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UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

FACULTAD DE MEDICINA
ÁREA SALUD Y SOCIEDAD

SALUD Y SOCIEDAD I

TIPOLOGIA DE LA MEDICINA TRADICIONAL Y CARACTERIZACIÓN DE LOS SISTEMAS MÉDICOS


Virginia Gutiérrez de Pineda

Medicina Tradicional de Colombia.


Magia, religión y curanderismo

Medicina y sobrevivencia humana


El hombre, como especie biológica, afrontó desde su aparición la urgencia de sobrevivir. Como ser físico
padeció la asechanza letal en el accidente y la dolencia. Posiblemente, su afán de trascendencia lo fue
instrumentalizando paulatinamente, en sucesivas conquistas, con las cuales pudo hacer frente o atenuar las
amenazas de los ecosistemas, y le sirvieron de alivio en las luchas de relación individual dentro de la
especie, y su defensa contra las demás.
Se sospecha que el ataque de cualquier naturaleza a su ver vital, lo asumió inicialmente solo. Como las
demás especies, el enfermo fue abandonado por la comunidad, Quizás en los comienzos de las expresiones
sociales - familia, comunidad- un sentimiento de solidaridad tardía se hizo expreso en torno del enfermo.
Algunos antropólogos consideran que este sentimiento iba asociado al desarrollo y especificidad de roles
que el paciente podía cumplir, roles que jugaban un papel trascendente en el grupo o afectaban su
sobrevivencia.
Es en este momento, cuando la atención del enfermo, empieza a hacerse social, y a considerarse su
dolencia como preocupación que atañe no solo a él sino al grupo. La proyección de este pensamiento, se
amplía más tarde con el desenvolvimiento social y engloba a la humanidad y aun la acción física de todo el
sistema terrestre.
En Colombia, los recuentos de comunidades americanas en el pasado o en el presente, muestran un
estadio avanzado de solidaridad: entre los chocós, por ejemplo, el enfermo es preocupación colectiva. La
pequeña comunidad hace pasar frente al enfermo todas las cabezas médicas en orden sucesivo de
jerarquía. Cuando se ha llegado al "jaibaná" máximo y su fallo es fatal, se corta la preocupación curativa y
se lo declara muerto. El grupo espera su deceso, que llega sin que nadie acuda a sus llamados, porque ya
está declarado fuera de las posibilidades vitales.
Tanto las variantes de la medicina tradicional, como de la facultativa, constituyen en sí, sistemas
médicos. Una de las definiciones más antiguas sobre sistema médico es la de Clark, que lo considera "un
complejo de ideas acerca de las causas y curas de la enfermedad, ninguna de las cuales es enteramente
racional ni completamente irracional. Sus practicas y la mayoría de sus procedimientos curativos son
comprensibles y lógicos a la luz de sus creencias sobre la naturaleza de la salud y las causas de la
enfermedad". Son, además, partes integradas de la cultura y afectadas por otras categorías: económica,
religión, relaciones sociales, educación, estructura familiar y el idioma, en forma holística.
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Foster y Anderson consideran que cada sistema médico "abarca todas las creencias que promueven la
salud, las acciones y el conocimiento científico y la habilidad de los miembros del grupo para que lo
suscriben" Estos autores distinguen en un sistema médico dedo dos partes: el de teoría de la enfermedad y
el de cuidado o atención de la salud, la causa de la enfermedad, cualidades de los remedios y técnicas
utilizadas para contrarrestarla.
Constituye un cuerpo teórico, una construcción intelectual, parte de la orientación cognoscitiva de los
miembros del grupo. Se refiere también a la clasificación, explicación, causas y efecto de la enfermedad,
Consideran estos antropólogos que cualquier sistema de esta naturaleza es racional, pues existen causas
adyacentes, encubiertas o no conocidas o ignoradas que pueden explicar su racionalidad, al ser puestas en
evidencia.
El sistema de cuidado y atención de la salud – praxis - es una institución social que involucra como
mínimo al paciente y quien lo cura. Su función es promover los recursos del enfermo, su familia y su
sociedad, y dirigirlos a tratar el problema del enfermo. Refleja el conocimiento, el sentido filosófico del
sistema de causalidad de la enfermedad con el cual está relacionado, sabiéndose que este último define,
toma decisiones y determina, las acciones que deben ejecutarse por los participantes envueltos en el
problema de salud. Aunque el sistema del cuidad de la salud está relacionado con el de la causa de la
enfermedad con dos entidades diferentes.
Una apreciación holística da a los sistemas de la atención de la salud Kleiman, señalando cómo en todas
las sociedades ellos están más o menos interrelacionados. Constituyen respuesta a la enfermedad y, por lo
tanto, conforman un sistema cultural, de significados simbólicos, incrustados en ambientes particulares de
las instituciones sociales y en patrones de interacciones interpersonales. Así, en cada cultura, la enfermedad
y las respuestas a ella, los individuos que la experimenta y la tratan y las instituciones sociales que se le
relacionan están sistemáticamente interconectadas. La totalidad de estas interrelaciones constituye el
sistema de salud, que como cualquier sistema cultural, integra los componentes de la sociedad que se le
correlacionan: patrones de creencias relacionados con las causas de la enfermedad, que gobiernan la
escogencia y la evaluación del tratamiento; status socialmente legitimados, roles, relaciones de poder,
medios interactuantes, e instituciones. Pacientes y curanderos, enfermedad y curación son parte del sistema
de salud, culturalmente integrados.
Sin embargo, el sistema de salud, para Kleiman, es un concepto, no una entidad, un modelo conceptual
tenido en mente pro el investigador, a fin de interpretar cómo los actores de este conjunto social "piensan"
acerca de la atención de la salud, Sus creencias en relación con la enfermedad, sus decisiones, cómo
responder a sus episodios específicos; sus expectativas y evaluaciones, las clases de cuidado y ayuda, son
enmarcadas por el investigador dentro de su sistema de atención de la salud. Y de este marco conceptual
propio ha de escapar para entender mejor el verdadero sistema.
El modelo del sistema de cuidado de la salud también se obtiene del estudio de la manera como la gente
actúa en él y usa sus componentes. En tanto el resultado de/y la condición del modo como la gente
reacciona a la enfermedad en ambientes sociales y culturales locales y como ellos perciben, nominan,
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explican y tratan la enfermedad. Entonces, incluye las creencias de la gente (explícitas e implícitas) y los
patrones de comportamiento, regidos ambos pro reglas culturales.
Así concebida, se inserta en la definición de sistema cultural de Geetz esquema "de" y "para" un área
especial del comportamiento humano, que como cualquier otro sistema cultural necesita ser entendido en
términos de sus actividades instrumentales y simbólicas.
Las creencias y el comportamiento que conforman estas actividades, están influidas por instituciones
sociales particulares, (clínicas, hospitales, asociaciones profesionales y personal de salud), roles sociales
(enfermo y médico), relaciones interpersonales (médico - paciente; paciente y su grupo familiar y red de
relaciones sociales), interacción de escenarios (hogar y consultorio del médico), restricciones políticas y
económicas, y muchos factores, siendo los más nobles, los tratamientos e intervenciones disponibles y los
tipos de problemas de salud. Está organizado como un componente especial del mundo social, mediante la
intervención de las variables mencionadas. Constituye el nexo de respuestas adaptativas a problemas
humanos creados por la enfermedad y, como tal, el punto de la "eficacia" es focal en él. Se le halla afectado
por el nivel de desarrollo social y tecnológico de su entorno, incluyendo el status de las instituciones
terapéuticas, las tecnologías biomédicas, los tratamientos y las intervenciones y el personal profesional. Por
consiguiente, conforma una estructura interior y una externa interconectadas y en secuencia reciprocar.
Está compuesta según Kleiman, por un sistema de cultura focal, integrado por tres partes sobrepuestas:
el popular, el profesional y los sectores folclóricos.

El sector popular
Es el más estudiado, el más amplio, y abarca varios niveles: individuo, familia, redes sociales, creencias y
actividades de la comunidad. No es profesional ni especialista, constituye el campo cultural en el cual la
enfermedad se define primero, se inician las actividades de la atención en salud, del cual sale el enfermo, a
sus instancias, para ser curado y después de lograrlo, retornar a él para evaluar y decidir que se hará luego.
Es la conexión y límite entre los sectores, definiendo su entrada y salida de ellos y su interacción.
Desempeña un papel trascendente, pues aunque es creencia común que el profesional organiza el cuidado
de la salud del enfermo, en realidad es éste sector el que activa diciendo cuándo y a quién consulta, si se
queja o no, qué tratamiento decide entra varias opciones, cuándo la atención ha sido efectiva o está
satisfecho de su calidad. En este sentido, sus funciones constituyen la fuente fundamental y determinante
inmediata de la atención.
Este sector ha sido el más descuidado en los estudios, debido a que el tratamiento con sus rituales es el
que acapara la atención del investigador social, por los valores del exotismo que aparenta en las
comunidades o culturas populares. Sin embargo, el tratamiento efectuado por la familia y el individuo en el
hogar, es la primera intervención terapéutica a la que se recurre en un amplio número de culturas. Este
descuido ha sido la causa de que gran parte de la antropología médica transcultural y de la psiquiatría de la
misma naturaleza, haya sido irrelevante para servicios prácticos en el cuidado de la salud.
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La familia es la instancia a la que recurre el individuo para combatir inicialmente la enfermedad. Se sigue
en ella los siguientes pasos: percepción y experimentación de síntomas; nominación y evaluación de la
enfermedad; reconocimiento de una clase en particular de rol del mal (aguda, gravedad, crónico, atención
médica, casera, psiquiatría, etc.) decidiéndose lo que se debe hacer, comprometiéndose en un cuidado
específico y en el comportamiento correspondiente: aplicación del tratamiento; evaluación personal del
efecto del tratamiento, y de su terapia y del obtenido por otros sectores, del sistema del cuidado de la salud.
El enfermo y su familia ponen en movimiento creencias y valores sobre la dolencia, que son parte de la
estructura cognitiva de la cultura popular. Sus decisiones cubren una amplia gama de posibles alternativas:
la familia puede desechar signos de enfermedad por considerarlos comunes o naturales o reconocer el
papel de enfermo de la persona; establecer terapias, con tratamientos conocidos, consultar amigos, vecinos,
parientes o expertos sobre o que se debe hacer. Puede que se vea forzada a salir de los límites de este
sector y entrar al profesional o al folclórico; y en cuyo caso, ella es la decisoria.
Una vez que se decide penetrar en otro de los sectores, hay que enfrentar diferentes conjuntos de
valores y creencias, en los bagajes cognoscitivos de los profesionales y de los practicantes folclóricos, cada
uno de los cuales identifican la enfermedad y definen su terapia de manera diferente. El poder para
considerar la enfermedad y el tratamiento como un fenómeno social, no está igualmente repartido entre el
mundo profesional y el popular. El primero es todopoderoso porque su poder social es un gran parte función
de su institucionalización que él alcanza a alto nivel, mientras el sector popular se halla considerablemente
difuso.
Siegler y Osmond conceptúan que un individuo es "miembro enfermo de la familia" en un ambiente,
"paciente" en otro o "cliente" en un tercero. En cada uno de los sectores (popular, profesional o folclórico) su
enfermedad se percibe nominan interpreta y recibe un cuidado diferente o especial; tiene reglas específicas
para entrar y salir de estos medios: clínicas y hospitales en el sector profesional; en el folclórico, normas y
ambientes acordes con las especificaciones de la cultura. Incrustado en ellos, recibe una definición de su rol
de enfermo al determinar su dolencia crónica, epidémica, grave, ligera, contagiosa, aguda, etc., y sale de las
instituciones del sector profesional, como una persona curada, incurable o moribunda, tal como puede
ocurrir en el sector folclórico. El enfermo encuentra así mismo diferentes lenguajes, según penetre a un
sector u otro. Y lo que es más complejo aún, su raigambre cultural es de un sistema médico diferente, debe
hacer la traducción a su propio lenguaje, al del sistema médico al que pertenece. Esta intercomunicación
crea considerables problemas que explican la dificultad de penetración de cada paciente extraño, en el
mundo cognoscitivo y de la praxis de otros sistemas y para establecer una relación de comunicación fluente.

El sector profesional
Este sector, establecido por Kleiman, comprende las profesiones organizadas para curar, que en el
mundo occidental conforman la medicina científica moderna". Sin embargo, en ciertos países la medicina
tradicional (China) ha sido oficialmente incluida en este contexto. También algunos de los países árabes o
musulmanes han llagado a este proceso con su herencia ayurvédica. La profunda especialización de este
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tipo de medicina ha incorporado otras profesiones en el campo de la salud, particularmente en países de
alto desarrollo tecnológico.
Los sistemas médicos profesionales, afrontan la influencia de grupos o comunidad nativas con el proceso
conocido como "indigenación", que se refiere a los cambios que el profesional moderno en medicina y
psiquiatría padece, una vez que penetra en las sociedades no occidentales. Estos cambios comprenden el
sistema de conocimientos, las instituciones del cuidado de la salud y todos los factores involucrados por el
término "realidad clínica". El resultado es un rediseño cultural del cuidad profesional clínico en un mayor o
menor grado. Paralelamente, ocurre el fenómeno de "popularización" mediante el cual "ciertos aspectos del
cuidado profesional, conceptos científicos de salud son alterados y difundidos al entrar al sector popular",
condición observable entre nosotros. La difusión de vademecums médicos y libros de especialidades
farmacéuticas y su llegada a manos de curanderos profesionales de diverso tipo, y el fácil acceso a drogas,
han extendido el proceso de "popularización" en el país.

El sector folclórico
La medicina folclórica es una mezcla de diferentes componentes, algunos de ellos relacionados con el
sector profesional y los más con el popular, anotándose que en las comunidades donde falta el sector
profesional (casi todas las comunidades colombianas en la etapa colonial y algunas rurales hoy) el folclórico
y le popular constituyen el sistema de salud, Conforma dos pares definidas paro sobrepuestas: una
modalidad curativa sagrada (mágico - religiosa) y otra basada en principios naturales. El exotismo de la
primera, y gran parte del interés antropológico de su focalización, han hipertrofiado su presencia en las
comunidades, cuando ésta como sistema curativo tiene tanta o más importancia que la segunda.
El problema de este sector de cara a la atención de la salud, es el desconocimiento de sus resultados, la
falta de análisis rigurosos que resuelvan el interrogante de su eficacia real en la atención de la salud. Exigirá
esta meta un seguimiento minucioso del tratamiento folclórico con una evaluación del estatus de salud antes
y después del tratamiento.
Al encuestar pacientes de consultorios de curanderos, se encuentra que quienes viene a consulta por
primera vez, expresan una gran fe en la sabiduría del médico tradicional; pero nunca se dan los mismos
niveles de credulidad y expectativa positiva en los frecuentes reincidentes del consultorio; otros, asumen que
la enfermedad es un signo fatal del ser humano y que no puede ser aliviada radicalmente, especialmente los
creyentes del sistema mágico - religioso. La gran mayoría de la clientela ha participado de los dos sectores:
el profesional y el folclórico, en varias ocasiones. Van de uno al otro, buscando la salud, en ocasiones
coexistentemente y en otras en forma sucesiva. Como se ha dicho, en nuestro medio, os individuos tiene un
proceso de socialización cruzada - científica, mágica, religiosa y folclórica - resultado de nuestra
conformación socio - cultural.
Como efecto y causa, los sistemas de la salud reúnen en nuestras comunidades los tres sectores en
forma concomitante, popular, profesional y folclórica, siendo los profesionales, como norma, menores que
los folclóricos en sus diversas modalidades. Estos últimos abundan, siempre tiene validez, cualquiera que
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sea la clase de paciente que se confronta y, en algunos casos, acaparan totalmente su atención. En esta
forma, en las comunidades, urbanas, rurales patrias coexisten y son funcionales en la medida que se
ajustan a la mentalidad del sector popular. Casillas Cuervo señala que "no hay un sistema que tienda a
reemplazar los otros, en el caso de su existencia de sistemas médicos", como ocurre en la población
chicana que se sitúa en la frontera méxico-estadunidense. Opina que "más bien hay un genuino sincretismo
y en algunos casos, el refuerzo y expansión de sistemas médicos paralelos, con la adición de elementos de
la medicina científica, como drogas y procedimientos terapéuticos", fenómeno que también puede tener
lugar entre nosotros.

Características de los sistemas médicos


Veamos algunas de las características más acusadas de los sistemas médicos, vertidos sobre ejemplos
colombianos.
Partes vivas de la cultura
Aceptando que sin parte vivas de la cultura, hay que aceptar igualmente que se rigen en su estabilidad y
dinámica por los mismos principios que gobiernan a las demás. Así, son resultantes de influjos muy variados
(simples y complejos) que emanan de las restantes porciones. Por esta razón, al evolucionar una de ellas,
digamos la tecnología, los sistemas médicos se ven ciertamente afectados polimorfamente. La educación.
Con su ritmo cambiante, dinamiza el cambio de los sistemas médicos, desde la concepción teórica hasta las
prácticas que engendran. El mismo poder político y la ética religiosa son sus oscilaciones, producen
vaivenes y repercusiones en la teoría y en la praxis de los sistemas médicos. Los cambios ambientales y en
los asentamientos humanos también han producido transformaciones en ellos.
Estos cambios, ofrecen un mecanismo de retroalimentación. Los influjos dinámicos de las instituciones
del todo social, se sienten en los sistemas médicos parta a su vez las transformaciones que producen en
ellos se devuelven, generando cambios en ellas, como mecanismo de su ajuste. Los avances en salud
pública han dado vuelco a los asentamientos de la población, a la estructura poblacional, a las expectativas
vitales, etc., pero, a su vez esos avances tecnológicos aplicados a la salud, han desencadenado
transformaciones estructurales internas en los sistemas médicos que inciden sobre la economía, poder
político, religión, educación, etc.
Suma integrada del universo cultural
Por razones como las expuestas, algunos antropólogos juzgan que el sistema médico es una suma
integrada, resultante del universo cultural. Sus concepciones so transmiten como patrones, creencias y
actitudes sobre la salud, como emanación integral del marco cultural. Algunos ejemplos ilustran la
aseveración.
El concepto de divinidad y el de pecado original cristiano, resultante del principio de la creación humana,
acompaña las concepciones de salud y de enfermedad, en polimorfas proyecciones. Por esta razón,
creyentes campesinos colombinos cuyo acontecer está definido pro una divinidad antropomorfa,
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todopoderosa, origen y fin de la vida, en la que nada transcurre sin que ella en último graso o instancia lo
determine, la enfermedad o la salud no son un proceso natural, sin oculta voluntad divina.
Confrontados quienes comparten el credo bíblico, remontan el mal al pecado original, que engendró
enfermedad y muerte como efecto punitivo por la infracción; así mismo, la curación está en manos de la
divinidad, que la da o la niega, de acuerdo con ocultos designios que el hombre no puede penetrar. Es de tal
naturaleza esta concepción médico - religiosa, que las pestes que en la Colonia diezmaron periódicamente
la población - tifo, viruela, vomito negro, fiebres pútridas, etc.- fueron siempre consideradas "castigo de
dios", pro la terquedad de los nativos de no aceptar la fe católica, por sublevarse al dominio hispánico que
traía el evangelio cristiano, o por revelarse contra las autoridades legítimas. El asedio de viruela que siguió a
la revuelta de los Comuneros llevo a conceptuar al sabio Mutis que era la sanción divina por sus
sublevación. Por esas razones numerosas rogativas (rito religioso de súplica y apaciguamiento) se han
institucionalizado como medio para aplacar al dios vindicado.
En el campo y posiblemente en las urbes, donde un sistema rígidamente estructurado de clases niega
como lo asevera Foster, a ciertos grupos los canales de mejor estar, donde las fronteras de goce de los
bienes se cierran sobre ellos por la escasez en la oferta y una excesiva demanda, que hace suponer que
son limitados, la salud n es una conquista personal y no estimula a su búsqueda; es la resultante del
destino, de algo fatal que está más allá de sus posibilidades de acción. Este marco antropológico encuentra
realidad en el campesino de ciertas tierras paupérrimas de Santander, con régimen de apariencia como lo
son las zonas tabacaleras o las de cultivos de pancoger en Boyacá, generando un hondo sentido de
fatalidad y de inercia para luchar por la salud. Conjugado las condiciones de su universo económico con las
creencias cristianas, que generan pasividad y favorecen pasividad y favorecen la permanencia estructural, el
individuo culpa a dios, al destino, de sus condiciones de salud y no lucha por alcanzarlas.
Esta actitud de quietismo está definida por su contexto sociocultural, descrito así por Forester: "En
sociedades de recursos limitados, incluyendo los campesinos clásicos, existe una orientación cognoscitiva
compartida., por la cual perciben sus ambientes socio - económicos y naturales como un sistema cerrado".
Los recursos del sistema se consideran insuficientes para satisfacer a cada miembro en todas las cosas que
él desea y aspira; no sólo los recursos son insuficientes, son ínfimos, estáticos y limitados. Cada individuo
dentro de este sistema es consciente de que sus bienes son limitados para él, paro sabe que hay recursos,
quizás en cantidades ilimitadas, más allá de las fronteras de su propio sistema, pero no alcanzables. Y esta
apreciación la aplica a la salud y a su logro.
Confrontadas las condiciones descritas, se ha podido confirmar, que alterados los principios
condicionantes del medio social, economía y educación principalmente, al ritmo y quizás a instancias de
esta dinámica, la mentalidad ha divergido del patrón inicial. De la respuesta "ta de dios que se aliente o se
muera", "pa los pobres no hay", "se le da la yerba del aguante", se pasa a la lucha individual y colectiva y a
la búsqueda de canales de alcance de la salud. Algunas veces estos cambios son producto de la migración
a las ciudades, aunque, en ciertos estratos urbanos, especialmente en los cinturones de pobreza, se
mantienen dentro de un medio sociocultural equivalente al rural, las actitudes, comportamientos y valores
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tradicionales de salud. Algunas veces estos cambios son producto de la migración a las ciudades, aunque,
en ciertos estratos urbanos, especialmente en los cinturones de pobreza, se mantienen dentro de un medio
sociocultural equivalente al rural, las actitudes, comportamientos valores tradicionales de salud.
La situación descrita por Forester, tiene más secuencias en el sistema de relación de la comunidad con
resultados negativos en la salud. Un sistema de nivelación se genera en sus miembros, que anula la
competencia y el libre crecimiento socio - económico. Si alguien inicia el despegue en ese sentido, es
"objeto" de sanciones envidiosas, tales como chismes, calumnias, solapadas, brujerías (el subrayado es
nuestro) y agresiones. Este mismo ambiente desencadena la agresión mágica en salud, y su explicación
concomitante. Las tensiones internas se regulan mediante la magia, produciendo la enfermedad como
represalia.
El párrafo siguiente, tomado del diario de campo de Cartagena, seleccionado al azar entre muchos de
esta naturaleza, confirma lo expuesto: "Le pregunto si Dios puede causar la enfermedad? Dice que no, que
Dios no da la enfermedad, que los que la dan son los pecados; que cuando una persona tiene muchos
pecados es apenas lógico que se enferme, de ahí que dándole un purgante puede botar esos pecados.
También dice que la enfermedad es producida no por odio sino por envidia, porque las personas envidiosas,
envidian a los que tienen bienes, mujeres, hijos, sin problemas. Entonces el envidioso busca plantas que
producen males y se las tira a la casa con distintos resultados: unas veces consiguen que las gentes salgan
de ella y se vayan, y así un mal vecino es muy fácil sacarlo. Que él ha sido llamado con frecuencia para que
explique por qué una persona le da la angustia de irse de la casa estando bien en ella. Responde que algún
mal vecino le ha hecho algún maleficio. Para anularlo llega a la casa, busca el maleficio y lo saca, con lo que
la persona vuelve a estar contenta en su vivienda y no piensa más en salirse. También es llamado
continuamente para sacar la "mala suerte" o "saladera" de las casas. Buscar las plantas benéficas como la
curalina, la yerbabuena y colino negro, les hacen un riego con oración, se lo aplican y sale el mal.
Los conceptos que se exponen en el trabajo que se viene citando son también a mi parecer, ejemplo de
un tamizado proceso de interculturación hispano-india. Cultos y mitos astrales enraizados en ambas
culturas, teoría y praxis hipocrática-ayuvádica, se incorporan en un sistema médico. Creo que siglos de
devenir han logrado configurarlo dentro del retáceo cultural que lo construye.
Un ejemplo de integración
Otra modalidad que encuadra en la premisa de que los sistemas médicos son parte integral de la cultura,
lo ofrece el análisis de la medicina tradicional en una comunidad campesina de Boyacá, remanente de
población muisca, en parte mestizada con blanco, y en lo restante india en legado y raza. Las imposiciones
aculturativas, parecían haber borrado todos los aspectos del acervo nativo. Sin embargo, había sobrevivido
encubiertamente, y la medicina era un girón de su permanencia, arraigado en la mística y en otras
dimensiones culturales. El trabajo del antropólogo Pinzón y su esposa, configura este principio de la
integración de la cultura con el sistema médico.
La mitología muisca, como algunas otras americanas y la mediterránea (España) han establecido una
dualidad entre el sol y la luna, que parangonan con la relación hombre mujer. En la muisca, el sol es el
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hombre y la mujer es la luna. En el discurso mítico, los dos antagonizaron, y la luna, Huitaca, elemento
divergente, destruyó los principios del héroe civilizado Bochica "rompió con todos sus principios y
desorganizó la sociedad" exigiendo su presencia curativa.
Estos héroes muiscas, como en el pasado, centran su economía agrícola en el cultivo del maíz,
asimilándolo en forma tal que se identifican con él, ofreciendo similitudes en su ciclo vital paralelo entre
hombre y planta. Como el maíz, el hombre en su etapa de madurez, actúa sobre la naturaleza, "transforma
el maíz en un producto social" y su "cuerpo en un cuerpo inscrito dentro de las fuerzas de la sociedad".
La mítica se proyecta en el sistema médico: "el sol carga, la luna roba la energía y todos los animales, las
plantas, los seres están divididos en seres lunares y seres solares". A semejanza del mito, la lechuza
encarna las mujeres brujas, Antes los chamanes fueron hombres y ahora pertenecen al sexo femenino.
Ellas "son otra vez la reencarnación de Huitaca (luna) que viene a robar energía" y para ello "las mujeres
se dejan crecer el caballo hasta la cintura, lo cortan, lo amarran hasta la mitad del cuerpo, toma
escopolamina y se transforman en lechuzas." Esta relación solar-luna, expresión de la estructura hombre-
mujer, fundamenta también una relación entre hombre, tierra y cosmos.
Las acciones de los astros se traducen en enfermedad cuando ocurre un desequilibrio entre sus
proyecciones de energía "sobredosis solar, picadura de sol, o ausencia de energía lunar, un sombreado;
picadura de sol en personas que se encargan de su energía, que comen animales que son solares". Así la
enfermedad llamada "empacho (tradición hispánica), "la tiene como sobrecarga de energía solar" que hay
que eliminar.
Sobre este principio teórico el curandero de Sora "establece en qué nivel ha habido una desarmonía en la
energía y establece otra vez ente flujo". A semejanza de cualquier problema social, donde "establece el
buen flujo y el buen devenir de la sociedad para establecer armonía".
"las enfermedades serán causadas por infracciones a las leyes del sol, del ciento, del trueno; también por
sobrecarga de energía, trabajar exponiéndose demasiado al sol "picadura de sol" o cuando los niños reciban
a la mirada de personas adultas sobrecargadas de energía, "mal de ojo" o cuando una madre preñada por
primera vez, toque un niño, ya que su sobrecarga por estar cocinando la vida de un nuevo ser, produce el
"enteco de primeriza".
El otro tipo de enfermedad se producirá por robo de energía: los niños no deben ser sacados a la
intemperie en noches de luna llena pues Huitaca les robará la energía y serán "enlunados" enflaquecerán
hasta secarse y las energías de descomposición se alterarán, tendrán diarreas, vómitos y fiebre, todos
síntomas de perdida por sustracción". Tampoco se puede llevar al niño ante un cadáver "pues la energía de
descomposición del muerto entrará a su cuerpo y el crío se secará como un cadáver", "enteco de difunto".
La naturaleza también se asocia con las deidades solares y lunares en la producción de las
enfermedades: los vientos que corren de este a oeste siguiendo la dirección del sol, serán refrescantes y·
limpios, en tanto que los vientos que corren de norte a sur serán malos vientos y enfermarán a las personas
de "mal de aire", son vientos que trazan el camino de la muerte, "vientos lunares".
El principio de desequilibrio térmico también se hace evidente: después de hacer despliegues de energía
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en la danza, "nunca salgas sin enfriarte", pues el cambio busco de aires, producirá el "pasmo" (Desequilibrio
térmico orgánico de presencia hispánica).
"La influencia lunar nociva se expresa en la hechicería y la envidia será su causa, poniendo plantas
tóxicas y minerales en las comidas y la energía de descomposición lunar, se apoderará del cuerpo de la
víctima".
¿Por qué se habla en el cuerpo de dos dimensiones? Porque está "dividido en dos partes" "la parte que
compone la energía de composición y desarrollo es solar, y la que comprende la descomposición de energía
es lunar". Por ello el ser humano está partido en dos: "del ombligo hacia arriba y del ombligo hacia abajo: del
ombligo hacia arriba es energía solar, y energía lunar del ombligo hacia abajo". Y esta parcelación corporal
tiene interpretación peculiar, "del ombligo para arriba se establecen principios de metabolización y de
composición del cuerpo" . . . y del ombligo hacia abajo se halla "el intestino donde esté la descomposición
de lo que ha sido el proceso de alimentación". Así la proyección del niño sol-luna proyecta el proceso.
El proceso curativo engrana en estos principios míticos "curar es volver al balance al mundo, restablecer
la armonía, las enfermedades del mundo se perciben en el trueno, y cada ser humano según su edad,
"llevará el color de la armonía, punto medio del espectro de dios Cuchavita" (arcoiris) si su color se desplaza
a la derecha, estará sobrecargado, si es a la izquierda estará carente de ella"
En el proceso curativo "se colocará el enfermo en dirección este-oeste". Si estuviera cargado de energía
solar o de energía de descomposición", se succionará la energía sobrante y "se soplará, de norte a sur, para
que se vaya con el viento por los caminos de la muerte". Si careciere de energía se buscarán las plantas
solares que le devuelven su energía natural. La muerte es renacimiento, el "cuerpo beberá la energía
primordial para ser Chiminigagua, el dios del universo muisca".

La enfermedad está culturalmente definida


Foster señala que en todo sistema mítico la enfermedad está culturalmente definida; en el habla inglesa -
dice- un término indica la enfermedad física, concepto patológico (disease) y otro la dolencia cultural
(illness). Entre nosotros no existe terminología diferencial. Pero algunas enfermedades físicas, no se
consideran tales y otras, que no responden a este concepto, se catalogan como dolencias. En otros casos,
las enfermedades son obligatorias, Un habitante de la zona húmeda tropical del Pacifico o del Valle del
Cauca, con largos ataques de paludismo, no se cree enfermo, porque allí, hasta hace unos veinte años, las
fiebres maláricas no fueron consideradas enfermedades, sino reacciones y adaptaciones a la tierra caliente,
normales para cualquier organismo.
En el Chocó el pian fue endémico en la población negra enfermedad que posiblemente le era
característica, pues en la venta de negros o en las descripciones testamentarias de sus dueños, aparecen
algunos marcados con la dolencia. Hace unas décadas, el Ministerio de Salud llevó a cabo intensas
campañas para la erradicación, con lo que el pian perdió su carácter de enfermedad obligatoria. Hay que
anotar que la población india y blanca de la misma región no lo padecía, lo cual arraigó la creencia de que
era una enfermedad obligatoria en el negro. Las medres "vacunaban" a sus hijos pequeños con sus propias
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pústulas, con el convencimiento de que de esta manera el flagelo sería menos agudo en la adultez, pero así
propagaban la enfermedad, y reforzaban la creencia.
Enfermedades culturales, en poblaciones de mayor dominio geográfico y legado español, son los estados
fisiológicos femeninos, menstruación, embarazo, parto, puerperio. La población india los considera en forma
normal, con excepción de las comunidades, donde un rito de primera menstruación aísla a la púber de la
comunidad.
Un fenómeno de caracterización mixta es el de la primera dentición, que adquiere el signo de obligatoria y
cultural. Al aparecer en los primeros dientes, en forma aguda en los molares y más acentuada aún en los
caninos, el niño sufre de enfermedades que al ser consideradas de curso obligatorio, pierden valores de
nocividad y asumen el carácter de culturales y por tal motivo disminuyen el interés en su atención, puesto
que se espera que desaparezcan sin atención médica con el discurrir de la edad. Fiebres, erupciones de la
piel, excitabilidad, insomnio, diarreas, vómitos, acompañan "naturalmente" este período. La primera
dentición genera, entonces, dolencias "obligatorias" y "normales", e manera de expresiones "naturales", y
sería erróneo contrarrestarlas con una actitud activa porque la creencia no las considera enfermedad. La
actitud cultural, manifiesta en este momento del ciclo vital, favorece las enfermedades del ciclo infantil. Sin
embargo, se aplican algunos preventivos para atenuar los síntomas.
Todo sistema médico previene y cura
Dijimos que los sistemas médicos tradicionales han sido estudiados predominantemente en sus rituales
mágicos de curación, lo que ha opacado aspectos importantes del sistema naturalístico, desprovisto de
exotismo y posiblemente en algunas etapas, más influyente que el mágico-religioso. También se ha puesto
sordina a sistemas preventivos, tal vez porque no se traduce su aplicación normas coercitivas para la
comunidad y no abarcan el grupo, sino que constituyen una práctica cotidiana o eventual del creyente, de su
unidad doméstica.
Todo sistema médico ofrece un sistema preventivo y uno curativo congruentes con los principios teóricos
sobre el origen y difusión de In enfermedad, que cada uno porta. Mirados desde fuera, los procedimientos
preventivos asumen el carácter de prácticas inofensivas, sin resultado positivo alguno, en razón de que se
ignore el hilo subterráneo de la creencia que muestra cómo se contrarresta la etiología del mal, y porque,
generalmente, la medicina tradicional se desenvuelve dentro de un marco tecnológico muy precario, que
hace menguar a los ojos de extraños su trascendencia.
Prevenir los desequilibrios técnicos y de ingestión de alimentos y bebidas con los principios de caliente y
frío, o usar un azabache, tienen tanto valor en el sistema médico; tradicional, como la vacunación en la
medicina facultativa. Todos tres, enmarcados en estadios técnicos propios, previenen la enfermedad y todas
han depositado la fe en su eficacia.
En otro sentido el que se ajusta a los patrones religiosos de comportamiento, en los que prescriben su
mítica o los que evaden la envidia recortando y distribuyendo sus alcances socio-económicos en las
comunidades donde impera el régimen de recursos limitados, o los que hacen "cerrar el cuerpo" o se
mandan "marcar" (cierre mágico a la enfermedad en Boyacá) para evadir la enfermedad están haciendo,
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repito, medicina preventiva a su medida tecnológica y a influjo de su creencia y saber.
No todas las prácticas preventivas de los sistemas médicos de le medicina tradicional son inocuos
placebos. Las mágicas dan, al menos, seguridad psíquica a su dueño. Otras asocian verdaderos principios
de salud, como el baño ritual frecuente en las comunidades catías, que las ha precavido del pian en el
mismo medio donde el negro permanecía infestado. Posiblemente la morigeración en la dieta, prevenga con
sus principios de equilibrio físico, enfermedades digestivas. El beber agua hervida porque la común es
"cálida" o "fría", previene contra enfermedades parasitarias a los lactantes. En las zonas palúdicas, no
frecuentar pozos arbolados y quietos, no salir al sereno, comer "con manteca" (buena nutrición), previene o
defiende contra el ataque del mosquito.
Siguiendo el esquema propuesto por Foster, los sistemas médicos, ofrecen multiplicidad de funciones,
fuera de la de restaurar y preservar la salud de sus miembros.
La parte teórica del sistema, provee las claves del tratamiento; en la medicina mágica, explica el "cómo" y
el "qué" de la enfermedad, que constituyen el enigma de la dolencia. Si el proceso es adivinatorio, las
características que asume la prueba están conectadas con los síntomas, con los tipos de enfermedades, y
sobre todo con el encuadre social que rodea el enfermo. El augur, conocedor del mecanismo de relaciones -
domésticas, económicas, religiosas, sociales, etc.- que constituyen las redes que lo conectan al todo social,
adivinan los conflictos y las retaliaciones derivadas de ellos que pueden dar margen a la agresión mágica
del ofendido. Conoce, por los síntomas, si fuera de agresión humana directa, hay agentes sobrenaturales,
como espíritus -incluidos, robado, capturados, en acción- que están produciendo el mal. Si el paciente está
siendo objeto de agresión fatal con muerte mágica supuesta o proferida en amenazas, objeto de un
"trabajo", "postizo".
El curanderismo está también provisto de claves teóricas. Se conocen las causas que producen la
dolencia, por tanto, cómo atacarlas. El mal de frío, exige retorno al equilibrio contrarrestando la causa, y el
de calor induce otro tratamiento basado en el mismo principio. La teoría de los "descuajes" orientan su
tratamiento.
También aclara "por qué" ocurre la enfermedad. Dan un hilo conductor hacia la causa, una respuesta que
contorna juego un sistema de prevención futura: "Porque anduvo descalzo en un piso frío y húmedo, se
levantó la puérpera antes del final de la dieta, mantuvo relaciones sexuales antes de su término, o durante el
menstruo". "Es rico y envidiado, una mujer supletoria de su marido quiere eliminarla", etc. Esta respuesta
que da el sistema médico muestra no sólo una causa escueta, sino que revela claves en los sistemas de
relación del enfermo, en la interrelación con el medio, con las redes sociales propias, etc.
En los sistemas médicos mágico-religiosos, el por qué tiene una trascendencia más fecunda, pues
además de explicar la causa de la enfermedad, se proyecta más allá del origen, entretejida con mecanismos
de control, por ejemplo. La enfermedad se considera un castigo, una agresión indirecta, encubierta y este
significado desempeña un papel importante en las estructuras. El enfermo ha lesionado algún mecanismo
de relación en e1 que la norma es diferente el comportamiento asumido y la enfermedad buscan sancionar
al divergente. Las enfermedades y la muerte de los hijos del padre beodo, son castigo a la violación de la
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norma que prohibe la ingestión de alcohol. La muerte de los hijos de la mujer que practicaba el control natal,
explicaba hace unos años el castigo por su ' rebeldía a los principios católicos de procreación ilímite.
El blasfemo o el que se opone a los representantes de la institución religiosa, recibe un castigo, el mal,
con el ejemplo del cual, indirectamente la estructura está defendiéndose. El hombre que tenía relaciones
sexuales extra conyugales, era sancionado con el contagio de enfermedades venéreas que contraía por
infringir la monogamia. La buena salud, por lo contrario, premia una conducta social ajustada.
Las personalidades avaras, poco caritativas, las envidiosas, las calumniadoras, padecen enfermedades a
causa de sus vicios o de la violación de principios morales. En el pasado, por influjo religioso también, la
muerte de un individuo, no solo explicaba su género de vida, el premio a su conducta de ajuste ético, sino
que ciertos tipos de fallecimiento operaban, como correctivos a una vida de conducta rebelde, irreverente,
desajustada con los principios o las instituciones religiosas y aun políticas. En la época de la exacerbación
de las pasiones políticas; los miembros de partidos considerados opositores a la iglesia, tenían "mala
muerte", como castigo social o religioso.
Remanentes de principios éticos nativos quedan en Nariño donde espíritus, agrícolas protectores de la
propiedad privada cuidan de noche los campos de cultivo, enferman al ladrón, lo rural es una manera de
mantener el régimen de seguridad de la propiedad. Así mismo, los ladrones de objetos sagrados de culto,
sufren castigos divinos -enfermedades crueles- que mantienen el mecanismo y los valores asociados a la fe
religiosa.
En los ríos del Tolima y del Huila, aún viven nativos el mohán y el Poíra, seres míticos que cuidan las
aguas fluviales, enferman y dan muerte, al pescador que usa dinamita y al que exhausta en alguna forma la
fauna fluvial. La "madre del agua" de los manantiales de la zona andina oriental, castiga también así a quien
viola sus nacederos y los deforesta.
En todo el país aparecen seres sobrenaturales de diversa identificación: la "sombrerona", "llorona",
candelilla, la tunda, etc., que castigan aún con muerte y demencia a los hombres amigos de devaneos
amorosos y que faltan al principio monógamo.
Así mismo, existen sanciones expresas en enfermedad, que mantienen el régimen estructural familiar:
mal progenitor, conducta filial desajustada, se sancionan con la enfermedad, mientras longevidad y salud
acompañan los paradigmas culturales domésticos.
La enfermedad y la manera de mirarlas, dan lugar a movimientos de revaluación de los sistemas médicos
tradicionales. Esta función nacionalista tiene el valor de búsqueda de identidad, cuando la comunidad
nacional so siente desmenuzada y cuestionada en sus patrones, presionada por culturas foráneas más
fuertes y a Ia vez incapaz de darle un sello auténtico al nuevo momento. Negar los avances médicos como
elementos correlacionados con un sistema político, es parte de procesos de revaluación o vinculación de un
proceso histórico. Nosotros lo estamos viviendo.

Interculturación de los sistemas médicos colombianos. Sus componentes.


Un complejo proceso de integración de sistemas médicos tuvo lugar durante el período de dominio y
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colonización hispánica. Los nativos americanos disponían de complicados medios de curar, cuando irrumpió
el europeo con sus sistemas médicos; y ocurrió más tarde el injerto africano. Los españoles traían su propio
sistema médico, eco del momento científico - técnico europeo, mixtura también de ciencia, escolasticismo y
magia medieval y no respondió con éxito a las exigencias expedicionarias y de asentamiento. Desconocían
el medio americano e ignoraban las asechanzas ambientales y humanas que debían afrontar. Con sus
medicinas prácticas se vieron cortos para sobrevivir. Los apoyos logísticos que brindaba la metrópoli -
comunicaciones y abastecimiento- faltaron o funcionaron con lentitud y las crisis vitales se convirtieron en el
acontecer diario de las huestes invasoras. Para sobrevivir, tuvieron que echar mano del recurso médico
nativo.
De ahí, que un pronto y extenso proceso de aculturación invadió los menguados y obsoletos recursos
médicos del hispano. En la farmacopea hispánica llegó a dominar la composición nativa, y, las terapias
mostraban un doble origen, península en sus principios, y nativo en los medicamentos.
No hay que olvidar que en el proceso aculturativo el español era el elemento de dominio y poder y que, a
pesar de sus fracasos y carencias se mantuvo vigente, y se injertó en la cultura india en un toma y daca de
dádivas y préstamos. Los sistemas médicos extranjeros se compás del ambiente tecnológico de los grupos.
El credo de asimilación que del saber médico español logran los indígenas no es igual en todos los lugares,
sino que se condiciona al grado de desarrollo de sus comunidades.
Confrontación de los tres legados
Las tres fuentes culturales medicas, blanca, india, negra, diferentes en etnia y cultura, tenían parecidos
en sus sistemas médicos. Se sabe que españoles y nativos dualizaban en el arte de curar: un pensamiento
y una praxis racionales coexistían con teoría y prácticas mágico-religiosas.
Hay que recordar que la herencia médica hispánica era una mixtura principios científicos y mágico-
religiosos en la que confluían, remanentes del pensamiento y praxis galénica y ayurvédica, sumados al
nuevo saber árabe judeo; estaba complementado por una cultura médica encubierta que seguía la corriente
mágica del medioevo y los propios hallazgos del suelo ibérico. A esta corriente "personalistica" se sumaba
une religión de concepción antropomorfa, en la cual la voluntad sobrenatural podría ser propiciada para
obtener sus favores, o expresarse punitivamente. Ambos sistemas médicos, científico y sobrenatural eran
vasos comunicantes de una misma finalidad, sanar. Intercambiaban préstamos, pensamiento y práctica en
el arte de curar, y su sincretismo, vino a proyectarse entre nosotros.
España aportó sin querer o negándolo, la transfusión de su magia medieval y de su religión mágica, y la
cultura aborigen hizo otro tanto. Los ensalmos, las oraciones, las reliquias, las imágenes de santos se
mezclaban con los purgantes, las sangrías, las dietas, los principios de los humores de lo cálido, y lo frío, y
con algunas drogas mínimas, los simples. Los temores de las brujas, de los enduendados, de las ánimas
como "espantos" producían tanto bien como las imágenes milagreras de los santos que curaban con su
invocación su efigie, su advocación, su oración, etc.
Igual acontecía con los sistemas médicos indios: uno mismo en el chaman que con poderes
sobrenaturales curaba o enfermaba, a la manera de la religión peninsular que restauraba la salud y
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castigaba con la enfermedad. A su vez la cabeza mágica india, se apoyaba en una farmacopea vegetal o de
derivados animales y minerales, cuyos principios naturales entraban en conjunción con las ceremonias y el
ritual curativo.
La medicina india podía verterse al molde hispánico local. Aquí no había brujas, ni ánimas pero sí seres
sobrenaturales en connivencia con el chamán. Los espíritus protectores de la cabeza médica nativa, en la
magia blanca, podían confundirse con el alma de un santo bienhechor y los de la magia agresiva con el
diablo católico. Las contras mágicas que precavían las enfermedades del peninsular, también las había en la
cultura india. Los chamanes nativos después de su largo proceso formativo se "cerraban" a la enfermedad y
los amuletos hispánicos tenían, como las reliquias cristianas, el mismo fin. Se podían igualar las oraciones
católicas a las imprecaciones del chaman. Los demonios de la religión española al "meterse" en una
persona "enduendarla", hacían tanto mal, como el que producían los espíritus maléficos que se incluían , en
el cuerpo de los pacientes del médico indio.
La diferencia estaba en que el español portaba la cultura dominante creía que sus conceptualizaciones
mágicas o religiosas eran las verdaderas y su legitimidad se contraponían a los del indio sometido, que
entraba así, al mundo de lo maléfico. Por ello, el cronista, proyectaba la creencia católica, al considerar el
demonio cristiano era el espíritu mediador y ayudante del chaman y era dispensador del mal y del bien.
Posiblemente fue un subterfugio político para tener derecho a someterlo en nombre de la religión
"verdadera" que portaba. Y en nombre de ella y con el concurso de sus creyentes nativos en la Colonia, se
abrogó el derecho de destruir este poder que se extendía más allá del área médica.
La magia compartida por los tres, tendió un puente entre las conquistas médicas naturales de sus
culturas. Pasado un tiempo las "pestes", comunes para los indios, españoles, negros y mezclados de las
tres razas extendieron las préstamos médicos. Salieron a flote la quina, la zarzaparrilla, el tabaco, la coca, el
curar, los bálsamos, el quenopodio, el higueron y miles de yerbas americanas, a trueque de simples,
sistemas de depurar, sangrar, purgar y reforzar el organismo para recuperar los equilibrios físicos perdidos o
combatir el mal. Se aplicaron fomentos, clisteres de substancias europeas y criollas, sinapismos y
emplastados de yerbas del país, se ungieron hierbas con bálsamos nativos sustituto de los foráneos, y las
mordeduras de serpientes sanaron con prácticas y mixturas de saber indo-hispánico.
Los curanderos mestizos aprendieron parte del ceremonial indio, tomaron su farmacopea vegetal y la
vistieron con el saber hispánico. A su vez el médico español se agachó al suelo americano pera utilizar sus
yerbas, ante la escasez e sus medicinas, y el negro debió sobrevivir en las "palenqueras" con descu-
brimientos improvisados por él, o en manos de la sabiduría del indio.
En las zonas donde dominó el negro, dentro de un medio tecnológico sólo orientando al interés
económico y, un entorno físico hostil, - las minas de oro- los niveles de ignorancia general mantuvieron viva
la creencia en la enfermedad mágica o religiosa.
Las formas mágicas se atenuaron en el mestizo con las conquistas de su medio. Medicinas vegetales y
posteriormente la quimioterapia, descendieron más fácilmente hasta estratos culturales, El curanderismo,
sistema médico "naturalistico", se adentró más fácilmente en estos elementos, que en los otros.
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En los grupos indios o blancos más puros los rasgos se definen conservando los principios básicos
iniciales. Dos estratos culturales más pródigos en sangre peninsular, muestran una más generosa
permanencia de los principios curativos de España. Ellos persisten en la medicina casera, en la de primera
instancia y en el curanderismo como institución.
En el sector indio, con sus comunidades aún cerradas, sobreviven los sistemas médicos americanos no
totalmente puros, pero con un mayor acento de autenticidad que en el resto de la población. Su medicina es
dependiente del grado de presión demográfica que otras sociedades ejercen sobre ella, y de su corpus
institucional y técnico.
En otras regiones, donde se han coto !as configuraciones sociales tradicionales y se acentúa la
mestización bio-cultural se observa un proceso similar en los sistemas médicos: un sincretismo más
avanzado que en la situación precedente.
En la medicina tradicional del país, sus contenidos incorporan modelos hispánicos, que se rellenan con
hallazgos nativos. Las plantas medicinales americanas por ejemplo, entraron a instancias de los principios
peninsulares cálido y frío, llegando a ser clasificadas y aplicadas según este principio, como lo fueran las
que vinieron de España, teoría que también se proyectó sobre la dieta nativa: la mazamorra resultó de
naturaleza fría como la papa, el ají cálido, etc, Y el principio peninsular avanza más, las enfermedades se
catalogaron por esta misma clasificación, aun las de naturaleza americana, y en los proceso fisiológicos,
hubo frío o calor según los síntomas. Por eso, no es raro hallar en comunidades indias, dolencias como "mal
ojo" herencia ibérica, aunque asumiendo ropaje cultural indio.
La corriente de la medicina institucionalizada o facultativa, estuvo representada inicialmente por el saber
de las cabezas médicas hispánicas y europeas y algunos recursos asistenciales. A finales de la Colonia
empieza a multiplicarse en las escuelas médicas, el comienzo de la medicina facultativa, que se injertó luego
en las corrientes del pensamiento europeo, llegada la República.
Sumarización del proceso
La herencias india se identifica por un sistema médico mágico - religioso asociado con prácticas curativas
de farmacopea vegetal, mediante la conquista de recursos del entorno físico, conocimiento de los factores
agresivos del medio ambiente y de algunos sistemas para contrarrestarlo. La cabeza médica, dotada de
poderes mágicos agresivos y positivos, tras un largo proceso formativo, causaba la enfermedad y la curaba.
Mediante rituales y ayudado por alucinógenos alcanzaba el trance chamánico que lo introducía al mundo de
los espíritus de lo mítico y de los recursos culturales inconscientes, para portar el mensaje de curación o de
agravio a sus pacientes. Su poder mágico escapaba del campo médico para introducirse en el político,
militar y económico, y se asociaba al poder de la adivinación, configurando una personalidad líder,
todopoderosa dentro de la comunidad.
El español transmitió un sistema médico oficial el de la medicina facultativa, suma de legados antiguos
pero coartados por principios escolásticos, se asiló de la vanguardia médica europea después del
descubrimiento y recortó por siglos el nacimientos de la medicina facultativa en su colonia. Desconocía el
ecosistema americano en sus factores positivos y agresivos en torno de la salud, y su sistemas médico no
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cubría las exigencias del hábitat. El abastecimiento y los sistemas burocráticos limitaban el ejercicio
profesional en todas las emergencias, debiendo improvisarse y asimilar los recursos que brindaba el sistema
nativo. En forma encubierta vivió y transmitió, una medicina mágico religiosa, que se expresaba en
oraciones, en salmos, jaculatorias, invocaciones, exorcismos, prácticas curativas, agresivas y preventivas,
que fueron especialmente asimiladas por el africano.
El negro esclavo llega culturalmente desintegrado. Posiblemente también traía un substratum mágico y
algún sistema médico, que no pudo proyectar abiertamente, como unidad cultural rota que era, en un
ambiente físico diferente y en une comunidad antagónica. Su mentalidad mágica le sirve para captar y
asimilar la española e india, un proceso de fácil aculturación.

Los sistemas médicos restantes: facultativo y tradicional


Dos grandes versiones de la medicina terminan por perfilares en el país: uno orientada por In Academia y
otra definida por el saber y la practica popular: medicina facultativa y medicina tradicional, analizando un
caso parecido, el antropólogo mexicano Aguirre Beltrán afirma que "el proceso de aculturación iniciado por
el contacto entre sistemas de medicina científica e indígena - se refiere a su país- claramente no es una
fusión de sus conceptos, en la cual los dos sistemas fundamentan sus prácticas. Es más bien una
superimposición de conceptos, que facilita la sustitución de una u otra medicina". Parcialmente, este
mecanismo, tiene lugar entre nosotros, como ya se ha expresado. El poder del conquistador tuvo múltiples
proyecciones que dieron un amplio espectro aculturativo. Sin embargo, sus sistemas médicos no podían
establecerse impositivamente en su totalidad, frente al saber médico aborigen.
Por ello se ven sobrevivir retazos de practicas de un legado, ensamblados en principios de otros,
dependiendo ahora más de la fuerza de los asentamientos culturales. En zonas de fuerte herencia
hispánica, aún se entrevén los determinantes de la salud como equilibrios orgánicos, térmicos y físicos,
humores y principios de caliente - frío. Se siente el determinismo ambiental hipocrático y ayurvédico; los
valores de nocividad e impureza en los procesos fisiológicos femeninos, de herencia cristiana. Las terapias
curativas van complementadas por las dietas alimentarias, y los procedimientos de "limpieza del estómago"
con los obligatorios purgantes y lavado intestinales. Se practica la purificación y vigorización de la sangre
con depurativos que la "purgan" de los malos humores, la limpian, la fortifican, y la equilibran. Finalmente,
aparecen los reconstituyentes, que cierran cualquier terapia. Curiosamente, no he sobrevivido la práctica de
sangrar, presente en la medicación de cualquier dolencia grave en la colonia.
El sistema médico mágico del español, con los principios agresivos para hacer el mal, y castigar;
reconquistar y someter, en el mecanismo de relación entre los sexos, también se insertó en la medicina
tradicional mestiza con todos sus rituales y prácticas. Las acciones maléficas de las brujas medioevales
entraron por la puerta grande en la magia chamánica, llena de espíritus.
La religión católica incubó las enfermedades punitivas que se entrabaron en la culturas del mestizo
fácilmente, porque la magia de origen totémico recordaba la sanción al comportamiento ético desajustado,
con la enfermedad. También el culto los muertos, herencia de ambas religiones (india y española) permitió
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buscar etiología a la enfermedad cuando en alguna de las dos, no se satisficieron algunos de sus
dictámenes o rituales.
Cuando los recursos médicos del blanco fueron distantes u obsoletos, los sistemas indios tomaron le
palabra: las plantas americanas domesticadas sustituyeron a las medicinas españolas, bajo su principio de
medicación. Muchas yerbas medicinales criollas sacaron el frío, el "pasmo" de las heridas, de los vientres
hispánicos, o atenuaron los alimentos cálidos que dieron “fiebres “pútridas”, cortaron el mal gálico” y
defendieron la madre peninsular de los “desmandes” del parto.
El tabaco indio fue panacea vertida en moldes hispánicos por ejemplo. Y todas estas herencias
sobreviven en zonas de fuerte asentamiento nativo.
En forma mínima se analiza la medicina facultativa, porque escapa a la intención del estudio, centrado
especialmente en la tradicional. Se enfocan ciertos aspectos, necesarios en razón de sus correlaciones con
ésta, sus diferencias y dinámicas.
La medicina facultativa, continúa In línea institucional española que en determinados tiempos de su
dominación, se mantuvo con las cabezas médicas importadas, y luego establece su asiento en la academia
creando generaciones criollas de médicos pertenecientes a esta corriente.
Su heredera actual se ajusta a la definición de medicina científica de King, quien la sitúa en el momento
científico y tecnológico de su medio, dentro de un mecanismo formativo institucional respaldado por una
estructura tecnológica general de apoyo, inspirada en principios científicos y de proyección social. Según él
tiene como rasgo esencial "la explicación racional de eventos naturales en términos de causa a efecto. La
causa es considerada natural, en contraposición a la sobrenatural la cual no tiene cabida en la medicina
científica". Los hechos, en este tipo de medicina "se determinan por medio del método científico, según el
cual los fenómenos se observan, describen y clasifican, para luego, por procedimientos inductivos derivar
los principios generales o las hipótesis. De ambos se estructuran deducciones o predicciones, para
establecer las relaciones entre los distintos eventos y que se verifican o niegan mediante la
experimentación". Y así "los resultados de nuevas experimentaciones, pueden cambiar los principios
básicos. por consiguiente, depende de la observación objetiva, de In experimentación, de le búsqueda de
causas naturales, permitiendo en todos los casos el cambio cuando la evidencia lo exige".
Sucesivas conquistas de la medicina facultativa, han ido legando al acervo de la tradicional. Se
mencionan algunas que vienen enriqueciéndola posteriormente. El estetoscopio y el termómetro son
instrumentos que llegan a manos de las cabezas médicas tradicionales, aunque descubiertos en el siglo
pasado. También se filtran algunos de los principios de la teoría de los gérmenes causantes de la
enfermedad. Los avances científicos del siglo XX en dieta y nutrición comienzan a permear los de la
tradicional dieta española incorporados al curanderismo, tanto como algunos de los principios científicos de
las hormonas y vitaminas, que hoy la cabeza tradicional dispensa a sus pacientes con amplitud. También se
encuentra ahora que el curandero y la cabeza médica mágica sondean el campo de las enfermedades
mentales, asimilando hallazgos de la quimioterapia que prescriben encubiertamente.
Los avances tecnológicos de la medicina facultativa que se traducen en un alto precio de los tratamientos
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también influyen sobre la medicina tradicional en otro sentido: estimulan su acrecentar la funcionalidad de la
medicina tradicional por la interacción de la medicina facultativa: cuando antagoniza la disponibilidad de los
recursos en áreas de escasez, con el derecho a recibirlos, el conflicto empuja al enfermo sin opción, al
campo tradicional, con lo cual se incentiva su desenvolvimiento.

La medicina tradicional. Algunas conceptualizaciones


Recibe la medicina tradicional distintas nominaciones que se relacionan con las tendencias
antropológicas que les describen. Se presentan algunas:
Medicina Primitiva. Orientaciones antropológicas hacia la mitad del presente siglo, llamaron medicina
primitiva a la que se fundamenta en principios mágicos. En ello, la enfermedad resulta de la noción maléfica
humana mediante un poder sobrenatural, el mismo que utilizando una multitud de técnicas (verbales,
acciones, mentales) obtiene la curación. Opera dentro de un conjunto de principios diferentes a los de lo
medicina científica, según los cuales, las relaciones causales dentro de los eventos, no pertenecen al mundo
natural sino al sobrenatural.
La experimentación es necesaria, las leyes sobrenaturales son inmutables y no es indispensable
descubrirlas. La tradición no tiene valor empírico, sino de respaldo social, que garantiza el poder del mundo
invisible. Esta tradición en la comunidad, constituye una especie de trasfondo cultural o campo mental al
cual se apela en situaciones de gran ambigüedad y emergencia. El telón, de fondo de cada personalidad se
asocia simbióticamente con el pensamiento mágico no solo en el campo médico, sino que respalda variados
espectros de la vida individual y social.
Complementa la definición previa el antropólogo Laughlin, explicando que la medicina primitiva contiene
un gran depósito de conocimientos empíricos, incrustados en un variado corpus de técnicas, procedimientos
y creencias ramificaciones de enfoques pragmáticos, pruebas comparativas y tratamientos efectivos para la
restauración y el mantenimiento del bienestar en el organismo humano.
Asevera que existe una abundante descripción etnográfica de las prácticas curativas de la medicina
primitiva, pero para su mejor evaluación falta el análisis de su vinculación con la cultura y un punto de vista
conceptual de cada individuo, carencias que dejan su visión incompleta.
Estas dos definiciones encuadran con la conceptualización inicial que se dio a cultura primitiva por un
lado y al rechazo social que adquirió el término. Esta nominación tiene origen en los estudios etnográficos
de las comunidades llamadas primitivas de donde tomó el nombre, y de donde provino el comienzo de los
análisis sobre la medicina en dichas comunidades. Al extenderse el apelativo de medicina primitiva, por
similitud con los sistemas médicos de sociedades campesinas y urbanas pobres, se dio lugar a que el mote
adquiriera en ellas una connotación negativa, que fue rechazada y revaluada, Pero hay que advertir que
inicialmente no portaba tal valoración.
Fue el término primitivo al ser proyectado sobre diversas medicinas "basadas fundamentalmente en un
esquema mágico - religioso, por tanto diferentes de la medicina racional científica" el que dio pie a valores
sociales agregados negativos en los términos de las dos. Más tarde se reevalúa el concepto con amplios
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estudios de los sistemas médicos de las comunidades y se concluye que los principios de racionalidad y
ciencia no son privativos de la medicina facultativa y, por tanto, excluyentes de la otra. Se reconoce que la
medicina tradicional si es contemporánea, innova, es científica y cambia.
Además, que aun cuando el tratamiento "es en algunas fundamental. mente mágico religioso, ciertos
componentes de este proceso pueden ser científicos. Logro así mismo mantener un sistema racional
científico, lógico empírico de conocimiento y práctica médica", lo que establece el principio innovativo de
algunos curanderos.
En la evolución de las posiciones frente a la medicina primitiva, "se acepta hoy la existencia de una
farmacopea parcialmente efectiva, empíricamente eficaz" y que "constituya la base de la farmacopea
científica contemporánea defienden porciones de "la metodología inductiva primitiva, similar a la de la
medicina contemporánea", difiriendo tan solo en que ésta busca "la generalización y mantiene un nivel
relativamente alto de éxito en sus predicciones".
Como término medio en estos planteamientos se define que en esta medicina “la magia es parte
importante de la etiología de las enfermedades y también el tratamiento" y sólo secundariamente es "debida
a elementos físicos". Además, "no se basa en la prueba de la efectividad empatice sino del poder mágico"
sin llevar necesariamente la lógica científica, y además, "llega a veces a curar". Sin embargo, en estas
discusiones de tipo antropológico, no se ha dilucidado, sí en las mencionadas curaciones, el tratamiento
primitivo es el factor curativo, o este ocurre como una reacción defensiva orgánica, carencia analítica que no
resuelve totalmente el cuestionamiento.
Medicina folclórica y etnomedicina. Al desplazarse estos análisis de las sociedades "primitivas" al recinto
de comunidades campesinas, cambió su nominación por el de medicina folk. Foster considera desacertado
este nombre, porque también se proyecta al estudio y al análisis de la medicina en estratos urbanos. Esta
medicina se centre en: sistemas médicos tradicionales; personal médico y su formación profesional;
comportamiento de la enfermedad: relación médico - paciente dinámica de la introducción de sistemas
médicos científicos.
Se define como aquellas creencias y prácticas relacionadas con la enfermedad, que son el producto de
un desarrollo cultural indígena y no explícitamente derivadas del marco conceptual de la medicina moderna"
versión que le da un tinte creativo independiente y que continúa la línea de estudios etnográficos del saber
médico de algunas comunidades, en los comienzos de los estudios antropológicos.
Medicina Tradicional Foster y Anderson establecen para la medicina tradicional una clasificación dual en
virtud de los orígenes de la dolencia. En los sistemas médicos "personalísticos", la enfermedad es causada
por la intervención de un agente sobrenatural, deidad o dios, Un ser no humano, espanto, espíritu maléfico,
alma, ancestro; y un ser humano, brujo o hechicero.
En el sistema médico "naturalístico" la enfermedad se explicó en términos impersonales y sistémicos, que
conforman un sistema de equilibrio. La salud prevalece cuando hay un balance apropiado con la edad,
condiciones personales y su ambiente natural y social, versiones que captan los sistemas médicos de le
modalidad tradicional. Así definida, actualmente toma considerable interés, en razón de las políticas
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internacionales de salud pública que solicitan su conocimiento y del interés en la psiquiatría transcultural que
se apoya en sus análisis.
Por su parte la OMS la considera como "la suma de todos los conocimientos teóricos y prácticos,
explicables o no, utilizados para diagnóstico, prevención y supresión de trastornos físicos, mentales o
sociales, basados exclusivamente en la experiencia y la observación, y transmitidos verbalmente o por
escrito de una generación a otra". Complementa afirmando que "puede considerarse también como una
firme amalgama de práctica médica activa y experiencia ancestral" O sea que inserta en las modalidades
mágico religiosas la práctica del curanderismo o medicina "naturalística" a nivel popular.
Recapitulando las definiciones presentadas, puede considerarse que la medicina tradicional, o como
quiera llamársele, condensar el saber popular en relación con la salud, y se caracteriza porque: 1.
Constituye conocimientos y prácticas populares, integradas culturalmente; 2. Se ajusta y funciona al ritmo
del estudio tecnológico y científico de su entorno social; 3. Existe un transfondo le creencia y fe individual y
Colectivo en ella, que fundamenta, estimula y dirige su acción. 4. Incorpora e innova con préstamos médicos
foráneos, dentro de un complejo proceso aculturativo, que desciende de le avanzada médica -academia- y
que paulatinamente es asimilado; 5. Se renueva con descubrimientos o hallazgos propios; 6. Da respuesta
permanente a interrogantes de sus creyentes, y eventual a extraños culturales, cuando se hallan recursos
propios en emergencias de salud; 7. Constituye un acto de comprobación a los postulados culturales,
derivando un corpus médico integrado de pensamiento y acción, resultado interactuante del todo
institucional; 8. Demuestra una cultura manifiesta en un ceremonial y prácticas, y un contenido encubierto,
de fe y creencia individual y de determinantes estructurales de la colectividad.
La medicina tradicional puede fragmentarse, según le etiología de la enfermedad en: mágico - religiosa y
curanderismo, nominaciones y conceptos que guiarán los análisis:
La mágico - religiosa se basa en el principio de un poder sobrenatural, que cura o produce el mal,
mediante un agente intermediario. Es religiosa solamente, cuando opera con premisas de esta naturaleza y
mágica cuando sólo se apoya en sus principios. Es mágico-religiosa en una acción participante de religión y
magia. Es muy difícil señalar los limites entre las dos, porque ambas trabajan con poderes y entes
sobrenaturales: poderes y espíritus mágicos en la "personalística". Poderes divinos y también espíritus
(santos, almas) en la religiosa. Ambas tienen ceremoniales específicos y similitudes, para conseguir la
ayuda sobrenatural y ambas, agentes intermediarios parecidos, para el alcance buscando. En la práctica, los
linderos entre las dos no se distinguen: cabezas médicas mágicas pueden curar manipulando la magia e
invadiendo el campo religioso con invocaciones, oraciones, imprecaciones, etc. de santas, por ejemplo. O
las curaciones religiosas apoyarse en amuletos, reliquias de santos o en ceremonial mágico. Ambas dan a la
dolencia un origen punitivo, que en la una -mágica- la remonta a la ética totémica, y en la otra, a principios
éticos de su credo.
El curanderismo - medicina casera y curanderismo propiamente dicho- constituye el saber médico
popular resultante de un proceso de asimilación de logros de la medicina facultativa o de descubrimientos
propios, signados por la cualidad natural en los planteamientos teóricos y en su praxis.
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La medicina casera, constituye un recurso inicial y tentativo en el alcance de la salud, y complementación
médica en el hogar de un tratamiento médico. El curanderismo propiamente dicho, exige para su ejercicio
una cabeza médica que no existe en la modalidad previa, porque en ella el saber y la práctica se encuentran
difundidos en el área doméstica.

Tomado de: Virginia Gutiérrez de Pineda. Medicina tradicional de Colombia. Magia, Religión y
Curanderismo. Editorial Presencia Ltda. UNAL Medellín. 1985. Volumen II. P. 9-30

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