La historia narra la peregrinación de Chaucer hacía el santuario de Santo Tomás
de Canterbury haciendo que haga una parada en la posada de Tabardo, en donde coincide con otros treinta peregrinos que tienen en su destino el mismo viaje espiritual. En medio de ese largo destino, que tiene como ambiente un suburbio de Londres, los peregrinos, por sugerencia del dueño del Hostal acuerdan que para entretenerse contarán dos cuentos de ida y regreso. Sin embargo, la narración también forma parte de una competencia, en donde el hostelero es el juez y el premio a la mejor historia es una cena invitada por la posada.
“El Decamerón”
Mientras Florencia sufre la muerte, siete jóvenes de la alta sociedad florentina
se encuentran por azar un martes por la mañana reunidas en la Iglesia de Santa Marìa de Novella. Se pusieron a charlar evocando la situación sanitaria, Pampinea lanza la idea de retirarse de Florencia y marchar a una villa abandonada en el campo de Fiesole durante dos semanas. Todas aprueban la idea, aunque Filomena advierte del peligro de dejar la sociedad sin ningún hombre que las rija. Entraron entonces en la iglesia tres jóvenes: Pánfilo, Filostrato y Dioneo. Les cuentan su proyecto y aceptan acompañarlas, como voluntarios y porque uno de ellos ama a Neifila, precisa Boccaccio. Pampinea es designada reina de la jornada y organiza la partida. Al día siguiente, miércoles, abandonan Florencia y se refugian en una campiña idílica a unas dos millas. Para pasar las tardes, cada miembro del grupo narra una historia cada noche, excepto un día a la semana, que hay que dedicarla a hacer labores, y los días sagrados en los que no se trabaja en absoluto, lo que da lugar a diez noches de narración a lo largo de dos semanas.