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Traducción de
ROBERTO REYES MAZZONI
JAMES LOCKHART
-
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
MÉXICO
Primera edición en inglés, 1992
Primera edición en español, 1999
Título original
The Nahuas After the Conquest. A Social and Cultural History of the Indians of Central Mexico,
Sixteenth Through Eighteenth Centuries
© 1992 by the Board of Trustees of the Leland Stanford Junior University.
Derechos reservados. Traducida y publicada de acuerdo con Stanford University Press..
ISBN 0-8047-1927-6 ,: . ,
LSBN 968-16-5269-X
Impreso en México
A la memoria de mis p adres,
NED LocKHART y BERTHA VANFossEN LocKHART,
y de ARTHUR J. O. ANDERSON
ABREVIATURAS
que siguió al contacto con los europeos se hayan concentrado en recrear la·
posición de los indios relativa a la de los españoles. El tema presenta dos
dimensiones relacionadas entre sí: los papeles que se suponía jugaban cada
uno de los dos grupos, y las fuentes españolas utilizadas para hacer la su
posición que, como proporcionaban la primera perspectiva sobre los indí
genas, contribuían en gran medida a la manera cómo se determinan esos
papeles supuestos.
Generaciones sucesivas de historiador�s han considerado la interacción
de los españoles y los nahuas de varias maneras diferentes. 1 La primera
generación, de la cual William Prescott.es su principal representante, siguió
a las crónicas españolas al escribir historias narrativas de la conquista del
siglo xv1; subrayaron la importancia del mero choque militar, de las victo
rias y derrotas de las. fuerzas en contienda. El conflicto era la principal es
�ctura interpretativa. Aunque todos se dieron cuenta de que la lucha militar
terminó pronto en el México central (a diferencia de las áreas periféricas,
donde continuó), y que desde entonces se ha demostrado además que los
disturbios en los siglos siguientes fueron esporádicos y limitados, iniciados
por unidades locales restringidas en defensa de su autonomía dentro del
orden ya establecido,2 el conflicto y la resistencia han seguido confo:rmando
durante mucho tiempo los conceptos de los estudiosos .sobre las relaciones
entre los españoles y los indígenas.
Los que siguieron a los historiadores épicos, que enfocaron el tema del
desarrollo de la civilización de la América hispánica a través de las institu-
. dones formales, añadieron un nuevo concepto general de interpretadón: el
desplazamiento, en·vez del conflicto. Éstos, sobre todo el más importante de
ellos·, Robert Ricard, tendieron a ver el remplazo rápido de los elementos o
estructuras indígenas por sus equivalentes europeos, o incluso la introduc,.
ción de todo lo europeo, como si se hubiera dado en un vacío relativo. Esta
opinión surgió sin ningún prejuicio, o, podríamos decir, ingenuamente, a
partir de la fuente principal de los primeros i,nstitucionalistas, a saber, los in
formes de funcionarios y de sacerdotes a la Corona. Aunque los funcionarios
en América comprendían la importancia de las estructuras in<:lígenas para el
éxito de las medidas que tomaban, no les interesaba mucho mencionarlas
cuando informaban de los avances a sus superiores. Si así)o hubieran hecho,
sus medidas hubieran parecido obvias, casi ineviti:lbles, con su resultado
prácticamente determinado en gran medida por la naturaleza de la sociedad
indígena (como de hecho lo determinó). En cambio, presentaban imágenes
de las revolucionarias transformaciones que estaban generando en la vida
indígena y de lo bien recibidas que eran las medidas que introducían.
1 El resto de esta sección se adaptó, con algunos cambios, omisiones y adiciones, de Lock
hart, 1985, pp. 465�468.
2 Taylor, 1979.
INTRODUCCIÓN 13
6 Véase Lockhart, 1968 y 1976; N&S, ítem 12; Szewczyk, 1976, y Martín, 1985.
7 Taylor, 1979.
16 INTRODUCCIÓN
Usos DE LA LENGUA
Los frailes franciscanos del siglo XVI no han sido superados en la importan
cia que le dieron a la lengua, tanto escrita como hablada, para entender a la
población indígena de México. In�truidos en los métodos de la filología hu-
manista, losJranciscanos y �us ayudantes nahuas produjeron, una tras otr�,
obras indispensables. Para finales de la década de 1540, fray Andrés ..de
Olmos había terminado una gramática completa del náhuatl, acompañada
de una lista de expresiones idiomáticas y un conjunto de ejemplos de dis
cursos de los informantes. En la siguiente década, fray Alonso de Molina
publicó un diccionario español-náhuatl, ampliado considerablemente en
una edición de 1.571; Molina fue bastante más allá de los elementos prácticos
básicos al incluir un amplio vocabulario, en el que presenta muchas sutiles
distinciones semánticas y gramaticales. A partir de la década de 1540, fray
Bernardino de Sahagún y un grupo de nahuas trabajaron durante décadas
en una obra enciclopédica; ésta había sido completada provisionalmente a
finales de lq década de 1570, y abarcaba todos los aspectos de la vida de los
nahuas antes de la conquista con textos en náhuatl escritos por los ayu
dantes indígenas y traducidos al español. El mismo Sahagún se dio cuenta
de la utilidad potencial de su trabajo cuando le ilustró el significado de
vocablos ,indígenas especiales empleados en otros textos indígenas.�
Dn producto derivado de la filología indígena realizada bajo los auspi-
en las vidas de personas muy humildes. A pesar de esto, los registros na
huas que se han conservado, ya sea en español o náhuatl, sólo pocas veces
nos permiten seguir a una sola persona a través de una variedad de docu.:.
mentos. Casi privados de un patrón en la sucesión de las acciones, debemos
depender del otro aspecto del método, esto es, de una detallada atención a
las categorías que la persona y sus pares usaban para clasificarse a sí mis
mos y a sus pensamientos y acciones, además de atender a los fenómenos
que los rodeaban, estudiando de esta manera conceptos que porta el habla
de una persona en vez de los patrones que se manifestaron en su vida.
Únicamente en la lengua original pueden detectarse las categorías, porque
en una traducción las sustituyen las categorías de la lengua del traductor.
Además, en el presente, los intereses de la disciplina se dirigen cada vez
más, natural y loablemente, hacia el lado cultural de la historia. Nos empe
zamos a interesar en las categorías del pensamiento en y por sí mismas.
Expresaré este punto en forma más concreta. Los documentos españoles,
e incluso las traducciones españolas de documentos en náhuatl, hacen uso
repetido del término indio, término que raramente encontramos en los pro
pios documentos en náhuatl, ni siquiera en aquellos en cuyas traducciones
se utiliza esta palabra. El cómo evolucionó el modo en que se llamaban a sí
mismos los grupos indígenas debe ser trabajado exclusivamente a partir de
fuentes en lengua náhuatl.1 3 Por ejemplo, en un tema igual de fundamental,
las fuentes españolas hablan de unidades políticas indígenas en términos
de cabeceras y sujetos, pero en las fuentes nahuas sólo encontramos térmi
nos para toda la unidad y sus partes constitutivas, hecho que tiene profun
das implicaciones y que es la ·clave para descubrir un modelo nahua general
de organización (véase el capítulo 11).
Otra razón de la importancia de tener materiales sobre los nahuas en la
lengua original, es que la misma lengua resulta ser un instrumento impres
cindible para determinar la naturaleza y el ritmo de la evolución cultural .en
general. Quizá pueda decirse lo mismo de cualquier situación humana,
pero las -condiciones especiales de la investigación en este campo han con
ducido a descubrir que la lengua utilizada en cualquier coyuntura particu
lar es la mejor y, a menudo, la única forma de ubicar un fenómeno dado en
el continuo escalonado de la adaptación nahua a la presencia española. Una
traducción española quizá pueda presentar bien un hecho en bruto, pero no
nos dirá si se utilizó una palabra tomada en préstámo o la forma en que se
la manejó gramaticalmente. No distinguirá entre iteachcauh, "su hermano
13 Véase la discusión en el capítulo 1v, así como en gran parte del contenido de los capítulos
n y IX. Es cierto que las obras en español escritas por hablantes de náhuatl o personas que cono
cían bien el náhuatl y que utilizan términos náhuatl en escritos en español, pueden cumplir
hasta cierto punto la misma función e incluso a veces arrojar luz sobre aspectos de la catego
rización náhuatl que difícilmente pueden mostrarse en los documentos en el lenguaje original.
20 INTRODUCCIÓN
mente de los propios nahuas� Los materiales pueden parecer muy exóticos
al público académico, inclusive a los conocedores de la historia temprana·
de la América hispánica, y como para dificultarlo más he emprendido mi
tarea con amplitud. Para que el lector no desespere y sienta que ha penetra
do en un bosque oscuro e impenetrable, le proporcionaré a continuación
unas pocas guías.
Siempre he creído que aunque las culturas son fluidas y variadas y no
sean verdaderamente orgánicas, todo en una.determinada sociedad o sim
plemente en un grupo dado de personas en contacto entre sí, afecta a todo
lo demás, y que algunos fenómenos se esparcen por todas partes, de modo
que para lograr la mayor comprensión uno debe proceder sobre un frente
amplio, observando muchos elementos en sus relaciones entre sí. A medida
que avanzaba mi trabajo sobre los nahuas, me llamó la atención la existen
cia de .modos paralelos de organización en muchas ramas diferentes de la
vida y los movimientos paralelos en la evolución en el transcurso del tiem
po. Los ocho capítulos que constituyen el núcleo de este libro procuran
mostrar estos temas en todos aquellos campos de la cultura (que considero
está constituida por las costumbres comunes en la sociedad y por tanto
inseparables de ella) y de la sociedad nahuas (inclusive la vida económica y
política) para los que las fuentes en náhuatl ofrecen información sistemá
tica. Entre los primeros capítulos, más orientados hacia lo social, como se
podrá dar cuenta el lector, y los últimos, que le podrán parecer más concen"'
trados en la cultura (aunque para mí hay poca diferencia entre cultura y so-,
ciedad), se tratan una gran variedad de temas, delos cuales no todos ·pue
den ser de interés para un determinado lector. En realidad; en un sentido
los ocho capítulos son como bosquejos de ocho libros separados, cada uno
acerca de temas muy amplios, que todavía no han sido escritos. Como com-
. prendo que ciertos lectores puedan querer o necesitar leer sólo ciertos capí
tulos o incluso partes de capítulos, he tratado de hacerlos muy indepen
dientes den.tro de la temática común y he dividido cada uno de ellos en
secciones tituladas que equivalen a subcapítulos. 15 A pesar de todo, me ha
bría gustado que las fuentes hubieran permitido una exploración completa
de todavía más dimensiones, en especial, la música, la danza, los mercados,
la cultura material, las artesanías, el aspecto técnico de la agricultura y los
papeles de los géneros. Quizá todavía se puedan encontrar caminos que
permitan una aproximación más directa a estos temas.
15 Incluso a un historiador hispanoamericano que conozca los aspectos generales de la Amé
rica hispánica puede serle útil un panorama general antes de pasar a los capítulos posteriores
más sustantivos, pero no deseo recargar el libro con una introducción excesiva. Una forma de
conocer la estructura sería leer primero las conclusiones. Sin embargo, en mi opinión, la mejor
introducción es un texto que escribí para una audiencia general, que bosqueja en lenguaje sen
cillo y ejemplifica brevemente muchos de los principales ternas y asuntos de que trata el pre
sente libro. Dicha introducción aparece corno el primer capítulo de N&S.
22 INTRODUCCIÓN
Los límites temporales y espaciales del estudio son los d ictados por los
documentos en náhuatl que han aparecido hasta la fecha, ya sea que los haya
encontrado yo mismo y mis colegas y asociados, o que hayan sido publi::
cados por otros. Temporalmente, los registros se distribuyen entre los años
que van aproximadamente desde 1545 hasta 1770 por lo menos, de tal ma
nera que ninguna década ha sido omitida y sólo faltan unos pocos años;
además, cierto número de textos posteriores a 1770 proporciona también un
vistazo a la era más tardía. La distribución espacial es más problemática. El
material conocido hasta el presente tiende a provenir de lugares esparcidos
en.forma muy desigual por todo el centro de México, uno o dos documen
tos por cada lugar. Ciertas subregiones parecen haber estado dotadas de
una literatura coherente (por ejemplo, Tlaxcala, Cuauhtinchan, Coyoacán,
Culhuacán, el sur y centro del valle de Toluca, por ejemplo), pero al estu
�iarlos resulta que sólo es así para un periodo de tiempo muy limitado o
para cierto tipo de registro. Excepto quizá para la organización sOciopolítica
y la tenencia de la tierra; sería imposible encontrar documentos sobre cada
uno de los fenómenos de interés en cada subregión para cada periodo. El
único censo náhuatl local y completo que se conoce fue realizado en la
región de Cuernavaca hacia 1540; el único libro de cofradía que contiene
la lista de sus miembros y de sus funcionarios para un periodo considera
ble, así como una discusión de las crisis y de las medidas para resolverlas,
es el de Tula; el único conjunto de registros de los ayuntamientos munici
pales proviene de la Tlaxcala del siglo xv1; el único conjunto de papeles
familiares mantenidos consistentemente durante un periodo prolongado
proviene del valle de Toluca, donde fue llevado durante los siglos xvu y-·
xv111. 16.
Por tanto, en la mayoría de los casos he tratado al material como una uni
dad, con cuidado ubicando cada ejemplo geográficamente en las notas, pero
utilizándolo más generalmente en relación con los patrones del mundo
nahua. Un enfoque general parecía apropiado en vista de la naturaleza de
este trabajo y de la condición incipiente de los estudios sobre los nahuas del
periodo posterior a la conquista. A medida que avanzaba en el trabajo, �e
fui convenciendo de que el mundo náhuatl era en realidad, tanto antes
como después de la conquista, una unidad en muchos aspectos. No se pue
de llegar a ninguna otra conclusión, dados él uso de la misma terminología
y conceptos en la política, el parentesco y la tenencia de la tierra en testimo
nios elegidos al azar en toda la región, y la aparición de partículas y verbos
similares tomados en préstamo del español, aproximadamente al mismo
tiempo en textos que provienen de lugares que van desde Sultepec en el
16 Véase, respectivamente, AZ (una publicación parcial de los censos de la región de Cuer
navaca); TCB (inédito); TA (un conjunto de.comentarios sobre, o síntesis y selecciones de, los
registros del cabildo de Tlaxcala, y PFC (inédito).
INTRODUCCIÓN 23
misma ortografía, pero cuando los nombres son bien conocidos en el Mé
xico de hoy en día, utilizo en cambio la forma actual (por ejemplo, Tlaxcala
en vez de Tlaxcallan)�
Por considerar de gran importancia el que sea posible examinar el náhuatl,
me he esforzado por presentar, en las notas, las frases originales en ná
huatl que están traducidas en el texto del libro, ex�epto por unos pocos
casos en que el mismo "original" es una copia confusa que sólo desorien
taría al lector. No obstante, para ahorrar espacio, no reproduzco el original
en los casos en que ya se ha publicado una transcripción y, en lugar de
reproducirla, hago referencia a esa versión en una nota.
Se entiende que los pasajes de los textos originales ( que a veces son una
sola palabra) representan la ortografía original si están reproducidos entre
comillas, mientras que las palabras y pasajes en cursivas han sido reesc}itos
en la forma estándar. Pletórico de terminología náhuatl como está el libro,
me he esforzado por impedir que se llene de cursivas. Los términos náhuatl
se presentan así sólo cuando aparecen por primera ocasión o cuando rea
parecen después de un largo intervalo si el término no es fundamental para
la estructura del libro. Si en el texto se resalta un término náhuatl o se uti
liza como un ejemplo lingüístico o conceptual, se escribe entre comillas. En
las notas he procedido de forma diferente y, en vista de la naturaleza lin
güística de gran parte de la discusión que se presenta en ellas, la misma pa
labra puede aparecer en cursivas repetidas veces cuando se la utiliza como
ejemplo.
AGRADECIMIENTOS
17 A medida que entendemos mejor el náhuatl antiguo y que se amplía la base de nuestro co
nocimiento, está surgiendo la necesidad de reeditar algunas de estas publicaciones (indepen
dientemente del problema de que algunas ediciones se están agotando). Muchas de las traduc
ciones de se requieren ser revisadas (de hecho he vuelto a traducir dos de ellas en el apéndice
de este libro) y ya se ha hecho un considerable trabajo para preparar una nueva edición. Ha
cerlo con respecto a la parte documental del NMY no es tan urgente. Esperamos que TC, que ya
está agotado, sea reeditado a su debido tiempo, sin grandes cambios en su contenido, pero con
un formato diferente. Los cambios en la numeración de las páginas en las nuevas ediciones ha
rán que muchas de las referencias de este libro sean obsoletas, pero los editores tienen la in
tención de mantener la seriación de los documentos, de modo que el futuro lector todavía po
drá encontrar el material sin demasiados problemas.