Вы находитесь на странице: 1из 2

Cómo reconocer los campos energéticos

A fin de reconocer el campo energético en animales, plantas, objetos y en nuestro


propio cuerpo, debemos proceder de forma muy simple. En todos los casos, es
preferible realizar algunos ejercicios de respiración para sintonizarse con la
energía que queremos observar. Es necesario estar en calma, libre de
interrupciones y en la postura adecuada. En un principio, es conveniente realizar
el ejercicio frente a una pared o lienzo blanco o, en su defecto, mirando el
contraste con el cielo límpido, por ejemplo, de los árboles. En este caso no
observaremos por medio de la mirada natural con la que vemos los objetos
cotidianamente, sino que nos valdremos de nuestra mirada perceptiva, la cual
muchas veces no funciona de la misma manera que la mirada física.

Es importante saber que para visualizar el campo de energía de un objeto,


debemos mirar fijamente el centro del mismo. Así, podremos paulatinamente,
observar el campo que lo recubre, el cual se irá reflejando en el contraste con el
otro color que hay detrás.

Este primer ejercicio, en el cual utilizaremos nuestras manos, se puede realizar


en contraste con el cielo celeste o con un paño o pared blanca.

Nos centramos en la respiración, sin esperar ningún resultado, sólo relajarnos y


contemplar. Ubicamos las manos con las palmas frente a nuestros ojos y
formando un círculo con los brazos, como si estuviéramos abrazando un árbol.
Lentamente unimos nuestros dedos medios, hasta el punto en que comiencen a
tocarse. Fijamos la vista en la unión de los dedos mayores y, nos detenemos
unos momentos en esa posición, siempre respirando.

Luego de un momento, comenzamos a separar suavemente los dedos. Veremos


que los dedos se unen por una variable luminosa que hace que se "estiren" hasta
llegar a unirse con los de la otra mano.
Manteniendo la mirada fija, observaremos que alrededor de la mano también va
variando el tono: se irá transformando en un tono más brillante y podrá tener
unos centímetros de espesor.

Nos detenemos, seguimos respirando unos minutos. Luego, dejamos de fijar la


vista y, cerramos los ojos, centrándonos en la respiración natural para finalizar el
ejercicio. Es posible que la diferencia se vea más luminosa o de un color distinto
del de las manos o como algo en movimiento. Variará según el grado de
sensibilidad que posea el observador.

Este ejercicio es el primero que se debe realizar para poder comenzar a "ver" la
energía en las diferentes manifestaciones de la naturaleza. Debemos tener en
cuenta que sólo se realiza a través de la práctica y que es posible que la primera
vez no se obtengan resultados. Sin embargo, con perseverancia comenzará a
notarse la diferencia.

Вам также может понравиться