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LA HERENCIA Y LA SUCESION EN EL DERECHO ROMANO

Los derechos y obligaciones que forman el patrimonio de una persona


no se extinguen por la muerte de su titular. Se diferencian en esto los
derechos y deberes patrimoniales de los personales –de los
de familia, por ejemplo– y de los de carácter público, los cuales
desaparecen, por lo regular, con la persona del titular u obligado.

Existen, sin embargo, ciertas relaciones, cuyo contenido, aun


formando parte del patrimonio, las enlaza indisolublemente a una
determinada persona, como es, por ejemplo, el usufructo o la
obligación de pagar una pena nacida de delito. Mas lo que
esencialmente caracteriza a los derechos y obligaciones patrimoniales,
es la posibilidad de sobrevivir a su sujeto en otro. El patrimonio
podríamos decir que es inmortal: al desaparecer el antiguo titular
perdura en su familia, en sus descendientes.

Muere una persona, y la ley llama a heredar a sus familiares y en


primer término a los hijos. Pero la idea de la propiedad privada es
más fuerte que los lazos de la familia. El Derecho, mediante el
testamento, autoriza al propietario para realizar plenamente su
derecho de libre disposición, a la hora de la muerte, haciendo que su
propiedad personal prevalezca sobre los derechos de los familiares. Y
así, frente a la herencia intestada –única conocida por el Derecho
antiguo– se alza la herencia testamentaria. Sin embargo, la libertad
del testador no es omnímoda: el Estado vela para impedir que sin
justa causa, abusivamente, excluya a los más próximos, familiares de
la herencia, y concede a éstos, en tal coyuntura, derechos hereditarios
contra el testamento: herencia forzosa.

A través de una larga evolución histórica, que sólo nos es dable


reconstruir en sus rasgos más salientes, el Derecho romano consagra
como forma hereditaria el concepto de sucesión universal, adquisición
universal del patrimonio, que se halla presidida por una alta idea.

Técnicamente, la sucesión universal es una modalidad de la adquisitio


per universitatem; es decir, la adquisición en bloque, como unidad, de
todos los derechos comprendidos en un patrimonio o hacienda, por

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medio de un acto jurídico personal, producida en un instante y por
virtud de un título jurídico único. Mas de suyo, como simple variante
de los modos de adquirir, produce solamente una adquisición. Lo cual
no quiere decir que se limite a transferir los bienes activos, con
exclusión del pasivo hereditario; transmite también las deudas del
difunto, pero el adquirente no responde de ellas en persona, sino con
los bienes mismos de la herencia. Es decir, es la herencia quien
responde. La sucesión universal pura y simple se reduce, de este
modo, a una sucesión universal en los derechos; es, por consiguiente,
una adquisición universal en la estricta significación de esa palabra; un
acto jurídico adquisitivo, aun cuando la cuantía de lo adquirido resulte
mermada por las deudas de que responde.

La herencia romana participa de ese carácter; es un acto de sucesión


universal, una adquisitio per universitatem. Pero hay dos órdenes de
razones que le imprimen, sobre este carácter, un nuevo sentido,
mucho más elevado.

1. El patrimonio del difunto se mantiene en unidad, con sus derechos


y obligaciones, y como unidad, en bloque, pasa al heredero o
herederos. No se desarticula en varios grupos de bienes, a cada uno
de los cuales se hallen adscritas obligaciones independientes. Se
conserva, por el contrario, uno e indiviso. Se arranca del principio de
que cada heredero hereda todo el patrimonio. Si son varios a heredar
–"concursu partes fiunt"–, el patrimonio se divide por partes ideales o
alícuotas, y no en porciones reales; nadie hereda
una cosa determinada ni un grupo de bienes; no caben, como en
Derecho germánico, herederos ex re certa. Los derechos hereditarios
versan siempre sobre el patrimonio en su totalidad, comprendiendo
activo y pasivo, bienes, créditos y obligaciones: in universum ius
defuncti. Es como si cada heredero –en la medida que le corresponde–
se adquiere todos los derechos y todas las deudas; con
responsabilidad solidaria, si éstas son indivisibles.

2. Se distingue, la sucesión universal hereditaria de la simple


adquisición universal en que transfiere también las obligaciones –salvo
aquellas, naturalmente, que se extingan con la muerte del causante,
como ocurre con las deudas penales nacidas de delito–; el heredero

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universal –si sólo es uno– pasa a ser universal deudor de las deudas
que deja el difunto, y si son varios, asumen, mancomunada y
proporcionalmente, las divisibles y responden solidariamente de la
totalidad de las indivisibles. Las obligaciones, aquí, se transmiten, al
igual que se transmiten los derechos, como valores patrimoniales
independientes y no como simples menoscabos de la adquisición, y
aun cuando no existiese adquisición alguna, es decir, activo –como en
la práctica acontece–, se transmitirían. Porque el heredero responde
de las deudas del difunto, no sólo con los bienes que de él recoja, sino
personalmente, con los suyos propios, como si por él mismo hubieran
sido contraídas las deudas heredadas.

Quedan con esto delineadas las características esenciales de la


sucesión hereditaria universal, antiquísima en el Derecho romano y
peculiar y exclusiva de él. La herencia romana es algo más que la
sucesión en un acervo de derechos, una sucesión universal pura y
simple; es, ante todo y sobre todo, la subrogación en la personalidad
patrimonial del difunto. Para cuanto concierne al patrimonio –
propiedades, obligaciones, etc.– el Derecho considera al heredero
como si fuera el propio causante.

La herencia romana exalta el concepto de sucesión universal y sobre


él construye la sucesión en la personalidad. El heredero se subroga en
todas las relaciones patrimoniales del difunto –activas y pasivas–;
pasa a ocupar en un todo su posición jurídica patrimonial; adquiere
sus bienes, ostenta sus créditos, asume sus deudas.

En los demás pueblos, la herencia no traspasa los confines de la


simple adquisición universal. Fue la ley romana quien abrió aquí los
cauces del progreso, demostrando de esta suerte su ideal superioridad
sobre el régimen hereditario de los germanos, y esta superioridad le
aseguró el triunfo en el Derecho de Pandectas y en los modernos
Códigos.

La idea inspiradora de la herencia en las Fuentes romanas toma por


punto de mira e idea fundamental los derechos hereditarios de los
hijos. Éstos –los sui heredes– continúan la personalidad
del paterfamilias muerto, subrogándose, con este carácter, en sus

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deberes de culto y hospitalidad, así como en las relaciones
patrimoniales; y lo mismo ocurre al heredero extraño, llamado en
lugar del hijo. En el rumbo ulterior que toman las instituciones
hereditarias, , toda vez que les ofrecía un nuevo deudor
personalmente responsable, como el antiguo. Y a éste se une el
interés de los deudores, puesto que ahora desempeña papel
preponderante el interés práctico de los acreedores de la herencia.
Aquel concepto de sucesión en la personalidad tenía para ellos
grandes ventajas pueden abrir crédito a la persona sin el temor de
que, al morir ésta, la deuda caduque; para los efectos del Derecho
privado, la personalidad patrimonial se inmortaliza.

He ahí todas las posibilidades que se encierran en este fundamental


principio del Derecho romano: es herencia la sucesión en la
personalidad patrimonial del difunto.

1. SUCESION LEGITIMA O AB INTESTATO (Cuando no hay


testamento)

La Sucesión legitima o AB INTESTATO estuvo reglamentada, por


cuatro sistemas diferentes:

1. La Ley de las XII Tablas;


2. El edicto del magistrado;
3. Las reformas del Derecho Imperial;
4. Las reformas de Justiniano

1.1. Ley de las XII Tablas

Distinguia tres clases de herederos:

1. Los herederos suyos o herederos de sí mismos;


2. Los agnados;
3. Los gentiles.

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l. HEREDEROS SUYOS.- Herederos suyos eran los descendientes que
el difunto tenía bajo su potestad inmediata en el momento de su
muerte, y que se volvían SUI IURIS por esa muerte.

2. AGNADOS.- Eran los parientes que estaban bajo la patria potestas


del mismo autor común en el momento de su muerte. Cuando el
difunto dejaba agnados de diversos grados, los
agnados próximos eran los que heredaban. Cuando había varios de
un mismo grado, se dividía la herencia por cabezas.

3. GENTILES.- No se tiene idea precisa al respecto, ya que no se sabe


si esta organizacion tenia bienes propios.

1.2. El Edicto de los Magistrados

1. DE LA BONORUM POSSESSIO.- El pretor acordaba la posesión de


los bienes del difunto a sus parientes naturales, y a falta de estos con
los herederos civiles.

El heredero pretoriano se llamó bonorum possessor y no heres,


porque el pretor no podía herir de frente al Derecho Civil creando un
heredero.

MEDIO EMPLEADO POR EL PRETOR.- El origen de la bonorum


possessio se refiere al procedimiento de petición de herencia. Cuando
se iniciaba un juicio relativo a una sucesión abierta, el pretor
determinaba a quién devia de corresponder la posesión de los bienes
mientras duraba el juicio.

En un principio no hizo más que confirmar las soluciones del Derecho


Civil; después llamo, a falta de herederos civiles, a los parientes más
próximos; llegó por último, hasta a llamar, a los parientes excluidos
por el Derecho Civil.

ADQUISICIÓN DE LA BONORUM POSSESSIO.-El bonorum possessor


debía elevar una demanda al pretor, en un plazo de cien días, los
descendientes, que tenían un plazo de un año.

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CLASIFICACIÓN DE LAS BONORUM POSSESSIONES.-Se distinguían
dos clases:

1. Las bonorum possessiones ab intestato, concedidas a falta de


testamento
2. Las bonoruni possessiones testamentarias, concedidas en los casos
de sucesión testamentaria.

1. BONORUM POSSESSIONES AB INTESTATO.-Había cuatro clases


de ellas para un ingenuo:

a) Bonorum possessio Unde Liberi.- Se concedía a los


descendientes inmediatos de] difunto, aunque estuvieran bajo
potestad o aunque hubieran sido emancipados o dados en adopción,
con tal de que, en este último caso, no estuvieran ya en la familia
adoptiva.

b) Bonorum possessio Unde Legitime.-Correspondía a los que eran


llamados por el Derecho civil, especialmente a los agnados.

c) Bonorum ossessio Unde Cognati.-Se atribuía a los parientes


naturap
les, completamente sacrificados por el Derecho civil, especialmente a
los parientes por parte de las mujeres.

d) Bonorum possessio Unde vir et uxor.-A falta de las otras tres


clases, la sucesión recaía en el cónyuge supérstite.

1.3. Reformas del Derecho Imperial

SENADOCONSULTO TERTULIANO Y ORFICIANO.-Las reformas del


Derecho imperial desarrollaron más aún los derechos de sucesión de la
familia natural.

1. El senadoconsulto Tertuliano, dado bajo el emperador Adriano (117


a 138 A. D.), llamó a la madre a la sucesión de sus hijos.

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2. El senadoconsulto Orficiano, dado bajo Marco Aurelio y
Comodo (el año 178 A. D.), dió derechos a los hijos en la sucesión de
su madre.

1.4. Reformas de Justiniano

NOVELAS 118 y 127.-En sus novelas 118 del año de 543 y 127 del de
548, Justiniano dió el golpe de gracia a la familia agnaticia y aseguró
el triunfo definitivo del parentesco de sangre. (coganticio)

LOS CUATRO ÓRDENES HEREDITARIOS.

Justiniano estableció cuatro órdenes de herederos:

1. Los descendientes

2. Los ascendientes y los hermanos geromanos (de los mismos


padres)

3. Los hermanos consanguíneos (del mismo padre) o uterinos (de la


misma madre)

4. Los colaterales ordinarios.

2. SUCESION TESTAMENTARIA (Hay testamento)

Testamento "es el acto solemne por el cual una persona instituye a su


heredero o a sus herederos. Es una manifestación de voluntad, es
decir, un acto esencialmente revocable."

Las formas de los testamentos son:

1. El Derecho Civil Primitivo;


2. El Derecho Pretoriano; y
3. El Derecho Imperial

1.1. Conforme al Derecho Civil, se admitieron, sucesivamente,


cinco diferentes formas para la confección de un testamento.

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1. El testamento comicial o calatis comittis;
2. El testamento militar o in procinctu;
3. El testamento por el bronce y las balanza, per aes et libram;
4. El mismo testamento perfeccionado; y
5. El testamento Nuncupativo.

1. TESTAMENTO COMICIAL.- Como en un principio la adrogación, se


hacía ante los comicios reunidos bajo la presidencia del gran Pontífice
o del rex sacrorum. Esta reunión se verificaba dos veces por año: el
24 de marzo y el 24 di mayo.

2. TESTAMENTO IN PROCINCTU.- Era el testamento militar, hecho


ante el pueblo, en formación de batalla.

2. TESTAMENTO PERAES ET LIBRAM ORIGINAL.- Testamento hecho


en forma de mancipatio. El testador enajenaba su patrirmonio en
provecho del adquirente, familiae emptor, que desempeñaba el papel
de heredero.

4. TESTAMENTO PER AES ET LIBRAM PERFECCIONADO.-La confección


del testamento per aes et libram perfeccionado, comprendía dos
partes: por una parte la mancipatio, y por otra la nuncupatio.

La mancipatio tenía por objeto la venta de la herencia al emplor


familiae, como se hacía anteriormente. No era ya el heredero mismo,
sino un simple intermediario, encargado de entregar la herencia al
verdadero heredero, designado en la nuncupatio.

La nuncupatio se hacía así: el testador, teniendo en la mano las


tabletas de cera en las que había asentado su última voluntad, decía:
"Es de la manera que indican estas tabletas y esta cera como doy,
lego, testo, y es por esto por lo que ustedes, quirites, me prestan su
testimonio" (Gayo, C. 11, . 104)

Los testigos ponían sus sellos sobre las tabletas obsignatio, indicando
su nombre respectivo, superscriptio.

5. TESTAMENTO NUNCUPATIVO.- Fué una simplificación del


testamento par aes et libram. Era un testamento verbal. El testador,

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ante cierto número de testigos (cinco antes de Justiniano, siete
después), declaraba verbalmente cuál era su última voluntad.

2.2. Derecho Pretoriano

El pretor consideró válido un testamento estricto por el testador,


presentado a siete testigos y sellado por ellos con sus sellos.

Era, el testamento per aes et libram con menos la mancipatio.

Esta reforma fué anterior al pretorado de Verres (680 de Roma).

La forma es que el pretor concedía al heredero instituido en esta


forma, simplemente la bonorum possessw secvndum tabulas,
conforme a las tablas del testamento.

2.3. Derecho Imperial

TESTAMENTO TRIPARTITO.- El testamento imperial o tripartito,


tripertitum, fué reglamentado por una constitución de Teodosio 11 y
de Valentino 111, en 439.

Era un testamento escrito. El testador lo presentaba, abierto o


cerrado, a siete testigos. Tanto el testador como los testigos hacían
en él una subscriptio; es decir, que al pie del acta inscribían sus
nombres, indicando en una frase, que ellos hacían esa inscripción.

Por último, el testamento se revestía con el sello de los siete testigos,


con su nombre respectivo; obsignatio y superscriptio.

3. LOS HEREDEROS

3.1. Herederos Suyos y Necesarios

Era heredero SUYO, o de sí mismo, el que, estando bajo la potestad


inmediata del paterfamilias en el momento de su muerte, se volvía sui
iuris por esa muerte.

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Se le llamaba suyo porque heredaba, en cierto modo, a sí mismo, en
razón del derecho de copropiedad que le pertenecía, en vida del pater,
sobre los bienes de su sucesión.

Se le llamaba necesario, porque no podía repudiar la sucesión.

3.2. Herederos Extraneus o Voluniarios

Eran los que no tenían carácter ni de herederos necesarios ni de


herederos suyos. No es posible definirlos en otra forma, sino
negativamente y por vía de exclusión.

Se les llamaba extranei, externos, extranjeros, porque podían quedar


extraños a la sucesión, y voluntarios, porque no eran herederos más
que si así lo querían.

No se operaba más que en virtud de un acto voluntario realizado por


el heredero, acto que se llamaba adición a la herencia.

De ahí las siguientes consecuencias:

1. Hasta la adición a la herencia, la herencia quedaba sin dueiío; es


decir, era una herencia yacente, jacet hereditas.

2. Si moría el heredero antes de haber hecho la adición, no se


transmitía su derecho heredítario, como hoy, a sus
herederos. Hereditas non adita non transmittitur; la herencia no
aceptada no se transmite.

3. Cuando un heredero repudiaba la herencia en fraude de los


derechos de sus acreedores, no podían éstos hacer ineficaz tal
renuncia, porque era un acto por el cual el heredero omitía
enriquecerse, pero no un acto por el cual se empobreciera.

3.3. Herencia Yacente

Se decía que una herencia era yacente mientras el heredero


voluntario no realizaba la adición a esa herencia.

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3.4. Plazo para Decidirse

Hay que distinguir, a este respecto, el Derecho antiguo, el Derecho


pretoriano y el Derecho de Justiniano.

DERECHO ANTIGUO.-La ley no imponía al heredero ningún


plazo. Pero, en su testamento, el testador podía señalarle uino
instituyéndole cum cretione. En tal caso, estaba obligado a decidir en
el término de cien días, después de la muerte del difunto.

DERECHO PRETORIANO.-A solicitud de los acreedores hereditarios, el


pretor imponía al heredero la obligación de resolver en cien días,
después de los guales -,e presumía que se había renunciado a la
sucesión.

DERECHO DE JUSTINIANO.-Justiniano llevó el tiempo para deliberar,


tempus deliberandi, a nueve meses y aun hasta a un afio con rescripto
imperial. Después de este plazo, el heredero que no decidía nuda se
tenía por aceptado presuncionalmente.

3.5. Adición a la Herencia

La adición a la herencia es el acto por el cual el heredero externo


expresaba su intención de aceptar la herencia.

La adicion hay que estudiarla desde dos puntos de vista:

a) Su forma
b) Sus efectos

a) Por su forma

La adición a la herencia podía ser expresa o tácita.

EXPRESA.- La expresa podia ser solemne o sin forma. la adición


solemne se llamaba también cretio.

Se hacía verbalmente, empleando términos sacramentales,


probablemente ante testigos.

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El efecto esencial de la adición a la herencia era hacer considerar al
heredero, como continuador de la personalidad del difunto; su
patrimonio se confundía con el del difunto.

3.6. Repudiación de la Herencia

No se había prescrito ninguna forma especial para la


repudiación. Cualquier manifestación de la voluntad era válída. Aun
conforme al Derecho pretoriano, la repudiación tácita resultaba de la
no aceptación por el heredero, dentro del término que se le concedía.

4. LOS LEGADOS

Legado es una liberalidad hecha en un testamento y que se deja a


cargo del heredero.

Para la validez de un legado es necesario dos condiciones

1. Es necesario que se haga en un testamento.

1. Es necesario que quede a cargo del heredero instituido.

De ahí resulta que el legado debía ir después de la institución de


heredero.

4.1. Formas de los Legados

Respecto a la forma de los legados, hay que distinguir tres períodos:

1.-El Derecho antiguo.


2.-El senadoconsulto, Neroriano.
3.-El Derecho de Justiniano.

4.1.1. Derecho Antiguo.

En esta época, se distinguían cuatro formas de legados:

a)El legado per vindicationem.

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b)El legado per praeceptionem.
c)El legado per damnationem.
c)El legado sinendi modo.

a) LEGADO PER VINDICATIONEM.- Es el legado por el cual el testador


transfería directamente al legatario la propiedad quiritaria de la cosa
legada, o un derecho real civil (usufructo o servidumbres).

b) LEGADO PER PRAECEPTIONEM.- Es el legado por el cual el testador


autorizaba a uno de sus herederos para tomar, antes de la partición,
un bien determinado de la sucesión.

c) LEGADO PER DAMNATIONEM.- Es un legado por el cual el testador


dejaba a cargo del heredero la obligación de realizar determinada
prestación en favor del legatario.

d) LEGADO SINENDI MODO.- Es un legado por el cual el testador


ordenaba a su heredero que dejara que el legatario tomara
determinado objeto.

4.1.2. Senadoconsulto Neroniano

VALIDACIÓN DE LEGADOS NULOS COMO LEGADOS PER


DAMNATIONEM. Un senado consulto dado bajo el emperador Nerón,
decidió que todo legado que resultara nulo en razón de la forma
empleada, fuera válido como si hubiera sido hecho per damnationem.

4.1.3. Derecho de Justiniano

Las diferentes formas de legados se suprimieron por una constitución


del año de 339.

Justiniano concedió al legatario tres acciones:

1. Una acción en reivindicación, que no era posible más que cuando la


cosa legada pertenecía al testador.
2. Una acción personal ex testamento.
3. Una acción hipotecaria.

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El legado parcial "Era aquél por el cual el testador legaba a una
persona una parte alícuota de la herencia: un tercio, un cuarto, etc."

4.2. Adquisicion de los Legados.

Diferencia entre dies cedit y dies venit.- Se llamaba dies cedit al día
en que nacía, para el legatario, su derecho, y se fijaba en su persona.

Se llamaba dies venit al día en que se hacía exigible el derecho del


legatario y en que podía demandar al heredero para obtener su
cumplimiento.

El más importante de esos dos momentos era el dies cedió, por dos
conceptos:

1. Era necesario que el legatario estuviera vivo y que fuera capaz en


el momento del dies cedió; de otro modo era caduco el legado. Poco
importaba, por lo contrario, que hubiese muerto o que se hubiera
vuelto incapaz entre el diev cedit y el dies venit.

2. Cuando el legatario nombrado era persona alieni iuris, había que


colocarse en el momento del die cedit para saber quién aprovecharía
el beneficio del legado. Así, era el propietario del esclavo el dies cedit
quien recogía el provecho, aun cuando hubiera cambiado de dueño o
se hubiere vuelto libre entre el dies cedit y el dies venit.

4.3. Restricciones a la Facultad de Legar

En un principio, no tuvo ninguna limitación la facultad de disponer por


medio de legados. El inconveniente consistía en que el difunto podía
agotar, de esta manera, todo el activo hereditario y no dejar nada al
heredero, que repudiaba la sucesión. El difunto moría ab iraestato.

Para evitar tal resultado, se dieron dos remedios.

1. Una ley Furia testamentaria, prohibió legar más de mil ases Pero
se podía burlar la ley haciendo un gran número de legados de mil
ases, que absorbieran la herencia.

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2. Una ley Voconia, prohibió conceder a un legatario más de lo que
correspondiera al heredero. Pero, haciendo un gran número de
legados mínimos, se podía reducir a casi nada el derecho del
heredero.

5. EL FIDEICOMISO

El Fideicomiso era el acto por el cual una persona encargaba a otra


transmitir toda su sucesión, o una parte alícuota de su sucesión, o un
bien determinado de la sucesión, a una tercera persona.

De esta definición concluimos:

1. Que el fideicomiso suponía tres personas: el disponente, el


fiduciario encargado del fideicomiso, y el fideicomisario, que era el
beneficiario.

2. Que había dos clases de fideicomiso:

a) El fideicomiso universal o de herencia, que se refería a toda la


sucesion o a una parte alícuota.

b) El fideicomiso particular, que se refería a un bien determinado.

5.1. Fideícomisos de Herencia

Se tiene un fideicomiso de herencia en los casos en que el difunto, al


instituir un heredero en su testamento, encarga a este heredero
transmita todos sus bienes, o una parte alícuota de ellos, a un
fideicomisario.

El fideicomiso de herencia se desarrolló en Roma en cuatro períodos:

1. Derecho antiguo.
2. Senadoconsulto Trebeliano.
3. Senadoconsulto Pegasiano.
4. Derecho de Justiniano.

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5.2. Fideicomisos Particulares

Era el acto por el cual encargaba el difunto a su heredero, o a un


legatario, entregara un bien determinado de la suoesión, a una tercera
persona llamada fideicomisario.

SEMEJANZAS ENTRE EL LEGADO Y EL FIDEICOMISO.

1. Uno y otro implican la existencia de tres personas: disponente,


gravado y beneficiario.

2. El legatario y el fideicomisario debian, uno y otro, resentir los


efectos de la reducción que resultaba de la aplicación del
senadoconsulto Pegasiano.

DIFERENCIAS ENTRE EL LEGADO Y FIDEICOMISO.

1. El legado debía hacerse en testamento o en codicílo


testamentario. El fideicomiso podía hacerseen un codicilo ab
intestato.

2. El legado no podía dejarse más que a cargo del heredero


testamentario. El fideicomiso se podía dejar a cargo del heredero
testamentario, del heredero ab intestato, de un legatario y aun de un
fideicomisario.

3. En ciertos casos, el legado confería a su beneficiario un derecho de


propiedad o un derecho real análogo. El fideicomiso no procuraba a
su titular más que un derecho de crédito contra el gravado.

4. Para asegurar el cumplimiento del legado, el legatario tenía una


acción sometida a las reglas del procedimiento ordinario. Por lo
contrario, el fideicomisario no tenía más que una persecutio, que daba
lugar a un procedimiento extraordinario, desarrollándose todo él ante
el magistrado, sin que se remitiera a un juez.

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5.3. Leyes Caducarias

Se llaman leyes caducarias dos leyes dadas bajo Auusto, la ley Julia
de maritandis ordibus y la ley Papia Popea para combatir la
despoblación de que se quejaban tanto los romanos.

Los célibes o viudos no vueltos a casar, estaban privados de la


capacidad de recibir una herencia testamentaria o un legado; no tenía
el ius capiendi.

Los orbi no podían recibir mas que la mitad de lo que se les


atribuyera en el testamento; non solidi capaces.

BIBLIOGRAFIA

FOIGNE, Rene, Derecho Romano, (francés), Ed. José M. Cajica,


México, 1956, 346 pags.

FLORIS MARGADANT, Guillermo, Derecho Privado Romano, Ed.


Esfinge, 4a. ed., México, 1970, 530 pags.

BIALOSTOSKY, Sara, Panorama del Derecho Romano, Ed. editorial y


litografía Regina de los Angeles, 3a. ed., México, 1990, 280 pags.

FOIGNE, Rene, Derecho Romano, (frances), Ed. Jose M. Cajica, JR.,


México, 1956, pag. 203

MARGADANT, FLORIS, Guillermo, Derecho Privado Romano, ed. 4a,


Ed. Esfinge, México, 1970, pag. 462
Cfr. Floris Margadant, Derecho Privado Romano.
Ibid., pag.240.

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