Вы находитесь на странице: 1из 11

ESTUPRO MEDIANTE INEXPERIENCIA O CONFIANZA

DOCTRINA
En el delito de violación, la relación sexual se encuentra precedida de un proceso
o momento de fuerza física o moral que doblega la voluntad de la víctima; en tanto
el estupro se cualifica por el elemento consensual que es producto del engaño o el
aprovechamiento de la inexperiencia de la víctima, o bien una alteración de la
verdad que produce en ésta un error, confusión o equivocación que le lleva a
acceder a la pretensión erótica. Este último caso, es el del maestro que valiéndose
de su posición y experiencia, previamente al acceso carnal ha seducido a la
alumna en un proceso que parte de piropos con contenido sexual, hasta
tocamientos íntimos hacia aquélla; manteniendo las relaciones sexuales por un
lapso de aproximadamente dos años.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL.


Guatemala, cinco de mayo de dos mil once. - Se tiene a la vista para resolver el
recurso de Casación por motivo de fondo, interpuesto por la querellante adhesiva
y actora civil (...), contra la sentencia de fecha siete de octubre de dos mil diez,
dictada por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala, que
confirma la emitida por el Tribunal Sexto de Sentencia Penal, Narcoactividad y
Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala, por la cual se absolvió
al acusado Leonel Estuardo Ayala Casasola de los delitos de violación y chantaje,
y lo condenó por el de estupro mediante inexperiencia o confianza. Intervienen en
el proceso, el abogado defensor Edgardo Enrique Enríquez Cabrera, los abogados
de la querellante adhesiva y actora civil, Nery Orlando Baten Elías y Fredy
Armando Coti Morales, así como el Ministerio Público, por medio de su agente
fiscal Dora Marisol López Siliezar.

I. ANTECEDENTES (extractos).
A) De los hechos acreditados.
a) El acusado, Leonel Estuardo Ayala Casasola, a partir del mes de mayo
de dos mil cuatro, aprovechándose de que era maestro del Instituto donde
estudiaba la menor víctima, comenzó a enamorarla y la invitaba a salir.
b) El ocho de junio de dos mil cuatro, el acusado se constituyó a la
residencia de la menor víctima, ubicada en la Aldea El Zapote, del municipio de El
Jícaro, departamento de El Progreso, con el objeto de traerla a la ciudad capital ya
que la menor tenía una cita con el dentista, por lo que a bordo del vehículo del
acusado se condujeron hacia la capital, y al momento de ingresar a la misma, con
engaños la ingresó a un auto hotel ubicado en la zona dieciocho donde tuvo
acceso carnal con ella, aprovechándose de su confianza e inexperiencia, situación
que se dio en varias oportunidades, en varios lugares y momentos, prolongándose
esa relación hasta el mes de julio de dos mil seis aproximadamente.

B) De la resolución del Tribunal de Sentencia. El Tribunal Sexto de Sentencia


Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de Guatemala, estimó que el
hecho realizado por el acusado se encuadra en el tipo penal denominado estupro.
Lo anterior, en virtud que dicha persona, aprovechando la inexperiencia de la
menor víctima y obteniendo su confianza, la sedujo por medio de insinuaciones
verbales, acercamientos corporales que llegaron incluso a manoseos en las partes
íntimas de la menor y que tuvo acceso carnal con ella aprovechando su confianza
e inexperiencia, acción que se repitió en reiteradas ocasiones, en distintos lugares
y momentos. Que el elemento objetivo del tipo lo constituye la acción de yacer con
mujer honesta mayor de doce años y menor de catorce, aprovechando su
inexperiencia u obteniendo su confianza, y que en este tipo de acciones se pone
en juego por parte del sujeto activo, toda su experiencia, malicia y picardía para
seducir a su víctima, persona ésta que biológica y psíquicamente se encontraba
en desventaja y que generalmente por su inexperiencia no tiene los alcances que
le permitan percatarse de los intereses libidinosos del seductor, quien después de
haber tenido la confianza de aquélla, aprovecha el momento preciso para culminar
sus propósitos sexuales. Que el elemento subjetivo lo constituye la voluntad del
sujeto activo, de tener acceso carnal, con mujer menor de edad aprovechando su
inexperiencia y obteniendo su confianza, como habría ocurrido en el presente
caso. Que la declaración y dictamen pericial de Mirna Consuelo Juárez Andrade,
permite inferir que previo al acto sexual del ocho de junio de dos mil cuatro, la
víctima había sido seducida previamente por el sindicado, incluso con tocamientos
en los genitales, sin que aquella contara nada a sus familiares, y que con el propio
consentimiento de éstos, viajó con el sindicado a la capital, situación aprovechada
por el sujeto activo, quien preparó a la menor ingenua, inexperta, confiada y
ansiosa de cariño y atención para consumar el acceso carnal, lo que ocurrió en
varios momentos y lugares, hasta que la menor, “… cansada…” de la relación
clandestina decide contárselo a su maestra. Que la acción cometida no puede ser
calificada como violación, porque ésta precisa la acreditación de violencia física o
moral sobre la víctima y que el caudal probatorio apuntaría hacia el típico estupro,
pues la declaración de la víctima y otros órganos de prueba no son convincentes
para pensar en violación. Por el contrario la declaración de la menor permite
concluir que las presiones familiares y el desengaño sentimental de la relación con
su maestro, provoca que ésta intente hacer creer al tribunal que fue violada.

C) Del recurso de apelación especial. Gloria Judith Ayala pinto interpuso recurso
de apelación especial de fondo contra la sentencia recién descrita, denunciando
errónea aplicación del artículo 176 y falta de aplicación del 173 relacionado con el
174 y 71 del Código Penal y 1 numeral 4º. de las disposiciones generales del
mismo cuerpo legal. Expuso que la sentencia del a quo es contradictoria, toda vez
en distintos apartados de la misma sentencia, el mismo tribunal da por sentadas
circunstancias probatorias que permiten encuadrar la conducta delictiva del
acusado en el delito de violación. Que del informe de la psicóloga ya referida, se
desprende que sobre la víctima se utilizó fuerza física y psicológica; que dicho
informe establece la credibilidad y confiabilidad en el relato de la víctima, por lo
que resulta contradictorio que el a quo afirme que la víctima trata de hacer creer al
tribunal que fue violada, cuando su relato es congruente con lo consignado en el
informe pericial; por lo que es contrario a la sana crítica razonada, que el tribunal
no haya dado valor probatorio a la declaración de la víctima. Que es necesario
gravar la pena con base en la extensión e intensidad del daño causado y que el
sindicado aprovechó el parentesco no legal que proviene de la relación maestro-
alumna. Finalmente expuso que por concurrir los elementos del artículo 71 del
Código Penal, procede aplicar la figura del delito continuado, ya que los hechos
ocurrieron en distintas ocasiones y lugares.

D) De la sentencia del recurso de apelación especial. La Sala Segunda de la Corte


de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Guatemala, en su sentencia del siete de octubre de dos mil diez,
indica que el apelante acepta como buenos los hechos acreditados por el a quo, y
únicamente pretende que se haga una correcta aplicación de la ley sustantiva; a lo
que expresa, que dichos hechos se subsumen en el tipo contenido en el artículo
176 del Código Penal, por lo que éste no ha sido erróneamente aplicado; razón
por la que no acoge el recurso interpuesto.

II. MOTIVO DEL RECURSO DE CASACIÓN.

La señora (...), interpone recurso extraordinario de casación por motivo de fondo,


invocando como caso de procedencia el contenido en el numeral 5) del artículo
441 del Código Procesal Penal. Denuncia indebida aplicación del artículo 176 en
relación con la falta de aplicación del 173, 174 y 71, todos del Código Penal, con lo
que se habría vulnerado el principio Constitucional de Legalidad, el de Seguridad
Jurídica y el de Proporcionalidad de la Pena. Argumentos:

A) En relación con la indebida aplicación del artículo 176 del Código Penal,
expone que el error jurídico en la sentencia de la Sala de apelaciones, consiste en
que se convalida que el sujeto activo cometió el delito de estupro mediante
inexperiencia o confianza, cuando en realidad cometió violación con agravación de
la pena en forma continuada. Que al no ser acogido el recurso de apelación
especial se le perjudica porque la pena por el tipo aplicado es mínima en relación
a lo que el acusado hizo de violar a la hija de la casacionista, y que más parece
que se le premia en lugar de que se le condene por sus actos reprochables hacia
la sociedad. Agrega que el ad quem debió acoger el recurso planteado, pues al
verificar las pruebas valoradas se establece que sí existió violencia psicológica de
parte del acusado, por lo que debió modificar el delito de estupro mediante
inexperiencia o confianza, por el de violación, ya que sí concurren los elementos
positivos de este delito, que la violencia psicológica se comprobó con la
declaración y dictamen de la psicóloga Mirna Consuelo Juárez Andrade.
Considera que el daño moral causado a la víctima, por ser grave, permite calificar
el hecho como violación y por consiguiente solicita que se emita la pena
correspondiente conforme el artículo 174 numeral 3º. del Código Penal. Que en el
apartado relativo a la existencia y calificación del delito, el a quo admite que existe
entre víctima y victimario, un “… parentesco moral…” que depende directamente
de la aplicación correcta del artículo 173 del Código Penal. Que el precepto legal
que regula la agravación de la pena, originado de un error de tipificación, debe ser
tomado en cuenta, ya que se fundamenta en hechos probados, y que al acusado
debe aplicársele la pena máxima para el delito de violación aumentada
respectivamente según la ley en virtud del grave daño causado a la víctima como
consecuencia del delito. Su tesis en este argumento, consiste en que la Sala de
apelaciones convalidó hechos que constituyen el delito de violación y que debió
tomar en cuenta la existencia de violencia psicológica que provocó un grave daño
a la víctima.

B) En lo que respecta a la falta de aplicación del artículo 71 del Código Penal,


expone que se omitió considerar que el delito de violación ocurrió en forma
continuada, ya que el propio Tribunal sentenciador indica que ocurrió en varias
oportunidades, en varios lugares y momentos; por lo que hubo un mismo propósito
o resolución criminal cual era violentar sexualmente a la menor víctima, que se
vulneraron normas que protegen un mismo bien jurídico de la misma persona, en
el presente caso contra su libertad y seguridad sexual, y que fue en diferente lugar
y con aprovechamiento de la misma situación consistente en que la menor se
encontraba bajo amenazas por parte del sindicado. Solicitud al Tribunal de
casación: Que se condene al acusado por el delito de violación con agravación de
la pena en forma continuada, imponiéndole la pena máxima que aumentada en
una tercera parte sea de veintiséis años con seis meses de prisión.

III. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA.

Las partes reemplazaron su comparecencia y participación por la presentación de


alegatos escritos:

A) La casacionista reitera los argumentos contenidos en su planteamiento.

B) El procesado, inicialmente enuncia errores del planteamiento del recurso de


casación. Seguidamente expone: que el a quo actuó conforme a la sana crítica
razonada y encuadró los hechos acreditados correctamente; que es “… ilógico y
absurdo…” a la luz de la ley y la justicia, pretender que el ad quem efectúe una
nueva valoración probatoria; que no puede darse a los hechos acreditados, una
calificación jurídica distinta porque, la agraviada al deponer en juicio no mantuvo
su declaración, ya que narró a la psiquiatra una versión y al tribunal otra, ni fue
aportada al juicio, prueba que demostrara la relación violenta propia del tipo de
violación; y que la querellante adhesiva oculta a esta Cámara que no le fue
otorgado valor probatorio a la declaración de la víctima.

CONSIDERANDO –I

La diferencia sustancial que existe entre los delitos de estupro y violación, es la


violencia con que se desarrolla este último, que puede ser física o moral. La
violencia física consiste en la fuerza material que utiliza el sujeto activo para lograr
su objetivo, en tanto la moral consiste en la intimidación, poner miedo en el ánimo
de una persona que doblegue su voluntad, o llevarla a una perturbación
angustiosa por un riesgo o mal que realmente se amenace o se finja. En tanto en
el estupro, existe un elemento consensual cualificado por un engaño o el
aprovechamiento de la inexperiencia de la víctima, o bien una alteración de la
verdad que produce en la menor error, confusión o equivocación que le lleva a
acceder a la pretensión erótica (De Mata Vela y De León Velasco (2004).

DERECHO PENAL GUATEMALTECO, PARTE GENERAL Y PARTE ESPECIAL.

Decimoquinta edición. Editorial Estudiantil Fénix. Guatemala, Guatemala Páginas


394- 406). –
II
Vistas las actuaciones, Cámara Penal delimita su estudio hacia establecer si en la
sentencia recurrida, la Sala de apelaciones hizo una correcta aplicación de la ley
sustantiva a los hechos acreditados por él a quo, para lo cual se hace una
consideración conjunta de los motivos invocados y agravios relativos a aquellos,
en virtud de la relación intrínseca que tienen. En efecto, la consideración acerca
de la indebida aplicación de un precepto legal, exige el señalamiento del precepto
o los preceptos que en su lugar se consideran aplicables. –

III
Se estima que el criterio vertido por el Tribunal Sexto de Sentencia, avalado por la
Sala Segunda de la Corte de Apelaciones, ambos del Ramo Penal, Narcoactividad
y Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala, se encuentra
ajustado a un criterio jurídico correcto. Esto, en virtud que los hechos acreditados
por el Tribunal de Sentencia, evidencian que el interés lúbrico del acusado estuvo
precedido de un proceso de incitaciones y sugestiones de un mes de anticipación
que partieron de piropos con contenido sexual hasta tocamientos a la víctima, que
llevaron a la consumación del primer episodio sexual el día ocho de junio de dos
mil cuatro, en el que, el interesado voluntariamente llegó por la menor víctima a su
casa, con el objeto de llevarla a una cita con el dentista, acreditándose que
llegando a la ciudad capital, con engaños la persuadió de ingresar a un auto hotel
en el que tuvo acceso carnal con ella, conducta que se mantuvo por más de dos
años en distintos momentos y lugares hasta que la menor rompió el silencio. En la
valoración probatoria que hace el a quo del dictamen y declaración de la perito
Mirna Consuelo Juárez Andrade, citado como fundamento por la casacionista,
aquél pondera para los efectos de la calificación legal del delito, que el acusado,
aprovechando un parentesco moral entre maestro y alumna, en vez de ser su
protector y educador, se vale de toda su experiencia y malicia, con lo que la
seduce, consiguiendo su propósito lúbrico y convirtiéndola en persona
dependiente emocionalmente de él. Asimismo, pondera la conclusión cinco punto
dos del dictamen de la perito en mención, cuando describe la persuasión paulatina
del encartado para lograr su cometido, extremo en el que tiene significado la
imagen de confianza, protección, cuidado y cariño, cuyos lazos son traicionados.
De lo que se deduce que el Tribunal de sentencia hizo acopio preciso de las
razones por las cuales le otorgaba valor probatorio a la declaración de la perito,
mismas que aunadas con las relativas a otras pruebas, le servirían para dictar su
fallo por unanimidad. Se evidencia además que la propia acusación del Ministerio
Público no es contundente en señalar la violencia como elemento esencial de los
hechos realizados por el acusado, ya que en dos narraciones iguales, por un lado
efectivamente la afirma y califica el hecho como violación, pero luego la sustituye
por “… engaños…” de que se habría valido el señor Ayala Casasola para ingresar
a la víctima a un auto hotel, cualificando el hecho de manera distinta y
calificándolo alternativamente como estupro mediante inexperiencia o confianza. Y
lo cierto del caso es que si bien, se trata de dos delitos que protegen al mismo
bien jurídico, el elemento calificativo de violencia debe ser rotundo para calificar la
violación. Por lo que si ésta no se acredita fehacientemente, no es posible calificar
y condenar por un delito en el que sus supuestos no concurren perfectamente. Es
el caso, que tanto el a quo como el ad quem en la convalidación que realiza,
omiten la violencia Psicológica que denuncia la casacionista, porque en su lugar
estiman que ocurrió una dependencia emocional que estuvo precedida de un
cortejo por parte del acusado, lo cual estima correcto esta Cámara, ya que en todo
caso esa violencia psicológica o moral hubiera propendido a doblegar la voluntad
de la víctima, lo cual no quedó acreditado. Más bien, se estima que el encartado
se valió de artificios que le permitirían lograr el consentimiento que conduciría a
los distintos episodios sexuales durante un lapso de dos años, lo cual por
supuesto es producto de su experiencia y contraria a la inexperiencia de la menor,
quien entrega su confianza para que el encartado tuviera acceso carnal con ella.
Por ello se estima que el delito se encuentra bien tipificado y por ello, es
improcedente acoger la denuncia de la víctima, en el sentido que el hecho fue
indebidamente calificado como estupro y en su lugar procedía el tipo de violación
con agravación de la pena.

En lo que respecta a calificar el delito como continuado, esta Cámara no lo estima


procedente, ya que en reciente sentencia de fecha cuatro de octubre de dos mil
diez, dictada dentro del recurso de casación cero un mil siete guión dos mil ocho
guión cero cero quinientos treinta y tres, reiteró el criterio establecido en sentencia
de fecha once de marzo de mil novecientos ochenta y dos, y la amplió en el
sentido que la ficción jurídica del delito continuado no procede en los delitos que
tutelan bienes jurídicos personalísimos, dentro de los cuales se encuentran los
que protegen la libertad y seguridad sexuales; esto, ya que la comisión de dicha
clase de delitos transgrede de una vez y en su totalidad al bien jurídico que
protegen. En la sentencia precitada de octubre de dos mil diez, esta Cámara
expuso “…en dichos casos, la afectación que se comete es única e irrepetible; es
decir, que al vulnerar la libertad sexual de una persona (como ocurre en el caso de
la violación), esa afectación no puede volver a ocurrir, toda vez la libertad sexual
constituye una determinación personalísima que se tutela por la ley penal tantas
veces la persona quiera o no acceder a la relación sexual; y asimismo, porque el
factor final que consiste en el interés lúbrico por cada evento sexual, por
naturaleza es temporal. Es decir, que en casos como la violación, el propósito o
resolución criminal se encamina hacia la satisfacción del episodio sexual por parte
del sujeto activo, por lo que una vez ocurrida la immisio, se habrá consumado o
perfeccionado en su totalidad el delito, lo que implicará que el mismo esté
perfectamente acabado (…) Por lo anterior, delitos como la violación o los abusos
deshonestos violentos, nunca pueden tener asidero en el artículo 71 del Código
Penal, toda vez, como se reitera, el “… mismo propósito o resolución criminal…”
no ocurre en el presente caso, dado que la satisfacción del episodio sexual por
parte del sujeto activo es única y temporal, y “… el mismo bien jurídico de la
misma o de distinta persona…”, no puede ser repetido, toda vez la persona física
es tutelada en su determinación de acceder o no a la relación sexual, tantas veces
sea necesario; por eso cuando se vulnera esa “libertad y seguridad sexuales”, se
entiende que el delito, respecto a ese momento de libre determinación, se
encuentra perfeccionado o consumado en su totalidad y por ende, debe ser
tratado en forma independiente a los que ocurran en siguientes coitos. Se colige
entonces que no puede afectarse dos o más veces la misma libertad sexual dado
que ésta es circunstancial, y por ello el bien jurídico no puede ser “… el mismo…”
como lo requiere el artículo 71 Ibíd. Es decir que en casos como el que aquí se
analiza, no pueden haber varios actos parciales que produzcan una sola lesión
jurídica (unidad objetiva) y respondan a un solo designio criminal (unidad
subjetiva); dado que, como ha sido expuesto, una sola acción da por consumado y
perfeccionado el delito, y el designio lo es, para satisfacer un interés lúbrico por
naturaleza de carácter temporal…”; criterio por supuesto extendible para el
estupro, ya que constituye un tipo que tutela los mismos bienes jurídicos. En ese
sentido, el fallo de casación aquí citado establece que los actos deben ser
interpretados según el concurso real de delitos, ya que todos los coitos deben ser
interpretados como vulneraciones consumadas, es decir, individualmente
consideradas. Ahora bien, en el presente caso, no puede aplicarse el concurso
real de delitos, entre otras razones, porque los hechos acusados por el órgano
fiscal y acreditados por el a quo, únicamente refieren en tiempo, modo y lugar, un
episodio sexual ocurrido entre acusado y víctima, y aunque ese comportamiento
se hubiere mantenido por aproximadamente dos años, no es posible hacer una
calificación de delitos de consumación instantánea como los que aquí se analizan,
sin la base de hechos concretos, precisos y debidamente probados cada uno. Es
decir, que hubiera sido necesario acreditar fehacientemente, aunque no todos, al
menos sí pocos o varios episodios sexuales, para analizarlos en concurso real de
delitos. Por ello resulta igualmente inatendible el reclamo de la casacionista, que
pretende una condenatoria de violación con agravación de la pena, sobre la base
de la figura del delito continuado contenida en el artículo 71 del Código Penal.

LEYES APLICABLES

Artículos citados y: 3º, 4º, 17, 46, 203 y 204 de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 264 numeral 23 del Código Penal, Decreto 17-73 del
Congreso de la República de Guatemala y sus reformas; 5, 11 Bis, 291, 342
numeral 4), 437 numeral 4); 438, 439, 441 inciso 5), 442 y 446 del Código
Procesal Penal, Decreto 51-92 del Congreso de la República de Guatemala y sus
reformas; 57, 58 inciso a), 74, 79 inciso a), 141 inciso c), 143 y 149 de la Ley del
Organismo Judicial, Decreto 2-89 del Congreso de la República de Guatemala y
sus reformas.

POR TANTO LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL, con base


en lo considerado y leyes citadas, DECLARA: I) IMPROCEDENTE el recurso de
casación por motivo de fondo interpuesto por la querellante adhesiva y actora civil
Gloria Judith Ayala Pinto, contra la sentencia de fecha siete de octubre de dos mil
diez, dictada por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala. II)
Por notificadas las partes comparecientes a esta audiencia. Notifíquese y con
certificación de lo resuelto, devuélvase los antecedentes a donde corresponda.

César Ricardo Crisóstomo Barrientos Pellecer, Magistrado Vocal Segundo,


Presidente de la Cámara Penal; Gustavo Adolfo Mendizábal Mazariegos,
Magistrado Vocal Cuarto; Héctor Manfredo Maldonado Méndez, Magistrado Vocal
Quinto; Gustavo Bonilla, Magistrado Vocal Décimo Tercero. Jorge Guillermo Arauz
Aguilar, Secretario de la Corte Suprema de Justicia.

Вам также может понравиться