Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
02 Jun 2016
ARTURO PÉREZ-REVERTE
1
Los otros enfrentamientos son con florete y con pistola.
2
El pintor de batallas Augusto Ferrer - Dalmau ha representado estos modelos
de sable en sus cuadros en varias ocasiones. Reproducimos dos de ellos: La
carga del 4º de Húsares, ambientada en la guerra de la Independencia
española, y Cazador a caballo.
3
El primer modelo de este sable (modelo 1752) se inspiró en el
sable de húsar húngaro. A partir de 1767 la hoja se hizo más ancha, la
curvatura se redujo y se practicó un ojal en el guardamano para el fiador. En
1786 el sable evolucionó de nuevo, abandonándose el ojal del fiador porque
hacía más frágil el guardamano. Con la Revolución hubo diversas variantes,
incluidas algunas con guarnición de hierro para la vaina, que se pueden
resumir bajo el nombre Modelo An IV (1795/96).
Se trata del sable más prestigioso y clásico de la caballería ligera de las
guerras del Consulado y el Imperio, usado por húsares y cazadores a caballo,
que muchos militares veteranos se negaron a abandonar cambiándolo por los
nuevos modelos, y llegó hasta Waterloo.
4
Sable de tropa de caballería ligera francés, modelo
an XI
Ficha técnica
5
Este sable nació en 1800 como modelo An IX. Se inspira en la
empuñadura a la húngara, pero protegiendo más la mano. La hoja perdió en
curvatura comparada con la del sable clásico de húsar modelo Año IV. El
objetivo era lograr un arma más polivalente, tanto de corte como de punta. La
vaina del modelo An IX era demasiado ligera, se deformaba con facilidad e
impedía extraer el sable, de modo que en 1802 (An XI) se le dio una vaina de
hierro más gruesa, tan robusta que algunas veces llegaba a lesionar al jinete al
ser derribado. El sable An IX y An XI respondía a la decisión oficial de
establecer tres modelos definitivos de armas blancas: uno pesado para
coraceros y dragones; otro de caballería ligera para húsares, cazadores a
caballo y artillería montada, y uno adecuado para la infantería.
6
El nuevo sable para caballería ligera se
benefició de la experiencia de los sables a la húngara, y fue distribuido
progresivamente a las unidades. Su principal novedad era que llevaba
gavilanes, hasta entonces reservados a los sables de caballería pesada, algo
hasta entonces inconcebible entre los húsares. El peso total del modelo An XI
era de 2,76 kg. El peso originó protestas, pero se mantuvo así, e incluso fue
aumentado a 2,99 kg. Entre 1802 y 1820 se produjeron 26.326 sables An IX y
157.830 An XI, y siguió en uso o en depósitos hasta el Segundo Imperio. Es
frecuente verlo en grabados y pinturas de la época, pues fue el sable clásico de
tropa usado por húsares y cazadores a caballo en el último período de las
guerras napoleónicas.