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COMO AYUDAR A NIÑOS CON

SINDROME DE ASPERGER EN EL
AULA – GUIA COMPLETA

ASPERGER EN ETAPA INFANTIL ASPECTOS ESCOLARES Y


SOCIALES

1. En el recreo juega solo, corre o deambula por el patio; no suele


buscar a otros niños para jugar; pasa el tiempo con actividades
inusuales como buscar insectos o recoger objetos del suelo
2. Las relaciones con los compañeros son escasas o inexistentes.
3. No suele permanecer atento en el tiempo de asamblea, se suele
levantar, deambular por el aula o iniciar actividades de su interés en
solitario.
4. En cuanto a conceptos y contenido no tiene grandes dificultades,
está dentro de la media del grupo o incluso por encima.
5. A menudo hay que llamarlo varias veces por su nombre antes de que
atienda, especialmente si está jugando con algo que le guste
mucho.
6. Cuando se le dice “no” a algo, puede llorar o gritar de manera
desproporcionada.
7. Nada lo consuela, no sirven las explicaciones ni las recompensas. A
veces solo se calma cuando llega su madre.
8. Puede tener problemas con los compañeros. Cuando los otros niños
no hacen lo que él quiere o espera, a veces les pega o llora.
9. Dificultades en psicomotricidad fina. No le gusta colorear. Se niega y
se bloquea.
10. Su atención es muy pobre y dura poco tiempo. Pierde fácilmente el
sentido de la tarea. Necesita al adulto a su lado.
11. Falta de iniciativa en la resolución de problemas simples. Si le falta un
material, no pide ayuda. Se queda quieto hasta que un adulto le
pregunta qué le ocurre o le da directamente lo que necesita
12. Los cambios en las rutinas son un problema que fácilmente acaba en
rabieta y llanto. Se pone muy nervioso y alterado cuando hay un
profe nuevo o rechaza hacer actividades nuevas.

ASPERGER

Los niños con Síndrome de Asperger no tienen el mismo perfil de


comportamiento y aprendizaje que los niños con Autismo. Las unidades
específicas de las escuelas, para niños con Autismo, no son las
adecuadas para los niños con Asperger. Además, los niños con Asperger
no tienen una enfermedad mental y los servicios psicopedagógicos se
mostraran reacios a prestar los servicios necesarios. Aunque el niño pueda
presentar problemas específicos de aprendizaje, no será candidato a
recibir atención específica. Además, las administraciones públicas no
suelen disponer de los recursos, servicios y políticas adecuadas para las
personas con este síndrome.

En primer lugar, tanto la familia como el equipo docente necesitarán


adquirir experiencia y conocimientos en esta área. Así como a disponer
de acceso a los recursos y programas específicos. Una investigación de
revisión sobre el rango y la variedad de recursos disponibles para las
personas con autismo, nos desvela que la educación de estos niños
requiere de la adquisición de una experiencia previa. Y exactamente lo
mismo sucede con el Asperger. Los profesionales de esta área advierten
sobre la necesidad de desarrollar conocimientos específicos en este
campo. Por ejemplo:

Los responsables de educación deben permitir al equipo docente el


acceso a estos profesionales para recibir consejo y pautas de trabajo. El
profesional especializado puede visitar las aulas para observar al niño y
en base a esa observación dar pautas, estrategia, recursos o proponer
formación específica. En el caso de que debido a la distancia, por
ejemplo, el profesional no pueda desplazarse al aula, se puede usar
como apoyo las nuevas tecnologías de comunicación,
videoconferencias, por ejemplo.

Los padres también pueden ser de apoyo, proveyendo información al


maestro, ya sea esta obtenida a través de internet, o de publicaciones
específicas.

Aunque los padres no sean expertos en Síndrome de Asperger, sí son


expertos en sus hijos. En su historia de desarrollo, su personalidad y
carácter, el éxito o fracaso de estrategias previas, etc.

He advertido, que cuando una escuela adquiere la experiencia


necesaria, aumenta el éxito y reputación de la misma y puede aumentar
el número de niños con una problemática similar. Los padres y los
profesionales tienen una guía informal de buena escuela.

Muchos de los programas para intervención de niños con Síndrome de


Asperger necesitan trabajo individual y pequeños grupos de trabajo. Para
ello se pueden requerir los servicios de un profesor de apoyo. Su papel es
fundamental y complejo. Sus principales responsabilidades serían:
Alentar al niño a ser más sociable, cooperativo y flexible, tanto cuando
juega como cuando trabaja con otros niños.

Ayudar al niño al reconocimiento y aprendizaje de las normas sociales


de conducta.

Dar atención personalizada para el manejo y comprensión de las


emociones: Educación afectiva.

Apoyar al niño en el desarrollo de intereses como medio de mejorar la


motivación, el talento y el conocimiento.

Trabajo y apoyo en el desarrollo de las habilidades sociales y trabajo en


equipo.

Poner en práctica un programa destinado a la mejora de la motricidad fina y


gruesa.

Trabajar y diseñar estrategias en la línea de la Teoría de la Mente para


una mejor comprensión de terceros y desarrollo de la empatía social.

Fomentar las habilidades de conversación.

Ofrecer clases de repaso para la mejora en los puntos débiles del


aprendizaje del niño.

Que el niño sea capaz de hacer frente a la sensibilidad auditiva y sensorial.


(Estimulación sensorial).
De esta forma, el profesor de apoyo o asistente, aplica un programa
diseñado por profesores, padres, terapeutas y especialistas enfocado en
el comportamiento, emociones, cognición, lingüística, habilidades
motoras y sensoriales. En el caso de que los presupuestos públicos no
alcancen a cubrir los costos de este asistente, quizás las familias puedan
apoyar con sus propios recursos financieros. De igual forma, el asistente
ha de recibir formación sobre el Asperger.

Lo normal es que el niño


con Asperger esté
matriculado en una
escuela ordinaria y no en
un centro de educación
especial. Yo considero
que lo normal es la
inclusión educativa en
aula ordinaria, ya que es
muy importante tener un
grupo de compañeros
con un comportamiento
social estándar para que
el niño tenga la
motivación intelectual y social para el aprendizaje de cómo relacionarse
con sus pares y personalmente, contribuir al desarrollo de sus habilidades
sociales. ¿Cuál serían los requerimientos de una buena escuela? Tengo
una amplia experiencia en la observación y el apoyo de niños con
Síndrome de Asperger en una gran variedad de escuelas. Mi conclusión
general es que mientras algunas características son esenciales, otras
tienen una importancia limitada. Lo más importante es la personalidad y
capacidad del profesor o profesora, y el acceso de este a apoyos y
recursos. El niño con Asperger es siempre un gran desafío. Los profesores
deben de tener un carácter tranquilo, ser predecible en sus reacciones
emocionales y flexible con el plan de estudios, así como en su modo de
enseñanza, para poder acomodar al niño de la forma adecuada y saber
reconocer los aspectos positivos que esto conlleva. Debe de ser capaz
de ver el mundo desde la perspectiva del niño. Tener un buen sentido del
humor, también ayuda. En algunos casos, es probable que el niño esté
encantado, y un momento después, muy confundido.

Una característica del Síndrome de Asperger, es precisamente, la


variabilidad expresiva en las señales del día a día. Un día puede estar
concentrado, sociable y aprendiendo a buen ritmo y otros días puede
estar absorto en sí mismo, y con una falta de confianza y pérdida de
habilidades. Es como si estas señales viniesen en olas o mareas, las cuales
tienen un cierto ciclo interno en los ritmos del niño. En estos días malos, es
mejor concentrarse en la revisión de actividades previas y practicar cosas
ya conseguidas a modo de refuerzo. Ser paciente y esperar a que “baje
la marea” y el niño pueda avanzar nuevamente. Si esto se convierte en
un problema, padres y profesores pueden definir los ciclos, e incluso
examinar qué factores pueden intervenir en este ciclo.

Tener experiencia previa no siempre es fundamental, ya que cada niño


con Síndrome de Asperger es único, y el profesor deberá usar diferentes
estrategias. Aprender cómo relacionarse y comprender a los demás,
puede llevar varios meses. No debe de ser un factor indicativo la
evolución del niño en las primeras semanas.

Además, el niño también necesitará de cierto tiempo para adecuarse al


nuevo contexto de las rutinas escolares. Ya sea porque es la primera vez
o tras el regreso de unas vacaciones. El cambio o reemplazo del profesor,
puede provocarle ansiedad. Indistintamente de la edad del profesor, el
tamaño de la escuela o si esta es pública o privada. Lo que importa es el
tamaño de la clase. Aulas abiertas y ruidosas, es mejor evitarlas. Los niños
responden mejor en una clase tranquila, ordenada y con un ambiente
estimulante y no crítico. Los padres suelen advertir que mientras con
algunos profesores el niño progresa adecuadamente, al año siguiente es
un desastre total para todos.

Si existe una compatibilidad


alumno/profesor, este hecho se
verá reflejado en la actitud del resto
de compañeros. Si el maestro
presta su apoyo, esta actitud se
extenderá al resto de compañeros.
Si la actitud es crítica y excluyente,
el resto de niños adquirirán esa
misma actitud negativa. He
observado, que los niños con
Síndrome de Asperger tienden a
desarrollar en otros niños tanto un
instinto maternal y protector como
el contrario, un instinto depredador. El maestro deberá de supervisar y
guiar las interacciones del niño para evitar precisamente que se
desarrollen las actitudes depredadoras.

Por supuesto es igual de importante que el profesor encuentre el apoyo


necesario en el colegio, tanto por parte de sus colegas como por parte
de la administración del mismo. El profesor y la escuela deberán hacer
algunas concesiones especiales. Por ejemplo, si el ruido y las esperas
provocadas por una asamblea general le resultan agresivas, puede
esperar tranquilamente en su aula durante el desarrollo de la asamblea.
De la misma forma, si el niño pasa por una época de ansiedad y
depresión, puede permitírsele pasar los exámenes en otro momento,
cunado ese estado de tensión emocional haya pasado.
Una vez que los padres han localizado una escuela que proporciona los
recursos necesarios, entonces es importante permanecer en la misma. Ir
a una nueva escuela implica, no solo el cambio de compañeros, sino de
empezar de nuevo con la historia del niño, las estrategias que funcionan
y las que no, etc.

Aunque finalmente deberá de cambiar, antes o después, de centro


educativo, es más fácil si acude a un centro donde acudan sus
compañeros y que el personal de ambos centros se reúna para transferir
el conocimiento adquirido con el tiempo del antiguo equipo docente al
nuevo. Hay varios aspectos importantes a considerar para afrontar este
cambio de centro: Qué el niño pueda visitar previamente el centro para
ir acostumbrándose y reconociendo la geografía del centro. También es
importante que un profesor se encargue de forma específica de
asegurarse no solo de la integración en el nuevo centro, si no de la
identificación de compañeros de apoyo para cuando los profesores no
estén delante.

Para finalizar, me gustaría hacer hincapié que correcta escolarización


debe de basarse también en una evaluación exhaustiva de las
capacidades del niño, sus habilidades de razonamiento social, una
cuidadosa selección del entorno educativo y el acceso por parte del
equipo docente a la información y recursos adecuados y al desarrollo de
un enfoque de trabajo en equipo. Con esta combinación, tenemos la
oportunidad de mejorar significativamente las capacidades generales
de los niños con Síndrome de Asperger.
DINAMICAS PARA TRABAJAR
LAS EMOCIONES EN CLASE

Con esta actividad y la siguiente, se pretende familiarizar al niño con las


emociones básicas así como con su concepto. Por otro lado, también se
quiere establecer las asociaciones entre los rasgos faciales de la cara y
éstas. Por último, se pretende que el niño sepa identificar las emociones
básicas emocionales.

1. ¿Qué emoción es?


Procedimiento: Nos situaremos frente al niño y le iremos mostrando
diferentes pictogramas que muestran emociones básicas como la alegría
y la tristeza, entre otras. Cada vez que presentemos uno de ellos, iremos
diciéndole la emoción que le corresponde para que el niño identifique el
concepto a la imagen.
Es importante que le describamos la emoción y algunos de sus rasgos
faciales. A medida que avance la sesión, intentaremos que sea éste
quien nos dé el pictograma cuando nombremos una emoción.
Materiales: Pictogramas o imágenes sobre personas que están mostrando
de algún modo emociones básicas como: la alegría, el miedo, la
tristeza…

CONTENTO
2. Jugamos con Mister Potato

Procedimiento: Crearemos un Potato a partir de papel de periódico y


cola mezclada con agua, para después pintarlo como queramos. Éste
será complementado con diferentes rasgos faciales asociados a distintos
emociones que se compondrán de cejas, ojos, nariz y boca. Para que sea
mucho más fácil trabajar con este muñeco, le pondremos velcro tanto al
muñeco como a los rasgos faciales plastificados.
De este modo, en un primer momento seremos nosotros los que vayamos
mostrando las emociones al niño con las distintas partes de la cara.
Después, le nombraremos una emoción y el irá jugando con las tarjetas.
Por ejemplo, si queremos una cara contenta, le pondremos unas cejas,
ojos y boca que correspondan a dicha emoción.
Materiales: podemos utilizar los pictogramas que hemos usado en la
actividad anterior para realizar esta actividad, aunque es aconsejable
que las hagamos nosotros con el fin de que se puedan pegar e
intercambiar con el velcro.
Por otro lado, para crear el muñeco lo ideal es que utilicemos: globo,
cola, agua, pincel, pintura marrón, periódico, cartulina, pegamento y
velcro.
Actividades para identificar las emociones básicas

Con las actividades 3 y 4 que presentamos a continuación, el niño podrá


identificar las emociones básicas a través de los rasgos faciales. Por otro
lado, también se conseguirá que asocie las emociones y que describa
situaciones en las que se produzcan estas habilidades emocionales.

3. Jugamos al tres en raya


Procedimiento: Haremos un juego parecido al tres en raya original, pero
en este caso basado en las emociones. Esta actividad se puede realizar
no sólo con el niño con asperger sino también con la clase en general.
Para ello, el niño tendrá que conocer cuál es el sentimiento que
corresponde y relacionarlo con sus iguales.
En primer lugar, haremos que nos nombre las emociones que aparecen
en las fichas y después comenzaremos a jugar respetando las reglas del
juego. Se puede ir estableciendo distintos turnos para que se relacione
con los demás niños.

Material: Tres en raya y fichas en las que aparezcan las diferentes


emociones que se quiere trabajar.
4. ¿Cómo me siento?

Procedimiento: para realizar este juego partiremos del ¿Quién es quién?


y realizaremos tarjetas con caras que muestren distintas emociones.
Primero, comentaremos algunas circunstancias o características de las
emociones, como por ejemplo cuando estas contento, enfadado, triste,
etc.

Después, el niño podrá jugar por parejas con algunos compañeros de


clase. Es importante explicarle que tiene que recordar cuál es la emoción
que tiene y que no puede comentársela a su compañero. Irán
estableciéndose turnos de intervención entre ellos hasta que consigan
averiguarla.

Material: Pictogramas de emociones.

5. Twister de las emociones

Procedimiento: esta actividad está pensada para que el niño la haga


con cuatro o cinco compañeros más. Se basa en el juego original, solo
que en nuestro caso no serán colores sino emociones acompañadas de
dos dados. En uno habrá representadas o las manos o las piernas y en
otro las emociones.
En un primer momento jugaremos sólo con las distintas emociones como
si fuera el juego original. Es decir, iremos tirando los distintos dados y
aparecerá dependiendo de lo que vaya saliendo en los dados mientras
jugamos.
Una vez que hemos terminado, le pondremos al niño distintas canciones
que le hagan sentir sentimientos diferentes, de modo que pueda no solo
reconocerlos sino también interiorizarlos. A continuación, tendrá que
verbalizar lo que las canciones le han hecho sentir.
Para seguir jugando, quitaremos el dado de las emociones y dejaremos
solo el de las partes del cuerpo. De este modo, pondremos al niño una
canción de las que han escuchado anteriormente y tirará el dado
teniendo que colocar mano o pierna en el sentimiento que le produzca
la canción.
Materiales: Twister de las emociones. En el caso de que no tengamos este
juego lo podremos crear con cartulinas y dibujos.
Actividades para expresar emociones
Con las dos actividades siguientes, se intenta desarrollar en el alumno la
capacidad de expresar sus emociones básicas. Por otro lado, también se
pretende ofrecerle la posibilidad de poder dar a conocer sus emociones
básicas.

6. Creamos un libro de emociones


Procedimiento: para llevar a cabo esta sesión, el alumno creará un libro
personalizado, utilizando cartulinas que decorará a su gusto. En la
portada del libro podrá aparecer escrito su nombre y un título que refleje
lo que va a contener en su interior.

Este libro lo que pretende es recoger las emociones sentidas por el niño
en su vida diaria. Por ello, para asegurarnos de que este objetivo se
cumple, se formularán preguntas concretas escritas en un folio que
posteriormente se le dará al niño.
Para hacer más efectiva esta actividad, el niño deberá de acompañar
sus respuestas con un dibujo de las emociones que ha ido sintiendo.
Materiales: cartulinas, lápices de colores, tijeras y pegamento.
Actividades para controlar las emociones

Con estas actividades, los niños podrán ser capaces de controlar las
emociones básicas en cada momento. También se les enseñará a saber
diferenciar las emociones que siente en cada momento y controlar su
comportamiento.
7. Construimos un semáforo

Procedimiento: se fabricará con cartulinas. Sobre una cartulina negra se


colocarán tres círculos, uno rojo, otro amarillo y otro verde. También se
hará una cruz negra, que llevará por detrás un velcro, al igual que lo
llevarán cada uno de los círculos, para poder pegarse en ellos, según
como se encuentre en ese momento el niño.

Este semáforo nos ayudará a conocer como está el alumno en cada


momento. Junto con la creación de éste, se realizará además una guía
que explique el significado de cada color. El color rojo indica parar, para
cuando no pueda controlar las emociones como la rabia o el enfado.
Posteriormente, el color que va es el amarillo, aquí lo que queremos es
hacer consciente al niño de que es el momento de pensar y recapacitar
sobre el problema que tenemos y por el cual nos hemos parado (color
rojo).

Una vez que nos hemos parado (color rojo) y hemos pensado sobre el
problema (color amarillo) llegamos al color verde. Este color se ha
asignado al hecho de buscar una solución al problema que presenta el
niño. Por lo que, cuando se encuentre en este punto intentará reflexionar
sobre la mejor solución que se le puede dar.

Materiales: Cartulinas de colores, lápices de colores, pegamento, tijeras


y velcro.
8. Clasificamos comportamientos

Procedimiento: En la segunda actividad, se va a crear un tablero con


diferentes acciones. De estas acciones el niño tendrá que catalogar las
que crea que son buenas acciones y las que crea que no son
adecuadas.
Éstas estarán relacionadas con cosas que puedan pasar dentro del
colegio, desde el aula con sus compañeros, hasta cosas que puedan
ocurrir en el patio a la hora del recreo. Como por ejemplo: comparto
cosas con mis compañeros, no obedezco las indicaciones del profesor
etc.
Materiales: Cartulinas de colores, lápices de colores, pegamento y tijeras.
Actividad para identificar emociones en personajes animados

Con esta actividad se pretende que el niño sepa identificar las


emociones de cada uno de los personajes que aparecen tanto en el
cuento como en cualquier historia o película. Por otro lado, también se
pretende motivar al niño la empatía haciéndole preguntas para que se
ponga en la situación de cada uno de ellos.
9. Leemos un cuento
Procedimiento: En esta sesión en la clase se procederá a la lectura de un
cuento. La particularidad de este cuento se basa en que todos los
personajes a lo largo del desarrollo de la historia tienen diferentes
emociones. La idea está en que el niño comprenda y reconozca las
emociones de los demás desde este punto de vista.
Una vez visto el cuento, se van a dar una serie de preguntas relacionadas
con las emociones de los personajes. Con la contestación a estas
preguntas, el alumno tendrá que pensar y ponerse en el lugar de esas
personas.

Dado que el niño ya conoce como se trabaja con el semáforo,


practicará esta técnica con los personajes del cuento, identificado a
cada uno con el color que él crea que se asemeja y su emoción.

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