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Resumen
La educación de la sexualidad infantil está presente desde el momento mismo del nacimiento. Todos
querámoslo o no hemos recibido educación sexual. La educación de la sexualidad infantil incluye
todas las potencialidades de la sexualidad: potencialidad genérica, reproductiva, erótica y vinculativa.
La transmisión de la educación sexual infantil puede darse de varias formas incluyendo mensajes
tanto verbales como "no verbales" y actitudes hacia ciertos comportamientos y conductas sexuales.
En el caso de la educación sexual infantil las actitudes y los mensajes "no verbales" tienen un mayor
peso que los mensajes verbales.
Los agentes educativos más importantes en la educación sexual infantil son la familia, los amigos, los
medios de comunicación masiva y las instituciones educativas; sin embargo, la familia es el agente
que mayor impacto tiene en los niños.
La educación sexual infantil puede ser regulada según la edad y desarrollo de cada niño. Los
diferentes contenidos y estrategias están divididos de acuerdo con las diversas etapas del desarrollo
infantil y deberán ser analizados, criticados y evaluados según las necesidades, costumbres y valores
de cada individuo y su grupo social.
Introducción
Entrar en el tema de la educación de la sexualidad infantil nos lleva a analizar en primera instancia
estos términos.
¿Qué podemos considerar como educación? Ballesteros (1958), menciona que es "como un proceso
humano y social, como una acción realizada en el medioambiente y a través de él, sobre los hombres
a todo lo largo de su vida".
¿Y la sexualidad? Podríamos definir la sexualidad como una parte fundamental de nuestra vida
humana que resulta de la integración cognitivo-afectiva de básicamente cuatro experiencias o
potencialidades: la potencialidad reproductiva (reproductividad), la capacidad para diferenciarnos en
1
Rubio, María Guadalupe “Educación de la Sexualidad en la infancia: métodos y contenidos”, en Antología de
la sexualidad humana, Vol. III, pp. 735-756, México, Conapo-Porrúa, 1994.
dos sexos (género), la potencialidad para experimentar placer sexual (erotismo) y la capacidad para
desarrollar vinculaciones afectivas con otros seres humanos (vinculación afectiva) (Rubio. 1992). Este
concepto tiene su fundamento en la Teoría General de Sistemas y comprende cuatro
biopotencialidades llamadas holones sexuales.
Estos cuatro componentes están presentes en nuestro ser desde que nacemos. Desde luego, la
forma en que están presentes no es la misma en el niño que en el adulto, de hecho no suele ser la
misma entre distintos seres humanos.
Al hablar de sexualidad infantil, estas potencialidades empiezan a desarrollarse:
...al nacimiento se encuentran desintegradas y poco desarrolladas, durante la infancia,
específicamente en años preescolares, se inician las integraciones entre los holones, por ejemplo, lo
erótico y lo vinculativo, empiezan a adquirir un significado genérico... Pero no es sino al advenimiento
del pensamiento lógico-formal adolescente, que los holones pueden integrarse en toda su
complejidad (Rubio, 1992).
Por último, ¿qué incluye la etapa infantil? Si hablamos de los seres humanos abarca desde el
momento de su nacimiento hasta antes de la pubertad (10 o 12 años). La etapa infantil se caracteriza
por ser un estado constante que tiende al desarrollo. El niño es un ser que piensa, siente y actúa, de
una manera especial dentro de los límites establecidos por las leyes del desarrollo humano. Maier,
nos resume claramente dentro de las diferentes corrientes teóricas sobre el desarrollo:
...debe concebirse al niño en desarrollo como...un individuo que aprende fundamentalmente para
definir su experiencia...como un organismo único que se esfuerza sobre todo por definir su propio
estilo y esfera de vida... y como sujeto cuyas motivaciones están delineadas principalmente sobre la
base de su anterior experiencia satisfactoria... (Maier, 1965).
Uniendo definiciones, nos encontramos ante procesos no fáciles de realizar: la educación de la
sexualidad infantil se verá como un proceso de acción realizada en el aprendizaje y en las
experiencias del niño y el medio que lo rodea, de su género, su erotismo, su desarrollo reproductivo y
sus vinculaciones afectivas. Es en este contexto que" va creando su propio estilo de vida. Éste es un
proceso educativo que empieza con el nacimiento y termina hasta el último día de su vida.
Educar sexualmente no sólo significa proporcionar información científica y orientación general acerca
de los cambios físicos, psicológicos y sociales, significa conocer, aceptar, transformar y vivir nuestra
propia sexualidad, significa conocer, aceptar y respetar diferentes formas de comportamiento sexual,
significa intercambiar valores, conocimientos y comportamientos, significa ejercer un pensamiento
crítico de nuestras potencialidades, significa poder vivir una sexualidad reflexiva, sana, congruente,
respetuosa y responsable.
¿Cómo transmitimos la educación sexual? ¿Para qué educar sexualmente? ¿Quiénes imparten
educación sexual infantil? ¿Qué, cómo y cuándo se enseña sobre sexualidad infantil? Son preguntas
que los interesados en educación infantil podemos hacernos. El presente ensayo tratará de darles
una respuesta satisfactoria.
La educación sexual en las diferentes etapas del desarrollo infantil: contenidos y estrategias
La educación de la sexualidad infantil se verá como un proceso de acción realizada en el aprendizaje
y experiencias del niño y el medio que lo rodea, de su género, su erotismo, su desarrollo de la
reproducción y sus vinculaciones afectivas, donde va creando su propio estilo de vida.
Cuando hablamos de género, nos referimos a esa diferenciación entre ser hombre o ser mujer, los
niños desde que nacen reciben mensajes sobre cómo deben comportarse según su género,
hablamos aquí de la identidad de género, que estará caracterizada por lo que somos, lo que los
demás son y lo que deberíamos ser en función de nuestro sexo. La identidad de género, se integra,
por un lado, por la interacción de una serie de elementos biológicos tales como los cromosomas, las
hormonas fetales, la configuración de genitales externos e internos y, por otro, por las expectativas de
los padres, familiares y de todos aquellos que tienen contacto con el niño.
Como seres humanos nos comunicamos todas las ideas de lo que somos, queremos o debiéramos
ser, estos conceptos se comparten y se llegan a acuerdos o desacuerdos, aquí nos adentramos al rol
sexual. Los padres, la familia y todos aquellos agentes que tienen contacto con el niño transmitirán a
los niños mensajes para formar su rol sexual. La conducta sexual le ayudará al niño a construir su
propia identidad de género que será confirmada por medio de los mensajes biológico, psicológico y
social.
Al parecer, los padres se preocupan mucho más sobre el logro de esta identidad que de los roles
sexuales y el propio desarrollo de la sexualidad en el niño. En estudios realizados por varios autores
norteamericanos se ha visto cómo los padres empiezan a realizar diferencias importantes entre el ser
niño o niña: Lewis (1972) confirma que los niños reciben más contacto físico (tocar, abrazar,
amamantar) y menos contacto no físico (verlos y hablarles) que las niñas; Maccoby y Jackiin (1974)
reportan que aparecen conductas motoras más pronto en los niños y verbales en las niñas; Wallum
(1977) menciona que los padres realizan juegos físicos más con los niños que con las niñas y tanto
padres como madres son más aprensivos con los daños físicos que se pueden causar las niñas
viéndose así más frágiles. Se enseña también en las niñas una actitud más complaciente
(¿dependencia?), amable y sonriente y en los niños de mayor independencia hacia la madre.
En resumen, existe una evidencia sustancial de que los mensajes que reciben los niños acerca de su
identidad de género y roles de género, son aceptados por la sociedad con claras diferencias entre
hombre y mujer en muchos aspectos de la vida y que esos mensajes son tanto conscientes como
inconscientes en diferentes situaciones y diferentes caminos. El que la enseñanza pueda llegar a ser
una profecía de autorrealización es aparente del hecho que niños y niñas llegan a verse a sí mismos
como teniendo diferentes capacidades y talentos que llevan a diferentes metas y expectativas. Existe
razón para preocuparse de que la calidad dimórfica en la educación del género, la cual se refleja más
intensamente en las escuelas, impida el desarrollo potencial completo de ambos, niño o niña
(Oremiand, 1977).
Por lo general, los padres no tienen problema al aceptar que su hijo explore su cuerpo, sus manos,
sus pies y su boca, pero reaccionan violentamente ante la exploración de sus genitales. Aquí nos
adentramos a otro de los componentes de la sexualidad: el erotismo. Los niños desde muy temprana
edad pueden sentir placer, cabe mencionar que lo que los niños sienten no es igual a lo que sienten
los adultos, ya que estas sensaciones se van haciendo cada vez más complejas conforme se va
desarrollando el ser humano. Sin embargo, la capacidad para sentir placer sobre nuestros genitales y
zonas erógenas está presente desde el momento del nacimiento.
Diferentes investigaciones han comprobado esta capacidad en los niños, por mencionar algunas:
Halverson (1940), en un estudio de nueve bebés de sexo masculino de edades entre las 3 y 20
semanas de nacidos, presentaron tumescencia penil por lo menos una vez al día en siete de cada
nueve, las respuestas individuales variaron de 5 a 40 tumescencias por día. La tumescencia iba
acompañada de inquietud, llanto, estiramiento y flexión rígida de las extremidades. Con la
detumescencia la conducta era de natural placer o relajación; Kinsey, Pomeroy y colaboradores
(1948), mencionan que aunque la estimulación no es tan fácilmente observable en las bebés de sexo
femenino, se sabe que las bebés hembras tienen capacidad de lubricación vaginal desde el primer
mes de vida. Se han observado orgasmos en niños desde los 5 meses hasta la adolescencia y en
niñas desde los 4 meses. Se reportan cuatro casos de hembras menores de 1 año con capacidad
orgásmica y un total de 23 niñas de 3 años de edad o menores con capacidad orgásmica; Galenson y
Roiphe (1974) hacen una distinción entre niños y niñas reportando que los juegos genitales empiezan
en la mayoría de los niños a los 6 o 7 meses, mientras que en las niñas a los 10 u 11 meses. Los
infantes gradualmente dejan de introducir sus dedos en los oídos y de jalárselos y tienden a
manipular los genitales cada vez más y más. Parece ser que la mayoría de los niños entre 20 y 30
meses de edad se entregan al juego sexual con segura satisfacción, pero sin aparente excitación
emocional o aumento de estimulación, pero en algunos niños la manipulación de los genitales los
lleva al orgasmo. Como resultado de la masturbación llegando al orgasmo, los niños usualmente se
sienten relajados y decididos a dormir.
La manipulación de los genitales en los niños durante mucho tiempo se consideró negativa y aunque
ha cambiado paulatinamente hasta ser considerada una conducta más "natural" en los niños, aún
existe una aversión importante. Esta posición, probablemente tenga qué ver con la imputación que se
hace de la experiencia sexual de los niños como si fuera de adultos. La discusión sobre la
masturbación presenta todavía incomodidad en las personas, ésta parece tener por lo menos tres
fuentes. La primera es el punto de vista histórico y de las consecuencias por masturbarse, existen
diversas creencias falsas entre niños y jóvenes que se han transmitido durante muchos años. Se
piensa también que la masturbación puede consolidarse como el estilo de vida sexual de una
persona, siendo una de las primeras formas de conducta sexual, por lo general se aprende en
secreto, esto puede causar un sentimiento de culpa y ansiedad que se extiende a otras formas de
conducta sexual. Una tercera fuente de malestar sobre la masturbación la constituye la creencia de
que la misma desvía la sexualidad de las relaciones sociosexuales aprobadas. En nuestra sociedad,
por lo general se califica de negativas las actividades que se hacen a nivel individual, más aún la
sexual que puede ser comprendida en los niños y hasta los jóvenes, pero reprobada en los adultos,
más aún si tienen compañero sexual (Gagnon. 1979 y 1980). La masturbación podrá ser considerada
como una conducta sana, no perjudicial cuando se logre la conciencia de que es una conducta que
aparece en los niños al principio de la exploración de su cuerpo y en la cual se llega a sentir placer.
Como muchas de otras conductas que realizan los niños, si no se prohíbe, reprime y se le da tanta
importancia, muy probablemente pasará a ser una más de las formas de exploración en el niño.
La capacidad vinculativa en los niños empieza a manifestarse desde el momento mismo del
nacimiento, el primer vínculo que tenemos es físico, por medio del cordón umbilical, este vínculo se
rompe en el momento del nacimiento, pero la necesidad de cuidado y protección permanece. Entre la
madre y el bebé, aparece rápidamente otro vínculo, otra unión que ya no es física sino que está
compuesta de lo que cada uno siente. El vínculo del bebé es mucho más simple, por lo que se sabe
hoy en día se establece de manera clara hacia los cuatro o seis meses después del nacimiento; el
bebé empieza a reaccionar con angustia ante la ausencia y la separación de la madre, el desarrollo
de esta capacidad de vinculación que empieza en el niño será de fundamental importancia en la vida
del adulto. Varios autores sustentan el desarrollo del vínculo: Bowlby (1958) en su artículo titulado "La
naturaleza del vínculo del niño con su madre"; Ainsworth, Bell y colaboradores, (1974) nos hablan
sobre el vínculo entre la madre y el bebé; Steven y Vaughn (1982) elaboran una recopilación sobre
los autores que han observado la angustia de separación de la figura de apego.
Por último se presentan los contenidos y estrategias de educación sexual infantil. El estudio de la
educación sexual en las diferentes etapas del desarrollo de la sexualidad infantil se ha dividido en
cuatro: infancia, niñez temprana, niñez intermedia y niñez tardía. Como no es el objetivo de este
trabajo exponer las diferentes etapas del desarrollo, me he permitido sólo mencionar, basándome en
tres autores: Erikson, Piaget y Sears, las fases por las que pasa cada una de estas etapas. En el
caso de las dos primeras etapas no se elabora una lista de contenidos, ya que para esas edades no
es posible crear programas formales de educación sexual, de mayor importancia en estas etapas
serán los mensajes "no verbales" y el tratamiento y cuidado en el hogar.
[...]
Sears plantea que al llegar a esta etapa el niño ha adquirido un sistema de conducta que lo
orientará durante periodos limitados en el nuevo mundo exterior "...El grado en que el niño
depende de los miembros de la familia varía tanto en modo como en intensidad y gradualmente va
dependiendo más de su grupo de pares..." (Sears, 1965).
Contenidos
1. Identidad y rol de género.
a) Ser niño o niña.
b) Padre y madre y su rol con respecto a los niños.
c) Los amigos.
2. Mi cuerpo y el de los demás.
a) Genitales externos e internos femeninos y masculinos.
b) Diferencias entre los cuerpos.
3. Reproducción.
a) Concepción.
b) Embarazo.
c) Parto y cesárea.
d) Lactancia.
4. Crecer y desarrollarse.
a) Recién nacido, infante, niño.
b) Cuidado de su cuerpo.
c) Responsabilidad ante su cuerpo.
d) Abuso sexual.
5. Erotismo.
a) Sensaciones placenteras.
b) Intimidad.
6. Vínculos.
a) El vínculo entre padre e hijo.
b) El vínculo entre los amigos.
c) El vínculo de pareja.
Estrategias
Permitir el desarrollo creativo (mágico y real).
Reforzar su autoidentidad.
Reforzar en el niño su seguridad y su capacidad de frustración.
Presentar imágenes positivas en los roles sexuales.
Reforzar su rol sexual.
Observar sus juegos para identificar qué tipo de roles representa y analizar sus actitudes, reflejo
de las reglas y valores de sus mayores.
Dejar espacios para sus juegos solitarios y sus juegos con grupos de su misma edad.
Responder a las preguntas del niño con la verdad y con un lenguaje claro y concreto.
Lograr una buena relación de comunicación verbal y no verbal entre niño y educador.
Contenidos
1. Introducción a la sexualidad.
a) Concepto de sexo y sexualidad.
b) Mi sexualidad y la de los demás.
c) Educación sexual formal.
2. Identidad y rol de género.
a) Ser niño o niña.
b) El rol de los padres con respecto a los niños.
c) Los amigos.
3. Mi cuerpo y el de los demás.
a) Genitales externos e internos femeninos y masculinos.
b) Diferencias entre los cuerpos.
4. Crecimiento y desarrollo.
a) Recién nacido, infante, niño.
b) Cambios en el cuerpo cuando crece.
c) Menstruación.
d) Erección y eyaculación.
e) Cuidado sano del cuerpo.
f) Agresiones ante su cuerpo.
g) Abuso sexual.
h) Responsabilidad ante el cuerpo.
5. Vínculos.
a) Concepto de vínculo.
b) Cómo se logran los vínculos.
c) El vínculo entre padres e hijos.
d) El vínculo entre los amigos.
e) El vínculo de pareja.
6. Erotismo.
a) Sensaciones placenteras.
b) Intimidad.
c) Erotismo en los adultos.
7. Reproducción.
a) Relación coital.
b) Concepción.
c) Embarazo.
d) Parto y cesárea.
e) Lactancia.
f) Cuidados del recién nacido.
g) Herencia biológica.
8. Responsabilidad ante la conducta sexual.
a) Planificación familiar.
b) Aborto.
c) Enfermedades de transmisión sexual: Sida.
9. Sexualidad y Sociedad.
a) Los medios masivos de comunicación y la sexualidad.
b) Lo que los amigos enseñan.
c) El aborto como un problema social.
d) Drogas y sexualidad.
e) Los valores sexuales en la sociedad.
10. Adolescencia.
a) Pubertad y adolescencia.
b) Caracteres sexuales secundarios femeninos y masculinos.
c) Erotismo y los adolescentes.
d) Los vínculos entre los adolescentes.
e) Problemas personales y sociales de los adolescentes.
f) Responsabilidad ante la conducta sexual del adolescente.
g) La adolescencia en la vida familiar y social.
Estrategias
Favorecer en el niño elementos para el manejo sano de su sexualidad.
Fomentar la aceptación de su propia sexualidad y la de los demás.
Analizar las actitudes ante la sexualidad y aprender a respetar las del educando.
Ayudar a enfrentar las responsabilidades del crecimiento.
Apoyar el reconocimiento de sus posibilidades y limitaciones.
Estimular su impulso hacia el éxito y la conciencia al fracaso.
Proporcionar elementos positivos para el desarrollo de sus capacidades cognoscitivas.
Presentar roles sexuales positivos y congruentes.
Propiciar su capacidad para relacionarse y comunicarse con individuos de su misma edad.
Ofrecer un ambiente abierto para la comunicación de información sexual.
Responder a la información que el niño pide acerca de su sexualidad.
Enseñar a analizar, comprender y respetar con sentido crítico los mensajes recibidos por los
diferentes agentes.
Conclusiones
1. La sexualidad está presente en nuestro ser desde que nacemos; sin embargo, la forma en que se
encuentra no es la misma en el niño que en el adulto.
2. La vida sexual se expresa más por la acción que por el pensamiento y sentimiento.
3. Educar sexualmente significa no sólo proporcionar información científica, incluye la formación de
valores, normas, costumbres y creencias propias de cada individuo y de su contorno social.
4. Para que la educación sexual sea positiva el educador debe ocuparse primero de comprender,
aceptar y transformar su propia sexualidad para poder transmitir una educación sexual
congruente, reflexiva, respetuosa y responsable.
5. En la transmisión de los mensajes relativos a la sexualidad, los mensajes "no verbales", tienen una
mayor importancia, estos mensajes transmiten actitudes y formas de actuar ante los hechos
sexuales.
6. Los agentes educativos más importantes para la educación sexual infantil son la familia, los
amigos, los medios de comunicación masiva y las instituciones educativas.
7. En la educación sexual infantil la familia tiene un papel predominante en la transmisión de
mensajes.
8. Los mensajes, actitudes, transmisión de valores, creencias y comportamientos de los padres, serán
de gran trascendencia para el desarrollo de las potencialidades sexuales del niño.
9. Respecto de la relación existente entre los medios de comunicación masiva y la educación sexual
infantil, lo más importante es la actitud de quien recibe el mensaje y cómo lo recibe, si se obtiene
una orientación al respecto, los mensajes se podrán analizar y criticar retomando sólo aquellos que
al educando interesen.
10. La escuela puede considerarse como la socializadora de la sexualidad.
11. La educación sexual formal sólo será positiva si el adulto toma conciencia de la responsabilidad
que significa enseñar sobre la sexualidad.
[...]
13. Aún cuando existe un gran número de organismos no gubernamentales dedicados a la educación
sexual, pocos trabajan en el área de la sexualidad infantil.
14. La educación de la sexualidad infantil debe incluir el desarrollo de las diversas potencialidades
sexuales incluyendo la reproductiva, la de la diferenciación de los sexos (género), la capacidad
de sentir placer sexual (erotismo) y la vinculativa.
15. Los contenidos y estrategias de la educación sexual infantil se agrupan de acuerdo con las etapas
del desarrollo infantil, incluyendo: la infancia, la niñez temprana, la niñez intermedia y la niñez
tardía.
16. La educación de la sexualidad infantil es un proceso de acción realizada en el aprendizaje y
experiencias del niño y el medio que lo rodea, de su género, su erotismo, su desarrollo de la
reproductividad y sus vinculaciones afectivas; es en este contexto donde el niño irá creando su
propio estilo de vida.
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