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FACULTAD DE MEDICINA
ÁREA SALUD Y SOCIEDAD
SALUD Y SOCIEDAD I
El sector popular
Es el más estudiado, el más amplio, y abarca varios niveles: individuo, familia, redes sociales, creencias y
actividades de la comunidad. No es profesional ni especialista, constituye el campo cultural en el cual la
enfermedad se define primero, se inician las actividades de la atención en salud, del cual sale el enfermo, a
sus instancias, para ser curado y después de lograrlo, retornar a él para evaluar y decidir que se hará luego.
Es la conexión y límite entre los sectores, definiendo su entrada y salida de ellos y su interacción.
Desempeña un papel trascendente, pues aunque es creencia común que el profesional organiza el cuidado
de la salud del enfermo, en realidad es éste sector el que activa diciendo cuándo y a quién consulta, si se
queja o no, qué tratamiento decide entra varias opciones, cuándo la atención ha sido efectiva o está
satisfecho de su calidad. En este sentido, sus funciones constituyen la fuente fundamental y determinante
inmediata de la atención.
Este sector ha sido el más descuidado en los estudios, debido a que el tratamiento con sus rituales es el
que acapara la atención del investigador social, por los valores del exotismo que aparenta en las
comunidades o culturas populares. Sin embargo, el tratamiento efectuado por la familia y el individuo en el
hogar, es la primera intervención terapéutica a la que se recurre en un amplio número de culturas. Este
descuido ha sido la causa de que gran parte de la antropología médica transcultural y de la psiquiatría de la
misma naturaleza, haya sido irrelevante para servicios prácticos en el cuidado de la salud.
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La familia es la instancia a la que recurre el individuo para combatir inicialmente la enfermedad. Se sigue
en ella los siguientes pasos: percepción y experimentación de síntomas; nominación y evaluación de la
enfermedad; reconocimiento de una clase en particular de rol del mal (aguda, gravedad, crónico, atención
médica, casera, psiquiatría, etc.) decidiéndose lo que se debe hacer, comprometiéndose en un cuidado
específico y en el comportamiento correspondiente: aplicación del tratamiento; evaluación personal del
efecto del tratamiento, y de su terapia y del obtenido por otros sectores, del sistema del cuidado de la salud.
El enfermo y su familia ponen en movimiento creencias y valores sobre la dolencia, que son parte de la
estructura cognitiva de la cultura popular. Sus decisiones cubren una amplia gama de posibles alternativas:
la familia puede desechar signos de enfermedad por considerarlos comunes o naturales o reconocer el
papel de enfermo de la persona; establecer terapias, con tratamientos conocidos, consultar amigos, vecinos,
parientes o expertos sobre o que se debe hacer. Puede que se vea forzada a salir de los límites de este
sector y entrar al profesional o al folclórico; y en cuyo caso, ella es la decisoria.
Una vez que se decide penetrar en otro de los sectores, hay que enfrentar diferentes conjuntos de
valores y creencias, en los bagajes cognoscitivos de los profesionales y de los practicantes folclóricos, cada
uno de los cuales identifican la enfermedad y definen su terapia de manera diferente. El poder para
considerar la enfermedad y el tratamiento como un fenómeno social, no está igualmente repartido entre el
mundo profesional y el popular. El primero es todopoderoso porque su poder social es un gran parte función
de su institucionalización que él alcanza a alto nivel, mientras el sector popular se halla considerablemente
difuso.
Siegler y Osmond conceptúan que un individuo es "miembro enfermo de la familia" en un ambiente,
"paciente" en otro o "cliente" en un tercero. En cada uno de los sectores (popular, profesional o folclórico) su
enfermedad se percibe nominan interpreta y recibe un cuidado diferente o especial; tiene reglas específicas
para entrar y salir de estos medios: clínicas y hospitales en el sector profesional; en el folclórico, normas y
ambientes acordes con las especificaciones de la cultura. Incrustado en ellos, recibe una definición de su rol
de enfermo al determinar su dolencia crónica, epidémica, grave, ligera, contagiosa, aguda, etc., y sale de las
instituciones del sector profesional, como una persona curada, incurable o moribunda, tal como puede
ocurrir en el sector folclórico. El enfermo encuentra así mismo diferentes lenguajes, según penetre a un
sector u otro. Y lo que es más complejo aún, su raigambre cultural es de un sistema médico diferente, debe
hacer la traducción a su propio lenguaje, al del sistema médico al que pertenece. Esta intercomunicación
crea considerables problemas que explican la dificultad de penetración de cada paciente extraño, en el
mundo cognoscitivo y de la praxis de otros sistemas y para establecer una relación de comunicación fluente.
El sector profesional
Este sector, establecido por Kleiman, comprende las profesiones organizadas para curar, que en el
mundo occidental conforman la medicina científica moderna". Sin embargo, en ciertos países la medicina
tradicional (China) ha sido oficialmente incluida en este contexto. También algunos de los países árabes o
musulmanes han llagado a este proceso con su herencia ayurvédica. La profunda especialización de este
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tipo de medicina ha incorporado otras profesiones en el campo de la salud, particularmente en países de
alto desarrollo tecnológico.
Los sistemas médicos profesionales, afrontan la influencia de grupos o comunidad nativas con el proceso
conocido como "indigenación", que se refiere a los cambios que el profesional moderno en medicina y
psiquiatría padece, una vez que penetra en las sociedades no occidentales. Estos cambios comprenden el
sistema de conocimientos, las instituciones del cuidado de la salud y todos los factores involucrados por el
término "realidad clínica". El resultado es un rediseño cultural del cuidad profesional clínico en un mayor o
menor grado. Paralelamente, ocurre el fenómeno de "popularización" mediante el cual "ciertos aspectos del
cuidado profesional, conceptos científicos de salud son alterados y difundidos al entrar al sector popular",
condición observable entre nosotros. La difusión de vademecums médicos y libros de especialidades
farmacéuticas y su llegada a manos de curanderos profesionales de diverso tipo, y el fácil acceso a drogas,
han extendido el proceso de "popularización" en el país.
El sector folclórico
La medicina folclórica es una mezcla de diferentes componentes, algunos de ellos relacionados con el
sector profesional y los más con el popular, anotándose que en las comunidades donde falta el sector
profesional (casi todas las comunidades colombianas en la etapa colonial y algunas rurales hoy) el folclórico
y le popular constituyen el sistema de salud, Conforma dos pares definidas paro sobrepuestas: una
modalidad curativa sagrada (mágico - religiosa) y otra basada en principios naturales. El exotismo de la
primera, y gran parte del interés antropológico de su focalización, han hipertrofiado su presencia en las
comunidades, cuando ésta como sistema curativo tiene tanta o más importancia que la segunda.
El problema de este sector de cara a la atención de la salud, es el desconocimiento de sus resultados, la
falta de análisis rigurosos que resuelvan el interrogante de su eficacia real en la atención de la salud. Exigirá
esta meta un seguimiento minucioso del tratamiento folclórico con una evaluación del estatus de salud antes
y después del tratamiento.
Al encuestar pacientes de consultorios de curanderos, se encuentra que quienes viene a consulta por
primera vez, expresan una gran fe en la sabiduría del médico tradicional; pero nunca se dan los mismos
niveles de credulidad y expectativa positiva en los frecuentes reincidentes del consultorio; otros, asumen que
la enfermedad es un signo fatal del ser humano y que no puede ser aliviada radicalmente, especialmente los
creyentes del sistema mágico - religioso. La gran mayoría de la clientela ha participado de los dos sectores:
el profesional y el folclórico, en varias ocasiones. Van de uno al otro, buscando la salud, en ocasiones
coexistentemente y en otras en forma sucesiva. Como se ha dicho, en nuestro medio, os individuos tiene un
proceso de socialización cruzada - científica, mágica, religiosa y folclórica - resultado de nuestra
conformación socio - cultural.
Como efecto y causa, los sistemas de la salud reúnen en nuestras comunidades los tres sectores en
forma concomitante, popular, profesional y folclórica, siendo los profesionales, como norma, menores que
los folclóricos en sus diversas modalidades. Estos últimos abundan, siempre tiene validez, cualquiera que
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sea la clase de paciente que se confronta y, en algunos casos, acaparan totalmente su atención. En esta
forma, en las comunidades, urbanas, rurales patrias coexisten y son funcionales en la medida que se
ajustan a la mentalidad del sector popular. Casillas Cuervo señala que "no hay un sistema que tienda a
reemplazar los otros, en el caso de su existencia de sistemas médicos", como ocurre en la población
chicana que se sitúa en la frontera méxico-estadunidense. Opina que "más bien hay un genuino sincretismo
y en algunos casos, el refuerzo y expansión de sistemas médicos paralelos, con la adición de elementos de
la medicina científica, como drogas y procedimientos terapéuticos", fenómeno que también puede tener
lugar entre nosotros.
Tomado de: Virginia Gutiérrez de Pineda. Medicina tradicional de Colombia. Magia, Religión y
Curanderismo. Editorial Presencia Ltda. UNAL Medellín. 1985. Volumen II. P. 9-30