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DESENTRAÑANDO LA NEGRURA:
UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA AL
HUMOR NEGRO EN EL ARTE TEATRAL
TESIS
PRESENTA:
2017
1
Dedicatoria
Por eso este trabajo está dedicado a mis padres y mis hermanos que
incondicionalmente me dieron su apoyo en estos extraños tiempos de estudio y
autodescubrimiento, así como a todos (que son muchos como para enlistar) a
quienes considero mis amigos y estuvieron presentes en mis penas e
incertidumbres, ya fuera con su la más vital ayuda que me ha sostenido cuando
estoy a punto del quiebre…
2
Índice
4. Consideraciones finales
3
Planteamiento:
4
particular relación emocional (anímica) que existe entre el espectador y la obra
artística que está siendo puesta a su consideración estética.
5
Definiendo, pues, que no se trata de la supeditación de un equipo de trabajo
(actores, diseñadores, técnicos, etc.) a los designios de una estética individual,
sino de la ética del Director de Escena para ponerse al servicio de las decisiones
materiales de todos los involucrados: para potencializar sus capacidades
expresivas y nutrir un discurso artístico particular, orquestado.
6
Antología de Textos que hace el escritor francés André Bretón (1896-1966), que el
epíteto “Humor Negro” se acuña.
7
Hay autores que sostienen que el Humor Negro se basa en una relación
humorística con la Muerte y los elementos macabros; mientras que otros lo
relacionan con la violencia, la angustia, la depresión, lo grotesco y lo escatológico.
Algunos críticos sostienen que está ligado intrínsecamente con los estilos
artísticos como el Surrealismo y el Teatro del Absurdo, que se desarrollaron a
mediados del siglo XX. Otras visiones de este tono mencionan que se basa en la
sátira social ácida y de provocación.
8
necesaria para no castrar los alcances del concepto y a la vez realizar las
conexiones pertinentes sobre las cuales se pueda establecer un mejor criterio de
generalidades.
9
Stilman ofrece una perspectiva considerablemente arbitraria (instituida) del
Humor como una forma elevada (y emancipada) de lo Cómico, en la que además
recalca que toda manifestación de Humor, por definición, es “Negra”; aludiendo
muy brevemente (hecho como para un lector docto) a las distintas fuentes
históricas que sostienen esa postura.
10
extraer los elementos comunes más esenciales para una interpretación del Humor
como un Tono particular de la experiencia artística, particularmente, el Teatro
Dramático.
11
CAPÍTULO PRIMERO
12
1.1 la dificultad para definir el Humor
Aún así, existen numerosos tratados sobre las naturalezas trágica o cómica,
que sugieren una estructura y que describen analíticamente la forma en que opera
este fenómeno de la percepción para considerar algo de una o de otra manera.
Más aún, la dificultad se acentúa cuando la definición dada del humor negro
13
plantea una doble naturaleza perceptiva: algo percibido como trágico presentado
de manera cómica.
Por elemental que parezca, hacia una profundización analítica del humor negro
ha surgido primeramente la necesidad resolver una definición teórica, precisa y
analítica del humor como un concepto autónomo (si acaso éste no puede ser
homologado con lo cómico) para resolver después su variante negra, con el fin de
plantear las afinidades estéticas adecuadas que lo distinguen para una aplicación
práctica en el trabajo artístico.
14
o la Ironía. (visión ofrecida por las disciplinas de la Estética y la crítica
literaria y ciencias de la Comunicación).
Aunque la primera acepción del humor (como actividad, como forma particular
de lo cómico) pudiera ser el tratamiento más específico y pertinente para el campo
de estudio de la presente investigación, cabe mencionar que muchas de las
visiones teóricas que se refieren a éste como una categoría estética determinada
tienden a recurrir a la segunda acepción (el humor como tonalidad anímica) para
explicar la particularidad de dicha forma cómica, siendo la fuente y motivación de
su carácter y sus afinidades estéticas.
Es decir que el sentido del humor (lo afectivo) es lo que define y caracteriza a
la naturaleza y temperamento del humor como manifestación expresiva (como
actividad).
En otras palabras, “el humor (como comedia) es una construcción, producto del
humor (anímico) que lo motiva, lo determina y lo pone a su consideración sensible
(se necesita humor para reír)”; valgan las redundancias.
15
su intención (emisor, como actividad) como en sus efectos (receptor, como
disposición afectiva), ambos coautores del humor2, esté o no emancipado de la
Risa. Quizá de la misma forma que lo cómico y lo trágico, como géneros,
funcionan como estructuras o sistemas de valores.
16
particular de comedia: a veces relacionada con la acidez en su intención o sus
efectos, a veces relacionado íntimamente con la muerte (lo Macabro) y otras,
atribuido a un temperamento melancólico, temperamento sobre el que, a su vez,
existen numerosas discrepancias conceptuales: sobre la amargura, la depresión o
incluso la simpatía triste que engloba la noción misma de Melancolía.
De modo que una definición del humor como concepto autónomo tiende a
cruzarse u homologarse con las nociones de su variante negra, apoyadas por
conceptos adyacentes como la melancolía, los cuales a menudo son descritos
mediante ciertos recursos retóricos, que proveen de una comprensión intuitiva de
su temperamento pero dejan poco esclarecimiento hacia su definición teórica,
puntual y sistémica.
17
Resulta también importante recalcar la autonomía del concepto humor como
objeto de estudio al considerarse emancipado de la risa y por lo tanto de la noción
de la categoría estética de lo cómico en general; siendo que, como señalan la
mayoría de las perspectivas, es precisamente la risa (un eco social4) el consenso
que define a lo cómico: una intención cómica que no desemboque en risa es
considerada como fallida; del mismo modo que cualquier otra intención que la
despierte se torna cómica involuntariamente, muy a su pesar5.
18
A diferencia de lo cómico, que puede ocurrir de manera fallida en su intención
o de manera involuntaria por sus efectos, esta identificación (casi casual) de lo
humorístico implica cierta autonomía del concepto Humor como una particularidad
anímica o una actividad o construcción expresiva más o menos codificable, muy a
pesar de las discrepancias que califican de humor sólo a determinados estímulos
y/o respuestas afectivas.
19
Asimismo, el concepto se ve influenciado por las visiones que lo tratan como
una manifestación expresiva elaborada o una forma particular y elevada de la
comedia; de modo que el sentido del humor se describe como una particularidad
anímica y expresiva por encima de la mera intención de hacer reír o de la
sensibilidad misma para reír de determinados temas o situaciones. Es decir que el
Humor se presenta como una construcción cultural particular y compleja, no
precisamente acotada porque una sistematización genérica y neutra terminaría por
limitar o castrar los alcances de este complejo concepto referente a la experiencia
de la sensibilidad humana.
20
menester esclarecer y profundizar en las ideas que rodean a este concepto antes
de poder elaborar consideraciones al respecto de sus particularidades y
características.
De modo que la primera tarea a desarrollar hacia una hermenéutica del Humor
consistirá en primera instancia de un análisis preciso de la evolución del concepto,
desde su etimología, sus significaciones, implicaciones y transformaciones que
han desembocado en el concepto actual, describiendo posteriormente su relación
con los conceptos adyacentes a los que se haya estrechamente vinculado como la
melancolía, lo cómico y la risa; para una primera resolución teórica sobre la cual
desarrollar las definiciones específicas de una poética particular sobre el humor
negro en la escena.
21
salud, así como las distintas mezclas y la predominancia de algún humor
explicarían los distintos estados de ánimo, ya sean los pasajeros, los propios de
alguna edad determinada o los persistentes en el sujeto. Sería entonces que la
enfermedad y las variaciones del ánimo se concibieran en el pensamiento antiguo
como un desequilibrio de los humores, una saturación, un bloqueo, la corrupción o
la inflamación de éstos. Esta visión perduraría durante varios siglos y sería
desplazada por los avances de la ciencia médica moderna.
22
sociables, carismáticas, hedonistas, creativas, cordiales e idealistas.
Los coléricos eran considerados agresivos por naturaleza, dominantes,
apasionados, irritables, enérgicos y volubles.
Una predominancia de bilis negra era identificaba como melancolía; los
melancólicos eran considerados depresivos, propensos a los desvaríos,
reservados, ansiosos, serios, rígidos, excesivamente racionales, pesimistas
y misántropos.
La primera relación del humor con lo cómico tendría que ver con las
afectaciones de estos fluidos corporales sobre los personajes; donde las
desproporciones exageradas en su comportamiento y condición física, los
llevarían a las distintas deformidades, excentricidades, imprudencias, insolencias,
compulsiones, insensateces, caprichos y vicios propios del universo de la
comedia. Siendo sus principales exponentes teatrales los personajes arquetípicos
de la Commedia dell’Arte italiana en el Renacimiento y posteriormente, la comedia
isabelina con las llamadas comedias de humores de Ben Johnson.
23
aspecto afectivo, a la sensibilidad particular para percibir o enjuiciar las cosas de
determinada manera, especialmente de manera ridícula (sentido del humor).
24
análisis del humor pero con un escaso esclarecimiento teórico.
El objetivo último sigue siendo la creación de una poética particular del humor
negro desde su análisis teórico que pueda ser considerable para el trabajo
escénico. De modo que las generalidades sobre la idea de melancolía que se
expondrán en el siguiente apartado, seleccionadas desde diversas perspectivas
de estudio (Psicología, Psicoanálisis, Literatura, Historia, etc.), abarcan sólo las
necesarias para una comprensión e interpretación afín del Humor.
Las múltiples visiones sobre la bilis negra o melancolía (del griego melas =
negro y cholis = bilis) situaban su origen generalmente en el Bazo por el color
oscuro de este órgano y que fluía libremente a lo largo de todo el cuerpo.
Secreciones tales como las heces ennegrecidas y los vómitos acres serían
interpretadas como sus evidencias anatómicas. Se creía que la melancolía era
catalizada por alimentos añejos, secos y amargos como las carnes magras, los
25
quesos maduros y los vinos tintos; y que era causante de padecimientos tales
como las hemorroides, úlceras, amenorrea, epilepsia e incluso llevaba a arrebatos
de locura o “éxtasis furiosos” (del griego ek-stasis, estar fuera de sí).
En ella se subsumen todas las connotaciones a las que está asociado este
color [Negro]: la noche, la muerte, la combustión, el mal. A esas
connotaciones se añaden además las propiedades gustativas de la bilis: la
acritud, la amargura, así como ciertas propiedades termodinámicas y
neumáticas que la hacen una “potencia de los contrarios”.7
Galeno propondría que cualquiera de los otros tres humores podía tornarse en
bilis negra mediante un proceso de combustión: tras un prolongado estado de
reposo, los humores se instalarían en el estómago y, por su acidez, se inflamarían,
ascendiendo como humo hacia el encéfalo, nublando la mente con ideas negras:
temor, tristeza, amargura, disgusto, pesimismo, fastidio, apatía, desesperación,
aburrimiento, etc.
Dado que antiguamente la salud era concebida como un fluir de los humores
corporales equilibrado y proporcional (crasis), los bloqueos y excesos de estas
secreciones debían ser expulsados cuando llegaban a su punto máximo de
saturación (crisis). En el caso de la melancolía, a través de las lágrimas
(afianzando su relación con el humo y la combustión) y también a través de
ataques de risa, propios de quien está fuera de sí, extrañado de la realidad.
26
lleva a acciones patéticas: criminales en el universo de la Tragedia, insensatas,
caprichosas y ridículas en el universo de la Comedia. El melancólico se identifica
entonces como aquel que obra de manera singular, fuera de la norma social,
porque su juicio ha sido excitado/trastornado por los desvaríos de su humor.
27
caracterizado por un sentimiento de vacío, atormentado por un tiránico juicio
moral, “devorado por sus facultades de análisis” 8 de modo que su lucidez
excepcional, es percibida limítrofe con la locura y el disparate; así como se halla
atrapado en un círculo vicioso por su persistente estado de inacción que conlleva
a la frustración, el aburrimiento, la impaciencia, el pesimismo, el sinsabor, la
desgana y la desesperanza.
8 Rosa de Diego y Lydia Vázquez (1998) Prólogo de Humores Negros del Tedio, la
melancolía, el esplín y otros aburrimientos.
9 Jonathan Pollock ¿Qué es el Humor? (2001) p. 25.
28
peso de su tormento) mediante la burla al entorno con el que se halla extrañado,
descontento, escéptico. Afianzando estrechamente a la melancolía con la idea de
humor como particularidad cómica, burlona.
29
A menudo este juicio se califica como ambivalente (liminal) entre la
locura y el genio; ya sea por la idea de su origen patológico (el desvarío
de sus humores), o porque la construcción de su juicio, excéntrico y
sobre-elaborado, se halla tan críptico y trastrocado que se asemeja al
delirio y al disparate.
El goce “narcisista” de las cavilaciones melancólicas convierten en
fuente de placer a la misma fuente de su displacer. En su
ensimismamiento, el melancólico se halla a la vez encantado y
atormentado por sus pensamientos; goza por el libre y lúdico
trastrocamiento de sus ideas y se acongoja por la severidad implacable
de su lucidez.
30
bufonadas, las fantasías y los absurdos (trastrocamientos de la realidad); así como
la ambivalencia entre lo serio y la broma, entre la compasión y la burla, la “alegría
triste” y demás particularidades conceptuales antes descritas que ayudan a un
mejor entendimiento de la evolución histórica que ha desembocado en las
diversas nociones contemporáneas del Humor, cuya evolución se expondrá a
continuación.
11 Ibíd., p. 45.
31
Es entonces que el Humor, puntualiza Pollock, pasaría de ser un sustantivo
referente a los líquidos corporales, a un verbo activo: “to humour” que significa
“ejercer el humor” (cuerpo, imaginación, ingenio), ya fuera en el sentido en que el
humorista hace mímesis las afectaciones de los humores para suscitar el ridículo;
como en el sentido de representar y enjuiciar la realidad a través de reflexiones
con humor (trastrocamiento y desvarío): “to humorize”.
32
sus bribonadas para su deleite cómico.
Por otra parte, la locura que motiva los disparates, compulsiones y sinsentidos
del Bufón, un personaje proscrito en el ámbito social por sus deformidades físicas
y mentales, le permitía a éste obrar y expresarse con una libertad igualmente
privilegiada, superior a la del resto, al precio de convertirse en blanco de las risas12
por su “desviación tolerada”.
Esta noción del humor como una Locura fingida o adoptada, estaría
estrechamente relacionada con la cultura carnavalesca a la que se refiere Mijaíl
Bajtín en La cultura popular en la Edad media y el Renacimiento (1965): el
33
Carnaval como una suspensión momentánea y colectiva de las reglas sociales
establecidas, la relativización de los valores y el trastrocamiento del orden
cotidiano que se convierten en una válvula de escape para la crítica y mofa de la
cultura hegemónica: lo serio y lo solemne. Así señala Jacques Heers en su libro
Carnavales y fiestas de locos (1988) que el carnaval y las mascaradas
comprenden la evocación de un mundo al revés así como una transformación
social temporal, que lleva a la irreverencia más o menos directa, a veces centrada
contra personajes determinados y a veces contra el tipo social mismo e ideologías.
13Macgowan Kenneth y William Melnitz, Las edades de Oro del Teatro, Fondo de
Cultura Económica (1992) p. 13
34
como tal en otras disciplinas artísticas tales como la plástica (Grotesco y
Caricatura, por ejemplo), la música (Humoresque en el Romanticismo) y en el siglo
XX, en el cine (género burlesco del cine mudo).
14 Prólogo, traducción de Joaquí Jordá, Editorial ANAGRAMA, 9º, Barcelona, 2011, p.8.
35
sentido más allá de la burla y la degradación, sino un carácter particular, propio de
la imaginación y la fantasía (grotesco) y a la vez, de la denuncia de los vicios y la
exposición a través de la mofa de lo serio (comedia y sátira).
Por su parte, el filósofo francés Henri Bergson, autor del famoso tratado
sobre lo cómico La Risa (1900) entendería la estructura del Humor como una
transposición del juicio (un mecanismo de la comicidad) en que la expresión
natural de una idea se transpone en otro tono; en el caso del humor, un
distanciamiento, indiferencia o neutralidad cotidiana ante lo extraño, lo grotesco, lo
perturbador o lo terrible.
Esta concepción del Humor aparece también como uno de los parámetros de
Bretón para seleccionar algunos de los textos para su Antología del humor negro:
lo fantástico visto como algo cotidiano o la explicación plausible, seria, científica y
detallada de un completo disparate: desde los relatos grotescos, caracterizados
por la intrusión de lo fantástico y desproporcionado en una narración seria, como
el caso de los cuentos de el Marqués de Sade o Edgar Allan Poe; al famoso
cuento de Lewis Carroll Alicia en el País de las Maravillas (1865) que presenta un
15Pollock, ¿Qué es el Humor?, Paidós, 1ª, Buenos Aires, 2003, p. 83, cita a Cours
préliminaire d’estéthique (1803).
36
mundo totalmente desordenado, incoherente, donde los disparates de
desenvuelven como razones serias a manera de parodia de los cuentos didácticos
victorianos.
Cabe mencionar que numerosos críticos, entre ellos Eduardo Stilman (1939-
2011) consideran al cuento de Lewis Carroll como uno de los iniciadores del
Sinsentido que inspiraría a otras expresiones modernas tales como la Patafísica
de Jarry y las corrientes como el Surrealismo y el Teatro del Absurdo; todas
consideradas como humorísticas por diversos críticos, dadas las afinidades
mencionadas, no necesariamente inscritas en el campo de lo cómico.
37
Las visiones que concebirían al Humor como una experiencia particular de la
percepción y enjuiciamiento de la realidad, emanciparían sucesivamente al humor
del campo de lo exclusivamente artístico, expresivo. El Humor será entendido
como una postura de vida o forma de “ver el mundo”, que además permite
disfrutar de su manifestación estética emancipada: el Humorismo.
38
carácter cómico o satírico.
39
empleadas con dicho fin en diversos leguajes: pictórico, literario, musical, etc. Es
entonces que la risa supone la primera conceptualización a resolver hacia un
entendimiento de lo propiamente cómico y el porqué usualmente el Humor se
considera emancipado de la misma.
40
sujeto y crean condiciones favorables para la risa.
41
enuncia; de modo que existen ciertas manifestaciones de la Risa que se presentan
a manera de convencionalismos, risas simuladas o artificiales que denotan
intenciones despectivas, esquivas, de urbanidad, coquetería, modestia, etc.
42
En su libro Filosofía de la Risa y el Llanto (1949) Alfred Stern propone una
visión sobre el mecanismo de ambos fenómenos cuyo origen reside en la
axiología (los sistemas de valores) del sujeto para propiciar una u otra conducta.
Más allá de aquellos (llantos o risas) que son suscitados por meros estímulos
físicos (dolor o cosquillas) sino de sentimientos complejos que suscitan dichas
reacciones.
Para Stern, tanto la risa como el llanto suceden a partir de aquello que el
sujeto (ya sea individuo o grupo) designa o considera como valores (físicos,
morales, sociales, intelectuales, hedónicos, estéticos, económicos, vitales, etc.)
dependiendo de la jerarquía de superioridad o inferioridad de los mismos, existirá
un involucramiento emocional proporcional del sujeto. La risa entonces
corresponderá a la degradación de dichos valores, como el llanto a la pérdida de
los mismos.
43
La Risa angelical comprende una función correctiva; su objeto de
degradación ridícula son los equívocos, la torpeza, la obstinación, la
tosquedad, las deformidades, las desproporciones, lo malogrado, las
poses, la petulancia, la frivolidad, los vicios y demás inadecuación y
defectos de participación social; se comprende pues como un castigo
que apoya a la conservación de los valores hegemónicos. Radetich se
refiere a este tipo de risa análoga a la que identifica Henri Bergson en
su famoso libro La Risa (1899), cuya tesis principal encuentra lo ridículo
en la rigidez (ya sea mecánica o ideológica) del sujeto (que es objeto de
nuestras risas), impuesta sobre la “movilidad de la vida” que apremia
por agilidad y flexibilidad.
La Risa demoniaca por su parte supone una actitud escéptica e
insolente, una subversión contra los valores hegemónicos; pone en tela
de juicio a las costumbres y prohibiciones, encuentra debilidad,
pretensión, incongruencia, inutilidad e incompetencia en los valores y
seguridades sociales y es propia de expresiones críticas e irreverentes
tales como las sátiras. Este tipo de risa acciona de manera análoga a la
angelical, pero comprende una ruptura con lo obvio, con lo indiscutible;
de modo que suscita placer tanto en la transgresión de la norma
impuesta (ahora degradada en risas) como en la toma de una nueva
lucidez superior.
44
rígido) de modo que el “no-saber” se comprende como una experiencia placentera
por sí misma al saberse elevado por encima del desconcierto y la contradicción,
noción similar a la idea histórica de insensata sabiduría propia de los
melancólicos, locos y bufones. Branko Bokun apunta una noción similar
implicando que de este modo el caos y lo absurdo pueden percibirse ridículos ya
que degradan “la aburrida disciplina moral o social impuesta”24.
45
vitales) y la imposibilidad para alcanzarlos, su destrucción o pérdida; en lo cómico,
apunta Sánchez Vázquez, la contradicción está en la naturaleza de los fines: que
no son vitales, por lo que no pueden ser tomados en serio, pero que, al
presentarse como si lo fueran, dan lugar a un desenmascaramiento entre lo que
es aparente y lo que efectivamente es, para su consecuente degradación en risas.
Dicha contradicción (cómica) puede estar revestida bajo diversas formas como
la incongruencia, la inadecuación, la desproporción, etc. Apunta también que no
es la contradicción en sí, sino la toma de conciencia de dicha contradicción, donde
reside lo cómico. Sánchez Vázquez enlista en su libro las convenciones más
usuales tales como:
46
dimensión humana. Las pretensiones (develadas por lo cómico) se fundan en
ideologías, valores y sistemas de creencias; éstos tienen su origen en una
organización social de la realidad. Para Sánchez Vázquez, lo cómico reviste un
carácter social, como lo reviste su opuesto: la seriedad. De modo que no toda
pretensión descubierta (desvalorizada) implicará por sí misma un efecto cómico,
sino que ésta desvalorización se hace desde cierta ideología, desde la posición
social que se refleja en ella.
Sin embargo, no toda desvalorización per se suscita risas, para que el efecto
cómico suceda, implica la instrumentación de un involucramiento emocional previo
para su consecuente liberación; en su libro Ensayo Preliminar sobre lo Cómico
(1941) el filósofo argentino Marcos Victoria define a este fenómeno como una
consecuencia de “el esclarecimiento después del desconcierto”, el que ríe se
atribuye a sí mismo la cordura y la sensatez, la visión ajustada de la realidad tras
el extrañamiento o distanciamiento que permite ver los huecos, trampas y demás
conflictos con la realidad: tomar o no tomar en serio.
47
de una estilización artística. Dicho de otra forma, un artista revestido
con la máscara del bufón para ser objeto del ridículo dentro del terreno
ficcional, donde un auténtico bufón se encuentra fuera de la norma
social y sus limitantes.
El Bromista (o comentarista ingenioso): que ofrece una perspectiva
alterna para enjuiciar la realidad de manera ridícula y que a menudo
goza de un estatus elevado por su brillantez e influencia.
El Comediante: aquel cuya profesión le exige enfrentarse y adaptarse
constantemente a la réplica de un grupo para conseguir provocar su
risa. Usualmente identificado con expresiones tales como la Comedia
de Improvisación y el Stand Up Comedy.
Cabe añadir que la risa opera siempre como una descarga súbita (explosiva)
que se potencia cuanto más espontánea, brusca, repentina y sorpresiva sucede;
opuesto a los sentimientos de lo trágico y del llanto que se desarrollan
gradualmente a lo largo de una presentación progresiva, lo risible es propio de lo
breve y lo fugaz.
48
contempla en la vida misma y que suscita risas, y lo Cómico Subjetivo es todo
producto o artificio que se transmite con la intención de suscitar la Risa. Sánchez
Vázquez, de manera análoga, hace esta diferenciación entre lo cómico que
provoca risa en su contemplación en la vida real y lo cómico que sucede en las
manifestaciones expresivas, donde analiza dicho fenómeno planteando los
siguientes postulados:
Para poder establecer las propias nociones generales del humor (que serán
49
expuestas en el siguiente capítulo) este próximo apartado se avocará a resolver
brevemente, casi a manera de glosario, los conceptos más generales de las
diversas manifestaciones de lo cómico, que se consideran análogas a éste.
50
resolver o aclarar, y que al hacerlo, reduce a la nulidad una realidad ideal o
empírica. La gracia está en la forma, la unión inesperada de ideas aparentemente
inconexas y su súbita colisión, en su brevedad e innovación están sus efectos
ridículos. Del chiste se obtiene una descarga momentánea y repentina de placer,
porque sucede a partir de la sorpresa, de modo que requiere de novedad y
suspenso para su efectividad.
Quien ríe de un chiste está aceptando una postura cómplice, aunque esta
sea ficcional; de modo que el chiste tendencioso siempre requiere de tres
participantes: el atacante, el atacado y el testigo o cómplice. El chiste tendencioso
ataca a la autoridad, las instituciones o las doctrinas porque su cómplice reconoce
la arbitrariedad en ellas. Los chistes obscenos atacan a las prohibiciones y la
moral, mientras que los chistes cínicos atacan las certezas.
51
En el segundo capítulo de La Risa, Henri Bergson distingue la Comicidad
de la situación que surge al ser contemplada en la vida de aquella que es
realizada con una intención, principalmente en el lenguaje literario, donde clasifica
los Procedimientos de lo Cómico en tres análogos a los que suceden en la
contemplación de la vida misa. La Risa como un escarnio cuando lo mecánico se
impone sobre lo vital:
Cuando sucede una inversión en la que lo Ideal (lo que debería ser) se
enuncia simulando como si fuera lo Real (lo que precisamente es), se está
hablando de una Ironía, mientras que su viceversa, Henri Bergson la identifica
como Humor: cuando se describe meticulosa y minuciosamente lo Real, fingiendo
52
creer que es así como debería de ser.
La Ironía critica de manera disimulada, un ataque que hay que leer entre
líneas, y cuanto más sutil, es más profunda. La ironía celebra y exalta lo que en
realidad está castigando y rebajando. Marcos Victoria distingue a la Ironía por su
relación con el chiste, sólo que “menos activa en el instante”: menos repentina y
detonante, pausada y ceremoniosa.
53
La naturaleza de la Ironía es pedagógica, donde el chiste se limita a datos
empíricos para conseguir la risa de manera inmediata. Sus formas son paradójicas
“más serio que lo Serio” y generalmente pretende ilustrar más que ofender.
La risa suscitada por la sátira busca hundir a sus inculpados, es un voto por
su aniquilación ya que sólo revela su negatividad, su nulidad. Por su radicalidad
siempre ha sido un medio adecuado para denunciar las anomalías mas graves de
carácter moral político o social. El satírico está afuera y de frente a su objeto sin
admitir ninguna tolerancia, no reconoce limites a su critica, no encuentra nada
digno de ser salvado.
54
CAPÍTULO SEGUNDO
55
2.1 Perspectivas generales del Humor
Hacia una compresión del Humor como espacio autónomo de análisis, este
capítulo abarcará primeramente al Humor entendido desde las diversas
perspectivas teóricas que ofrecen las principales disciplinas que lo estudian,
especialmente aquellas enfocadas en el comportamiento (Psicología y
Psicoanálisis), así como sus repercusiones (Sociología y Psicoanálisis), siendo
este un fenómeno de la sensibilidad y la expresión humana.
Para posteriormente poder establecer nociones del Humor como una forma
particular de la Comedia, teniendo de fondo la evolución histórica del concepto y
su relación con la Risa que permitan hacer un marco crítico.
56
autoridad, solemnidad, poder, petulancia, superstición, prejuicio, pretensión, etc.;
sino también ante figuraciones a las que identifica como “Optimismo a ultranza” y
que, señala, rigen el imaginario de la vida social: esperanzas, creencias,
expectativas, idealismos, dignidad, etc.
57
El Ingenio se caracteriza por su intención agresiva, “malévola”, dispuesta a
degradar con risas a sus víctimas a las que desprecia. Su mecanismo es el
enfrentamiento y éste es a menudo confundido con el Humor por su brillantez,
producto de la actividad cerebral producida por un estímulo emocional. En el caso
del Ingenio, es el resentimiento de un ego ofendido que busca la venganza contra
la humillación. Branko Bokun identifica al Ingenio como un juego compulsivo,
intoxicado por la amargura, con el único fin de envenenar la vida de sus víctimas y
obtener placer del hostigamiento.
58
ambiente y que, tomando la distancia conveniente, capacita al individuo para
relativizar críticamente toda clase de experiencias afectivas que se polaricen ya
sea hacia situaciones eufóricas o depresivas”25.
En el caso del Sentido del Humor, es una tonalidad desde la que el ser
humano afronta equilibradamente la realidad de la vida y de sí mismo, ya sea si
esa realidad se inclina hacia lo trágico, pesimista (depresivo) o hacia posturas
eufóricas, excesivamente optimistas (maniáticas), según si el Humor del sujeto es
abundante o escaso, según su temperamento o alma racional, podrá ofrecer
mayor o menor resistencia y se sentirá más o menos afectado.
Para Garanto Alos, el temple afectivo o tonalidad vital del Humor reside en
la capacidad del individuo para relativizar y poder reírse de sí mismo y por lo tanto,
poder “reírlo todo a pesar de todo, afirmando la vida, ejerciéndola seriamente”.
25 Garanto Alos, Jesús. Psicología del Humor. Barcelona, Herder, 1983, p. 61.
59
degradación y relativización. Parafraseando a Platón: “las cosas no
son dignas de tomar en serio, pero sí de ejercerse seriamente”.
El Chiste: El Humor auténtico es menos vulgar o desvergonzado
aunque los chistes pueden tener su origen en actitudes provenientes
del Humor.
La Ironía: porque desfigura la realidad, ridiculiza de forma hiriente o
es insensible. No busca “curar la enfermedad” o lo digno de
compasión, sino que pretende ocultarlo para descubrirlo, divulgarlo y
ampliarlo. Su motivación es el desprecio y su fin es la burla, poner en
ridículo acentuando las debilidades físicas, morales o estéticas, las
torpezas. La Ironía busca la mofa y es la forma retórica más utilizada
para el Sarcasmo, su carácter tiende también al Cinismo y puede ser
autora de los contenidos de la Sátira.
Otras manifestaciones: Optimismo, bromas, euforia, alegría, gozo,
éxtasis o risa, por sí mismas no son análogas al Humor, éste puede
contenerlas, pero se halla emancipado de las mismas.
Según Garanto Alos en Psicología del Humor, quien tiene Humor conoce
sus propias limitaciones, sus inevitables debilidades y sabe ver las cosas en su
relatividad; de modo que su conducta se relaja, su energía se hace más elástica y
se retracta más fácilmente de sus faltas y equivocaciones.
60
“mortal aflicción”. Su ecuanimidad se manifiesta igualmente frente a fracasos y
desengaños como ante acontecimientos felices; aunque favorece las situaciones
eufóricas, el idealismo, la fantasía y la valoración desmedida del yo. Sin embargo,
el Humor conserva una compresión lúcida de la realidad que lo distingue del
autoengaño en el que pueden caer las mencionadas actitudes.
61
llama “Humor auténtico”:
62
estrechamente, exhiben características propias según sus procesos psíquicos:
63
representación; análogo a la expresión alemana schadenfreude que se refiere al
sentimiento de alegría o placer malicioso frente a la desgracia ajena. Donde el
Chiste y el Ingenio pertenecen al terreno de lo verbal, lo Cómico se sucede en la
situación.
De modo que existe un placer de victoria sobre los sistemas rivales cuando
estos son ridiculizados (satirizados, degradados); de igual forma el
comportamiento ingenuo, las torpezas y las desproporciones (como las de los
payasos) nos provocan placer porque nos otorgan la sensación de triunfo sobre
una coerción aparentemente inexistente.
64
Donde el Chiste y lo Cómico requieren su resolución en risas para
efectivamente suceder, la esencia del Humor no reside en la broma y sus efectos,
sino en la intención que la anima: el ahorro de sentimiento; es por ello que se dice
tanto que el Humor está emancipado de la Risa.
65
sea a un interlocutor hipotético) y es por ello que se dice que la actitud humorística
es un “don precioso y raro”, que no todos son capaces de gozar del placer que
ofrece.
66
Marina Lieberman Radosh en su libro Entre la Angustia y la Risa (2005), apunta
que el Humor funciona como un arma para dominar a la angustia, atraparla y
convertirla en risa, sin embargo, éste no evade o finge, lo que lo distingue de las
patologías, neurosis, embriaguez y delirios, que dotan de placer al sujeto cobrando
como precio su salud anímica.
Hacia una comprensión más resoluta y pertinente para los fines del
presente trabajo de investigación: El Humor como un fenómeno de la experiencia
estética y su esclarecimiento en las manifestaciones artísticas, ha resultado
oportuna la perspectiva que ofrece Martin Grotjahn en su libro multidisciplinario
(psicoanálisis, crítica literaria, ciencias de la comunicación) La Máscara Burlona
(1961), donde hace su propia interpretación fenomenológica a partir de un estudio
multidisciplinario en los que incluye las perspectivas anteriores.
67
su modo de enjuiciarla.
68
identifica como el eterno adolescente que sólo quiere divertirse a expensas de
ridiculizar a los demás al exponerlos a situaciones de aparente desgracia que se
sucesivamente se degradan (“sólo era una broma”).
Las elucubraciones del Ironista son vistas como producto de una actividad
cuasi compulsiva, una necesidad que empuja al sujeto a comentar la realidad de
manera irónica para recibir a cambio admiración de sus oyentes; por lo que, a
diferencia del Bromista, el Ironista “cuida y pule su ruindad”.
69
Estos tres perfiles: Sarcástico, Bromista e Ironista, identifican actitudes
mas no una forma particular de enjuiciar la realidad que motive sus respectivos
comportamientos. Su mención ha sido necesaria para especificar ciertos
elementos a menudo presentes en las manifestaciones cómicas que tienden a
relacionarse con el Humor.
70
“retornar al destete”, cuando el individuo era un infante y fue privado del cuidado
de su madre, por lo que guarda un sentido de la fatalidad basado en el
resentimiento y la suspicacia.
Podría decirse que una postura equilibrada entre los extremos del
Optimismo y el Pesimismo sería el Realismo, como lo identifican Garanto Alos y
Grotjahn; aunque tal perspectiva, en el estricto sentido de la palabra, es poco
probable puesto que el sujeto usualmente tiende a hacia el Optimismo o el
Pesimismo según las circunstancias.
71
La postura más cercana a una perspectiva realista sería pues el Humor,
dada su capacidad para reconocer la relatividad en la vida. Puede albergar cierto
grado de optimismo puesto que se caracteriza por un sentimiento de superioridad
ante los peligros y calamidades, pero no de manera alienante, sino que es
motivada por un sentido de madurez conciliadora ante la desgracia.
72
goce narcisista del masoquismo; es por ello que al Humor usualmente se le
atribuye el sentimiento de la Melancolía, que en vez de risas, desemboca en una
sonrisa triste, silenciosa, sublime, que puede florecer secretamente, sin la
necesidad de un eco social.
73
La definición más sintética del juego es la que ofrece el historiador holandés
Johan Huizinga en su libro Homo Ludens (1938):
Asimismo hay una risa propia del juego de los niños relacionada con el
cosquilleo ante estímulos ambivalentes o impredecibles, como los objetos que
parecen tener voluntad propia y que a la vez son controlados (pelotas, columpios,
jugeutes, etc.) es decir que se juega con ellos, en un equilibrio oscilante. Se ríe por
la excitación de su estado vacilante, el juego es siempre un “jugar con otro”, ya
sea otro jugador o un objeto sobre el que se ejerce una relación ambivalente de
28 Definición sintética ofrecida por Caneque, Hilda. Juego y Vida. Buenos Aires, el
Ateneo, 1993, p. 3.
74
control sin estacionarse.
75
El Humor opera de manera similar al juego por su oposición a la postura
seria pero, como los jugadores, una no-seriedad que se ejerce seriamente;
posibilitando la catarsis de situaciones que fuera del terreno de juego (o del
terreno humorístico) no podrían suceder o siquiera plantearse sin antes mencionar
que “no es en serio”, “es sólo un juego”, “es sólo una broma”.
76
degradación de valores que se descomprimen en Risas y cierra con una
readaptación o reintegración social.
De modo que toda expresión que busca generar risas, comprende una
transgresión momentánea. De esta manera, el sarcasmo comprende una forma
velada de hostilidad, la obscenidad busca transgredir las represiones, los
sinsentidos y la Ironía son trastrocamientos del lenguaje y del sentido mismo y el
Humor supone un quebrantamiento a la forma de ver y enjuiciar la realidad.
77
Cuanto más se profundice en el quebrantamiento de una norma, el Humor
será más ácido, corrosivo, socialmente inaceptable, y mas hilarante para quienes
estén de acuerdo con dicha perspectiva (subjetiva) de la vida, así como puede
resultar ofensivo (y hasta amenazante) para otros.
Cabe mencionar que formas cómicas tales como Ironía, Parodia y Sátira se
comprenden como figuras retóricas que subordinan al Humor (“se necesita Humor
para reír”) o bien, pertenecen al dominio mismo del Humor, pues este se apoya de
dichas formas como recursos para suscitar risas (social) o sonrisa (íntima).
78
degradar tabúes.
Inventiva humorística – búsqueda de lo sorprendente, inesperado,
chocante. Huida del sentido común. Puede iluminar aspectos poco
observados.
Relativa desinhibición – que sucede en las relaciones “de broma” o
juego, que permite expresar nuevas ideas que de otro modo
pasarían desapercibidas.
79
(necesariamente) una victoria como la degradación cómica; si es sometido, su
caída es “más conveniente a la dignidad humana”.
30 Mark Twain, Invitación a la Estética, Sánchez Vázquez, Adolfo. Grijalbo, 2ª, 2005, p.
238.
31 Theodor lipps, ¿Qué es el Humor?, Pollock, Jonathan. Paidós, 2003, p. 27.
80
descriptivos para generar involucramiento emocional al mismo tiempo que busca
la degradación ridícula. Donde el chiste proviene del ingenio, del dato intelectual,
el Humor pretende ser más ecuánime, poético y menos incisivo. Le caracteriza
una paradójica naturaleza donde la burla se haya fusionada con una benévola
compasión, similar a la de la Tragedia.
El Humor trastoca la realidad desde una máscara con la que se reviste para
precaverse de las expectativas del mundo exterior e interior, en su caso, la
máscara de la locura o del “mome” (chiflado, que dice y hace tonterías por efecto
de sus humores), esto con el fin de precaverse de las expectativas del mundo
exterior e interior y poder convertir su locura en subversión social. El humorista no
sólo padece, quiere padecer porque prefiere la enfermedad a la apatía de la salud.
81
comprende al Humor como una organización afectiva ahincadamente personal,
donde el chiste y el ingenio necesitan del razonamiento y la lógica para suscitar
sus efectos, éste comprende una sistematización ontológica subjetiva, íntima,
personal y que puede disponer de todas las formas cómicas para su realización.
82
experiencia intelectual es esencialmente personal y se nutre de una
las enseñanzas que dejan los “accidentes” de una vida
profundamente vivida; que este conocimiento tiene un trasfondo
tanto emocional como intelectual. El humorismo conserva un espíritu
crítico y escéptico que se desmorona con el dogmatismo, pues este
presenta un mundo dado por finito No es moralista, sino pragmático y
unificador.
83
CAPÍTULO TERCERO
84
3.1 Delimitando “lo Negro”
32No confundir con los géneros dramáticos. Estas categorías son analizadas en la
tercera parte de Invitación a la Estética (1992) de Adolfo Sánchez Vázquez.
85
Dependiendo de la calidad del poder afectado, se puede calificar al tipo de
Humor y su trascendencia. Stilman habla de un Humor minúsculo que se
contenta con quebrantar las convenciones triviales o sistemas rivales al
degradarlos en comicidad; mientras que un Humorismo mucho más complejo (o
negro) toca los límites de la desesperación ante conflictos humanos que no
tienen resolución, que durarán tanto como la humanidad misma. Para Stilman, el
Humorismo se niega a los dogmáticos y ortodoxos, a cualquiera que esté
satisfecho con soluciones dadas.
86
3.1.1 La Comedia Negra
87
Como una Tragedia trascendida o evitada – Caracterizada por el
perdón (o benévola compasión) en la que el conflicto no culmina en
las últimas consecuencias de la destrucción trágica; o bien, que los
personajes poseen características elevadas como los personajes
trágicos, al mismo tiempo que exhiben defectos de carácter que los
hacen cómicos33.
Como una Tragedia presentada de tal manera que hace reír – Similar
a las nociones de Humor que apunta Freud, donde se busca extraer
placer de las situaciones angustiosas sin que esto necesariamente
represente un “triunfo” o una evasión sobre las fuerzas que hacen
sucumbir a los personajes. De modo que el Humor comprende una
forma de no caer ante la desesperación de un conflicto que no tiene
solución.
Por otra parte, el crítico Martin Eslinn en su libro Anatomía del Drama
(1976) refiere que, a pesar de que establecer distinciones entre géneros ayuda al
entendimiento de una obra dramática para potenciar su expresividad, no existe un
consenso o parámetro que determine de manera objetiva y definitiva a éstos.
Asimismo ninguna obra contiene de manera pura las características sobre las que
se conceptualizan los géneros, como no existen las emociones de manera pura; y
que los parámetros para definir a los géneros dependen del momento histórico en
el que se clasifican.
Eslinn, junto con otras teorías como la de Kurt Spang (Teoría del Drama
1991), no refieren a otros géneros más que la Comedia, la Tragedia y la
Tragicomedia como un estado intermedio entre los dos primeros, siempre
tendiente hacia uno u otro. Aunque el Drama como texto literario permite al lector
intuir un género, siempre se trata de una percepción que sucede en el hecho
33Rodolfo Usigli en Itinerario del Autor Dramático (1940) hace una distinción entre
esta concepción de la Tragicomedia y el género que comúnmente se conoce como
Pieza; aunque con premisas similares, la Pieza comprende un drama de temas
modernos con personajes y situaciones realistas, donde la Tragicomedia puede
abarcar más posibilidades.
88
teatral, sobre el escenario.
89
3.2 El Humor Macabro
Eduardo Stilman habla de esta máscara del Humor, como aquella que lleva el
conflicto hasta sus últimas consecuencias: un enfrentamiento entre la Vida y la
Muerte, visto a través de la voluntad infractora del Humorista.
90
El Humor Macabro presenta una mundo distanciado donde lo extraño pasa
por normal, donde la realidad y la fantasía se entremezclan, un universo
desorganizado, distanciado y desproporcionado, propio del mundo de la Farsa o
de la categoría estética de lo Grotesco: el mundo de lo bajo-corporal, lo que es
socialmente censurado y que, como en la cultura carnavalesca, sale a la luz.
Asimismo, esa variante del Humor Negro remite a la mencionada por Freud,
el llamado Galgenhumor (Humor de cadalso) de donde extrae la premisa principal
del Humor: cuando se estimulan emociones dolorosas de determinadas
situaciones (guerra, crimen, enfermedad, muerte) y hay un conato de supresión
(se hace una broma que “rompe” la tensión provocada) que salva al Yo.
91
con indiferencia y extrañamiento que desengañen a dichos sentimientos. El afecto
no termina de manifestarse, sino que a cambio hace una broma (un rasgo de
ingenio, cualquier forma cómica) que lo rompe, lo relativiza y lo degrada.
92
3.3 El Humor Satánico
93
Como ejemplo podrían considerarse manifestaciones de la Ironía a la forma
en la que se desenvuelven los conflictos y se hace una mofa “encubierta” a los
personajes viciosos en obras tales como Tartufo y Las Preciosas Ridículas de
Moliere; mientras que Don Juan del mismo autor tiende más hacia el Humor
(satánico): puesto que, aunque el vicio del personaje homónimo es castigado a fin
de cuentas, el tono de la obra conserva una postura ecuánime, incluso
empática con las acciones claramente viciosas del personaje.
94
agresión reprimida: Todo Humor representa una ruptura con las normas,
esencialmente porque reconoce la arbitrariedad de éstas y su insolencia
corresponde a una agresión que manifiesta su rebeldía; disfrazando su hostilidad
con ingenio (sarcasmo) para degradar, provocar, desnudar, señalar una falta o
declarar una crisis.
95
3.4 El Humor Absurdo
96
alza sobre lo obvio, capaz de concebir la coherencia sutil del disparate y la poesía
del sinsentido.
Es notable que esta variante del Humor se perciba corrosiva o negra sin la
necesidad de recurrir a elementos macabros o sanguinarios. El Absurdo
representa a aquello que no podemos terminar de explicar racionalmente, como el
sentimiento de lo Siniestro, la conciencia de que no se puede ser lógico hasta
sus últimas consecuencias y que hacerlo sería “sumergirse” en los abismos de
la razón, cuyo precio a pagar es la cordura.
97
CAPÍTULO CUARTO
CONSIDERACIONES FINALES
98
Objetivos
Asimismo cabe mencionar que las particularidades que han sido acotadas
en el presente trabajo no fueron seleccionadas de manera arbitraria o fortuita, al
igual manera que las disciplinas consultadas (Psicología, Psicoanálisis, Ciencias
de la Comunicación, Filosofía, Estética, Crítica Literaria) sino que los conceptos
arrojados constantemente en la investigación determinan una visión más o menos
concisa sobre el carácter propio del Humor y que, progresivamente fueron
aterrizando de manera sintética en las interpretaciones dadas en el tercer capítulo.
99
manera análoga que un trabajo abocado al arte de la Fotografía hiciera un estudio
sobre la ciencia de la Física para comprender el fenómeno de la Luz, la materia
principal que compone su quehacer.
100
Descubrimientos
101
Es entonces que el juego de lo humorístico se puede volver trascendental,
tanto como los géneros más perdurables como la Comedia y la Tragedia, porque
confronta al Agón (el personaje, el espacio del conflicto) contra una fuerza superior
opuesta hasta sus últimas consecuencias: la Tragedia lo destruye, la Comedia lo
degrada, pero el Humor puede albergar ambas posibilidades o ninguna. Es por
eso que se dice que el Humor, dentro de su cabida a la fantasía, imita a la vida
con un paradójico realismo, porque en la vida las cosas no son terminantemente
buenas o malas, sino que existen en el oxímoron de una absoluta relatividad
(tal como usualmente comprendemos a la Posmodernidad y sus desencantos),
materia de la que se nutre el Humor para conectar lo aparentemente inconexo, ya
sea que provoque risa con aquello que es terriblemente serio, o que despierte
lágrimas a partir de una simple broma.
Aportaciones
102
Comedia y es el responsable de modificar nuestra relación con la obra y con la
realidad misma, así como nuestras preconcepciones, contrapuestas a la verdad
hegemónica; por lo menos hacia una poética escénica afín a los sistemas de
valores explorados anteriormente.
103
que podemos conectar emocionalmente a la vez que reímos por la lucidez que no
pretende esconder sus defectos.
En otras palabras, el ojo del director debe reconocer los sistemas lógicos
que en escena pueden despertar ciertas emociones (identificación/no-
identificación) y trabajar sobre la conciencia de ellas para poder realizar las
debidas peripecias tonales que permitan a la vez conexiones y rupturas.
Por último, cabe mencionar que este intento por dilucidar el Humor ha
comprendido una investigación tan ambiciosa que su mejor aportación a sus
lectores es dar un marco de referencia para desarrollar próximas investigaciones
hacia trabajos escénicos particulares (o de cualquier otra disciplina) que sean
afines al tema.
104
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