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Ácidos, bases, pH.

Aunque nunca hayas puesto un pie dentro de un laboratorio de química, es muy probable
que sepas una o dos cosas sobre ácidos y bases. Por ejemplo, ¿has bebido jugo de naranja
o refresco de cola? Si es así, conoces algunas soluciones ácidas comunes. Y si alguna vez has
utilizado bicarbonato de sodio o claras de huevo en tu cocina, entonces también estás
familiarizado con algunas bases.

Tal vez hayas notado que las cosas ácidas suelen tener sabores agrios, o que algunas cosas
básicas, como el jabón o el blanqueador, tienden a ser resbalosas. Pero ¿qué significa
realmente que algo sea ácido o básico? Para darte una respuesta rápida:

- Una solución ácida tiene una alta concentración de iones hidrógeno (H+), mayor que
la del agua pura.

- Una solución básica tiene una concentración baja de H+, menor que la del agua pura.

¿Qué son los ácidos y bases?


Los ácidos y las bases son sustancias que existen en la naturaleza y que se distinguen por su
nivel de pH, es decir, por su grado de acidez o alcalinidad. Ambos, sin embargo, suelen ser
sustancias corrosivas, a menudo tóxicas, que sin embargo poseen numerosas aplicaciones
industriales y humanas.

Los ácidos son sustancias de pH inferior a 7 (pH del agua, considerado neutro), en cuya
química figuran comúnmente grandes cantidades de iones de hidrógeno al añadirle agua.
Suelen reaccionar ante otras sustancias perdiendo protones.

Las bases en cambio son sustancias de pH superior a 7, que en disoluciones acuosas suelen
aportar iones de hidroxilo (OH–) al medio. Suelen ser potentes oxidantes, es decir, absorben
protones del medio circundante.
La reacción entre ácidos y bases se denomina neutralización y elimina más o menos las
propiedades de ambos compuestos, produciendo agua y una sal en su lugar.

Características de los ácidos y bases

Nombre y nomenclatura

El nombre de los ácidos proviene del latín acidus, que significa “agrio”; las bases en cambio,
denominadas álcalis, obtienen su nombre del árabe Al-Qaly, que traduce “ceniza”. En estos
nombres puede observarse cómo el hombre ha lidiado con ellos desde edades antiguas,
tratando de discernir unos de otros a partir de sus características.
La nomenclatura de unos y otros, en la química actual, obedece a lo siguiente: los ácidos
suelen llamarse como tales: ácido sulfúrico, ácido clorhídrico, etc. dependiendo de los
componentes que acompañen al hidrógeno. Las bases, en cambio, suelen llamarse
hidroxilos, haciendo alusión a la molécula OH (óxido de hidrógeno) que estos compuestos
presentan.

Sabor.
Las bases y los ácidos se distinguen fácilmente a través de su sabor. Las primeras tienen un
sabor amargo característico, mientras que los ácidos suelen ser agrios, como el ácido cítrico
del limón. Algunas bases menos intensas suelen mostrar sabores semejantes al jabón.

Conductividad eléctrica.
Tanto ácidos como bases, en disoluciones acuosas, son muy buenos conductores eléctricos.
Ello se debe a su capacidad de generar iones cargados eléctricamente.
Solubilidad
Los ácidos y las bases son solubles en agua, en líneas generales. Sin embargo, muchas bases
fuertes como la sosa cáustica (NaOH) liberan una enorme cantidad de energía al hacerlo
(reacción exotérmica) por lo que su contacto con este líquido es considerado de riesgo
inflamable severo.

Reactividad.

Como se ha dicho, los ácidos y las bases se distinguen en que los primeros ceden protones
mientras que las segundas absorben protones de las sustancias que los acompañen. Esto
significa que suelen reaccionar químicamente de maneras distintas ante sustancias como la
materia orgánica, aunque en ambos casos el efecto visible sea de corrosión: tanto ácidos
como bases pueden causar quemaduras graves a la piel, por ejemplo.

Neutralización.

Al juntar una base con un ácido se produce un efecto de neutralización, donde los protones
liberados por el ácido son absorbidos por la base, perdiendo ambos parte (o la totalidad)
de sus propiedades químicas. Como subproducto de esta reacción se forma agua y algún
tipo de sal, dependiendo del ácido y la base involucrados. Es por ello que la sustancia
resultante no es agria ni alcalina, sino salada.

Estados físicos.

Tanto ácidos como álcalis pueden hallarse en cualquiera de los tres estados de agregación
de la materia: sólidos (en polvo), gaseosos o líquidos. Las formas gaseosas son las de mayor
riesgo industrial y humano, ya que a menudo no pueden ser percibidas antes de inhalarse
y hacer daños en el sistema respiratorio.
Apariencia.

Los ácidos presentan una consistencia aceitosa, mientras que algunas bases pueden tener
un tacto jabonoso. Sin embargo, en estado sólido suelen ser más o menos porosos y frágiles,
dependiendo de la sustancia específica. Algunos gases ácidos o básicos son incluso visibles
a simple vista.

Medición.

Para medir el pH de las sustancias se emplea un tipo especial de papel denominado papel
tornasol. Existen varias presentaciones de este papel, en varios colores. La reacción ante un
ácido y una base suele ser de la siguiente manera:

Ácido. El papel tornasol azul se vuelve rosado, y el de metilo de anaranjado pasa a un color
rojo intenso. La fenolftaleína, en cambio, permanece incolora.

Base. El papel tornasol rojo se vuelve azul o verdoso.

Aplicaciones.

Tanto bases como ácidos tienen numerosas aplicaciones industriales, a saber:

Ácidos. Sus propiedades corrosivas son usadas para eliminar la herrumbre y otras impurezas
de las sustancias industriales, como los metales, así como en reacciones químicas que
permiten la obtención de electricidad, como en el caso de las baterías. Además, forman
parte de fertilizantes y son a menudo empleados como catalizadores en reacciones
químicas controladas, para obtener productos específicos en laboratorio.

Bases. Se emplean a menudo como desecantes o productos para combatir la humedad


ambiental, así como sustancias de limpieza y desinfección, tales como el jabón, el cloro de
las piscinas, incluso el amoníaco. También se producen como fármacos para contrarrestar
la acidez, como el bicarbonato de sodio, o purgantes como la leche de magnesia.
Tipos de Ácidos: dos clasificaciones

Existen dos tipos de clasificaciones para estas sustancias. Una en base al número de
hidrógenos que poseen y otra en base a sus características.

Según la cantidad de hidrógenos:

Ácidos monopróticos: Estos ácidos en solución, es decir en contacto con agua, aportan
solamente una molécula de hidrógeno. Es el caso del ácido clorhídrico o del ácido
yodhídrico.

Ácidos dipróticos: ceden dos iones de hidrógeno en el proceso de disociación. Es el caso del
ácido sulfúrico H2SO4

Ácidos polipróticos: Estos tipos de ácidos tienen la capacidad de donar más de un protón
por molécula de hidrógeno, como por ejemplo el ácido fosfórico H3PO.

Según sus características puede clasificarse por su fuerza ácida, por su química o por su
biología:

-Por su fuerza ácida:

Ácidos fuertes: estos ácidos se caracterizan por tener un pH muy bajo, es decir, una acidez
muy grande. Esto sucede porque se disocia casi por completo al entrar en contacto con el
agua. Generalmente son los más corrosivos. En la disociación gana electrones donando
protones de hidrógeno. El ácido clorhídrico es claro ejemplo de ácido fuerte

Ácidos débiles: No se encuentran completamente disociados en una solución acuosa. Su pH


no es tan bajo por lo que su acidez no es muy fuerte. Esto se debe a que aporta protones
de hidrógenos pero también es capaz de aceptarlos, por lo que no gana solamente
electrones. La gran mayoría de ácidos existentes son débiles, por ejemplo el ácido acético,
el ácido cítrico (limones), ácido carbónico (Coca-Cola), etc.

-Por su química:

Ácidos orgánicos: Se denominan orgánicos aquellos ácidos que en su nomenclatura poseen


moléculas de carbono. Son compuestos hidrogenados derivados de los hidrocarburos.
Pueden subclasificarse según la cantidad de grupos de carboxilos que poseen:
monocarboxílicos, dicarboxílicos y tricarboxílicos. Componen este grupo el ácido etanóico,
ácido benzoico, etc.

Ácidos inorgánicos: puede denominarse también como ácido mineral, se trata de


un derivado de uno o más compuestos inorgánicos. No contienen carbono en su
composición por lo que su acidez es más fuerte. Estos pueden dividirse en dos categorías:
Hidrácidos, no contienen oxígeno, están formados por hidrógeno y otro compuesto
molecular; y oxácidos, el hidrógeno se enlaza a otra molécula de oxigeno que se une con el
resto de la cadena molecular. En esta categoría se puede encontrar al ácido nítrico, ácido
sulfúrico, etc.

-Por su biología:

Ácidos del organismo: Estos ácidos se encuentran dentro del organismo y cumplen diversas
funciones. Todos los seres vivos los poseen y son fundamentales para la vida, ya que
componen funciones básicas. Es el caso del ácido desoxirribonucleico (ADN) que contiene
instrucciones genéticas usadas en el desarrollo a lo largo de la existencia, al acido gástrico
que interviene en la digestión, etc.

Ácidos en los fármacos y alimentos: Se encuentran constituyendo a los fármacos o algunos


alimentos. Los medicamentos suelen contener ácidos inorgánicos mientras que los
alimentos contienen ácidos orgánicos. Algunos fármacos contienen ácidos presentes en
víveres pero en altas proporciones como es el caso del ácido fólico, que suele ser
administrado en embarazadas durante los primero tres meses de gestación para prevenir
distintos tipos de enfermedades.
La escala de pH.
La escala de pH se usa para clasificar soluciones en términos de su acidez o alcalinidad (qué
tan básica es). Puesto que la escala está basada en valores de pH, es logarítmica, lo que
significa que un cambio en una unidad de pH corresponde a un cambio diez veces mayor en
la concentración de iones H+. A menudo se dice que la escala de pH va de 0 a 14 y la mayoría
de las soluciones entran en este rango, sin embargo es posible encontrar soluciones con pH
menor a 0 o mayor a 14. Cualquier valor menor a 7.0 es ácido y cualquier valor mayor a 7.0
es básico o alcalino.
El amortiguador de nuestra sangre.

El pH de nuestra sangre varía entre 7,3 y 7,5. La muerte se produce generalmente cuando
el pH es menor que 7 o mayor que 7,9.

Cualquier sustancia puede variar su pH cuando se le agrega otra diferente, pero nuestra
sangre mantiene inalterable su pH a pesar de las reacciones que se le generan en nuestro
organismo. Mientras nos mantenemos con vida, nuestro pH sanguíneo varía un poco. Esto
se debe a la mezcla de las soluciones reguladoras que tenemos.

Una sustancia reguladora es el par ácido carbónico (H2CO3) y ion bicarbonato (HCO3 -), que
se produce durante la respiración, al reaccionar el CO2 con el agua del plasma sanguíneo
según la siguiente reacción.

CO2 (g) + H2O (l) H2CO3 (ac)

La otra parte de este amortiguador es el ion bicarbonato.


Si algún fenómeno aumenta el ion OH - en nuestra sangre, el ácido carbónico reacciona para
disminuir su concentración y evita que aumente el pH. Por el contrario, si entra H+ a la
sangre, ion bicarbonato, reacciona para prevenir que disminuya el pH.

El organismo tiene mecanismos para deshacerse del exceso de dióxido de carbono; entre
ellos están el bostezo y el hipo.

Por otro lado, la respiración rápida y profunda puede causar una deficiencia de CO2 en la
sangre. Esto sucede cuando una persona ésta nerviosa o asustada y puede ser peligroso,
porque reduce el nivel de ácido carbónico en la sangre y aumenta el pH. Si esto sucede la
persona puede respirar cubriendo la nariz y boca con una bolsa de papel, lloque aumenta
la concentración de CO2 en el aire que inhala, obligando a que ingrese más CO2 a la sangre.
De este modo se normaliza el pH sanguíneo.

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