ultrasonido revela
más de 100 mL de sangre en el abdomen

Fuente: ASRM, Practice Commitee, Fértil Steril 2006.

Tres estudios aleatorizados han demostrado que, en tores, la salpingostomía, procedimiento en el cual el saco
comparación con la laparotomía, el tratamiento laparos- gestacional es removido a través de una incisión de aproxi-
cópico del embarazo ectópico está asociado a un costo madamente 1 cm de longitud en la región antimesentérica
económico menor, a una hospitalización más breve, a un de la pared tubaria, de manera que se logre conservar la
menor tiempo quirúrgico, a menos pérdidas sanguíneas, trompa, sería de elección frente a la salpingectomía (remo-
a menos requerimientos de analgesia y a una recupera- ción de la trompa) (Fernández y cois., 1998; Bangsgaard
ción más rápida (Bangsgaard y cois., 2003). Otro estudio y cois., 2003).
aleatorizado concluyó que el tratamiento con laparoscopia
Contrariamente a la creencia convencional, la probabi-
también produce una significativa menor cantidad de adhe-
lidad de un embarazo intrauterino posterior es similar para
rencias (19% versus 64%) (Lundorff y cois., 1991).
todas las pacientes que han tenido un embarazo ectópico,
Una evaluación de 1.046 cirugías para el tratamiento independientemente de si se realizó un tratamiento con-
del embarazo ectópico (entre 1995 y 2004) obtuvo 468 servador o radical (Bangsgaard y cois., 2003; Farquhar,
realizadas por laparotomía y 578 por laparoscopia, obser- 2005). El riesgo de recurrencia, aunque significativamente
vándose que el enfrentamiento laparoscópico había aumen- menor cuando se realiza un tratamiento radical, permanece
tado gradualmente del 40% en 1995 al 86,3% en 2004. alto -en promedio el 10%- después de la salpingectomía.
Ya en el año 2000 hubo significativamente más cirugías de En otras palabras, la salpingectomía no elimina el riesgo
embarazos ectópicos por laparoscopia en comparación al de recurrencia de un embarazo ectópico. Esta observación
año 1995 y también a la proporción de las realizadas en el ha sido confirmada por los resultados de dos estudios que
período entre 1995 y 1999 (Takacs & Chakhtoura, 2006) reportan una tasa de recurrencia de embarazo ectópico del
(FIGURA 27-8). 11% y del 15% después de la salpingectomía laparoscópi-
ca (Dubuisson y cois., 1996).
Mientras que el enfrentamiento laparoscópico es hoy día
la forma de tratamiento de elección para la mayoría de las Un estudio realizado por Pouly concluye que en un tra-
pacientes, algunos opinan que realizar una salpingectomía tamiento laparoscópico conservador, las características de
o una salpingostomía es controversial. Según algunos au- un embarazo ectópico tubario (tamaño, volumen del he-

525
OBSTETRICIA

100

T3
O

10 ---

O
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

Fuente: Peter Takacs, J Minimally Invasive Gynecol 2006.

FIGURA 27-8. Laparotomía y laparoscopia en el tratamiento del embarazo ectopico desde 1995 a 2004.

moperitoneo, sitio de implantación) no muestran un efecto Otro riesgo a considerar en el momento de elegir un
estadísticamente significativo en la fertilidad futura. Basado tratamiento conservador es no eliminar todo el trofoblasto
en sus hallazgos, el autor concluye las siguientes observa- (embarazo ectópico persistente). El estudio de Bangsgaard
ciones: reveló que el 8% de las pacientes presenta un embarazo
ectópico persistente después de la salpingostomía (Bangs-
• El tamaño de un embarazo ectopico tubario no debe ser
gaard y cois., 2003). En otros estudios se reporta una tasa
un factor limitante para un tratamiento laparoscópico
de embarazo persistente que varía entre el 4% y el 15%
conservador.
(Maymon & Shulman, 1996; Hajenius y cois., 1997). En
• El tratamiento conservador laparoscópico se puede rea- este sentido, cuando se decide realizar una salpingostomía
lizar independientemente del sitio de implantación en la es necesario realizar un seguimiento posterior de la con-
trompa. centración de p-hCG en plasma hasta que sea ¡ndetectable.
Factores de riesgo para un embarazo ectópico persistente
• La ruptura de la trompa no debiera seguir siendo un son un embarazo ectópico pequeño (menor a 2 cm), in-
criterio estricto para realizar una salpingectomía.
tervención quirúrgica precoz (menos de 42 días desde la
• Si el daño de la trompa no es muy grande y la ruptura fecha de última menstruación) y concentraciones de (5-hCG
es linea) y limitada, el sitio de ruptura puede ser usado de 3.000 mUI/mL o más (Seifer, 1997).
para evacuar el trofoblasto y conservar la trompa.
Independientemente del tipo de cirugía realizada, una
anormalidad en la trompa contralateral predispone a la
Definitivamente, el pronóstico de fertilidad está relacio- paciente a un embarazo ectópico recurrente. Aun así, la
nado con la historia de la paciente y con la edad, inde- salpingostomía debiera ser el tratamiento de primera elec-
pendientemente del tipo de tratamiento quirúrgico (Pouly ción cuando existe enfermedad en la trompa contralateral
y cois., 1991). en aquellas pacientes con deseo futuro de fertilidad. El

526
Capítulo 27 Embarazo ectópico

estudio de Bangsgaard reveló que de 276 mujeres con Bibliografía


embarazo ectópico, las tasas acumuladas de embarazo in-
trauterino espontáneo en los siguientes siete años fue del Albayram F, Hamper UM. First-trimester obstetric emergencias:
Spectrum of sonographic findings. J Clin Ultrasound 2002;
89% después de una cirugía conservadora (salpingosto-
30(3}:161-77.
mía) y del 66% después de una cirugía radical (salpingec-
Ankum WM, Mol BW, Van der Veen F, Bossuyt PM. Risk factors
tomía), sin diferencia en el riesgo de repetir un embarazo
for ectopic pregnancy: A meta analysis. Fértil Steril 1996;
ectópico (17% después de una cirugía conservadora y 65:10093-99.
16% después de una cirugía radical) (Bangsgaard y cois.,
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La fertilidad futura de una mujer está directamente relacio-
e9-e!5.
nada con el manejo del embarazo ectópico y con la pre-
Bernoux A, Job-Spira N, Germain E, Coste J, Bouyer J. Fertility
sencia o ausencia de factores de riesgo conocidos. En el
outcome after ectopic pregnancy and use of an intrauterine devi-
estudio de Bernoux, en un período de seguimiento prome- ce at the time of the Índex ectopic pregnancy. Hum Reprod 2000;
dio de 28 meses, el 10% de 328 mujeres con historia de 15:1173-77.
embarazo ectópico volvió a tener otro embarazo ectópico y Bouyer J, Coste J, Fernández H, Pouly JL, Job-Spira N. Sites of
el 53% tuvo un embarazo intrauterino (aunque un tercio de ectopic pregnancy: A ten year popuiation-based study of 1.800
estas mujeres lo logró después de una fertilización ¡n vitro) cases. Hum Reprod 2002; 17:3224-30.
(Bernoux y cois., 2000). Sin embargo, entre esas mujeres, Bouyer J, Coste J, Shojaei T, Pouly JL, Fernández H, Gerbaud L eí
en aquéllas que tuvieron un embarazo ectópico asociado al. Risk factors for ectopic pregnancy: A comprehensive analysis
a un DI U no hubo nuevos embarazos ectópicos y el 87% based on a large case-control, population based study in France.
logró un embarazo normotópico dentro de un año. Las mu- Am J Epidemiol 2003; 157:185-94.
jeres que tuvieron un embarazo ectópico no asociado a un Clayton HB, Schieve LA, Peterson HB, Jamieson DJ, Reynolds MA,
DIU mostraron una tasa de concepción menor (44%) y una Wright VC. Ectopyc pregnancy risk associated with assisted re-
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probabilidad de repetir un embarazo ectópico mayor (28%)
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En relación a la fertilidad después del tratamiento mé- for risk assessment ¡n epidemiology: An application to ectopic
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observacional de Silva muestra que del 58% al 61% de ¡n epidemiology: an application to ectopic pregnancy. Am J Epi-
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las mujeres tuvo posteriormente un embarazo intrauterino,
mientras que del 7% al 8% presentó un nuevo embarazo DartRG, MitterandoJ, DartLM. Rate ofchangeof serial beta-human
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ectópico. De aquellas pacientes a quienes se les realizó ¡n patients with indeterminate transvaginal ultrasound findings.
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63% (a tres años de seguimiento) al 89% (a siete años de Dubuisson JB, Chapron C, Morice P, De Gayffier A, Mouelhi T. Ra-
seguimiento), con una probabilidad de repetir un nuevo dical laparoscopic surgery of ectopic pregnancy: Results from
embrazo ectópico del 18% (Silva y cois., 1993; Farquhar, a continuous series of 383 interventions. Contracept Fértil Sex
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529
Aborto

S. Silva

La interrupción del embarazo antes de la viabilidad fetal es algo excepcional. Desde un punto de vista operacional o
un fenómeno muy frecuente en la actividad reproductiva práctico, lo habitual es considerar un peso superior a los
de los seres humanos, lo que tiene diferentes implicancias: 750 g como límite de viabilidad.
para la mujer constituye generalmente un impacto psicoló-
gico, motivo de frustración y temor ante la posibilidad de re- El aborto puede ser un fenómeno espontáneo, que ocu-
currencia; para los servicios de salud significa un alto costo rre sin mediar maniobras ni noxas sobre el producto de la
dada su gran frecuencia y la complejidad de los estudios concepción, o bien inducido, en el cual existe una inter-
necesarios para determinar sus causas, sobre todo cuan- vención del ser humano, ya sea de la misma paciente o de
do se transforma en un problema de infertilidad. Por otra terceras personas.
parte, el aborto inducido o provocado es causa importante
de un alto número de muertes maternas, sobre todo en los
países del tercer mundo, donde se realiza frecuentemente
ABORTO ESPONTÁNEO
en forma clandestina, con malas condiciones de asepsia y El proceso reproductivo humano es considerado como in-
por personal no idóneo. eficiente, ya que se ha demostrado que del 70% al 80% de
las fertilizaciones termina en aborto, dentro de las cuales
Definición. Es la interrupción espontánea o inducida el 28% se pierde antes de la implantación. Dos tercios de
del embarazo antes de la viabilidad fetal. El límite sobre el las pérdidas posteriores a la implantación no son detecta-
cual se considera viable un feto puede ser definido desde das clínicamente, de manera que sólo podemos evidenciar
dos puntos de vista: clínicamente del 15% al 18% de los abortos en el total
de embarazos (Reece y cois., 1992; Arias, 1993; Mishell,
• Anatómico. A las 24 semanas, cada bronquíolo terminal 1993).
se divide en dos para formar los bronquíolos respirato-
rios, que a su vez se dividen en tres a seis conductos Existe un aumento progresivo de la probabilidad de un
alveolares que al adelgazarse el epitelio y adquirir una nuevo aborto a medida que más abortos le ocurran a una
adecuada irrigación, se transformarán en alvéolos. En mujer; probabilidad que disminuye si ya ha tenido hijos
ese momento, el pulmón está capacitado para realizar la vivos. En mujeres que no tienen hijos vivos, después de
función respiratoria y por lo tanto, para marcar el límite un primer aborto la probabilidad de un segundo aborto es
de la viabilidad. Con anterioridad no es posible el inter- del 19%, cuando ha habido dos abortos previos la pro-
cambio gaseoso a nivel pulmonar (Patten, 1962; Arias, babilidad sube al 35% y cuando ha habido tres abortos
1993; Moore, 2000). previos, ésta llega al 47%. Si la mujer tiene por lo menos
un niño vivo, la probabilidad de aborto es del 24% al 32%,
• Cronológico. Se considera como límite una edad ges- independiente del número de abortos previos (Reindollar,
tacional segura de veinte semanas o un peso de 500 g 2000).
(Pernoll & Benson, 1987a- Pernoll & Benson, 1987b).
Ésta es la definición más antigua de aborto, que es La fertilidad va disminuyendo a medida que aumenta la
bastante anterior a la del límite anatómico. En relación edad de la mujer; así, la probabilidad de aborto es del 9%
al peso fetal, en unidades de neonatología muy espe- en mujeres de 20 a 24 años y aumenta al 75% a los 45
cializadas es posible rescatar fetos de 500 g, pero es años de edad (Nybo y cois., 2000).

530
Etiología • Translocaciones o inversiones cromosómicas. Son poco
frecuentes; constituyen del 3% al 5% de los abortos de
El aborto es de etiología muy variada y muchas veces es causa genética.
imposible de detectar, aunque siempre se están descu-
• Defectos en la fertilización. Se producen en su mayoría
briendo causas nuevas -especialmente en el terreno inmu-
por una mayor dotación cromosómica de los espermato-
nológico y genético- que se van agregando a la enorme
zoides o por poliespermia, vale decir, cuando un oocito
lista de causas contaminantes y de toxinas.
es fecundado por más de un espermio, lo cual se debe
a alteraciones de la zona pelúcida o de la granulosa que
Causas genéticas permiten la penetración de más de un gameto o por una
población muy grande de espermios en el semen (Reece
El hecho de que el aborto espontáneo sea tan frecuen- y cois., 1992; Arias, 1993).
te en mujeres mayores de 45 años sugiere que una gran
proporción puede ser de causa cromosómica o genética. La Los abortos por causa genética pueden expresarse clíni-
mayoría se produce antes de las ocho semanas de gesta- camente de las siguientes maneras:
ción. Frecuentemente se expresan como huevo anembrio-
• Muertes fetales tempranas. Habitualmente no se detec-
nado. En abortos espontáneos se ha informado hasta el
tan alteraciones en el cariotipo. Se trata de mutaciones
64% de alteraciones cromosómicas (Velasquez & Youlton,
letales, es decir, de cambios en la estructura de algunos
1997). Del total de abortos con alteraciones cromosómi-
genes que tienen la información genética de la síntesis
cas, el 80% es anembrionado y del 10% al 20% embrio-
del colágeno o de genes que controlan la expresión de
nado (Reece y cois., 1992; Arias, 1993).
otros genes. Estas alteraciones pueden ser aportadas ge-
En estudios realizados en material ovular de abortos néticamente por el padre o la madre. Los espermatozoi-
espontáneos se ha demostrado que las alteraciones ge- des aneuploides no manifiestan su patología en forma
néticas son muy variadas (Reddy, 1997), entre las que se de un aborto, ya que quedan fuera de selección desde
cuentan: un comienzo; sin embargo, los diploides o triploides
pueden manifestarla en forma de morfología alterada.
• Trisomías autosómicas por no disyunción del cromoso-
Estas alteraciones persisten más allá de la fecundación,
ma 16, 21 ó 22. Son causa del 60% de los huevos
en una etapa más tardía del desarrollo, cuando el gen
anembrionados (Arias, 1993; Reece y cois., 1992). Las
se va a expresar. Por otra parte, los oocitos no siempre
trisomías están relacionadas fundamentalmente con la
tienen alteraciones en su cariotipo, sino que pueden su-
edad materna, en especial la 16 y 22, en cambio, otras
frir transformaciones en su estructura genética dentro
trisomías pueden ser inducidas por causas ambientales
del ovario dada su permanencia por varias décadas en
(Ford y cois., 1996).
este órgano, por lo que tienen una mayor probabilidad
• Triploidía. Existe un recuento promedio de 69 cromo- de sufrir el efecto de noxas mutagénicas.
somas. La causa más frecuente es la doble fecunda-
• Huevo anembrionado. Se produce por alteraciones en
ción de un óvulo. Se observa en el 1% del total de
la meiosis de los gametos paternos o maternos, por su-
las gestaciones y en el 15% al 20% de los abortos de
perfecundación por más de un espermio o por división
causa cromosómica. Puede manifestarse en un huevo
cromosómica sin división del citoplasma (Reece y cois.,
anembrionado, en fetos con malformaciones (onfaloce-
1992; Arias, 1993).También puede producirse por au-
le, holoprosencefalia, sindactilia, paladar hendido), en
mento de la consistencia de la zona pelúcida, blastula-
retardo del crecimiento extrauterino o en molas parciales
ción anormal o disminución del número de células en el
(Jauniaux y cois., 1997).
disco embrionario. Se expresa en forma de un embarazo
• Monosomía del cromosoma X (45, X). Se puede produ- bioquímico, es decir, sin embrión, pero con presencia de
cir por no disyunción del cromosoma durante la meiosis gonadotrofina coriónica inicialmente. El saco anembrio-
de cualquiera de los padres o por pérdida de un cro- nado retenido puede permanecer por bastante tiempo
mosoma X en la fertilización. Menos del 10% de es- dentro del útero, en ocasiones treinta días posnegativiza-
tos casos llega a término, o se puede expresar como un ción de la gonadotrofina coriónica o incluso durante todo
síndrome de Turner, mientras que otros se manifiestan el primer trimestre.
en un saco con material amorfo en el que se inserta un
Actualmente se ha demostrado que en su etiología pu-
delgado cordón umbilical.
diera haber una alteración de la desidualización del en-
• Tetraploidía. Tiene un recuento de 92 cromosomas. Se dometrio en la cual estaría involucrada la interleukina
produce por una falla de la división citoplasmática des- 11 y también alteraciones de la vascularización del tro-
pués de la división cromosómica en las células germi- foblasto. Esto hace pensar que en el huevo anembriona-
nales. Se expresa como abortos muy tempranos o como do habría un embrión que originalmente era cromosómi-
huevos anembrionados. camente normal, pero que muere por falta de irrigación

531
OBSTETRICIA

o fallas a este nivel y luego se reabsorbe (Chen y cois., de mayor edad gestacional, generalmente después de las
2002; Aydinycols., 2006). catorce semanas. Se produce una alteración en la resisten-
cia del orificio cervical interno que no permite mantener
su contenido dentro de él, expresándose como un aborto
Defectos en la implantación tardío y generalmente con escaso dolor o contracciones
La implantación obedece a factores relacionados con uterinas. La incompetencia cervical se asocia a anomalías
una adecuada calidad del endometrio, lo que depende fun- congénitas del útero, de manera que siempre hay que bus-
damentalmente de una óptima relación estrógeno-proges- car dirigidamente estas malformaciones y viceversa. Otras
terona y de una relación cronológica muy fina entre el grado causas de incompetencia cervical son los traumatismos del
de maduración del endometrio y el tiempo de desarrollo del cuello uterino secundarios a partos vaginales con desgarros
blastocito. Lo normal es que cuarenta horas después de la severos, maniobras de dilatación con fines abortivos o coni-
fecundación haya por lo menos un embrión de cuatro célu- zaciones por lesiones neoplásicas preinvasoras.
las. La calidad del endometrio se altera en la Insuficiencia El acortamiento del cuello uterino determinado por me-
del cuerpo lúteo y secundariamente llega a ser asincrónico dio de ultrasonografía tiene buena correlación con aborto
con el desarrollo del blastoclto. en embarazos de segundo trimestre y puede ser un buen
Aun existiendo normalidad del endometrlo y una ade- elemento de juicio para indicar un cerclaje, especialmente
cuada cronología con el desarrollo del blastocito, la Im- cuando las mediciones se hacen en forma seriada (Althui-
plantación se puede alterar por defectos genéticos o aneu- sius y cois., 2002; Althuisius & Dekker, 2004; Althuisius
ploidías del blastocito. & Dekker, 2005).

La edad materna influye en forma importante en la Im-


plantación. Sobre los cuarenta años se pueden observar Daño por sustancias químicas
fibrosis de la musculatura uterina asociadas a falla de la o irradiación
irrigación sanguínea del sitio de la implantación, alteracio-
nes de la microcirculación a nivel capilar del endometrio, Las sustancias químicas o tóxicos en etapas iniciales de
alteraciones de su superficie y por lo tanto, inadecuada for- la embriogénesis no producen alteraciones directas e in-
mación de la decidua. La microcirculación a nivel del sitio mediatas del embrión, sino mutaciones letales que en una
de implantación puede sufrir daño a nivel endotelial debido etapa posterior se harán evidentes y producirán el aborto.
a sustancias oxidantes producto del estrés oxidativo (Gupta El alcohol y el cigarrillo pueden producir aborto espontá-
y cois., 2007). neo por efecto tóxico directo en el embrión. La madre que
La trombofilia y las enfermedades autoinmunes del tiroi- fuma tiene un riesgo mayor de aborto que la que inhala
des también se pueden asociar a defectos de la implanta- humo de proveniente de otras persona que están fuman-
ción (Bellverycols., 2008). do alrededor. En el humo del cigarrillo hay hidrocarburos
poliaromáticos que inducen en la placenta la producción
de radicales libres biotóxicos que son solubles en agua y
Anomalías anatómicas adquiridas que dañan al feto. Las madres que fuman más de catorce
cigarrillos diarios tienen 1,6 veces más riesgo de aborto
Los miomas submucosos o los intramurales de gran ta-
espontáneo. Estos abortos tienen cariotipo normal, lo que
maño pueden ser causa de aborto a través de una altera-
estaría indicando que existiría un efecto tóxico directo de
ción de la irrigación o de una reacción inflamatoria en el
las sustancias químicas del humo sobre el embrión. Entre
sitio de implantación del endometrio.
ellas, es posible que sea la nicotina misma y su efecto va-
Legrados uterinos muy enérgicos o realizados en abortos soconstrictor y teratogénico o el monóxido de carbono, que
sépticos o provocados pueden producir zonas de isquemia produce hipoxia al ligarse irreversiblemente a la hemoglobi-
en la cavidad uterina en el 22% al 66% de los casos res- na (Kline y cois., 1995). Se ha demostrado in vitro que la
pectivamente (Arias, 1993). Mediante la histeroscopia se nicotina produce insuficiencia del cuerpo lúteo, con dismi-
detectan bandas fibrosas o sinequias que van de una pared nución de la síntesis de progesterona y es precisamente por
a otra de la cavidad uterina, las cuales pueden no tener ese mecanismo que puede ser factor de riesgo de aborto
endometrio o bien una estructura e irrigación sanguínea (Goczey cois., 1999).
insuficiente. Si se llega a producir implantación, el aborto
La ingesta de alcohol es perjudicial durante la primera
también puede ocurrir por una cavidad que no puede dis-
semana de concepción, con riesgos de aborto temprano
tenderse en forma adecuada a medida que va creciendo el
en relación a ingestas de diez o más veces en la semana
producto de la concepción. Este cuadro clínico se conoce
(Henriksen y cois., 2004). Beber alcohol dos veces por
como síndrome de Asherman (Pernoll y Benson, 1987).
semana implica un riesgo dos veces mayor de tener un
La incompetencia cervical es otra anomalía anatómi- aborto en etapas más tardías debido al efecto tóxico directo.
ca frecuente que se caracteriza por ser causa de abortos El riesgo sube a tres veces cuando la ingesta es diaria (Mis-

532
Capítulo 28 | Aborto

El óxido nitroso o protóxido nitroso (N20) usado con fi-


espontáneo-ingesta de alcohol es importante mientras más nes anestésicos y en condiciones de baja ventilación tiene
precoz sea el consumo, sobre todo cuando la mujer no se un riesgo relativo de aborto del 2,6%. Este fenómeno se ha
da cuenta de la presencia de embarazo y está consumiendo observado en auxiliares dentales o mujeres que trabajan en
alcohol en cantidad moderada o excesiva. No existe riesgo pabellones quirúrgicos. No se sabe exactamente cuál es su
cuando se consume antes del embarazo (Windham y cois., mecanismo de acción (Rowland y cois., 1995).
1997). Según el momento de la embriogénesis, el alco-
El óxido de etileno, usado para esterilizar instrumental,
hol puede producir malformaciones del corazón, cerebro
cuando es inhalado sin protección alguna tiene un ries-
y riñon (Floyd y cois., 1999). En base a estos datos se
go relativo de aborto del 2,5%. Esto se puede observar
puede concluir categóricamente que se debe prohibir abso-
también en mujeres que trabajan en clínicas dentales o
lutamente el alcohol a toda madre que decide embarazarse
en unidades de esterilización. No hay que olvidar que este
o por lo menos hasta las doce semanas de gestación. De
gas tiene un efecto alquilante, mutagénico, teratogénico y
allí en adelante se deberá ser muy cuidadoso en permitir la
carcinogénico (Rowland y cois., 1995).
ingesta, la que deberá ser muy moderada, no más de una
a dos veces a la semana. El pentaclorofenol, fungicida que se utiliza para proteger
muebles del efecto de hongos, produce intoxicación por in-
El níquel es una sustancia química tóxica para el em- halación, inhibiendo la fosforilación oxidativa a nivel mito-
brión a través de un efecto mutagénico que lleva a muerte condrial. Es una causa de aborto fácil de descartar a través
celular en fases críticas del desarrollo (Golub, 1992). de un adecuado interrogatorio (Maeyery cois., 1995).

\, 1993; Kesmodel y cois., 2002). La relación a


Se ha observado que algunos defectos del tubo neu-
ral incompatibles con la vida están relacionados con bajas
concentraciones séricas de selenio y zinc y altas concentra-
Como sustancia contaminante en la tierra o en el agua,
el plomo puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo.
Con concentraciones en sangre sobre 5 /Jg/dL empieza a
ciones de cobre y plomo (Cengiz y cois., 2004). aumentar el riesgo y por cada 5 ji/g/dL de aumento, el odds
Las radiaciones ionizantes, especialmente cuando son ratio sube el 1,8% (Borja-Aburto y cois., 1999). El plomo
aplicadas a los ovarios, producen disyunción cromosómi- como contaminante en el ambiente se observa sobre todo
ca de los gametos y por lo tanto abortos con aberraciones en países en desarrollo.
cromosómicas, las que son más frecuentes mientras mayor
sea el nivel de radiación. La radiación produce un impac- Carencia de oligoelementos
to mayor en la etapa de organogénesis que en el período
periimplantación. Se pueden observar anomalías del desa- Existe una correlación importante de aborto de primer
rrollo con dosis de 10 a 100 rads. Esto equivale aproxima- trimestre con bajos niveles séricos de selenio. Este oligoele-
damente a una pielografía o una colecistografía (Reece y mento tiene un efecto antioxidante importante que protege-
cois., 1992; Arias 1993). ría al ADN y a las membranas biológicas del efecto tóxico
de radicales libres. La reducción incompleta del oxígeno
El éter del etilenglicol, solvente usado en industrias a agua produce liberación de radicales libres (superóxido
electrónicas, tiene un efecto perjudicial en mujeres en e hidroxilos), que son extremadamente reactivos e inesta-
edad fértil, lo que resulta en un riesgo relativo de aborto bles, de manera que pueden dañar el ADN, las proteínas
del 2,8% y un riesgo de infertilidad 4,6 veces mayor. Este de las membranas y peroxidar los lípidos. Los radicales
tóxico se absorbe por vía cutánea, tiene una vida media superóxido son reducidos a peróxido de hidrógeno (H202),
larga, y se acumula y actúa impidiendo la formación de que no siendo un radical libre, penetra fácilmente a las cé-
ácidos nucleicos (Correa y cois., 1996). lulas liberando iones hidroxilos, que son los que producen
El agua potable o cualquier agua de bebida, depen- el daño. El selenio mantiene activa a la glutatión peroxidasa
diendo de las condiciones locales de producción o de que transformaría el peróxido de hidrógeno en agua, qui-
tratamiento, puede contener sustancias químicas poten- tándoles por lo tanto sus propiedades tóxicas hacia la cé-
cialmente abortivas o relacionadas etiológicamente con lula. Es posible que las bajas concentraciones plasmáticas
aborto. Las autoridades sanitarias deben estar alertas para de selenio en algunas pacientes que abortan se deban a un
tomar medidas de control, en caso de que en algunas lo- menor aporte dietético (Barrington y cois., 1996).
calidades se observe una frecuencia mayor de abortos o
malformaciones. Las sustancias más conocidas presentes Anomalías endocrinas
en el agua son: plomo, metilmercurío, arsénico, cadmio,
cromo, selenio, plata y flúor. Se ha observado la presencia Deficiencia del cuerpo lúteo. En la mujer no emba-
de algunas toxinas producidas por hongos, que pueden razada, el diagnóstico se establece en la fase secretora del
desarrollarse en algunas aguas, como la zearalanona, que ciclo menstrual por un desfase de dos o más días entre las
ha mostrado un importante efecto abortivo en animales características histológicas del endometrio y el día del ciclo.
(Golub, 1992). En la embarazada, la medición de los niveles de proges-

533
OBSTETRICIA

terona no son muy útiles, ya que ésta es secretada por el mostrada en la primera consulta prenatal tienen un riesgo
cuerpo lúteo en forma pulsátil. En general las pacientes son relativo del 5,4% de tener un aborto espontáneo (Gilbert &
tratadas con progesterona en embarazos después de induc- Donders, 2000).
ción de ovulación o cuando hay niveles de progesterona
Es posible que los polisacáridos de la pared bacteriana
menores de 15 ng/mL. Es posible que madres fumadoras
inicien la producción de prostaglandinas y con ello gatillen
puedan tener insuficiencia del cuerpo lúteo a través del
el inicio del aborto, mediante un aumento importante de la
efecto de la nicotina en las células de la granulosa, dismi-
actividad uterina (Aisembergy cois., 2007).
nuyendo la síntesis de progesterona (Gocze y cois., 1999).
Niveles elevados de andrógenos pueden producir dis-
función del cuerpo lúteo y aborto antes de las catorce se-
Separación corioamniótica
manas de gestación. Estas pacientes presentan hirsutismo, o hematoma subcoriónico
elevados niveles de testosterona plasmática y de sulfato
Por causas que se desconocen, se produce la separación
de dehidroepiandrosterona. Dentro de las causas más fre-
entre el amnios y el corion o entre el corion y la decidua.
cuentes de aumento de los andrógenos está el síndrome de
Esto se manifiesta en forma de metrorragia y contracciones
ovario poliquístico, en el cual no sólo hay incremento de
uterinas en el primer trimestre. La ecografía muestra un
andrógenos, sino también un aumento sostenido de LH, lo
espacio entre las membranas y la pared uterina que de-
que puede producir alteraciones en el funcionamiento del
forma el saco amniótico. La frecuencia de aborto es cinco
cuerpo lúteo.
veces mayor que en casos de sangrado de primer trimestre
En un embarazo normal los niveles de gonadotrofina sin la imagen descrita (el 25% y el 5%, respectivamente).
coriónica se van duplicando cada 1,3 a 2 días (Pernoll & Si el embarazo continúa más allá del primer trimestre, el
Benson, 1987a y b). Se ha demostrado una relación di- pronóstico obstétrico es favorable (Farrel & Owen, 1996).
recta entre las alteraciones en el tiempo de duplicación de
los niveles plasmáticos de la gonadotrofina coriónica y el
aborto, no así en los niveles absolutos de esta hormona.
Estrés psicológico
Esto incidiría directamente en la producción de estrógenos Ha sido una causa muy discutida a través del tiempo
y progesterona por el cuerpo lúteo y por lo tanto en la po- y que está rodeada de mitos. Es un hecho cierto que el
sibilidad de que se produzca un aborto espontáneo (Alam estrés produce cambios endocrinológicos e inmunológicos
& Zegers, 1999). que cuando se mantienen en el tiempo pueden producir
enfermedad. El estrés laboral aumenta el riesgo de abor-
to sólo en pacientes mayores de 32 años (riesgo relativo:
Infección 2,45%), en mujeres fumadoras (riesgo relativo: 2,96%)
Descartado el aborto inducido en forma clandestina, y en primíparas (riesgo relativo: 2,27%) (Fenster y cois.,
las infecciones por bacterias inespecíficas, endógenas, son 1995; Neugebauerycols., 1996).
una causa poco frecuente de aborto en gestaciones meno- Algunos esfuerzos físicos, específicamente levantar pe-
res de trece semanas. La infección bacteriana se produce sos mayores de 9 kg por lo menos una vez al día, tiene un
por vía ascendente, siendo el factor de riesgo fundamen- riesgo relativo de aborto espontáneo del 1,7% (Zhang &
tal la incompetencia cervical. Como causas específicas se Bracken, 1996).
describen: varicela (Oyer y cois., 1998), parvovirus, sa-
rampión, toxoplasmosis, herpes simple, Treponema palli- Se plantea la hipótesis de que el mecanismo por el cual
dum, Listeria (Bille y cois., 2006), Chlamydia trachomatis, el estrés se asocia con el aborto es a través de una dismi-
Mycoplasma hominis y Ureaplasma. nución de la inmunidad (Boyles y cois., 2000; Andalib y
cois., 2006). Otros autores plantean que el estrés produ-
En países donde la toxoplasmosis es frecuente, si la ciría aumento de la permeabilidad del intestino a las bac-
mujer se infecta antes del embarazo, hasta un tercio de terias que existen en el lumen y a través de ellas, gatillan
ellas puede terminar en aborto espontáneo. Si la infección fenómenos inflamatorios locales en el útero que podrían ser
ocurre al inicio del embarazo, el riesgo es aún mayor (Cru- factor de riesgo de aborto (Friebe & Arck, 2008).
cerescu, 1998; Palicka & Zitec, 1998).
La vaginosis, situación en la cual existe un incremento Edad materna
importante de la flora anaeróbica y de Gardnerella vagina-
lis, no había sido considerada como un factor de riesgo de Es un factor de riesgo de aborto muy importante, sobre
aborto espontáneo, sin embargo, ya existen evidencias de todo en mujeres que han estado en tratamiento por infer-
que junto a infecciones por Mycoplasma hominis y Urea- tilidad. Las pacientes con antecedente de infertilidad que
plasma urealyticum, puede provocar la pérdida del emba- tienen más de 36 años tienen un riesgo relativo de aborto
razo en el primer trimestre. Las pacientes con vaginosis de- espontáneo cercano al 9% respecto de mujeres de menor

534
edad, aunque se observe un embarazo con embrión vivo en dolorosas y el sangrado disminuyó a una cantidad menor
la ecografía (Smith & Buyalos, 1996). Es probable que la que una regla. Al examen el útero se encuentra de tamaño
edad del oocito sea crítica y que ello esté relacionado con normal o levemente aumentado de tamaño, el cuello puede
una mayor probabilidad de aberraciones cromosómicas. Se estar abierto, entreabierto o cerrado y el sangrado es muy
ha demostrado experimentalmente que implantar oocitos escaso. La permeabilidad del cuello depende del tiempo
nuevos en hembras añosas no produce aborto, pero hay que ha transcurrido entre el aborto y el momento en que
pérdida del producto cuando se implantan oocitos viejos se examina a la paciente. Después de un aborto de primer
en úteros de hembras jóvenes (Reece y cois., 1992; Arias, trimestre el cuello ya se encuentra cerrado a las 72 horas
1993). de ocurrida la expulsión del contenido intrauterino.

Aborto retenido. Clásicamente se ha descrito como la


Diagnóstico presencia de un saco gestacional con una longitud mayor
Es fundamentalmente clínico, con un importante apoyo de de 10 mm a la ecografía transvaginal, o 35 mm de diá-
la ultrasonografía. El aborto puede producirse en forma ab- metro mayor en la ecografía abdominal, sin embrión en
solutamente silenciosa y la mujer sólo se informará en un su interior o con embrión pero sin actividad cardíaca. Sin
control ecográfico de rutina y otras veces puede expresar- embargo, en seguimientos de pacientes hasta por ocho
se en forma de contracciones uterinas dolorosas con o sin semanas con el diagnóstico de aborto retenido en base a
sangrado concomitante, que muchas veces no indican de estos parámetros, nos hemos encontrado con casos en los
manera alguna que el producto esté vivo o no, como tam- cuales con un saco de 30 a 35 mm en la ecografía transva-
poco tiene un valor pronóstico. Desde este punto de vista, ginal, posteriormente se visualizó un embrión vivo (Pierotic
podemos distinguir conceptualmente las siguientes etapas: & Silva, 1994). Por lo tanto, es aconsejable poner un límite
de un saco con un diámetro mayor de 35 mm en un solo
Amenaza de aborto. Presencia de contracciones ute- examen ultrasonográfico vaginal, en el cual no se visualiza
rinas dolorosas y frecuentes. A la especuloscopia no se embrión, para plantear el diagnóstico de aborto retenido.
constata sangrado, en el tacto vaginal no se aprecian mo- Clínicamente, la paciente en general no presenta síntomas
dificaciones cervicales y el útero es de un tamaño acorde al o bien son de baja intensidad: ausencia de molestias ca-
tiempo de amenorrea. racterísticas del embarazo (náuseas, vómitos, mastodinia,
etc.), disminución de la tensión mamaria y del tamaño de
Síntomas de aborto. Contracciones uterinas frecuen- las mamas o un escaso sangrado. Con sacos gestacionales
tes acompañadas de sangrado genital moderado (en una de menor tamaño se puede plantear el diagnóstico sólo con
cantidad menor o igual a una menstruación). A la espe- dos exámenes ultrasonográficos separados por dos sema-
culoscopia, descartadas las lesiones de cuello que pueden nas, en los cuales no se visualiza embrión o el crecimiento
provocar el sangrado (ectropión, pólipos, miomas endocer- del saco es insuficiente para el normal en esas dos sema-
vicales, cervicitis, etc.), se observa salida de sangre a tra- nas. El intervalo no puede ser menor de dos semanas, ya
vés del orificio cervical externo. Al tacto vaginal el útero se que las variaciones de las mediciones son comparables con
aprecia de tamaño adecuado a la edad gestacional y no hay el error interobservador o intraobservador.
modificaciones del cuello.
Aborto inevitable. No indica necesariamente que el
Aborto en evolución. El útero presenta un tamaño pronóstico es ominoso en todos los casos, sino más bien
acorde a la edad gestacional, a veces discretamente menor que existe una gran probabilidad de que ocurra una pérdi-
y el cuello se encuentra permeable y a través de él se pue- da fetal o embrionaria. Si bien es cierto que antiguamente
den palpar partes fetales o restos ovulares. Lo característico la palabra indicaba un proceso irreversible, con el uso de
es la persistencia de contracciones uterinas que pueden ser la ecografía se vio que muchas pacientes que eran cla-
más dolorosas que en el síntoma de aborto. sificadas como aborto inevitable, mediante una conducta
expectante y conservadora continuaban con una gestación
Restos de aborto o aborto incompleto. La paciente viable.
ya no tiene contracciones uterinas dolorosas o son míni-
mas, el útero se encuentra de un tamaño menor al que co- Se pueden distinguir cinco criterios para el diagnóstico
rrespondería a esa edad gestacional, puede haber sangrado de aborto inevitable:
de diferente cuantía y en ocasiones se pueden palpar restos • Cuello borrado y dilatado sobre 1 cm.
en el canal cervical.
• Metrorragia masiva, que la paciente describe como ma-
Aborto completo. Interrogando a la paciente dirigida- yor que la de una menstruación o en que el sangrado
mente relata que expulsó un feto o material que ellas des- mancha su ropa interior o la cama. Puede o no acompa-
criben como "trozos de carne, vesículas o coágulos" des- ñarse de modificaciones del cuello uterino. No necesa-
pués de lo cual desaparecieron las contracciones uterinas riamente deben existir alteraciones hemodinámicas.

535
OBSTETRICIA

Desprendimiento placentario

Sangre a presión que despega


el corión y borra el cuello
Placenta

Saco amniótico

Cuello borrado y cerrado

FIGURA 28-1. Desprendimiento ovular. Útero en trompo sin púa.

• Desprendimiento ovular. Se produce separación parcial Dependiendo de la resolución del equipo, alrededor de
o total de la placenta (FIGURA 28-1). Estando el cue- las cinco semanas de gestación se puede observar un pe-
llo cerrado hay aumento de la presión dentro del útero, queño saco gestacional con un embrión de 3 mm. Una
con intenso dolor de carácter constante en el hipogastrio semana después ya es posible observar el latido del cora-
acompañado de borramiento del cuello; pero por la rapi- zón fetal. El saco vitelino es visible cuando el embrión tiene
dez con la que se produce el fenómeno éste se mantiene 15 mm. El espacio entre la decidua capsular y parietal se
cerrado por un par de horas, lo que exagera el dolor de la llena completamente entre las 12 y las 14 semanas de
paciente. Al examen, el cuello del útero se palpa puntifo- amenorrea.
me, borrado completamente, muy tenso, de consistencia
Cuando el clínico practica este examen en una pacien-
dura y con una forma semejante a un trompo sin púa. te con una gestación inicial, sobre todo si tiene molestias
• Rotura ovular. En general las membranas ovulares se sugerentes o que indican que puede abortar, debe buscar
rompen por infección e inflamación, lo que se tradu- dirigidamente los siguientes signos ecográficos.
ce en la pérdida de líquido claro, de cuantía variable y
de olor característico. A la especuloscopia se aprecia la Signos ecográficos de mal pronóstico
salida de líquido a través del orificio cervical externo, el
útero se encuentra de menor tamaño para la edad gesta- • Saco gestacional discordante con la edad gestacional,
cional y puede haber contracciones uterinas dolorosas. sobre todo cuando existe fecha de última regla confiable
Es frecuente que dentro de las primeras 72 horas la ma- o una ecografía previa.
yor parte de estas pacientes inician trabajo de aborto.
• Saco gestacional deformado o de bordes irregulares.
• Infección del saco amniótico y de su contenido. Se aso-
cia habitualmente a rotura ovular. Puede haber fiebre. • Reacción decidual, es decir, la presencia de un halo
En la especuloscopia se puede apreciar pérdida de líqui- blanquecino y ecorrefringente que rodea el saco, que
do amniótico de aspecto purulento.a veces de mal olor. está expresando inflamación de la decidua, infiltración
En e! hemograma hay leucocitosis sobre 10.000 x mm3 leucocitaria y edema en las membranas ovulares.
y la proteína C reactiva suele estar elevada. • Desprendimiento ovular. Visualización de zonas econe-
gativas, de consistencia sonográfica líquida e irregulares
La ultrasonografía en el diagnóstico que deforman el saco. Se observan en pacientes cuyo
principal signo es el sangrado. Corresponden a zonas
del aborto de desprendimiento o hemorragia extracoriónica que
En todas las formas clínicas de aborto o en la etapa en muchas veces se inician en desprendimientos de los
que se encuentre, es necesario del apoyo de este medio de bordes de la placenta. Es importante saber diferenciar
diagnóstico, que en lo posible deberá ser transvaginal. este signo de aquella etapa fisiológica en que la decidua

536
Capítulo 28 1 Aborto

FIGURA 28-2. Desprendimiento ovular. FIGURA 28-3. Espacio entre la decidua parietal y capsu-
lar que se puede confundir con desprendimiento ovular.

capsular no se ha unido a la decidua parietal (FIGU- cervical interno, donde se observa una imagen de las
RA 28-2 Y 28-3). En este caso los límites son muy paredes del canal cervical que confluyen hacia éste dán-
definidos y regulares, el saco conserva su forma y el dole la forma de un embudo.
líquido que se observa en esa zona es de baja densidad
• Protrusión de las membranas a través del cuello, lo que
y muy homogéneo. En el caso del desprendimiento la
se observa especialmente en pacientes con incompeten-
densidad acústica es heterogénea debido a la mezcla de
cia cervical. Si la salida de las membranas de la cavidad
coágulos y sangre líquida. La visualización de un saco
uterina es importante, puede dar el aspecto de reloj de
gestacional y un desprendimiento extracoriónico pueden
arena.
ser confundidos con una gestación doble, biamniótica.
El diagnóstico es difícil si no se observan embriones en • Presencia de saco vitelino y ausencia de embrión, situa-
ambos sacos. ción que sugiere una aberración cromosómica.
• Ausencia de embrión en un saco mayor o igual a 35
Los signos de mal pronóstico no tienen un carácter de
mm en una ecografía transvaginal. Corresponde a un
irreversibilidad. Siempre se debe realizar una segunda
huevo anembrionado.
ecografía siete a catorce días después para comparar el
crecimiento del saco y la aparición de embrión con activi-
Hay una clara relación entre la presencia de latidos car-
dad cardíaca. Si no se logra demostrar crecimiento o no se
díacos a las seis semanas de gestación y el pronóstico.
observa embrión, estamos frente al diagnóstico de aborto
La no visualización de latidos en un embarazo de seis se-
retenido.
manas implica una alta probabilidad de que termine en
aborto; por el contrario, observarlos es una garantía que se La ecografía también es útil en el diagnóstico de la en-
le puede dar a la paciente de que su embarazo probable- fermedad trofoblástica: la cavidad uterina se encuentra
mente seguirá un curso normal. Si a las ocho semanas no llena de celdillas semejantes a un panal de abejas. Esto
se observan latidos cardíacos, se puede concluir en forma puede acompañarse de la presencia de embrión (mola em-
categórica que el embarazo está perdido. brionada). No hay que olvidar que en abortos retenidos de
muchos días o semanas es posible observar degeneración
Mediante transductor vaginal se pueden observar otras
hidrópica de la placenta, que tiene una imagen semejante,
imágenes que se consideran de mal pronóstico:
pero con celdillas de menor nitidez y con mayor densidad
• Dilatación cervical. acústica entre ellas. También se le denomina imagen atí-
pica de mola. Esto deberá ser informado al clínico, el que
• Borramiento del cuello.
podrá, ante la duda, hacer un estudio histopatológico de
• Signo del embudo (funneüng), que es la consecuencia los restos ovulares una vez evacuado el útero (consultar
del borramiento del cuello uterino visto desde el orificio Capítulo 29: Enfermedad trofob/ástica gestacional).

537
OBSTETRICIA

En la etapa final de un aborto, sobre todo cuando ha Tratamiento


habido expulsión de contenido uterino, se puede determi-
nar por ecografía si hay restos ovulares o no, lo que tiene Cuando una paciente consulta por aborto en cualquiera de
importancia para decidir sobre la necesidad de efectuar un sus etapas, sólo es posible indicar algunas medidas palia-
legrado. Los restos ovulares tienen un aspecto de material tivas para disminuir la sintomatología o el sangrado. En
ecorrefringente amorfo o heterogéneo. No hay que olvidar ese momento no es posible enfrentar la verdadera causa
que este signo no es específico y que puede corresponder del problema, que debe ser investigada una vez que se ha
a coágulos u otra estructura patológica endouterina (póli- resuelto el caso, en especial cuando el aborto es recurrente.
pos, hiperplasia, miomas submucosos, etc.). Una buena Ante un primer aborto, generalmente no es necesario ini-
anamnesis y examen físico y el seguimiento ecográfico nos ciar la investigación de su causa porque la paciente puede
pueden dar mayor claridad diagnóstica (consultar Capítulo estar dentro del rango estadístico promedio.
33: Ultrasonografía en obstetricia).
De las tres dimensiones de la cavidad uterina, la más Medidas generales
importante es la anteroposterior. Si ésta mide sobre 15 cm
y el contenido es heterogéneo, la probabilidad de que se Amenaza o síntomas de aborto. Una vez realizada la
trate de restos ovulares es alta (Nielsen y cois., 1996). Si ecografía es necesario tranquilizar a la paciente y explicar
el aborto ha sido completo, se observa una cavidad uterina los hallazgos de ésta y su pronóstico. Es frecuente que la
homogénea con aspecto de vidrio esmerilado que no supe- paciente tenga dolor y sangrado escaso que si se acompa-
ra los 10 a 15 mm (Abarzúa & Silva, 2000). ña de una ecografía normal, especialmente si se observa
embrión, tiene muy buen pronóstico. No hay que olvidar
La ecografía es de gran utilidad cuando se asocia a me- que en el período posterior a la implantación puede haber
diciones de subunidad betaplasmática. Esto es muy impor- un pequeño sangrado o goteo que se considera fisiológico
tante cuando nos enfrentamos a una paciente con diagnós- cuando se asocia a ecografía normal. La única indicación
tico bioquímico de embarazo y que sangra, especialmente es el reposo y un control clínico y ecográfico a la semana.
si estamos pensando como alternativa diagnóstica el em- Los antiespasmódicos, en cualquiera de sus formas, tan
barazo ectópico. Si no se observa saco gestacional y los ampliamente usados, no tienen efecto en la evolución de la
niveles de subunidad beta superan las 1.500 UI/mL es enfermedad porque no están tratando la causa y ni siquiera
patognomónico de un embarazo ectópico, lo que nos obliga tienen una acción efectiva en la relajación de la muscula-
a actuar consecuentemente realizando una laparoscopia, tura lisa del útero. No es necesario hospitalizar, pero sí es
una laparotomía o tratamiento con metotrexato (Jouppila & recomendable el reposo en el domicilio.
Huhtaniemi 1980; Silva, 2003b) (consultar Capítulo 27:
En pacientes con contracciones uterinas dolorosas y me-
Embarazo ectópico).
trorragia, sin modificaciones del cuello uterino o cambios
El estudio por Doppler puede predecir con bastante cer- del tamaño del útero, es necesario realizar una ecografía
teza la probabilidad de un aborto, sobre todo si existe el para descartar desprendimiento ovular, placenta previa,
antecedente de abortos anteriores (Leible & Walton, 1998). algún grado de acretismo y embarazo ectópico. Si hay sig-
La alteración del índice de pulsatilidad de las arterias ute- nos de desprendimiento ovular se debe realizar diagnóstico
rinas tiene un odds raí/o de 2,9 (LC 95%:1,5 a 5,8) en diferencial con la separación fisiológica de las deciduas y
cuanto a su asociación a aborto. El Doppler también tiene el embarazo gemelar. Descartadas las patologías mencio-
una buena sensibilidad para diferenciar trofoblasto de res- nadas, el tratamiento es el reposo domiciliario y esperar la
tos ovulares (Alcázar & Ortiz, 2002). resolución espontánea. En caso de que la sintomatología
disminuya, deberán realizarse ecografías semanales para
A pesar de todos los elementos disponibles para diag-
determinar la vitalidad embrionaria o fetal. Cuando se envía
nosticar un aborto, cuando el diagnóstico es solamente
a la madre al domicilio, es importante indicarle que consul-
clínico y la paciente es legrada por restos ovulares, puede
te en un servicio de urgencia en caso de sangrado de una
tratarse realmente de un embarazo ectópico y en ese caso
cuantía mayor que una menstruación, para una evaluación
la paciente puede volver algunos días después del alta con
un embarazo ectópico complicado. En esos casos, al reali- ecográfica.
zar el legrado es importante observar con "intencionalidad"
Aborto retenido. La evacuación uterina no es una ne-
lo que se extrae como restos ovulares, ya que si tienen
cesidad perentoria, especialmente en pacientes jóvenes y
aspecto de endometrio, puede corresponder a una reacción
nuligestas, en las cuales hay que evitar en lo posible el
decidual de un embarazo ectópico. Ante la duda, es prefe-
legrado por las eventuales complicaciones que pudieran
rible enviar una muestra a estudio histopatológico. Si hay
comprometer su fertilidad futura: incompetencia cervical
signos de Arias Stella, ello significa alta sensibilidad para
por una dilatación forzada y enérgica del cuello uterino
embarazo ectópico (Hott y cois., 1995).
o adherencias entre las paredes uterinas por un legrado
exagerado (síndrome de Asherman). Por estas razones, en

538
Capítulo 28 | Aborto

estos casos es preferible optar por una conducta expectan- ción previa. Es más efectiva que el misoprostol para dilatar
te que culmine con un aborto completo, sin necesidad de el cuello uiterino (Burnett y cois., 2005); sus desventajas
legrado (Griebel y cois., 2005). La paciente puede esperar son su mayor costo y la posibilidad de que se expulse in-
hasta las ocho semanas de gestación sin ningún riesgo, al advertidamente. No se han demostrado ventajas usando
cabo de las cuales el 42% ha abortado espontáneamente misoprostol y laminaria simultáneamente (Jain & Mishell,
sin necesidad de legrado; el 36% ha modificado las con- 1996).
diciones del cuello uterino favorablemente, lo que facilita
un legrado expedito y carente de complicaciones y el resto Método Krause e inyección períovular. Actualmente,
puede necesitar legrado con dilatación en forma electiva con el uso del misoprostol se usa con menos frecuencia,
por diversas razones (Pierotic & Silva, 1994). La ausencia pero sigue siendo una forma muy efectiva y económica de
de flujo pulsátil en el lecho de implantación de la eco Do- evacuar el útero en embarazos de segundo trimestre con
ppler puede ser una forma de pronosticar con cierta seguri- feto muerto o cuando fracasa el misoprostol.
dad que ocurrirá la expulsión de los restos ovulares dentro
Consiste en la introducción de una sonda Folley a través
de la semana siguiente. Esto es una forma de evitar hos-
del cuello uterino, la que va despegando las membranas
pitalizaciones innecesarias para legrado en pacientes que
ovulares. Se puede introducir solución fisiológica de NaCl
no desean esperar hasta las ocho semanas de gestación
a través de ella, con lo cual se acelera el proceso. El estí-
(Schwarzlery cois., 1999). Otros autores han descrito baja
mulo mecánico induce la síntesis de prostaglandlnas en las
de la velocidad del flujo en el saco vitelino y en el espacio
membranas ovulares, utilizándose como sustrato el ácido
intervelloso como un elemento diagnóstico precoz de abor-
araquidónico que se produce en ellas. Las prostaglandi-
to retenido (Kurjak & Kupesic, 1998).
nas producen contracciones uterinas y maduran el cuello
Por razones personales de la paciente o por presión asis- uterino a través del aumento de sustancia fundamental y
tencial, muchas veces nos vemos enfrentados a la necesi- disminución proporcional de colágeno y fibras elásticas. Se
dad de evacuar el útero sin esperar evolución espontánea, inducen además receptores de oxitocina, lo que hace más
para lo cual existen los siguientes métodos: susceptible al útero a este polipéptido. Otro efecto de la
introducción y tracción de la sonda es el estímulo del cue-
Misoprostol. Es una prostaglandina sintética semejan- llo por el balón, lo que optimiza la actividad uterina. Los
te en su estructura a la PGE1. Dentro de sus múltiples pasos a seguir son (consultar Capítulo 15: Fisiología de la
efectos, produce maduración del cuello uterino e intensa contracción uterina):
actividad contráctil del útero. Se aplican 200 a 400 ¿ug
• Administrar antibióticos profilácticos según normas loca-
en el fondo de saco posterior de la vagina o en el orificio
les.
externo del cuello uterino si se encuentra entreabierto. En
el 70% de las pacientes se inicia trabajo de aborto con • Colocar espéculo vaginal, pincelar el cuello con povi-
expulsión del contenido uterino dentro de las 24 horas si- dona e insertar a través de él una sonda Folley hasta
guientes (Jain & Mishell, 1994). En una baja proporción de la mitad de la longitud uterina aproximadamente. Inflar
pacientes es necesario realizar legrado por la presencia de el balón con 25 a 50 mL de agua destilada o solución
restos ovulares, traducida en un sangrado importante pos- fisiológica y dejarla fraccionada con un peso de 250 a
taborto o por un diámetro anteroposterior de la cavidad ute- 500 g. Si las membranas están intactas se puede inyec-
rina mayor a 15 mm. En el 20% de los casos se produce tar solución fisiológica en el espacio periovular a través
aborto completo, sin necesidad de legrado (Cortéz & Silva, de la sonda, por caída libre, con una frecuencia de 100
1999). Excepcionalmente no hay respuesta y es necesario mL cada 30 minutos, no sobrepasando los 500 mL a
evacuar el útero mediante otros medios, pero por lo menos menos que se compruebe que el líquido ha escurrido
el cuello uterino disminuye su consistencia y se acorta, lo hacia el exterior. Es necesario evaluar por palpación ute-
que facilita otros procedimientos. Las ventajas respecto de rina cada 30 minutos, si hay dolor por exceso de dis-
la PGE2 son el bajo costo, menos efectos secundarios (fie- tensión de la cavidad o por el inicio de contracciones. Si
bre, vómitos, diarrea o bochornos) y mayor incidencia de en una hora no se presentan contracciones uterinas, se
abortos completos, que no necesitan legrado posterior (Jain debe agregar oxitocina por vía intravenosa en una con-
& Mishell, 1994; Creinin y cois., 2001). centración de 10 a 20 Ul en 500 mL con goteo inicial
de 10 a 20 gotas por minuto, duplicando el goteo cada
Laminaría. Es un tallo, sintético o natural (un alga), que 20 minutos hasta obtener respuesta.
tiene la capacidad de absorber agua del medio, con lo cual
va aumentando lentamente de diámetro. Colocado en el La ventaja de este método es su bajo costo y su alto
cuello uterino produce dilatación de éste en algunas ho- rendimiento, ya que el 90% de las pacientes expulsa el
ras sin provocar daño; con ello se producen contracciones contenido uterino en las 24 horas siguientes; sin embar-
uterinas espontáneas o el cuello queda con una dilatación go, la técnica necesita algún entrenamiento y vigilancia de
que permite un legrado expedito y sin necesidad de dilata- enfermería. Como efectos secundarios, ocasionalmente se

539
OBSTETRICIA

observa alza térmica importante acompañada de escalo- hasta que se tenga la sensación de que ya no hay restos
fríos, lo que estaría reflejando bacteremia. Este fenómeno adheridos. Si el legrado es excesivo, existe la posibilidad
no tiene efectos ominosos para la paciente si está cubierta de extraer todo el endometrio y provocar adherencias
con antibióticos y hemodinámicamente estable. Sin em- entre las paredes uterinas (síndrome de Asherman). Re-
bargo, en la literatura hay experiencias que describen que tirar la cucharilla de la cavidad lo menos frecuentemente
el 10% de las pacientes hace una respuesta inflamatoria posible, ya que esta maniobra es contaminante.
sistémica (shock séptico) secundario a la bacteremia (Ben-
• Utilizar pinzas Foerster para retirar trozos muy grandes
Arie & Goldchmit, 2000).
de placenta o restos ovulares; evitar su uso a ciegas to-
Previo a este procedimiento es importante determinar mando restos desde el interior de la cavidad.
por medio de ecografía la ubicación placentería. La placen-
• Terminado el procedimiento, se debe verificar que el
ta previa oclusiva contraindica en forma absoluta el proce-
cuello no quede sangrando desde el sitio en que se trac-
dimiento
cíonó con la pinza Pozzi, ya que esto se puede inter-
pretar equívocamente, posterior al procedimiento, como
Aborto en evolución y restos de aborto. La paciente
una metrorragia por persistencia de restos ovulares.
debe ser hospitalizada y esperar la evolución espontánea.
Se administran analgésicos opiáceos (metadona 3 a 4 mg)
Aborto completo. En algunas ocasiones nos puede lle-
y se espera la expulsión del contenido uterino. Ocurrido
gar una paciente que nos relata que teniendo un embarazo
esto se deberá establecer si es un aborto completo o no.
demostrado, presentó dolor, sangrado profuso y expulsión
Para tal efecto es importante saber si hubo expulsión de
de embrión, feto o material que sugiere trofoblasto; poste-
feto con o sin material compatible con restos ovulares y si el
rior a ello, las contracciones disminuyeron en forma signifi-
dolor y la metrorragia cedieron junto con ello. Si además se
cativa hasta incluso desaparecer, llegando el sangrado a ser
aprecia el útero de tamaño normal o levemente aumentado
mínimo. Al examen se comprueba lo escaso del sangrado,
se puede dar de alta a la paciente sin legrado. En caso de
que el cuello puede estar abierto o cerrado, dependiendo
duda se puede realizar una ecografía transvaginal con el
de cuánto tiempo atrás ocurrió la expulsión de restos y a la
fin de visualizar el contenido de la cavidad uterina. La ob-
ecografía existe un diámetro anteroposterior de la cavidad
servación de contenido homogéneo, no mayor de 15 mm,
uterina que no excede los 15 mm. Con estos elementos
confirma el aborto completo. En caso de visualizarse mate-
podemos concluir con el 95% al 97% de seguridad que
rial ecorrefringente heterogéneo en gran cantidad y con una
esta paciente tiene un aborto completo y que no necesita
cavidad que supere los 15 mm de diámetro anteroposterior,
legrado uterino (Ballagh & Demasió, 1998; Abarzúa & Sil-
se debe realizar legrado uterino, ya que esta imagen es muy
va, 2000).
sugerente de restos de aborto.

Legrado uterino. Es un procedimiento que se realiza Aborto habitual o recurrente


con mucha frecuencia y que carece de complicaciones si
A pesar de la alta frecuencia de aborto espontáneo en la es-
se siguen los siguientes pasos:
pecie humana, el hecho de que este problema se repita en
• Realizarlo en pabellón en condiciones de asepsia como una misma mujer no puede ser considerado un fenómeno
cualquier otra intervención, utilizando anestesia peridu- normal. El aborto habitual es la interrupción espontánea
ral, en silla de montar o general. de tres o más gestaciones antes de las veinte semanas, in-
dependiente del antecedente del número de recién nacidos
• Aseptizar vagina y cuello uterino, dejando unos minutos
vivos o mortinatos. Se presenta aproximadamente entre el
un algodón mojado con povidona mientras se prepara el
0,5% y el 1% de las mujeres (Mishell, 1993; Rai y cois.,
instrumental.
1996a).
• Diagnóstico de posición uterina. No seguir este paso au-
Las pacientes con aborto habitual tienen una gran ten-
menta el riesgo de perforación, sobre todo en úteros en
dencia a repetir el tipo de aborto. Por ejemplo, si se produ-
retroflexíón.
ce un huevo anembrionado, existe el 70% de probabilida-
• Colocar espéculo vaginal o valva de peso. des de que si se produce otro aborto, sea del mismo tipo.
• Traccionar el cuello uterino desde su labio anterior con Cuando un huevo anembrionado, un embarazo con
una pinza Pozzi. saco vitelino y embrión ausente o malformaciones embrio-
narias o fetales severas se repiten más de una vez, se debe
• Si es necesario, dilatar el cuello uterino para permitir el
sospechar un aborto recurrente de causa genética o cromo-
paso de una cucharilla fenestrada mediana o una pinza
sómica. En esos casos, en el embarazo siguiente se deberá
Foerster.
plantear un estudio genético mediante amniocentesis des-
• Legrar (raspar) la cavidad en forma metódica con la cu- pués de las ocho semanas, biopsia de vellosidades córlales
charilla más grande que pueda pasar a través del cuello, o en caso de un nuevo aborto, el análisis genético del feto.

540 :
La etiología del aborto recurrente es muy semejante a cicas o incompetencia del cuello uterino. Estos casos se
la del aborto espontáneo único. Las causas más importan- deberán estudiar mediante histerosalpingografía e histeros-
tes son: genéticas, congénitas müllenanas o anatómicas, copia asociada a laparoscopia. La pielografía también es un
infecciones, endocrinas, hematológicas, inmunológicas o estudio necesario para descartar malformaciones urinarias.
tóxicas (Stephenson, 1996). Puede haber pacientes con Las malformaciones urinarias se asocian hasta en el 90%
más de una causa (Stephenson, 1996; Drakeley y cois., a malformaciones genitales (Mishell, 1993).
1998). Los métodos de diagnóstico más adecuados son la ultra-
sonografía, especialmente la tridimensional, con un mayor
Causas genéticas. Se ha observado el 57% de ma-
rendimiento cuando se complementan con histeroscopia y
dres con aberraciones cromosómicas en abortos recu-
laparoscopia.
rrentes, cifra que no es significativamente mayor a la in-
cidencia de aberraciones cromosómicas en pacientes sin El tratamiento quirúrgico tiene buen pronóstico (Hickok,
antecedente de abortos recurrentes (43%) (Stern y cois., 2000; Porcu y cois., 2000), especialmente en el útero sep-
1996). Entre las causas genéticas del aborto recurrente, tado, en el cual es factible resecar el tabique a través de
las más frecuentes son: trisomía (50%), monosomía 45X histeroscopia, con lo cual el 80% de las pacientes logra un
(20%), triploidías (15%), tetraploidías (10%) y anomalías embarazo de término. Las otras malformaciones necesitan
estructurales (5%) (Mishell, 1993). Se debe sospechar la cirugías más complejas como la metroplastía, pero aun así
causa genética como etiología del aborto recurrente en los tienen buen pronóstico, ya que la frecuencia de embarazos
siguientes casos: fallidos baja del 82% al 12% (Mishell, 1993).

• Abortos con huevos anembrionados y aquellos en que


Adherencias o sinequias. Son consecuencia de cual-
sólo se observa saco vitelino sin embrión.
quier noxa al endometrio que sobrepase la membrana ba-
• Abortos tardíos en los que se demuestran malformacio- sal, de la llegada de fibroblastos y de la formación de tejido
nes fetales graves. fibroso entre las paredes uterinas, que las sella parcial o
totalmente, produciendo infecciones, legrados, resecciones
• Cuando se produce una anormal proporción de hijos de
de pólipos o miomas por vía histeroscópica, miomectomía
un mismo sexo, se debe sospechar la aparición de una
por laparotomía, etc. Se manifiestan por alteración de la
mutación letal ligada al sexo (consultar Capítulo 67: Ge-
cuantía del flujo menstrual, sea oligomenorrea o ameno-
nética y perinatología).
rrea, dependiendo del compromiso de la pared uterina. El
tratamiento consiste en la sección de las adherencias me-
Debido al alto costo del estudio genético se debe acce-
diante histeroscopia. Para evitar las recurrencias se puede
der a éste cuando existen fuertes evidencias clínicas de una
insertar un dispositivo intrauterino al terminar el procedi-
genopatía hereditaria o una mutación letal (Hunter, 1996).
miento. Es conveniente administrar estrógenos como eti-
nilestradiol o estrógenos conjugados durante sesenta días,
Causas anatómicas de origen congénito mülleria-
agregando acetato de medroxiprogesterona, 10 mg al día,
no. Las anomalías congénitas uterinas son poco frecuen-
los últimos quince días, terminando finalmente con la ex-
tes y variables en frecuencia (oscilan entre el 0,1% y el
tracción del dispositivo. Con este tratamiento la frecuencia
4%). Se producen por noxas durante el primer trimestre
de aborto disminuye en el 70% (Mishell, 1993).
del embarazo, exposición de la madre a esferoides sexuales
durante el embarazo y por herencia autosómica recesiva.
Incompetencia cervical. Es una causa importante
El aborto recurrente es más de cuatro veces más fre- de aborto recurrente y puede ser primaria, asociada gene-
cuente en pacientes con malformaciones uterinas que en ralmente a malformaciones congénitas uterinas o secun-
aquellas sin malformaciones y esa diferencia es más sig- daria, por traumatismos obstétricos, abortos o conizacio-
nificativa mientras más deformada se encuentre la cavi- nes. Constituyen casi el 20% de los abortos de segundo
dad uterina y menores sean los diámetros de ésta (Salim trimestre (Mishell, 1993). La incompetencia cervical suele
y cois., 2003). Como se ha visto, los más frecuentes son asociarse a infecciones ascendentes, ya que con el cue-
los defectos simétricos: úteros bidelfos, bicornuados o sep- llo dilatado por tiempo prolongado se favorece el contacto
tados (Reindollar, 2000). El útero septado es el de mejor directo de las membranas con la flora vaginal, producién-
pronóstico, sobre todo el incompleto. Los defectos asimé- dose corioamnionitis, con aumento del riesgo de rotura de
tricos tienen un pronóstico más ominoso, llegando al 50% membranas.
de abortos recurrentes en el útero unicorne (Raga y cois.,
La incompetencia cervical se caracteriza por abortos re-
1997).
currentes del segundo trimestre, que evolucionan rápida-
Se deben sospechar anomalías congénitas anatómicas mente y con un componente doloroso mínimo. La paciente
en pacientes con abortos recurrentes habituales que tienen en ocasiones relata un flujo vaginal mucoso sanguinolento
antecedentes de partos prematuros, presentaciones distó- los días previos al aborto, luego sangrado genital y escasas

541
OBSTETRICIA

contracciones dolorosas. Cuando acude al ginecólogo se


observa un feto en expulsión o las membranas ovulares
protruyendo por la vagina, en forma de reloj de arena. Otra
forma en que se expresa es por la rotura ovular de etiología
infecciosa.
En etapas iniciales, la ecografía transvaginal constitu-
ye un aporte muy importante en el diagnóstico. Se puede
observar acortamiento del cuello, dilatación del orificio cer-
vical interno mayor de 23 mm, que adopta la forma de un
embudo (funneling) o herniación de las membranas por el
orificio cervical interno (Campioni y cois., 1998).
En pacientes no embarazadas esta patología se puede
diagnosticar si se logra introducir fácil y directamente un di-
latador Hegar número 8 a través del cuello o bien retirando
fácilmente una sonda Folley con su balón lleno con 1 ml_
de agua. Este procedimiento diagnóstico se debe realizar
sesenta días después del aborto.

Tratamiento. Para evitar que el daño estructural del cue-


llo permita la salida de las membranas y luego el aborto, se
debe sellar el cuello uterino mediante un cerclaje, entre las
12 y las 16 semanas de gestación. La técnica más usada FIGURA 28-4. Cerclaje de cuello uterino. Técnica de
y la más sencilla es la de MacDonald, en la cual se utiliza MacDonald.
un material de sutura no absorbible en forma de cinta. La
sutura debe tener la forma de bolsa de tabaco alrededor
del cuello, evitando el paso transfixiante al canal cervical
sobrevida fetal. Consiste en la colocación de una banda de
(FIGURA 28-4). Con esta técnica la sobrevida fetal puede
mersilene de 5 mm de ancho llegando al cuello del útero
llegar al 70%. Lo ideal es realizar el procedimiento antes de
por vía abdominal a la altura del orificio cervical interno,
que ocurran las modificaciones del cuello o la protrusión de
abordando esa zona mediante disección de la vejiga, la
las membranas, de lo contrario el pronóstico es ominoso.
que se desplaza hacia anterior. Si fracasa y se rompen las
Antes de realizar un cerclaje se debe descartar infección
membranas, el ceclaje se puede retirar por colpotomía pos-
ovular mediante amniocentesis y en caso de protrusión
terior o si tiene éxito y la paciente desea tener otro hijo, se
de las membranas se debe extraer líquido amniótico para
puede dejar hasta el próximo embarazo. La sobrevida fetal
disminuir el volumen de las membranas. Es importante la
aumenta del 6% al 85% (Gibb & Salaria, 1995).
administración de antibióticos cuando las membranas han
estado expuestas a la flora vaginal. Si hay corioamnionitis Se ha intentado un cerclaje no invasivo, con pesarios,
o se rompen las membranas se debe retirar el cerclaje y con resultados discretos en cuanto a eficacia, pero que
evacuar el útero. La rotura ovular ocurre aproximadamente tiene como único efecto secundario leucorrea (Acharya y
en el 45% de los cerclajes (Mishell, 1993). cois., 2006).
Si el embarazo continúa en forma satisfactoria, la sutura
Causas infecciosas. No constituyen una causa impor-
debe ser retirada a las 38 semanas. Si antes de ese mo-
tante de aborto recurrente, ya que la madre frecuentemente
mento la paciente ¡niela dinámica uterina, se debe descar-
adquiere inmunidad a la infección en los embarazos con-
tar por medio de una amniocentesis la infección del líqui-
secutivos. La presencia de Mycoplasma hominis y Urea-
do amniótico. En caso de confirmarse infección, se puede
plasma urealyticum en el cuello uterino y endometrio sue-
iniciar tratamiento antibiótico y si pese a ello persiste la
len asociarse a aborto recurrente cuatro veces más que en
dinámica uterina, se debe retirar el cerclaje.
mujeres que no tienen estos microorganismos. En parejas
En madres que llegan a término, el 15% de los partos con aborto recurrente es aconsejable intentar aislar estos
se resuelve por cesárea debido a fenómenos cicatrizales agentes etiológicos y en caso de aislarse, se deben tratar
que impiden la dilatación cervical durante el trabajo de con doxiciclina antes de un nuevo embarazo. Durante el
parto. Cuando este método fracasa o existe un cuello muy embarazo se debe reforzar el tratamiento con eritromici-
dañado por conizaciones previas u otros cerclajes, se pue- na. La presencia de células plasmáticas en una biopsia de
de practicar el cerclaje transabdominal cervicoítsmico, de endometrio a mitad de la fase lútea indica la necesidad de
técnica más difícil pero con mejor rendimiento en cuanto a realizar cultivos, especialmente de Mycoplasma.

542
Capítulo 28 | Aborto

Causas endocrinas. La más frecuente es la insufi- geno, tiene un efecto de sustancia adherente que permite
ciencia del cuerpo lúteo. El síndrome de ovarlo poliquístico que el citotrofoblasto se ancle firmemente en la decidua.
(PCO), la diabetes mellitus y los trastornos tiroideos consti- Se describe también una acción estimulante del proceso
tuyen causas menos frecuentes. de regeneración de tejidos, que es muy importante des-
pués de la quinta semana de gestación (Asahina y cois.,
La insuficiencia del cuerpo lúteo se debe sospechar en 1998). La deficiencia del factor XIII se traduce en hemorra-
pacientes con ciclos cortos e intervalos posovulatorios me- gias en el lecho placentario a nivel de las arterias espirales,
nores de catorce días. Su incidencia en aborto habitual va comenzando con una disección de la túnica media en el
del 20% al 60%. Se puede confirmar el diagnóstico en la momento en que éstas sufren su transformación fisiológica.
mujer no embarazada cuando presenta niveles plasmáticos La hemorragia produce desprendimiento ovular y aborto.
bajos de progesterona o discrepancia de dos o más días Se puede sospechar esta causa en pacientes con aborto
entre el día del ciclo y las características del endometrio recurrente que además presentan metrorragias muy im-
en estudio histológico (Reece y cois., 1992; Arias, 1993). portantes durante el proceso. Su diagnóstico es difícil y se
Este cuadro puede ser de causa desconocida o secun- realiza a través de estudios de estabilidad del coágulo o por
daria a hiperprolactinemia, anorexla, ejercicio riguroso o determinación del factor XIII mediante radioinmunoensayo.
hiperplasia suprarrenal congénita. Puede haber niveles plasmáticos normales de factor XIII,
pero con baja actividad y por lo tanto, con expresión clínica
La forma en que lleva al aborto es mediante la desincro- hemorrágica y aborto recurrente. Ello se debe a mutacio-
nización entre el cese de producción de progesterona por el nes en el gen que expresa el factor (Anwar y cois., 1999).
cuerpo lúteo y el momento en que la placenta comienza a El tratamiento consiste en administrar una a dos unidades
producir esta hormona. de plasma cada tres semanas en caso de metrorragia que
El tratamiento consiste en la administración de proges- pudiera terminaren un eventual aborto. Estas pacientes en
terona hasta las 10 ó 12 semanas de gestación, en dosis general no tienen otras manifestaciones hemorragíparas.
de 50 mg diarios.
Afibrinogenemia e hipofibrinogenemia. La afibrmoge-
En el síndrome de ovarlo poliquístico el aborto recurren- nemia es una enfermedad autosómica recesiva asociada a
te puede deberse al incremento mantenido de la hormona sangrado y aborto recurrente. La hipofibrinogenemia, en
luterinizante. El mecanismo se explica por fertilización de los heterozigotos, se expresa en forma de aborto recurrente
un oocito envejecido debido a prematurez de la segunda cuando los niveles de fibrinógeno bajan de 60 mg/dL. Se
división meiótica o por un efecto directo de la hormona produce un insuficiente puente de anclaje de fibrina del
luteinizante en el endometrio, que afecta adversamente la trofoblasto al lecho o por hemorragias a nivel de las arterias
implantación (Raiycols., 1996b). espirales.
En la diabetes mellitus el aborto recurrente se produce El diagnóstico se basa en niveles bajos de fibrinógeno
cuando hay un mal manejo metabólico o por malformacio- en pacientes con aborto habitual. El tratamiento consiste
nes fetales incompatibles con la vida. en la administración de fibrinógeno en dosis de 2 a 4 gm
por semana en el primer trimestre manteniendo los niveles
El hipo o hipertiroidismo son causa poco frecuente de
plasmáticos sobre 75 mg/dL. Los mismos cuidados se de-
aborto y más bien se expresan como parto prematuro.
ben mantener en las cercanías del parto.
Existe una relación importante entre aborto espontáneo y
madres que siendo eutiroideas tienen anticuerpos antitiro- Hay casos en los cuales se produce una alteración
globulina, presentando dos veces más abortos espontáneos cualitativa del fibrinógeno debido a una enfermedad he-
que el grupo control (Kutteh & Yetman, 1999; Wilson & reditaria autosómica dominante. Se trata de disfibrinoge-
Ling, 1999; Mazzaferri, 1997; Mecacci y cois., 2000). La nemias. En ese caso hay una alteración de los aminoáci-
presencia de dichos anticuerpos significa que puede haber dos constituyentes, lo que lleva a una defectuosa y débil
problemas de autoinmunidad a otros niveles, no necesaria- estructura de la molécula. Estos embarazos terminan en
mente tiroideos, que estarían explicando que un porcentaje abortos acompañados de hemorragias profusas y, para-
de estas mujeres tiene abortos espontáneos y recurrentes. dojalmente, en la madre se producen fenómenos trombo-
La función tiroidea debe ser estudiada cuando hay sospe- embólicos. El diagnóstico se basa en la sospecha clíni-
cha clínica de una alteración funcional del tiroides. ca, en análisis hematológicos complejos y complicados y
en análisis cromatográficos. El tratamiento consiste en la
Causas hematológicas. Son poco frecuentes en el administración de crioprecipitados para restaurar los coá-
aborto recurrente y de difícil diagnóstico, ya que en la mujer gulos de fibrina y detener la hemorragia (Reece y cois.,
no embarazada rara vez se expresan. 1992; Arias, 1993).

Deficiencia del factor XIII. Este factor le da la resis- Resistencia a la proteína C activada. Se expresa
tencia mecánica al coágulo de fibrina. Junto con el fibrinó- como fenómenos trombóticos muy extensos de los vasos

543
OBSTETRICIA

placentarios que terminan en aborto en forma recurrente Anticuerpos antícardiolipinas (ACÁ). Es el anticuerpo
(Raí y cois., 1996b). Como fenómeno antitrombótico nor- más frecuentemente encontrado en pacientes con abortos
mal, unida a la membrana del endotelio capilar hay una repetidos y en el 90% de los que tienen LAC.
protetna llamada trombomodulina, que después de inicia-
Los anticuerpos anticardiolipinas se encuentran en el
da la coagulación se une a la trombina y esta unión activa
17% al 33% de las pacientes con aborto recurrente y en
a la proteína C, que tiene efecto anticoagulante al inacti-
el 4% al 19% de las pacientes con embarazos normales.
var los factores V y VIII activados (Guyton & Hall, 1997).
Sin embargo, se ha visto que el 10% de las pacientes con
En estas pacientes existe una mutación en el factor V que
aborto habitual no tiene anticuerpos anticardiolipinas, los
le confiere resistencia a la proteína C activada. Se hereda
cuales se manifiestan clínicamente de igual manera (Tul-
en forma autosómica dominante y puede producir hasta el
ppala y cois., 1995; Yetman & Kutteh, 1996).
20% de los abortos de segundo trimestre. El tratamiento se
basa en el uso de aspirina en dosis bajas y heparina 5.000 Las pacientes con estos anticuerpos tienen abortos repe-
Ul cada doce horas. La heparina de bajo peso molecular tidos tardíos o serias complicaciones por fibrosis pulmonar
tiene la ventaja de que se usa una dosis diaria de 5.000 en el puerperio, antecedentes de preeclampsia severa y pre-
UI y de no cruzar la barrera placentaria. Las pacientes con coz, episodios trombóticos arteriales, migraña, retardo del
trombofilia también tienen riesgo de aborto recurrente debi- crecimiento intrauterino o corea. El mecanismo de acción
do a un mecanismo de hipercoagulabilidad de la sangre y a común es la vasoconstricción crónica y la microtrombosis.
fenómenos trombóticos placentarios semejantes al síndro- Las pacientes con lupus o que sólo tienen anticoagulante
me antifosfolípidos (Blumenfeld & Brenner, 1999). lúpico o anticuerpos anticardiolipinas positivos, presentan
un aumento significativo de abortos y alteraciones placen-
Causas ¡nmunológicas. Son muy distintas las cau- tarias (microtrombosis y villitis), fenómenos trombóticos
sas de aborto en el período de implantación temprano que fetales y deciduales (Magid & Kaplan, 1998).
más adelante en el curso del embarazo. Cada vez hay más
El embarazo evoluciona con un feto vivo que luego
evidencias de que en los primeros días de la implantación
muere entre las 14 a 18 semanas. La muerte ocurre por
las fallas se producen por mecanismos inmunológicos que
una extensa trombosis de los vasos placentarios. La pla-
alteran la "tolerancia inmunológica" que debe tener la ma-
centa es más pequeña, con zonas de infarto y las arterias
dre para aceptar células que le son extrañas, como las del
espirales muestran trombos que en ocasiones están reca-
producto de la concepción (Jin y cois., 2005). Aquí en-
nalizados.
tran en juego complejos mecanismos aún no claros en que
participan mediadores inflamatorios (interleucinas), citoci- El citotrofoblasto tiene antígenos que contienen fosfolípi-
nas, TNF y células tipo T helper, entre otras (Ho y cois., dos, de manera que los anticuerpos así formados producen
2001; Chen y cois., 2002; Chaouat y cois., 2003; Chen daño directo a estas células junto a las del sinciciotrofoblas-
y cois., 2008; Dokouhaki y cois., 2008; Gharesi-Fard y to. Estos anticuerpos son detectados por radioinmunoensa-
cois., 2008). yo o por método de ELISA.
En etapas más tardías del primer y segundo trimestre El tratamiento se inicia una vez comenzado el embarazo
puede haber trastornos de la inmunorregulación en que y consiste en la administración de prednisona; también se
los clones de células B comienzan a producir anticuerpos puede reducir el efecto trombótico mediante bajas dosis de
contra antígenos propios como el ADN, las ribonucleopro- aspirina o heparina, con las cuales se puede obtener hasta
teínas, la IgG y los fosfolípidos. Los más frecuentes en el el 70% de éxito. Con heparina, más dosis bajas de aspiri-
aborto recurrente son el anticoagulante lúpico y los anti- na, los resultados exitosos llegan al 80% (Kutteh, 1996).
cuerpos anticardiolipinas (Vinatiery cois., 2001). La aspirina se usa en dosis de 80 mg al día y la heparina
en dosis de 5.000 Ul cada 12 h, ajusfando la dosis sema-
Anticoagulante lúpico (LAC). Este anticuerpo, des- nalmente con incrementos de 1.000 UI por dosis hasta lle-
cubierto en pacientes con lupus, produce anticoagulación gar a un TTPK 1,2 a 1,5 veces el normal. Ambas medidas
mediante la prolongación del tiempo parcial de trombo- terapéuticas se mantienen hasta el parto.
plastina. También inhibe la síntesis de prostaciclinas, pro-
Se ha reportado el 80% de embarazos de término en
duciendo una inversión de la relación prostaciclina/trom-
pacientes con aborto recurrente y con anticuerpos antifos-
boxano, con predominio de éste último que tiene conocido
folípidos cuando son tratadas con inmunoglobulina intra-
efecto vasoconstrictor y de agregación plaquetaria con
venosa 300 mg/kg cada tres semanas hasta las diecisiete
microtrombosis secundaria. Ambos efectos producen una
semanas de gestación. Su efecto es controvertido, pero se
alteración de la vascularización en el lecho de implantación
ha observado que la cantidad de anticuerpos antifosfolípi-
y secundariamente aborto precoz. Su presencia se asocia a
dos disminuye, probablemente debido a la inactivación de
niveles elevados de IgM (Reecey cois., 1992; Arias, 1993)
éstos por parte de la inmunoglobulina (Marzusch y cois.,
(consultar Capítulo 57: Enfermedades del tejido conectivo
1996).
y embarazo).

544
No está claro por qué el sistema inmunitario no produce un aborto, ya que si se encuentra presente en niveles que
en el Individuo normal destrucción de los propios antíge- superan los 2,5 ng/mL existe un riesgo cuatro veces ma-
nos. Se postula que en el estado fetal, en el estado de yor de un aborto en el mes siguiente; bajo ese nivel existe
preprocesamiento de los linfocitos T en el timo y los B en una alta probabilidad de llegar a un embarazo de término
la médula ósea, todos los clones de linfocitos específicos (Wenstrom y cois., 1996). También existe una importan-
que actuarían contra los tejidos propios serían destruidos te relación entre la presencia de interleukina-6 en líquido
por su continua exposición en ese tiempo a los antígenos amniótico y la infección subclínica, sobre todo en etapas
corporales. En el caso de algunos abortos por mecanismos precoces de gestación, en las que no es posible encon-
aloinmunes, se produciría un rechazo semejante al de los trar bacterias en el líquido ovular (Romero & Yoon, 1993).
injertos o trasplantes, de manera que la madre reconoce Sólo el 50% de las pacientes con colonización bacteriana
al tejido trofoblástico como tejido extraño. El diagnóstico del corion tienen contaminación del líquido amniótico. La
es difícil, se debe sospechar la enfermedad en abortos re- extracción de líquido amniótico se realiza mediante am-
currentes en los cuales se comprueba un cariotipo normal niocentesis después de las catorce semanas. El riesgo de
y se descartan otras causas. Se diagnostican mediante la aborto por el procedimiento mismo es insignificante (Cassel
medición de antígenos en leucocitos de ambos padres y & Andrews, 1993).
mediciones de IgG e IgM dirigida contra los linfocitos T y B
paternos. El tratamiento se basa en desensibilizaciones del Medición seriada de algunos componentes del
aparato inmunológico materno mediante antígenos pater- complemento. El complemento es un conjunto de veinte
nos de espermatozoides, antígenos de membranas ovulares proteínas que forman parte de las proteínas plasmáticas,
o inyecciones de linfocitos (Guyton & Hall, 1997). muchas de las cuales son precursores enzimáticos inacti-
vos. Se activan por medio de una vía clásica, que necesi-
Otra forma de tratar a las pacientes con aborto recurren-
ta de la presencia de una reacción antígeno-anticuerpo y
te por síndrome antifosfolípidos, es el uso de gamaglobu-
otra vía alternativa, que se activa por la presencia directa
lina intravenosa, en lo posible durante todo el embarazo,
de macromoléculas, generalmente de polisacáridos de la
obteniéndose entre el 75% y el 95% de embarazos exi-
membrana celular de algunas bacterias. Como consecuen-
tosos, dependiendo del tiempo de uso, con una diferencia
cia de la activación por cualquiera de estas vías, se puede
significativa respecto de aquellas que no la usan (Stricker
producir opsonización, lisis, aglutinación, neutralización,
y cois., 2000) (consultar Capítulo 57: Enfermedades del
quimiotaxis, producción de histamina, heparina o efectos
tejido conectivo y embarazo).
inflamatorios (Guyton & Hall, 1997). Las reacciones se re-
flejan en la concentración plasmática. En algunas pacientes
Causas tóxicas. Son las mismas mencionadas entre
cuyo embarazo va a terminar en un aborto, a partir de la
las causas generales ya mencionadas, que en caso de
séptima semana comienza un descenso de la concentración
mantenerse en el tiempo pueden ser causa de aborto re-
plasmática de C3 y del factor B. Esto se ha observado en
currente.
el 30% de las pacientes con aborto recurrente y en el 20%
de las pacientes sin la historia de abortos en embarazos
Métodos de laboratorio anteriores. Esto sugiere la existencia de anticuerpos antitro-
foblasto que pudieran estar en la porción Fe de las inmu-
El aborto que se repite es una situación muy angustiante noglobulinas que no son bloqueados por medio de factores
para la mujer y su familia. Cada embarazo nuevo provoca que deberían existir normalmente (Tichenor y cois., 1995).
aprehensión mayor ante la incertidumbre de otro aborto. Se
han buscado métodos de laboratorio para predecir el riesgo La ecografía es la primera instancia diagnóstica a la que
de aborto en una paciente ya embarazada: se enfrenta la paciente con antecedente de aborto recurren-
te que tiene un nuevo embarazo con metrorragia. El médico
Medición de CA 125 sérico. Es una gllcoproteína debe informar, apoyar y plantear un pronóstico en estos
producida en el epitelio celómico y en las membranas ovu- casos. Toda paciente con antecedente de aborto recurrente
lares, que se encuentra en cantidades importantes en el tiene cuatro veces más probabilidades de tener otro abor-
líquido ovular. Se ha demostrado que se producen nive- to, aunque se visualice el embrión vivo en la ecografía, en
les elevados en embarazos con embrión o feto vivo que relación a una paciente que no tiene este antecedente (Van
posteriormente terminan en aborto. Esto se ha interpretado Leeuwen y cois., 1993).
como una desintegración parcial e inicial de la decidua o Se sugiere que en pacientes con aborto recurrente la
las membranas previo a la expresión del aborto propiamen- anamnesis sea muy acuciosa en la obtención de datos tales
te tal (Azogui y cois., 1996). como tabaquismo, ingestión de alcohol o drogas y activi-
dad con riesgo de contacto con tóxicos. Según los datos
Determinación de interleukina-6 en líquido am- obtenidos se puede dirigir la investigación de acuerdo a lo
niótico. Es un método bastante sensible para predecir presentado en la TABLA 28-1.

545
OBSTETRICIA

TABLA 28-1. Forma de enfrentar el estudio de una paciente con aborto recurrente

Antecedente Investigar
Abortos con poca sintomatología, silenciosos, Incompetencia cervical y malformaciones uterinas
con bolsa en reloj de arena
Conización
Partos vaginales con gran traumatismo cervical
Huevos anembrionados Causas genéticas
Saco vitelino sin embrión
Malformaciones fetales graves
Proporción anormal de sexos
Fenómenos trombóticos arteriales Síndrome antifosfolípidos
Abortos con metrorragias severas Causas hematológicas
Abortos provocados o clandestinos Adherencias en cavidad uterina (Asherman)
Ciclos cortos con período postovulatorio corto Insuficiencia del cuerpo lúteo

Los exámenes de laboratorio básicos en el estudio de • Aborto inducido legal, en el cual existen las mismas
una paciente con aborto recurrente son hemograma, VHS, motivaciones personales anteriores, pero que está per-
proteína C reactiva, anticuerpos anticoagulante lúpico y an- mitido por la ley.
ticardiolipinas, glicemia, curva de tolerancia a la glucosa,
niveles de T3-T4 y TSH, ecografía, biopsia de endometrio Con el desarrollo de la medicina y los avances en torno
(en la segunda etapa del ciclo buscar correlación histológi- a un mejor diagnóstico prenatal de problemas genéticos y
ca con el día del ciclo) y presencia de células plasmáticas congénitos, y con la ¡mplementación de nuevas tecnologías
en el endometrio o cultivo para Mycoplasma. en el terreno del tratamiento de la infertilidad, han surgido
nuevas situaciones que modifican esta clasificación (Besio,
Frente a la sospecha de aborto de causa genética, el
1998):
estudio cromosómico del material expulsado es de mejor
rendimiento que el de los padres (Ford y cois., 1996). • Aborto libre, realizado bajo el supuesto de que la mu-
jer tiene derecho a interrumpir el embarazo por razones
Otras exámenes o procedimientos complementarios de- personales, especialmente cuando el embarazo no es
pendientes de lo obtenido en la anamnesis o en los exáme-
deseado.
nes básicos son la histerosalpingografía, la histeroscopia, la
laparoscopia y el estudio de cariotipo en los padres. • Aborto eugenésico, cuando se elimina el feto porque
hay una alta probabilidad o certeza de que va a nacer
con defectos importantes o no va a sobrevivir una vez
ABORTO INDUCIDO que nazca.
Es la interrupción premeditada del embarazo antes de que • Aborto terapéutico o por razones médicas, que se prac-
el feto sea viable. Esto implica una acción en la que está tica con el fin de preservar la salud o la vida de la madre
presente la voluntad de la mujer embarazada y/o de la per- en aquellos casos en que la continuación del embarazo
sona que lo realiza. podría incrementar a niveles críticos el riesgo de muer-
Dependiendo del objetivo de la interrupción del embara- te materna. Así como esta clasificación se da por los
zo, cíásicamente podemos distinguir dos situaciones: avances de la medicina, por la misma razón debieran
ser casi excepcionales los casos en que se interrumpe el
• Aborto provocado, aborto ilegal o criminal, en el cual embarazo por esta causa.
el único fin es la interrupción del embarazo por razones
estrictamente personales de la madre. • Aborto por motivaciones mixtas, que se realiza cuando
existe la necesidad de eliminar embriones en embarazos
múltiples producidos por fertilización in vitro o por méto-
dos inductores de ovulación.

546
Capítulo 28 | Aborto

Aborto provocado, séptico, 0,28% fueron obstétricas y de éstas el 8% fue por aborto.
(Bromham & Oloto, 1997; Benagiano & Pera, 2000; Bo-
clandestino o ilegal
land & Katzive, 2008).
Aunque la interrupción del embarazo puede ocurrir más Si en Chile el parlamento aprobara una ley restringiendo
allá de las 25 semanas, ello no provoca un vacío legal en las normas nacionales de regulación de la natalidad, en
nuestra legislación, puesto que en Chile la legislación en poco tiempo los abortos clandestinos casi duplicarían los
el Código Penal lo define como la destrucción del producto nacimientos y nuevamente ésta sería una de las principa-
de la concepción en cualquier momento de la vida intrau- les causas de mortalidad materna (Universidad de Chile,
terina. 2008).
En parte de América Latina y países del tercer mundo, Según el Código Penal chileno el aborto es castigado en
especialmente África, la interrupción del embarazo es efec- todas sus formas, ya que el aborto terapéutico fue derogado
tuada por personas no idóneas y en condiciones de asepsia del Código Sanitario, por lo que son responsables ante la
inadecuados. Una de las complicaciones más frecuentes ley tanto la persona que se practica el aborto como aque-
del aborto es la infección, por eso es que frecuentemente se lla que lo realiza, y sus penas van desde 61 días a 5 años
tratan como sinónimos aborto provocado y aborto séptico. de presidio. Esto tiene como consecuencia que la mujer no
En el 61% de la población mundial el aborto es legal, delata a la persona que le practica el aborto, puesto que
especialmente en países desarrollados, en el 14% sólo es ella sufrirá el mismo castigo, protegiendo indirectamente
autorizado para conservar la salud de la madre, sea física al hechor y el temor a ser denunciada la lleva a negar las
o mental, en el 21% sólo para preservar la vida materna maniobras y a consultar tardíamente, con lo que aumenta
y en el 4% el aborto está prohibido en todas sus formas. en forma importante la morbimortalidad.
Chile está dentro de este último porcentaje (Benagiano & En Cuba el aborto es legal. Se considera fuera de la
Pera, 2000). ley si se practica en contra de la voluntad de la madre,
por personas ajenas al quehacer médico, en lugares no
Epidemiología del aborto adecuados, cuando la motivación es económica o cuando
no es realizado en instituciones estatales (Remez, 1995).
en América Latina En 1988 Cuba tenía 39 muertes maternas por aborto por
El aborto inducido en forma clandestina tiene una mor- 100.000 nacidos vivos, comparado con 160 para América
talidad cinco veces mayor que el espontáneo (Orellana y Central y 220 para América del Sur. Dada la liberalidad
cois., 1984). del aborto, ese país tiene tasas de aborto inaceptablemente
altas, que alcanzan los 50 a 60 abortos por 1.000 muje-
Cifras aportadas por la Organización Mundial de la Sa- res. La motivación más frecuente en la mujer cubana para
lud indican que de las muertes maternas que ocurren cada practicarse un aborto es la falta de una relación de pareja
año en los países en desarrollo, el 25% al 50% correspon- estable. En la adolescente las principales motivaciones son
de a abortos provocados clandestinos. la necesidad de seguir estudiando, el hecho de ser soltera
En países en los cuales el aborto está legalizado, las o la mala situación económica (Peláez y cois., 1999). La
muertes maternas no sobrepasan el 1 por 100.000 abortos mujer de mayor riesgo es la menor de 24 años y más aún
y la morbilidad es mínima, sin que se haya demostrado la menor de 20 (Cabezas-García y cois., 1998). A pesar de
compromiso significativo de la fertilidad de la mujer (Stub- que el aborto es legal, hacerlo conlleva un estigma, por lo
blefield & Grimes, 1994). que muchas mujeres van a otras localidades y se practican
el aborto en secreto.
Se estima que en América Latina cada año se practican
4.000.000 de abortos clandestinos. En todo caso, estas ci- En Brasil el aborto es permitido sólo cuando es practi-
fras son muy aproximadas y muy difíciles de obtener, dado cado por médicos y en casos en que la vida de la madre
que los informes de abortos son frecuentemente incomple- esté en riesgo o el embarazo haya ocurrido por violación
tos, tanto en países en que el aborto es legal como en los (Pereira, 1990). En Río de Janeiro, entre 1978 y 1987, la
que está proscrito (Jones & Kost, 2007). mortalidad materna por aborto aumentó de 128 a 462 por
100.000 nacidos vivos, constituyendo el 47% del total de
En Chile, la mortalidad por aborto ha descendido las muertes maternas, esto particularmente en comunida-
de 1,17 por 10.000 nacidos vivos en 1987 a 0,48 por des urbanas pobres, lo que se atribuye especialmente a la
10.000 nacidos vivos en el año 2000. Actualmente esta falta de programas adecuados de planificación familiar (La-
cifra es cercana a cero. Las regiones II, VI y Vil son las que guardia y cois., 1990). Entre 1976 y 1991 la frecuencia
concentran más muertes por abortos en el país (Szot & de aborto aumentó de 22 a 39 por 1.000 mujeres entre 15
Moreno, 2003). Desde 1999 el aborto ha dejado de tener a 49 años, así como el número de abortos por cada 100
importancia relevante entre las muertes obstétricas (TABLA embarazos en igual período aumentó de 15 a 31 por 100
28-2). Entre todas las causas de muerte de la mujer, el embarazos (Singh & Sedgh, 1997). Estudios en zonas ur-

547
OBSTETRICIA

TABLA 28-2. Causa de muerte en mujeres, Chile, 1999

Cantidad %
Enfermedades cardíacas 5.021 23,88
Cerebrovasculares 3.982 18,94
Neumonía 3.498 16,64
Cáncer gástrico o biliar 2.333 11,10
Diabetes mellitus 1.296 6,16
Enfermedades crónicas respiratorias 1.162 5,53
Cáncer de mama 973 4,63
Enfermedades hepáticas 972 4,62
Cáncer de cuello 727 3,46
Otras causas externas no determinadas 422 2,01
Accidentes del transporte 307 1,46
Infecciosas y parasitarias 198 0,94
Otras muertes obstétricas 55 0,26
SIDA 50 0,24
Degenerativas cerebrales 22 0,10
Aborto 5 0,02
21.023 100,0

Fuente: Ministerio de Salud, Departamento de Planificación y Gestión, Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente.

bañas (De Souza & Silva, 1998), muestran que la mujer de En Guatemala el aborto inducido es legal sólo para sal-
mayor riesgo de aborto provocado es aquélla de entre 15 y var la vida de la madre, de manera que hay aproximada-
19 años, soltera, sin hijos y que usa métodos anticoncep- mente 65.000 abortos ¡legales al año, de los cuales aproxi-
tivos ineficientes. Con la introducción del misoprostol en madamente el 30% de las pacientes debe ser hospitalizada
1986, esta forma de aborto aumentó en forma geométrica, por complicaciones secundarias al procedimiento y es más
llegando en 1990 a una situación en la cual el 70% de frecuente donde hay más población indígena y con más
las mujeres que se provocaba un aborto lo hacía con esta bajo nivel socioeconómico. En ese país, el 25% de los na-
droga. Su prohibición no hizo más que crear un mercado cimientos no son planificados, lo que índica lo importante
negro de la droga y no solucionó el problema. Se demos- que podría ser para revertir estas cifras una adecuada polí-
tró además que el aborto provocado con misoprostol tenía tica de implementación de planificación familiar y paterni-
mucho menos complicaciones que los métodos invasivos dad responsable (Singh y cois., 2006).
convencionales (Costa, 1998).
En Perú el aborto es ilegal a menos que tenga indica-
En Colombia el aborto está prohibido en todas sus for- ción médica, lo que se logra con dos o tres médicos que
mas y sin excepciones. Sin embargo, sobre todo en las certifiquen tal necesidad. No existen proyectos de ley para
grandes ciudades, existen clínicas donde se practica el enfrentar este problema y no es motivo de gran interés
aborto, incluso por médicos o enfermeras, sin que las auto- por parte de los partidos políticos hacerlo. Se practica con
ridades interfieran (Sánchez, 1990). Un estudio realizado mucha frecuencia en forma clandestina, por personas no
en Bogotá entre 1988 y 1991, en pacientes que sabían entrenadas que ponen en peligro a las mujeres. A los hos-
leer y escribir, de entre 15 y 50 años de edad, reveló que pitales llegan los casos graves, ya complicados y muchas
el 23% se había practicado por lo menos un aborto en su veces fuera del alcance de toda terapia. Existe la creencia
vida, cifra que llegó al 30% cuando se seleccionó a aque- popular de que muchos medicamentos y hierbas tienen
llas que habían tenido por lo menos un embarazo y al 45% efecto abortivo, lo que podría ser causa de encefalitis en
cuando se seleccionaron adolescentes de 15 a 19 años algunos recién nacidos (Llanos, 1990).
(Remez, 1995).

548
Capítulo 28 | Aborto

Perfil de la mujer que se practica zona de nivel socioeconómico medio a bajo, no es reflejo de
lo que ocurre en zonas urbanas del país, donde en muchas
un aborto partes, sobre todo en las más alejadas, el aborto clandesti-
• Edad: el 82% tiene entre 18 y 29 años, siendo el rango no puede ser todavía causal de muerte materna.
con mayor incidencia el de entre 21 y 23 años al prac- Con la incorporación del misoprostol al arsenal terapéu-
ticarse el primer aborto. Las maniobras abortivas no son tico destinado a evacuar el útero en casos de aborto reteni-
propias de la mujer que está recién iniciando su vida do, poco a poco se fue difundiendo en la población el uso
sexual. El 61% de las mujeres de entre 13 y 20 años no de esta prostaglandina para provocar abortos. En Chile no
usa método anticonceptivo y el 86% del grupo de entre tenemos datos objetivos, pero hemos visto una disminu-
13 y 16 años tampoco lo hace, sin embargo, en el grupo ción importante de los ingresos por maniobras clásicas y
etario menor de 18 años se practica aborto sólo en el aún más, han estado ingresando pacientes al hospital con
2% de los casos (Henríquez & Vargas, 1995; Casas, cuatro o más comprimidos intravaginales de esta droga. En
1996; Silva & Sandoval, 2000). otros países hay evidencias de que la mujer, por lo fácil que
• Paridad: las multíparas no se practican aborto con fre- es, puede aplicarse los comprimidos ella misma (Coles &
cuencia, a pesar de que el 83% tiene por lo menos un Koenigs, 2007).
hijo. Como con este procedimiento las pacientes no se com-
• Estado civil: el 11% de los abortos provocados corres- plican en general, prácticamente todas las mujeres niegan
ponden a mujeres casadas, el 60% a solteras y el 22% maniobras abortivas y es difícil demostrar lo contrario (la
a solteras convivientes. única forma es que los comprimidos en la vagina no se
hayan disuelto en el momento de consultar). Las pacientes
• Nivel de instrucción materno: el 4% no tiene instrucción solicitan atención en los hospitales cuando están sangran-
y el 64% llega en el mejor de los casos a la educación do y en pleno trabajo de aborto. Cuando las maniobras se
secundaria en forma incompleta. En algunos países el aplican en gestaciones de segundo trimestre ingresan por
bajo nivel educacional de la madre se asocia a menor sangrado y no traen el feto, pero el tamaño uterino y la
número de hijos vivos y mayor número de abortos indu- dilatación del cuello las delata.
cidos (Eskildy cois., 2007).
Las cifras de aborto provocado siempre son mayores en
• Motivación: fundamentalmente son los motivos econó- países donde está penalizado, ya que existe un número im-
micos e hijos no deseados en el 2/3 de los casos, y portante de mujeres que habiéndose practicado maniobras
en menor proporción los problemas conyugales como el abortivas no las confiesa por temor a ser procesadas desde
abandono del esposo. En el 80% de los casos el cónyu- un punto de vista legal o por la eventual censura por parte
ge o el conviviente aprueba la maniobra abortiva (Herre- de su entorno social y del equipo médico. En esos países la
ra y cois., 1973; Broen y cois., 2005). proporción de personas no entrenadas que realizan el abor-
• Actividad: el 68% de las madres trabaja, y de este gru- to es muy alta (cercana al 72%) (Chatterjee y cois., 2007).
po, el 50% es asesora del hogar y el 36% obrera o En países donde el aborto es legal y por lo tanto realizado
comerciante ambulante. El 32% no trabaja, del cual el por profesionales, ocurre a menores edades gestacionales,
75% es dueña de casa. con lo cual el riesgo es menor porque las complicaciones
son en frecuencia directamente proporcionales a la edad
• La violencia intrafamiliar y el abuso sexual repetido se gestacional (Bartletty cois., 2004).
relaciona con el aborto inducido en forma recurrente
(Fisherycols., 2005).
Etiopatogenia
Dentro de los proveedores del aborto, es decir, de aque-
llos que lo practican, el 97% son mujeres, todas sobre 33 Como su nombre lo indica, en este caso el aborto es
provocado por maniobras dirigidas a extraer el contenido
años de edad, siendo el 50% menor de cincuenta años.
uterino. Nos referiremos exclusivamente al aborto provoca-
El 8% tiene sobre sesenta años, el 23% es analfabeta y el
do en forma ilegal, llamado también clandestino o criminal.
34% tiene educación secundaria incompleta.
En Chile, hasta hace dos décadas, el 40% de los abortos Maniobras abortivas más utilizadas:
eran considerados sépticos, y de éstos, el 27% reconocía
haberse realizado maniobras abortivas (Espinoza y cois., Introducción de diferentes objetos a través del ca-
1985). Actualmente, de 760 mujeres que han ingresado nal cervical. Se trata de sondas nellaton, tallos de perejil,
por aborto al Hospital Dr. Sótero del Río de Santiago de palillos, cepillos de dientes, etc. En este caso el objetivo es
Chile, durante diez meses del año 2008, sólo 10 (1,3%) romper el saco amniocorial, con lo cual se desencadenan
fueron considerados sépticos y ninguno declaró maniobras las contracciones al disminuir el volumen de la cavidad ute-
abortivas. A pesar de que este hospital está inmerso en una rina, al mismo tiempo que se produce infección de la mis-
OBSTETRICIA

ma. La contaminación ocurre por medio del objeto emplea- Mientras más tiempo se mantiene el objeto abortivo en
do, que casi siempre no está estéril, más la flora vaginal de el cuello uterino, mayor es la probabilidad que termine en
la mujer. Las bacterias infectan las membranas y secunda- aborto. Con más de 33 horas de permanencia de una son-
riamente la cavidad amniótica. Las fosfolipasas bacteria- da en el canal cervical se produce el aborto en el 100%
nas inducen la síntesis de prostaglandinas, teniendo como de los casos, en cambio, con 14 horas o menos hay una
sustrato al ácido araquidónico del amnios y del corion. Las alta probabilidad de que el aborto no ocurra (Ovalle y cois.,
prostaglandinas así producidas inducen más contracciones 1983). Es probable que a mayor permanencia del objeto
uterinas y secundariamente aumento de los receptores de abortivo mayor sea la probabilidad de infección del huevo.
oxitocina. Las colagenasas bacterianas favorecen la disemi-
nación de la infección disminuyendo la resistencia de las Introducción de agua jabonosa a través de una son-
membranas y facilitando su rotura (Silva, 1997a). da. Por contener fenol y cresol tiene mayor riesgo de ne-
crosis uterina (miometritis química), falla renal y toxicidad
El más usado de los tallos vegetales es el perejil, pro-
para el sistema nervioso central (Stubblefield & Grimes,
bablemente por la facilidad que ofrece su rigidez. El perejil
1994). En pacientes a las cuales se les ha tenido que prac-
es una planta que crece en la superficie del suelo y que
ticar una histerectomía por esta causa, se pudo observar
por lo tanto está altamente contaminado, sobre todo por
trombosis importante de los vasos uterinos.
esporas de Clostridíum perfringens. Se asocia con mucha
frecuencia a septicotoxemia, desencadenada por las múl-
Inyección de sustancias hipertónicas, glucosa o
tiples exotoxinas que produce esta bacteria anaeróbica. La
NaCI, a través del abdomen y la pared uterina. Esta ma-
introducción de tallos o instrumentos rígidos implica una
niobra la realizan en general personas que tienen algún
alta probabilidad de perforación uterina y por lo tanto de
conocimiento de medicina.
diseminar la infección a la cavidad peritoneal.
Las maniobras abortivas no siempre llegan a interrum- Legrado uterino. Esta maniobra es más frecuente en
pir el curso del embarazo. Si se produjo corioamnionitis o estratos socioeconómicos más altos, ya que en general es
una infección del líquido amniótico, el 35% puede respon- realizada por personas con mayor conocimiento, general-
der en forma adecuada al tratamiento antibiótico cuando mente por profesionales y en condiciones de asepsia ade-
las membranas ovulares permanecieron intactas (Ovalle y cuadas, generalmente en clínicas clandestinas.
cois., 1983). Esto constituye una entidad clínica diferente,
denominada aborto frustro. Algunas pacientes vuelven a La flora encontrada en la cavidad uterina en los abortos
sépticos es polimicrobiana y muy semejante a la flora vagi-
ingresar al hospital con un cuadro séptico dentro de las
nal, excepto por la ausencia de saprofitos como el Lactoba-
dos semanas siguientes. En esos casos no se puede saber
cillus. Dos tercios de estas bacterias son anaerobios (Galán
si hubo recidiva de la infección o si se practicaron ma-
y cois., 1974; Valle y cois., 1978; Silva & Oyarzún, 1996).
niobras abortivas nuevamente. Si el embarazo continúa,
En la TABLA 28-3 se resumen las principales bacterias
puede concluir en un aborto a mayor edad gestacional, en
encontradas en el aborto séptico.
un parto prematuro o incluso en un embarazo de término,
lo que acontece en el 10% de los huevos intactos.

TABLA 28-3. Flora bacteriana encontrada con más frecuencia en la cavidad uterina o en sangre en pacientes con aborto
séptico

Bacterias aeróbicas Bacterias anaeróbicas


Escherichia coli Bacteroides fragilis
Enterococcus Bacteroides melaninogenicus
Streptococcus grupo A,B y D Peptococcus
Streptococcus viridans Clostridiurn perfringens
Proteus mirabüis Peptostreptococcus
Klebsiella
Pseudomonas aeruginosa
Enterobacter
Staphylococcus aureus
Staphylococcus epidermides
Haemophilus influenzas

550
Capítulo 28 Aborto

Llama la atención la presencia de Haemophilus influen- bra. Esta misma situación se presenta cuando se producen
zae, bacteria que normalmente se presenta en infecciones lesiones del cuello uterino por dilatadores o pinzas. Por ello,
respiratorias altas en el adulto. Este microorganismo puede es importante la inspección cuidadosa del cuello uterino en
producir desde una infección leve a una severa, incluso con una paciente que consulta por embarazo y metrorragia. Si
coagulopatía de consumo y muerte. Puede llegar al útero se produce rotura del huevo y expulsión parcial del con-
por vía hematógena o a la vagina y de allí al útero por prác- tenido uterino, los restos ovulares producen metrorragias
tica de sexo oral (Pinhas-Hamiel y cois., 1991; Kragsbjerg tardías.
y cois., 1993).
Perforación uterina. Ocurre con mayor frecuencia
La bacteremia es un fenómeno que acompaña con fre-
mientras mayor es la edad gestacional y cuando las ma-
cuencia al aborto séptico, lo que acontece entre el 34% y
niobras son dirigidas a romper el huevo. En embarazos ini-
el 60% de los casos. Existe fuerte asociación entre la flora
ciales se puede provocar perforación uterina cuando no se
encontrada en el endocérvix y el hemocultivo, en el sentido
determina adecuadamente la posición del útero previo a la
de que una bacteria encontrada en la sangre es muy proba-
maniobra abortiva. Cuando la perforación es en cara pos-
ble que se encuentre en el endocérvix, pero no a la inversa.
terior o anterior, la contaminación de la cavidad peritoneal
En el 65% de los hemocultivos positivos, por lo menos una
y la peritonitis secundaria es lo más frecuente, seguida del
a tres bacterias se pueden aislar también en el endocérvix
hemoperitoneo. Ocasionalmente, la perforación puede ser
(Totheram & Schick, 1969; Espinoza y cois., 1985).
lateral, hacia los ligamentos anchos, lo que se manifiesta
La presencia de bacterias en la sangre, sobre todo de en forma de grandes hematomas que luego se infectan.
los gramnegativos, tiene estrecha relación con inestabilidad
hemodinámica, hipotensión y shock endotóxico. Las bac- Infección. Es la complicación más común en el aborto
terias más importantes son la Pseudomonas aeruginosa, provocado y la que con mayor frecuencia lleva a la pérdida
la Escherichia coli y el Bacteroídes fragilis. El Staphyloco- del útero o a la muerte materna. Puede desarrollarse de las
ccus aureus se observa excepcionalmente en bacteremias siguientes formas:
secundarias a aborto séptico, pero cuando se encuentra
produce cuadros sépticos extremadamente graves. Su pre- • Infección de la cavidad uterina y su contenido, que
sencia, junto a los estreptococos grupo A, es una indica- puede ser del huevo completo o de los restos ovulares.
ción fuertemente sugerente de que ha habido maniobras El pronóstico es más ominoso mientras más avanzado
abortivas. sea el embarazo, debido a la presencia de mayor can-
tidad de tejido necrótico (por mala irrigación), lo que
Es importante tener presente que no todos los abortos favorece el desarrollo de bacterias, principalmente anae-
sépticos son producidos por maniobras abortivas. Aproxi- róbicas. Esto se traduce clínicamente en fiebre no mayor
madamente el 5% de los abortos sépticos tiene como cau- de 38°C, metrorragia, dolor hipogastrio) de tipo cólico,
sa la presencia de dispositivo intrauterino (DIU) (Ovalle y expulsión de líquido ovular, de sangre o de restos ovula-
cois., 1983). El embarazo asociado a un DIU es relativa- res de mal olor.
mente frecuente. Por fenómenos de capilaridad, las guías
del dispositivo favorecerían el ascenso de bacterias desde • Compromiso miometrial y anexial (endomiometritis y
la vagina. Es una situación que tiene un alto riesgo de in- parametritis). Se manifiesta por fiebre alta, sobre 39°C,
fección y clínicamente se puede presentar como un aborto taquicardia importante, polipnea discreta, que no sobre-
con maniobras, con un pronóstico semejante en cuanto pasa las 28 respiraciones por minuto y dolor intenso a
a gravedad y complicaciones (Silva & Oyarzún, 1996). la palpación uterina y anexial.
La incompetencia cervical es otra situación de riesgo en • Pelviperitonitis. A la etapa anterior se agrega dolor es-
la cual el cuello uterino puede estar dilatado por tiempo pontáneo en el hemiabdomen inferior, resistencia mus-
prolongado dejando en contacto directo a las membranas cular, distensión, signo de Blumberg positivo y disminu-
ovulares con la flora vaginal por varios días, lo que puede ción de los ruidos hidroaéreos. El compromiso sistémico
pasar inadvertido para el médico y la paciente. En estas y hemodinámico suele ser mayor que en las otras eta-
condiciones, el coito puede acelerar el proceso de contami- pas.
nación de las membranas y la cavidad uterina, terminando
la gestación como un aborto séptico. • Peritonitis. La paciente presenta gran compromiso del
estado general, se encuentra muy postrada, el abdomen
está difusamente comprometido, con resistencia mus-
Complicaciones cular importante (abdomen en tabla), distensión, Blum-
berg positivo y ruidos hidroaéreos ausentes. Este cuadro
Hemorragia. Es la complicación más frecuente cuando suele asociarse a perforación uterina no diagnosticada.
se introducen objetos punzantes o sondas a través del cue-
llo uterino en embarazos con inserción placentaria baja. La • Tromboflebitis séptica pelviana. Cuadro séptico provo-
hemorragia ocurre inmediatamente después de la manio- cado por microcoágulos que se localizan en los plexos
OBSTETRICIA

venosos de la pelvis, en los cuales se depositan bac- ovulares) y comienzan a liberar sus exotoxinas a la circula-
terias, especialmente Bacteroides fragilis, que es pro- ción con las consecuencias ya sabidas.
ductor de heparinasa. Se produce bacteremia constante,
• Debido a la sepsis y a la bacteremia producida, en mu-
refractaria al uso de antibióticos y cursa con fiebre alta y
jeres con valvulopatías que se practican abortos, exis-
continua. Sólo se diagnostica por la sospecha clínica y
te riesgo de endocarditis bacteriana (Aslam y cois.,
la escasa respuesta a los antibióticos. Tiene muy buena
2005).
respuesta a la heparina (Silva, 1997b).
• Muerte materna. Como consecuencia de cualquiera
• Absceso tuboovárico. Es la consecuencia de la llegada
de las complicaciones mencionadas, puede ocurrir la
de gran cantidad de bacterias a la cavidad pelviana, sea
muerte de la madre. La mortalidad materna por aborto
por vía canalicular por la infección producida por las
está relacionada directamente con la edad gestacional
maniobras intrauterinas o por perforación del útero. Se
a la cual se practica; sobre las trece semanas se va du-
forman colecciones de pus, frecuentemente detrás de
plicando cada 3 a 4 semanas, llegando al 78% cuando
los ligamentos anchos a los que se adhieren la trompa,
se realiza después de las 21 semanas (Bartlett y cois.,
el ovario, el intestino y el epiplón. Es una complicación
2004).
poco frecuente en el aborto provocado.
• Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica inespe-
cífica. Shock séptico. Las bacterias que han ingresado
Diagnóstico
a la cavidad uterina o a la pelvis pueden producir fun-
damentalmente dos tipos de toxinas: las endotoxínas,
Anamnesis
que son parte de la pared celular y que se liberan en el
Cuando nos enfrentamos a una paciente embarazada
momento de la lisis o muerte bacteriana y las exotoxi-
febril, es fundamental, en bien de un diagnóstico oportuno
nas, que son el equivalente a una secreción bacteriana, y de la paciente, pensar siempre que se trata de un aborto
que no implica necesariamente la destrucción de la bac- provocado y actuar en forma consecuente hasta que no se
teria. Estas son liberadas a la circulación y producen demuestre los contrario.
daño directamente en diferentes órganos blanco, como
la miotoxina, que destruye músculo estriado, y la hemo- Existe todo un "ambiente de maniobras" en algunas pa-
toxina, que produce hemolisis, etc. Todo esto se conoce cientes que siendo portadoras de un embarazo de primer
clínicamente como una septicotoxemia. trimestre con fiebre, metrorragía o con un huevo roto y den-
tro de sus antecedentes presentan los siguientes elementos
Las endotoxinas actúan de una manera distinta: gatillan anamnésticos:
la producción en forma de cascada de muchos mediado- • Embarazo no deseado.
res químicos endógenos, que aunque primariamente son
la respuesta de un medio de defensa contra la agresión • Ictericia sin causa aparente.
bacteriana, en ocasiones está mal regulada o puede ser • Falla de método anticonceptivo.
exagerada al estímulo y producir agresión, daño tisular y
muerte del propio huésped. Estas alteraciones de la ho- • Antecedente de intento de maniobras aparentemente
meostasis son fundamentalmente: daño en el endotelio inocuas como ingestión de infusiones de yerbas, inyec-
capilar, aumento de su permeabilidad, paso de líquidos y ciones de diversos preparados hormonales, metilergono-
proteínas al extravascular, vasodilatación en el terreno ve- vina, etcétera.
noso y arteriolar, aumento de la capacitancia, disminución • Antecedente de abortos provocados previos.
de la perfusión de tejidos nobles como el renal, cerebral,
intestinal, muscular hasta llegar a un cuadro clínico, cono- • Problemas conyugales, personales o familiares graves.
cido como shock séptico.
• Antecedentes de accidentes en circunstancias extrañas,
En la septicotoxemia, el agente etiológico más impor- como caídas en una escalera, en bicicleta, etc. Inde-
tante, en el caso del aborto clandestino séptico, es el Clos- pendiente de no ser causa frecuente de aborto a menos
tridium perfringens. Es una bacteria anaeróbica esporulada que sean golpes muy intensos, en estos casos llama la
que se encuentra en escasa proporción en la vagina, pero atención la ausencia de equimosis o hematomas secun-
que está presente especialmente en la tierra, pues los caba- darios al golpe. Esto, más la aparición de fiebre, nos
llos la expulsan en sus deposiciones, quedan en el ambien- deberá hacer pensar en maniobras.
te en forma de esporas y llegan a contaminar las verduras
que crecen a ras de suelo, como el perejil. Cuando la mujer La situación es más clara y favorece un tratamiento
se practica maniobras con tallos de esta planta, introduce oportuno cuando la paciente espontáneamente declara
las esporas en su útero, estas bacterias se comienzan a maniobras abortivas o se trata de un embarazo con DIU.
multiplicar en un terreno anaeróbico propicio (los restos Si declara maniobras, es importante saber qué tipo de ac-

552
Capítulo 28 | Aborto

clones abortivas utilizó, si fueron inferidas por ella misma En el tacto vaginal el útero se encuentra en general
o por terceras personas (en este último caso hay riesgo de aumentado de tamaño, acorde a la edad gestacional si
mayores lesiones), la asepsia utilizada y el tiempo de per- la paciente no ha abortado o de menor tamaño en caso
manencia del objeto abortivo en el canal del cuello uterino. de aborto completo o persistencia de restos ovulares. Es
Es de importancia saber si recibió algún tipo de antibiótico. importante determinar si el útero se encuentra sensible a
En general los usan en forma inadecuada y en dosis insu- la palpación o movilización, lo que puede estar indicando
ficientes. El uso de antibióticos obliga a tomar medidas de una endomiometritis o una parametritis. Ocasionalmente
extrema precaución en la detección de complicaciones, que se puede apreciar crepitación al tacto vaginal por presencia
generalmente tienen poca manifestación clínica y son de de gas debido a infección por Clostridium (Stubblefield &
difícil y tardío diagnóstico. Grimes, 1994).

Examen físico general Exámenes de laboratorio


En etapas iniciales nos podemos enfrentar a una pa- La ecografía puede revelar que los restos ovulares se
ciente que sólo tiene fiebre, pero hay casos en los que este aprecian como abundante material ecorrefringente heterogé-
signo no está presente, especialmente si ha recibido anti- neo en la cavidad uterina, la cual presenta un diámetro ante-
bióticos por parte de la persona que le practicó el aborto, lo ro posterior mayor a 15 mm. Es importante recordar que los
que puede ser una arma de doble filo, ya que si están mal coágulos organizados pueden dar una imagen semejante.
indicados sólo se conseguirá el atraso en la presentación
También es posible observar un saco gestacional intacto
de la sintomatología y por lo tanto un diagnóstico tardío,
con embrión vivo, o un saco gestacional abortivo, deforma-
que aumentará el riesgo vital. En cuadros más avanzados
do, de bordes irregulares y con reacción decidual importan-
de sepsis por esta causa la paciente presenta compromi-
te, manifestada por un halo ecorrefringente y brillante en
so del estado general e ictericia, sobre todo en casos de
su periferia. Generalmente no se observa embrión en estas
septicotoxemia por Clostrídíum perfringens. La ictericia se
situaciones.
debe a la hemolisis y a compromiso séptico del parénqui-
ma hepático. El huevo roto, generalmente acontece en embarazos
mayores de 12 semanas, con feto vivo o muerto y ausencia
Si la paciente consulta en forma más tardía, pueden
de líquido ovular.
agregarse signos de descompensación hemodinámica
iniciales o un preshock séptico. En estos casos se puede En las metritis graves se puede apreciar gas en el mio-
observar: flujo urinario bajo, menor de 40 ml_ por hora, hi- metrio, lo que da una sombra acústica importante y muy
potensión, menor de 90 mmHg la sistólica y de 40 la dias- característica, dada la dificultad que tiene el ultrasonido
tólica, taquicardia sobre 100 por minuto, polipnea igual o para atravesar medios aéreos. El hemograma revela habi-
mayor de 28 por minuto o deshidratación, expresada por tualmente leucocitosis mayor de 10.000 por mm3. En ca-
sed, y mucosas y axilas secas. sos graves complicados por sepsis por gérmenes gramne-
gativos, se observa leucopenia (leucocitos menor de 5.000
Examen abdominal. El abdomen puede no tener nin- por mm3). La velocidad de sedimentación (VHS) está eleva-
guna alteración al examen, excepto cierta sensibilidad a la da, habitualmente sobre 50 mm en la primera hora.
palpación del hipogastrio en relación al útero. En casos gra-
ves también podemos encontrar signos sugerentes de peri-
tonitis o pelviperitonitis: resistencia muscular involuntaria,
Cuadro clínico en el síndrome
disminución de los ruidos hidroaéreos y signo de Blumberg de respuesta inflamatoria sistémica
positivo. A pesar de que las inyecciones intramnióticas no
• Signos de hipoperfusión periférica. Al producirse este
son frecuentes, es importante inspeccionar la superficie del
aumento de la capacitancia, con un mayor continente
abdomen buscando marcas de punciones.
que contenido en el territorio vascular, inevitablemente
habrá menor irrigación de órganos nobles como cerebro
Examen ginecológico. Al examen con espéculo se de-
y riñon; por esta razón, el organismo trata de disminuir
ben buscar signos de pinzamiento del cuello uterino, lace-
el flujo de sangre a tejidos menos importantes como:
raciones en la vagina u otras huellas dejadas algunas veces
por la persona que realizó las maniobras. También en ca- - Piel: traducido clínicamente en palidez y un llene
sos graves, con endomiometritis severas, puede observarse capilar más lento, lo que se visualiza en el lecho un-
el cuello uterino muy pálido y cianótico. Este es un signo gueal.
tardío, casi terminal y por ningún motivo se debe esperar
- Intestino: disminución de la irrigación, alteración de
su presencia para tomar una conducta más agresiva como
la barrera mucosa y paso de bacterias y toxinas a la
una histerectomía. En el mismo examen se pueden obser-
sangre, lo que va agravando el cuadro.
var restos ovulares o flujo purulento de mal olor.

553
OBSTETRICIA

- Riñon: se traduce en disminución de la diuresis. que no da tiempo a medidas terapéuticas adecuadas en


el corto plazo si el médico no tiene en mente el rumbo
- Cerebro: ya en etapas avanzadas, cuando se han
que puede tomar la evolución de un aborto provocado
agotado los otros mecanismos de compensación.
(Silva, 2003a).
Esto se traduce clínicamente en alteración del senso-
rio, respuesta más lenta, desorientación tiempoespa-
cial y obnubilación.
Tratamiento
• Hipotensión, debido a la disminución del volumen rela-
tivo y como respuesta compensadora, taquicardia. Siempre existe la posibilidad de que las maniobras abor-
tivas no hayan cumplido su cometido y que el embarazo
• Polipnea, debido a que la hipoperfusión tisular produce continúe viable. Esto se puede sospechar cuando la pa-
hipoxia tisular, acumulación de C02 y estimulación del ciente presenta temperaturas inferiores a 38°C o superiores
centro respiratorio. Todo esto lleva inicialmente a una al- a ésta que no permanecen por más de dos tomas, cuando
calosis respiratoria que se expresa con una disminución el huevo está intacto y cuando la metrorragia es escasa,
del C02 en el plasma y tendencia a la alcalosis respira- con mínimo dolor. Lo indicado en estos casos es tratarla
toria, la que es compensada por pérdida de bicarbonato con antibióticos por siete a diez días. En estos casos es
por el riñon. La presencia de fiebre estimula la produc- importante la educación de la paciente al egreso para que
ción de polipnea. Hasta este momento se habla de un no insista en las maniobras, informándole detalladamente
preshock séptico. sobre el riesgo de un aborto provocado, e insistirle en que
• En etapas avanzadas, la hipoxia tisular es cada vez ma- concurra a un servicio asistencial en forma oportuna en
yor, agravada por trombosis en el terreno capilar y en caso de presentar contracciones uterinas, sangrado genital
la microcirculación, dada la alteración del endotelio ya y/o fiebre.
descrita. Comienza a generarse una acidosis metabólica Luego del primer intento las membranas ovulares pue-
debido a que la hipoxia obliga a metabolizar la glucosa den quedar contaminadas, produciéndose una corioamnio-
hasta ácido láctico para adaptarse a ésta, lo cual baja el nitis, rotura del saco, infección ovular y aborto, que gene-
pH de la sangre, que en un comienzo es compensado ralmente ocurre en más del 50% de las pacientes dentro
por ahorro de bicarbonato por parte del riñon y mayor del mes posterior al alta.
eliminación de C02 por los pulmones. Desde este mo-
mento, estamos ante un shock séptico y la paciente está Desde el punto de vista terapéutico y para no incurrir en
en grave riesgo vital (Silva, 2003a). tratamientos antibióticos excesivos, es conveniente distin-
guir dos categorías de aborto séptico.

Características clínicas de una


septicotoxemia por Clostridium perfringens Aborto séptico de bajo riesgo
Corresponde a gestaciones iguales o menores de ocho
• Antecedentes de maniobras abortivas con tallo de perejil
semanas, que tienen fiebre por menos de 24 horas y que
(no siempre se da).
no presentan signos de compromiso miometrial, anexial o
• Mialgias generalizadas, muy intensas (producidas por peritoneal. La conducta a seguir es la hospitalización para
las miotoxinas). estudio con hemograma y ecografía transvaginal. Mientras
se esperan los resultados, se deja en régimen cero, hidrata-
• Rápido desarrollo de anemia y luego ictericia debida a la
ción parenteral y antibioticoterapia:
hemolisis masiva.
• Penicilina G sódica en dosis de 2 millones im cada 6
• Intenso dolor en hipogastrio y al palpar el útero debido a
horas, más succinato de cloramfenicol en dosis de 1
la metritis y al compromiso de la serosa peritoneal.
g cada 8 horas iv como primera dosis o mientras se
• Compromiso rápido del sensorio; la paciente en una o mantenga el régimen cero. Luego se reemplaza por clo-
dos horas puede estar muy obnubilada e incluso incon- ramfenicol oral 500 mg cada 6 horas hasta completar
ciente. un total de cinco días de tratamiento.
• Rápida instalación de oliguria o anuria, obteniéndose • En casos de alergia a la penicilina este esquema se pue-
escasa cantidad de orina de color caoba, todo ello de- de reemplazar por clindamicina 600 mg cada 8 horas
bido al daño tubular producido por las exotoxinas y la ¡m o iv más gentamicina 240 mg im una vez al día por
pérdida de grandes cantidades de mioglobina y hemog- tres días y continuar con clindamicina sola hasta com-
lobina por el riñon. pletar los cinco días. Otras alternativa es el metronidazol
500 mg cada 8 horas oral o iv más ciprofloxacino 500
• Desde un punto de vista general, es un cuadro clínico
mg cada 12 horas, por vía oral, por cinco días.
grave, de alta mortalidad, con una evolución muy rápida

554
Capítulo 28 Aborto

Aunque en primera instancia el aborto se considere de flora prevalentemente anaeróbica. Esta es la razón por la
bajo riesgo, existe la posibilidad de que evolucione a un cual la gentamicina se utiliza por un tiempo no mayor de
cuadro más grave, de manera que se deben tomar pre- 72 horas.
cauciones, por ejemplo controlando los signos vitales en
Las pacientes con alergia a la penicilina pueden tratarse
forma horaria (por 2 a 6 horas). La paciente debe ser ree-
con algunas de las siguientes combinaciones:
valuada al final de ese plazo para decidir si se continúa el
mismo esquema de tratamiento, se dejan controles más • Clindamicina 20 a 40 mg/kg en tres dosis ¡v o im más
espaciados, o si se trata como si fuera aborto séptico de gentamicina 3 mg/kg im en una dosis. Al tercer día de
alto riesgo. tratamiento se puede suspender la gentamicina y man-
tener la clindamicina, cambiándola a vía oral y mante-
niendo el tratamiento por cinco a siete días.
Aborto séptico de alto riesgo
• Metronidazol 500 mg cada 6 horas oral o iv más genta-
Habitualmente son gestaciones mayores de ocho sema- micina 3 mg/kg im en una dosis. Al tercer día se puede
nas o que tienen alguno de los siguientes elementos clíni- cambiar a metronidazol oral y suspender la gentamicina.
cos, como fiebre con una duración mayor de 24 horas, sig- Duración total: cinco a siete días.
nos de compromiso miometrial, anexial o peritoneal o flujo
purulento por el orificio cervical externo con o sin mal olor. • Ceftriaxona 1 g cada 12 horas iv el primer día, luego 1
g iv o im al día más metronidazol 500 mg cada 8 horas
La conducta a seguir en este caso es la hospitalización iv durante 24 a 48 horas para continuar con la misma
para estudio con hemograma y VHS, orina completa, TTPK dosis por vía oral. Duración total con ambos antibióticos:
y tiempo de protrombina, régimen cero por 6 horas, hidra- cinco a siete días.
tación parenteral y antibioticoterapia.
Un esquema que no pierde vigencia es la triple combi- La asociación clindamicina y gentamicina tiene una
nación de penicilina G sódica en dosis de 5 millones de DI efectividad semejante a la combinación penicilina, clora-
cada 6 horas iv, en bolos; succinato de cloramfenicol en mfenicol y gentamicina (94%), pero en general, el primer
dosis de 1 g cada 8 horas iv y gentamicina en dosis de 3 esquema necesita menos días de tratamiento y hospita-
mg/kg im cada 12 horas. lización y tiene una menor incidencia de complicaciones
que pudieran terminar en histerectomía (Silva & Oyarzún,
Estos tres antibióticos se utilizan por 72 horas o hasta 1996)
24 horas afebriles, luego se continúa con penicilina sódica
en dosis de 2 millones Ul cada 6 horas im más cloramfe- Si se produce un aborto como consecuencia de las ma-
nicol en dosis de 500 mg cada 6 horas por vía oral hasta niobras abortivas o de la infección, se deberá decidir si es
completar cinco a siete días de tratamiento. necesario realizar un legrado de la cavidad uterina en caso
de que queden restos en ella. En caso de necesidad de
La diferencia de cinco en vez de siete días de tratamien- legrado, se deberá realizar cuando hayan transcurrido 24
to estriba en la excelente respuesta que en ocasiones se horas con la paciente afebril o luego de 48 horas de trata-
obtiene al segundo o tercer día de tratamiento, cuando no miento antibiótico como mínimo.
hay signos de compromiso miometrial, anexial o peritoneal.
En los casos en que se comprueba vida fetal o embriona- No cumplido ese plazo, si se produce una metrorragia
ria, aunque la evolución sea muy benigna, se aconseja un abundante que puede desestabilizar hemodinámicamente
mínimo de siete días de tratamiento. Este esquema está a la paciente, en primer lugar se debe intentar, si las con-
ampliamente comprobado en cuanto a su efectividad, que diciones cervicales lo permiten, extraer los restos ovulares
oscila alrededor del 96% (Ovalle y cois., 1983; Silva & con pinzas Foerster, con lo cual muchas veces puede ceder
Oyarzún, 1996). el sangrado. En caso de que ello no ocurra, se deberá pro-
ceder con un legrado.
La penicilina es activa sobre la mayor parte de las co-
cáceas grampositivas, incluyendo los anaerobios. El clo- El legrado realizado inmediatamente de establecido el
ramfenicol es activo sobre algunas bacterias gramnegati- diagnóstico y sin previa cobertura con antibióticos, a pe-
vas y enterobacterias, pero es especialmente activo sobre sar de evacuar más rápidamente el foco séptico, produce
Bacteroídes fragilis, que es productor de penicilinasa. dos veces más bacteremia y alza térmica que el legrado
La gentamicina es activa sobre gran parte de las bacte- con cobertura antibiótica previa. Éste último se asocia a
rias gramnegativas aeróbicas con mayor espectro que el menor bacteremia, favorece la probabilidad de evacuación
cloramfenicol. Como toda infección mixta de aerobios y espontánea del útero, necesita dosis mínimas de oxitocina
anaerobios, las bacterias aeróbicas, por un mecanismo de y a veces ni siquiera legrado, tiene menor probabilidad de
sinergismo bacteriano, permanecen en el foco séptico un perforación uterina y en general implica una estadía hos-
tiempo breve, después de lo cual, por condiciones adversas pitalaria más breve (Totheram & Schick, 1969). Algunos
de potencial redox, dejan de multiplicarse, quedando una autores, sin embargo, han encontrado que la morbilidad

555
OBSTETRICIA

materna es baja en ambos grupos sin esperar el efecto de - Septicotoxemia a perfringens.


los antibióticos (Rubio y cois., 1964).
Dado que actualmente nos enfrentamos a una medicina
Si concluido el tratamiento antibiótico no se ha produci-
especializada y compleja, las pacientes con shock séptico o
do el aborto, se crean tres situaciones diferentes:
septicotoxemia por perfringens deben ser derivadas a uni-
• Se puede comprobar ecográficamente que el embarazo dades de paciente crítico o de tratamiento intensivo para un
sigue sin variaciones, observándose un saco gestacio- mejor monitoreo y adecuado tratamiento. Cada vez son me-
nal de aspecto normal con o sin embrión en su interior nos las que necesitan de tales cuidados; estadísticamente, la
dependiendo de la edad gestacional. Si el embrión está paciente que llega a una UCI por esta causa tiene asociada
vivo se debe manejar como un embarazo normal con una alta morbilidad y mortalidad (Finkielman y cois., 2004).
corioamnionitis tratada y debe ser controlado en algún
consultorio de alto riesgo obstétrico, en lo posible con
ecografías semanales durante un mes.
Conducta en el embarazo con DIU
• Puede observarse un huevo roto o un saco muy deforma- El diagnóstico es fundamentalmente ecográfico.
do con embrión vivo, es decir, un embarazo cuyo pronós- En caso de DIU lateral o distal al saco (dispositivo cerca
tico es incierto. En este caso, se debe controlar ecográfica- del OCI) se debe intentar retirar en pacientes con gestación
mente cada una o dos semanas para evaluar la vitalidad normal o con síntomas de aborto, siempre y cuando se
fetal o embrionaria. En caso de sospecha de reinfección, vean las guías a través del orificio cervical externo. Extraerlo
se debe solicitar hemograma, VHS y proteína C reactiva conlleva un riesgo de aborto de aproximadamente el 50%
seriada. Si estos parámetros se encuentran alterados, se y cuando se deja in situ por imposibilidad de extracción, el
deberá hospitalizar a la paciente y tratarla nuevamente riesgo de parto prematuro llega a cifras semejantes. Esto es
con antibióticos, pero es poco probable que esto ocurra. independiente del tipo de DIU.
• Si en los controles se demuestra muerte fetal o embrio- En caso de DIU proximal al saco (dispositivo cerca del
naria se deben tomar la mismas conductas que para el fondo uterino o adyacente) o si no se ven las guías, no se
aborto retenido. debe intentar su extracción, ya que esta maniobra puede
desencadenar el aborto.
Indicaciones de histerectomía En caso de aborto en evolución o restos de aborto con
en el aborto séptico DIU, cuando se vaya a realizar el legrado, se deben indicar
antibióticos profilácticos: cefazolina en dosis de Ig iv por
• Cuando hay metrorragia posterior al legrado que es una vez dos horas antes del procedimiento; dependiendo
refractaria a todo tratamiento médico, ello se debe al de la respuesta se puede repetir hasta dos dosis más sepa-
compromiso de la capacidad contráctil miometrial por radas por 8 horas.
metritis.
Los embarazos con DIU que cursen con fiebre sobre
• En caso de cirugía por pelviperitonitis o peritonitis, si se 38°C se deben tratan como aborto de alto riesgo.
observa un útero no vital, con áreas necróticas, pálidas
o cianóticas, de consistencia muy blanda y que no res-
ponde a la infusión de 5 a 10 UI de oxitoxina iv en un Consecuencias a largo plazo
plazo no mayor de tres minutos. del aborto inducido
• Si se produce perforación uterina con compromiso ne- Orgánicas, Son propias de las maniobras mismas y de
crótico importante del miometrio o hematomas extensos las complicaciones que de éstas se derivan:
de ligamento ancho con infiltración sanguínea del mio-
metrio por perforaciones laterales. • Infertilidad por pérdida del útero debido a una histerec-
tomía en el caso de una metritis grave o un shock sépti-
• En embarazos mayores de 18 semanas se puede pre- co, por síndrome de Asherman, secundario a un legrado
sentar metrorragia profusa secundaria a desprendimien- muy vigoroso o por legrado sin tratamiento antibiótico
to placentario, placenta previa o perforación uterina o previo, por un síndrome adherencial en la cavidad pel-
bien la paciente puede iniciar un preshock o shock sép- viana producto de una peritonitis severa, etc. (Verhoeve
tico, lo que no da tiempo para ningún tipo de maniobra y cois., 2008).
evacuadora uterina con el fin de detener el sangrado o
extraer el foco séptico uterino; las alternativas son micro- • Embarazo ectópico secundario a un factor tuboperito-
cesárea o la histerectomía en block. neal por inflamación pelviana grave.

- Shock séptico. • Algia pelviana crónica, como consecuencia de una peri-


tonitis o una perforación uterina.

556
• Aumento de la incidencia de parto prematuro en emba- Bibliografía
razos posteriores, especialmente por incompetencia cer-
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560
Capítulo 28 | Aborto

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561
Enfermedad trofoblástica gestacional

M. Cuello | N. Barrena J. Brañes | R. Gejman

El término enfermedad trofoblástica gestacional (ETG) Una segunda forma de clasificar esta entidad es clínica.
comprende a un conjunto de lesiones proliferativas origi- De tal clasificación se desprenden dos grandes grupos con
nadas en la placenta, frecuentemente secundarias a un implicancias terapéuticas diferentes:
evento fecundante anormal o aberrante. Cada una de es-
• Enfermedad trofoblástica gestacional, cuya forma más
tas lesiones difiere en el grado, el tipo y el patrón de pro-
representativa es la mola hidatidiforme, que habitual-
liferación trofoblástica presente, asf como también en su
mente es descubierta a raíz de la evaluación de una
comportamiento biológico, el cual puede ser desde benigno
metrorragia de la primera mitad del embarazo (más fre-
hasta francamente maligno (con alto potencial invasor local
cuentemente del primer trimestre) mediante ultrasono-
y, eventualmente, metastático).
grafía. Su manejo incluye el vaciamiento uterino y el
Desde un punto de vista anatomopatológico, las lesiones seguimiento posterior con gonadotropina coriónica hu-
agrupadas bajo la denominación ETG pueden clasificarse mana (beta HCG), hasta evidenciar la remisión mante-
en tres grupos que se correlacionan con su comportamien- nida de dicho marcador.
to biológico (OMS, modificada) (Shih le, 2007):
• Neoplasia trofoblástica gestacional (NTG) o enferme-
Lesión trofoblástica benigna, no neoplásica: dad trofoblástica gestacional persistente, entidad que
• Reacción placentaria "exagerada". se subdivide, a su vez, en dos formas clínicas:
• Nodulo del sitio placentario. - Neoplasia trofoblástica gestacional no mestastásica,
que se puede generar de cualquier evento gesíacional
Lesión predominantemente hiperplásica, con potencial (molar o no molar, y dentro de este último, embara-
maligno variable, o mola hidatidiforme: zos de término, ectópicos o abortos), con enfermedad
• Completa. localizada en el útero.
• Parcial. - Neoplasia trofoblástica gestacional metastásica,
• Invasora. donde, con fines terapéuticos y pronósticos, es de
mayor relevancia establecer la forma de presentación
Lesión francamente neoplásica o neoplasia trofoblásti- de la histología definitiva (mola ¡nvasora o coriocarci-
ca gestacional "genuina": noma gestacional, más frecuentemente), y cuyo pilar
de manejo es la quimioterapia, ya sea con monodro-
• Coriocarcmoma gestacional (CorioCa).
ga o múltiples drogas.
• Tumor trofoblástico del sitio de inserción placentario (TT-
SIP). Si bien algunas formas de ETG pueden llegar a ser muy
• Tumor trofoblástico epiteloideo (TTE). agresivas, esta enfermedad ofrece la oportunidad única
dentro de los cánceres ginecológicos y de los cánceres en
Dado su potencial invasor local y su capacidad eventual general, de lograr altísimas tasas de curación y de conser-
de diseminación a distancia, la mola ínvasora es ocasio- vación del potencial reproductivo, debido principalmente
nalmente considerada por algunos autores dentro de este (salvo raras excepciones) a su gran sensibilidad a la qui-
último grupo. mioterapia.

562
Capítulo 29 | Enfermedad trofoblastica gestacional

Enfermedad trofoblastica Los factores de riesgo asociados al desarrollo de esta


patología difieren según el tipo de mola. La edad es el factor
gestacional: Mola hidatidiforme
de riesgo mejor establecido para mola completa, con ma-
La mola hidatidiforme es la forma más frecuente de ETG. yores tasas de incidencia observadas en menores de veinte
Consiste en un embarazo generalmente intrauterino (excep- y en mayores de treinta y cinco y cuarenta años (Palmer,
cionalmente puede ser extrauterino), en el cual las vellosi- 1994; Jain, 2005; Garner y cois., 2007). En contraste, en
dades coriales normales han sido reemplazadas por múlti- la mola parcial no se observa una variación significativa
ples estructuras quísticas (FIGURA 29-1) que representan según la edad (Palmer, 1994; Garner y cois., 2007). Los
dilatación vellositaria de grado variable, asociada con áreas factores dietéticos aumentarían sólo el riesgo de mola com-
de proliferación trofoblastica (tanto cito como sinciociotro- pleta (Berkowitz y cois., 1985; Garner y cois., 2007). Sólo
foblasto), también de magnitud variable. El embrión y los la historia de abortos e infertilidad constituirían un factor
anexos o membranas ovulares pueden o no estar presen- de riesgo común para ambos tipos de enfermedad molar
tes, dependiendo del tipo de embarazo molar. (Palmer, 1994; Garner y cois., 2007).

Etiopatogenia
! 2 3 4 5 6 7 8 En cuanto a la patogénesis de esta enfermedad, los posi-
l V l 1 1 i 1 1 , bles mecanismos y vías geneticomoleculares involucradas
se han estudiado y caracterizado mejor sólo en los últimos
años, principalmente en lo referido a la mola completa. Ta-
les avances en este campo han sustentado una probable
etiopatogenia distinta para la mola completa y la parcial.
Avala tal hipótesis la demostración de la participación de
diferentes oncogenes y genes supresores de tumor en la
génesis y curso natural de cada una de ellas. Para la mola
completa se puede señalar la sobreexpresión de los onco-
genes c-fms, c-myc y bcl-2, así como también defectos en
genes supresores de tumores tales como p53 y pRB (re-
tinoblastoma) (Fulop y cois., 2002, Garner y cois., 2007;
Shih le, 2007). Particular mención merece la marcada
sobreexpresión de algunos miembros de la familia de re-
FIGURA 29-1. Aspecto macroscópico de las vesículas en ceptores del factor de crecimiento epidérmico (EGF) en el
una mola hidatidiforme. tejido trofoblástico de mola completa cuando se compara
tanto con mola parcial como con tejido placentario normal.
Tal sobreexpresión se correlaciona con un riesgo significa-
tivamente mayor de desarrollar una neoplasia trofoblastica
Epidemiología gestacional (NTG) (Fulop y cois., 2002, Garner y cois.,
2007; Shih le, 2007).
La frecuencia de mola hidatidiforme presenta una varia-
ción geográfica significativa. Por ejemplo, los EE.UU. repor- Otro grupo importante de moléculas involucradas en la
ta una incidencia de 1 cada 600 abortos terapéuticos y 1 enfermedad del trofoblasto es el de la metaloproteinasas
de cada 1.000 a 1.500 embarazos (Smith, 2003; Soper y (MMPs), proteínas que participan en los procesos de in-
cois., 2004; Soper, 2006; Garner y cois., 2007). Esto con- vasión y metástasis tumoral. Algunas de ellas se sobre-
trasta con la región del sudeste asiático, en donde se repor- expresan en el tejido molar (tanto de mola parcial como
tan cifras siete a diez veces mayores (Jain, 2005; Garner y completa) comparado con el tejido placentario normal. Tal
cois., 2007). Las causas de esta variabilidad no están del actividad exagerada de las metaloproteinasas en el trofo-
todo aclaradas; se han argumentado razones de "forma" re- baslsto molar se ve favorecida por una disminución en
lacionadas con "sesgos" en las publicaciones sobre el tema, la concentración de un inhibidor de ellas llamado MMP-
por ejemplo, distintas poblaciones "blanco" de estudio (co- 1 (Fulop y cois., 2002, Garner y cois., 2007; Shih le,
munidad versus centros de referencia), así como factores 2007).
de "fondo" involucrados en la etiopatogenia de la enfer-
medad, como factores genéticos (asiáticas que viven fue- Un mayor conocimiento de estos eventos tras la enfer-
ra de Asia mantienen una mayor frecuencia de embarazos medad del trofoblasto permitirá el desarrollo de nuevas te-
molares que la reportada en el lugar donde viven), ambien- rapias para su manejo, cada vez más específicas y efectivas
tales y dietéticos, como la baja ingesta de grasa de origen y con menos efectos colaterales sobre los tejidos normales
animal y caroteno (Jain, 2005; Garner y cois., 2007). (Shih le, 2007).

563
OBSTETRICIA

Clasificación los siguientes (Soper y cois., 2004; Soper, 2006; Garner


y cois., 2007):
La mola hidatidiforme se clasifica de acuerdo a criterios
histocitogenéticos, en dos grandes grupos, completa y par- Metrorragia de la primera mitad del embarazo.
cial. Ambos tipos muestran distintos patrones de presenta- Especialmente del primer trimestre; la metrorragia sigue
ción clínica, así como pronóstico. Pese a esto, el manejo siendo el signo más frecuente de presentación de esta en-
es similar en ambos casos (Soper y cois., 2004; Soper, fermedad. Sin embargo, su incidencia ha disminuido signi-
2006). ficativamente debido al diagnóstico cada vez más temprano
de embarazo, producto principalmente del uso masivo y
Mola completa. La mola completa se caracteriza precoz de la ultrasonografía y de la mayor disponibilidad
anatomopatológicamente por presentar proliferación trofo- de beta HCG cuantitativa ultrasensible. Tal explicación en
blástica difusa, de magnitud moderada a severa, asociada la reducción de la metrorragia como síntoma de presen-
a edema vellositario difuso e intenso. En ella no se observa tación se aplica también al resto de los signos y síntomas
feto o membranas ovulares. Tal defecto no se debería a que componen el espectro clínico de esta patología (Soto-
la ausencia total de desarrollo embrionario, sino a un fe- Wrighty cois., 1995). Es así como, por ejemplo, la presen-
nómeno de regresión temprana y completa de embrión y cia de anemia secundaria al momento del diagnóstico ha
anexos ovulares durante las primeras etapas del desarrollo caído desde el histórico 50% al 5% actual (Soto-Wright y
embrionario (FIGURA 29-2) (Szulman & Surti, 1978; So- cois., 1995; Garner y cois., 2007).
per, 2006; Garnery cois., 2002).
Altura uterina mayor que la correspondiente a la
edad gestacíonal. Tradicionalmente vista en la mitad de
los casos, en la actualidad no sobrepasa un tercio de ellos
(Garner y cois., 2002). Este signo se relaciona, en parte,
con la presencia de gran cantidad de masa trofoblástica, y
por ende, con niveles significativamente elevados de beta
HCG.

Quistes tecaluteínicos. Son tumores anexiales, gene-


ralmente bilaterales, que pueden alcanzar gran tamaño (6
a 12 cm), con contenido frecuentemente seroso sanguino-
lento y que surgen debido a la hiperestimulación ovárica
por los altos niveles de beta HCG circulante en algunos
casos (FIGURA 29-3). Su resolución espontánea puede
tomar semanas a meses después de la evacuación uterina.
La tasa de complicación (principalmente torsión) alcanza
del 1% al 2%, pudiendo evitarse realizando descompresión
por punción guiada por imágenes ultrasonográficas o por
visión laparoscópica en aquellos de gran tamaño (vía que
FIGURA 29-2. Aspecto microscópico de una mola com-
también permite el manejo de la torsión) (Garner y cois.,
pleta (H-E, 100X).
2002).

Hiperemesis gravídica. Una hipótesis es que se de-


Desde un punto de vista citogenético, aproximadamen- bería a los altos niveles de beta HCG. Puede llevar a una
te el 90% de los casos de mola completa presenta un deshidratación severa y a un desbalance hidorelectrolí-
cariotipo 46 XX, derivado de la fertilización de un óvulo tico.
anucleado por un espermio haploide, que posteriormente
replicaría su propio ADN. El 3% al 13% muestra cariotipo Preeclampsia de aparición precoz (primera mitad
46 XY, y obedecería a la fecundación diespérmica (por dos del embarazo). En toda mujer con preeclampsia precoz
espermios) de un óvulo "vacío" (Szulman & Surti, 1978; (antes de las veinte semanas de embarazo) debe conside-
Soper, 2006; Garner y cois., 2007). Por lo tanto, en la rarse y, por lo tanto, descartarse, un embarazo molar (Soper
mola completa esporádica el juego cromosómico tendría un y cois., 2004). Tal forma de preeclampsia puede llegar a
origen exclusivamente paterno, fenómeno conocido como ser severa, con complicaciones de la magnitud de un ede-
composición cromosómica androgenética (Jain, 2005). ma pulmonar agudo, entre otras. Como toda preeclampsia,
La forma clínica de presentación de la mola completa su control y resolución se alcanzan con la interrupción del
incluye entre sus elementos más frecuentes y destacados embarazo.

564
Capítulo 29 | Enfermedad twfoblásticagestadonal

diagnóstico y tratamiento cada vez más precoces (Soto-


Wright y cois., 1995; Soper, 2006; Garner y cois., 2002).
De hecho, la ocurrencia tanto de hipertiroidismo como de
embolia trofoblástica prácticamente ha desaparecido (Soto-
Wrightycols., 1995).

Mola parcial. Anatomopatológicamente, la mola par-


cial se caracteriza por la presencia de proliferación trofo-
blástica focal, leve a moderada, y de edema vellositario
variable y focal. Generalmente hay elementos fetales pre-
sentes (embrión/feto, membranas ovulares y/o glóbulos
rojos fetales) (FIGURA 29-4) (Szulman & Surtí, 1978;
Soper, 2006).

FIGURA 29-3. Aspecto macroscópico de los quistes te-


caluteínicos. En el recuadro se observa su aspecto a la
ultrasonografía transvaginal.

Hipertiroidismo. Su causa exacta se desconoce, exis-


tiendo dudas de si la beta HCG actuaría realmente como
un estimulador tiroideo (teoría basada en su similitud es-
tructural con la TSH, al poseer una subunidad alfa idéntica)
(Garner y cois., 2007). Ocasionalmente, en pacientes con
altos niveles de beta HCG puede verse un hipertiroidismo
florido, con riesgo, incluso, de desarrollar una tormenta ti-
roidea durante la evacuación uterina. Es importante sos-
pechar y anticipar esta complicación, ya que con un ade-
cuado tratamiento betabloqueador pueden prevenirse las
complicaciones cardiovasculares y metabólicas derivadas FIGURA 29-4. Aspecto macroscópico de una mola in-
de este cuadro y que son potencialmente fatales (Garner y completa (H-E, 100X).
cois., 2007).

Embolia trofoblástica. Frecuentemente grave, es Desde un punto de vista citogénetico, la mayoría de las
una entidad a considerar en el diagnóstico diferencial molas parciales presenta un cariotipo triploide (69, XXX o
del síndrome de insuficiencia pulmonar posvaciamiento XXY), dado por la fertilización de un ovocito haploide por
molar, cuadro infrecuente, generalmente multifactorial, un espermio que posteriormente duplica su material gené-
donde pueden participar, además, tanto complicaciones tico o, menos frecuentemente, por la fecundación diespér-
cardiopulmonares derivadas de una tormenta tiroidea y mica (Szulman & Surtí, 1978; Soper, 2006; Garner y cois.,
preeclampsia severa, como complicaciones iatrogénicas 2007). Ocasionalmente, el cariotipo puede ser tetraploide
(sobrecarga de volumen durante las medidas de resucita- (Jain, 2005). Cuando existe feto identificable, generalmen-
ción practicadas). En esos casos, la radiografía de tórax te muestra estigmas de la triploidía, tales como restricción
frecuentemente muestra infiltrados pulmonares bilaterales, de crecimiento precoz y múltiples malformaciones congéni-
y los gases arteriales, hipoxia y alcalosis respiratoria. Si tas (Garner y cois., 2002).
bien este síndrome puede llegar a amenazar la vida de la
En cuanto a las formas de presentación clínica de la
paciente, tiene la particularidad de ser, por lo general, au-
mola parcial, ésta no comparte el espectro variado de
tolimitado, con resolución dentro de las primeras 72 horas
la mola completa. La metrorragia sigue siendo el signo de
haciendo del soporte cardiorrespiratorio (incluyendo venti-
presentación más frecuente, pero en menor cantidad en
lación mecánica), el pilar central en su manejo (Garner y
comparación con la mola completa. En la ultrasonografía,
cois., 2002).
la mola parcial no muestra el aspecto característico del
Es importante recalcar que la incidencia de todas las embarazo molar, vale decir, una cavidad uterina "llena"
manifestaciones clínicas de la mola completa ha dismi- de múltiples áreas hipoecoicas pequeñas (3 a 10 mm),
nuido dramáticamente en el último tiempo debido a su con buen refuerzo acústico posterior, aspecto denominado

565
OBSTETRICIA

panal de abejas, racimo de uvas o copos de nieve (FI- El diagnóstico definitivo de mola invasora requiere de
GURA 29-5) (Jain, 2005). Muy por el contrario, en la la demostración histopatológica de la invasión mlometrial,
mola parcial el espectro abarca desde una Ultrasonogra- evento difícil de evidenciar a través del análisis de una
fía obstétrica normal, hasta una francamente alterada, con muestra obtenida por legrado uterino. Por lo tanto, gene-
alteraciones que incluyen los estigmas fetales propios de ralmente su diagnóstico es clínico, basado en la presencia
las cromosomopatías y/o aumento del grosor placentario, de NTG confinada al útero (FIGURA 29-6) (Soper y cois.,
asociado a cambios hidrópicos de la placenta (Fine y cois., 2004). Sin embargo, la mola ¡nvasora ocasionalmente pue-
1989; Jain, 2005). de dar metástasis, presentándose en dicho caso como una
NTG metastásica de bajo nesgo. Clínicamente, el síntoma
más frecuente de presentación es la metrorragia persisten-
te. Ocasionalmente, se puede manifestar como un cuadro
de algia pélvica aguda, con elementos inflamatorios, infec-
ciosos y/o hemorragíparos, incluyendo casos de abdomen
agudo, secundarios a perforación uterina y/o a un proceso
Inflamatorio pelviano (por sobremfección del lecho tumo-
ral). La Ultrasonografía transvagmal puede mostrar un útero
aumentado de tamaño, con ecogenlcidad ¡ntramiometnal
focalmente aumentada. El estudio con flujometría Doppler
puede mostrar flujo arterial de baja resistencia y espacios
"quísticos" vasculares dentro del miometrio en el área afec-
tada, lo cual pudiese orientar a su diagnóstico Incluso pre-
vio al vaciamiento (Desai & Desberg, 1991; Jain, 2005).

FIGURA 29-5. Ultrasonografía transvaginal que muestra


el típico aspecto en panal de abeja, característico de una
mola completa.

La sospecha diagnóstica de esta patología prevaclamien-


to uterino es limitada, siendo frecuentemente un hallazgo
anatomopatológico en el análisis del material de biopsia
obtenido por legrado uterino en pacientes con diagnóstico
preoperatorio de aborto incompleto o retenido. De ahí la
Importancia de enviar sistemáticamente todos los "restos
de aborto" a estudio histopatológico. A modo de ejemplo,
una serie chilena reportó que el 35% de las molas parcia-
les son diagnosticadas con posterioridad al estudio anato-
mopatológico (Mayerson y cois., 1999).

Mola invasora. La mola invasora corresponde a una


mola hidatidiforme, completa (más frecuentemente) o par-
cial, que ha Invadido directamente el mlometrio subyacente
(Soper, 2004; Soper y cois., 2006). Por lo tanto, en térmi-
nos ctogenéticos y anatomopatológicos, en sí no constituye FIGURA 29-6. Aspecto macroscópico de un útero conte-
un tipo distinto de embarazo molar. niendo una mola invasora.
Frecuentemente se diagnostica durante el seguimiento
posterior al vaciamiento de una mola, por lo cual clínica-
mente aparece en el contexto de una neoplasia trofoblastica Se cree que la mola ¡nvasora pudiese tener un curso
gestacional (NTG). Sin embargo, así como otras formas de autolimitado posterior al vaciamiento (Soper, 2006). Sin
NTG, puede seguir a cualquier evento gestaclonal (Jain, embargo, dada la baja tasa de confirmación diagnóstica
2005). histológica, lo que hace casi Imposible diferenciarla de

566
otras formas de NTG con comportamiento más agresivo y el sangrado que éstas experimentan, debido a su exten-
tratamiento más complejo como coriocarcinoma, es que la sa y frecuentemente frágil vasculatura (Soper, 2006). Por
mola invasora generalmente recibe el tratamiento estándar ejemplo, frente a compromiso pulmonar puede haber dolor
para una NTG no metastásica de bajo riesgo (ACOG, 2004; torácico, tos, hemoptisis, disnea, derrame pleural (FIGURA
Soper, 2006). 29-9); a nivel vaginal puede haber genitorragia severa,
generalmente intentando biopsiar una lesión o flujo geni-
tal purulento por sobreinfección de las metástasis. A nivel
Neoplasia trofoblástica gestacional
hepático puede haber dolor abdominal alto (epigástrico y/o
(NTG) hipocondrial derecho) y signos de hemoperitoneo, a veces
exanguinante, por rotura de lesiones; por último, si el com-
Coriocarcinoma gestacional promiso es cerebral, podemos ver signos de focalización
aguda, habitualmente producto del sangrado de lesiones
El coriocarcinoma gestacional (CorioCa) es una neo-
metastásicas (hemorragia cerebral secundaria) (FIGURA
plasia epitelial pura, altamente maligna, compuesta por
29-10).
elementos cito y sinciciotrofoblásticos, sin desarrollo de
vellosidades córlales (FIGURA 29-7 Y 29-8). Tiende a dar Conceptos importantes respecto del diagnóstico de Co-
metástasis sistémicas precozmente, siendo los sitios más rioCa, que son aplicables a toda NTG metastásica, son:
frecuentemente afectados el pulmón, la vagina, el hígado y
el cerebro (Soper y cois., 2004; Soper, 2006). • Ocasionalmente, el diagnóstico puede hacerse en una
paciente asintomática, ya sea por persistencia o eleva-
Su incidencia se estima en 1 cada 20.000 a 40.000 ción progresiva del marcador de beta HCG posterior al
embarazos, pudiendo seguir cualquier evento gestacional, vaciamiento de una mola, o por el hallazgo imageno-
con aproximadamente el 50% de los casos de ocurrencia lógico de enfermedad metastásica en una paciente en
luego de un embarazo de término, el 25% posmola y el seguimiento por mola. Basado en este último punto, es
25% restante luego de otros tipos de gestación (aborto, que se debe considerar esta entidad patológica dentro
embarazo ectópico, etc.) (Smith, 2003). de los diagnósticos diferenciales de cáncer metastático
Su etiopatogenia radicaría en la transformación neoplá- con primarlo desconocido en toda mujer en edad fértil,
sica de una célula troncal presumiblemente citotrofoblásti- sobre todo si hubo un evento gestacional próximo, cual-
ca. En estudios de caracterización de algunos marcadores quiera que éste fuere (Tidy y cois., 1995; Soper y cois.,
moleculares, se ha observado tanto la sobreexpresión de 2004; Soper, 2006). Realizar la simple titulación de
oncogenes, como la represión de algunos genes supresores beta HCG en este contexto, puede hacer la diferencia
de tumores como p53, MDM2, NECC1, c-ERB-2 y c-myc entre la vida y la muerte, ya que una enfermedad tan
(Shih le, 2007). agresiva como el coriocarcinoma, sin tratamiento, resul-
ta letal en el corto plazo y, por el contrario, muestra altas
La forma clínica de presentación va a depender general- tasa de curación, incluso en enfermedad metastásica
mente de la ubicación de las metástasis, y se relaciona con extensa, cuando recibe quimioterapia oportunamente.

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FIGURA 29-7. Aspecto macroscópico de un útero con- FIGURA 29-8. Aspecto microscópico de un coriocarcino-
teniendo un coriocarcinoma. Nótese la infiltración de la ma (H-E, 200).
pared en los diferentes cortes.

567
OBSTETRICIA

FIGURA 29-9. Radiografía de tórax A-P donde se observa FIGURA 29-10. Tomografía axial computerizada donde
metástasis de coriocarcinoma en base pulmonar dere- se observa metástasis de coriocarcinoma en lóbulo occi-
cha. pital izquierdo.

• Si el diagnóstico en la muestra inicial se obtiene por


legrado uterino, pese a no haber compromiso metastá-
tico demostrable, dado el comportamiento agresivo de
esta enfermedad, se recomienda el uso de quimiotera-
pia inmediatamente (Smith, 2003; ACOG, 2004; Soper,
2006). * *^^^H
iír
Tumor trofoblástico del sitio
de inserción placentaria y tumor
trofoblástico epiteloideo
Estas neoplasias son las formas más infrecuentes de ETG
y se pueden presentar en cualquier evento gestacional, in-
cluida la mola. Desde un punto de vista etiopatogénico, al
igual que el CorioCa, se originarían en la transformación
maligna de una célula troncal citotrofoblástica (Shih le,
2007). Sin embargo, representarían formas más "diferen-
ciadas", al estar compuestas principalmente de células con FIGURA 29-11. Aspecto microscópico de un tumor trofo-
fenotipo similar. Tal característica las diferencia del Corio-
blástico del sitio de inserción placentario.
Ca, constituido por células anaplásticas de todas las subpo-
blaciones (predominando el tipo cito y sinciotrofoblasto por
sobre el trofoblasto intermedio), lo cual lo ubica como un HCG que en las otras formas de ETG. Pese a ello, sigue
tumor más primitivo (Shih le, 2007). siendo el único marcador útil, pues si bien es cierto que
estos tumores expresan lactógeno placentario (LPH) a nivel
En la histología se aprecian células tumorales tipo tro-
tisular, tal expresión no se traduce en un aumento de sus
foblasto intermedio, con escaso componente cito y sin-
niveles plasmáticos (Dainty y cois., 2003).
ciciotrafoblástico, sin desarrollo de vellosidades coriales
(FIGURA 29-11). Esta escasez de trofoblasto ¡ntravello- Su comportamiento clínico también difiere del resto de
sitario hace que expresen niveles mucho menores de beta las ETG, mostrando un crecimiento en general lento, mani-

568
testándose clínicamente después del evento que lo generó. procedimiento. Por lo tanto, actualmente no es recomenda-
Su crecimiento lento determina una marcada resistencia a ble el uso de estos agentes para la interrupción del emba-
la radioterapia y quimioterapia. Afortunadamente, tienden razo molar (Tidy y cois., 2000; Soper y cois., 2004; Soper,
a permanecer confinados al útero; sólo el 10% al 15% 2006).
de ellos presenta enfermedad metastásica, por lo cual la
Una consideración distinta debe hacerse para el uso de
histerectomía es el tratamiento de elección en la mayoría
retractores uterinos, principalmente oxitocina, posterior al
de los casos (Dainty y cois., 2003; Soper y cois., 2004;
vaciamiento molar. Existe evidencia que avala la seguridad
Soper, 2006).
de su uso como retractor uterino en esta condición. Su uso
disminuye las complicaciones hemorragíparas potenciales,
Manejo de la ETG particularmente durante el vaciamiento de úteros de gran
tamaño (Soper y cois., 2004; Soper, 2006).
Manejo de la mola hidatidiforme El uso de quimioterapia profiláctica posvaciamiento ute-
Manejo inicial. Frente a la sospecha clínica de mola rino ha sido un tema de interés y controversia en el manejo
hidatidiforme, el tratamiento de elección es el vaciamiento de esta enfermedad. Los estudios al respecto, utilizando
uterino mediante aspiración seguido de un legrado suave tanto metotrexato como actinomicina-D, han mostrado dis-
de la cavidad uterina, que debe hacerse lo más precozmen- minución significativa del riesgo de ETG persistente en pa-
te posible, una vez estabilizada cualquier condición médica cientes consideradas de "alto riesgo" de persistencia (desde
existente (hipertiroidismo, preeclampsia, desbalance hidra- el 50% al 14% con el uso de quimioterapia profiláctica)
electrolítico, etc.). (Kim y cois., 1986; Limpongsanurak, 2001). Se conside-
ran como pacientes de "alto riesgo" aquellas que presentan
En términos prácticos, en pacientes con un volumen ute- alguna de las siguientes características:
rino menor al de una gestación de doce a catorce semanas,
se procederá a la dilatación cuidadosa del cuello uterino y • Niveles de beta HCG elevados (en sangre) previo al va-
al vaciamiento de la cavidad por aspiración (cánula de 12 ciamiento (> 100.000 UI/mL).
a 14 mm o tubo endotraqueal n° 6 ó 7) seguido del legrado • Gran tamaño uterino (> 14 a 16 semanas).
instrumental bajo infusión continua de retractor uterino.
• Tamaño ovárico > 6 cm (generalmente por la presencia
Antes de realizar el vaciamiento, se recomienda dispo- de quistes tecaluteínicos).
ner de los siguientes exámenes:
• Hemograma con recuento de plaquetas. La edad avanzada también aparece como un factor de
alto riesgo de persistencia, con tasas del 37% en mayores
• Grupo sanguíneo y Rh. de cuarenta años (Tsukamoto y cois., 1985).
• Nitrógeno ureico, creatinina y pruebas hepáticas. Cabe destacar que estos factores de riesgo han sido ca-
• Medición de beta HCG cuantitativa en sangre, antes y racterizados para mola completa solamente, no así para
un día después del vaciamiento. mola parcial.

• Radiografía de tórax. Si bien en las series publicadas con el uso de quimiote-


rapia profiláctica no se reportan muertes asociadas al uso
Debe tenerse especial cautela en la evacuación uterina de estas drogas, en la literatura existen casos anecdóticos
de úteros de gran tamaño, a saber, mayores de 14 a 16 de muerte por uso de metotrexato profiláctico (Soper y
semanas, ya que en ellos existe mayor riesgo de compli- cois., 2004; Soper, 2006). Si se decide su uso, es impor-
caciones perioperatorias (hemorrágicas, metabólicas, entre tante recalcar que este esquema de manejo no exime la
otras). El manejo de este grupo de pacientes debe hacerse necesidad de seguimiento con beta HCG. Aquellas pacien-
en centros de alta complejidad, no sólo con respaldo tec- tes que presentan una recurrencia en la enfermedad luego
nológico sino, y más importante aún, con experiencia en el de haber recibido quimioterapia profiláctica, habitualmente
manejo de esta condición y con una adecuada comunica- requieren más quimioterapia "terapéutica" que las maneja-
ción entre los diversos equipos médicos. das inicialmente sólo con vaciamiento (Kim y cois., 1986).
Otro punto importante en la técnica del vaciamiento se Tomando en consideración todos los argumentos a favor
refiere a la seguridad y utilidad de "inducir el vaciamiento y en contra, la recomendación actual es restringir el uso
uterino" con oxitocina y/o derivados de prostaglandinas, tal de quimioterapia profiláctica posvaciamiento molar a aquel
como se hace en el aborto retenido. La evidencia dispo- pequeño subgrupo de pacientes de alto riesgo de persisten-
nible indica que su utilización en este grupo de pacientes cia, donde, por diversos motivos, el seguimiento posterior
conlleva un mayor riesgo de sangrado y de enfermedad del con beta HCG pueda ser no confiable o impracticable. Para
trofoblasto persistente. Además, la mayoría de ellas igual el resto de las pacientes, el manejo inicial debe ser el va-
requerirá una evacuación "instrumental" para completar el ciamiento uterino más seguimiento estricto con beta HCG.

569
OBSTETRICIA

La histerectomía como manejo inicial de la mola hida- marcador se elevaría y perdería su utilidad para estos fines.
tidiforme constituye una alternativa al vaciamiento uterino El uso de anticonceptivos orales (ACÓ) con este propósito
en pacientes seleccionadas, las cuales deben tener como despertó controversias iniciales, ya que si bien represen-
requisito fundamental paridad cumplida. La elección de taban, y lo siguen haciendo, una de las alternativas más
esta alternativa terapéutica no exime de la necesidad de fiables para este objetivo, su utilización se asoció a un au-
seguimiento con beta HCG, ya que si bien disminuye el mento del riesgo de persistencia de la enfermedad. Esto
riesgo de ETG persistente (eliminando el riesgo de persis- motivó la realización de estudios randomizados al respecto,
tencia local), mantiene una tasa de persistencia que oscila agrupados en una revisión sistemática con las siguientes
entre el 3% y el 5% (Soper y cois., 2004; Soper, 2006; conclusiones (Curry y cois., 1989; Adewole y cois., 2000;
Garnery cois., 2002). Costa & Doyle, 2006):
Es necesario recordar que debe administrarse profilaxis • Las pacientes usuarias de ACÓ no muestran un riesgo
anti D (Rh) en toda mujer Rh (-) no sensibilizada posterior mayor de persistencia. Incluso, un estudio reportó me-
al vaciamiento. Ello se fundamenta en que las células tro- nores tasas asociadas a su uso.
foblásticas molares expresan el antígeno D en su superficie
• El grupo con ACÓ presenta una disminución estadística-
(Garnery cois., 2002).
mente significativa de embarazos ¡ntercurrentes, que es
50% menor respecto de métodos de barrera.
Seguimiento posterior al vaciamiento. La necesi-
dad de seguimiento con beta HCG luego del tratamiento
Por lo tanto, la anticoncepción hormonal representa en
inicial de la mola hidatidiforme surge a raíz de su historia
la actualidad probablemente el método contraceptivo más
natural, que da cuenta de un riesgo real y no despreciable
usado en pacientes en seguimiento.
de persistencia de la enfermedad, tanto local como a dis-
tancia, que difiere en magnitud dependiendo del tipo de
Mola coexistente con feto. Esta situación es extre-
mola. Es así que para mola completa, el riesgo de persis-
madamente rara, con una incidencia estimada de 1 cada
tencia oscila entre el 8% y el 30%, con un promedio, en
22.000 a 100.000 embarazos (Bristow y cois., 1996; So-
la mayoría de la series, del 20% (con 15% de persistencia
per y cois., 2004; Soper, 2006). El manejo de una mola
local, y aproximadamente el 4% al 5% a distancia). Para
que coexiste con un feto representa un desafío clínico ma-
la mola parcial la tasa de persistencia es menor, alcanzan-
yor, donde las consideraciones éticas adquieren relevancia
do el 3% al 5%, en su gran mayoría siendo enfermedad
de proporciones (FIGURA 29-12).
confinada al útero (Berkowitz & Goldstein, 1996; Garner
y cois., 2002).
En cuanto al seguimiento propiamente tal, se recomien-
da medición de beta HCG a las 48 horas posvaciamiento,
y luego, cada una a dos semanas, hasta lograr tres resulta-
dos negativos consecutivos, momento en el cual el segui-
miento se espacia cada uno a dos meses, hasta completar
seis meses, que representa el período de tiempo de mayor
riesgo de persistencia. Si bien este esquema de seguimien-
to es el estándar actual, existe conciencia y preocupación
en cuanto representa un ideal difícil de cumplir en países
que cuentan con recursos limitados. De hecho, la evidencia
habla de que aproximadamente un tercio de las pacientes
no lo completa (Feltmate y cois., 2003). Esta realidad ha
motivado el intento por acortar y simplificar el seguimiento,
lo cual ha encontrado aval en el hecho de que práctica-
mente no se han reportado recurrencias en pacientes que
alcanzaron remisión sérica espontánea (Wolfberg y cois.,
2006). Esto permitiría, en teoría, modificar el esquema en FIGURA 29-12. Aspecto macroscópico de un embarazo
el 97% de las pacientes en forma segura. Sin embargo, gemelar en que coexisten una mola hidatidiforme com-
aún se requiere de datos más abundantes, rigurosos y ma- pleta y un feto.
duros para hacer de esta sugerencia la recomendación a
seguir.
Otro punto importante a considerar es la prescripción Esta asociación se ha reportado tanto para molas com-
de una anticoncepción segura durante el período de se- pletas como parciales. En la mayoría de los casos, existe
guimiento, ya que de haber un embarazo intercurrente, el una sospecha o una certeza diagnóstica anteparto, basada

570
Capítulo 29 Enfermedad trofoblásticagestacional

en el hallazgo ultrasonográfico de una placenta quística Fertilidad y embarazo posterior a una mola. Gene-
compleja aparte de la unidad fetoplacentaria propiamen- ralmente, puede anticiparse un futuro reproductivo normal
te tal (Bristow y cois., 1996). Sin embargo, en algunas después de un embarazo molar.
pacientes el diagnóstico sólo se establece luego del estu-
El riesgo de recurrencia se ha establecido en aproxima-
dio histopatológico posparto de la placenta (Steller y cois.,
damente el 1%, lo cual representa un aumento de diez
1994).
veces respecto del riesgo de la población general. Esto hace
En cuanto al curso del embarazo, se ha visto una fre- mandatoria la evaluación ultrasonográfica precoz en em-
cuencia aumentada de preeclampsia (Steller y cois., 1994; barazos subsiguientes. No es necesario enviar la placenta a
Bristow y cois., 1996; Matsui y cois., 2000). estudio anatomopatológico rutinariamente. Sin embargo, si
se produce un aborto, los restos deben someterse a estudio
Respecto al curso de la enfermedad molar, ésta muestra
histopatológico.
un riesgo elevado de NTG, con mayor frecuencia de en-
fermedad metastásica y necesidad de quimioterapia con El riesgo de recurrencia se eleva en el caso de molas
asociación de drogas. Aparentemente, las pacientes que repetidas, pudiendo no disminuir con cambios de pareja
requieren interrupción del embarazo durante el segundo de la paciente, ya que, en estos casos, pareciera que la
trimestre por alguna complicación médica, exhiben un ma- alteración responsable radica en el óvulo.
yor riesgo de enfermedad persistente versus aquellas con
En cuanto a la evolución de los embarazos posteriores,
finalización electiva durante el primer y tercer trimestre
no se han documentado incrementos en el porcentaje de
(Fishman y cois., 1998; Matsui y cois., 2000). Una expli-
malformaciones congénitas ni en la frecuencia de compli-
cación para esto podría ser el hecho de que probablemente
caciones médicas (Berkowitz y cois., 1998).
las pacientes que desarrollan complicaciones tienen niveles
más elevados de beta HCG producto de una mayor masa
trofoblástica, factor de riesgo para persistencia. Manejo de la neoplasia trofoblástica
Respecto del manejo de esta condición, dada su infre- gestacional (NTG) o ETG persistente
cuencia, no existen guías claras que lo orienten. Algunas
Diagnóstico, etapificación y determinación de
recomendaciones incluyen:
factores pronósticos. En el enfrentamiento de la NTG
• Repetir la ecografía una vez sospechado el diagnóstico, o ETG persistente, a la hora de planificar el tratamiento
principalmente para establecer el diagnóstico diferencial y establecer un pronóstico, adquiere mayor relevancia la
con otras patologías que muestran un aspecto similar a presentación clínica de la enfermedad que el diagnóstico
la ultrasonografía, como hematomas retroplacentarios, histopatológico preciso. La excepción la constituyen el tu-
otras anomalías o malformaciones placentarias, miomas mor trofoblástico del sitio placentario y el tumor epiteloideo.
degenerados, etcétera.
La forma más frecuente de presentación de la NTG es
• Intentar descartar que no se trate sólo de una mola la alteración de la curva de regresión de la beta HCG plas-
parcial. Para esto, puede efecutarse un cariotipo fetal, mática posvaciamiento. Se debe plantear el diagnóstico de
resultado que también tendrá implicancias si se decide NTG o ETG persistente en los siguientes escenarios (Ngan
continuar con la gestación. y cois., 2002):
• Si se reafirma o confirma la sospecha diagnóstica, y se • Niveles estacionarios o en ascenso de beta HCG:
plantea o desea continuar el embarazo, deben cumplirse
- Mediciones estacionarias (variación menor o igual al
los siguientes requisitos:
10%) por tres semanas consecutivas (días 1,7,14 y
- Cariotipo fetal normal y ausencia de malformaciones 21).
incompatibles con la vida.
- Mediciones en ascenso (variación mayor al 10%) por
- Ausencia de enfermedad metastásica. dos semanas consecutivas (días 1,7 y 14).
- Ausencia de complicaciones médicas severas. - Persistencia de beta HCG ( + ) > 6 meses posparto.
- Niveles plasmáticos seriados de beta HCG. • Diagnóstico histopatológico de CorioCa o mola invasora.
- Entendimiento adecuado de la paciente de las impli- • Identificación clínica y/o imagenológica de metástasis.
cancias de un manejo expectante.
Respecto al diagnóstico de persistencia basado en la
En el posparto es mandatorio enviar la placenta a estu- curva de beta HCG, es importante tener presente:
dio anatomopatológico y reforzar la necesidad de un segui-
• Que debe descartarse un embarazo intercurrente antes
miento estrecho con beta HCG.
del inicio de cualquier tratamiento.

571
OBSTETRICIA

• La existencia de beta HCG "fantasma", fenómeno produ- rina y la radiografía de tórax es normal, sería posible omitir
cido por la presencia de algunos anticuerpos heterófilos exámenes de otros órganos como hígado y cerebro. Sin em-
presentes en el plasma, que reaccionan en forma cru- bargo, algunos estudios muestran que hasta el 40% de las
zada con las técnicas de medición sérica de beta HCG. pacientes con radiografía de tórax normales tiene lesiones
Por lo tanto, representan falsos (+) en el seguimiento. pulmonares detectadas por tomografía axial computarizada
El diagnóstico diferencial con aumentos reales de beta (Mutch y cois., 1986). Por lo tanto, si se va a utilizar radio-
HCG se puede lograr considerando los siguientes ele- grafía simple en el estudio del tórax, debe agregarse estudio
mentos (Colé, 1998; Colé y cois., 2005; Soper, 2006): hepático y cerebral (TAC o RM). Si, por el contrario, se
realiza tomografía de tórax y esta es normal, entonces sería
- Disconcordancia entre la clínica y el laboratorio.
posible omitir el estudio de hígado y cerebro (FIGO, 2002).
- Determinación de beta HCG negativa en orina (los
En cuanto a establecer el riesgo de la enfermedad, se
anticuerpos responsables de beta HCG "fantasma" no
han utilizado múltiples sistemas de puntuación basados
se eliminan por la orina).
en diversas variables. En el año 2000 la FIGO aceptó el
- Ausencia de dilución a diferentes concentraciones. uso del sistema de puntuación de la OMS (TABLA 29-1)
(Hancock y cois., 2000; Kohorn, 2001) como estimado
- Ausencia de respuesta a maniobras terapéuticas.
de riesgo para esta enfermedad. Este sistema establece un
puntaje global que se obtiene de la suma de puntajes asig-
Otra forma de presentación de la NTG es aquella que
nados a una serie de factores que han demostrado valor
ocurre luego de cualquier evento gestacional, excluida la
pronóstico en ETG persistente. Según el puntaje global ob-
mola. Tal condición suele tener manifestaciones clínicas
tenido, las pacientes son clasificadas en dos grupos: uno
sutiles e inespecíficas, haciendo el diagnóstico más difícil.
de bajo riesgo (puntaje menor a 7) y otro de alto riesgo
Debe sospecharse ETG persistente o GTN en toda mujer en
(puntaje igual o mayor a 7). Este último grupo no sólo tiene
edad fértil con:
mayor riesgo de fracaso de quimioterapia con el uso de
• Metrorragia persistente por más de seis semanas luego monodroga, sino que presenta una mayor mortalidad si no
de resolución de cualquier tipo de gestación. es tratado de entrada con un esquema con asociación de
drogas (Soper, 2006).
• Enfermedad metastásica con primario desconocido.
Desde un punto de vista práctico, resulta útil la etapi-
Una vez hecho el diagnóstico de NTG, debe establecerse ficación anatómica de la NTG en cuatro etapas, a saber
la extensión de la enfermedad, principalmente si hay o no (FIGO, 2002):
presencia de metástasis y el riesgo cada una de ellas. La
• Etapa I: enfermedad confinada al cuerpo uterino.
probabilidad de fracaso de una terapia con monodrogas se
correlaciona con el número y la localización de las metás- • Etapa II: metástasis en vagina y/o pelvis.
tasis. Si se trata de localizaciones de riesgo debe elegirse de • Etapa III: metástasis pulmonares.
entrada un esquema de múltiples drogas. Los sitios más
• Etapa IV: otras metástasis parenquimatosas (hígado, ce-
frecuentes de metástasis son el pulmón (80%), la vagi-
rebro, etc.).
na (30%), la pelvis (20%), el hígado (10%) y el cerebro
(10%), y otros órganos, incluyendo metástasis indetermi-
En general, las pacientes con enfermedad etapa I son
nadas (< 5% c/u) (Berkowitz & Goldstein, 1981).
de bajo riesgo, mientras que las etapa IV son todas de alto
Para determinar la real extensión de la enfermedad, jun- riesgo. Por lo tanto, el sistema de puntuación FIGO adquie-
to con la historia y un examen físico detallados, con espe- re su real relevancia al establecer el esquema terapéutico
cial énfasis en un examen pélvico exhaustivo, incluyendo para pacientes en etapas II y III.
ultrasonografía pelviana, debe considerarse:
• Determinación cuantitativa de beta HCG plasmática pre- Manejo de la NTG no mestastásica
vio al inicio del tratamiento y luego en forma semanal. o metastásica de bajo riesgo
• Hemograma, recuento de plaquetas, TTP-A, protrom-
La NTG no metastásica o metastásica de bajo riesgo
bina, nitrógeno ureico, creatinina plasmática y pruebas
(sólo metástasis pulmonares), comprende aquellas pa-
hepáticas.
cientes que presentan la enfermedad por menos de cuatro
• Radiografía de tórax. meses, cuyos títulos de beta HCG en sangre son menores
a 40.000 UI/mL, con puntuación OMS menor a 7 (6 o
En general no hay compromiso metastásico multisisté- menos) y en etapa I, II ó III. Pueden ser tratadas con es-
mico sin compromiso pelvicopulmonar. Se ha establecido quemas de una sola droga, con porcentajes de remisión
que si el examen pélvico no muestra enfermedad extraute- sostenida sobre el 85% (Homesley, 1998).

572
Capítulo 29 [ Enfermedad Irofobláslica geslacional

TABLA 29-1. Sistema de puntuación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) modificado

Puntuación de factores de riesgo 0 1 2 4


FIGO (OMS)
Edad < 40 a 40 - _
Embarazo previo Mola Aborto Embarazo -
hidatidiforme de término
Intervalo en meses del embarazo <4 4a6 7 a 12 > 12
previo
Beta HCG pretratamiento (UI/mL) < 103 103 a 104 > 104a 105 > 105
Tumor de mayor tamaño, - 3 a 4 cm SL 5 cm -
incluyendo útero
Sitios de metástasis, incluyendo Pulmón Bazo Tracto Cerebro
el útero Riñon gastrointestinal Hígado
Número de metástasis identificadas - 1 a4 5a8 >8
Falla de quimioterapia previa — - Droga única Dos o más
drogas

Modificado de: Ngan y cois., 2002.

Los esquemas de droga única más usados son: no reemplaza la quimioterapia. Por lo tanto, a pacientes
con paridad cumplida puede ofrecérseles una histerectomía
• Metotrexato 0,4 mg/kg ¡m por cinco días, repetidos cada
precoz con el propósito descrito previamente, o tardía, en
dos semanas. Se asocia a al 10% de tasa de falla.
caso de enfermedad no metastásica refractaria a la quimio-
• Metotrexato con rescate de leucovorina. Metotrexato 1,0 terapia.
mg/kg im día por medio por cuatro dosis y leucovorina
Es importante mencionar algunas palabras sobre la uti-
0,1 mg/kg 24 h después del uso de metotrexato. La tasa
lidad de realizar legrado uterino repetido en pacientes con
de falla es del 2% al 25%.
enfermedad confinada al útero. Al respecto, la evidencia
• Metotrexato 50mg/m2 im semanal. Este esquema se publicada es controversial. Van Trommel y colaboradores
asocia al 30% de falla. reportan que en menos del 20% de los casos en que se ob-
serva remisión o producto de esta práctica se realizan mo-
• Actinomicina D 1,25 mg/m2 iv cada dos semanas. La
dificaciones sustantivas del tratamiento; mientras en el 5%
tasa de falla es del 20%.
al 8% de los casos se produce una perforación uterina (van
• Actinomicma D 12 ¿Jg/kg ¡v al día por cinco días, repe- Trommel y cois., 2005). Dicho grupo desaconseja tal prác-
tido cada dos semanas. Puede ser usado en pacientes tica. En cambio, Pezeshki y colaboradores recomiendan su
con disfunción hepática. La tasa de falla es del 8%. uso, atribuyendo el 70% de casos de remisión espontánea
al legrado repetido, sin reportar casos de histerectomía por
• Metotrexato 250 mg iv en infusión de 12 horas. Está
perforación (Pezeshki y cois., 2004). Para el grupo de Su-
asociado a una tasa de falla del 30%.
zuka y colaboradores, pacientes con evidencia histológica
de persistencia y aquellas con beta HCG > 1.500 UI/mL
Independientemente del esquema utilizado, se reco-
responderían significativamente menos a este tipo de ma-
mienda continuar la quimioterapia por un ciclo más des-
nejo (Suzuka y cois., 2001).
pués de la negativización de la beta HCG.
Además, durante el tratamiento se recomienda realizar Manejo de la NTG metastásica
hemograma, recuento de plaquetas, creatinina, nitrógeno
ureico plasmático y SGOT en el primer día de cada ciclo
de alto riesgo
(Pecorelli y cois., 2006).
La neoplasia trofoblástica gestacional metastásica de
El fundamento de la histerectomía en el manejo de estas alto riesgo incluye a aquellas pacientes con enfermedad
pacientes radica en que se acorta el curso y disminuye la etapa FIGO I, II ó III con puntuación OMS 7 o mayor y las
cantidad de quimioterapia necesaria para alcanzar la remi- pacientes en etapa IV. Estas pacientes deben tratarse desde
sión. Sin embargo, se debe enfatizar categóricamente que el inicio con un esquema de múltiples drogas. La tasa de

573
OBSTETRICIA

curación con esta terapia, en centros especializados, alcan- santuarios" para la enfermedad o por la probabilidad muy
za el 86% (ACOG, 2004;). alta de experimentar complicaciones hemorrágicas a nivel
cerebral.
El esquema de primera línea usado actualmente es
EMA/CO. La sigla EMA/CO corresponde a la combinación La histerectomía no tiene un rol preponderante en el ma-
de etopósido (E), metotrexato (M) con leucovorina (iniciada nejo de estas pacientes, salvo en el caso de complicaciones
a las 24 h de administrado el metrotrexato) y actinomicina- locales como metrorragia incoercible o sepsis (Hammond y
D (A), todos admisnitrados los días 1 y 2 de cada ciclo más cois., 1980).
ciclofosfamida (C) y vincristina (O, por Oncovin®), que son
Como se comentó en la sección relacionada con la etio-
administrados el día 8. Este esquema se repite cada 21
patogenia de la enfermedad del trofoblasto, el mayor enten-
días. Si bien estudios randomizados no han establecido la
dimiento de las bases moleculares de esta enfermedad ha
superioridad de un esquema por sobre otros, EMA/CO ten-
llevado a desarrollar terapias cada vez más específicas, efi-
dría alta tasa alta de éxito, pero con menor toxicidad aguda
caces y menos tóxicas, particularmente útiles en el manejo
asociada cuando se compara con esquemas tradicional-
de pacientes que han sido refractarias a las terapias con-
mente usados, como MAC (metotrexato, actinomicina-D y
vencionales. A modo de ejemplo, el uso de anticuerpos que
ciclofosfamida) o CHAMOMA (esquema que incluye acti-
inhiben la actividad del receptor de EGFR (receptor trans-
nomicina D, hidroxiurea, vincristina, metotrexato con leu-
membrana con actividad tirosina quinasa), como gefitinib
covirina, ciclofosamida, melfalán y doxorubicina) (Bowery
(Iressa®) o anticuerpos contra las metaloproteinasas como
cois., 1997). Sin embargo, en varios centros han vuelto a
marimastat, agentes bajo estudio en protocolos clínicos
usar el esquema MAC debido al riesgo de desarrollar leuce-
para el tratamiento de otros cánceres (pulmón, páncreas,
mia con EMA/CO cuando es usado por más de seis ciclos
cerebro), aparecen como potenciales herramientas terapéu-
(Newlandsy cois., 1991).
ticas para coriocarcinomas refractarios (Shih le, 2007).
La quimioterapia debe continuarse hasta alcanzar la
negativización de la beta HCG plasmática, seguida de, al Seguimiento posterior al tratamiento de la NTG.
menos, tres ciclos más. El primer ciclo debe ser con aso- En el caso de enfermedad de bajo riesgo, el seguimiento
ciación de drogas. Esto se debe a que un resultado negativo con beta HCG recomendado es la titulación de beta HCG
de beta HCG sólo implica que hay menos de 107 células y semanal hasta lograrla remisión completa (negativización),
no necesariamente que la enfermedad está completamente la cual debe mantenerse por tres controles consecutivos.
erradicada (ACOG, 2004). Luego de ello se continúa con seguimiento mensual hasta
completar un año.
Pese al uso de EMA/CO o MAC, el 12,5% de las pa-
cientes recurrirá. Dentro de los factores de riesgo para re- En enfermedad de alto riesgo se aplica el mismo esque-
currencia, se cuentan la enfermedad diseminada de gran ma de seguimiento, pero se extiende hasta los dos años.
volumen y el uso inicial de una terapia ¡napropiada (ACOG, Si se preservó la fertilidad, la evolución de embarazos
2004). En aquellos casos resistentes a EMA/CO, la alter- subsecuentes no parece diferir significativamente de los
nativa terapéutica utilizada en la mayoría de los centros embarazos de pacientes nunca afectadas por esta enfer-
dedicados al tratamiento e investigación de la enfermedad medad (Woolas y cois., 1998; Soper y cois., 2004; Soper,
trofoblástíca es EP/EMA. En este esquema se administra 2006).
cisplatino y etopósido en el día 1 del ciclo (EP). El ciclo se
completa con la administración (día 8) de la combinación Es importante destacar que las pacientes tratadas con
de etopósido, metotrexato con leucovirina y actinomicina- esquemas de múltiples drogas tienen el 50% más de riesgo
D. de desarrollar una segunda neoplasia, principalmente de
colon, mama y leucemia mieloide (ésta última, para esque-
En el caso de experimentar resistencia al esquema EP/ mas con etopósido) (Rustin y cois., 1996).
EMA, se han usado esquemas en que se alternan las com-
binaciones de paclitaxel más cisplatino y de paclitaxel más
etopósido. Otras alternativas usadas son el esquema ICE Bibliografía
(ifosfamida, cisplatino y etopósido) o BEP (bleomicina, eto- ACOG. ACOG Practice Bulletin N°53. Diagnosis and treatment
pósido y cisplatino (Pecorelli y cois., 2006). of gestational trophoblastic disease. Obstet Gynecol 2004;
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En algunos casos especiales se deben modificar los es-
quemas habituales. Tal es el caso cuando existen metásta- Adewole IF, Oladokun A, Fawole AO, Olawgy JF, Adeleye JA. Fertility
regulatory methods and development of complications after eva-
sis cerebrales que requieren de metotrexato en altas dosis cuation of complete hydatidiform mole. J Obstet Gynecol 2000;
(1 g/m2). Así también, dependiendo del tamaño y número 20:68-69.
de metástasis puede ser necesaria la asociación de radio- Berkowitz RS, Im SS, Bernstein MR, Goldstein DP. Gestational tro-
terapia cerebral (25 a 30 Gy) o de cirugía. La asociación phoblastic disease. Subsequent pregnancy outcome, including
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574
Capítulo 29 | Enfermedad trofoblástica gestacional

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576
c a p í t u l o

La adolescente embarazada

X. Luengo | A. Zepeda | R. Molina

El embarazo en la adolescencia es una situación de salud Existe interés en encontrar las causas por las cuales se
que causa preocupación debido a múltiples razones. Una produce el embarazo a temprana edad. Por una parte, con
de ellas es que se trata de dos procesos de crecimiento y el fin de contribuir a su comprensión y, por otra, para tratar
desarrollo que se producen de manera simultánea. Un nue- de prevenirlo. Es un tema complejo, multifactorial, para el
vo ser se encuentra en gestación bajo la dependencia de cual no existe una causa o respuesta única. Por eso mis-
una madre cuyo propio proceso de crecimiento y desarrollo mo, las actividades de salud que se realizan para enfrentar
biopsicosocial aún no ha finalizado. Los equipos profesio- este tema deben ser diversas y pertinentes para la cadena
nales con años de dedicación a este tema, han observado de eventos que van a intervenir. Cuando una adolescente
a través de la experiencia, que al parecer no son tantos los presenta un embarazo, lo habitual es que haya iniciado
riesgos biológicos en sí que afectan este proceso, o más una actividad sexual a temprana edad, con gran desconoci-
bien que con un buen sistema de atención prenatal, son miento de su anatomía y de la fisiología de la reproducción,
controlables (Molina & Romero, 1985; Stevens-Simon & sin prevención del embarazo, ni del riesgo de contraer una
McAnarney, 1994). Sin embargo, los riesgos psicosocia- infección de transmisión sexual, todo lo cual desemboca en
les que afectan al binomio madre-hijo son los que generan un embarazo inesperado, no planificado y en la mayoría de
mayor impacto. A lo anterior se suma el hecho de que en los casos, no deseado. Esta sucesión de eventos es la que
una proporción no despreciable de casos el progenitor es desafía a los proveedores de los servicios de salud sexual y
también un padre adolescente. reproductiva para adolescentes, ya que deben verse involu-
crados en actividades de promoción y prevención relativas
El embarazo en adolescentes es considerado un proble-
a la educación sexual de niños y jóvenes, así como también
ma de salud pública, sin embargo, no se suelen señalar las
otorgarles acceso y atención expeditos y apropiados a los
razones de esta afirmación. La interpretación espontánea
servicios de salud. Por otra parte, la atención de la adoles-
es suponer que hace referencia a la magnitud del proble-
cente embarazada no finaliza en el momento del parto, ya
ma, es decir, a que afectaría a un número importante de
que un embarazo en adolescentes no previene un segundo
la población. Efectivamente, para todos los países de nues-
embarazo.
tra región, la fecundidad en este grupo etario es más alta
que la de los países desarrollados. Además, en todos los Del embarazo en la adolescencia a la adolescente em-
países esta situación afecta a las mujeres de los sectores barazada hay un significativo cambio conceptúa) que va
más vulnerables de la población, impacta en el desarrollo más allá del lenguaje. El primero hace referencia a la ges-
educacional de la madre adolescente, los hijos de estas tación en una madre joven, es decir, al antiguo concepto
madres presentan importantes problemas de salud y es un de la primigesta precoz, en el que el foco estaba puesto en
sistema que perpetúa el círculo de la pobreza (Buvinic y el producto de la gestación por considerarse una gestación
cois., 1992). Lo que se desea destacar haciendo referen- de riesgo. Al hablar de adolescente embarazada la atención
cia a estos puntos es que las razones por las cuales es también está puesta en la madre, que no ha dejado de ser
un problema de salud pública van más allá de la mera adolescente porque cursa un embarazo, etapa de la vida
magnitud del problema, pues también es una situación de vulnerable por sí misma, a la que se le agrega una situa-
salud que afecta a la madre y al niño y que se evidencia ción de mayor vulnerabilidad y que, en este caso, involucra
además como un problema de ¡nequidad social (Díaz y también al producto de su concepción. El enfoque enton-
cois., 2007). ces es más integral y va dirigido, tomando en cuenta las

577
OBSTETRICIA

particularidades individuales, a ambos miembros del bino- Fecundidad y maternidad. El descenso en la tasas de
mio madre-hijo (Molina y cois., 2000). fecundidad general en la región ha sido analizado por varios
autores, que coinciden en señalar que esto se debe a los
Datos epidemiológicos procesos de industrialización, urbanización y moderniza-
ción, al creciente ingreso de las mujeres al mundo laboral,
América Latina y El Caribe a los continuos avances en materia de tecnología anticon-
ceptiva y a las políticas de planificación familiar implemen-
El panorama global de la región desde una perspectiva tadas en algunos países de la reglón. Sin embargo, estos
epidemiológica, de la frecuencia, de la distribución, de las factores no han impactado en los procesos reproductivos de
características de las personas afectadas y de los factores los adolescentes, al menos en los últimos veinticinco años,
que determinan la presencia del fenómeno en estudio, per- pues las tasas específicas para las edades de 15a 19 años
mitirá contextualizar el tema y dará luces sobre una situa- se han mantenido sin significativas variaciones e incluso
ción que en mayor o menor medida, es compartida con la en muchos casos han aumentado (Rodríguez, 2004; Di
mayoría de los países latinoamericanos. Cesare & Rodríguez, 2006).

Es importante destacar que desde 2003 transitan a la Los patrones reproductivos en las menores de veinte
adultez 1.200 millones de adolescentes, que represen- años son muy heterogéneos entre los países de la región.
tan el 19% del total de la población y que es la mayor Es así como es posible apreciar que la tasa específica de
generación de adolescentes registrada hasta ahora en el fecundidad está entre el 113% y el 34% para este seg-
mundo. Un poco más de 100 millones de ellos viven en mento etario. La FIGURA 30-1 ilustra las tasas de partos
Latinoamérica. Para la atención de salud implica un gran por cada mil mujeres de 15a 19 años para los países de
desafío satisfacer las necesidades específicas de este grupo América Latina según los datos publicados por el Fondo de
(UNFPA, 2003). Población de Naciones Unidas (UNFPA, 2007).

Partos x 1.000 mujeres de 15 a 19 años


20 40 60 80 100 120
I I I I
América Latina
i \

Panamá

Colombia ^^^^^ í ^^^^^ '

i i
i i i
Cnue \ i <

l i l i

1 1 i

Trinidad y Tobago
Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por UNFPA, 2007.

FIGURA 30-1. Fecundidad adolescente en América Latina.

578
Capítulo 30 La adolescente embarazada

TABLA 30-1. Países seleccionados de América Latina y el Caribe: Evolución de la proporción de mujeres de 15 a 19 años
que han tenido hijos, por edades simples (censos de la ronda 1985 y 2005)

País Año censal Edad en años Total


15 16 17 18 19
Argentina 1991 3,3 6,6 11,2 17,3 23,1 11,9
2001 3,7 6,5 11,2 17,2 23,6 12,4
Belice 1990 2,5 7,7 15,4 26,2 34,9 16,9
2000 2,8 6,7 14,4 25,4 23,6 15,8
Bolivia 1992 1,6 4,4 9,9 17,9 28,0 11,7
2001 2,0 5,7 11,7 20,8 29,2 13,5
Brasil 1991 2,2 5,2 10,4 17,2 24,3 11,5
2000 3,3 7,6 13,8 20,8 28,1 14,8
Chile 1992 2,1 4,8 9,8 16,1 24,8 11,8
2002 6,3 5,1 10,2 16,7 24,1 12,3
Costa Rica 1984 2,0 5,6 10,9 18,6 27,5 12,8
2000 2,5 6,2 11,8 19,8 27,5 13,2
Ecuador 1990 6,2 5,4 11,0 19,4 27,9 13,5
2001 3,2 8,1 14,9 23,9 32,5 16,3
Guatemala 1994 2,9 7,3 14,5 25,1 35,5 16,1
2002 2,6 6,9 14,2 23,1 33,0 15,5
Honduras 1988 3,6 8,1 15,6 25,2 34,6 16,6
2001 3,0 8,4 17,1 27,6 38,0 18,3
México 1990 1,4 3,8 8,6 16,1 24,2 10,4
2000 1,8 4,8 10,7 18,2 26,2 12,1
Nicaragua 1995 5,0 12,6 23,7 34,8 46,0 23,9
2005 4,3 10,7 19,8 28,9 38,4 20,0
Panamá 1990 3,6 8,2 15,2 22,4 30,8 16,1
2001 4,1 9,3 16,2 25,4 33,3 17,4
Paraguay 1992 2,0 6,2 13,0 23,4 32,9 15,0
2002 1,9 5,1 10,1 17,8 26,7 12,1
Trinidad y Tobago 1990 1,0 3,2 6,1 12,3 18,9 8,0
2000 1,2 2,2 4,7 18,3 21,4 9,3
Venezuela 1990 3,3 6,9 13,0 19,9 27,5 13,8
(Rep. Bolivariana de) 2001 3,2 7,5 13,7 21,7 29,8 15,0
Uruguay 1985 1,2 3,4 7,2 12,4 19,3 8,4
1995 5,0 7,7 12,8 18,4 24,6 13,9

Fuente: Rodríguez & Hopenhayn, 2007.

Por otra parte, el promedio de las tasas de fecundidad publicado por Rodríguez y Hopenhayn (2007), permite dar
adolescente de países desarrollados es de alrededor de 20 otra mirada al problema. Estos datos muestran la evolución
y, en algunos casos es mucho menor de 10. Por lo tanto, que ha tenido la proporción de mujeres adolescentes de
los países de nuestra región, aun aquellos con las tasas de 15 a 19 años que son madres al momento del censo. La
fecundidad más bajas, a lo menos duplican el indicador de TABLA 30-1 muestra esta proporción por edades simples
los países desarrollados. y para el total de mujeres de entre 15 y 19 años. En ella
es posible apreciar que en la mayoría de los países el por-
Un análisis de los datos recabados en los censos rea- centaje total de madres adolescentes ha aumentado entre
lizados entre los años 1985 y 2005 de la tendencia de un censo y otro, con excepción de Belice, Guatemala, Ni-
la maternidad en adolescentes de la región, recientemente caragua y Paraguay. Aun así, los totales generales ocultan

579
las realidades de cada grupo de edad específico, puesto Sin embargo, si se analizan las tasas de fecundidad de
que los países antes mencionados han sustentado esta adolescentes en términos globales en relación con la mag-
baja fundamentalmente entre las adolescentes de edades nitud de la pobreza en cada uno de los países, se verá que
mayores, pues en las menores de quince años la baja aún no siempre existe una clara asociación entre ambas varia-
no es muy relevante e Incluso en Belice se vio un aumento. bles. Es decir, hay países que presentan una menor pro-
porción de la población viviendo bajo la línea de pobreza
Determinantes sociales. No obstante las diferencias y que, sin embargo, mantienen altas tasas de fecundidad
percibidas entre los diferentes países, también es posible adolescente (Argentina, Costa Rica, Cuba, Chile, Uruguay).
observar elementos comunes. El embarazo temprano es un Podría decirse entonces, que no basta con disminuir la po-
exponente de la injusticia social y de género y expresa una breza para que disminuya la fecundidad en adolescentes
de las máximas desigualdades sociales. A esta inequidad (FIGURA 30-3).
se asocia la pobreza, la falta de accesibilidad a la educa-
ción formal, a los servicios de salud y la falta de empleo. Sexualidad de los adolescentes. La tendencia de la
Esto constituye un círculo vicioso: altas tasas de fecundi- edad de inicio de la actividad sexual de los adolescentes
dad con mayor morbimortalidad materna, perinatal e infan- explorada por las encuestas de demografía y salud que se
til, marginalidad, conductas riesgosas para infecciones de realizan en varios países latinoamericanos, muestra una
transmisión sexual (ITS), VIH/SIDA y embarazo. disminución (Measure, 2006). Esto se confirma con la in-
formación de otros países no incluidos en las encuestas
Para los países de los que se obtuvo datos desagregados
DHS (Ministerio de Salud de la Nación Argentina, 2004;
por nivel socioeconómico (NSE), es posible apreciar siste-
Ministerio de Salud de Chile, 2006). Por otra parte, la edad
máticamente que las tasas de fecundidad en mujeres de
media de inicio de la actividad sexual es más precoz en los
entre 15 y 19 años son notoriamente más altas en los ni-
niveles socioeconómicos más bajos y en las adolescentes
veles socioeconómicos más bajos. Estas diferencias se pre-
con menor nivel de escolaridad, tanto a nivel urbano como
sentan en la FIGURA 30-2. Se puede observar, que tanto
rural. Lo mismo se observa respecto de los indicadores de
para los países donde la fecundidad adolescente disminuye
la edad a la primera unión y al nacimiento del primer hijo.
como en aquellos en los que aumenta, la diferencia por
Los grupos con mejor nivel socioeconómico y de instruc-
NSE es persistente.
ción inician estos tres eventos a edades más tardías (Di
Cesare, 2007).

1 (bajo) 2 D3 5 (alto)
200

160 -

i 120
o

40 -

1991 2000 1992 2002 1990 2000 1988 2001 1992 2002 1990 2001

Brasil Chile Panamá Honduras Paraguay Venezuela

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por CEPAL, 2005.

FIGURA 30-2. Tasas de fecundidad 15 a 19 años (por 1.000) por estrato socioeconómico.

580
Capítulo 30 La adolescente embarazada

120
Guatemala Nicaragua

o
o 100
o
Brasü Venezuela Honduras
Panamá • Ecuador
. Cosía Rica • ReP-_D_0H-- 9
g 80 -
• El Salvador Bolivia
o Uruguay México Colombia
•a Chile
60 -
Argentina Paraguay
Haití
Perú
Cuba
5 40 --

T3
as
20 -

~l
10 20 30 40 50 60 70 80 90
Proporción de la población bajo la línea de pobreza i

Fuente: Elaboración propia a partir de datos publicados por Di Cesare, 2007 y UNFPA, 2007.

FIGURA 30-3. Relación entre proporción de la población bajo la línea de la pobreza y la tasa de fecundidad en adoles-
centes en países de América Latina.
Nota: La línea de la pobreza corresponde a una clasificación de los hogares según si su ingreso le alcanza para cubrir sus
necesidades esenciales (www.mideplan.cl/casen/modulo_pobreza.html).

La educación sexual, la disponibilidad y el acceso ex- en el 2004. No obstante, si esta información se desagrega
pedito a servicios que orientan en el uso de métodos anti- por grupos de edad, se puede observar que esta ligera baja
conceptivos, son factores que inciden en las menores tasas sólo involucra a las adolescentes de entre 15 y 19 años,
de fecundidad en países desarrollados, a pesar de las altas pues la fecundidad en las mujeres menores de quince años
proporciones de adolescentes sexualmente activos que se no muestra un descenso significativo (FIGURA 30-4).
observa en ellos.
Otro aspecto importante es que para el año 2004, de
los 33.507 niños hijos de madres de entre 15 y 19 años,
El caso chileno solamente el 88% fue el primer hijo. En el caso de las
Fecundidad y maternidad. Chile es uno de los países adolescentes menores de quince años, nueve niños fue-
en los que a pesar de que los indicadores socioeconómicos ron los segundos hijos y dos fueron los terceros hijos. Esto
se presentan cada vez más favorables, no ha podido bajar confirma lo que ya fuera mencionado respecto de que para
la tasa de fecundidad en adolescentes. Si se analizan los un porcentaje de ellas no surtieron efecto las medidas de
últimos quince años en términos de la proporción de naci- prevención de un segundo e incluso de un tercer embarazo
dos vivos de madres adolescentes, se puede apreciar que (MINSAL, 2004).
hubo un aumento sostenido entre los años 1990 y 2000,
partiendo del 13,8% y llegando al 16,2% en el 2001. La Determinantes sociales e inequidad. El embara-
tasa de fecundidad en adolescentes se mantuvo entonces zo en adolescentes es uno de los ejemplos más claros de
por sobre los 60 por 1.000 en ese período. Sin embargo, las inequidades existentes. La pérdida de oportunidades
es alentador observar que en los últimos años se ha visto de alcanzar un mejor nivel educacional, la pobreza y la
una ligera baja en ambos indicadores, alcanzando los hijos ruralidad son factores comunes relacionados con la ma-
de madres menores de veinte años el 14,9% del total de ternidad adolescente. Es así como el 19,2% y el 14,1%
nacidos vivos y un 50,3 por 1.000 la tasa de fecundidad de las adolescentes de los niveles socioeconómico bajo y

581
OBSTETRICIA

80

70 --
15 a 19 años
60 -- •- 6

50 --

o 40 - -4
o
o
o
30 - o
o
< 15 años
20 - -2

10 --

I I I I 1 I i 1
90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03 04
Años

Fuente: MINSAL, 2007.

FIGURA 30-4. Tasa de fecundidad de adolescentes por grupos de edad, Chile 1 990-2004.

medio, respectivamente, abandona sus estudios por cuidar Sexualidad, En Chile no se realizan encuestas de fe-
a su hijo. En cambio, esto ocurre sólo en el 9,1% de los cundidad, como en otros países de la región. Sin embargo,
jóvenes de nivel socioeconómico alto (INJUV, 2003). Esto el país cuenta con buenos registros nacionales de esta-
se ve refrendado cuando se analizan las mujeres de entre dísticas y con la ¡mplementación de encuestas periódicas
15 y 19 años que declararon ser madres al momento del -de cobertura nacional- que cubren el segmento juventud
censo del año 2002, donde el 77% pertenece a los niveles de 15 a 29 años, en las que se incluyen algunos temas
socioeconómicos más pobres (FIGURA 30-5). El 54,2% de salud reproductiva de adolescentes y jóvenes (INJUV,
de ese mismo grupo de mujeres se dedicaba a quehace- 2007). Además de los datos mencionados, recientemente
res domésticos y sólo el 20,2% estaba estudiando (INJUV, el país participó de un estudio en escolares, implementa-
2005). do por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que
incluyó adolescentes menores de quince años y que apor-
En el Gran Santiago, que concentra un tercio de la po-
tó información sobre sexualidad en este grupo (MINSAL y
blación nacional, distribuida en 34 comunas, en su to-
cois., 2005).
talidad urbanas, la fecundidad adolescente -para el año
2004- muestra sus valores más altos en las comunas con Los estudios que han abordado temas de sexualidad en
los mayores índices de pobreza (La Pintana y San Ramón), Chile muestran que se están produciendo cambios en el
cuyas tasas de fecundidad adolescente son del 79,6% y comportamiento sexual de los jóvenes. En lo que dice rela-
del 71,5% respectivamente. Esto contrasta con la fecundi- ción directa con la exposición al riesgo de embarazo entre
dad que presentan las comunas de más alto NSE como son los adolescentes, se puede apreciar que la edad promedio
Vitacura y Las Condes, que mostraron una tasa de fecun- actual de iniciación sexual es de quince años, existiendo mí-
didad adolescente del 2,7% y del 9,5%, respectivamente. nimas diferencias entre hombres y mujeres y siendo la edad
más común, los dieciséis años. Cabe señalar además que
Si se abarca toda la periferia, constituida por las co-
el 7% de los varones y el 2,6% de las mujeres declaró ha-
munas de la Región Metropolitana, la comuna con mayor
berse iniciado antes de los trece años (INJUV, 2007). Esto
fecundidad es Alhué, que es donde se conjugan pobreza
es coincidente con lo que muestra la encuesta de escolares,
y ruralidad. En relación a las otras regiones del país, los
que entre el 6,7% y el 11,9% de los varones se habría ini-
extremos están representados por la Región de Tarapacá
ciado sexualmente antes de los trece años, cifra que para las
-zona fronteriza del norte del país- que muestra los ma-
mujeres fluctuaba entre el 1,3% y el 3,3% (MINSAL y cois.,
yores índices de fecundidad adolescente (66,2%o) por la
2005). Esta tendencia se observa desde el primer estudio
VIII Región, con una tasa del 45,2% (MINSAL, 2004; INE,
nacional de comportamiento sexual realizado en Chile, a
2004).
fines de los años noventa (CONASIDA y cois., 2000).

582
D
48%

C3
15%

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del Censo 2002, INJTJV, 2005.

FIGURA 30-5. Distribución de las madres de 15 a 19 años según nivel socioeconómico, Chile - CENSO 2002.
Nota: Los niveles socioeconómicos de mayor pobreza son el E y D (bajo y medio-bajo). Los niveles medios, medio-alto y alto
corresponden a C3, C2 y ABC1 respectivamente.

El uso de algún método anticonceptivo en la primera deficiencia de yodo en las adolescentes embarazadas, es-
relación sexual ha mostrado un alza creciente en los últi- pecialmente en países donde no hay suplementación en
mos diez años. Entre 1997 y 2005 se incrementó en 30,8 los alimentos. El parto prematuro es más frecuente, lo cual
puntos porcentuales (del 24% al 54,8%). Sin embargo, la compromete el pronóstico del recién nacido (Lao & Ho,
mayor proporción de uso de anticonceptivos se encuentra 1997; Zabin & Kiruga, 1998; Treffers y cois., 2001; Shiao
entre quienes tienen mayor nivel educacional y pertenecen y col., 2005).
a niveles socioeconómicos más altos. Lo mismo se puede
Un estudio realizado en Chile analizó toda la década de
observar en relación a la prevención del embarazo en la
los noventa, comparando natalidad y riesgo reproductivo
última relación sexual, situación en la que sólo el 47% de
de las madres adolescentes menores de quince años y de
los jóvenes de nivel bajo usó algún método, en compara-
entre 15 y 19 años, versus las madres adultas de 20 a 34
ción con el 92% de los jóvenes de niveles socioeconómicos
años. Los datos confirmaron que las madres menores de
altos (INJUV, 2003).
quince años presentaron la mortalidad más alta de los tres
grupos estudiados; que en ambos grupos de adolescentes
Riesgos del binomio madre la mortalidad neonatal fue significativamente mayor que en
adolescente-hijo el grupo control adulto, debido a mayores tasas de bajo
peso al nacer de los recién nacidos de madres jóvenes; así
Morbimortalidad materna, perinatal e infantil. El como también fue significativamente mayor la mortalidad
embarazo adolescente impacta en la mortalidad materna infantil en los grupos de madres adolescentes versus el de
y la mortalidad infantil. El riesgo de morir por una causa madres adultas (Donoso y cois., 2003).
asociada al embarazo es el doble entre las jóvenes de 15
El riesgo es mayor cuanto menor sea la edad de la ado-
a 19 años y es cinco veces mayor entre las jóvenes de 10
lescente. Sin embargo, se dispone de suficiente evidencia
a 14 años, en relación con aquellas mujeres mayores de
acerca del impacto positivo en la salud materna y perinatal
veinte años (WHO, 2004).
cuando se dispone de servicios de atención integral para
El informe de la OMS del año 2004 demuestra que du- adolescentes embarazadas, otorgados por equipos multi-
rante el embarazo no se presentan francas evidencias de disciplinarios que cubren no sólo el control prenatal, sino
un aumento de la presión arterial en adolescentes al com- también las necesidades de salud mental, social y familiar
pararlas por paridad con embarazadas adultas. La anemia (Hassan & Fall, 1964; Duenhoelter y cois., 1975; Molina
es más frecuente en embarazadas adolescentes por facto- & Sandoval, 2000). Asimismo, dado que no todas las ado-
res nutricionales y presencia de parasitosis, especialmente lescentes embarazadas presentan los mismos riesgos, la
en países en vías de desarrollo. Se ha descrito una mayor atención diferenciada por niveles de complejidad utilizan-

583
OBSTETRICIA

TABLA 30-2. Factores de riesgo predictivos

Riesgos predictivos Clasificación Conducta a seguir


Multípara, 18 a 19 años, casada Riesgo no detectable (A) Atención sólo en nivel primario
Soltera, mayor de 17 años, Bajo riesgo obstétrico Atención en nivel primario dando
la mayor de los hermanos, y perinatal (B) mayor selectividad a los controles
actitud indiferente o negativa
al inicio del embarazo
Menarquia a los 11 años o menos, Mediano riesgo obstétrico Atención combinada entre nivel
enflaquecida, dos años y perinatal (C) primario y secundario
de Educación Media
Morbilidad del embarazo, Alto riesgo obstétrico Ingresa por nivel primario
embarazo producto de abuso y perinatal (D) y se refiere a nivel secundario
sexual, pareja estudiante Cada servicio adapta estas
o en el servicio militar, estatura referencias entre niveles
de 1,50 m o menos

Fuente: Molina y cois., 1998.

do como instrumento de tamizaje de los factores de riesgo "aborto obligado" que ocurre en adolescentes, las que en
predictivo, es una buena práctica que permite incidir en ocasiones se ven forzadas a esta situación por su pareja o
mejor forma en la disminución de la morbilidad materna y su familia y no por su propia decisión. La interrupción del
perinatal de estas mujeres y de sus hijos. Un estudio reali- embarazo, ya sea voluntaria o espontánea, no está exenta
zado en Chile determinó cuatro grupos con sus respectivas de impacto en la salud mental de las adolescentes (Toledo
clasificaciones de riesgo y la consecuente sugerencia de y cois., 1999).
conducta a seguir, cuyo resumen se presenta en la TABLA
Estudios realizados en los EE.UU. calculan que cada
30-2 (Molina y cois., 1998).
año 750.000 adolescentes de entre 15 y 19 años se em-
barazan y que tanto la abstinencia como el uso de métodos
El aborto en adolescentes. El aborto en condicio-
anticonceptivos han influido en que estas cifras estén dis-
nes inseguras también es una de las principales causas de
minuyendo. A pesar de lo anterior, y de que la proporción
muerte o de secuelas invalidantes que comprometen seve-
de embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años que
ramente, entre otros factores, el futuro reproductivo de las
finalizaron en un aborto entre 1986 y 2002, bajó en más
adolescentes. La Organización Mundial de la Salud define
del 25%, se estima que uno de cada tres de estos em-
como aborto inseguro "un procedimiento para finalizar un
barazos termina en aborto (34%) (Guttmacher Institute,
embarazo no deseado que realizan personas que carecen
2006).
del entrenamiento necesario o que se lleva a cabo en un
ambiente donde se carece de un estándar médico mínimo, No es posible conocer los datos que permiten estimar la
o ambos". Los abortos inseguros que ocurren anualmente magnitud real de este problema para aquellos países donde
en el mundo se calculan en alrededor de 20 millones, de el aborto es ilegal, como es el caso de Chile, El Salvador y
los cuales la mitad corresponde a abortos inducidos, y el Nicaragua (World Abortion Law Map, 2008).
95% de éstos ocurre en los países en vías de desarrollo.
El aborto es prevenible por medio de una educación
Para la región de América Latina y El Caribe se estima que
sexual integral de los adolescentes y de la valoración y res-
hay más de un aborto inseguro por cada tres nacidos vivos
peto de la consideración ética de la vida humana desde su
(OMS-HRP, 2003). inicio, como también de acciones estratégicas y políticas de
Los factores de riesgo del aborto provocado en meno- los gobiernos. La inversión en educación sexual y servicios
res de diecinueve años se relacionan con el inicio precoz de salud para adolescentes con buenas prácticas, dan re-
de las relaciones sexuales, con la fecundidad precoz, con sultados exitosos. La integración de salud y de educación
la falta de educación y con la pobreza (Sandoval y cois., es fundamental. Esta experiencia ya ha sido demostrada en
1997). Por otra parte, no hay que olvidar la figura del Chile (Toledo y cois., 2000).

584
El enfoque integral del binomio Por su parte, la actitud del progenitor, cuya paternidad
es más bien reactiva, no siempre será de apoyo. En la gran
madre-hijo
mayoría de los casos el padre está presente al inicio de este
El embarazo en una adolescente produce un gran im- proceso, pero a largo plazo abandona en un alto porcentaje
pacto en las personas involucradas, así como también en a la madre y a su hijo. Aun así se verá afectado, ya que
diversos sistemas. Esto se podría ilustrar con una piedra los que desean apoyar a su pareja muchas veces también
que cae al agua y las ondas que genera, que van alcan- abandonan tempranamente su escolaridad con el fin de tra-
zando de manera concéntrica cada vez una mayor super- bajar para proveer las necesidades de su hijo, hipotecando
ficie. En este caso, la confirmación del embarazo impacta su nivel de instrucción y sus posibilidades de alcanzar un
primero en la adolescente, en segundo lugar en su pareja trabajo más calificado y con mejor nivel de remuneración.
o progenitor, luego en las familias, en especial en la de la Aquellos padres que desean desentenderse del problema,
madre y finalmente, en la sociedad en su conjunto (FIGU- planteando incluso la duda de que el niño en gestación sea
RA 30-6). suyo, situación en especial dolorosa para la madre, no po-
drán, aunque así lo intenten, borrar ese hijo de su biografía
Resulta evidente que la forma en que se afectan las di- (Olavarría, 2001).
ferentes personas y entidades mencionadas es diversa. Se
reconoce que habrá consecuencias inmediatas, mediatas Cuando se trata de adolescentes dependientes de sus
y a largo plazo y que las consecuencias sociales varían de familias, éstas se ven también involucradas, en especial la
acuerdo a la cultura, la educación, el nivel socioeconómico familia de la madre, ya que la mayoría de las veces será
y la legislación de cada país (Dulanto, 2000). en ese hogar donde se acoja al recién nacido. Las actitudes
y reacciones de las familias frente a esta situación no son
La madre es la que vive de manera más directa el em- siempre positivas y de apoyo, aunque van cambiando en
barazo, tanto desde el punto de vista del proceso biológico el transcurso de la gestación; afortunadamente, un mayor
como de los riesgos que éste conlleva, así como por la
porcentaje presenta una actitud de acogida al niño al mo-
conmoción psicosocial a la que se ve enfrentada. El tiem-
mento de nacer (González & Molina, 1984). Finalmente, la
po que cada adolescente necesita para la elaboración de
sociedad entera se verá comprometida con una población
este proceso, que pasará por etapas, que podrán ir desde
joven con nivel de escolaridad incompleta; con jóvenes que
la negación hasta la aceptación del embarazo, influirá en
permanecerán en la pobreza y con niños en situación de
un inicio tardío de los cuidados prenatales y por lo tanto,
alta vulnerabilidad social, que serán de su responsabilidad
en una pesquisa tardía de los riesgos (Coll, 2001; Luengo,
y para quienes habrá que destinar programas de apoyo so-
2004). cial.

FIGURA 30-6. Impacto del embarazo en adolescentes.

585
Tal como lo señala el esquema anterior, la persona más miento del rol paterno. La familia del varón, por su parte, a
afectada será el niño que está por nacer. Diversos riesgos menudo lo desincentiva a asumir su responsabilidad, espe-
se describen para estos niños; entre los biológicos se men- cialmente si es muy joven y tiene posibilidades de alcanzar
cionan.- retardo de crecimiento intrauterino (RCIU); prema- la Educación Superior. El seguimiento de los hijos de ma-
turidad; bajo peso de nacimiento,- morbimortalidad perina- dres adolescentes, realizado a mediano y largo plazo (hasta
tal; mayor riesgo de exposición a drogas y alcohol; mayor siete años después del parto), evidenció que un tercio de
desnutrición y compromiso de la talla y mayor mortalidad ellos no conoce a sus padres (Luengo & González, 2003).
infantil. Es por ello que el hijo de una madre adolescen-
te es considerado como de alto riesgo en los programas Bibliografía
de atención infantil, pues se asocia a mayor desnutrición,
compromiso de la talla a largo plazo, mayor frecuencia de Buvinic M, Valenzuela J, Molina T, González E. The fortunes of ado-
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un tema de difusión reciente, aunque algunos investigado-
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res se han interesado en ella desde hace ya algún tiempo, 52.
pero es evidente que existen dificultades metodológicas y
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dieron en un centro especializado, mostró que en menos
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del 50% de los casos reaccionaron felices ante la noticia,
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un cuarto de ellos se preocupó enormemente, el 18% se and State Trends and Trends by Race and Ethnicity. 2006 PDF
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587
.
Medicina perinatal
Embarazo de alto riesgo

E. Oyarzún | B. Donoso

Se denomina "embarazo de alto riesgo" al embarazo en el tanto para la madre como para el feto, de educar sobre di-
cual el pronóstico ya sea materno o fetal es potencialmen- chos riesgos y de instaurar intervenciones apropiadas antes
te subóptimo en comparación a un embarazo normal. Se de la concepción.
estima que alrededor del 20% de los embarazos correspon-
Optimizar la salud materna antes de la concepción es
de a la denominación de alto riesgo y ellos son responsables
importante para mejorar el resultado perinatal. Esto es
de más del 80% de los resultados perinatales adversos.
especialmente importante en algunos grupos de mujeres,
La obstetricia actual (medicina materno-fetal) ha logra- como aquellas con enfermedades pregestacionales (dia-
do grandes éxitos en la reducción de la morbimortalidad betes o fenilcetonuria), deficiencias nutricionales (Ej.: de
materna, por lo que actualmente se ha centrado la atención folatos) y exposición a teratógenos (alcohol o warfarina), en
en los aspectos fetales y neonatales, así como en identificar las cuales el cuidado preconcepcional ha mostrado reducir
al subgrupo de mujeres embarazadas que requiere de una la morbimortalidad neonatal.
mayor vigilancia y cuidado, cuando presenta factores de
En cuanto a la prevención de malformaciones congéni-
riesgo claramente ¡dentificables, ya sea antes o durante el
tas, el cuidado preconcepcional ha mostrado ser más efec-
embarazo. Para este fin es que existe el control prenatal,
tivo que el control prenatal, ya que hasta el 30% de las
que consiste en un conjunto de acciones sistemáticas y
mujeres embarazadas inicia su control durante el segundo
periódicas destinadas a la prevención, diagnóstico y trata-
trimestre (más de 13 semanas de edad gestacional), lo que
miento de los factores que puedan condicionar morbilidad
es posterior al período de organogénesis.
o mortalidad materna o perinatal.
Aproximadamente el 70% de la población obstétrica no
tiene factores de riesgo, por lo que su control es simple y no
Componentes del consejo
requiere de infraestructura de alto costo; sin embargo, exis- preconcepcional
ten problemas perinatales como la prematurez, la asfixia
Debería incluir la valoración del riesgo pregestacional
perinatal, las malformaciones congénitas y las infecciones;
junto con actividades preventivas, de educación y promo-
o, desde el punto de vista materno, la hemorragia obstétri-
ción para la salud. La mejor fuente de información será una
ca, las infecciones, el síndrome hipertensivo del embarazo
historia clínica completa que incluya la valoración de ras-
y las enfermedades maternas pregestacionales, que requie-
gos demográficos, historia gestacional previa, historia fami-
ren de estrategias orientadas a la prevención, diagnóstico y
liar, antecedentes de enfermedades crónicas e infecciones y
tratamiento oportunos.
medicamentos utilizados para su control, así como factores
psicosociales y de estilos de vida (TABLA 31-1).
Cuidado preconcepcional
Historia clínica. Una historia médica completa es útil
El cuidado preconcepcional consiste en las intervenciones para discutir tanto los efectos del embarazo sobre algunas
que tienen como objetivo identificar y modificar los ries- patologías maternas, como los efectos de algunas condicio-
gos para el embarazo, sean éstos médicos, conductuales nes médicas en el feto y el embarazo. También es impor-
o sociales. La evaluación y consejo preconcepcional dan la tante preguntar por medicamentos usados por la paciente
oportunidad de informar a la mujer sobre asuntos de ferti- para identificar posibles teratógenos e incluir una evalua-
lidad y de la gestación, de identificar riesgos del embarazo, ción de hábitos alimenticios e índice de masa corporal.

591
OBSTETRICIA

TABLA 31-1. Evaluación del riesgo gestacional

Valoración médica Hepatitis B


Historia general VIH
Edad materna Estado inmunitario
Antecedentes médicos Historia ginecoobstétrica
Diabetes mdlitus Valoración psicosocial
Hipertensión arterial crónica Hábitos nutricionales
Asma bronquial Ejercicio
Enfermedad tiroidea Tabaquismo
Enfermedad tromboembólica Abuso de alcohol
Antecedentes familiares Entorno familiar y drogas
Enfermedades infecciosas Riesgo laboral
Rubéola
Toxoplasma

TABLA 31-2. Medicamentos con comprobado efecto teratogénico en humanos

Medicamento Efecto teratogénico


Metotrexato Malformaciones del SNC y extremidades
iECA Falla renal, déficit de osificación del cráneo
Anticolinérgicos íleo meconial neonatal
Drogas antitiroideas (propiltiuracilo y metamizol) Hipotiroidismo y gota fetal y neonatal, aplasia cutis (meta-
mizol)
Carbamazepina Defectos del tubo neural
Ciclofosfamida Malformaciones del SNC y cáncer secundario
Danazol Masculinización del feto femenino
Dietilbestrol Carcinoma vaginal, malformaciones del tracto genitouri-
nario femenino y masculino
Hipoglicemiantes Hipoglicemia neonatal
Litio Anomalía de Ebstein
Misoprostol Secuencia de Moebius
Aines Cierre ductus arterioso, enterocolitis necrotizante
Parametadiona Malformaciones del SNC y faciales
Fenitoína RCIU, déficits del SNC
Drogas psicoactivas Síndrome de deprivación neonatal
Retinoides sistémicos Malformaciones SNC, craneofaciales y cardiovasculares
Tetraciclina Anomalías de huesos y dientes
Trimetadiona Malformaciones del SNC y faciales
Talidomida Defectos en extremidades y otros órganos
Ácido valproico Defectos del tubo neural
Warfarina Malformaciones del SNC y esqueléticas, síndrome de Dan-
dy-Walker

* Sólo drogas con efecto teratogénico en dosis clínicamente recomendadas.


Fuente: Koren y cois., 1998.

592
Capítulo 31 Embarazo de alto riesgo

Aunque parecería lógico pensar que existe un beneficio TABLA 31-3. Historia genética familiar y de la pareja
en identificar y tratar todas las patologías médicas con an-
terioridad a un embarazo, este beneficio ha sido demostra- Historia de anomalías congénitas
do sólo para algunas patologías, principalmente del ámbito Defectos del tubo neural
metabólico, como la diabetes mellitus y la fenilcetonuria, o Defectos cardíacos
del área autoinmune, como el lupus eritematoso sistémico Labio leporino o fisura palatina
(TABLA 31-2). Otras
Anomalías cromosómicas
Edad. Las gestantes mayores de 35 años tienen ma- Síndrome de Down
yor riesgo de infertilidad, aneuploidías fetales y aborto. Retardo mental (Ej.: síndrome del X frágil)
Además, presentan con mayor frecuencia enfermedades Otras
crónicas y complicaciones durante la gestación y el parto Edad materna superior a 34 años o edad paterna avan-
como, diabetes gestacional, preeclampsia o alteraciones zada
placenta rias. Enfermedades hereditarias
Hemoglobinopatías
Historia reproductiva. La historia ginecológica y obs- Distrofia muscular
tétrica es importante para identificar factores que pueden Fibrosis quística
contribuir a problemas de fertilidad o complicar embarazos Corea de Huntington
futuros. Por lo tanto, ésta debe incluir: Hemofilia
Enfermedades metabólicas (Ej.: fenilcetonuria)
• Información general: ciclo menstrual, embarazos pre-
Enfermedad renal
vios, resultado y complicaciones surgidas en ellos como
Otras
HTA, diabetes, depresión u otras condiciones que reque-
Etnia
rirían de una especial vigilancia en el próximo embara-
zo. Judíos Europa Oriental (Tay-Sachs, Canavan)
Canadienses franceses (Tay-Sachs)
• Métodos anticonceptivos utilizados, consejo sobre el Mediterráneos (hemoglobinopatías)
modo de interrumpir su uso y sobre la conveniencia de Asiáticos (hemoglobinopatías)
dejar un período de unos tres meses sin consumirlos Africanos (hemoglobinopatías)
antes de la gestación. Hispanos (hemoglobinopatías)
Otros
• Historia previa de infertilidad o abortos a repetición, en
Consanguinidad
los que hay que valorar la realización de estudios, gene-
Aborto recurrente o historia de óbito fetal
ralmente en el nivel especializado, así como aconsejar
un seguimiento precoz del futuro embarazo. Enfermedad metabólica materna

• Historia sexual y antecedentes de enfermedades vené-


reas que pudieran condicionar infertilidad, embarazos
ectópicos o cáncer cervicouterino. Se deben tomar las TABLA 31-4. Parámetros analíticos previos al embarazo
medidas necesarias para su detección y tratamiento si
procede. Pruebas de laboratorio
Hemoglobina y hematocrito
Historia familiar. Evaluar la historia familiar de la pa- Grupo sanguíneo y factor Rh
ciente ayuda a identificar riesgos genéticos para el feto o Glicemia
médicos para la madre (historia familiar de enfermedad Sedimento de orina
tromboembólica). La TABLA 31-3 muestra los componen- Serología
tes de una historia genética. Rubéola
Sífilis
Pruebas de laboratorio. La TABLA 31-4 establece los Varicela
parámetros analíticos que deben realizarse en las mujeres Toxoplasma (no hay acuerdo)
que manifiestan deseo gestacional. Citología
En mujeres de riesgo, además debe examinarse:
Enfermedades crónicas. Entre los datos recogidos en Virus hepatitis B
la historia clínica resulta de especial interés el conocimien- VIH
to de las enfermedades crónicas que puedan condicionar el Urocultivo
desarrollo del futuro embarazo. Además del riesgo inheren- Cariotipo de los padres
te a la propia enfermedad, se suman los efectos adversos Smening de enfermedades genéticas
que la medicación crónica asociada puede suponer. Éste

593
OBSTETRICIA

es el momento ideal para evaluar el tratamiento seguido y mia o trastornos ácido-básicos maternos (consultar Capítu-
hacer los ajustes precisos. lo 51: Enfermedades respiratorias y embarazo).
Las pacientes deben ser informadas del efecto de la ges-
Fenílcetonuria. Es una enfermedad metabólica que se
tación sobre la enfermedad y de ésta y de su medicación
transmite genéticamente con carácter autosómico recesivo
sobre el feto.
y produce una alteración en la enzima fenilalanina hidroxi-
Por su prevalencia y posibilidades terapéuticas se co- lasa, produciéndose un aumento de los niveles de fenila-
mentan a continuación las siguientes patologías: lanina plasmáticos. En caso de gestación, el feto podría
estar expuesto a altas concentraciones de fenilalanina, ya
Diabetes. Las gestantes diabéticas tienen 2 a 3 veces que el gradiente de concentraciones a través de la placenta
más riesgo que la embarazada no diabética de presentar es aproximadamente el doble en el feto que en el plasma
complicaciones del embarazo (aborto espontáneo, malfor- materno.
maciones congénitas, preeclampsia o parto prematuro).
Las mujeres afectadas de fenilcetonuría deben iniciar,
El factor causal de estas anomalías no está comprobado,
desde el período preconcepcional y durante la gestación,
aunque sí se ha demostrado que el control estricto de
una dieta estricta exenta de fenilalanina para prevenir abor-
la glicemia en el período preconcepcional y durante la
tos espontáneos, malformaciones cardíacas congénitas,
organogénesis reduce el riesgo de malformaciones feta-
bajo peso al nacimiento, microcefalia y retraso mental en
les y abortos espontáneos, por lo tanto, es importante
la descendencia.
para las pacientes diabéticas planificar sus embarazos de
forma que mantengan una hemoglobina glicosilada Ale
Enfermedad tiroidea. El híper y el hipotiroidismo pue-
pregestacional inferior al 6%. La presión arterial, la fun-
den afectar el resultado de la gestación. En particular puede
ción renal y la posibilidad de padecer retinopatía o neu-
haber alteraciones del desarrollo neurológico fetal incluso
ropatía deben ser evaluadas antes de la concepción. Con
en mujeres con hipotiroidismo subclínico, pese a lo cual no
respecto a la medicación, el uso de hipoglicemiantes
existe evidencia suficiente para recomendar el screening
orales es controversia I, siendo la recomendación vigente
de función tiroidea en forma rutinaria a las mujeres que
cambiarlos por insulina (consultar Capítulo 48: Diabetes
planean embarazo. Las pacientes que sufren de enferme-
y embarazo).
dad tiroidea deben monitorizar frecuentemente su función
hormonal, ya que las dosis de medicamentos generalmente
Hipertensión arterial. En mujeres hipertensas el objeti-
deben ser ajustadas durante el embarazo (consultar capítu-
vo es normalizar la presión arterial antes de la concepción.
lo 50: Enfermedades endocrinológicas y embarazo).
Es prioritario evaluar el tratamiento antihipertensivo, ya que
algunos medicamentos como los ¡ECA están contraindica-
Epilepsia. Tanto la enfermedad por sí sola como los fár-
dos durante todo el embarazo por sus efectos adversos para
macos utilizados para su control son teratógenos compro-
el feto, por lo que se deben cambiar por fármacos de segu-
bados, aunque parece que para la evolución del embarazo
ridad establecida (Ej.: metildopa).
es más negativa la presencia de crisis epilépticas que los
efectos adversos asociados a los medicamentos. No obs-
Asma. El asma es una de las enfermedades médicas
tante, se debe mantener la dosis de medicación mínima
más frecuentes en mujeres en edad fértil. Se han realiza-
que controle el riesgo de crisis epiléptica; algunos auto-
do estudios comparativos sobre el riesgo gestacional entre
res recomiendan retirar la medicación si en los dos o tres
pacientes asmáticas y no asmáticas, encontrando que no
años previos no se han presentado crisis (De Diego y cois.,
existen diferencias significativas en la incidencia de pree-
1994) (consultar Capítulo 55: Enfermedades neurológicas
clampsia, mortalidad perinatal, partos pretérmino, RCIU o
y embarazo).
malformaciones congénitas entre los dos grupos.
Sin embargo, el embarazo puede modificar la evolución Enfermedad tromboembólica. Las mujeres que presen-
del asma, sobre todo en pacientes con asma moderada o tan enfermedades con especial riesgo tromboembólico ven
severa que podrían ver empeorados sus síntomas, particu- incrementado este riesgo durante el embarazo y el puerpe-
larmente en el último trimestre de la gestación. rio. Por su potencial riesgo teratógeno es de especial impor-
tancia retirar la medicación con anticoagulantes cumarínicos
Las pacientes asmáticas se benefician claramente al
e iniciar el tratamiento con heparina subcutánea antes de la
mantener durante la gestación un tratamiento estricto ca-
concepción (Leuzzi & Scoles, 1996) (consultar Capítulo 42:
paz de controlar los síntomas y evitar crisis agudas.
Alteraciones de la coagulación durante el embarazo).
Si es necesario se puede iniciar tratamiento con cor-
ticoides sistémicos (inhalatorios u orales), ya que su uso Enfermedades infecciosas y vacunas. Es importan-
durante el embarazo es bastante seguro, especialmente al te resaltar entre los antecedentes médicos la exposición a
comparar con el daño que pueden causar al feto la hipoxe- enfermedades infecciosas y su estado de inmunización.

594
Capítulo 31 | Embarazo de alto riesgo

TABLA 31-5. Indicación de vacunas frente al embarazo

Vacunas de virus atenuados: sarampión, rubéola, Evitar gestación en los tres meses siguientes a la
parotiditis, varicela, cólera oral vacunación
Contraindicadas durante la gestación
Vacuna antitetánica y antidiftérica Se puede indicar vacunación en consulta preconcepcional
si corresponde
Si existe gestación, vacunación en el segundo trimestre
Vacuna antünfluenza Bn período de campaña vacunal o en período epidémico
Vacunas de virus muertos No contraindicada

Rubéola. Se le debe ofrecer la vacuna a toda mujer con En mujeres seronegativas con pareja seropositiva, existe
serología negativa para la enfermedad y aconsejar esperar la posibilidad de inseminación artificial con semen lavado
un mes postvacunación para intentar embarazo, ya que y libre de virus.
esta es una vacuna de virus vivo atenuado.
Influenza. La vacuna contra la influenza debe ser reco-
Hepatitis B. El 90% de los portadores crónicos de VHB mendada a toda embarazada, ya que el embarazo aumenta
han sufrido la infección de forma asintomática, por ello, el riesgo de complicaciones causadas por esta enfermedad
muchas mujeres desconocen que lo son. Las embarazadas y además se le otorga inmunidad pasiva al recién nacido.
que presentan una serología positiva del HbsAg o HBeAg
tienen del 70% al 90% de posibilidades de transmitir a Estado ínmunitario. La consulta preconcepcional es
sus hijos la infección, y del 85% al 90% de los niños in- una buena oportunidad para revisar el estado inmunitario
fectados serán portadores crónicos del VHB, con el 25% de la paciente y proceder a la vacunación que se precise
de posibilidades de presentar hepatitis crónica, cirrosis o (TABLA 31-5).
carcinoma hepatocelular en la edad adulta (Swan & Apgar,
Indicaciones de consejo genético preconcepcional. Se
1995). Un estudio prospectivo ha demostrado la reducción
debe valorar la realización de consejo y estudio genético en
de la incidencia de carcinoma y cirrosis de hasta el 75% en
los siguientes casos:
hijos de madres HbsAg positivo con la administración de la
inmunoglobulina anti-VHB y de la vacuna anti-VHB antes • Historia de embarazos patológicos previos: abortos re-
de las 48 horas tras el nacimiento (Leuzzi & Scoles, 1996). currentes o muerte fetal.
El Center for Disease Control (CDC) recomienda el • Hijos o historia familiar con alteraciones genéticas.-
screeníng rutinario a todas las embarazadas como estra-
- Cromosómicas: síndrome de Down.
tegia para el control de la transmisión perinatal. Aunque
no recomienda el screeníng preconcepcional, las pacientes - Estructurales: defectos del tubo neural.
con alto riesgo podrían ser identificadas y aconsejadas para
proceder a su vacunación preconcepcional si presentan se- - Metabólicas: muerte neonatal o en la infancia, geni-
tales ambiguos.
rología negativa.
- Hematológicas: anemias, alteraciones de la coagula-
VIH. En la consulta preconcepcional es importante ción.
identificar a las pacientes que presentan mayor probabi-
lidad de infección por VIH, historia de conductas de alto - Enfermedades neurológicas: distrofia muscular.
riesgo, antecedente de transfusiones, infección por VHB o - Retraso mental: síndrome del cromosoma X frágil.
enfermedades de transmisión sexual. A estas mujeres se
les debe ofrecer la realización de serología específica. - Fibrosis quística.

La forma más frecuente de contagio por el virus VIH en Para una enfermedad autosómica recesiva como la f¡-
niños es durante el embarazo y el parto, y en menor grado, brosis quística y la talasemia, el riesgo de recurrencia es
a través de la lactancia. Se ha demostrado que la admi- del 25%; para autosómicas dominantes como la acon-
ninistración de zidovudina puede reducir esta transmisión droplasia o el corea de Huntington es del 50% y para las
hasta en el 70%. ligadas al sexo o al cromosoma X (hemofilia) del 50%
para los varones.

595
OBSTETRICIA

• Etnias de alto riesgo: algunos grupos de población tie- Drogas ilícitas. El uso de cocaína en gestantes ha sido
nen mayor riesgo de enfermedad, por ejemplo, en judíos asociado a numerosas alteraciones congénitas como mal-
la enfermedad de Tay-Sachs; p-talasemia en personas formaciones genitourinarias, alteraciones cardíacas, ano-
de origen mediterráneo; anemia de células falciformes malías del SNC, alteraciones oftalmológicas y alteraciones
en afroamericanos; fibrosis quística en las del norte de en las extremidades (Miller & Boudreaux, 1999).
Europa y alfatalasemia en asiáticos.
Riesgo laboral. La exposición a sustancias teratógenas
• Considerar la edad de la futura gestante e indicar con-
en el lugar de trabajo y en el hogar también debe ser eva-
sejo genético si fuera necesario.
luada en aquellas parejas que desean un embarazo. La
exposición a distintos agentes que producen alteraciones
Factores psicosociaies. Se valora el estilo de vida
en la espermatogénesis y en la ovogénesis pueden causar
de la futura gestante en relación a hábitos nutricionales,
infertilidad (óxido de etileno, arsénico, níquel, polivinílicos,
consumo de cafeína, abuso de alcohol, tabaquismo, uso
benceno y plomo) o alteraciones en la gestación (solventes
de drogas ilegales, exposición a tóxicos, riesgo laboral y
orgánicos, agentes antineoplásicos).
entorno familiar.
Nutrición y suplementos. Se aconseja suplementar
Nutrición, En la evaluación preconcepcional debemos
con ácido fólico desde al menos un mes antes de la con-
identificar malos hábitos nutricionales, sobrepeso o delga-
cepción y durante las doce primeras semanas de gestación,
dez y problemas como bulimia, pica o suplementación vi-
en dosis diarias continuadas. Esto ha demostrado disminuir
tamínica inadecuada.
el riesgo de defectos del tubo neural al menos en el 50%
y también de otras anomalías congénitas (Berry y cois.,
Peso. La obesidad materna se relaciona con disminu-
1999). No es útil si se inicia después del cuarto mes del
ción de la fertilidad y múltiples complicaciones del emba-
embarazo.
razo, como aumento del riesgo de desarrollar diabetes ges-
tacional, preeclampsia y de recién nacidos con anomalías Se recomiendan las siguientes dosis:
congénitas. • 0,4 a 0,8 mg/día en mujeres de bajo riesgo.
• 4 mg/día en mujeres de alto riesgo.
Cafeína. Su efecto en la gestación es un tema contro-
vertido en la actualidad. El consumo de cafeína mayor a
No se recomienda el uso de preparados multivitamínicos
250 mg/día (tres tazas de café) se asocia con un mode-
con más de 5.000 UI de vitamina A por su potencial efecto
rado, pero estadísticamente significativo, riesgo de inferti-
teratogénico.
lidad. Ingestas por sobre 500 mg/día parecen aumentar el
riesgo de aborto espontáneo (Cnattingius y cois., 2000).
El consumo excesivo de café (más de cuatro tazas diarias) Evaluación del riesgo materno-perinatal
puede aumentar el riesgo de óbito fetal (Wisborg y cois.,
2003) y disminuir levemente el peso de nacimiento (Brac- Riesgo se define como la probabilidad que tiene un indivi-
ken y cois., 2003). Por estas razones, las mujeres buscan- duo de experimentar un daño. En perinatología el riesgo es
do embarazo deberían considerar disminuir la ingesta de evaluado en relación a daños específicos para la madre o
cafeína a menos de 250 mg/día. el hijo. Se denomina factor de riesgo aquella característica
o atributo biológico, social o ambiental, que cuando está
Abuso de alcohol. El consumo excesivo de alcohol (28 presente en un individuo se asocia con un aumento de la
a 56 g) en etapas tempranas de la gestación puede pro- probabilidad de experimentar un daño.
ducir síndrome alcohólico fetal hasta en el 11% de los
embarazos. Se trata de la principal causa de retraso men- Indicadores de riesgo materno-perinatal. Están
tal prevenible. Además se asocia a muerte intrauterina, constituidos por índices estadísticos que muestran la posi-
retraso del crecimiento pre y posnatal, bajo peso al nacer, bilidad de enfermar o morir, del binomio madre-hijo, como
alteraciones del sistema nervioso central y alteraciones consecuencia del proceso reproductivo. Estos índices se ex-
conductuales. presan en tasas cuyo denominador es el número de nacidos
vivos. Los indicadores más utilizados en medicina perinatal
No parece existir riesgo con el consumo ligero y esporá- son la mortalidad materna y la mortalidad perinatal. Los in-
dico de alcohol. dicadores de morbilidad son utilizados con poca frecuencia
por ser susceptibles a subregistro de la información.
Tabaquismo. Se asocia a bajo peso al nacer, incre-
menta el riesgo de parto pretérmino, abruptio placentas, Estos indicadores permiten evaluar y comparar el nivel
muerte fetal y abortos espontáneos, así como a aumento de desarrollo cultural, social y económico de una región,
del riesgo de infecciones del tracto respiratorio en el recién como también el desarrollo y efectividad de los programas
nacido (Shiono y cois., 1986). locales de atención maternoinfantil.

596
Capítulo 31 Embarazo de alto riesgo

Mortalidad materna. Es la tasa que relaciona el número TABLA 31-6. Factores de alto riesgo obstétrico perinatal
de muertes maternas por 100.000 nacidos vivos. Se define
muerte materna como la muerte durante el embarazo o en
Antecedentes obstétricos
los 42 días posteriores al parto, independiente de la dura-
ción y de la ubicación del embarazo, por cualquier causa re- Primípara precoz (menor a 17 años) 2
lacionada con el embarazo o agravada por éste o su manejo, Primípara tardía (mayor a 35 años) 2
excluyendo causas accidentales o incidentales. Los proble- Obesidad 1
mas que se asocian con mortalidad materna son la hemorra- Mayor de 40 años 1
gia obstétrica, las infecciones, el síndrome hipertensivo del
embarazo y las enfermedades maternas pregestacionales. Historia obstétrica
Infertilidad 2
En Chile, este indicador ha tenido un notable descenso.
Aborto provocado 2
En 1965 esta tasa era de 280/100.000 nacidos vivos (nv),
en 1995 de 32,3/100.000 nv y en 2003 de 12,2/100.000 Aborto habitual 3
nv. Esta tasa es una de las mejores de Latinoamérica, pero Mortalidad perinatal 3
se encuentra lejos aún de la de los países desarrollados; sin Malformaciones congénitas 2
embargo, cabe destacar que en el año 2000 la mortalidad Bajo peso de nacimiento 3
materna en Chile era de 18,7/100.000 nv, significativa-
Antecedentes socioeconómicos
mente mayor a la de los EE.UU., que fue de 9,8/100.000
nv; mientras que en 2003 en Chile fue de 12,2/100.000 Extrema pobreza 2
nv y en los EE.UU. de 9,3/100.000 nv (Donoso & Oyar- Analfabetismo 1
zún, 2005), disminuyendo de manera importante la bre- Consumo de alcohol, tabaco y drogas 2
cha entre ambos países. Actividad laboral inadecuada 1
Ruralidad 1
Mortalidad per/natal. Es la tasa que comprende la
suma de las muertes fetales tardías (22 semanas de ges- Antecedentes nutricionales
tación o más) y las muertes neonatales precoces (primeros Desnutrición materna 3
siete días de vida) por 1.000 nacidos vivos. Este indicador Obesidad 2
se utiliza para evaluar la calidad del control prenatal, la
atención del parto y del recién nacido. En Chile, duran- Patología pelvicogenital
te el período 1991-2001 la mortalidad perinatal fue de Cicatriz uterina previa 2
9,7/1.000 nacidos vivos. Pelvis estrecha 2
Las principales causas de mortalidad perinatal son las Patología genital 3
dependientes de la prematurez, las malformaciones con- Patología medicoobstétrica
génitas, la asfixia perinatal y las infecciones. De ahí que
Síndrome hipertensivo 3
las estrategias del control prenatal estén orientadas a la
Colestasia intrahepática 3
prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento de las pa-
tologías enunciadas. Rh negativa sensibilizada 3
Hemorragia primera mitad del embarazo 2
Identificación de los factores de riesgo materno- Hemorragia segunda mitad del embarazo 3
perinatal. La identificación de estos factores permite la Edad gestacional dudosa 2
adecuada administración de los recursos humanos, tecno- Embarazo prolongado 3
lógicos y económicos.
Rotura de membranas ovulares 3
El Ministerio de Salud Pública de Chile utiliza el instru- Embarazo gemelar 2
mento que se presenta en la TABLA 31-6 con este objetivo. Macrosomía fetal 2
Diabetes 3
Grandes causas de alto riesgo perinatal Cardiopatías 3
Anemia 2
Prematurez. Según la definición de la OMS, parto pre-
maturo es aquel que ocurre antes de las 37 semanas de Amenaza parto prematuro 3
gestación, sin embargo, la American Academy of Pediatrías Enfermedades neuropsiquiátricas 2
Comittee on the Fetus and Newborn ha establecido el lí-
mite en las 38 semanas. El límite entre parto prematuro y Puntaje 0: control nivel primario; puntaje 1 6 2 : control nivel se-
aborto es, de acuerdo a la OMS, las 22 semanas de gesta- cundario; puntaje igual o mayor a 3, control nivel terciario.
ción, los 500 g de peso o los 25 cm de talla fetal. Fuente: MINSAL, Chile.

597
OBSTETRICIA

El parto prematuro es la causa única más importante de TABLA 31-7. Factores de riesgo para parto prematuro
morbilidad y mortalidad perinatal. Su incidencia en Chile el
año 2005 fue del 6% del total de los partos y del 12,2%
Estrés
en los EE.UU. Excluidas las malformaciones congénitas,
el 75% de las muertes perinatales y el 50% de los proble- Soltera
mas neurológicos son atribuibles directamente a la prema- Bajo nivel socioeconómico y/o educacional
turez. Aun cuando la incidencia de esta patología no ha Ansiedad o depresión
mostrado modificaciones significativas en los últimos años, Eventos estresantes (divorcio, muerte, etc.)
la morbimortalidad neonatal atribuible a ella muestra una Cirugía abdominal durante el embarazo
tendencia descendente gracias a la mejoría en el cuidado
neonatal de los prematuros, más que al éxito de estrategias Fatiga ocupacional
preventivas y terapéuticas obstétricas. Trabajo de pie
La prematurez es el resultado de tres entidades clínicas Uso de maquinaria industrial
(Slattery & Morrison, 2002): Agotamiento físico
• Parto prematuro idiopático: 70% al 80%. Sobredistensión uterina
Embarazo múltiple
• Rotura prematura de membranas (RPM): 20% al 30%.
Polihidroamnios
• Parto prematuro por indicación médica: 20% al 30%. Malformaciones uterinas o miomas
Diethylstilbestrol
La evidencia clínica y de laboratorio sugiere que dis-
tintos procesos patológicos llevan a una vía final común Factores cervicales
que resulta en un parto prematuro. Los cuatro procesos Historia de aborto del segundo trimestre
principales son: Historia de cirugía cervical
• Activación del eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal ma- Dilatación o borramiento cervical prematuro
terno. Infección
• Infección intraamniótica. Enfermedades de transmisión sexual
• Hemorragia decidual. Pielonefritis
Infección sistémica
• Sobredistensión uterina.
Bacteriuria
La TABLA 31-7 resume una serie de condiciones que Enfermedad periodontal
constituyen factores predisponentes de parto prematuro. Patología placentaria
El síntoma o amenaza de parto prematuro es uno de Placenta previa
los diagnósticos obstétricos más frecuentes que determinan Abruptio placentae
hospitalización; pero identificar en este grupo de pacientes Sangrado vaginal
al subgrupo que efectivamente tendrá un parto de pretér-
Misceláneas
mino es un gran desafío. En una revisión sistemática se
encontró que en alrededor del 30% de los casos las con- Parto prematuro previo
tracciones cesaban espontáneamente (King y cois., 1988). Abuso de sustancias y/o tabaquismo
Otros autores han reportado que alrededor del 50% de los Edad materna (inferior a 18 o superior a 40
ingresos por este diagnóstico, terminan en parto de término años)
(Gazmararian y cois., 2002; McPheeters y cois., 2005). Raza afroamericana
Los criterios diagnósticos de trabajo de parto prematuro Desnutrición
según las guías conjuntas de cuidado perinatal de la Ame- Control prenatal inadecuado
rican Academy of Pediatrías y de la American College of Anemia (hemoglobina por debajo de 10 g/dL)
Obstetricians and Gynecologists (2002) son: contracciones Excesiva contractibilidad uterina
uterinas dolorosas (4 en 20 minutos u 8 en 60 minutos)
acompañadas de cambios del cuello uterino (borramiento Factores fetales
de al menos 80% o dilatación mayor a 2 cm). Malformaciones congénitas
La medición ultrasonógrafica de la longitud cervical ha Restricción del crecimiento intrauterino
demostrado ser mejor predictor de la eventualidad de parto

598
Capítulo 31 | Embarazo de alto riesgo

TABLA 31-8. Riesgo de parto prematuro menor a 33 a 35 semanas según examen sonográflco cervical entre las 18 y 24
semanas (población general)

Corte (mm) Porcentaje Odds ratio


lams, 1994 <20 26% 7
Taipale, 1998 Inferior a 25 15% 20
Hassan, 2000 Inferior a 15 50% 25
Heath, 2002 Inferior a 15 31% 46
Gómez, 2002 Inferior a 20 25% 25

prematuro que el examen digital del cuello uterino (Gómez ministración antenatal de glucocorticoides disminuía la
y cois., 1994). La longitud cervical ha demostrado tener incidencia del síndrome de dificultad respiratoria y de
mejor valor predictivo para parto prematuro en todas las mortalidad neonatal en recién nacidos prematuros (Li-
poblaciones estudiadas, incluso en mujeres asintomáticas, ggins & Howie, 1972). Desde entonces la eficacia de la
con conizaciones previas, malformaciones müllerianas o terapia corticoidal prenatal ha sido confirmada en más
legrados uterinos en embarazos anteriores (Grimes-Dennis de una docena de estudios randomizados. Además, los
& Berghella, 2007). Distintos valores se han utilizado para recién nacidos prematuros que recibieron tratamiento con
definir un cuello uterino como corto (TABLA 31-8) (con- corticoides antenatales han mostrado mayor estabilidad
sultar Capítulo 36: Parto prematuro). hemodinámica y menor incidencia de hemorragia intra-
ventricular y enterocolitis necrotizante que los recién naci-
El tratamiento clásico consiste en reposo, tocolíticos e
dos no expuestos a esta terapia.
inducción de madurez pulmonar. La terapia tocolítica ge-
neralmente frena la dinámica uterina en forma temporal, El National Instituía of Health (NIH), publicó las si-
pero no remueve la causa o estímulo que inició el proceso guientes recomendaciones en relación al uso de corticoides
del trabajo de parto, por lo tanto, es poco probable que antenatales (1994):
prolongue el embarazo por semanas o meses.
• El beneficio en la administración de corticoides a fetos
Los objetivos del tratamiento son: en peligro de parto prematuro supera ampliamente los
posibles riesgos. Este beneficio no sólo incluye la dismi-
• Retrasar el parto al menos en 48 horas para que los
nución del riesgo del SDR, sino también una disminu-
corticoides que se administran a la madre puedan al-
ción significativa de la mortalidad y de la HIV.
canzar su máximo efecto. Los corticoides antenatales
disminuyen el riesgo de mortalidad neonatal, el síndro- • Todos los fetos de entre 24 y 34 semanas de edad ges-
me de dificultad respiratoria (SDR), la hemorragia intra- tacional en riesgo de parto prematuro deben ser con-
ventricular (HIV) y la enterocolitis necrotizante (ECN) en siderados candidatos para el tratamiento prenatal con
recién nacidos de pretérmino. corticoides.
- Proveer el tiempo necesario para el transporte de • La decisión sobre usar o no corticoides prenatales no
la madre, si es que está indicado, a un centro que debe verse alterada por la raza o sexo del feto.
cuente con los cuidados neonatales necesarios para
• Los pacientes que reciben terapia tocolítica deben recibir
un recién nacido de pretérmino.
también tratamiento con corticoides.
- Prolongar el embarazo cuando hay causas autolimi-
• Los esquemas de tratamiento que pueden utilizarse son:
tadas de dinámica uterina como pielonefritis aguda
o cirugía abdominal, que son poco probables que - Betametasona (fosfato/acetato): 12 mg ¡m cada 24
recurran. horas por 2 dosis.
- Dexametasona: 6 mg im cada 12 horas por 4 dosis.
La forma en que la prematurez puede producir daño es a
través de la exposición a la vida extrauterina de un niño aún • El beneficio óptimo se obtiene entre 24 horas y 7 días
no preparado para ella. La morbilidad de los prematuros es después de la administración de corticoides.
más grave a menor peso y edad gestacional, comprome-
tiendo en diverso grado todos sus órganos y sistemas. • Dado que el beneficio del tratamiento con corticoides se
observa desde antes de las 24 horas de administración
Corticoides. En 1972 Liggins y Howie marcaron un de la primera dosis, la terapia debe iniciarse siempre
que no se espere el parto en forma inminente.
hito en la historia de la obstetricia al publicar que la ad-

599
OBSTETRICIA

• En caso de RPM de menos de 30 a 32 semanas de gerían que la dexametasona era neurotóxica y se asociaba
edad gestacional, en ausencia de corioamnionitis clíni- con resultados neurológicos adversos en comparación con
ca, se debe usar terapia corticoidal dado el alto riesgo de el uso de betametasona o con la ausencia de corticoide
HIV en edades gestacionales tan tempranas. (Baud y cois., 1999; Spinillo y cois., 2004; Lee y cois.,
2006).
La revisión sistemática realizada por la Base de Datos
En resumen, todos los estudios han sido consistentes en
Cochrane (Roberts & Dalziel, 2006), que incluyó veintiún
demostrar que tanto la betametasona como la dexametaso-
estudios (3.885 mujeres y 4.269 neonatos) concluye que:
na son efectivas en reducir las principales morbilidades y
• El tratamiento con corticosteroides prenatales no au- mortalidad relacionadas con la prematurez. En la actuali-
menta el riesgo de muerte, corioamnionitis o sepsis dad no existe evidencia lo suficientemente para recomen-
puerperal para la madre. dar a una droga por sobre la otra.
• El tratamiento con corticosteroides prenatales se aso-
Edad gestacional de la administración. En general los
cia con una reducción general de la muerte neonatal
corticoides antenatales se usan entre las 24 y 34 semanas
(riesgo relativo [RR] 0,69; intervalo de confianza [IC]
de edad gestacional. La revisión sistemática de la Base de
del 95%: 0,58 a 0,81; 18 estudios, 3.956 neonatos);
Datos Cochrane (2006) muestra que hay una disminución
SDR (RR 0,66; IC del 95%: 0,59 a 0,73; 21 estudios,
significativa en la incidencia de SDR, HIV y mortalidad neo-
4.038 neonatos); hemorragia intraventricular (RR 0,54;
natal si los corticoides son administrados por primera vez
IC del 95%: 0,43 a 0,69; 13 estudios, 2.872 neona-
entre las 26 y 34,9 semanas de edad gestacional, pero no
tos); enterocolitis necrotizante (RR 0,46; IC del 95%:
muestra este beneficio en edades menores a las 26 sema-
0,29 a 0,74; 8 estudios, 1.675 neonatos), asistencia
nas; sin embargo, existe poca información de buena cali-
respiratoria, ingresos a la unidad de cuidados intensivos
dad para edades tan tempranas.
(RR 0,80; IC del 95%: 0,65 a 0,99; dos estudios, 277
neonatos) e infecciones sistémicas en las primeras 48 Parece poco probable que el uso de corticoides antes de
horas de vida (RR 0,56; IC del 95%: 0,38 a 0,85; 5 las 24 semanas de edad gestacional mejore significativa-
estudios, 1.319 neonatos). mente la función pulmonar, ya que en este período existen
muy pocos alvéolos primitivos sobre los cuales pudiera ac-
• El uso de cortlcosteroides prenatales es efectivo en mu-
tuar el medicamento (Moore & Persaud, 1993).
jeres con rotura prematura de membranas y síndromes
hipertenslvos relacionados con el embarazo. Tradicionalmente se administraban corticoides sólo has-
ta las 35 semanas, ya que con posterioridad a esta fecha
• No hay datos suficientes para embarazos múltiples, por
los riesgos de SDR, HIV y mortalidad neonatal son basal-
lo que en estos casos se desconoce su eficacia.
mente muy bajos; sin embargo, el estudio ASTECS (Ante-
natal Steroids For Term Caesarean Section; BMJ, 2005),
Droga de elección. Los corticoides que tradicionalmen-
mostró que en cesáreas electivas, con posterioridad a las
te se han usado para este fin son la betametasona y la
37 semanas de edad gestacional, los corticoides eran efec-
dexametasona. La mayoría de los estudios compara ambas
tivos en disminuir el SDR, compuesto de enfermedad de
drogas con diversos controles, pero no entre sí. La eviden-
membrana hialina y principalmente taquipnea transitoria
cia indirecta sugería que la betametasona se asociaba con
(2,4% versus 5,1%; RR 0,46, IC del 95%, 0,23 y 0,93).
un mejor resultado permatal, en especial con una mayor
No existen datos sobre resultados neurológicos a largo pla-
reducción de la mortalidad neonatal (Lee y cois., 2006).
zo para este estudio.
En contraste, el único estudio randomizado que compa-
ra directamente las dos drogas, el estudio Betacode (Ante- Cursos repetidos de corticoides. Ni el estudio original
natal betamethasone compared wíth dexamethasone), pu- de Llggins y Howie ni los estudios posteriores han logrado
blicado el año 2007, no encontró diferencias significativas demostrar una disminución significativa de la Incidencia de
entre ambos esferoides en las tasas de SDR, necesidad de SDR después de siete o más días de la administración de
drogas vasoactivas, ECN, retinopatía del prematuro, persis- corticoides. Este hallazgo ha llevado a la controversia sobre
tencia del ductus arterioso, sepsis neonatal o mortalidad si la terapia corticoidal debiera usarse en cursos repetidos.
neonatal. Sin embargo, los recién nacidos que recibieron
Los posibles beneficios de repetir el curso de corticoides
betametasona, mostraron una tasa significativamente ma-
se deben sopesar con la evidencia de que existiría un daño
yor de HIV (17% versus 6%, RR 2,97, IC del 95%, 1,22
en el desarrollo pulmonar, en el desarrollo de la retina, re-
a 7,24) y lesiones cerebrales (18% versus 7%, RR 2,7,
sistencia a la insulina, disminución del número de glomé-
IC del 95%, 1,18 a 6,19). Aún no existen datos de segui-
rulos renales, disminución del crecimiento somático, de la
miento a largo plazo.
circunferencia craneana, y, en particular, daño en la madu-
Los resultados del Betacode contrastan con varios estu- ración del sistema nervioso central (SNC) si se administran
dios más grandes, pero de cohorte o caso-control, que su- corticoides en dosis múltiples (Antenatal Corticosteroíds

600
Capítulo 31 Embarazo de alio riesgo
Revisited: Repeat Courses. NIH Consensos Statement, Terapia de rescate. La terapia de rescate consiste en
2000; Walfisch y cois., 2001; Kumar & Seshadri, 2005; administrar un refuerzo de la dosis de corticoides en casos
Dalzlelycols., 2005). restringidos, con el objetivo de disminuir las tasas de SDR
sin aumentar el riesgo de resultados neurológicos adversos.
Se han publicado tres grandes estudios multicéntri-
cos randomizados evaluando el uso de cursos repetidos Se ha publicado un solo estudio randomizado sobre te-
de corticoides: The Maternal Fetal Medicine Units net- rapia de rescate (Peltoniemi y cois., 2007). Se randomiza-
work (MFMU) Trial (2006), Guinn y cois, multicenter tríal ron un total de 249 mujeres en peligro inminente (menos
(2001), y The Australasian Collaborative Trial of Repeat de 48 horas) de parto prematuro, de menos de 34 sema-
doses of prenatal Steroids (ACTORDS) (2006). Los tres es- nas de gestación, que ya habían recibido un curso com-
tudios incluyen a mujeres cursando menos de 32 semanas pleto de corticoides hacía más de una semana, a recibir
de gestación que permanecían en riesgo de parto prema- una dosis única de 12 mg de betametasona o placebo. Ei
turo después de una semana de administrada la primera estudio no mostró diferencias significativas en las tasas de
dosis de corticoides. En dos de los estudios se administra- sobrevivencia entre los dos grupos, pero se encontró que
ron dos dosis de betametasona semanalmente hasta las los recién nacidos que recibieron la dosis de refuerzo de be-
34 semanas (MFMU y Guinn Tríal), mientras que en el tametasona tuvieron un aumento en la incidencia de SDR y
ACTORDS se administró una dosis semanal de betameta- necesidad de uso de surfactante pulmonar.
sona hasta las 32 semanas. Un total de 1.970 mujeres
fueron randomizadas en los tres estudios, y aunque existen Incompetencia cervical y cerclaje. La incompeten-
diferencias en la definición de SDR, en la media de edad cia cervical se caracteriza por la dilatación progresiva del
gestacional al nacer y en las tasas concomitantes de mor- cuello uterino en ausencia de contracciones uterinas. Esta
bilidad entre los estudios, existen varios puntos en común: condición es causa de aborto de segundo trimestre y parto
prematuro. Clásicamente el tratamiento ha sido el cerclaje
• Los recién nacidos que recibieron cursos repetidos de
cervical, cuya utilidad, sin embargo, no ha sido demostrada.
corticoides sufrieron de SDR menos severos, especial-
mente a menor edad gestacional. Clásicamente la incompetencia cervical es tratada con la
colocación de una sutura circular en el cuello uterino (cer-
• No existieron diferencias entre los grupos que recibieron claje) por vía vaginal, técnica descrita por primera vez en
tratamiento y los grupos control en las tasas de mor- 1951 por Shirodkar y modificada por McDonald en 1957.
bilidad compuesta (enfermedad pulmonar crónica, HIV,
ECN, estadía hospitalaria y mortalidad neonatal). Son dos las situaciones en que el diagnóstico de incom-
petencia cervical parece inequívoco. Primero, una historia
• Las dosis repetidas de corticoides no se asociaron con de abortos o partos prematuros repetidos, sin actividad
diferencias clínicamente significativas referente al peso uterina significativa, durante el segundo trimestre del em-
al nacer, circunferencia craneana o talla de los recién barazo. En segundo lugar, la dilatación progresiva y pasiva
nacidos. del cuello uterino en el embarazo actual, habitualmente
• No hay diferencia en el desarrollo físico y neurocogniti- demostrada por la protrusión de las membranas ovulares
vo, ni en las tasas de sobrevivencia libre de secuelas a 2 a través del orificio cervical externo. Sin embargo, exis-
y 3 años de seguimiento, entre los niños que recibieron te un importante número de casos en que el diagnóstico
tratamiento y los que recibieron placebo. no es tan evidente. En este escenario es donde reside la
importancia de la ultrasonografía transvaginal como test
En el estudio MFMU, las dosis repetidas de tratamiento diagnóstico para la incompetencia cervical. Se trata de un
corticoidal se asociaron con un aumento no significativo examen cuya principal utilidad reside en la capacidad de
en la incidencia de parálisis cerebral (un caso en el grupo adelantarse a la aparición de modificaciones mayores del
control y cinco en el grupo de cursos semanales; RR 5,68, cuello uterino, tales como acortamiento y dilatación pesqui-
IC del 95%, 0,69 a 46,7). Cabe destacar que cinco de los sables por el tacto vaginal (TABLA 31-9).
seis casos de parálisis cerebral fueron recién nacidos de tér- Se han identificado tres situaciones distintas en que el
mino o cerca del término y recibieron cuatro o más cursos cerclaje podría estar indicado:
de corticoides antenatales.
• Cerclaje electivo o por historia. Es el que se realiza en
Después de revisar esta información todavía no es posi- mujeres asintomáticas antes de que el cuello uterino se
ble sacar conclusiones definitivas sobre el riesgo-beneficio haya dilatado, entre las 12 a 14 semanas de EG. Según
de las dosis repetidas de corticoides antenatales. Parece la evidencia, las únicas pacientes que se beneficiarían
prudente, a la luz de la evidencia actual, abstenerse de usar serían las con historia de 3 o más pérdidas fetales del
de modo rutinario la repetición del tratamiento corticoidal segundo trimestre o de partos de pretérmino. En este
y limitarse a repetir el tratamiento completo cuando trans- grupo el cerclaje reduciría en el 40% los partos prema-
currida más de una semana de su administración inicial turos (MRC/RCOG Working Party on Cervical Cerclage,
la madre presenta nuevamente riesgo de parto prematuro. 1993).
601
OBSTETRICIA
TABLA 31-9. Utilidad del cerclaje indicado por ultrasonido
Estudio N° pacientes Efecto
Heath, 1998 Controlado 43 Sirve
Berghella y cois., 1999 Controlado 168 No sirve
Rust y cois., 2000 Randomizado 61 No sirve
Althuísuis y cois., 2001 Randomizado 35 Sirve
Hassanycols., 2001 Controlado 70 No sirve
Nicolaides, 2004 Randomizado 253 No sirve
TABLA 31-10. Resultados del metaanálisis de Berghella (2005)
Características Efecto del cerclaje en PP en embarazo
por debajo de las 35 semanas
Embarazo único Sin riesgo para PP Sin efecto
PP previo 16 a 36 semanas Reducción 39% de PP
Aborto previo del 2o trimestre Reducción 43% de PP
Embarazo múltiple Aumento 215% de PP
PP = parto prematuro.
• Cerclaje terapéutico o indicado por ultrasonido. Es el • En el caso de todas las pacientes que habían recibido
que se realiza en mujeres asintomáticas, en quienes du- progesterona, se encontró una reducción en el riesgo de
rante el segundo trimestre de la gestación se pesquisa parto prematuro a menos de 37 semanas (6 estudios,
en la ultrasonografía un cérvix por debajo de 25 mm. La 988 participantes, riesgo relativo [RR] 0,65; intervalo
TABLA 31-10 muestra los resultados del metaanálisis de confianza [IC] del 95%: 0,54 a 0,79) y de parto
publicado el año 2005 por Berghella, que incluyó cuatro prematuro a menos de 34 semanas (1 estudio, 142 par-
estudios en que se randomizaron 607 mujeres. ticipantes, RR 0,15; IC del 95%: 0,04 a 0,64).
• Cerclaje de emergencia o indicado por el examen físi- • Resultó menos probable que los recién nacidos de ma-
co. Es el que se realiza en mujeres con cambios cervi- dres que habían recibido progesterona pesaran al nacer
cales avanzados, es decir, con membranas expuestas. menos de 2.500 g (4 estudios, 763 recién nacidos, RR
Existe un solo estudio randomizado (Althuisuis y cois., 0,63; IC del 95%: 0,49 a 0,81) o que sufrieran una
2003), con 23 pacientes de entre 20 y 24 semanas de hemorragia intraventricular (1 estudio, 458 recién naci-
EG, en las que se evidenció una ganancia de un mes en dos, RR 0,25; IC del 95%: 0,08 a 0,82).
el grupo que utilizó cerclaje.
• No se encontraron diferencias en cuanto a muerte pe-
rinatal entre las pacientes que recibieron progesterona
Prevención del parto prematuro y placebo (5 estudios, 921 participantes, RR 0,66; IC
del 95%: 0,37 a 1,19). Se desconoce si existieron otras
Cada día existe mayor evidencia de que la suplementación diferencias en relación a medidas de resultado maternas
de progesterona reduciría la incidencia de parto prematuro o neonatales.
en mujeres de alto riesgo para éste. Este beneficio se ha
estudiado tanto para la progesterona administrada en forma Pese a estos resultados, mientras no existan mayores
intramuscular como en forma vaginal. estudios de potenciales riesgos para la madre o el recién
La revisión sistemática realizada por la Base de Datos nacido, no se puede recomendar la progesterona en forma
Cochrane (Dodd y cois., 2006) concluyó que: universal.
602
Capítulo 31 Embarazo de alto riesgo
Anomalías congénitas Las anomalías congénitas tienen una incidencia de al-
rededor del 5% en forma global, siendo las anomalías con-
Las anomalías congénitas constituyen un tema de gran im- génitas mayores entre el 1,8% y el 3%, presentándose en
portancia en la obstetricia moderna, tanto por su pronóstico 1 de cada 30 recién nacidos vivos y en 0,1 a 1 de cada
vital (ya que en conjunto con la restricción del crecimiento 10 mortinatos.
intrauterino dan cuenta del 50% al 60% de la mortalidad
Las anomalías congénitas mayores representan por sí
fetal) como por el desarrollo que ha tenido su diagnóstico
solas el 25% de la mortalidad perinatal, siendo la primera
prenatal gracias al ultrasonido (consultar Capítulo 67: Ge-
causa de mortalidad infantil en Chile.
nética y perinatología).
Las anomalías congénitas no sólo impactan en la morta-
Se entiende como anomalía congénita cualquier tras-
torno del desarrollo morfológico, estructural o funcional de lidad neonatal, sino que también juegan un rol en la mor-
bilidad a largo plazo. Se ha estimado que al menos el 1%
un órgano o sistema que se encuentre presente al nacer.
de las admisiones en todos los hospitales tienen una base
Puede ser familiar o esporádica, externa o interna, o bien,
genética o una contribución genética a su enfermedad. En
única o múltiple. Según su origen se subdividen en malfor-
series pediátricas, uno de cada cuatro niños hospitalizados
maciones, deformaciones, disrupciones y displasias. Algu-
está afectado por una enfermedad determinada genética-
nas definiciones básicas se describen a continuación:
mente, al menos en forma parcial, y 1 de cada 20 está
• Malformación. Es una anomalía de la forma o estructura afectado por enfermedades de origen completamente ge-
de un órgano o parte de éste, resultado de un desarrollo nético. A su vez, los niños con anomalías detectadas den-
intrínsecamente anormal, ya sea desde la concepción o tro del primer año de vida tienen un significativo aumento
desde muy temprano en la embriogénesis (por ejemplo, del riesgo de muerte, así como de todos los parámetros de
labio leporino). morbilidad posnatal evaluados (Chung & Myrianthopoulos,
1987).
• Disrupción. Es el defecto morfológico de un órgano o de
una región del organismo cuyo desarrollo era original- Las anomalías congénitas tienen diferentes etiologías,
mente normal, secundario a una interferencia externa las que se pueden dividir en cuatro subgrupos:
(por ejemplo, síndrome de banda amniótica).
• Genéticas (12% al 15%):
• Deformación. Es una alteración de la forma, posición o
- Anomalías cromosómicas.
estructura de una parte del organismo, secundaria a la
acción de fuerzas mecánicas anormales que actúan so- - Mutaciones genéticas.
bre una parte desarrollada previamente en forma normal
(por ejemplo, pie equino varo). • Factores ambientales (7% al 10%):
• Displasia. Es la organización celular anormal, que mo- - Multifactoriales (20% al 25%).
difica la morfología original o la estructura de un tejido u - Desconocidas (50% al 60%).
órgano (por ejemplo, displasia esquelética).
• Síndrome. Es un patrón reconocido de múltiples anoma- Dentro de nuestro campo de estudio merecen especial
lías que afectan a múltiples áreas del desarrollo y que mención las aneuploidías, tanto por su valor pronóstico
presumiblemente tienen una etiopatogenia común. como por el desarrollo que se ha logrado en su diagnóstico
prenatal.
Las anomalías congénitas se clasifican como mayores o Se llama aneuploidía al defecto genético dado por una
menores, entendiéndose como anomalía congénita mayor alteración en el número de cromosomas, siendo las más
la que representa un riesgo vital, requiere de cirugía o im- frecuentes las trisomías, y dentro de éstas, las trisomías
plica secuelas estéticas severas y como menor, la que no 13, 18 y 21. Cada una de ellas presenta un síndrome ca-
presenta secuelas estéticas significativas ni alteraciones en racterístico, con múltiples malformaciones y un fenotipo
la calidad o esperanza de vida del paciente. distintivo al nacer (TABLA 31-11).
Existe una sobreposición entre anomalías menores y va- Las aneuploidías en globo representan más del 50% de
riantes anatómicas o fenotípicas normales; sin embargo, los abortos espontáneos y el 5% de los mortinatos mayores
la importancia de las anomalías menores es que pueden de 28 semanas de edad gestacional, siendo su frecuencia
servir como indicador de una morfogénesis alterada o de individual la siguiente:
defectos más serios. Así, por ejemplo, el 90% de los niños
con tres o más anomalías menores tendrá una anomalía • Trisomía 21: 1,2 por 1.000 nacidos vivos.
mayor (Marden y cois., 1964), por lo que la identificación • Trisomía 18: 0,15 por 1.000 nacidos vivos.
de varias anomalías menores requiere una búsqueda cui-
dadosa de anomalías ocultas, particularmente malforma- • Trisomía 13: 0,08 por 1.000 nacidos vivos.
ciones cardíacas, renales y vertebrales.
603
OBSTETRICIA
TABLA 31-11. Malformaciones pesquisables por ultrasonido en aneuploidías
Sistema Trisomía 13 Trisomía 18 Trisomía 21
Craneofacial Hipotelorismo Orejas bajas Braquicefalia
Orejas bajas Micrognatia Engrosamiento nucal
Labio leporino Engrosamiento nucal
Nariz hipoplásica
Microftalmia
SNC Holoproscencefalia Quiste del plexo coroideo Ventriculomegalia
Microcefalia Agenesia del cuerpo calloso
Defecto del tubo neural Hipoplasia cerebelar
Cardiovascular Defecto septal Defecto septal Defecto septal
Hipoplasia ventricular CAV CAV
Tetralogía de Fallot Coartación aórtica
dextrocardia
Gastrointestinal Onfalocele Hernia diafragmática Atresia duodenal
Hernia diafragmática Onfalocele Intestino hiperecogénico
Atresia esofágica
Urogenital Agenesia renal Agenesia renal Hidronefrosis
Hidronefrosis Hidronefrosis
Displasia renal Displasia renal
Esquelético Polidactilia Artrogriposis Miembros cortos
Pie equino varo Miembros cortos Hipoplasia de la falange
Pie equino varo media del meñique
Polidactilia
Aplasia del radio
Sobreposición de los dedos
CAV: Comunicación auriculoventricular.
El diagnóstico de las malformaciones congénitas es un En este examen se sugiere hacer una revisión ordenada y
elemento que contribuye enormemente a la mejoría del sistemática (incluyendo forma y ecogenicidad de los hue-
pronóstico posnatal. Aun cuando es verdad que el diag- sos largos y movimiento articular), como se describe a con-
nóstico mismo no disminuye su incidencia, el hecho de tinuación:
identificar una anormalidad permite un mejor tratamiento
• Cráneo: examinar su integridad y forma, además de la
de la patología; porque no todas las malformaciones son
medición del diámetro biparietal y del perímetro cranea-
posibles de detectar en el examen físico neonatal.
no.
Por otra parte, hay anomalías como los ríñones multi-
• Cerebro: examen de los ventrículos cerebrales, plexos
quísticos, malformaciones cardíacas o lesiones cerebrales,
ceroideos, mescencéfalo, fosa posterior (cerebelo y cis-
que al ser diagnosticadas en el período antenatal, permiten
terna magna), y medición de los cuernos anterior y pos-
programar el nacimiento en un centro adecuado e iniciar el
terior de los ventrículos laterales.
tratamiento oportuno.
• Cara: examen del perfil, órbitas oculares y labio superior.
También es importante considerar que existen condicio-
nes susceptibles de tratamiento intrauterino, entre las que • Cuello: medición del pliegue nucal.
hay que destacar las valvas uretrales posteriores, el derra-
• Columna vertebral: examen transversal y longitudinal.
me pleural compresivo y la hernia diafragmática congénita.
• Corazón: examen de su frecuencia y ritmo, visión de las
La base del diagnóstico prenatal de las anomalías con-
cuatro cámaras cardíacas y de los tractos de salida.
génitas la constituye la ecografía obstétrica, en especial la
efectuada entre las 18 y 24 semanas de edad gestacional. • Tórax: examen de la forma torácica, pulmones y diafrag-
ma.
604
Capítulo 31 Embarazo de alio riesgo
• Abdomen: examen del estómago, hígado, ríñones, ve- Las anomalías congénitas letales son las siguientes:
jiga, pared abdominal y ombligo, además de medir la
• Anencefalia.
circunferencia abdominal.
• Holoproscencefalia alobar.
• Extremidades: examen del fémur, tibia y peroné, húme-
ro, radio y ulna, manos y pies. • Higroma quístico asociado a hidrops fetal.
• Bloqueo AV completo asociado a cardiopatía compleja.
Las anomalías congénitas en orden de frecuencia inclu-
yen: las malformaciones cardíacas y genitourinarias (cada • Body stalk.
una con el 21% del total), del sistema nervioso central • Agenesia renal bilateral.
(16%), y las musculoesqueléticas, faciales y gastrointesti-
nales (con el 5% al 7% cada una) (TABLA 31-12). • Riñon poliquístico infantil (Potter I).
• Riñon multiquístico bilateral (Potter II).
• Displasias esqueléticas con hipoplasia pulmonar.
TABLA 31-12. Tasa de detección de anomalías congéni-
tas por sistemas • Osteogénesis imperfecta perinatal tipo II.
• Trisomías 13 y 18.
Sistema Extranjero (%) Chile (%)
36 Otro aspecto fundamental en el diagnóstico de las ano-
Cardiovascular 18
malías congénitas es su relación con las patologías genéti-
SNC 84 77 cas (consultar Capítulo 67: Genética y perinatología).
Cara 53 20
A continuación se señalan las anomalías congénitas
Gastrointestinal 21 55
que tendrían indicación de realización de estudio genético
Osteomuscular 29 53 debido a su alta asociación con cromosomopatías:
Urogenital 50 79
• Presencia de 2 o más malformaciones mayores.
Cromosómico 31 47
• Presencia de 3 o más malformaciones menores.
Otros 20 28
• Holoproscencefalia.
• Higroma quístico.
• Comunicación auriculoventricular.
Además de la ecografía obstétrica se han desarrollado
métodos más precoces de detección de anomalías y aneu- • Hernia diafragmática congénita.
ploidías, en especial en países donde se ha legalizado el
• Onfalocele.
aborto. Por no ser ésta la realidad de América Latina, sólo
mencionaremos los de uso más extendido: • Atresia duodenal.
• Marcadores bioquímicos. Tradicionalmente usados en
Prevención. Se ha establecido claramente la relación
el segundo trimestre, entre las 15 y 19 semanas, siendo
de la suplementación de la dieta con ácido fólico y la dis-
el más usado el llamado triple test, constituido por la a-
minución tanto de la ocurrencia como de la recurrencia de
feto proteína, estriol y p-HCG. En la actualidad también
malformaciones congénitas, especialmente a los defectos
se utilizan marcadores serológicos en el primer trimes-
del tubo neural. La recomendación actual para prevenir la
tre: SP-1, p-HCG, PAPP-A, inhibina A y nUGP (péptido
ocurrencia de malformaciones es suplementar con 0,4 mg/
gonadotrófico urinario).
día de ácido fólico desde al menos un mes antes de la
• Translucencia nucal. Marcador ecográfico del primer concepción hasta el término del período de organogénesis
trimestre, entre las 11 y 14 semanas, relacionándose (12 semanas de edad gestacional), y para prevenir la re-
un valor mayor a 3,5 milímetros con un mal pronóstico currencia suplementar 4 a 5 mg/día por el mismo período.
permatal, especialmente con riesgo de aneuploidías.
Las pacientes que se deben suplementar con mayores
dosis son aquellas que tienen el antecedente de un hijo
Otro factor importante del diagnóstico prenatal es iden-
con alguna malformación mayor (en especial del SNC), y
tificar aquellas patologías que son incompatibles con la
las que están recibiendo alguna terapia farmacológica que
vida, no sólo por el pronóstico, sino también porque el
sea imposible de suspender y reconocidamente teratogéni-
diagnóstico es fundamental para limitar el tratamiento neo-
ca (Ej.: anticonvulsivantes).
natal.
605
OBSTETRICIA
Restricción del crecimiento tológicos secundarios a genopatías, infecciones virales o
drogas.
intrauterino (RCIU)
• Tipo II: asimétrico, tardía, desproporcionada, asociada a
RCIU se define como aquella condición en la que el feto
hipoxemia de origen placentario.
posee una estimación de peso menor al percentil 10 para
esa población a una determinada edad gestacional, y es De la totalidad de fetos creciendo en el percentil < 10,
consecuencia de la supresión del potencial genético de cre- el 70% al 80% son fetos constitucionalmente pequeños
cimiento fetal, lo que ocurre como respuesta a la reducción (Manning, 1995). Esto demuestra que no todos los fetos
del aporte de sustratos, o, más infrecuentemente, a noxas creciendo bajo percentil 10 se han visto expuestos a un
genéticas, tóxicas o infecciosas. En cualquiera de estos ca- proceso patológico, por lo que se hace fundamental para
sos, la RCIU implica una restricción anormal del crecimien- la toma de decisiones obstétricas, diferenciar al feto con
to en un feto que tiene un potencial de desarrollo mayor. La RCIU patológica y que, por lo tanto, tiene mayor riesgo de
etiología del RCIU puede dividirse en tres factores: morbimortalidad perinatal respecto del constitucionalmente
• Factores maternos: pequeño, pero sano. En estos casos se ha demostrado la
utilidad de la velocimetría Doppler para diferenciar a los
- Hipertensión arterial. dos grupos (Pattinson y cois., 1994; Baschat & Weiner,
- Enfermedad renal crónica. 2000; McCowan y cois., 2000).
- Diabetes avanzada. Una vez diagnosticada la RCIU, se debe hacer una his-
toria clínica y examen físico completo en búsqueda de de-
- Enfermedad cardíaca o respiratoria. sórdenes maternos, fetales o placentarios que se asocien a
- Desnutrición, anemia. restricción del crecimiento fetal.
- Infecciones. Se debe realizar un minucioso examen de la anatomía
fetal, ya que la RCIU se asocia frecuentemente con anoma-
- Drogadicción (abuso de alcohol, drogas). lías congénitas mayores. En la población de niños malfor-
- Tabaquismo. mados la frecuencia de RCIU es de entre el 20% y el 60%
(Khoury y cois., 1988). A su vez, el 10% de las RCIU se
• Factores uteroplacentarios: asocia a malformaciones congénitas mayores.
- Isquemia placentaria.
Evaluación diagnóstica. Se sugiere efectuar un cario-
- Desprendimiento placentario. grama fetal si es que la RCIU es precoz (< 32 semanas),
- Placenta previa. severa (< p3), asociada a polihidroamnios (sugerente de
trisomía 18) o en presencia de anomalías estructurales
- Infección decidual. (American College of Obstetridans and Gynecologists,
• Factores fetales: 2000). Entre el 10% y el 40% de las RCIU asociadas a
anomalías estructurales tienen un cariotipo anormal, por el
- Gestación múltiple. contrario, sólo el 2% de las RCIU estructuralmente norma-
- Infecciones. les presentan una anormalidad cromosómica.
- Defectos congénitos. Si existe sospecha clínica de infección viral (citomegalo-
virus, rubéola, varicela), se deben realizar pruebas seroló-
- Anomalías cromosómicas. gicas maternas o en líquido amniótico.
Se debe considerar realizar exámenes en búsqueda de
Según la severidad, la RCIU puede ser clasificada en:
trombofilias congénitas o adquiridas, especialmente si se
• Leve: p5 a plO. trata de RCIU recurrente, muy precoz o severa, o cuando
existe una historia materna o familiar de trombosis.
• Moderada: p2 a p5.
Los fetos con RCIU presentan una mortalidad perinatal
• Severa: menor de p2.
5 a 10 veces mayor que la población normal. Pueden pre-
sentar muerte fetal, así como mayor probabilidad de asfixia
A partir del análisis de las proporciones corporales feta-
neonatal, hipoglicemia, hipocalcemia, policitemia, aspira-
les, el RCIU se clasifica como simétrico (tipo I) y asimétrico
ción meconial y circulación fetal persistente. Además, hoy
(tipo II), lo que sugiere frecuentemente la probable causa
se acepta la contribución del RCIU en la predisposición
de la RCIU.
del individuo a desarrollar enfermedades en la vida adulta.
• Tipo I: simétrica, precoz, proporcionada, incluye los fe- Estudios epidemiológicos realizados por Barker y colabo-
tos normales o constitucionalmente pequeños y los pa- radores han mostrado la relación existente entre el peso al
606
Capítulo 31 | Embarazo de alto riesgo
nacer y enfermedades cardiovasculares y diabetes mellítus es un signo ominoso, indicación de interrupción inmediata
tipo II (Barkerycols., 1993; Barker, 1995). del embarazo dado el riesgo de óbito fetal.
Problemas neonatales relacionados con RCIU: En casos de RCIU de término, o cercanos al término, se
debe interrumpir el embarazo cuando existe:
• Inmediatos:
• Detención del crecimiento en un lapso de 2 a 4 sema-
- Asfixia perinatal.
nas de gestación. En embarazos de menos de 32 sema-
- Aspiración de meconio. nas puede plantearse diferir la interrupción si los otros
- Hipoglicemia e hipocalcemia. parámetros de la unidad fetoplacentaria son normales.
En embarazos mayores a 32 semanas debe comprobar-
- Hipotermia. se la madurez pulmonar fetal. En el caso de inmadurez
- Policitemia. bioquímica, debe inducirse madurez pulmonar con cor-
ticoides e interrumpir a las 48 horas.
- Trastornos de coagulación.
- Hemorragia pulmonar y cerebral. • Compromiso de la unidad fetoplacentaria:
- Disminución de depósitos de grasas y glicógeno. - Doppler con flujo diastólico ausente o reverso en ar-
teria umbilical, como criterio único en embarazos de
- Mayor frecuencia de anomalías genéticas. más de 30 a 32 semanas.
- Riesgo de muerte súbita del lactante.
- Perfil biofísico alterado (<6/10).
• Secuelas a mediano y largo plazo:
- Oligoamnios absoluto.
- Parálisis cerebral.
• Hipertensión arterial materna.
- Convulsiones.
- Retardo mental. En caso de embarazo cercano al término, con RCIU
leve, sin patología materna, podría adoptarse una conducta
- Retraso del aprendizaje.
más expectante si la unidad fetoplacentaria está indemne y
- HTA crónica. existen malas condiciones obstétricas para la interrupción.
- Diabetes. Esto es particularmente posible si la veloclmetría Doppler
muestra un flujo umbilical normal.
- AVE.
Si no existe contraindicación para el parto vaginal y la
- Enfermedad coronaria.
evaluación de la unidad fetoplacentaria es normal, puede
realizarse una inducción del trabajo de parto aun con con-
La monitorización de la unidad fetoplacentaria es el pilar
diciones cervicales desfavorables. En el intraparto, consi-
en el manejo de la RCIU. En la actualidad se utilizan el
derar:
perfil biofísico, el índice de líquido amniótico, la curva de
crecimiento fetal a través de ultrasonidos seriados y la ve- • Monitorización permanente de la frecuencia cardíaca fe-
locimetría Doppler como métodos de vigilancia antenatal. tal.
Según la evidencia actual, dada por numerosos estudios
• Atención profesional del parto.
randomizados, el Doppler es el único de estos métodos
que ha demostrado disminuir la mortalidad perinatal y la • Recurso neonatológico disponible.
interrupción innecesaria del embarazo en fetos con RCIU.
El metaanálisis de estos estudios reportó que las acciones La monitorización electrónica de la frecuencia cardíaca
clínicas guiadas por velocimetría Doppler reducen la proba- fetal es Importante porque excluidas las malformaciones,
bilidad de muerte perinatal en el 38% (Alfirevic & Neilson, la asfixia es la principal causa de muerte. Por otra parte,
1995). la evidencia muestra una incidencia del 30% de desace-
leraciones tardías en RCIU versas el 7% en niños AEG.
La decisión sobre el momento de interrupción del emba-
En ausencia de desaceleraciones, los casos con RCIU no
razo debe tomar en cuenta tanto la edad gestacional como
muestran diferencias ácido-básicas respecto a los AEG,
la condición fetal.
pero cuando las desaceleraciones tardías están presentes,
En casos de RCIU lejos del término del embarazo, una la concentración de lactato en los RCIU es significativa-
velocimetría Doppler que muestra un flujo umbilical normal mente mayor que en los AEG y la posibilidad de depresión
es tranquilizadora en cuanto al bienestar fetal y permite una neonatal es menor si la interrupción o extracción fetal es
conducta expectante en espera de madurez pulmonar. Por precoz. La monitorización estricta es, entonces, indispen-
el contrario, el flujo ausente o reverso en la arteria umbilical sable.
607
OBSTETRICIA
Asfixia perinatal La asfixia afecta todos los órganos y sistemas en diverso
grado según su intensidad y duración. En el sistema ner-
La asfixia perinatal es una de las principales causas de vioso central es donde se produce la injuria más relevante
morbimortalidad del feto y del RN, afectando tanto a niños por sus consecuencias en cuanto a mortalidad y secuelas.
de término como de pretérmino. Clínicamente es un sín-
Todos los neonatos que presentan un episodio asfícti-
drome caracterizado por la suspensión o grave disminución
del intercambio gaseoso a nivel de la placenta o de los co perinatal causante de daño cerebral y secuelas neuro-
pulmones, que resulta en hipoxemia, hipercarbia e hipoxia lógicas posteriores, presentan invariablemente una ence-
tisular, además de acidosis metabólica. Se habla de asfixia falopatía aguda durante los primeros días de vida; por el
contrario, si el RN no la presenta, cualquier discapacidad
perinatal porque puede ocurrir antes, durante o después
del parto. ulterior no puede ser atribuida a una asfixia perinatal. Por
ello, el término de asfixia perinatal y su potencial impli-
La incidencia de asfixia varía según los diferentes cen- cancia como responsable de discapacidad, se restringe a
tros y la definición diagnóstica que se le dé, encontrándose aquellos neonatos con indicadores perinatales que presen-
entre el 0,2% y el 0,4% de los recién nacidos. tan una encefalopatía aguda en las primeras horas de vida
y compromiso hipoxicoisquémico de al menos otro órgano
Desde un punto de vista fisiopatológico, cuando los ni-
o sistema.
veles de oxígeno bajan de 18 mmHg en la sangre fetal, se
realizan una serie de adaptaciones que tienen como objeti- Estos conocimientos han conducido a la necesidad de
vo beneficiar los territorios más nobles, tales como el SNC, que estén presentes una serie de criterios antes de estable-
corazón y glándulas suprarrenales, para lo cual se recurre cer que un daño neurológico significativo fue causado por
a mecanismos de vasodilatación cerebral y vasoconstric- un evento perinatal.
ción periférica. La vasoconstricción favorece una actividad
• Criterios esenciales:
metabólica de tipo anaeróbico que conduce a la acumula-
ción de lactato e ion hidrógeno. La muerte fetal anteparto - Evidencia de acidosis metabólica intraparto (pH <7 y
se observa cuando los mecanismos de compensación son BE>12 mmol/L).
sobrepasados por períodos prolongados y con pH muy in-
ferior a 7. - Inicio precoz de encefalopatía neonatal moderada o
severa.
La definición más aceptada en la actualidad considera
tanto elementos bioquímicos como clínicos. La American - Parálisis cerebral: cuadriplejía espástica o parálisis
Academy of Pediatrías y el American College of Obstetri- cerebral discinética.
cians and Gynecologists recomiendan calificar un evento • Criterios no específicos pero que en conjunto sugieren
como asfixia sólo cuando se cumplen todas las siguientes un evento perinatal:
condiciones:
- Evento potencialmente hipóxico que ocurre inmedia-
• pH < 7 o exceso de base (BE) >12 mmol/L en gases de tamente antes o durante el parto (por ejemplo, des-
arteria umbilical. prendimiento de placenta).
• Puntaje en test de Apgar de O a 3 a los 5 minutos de - Deterioro súbito o sostenido de la frecuencia cardíaca
vida. fetal, generalmente tras el evento hipóxico.
• Manifestaciones clínicas de encefalopatía neonatal. - Apgar <7 a los 5 minutos de vida.
• Disfunción orgánica multisistémica. - Evidencia de disfunción multiorgánica precoz.
La gran mayoría de las causas de hipoxia perinatal son - Evidencia de alteración cerebral aguda mediante téc-
de origen intrauterino. Aproximadamente el 5% ocurre an- nicas de neuroimagen.
tes del inicio del trabajo de parto, el 85% durante el parto
y expulsivo y el 10% restante durante el período neonatal Una variedad de condiciones maternas, fetales o propias
(Volpe, 2001). del embarazo se asocian a asfixia perinatal.
La asfixia intrauterina se expresa clínicamente al nacer • Factores anteparto:
como una depresión cardiorrespiratoria, que si no es trata-
- Oxigenación materna anormal (por ejemplo, anemia
da oportunamente agravará esta patología.
severa, patología cardiopulmonar).
Otras causas que pueden presentarse como una depre-
- Perfusión placentería inadecuada (por ejemplo, HTA
sión cardiorrespiratoria son las malformaciones congénitas,
materna, o hipotensión materna severa, insuficiencia
la prematurez, las enfermedades neuromusculares y las
placentaria dada por enfermedad vascular).
drogas depresoras del SNC administradas a la madre du-
rante el parto. - Infecciones o anomalías congénitas.
608
Capítulo 31 Embarazo de alio riesgo
• Factores intraparto: Los gemelos dicigóticos tienen siempre placentación
bicorial-biamniótica, aunque éstas pueden fusionarse du-
- Interrupción en la circulación umbilical (por ejemplo,
rante el embarazo. La placentación de los monocigóticos
nudo verdadero de cordón, prolapso de cordón).
depende del momento en que ocurre la división después
- Perfusión placentaria inadecuada (por ejemplo, des- de la fertilización y será:
prendimiento de placenta, ruptura uterina, hipoten-
• Bicorial-biamniótica si la división ocurre previo al esta-
sión materna severa, polisistolia uterina).
do de mórula, los primeros 3 días posfertilización (fre-
• Factores posnatales: cuencia del 30%).
- Hipertensión pulmonar persistente del RN. • Monocorial-biamniótica si la división ocurre entre los
días 3 y 8 luego de la fertilización (frecuencia del 68%).
- Insuficiencia circulatoria severa (hemorragia, shock
séptico). • Monocorial-monoamniótico si la división ocurre entre
los 8 y 12 días luego de la fertilización (frecuencia del
- Cardiopatías congénitas.
1%).
El período de parto y expulsivo son considerados como • Siameses si la división ocurre después de 13 días de la
aquellos de mayor riesgo para la asfixia perinatal desde un fertilización (1 cada 600 embarazos gemelares).
punto de vista obstétrico. Lo principal es evitar la exposición
del feto en trabajo de parto a un insulto anóxico prolonga- Los gemelos monocoriales-monoamnióticos tienen una
do. La evaluación de la condición fetal permite anticiparse incidencia de 1 en 10.000 embarazos y representan del
en identificar aquellos fetos que tienen una reserva respi- 1% al 5% de los embarazos monocigóticos.
ratoria disminuida y que pueden sufrir con mayor facilidad
La complicación más grave de los gemelares monoam-
asfixia durante el trabajo de parto. Según el resultado de
nióticos es su elevada mortalidad perinatal, que afecta al
esta evaluación se considerará la realización de una cesá-
23% de los fetos y RN, siendo la causa más frecuente la
rea o se le dará una prueba de trabajo de parto, vigilando
pérdida fetal secundaria a los accidentes de cordón.
atentamente el bienestar fetal.
Otra condición obstétrica de riesgo corresponde a la in- Diagnóstico de embarazo gemelar. Sospecha clíni-
fección intraamniótica, ya sea con membranas íntegras o ca: pHCG cuantitativa sobre los valores de discriminación
rotas. en el embarazo inicial, hiperemesis gravídica precoz y/o
severa. Altura uterina mayoral p90, palpación de 2 o más
Los antecedentes perinatales permiten identificar a la
polos fetales, 2 focos de LCF.
mayor parte de los niños que nacerán con asfixia y depre-
sión cardiorrespiratoria, de manera de estar preparado para La ultrasonografía es el diagnóstico de certeza. Además,
una buena reanimación y eventual traslado del niño a una discrimina en cuanto a:
unidad de cuidados intensivos.
• Corionicidad. Dicigótico cuando los gemelos son de dis-
tinto sexo o las placentas están separadas. Se sospecha
Embarazo múltiple fuertemente la dicorialidad cuando la membrana inte-
ramniótica es > 2 mm o se visualizan cuatro capas en
El embarazo múltiple es aquel con dos o más fetos dentro ésta, y cuando en la forma de inserción de la membrana
de la cavidad uterina. Dependiendo del tipo de fecunda- en la placenta se observa el signo de |3 (inserción trian-
ción, se clasifican en dicigóticos o fraternos, porque pro- gular) en vez de T (primer y segundo trimestre).
vienen de dos óvulos fecundados por dos espermios; o mo-
nocigóticos o idénticos, que derivan de un solo óvulo y un • Amniocidad. El primer trimestre es el mejor para diag-
espermio. Los monocigóticos tienen un genotipo idéntico, nosticar si existe una o dos cavidades amnióticas.
y los dicigóticos poseen la similitud genética que poseen
los hermanos. La relación entre mono y dicigóticos es de Complicaciones del embarazo múltiple. La morbi-
1:2. lidad materna en los embarazos múltiples está aumentada
3 a 7 veces en comparación a las gestaciones únicas. A
La incidencia general de embarazos múltiples es de 1 continuación se señalan las principales causas de este au-
cada 100 nacidos vivos aproximadamente, siendo cons- mento de morbilidad:
tante para los monocigotos y variable para los dicigotos.
Los factores que influyen en la incidencia de los dicigotos • Gestosis e hiperemesis gravídica.
son la raza (baja incidencia en Asia, alta en África), edad • Preeclampsia.
(aumenta a mayor edad materna), métodos de fertilización
asistida (especialmente inducción de ovulación) e historia • Diabetes gestacional.
familiar de embarazos múltiples. • Anemia.
609
OBSTETRICIA
• Síndrome edematoso. Otra anormalidad del crecimiento es la discordancia del
peso fetal, que se asocia a un aumento de la morbimor-
• Desprendimiento prematuro de placenta.
talidad perinatal. El American College of Obstetrics and
• Polihldroamnios. Gynecology define las anomalías del crecimiento fetal en
gemelos de dos maneras:
• Parto prematuro.
• Estimación del peso fetal < plO usando tablas de creci-
• Mayor incidencia de cesárea.
miento para gestaciones únicas.
• Metrorragia posparto.
• Discordancia del peso fetal > 20% con respecto al ge-
• Depresión posparto. melo de mayor peso.
La morbimortalidad perinatal también aumenta en los En un estudio poblacional que incluyó 130.000 emba-
embarazos gemelares; el riesgo de morir de un gemelo es razos gemelares se vio que el crecimiento fetal < plO era
3 a 10 veces mayor que la del producto de una gesta- más frecuente en embarazos en que existía discordancia
ción única. La principal causa tanto de morbilidad como en los pesos fetales; además, la mortalidad neonatal de
de mortalidad es la prematurez; el 50% de los embarazos ambos gemelos se ve aumentada en estos casos, siendo
gemelares dobles y el 88% de los triples se resuelven antes la mortalidad del gemelo más pequeño mayor en cuanto
de las 37 semanas. El riesgo de nacer con bajo peso (< exista mayor discordancia (Branum & Schoendorf, 2003):
2.500 g) es 10 veces mayor en los gemelares dobles y
• Sin discordancia: 3,8 por 1.000 RN vivos.
aumenta 18 a 20 veces en los embarazos triples.
• Discordancia entre 15% y 19%: 5,6 por 1.000 RN vi-
El peor pronóstico perinatal lo tienen los embarazos ge-
vos.
melares monocoriales-monoamnióticos y el mejor los em-
barazos bicoriales-biamnióticos. • Discordancia entre 20% y 24%: 8,5 por 1.000 RN vi-
vos.
Las principales complicaciones de los embarazos geme-
lares son las siguientes: • Discordancia entre 25% y 30%: 18,4 por 1.000 RN
vivos.
• Aborto.
• Discordancia mayor al 30%: 43,4 por 1.000 RN vivos.
• Pérdida de un feto.
• Aumento de la mortalidad perinatal. Por lo tanto, una discordancia en el peso fetal de entre el
• Prematurez. 15% y el 40%, es considerada predictiva de mal resultado
perinatal.
• RC1U (simultáneos o discordantes).
El embarazo gemelar tiene complicaciones específicas,
• Síndrome de transfusión feto-fetal (monocoriales). además de tener una mayor incidencia de todas las com-
• Polihidroamnlos (PHA). plicaciones de los embarazos únicos. Lo anterior es par-
ticularmente válido para los monocoriales, que tienen la
• Anomalías congénitas. particularidad de tener complicaciones hemodmámicas
• Entrelazamiento de cordones umbilicales (monoamnióti- que pueden afectar a los gemelos en el útero debido a las
cos). comunicaciones vasculares en el lecho placentario, como
el síndrome de transfusión feto-fetal y la secuencia TRAP.
• Fetos unidos o siameses (monocigóticos).
• Colisión de gemelos durante el parto. Síndrome de transfusión feto-fetal. El síndrome de
transfusión feto-fetal (TFF) severo, es una patología exclu-
• Mayor incidencia de lesiones neurológicas.
siva de los embarazos gemelares monocoriales y se desa-
rrolla en el 10% al 15% de ellos y da cuenta del 15% de la
Aproximadamente el 47% de las gestaciones múltiples
mortalidad de los embarazos gemelares. Cuando la enfer-
se ven afectadas por RCIU, lo que probablemente se expli-
medad debuta en el segundo trimestre y cumple criterios de
ca tanto por la existencia de insuficiencia placentaria como
gravedad, la mortalidad va del 80% al 100%, existiendo
por el aumento de las demandas metabólicas fetales y por
además un elevado riesgo de daño parenquimatoso, con
la implantación anormal de la placenta.
un porcentaje del 15% al 20% de secuelas neurológicas.
Los parámetros que se utilizan para evaluar el creci-
La etiología de la TFF se debe a la presencia de anasto-
miento fetal en gestaciones únicas han demostrado ser
mosis arteriovenosas placentarlas desbalanceadas, las que
adecuados para la evaluación de las gestaciones múlti-
ocasionan anemia, hipovolemia, oligoamnios y restricción
ples.
del crecimiento intrauterino en el gemelo donante e hiper-
610
Capítulo 31 | Embarazo de alto riesgo
volemia, sobrecarga cardíaca, poliuria y polihidroamnios en ende mejora la condición fetal, permitiendo prolongar el
el gemelo receptor. embarazo al reducir el riesgo de parto prematuro y de ro-
tura prematura de membranas. Los reportes publicados en
Según la definición aportada por el Consorcio Europeo
relación a la sobrevida usando este procedimiento han sido
Eurofetus, los criterios diagnósticos de síndrome de trans-
variables, con tasas de entre el 15% y el 83%. Del mismo
fusión feto-fetal son los siguientes:
modo, la morbilidad neurológica, cardíaca y renal no se ha
• Diagnóstico establecido de corionicidad antes de las 16 logrado reducir significativamente con esta técnica.
semanas.
Según el último estudio randomizado sobre el tema (Se-
• Diagnóstico de la enfermedad entre las 16 y 26 sema- nat y cois., 2004), la fotocoagulación láser sería un trata-
nas de embarazo. Sobre esa edad gestacional también miento más efectivo que el amniodrenaje, ya que no sólo se
puede iniciarse, pero su evolución es más benigna y el obtienen mayores tasas de sobrevida, obteniéndose la so-
soporte neonatal mejora el pronóstico. brevida de ambos gemelos en el 30% al 60% de los casos
• Feto receptor con polihidroamnios, definido como la pre- y de al menos un gemelo en el 61% al 84% de los casos,
sencia de un bolsillo de líquido amniótico mayor de 8 sino que también disminuyen las secuelas neurológicas en
cm entre las 16 y 20 semanas o de 10 cm entre las 21 y los RN sobrevivientes.
las 26 semanas, sumado a la presencia de una imagen Sin embargo, la fotocoagulación láser no debe ser con-
de vejiga muy distendida. siderada como el método inicial de manejo en todas las
• Feto donante con oligoamnios, definido como la presen- TFF, ya que casos muy leves pueden mantenerse en obser-
'cia de un bolsillo de líquido amniótico inferior a 2 cm, vación sin necesidad de procedimientos invasivos. Por su
acompañado de ausencia de imagen vesical (vejiga co- parte, el amniodrenaje, que es de más fácil acceso que las
lapsada) durante la mayor parte de la exploración. técnicas láser, puede ser suficiente en estadios tempranos
de la enfermedad, reservándose la fotocoagulación para los
La TFF es una enfermedad evolutiva. Actualmente se casos más severos y/o con disfunción miocárdica fetal.
utiliza un sistema de estadiaje (clasificación de Quintero)
que entrega el punto de partida en que se está al momento Secuencia TRAP o gemelo acardio. Se llama se-
del diagnóstico. Se clasifica en cinco estadios progresivos, cuencia TRAP (iwin reversad arterial perfusión) o secuen-
donde cada uno incluye al anterior: cia de perfusión arterial reversa, a una rara complicación
exclusiva de las gestaciones gemelares monocoriales. En
• Estadio 1: diferencia de líquido amniótico entre los fetos el TRAP la malformación primaria es la ausencia de una
(PHAyOHA). estructura cardíaca bien definida en uno de los gemelos
• Estadio II: se suma la discordancia de los tamaños vesi- (el gemelo acardlo), el que es mantenido con vida por su
cales. co-gemelo (el gemelo bomba) a través de una anastomo-
sis placentaria superficial arterio-arterial. El flujo de sangre
• Estadio III: aparecen alteraciones en el Doppler, referido
arterial proveniente del gemelo bomba irriga en forma re-
específicamente a flujo diastólico ausente o reverso en
trógrada las estructuras del gemelo acardio, el que se com-
arteria umbilical del feto donante y/o flujo ausente o re- porta como un parásito hemodinámicamente dependiente
verso en la contracción atrial del ductus venoso del feto y continúa su crecimiento a expensas del flujo sanguíneo
receptor.
aportado por su co-gemelo.
• Estadio IV: presencia de hidrops fetal en cualquiera de
Tiene una frecuencia de 1:35.000 embarazos y del 1%
los dos fetos.
en los embarazos gemelares monocoriales.
• Estadio V: muerte de uno o ambos fetos.
El gemelo acardio tiene el 100% de mortalidad, mien-
tras que el gemelo donante, que es estructura I mente nor-
Se han intentado múltiples métodos para tratar esta en-
mal, tiene una mortalidad del 50% al 75% (Coulam &
fermedad. Sin embargo, los únicos tratamientos que han
Wright, 2000), dada la insuficiencia cardíaca congestiva
demostrado un impacto sobre el pronóstico fetal son el
que puede llevar al hídrops fetal, lo que se produce debido
amniodrenaje agresivo seriado y la fetoscopia con coagu-
al shunt sistémico.
lación láser de las anastomosis placentarias. Ambas tera-
pias mejoran significativamente el pronóstico respecto de la El diagnóstico prenatal de gemelo acardio debe sospe-
evolución natural de la enfermedad. charse cuando se detecta un feto severamente malformado
en el contexto de un embarazo gemelar monocorial.
El amniodrenaje, realizado de manera seriada, fue con-
siderado durante años el tratamiento estándar en el manejo El tratamiento de los embarazos complicados con la
de esta patología; su objetivo es restaurar la simetría en la secuencia TRAP tiene como meta alcanzar la sobrevida e
cantidad de líquido amniótico entre ambos sacos, lo cual indemnidad del feto bomba, y en lo posible, obtener un
logra un incremento en la circulación uteroplacentaria y por parto de término.
611
OBSTETRICIA
Entre las alternativas de tratamiento se postula: de viabilidad fetal. Los casos reportados por Tanawatta-
nacharoen y colaboradores (2001) avalan la transfusión
• Obliterar el flujo sanguíneo hacia el gemelo acardio,
intrauterina de rescate para evitar la muerte del gemelo
pero dado lo infrecuente de esta condición, ninguna téc-
sobreviviente, resaltando la necesidad de realizarla antes
nica ha demostrado ser mejor a las otras. Las técnicas
de que exista acidosis fetal.
utilizadas han estado orientadas ya sea a la oclusión
del cordón umbilical del gemelo acardio o a la oclusión No existe consenso en la literatura acerca de la necesi-
de vasos intrafetales. Con estas técnicas se ha logrado dad de realizar un control seriado de las pruebas de coagu-
desde una reducción de la mortalidad del gemelo bom- lación maternas en este tipo de casos. Sin embargo, dada
ba al 13,6%, hasta la última serie publicada, en que la expectativa de prolongar el embarazo más allá de cuatro
sobrevivieron 12 de 13 gemelos tratados (Tsao y cois., semanas, parece prudente realizar un tamizaje de procedi-
2002). mientos terapéuticos, que se dividen en cuatro categorías:
• Sullivan y colaboradores sugieren el manejo expectan- 1. Tratamiento farmacológico transplacentario.
te en todos los casos, basándose en su experiencia del
2. Terapia génica.
90% de sobrevida. Ellos notaron el cese espontáneo del
flujo sanguíneo hacia el gemelo acardio y la mantención 3. Procedimientos invasivos.
de un tamaño pequeño del mismo sin asociarse a com- 4. Cirugía fetal.
plicaciones (Sullivan y cois., 2003).
El concepto del feto como paciente ha ido evolucionan-
Óbito de un gemelo. La incidencia de la muerte de do desde el diagnóstico prenatal hasta el tratamiento del
un gemelo in útero en embarazos gemelares es del 2,5% feto in útero. En la TABLA 31-13 se describen los desór-
al 5%, y la gravedad del cuadro depende de la edad ges- denes fetales susceptibles de tratamiento médico en la vida
tacional: intrauterina.
• < 14 semanas: sin riesgo, "gemelo evanescente". Corregir una malformación congénita mediante cirugía
intrauterina implica tanto riesgos para el embarazo como
• > 20 semanas: mayor riesgo, especialmente en emba- para el feto y la madre, por lo que se plantean una serie de
razos monocoriales.
requisitos para considerar la terapia fetal:
La muerte de un gemelo en un embarazo monocorial • La comprensión de los procesos fisiopatológicos que
constituye una situación de alto riesgo para el gemelo so- conllevan al deterioro de los órganos afectados, causan-
breviviente; su posibilidad de morir in útero o en el período tes a su vez de muerte fetal.
neonatal es alta, pudiendo alcanzar hasta el 38%. Otros
• El conocimiento de la historia natural de la malforma-
riesgos, no menos significativos, lo constituyen la posibi-
ción, es decir, de la evolución posnatal de los fetos
lidad de daño en órganos tales como el riñon, hígado o
afectados. Aquí se incluyen datos como el índice de
cerebro con consecuencias irreversibles.
mortalidad perinatal, al igual que información acerca de
Las teorías más aceptadas para explicar los daños en morbilidad temprana y tardía.
el gemelo sobreviviente corresponden a la ocurrencia de • El reconocimiento de los pacientes con una malforma-
eventos tromboembólicos de un feto a otro o bien, a una
ción congénita dada que se pueden beneficiar de una
anemia aguda del sobreviviente, con grave daño en los ór- terapia fetal. Debe hacerse un diagnóstico de la malfor-
ganos que tienen irrigación terminal y con trastornos de la mación fetal durante la gestación suficientemente tem-
coagulación. Esta teoría se comprueba en un control de
prano, que permita el inicio de una terapia fetal.
fibrinógeno semanal y en pruebas completas de coagula-
ción cuando el valor del fibrinógeno desciende de los 250 • La existencia de criterios definidos para el diagnóstico
mg/dL. prenatal, que permitan predecir con seguridad un pro-
nóstico reservado, a pesar de un tratamiento posnatal
Terapia fetal. Se denomina terapia fetal a la interven- óptimo.
ción terapéutica que se realiza con la intención de corregir • El desarrollo de modelos experimentales que simulen los
una anomalía o condición fetal. En la mayoría de los casos procesos fisiopatológicos de la malformación de manera
el feto corre el peligro de morir in útero debido a esta con- reproducible, así como de las técnicas terapéuticas feta-
dición o de nacer con un handicap irreversible. les para los mismos.
La terapia fetal incluye muchos tratamientos. La pron- • La corroboración de la efectividad y de la seguridad de
ta interrupción del embarazo ha sido propuesta como una las técnicas de terapia fetal en modelos más cercanos a
medida eficaz para evitar la progresión del daño; sin em- la situación humana, típicamente modelos con prima-
bargo, eso es imposible en gestaciones alejadas del período tes.
612
Capítulo 31 | Embarazo de illío riesgo
TABLA 31-13. Desórdenes fetales susceptibles de tratamiento médico en la vida intrauterina
Desorden Ejemplo Tratamiento
Anemia Isoinmunización RH Transfusión intraperitoneal o intravenosa
Anticuerpos irregulares Transfusión
Déficit de surfactante Inmadurez pulmonar Glucocorticoides: transplacentarios
Defectos bioquímicos Déficit carboxilasa Biotina: transplacentaria
Síndrome de Menkes Cobre: transplacentario
Acidemia metilmalónica Vitamina B12: transplacentaria
Galactosemia Restricción de galactosa durante el embarazo
Arritmias fetales Taquicardia supraventricular Digitálicos: transplacentarios
Bloqueo cardíaco Propanolol: transplacentario
Procainimida: transplacentaria
Betamiméticos: transplacentarios
Deficiencias endocrinas Hiperplasia suprarrenal congénita Corticoides: transplacentarios
Hipotiroidismo y bocio Tiroxina: transamniótica
TABLA 31-14. Patologías que podrían justificar una cirugía fetal
Malformación Consecuencias para el feto
Obstrucción del tracto urinario Insuficiencia renal, hipoplasia pulmonar
Malformación adenomatoide quística pulmonar Hidrops fetal por desplazamiento mediastínico, muerte fetal
Hernia diafragmática congénita Hipoplasia pulmonar
Teratoma sacrococcígeo Hidrops fetal, insuficiencia cardíaca, robo circulatorio por hi-
pervascularización tumoral, muerte fetal
Mielomeningocele Hidrocefalia, secuelas neurológicas
Obstrucción del flujo ventricular cardíaco Hipoplasia ventricular, hipertensión pulmonar
Obstrucción del líquido cefalorraquídeo Hidrocefalia, secuelas neurológicas
La preparación de un protocolo detallado para la tera- En la TABLA 31-14 se describen las patologías que po-
pia humana, que deberá ser interdisciplinario y tener en drían justificar una cirugía fetal.
cuenta todo tipo de eventualidades, las posibles compli-
El riesgo tanto materno como fetal con la cirugía abierta
caciones y su respectivo tratamiento.
ha derivado en la necesidad de desarrollar técnicas menos
La verificación de que la terapia fetal revierte, sea parcial invasivas como la cirugía endoscópica fetal o fetoscopia, la
o totalmente, los daños causados por la malformación y que se ha usado en forma exitosa en las siguientes condi-
la demostración de que las técnicas se pueden llevar a ciones:
cabo con un riesgo mínimo para la madre y para el feto.
• Derrame pleural: instalación shunt.
El voto afirmativo del comité de ética médica, igualmen-
• Obstrucción urinaria: instalación shunt.
te interdisciplinario.
• Tumores fetales/quistes: drenaje, instalación shunt.
Una información amplia y completa para los padres;
que comprenda las diferentes opciones terapéuticas, • Transfusión feto-fetal: fotocoagulación láser de anasto-
incluyendo el pronóstico de la terapia posnatal sin tra- mosis placentarias.
tamiento fetal. También deberá incluir una descripción • Feto acardio (TRAP): oclusión vasos sanguíneos del cor-
exacta de los procedimientos y de los riesgos maternos y dón o intrafetales.
fetales, enfatizando la naturaleza experimental del trata-
miento. • Hernia diafragmática: oclusión de la tráquea.
613
OBSTETRICIA
El futuro de la terapia fetal se encuentra en el desarrollo • Se sugiere usar tocolíticos en pacientes con sospecha de
de nuevas técnicas y terapias como el trasplante de célu- parto prematuro (grado 2C).
las madre en enfermedades hematopoyéticas y la terapia
• Todos los fetos de entre 24 y 34 semanas de edad ges-
génica.
tacional en riesgo de parto prematuro deben ser con-
siderados candidatos para el tratamiento prenatal con
Recomendacione s corticoides, salvo que el parto sea inminente (grado 1A).
El nivel o grado de evidencia clínica es un sistema jerarqui- • Se recomienda el uso de corticoides en muieres con ro-
zado, basado en las pruebas o estudios de investigación, tura prematura de membranas en ausencia de signos
que ayuda a los profesionales de la salud a valorar la forta- clínicos de corioamnionitis (grado 1A).
leza o solidez de la evidencia asociada a los resultados de • Se recomienda administrar un nuevo curso de corticoi-
la estrategia terapéutica. des sólo si se trata de un embarazo de menos de 28
A continuación se enumeran las recomendaciones de semanas de gestación, si ha pasado un lapso de tiempo
manejo avaladas por la evidencia en embarazos de alto mayor a una semana desde el curso inicial y si el riesgo
riesgo. Para estas recomendaciones se utilizó la clasifica- de parto prematuro ha aumentado (grado 2C).
ción GRADE (Grading of Recommendations Assessment,
Development and Evaluation), que califica la calidad de la Restricción del crecimiento intrauterino. No existe
evidencia y la fuerza de las recomendaciones de la siguien- evidencia de buena calidad que apoye el screening eco-
te manera: gráfico para RCIU en embarazos de bajo riesgo. Se reco-
mienda identificar factores de riesgo y medición seriada de
Grados de recomendación: la altura uterina en cada control obstétrico; sólo ante la
sospecha clínica de RCIU se debería realizar una ecografía
1. Recomendación fuerte: el beneficio claramente es ma- para confirmar o descartar el diagnóstico (grado 2C).
yor que el riesgo, o existe evidencia indiscutible respecto
a la recomendación.
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• Las pacientes con síntoma de parto prematuro deben ser Berghella V, Odibo AO, To MS, Rust OA, Althuisius SM. Cerclage for
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Capítulo 31 | Embarazo de alto riesgo
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r c a p í t u
Evaluación de la edad gestacional,
madurez y bienestar fetal
durante el embarazo
J.A. Róblete
La medicina perinatal ha presentado un notable desarrollo En Chile, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) in-
en los últimos años. Por un lado, la mejor comprensión de formó que en el año 2004 nacieron 230.352 niños vivos,
la fisiología fetal ha permitido comprender más globalmen- 1.451 fallecieron in útero y 944 en los primeros 28 días
te los procesos de adaptación fetal a las diferentes noxas de vida. La asfixia intrauterina fue la principal causa de
y la manera en que tales procesos tienen una repercusión mortinatalidad en el período neonatal. Las malformaciones
significativa en la vida extrauterina y por otro, el avance congénitas y las complicaciones derivadas de la prematu-
tecnológico en el campo de la ultrasonografía ha permitido rez suman más del 50% de las causas de muerte en este
una acabada evaluación del feto y de su entorno, determi- período de la vida. En Chile, al igual que en la mayoría de
nando con mayor exactitud el estado de bienestar fetal. Los los países latinoamericanos, las tres principales causas de
principales objetivos de la evaluación de la salud fetal son mortalidad perinatal son las malformaciones congénitas, la
prevenir la muerte fetal y prevenir o minimizar la morbili- prematurez y la asfixia perinatal (INE, 2006).
dad perinatal, ya sea optimizando el momento del parto o
La necesidad de evaluación fetal permitió que se inte-
confirmando el estado de bienestar fetal, para evitar inter-
graran a la práctica clínica diferentes exámenes y procedi-
venciones innecesarias.
mientos que no contaban con la evaluación metodológica
Es desde esta perspectiva que el cálculo adecuado de más completa. En la actualidad todos nuestros métodos de
la edad gestacional, la evaluación de la madurez fetal y determinación del bienestar fetal son descritos y evalua-
la determinación del grado del bienestar fetal son pilares dos tomando en consideración el nivel de evidencia que
fundamentales para el éxito del manejo de las pacientes de sostiene su uso. Es un deber de los clínicos conocer las
alto riesgo obstétrico. fortalezas y debilidades de cada método de evaluación del
bienestar fetal.
Una adecuada vigilancia prenatal, basada en la selec-
ción de las embarazadas según sus factores de riesgo pe-
rinatal, es la estrategia para concentrar los recursos tecno- Evaluación de los procedimientos
lógicos y profesionales disponibles en los grupos de mayor diagnósticos
riesgo.
Cuando se aplica un determinado procedimiento diagnósti-
La pérdida reproductiva y la muerte fetal son entidades
co, lo que el obstetra necesita es que el método sea capaz
pobremente comprendidas. Es claro que diferentes patolo-
de diferenciar los sujetos enfermos de los sanos. Hasta el
gías, muchas de ellas desconocidas y otras de mecanismos
momento no existe procedimiento o prueba diagnóstica
multifactoriales, pueden afectar al feto, y que no siempre
que sea 100% sensible y específica. Esto significa que ten-
utilizamos los métodos de evaluación antenatal más ade-
dremos enfermos con pruebas positivas para enfermedad
cuados. La mayoría de los mortinatos ocurrirá en el grupo
(verdaderos positivos) y enfermos con pruebas negativas
considerado de bajo riesgo, no sólo por ser el grupo mayo-
(falsos negativos); sanos con pruebas negativas para en-
ritario, o por una inadecuada determinación de sus factores
fermedad (verdaderos negativos) y sanos con pruebas po-
de riesgo, sino también porque durante la gestación pue-
sitivas (falsos positivos).
den aparecer factores de riesgo identificables que cambien
su consideración inicial. En la FIGURA 32-1, se presenta una matriz de doble
entrada; por el lado izquierdo se introduce la información
617
OBSTETRICIA
de los resultados obtenidos con el procedimiento diagnós- Diagnóstico de la edad gestacional
tico (prueba positiva o negativa para enfermedad) y por
el extremo superior se introduce la patología que quere- El diagnóstico de la edad gestacional constituye uno de los
mos diagnosticar (enfermos o sanos). Del análisis vertical objetivos más importantes del control prenatal y debe ser
de esta matriz obtenemos los conceptos de sensibilidad y entendido como una prioridad.
especificidad de la prueba diagnóstica. El desconocimiento de la edad gestacional es por sí mis-
mo un factor de riesgo, cuya magnitud estará dada por la
prevalencia de partos prematuros, embarazos prolongados
Enfermedad
y retardos del crecimiento intrauterino en la población obs-
tétrica bajo control (Donoso, 1997a; Donoso, 1997b).
Prueba La denominada edad gestacional dudosa es un indica-
dor de calidad del control prenatal. En el grupo de emba-
Diagnóstico
razos es considerada de alto riesgo obstétrico, ya que hay
muchas oportunidades en que en la decisión de interrup-
ción del embarazo es determinante la edad gestacional.
Sensibilidad : a/a + b
Bspecifidad : d/c+ d
Valor predictivo positivo : a/ a + c Elementos clínicos
Valor predictivo negativo : d/b + d
Edad gestacional o edad menstrual. Tiempo trans-
FIGURA 32-1. Matriz de doble entrada para la evaluación currido desde el primer día de la última menstruación. Este
de las pruebas diagnósticas. período de tiempo ha sido tradicionalmente utilizado para
calcular las semanas de embarazo, dado que la mayoría de
las mujeres conoce esta fecha con exactitud.
• Sensibilidad. Es la probabilidad de que la prueba diag- Gracias a las técnicas de reproducción asistida se pue-
nóstica sea positiva para enfermedad cuando ella está den conocer con exactitud la fecha de la concepción, y con
presente. Este concepto se expresa en la matriz de doble ella otros intervalos de tiempo, conocidos como edad pos-
entrada como a / a + b (diagnóstico correcto de enfer- concepcional. Desaconsejamos la utilización de intervalos
medad). distintos a los que se inician en el primer día de la última
• Especificidad. Es la probabilidad de que la prueba diag- menstruación.
nóstica sea negativa para enfermedad cuando ella está La fecha de la última menstruación, denominada FUR,
ausente. Este concepto se expresa en la matriz como debe ser catalogada como segura y confiable. La FUR se
d / c + d (diagnóstico correcto de ausencia de enfer- considera segura si la paciente recuerda con exactitud el
medad). día de la aparición del flujo menstrual. Es confiable cuando
Del análisis horizontal de la matriz de doble entrada ob- no hay factores que pudieran haber interferido con la ovula-
tenemos el concepto de valor predictivo de la prueba ción, tales como el uso previo de anovulatorios, la lactancia
diagnóstica. o irregularidades menstruales, aborto o parto reciente. Se
estima que aproximadamente el 80% de las embarazadas
• Valor predictivo positivo. Es la probabilidad de que la proporciona una fecha de última menstruación segura y
enfermedad esté presente cuando la prueba es positi- confiable.
va para enfermedad; esto se expresa en la matriz como
a / a + c. En aquellas pacientes en que la FUR no es segura ni
confiable, o bien, se encontraban en amenorrea, para el
• Valor predictivo negativo. Es la probabilidad de que la cálculo de la edad gestacional se utiliza la denominada
enfermedad esté ausente cuando la prueba es negati- FUR operacional, que se calcula retrospectivamente utili-
va para enfermedad; esto se expresa en la matriz como zando la ecografía realizada en las primeras veinte sema-
d/b + d. nas de embarazo.
Los valores predictivos de la prueba diagnóstica se Una manera rápida de determinar una fecha probable
modifican con la prevalencia de la enfermedad. Una alta de parto basado en el ciclo menstrual es sumar 7 días al
prevalencia de la enfermedad se asociará con una alta pre- primer día de la última menstruación y luego restar 3 me-
dicción y viceversa. La sensibilidad y la especificidad son ses; por ejemplo, si el primer día de la última menstruación
independientes de la prevalencia de la patología que se fue el 16 de marzo, la fecha de parto será el 23 de diciem-
pretende diagnosticar (Stempel, 1982; Fescina & Belitzky, bre: (16 de marzo + 7 días) = 23 de marzo - 3 meses =
1984; Richardsonycols., 1985). 23 de diciembre (regla de Naegele).
618
Capítulo 32 Evaluación de la edad ¿¡estacional, madurez y bienestar fetal durante el embarazo
Tamaño uterino. En los embarazos únicos el tamaño Procedimientos complementarios
uterino se correlaciona adecuadamente con la edad ges- para el cálculo de la edad gestacional
tacional hasta las 28 semanas de embarazo. Antes de las
ocho semanas el útero es un órgano intrapélvico y por tan- Ultrasonido. Casi todas las decisiones de un adecua-
to sólo es palpable por vía vaginal, encontrándose apenas do manejo obstétrico se basan en un cálculo certero de la
reblandecido y discretamente aumentado de tamaño; a las edad gestacional, por lo que la inexactitud de la edad gesta-
doce semanas de gestación el útero se insinúa sobre el pu- cional puede alterar la frecuencia de la patología obstétrica.
bis; a las dieciséis semanas encontraremos el fondo uterino Por ejemplo, la incidencia de restricción de crecimiento in-
en un punto medio entre el pubis y el ombligo, mientras trauterino (RCIU) podría serían alta como del 20% cuando
que a las veinte semanas de embarazo se ubica inmediata- el cálculo de la edad gestacional se basa en la fecha de
mente por debajo del ombligo. la última regla, y tan baja como del 5% cuando los datos
derivan de un embarazo datado por ecografía.
Por sobre las veintiocho semanas, el tamaño uterino se
encuentra influenciado por las características de crecimien- Por otra parte, la incidencia de embarazo prolongado o
to propias del feto, tanto de macrosomía como de restric- postérmino es del 9% considerando la fecha de la última
ción de crecimiento, y también por las variaciones del lí- menstruación y de sólo el 3% cuando se considera en un
quido amniótico (polihidramnios-oligohidramnios). Por eso, embarazo datado por ecografía precoz (Manning, 2004)
en el tercer trimestre del embarazo este parámetro clínico (consultar Capítulo 38: Embarazo prolongado).
no es un elemento confiable para el diagnóstico de la edad
La revisión publicada por Neilson en la base de datos
gestacional (Cunningham y cois., 2005).
Cochrane avala el uso del ultrasonido de rutina en las pri-
Es importante recordar que la altura uterina debe ser meras semanas del embarazo como un método eficaz en la
medida desde el borde superior de la sínfisis del pubis has- determinación de la edad gestacional y de los embarazos
ta la parte más alta del fondo uterino. La vejiga debe estar múltiples (Neilson, 2000). La ecografía es un procedimien-
vacía antes de realizar la medición, ya que existe evidencia to no invasivo e inocuo para el embrión o el feto (Stark
de que hasta las veinte semanas de embarazo la altura y cois., 1984; Salvensen y cois., 1992; Skupski y cois.,
uterina puede aumentar hasta en 3 cm si la vejiga se en- 1994).
cuentra llena (Whorthen & Gustillo, 1980).
El momento óptimo para certificar la edad gestacional
es antes de las veinte semanas de amenorrea. Los paráme-
Movimientos fetales. La percepción de los movimien-
tros más utilizados para este propósito son la medición del
tos fetales es otro elemento anamnéstico a considerar; en
saco gestacional entre las cinco y seis semanas; la longitud
general la primigesta percibe los movimientos fetales entre
cefalonalgas (LCN) entre las siete y catorce semanas; el
las 20 y 22 semanas, mientras que las multíparas los per-
diámetro biparietal y la longitud del fémur entre las catorce
ciben entre las 18 y 20 semanas de gestación. La auscul-
y veinte semanas (Robinson & Fleming, 1975; Sabbagha
tación de los latidos cardiofetales es una acción importante
& Hughey, 1978; O'Brien & Queenan, 1981; Gormaz,
que se puede llevar a cabo con el estetoscopio de Pinard
1997).
o de Lee Hiles entre las 18 y 20 semanas de embarazo
(Cunningham, 2005a). El error en la determinación de la edad gestacional para
la longitud cefalonalgas es de alrededor de cuatro días;
Circunstancias tales como el entrenamiento del opera-
para el diámetro biparietal es de más o menos siete días
dor, la obesidad materna y la presencia de cicatrices abdo-
entre las 12 y 16 semanas y de alrededor de veintiún días
minales pueden dificultar la percepción de este importante
desde las 28 semanas en adelante (Kurtz y cois., 1980).
signo obstétrico. Hervert y colaboradores reportaron que el
La gran variabilidad del error en el tercer trimestre se debe
corazón fetal era audible en el 80% de las pacientes a las
a las diferencias individuales del crecimiento fetal en ese
20 semanas de embarazo y en el 100% de las pacientes
período.
a las 22 semanas de embarazo (Hervert y cois., 1987).
La concordancia entre los elementos anamnésticos y el
examen obstétrico permite establecer con razonable segu-
Evaluación de la madurez fetal
ridad la edad gestacional. Esta metodología es la que se En Chile, los datos reportados por el Ministerio de Salud
recomienda utilizar en el nivel primario de atención prena- en el año 2007 establecen una incidencia del 6% para
tal, es decir, en las embarazadas sin factores de riesgo. En partos con edad gestacional menor a 37 semanas y del
las madres con edad gestacional dudosa o con factores de 5,3% para partos con recién nacidos con peso inferior a
riesgo se deberán efectuar procedimientos complementa- 2.500 g. La mayoría de las muertes neonatales tiene re-
rios para precisar la edad gestacional. lación con complicaciones derivadas de la prematurez, es-
pecialmente del síndrome de distrés respiratorio neonatal
(Minsal, 2007).
619
OBSTETRICIA
La madurez anatómica y funcional del feto está direc- mayormente por ácido palmítico, de ahí que la dipalmitoil-
tamente relacionada con la edad gestacional. Se conside- fosfadilcolina sea el principal componente del surfactante.
ra un feto como maduro cuando sus órganos y sistemas El 10% del surfactante se compone de sustancias proteicas
le permiten la vida extrauterina en forma autónoma y sin cuya presencia es crítica para su funcionamiento. Se trata
complicaciones que pongan en riesgo su vida. Todos los de las denominadas SP-A, SP-B y SP-C (SP = surfactant
órganos y sistemas son importantes para la supervivencia protein); la primera regula la secreción de fosfolípidos y
neonatal, pero es la madurez funcional del pulmón la que su recuperación desde el alvéolo y además aumenta las
influye en la morbimortalidad neonatal (Kennedy, 1993). defensas locales del pulmón. Las dos últimas modulan la
absorción y la dispersión de los fosfolípidos en el alvéolo
El amplio uso de los corticoides como inductores de
pulmonar. Todas ellas son sintetizadas y secretadas al al-
madurez pulmonar ha permitido rebajar el límite necesario
véolo por los neumocitos tipo II (Ikegami & Jobe, 1993).
para realizar la interrupción del embarazo (Roberts & Dal-
ziel, 2006), lo que ha producido un aumento en el número Los métodos más utilizados para evaluar los fosfolípidos
de los prematuros tardíos, que son aquellos niños nacidos pulmonares son la prueba de Clements, el índice lecitina/
entre las 34 semanas y las 36 semanas de edad gestacio- esfingomielina, la determinación del fosfatidilglicerol y el
nal. Este grupo se considera fisiológica y metabólicamente recuento de cuerpos lamelares.
inmaduro. Como consecuencia, los prematuros tardíos co-
La amniocentesis para extracción y posterior estudio
rren más riesgo de desarrollar complicaciones médicas y
del líquido amniótico no se encuentra exenta de riesgos.
de mayor morbilidad y mortalidad perinatal cuando se les
De hecho, la amniocentesis bajo visión ecográfica se en-
compara con niños nacidos después de las 37 semanas
cuentra asociada a una tasa de falla del procedimiento del
(Engleycols., 2007).
1,6% aun en manos experimentadas, y se reporta el 0,7%
Esto indica que no basta con que el pulmón esté ma- de interrupción de emergencia del embarazo y el 6,6% de
duro, sino que el feto requiere de la madurez funcional de punciones teñidas con sangre (Stark, 2000).
todos sus órganos para enfrentar la vida extrauterina (Ger-
Debido a los riesgos inherentes del procedimiento inva-
main & Oyarzún, 1996).
sivo es que se han buscado marcadores no invasivos de la
madurez pulmonar fetal tales como las partículas flotantes
Evaluación de la madurez pulmonar fetal en el líquido amniótico, la madurez placentaria y la bio-
metría fetal. Desafortunadamente, ninguno de los paráme-
La principal causa de morbimortalidad neonatal es el tros mencionados tiene una correlación significativa con la
síndrome de dificultad respiratoria por membrana hialina madurez pulmonar fetal.
debido a la inmadurez funcional del pulmón fetal. Las pri-
meras evidencias de la relación entre membrana hialina y Ecografía fetoplacentaria. La ultrasonografía fetopla-
déficit de surfactante pulmonar se obtuvieron a fines de la centaria ha permitido correlacionar la madurez pulmonar
década de 1950, en el que fue en uno de los avances más fetal con la placenta grado III de Granumm, alcanzando
importantes de la perinatología, ya que la determinación en el 93% de concordancia con el índice L/S igual o mayor a
el líquido amniótico de los fosfolípidos pulmonares del feto 2. La determinación de un diámetro biparietal de 90 mm
permite decidir el momento óptimo para extraerlo cuando o más se asocia en el 87% de los casos con FG presente
las condiciones intrauterinas son desfavorables (Avery & y con ausencia de síndrome de dificultad respiratoria neo-
Mead, 1959). En caso de rotura prematura de las membra- natal. Estos aportes indirectos al diagnóstico de madurez
nas ovulares, la determinación de fosfolípidos proporciona pulmonar fetal se deben utilizar cuando la amniocentesis,
una valiosa información sobre la madurez funcional del pul- aun bajo visión ecográfica, ofrece mayores riesgos que be-
món fetal (Gluck y cois., 1974; Estol y cois., 1984). neficios (Granumm y cois., 1979; Gross y cois., 1984).
Eí surfactante pulmonar es una mezcla de fosfolípidos
y proteínas que tienen la capacidad de disminuir la tensión Observación macroscópica del líquido amniótico.
superficial en la interfase aire-líquido en el alvéolo pulmo- La observación del líquido amniótico mediante amniosco-
nar del recién nacido, evitando con ello el colapso alveolar, pia u obtenido por amniocentesis permite un acercamiento
la atelectasia secundaria, la insuficiencia respiratoria y la clínico de la edad gestacional y de la madurez pulmonar
muerte del neonato. La síntesis del surfactante se realiza fetal. En los embarazos menores de 36 semanas el líquido
en los denominados neumocitos tipo II, células del alvéolo amniótico es translúcido y sin elementos macroscópicos en
pulmonar. Los lípidos son los principales componentes del suspensión; entre las 36 y 38 semanas aparece vérnix en
surfactante; del 70% al 80% lo constituye la fosfatidilcoli- grumos finos; entre las 38 y 41 semanas el vérnix es grue-
na, también denominada lecitina, el 5% el fosfatidilglicerol so y abundante; posteriormente es lechoso, espeso y con
y el 10% otros lípidos como el fosfatidilinositol, la fosfa- lanugo en suspensión. La observación de vérnix se asocia
tidilserina, la fosfatidiletanolamina y la esfingomielina. El con un índice L/S igual o mayor a 2 en la mayoría de los
60% de la fosfatidilcolina es disaturada y está constituida casos (Hastwell, 1975).
620
Capítulo 32 Evaluación de la edad geslacional, madurez y bienestar fetal durante el embarazo
Prueba de Clements. También se denomina foam TABLA 32-1. Prueba de Clements. Preparación de las di-
stability test o shake test. Es una técnica semicuantitativa, luciones
fácil de realizar, de bajo costo y rápida, que permite evaluar
la capacidad surfactante de la lecitina en presencia de eta- Tubo II Tubo III
Tubo I
nol. Este alcohol elimina las proteínas, las sales biliares y
los ácidos grasos que se encuentran en el líquido amniótico Líquido amniótico 1,00 cm3 0,75 cm3 0,50 cm3
y que alteran los resultados. Es un excelente método para Soluciones fisiológica 0,25 cm3 0,50 cm3
diagnosticar madurez pulmonar, pero aproximadamente el Etanol 95° 1,00 cm3 1,00 cm3 1,00 cm3
75% corresponde a falsos diagnósticos. Las muestras con
meconio o sangre no deben ser procesadas con esta técni-
ca (Clements y cois., 1972; González y cois., 1988).
Mediante este método se estudió la madurez del pulmón
fetal en 256 embarazadas de alto riesgo. Cuando la prueba
informó madurez no se presentó ningún caso de síndrome
de dificultad respiratoria en los neonatos. Cuando reveló
Maduro
pulmón fetal en vías de maduración, se encontró el 8%
de esta patología, y cuando indicó pulmón fetal inmadu-
ro, alcanzó el 27%. Debido a la alta correlación entre test
de Clements maduro e índice L/S igual o mayor a 2 y FG
presente, es que aconsejamos realizar estas últimas deter-
minaciones sólo cuando la prueba de Clements es negativa
o intermedia (Donoso y cois., 1987).
í.C-3)
La técnica de la prueba consiste en obtener una muestra
de líquido amniótico mediante amniocentesis y colocarla
en tres tubos de 14 mm por 100 mm de líquido amniótico,
solución fisiológica y etanol de 95° en las cantidades que En vías de maduración
se indica en la TABLA 32-1. Efectuadas las diluciones se
agitan los tubos vigorosamente durante 15 segundos y se
procede a su interpretación luego de 15 minutos de com-
pleto reposo, según lo que se presenta en la FIGURA 32-2:
• Pulmón maduro: aquel que presenta en los tres tubos
un halo completo de burbujas en la superficie.
• Pulmón en vías de maduración: aquel que tiene en el
primer o en el primer y segundo tubo un halo completo
de burbujas en la superficie.
Inmaduro
• Pulmón inmaduro: aquel que no presenta burbujas en
los tubos, o forma un halo incompleto en todos ellos.
índice lecitina/esfmgomielina (L/S). En 1973,
Gluck y Kulovich describieron la elevación de la concen-
tración de lecitina en el líquido amniótico durante el tercer
trimestre de la gestación, mientras que la concentración
de esfingomielina permanecía relativamente estable. Estu-
dios posteriores demostraron la asociación de la madurez
pulmonar fetal con un índice L/S igual o mayor a 2 en el FIGURA 32-2. Evaluación de la madurez pulmonar fetal.
98% de los recién nacidos. Valores inferiores a 2 se aso- Interpretación de la prueba de Clements.
cian con síndrome de dificultad respiratoria por membrana
hialina en el 50% al 75% de los casos (Gluck & Kulovich,
1973; Gluck y cois., 1974; Harvey y cois., 1975; Kulovich superior a 2. El hijo de madre diabética y el recién nacido
y cois., 1979; Creasy & Simón, 1984). con enfermedad hemolítica grave tienen mayor riesgo que
Es importante destacar que los recién nacidos prema- otros neonatos de edad gestacional semejante de presentar
turos sometidos a hipoxia aguda intraparto tienen riesgo esta patología por retraso de la madurez pulmonar (Tabsh y
de presentar membrana hialina pese a tener un índice L/S cois., 1982; Quinlan y cois., 1984).
621
OBSTETRICIA
Se aconseja no procesar muestras de líquido amniótico 0 meconio, ya sea obtenido por amniocentesis o desde el
contaminadas con meconio o sangre, ya que el meconio aposito vulvar, no altera la interpretación de los resultados
produce falsos positivos de madurez pulmonar y la sangre (Strassner y cois., 1980; Hill & Ellefson., 1983; Estol y
disminuye el índice L/S (Buhi & Spellacy, 1975; Tabsh y cois., 1984). Su detección se realiza mediante la técnica
cois., 1981). de cromatografía en placa fina de silica-gel junto con el
índice L/S.
La determinación del índice L/S se efectúa con la técnica
de la cromatografía en placa fina de silica-gel (FIGURA 32- Otra forma de detección de FG es mediante una técnica
3). Es una técnica de alto costo, que debe ser realizada por inmunológica de aglutinación. Con esta técnica es posible
bioquímicos. Su desarrollo requiere un tiempo no inferior detectar concentraciones superiores a 2 jug/mL en el líquido
a 3 horas. Se recomienda su uso en aquellas patologías amniótico y se requiere una muestra de sólo 1,5 mL. Esta
que retrasan la madurez pulmonar fetal cuando técnicas de técnica se correlaciona excelentemente con la ya descrita
menor costo y más simples revelan Inmadurez pulmonar, anteriormente, y su capacidad de predicción de madurez
y cuando se deben procesar muestras de líquido amniótico pulmonar es semejante. No obstante, si la detección de FG
contaminadas u obtenidas desde el aposito vulvar (Donoso es negativa, se debe realizar la cromatografía en placa fina
y cois., 1987). (Carite y cois., 1983; Halvorsen & Gross, 1985).
Recuento de cuerpos lamerales. Varios estudios
han demostrado que el estudio del recuento de los cuerpos
^^^^^^j|M^^^^^^A^
lamerales es un buen predictor de la madurez pulmonar
fetal. El cuerpo lamelar es una estructura que contiene sur-
factante, que es secretado por el neumocitotipo 2 y que
H^^Í^^E *-«• .' • es eliminado al fluido pulmonar, el cual a su vez entra a
la cavidad del líquido amniótico a través de la boca fetal.
: > '•<*»•'. ;,if';:*f^ «
, Los cuerpos lamelares están compuestos de fosfolípidos y
"
tienen un tamaño similar al de las plaquetas, es decir, entre
'.'*.' ' *•
1 y 5 mieras. Pueden ser calculados exactamente usando
•&&* • .-'/ - . ..«•• el canal del recuento de plaquetas de todos los contado-
res celulares automáticos. En general todos los hospitales
que puedan realizar una amniocentesis tienen contadores
automáticos en sus laboratorios que pueden ser utilizados
para medir el número de cuerpos lamelares (Ross y cois.,
2002). Un recuento de cuerpos lamelares > 50.000 pl es
.'..»« considerado representativo de madurez pulmonar (Neerhof
,<V
y cois., 2001).
El recuento de cuerpos lamelares se compara favora-
blemente con el análisis tradicional de los fosfolípidos a
L, I modo de ensayo para evaluar la madurez pulmonar fetal.
^^^^f
. ' •'• c •• El recuento de cuerpos lamelares es más fácil de realizar y
s es más objetivo. Además, es menos operador dependiente,
es más barato y puede ser realizado con equipamiento dis-
FIGURA 32-3. Cromatografía en placa fina de fosfolípidos ponible en prácticamente en todos los laboratorios de los
del pulmón fetal. Fosfatidilglicerol (F). Lecitina (L). Es- hospitales de Latinoamérica (Neerhof y cois., 2001).
fingomielina (S).
Existe otro ensayo automatizado, denominado TDX-
FLM, que mide la razón surfactante-albumina en el líquido
amniótico no centrifugado y que entrega los resultados en
Fosfatidilglicerol (FG). La determinación del FG en aproximadamente 30 minutos. Steinfeld y colaboradores
el líquido amniótico es muy importante, debido a que la reportaron que un valor de TDX sobre 50 predice madurez
función de este fosfolípido es estabilizar la molécula de le- pulmonar fetal en el 100% de los casos (Steinfeld y cois.,
citina en la interfase aire-líquido en la superficie del alvéolo 1992). Hagen y colaboradores encontraron que el TDX-
pulmonar. Siempre debe ser informado junto con L/S, ya FLM es igual o superior a la razón L/S, al test de Clements
que su presencia se asocia a madurez pulmonar cuando el o a la evaluación de fosfotadilglicerol en predecir resultados
índice L/S es inferior a 2 y disminuye los falsos diagnósticos positivos y negativos (Hagen y cois., 1993). Erlcksen re-
de inmadurez pulmonar en aquellas patologías que la re- portó que en las pacientes diabéticas este test tiene una
trasan. La contaminación del líquido amniótico con sangre sensibilidad, especificidad y valor predictivo negativo para
622
Capítulo 32 j Evaluación de la edad ¡estacional, madurez y bienestar fetal durante el embarazo
evaluar la madurez pulmonar fetal comparable a la relación Las causas que pueden generar hipoxia fetal son múlti-
L7S. Muchos hospitales de países latinoamericanos usan el ples y se pueden clasificar según su mecanismo de acción:
TDX-FLM como un test de madurez pulmonar de primera
• Disminución de la P02 en la sangre arterial materna
línea (Ericksen y cois., 1996).
(baja P02 ambiental, enfermedades pulmonares, enfer-
medades cardiovasculares maternas).
Diagnóstico del bienestar • Disminución del flujo sanguíneo uteroplacentario y/o
fetal durante el embarazo umbilical (hipertensión o hipotensión materna envejeci-
miento placentario, RCIU, DPPNI).
La evaluación de la condición fetal durante el embarazo
es, junto con el diagnóstico de la edad gestacional, uno de • Disminución de la hemoglobina materna o fetal (ane-
los objetivos prioritarios del control prenatal. Su importan- mia, enfermedad hemolítica, infecciones, intoxicaciones
cia radica en detectar precozmente los factores de riesgo por CO).
que pueden alterar el desarrollo y crecimiento del feto, lo
que permitirá efectuar oportunamente el tratamiento y las La mayoría de las causas mencionadas tiene un factor
intervenciones necesarias para que el feto exprese la totali- común, la insuficiencia placentaria. La insuficiencia pla-
dad de su potencial genético y neurointelectual en su vida centaria es la condición que se establece por un aporte nu-
futura extrauterina. tricional y respiratorio insuficiente debido a un inadecuado
intercambio entre la madre y la unidad fetoplacentaria. Se
Las causas que pueden ocasionar morbimortalidad pe-
produce por enfermedades que llevan a una disminución
rinatal son múltiples y el diagnóstico, tratamiento y con-
de la perfusión placentaria, a daño anatómico placentario,
ductas a seguir son específicas para cada una de ellas, sin
a una disminución de la superficie de intercambio gaseo-
embargo, la evaluación de la oxigenación fetal es común a
so y en consecuencia, a una disminución de la oxigena-
todas ellas.
ción y de la nutrición fetal. La muerte fetal, el retardo del
La placenta es el órgano de la respiración fetal que pro- crecimiento intrauterino, la asfixia periparto y las secuelas
porciona, en condiciones de normalidad, la cantidad sufi- neurológicas son las complicaciones más importantes de la
ciente de oxígeno para un metabolismo aeróbico y como insuficiencia placentaria.
consecuencia un crecimiento y desarrollo fetal normal.
La muerte fetal anteparto se produce cuando los meca-
Cuando la transferencia de oxígeno está disminuida, el feto
nismos compensadores se ven sobrepasados. En fetos de
inicia una serie de mecanismos compensadores denomina-
oveja se ha podido observar que cuando el pH arterial es
dos circuitos de ahorro de oxígeno, que están destinados a
menor a 7 se produce depresión miocardica irreversible,
mantener los centros vitales como el cerebro, el corazón y
hipotensión arterial cerebral, isquemia cerebral y muerte.
las glándulas suprarrenales con la mejor perfusión de san-
Los estudios de anoxia (ausencia total de oxígeno) en ma-
gre arterial mediante una vasodilatador En otros sitios,
míferos han revelado que la anoxia inferior a 8 minutos no
como sucede en los territorios esplácnicos, musculares y
causa daño cerebral, que una igual o superior a 10 minutos
en la carcasa (piel y huesos), se produce una vasoconstric-
siempre produce daño cerebral y que la anoxia superior a
ción. En esos lugares se inicia una mayor actividad meta-
20 minutos siempre produce muerte fetal. La hipoxia pue-
bólica de tipo anaeróbico que conlleva una disminución im-
de producir daño cerebral y muerte fetal dependiendo de
portante de glicógeno hepático y una acumulación de ácido
la duración y magnitud de la noxa. El umbral de hipoxia y
láctico. La disminución del glicógeno hepático produce una
morbimortalidad es muy estrecho; en animales los niveles
movilización de ácidos grasos con oxidación incompleta y
de P02 oscila entre 12 y 14 mmHg (Low, 1993). En huma-
cetocidosis secundaria, lo que genera una acumulación del
nos estas situaciones experimentales están representadas
ion hidrógeno producto del aumento del ácido láctico y de
por fenómenos agudos de hipoxia, como el prolapso del
los cuerpos cetónicos. Estos compuestos atraviesan lenta-
cordón umbilical y la contractura uterina, que requieren de
mente la placenta, se acumulan en el feto y consumen las
una pronta acción de rescate fetal.
sustancias tampones, generando acidosis metabólica (Wi-
lliams y cois., 1993). Los valores de gases en sangre de la arteria umbilical
representan la condición metabólica de la oxigenación de
A nivel molecular, la hipoxia inhibe la actividad de las
los tejidos fetales, mientras que los valores obtenidos en
enzimas que hidroxilan a la subunidad alfa del factor in-
sangre de la vena umbilical representan la capacidad de
ducible por hipoxia (HIF 1-a). El HIF 1-a no hidroxilado
la placenta de intercambiar gases respiratorios con la ma-
no puede ser degradado y se une a cofactores esenciales
dre. No está establecido cuáles son los valores "normales"
para la actividad transcripcional. Así, el núcleo celular es
de los gases respiratorios en el feto durante el embarazo.
capaz de aumentar la transcripción de un conjunto de ge-
La mayoría de las investigaciones hacen referencia a va-
nes relacionados con la adaptación a la hipoxia (Caniggia
lores obtenidos en poblaciones obstétricas generales en
& Winter, 2002).
trabajo de parto, tanto de cordón umbilical al momento de
623
OBSTETRICIA
nacer el feto como de micromuestras obtenidas del cuero • Auscultación de la frecuencia cardíaca fetal.
cabelludo fetal durante el trabajo de parto. Es importante
• Cuantificación de los movimientos fetales.
destacar que los gases de la sangre del cordón umbilical
obtenidos de fetos nacidos por cesárea electiva tampoco
Los procedimientos diagnósticos complementarios, que
son representativos de lo que normalmente acontece en el
se dividen en invasivos y no invasivos son los siguientes:
feto durante el embarazo (como habitualmente es asumido
por los investigadores). Las diferencias están dadas por el • Amnioscopia.
procedimiento anestésico mismo, por la ansiedad materna,
• Amniocentesis.
por la posición materna, por la preoxigenación, por el uso
de drogas vasoconstrictoras, por los cambios bruscos del • Monitorización basal de la frecuencia cardíaca fetal.
volumen intravascular materno y por las maniobras de ex-
• Prueba de tolerancia fetal a las contracciones uterinas
tracción fetal. Por eso estimamos que, desde un punto de
inducidas.
vista clínico, los valores obtenidos de muestras de sangre
de cordón umbilical de fetos nacidos por parto vaginal en • Prueba de la estimulación mamaria.
una población no seleccionada son los más representativos
• Estimulación vibroacústica del feto.
de la "normalidad" de los gases respiratorios fetales durante
el embarazo. Estos valores son representados en la TABLA • Perfil biofísico fetal.
32-2 (Riley&Jonson, 1993).
• Cordocentesis.
• Flujometría sanguínea materno-fetal (Doppler).
TABLA 32-2. Gases respiratorios y pH en sangre de vena
y arteria umbilical, obtenidos de fetos de término no se-
Se consideran invasivos aquellos procedimientos que
leccionados, nacidos por parto vaginal
entran en contacto íntimo con el feto, con el líquido am-
niótico, con las membranas ovulares o con la placenta,
Arteria Vena como la amnioscopia, la amniocentesis, la fetoscopia y la
umbilical umbilical cordocentesis, pues pueden condicionar un riesgo adicio-
pH 7,27 7,34 nal de morbimortalidad perinatal que debemos evaluar en
relación con su beneficio antes de efectuarlos.
pO7 (mmHg) 50,3 40,7
HCO, (mEq/L) 22,0 21,4 Las pruebas de evaluación de la condición fetal se de-
nominan bioquímicas cuando determinan la modificación
Base excess (mEq/L) -2,7 -2,4
de un metabolito o de una hormona, como el lactógeno
placentario o el estriol. Se denominan biofísicas cuando
Modificada de: Riley & Jonson, 1993. evalúan un parámetro anatómico o funcional del feto (como
la frecuencia cardíaca fetal, el perfil biofísico fetal, la feto-
metría ultrasonográfica y la velocimetría Doppler).
Monitorización de la unidad Los métodos biofísicos han desplazado de la práctica
fetoplacentaria clínica a los métodos bioquímicos debido a la importante
variabilidad de sus resultados, a que sus valores pueden
La monitorización de la unidad fetoplacentaria es el conjun- modificarse por interacción con drogas, a que requieren
to de acciones y procedimientos diagnósticos destinados a determinaciones seriadas para efectuar un diagnóstico (lo
la evaluación del intercambio gaseoso fetal para la preser- que retarda la toma de decisiones) y a su baja sensibilidad
vación del bienestar fetal. Su objetivo es la detección pre- y valor predictivo positivo. En la actualidad, los métodos
coz de factores de riesgo que puedan alterar el desarrollo bioquímicos forman parte de la historia de la perinatología
y crecimiento fetal, de modo de generar las intervenciones (Donoso, 1992).
oportunas que permitan al feto expresar su máximo poten-
cial genético y biológico. Para un adecuado diagnóstico del
bienestar fetal se dispone de métodos clínicos y de procedi- Evaluación clínica de la condición fetal
mientos diagnósticos complementarios. Los métodos clíni-
Los elementos clínicos más frecuentemente utilizados
cos de evaluación fetal son acciones ineludibles del control
son la evaluación de la altura uterina, la cuantificación
prenatal y se presentan a continuación:
materna de los movimientos fetales, la estimación clínica
• Medición de la altura uterina. del peso fetal, la estimación clínica del volumen del líqui-
do amniótico y la auscultación de los latidos cardiofetales.
• Estimación del peso fetal.
Todos estos parámetros están orientados a la evaluación
• Estimación del líquido amniótico. clínica de la condición nutricional y respiratoria del feto.
624
Capítulo 32 Evaluación de la edad gestacional madurez y bienestar fetal durante el embarazo
Altura uterina. La progresión de la altura uterina pro- TABLA 32-3. Altura uterina medida en centímetros, des-
porciona una medida indirecta del crecimiento fetal. El útero de la semana 13 hasta el término de la gestación, distri-
crece en promedio 4 cm al mes, pero es el tamaño uterino buida según percentUes 10, 25, 50, 75 y 90
en relación a la edad gestacional previamente determinada lo
que permite una adecuada interpretación de este parámetro.
Una serie de factores maternos, fetales y ovulares pueden
PercentUes
alterar el tamaño uterino, por lo que este método se consi- Semana 10 25 50 75 90
dera poco confiable. Estos factores son la obesidad materna, 13 8,0 8,0 10,8 11,0 12,0
las cicatrices fibrosas de la pared abdominal, el embarazo 14 8,5 10,0 11,0 13,0 14,5
gemelar y múltiple, las alteraciones cuantitativas del líquido
15 9,5 10,5 12,5 14,5 15,0
amniótico, las presentaciones fetales oblicuas y transversas,
etc. Pese a todo lo mencionado, la mensura uterina es una 16 11,5 12,5 14,0 16,0 18,0
acción ineludible del control prenatal para detectar alteracio- 17 12,5 13,0 15,0 17,5 18,0
nes del crecimiento fetal. En relación con el diagnóstico del 18 13,5 15,0 16,5 18,0 19,0
retardo del crecimiento fetal la utilización de la inspección
19 14,0 16,0 17,5 19,0 19,5
y palpación del abdomen sólo detectan el 30% de los fetos
pequeños para la edad gestacional. La sensibilidad diagnós- 20 15,0 17,0 18,0 19,5 21,0
tica reportada utilizando la altura uterina oscila entre el 52% 21 15,5 18,5 19,0 20,0 21,5
y el 86%, con una especificidad de entre el 89% y el 92% 22 16,5 18,5 20,0 21,5 22,5
(Belizan y cois., 1978; Fescina y cois., 1984). 23 17,5 21,0 22,5 23,0
19,5
El uso de curvas estandarizadas que permiten realizar 24 18,5 20,5 22,0 23,0 24,0
medidas seriadas en el mismo embarazo permite mejorar 25 19,5 21,0 22,5 24,0 25,5
la exactitud de predicción de fetos pequeños para la edad
26 20,0 21,5 23,0 24,5 25,5
gestacional, aumentando su sensibilidad hasta el 48%
(Gribbin & James, 2004). 27 20,5 21,5 23,5 25,0 26,5
28 21,0 23,0 25,0 26,0 27,0
En la maternidad del Hospital Clínico de la Universidad
Católica de Chile se utiliza la curva elaborada en el Centro 29 22,5 24,5 25,5 26,5 28,0
Latinoamericano de Perinatología (CLAP) que se presenta 30 23,5 24,5 26,5 28,0 29,0
en la TABLA 32-3 (Fescina y cois., 1984). 31 24,0 26,0 27,0 28,0 29,5
Lo que se discute en relación con la curva de crecimien- 32 25,0 26,5 28,0 29,5 30,0
to de la altura uterina es su sensibilidad diagnóstica, no su 33 25,5 26,5 29,0 30,0 31,0
especificad, lo que significa que cada vez que el tamaño 34 26,0 27,5 29,5 31,0 32,0
uterino se ubique sobre el percentil 10, podremos descartar
35 26,5 28,5 30,5 23,0 33,0
con razonable seguridad el diagnóstico de retardo del cre-
cimiento fetal, pero cuando se ubique bajo dicho percentil 36 28,0 29,0 31,0 32,5 33,0
deberemos solicitar una fetometría ultrasonográfica para 37 28,5 29,5 31,5 33,0 34,0
confirmar o descartar esa patología del crecimiento fetal. 38 29,5 30,5 33,0 33,5 34,0
39 30,5 31,0 33,5 33,5 34,0
Movimientos fetales. La percepción materna de los
movimientos del feto es el síntoma clínico más precoz de 40 31,0 31,0 33,5 33,5 34,5
vida fetal y se establece entre las 16 y 20 semanas de
amenorrea. Con la ultrasonografía transvaginal es posible Fuente: Fescina y cois., 1984.
detectar este parámetro biofísico desde las siete semanas
de amenorrea. Durante la segunda mitad de la gestación,
entre el 64% y el 100% de la actividad motora fetal detec-
Movimientos mayores a 3 segundos de duración corres-
tada por ultrasonografía es percibida por la embarazada,
ponden a complejos movimientos de rotación del tronco
lo que otorga una alta confiabilidad a la utilización de este
y extremidades fetales, generalmente percibidos por la
síntoma en la vigilancia del feto (Rayburn, 1982).
madre y que deforman la pared del abdomen materno.
Mediante el ultrasonido se ha podido establecer la ca-
Movimientos de entre 1 y 3 segundos de duración co-
racterización de los movimientos del feto en base a su du-
rresponden a movimientos únicos y aislados del tronco
ración, su intensidad y los segmentos corporales compro-
o de una de las extremidades del feto.
metidos. En relación a la duración de los movimientos se
ha efectuado la siguiente caracterización (Timor-Tritsch y Movimientos menores a 1 segundo de duración corres-
cois., 1976): ponden a movimientos aislados de las extremidades; si
625
OBSTETRICIA
son repetitivos de la pared toráxica o abdominal corres-
ponden a hipo fetal y son una situación frecuente y nor- Estimada Señora:
mal del feto.
Los movimientos de su hijo en el útero son un signo de vida y salud
fetal. La invitamos a participar activamente en la vigilancia de la
La evidencia proveniente de los metaanálisis de estu- salud de su hijo. Para lograr este objetivo, debe seguir las
dios randomizados y controlados de la cuantificación de siguientes instrucciones:
1 . Debe contar diariamente los movimientos de su hijo, durante una
movimientos fetales en embarazos de bajo riesgo ha mos- hora.
trado que los informes de reducción de la actividad fetal se 2, Para contar los movimientos debe recostarse levemente sobre
asocian con un aumento en la probabilidad de muerte fetal su lado izquierdo.
3. El momento para efectuar el coníeo es una hora después de
(Mangesi & Hofmeyr, 2007). Sin embargo, estos estudios almuerzo.
no han demostrado un mejoramiento en el pronóstico fetal. 4, Si siente seis o menos de seis movimientos fetales en una hora,
deberá concurrir a Recepción de Maternidad de la Universidad
Esto significa que la muerte fetal es predeterminada, pero Católica.
no evitada por este método de monitoreo, lo que sugiere 5. Anote en la siguiente planilla, la fecha y hora del conteo. Anote
que el fracaso en la reducción del número de muertes se una línea (/) por cada movimiento percibido, procediendo al
recuento total al término de la hora.
debe en gran medida a los falsos positivos de las pruebas No estimule a su hijo durante el conteo.
complementarias y/o a la inadecuada interpretación del 6. Este formulario debe ser entregado al médico en cada control
monitoreo electrónico de la frecuencia cardíaca fetal (Grant prenatal.
y cois., 1989). FECHA MOVIMIENTOS FETALES TOTAL
Se han descrito varios métodos de cuantificación de la
actividad motora fetal, los cuales no son comparables entre
- - - -- — '
sí debido a una estandarización muy diferente en lo relativo
al número mínimo de movimientos, al tiempo de observa-
ción y al número de períodos de observación durante el día
(Pearson & Weaver, 1976; Sadovsky & Polishuk, 1977;
Neldham, 1980; O'Leary & Andrinopoulos, 1981; Leader
y cois., 1981; Rayburn, 1982; Moore & Picquadio, 1989).
Sin embargo, todos ellos (pese a las diferencias metodo-
lógicas) han mostrado su utilidad en la detección del feto FIGURA 32-4. Planilla de registro de los movimientos fe-
en riesgo de asfixia perinatal. El método que ha mostrado tales para el control ambulatorio del embarazo de alto
mayor adherencia es el denominado cuente hasta 10, que riesgo y el de bajo riesgo con movimientos fetales dis-
consiste en iniciar el conteo de los movimientos fetales a minuidos
las 9:00 AM y consignar el tiempo que demora el feto en
realizar 10 movimientos; la embarazada debe concurrir a la
maternidad si en 12 horas no percibe 10o más movimien- Según cual sea la metodología utilizada, la sensibilidad
tos fetales (Pearson & Weaver, 1976; Moore & Picquadio, diagnóstica para sufrimiento fetal intraparto oscila entre el
1989; Smithycols., 1992). 7% y el 40%, con una especificidad de entre el 92% y el
No se han detectado diferencias cuantitativas de la acti- 99%. En relación con la mortalidad perinatal, la sensibili-
vidad fetal espontánea en relación con la edad gestacional. dad es del 38% al 100%, con una especificidad de entre
En una población de bajo riesgo, con recién nacidos de el 87% y el 95% (Thacker & Berkelman, 1986). Aconse-
término, adecuados para la edad gestacional y sin asfixia jamos esta metodología para embarazadas sanas que rela-
perinatal, observamos que el rango de movimientos fetales/ tan una disminución de los movimientos fetales y para el
hora entre las 26 y 40 semanas de amenorrea fue de entre control de embarazadas con factores de riesgo, pero que
7 y 12 para el percentil 10, de entre 21 y 27 para el per- pueden ser controladas ambulatoriamente.
centil 50, y de entre 46 y 87 para el percentil 90 (Donoso
y cois., 1985a). Estimación clínica del peso fetal. Constituye un
elemento clínico importante para seleccionar fetos en
En los controles prenatales rutinariamente solicitamos riesgo de presentar alteraciones del crecimiento. Al igual
a la madre con factores de riesgo que haga una cuantifi- que la altura uterina, es una técnica de tamizaje o scree-
cación subjetiva de la actividad fetal. Si ella aprecia una ning, que se debe verificar con la biometría por ultraso-
notoria disminución, realizamos un registro electrónico de nido cuando se sospeche macrosomía o retardo del cre-
la frecuencia cardíaca fetal. En las pacientes sin factores cimiento fetal. Esta técnica exige la experiencia de quien
de riesgo entregamos una planilla para el registro en su la practica. En la nuestra, la variabilidad del error de la
domicilio de la actividad fetal diaria con el instructivo para estimación clínica del peso fetal es de ± el 10% (Donoso
realizar la vigilancia fetal (FIGURA 32-4). & Espinoza, 1987).
626
Capítulo 32 j Evaluación de la edad ¡estacional, madurez y bienestar fetal durante el embarazo
Auscultación de los latidos cardiofetales. La aus- gar bajo 7 a los 5 minutos (RR 5,2; IC: 2,4% al 11,3%)
cultación clínica de los latidos cardíacos del feto es una (Chauhan y cois., 1999). Chamberlain y Bastide, en estu-
acción obligatoria en cada control prenatal y debe ser rea- dios separados, han demostrado que los embarazos con
lizada con equipos portátiles de ultrasonido, los cuales son una reducción en el líquido amniótico tienen un aumento
capaces de efectuar la detección desde las doce semanas en la mortalidad perinatal comparado con aquellos que
de amenorrea. Desde las veinte semanas en adelante se poseen un volumen normal (Chamberlain y cois., 1984;
puede auscultar el feto con el estetoscopio de Pinard. Su Bastide y cois., 1986).
presencia constituye el signo más importante de vida fetal;
desde las 28 semanas en adelante la auscultación de ace- Amnioscopia. Esta técnica de evaluación de la condi-
leraciones de la frecuencia cardíaca fetal otorga una razo- ción fetal fue introducida por Saling en 1962. Consiste en
nable seguridad de la indemnidad respiratoria del feto. El la visualización de las características del líquido amniótico
oído humano es capaz de escuchar las aceleraciones de mediante un instrumento denominado amnioscopio (FI-
la frecuencia cardíaca fetal superiores a 15 latidos por mi- GURA 32-5). Fue recomendado como un eficiente méto-
nuto, ya sea con estetoscopio de Pinard o con un detector do de screeníng en las maternidades de baja complejidad,
ultrasónico de latidos. sin embargo, el amplio acceso a tecnologías diagnósticas
de mejor calidad, tales como el monitoreo basal y el perfil
Estimación clínica del líquido amniótico. El líquido biofísico, la han situado como parte de la historia de la
amniótico está presente en la cavidad ovular desde las nue- obstetricia.
ve semanas, momento en que se forma la cavidad amnió-
tica. Desde las doce semanas los ríñones embrionarios ini-
cian su función de excreción y el líquido amniótico aumenta
progresivamente hasta alcanzar un máximo a las 32 sema-
nas. Desde esa edad gestacional hasta las 39 semanas el
volumen permanece estable, para disminuir posteriormente
a razón del 8% semanal. Las fuentes de producción del
líquido amniótico son la orina fetal, los fluidos pulmonares
y las membranas ovulares. En embarazos de término, el
volumen urinario de 24 horas es de alrededor de 1 litro. El
fluido pulmonar corresponde aproximadamente a la mitad
del volumen de orina y sólo la mitad de éste llega a la ca-
vidad ovular, pues el resto es deglutido directamente por el
feto. La remoción del líquido amniótico, que en embarazos
de término alcanza alrededor de 500 mL/día, se realiza
principalmente mediante la deglución fetal, mientras que el
resto se moviliza a través de las membranas ovulares hacia
la circulación materna y fetal (Brace, 2004).
La comprensión de los mecanismos de producción y
remoción del líquido amniótico permite entender la mayo-
ría de las causas de oligohidramnios y polihidramnios y
por qué las alteraciones de volumen del líquido amniótico FIGURA 32-5. Amnioscopios de acrílico de diferentes
constituyen un factor de alto riesgo perinatal. Se asocian diámetros para utilizarlos según la dilatación del cuello
con polihidramnios patologías como diabetes materna, uterino.
malformaciones del tubo digestivo y del tubo neural del
feto, infecciones y hemolisis fetal. El oligohidramnios se
asocia con insuficiencia placentaria, infecciones fetales, Amniocentesis. Es la remoción de líquido amniótico
malformaciones del aparato urinario fetal y rotura prematu- de la cavidad ovular mediante punción transabdominal. Es
ra de las membranas ovulares (Teoh & Fisk, 1999). un procedimiento invasivo no exento de riesgos. Se reco-
La sospecha clínica de las alteraciones del volumen del mienda:
líquido amniótico debe ser verificada por dos acciones: • Realizar el procedimiento siempre bajo control ultraso-
mediante ultrasonografía y derivación de la embarazada al nográfico, con lo cual se reduce la probabilidad de pun-
nivel terciario de control prenatal. ción fetal, como también la tasa de punción frustra.
Una revisión sistemática que involucra 18 estudios y • Evitar la perforación placentaria, el uso de agujas mayo-
más de 10.000 embarazos, demostró que el oligohidram- res a 18G y no realizar más de dos punciones, ya que
nios estuvo asociado con un aumento del riesgo de Ap- de lo contrario aumenta la tasa de pérdida fetal.
627
OBSTETRICIA
• Un operador entrenado, ya que la tasa de complicacio- vidad motora del feto, lo que traduce la indemnidad del
nes y/o punciones frustras es inversamente proporcional sistema nervioso fetal y de las vías cardiorreguladoras (Lee
al grado de adiestramiento del operador. y cois., 1975).
La aceleración de la frecuencia cardíaca en relación a los
En la actualidad, la técnica se realiza bajo visión eco- movimientos fetales está presente al menos desde las 28
gráfica y puede ser incluso ambulatoria. Con el ecógrafo semanas de gestación, observándose también hasta las 30
se ubica el lugar que contenga mayor cantidad de líquido semanas desaceleraciones transitorias y fisiológicas. Desde
amniótico y que no exista en él placenta o asas de cordón las 30 semanas en adelante la respuesta cardioaceleratoria
umbilical. Elegido el sitio se procede a la aseptización de es constantemente observada en relación a los movimien-
la piel, con o sin anestesia local, y bajo visión ecográfica, tos fetales (Donoso y cois., 1985b). En gestaciones norma-
se efectúa la punción con un trocar de anestesia espinal les, entre las 38 y 40 semanas se observa un promedio de
N° 20-22. A continuación se aspira el líquido amniótico 34 aceleraciones por hora, de 20 a 25 latidos cardíacos
con una jeringa de 10 ml_, retirando el volumen necesario fetales de intensidad máxima y de 40 segundos de dura-
para su análisis. Finalmente, en embarazos menores de ción (Patrick y cois., 1984). La depresión o la ausencia de
28 semanas, se recomienda realizar control de latidos car- la respuesta cardioaceleratoria se relaciona con hipoxia y
diofetales durante unos 5 minutos posprocedimiento. En acidosis. El sueño fetal, las drogas depresoras del sistema
embarazos mayores de 28 semanas se recomienda realizar nervioso central y el ayuno materno producen un efecto
un monitoreo electrónico de la frecuencia cardíaca fetal; similar (Lee y cois., 1976; Timor-Trisch y cois., 1978; Kee-
si no se presentan alteraciones, se envía a la madre a su gan y cois., 1979; González y cois., 1985). En el primer y
domicilio o a su sala de hospitalización. segundo trimestre de la gestación el modelo de contracción
Las principales indicaciones de la amniocentesis son el cardíaca está relacionado a la ritmicidad miocárdica inhe-
estudio genético del feto, el estudio de la madurez pulmo- rente; en el tercer trimestre se establece un considerable y
nar fetal, el estudio de la densidad óptica del líquido am- progresivo control autonómico (Lagrew, 1987).
niótico en la enfermedad hemolítica fetal, el estudio bacte- La frecuencia cardíaca fetal puede ser modificada por
riológico en la sospecha de infección ovular, el drenaje del los barorreceptores localizados en el arco aórtico y en el
polihidroamnios sintomático y la introducción de medios de seno carotídeo, los cuales responden a las modificaciones
contraste para evaluar la rotura prematura de membranas. de la presión arterial sistémica. Los quimiorreceptores lo-
En la era previa a la ultrasonografía se describieron ane- calizados en las arterias carótidas y aorta pueden ser es-
mia aguda, taponamiento cardíaco, rotura esplénica, cica- timulados por una súbita caída de la presión parcial de
trices múltiples, hematoma del cordón umbilical, trauma- oxígeno arterial y alterar la frecuencia cardíaca fetal. Tanto
tismo ocular, inyección cutánea de colorante o de medio de la hipoxemia como la hipertensión arterial producen una
contraste, aborto, desprendimiento prematuro de placenta activación vagal, que se refleja por una bradicardia y dis-
normoinserta, parto prematuro y neumotorax del recién na- minución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca fetal
cido (Langer y cois., 1986). En la actualidad, los riesgos (Barcroft, 1946).
son mínimos, con una tasa de pérdida fetal y de complica- El monitoreo basal es en la actualidad la prueba de eva-
ciones menor al 1% (Seeds, 2004). luación de la condición fetal más utilizada, debido a que
En la actualidad es recomendable no realizar el pro- puede ser realizada en el nivel primario de control prenatal
cedimiento cuando la madre es VIH positiva o portadora por médicos generales, matronas o enfermeras capacita-
de hepatitis B, dado el riesgo de infectar al feto. Se debe das, a que no es invasiva, a que es de relativo bajo costo y
administrar a la madre Rh negativa no sensibilizada una a que no tiene contraindicaciones.
dosis de 300 jjg de gamaglobulina ant¡-D inmediatamente La metodología consiste en colocar a la madre en po-
después del procedimiento con el fin de evitar la sensibili- sición de semi-Fowler o con discreta lateralización a la iz-
zación materna. quierda con fines de evitar la hipotensión arterial supina.
Con estetoscopio de Pinard se ubica el mejor foco de aus-
Monitorización basal de la frecuencia cardíaca cultación cardíaca fetal y se procede a localizar en él un
fetal (MB). También denominada registro basal no estre- transductor de ultrasonido; posteriormente se coloca en el
sante (RBNE) o, en la literatura médica anglosajona, non fondo uterino un tocodinamómetro para el registro de la
stress test. Este método de evaluación de la condición fetal actividad uterina y de los movimientos fetales. Se instruye
surge de las observaciones efectuadas en 1969 entre la a la madre para que cada vez que sienta mover a su feto
morbimortalidad perinatal hipóxica y el registro de la fre- apriete el marcador automático de movimientos fetales.
cuencia cardíaca fetal con variabilidad y respuesta acele- Idealmente, la madre debe haber ingerido alimentos a lo
ratoria disminuida o ausente (Hammacher, 1969; Kubli y menos 1 hora antes del examen y no haber recibido drogas
cois., 1969). Posteriormente, se informó que la respuesta que depriman el sistema nervioso central 24 a 48 horas
aceleratoria cardíaca fetal era desencadenada por la acti- antes.
628
Se han descrito múltiples criterios de interpretación de vo sobre la morbilidad y mortalidad perinatal. Tampoco hay
los registros, situación que dificulta evaluar adecuadamen- un aumento demostrado en la incidencia de intervenciones
te la capacidad diagnóstica de la prueba. El que habitual- como cesáreas electivas o inducciones del parto (Pattison
mente se utiliza es un tiempo de registro de 20 minutos; en & McCowan, 1999).
ese lapso el feto debe presentar, en relación a movimien-
Es importante destacar que el número de pacientes
tos espontáneos, dos respuestas cardioaceleratorias de 15
analizadas en los cuatro estudios incluidos en la revisión
latidos sobre la frecuencia cardíaca basal, de 15 o más
no alcanza el número mínimo necesario para detectar un
segundos de duración. Si se logra este objetivo, el registro
impacto significativo en la mortalidad. Por otro lado, la an-
es calificado como reactivo y si la respuesta es inferior o
tigüedad de tales estudios no permite una interpretación de
ausente, se califica como no reactivo (FIGURAS 32-6 Y
32-7). acuerdo a los estándares actuales de manejo de pacientes
de riesgo moderado y alto (Gribbin & James, 2004).
Frente a un registro de tipo reactivo se procede a reeva-
luar la condición fetal en siete días. Si el registro es de tipo Test de tolerancia a las contracciones (TTC). Tam-
no reactivo se procede a estimular externamente al feto con bién denominada prueba de la oxitocina y oxytocin cha-
suaves sacudidas del abdomen materno durante 1 minu- llenge test en literatura médica anglosajona. Surge como
to, o haciendo ingerir a la madre una bebida azucarada, o prueba de evaluación de la condición fetal de las obser-
procediendo a la estimulación vibroacústica del feto, con vaciones efectuadas por la Escuela Uruguaya de Fisiología
fines de aumentar la actividad fetal y disminuir los registros Obstétrica, al relacionar los dips II, también denominados
falsos no reactivos. Si en los siguientes 20 minutos el feto desaceleraciones tardías de la frecuencia cardíaca fetal,
presenta un registro de tipo reactivo éste se repetirá en siete con la morbimortalidad hipóxica intraparto.
días; si se obtiene un nuevo registro de tipo no reactivo
se deberá efectuar una prueba de la oxitocina o un perfil En 1969, se demostró en mamíferos que durante la
biofísico fetal. contracción uterina el flujo sanguíneo se interrumpía en el
espacio intervelloso y que en esta situación el feto utiliza-
Es importante destacar que si bien la respuesta ace- ba sus reservas de oxígeno; si esta reserva era inferior a
leratoria es el objetivo básico de la monitorización basal, 18 mmHg, se presentaban alteraciones de la frecuencia
la presencia de desaceleraciones, ya sean espontáneas o cardíaca fetal semejantes a los dips tipo II. Posteriormen-
asociadas a movimientos fetales, se han relacionado con te, se demostró que la presencia de estas alteraciones de
pronóstico perinatal adverso, incluso con registros de tipo la frecuencia cardíaca fetal en relación con contracciones
reactivo (Phelan & Lewis, 1981; Small y cois., 1987). uterinas inducidas por infusión de oxitocina a la embara-
La presencia de episodios de bradicardia repetidos, de- zada permitía identificar al feto en riesgo de morir in útero
finidos como la disminución de la frecuencia cardíaca fetal (Caldeyro-Barcia y cois., 1966; Poseiroy cois., 1969; Pose
basal bajo 100 latidos por minuto, de 60 o más segundos y cois., 1969). Este método de evaluación no se popularizó
de duración en relación a la frecuencia cardíaca fetal ba- debido a que requería registro de presión intraamniótica.
sal previa, se debe considerar como un modelo ominoso y En 1972 se reactualiza la técnica utilizando transducto-
plantea la necesidad de realizar una acabada evaluación res externos de registro de la frecuencia cardíaca fetal y de
de la unidad fetoplacentaria antes de decidir interrumpir actividad uterina, lo que permitió realizar el procedimien-
la gestación (Druzin y cois., 1981). Investigaciones poste- to en la mayoría de los centros obstétricos, pasando a ser
riores han confirmado la relación entre bradicardias prolon- hasta los inicios de los años ochenta el método primario de
gadas y sufrimiento fetal ¡ntraparto (Grubb & Paul, 1992). evaluación de la condición fetal y hasta la actualidad el pa-
La eficacia diagnóstica de esta prueba varía según la in- trón de comparación (gold standard) de las otras técnicas
vestigación, dependiendo especialmente de los criterios de de evaluación de la respiración fetal.
clasificación (Ware & Devoe, 1994; Paul & Miller, 1995). La técnica se efectúa con equipos de cardiotocografía
El estudio de mayor casuística individual informó una sen- externa de frecuencia cardíaca fetal y de actividad uteri-
sibilidad del 41% para el sufrimiento fetal intraparto y del na. La embarazada se coloca en posición de semi-Fow/er
64% para la mortalidad perinatal, con una especificidad o discretamente lateralizada a la izquierda para evitar la
del 82% y del 81%, respectivamente (Phelan, 1981). Una hipotensión arterial supina. Se registra la actividad uterina
revisión posterior de la literatura de los estudios que in- espontánea y la frecuencia cardíaca fetal por un tiempo de
cluían más de 100 casos, reveló una sensibilidad promedio 20 minutos para evaluar la reactividad fetal basal y la pre-
del 49,3% y una especificidad promedio del 80,2% (De- sencia de alteraciones de la frecuencia cardíaca fetal con
voe, 1990). actividad uterina tipo Braxton-Hicks. Si la madre presenta
La revisión publicada por Pattison y McCowan en la base tres contracciones uterinas o más en 10 minutos no se
de datos Cochrane, establece que la monitorización basal infunde oxitocina; si no tiene contracciones o son inferiores
de la frecuencia cardíaca fetal no tiene un efecto significati- a la frecuencia señalada, se procede a administrar oxitocina
629
OBSTETRICIA
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FIGURA 32-6. Registro basal de la frecuencia cardíaca fetal de tipo reactivo. Velocidad de registro: 3 cm/minuto.
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486-
43fl-
-tm-
-69-
03 20 04.04.44 1 cm/min [^ 05:30 04.04.44 lcm/min!X> 05:30 04.0444 1 cm/min ^x>
4S6-
ID irlOCOe
-6»-
ha
Ja
kPa 29 kPa
FIGURA 32-7. Registro basal de la frecuencia cardíaca fetal de tipo no reactivo. Velocidad de registro: 3 cm/minuto.
630
Capítulo 32 | Evaluación de la edad gestaciona!, madurez y bienestarfetal durante el embarazo
mediante una bomba de infusión continua, comenzando En fetos prematuros, con TTC positivo y variabilidad
con 0,5 mU por minuto, doblando la concentración cada normal, se debe evaluar la madurez pulmonar previo a la
15 minutos, hasta obtener tres contracciones uterinas en interrupción. Si es maduro pulmonarmente, el parto debe
10 minutos, de 40 a 60 segundos de duración. Logrado ser inducido; si es inmaduro se debe efectuar una vigilan-
este objetivo, se procede a suspender la infusión de oxito- cia fetal continua con monitorización basal de la frecuencia
cina y se interpreta el registro de frecuencia cardíaca fetal cardíaca y/o perfil biofísico fetal e inducir la madurez pul-
de acuerdo a los siguientes criterios (Ray y cois., 1972): monar con corticoides (Freeman, 1975; Braly & Freeman,
1977; Lagrew, 1995; Manning, 1995).
• TTC negativo: ausencia de desacelaraciones tardías.
En el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la
• TTC positivo: presencia de desacelaraciones tardías
Universidad Católica de Chile la conducta obstétrica es la
en más del 50% de las contracciones. Si se obtienen
interrupción del embarazo por la vía que ofrezca menor
desacelaraciones tardías repetitivas con contractibilidad
riesgo al feto de acuerdo a la edad gestacional y la madurez
uterina espontánea, incluso menor a 3 en 10 minutos,
pulmonar, al tipo de presentación fetal y la patología ma-
se considera como positiva y se suspende la infusión.
terna, siempre y cuando hayamos llegado a esa decisión
• TTC sospechoso: presencia de desaceleraciones tardías siguiendo una secuencia lógica de decisiones, que se es-
en menos del 50% de las contracciones. quematiza en la FIGURA 32-8.
• TTC con hiperestimulación: presencia de desaceleracio-
nes tardías con contracciones uterinas mayores de 90
Embarazo de alto riesgo
segundos de duración o con frecuencia contráctil mayor
de 3 en 10 minutos. Ante esta situación la prueba debe
ser suspendida y repetida el día siguiente. Si no hubo Monitorización basal
desaceleraciones tardías la evaluación se considera ne- Frecuencia cardíaca
gativa.
• TTC insatisfactorio: no se logran obtener 3 contracciones
en 10 minutos, habiendo alcanzado 32 mU de oxitocina
por minuto o el registro de frecuencia cardíaca fetal es
inadecuado para su interpretación.
Según el resultado de la prueba, la conducta obstétrica
a seguir dependerá del tipo de patología y de la causa que
indicó la realización del examen. Lo habitual es que frente
a un resultado negativo se efectúe una nueva evaluación de
la unidad fetoplacentaria en siete días.
Frente a un resultado positivo, la conducta habitual es la
interrupción del embarazo, cuya vía de parto más frecuente
es la operación cesárea. Si la patología materna es corregi-
ble, como la insuficiencia respiratoria por obstrucción bron-
quial aguda, la anemia severa, la cetoacidosis diabética,
etc., el feto debe recibir vigilancia continua mientras se tra-
ta el problema base y se reevalúa al término del tratamiento
materno.
Antes de decidir la vía de parto se debe considerar la
edad gestacional y la reactividad cardíaca basal del feto.
Un feto con TTC positivo y sin reactividad cardíaca antes
de las 34 semanas debe ser extraído inmediatamente por FIGURA 32-8. Flujograma para la evaluación de la condi-
operación cesárea (excepcionalmente, estos fetos pueden ción respiratoria del feto.
tolerar un trabajo de parto).
Un feto de término con TTC positivo y con variabilidad
normal debe tener un manejo individualizado de acuerdo al El TTC toma un tiempo promedio de aproximadamen-
tipo de patología. Esa gestación debe ser interrumpida por te 100 minutos, requiere de un médico obstetra, de una
inducción oxitócica con vigilancia fetal continua permanen- enfermera o de una matrona capacitada para su vigilancia
te. Aproximadamente el 50% de los fetos tiene un parto continua y debe ser efectuada en un nivel terciario, que
vaginal exitoso. permita la interrupción inmediata del embarazo si es ne-
631
OBSTETRICIA
cesario. En la actualidad esta prueba no es un elemen- efectuar la prueba completa en 30 minutos o menos en el
to primario de evaluación de la condición fetal y ha sido 96% de los casos; el tiempo promedio para lograr la pri-
reemplazada por la monitorización basal de la frecuencia mera contracción fue de 3,8 ± 2,9 minutos. En el 21,4%
cardíaca fetal o por el perfil biofísico fetal. de las pruebas se produjo hiperestimulación contráctil, que
estuvo directamente relacionada con la edad gestacional
La indicación más frecuente de este procedimiento es el
(Huddlestone y cois., 1984; Keegan y cois., 1987). En un
embarazo de alto riesgo de morbimortalidad hipóxica con
estudio prospectivo y randomizado se demostró que esta
pruebas de función respiratoria sospechosas, como RBNE
prueba es una alternativa satisfactoria de la PO, ya que la
de tipo no reactivo y perfil biofísico fetal menor o igual a 6
información clínica aportada por ambas fue similar (Lipitz y
puntos. Constituyen contraindicaciones aquellas patologías
cois., 1987). Por el riesgo de hiperestimulación contráctil,
que se asocian a alto riesgo de prematurez, metrorragias o
la prueba de la estimulación mamaria debe realizarse en el
rotura uterina (embarazo gemelar, rotura prematura de las
nivel terciario de atención prenatal.
membranas ovulares, placenta previa, cicatrices uterinas,
cerdaje cervical, etcétera).
Perfil biofísico fetal (PBF). Este método de evalua-
Los resultados perinatales con el TTC varían según la ción de la condición fetal fue introducido en la práctica
publicación. En relación con la mortalidad perinatal, la clínica por Manning en 1980. Consiste en la observación
sensibilidad y especificidad diagnóstica promedio de una del feto y su ambiente mediante la combinación de la ul-
revisión de la literatura, fue del 42% y del 89% respecti- trasonografía y el registro de la frecuencia cardíaca basal.
vamente, y para sufrimiento fetal ¡ntraparto del 48% y del Los parámetros biofísicos fetales evaluados son los movi-
92% (Thacker & Berkelman, 1986). En un estudio colabo- mientos respiratorios, los movimientos corporales, el tono
rativo que incluía 4.485 pacientes no hubo muertes fetales corporal, la cantidad de líquido amniótico y la reactividad
dentro de los próximos siete días de realizado el examen cardíaca (Manning y cois., 1980).
cuando éste fue calificado como negativo (Freeman y cois.,
1982). Los resultados falsos positivos en promedio son del La idea básica para su desarrollo surge de las observa-
30%, con un rango del 8% al 57%, siendo la presencia de ciones clínicas que señalan que al combinar la información
reactividad cardíaca fetal el mejor elemento para disminuir aportada por múltiples variables biofísicas disminuyen los
esta tasa (Lagrew, 1995). resultados falsos positivos y aumenta, por lo tanto, la capa-
cidad diagnóstica para identificar al feto hipóxico durante el
Con fines de disminuir las dificultades de esta prueba, embarazo. Esto se logra al combinar marcadores agudos de
especialmente en lo que respecta al uso de oxitocina, se ha hipoxia, como los movimientos respiratorios, los movimien-
ideado la liberación endógena de esta hormona a través de tos corporales, el tono corporal y la reactividad cardíaca,
la autoestimulación del pezón mamario materno. Esto ocu- con marcadores crónicos de hipoxia como la cantidad de lí-
rre por el reflejo neuroendocrino que se establece durante quido amniótico. Esta combinación permite evaluar instan-
la lactancia entre las terminaciones sensitivas localizadas táneamente la condición fetal y la evolución de los cambios
en la aréola y el pezón, que se dirigen por vía medular a los de la unidad fetoplacentaria.
núcleos supraópticos y paraventriculares del hipotálamo,
los cuales a través de sus axones liberan oxitocina en la red Los centros neurológicos que aparecen primero en el
capilar de la neurohipófisis. La oxitocina así liberada produ- desarrollo del sistema nervioso central son los últimos en
ce la eyección de la leche desde los conductos galactóforos deprimirse frente a una hipoxia evolutiva; es así que las
y a la vez la contracción de las fibras musculares uterinas primeras manifestaciones del feto frente a la hipoxia y la
(Dawood y cois., 1981). El estímulo primario de este re- acidosis son la pérdida de le reactividad cardíaca y de los
flejo neuroendocrino durante la lactancia es la succión, sin movimientos respiratorios; posteriormente, si el insulto
embargo, se puede lograr un efecto semejante al estimular continúa, se compromete el tono y la actividad motora fetal
mecánicamente la aréola y el pezón en el tercer trimestre (Vintzileos & Knuppel, 1994). La hipoxia crónica produce
de la gestación. una vasocontricción del territorio esplácnico con disminu-
ción de la perfusión renal y de la diuresis fetal; a nivel del
La prueba de la estimulación mamaria emerge como
aparato respiratorio también se produce una vasocontric-
alternativa al TTC y persigue los mismos objetivos e idén- ción, que lleva a una importante disminución del fluido
ticos criterios de interpretación, pero con menor costo y pulmonar, lo que sumado a lo anterior genera un oligohi-
tiempo de ejecución. Se han descrito varios métodos de
dramnios secundario (Berg& Devoe, 1994; Moore, 1995).
estimulación, pero los más aceptados son el automasaje
materno por 10 a 15 minutos de uno de los pezones o la El inicio de la actividad de los centros que controlan las
autoestimulación intermitente del pezón con la superficie variables biofísicas es dependiente de la edad gestacional.
palmar de los dedos a través de la ropa de la paciente, Entre las 7 y 8 semanas inicia su actividad el que regula
durante 2 minutos y reanudando el ciclo después de 5 el tono fetal; el que controla los movimientos corporales se
minutos de descanso. Mediante esta metodología se logró establece a las 9 semanas; después de las 21 semanas se
632
Capítulo 32 [ Evaluación de la edad gestacianal, madurez y bienestar jet al durante el embarazo
TABLA 32-4. Criterios de evaluación del perfil biofísico fetal
Variable biofísica Normal (2 puntos) Anormal (O puntos)
Movimientos respiratorios fetales Mínimo 1 episodio de 30 segundos Ausentes o episodios menores de
de duración en 30 minutos 30 segundos de duración en 30
minutos
Movimientos corporales fetales Mínimo 3 movimientos cuerpo/ Menos de 3 movimientos cuerpo/
extremidades en 30 minutos extremidades en 30 minutos
Tono fetal Mínimo 1 episodio de extensión Ausencia de movimiento
activa, con recuperación de la flexión Extensión lenta con recuperación
(abrir y cerrar la mano se considera parcial de la flexión
tono normal)
Volumen del líquido amniótico Mínimo 1 bolsillo, que mide 2 cm Ausencia de líquido amniótico
o más en dos planos pendientes o bolsillos inferiore a 2 cm en dos
planos perpendiculares
Frecuencia cardíaca fetal De tipo reactivo De tipo no reactivo
Fuente: Manning y cois. 1980.
activa el que modula los movimientos respiratorios y el que de esa ciudad, que era de 14,3 por 1.000 nacidos vivos,
regula la reactividad miocárdica se establece al término del con una incidencia de falsos negativos del 0,08%. En una
segundo trimestre de la gestación. segunda experiencia prospectiva, la mortalidad perinatal
corregida fue de 1,9 por 1.000 nacidos vivos, con una
El efecto de la hipoxia y la acidosis sobre las variables
incidencia de falsos negativos del 0,063%. Una tercera ex-
biofísicas mencionadas depende de la intensidad, de la
periencia prospectiva, en 19.221 gestaciones acumuladas
duración y de la frecuencia del insulto. Hipoxias leves y
de alto riesgo, la mortalidad fetal corregida fue de 0,76 por
transitorias que no producen acidosis no alteran los pará-
mil nacidos vivos, lo que corresponde a 14 muertes fetales
metros biofísicos fetales; mientras que hipoxias severas y
(Manning y cois., 1980; Manning y cois., 1981; Manning
prolongadas que generan acidosis alterarán estos paráme-
y cois., 1985; Manning y cois., 1987).
tros en grado variable. La asfixia fetal, definida como una
hipoxia aguda y severa, con acidosis secundaria, abolirá las Otros centros obstétricos han obtenido éxitos semejan-
actividades biofísicas en un orden previsible en relación a tes con esta metodología (Platt y cois., 1983; Baskett y
lo establecido en los párrafos anteriores. cois., 1984; Baskett y cois., 1987). Se han introducido
otras variables pesquisables con la ultrasonografía, como la
En la TABLA 32-4 se presentan los criterios para evaluar
presencia o ausencia de placenta grado III, sin obtener una
las variables biofísicas que constituyen el PBF. La prueba
mejoría significativa de la mortalidad perinatal (Vintzileos y
requiere un tiempo mínimo de observación fetal ultrasono-
cois., 1983).
gráfica de 30 minutos. Se otorga un puntaje de 2 a cada
variable presente y de O cuando está ausente o no cumple Se ha correlacionado el PBF con acidosis fetal (pH <
los requisitos para ser considerada como normal. La su- 7,20 en arteria umbilical) en embarazos de alto riesgo re-
matoria de los puntajes individuales oscila entre O y 10 suelto mediante cesárea electiva. La eficacia diagnóstica
puntos. En su fase de desarrollo, los autores de esta prueba fue de una sensibilidad del 90%, una especificidad del
observaron que no hubo mortalidad perinatal cuando todas 96% y un valor predictivo positivo y negativo del 82% y
las variables tenían puntaje y que fue de 600 por 1.000 del 98%, respectivamente. Al analizar las diferentes com-
nacidos vivos cuando todas las variables tenían puntaje O binaciones de variables biofísicas con acidosis fetal, se
(Harman, 2004). obtuvo que la combinación reactividad cardíaca positiva y
presencia de movimientos respiratorios descartaba la aci-
Los estudios prospectivos mostraron un significativo des-
dosis en el momento de la evaluación con una sensibilidad
censo de la mortalidad perinatal al aplicar clínicamente el
de 100%, una especificidad del 92% y un valor predictivo
PBF a poblaciones obstétricas de alto riesgo. En la primera
positivo y negativo del 71% y del 100% respectivamente
experiencia clínica prospectiva la mortalidad perinatal fue
(Vintzileos y cois., 1987b; Vintzileos y cois., 1991; Vintzi-
de 5,06 por 1.000 nacidos vivos, cifra significativamente
leos & Knuppel, 1994).
menor que la mortalidad teórica esperada que alcanzaba a
65 por 1.000 nacidos vivos, o que la mortalidad general
633
OBSTETRICIA
Se ha establecido la correlación entre el PBF y el pH de • PBF 4/10. Elevada probabilidad de asfixia fetal. Morta-
la sangre de vena umbilical obtenida mediante cordocen- lidad perinatal de 91 por 1.000 nacidos vivos. Se debe
tesis. Ningún feto con PBF mayor o igual a 8 puntos tuvo interrumpir la gestación por indicación fetal.
un pH menor a 7,25, mientras que el pH promedio de los
• PBF 2/10. Asfixia fetal casi segura. Mortalidad perina-
fetos con PBF de O puntos fue de 7,07, con un rango entre
tal de 125 por 1 .000 nacidos vivos. Se debe interrumpir
6,90 y 7,17 (Manning y cois., 1993).
la gestación urgentemente por indicación fetal.
La conducta obstétrica propuesta según la puntuación
• PBF 0/10. Asfixia fetal segura. Mortalidad perinatal de
del PBF es la siguiente (Manning,1995):
600 por 1.000 nacidos vivos. Interrumpir la gestación
• PBF 10/10, 8/10 con líquido amniótico normal. Riesgo urgentemente por indicación fetal.
de asfixia fetal de excepción; mortalidad perinatal de 1
por 1.000 nacidos vivos. Se debe interrumpir la gesta- En la TABLA 32-5 se desarrolla la sistematización se-
ción solamente por motivos obstétricos o maternos. gún el puntaje de PBF obtenido.
• PBF 8/10 con líquido amniótico en oligoamnios. Pro- Los errores en la toma de decisiones se producen cuan-
bable compromiso fetal crónico. Mortalidad perinatal do se basan exclusivamente en el puntaje obtenido en la
de 89 por 1.000 nacidos vivos. Se debe interrumpir la evaluación sin considerar las variables comprometidas y su
gestación por indicación fetal. Previamente hay que des- relación con la asfixia fetal, la patología obstétrica conco-
cartar rotura prematura de las membranas ovulares y mitante, los intervalos entre las evaluaciones y la tardanza
ausencia de tejido renal no funcionante. para actuar prontamente frente a una evaluación fetal defi-
• PBF 6/10 con líquido amniótico normal. Prueba equí- nitivamente alterada (Vintzileos y cois., 1987a).
voca, posible asfixia fetal. Mortalidad perinatal variable. La revisión recientemente publicada en la base de datos
Si el feto está maduro pulmonarmente se interrumpe el Cochrane establece que no hay suficiente evidencia pro-
embarazo. Si está inmaduro, se repite la prueba en 24 veniente de estudios randomizados para apoyar el uso del
horas. PBF como un test de bienestar fetal en embarazos de alto
• PBF 6/10 con líquido amniótico en oligoamnios. Pro- riesgo. Esta conclusión se sostiene en parte en el bajo nú-
bable asfixia fetal. Mortalidad perinatal de 89 por 1.000 mero de pacientes enroladas en los trabajos analizados,
nacidos vivos. Se debe interrumpir el embarazo por indi- en la baja incidencia de eventos adversos y en que todos
cación fetal. los trabajos analizados fueron considerados de calidad in-
TABLA 32-5. Esquema de aplicación sistemática del perfil biofísico fetal
Puntaje Interpretación Mortalidad perinatal Recomendación de manejo
esperada/1.000*
10/10 a 8/8 - 8/10 con LA: Normal Sin evidencia de asfixia < 1/1.000 Sin intervención. Evaluación
UFP según patología de base
8/10 con LA: Oligoamnios Probable compromiso fetal 89/1.000 En gestación viable promover
crónico interrupción del embarazo,
considerar madurez pulmonar
6/10 con LA: Normal Equívoca, repetir en 6 a 12 horas Depende de la progresión Si persiste 6/10 considerar la
interrupción en fetos maduros.
En fetos inmaduros, corticoides
y repetir en 24 horas
4/10 Probable compromiso fetal 91/1.000 Interrupción inmediata según
agudo condiciones obstétricas, con
monitoreo fetal continuo
2/10 Compromiso fetal agudo 125/1.000 Interrupción inmediata por
operación cesárea
0/10 Compromiso fetal agudo severo 600/1.000 Interrupción inmediata por
operación cesárea
* Por 1.000 nacidos vivos, dentro de una semana de realizado el test, si no existe intervención adecuada.
Adaptado de: Harman, 2004.
634
Capítulo 32 Evaluación de la edad gestacional, madurez y bienestar felá! durante el embarazo
termedia. No hubo diferencias significativas en el número la respuesta fetal al estímulo vibroacústico es la edad ges-
de muertes perinatales como tampoco en el test de Apgar tacional; antes de las 26 semanas de edad gestacional sólo
menor a 7 a los 5 minutos (Lalor y cois., 2008). del 7% al 22% de los fetos estimulados tiene una monito-
rización basal de tipo reactivo, pero después de esa edad
Perfil biofísico modificado. En el segundo y tercer gestacional la reactividad fetal se obtiene en entre el 89% y
trimestre, la cantidad de líquido amniótico refleja la pro- el 100% de los casos (Druzin y cois., 1989).
ducción de orina fetal. La insuficiencia placentaria puede La fuente de estímulo vibroacústico más utilizada es un
generar una disminución en la perfusión renal, producien- dispositivo denominado laringe electrónica artificial. La
do oligoamnios. De este modo, la evaluación del líquido frecuencia del sonido utilizado es de entre 1.500 y 3.000
amniótico puede representar la función placentaria de largo Hz y se aplica sobre el polo cefálico durante 5 segundos.
plazo. Esta observación dio pie para combinar la monito- No existe información concluyente sobre si el estímulo vi-
rización basal de la frecuencia cardíaca fetal como un in- broacústico produce daño auditivo en el feto, aunque se
dicador de corto plazo del estado ácido-básico fetal con el estima que estímulos prolongados de 110 dB podrían pro-
índice de líquido amniótico como un indicador de función ducirlo. Estudios auditivos efectuados en veinte neonatos
placentaria de largo plazo. En 1989, Clark y su equipo fue- al segundo día de vida resultaron sin alteraciones (Ohel
ron los primeros en utilizar un PBF acortado como un test y cois., 1987). El examen auditivo y neurológico senado,
de primera línea para la evaluación de la función placenta- con un seguimiento de cuatro años, efectuado a 460 niños
ria. Ellos combinaron un test de estimulación vibroacústica sometidos a la EVF, no mostró alteraciones (Nyman y cois.,
con la determinación del índice de líquido amniótico, con 1992).
lo que el tiempo de evaluación se redujo a 10 minutos
por paciente y no obtuvieron eventos no esperados (Cun- En suma, la evidencia sostiene que el uso de la estimu-
ningham, 2005b). lación vibroacústica reduce la incidencia de registros bása-
les no reactivos y el tiempo necesario para la evaluación
Estimulación vibroacústica fetal (EVF). La respues- (Tan & Smith, 2001).
ta cardíaca fetal a un estímulo vibroacústico fue descrita
por primera vez por Sontag y Wallace en 1936. Posterior- Velocimetría Doppler
mente se observó que la respuesta cardioaceleratoria de 15
o más latidos fetales por minuto, provocada por el estímulo La mayoría de las patologías asociadas con insuficiencia
acústico, se asociaba a resultados negativos de la prueba placentaria actúan produciendo un daño anatómico en la
de la oxitocina, mientras que la ausencia de esta respuesta placenta. Esto produce un aumento de la resistencia al flujo
se asociaba en el 63% a resultados positivos o sospecho- sanguíneo placentario, medido en la arteria umbilical del
sos de esa prueba (Read & Miller, 1977). Posteriormente, feto. Mediante esta técnica es posible detectar los cambios
se observó que la EVF permitía reducir la frecuencia de de resistencia al flujo sanguíneo en los diferentes territorios
MB de tipo no reactivo del 12,6% al 6,1%, reduciendo vasculares fetales. Es así, que es posible pesquisar en el
considerablemente el tiempo de elaboración de esa prueba feto los mecanismos adaptativos a la hipoxia crónica, como
(Smith y cois., 1985; Smith y cois., 1986; Smith, 1994). la vasodilatación del territorio arterial cerebral (disminución
El riesgo de muerte fetal dentro de los siete días posteriores de la resistencia) y la vasoconstricción del territorio vascu-
a una prueba reactiva al estímulo sónico es muy bajo o lar periférico (aumento de la resistencia) (Arbeille y cois.,
nulo (valor predictivo negativo del 100%) y el valor predic- 1995). Cuando existe 30% de daño en las vellosidades
tivo positivo para sufrimiento fetal intraparto es del 50% córlales, se produce un aumento de la resistencia en la
(Gagnon, 1989). arteria umbilical y una reducción del flujo diastólico en la
arteria umbilical. Si el daño va del 60% al 70% de las
La respuesta a la EVF puede estar afectada por el tipo,
vellosidades córlales, se observa flujo ausente o reverso en
por la duración y por la intensidad del estímulo. Otros
la arteria umbilical.
factores que pueden alterar la respuesta cardíaca son la
obesidad materna, el volumen de líquido amniótico y la El Doppler en obstetricia ha sido objeto de la más exten-
edad gestacional. Se han utilizado estímulos vibroacústicos sa evaluación, con más estudios randomizados controlados
entre 90 y 103 dB; mientras más alta es la intensidad del que cualquier otro test de bienestar fetal. Así también, po-
sonido, la respuesta fetal es más consistente. Es así como see sólidas bases flsiopatológicas que le otorgan una com-
con estímulos de 103 dB la respuesta fetal inmediata se pleta concepción teórica para utilizar esta metodología en
logró en el 78% de los fetos, mientras que con 90 dB se medicina perinatal. Desde su introducción en 1977 (Fitz-
logró en el 47,7% (Yao y cois., 1990). Se ha observado gerald & Drumm, 1977), las expectativas cifradas sobre
que la duración del estímulo de 3 a 5 segundos obtiene esta técnica superaron ampliamente la realidad. Contribu-
significativamente más reactividad cardíaca fetal que es- yeron a esta situación errores metodológicos como Investi-
tímulos de menor duración (Pietrantoni y cois., 1991). El gaciones retrospectivas, casuísticas pequeñas, poblaciones
factor más importante que puede afectar significativamente seleccionadas, falta de un grupo control adecuado, etcétera
635
OBSTETRICIA
FIGURA 32-9. Flujometría Doppler de arteria umbilical.
Flujometría normal: se aprecia onda de flujo sistólico y
diastólico.
FIGURA 32-10. Flujometría Doppler de arteria umbilical.
(Doman & Harper, 1994; Divon, 1996). Pese a esos erro-
Flujometría sospechosa: se aprecia onda de flujo sistóli-
res, la velocimetría Doppler ha adquirido un rol preponde-
co y ausencia de flujo en diástole.
rante en la evaluación y manejo de las pacientes de alto
riesgo obstétrico, especialmente de aquellas con alto riesgo
de insuficiencia placentaria. En la base datos Cochrane se
analizan once estudios de buena calidad que abarcan casi
7.000 pacientes. El Doppler fue analizado en pacientes de
alto riesgo obstétrico, específicamente en pacientes con hi-
pertensión o sospecha de crecimiento fetal. En ellas hubo
una tendencia a la reducción de las muertes perinatales
(OR 0,71, 95%; IC: 0,5% al 1,01%), se asoció con pocas
inducciones de parto y pocos ingresos al hospital y no se
reportaron complicaciones significativas. No hubo diferen-
cias para sufrimiento fetal en trabajo de parto o tasa de
cesárea. En resumen, el uso del Doppler en pacientes de
alto riesgo obstétrico mejora el cuidado obstétrico y parece
contribuir a la reducción de las muertes perinatales (Neil-
son & Alfirevic, 2008).
Por otro lado, se encuentra claramente establecido que
la velocimetría Doppler no posee ningún valor como exa-
men de screening de bienestar fetal en la población general
obstétrica (ACOG, 1999).
La arteria umbilical del feto es el lugar más utilizado para
evaluar las alteraciones de la resistencia al flujo sanguíneo.
La relación sístole/diástole (S/D) es el índice utilizado más
usualmente. Se considera anormal si se encuentra sobre FIGURA 32-11. Flujometría Doppler de arteria umbilical.
el percentil 95 para la edad gestacional. Otras alteraciones Flujometría patológica: se aprecia onda de flujo sistólico
de interés en la arteria umbilical son la ausencia y el flujo y flujo reverso en diástole.
reverso en diástole (Maulik, 1995).
La velocimetría normal y las alteraciones señaladas se
presentan en las FIGURAS 32-9 A 32-11. La presencia de da capacidad de perfusión (Arabin y cois., 1988; Arabin
estas alteraciones señala un daño placentario significativo; y cois., 1992). La microscopía placentaria ha mostrado
de esta forma sólo el 7% de las placentas es normal, el obliteración de las arteriolas en las vellosidades terciarias y
74% presenta claras alteraciones anatomopatológicas de engrasamiento de la íntima (Giles y cois., 1985; McCowan
insuficiencia placentaria y el 19% presenta una reduci- y cois., 1987; Fokycols., 1990).
636
Capítulo 32 | Evaluación de la edad gestacional madurez y bienestar fetal durante el embarazo
En poblaciones de alto riesgo perinatal la incidencia de actividad fetal, una declinación gradual del líquido amnió-
alteraciones del flujo en diástole es muy variable y oscila tico, disminución de actividades biofísicas (MR, MF, TF), y
entre el 1% y el 34%. Se estima que una mediana del 8% la presencia de patrones anormales de frecuencia cardíaca.
refleja la realidad obstétrica habitual (Divon y cois., 1989; (Baschat, 2004).
Pattison y cois., 1993).
En cuanto a la temporalidad de los cambios observados
La mortalidad perinatal asociada a flujo ausente en diás- en el Doppler de pacientes con insuficiencia placentaria,
tole es casi del 10% y del 33% cuando el flujo es reverso también se han descrito cambios precoces y tardíos. Los
en diástole (Zelop y cois., 1996). cambios precoces comprometen vasos periféricos, como la
arteria umbilical (AUMB) y la arteria cerebral media (ACM).
Otro territorio frecuentemente evaluado corresponde a la
Se producen primariamente en el índice IP de AUMB, y
arteria cerebral media (ACM). Los índices de velocimetría
luego en IP de ACM. Finalmente, se produce flujo diastólico
de la ACM identifican a aquellos fetos que están realizando
ausente en arteria umbilical. Estos cambios fueron detec-
una centralización del flujo sanguíneo (brain sparing) me-
tados quince días antes de la interrupción del embarazo
diante la autorregulación de los vasos arteriales. La ACM
(Ferrazziycols., 2002).
no debe utilizarse como parámetro único de evaluación del
bienestar fetal; se considera su uso sólo en protocolos de Los cambios tardíos se observan en el territorio arterial
investigación (ACOG, 1999). En los últimos años se en- y venoso. En primer lugar aparece una alteración de la
cuentra en evaluación su uso combinado con otros terri- relación S/D en el ductus venoso, luego aparece un flujo
torios fetales. En la relación cerebro/placentaria (IP ACM/ reverso en diástole de AUMB, hay una reducción del peak
IP ALJM) permite detectar fetos con un riesgo mayor de de velocidad en arteria pulmonar y aorta y flujo reverso
morbimortalidad perinatal (Plazzey cois., 2005). en ductus venoso. Estas alteraciones se presentan 4 a 5
días antes de la interrupción del embarazo por deterioro
Es interesante destacar que el análisis simultáneo de
de la unidad fetoplacentaria. Desde un punto de vista pro-
varios territorios fetales ha permitido establecer la respuesta
nóstico, es menor la mortalidad perinatal de los fetos que
circulatoria fetal a la insuficiencia placentaria y, además,
presentan sólo cambios precoces. En el grupo con cambios
establecer su relación con las pruebas biofísicas de evalua-
tardíos sobrevivieron sin daño neurológico aquellos que no
ción del bienestar fetal.
presentan flujo reverso en el ductus venoso ni alteraciones
Se denomina respuesta circulatoria temprana al patrón del peak de velocidad en arteria pulmonar y aorta (Ferrazzi
vascular caracterizado por la elevación de la resistencia al y cois., 2002).
flujo placentario, con aumento de la poscarga y del gas-
En fetos con insuficiencia placentaria la evaluación
to cardíaco del ventrículo derecho. Subsecuentemente,
combinada con Doppler y parámetros biofísicos arroja las
se produce un aumento del gasto cardíaco del ventrículo
siguientes conclusiones: el Doppler de AUMB anormal
izquierdo, lo cual mejora la perfusión del polo cefálico y
y PBF normal se asocia al menor desbalance del estado
genera un cambio en la relación Doppler cerebroplacenta-
ácido-básico; el Doppler de ductus venoso anormal y PBF
rio, con un aumento del flujo cerebral denominado braín
anormal se asocia al mayor compromiso ácido-básico y
sparíng. Es decir, se trata de fetos en riesgo de hipoxemia
mortalidad perinatal. Sin embargo, más del 50% de los
con pH en rango normal.
fetos no tienen anormalidades concordantes dado que las
Si la noxa persiste, se altera la función cardíaca y el manifestaciones cardiovasculares y biofísicas de deterioro
corazón se torna incapaz de manejar el retorno venoso, con fetal son independientes entre sí. El deterioro cardiovascu-
la consiguiente alteración del Doppler venoso. Al aumentar lar precede al compromiso de las actividades biofísicas. De
la presión en la aurícula derecha durante la contracción este modo, en fetos con insuficiencia placentaria el Doppler
atrial, se produce flujo reverso, produciendo una onda a en y el PBF son estudios complementarios de evaluación an-
Doppler venoso; en casos extremos se puede transmitir la tenatal (Baschat, 2006).
presión a la vena umbilical, produciendo pulsatilidad en la
Por lo tanto, la veloclmetría Doppler:
misma. Este fenómeno es considerado de evidente deterio-
ro del bienestar fetal. Si se mantiene el deterioro vascular, • No tiene lugar en la evaluación de la condición fetal en
se produce insuficiencia tricuspídea holosistólica y desace- poblaciones de bajo riesgo obstétrico.
leraciones espontáneas en el monitoreo basal que llevan
• No tiene lugar en el diagnóstico del retardo del creci-
a la muerte fetal. Esta serie de fenómenos se denomina
miento intrauterino.
respuesta circulatoria tardía (Baschat, 2004).
• En poblaciones de alto riesgo, sus alteraciones se aso-
La alteración de las variables biofísicas en la respuesta
cian con una elevada mortalidad perinatal.
circulatoria temprana se traduce en un retraso en la ma-
duración del control de FCF y un retraso en la maduración • Sus alteraciones aconsejan una pronta interrupción del
de los estados de comportamiento fetal. En la respuesta embarazo, con evaluación diaria de la condición fetal,
circulatoria tardía se observa una disminución global de la utilizando las pruebas convencionales.
637
OBSTETRICIA
• En fetos de alto riesgo de asfixia perinatal, esta prueba cultivos o por detección de anticuerpos tipo IgM específicos
debe realizarse independientemente de los resultados de en sangre fetal. Estos estudios se pueden realizar desde las
las otras pruebas de evaluación fetal, y deberá repetirse 22 semanas de edad gestacional.
a los 7 días si el embarazo continúa en evolución.
La indicación de cordocentesis para la cuantificación
• Esta técnica debe estar ubicada al final de un diagrama de plaquetas fetales en enfermedades inmunológicas que
de flujo de pruebas convencionales de evaluación fetal, producen trombocitopenia ha sido progresivamente aban-
como prueba de confirmación. donada en la medida que se ha hecho más accesible el
tratamiento con gammablobulina durante e) embarazo.
• En la actualidad, la velocimetría Doppler en arteria cere-
bral media, aorta, territorios venosos y otros, sólo tiene La cordocentesis ha sido utilizada para evaluar la con-
cabida en la toma de decisiones obstétricas en pacientes dición ácido-base del feto y su correlación con pruebas no
con insuficiencia placentaria. Al resto de las pacientes se invasivas como el perfil biofísico fetal y la flujometría Do-
las debe considerar en etapa de investigación clínica. ppler. Los estudios publicados avalan la correlación entre
PBF y pH de la vena umbilical en fetos con y sin retardo
del crecimiento fetal (Manning y cois., 1993). Se ha po-
Cordocentesis
dido establecer que en fetos con retardo del crecimiento
El acceso directo a la circulación fetal ha significado un intrauterino, la flujometría Doppler se correlaciona adecua-
gran avance para el conocimiento y estudio de la fisiología damente con la gasometría en sangre arterial y venosa del
fetal, además de ser una herramienta útil para el diagnósti- cordón umbilical, con el PBF, con los índices de resistencia
co y tratamiento de enfermedades perinatales. de los territorios arteriales y venosos y con los índices de
función cardíaca ventricular (Yoon y cois., 1993; Rizzo y
En 1974 Charles Rodeck realizó la primera extracción de cois., 1995; Hecherycols., 1995).
sangre del cordón umbilical durante una fetoscopia. Años
más tarde, Daffos informó la primera punción percutánea Las contraindicaciones para realizar el procedimiento
del cordón umbilical, introduciendo una aguja de anestesia derivan de las infecciones maternas que se pueden trans-
espinal bajo visión ultrasonográfica (Daffos y cois., 1983). mitir al feto a través de la punción, como la hepatitis B y
En la actualidad, el acceso vascular fetal puede ser reali- el SIDA, de la falta de capacitación del operador o de la
zado en el cordón umbilical, en las venas ¡ntrahepáticas o ausencia de recursos técnicos apropiados (Ryan & Rodeck,
en el corazón fetal. El primero de ellos constituye el método 1993).
más aceptado para la obtención de sangre fetal. La sangre fetal ha sido obtenida exitosamente desde las
Las indicaciones para realizar este procedimiento se di- 18 semanas de gestación. Se han informado procedimien-
viden en diagnósticas y terapéuticas. En los países desarro- tos sin complicaciones a edades gestacionales tan precoces
llados, su principal indicación está orientada al diagnóstico como las 12 semanas (Orlandi y cois., 1987; Orlandi y
rápido del cariotipo fetal, el cual se plantea frente a fetos cois; 1990). La pérdida fetal atribuible al procedimiento
malformados y en retardo del crecimiento fetal de inicio es relativamente baja, y es permisible si la indicación para
precoz. Los cariotipos de amniocitos obtenidos mediante efectuarlo está claramente fundamentada.
amniocentesis pueden demorar entre dos y tres semanas, La complicación más común es la bradicardia fetal tran-
mientras que el cariotipo de linfocito fetal, obtenido por sitoria, que acontece en el 9% de los procedimientos. La
cordocentesis, se encuentra disponible a las 72 horas (Lu- etiología de esta alteración de la frecuencia cardíaca fetal
domirsky, 1989). El estudio y tratamiento de la enferme- es poco clara; en algunos casos es secundaria a hema-
dad hemolítica perinatal ocupa el segundo lugar entre las tomas del cordón umbilical, pero en la mayoría no existe
indicaciones del procedimiento, siendo en nuestro medio la una causa aparente. Algunos investigadores postulan un
causa principal (Oyarzún y cois., 1991; Espinoza y cois., vasoespasmo arterial o la liberación de endotelinas cuando
1995). se punciona la arteria umbilical (Daffos, 1989).
El estudio de infecciones fetales sospechadas por ante- En la TABLA 32-6 se resumen las mortalidades peri-
cedentes maternos, retardo del crecimiento fetal severo y natales esperadas de acuerdo a los diferentes métodos de
precoz o hídrops fetal no inmune, obliga a descartar infec- evaluación de la unidad fetoplacentaria.
ciones del tipo TORCH y parvovirus B19, ya sea mediante
638
TABLA 32-6. Mortalidad perinatal esperada según diferentes métodos de evaluación de la unidad fetoplacentaria
Método Frecuencia Mortalidad perinatal esperada/1.000*
RBNE Semanal 3,2* l.OOONV
RENE Bisemanal 1,7* l.OOONV
RBNE + LA (según PBF) Semanal 1,4* l.OOONV
PBF Semanal 0,8* l.OOONV
TTC Semanal 0,4* l.OOONV
* Por 1.000 nacidos vivos, dentro de una semana de realizado el test, si no existe intervención adecuada.
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Capítulo 32 | Evaluación de la edad gestacional, madurez y bienestar fetal durante el embarazo
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643
Ultrasonografía en obstetricia
H. Muñoz M. Parra I D. Pedraza
Las enfermedades responsables de más del 90% de la La bioseguridad del ultrasonido diagnóstico se refiere a
morbimortalidad perinatal derivan del parto prematuro, de los riesgos que corre el paciente o el operador al recurrir
la restricción del crecimiento intrauterino, de las malforma- a este procedimiento. Si bien es cierto que el ultrasonido
ciones fetales y de la preeclampsia (McCormick, 1985). En puede producir daño tisular, como ocurre en su uso onco-
la actualidad el ultrasonido es la principal herramienta para lógico, donde el tejido tumoral es selectivamente destruido
el diagnóstico y la determinación del riesgo de aparición de por ondas de alta frecuencia, múltiples investigaciones en
estas enfermedades. bioseguridad han demostrado que el ultrasonido diagnós-
tico no produce daño (WFUMB, 1989). No obstante, las
Durante los últimos años el ultrasonido ha sido una de
máquinas de ultrasonido cuentan con dos medidas de se-
las áreas de mayor desarrollo tecnológico, que ha permi-
guridad que tienen que ver con los riesgos de aumento de
tido no sólo visualizar estructuras normales y anormales,
temperatura o de daño mecánico, el índice térmico y el
sino también determinar la función de diversos órganos
índice mecánico. Si bien estos índices en el modo B están
y sistemas. Recientemente se han obtenido imágenes tri-
siempre en el rango de segundad, la utilización de Doppler
dimensionales de las estructuras fetales, lo que desde el
color y en especial de Doppler pulsado tienen un uso res-
punto de vista diagnóstico ha posibilitado el examen virtual
tringido en el primer trimestre de la gestación.
a distancia (por ejemplo del sistema nervioso central o del
corazón fetal).
Ultrasonido de rutina en el control
Bioseguridad del ultrasonido prenatal
diagnóstico El ultrasonido es probablemente la técnica más utilizada
durante el embarazo, sin embargo, el uso de rutina es mo-
El ultrasonido es una onda de alta frecuencia, sobre los
tivo de debate. Diferentes países han desarrollado diversos
20 mHz, que se ubica por sobre el rango audible. En el
esquemas de uso, que van de uno hasta cinco exámenes
ultrasonido utilizado en medicina, las frecuencias van entre
ultrasonográficos durante la gestación. Su utilidad ha sido
los 3 mHz y los 15 mHz. El principio por el cual se forman
también variable y para el diagnóstico de malformaciones
las imágenes por ultrasonido, es el mismo del sonar de
fetales la sensibilidad osciló entre el 16% y el 64% (Chitty
los barcos. La fuente emisora de los pulsos de ultrasonido,
y cois., 1991; Ewigman y cois., 1993; Saari-Kemppainen
llamada transductor, recibe la señal propagada a través
y cois., 1994; Levi y cois., 1995; ACOG, 1997; Grandjean
de los tejidos blandos, siendo el blanco la pared del objeto
y cois., 1999).
a estudiar (efecto Doppler). El transductor está constitui-
do por una serie de cristales piezoeléctricos que emiten y Durante el primer trimestre se recomienda restringir el
detectan los ecos que retornan y forman finalmente una examen ultrasonográfico sólo por indicación clínica, es de-
imagen (modo B). Una serie de variables influyen en este cir, en aquellos casos con historia de pérdida reproductiva
proceso, donde destacan las características físicas del ob- o patología del embarazo actual como metrorragia del pri-
jeto (sólido o líquido), la distancia del objeto al transductor, mer trimestre, para diagnóstico diferencial entre síntomas
la frecuencia del ultrasonido que emite el transductor, entre de aborto, en enfermedad del trofoblasto y en embarazo
otros factores. ectópico.
644
Capítulo 33 | Ultrasonografla en obstetricia
Este examen permite evaluar la ubicación del embarazo, TABLA 33-1. Examen ultrasonográfico de las 11 a las 14
su viabilidad, la edad gestacional y evaluar los parámetros semanas de gestación
pronósticos como frecuencia cardíaca y proporción em-
brión-saco amniótico (Leíble y cois., 1998; Muñoz y cois.,
Biometría
2000; Muñoz y cois., 2002).
Longitud cefalonalgas
El examen ultrasonográfico de rutina debe ser realizado Vitalidad
por profesionales de la salud que tengan formación en em-
briología, anatomía, fisiología, así como en fisiopatología, Frecuencia cardíaca
patología y conocimiento de las principales malformacio- Riesgo de aneuploidías
nes y síndromes fetales. En Chile este perfil lo cumplen los Translucencia nucal
médicos, particularmente los especialistas en obstetricia y Hueso nasal
ginecología, y muy especialmente los subespecialistas en Ductus venosos
medicina materno-fetal. Sin embargo, en aquellas áreas Insuficiencia tricuspídea
donde no se cuente con estos profesionales o donde su
recambio es muy rápido, la capacitación en ultrasonido Malformaciones mayores
obstétrico a otros profesionales de la salud, especialmente Anatomía fetal: cráneo, tórax, estómago, pared
matronas, ha resuelto un problema de cobertura del exa- abdominal anterior, vejiga urinaria, columna,
men de rutina. extremidades
Embarazo gemelar
En Chile, la recomendación del Ministerio de Salud es
de tres exámenes ultrasonográficos prenatales, con una co- Número de fetos
bertura del 70% al 80% de la población obstétrica, con Diagnóstico de corionicidad
una sensibilidad para el diagnóstico de malformaciones
congénitas que va entre el 50% y el 90% en centros pri-
marios y terciarios respectivamente (Muñoz y cois., 2001).
Los objetivos del ultrasonido de rutina durante el embarazo Examen entre las 20 y las 24 semanas de ges-
incluyen seleccionar a la población de riesgo, concentrar tación. Este examen es el más importante de los que se
recursos y disminuir la morbimortalidad perinatal. A conti- realiza en el embarazo. Comprende un estudio biométrico,
nuación analizaremos los objetivos y contenidos de la eva- anatómico y funcional del feto y la madre. Desde el punto
luación ultrasonográfica de los tres exámenes de rutina en de vista anatómico fetal, se debe realizar un detallado exa-
el control prenatal de embarazadas de bajo riesgo. men de cabeza, columna, cara, cuello, tórax, corazón, ab-
domen, genitales y extremidades superiores e inferiores, así
Examen entre las 11 y las 14 semanas de ges- como de los anexos ovulares (localización placentaria, cor-
tación. En este examen se evalúa la vitalidad (presencia dón umbilical y cantidad de líquido amniótico). La evalua-
de actividad cardíaca) y la edad gestacional (biometría fe- ción anatómica del feto permite realizar el diagnóstico de
tal) con un margen de error de sólo algunos días. En los malformaciones fetales y el tamizaje de aneuploidías me-
embarazos gemelares se realiza además el diagnóstico de diante la búsqueda de marcadores (Muñoz y cois., 1999,
corionicidad y amnionicidad, fundamental para el manejo Parra y cois., 2005). Desde el punto de vista funcional,
de esa patología (Muñoz y cois., 1998). Debe realizarse debemos realizar el estudio de la longitud del cérvix uterino,
un examen detallado de la anatomía fetal que es posible que nos permite el tamizaje para parto prematuro (lams y
observar en este rango de edad gestacional, como también cois., 1996; Heath y cois., 1998; Fonseca y cois., 2007),
la evaluación de la translucencia nucal, para el diagnósti- y el estudio de velocimetría Doppler de las arterias uterinas
co precoz de malformaciones y aneuploidías. En algunos para la identificación de pacientes con riesgo de patologías
centros se incorpora como parte del tamizaje genético la hipóxicas como preeclampsia, restricción de crecimiento
medición del hueso nasal, la evaluación de la velocimetría intrauterino y una porción de los partos prematuros (Mu-
Doppler del ductus venoso y se investiga la presencia de ñoz y cois., 1997a; Parra y cois., 2005). Los diferentes
insuficiencia tricuspídea. De esta manera, es posible diag- parámetros a evaluar en este rango de edad gestacional se
nosticar malformaciones y determinar el riesgo de aneu- resumen en la TABLA 33-2.
ploidías (Nicolaides y cois., 1992a; Snijdery cois., 1998;
Muñoz y cois., 1999; Nicolaides, 2004). Los diferentes Examen entre las 30 y las 34 semanas de gesta-
parámetros a evaluar en este rango de edad gestacional se ción. En este examen ultrasonográfico se evalúa el creci-
resumen en la TABLA 33-1. miento fetal, el bienestar fetal y la ubicación de la placenta.
En aquellos fetos con restricción de crecimiento intrauterino
podemos evaluar su condición hemodinámica. Los diferen-
tes parámetros a evaluar en este rango de edad gestacional
se resumen en la TABLA 33-3.
645
OBSTETRICIA
TABLA 33-2. Examen ultrasonográfico entre las 22 y las Determinación de la edad gestacional
24 semanas de gestación y del peso fetal
Biometría El ultrasonido de rutina representa una buena oportunidad
para corroborar o determinar la edad gestacional mediante
Diámetro biparietal, diámetro frontooccipital,
abdomen, fémur la medición de diversas estructuras anatómicas embriona-
rias o fetales.
Anatomía
Cabeza: atrium anterior y posterior, cisterna Es posible visualizar el saco gestacional por vía transva-
magna, cerebelo ginal desde aproximadamente las 5 semanas de gestación.
Cara y cuello: distancia interorbitaria, labio su- Entre las 5 y 6 semanas la visualización del saco vitelino
perior, mentón, cuello en el interior del saco gestacional es un signo de normali-
Tórax: simetría, tamaño, campos pulmonares dad del embarazo.
Corazón: posición, tamaño, cuatro cámaras, Desde las 6 y hasta las 14 semanas, la medición de
tractos de salida la longitud cefalonalgas permite determinar la edad ges-
Abdomen: pared, estómago, ríñones, pelvis re- tacional con una dispersión de sólo algunos días (Grisolia
nal, vejiga, arterias umbilicales, inserción del y cois., 1993). Esta medición se debe realizar mediante
cordón umbilical la obtención de un plano de sección sagital del embrión
Columna: evaluación de arcos en plano sagital o feto, en estado de semiflexión desde la cabeza hasta las
y transversal nalgas (FIGURA 33-1). Desde el segundo trimestre en
Genitales: diagnóstico de sexo fetal adelante, la medición de los diferentes segmentos fetales es
Extremidades: presencia y movimientos, posi- la técnica más usada para determinar la edad gestacional y
ción de las manos y dedos, eje de las piernas también la estimación del peso fetal.
Placenta y anexos: ubicación de la placenta, nú-
mero de vasos del cordón y sitio de inserción,
cantidad de líquido amniótico
Marcadores de aneuploidías
Pliegue nucal
Ventriculomegalia
Foco hiperecogénico en corazón
Pielectasis renal
Intestino hiperecogénico
Acortamiento de huesos largos
Acortamiento de falanges
Funcional
Medición del cuello uterino
Velocimetría Doppler de arterias uterinas
TABLA 33-3. Examen ultrasonográfico entre las 32 y las
34 semanas
Biometría
Estimación de peso fetal, curva de percentiles
Placenta
Localización
Grado de madurez
FIGURA 33-1. Embrión de 8 semanas. Medición de longi-
Líquido amniótico tud cefalonalgas; se observan vesículas cerebrales.
índice de líquido amniótico
Presentación fetal
Cefálica
Podálica Medidas cefálicas. Los diámetros cefálicos incluyen
Tronco el diámetro biparietal y el frontooccipital. El diámetro bipa-
rietal se utiliza desde las 11 semanas y tiene una mínima
646
Capítulo 33 | Ultrasonografía en obstetricia
r
variación respecto de la edad gestacional, que va aumen-
tando a medida que progresa el embarazo. El diámetro
frontooccipital se utiliza desde las 14 semanas de gesta-
ción. Se realiza en un plano de sección axial del feto, que
pasa por los tálamos y el cavum septum pelucidum, en el
denominado plano transtalámico del ultrasonido de rutina
del sistema nervioso central. La técnica de medición en
este plano consiste en posicionar los puntos de medición
(calipers) desde el borde externo de la tabla ósea hasta el
borde interno de la tabla ósea contralateral, en el diámetro
transverso mayor para el biparietal y en el anteroposterior
para el frontooccipital (FIGURA 33-2). Al parecer, la medi-
ción del perímetro cefálico tiene un menor margen de error
y se realiza trazando los bordes de la cabeza en los planos
descritos (British Medical Ultrasound Society, 1990).
FIGURA 33-3. Abdomen fetal.
trazado del borde abdominal (British Medical Ultrasound
Society, 1990).
Medidas de huesos largos Al igual que otras me-
diciones, la calcificación del fémur y húmero permiten su
medición desde las 11 semanas de gestación, pero su
utilidad clínica es desde las 14 semanas en adelante. La
variabilidad de las medidas del fémur y húmero respecto
de la edad gestacional es la menor de todas las medidas
descritas, y a pesar de que aumenta a medida que progresa
la edad gestacional, la variación es menor a una semana
FIGURA 33-2. Medidas cefálicas en plano transtalámico. en el embarazo de término. Por lo tanto, la medición de los
huesos largos, y más frecuentemente del fémur, es la más
utilizada para el cálculo de la edad gestacional en el emba-
razo, muy especialmente en el tercer trimestre. La medición
Medidas abdominales. Es posible medir el abdomen
del fémur y húmero se realiza mediante una visión longi-
desde las 11 semanas. Sin embargo, en la práctica clínica
tudinal de ellos en toda su extensión, en una aproximación
se utiliza en embarazos mayores de 14 semanas. El rango
anteroposterior, desde el borde de una de la epífisis hasta
de variación en el cálculo de la edad gestacional es amplio,
el borde de la otra (FIGURA 33-4) (British Medical Ultra-
y aumenta a medida que progresa la edad gestacional, pu-
sound Society, 1990).
diendo llegar hasta cerca de dos semanas hacia el término
del embarazo. Se realiza en un plano de sección axial del A pesar de que muchas estructuras pueden ser visuali-
abdomen superior, donde debemos observar claramente zadas y medidas durante el embarazo, no son utilizadas en
los bordes de la pared abdominal, sin incluir costillas, in- los exámenes ultrasonográficos de rutina en el embarazo
serción del cordón umbilical o ríñones. Es posible identifi- normal.
car a la izquierda ia sombra gástrica, y a la derecha y en
el centro la vena umbilical (FIGURA 3 3 - 3 ) . En edades Estimación del peso fetal. Para la toma de decisio-
gestacionales mayores la vesícula biliar se observa como nes, especialmente en el embarazo de alto riesgo (cuando
una imagen econegativa alargada en sentido anteroposte- es necesario programar la interrupción del embarazo), es
rior y a la derecha. Se observa también la arteria aorta y la necesario precisar la edad gestacional y el peso fetal y re-
vena cava inferior cortadas transversalmente. La medición lacionar ambas variables para diagnosticar si el peso fetal
de los diámetros abdominales se realiza midiendo entre es adecuado, pequeño o grande para la edad gestacional.
los bordes externos en sentido anteroposterior y transver- La estimación del peso fetal también es de importancia
so. También es posible obtener el perímetro mediante el para el seguimiento de este parámetro durante la gestación
647
de las más altas, y en todas las series es superior al 80%
(González y cois., 1999; Pilu y cois., 2000).
Examen normal. Con los equipos de ultrasonido 2D
empleados actualmente, es posible evaluar el desarrollo
normal del SNC fetal, así como también la detección de un
gran número de anomalías estructurales, incluso desde las
primeras semanas de gestación.
En la séptima semana es posible visualizar la vesícula
romboencefálica como un área sonolúcida en el extremo
cefálico del embrión, la cavidad del diencéfalo (futuro ter-
cer ventrículo) hacia posterior y en corte sagital es posible
observar la cavidad mesencefálica en la forma de un tubo
curvado con su parte rostral apuntando hacia caudal del
embrión en desarrollo (Timor-Trisch y cois., 2004). En la
FIGURA 33-4. Fémur fetal. novena semana es posible visualizar las tres vesículas ce-
rebrales primarias con claridad, y desde las 11 semanas la
estructura predominante es la estructura refringente de los
normal y en la sospecha de la restricción del crecimiento plexos ceroideos, que ocupa gran parte de los ventrículos
fetal. Actualmente, los equipos de ultrasonografía incorpo- laterales (FIGURA 33-5). La osificación de la calota se
ran fórmulas matemáticas para el cálculo de la estimación inicia alrededor de las 11 semanas en el hueso occipital, lo
del peso fetal, introduciendo las medidas de los parámetros que puede ser evidenciado en el examen ultrasonográfico
anatómicos del cráneo, abdomen y fémur. Estas fórmulas como una hiperecogenicidad del cráneo en comparación
han sido obtenidas en investigaciones prospectivas y vali- con el tejido subyacente.
dadas, con un margen de error inferior al 10% del peso real
(Shepard y cois., 1982; Hadlock y cois., 1985). La exploración básica del SNC fetal (ISUOG, 2007) in-
corpora una evaluación cualitativa y una cuantitativa.
Anatomía fetal y malformaciones
congénitas más frecuentes
La revisión de la anatomía fetal durante el primer trimestre
es más bien general, pero es detallada desde las 11 sema-
nas y en especial en el examen de las 20 a 24 semanas,
donde examinamos cada uno de los órganos o sistemas,
buscando o descartando la presencia de malformaciones.
Las malformaciones congénitas tienen una incidencia
aproximada de 2/100 nacidos vivos. En los mortinatos la
incidencia es del 5% y están presentes en cerca del 20%
de las muertes infantiles (Chitty y cois., 1991; Ewigman y
cois., 1993; Levi y cois., 1995; González y cois., 1999).
La sensibilidad del ultrasonido en el diagnóstico de mal-
formaciones fetales va desde el 16% en los estudios norte-
americanos, al 64% en el estudio de EUROFETUS. En Chile,
las cifras más importantes muestran una sensibilidad del
ultrasonido en el diagnóstico de malformaciones congéni-
tas de aproximadamente el 50% (González y cois., 1999).
FIGURA 33-5. Visión axial del cerebro en feto de 12 se-
manas. Destacan eco medio y plexos coroideos.
Sistema nervioso central
Las malformaciones del sistema nervioso central (SNC)
tienen una incidencia de 20:1.000 recién nacidos vivos, Evaluación cualitativa. Puede lograrse mediante la
una letalidad cercana al 40% y sólo el 7% tiene algún an- visualización de tres planos axiales y por la exploración
tecedente de riesgo. La sensibilidad global del ultrasonido meticulosa de la columna fetal. Su objetivo es identificar
en las malformaciones del sistema nervioso central es una diversas estructuras en tres planos diferentes.
648
Capítulo 33
Plano transventricular. Corresponde a un plano axial
en donde es posible observar la porción anterior (frontal)
y posterior del ventrículo lateral a nivel del cavum septum
pelúcido (CSP). En su porción anterior, el ventrículo lateral
se visualiza como una estructura en forma de coma, llena
de fluido, limitada hacia lateral con una pared bien definida
y hacia medial por el CSP. La visualización del CSP como
una cavidad econegativa entre dos membranas delgadas,
debiera ser siempre posible de identificar entre las 18 y las
37 semanas de gestación, o entre 44 y 88 mm de diámetro
biparietal (DBP). Su no visualización se asocia a altera-
ciones estructurales como holoprosencefalia, agenesia del
cuerpo calloso, hidrocefalia severa o displasia septoóptica.
La porción posterior del ventrículo lateral, en donde conflu-
yen las prolongaciones temporal occipital y frontal consti-
tuye el atrium, caracterizado por la visualización del plexo
ceroideo (estructura ecorrefringente) y por la prolongación
hacia posterior del cuerno occipital, que aparece como ca- FIGURA 33-6. Plano transcerebelar. La flecha indica el
vidad llena de fluido. Normalmente, las paredes medial y cerebelo.
lateral aparecen paralelas a la línea interhemisférica y con
el glomus del plexo ceroideo ocupando casi totalmente su
espacio a nivel del atrium. Las alteraciones estructurales estructura algo más ecogénica y angosta (vermis cerebelar)
severas son usualmente bilaterales o determinan desvia- (FIGURA 33-6). La cisterna magna (cisterna cerebelome-
ción del eco medio, por lo cual se asume simetría, evaluan-
dular) aparece como un espacio lleno de líquido separando
do sólo el hemisferio más distante al transductor.
el cerebelo del hueso occipital, con una amplitud en senti-
Plano transtalámico. Permite la visualización de la por- do anteroposterior que se mantiene estable en la segunda
ción anterior del ventrículo lateral, el CSP, el tálamo y el mitad de la gestación, entre los 2 mm y los 10 mm; nor-
girus del hipocampo. Si bien no aporta más información malmente es posible observar septos en su interior, que
anatómica que el plano transventricular descrito, se utiliza no deben confundirse con quistes o estructuras vasculares
para mediciones de la cabeza fetal, diámetro biparietal y anormales.
frontooccipital.
Columna fetal. Debe ser evaluada en forma sistemática,
Plano transcerebelar. Se logra en un nivel inferior con incluyendo un plano transverso, en toda su longitud, en que
respecto al plano transventricular. Se visualiza la porción es posible observar desde las 14 semanas los tres núcleos
frontal del ventrículo lateral, el CSP, el tálamo, cerebelo y la de osificación (uno dentro del cuerpo vertebral y los otros
cisterna magna. El cerebelo aparece como una estructura dos entre la lámina y el pedículo a cada lado) y un corte
en forma de mariposa con sus extremos laterales redon- sagital en que se observará dirigidamente la piel que recubre
deados (hemisferios cerebelares) unidos al centro por una la columna (FIGURA 33-7A Y 33-7B). El ultrasonido 3D
FIGURA 33-7. Columna fetal indemne. A: corte sagital; B: corte axial.
649
OBSTETRICIA
nos permite muy buena observación de la columna fetal, es-
pecialmente en sus variantes diseñadas para la exploración
volumétrica de huesos (FIGURA 33-8). La anomalía estruc-
tural severa más frecuente de la columna es la espina bífida
abierta, la cual se asocia a alteraciones intracraneales que
pueden ser detectadas en la exploración ultrasonográfica.
FIGURA 33-9. Cerebro fetal. : atrium; 15: cerebelo y cis-
terna magna.
El diámetro transverso cerebelar tiene una buena corre-
lación con la edad gestacional, incrementando 1 mm por
FIGURA 33-8. Visión coronal de la columna en 3D. Se semana durante el segundo trimestre del embarazo.
aprecia la indemnidad de la columna fetal. La cisterna magna (CM) normalmente mide entre 2 mm
y 10 mm (Mahony y cois., 1984). En los casos de aumen-
to discreto de la CM se debe repetir la medición, poniendo
Evaluación cuantitativa. La evaluación biométrica de cuidado en visualizar correctamente la superficie interna
rutina en el segundo trimestre de la gestación permite ade- del hueso occipital, además de verificar que el ángulo en el
más determinar la amplitud del atrium ventricular, el diá- que se realiza la medición es el adecuado, es decir, en un
metro cerebelar transverso y la cisterna magna (FIGURA correcto plano transcerebelar.
33-9A Y 3 3 - 9 B ) . De acuerdo a la guía de evaluación ultrasonográfica del
La medición del atrium ventricular se realiza de forma SNC fetal propuesta por la Sociedad Internacional de Ultra-
perpendicular a la cavidad del ventrículo, a nivel del glo- sonografía (ISUOG, 2007), la recomendación actual para
mus del plexo coroideo. La medida del atrium se mantiene una evaluación más detallada del SNC fetal, denominada
estable durante el segundo y tercer trimestre de la gesta- neurosonografía fetal, debe ser realizada por especialistas.
ción, entre los 6 mm y los 8 mm, siendo normal un valor Últimamente se ha demostrado la utilidad de los volúme-
menor a 10 mm (Pilu y cois., 1999; Kelly y cois., 2001; nes 3D porque permiten reevaluar las imágenes en forma
Wax y cois., 2003). diferida (Timor-Trisch & Monteagudo, 2007) o evaluar ade-
650
Capítulo 33 Ultrasonografía en obstetricia
diadamente con la captura de un solo volumen (single shot
image) (Muñoz y cois., 2008).
Defectos del tubo neural. Los defectos de cierre del
tubo neural (DTN) incluyen la anencefalia, el encefalocele
y la espina bffida y tienen una incidencia aproximada de
5:1.000 nacimientos. La anencefalia y la espina bífida tie-
nen una incidencia similar, de 1:500 y representan alrede-
dor del 95% de los casos, mientras que el encefalocele sólo
constituye el 5%. En Chile se ha reportado una incidencia
de 1,8 casos de DTN por cada 1.000 nacimientos (Nazer
y cois., 2001).
Espina bífida. En el examen de las 18a 24 semanas
se observa ventriculomegalia de severidad variable en un
gran porcentaje de los casos, y es el primer signo de aler-
ta en el diagnóstico de espina bífida (FIGURA 33-10A).
Grados variables de desplazamiento del vermis cerebelar,
cuarto ventrículo y médula oblonga a través del foramen
magnum (malformación de Arnold-Chiari o Chiari tipo II)
están presentes en prácticamente todos los casos de espina
bífida abierta, resultando en cambios de forma del cerebelo
y obliteración de la cisterna magna, en lo que se conoce
como signo de la banana (FIGURA 33-10B). Los cam-
bios peculiares en el contorno de la calota a nivel frontal,
o signo del limón, pueden ser frecuentemente observados
en embarazos menores de 25 semanas; después de esta
edad gestacional, este signo desaparece. La sensibilidad
descrita de estos signos craneales en el examen ecográfico
del segundo trimestre para la pesquisa de espina bífida es
mayor al 90% (Blumenfeld y cois., 1993).
La observación de los signos cefálicos obliga a examinar
detalladamente la columna; en el corte transverso podemos
visualizar una imagen en forma de "U" debido a falta de FIGURA 33-10. Espina bífida. Signos cefálicos. A: ventri-
culomegalia; signo de la banana y del limón.
cierre del arco neural, asociado a imagen sacular econe-
gativa que protruye con contenido medular (mielomenin-
gocele) o sin contenido medular (meningocele) (FIGURA
33-11A). El corte sagital de la columna permite apreciar rales dilatados al ultrasonido y en la resonancia magnética
también la protrusión del tejido herniado y además puede (FIGURA 33-12A Y 33-12B).
ayudar en la determinación de la extensión de la lesión
(FIGURA 33-1 IB). Las técnicas de 3D logran imágenes Holoprosencefalia. Corresponde a un espectro de anor-
de gran calidad (FIGURA 33-11C), sin embargo, el es- malidades cerebrales derivadas de alteración en el clivaje
tándar dorado corresponde a la resonancia magnética, que del cerebro anterior. Esta condición se describe en aproxi-
nos otorga una clara evaluación del grado de protrusión del madamente 1:10.000 nacimientos. En el plano axial se
cerebro medio por el foramen magnum (FIGURA 33-1 ID) observa ausencia de estructuras de la línea media, ven-
(Muñoz y cois., 2008). trículo único y fusión de los tálamos (FIGURA 33-13A Y
33-13B).
Ventriculomegalia e hidrocefalia. Se denomina ven-
triculomegalia a la dilatación del ventrículo lateral entre los Complejo Dandy Walker. Se refiere a un espectro de
10 mm y 15 mm. Se observa en aproximadamente el 1% alteraciones que afectan la fosa posterior, en particular a
de los embarazos entre las 18 y 23 semanas (Benacerraf la vermis cerebelar, al cuarto ventrículo y a la CM. Lo po-
y cois., 1987). La hidrocefalia se define como la dilata- demos clasificar en malformación Dandy-Walker, variante
ción patológica de los ventrículos cerebrales (mayor de Dandy-Walker y mega CM. La malformación de Dandy-
15 mm). La mayoría de los casos de ventriculomegalia no Walker clásica se describe en aproximadamente 1:30.000
progresa a hidrocefalia. Se visualiza como ventrículos late- nacimientos, y se encuenra en el 4% al 12% de los casos
651
OBSTETRICIA
FIGURA 33-11. Espina bífida. A: visión axial; B: visión sagital; C: imagen 3D; y D: resonancia magnética.
652
Capítulo 33 | Ultrasonografía en obstetricia
FIGURA 33-12. Ventriculomegalia. A: visión axial modo B; B: resonancia magnética.
FIGURA 33-13. Holoproscencefalia. A: visión axial modo B; B: resonancia magnética.
de hidrocefalia infantil. La incidencia de la vanante Dandy- Las alteraciones de la estructura facial dan cuenta de
Walker y mega CM es desconocida. En las imágenes se ob- aproximadamente el 1% de las malformaciones. General-
servan desde ausencia del vermis cerebeloso hasta mega- mente son subdiagnosticadas y tienen una letalidad extre-
cisterna magna (FIGURA 33-14A, 33-14B Y 33-14C). madamente baja cuando no están asociadas a otras mal-
formaciones.
Cara y cuello Defectos orbitarios. Normalmente, el diámetro orbi-
A partir de las 12 semanas ya es posible evaluar adecua- tario interno es de aproximadamente un tercio del diáme-
damente la frente, las órbitas, los labios, las orejas, la nariz tro orbitario externo. Al comenzar el desarrollo, los ojos se
y el cuello fetal. La realización de cortes axiales, sagitales ubican lateralmente, y a medida que la gestación progresa,
y coronales en forma sistemática permite una adecuada migran hacia la línea media, favoreciendo una visión este-
evaluación de la normalidad (FIGURA 33-15A, 33-15B, reoscópica. Entre estos defectos encontramos el hipertelo-
33-15C Y 33-15D) o anormalidad de estas estructuras. rismo e hipotelorismo.
653
OBSTETRICIA
FIGURA 33-14. Malformaciones cerebelares. A: Dandy Walker, plano transcerebelar con modo B; B: mcgacisterna mag-
na, visión transcerebelar con resonancia magnética; y C: megacislerna magna, visión sagital con resonancia magnética.
FIGURA 33-15. Examen normal de cara. A: visión sagital; B: visión coronal anterior; C: visión axial transorbitaria; y D:
visión axial de maxilar superior.
654
Capítulo 33
FIGURA 33-16. Fisura labiopalalina. A: labial; B: unilateral; y C: bilateral.
Fisura labiopalatina. La cara está formada por la fu-
sión de cuatro almohadillas mesenquimáticas (frontonasal,
mandibular y dos maxilares). Un defecto en este proceso de
fusión determinará la fisura facial, que puede ser unilateral,
bilateral, y menos frecuentemente, en la línea media. Com-
prometen más frecuentemente el labio superior, el paladar
o ambos (FIGURA 33-16A, 33-16B Y 33-16C). Existe
un amplio espectro en la manifestación clínica del defecto,
que puede ir desde úvula bífida, indentación lineal del la-
bio, hasta fisuras profundas que comprometen los tejidos
blandos y el paladar óseo. En el 75% de los casos, el defec-
to es unilateral, en hombres, y del lado izquierdo.
La fisura labiopalatina, en cualquiera de sus variantes,
afecta aproximadamente 1:500 a 800 nacidos vivos. En el
50% de los casos el defecto compromete labio y paladar,
siendo defecto palatino aislado en el 25% de los casos.
Cuando el defecto es sólo labial, la probabilidad de malfor-
maciones asociadas es cercana a cero. Cuando es labio-
palatino, los defectos llegan al 50% y cuando es bilateral
o medial, lo defectos asociados llegan al 75% y al 100%
respectivamente (Tolarova & Cervenka, 1998; Cockell &
Lees, 2000).
Higroma quístico. Es el resultado de una alteración
del tejido linfático que se manifiesta a través de la presen-
cia de lesiones quísticas tabicadas en la región posterior
y lateral del cuello. La asociación con aneuploidías varía
del 50% al 80% de los casos. Las aneuploidías más fre-
cuentes corresponden a trisomía 21 y a síndrome de Tur-
ner (Abramowicz y cois., 1989; Bronshtein y cois., 1989;
Cullen y cois., 1990). La incidencia varía entre 1:300 a
l-.l.OOO exámenes de primer trimestre, pero debido a su
alta letalidad, se encuentra en 1:6.000 a 10.000 nacidos
vivos. El diagnóstico se realiza mediante la visualización de
imágenes econegativas y tabicadas en la región posterior y
lateral del cuello (FIGURA 33-17A Y 33-17B).
FIGURA 33-17. Higroma quístico. A: visión sagital; y B:
visión axial del cuello.
655
OBSTETRICIA
FIGURA 33-18. Tórax. A: visión axial a nivel de las cuatro cámaras cardíacas; B: visión sagital (la flecha señala el dia-
fragma).
FIGURA 33-19. Malformación adenomatosa quística. A: tipo I; B: tipo II; y C: tipo III.
Tórax das o quísticas en los pulmones, nos permiten sospechar
las diferentes malformaciones torácicas.
Las malformaciones del tórax tienen una incidencia de
1:4.000 a 10.000 recién nacidos, y representan aproxima- Malformación adenomatosa quística. Es un hamar-
damente el 3% de las malformaciones. Tienen una letali- toma que resulta de una alteración en el tejido alveolar
dad cercana al 25%. (Stocker y cois., 1977). Se observa en 1:4.000 recién na-
El plano de exploración más utilizado es el plano axial cidos. Al examen observamos una lesión con quistes de
a nivel de las cuatro cámaras cardíacas, donde es posi- gran tamaño, de pequeño tamaño o ecogénica en uno de
ble observar el corazón con la punta hacia la izquierda, en los hemitórax que desplaza o comprime al corazón (FIGU-
un ángulo cercano a los 45 grados. Alrededor del corazón RA 33-19A, 33-19B Y 33-19C).
se aprecian ambos pulmones como estructuras levemente
más ecogénicas (FIGURA 33-18A). Es posible observar Secuestro pulmonar. Las lesiones pulmonares son
el timo hacia el anterior de las estructuras vasculares. En 1 en cada 4.000 a 10.000 recién nacidos. El secuestro
los planos sagitales y coronales vemos ambos diafragmas pulmonar representa del 5% al 30% de las lesiones pul-
como una línea levemente hipoecogénica que separa el tó- monares y corresponde al 10% de las lesiones ecogénicas
rax del abdomen (FIGURA 33-18B). Las alteraciones de del pulmón (luanes y cois., 2005). Se origina de una masa
la posición del corazón, como la presencia de masas sóli- pulmonar sin conexión al sistema bronquial y su irrigación
656
FIGURA 33-20. Secuestro pulmonar. Plano de sección
axial con imagen ecogénica que desplaza al corazón.
proviene de una rama de la arteria aorta y no de la arteria
pulmonar. El secuestro se asocia al 10% de las anomalías
extrapulmonares (Romero y cois., 1988; Ramírez y cois.,
1998). Se observa una lesión ecogénica pulmonar que
desplaza al corazón (FIGURA 33-20).
Hernia diafragmática congénita (HDC), Es una so-
lución de continuidad en el diafragma a través de la cual
ascienden órganos abdominales a la cavidad torácica. El
50% de las HDC se asocia a cromosomopatías (trisomía
18 y 13), a otras alteraciones estructurales (espina bífi-
da y malformaciones cardíacas) y a síndromes genéticos
(síndrome de Marfan) (Puri & Gorman, 1984). Tiene una
prevalencia de 1:4.000 recién nacidos. El diagnóstico de
la hernia diafragmática se basa en la visualización de órga-
nos abdominales en el tórax, los que a su vez desplazan al
corazón. La más frecuente es en el lado izquierdo; lo carac- FIGURA 33-21. Hernia diafragmática. A: hernia izquier-
terístico es ver el corazón en dextroposición y el estómago da con ascenso gástrico y desplazamiento del corazón,
y las asas intestinales en el hemitórax izquierdo (FIGURA modo B; B: hernia diafragmática, resonancia magnética.
33-21A). El diagnóstico de la HDC derecha es más difí-
cil por la ecogenicidad similar del hígado con el pulmón.
La HDC derecha se asocia en el 50% con la presencia
del hígado en el tórax. La resonancia nuclear nos permite nacidos vivos. Dan cuenta del 20% de las muertes neona-
precisar si existe ascenso del hígado y calcular el volumen tales y del 50% de la mortalidad infantil debido a malfor-
pulmonar residual (FIGURA 33-21B). maciones (Gillum, 1994; Gembruch y cois., 1997; Bull,
1999, González y cois., 1999; ISUOG, 2006).
Corazón y grandes vasos De los recién nacidos cardiópatas, sólo el 5% al 20%
presenta algún factor de riesgo; el otro 80% a 95% se en-
Las malformaciones cardíacas congénitas son las más cuentra en la población general (Cooper y cois., 1995; Ott,
frecuentes, con una incidencia de 8 a 15 por cada 1.000 1995, Garney cois., 2001, Perolo y cois., 2001). Foreste
657
OBSTETRICIA
motivo, se ha propuesto el examen básico y básico exten- corazón hacia la izquierda, con un área cardíaca cercana
dido como un examen a realizar a toda la población obs- al 30% (FIGURA 33-22A Y 33-22B). La combinación
tétrica en una edad gestacional de entre 20 y 24 semanas de estos dos planos de sección permite el diagnóstico de
(Copel y cois., 1987; ISUOG, 2006). alteraciones del situs, del área cardíaca y de aquellas que
describiremos en la imagen de cuatro cámaras. Luego
Examen normal. Distinguiremos entre un examen bá- ascendemos con el plano de sección hacia cefálico y ob-
sico y básico extendido que se realiza como tamizaje a toda servaremos primero el tracto de salida de la arteria aorta
la población, y un examen tomográflco detallado de las es- (FIGURA 33-23A Y 33-23B) y luego el tracto de salida
tructuras cardíacas fetales, que corresponde a los mismos de la arteria pulmonar (FIGURA 33-24A Y 33-24B). Al
planos de sección utilizados en la ecocardiografía de adul- ascender en forma paralela hacia el mediastino superior
tos e infantil, y que corresponde a la ecocardiografía fetal observaremos el denominado plano de sección de los tres
diagnóstica. vasos (FIGURA 33-25A Y 33-25B) (Yoo y cois., 1997;
Yagelycols., 2001; ISUOG 2006). La ecocardiografía fetal
Debe realizarse en toda la población entre las 20 y 24
diagnóstica debe ser realizada por expertos en medicina
semanas de gestación y forma parte de la rutina de la ul-
materno-fetal o por pediatras cardiólogos especialistas en
trasonografía. Los requisitos técnicos incluyen transductor
cardiología fetal. La edad gestacional puede ser cualquiera
de la mayor frecuencia posible, adecuado rango dinámi-
después de las 12 semanas, idealmente entre las 25 y 30
co, filtros de color si están disponibles, etc. El tamaño del
semanas de gestación.
corazón debe ocupar al menos del 30% al 50% de la
pantalla.
Anomalías del corazón fetal. Las anomalías del cora-
El examen comienza con un plano axial en el abdomen zón fetal se pueden clasificar en alteraciones estructurales
identificando la sombra gástrica a la izquierda, y de la aor- y alteraciones del ritmo. Entre las estructurales menciona-
ta abdominal y la vena cava inferior. Luego ascendemos remos las alteraciones que más frecuentemente pueden ser
el plano de sección hacia el polo cefálico del feto, hasta reconocidas en la visión de cuatro cámaras y tractos de
obtener la visión de las cuatro cámaras y de la punta del salida.
Ventrículo Ventrículo
izquierdo derecho
Válvula
mitral
Aurícula Aurícula
izquierda derecha
FIGURA 33-22. Imagen de cuatro cámaras. A: modo B; B: Doppler color.
658
Capítulo 33 | Ultrasonogmfía en obstetricia
Ventrículo Ventrículo
izquierdo derecho
Válvula Válvula
mitral tricúspide
Aurícula Aurícula
izquierda derecha
Aorta
FIGURA 33-23. Imagen de cinco cámaras. Se observa tracto de salida de la aorta. A: modo B; B: Doppler color.
Arteria pulmonar izquierda
Aorta
Arteria pulmonar izquierda
Válvula tricúspide
Ventrículo derecho
FIGURA 33-24. Tracto de salida la de arteria pulmonar. A: modo B; B: Doppler color.
659
OBSTETRICIA
FIGURA 33-25. Imagen de tres vasos. Se observa arteria pulmonar (flecha). A: modo B; B: Doppler color.
Alteraciones de la visión de cuatro cámaras. Corres-
ponde a un grupo heterogéneo de malformaciones, algunas
de las cuales pueden ser malformaciones extracardfacas
que afectan la posición o eje del corazón fetal, pasando
por alteraciones del tamaño hasta cardiopatías específicas
como defectos septales, corazón hipoplásíco y corazón uni-
ventricular, como también algunos defectos de los grandes
vasos.
Alteraciones del tamaño y eje del corazón fetal.
El aumento global del tamaño del corazón fetal se define
como un incremento del área cardíaca por sobre el 50%
del área torácica en el plano de las cuatro cámaras (FIGU-
RA 33-26) (Pedraycols., 2002).
Defectos septales auriculares y ventriculares. Los
defectos septales auriculares son los más frecuentemente
diagnosticados en niños (Fyeler y cois., 1980), y en menor
proporción en el feto. Los defectos septales interventricula- FIGURA 33-26. Aumento de tamaño del corazón fetal.
res son muy frecuentemente diagnosticados en el neonato Cardiopatía dilatada en visión de cuatro cámaras.
y en el feto, con una incidencia estimada de 0,38/1.000
recién nacidos vivos (Fyeler y cois., 1980).
Síndrome de hipoplasia de corazón izquierdo. Se ca-
Canal atrioventricular. Corresponde a un defecto del racteriza por un ventrículo izquierdo pequeño, secundario
septum atrioventricular asociado a defectos del septum a una atresia de la válvula mitral o aórtica. El flujo hacia el
interauricular del tipo septum primum y un defecto inter- cuello, cabeza y coronarias se realiza vía ductus arterioso
ventricular alto, sumado a desplazamiento de las válvulas en forma retrógrada. La incidencia de esta malformación es
auriculoventriculares y la aórtica. Su incidencia es de 0,12 de 0,16 por 1.000 nacidos vivos (Fyeler y cois., 1980). Se
por cada 1.000 nacidos vivos (Fyeler y cois., 1980). La asocia a insuficiencia cardíaca ¡n útero en aquellos casos
asociación de esta patología con trisomía 21 ha sido descri- con insuficiencia de las válvulas auriculoventriculares. El
ta en más del 50% de los casos (Machado y cois., 1988). diagnóstico se realiza por un examen de cuatro cámaras,
Al examen de cuatro cámaras observamos el defecto auri- donde observamos sólo tres y flujo retrogrado en el istmo
cular, el ventricular y la válvula auriculoventricular única. de la aorta.
660
Alteraciones de los grandes vasos. Este grupo de defec- Pared abdominal y sistema
tos son un conjunto de malformaciones cardíacas que invo- gastrointestinal
lucran a las válvulas sigmoidea o directamente al vaso, como
ocurre en la coartación o en la interrupción del arco aórtico. Las malformaciones gastrointestinales y de la pared ab-
En este grupo se encuentran la mayor parte de las malfor- dominal tienen una frecuencia de 5 a 10 y 1 por cada
maciones ductodependientes, es decir, aquellas enfermeda- 5.000 nacidos vivos respectivamente (Paidas y cois.,
des donde la hemodinamia u oxigenación depende del flujo 1994). La letalidad de estas malformaciones es menor al
ductal. La mayoría de estas malformaciones presenta míni- 5% para las gastrointestinales y cercana al 40% para las
mas o nulas alteraciones de la visión de las cuatro cámaras malformaciones de la pared.
y frecuentemente no son diagnosticadas durante el período
antenatal. Son ejemplos de estas alteraciones la tetralogía En el examen de rutina del abdomen recorremos el ab-
de Fallot (TF) y la transposición de los grandes vasos (TGV). domen desde cefálico a caudal y ponemos atención al con-
tenido abdominal y a la indemnidad de la pared (FIGURA
La TF tiene una prevalencia de 1:3.600 nacidos vivos. 33-3). Observamos la presencia de la sombra gástrica a
Los defectos son comunicación interventricular, estenosis la izquierda y a la derecha el hígado ecorrefringente. Hacia
pulmonar infundibular, aorta que cabalga sobre el septum el tercer trimestre es posible observar la vesícula biliar. Más
interventricular e hipertrofia del ventrículo derecho (Shi- hacia podálico observamos las glándulas suprarrenales y
nebourne y cois., 2006). La TGV tiene una incidencia de los ríñones a ambos lados de la columna. Hacia adelante
2:10.000 recién nacidos vivos (Fyeler y cois., 1980) y en observamos la emergencia del cordón umbilical, sitio de
el 50% de los casos se acompaña de otras anomalías car- asiento para un defecto de la pared como el onfalocele.
díacas asociadas; se diagnostica al observar la falta del nor- Más hacia la región caudal, observamos una sombra eco-
mal entrecruzamiento de los grandes vasos, que se obser- negativa a la vejiga urinaria circundada por las arterias
van en paralelo y en la visión de tres vasos se ven sólo dos. umbilicales (FIGURA 33-27A Y 33-27B). Las asas de
intestino delgado generalmente no son identificables en el
Alteraciones del ritmo. Si bien es cierto la sospecha examen normal del segundo trimestre, ya que su lumen es
diagnóstica de anomalías del ritmo cardíaco fetal se plantea virtual, pero hacia el tercer trimestre el contenido aumenta
con la auscultación realizada al feto, el procedimiento de y es posible identificarlas.
elección para precisar la alteración del ritmo cardíaco fetal
es la ecocardiografía (Muñoz y cois., 1992; Friedman y Atresia esofágica. Corresponde a la ausencia de un
cois., 1993, Meijboornycols., 1994). segmento esofágico. Esta malformación se presenta en
Los extrasístoles son el motivo de derivación más fre- 1:3.000 nacidos vivos. El diagnóstico in útero se sospe-
cha frente a la presencia de polihidroamnios y ausencia
cuente para ecocardiografía fetal y constituyen cerca del
de la bolsa gástrica (FIGURA 33-28). El 20% de los fetos
80% al 85% de los trastornos del ritmo cardíaco fetal (Fe-
rrer y cois., 1991). presenta cromosomopatías (thsomías 18 y 21) y el 50%
de los casos se asocia a defectos cardíacos (Spitz y cois.,
La taquicardia corresponde a una frecuencia cardíaca 1993). La fístula traqueoesofágica puede ser parte de la
sobre los 170 latidos por minuto. Puede ser intermitente o asociación VACTER (Manning y cois., 1986a) y se observa
permanente, pudiendo comprometer en forma significativa hasta en el 90% de esos casos.
la hemodinamia fetal. La taquicardia compromete el llene
ventricular, primero el componente de la contracción auri- Atresia duodenal. Corresponde a la obstrucción por
cular, luego el llenado lento y finalmente el rápido. Cuando atresia a nivel de la primera y segunda porción del duo-
se compromete este último, generalmente con frecuencias deno. La incidencia de atresia duodenal es de 1:5.000 a
mayores de 240 latidos por minuto, se produce insuficien- 10.000 nacidos vivos. El 35% de esa malformación se
cia cardíaca, que puede llegar a una situación extrema de asocia a síndrome de Down (Singh y cois, 2004). Al ultra-
hidrops fetal y muerte fetal (Meijboorn y cois., 1994). Las sonido observamos polihidroamanios y la imagen caracte-
más frecuentes corresponden a la taquicardia supraventri- rística de doble burbuja, que corresponde al estómago y la
cular y al flutter (Hasbún y cois., 1996). primera porción dilatada del duodeno (FIGURA 33-29).
El bloqueo auriculoventricular congénito completo es
Onfalocele. Embriológicamente existe un onfalocele fi-
fácilmente detectable por ecocardiografía fetal. Su inciden-
cia no se conoce con exactitud, pero clásicamente se ha siológico hasta las 11 semanas de gestación, luego de lo
establecido en 1:20.000 recién nacidos (Schmidt y cois., cual su persistencia es patológica. Se asocia a cromosomo-
1991). Existen dos formas de presentación: con corazón patías (trisomía 18 y 13) (Nyberg y cois., 1989), siendo
mayor su incidencia a menor edad gestacional (50% a las
estructuralmente normal y el asociado a cardiopatías con-
12 semanas y 15% a término) debido a la letalidad de
génitas. En el lupus eritematoso sistémico, la forma con
corazón normal se debe al paso de anticuerpos Ro SSA y las patologías cromosómicas anteriormente señaladas (Car-
penter y cois., 1984). La asociación con otras malforma-
Ro SSB desde la madre al feto (Muñoz y cois., 2000).
661
OBSTETRICIA
FIGURA 33-27. Examen normal del abdomen. A: visión sagital de abdomen; B: visión axial transvesicaS donde se vi-
sualizan ambas arterias umbilicales.
FIGURA 33-28. Atresia esofágica. Polihidroamnios y au- FIGURA 33-29. Atresia duodenal. Imagen de doble bur-
sencia de sombra gástrica. buja.
clones alcanza el 65% de los casos (Nyberg y cois., 1989; cois., 1992b). Se presenta habitualmente en prlmigestas
Nicolaldes y cois., 1992b). La incidencia de onfalocele es y se asocia a restricción del crecimiento fetal en el 30%
de 1:4.000 nacidos vivos. El diagnóstico se realiza des- de los casos (Walkinshaw y cois., 1992). El diagnóstico
pués de las 12 semanas de gestación y se observa la pre- de gastrosquisis se realiza cuando se observan asas in-
sencia de una hernlación central con la inserción del cor- testinales libres, no cubiertas por peritoneo, flotando en el
dón umbilical en su ápice y cubierta por peritoneo (Brown líquido amniótico, que protruyen por una zona de defecto
y cois., 1989). El contenido puede ser Intestinal (FIGURA baja paramedial, generalmente derecha, con la inserción
33-30A) y/o hepático (FIGURA 33-30B). umbilical indemne. Este defecto es posible de identificar
en el examen de las 11 a las 14 semanas (Nyberg y cois.,
Gastrosquisis. Se caracteriza por la presencia de un 1989) (FIGURA 33-31A Y 33-31B)
pequeño defecto de la pared abdominal, por ser paraum-
bilical, habitualmente derecho, producido por alteraciones Riñon y vías urinarias
vasculares y necrosis de la pared. La incidencia de gastros-
quisis es de 1:4.000 nacidos vivos. No se asocia a altera- Las malformaciones nefrourológicas corresponden del
ciones cromosómlcas y el 10% al 30% de ellos se asocia 15% al 30% del total de las malformaciones, con una inci-
a atresia intestinal (Lewinsky y cois., 1990; Nicolaides y dencia de entre el 0,5% y el 0,9% en la población general
662
FIGURA 33-30. Onfalocele. A: contenido intestinal escaso; B: de gran tamaño con contenido hepático.
FIGURA 33-31. Gastrosquisis. A: modo B; B: imagen 3D.
(Thomas, 1998). Es posible realizar el diagnóstico ante- aproximadamente 69 malformaciones nefrourológicas cada
natal de las malformaciones nefrourológlcas en el 28% al año, lo que se traduce en una incidencia del 1,3%. Es
88% de los casos en las diferentes series, con una elevada necesario mencionar que somos centros de derivación, lo
letalidad, que supera el 50% en algunas series (Brand y que explica el alto número de malformaciones observadas.
cois., 1994; Levi y cois., 1995; González y cois., 1999;
Grandjean y cois., 1999). En Chile, las malformaciones Examen normal. Es posible identificar la vejiga desde
nefrourológlcas corresponden al 5% del total de las malfor- las 11 semanas en el 78% y en el 100% desde las 16 se-
maciones congénitas, con una letalidad del 65% (Gonzá- manas de gestación. Los ríñones son visibles a partir de las
lez y cois., 1999). En nuestra experiencia, diagnosticamos 9 a 12 semanas, mientras que la diferenciación corticome-
663
OBSTETRICIA
dular y la estructura piramidal se pueden observar desde lación de 2:1 (Thomas, 1998). En su forma unilateral es
las 20 semanas y en el tercer trimestre respectivamente la causa más frecuente de masa abdominal de los recién
(FIGURA 33-32). La pelvis renal se visualiza desde las 16 nacidos. El diagnóstico se caracteriza por una imagen ab-
semanas y su diámetro anteroposterior debe ser menor de dominal que reemplaza al riñon, con múltiples quistes de
4 mm antes de las 32 semanas de gestación y menor de 7 tamaño variable no comunicados y un estroma remanente
mm desde la semana 32 en adelante (Rosati & Guariglia, con ecogenicidad aumentada. En los casos donde ambos
1996). ríñones están afectados, la vejiga está ausente y el líqui-
do amniótico está severamente disminuido. En los casos
unilaterales la vejiga está presente y la cantidad de líquido
amniótíco es normal.
Displasia renal secundaria a obstrucción urina-
ria. También denominada Potter IV. Cuando aparecen pre-
cozmente en la vida intrauterina, las uropatías obstructi-
vas producen las clásicas lesiones de la enfermedad renal
multiquístlca, pudiendo llegar a la agenesia. Sin embargo,
cuando la obstrucción es más tardía, causa un daño pro-
gresivo sobre los nefrones y túbulos. La obstrucción puede
ser pieloureteral, ureteral o uretral. La incidencia de este
tipo de displasia es difícil de determinar porque se trata de
una enfermedad evolutiva. En el diagnóstico prenatal se
observan ríñones levemente aumentados de tamaño, hi-
perecogénicos y con quistes corticales. La obstrucción que
originó la displasia no siempre es posible de identificar.
FIGURA 33-32. Examen renal normal.
Pielectasis e hidronefrosis. La pielectasis se define
como la dilatación aislada de la pelvis renal, mientras que
la hidronefrosís compromete a los cálices renales. Es im-
Agenesia renal. Se produce por una alteración en el portante destacar que la pielectasia raramente constituye
desarrollo del blastema metanéfrico entre los días 25 y 28. una situación patológica y en general no requiere medidas
Hay ausencia de ríñones, uréteres y de arterias renales. especiales de diagnóstico ni tratamiento (Manning y cois.,
Puede formar parte de un síndrome de VACTER u otros 1986b, Morin y cois., 1996, Persutte y cois., 1997) La
(Roodhooft y cois., 1984). La agenesia renal tiene una in- incidencia varía desde del 0,3% al 2,5% de la población
cidencia de 1:5.000 nacidos vivos y cuando es unilateral obstétrica. El diagnóstico se realiza por visualización de la
ocurre en aproximadamente 1:2.000 nacidos vivos (Tho- pelvis renal dilatada, que puede estar acompañada de dila-
mas, 1998). En los casos de agenesia bilateral la propor- tación de cálices y/o uréteres.
ción de hombres/mujeres es de 2 a 3:1 y es letal en todos
los casos. El diagnóstico se efectúa después de la semana Obstrucción urinaria baja. La etiología más frecuente
18 de gestación, por la presencia de oligohidramnios abso- son las valvas uretrales posteriores. Menos frecuentes son
luto con ausencia de ríñones y de arterias renales. la agenesia o la estenosis uretral y el síndrome cloacal.
La obstrucción uretral aparece en alrededor de 1:3.000 a
Enfermedad renal poliquística infantil. Antigua- 5.000 recién nacidos. Prácticamente todos los casos pue-
mente denominada Potter I, se produce por una alteración den ser identificados entre las 11 a 14 semanas de edad
autosómica recesiva, con una probabilidad de recidiva del gestacional (Hayden y cois., 1988). El diagnóstico ultra-
25%. La alteración génica se encuentra en el brazo corto sonográfico se caracteriza por una vejiga que mide más
del cromosoma 6. La incidencia de esta enfermedad es de de 8 mm en las formas moderadas y más de 15 mm en
1:30.000 embarazos (Thomas, 1998). Al ultrasonido se las formas severas (FIGURA 33-33A). Las formas mode-
observa oligohidroamnios absoluto y ríñones ecogénicos de radas regresan espontáneamente en el 90% de ellas y su
gran tamaño. asociación con aneuploidías es del 25%. Los casos severos
no regresan y el 10% de ellos se asocia con aneuploidías.
Enfermedad renal multiquística. Denominada tam- Desde el segundo trimestre, la presentación de la obstruc-
bién Potter II. La etiología es desconocida. Puede estar ción urinaria baja se caracteriza por dilatación de ambas
asociada a cromosomopatías, genopatías o malformacio- pelvis renales y uréteres. La vejiga se encuentra aumentada
nes. Tiene una incidencia de aproximadamente 1:1.000 de tamaño y de paredes gruesas. La dilatación de la uretra
a 10.000 nacidos vivos, dependiendo de si es unilateral proximal se observa con forma de "ojo de cerradura" (FI-
o bilateral. Afecta más a hombres que mujeres en una re- GURA 33-33B).
664
FIGURA 33-33. Obstrucción urinaria baja. A: dilatación vesical severa; B: dilatación uretral en forma de "ojo de cerra-
dura".
Uno de los tratamientos antenatales para esta patología un cuello uterino menor de 15 mm evaluado a las 23 sema-
es la colocación de un catéter para derivación vesicoamnió- nas en la pesquisa de parto prematuro, a las 32 semanas es
tica de la orina fetal (shunt), con fines de evitar la displasia del 56% (Heath y cois., 1998).
renal y el daño renal permanente secundario a esta patolo-
Recientemente, en más de 57.000 embarazadas con
gía. La medición de los electrólitos y la determinación de la
ecografía de 22 a 25 semanas de gestación, se demostró
albúmina urinaria, obtenida por punción percutánea guiada
que combinando la longitud cervical menor de 15 mm y
por ecografía, permite identificar a los fetos con adecuada
factores demográficos (edad, IMC, paridad, historia de par-
función renal y por lo tanto, candidatos a cirugía intraute-
to prematuro y cirugía cervical) se puede detectar aproxi-
rina mediante shunt vesícoamnióticos o ablación láser de
madamente al 50% de los recién nacidos bajo 34 sema-
las valvas posteriores (Johnson y cois., 1994; Quintero y
nas, con sólo el 5% de falsos positivos (To y cois., 2004).
cois., 1998a; Sahid y cois., 1999; Quintero y cois., 2001).
Además, en este mismo estudio se observó que un cérvix
menor de 15 mm está presente en el 1,1% de la población
Determinación de riesgo perinatal estudiada y tuvo un valor predictivo positivo para partos
prematuros menores de 34 semanas del 30%.
Los malos resultados perinatales están determinados es-
En embarazadas con factores de riesgo de parto prema-
pecialmente por la restricción del crecimiento intrauterino
turo, la identificación ultrasonográfica de acortamiento del
(RCIU), por el parto prematuro y por la preeclampsia. El
cerviz ha permitido reducir la incidencia de parto prematu-
parto prematuro y la RCIU son responsables entre el 60%
ro con el uso de progesterona o cerclaje cervical (Berghella
y el 70% de las muertes perinatales. Por su parte, la pre-
& Berghella, 2005, Fonseca y cois., 2007).
eclampsia es la primera causa de muerte materna en los
últimos quince años. La ultrasonografía permite identificar
Preeclampsia y restricción del crecimiento fetal.
a las embarazadas en riesgo de presentar estas patologías
Actualmente se acepta que la preeclampsia (PE) y la res-
(Muñoz, 1999).
tricción de crecimiento fetal (RCF), como también el parto
prematuro y el desprendimiento prematuro de la placenta
Parto prematuro. Desde un punto de vista clínico se
normoinserta son parte de un síndrome clínico con distin-
han identificado grupos de riesgo, como el antecedente de
tas expresiones, caracterizado por una hipoperfusión ute-
parto prematuro previo, infección coriodecidual, malforma-
roplacentaria debido a una falla o déficit de la invasión del
ciones müllerianas uterinas y embarazo múltiple (Romero y
trofoblasto extravellositario hacia las arterias espiraladas
cois., 1994). La medición de la longitud cervical durante el
maternas. Muchos métodos han sido propuestos para pre-
embarazo permite identificar a las mujeres en riesgo de par-
decir la aparición de PE. Sin embargo, el de mayor utilidad
to prematuro (lams y cois., 1996). La estimación del riesgo
corresponde a la determinación de la resistencia de las ar-
de parto prematuro aumenta en la medida que el cuello
terias uterinas mediante velocimetría Doppler en la semana
uterino es de menor longitud en la evaluación realizada a
23 ó 24 de gestación.
las 23 semanas de gestación, fluctuando desde el 0,2% a
los 60 mm, el 0,8% a los 30 mm, el 4% a los 15 mm y el Investigaciones recientes, donde sólo realizaron flujome-
78% a los 5 mm (Heath y cois., 1998). La sensibilidad de tría Doppler color a las 23 semanas de gestación, clasifica-
665
OBSTETRICIA
FIGURA 33-34. Cuello uterino. A: normal; B: acortado.
ron como población de alto riesgo de PE y RCF al 5% de En el primer y segundo trimestre del embarazo es po-
las mujeres embarazadas; aproximadamente el 90% y el sible observar ciertos patrones ecográficos altamente su-
60% de éstas desarrolló PE y RCF respectivamente antes gerentes de las alteraciones cromosómicas más frecuentes
de las 34 semanas de gestación (Albaiges y cois., 2000, (TABLA 33-4 Y 33-5). Por lo tanto, es recomendable que
Papageorghiou y cois., 2001). Una rigurosa revisión de 27 ante la visualización de alguno de estos defectos y/o marca-
estudios y 12.994 embarazadas concluyó que este examen dores se realice un detallado análisis de la anatomía fetal.
tiene una moderada habilidad en predecir estas patologías,
sin embargo, un Doppler anormal en el segundo trimestre Primer trimestre. La evaluación fetal entre las 11 y
del embarazo aumenta el riesgo de PE en 6 veces, ha- 14 semanas es el principal método de cribado de altera-
ciéndolo clínicamente relevante para la madre y el médico ciones cromosómicas. En esta edad gestacional, a través
tratante (Chien y cois., 2000). de la ecografía es posible medir la translucidez nucal (TN),
que es la colección de líquido en la piel de la región nucal
del feto y visualizar la presencia o ausencia del hueso nasal
Determinación de riesgo (FIGURA 33-35A). El aumento de la translucidez nucal
de aneuploidías por encima del percentil 95 (FIGURA 33-35B) es capaz
de detectar al 75% de los fetos con aneuploidía y en es-
Las trisomías más frecuentemente observadas en recién
pecial a los fetos con trisomía 21, que combinado con la
nacidos son la trisomía 21o síndrome de Down (47 + 21),
edad materna, logra cifras de alrededor del 80% (Nicolai-
ia trisomía 18 o síndrome de Edwards (47+18) y la triso-
des, 2004). La presencia de higroma quístico se encuentra
mía 13 o síndrome de Patau (47 + 13). Las principales al-
asociado en el 51% a alteraciones cromosómicas, entre
teraciones cromosómicas son las aneuploidías y entre ellas,
las cuales el síndrome de Turner es responsable del 40%
las numéricas de origen autonómico.
al 50% de ellas (Malone y cois., 2005). La ausencia del
Actualmente, las alteraciones cromosómicas se han hueso nasal se ha convertido en una herramienta altamen-
constituido en una de las principales causas de morbimor- te sensible en la detección de alteraciones cromosómicas,
talidad perinatal e infantil, como también en una de las especialmente en fetos afectados por síndrome de Down.
principales preocupaciones de la mujer durante la gesta- El 69% de los fetos con trisomía 21 tiene ausencia del
ción. La ultrasonografía permite identificar a fetos en riesgo hueso nasal y solamente se observa este mismo hecho en
de presentar estas anomalías, que deben ser comprobadas el 1,5% de la población normal (Cicero y cois., 2003).
mediante procedimientos invasivos, que permiten obtener
Se ha descrito un gran número de marcadores sutiles
una muestra de tejido fetal para análisis genético. Estos
de aneuploidía entre las 11 y 14 semanas. Entre ellos, en
procedimientos, como la biopsia de vellosidades coriales,
el cribado de síndrome de Down destacan dos de origen
la amniocentesis y la cordocentesis, tienen un riesgo de
hemodinámico: la ausencia o flujo reverso de onda A del
pérdida reproductiva de alrededor del 1%, por lo tanto, de-
ductus venoso, que tiene una sensibilidad del 80% con el
b'ieran realizarse solamente en los grupos de mayor riesgo
5% de falsos positivos y la insuficiencia tricuspídea, que
de presentar alteraciones cromosómicas.
tiene una sensibilidad del 62% con falsos positivos del 8%
(Nicolaides, 2004).
666
Capítulo 33 | Ultrasonografla en obstetricia
TABLA 33-4. Diagnóstico diferencial de las alteraciones cromosómicas en base a las características fenotípicas de los
fetos observadas en la ecograña entre las 11 y 14 semanas de gestación
Tr21 TrlS Trl3 45X0 Triploidía.
tTN ÍTN ÍTN ítTN fTN
Ausencia de hueso J,|3-hCG&PAPP-A jp-hCG&PAPP-A Ausencia de hueso RCF precoz,
nasal (70%) RCF precoz Taquicardia (75%) Higroma quístico asimétrica
t|3-hCGS4PAPP-A Bradicardia (20%) RCF precoz Taquicardia (50%) Bradicardia (30%)
DV anormal (80%) Onfalocele (30%) .Mega vejiga RCF precoz Holoproscencefalia
Hipoplasia maxilar Onfalocele
Ausencia hueso Holoproscencefalia
inferior Megacisterna magna
nasal (55%) - Onfalocele (40%)
Insuficiencia (40%)
Arteria umbilical
tricúspide (60%) única (75%) Cambios molares
de la placenta (75%)
Tr: Trisomía. TN: Translucidez nucal. RCF: Restricción del crecimiento fetal.
TABLA 33-5. Malformaciones y marcadores sutiles asociados con distintas aneuploidías en el segundo trimestre del
embarazo
Defecto/marcador TT21 TrlS Trl3 45XO
Malformación Defecto cardíaco Agenesia cuerpo Holoproscencefalia Higroma quístico
mayor Atresia duodenal calloso Defectos faciales Hidrops fetal
Labio leporino Defectos cardíacos Defecto cardíaco
Defecto cardíaco Defectos renales Riñon en
Hernia diafragmática Onfalocele "herradura"
Atresia esofágica
Onfalocele
Defectos renales
Mielomeningocele
RCF
Aplasia radio
Pie bot
Marcador Braquicefalia Cráneo "fresa" Micro cef alia
Hipoplasia hueso Quiste Polidactilia
nasal plexocoroideo postaxial
Edema nucal Megacisterna magna
Foco ecogénico Micrognatia
Intestino Edema nucal
hiperecogénico Arteria umbilical
Pielectasia leve única
Fémur/húmero Intestino
corto hiperecogénico
Signo Fémur corto
de la "sandalia" Dedos sobrepuestos
Clinodactilia
Ir: Trisomía.
667
OBSTETRICIA
FIGURA 33-35. Translucencia nuca! (flecha). A: normal; B: aumentada y ausencia de hueso nasal.
FIGURA 33-36. Cordón umbilical. A: normal, tres vasos; B: arteria umbilical única, dos vasos.
Con respecto a las otras aneuploidías, la arteria umbi- trimestre, y en la TABLA 33-5 las malformaciones más fre-
lical única (FIGURA 33-36) y el onfalocele se observan cuentemente asociadas a aneuploidías. La capacidad de
en el 80% de los fetos con trisomía 18, mientras que la detección de los marcadores sutiles en el segundo trimestre
megavejiga (7 mm o más) y la holoprosencefalia se pre- no ha sido determinada claramente, pero diversos estudios
sentan en el 30% de los fetos con trisomía 13 (Nicolaides, han estimado que con una tasa de falsos positivos de alre-
2004). dedor del 10% al 15%, la sensibilidad es de alrededor del
75% (Bromleyy cois., 2002; Nicolaides, 2004).
Segundo trimestre. La base del cribado de aneu-
ploidía es el cálculo del riesgo entre las 11 y 14 semanas Hemodinamia fetal
de gestación, persistiendo alrededor del 10% de fetos con
aneuploidía que podrían ser pesquisados en el segundo tri- La ultrasonografía permite el estudio de variables biofísicas
mestre del embarazo (Nicolaides y cois., 1992a; Nicolai- fetales, de la funcionalidad del miocardio y el análisis he-
des y cois., 1992b; Nyberg & Souter, 2003; Cicero y cois., modinámico de la modificación del flujo de vasos sanguí-
2003; Parra y cois., 2005). En la TABLA 33-4 describimos neos de órganos que se adaptan a la hipoxia, permitiendo
los marcadores de aneuploidías detectables en el segundo así evaluar el bienestar fetal.
668
Capítulo 33 Ullrasonografia en obstetricia
r
Perfil biofísico. El examen, propuesto por primera cuantificar el flujo sanguíneo y la resistencia vascular. Du-
vez por Manning en 1980, considera cinco parámetros rante la hipoxia se observa un aumento de la resistencia
biofísicos fetales que son evaluados mediante un registro de la arteria umbilical con disminución de la velocidad en
electrónico basal de la frecuencia cardíaca fetal y ecografía diástole hasta ser ausente o reversa (FIGURA 33-37). Un
durante 30 minutos de observación. Se basa en la severa metaanálisis reciente sobre 6.995 pacientes y 11 estu-
alteración que provocaría la hipoxia en la actividad bio- dios clínicos randomizados demostró que ¡a utilización de
física del sistema nervioso central fetal. Sin embargo, el la velocimetría Doppler en el manejo de los fetos de alto
metaanálisis de 5 estudios clínicos randomizados, con un riesgo disminuye significativamente las muertes perinatales
total de 2.954 pacientes, en el que se comparó el uso de (40%) (Neilson & Alfirevic, 2008).
perfil biofísico versus manejo clínico habitual, mostró que
el grupo de pacientes donde se utilizó el perfil biofísico no Doppler de arteria cerebral media. La arteria cere-
mejoró ninguno de los parámetros de resultados perinatales bral media se vasodilata en respuesta a la hipoxia, y esta
evaluados (Lalor y cois., 2008). vasodilatación puede ser examinada con la técnica de la
velocimetría Doppler (FIGURA 33-38). Múltiples estudios
Doppler de arteria umbilical. Este método evalúa muestran la utilidad de esta técnica, sin embargo, el nivel
la velocidad con que los glóbulos rojos se movilizan en de evidencia es inferior al de arteria umbilical (Baschat &
los vasos sanguíneos maternos y fetales, lo que permite Gembruch, 2003).
FIGURA 33-37. Velocimetría Doppler de arteria umbilical. A: normal; B: flujo diastólico reverso.
FIGURA 33-38. Velocimetría Doppler de aiteria cerebral media. A: normal; B: vasodilatador!.
669
OBSTETRICIA
FIGURA 33-39. Veíocimetría Doppler del ductus venoso en la segunda mitad del embarazo. A: normal; B: flujo reverso
en relación a la contracción auricular.
Doopler de ductijs venoso. Los mecanismos de El riesgo más frecuente es la rotura de las membranas,
adaptación fetal a la hipoxia se activan secuencialmente y que se observa en 1 de cada 100 procedimientos (Tabor
la vasodilatación de los territorios autorregulados es mayor y cois., 1986). Sin embargo, series más recientes mues-
mientras menor es la P02 del feto. Sin embargo, este me- tran que la probabilidad de romper las membranas durante
canismo de adaptación tiene un límite dado por la función el procedimiento sería significativamente inferior (Odibo y
cardíaca. Las caídas severas de la P02, a pesar de la vaso- cois., 2008).
dilatación, producen disfunción miocárdica que puede ser
sistólica o diastólica. Estas disfunciones son evidenciadas Biopsia de vellosidades coriales. Consiste en la
por una menor velocidad de flujo del ductus venoso en toma de muestra de vellosidades coriales mediante la pun-
relación a la contracción auricular, que en caso extremo es ción de la placenta con una aguja de 20 ó 18 G. El objetivo
reversa (FIGURA 33-39) (Matías y cois., 1998; Matías y es la obtención de material genético fetal, o de la placenta
cois., 1999). Este hallazgo indica entonces insuficiencia en este caso, para el diagnóstico de alteraciones génicas
cardíaca, que en el escenario hipóxico es un fenómeno ter- o cromosómicas. La técnica consiste en la introducción y
minal. Continuar con el embarazo va a significar en estos desplazamiento lineal de la aguja en el espesor de la pla-
casos una muerte en prácticamente todos los pacientes en centa, guiada por ultrasonido, sin introducirse a la cavidad
los siete días siguientes. amniótica. Se realiza entre las 11 y las 16 semanas. Tiene
un riesgo de pérdida reproductiva del 1% al 2% (Mujezino-
vic & Alfirevic, 2007).
Procedimientos invasivos
Cordocentesis, Consiste en la punción de la vena
La ultrasonografía es fundamental para guiar procedimien-
umbilical en la inserción placentaria del cordón umbilical,
tos invasivos con fines diagnósticos y terapéuticos, con los
guiada por ultrasonido. El objetivo es la extracción de san-
objetivos de reducir el riesgo de daño directo al feto y de
gre fetal para examinar el ADN fetal, la presencia de infec-
hacer más efectivo el procedimiento.
ciones virales, bacterianas o parasitarias del feto, y para
evaluar cuantitativamente el contenido de otras sustancias
Amniocentesis, Consiste en la introducción de una
en la sangre fetal, como ocurre en los casos de anemia o
aguja, generalmente de 20 a 22 G, en la cavidad amnió-
de las enfermedades metabólicas. Menos frecuente es la
tica para extraer líquido amniótico con el fin de examinar
punción de la vena umbilical en su porción libre o en su
el material genético del feto, diagnosticar la presencia de
porción intrahepática, y aun menos frecuente es la obten-
infecciones del feto o de la cavidad amniótica, diagnosticar
ción de sangre fetal directamente desde el corazón fetal o
la madurez pulmonar fetal y evaluar los parámetros bio-
cardiocentesis.
químicos fetales. La técnica más utilizada en la actualidad
consiste en la introducción de la aguja en la cavidad am- La cordocentesis se realiza generalmente desde la se-
niótica guiada bajo ultrasonido; de esta manera, se mini- gunda mitad del embarazo, y excepcionalmente antes de
miza la posibilidad de trauma fetal o la eventual punción las 20 semanas debido al diámetro de la vena umbilical.
accidental del cordón umbilical. La amniocentesis se rea- La complicación más temida es el sangrado del cordón um-
liza desde la semana 16 hasta el término de la gestación. bilical, que puede producir anemia aguda o la muerte del
670
Capítulo 33 | Ultrasonografia en obstetricia
feto; esto se observa en el 1% al 2% de los procedimientos Si bien las imágenes de superficie que se pueden obte-
(Tongsong y cois., 2001). ner de los diferentes órganos son de gran espectacularidad,
las ventajas diagnósticas del ultrasonido 3D son limitadas
Transfusión intrauterina. Desde el punto de vista téc- y superarían en el 5% al ultrasonido 2D (Dyson y cois.,
nico, este procedimiento es muy similar a la cordocentesis. 2000). En nuestra experiencia, en las imágenes de defec-
Consiste en la introducción de la aguja en la vena umbilical tos de las extremidades fetales el ultrasonido 3D tiene ven-
en la zona de inserción placentaria del cordón umbilical, tajas por sobre el 2D.
con el objetivo de transfundir glóbulos rojos. Se realiza en
Si bien la utilidad diagnóstica en manos expertas es li-
la segunda mitad del embarazo en los casos de anemia
mitada, tiene otras ventajas, donde destacamos:
fetal debido a isoinmunización materna o por infecciones
(Oepkes & Adama van Scheltema, 2007). El resultado y • Apreciación clara por parte de los padres de las caracte-
las complicaciones derivadas del procedimiento depende- rísticas y magnitud del defecto, como ocurre en la espina
rán de la indicación y severidad de la patología fetal. bífida y en la fisura labiopalatina (Figuras 33-1 le, 33-
16a, 33-16by33-16c).
Cirugía fetal percutánea. Consiste en la introducción
• En manos no expertas o en casos complejos, la consulta
a la cavidad amniótica de un instrumento óptico de peque-
a distancia mediante el envío de los volúmenes de infor-
ño diámetro, generalmente de 3 mm, que tiene además un
mación por la Web ha demostrado ser factible y de gran
canal operatorio. Las indicaciones más importantes son la
utilidad (Viñals y cois., 2003; Viñals y cois., 2005).
ablación por láser de los vasos comunicantes en el síndro-
me de transfusión feto-fetal (De Lia y cois., 1995; Ville y • Desde el punto de vista docente, el ultrasonido 3D, en
cois., 1995; Quintero y cois., 1998b; Senatycols., 2004) especial en su modalidad de STIC para el estudio del
y la ablación del cordón umbilical del gemelo acardio-acé- corazón fetal, nos da la oportunidad de almacenar una
falo en la secuencia de percusión arterial reversa o TRAP gran variedad de patologías que pueden ser reexamina-
(Quintero & Reich, 1994; Quintero y cois., 1995; Quinte- das en forma virtual por los alumnos.
ro y cois., 2002). Más recientemente se ha utilizado para
la introducción de un balón intratraqueal en los casos de El ultrasonido diagnóstico constituye la herramienta más
hernia diafragmática de mal pronóstico (Deprest y cois., adecuada para la evaluación del feto y la madre durante el
2004). embarazo. Debe realizarse de rutina durante el embarazo
para obtener información biométrica, anatómica y funcio-
El ultrasonido es una guía para la aproximación del en-
nal del feto. Identifica un elevado porcentaje de malforma-
doscopio al blanco, sea este el cordón, los vasos comuni-
ciones congénitas que permitirán planificar las estrategias
cantes o la boca del feto.
terapéuticas apropiadas a su condición estructural o gené-
tica, como también preparar emocionalmente a los padres
Ultrasonido 3D y 4D y a la familia para informarles sobre el pronóstico de su
hijo a corto y largo plazo. Permite además determinar el
El ultrasonido 3D consiste en la captura de gran cantidad riesgo de patologías isquémicas y de parto prematuro, lo
de planos de sección lineal y paralelos, que permite la re- que colabora con la planificación de estrategias preventivas
construcción volumétrica de imágenes de órganos. Esto y terapéuticas. Es también un elemento fundamental en la
lo realiza un transductor, denominado volumétrico, el que realización de procedimientos diagnósticos y terapéuticos,
en un ángulo y durante un tiempo determinados, barre un imposibles de realizar sin su apoyo. Si bien esta técnica
área u órgano. El computador de la máquina de ultrasonido permite una gran cantidad de hallazgos mórbidos, su utili-
ordena estos planos de sección y nos entrega una imagen zación racional da tranquilidad a más del 90% de las ma-
de superficie del objeto o los planos ortogonales reconstrui- dres sobre la salud de su hijo no nacido.
dos del objeto capturado. En la modalidad 4D el procesa-
miento es el mismo, pero repite la operación varias veces
por segundo y nos da la impresión de tiempo real. Bibliografía
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mina (Devore y cois., 2003). Luego, el computador orde- Albaiges G, Missfelder-Lobos H, Lees C, Parra M, Nicolaides KH.
One-stage screening for pregnancy complications by color Do-
na los cientos de planos B capturados y los ordena en un
ppler assessment of the uterine arteries at 23 weeks' gestation.
ciclo cardíaco que es repetido una y otra vez. El resto de Obstet Gynecol 2000; 96:559-64.
las características del ultrasonido 3D y 4D se mantienen,
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Capítulo 33 | Ultrasonografla en obstetricia
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675
c a p í t u l o
Evaluación de la condición fetal
durante el trabajo de parto
J. Carvajal | C. Vera
El avance de los conocimientos de la fisiología del parto y En 1957, Hon fue el primero en registrar el electrocar-
del feto, el progreso de la terapia transfusional y antibióti- diograma fetal y más tarde en describir el modelo de FCF
ca, y de la tecnología anestésica y perinatal, han permitido que precede a la muerte del feto (Hon & Hess, 1957; Hon,
que la muerte materna, la muerte fetal y las secuelas del 1959). En la década de 1960, la Escuela Uruguaya de
recién nacido constituyan un hecho de excepción. Sin em- Fisiología Obstétrica expandió el conocimiento sobre la fi-
bargo, en los países de menor desarrollo la tasa de muerte siología del parto y el comportamiento de la FCF durante el
perinatal por asfixia ha sido escasamente modificada de- embarazo y el parto (Caldeyro-Barcia y cois., 1966).
bido a la insuficiente cobertura profesional de la atención
En 1962, Saling implemento la evaluación bioquímica
del parto.
fetal durante el parto (Saling, 1962; Saling, 1964). La pri-
El riesgo de muerte fetal intraparto en las regiones en mera monitorización simultánea de presión arterial mater-
desarrollo es en promedio catorce veces mayor que en las na, presión intrauterina, frecuencia cardíaca fetal, medicio-
más desarrolladas. Se estima que en América Latina y el nes de pH y saturación de hemoglobina fetal se realizó en
Caribe la tasa de mortalidad fetal intraparto y la tasa de 1964 (Caldeyro-Barcia y cois., 1973).
mortalidad neonatal precoz son tres veces superiores a
las respectivas tasas de las regiones desarrolladas (WHO,
2006). Esta situación destaca la importancia de la promo-
Mecanismos fetales de control
ción y continuo perfeccionamiento de los sistemas profesio- de la frecuencia cardíaca
nales para la atención del parto.
El sistema nervioso autónomo transmite respuestas de in-
hibición o de excitación sobre el corazón fetal. La influencia
Antecedentes históricos inhibitoria se transmite desde el bulbo raquídeo (medulla
oblongata) a través del sistema parasimpático, primaria-
En 1822, Le Jumeau de Kergaradec se preguntaba si era mente al nervio vago, que lleva fibras colinérgicas y luego
posible juzgar el estado de la salud o enfermedad del feto a los nodos sinusal y atrioventricular. La FCF disminuye a
considerando las variaciones que ocurren en los latidos del lo largo de la gestación y continúa haciéndolo después del
corazón fetal. Esta interrogante ha motivado el desarrollo de nacimiento. Si bien la maduración del nodulo sinusal es
tecnologías para mejorar la detección e interpretación de la responsable en parte de esta disminución, como lo muestra
frecuencia cardíaca fetal (FCF) con el objetivo de disminuir la caída de la FCF alrededor de la vigésima semana de em-
la morbímortalidad perinatal (Huth & Murray, 2006). barazo, el sistema parasimpático es el que juega el rol más
En 1828, Pinard diseñó un instrumento que facilita importante después de la segunda mitad de la gestación
la auscultación cardíaca fetal, el estetoscopio. Luego, en (Hellman y cois., 1961; Caldeyro-Barcia y cois., 1966;
1843, Kennedy describió la demora en la recuperación de Ibarra-Poloy cois., 1972).
la FCF después de la contracción uterina como señal de La influencia excitatoria se transmite por los nervios que
alarma. Cincuenta años después, Von Winckel estableció nacen en los cuernos laterales de la porción torácica supe-
las pautas para el diagnóstico del sufrimiento fetal, que rior de la médula espinal y que se conectan con los ner-
se mantuvieron vigentes hasta 1950: FCF superior a 160 vios simpáticos a través de los ganglios cervicales superior,
e inferior a 100 latidos por minuto (Gultekin-Zootzmann, medio e inferior. El sistema nervioso simpático es influido
1975). por centros superiores ubicados probablemente en el hi-
676
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parlo
potálamo. Los nervios simpáticos están ampliamente dis- vasopresina se activa principalmente en respuesta a hi-
tribuidos en los nodos sinusal y atrioventricular, así como poxia y hemorragia, colaborando con la regulación de la
en el músculo cardíaco fetal. La estimulación del sistema presión, incrementando la resistencia vascular periférica y
simpático libera norepinefrina, estimulando la contractili- estabilizando la frecuencia cardíaca, que posiblemente se
dad y la frecuencia cardíaca, lo que resulta en un mayor relacione con el patrón de frecuencia cardíaca sinusoidal.
débito cardíaco. El sistema renina-angiotensina-aldosterona aumenta su
actividad en presencia de hemorragia e hipoxemia produ-
Tanto el parasimpático como el simpático ejercen estí-
ciendo vasoconstricción y ayudando a mantener la presión
mulos permanentes sobre el nodo sinusal y el nodo atrio-
arterial sistémica.
ventricular, conocidos como tono vagal y simpático respec-
tivamente (Korner, 1971).
Gasto cardíaco fetal. De él depende casi totalmente
la FCF. El corazón fetal funciona cercano al límite de su
Quimiorreceptores. Contribuyen a la estabilización de capacidad contráctil, con un volumen sistólico relativamen-
la frecuencia cardíaca y de la presión arterial fetal. Los qui- te fijo, de modo que el control y el mantenimiento de la
miorreceptores periféricos están localizados en el arco aór- circulación fetal dependen de los mecanismos reflejos que
tico y en los cuerpos carotídeos, mientras que los centrales permitan un ajuste rápido de la FCF a cambios en la condi-
están en el bulbo raquídeo. Los receptores periféricos se ción fetal (Rudolph & Heymann, 1976).
desarrollan primero y son más sensibles que los centrales.
Estos receptores responden a cambios en la concentración
de oxígeno, pH y presión parcial de C02 a nivel sanguíneo Factores que afectan la oxigenación
y del líquido cefalorraquídeo. En el feto, su efecto sobre la fetal durante el trabajo de parto
regulación de la respuesta ventilatoria se encuentra inhi-
bido y predomina su efecto cardiovascular. En el adulto, La oxigenación fetal depende de la extracción de oxígeno
la estimulación selectiva de quimiorreceptores periféricos desde el espacio intervelloso de la placenta, sitio adonde
produce bradicardia, mientras que la activación de quimio- llega la sangre materna oxigenada. Durante las contraccio-
rreceptores centrales produce taquicardia e hipertensión. nes uterinas del trabajo de parto, el flujo de sangre mater-
Se estima que en el feto, cercano al término, los efectos na hacia el espacio ¡ntervelloso se reduce, disminuyendo
cardiovasculares son cualitativamente similares a los del momentáneamente el aporte de oxígeno al feto. Los fetos
adulto, pero que responden a niveles de hipoxia más pro- sanos pueden tolerar esta reducción transitoria del aporte
fundos (Jansen, 1977; Teitel, 1996). de oxígeno sin problemas. El consumo de oxígeno en el
feto de término se estima en alrededor de 8 mL/kg/minuto;
B a ror recepto res. Se ubican en el arco aórtico y en si el flujo de oxígeno es interrumpido, el feto consumirá el
los cuerpos carotídeos del feto. Se activan de modo noto- oxígeno disponible en 2 a 3 minutos antes de desarrollar
rio durante la segunda mitad de la gestación y su misión hipoxemia y acidemia (Parer y cois., 1980).
es regular muy rápidamente la FCF frente a la hipotensión Cuando la reducción de aporte de oxígeno es sostenida,
(produce taquicardia) o frente a la hipertensión (produce el feto presenta respuestas reflejas adaptativas con el objeto
bradicardia). La respuesta de los barorreceptores es condu- de mantener la oxigenación de los territorios nobles. Princi-
cida a través del nervio vago e integrada en el mesencéfalo, palmente se evidencia:
lo que es de gran importancia durante la compresión del
cordón umbilical (Korner, 1971; James y cois., 1976). • Redistribución del flujo sanguíneo a órganos vitales (ce-
rebro, corazón, glándulas suprarrenales).
Sistema nervioso central. La actividad cerebral su- • Aumento de la extracción fraccional de oxígeno.
perior (mesencéfalo a corteza cerebral) es responsable de
• Disminución del consumo de oxígeno.
variaciones en la frecuencia cardíaca fetal y de su varia-
bilidad latido a latido en respuesta a diferentes patrones • Aumento de glicólisis anaeróbica.
de sueño y vigilia/excitación fetal (Nijhuis y cois., 1982).
En el bulbo raquídeo, los centros vasomotor y respiratorio Estos mecanismos compensatorios permiten la sobrevi-
integran las señales centrales y periféricas, regulando los vencia fetal en presencia de baja disponibilidad de oxígeno,
sistemas cardiovascular y respiratorio. La presión arterial, sin descompensar los órganos vitales, por un tiempo limi-
la frecuencia cardíaca y la resistencia vascular son contro- tado (Edelstone, 1984). Por el contrario, si la reducción del
ladas a este nivel. aporte de oxígeno es suficientemente severa y prolongada,
el feto desarrollará acidemia e hipoxemia grave y las res-
Regulación hormonal. En general, las catecolami- puestas compensatorias no podrán ser sostenidas, compro-
nas circulantes secretadas por la médula adrenal facilitan metiendo la circulación cardíaca y el flujo cerebral, lo que
los cambios hemodinámicos en respuesta a la hipoxia producirá daño orgánico y secuelas permanentes (Yaffe y
y ayudan a la adaptación neonatal. El sistema arginina- cois., 1987).
677
OBSTETRICIA
TABLA 34-1. Factores que reducen la oxigenación fetal
Factor Condición flsiopatológica Situación clínica
Materno Reducción de la presión parcial de oxígeno Hipoventilación
arterial materno Convulsión
Trauma
Enfermedad respiratoria
Disminución de la capacidad de transporte Anemia significativa
de oxígeno materno Tabaquismo y elevación de carboxihemoglobina
Reducción del flujo sanguíneo Hipotensión
uteroplacentario Hipovolemia
Posición materna
Enfermedad vascular
Aumento de la actividad contráctil uterina Hiperestimulación farmacológica
Infección intraamniótica
Desprendimiento de placenta
uvulares Disfunción uteroplacentaria Desprendimiento de placenta
Infartos placentarios
Corioamnionitis
Compresión del cordón umbilical Nudos del cordón
Circular del cordón
Oligoamnios
Prolapso de cordón
Fetales Reducción de la capacidad de transporte Anemia hemolítica fetal
de oxígeno fetal Tabaquismo materno y aumento
de carboxihemoglobina fetal
Hemorragia fetomaterna
Hemorragia fetal por rotura de vasa previa
Diferentes situaciones fisiopatológicas pueden reducir la orgánico, permitiendo intervenciones oportunas y efectivas
oxigenación fetal, involucrando factores maternos, ovula- que reduzcan la morbilidad y mortalidad perinatal (Listón
res y fetales (TABLA 34-1) (Bobrow & Soothill, 1999). y cois., 2007).
Durante el trabajo de parto, la reducción de la oxigenación
El método ideal para vigilar la condición fetal durante el
fetal se incrementará adicionalmente en estos fetos con
trabajo de parto es la medición de la presión parcial de oxí-
compromiso previo, que no tolerarán adecuadamente la
geno y del pH en la sangre fetal; lamentablemente, eso no
reducción del aporte de oxígeno propia del trabajo de par-
es posible, pero se han desarrollado métodos que permiten
to, que desarrollarán rápidamente hipoxemia y acidemia,
estimar estos valores. El primero consiste en monitorizar
y probablemente daño tisular. Por este motivo, los factores
la frecuencia cardíaca fetal y especialmente los cambios
que reducen la oxigenación fetal deben ser corregidos en
que ocurren en relación a las contracciones uterinas. Esto
cuanto sean detectados. Por otra parte, algunos fetos no
demostró que el feto responde reflejamente a estímulos hi-
deberán ser sometidos al estrés del trabajo de parto para
póxicos y no hipóxicos, con cambios en la frecuencia car-
prevenir daño tisular.
díaca (Caldeyro-Barcia y cois., 1966).
Evaluación de la condición fetal También es posible evaluar el pH fetal mediante la ob-
tención de una pequeña muestra de sangre fetal desde el
durante el parto
cuero cabelludo (Saling, 1962). Si bien esta muestra co-
Considerando que el trabajo de parto pone a prueba la rresponde a sangre periférica, que no necesariamente re-
capacidad del feto de adaptarse a episodios transitorios y presenta el pH en el territorio arterial fetal, es una medida
recurrentes de disminución del aporte de oxígeno, el obje- útil en clínica. Recientemente se han desarrollado sistemas
tivo de la evaluación fetal ¡ntraparto es detectar a aquellos que permiten medir la saturación de oxígeno de la hemo-
fetos con compromiso de la oxigenación que se encuentran globina fetal por medio de sensores de contacto como una
en riesgo de desarrollar hipoxemia grave, acidemia y daño manera de estimar la oxigenación fetal (East y cois., 2007).
678
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
Finalmente, se ha utilizado como método de vigilancia la términos de prevenir la hipoxemia y acidemia fetal (Thacker
evaluación del electrocardiograma fetal, pues la hipoxemia y cois., 2006).
fetal se manifiesta por cambios electrocardiográficos carac-
La técnica es de fácil realización, no invasiva y per-
terísticos (Neilson, 2006).
mite un contacto directo y humano entre el profesional y
la embarazada. La utilidad de este procedimiento para el
Métodos de registro diagnóstico de sufrimiento fetal intraparto dependerá de la
adecuada formación del profesional y de la correcta aplica-
de la frecuencia cardíaca
ción del método. La auscultación fetal aislada, con o sin
contracción, sólo informa si el feto está vivo o muerto,
Auscultación intermitente
pero no proporciona información sobre la condición fetal.
Consiste en la evaluación intermitente de la frecuen- El diagnóstico de la condición fetal se obtiene con la
cia cardíaca fetal mediante la auscultación de los latidos auscultación de la frecuencia cardíaca fetal antes, durante
cardíacos fetales con una frecuencia preestablecida y un y después de la contracción uterina; durante la fase activa
sistema de registro durante el trabajo de parto. La ausculta- se recomiendan controles cada 15 a 30 minutos, y du-
ción se puede realizar con el estetoscopio de Pinard o con rante el período expulsivo cada 5 minutos (Listón y cois.,
dispositivos de ultrasonido Doppler (Feinstein, 2000). En 2007). La auscultación intermitente puede ser interpretada
el trabajo de parto, la metodología de auscultación intermi- como normal o anormal. En presencia de auscultación in-
tente permite evaluar la frecuencia cardíaca fetal basal, el termitente anormal se requiere mayor evaluación con CTG
ritmo (regular o irregular) y la presencia de aceleraciones (FIGURA 34-2 Y TABLA 34-2).
y desaceleraciones. Mediante auscultación intermitente no
es posible evaluar la variabilidad de la FCFB o el tipo de
desaceleraciones con respecto a las contracciones uterinas.
Monitorización continua de la frecuencia
Otras limitaciones se relacionan con la dificultad de lograr cardíaca fetal
auscultación en pacientes obesas o en presencia de arrit-
La auscultación intermitente provee de información ins-
mia fetal (CPRC, 2002).
tantánea de la FCF. Sin embargo, es deseable lograr un re-
La auscultación intermitente es un método plausible gistro permanente durante el trabajo de parto, para lo cual
para la vigilancia fetal durante el trabajo de parto en em- se han diseñado sistemas que permiten captar y registrar
barazadas de bajo riesgo (materno y fetal) (FIGURA 34- de modo continuo la FCF durante el trabajo de parto; estos
1); esta acción debe ser realizada por médicos obstetras, sistemas se asocian a métodos de detección y registro de
matronas o enfermeras obstétricas y requiere idealmente las contracciones uterinas, permitiendo el análisis de cam-
de una relación profesional/paciente de 1 a 1, y del segui- bios de la FCF en relación a las contracciones. El registro
miento de pautas precisas de evaluación y registro (TABLA gráfico de la FCF puede efectuarse utilizando dos tipos de
34-2) (Smith & Onstad, 2005; Listón y cois., 2007). La señales: sonora (fonocardiografía y ultrasonografía Doppler)
monitorización electrónica fetal ha demostrado sólo un dis- para registros externos, y eléctrica (electrocardiografía) para
creto beneficio respecto de la auscultación intermitente en el registro interno.
¿Requiere CTG
según antecedentes?
¿Requiere CTG
por factores intraparto?
FIGURA 34-1. Diagrama de flujo para la vigilancia fetal intraparto.
679
OBSTETRICIA
TABLA 34-2. Auscultación intermitente
Técnica
Madre en decúbito dorsal, con una ligera inclinación a la izquierda para evitar la hipotensión arterial supina
Mediante maniobras de Leopold, determinar la presentación fetal y la ubicación del dorso fetal
Poner el estetoscopio de Pinard en el sitio del dorso fetal
Palpar el pulso materno para diferenciarlo de la FCF
Palpar las contracciones uterinas
Medir la FCF desde el término de una contracción, durante 60 segundos
Repetir el procedimiento por lo menos en tres contracciones uterinas seguidas;
Frecuencia de auscultación:
- Fase latente: cada 30 minutos
- Fase activa: cada 15 minutos
- Expulsivo: cada 5 minutos
Debe efectuarse auscultación antes de:
- Rotura artificial de membranas
- Analgesia epidural
- Iniciar deambulación
Debe efectuarse auscultación intermitente después de:
- Ingreso a preparto
- Rotura espontánea de membranas
- Tacto vaginal
- Polisistolia o contractura uterina
Interpretación
Normal
- FCF basal entre 110 y 160 latidos por minuto (Ipm)
- Aceleraciones
Anormal
- Incapacidad de auscultar los latidos de modo confiable
- Taquicardia (basal > 160)
- Bradicardia (basal < 110)
- Ausencia de aceleraciones
- Presencia de desaceleraciones
La fonocardiografía registra las vibraciones sonoras del to cardíaco al detectar cambios en la frecuencia con cada
corazón. Cuando la señal es de buena calidad, la interpre- sístole. La ultrasonografía es un procedimiento no invasivo
tación de la variabilidad es mejor que mediante la ultraso- que puede ser utilizado con membranas íntegras, que no
nografía. Debido a las considerables interferencias durante sufre interferencia de los ruidos ambientales y que posibi-
el trabajo de parto, su uso clínico ha sido limitado en favor lita la obtención de buenos registros en pacientes obesas o
de la ultrasonografía Doppler. Nuevos métodos de registro con polihidroamnios. Sus desventajas son la poca precisión
y modelos predictivos de la señal acústica han sido im- en la medición de la variabilidad de la FCF, la interferencia
plementados, pero permanecen sin uso clínico (Kovacs y con los cambios de posición del feto, el posible registro in-
cois., 2000). advertido de la frecuencia cardíaca materna, el registro de
interferencia y frecuencias aberrantes cuando la frecuencia
La ultrasonografía Doppler cardiofetal consiste en la
cardíaca fetal sobrepasa los valores normales. No obstante,
emisión de ondas ultrasónicas a través de un cristal emisor
es un método de excelente aplicabilidad para la monitori-
colocado en la pared abdominal de la madre. Las ondas
zación de la FCF en la práctica clínica (Smith & Onstad,
ultrasónicas, al encontrar el corazón fetal en movimiento,
2005).
se reflectan y son captadas por un receptor ubicado al lado
de la fuente emisora. La señal es procesada como un even-
680
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de paño
99 kPa
FIGURA 34-2. Cardiotocografía normal en un embarazo de término en trabajo de parto espontáneo, con 4 cm de dilata-
ción. La línea superior marca la FCF y la inferior las contracciones uterinas. La FCF basal es de 150 Ipm, con variabili-
dad normal (moderada), sin fenómenos desaceleratorios. La dinámica uterina es de 4 a 5 contracciones en 10 min. La
velocidad del moni toreo es de 1 cm/min.
La electrocardiografía interna consiste en la aplica- nal de la madre. Sin embargo, para facilitar el análisis, se
ción de un electrodo en el cuero cabelludo del feto, por han diseñado métodos de detección y registro continuos
lo que para poder realizar el procedimiento se requiere de de la actividad contráctil del útero: los tocógrafos, que son
membranas rotas y alguna dilatación del cuello uterino (3 capaces de registrar las contracciones por medio de un
cm). El electrodo corrientemente utilizado es de acero y transductor de presión colocado en la pared abdominal de
tiene forma de espiral. Esta técnica permite la obtención la madre. A su vez, el transductor de presión está conec-
de la mejor señal (onda R) para el registro de la FCF, tado a un sistema que registra en un papel los cambios de
proporcionando registros de muy buena calidad tanto en presión, que si bien permiten detectar la contracción uteri-
el período de dilatación como en el período expulsivo del na, no cuantifican la presión intramiometrial o intraamnió-
parto, facilitando la adecuada vigilancia del feto hasta el tica ejercida por la contracción y sólo son un reflejo de la
momento del nacimiento; permite también la evaluación onda contráctil. También es posible utilizar transductores
instantánea y exacta de la variabilidad de las oscilaciones de presión intrauterinos instalados a través del cuello uteri-
rápidas de la línea de base. Por lo tanto, puede indicar- no luego de la rotura de las membranas. Estos registros sí
se cuando el registro externo no permite una adecuada informan con precisión de la presión intrauterina generada
interpretación. Contraindicaciones para el registro interno por las contracciones.
incluyen serología positiva para VIH o herpes genital ac-
tivo. Además, la aplicación del electrodo cefálico puede Cardiotocografía (CTG). La Cardiotocografía actual
producir laceración, infección y hemorragia del cuero ca- utiliza monitores que incluyen un tocógrafo y un sistema
belludo fetal. ultrasonográfico Doppler para el registro simultáneo de las
contracciones uterinas y de la FCF. El registro se realiza en
Evaluación de las contracciones uterinas. Las con- un papel termosensible o en forma electrónica, que gráfica
tracciones uterinas pueden ser detectadas clínicamente por en el canal superior la frecuencia cardíaca y en el inferior
medio de la aplicación de la mano sobre la pared abdomi- las contracciones uterinas (FIGURA 34-2).
681
OBSTETRICIA
La velocidad habitual del papel de registro es de 1 cm/ FCFB debe ser de 2 min; de otra manera, la FCFB es inde-
minuto, de modo que cada uno de los rectángulos peque- terminada. En ese caso, la FCFB se estima con la ventana
ños representará en el sentido horizontal un tiempo de 30 de 10 min previa. Los valores normales de FCFB se han de-
segundos y en el sentido vertical una variación de la fre- finido entre 110 y 160 Ipm (NICHO, 1997; RCOG, 2001).
cuencia cardíaca fetal de 10 latidos por minuto (Ipm). Si se
Como consecuencia de la maduración progresiva del
utiliza un tocógrafo externo, en el canal inferior la amplitud
parasimpático, la frecuencia cardíaca disminuye desde un
de la contracción no se relaciona con la verdadera inten-
promedio de 153 Ipm a las 15 semanas de gestación, has-
sidad de la contracción uterina, ya que la amplitud de la
ta un promedio de 140 Ipm entre las 35 y 37 semanas.
contracción uterina así registrada dependerá de la ubica-
Los fetos masculinos tienden a tener FCFB más bajas que
ción del transductor externo. Si se utiliza un transductor de
los femeninos (Ibarra-Polo y cois., 1972; Dawes y cois.,
presión intraamniótica, los lados de cada uno de los peque-
1999).
ños rectángulos de este canal representarán una variación
de presión intraamniótica de 5 mmHg que no se modificará Se denomina taquicardia a la FCFB mayor de 160 Ipm
con la velocidad del papel de registro y que representará por más de 10 min de duración (NICHO, 1997; RCOG,
la verdadera intensidad de la contracción uterina. La línea 2001; Listón y cois., 2007) (FIGURA 34-3). Según su
que une las contracciones uterinas representa la presión intensidad, se subdivide en moderada (FCFB entre 160 y
¡ntraamniótica basal. 180 Ipm) y grave (FCFB superior a 180 Ipm) (Krebsy cois.,
1979).
Vigilancia fetal intraparto La taquicardia es consecuencia de la estimulación sim-
mediante cardiotocografía pática sobre el miocardio fetal y constituye un signo de sos-
pecha de sufrimiento fetal cuando se acompaña de otros
El uso de la cardiotocografía como método de vigilancia signos de alarma como la disminución de la variabilidad o
fetal intraparto requiere de pautas bien definidas respecto la presencia de cambios periódicos. La estimulación sim-
a qué mujeres deben ser monitorizadas (FIGURA 34-1) y pática secundaria a hipoxia forma parte de los mecanismos
a cómo debe interpretarse la monitorización. Los patrones compensatorios que determinarán la redistribución de flujo
de la frecuencia cardíaca fetal (FCF) han sido definidos en sanguíneo fetal (Brady & James, 1963). Sin embargo, es
forma estandarizada con fines de investigación y desarrollo preciso ser cauto en su interpretación, ya que existen cau-
y para permitir una interpretación clínica lo más precisa sas no asfícticas de taquicardia que deben ser descarta-
posible y con la mínima variación entre individuos y centros das, como la fiebre, la corioamnionitis, la acción de drogas
(NICHO, 1997). Así, se clasifica como frecuencia cardíaca (betamiméticos, atropina, drogas ilícitas), la prematurez
fetal basal a la frecuencia y variabilidad obtenidas entre extrema, el hipertiroidismo, las taquiarritmias supraven-
las contracciones, como alteraciones periódicas a las re- triculares, etc. (Hellman y Johnson, 1961; Newburger &
lacionadas a contracciones uterinas y como alteraciones Keane, 1979; Maxwell y cois., 1980; RCOG, 2001). Las
episódicas a cambios que no se relacionan con contrac- taquiarritmias graves con elevaciones de la FCFB sobre los
ciones uterinas. 240 Ipm constituyen un riesgo mayor de falla cardíaca e
hidrops fetal.
La evidencia sobre el significado clínico de los patrones
de FCF ha sido revisada en forma sistemática por un equi- La bradicardia corresponde a un descenso de la FCFB
po multidisciplinario del Reino Unido para el desarrollo de menor a 110 Ipm por más de 10 min (NICHO, 1997;
recomendaciones (RCOG, 2001). Hemos estimado que la RCOG, 2001) (FIGURA 34-4). Bradicardias moderadas
sugerencia propuesta por este grupo es el mejor modo de no menores de 100 Ipm pueden observarse por compre-
analizar la CTG, pues permite un aprendizaje rápido y sis- sión cefálica, sin embargo, no es posible descartar que un
temático y comparar de modo confiable nuestros resultados fenómeno de ese tipo se deba a compromiso por hipoxia.
con los de otros grupos. Se estima que en fetos normales la sensibilidad del vago
es mayor que la actividad simpática, lo que indica que la
bradicardia es la respuesta inicial a la hipoxia aguda o aci-
Frecuencia cardíaca fetal basal (FCFB) dosis (Parer & Nageotte, 2004). Por otro lado, cuando los
mecanismos compensatorios no son suficientes para man-
Es aquella FCF que se registra entre las contracciones
tener el débito cardíaco, probablemente bajo los 60 Ipm, la
uterinas. La FCFB no es una línea recta, sino que presenta
bradicardia puede ser causa de hipoxia tisular.
una serie de fluctuaciones pequeñas y rápidas por encima
y por debajo de una línea visual promedio. La media de Este cambio tan abrupto en la FCFB induce a los obste-
FCF redondeada se estima en 5 Ipm durante un segmento tras a terminar de inmediato el parto, cuando en realidad
de 10 min, excluyendo alteraciones periódicas o episódi- podría observarse una actitud más conservadora en mu-
cas, períodos de variabilidad marcada o segmentos donde chos de estos casos, pues la bradicardia se relaciona, en
la frecuencia difiera en más de 25 Ipm (FIGURA 34-2). En ocasiones, con situaciones modificables que permiten la
cualquier ventana de 10 min el mínimo de duración de la recuperación fetal.
682
Capítulo 34 | Evaluación de ¡a condición fetal durante el trabajo de parto
FIGURA 34-3. Cardiotocografía mostrando taquicardia fetal. La FCF basal se encuentra en 170 Ipm y la variabilidad es
mínima o ausente. También es posible observar polisistolia, con 6 a 7 contracciones uterinas en 10 min.
18 kPa
FIGURA 34-4. Cardiotocografía mostrando bradicardia fetal. En la mitad del registro aproximadamente, se inicia una
bradicardia fetal que continúa al momento en que se suspende la monitorización y la paciente es trasladada al pabellón
para una cesárea de urgencia.
683
OBSTETRICIA
En algunas circunstancias la bradicardia puede rela- La variabilidad se clasifica, según su amplitud, medida
cionarse con eventos que la preceden, tales como tacto en Ipm, en (NICHO, 1997; RCOG, 2001):
vaginal, obtención de muestra de sangre del cuero cabe-
• Variabilidad indetectable: ausente.
lludo fetal, convulsiones maternas, anestesia paracervical,
hipoxemia o hipotensión materna y sobreestimulación de • Variabilidad mínima: amplitud menor o igual a 5 Ipm.
la contractilidad uterina por oxitocina (Hellman y cois.,
• Variabilidad moderada: amplitud entre 6 y 25 Ipm.
1961). Cuando el feto que presenta bradicardia se encuen-
tra con sus reservas conservadas, puede tolerar el estrés, • Variabilidad marcada o saltatoria: amplitud mayor de
sin embargo, si esta eventualidad aparece en un feto con 25 Ipm.
baja reserva, sus probabilidades de recuperación serán me-
nores y por lo tanto la conducta será diferente. La conducta La variabilidad moderada (6 a 25 Ipm) es la normal,
correcta frente a una bradicardia es corregir la causa de- constituye uno de los signos más fieles de bienestar fetal
terminante (si es que existe) o proceder a la interrupción y revela una adecuada oxigenación cerebral (FIGURA 34-
inmediata del embarazo. 2). Esto se debe a que la variabilidad depende de nume-
rosos estímulos esporádicos originados en diversas áreas
Cuando la FCFB se recupera es frecuente observar, du-
de la corteza cerebral y el mesencéfalo, transmitidos a los
rante un lapso relativamente breve, otras alteraciones tales
centros integradores cardíacos en el bulbo raquídeo y luego
como taquicardia transitoria y aumento de la variabilidad.
por el vago al corazón. Estos centros superiores de cardio-
Si, en cambio, se observa pérdida de la variabilidad o ta-
rregulación están protegidos por los denominados circuitos
quicardia fija, puede significar que el estrés fetal persiste
de ahorro de oxígeno, que protegen el encéfalo frente a la
(Martin, 1982). Bradicardias aisladas moderadas (90 a
hipoxia, los cuales al ser sobrepasados producen la pérdida
119 Ipm), así como taquicardias moderadas aisladas (160
de la variabilidad (Parer y cois., 1981).
a 179 Ipm), tienen un pobre valor predictivo para pH de
cordón menor a 7,20 (Gilstrap y cois., 1984). En presencia de variabilidad disminuida, el riesgo de
parálisis cerebral aumenta significativamente (OR 2,7; IC
95% 1,1 a 5,8) (Nelson y cois., 1996). Por otra parte,
Variabilidad de la FCFB los patrones saltatorios con variabilidad marcada (mayor
En un registro electrónico de FCFB, la variabilidad se de 25 Ipm) se han asociado con Apgar bajo al nacer, si
manifiesta como fluctuaciones de dos o más ciclos por mi- bien no se distinguió el tiempo, el inicio o duración de este
nuto, irregulares en amplitud y frecuencia (NICHO, 1997; patrón ni la evaluación del compromiso fetal (Hammacher
RCOG, 2001). La variabilidad de la FCFB se clasifica en y cois., 1968).
variabilidad de largo plazo y variabilidad de corto plazo. Clínicamente, se acepta que en presencia de variabili-
La variabilidad de largo plazo se presenta en los regis- dad normal de la FCFB, los mecanismos compensatorios
tros como cambios cíclicos de la FCF, con una frecuencia son capaces de preservar tejido cerebral centralizando exi-
de 3 a 6 ciclos por minutos. El análisis de la variabilidad de tosamente el oxígeno disponible. Sin embargo, en presen-
largo plazo no se utiliza en la práctica clínica habitual, por cia de estrés asfíctico grave, evidenciado por alteraciones
lo que en este capítulo nos referiremos sólo a la variabilidad periódicas persistentes o bradicardia prolongada, esta com-
de corto plazo. pensación se pierde, dejando al tejido cerebral y miocárdi-
co expuestos al daño por hipoxia y acidosis metabólica. En
La variabilidad de corto plazo corresponde a la denomi- estos casos, la variabilidad de la FCF disminuye y eventual-
nada variabilidad latido a latido, determinada por el inter- mente se pierde.
valo entre dos ondas R registradas en el electrocardiograma
fetal. La variabilidad se debe a que el intervalo entre uno y La clave para la correcta interpretación de la FCFB intra-
otro latido no es fijo, sino variable. En el papel de registro, parto está en detectar el compromiso de la variabilidad en
la variabilidad se representa por los puntos de detención o presencia de otros patrones de estrés asfíctico. La gran ma-
saltos que efectúa la aguja ¡nscriptora del monitor fetal, que yoría de los fetos inicia el trabajo de parto con variabilidad
es lo que determina que la línea que marca la FCB no sea normal, de modo que es posible hacer un seguimiento de
una línea recta, sino dentada (FIGURA 34-2). sus cambios. La capacidad clínica de cuantificar la variabi-
lidad de la FCFB es comparable a la obtenida por análisis
La forma más fidedigna de registro de la variabilidad computacionales (Knopf y cois., 1991).
es el electrocardiograma fetal. La fonocardiografía y el ul-
trasonido Doppler registran el fenómeno mecánico y no el La variabilidad de la FCFB puede estar disminuida o
eléctrico, por lo que se tornan señales sucias que el monitor ausente en condiciones no asfícticas, como ausencia de
fetal limpia a través de filtros electrónicos. Los monitores corteza cerebral (feto anencéfalo), centros nerviosos altos
actuales entregan una señal de calidad suficientemente bajo influencia de narcóticos o drogas (morfina, meperidi-
buena como para analizar la variabilidad, de modo que el na, diazepam, sulfato de magnesio), bloqueo vagal (atro-
registro con electrodo cefálico ha caído en desuso. pina, escopolamina) y defectos del sistema de conducción
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
eléctrica del miocardio (bloqueo cardíaco completo). La 15 Ipm) y frecuencia (2 a 5 por min) que en el registro se
variabilidad también puede estar disminuida en relación a representa como una onda de tipo sinusoidal. El mecanis-
los patrones de sueño fetal, que en general no se prolongan mo de producción de este fenómeno no está aclarado, pero
por más de 40 min y rara vez alcanzan los 90 min (Spen- su presencia se asocia a fetos anémicos con insuficiencia
cer& Johnson, 1986). cardíaca y a hipoxia fetal grave. Ocasionalmente se presen-
ta en fetos normales y sanos, siendo característico que el
Los fetos con variabilidad ¡ndetectable no explicada de
episodio es autolimitado en un registro normal (Manseau y
la FCFB y sin cambios periódicos caen dentro de algunas
cois., 1972).
de estas categorías (Nijhuis y cois., 1990; Phelan & Ahn,
1994; Schifriny cois., 1994):
• Sueño fetal.
Aceleraciones de la FCF
• Variabilidad reducida idiopática. Son aumentos transitorios de la FCF que ocurren du-
rante un período relativamente corto, al cabo del cual la
• Drogas depresoras del sistema nervioso central. FCF retorna a sus niveles básales (FIGURA 34-5). En fetos
• Anormalidad neurológica congénita ya sea por defecto cercanos al término, sus características son:
del desarrollo del sistema nervioso central o adquirida • Inicio abrupto en menos de 30 seg desde la más recien-
por una infección intrauterina o por un evento asfíctico. te estimación de la FCFB hasta el acmé de la acelera-
• Asfixia profunda con incapacidad del miocardio de ma- ción.
nifestar cambios periódicos. • Acmé mayor o igual a 15 Ipm sobre la FCFB.
El ritmo sinusoidal ha sido excluido de la definición de • Aceleración de por lo menos 15 segundos y de menos
variabilidad (NICHO, 1997; RCOG, 2001), ya que consiste de 2 min de duración desde el inicio hasta el retorno a
en una sucesión de oscilaciones regulares en amplitud (5 a la FCFB.
129 kPa 130 kPa
FIGURA 34-5. Cardiotocografía mostrando fenómenos aceleratorios. La FCF basal es de 140 Ipm y la variabilidad es
moderada.
685
OBSTETRICIA
Antes de las 32 semanas, las aceleraciones son defini- • Decalage. Es el tiempo transcurrido entre el acmé de la
das con un acmé de al menos 10 Ipm sobre la FCFB y con contracción y el vértice de la desaceleración.
una duración de al menos 10 seg. Se define como acelera-
ción prolongada aquélla que es mayor o igual a 2 min, pero Desaceleración precoz. Antes denominada dips I o
de menos de 10 min de duración. Una aceleración mayor o cefálicos. Se manifiesta con una disminución gradual de
igual a 10 min de duración corresponde a un cambio de la la FCF de al menos 30 seg entre el inicio y el vértice y
FCFB o definitivamente a una taquicardia (NICHO, 1997; se produce y recupera simultáneamente con la contracción
ACOG, 2005). uterina (imagen en espejo) (FIGURA 34-6). El acmé de
la contracción uterina coincide con el vértice de la desace-
Habitualmente, las aceleraciones se asocian con movi-
leración, sin decalage perceptible (RCOG, 2001; NICHO,
mientos fetales o con contracciones uterinas. En el primer
1997; Listón y cois., 2007).
caso responden a una variación del tono vagal y repre-
sentan la integridad del sistema nervioso autónomo en el Esta alteración de la FCF se presenta con mayor frecuen-
control del aparato circulatorio fetal. Es así como las ace- cia cuando el polo cefálico del feto transcurre por el canal
leraciones se relacionan estrechamente con la variabilidad del parto, especialmente cuando las membranas están ro-
normal. Se ha observado un incremento de la variabilidad tas. Se observa en el 25% de los registros internos de FCF
y del número de aceleraciones a medida que progresa la (Schwarcz y cois., 1973).
edad gestacional (Visser y cois., 1981). Las aceleraciones
se asocian con un resultado perinatal normal, sin embargo, Mecanismo de producción. La compresión del polo
su ausencia no predice compromiso fetal (Krebs y cois., cefálico fetal desencadena un reflejo vagal con disminución
1982). de la FCF. La participación del vago se demuestra por el
bloqueo de este fenómeno con la administración de atro-
No todos los movimientos fetales producen aceleración
pina a la madre o directamente al feto (Méndez-Bauer y
de la FCF. Sin embargo, la ausencia de movimientos fetales
cois., 1963).
o la presencia de movimientos fetales sin ascensos transi-
torios deben considerarse como indicadores de algún grado Se acepta que los fetos que presentan este tipo de des-
de compromiso de la salud fetal. aceleración como única alteración de la FCF no tienen ma-
yor riesgo de acidemia. Dos estudios de cohorte no encon-
traron diferencia significativa en el Apgar a los 5 min entre
Desaceleraciones de la FCF grupos con o sin desaceleraciones precoces (Krebs y cois.,
Las desaceleraciones corresponden a reducciones tran- 1979; Cibils, 1980).
sitorias de la FCF que deben durar al menos 15 seg y ser
de al menos 15 Ipm para ser significativas. Las desace- Desaceleración tardía. También denominada dips II
leraciones se clasifican en periódicas y variables. Las de- o placentarios. Corresponde a una disminución gradual de
saceleraciones periódicas tienen una relación fija con las la FCF mayor o igual a 30 seg entre el inicio y el vértice,
contracciones uterinas, y son de morfología constante. Las que se produce tardíamente en relación con el acmé de la
desaceleraciones variables varían en su morfología y en su contracción uterina (FIGURA 34-7). Por lo tanto, presenta
relación con las contracciones uterinas. un decalage (intervalo entre el nadir de la desaceleración
y el acmé de la contracción) medible, de 30 seg o más
Desaceleraciones periódicas. Son alteraciones pe- (NICHO, 1997; RCOG, 2001; ACOG, 2005; Listón y cois.,
riódicas de la FCF asociadas a las contracciones uterinas, 2007). En general el inicio, el vértice y la recuperación de
inicialmente conocidas como dips. En las desaceleraciones la FCF están retrasados con respecto al inicio del acmé y
periódicas se reconocen una serie de parámetros observa- la finalización de la contracción uterina. La duración y la
bles y medibles, fundamentales para realizar el diagnóstico amplitud de la desaceleración son proporcionales a la dura-
de su etiología y para determinar su significado pronóstico. ción e intensidad de la contracción uterina. Desaceleracio-
El análisis de estos parámetros permite clasificar las des- nes tardías, con decalage mayor a 20 seg, se presentan en
aceleraciones periódicas en precoces y tardías. el 5% de los partos con registro interno de FCF (Caldeyro-
Barciay cois., 1973).
• Duración. Es el tiempo que transcurre desde el inicio
de la caída de la FCF hasta que recupera sus niveles Mecanismo de producción. Se producen por hipoxe-
previos. mía fetal. Se admite que valores de Pa02 < 18 mmHg
• Amplitud. Es la diferencia entre los valores previos de y < 25% de saturación de hemoglobina fetal se asocian
FCFB y la frecuencia mínima alcanzada en el vértice. con desaceleraciones tardías, constituyendo estos valores
Cuando esta diferencia es menor a 15 Ipm se denomina el nivel crítico de reserva fetal. Cada vez que ocurre una
leve, cuando oscila entre 15 y 45 Ipm moderada y cuan- contracción uterina se produce una disminución en el con-
do supera los 45 Ipm, grave. tenido de oxígeno de la sangre fetal. En el feto normal, la
686
Capítulo 34 | Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
39 kPa
FIGURA 34-6. Cardiotocografía mostrando desaceleraciones precoces. La FCF basal es de 140 Ipm y la variabilidad es
mínima. Las desaceleraciones precoces se caracterizan por ser imágenes en espejo respecto de las contracciones, pues
el inicio, el nadir/acmé y el término coinciden.
137 kPa
FIGURA 34-7. Cardiotocografía mostrando desaceleraciones tardías. La FCF basal es de 155 Ipm y la variabilidad es
mínima. Las desaceleraciones tardías se caracterizan por presentar un decalage mayor a 30 seg.
687
OBSTETRICIA
Pa02 y la saturación de la hemoglobina se mantienen por La presencia de desaceleraciones tardías en forma re-
encima de los valores críticos señalados y la FCF no mues- petitiva obliga a la acción obstétrica y a la consiguiente
tra alteraciones. Si el feto llega al parto con una reserva de corrección de las potenciales causas (hipotensión materna
oxígeno baja o si la contractilidad uterina es exagerada, se o exceso de actividad uterina por administración de oxito-
producirá un descenso de la Pa02 por debajo de los valores cina). Se podrá continuar el trabajo de parto una vez que
críticos y en el registro se detectarán desaceleraciones tar- se haya corregido la causa y el feto se compense (abolición
días (James y cois., 1972; Jansen, 1977). de la alteración con variabilidad moderada). Si las causas
no son corregibles o la variabilidad no es mínima o inde-
La disminución de la FCF tiene dos componentes. El
tectable, debe extraerse al feto por la vía obstétrica que
primero está dado por una estimulación de la hipoxemia
corresponda.
sobre los quimiorreceptores, que desencadenan una res-
puesta vagal y el segundo por depresión directa sobre el
Desaceleraciones variables. Corresponden a desace-
miocardio fetal. El primer componente de la desaceleración
leraciones de morfología variable y de relación variable con
se bloquea con la administración de atropina a la madre
las contracciones uterinas. Según sus características, es
o directamente al feto. Este fármaco no actúa sobre el se-
posible clasificarlas en simples y complejas.
gundo componente. Es así como con atropina se logra una
disminución de la amplitud de la desaceleración, pero no
Desaceleración variable simple. Antes llamada clip fu-
su abolición (Méndez-Bauer y cois., 1963).
nicular. Corresponde a una disminución abrupta de la FCF;
El riesgo de parálisis cerebral en presencia de desacele- su descenso es mayor de 15 Ipm y su duración es de entre
raciones tardías claramente aumenta (OR 3,9; IC 95% 1,7 15 y 60 seg. Característicamente presenta una aceleración
a 9,3) (Nelson y cois., 1996). La presencia de desacele- antes y después de la desaceleración y la variabilidad es
raciones tardías se ha asociado a exámenes neurológicos normal (FIGURA 34-8). Se observa en el 30% al 60%
alterados durante el primer año de vida (Painter y cois., de los registros internos de FCF asociados a rotura de las
1978). membranas ovulares (Schwarcz y cois., 1973).
102 kPa
FIGURA 34-8. Cardiotocografía mostrando desaceleraciones variables simples. La FCF basal es de 150 Ipm y la variabi-
lidad es moderada. Las desaceleraciones variables simples se caracterizan por un descenso y recuperación rápida y por
la presencia de aceleración antes y después de la desaceleración en un monitoreo con variabilidad normal.
688
Capítulo 34 | Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
Como su nombre lo señala, varía su forma (V, U o W), El fenómeno compresivo se asocia con alteraciones del
de contracción a contracción, su amplitud, su duración, su equilibrio ácido-base del feto, en forma directa con la dura-
inicio en relación con el inicio de la contracción uterina y ción de la compresión. Estas variaciones del medio interno
la relación entre el vértice de la FCF y el acmé de la con- fetal son pequeñas y se recuperan una vez desaparecida
tracción. Sin embargo, la recuperación de la FCF se obtiene la compresión, siempre y cuando el intervalo entre con-
antes o al término de la contracción uterina. Con anteriori- tracciones sea suficiente como para que haya recuperación
dad y al término de la desaceleración se observa una ace- y sus efectos no sean aditivos (Caldeyro-Barcia y cois.,
leración de la FCF. Otra característica de este modelo de 1973). Si el fenómeno continúa, puede desencadenarse
desaceleración es la abolición, atenuación o intensificación el proceso de hipoxemia, acidemia y daño tisular, por lo
de sus parámetros con los cambios de posición de la madre que en presencia de estas desaceleraciones se deben ¡m-
(Caldeyro-Barcia y cois., 1973). plementar medidas para corregir el factor causal; habitual-
mente es suficiente con la suspensión de la oxltocina y con
Mecanismo de producción. Se deben a la compresión
la lateralización de la paciente.
del cordón umbilical entre las partes fetales y las paredes
del útero o la pelvis materna. La compresión inicial produce
Desaceleración variable compleja. Son aquellas que
obstrucción de la vena umbilical con mantención del flujo
cumplen con la "regla de los sesenta", es decir, que pre-
arterial, llevando a una caída del débito cardíaco fetal e hipo-
sentan al menos uno de los siguientes criterios (NICHO,
tensión, lo que estimula los barorreceptores con producción
1997):
de una aceleración de la FCF. A medida que aumenta la
compresión se llega a la oclusión de la arteria umbilical y • Amplitud de más de 60 seg.
al aumento de la resistencia vascular periférica, generando
• Descenso de la FCF a menos de 60 Ipm.
un aumento de la presión arterial fetal, lo que provoca una
Intensa estimulación vagal con desaceleración de la FCF. Al • Descenso de la FCF en más de 60 Ipm respecto de la
disminuir la compresión, se libera la circulación arterial um- basal previa (FIGURA 34-9).
bilical, cesa la estimulación vagal y la FCF recupera su nivel
inicial (Caldeyro-Barclaycols., 1973; James y cois., 1976).
FIGURA 34-9. Cardiotocografía mostrando desaceleraciones variables complejas. La FCF basal es de 140 Ipm y la varia-
bilidad es moderada. Las desaceleraciones variables complejas se caracterizan por durar más de 60 seg, llegar a menos
de 60 Ipm o bajar más de 60 Ipm desde la basal.
689
OBSTETRICIA
También se consideran criterios para clasificar una varia- práctico más que fisiológico. Frente a una desaceleración
ble como compleja, la presencia de alguno de los siguien- prolongada debe sospecharse estimulación vagal por parte
tes elementos (Cibils, 1978; Gaziano, 1979; Krebs y cois., de quimiorreceptores en respuesta a hipoxia, como fue des-
1983; Tortosa & Acien, 1990; RCOG, 2001; ACOG, 2005): crito para la bradicardia.
• Ausencia de las aceleraciones pre y posdesaceleración.
FCF durante el período expulsivo. Es de difícil in-
• Recuperación lenta de la FCFB (se obtiene después de terpretación, sobre todo si se quiere predecir la condición
terminada la contracción uterina). fetal. Durante el período expulsivo pueden aumentar los
fenómenos de compresión cefálica, las compresiones fu-
• Aceleración prolongada (más de 2 min) después de la
niculares y las alteraciones en el intercambio fetomaterno,
desaceleración.
por lo que parece razonable esperar un aumento en la
• Morfología bifásica (nueva desaceleración en la fase de incidencia de los distintos tipos de desaceleraciones. Los
recuperación). cambios hemodinámicos relacionados con las contraccio-
nes uterinas y con los esfuerzos de pujo traen aparejados
• Pérdida de la variabilidad durante la desaceleración.
una combinación de los distintos tipos de desaceleraciones
• Disminución de la FCFB después de la desaceleración. y, en ocasiones, una superposición entre ellos. Si bien las
desaceleraciones son frecuentes y habitualmente no em-
Desaceleraciones prolongadas. Corresponden a un peoran el resultado perinatal, la bradicardia mantenida en
descenso de la FCF bajo la FCFB de al menos 15 Ipm este período se asocia a un riesgo mayor de mortalidad
por más de 2 min pero de menos de 10 min de duración perinatal (4,5%). Debe tenerse especial preocupación por
(FIGURA 34-10). Las desaceleraciones de 10 o más mi- aquellas pacientes que presentan una monitorización al-
nutos constituyen un cambio de la FCFB y se denominan terada antes del expulsivo. La mantención de una FCFB
bradicardia (NICHO, 1997; RCOG, 2001; ACOG, 2005; dentro del límite normal en el expulsivo se asocia a un bajo
Listón y cois., 2007). La distinción arbitraria entre bradi- riesgo de mortalidad perinatal (0,5%) (Brady & James,
cardia y desaceleración prolongada tiene un fundamento 1963; Krebs y cois., 1981).
127 kPa
FIGURA 34-10. Cardiotocografía mostrando una desaceleración prolongada. La FCF basal es de 140 Ipm y la variabili-
dad es moderada. Las desaceleraciones prolongadas duran entre 2 y 10 min.
690
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parlo
La conducta obstétrica frente a la bradicardia es comple- No existe consenso para la denominación de patrones in-
ja, porque si bien un tercio de estos niños nace deprimido termedios (NICHO, 1997).
o hipoxémico, los otros dos tercios no tienen estos proble-
Distintas definiciones han sido propuestas para los pa-
mas. En presencia de bradicardia, recomendamos abreviar
trones intermedios y anormales con el objetivo de facilitar
el expulsivo mediante uso de fórceps.
su interpretación y manejo clínico. Estimamos que la cla-
sificación propuesta por el Colegio Inglés de Obstetricia y
Interpretación Ginecología es la mejor para utilizar e interpretar la CTG
de la cardiotocografía (CTG) (RCOG, 2001), que requiere del análisis de las cuatros va-
riables presentadas: FCF basal, variabilidad, aceleraciones
En general existe consenso en rescatar los parámetros del y desaceleraciones. Cada una de estas variables será ca-
modelo fisiológico de la frecuencia cardíaca fetal durante tegorizada en uno de tres niveles: normal o tranquilizador;
el parto (Caldeyro-Barcia y cois., 1973) para definir, en la leve o no tranquilizador; y severa o anormal (TABLA 34-
actualidad, el patrón normal de FCF durante el parto: FCFB 3). Para categorizar las desaceleraciones se requiere un
de 110 a 160 Ipm, variabilidad moderada (6 a 25 Ipm) en patrón persistente del tipo de desaceleraciones, es decir,
presencia de aceleraciones espontáneas y sin desacelera- que en al menos el 50% del período de observación se
ciones. Así también, existe consenso en considerar como presente el tipo de desaceleración predominante. Según el
patrón severamente anormal a la presencia de desacele- análisis de las cuatro variables se establecerá que la CTG es
raciones tardías, de desaceleraciones variables complejas normal, sospechosa o patológica/ominosa (TABLA 34-4)
con variabilidad indetectable o de bradicardia mantenida. (RCOG, 2001).
TABLA 34-3. Análisis de las variables de la cardiotocografía
FCF Basal Variabilidad Aceleraciones Desaceleraciones
Normal
o 110a 160 Ipm 6 a 25 Ipm Presentes Ausentes
tranquilizador
Alteración leve 100 a 109 Ipm Precoces repetidas
< 6 Ipm por más Variables no
de 40 min y menos complicadas
161 a 180 Ipm de 80 min repetidas (2 3)
no tranquilizador por menos
de 80 minutos La ausencia Desaceleración
de aceleraciones prolongada única
en presencia menor de 3 min
Alteración severa Bradicardia < 6 Ipm por más de CTG anormal Variables complejas
< 100 Ipm de 80 min es de significado repetidas (a 3)
incierto
Taquicardia > 25 Ipm por más Tardías en más
> 160 Ipm por más de 10 min del 50% de las
o de 80 minutos contracciones
(bastan 15 min
de registro)
Taquicardia Desaceleración
anormal > 180 Ipm Variabilidad prolongada
indetectable > 3 min
Patrón sinusoidal
691
OBSTETRICIA
TABLA 34-4. Interpretación de la cardiotocografía
Conclusión de la CTG Característica
Normal Las cuatro variables caen en rango tranquilizador
Sospechosa Una de las variables cae en rango no tranquilizador
Patológica u ominosa Dos variables caen en rango no tranquilizador o una cae en rango anormal
Se considera una baja probabilidad de compromiso fetal positivo de los patrones anormales de CTG para prede-
si en un registro normal se presentan en forma aislada (Lis- cir parálisis cerebral en recién nacidos de término es del
tón y cois., 2007; RCOG, 2001; Wallace y cois., 2002): 0,14%, indicando que de 1.000 fetos con trazados anor-
males sólo 1 0 2 desarrollará parálisis cerebral. La tasa de
• Períodos de variabilidad < 6 Ipm menores a 40 min.
falsos positivos es extremadamente alta (99%) (Nelson y
• Ausencia de aceleraciones espontáneas. cois., 1996). Se estima que el valor predictivo positivo de
la combinación de patrones anormales para predicción de
• Desaceleraciones precoces.
encefalopatía hipoxicoisquémica no supera el 50% en con-
• Variables no complicadas ocasionales. diciones que maximizan su capacidad diagnóstica (Larma
y cois., 2007).
Alteraciones combinadas del patrón sospechoso pueden
Utilizando esta prueba para predecir el riesgo real de
ser consideradas como patrón patológico (RCOG, 2001).
hipoxemia/acidemia en una paciente específica, podemos
Patrones asociados a mayor riesgo de compromiso fetal calcular que el LR para la prueba positiva es de 1,5 y
son (Wallace y cois., 2002): de 0,3 para la prueba negativa. Si una embarazada en tra-
bajo de parto tiene un feto con restricción de crecimiento
• Desaceleración prolongada < 100 Ipm por más de 5
fetal, estimamos que su riesgo de hipoxemia/acidemia es
min.
del 10%. Si la CTG es informada como normal, el riesgo
• Variabilidad indetectable. de hipoxemia/acidemia se reduce al 3%; por el contrario,
si la CTG es informada como patológica, el riesgo se ele-
• Patrón sinusoidal.
va al 20% (se utiliza el LR de la prueba y el nomograma
• Desaceleraciones variables complicadas con variabili- de Fagan para calcular el riesgo postest) (Vera y cois.,
dad < 6 Ipm. 2005).
• Desaceleraciones tardías con variabilidad < 6 Ipm. De este modo, un CTG informado como normal nos
permite una "aceptable" tranquilidad; sin embargo, en la
Capacidad diagnóstica mayoría de los casos en que el registro es catalogado como
sospechoso o patológico, el feto también se encuentra en
Si bien la sugerencia actual para el uso e interpreta- una situación de normalidad metabólica. En términos ge-
ción de la CTG ha mejorado respecto a su metodología y a nerales, se ha establecido que cerca del 10% de los fetos
la evaluación sistemática de la evidencia disponible, está que nace en presencia de un CTG sospechoso tendrá un
limitada a la capacidad diagnóstica de la CTG. Para que pH menor a 7 en la arteria umbilical y que lo mismo suce-
un examen diagnóstico sea útil en la práctica clínica, debe derá en el 30% de los fetos que nace con CTG interpretada
sobrepasar ciertos niveles de reproducibilidad, precisión, como patológica u ominosa (ACOG, 2005).
aplicabilidad, efecto en las decisiones clínicas e impacto en
Esta baja especificidad limita significativamente la uti-
los resultados finales.
lidad clínica de la prueba. Si se compara su uso con la
Desde su introducción en la década de 1970, el registro auscultación intermitente de los LCF, se observa que la
electrónico de ios LCF se ha transformando en la forma de monitorización electrónica se asocia a un aumento de cua-
evaluación fetal intraparto más usada en el mundo (Larma tro veces la tasa de operación cesárea por sospecha de
y cois., 2007). Sin embargo, esta prueba diagnóstica dista sufrimiento fetal agudo, sin una mejoría sustancial del re-
mucho de ser el método ideal de evaluación fetal intra- sultado perinatal excepto por una disminución significativa
parto. La capacidad de patrones anormales para predecir de la tasa de convulsiones neonatales (Thacker y cois.,
acidosis metabólica al nacimiento tiene una sensibilidad 2006). Nos parece que este resultado, sin ser óptimo,
del 80% al 90%, pero una limitada especificidad (40% al justifica el uso masivo de la CTG cuando esté disponible,
50%) en la predicción de hipoxia fetal intraparto (Jongsma siempre y cuando exista personal bien calificado en su in-
& Nijhuis, 1991; Low y cois., 1999). El valor predictivo terpretación.
692
Capítulo 34 Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
Para la CTG existe importante variabilidad en la inter- impacto cuando la tasa de cesáreas es alta. En los análisis
pretación de los trazados, que a menudo son interpretados de subgrupo destaca que en embarazadas de "bajo riesgo"
en forma diferente entre distintos clínicos (variabilidad ¡n- y "alto riesgo" los resultados fueron consistentes con los
terobservador) o por el mismo clínico en distintas ocasio- resultados generales, y que en las pacientes de "alto riesgo"
nes (variabilidad intraobservador); ambos factores influyen el aumento en la probabilidad de cesárea fue aún mayor
en la reproducibilidad de la CTG y pueden afectar la correc- (Alfirevic y cois., 2006).
ta decisión clínica (Wallace y cois., 2002; ACOG, 2005;
Si bien la estimación del número necesario a tratar
Devane & Lalor, 2005; Palomaki y cois., 2006).
(NNT) es limitada en el contexto del metaanálisis, los au-
En un escenario donde las prevalencias de mortalidad tores estimaron que para prevenir una convulsión neonatal
perinatal, de encefalopatía neonatal y de parálisis cerebral es necesario realizar CTG en 661 madres (IC 95% 384
son muy bajas y donde sólo una baja proporción es preve- a 2002). La combinación de riesgos y beneficios sugiere
nible por eventos intraparto, cualquier test de evaluación que si 628 embarazadas tienen CTG durante el parto, se
intraparto necesitaría de una especificidad sobre el 99% espera que tengan una convulsión neonatal menos y once
para evitar intervenciones innecesarias (RCOG, 2001). cesáreas más que un grupo control de 628 pacientes con
auscultación intermitente.
Efectividad y seguridad clínica Se estima que a pesar de que los metaanálisis recientes
incluyen un importante número de pacientes, el poder de
La efectividad y seguridad de la CTG para la evalua- los estudios combinados para demostrar superioridad de la
ción fetal durante el trabajo de parto fue actualizada hasta CTG frente a la auscultación intermitente sigue siendo bajo.
el año 2005, en una revisión sistemática de alta calidad En un contexto de baja mortalidad perinatal (8/1.000 naci-
metodológica (Alfirevic y cois., 2006) que seleccionó 12 dos vivos) y asumiendo que el 10% es evitable durante el
estudios controlados aleatorizados, incluyendo a más de parto, para demostrar una reducción del 25% en la morta-
37.000 mujeres. Sólo dos de los estudios fueron conside- lidad perinatal un estudio controlado aleatorizado requeriría
rados de alta calidad (Renou y cois., 1976; MacDonald y de 56.000 pacientes (asumiendo el 80% de poder y el 5%
cois., 1985). de error tipo I) (RCOG, 2001).
En esta revisión se comparó la efectividad de CTG ver- Estudios de evaluación de costo estiman que la CTG
sus auscultación intermitente, y se determinó que el uso de continua es más costosa que la auscultación intermitente;
la CTG no redujo la mortalidad perinatal (RR 0,85, IC 95% la razón más importante es el aumento de la intervención
0,59 a 1,23) ni la parálisis cerebral (RR 1,74; IC 95% cesárea y en segundo lugar el costo y la mantención de
0,97 a 3,11), pero demostró una reducción consistente los equipos (Banta & Thacker, 1979; Mugford, 1993),
en el riesgo de convulsiones neonatales (RR 0,50; IC 95% que además del costo, presentan otros inconvenientes: las
0,31 a 0,80). Por otra parte, se confirmó un significativo madres conectadas a los monitores no pueden deambular,
incremento en el riesgo de operación cesárea asociado a salvo que se utilicen monitores telemétricos, cuyo costo es
CTG (RR 1,66; IC95% 1,30 a 2,13), así como incremen- aún mayor; las pacientes sienten que la relación entre el
to en el riesgo de parto vaginal instrumental (RR 1,16; IC profesional asistente y ellas está interferida por el moni-
95% 1,01 a 1,32). No se observó beneficio o daño en tor o que sólo se establece a través de una máquina que,
ninguno de los otros eventos evaluados: Apgar, gases de exenta de humanidad, impide una adecuada liberación de
cordón, admisión a unidad de cuidados intensivos neona- las ansiedades que el parto genera; asimismo, la atención
tales o encefalopatía hipoxicoisquémica. La disponibilidad de las madres y sus parejas se fija en el monitor, que está
de evaluación de pH de cuero cabelludo fetal no afectó emitiendo una información que no pueden procesar ade-
ninguno de los eventos evaluados. cuadamente sin la colaboración de otra persona, lo que
aumenta la ansiedad (Lavendery cois., 1999).
Los autores exploraron posibles explicaciones a la pre-
sencia de heterogeneidad importante entre los estudios Entre las ventajas de CTG se puede señalar, además de
considerados para el análisis del riesgo de cesárea. Al la minuciosidad con la que se pueden analizar las distintas
combinar sólo los dos estudios de mayor calidad metodo- variaciones de la FCF, que al ser un registro continuo de la
lógica, la heterogeneidad persistió, pero la diferencia en el FCF y de la actividad uterina, permite ser examinado en
incremento de cesárea dejo de ser significativa. Además, cualquier momento del trabajo de parto o en forma retros-
se exploró la posibilidad de que estudios con alta tasa de pectiva.
cesárea explicaran la diferencia; así, se compararon los es-
tudios con tasas de cesáreas mayores y menores al 10%. Recomendaciones para el uso de CTG
Los dos grupos mostraron incremento en la tasa de cesá-
rea, pero el mayor se demostró en el subgrupo de estudios La CTG tiene algunos beneficios, pero también algunas difi-
con tasas de cesárea mayores al 10% (p < 0,001), lo que cultades. Previo a utilizarla, el equipo médico debe conocer
sugiere que el aumento en el riesgo de cesárea tiene mayor con precisión las características de la prueba, de forma de
693
OBSTETRICIA
adoptar las mejores decisiones clínicas según su resultado. La presencia de patrones anormales en la auscultación
Se recomienda además que el equipo médico sea conti- intermitente determinará el manejo clínico y la necesidad
nuamente entrenado y supervisado respecto del uso de la de CTG o de otro tipo de evaluación, dependiendo de su
CTG. Finalmente, se recomienda que cada unidad dispon- disponibilidad (FIGURA 34-1). Se recomienda continuar
ga de un protocolo preciso del uso de CTG, específicamente con el registro electrónico hasta que se resuelva la situa-
respecto de qué pacientes serán monitorizadas mediante ción. En el período expulsivo, las necesidades de realizar
CTG y cuáles mediante auscultación intermitente (FIGURA registros aumentarán de acuerdo al protocolo de ausculta-
34-1). ción de cada institución.
Deben evaluarse permanentemente los factores de ries-
Indicaciones para el uso de CTG. Se recomienda CTG
go materno, ovulares y fetales que puedan comprometer
continua para la vigilancia intraparto de embarazos de alto
la oxigenación del feto durante el trabajo de parto. La eva-
riesgo, en embarazos de bajo riesgo cuando la auscultación
luación de los factores de riesgo al ingreso del trabajo de
intermitente es anormal o cuando se agregan situaciones de
parto o relacionados a la decisión de interrupción del em-
riesgo adicional (TABLA 34-5) (RCOG, 2001). La evidencia
barazo, en casos de embarazos de alto riesgo, determinará
para recomendar CTG en situaciones específicas de emba-
el nivel de vigilancia fetal requerido durante el trabajo de
razos de alto riesgo con el objeto de mejorar algún resultado
parto. Para pacientes de bajo riesgo, en trabajo de parto
perinatal es insuficiente y su recomendación está basada en
fisiológico, existe consenso en recomendar la vigilancia fe-
el mayor riesgo de alteraciones del monitoreo, de encefa-
tal mediante la auscultación intermitente con un protocolo
lopatía, de parálisis cerebral o de muerte perinatal (RCOG,
establecido si no existen limitaciones para realizar dicha
2001). Se recomienda que la evaluación de la CTG se realice
técnica en forma efectiva (Smith & Onstad, 2005).
en forma sistemática, bajo la correcta aplicación de las defi-
Una revisión sistemática evaluó la utilidad de realizar niciones y estableciendo modos de registro estandarizados.
CTG como examen de ingreso para prevenir eventos ad-
Frente a un patrón normal de CTG, la monítorización
versos neonatales, comparado con la auscultación fetal.
electrónica podría ser interrumpida por períodos hasta de
El metaanálisis de tres estudios controlados aleatorizados
30 minutos si las condiciones maternas y fetales son es-
(n = 11.259 mujeres) mostró un significativo aumento del
tables y no hay cambios en la velocidad de infusión de
uso de analgesia epidural, CTG continua, toma de mues-
oxitocina (Listón y cois., 2007). Cuando aparecen patro-
tras de sangre de cuero cabelludo fetal, comparado con
nes sospechosos o patológicos se debe proceder primero
auscultación al ingreso; no se demostró diferencia en nin-
a evaluar potenciales factores modificables que permitan
gún otro evento (Bix y cois., 2005). Estos datos sustentan
restituir el adecuado flujo sanguíneo uterino y umbilical, y
la sugerencia de no efectuar CTG como examen de ingreso
la oxigenación materna y fetal, en lo que se conoce como
en la embarazada de bajo riesgo.
reanimación intrauterina.
TABLA 34-5. Condiciones de riesgo en las cuales la CTG continua está recomendada
Anteparto Intraparto
Maternos Trastornos hipertensivos Metrorragia
Diabetes Infección o corioamnionitis
Metrorragia Cesárea o cicatriz uterina previa
Enfermedades médicas: cardíacas, anemia, hipertiroidismo, Rotura de membranas prolongada
enfermedades vasculares y renales Inducción de trabajo de parto
Trauma Oxitocina en trabajo de parto
Obesidad mórbida Anestesia epidural
Útero hipertónico
Parto prematuro
Embarazo postérmino
Fetales Restricción de crecimiento intrauterino Meconio
Prematurez Auscultación intermitente anormal
Oligoamnios
Doppler umbilical anormal
Isoinmunización
Embarazo múltiple
Presentación podálica
694
Capítulo 34 | Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
Reanimación intrauterina TABLA 34-6. Conducta frente a CTG sospechoso o pato-
lógico: resucitación intrauterina
Como se indicó anteriormente, la monitorización fetal
mediante CTG tiene una alta tasa de falsos positivos, lo
que indica la necesidad de no proceder a la interrupción Investigación del agente causal
inmediata del embarazo ante la presencia de CTG sospe- Vigilar la correcta colocación del sistema de re-
chosa o patológica. Sin embargo, las alteraciones en la CTG gistro de FCF
implican un riesgo de hipoxemia, de acidemia y de daño Medir la PA materna
orgánico que requieren de medidas preventivas. Ante la Tacto vaginal para descartar prolapso de cordón,
presencia de CTG informada como sospechosa o patológi- rápido descenso de la presentación fetal o san-
ca, debe investigarse el factor causal e iniciarse maniobras grado vaginal profuso
que permitan mejorar la oxigenación fetal mediante reani-
mación intrauterina (TABLA 34-6). Cuantificar la dinámica uterina o presencia de
contractura uterina
Si bien las alteraciones del monitoreo pueden deberse
Resucitación intrauterina
a hipoxemia fetal, esta hipoxemia puede ser secundaria a
eventos transitorios o reversibles que pueden ser corregidos, Detener la infusión de oxitocina
tales como hipoxemía materna, hipotensión materna (hipo- Cambio la posición materna a lateral izquierdo o
tensión verdadera o hipotensión supina), hipovolemia ma- derecho
terna y dinámica uterina exagerada. Estas causas deben ser Infusión intravenosa (500 mL de cristaloides en
descartadas y corregidas antes de proceder a una operación 20 min)
cesárea de urgencia por estado fetal no tranquilizador (TA- Administración juiciosa de oxígeno a la madre
BLA 34-6). También existen causas de hipoxemia fetal que por mascarilla a 10 L/min por tiempo breve (10a
no son posibles de corregir (prolapso de cordón, desprendi- 30 min)
miento de placenta) y que deben ser prontamente diagnosti-
Administración intravenosa de nitroglicerina
cadas para proceder a una cesárea de urgencia o a un parto
(100a400^igbolo)
expedito si la paciente se encuentra en el período expulsivo.
Amnioinfusión transcervical con cristaloides
Las maniobras clásicas de reanimación intrauterina son (250 a 500 mL de solución fisiológica tibia)
las siguientes (Hendrix & Chauhan, 2005):
Reducir la ansiedad materna
• Suspensión de la oxitocina. Instruir a la madre para mejorar la técnica de
• Latera I ización materna. respiración y/o el pujo (durante el expulsivo)
Conducta posterior
• Administración de oxígeno por mascarilla.
CTG normal
• Infusión de cristaloides intravenosos.
- Continuar trabajo de parto
Se ha demostrado la utilidad de estas maniobras para - Reiniciar oxitocina después de 30 min si exis-
restaurar la normalidad de la CTG y optimizar el resultado te hipodinamia
perinatal (Simpson & James, 2005; Simpson, 2007). Se CTG sospechoso:
debe tener especial cuidado con la administración de oxí- - Análisis automatizado del segmento ST en el
geno a la madre, pues su uso rutinario se asocia a deterioro ECG (si está disponible)
de los gases de cordón al nacer (Fawole & Hofmeyr, 2003); - Operación cesárea o parto vaginal asistido
el concepto actual es que debe evitarse el uso prolonga-
do de oxígeno una vez resuelta la emergencia (Simpson, - Se recomienda un tiempo menor a 30 min
entre la decisión de interrupción y el parto
2008). La administración de cristaloides también debe ser
cuidadosa, para evitar la sobrehidratación materna, esti- CTG ominoso:
mándose que 500 mL de cristaloides en 20 minutos es - Operación cesárea o parto vaginal asistido en
una cantidad prudente (Simpson & James, 2005). el menor tiempo posible
Amnioinfusión. Consiste en la administración de solu-
ción salina (suero fisiológico o Ringer lactato) a la cavidad
uterina a través del cuello uterino dilatado. La amnioinfu- ra, especialmente indicada en presencia de desaceleracio-
sión ha probado su utilidad en reducir el riesgo de síndrome nes variables en que se sospecha compresión del cordón
aspirativo meconial y en el manejo de alteraciones de la umbilical; sin embargo, su uso no debe limitar intervencio-
CTG (Hofmeyr, 2000; Hendrix & Chauhan, 2005; Xu y nes cuando el monitoreo es patológico y altamente suge-
cois., 2007). La amnioinfusión es una medida útil y segu- rente de hipoxemia fetal.
695
OBSTETRICIA
Tocólisis intravenosa de urgencia. Durante las con- no genera aceleraciones es limitada (LR positivo de 1,93;
tracciones uterinas el aporte de oxígeno al espacio interve- IC 95% 1,48 a 2,52). Sin embargo, es mejor su capacidad
lloso y al feto disminuye. Si la CTG es sospechosa u omi- para descartar acidemia fetal intraparto cuando la estimu-
nosa, la cesación de las contracciones uterinas permitirá lación resulta en aceleraciones de más de 15 Ipm por más
una mejor oxigenación del feto y la normalización del CTG. de 15 seg de duración (LR negativo de 0,08; IC 95% 0,02
Estimamos que ésta es una medida extremadamente útil y a 0,41) (Skupski & Eglinton, 2002; Skupski y cois., 2002).
segura, pues permite continuar con el trabajo de parto (si la
CTG se normaliza) o bien obtener un feto mejor oxigenado, Uso del pH de cuero cabelludo fetal. La medición
si se procede a operación cesárea de urgencia por persis- de pH en una muestra de sangre de cuero cabelludo fetal
tencia de las alteraciones en la CTG. Se ha demostrado el ha sido propuesta para reducir el número de falsos positi-
beneficio y seguridad del uso de la tocólisis intravenosa en vos asociados a la CTG y así disminuir el mayor riesgo de
la resucitación intrauterina (Hendrix & Chauhan, 2005), operación cesárea asociada (Saling, 1962; Saling, 1964;
disminuyendo la tasa de cesáreas por estado fetal no tran- Saling, 1968). Si se dispone de la técnica, y si es apropia-
quilizador y optimizando el resultado perinatal. La mayo- do, se puede realizar en presencia de patrones sospechosos
ría de las publicaciones utilizan betabloqueadores como el o patológicos en embarazo de más de 34 semanas, cuando
agente de elección, especialmente terbutalina (Magann y el parto no es inminente, o si la estimulación digital no re-
cois., 1993; Magann y cois., 1995); sin embargo, se ha sulta en respuesta fetal aceleratoria. La toma de muestra de
demostrado la seguridad y similar eficacia del uso de ni- gases en embarazos menores de 34 semanas, en presencia
troglicerina intravenosa (Pullen y cois., 2007). Nosotros de patrones anormales, puede retrasar el parto y asociarse
preferimos esta última droga por su efecto rápido y breve, y a resultados perinatales adversos (Shy y cois., 1990). Con-
por la facilidad de su administración. Disponemos de am- traindicaciones para la realización de pH de cuero cabellu-
pollas de 10 mL a 5 mg/mL, de ella extraemos 0,1 mLy lo do son: historia familiar de hemofilia, sospecha de trastorno
diluimos en 9,9 mL de suero fisiológico (volumen final: 10 de coagulación fetal (trombocitopenia fetal) o infección ma-
mL; concentración final: 50 L/g/mL). Administramos bolos terna (VIH, hepatitis viral, virus herpes simple y sospecha
de 100jL/g (2 mL) de esa solución, los que pueden repetirse de corioamnionitis).
a los 10 min si la CTG no se normaliza (TABLA 34-6).
Si los valores de pH se encuentran por encima de 7,25,
se continúa el control de FCF solamente y podrá realizarse
Métodos complementarios de vigilancia un nuevo control del pH fetal cada 30 min si las alteracio-
nes patológicas persistieran. Si el pH se encuentra dentro
Si la CTG se normaliza luego de la reanimación intrau-
del intervalo comprendido entre 7,21 y 7,24, se deberá
terina, el trabajo de parto puede continuar. Es posible rei-
iniciar reanimación intrauterina, luego de lo cual se eva-
niciar la administración de oxitocina después de 30 min si
luará la mejoría de FCF y se repetirá la muestra de sangre
la CTG permanece normal y se detecta dinámica uterina
fetal 15 min después de la anterior. Si existiera mejoría se
insuficiente. Si la CTG persiste alterada (sospechosa u omi-
repetirán las muestras de sangre cada 15 min, hasta alcan-
nosa) pese a la correcta implementación de las medidas de
zar valores de pH por encima de 7,25, y a continuación se
resucitación, debe precederse a la cesárea de urgencia. Se
proseguirá con el trabajo de parto, manteniendo los contro-
recomienda un tiempo menor a 30 min entre la decisión de
les de FCF, que si se deterioraran nuevamente indicarían la
interrupción y el parto (Hendrix & Chauhan, 2005).
repetición del esquema descrito.
Alternativamente, y especialmente en CTG sospechoso,
SI los valores de pH se encontraran igual o por debajo de
si se encuentran disponibles, se recomienda ¡mplemen-
7,20, se estimará que la CTG es un verdadero positivo, por
tar métodos complementarios de vigilancia que permitan
lo que se procederá a realizar la reanimación intrauterina
diferenciar entre verdaderos y falsos positivos de la CTG
mientras se prepara el escenario para la terminación del
(TABLA 34-6).
parto por la vía que las condiciones obstétricas indiquen, es
decir, mediante una cesárea de urgencia o un parto vaginal
Estimulación digital del cuero cabelludo. En pre-
asistido si la paciente se encuentra con dilatación completa
sencia de patrones sospechosos, la estimulación digital del
y en plano mayor a espinas +2.
cuero cabelludo fetal puede ayudar a descartar el compro-
miso fetal. En una revisión sistemática que incluyó once Una situación particular se presenta cuando las altera-
estudios sobre distintos métodos de estimulación fetal en ciones de la CTG son manifiestas (bradicardia sostenida).
presencia de patrones anormales (punción del cuero cabe- En esta circunstancia, conviene la reanimación intrauteri-
lludo, estimulación con pinza, estimulación vlbroacústica y na mientras se prepara la resolución del parto, antes de
estimulación digital), destacan resultados consistentes en- obtener la muestra de sangre fetal, ya que es muy poco
tre los métodos, siendo la estimulación digital por 15 seg probable que, frente a este cuadro, los valores de pH estén
el método más práctico. La capacidad de predecir acidemia por encima de 7,25 sino que muy probablemente estarán
fetal intraparto (pH <; 7,20) cuando la estimulación digital por debajo de 7,20.
696
Capítulo 34 Evaluación de. la condición fetal durante el trabajo de parió
La prudencia aconseja que junto con las muestras de (n = 4.030 mujeres) y se observó que la amnioinfusión
sangre fetal se obtengan muestras maternas. Frente a una no demostró reducción en el riesgo de síndrome aspirativo
acidosis materna, el pH fetal se encontrará disminuido, lo meconial, Apgar < 7 al nacer ni reducción en la tasa de ce-
cual no significa que el feto esté hipóxico. Bastará con co- sárea cuando se realizó bajo las condiciones modernas de
rregir la acidosis materna para que el pH fetal retorne a la evaluación de la condición fetal, es decir, en sitios en que
normalidad. se efectúa CTG rutinaria. En situaciones donde la evalua-
ción fetal es limitada, la amnioinfusión se asoció a dismi-
Significado del meconio en el parto. La presencia nución de síndrome aspirativo meconial (RR 0,25; IC 95%
de meconio en el líquido amniótico tradicionalmente ha 0,13 a 0,47) y Apgar < 7 a los 5 min (RR 0,36; IC 95%
sido interpretada como un signo de sufrimiento fetal. Esta 0,18 a 0,72) (Xu y cois., 2007), resaltando la necesidad
interpretación se basa en observaciones que muestran que de que cada servicio adapte la información disponible a su
la eliminación de meconio se presenta cuando la satura- realidad local.
ción de oxígeno en la sangre de la vena umbilical es inferior
En la atención del parto vaginal de un feto que ha emi-
al 30% (Walker, 1954). La eliminación de meconio sería
tido meconio deben participar un médico obstetra y un pe-
la manifestación de una redistribución del flujo sanguíneo
diatra neonatólogo. Si la CTG es normal no se recomienda
intestinal, frente a la hipoxia, hacia órganos más vitales
la aplicación de fórceps profiláctico, pero debemos estar
como corazón, cerebro y riñon. La hipoxia produciría un
atentos a la posibilidad de utilizarlo si el feto presenta des-
aumento de la peristalsis intestinal y relajación del esfínter
aceleraciones durante el período expulsivo. Desprendido el
anal (Saling, 1968).
polo cefálico, hoy en día no se recomienda aspirar la nariz y
Estudios clínicos en pacientes de alto riesgo mostraron la boca del feto, sino observar el comportamiento del recién
una incidencia del 11,3% de meconio en el líquido amnió- nacido; si se comporta muy vital y con esfuerzo respiratorio
tico; el 25,8% de estos niños falleció ¡n útero y el 45,9% inmediato, puede ser entregado a su madre para el apego.
presentó complicaciones neonatales (Mandelbaum, 1973). Si, por el contrario, no muestra esfuerzo respiratorio, debe
Estudios de frecuencia cardíaca fetal ¡ntraparto muestran ser llevado a la unidad de atención inmediata para intuba-
una asociación entre los registros sugerentes de hipoxia fe- ción y aspiración traqueal cuando el meconio es espeso
tal y la eliminación de meconio (Krebs y cois., 1980). (Walsh & Fanaroff, 2007).
La presencia de meconio intraparto debe considerarse
como un signo de alarma. En aquellos servicios en que no Saturación de oxígeno
se efectúe CTG a todas las mujeres y en que las de bajo de la hemoglobina fetal
riesgo sean candidatas a vigilancia mediante auscultación
intermitente, se recomienda la visualización del líquido La limitada utilidad clínica de la CTG ha llevado al de-
amniótico mediante amnioscopia al ingreso del trabajo de sarrollo de métodos complementarios para la evaluación
parto. La embarazada que presenta meconio en el líquido de la condición (oxigenación) fetal intraparto. Quede claro
amniótico debe pasar inmediatamente a la sala de partos que estos métodos son un complemento y no un reemplazo
para evaluar la frecuencia cardíaca fetal en relación con las de la CTG, por lo que no son necesarios cuando la CTG es
contracciones uterinas mediante CTG. En aquellos servicios normal u ominosa y se debe proceder a una cesárea o par-
que efectúen CTG a todas embarazadas (alto o bajo riesgo), to, pero si es sospechosa, considerando el alto porcentaje
la amnioscopia para evaluar la presencia de meconio no de falsos positivos, se debe utilizar una prueba comple-
es de utilidad (Ahanya y cois., 2005), ya que si la CTG es mentaria. Estas pruebas tienen una sensibilidad menor que
normal, la presencia de meconio pierde importancia en el la CTG, pero poseen mayor especificidad, que es precisa-
manejo clínico. mente lo que se requiere en una prueba complementaria
(TABLA 34-7).
Independientemente del tipo de meconio (espeso o te-
nue), si la CTG es normal se debe intentar el parto vaginal. Mediante un dispositivo de registro en la mejilla fetal es
Por el contrario, si la CTG es sospechosa u ominosa, en posible medir de modo continuo la saturación de hemog-
presencia de meconio espeso se debe proceder al parto por lobina fetal (requiere membranas rotas). Los estudios en
la vía más expedita en el menor tiempo posible (cesárea animales y humanos muestran que el riesgo de acidosis
o parto vaginal asistido según corresponda). En presen- metabólica fetal intraparto aparece cuando la saturación de
cia de meconio espeso, especialmente cuando la CTG es oxígeno fetal (medida por oximetría de pulso) es menor al
normal, se intentará un parto vaginal; se recomienda la 30% por al menos 10 a 15 min (Carbonne y cois., 1997;
amnioinfusión transcervical para reducir el riesgo de sín- Kuhnert y cois., 1998; Seelbach-Gobel y cois., 1999).
drome aspirativo meconial (Hofmeyr, 2000). Una revisión Una de las grandes ventajas de este método, comparado
sistemática actualizó, hasta el año 2005, la evaluación de con el pH de cuero cabelludo, es la obtención de un regis-
la amnioinfusión para disminuir complicaciones neonata- tro continuo de la saturación, y no sólo una instantánea de
les en presencia de meconio. Se incluyeron doce estudios la condición fetal.
697
OBSTETRICIA
TABLA 34-7. Capacidad diagnóstica de las pruebas de vigilancia fetal intraparto
CTG pHcc Oximetría ECG
Sensibilidad 84% 40% 35% 43%
Especificidad 45% 90% 93% 92%
LR( + ) 1,5 4,0 3,7 5,0
LR(-) 0,4 0,7 0,7 0,6
Como se observa en la TABLA 34-7, la capacidad diag- segmento ST sí resultó ser eficiente. Los supradesniveles
nóstica de la oximetría de pulso es limitada. Los valores del segmento ST y de la onda T pueden ser evidenciados
de LR mostrados sólo resultan en modificaciones modera- mediante la relación entre la onda T y el complejo QRS
das de la probabilidad pretest. Si la CTG es sospechosa, el (razón T/QRS) (Rosen, 2005). Se han desarrollado siste-
riesgo de hipoxemia y acidemia es cercano al 10%. Si la mas automatizados para el análisis de alteraciones del seg-
prueba de oximetría es positiva, la probabilidad postest de mento ST (STAN®), mediante una máquina capaz de medir
hipoxia fetal es cercana al 30%, mientras que si la prue- simultáneamente la CTG y el electrocardiograma fetal.
ba es negativa, la probabilidad se acerca al 7% (calculado
El rendimiento diagnóstico del ECG fetal con respecto a
mediante valores de LR y nomograma de Fagan) (Vera y
la predicción de acidemia fetal intraparto ha sido analizado
cois., 2005; Barrena & Carvajal, 2006). La oximetría de
como un complemento a la CTG, mostrando una capaci-
pulso fetal nos ayuda cuando está alterada, pero no nos
dad diagnóstica limitada (TABLA 34-7) (Strachan y cois.,
da tranquilidad suficiente sobre el bienestar fetal cuando
2000). En pacientes con CTG sospechoso (10% de riesgo
es normal.
de hipoxemia) la probabilidad postest de hipoxia fetal au-
La revisión sistemática de Cochrane consideró cinco menta al 40% si la prueba es positiva, y se mantiene en el
estudios (n = 7.424 embarazos), donde se comparó oxi- 7% si es negativa. Por lo tanto, de modo similar que para el
metría más CTG versus CTG sola (East y cois., 2007). Se rendimiento diagnóstico de pH de cuero cabelludo y oxime-
observó que el uso complementario de la oximetría de pul- tría de pulso, cuando el ECG está alterado la probabilidad
so se asoció a disminución de los partos operatorios por de compromiso fetal es tan alta que nos obliga a efectuar
sospecha de sufrimiento fetal, sin cambios en el resultado rápidamente una operación cesárea. Sin embargo, el hecho
perinatal. Sin embargo, no se evidenció disminución en la de que el ECG esté normal mantiene latente una sospecha
tasa global de cesáreas, pues por razones no explicadas, no despreciable de que el feto esté comprometido (Barrena
el grupo manejado con oximetría de pulso presentó un au- & Carvajal, 2006).
mento no esperado de la tasa de cesáreas por "distocias del
El grupo Cochrane elaboró una revisión sistemática so-
trabajo de parto". Se concluye que la oximetría de pulso no
bre la utilidad del ECG fetal en la evaluación fetal ¡ntraparto
es un método complementario útil en el manejo del trabajo
en la que se incluyeron cuatro estudios (n = 9.829 muje-
de parto en casos con CTG alterada (East y cois., 2007),
res) que compararon ECG más registro electrónico contra
por lo que nosotros no aconsejamos su uso.
éste último solo. El grupo que usó ECG evidenció reducción
de la tasa de acidosis metabólica severa (pH < 7,05, BE
Electrocardiograma fetal > 12 mmol/L) medido en el cordón umbilical (RR 0,64, IC
95% 0,41 a 1,00); reducción en la tasa de encefalopatía
El registro de ECG fetal se logra mediante la colocación de neonatal (RR 0,33, IC 95% 0,11 a 0,95); y reducción en
un electrodo cefálico en el feto y un electrodo de referencia la tasa de parto vaginal operatorio (RR 0,87, IC 95% 0,78
en el muslo de la paciente, para lo cual se requiere de a 0,96). No se demostraron diferencias en la tasa global de
membranas rotas. Tiene las mismas contraindicaciones an- operación cesárea, Apgar < 7 a los 5 min o en la admisión
tes mencionadas para la medición del pH de cuero cabellu- de los recién nacidos a la UCI neonatal (Neilson, 2006).
do (sospecha de trastorno de coagulación fetal o infección
No tenemos experiencia en el uso del análisis automati-
materna). Los estudios en animales y humanos han mos-
zado del segmento ST, ya que los monitores se venden sólo
trado que la hipoxia fetal puede alterar el ECG fetal de dos
en los EE.UU. y Europa, sin embargo, los datos parecen
formas: por alteración de la relación PR/RR y por alteración
alentadores, y la evaluación del ECG fetal se alza como
del segmento ST (Strachan y cois., 2000; Rosen, 2001).
una herramienta útil en el manejo del CTG sospechoso. Los
Las evaluaciones clínicas mostraron que el análisis de autores de la revisión sistemática recomiendan sopesar su
las alteraciones de la relación PR/RR no es de utilidad clí- utilidad clínica respecto de los inconvenientes de la coloca-
nica, mientras que el análisis de supra o ¡nfradesnivel del ción del electrodo cefálico (Neilson, 2006), motivo por el
698
cual se encuentran en desarrollo métodos de detección del East CE, Chan FY, Colditz PB, Begg LM. Fetal pulse oximetry for
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Capítulo 34 | Evaluación de la condición fetal durante el trabajo de parto
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701
c a p í t u l o
Restricción del crecimiento fetal
R. Fascina I B. De Mucio
La restricción del crecimiento fetal (RCF) es una entidad genético, lo cual se puede esquematizar en tres etapas. La
muy heterogénea que enfrentan los obstetras con una fre- primera, que abarca desde la concepción hasta aproxima-
cuencia relativamente alta (12% al 17% de todos los em- damente las veinte semanas de gestación, que se caracteri-
barazos de la región). El daño puede ser tan severo que za por rápidas mitosis y aumento en el número de células.
puede desencadenar la muerte en etapa fetal o neonatal. La segunda, que comienza aproximadamente a las doce
Se ha demostrado que la mortalidad perinatal puede ser 8 semanas de gestación y termina alrededor de la semana
a 12 veces mayor y el riesgo de asfixia siete veces superior 28, en que predominan la hiperplasia e hipertrofia de todos
en los fetos con RCF cuando se los compara con recién los tejidos. La tercera, que comienza a las 28 semanas
nacidos de peso adecuado para su edad gestacional. Estos y finaliza al término del embarazo, el tamaño celular (hi-
resultados son aún más graves cuando la restricción del pertrofia) aumenta rápidamente por acumulación de grasa,
crecimiento intrauterino (RCI) se asocia con prematurez. músculo y tejido conectivo (Cunningham y cois., 1997).
Las mujeres que han tenido un niño pequeño para su edad
gestacional tienen de 1,5 a 3 veces mayor probabilidad de
volver a tener un PEG, cuando se las compara con mujeres
Definición de restricción
sin ese antecedente (Cunningham y cois., 1997; Fescina, del crecimiento fetal y otros
2005). términos relacionados
Con la idea de que una vez finalizado el embarazo ter- El crecimiento embriofetal normal es aquel que resulta de
minarán las noxas capaces de dañar al feto, se ha bus- una división y crecimiento celular sin interferencias, cuyo
cado por décadas el momento ideal para interrumpir la producto final es un recién nacido de término, en el que se
gestación, con el objeto de evitar la muerte intrauterina, ha expresado totalmente su potencial genético. Pero eso es
sin producir la iatrogenia negativa de la muerte neonatal muy difícil saberlo, ya que el potencial intrínseco de cre-
por inmadurez. Esto es parcialmente cierto, ya que cada cimiento no puede medirse con la tecnología disponible
vez hay más evidencias que demuestran que la RCF puede actualmente. Por esta razón, el diagnóstico del crecimiento
provocar consecuencias a largo plazo en la salud del adul- fetal normal se basa en la comparación de las medidas
to, tales como diabetes, obesidad, hipertensión, etcétera antropométricas del recién nacido, objeto del estudio, con
(Barker, 1995; Barker, 2008). los estándares obtenidos de neonatos que se consideran
"sanos" por provenir de embarazos sin patología conocida.
Crecimiento fetal normal Con fines clinicoprácticos se considera que un feto pre-
senta restricción de crecimiento intrauterino (RCI) cuando
El crecimiento fetal es un proceso complejo y dinámico
se le estima un peso inferior al que le correspondería para
que está influido por variados factores de origen materno,
su edad gestacional. Si naciera en el momento del diagnós-
placentario y fetal. En otras palabras, el crecimiento fetal
tico, su peso estaría por debajo del límite inferior del patrón
es producto de la interacción entre el genoma fetal y el
de peso neonatal para su edad gestacional. La mayoría de
ambiente fetal.
los autores aceptan que este límite inferior corresponde al
Se considera que el crecimiento es normal cuando es percentil 10 de dicha curva. En este último caso, la defini-
la expresión de una división y crecimiento celular sin in- ción de RCF coincidiría con la definición de pequeño para
terferencias, que permite expresar totalmente su potencial la edad gestacional (PEG) (Fescina, 1986).
702
En un sentido estricto, no todos los niños que al nacer a noxas que hacen su aparición más tardíamente, al co-
pesen menos que los valores correspondientes al percentil mienzo del tercer trimestre (Ej.: hipertensión inducida por
10 son RCF ya que puede corresponder a un niño con un el embarazo).
potencial de crecimiento bajo pero normal; ni dejan de ser-
Estas diferentes manifestaciones de la alteración del cre-
lo todos los niños que nacen con peso mayor del percentil
cimiento se explican porque las velocidades de crecimiento
10 que puede corresponder a un feto que crecía en un
de los distintos tejidos no son sincrónicas, es decir, porque
percentil alto y en un momento determinado comienza a
los tejidos tienen su mayor hiperplasia en diferentes mo-
descender pero sin sobrepasar el límite del PÍO (por ejem-
mentos de la gestación.
plo, un descenso percentil del 90 al 15).
Un tejido es más sensible al daño cuando está en su
Para obviar estos inconvenientes, otros autores conside-
momento de mayor velocidad de crecimiento. Es por ello
ran como crecimiento normal al nacer, límites de peso, por
que se le llama período crítico o período sensible.
ejemplo de 2.500 g¡ pero considerar sólo el peso al nacer
también presenta un problema, porque no permite estimar El tejido neuronal alcanza su mayor velocidad de cre-
con precisión la proporción de recién nacidos de pretérmi- cimiento alrededor de las 22 semanas de gestación; en
no y de pequeños para la edad gestacional (PEG). En el cambio, el tejido adiposo tiene su mayor incremento entre
caso de los PEG, el límite que más frecuentemente se usa las 34 y 35 semanas (FIGURA 35-1) (Dobbing & Sands,
para clasificar es el percentil 10. Al término de la gestación, 1973; Tanner, 1978).
este alcanza los 2.900 a 3.000 g, según sea el patrón de
Si una noxa actúa precozmente y se mantiene durante
referencia utilizado. Por lo tanto, los neonatos que pesaran
toda la gestación, como por ejemplo la rubéola, va a de-
entre 2.500 y 2.900 g y que fueran realmente pequeños
teriorar el crecimiento en forma global: la circunferencia
para su edad gestacional, no entrarían en consideración si
craneana, la talla y el peso, lo que resultará en una res-
se tomara el patrón general para todos los nacidos con peso
tricción del crecimiento fetal de tipo armónico o simétri-
inferior a 2.500 g.
co. En cambio, cuando la noxa es más tardía, como en la
En este rango de peso (2.500 a 2.900 g) se producen hipertensión inducida por el embarazo, el crecimiento se
la mayoría de los nacimientos pequeños para la edad ges- deteriora más en un solo parámetro, especialmente el peso.
tacional. La talla y el perímetro craneal se mantienen, por lo general,
dentro de rangos normales o caen ligeramente. A este tipo
Además, con el valor absoluto de peso al nacer menor
de restricción se la conoce como disarmónica o asimétrica
de 2.500 g tampoco son considerados los recién nacidos
(Campbell & Thomas, 1977; Fescina,1986).
de pretérmino (menos de 37 semanas) con peso mayor o
igual a 2.500 g entre las 33 y 36 semanas de gestación, Lo expuesto es lo que acontece habitualmente, pero hay
que representan aproximadamente la mitad de todos los que destacar que si un agente lesivo actúa tardíamente y
recién nacidos de pretérmino. es intenso puede deteriorar las medidas craneanas, pero lo
hará en menor grado que el peso, cuyo mejor estimador es
Por lo tanto, la presunción de que todos los recién na-
el perímetro abdominal fetal.
cidos con peso menor a 2.500 g y con una edad gestacio-
nal mayor de 37 semanas presentan una restricción del
crecimiento fetal es errónea, así como también considerar Etiología
que todos los niños que pesen más de 2.500 g tienen un
crecimiento adecuado. El crecimiento fetal es un proceso complejo y dinámico que
se encuentra influido por factores maternos, placentarios y
A pesar de los cuestionamientos planteados, operati- fetales, y que expresa la interacción del genoma fetal y del
vamente sigue siendo válido considerar como RCF a todo ambiente fetal.
recién nacido que pese menos que los valores del percentil
10 para la edad gestacional. Desde hace tiempo hay evidencias que indican que los
factores genéticos influencian el crecimiento fetal y la fun-
ción placentaria, pero recientemente se ha señalado que el
Fisiopatogenia
crecimiento fetal sería más sensible al ambiente fetal que a
Clásicamente se describen dos tipos de PEG: los simétri- los factores genéticos (Price & Coe, 2000).
cos, que presentan reducción de todas sus medidas (pe-
El crecimiento embrionario y el tamaño fetal están de-
rímetro craneano, talla y peso corporal), y los asimétricos,
terminados también por la interrelación entre el aporte de
en los cuales lo que disminuye es sólo el peso, siendo su
oxígeno y nutrientes al feto desde la madre a través de la
perímetro craneal y su talla normales.
placenta y el estado endocrino y exocrino fetal (Gluckman,
Los primeros responden en general a causas que irrum- 1997). Los factores de crecimiento (IGFs) y la insulina
pen en épocas precoces de la gestación (Ej.: cromosomo- ¡nteractúan promoviendo el depósito de proteínas, con lo
patías, rubéola, etc.). Los asimétricos, en cambio, se deben que se obtiene un crecimiento fetal lineal. Cuando la se-
703
OBSTETRICIA
Actúa sobre
período crítico Resultado
Noxa de irrupción precoz
y duración prolongada Neuronas —> Dism. perimet. eran.
H. largos >.SÍ —> Dism. talla PBG
Adipocitos ^Sí Dism. peso (Per. ab) Simétrico
Neuronas — Ufo —> Per. eran. norm.
H. largos >.No —^ Talla normal PEG
Adipocitos Sí Dism. peso (Per. ab) Asimétrico
Adipocitos
15 20 25 30 35 45
FIGURA 35-1. Períodos críticos de diferentes tejidos y resultados perinatales según el momento de aparición y duración
de la noxa.
creción fetal de IGFs e insulina son regulados por el aporte Tamaño materno. El rol del tamaño materno en el cre-
transplacentario de nutrientes, hay evidencias de que, al cimiento fetal parece no estar influido solamente por facto-
menos en los ratones, los IGFs son capaces de influenciar res genéticos. Este concepto fue introducido hace más de
la función placentana (Bauer y cois., 1998; Constancia y setenta años por Walton y Hammond como evidencias de
cois., 2002). la experimentación animal. Pero recién a finales de los años
noventa se pudo comprobar el mismo comportamiento en
la especie humana, al ver que en casos de ovodonación el
Factores maternos tamaño del recién nacido se parece más al de la madre re-
Los factores maternos pueden modificar el ambiente fe- ceptora que al de la madre donante (Brooks y cois., 1995).
tal a tal punto que pueden provocar una restricción en el
crecimiento fetal. Paridad. Es ampliamente conocido que el peso del pri-
mer hijo suele ser menor que el de los siguientes (Ong
El término exigencia o apremio materno describe un y cois., 2002). La explicación más probable se vincularía
conjunto de influencias no genéticas ni patológicas por las con la reactividad de la vasculatura uteroplacentaria duran-
cuales la madre limitaría el crecimiento fetal. Por este me- te el embarazo. La capacidad de las arterias espiraladas de
canismo, la madre se vería imposibilitada de transferir al dilatarse totalmente y ser invadidas por el trofoblasto dife-
feto el oxígeno y nutrientes necesarios. Esta transferencia riría entre el primer embarazo y los subsecuentes (Hafner
inadecuada de nutrientes podría reflejar una reducción real y cois., 2000). Este mecanismo es el mismo que se utiliza
en los aportes (dietas) o un incremento de la demanda fetal para explicar cómo los estados preeclámpticos varían a me-
que la madre no es capaz de satisfacer (embarazo múlti- dida que cambia la paridad.
ple). Los conceptos actuales del crecimiento fetal sugieren
que hay una limitada capacidad de cualquier unidad utero- Edad materna. Es un hecho que la mejor edad para
placentaria para aportar nutrientes al feto y, en este sentido, tener hijos, por múltiples motivos, es entre los 24 y los 34
todas las gestaciones están "exigidas". Las principales cau- años. Cuando se analiza el crecimiento fetal, se confirma
sas relacionadas con un aporte insuficiente de nutrientes, que las adolescentes tienen hijos (promedialmente) más
en ausencia de una patología, son el tamaño materno, la pequeños que el resto de las mujeres. La incidencia de
edad y la paridad. Las dietas maternas restrictivas podrían recién nacidos menores de 1.500 g es el doble que en
actuar como causas de apremio materno, de tal forma que las embarazadas de 25 a 30 años. En el otro extremo, las
no es recomendable aconsejarlas de rutina durante el em- primíparas tardías suelen tener hijos 300 g más pequeños
barazo. cuando se las compara con las primíparas menores de 35
años.
704
Todavía no está claro cómo actúa la edad materna, aun- la propia enfermedad. Por esta razón, se aconseja a estas
que las evidencias disponibles parecen demostrar que no mujeres evitar el embarazo hasta un momento más apro-
es un factor independiente, sino que suele asociarse a otros piado, y en aquellos casos en los que esto no sea posible,
atributos desfavorables, como bajo nivel socioeconómico y asesorarlas sobre el uso de los medicamentos más seguros
educacional, madre soltera, falta de control prenatal, etc. e informarles sobre los riesgos potenciales.
Estos factores tienen más peso en las mujeres adolescentes
(consultar Capítulo 30: La adolescente embarazada). Infecciones. Numerosas infecciones, virales y bacteria-
nas, han sido asociadas con RCF. Algunas de ellas pueden
Dieta y nutrición materna. En la Segunda Guerra ser controladas o eliminadas mediante vacunación, tal es el
Mundial se demostró que la hambruna producida en ese pe- caso de la rubéola y la varicela. Pero existen algunas infec-
ríodo redujo el promedio de peso al nacer, al tiempo que au- ciones para las cuales no se dispone de vacunas; en estos
mentó el BPN. Algunos estudios han demostrado que varia- casos se recomienda aconsejar sobre medidas preventivas
ciones en los estados de nutrición materna, dentro del rango para reducir su incidencia. Ejemplos de estas infecciones
fisiológico, pueden influir en los resultados del embarazo. Por son la toxoplasmosis y el citomegalovirus.
ejemplo, cambios en el grosor del pliegue cutáneo materno y
En otros casos existen infecciones que sí son identifica-
la ganancia materna de peso en el embarazo predicen los ni-
das oportunamente durante el control prenatal, y cuentan
veles de IGF en sangre de cordón y el desarrollo de obesidad
con tratamientos efectivos que pueden reducir la prevalen-
(Barkery cois., 1997; Boyney cois., 2003; Scholl, 2008).
cia de RCF; ejemplos de este grupo son la sífilis y la ma-
El aumento de peso durante el embarazo, sin restricción laria.
alimenticia, oscila entre 6 y 16 kilos al término de la ges-
tación, siendo la tasa de incremento mayor en el segundo Factores ambientales. Las poblaciones que viven en
trimestre (Fescina, 1983). El incremento total depende del comunidades andinas (más de 3.000 m sobre el nivel del
peso antes de embarazarse, que debe ser mayor (más de mar) tienen en promedio un peso de sus recién nacidos
12 kilos) en las madres que eran delgadas al iniciar la gra- 400 g menor cuando se los compara con recién nacidos de
videz (IMC bajo), de entre 9 y 11 kilos en las mujeres con madres que viven a alturas menores de 1.500 m.
peso adecuado para su talla (IMC normal) y en las mujeres
Otros factores perjudiciales se vinculan con los niveles
con sobrepeso (IMC alto), debe ser de 6 a 8 kilos; aun en
de contaminación con metales pesados y otros tóxicos,
las obesas debe producirse incremento de peso.
como es el caso de las trabajadoras en fábricas de pintura.
El riesgo de tener un PEG es de 2,5 a 5 veces mayor
cuando la madre gana menos de 8 kilos al término del Factores comportamentales. El consumo diario de
embarazo (Fescina y cois., 1996). diez o más cigarrillos durante el embarazo genera un riesgo
1,6 veces mayor de presentar un PEG cuando se lo com-
Condición socioeconómica y educacional. El bajo para con no fumadoras. Este efecto tiene una relación di-
nivel socioeconómico tiene una repercusión negativa sobre rectamente proporcional al número de cigarrillos fumados;
el crecimiento fetal, pero cuando se controlan las variables a mayor cantidad, mayor restricción de crecimiento. De la
previamente definidas y algunas otras vinculadas a estilos misma manera, el consumo de drogas ilícitas provoca RCF
de vida perjudiciales (hábito de fumar, consumo de drogas, y PEG.
etc.) el efecto del nivel socioeconómico sobre el peso al
El consumo de alcohol durante el embarazo ha demos-
nacer se atenúa. Algo similar ocurre con los aspectos ét-
trado ser responsable de la RCF en forma aislada o como
nicos, que a su vez están fuertemente asociados con baja
parte del síndrome alcohólico fetal (SAF). Es importante
condición socioeconómica y cultural.
conocer que aun con dosis pequeñas de alcohol hay mu-
jeres que pueden desarrollar un SAF, por lo que debe re-
Enfermedades crónicas. Dentro de la amplia gama
comendarse la supresión total del consumo de bebidas
de enfermedades crónicas, las que más frecuentemente se
alcohólicas durante todo el embarazo (AAP, 2000).
vinculan a una RCF son las enfermedades vasculares, que
en su conjunto explicarían la tercera parte de las RCF.
Factores placentarios
La diabetes, los desórdenes renohipertensivos, los tras-
tornos hipertensivos del embarazo en general y más recien- En general, los factores placentarios derivan de factores
temente, los síndromes de anticuerpos antifosfolípidos y las maternos, es decir, la patología materna afecta de diferen-
enfermedades autoinmunes, se asocian con RCF. Cuando tes formas la funcionalidad placentaria y secundariamente
se asocia con proteinuria, la hipertensión inducida por el el crecimiento fetal.
embarazo aumenta el riesgo de una RCF.
Toda patología materna capaz de alterar la circulación
En ocasiones, los tratamientos empleados para corre- placentaria llevará a la disminución del flujo placentario.
gir estas enfermedades suelen ser tan perjudiciales como Ejemplos son los estados hipertensivos del embarazo, que
705
OBSTETRICIA
producen una vasoconstricción uteroplacentaria, o el ede- generalmente se encuentran en servicios especializados
ma placentario producido por diversas infecciones específi- (Wittmann y cois., 1979; Fescina, 2005).
cas o inespecíficas. Ya sea por disminución de la circulación
Cuando se sospecha una RCF, el principal diagnóstico
o por alteraciones del espacio ¡ntervelloso que dificultan los
diferencial a descartar es el de feto pequeño, pero con cre-
intercambios, el funcionamiento de la placenta puede estar
cimiento adecuado a su potencial genético.
alterado y ser causa de RCF.
En general, el primer contacto entre la mujer y el equi-
po de salud se realiza cuando ya se produjo el embarazo,
Factores fetales aunque se debe estimular la consulta preconcepcional,
que permite identificar los factores de riesgo antes de que
Trastornos genéticos. Los trastornos genéticos, que
comience la gestación y por lo tanto, intervenir en conse-
se subdividen en cromosómicos y génicos, suelen ser la
cuencia. La intervención puede ir desde el control de una
principal causa fetal de restricción del crecimiento. El im-
patología hasta un simple consejo.
pacto de las cromosomopatías (siendo las más comunes
las trisomías) explica entre el 3% y el 5% de las RCF. Esta Se han propuesto muchos sistemas de puntaje para
frecuencia varía considerablemente según la precocidad identificar los embarazos con mayor riesgo de provocar
del diagnóstico antenatal y de lo liberal que sea la legisla- recién nacidos pequeños para la edad gestacional, pero
ción para el aborto. De esta manera, la frecuencia de RCF ninguno ha cumplido satisfactoriamente las evaluaciones
por cromosomopatías es muy baja en aquellos países en posteriores a la publicación original.
los que está autorizada la interrupción del embarazo por
Por este motivo, en lugar de un sistema de puntaje se
esta causa.
aconseja utilizar un listado de factores asociados con la
Algunas alteraciones génicas o malformaciones de ori- RCF y cuya presencia en la embarazada permita identifi-
gen desconocido que se expresan por anencefalia o por carla como de alto riesgo de tener una RCF. La elección de
diversas tipos de dismorfias son causa de RCF. los factores deberá hacerse teniendo en cuenta, entre otros
criterios, su grado de asociación con el daño y su frecuen-
Drogas y medicamentos teratogénicos. Algunas cia en la población.
sustancias han demostrado provocar alteraciones similares
En la TABLA 35-1 se presentan los ocho principales
a las descritas anteriormente, por lo que el uso de medica-
factores de riesgo hallados en una investigación coordinada
mentos debe ser indicado cuando el beneficio supere a los
por el CLAP en maternidades de Latinoamérica (Fescina y
riesgos potenciales.
cois., 1996).
Infecciones congénitas. Además de los mecanismos El riesgo atribuible poblacional (RAP) resume en forma
de afectación placentaria ya descritos, las infecciones con- conjunta el riesgo relativo individual y la prevalencia del
génitas pueden provocar alteraciones celulares y tisulares factor en la población. Así por ejemplo, tendrá mucho más
capaces de causar teratogenia alterando los órganos estruc- impacto desde el punto de vista de la salud pública, eli-
tural y funcionalmente (Horstmann, 1982). minar y reducir el factor de riesgo "hábito de fumar", cuyo
riesgo relativo es similar al de la "hemorragia del segun-
Se estima que el 5% de las RCF responderían a esta
do trimestre" pero la prevalencia del primero es del 26%,
causa aunque, debido al subdiagnóstico de algunas infec-
mientras que la del segundo es del 0,5% y por consiguien-
ciones en Latinoamérica y el Caribe (LAC), la frecuencia
te el RAP para el hábito de fumar es sustancialmente mayor
podría ser mayor.
(13,5% versus 0,3%) por ser de una prevalencia muy alta
en la población estudiada.
Embarazo múltiple. El embarazo múltiple produce
RCF y existe una relación directamente proporcional entre La probabilidad de diagnosticar una RCF y los métodos
el número de fetos y las posibilidades de RCF. El riesgo de para hacerlo dependen fundamentalmente del conocimien-
BPN en los embarazos dobles es diez veces mayor y la to preciso de la fecha de la última menstruación y del mo-
mortalidad perinatal es cinco veces mayor cuando se los mento en que se capta a la embarazada para su control
compara con embarazos únicos (Fescina, 1986). prenatal (FIGURA 35-2).
Hasta el 30% de las embarazadas que se asisten en
Diagnóstico maternidades de América Latina desconocen su fecha de
última menstruación (FUM) o, si la conocen, no presentan
La vigilancia antenatal del crecimiento fetal debe contem- ciclos regulares, están amamantando, están usando o han
plar métodos diagnósticos de tamizaje (screening) para ser usado en los últimos ciclos anticonceptivos hormonales.
usados en la rutina del control prenatal en todos los niveles Promover el registro sistemático de la FUM en los diver-
de atención y métodos diagnósticos de confirmación, que sos contactos de los equipos sanitarios con adolescentes y
requieren un nivel de complejidad tecnológica mayor y que otras mujeres en edad fértil puede disminuir este inconve-
706
Capítulo 35 Restricción del crecimiento fetal
TABLA 35-1. Factores de riesgo de RCF y su prevalencia
Factor Riesgo Intervalo Prevalencia Riesgo
relativo de confianza % atribuible
95% poblacional %
Hipertensión inducida por el embarazo 1,4 1,2 a 1,7 7 2,7
Antecedente de PEG 1,5 1,1 a 2,7 14 6,5
Hábito de fumar 1,6 1,1 a 2,2 26 13,5
Hemorragia del 2do trimestre 1,6 1,2 a 2,7 0,5 0,3
Preeclampsia 2,1 1,9 a 3,2 4 4,2
Ganancia de peso debajo del p 25 2,1 1,3 a 3,5 16 15
Oligoamnios 2,9 1,7 a 5,0 0,5 0,9
Embarazo múltiple 2,0 a 3,4 1,9
Edad gestacional conocida y si dudas
Medida seriada Captación precoz
antes 20 semanas É
' Altura uterina (AU) T
' Peso materno (PM) O
1 Estimación de volumen de LA
D
' Investig. factores de riesgo O
s c
L
Valores de AU y PM < Limit. inf. í
Oligoamnios
N
Presencia factores de riesgo
I
C
No O
S
E C
Ecografía de confirmación Estimación de la edad Ecografía a partir del ¥' trimestre X O
Á M
utilizando indicaciones de gestacional por ecografía utilizando indicadores de
crecimiento dependientes crecimiento independientes de M L
de la edad gestacional • Según longitud edad gestacional E E
cefalocaudal 8 a 13 sem. N M
• Curva a distancia de perfm. • Según DBP a partir E E
abdominal fetal y perímetro de 12 semanas • Relac. = S N
Long. fémur
craneano fetal según edad • Según longitud de fémur A
gestacional a partir de las 13 sem. Vel. cree, según valor previo
del P. abd. fetal I
O
S
Feto crecimiento adecuado Diagnóstico de RCI
control prenatal de bajo riesgo Rechazado Confirmado
Ver Figura 35-1 de diagnóstico diferencial entre
RCI simétrico y asimétrico y conducta obstétrica
FIGURA 35-2. Esquema escalonado de decisiones para el diagnóstico de RCF.
707
OBSTETRICIA

miente. La incorporación del control y la consejería precon-


cepcionales también ayudarían en tal sentido.
Cuando existan dudas sobre la edad gestacional se de-
berá recurrir a la ultrasonografía, cuya aplicación se basa
en la relación entre la amenorrea y el desarrollo anatómico
del feto a través de la medida de ciertos segmentos fetales.
Cuanto más tempranamente se realice la ultrasonografía,
mayor precisión ofrecerá. De esta manera, si se constata
antes de las 14 semanas una discordancia igual o mayor
a una semana entre la amenorrea y la medición de la lon-
gitud cefalocaudal por ultrasonografía, se podrá asumir un
error de amenorrea y recalcular la edad gestacional (Fesci-
n a y cois., 1984).
En ocasiones, cuando se desconoce o hay dudas sobre
la edad gestacional y no fue posible efectuar una ultraso-
nografía antes de las 14 semanas, la mejor alternativa será
medir el diámetro biparietal (DBP) y/o la longitud del fémur T—i—i | i i i—|—i—i i r~
(LF) antes de las 28 semanas. Incluso hasta la semana 27 28 32 36 40
el error admisible entre la FUM y la ultrasonografía es de Semanas de amenorrea
una semana (Fescina y cois., 1984).
FIGURA 35-3. Curva de ganancia de peso corporal ma-
Una vez que se ha establecido en forma definitiva la terno en función de la edad gestacional. La ganancia de
edad gestacional no deberá ser recalculada. Un error fre- peso transcurre entre los percentiles 25 y 90 de la gráfica
cuente en la práctica habitual y que lleva al subdiagnóstico de ganancia de peso en función de la edad gestacional y
de la RCI, consiste en recalcular la edad gestacional en en un momento desciende por debajo del percentil 25, lo
diferentes oportunidades a lo largo del embarazo, intentan- que aumenta el riesgo de RCF.
do acompasar la edad gestacional con el crecimiento fetal
observado.

Diagnóstico de RCF con edad cm


35 -,
gestacional conocida o estimada 33 - Técnica de medida
/-
-\r\O ^
La RCF rara vez se detecta clínicamente antes de las 30 / / ^ —
^"^ 5

semanas. - / / / /" s
27-
/ / s
Se asocia con disminución de los movimientos fetales,
'£ 7^ ^ ^..,
Z / ,^
oligoamnios, poco aumento de peso materno (incremento 3 ~) l s ^d
inferior a los que corresponden al percentil 25 de la curva ni
»^i / / / '
patrón normal) (FIGURA 35-3) y disminución o deten-
ción del aumento del tamaño del útero en relación con el
31""1

< 17-
1Q

z /
/ / ;/
progreso del embarazo (altura uterina inferior al percentil
15 -
13 - / z z
/ !Z
10 de su correspondiente curva patrón normal) (FIGURA
35-4). Este último signo clínico es fundamental para el
/ y
/
~s
diagnóstico. La medida senada de altura uterina, con cin-
ta métrica flexible e inextensible, realizada en cada control 13 15 17
i i i 19i \ 21 i 23 1 1 1 II 1 1
25 28 ' 29 ' 31 33 35 37 ' 39
1 l i l i
prenatal, permite observar el crecimiento del útero y com- Semanas de amenorrea
pararlo con los patrones normales (Fescina, 1983; Fescina
y cois., 1984). FIGURA 35-4. Altura uterina (en cm) según la edad ges-
tacional. La altura uterina transcurre entre los percenti-
La TABLA 35-2 muestra la eficacia de los distintos pro- les 10 y 90 y en un momento desciende por debajo del
cedimientos para diagnosticar fetos con restricción en su percentil 10. Ante esta situación se puede sospechar un
crecimiento (Fescina y cois., 1982; Fescina y cois., 1987), crecimiento anormal.
donde se puede apreciar que el examen con mayor preci-
sión diagnóstica es el perímetro abdominal fetal medido
por ecografía.

708
Capítulo 35 | Restricción del crecimiento fetal

TABLA 35-2. Eficacia de los procedimientos para diagnosticar PEG en el período antenatal

Procedimiento diagnóstico Sensibilidad Especificidad Valor Valor Razón de


% % predictivo predictivo verosimilitud
positivo % negativo % positiva % *
Altura uterina 56 91 80 77 6,2
Ganancia peso materno 50 79 60 72 2,4
Altura uterina o ganancia 75 72 63 82 2,7
de peso
Oligoamnios 28 98 91 69 14
Diámetro biparietal 67 93 86 82 9,6
Perímetro craneano fetal 42 100 100 73 10,5
Perímetro abdominal 94 100 100 97 47

* Razones de verosimilitud de 2 a 5 producen pequeños, pero a veces importantes cambios en la probabilidad diagnóstica posprueba. Cuan-
do está entre 5 y 10 genera cambios moderados de la probabilidad; si es mayor de 10 produce amplios y concluyentes cambios, es decir, que
a mayor valor mejora el procedimiento diagnóstico.

La ecografía presenta además la ventaja de poder esta- P. Cr. min Perímetro craneano fetal
blecer con diferentes mediciones antropométricas el tipo 370
de restricción del crecimiento fetal. Usando las curvas a 350
distancia es mayor la sensibilidad diagnóstica para los fetos 330
^
~^
con RCF simétricas.
310
y ,*""" <*•
«"- Z-
Las medidas más usadas para evaluar el crecimiento 290 S f
S'
fetal y el tipo de restricción son el perímetro craneano y el / " '
...• •""
270
perímetro abdominal fetal (Campbell & Wilkin, 1975; Cam- *'
/ ff'f
X/1
250 ^
pbell & Thomas, 1977; Fescina y cois., 1986; Deter & Ha- '
/
x••/./
rrist, 1993; Cunningham y cois., 1997) (FIGURAS 35-5 230
••''
Y 35-6). Las medidas así obtenidas se comparan con los 210 •*

patrones normales, utilizando en este caso las curvas de 190 k »*


crecimiento en función de la edad gestacional (curva a dis- /..[••'
tancia). Además, con la ecografía se estima la cantidad de
líquido amniótico y el grado de madurez placentaria.
170
150
130
S
1.-•

Diagnóstico de RCF ante una edad


gestacional con dudas o desconocida
110
90 _ X /

70
y captación tardía de la embarazada /
X

La captación tardía de la embarazada determina que la 14 16 18 20 22 24 26 28 30 32 34 36 38 40


estimación ecográfica de la edad gestacional pierda confia- Semanas de amenorrea

bilidad (dispersión estimada en el tercer trimestre de ± 2,5


semanas) (Fescina y cois., 1984). FIGURA 35-5. Curva a distancia del perímetro craneano
fetal. Las medidas del perímetro craneano en el retardo
Cuando se carece del dato confiable de la edad gesta- del crecimiento de tipo simétrico (S ) caen tempra-
cional como variable independiente no se puede fijar un namente por debajo de los límites normales (24 sem),
punto en el eje de las abscisas y por consiguiente, no se mientras que en el asimétrico (A ) las medidas
pueden utilizar las curvas a distancia (Fescina 1986; Fes- en general permanecen dentro de la normalidad (Fescina
cina y cois., 1996). y cois., 1987).

709
OBSTETRICIA
P. Ab. mml Perímetro adominal fetal En este caso se deben usar indicadores de crecimien-
,
390 to independientes de la edad gestacional, tales como la
370 velocidad de crecimiento según su valor previo y la razón
perímetro abdominal fetal/longitud del fémur fetal.
350
330 Patrones de velocidad de crecimiento en función
310 de su valor previo. Con estos patrones se estudia cuán-
to debe incrementar en un período dado (por ejemplo dos
290 +*
/. ... semanas) una determinada medida fetal. En estas circuns-
270 tancias se debe recurrir directamente a la ecografía, ya que
X ..-•"'
250 X .* los procedimientos clínicos generalmente no se pueden
/.. •/' aplicar.
230
'{•'' El crecimiento del perímetro abdominal fetal según un
210
valor previo (FIGURA 35-7) es el de mayor eficacia diag-
190 nóstica (sensibilidad del 77%, especificidad del 86%, ra-
170 ü
¿\ zón de verosimilitud positiva (RVP) de 5,5).
//.• Con el cálculo de la velocidad de crecimiento en función
150
J del valor previo se diagnostican mejor las RCF de tipo simé-
130
trico (sensibilidad 94%, RVP 6,7) que los de tipo asimétri-
110 ,-f
co (sensibilidad 62%, RVP 4,4).
90
Razón perímetro abdominal fetal/longitud del fé-
70
mur fetal. Esta razón se mantiene constante, es decir, tie-
/
ne igual valor entre las 20 y las 40 semanas de gestación.
15 17 19 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39
Semanas de amenorrea
El punto discriminante que mejor clasifica a los fetos es el
correspondiente al percentil 10, cuyo valor es de 4,25.
FIGURA 35-6. Curva a distancia del perímetro abdominal Todo valor menor a 4,25 indica alta probabilidad de pre-
fetal. El perímetro abdominal fetal cae por debajo de las sentar una RCF de tipo asimétrico. La sensibilidad de este
32 semanas en los dos tipos de retardo, por lo cual esta método para el diagnóstico de las RCF de tipo asimétrico
medida es el indicador más sensible en ambos (Fescina (descenso del perímetro abdominal fetal con longitud del
y cois., 1987). fémur constante) es del 74% y la RVP 7,4.
mm
40 -
35 -
30 -
25 -
Incremento bisemanal
del perímetro abdominal 20 -
15
10
5 -
Valor previo del perímetro
80 100 120 140 160 180 200 220 240 260 280 300 320 340 abdominal fetal (mm)
FIGURA 35-7. Velocidad de crecimiento del perímetro abdominal fetal según su valor previo. En la figura se muestra la
disminución de la velocidad de crecimiento de un feto con retardo de crecimiento de tipo simétrico. El diagnóstico se
confirma cuando el incremento esperado según el valor previo es menor o igual que el percentil 10 y la siguiente menor
que el percnetil 30, o viceversa (Fescina y cois., 1996).
710
Edad gestacional conocida y sin dudas
No
Curva a distancia del Per, abd. fetal
perímetro abdominal fetal Razón =
Long. fémur
< 4,25 24,25
Entre P5 y P, Menor que el percentil 5
Crecimiento normal
Curva a distancia del perímetro o RCI simétrico
craneano o longitd del fémur
Curva de velocidad de
crecimiento del per. abd.
según valor previo
Feto de
crecimiento normal
FIGURA 35-8. Esquema de decisiones para el diagnóstico diferencial entre el feto de crecimiento normal y retardo del
crecimiento intrauterino simétrico y asimétrico.
Si el valor es igual o mayor a 4,25 correspondería a cremento esperado es normal, el diagnóstico es de un feto
un feto normal (ambos valores normales) o a una RCF de de crecimiento normal. Si por el contrario, el incremento es
tipo simétrico (ambos valores bajos). Esta falta de discrimi- menor que el esperado, estaremos frente a una restricción
nación entre normal y simétrico hace que la sensibilidad del crecimiento con alta probabilidad de ser de tipo simé-
diagnóstica para éstos últimos sea baja. La especificidad trico.
para ambos tipos de restricción es del 90%.
Como ya se expresó, la velocidad de crecimiento del pe- Conducta obstétrica
rímetro abdominal fetal en función de su valor previo tiene
una mayor sensibilidad para el diagnóstico de restricciones Antenatal
del crecimiento de tipo simétrico, mientras que la razón
perímetro abdominal fetal/longitud del fémur la tiene para Medidas generales. Suspender el tabaco, la ingesta de
las RCF asimétricas. Por lo tanto, estas medidas no son cafeínas, calmar la ansiedad y mejorar el estado de nutri-
excluyentes entre sí, sino complementarias. ción incorporando a la dieta minerales y micronutrientes,
siempre controlando el incremento de peso materno.
Los pasos a seguir para la vigilancia del crecimiento fetal
son el uso de las curvas a distancia siempre que sea posi- Tratar la patología materna. Hipertensión inducida por
ble (edad gestacional conocida); en caso contrario, se debe el embarazo, anemia crónica, hemorragia, diabetes, mala-
determinar la razón perímetro abdominal fetal/longitud del ria, entre otros (Fescina, 2005).
fémur fetal, que cuando es menor a 4,25 indica que el feto Administración de oxígeno a la madre al 55% a 8 litros
presenta una restricción del crecimiento probablemente de por minuto. En un estudio randomizado sobre 36 pacientes
tipo asimétrico (FIGURA 35-8). se observó en los fetos con RCF cuyas madres recibieron
Si la razón es mayor o igual, podemos estar ante un feto oxígeno, una mejoría significativa de los gases en sangre,
con crecimiento adecuado o ante una restricción de creci- así como una disminución en la mortalidad perinatal del
miento de tipo simétrico, diferencia que puede ser salvada 68% al 29%, a pesar de que no se encontraron diferencias
utilizando las curvas de velocidad de crecimiento según un en los pesos al nacer en ambos grupos (Nicolaides y cois.,
valor previo en una nueva exploración ecográfica. Si el in- 1988; Battagliaycols.,1993).
711
OBSTETRICIA
Para mejorar el flujo uteroplacentario se debe guardar asignación al azar, el efecto protector marcado encontrado
reposo en cama, preferentemente en decúbito lateral; teó- en los primeros trabajos se fue perdiendo y la información
ricamente, la posición horizontal produciría un aumento de hoy disponible no permite recomendarla como tratamiento
flujo a nivel de la circulación placentaria, lo que contribuiría preventivo. Pero también es importante notar que si se ob-
a mejorar el crecimiento fetal. Esta hipótesis no ha sido serva detenidamente la prevalencia de RCF en los grupos
comprobada en las investigaciones clínicas controladas. controles, es decir, sin tratamiento, se nota claramente que
También se deben administrar agonistas betaadrenérgicos en los primeros (hasta 1991) es mucho mayor que en el
a dosis bajas (5 mg/día de fenoterol) inferiores a las uteroin- resto. Este hecho podría estar indicando que en los últimos
hibidoras, para mejorar el flujo uteroplacentario, ya que son estudios, que si bien desde el punto de vista metodológi-
vasodilatadores y elevan el volumen cardíaco por minuto. co son de mejor calidad, la aspirina fue administrada a
Los resultados con estos agonistas no han sido satisfacto- poblaciones con bajo riesgo de tener una RCF y no sólo a
rios. Además, se debe aplicar descompresión abdominal aquellas con patología vascular, en donde esta droga podría
intermitente, que consiste en la aplicación de presión nega- tener un efecto beneficioso.
tiva sobre el abdomen materno en forma intermitente (30
La RCF es un síndrome multicausal y por lo tanto, es
seg cada 30 min dos veces al día) una vez que se diagnos-
muy poco probable que la aspirina tenga algún efecto sobre
ticó la RCF. Un metaanálisis de los tres estudios publicados
las restricciones que se deben a desnutrición, infección,
encuentra un aumento de peso al nacer y una significativa
causas genéticas o al consumo de alcohol y drogas. Esto
reducción de la mortalidad perinatal en el grupo tratado.
indicaría la necesidad de investigaciones clínicas aleatori-
Otra alternativa es suministrar ácido acetilsalisílico a bajas
zadas con un número suficiente de casos en poblaciones
dosis (80 mg por día), que disminuyen la producción de
con alto riesgo de padecer patología vascular en donde la
tromboxano y de prostaciclina, predominando éstas últimas
aspirina podría, si es que lo tiene, presentar un efecto be-
sobre las primeras, lo que favorece la vasodilatación y con
neficioso en la prevención de nacimientos de PEG.
ello un mayor flujo placentario (Wallenburg & Rotmans,
1987). Con estas dosis no se han descrito efectos adversos Administración de calcio. Se observó una tendencia
en la madre, en el feto o en el recién nacido. La TABLA no significativa a la disminución de la incidencia de recién
35-3 muestra un metaanálisis de los principales estudios nacidos de bajo peso (menos de 2.500 g), especialmente
sobre la administración de dosis bajas de aspirina y la pro- en aquellas poblaciones con baja ingesta de calcio. No se
porción de PEG. Como puede observarse, a medida que hace referencia a los recién nacidos pequeños para su edad
se fueron publicando los ensayos clínicos controlados con gestacional, por lo que esta tendencia a la disminución de
TABLA 35-3. Prevención del nacimiento de PEG con la administración de bajas dosis de aspirina
Autores/años Grupo tratado % Grupo control % Riesgo relativo Intervalo de
confianza 95%
Beaufils, 1985 4/48 8,3 13/45 28,9 0,28 0,10 a 0,80
Wallenburg, 1986 4/21 19 6/23 26 0,73 0,24 a 2,23
Benigni, 1989 2/17 11,8 6/16 37,5 0,31 0,07 a 1,33
Schiff, 1989 2/34 5,9 6/31 19,3 0,30 0,07 a 1,40
Uzan, 1991 20/156 12,8 19/73 26 0,49 0,28 a 0,86
Schrocksnadel, 1992 1/22 4,5 2/19 10,5 0,42 0,04 a 4,40
Italian Study, 1993 82/499 16,4 68/419 16,2 1,01 0,77 a 1,38
Hauth, 1993 17/302 5,6 19/302 6,3 0,89 0,47 a 1,69
Vinilka, 1993 4/97 4,1 9/100 9 0,45 0,15 a 1,47
Sibai, 1993 68/1485 4,6 87/1500 5,8 0,79 0,58 a 1,08
Caspi, 1994 6/48 12,5 11/46 23,9 0,52 0,21 a 1,30
CLASP, 1994 244/4123 5,9 272/4134 6,6 0,89 0,76 a 1,06
ECCPA, 1996 41/482 8,5 51/513 10,1 0,84 0,51a 1,13
Odas ratio común* 502/7382 6,8 576/7263 7,9 0,84 0,74 a 0,95
* El odas ratio común es la medida resumen de los resultados de los 13 trabajos. Se observa un efecto protector de la administración de
aspirina que reduciría en el 16% (entre 5% y 26%) la probabilidad de aparición de PEG.
712
Capítulo 35
los bajos pesos podría deberse a la disminución de la inci- siones que pretende dar una orientación general en cuanto
dencia de recién nacidos de pretérmino, especialmente en al manejo, pero que no debe ser interpretado con rigidez.
madres con alto riesgo de desarrollar hipertensión durante
el embarazo (Hofmeyr & Kulier, 2007). Si se desencadena una amenaza de parto prematuro se
inhibirán las contracciones uterinas sólo en aquellos casos
Administración de magnesio. Su administración ante- en que se pueda controlar estrictamente el crecimiento fetal
natal con el objetivo de favorecer el crecimiento fetal es y se compruebe que éste no se detuvo. El parámetro de
controvertida, pues si bien algunas revisiones sistemáticas crecimiento más confiable para indicar la terminación del
muestran un efecto benéfico, la calidad metodológica de embarazo es la detención del crecimiento del perímetro ab-
algunos de los trabajos incluidos no permite extraer conclu- dominal fetal determinada por ultrasonido (Fescina, 1983).
siones definitivas (Makrides & Crowther, 2007). Si el feto deja de crecer, la demora en la terminación del
embarazo se asocia con aumento de la mortalidad fetal. La
El parto interrupción de la gestación, por el contrario, no empeora
el pronóstico neonatal.
Generalmente se presenta la disyuntiva entre interrum-
Los fetos con restricción del crecimiento que enlentecían
pir la gestación en forma prematura (riesgo de muerte neo-
el crecimiento del perímetro abdominal por debajo del per-
natal por inmadurez) o bien continuarla (riesgo de muerte
centil 1 tienen una altísima probabilidad de morir dentro
fetal). La respuesta a estas interrogantes variará según los
del útero o en las primeras 24 horas de vida. Por el contra-
recursos disponibles en los servicios de mayor complejidad,
rio, en los fetos con diagnóstico de RCF pero en los cuales
lugar en donde deben ser controlados estos embarazos.
los valores del perímetro abdominal se encuentran en la
Para la decisión obstétrica deberá tenerse en cuenta la zona comprendida entre los percentiles 5 y 1 (FIGURA 35-
capacidad de la atención neonatal del lugar, circunstancia 10), la probabilidad de morir es sustancialmente menor
de vital importancia que hará variar la edad gestacional en (Fescina y cois., 1996). De ahí que si la edad gestacional
que se decida la interrupción de la gestación. Un feto con es inferior a las 32 semanas y el crecimiento fetal se en-
una RCF y menor de 26 semanas de edad gestacional debe cuentra entre la zona comprendida por los percentiles 1 y
continuar in útero, pues si nace tiene una altísima proba- 5 se puede proseguir con el embarazo, con una estricta
bilidad de morir. Por el contrario, cuando alcanza las 32 vigilancia del crecimiento y de la vitalidad fetal.
semanas, el riesgo de muerte fetal puede llegar a ser mayor
Entre las pruebas utilizadas para estudiar la vitalidad fe-
que el de muerte neonatal, motivo que podrá ser indicación
tal, el estudio de la forma de la onda de velocidad de flujo
de interrupción de la gestación.
por medio del efecto Doppler es sin ninguna duda la de
El período comprendido entre las 26 y 31 semanas es mayor confiabilidad. El monitoreo anteparto no estresante,
el más difícil de resolver. La mejor manera de decidir la el monitoreo con estimulación sónica y la prueba de tole-
conducta es contar con recursos que permitan controlar la rancia a las contracciones no han demostrado fehaciente-
evolución del crecimiento, la vitalidad y la madurez pulmo- mente su utilidad.
nar fetal, y de esta forma efectuar una decisión con criterio
individual y no poblacional, es decir, estudiando cada caso La investigación de la forma de la onda de velocidad de
en particular y ajusfando la conducta según convenga a flujo por medio del Doppler puede proporcionar informa-
ese embarazo. ción de valor práctico. Los cambios en los valores de los
diferentes índices utilizados (IR, IP, SD) cuando se exploran
Si se cuenta con recursos especiales para vigilar la salud los vasos fetales reflejan la redistribución del flujo sanguí-
fetal, además de la edad gestacional y la causa que provocó neo en respuesta a la hipoxia fetal. En la arteria umbilical,
la restricción del crecimiento (factor modificable: hiperten- la aorta, las renales, las ilíacas y las femorales del feto, los
sión, desnutrición, hábito de fumar, o no modificable: cau- índices se incrementan, reflejando un aumento en la resis-
sa genética, malformaciones), se debe estudiar minuciosa- tencia al paso de la sangre; en cambio, en las carótidas y
mente la hemodinamia fetal, la madurez pulmonar fetal y arterias cerebrales medias los índices disminuyen, indican-
su posible aceleración, y la evolución del crecimiento, es- do un mayor aporte de sangre al área cerebral.
pecialmente una vez instauradas las medidas correctivas.
Algunos estudios demostraron que cuando este meca-
En embarazos de pretérmino, si el estudio de la hemo- nismo compensatorio no se produce, o cuando aumenta
dinamia (Doppler de flujo) indica un feto en buenas condi- la resistencia a nivel de las arterias cerebrales medias, el
ciones y la ecografía demuestra que hay crecimiento fetal, pronóstico fetal es reservado (Wladimiroff y cois., 1987).
se deberá continuar con la gestación. En caso contrario y si
existe madurez pulmonar, se interrumpirá el embarazo. Si En las arterias uteroplacentarias (uterinas, arcuatas)
el pulmón no sintetizó surfactante, será menester inducirlo también aumenta la resistencia al flujo sanguíneo, funda-
con glucocorticoides y luego terminar el embarazo. En la mentalmente cuando la causa de la restricción es una pa-
FIGURA 35-9 se presenta un esquema escalonado de deci- tología vascular materna.
713
OBSTETRICIA
s 27 sem.
Tratamiento de la patolgía específica - reposo - supresión de tóxicos - ajustes de dieta
Control ecográfico c/2 sem.
del crecimiento hasta que
alcance las 28 semanas
Control ecográfico del cree.
c/1 a 2 sem. hasta 24 sem.
Repetir en 1 sem.
Control ecográfico
Estimulación
mad. pulmonar
* La edad ¡¡estaciona! se adecuará según capacidad Parto - elección de vía
de resolución del servicio perinatal. según situación abstétrica
FIGURA 35-9. Esquema escalonado de decisiones ante el diagnóstico de RCI.
Los patrones anormales de la onda de velocidad de flujo Pruebas como el monitoreo no estresante, el perfil biofí-
preceden a la cardiotocografía anormal en la detección de sico y la prueba de la estimulación sónica, se han incorpo-
compromiso fetal y resultan superiores en sensibilidad y rado a la práctica clínica, lamentablemente sin haber com-
especificidad (Trudinger y cois., 1987; Nicolaides y cois., pletado aún su proceso de evaluación; este hecho limita
1988). sus alcances y la interpretación de los resultados. Ninguna
de ellas por sí sola deberá decidir la conducta, pero cons-
Un patrón que merece especial atención es aquel en
tituyen elementos que enriquecen la toma de decisiones.
que en la arteria umbilical no se observa flujo en diástole o
hay retroflujo. Este patrón se ha asociado con grave com-
promiso fetal, como es la acidosis e hipoxia determinadas Durante el trabajo de parto
por cordocentesis.
Estos fetos presentan una alta incidencia de sufrimien-
En una revisión sistemática realizada sobre la utilización to fetal agudo, por lo cual se recomienda una vigilancia
del Doppler en embarazos de alto riesgo, que reclutó 6.965 clínica estricta de la frecuencia cardíaca fetal y de las con-
embarazadas, se encontró una disminución de la mortali- tracciones uterinas durante el trabajo de parto. La vigilan-
dad perinatal sin aumento en los días de internación en cia también puede realizarse por intermedio del monitoreo
el grupo de pacientes en las que se realizaron estudios de fetal electrónico continuo y la eventual obtención de una
velocimetría Doppler (Neilson & Alfirevic, 2007). muestra de sangre capilar fetal a fin de estudiar el equilibrio
ácido-base. El diagnóstico de restricción en el crecimiento
fetal por sí solo no es indicación absoluta de parto por ope-
ración cesárea.
714
Capítulo 35
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Parto prematuro
J. Carvajal J. Róblete
El parto prematuro ha sido definido por la Organización do en que la morbilidad neonatal es habitualmente escasa
Mundial de la Salud como aquel que ocurre antes de las y leve. Aproximadamente el 5% de los partos prematuros
37 semanas de gestación. El límite inferior de edad gesta- ocurre antes de las 28 semanas (prematuros extremos),
cional que establece la separación entre parto prematuro y el 15% entre las 28 y 31 semanas (prematuro severo), el
aborto son las 22 semanas de gestación y/o los 500 g de 20% entre las 32 y 33 semanas (prematurez moderada) y
peso fetal y/o los 25 cm de longitud cefalonalgas. Si bien ia del 60% al 70% entre las 34 y 37 semanas (cercano al
sobrevida de los recién nacidos de menos de 25 semanas término) (Goldenberg y cois., 2008). Los esfuerzos deben
de edad gestacional es muy escasa (Tyson y cois., 2008), estar dirigidos a prevenir la prematurez extrema y severa,
la Academia Americana de Pediatría y el Colegio Americano ya que esos recién nacidos son los que concentran la ma-
de Ginecología y Obstetricia han respaldado tal definición yor parte de las secuelas entre los sobrevivientes (Saigal &
(Villar y cois., 1994). Doyle, 2008; Tyson y cois., 2008).
La incidencia del parto prematuro oscila entre el 8% Los prematuros mayores de 34 semanas o 2.000 g pre-
y el 10% del total de partos, con variaciones regionales sentan, en general, patologías leves tales como depresión
significativas, pues su incidencia puede alcanzar el 10% neonatal, taquipnea transitoria, alteraciones de la termorre-
al 12% en los EE.UU., o ser tan baja como del 5% en gulación, alteraciones hidroelectrolíticas y trastornos meta-
Chile y la Unión Europea (Althabe y cois., 1999; Golden- bólicos. Los prematuros extremos y severos o RN de muy
berg y cois., 2008). La frecuencia de esta patología no se bajo peso (< 1.500 g) concentran las patologías de mayor
ha reducido significativamente en los últimos años (incluso gravedad, caracterizadas por su alta letalidad o secuelas,
ha aumentado), sin embargo, la morbimortalidad neonatal entre las que se incluyen el ductus arterioso persistente,
secundaria a la prematurez muestra una tendencia descen- el síndrome de distrés respiratorio (SDR), la hemorragia
dente (Berkowitz & Papiernik, 1993; Tyson y cois., 2008). intraventricular (HIV), la sepsis neonatal, la enterocolitis
Esta reducción es atribuible a la mejoría en el cuidado neo- necrotizante, la osteopenia del prematuro, la fibroplasia
natal de los prematuros más que al éxito de las estrategias retrolental, la displasia broncopulmonar y por morbilidad
preventivas y terapéuticas de la paciente embarazada en neurológica, entre las que se incluyen anormalidades de
riesgo (Goldenberg y cois., 2008). las funciones cognitivas, leucomalasia periventricular y pa-
rálisis cerebral (Saigal & Doyle, 2008). En la FIGURA 36-1
Si se excluyen las malformaciones congénitas, el 75%
se muestra la incidencia de morbilidad neonatal severa en
de las muertes pehnatales y el 50% de las anormalidades
la unidad de cuidados intensivos neonatales para los recién
neurológicas de la infancia son atribuibles directamente
nacidos prematuros de la maternidad del Hospital Clínico
a la prematurez, lo que ilustra la magnitud del problema
de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
(Goldenberg y cois., 2008). La morbilidad neonatal de los
prematuros es de magnitud variable y depende principal-
mente del peso de nacimiento, de la edad gestacional al Etiopatogenia
nacer, de la existencia de malformaciones fetales, de la
etiología responsable del parto prematuro y de las carac- Clínicamente, el parto prematuro se puede subdividir en
terísticas de la unidad de cuidado intensivo que atienda tres entidades: parto prematuro idiopático, entendido
al recién nacido. Afortunadamente, la gran mayoría de los como aquel en el que el primer evento detectable es la
prematuros se encuentra por sobre las 34 semanas, perío- aparición de contracciones uterinas regulares a consecuen-
717
OBSTETRICIA
100-%
S obre vida
SDR
Sepsis
HIV
a 40-
V*»*
20-
>»..-»•*—•
24 26 28 30 32 34
Edad gestacional
FIGURA 36-1. Resultados neonatales de la unidad de cuidados intensivos neonatales de la Pontificia Universidad Ca-
tólica de Chile, 2005.
cia de las cuales se produce el parto; parto prematuro re- El parto prematuro idiopático es concebido como un
sultante de la rotura prematura de membranas ovulares, síndrome, es decir, como una enfermedad causada por di-
antes de las 37 semanas de edad gestacional y parto pre- ferentes etiologías (Romero y cois., 1994; Goldenberg y
maturo ¡atrogénico, o aquel que resulta de la interrupción cois., 2008). Se propone que diferentes factores etiológlcos
médica prematura del embarazo debido a patología mater- actúan sobre el miometrio convergiendo en la activación de
na y/o fetal (Goldenberg y cois., 2008). Cada uno de estos una vía final común, clínicamente evidenciada por la pre-
tres grupos corresponde, aproximadamente, a un tercio del sencia de contracciones uterinas y la dilatación del cuello
total de los partos prematuros (Carvajal y cois., 2001a). Es uterino, que culminarán en el parto. Las bases celulares y
importante notar que los recién nacidos provenientes de moleculares subyacentes a estos procesos fueron descritas
estos grupos clínicos presentan complicaciones neonatales en el Capítulo 15: Fisiología de la contracción uterina.
y un pronóstico perinatal diferente (TABLA 36-1), es decir,
En la especie humana, en base a evidencias clínicas,
que tienen diversas implicancias diagnósticas, terapéuti-
anatomopatológicas, microbiológicas, experimentales y
cas y pronosticas. En el presente capítulo nos referiremos
bioquímicas, se propone la existencia de los siguientes fac-
sólo al grupo de pacientes con trabajo de parto prematuro
tores etiológicos -además de otros desconocidos- respon-
¡diopátlco.
sables del inicio del trabajo de parto prematuro:
Existe una serie de circunstancias que predisponen al
• Infección intraamniótica.
parto prematuro idiopático, entre los que se cuentan fac-
tores previos a la gestación y otros propios del embarazo • Reducción del flujo sanguíneo a la unidad uteroplacen-
actual (TABLA 36-2). Estos factores de riesgo deben ser taria, que denominaremos genéricamente isquemia.
evaluados durante el control prenatal, pues en algunos ca-
• Disfunción cervical.
sos su manejo adecuado reduce la probabilidad de esta en-
fermedad. El principal factor de riesgo es el antecedente de • Sobredlstensión uterina.
parto prematuro previo (sea idiopático o por rotura prema-
• Anormalidad en la compatibilidad antigénica feto-mater-
tura de membranas); las mujeres que reportan uno o más
na.
partos prematuros previos por debajo de las 35 semanas
tienen un riesgo de parto prematuro en un nuevo embarazo • Hemorragia coriodecldual.
que va del 30% al 50%.
• Otras causas de Inflamación.
718
Capítulo 36 Parlo prematuro
TABLA 36-1. Clasificación clínica del parto prematuro. Implicancias pronosticas
PPI RPPM PPIM Control término
RCF AEG RCF AEG RCF AEG RCF AEG
(n=27) (n=212) (n=20) (n=154) (n=76) (n=128) (n=13) (n=814)
Morb (%) 26* 9 25* 7 20* 8 8* 0
MPN (%o) 73,7* 0,9 11,1* 3,9 19,7* 9,3 7,7* 0,24
EG parto (sem ± ES) 30,1±1,1* 34,8±0,2 32,5 + 1,0* 33,9±0,2 32,7 ±0,4* 34,4±0,2 37,1±0,1* 39,3 ±0,1
* p < 0,05 RCIU versus AEG.
Adaptado de: Carvajal y cois., 2001. Estudio clínico retrospectivo de 693 partos prematuros. PPI= parto prematuro idiopático; RPPM=
rotura prematura de pretérmino de membranas; PPIM= parto prematuro por indicación médica; RCF= restricción de crecimiento fetal;
AEG= apropiado para la edad gestacional; Morb= morbilidad en % del total de recién nacidos; MPN= mortalidad perinatal expresada por
1.000 RN vivos; EG parto= edad gestacional al momento del parto.
TABLA 36-2. Factores de riesgo para parto prematuro
MATERNOS FETALES
Pregestacionales: Anomalías congénitas
Edad (mayor riesgo en menores de 20 y mayo- Embarazo múltiple
res de 40 años) Macrosomía fetal
Baja condición social o educacional Muerte fetal
Antecedentes de parto prematuro
PLACENTARIOS
Antecedentes familiares de parto prematuro
Desprendimiento prematuro de placenta normoin-
Enfermedades sistémicas graves
serta
Hábitos (tabaquismo, cocaína, heroína)
Placenta previa
Estado civil: soltera
Polihidroamnios
Peso y talla bajos (< 45 kg y < 150 cm)
Tumores cordón umbilical
Período intergenésico menor a 6 meses
Gestacionales: UTERINOS
Falta de control prenatal Cuerpo extraño (DIU)
Infecciones genitales (gonococo y vaginosis Incompetencia cervical o cuello corto ( < 25 mm)
bacteriana) Malformaciones uterinas (útero doble)
Otras infecciones sistémicas (urinaria, intraab- Miomas
dominal, periodontal) Sobredistensión uterina
Ingesta de drogas ilícitas (cocaína) Trauma cervical
Larga jornada laboral con esfuerzo físico Conización cervical
Metrorragia antes de las 20 semanas
Trauma abdominal
Estrés social o psicológico
Existe evidencia para sostener que la infección intraam- embarazo, es decir, porque se produce un acortamiento de
niótica y, en menor grado, la isquemia uteroplacentaria y la la quiescencia miometrial debido a causas diferentes de las
disfunción cervical son causa de parto prematuro. También antes indicadas. Si la quiescencia miometrial no es bien ge-
participamos de la ¡dea de que existe un grupo de partos nerada o mantenida, el parto se producirá antes de tiempo
prematuros que se originan por una suspensión prematu- (Carvajal &Weiner, 2003).
ra de los mecanismos que regulan la duración normal del
719
OBSTETRICIA
Infección y parto prematuro vos positivos del líquido amniótico, lo que sugiere que otras
noxas no infecciosas podrían ser las responsables de la
En un subgrupo de pacientes la invasión microbiana de la inflamación tisular encontrada (Buhimschi y cois., 2007).
cavidad amniótica es el factor etiológico responsable del Se estima que cerca de un tercio de los partos prematuros
inicio del trabajo de parto prematuro. Existe una clara aso- puede ser secundario a infección y que esta causa es mu-
ciación entre infección sistémica materna y parto prema- cho más frecuente entre los prematuros extremos (< 28
turo, así por ejemplo, para la paciente que desarrolla una semanas) que entre los cercanos al término (Goldenberg y
neumonía se describen incidencias de parto prematuro de cois., 2008).
entre el 15% y el 50%, mientras que a la malaria se asocia
Adicionalmente, mediante el uso de técnicas más sen-
un riesgo del 50%. En la era preantibiótica, la pielonefritis
sibles que el cultivo para la detección de gérmenes en la
aguda y la fiebre tifoidea se asociaron con una probabilidad
cavidad amniótica, como la reacción de polimerasa en
de casi el 50% de parto prematuro, riesgo que se reduce
cadena para amplificar el ácido ribonucleico ribosomal
con un tratamiento antimicrobiano adecuado. En distintas
bacteriano y la determinación de niveles de interleukina 6
especies de animales se ha demostrado que la inyección de
(IL-6), se evidenció la existencia de un pequeño subgrupo
endotoxina (lipopolisacárido de la membrana de bacterias
de pacientes con parto prematuro e invasión microbiana
gram negativas) es capaz de inducir aborto, efecto que se
de la cavidad amniótica en que los cultivos son falsamente
reduce gracias a la inmunización previa de esos animales
negativos debido a una reducida concentración de micro-
con anticuerpos antiendotoxina (Romero y cois., 1991).
organismos o a que estos no crecen fácilmente en cultivo
La colonización microbiana del tracto genitourinario (Hitti y cois., 1997; Oyarzún y cois., 1998).
también ha sido relacionada con parto prematuro, bajo
El ingreso de los gérmenes a la cavidad amniótica puede
peso de nacimiento y rotura prematura de pretérmino de
ocurrir a través de cuatro vías: hematógena, retrógrada (por
membranas (Romero y cois., 1991). Existe una sólida aso-
las trompas de falopio), directa (por inoculación durante
ciación entre elevado riesgo de parto prematuro y vaginosis
procedimientos invasivos) y ascendente (a partir de la cavi-
bacteriana, con tasas de parto prematuro de hasta el 50%
dad vaginal). El hecho de que la mayoría de los gérmenes
en ausencia de tratamiento (Hillier y cois., 1995), mientras
detectados en el cultivo de líquido amniótico están presen-
que el uso adecuado y oportuno de antimicrobianos redu-
tes en la flora cervicovaginal (Mycoplasma, ureaplasma,
ce este riesgo a la mitad, especialmente en mujeres con
Fusobacterium, bacteroides, Gardnerel/a y otros), permite
factores de riesgo y cuando el tratamiento se efectúa en
sugerir que la vía principal de colonización amniótica es
el segundo trimestre del embarazo (Hauth y cois., 1995).
ascendente. El modelo plantea que los microorganismos
La asociación entre prematurez y bacteriuria asintomática
se localizan primero en el endocérvix, luego en la deci-
o gonorrea cervical también ha sido demostrada. De esta
dua y corion, ingresan posteriormente a la cavidad amnió-
forma, la infección, ya sea sistémica o localizada primaria-
tica y son finalmente incorporados por el feto, generando
mente en el tracto genitourinario, puede ser la responsa-
enfermedad local o sistémica (Gotsch y cois., 2007). La
ble de la génesis de un parto prematuro (Romero y cois.,
1991). respuesta humoral fetal o fetoplacentaria a la invasión
microbiana está patogénicamente involucrada en la ocu-
La invasión microbiana de la cavidad amniótica puede rrencia de displasia broncopulmonar y leucomalasia pe-
ser evidenciada mediante el estudio microbiológico (culti- riventricular fetal, dos complicaciones graves asociadas
vo) del líquido amniótico, obtenido por amniocentesis. La al parto prematuro (Gotsch y cois., 2007; Yoon y cois.,
incidencia de cultivos positivos en gestantes con trabajo de 1997). La invasión microbiana de la cavidad amniótica
parto prematuro y membranas íntegras es del 12,7%. De puede ser el resultado de deficiencias en las barreras na-
ellas, el 37,5% desarrolló corioamnionitis clínica versus el turales, locales o sistémicas, de control del ascenso de mi-
9% en el grupo de pacientes con cultivo negativo. Además, croorganismos (Ej.: déficit en la producción de defensinas
las pacientes con cultivos positivos fueron más frecuente- o antimicrobianos endógenos), del exceso de gérmenes en
mente refractarias a la tocólisis (85,6% versus 16,3%) y la cavidad vaginal, de deficiencia en los mecanismos de
presentaron una mayor incidencia de rotura de membranas control sistémico de la infección y de otras causas aún des-
(40% versus 3,8%) (Gómez y cois., 1997). conocidas (Svinarich y cois., 1997).
Otro de los argumentos utilizados para estimar que la Desde un punto de vista fisiopatológico, tanto los pro-
etiología infecciosa es causa de un gran número de partos ductos bacterianos como la reacción del huésped frente a
prematuros es la alta frecuencia de corioamnionitis histo- la invasión microbiana son los principales factores involu-
lógica y endometritis puerperal encontrada en este grupo crados en el desencadenamiento del trabajo de parto y tal
de pacientes (Gómez y cois., 1997). Sin embargo, este vez de las complicaciones fetales de esta condición. En el
argumento ha sido debatido dado que la frecuencia de co- contexto de infección sistémica o localizada, el huésped
rioamnionitis histológica es mucho más alta que la de culti- monta una respuesta inmunológica de defensa que acti-
720
Capítulo 36 Parto prematuro
va el sistema mononuclear fagocitario; así, los monocitos están patogénicamente involucrados en un subgrupo de
y macrófagos activados sintetizan y secretan una serie de pacientes con parto prematuro Ídiopático, resta por esta-
mediadores inflamatorios (citoquinas) como interleuquinas blecer cuál es la prevalencia de esta condición. La primera
(IL-1, IL-6, IL-8), factor de necrosis tumoral, factor esti- serie clínica, que evaluó a un grupo de 50 pacientes con
mulador del crecimiento de colonias, proteína inhibitoria trabajo de parto prematuro en forma prospectiva e investi-
de macrófagos 1-a y factor activador plaquetario (Kelly, gó detalladamente las diferentes etiologías posibles, inclu-
1996). Las endotoxinas (bacterianas) y las citoquinas yendo estudio anatomopatológico placentario y velocime-
(huésped) pueden inducir un aumento en la producción tría Doppler, indicó que en el 30% de las pacientes con
de prostaglandinas y otras uterotoninas por las membranas trabajo de parto prematuro idiopático existen evidencias
ovulares y decidua paríetalis-, la hipótesis es que luego de de isquemia uteroplacentaria (Romero y cois., 1993). En
la invasión microbiana de la cavidad amniótica se incre- nuestro centro, efectuamos un estudio clínico controlado en
menta -en última instancia- la concentración de agentes un grupo de 145 pacientes que ingresaron al hospital con
capaces de inducir contracciones uterinas, con lo que se diagnóstico de trabajo de parto prematuro. En cada una
porduce un parto prematuro. de las pacientes, y en un grupo control, se evaluó la pre-
sencia de isquemia (Doppler de arterias uterinas, peso del
RN, histología y peso placentario) y de infección (cultivos
Isquemia uteroplacentaria e histología placentaria). El estudio mostró que en aproxi-
y parto prematuro madamente el 30% de las pacientes con trabajo de parto
prematuro idiopático, mediante evaluación clínica y/o de
Una hipótesis emergente correlaciona etiológicamente el
laboratorio, son detectables fenómenos de isquemia. Más
trabajo de parto prematuro ídiopático con fenómenos de
aún, el subgrupo de pacientes con etiología isquémica de
reducción del flujo sanguíneo al útero y la placenta, en lo
parto prematuro presenta una mayor morbilidad neonatal si
que se denomina isquemia uteroplacentaria. Para susten-
se la compara con el grupo en que no se detectaron eviden-
tar esta hipótesis se dispone de evidencia clínica y experi-
cias de infección ni de isquemia (TABLA 36-3) (Germain
mental, así por ejemplo, se ha descrito que en embarazos
y cois., 1999).
en grandes alturas (> 4.000 m sobre el nivel del mar), el
fenómeno de parto prematuro es tres veces más frecuente La hipótesis es que la isquemia de algún componente de
que a nivel del mar (12% versus 4%) (González & Guerra- la unidad fetoplacentaria (trofoblasto, decidua o miometrio)
García, 1993). Condiciones clínicas que son el reflejo de genera mediadores que determinan en forma paracrina el
isquemia placentaria, como la preeclampsia y el retardo de despertar prematuro de la actividad contráctil miometrial.
crecimiento intrauterino, se asocian frecuentemente con un Nuestras investigaciones han demostrado el rol de una
inicio prematuro del trabajo de parto. Asimismo, ha sido substancia producida en las membranas fetales en la man-
demostrada una buena correlación anatomoclínica entre tención de la quiescencia miometrial. Es posible que una
parto prematuro y fenómenos morfológicos (histológicos) disminución prematura en su producción, ocasionada por
que indican isquemia placentaria (Lettieri y cois., 1993; isquemia, sea la responsable de la activación prematura del
Hediger y cois., 1995; Germain y cois., 1999). miometrio (Carvajal y cois., 2006).
Es posible evaluar la presencia de alteraciones en el flujo Para esclarecer por completo el mecanismo de la isque-
sanguíneo uteroplacentario mediante el estudio de la resis- mia como causa de parto prematuro, resta por establecer
tencia vascular uterina utilizando ultrasonido Doppler. La los eventos que median entre la isquemia y el aumento de
evaluación de poblaciones de embarazadas sin factores de la contractilidad miometrial. Además, es necesario conocer
riesgo para parto prematuro con ecografía Doppler de arte- qué eventos preceden a la isquemia, la cual puede deberse
rias uterinas, demuestra que la detección de un aumento a procesos tales como una placentación defectuosa (Ej.:
en la resistencia vascular uterina incrementa en cinco ve- deficiencia en la interacción entre el trofoblasto y vasos
ces el riesgo de parto prematuro (Bower y cois., 1993). uteroplacentarios), condiciones que favorecen la trombo-
Por otra parte, cuando se estudian pacientes con trabajo de sis vascular, tono vascular uterino aumentado, etc. Futuras
parto prematuro, la detección de anormalidad en la velo- investigaciones permitirán descubrir las causas últimas del
cimetría Doppler de las arterias uterinas se asocia con 2,5 parto prematuro y comprender los mecanismos patogéni-
veces más riesgo de que el parto sea finalmente prematuro cos involucrados, lo que permitirá definir estrategias para
(falla de respuesta al tratamiento tocolítico) respecto de las su manejo y significará un gran avance, pues actualmente
pacientes con Doppler normal (Brar y cois., 1988a; Brar y observamos exclusivamente el resultado final del proceso
cois., 1988b; Brar y cois., 1989). (trabajo de parto prematuro), para el cual sólo contamos
con medidas de manejo poco efectivas.
Si bien los antecedentes mencionados permiten plantear
que fenómenos isquémicos de la unidad fetoplacentaria
721
OBSTETRICIA
TABLA 36-3. Clasificación etiológica y resultado perinatal del parto prematuro
Idiopático Isquémico Infeccioso Mixto RR (IC 95%)
n = 51 n = 57 n = 12 n =8 isquémico
(39,8%) (44,5%) (9,4%) (6,3%) versus idiopático
EG parto 31,6+2,1 34,7 + 3,5 33,7+3,5 25,9+6,l#
Paito < 37 sem 36/51 47/57 11/12 8/8 1,42
(70,6%) (83%) (91,7%) (100%) (0,85-2,37)
Parto < 34 sem 4/51 14/51 5/12 7/8 1,63
(7,8%) (24,6%) (41,7%) (87,5%) (1,17-2,26)
Peso nacimiento 2.948+554 2.325 + 753* 2.298+675* 949+915#
(g)
Morb. neonatal 4/51 13/57 2/12 1/8 1,58
mayor (7,8%) (22,8%) (16,7%) (12,5%) (1,13-2,22)
* p < 0,05 versus grupo idiopático; #= p < 0,05 versus los otros tres grupos.
Adaptado de: Germain y cois., 1998. Estudio prospectivo etiologico y seguimiento neonatal de 128 embarazadas hospitalizadas por amena-
za de parto prematuro. EG parto = edad gestacional al parto en semanas (Promedio ± DS); Morb. neonatal mayor (síndrome de dificultad
respiratoria neonatal, hemorragia intracraneana, enterocolitis necrotizante o sepsis neonatal); RR= Riesgo relativo; IC = Intervalo de
confianza.
Disfunción cervical Diagnóstico
y parto prematuro
El diagnóstico de trabajo de parto prematuro se basa en la
El cuello uterino debe colaborar en la mantención del em- presencia de contracciones uterinas coordinadas y frecuen-
barazo, para lo cual debe mantenerse rígido durante la tes, asociadas a modificaciones cervicales (dilatación y/o
quiescencia miometrial e impedir el ascenso de gérmenes a borramiento). El correcto diagnóstico es clave para decidir
la cavidad amniótica o espacio coriodecldual. La incompe- qué pacientes y cómo deben ser tratadas. Los criterios para
tencia cervical dice relación con la Incapacidad del cuello diagnosticar trabajo de parto prematuro son los siguientes:
uterino de mantener el producto de la concepción porque • Edad gestacional entre 22 y < 37 semanas.
se dilata pasivamente, con lo que conduce a la pérdida del
embarazo. El cuadro clínico característico de la incompe- • Contracciones uterinas: 6 en 30 min.
tencia cervical corresponde a abortos de segundo trimestre. • Modificaciones cervicales: cuello uterino borrado >
La paciente consulta por sensación de peso o flujo genital 50% y dilatado s 1 cm o bien borramiento y dilatación
(seroso o hemátlco); entonces, se detecta la dilatación cer- cervical progresiva.
vical en ausencia de contracciones uterinas. Este cuadro
se presenta de modo cada vez más precoz en gestaciones El criterio combinado entre contracciones uterinas y
sucesivas. El tratamiento de esta condición es la Instalación modificaciones cervicales permite diagnosticar el parto
de un cerclaje cervical entre las 12 y las 14 semanas de prematuro de un modo sencillo. Sin embargo, existen dos
gestación (Lotgering, 2007). situaciones que merecen especial atención: la presencia
Progresivamente se ha instalado el concepto de que la de contracciones uterinas persistentes sin modificaciones
incompetencia cervical puede estar etiológicamente rela- cervicales concomitantes, situación que obliga a considerar
cionada con el parto prematuro, en la medida que determi- como opciones diagnósticas alternativas la presencia de in-
na dilatación del cuello uterino a edades compatibles con la vasión microbiana de la cavidad amniótica, coito reciente,
viabilidad fetal. Se ha generado así el concepto de disfun- uso de drogas ilícitas (cocaína en cualquiera de sus formas)
ción cervical como etiología del parto prematuro (Golden- y/o estrés materno; y la presencia de modificaciones cervi-
bergy cois., 2008). cales en ausencia de actividad uterina detectable, lo cual
exige descartar el diagnóstico de incompetencia cervical y
obliga a tomar medidas especiales para su manejo, dado
que la dilatación cervical expone las membranas ovulares a
la flora vaginal y aumenta el riesgo de una infección intra-
amniótica y de parto prematuro.
722
Capítulo 36 Parlo prematuro
Tratamiento que el 20% de ellas presentará finalmente parto prematu-
ro. Desafortunadamente, esta estrategia es de efectividad
Consideramos que el mejor manejo del parto prematuro se limitada, pues las pacientes con riesgo epidemiológico de
basa en las estrategias de prevención establecidas en cada parto prematuro dan cuenta de tan sólo el 40% al 50% del
unidad de perinatología, en la medida que éstas sean pro- total de partos prematuros (Papiernik, 1993; lams y cois.,
badamente efectivas y ajustadas a las posibilidades econó- 1994).
micas y culturales de la población que se maneja. Se deben
considerar medidas de prevención primarla (orientadas a Control frecuente. Detectada una paciente de riesgo,
toda la población) y secundarias (orientadas a pacientes debe ser controlada en forma frecuente, en una unidad de
con factores de riesgo). Además, se debe disponer de un alto riesgo y se deben tomar las medidas necesarias para
esquema válido y efectivo para el tratamiento de la pacien- procurar disminución de la actividad física o franco reposo,
te en trabajo de parto prematuro que permita aminorar el ya sea en su domicilio u hospitalizada; se debe propiciar
riesgo de muerte o enfermedad del recién nacido (preven- el contacto frecuente con personal médico, el tratamien-
ción terciaria) (lams y cois., 2008). to de patologías infecciosas asociadas a mayor riesgo de
parto prematuro y realizar ultrasonido cervical desde las
Estrategia de prevención 14 semanas de gestación, cada 14 días, para pesquisar
en forma precoz la aparición de modificaciones cervicales.
del parto prematuro
Prevención primaria. Son pocas las estrategias de Educación. La educación de las pacientes tanto en
prevención primaria demostradamente útiles en la preven- grupos de riesgo como hospitalizadas por trabajo de par-
ción del parto prematuro. Así, existen evidencias de que la to prematuro, además de la acción de personal médico
disminución de la carga laboral es una herramienta útil. En y paramédico, es fundamental, pues favorece la consulta
cambio, suplementos nutricionales como multivitamínicos, precoz de pacientes sintomáticas y su hospitalización en
calcio, vitaminas antioxidantes o ácidos grasos omega tres el momento oportuno. La monitorización ambulatoria de
no han demostrado ser un aporte como estrategia de pre- la actividad uterina no ha demostrado utilidad en reducir
vención primaria (Hofmeyry cois., 2006; Makridesy cois., la incidencia de parto prematuro menor a 35 semanas, la
2006; Rumboldycols., 2008). dilatación cervical al momento del diagnóstico de parto pre-
maturo ni la incidencia de recién nacido de bajo (< 2.500
Por otra parte, la cesación del hábito tabáquico ha de- g) o muy bajo (< 1.500 g) peso, mientras que el contacto
mostrado un impacto significativo en la reducción de la frecuente con personal médico (enfermera) en una pobla-
tasa de prematurez (Lumley y cois., 2004). ción de riesgo de parto prematuro sí resulta una medida
En un momento se demostró asociación entre enfer- efectiva (Dyson y cois., 1998).
medad periodontal y riesgo de parto prematuro y si bien
hubo entusiasmo inicial, finalmente se comprobó que el Pesquisa de vaginosis bacteriana. Es de vital impor-
tratamiento de la enfermedad periodontal durante el em- tancia, pues esta entidad se asocia a elevado riesgo de
barazo no es una estrategia útil en la prevención del parto parto prematuro y rotura prematura de pretérmino de mem-
prematuro (Michalowicz y cois., 2006). Aun así, conside- branas. Se postuló que el tratamiento de esta condición
ramos que el manejo de la higiene oral y el tratamiento de permite reducir el riesgo asociado. El análisis de numerosos
la enfermedad periodontal debe ser recomendada a toda estudios randomizados demostró que la pesquisa de vagi-
embarazada. nosis bacteriana no es efectiva como estrategia de preven-
ción primaria de parto prematuro, excepto por un probable
Prevención secundaria. Se trata de estrategias facti- beneficio para aquellas mujeres tratadas con antibióticos
bles de implementar en población de riesgo de parto pre- orales antes de las 20 semanas (McDonald y cois., 2007).
maturo. Como estrategia de prevención secundaria, es decir, en
pacientes con antecedentes de partos prematuros previos,
el tratamiento de la vaginosis bacteriana puede reducir el
Pesquisa de factores de riesgo. Al ingreso a control
riesgo de rotura prematura de pretérmino de membranas
prenatal debe realizarse una pesquisa de aquellas madres
y de bajo peso de nacimiento (McDonald y cois., 2007).
con factores de riesgo epidemiológico de parto prematuro
(TABLA 36-2). Se recomienda disponer para el uso del
personal médico y paramédico de tablas que consignen los Pesquisa de modificaciones cervicales. Su detección
factores de riesgo y establezcan sistemas de puntaje; según (orificio cervical interno dilatado) mediante el tacto vaginal
durante el segundo trimestre de la gestación fue señalada
el puntaje se categorízará a las pacientes en grupos de ries-
como el factor de riesgo único más importante para prema-
go de parto prematuro y se las asignará a control prenatal
en consultorio de alto riesgo obstétrico. Se estima que del turez, impresión que luego fue confirmada por los estudios
10% al 15% de las mujeres caerá en el grupo de riesgo, y que emplearon el ultrasonido para la evaluación cervical.
723
OBSTETRICIA
La evaluación del cuello uterino mediante ultrasonido TABLA 36-4. Características del test de medición de lon-
por vía vaginal ha sido una importante contribución para gitud cervical en población general asintomática
la selección de grupos de mayor riesgo de parto prematu-
ro. Así, mientras menor es la longitud del canal cervical,
Sensibilidad 37%
mayor es el riesgo de parto prematuro. En general, para
definir poblaciones de riesgo se han utilizado como valores Especificidad 92%
de corte a aquellas mujeres cuya longitud cervical es menor Valor predictivo positivo 18%
o igual a 25 mm (6 veces más riesgo de parto prematuro) y Valor predictivo negativo 97%
especialmente, cuando es menor a 15 mm (14 veces más
Likelihood Ratio de la prueba positiva 4,6
riesgo) (lamsycols., 1996).
Likelihood Ratio de la prueba negativa 0,7
Aquellas pacientes con historia de partos prematuros
(idiopáticos o secundarios a rotura de membranas) se en- Valores adaptados de: lams y cois., 1999. El examen se efectuó
cuentran en riesgo de disfunción cervical, y se recomienda a mujeres asintomáticas a las 24 semanas de edad gestacional.
que sean evaluadas mediante medición seriada del cuello Se considera como prueba positiva una longitud cervical menor o
uterino. Si se detecta acortamiento cervical progresivo, la igual a 25 mm, cuyo resultado primario es predictor del riesgo de
paciente debe permanecer en reposo. También se ha de- parto prematuro antes de las 35 semanas.
mostrado el beneficio del cerclaje de emergencia (Fox &
Chervenak, 2008).
proteína de la matriz extracelular que ha sido identificada
También se determinó que la herniación de las membra- como un marcador de disrupción de la inferíase coriode-
nas ovulares a través del cuello uterino (funneling) es un cidual. La fibronectina fetal no debiera ser detectable en
marcador de riesgo de parto prematuro. Sin embargo, esta la secreción vaginal en condiciones normales. Concentra-
observación no aumenta la capacidad diagnóstica de la ciones mayores a 0,05 /jg/mL se asocian a un riesgo 14
medición de la longitud cervical de modo aislado (Grimes- y 6 veces mayor de parto prematuro antes de las 28 y 35
Dennis & Berghella, 2007). En la TABLA 36-4 se mues- semanas, respectivamente. Por el contrario, pacientes que
tran las características de la medición de longitud cervical se presentan en trabajo de parto prematuro en quienes no
como marcador de riesgo de parto prematuro, cuando el se detecta fibronectina fetal, tienen un riesgo de parto pre-
examen se efectúa en población general, a las 24 sema- maturo cercano al 1% (Goldenberg y cois., 2005).
nas de embarazo. Su especificidad mejora si la medición
se efectúa a las 28 semanas, pero en ese momento las La medición de fibronectina parece ser especialmente
medidas que se puedan adoptar para evitar la prematurez útil en el análisis de mujeres con síntomas de parto pre-
tendrán menor impacto. maturo, pues contribuye a determinar el riesgo de parto
dentro de las siguientes 48 horas, y especialmente dentro
Asimismo, se ha demostrado la utilidad de la medición de 7 a 10 días, con LR 5,42 (IC 95%: 4,36, a 6,74) para
de la longitud cervical en pacientes sintomáticas, es decir, la prueba positiva y 0,25 (IC 95%: 0,20 a 0,31) para la
en aquellas que consultan por contracciones uterinas en prueba negativa (Smith y cois., 2007). Por el contrario, la
edades gestacionales distantes del término. Se ha demos- detección de fibronectina en pacientes asintomáticas y de
trado que sólo el 40% de las pacientes que consulta por bajo riesgo no ha demostrado utilidad como medida para
síntomas de parto prematuro tendrá efectivamente uno. Un prevenir el riesgo de prematurez.
cuello uterino acortado será útil para definir cuáles pacien-
tes requieren hospitalización, tocólisis y maduración pul- Administración de progesterona. La hipótesis de que
monar con corticoides (Kagan y cois., 2006). Además, en la progesterona es la hormona encargada de mantener el
pacientes con síntomas de parto prematuro y membranas embarazo es muy antigua, por lo que se postuló que su ad-
íntegras se ha demostrado un aumento en el riesgo de in- ministración podría ser útil en la prevención del parto pre-
vasión microbiana de la cavidad amniótica en pacientes maturo (consultar Capítulo 16: Determinismo del parto).
con acortamiento cervical demostrado (45% de invasión
microbiana en pacientes con cérvix < 15 mm y embara- En dos estudios prospectivos, doble ciego, randomiza-
zos menores de 28 semanas de gestación) (Gómez y cois., dos y controlados con placebo, se demostró que la admi-
2005). nistración de progesterona a pacientes con antecedentes de
partos prematuros previos reduce en el 50% el riesgo de
Medición de fíbronectina fetal. Los marcadores bio- parto prematuro (Meis y cois., 2003; da Fonseca y cois.,
químicos que predicen el riesgo de parto prematuro se pue- 2003). El primero de estos estudios utilizó 17 hidroxi pro-
den medir en el plasma materno, en el líquido amniótico, gesterona caproato intramuscular (250 mg/semana) entre
en \ secreción cervicovaginal, etc. Así, en una larga lista las 16 y las 20 semanas hasta las 36 semanas, y demostró
de marcadores bioquímicos destaca la fibronectina fetal, reducción en la tasa de prematurez y de morbilidad neo-
medible en la secreción cervicovaginal. Se trata de una natal. El segundo utilizó progesterona micronizada intra-
724
vaginal (100 mg/día) desde las 26 hasta las 34 semanas, a la falta de consenso en la definición diagnóstica y en lo
y evidenció reducción en la tasa de prematurez. Un tercer que debe llamarse éxito terapéutico, pues se han utilizado
estudio de similar diseño, no logró demostrar reducción en parámetros como prolongación de la gestación en 1, 2 ó
la tasa de prematurez mediante la administración de pro- 7 días, alcanzar las 34, 36 ó 37 semanas de gestación,
gesterona micronizada en gel intravaginal entre las 18 y las lograr un peso neonatal mayor a 2.500 g o bien, reducir la
23 semanas hasta las 37 semanas (O'Brien y cois., 2007). morbimortalidad perinatal.
La revisión sistemática de la base de datos Cochrane, Pese al avance logrado en la comprensión de esta con-
publicada en el año 2006, incluyendo seis estudios (cin- dición, así como del uso masivo de agentes inhibidores de
co con 17 hidroxi progesterona intramuscular y uno con la contractilidad uterina (tocolíticos), la Incidencia de parto
progesterona ¡ntravaginal) demuestra el beneficio del tra- prematuro no ha sido modificada en las últimas décadas,
tamiento. Las pacientes que recibieron progesterona (com- e incluso muestra una tendencia creciente (Goldenberg y
parado con placebo) tuvieron una menor tasa de partos cois., 2008). Es posible que la falta de éxito en las es-
prematuros (RR 0,65, IC 95%: 0,54 a 0,79); además, trategias utilizadas se deba, al menos en parte, a la ad-
se evidenció reducción en la tasa de recién nacidos con ministración de un esquema terapéutico común a todas
peso menor a 2.500 g (RR 0,63, IC 95%: 0,49 a 0,81) las pacientes; si entendemos que el parto prematuro no
y de hemorragia intraventricular (RR 0,25, IC 95%: 0,08 es una enfermedad única, sino un síndrome, este fracaso
a 0,82). No se demostró reducción en la mortalidad pe- terapéutico parece lógico. Para ser exitoso, la elección del
rinatal (Dodd y cois., 2006b). Este análisis no incluye el tratamiento adecuado requerirá el diagnóstico preciso de
estudio del año 2007, que utilizó progesterona en gel va- la etiología del parto prematuro. Por otra parte, es posible
ginal y que no demostró beneficio del tratamiento (O'Brien que la reversibilidad de este proceso, una vez que la vía
y cois., 2007). final común del parto se ha activado, sea mínima con las
opciones terapéuticas hoy disponibles.
Recientemente se demostró que en pacientes con cuello
corto, detectado mediante ultrasonido vaginal en población Al diagnosticar trabajo de parto prematuro debe indi-
general, la administración de progesterona por vía vaginal carse la hospitalización de la paciente y algunas medidas
(200 mg/día) desde las 24 hasta las 34 semanas reduce el generales, pues la observación hospitalizada, el reposo
riesgo de parto prematuro (da Fonseca y cois., 2007). Del en cama y la hidratación parenteral con soluciones cris-
mismo modo, el análisis secundario del estudio randomi- taloides, son medidas importantes para establecer con
zado que utilizó progesterona en gel vaginal, evidenció la seguridad el diagnóstico de trabajo de parto prematuro.
eficacia de este tratamiento para reducir la tasa de prema- Existe un porcentaje de pacientes (hasta el 50%) en que
turez en mujeres con antecedentes de partos prematuros y las contracciones se detendrán espontáneamente durante
cuello uterino corto (DeFranco y cois., 2007). la observación, lo que evitará la administración de drogas
no exentas de efectos adversos. En aquellas pacientes que
Un estudio que analizó la eficacia de la administración
persistan con contracciones uterinas frecuentes, y en gene-
de 17 hidroxi progesterona caproato a mujeres con emba-
ral tratándose de embarazos de menos de 36 semanas de
razos gemelares no demostró reducción en la tasa de parto
edad gestacional, deberán ¡mplementarse algunas de las
prematuro (Rouse y cois., 2007).
medidas farmacológicas que se mencionan a continuación
Por el momento no existe evidencia suficiente para reco- (lamsycols., 1994).
mendar con certeza el tratamiento con progesterona como
En la FIGURA 36-2, se detalla el diagrama de flujo utili-
una medida especialmente útil en reducir el riesgo de parto
zado en el tratamiento de las pacientes con diagnóstico de
prematuro en mujeres con historia previa de prematurez.
trabajo de parto prematuro en la maternidad del Hospital
Existen dos estudios en curso que analizan esta hipótesis,
Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
por lo que esperamos que este aspecto sea prontamente
resuelto. De todas maneras, el tratamiento ha demostrado
seguridad (materna y fetal), por lo que creemos que final- Medidas generales en el manejo
mente será de utilidad, pero todavía resta determinar cuál del trabajo de parto prematuro
es el grupo específico de mujeres que se beneficiará de este
medicamento y cuál es la mejor ruta de administración. Reposo en cama (decúbito lateral izquierdo). Se ha ar-
gumentado que esta medida, además de permitir una ob-
Manejo de la paciente en trabajo de parto pre- servación prolija de la paciente, tendría un rol terapéutico,
maturo (prevención terciaria). No existe un esquema pues mejora la perfusión uterina. Sin embargo, no existen
farmacológico universalmente aceptado para el tratamiento evidencias suficientes para sostener esta hipótesis. En em-
de la embarazada en trabajo de parto prematuro, de modo barazos gemelares, en cambio, existe un efecto benéfico
que cada unidad materno-fetal debe adoptar el propio en del reposo en cama, determinándose ganancia significativa
base a las evidencias disponibles. El problema es que el de peso al nacer cuando se comparan recién nacidos de
análisis de los trabajos publicados se torna difícil debido similar edad gestacional.
725
OBSTETRICIA
CU( + )y/o
modificaciones
CU ( + ) y/o
cervicales
modificaciones
progresan
cervicales
progresan
Descarta
CU(-) infección
modificaciones intraamniótica
cervicales
no progresan
Observación
D U ( + )y/o
modificaciones
cervicales
progresan
FIGURA 36-2. Diagrama de flujo del manejo de pacientes con trabajo de parto prematuro en el Hospital Clínico de la
Pontificia Universidad Católica de Chile.
Evaluación materna y fetal. Es fundamental precisar el - Edad gestacional > 36 sem y < 37 sem.
estado de salud materno, así como la detección de condi-
- Invasión microbiana de la cavidad amniótica*.
ciones sistémicas que hagan necesarias un tratamiento o
manejo específico. De particular importancia es descartar - Madurez pulmonar fetal.
contraindicaciones para tocólisis farmacológica:
- Metrorragia moderada.
• Contraindicaciones absolutas:
- Retardo de crecimiento fetal severo.
- Corioamnonitis clínica.
- Rotura prematura de membranas*.
- Hemorragia grave de causa obstétrica.
- Síndrome hipertensivo severo.
- Malformación fetal incompatible con la vida.
Respecto del feto, debe asegurarse su vitalidad, su grado
- Óbito fetal.
de bienestar (crecimiento y oxigenación), así como excluir
- Patología materna grave. la presencia de malformaciones que limiten severamente
su sobrevivencia extrauterina, para lo cual debe realizarse
- Sufrimiento fetal agudo.
un monitoreo basal no estresante y una ecografía fetal.
- Trabajo de parto avanzado (a 6 cm).
Sedación. Debe considerarse la administración de se-
• Contraindicaciones relativas: dantes del tipo benzodiazepinas para aquellas pacientes en
que se anticipe un estrés significativo como resultado del
- Dilatación mayor de 3 cm y menor de 6 cm.
reposo en cama o de la hospitalización prolongada.
La decisión es individual, pero debe considerarse la posibilidad de indicar tocólisis farmacológica en casos extremos y en base a las
características de la unidad de cuidado intensivo neonatal cuando la edad gestacional es < 30 sem, el peso fetal es < 1.000 g y el
estado materno es clínicamente bueno.
726
Hidratación (solución salina o Ringer lactato). No exis- Existen seis fármacos de uso clínico capaces de inhi-
te evidencia para asegurar su rol terapéutico, por lo que la bir la contractilidad uterina, denominados genéricamente
hidratación se considera dentro de las medidas generales tocolíticos, todos ellos con efectividad variable, efectos
o diagnósticas del trabajo de parto prematuro (Preda & adversos específicos y rutas celulares diferentes (FIGURA
DeVore, 1996). Se postula que la sobrehidratación frena el 36-3).
estímulo para la secreción de hormona antidiurética (refle-
jo de Henry-Gauer), de conocido efecto uterotónico, por su Agonistas betaadrenérgicos
similitud con la oxitocina; como se indicó, esta hipótesis
Mecanismo de acción. Los agentes p agonistas han
no ha sido demostrada en humanos. Asimismo, se postula
sido los tocolíticos de primera elección. Ejercen su acción
que la hidratación mejoraría la irrigación sanguínea a la
por unión específica a los receptores P2 adrenérgicos, en la
unidad fetoplacentaria, disminuyendo el potencial efecto
célula muscular lisa miometrial (FIGURA 36-3). Cuando
de isquemia, especialmente en pacientes con volumen
la droga une al receptor P2 adrenérgico, se activa a la enzi-
plasmático contraído. Debe vigilarse cuidadosamente el
ma adenilato ciclasa, encargada de transformar adenosina
balance hídrico, con velocidades de infusión no superiores
trifosfato (ATP) en adenosina monofosfato cíclico (AMPc).
250 mL/hora; nuestra recomendación es administrar 500
De este modo, el resultado final de la activación del recep-
ml_ de Ringer lactato en 2 h y reevaluar el estado de la
tor P2 adrenérgico es un aumento en los niveles intracelu-
paciente.
lares de AMPc. El AMPc ejerce su acción como segundo
Exámenes de laboratorio. Se efectuará cultivo de fondo mensajero intracelular mediante la activación de la proteína
de saco vaginal y cervical, en búsqueda de gérmenes pató- kinasa dependiente de AMPc, denominada proteína kinasa
genos incluyendo mycop/asma, ureaplasma y estreptococo A (PKA). La PKA es capaz de fosforilar múltiples proteínas
grupo B; test de aminas, determinación de pH y frotis de intracelulares, entre las que se cuentan los canales de Ca2+
secreción vaginal, para diagnóstico de vaginosis bacteriana y el receptor de IP3 en el retículo endoplásmico, de modo
(Meis y cois., 1995). Desde un punto de vista general son que su acción resulta en una disminución de los niveles de
importantes el hemograma, para descartar una infección Ca2+ intracitoplasmático, con lo que se produce relajación
sistémica y el sedimento de orina y urocultivo, dado que la muscular (Carvajal y cois., 2000).
infección urinaria está frecuentemente asociada a contrac-
ciones uterinas. Otros exámenes serán solicitados según Efectos adversos. Los efectos sistémicos secundarios
cada caso, como por ejemplo, para evaluar la presencia de de los p agonistas se deben a su interacción con los re-
drogas ilícitas en el plasma en pacientes con factores de ceptores Pj, |32, y (33 en todos los sistemas orgánicos, por
riesgo epidemiológico. lo que corresponden a síntomas y signos, de mayor o me-
nor intensidad, similares a la activación de los sistemas
Las medidas generales antes mencionadas permitirán
adrenérgicos (TABLA 36-5). En la mujer embarazada son
observar a la paciente en reposo, a fin de detectar a aque-
relevantes los siguientes efectos adversos:
llas con un falso trabajo de parto prematuro. Las mujeres
que persistan sintomáticas luego de dos horas de observa- Sistema cardiovascular: efecto ¡nótropo y cronótropo
ción en reposo, tendrán el diagnóstico definitivo de trabajo positivo. Este es el motivo por el cual se contraindica su
de parto prematuro. En ellas deberán implementarse las utilización en pacientes con cardiopatías o arritmias pre-
medidas específicas que se señalan a continuación, esen- existentes, en quienes es factible un efecto deletéreo del
cialmente tocólisis e inducción de madurez pulmonar con uso de p agonistas tanto porque descompensan una insufi-
corticoides. ciencia cardíaca como porque generan arritmias graves (fi-
brilación auricular o extrasístoles ventriculares frecuentes).
Lo anterior justifica la realización de un electrocardiograma
Tratamientos específicos basal en las pacientes que tengan antecedentes de patolo-
para el manejo del trabajo gía cardiovascular y que recibirán estas drogas.
de parto prematuro
Sistema respiratorio: el edema pulmonar agudo es una
Tocolíticos complicación grave del tratamiento con p agonistas, cuya
incidencia se estima entre el 0,3% al 5% de las pacientes
Si luego de la observación con la paciente hospitalizada tratadas. Su fisiopatología no se encuentra del todo acla-
persisten las contracciones uterinas regulares y/o las modi- rada, no se han demostrado factores cardiogénicos y su
ficaciones cervicales progresivas, debe ser implementado génesis se relaciona más bien con un aumento de la per-
un tratamiento tocolítico intravenoso, siempre y cuando la meabilidad vascular (efecto directo de la droga). Además
paciente no cumpla con alguno de los criterios de exclusión existe asociación con algunas circunstancias obstétricas
mencionados anteriormente. tales como infección intraamniótica, gestación múltiple y
sobrecarga hídrica (efecto antidiurético de los p miméticos
con retención nefrogénica de sodio y agua).

727
OBSTETRICIA

Control de la contracción del músculo liso miometrial

Mecanismo de acción de los tocolíticos

FIGURA 36-3. Mecanismo de acción de los fármacos tocolíticos.


Se indican los mecanismos involucrados en la relajación miometrial mediante reducción de la concentración de Ca2+; aque-
llos relacionados con la contracción miometrial mediante el aumento en la concentración de Ca 2+ y los principales canales
iónicos relacionados con el control de la contractilidad. R= receptor; AC = adenilato ciclasa; PKA = proteína kinasa de-
pendiente de AMPc; GC = guanilato ciclasa; PKG = proteína kinasa dependiente de GMPc; Oxt = oxitocina; G = proteína
trimérica G; PLC = fosfolipasa C; IP3 = inositol trifosfato; Pg = prostaglandina; b-Adr = agonista betaadrenérgico; BNP =
péptido natriurético tipo B; NTG = nitroglicerina; BKCa opener = susbtancia que produce apertura de canal de K+ dependien-
te de Ca2+; SMg = sulfato de magnesio; nif = nifedipino; Ind = indometacina.

728
TABLA 36-5. Efectos sistémicos de los p agonistas clasificados de acuerdo al efecto sobre los tres tipos de receptores
adrenérgicos

Receptor Receptor p2 Receptor P3


t Frecuencia cardíaca i Actividad uterina t Lipólisis
t Volumen de eyección J, Tono broncomotor
t Flujo renal | Tono muscular
J, K+ intracelular J, Motilidad intestinal
T Renina plasmática
f Aldosterona
t Insulina
t Glicogenólisis
f Lactato

Metabólicos: la administración de betamiméticos provo- Los p agonistas son rápidamente transferidos a través de
ca hiperglicemia sobre 140 mg/dL en el 20% al 50% de la placenta al feto, observándose con frecuencia una leve
las pacientes y sobre 200 mg/dL en forma excepcional. Las taquicardia fetal. Informes aislados incluyen como efectos
pacientes diabéticas son de especial riesgo y poseen una adversos de la terapia el engrasamiento del septum inter-
contraindicación relativa al uso de estas drogas. Fislopató- ventricular y la necrosis mlocárdlca focal. Los efectos neo-
logicamente, esta complicación se explica porque los beta- natales reportados Incluyen hipoglicemla, hlperlnsulinemia,
miméticos estimulan la síntesis y liberación de glucagón en hlpocalcemia e hiperblllrrubinemla (Besinger, 1994).
el páncreas y aumentan la glicogenóllsis y la neoglucogé-
nesls hepática. Otras alteraciones metabóllcas tales como Forma de administración. El fenoterol y la ritodrina
aumento de la lipóllsls, mayor producción de ácido láctico deben ser administrados por vía Intravenosa, según el es-
en el músculo y aumento en el consumo de bicarbonato, quema descrito en las TABLAS 36-6 Y 36-7. La adminis-
explican que la mujer diabética expuesta a tocóllsis con p tración se Inicia con una dosis estándar, incrementándola
miméticos presente un mayor riesgo de cetoacidosls. luego en función de la respuesta clínica, hasta lograr el
Electrolíticos: la alteración más frecuente es la hlpoca- cese de las contracciones uterinas o la aparición de efectos
lemia (30% al 40%), observándose caídas de 0,6 a 1,5 secundarios al uso del medicamento. En caso de existir
mEq/L bajo el nivel basal, pudiendo incluso producirse al- respuesta clínica a la tocóllsis farmacológica (objetivo tera-
teraciones en el sistema excitoconductor miocárdico. Esta péutico: menos de 4 contracciones en 60 min), ésta debe
alteración se atribuye a una redistribución del ion al es- mantenerse por un período de al menos 12 h sin contrac-
pacio intracelular, efecto que se revierte a las pocas horas ciones uterinas, con la mínima dosis efectiva. Sin embargo,
de suspendido el fármaco; sólo en forma excepcional se en casos de dilatación avanzada del cuello uterino (> 3 cm
requiere aporte exógeno de potasio (Besinger, 1994). y < 6 cm) se recomienda mantener la tocólisls hasta com-
pletar el esquema de inducción de madurez pulmonar. Con
Estos efectos no deseados son el primer problema a posterioridad a la suspensión de la tocólisls parenteral, la
considerar antes del uso de tocóllsls con fármacos beta- paciente debe mantener reposo en cama durante al menos
adrenérgicos, cuyas contraindicaciones específicas son las siete días. Aquellas pacientes candldatas a manejo ambu-
siguientes: latorio (dilatación cervical < 2 cm) deben ser Instruidas en
• Arritmia materna grave. el reconocimiento y consulta precoz ante la aparición de
síntomas premonitorios de trabajo de parto prematuro. No
• Cardiopatía materna sintomática. se ha demostrado el beneficio de mantener tratamiento oral
• Contraindicaciones generales de tocólisis. con p miméticos después de lograr una tocólisis intraveno-
sa satisfactoria (Dodd y cois., 2006a).
• Diabetes mellítus materna mal controlada.
Cuando no existe respuesta a la tocólisis con agentes p
• Hlpertlroldlsmo materno. adrenérglcos en dosis máximas (3 mg/mln de fenoterol o
la dosis que se asocie a una frecuencia cardíaca materna
• Uso de diuréticos depletores de potasio.
máxima de 120 latidos/minuto), administrada durante 1
• Uso de Inhibidores de monoamlno oxldasa. h, debe efectuarse una reevaluación de la paciente. Esto

729
TABLA 36-6. Tocólisis con fenoterol. Formas de admi- TABLA 36-7. Tocólisis con ritodrina. Formas de admi-
nistración nistración

Reparación de la infusión continua Preparación de la infusión continua


• 1 ampolla de fenoterol de 10 mL = 0,5 mg • 1 ampolla de ritodrina = 50 mg
• Preparar una solución en 500 mL de suero gluco- • Preparar una solución en 500 mL de suero gluco-
sado al 5% con 4 ampollas de fenoterol (2 mg/500 sado 5% o Ringer lactato con 5 ampollas de rito-
mL) drina (250 mg/500 mL = 3 mg/6 mL)
Infusión intravenosa Infusión intravenosa
• Dosis inicial: administrar a 30 mL/hora (2 /¿g/ • Dosis inicial: administrar a 6 mL/hora = 3 mg/
min) hora (0,05 mg/min)
• Aumentar la dosis en 0,5 ¿¿g/min cada 30 min has- • Aumentar la dosis en 3 mg/h cada 20 min hasta
ta que cesen las contracciones uterinas o se desa- que cesen las contracciones uterinas o se desarro-
rrollen efectos colaterales llen efectos laterales
• Dosis máxima: 3 a 4 /¿g/min. Depende de la sen- • Si se logra la detención del trabajo de parto, con-
sibilidad de la paciente al fármaco. Suspender la tinuar con la infusión por 1 h, disminuyendo gra-
administración de fenoterol si el trabajo de parto dualmente la dosis en 3 mg/h cada 30 min hasta
persiste con dosis máxima obtener la dosis efectiva más baja. Esta será la do-
• Si se logra la detención del trabajo de parto, conti- sis de mantención, que se continúa por 12 h
nuar con la infusión por 12 h, disminuyendo gra- • Monitorización del pulso, presión arterial, activi-
dualmente la dosis hasta 1 a 0,5 jixg/min dad uterina materna y de la frecuencia cardíaca
• Monitorización del pulso, presión arterial, activi- fetal
dad uterina materna y de la frecuencia cardíaca
fetal
Tocólisis de urgencia El conjunto de estudios hasta hoy conocidos demues-
• Diluir 1 mL de fenoterol (0,05 mg) en 20 mL de tran que el tratamiento con p miméticos parenterales logra,
suero fisiológico y administrar en bolos de 2 a 3 en comparación con el placebo, una proporción significa-
mL(5a7,5¿ig) tivamente mayor de pacientes que no tiene el parto en las
siguientes 48 h. Sin embargo, desde un punto de vista
clínico la prolongación del embarazo por 48 h puede ser
muy importante, especialmente en el grupo de embarazos
implica especialmente descartar una etiología infecciosa de edad gestacional que se beneficia con la inducción de
del trabajo de parto prematuro mediante amniocentesis, de madurez pulmonar con corticoides, ya que para ser efectivo
modo tal que si el examen del líquido amniótico sugiere este tratamiento requiere de 48 h entre la primera dosis y
una infección intraamniótica, la tocólisis debe suspender- la resolución del parto. Lamentablemente, la tocólisis con p
se. Se estima que sólo en casos extremadamente excepcio- miméticos no reduce la morbilidad (incluyendo el síndrome
nales, con una cuidadosa evaluación obstétrica y neonatal de distrés respiratorio) ni la mortalidad perinatal (Anotaya-
de los riesgos versus los beneficios, podría justificarse el nonthycols., 2004).
empleo de antimicrobianos y la mantención de la terapia
tocolítica. Si no hay evidencias de infección, pero se deter- Sulfato de magnesio
mina ausencia de madurez pulmonar fetal, debe utilizarse
un esquema tocolítico de segunda línea. Mecanismo de acción. Ha sido por años el agente to-
colítico de segunda elección. Disminuye la contractilidad
Eficacia clínica. La investigación clínica para evaluar uterina a través de un mecanismo aún no bien establecido,
los |3 agonistas como tocolíticos se inició en 1971, de pero la hipótesis más aceptada es que el Mg2+ compite
modo que se dispone de una gran variedad de productos con el Ca2+ en los canales dependientes de voltaje en la
para uso clínico, como isoxuprina, orciprenalina, fenoterol, membrana de la célula muscular lisa miometrial, lo que
salbutamol, terbutalina y ritodrina. Sólo la ritodrina ha sido determina una disminución en la concentración de calcio
evaluada en estudios clínicos, controlados y prospectivos libre intracelular (FIGURA 36-3).
de buen diseño. En Chile, sin embargo, el p mimético más
frecuentemente utilizado es el fenoterol, conducta que de- Efectos adversos. Sus ventajas con respecto a los p
biera ser reconsiderada, dado que la droga no ha sido ade- agonistas radican principalmente en una tasa significativa-
cuadamente evaluada, como ocurre con la ritodrina. mente menor de efectos adversos y en la simplicidad de su

730
monitorización clínica. Como efectos adversos del uso de TABLA 36-8. Tocóüsis con sulfato de magnesio. Formas
sulfato de magnesio, con frecuencia se observan bochornos de administración
e hipotensión arterial transitoria, principalmente durante la
administración del bolo intravenoso. Sin embargo, no se
observa taquicardia compensadora y el gasto cardíaco no
Preparación de la infusión continua
sufre modificaciones. En rangos terapéuticos (6 a 8 mEq/L), • 1 ampolla de sulfato de magnesio de 5 mL al 25%
la morbilidad materna es mínima, sin embargo, con niveles = 1,25 g
mayores a 12 a 14 mEq/L es observable la complicación Dosis de carga
más grave y fatal de este tratamiento: depresión y paro
• 4 ampollas = 5 g en 250 mL de solución fisiológica
respiratorio (Besinger, 1994). La droga pasa libremente al
o glucosado al 5%
feto, en el que se ha descrito una reducción leve de la
variabilidad de la frecuencia cardíaca fetal (en la monito- • Administrar en 20 a 30 min
rización electrónica), mientras que el estudio de flujos con Dosis de mantención
Doppler no ha revelado modificaciones en la circulación
• 8 ampollas = 10 g, en 500 mL de solución fisioló-
a nivel uterino ni umbilical. En el recién nacido expuesto gica
en forma antenatal a sulfato de magnesio se ha descrito
disminución de la peristalsis (simulando íleo meconial) e • Administrar a 100 cmVh (2 g/h)
hipotonía, efectos que son dosisdepend¡entes y traducen • Aumentar dependiendo de la respuesta clínica y
sobredosis en la madre. La excreción de magnesio es lenta del monitoreo de toxicidad
(24 a 48 h) en el neonato, especialmente si es prematuro. Monitorización
• Diuresis > 30 mL/h
Forma de administración. El fármaco debe ser admi-
nistrado por vía parenteral, de modo similar que para la • Reflejos osteotendíneos No deben abolirse
prevención de eclampsia en mujeres hipertensas. El es- • Frecuencia respiratoria 15o más por min
quema sugerido para su administración se describe en
Niveles sanguíneos
la TABLA 36-8. Durante la administración del sulfato de
magnesio debe monitorizarse frecuentemente el volumen • Terapéutico 5 a 8 mEq/L
de diuresis, ello porque la eliminación de la droga se efec- • Arreflexia 10 a 12 mEq/L
túa por vía renal y aquellas pacientes con diuresis reducida • Depresión respiratoria 12 a 14 mEq/L
tienen mayor riesgo de alcanzar niveles tóxicos; asimismo,
debe efectuarse una evaluación cuidadosa de los reflejos
osteotendíneos y de la frecuencia respiratoria.
Ante la presencia de signos de intoxicación por sulfato sus madres recibieron el medicamento en el período previo
de magnesio, como la desaparición de reflejo rotuliano y al parto, otros han determinado mayor mortalidad neonatal
especialmente aquiliano (este último desaparece con ni- atribuible al uso del sulfato de magnesio (Nelson & Grether,
veles de la droga mayores a 10 mEq/L, mientras que el 1995; Mittendorfy cois., 1997).
rotuliano puede desaparecer con niveles sobre 8 mEq/L), la
El análisis crítico de los estudios randomizados que
droga debe ser suspendida y la hidratación de la paciente
comparan la eficacia de la tocólisis con sulfato de magne-
debe ser mejorada con aporte de soluciones cristaloides por
sio comparado con placebo, no demuestran beneficio de la
vía parenteral. En caso de intoxicación grave por sulfato de
droga en lograr una prolongación significativa del embara-
magnesio, con depresión respiratoria, se utiliza gluconato
zo, pero sí un aumento en la probabilidad de muerte en el
de calcio por vía intravenosa para revertir el efecto del blo-
período perinatal (Crowthery cois., 2002). En base a estas
queo muscular, en dosis de 10 mL de solución al 10% ad-
consideraciones, la recomendación actual debiera ser, por
ministrada en un lapso de 5 min. Se recomienda, además
lo tanto, reservar el uso de sulfato de magnesio exclusi-
de la monitorización clínica señalada, y si las condiciones
vamente para el tratamiento de pacientes con síndrome
del servicio lo permiten, la medición de niveles séricos de
hipertensivo del embarazo (preeclampsia-eclampsia), bus-
magnesio durante el tratamiento.
cando otra droga como terapia tocolítica de segunda línea
luego del fracaso del tratamiento con |3 agonistas (Bennett
Eficacia clínica. Durante los últimos años, la efectivi-
& Edwards, 1997).
dad tocolítica del sulfato de magnesio ha sido cuestiona-
da. Adicionalmente, existe controversia sobre los efectos
Inhibidores de la síntesis de prostaglandinas
fetales de este tratamiento, ya que mientras algunos han
mostrado que el riesgo de parálisis cerebral y de hemorra- Mecanismo de acción. Grupo de drogas que reduce la
gia intracraneana en RN prematuros extremos es signifi- actividad de la enzima limitante en la síntesis de prosta-
cativamente menor y la sobrevida neonatal mayor cuando glandina, la ciclooxigenasa (FIGURA 36-3). Esta enzima

731
OBSTETRICIA

tiene dos isoformas, la ciclooxigenasa de tipo I (COX-I) o COX-1 y COX-2; a diferencia de otras drogas de esta familia,
constitutiva y la de tipo II o inducible (COX-2). Actualmen- no afecta significativamente la función plaquetaria y no se
te se sabe que la mayor parte de los efectos adversos de asocia a hemorragia durante el embarazo o puerperio. Para
estos compuestos, tanto en la madre como en el feto, son administrar la indometacina se prefiere la presentación en
ocasionados por el bloqueo de la forma COX-1, mientras forma de supositorios, en dosis de 100 mg como dosis de
que el efecto tocolítico de estos medicamentos se basa en carga y 25 mg cada 4 a 6 h, aunque también es factible su
la inhibición de COX-2, encargada de la síntesis local de administración en igual dosis por vía oral. Debe utilizarse
prostaglandinas con actividad uterotónica (especialmente la menor dosis y por el menor tiempo posible (3 a 5 días).
PG FJ.
Recientemente han aparecido bloqueadores más especí-
ficos que la indometacina, de acción preferente sobre COX-
Efectos adversos. El principal efecto adverso de estos
2, como la nimesulida. Su seguridad sobre la madre y el
medicamentos es el cierre precoz del ductus arterioso fetal,
feto ha sido establecida. En dosis de hasta 200 mg/día no
predisponiendo al feto a hipertensión pulmonar neonatal. El
genera cambios en el volumen de líquido amniótico o en la
uso de la velocimetría Doppler ha permitido demostrar una
resistencia vascular en el ductus arterioso fetal, sin embar-
disminución reversible del flujo sanguíneo a través del duc-
go, estudios para evaluar clínicamente su eficacia como to-
tus en fetos expuestos a estos fármacos. Se estima que este
colítico están actualmente en curso (Sawdy y cois., 2004).
riesgo es significativo sólo cuando el fármaco se utiliza por
más de cinco días, lo que no es razonable cuando la droga
Eficacia clínica. Como tocolítico, la indometacina ha
se usa como tocolítico. Otro efecto no deseado de la tocó-
demostrado su efectividad clínica, prolongando en forma
lisis con inhibidores de la síntesis de prostaglandinas es la
significativa la duración de la gestación, logrando reducir
producción de oligohidroamnios debido a disminución del
la tasa de partos antes de las 37 semanas, aumentar el
flujo renal fetal. De hecho, este efecto es utilizado con fines
promedio de edad gestacional al momento del parto y el
terapéuticos en casos seleccionados de polihidroamnios.
promedio de peso. Además, ha demostrado tener menos
Los efectos adversos maternos son mínimos, entre los efectos adversos maternos que los |3 miméticos. Sin em-
que se cuentan intolerancia gástrica a la administración bargo, existen dudas razonables respecto de su seguridad
oral y alteración de la función plaquetaria, la que puede en el feto, lo que hace poco razonable la utilización de este
relacionarse con hemorragia puerperal. fármaco, a menos que no sea posible usar otra droga (King
y cois., 2005).
Se ha sugerido el uso de indometacina como tocolítico
de segunda elección, especialmente en gestaciones meno-
Bloqueadores de canales de calcio
res a 30 ó 32 semanas, período en que el efecto constrictor
sobre el ductus sería proporcionalmente menor (Moise y
Mecanismo de acción. Se han convertido en el tocolí-
cois., 1988; Macones & Robinson, 1997). Sin embargo,
tico de primera línea por su seguridad, facilidad de admi-
al comparar los resultados neonatales de RN cuyos partos
nistración y eficacia. Su mecanismo de acción se basa en
se resolvieron entre las 23 y las 30 semanas, se demostró
el bloqueo de la entrada del calcio a la célula muscular Usa
que los RN expuestos a indometaclna ¡n útero presentaron
miometrial a través de los canales de Ca2+ dependientes
un aumento significativo en la frecuencia de enterocolitis
del voltaje (FIGURA 36-3). Agentes de este grupo, como
necrotizante (19% versus 2%), hemorragia intracraneana
nifedipino y verapamil, poseen demostrada acción tocolí-
grado II a IV (29% versus 10%), disfunción renal, ductus
tica; estudios en animales han comprobado que inhiben
arterioso persistente (62% versus 44%) y ductus que re-
la respuesta contráctil del mlometrio a la oxitocina y a las
quirió corrección quirúrgica (37% versus 13%) en relación
prostaglandinas. Su acción se manifiesta principalmente en
al grupo no expuesto (Norton y cois., 1993).
la intensidad de las contracciones más que en la frecuencia
Respecto al uso de indometacina con posterioridad a las de éstas o el tono miometrial basal.
30 ó 32 semanas, su utilización por más de tres días debe
acompañarse de estudio ecocardiográfico fetal para evaluar Efectos adversos. Sus efectos no son específicos para
el flujo a través del ductus y la presencia de regurgitación el mlometrio y se asocian a relajación de la fibra muscular
tricuspídea. Es aconsejable evaluar en forma estricta el vo- lisa vascular y con ello a vasodilatación. Los efectos adver-
lumen de líquido amniótico, de modo que la detección de sos más frecuentes son hipotensión con taquicardia com-
oligohidroamnios (bolsillo de líquido amniótico < 2 cm, pensadora y disminución de la velocidad de conducción
medido como cuando se realiza perfil biofísico) constituye auriculoventricular. El principal cuestionamlento a su uso
indicación de suspender la terapia. proviene del potencial efecto de la vasodilatación e hipoten-
sión sobre la perfusión placentaria, habiéndose demostrado
Forma de administración. La indometacina es el in- en animales una importante disminución del flujo sanguí-
hibidor de la síntesis de prostaglandinas más utilizado y neo uteroplacentario y una pérdida de la capacidad de au-
evaluado como tocolítico. Es un inhibidor no selectivo de torregulación del lecho vascular. Sin embargo, en humanos

732
Capítulo 36 Parto prematun

no se han observado alteraciones en la monitorización elec- Antagonistas del receptor de oxitocina


trónica de la frecuencia cardíaca fetal ni efectos adversos
Mecanismo de acción. Se trata de un antagonista
permatales con el uso de nifedipino como tocolítico (Kim &
competitivo del receptor de la oxitocina, atosiban, el cual
Shim, 2006). Se considera que la tocólisis con nifedipino
ocupa los receptores para esa hormona en la membrana
es, tanto para la madre como para el feto, más segura que
de la célula muscular lisa miometrial, impidiendo la ac-
el uso de otros fármacos tocolíticos, especialmente los |3
ción uterotónica de la oxitocina sobre el miometrio (FIGU-
miméticos (King y cois., 2003).
RA 36-3). Dada la presencia de receptores a oxitocina en
células de la decidua y de las membranas ovulares, esta
Forma de administración. Existen varios protocolos de
droga reduce la liberación de prostaglandinas inducida por
administración de nifedipino como tocolítico. En nuestro
oxitocina en estas células.
servicio, tal como se muestra en la TABLA 36-9, preferi-
mos una carga oral con un máximo de 60 mg y luego una
Efectos adversos. Los efectos laterales a su adminis-
mantención por 48 h con una dosis de 40 mg/día. No se
tración hasta ahora reportados incluyen náuseas, vómitos,
ha demostrado el beneficio de terapia oral de mantención
cefalea, dolor torácico y artralgias. No existen evidencias de
con nifedipino luego de una tocólisis aguda exitosa (Gaune-
efectos mutagénicos o carcinogénicos ni de efectos neona-
kar & Crowther, 2004).
tales adversos. Si bien el primer estudio randomizado que
comparó atosiban versus placebo demostró un aumento
en la probabilidad de muerte perinatal, se estimó que la
TABLA 36-9. Tocólisis con nifedipino. Formas de admi- diferencia se explicaba por un mayor número de gestacio-
nistración nes bajo las 26 semanas en el grupo tratado (Papatsonis y
cois., 2005).
Dosis carga:
Forma de administración. El atosiban se administra
• Administrar 20 mg sublingual cada 20 min, hasta
por vía intravenosa, de acuerdo a un protocolo bien defi-
la desaparición de las contracciones uterinas
nido por el laboratorio que lo suministra (TABLA 36-10).
• Máximo tres dosis (60 mg en una hora) Se debe mantener por lo menos 12 h luego de la desapa-
Dosis de mantención: rición de las contracciones uterinas o hasta completada
la inducción de madurez pulmonar. No se ha demostrado
• 10 mg cada 6 horas por vía oral
el beneficio de la terapia de mantención subcutánea con
• Mantener esta indicación hasta completar 12 h atosiban.
sin contracciones uterinas o hasta completar la
inducción de madurez pulmonar
TABLA 36-10. Tocólisis con atosiban®. Formas de admi-
nistración

Eficacia clínica. Como tocolítico, el nifedipino es el fár-


maco más nuevo, sin embargo, es el que ha demostrado Dosis carga:
mayor segundad y eficacia hasta el momento. El análisis • Bolo iv de 6,75 mg en 1 min
crítico de los doce estudios randomizados que comparan • Presentación con una ampolla de 0,9 mL (7,5 mg/
la tocólisis con nifedipino versus otro tocolítico muestran mL) para dosis de carga
reducción en el número de mujeres que tiene el parto den-
tro de los siete días siguientes (RR 0,76; IC 95%: 0,60 Dosis mantención:
a 0,97) y antes de las 34 semanas (RR 0,83; IC 95%: • Infusión de 300 pg/min (18 mg/h) por 3 h
0,69 a 0,99). El uso de nifedipino se asoció a menor tasa • Luego 100 (Ug/min (6 mg/h) hasta completar 12 h
de suspensión del medicamento por efectos adversos (RR sin contracciones uterinas o hasta completar in-
0,14; IC 95%: 0,05 a 0,36), a reducción en la incidencia ducción de madurez pulmonar (máximo 45 h)
de distrés respiratorio (RR 0,63; IC 95%: 0,46 a 0,88), a • Presentación del fármaco en ampollas de 5 mL
enterocolitis necrotizante (RR 0,21; IC 95%: 0,05 a 0,96), (7,5 mg/mL). Diluir 10 mL en 90 mL de Ringer o
a hemorragia intraventricular (RR 0,59 IC 95%: 0,36 a suero fisiológico (concentración final 75 mg/100
0,98) y a ictericia neonatal (RR 0,73; IC 95%: 0,57 a mL) para mantención inicial (3 horas a 24 mL/h)
0,93). En base a esta evidencia, consideramos que el nife- y completa (45 h a 8 mL/h)
dipino es la droga de elección de primera línea para tocóli-
sis (King y cois., 2003).

733
OBSTETRICIA

Eficacia clínica. La tocólisis intravenosa con atosiban randomizados posteriores a esta revisión sistemática (Bisits
permite que un número significativamente mayor de pa- y cois., 2004). Se concluye que esta droga no debe ser
cientes prolongue su embarazo en 48 h, si se compara utilizada como tocolítico.
con el tratamiento placebo (Ki'm & Shim, 2006). Al igual
que con el fenoterol, su uso no determina una reducción
en la incidencia de prematurez, de mortalidad neonatal,
Consideraciones generales
ni de morbilidad neonatal, incluyendo la enfermedad de sobre tocolíticos
membrana hialina (Papatsonis y cois., 2005). Estimamos
En conclusión, pese al frecuente uso de los fármacos
que el atosiban es una droga segura para la madre y el
con actividad tocolítica en el manejo de las pacientes con
feto, pero cuya eficacia clínica no es mayor que la de otras
trabajo de parto prematuro, su utilidad clínica no ha sido
drogas. Debido a su mayor costo y difícil administración,
completamente establecida, y subsisten serias dudas con
estimamos que el atosiban es una droga de segunda línea.
respecto al esquema de mayor efectividad. De acuerdo a la
Sin embargo, forma parte principal del arsenal terapéutico
evidencia disponible hoy en día, recomendamos el siguien-
ante impedimentos para el uso de las otras drogas.
te orden en el uso de tocolíticos: nifedipino oral como la
droga de elección; si no es posible usar nifedipino, o ante
Generadores de óxido nítrico
la falla de tratamiento, sugerimos como segunda línea el
Mecanismo de acción. Se basa en la generación local fenoterol o el atosiban. Preferimos no utilizar la indometa-
de óxido nítrico, el cual es capaz de unir y activar a la enzi- cina, pero reconocemos que es una alternativa válida. Se
ma guanilato ciclasa en la célula muscular lisa miometrial ha demostrado que el sulfato de magnesio y la nitrogliceri-
para así aumentar el contenido de guanosina monofosfato na no son drogas útiles como tocolíticos. Así, se sugiere el
cíclico (GMPc) (FIGURA 36-3). El GMPc activa a la pro- siguiente uso de fármacos tocolíticos:
teína kinasa dependiente de GMPc, la cual fosforila una
• Primera línea:
serie de proteínas intracelulares y determina la relajación
muscular (Carvajal y cois., 2000). - Nifedipino.

Medicamentos como el gliceriltrinitrato (GTN) han de- • Segunda línea:


mostrado su capacidad de inhibir las contracciones uterinas - Fenoterol.
en la oveja y en el mono rhesus. Estudios in vitro realizados
- Atosiban.
en nuestro laboratorio utilizando músculo uterino humano,
demuestran que la administración de drogas generadoras • Segunda línea (alternativa):
de óxido nítrico determinan relajación dosisdependiente de - Indometacina.
las contracciones inducidas por oxitocina.
• Fármacos NO eficaces:
Efectos adversos. Los principales efectos adversos de - Sulfato de magnesio.
los fármacos dadores de óxido nítrico son hipotensión y
- Nitroglicerina en parches.
cefalea, aunque ambas situaciones no son de gravedad. Se
los considera una droga segura para el feto, especialmente
debido a su corto efecto. Asociación de dos agentes tocolíticos. El funda-
mento farmacológico de esta conducta es reducir las dosis
Forma de administración. El fármaco de uso estudiado de cada agente individual mediante la utilización conjunta
como tocolítico es la nitroglicerina transdérmica. Se utiliza de fármacos con diferentes mecanismos de acción, lo que
en parches de 50 mg y se repite 1 hora después si no han en teoría permitiría reducir los efectos colaterales y poten-
desaparecido las contracciones. Si la respuesta es positiva, ciar el efecto tocolítico. Nuestros experimentos en el labo-
ratorio demuestran que es posible lograr la sumatoria del
el parche se reemplaza a las 12 h y se mantiene el trata-
efecto tocolítico de dos drogas en dosis submáximas.
miento hasta completar la inducción de madurez pulmonar
con corticoides. Se ha evaluado la asociación de ritodrina y sulfato de
magnesio, comparándose con el uso de estos agentes en
Eficacia clínica. El primer reporte clínico de su uso forma individual, pero los resultados no son concluyentes,
como tocolítico fue publicado en 1994. Sin embargo, ac- además de que los efectos adversos cardiovasculares ma-
tualmente no se dispone de evidencia suficiente para apo- ternos obligan muchas veces a la suspensión de los trata-
yar su uso clínico rutinario (Lees y cois., 1994). El análisis mientos combinados. Tanto el sulfato de magnesio como
crítico de los estudios randomizados que comparan el uso los p miméticos producen vasodilatación periférica y au-
de parches de nitroglicerina contra placebo no ha demos- mento del gasto cardíaco. De este modo, la evidencia dis-
trado utilidad clínica de esta droga en reducir la tasa de ponible actualmente sugiere que en casos de refractariedad
prematurez o la morbilidad y mortalidad perinatal (Duckitt es preferible cambiar de medicamento en lugar de asociar
& Thornton, 2002); resultados similares tuvieron estudios un segundo tocolítico.

734
Capítulo 36 Parto prematuro

Sin embargo, estimamos que esta posibilidad debe ser genespecífica" la función de una proteína en particular. Hoy
reevaluada en estudios clínicos que opten por drogas con en día, estudios con estos agentes son sólo experimentales
mecanismos de acción diferentes (FIGURA 36-3) y que y especulativos (Tyson-Capper, 2007).
usen dosis submáximas de cada una de ellas, de forma
La otra opción futura que merece atención y que deriva
de lograr una suma de efectos clínicos significativos y de
de la observación de la FIGURA 36-3, es la existencia de
reducir la tasa de efectos adversos.
mecanismos potenciales de control de la contracción del
músculo liso que no han sido aún utilizados para el de-
Tocólisis oral. Pese a que su uso es frecuente, la li-
sarrollo de fármacos tocolíticos, de sustancias que abran
teratura al respecto es escasa y no posee resultados que
canales de potasio y de substancias que activen la guani-
fundamenten su uso. No existen bases teóricas ni prácti-
lato ciclasa particulada. Las membranas fetales producen
cas para el uso profiláctico de betaagonistas orales en pa-
sustancias que actúan de modo paracrino y que desem-
cientes de riesgo o con trabajo de parto prematuro. Hasta
peñan un rol en la mantención de la quiescencia miome-
hace algún tiempo se consideraba que el único subgrupo
trial, es decir, que actúan como una suerte de "tocolítico
de pacientes en que tenía cabida la tocólisis oral eran las
endógeno". Nuestros datos nos muestran que el 50% del
pacientes con trabajo de parto prematuro que respondían
efecto tocolítico endógeno es mediado por una substancia
a los betaagonistas parenterales, pues algunas publicacio-
desconocida que abre canales de potasio en el miometrio
nes sugerían que los tocolíticos orales reducían la tasa de
(Carvajal y cois., 2001c; Carvajal y cois., 2003; Carvajal
recurrencia y de rehospitalización. Sin embargo, análisis
y cois., 2006). Adicionalmente, hemos observado que en-
recientes demostraron que no existe una reducción en la
tre los péptidos natriuréticos (activadores naturales de la
incidencia de parto prematuro o en la tasa de recurrencia
guanilato ciclasa), el péptido natriurético tipo B (BNP) es
de un trabajo de parto prematuro cuando se utiliza tocólisis
el de mayor potencia tocolítica (in vitro] (Carvajal y cois.,
oral como terapia de mantención luego de un tratamiento
2001 b). Además, hemos observado y descrito la produc-
exitoso por vía intravenosa. La evidencia disponible sugiere
ción de BNP por las membranas fetales de humanos. El
que el efecto de la tocólisis oral es sólo del tipo placebo (Ca-
uso farmacológico de sustancias que actúen por estas vías
brol, 1994; Macones y cois., 1995; Gaunekar & Crowther,
es una opción a considerar.
2004; Doddycols., 2006a).

Tocolíticos en rotura prematura de membranas Inducción de madurez pulmonar


de pretérmino. Frente a esta circunstancia, la mayoría
de las experiencias publicadas utilizan tocolíticos en con- Corticoides
junto con la administración de corticoides para inducción
de madurez pulmonar, por lo que la influencia de la tocóli- El síndrome de dificultad respiratoria neonatal es una
sis sobre los resultados perinatales es difícil de evaluar. La condición frecuentemente asociada a prematurez, que se
evidencia disponible, sumada al riesgo de sus efectos ad- caracteriza por signos y síntomas de dificultad respiratoria
versos, apoyan la conducta de no usar tocolíticos en estas tales como quejido, retracción costal, aleteo nasal, hipoxe-
circunstancias, salvo en situaciones muy justificadas en las mia, necesidad de oxígeno, etc. Esta condición puede ser
que su administración, en conjunto con corticosteroides y causada por etiologías diferentes, entre las que se cuentan
antimicrobianos, hagan posible mantener el embarazo en taquipnea transitoria, neumonía neonatal, cardiopatía con-
tanto se reduce el riesgo de morbilidad respiratoria neonatal géníta, hipertensión pulmonar y enfermedad de membrana
o bien para lograr el traslado de la paciente a un centro de hialina. Esta última enfermedad es la patología más nota-
mayor complejidad (Ohlsson, 1989). ble relacionada a la prematurez, tanto por su elevada fre-
cuencia (más del 50% de los RN bajo 32 semanas de edad
Opciones futuras en la tocólisis farmacológica. gestacional; el 12% de aquellos entre 32 y 34 semanas)
Estimando que en la medida en que exista un adecuado como por su alta letalidad.
conocimiento de la fisiopatología involucrada en cada una Un tipo especial de células de revestimiento alveolar
de las causas del parto prematuro será posible desarro- ubicadas en el pulmón, el pneumocito tipo II, produce un
llar estrategias preventivas y terapéuticas específicas, una conjunto de sustancias de naturaleza lipídica, denomina-
opción posible será incorporar una nueva generación de das en conjunto surfactante pulmonar, el cual reviste la
medicamentos con actividad directa en la regulación génica superficie alveolar y disminuye la tensión superficial en la
de los eventos moleculares involucrados en la generación interfase aire/tejido, con lo que evita el colapso alveolar
del parto prematuro. Estos medicamentos actúan sobre la al final de la espiración y facilita el ingreso de aire a los
transcripción génica, y corresponden a las sondas de anti- pulmones en la próxima inspiración. En los recién nacidos
sentido o antisenses. Son secuencias de nucleótidos que, prematuros existe insuficiente producción de surfactante
administrados en forma exógena, entran a las células e por los pneumocitos tipo II, por lo que el alvéolo tiende
impiden que el ácido ribonucleico mensajero que codifica al colapso, que se manifiesta clínicamente por dificultad
para una proteína se traduzca, regulando en forma "célula y respiratoria e hipoxemia, que pueden conducir a la muerte.

735
OBSTETRICIA

Gracias al informe original de Liggins y Howie en 1972, uso aunque clínicamente se anticipe que el parto se resol-
existe suficiente evidencia para sostener que la adminis- verá antes de ese tiempo (NIH, 1994).
tración de corticoides a la madre reduce la incidencia de
enfermedad de membrana hialina, sin tener ningún efecto Dosis repetidas de corticoides. Debido a que el efec-
adverso. to benéfico de los corticoides se extiende por una semana,
El análisis crítico de múltiples estudios randomizados se pensó que era conveniente repetir el curso de corticoides
cada siete días desde la primera dosis. Sin embargo, existe
del efecto de la administración antenatal de corticoides
evidencia que muestra resultados neonatales adversos (mi-
para inducción de madurez pulmonar demuestra que su
crocefalia, restricción de crecimiento, retraso del desarrollo
uso no incrementa el riesgo de muerte materna, de corio-
psicomotor) en fetos expuestos a dosis repetidas de esferoi-
amnionitis ni de sepsis puerperal. El tratamiento se asoció
des (Newnham & Moss, 2001).
con una reducción global en las tasas de muerte neonatal
(RR 0,69, IC 95%: 0,58 a 0,81), de síndrome de dificul- Ya se han conocido los resultados de cinco estudios
tad respiratoria (RR 0,66, IC 95%: 0,59 a 0,73), de he- prospectivos y se sabe de otros en curso que pretenden
morragia ¡ntraventricular (RR 0,54, IC 95%: 0,43 a 0,69), resolver la pregunta respecto de la inocuidad y/o los bene-
de enterocolitis necrotizante (RR 0,46, IC 95%: 0,29 a ficios de las dosis repetidas de esteroides en pacientes con
0,74), de apoyo ventilatorio, de ingreso a unidad de cui- riesgo de parto prematuro. La revisión sistemática conside-
dado intensivo neonatal y de infecciones sistémicas en las ró los cinco estudios randomizados y mostró que el grupo
primeras 48 h de vida (Roberts & Dalziel, 2006). que recibió dosis repetidas de corticoides tuvo menor inci-
dencia (RR 0,82, IC 95%: 0,72 a 0,93) y severidad (RR
Su utilidad ha sido demostrada desde las 24 y hasta
0,60, IC 95%: 0,48 a 0,75) de enfermedad respiratoria
las 34 semanas de gestación, sin embargo, en ausencia
neonatal y menor tasa de morbilidad neonatal severa (RR
de madurez pulmonar (demostrada por amniocentesis)
0,79, IC 95%: 0,67 a 0,93), Dos de los estudios incluidos
pueden ser utilizados con posterioridad al límite superior.
demostraron un aumento en la probabilidad de ser peque-
El análisis estratificado de acuerdo al intervalo entre el re-
ño para la edad gestacional en el momento de nacer. No
clutamiento de la paciente y el parto, indica que los niños
se demostró diferencia en otros resultados medidos, inclu-
nacidos entre 48 h y 7 días después de la primera dosis de
yendo morbilidad respiratoria, mortalidad fetal y neonatal,
corticoides muestran un beneficio mayor que aquellos cuyo
hemorragia intraventricular, leucomalacia periventricular
parto se resolvió fuera de ese intervalo (NIH, 1994).
y morbilidad infecciosa materna. Los autores concluyeron
Hasta ahora no han sido reportados efectos adversos que la evidencia todavía es insuficiente para recomendar el
de la administración antenatal de corticoides (en las dosis uso de dosis repetidas de corticoides, especialmente ante
utilizadas para inducir madurez pulmonar) en la madre, el desconocimiento de los efectos benéficos y/o dañinos a
en el feto o en el recién nacido. Prueba de ello son los dos largo plazo (Crowther & Harding, 2007).
estudios disponibles que han dado cuenta del seguimiento
Recientemente se conoció del seguimiento a ocho años
de los niños hasta los seis años de edad. El análisis de
plazo, de niños que fueron expuestos in útero a dosis repe-
esos resultados revela que aun cuando la edad gestacional
tidas de corticoides, y se observó que no tuvieron alteracio-
al parto es menor en el grupo sobreviviente poscorticoides
nes neurológicas si se los compara con los no expuestos.
que en el grupo sobreviviente control, las anomalías neuro-
Sin embargo, se observó una incidencia mayor, aunque no
lógicas a los seis años, si existen, son menos frecuentes en-
estadísticamente significativa, de parálisis cerebral en el
tre los hijos de madres que recibieron corticoides (Crowley
grupo expuesto a dosis repetidas de corticoides (6 niños,
y cois., 1990).
o 2,9% del grupo expuesto, versus I niño, o 0,5% en el
La inducción de madurez pulmonar con corticoides debe grupo placebo: RR 5,7; IC 95%: 0,7 a 46,7; P = 0,12)
indicarse a toda paciente en trabajo de parto prematuro, (Wapnerycols., 2007).
con edad gestacional menor a 34 semanas y/o ausencia
Mientras esta información no esté bien asentada, no es
de madurez pulmonar, en que se estime un elevado riesgo
aconsejable repetir semanalmente los corticoides. Sin em-
de parto. Habitualmente se indican al inicio de la terapia
bargo, en nuestra unidad recomendamos el uso de dosis
tocolítica farmacológica, luego de haber observado pruden-
de "rescate", es decir, indicamos un segundo curso com-
temente a la paciente y de comprobar que efectivamente se
pleto de corticoides en pacientes que recibieron hace más
encuentra en trabajo de parto (NIH, 1994).
de quince días el primer curso y en quienes nuevamente
Los esquemas que pueden utilizarse son: betametasona exista el absoluto convencimiento de que el parto se produ-
(fosfato/acetato) 12 mg (vía intramuscular) cada 24 h por cirá dentro de los próximos siete días. Esta recomendación
2 dosis, o dexametasona 6 mg (vía intramuscular) cada 12 es especialmente fácil de seguir en los casos en que se
h por 4 dosis; ambos esquemas son igualmente efectivos. procederá a la interrupción médica del embarazo antes de
Si bien el efecto máximo del tratamiento se logra después las 34 semanas en embarazadas que recibieron corticoides
de 48 h de administrar la primera dosis, se recomienda su previamente por su patología médica o fetal.

736
Uso de corticoides en rotura prematura de mem- miento hasta los doce meses de vida de los neonatos cuyas
branas. Una de las controversias clásicas en medicina pe- madres recibieron tratamiento antenatal con THR plantea
n'natal ha sido determinar si la administración de esteroides la posibilidad de que su uso sea deletéreo a largo plazo
reduce la incidencia de enfermedad de membrana hiali- (Crowtherycols., 1997).
na en recién nacidos de mujeres con rotura prematura de
El análisis crítico de todos los estudios randomizados
membranas de pretérmino del mismo modo que lo hace en
que analizan la administración de TRH asociados a corti-
pacientes con trabajo de parto prematuro y membranas ín-
coides a mujeres en riesgo de parto prematuro, demostró
tegras. Se postula que la rotura de membranas conlleva un
que este medicamento no tuvo efectos benéficos; por el
estrés fetal, con aumento endógeno de corticoides de efecto
contrario, se asoció a efectos adversos fetales y especial-
protector similar al de la administración exógena. Además,
mente maternos (Crowther y cois., 2004). De esta forma,
se teme a los efectos inmunosupresores de los esteroides
concluimos que no es recomendable administrar TRH a las
y a sus riesgos en términos de que podrían aumentar la
mujeres en riesgo de parto prematuro para mejorar el re-
incidencia de morbilidad infecciosa materna y neonatal. El
sultado perinatal.
uso de esteroides en la rotura prematura de membranas de
pretérmino no es una interrogante irrelevante para nuestra
práctica clínica habitual, ya que un tercio de los partos pre- Tratamiento antibiótico profiláctico
maturos ocurre a consecuencia de este evento.
Pese a que un número importante de partos prematuros
La información actualmente disponible para responder
es originado por una invasión microbiana de la cavidad
esta pregunta revela que, en el contexto de rotura prema-
amniótica, los ensayos clínicos hasta hora realizados no
tura de pretérmino de membranas, la administración an-
han demostrado que la administración de antimicrobianos
tenatal de corticoides reduce el riesgo de enfermedad de
a la madre en trabajo de parto prematuro reduzca en forma
membrana hialina en alrededor del 30%, sin aumentar
significativa la probabilidad de parto prematuro (Poblete y
significativamente las infecciones neonatales. Se constató
cois., 1997).
un aumento significativo en el riesgo de morbilidad infec-
ciosa puerperal, la cual es considerada leve, susceptible de La revisión Cochrane actualizada en el año 2002, acer-
tratamiento antibiótico efectivo, de bajo costo y sin otros ca del uso de antibióticos en pacientes con membranas
efectos laterales. En base a estas evidencias, se estima que íntegras y síntomas de parto prematuro, demuestra una re-
la inducción de madurez pulmonar con corticoides debe ser ducción de las complicaciones maternas infecciosas, pero
utilizada en aquellos embarazos con rotura prematura de ningún beneficio en la mortalidad perinatal o en la prolon-
membranas con edad gestacional entre 24 y 34 semanas gación del embarazo, por el contrario, existe una tendencia
(NIH, 1994). a mayor mortalidad neonatal en el grupo que usó antibióti-
cos (King & Flenady, 2002). Adicionalmente, se ha demos-
Hormona liberadora de tirotropina. El reducido trado que el uso profiláctico de antibióticos en mujeres en
efecto de los corticoides sobre la incidencia de la enfer- riesgo de parto prematuro tampoco reduce la incidencia de
medad de membrana hialina en neonatos prematuros me- prematurez (Simcox y cois., 2007).
nores de 28 semanas, incentivó la investigación de otras
alternativas farmacológicas para inducir madurez pulmo- Se estima que en el manejo de las pacientes en traba-
jo de parto prematuro no se justifica el uso rutinario de
nar. Estudios en modelos animales sugirieron que la admi-
antibióticos. Por el contrario, en presencia de elementos
nistración conjunta de corticoides y TRH (hormona libera-
sugerentes (clínicos y de laboratorio, incluida una amnio-
dora de tirotropina) a la madre acelera la maduración del
centesis) de invasión microbiana de la cavidad amniótica,
pulmón fetal, efecto mediado por el adelantamiento de la
debe indicarse tratamiento con antimicrobianos. Si la edad
madurez estructural del pulmón y por la inducción acelera-
gestacional es mayor de 32 semanas, debe precederse a
da en la producción de surfactante pulmonar.
la interrupción del embarazo. Por el contrario, si la edad
Los resultados de estudios clínicos fueron inicialmente gestacional es menor de 32 semanas, puede considerarse
promisorios y sugirieron que el uso de TRH en asociación la mantención del embarazo siempre que no existan evi-
a corticosteroides reduciría la incidencia de displasia bron- dencias de una corioamnionitis clínica, en conjunto con
copulmonar y el síndrome de dificultad respiratoria neona- la administración de corticosteroides para inducir madurez
tal, respecto del tratamiento solamente con corticoides. Sin pulmonar. Si existe corioamnionitis clínica, procede la inte-
embargo, estudios posteriores de muy buen diseño expe- rrupción del embarazo independiente de la edad gestacio-
rimental llevaron al concepto actual de que el tratamiento nal, salvo casos de real excepción y por tiempo limitado. El
con THR no modifica la mortalidad neonatal, la incidencia antimicrobiano a utilizar debe ofrecer una buena cobertura
de síndrome de dificultad respiratoria neonatal ni la inci- para los gérmenes más frecuentemente involucrados en la
dencia de displasia broncopulmonar, además de que existe infección ovular; en nuestro centro preferimos, en base a
una alta frecuencia de efectos maternos adversos en el gru- la frecuencia y sensibilidad habitual de los gérmenes invo-
po experimental (20%). Por otra parte, el estudio de segui- lucrados, la combinación de clindamicina y gentamicina.

737
OBSTETRICIA

Otro grupo de pacientes con trabajo de parto prematu- Rol de la amniocentesis en el manejo
ro que puede beneficiarse de la terapia antimicrobiana es del trabajo de parto prematuro
aquel portador de una infección cervicovaginal. La eviden-
cia actual no sostiene el uso rutinario de screening ni de El estudio del líquido amniótico obtenido por amniocentesis
tratamiento antibiótico de vaginosis bacteriana en población es el único medio hoy disponible de seleccionar a aquellas
general para reducir el parto prematuro. La heterogeneidad pacientes con invasión microbiana de la cavidad amnió-
de los estudios impide hacer una recomendación definitiva tica, de verificar la madurez pulmonar fetal y de evitar la
en los grupos de alto riesgo de parto prematuro. En aque- exposición masiva de pacientes a drogas no inocuas. Sin
llas pacientes con factores de riesgo epidemiológico para embargo, no es apropiado para todas las pacientes en tra-
parto prematuro, se recomienda efectuar un tamizaje para bajo de parto prematuro, pues el procedimiento no está
vaginosis bacteriana (gram, cultivo y frotis de secreción exento de riesgo, además de que en muchos casos no se
vaginal) y tratamiento antibiótico adecuado a los gérme- requiere de esa información. Si bien la opción de efectuar
nes detectados, en el comienzo del segundo trimestre del amniocentesis de rutina en todas las pacientes en trabajo
embarazo (McDonald y cois., 2007). Esta conducta debe de parto prematuro antes de iniciar la tocólisis es seguida
extenderse a toda paciente con diagnóstico de amenaza de por algunos grupos, estimamos que no hay evidencia sufi-
parto prematuro, pues se ha demostrado que al menos un ciente para seguir esta indicación (Tsatsaris y cois., 2000).
tercio de las pacientes con aumento de la contractilidad La gran mayoría de las pacientes que requiere tocólisis
uterina antes del término de la gestación es portadora de tendrá una respuesta apropiada, y el parto se producirá
vaginosis bacteriana, condición reconocidamente asociada más allá de las 37 semanas, por lo que en todas ellas
a parto prematuro y rotura prematura de membranas. El evitaremos la amniocentesis. Si bien en nuestros días la
tratamiento antibiótico de esta entidad interrumpiría la ca- amniocentesis guiada por ultrasonido es un procedimiento
dena de eventos fisiopatológícos que preceden a la instala- bastante seguro, se han descrito complicaciones asociadas
ción de una infección intraamniótica. al procedimiento que preferimos evitar en la medida de lo
El cultivo de fondo del saco vaginal obtenido rutinaria- posible (Stark y cois., 2000; Gordon y cois., 2002; Hodor
y cois., 2006; Zalud & Janas, 2008).
mente en las pacientes con amenaza de parto prematuro
permitirá diagnosticar el estado de portadora de estreptoco- La amniocentesis está especialmente indicada en el ma-
co betahemolítico grupo B, lo que reviste gran importancia, nejo del trabajo de parto prematuro en aquellas pacien-
considerando que la enfermedad perinatal por este germen tes con mala respuesta al tratamiento tocolítico (FIGURA
es la causa infecciosa más frecuente de mortalidad, de 36-2). La decisión de efectuar amniocentesis se ajustará
morbilidad grave y de secuelas neurológicas en ese período a cada caso en particular, recomendándose el estudio en
de vida. A estas pacientes deberá administrarse ampicilina aquellas pacientes en que se evidencie ausencia de res-
por vía parenteral en dosis de 2 g como dosis de carga y puesta a tocólisis, entendida como la persistencia de con-
luego 1 g cada 4 h hasta el parto o hasta la obtención de tracciones uterinas durante más de 60 min luego de la
un cultivo negativo (Smaill, 2000). administración de medicamentos; presencia de dinámica
uterina persistente (> 60 min) sin modificaciones cervi-
Fenobarbital y vitamina K cales; sospecha clínica de corioamnionitis (pacientes que
no cumplen todos los criterios clásicos de corioamnionitis
Se sugirió que la administración de fenobarbital y de clínica) y fiebre de origen no precisado.
vitamina K a madres previo al parto prematuro, con fetos
de muy bajo peso (< 1.000 g), reduciría la incidencia y/o Infección intraamniótica. En el líquido amniótico
severidad de la hemorragia intracraneana neonatal, puesto obtenido deberán realizarse las siguientes acciones para
que los requerimientos metabólicos cerebrales (fenobarbi- estudiar la invasión microbiana de la cavidad amniótica:
tal) disminuirían y mejorarían los mecanismos hemostá- tinción de Gram, recuento de células (glóbulos blancos),
ticos (vitamina K) en el feto. Los resultados iniciales en concentración de glucosa, cultivos aeróbicos y anaeróbicos
poblaciones con alta prevalencia de esa patología fueron que incluyan determinación de ureaplasma y mycoplasma.
promisorios (Morales & Koerten, 1986; Morales y cois., El cultivo del líquido amniótico es el test definitivo para el
1988). Sin embargo, posteriormente se evidenció que tan- diagnóstico de infección intraamniótica, sí bien también se
to la administración de fenobarbital como la de vitamina K, ha demostrado el beneficio del uso de técnicas de biología
en comparación con placebo, no reducen la incidencia de molecular para el diagnóstico de infección con sensibili-
hemorragia intracraneana ni la muerte neonatal precoz. De dad y especificidad mayor que el cultivo (Oyarzún y cois.,
este modo, en la actualidad no existen evidencias que per- 1998). Sin embargo, el cultivo arrojará resultados en un
mitan recomendar su utilización en forma rutinaria (Thorp tiempo inapropiado para la toma de decisiones, por lo que
y cois., 1994; Shankaran y cois., 1997). se requiere de pruebas rápidas que permitan sospechar el
diagnóstico de infección.

738
Capítulo 36 | Parto prematun

TABLA 36-11. Características de diferentes pruebas de líquido amniótico en el diagnóstico de invasión microbiana

Sensibilidad Especificidad LR( + ) LR(-)


Tinción de Gram 63,6 99,1 70,7 0,37
Recuento blancos (> 50/mm3) 63,4 94,5 11,5 0,39
Glucosa (> 14 mg/dL) 81,8 81,6 4,4 0,22
Gram + recuento blancos 90,9 93,6 14,2 0,09
Gram + glucosa 90,9 80,7 4,7 0,11
Gram + glucosa + recuento blancos 90,9 78,0 4,1 0,11
IL-6 (> ll,3mg/mL) 100 82,6 5,7 0,001
Gram + IL-6 100 81,6 5,4 0,001
LDH ( > 400 U/L) 95 90 9,5 0,05

Adaptado de: Romero y cois., 1993. Se estudió a pacientes en trabajo de parto prematuro con membranas íntegras y se comparó el resultado
de las diversas pruebas diagnósticas respecto del cultivo. La frecuencia de cultivos positivos fue: 9,2% (11/120). LR ( + ) = Likelihood Ratio
de la prueba positiva; LR (-) = Likelihood Ratio de la prueba negativa.

Se han establecido los siguientes criterios diagnósticos suspender los tocolíticos. Por el contrario, si indica ausen-
sugerentes de infección (Romero y cois., 1993): cia de madurez pulmonar, se debe hacer el máximo esfuer-
zo por prolongar la gestación en al menos 48 h, para lo
• Tinción de Gram (muestra gérmenes).
cual se puede incluir una segunda droga tocolítica.
• Recuento de glóbulos blancos > 50/mm3.
La prueba más fácil de realizar para estimar la madu-
• Glucosa < 14 mg/dL. rez pulmonar fetal es el test de Clement. Si éste sugiere
madurez, el riesgo de enfermedad de membrana hialina
La medición de LDH (deshidrogenase láctica) en el lí- es nulo; si es intermedio o inmaduro, el riesgo de enferme-
quido amniótico ha demostrado ser un marcador útil de dad de membrana hialina fluctúa entre el 8% y el 27%,
la probabilidad de infección, por lo que considerando su respectivamente. El test de Clement es especialmente útil
alta disponibilidad y bajo precio, recomendamos solicitarla en embarazos sobre 36 semanas, ya que si su resultado
dentro de los exámenes de rutina (Garry y cois., 1996; es de madurez, podremos proceder con toda confianza
Kidokoro y cois., 2006; Magloire y cois., 2006). Niveles a la interrupción del embarazo. Sin embargo, por debajo
de LDH superiores a 400 U/L se consideran sugerentes de las 36 semanas, con mucha frecuencia tendremos un
de infección. Otras mediciones, como la estimación de la resultado equívoco (consultar Capítulo 32: Evaluación de
concentración de interleuquina 6, han demostrado su utili- la edad gestacional, madurez y bienestar fetal durante el
dad. Sin embargo, están menos disponibles y su beneficio embarazo).
no es tan superior al de la medición de LDH. En la TABLA
Pruebas más específicas son la determinación de la re-
36-11 se incluyen las características de cada una de estas
lación entre lecitina y esfingolmielina (L/E) y la determi-
pruebas respecto de su capacidad de predecir un cultivo
nación de fosfatidil glicerol (PG), ambas en uso en nues-
positivo.
tro laboratorio. Si el índice LE es mayor a 2, el riesgo de
membrana hialina es del 2%, mientras que para valores
Estudios de madurez pulmonar. Aquellas pacientes
de L/E 1,5 a 2,0 y < 1,5, el riesgo de membrana hialina
que requieren amniocentesis en el contexto del manejo del
es del 40% y del 73%, respectivamente. Si la evaluación
trabajo de parto prematuro, poseen un riesgo significativo
del líquido amniótico muestra presencia de PG, el riesgo
de tener el parto antes de las 35 semanas (casi el 30%).
de enfermedad de membrana hialina es del 0,6%, y si en
Como indicamos, el manejo de las pacientes implica la
presencia de PG el índice L/E es mayor a 2, el riesgo de
administración de corticoides para inducción de madurez
membrana hialina es nulo (Pino y cois., 2002). Recomen-
pulmonar y el uso de drogas tocolíticas, no siempre exentas
damos efectuar estas dos pruebas en conjunto para adoptar
de riesgo. Al practicar la amniocentesis se deben solicitar
la decisión de suspender el tratamiento tocolítico.
pruebas que permitan predecir si el feto ha alcanzado la
madurez pulmonar, es decir, se debe predecir el riesgo de La medición del índice L/E y PG requiere de personal
que al nacer desarrolle enfermedad de membrana hialina. bien entrenado y su resultado demora cerca de 4 h cuan-
Si la amniocentesis sugiere madurez pulmonar, se deben do se procesa mediante cromatografía. Se han desarrollado

739
mediciones automatizadas que han ganado adeptos. Sin de trabajo de parto prematuro (TABLA 36-2) acompaña-
embargo, el test más frecuentemente utilizado actualmente do de contracciones uterinas regulares, no son candidatas
es la medición automatizada de la relación surfactante/ a cerclaje de emergencia, aunque el tratamiento tocolítico
albúmina (S/A) mediante fluorescencia. Esta técnica esti- logre hacer desaparecer las contracciones uterinas.
ma la relación entre la concentración de fosfolípidos del
surfactante y la concentración de albúmina. Se considera
una prueba sugerente de madurez pulmonar niveles > 55 Atención del parto prematuro
mg/g, mientras que niveles de 55 a 39 mg/g y < 39 mg/g
se consideran valores intermedios y sugerentes de inma- Cuando el tratamiento tocolítico ha fracasado, o existen
durez pulmonar respectivamente (Grenache & Gronowski, criterios para la suspensión del tratamiento, debemos pre-
2006). Si la prueba S/A es sugerente de madurez pulmo- pararnos para la atención del parto. Muchas pacientes en
nar, la probabilidad de enfermedad de membrana hialina quienes se suspende el tratamiento no progresan hasta el
es prácticamente nula, mientras que si la prueba sugiere parto, por eso la suspensión del tratamiento no es sinóni-
inmadurez, el riesgo es cercano al 30%. mo de iniciar aceleración oxitócica. La atención del parto
de un feto prematuro debe estar orientada a la reducción
de riesgos obstétricos que generan morbilidad neonatal,
Cerclaje de emergencia en el manejo principalmente asfixia y traumatismo fetal (especialmente
del trabajo de parto prematuro encefálico) (Bottoms, 1995). Con el propósito de reducir
esos riesgos, además de la medidas precautorias tomadas
Por lo general, la incompetencia cervical se presenta antes en el manejo de cualquier parto, debe considerarse espe-
de las 26 semanas de edad gestacional. Las pacientes con- cialmente:
sultan por flujo genital mucoso o hemático, evidenciándose
en el examen cuello uterino acortado, dilatación del orificio • Buena relajación perineal (uso de anestesia de conduc-
cervical interno y membranas ovulares protruyentes o visi- ción).
bles en ausencia de contracciones uterinas. • Episiotomía amplia.
La evaluación inicial de la paciente debe considerar su • Elección apropiada de la vía de parto.
hospitalización, reposo en cama en posición de Trendel-
emburg, monitorización de la actividad uterina, cultivo de • Monitorización electrónica continua de la frecuencia car-
orina y cervicovaginal, obtención de líquido amniótico me- díaca fetal.
diante amniocentesis para efectuar cultivo y evaluación de • Mantención de la integridad de las membranas ovulares
índices bioquímicos sugerentes de infección intraamnióti- el máximo de tiempo.
ca y examen ultrasonográfico para evaluar vitalidad fetal,
anomalías placentarias y malformaciones congénitas. Si se • Referencia de la madre a un centro de mayor comple-
comprueba que la paciente no está en trabajo de parto, jidad si en el servicio en que se encuentran no existen
existencia de vitalidad fetal y ausencia de infección ovular, las condiciones óptimas para atender a un recién nacido
la realización de un cerclaje de emergencia puede ser be- prematuro.
neficioso (Cockwell & Smith, 2005).
Vía de parto. En términos generales, la elección de
Si existe invasión microbiana de la cavidad amniótica, la vía de parto para aquellos fetos mayores a 28 semanas
el cerclaje no ofrece mejoría del pronóstico, por lo que es sigue los mismos criterios que para los partos de término,
fundamental contar con exámenes rápidos que informen de por lo que se debe preferir la vía vaginal.
esa posibilidad (Gram, recuento celular, glucosa y LDH).
Dado que en la condición señalada de estas pacientes Existe mayor discusión para aquellos casos por debajo
(edad gestacional menor de 26 semanas y cuello uterino de las 28 semanas o de los 1.250 g. Si bien la conducta
dilatado) es altamente probable la existencia o desarrollo clásica para estos fetos ha sido practicar una operación ce-
de una invasión subclínica de las membranas ovulares o sárea, existe información de buena calidad que demuestra
decidua, recomendamos el tratamiento empírico con anti- que el resultado neurológico de estos niños, a dos años
bióticos de amplio espectro hasta por diez días después del plazo, no varía según la vía de parto (Haque y cois., 2008).
procedimiento quirúrgico (Aarts y cois., 1995). Recomendamos el análisis juicioso de cada caso, discutir
las posibilidades con los padres y adoptar la decisión que
Se ha demostrado la relación entre la insuficiencia cer- parezca más expedita, la que muchas veces puede ser un
vical y el parto prematuro, sin embargo, es esperable que parto vaginal si la dilatación se encuentra sobre los 4 cm
si la disfunción cervical es la causa de la prematurez, la di- en el momento de tomar la decisión. Los prematuros extre-
latación cervical se presente en ausencia de contracciones mos pueden nacer sin necesidad de alcanzar los 10 cm de
uterinas. Aquellas pacientes que ingresan con diagnóstico dilatación.

740
Capítulo 36 | Parto prematuro

Respecto del tipo de incisión uterina en partos prema- Bibliografía


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realizar una cesárea corporal cuando se trata de prematu- Aarts JM, Brons JT, Bruinse HW. Emergency cerclage: A review.
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recomienda efectuar tacto vaginal cada una hora (en pre- domized Nitric Oxide Tocolysis Trial (RNOTT) for the treatment of
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recomienda la monitorización electrónica. Se ha demos- and intrauterine growth retardation. Br J Obstet Gynaecol 1993;
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trado que la acidosis en el período periparto favorece el
Brar HS, Medearis AL, De Vore GR, Platt LD. Maternal and fetal
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hemorragia ¡ntraventricular (Morales & Koerten, 1986). Por 22.
ese motivo, es imprescindible monitorizar continuamente el Brar HS, Medearis AL, DeVore GR, Platt LD. Maternal and fetal blood
bienestar fetal. Si se detectan alteraciones, el umbral para flow velocity waveforms in patients with preterm labor: effect of
decidir una cesárea es menor que en el feto de término y tocolytics. Obstet Gynecol 1988a; 72:209-14.
un registro sospechoso será suficiente para proceder sin Brar HS, Medearis AL, DeVore GR, Platt LD. Maternal and fetal blood
demora. El registro debe ser analizado por un profesional flow velocity waveforms ¡n patients with preterm labor: Prediction
con experiencia, considerando que la monitorización de un of successful tocolysis. Am J Obstet Gynecol 1988b; 159:947-
prematuro es habitualmente difícil y que reviste caracterís- 50.
ticas especiales, como por ejemplo la variabilidad, que es Buhimschi CS, Bhandari V, Hamar BD, Bahtiyar MO, Zhao G, Sfa-
normalmente menor que la de los fetos de término. kianaki AKeta/. Proteomic profilingof the amniotic fluid todetect
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Parto vaginal operatorio. No se recomienda su uso
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rutinario para abreviar el expulsivo, pero puede ser utilizado
treatment in pre-term labor. En: Mjnc K. Research and clinical
de modo similar a un feto de término. Las espátulas de forums. England: Wells Medical, 1994; 127-45.
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no requieren adaptación a la cabeza fetal. nlsms of paracrine regulation by fetal membranas of human ute-
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siotomía amplia disminuya el riesgo de hemorragia ¡ntra- relaxation ¡s mediated by large-conductance Ca2+-act¡vated K+
ventricular o de traumatismo fetal, la protección del feto channel openlng in the guinea pig. Am J Obstet Gynecol 2003;
contra traumatismos propios del parto es indispensable, 188:84-91.
y muchas veces se facilita por una episiotomía (Bottoms, Carvajal JA, Weiner CP. Mechanisms underlymg myometrial quies-
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744
c a p í t u l o

Embarazo gemelar y múltiple

J. Becker | E. Gratarás

El embarazo gemelar constituye uno de los grandes desa- vivos, se sabe que habrá pérdida fetal del 2% en los casos
fíos perinatales, porque si bien tiene una baja incidencia, de gemelos bicoriales y hasta del 10% en los monocoriales
presenta una elevada frecuencia de complicaciones, tan- antes de las 24 semanas, comparado con menos del 1%
to maternas como perinatales, que suelen terminar en un de los embarazos únicos a igual edad gestacional. La mor-
parto prematuro, con las consecuencias esperables para talidad perinatal también es significativamente superior a
los recién nacidos. Por otra parte, en las últimas décadas la observada en embarazos únicos, pues alcanza el 5% en
ha habido un aumento sostenido de las gestaciones ge- los gemelos monocoriales y el 2% en los bicoriales (Sebire
melares, en especial de embarazos múltiples, debido a la y cois., 1997). Estas cifras dan a entender que la gestación
introducción de las técnicas de fertilización asistida, lo que gemelar debe ser considerada como un evento patológico,
ha generado un problema de salud pública en relación a los por lo que requiere de cuidados prenatales diferentes y di-
cupos de las unidades neonatales. rige la búsqueda de enfermedades más comunes en ellos
que en el embarazo único o la presencia de condiciones
El aspecto de mayor relevancia en el embarazo gemelar
propias de la gemelaridad, como la transfusión feto-fetal,
es el conocimiento que se ha adquirido sobre las conse-
que es la más conocida.
cuencias de la corionicidad, que es la que determina el pro-
nóstico del embarazo múltiple, significativamente de mayor Los embarazos múltiples se clasifican según cigosidad
riesgo en las gestaciones monocoriales. y corionicidad. Los gemelos monocigotos espontáneos tie-
nen una incidencia de 4/1.000, que es similar en todos
Gracias al desarrollo de la ultrasonografía y de nuevas
los grupos étnicos y no cambia con la edad materna. Por
técnicas invasivas, se pueden diagnosticar de manera bas-
el contrario, los gemelos dicigotos varían su incidencia: es
tante certera y en el momento apropiado, complicaciones
mayor en mujeres de raza negra, en pacientes con emba-
fetales graves propias de la gemelaridad, lo que ha modifi-
razo gemelar previo, en mujeres con paridad mayor a tres,
cado el resultado de algunas de ellas, que tradicionalmente
en edad materna superior a 35 años y en uso de técnicas
se consideraban letales.
de fertilización asistida. Este último punto merece un co-
mentario especial, porque es el principal factor que explica
Epidemiología el aumento sostenido de los embarazos gemelares y múl-
tiples en los últimos treinta años. De hecho, en algunos
Del 1% al 1,2% de los partos son gemelares. Esta cifra es países la incidencia de gemelos ha aumentado hasta en
la que se ha establecido clásicamente como incidencia de 65% (Cleary-Goldman y cois., 2005) y la de embarazos
embarazo doble. Pero este número no se corresponde con múltiples hasta en el 120% y el 250% (Malone & D'Alton,
la realidad, ya que en seguimientos con ultrasonografía du- 2004). Se ha informado que la inducción de ovulación au-
rante el primer trimestre del embarazo se ha observado que menta la posibilidad de gestación doble entre el 7% y el
sólo la mitad de los embarazos inicialmente dobles finalizan 50%, dependiendo del inductor utilizado (Muñoz & Urzúa,
en parto de dos fetos viables, mientras que el resto termina 2003; Nicolaides & Falcón, 2004). Los tratamientos de
en aborto de ambos gemelos o en la muerte temprana de infertilidad, por un mecanismo aún desconocido, también
uno de ellos (Varma, 1979; Jauniaux y cois., 1988). Este han aumentado la incidencia de gemelos monocigotos
riesgo no termina en el primer trimestre, por lo que ante hasta en diez veces respecto de su ocurrencia espontánea
un embarazo doble, de catorce semanas con ambos fetos (Blickstein, 2005; Derom y cois., 2006).
OBSTETRICIA

A pesar de la baja incidencia de los embarazos gemela- • Bicenales: tienen dos placentas separadas, ya sea de
res, son responsables del 25% de todos los recién nacidos manera anatómica o funcional, es decir, se pueden ob-
de bajo peso al nacer y del 10% del total de casos de servar dos placentas en diferentes localizaciones dentro
parálisis cerebral, lo que convierte a este grupo de gesta- del útero o una sola masa placentaria, donde cada feto
ciones en un gran desafío perinatal y pediátrico (Scheller & tiene su territorio vascular por separado. Los gemelos
Nelson, 1992; Pharoah, 2002; Malone & D'Alton, 2004). bicoriales son siempre biamnióticos, es decir, tienen
bolsas amnióticas separadas.
Respecto de las gestaciones múltiples espontáneas, la
incidencia de embarazo triple es de 1/7.000 a 8.000 y • Monocoriales: tienen una placenta anatómica y funcio-
de cuádruples aproximadamente de 1/600.000 (Smith- nalmente compartida, presentando, casi en el 100%
Levitin y cois., 1999). de los casos, comunicaciones vasculares entre ambos
fetos. Estos pueden ser biamnióticos o monoamnióticos,
donde ambos fetos, además de compartir la placenta,
Clasificación y definiciones están dentro de la misma bolsa amniótica; es por ello
El embarazo gemelar o múltiple es el proceso reproductivo que esta combinación es la de peor pronóstico en un
que concluye con la generación de más de un descendiente embarazo gemelar.
en el mismo parto. La nomenclatura actual define como
embarazo gemelar o doble la gestación con dos fetos, triple Los gemelos dicigotos corresponden a dos tercios de los
si tiene tres y embarazo múltiple de alto orden si tiene más embarazos dobles y siempre son bicoriales biamnióticos.
de tres fetos en la cavidad uterina. Los monocigotos constituyen el tercio restante. Si la división
del cigoto ocurre en los primeros tres días posfecundación,
Los embarazos gemelares se clasifican según su cigosi- el embarazo será bicorial biamniótico (del 20% al 30%
dad u origen y según su corionicidad o placentación, pero de los gemelos monocigotos); si ocurre entre el cuarto y
es ésta última la de real importancia desde el punto de octavo día posfecundación, se tratará de gemelos monoco-
vista médico. riales biamnióticos (del 70% al 80% de los monocigotos);
La clasificación por origen los divide en: si el clivaje se produce entre los días octavo y duodécimo,
se obtendrá un embarazo monocorial monoamniótico (1%
• Dicigotos: cuando se han formado de dos óvulos fecun- de los monocigotos); si el cigoto se divide después de los
dados por dos espermios, con lo que se originan dos doce días, la división será incompleta y habrá gemelos fu-
individuos con diferente carga genética, que se denomi- sionados o siameses, cuya prevalencia se estima en 1 por
nan gemelos fraternos (popularmente "mellizos") y que 30.000 a 50.000 embarazos (Neira, 1997; Arias & Afana-
pueden ser de igual o distinto sexo. dor, 1999; Smith-Levitin y cois., 1999; Gratacós, 2003a;
• Monocigotos: formados por la unión de un óvulo con un Muñoz & Urzúa, 2003; Malone & D'Alton 2004; Higueras
espermio, donde el cigoto se divide en una etapa tem- & Becker 2004). La TABLA 37-1 resume la clasificación
prana posfecundación, dando origen a dos individuos del embarazo gemelar.
con igual carga genética, llamados gemelos idénticos Los embarazos triples y de alto orden también se clasifi-
que, obviamente, siempre son del mismo sexo. can de acuerdo a los mismos criterios. Así, a mayor número
de fetos, menor es la posibilidad de embarazo monocigoto
La clasificación por coriomcidad tiene que ver con la (Ej.: trillizos idénticos), pues ello implicaría la división de
forma de placentación de un embarazo múltiple. Se clasi- un cigoto en tres o más individuos, evento extremadamente
fican en: poco común.

TABLA 37-1. Clasificación del embarazo gemelar según cigosidad y corionicidad

Cigosidad Corionicidad División posfecundación


Dicigotos (70%) Bicorial biamniótico (100%) No
Monocigotos (30%) Bicorial biamniótico (20% al 30%) 1er a 3er día
Monocorial biamniótico (70% al 80%) 4to a 8™ día
9no a 12mo día
Monocorial monoamniótico (1%)
Gemelos fusionados (1/30.000 a 50.000) Después del 12rao día

746
Capítulo 37 | Embarazo gemelar y múltiple

Importancia de la corionicidad también puede provocar daño cerebral aun con ambos
fetos vivos.
La corionicidad es el elemento pronóstico fundamental en
• Malformaciones fetales. La génesis del embarazo ge-
el embarazo gemelar, por lo que debe hacerse un esfuerzo
melar monocorial es la división anormal de un cigoto,
por diagnosticarla correctamente e Informarla en el primer
lo que se ha asociado a una tasa de malformaciones
trimestre, porque de eso dependerán las acciones a seguir
mayor que en gemelos bicoriales y embarazos únicos.
en el control prenatal y el énfasis que se dará a la bús-
La gran mayoría de las veces sólo hay un feto afectado,
queda detallada de enfermedades propias de los gemelos
a pesar de que supuestamente ambos tienen igual carga
monocoriales.
genética y de que se asume que el problema se genera
SI el embarazo gemelar se define como un fenómeno por una división cigótica desigual.
patológico, entonces la malformación más frecuente en la
gestación humana no estaría en el feto sino en la placenta, Estas tres circunstancias mencionadas son las respon-
ya que aproximadamente en 1 de cada 300 embarazos sables del aumento de complicaciones en los gemelos mo-
ésta será compartida por dos fetos originados de un mis- nocoriales, comparado con los bicoriales, respecto de abor-
mo cigoto, es decir, se tratará de un embarazo monocigoto to de primer trimestre, óbito fetal y secuelas neurológicas a
monocorial (Gratacós, 2003b). La consecuencia más im- largo plazo (Gratacós, 2003a; Nicolaides & Falcón, 2004;
portante de ello es que no se observa durante el emba- Acosta-Rojas y cois., 2007). La TABLA 37-2 resume las
razo, sino en la vida neonatal o incluso después, pues el diferencias de las complicaciones según la corionicidad en
30% de los neonatos originados de un embarazo gemelar un seguimiento prospectivo de embarazos gemelares.
monocorial tiene signos compatibles con lesión cerebral,
en comparación con el 3% de los bicoriales y una cifra
significativamente menor en los embarazos únicos (Bejar TABLA 37-2. Impacto de la corionicidad en el resulta-
y cois., 1990). do perinatal del embarazo gemeiar (Acosta-Rojas y cois.,
2007)
Los tres mecanismos que conducen a este resultado son:
• Comunicaciones vasculares placentarias interfetales.
Monocoriales Bicoriales
En las placentas de gemelos monocoriales, si bien cada
feto tiene su territorio vascular, se encuentran comuni- N 123 106
cados a través de anastomosis de diferentes tipos, de STFF (%) 8,1 0
las cuales las más importantes son las comunicaciones RCIU (%) 7,3 4,8
arteriovenosas, que en realidad corresponden a cotile-
Óbito fetal (%) 6,5 0,09
dones compartidos entre ambos fetos con flujo unidirec-
cional. En el 85% al 90% de los casos la distribución Morbilidad
de las anastomosis es balanceada y durante el emba- neurológica (%) 11,9 1,4
razo hay transfusión de sangre equilibrada entre ambos Morbilidad
fetos permanentemente, lo que no es posible evaluar cardiovascular (%) 13,7 4,9
clínicamente. En el 10% al 15% restante, el flujo es
desequilibrado, lo que da origen al síndrome de transfu- STFF = síndrome de transfusión feto-fetal.
sión feto-fetal, patología característica del segundo tri- RCIU = restricción de crecimiento intrauterino.
mestre del embarazo, de muy mal pronóstico y elevada
mortalidad cuando se deja a su evolución natural. Sin
embargo, aun en esa mayoría de embarazos supuesta-
mente "sanos", con transfusión equilibrada entre ambos Diagnóstico de corionicidad
fetos, hay un riesgo elevado de complicaciones neuro-
El uso rutinario de ultrasonido en el control del embara-
lógicas cuyo origen dice relación con las anastomosis
zo desde el primer trimestre, ha permitido conocer en forma
descritas.
precoz el número de fetos, su tamaño y su vitalidad. Esta
• Reparto placentario. En los gemelos monocoriales, cada información permite estimar la edad gestacional y hacer
feto tiene una porción propia de placenta, pero la dis- una división inicial entre pacientes con embarazo único y
tribución de esos territorios puede ser desigual, lo que múltiple. En estas últimas, el paso siguiente y más impor-
posibilita una restricción del crecimiento intrauterino de tante, por las conductas que determinará, es precisar la
uno de ellos, en el fenómeno que se conoce como res- corionicidad. Así, es posible realizar una primera clasifica-
tricción selectiva, que puede ser muy severo y que pue- ción de riesgo, que incluirá a la paciente en uno u otro gru-
de producir la muerte del feto afectado, además de que po según se trate de una gestación monocorial o bicorial.
se asocia a mortalidad o secuelas neurológicas del otro Actualmente es inaceptable no diagnosticar precozmente
gemelo. Existe evidencia reciente de que esta patología la corionicidad, puesto que es necesario saber si existen

747
OBSTETRICIA

enfermedades fetales graves que pudieran ocurrir posterior- • Signo del Lambda/T. Aparece a partir de la novena
mente, como restricción selectiva de crecimiento intraute- semana al aumentar la cantidad de líquido dentro del
rino o gemelos discordantes para malformación, en orden amnios y obliterarse el espacio celómico. Se denomina
de tomar decisiones oportunas (Higueras & Becker, 2004). lambda a la imagen que con este aspecto (W aparece
en la zona de unión de dos placentas diferentes y sus
A partir de las cinco semanas de gestación es posible respectivos amnios. Su presencia indica que se trata de
observar por ecografía el número de sacos coriónicos. Ya una gestación bicorial, que es fácil de observar en el pri-
a las seis semanas se puede detectar el número de fetos
mer trimestre. Cuando se trata de una gestación mono-
por saco, lo que permite establecer inicialmente la corioni- corial no se ve lambda, la zona de inserción del amnios
cidad. Otro hallazgo útil es la observación del saco vitelino. en el corion es casi de 90° y adopta forma de "T" (Se-
Si un saco coriónico contiene dos embriones y dos sacos púlveda y cois., 1996). Conforme avanza la gestación
vitelinos, corresponde a un embarazo gemelar monocorial bicorial, las placentas pueden llegar a unirse, con lo que
biamniótico. Si sólo se observa un saco vitelino con dos aumenta el tamaño de los fetos y la cantidad del líquido
embriones, se trata de un gemelar monocorial-monoamnió- amniótico y el lugar de unión de las placentas con las
tico, con alto grado de certeza. No obstante, para determi- membranas interfetales adelgaza, por lo que lambda se
nar adecuadamente el número de amnios de una gestación vuelve imperceptible. En esas condiciones es difícil sa-
gemelar monocorial es preciso esperar por lo menos hasta ber si se trata de un lambda o de una T, por lo que se
la octava semana, momento en el que es posible visualizar deben buscar otros signos que indiquen la corionicidad
la membrana amniótica (Sepúlveda y cois., 1999). (FIGURA 37-2).
Sin embargo, el lapso ideal para diagnosticar corionici-
dad es entre las 11 y 14 semanas, con el 100% de sensi- Después de las quince semanas la sensibilidad del signo
bilidad. A esa edad gestacional los signos ecográficos que lambda disminuye, pero el diagnóstico se puede apoyar en
nos indicarán la corionicidad incluyen: otros criterios, reconociendo de todos modos que no alcan-
zan la exactitud de los anteriores.
• Lugar de placentación. Durante el primer trimestre es
sencillo localizar los lechos placentarios. Si se encuen- • Grosor de la membrana interfetal. En el caso de una
tran en zonas separadas, se puede afirmar que la ges- gestación bicorial, la unión entre los dos sacos adya-
tación es bicorial. En cambio, si ambas placentas están centes es gruesa y contiene algo de tejido coriónico. Se
en la misma zona, se deben buscar otros signos que nos considera que la membrana interfetal es gruesa cuando
indiquen si se trata de una o dos placentas (FIGURA mide 2 mm o más en una imagen aumentada al máxi-
37-1). mo y en un corte paralelo a la dirección del haz de ul-

FIGURA 37-1. Imagen característica de embarazo gemelar bicorial biamniótico. Se observa con claridad el signo lambda,
dado por la cuña que se introduce entre ambos sacos gestacionales.

748
Capítulo 37 | Embarazo gemelar y múltiple

FIGURA 37-2. Embarazo gemelar monocorial biamniótico con inserción de la membrana en T (parte superior de la foto).
En este caso específico no se observa con ángulo de 90°.

trasonido (Bracero & Byrne, 2003). Cuando se trata de los hallazgos en el número de placentas y de amnios (Ej,:
una gestación monocorial, los sacos amnióticos al crecer bicorial triamniótico, tricorial triamniótico, tetracorial tetra-
no tienen corion entre ellos, por lo que la membrana amniótico, etc.).
¡nterfetal será muy fina, de menos de 2 mm de grosor, y
en ocasiones difícil de visualizar. Sin embargo, este mé- Lo expuesto indica que la corionicidad en un embarazo
todo tiene una gran variabilidad intra e ¡nterobservador múltiple debe diagnosticarse durante la primera ecografía.
durante el segundo y tercer trimestre de gestación, por Al mismo tiempo, se debe comprobar la edad gestacional
lo que es recomendable basarse en otros signos para y hacer la primera evaluación de riesgo de aneuploidías y
establecer el diagnóstico (Stagiannis y cois., 1995). malformaciones fetales en cada embrión por separado.

• Número de membranas interfetales. En las gestacio- Diagnóstico prenatal


nes monocoriales las membranas ¡nterfetales tienen
dos capas, mientras que en las gestaciones bicenales El aumento de embarazos múltiples se relaciona con el uso
se cuentan cuatro. Esta técnica es útil para determinar de técnicas de fertilización asistida, pero también con el
corionicidad en el segundo y tercer trimestre de gesta- retraso en la edad de inicio de la maternidad, que es por
ción, cuando los otros signos son difíciles de observar sí mismo un factor de riesgo para la ocurrencia de geme-
(Vayssiere y cois., 1996). los dicigotos (Muñoz & Urzúa, 2003). Por otra parte, es
« Sexo fetal. Si se visualizan dos fetos de diferente sexo, conocida la relación entre edad materna y presencia de
por definición serán dicigóticos y, por consiguiente, b¡- aneuploidías, lo que sumado a la mayor frecuencia de mal-
coriales. Si ambos fetos tienen el mismo sexo, se deben formaciones, en especial en gemelos monocigotos, hace
buscar otros signos que nos indiquen si se trata de una que el diagnóstico prenatal sea primordial en la gestación
múltiple.
o dos placentas.
Así como la corionicidad tiene especial relevancia en las
En resumen, el diagnóstico de corionicidad es fiable complicaciones fetales del embarazo gemelar, la cigosidad
cuando se realiza ecográficamente antes de las quince es fundamental para determinar el riesgo de malformacio-
semanas de gestación, con una certeza del 100%, y es nes y aneuploidías. Si bien la cigosidad se puede sospechar
más complejo y menos sensible en el segundo y tercer tri- por hallazgos ecográficos (todos los monocoriales son mo-
mestre si ambos fetos tienen el mismo sexo (Sepúlveda y nocigotos y los fetos de distinto sexo son dicigotos), sólo se
cois., 1996). Los signos ecográficos y el diagnóstico de puede confirmar mediante un estudio de ADN fetal (Norton
corionicidad deben aplicarse igualmente a las gestaciones y cois., 1997; Cleary-Goldman y cois., 2005). Desde el
múltiples de más de dos fetos, las que se nombrarán según punto de vista genético, los gemelos dicigotos se compor-

749
OBSTETRICIA

tan como dos individuos diferentes, donde cada uno tiene riencia en ultrasonografía. Dos autores, en series de 245 y
un riesgo individual e independiente de su hermano para 495 embarazos gemelares, publicaron 83% y 88% de sen-
aneuploidías y malformaciones, que es equivalente a lo in- sibilidad en el diagnóstico ecográfico de malformaciones
formado para embarazos únicos en base a edad materna congénitas mayores respectivamente. La prevalencia global
y marcadores Geográficos de primer trimestre. Por este mo- de anomalías congénitas fue del 4,9% y del 2,6% en cada
tivo, lo habitual es que sean discordantes para malforma- serie (Edwards y cois., 1995; Sperling y cois., 2007).
ción, es decir, que un gemelo sea sano y el otro presente
Si el screening de aneuploidías está alterado, es posible
algún defecto. La posibilidad de que ambos fetos tengan el
ofrecer a la paciente algún método invasivo para obtener
mismo defecto es extraordinariamente rara.
el cariotipo. Lo más recomendado es la biopsia de vello-
Los gemelos monocigotos tienen la misma carga gené- sidades coriales en primer trimestre o la amniocentesis
tica, por lo que sería esperable que si hay algún defecto, genética en segundo trimestre. Las consideraciones éticas
éste sea igual para ambos fetos. Esto se cumple para las frente a estos procedimientos tienen que ver con informar
aneuploidías, donde la discordancia de cariotipo es un fe- a la madre del riesgo de sus complicaciones, que pueden
nómeno pocas veces informado (Rogers y cois., 1982; Gil- afectar tanto al gemelo sano como al enfermo y de las con-
bert y cois., 2002; O'Donnell y cois., 2004). Por lo tanto, ductas a seguir según el resultado obtenido, por lo que se
el riesgo para ambos fetos es el mismo e igual al de un recomienda contar con protocolos de consentimiento infor-
embarazo único. Sin embargo, la presencia de anomalías mado adecuados. Independientemente de la corionicidad,
estructurales es dos a tres veces superior que en geme- se recomienda tomar muestra de ambos fetos, por razones
los dicigotos. La posibilidad de concordancia en el defecto obvias en los bicoriales y por la existencia poco frecuente
sólo se da en el 20% de los casos. La explicación a esto de discordancia de cariotipo en los monocoriales (Rochon
último está dada por una división desigual del cigoto o por & Stone, 2003).
mutaciones posteriores a ella (Muñoz & Urzúa, 2003; Ni-
Los informes de riesgo de pérdida del embarazo ge-
colaides & Falcón, 2004; Cleary-Goldman y cois., 2005).
melar luego de una amniocentesis genética, señalan una
El diagnóstico ecográfico en los embarazos múltiples cifra superior que en gestación única, que además au-
sigue los mismos criterios que para la gestación única, con mentaría a mayor número de fetos. Una publicación que
la salvedad ya descrita de precisar la corionicidad en el agrupa 476 embarazos gemelares y 489 únicos, someti-
primer trimestre. En la ecografía realizada entre la semana dos a amniocentesis, compara el rango de pérdida fetal
11 y 14 también se deben evaluar los marcadores de aneu- en el primer mes posprocedimiento y señala el 2,8% para
ploidía habituales. La determinación de riesgo se puede gemelos y el 0,6% para embarazo único (Yukobowich y
llevar a cabo combinando la edad materna con la medición cois., 2001). En comparación, la biopsia de vellosidades
de translucencia nucal (TN). En los gemelos bicoriales el coriales reporta un riesgo de pérdida fetal similar al descri-
riesgo para cada feto se calcula por separado y se logra to para gestación única, pero con una posibilidad de error
una detección de entre el 75% y el 80% de los casos de en la muestra superior a la amniocentesis, dada por la
trisomía 21 con el 5% de falsos positivos por feto, cifras existencia de mosaicismo placentario, que si está presente
similares a las informadas para embarazo único (Sebire y obliga a realizar una amniocentesis confirmatoria (Rochon
cois., 1996). En los gemelos monocoriales, la media entre & Stone, 2003).
ambos fetos se calcula dando un riesgo global en base a la
edad materna y la TN, pero los falsos positivos aumentan Complicaciones maternas
al 8% por feto. Inicialmente se supuso que la explicación
a este hecho estaba dada porque la TN aumentaría en los El embarazo gemelar y múltiple tiene morbimortalidad ma-
casos que iban a desarrollar un síndrome de transfusión terna aumentada, hecho independiente de la corionicidad,
feto-fetal (Sebire y cois., 2000), situación que está en dis- pero dependiente del número de fetos, y en especial del
cusión actualmente (Sperling y cois., 2006; Casasbuenas síndrome hipertensivo del embarazo. Los cambios fisio-
y cois., 2008). lógicos son más marcados que en una gestación única,
además de que la expansión de volumen plasmático y la
Posteriormente se debe realizar el examen morfológico
vasodilatación sistémica es mayor. Esto es especialmente
de segundo trimestre (20 a 24 semanas), destinado al
importante por el riesgo de edema pulmonar agudo en pa-
hallazgo de malformaciones fetales y de marcadores de
cientes cardiópatas o frente al uso de betamiméticos como
enfermedades cromosómicas. La literatura respecto de
agente tocolítico, lo que ocurre con frecuencia, puesto que
la sensibilidad ecográfica en el diagnóstico de anomalías
el principal riesgo del embarazo múltiple es el parto prema-
congénitas en el embarazo múltiple es escasa y con series
turo (Rao y cois., 2004).
pequeñas, pero el rango de detección es mayor que el infor-
mado para gestación única (Grandjean y cois., 1999; Gon- La situación descrita previamente lleva además a una
zález y cois., 1999), probablemente porque los embarazos hemodilución mayor, por lo que la prevalencia de anemia
múltiples son enviados a centros terciarios con mayor expe- es el doble que en embarazo único (Spellacy y cois., 1990).

750
Capítulo 37 Embarazo gemelar y múltiple

El desarrollo de preeclampsia es significativamente ma- La prevención de parto prematuro se inicia con la


yor que en gestación única, se presenta más precozmen- educación a la paciente para que consulte precozmente
te y es de mayor severidad. Las cifras informadas van del ante el inicio de síntomas. Sin embargo, dentro de las
10% al 20% en gemelos, del 25% al 50% en triples y en estrategias que se han planteado para la detección de pa-
prácticamente todos los embarazos de alto orden (Kovacs y cientes en riesgo, ninguna ha disminuido la incidencia de
cois., 1989; Elliot & Radin, 1992; Devine y cois., 2001). la enfermedad en gestación múltiple, sino que sólo han
El desprendimiento prematuro de placenta normoinserta en servido para preparar a los fetos ante un eventual parto
los casos de gestación múltiple asociados a preeclampsia prematuro, es decir, para la administración de tocolíticos
puede llegar hasta el 5% (Sibai y cois., 2000). y corticoides.
Desde el punto de vista digestivo, hay una incidencia Entre los puntos a destacar está la medición de longi-
aumentada de hiperemesis gravídica, que se reporta hasta tud cervical mediante ultrasonografía transvaginal. Des-
en el 50% de los casos. Además, la gestación gemelar es de hace más de diez años que existe evidencia de que
un factor de riesgo independiente para presentar hígado el punto de corte para definir embarazos gemelares, en
graso agudo, complicación de baja frecuencia pero de alta riesgo de parto antes de las 32 semanas, es una longitud
mortalidad materna. Se informa que hasta el 25% de los cervical menor a 25 mm medida a las 23 ó 24 semanas
casos de hígado graso agudo ocurre en relación a la geme- de gestación (Goldenberg y cois., 1996; Sperling y cois.,
laridad (Rao y cois., 2004). 2005).
Otra complicación que se debe prevenir por su alta fre- El cerclaje profiláctico en pacientes con cuello acortado
cuencia es la hemorragia posparto, dada tanto por la difi- no ha sido útil para prolongar el embarazo ni para mejorar
cultad en la retracción del útero sobredistendido como por la morbimortalidad en las gestaciones gemelares o múlti-
la elevada tasa de cesáreas de los embarazos mútliples. ples (Lipitz y cois., 1989; Newman y cois., 2002). Incluso,
El manejo de la inercia o atonía uterina sigue la misma un estudio reporta un aumento de parto prematuro en el
secuencia que para embarazo único. grupo sometido a cerclaje (Berghella y cois., 2005), que
sólo estaría indicado en pacientes con historia evidente de
Aunque no se ha informado una mayor incidencia de
incompetencia cervical (Malone & D'Alton, 2004).
diabetes gestacional ni pielonefritis en este tipo de gesta-
ciones, deben ser buscadas rutinariamente en el control El uso de 17 alfa hidroxiprogesterona caproato, ac-
prenatal habitual (Spellacy y cois., 1990). tualmente aceptado como un modo de reducir el parto de
pretérmino en el embarazo único, tampoco ha demostrado
utilidad en la gestación múltiple. Un estudio reciente ran-
Parto prematuro domizado, doble ciego, controlado y multicéntrico que in-
El 50% de los embarazos dobles, más del 80% de los cluyó 660 pacientes que recibieron progesterona desde las
triples, y la totalidad de las gestaciones múltiples de alto 16 semanas, mostró el 41% y el 37% de partos antes de
orden, tendrán un parto prematuro, por lo que se dice que las 35 semanas para el grupo en estudio y el grupo control,
esta es la complicación más frecuente del embarazo múl- respectivamente (Rouse y cois., 2007).
tiple y la causa principal de su elevada morbimortalidad Tampoco se ha demostrado una disminución de parto
perinatal. La duración promedio del embarazo gemelar es prematuro con protocolos de reposo a contar del segundo
de 36 semanas, la del triple de 33 semanas y de 31 sema- trimestre o de monitorización domiciliaria de actividad ute-
nas para los cuádruples (Petrikovsky & Vintzileos, 1989; rina en los embarazos múltiples.
Minakami & Sato, 1996; Devine & cois., 2001).
Si una paciente ingresa en trabajo de parto prematuro,
En un estudio en que se evaluó cómo identificar ries- se debe intentar tocólisis hasta completar los corticoides.
go de parto prematuro en 383 embarazos gemelares, se Se debe evitar el uso de betamiméticos por el riesgo de
informó el 2,3% de partos prematuros espontáneos antes edema pulmonar agudo en combinación con la hidratación
de las 28 semanas, con el 1,5% para bicoriales y el 9,1% parenteral y los corticoides, que puede ocurrir hasta en el
para monocoriales y el 18,5% de partos antes de las 35 20% de las pacientes (Rao y cois., 2004). Dentro de las
semanas, con el 17,1% para bicoriales y el 29,5% para opciones terapéuticas, está la administración de nifedipino
monocoriales (Sperling y cois., 2005). Otro estudio, que y atosiban. El uso de indometacina es una opción en gesta-
incluyó 236 embarazos dobles también informó una di- ciones menores de treinta semanas. Las dosis son similares
ferencia en prematurez antes de las 32 semanas según la a las indicadas en embarazo único; lo mismo ocurre que
corionicidad, que fue del 14% para monocoriales y del 8% para la administración de corticoides, con los que no se ha
para bicoriales. Destaca el hecho de que los gemelos mo- demostrado utilidad en dar dosis mayores, como tampoco
nocoriales sin patología se comportaron de manera similar su uso profiláctico y repetido a contar de la viabilidad fetal
a los bicoriales, con parto a las 35 semanas en promedio (Murphyy cois., 2002).
(Acosta-Rojas y cois., 2007).

751
OBSTETRICIA

La administración ambulatoria y por largos períodos de con unidad fetoplacentaria indemne. Pero también puede
tocolíticos tampoco ha reducido el parto prematuro en ges- haber RCIU -que tiene una implicancia y riesgos pareci-
tación múltiple. dos a los de la gestación única- donde es posible predecir
una secuencia de deterioro con seguimiento ecográfico, con
Doppler y con pruebas clásicas de bienestar fetal. En base
Restricción de crecimiento intrauterino, a esos resultados se debe definir el mejor momento para
gemelos discordantes y restricción proceder a la interrupción del embarazo según el compro-
selectiva del crecimiento fetal miso del gemelo más afectado, lo que en ocasiones implica
un riesgo derivado de prematurez para el gemelo con cre-
La definición operativa más aceptada de restricción de cre- cimiento normal. La principal causa de RCIU en gemelos
cimiento intrauterino (RCIU) está dada por los recién na- bicenales es la insuficiencia placentaria; además, cumplen
cidos bajo percentil 10 para la edad gestacional. Desde el un papel las inserciones umbilicales placentarias anómalas
punto de vista práctico, durante el embarazo corresponde y la presencia de aneuploidías.
a los fetos con una estimación de peso ecográfica menor
Para los gemelos monocoriales el escenario es bastante
al percentil mencionado. Dicha definición se aplica tanto
más complejo. El fenómeno de crecimiento fetal alterado
en el embarazo único como en el múltiple. Si bien exis-
en este tipo de gestaciones ha sido profundamente estu-
ten curvas de crecimiento fetal para embarazo gemelar, la
diado en los últimos años. Los gemelos monocoriales com-
curva de referencia recomendada es la misma que para
parten su placenta tanto anatómica como funcionalmente
embarazo único. La presencia de RCIU puede afectar a
y siempre presenta comunicaciones vasculares entre ellos.
uno o a ambos fetos y ocurre en el 25% de los embarazos
Sin embargo, el territorio placentario de cada feto puede no
dobles y en una mayor proporción de los múltiples a contar
ser equivalente y esa será la causa de RCIU. En los emba-
del tercer trimestre. El término gemelos discordantes está
razos dobles monocoriales que presentan esta patología se
actualmente en desuso, pero refiere a la existencia de una
ha reportado un riesgo significativamente mayor que en los
diferencia de peso entre ambos fetos mayor al 20% o al
bicoriales para muerte fetal y daño neurológico con uno o
25% en base al peso del gemelo más grande. El concepto
ambos fetos vivos. Recientemente se ha publicado que la
más reciente, llamado restricción selectiva de crecimiento
situación descrita tiene una traducción en el Doppler fetal,
intrauterino (RCIUs) alude al hallazgo de una discordancia
por lo que el uso de esta tecnología permite catalogar los
de peso interfetal mayor al 25%, en base al peso del ge-
casos de RCIU en diferentes grupos con el fin de mejorar
melo mayor sumado al gemelo pequeño creciendo bajo el
el control prenatal, conocer su pronóstico y decidir adecua-
percentil 10. Está patología ocurre en el 10% al 15% de
damente el momento de interrupción del embarazo. En la
los gemelos independientemente de su corionicidad, pero
TABLA 37-3 se resume la clasificación para RCIU selectivo
con un pronóstico significativamente peor para los mono-
en gestación gemelar monocorial y sus características (Gra-
coriales (Gratacós y cois., 2004a y b).
tacós y cois., 2007).
En términos generales, los gemelos crecen en forma si-
Así, cuando el gemelo afectado muestra Doppler umbi-
milar a los fetos únicos hasta alrededor de las treinta se-
lical normal, el resultado perinatal es similar al de gemelos
manas, cuando la curva de la circunferencia abdominal
monocoriales sin patología e interrupción del embarazo al-
comienza a aplanarse, lo que resulta en una diferencia de
rededor de las 35 semanas. Si el Doppler umbilical tiene
peso de 600 g en gemelos de término, comparados con
flujo diastólico ausente o reverso persistente, en el 90% los
gestaciones únicas (Muñoz & Urzúa, 2003).
casos se está frente a un deterioro progresivo del gemelo
La presencia de RCIU en gemelos bicoriales habitual- afectado, que sigue la secuencia clásica observada en fetos
mente corresponde a fetos constitucionalmente pequeños únicos con RCIU, para los cuales, en promedio, se decide

TABLA 37-3. Clasificación de RCIU selectivo en gemelos monocoriales según hallazgos en el Doppier y resultado peri-
natal

Tipo n Doppler Discordancia Deterioro Óbito fetal Daño neurológico Presencia de


umbilical de feto RCIU de RCIU en gemelo grande AAA > 2 mm
I 39 Normal 29% 0% 2,6% < 5% 70%
II 30 AREDF 38% 90% 0% < 5% 18%
III 65 iAREDF 36% 11,8% 15,4% 19,7% 98%

AREDF= flujo umbilical diastólico ausente o reverso continuo; iAREDF= flujo umbilical diastólico ausente o reverso intermitente; AAA
= anastomosis arterio arteriales.

752
FIGURA 37-3A Y B. Doppler umbilical correspondiente al feto pequeño de un caso de restricción selectiva de crecimiento
intrauterino en embarazo gemelar monocorial biamniótico. Se observa flujo diastólico reverso y ausente intermitente, se-
guidos de ciclos con flujo normal, que reflejan la existencia de anastomosis arterioarteriales de gran calibre.

la interrupción del embarazo a las treinta semanas. En un fetal del gemelo pequeño en el 27% de los casos y a daño
grupo de gemelos monocoriales con RCIU, que oscila entre cerebral en el gemelo grande hasta en el 36% (Gratacós y
el 20% y el 45% (Wee y cois., 2003; Gratacós y cois., cois., 2004b). El mal pronóstico se relaciona con la pre-
2004b), aparece Doppler con flujo diastólico ausente o re- sencia de anastomosis placentarias arterioarteriales de gran
verso intermitente, que consiste en el hallazgo de episodios diámetro que tienen flujo bidireccional según la gradiente
del Doppler descrito seguido de flujo normal dentro de un de presiones entre las circulaciones de ambos fetos. El ge-
mismo examen ecográfico o en exploraciones seriadas en el melo con restricción se compromete desde el punto de vista
tiempo (FIGURAS 37-3A Y B). hemodinámico y hace repetidos episodios de bradicardia e
hipotensión, que desencadenan transfusiones agudas des-
La característica de estos casos es que no hay un dete- de el gemelo de mayor peso a través de las anastomosis
rioro progresivo de las pruebas de bienestar fetal y que el descritas, con lo que durante la gestación éste también pre-
seguimiento se puede mantener estable por varias sema- senta reiteradamente fenómenos de hipotensión que final-
nas, pero el pronóstico es muy sombrío. Se asocia a muerte mente producen daño cerebral (FIGURA 37-4).

Daño neurológico Riesgo de óbito fetal

Anastomosis arterioarteriales

Hipovolemia Bradicardia
Hipotensión Hipotensión extrema

FIGURA 37-4. Fisiopatología y alteraciones características de embarazo gemelar monocorial con RCIU selectivo.
OBSTETRICIA

FIGURAS 37-5A Y B. Correlación ecográfica-patológica de anastomosis arterioarterial de gran calibre en un caso de ge-
melar monocorial con RCIU selectivo. En el Doppler se observa un gran vaso que comunica ambos cordones umbilicales
a nivel de sus inserciones placentarias. Se comprueba su presencia en la placenta al fresco.

El sustrato anatómico descrito está avalado en la litera- alta frecuencia, sin embargo, no hay concordancia respecto
tura por estudios de placenta (Hecher y cois., 1994; Nakai de su magnitud real, pues se informan cifras que van des-
y cois., 2002; Wee y cois., 2003; Gratacós y cois., 2004b) de el 20% hasta el 85%. En cambio, existe consenso en
(FIGURA 37-5A Y B). cuanto a que las consecuencias sobre el feto sobreviviente
son poco comunes (Malone & D'Alton, 2004; Graham &
El manejo clínico de los casos con Doppler umbilical
Simpson, 2004; Cleary-Goldman & D'Alton, 2004).
intermitente es un problema no resuelto en medicina pe-
rinatal, principalmente porque no es posible predecir el La ocurrencia del mismo fenómeno durante el resto del
deterioro del feto afectado para evitar un óbito y sus conse- embarazo es de una frecuencia significativamente menor,
cuencias. Por lo tanto, cuesta decidir cuál es el momento con cifras que van desde el 0,5% al 6,8% para gemelos
adecuado para el parto, de forma de balancear los riesgos y del 4% al 17% para los triples. El riesgo es significa-
intrauterinos y los de prematurez. En la actualidad se han tivamente mayor para gestaciones gemelares o múltiples
propuesto dos alternativas. La primera es tener una con- monocoriales (Cleary-Goldman & D'Alton, 2004).
ducta expectante, con seguimiento ecográfico estricto e
Las causas del óbito de un feto en un embarazo múlti-
interrupción electiva del embarazo a las 32 semanas, con
ple pueden ser las mismas que las de un embarazo único,
lo que se obtiene el 20% de mortalidad en el gemelo con
como malformaciones congénitas, aneuploidías, insuficien-
RCIU y el 17% de lesión neurológica en el gemelo de ma-
cia placentaria, anomalías del cordón umbilical, despren-
yor peso. La otra opción es la fetoscopia láser realizada en
dimiento prematuro de placenta y patologías maternas. Sin
el momento del diagnóstico de RCIU con Doppler umbili-
embargo, también puede tener que ver con enfermedades
cal intermitente, que en promedio es a las 22 semanas.
propias de la corionicidad, como el síndrome de transfusión
Esta técnica falla en el 15% de los casos, porque el diáme-
feto-fetal, la secuencia TRAP y los gemelos monoamnióti-
tro de las anastomosis hace imposible su coagulación. En
cos.
los casos exitosos no existe daño neurológico reportado,
pero hay 66% de óbito en los fetos con RCIU, porque al La principal complicación del óbito de un gemelo es
separar las circulaciones quedan con muy poco territorio la prematurez del otro (hasta el 75%) (Carlson & Towers,
placentario (Gratacós y cois., 2006). Cabe destacar que 1989), ya sea por decisión médica o por inicio del traba-
este planteamiento todavía requiere de mayor casuística jo de parto espontáneo, situación muy frecuente en estas
y de un estudio randomizado para definir cuál es la mejor circunstancias y que es independiente de la corionicidad.
opción. Sin embargo, la incidencia de secuelas es muy superior
para los monocoriales, quienes además tienen un mayor
Óbito de un gemelo riesgo de mortalidad in útero que los bicoriales, a expensas
de las patologías propias de la corionicidad y del compor-
La muerte de un gemelo durante el primer trimestre del em- tamiento específico de los fetos con RCIU (Acosta-Rojas y
barazo (gemelo evanescente) es un hecho conocido por su cois., 2007).

754
La fisiopatología del daño cerebral en el gemelo sobre- circulaciones de ambos fetos y el feticidio selectivo del ge-
viviente de un embarazo monocorial, de hasta el 40% en melo afectado mediante una oclusión de cordón umbilical,
algunas series (Graham & Simpson, 2004), se explicaría técnica efectiva para mejorar el pronóstico del otro gemelo,
porque en los momentos previos al óbito y una vez ocurrido pero que tiene sus reparos éticos (Quintero y cois., 2001;
el mismo se produce una transfusión feto-fetal aguda por Gratacós y cois., 2006).
las anastomosis placentarias desde el gemelo vivo hasta el
Respecto de las madres que presentan óbito fetal des-
obitado, lo que provoca hipotensión y anemia severa en el
pués de las veinte semanas, en embarazo único, se ha
feto sobreviviente, con el consecuente daño por isquemia
descrito que luego de cuatro a cinco semanas de ocurrido,
en diversos órganos vitales, no sólo en el cerebro. En la
si aún se mantiene el feto in útero, existe un riesgo del
literatura existe evidencia de anemia en un feto luego de la
25% de coagulación intravascular diseminada. Sin embar-
muerte de su gemelo monocorial, con hematocrito previo
go, esta patología es de muy baja frecuencia cuando ocu-
normal, lo que avala esta teoría (Fusi y cois., 1991; Nico-
rre la muerte de un feto en un embarazo múltiple, ya sea
liniy cois., 1998).
espontánea o como consecuencia de un procedimiento, y
Siguiendo esta línea, es coherente pensar que si se tra- se considera un riesgo casi anecdótico, aunque el parto del
ta la anemia fetal, el resultado del gemelo sobreviviente gemelo sobreviviente ocurra meses después. Por otra parte,
podría ser mejor. Es así como se ha intentado estimar el tampoco se han descrito casos de infecciones por la reten-
grado de compromiso del gemelo vivo con Doppler de arte- ción de un feto muerto dentro del útero en una gestación
ria cerebral media para medir la velocidad de flujo durante múltiple (Cleary-Goldman & D'Alton, 2004).
la sístole, método ampliamente avalado para el manejo de
otras causas de anemia fetal. En una serie de 20 pares de
gemelos en que ocurrió muerte fetal de uno entre las 20 y Complicaciones propias
las 34 semanas de gestación, se demostró que esta técnica de los gemelos monocoriales
no invasiva tuvo una sensibilidad del 90% para los casos
con anemia fetal luego del óbito de su hermano (Senat y Síndrome de transfusión feto-fetal (STFF)
cois., 2003), por lo que es buen método para detectar a los
fetos en riesgo y eventualmente ofrecerles terapia. El trata- El síndrome de transfusión feto-fetal es una patología
miento es una transfusión ¡ntravascular de rescate al ge- exclusiva de los embarazos gemelares monocoriales y se
melo sobreviviente mediante cordocentesis, especialmente desarrolla en el 10% al 15% de ellos. La enfermedad de-
en los casos previables y con fecha de óbito fetal reciente buta en el segundo trimestre y tiene una mortalidad para
y conocida (dentro de 24 h de ocurrido). Los resultados ambos fetos del 80% al 100% si sigue su curso natural.
descritos muestran un aumento en la sobrevida del gemelo El STFF es una de las condiciones fetales que pueden lle-
sano en comparación con esperar la evolución natural del gar a consumir más tiempo y recursos de las unidades de
embarazo, pero el riesgo de daño neurológico no tiene dife- medicina materno-fetal debido a su gravedad y a la tradi-
rencia significativa (Quarello y cois., 2008). Sin embargo, cional impotencia médica ante sus consecuencias (Duncan
los casos son todavía pocos como para hacer de esta una y cois., 1997). El conocimiento actual de su fisiopatología
conducta rutinaria, por lo que se debe evaluar de forma y la posibilidad de tratarlo con fetoscopia y coagulación de
individual a cada paciente. Lo que claramente no parece las anastomosis placentarias ha cambiado radicalmente su
razonable es interrumpir un embarazo prematuramente pronóstico en los últimos años.
una vez constatado el óbito de un gemelo, ya que eso sólo
produce las complicaciones propias de la prematurez en el Criterios diagnósticos. Los criterios mencionados en
gemelo sobreviviente. textos clásicos difieren de los actuales. Así, la discordancia
de peso interfetal mayor del 20% sólo refleja una alteración
El motivo por el que no se logra un buen resultado
de crecimiento fetal por un reparto placentario desigual,
mediante transfusiones ¡ntravasculares puede ser porque
pero no la existencia de un STFF, si bien ambos fenómenos
previo a la muerte de un gemelo, el otro ya va se ha vis-
pueden ocurrir de manera simultánea. La presencia de un
to afectado en su hemodinamia, lo que generaría el daño
gemelo enganchado (stuck twin) no es patognomónica de
cerebral. Así, es imposible llegar a tiempo para tratar la
STFF, por lo que se deben evaluar diagnósticos diferencia-
enfermedad y sólo se logra aumentar la sobrevida al recu-
les de oligohidroamnios en un feto si el otro tiene líquido
perar de la anemia a un feto severamente afectado, pero
amniótico normal. La diferencia de parámetros hematológi-
en el que ya hubo daño tisular. Dentro de las opciones
cos entre ambos fetos (criterio clásico de donante anémico
terapéuticas también se ha propuesto el manejo preventivo
y receptor poliglobúlico) no se observa en todos los STFF
de las complicaciones, en especial en los casos en que se
y se puede ver en gemelos sanos o con otras patologías.
sospecha que un gemelo puede morir, por ejemplo, ante
la presencia de RCIU selectivo o de gemelos discordan- Por lo tanto, en la actualidad se consideran como cri-
tes para malformación. En esos casos se ha planteado la terios diagnósticos los siguientes (Gratacós y cois., 2003;
posibilidad de hacer una fetoscopia láser para separar las Huber & Hecher, 2004):

755
OBSTETRICIA

FIGURA 37-6. Imagen característica del gemelo receptor en el síndrome de transfusión feto-fetal. Se observa polihidro-
amnios y en el polo podálico del feto se constata la presencia de la vejiga distendida. La placenta es posterior.

• Diagnóstico acertado de corionicidad antes de las 16 • Estadio I: diferencia de líquido amniótico entre los fetos
semanas. según el criterio ya planteado.
• Diagnóstico de la enfermedad entre las 16 y 26 sema- • Estadio II: discordancia de los tamaños vesicales con
nas de embarazo. Sobre esa edad gestacional también vejiga aumentada de tamaño en el receptor y ausente en
puede iniciarse, pero su evolución es más benigna y el el donante.
soporte neonatal mejora el pronóstico.
• Estadio III: alteraciones en el Doppler, específicamente
• Feto receptor con polihidroamnios, definido como la pre- del flujo diastólico ausente o reverso en arteria umbilical
sencia de un bolsillo de líquido amniótico mayor de 8 del feto donante y/o del flujo ausente o reverso en la
cm entre las 16 y 20 semanas o de 10 cm entre las contracción atrial del ductus venoso del feto receptor.
21 y las 26 semanas, sumado a imagen de vejiga muy
• Estadio IV: hidrops fetal en cualquiera de los dos fetos.
distendida (FIGURA 37-6).
• Estadio V: muerte de uno o ambos fetos.
• Feto donante con oligohidroamnios, definido como la
presencia de un bolsillo de líquido amniótico inferior a
La mayoría de los casos termina habitualmente en la
2 cm, sin imagen vesical (vejiga colapsada) durante la
muerte de ambos fetos in útero por la grave alteración he-
mayor parte de la exploración.
modinámica que tiene esta patología; o posparto, como
consecuencia de prematurez extrema secundaria a rotura
¿.as a/íeraciones del Doppler fetal ayudan a evaluar el
prematura de membranas o parto de pretérmino desenca-
estado hemodinámico, pero tampoco son parte del diag-
denado por el polihidroamnios del feto receptor, por lo que
nóstico. De hecho, puede haber STFF con Doppler normal
en general se debe considerar que la enfermedad es progre-
cuando la enfermedad está en su inicio.
siva. Sin embargo, actualmente existen evidencias de casos
iniciales que persisten estables o mejoran espontáneamen-
Estadiaje. Para clasificar la enfermedad con fines pro-
te (O'Donoghue y cois., 2007), lo que ha cambiado el en-
nósticos, en 1999 se publicó un sistema de estadiaje del
foque terapéutico, sobre todo en el estadio I, donde existe
STFF. En ese momento se consideraba como una patología
una duda razonable entre tratar a la paciente de inmediato
evolutiva que inevitablemente empeoraría; por eso esta cla-
o esperar con vigilancia estricta la evolución, considerando
sificación se divide en cinco estadios progresivos, donde
lo invasivo de la terapia. Por otra parte, resulta paradojal
cada uno incluye el anterior (Quintero y cois., 1999):
que este estadio no incluya el criterio diagnóstico referido

756
3 la diferencia en tamaño vesical; esto hace pensar que la una hipovolemia mantenida, con redistribución de flujo, falla
sola discordancia de líquido amniótico entre los fetos tam- renal y graves alteraciones hormonales, que también llevan
bién puede verse en otras patologías (Huber y cois., 2006). s la muerte fetal (Hecher y cois., 1995) (FIGURA 37-7).

Fisiopatología. Las anastomosis vasculares feto-


Tratamiento. Para tratar esta enfermedad se han idea-
fetales constituyen la base anatómica para el desarrollo
do múltiples métodos, sin embargo, las únicas terapias
de transfusión feto-fetal. Sin embargo, la existencia de
que han demostrado un impacto sobre el pronóstico fetal
comunicaciones interfetales, y por tanto, de transfusión
son el amniodrenaje agresivo seriado y la fetoscopia con
bilateral, se da en el 95% al 98% de las placentas mo-
coagulación láser de las anastomosis placentarias. La evi-
nocoriales, pero la enfermedad no se desarrolla en todos
dencia actual, en base a un trabajo prospectivo randomi-
ellos. Las anastomosis pueden ser arterioarteriales (AA),
zado (Senat y cois., 2004), es claramente favorable para
venovenosas (VV), o de un tipo más complejo, llamado
la segunda opción, pero, desde un punto de vista práctico,
anastomosis arteriovenosa (AV). De hecho, ésta no es
ambos tratamientos mejoran significativamente el pronós-
realmente una anastomosis anatómica, sino funcional. Se
tico respecto de la evolución natural de la enfermedad y,
trata de un cotiledón compartido que es perfundido por
desafortunadamente, la mejor de ellas (fetoscopia) es poco
una arteria procedente de uno de los fetos, pero drenado
accesible tanto por costo como por el largo entrenamiento
por una vena del feto contralateral. En el 10% al 15% de
que requiere para aprenderla y tener resultados exitosos
los gemelos monocoriales la distribución en el tipo, núme-
(De Lia y cois., 1999).
ro y tamaño de las anastomosis entre ambos conduce a
un desequilibrio en la transfusión de sangre que produce El amniodrenaje es un tratamiento sintomático desti-
el STFF. Este es el evento inicial y es muy posible que una nado a tratar el polihidroamnios, pero no termina con la
vez iniciada la enfermedad, tanto el feto donante como el causa de la enfermedad. Con este procedimiento es posible
receptor entren en un círculo vicioso que implica, además prolongar el embarazo hasta edades gestacionales de mejor
de la alteración hemodinámica, la secreción de sustancias pronóstico, evitando un parto prematuro por sobredisten-
vasoactivas y cambios en la regulación del balance hídrico, sión uterina, pero su desventaja es que reporta una tasa
provocando incluso un daño histológico en los ríñones del de secuelas neurológicas en los sobrevivientes tres a cuatro
feto donante y en el corazón del receptor (Van Gemert y veces mayor que en los tratados con fetoscopia, situación
cois., 2001). esperable, considerando que el mecanismo de la enferme-
dad persiste y se mantiene el estado de hiperhipovolemia
Desde el punto de vista hemodinámico, la consecuencia
ya comentado, que es el responsable de los daños tisulares
de la transfusión desequilibrada es un estado de hipervo-
fetales.
lemia en el receptor que es inicialmente compensada con
poliuria (origen del polihidroamnios), para luego terminar La técnica consiste en realizar una punción bajo visión
en insuficiencia cardíaca manifestada como hidrops fetal y ecográfica con aguja de amniocentesis en el saco del ge-
finalmente óbito fetal. El gemelo donante, por su parte, tiene melo receptor y evacuar todo el líquido amniótico necesario

Donante Receptor
Transfusión crónica desequilibrada

Oliguria Poliuria
Oligohidroamnios Polihidroamnios
Stuck twin Hidrops
Hipovolemia Hipervolemia

Anastomosis arterioarteriales

FIGURA 37-7. Fisiopatología y alteraciones clínicas características del síndrome de transfusión feto-fetal.

757
OBSTETRICIA

para dejar una cantidad normal, definida como un bolsillo acompañan de una serie de cambios hemodinámicos da-
vertical menor a 8 cm. El amniodrenaje de grandes vo- dos por la interrupción de la transfusión y que se pueden
lúmenes de líquido, ya sea para esta u otras patologías, evaluar con Doppler fetal de manera temprana luego de la
conlleva un riesgo del 1,5% de desprendimiento prematu- terapia (Gratacós, 2003a).
ro de placenta (Leung y cois., 2004). Se ha descrito una
sobrevida del 50% al 60% para ambos fetos, del 50% al La técnica quirúrgica ha variado a lo largo de los años.
60% para al menos uno y mortalidad de ambos en el 30% En un comienzo se hacía con laparotomía, luego con en-
al 40%. Como la enfermedad persiste, lo habitual es repetir doscopia (De Lia y cois., 1990) y actualmente de manera
el procedimiento, si bien hay casos reportados de mejoría percutánea, con un solo punto de entrada utilizando un
con una sola punción. Con ello se logra llegar a una edad fetoscopio de 2 mm a 3 mm de diámetro y una camisa de
gestacional promedio de parto de 29 a 30 semanas, con doble canal para introducir la fibra láser, que mide entre
el 14% al 27% de fetos sobrevivientes con lesión cerebral 400 y 600 jum. Se utiliza un generador Nd:YAG láser y la
demostrada (Hecher y cois., 1999; Dickinson & Evans, potencia de disparo (entre 30 y 50 Watts) se define según
2000, Mari y cois., 2001; Senat y cois., 2004). el diámetro de los vasos a coagular, que suele ser inferior a
2 mm. Aunque se ha descrito el uso de anestesia general y
El requisito para el desarrollo del STFF son las conexio- regional para realizar el procedimiento, lo más habitual es
nes vasculares interfetales. Por ello, y gracias a la fetos- la administración de anestesia local en el sitio de punción
copia, su eliminación revierte las anomalías asociadas al (FIGURA 37-8).
síndrome. Aunque más invasiva, la fetoscopia se considera
un tratamiento etiológico con mejor pronóstico perinatal. Mediante ecografía se ubica el mejor lugar de entrada
Además, tiene la ventaja de ser un procedimiento único. en el saco del gemelo receptor para llegar de manera per-
La mejoría del síndrome es rápidamente evidente en más pendicular a la placenta. En los casos de placenta posterior
del 95% de los casos, lo que no significa una sobrevida de es sencillo lograr un buen ángulo de trabajo, mientras que
esa magnitud, ya que hay otros factores que influyen sobre para las anteriores se puede usar instrumental curvo. Una
el resultado final, como el riesgo de rotura de membranas vez dentro, se ubica el ecuador placentario (lugar donde se
o una distribución placentaria desigual, que lleva al óbito juntan las circulaciones de ambos fetos), que no siempre
de alguno de los fetos. Los signos ecográficos de éxito tera- corresponde a la membrana interfetal. Luego se identifi-
péutico están dados por la aparición de imagen vesical en can las comunicaciones vasculares y se coagulan todas.
el donante, con normalización del líquido amniótico junto Posteriormente se efectúa un amniodrenaje con el criterio
a la disminución del tamaño de la vejiga del receptor y sin descrito, de forma de disminuir la sobredistensión uterina
reacumulación de líquido en su saco. Estos fenómenos se (FIGURAS37-9AYB).

FIGURA 37-8. Instrumental utilizado en el Hospital Clínico de la Pontificia Universidad Católica de Chile para la realiza-
ción de fetoscopia con coagulación láser de anastomosis placentarias en casos de síndrome de transfusión feto-fetal. Se
observa la óptica con cabezal remoto, que permite mayor maniobrabilidad, y la camisa (3 mm de diámetro) con doble
canal por donde se introduce la óptica y la fibra láser.

758
Los resu ltados pu blicados ya su pera n los 1 ,000 casos 65% (entre el 50% y el 7 0% para ambos fetos, entre el
tratados, por lo q ue no Se conside ra una tera pia experimen- 70% y el 93% para al menos uno y morta lidad de a m bos
ta l. Con ella se logra u na sobrevida globa I a proximada del entre el 15% y el 20%)

. , ' , h{asz&"rz *rzú"q*tuL&T*h*m ú* z:áT3.& 'mvz.ar;Er*rrzqssxru ap"'q*r4{}rv#ffit}%ffi {:ya EJi3 {#"Hd.J u"3* r;ívryúy{313í3{: tftq: É-rnsztutmv;e#ez l'*-t *^
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' , ,i: :, I , - r., Placenta tratada con técnica de Ciafanización. Corresponde a una paciente con sínclrq:¡ne de transfusión
feto-fetal tratado a las l8 semanas ele gestación con fefoscopia iáser. Se tiñeron lt¡s ferritorios placentarios de ambos
fetos con diferentes colorantes y se obsenza la Civisién exitcsa en el ecuador vascular. La paeiente fue operada en el
Ilospital Ctínico de la pontificia Universidad Católica de Chile y resolvió su parto en el Ílospital Dr. Siitero del Río a las
35 sema¡ras. Ambos gemelos están vivos y sin secuelas.
OBSTETRICIA

La tasa de lesión neurológica neonatal es del alrededor El mecanismo que produce las alteraciones manifesta-
del 5%. Dentro de las complicaciones se ha descrito rotura das en el Doppler es muy diferente en esta patología res-
prematura de membranas, hemorragia corial, corioamnio- pecto del ejemplo clásico de la restricción de crecimiento
nitis y parto prematuro; aun así, el resultado final es supe- intrauterino, donde habitualmente hay un deterioro secuen-
rior al amniodrenaje y debe considerarse como la terapia de cial que se inicia en el Doppler umbilical, sigue en la arteria
elección para esta enfermedad (Ville y cois., 1998; Hecker cerebral media y termina en los vasos venosos. Los fetos
y cois., 2000; Gratacós y cois., 2003a; Quintero y cois., receptores, a contar del estadio III, presentan manifestacio-
2003; Senat y cois., 2004; Yamamoto & Ville, 2007). nes de disfunción cardíaca, entre ellas, alteraciones seve-
ras del ductus venoso, con aumento de su pulsatilidad y
Utilidad del Doppler en el seguimiento del STFF. ausencia o reversión del flujo en la contracción atrial; esto
La ecografía y la tecnología Doppler han hecho posible co- repercute hasta la vena umbilical, donde aparecen pulsa-
nocer bien todos los eventos hemodinámicos fisiológicos ciones evidentes y su curva de Doppler toma una morfolo-
y patológicos de la vida fetal. Si bien el Doppler no juega gía similar al ductus venoso en condiciones de normalidad.
un rol en el diagnóstico del STFF, es una herramienta fun- Estos hallazgos son una manifestación de la insuficiencia
damental para clasificar cada caso inicialmente y hacer cardíaca que presentan estos fetos. Por otra parte, es muy
el seguimiento de los fetos afectados, permitiendo eva- infrecuente que antes de la cirugía el Doppler umbilical esté
luar el éxito o fracaso de la terapia usada de manera muy alterado, ya que no hay un problema de resistencia placen-
precoz. taria (Becker, 2004).
La característica principal del STFF es un gran desequi- , Desde el punto de vista cardíaco propiamente tal, el
librio hemodinámico entre ambos fetos, lo que lo convierte 40% de los receptores presenta una relación cardiotorá-
en una patología ideal para ser estudiada con la ultrasono- cica aumentada que se manifiesta en cardiomegalia tanto
grafía Doppler, pues nos permite, entre otras cosas: por hipertrofia miocárdica como por dilatación de las ca-
vidades, que además se constata al medir el grosor de las
• Clasificar los casos por estadios.
paredes ventriculares libres y el tabique interventricular. La
• Determinar el flujo umbilical para cada feto, reflejo de manifestación final de todas estas alteraciones es el hidrops
la volemia fetal, lo que permite estimar la severidad del fetal (estadio IV) y la muerte fetal (estadio V) (Fesslova y
desbalance interfetal. cois., 1998).
• Ver la evolución postratamiento en base a los cambios Una vez realizada la fetoscopia, hay parámetros que
en los flujos de los diferentes territorios fetales, situación cambian rápidamente (algunas veces en las primeras 24
de especial importancia en los casos tratados con fetos- h), antes de que se vean los cambios en la vejiga y el líqui-
copia, ya que nos permite dar un pronóstico postopera- do amniótico; son indicadores claros de éxito terapéutico.
torio. Los comportamientos más característicos son disminución
significativa del índice de pulsatilidad (IP) del ductus veno-
• Evaluar la función cardíaca fetal, específicamente en el
so, desaparición de la pulsatilidad en la vena umbilical y de
gemelo receptor, en quien rápidamente revierten los sig-
la regurgitación tricuspídea. La cardiomegalia suele man-
nos de insuficiencia cardíaca anteriores a la terapia.
tenerse durante el resto del embarazo (Gratacós, 2003b;
Becker, 2004).
Desde el punto de vista hemodinámico y de un modelo
clásico del STFF, los hallazgos que se observan concuerdan El perfil hemodinámico del donante es diferente y sólo
con la fisiopatología del síndrome. en estadios terminales, cercano al óbito fetal, presenta las
alteraciones ecocardiográficas descritas. Como ya se men-
El feto receptor presenta un flujo umbilical total signi- cionó, está en un estado de hipovolemia que se demuestra
ficativamente mayor que el del donante, lo que refleja su por una disminución significativa del flujo umbilical total
estado de hipervolemia. La técnica para estimar flujo um- respecto del receptor y también en relación a fetos sanos.
bilical ya ha sido validada (Lees y cois., 1999) y se puede Tal vez la alteración más característica y fácil de ver en
realizar en gemelos con un ecógrafo que tenga Doppler estos fetos es un aumento del IP de arteria umbilical, lle-
pulsado. En un seguimiento prospectivo de 48 casos de gando a presentar flujo diastólico ausente o reverso, situa-
STFF y 11 controles de gemelos monocoriales normales, a ción que no se corresponde con el fenómeno observado en
igual edad gestacional, se demostró una diferencia de flujo la restricción de crecimiento fetal, sino con la hipovolemia
umbilical total del 32% al 48% entre los receptores y los mencionada. Una prueba de ello es la notable mejoría de
donantes y del 13% entre las parejas de gemelos controles, este parámetro muchas veces a las pocas horas de inte-
lo que refleja la situación ya descrita de la condición de rrumpida la transfusión con el láser (Hecher y cois., 1995;
hiperhipovolemia entre receptor y donante (Becker y cois., Gratacós, 2003; Becker, 2004). Desde el punto de vista
2006). anatómico, en ocasiones es posible constatar ríñones hipe-

760
recógemeos, lo que habla de daño histológico secundario con su historia natural; la ecografía Doppler ha permitido
a la mala perfusión por la redistribución de flujo, cuyo sus- conocer su fisiopatología y controlar la patología una vez
trato anatómico se comprueba por la presencia de lesiones tratada.
tubulares observadas en autopsias fetales. Los fetos que
presentan este fenómeno, luego de la fetoscopia mejoran Secuencia TRAP
sus parámetros Doppler, pero se demoran más en recupe-
rar líquido amniótico (10 a 15 días versus 2 a 3 días, que La secuencia TRAP, o perfusión arterial retrógada en
suele ser lo habitual). gemelos, también conocida como gemelo acardio, es una
complicación que se observa en 1 de cada 40.000 emba-
Debido a la hipervolemia relativa a la que se ve enfren-
razos o en el 1% de los gemelos monocoriales. Su impor-
tado el feto mientras intenta adecuarse a su nuevo estado
tancia radica en el pésimo pronóstico, a pesar de su baja
hemodinámico una vez interrumpida la transfusión, en el
incidencia y de las posibilidades de éxito con tratamiento
postoperatorio los hallazgos arrojan insuficiencia cardíaca
prenatal. Un tercio de los casos es monocorial monoam-
transitoria, que puede durar hasta una semana, pero que no
níótico y dos tercios monocoriales biamnióticos (Sebire y
tiene valor pronóstico a largo plazo. Esto porque, de manera
cois., 2006).
similar a la descrita para los receptores (en el preoperato-
rio), tanto en la cava como en ductus venoso se alteran los La enfermedad consiste en que un feto, llamado gemelo
flujos venosos. En una proporción no despreciable (25%), bomba, perfunde al otro, llamado gemelo acardio, por una
los donantes desarrollan un hidrops fetal transitorio. Como gran anastomosis placentaria arterioarterial, entregándole
se trata de un fenómeno que no es permanente, estos fetos sangre pobremente oxigenada desde los inicios de la ges-
no presentan cardiomegalia (Gratacós y cois., 2002). tación, lo que impide su desarrollo adecuado, en especial
del hemicuerpo superior, por lo que además de no tener
En teoría, la muerte de un gemelo luego de la cirugía no
corazón, suele no desarrollar extremidades superiores ni
debería afectar al sobreviviente, considerando que ya no
cabeza, si bien existe un espectro amplio de formas de pre-
comparte la placenta con su hermano.
sentación del gemelo acardio.
Se consideran como signos de mal pronóstico en el se-
Se ha postulado que la génesis del problema podría es-
guimiento postoperatorio los siguientes hallazgos (Grata-
tar en la alteración primaria de la embriogénesis, en espe-
cós, 2003b¡ Zikulnigycols., 1999):
cial del corazón. En el estudio de la placenta es habitual
• Persistencia de hidrops fetal y parámetros de insuficien- encontrar las inserciones de los cordones umbilicales muy
cia cardíaca en el receptor. cercanas entre sí y siempre se observa la comunicación
arterioarterial descrita, además de una venovenosa, ambas
• Persistencia de Doppler umbilical alterado en el donante superficiales.
o alteración de éste en el receptor luego de la cirugía.
Este hallazgo refleja que el feto afectado quedó con una Debido a este fenómeno, el gemelo bomba debe per-
porción muy pequeña de placenta propia una vez dividi- fundirse a sí mismo y además al acárdico, que sobrevive
da a nivel del ecuador vascular mediante fetoscopia. En gracias a ello, pero que a la vez le genera a su hermano
la práctica, corresponde a una insuficiencia placentaria una insuficiencia cardíaca congestiva, con hidrops fetal y
no tratable que suele terminar en óbito del gemelo afec- polihidroamnios, lo que suele finalizar en parto prematuro
tado antes de 24 a 48 h. u óbito del feto bomba.

• Persistencia de hidrops fetal en el donante durante el El diagnóstico ecográfico se basa en la visión de un


postoperatorio (supuestamente iniciado por la hipervole- feto con anatomía normal y biometría acorde desde eta-
mia relativa ya mencionada). Es extremadamente poco pas tempranas de la gestación acompañado de otro feto
común, pero siempre es fatal. severamente malformado donde habitualmente se recono-
cen extremidades inferiores, muchas veces defectuosas,
El estado hemodinámico fetal descrito también es el con algún esbozo de columna; en el polo superior suelen
punto de partida en los casos que se tratan con amniodre- observarse grandes imágenes quísticas, pero no es posible
reconocer polo cefálico ni corazón. En ocasiones sólo se
naje. Sin embargo, existe evidencia reciente que muestra
que luego de extraer líquido amniótico no se observa la observa una masa heterogénea, donde no es posible identi-
mejoría de los parámetros Doppler descrita con el uso de ficar partes fetales. En todos los casos se distingue un vaso
fetoscopia láser. Esto parece razonable, puesto que como central que corresponde a la entrada del cordón umbilical,
el mecanismo de la enfermedad persiste, nuevamente se cuyo flujo es fácilmente medible con Doppler color, que
reacumula líquido en el receptor, con lo que se mantiene el además ayuda a certificar la enfermedad (Aggarwal y cois.,
desbalance hemodinámico inicial (Becker y cois., 2006). 2002). Dentro de los diagnósticos diferenciales se ha des-
crito la presencia de gemelos discordantes para malforma-
En resumen, el STFF es una enfermedad grave, actual- ción con uno portador de anencefalia y el aborto retenido
mente tratable y con resultados aceptables en comparación de un gemelo.

761
OBSTETRICIA

La evolución espontánea de la patología informa el 59% (Rodis y cois., 1987) debido a una elevada tasa de parto
de sobrevida del gemelo bomba, con el 80% de partos prematuro, a malformaciones congénitas y a muerte fetal
prematuros (Sebire y cois., 2006). Se han intentado esta- atribuida a accidentes por entrecruzamiento de cordones
blecer factores pronósticos para definir qué casos deben ir umbilicales. Series más recientes han reportado un pronós-
a terapia fetal. Entre ellos se ha mencionado el compromiso tico perinatal mejor, con mortalidad de 100 a 200 por cada
hemodinámico del feto bomba, la relación de tamaño en- 1.000 nacidos vivos, lo que no deja de ser preocupante
tre ambos gemelos y el crecimiento progresivo del gemelo (Alien y cois., 2001). Su génesis se encuentra en la divi-
acardio. sión del cigoto en los días noveno a duodécimo posfecun-
dación, por lo que ambos gemelos comparten los anexos
Las indicaciones de tratamiento in útero son las siguien-
ovulares.
tes (Wong & Sepúlveda, 2005):
El diagnóstico se realiza por ecografía. La primera sospe-
• Compromiso hemodinámico del gemelo bomba, ya sea
cha se puede tener entre la séptima y novena semana por
por hallazgo de hidrops fetal o por alteración de pará-
la observación de dos embriones con un solo saco vitelino,
metros ecocardiográficos y de Doppler fetal acordes con
que se confirma posteriormente si en dos o más exáme-
insuficiencia cardíaca.
nes no se logra identificar membrana amniótica, si hay una
• Relación de tamaño entre ambos fetos. Tradicionalmen- sola masa placentaria y si los fetos son del mismo sexo y
te se ha expresado como la relación entre la estimación se mueven libremente, distinciones que permiten realizar
de peso del gemelo acardio y del feto bomba, reportán- diagnóstico diferencial de gemelos fusionados o stuck twin,
dose que si es mayor al 70% ocurre parto prematuro en característico del STFF (Sepúlveda y cois., 1999; Higueras
el 90% de los casos e insuficiencia cardíaca en el 30%. & Becker, 2004). Por último, la visión ecográfica de entre-
Sin embargo, estimar el peso del gemelo acardio es poco lazamiento de cordones se puede obtener desde la décima
preciso y no es muy útil para la toma de decisiones. semana con Doppler color, cuya ocurrencia ha reportado en
Recientemente se ha postulado que sería más ventajoso entre el 70% y el 100% de los gemelos monoamnióticos.
medir la relación entre la circunferencia abdominal (CA) Con todos estos elementos se logra una certeza diagnóstica
de ambos fetos, puesto que técnicamente es más repro- cercana al 100% en manos de operadores experimentados
ducible. Se considera signo de mal pronóstico cuando el (Arabinycols., 1999; Rodis y cois., 1997).
parámetro en el feto acardio es igual o mayor al 50% del
El manejo de este tipo de gestaciones es controversial
gemelo bomba.
tanto en el esquema de vigilancia antenatal como en la
decisión del momento de la interrupción del embarazo. La
La terapia fetal incluye dos formas de tratamiento:
ecografía sirve para evaluar el crecimiento fetal y también
• Oclusión del cordón umbilical del gemelo acardio, ya para observar el entrecruzamiento de los cordones, pero
sea guiado por ecografía o con visión directa por fetos- es de poca utilidad para predecir accidentes secundarios a
copia. este hecho. Si bien no existe un método ideal para vigilar
a estos gemelos, la mayoría de los protocolos proponen el
• Oclusión intrafetal del vaso principal del gemelo acardio,
uso de registro basal no estresante seriado; así, si presenta
que incluye ablación por radiofrecuencia, alcoholización
un patrón sugerente de compresión de cordón umbilical,
del vaso, uso de láser intersticial y coagulación con mo-
se debe pensar en una interrupción pronta de la gestación
nopolar.
por el riesgo de muerte fetal, siempre considerando la edad
gestacional. La literatura informa que la mortalidad fetal se
Como esta patología es poco común, no hay grandes eleva a contar de las 32 semanas, por lo que algunos au-
series publicadas, pero una revisión reciente de la literatura
tores han planteado la interrupción electiva del embarazo a
que analizó un total de 89 casos, concluyó que en prome-
esa edad gestacional luego de administrar corticoides para
dio el tratamiento in útero aumenta la sobrevida espontá-
inducción de madurez fetal, pero también se ha propuesto
nea del feto bomba hasta el 75%, en comparación con el
llegar a las 34 semanas de embarazo con la paciente hos-
60% reportado para evolución espontánea de la enferme-
pitalizada y con vigilancia antenatal diaria (Shveiky y cois.,
dad. Las técnicas de elección deberían ser las que permiten 2004). Además de mantener una conducta expectante,
ia oclusión intrafetal del vaso en el acardio, con lo que se también se ha recomendado el uso de antiinflamatorios no
logra el 78% de sobrevida del gemelo bomba (Sebire y esferoidales entre las 24 y 29 semanas, con el objeto de
cois., 2006).
reducir la cantidad de líquido amniótico, con lo que dismi-
nuirían los movimientos fetales y así el riesgo de accidentes
Gemelos monoamnióticos de cordón. Como no ha tenido resultados concluyentes y
porque la casuística publicada es aún pequeña, esta tera-
Los gemelos monoamnióticos corresponden al 1% de pia debe considerarse experimental (Peek y cois., 1997;
los gemelos monocigotos y se ha reportado que tienen Sebire y cois., 2000).
una mortalidad perinatal de 500 por 1.000 nacidos vivos

762
Capítulo 37 | Embarazo gemelar y múltiple

Respecto de la vía de parto, si bien hay series antiguas res pronósticos que permiten proponer una eventual cirugía
en que se realizó parto vaginal en el 70% de los casos, con buen resultado son la presencia de corazones separa-
actualmente los gemelos monoamnióticos se consideran dos, la ausencia de malformaciones congénitas asociadas
como una indicación de operación cesárea electiva entre y no compartir estructuras óseas importantes (Mackenzie
las 32 y 34 semanas (Malone & D'Alton, 2004). y cois., 2002).

Gemelos fusionados o siameses Control del embarazo múltiple


Los siameses son gemelos monocigotos cuya división se El riesgo de muerte perinatal y de secuelas neurológicas es
lleva a cabo luego del duodécimo día posfecundación, que mayor en las gestaciones monocoriales. Sin embargo, las
es incompleta, por lo que da origen a dos fetos con dife- bicenales tienen mayor riesgo de mal resultado perinatal
rentes grados de fusión. Su frecuencia se estima en 1 cada que los embarazos únicos (Acosta-Rojas y cois., 2007). No
50.000 partos (D'Alton & Simpson, 1995). El diagnóstico obstante, los riesgos maternos son independientes de la co-
prenatal se sospecha a contar de las diez semanas de ges- rionicidad. Foreste motivo, para efectos prácticos el control
tación por la visión de gemelos que no se separan y que en prenatal debe dividirse en materno y fetal. Una vez estable-
exámenes seriados no cambian de posición uno respecto cida la presencia de más de un feto en la cavidad uterina,
del otro, presentando la cabeza en hiperextensión. En algu- el control maternal es similar al de la gestación única hasta
nos casos tienen el cordón umbilical con más de tres vasos. las 22 a 24 semanas. En ese momento se debe solicitar
una ecografía transvaginal para medir la longitud del cue-
Los gemelos fusionados se clasifican según el sitio don-
llo uterino y establecer grupos de mayor riesgo de parto
de se unen:
prematuro. Si bien el reposo domiciliario no ha cambiado
• Toracópagos (75%). Unidos por el tórax y por la pared la evolución de los embarazos múltiples, se recomienda
abdominal superior, suelen compartir estructuras cardía- a contar de las 26 a 28 semanas, indicando abstinencia
cas, por lo que su pronóstico posnatal es malo y muchas sexual durante el tercer trimestre. Los controles deben reali-
veces están fuera de alcance quirúrgico. zarse cada 2 a 3 semanas hasta las 32 a 34 semanas, con
especial énfasis en la presencia de contracciones uterinas y
• Onfalópagos. Se consideran un subgrupo de los toracó-
cifras tensionales elevadas, por el riesgo de preeclampsia.
pagos. Son muy infrecuentes pero de buen pronóstico,
Posteriormente se recomienda control semanal.
ya que habitualmente comparten el hígado, lo que se
puede resolver quirúrgicamente. El control fetal es diferente y depende del diagnóstico
acertado de corionicidad, que si no se logra establecer, se
• Pigópagos (20%). Comparten el sacro y tienen recto y
debe controlar como si fuese un gemelar monocorial.
vejiga en común. También pueden a acceder a solución
quirúrgica. Después del primer trimestre, el objetivo en las gesta-
ciones bicoriales es descartar la restricción del crecimiento
• Isquiópagos (5%). Unidos por la pelvis. Pueden ser
fetal y el riesgo de parto prematuro; en las monocoriales se
operados, pero suelen tener compromiso severo de los
debe tratar de pesquisar la aparición de transfusión feto-fe-
últimos segmentos de la columna vertebral.
tal y RCIU selectivo de inicio precoz. En el tercer trimestre,
• Craniópagos (1%). Unidos por el cráneo. Comparten para ambos tipos de embarazo, se pretende determinar el
estructuras del encéfalo. Su pronóstico depende del gra- momento óptimo de interrupción del embarazo. Para cum-
do de fusión y de la vasculatura involucrada (Van den plir estos objetivos las pacientes deben ser controladas al
Brandy cois., 1994). menos en nivel secundario, y ojalá en nivel terciario, en
un centro que pueda resolver las patologías fetales y que
Si el embarazo sigue su curso hasta etapas viables, es cuente con una unidad neonatal acorde al alto riesgo de
fundamental realizar una excelente revisión de la anatomía prematurez de los embarazos múltiples. La herramienta
fetal para tratar de determinar qué órganos comparten, de fundamental es la ecografía, cuya utilidad se fundamenta,
manera de dar un pronóstico a los padres y de planificar en primer lugar, por el diagnóstico de corionicidad en el
una eventual cirugía de separación posnatal. De especial primer trimestre según los criterios descritos previamente.
utilidad es la ecocardiografía y la resonancia magnética,
En la ecografía de las 11 a las 14 semanas se debe con-
sobre todo en los toracópagos y onfalópagos, ya que permi-
firmar la edad gestacional y la corionicidad, para lo cual se
te evaluar con alta sensibilidad el compromiso cardíaco y
recomienda dejar constancia fotográfica de la presencia del
hepático (Mackenzie y cois., 2002).
signo lambda o T ante eventuales dudas que surjan poste-
El pronóstico de los gemelos fusionados en general es riormente durante el embarazo. Además, se debe estable-
muy pobre, con más del 80% de mortalidad ya sea en vida cer el riesgo de aneuploidía con los mismos marcadores
fetal, neonatal o por complicaciones postoperatorias. Facto- que en el embarazo único.

763
OBSTETRICIA

Si el embarazo es gemelar bicorial, la siguiente ecografía respecto, con una serie mayor de casos (1.407 embarazos
debe hacerse entre las 20 y 24 semanas para evaluar la gemelares) en un seguimiento de diez años, muestra que
anatomía fetal. Posteriormente se recomienda una ecogra- los gemelos monocoriales tienen una mayor mortalidad fe-
fía mensual para detectar restricción de crecimiento fetal. tal después de las 32 semanas que los bicoriales y que
no es predecible con los métodos habituales de evaluación
En los casos de embarazo gemelar monocorial se reco-
prenatal, por lo que se propone que se interrumpan elec-
mienda ecografía cada dos semanas, entre las 16 y 26 se-
tivamente antes de las 37 semanas (Hack y cois., 2008).
manas de gestación, siendo ésta la única forma posible de
diagnosticar a tiempo y poder ofrecer terapia en los casos En relación a la vía de parto del embarazo gemelar, es
de síndrome de transfusión feto-fetal (STFF). Además, per- un hecho que la operación cesárea ha aumentado, situa-
mite detectar inicialmente los casos de RCIU selectivo de ción que también se aplica al embarazo múltiple. Las ra-
inicio precoz. Posteriormente se debe realizar seguimiento zones que explican el incremento de este procedimiento se
cada 3 a 4 semanas para detectar alteraciones del creci- relacionan con el conocimiento más acabado de las patolo-
miento en el tercer trimestre. gías fetales que presenta el embarazo gemelar, que muchas
veces constituyen indicación médica de parto prematuro,
Las pruebas clásicas de evaluación de la unidad fetopla-
sumado a una disminución en la práctica clínica diaria de
centaria también son útiles para controlar los embarazos
la atención del parto vaginal en distocias de presentación,
múltiples. El perfil biofísico fetal y el registro basal no es-
hecho habitual en el embarazo múltiple.
tresante cumplen los mismos objetivos que en el embarazo
único, haciendo la salvedad de que en el embarazo geme- La presentación de los gemelos en un embarazo de
lar es extremadamente difícil saber con exactitud si se está tercer trimestre es cefálica-cefálica en el 40%, cefálica-no
monitorizando a uno o a ambos fetos. cefálica en el 35% y no cefálica en el primer gemelo en el
25%. Clásicamente, la recomendación de la vía de parto
El Doppler fetal ha sido ampliamente estudiado en el
ha dependido de las presentaciones fetales. Sin embargo,
embarazo múltiple y es de gran utilidad para el seguimiento
existe gran controversia respecto del riesgo de morbimor-
de patologías fetales antes y después de su tratamiento. Si
talidad del segundo gemelo en un parto vaginal, indepen-
bien lo que ve el operador en la pantalla es lo mismo que
dientemente de la presentación fetal y del primer gemelo
en un embarazo único, en ocasiones la interpretación es di-
cuando no está en cefálica. Un estudio reporta el resultado
ferente porque corresponde a fenómenos relacionados con
perinatal de 306 embarazos gemelares donde no hubo di-
anastomosis más que con insuficiencia placentaria.
ferencia significativa en mortalidad ni morbilidad neuroló-
gica en los partos vaginales tanto para el primer gemelo
Parto en embarazo gemelar en cefálica (90% parto vaginal de ambos fetos) como en
y múltiple podálica (54% parto vaginal de ambos) (Grisaru y cois.,
2000). Otro estudio, que evaluó el riesgo de mortalidad pe-
Más que la vía de parto o el manejo del trabajo de parto, riparto en 2.436 pares de gemelos nacidos después de las
lo primordial es decidir el momento adecuado de interrup- 36 semanas, demostró un riesgo absoluto de mortalidad
ción del embarazo. Así como se ha establecido que un del segundo gemelo de 1/270 para parto vaginal (Smith y
embarazo único fisiológico dura cuarenta semanas, existe cois., 2002). Una tercera publicación, con 1.542 embara-
evidencia en relación a la duración óptima de un embarazo zos gemelares sin patología, informa que el segundo geme-
gemelar "fisiológico". Un estudio que incluyó 8.150 pares lo presenta mayor morbimortalidad, pero que es indepen-
de gemelos durante diez años, demostró que el menor ries- diente del peso al nacer, de la presentación fetal y de la vía
go de muerte in útero y de síndrome de distrés respiratorio de parto (Armson y cois., 2006). Un análisis poblacional
del recién nacido se da en los partos gemelares que ocurren de 293.788 gemelares mostró que el primer gemelo tiene
entre las 37 y 38 semanas, ya sea de manera espontá- una mortalidad perinatal significativamente menor que el
nea o inducidos; por lo tanto, esa sería la edad gestacional segundo, pero los autores lo atribuyen a una mayor tasa
ideal para interrumpir electivamente un embarazo gemelar de óbito fetal y no a un problema del parto en sí, lo que
(Hartley y cois., 2001). Sin embargo, en los últimos años aumentó la controversia (Sheay y cois., 2004).
se ha publicado que los gemelos monocoriales sin patolo-
gía tienen un riesgo aumentado de muerte fetal inexplicada En resumen, el vacío de evidencia para recomendar la
después de las 34 a 35 semanas. Un estudio muestra una vía de parto en embarazos gemelares con segundo feto en
mortalidad fetal del 4,5% en 151 embarazos gemelares presentación no cefálica no está resuelta, como tampoco lo
monocoriales normales después de las 32 semanas de ges- está si ambos están en cefálica. Para resolver el problema,
tación, por lo que recomienda inducir el parto a esa edad actualmente está en curso un estudio prospectivo aleatorio
gestacional (Barigye y cois., 2005), lo que lleva a meditar multicéntrico llamado twin birth study, que pretende reclu-
seriamente sobre cuál es la ventaja de un parto prematuro tar 2.800 pacientes con embarazo gemelar con el primer
para prevenir muerte fetal, puesto que se agregan las com- feto en cefálica y ver si existe diferencia en el resultado
plicaciones de la prematurez. Una publicación reciente al perinatal, secuelas neurológicas a dos años plazo y compli-

764
Capítulo 37 Embarazo gemelar y múltiple

caciones maternas al mes posparto según se haga cesárea además de haber un incremento en el parto por cesárea del
electiva o parto vaginal. Los resultados de este estudio evi- segundo gemelo (Leung y cois., 2002).
dentemente ayudarán en la toma de decisiones.
En el parto asincrónico, que se define por la ocurrencia
Por lo tanto, actualmente las recomendaciones de vía de un aborto de segundo trimestre o de parto prematuro
de parto para gemelos en el tercer trimestre del embarazo extremo de un gemelo mientras el otro permanece in útero
se basan más en la experiencia que en la evidencia. Así, y la gestación sigue su curso, se han reportado hasta 131
se propone que si ambos fetos están en cefálica se debe días de intervalo entre el parto de ambos fetos. La morta-
intentar un parto vaginal, que si el primero está en cefálica lidad perinatal para estos casos es del 87% para el primer
y el segundo no, la condición fundamental para intentar gemelo y del 37% para el segundo, que también suele ser
un parto vaginal es que el operador sea experimentado en prematuro. Dado lo poco frecuente de esta situación, no
maniobras obstétricas en especial la atención del parto en hay grandes series publicadas y las recomendaciones de
podálica, versión interna y gran extracción en nalgas, lo manejo son empíricas. Entre ellas se ha planteado adminis-
que ha llevado a un aumento en las cesáreas en estos ca- trar antibióticos, tocolíticos, colocar un cerclaje y estudiar
sos por falta de personal entrenado. posibles agentes infecciosos con cultivos vaginales. Se con-
sideran contraindicaciones para dejar al segundo gemelo in
En relación a la corionicidad no existe evidencia que
útero si el embarazo es mayor de 28 semanas, si hay des-
avale la operación cesárea electiva de rutina para los geme-
prendimiento prematuro de placenta, si son gemelos mo-
los monocoriales, por lo que para ellos el parto debe regirse
nocoriales, si se constata rotura prematura de membranas
por los criterios clínicos mencionados.
del segundo gemelo luego del parto del primero, si se pre-
Respecto de embarazos múltiples, aunque existen publi- senta corioamnionitis clínica y si se inicia trabajo de parto
caciones que muestran buenos resultados en parto vaginal con el segundo feto (Graham & Simpson, 2004).
de gestaciones triples (Dommergues y cois., 1995; Bakos,
El embarazo gemelar y múltiple debe ser considerado
1998), la recomendación actual es la cesárea electiva para
por definición como un evento patológico con una morbi-
el embarazo con tres o más fetos (Elliott, 2005).
mortalidad perinatal mayor que la de los embarazos únicos
El trabajo de parto en sí mismo se maneja de manera y donde juega especial relevancia la corionicidad y sus en-
similar al de un embarazo único. Se puede hacer inducción fermedades propias, por lo que hoy no se concibe diag-
con análogos de prostaglandinas en iguales dosis, como nosticar embarazo múltiple sin precisar la corionicidad. Por
también usar aceleración oxitócica. Se debe tener especial otra parte, el avance de la tecnología y de los conocimien-
cuidado con el aporte de fluidos por el riesgo aumentado tos de fisiopatología han permitido mejorar el pronóstico de
de edema pulmonar agudo. El parto debe ser atendido en estos embarazos, en especial de las complicaciones de los
un pabellón quirúrgico, porque existe el riesgo de opera- monocoriales.
ción cesárea de urgencia para ambos fetos o sólo para el
También aumentan las complicaciones maternas, en es-
segundo gemelo, situación que ocurre en el 3% al 5% de
pecial el síndrome hipertensivo del embarazo, la tasa de
los partos gemelares. Lo ideal es tener un ecógrafo disponi-
cesáreas y la metrorragia posparto.
ble para observar la presentación del segundo gemelo una
vez ocurrido el parto del primero. Se debe contar con la Por estos motivos, las pacientes con más de un feto in
ayuda de un segundo operador para que lo oriente por vía útero deben ser referidas a centros de alta complejidad
abdominal, de forma de evitar la versión espontánea de un para el seguimiento, para la atención del parto y princi-
feto en cefálica a otra presentación. Se debe evitar la rotura palmente para la resolución de las patologías propias de la
artificial de membranas del segundo feto hasta el final, por gemelaridad.
el riesgo de prolapso de cordón y se debe hacer rutinaria-
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Capítulo 37 | Embarazo gemelary múltiple

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769
Embarazo prolongado

D. Larraín E. Donoso

La edad gestacional al parto es un determinante importante truación (FUM). Recientemente, con el uso rutinario de
del resultado perinatal, pues tanto el parto prematuro como la ultrasonografía precoz en la determinación de la edad
el embarazo prolongado están asociados con un aumen- gestacional, se ha demostrado que la FUM es poco precisa
to de la morbilidad y la mortalidad perinatal. El embarazo en la determinación de la edad gestacional real (Taipale &
prolongado, o de postérmino, se define como aquella ges- Hiilesmaa, 2001; Dietz y cois., 2007). En un estudio re-
tación que alcanza 42 semanas (294 días) o más desde ciente, el uso rutinario de la ultrasonografía para confirmar
el primer día del último período menstrual, o bien, aquel la edad gestacional disminuyó la incidencia de embarazo
embarazo que se prolonga por catorce o más días desde la prolongado del 12% al 3% (Savitz y cois., 2002), lo que
fecha probable de parto (ACOG, 2004). concuerda con los hallazgos de Bennett y colaboradores en
2004, quienes demostraron una disminución significativa
En 1902, Ballantyne calificó al embarazo prolongado
en las inducciones por embarazos prolongados a través de
como una situación de riesgo (Ballantyne, 1902). Desde
la utilización rutinaria de la ultrasonografía precoz para de-
entonces, el manejo de esta entidad ha generado contro-
terminar la edad gestacional. Esto, sumado al hecho de que
versia.
sólo una pequeña proporción de los fetos de postérmino
presentan evidencia de posmadurez (Shime y cois., 1984;
Epidemiología Mannino, 1988), hace suponer que la mayoría de los em-
barazos que alcanzan las 42 semanas de amenorrea no
La incidencia de embarazo prolongado oscila entre el 0,4% son embarazos prolongados genuinos. Sin embargo, dado
y el 14% de los embarazos (Sachs & Friedman, 1986; Shea que no existe un método para hacer esta distinción en for-
y cois., 1998; Martin y cois., 2007; Zeitlin y cois., 2007). ma certera, todo embarazo de 42 o más semanas debiese
Este amplio rango se debe probablemente al supuesto de manejarse como un embarazo anormalmente prolongado
que la ovulación ocurre constantemente dos semanas des- (Shime y cois., 1984; Mannino, 1988).
pués del inicio de la última menstruación. Sin embargo,
se ha demostrado que existen grandes variaciones en los
ciclos menstruales aun entre mujeres normales, con ten- Etiología
dencia a las ovulaciones tardías (Münster y cois., 1992).
El cálculo de la edad gestacional en base al último período La causa más frecuente de embarazo prolongado es la es-
menstrual otorga al embarazo una mayor edad gestacional timación errónea de la edad gestacional (ACOG, 2004).
que la real. La determinación exacta de la edad gestacio- En la actualidad no se sabe con certeza por qué algunos
nal es crítica para e) diagnóstico de embarazo prolongado, embarazos pueden prolongarse por 294 días o más, sin
por lo que los distintos criterios y metodologías utilizados embargo, existe asociación entre diversos factores sociode-
para estimar este parámetro pueden influir en su incidencia mográficos maternos y mayor riesgo de embarazo prolon-
(Ahn & Phelan, 1989; Gardos! y cois., 1997; Blondel y gado (Olesen y cois., 2006; Hovi y cois., 2006; Stotland y
cois., 2002; Joseph y cois., 2007; Zeitlin y cois., 2007). cois., 2007; Kistka y cois., 2007) (TABLA 38-1).

Hasta hace algunos años, la mayoría de los estudios La tendencia de algunas mujeres a tener embarazos pro-
epidemiológicos con respecto al resultado perinatal en em- longados sucesivos sugiere que, en algunos casos, su ocu-
barazos de postérmino se basaban en la determinación de rrencia pudiese estar biológicamente determinada (Mogren
la edad gestacional en base a la fecha de última mens- y cois., 1999; Kistka y cois., 2007).

770
TABLA 38-1. Factores maternos asociados a embarazo Otros factores vinculados a embarazos prolongados son
prolongado la presencia de fetos de sexo masculino y la disminución de
la liberación de óxido nítrico por el cuello uterino (Divon y
cois., 2002; Váisánen-Tommiska y cois., 2004).
Edad materna avanzada
Raza blanca
Nivel socieconómico bajo
Riesgo perinatal en el embarazo
prolongado
Nuliparidad
Antecedente de embarazo prolongado El fundamento histórico para establecer un límite supe-
Consumo de tabaco rior en la duración del embarazo es el aumento de la mor-
bilidad y mortalidad perinatal a mayor edad gestacional.
Obesidad
La mortalidad perinatal comienza a aumentar después de
Madre nacida de embarazo prolongado las 42 semanas de gestación, se dobla a las 43 semanas y
se quintuplica a las 44 semanas (McCIure-Browne, 1963;
Wilcox & Skjaerven, 1992; Hilder y cois., 1998) (FIGURA
38-1). Se compararon los resultados perinatales de 6.624
Debido a que informaron la recurrencia de embarazos embarazos prolongados con casi 60.000 embarazos úni-
de postérmino en generaciones sucesivas, Mogren y cola- cos nacidos entre las 38 y 41 semanas de gestación, de-
boradores plantean un posible rol de factores genéticos en mostrándose un aumento significativo en la mortalidad
la etiología del embarazo prolongado. Las mujeres que na- perinatal sobre las 42 semanas. El mayor aumento ocurrió
cieron de un embarazo prolongado, tuvieron mayor riesgo a expensas del período intraparto. Las principales causas
de tener ellas un embarazo prolongado. Más aún, cuando de muerte fueron el síndrome hipertensivo del embarazo,
madre e hija habían tenido un embarazo prolongado, el el trabajo de parto prolongado, la desproporción cefalopél-
riesgo de recurrencia aumentaba 2 a 3 veces (del 10% al vica, "anoxia ¡nexplicada" y malformaciones fetales (Lucas
27%). Si existía el antecedente de dos embarazos prolon- y cois., 1965). En una revisión que incluyó 56.217 recién
gados previos, la incidencia alcanzaba el 39% (Mogren nacidos de 40 semanas o más, se informó mayor inciden-
y cois., 1999). Por otra parte, Laursen y colaboradores cia de parto prolongado y mayor tasa de operación cesárea
plantean que la expresión de genes maternos -y no pater- y fórceps a mayor edad gestacional. Sin embargo, no está
nos- en la unidad fetoplacentaria parece influir en la pro- claro si la mayor tasa de complicaciones es atribulóle a la
longación del embarazo. Sin embargo, otros estudios han mayor edad gestacional, a la inducción rutinaria a las 42
arrojado resultados contradictorios, atribuyendo un mayor semanas, o a ambos factores (Alexander y cois., 2000).
rol a los genes paternos en la prolongación de la gestación Numerosos estudios posteriores han confirmado estos ha-
(Olesen y cois., 2003a; Laursen y cois., 2004). llazgos, demostrando que los riesgos maternos y fetales
Otros factores menos frecuentes asociados a embara- en embarazos de postérmino son mayores a los estimados
zos de postérmino incluyen factores fetales y placentarios
(TABLA 38-2). En humanos, la anencefalia, la hipoplasia
o insuficiencia suprarrenal congénita fetal y la deficiencia
de sulfatasa placenta ría, un trastorno recesivo ligado al cro-
mosoma X, determinan niveles de estrógenos circulantes
inferiores a los del embarazo normal y se han asociado
a la ocurrencia de embarazos prolongados (MacDonald &
Siiteri, 1965; Rabe y cois., 1983).

TABLA 38-2. Factores fetales y placentarios asociados a


embarazo prolongado

Anencefalia —i— —I—


38 40 42 44
Hipoplasia o insuficiencia suprarrenal fetal
Deficiencia de sulfatasa placentaria Edad gestacional (semanas)

Feto de sexo masculino FIGURA 38-1. Aumento de la mortalidad perinatal en


Disminución liberación cervical de óxido nítrico embarazos prolongados. Nótese el marcado aumento a
partir de las 42 semanas.

771
OBSTETRICIA

¡nicialmente y que el riesgo perinatal aumenta a partir de Si bien la mayoría de los fetos de postérmino son ade-
las 41 semanas de gestación (Feldman, 1992; Smith, cuados para la edad gestacional o son macrosómicos, el
2001; Olesen y cois., 2003a; Caughey & Musci, 2004; riesgo de restricción de crecimiento fetal está también au-
Hovl y cois., 2006; Nakling & Backe, 2006). mentado en los embarazos prolongados. En un análisis de
510.029 embarazos únicos del Swedish Birth Registry, la
tasa de recién nacidos pequeños para la edad gestacional
Riesgos fetales y neonatales aumentó del 2,2% en fetos de término al 3,8% en recién
El embarazo prolongado está asociado a serias compli- nacidos de postérmino, siendo este último grupo el que
caciones fetales. La mortalidad perinatal aumenta significa- concentró la mayor morbimortalidad en este y otros estu-
tivamente desde la 42 semanas, siendo seis veces mayor dios (Clausson y cois., 1999).
al completar las 43 semanas (Wilcox & Skjaerven, 1992; Aproximadamente del 10% al 30% de los recién na-
Hilder y cois., 1998; Cotzias y cois., 1999). Este aumen- cidos de postérmino presentan síndrome de posmadurez,
to estaría determinado por el incremento de óbitos fetales, que presenta características clínicas similares a aquellos
por insuficiencia placentaria, por aspiración de meconio, recién nacidos con restricción de crecimiento intrauterino
por asfixia perinatal (con o sin meconio) y por infección a consecuencia de insuficiencia placentaria (Shime y cois.,
intrauterina (Hannah, 1993). Aunque clásicamente se des- 1984; Mannino, 1988). El síndrome de posmadurez se
cribe que las malformaciones del sistema nervioso central clasifica en tres tipos (Clifford, 1954):
(anencefalia) pueden contribuir al aumento de la mortali-
dad perinatal (Zwerdling, 1967), la existencia de embara- • Tipo I. El recién nacido presenta aspecto de alerta, con
zos prolongados de fetos anencefálicos es excepcional en los ojos abiertos; la piel flácida por pérdida de grasa sub-
la obstetricia moderna. cutánea y reducción de la masa muscular, especialmen-
te de los muslos y nalgas. La piel es seca, sin vérnix,
Estudios recientes han demostrado que el embarazo despellejada y agrietada, especialmente en las zonas
prolongado es un factor de riesgo independiente para pH palmares y plantares. Tienen uñas y pelos largos.
de arteria umbilical < 7,10 y para Apgar bajo (< 7) a los
5 min de vida (Kitlinski y cois., 2003). Como consecuen- • Tipo II. A las características anteriores se agrega la im-
cia del mayor riesgo de asfixia fetal y de alteraciones en el pregnación de la piel, del cordón umbilical y las uñas
monitoreo fetal, en el embarazo prolongado se observa una con meconio verde.
mayor incidencia de operación cesárea, fórceps, puntaje de
• Tipo III. A las características de los tipos anteriores se
Apgar bajo, síndrome aspirativo de meconio, encefalopa-
agrega la pigmentación amarillo brillante de la piel, uñas
tías hipóxico-isquémicas, convulsiones neonatales e ingre-
y cordón umbilical como consecuencia de la impregna-
so a unidades neonatales de cuidado intensivo (Mannino,
ción con meconio antiguo.
1988; Olesen y cois., 2003b; Caughey & Musci, 2004).
La explicación fisiopatológica de estas complicaciones fue En su descripción original, Clifford postuló que los cam-
descrita en 1984 en un estudio que incluyó 727 embara- bios cutáneos observados en estos recién nacidos eran
zos prolongados. Los autores concluyeron que las altera- consecuencia de la pérdida de vérnix caseosa y atribuyó al
ciones del monitoreo intraparto y el sufrimiento fetal eran envejecimiento placentario un rol central en la fisiopatología
consecuencia de los fenómenos compresivos del cordón de este síndrome. A la fecha no existe evidencia histológica
umbilical debido al oligoamnios que frecuentemente se de- que apoye esta teoría y aunque existen reportes de que la
sarrolla en estos embarazos (Leveno y cois., 1984). tasa de apoptosis -muerte celular programada- incrementa
Las alteraciones del crecimiento fetal son más frecuentes significativamente en la placenta pasadas las 41 semanas
en los fetos de postérmino. La incidencia de macrosomía de gestación, la implicancia clínica de este hallazgo es aún
fetal (definida como estimación de peso fetal > 4.500 g) es incierta (Axty cois., 1999; Smith & Baker, 1999).
el doble en comparación con fetos de término, pues la ma- En el período neonatal los recién nacidos de postérmino
yoría de las veces los fetos de postérmino siguen creciendo tienen mayor riesgo de presentar complicaciones precoces
normalmente in útero (McLean y cois., 1991; Nahum y como hipoglicemia, convulsiones, neumonía, sepsis y poli-
cois., 1995). Las complicaciones derivadas de la macro- globulia (Mannino, 1988; Olesen y cois., 2003b).
somía fetal incluyen mayor riesgo de parto prolongado,
desproporción cefalopélvica y distocia de hombros. Debido Los diferentes estudios sobre el seguimiento y desarrollo
a ello, los embarazos prolongados se asocian a mayor in- posterior de los recién nacidos de postérmino son difíciles
cidencia de trauma obstétrico, como fracturas de clavícula, de interpretar, ya que los investigadores no distinguen entre
parálisis braquial, neumotorax, hematomas subdurales y aquellos niños que nacieron asfixiados o con síndrome de
cefalohematomas, en comparación con los partos de fetos posmadurez y los recién nacidos sanos, por lo que no está
de término (Usher y cois., 1988; Alexander y cois., 2000; claro si estos niños presentan mayor riesgo de secuelas
ACOG, 2004; Heimstad y cois., 2006). neurológicas a largo plazo. En un estudio prospectivo, que

772
incluyó 89 y 76 niños nacidos de postérmino con un segui- TABLA 38-4. Riesgos maternos asociados al embarazo
miento de 1 y 2 años respectivamente, no se encontraron prolongado
diferencias significativas en cuanto a coeficiente intelec-
tual, desarrollo psicomotory patologías intercurrentes entre
Intraparto Parto prolongado
el grupo de niños nacidos de término y aquellos nacidos
de postérmino (Shime y cois., 1986). Sin embargo, otros Distocia y desproporción cefalopélvi-
estudios demostraron mayor frecuencia de las patologías ca
mencionadas en los niños nacidos de postérmino (Hilder Corioamnionitis
y cois., 1998; Cotzias y cois., 1999; Ehrenstein y cois., Hematomas vulvovaginales
2007) (TABLA 38-3). Desgarro perineal grado 3 y 4
Posparto Hemorragia posparto
TABLA 38-3. Riesgos fetales asociados al embarazo pro- Endometritis puerperal
longado

Anteparto Óbito fetal


Oligoamnios Diagnóstico
Macrosomía fetal
El diagnóstico de embarazo prolongado requiere del conoci-
Presencia de meconio
miento exacto de la edad gestacional. Si bien los parámetros
Intraparto Muerte fetal intraparto clínicos clásicos como la amenorrea (FUM), la auscultación
Alteraciones monitoreo fetal de los latidos cardiofetales, la percepción de movimientos
Asfixia y encefalopatía hipóxico-is- fetales y la altura uterina son elementos a considerar, éstos
quémica han demostrado ser imprecisos en la determinación de la
Apgar < 7 a los 5 min edad gestacional.
pH arteria umbilical < 7,1 Actualmente se recomienda el uso rutinario de la ultra-
Trauma obstétrico sonografía en la determinación de la edad gestacional, pues
Distocia de hombros existen diversos estudios que demuestran una reducción
Parto vaginal operatorio (fórceps o significativa en la incidencia de embarazos prolongados
vacuutn) con el uso de esta técnica (Gardosi y cois., 1997; Savitz
Síndrome aspirativo de meconio y cois., 2002; Bennett y cois., 2004; ACOG, 2004). Una
Cefalohematomas revisión sistemática de la base de datos Cochrane que ana-
lizó los resultados de seis estudios randomizados e incluyó
Posparto Ingreso a UCI neonatal 24.195 pacientes, demostró una reducción significativa
Síndrome posmadurez en las inducciones por embarazo prolongado mediante el
Neumonía y sepsis uso rutinario de la ultrasonografía precoz antes de las 20
Muerte en el primer año de vida semanas de amenorrea (Neilson, 1998). Las mediciones
Epüepsia en la infancia recomendadas en la determinación de la edad gestacional
son la longitud cefalonalgas (LCN) en el primer trimestre,
y el diámetro biparietal (DBP) y la longitud femoral (LF) en
el segundo trimestre. Debido a las variaciones normales
del tamaño fetal en el tercer trimestre, la ultrasonografía es
Riesgos maternos menos confiable en este período y tiene un error estimado
de ±21 días en la determinación de la edad gestacional
Los riesgos maternos asociados al embarazo de pos-
(ACOG, 2004).
término son frecuentemente subestimados. Entre ellos se
incluyen mayor incidencia de parto prolongado, distocias y Si bien la evidencia disponible actualmente sostiene
coriamnionitis. Diversos estudios han demostrado además que la ecografía es el método más preciso para estimar la
un aumento sostenido en la frecuencia de desgarros vagi- edad gestacional, existen variaciones. El error de la eco-
nales severos (3er y 4'° grado), hematomas vulvovaginales, grafía se ha estimado en ±7 días hasta las 20 semanas
hemorragia posparto y endomiometritis puerperal. Además de embarazo, en ±14 días entre las 20 y 30 semanas y
de lo anterior debe considerarse que el embarazo prolon- en ±21 días sobre las 30 semanas de amenorrea (ACOG,
gado puede ser una importante fuente de ansiedad para 2004). Por lo tanto, cuando no se esté ante una FUM se-
la mujer embarazada (Olesen y cois., 2003a; Caughey & gura y confiable, se procederá a fijar la edad gestacional
Musci, 2004; Heimstad y cois., 2006; Caughey & Bishop, mediante ultrasonografía (FUM operacional), siempre y
2006; Caughey y cois., 2007) (TABLA 38-4). cuando ésta se haya efectuado antes de las 20 semanas

773
OBSTETRICIA

de amenorrea. Por el contrario, si existen diferencias entre Evaluación ultrasonográfica del líquido amnióti-
la edad gestacional según FUM y la estimación ecográfica, co. La correlación entre disminución del volumen de líqui-
pero estas variaciones caen dentro de los rangos de error do amniótico y resultado perinatal adverso se conoce desde
esperables, debe considerarse la FUM aportada por la pa- hace décadas (Chamberlain y cois., 1984). La presencia
ciente para determinar la edad gestacional del embarazo. de oligoamnios es un hallazgo frecuente en los embarazos
Por lo anterior, el diagnóstico de embarazo prolongado no de postérmino, por lo que la evaluación ecográfica del líqui-
se podrá establecer cuando se recibe a una madre en la do amniótico es una herramienta útil en la evaluación del
segunda mitad del embarazo, con una FUM insegura o no compromiso fetal en estas pacientes (Phelan y cois., 1985;
confiable. Dada la imprecisión de la ecografta después de Johnson y cois., 1986; Morris y cois., 2003). Un análisis
las 20 semanas, ésta no solucionará el problema, por lo de 38 pacientes con embarazos prolongados reporta que
que el caso deberá manejarse como un embarazo de edad cuando existe oligoamnios asociado existe un riesgo sig-
gestacional dudosa. nificativamente mayor de síndrome de posmadurez en el
período neonatal (Trimmer y cois., 1990).
Manejo del embarazo prolongado Existen diferentes técnicas para evaluar la cantidad de
líquido amniótico. Las más utilizadas son el perfil biofísico
El manejo del embarazo de postérmino ha sido por mucho y el índice de líquido amniótico (Phelan y cois., 1985).
tiempo motivo de gran controversia, aunque actualmente Ambas técnicas pueden utilizarse en forma indistinta en la
existe consenso en que si bien el riesgo fetal asociado al vigilancia de fetos de postérmino, pues no se ha demostra-
embarazo prolongado es bajo, toda gestación que alcance do que ninguna sea superior a la otra en cuanto a resultado
42 semanas o más requiere una vigilancia cuidadosa. Sin perinatal (Magann y cois., 2004; Chauhan y cois., 2004;
embargo, no existen estudios prospectivos randomizados Verrotti y cois., 2004). Independientemente de la técnica
que demuestren la eficacia de evaluar la condición fetal en utilizada, el hallazgo de oligoamnios constituye una indica-
forma seriada. ción absoluta de interrupción del embarazo.
Existen en principio dos alternativas en el manejo del
embarazo prolongado: la interrupción electiva del emba- Amnioscopia. El rol actual de la amnioscopia en la
razo o la conducta expectante con monitoreo seriado de vigilancia del embarazo de postérmino es motivo de con-
la condición fetal e inducción selectiva ante la sospecha troversias. Levran y colaboradores evaluaron la eficacia del
de complicaciones. Los métodos utilizados para evaluar procedimiento en la detección de meconio y predicción de
el bienestar fetal incluyen el registro basal no estresante sufrimiento fetal. La amnioscopia falló en la detección de
(RBNE) (con o sin evaluación del volumen de líquido ami- meconio en la mayoría de los casos, además, la presen-
nótico), la prueba de tolerancia fetal a las contracciones cia de meconio en el líquido amniótico a la amnioscopia
inducidas, el perfil biofísico (PBF) y la amnioscopia. no mostró correlación con sufrimiento fetal (Levran y cois.,
1988). Otros autores argumentan que la amnioscopia sólo
Registro basal no estresante. El RBNE es frecuente- permite la visualización adecuada de la porción inferior de
mente utilizado en la evaluación del embarazo prolongado. la cavidad amniótica, especialmente si la cabeza fetal está
Un monitoreo basal de frecuencia cardíaca fetal de tipo encajada y que este procedimiento entrega información
reactivo se asocia a bienestar fetal y a un buen pronóstico transitoria sin predecir la liberación posterior de meconio
perinatal. Por el contrario, la presencia de desaceleraciones a la cavidad amniótica. Por otra parte, debe considerarse
se asocia a mayor morbimortalidad fetal, por lo que la reco- que la presencia de meconio en el líquido amniótico es
mendación en estos casos es la interrupción del embarazo un hallazgo frecuente, que se observa en el 30% al 40%
(Phelany cois., 1984). de los embarazos prolongados. Este fenómeno se entiende
actualmente como un proceso en la maduración fetal más
Prueba de tolerancia fetal a las contracciones. que como un signo inequívoco de hipoxia, siempre que
Esta prueba, también conocida como test de tolerancia a exista una frecuencia cardíaca basal y un volumen de líqui-
las contracciones (TTC), se ha utilizado clásicamente para do amniótico normales (Bochner y cois., 1987b; Ahanya y
verificar la condición fetal cuando la monitorización basal cois., 2005). Cuando existe hipoxia fetal, la liberación de
de la frecuencia cardiaca es de tipo no reactivo. Sin embar- meconio a la cavidad amniótica generalmente va precedida
go, existe evidencia que apoya el uso de esta prueba como de la alteración de alguno de estos parámetros.
parte de la vigilancia primaria del embarazo prolongado. En La amnioscopia es un procedimiento invasivo y no exen-
un estudio de casos y controles que incluyó a 679 pacien- to de complicaciones, como la rotura de membranas y la
tes con embarazos de postérmino, el hallazgo de un TTC corioamnionitis. En la actualidad la posibilidad de evaluar
( + ) se correlacionó positivamente con un mayor riesgo de la frecuencia cardíaca fetal y el volumen de líquido amnió-
sufrimiento fetal (Freeman y cois., 1981), por lo que ante tico de forma segura y no invasiva, a través del RBNE y de
la presencia de un TTC alterado se recomienda la interrup- la ultrasonografía, han determinado que la utilización de
ción del embarazo. la amnioscopia en el embarazo prolongado sea excepcio-

774
Capítulo 33 | Embarazo prolongado

nal, reservándose su indicación a aquellos casos en que nes se ha sugerido la inducción del parto antes de que el
la monitorización basal de la frecuencia cardíaca fetal y la feto crezca demasiado. Una revisión sistemática de la base
realización de una ultrasonografía no sean posibles (Raboni de datos Cochrane que incluyó a 372 pacientes, evaluó la
y cois., 2004). eficacia de esta intervención, concluyendo que la induc-
ción del parto ante la sospecha de macrosomía fetal no
Si se dispone sólo de amnioscopia, el hallazgo de meco-
tiene efecto significativo en reducir la tasa de cesárea, parto
nio en el líquido amniótico debe ser seguido de la interrup-
operatorio o resultado neonatal adverso (Irion & Boulvain,
ción del embarazo.
1998). En una revisión reciente se concluye que la induc-
ción del trabajo de parto por sospecha de macrosomía fetal
Ultrasonografía Doppler, Diversos estudios han eva-
determina un aumento en la tasa de cesáreas y que no
luado la eficacia de la ultrasonografía Doppler en la evalua-
reduce la morbilidad neonatal (Henriksen, 2008). Por lo
ción antenatal del embarazo prolongado. Un estudio pros-
tanto, basados en la evidencia disponible, no recomenda-
pectivo analizó los resultados perinatales de 46 pacientes
mos la inducción del trabajo de parto debido a la sospecha
con embarazos prolongados en las que se utilizó el Doppler
de un feto macrosómico.
para evaluar la condición fetal. Los diversos índices eva-
luados no arrojaron diferencias significativas entre aquellas
pacientes con un mal resultado perinatal y aquellas con Inducción de parto versus monitoreo
recién nacidos normales (Guidetti y cois., 1987). Estos re- fetal seriado
sultados concuerdan con los informados por estudios pos-
teriores (Stokes y cois., 1991). En suma, basados en la Las estrategias para prevenir un resultado perinatal ad-
evidencia disponible, no se recomienda el uso de la veloci- verso incluyen el monitoreo seriado de la condición fetal
metría Doppler en la vigilancia antenatal de los embarazos y la inducción del parto. El camino más lógico para preve-
prolongados. nir las complicaciones derivadas del embarazo prolongado
es evitar que se produzcan debido a la interrupción del
A la fecha no existe un protocolo de vigilancia estable-
embarazo. El único propósito de la conducta expectante
cido, no hay consenso en la literatura internacional sobre
es favorecer el inicio espontáneo de trabajo de parto y
los métodos de elección, ni en la frecuencia óptima de
aumentar las probabilidades de lograr un parto vaginal.
monitoreo de las pacientes con embarazos prolongados
Por eso, actualmente existen dudas sobre si la inducción
(Edén y cois., 1982; ACOG, 2004). El Colegio Americano
sistemática a las 41 semanas determina un aumento en
de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), recomienda que la
la tasa de cesáreas sin disminuir la morbimortalidad pe-
vigilancia fetal anteparto se inicie a las 42 semanas, sin
rinatal. A la fecha, diferentes estudios controlados han
una propuesta específica con respecto al método o fre-
intentado resolver esta interrogante, pero han arroja-
cuencia. Actualmente no existe evidencia que avale el uso
do resultados contradictorios. Un estudio clínico rando-
rutinario de la evaluación fetal anteparto en embarazos
mizado canadiense que incluyó a 3.407 pacientes con
de bajo riesgo entre las 40 y 42 semanas, sin embargo,
embarazos de 41 o más semanas, informa una menor
dado que existen estudios que demuestran que el riesgo
tasa de cesáreas en el grupo de pacientes sometidas a
perinatal aumenta discretamente desde las 40 semanas
inducción al compararlas con aquellas manejadas en
(Caughey & Musci, 2004; Caughey y cois., 2007) y que
forma expectante (Hannah y cois., 1992). Este resulta-
estudios retrospectivos sugieren que la evaluación fetal
do se explica por una disminución en la tasa de cesá-
seriada a partir de las 40 a 41 semanas de gestación es-
reas por alteraciones del monitoreo fetal. A lo anterior se
taría asociada con un mejor resultado perinatal (Bochner
suma también el beneficio económico; un análisis costo-
y cois., 1988), recomendamos que la vigilancia fetal del
efectividad del mismo grupo canadiense concluye que la
embarazo prolongado se inicie a las 40 semanas. Con
inducción a las 41 semanas permite abaratar costos en
respecto a la periodicidad de la evaluación, se recomienda
comparación al monitoreo seriado (Goeree y cois., 1995).
que independiente de los métodos utilizados, se realice al
Un metaanálisis reciente de 16 estudios controlados, con-
menos dos veces por semana (Edén y cois., 1982; Boch-
cluye que la inducción a las 41 semanas reduce la tasa
ner y cois., 1987a).
de cesáreas sin influir en los resultados neonatales. Si
bien hubo menos muertes perinatales en el grupo de las
Macrosomía pacientes sometidas a inducción, esta diferencia no fue
significativa (Sánchez-Ramos y cois., 2003). Basados en
La incidencia de macrosomía es significativamente ma-
estos estudios, la inducción a las 41 semanas se ha trans-
yor entre los fetos de postérmino que entre los controles
formado en una práctica frecuente en muchos países.
de término (McLean y cois., 1991). Las complicaciones
derivadas del mayor crecimiento fetal incluyen un mayor Sin embargo, otros autores han observado un aumento
riesgo de trauma obstétrico, de distocia, de cesárea y de en la tasa de cesáreas con la adopción de esta nueva con-
parto operatorio (Alexander y cois., 2000; Olesen y cois., ducta (Alexander y cois., 2001; Menticoglou & Hall, 2002;
2003a). Con el fin de disminuir estas posibles complicacio- Heffnerycols., 2003).

775
OBSTETRICIA

En un estudio randomizado controlado reciente no se (Norwitz y cois., 2007; Heimstad y cois., 2007). Ante el
encontraron diferencias significativas en el resultado pe- hallazgo de un cuello desfavorable (índice de Bishop < 5),
rinatal y vía de parto al comparar la inducción a las 41 si bien la conducta expectante y la inducción del parto se
semanas versus el monitoreo seriado hasta las 43 sema- asocian a una baja tasa de complicaciones, existe eviden-
nas. Eso sí, este estudio tiene algunas limitaciones desde cia a favor de la interrupción del embarazo, independien-
el punto de vista metodológico, como el uso de una escala temente de la paridad y del método de inducción utilizado
no validada para evaluar el resultado perinatal (Heimstad (Norwitz y cois., 2007). El Colegio Americano de Obstetras
y cois., 2007). y Ginecólogos ha concluido que la utilización de los aná-
logos de prostaglandinas son seguros, efectivos y que por
La mejor evidencia disponible proviene de una revisión
ello constituyen el método de elección para la inducción
sistemática de la base de datos Cochrane que incluyó 19
del parto en pacientes con malas condiciones cervicales
estudios randomizados controlados con un total de 7.984
(ACOG, 2004).
pacientes. Los autores concluyen que la inducción a las
41 semanas no determina un aumento en la tasa de cesá- En la maternidad del Hospital Clínico de la Pontificia
reas ni de partos operatorios y que se asocia a un menor Universidad Católica de Chile, la evaluación de la condi-
riesgo de síndrome aspirativo meconial. Además se detectó ción fetal se realiza desde las 40 semanas, cada 48 a 72
menor mortalidad perinatal en el grupo de inducción, pero h con las pruebas biofísicas convencionales. Además, en
esta diferencia no fue estadísticamente significativa. Sólo base a la evidencia disponible hemos adoptado la conducta
analizando en conjunto el grupo de 41 semanas o más, y recomendamos la interrupción sistemática de la gestación
la disminución de la mortalidad perinatal en el grupo de a las 41 semanas cumplidas, aun cuando las pruebas de
inducción alcanza significancia estadística (Gülmezoglu y vigilancia revelen bienestar fetal. Los criterios de interrup-
cois., 2006). Independientemente de lo anterior, la tasa ción del embarazo en la paciente con embarazo prolongado
de mortalidad a las 41 semanas es baja y se ha estimado se resumen en la TABLA 38-5.
que se necesitan realizar 527 inducciones para prevenir
una muerte perinatal, aunque ese número disminuye sig-
nificativamente desde las 41 a las 43 semanas (Heimstad TABLA 38-5. Criterios de interrupción en embarazo pro-
y cois., 2008). longado

Interrupción del embarazo Registro basal no estresante alterado o no reactivo


La conducta obstétrica en el embarazo prolongado ha pa-
Oligoamnios
sado por diferentes modalidades a lo largo del tiempo. La Test de tolerancia a las contracciones ( + )
interrupción del embarazo se efectúa en aquellos casos en Pesquisa de meconio a la amnioscopia
que los riesgos fetales sobrepasan los potenciales benefi- Edad gestacional ^ 41 semanas
cios de prolongar la gestación. En embarazos de alto ries-
go esto ocurre generalmente a las 38 a 39 semanas, por
lo que dichos embarazos no debiesen alcanzar el período
del postérmino. Por el contrario, la decisión de interrumpir
La interrupción sistemática a las 41 semanas determina
embarazos prolongados fisiológicos y de bajo riesgo depen-
un aumento significativo en el número de inducciones, por
derá de diversos factores, como la evaluación de la unidad
lo que es importante que cada centro obstétrico disponga
fetoplacentaria, la edad gestacional y las condiciones del
de un protocolo de manejo del embarazo prolongado de
cuello uterino.
acuerdo a su realidad local e infraestructura disponible, que
Se recomienda la interrupción inmediata del embarazo le permita obtener la menor morbimortalidad perinatal con
ante la sospecha de compromiso fetal, ya sea por el hallaz- una razonable incidencia de operación cesárea (Heimstad
go de oligoamnios, de alteraciones en el monitoreo fetal, y cois., 2008).
TTC ( + ) o por la pesquisa de meconio a la amnioscopia
(en caso de no contar con el recurso ecográfico o cardioto-
cográfico).
Manejo intraparto del embarazo
prolongado
Con respecto al momento óptimo de interrupción, la me-
jor evidencia disponible hasta ahora apoya la interrupción El trabajo de parto es un período de alto riesgo para el
del embarazo a las 41 semanas, independiente de las con- feto de postérmino, por lo que las pacientes con gesta-
diciones cervicales (Gülmezoglu y cois., 2006; Norwitz y ciones prolongadas deben ser adecuadamente instruidas
cois., 2007). Ante la presencia de buenas condiciones cer- sobre consultar precozmente ante el inicio de contracciones
vicales (índice de Bishop ;> 6), se recomienda la inducción uterinas. El feto de postérmino tiene mayor riesgo de pre-
del trabajo de parto con oxitocina o mediante amniotomía sentar alteraciones del monitoreo fetal, pasaje de meconio

776
Capítulo 38 | Embarazo prolongado

y fenómenos asfícticos perinatales debido a la insuficien- La estimulación del pezón estimula a su vez la contrac-
cia placentaria y a la compresión del cordón secundaria ción uterina mediante la liberación de oxitocina. Sin embar-
a oligoamnios. Dado lo anterior, existe consenso en que go, su efecto sobre la incidencia de embarazo prolongado
el trabajo de parto de fetos de postérmino es una indicación no ha sido evaluado en forma adecuada (Tenore, 2003).
absoluta de monitoreo continuo de la frecuencia cardía-
La divulsión de las membranas ovulares es la separación
ca fetal y de la contractilidad uterina (Norwitz y cois.,
digital de la membrana coriodecidual a nivel del cuello y
2007). segmento uterino. Se ha postulado que este procedimiento
La ruptura artificial de las membranes ovulares permi- favorecería el inicio espontáneo del trabajo de parto, pero
te observar el líquido amniótico y evaluar la presencia de es molesto y conlleva posibles complicaciones como he-
meconio. Ante la presencia de meconio en el trabajo de morragia, ruptura de las membranas y mayor riesgo de
parto, éste puede continuar por la vía vaginal siempre y infección (Tenore, 2003). La divulsión de las membranas
cuando el registro de la frecuencia cardíaca fetal muestre ovulares no ha demostrado tener efecto en reducir la tasa
absoluta normalidad (Bochner y cois., 1987b). de cesáreas, de parto operatorio o la morbilidad materna o
fetal. Sin embargo, disminuye significativamente la inciden-
Se ha postulado que la amnioinfusión durante el traba-
cia de embarazos de postérmino y la prolongación del em-
jo de parto disminuye la incidencia de síndrome aspirati-
barazo por sobre las 41 semanas (Boulvain y cois., 2005).
vo meconial, diluyendo y retirando el meconio intraovular
(Wenstrom & Parsons, 1989; Hofmeyr, 2002). Además, Tradicionalmente se ha recomendado a las pacientes te-
en estudios controlados recientes este procedimiento se ner actividad sexual para promover el inicio del trabajo de
ha asociado a una menor tasa de cesáreas por sufrimiento parto, pues las relaciones sexuales producirían contraccio-
fetal y a menos ingresos a unidades de cuidado intensivo nes uterinas debido al aumento en la concentración local
neonatal (Puertas y cois., 2001; Rathory cois., 2002). Sin de prostaglandinas provenientes del semen y de la estimu-
embargo, los beneficios de la amnioinfusión se restringen a lación del cuello uterino. A la fecha, tres estudios han eva-
aquellos escenarios en que no se cuenta con los elementos luado el efecto de la actividad sexual sobre las condiciones
estándar de vigilancia intraparto, por lo que se recomienda cervicales e inicio del trabajo de parto, arrojando resultados
su utilización en aquellos lugares donde no sea posible el contradictorios (Kavanagh y cois., 2001; Schaffir, 2006;
monitoreo continuo de la frecuencia cardíaca fetal (Xu y Tan y cois., 2006). De todas formas, en uno de esos estu-
cois., 2007; Das y cois., 2007). Constituyen contraindica- dios la actividad sexual al término se asoció a una dismi-
ciones de amnioinfusión las anomalías congénitas incom- nución significativa de la necesidad de inducción a las 41
patibles con la vida, la variabilidad mínima o ausente en el semanas (Tan y cois., 2006).
monitoreo fetal, la presencia de desaceleraciones tardías
La acupuntura consiste en la inserción de agujas muy
en el registro ¡ntraparto, el pH < 7,20 en cuero cabelludo
finas en determinados lugares del cuerpo con el fin de curar
fetal, las metrorragias del tercer trimestre, la cicatriz de ce-
o prevenir alguna enfermedad. Se ha evaluado la capaci-
sárea y el parto inminente (Cusick y cois., 1995).
dad de esta técnica de producir la liberación de oxitocina y
Un aspecto importante a considerar en el manejo del prostaglandinas, determinando el inicio del trabajo de par-
parto de fetos de postérmino es la mayor incidencia de ma- to. Pero todavía no existen estudios bien diseñados, ade-
crosomía fetal. Las complicaciones derivadas de la macro- más de que los datos disponibles hasta ahora no permiten
somía fetal incluyen mayor incidencia de parto prolongado, sacar conclusiones con respecto a su uso (Tenore, 2003;
desproporción cefalopélvica, parto operatorio y distocia de Smith & Crowther, 2004).
hombros, determinando un mayor riesgo de trauma obsté-
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780
Rotura prematura de membranas,
corioamnionitis y respuesta inflamatoria fetal
R. Gómez I J. Kae I M. Carstens I M. Schepeler

La rotura prematura de las membranas ovulares (RPM) es Función y estructura


una complicación propia del embarazo que ocurre con una de las membranas ovulares
frecuencia promedio del 10%. El 80% de los casos ocurre
después de las 37 semanas (RPM de término), mientras La función de las membranas ovulares es aislar el compar-
que el 20% restante se presenta en embarazos de pretér- timento fetal y amniótico de factores externos tales como
mino (Johnson y cois., 1981a; Gibbs & Blanco, 1982). La la población microbiana cervicovaginal. Además, cumple
RPM de pretérmino es la causa del 40% de los casos de un activo papel en la compleja interacción fisiológica que
partos prematuros espontáneos y produce un importante ejerce con la placenta, la decidua y el miometrio (Germain
impacto en la morbimortalidad neonatal, atribuyéndosele el y cois., 1994). Las membranas ovulares están constituidas
10% del total de las muertes perinatales. La RPM también por amnios y corion. El amnios es una capa compuesta de
se asocia a un aumento de la morbilidad materna debido a un epitelio simple, avascular, de origen ectodérmico. El co-
un significativo incremento en la incidencia de corioamnio- rion contiene varias capas celulares asociadas a una trama
nitis clínica y fiebre puerperal (Gibbs y cois., 1980; Gibbs colágena muy prominente, rica en vasos sanguíneos, que
& Blanco, 1982). se adhiere estrechamente a la decidua capsular mediante
La RPM se define como la solución de continuidad de varias glicoproteínas, entre las cuales destaca la flbronecti-
la membrana corioamniótica antes del inicio del trabajo de na oncofetal. Entre ambos epitelios yace una variación de
parto. Las pacientes suelen referirse a ella como "la rotura matriz extracelular denominada capa esponjosa, que per-
de la bolsa de las aguas". El lapso que transcurre entre la mite al amnios conservar algún grado de movilidad sobre
rotura de membranas y el inicio del trabajo de parto se el corion fijo. Las membranas fetales son ricas en colágeno
denomina período de latericia. En pacientes con RPM de de los tipos I, III y V, responsables de la gran resistencia
término, cerca del 90% de los partos ocurre dentro de las y elasticidad de las membranas, especialmente durante el
48 h siguientes a la rotura de membranas. En cambio, en período de pretérmino (Bourne, 1960; Wang & Schneider,
pacientes con RPM de pretérmino, el período de latencia 1983; Kanayama y cois., 1985). El colágeno del tejido
suele prolongarse por más de 24 h en el 50% de los casos conectivo amniocorial es degradado por un grupo de en-
(Gunn y cois., 1970; Carite y cois., 1981) y en algunas zimas intersticiales denominadas metaloproteinasas de la
oportunidades puede llegar a durar varias semanas. matriz (MPM), cuya acción es a su vez inhibida por pro-
teínas conocidas como inhibidores tisulares de las meta-
La rotura alta de membranas es una condición mal de- loproteinasas (ITMP) (Matrisian, 1990; Woessner, 1991;
finida en la que hay pérdida de líquido amniótico por el Vadillo-Ortega y cois., 1996).
orificio cervical externo, pero donde es posible observar o
palpar el polo inferior del saco ovular; el examen sonográ- La rotura fisiológica de membranas ocurre generalmente
fico del líquido amniótico muestra un volumen normal o al final de la fase activa del trabajo de parto (Schwarcz y
discretamente disminuido. cois., 1974), pero es probable que los cambios bioquími-
cos e histológicos necesarios para su ocurrencia se inicien
El sellado espontáneo de las membranas ovulares rotas cuando el útero se encuentra todavía en reposo (Ibrahim y
es muy infrecuente y se asocia a un buen pronóstico mater- cois., 1983; Malak & Bell, 1994). La literatura es contro-
no y perinatal (Johnson y cois,, 1990). En esos casos cesa versial en esta área, pero los cambios aludidos (más comu-
el escurrimiento de líquido vaginal y el examen sonográfico nes en la RPM de pretérmino que de término) consisten
muestra un volumen de líquido amniótico normal. en una marcada alteración morfológica de la zona (ZAM

781
OBSTETRICIA

en inglés) vecina a la línea de rotura, habitualmente en la otros factores de riesgo, Harger demostró que sólo el parto
proximidad del cuello uterino, con disminución y desorga- prematuro previo, el consumo de cigarrillo y la metrorragia
nización de las fibras colágenas e importante edema de la en el embarazo actual, especialmente durante el segundo
capa esponjosa. Estos hallazgos son consistentes con la y tercer trimestre, poseen una asociación significativa con
noción tradicional de que las membranas disminuyen su el desarrollo de RPM de pretérmino (Harger y cois., 1990).
resistencia en la medida que avanza el embarazo (Artal y
cois., 1976; Lavery y cois., 1982) y que la RPM de térmi- Parto prematuro previo. Las pacientes con un parto
no puede ser la simple expresión de esos cambios. La RPM prematuro previo poseen un riesgo 2 a 3 veces mayor de
de pretérmino es considerada un fenómeno patológico, fre- presentar RPM de pretérmino en el embarazo actual que
cuentemente asociado a otras anormalidades reconocibles pacientes con partos previos de término. Específicamente,
como síndrome de parto prematuro y especialmente insul- pacientes con RPM de pretérmino en el embarazo previo
tos microbiológicos. tienen un riesgo del 20% al 30% de repetir esta compli-
cación durante el embarazo actual. Este hecho indica que
algunos factores etiopatogénicos en pacientes con RPM de
Factores de riesgo para RPM pretérmino tienden a perdurar durante la vida reproductiva
de pretérmino (Harger y cois., 1990).

Varias condiciones clínicas ocurridas en embarazos anterio- Consumo de cigarrillo. Las mujeres fumadoras tienen
res o durante el embarazo actual imprimen un mayor riesgo un riesgo al menos dos veces mayor de presentar RPM de
de presentar RPM. Estos factores de riesgo fueron exhaus- pretérmino que las pacientes no fumadoras o aquellas que
tivamente estudiados por Harger y cois, y se muestran, con dejaron el cigarrillo durante la primera mitad del embarazo
modificaciones, en la TABLA 39-1, junto con una cuantifi- (Harger y cois., 1990), aunque la magnitud de este riesgo
cación de la magnitud del riesgo impuesto por cada factor, parece guardar directa relación con el número de cigarri-
denominada razón de probabilidad (Odds raí/o, en inglés). llos fumados (especialmente más de diez al día) y la edad
Mediante análisis multivariado y controlando el efecto de gestacional en la cual ocurre el consumo (Hadley y cois.,

TABLA 39-1. Factores de riesgo para RPM de pretérmino

Variable Razón de probabilidad Intervalo de confianza de 95%


Magnitud mayor (factores independientes)
Parto prematuro previo 2,8 1,4 a 4,3
Metrorragia en el embarazo actual 2,4 1,5 a 3,9
1er trimestre 4,4 1,6a 12,0
2d° trimestre 6,4 1,8 a 22,9
3er trimestre 2,1 1,4 a 3,1
Consumo de cigarrillo
Embarazo con DIU
Magnitud menor
Vaginosis bacteriana
8 a 18 semanas 7,3 1,8 a 29,4
23 a 26 semanas 1,1 0,8 a 1,6
32 semanas 2,0 1,1 a 3,7
Hipertensión o diabetes 1,3 1,1 a 1,4
Anemia (hematocrito < 30%) 1,3 1,1 a 1,5
Consumo de café (> 2 tazas diarias) 2,2 1,5 a 3,3
2 o más raspados previos 1,2 1 a 1,8
Bajo nivel socioeconómico
Polihidroamnios
Malformaciones y tumores uterinos - -

782
Capítulo 39 Rotura prematura de membranas, corioamnionilis y respuesta inflamatoria fetal

Factor^ IL~ (P53, Bax, FAS, BID) * Liberación citocromo C


mitocondrial
Ur
Quimiotaxis ACT tisular
^ ^
leucocitos plasminógeno

i
Liberación colagenasas
i Complejo APAP-1
0 ATP
radicales libres ( 1,2 citocromo C
1
Peroxidación
Llpidos *
p p +2
Infección
í
Tabaco
Daño ADN
í
Hemorragia
coriodecidual
/ \a Activación
caspasas 4, 8, 9, 10

DPPNI >. Trombina Activación caspasas


Degradación colágeno efectoras 2, 3, 6, 7
de membranas fetales

Apoptosis

en LA

FIGURA 39-1. Mecanismos etiopatogenicos involucrados en la RPM de pretérmino.

1990). La detención del hábito tabáquico en los primeros ocurre después de las 24 semanas (Harger y cois., 1990;
meses de la gestación protege a la paciente de un ma- Ekwo y cois., 1992). Es posible que el coágulo coriode-
yor riesgo de RPM subsecuente. El consumo de cigarrillo cidual (fuente de trombina) y su subsecuente disolución
puede conducir a la RPM mediante la inducción de una afecten la integridad bioquímica, la nutrición de las mem-
vasculopatía decidual nicotínica, con isquemia y necrosis branas y la capacidad del tapón mucoso de mantener la
coriodecidual, con liberación de radicales libres y peroxida- asepsia de la cavidad uterina, todo lo cual incrementa el
ción lipídica (FIGURA 39-1). Este hallazgo histopatológico riesgo de rotura. Alternativamente, la metrorragia puede ser
es frecuente en pacientes con RPM de pretérmino (Arias la manifestación de una deciduitis inducida por infecciones
y cois., 1993). Otros posibles mecanismos incluyen una ascendentes desde la vagina, cuya expresión clínica final es
reducción en la disponibilidad de vitamina C y la inhibición la RPM (Gómez y cois., 2005a) (FIGURA 39-1).
de enzimas antiproteasas, generando un exceso de activi-
dad colagenolítica en las membranas ovulares. Etnicidad, factores genéticos y ambientales. Exis-
te evidencia que sugiere fuertemente la asociación entre
Metrorragia durante el embarazo actual. Metrorra- raza afroamericana y el riesgo de RPM de pretérmino,
gias en cualquier trimestre del embarazo aumentan el ries- que por lo general alcanza al doble de la raza caucásica
go de RPM de pretérmino, pero el efecto es especialmente (Meiss y cois., 1987; Schieve y cois., 1996). Esta asocia-
marcado (incremento de 6 a 7 veces) cuando el sangrado ción es independiente del estrato social de la paciente. Se

783
OBSTETRICIA

ha observado que las membranas ovulares de pacientes coplasmas, Mobiluncus, Bacteroides sp., etc.) junto con
afroamericanas expuestas a endotoxlna son capaces de una disminución significativa del lactobacilo vaginal. Varios
producir concentraciones más elevadas de MPM-9 que las estudios muestran que esta condición se asocia específica-
de mujeres caucásicas (Fortunato y cois., 2004). Por otra mente con RPM de pretérmino (Gravett y cois., 1986; Kur-
parte, estudios de asociación genética indican una relación ki y cois., 1992; McGregor y cois., 1995). Sin embargo,
entre RPM de pretérmino y presencia de polimorfismos de en un estudio que incluyó más de 10.000 pacientes entre
genes que contribuyen a la estabilidad de las membranas las 23 y las 26 semanas de gestación no se observó esta
o a su inflamación, los que cambian según la composición asociación (Hilliery cois., 1995) (TABLA 39-1). Estas dis-
racial de la población (Ferrand y cois., 2002; Fujimoto y crepancias son similares a las constatadas en estudios que
cois., 2002; Wang y cois., 2004). Un polimorfismo es la han utilizado antibióticos administrados por vía oral para
presencia de múltiples alelos de un gen en una población, reducir la tasa de prematurez en pacientes portadoras de
que se expresan como diferentes fenotipos (por ejemplo, vaginosis bacteriana durante el segundo trimestre del em-
la actividad de una citoquina o una metaloproteinasa de barazo. De esos estudios prospectivos, uno demuestra una
la matriz). Estos poliformismos también han sido estudia- reducción significativa en la incidencia de RPM de pretér-
dos por nuestro grupo en mujeres hispánicas y resultados mino entre las pacientes tratadas con antimicrobianos; otro
preliminares señalan que existen diferencias con respecto alcanza una reducción no significativa y un tercero no men-
a los encontrados en mujeres afromericanas (Friel y cois., ciona a la RPM de pretérmino como una variable separada
2005). Estos antecedentes apoyan la hipótesis de una pre- (Morales y cois., 1994; Hauth y cois., 1995; McGregor y
disposición genética a presentar RPM de pretérmino, tesis cois., 1995).
que ya había sido formulada dada la asociación entre RPM
Es probable que otras infecciones vaginales también
y desórdenes del tejido conectivo, como el síndrome de
estén implicadas en la patogenia de la RPM de pretérmi-
Ehler Danlos (Lind & Wallenburg, 2002).
no. Existe evidencia que apoya la asociación entre RPM e
El desarrollo del "fenotipo RPM de pretérmino" también infección cervicovaginal producida por Chlamydia tracho-
puede ser el resultado de interacciones entre los genes y el matis. La relación entre RPM e infecciones vaginales por
ambiente, entre los mismos genes del individuo y eventual- Estreptococo del grupo B, Trichomona vaginalis y Neisseria
mente entre los genes de distintos individuos (como es el gonorrheae (gonococo) es motivo de controversia (Rome-
caso de la madre y el feto: incompatibilidad materno-fetal). ro y cois., 1993a; McDonald, 1997; Santolaya-Forgas y
Varios estudios han postulado una serie de genes candida- cois., 2007). El tratamiento antibiótico de estas condicio-
tos (con sus polimorfismos) que podrían estar asociados a nes no necesariamente disminuye la incidencia de RPM de
un mayor riesgo de RPM, la mayoría de los cuales corres- pretérmino (o del parto prematuro espontáneo en general),
ponde a mediadores involucrados en procesos que mantie- pero se aconseja en distintas etapas del embarazo, dado el
nen o perturban la estabilidad de membranas. Un ejemplo riesgo inherente que conllevan para la madre, el feto y el
de esta interacción es el desarrollo de displasia broncopul- recién nacido.
monar en recién nacidos con polimorfismos específicos
Otras condiciones tradicionalmente asociadas a RPM de
(factor genético) y la exposición a agentes oxidantes (factor
pretérmino son la presencia de un dispositivo intrauteri-
ambiental) en recién nacidos prematuros.
no, polihidroamnios, incompetencia cervical, embarazo
gemelar, malformaciones y tumores uterinos. La FIGURA
Vitaminas y micronutrientes. El déficit de ácido as- 39-1 muestra un resumen de los mecanismos etiopatogé-
córbico se ha relacionado con un aumento en el riesgo de nicos propuestos para la RPM de pretérmino en diferentes
RPM. La evidencia disponible muestra que pacientes con condiciones clínicas.
RPM presentan concentraciones plasmáticas y del líquido
amniótico de ácido ascórbico menores que mujeres sin
RPM. Por otra parte, estudios in vitro sugieren que el au- Infección/inflamación intrauterina
mento de vitamina C disminuiría la concentración de MPM- y RPM
1, MPM-2 y MPM-9, así como su actividad enzimática. Un
estudio randomizado reciente mostró una reducción en las La infección intrauterina se encuentra frecuentemente aso-
tasas de RPM de pretérmino del orden del 74% en pacien- ciada a la RPM y condiciona un aumento significativo de la
tes del grupo suplementado con vitamina C (Casanueva y morbilidad materna y perinatal.
cois., 2005). La infección intrauterina se define como la invasión mi-
crobiana de la cavidad uterina. En la práctica, usamos el
Otros factores de riesgo. Entre los factores de ries- término infección intraamniótica o invasión microbiana
go de menor magnitud cabe mencionar a la vaginosis del líquido amniótico para referirnos a la presencia de un
bacteriana, que es una alteración del ecosistema vaginal cultivo positivo en líquido amniótico (normalmente estéril).
en la que se multiplican en gran cantidad de gérmenes Del mismo modo, empleamos el término inflamación in-
potencialmente patógenos (Gardenerella vaginalis, M¡- trauterina para referirnos a aquellas circunstancias en las

784
que hay un examen dtoquímico del líquido amniótico que el evento fisiopatológico crucial que modulará el desem-
sugiere una respuesta inflamatoria coriodecidual/fetal (Ej.: peño clínico del sujeto en su vida intra y extrauterina.
recuento de glóbulos blancos elevado, interleuquina-6 (IL-
6) elevada, PCR elevada, etc.). Debido a que los resultados
de los cultivos no son inmediatos y poseen limitaciones,
Frecuencia
frecuentemente interpretamos que la inflamación intraam- La infección intraamniótica ocurre entre el 20% y el 50%
niótica es la consecuencia de una infección intrauterina, lo de las pacientes con RPM de pretérmino. Es más frecuente
que nos facilita el manejo clínico de las pacientes. Estas en aquéllas que han iniciado trabajo de parto y en pacientes
definiciones deben diferenciarse de la corioamnionitis clí- con oligoamnios (Romero y cois., 1988; Gómez y cois.,
nica o infección ovular clínica, que se refiere a la presencia 1997b; Ovalle y cois., 1997). Un tercio de las pacientes
de un cuadro febril materno característico, de origen ute- con infección intraamniótica tienen bacteremia fetal, mien-
roplacentario. Este cuadro clínico se presenta en alrededor tras que una proporción aún mayor de fetos presenta una
del 30% de las pacientes con RPM de pretérmino e infec- respuesta inflamatoria sistémica caracterizada por dramá-
ción intraamniótica, por lo que es un marcador poco sensi- ticos cambios hematológicos junto con una elevación de
ble del compromiso infeccioso intrauterino (Gómez y cois., las concentraciones de citoquinas, factores de crecimiento
1995). La corioamnionitis histológica se define como la y metaloproteinasas en plasma fetal (Carroll y cois., 1996;
infiltración de las membranas por polimorfonucleares, con Gómez y cois., 1997a; Gómez y cois., 1998; Romero y
distintos grados de exudado subcoriónico y coriónico. El cois., 1998a). Esta condición fisiopatológica se denomina
último anexo ovular en comprometerse es el cordón umbi- síndrome de respuesta inflamatoria fetal (FIRS, en inglés).
lical (funisitis). La infección intraamniótica también ocurre en alrededor
del 30% de las pacientes con RPM de término, pero tanto
Etiopatogenia la respuesta inflamatoria evocada como su asociación con
morbilidad infecciosa materna y neonatal son significativa-
La ruta de acceso más frecuente para los gérmenes que mente menos frecuentes que en embarazos de pretérmino
invaden el líquido amniótico es la vía transcervical. Otras (Romero y cois., 1993b; Gómez y cois., 1994b).
vías son la diseminación hematógena (típicamente produ-
cida por Listería monocytogenes y virus), el acceso por vía
canalicular retrógrada (tubaria) y la introducción acciden-
Microbiología
tal durante procedimientos invasivos (Ej.: amniocentesis).
Los gérmenes más frecuentemente aislados desde el lí-
El modelo tradicional de infección ascendente tiene ple-
quido amniótico son los mismos que habitualmente coloni-
na vigencia y considera que la invasión microbiana de la
zan la vagina (Ovalle y cois., 1997). Los micoplasmas ge-
cavidad uterina ocurre en cuatro fases (Romero & Mazor,
nitales (Ureaplasma urealytícum y Mycoplasma hominis)
1988), como se esquematiza en la FIGURA 39-2-
son los gérmenes que con mayor frecuencia se aislan y se
• Alteración del ecosistema vaginal (vaginosis bacteria- encuentran presentes en más del 70% de las infecciones
na). intrauterinas en pacientes con RPM de término y pretérmi-
no, seguido de varias especies de estreptococos, especial-
• Extensión al tejido coriodecidual, donde la infección
mente Streptococcus agalactiae y Gardnerella vaginalis.
puede producir deciduitis y coriovasculitis (en los vasos
Las bacterias gramnegativas (especialmente Fusobacte-
fetales coriónicos) o atravesar las membranas (con o sin
rium sp.) y hongos son menos frecuentes. Estos últimos
rotura) hacia la cavidad amniótica.
suelen estar asociados con la presencia de un dispositivo
• Invasión microbiana de la cavidad amniótica, donde intrauterino residual en la cavidad uterina (Gómez y cois.,
los gérmenes pueden dañar otras regiones de los anexos 2005a; Gómez y cois., 2005b).
ovulares (membranas, plato corial, cordón umbilical) o
En casi la mitad de los casos se aisla más de un germen
extenderse hacia el feto por diferentes puertas de entra-
desde la cavidad amniótica, lo cual debe ser considerado al
da. momento de elegir el tratamiento antibiótico. Actualmente
• Infección fetal por aspiración y deglución de microorga- se utilizan otras técnicas microbiológicas tales como pro-
nismos, con desarrollo subsecuente de bronconeumonía teómica, reacción en cadena de la polimerasa, etc. (Jalava
congénita, bacteremia, sepsis y daño tisular (leucomala- y cois., 1996; Oyarzún y cois., 1998), pero su utilización
cia periventricular). Otras manifestaciones de infección clínica no se ha expandido.
fetal directa son dermatitis, otitis, conjuntivitis y onfali-
tis. Es importante destacar que es posible que ocurra Mecanismo etiopatogénico
infección del feto durante el curso de la fase II (corio-
decidual), aun en ausencia de un cultivo positivo en el La fase I o cervicovaginal de las infecciones del tracto
líquido amniótico. La respuesta inflamatoria del feto es genital femenino es el prerrequisito habitual para el desa-
conocida como respuesta inflamatoria sistémica fetal y es rrollo de infecciones intrauterinas. Sin embargo, sólo una

785
OBSTETRICIA

proporción escasa de pacientes con infecciones cervico- Injuria microbiológica


vaginales tendrá un parto prematuro asociado a infección
intraamniótica. Esto significa que la transición entre las Una vez que los gérmenes han alcanzado el espacio co-
fases I y II (FIGURA 39-2) requiere de la existencia de riodecidual (fase II) pueden secretar o inducir la formación
ciertas condiciones (factores de riesgo y/o interacciones), de un grupo heterogéneo de productos tales como:
cuya comprensión es aún incompleta. Entre esas condi- • Fosfolipasa A y C. Producen clivaje y secreción de ácido
ciones pueden mencionarse la disfunción cervical, defi- araquidónico libre desde las membranas celulares. En-
ciencias de la inmunidad local (desnutrición), alteraciones tonces, el ácido araquidónico puede incorporarse a cual-
funcionales del moco cervical (expresión variable de an- quiera de sus tres rutas principales de metabolización:
tibióticos naturales denominados defensínas), polimorfis-
vía de la ciclooxigenasa, que conduce predominante-
mos genéticos, etc. (Shubert y cois., 1992; Svinarich y mente a la síntesis de prostaglandinas, prostaciclina y
cois., 1997). En el pasado se postuló que el coito podía tromboxanos; vía de la lipooxigenasa, que conduce a
promover el transporte de gérmenes desde la vagina hasta la síntesis de leucotrienos, ácido hidroxieicosatetranoico
el espacio coriodecidual, pero hoy no existe de ello (Ekwo y lipoxinas; y vía de la epoxigenasa, que conduce a la
y cois., 1993). formación de epóxidos.
• Lipopolisacárido (endotoxina). También puede estimu-
lar la producción de prostaglandinas por células de las
membranas ovulares y la decidua. Las concentraciones
de endotoxina en el líquido amniótico están elevadas en
pacientes con RPM de pretérmino y trabajo de parto.
• Colagenasas. Las bacterias son fuentes conocidas de
proteasas, incluyendo varios tipos de colagenasas, que
pueden actuar directamente sobre las membranas ovu-
lares para promover su rotura.

Sin embargo, estudios in vivo demuestran que la sola


presencia de gérmenes o productos microbianos no siem-
pre se acompaña de contractilidad uterina o de rotura de
membranas, sino que esta última aparece cuando con-
temporáneamente existe evidencia de que el huésped
(madre o feto) ha montado una respuesta inflamatoria
intrauterina.

Respuesta del huésped (madre y/o feto)


A continuación se describen los componentes más im-
portantes de la respuesta inflamatoria del huésped en el
contexto de la infección intrauterina:
• Citoquinas. Las citoquinas pueden clasificarse en fac-
tores de necrosis (factor de necrosis tumoral a), inter-
leuquinas (IL-6) y factores de crecimiento (factores
estimulantes de colonias). Durante el curso de una in-
fección intrauterina, diversas citoquinas proinflamatorias
FIGURA 39-2. Modelo tradicional de infección ascen- (especialmente el factor de necrosis tumoral y las inter-
dente. Esve modelo considera la invasión microbiana de leuquinas 1, 6 y 8) e inhibitorias (receptor antagonista
la cavidad amniótica en cuatro fases: I) Alteración del de la interleuquina 1, interleuquina 10 y el factor de
ecosistema vaginal; II) Extensión al tejido coriodecidual; crecimiento TGF-p) son secretadas por la decidua, por
III) Invasión microbiana de la cavidad amniótica y IV) las membranas y por los tejidos fetales. Las citoquinas
Infección fetal. proinflamatorias estimulan la producción de prostaglan-
dinas en el amnios, corion y decidua y de esta forma
promueven la aparición de contractilidad uterina.

786
• Metaloproteinasas de la matriz (MPM). Las MPM perte- y de elastasa. Las citoquinas proinflamatorias y el factor de
necen a una familia de enzimas (colagenasas, gelatina- activación plaquetario pueden aumentar la disponibilidad
sas y estromalisinas) que requieren de metales pesados de metabolitos del ácido araquidónico, induciendo la ex-
(zinc) para degradar macromoléculas de la matriz extra- presión de la forma inducible de la ciclooxigenasa (COX-2).
celular. Juegan un importante rol en la morfogénesis, en Esto genera un incremento en la producción de uterotóni-
la ovulación, en la implantación, en la menstruación, en cos tales como prostaglandinas, tromboxano, leucotrienos
la involución tisular, en la angiogénesis, en la cicatriza- y otras sustancias derivadas de los glicerofosfolípidos de
ción, en la invasión tumoral y en la metástasis. Diversas las membranas. Éste es el mecanismo más probable en
citoquinas y factores de crecimiento pueden regular la casos de trabajo de parto prematuro. Una segunda forma
expresión de las MPM y sus inhibidores. El amnios y el de respuesta del huésped es la degradación de la matriz
corion pueden producir varios tipos de MPM (especial- extracelular de la interfase amnios-corion-decidua produ-
mente la 1, 8 y 9) y ha sido posible demostrar la eleva- cida por un aumento en la biodisponibilidad de MPM y
ción de algunas de ellas durante el trabajo de parto, la elastasa. Probablemente, ésta es la vía primaria en casos
rotura de membranas y la infección intraamniótica. de rotura prematura de las membranas asociada a infec-
ción del tracto genital. Aunque la infección aparece como
• Factor de activación plaquetario. Es un autacoide am-
el fenómeno mejor estudiado en pacientes con parto pre-
pliamente distribuido, con numerosas acciones fisiológi-
maturo y rotura prematura de membranas de pretérmino,
cas y fisiopatológicas que son reguladas por un inhibidor
estas complicaciones del embarazo deben concebirse como
tipo hidrolasa. Estimula la producción de prostaglandi-
entidades sindrómicas en las que operan otros mecanismos
nas por el amnios e induce contractilidad uterina. Sus
de enfermedad, tales como lesiones vasculares del lecho
concentraciones están elevadas en el líquido amniótico
placentario, disfunción cervical, desórdenes del tejido co-
de pacientes con rotura prematura de membranas de
nectivo y respuestas autoinmunes, entre otras causas (Ro-
pretérmino e infección intrauterina.
mero y cois., 1994).
• Elastasa. Esta enzima es capaz de degradar componen-
La invasión microbiana fetal puede desencadenar un
tes de la matriz extracelular. Es una proteasa sérica cuya
FIRS que puede progresar hasta una falla orgánica múlti-
actividad es regulada por su propio inhibidor. Ambas
ple, shock séptico e incluso muerte si el parto no ocurre en
han sido aisladas desde la mucosa cervical y el líquido
el momento apropiado. Dentro de los sistemas comúnmen-
amniótico, demostrándose que la infección intraamnió-
te afectados se encuentran (FIGURA 39-3):
tica produce un dramático incremento en las concentra-
ciones de esta proteasa, sin modificar los niveles de su
Sistema hematológico. La respuesta hematológica
inhibidor.
fetal está caracterizada por alteraciones en los granulocitos
y eritrocitos. Por eso, en dos terceras partes de los fetos
Respuesta inflamatoria fetal sistémica con FIRS se encuentra neutrofilia. El mecanismo que lleva
a la neutrofilia aún no está claramente establecido, pero
La inflamación de los tejidos puede manifestarse a tra- parece estar relacionado con un aumento de los niveles
vés de la circulación de mediadores inflamatorios en la del factor estimulante de granulocitos. El recuento de cé-
sangre. En 1992, este trastorno, llamado síndrome de res- lulas rojas nucleadas también se encuentra aumentado y
puesta inflamatoria sistémica, se describió en adultos como probablemente se debe al aumento en los niveles de IL-6.
un conjunto complejo de hallazgos que incluían anomalías Finalmente, los fetos con FIRS y parto de pretérmino suelen
cardiovasculares por activación sistémica del sistema ¡n- activar el sistema monocito-neutrófilo.
munitario innato. Estos cambios se acompañan de una ele-
vación en la concentración de ¡nterleuquina-6. Hace diez Timo. Evidencia reciente ha mostrado una asociación
años describimos el equivalente fetal de esta condición y entre involución tímica e infección fetal/neonatal. El timo
la denominamos síndrome de respuesta inflamatoria fetal puede ser evaluado ¡n útero ecográficamente. De hecho, fe-
sistémica, utilizando como parámetro una IL-6 mayor de tos con procesos infecciosos poseen un perímetro que sue-
11 pg/mL en plasma fetal. le estar por debajo del percentil 5 para la EG, lo que guarda
Un aspecto relevante en la comprensión de la RPM una buena correlación con los niveles fetales de IL-6. Teóri-
es aquel que señala al huésped (madre o feto) como el camente, esto permitiría en el futuro realizar un diagnóstico
sujeto sobre el cual descansa la "decisión" de iniciar los no invasivo de FIRS. Existen dos teorías para explicar la
mecanismos responsables del parto prematuro (con o sin depleción temprana de timocitos. La primera alude a un
rotura prematura de membranas) con el fin de proteger el aumento de la apoptosis del tejido linfoide inducida por los
binomio en condiciones de hostilidad biológica. En efecto, glucocorticoides (respuesta al estrés); la segunda sugiere
durante la invasión microbiana del espacio coriodecidual, un efecto directo de las citoquinas proinflamatorias sobre el
el huésped puede responder con la producción intrauterina timo. La involución tímica temprana puede estar asociada
de citoquinas, del factor de activación plaquetario, de MPM al desarrollo posterior de discapacidad neurológica.

787
Infección cervicovaginal

[;".t Estimulación Síntesis colagenasa *Or** ".;;;;l


fosfolipasa A2 macrófagos y elastasa bacteriostática del
I

ii¡áract¿l¿e l
mcdiadores I

]I,I _ FNT- FAP

Aumento actividad
I síntesis Pc
t colagenasa

_i
I
PARTO
PREMATURO
l

Frcuue l9-1. Mecanismos clue ex¡lliran crimo la infcceirin eervicovagirtrl causa parto pre;natrn:o o r{}tura prcmalttra cie
nlelnbranas. liPM = Rotura prcmatura dc memb:anasi PG = Prostaglandinas; IL 1 = Interleucluina l; FNT : Factor ele
nccrosis lumo¡al; FAP = Fa€tor activad¡r¡ ¡rlac¡uelario.

*j¿rttl;.ti.::¿ ;;t.rl:ii¿r.ii.:ri;;l Desde hace varios años es co- grampositivas y micoplasmas). En condiciones normales,
noclda Ia relación existente entre el aumento de los niveles el feto expresa a nivel cutáneo TLR-2 y TLR-, mientras que
de cortisol fetal y el inicio del trabajo de parto. Los fetos con el feto con FIRS expresa grandes cantidades de TLR-2, pero
FIRS se encuentran somet¡dos a estrés, que se man¡f¡esta no de TLR-4 en su epidermis. Esto permite suponer que la
por un aumento en los niveles de cortisol, sin aumento de dermatitls es parte del FIRS y que representaría una mani-
los niveles de dehidroepiandrosterona sulfato. Estas altera- festación puramente fetal de respuesta inflamatoria.
ciones metabólicas tempranas pueden llevar a una repro-
gramaciÓn endocrina que puede tener repercusiones tanto iiir'r¡:rr:" La FIRS y la corioamnlonitis histológica suelen
a corto como a largo plazo. Estos fenómenos intrauterinos, presentarse asociados a ollgoamnios, Esto a su vez facifi
que impactan en la vida futura del individuo, han sido des- ta la persistencia y diseminación de los microorganismos
critos para enfermedades tales como hipertensión arterial, y mediadores inflamatorios, aunque los mecanismos per-
d ia betes, obesidad, ova rios pol iq u ísticos, etcétera. manecen poco claros. La teoría más aceptada sugiere una
redistribución del flujo sanguÍneo con hipoperfusión renal.
tsi;ri. En la vida intrauterina, el feto y las membranas se En ese contexto, el oligoamnios suele asociarse a niveles
encuentran en permanente contacto con el líquido amnróti- elevados de lL-6 en sangre del cordón.
co. En la infección intraamniótica, la reacción inflamatoria
se manifiesta como corioamnionitis histológica en la madre il+r;::r'r;i. Los fetos que cursan con respuesta inflama-
y como dermatitis en el feto. Los "receptores campana" (toll toria sistémica pueden evidenciar disfunción diastólica.
like receptors o TLR) son los encargados de reconocer los Normalmente, el corazón fetal tiene un período de llenado
productos microbianos e iniciar la respuesta inmune (Ej.: ventricular inicial pasivo, seguido de un Ilenado ventricular
TLR-2 reconoce principalmente componentes de bacterias activo, producto de la contracción auricular. Estos dos fe-

788
nómenos son representados en el Doppler por las ondas E al SNC, llevando a daño de oligodendrocitos y a alteración
y A respectivamente; ambas representativas de la onda de en el depósito de mielina alrededor del axón de la neurona.
velocidad de flujo a través de las válvulas auriculoventricu- La asociación entre infección ¡ntrauterina/corioamnionitis y
lares. En condiciones fisiológicas, el llenado ventricular se parálisis cerebral también se observa en recién nacidos de
produce principalmente a expensas de la contracción atrial término (Yoon y cois., 1997a).
(onda A), que predomina sobre la onda E (llenado pasivo).
En fetos con FIRS el corazón se vuelve "blando" (floppy
hearth) por acción de mediadores proinflamatorios, predo- Diagnóstico de RPM
minando el llenado pasivo (onda E) sobre el activo (onda
El diagnóstico de RPM suele realizarse con facilidad en la
A), lo que configura un patrón de disfunción diastólica. Esta
gran mayoría de los casos. La propia paciente relata una
situación puede conducir también a una disminución del
historia típica de pérdida súbita, abundante e incontenible
gasto cardíaco e hipotensión, lo cual puede generar hipo-
de líquido transparente con olor a cloro o semen por los ge-
perfusión cerebral y facilitar el desarrollo de leucomalacia
nitales. Una anamnesis apropiada ayuda en el diagnóstico
periventricular.
diferencial entre RPM y otras condiciones que la simulan,
como por ejemplo, la pérdida del tapón mucoso en un tra-
Pulmón. El pulmón fetal es una estructura que pue-
bajo de parto inicial, la presencia de leucorrea (fisiológica
de ser fácilmente colonizada por bacterias presentes en la
o secundaria a una infección vaginal) o la incontinencia de
cavidad uterina, dado que existe un constante flujo bidi-
orina que afecta a algunas pacientes durante la segunda
reccional de líquido amniótico a este nivel. Esto ha sido
mitad del embarazo (TABLA 39-2).
demostrado al encontrar microorganismos y leucocitos en
el líquido traqueobronquial de fetos con infección intraam- La historia relatada por la paciente es generalmente co-
niótica. La colonización bacteriana parece estar claramente rroborada por el examen físico obstétrico que, luego de es-
ligada al desarrollo de displasia broncopulmonar, dado que timar la edad gestacional y comprobar vitalidad fetal, debe
los mediadores inflamatorios estimulan procesos de apop- seguir la siguiente secuencia:
tosis e inhiben la proliferación de las células pulmonares.
De igual forma, dificultan el desarrollo de la microvascula- Examen de genitales externos. Puede observarse
tura y perturban la angiogénesis, lo que en términos fun- una cantidad variable de líquido amniótico escurriendo en
cionales implica una disminución en el número de alvéolos forma espontánea. La maniobra de Valsalva y/o la movili-
útiles. En estos recién nacidos es poco frecuente el desarro- zación del polo fetal que ocupa la pelvis materna pueden
llo de distrés respiratorio. Este fenómeno ha sido valorado ayudar a visualizar este signo. El tacto vaginal debe evi-
en modelos animales y parece estar mediado por IL-la, tarse para disminuir el riesgo de infección, a menos que la
que estimula la producción de surfactante, pero que parale- paciente se encuentre en trabajo de parto.
lamente induce parto pretérmino. En resumen, la inflama-
ción intraamniótica podría inducir maduración pulmonar, lo Especuloscopia. Permite observar el escurrimiento de
cual favorece la supervivencia en recién nacidos de pretér- una cantidad variable de líquido amniótico por el orificio
mino, pero a largo plazo los efectos de esta adaptación son cervical externo del cuello uterino, con o sin las maniobras
deletéreos y terminan generando un cuadro de displasia referidas previamente. La presencia de este signo hace in-
broncopulmonar. necesaria la utilización de otros exámenes de laboratorio
destinados a establecer el diagnóstico de RPM. En cambio,
Cerebro. Existe una clara relación entre infección ¡n- su ausencia obliga a tomar muestras para tests diagnósti-
traamniotica y disfunción neurológica a largo plazo (paráli- cos adicionales desde el fondo de saco vaginal posterior
sis cerebral). Se ha propuesto que esta lesión es mediada (test de cristalización). Pueden tomarse muestras para
tanto por la prematuridad como por el aumento de cito- Gram y cultivos, para identificar a las pacientes portadoras
quinas proinflamatorias, las que facilitan el desarrollo de de estreptococo grupo B, Chlamydía trachomatis, Neísseria
hemorragia intraventricular y el daño de sustancia blanca. gonorrhoeae y Mycoplasma species.
Además, la hipotensión y el bajo gasto cardíaco generan
daño hipóxico-isquémico. Por último, se ha propuesto que La especuloscopia también puede aprovecharse para es-
la respuesta inflamatoria puede actuar en forma sinérgica timar el grado de dilatación cervical, descartar un prolapso
con susceptibilidades genéticas, facilitando el desarrollo de de cordón, especialmente en casos de RPM en presenta-
parálisis cerebral. En 1997, Yoon sugirió que los mediado- ción podálica o transversa y obtener muestras destinadas a
res inflamatorios liberados durante el curso de la infección establecer si existe madurez pulmonar fetal. Una relación
intraamniótica podrían participar en la patogénesis de la lecitina/esfingomielina > 2 y/o fosfatidilglicerol detectable
leucomalacia periventricular (LPV) a través del aumento de después de las 30 semanas de edad gestacional están aso-
la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, lo cual ciados a un muy bajo riesgo de distrés respiratorio en los
facilitaría el paso de productos microbianos y de citoquinas recién nacidos.

789
OBSTETRICIA

TABLA 39-2. Diagnósticos diferenciales más frecuentes y sus características de diferenciación

Condición Edad gestacional Inicio Aspecto Comentario


RPM 80% término Brusco Transparente Puede contener
20% pretérmino u opalescente meconio o sangre
Leucorrea Cualquiera Progresivo Amarillento, gris, Ardor, prurito
purulento o mal olor vaginal
Incontinencia de orina Segunda mitad Brusco Transparente Relacionada con
del embarazo o citrino esfuerzo físico, tos,
etc. Infección
urinaria
Tapón mucoso Tercer trimestre Progresivo Mucoso con o sin Asociada con
sangre escasa actividad uterina
prodrómica
Hidrorrea decidual Primer trimestre Brusco Citrino con sangre
Rotura quiste vaginal Cualquiera Brusco Transparente
sanguinolento

Test de cristalización. Consiste en la obtención de


una muestra desde el fondo de saco vaginal, la cual se
deja secar sobre un portaobjeto. Con un microscopio en
aumento menor o mediano debiera observarse una arbo-
rización en hoja de helécho muy característica del líquido
amniótico (FIGURA 39-4). El meconio fluido y cantidades
moderadas de sangre no modifican la positividad del test,
cuya sensibilidad alcanza del 90% al 95%, con una tasa
muy reducida de falsos positivos, generalmente atribuibles
a la presencia de semen, mucus cervical o huellas digita-
les en el portaobjeto (Friedman & McElin, 1969). El test
es útil a cualquier edad gestacional. Los falsos negativos
(5% al 10%) pueden deberse a muestras inadecuadas, a
la contaminación excesiva con sangre o a una observación
prematura.

Test de nitrazina (pH). Se basa en el viraje en el color


(de amarillo a azul) que sufre una cinta reactiva de nitrazi- FIGURA 39-4. Test de cristalización. Microfotografía de
na expuesta a un líquido alcalino (pH mayor de 7). El pH cristalización del líquido amniótico.
normal de la vagina durante el embarazo es de 4 a 5,5,
mientras que el líquido amniótico tiene normalmente un
pH de 7 a 7,5. Aunque el test tiene una sensibilidad de miento fetal y malformaciones del tracto urinario (agenesia
alrededor del 90%, sus falsos positivos pueden llegar al o displasia renal fetal bilateral y las valvas uretrales pos-
20% y son la consecuencia de la contaminación con orina teriores en fetos masculinos). Por otro lado, la presencia
alcalina, semen, sangre, mucus cervical, soluciones anti- de un volumen normal de líquido amniótico no necesaria-
sépticas, gel para ultrasonido y la presencia de vagínosis mente descarta el diagnóstico de RPM, especialmente en
bacteriana. Los falsos negativos alcanzan el 10% (Fried- pacientes con antecedente de polihidroamnios. De hecho,
man & McElin, 1969). cerca de la mitad de las pacientes con RPM tiene al menos
un bolsillo de líquido amniótico > 2 cm (Vintzileos y cois.,
Ultrasonido obstétrico. La observación de un vo- 1985). El ultrasonido ofrece además una excelente opor-
lumen de líquido amniótico reducido o ausente apoya el tunidad para estimar la edad gestacional (en ausencia de
diagnóstico de RPM cuando la historia de la paciente es ecografías de la primera mitad del embarazo) y el peso fe-
sugerente. Sin embargo, deben descartarse otras causas tal, para diagnosticar la presentación, valorar la viabilidad,
asociadas a oligoamnios tales como restricción del creci- la condición biofísica y la anatomía del feto, para establecer

790
algunas características de la placenta y del cuello uterino administración esteroidal. A pesar de que la corioamnioni-
y para guiar la realización de procedimientos diagnósticos tis clínica está definitivamente asociada a un aumento en la
como la amniocentesis. morbimortalidad perinatal y a morbilidad febril puerperal,
ésta sólo es capaz de identificar a un tercio de las pacientes
Otros métodos diagnósticos. En algunos casos ex- con invasión microbiana de la cavidad amniótica (Gómez y
cepcionales es útil recurrir a la Inyección intraamniótica cois., 1997b). Por esta razón, actualmente la detección de
de índigo carmín o azul de Evans, asociado a la presencia infección intraamniótica se basa en la utilización de méto-
de un tampón vaginal para documentar el escurrimien- dos complementarios de vigilancia.
to de la tinción hacia el tracto genital inferior. No debe
Si bien la RPM es el factor de riesgo más importante
usarse azul de metileno porque puede causar metahemo-
para su desarrollo, la corioamnionitis clínica puede presen-
globinemia fetal. Otras pruebas propuestas para ayudar a
tarse con las membranas ovulares íntegras, especialmente
establecer el diagnóstico de RPM son el examen en se-
en pacientes con trabajo de parto prematuro, trabajo de
creciones vaginales de compuestos como la fibronectina
parto prolongado y otros factores de riesgo tales como la
oncofetal, prolactina, a-fetoproteína, diaminooxidasa, etc.
presencia de infecciones cervicovaginales, tactos vagina-
Algunos de estos métodos se encuentran disponibles en
les repetidos, incompetencia cervical y meconio en líqui-
nuestro país en la forma de kit de detección rápida (Am-
do amniótico. Las consecuencias clínicas y el manejo son
niSURE).
similares cualquiera sea la circunstancia que precipite la
aparición de corioamnionitis clínica.
Diagnóstico diferencial de RPM
Existen varias situaciones que pueden simular clínica- Frecuencia. Se presenta en del 5% al 10% de las pa-
mente una RPM. La TABLA 39-2 muestra los diagnósticos cientes con RPM de término, en tanto que su incidencia
diferenciales más frecuentes y las características que per- aumenta progresivamente en la medida que la rotura de
membranas ocurre en gestaciones más precoces. En ge-
miten distinguirlos de la RPM. La entrevista con la pacien-
te y el examen clínico resuelven la duda diagnóstica en neral, la corioamnionitis clínica afecta del 10% al 30% de
las pacientes con RPM de pretérmino (Gunn y cois., 1970;
la mayoría de los casos. Otras causas raras de pérdida de
líquido por vagina son la rotura de una bolsa amniocorial Gómez y cois., 1995), pero en el grupo de embarazadas
con edad gestacional menor a 26 semanas esta cifra pue-
(líquido entre el amnios y el corion, generalmente asociado
de superar fácilmente el 50% de los casos (Beydoun &
con algún grado de actividad uterina previa), la hidrorrea
decidual con secreción citrina con o sin sangre, derivada de Yasin, 1986). Tradicionalmente se ha considerado que la
probabilidad de que una paciente con RPM de pretérmino
la degeneración de la decidua refleja durante su fusión con
desarrolle corioamnionitis está en función del período de
la decidua parietal hacia las 16 a 20 semanas de gestación
latencia. Sin embargo, Johnson y cois, demostraron que la
y la rotura de un quiste vaginal.
incidencia de infección clínica y mortalidad perinatal no se
incrementa con la prolongación del período de latencia en
Complicaciones maternas, fetales pacientes con RPM de pretérmino, a menos que se prac-
y neonatales asociadas a la RPM tiquen tactos vaginales durante dicho período o exista un
factor de riesgo permanente como el dispositivo intrauteri-
Corioamnionitis clínica no o un cerclaje cervical ¡n situ (Johnson y cois., 1981b;
Lewisy cois., 1992).
Definición y significado clínico. El diagnóstico de co-
rioamnionitis clínica se establece cuando existe elevación
Tratamiento. El tratamiento de la corioamnionitis clíni-
de la temperatura axilar igual o mayor a 38 °C, acompa-
ca consiste en la interrupción del embarazo bajo cobertura
ñada por dos o más de los siguientes síntomas y signos antibiótica parenteral.
(Gibbsycols., 1982):
• Sensibilidad uterina anormal. Interrupción del embarazo. A menos que existan con-
traindicaciones, debe preferirse la vía de parto vaginal.
• Secreción purulenta por el orificio cervical externo.
Existe controversia acerca de cuál es el plazo para obtener
• Taquicardia materna. el parto en pacientes con corioamnionitis clínica, pero un
límite de 12 h parece ser un período de espera razonable
• Leucocitosis materna mayor de 15.000 células/mm3.
(Arias, 1993). En casos de parto por operación cesárea de-
• Taquicardia fetal. ben considerarse los siguientes principios: la incidencia de
infecciones es similar para la laparotomía media infraum-
La administración de corticoides se asocia con un au- bilical y la de Pfannenstiel; el abordaje extraperitoneal no
mento del recuento leucocitario materno, por lo que éste tiene ventajas en relación con el abordaje tradicional; es
debe evaluarse con cautela entre las 24 y 48 h luego de la aconsejable colocar compresas parauterinas para evitar

791
OBSTETRICIA

el escurrimiento de líquido amniótico infectado hacia las ya a su separación, lo que concuerda con la observación
correderas parietocólicas; evitar el uso indiscriminado del de que la probabilidad de que ocurra desprendimiento au-
electrobisturí; lavar la cavidad peritoneal con abundante menta con la severidad del oligoamnios (Vintzileos y cois.,
suero fisiológico e irrigar profusamente el tejido celular con 1987b). Alternativamente, el desprendimiento de placenta
solución fisiológica o soluciones con antibióticos (Yonekura, puede compartir el mecanismo etiopatogénico propuesto
1985; Silva, 1997). para algunos casos de RPM -desorden hemostático deci-
dual con o sin infección asociada-, lo que explicaría que
Antibíoticoterapia. La administración de antimicro- durante el embarazo la hemorragia sea el factor de riesgo
bianos debe iniciarse en el momento del diagnóstico. La más importante para la RPM de pretérmino. En este mismo
postergación de esta medida terapéutica hasta el posparto sentido, las pacientes que presentan DPPNI luego de una
se asocia con un incremento en la morbilidad materna y RPM tienen más frecuentemente metrorragia previa a la ro-
neonatal (Gibbs y cois., 1988; Gilstrap y cois., 1988). Los tura y durante el período de latencia que las pacientes con
esquemas usados están respaldados por su demostrada efi- RPM sin esta complicación. La deciduítis también puede
cacia e incluyen los siguientes antibióticos: facilitar el desprendimiento de la placenta, lo que explica-
ría la asociación entre ésta y la corioamnionitis histológi-
• Penicilina sódica ¡v 4 a 5 millones unidades cada 6 h +
ca (Darby y cois., 1989). De hecho, el riesgo relativo de
quemicetina iv 1 g cada 8 h + gentamicina ím 60 a 80
DPPNI es de 9 (IC 95% 2,8 a 29,15) cuando la RPM de
mg cada 8 h.
pretérmino está asociada a corioamnionitis clínica (Ananth
• Ampicilina iv 1 g cada 6 h + gentamicina im 60 a 80 y cois., 2004).
mg cada 8 h.
• Ampicilina-sulbactam iv 2 g cada 8 h + clindamicina iv Respuesta inflamatoria sistémica fetal
600a 900 mgcada 8 h.
Definición y significado clínico. Este síndrome se
• Clmdamicina iv 600 a 900 mg cada 8 h + gentamicina caracteriza por una elevación de marcadores inflamatorios
im 60 a 80 mg cada 8 h. (Ej.: IL-6) en la sangre fetal y es un factor de riesgo inde-
• Ceftriaxona iv 1 g cada 24 h + clindamicina iv 600 a pendiente de parto inminente y morbilidad neonatal severa
900 mgcada 8 h. (Gómez y cois., 1998; Romero y cois., 1998b). Este hecho
sugiere que la injuria responsable de algunas complicacio-
• Ceftriaxona iv 1 g cada 24 h + metronidazol ¡v 500 mg nes neonatales graves, tradicionalmente atribuidas a pre-
cada 6 a 8 h. maturidad, puede ocurrir antes del parto. Esta interpreta-
ción es consistente con observaciones que muestran que la
La penicilina puede reemplazarse por eritromicina iv 1 g presencia de un proceso inflamatorio intrauterino en el mo-
cada 6 h. En aquellos esquemas que no incluyen cobertura mento del nacimiento está independientemente asociado
para gérmenes anaerobios puede agregarse metronidazol iv a complicaciones del niño en el corto y largo plazo (Verma
500 mg cada 6 a 8 h. En el Hospital Dr. Sofero del Río, de y cois., 1997; Yoon y cois., 1997a; Yoon y cois, 1997W.
Santiago de Chile, la terapia antibiótica se suspende a las Por ejemplo, los fetos con una elevación de IL-6 en plasma
24 h después del parto si el curso clínico de la paciente es de cordón umbilical o en líquido amniótico tienen mayor
satisfactorio. Otros esquemas consideran la administración riesgo de desarrollar sepsis neonatal congénita, leucomala-
oral de antibióticos hasta completar 5 a 7 días de trata- cia periventricular y parálisis cerebral (Buck y cois., 1994;
miento. Yoon y cois., 1996b).

Desprendimiento prematuro de placenta Frecuencia. El 40% de los fetos con RPM de pretérmi-
no tiene una respuesta inflamatoria sistémica fetal definida
El desprendimiento prematuro placentario (DPPNI) ocu- como una concentración plasmática de interleuquina-6 >
rre en alrededor del 2% al 5% de los casos de RPM de 11 pg/mL (Gómez y cois., 1998; Romero y cois., 1998b).
pretérmino, versus el 0,8% de frecuencia en pacientes con
trabajo de parto prematuro y membranas íntegras (Moretti Diagnóstico y manejo. El único método que permite
ySibai, 1988; Gonen y cois., 1989; Major y cois., 1995; establecer el diagnóstico con certeza es la cordiocentesis.
Ovalle y cois., 1997). Un metaanálisis muestra que las pa- Sin embargo, en la actualidad no es posible recomendar su
cientes con RPM de pretérmino poseen un riesgo tres veces utilización rutinaria en pacientes con RPM de pretérmino,
mayor de presentar este accidente del embarazo (Ananth dado que se trata de un procedimiento de subespecialidad
y cois., 1996). El mecanismo etiopatogénico de esta aso- y que no existe claridad acerca de la conducta a seguir
ciación no está aclarado. Es posible que luego de la RPM con los resultados que arroje. Algunos métodos que pueden
se produzca una desproporción entre el tamaño uterino y medir indirectamente el riesgo de una respuesta inflamato-
la superficie de inserción placentaria y que eso contribu- ria fetal son la amniocentesis (identifica cerca del 70% de

792
Capítulo 39 | Rotura prematura de membranas, corioamnioniüs y respuesta inflamatoria fetal

fetos con respuesta inflamatoria) y, eventualmente, el perfil de las 26 semanas. Aunque aceptada por muchos años, la
biofísico fetal (compromiso de la variabilidad de la frecuen- creencia de que la RPM está asociada con una aceleración
cia cardíaca fetal y movimientos respiratorios), el estudio de la madurez pulmonar está actualmente en disputa (Ha-
funcional cardíaco fetal (disfunción diastólica) y una dis- llak & Bottoms, 1993). Otras complicaciones neonatales
minución del perímetro del timo fetal examinado sonográ- propias de la prematurez tales como hemorragia ¡ntraven-
ficamente (Gómez y cois., 1998; Romero y cois., 1998a). tricular, enterocolitis necrotizante, leucomalacia periventri-
cular, broncodisplasia pulmonar, etc., son más frecuentes
Es posible que algunos fetos se beneficien de la interrup-
en pacientes con RPM de pretérmino.
ción del embarazo (por ejemplo aquellos de más de 30 a
32 semanas), mientras que aquellos con respuesta infla-
Sepsis neonatal. La incidencia de la sepsis neonatal
matoria masiva pueden recibir citoquinas inhibitorias y/o
varía dependiendo de la definición utilizada, de la presen-
antiinflamatorios. Cualquiera sea la conducta que termine
cia o ausencia de corioamnionitis clínica y de la edad ges-
imponiéndose, el manejo de las pacientes con RPM de pre-
tacional en el momento del parto. En pacientes con RPM
término o con trabajo de parto prematuro debe considerar
de pretérmino, la incidencia de sepsis confirmada, cuadro
que una proporción significativa de fetos está "enfermo" en
clínico y de laboratorio compatibles es del 8% y se eleva
un escenario subclínico y que el tradicional empeño por
al 20% en pacientes con corioamnionitis (Gibbs y cois.,
prolongar el embarazo puede resultar en un incremento de
1980; Carite & Freeman, 1982; Mercer & Arheart, 1995;
la morbimortalidad del feto y del recién nacido.
Ovalle y cois., 1997). En pacientes de término, la inciden-
cia de infección neonatal fluctúa entre el 0% y el 5% (Yoder
Restricción del crecimiento intrauterino y cois., 1983).
(RCIU) El uso profiláctico de antibióticos en la madre o el recién
nacido ha disminuido la frecuencia de cultivos positivos en
Estudios recientes muestran una asociación entre parto
niños con un cuadro clínico compatible con sepsis neo-
prematuro y RCIU. De hecho, un estudio mostró que la
natal. Los gérmenes más frecuentemente involucrados en
tasa de crecimiento de los parámetros biométricos fetales
casos de sepsis neonatal son el estreptococo grupo B, esta-
de pacientes con RPM con períodos de latencia superiores
filococos, gérmenes gramnegativos, especialmente Haemo-
a 14 días es menor que la de un grupo control (Spinillo y
philus ¡nfluenzae, Klebsiella pneumoniae, Escherichia coli,
cois., 2004). Neissería gonorrhoeae, Candida albicans y otros. Informes
recientes muestran que el aislamiento de micoplasmas
Muerte fetal urogenitales desde el tracto respiratorio de recién nacidos,
con sospecha de sepsis, se asocia con un incremento en
El óbito fetal tiene una prevalencia general del 2%. La el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar crónica (lies
frecuencia es del 1% cuando la RPM ocurre después de las y cois., 1996). Otras infecciones en niños no necesaria-
24 semanas y se eleva al 15% cuando ocurre antes de las mente sometidos a ventilación mecánica podrían tener un
24 semanas (Mercer y cois., 2005). La muerte fetal en el efecto semejante en el pulmón (Rojas y cois., 1995).
contexto de una RPM se asocia con infección fetal, DPPNI,
RCIU y accidentes de cordón, pero un porcentaje significa- Asfixia perinatal. Varias condiciones asociadas a la
tivo no muestra evidencias de causa alguna. RPM de pretérmino pueden explicar el aumento en la in-
cidencia de asfixia perinatal: infección fetal, prolapso de
cordón, desprendimiento placentario, presentaciones dis-
Complicaciones neonatales tócicas y compresión funicular por oligoamnios. Esto ex-
Distrés respiratorio. La complicación neonatal más plica la mayor incidencia (8% al 20%) de alteraciones del
importante en pacientes con RPM de pretérmino es el dis- monitoreo de la frecuencia cardíaca fetal, especialmente de
trés respiratorio del recién nacido, que es la causa de muer- desaceleraciones variables complicadas y del perfil biofísi-
te de más del 40% de los niños en este grupo. La mayoría co fetal, lo que a su vez se traduce en una mayor incidencia
de los estudios no distingue entre el distrés respiratorio de operación cesárea por sospecha de hipoxia fetal (Mo-
debido a membrana hialina, taquipnea transitoria o hipo- bergy cois., 1984).
plasia pulmonar. Se presenta con una frecuencia promedio
del 35% al 40%, pero su incidencia se modifica dramá- Manejo general de la RPM
ticamente con la edad gestacional, con la administración
prenatal de corticoides y con el tratamiento posnatal con El objetivo que primariamente debe gobernar el manejo de
surfactante artificial (Mercer & Arheart, 1995). La hipopla- pacientes con RPM es la obtención de un balance razona-
sia pulmonar es responsable de una porción significativa de ble entre sus dos complicaciones más importantes: la pre-
la mortalidad neonatal en RPM ocurridas durante el segun- maturidad y la infección perinatal y materna. Este balance
do trimestre, pero es extremadamente infrecuente después se modela a partir de los siguientes parámetros:

793
OBSTETRICIA

¿Tiene realmente la paciente sus membranas ro- ¿Existe metrorragia? La presencia de metrorragia
tas? El riesgo de iatrogenia asociado a un diagnóstico inco- debe hacer sospechar la coexistencia de desprendimiento
rrecto de RPM es de tal magnitud, que la certeza diagnós- prematuro de placenta normoinserta o de infección intra-
tica debe ser el primer gran esfuerzo del médico obstetra. amniótica (descartar también placenta previa), todas con-
Las pacientes con RPM no confirmada deben hospitalizarse diciones que imponen un pronóstico reservado y que pue-
para observarlas con reposo relativo y un aposito genital den requerir de la interrupción del embarazo.
por 24 a 48 h. Habitualmente, este período es suficiente
para demostrar la reanudación de la pérdida de líquido en ¿La paciente ha sido adecuadamente informada
pacientes con membranas rotas. Las que no muestran evi- y está consciente del manejo propuesto? Dado lo va-
dencia de pérdida de líquido y tienen un volumen normal riable del pronóstico y las diferentes alternativas de ma-
de líquido amniótico en el examen sonográfico, pueden ser nejo que puede recibir una paciente con RPM, la relación
dadas de alta. Por el contrario, las pacientes con historia médico-paciente debe centrarse en la práctica del consejo
sugerente de pérdida de fluido amniótico por genitales y clínico informado y del correspondiente consentimiento por
oligoamnios deben ser manejadas con el diagnóstico de parte de la paciente.
RPM, aun cuando no haya evidencia actual de escapes de
líquido por la vagina. Una vez confirmado el diagnóstico
de RPM, el tacto vaginal queda proscrito y relegado sólo a
Manejo de la paciente con RPM
aquellos casos que requieren valoración de las condiciones mayor de 35 semanas
cervicales luego de haberse iniciado el trabajo de parto.
El tratamiento de la paciente con RPM de término o cer-
cana al término es la hospitalización e interrupción del
¿Cuál es la edad gestacional? Una correcta esti-
embarazo. Debe indicarse reposo relativo, control de sig-
mación de la edad gestacional es crucial para manejar
nos vitales maternos cada 6 h, evaluación de la unidad
adecuadamente a las pacientes con RPM. Los métodos
fetoplacentaria y exámenes de laboratorio (hematocrito y
tradicionales de cálculo (fecha de última regla segura y
recuento de leucocitos o hemograma, cultivo-sedimento de
confiable, examen obstétrico durante el primer trimestre,
orina y muestras cervicovaginales). Las cuestiones espe-
ultrasonido en la primera mitad del embarazo) tienen ple-
cíficas que atañen al manejo de este grupo de pacientes
na vigencia y permiten una adecuada aproximación de la
pueden agruparse en momento de la inducción del parto
edad gestacional. Una paciente con edad gestacional dudo-
(inducción pronta versas inducción diferida); método de
sa debe ser sometida a amniocentesis con el fin de valorar
inducción (oxitocina versus análogos de prostaglandinas) y
la madurez pulmonar fetal. Si ese examen no puede reali-
terapia concomitante (antibióticos rutinarios versus antibió-
zarse, una estimación de peso fetal de más de 2.800 g (el
ticos por indicación).
equivalente al percentil 90 entre las 34 y 35 semanas en
nuestro medio) representa un valor operacional razonable
sobre el cual las complicaciones asociadas a prematurez Momento de la interrupción
aparecen con una incidencia menor al 5%. del embarazo
¿Cuál es la condición fetal? La confirmación de si- El 70% de las pacientes con RPM de término estará en
tuación crítica de un feto viable es indicación de interrup- trabajo de parto espontáneo dentro de las 24 h de haber
ción del embarazo. Este diagnóstico se realiza con la ayuda roto las membranas, mientras que 90% lo hará dentro de
de la monitorización de la frecuencia cardíaca (manual y 72 h. Los siguientes son los esquemas propuestos para el
electrónica) y del perfil biofísico fetal, después de las 24 manejo de pacientes con RPM de término.
semanas de gestación y/o con la estimación de peso fetal
• Inducción inmediata del parto (hasta 12 h de latencia).
mayor a 700 g. Estos criterios operacionales pueden sufrir
Se basa en la hipótesis de que impidiendo un período de
modificaciones de acuerdo a normas de manejo locales.
latencia prolongado pueden evitarse las complicaciones
infecciosas maternas y neonatales asociadas (Hauth y
¿Existe trabajo de parto? El inicio del trabajo de par-
cois., 1977; Rydhstrom & Ingemarsson, 1991).
to es el punto final de la evolución natural de la RPM y no
debe inhibirse, salvo raras excepciones. En pacientes con • Inducción diferida (o manejo expectante). Aprovecha
RPM de pretérmino, las pacientes con trabajo de parto tie- la historia natural de la RPM de término para esperar
nen frecuentemente una infección intraamniótica y suelen que se produzca un trabajo de parto espontáneo, ge-
no responder al tratamiento tocolítico. neralmente asociado a una tasa reducida de cesáreas.
Las pacientes que no inician trabajo de parto en forma
¿Existe corioamnionitis clínica? El diagnóstico de espontánea entre las 48 h y 96 h deben ser inducidas
corioamnionitis clínica debe plantear la interrupción del (Duff y cois., 1984; Morales & Lazar, 1986). Desde
embarazo en un plazo razonable. luego, aquellas pacientes con indicación de interrupción

794
Capítulo 39

inmediata de la gestación por razones maternas o fe- Método de interrupción del embarazo:
tales no son elegibles para este esquema de manejo. Oxitocina versus análogos
Ejemplos frecuentes son la corioamnionitis clínica, la
sospecha de hipoxia intrauterina, el desprendimiento de
de las prostaglandinas
placenta, líquido amniótico con meconio, distocias, et- El examen metaanalítico de estudios que comparan la
cétera. utilización de oxitocina intravenosa versus el uso de prosta-
• Inducción diferencial. Se basa en la presencia de fac- glandinas no demuestra una clara ventaja de uno sobre el
tores de riesgo de infección para inducir pronta o dife- otro. Existe una tendencia hacia una mayor incidencia de
ridamente a una paciente, de manera que aquellas con morbilidad infecciosa materna en pacientes inducidas con
factores de riesgo son inducidas inmediatamente, en prostaglandinas vaginales, lo mismo que sugiere el estudio
tanto que las restantes se manejan en forma expectante de Hannah y cois. No hay diferencias en la incidencia de
(Mondion y cois., 1997). morbilidad infecciosa neonatal ni en la tasa de cesáreas en-
tre ambos métodos (Hannah y cois., 1996; Mozurkewich
El manejo de pacientes con RPM de término suscita una &Wolf, 1997).
vieja controversia en obstetricia. Un metaanálisis que in- Existe una creciente experiencia con el uso de análogos
cluyó 23 estudios randomizados y a 7.493 pacientes con de la prostaglandina El en pacientes con RPM de término.
RPM de término, mostró que las pacientes inducidas poco Varios estudios demuestran que el uso de misoprostol oral
después de su ingreso (con oxitocina o prostaglandinas va- o intravaginal es un método eficaz para inducir el traba-
ginales) tuvieron menos corioamnionitis clínica que aque- jo de parto en estas mujeres. Comparado con la oxitocina
llas manejadas en forma expectante (OR: 0,67; Id 0,52 a intravenosa, es probable que el misoprostol esté asociado
0,85) (Mozurkewich & Wolf, 1997). No hubo diferencias con un intervalo al parto más corto y a una mayor inciden-
en la tasa de operaciones cesáreas o en la incidencia de cia de polisistolia. Sin embargo, no se han informado dife-
infecciones neonatales. Estos resultados son semejantes a rencias en la incidencia de morbilidad infecciosa materna,
los obtenidos por el grupo canadiense Term-PROM, cuyo neonatal, ni en la tasa de operación cesárea (Ledger, 1997;
extenso estudio clínico randomizado de 5.041 pacientes Sánchez-Ramos y cois., 1997).
con RPM de término mostró un aumento en la incidencia
de morbilidad infecciosa en pacientes manejadas en forma
expectante (en relación a aquellas inducidas con oxitocina Terapia antibiótica concomitante
o prostaglandinas), sin que hubiese diferencias en la in-
Dado que hasta un tercio de las pacientes con RPM
cidencia de cesáreas o de morbilidad infecciosa neonatal
de término pueden ser portadoras de una infección ¡ntra-
(Hannahycols., 1996).
amniótica y que existe un mayor riesgo de corioamnionitis
Desde un punto de vista clínico sería muy atractivo clínica, es posible plantear que estas pacientes puedan
contar con un método no invasivo que permitiera iden- beneficiarse con la administración regular de antibióticos.
tificar a la paciente con elevado riesgo de infección con Sin embargo, solamente dos estudios han explorado el be-
el propósito de optar por alguna de las modalidades de neficio potencial de esta terapia en pacientes con RPM de
manejo de modo racional y seguro. Los estudios que com- término. El primero, un estudio randomizado de los años
paran diversos esquemas de manejo en la RPM de térmi- sesenta, demostró que el uso de tetraciclinas se asoció con
no no han incorporado esta preselección en sus diseños una reducción significativa en la incidencia de morbilidad
de trabajo. La evaluación ecográfica del líquido amniótico infecciosa materna (del 2,7% al 1,3%, n = 1.533), en el
aparece como la herramienta diagnóstica que satisface cual su uso era restringido a pacientes cuyo recién naci-
estos requisitos. En 1994 demostramos que las pacien- do pesaba más de 2.500 g (Lebherz y cois., 1963). Un
tes con oligoamnios (definido como un índice de líquido estudio realizado en nuestro medio demostró que la ad-
amniótico < 5 cm) tenían 5 a 6 veces mayor riesgo de ministración profiláctica de clindamicina y cefuroxima por
invasión microbiana de la cavidad amniótica que aquellas vía intravenosa, en 105 pacientes con RPM a término, se
sin oligoamnios. Este método permite identificar el 70% asoció con una disminución significativa en la incidencia
de pacientes con infección ¡ntraamniótica y tiene valores de corioamnionitis clínica y endometritis puerperal (2%
predictivos positivo y negativo del 75% y del 87% res- versus 16%). No hubo diferencias en la ocurrencia de mor-
pectivamente. Nosotros usamos la inducción diferencial bilidad neonatal u otras variables en estudio (Ovalle y cois.,
hasta hace algunos años, pero los resultados de estudios 1995). Es probable que la indicación de antibióticos en
aleatorios como el de Hannah y cois, nos han inclinado madres con RPM de término también se beneficie de la
por la inducción pronta después de la RPM, especialmen- valoración del volumen de líquido amniótico, con el fin de
te en aquellas pacientes con oligoamnios (6 a 12 h des- identificar a pacientes en las que se concentre la morbilidad
pués de la RPM). infecciosa.

795
OBSTETRICIA

Cultivo vaginal y rectal entre las 35 y 37 semanas de embarazo a todas las pacientes embarazadas

> '

Indicación de profilaxis Sin indicación de profilaxis


• Hijo previo con enfermedad invasiva por estreptococo • Gestación previa con cultivo positivo durante el
grupo B screening para estreptococo grupo B
• Bacteriuria durante la gestación actual • Cesárea electiva en ausencia de trabajo de parto
• Cultivo positivo para estreptococo grupo B o membranas rotas (independiente del estado
• Estado de estreptococo grupo B desconocido, del cultivo de estreptococos)
con algunos de los siguientes elementos: • Cultivo negativo para estreptococo grupo B
- Parto < 37 semanas en el embarazo actual, independiente de los factores
- Rotura de membranas 18 h de riesgo intraparto
- Fiebre intraparto (38 °C)

FIGURA 39-5. Indicaciones para profilaxis anübiólica para prevenir enfermedad perinatal por estreptococo grupo B.

TABLA 39-3. Esquemas antibióticos para profilaxis de enfermedad neonatal por estreptococo grupo B

Antibiótico Dosis
Penicilina G 4 a 5 millones U iv de carga, luego 2 ,5 iv cada 4 h hasta el parto
Ampicilina 2 g iv de carga, luego 1 g iv cada 4 h hasta el parto
Eritromicina 500 mg iv cada 6 h hasta el parto
Clindamicina 900 mg iv cada 8 h hasta el parto

Entre otros factores de riesgo, la RPM de más de 18 h y Independientemente del manejo de cada institución,
la presencia de fiebre durante el parto están asociados con es recomendable que las pacientes tributarias de manejo
un riesgo significativamente mayor de que el recién nacido expectante, que contemplen períodos de latencia mayores
desarrolle enfermedad por estreptococo del grupo B (Center de 12 a 18 h, sean manejadas de acuerdo a algún esque-
for Disease Control, 2002). La elevada letalidad del cua- ma de profilaxis para enfermedad perinatal por estreptoco-
dro (10%) ha impulsado a organismos de salud pública co grupo B (FIGURA 39-5 Y TABLA 39-3).
a proponer diversas estrategias de prevención. La más re-
ciente sugiere que debe administrarse profilaxis antibiótica
Manejo de la paciente con RPM
con ampicilina intravenosa 1 g a 2 g cada 4 a 6 h u otra
alternativa, en las siguientes circunstancias: de pretérmino entre las 24 y 34
semanas
• Fiebre de más de 38°C durante el trabajo de parto.
• Membranas rotas por más de 18 h. La paciente con RPM de pretérmino tiene indicación de
hospitalización para guardar reposo, identificar precozmen-
• Cultivo perineal o vaginal positivo para estreptococo gru- te algunos signos asociados a morbilidad infecciosa, vigilar
po B en las últimas 4 a 6 semanas. estrechamente la unidad fetoplacentaria y la aparición de
• Antecedentes de recién nacido afectado por enfermedad complicaciones asociadas y ofrecer la interrupción del em-
perinatal por estreptococo grupo B. barazo en el momento oportuno. Los pilares del tratamien-
to de la RPM de pretérmino son intentar en lo posible un
• Bacteriuria por estreptococo grupo B en el embarazo ac- manejo expectante, la administración de corticoides y el
tual. tratamiento antibiótico profiláctico.

796
Capítulo 39 | Rotura prematura de membranas, corioamnionitis y respuesta inflamatoria fetal

Medidas generales Estreptococo del grupo B (EGB). La colonización del


tracto genital y región rectoperineal por EGB predispone a
Las indicaciones generales para pacientes con RPM de la aparición de sepsis neonatal (bacteremia, meningitis y
pretérmino incluyen: neumonía) y muerte. El 70% de los casos de enfermedad
neonatal por EGB ocurren a término, mientras que el 30%
• Reposo relativo.
restante se concentra en niños nacidos de madres con ro-
• Aposito genital para evaluar las características de la des- tura prematura de membranas de pretérmino o trabajo de
carga vaginal. parto prematuro (Zangwill y cois., 1992). En pacientes
portadoras, el EGB también está involucrado en casos de
• Control de signos vitales maternos cada 6 h.
bacteriuria asintomática, de infección ¡ntraamnlótica, de
• Control obstétrico cada 6 h. muerte fetal intrauterina, de endometritis y de infección de
herida operatoria, así como en otras infecciones de adultos
• Evaluación periódica de signos precoces de infección y
(Baker & Edwards, 1995).
de la unidad fetoplacentaria.
La colonización durante el embarazo ocurre entre el 5%
y el 30% de las veces, existiendo importantes diferencias
Interrupción del embarazo versus raciales, geográficas y etarias. La enfermedad por EGB se
manejo expectante presenta en alrededor del 1% al 3% de todas las pacientes
colonizadas, con una mortalidad de aproximadamente el
Las siguientes son circunstancias que impiden la Insta-
10% y una tasa de secuelas neurológicas cercanas al 20%
lación o la prolongación del manejo expectante en pacien-
(Baker & Edwards, 1995). En general, es aconsejable que
tes con RPM de pretérmino:
las muestras se obtengan desde el introito vaginal y de la
• Edad gestacional a 35 semanas. zona anorrectal, antes de la introducción del espéculo o
cualquier procedimiento de aseo.
• Corioamnionitis clínica.
La quimioprofilaxis intraparto para enfermedad neonatal
• Confirmación bioquímica de madurez pulmonar fetal
por EGB se realiza con los siguientes esquemas, presenta-
con feto > 32 semanas y estimación de peso fetal >
dos en orden de preferencia:
2.000g.
• Penicilina G, 4 a 5 millones U iv de carga, luego 2,5 iv
• Infección intraamniótica asintomática demostrada, con
cada 4 h hasta el parto.
feto > 30 a 32 semanas.
• Ampicilina, 2 g iv de carga, luego 1 g iv cada 4 h hasta
• Deterioro de la unidad fetoplacentaria.
el parto.
• Malformación fetal incompatible con la vida.
• Eritromicina 500 mg ¡v cada 6 h hasta el parto.
• Enfermedad materna o fetal que se beneficie de la inte-
• Clindamiclna 900 mg ¡v cada 8 h hasta el parto.
rrupción del embarazo.
Si la paciente está recibiendo antibioticoterapia intrave-
Las pacientes restantes son tributarias de un manejo
nosa con uno de estos agentes por otra razón (por ejemplo,
expectante, que incluye varias o todas las acciones deli-
profilaxis de infección intraamniótica), no se requieren an-
neadas a continuación.
tibióticos adicionales.

Evaluación cervicovaginal y urinaria Gonococo. La presencia de N. gonorrhoeae en secre-


ciones cervicales está asociada con la ocurrencia de RPM
Las pacientes con RPM de pretérmino tienen un mayor de pretérmino (Amstey & Steadman, 1976). Se presenta
riesgo de ser portadoras vaginales de estreptococo del gru- clínicamente como una cervicitis mucopurulenta y como un
po B, Neisseria gonorrhoeae y vaginosis bacteriana. Este diplococo gramnegativo al microscopio. En el embarazo se
grupo de microorganismos es capaz de producir sepsis presenta con una frecuencia general del 1% al 7%, pero
neonatal y muerte, así como conjuntivitis, artritis, neumo- las pacientes con parto prematuro tienen una prevalencia
nía y meningitis neonatal. Para ello, estos gérmenes pue- mayor. Su pesquisa es importante porque además de pro-
den identificarse mediante el cultivo y la tinción de Gram ducir morbilidad materna e infección de la pareja sexual, es
de secreciones cervicovaginales. La bacteriuria asintomáti- capaz de provocar un cuadro neonatal grave (oftalmopatía
ca predispone a la aparición de pielonefritis aguda y es un gonocócica), consistente en el desarrollo de úlcera corneal y
clásico factor de riesgo de prematurez, razón por la cual es ceguera. También es probable que el tratamiento de pacien-
pesquisada habitualmente al inicio del control prenatal y en tes con RPM de pretérmino y cultivo cervical positivo para
pacientes con rotura prematura de membranas o amenaza gonococo resulte en una prolongación del intervalo al parto
de parto prematuro. y en una disminución de las complicaciones neonatales. El

797
OBSTETRICIA

tratamiento es similar a aquel de la paciente no embarazada to y redujeron de la tasa de morbilidad infecciosa materna
(ceftriaxona 125 mg im en dosis única), pero debe evitarse (Ovalle y cois., 1997). Por esa razón creemos que las pa-
el uso de tetraciclinas, incluyendo doxiciclina y quinolonas. cientes con RPM de pretérmino en las que se demuestre la
presencia de vaginosis bacteriana son candidatas definiti-
Vaginosis bacteriana. El rol potencial de la vaginosis vas a terapia antibiótica sistémica con o sin investigación
bacteriana en la etiopatogenia del parto prematuro fue dis- del estado microbiológico de la cavidad amniótica mediante
cutido previamente. Su diagnóstico rápido se basa esen- amniocentesis. El valor de la amniocentesis en el contexto
cialmente en la demostración de un flujo vaginal grisáceo de pacientes con RPM de pretérmino es discutido más ade-
flocular de mal olor asociado a una elevación del pH vagi- lante en este capítulo.
nal (> 5,5), en la observación de "células guía" (células
epiteliales vaginales rodeadas por microorganismos) en el
examen microscópico al fresco y en el característico olor a
Recuento de glóbulos blancos
pescado cuando el flujo es mezclado con hidróxido de po- y protema C reactiva en sangre materna
tasio al 10% (Eschenbach y cois., 1984; McGregory cois.,
Un recuento de leucocitos en sangre materna que mues-
1993; Oyarzún y cois., 1995a; Oyarzún y cois., 1995b).
tre recuentos superiores a los 13.000 a 15.000 blancos
Estos criterios guardan correlación con la tinción de Gram
por mm3 o una clara tendencia a la elevación, debe des-
del flujo vaginal, que se ha convertido en el estándar para
pertar la sospecha de una posible infección intraamniótica
demostrar la existencia de vaginosis bacteriana. El diagnós-
(esta evaluación debe ser cautelosa después de la adminis-
tico debe apoyarse en la información microscópica propor-
tración de corticoides). Similar interpretación debe darse
cionada por la tinción de Gram.
a la modificación de otros componentes de la reacción de
La vaginosis bacteriana está presente en alrededor del fase aguda tales como una elevación de la proteína C reac-
50% de los casos de RPM de pretérmino. En el único es- tiva o la velocidad de sedimentación globular. La TABLA
tudio que ha examinado sistemáticamente la asociación 39-4 muestra un resumen de los valores diagnósticos y
entre vaginosis bacteriana y la infección intraamniótica en pronósticos de la proteína C reactiva en la identificación
pacientes con RPM de pretérmino, Ovalle demostró que el de infección en pacientes con RPM de pretérmino (Farb y
64% de las pacientes con vaginosis bacteriana tenía una cois., 1983; Romem & Artal, 1984; Ismail y cois., 1985;
infección intraamniótica concomitante. Cabe destacar que Kurki y cois., 1990). Si se identifica infección intraamnió-
no hubo casos de infección intraamniótica en ausencia de tica, la información obtenida a partir de exámenes rápidos
vaginosis bacteriana u otras infecciones cervicovaginales. en líquido amniótico sigue siendo más útil que exámenes
Más aún, el grupo de pacientes con RPM de pretérmino en suero o plasma materno (Yoon y cois., 1996a). En ge-
e infecciones cervicovaginales (incluyendo vaginosis bac- neral, estos tests en sangre periférica deben usarse en con-
teriana) pero sin infección íntraamniótica es el que más junto con otros que aumenten su capacidad predictiva y en
beneficio obtuvo del tratamiento antibiótico. En efecto, esas ningún caso deben ser la única herramienta clínica para
pacientes prolongaron significativamente el intervalo al par- decidir la interrupción del embarazo.

TABLA 39-4. Valores diagnósticos de la proteína C reactiva en la identificación de infección en pacientes con RPM de
pretérmino

Autor Prevalencia Sensibilidad Especificidad VPP VPN


infección
Evans (a o b ) 69,4% 80% 100% 100% 69%
Hawrylyshyn (b) 50% 88% 96% 96% 89%
Farb (a) 29% 56% 73% 45% 80%
Farb (b) 21% 80% 68% 40% 93%
Romem (a) 16,3% 86% 97% 86% 97%
Ismail (a) 18% 82% 55% 36% 91%
Ismail (b) 63% 67% 81% 90% 50%
Fisk (b) 59% 50% 81% 79% 53%
Kurki (a) 22,4% 94% 50% 35% 97%

a) Definición de infección: clínica.


b) Definición de infección: histológica.

798
Capítulo 39 | Rotura prematura de membranas, corioamnionitis y respuesta inflamatoria fetal

TABLA 39-5. índices diagnósticos para oligoamnios en la predicción de infección intraamniótica

Autor Sensibilidad Especificidad VPP VPN


Romero 77% 66% 51% 87%
Gauthier 43% 81% 68% 60%
Romero 71% 89% 75% 87%
Carroll 82% 22% 39% 33%

Ultrasonido perinatal valor predictivo positivo supera escasamente el 50% (TA-


BLA 39-6). Considerando que la infección intraamniótica
La práctica rutinaria de la ecografía perinatal en pacien- afecta entre el 30% y el 50% de las pacientes con RPM
tes con RPM de pretérmino proporciona la siguiente infor- de pretérmino, dicho valor predictivo positivo no modifica
mación: sustancialmente el riesgo previo al examen. Sin embargo,
• Estimación de la edad gestacional y verificación de la la presencia de movimientos respiratorios fetales se asocia
vitalidad fetal. en más del 90% de los casos a un cultivo negativo de
líquido amniótico o a la ausencia de morbilidad infecciosa
• Apoyo al diagnóstico de RPM al constatar la presencia neonatal (Vintzileos y cois., 1985; Roberts y cois., 1991).
de oligoamnios. El valor de ciertos componentes del perfil biofísico fetal
• Diagnóstico de malformaciones incompatibles con la (como los movimientos respiratorios y la reactividad de la
vida. frecuencia cardíaca) en la detección o exclusión de infec-
ción intraamniótica o de morbilidad infecciosa, supone que
• Valoración del perfil biofísico fetal y situación placentaria.
el examen sea realizado frecuentemente (cada 24 a 48 h).
• Valoración del riesgo de parto inminente e infección me-
diante el examen sonográfico del cuello uterino. Registro o monitoreo basal no estresante (RENE). La
ausencia de reactividad de un registro basal de la frecuen-
En los últimos años, el uso del examen sonográfico para cia cardíaca fetal puede sugerir infección o hipoxia, pero la
valorar del riesgo de infección intraamniótica y fetal se ha mayor parte de las veces es la representación clínica de un
convertido en una herramienta estándar en el manejo de la sistema autonómico inmaduro (antes de las 28 semanas)
paciente con RPM de pretérmino. o de un período de "sueño" fetal. La RPM de pretérmino
se asocia con un aumento en la reactividad cardíaca fetal
Volumen de líquido amniótico. El índice de líquido (Vintzileos y cois., 1989a), posiblemente por el estímulo
amniótico (ILA) promedio es de 5 cm a 6 cm en la mayoría inducido por la compresión del cordón umbilical en casos
de las pacientes con RPM y no se modifica sustancialmente con volumen de líquido amniótico reducido. La ausencia
hasta el parto (Jackson y cois., 1991). Tal como ocurre en de reactividad de la frecuencia cardíaca fetal se ha asocia-
pacientes de término, la presencia de oligoamnios se aso- do con infección neonatal, materna y con la presencia de
cia con un mayor riesgo de infección intraamniótica y de cultivos positivos en líquido amniótico, pero los resultados
morbilidad infecciosa materna y neonatal. El oligoamnios son heterogéneos. Por ejemplo, mientras Vintzileos reclama
absoluto no es siempre la regla en pacientes con RPM de una detección de sepsis neonatal cercana al 100% para
pretérmino. En general, el 65% de las pacientes tiene un casos con un RBNE no reactivo, Del Valle muestra una sen-
bolsillo de líquido amniótico que mide más de 2 cm en sen- sibilidad no superior al 40% (TABLA 39-7) (Vintzileos y
tido vertical (Gonik y cois., 1985; Vintzileos y cois., 1985; cois., 1991; Carroll y cois., 1995; Del Valle y cois., 1992;
Gauthier y cois., 1992; Carrol y cois., 1995). La TABLA Gauthier y cois., 1992).
39-5 muestra los resultados de varios estudios que exami-
nan esta asociación. A partir de su análisis se desprende Perfil biofísico fetal (PBF). El examen completo de los
que la presencia de oligoamnios sugiere, pero no confirma, cinco parámetros del perfil biofísico fetal (movimientos res-
la presencia de infección intraamniótica. piratorios, movimientos corporales, tono, volumen de líqui-
do amniótico y registro basal no estresante de la frecuencia
Movimientos respiratorios fetales. La RPM de pretér- cardíaca) también se ha estudiado exhaustivamente en el
mino se asocia con disminución de la actividad respiratoria contexto de RPM de pretérmino. Usando un perfil modifi-
fetal basal (Kikivoski y cois., 1988). Existe una asociación cado (en el que se agrega el grado placentario), Vintzileos
entre la presencia de infección intraamniótica o neonatal demostró que un PBF practicado dentro de las 24 h antes
y la ausencia de movimientos respiratorios fetales, pero el del parto se asoció con excelentes índices pronósticos al

799
OBSTETRICIA

TABLA 39-6. índices diagnósticos de movimientos fetales y respiratorios en la predicción de infección

MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS
Autor Criterio diagnóstico Sensibilidad Especificidad VPP VPN
Vintzileos Corioamnionitis y sepsis neonatal 100% 73% 61% 100%
Vintzileos Sepsis neonatal 100% 59% 27% 100%
Roberts Cultivo positivo del líquido amniótico 92% 49% 53% 90%

MOVIMIENTOS FETALES
Autor Criterio diagnóstico Sensibilidad Especificidad VPP VPN
Vintzileos Corioamnionitis y sepsis neonatal 50% 94% 80% 81%
Vintzileos Sepsis neonatal 86% 91% 60% 98%
Roberts Cultivo positivo del líquido amniótico 32% 97% 89% 69%
Gauthier Cultivo positivo del líquido amniótico 11% 98% 86% 54%

TABLA 39-7. índices diagnósticos del RBNE en la predicción de infección

Autor Criterio Sensibilidad Especificidad VPP VPN


diagnóstico
Vintzileos Sepsis neonatal 100% 59% 27% 100%
Romero Cultivo positivo 88% 75% 60% 94%
del líquido amniótico
Goldstein Cultivo positivo 89% 75% 61% 94%
del líquido amniótico
Carroll Cultivo positivo 39% 36% 28% 50%
del líquido amniótico
Carroll Cultivo positivo 50% 41% 14% 18%
en sangre fetal
Asrat Gram del líquido 71% 76% 55% 87%
amniótico
Del Valle Corioamnionitis, 38% 84% 36% 15%
sepsis neonatal
Roussis Corioamnionitis, 75% 66% 30% 93%
sepsis neonatal
Gauthier Cultivo positivo 39% 77% 70% 59%
del líquido amniótico

usar un corte < 7 puntos (sensibilidad del 94%, especifici- PBF y la interrupción del embarazo con un resultado < 7
dad del 97%, valor predictivo positivo del 94% y valor pre- puntos estuvo asociada con una reducción en la incidencia
dictivo negativo del 97%) para la detección de morbilidad de sepsis neonatal (sospechada o documentada). Sin em-
infecciosa definida como la presencia de Corioamnionitis bargo, no se reportó la incidencia de complicaciones que
clínica o de infección neonatal (Vintzileos y cois., 1985). pudieran resultar de la interrupción prematura de embara-
Otros investigadores no han logrado replicar los resultados zos, tales como hemorragia intraventricular, distrés respira-
de este estudio. En un informe subsecuente que utilizó gru- torio, período de ventilación mecánica o estadía en la UCI
pos controles históricos (en los que no se usó PBF seriado), neonatal (Vintzileos y cois., 1987a).
los mismos autores demostraron que la práctica seriada del

800
En un estudio reciente, 89 pacientes con RPM de pre- Amniocentesis
término fueron sometidas a perfil biofísico, amniocentesis
y cordocentesis con el fin de investigar la presencia de mi- La amniocentesis se utiliza con el fin de obtener una
croorganismos en los compartimentos amniótico y fetal. Un muestra de líquido amniótico. Dado que la obtención de
PBF de < 7 puntos se asoció con índices diagnósticos y líquido amniótico por vía transvaginal se asocia con un in-
pronósticos muy limitados en la detección de infección in- aceptable riesgo de contaminación con secreciones vagina-
traamniótica y bacteremia fetal. En síntesis, el PBF anormal les, el método debe ser practicado por vía transabdominal y
se asocia con una mayor frecuencia de infección intraam- será ésta la ruta a la que implícitamente aludiremos cuando
niótica, de corioamnionitis clínica y de sepsis neonatal. Sin nos refiramos a amniocentesis.
embargo, la magnitud de esta asociación varía y la variable
La disminución del líquido amniótico en pacientes con
de análisis que se elija (outcome) dependerá de los compo-
RPM hace que su obtención sea más difícil. Las tasas de
nentes del perfil incluidos, así como del tiempo transcurrido
éxito para amniocentesis en pacientes con RPM fluctúan
entre el examen y el parto y la frecuencia con la que se
entre el 51% y el 96%, dependiendo de los criterios de
realice el test. Nosotros usamos el perfil biofísico sonográ-
selección de casos y de la experiencia de los operadores
fico cada 24 a 48 h en pacientes con RPM de pretérmino
(Gómez y cois., 1995). Si bien la realización de amniocen-
alternándolo con el monitoreo de la FCF. Cuando existe
tesis en el trimestre medio se ha asociado con una tasa de
sospecha de infección intraamniótica, realizamos una am-
abortos del 0,5%, la magnitud del riesgo del procedimiento
niocentesis para confirmar el diagnóstico. Las pacientes so-
en pacientes con RPM parece ser significativamente menor.
metidas a amniocentesis y cuyo examen directo de líquido
En general, ninguno de los estudios reportados ha llama-
amniótico no muestra signos de infección, probablemente
do la atención en relación a complicaciones derivadas de
no se beneficien de un estudio biofísico con la frecuencia
la amniocentesis. Un estudio diseñado para evaluar esta
propuesta, dado que el riesgo de infección clínica no au-
materia en pacientes con RPM no encontró complicacio-
menta con el período de latencia. Es probable que dicho
nes atribuibles al procedimiento (Yeast y cois., 1984). En
examen seriado tampoco se justifique en pacientes sin va-
la maternidad del Hospital Dr. Sótero del Río de Santiago
ginosis bacteriana u otras infecciones vaginales asociadas a
de Chile practicamos amniocentesis frecuentemente en las
infección intraamniótica (Ovalle y cois., 1995).
más de 100 pacientes que anualmente ingresan con diag-
nóstico de RPM de 35 o menos semanas de embarazo. Ex-
Examen sonográfico del cuello uterino. La reciente
cepto por algunos casos aislados de hemorragias discretas
validación del examen sonográfico del cuello uterino como
y autolimitadas del plato corial en pacientes con placenta
un test que predice apropiadamente el riesgo de prematu-
anterior y punciones inadvertidas del cordón umbilical, el
rez en pacientes con y sin contractilidad uterina de pretér-
procedimiento no se ha asociado con trauma o distrés fetal.
mino (Gómez y cois., 1994a; lams y cois., 1996), nos ha
Dada la existencia de estos riesgos infrecuentes, pero rea-
impulsado a extender su práctica en pacientes con RPM de
les, la amniocentesis sólo debe practicarse por operadores
pretérmino. El examen no requiere que el transductor entre
con experiencia, especialmente en pacientes con placenta
en contacto con el cuello uterino, ya que puede obtenerse
anterior y/u oligoamnios absoluto.
una visión adecuada desde el introito y porción media de la
vagina. De hecho, un estudio controlado en pacientes con Los objetivos de la amniocentesis en pacientes con RPM
RPM mostró que la ecografía transvaginal del cuello uterino de pretérmino son múltiples, entre los que se cuentan iden-
no se asoció con un aumento en la morbilidad infecciosa tificar infección intraamniótica, valorar la presencia de ma-
materna y neonatal o con una modificación del intervalo al durez pulmonar, ser la vía de acceso a la cavidad amniótica
parto (Carian y cois., 1997). en casos de amnioinfusión y comprobar el diagnóstico de
RPM en casos dudosos mediante la administración de co-
En un grupo de pacientes con RPM de pretérmino, Rizzo
lorantes.
demostró que el acortamiento del canal cervical, la dilata-
ción del orificio cervical interno (funneling) y un índice cer-
Infección intraamniótica. El método tradicional de
vical anormalmente elevado (una medida de resumen de la evaluación microbiológica de la cavidad amniótica es el
longitud del canal y el funneling) se asociaron con una dis- cultivo de líquido ovular. La presencia de un cultivo positi-
minución significativa del período de latencia (Rizzo y cois., vo se asocia con un incremento significativo en la morbili-
1998). Nuestro grupo ha publicado resultados similares. dad materna (corioamnionitis clínica y fiebre puerperal) y
En resumen, la ecografía transvaginal puede proporcio- neonatal (sepsis neonatal y complicaciones derivadas de la
nar información tradicionalmente negada al clínico, permi- prematurez) (Gómez y cois., 1997c). La demostración de
tiéndole estimar fundadamente la duración del período de signos sugerentes de infección intrauterina pre o intraparto
latencia, el riesgo de infección intrauterina y las condicio- se asocia con un aumento significativo en la aparición de
nes cervicales en el momento de la interrupción del emba- leucomalacia periventricular y parálisis cerebral (Nelson &
razo mediante inducción. Ellenberg, 1986; Dammann & Levitón, 1997; Yoon y cois.,
801
OBSTETRICIA
1997a). Actualmente se postula que la infección periparto embarazo desde las 32 semanas (Mercer y cois., 1993a),
es un fenómeno más importante que la asfixia perinatal pero estos resultados deben analizarse con cautela, ya que
en el desarrollo de parálisis cerebral espástica (Grether & las tasas de morbimortalidad neonatal y los recursos dis-
Nelson, 1997). Estas relaciones clínicas y epidemiológi- ponibles en las unidades neonatales de los países en vías
cas confirman la conveniencia de conocer, o al menos de de desarrollo pueden diferir en países más desarrollados.
estimar razonablemente, el estado microbiológlco de la ca-
La determinación de la madurez pulmonar fetal puede
vidad uterina.
realizarse en el líquido amniótico acumulado en la vagina
En razón de la obligada espera -de 48 o más h- que o en aquél obtenido mediante amniocentesis transabdomi-
implica el cultivo de líquido amniótlco, la mayoría de los nal. Los métodos más frecuentemente utilizados son la de-
centros utiliza tests rápidos, que le permiten al clínico con- terminación del fosfatidilglicerol, la relación lecitina esfin-
tar con una aproximación inmediata del ambiente Intraute- gomielina y el test de Clements. Los dos últimos no deben
rino. La tinción de Gram es el más representativo de ellos, realizarse en presencia de meconio o sangre. La frecuencia
con una excelente especificidad y valor predictivo positivo con la que se recupera fosfatidilglicerol desde la vagina an-
mayor al 90%, aunque posee una sensibilidad limitada tes de las 32 semanas rara vez supera el 15%, pero esta
debido a su incapacidad para identificar mlcoplasmas. El cifra aumenta hasta el 45% a las 35 semanas (Brame &
recuento de leucocitos en líquido amniótico (mayor a 50 Mackenna, 1983). Sin embargo, debido a la capacidad de
células por mm3) tiene una sensibilidad superior a la del ciertas bacterias de sintetizar fosfatidiliglicerol y producir
Gram, pero su especificidad y valor predictivo positivo fluc- resultados falsos positivos, su utilidad ha sido cuestionada
túan entre el 65% y 85%. La concentración de glucosa (Schumacher y cois., 1985). La confirmación de madurez
en líquido amniótico menor a 10 mg% tiene índices diag- pulmonar fetal es una indicación no perentoria de parto
nósticos que oscilan entre el 55% y el 75%. El estudio de después de las 32 semanas de gestación.
algunas citoquinas en líquido amniótico (¡nterleuquinas 6
y 8 especialmente) ha permitido ampliar el repertorio de
tests potencialmente disponibles para estimar el riesgo de
Administración de profilaxis esteroidal
infección/inflamación intraamniótica y de parto inminen- para las complicaciones del neonato
te. En un estudio en pacientes con RPM de pretérmino, prematuro
la interleuquina-6 en líquido amniótico (> 7,9 ng/mL) se
comportó como el mejor test diagnóstico en general y fue La terapia corticoidal reduce la incidencia del síndro-
superior al resto en predecir el intervalo al parto y la apari- me de dificultad respiratorio neonatal en cerca del 50%
ción de morbilidad neonatal severa. Por ejemplo, de todas en pacientes con trabajo de parto prematuro y membranas
las pacientes con una concentración de interleuquina-6 intactas. A pesar de que no existen razones para postular
mayor a 7,9 ng/mL, casi el 70% tenía un cultivo positivo una acción distinta a nivel celular en pacientes con RPM de
de líquido amniótico, mientras que las restantes tuvieron pretérmino, durante muchos años su uso fue desestimado
en su mayoría un parto espontáneo dentro de las 72 h de porque se creía que el corto intervalo al parto y el rol "es-
su ingreso y mostraban signos de infección en la placenta tresante" de la RPM per se impedían obtener beneficios a
(Romero y cois., 1993c). Es probable que en estas cir- partir de su utilización (Berkowitz y cois., 1978). Esto se
cunstancias la interleuquina-6 identifique a pacientes con sumó a los resultados de varios estudios clínicos que no
cultivos falsamente negativos o casos que cursan con un mostraban una clara ventaja con su uso. Tras varios metaa-
proceso inflamatorio de origen no infeccioso. Un Gram sin nálisis y estudios randomizados, el escenario actual es dife-
gérmenes, asociado a un recuento leucocitario y glucosa rente. Sabemos que la administración prenatal de un curso
normales en líquido amniótico, se asocia con un riesgo simple (2 dosis separadas por 24 h) de corticoesteroides se
muy bajo de cultivos positivos (< 5%). asocia con una reducción significativa en la incidencia de
distrés respiratorio neonatal (OR: 0,5; IC: 0,38 a 0,66), de
Madurez pulmonar fetal. El síndrome de dificultad res- hemorragia intraventricular y de enterocolitis necrotizante
piratoria es la complicación más frecuente del recién naci- (Oyarzún y cois., 1991; Crowley, 2006), lo que impacta
do de madres con RPM de pretérmino. Por ello, el principio también en la mortalidad perinatal.
general que rige el manejo de las pacientes con RPM de Un estudio reciente muestra que las dosis repetidas de
pretérmino es la prolongación del embarazo en lo posible esteroides (cada 15 días) no mejoran el resultado clínico
hasta las 34 a 35 semanas de embarazo. En nuestro centro neonatal y que, por el contrario, incrementan la incidencia
no practicamos estudios de madurez pulmonar antes de las de variables gruesas en el recién nacido tales como peso,
31 a 32 semanas, ya que aun en presencia de madurez talla y circunferencia craneana (Murphy y cois., 2007). En
pulmonar preferimos manejar expectantemente el embara- un estudio que examinó específicamente a un grupo de
zo, hasta al menos las 32 semanas (o un peso fetal superior pacientes con RPM de pretérmino, las dosis repetidas de
a los 2.000 g) si no aparecen otras complicaciones. Existe corticoides no mostraron beneficios para el recién nacido,
una serie norteamericana que sugiere la interrupción del mientras que las madres desarrollaron corioamnionitis clí-
802
Capítulo 39 Rotura prematura de membranas, coríoamnionitis y respuesta inflamatoria fetal
nica con más frecuencia que aquellas que recibieron un proporción de pacientes que tuvieron el parto a las 48 h
curso simple (Lee y cois., 2004). Estas conclusiones difie- en relación al grupo placebo. La combinación de eritromi-
ren de un metaanálisis reciente publicado por The Cochra- cina + amoxicilina + ácido clavulánico redujo la propor-
ne Library, que sugiere que las dosis múltiples reducen ción de pacientes que tuvieron parto en la semana posterior
el riesgo de distrés respiratorio neonatal y otras complica- al ingreso, al igual que la amoxilina + ácido clavulánico
ciones, lo que confirma los efectos adversos mencionados comparado con grupo placebo. Por lo tanto, en relación al
más arriba (Crowther & Harding, 2007). La tesis de la uso de terapia profiláctica con antibióticos en pacientes con
"maduración acelerada" de fetos con RPM de pretérmino RPM de pretérmino, se propone lo siguiente:
también se considera hoy obsoleta.
• Los antibióticos utilizados más frecuentemente son las
El beneficio del primer curso de corticoides sobrepasa penicilinas (ampicilina, amoxicilina, ampicilina-sulbac-
cualquier potencial efecto adverso y se considera un es- tam), eritromicina, cefalosporinas (cefazolina, cefoxiti-
tándar en el manejo de pacientes con RPM de pretérmino. na), gentamicina y clindamicina.
Hace más de diez años el NIH generó una recomendación
• Cualquiera sea la combinación antibiótica, debe incluir
al respecto que mantiene su vigencia (NIH Consensus Sta-
tement, 1994): un agente activo contra el estreptococo del grupo B (pe-
nicilina o eritromicina) y micoplasmas.
• La administración de corticoides se recomienda entre las
• La administración intravenosa por al menos 48 h segui-
24 y las 32 semanas.
da de terapia oral parece ser superior a la administración
• La raza, sexo o disponibilidad de surfactante no debe oral simple. El tratamiento total debe prolongarse por 7 a
alterar la decisión de administrar corticoides. 10 días.
• El régimen de elección es similar al usado en pacientes • El esquema sugerido se describe a continuación:
con trabajo de parto prematuro y membranas intactas,
- Comenzar con la administración de ampicilina 1 a 2
betametasona 12 mg im repetidos a las 24 h o dexame-
g iv cada 6 h + eritromicina 250 a 500 g iv cada 6
tasona 6 mg im cada 12 h por 4 veces.
h.
Estudios recientes que examinaron el efecto de dosis - A las 48 h de tratamiento intravenoso, seguir con un
adicionales al primer curso de corticoides (en forma se- régimen oral de ampicilina 500 mg cada 6 h y eritro-
manal o quincenal) muestran conclusiones discordantes, micina 250 a 500 mg cada 8 h por 5 a 7 días.
por lo que su utilización sigue siendo materia de discu-
- En pacientes admitidas en trabajo de parto, el ré-
sión.
gimen puede consistir sólo en la administración de
quimioprofilaxis intraparto para enfermedad neonatal
Administración sistémica por estreptococo del grupo B, a menos que exista un
de antibióticos profilácticos cultivo vaginal negativo reciente.
Una veintena de estudios prospectivos randomizados y Las pacientes que portan un dispositivo intrauterino
controlados están destinados a evaluar la utilidad de los suelen ser afectadas por infecciones intrauterinas que se
antimicrobianos profilácticos en pacientes con RPM de presentan clínicamente como metrorragias del segundo tri-
pretérmino. Metaanálsis y estudios randomizados de los mestre o rotura de membranas de pretérmino. En la mater-
últimos quince años (Mercer & Arheart, 1995; Egarter y nidad del Hospital Dr. Sótero del Río de Santiago de Chile
cois., 1996; Mercer y cois., 1997; Kenyon y cois., 2001) ofrecemos rutinariamente amniocentesis a estas pacientes
demuestran que el uso de antibióticos profilácticos en pa- debido a la sorprendente prevalencia de infección intraute-
cientes con RPM se asocia con: rina asociada, de aproximadamente el 60% (Galleguillos y
cois., 2002) con una frecuencia especialmente alta (20%
• Prolongación significativa del período de latencia.
al 30% de las infecciones) de invasión por Candida sp.
• Reducción en la incidencia de morbilidad infecciosa ma- Por ello, la observación microscópica al fresco del líquido
terna (corioamnionitis clínica y endometritis puerperal). amniótico y/o Gram para reconocer las hifas es un paso
especialmente importante, ya que habitualmente estos mi-
• Reducción en la incidencia de sepsis neonatal, neumo-
croorganismos quedan fuera de la cobertura proporcionada
nía y hemorragia intraventricular.
por los esquemas antibióticos habituales (Chaim y cois.,
1992). En estos casos recomendamos complementar el
En el masivo estudio ORACLE I, 4.826 pacientes con
tratamiento con fluconazol endovenoso en dosis de 400
rotura prematura de membranas fueron randomizadas a
mg diarios. En ausencia de fluconazol endovenoso usamos
recibir: eritromicina; amoxicilina + ácido clavulánico; ero-
su forma oral; 150 mg cada 12 horas. La duración del
tromicina + amoxicilina + ácido clavulánico; y placebo.
tratamiento antifúngico es de al menos 10 días.
E) tratamiento con eritomicina redujo significativamente la
803
OBSTETRICIA
Administración de tocolíticos Rotura prematura de membranas
antes de las 24 semanas
Varios estudios clínicos randomizados han explorado el
rol de la tocóllsls en pacientes con RPM de pretérmino. Las principales complicaciones de la rotura prematura de
En dos de ellos se enrolaron pacientes sin trabajo de par- membranas previable son la infección materna, el aborto
to (Levy & Warsof, 1985; Dunlop y cois., 1986), cuatro tardío, la muerte del feto o el recién nacido y un alto riesgo
fueron conducidos en pacientes que presentaban contrac- de secuelas pulmonares y neurológicas en los sobrevivien-
tilidad uterina (Christensen y cois., 1980; Carite y cois., tes. El manejo de estas pacientes requiere de la partici-
1987; Weiner y cois., 1988; Matsuda y cois., 1993) y pación informada de los padres, neonatólogos y obstetras.
el último comparó la eficacia de un tratamiento tocolítico
corto versus uno prolongado (Decavalas y cois., 1995).
Un análisis colectivo de los cuatro estudios en los que to- Complicaciones maternas
colíticos fueron usados en presencia de contractilidad ute-
Las complicaciones maternas son similares a aquellas
rina, muestra una prolongación del embarazo por más de
que se presentan a otras edades gestacionales, pero tienen
48 h (OR: 2,04; IC: 1,16 a 3,56), pero no hay ninguna
una incidencia mayor. La corioamnionitis aparece con una
evidencia Individual ni colectiva de que exista un efecto
frecuencia promedio del 50% (327/652) (TABLA 39-8).
beneficioso sobre el recién nacido o la madre. Uno de los
En un estudio prospectivo realizado en el Hospital Dr. Só-
trabajos sugiere que habría un aumento en la incidencia de
tero del Río usamos amniocentesis en forma rutinaria al
morbilidad infecciosa neonatal.
Ingreso de pacientes con RPM entre las 18 y las 26 se-
El más reciente de los estudios que exploran el uso de manas. Aquellos casos con estudio de líquido amniótico
tocólisis en pacientes con RPM de pretérmino proviene de sugerente de infección intraamniótica fueron tratados con
Grecia (Decavalas y cois., 1995). En esa investigación 240 antibióticos intravenosos, lo que resultó en una inciden-
pacientes fueron randomizadas a recibir un curso breve cia de corioamnionitis clínica del 18% (3/17), la más baja
de tocólisis intravenosa (< 24 h) versus terapia tocolítlca informada en la literatura. La terapia antibiótica y la inte-
prolongada (24 h intravenosa + terapia oral subsecuen- rrupción del embarazo se correlacionan con un excelente
te hasta el parto). Las pacientes fueron sometidas a un pronóstico materno en casos de infección, sin embargo,
examen digital al ingreso. Aquellas con una puntuación de aún se reportan casos aislados de sepsis, histerectomías
Blshop > 5 o con parto inminente fueron excluidas. No por miometritls e incluso muerte materna.
hubo diferencias en la duración del período de latencia ni
en la frecuencia de morbilidad neonatal, pero las pacientes
Morbimortalidad perinatal
que recibieron tocólisis prolongada tuvieron una incidencia
significativamente mayor de corioamnionitis clínica (OR: Mortalidad perinatal. La RPM de trimestre medio
2,47; IC: 1,47 a 4,66) y de endometritis posparto (OR: se asocia con una sobrevida neonatal del 40% al 50%
1,47; IC: 1,10a 2,75). (302/652) (TABLA 39-8), que depende de la edad gesta-
Las pacientes con RPM que ingresan en trabajo de parto cional en el momento de la rotura de las membranas. Las
o que lo Inician luego de haber permanecido en quiescen- tasas de sobrevida sobrepasan discretamente el 10% en
cia uterina tienen una probabilidad mayor de ser portado- casos con RPM antes de las 20 semanas y fluctúan entre
ras de infección intraamniótica (Romero y cois., 1988). el 60% y el 70% en pacientes con RPM entre las 23 y las
Esta observación, sumada al hecho de que los tocolíticos 24 semanas. La mortalidad perinatal, que va del 50% al
no modifican sustancialmente el resultado perinatal y que 60% (TABLA 39-8), ocurre a expensas de muertes intrau-
su uso prolongado puede incluso estar asociado a un au- terinas en un tercio y de muertes neonatales precoces en
mento en la morbilidad infecciosa materna y neonatal, nos dos tercios de los casos.
hace desaconsejar su uso rutinario en pacientes con RPM
de pretérmino. Es probable, sin embargo, que en casos Morbilidad neonatal. El distrés respiratorio, la hemo-
bien seleccionados de pacientes con RPM de pretérmino rragia ¡ntraventricular y la sepsis neonatal son las compli-
menor de 28 semanas, trabajo de parto inicial y ausencia caciones más frecuentes entre los neonatos sobrevivientes.
de infección intraamniótica, un curso tocolítico intraveno- Aquellos fetos expuestos a oligoamnios prolongado presen-
so u oral corto (menor entre 48 y 72 h) es un esfuerzo tan distintos grados de compresión y deformidades de ex-
clínicamente razonable, aunque incierto, para prolongar el tremidades y cabeza, con una frecuencia de alrededor del
embarazo y lograr la exposición del feto a terapia esteroidal 10% al 20% en casos de latencia mayor a 4 semanas (Nim-
concomitante. rod y cois., 1984; Mclntosh & Harrison, 1994). La com-
plicación neonatal más importante de la RPM del segundo
trimestre es la hipoplasia pulmonar. Aproximadamente el
60% de los recién nacidos que sobreviven y se controlan al
804
TABLA 39-8. Complicaciones asociadas a RPM
Autor Edad gestacional Latencia Sobrevida Corioamnionitis Sepsis
RPM (semanas) (días) neonatal clínica neonatal
Taylor 16a25 0,5 a 87 21, 6% (13/60) 41% (22/53) -
Beydoun 20 a 6 2 a 124 50,7% (35/69) 58,6% (41/70) 11, 4% (4/3 5)
Moretti 16 a 6 1 a 152 27,4% (34/124) 39% (46/1 18) 29,4% (20/68)
Bengston 15 a 6 0,5 a 161 49,2% (31/63) 46% (27/59) 3 1,8% (7/22)
Major 19 a 5 1 a 60 63,3% (45/71) 43% (30/70) 17% (12/70)
Hibbard 17 a 26 1 a 68 54,2% (26/48) 77% (34/44) 41% (16/43)
Morales 17 a 25 2 a 126 40,2% (39/97) 25% (24/97) 4% (3/97)
Fortunato 15,5 a 27 1,4 a 75,4 79,2% (19/24) 8% (2/24) 12,5% (3/24)
David 17 a 25 0,5 a 77 31% (22/71) 39,4% (28/71) 23,1% (12/52)
Rib 19 a 26 1 a 102 47% (21/45) 70, 7% (2 9/41) 22,2% (10/45)
año de edad presentan un examen clínico normal. Entre los más aceptada actualmente y se apoya en que el drena-
niños enfermos (40%), las patologías más frecuentemente je traqueal crónico en ovejas causa hipoplasia pulmonar
detectadas son enfermedad pulmonar crónica y anomalías (Fewell y cois., 1983), en que la atresia laríngea asociada
del desarrollo, incluyendo parálisis cerebral e hidrocefalia. con agenesia renal bilateral resulta en un desarrollo pulmo-
nar normal a pesar del oligoamnios absoluto que acompa-
Hípop/asía pulmonar. Se presenta con una frecuencia ña a esta condición (Wigglesworth y cois., 1987) y en que
variable del 5% al 28% según los criterios de selección de el oligoamnios se asocia frecuentemente con una disminu-
pacientes, la definición de hipoplasia pulmonar y la fre- ción de la presión intraamniótica (Nicoliní y cois., 1989).
cuencia con la que se practique autopsia en los fetos o neo-
El diagnóstico prenatal de hipoplasia pulmonar median-
natos fallecidos (Rotschild y cois., 1990; Vergani y cois.,
te ultrasonido se ha centrado en el análisis del volumen
1994). Se define como una condición en la que los alvéo-
de líquido amniótico, en la evaluación de los movimientos
los en el pulmón disminuyen significativamente, pero para
respiratorios fetales y en la biometría de ciertos segmentos
su diagnóstico se recurre frecuentemente a la demostración
del cuerpo fetal. Así, la presencia de un oligoamnios ab-
de una relación peso pulmonar/peso corporal reducida. Se
soluto es un factor de riesgo independiente para la apari-
asocia con una letalidad extremadamente alta (mayor al
ción subsecuente de hipoplasia pulmonar (Vergani y cois.,
70%), consecuencia de la interferencia de la difusión de
1994; Kilbride y cois., 1996); la ausencia de movimientos
gases y de la hipertensión pulmonar persistente que habi-
respiratorios se relaciona con hipoplasia pulmonar (Blott
tualmente se le asocia.
y cois., 1987), aunque de una manera débil (Moessinger
Los factores de riesgo independientes más importantes y cois., 1987) y varias relaciones biométricas aisladas y
para predecir el desarrollo de hipoplasia pulmonar son la entre segmentos fetales suelen emplearse para estimar el
edad gestacional temprana de la rotura de membranas y la riesgo de hipoplasia pulmonar. En un estudio que compa-
presencia de oligoamnios absoluto (Moretti & Sibai, 1988; ró el rendimiento de cinco parámetros torácico-cardíacos
Rotschild y cois., 1990). En efecto, un feto cuya madre para estimar el riesgo de hipoplasia pulmonar, Vintzileos
sufre RPM a las 18 semanas y cursa con oligoamnios ab- mostró que la relación entre el área torácica (AT) y el área
soluto tiene una probabilidad de alrededor del 80% de pa- cardíaca (AC) expresada por [AT-AC] x 100/AT menor al
decer hipoplasia pulmonar. Por el contrario, la probabilidad 65%, fue la que tuvo un mejor comportamiento diagnósti-
disminuye a menos del 10% si la RPM ocurre a las 25 co y pronóstico, con una sensibilidad, especificidad, valor
semanas de embarazo. predictivo positivo y negativo del 83% al 85% (Vintzileos
y cois., 1989W.
La etiopatogenia de la hipoplasia pulmonar se descono-
ce. Entre las teorías más recurrentes están la compresión Nuestro grupo evaluó el rol de la velocimetría Doppler de
torácica extrínseca secundaria al oligoamnios, la alteración la rama distal de la arteria pulmonar derecha en pacientes
en la frecuencia y calidad de los movimientos respiratorios con RPM de pretérmino, logrando detectar la existencia de
fetales y la pérdida de presión canalicular con aumento de enfermedad pulmonar grave en más del 90% de los casos
la gradiente alvéolo-amniótica y pérdida de fluido pulmo- cuando se utilizaba el índice de pulsatilidad elevado como
nar hacia la cavidad amniótica. Esta última es la hipótesis test positivo (Medina y cois., 2001). Existe controversia
805
OBSTETRICIA
acerca de si estas fórmulas son lo suficientemente pode- ción. Sin embargo, la necesidad de visualizar la anatomía
rosas como para superar el valor diagnóstico y pronóstico fetal en casos de oligoamnios absoluto, puede requerir la
derivados sólo de la edad gestacional en el momento de la instilación de suero fisiológico en la cavidad, mejorando
RPM y del oligoamnios prolongado. significativamente el examen sonográfico del feto.
• El parto debe resolverse por la vía más expedita. Si se
Manejo anticipa un parto rápido y el feto no se encuentra en
riesgo de asfixia intrauterina, el parto vaginal de un feto
Las recomendaciones generales descritas anteriormente en cefálica es el apropiado.
en este capítulo se aplican también a este grupo de pacien-
tes. Una vez realizado el diagnóstico y solicitado el estudio
complementario, la paciente debe ser hospitalizada para Situaciones clínicas especiales
vigilar la aparición de complicaciones maternas (corioam-
nionitis clínica) y fetales (asfixia fetal, prolapso de cordón,
Cerclaje cervical y RPM
DPPNI). Estos propósitos se traducen en las siguientes ac- El comportamiento clínico de las pacientes con RPM de
ciones clínicas: pretérmmo es diferente si el cerclaje es removido o dejado
• Manejo en nivel terciario. Alta transitoria sólo en casos in situ. Las pacientes en las que el cerclaje es removido
seleccionados con bajo riesgo de complicaciones y me- tienen un intervalo al parto más largo, una mayor edad
nos de 22 a 24 semanas. Alcanzadas las 24 semanas gestacional al parto y menor riesgo de morbilidad perinatal,
se maneja como RPM de 24 a 34 semanas. especialmente de sepsis neonatal (Ludmir y cois., 1994).
De hecho, aquellas pacientes con RPM en las que se re-
• Informar a la paciente acerca del pronóstico de su em- mueve el cerclaje a su ingreso al hospital tienen un pro-
barazo y del niño, especialmente del riesgo de muerte nóstico similar al del grupo general de pacientes con RPM
Intrauterina y neonatal y del potencial desarrollo de com- de la misma edad gestaclonal (Yeast & Carite, 1988). Esta
plicaciones en el mediano y largo plazo. Hacerla partí- información sugiere que la conducta en casos de pacientes
cipe de los esfuerzos por evitar complicaciones agudas portadoras de cerclaje del cuello uterino y RPM debe con-
mediante el reconocimiento de signos y síntomas claves sistir en la extracción del cerclaje al ingreso de la paciente,
(aspecto del líquido amniótico, percepción de contracti- especialmente si se demuestra la presencia de infección o
lidad uterina, sensación febril, disminución de los movi- Inflamación intraamniótica.
mientos fetales, etc.).
• Evaluación ultrasonográfica destinada especialmente a Herpes genital y RPM
valorar el volumen de líquido amniótico e identificar el
desarrollo de hipoplasia pulmonar. La presencia de lesiones herpéticas activas en el canal
vaginal de pacientes con RPM de pretérmmo antes de las
• Considerar la realización de una amniocentesis para el
diagnóstico de infección intrauterina y eventual carioti- 32 semanas es un problema tan desafortunado como infre-
po. cuente. El obstetra debe enfrentarse al dilema de balancear
el riesgo de una exposición fetal al virus versus las compli-
• Control de signos vitales materno y fetal en forma ha- caciones derivadas de la prematurez. En un estudio de 26
bitual, pero con énfasis en la búsqueda de infección y pacientes con RPM y herpes genital manejadas expectan-
DPPNI, PCR y recuento leucocitario cada 3 ó 4 días. temente entre las 24 y las 32 semanas, no se observaron
evidencias de infección en ninguno de los recién nacidos.
• Los corticoides no deben utilizarse hasta las 24 sema-
nas de gestación. Tampoco hubo diferencias en la duración del embarazo ni
en la morbilidad neonatal al comparar el grupo en estudio
• La utilización de antibióticos es motivo de controversia. con un grupo control, de 52 pacientes no afectadas por
En nuestro centro intentamos una amniocentesis para herpes genital. Doce de las pacientes recibieron tratamiento
decidir su administración. Si la amniocentesis no se profiláctico con aciclovir (Majory cois., 1991). Esta inves-
realiza, utilizamos factores de riesgo tales como la pre- tigación se suma a otros informes de casos y pequeñas se-
sencia de oligoamnios absoluto, presencia de DIU, PCR ries que muestran resultados similares (Ray y cois., 1985).
elevada, etc. Los esquemas utilizados son similares a los En base a estas experiencias, recomendamos el manejo
descritos para la RPM de 24 a 34 semanas. expectante hasta las 32 semanas.
• La amnioinfusión, la instalación de un gel de fribrina in- El uso de terapia con aciclovir para reducir la Incidencia
traamniótica o transcervical y el amniopatch (plaquetas y de herpes genital primario o recurrente se ha asociado con
crioprecipitado en la cavidad amniótica por vía transab- una disminución en la tasa de cesáreas y posiblemente
dominal, especialmente en RPM ¡atrogénica) son con- con una menor frecuencia de transmisión neonatal (Scott
siderados actualmente como herramientas en investiga- y cois., 1996). Varios estudios se encuentran actualmen-
806
te en curso para extender dichas experiencias. Hasta que consideramos que al menos el 90% de los niños no serán
nueva información se haga disponible parece adecuado portadores del virus con el tratamiento actual durante el
ofrecer aciclovir en dosis de 800 a 1.200 mg/día a pacien- embarazo (consultar Capítulo 48: Infección por el virus de
tes con RPM y herpes genital que estén siendo manejadas inmunodeficiencia humana (VIH) en el embarazo}.
en forma expectante. Aunque debe preferirse la resolución
del parto mediante operación cesárea, la desaparición de
las lesiones en el momento del parto permite ofrecer la vía
Embarazo gemelar y RPM
vaginal. La práctica de cultivos seriados de lesiones herpe- El parto prematuro complica alrededor del 50% de los
ticas para decidir la vía de parto se ha abandonado. casos de embarazos gemelares. El 25% de ellos están
asociados con RPM de pretérmino, comprometiendo casi
Sida y RPM exclusivamente el saco del primer gemelo. Un estudio de
pacientes con RPM de pretérmino con y sin embarazo ge-
La presencia de RPM en pacientes positivas para virus melar, demostró que las pacientes con feto único y las pa-
de inmunodeficiencia adquirida (VIH) es un evento que cientes con embarazo gemelar tuvieron un comportamiento
modifica significativamente el riesgo de transmisión vertical clínico similar en términos de intervalo al parto, incidencia
de la enfermedad. La transmisión perinatal del virus puede de corioamnionitis, fiebre puerperal y morbilidad infecciosa
ocurrir durante el embarazo, el parto o la lactancia y se neonatal, aunque el peso neonatal fue significativamente
correlaciona con carga viral plasmática (HIV-1 RNA), esta- más bajo en los gemelos (Mercer y cois., 1993b). A ex-
do inmunológico del huésped (niveles de linfocitos CD4), cepción de una mayor incidencia de distrés respiratorio en
factores sociodemográficos y estilo de vida (promiscuidad), el segundo gemelo (21% versus 7%), la sobrevida y fre-
terapia antirretroviral (zidovudine) y factores obstétricos del cuencia de morbilidad neonatal (sepsis, hemorragia intra-
embarazo y del parto (Zorrilla, 1997). Entre los factores ventricular, enterocolitis necrotizante) fueron similares para
obstétricos cabe destacar el parto prematuro, el peso al ambos gemelos, con una sobrevida de alrededor del 90%
nacer menor a 2.500 g, la primera gemelaridad en em- (Mercer y cois., 1993b). Otros estudios confirman estos
barazos múltiples y el período de latencia en casos de ro- hallazgos en lo relativo a la incidencia de morbilidad mater-
tura de membranas. En efecto, las pacientes con rotura de na y neonatal, pero discrepan en relación con el intervalo al
membranas de más de 4 h de duración tienen una tasa de parto, señalando que este período es varios días más corto
transmisión vertical 2 a 4 veces mayor que las pacientes en embarazos gemelares (Bianco y cois., 1996; Myles y
con membranas intactas o membranas rotas por menos de cois., 1997).
4 h. El Women and Infants Transmission Study mostró que La RPM de pretérmino en un embarazo gemelar debe
el parto antes de las 4 h luego de la rotura de membranas manejarse con criterios similares a aquellos usados en em-
se asocia a una reducción en la tasa de transmisión de barazos con feto único, pero incorporando las modificacio-
entre el 14% y el 25%. Este efecto persistió como una va- nes impuestas por el manejo clínico propio de la gemelari-
riable independiente luego de un análisis multivariado (OR: dad (consultar Capítulo 37: Embarazo gemelar y múltiple).
1,82; IC: 1,14 a 1,81) (Lanesman y cois., 1996). La vía
del parto no modificó este riesgo, por lo que el rol de la ope-
ración cesárea como método preventivo de la transmisión
Agradecimientos. Los autores agradecen la valiosa contribución
perinatal del VIH se encuentra actualmente en revisión. Sin
de los médicos y matronas del servicio de Ginecología y Obstetricia
del Complejo Hospitalario Dr. Solero del Río.
embargo, la operación cesárea puede contribuir a que el
propósito de obtener un parto pronto, después de la RPM,
efectivamente se cumpla.
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OBSTETRICIA
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Capítulo 39 | Eotura prematura de membranas, corioamnionitis y respuesta inflamatoria fetal
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813
Metrorragias de la segunda mitad
de la gestación
J.M. Palacios-Jaraquemada | Á. Fiorillo | A. Fernández
El sangrado genital durante el embarazo es un motivo fre- Manejo general
cuente de consulta de urgencia en los servicios obstétricos.
Durante el control prenatal las embarazadas son habitual- Cuando el equipo de salud se enfrenta a una embaraza-
mente informadas de que el sangrado genital, asociado o no da con sangrado genital de la segunda mitad de la gesta-
a dolor abdominal, es un signo de alarma de una situación ción, debe implementar una serie de acciones simultáneas,
de potencial alto riesgo para su salud y la de su hijo, por lo destinadas a la rápida evaluación de la condición materna
que se les aconseja consultar precozmente a los servicios (estado hemodinámico) y fetal (oxigenación fetal), teniendo
obstétricos de urgencia para realizar el diagnóstico, la eva- en mente que las etiologías más frecuentes son la placenta
luación materno-fetal y el tratamiento, que en muchas oca- previa y el desprendimiento de placenta normoinserta.
siones involucra hospitalización e interrupción del embarazo.
La condición hemodinámica materna puede ser rápida-
Se estima que entre el 2% y el 5% de los embarazos mente evaluada con la observación de la facie materna y
se presentará sangrado genital en la segunda mitad de la de los lechos ungueales. La palidez facial, el llene capilar
gestación, lo que constituye una de las principales causas disminuido y/o cianótico, revela indirectamente un deterio-
de muerte materna en los países en desarrollo, tanto por la ro severo de la condición cardiovascular materna. El con-
gravedad de las patologías que la producen, como porque trol simultáneo de la frecuencia cardíaca y de la presión
requiere de un equipo obstétrico capacitado y de infraestruc- arterial puede confirmar la sospecha inicial si se comprue-
tura hospitalaria adecuada, no siempre disponible en los paí- ba taquicardia e hipotensión arterial. En estos casos, se
ses latinoamericanos y especialmente en las zonas rurales. debe cateterizar una vena periférica de buen calibre que
permita una rápida reposición del volumen circulatorio. La
Las metrorragias en la segunda mitad del embarazo se
alteración de conciencia, la disminución de la amplitud y
asocian a morbimortalidad perinatal debido al riesgo de
la frecuencia respiratoria, indican compromiso hemodiná-
hipoxia fetal y prematurez del neonato, como también a
mico grave con hipoxia cerebral. El compromiso hemodiná-
morbimortalidad materna por sangrado, que en ocasiones
mico materno no siempre concuerda con la magnitud del
es incoercible y puede conducir al fallecimiento o a conse-
sangrado genital, y en ocasiones este puede estar ausente;
cuencias reproductivas futuras, debido al tratamiento qui-
la concordancia o discordancia entre sangrado externo y
rúrgico (Varner, 1991; Vázquez y cois., 2008).
condición hemodinámica es un importante parámetro que
permite diferenciar entre placenta previa sintomática y des-
Etiología prendimiento de placenta normoinserta.
En su mayoría, las metrorragias de la segunda mitad de La condición fetal es dependiente de la hemodinamia y
la gestación son causadas por dos entidades principales: la de la mecánica respiratoria materna, como también de las
placenta previa y el desprendimiento de la placenta nor- características de la contractibilidad uterina si está presen-
moinserta (abruptio placentas) (Sinha & Kuruba, 2008). te. La hipotensión arterial perfundirá inadecuadamente el
En algunos casos no se puede identificar la causa específi- territorio uteroplacentario, lo que provocará hipoxia fetal,
ca del sangrado (metrorragia idiopática), lo que no significa que se manifestará con alteración de la frecuencia cardíaca
que sea menos grave (Harlev y cois., 2008). Otras causas fetal como bradicardia, ausencia de los latidos cardiofetaíes
de menor frecuencia son la rotura uterina (Zeteroglu y cois., o muerte fetal. Estas alteraciones se pueden detectar con
2005) y la vasa previa (Oyelese y cois., 1999). estetoscopio de Pinard y confirmar mediante el ultrasonido
814
con detectores portátiles de latidos cardiofetales o por ul- La elevada incidencia de operación cesárea hace que
trasonografía. La presencia de contracción uterina anormal, en la actualidad éste sea el principal factor de riesgo, muy
como polisistolia y/o contractura uterina, ayudará al diag- especialmente de placenta previa acreta. Es así que la in-
nóstico diferencial y agravará la condición fetal. cidencia de placenta previa aumenta con el número de ce-
sáreas en 1,9%, 15,6%, 23,5%, 29,4%, 33,3% y 50%
En general, el choque hipovolémico materno y/o evi-
después de O, 1, 2, 3, 4, y 5 cesáreas anteriores respecti-
dencias clínicas de hipoxia fetal obligarán a la interrupción
vamente (Usta y cois., 2005).
urgente del embarazo, especialmente si la edad gestacional
es igual o superior a las 26 semanas.
Incidencia
Placenta previa La real incidencia de placenta previa varía según las di-
ferentes publicaciones, pero se acepta su presencia en el
Es la implantación total o parcial de la placenta en el seg- 2% de todos los nacimientos como valor promedio. Una
mento inferior del útero, antecediendo a la presentación fe- revisión sistemática de la literatura sobre 58 estudios de
tal. La principal manifestación de esta patología obstétrica placenta previa, publicados entre 1966 y 2000, mostró
es la metrorragia en la segunda mitad de la gestación, la que la prevalencia de esta patología fue de 4/1.000 na-
cual puede ser mínima a incoercible, lo que pone en riesgo cimientos, con una frecuencia mayor entre los estudios
vital a la madre y al feto. de cohorte (4,6/1.000), los realizados en los EE.UU.
(4,5/1.000) y los estudios hospitalarios (4,4/1.000) que
en estudios caso-control (3,5/1.000), estudios de otros
Etiopatogenia países (3,7/1.000) y estudios poblacionales (3,7/1.000)
Anatómicamente, el segmento inferior del útero grávido respectivamente (Faiz & Ananth, 2003).
corresponde al istmo del útero no gestante y se localiza
entre el orificio cervical interno y el anillo de Bandl. Lo que Clasificación
ocurre es que el segmento inferior del útero es inadecua-
Clásicamente se han descrito tres grados de placenta
do para la inserción placentana por ser más delgado que
previa, que dependen de la proximidad que existe entre la
el segmento superior, debido a una menor proporción de
placenta y el orificio cervical interno del cuello uterino:
fibras musculares en relación al estroma, a una menor irri-
gación sanguínea y a una decidua parietal menos gruesa. • Placenta previa oclusiva total: el orificio cervical interno
Cuando la implantación placentaria ocurre en el segmento está totalmente cubierto por la placenta, ya sea por un
inferior, habitualmente se produce una mayor adherencia al borde placentario o por la totalidad de ella (FIGURA 40-
útero con penetración profunda del trofoblasto, más allá de 1A).
la decidua; en ocasiones traspasa la pared uterina y puede • Placenta previa oclusiva parcial: el orificio cervical in-
alcanzar órganos vecinos, especialmente la vejiga urinaria. terno está parcialmente cubierto por la placenta (FIGU-
RA 40-IB).
Etiología • Placenta previa marginal: el borde planetario llega al
margen del orificio crevical interno, pero no lo obstruye
Varias condiciones obstétricas parecen incrementar (FIGURA 40-1C).
el riesgo de placenta previa, entre las que se cuentan la
multiparidad, la edad materna avanzada (Montan, 2007), El constante avance en el diagnóstico ecográfico, así
el tabaquismo (Ananth y cois., 1996a; Salihu & Wilson, como los cambios en la relación entre la placenta y el orifi-
2007), la ingesta de cocaína (Faiz & Ananth, 2003), las cio cervical interno con el progreso del embarazo, han vuel-
cesáreas (Guilliam y cois., 2002; Grobman y cois., 2007) to obsoletas las clasificaciones tradicionales.
y raspados uterinos previos (Ananth y cois., 1997). Todos
Las observaciones previas sugieren considerar como
estos antecedentes sugieren que el daño endometrial es el
placenta previa aquella que cubre el orificio interno en el
principal factor etiológico. Si existe el antecedente de un
tercer trimestre del embarazo y reservar el término de pla-
embarazo anterior con placenta previa, existe un riesgo re-
centa marginal para aquellas cuyo borde está a menos de
lativo ocho veces mayor de placenta previa nuevamente;
2 cm del orificio cervical interno, pero no lo cubre. Se ha
si hubo una cesárea anterior el riesgo aumenta entre 1,5
documentado que no existe riesgo aumentado de hemo-
y 15 veces, y el con raspado previo se incrementa en 1,5
rragia cuando el borde placentario se sitúa a más de 2 cm
veces. La edad mayor a los 35/40 años, la multiparidad y
del margen del orificio cervical interno. El término placenta
el hábito de fumar constituyen otros factores de riesgo. Pro-
baja debería reservarse para los casos no determinados o
bablemente, los sucesivos embarazos dañan el endometrio
diagnosticados antes del tercer trimestre.
subyacente, disminuyendo la superficie de implantación
para embarazos ulteriores, provocando así implantaciones Aproximadamente el 45% de las ecografías en el se-
más bajas. gundo trimestre del embarazo mostrarán una placenta de
815
OBSTETRICIA
B
FIGURA 40-1. Diferentes tipos de placenta previa. A: Placenta previa oclusiva total; B: Placenta previa oclusiva parcial;
C: Placenta previa marginal.
inserción baja, pero en más del 90% de esos casos ésta se sivamente mayor en los siguientes episodios. Es muy fre-
resolverá espontáneamente y por lo tanto será asintomática cuente encontrar distocias de presentación fetal (podálica,
a medida que progrese el embarazo. Sin embargo, casi la tronco) atribuidas a la interposición de la placenta locali-
mitad de las pacientes pueden presentar complicaciones zada en el segmento uterino inferior y el canal del parto,
a pesar de la aparente resolución. Estas complicaciones como también a la edad gestacional.
incluyen hemorragia anteparto, desprendimiento placenta-
Frente a una paciente que consulta por sangrado si-
rio, restricción del crecimiento intrauterino y un significativo
lencioso de la segunda mitad del embarazo, siempre de-
incremento de prematuridad y muerte perinatal.
beremos pensar en placenta previa. Por eso, junto con la
rápida evaluación materno-fetal, en la anamnesis se deben
obtener los factores de riesgo asociados a esa entidad. La
Cuadro clínico ausencia de dolor y de hiperdinamia uterina ha sido clási-
El signo por excelencia de la placenta previa es la pre- camente la diferencia clínica más importante entre placen-
sencia de hemorragia genital indolora (metrorragia silen- ta previa y desprendimiento de placenta normoinserta, que
ciosa) en el segundo o tercer trimestre de la gestación. Sin es el diagnóstico diferencial más frecuente.
embargo, no debemos olvidar que el sangrado puede estar
asociado a trabajo de parto con contractibilidad uterina nor- Diagnóstico
mal o a contracciones Braxton Hicks.
Establecida la sospecha de placenta previa debemos
La placenta previa suele manifestarse con un episodio
omitir la realización de tacto vaginal o de especuloscopia
inicial de sangrado al comienzo del tercer trimestre; en un
al momento de la primera consulta, por riesgo de desen-
tercio de los casos se hacen sintomáticos antes de las 30
cadenar un sangrado mayor que en ocasiones es masivo
semanas y un tercio después de la semana 36; el sangrado
(Hibbard, 1969). Si disponemos de ecografía, que es la
puede aparecer sin ninguna causa aparente. La ausencia
base del diagnóstico definitivo, no hay razón alguna para
de sangrado antes del término del embarazo no descarta la
efectuar cualquier procedimiento antes que la ultrasonogra-
presencia de placenta previa, ya que en el 10% de los casos
fía, pues de lo contrario se pone en mayor riesgo a la madre
pueden presentarse luego de comenzar el trabajo de parto.
y al feto (Palacios-Jaraquemada, 2008).
El sangrado y la condición hemodinámica materna con-
En los casos en que el sangrado es mínimo y no hay
cuerdan con la magnitud de la hemorragia exteriorizada. El
factores de riesgo para placenta previa, podemos realizar
compromiso fetal y los signos de sufrimiento fetal están en
una cuidadosa especuloscopia para descartar causas gine-
relación con la estabilidad hemodinámica materna.
cológicas de sangrado, como pólipos cervicales, cervicitis,
La sangre es roja, rutilante, intermitente, insidiosa, con inflamación y lesiones vaginales y cáncer cervicouterino,
cese espontáneo, inicialmente de escasa cuantía y progre- entre otras.
816
Capíl ulo 40 Meirorragms de la segunda mitad de la gestación
Ecografía. La ecografía ha modificado totalmente el inicialmente, por lo tanto, si la paciente permanece asin-
riesgo que involucraba el tacto vaginal para el diagnósti- tomática no deberían tomarse medidas de restricción de
co de placenta previa. La localización ultrasonográfica de las actividades hasta que sea reevaluada en los inicios del
la placenta es un paso necesario en la evaluación de la tercer trimestre; si la condición de placenta previa persiste
paciente con sangrado, excepto en aquellos casos donde para esa edad gestacional, es probable que continúe inva-
el síntoma intempestivo hace necesaria una intervención riable hasta el término del embarazo.
inmediata.
La visualización ecográfica por vía abdominal puede Tratamiento
presentar falsos negativos, los cuales han sido reportados
Las medidas para el manejo de la placenta previa están
en el 7% de los casos aproximadamente y se deben a que
dirigidas a la reducción de la morbimortalidad materna y
la cabeza fetal puede impedir la visualización correcta del
perinatal, donde la más importante es la interrupción del
cérvix, a la presencia de sangre en la región, lo que puede
embarazo. La conducta expectante y el mayor uso de la
crear la falsa imagen de líquido amniótico, a localización
operación cesárea disminuyeron dramáticamente la morta-
posterior de la placenta, a obesidad materna y a oligohi-
lidad materna y fetal en los últimos cuarenta años. Como
dramnios. El ultrasonido transvaginal presenta una marca-
consecuencia de ello, la mortalidad materna cayó del 25%
da superioridad para diagnosticar placenta previa (FIGURA
a menos del 1% y la fetal del 60% a menos del 10%.
40-2). A pesar del probable riesgo de la introducción del
Aproximadamente el 20% de las pacientes perderán 500
transductor en la vagina, el método es lo suficientemente
mL en el primer episodio de sangrado, sin embargo, la mi-
seguro en manos experimentadas (Oppenheimer, 2007).
tad de ellas ganarán días (Cotton y cois., 1980) o semanas
El abordaje transvaginal presenta mayor definición y una
desde su primer episodio de sangrado hasta la resolución
alta sensibilidad para mostrar la relación entre el borde in-
del embarazo.
ferior de la placenta y el orificio cervical interno, lo que
minimiza los diagnósticos falsos positivos o negativos. La En el tratamiento y manejo de la placenta previa se de-
vía ecográfica abdominal y transvaginal deberían ser con- ben considerar los siguientes elementos clínicos para una
sideradas procedimientos complementarios. Generalmente adecuada decisión:
se utiliza la vía abdominal primero, ya que si la localización
• Magnitud del sangrado.
es fúndica o si muestra una placenta previa oclusiva total,
la exploración transvaginal se vuelve innecesaria. • Condición hemodinámica materna.
Durante el segundo trimestre existe una alta tasa de re- • Tipo de placenta previa.
solución espontánea de placentas previas diagnosticadas • Edad gestacional del feto.
FIGURA 40-2. Ultrasonografía transvaginal que muestra placenta previa cubriendo el orificio cervical interno (OCI) del
cuello uterino.
817
OBSTETRICIA.
El diagnóstico de placenta previa sintomática obliga Vía de parto
a la internación materna hasta la interrupción del emba-
razo, independientemente de la magnitud del sangrado. La capacitación de médicos no ginecoobstetras en la
No es aconsejable dar de alta a la madre porque dejó de realización de la operación cesárea en aquellos lugares
sangrar, aunque sea por varios días, ya que los episodios donde no se dispone de especialistas ha significado un im-
de metrorragia son cada vez de mayor cuantía, a no ser portante avance respecto del pronóstico materno. De todas
que los controles ultrasonográficos posteriores muestren maneras, la derivación de la madre a un centro de mayor
que la placenta ha migrado y dejado de ser previa, situa- complejidad es la mejor decisión.
ción muy infrecuente. Algunos estudios retrospectivos han La indicación de cesárea es absoluta en aquellos casos
demostrado la seguridad del seguimiento domiciliario en de placenta previa oclusiva total, como también frente a
pacientes con cese espontáneo del sangrado en embara- sangrados de gran volumen y compromiso materno. Se
zos muy de pretérmino. Para ser candidatas a este tipo efectuará cesárea electiva o programada (36 semanas o feto
de seguimiento, las pacientes deben estar clínicamente pulmonarmente maduro) si se asocian otros factores como
estables, tener la posibilidad de reposo absoluto en su ho- presentación podálica o transversa, cicatrices de cesáreas
gar, vivir a una distancia razonable de un centro médico, anteriores u otras causas que desaconsejen la vía vaginal.
tener posibilidades de traslado inmediato y obtener de la
paciente y familiar directo el consentimiento informado de Para la toma de decisiones de la vía de parto, la ultraso-
esa conducta. nografía es actualmente un gran aporte, que reemplaza el
clásico examen diagnóstico por tacto vaginal, con la madre
La conducta expectante es permisible sólo en aquellos en pabellón quirúrgico y equipo médico completo para rea-
casos con feto de pretérmino o pulmonarmente inmaduro, lizar una cesárea de urgencia. La Sociedad Canadiense de
en que el sangrado es moderado y no hay riesgo vital ma- Obstetricia y Ginecología recomienda evaluar la distancia
terno. Si el feto tiene una edad gestacional de 36 o más entre el borde del orificio cervical interno y el borde placen-
semanas o está pulmonarmente maduro, se debe interrum- tario por ecografía transvaginal a partir de la 35 semanas
pir el embarazo. Por el contrario, si el feto tiene una edad (Oppenheimer, 2007). Cuando el borde placentario está a
gestacional inferior a 36 semanas o es pulmonarmente in- más de 20 mm del borde del orificio cervical interno, es po-
maduro se debe inducir madurez pulmonar e interrumpir la sible ofrecer una prueba de trabajo de parto con alta expec-
gestación alcanzada las 36 semanas. La metrorragia severa tativa de éxito. Distancias menores a 20 mm sin sobrepasar
con inestabilidad hemodinámica o choque hipovolémico, el orificio cervical interno se asocian a altas probabilidades
independientemente de la edad gestacional, nos obliga a la de cesáreas, sin embargo y de acuerdo a las circunstancias
interrupción inmediata del embarazo por la vía más rápida
clínicas, la vía vaginal es aún posible. En general, cuando
y expedita para evitar la muerte materna o la morbilidad se- el borde placentario sobrepasa el borde del orificio cervical
cundaria; frente a esta circunstancia, la cesárea es la única interno después de las 35 semanas de edad gestacional, se
alternativa. indica operación cesárea.
Ante el diagnóstico ultrasonográfico de placenta previa
En los casos en que es posible intentar la vía vaginal
asintomática en el tercer trimestre de la gestación, lo pru-
se recomienda efectuar la rotura artificial de membranas
dente es retirar a la madre de su actividad laboral con una
precozmente. Con esta acción se persigue que el polo ce-
licencia médica hasta el parto, reposo en cama en su domi-
fálico encaje y comprima el borde placentario, evitando o
cilio, abstinencia coital e indicaciones precisas de consultar
disminuyendo el sangrado. Es posible que durante el pro-
en el servicio de urgencia obstétrico más cercano si inicia
cedimiento el sangrado se desencadene o agrave; frente a
sangrado genital.
estas circunstancias se debe realizar operación cesárea de
Una vez que la madre está hospitalizada, las medi- inmediato.
das generales son: tener una vía venosa permeable -de
La resolución del embarazo con placenta previa, inde-
buen calibre- para obtener un recuento de glóbulos ro-
pendientemente de la vía de parto, impone al médico un
jos (hematocrito), reponer volumen con soluciones hidro-
desafío, de ahí que sea necesario reiterar que, en la medi-
electrolíticas y transfusión de sangre total o glóbulos rojos
da de lo posible, estas pacientes deben ser trasladadas a
concentrados según condición materna. Además, se debe
un centro de mayor complejidad. La operación cesárea se
realizar ultrasonografía para precisar el diagnóstico, el per-
asocia a pérdidas significativas de sangre, por lo que en el
fil biofísico fetal y madurez fetal en fetos menores de 36
pabellón quirúrgico, al momento de la resolución, se debe
semanas.
disponer al menos de dos unidades de sangre compati-
ble. Muchas muertes maternas se han producido porque
el banco de sangre no disponía de suficientes unidades. Es
recomendable permeabilizar dos vías venosas de buen cali-
bre que permitan infundir rápidamente grandes volúmenes
si es necesario.
818
De acuerdo a la experiencia del médico, éste elegirá la medida de lo posible. La madre y la familia deben estar
una laparotomía media infraumbilical o una transversa plenamente informados de los riesgos de morbimortalidad
suprapúbica. La primera de ellas le permitirá un aborda- y tener el consentimiento informado de los eventuales pro-
je más rápido frente a una hemorragia con compromiso cedimientos quirúrgicos y médicos para solucionarlos.
hemodinámíco materno, como también un mayor campo
Su incidencia es variable y dependiente, especialmente
quirúrgico para realizar una histerectomía obstétrica. Es re-
con la prevalencia de cesáreas en el servicio respectivo,
comendable descender la vejiga urinaria lo más posible,
dada su asociación con hemorragia posparto por atonía
de forma de obtener una mejor visualización de los planos
uterina, placenta previa y acretismo placentario (Muench
vesicouterinos y con ello disminuir el riesgo de lesiones
y cois., 2008). En un servicio obstétrico con prevalencia
vesicales. La histerotomía debe ser segmentaria arciforme;
de cesárea del 29,7%, la incidencia de histerectomía obs-
recomendamos la histerotomía segmento corporal en los
tétrica fue de 1 por 267 operaciones cesáreas, cuyas cau-
embarazos muy de pretérmino, sin formación del segmento
sas más frecuentes estaban asociadas a placenta acreta
inferior y especialmente si el feto está en presentación de
(51,1%) y a placenta previa (26,7%) (Daskalakis y cois.,
tronco. En los casos en que la placenta previa se inserta en
2007).
la cara anterior del segmento inferior, como habitualmente
ocurre cuando se asocian cicatrices de cesáreas previas,
la extracción fetal a través de la masa placentaria es es-
pecialmente dificultosa por el gran sangrado que se pro-
Placenta acreta, increta o percreta
duce y que inunda el campo quirúrgico. En la actualidad, La placentación con adherencia mórbida (MAP), común-
la mayoría de las veces el médico conoce la localización mente conocida como placenta acreta, increta o percreta,
placentaria por ecografías previas, y en esas condiciones es una de las principales causas de morbilidad y mortali-
debe realizar una rápida incisión con el bisturí y penetrar dad materna.
la placenta digitalmente en búsqueda de la presentación
fetal para su rápida extracción y pinzamiento inmediato del Los términos acretismo, incretismo y percritismo corres-
cordón umbilical para disminuir la pérdida de sangre fetal ponden al grado de penetración de las vellosidades placen-
producto del desgarro placentario. Extraído el feto se proce- tarias en el útero:
derá a colocar pinzas hemostáticas en los vasos de mayor • Placenta acreta: la vellosidad está firmemente adherida
sangrado y a asistir el alumbramiento, que frecuentemente al miometrio sin penetrarlo.
es espontáneo y que se complementa con una revisión ma-
nual e instrumental de la cavidad uterina para reconocer • Placenta increta: la vellosidad se introduce en el espe-
y extraer restos placentarios adheridos. Frecuentemente se sor del miometrio, pero no lo sobrepasa.
observan zonas de sangrado desde el lecho de inserción • Placenta percreta: la vellosidad atraviesa el miometrio e
placentaria, pero no hay que perder tiempo en poner pun- invade la serosa peritoneal, pudiendo alcanzar órganos
tos de sutura, sino que se debe proceder a la histerorrafia vecinos como la vejiga urinaria o el recto.
y conjuntamente administrar oxitocina intravenosa en altas
dosis en bolo o infusión continua de acuerdo a las nece- El acretismo placentario se presenta asociado a aquellas
sidades; esto permite la hemostasia del lecho placentario situaciones clínicas en que la formación de la decidua ha
a través de una vigorosa y sostenida contracción uterina. sido afectada, con ausencia parcial o total de la decidua
En ocasiones el alumbramiento no se produce debido a la basal y en zonas del útero con menor irrigación sanguínea,
adherencia anormal de la placenta; en esas circunstancias como acontece con el segmento inferior del útero (FIGURA
se procederá a dejar in situ la placenta y se continuará 40-3).
con la histerectomía obstétrica. Si la paciente es de baja
paridad y desea preservar la fertilidad futura, se intentará Su incidencia se ha incrementado notablemente en las
la extracción manual de la placenta y luego, de acuerdo a últimas décadas, hecho directamente asociado con el au-
la magnitud del sangrado provocado, se decidirá continuar mento de la operación cesárea (Kozak & Weeks, 2002).
con el procedimiento o proceder a la histerectomía. Sin embargo, su real frecuencia se desconoce, ya que no se
realizan estudios anatomopatológicos a todos los úteros ex-
La histerectomía obstétrica es habitualmente un proce- traídos. La asociación entre cesárea iterativa y aparición de
dimiento complejo que desafía las habilidades quirúrgicas MAP es estrecha (Muench y cois., 2008). Este nexo tiene
del médico. De ahí que en las cesáreas electivas en que una importancia vital en nuestros días, ya que los índices
hayan altas posibilidades de tener que realizar el procedi- de cesárea han aumentado globalmente, especialmente en
miento, lo más recomendable es que el equipo quirúrgico aquellos países donde puede optarse por una cesárea a
sea el de mayor experiencia y que idealmente cuente con la demanda.
participación de otros especialistas como urólogos y gine-
cooncólogos. No debemos olvidar que el principal objetivo Actualmente, un elevado porcentaje de MAP puede
es salvar la vida materna y preservar la fertilidad futura en diagnosticarse por ecografía y Doppler (Finberg & Williams
819
OBSTETRICIA
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FIGURA 40-3. Corte histológico de placenta acrela. Se aprecia contacto directo de las vellosidades placentarias sin pe-
netrar el miomelrio. Nótese la ausencia de decidua basal.
Fuente: www.pathologyoutlines.com/placenta.html
1992; Chou y cois., 1992; Comstock, 2005; Palacios-Ja- gia y coagulopatía. Con el objeto de minimizar los daños y
raquemada, 2008). La experiencia acumulada en ecografía de conservar el potencial reproductivo de la mujer, se han
ha permitido establecer signos directos e indirectos para incorporado una serie de procedimientos que preservan
distinguir las MAP de una placenta con adherencia normal el útero en las MAP (Courbiére y cois., 2003; Palacios-
en un elevado porcentaje de casos. Estas características Jaraquemada y cois., 2004; Bretelle y cois., 2007). Es-
hacen que el ultrasonido sea el método diagnóstico de pri- tas tácticas conservadoras han demostrado ser efectivas y
mera elección ante la sospecha clínica de MAP. seguras sólo en condiciones controladas (Kayem y cois.,
2004; Sergenty cois., 2004; Winograd, 2008).
Por otro lado, la resonancia magnética nuclear placen-
tería (pMRI) ha demostrado ser un auxiliar invaluable al
momento de planificar la cirugía de las MAP y para antici- Factores de riesgo
par posibles complicaciones, la necesidad de recursos y la
posibilidad de conservación uterina (Palacios-Jaraquema- El incremento global de la tasa de cesáreas trae apareja-
da & Bruno, 2005). La pMRI permite una adquisición de do un aumento consecutivo de placentas previas. El daño
imágenes total. Su característica multiplanar permite una miometral secundario a cesárea iterativa en asociación con
correcta reconstrucción 3D, necesaria para la planificación placenta previa constituye el principal factor de riesgo para
quirúrgica topográfica. las MAP. Sin embargo, otras entidades, como legrados ute-
rinos y cirugías miometrales, también son factores de riesgo
Las MAP producen morbilidad y mortalidad por hemo- relacionados con placentación adherente. Los procedimien-
rragia, por coagulopatía y por su dificultad quirúrgica inhe- tos de fertilización asistida últimamente han sido conside-
rente, factores que la posicionan como la primera causa rados como factor de riesgo, aunque aún se desconoce su
de histerectomía obstétrica (Daskalakis y cois., 2007). Las etiología y prevalencia (Romundstad y cois., 2007).
anastomosis vasculares pelvianas, notablemente ingurgita-
das cuando existe una MAP, sumado a un flujo placentario La asociación de cesárea previa y legrado evacuador
entre 600/800 mL/min en un espacio reducido y de difícil constituye una entidad frecuente aunque poco conocida de
acceso, constituyen todas las condiciones necesarias para MAP (Ota y cois., 1999). Esta dupla suele producir inva-
una complicación grave. siones precoces en la histerotomía y puede confundirse en
etapas iniciales con un embarazo cervical. Deberá pensar-
Históricamente, el tratamiento de las MAP fue la his- se en MAP cuando exista legrado posterior a una cesárea
terectomía total. A pesar de ello, la cirugía es considerada realizada en un período intergenésico menor al año.
de alto riesgo, especialmente cuando coexisten hemorra-
820
Capítulo 40 Metrorragias de la segunda mitad de la gestación
Siempre que exista daño tisular miometral, sea éste El adelgazamiento progresivo del sector uterino retro-
quirúrgico, instrumental o físico, que cause daño y expo- placentario constituye otro marcador ecográfico de utilidad.
sición colágena, se debe pensar en la posibilidad de MAR Este signo refleja la extrema proximidad del tejido placen-
Si este antecedente se acompaña de placentación en la tario con la serosa peritoneal o los órganos vecinos, ya sea
zona del daño uterino, deberán extremarse las medidas por el avance de la placenta sobre el miometrio, o bien
diagnósticas a fin de certificar o descartar el diagnóstico de porque el miometrio subyacente es extremadamente delga-
MAR do o inexistente. Algunos autores sugieren que la medición
del segmento menor a 1 mm es sugerente de MAR con una
sensibilidad del 93%, una especificidad del 79% y un valor
Diagnóstico por ecografía predictivo positivo del 73% (Hudon y cois., 1998).
Existen diversos signos ecográficos que pueden indicar La capacidad general de la ecografía en escala de grises
la presencia de MAR (FIGURA 40-4). El primero es la es suficiente para diagnosticar MAR, con una sensibilidad
presencia de lagunas placentarias, que a diferencia de las del 87,5%, una especificidad del 98%, un valor predictivo
observadas en embarazos normales, son visibles desde co- positivo del 93,3% y negativo del 97,6% (Haratz-Rubins-
mienzos del segundo trimestre y hasta el término suelen ser tein, 2002).
grandes, de contornos irregulares y numerosas. La ausen-
cia de lagunas no excluye la presencia de MAR, aunque su El agregado del modo Doppler permite corroborar la pre-
presencia es un claro indicador de riesgo. La sensibilidad sencia de abundante flujo turbulento en gran parte de las
de este signo ecográfico es del 79% y su valor predictivo lagunas placentarias con MAR La sola colocación del modo
positivo del 92% cuando se lo encuentra entre las 15 y 40 Doppler color mostrará que el flujo vascular "enciende" a
semanas (Oyelese & Smulian, 2006). gran parte del parénquima placentario. Inversamente, la
ausencia de señal Doppler en el lecho retroplacentario re-
Otro signo ecográfico es la pérdida de la zona hipoeco- fuerza la pérdida de la zona hipoecogénica retroplacentaria.
génica retroplacentaria, imagen en que se distingue au- Ambos signos son de utilidad, aunque no deben ser consi-
sencia del lecho vascular retroplacentario, falta de la deci- derados como patognomónicos, ya que existen falsos posi-
dua basal y avance de la placenta sobre el miometrio. La tivos y falsos negativos para ambos ejemplos. Un signo me-
positividad de este signo se asocia a MAR, aunque también nos frecuente es la visualización de tejido vascular anómalo
puede encontrarse como hallazgo ecográfico en placentas alcanzando a los órganos vecinos, principalmente la pared
normales. Algunos autores restan importancia a este signo vesical. La aparición de vasos de distribución perpendicular
dada su baja sensibilidad diagnóstica y predictiva, junto a estará indicando la presencia de vasos placentarios hacia
falsos positivos del 48%. el miometrio u otros tejidos vecinos, hecho asociado a la
presencia de MAR (Megier y cois., 1999).
FIGURA 40-4. Ecografía Doppler transvaginal (V: vejiga). Puede observarse la placenta llena de imágenes lacunares
múltiples, típicas de placenta acreta.
OBSTETRICIA
En la cicatriz de operación cesárea pueden observar-
se defectos de la pared uterina similares a muescas. Las
imágenes suelen verse ocupadas con líquido de aspecto
hemático e inclusive como verdaderas dehiscencias de la
cicatriz. Es lógico pensar que en un futuro la evaluación
temprana de la cicatriz pueda alertar tempranamente del
riesgo de MAR La corrección quirúrgica de estos defectos
segmentarios en mujeres con deseo de gestación futura ya
ha sido descrita (Jurkovic y cois., 2003; Ben Nagi y cois.,
2006).
Diagnóstico por resonancia magnética
(FIGURA 40-5)
Durante años se intentó establecer si la resonancia mag-
nética placentaria (pMRI) tenía mejor sensibilidad diagnós-
tica que el ultrasonido en la detección de las MAR Sin em-
bargo, los estudios por resonancia eran complementarios al
ultrasonido, por lo que el análisis de los casos presentados
no permitía establecer ninguna diferencia significativa. En
1997 fue publicado el primer estudio prospectivo sobre
18 pacientes comparando ambos métodos (Levine y cois.,
1997), que no estableció diferencias significativas entre
ambos métodos, pero sí una mayor sensibilidad diagnós-
tica para la pMRI en las MAR de inserción posterior. Este
hecho se explica por la mejor definición de la resonancia
en el plano profundo respecto al ultrasonido. Estudios re- FIGURA 40-5. Resonancia magnética nuclear, corte coro-
cientes muestran una sensibilidad diagnóstica para la ultra- nal, técnica 12. Nótese la irregularidad de la pared supe-
sonografía del 93% y una especificidad del 71%, mientras rior de la vejiga y la presencia de imágenes negativas que
que la pMRI presenta una sensibilidad del 80% y una es- indican circulación anómala vesicoplacentaria.
pecificidad del 65%, diferencias no significativas (Dwyer y
cois., 2008).
Basado en un concepto totalmente diferente (Palacios- sión determinará el momento más propicio para realizar
Jaraquemada & Bruno, 2005), se estableció que la pMRI la operación cesárea, que es la semana 37 para invasio-
brinda nueva información en el 90% de los casos estudia- nes superficiales (acretas) y la semana 35 para invasiones
dos y permitió establecer la topografía anatomoquirúrgica profundas, placentas percretas o parametriales (Palacios-
de la invasión. Este dato fue esencial, ya que la distribu- Jaraquemada y cois., 2004).
ción vascular uterina por regiones establece la posibilidad
de sangrado, la aparición de complicaciones y anticipa la El espacio lateral bajo la pelvis es estrecho, por lo que
dificultad técnica inherente. La pMRI permitió además de- en caso de MAR el componente vascular desarrollado hace
terminar el área lesional, la cual, junto con la ubicación recomendable solicitar un cateterismo ureteral para evitar
topográfica y la profundidad de invasión, permitió anticipar lesiones inadvertidas durante la cirugía. Para aquellos
la posibilidad de conservación uterina. Por otra parte, es el casos con invasiones parametriales extensas, embarazos
único estudio complementario que ha podido determinar cervicales o ubicados en la histerotomía, se recomienda,
la presencia de invasión parametrial. Este hallazgo resulta además del cateterismo, disecar el uréter en su cruce con
primordial dentro de la planificación quirúrgica, ya que su la arteria ilíaca común, lo que disminuye notablemente
presencia aumenta la posibilidad de daño ureteral. la posibilidad de lesiones (Palacios-Jaraquemada y cois.,
2004).
Evaluación preoperatoria Es imprescindible realizar ciertas determinaciones he-
matológicas antes de efectuar una cesárea con MAR Ante
El objetivo de la evaluación preoperatoria es reunir y todo, se debe recordar que los análisis hemostáticos habi-
analizar la información para determinar el mejor procedi- tuales, tales como el tiempo de protombina, TTPK y recuen-
rmerto a utilizar en cada caso. Los estudios diagnósticos to plaquetario, son ineficientes para diagnosticar las fases
por imágenes, ecografía y pMRI permiten establecer el gra- precoces de la coagulación intravascular diseminada (DIC).
do, extensión y localización de las MAR El grado de inva- Por lo tanto, es aconsejable solicitar una determinación de
fibrinógeno, a fin de advertir una activación temprana de la
cascada de la coagulación (Kobayashi y cois., 2001).
Los marcadores referidos en el párrafo precedente son
eficientes para detectar DIC subclínica; si esto ocurre, rápi-
damente se agotará el limite hemostático del fibrinógeno y
se producirá una hemorragia secundaria por desfibrinación
(Lurie y cois., 2000). Debe considerarse que el consumo
previo de fibrinógeno con un nivel menor a 250 mg% y
FDP circulantes predispone al sangrado perioperatorio. Se
estima que el fibrinógeno depositado en el lecho placenta-
rio puede reducir su nivel sanguíneo entre 100 a 150 mg%
luego del parto, por lo tanto, un nivel bajo de fibrinógeno
previo dejaría al útero por debajo del nivel hemostático mí-
nimo, lo que produce un círculo mórbido de hemorragia,
depósito y nueva hemorragia, proceso que agrava la DIC
(Palacios-Jaraquemada y cois., 2004).
FIGURA 40-6. Pieza de histerectomía. Nótese la destruc-
Tratamiento ción de la pared lateral uterina por una placenta percreta.
Clásicamente, el tratamiento para las MAP ha sido la
histerectomía (Kwee y cois., 2006; Daskalakis y cois.,
Por ello, independientemente del procedimiento elegido, la
2007). Sin embargo, el advenimiento de nuevas técnicas
disección fascial pelviana es imprescindible para localizar
diagnósticas y quirúrgicas han permitido realizar tratamien-
los elementos nobles en la pelvis, lo que nos permitirá dis-
tos conservadores en algunas ocasiones antes impensadas.
minuir la morbilidad y la mortalidad en cualquier circuns-
De todas formas, el mejor tratamiento será aquél al cual
tancia.
el obstetra está acostumbrado y con el que ha obtenido
los mejores resultados. Toda aproximación a nuevas téc- La histerectomía ocasiona un daño permanente en la
nicas debe ir aparejada de un correcto aprendizaje teórico, capacidad reproductiva en la mujer, por lo que este mé-
seguido de un entrenamiento controlado que considere el todo se debe reservar para aquellos casos con indicación
manejo de todas las alternativas factibles. acreditada. La histerectomía realizada sin agotar todos los
métodos conservadores es considerada en muchos países
A pesar de que la histerectomía es el tratamiento más
como lesión gravísima. Por ello, es aconsejable documentar
difundido para las MAP, es un procedimiento con una ele-
detalladamente en el informe quirúrgico todas las medidas
vada morbilidad y mortalidad (Kotwal y cois., 1999; Reyn-
adoptadas antes de su práctica.
ders y cois., 2006). Un análisis pormenorizado de las com-
plicaciones posthisterectomía demuestra que la mortalidad Se estima que un porcentaje de las histerectomías pue-
y morbilidad están fuertemente ligadas a la hemorragia y de ocasionar falla ovárica (Habelt y cois., 1996). Mucho
a los problemas de disección dentro de la pelvis (FIGURA se ha discutido sobre este fenómeno, en especial luego de
40-6). Estas características hacen que sea imperativo co- ciertos problemas observados durante algunas emboliza-
nocer la extensión anatómica de la lesión y su correlación ciones (Payne y cois., 2002), incluso con partículas no
vascular intrínseca, todo ello independientemente del mé- obliterantes de la circulación ovárica. Hasta hoy no existe
todo quirúrgico elegido (Palacios-Jaraquemada & Bruno, una explicación contundente para este fenómeno. Sin em-
2005; Palacios-Jaraquemada y cois., 2007). bargo, la cifra de fallas posthisterectomía coincide con el
porcentaje de casos en los cuales la arteria uterina es fuen-
Las invasiones placentarias en territorios irrigados por la
te principal de la rama ovárica. Tomando en cuenta este
arteria cervical, la arteria vesical inferior y la arteria vaginal
hecho, en China ya se ha probado la factibilidad técnica
superior, media e inferior, determinan la mayor cantidad de
de conservar la arteria uterina y la arcada ovárica durante
complicaciones en todas las series de MAP (El-Shalakany y
la histerectomía, este procedimiento preservaría la arcada
cois., 2003; Chou y cois., 2004).
uteroovárica de la misma manera que los procedimientos
El espacio reducido, el notable desarrollo vascular y la hemostáticos de compresión miometral. De tal manera,
proximidad de elementos nobles hacen que la disección cualquier variación anatómica del pedículo ovárico prin-
sea una verdadera pesadilla, razón por la cual a veces suele cipal podría ser salvada y no alteraría el flujo arterial al
recurrirse a la histerectomía subtotal. Sin embargo, esta de- ovario. Los resultados preliminares indican que podría ser
cisión, aparentemente más simple, puede conducir a una una buena opción para conservar la fertilidad y la función
situación muchísimo peor debido a la alta posibilidad de ovárica en pacientes con indicación de extirpación uterina
sangrado en una paciente en choque y con coagulopatía. (Wenycols., 2006).
823
OBSTETRICIA
El objetivo principal de los tratamientos conservadores de los embarazos de pretérmino (Sheiner y cois., 2002) y
en las MAP es conservar el útero, evitar la posibilidad de en el 0,3% de los de término (Sheiner y cois., 2003). Su
hemorragia y secundariamente conservar el potencial ma- incidencia varía de acuerdo a la concentración de madres
terno para embarazos futuros. Existen dos tipos de enfo- con factores de riesgo asociados, tales como prevalencia de
ques conservadores principales, uno que deja la placenta embarazadas de cuarenta o más años, de síndrome hiper-
en su lugar sin tocarla (Legro y cois., 1995; Courbiére y tensivo del embarazo, de consumo de cocaína, de consu-
cois., 2003) y otro que reseca el área invadida y realiza mo de tabaco, etcétera.
la reconstrucción en un solo tiempo quirúrgico (Palacios-
Jaraquemada y cois., 2007). Cuando se opta por dejar la
placenta ¡n situ, luego de extraer al recién nacido, se cierra
Riesgo materno-perinatal
el útero y se espera la reabsorción o la expulsión de la Es una grave complicación del embarazo que se asocia
placenta. Sin embargo, durante este período puede presen- a un alto riesgo de morbimortalidad materna y perinatal.
tarse hemorragia, infección (Crespo y cois., 2005, Chiangy Antes de 1935, la mortalidad materna oscilaba entre el
cois., 2006) y DIC, entre otras complicaciones. El postope- 7,5% y el 50% y la mortalidad fetal entre el 60% y el 95%
ratorio suele ser más largo debido a los numerosos contro- (Tiber & Turkel, 1935). El riesgo materno deriva de la mag-
les tendientes a la detección temprana de complicaciones. nitud del sangrado y sus complicaciones, como también de
En ciertos protocolos se incluye el uso de metotrexato como los efectos de la patología base asociada, mientras que el
tratamiento auxiliar. Sin embargo, su uso es controvertido, mayor riesgo perinatal es dependiente principalmente de
ya que este antimetabolito actuaría sobre tejidos con una la asfixia y de la prematurez. En la actualidad, el riesgo
alta replicación celular, hecho que no acontece en una pla- materno-perinatal en DPPNI ha disminuido notoriamente,
centa a término (Mussalli y cois., 2000; Morken & Khan, pero continúa siendo significativamente mayor que para las
2006; Teo y cois., 2008). mujeres que no padecen esta complicación, especialmente
La cirugía en un solo paso, incluye la separación ana- por el menor riesgo actual que conlleva efectuar la opera-
tómica y vascular de los órganos involucrados, habitual- ción cesárea de urgencia y el desarrollo de unidades de
mente útero y vejiga, la preparación de los pedículos, la ex- tratamiento intensivo neonatal, que permiten una rápida
tracción fetal, la resección del tejido invadido y por último, decisión de interrumpir la gestación una vez establecido el
la hemostasia y reparación tisular. Esta cirugía es mucho diagnóstico.
más compleja y resuelve el problema de manera eficaz en Un estudio efectuado en 530 casos de DPPNI (Ananth
un solo acto quirúrgico, pero es imprescindible un amplio y cois., 1999) reveló un significativo riesgo de muerte fetal
entrenamiento quirúrgico. (RR: 8,9; 95% IC: 6,0 a 13,0), parto prematuro (RR: 3,9;
95% IC: 3,5 a 4,4) y restricción del crecimiento intraute-
rino (RR: 2,0; 95% IC: 1,5 a 2,4). Otro estudio efectuado
Desprendimiento prematuro
en 103 casos de DPPNI (Pitaphrom & Sukcharoen, 2006),
de placenta normoinserta (DPPNI) mostró 19,4% de choque hipovolémico materno, 16,5%
de útero de Couvelaire y 5,8% de coagulación intravascular
Corresponde al desprendimiento total o parcial de la pla-
diseminada; el pronóstico perinatal adverso correspondió al
centa desde su sitio normal de implantación en el segmento
65% de recién nacidos con bajo peso al nacer, al 56,3%
superior del cuerpo uterino, a partir de las 20 semanas de
de recién nacidos prematuros, al 16,5% de asfixia neonatal
edad gestacional y antes de la expulsión completa del feto.
severa y al 16,5% de muerte perinatal. Otra experiencia
Es un término descriptivo que permite definir el problema.
reciente, analizada en 198 DPPNI, mostró parto prematuro
Junto con la placenta previa, es la causa más frecuente en el 59% (OR: 12,9; 95% IC: 8,3 a 19,8) y mortalidad
de metrorragias de la segunda mitad de la gestación (Sinha perinatal del 9,2% (OR: 10,1; 95% IC: 3,4 a 30,1) (Tikka-
& Kuruba, 2008). Esta entidad fue reconocida por primera nen y cois., 2006). En embarazos de término con feto úni-
vez por Louis Bourgese en 1609 y ha tenido diferentes co complicados con DPPNI, la mortalidad perinatal sigue
denominaciones, como hemorragia accidental, ablatio pla- siendo significativamente alta (OR: 30,0; 95% IC: 19,7 a
centae, infarctus hemorrhagícus uteri, abruptio placentae, 45,6) (Sheiner y cois., 2003).
separación prematura de la placenta y apoplejía uteropla-
centaria, que denomina la forma más grave de esta condi-
ción (Tiber&Turkel, 1935).
Patogenia
El DPPNI se inicia por sangrado en la decidua basal
Prevalencia causado por la dislaceración de los vasos sanguíneos, que
a medida que aumenta, produce una mayor separación de
Se estima una frecuencia de entre el 1% y el 2% de esta capa. El compromiso de una o varias arterias espirales
todos los embarazos (Misra & Ananth, 1999; Hladky y agrava el cuadro clínico, formando un hematoma retropla-
cois., 2002; Oyelese & Ananth, 2006), acontece en el 5% centario a tensión variable (FIGURA 40-7). La sangre al-
824
Desprendimiento prematuro de placenta n0rmoinserta. Se aprecia exten$o hematoma que cubre aproxi-
madamente el 50% de la superfleie retroplacentaria (fuenie: wWw.pathologyoutlines.com,Slacenta.html)"

canza los márgenes de la placenta y diseca las membranas (El-Kady y cols. , 2004). Estud ios anatomopatológicos de
ovulares hasta el orificio cervical interno, exteriorizándose a placenta revelan la significativa asociación de corioamnio-
través de la vagina en el B0% de los casos. La sangre tam- nitis histológica con DPPN l, tanto en embarazos de pretér-
bién puede alcanzar la cavidad amniótica a iravés de las mino (OR: 3,6; 95% lC: I,7 a 10,5) qomo de término (OR:
membranas o de la placenta. En algunos casos el proceso 2,8;95% lC: 1,3 a 6,1) (Nath y cols., 2007).
se autolimita y no complica la evolución de la gestación. La
intensidad del sangrado externo no representa ni cuantifica
la severidad del cuadro clínico.

El hematoma retroplacentario a tensión infiltra las fi- Se desconoce la causa precisa del DPPN l. Existen fac-
bras musculares uterinas estimulando actividad uterina, tores asociados, pred isponentes o desencadenantes de
habitualmente exagerada (irritabilidad uterina, polisistolia, esta patología , q ue en ocasiones son m u ltifactoria les. U n
estud io poblaciona I ca nad iense sobre u n tota I de 36.875
hipertonía y tetania uterina). La acumulación de sangre en
nacimientos determinó una significativa asociación con los
el hematoma retroplacentario produce un rápido consumo
de factores de la coagulación, como también coagulación siguientes factores (Kramer y cols,, 7997):
intravascu la r d isem inada por el paso de susta ncias trom bo- . Restricción severa del crecimiento fetal (OR: 3 ,99;95%
plásticas a la circulación materna, lo que agrava el proceso lC: 2,75 a 5,77)
inicial y desencadena una diátesis hemorrágica secundaria. . Corioamnionitis (0R: 2,50;95% lC: 1,58 a 3,98).
Las alteraciones de la contractibilidad uterina descrila y la
deficiente cond ición hemod iná m ica materna por choq ue o Rotura prolongada de membranas ovulares (On: 2,38;
hipovolémico, explican desde la muerte fetal a la asfixia 95% lC: 1,55 a 3,65).
neonatal severa. El desprendimiento placentario superior al . Preeclampsia (0R: 2,05; 95% lC: 1,39 a 3,04).
50% se asocia frecuentemente a muerte fetal (Oyelese &
Ananth, 2006).
. Hipertensión inducida por el embarazo no albuminúrica
(0R: 1,57 ; 95% lC: 1 a 2,4O.
Varias publicaciones han demostrado que los sangrados
. Hipertensión arterial crónica
sin causa aparente en las gestaciones tempranas presentan
a 2,99).
un mayor riesgo de DPPNI cercano al término (Ananth y
cols., 2006), En un menor porcentaje, la patología puede o Edad materna
sobreven ir corno consecuencia de u n tra u ma a bdom ina I 2,0r).
OBSTETRICIA
• Estado civil soltera (OR: 1,50; 95% IC: 1,13 a 1,98). Drogas. La dependencia materna a las drogas se asocia
significativamente a DPPNI (OR: 3,1; 95% IC: 2,6 a 3,7)
• Consumo de cigarrillos (OR: 1,40; 95% IC: 1 a 1,97
(McDonald y cois., 2007), muy especialmente el consumo
para 10 a 19 cigarrillos/día).
de cocaína (OR: 3,92; 95% IC: 2,77 a 5,46) (Hulse y
cois., 1997).
Otras investigaciones señalan y/o reafirman asociación
significativa con:
Síndrome hipertensivo del embarazo. La hiper-
tensión arterial se asocia significativamente con DPPNI.
Antecedente de DPPNI. Los estudios clínicos de re-
Múltiples estudios reportan la asociación del mal pronós-
currencia muestran resultados muy diversos. Sin embargo,
tico materno-perinatal con esa patología (Pritchard y cois.,
es posible concluir que el antecedente de DPPNI previo es
1970; Abdella y cois., 1984; Sánchez y cois., 2006;
probablemente uno de los factores de riesgo más importan-
Ananth y cois., 2007). Un estudio reciente respalda fuer-
te. Un estudio poblacional prospectivo reportó una signifi-
temente esta asociación, ya que las madres hipertensas
cativa recurrencia en el segundo embarazo con anteceden-
crónicas presentaron un riesgo significativo de presentar
tes de DPPNI en el primero de ellos (OR: 3,2; 95% IC: 1,7
esta complicación en comparación con las madres no hi-
a 5,8) (Misra & Ananth, 1999). Otro estudio informó un
pertensas crónicas (RR: 2,4; 95% IC:, 2,3 a 2,5); en los
riesgo relativo de recurrencia de 4,9 veces más que la po-
casos de preeclampsia el riesgo también fue significativo
blación obstétrica sin ese antecedente (Rasmussen y cois.,
(RR: 7,7; 95% IC: 6,6 a 8,9), mientras que el mayor riesgo
2001). Publicaciones recientes confirman lo anterior al
se presentó en el grupo de madres hipertensas crónicas
señalar riesgo de recurrencia significativa del 11,9% (OR:
con preeclampsia sobreagregada y fetos grandes para la
16,9; 95% IC: 8,2 a 34,9) comparado con la incidencia
edad gestacional (RR: 9,0; 95% IC: 7,2 a 11,3) (Ananth
en la población general, correspondiente al 0,7% (Toivonen
y cois., 2007).
y cois., 2004).
Tabaco. El hábito tabáquico es un factor de riesgo tanto
Edad materna. Clásicamente, la edad materna ma-
para placenta previa como para DPPNI (Naeye, 1980). El
yor a 35 años se asocia a mayor riesgo de DPPNI, lo que
riesgo de DPPNI en mujeres fumadoras es mayor que en
ha sido comprobado por estudios poblacionales (Kramer y
las no fumadoras (RR: 2,05; 95% IC: 1,75 a 2,40) (Anan-
cois., 1997). Sin embargo, otros no han encontrado esa
th y cois., 1996a). En mujeres con DPPNI previo, el riesgo
asociación (Ananth y cois., 1996W. Estudios recientes
de recurrencia fue independiente del consumo de tabaco,
señalan una asociación significativa en mujeres en edad
pero si fuma en ambos embarazos, el riesgo de recurrencia
materna avanzada (mayores de cuarenta años) (Broers y
es muy alto y significativo (OR: 10,9; 95% IC: 7,3 a 16,3)
cois., 2004).
(Ananth & Cnattingius, 2007).
Paridad. La gran multiparidad es otro factor de ries-
Rotura prematura de membranas. El riesgo de DPP-
go descrito clásicamente. Sin embargo, en los estudios
NI en la rotura de membranas de pretérmino es significa-
publicados se aprecia la concurrencia de sesgos no con-
tivo (RR: 3,58; 95% IC: 1,74 a 7,39), elevándose aún
trolados, como la edad materna, la recurrencia del evento,
más en presencia de infección (RR: 9,71; 95% IC: 3,23 a
etcétera.
29,17) (Ananth y cois., 2004).
Trauma. El trauma abdominal durante el embarazo se
Acido fólico. El déficit de ácido fólico también ha sido
asocia a DPPNI, especialmente los de alta energía. Son
mencionado en la etiopatogenia de esta complicación (Ray
muy frecuentes los traumatismos menores que hacen con-
& Laskin, 1999). Un estudio poblacional noruego compro-
currir a la embarazada para evaluación fetal. Un estudio
bó que la suplementación pregestacional y durante el em-
prospectivo mostró que en 317 casos sólo hubo uno de
barazo reduce significativamente el riesgo de DPPNI (OR:
DPPNI y que el 2,8% del total de las madres tenía san-
0,81; 95% IC: 0,68 a 0,98) (Nilsen y cois., 2008).
gre fetal en su circulación determinada por la prueba de
Kleihauer-Betke (Cahill y cois; 2008). Frente a traumatis-
mos abdominales menores se recomienda una evaluación Clasificación del DPPNI
ecográfica de la placenta y del feto, como también la moni-
torización electrónica de la frecuencia cardíaca fetal y de la Se basa en la sintomatología y compromiso de la condi-
contractibilidad uterina por al menos una hora. En traumas ción materna y perinatal. La más utilizada es la propuesta
de alta energía que requirieron la resolución del embarazo por Sher (Sher, 1978):
en su hospitalización se asoció significativamente a DPPNI • Grado I: se caracteriza por sangrado vaginal escaso o
(OR9,2 ; 95% IC: 7 , 8 a 11) comparado con el grupo con- nulo, con hematoma retroplacentario generalmente
trol que no tuvo trauma (EI-Kady y cois., 2004). pequeño, sin compromiso materno ni perinatal. Habi-
826
Capítulo 40 Melwrragias de la segunda mitad de la gestación
tualmente es un hallazgo del postalumbramiento en la variable, que no se relaciona con compromiso hemodiná-
revisión de la cara materna de la placenta. mico materno (hemorragia oculta). Es posible encontrar
una madre en colapso hemodinámico con escaso o ningún
Grado II: se caracteriza por hemorragia de grado varia- sangrado exterior. Habitualmente, en esos casos se aprecia
ble, interna o externa, acompañada de alteraciones de un aumento del tono uterino, con contracciones frecuentes
la contractibilidad uterina y/o del tono uterino. El feto sin alcanzar la relajación completa. La auscultación fetal
está vivo o con signos de sufrimiento fetal. El tamaño revelará signos de sufrimiento fetal o ausencia de latidos
del coágulo retroplacentario está entre 150 mL a 500 cardíacos. El examen vaginal con espéculo mostrará una
ml_. La mortalidad perinatal y la morbilidad materna son cuantía variable de sangre oscura que fluye a través del
dependientes de las acciones tomadas para el control de orificio cervical externo, como también la ausencia de san-
la patología. gre vaginal. El tacto vaginal habitualmente revela cambios
cervicales de trabajo de parto inicial o de fase activa.
Grado III: se caracteriza por la presencia de muerte
fetal, independiente de otras características clínicas. Un estudio retrospectivo efectuado en 198 casos de
Habitualmente, el tamaño del coágulo retroplacentario DPPNI y 396 casos control reveló que las manifestaciones
es superior a 500 mL, con desprendimiento superior al clínicas más frecuentes fueron: sangrado vaginal (70%),
50%. Se asocia a coagulopatías secundarias, compro- dolor abdominal (51%), líquido amniótico sanguinolento
miso renal, choque hipovolémico, tetania uterina, etc. (50%) y alteraciones de la frecuencia cardíaca fetal (69%).
La mayoría de las muertes maternas se asocia a este En el 19% de los casos no hubo sangrado vaginal ni dolor
grado de desprendimiento. (Tikkanen y cois., 2006).
Cuadro clínico Diagnóstico
El síntoma más frecuente de consulta es el dolor abdo- El diagnóstico de DPPNI es clínico. Frente a una metro-
minal con o sin metrorragia. La evaluación materna revela rragia de la segunda mitad de la gestación, hay que plan-
desde ausencia de compromiso hemodinámico a choque tearse dos posibles diagnósticos: placenta previa y DPPNI
hipovolémico profundo, dependiendo estos síntomas de la (TABLA 40-1). La contractibilidad uterina puede estar pre-
magnitud del desprendimiento y del sangrado. Hasta un sente en la placenta previa, pero es de frecuencia e intensi-
tercio de los DPPNI son pequeños y oligosintomáticos, y dad fisiológica, mientras que en el DPPNI es de frecuencia
son un hallazgo en la revisión posparto de la placenta. En alta (polisistolia), tono uterino elevado (hipertonía) y en
la mayoría de los casos se presenta metrorragia de cuantía algunos casos tetania uterina.
TABLA 40-1. Diagnóstico diferencial entre placenta previa y desprendimiento prematuro de plácenla normoin serta
(DPPNI)
Placenta previa DPPNI
Forma de inicio Insidioso. El sangrado vaginal es el signo El dolor es el signo de alarma materno,
de alarma materno. No hay dolor uterino con o sin sangrado vaginal
Examen físico Estado general conservado. Condición Estado general comprometido. Condición
hemodinámica concordante con la hemodinámica discordante con la
magnitud del sangrado magnitud del sangrado vaginal
Examen obstétrico Útero indoloro. Tono normal. Dinámica Útero sensible. Hipertonía. Polisistolia
uterina fisiológica cuando está presente
Compromiso fetal Ausente o inaparente. Comprometido sólo Frecuente y rápidamente progresivo.
en casos de choque materno Óbito fetal
Evolución clínica Metrorragia autolimitada. Episodios Habitualmente a la agravación y al
a repetición con intensidad e intervalos desencadenamiento del trabajo de parto
variables
Ultrasonografía Confirma el diagnóstico clínico Comprueba inserción placentaria normal.
La no observación del hematoma
retroplacentario no descarta diagnóstico
clínico
OBSTETRICIA
Los procedimientos diagnósticos complementarios como tuarse por la vía más expedita, es decir, mediante opera-
la ultrasonografía son útiles en el diagnóstico diferencial ción cesárea de urgencia, a no ser que el parto vaginal sea
cuando hay estabilidad hemodinámica materna y cuando inminente.
la auscultación de los latidos cardiofetales no presenta al-
teraciones sugerentes de sufrimiento fetal. La ultrasonogra- DPPNI con feto muerto. Corresponde a un despren-
fía abdominal fácilmente permitirá observar la localización dimiento placentario tipo I I I . El 30% de las pacientes ya
placentaria en el segmento inferior (placenta previa) o en el manifiestan alteraciones de la coagulación, clínicas o de
segmento superior. La localización de la placenta en el seg- laboratorio al momento del diagnóstico. Se debe propen-
mento superior del útero no necesariamente es diagnóstica der a la vía vaginal, especialmente por el mejor pronóstico
de DPPNI, a no ser que se vea el hematoma retroplacen- materno posparto. Se debe compensar o corregir rápi-
tario, lo que no es fácil de observar incluso en placentas damente la condición hemodinámica materna mediante
insertas en la cara anterior del útero; inserciones en la cara la administración de soluciones hidroelectrolíticas intra-
posterior hacen muy difícil su observación, especialmente venosa y/o transfusión de sangre total según necesidad.
por interposición fetal. Por lo tanto, el hecho de no observar Recuento plaquetario inferior a 100.000 plaquetas/mL,
el hematoma retroplacentario no descarta DPPNI, pues sólo fibrinógeno inferior a 100 mg/dL y presencia de productos
en el 15% de los casos de desprendimiento confirmado fue de degradación del fibrinógeno superior a 10 p/dL, son
posible verlo a la ultrasonografía (Tikkanen y cois., 2006). sugerentes del inicio de una coagulación intravascular di-
Cuando es posible observar el hematoma retroplacentario, seminada, por lo que se deben tomar las medidas para
habitualmente es de gran tamaño y se asocia a síntomas su corrección (consultar Capítulo 42: Alteraciones de la
maternos de hipovolemia y evidencias de sufrimiento fetal, coagulación durante el embarazo). Habitualmente se pre-
por lo que en esas circunstancias no se debe perder tiempo sentan modificaciones cervicales importantes por la hipe-
efectuando procedimientos diagnósticos complementarios, ractividad uterina; se debe efectuar una rotura artificial de
puesto retrasan el tratamiento definitivo, que es la interrup- las membranas ovulares de inmediato si el cuello uterino
ción del embarazo. Otro aporte de la ultrasonografía es la está permeable, lo que habitualmente produce un rápido
confirmación del óbito fetal, lo que permite tomar decisio- parto vaginal.
nes respecto de la vía de parto.
El equipo obstétrico debe estar atento a las complicacio-
nes posparto, especialmente a la inercia uterina, que puede
Tratamiento llegar a la atonía uterina (útero de Couvelaire), con metro-
rragia variable a masiva. El tratamiento consiste en masaje
El DPPNI siempre es una emergencia obstétrica don- uterino externo vigoroso y mantenido, administración de
de la interrupción del embarazo es la medida más efectiva oxitocina en bolo (5 Ul) o continua según las circunstan-
para controlar el alto riesgo de morbimortalidad materno y cias (10 a 20 UI/500 mL de solución hidroelectrolítica),
peri natal. como también de metilergonovina iv o im (0,2 mg) y/o de
Las decisiones terapéuticas dependen primariamente de prostaglandinas transrectal (misoprostol 600 jjg) si no hay
la condición materna en relación a su estabilidad hemodi- respuesta a las medidas anteriores. Si a pesar de estas me-
námica y a otras complicaciones, como las alteraciones de didas no se logra controlar la metrorragia, se debe efectuar
la coagulación. En relación al feto, debemos considerar la histerectomía obstétrica. Una vez evacuado el útero, las
edad gestacional y su vitalidad (vivo o muerto, con o sin alteraciones de la coagulación se normalizan dentro de las
evidencias de sufrimiento fetal). 24 a 36 horas posteriores.
En DPPNI en embarazos de 28 o más semanas, con
DPPNI con feto vivo. Efectuado el diagnóstico de
evidencias de sufrimiento fetal (bradicardia fetal), el pro-
DPPNI con feto vivo, la conducta es la interrupción del
nóstico de morbimortalidad neonatal es significativamente
embarazo. La conducta expectante sólo es permisible
menor cuando el embarazo se interrumpe antes de 20 min
cuando la madre está hemodinámicamente estable y no
luego de efectuado el diagnóstico, comparado con 30 min
hay evidencias de sufrimiento fetal en embarazos muy de
o más (OR: 0,44; 95% IC: 0,22 a 0,86) (Kayani y cois.,
pretérmino. La espera debiera ser no superior a las 48
2003). En ese estudio también se pudo observar que con
horas para completar la inducción de madurez pulmonar
la interrupción antes de 20 min la morbilidad materna se-
con corticoides bajo monitorización electrónica continua
vera fue menor.
de la frecuencia cardíaca fetal, ya que esta condición ha-
La interrupción del embarazo en casos de sufrimiento bitualmente es progresiva. Los servicios obstétricos deben
fetal y/o inestabilidad hemodinámica materna debe efec- estar al tanto de la edad gestacional, ya que gracias a ello
Capítulo 40 | Meírorragias de la segunda mitad de la gestación
pueden ofrecer sobrevida perinatal al tomar las mejores cordón umbilical ingresa a la placenta en forma habitual,
decisiones obstétricas; en general, una edad gestacional pero además existe una placenta accesoria, más pequeña y
igual o mayor a 34 semanas ofrece un excelente pronósti- separada de la masa placentaria principal, que está unida a
co neonatal, mientras que en edades gestacionales meno- ella por las membranas ovulares que contienen vasos san-
res a 28 semanas el pronóstico es adverso, especialmente guíneos umbilicales. Esta variante anatómica se encuentra
si el peso es inferior a 800 g. No hay que dudar en inte- fuertemente asociada en la actualidad a los procedimientos
rrumpir el embarazo si este tiene una edad gestacional de fertilización asistida (Baulies y cois., 2007; Suzuki &
igual o superior a las 36 semanas, aunque la condición Igarashi, 2008). Un estudio español de diagnóstico ultra-
materno-fetal sea estable. sonográfico de vasa previa y etiología para esta condición,
determinó una alta asociación con la fertilización asistida
El uso de tocólisis en el manejo del DPPNI es contro-
(OR: 7,7), placenta succenturíata (OR: 22,1) y placenta
versia!. En general no se recomienda para el control de la
previa (OR: 22,8) (Baulies y cois., 2007).
hiperdinamia materna en el tratamiento del DPPNI (Hla-
dky y cois., 2002). Se debe ser muy cauto en el uso de Clínicamente, el diagnóstico se sospecha en el momento
drogas con efecto cardiovascular materno como nifedipino de la ruptura espontánea o artificial de las membranas ovu-
y betamiméticos (terbulatina, ritodrina, fenoterol). El uso lares; ocurre hemorragia fetal por desgarro de los vasos san-
de tocólísis aguda con atosiban mostró no alterar los pa- guíneos umbilicales, que puede llevarlo a la muerte hasta
rámetros hemodinámicos maternos comparado con rito- en el 75% de los casos. Aun en ausencia de hemorragia,
drina (de Heus y cois., 2008). En 95 embarazadas con el compromiso fetal está aumentado por la posible com-
DPPNI tratadas con agentes tocolíticos y con edad gesta- presión de dichos vasos placentarios por la presentación
cional promedio de inicio del sangrado de 28,9 semanas, fetal. Se describe el registro de frecuencia cardíaca fetal de
el tiempo promedio al parto fue de 7 días y la mortalidad tipo sinusoidal en aquellos fetos hipóxicos por anemización
neonatal fue de 51/1.000 nacidos vivos (Towers y cois., aguda producto del desgarro de la vasa previa (Antoine y
1999). cois., 1982; Kashiwagiycols., 2003).
La evidencia de alteraciones de la coagulación obliga El diagnóstico prenatal por ultrasonido de esta infre-
a un rápido tratamiento, según su magnitud, con plasma cuente condición, puede cambiar significativamente el mal
fresco, crioprecipitados, transfusión de plaquetas e inte- pronóstico de morbimortalidad perinatal (Oyelese y cois.,
rrupción del embarazo. 1999). Un estudio colaborativo mostró que el 97% (59/61)
de los recién nacidos sobrevivieron cuando la condición fue
diagnosticada prenatalmente versus el 44% (41/94) cuan-
Vasa previa
do no hubo diagnóstico prenatal (Oyelese y cois., 2004). El
Se trata de una patología muy poco frecuente, que se pre- pronóstico perinatal adverso puede ser modificado siempre
senta en aproximadamente 1/3.000 a 7/10.000 partos, que se tenga un alto índice de sospecha de esa condición
pero es probablemente una de las condiciones fetales más y se busque dirigidamente en embarazos que posean fac-
letales (Oyelese y cois., 1999; Baulies y cois., 2007; Jan- tores de riesgo mediante ultrasonografía transvaginal en
tarasaengaram y cois., 2007; Soto-García & Germes-Piña, combinación con Doppler color (Sepúlveda y cois., 2003;
2007). Oyelese y cois., 2004) (FIGURA 40-8).
La vasa previa alude a la especial situación de los vasos Los vasos sanguíneos umbilicales son de alto flujo y su
sanguíneos umbilicales que se localizan entre el canal del desgarro produce una rápida pérdida de sangre que puede
parto y la presentación, que transcurren a través de las causar la muerte. De hecho, en los neonatos sobrevivientes
membranas ovulares hasta su ingreso a la placenta e in- en que la vasa previa no fue diagnosticada prenatalmente,
clusive pueden llegar hasta el orificio cervical interno. Esta 24 de 31 requirieron de transfusión sanguínea (Oyelese y
variante anatómica de la entrada de los vasos umbilicales a cois., 2004).
través de las membranas ovulares es conocida como inser- Los casos identificados deben ser resueltos por cesárea
ción velamentosa del cordón umbilical. electiva con madurez pulmonar comprobada o mediante
En la placenta succenturíata o placenta lobulada tam- inducción con corticoides alrededor de las 35 semanas de
bién es posible encontrar una situación similar. En ella el gestación.
829
OBSTETRICIA
FIGURA 40-8. Ecografía Doppler que muestra un caso de vasa previa.
Rotura uterina ra y ser causa directa de lesión miometrial (Wei & Chen,
2006).
Es la solución de continuidad en la pared del cuerpo uteri-
Las causas predisponentes más frecuentes son:
no. Con alguna frecuencia se manifiesta con un sangrado
externo, pero habitualmente éste es hacia la cavidad peri- • Cicatrices uterinas tales como cesárea, miomectomía,
toneal (hemoperitoneo) o al ligamento ancho (hematoma). perforación uterina, plastia uterina.
Es una condición grave, ya que puede causar asfixia fetal,
muerte materna y perinatal. • Malformaciones o hipoplasias uterinas (déficit de la
masa miometral o alteración de su arquitectura).
Etiología • Legrados uterinos iterativos (déficit de la masa miome-
tral por adelgazamiento).
La rotura uterina suele ser la resultante de fenómenos de
• Gran multiparidad.
hiperpresión miometral sobre una zona con defectos parie-
tales estáticos (cicatrices). Si bien esta combinación es la • Placentación con adherencia anormal (placenta acreta o
más frecuente, la rotura uterina también puede presentar- sus variedades).
se en úteros sin antecedentes de lesiones previas (Chang
• Mola invasora.
y cois., 2006); en ellos suele coexistir un aumento de la
presión intrauterina junto a una imposibilidad de dilatación • Maniobra de Kristeller.
del cuello (García-lldefonso & Molina-Vílchez, 2001). De
los defectos parietales estáticos, el principal factor pre-
disponente es la lesión miometrial previa. En el caso del Patogenia
músculo, la cicatriz poslesional es una cicatriz colágena
La rotura espontánea suele producirse en un útero nor-
inextensible, ya que el lugar de la lesión no es repoblado
mal, siempre y cuando sea sometido a una presión tal que
por mioblastos, único componente capaz de generar tejido
excede el limite de su distensibilidad; esto puede deberse
muscular contráctil.
a condicionantes mecánicas tales como presentaciones
El uso inadecuado de drogas uterotónicas, tales como la transversas, excesivo volumen fetal, tumores que obstru-
oxitocina, prostaglandinas u otras, pueden provocar hiper- yen la pelvis inferior (miomas), presentaciones de frente o
tonía uterina por encima de una obstrucción causada por cara o a cuellos cicatrizantes (conización cervicouterina).
un cuello inmaduro. Algunas maniobras obstétricas como En países en desarrollo y en condiciones de ruralidad, el
la compresión del fondo uterino en el parto (maniobra de parto obstruido es la principal causa de rotura uterina en
Kristeller) pueden producir sobredistensión de igual mane- úteros sin cicatrices (Chuni, 2006; Murphy, 2006).
830
La rotura uterina con dinámica uterina normal suele • Aumento progresivo de la contractilidad uterina con re-
asociarse a defectos parietales previos, puesto que produ- ducción del intervalo entre las contracciones (polisisto-
cen una disminución de la resistencia parietal en una zona lia).
débil. Las roturas uterinas traumáticas pueden originarse
• Edema y cianosis del cuello uterino secundario a la com-
por la aplicación de violencia externa (caída sobre el abdo-
presión permanente de la presentación (hiperdinamia o
men, accidente automovilístico, etc.), ser consecuencia de
tetania uterina).
intervenciones inadecuadas tales como versiones uterinas,
curetajes, fórceps, maniobra de Kristeller, así como del
La paciente suele mostrase inquieta, agitada y angus-
uso de drogas uterotónicas en dosis o condiciones desfa-
tiada, puede presentar taquicardia junto a sintomatología
vorables (Belmar y cois., 2002; Hofmeyr, 2003; Asían y
simpática inespecífica.
cote., 2004; Ezegwui, 2006; Mazzone & Woolever, 2006).
Entre el 60% y el 80% de las roturas uterinas se produce La rotura uterina propiamente tal se manifiesta con el
en el segmento inferior (García-lldefonso & Molina-Vílchez, cese repentino de las contracciones uterinas junto a un do-
2001). lor penetrante, intenso y punzante, que coincide con el mo-
mento de la rotura. El dolor, inicialmente localizado, suele
El cambio de técnica quirúrgica en la cesárea, que pasó
irradiarse a todo el abdomen e incluso al hombro. Debe
de histerotomía corporal longitudinal a segmentaria arcifor-
sospecharse lesión vesical cuando el cuadro de ruptura co-
me, redujo significativamente el riesgo de rotura uterina. La
existe con hematuria. Si la rotura ha sido completa, con
incidencia en la histerotomía corporal señalada es del 8%
salida del feto a la cavidad abdominal, este puede palparse
y un tercio acontece durante el embarazo (Chauhan y cois.,
fácilmente en el abdomen materno; en esa circunstancia,
2002), mientras que en la segmentaria es inferior al 1%
la presentación fetal deja de palparse por la vía vaginal,
y prácticamente todas ocurren durante el trabajo de parto
presentándose simultáneamente un sufrimiento fetal agudo
y el parto. El alto riesgo materno perinatal derivado de la
(bradicardia severa y mantenida) o la muerte fetal.
rotura uterina hace que el antecedente de cesárea clásica
sea una indicación de cesárea electiva antes del término La presencia de hemorragia puede ser evidente o nula
de la gestación (Stotland y cois., 2002) (consultar Capítulo y depende de varios factores, como el calibre de los vasos
24: Operación cesárea). seccionados, el efecto hemostático de la compresión uteri-
na, la compresión del feto o el direccionamiento al espacio
Las roturas suelen clasificarse como completas (se
pelvisubperitoneal o retroperitoneal. Debe tenerse muy pre-
extiende hasta la cavidad abdominal) o incompletas (cu-
sente la evaluación de los parámetros hemodinámicos para
bierta por el peritoneo visceral). Las roturas del segmento
evaluar la hemorragia consecutiva en contraposición a los
inferior suelen estar relacionadas por contigüidad con la
signos de hemorragia.
pared vesical posterior, por lo tanto, el músculo detrusor
puede actuar como pared continente hasta que la ruptu-
ra segmentaria no sobrepase su límite superior. Aunque la Pronóstico
rotura total suele asociarse a mayor grado de lesión y de
sangrado, es más severa si involucra los bordes laterales Suele ser un cuadro grave tanto para la madre como
del útero y si tiene relación con la inserción placentaria. En para el feto, especialmente en las roturas completas de úte-
esos casos la hemorragia subsiguiente, sea por laceración ros no cicatriciales, asociadas a ruralidad materna y escasa
directa de los pedículos o por desprendimiento placentario, red sanitaria de apoyo, situación frecuente en Latinoamé-
produce un sangrado con riesgo de mortalidad materna y rica (Chuni, 2006; Murphy, 2006). La hemorragia, perito-
fetal inmediatos. nitis y sepsis posparto suelen complicar notablemente el
pronóstico. Se asocia a mortalidad materna entre el 5%
y el 15% y a mortalidad perinatal entre el 24% y el 50%
Cuadro clínico
(Átala y cois., 1986; Átala & Miranda, 1991; Chuni, 2006;
Existen una serie de signos y síntomas que indican la Sahin y cois., 2008).
posibilidad de rotura uterina: La rotura uterina posparto vaginal asociada a cicatriz de
• Dolor a nivel del segmento inferior del útero, presen- cesárea anterior tiene una frecuencia baja, habitualmen-
te durante y después de la contracción uterina, que se te inferior al 1% (Landon y cois., 2004; Murphy, 2006;
acentúa con la palpación suave; el segmento inferior Spong y cois., 2007). Tiene un mejor pronóstico mater-
se estira y el útero toma una forma de reloj de arena no-perinatal (Landon y cois., 2004; Spong y cois., 2007)
debido a la elevación del anillo de retracción de Bandl; debido a que habitualmente son pacientes con control pre-
cuando el anillo se acerca al ombligo hay amenaza de natal previo, seleccionadas, buscando las condiciones óp-
rotura, mientras que si está a su altura, la rotura es timas para otorgar una prueba de trabajo de parto vaginal
inminente. (SOGC, 2005).
831
OBSTETRICIA

Tratamiento hydramnios: Risk factors for placental abruption. Obstet Gynecol


2004; 104(l):71-77.
Ante la inminencia de rotura uterina debe realizarse una Ananth CV, Berkowitz GS, Savitz DA, Lapinski RH. Placental abrup-
cesárea lo antes posible. Una vez extraído el feto y la pla- tion and adverse perinatal outcome. JAMA 1999; 282(17):1646-
centa debe exteriorizarse el útero y efectuar una revisión 51.
sistemática en busca de lesiones uterinas y de los órga- Ananth CV, Smulian JC, Vintzileos AM. The association of placenta
nos probablemente comprometidos (vagina, vejiga y recto). previa with history of caesarean delivery and abortion. Am J Obs-
tet Gynecol 1997; 177(5):1071-78.
Suele recomendarse la sutura uterina con material reabsor-
bible en la mayoría de las lesiones. En el caso de lesiones Ananth CV, Savitz DA, Luther ER. Maternal cigarette smoking as a
risk factor for placental abruption, placenta previa, and uterine
segmentarias pos cicatriciales deberá hacerse un amplio
bleeding ¡n pregnancy. Am J Epidemiol 1996a; 144(9):881-89.
decolaje del plano retrovesical, luego resecar los bordes
Ananth CV, Wilcox AJ, Savitz DA, Bowes WA, Luther ER. Efffect of
esclerosos y posteriormente realizar una sutura segura. Si
maternal age and parity on the risk of uteroplacental bleeding di-
la lesión es anfractuosa, compleja o hay infección, puede sorders ¡n pregnancy. Obstet Gynecol 1996b; 88(4 Pt 1):511-16.
indicarse histerectomía obstétrica. Si existe avulsión de va-
Antoine C, Young BK, Silverman F, Greco MA, Álvarez SP. Sinusoidal
sos, inestabilidad hemodinámica manifiesta o coagulopa- fetal heart rate pattern with vasa previa ¡n twin pregnancy. J Re-
tía, se recomienda el clampeo o compresión directa de la prod M

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