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2.- Se sostiene que el Tribunal Constitucional es contramayoritario.

Justifique esa
aseveración.

Para conocer por qué se dice que el Tribunal Constitucional es contramayoritario es necesario
indagar sobre sus principales características y funciones, las cuales le otorgan esta
particularidad criticada por varios especialistas en derecho.

El Tribunal Constitucional, es un órgano autónomo, independiente del poder judicial,


especializado y encargado de la interpretación en última instancia de la Constitución,
haciendo efectivo el principio de la supremacía Constitucional. Fue creado durante la reforma
constitucional impulsada en el año 1970, cuya función principal era arbitrar conflictos que
surgían durante la tramitación de leyes entre el congreso y el poder ejecutivo. Con
posterioridad es disuelto tras el golpe de Estado, sin embargo, en el año 1980, es repuesto y
en el año 2005 se modifica sumando nuevas y cuestionadas atribuciones hasta el día de hoy.

Las principales funciones del Tribunal Constitucional son las contempladas en el artículo 93
de la Constitución Política de Chile, destacando el control preventivo obligatorio y el control
preventivo facultativo de los proyectos de Ley, las cuales generan la problemática que afirma
Sierra, Lucas (Sierra, 2006) “las leyes sí representan la voluntad de la mayoría electa. ¿Por
qué un grupo de jueces no electos ha de tener el poder de derribarlas?”. La respuesta ante esa
pregunta posee un alto grado de complejidad, pues, el Tribunal Constitucional es el intérprete
último de la Constitución, ya que, tiene la facultad de declarar inconstitucional un proyecto
de Ley, sin embargo, en el congreso vemos que se ejerce la democracia para crear leyes que
representan a la mayoría, y por lo tanto, si buscamos mantener un equilibrio legal, debemos
someternos a la sentencia que dicta el Tribunal Constitucional, ya que se encarga de
resguardar el Estado de Derecho, siempre utilizando como guía la Constitución. Es asi
también como lo ha señalado el Presidente del Tribunal Constitucional Iván Aròstica al
señalar que “El Tribunal Constitucional no es ni contramayoritario ni promayoritario.
Nosotros lo que vemos es su la sustancia o lo material está conforme con la Constitución.
Nosotros estamos en otro plano: en el resguardo de la Constitución y el Estado de Derecho”.
No obstante, la herramienta de control preventivo es utilizada como beneficio político, pues,
dentro de la conformación de los miembros del Tribunal Constitucional no existe una
representación de la voluntad popular, sino que se critica por ser un órgano
contramayoritario, ya que, va contra la voluntad de la mayoría, o sea, que todo proyecto
aprobado por el congreso (quienes son representantes por votación popular de la ciudadanía),
son contrarios a la voluntad de los miembros del Tribunal Constitucional, que se manifiestan
en base a la Constitución, pero con motivo político, por tanto, esta designación de jueces se
componen de forma política más que democrática, siendo elegidos de la siguiente forma: tres
son designados por el presidente, tres por la Corte Suprema, dos por el Senado y dos por la
Cámara de Diputados, pero con la ratificación de la Cámara Alta. En consecuencia, se habla
de una tercera cámara, y como señala Atria, Fernando (Gonzalez, 2016) “No sólo hay un
órgano no elegido que puede anular reformas políticas importantes, como la reforma laboral,
también ocurre que los problemas jurídicos terminan siendo decididos por esta cámara
política”. Con todo, el autor agrega que el Tribunal Constitucional termina funcionando como
una tercera cámara, esto no es menos relevante, ya que, se está ante una facultad del Tribunal
Constitucional que amedrenta al congreso con el solo hecho de cumplir su rol jurídico, que
es interpretar la Constitución, y si se quiere modificar, lo más óptimo es reformar la
Constitución Política de la Republica, porque aquella es la que otorga las amplias facultades
que posee el tribunal tanto en su control preventivo como represivo, más aun, es la base por
la cual se basan para impugnar los proyectos de Ley que sean contrarios a la Constitución, a
pesar de que exista mayoría en el congreso o sea un tema ad hoc para la sociedad. De acuerdo
a una opinión en el diario constitucional por el profesor Corral, Hernán (Correa, 2016) “Entre
los remedios para sanear esta situación se encuentra la propuesta de eliminar el control
preventivo de constitucionalidad, de manera que el Tribunal Constitucional no pueda
intervenir para “torcer” las mayorías legislativas”.

La forma más ejemplar de explicar el carácter contramayoritario del Tribunal Constitucional


es analizando uno de los casos más controvertidos en los últimos años, el cual fue respecto
al fortalecimiento del SERNAC.

El fallo del TC que declaró inconstitucional el proyecto que fortalecía las facultades
sancionatorias del Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). En esa ocasión, los ministros
del organismo argumentaron que las sanciones solo pueden ser adoptadas “por un tribunal
independiente e imparcial”, concluyendo así, que -con esas nuevas facultades- el Sernac se
convertiría en juez y parte. Además, el fallo del organismo objetó la constitucionalidad de la
potestad normativa del servicio, ya que consideró que le otorgaba “un alcance ilimitado”.
(Tercera, 2018)

El proyecto de Ley que aumentaba las atribuciones al SERNAC para sancionar, fue aprobado
por la mayoría en el congreso, siendo objeto de varias críticas, en las que fundaban como
necesario que exista tales facultades sancionatorias, para agilizar todo proceso que se vincule
con la materia. Aquel proyecto fue sometido al Tribunal Constitucional, el cual consideró
que era inconstitucional otorgar amplias facultades, siendo contramayoritario tanto para el
congreso como la ciudadanía que consideraban necesario el cambio.

Pregunta 3

La ley se ha definido de acuerdo a la normativa legal vigente y se desprende del artículo 1°


del Código Civil el cual sostiene “La ley es una declaración de la voluntad soberana que,
manifestada en la forma prescrita por la Constitución manda, prohíbe o permite” (codigo
civil, 1947). La definición preferida por los autores es la del jurista Francés Marcel Plianol
la que señala” La ley es una regla social obligatoria establecida con carácter permanente
por la autoridad pública y sancionada por la fuerza”. (Alessandri, Somarriva, & Vodanovic,
2007).

En cuanto a los decretos con fuerza de ley son cuerpos normativos que emanan del Presidente
de la República y que recaen sobre materias legales, en virtud de una delegación de facultades
del Parlamento, o bien para fijar el texto refundido, coordinado y sistematizado de las leyes.

De acuerdo a los Tratados Internacionales se han considerados instrumentos de gran


importancia y solemnidad.

La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, celebrada el 23 de mayo de


1969.Se estableció que los tratados son acuerdos formales celebrados por escrito entre
Estados y regidos por los principios del derecho internacional, como son la igualdad
y la libre determinación de los pueblos, la igualdad soberana y la independencia de
todos los Estados, (…) (Grupo Copesa, s.f.)

Por ultimo podemos decir que la potestad reglamentaria es “la facultad que tiene el
Presidente de la República y otras autoridades administrativas para dictar normas jurídicas
con contenido general que tienden a dar cumplimiento a la Constitución y a las leyes”.
(Verdugo, Emilio, & Nogueira, 1994) En un sentido más estricto el profesor J. L. Cea Egaña
la define como, “la atribución especial del Presidente de la República para dictar,
unilateralmente, normas jurídicas generales o especiales destinadas al gobierno y
administración del Estado o a la ejecución de las leyes”. (Dominio legal y reglamentario en
la Constitucion de 1980, 1984)

Es en este sentido que podemos señalar aquellas diferencias y semejanzas que pueden llegar
a tener estas normas así:

La ley propiamente tal en primer lugar emana de los órganos legislativos es decir del órgano
al cual la comunidad social ha investido de poder para poder dictarla, Ello no excluye la
posibilidad de que el poder ejecutivo también participe -o pueda participar- en la elaboración
o formación de la ley, por ejemplo, en la iniciativa del proyecto, o en la promulgación de la
ley.

En el caso de los Decretos con Fuerza de Ley emanan del poder ejecutivo a través de una
solicitud que se le realiza al Congreso Nacional para autorizar al Presidente de la Republica
para dictar disposiciones con fuerza de ley. Así como señala el artículo 64 de nuestra Carta
Fundamental1. Con todo la doctrina en general ha discutido la constitucionalidad de los
Decretos con Fuerza de Ley, se estimaría por algunos que vulneraria el principio de la
división de poderes públicos ya que mediante su dictación, el ejecutivo agrega a sus
funciones, otras inherentes a los del Poder Legislativo. Por otra parte se dice “El Congreso
tiene un poder por delegación del pueblo y se entiende que la potestad delegada no se puede
delegar a su vez”. (Castro, 2011)

En su caso los Tratados Internacionales emanan de convenios entre dos o más estados o un
organismo internacional y un estado donde los involucrados adquieren un compromiso,
usualmente estos convenios son regulados por la Convención de Viena sobre el derecho de
los tratados de 1969. En Chile, la conducción de las relaciones internacionales del país es
atribución exclusiva del Presidente de la República. El rol del Congreso Nacional en esta

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Artículo 64 inciso primero: “El presidente de la Republica podrá solicitar autorización al Congreso Nacional
para dictar disposiciones con fuerza de ley durante un plazo no superior a un año sobre materias que
corresponden al dominio de la ley”.
materia radica en aprobar o rechazar los tratados internacionales que el Presidente de la
República le someta para su conocimiento y aprobación. De acuerdo al artículo 54N°1 de
nuestra Carta Maga. Es importante destacar que los tratados internacionales sobre derechos
fundamentales que emanan de la naturaleza humana, debidamente ratificados por Chile y que
se encuentran vigentes, constituyen un límite al ejercicio de la soberanía de acuerdo al
artículo 5º de la Constitución Política.

Y finalmente los decretos de la potestad reglamentaria tanto para organizar el gobierno y la


administración del estado, como para ejecutar o dar cumplimiento a la Constitución y las
leyes, emanan del Poder Ejecutivo y de otras autoridades administrativas. De acuerdo al
artículo 32n°6 de nuestra Constitución Política2.

En segundo lugar en cuanto a la Jerarquía normativa. La Ley se encuentra en un eslabón


superior por cuanto está en el nivel legal al igual que los decretos con fuerza de ley ya que si
bien son otorgados por el presidente de la república es el congreso quien delega su poder a
través de una ley delegatoria para que recaiga sobre materias de ley aunque si bien con un
tiempo definido y solo sobre algunas materias.

Por otro lado los tratados internacionales se ha discutido. Con todo de acuerdo a nuestra
Constitución en su artículo 54 N°1 en su segunda frase señala “La aprobación de un tratado
requerirá, en cada cámara, de los quórum que corresponda, en conformidad al artículo 66,
y se someterá en lo pertinente a los tramites de una ley”. (Constitución Política de la
República de Chile). La postura que se sigue defendida por el autor Silva Bascuñán es que
los tratados internacionales tienen una posición infra constitucional pero con una mayor
fuerza normativa que la ley, puesto que son formalmente ley conforme al artículo 54N°1 se
aprueban con el quórum de ley y se siguen con lo pertinente de la tramitación de la ley pero
de una aplicación preferente a la ley por su naturaleza, por regular materias de derechos
fundamentales y derechos humanos. (Apuntes de Catedra de integración de Derecho
Constitucional, 2018)

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Artículo 32n°6 son atribuciones especiales del Presidente de la República; ejercer la potestad
reglamentaria en todas aquellas materias que no sean propiamente del dominio legal, sin perjuicio de la
facultad de dictar los demás reglamentos, decretos e instrucciones que crea convenientes para la ejecución
de las leyes,
Y así también lo ha señalado el Tribunal Constitucional en su fallo 2387-2013 en su
considerando Duodécimo: “Que la sola lectura de las normas contenidas en los artículos 5°,
inciso segundo, 32, N° 17°, y 54, N° 1, de la Constitución chilena, que se refieren a los
tratados internacionales, es suficiente para concluir que nuestro texto fundamental no
contiene una mención explícita al rango normativo de los tratados internacionales, ni
siquiera cuando éstos versan sobre derechos esenciales que emanan de la naturaleza
humana. Con todo, de su contexto se infiere que los tratados internacionales tienen un rango
inferior a la Constitución, porque están sometidos a control preventivo obligatorio de
constitucionalidad cuando tratan materias de ley orgánica constitucional, conforme al
artículo 93, inciso primero, N° 1°, de la Carta Fundamental, lo que no sería posible si su
valor fuere igual o superior a la Constitución misma”. En el caso de la potestad reglamentaria
se entiende su carácter de jerarquía supra legal puesto que son dictados por organismos
administrativos.

En tercer lugar en cuanto a las materias que regulan se podrá señalar que la ley así como los
decretos con fuerza de ley y los tratados internacionales regulan o versan materias propias
del dominio legal de acuerdo al artículo 63 de CPR3. Sin embargo con algunas diferencias
puesto que los Decretos con Fuerza de Ley tienen ciertas limitaciones de acuerdo al artículo
64 inciso 2 de la CPR ya que no pueden versar sobre nacionalidad, la ciudadanía, las
elecciones ni al plebiscito, como tampoco a materias comprendidas en las garantías
constitucionales o que deban ser objetos de leyes orgánicas constitucionales o de quórum
calificado. La Ley que otorga la referida autorización, señalará las materias precisas sobre las
que recaerá la delegación y podrá establecer determinadas limitaciones, restricciones y
formalidades que se estimen convenientes. Así es también como ha fallado el Tribunal
Constitucional en su fallo Rol 393-2003 en su considerando Noveno: “Que, del texto
constitucional transcrito, interesa destacar lo que prescribe su inciso cuarto, puesto que es
de absoluta nitidez que si la Norma Fundamental exige que la ley delegatoria señale las
materias precisas sobre las que recae la delegación, es porque esta delegación sólo autoriza
al Presidente de la República para actuar dentro de los límites determinados en la
autorización correspondiente y, al sobrepasarlos, es notorio que está contraviniendo la

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Constitución Política de la República de Chile
prohibición contenida en el precepto en comento, así como, en el artículo 60 de la Carta
Fundamental y que, en consecuencia, adolece de inconstitucionalidad el respectivo decreto
con fuerza de ley. Por otro lado, es igualmente notorio que si en el decreto con fuerza de ley
se sobrepasan los límites establecidos por el Poder Legislador, no sólo se está invadiendo el
campo de la reserva legal, sino que, además, se infringe el artículo 7º de la Carta
Fundamental, desde que ese acto jurídico ha sido expedido por el Presidente de la República
fuera del ámbito de su competencia, lo que lo hace, también, inconstitucional”.

Por otro lado la potestad reglamentaria de acuerdo al artículo 32N°6 el que señala ambas
potestades reglamentarias señala claramente que sean actos administrativos que traten de
materias que no sean propias del dominio legal, con lo que pueden dictar reglamentos,
decretos e instrucciones para la ejecución de las leyes.

Además se debe señalar que tanto la ley, los tratados internacionales, los DFL4, y los
reglamentos, decretos, instrucciones etc. de la potestad reglamentaria son obligatorios,
generales es decir dirigidas a todos los habitantes, abstracta la ley está hecha para aplicarse
en un número indeterminado de casos, para todos aquellos que caen en los supuestos
establecidos por las normas. En este sentido; Tienen fuerza obligatoria, todos deben cumplir
con el trámite de promulgación. En cuanto a “ los tratados internacionales, una vez
ratificados y publicados, son obligatorios, extienden sus efectos sobre el conjunto del
territorio sometido a su soberanía, obligan a todos los órganos estatales, y su aplicación se
impone a todos, gobernantes y gobernados”. (Orrego, 2018)

En cuanto al control de estas normas En nuestro sistema “el Tribunal constitucional vela
por la constitucionalidad de una serie de normas de distinta índole: leyes, resoluciones,
simples decretos y decretos supremos quedan bajo su custodia”. (Cabieses & Mena, 2012)”
así están sujeto bajo el control del tribunal constitucional obligatorio en el caso que las leyes
interpretativas, orgánicas constitucionales y en el caso de que los tratados versen sobre estas
materias, de acuerdo al artículo 93n°1 de la CPR. Por otro lado en el caso del control
preventivo en el caso de cuestiones que constitucionalidad que se susciten durante la
tramitación de los proyectos de ley o de reforma constitucional y los tratados que deban ser

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Decreto con Fuerza de Ley
sometidos a la aprobación del congreso como señala el artículo 93N°3 CPR y por último en
el caso del articulo 93N°9 CPR y 93N°16 CPR se resuelve la constitucionalidad de la
potestad reglamentaria del Presidente de la República.

Los actos que emanen de la administración de acuerdo al artículo 99 de la CPR en el que se


realiza el control de legalidad para lo cual se tomara razón cuando se encuentren en
conformidad a la ley o los representará cuando considere alguna ilegalidad. Además la
Contraloría ejerce el control sobre los decretos con fuerza de ley en su artículo 64 inciso 6
ante lo cual debe tomar razón de estos decretos debiendo rechazarlos cuando ellos excedan
o contravengan la autorización. Con todo existe una diferencia entre los actos de la
administración que no versen sobre materias de ley en las cuales el presidente podrá insistir
con la firma de todos sus ministros y la contraloría enviara esos antecedentes a la Cámara de
Diputados. En cambio en el caso de que se trate de un Decreto con Fuerza de Ley el
presidente no podrá insistir y en el caso de que la Contraloría lo represente y el presidente no
se conforme la Contraloría remitirá los antecedentes al Tribunal Constitucional.

Por último en cuanto a su tramitación en forma general las principales diferencias son que en
cuanto a la ley tiene trámites bien definidos en el poder legislativo a través de la iniciativa,
la discusión, promulgación y publicación. Desarrollada en los artículos 65 y siguientes de la
CPR.

A diferencia de los tratados internacionales cuya tramitación comienza de forma externa que
se denomina “negociación”, y en ella toman partes los Estados o entidades internacionales
interesados, finaliza con la firma del Tratado convenido. Sin perjuicio que una vez aprobado
inicia su tramitación interna para lo cual debe someterse a la aprobación del Congreso de
acuerdo al artículo 54N°1 CPR. La cual requerirá de los quórum del artículo 66 CPR y se
someterá en lo pertinente a la tramitación de la ley. En el caso de los Decretos con Fuerza de
Ley también es diversa la tramitación puesto que el Presidente solicita una autorización por
parte del Congreso Nacional el cual dictará una ley delegatoria la cual va a contener las
materias precisas sobre las cuales va a recaer la delegación estableciendo las limitaciones,
restricciones y formalidades que estime conveniente. Por otro lado la duración de este decreto
no es más allá de un año. En cuanto a la publicación vigencia y efectos a las mismas normas
que rigen para la ley. Pero la forma de tramitación más diversa y que no tiene ningún punto
de encuentro es la de la potestad reglamentaria ya que estos actos emanan de la autoridad
administrativa sin pasar por el proceso legislativo. De acuerdo a la L.O.C 19.880 de Bases
Generales de la Administración, donde se señala para los actos de la Administración solo se
requiere la firma del presidente y del ministro respectivo o del solo ministro por orden del
Presidente de la República.

Acusación constitucional

Tiene sus orígenes históricos en el impeachment inglés, de fines del siglo XIV, dirigido a
castigar a funcionarios de la corona por irregularidades detectadas en el ejercicio de su cargo.
Posteriormente fue incorporado en la Constitución Política de los Estados Unidos de
Americana en el año 1787, para luego expandirse por Latinoamérica durante la primera mitad
del siglo XIX. Nuestro país lo recoge desde sus primeras Constituciones, y de modo orgánico
a partir de la Constitución de 1833 para luego pasar a las Constituciones de 1925 y finalmente
de 1980

La Acusación Constitucional se regula en sus aspectos de fondo y forma en los artículos 52


Nº 2 y 53 Nº 1 de la Constitución Política, complementado por lo dispuesto en los artículos
37 a 42 de la Ley Orgánica Constitucional del Congreso Nacional, además de lo establecido
en los Reglamentos Internos de cada Cámara.

La acusación constitucional es un proceso constitucional complejo, de naturaleza jurídico-


política, contemplado por el ordenamiento jurídico chileno, y seguido ante el Congreso
Nacional, para hacer efectiva la responsabilidad de altos funcionarios públicos. El
procedimiento se dirige contra las autoridades taxativamente señaladas en la Constitución e
su artículo 52N°2, por haber incurrido en alguna infracción constitucional, de diversas
índoles señaladas en aquella disposición, que justifica su destitución o inhabilitación para el
ejercicio del cargo u otra función pública. En el procedimiento participan, eventualmente, las
dos cámaras del Congreso, actuando la Cámara de Diputados como acusadora y el Senado
como jurado es decir en conciencia y limitándose a declarar si el acusado es no culpable del
ilícito que se le imputa. De aprobarse la acusación por el Senado se produce la destitución
del cargo e inhabilitación para desempeñar ninguna función pública, sea o no de elección
popular, por el plazo de 5 años.
Los funcionarios y las infracciones constitucionales que señala el artículo 52N2 CPR.

Presidente de la República: la acusación constitucional procede por actos de su


administración que hayan comprometido gravemente el honor o la seguridad de la Nación, o
infringido abiertamente la Constitución o las leyes (art. 52 N° 2, letra a)).

Ministros de Estado: son acusables constitucionalmente por haber comprometido gravemente


el honor o la seguridad de la Nación, por infringir la Constitución o las leyes o haber dejado
éstas sin ejecución, por malversación de fondos públicos y soborno (art. 52 N° 2, letra b)).

Magistrados de los tribunales superiores de justicia y el Contralor General de la República:


son acusables constitucionalmente por notable abandono de deberes (art. 52 N° 2, letra c)).

Generales y almirantes de las FFAA: son acusables constitucional-mente por haber


comprometido gravemente el honor o la seguridad de la Nación (art. 52 N° 2, letra d)).

Intendentes, Gobernadores y las autoridades que ejercen el Gobierno en los territorios


especiales que establece el art. 126 bis: pueden ser acusados por infracción de la Constitución
y por los delitos de traición, sedición, malversación de fondos públicos y concusión (art. 52
N° 2, letra e))

Bibliografía

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https://www.todolex.cl/2018/08/acusacion-constitucional.html

https://www.bcn.cl/formacioncivica/detalle_guia?h=10221.3/45763

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Trabajos citados
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Cabieses, P., & Mena, L. (2012). Tribunal Constitucional, potestad reglamentaria y control de
constitucionalidad de los decretos supremos : estado actual de la discusión.

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http://www.diarioconstitucional.cl/articulos/la-indicacion-de-camila-vallejo-y-el-control-
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Verdugo, M., Emilio, P., & Nogueira, H. (1994). Derecho Constitucional Tomo 1. Santiago: Editorial
Juridica de Chile.

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