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Abuso sexual infantil y síntoma

Preguntas e intervención del psicoanalista


por Ariel Pernicone [1]

"¿Cómo ha llegado a tus manos mi diario?


Por suerte registré mis memorias en algo más duradero que la tinta.
Siempre supe que habría gente que no querría que mi diario fuera leído".
- Referencia al diario de pistas de tinta invisible del libro
"Harry Potter y la Cámara Secreta".
Tal como afirma el psicoanalista Luis Camargo en su artículo
sobre el tema del abusos sexual, titulado " Los ( ab)usos del
niño y la niñez", es posible observar que cuando se habla de Tal como afirma el psicoanalista Luis
abuso sexual infantil la condena social y moral es inmediata y Camargo en su artículo sobre el tema del
nadie duda en calificar de aberrante esa incursión de la abusos sexual, titulado "Los ( ab)usos
sexualidad adulta en el espacio de la niñez. del niño y la niñez", es posible observar
Tampoco nadie duda en calificar al victimario, tal como suele que cuando se habla de abuso sexual
nominárselo en algunos ámbitos, como "enfermo", "perverso" infantil la condena social y moral es
o "delincuente" ,en la serie de adjetivos adosados a la inmediata y nadie duda en calificar de
condena moral y quizás no esté mal que así ocurra a nivel aberrante esa incursión de la sexualidad
social general. adulta en el espacio de la niñez.
Además la gran mayoría no dudará en suponer que el "niño
víctima" de tal aberración tendrá como pronóstico asegurado
importantes desajustes o anomalías en su psiquismo.
Coincido también con su afirmación respecto de que todos estos supuestos remiten a juicios de índole general y
participan muchas veces de un prejuicio, en el sentido literal de emitir un juicio previo o a priori que suele ser
expresado sin interrogación alguna y apelando a una idea preconcebida que prescinde de lo individual y de la
experiencia particular.
La función del analista supone la inclusión de una forma de escucha que ponga en suspenso estos juicios a
priori y promueva la interrogación del caso por caso, más allá, más acá o bien en lo que subyace en las
obviedades.
Recuerdo el relato de una colega, sobre el caso de una niña de 7 años de nombre Macarena, que fue llevada a
la consulta porque "se dormía en el colegio" y estaba muy distraída allí.
Es en la escuela donde habían detectado ese extraño síntoma de dormirse en el aula y por eso le pidieron a la
madre que consultara, quien así lo hizo, sin presentir lo que ese síntoma escolar revelaría.
La madre, separada del padre de su hija por su violencia en la convivencia, mencionaba su constante angustia
porque él la continuaba agrediendo o amenazando con frecuencia.
La niña por su parte relataba a su analista acerca de los enojos de su padre, comentando con insistencia que
"nada lo satisface, ni nada lo pone contento".
En sus juegos, durante el tratamiento, y en ese contexto antes mencionado, propone escribir un "diario de
pistas" en colaboración con la analista. Escriben así una serie de "pistas" en las que ella y su analista deben
atravesar muchos lugares peligrosos y situaciones de riesgo, entre los que se destacan principalmente "un
volcán en erupción, siempre a punto de estallar".
En una de dichas sesiones, la madre pide hablar con la analista y le comenta angustiada que su hija "le
confesó" que hacía mucho tiempo que su papá estaba abusando de ella, tocándola e incluso penetrándola,
hecho que fue constatado por los médicos que la revisaron.
En forma muy escueta, e incitada por su madre, Macarena le relató finalmente algo de lo ocurrido a su
terapeuta, pero acompañando sus dichos con un gesto en su boca y con la frase: "te cuento esto pero boca
cerrada, ¿eh?", refiriendo luego que había sido amenazada por su padre para que no transmitiera lo ocurrido.
En el transcurso del tratamiento el padre fue denunciado por la madre, posteriormente detenido y al momento
de concluir la consulta aun continuaba preso.
Casos como el de Macarena, que pueden llegar a la consulta y tener un desenlace similar, convocan al
psicoanalista a preguntarse acerca de su función en un
tratamiento como el de esta niña.
En lo personal, al momento de escuchar y pensar este tipo de
Ahora me pregunto... ¿qué lugar darle a consultas, en un intento de abordarlas desde el discurso del
la palabra, más allá de lo lúdico, en una psicoanálisis, un sinfín de interrogantes se me han ido
situación como la que ella ha ocurriendo de un modo algo desordenado y pensé que una
atravesado? buena contribución podría ser escribirlas aquí, con el anhelo
de que resulten de algún aporte que permita orientar cierto
debate sobre el abordaje de este tema tan complejo.
Algunas Preguntas:
• ¿Todo sujeto que atraviesa una experiencia sin duda difícil como la de estos niños, sufre necesariamente y en
forma inevitable un daño psíquico?
• ¿El acontecimiento real traumatizante vivido alcanza en sí mismo para constituirse en un trauma en el sentido
que el psicoanálisis da a este concepto?
• En cuyo caso, ¿cuáles son los medios de elaboración posibles con los que se cuenta en la niñez?
• ¿El juego, tal como lo vemos desarrollarse en el tercer caso, el de la niña nombrada como Macarena, es el
modo más idóneo y la herramienta principal con la que contaría un sujeto en la infancia para tramitar los
efectos psíquicos de esa experiencia?
• ¿Qué función ha de cumplir? ¿Y qué valor tendrá en el momento de constitución de la subjetividad en la que
se encuentra?
Macarena inventa una ficción lúdica, muy creativa por cierto, en la que ella y su analista deben atravesar,
siguiendo ciertas pistas, misiones peligrosas, haciendo activo su pasaje por situaciones de riesgo extremo y de
terror... (En este caso vemos ciertamente una eficacia elaborativa en su juego).
Ahora me pregunto... ¿qué lugar darle a la palabra, más allá de lo lúdico, en una situación como la que ella ha
atravesado?
En un sentido técnico en la dirección de la cura, ¿convendría incentivar a Macarena a hablar en forma más
directa acerca de lo que ha padecido con su padre?
Del fragmento clínico presentado, se desprende que ella eligió hablar con su madre al respecto... ¿será
necesario también a los fines del tratamiento que hable en el interior del dispositivo analítico?
Y en dicho sentido, ¿la analista debería esperar a que sus dichos emerjan espontáneamente o debería intentar
lograr que la niña hable necesariamente allí, a los fines elaborativos?
Sabemos que existen dispositivos terapéuticos que desde cierta posición "especializada" en el tratamiento del
abuso sexual, propician activamente la representación lúdica del hecho vivido (a través de los denominados
muñecos anatómicos correctos, MAC) ó proponen la revivencia textual de los sucesos a través del relato
detallado, y en este punto me pregunto:
• ¿Ese tipo de tratamientos conducen a una elaboración adecuada del padecimiento o producen una fijación del
traumatismo que resulta más nocivo aún para el niño?
Ahora bien, pensada un poco más la cuestión respecto de lo
dicho o no dicho, y el uso de la palabra del lado de Macarena
... ¿qué habrá generado que callara tanto tiempo lo que le ...en la Grecia antigua no cabría
ocurría?. Y en un sentido más favorable, ¿qué coordenadas ocuparse del abuso sexual como lo
del tratamiento analítico iniciado habrán promovido "su pensamos hoy, muchos autores e
confesión" a la madre? investigadores de la concepción de niñez
Pero al mismo tiempo ¿por qué pedir "boca cerrada" a su a lo largo de la historia han señalado la
analista?. Y respecto de este pedido, ¿debe cerrar la boca la misma cuestión tanto de dicha cultura
analista? como de otras en la antigüedad.
Con relación a cuestiones estructurales me surgen otras
preguntas:
• ¿Qué decir del estatuto de la función paterna en este caso o en casos similares?
• ¿Hay padre allí? ¿Hay padre posible cuando un hombre abusa sexualmente de su hija?
• ¿Qué consecuencia estructural en la subjetividad podrá gestarse en un caso en el que, tal como señala Gerard
Pommier, "el padre cae absolutamente de su lugar"? ( Gerard Pommier- "La transferencia y la estructuras
clínicas" ).
• ¿Qué estatuto diferencial habrá de ubicarse entre el fantasma de seducción por parte de un padre (o su
sustituto), fantasma imaginado por la histérica y un hecho realmente acontecido, es decir el abuso
efectivamente ocurrido tal como evidencia el caso de Macarena?
• ¿Será idéntico para lo psíquico la ficción y la realidad efectiva en un caso así?
Respecto de las derivaciones legales que el relato de este material menciona, me pregunto: ¿qué función ha de
cumplir la ley (en el sentido de la intervención de la justicia) en una situación como la de Macarena?
• ¿Tendrá algún valor que favorezca cierta elaboración de lo vivido la realización de la denuncia por parte de la
madre y la condena concreta para el padre?
• ¿Pueden ser nocivas en algún sentido las pericias y revisaciones médicas que la niña debió atravesar?... No
plantea acaso un dilema difícil de resolver y una enorme incompatibilidad, la necesidad de pruebas por parte la
justicia, con el efecto traumatizante que representa para un sujeto el sometimiento a las pericias que proveen
esas pruebas?
Y finalmente me pregunto:
• ¿Cuál es el tratamiento posible que el psicoanálisis podría propiciar en un caso en el que esté involucrado un
niño o niña que ha padecido alguna forma de abuso sexual?
• ¿Existiría la posibilidad de imaginar un dispositivo especializado y específico de tratamiento de niños que han
padecido abuso sexual, pensado desde el psicoanálisis?
En mi opinión, ciertamente no, en tanto no es posible pensar una "especialización" de ninguna clase desde el
psicoanálisis.
Pero entonces:
• ¿Qué es lo tratable en el dispositivo analítico en una situación así?
• ¿Lo tratable es el abuso sexual, sus efectos, o el síntoma con el que el sujeto responde?
• ¿Qué es lo tratable en el psicoanálisis con niños?
En un sentido amplio es posible pensar que la manera de abordar ciertas cuestiones tratables en la infancia no
estará del todo desconectada de la conceptualización de niñez que se tenga (en el discurso de la época).
En el trabajo referido de Luis Camargo es posible encontrar una reseña interesante respecto del concepto de
niño en su vinculación con el abuso sexual y el poder, que me interesa aquí señalar. Indica por ejemplo que
ciertamente en la Grecia antigua no cabría ocuparse del abuso sexual como lo pensamos hoy, muchos autores e
investigadores de la concepción de niñez a lo largo de la historia han señalado la misma cuestión tanto de dicha
cultura como de otras en la antigüedad.
Evidentemente la asociación niñez-poder, tal como lo describen también Michel Foucault o Philipe Aries , parece
una constante a lo largo de la historia y puede rastrearse en los orígenes de la cultura occidental.

Basta observar la noción de patria


potestad para que esto se haga evidente.
El padre de la familia del Derecho
Romano podía disponer de la vida y la
muerte de sus hijos a su antojo y en
forma absolutamente arbitraria. Y en la
sociedad romana no había
Basta observar la noción de patria potestad para que esto se
haga evidente. El padre de la familia del Derecho Romano
cuestionamiento alguno a dicha forma de podía disponer de la vida y la muerte de sus hijos a su antojo
poder. y en forma absolutamente arbitraria. Y en la sociedad
romana no había cuestionamiento alguno a dicha forma de
poder.
Varios siglos, y psicoanálisis mediante, habrán de pasar para que algo de ese derecho absoluto se modifique o
se acote y los mecanismos de poder se transformen y se organicen nuevos discursos en torno a la infancia.
¿Qué es lo que introduce el pensamiento freudiano en la cultura occidental respecto del modo de pensar la
niñez? Y en que ha contribuido a que el tema del abuso se haya tornado un problema tratable en el sentido
terapéutico?
Básicamente Freud introduce a comienzos del siglo XX la idea de que la sexualidad es constitutiva del sujeto
humano y en particular que las huellas que ésta deja en la infancia serán las marcas perdurables que
configurarán las bases del psiquismo adulto y de toda formación de síntoma neurótico.
El cristianismo promovió la idea gestada en la Edad Media del niño sede de un ángel o hábitat de los demonios,
con el psicoanálisis asistimos al pasaje a la concepción del niño sexuado de nuestra sociedad contemporánea.
Pero ¿qué es un niño para el psicoanálisis?
En la teorización freudiana niño es una ecuación simbólica correspondiente a una sustitución imaginaria del
pene. Esa ecuación simbólica es nombrada: NIÑO = FALO. En este sentido niño es una representación con la
que el inconciente trabaja.
Niño es una suposición que está en relación al deseo y al narcisismo de los padres que se vincula al Complejo
de Castración, es decir a la relación que tengan los mismos a la falta.
En síntesis, y esto es lo central, niño para el psicoanálisis más que nombrar una etapa de la vida, es un
concepto y como tal tendrá una variabilidad de usos según la lógica del proceso en juego.
• Será pene-niño, en el deseo materno vinculado a su falta y al penis neid.
• Será caca-niño según la lógica anal o regalo-niño en relación a la donación simbólica.
Pero la subjetividad estará atravesada por la representación de niño que los padres en su deseo hagan del hijo.
Será Lacan quien advertirá que además hay tres respuestas
posibles a tres situaciones de demanda diversa por parte de
los padres y a lugares en que puede ser ubicado un sujeto en ¿Qué recursos puede implementar un
tanto niño. sujeto en la infancia para responder a
• Al deseo materno responde como falo. esa objetalización en la que es ubicado?
• Al conflicto parental como síntoma de la pareja.
• Al fantasma materno como objeto (tal como ocurriría
particularmente en la psicosis).
Ahora bien, considerando las múltiples significaciones aquí mencionadas, que pueden abarcar al niño como
concepto en la dinámica del inconciente humano podríamos preguntarnos:
• ¿Qué equivalencias estarán en juego en las determinaciones inconcientes de quien ejerce abuso sexual
infantil?
• ¿Cuál será su representación de niño y el lugar que tiene un hijo para dicho sujeto?
• ¿Cómo habrá sido simbolizado su propio lugar de hijo en sus padres y la representación de niño en su entorno
social?
Si seguimos las conceptualizaciones antes mencionadas
podríamos decir que al hablar de abuso sexual, estamos en
Mucho más grave aún en mi opinión son realidad nombrando el lugar de objeto de uso que ese niño
los dispositivos terapéuticos que en pos tiene para ese sujeto, es decir abuso sexual constituye o
de una búsqueda de elaboración y de correspondería a un uso sexual de un niño tomado como
conocer la verdad de lo ocurrido, objeto de goce.
conducen a una fijación del sentido, La pregunta sería entonces: ¿qué determinaciones
hipotecando la subjetividad futura de conceptuales del niño anidarán en un sujeto para valerse de
quien ha padecido una situación así. un menor, como uso de objeto sexual sin que medie
prohibición ni barrera alguna?
Y pensado en consecuencia en los niños por los que nos
consultan cabría preguntarse:
• ¿Qué recursos puede implementar un sujeto en la infancia para responder a esa objetalización en la que es
ubicado?
O haciendo recaer de nuestro lado, en tanto psicoanalistas, el peso de la pregunta en forma más precisa, la
cuestión a formularnos es: ¿Cuál es el dispositivo de tratamiento que desde el psicoanálisis podemos propiciar
para esos niños?
Simplemente quiero decir a modo de aproximación general a este planteo y para concluir, que , en mi opinión,
la cuestión técnica y la estrategia terapéutica en situaciones tan traumatizantes como las de esta niña ,
requiere mas un abordaje ético que moral.
En muchas ocasiones advertimos el riesgo de que niñas como Macarena que han sido víctimas de abuso sexual,
deben atravesar luego una serie de procesos, organizados en dispositivos institucionales a nivel legal, médico,
escolar, que quizás resulten necesarios en algún sentido pero que lamentablemente, en ciertas situaciones,
terminan produciendo lo que los victimólogos denominan una "re victimización o victimización secundaria del
niño".
En nuestros términos, creo que tales intervenciones pueden constituirse en promotoras del segundo tiempo del
trauma, y volverse, en consecuencia, traumatizante.
Mucho más grave aún en mi opinión son los dispositivos terapéuticos que en pos de una búsqueda de
elaboración y de conocer la verdad de lo ocurrido, conducen a una fijación del sentido, hipotecando la
subjetividad futura de quien ha padecido una situación así.
Algunos de estos dispositivos son conducidos por personas que suelen valerse de un discurso perteneciente al
orden de lo moral y siguiendo el precepto de "hacer el bien", implementan procedimientos generales para todo
niño que ha padecido un posible traumatismo sexual.
Considero que a esa concepción moral general, podemos oponer una ética del respeto por lo singular de cada
sujeto.
Adhiriendo una vez mas a la propuesta de Luis Camargo, y a la de muchos analistas que sostienen esta
postura, pienso que podemos oponer al "hacer el bien" el "bien hacer" de cierta posición ética respecto de la
niñez, que considere la subjetividad y la escucha de cada niño en cuestión.
Es la diferencia entre "ser un caso" en los dispositivos
institucionales, donde alguien puede pasar a "ser un
abusado" y perder así su identidad, a ingresar en un Es la diferencia entre "ser un caso" en los
dispositivo de tratamiento que permita hablar del dispositivos institucionales, donde
padecimiento posible de un acontecimiento vivido que alguien puede pasar a "ser un abusado"
aunque traumatizante no deja de ser propio e individual, y su y perder así su identidad, a ingresar en
elaboración dependerá de la subjetividad de cada uno. Hecho un dispositivo de tratamiento que
traumatizante al que, cuando ocurre en la infancia, se podrá permita hablar del padecimiento posible
responder, en el mejor de los casos: jugando, hablando o de un acontecimiento vivido que aunque
bien, con la incipiente formación de un síntoma como lo traumatizante no deja de ser propio e
enseña este breve material ejemplar que he presentado en el individual, y su elaboración dependerá de
inicio. la subjetividad de cada uno.
El síntoma de Macarena:
• Ese extraño quedarse dormida en la escuela , enigmática
señal de su diario de pistas, puesta esta vez en acto y a la vista de todos, en un lugar tan discordante como
para que alguien que esté dispuesto a escucharla, lea allí su angustioso llamado silencioso y lo pueda
descifrar...
• Me pregunto para concluir: ¿no será ese curioso "decir con la boca cerrada" aquello que llamamos síntoma en
psicoanálisis?
• ¿No será acaso eso justamente lo único tratable en psicoanálisis con niños?

Bibliografía
• Luis Camargo. "Los ( ab)usos del niño y la niñez"
• Gerard Pommier. " La transferencia y las estructuras clínicas"-
• Sigmund Freud - Obras Completas.
• Jacques Lacan – Seminarios.
• Dos notas sobre el niño- Carta a Jenny Aubry.
• Mayo 2008/ Buenos Aires Argentina. / Versión adaptada del Texto: "Interrogantes acerca de la intervención del psicoanalista
en consultas por abuso sexual infantil"- Ariel Pernicone- Revista de psicoanálisis con niños " Fort-da" Número 9 www.fort-
da.org.

Notas
1- Psicoanalista, Buenos Aires.

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