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un retroceso”
Macarena Gallo 15 Octubre, 2017Tags: Cristian Warnken, Era digital, frente amplio, Marcelo
Bielsa, presidenciales, Sebastián Piñera Fotos: Alejandro Olivares
Hablemos del tema de la última charla del Ciclo Pensamiento Propio, donde conversarás
con Fernando Flores.
-Todos los años se hace un ciclo que recorre ciudades de Chile. Es una suerte de lo que fue el
programa una Belleza de Pensar, pero en vivo y con público, y siempre bajo un tema. El año
pasado fue Vivir en tiempos de crisis y este Lo humano en la era digital, que surgió de una
conversación con el psicoanalista italiano Luigi Zoja, que escribió La muerte del prójimo, donde
decía que si el siglo XIX fue el siglo de la muerte de Dios, el siglo XXI será la del prójimo. Si
hoy estamos hipercomunicados a través de las redes sociales con aquel que está lejano, ignoramos
al que está al lado nuestro, no conocemos el nombre del vecino, conversamos menos con el que
va en el metro. Él ve que el gran peligro es la desaparición del prójimo
.
¿También crees que desaparecerá el prójimo?
-Al principio, partí con una postura muy crítica a la irrupción intempestiva e invasiva de lo digital
en la vida cotidiana, más que en lo digital en sí, porque sería un absurdo rebelarse contra eso,
sería como rebelarse contra la imprenta. Ahora, he transitado a una sensación de perplejidad.
Todavía no sabemos muy bien cómo será el mundo que viene con lo digital. Y como todos los
cambios, pueden traer elementos tremendamente positivos, así como tremendamente negativos.
¿Qué rescatas del mundo virtual?
-Poder conocer a un poeta desconocido en algún lugar del planeta y formar una comunidad
inmensa. Pero, al mismo tiempo, la amplificación de la estupidez, la tontería, la banalización
del mal, es inmensa. Umberto Eco dice en su último libro de ensayos, en el que se centra en
gran parte en la irrupción de lo digital, que antes el idiota del pueblo decía una opinión en un
café y quedaba ahí, pero hoy el boludo habla y tiene una repercusión inmensa sin fronteras.
Hay que dedicarle pensamiento a este cambio. No tengo una visión completa, pero sí que hay
que estar alerta en la comunicación interpersonal. Acabo de llegar de Vancouver, una ciudad
fantástica, pero en los buses ves a una cantidad de jóvenes metidos en sus aparatos. Y se
generaba un silencio casi terrorífico donde no había una risa. Echaba de menos la vitalidad del
mundo latino, el amigo que conversa contigo, pero todo eso hay que pensarlo, porque a lo
mejor las comunidades hoy son virtuales. Pero también creo que empieza a haber una necesidad
y nostalgia de una comunicación cara a cara que no la suplanta ninguna comunicación virtual.
Pero todo hay que ponerlo con punto de interrogación, porque te vuelvo a decir, estoy en estado
de perplejidad, leyendo cosas, observándome a mí mismo. Yo mismo he ido cambiando mis
propios aparatos.
Ahora andas con un celular moderno.
-Sí. Antes tenía un aparato muy primitivo que me servía solo para mandar mensajes de texto.
Pero ahora tengo Whatsapp hace dos o tres semanas. Creo que el uso de tecnología cada vez
más sofisticada, requiere un sujeto más consciente y alerta, que no deje que todo su accionar
diario quede sumido en una reacción pulsional de un mensaje que te llegó. Entonces, tengo
susto.
¿Y cómo lo has llevado?
-Hasta el momento tengo el whatsapp dominado en la justa medida. Pero, probablemente, se
pueda convertir en una pesadilla. Va a llegar un momento en que habrá una saturación. De
hecho, empieza a producirse un rechazo. Mucha gente te empieza a decir: estoy agobiado, el
Whatsapp me interrumpe todo, mi vida íntima. Conozco gente que se está saliendo de los
whatsapp. Entonces, uno debe tener una actitud de desasimiento con la tecnología.
Parece que el aparato ya nos tiene dominados.
-Es trágico, pero nos puede pasar llegar a esta película del tipo que se enamora de su sistema
operativo que tiene voz femenina y que le arregla todo.
Ojalá no te pase eso.
-Es de esperar que no, porque en la relación con un aparato así hay poco eros, en realidad son
poco eróticos los aparatos, ja, ja, ja. Lo que te quiero decir es que el desarrollo tecnológico
tiene que ir acompañado de un desarrollo de conciencia. La tecnología nos pilló en Chile con
un mundo interior pobre. No tenemos vida contemplativa, no sabemos aprovechar el silencio.
Creemos que la felicidad pasa por este aparato y no debiera ser así.
¿Y con tus hijos cómo lo haces?
-Soy un típico papá en crisis. Los papás de hoy nos encontramos con que esto nos excedió y no
supimos colocar límites.
Perdiste esa guerra…
-No la he perdido. Hemos ido postergando lo más posible la entrada, porque esto al principio te
chupa y monopoliza. Esa es la verdad. El tema con los niños me parece preocupante. Amanda
Céspedes en la primera de las conversaciones del ciclo, decía que hasta los seis años, los niños
no deberían entrar en lo digital. En ese período se generan elementos muy importantes, como
las neuronas espejos, la empatía, el mirarte cara a cara, que es una conquista del desarrollo
evolutivo del ser humano, pero hoy nos encontramos con muchos niños que no miran de frente,
que se están ensimismando.
BIELSISTA LENINISTA
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