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4 DOMINGO 28 DE OCTUBRE DE 2018 EL TRIBUNO JUJUY

PROMETHEUS

“Un viejo amor de origami”


amistad en el otro; los ingeniosos
‘machetes’ de las pruebas ocultos en
insólitos rincones del cuerpo o de la
ropa, y las cartitas de amor, de ruptu-
ra, de afrenta, de paz, de chisme, de
cita; el cartelito adherido en la espal-
De Carlos Vargas Perez de ballesta o catapulta. A veces, el da o plegado en un bolsillo del guar-
minúsculo balín orgánico, se intro- dapolvos de un compañero descui-
El replicante Roy Batty llora recor- ducía en el caño vacío de una biro- dado, con un texto ofensivo o solici-
dando momentos, mientras la lluvia me, de una pajita de sorbete, del tando un golpe, ¿podrían
cae sobre su pelo albino. De su mano plástico por donde trepa la soda, y considerarse Origami? El colchón de
cuelga en el vacío el policía Rick al disparado con un violento soplido celulosa con sábanas púrpuras, que
que encomendaron la caza de los po- bucal en un extremo, no había arca- sobrevuela su sueño como una al-
cos sobrevivientes prófugos de buz más mortífero, ninguna bom- fombra mágica que traslada desnuda
Marte, porque pondrían en peligro a barda producía tamaño estropicio. a una mujer rubia, ¿era un Origami?
la especie humana. Utilizando sus Cuando el papel doblado y redobla- Y el corazón quieto, simulado con un
enormes poderes físicos y mentales, do, adquiría un formato de sombre- pálido papel desfallecido por la heri-
intentan hallar a sus creadores para ro napoleónico o como barco, surca- da de un adiós sin tijera ni engrudo,
que prolonguen su corta vida, lo que ba el mar sin medidas de un charco ¿era un Origami?
evitaría que adquieran emociones o el salvaje Amazonas crecido al pie Y el hombre solitario de cabello
humanas; cuando se niegan son ase- de una vereda, el verano se extendía blanco como el jefe de mutantes que
sinados. Antes, con la ayuda de un doce meses, la alegría borroneaba quizá soñaba con ovejas eléctricas, el
colega experto, ha “retirado” a otros fronteras. Pero, con frecuencia alar- que también lloró alguna vez ante
humanoides, excepto a Rachael, una mante, esos tubos de diferente ori- una lluvia mansa que mojaba un vi-
nueva androide de la que se enamora gen, se utilizaban para aspirar por las drio mientras enviaba un verso cursi
Rick, y con la que al final huye con la narices una línea prohibida de polvi- a una prima lejana, ¿era un Origami
anuencia impensada de aquél, Gaff, llo blanco sobre un papelito, ¿eran soñado por un hombre triste que
ese hombre con rasgos orientales que también Origami? Y cuando la vuelve del trabajo, y recuerda a una
vigila su trabajo y señala su presencia abuela Sara confeccionaba con un bella dama a quién nunca pensó que
dejando pequeños Origami a modo peli, Blade Runner, piensa en esas al- castigaba al mentiroso adolescente diario un cartucho con formato có- había amado?.
de rúbrica. Inesperadamente el últi- tas aulas de su niñez, con sus techos descubierto. nico, introducía el extremo fino en el Ese hombre, que mirando sus aja-
mo y más temido replicante adquiere poblados de estalactitas blancas, fa- Recordaba los sencillos aviones en oído del niño con dolores, y en- das manos nudosas supo, como Roy
rasgos humanos, se apiada y salva al bricadas con hojas de cuaderno que, dos partes, cuya trompa y ala tenían cendía el vertical distante del que Batty, que "todos esos momentos se
que se empeña en su búsqueda. con forma de flecha, de lanza y el un sencillo pliegue desmañado o al- yacía acostado, el alivio llegaba con perderán en el tiempo como lágri-
Entonces, cuenta brevemente su vida aguzado extremo amasado entre los guno que imitaba un humilde tren los secos resoplos repetidos, era con- mas en la lluvia". De esa última lluvia
como esclavo y muere, mientras una dientes hasta adquirir una calidad de aterrizaje, y la cola doblada a lo tagioso el regocijo de la afectuosa cu- sobre un papel que será inútil para
paloma blanca escapa de su puño. gomosa que le permitía adherirse, largo, que aseguraba un metro adi- randera sin matrícula: "salió el aire", fabricar el Origami de un celu que no
Ese arte milenario sin el uso de pe- eran arrojadas con energía por el jo- cional de vuelo a su nervioso piloto decía entre humaredas y los negros borrara fotos ni estropeara escritos;
gamento ni tijera, se llama Origami, ven guerrero de turno; con su secado, terreno. El repetido doblez en largo y trocitos inasibles, ¿era también un que será inútil para imitar un árbol,
y consiste en plegar con las manos un cada una era un fantasmal murciéla- ancho, hasta lograr un mínimo mil- Origami? una flor, un nido, un pájaro, y a la
simple trozo de papel para que ad- go con rayas o cuadrículas invisibles, hojas desabrido, pero que, arrojado El “juntapiojos”, con cuatro caras mujer rubia que podía haber amado.
quiera formas en las que se reconoz- que no se inmutaban ante cuentas y con el empuje de una gomilla entre escondidas entre los dedos en posi- Entonces, invocó a su creadora, la
can grullas, cisnes, flores, elefantes, oraciones con tiza en los polvorien- dos dedos o por el índice con su car- ción de frunce, que mostraba u ocul- única que podría renovar sus pode-
vehículos, personas, unicornios, reci- tos pizarrones de madera, ante la al- ga mortífera sobre la uña que, atra- taba a voluntad del titiritero, los res y recuerdos y, quizá, otorgarle una
pientes, mariposas... Es cuando el an- garabía de los niños partiendo hacia pada y liberada bruscamente por el afrentosos insectos dibujados en un prórroga al plazo de vida que, sin ese
ciano que recuerda a duras penas esa el recreo, o al golpe de puntero que pulgar, adquiría virtudes de resorte, par, o la impoluta condición de la amor, se había cumplido.

RELATO
Eternamente
Mentalmente todos pedían la pro-
“Alma en pena” tección de Dios. agradecidos…
-¡Aaaaooooooouuuuuuuuu!!!-
De Héctor José Méndez se escuchó ahí nomás, en la puerta Desde Literarte, queremos agra-
que daba al patio empedrado. decer antes que nada al diario El
En el mes de septiembre las noches Doña Carmen, sin darse cuenta Tribuno de Jujuy y a su Gerente
maimareñas comienzan a atempe- apretó fuertemente a su hija de ejecutivo Rubén Armando Riva-
rarse, lo que invita a las familias a meses, la que dio un grito estreme- rola por habernos concedido este
quedarse de sobremesa luego de la cedor, que conjuro el hechizo y sir- espacio para adentrarnos en las
cena, “para hacer la digestión”. vió de antena de descarga, pues el letras y en el arte.
En la gran casa de los Maurines, aullido se cortó abruptamente y la A todos los que nos colaboraron
a la entrada sur del pueblo, en- tensión de las personas se relajó con sus obras literarias y artísti-
contrábase reunida la familia de milagrosamente. cas por permitirnos mostrarlos al
don Rafael Valdivieso; su esposa Don Rafael atinó a ver la hora en mundo, mediante estas sencillas
Carmen con su hija Rosa en bra- su reloj de bolsillo. Las diez. Nadie publicaciones.
zos, algunas criadas y otros fami- comentó nada, sólo se miraron y, Don Oscar d’ Oliveira dio el
liares. como si telepáticamente se com- primer paso, el equipo que desde
-Me han dicho que el Gallego prendieran, mudos, se fueron a siempre lo acompañó continua-
está muy grave- comentó el jefe de dormir. Al día siguiente temprano, mos con su legado, pero todo ciclo
la casa. don Rafael se dirigió presuroso al así como empieza, tiene un final.
-¿Y qué vos no estás peleado a pueblo. Ya se encontraba en las pri- Nos vamos despidiendo de
muerte con él?- preguntó doña temas y ya nadie se acordó del mo- mucho más cerca, en el fondo de la meras calles, cuando alguien le di- nuestros lectores y seguidores y en
Carmen. ribundo. Se hicieron las diez de la casa, por donde está el horno de jo: -El Gallego murió anoche a las la próxima y última edición les
-Mmmmmm…..pero en caso de noche y todos, entre bostezos, de- barro. Todos se miraron con el te- diez. daremos lo mejor de nosotros a
peligro de perder la vida, hay que cidieron irse a la cama, cuando rror reflejado en el rostro, pero na- En ese momento, las campanas todos ustedes para que esta des-
perdonarse. No es bueno que el al- una especie de maullido largo que die habló. de la iglesia comenzaron a doblar pedida sea memorable.
ma se quede con un cargo de con- venía desde el fondo de la quinta, Una corriente eléctrica parecía por la muerte de Manolo Otra vez, con el corazón hen-
ciencia o disgustado con alguien, los detuvo en seco. flotar en el ambiente. La luz de la Rodríguez, al que todos llamaban chido por haber cosechado tanto
porque no descansará en paz y -Debe ser un gato, no se asusten- lámpara comenzó a vacilar hacien- afectuosamente: el Gallego. amor de nuestros lectores y gra-
hasta puede andar penando por previno don Rafael sin poder evi- do mover las sombras en una dan- cias a la magia de artistas y escri-
ahí. Así pues, mañana iré a discul- tar un estremecimiento… za macabra. Cada uno permanecía (Fuente: “Relatos Maimareños y tores…
parme con el Gallego explicó don Otra vez el aullido, esta vez más petrificado en su sitio, escuchando otros cuentos”. Agradecimiento a Otra vez, ¡Muchísimas gracias
Rafael. bien como un quejido doloroso. Ya los propios latidos de su corazón Biblioteca Popular de Jujuy- sec- a todos!
La conversación giró hacia otros no parecía un gato. Se lo escuchó que quería salirse por la boca. ción autores jujeños)

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