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RESEÑA
Houria Bouteldja
Los blancos, los judíos y nosotros.
Hacia una política del amor revolucionario
México: Akal, 2017
dalon; propiamente ‘piedra con que se tro- tas que otorgó, primeramente hacía referen-
pieza’”, así como solo la cuarta de sus cia a los autóctonos de los lugares coloniza-
acepciones: la de “asombro, pasmo, admira- dos, pero también a una forma de clasificación
ción”.1 El trabajo de Houria es pues una pie- que implantó el código del indigenato2 y que
dra con la que tropezamos, y como en todo ella y el movimiento en el que milita lo han
traspié no podemos quedar igual, nos con– retomado para visibilizar una realidad dentro
mueve, nos hace re–pensar ciertas catego- de la república francesa: hay ciudadanos de
rías y re–considerar la historia de la construc- primera y de segunda y esta división tiene
ción de occidente y de los ideales liberales de que ver con la jerarquía racial.
las naciones europeas.
El argumento se ubica en la confluencia [Durante las ocupaciones coloniales] fue ne-
de, al menos, tres vertientes: la crítica antico- cesaria una distinción entre los colonos y los
lonial, el pensamiento decolonial y “la histo- locales. Entre los que iban a tener el poder y
ria y el presente de la inmigración magrebí, los que serían oprimidos. Los indígenas que-
arabo–bereber–musulmana” (p. 21). daron reducidos por las armas, económica-
Su propuesta pone en el centro la raciali- mente y por la ley. La ley fue el código del in-
278 zación, el racismo, es decir, el dispositivo oc- digenato, codificó la opresión social y racial
cidental/europeo/moderno/colonial y pa- de los autóctonos, privados de derechos, li-
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nómico y cultural, grito que se escucha en los matar al blanco que todos llevamos dentro, por-
disturbios constantes en la banlieue o barrios que es en realidad una imposición y un riesgo.
periféricos de las ciudades francesas. De ahí que, asumiéndose indígena y
La escritura de Houria es apasionada y emulando a Aimé Césaire en su Cuaderno de
apasionante, filosa, punzante, en ocasiones un retorno al país natal cuando señalaba: “yo
terminante, el libro es un texto corto (121 pá- declaro mis crímenes y no hay nada que decir
ginas), con capítulos breves, contundentes. en mi defensa” (Césaire 2008, 49), Houria
En cada uno proporciona tanto datos de la también se declara criminal al vivir en Fran-
historia contemporánea de casi todos los cia, al estar blanqueada: “Entre mi crimen y
continentes, como anécdotas familiares que yo están, primeramente, la distancia geográ-
hilvanan esa línea continua entre las estruc- fica y, luego, la distancia geopolítica” (p. 30).
turas económicas y políticas y lo cotidiano, la Asume la paradoja de habitar en pleno cora-
trama existencial. zón de occidente y justo por ello ser y saberse
Quiero proponer una lectura en tres pun- del sur, por sus padres, su andamiaje comu-
tos, intersectando los contenidos de los seis nitario y religioso.
capítulos de su libro: el primero es la crítica Como hemos comentado, su trabajo abre-
epistemológica, siempre de la mano con lo va, al menos, de tres fuentes: una es la tradi- 279
político. El segundo es la crítica feminista de- ción anticolonial crítica, cuyo trazo genealógi-
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colonial y el tercero y último es la apuesta por co pasa, de manera muy marcada, por Aimé
el amor revolucionario, transformador. Césaire y Frantz Fanon. Ambos, en sus momen-
1. En la parte que correspondería a la intro- tos, han sido piedra de toque, causaron gran
ducción pero que no lleva ese nombre, Houria, escándalo y también para los dos —así como
examina el papel activo y fundamental de las y para Houria— su papel no se queda en escri-
los intelectuales y el riesgo de permanecer ad- bir, fueron militantes y participaron activa-
heridos a la blanquitud. Haciéndose eco de la mente en política: Césaire como alcalde de
consigna que la extrema derecha francesa lan- Fort–de–France y diputado, fundador y presi-
zó sobre uno de los intelectuales existencialis- dente del Partido Progresista Martiniqués y Fa-
tas más connotado, por su posicionamiento po- non como partícipe de manera decidida en la
lítico a favor de la liberación argelina: “¡fusilen independencia argelina y la búsqueda de la li-
a Sartre!”, Houria suscribe el llamado, pero por beración caribeña y negra.
otra razón: le critica de manera categórica su El pensamiento decolonial contemporá-
posición sionista, su apoyo a la fundación del neo, entre quienes destacan en su libro Ra-
estado de Israel en tierras palestinas. Contrapo- món Grosfoguel y Enrique Dussel es el otro ma-
niéndole a Jean Genet y su compromiso decidi- nantial. Ella misma ha declarado que este
do para con el pueblo palestino y con todas las encuentro es relativamente reciente, que fue
luchas de liberación, sin rasgos de filantropía o primero su lucha decolonial en Francia, sin co-
caridad, cuestión que conllevó una crítica agu- nocer los contenidos del giro decolonial, pero
dísima a la república francesa colonial, Houria que habiéndolo topado su acción se ha poten-
demanda el posicionamiento radical, sin tapu- ciado con sus conceptos, proposiciones y apo-
jos de ningún tipo y clama por la posibilidad de yo (en México, en la presentación de su libro la
INTERdisciplina Volumen 6, número 16, (277-282), septiembre–diciembre 2018
www.interdisciplina.unam.mx doi: http://dx.doi.org/10.22201/ceiich.24485705e.2018.16
María Haydeé García Bravo
acompañaron los dos autores antes mencio- tencia comunitaria, solidaria. De ahí Houria
nados, Andrea Meza y Karina Ochoa). Houria establece una posible articulación con otras
indica que el encuentro la regocija pues pone creencias y resistencias también del sur, “con
de manifiesto la urgente necesidad de desco- las otras utopías de liberación (…) de donde
lonizarlo todo, porque “de la belleza, la poe- vengan, espirituales o políticas, religiosas,
sía, la espiritualidad, es eso de lo que carecen, agnósticas o culturales, en tanto respeten la
cruelmente, nuestras sociedades modernas y naturaleza y el ser humano, que no es, funda-
secas.” (p. 119) mentalmente, más que un elemento entre
En ese sentido, resalto la doble crítica otros” (p. 116-117).
que —fundada en la decolonialidad— Houria 2. La crítica acérrima y sin tregua al femi-
hace de los conocimientos y la filosofía occi- nismo blanco moderno, ilustrado, se inaugura
dentales y coloniales. Y de la mano de esta, la con la frase “Mi cuerpo no me pertenece” que
crítica a la ruptura operada entre pensamien- está en el capítulo “Nosotras, las mujeres indí-
to y creencias, mitos y logos, credos y razón. genas”. Porque, para Houria, la despatriarcali-
Esa idea sumamente reproducida por la an- zación es mucho más amplia de lo que ese fe-
tropología —en tanto ciencia colonial— de minismo occidental ha propuesto. Podríamos
280 que los otros, los salvajes creen; Europa, oc- ubicar esta producción dentro de lo que Sirin
cidente conoce, produce ciencia y filosofía. Adlbi Sibai retomando a María Caterina La Bar-
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nos —el patriarcado, el colonialismo, e incluso mos, hay una forma de antisemitismo, misogi-
el contexto de surgimiento del feminismo— es nia, homofobia, hay incluso racismo intraco-
primordial. Al llevar a cabo este análisis históri- munitario, la política del amor revolucionario
co, postula que el feminismo tiene un largo tra- lo que quiere es ponerle fin a ese círculo vicio-
yecto, y debido a las luchas de las mujeres se so y el fin de este círculo vicioso es retomar la
han obtenido derechos, pero casi siempre des- confianza en nosotros mismos, amarnos (…)
de una perspectiva liberal, derechos que no son rebasar esas formas de hostilidad y oposición
para todas porque se obtuvieron también “gra- en un proyecto político de liberación que es
cias a la dominación imperial” (p. 79-80). Es de- necesariamente revolucionario.5
cir, mientras el feminismo blanco no examine
los privilegios con los que cuentan al ser muje- Houria junto con sus colegas han inven-
res blancas en las metrópolis, no tiene por qué tado un vocabulario, un pensamiento propio
imponer y reproducir la lógica universalizante. surgido de un re–conocimiento de su histo-
Ello significaría homologar condiciones que no ria, de sus creencias. Resonando con James
son las mismas y desconocer los aportes críticos Baldwin, Houria nos propone el desafío de
que desde otros lugares, otras subjetividades y continuar la lucha descolonial: “salvar la be-
formas de relacionarse se han hecho. lleza de los indígenas”. 281
Houria ha sido increpada por las “buenas A los blancos les demanda matar la
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conciencias francesas”, incluso feministas, blanquitud, abolir la jerarquía racial, a los ju-
que no hacen sino reproducir el canon colonial. díos les propone salir del gueto juntos, a mu-
Como en los textos de Fanon y, Césaire, hay en jeres e indígenas desplegar los vínculos, re–
la escritura de Houria una angustia existencial, ligarnos. Como lo señala Ramón Grosfoguel
un decir desde el desasosiego, que no es sino en el prefacio al libro: “La invitación a una
esa voz comunitaria de potencia revoluciona- alianza política está siempre abierta en este
ria, que busca interpelar, tener resonancia, ge- manifiesto descolonial y en la práctica políti-
nerar una re–percusión para transformar. ca de los movimientos descoloniales. Pero
3. La apuesta. Houria señala que toma para avanzar en una alianza política se re-
prestada la idea de amor revolucionario de quiere previamente la creación de movimien-
Chela Sandoval, feminista chicana poscolo- tos descoloniales autónomos que generen la
nial. Es una propuesta que, desde mi punto fuerza política que permita negociar desde
de vista, en el libro solo deja enunciada y a la una posición de fuerza” (Grosfoguel, en Bou-
que es necesario todavía dotar de contenidos, teldja 2017, 7), porque “si la modernidad en
pero en ello podemos vislumbrar una con- su expansión colonial desencantó el mundo,
gruencia respecto del hacer y pensar en comu- la descolonización transmoderna significa
nidad y con la comunidad. No obstante, Hou- re–encantarlo” (Grosfoguel, en Bouteldja
ria en su visita a México en abril de 2018, 2017, 14).
abordó en una entrevista este punto:
5 Entrevista hecha por Víctor Hugo Pacheco y Ga-
briela González Ortuño para Grado Cero, a través
Hay algo del orden del odio, del racismo que de Tiempos equívocos, abril 2018. https://www.
está desarrollándose dentro de nosotros mis- youtube.com/watch?v=xk5fbKAhm14
INTERdisciplina Volumen 6, número 16, (277-282), septiembre–diciembre 2018
www.interdisciplina.unam.mx doi: http://dx.doi.org/10.22201/ceiich.24485705e.2018.16
María Haydeé García Bravo
Porque más escandalosas que el libro de senta la política del amor revolucionario, que,
Houria, son las condiciones de vida de las po- como escribe Césaire, sea surtidor de agua
blaciones indigenizadas en todas las partes del viva que derribe la cabeza de la bestia y pueda
mundo. De cara a la renovada ola de conserva- permitir el despliegue de todas las formas de
durismo a nivel mundial que da una bocanada ser y estar en una nueva civilización: ¡ojalá!8
de aire a un imperialismo desfalleciente, solo
un diálogo intercultural, que implique lo interre-
ligioso e interepistémico con un enfoque deco- Referencias
lonial, posibilitará el establecimiento de una Adlbi Sibai, Sirin. La cárcel del feminismo. Hacia un
justicia epistémica no para invertir los térmi- feminismo islámico decolonial, México: Akal,
nos, sino para “articular antifascismo y antico- 2016.
lonialismo; antifascismo y antirracismo”.6 ———. «El hiyab en la obra de Fátima Mernissi o la
Como mujer indígena y militante, dis- paradoja del silenciamiento. Hacia un pensa-
puesta al diálogo, al debate, Houria ha releva- miento islámico decolonial.» En Grosfoguel, Ra-
do la cuestión de la sensibilidad pensante: món (comp.), Feminismos islámicos. Caracas:
“Ser descolonial es, en primer lugar, un estado Fundación editorial el perro y la rana. (Colección
282 de ánimo de emancipación. Es a la vez ruptura DeGéneros, Serie DeConstruir), 2016, 57-105.
y liberación. Un potencial que se encierra en Césaire Césaire, Aimé. «Cuaderno de un retorno a la
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alguna parte en nuestro interior, que se escon- tierra natal.» En Ollé–Laprune, Philippe, Para
de en las profundidades de nuestro ser”.7 leer a Aimé Césaire, trad. de poesía de José
Frente a una política del miedo imperial, Luis Rivas. México: FCE, 2008.
de la islamofobia, del temor frente al que han Fanon, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Ma-
vuelto permanentemente otro, Houria nos pre- drid, 2009. [Edición en francés, 1952].
6 http://www.decolonialtranslation.com/espanol/
sobre-islamofobia-fascismo-y-un-antifascismo-
complice.html 8 Como las traductoras indican la palabra ojalá viene
7 http://www.decolonialtranslation.com/espanol/ del arabo–musulmán inshallah: In cha Allah “Si
descolonizar-europa.html Allah quiere”, p. 115, nota 6.