Se conoce con el nombre de Batuque a la religión practicada por los
antiguos esclavos de origen bantú y sudanés en el estado fronterizo de Rio Grande do Sul, originada entre los años 1833 y 1860 probablemente en la ciudad de Rio Grande, coincidiendo este lapso con la mayor afluencia de mano de obra esclava traída casi con exclusividad de Pernambuco. Si bien el grueso de los trabajadores esclavos afectados al sur fue de procedencia bantú -hecho demostrado por la cantidad de topónimos en su lengua, el kimbundo, tales como "quilombo" (cinco arroyos así llamados en el estado gaúcho) , "Maria Conga" y "Maria Monjola" (islas en el delta del río Jacuí); palabras incorporadas al lenguaje portugués corriente, como "canjica" (maíz seco quebrado), "cacimba" (pozo de agua), "cachimbo" (pipa para tabaco), "camundongo" (ratón doméstico), "mondongo" (menudencia de la res faenada), "matungo" (caballo estropeado), "Ionnba" (perífrasis de cementerio), "quibebe" (sopa crema de zapallo) todas ellas de dicho idioma- está documentada fehacientemente la presencia de sudaneses en este período y su fuerte cuño en la formación y cosmogonía de los "terreiros" de Batuque. Hacia 1860 Porto Alegre es la ciudad que tiene un mayor índice de crecimiento, comenzando a absorber más cantidad de mano de obra, en detrimento de otras ciudades como Rio Grande y Pelotas, tanto de trabajadores libres como esclavos. Casi con certeza puede declararse esta fecha de 1860 como punto de partida para la fundación de los primeros templos o "casas de nación (africana)" como resultado de la inmigración interna, siendo esta ciudad hoy en día la que concentra el mayor número de ellas, convertida en un centro de irradiación a nivel religioso. Si la Roma del culto de Candomblé es San Salvador de Bahía, la Roma del culto de Batuque es, sin ninguna duda, Porto Alegre. El razonamiento tan lógico del profesor Nórton E Corréa (ver bibliografía), al que adhiero con toda mi convicción, es que "es casi probable que la primera casa hubiese sido fundada por una mujer libre". Esta es una tradición transmitida oralmente, pero debe notarse a su favor dos puntos esenciales: a) la alta proporción do mujeres dirigiendo casas de culto, de 4 a 1 con respecto a varones; proporción que a la fecha no ha menguado demasiado b) el trajín de una casa de Batuque es tal que sólo una persona libre de cualquier otra actividad podría asumir una jefatura real, inclusive en nuestra época Imaginemos qué situación tendría a fines del siglo pasado una persona esclava para poder llevar adelante todas las obligaciones inherentes a su cargo. Podría asimismo deducirse que no sería alguien recién llegado de África sino que estuviese viviendo en Brasil, y más precisamente en Pernambuco, desde bastante tiempo, ya que sólo así podría explicarse la semejanza casi gémica con el culto afrobrasileño llamado Xangó originario del Noreste pernambucano. Bien que los Orixa del Batuque son casi los mismos que venera el Candomblé bahiano de origen Ketu, también de la etnia yorubá, el modo de cultuarlos y asentarlos (fundamento) es muy semejante al del Xangó de Recife, marcándose diferencias demasiado notorias con el culto bahiano. Paralelamente o un poco más tarde, se introdujeron elementos de la cultura ewe (jeje), presencia ésta muy fuerte y generalizada en todo el territorio riograndense. Lo cierto es que pese al mínimo aporte étnico de elementos sudaneses en un Estado de claro predominio cultural bantú, el modelo religioso se mantuvo marcadamente jeje-nagó (ewe-yorubá) merced a la estructura sólida y al altísimo nivel de articulación interna de los rituales, así como a la disciplinada formación de los sacerdotes de esta procedencia Aunque este factor de liderazgo de unos pocos sobre muchos fijó el modelo religioso hasta hoy, debe haber habido, sin embargo, una fuerte y formal identificación (quizá sincretismo interno a la vez que externo) al aglutinar religiosa y culturalmente grandes masas de población negra de diversos y variados orígenes étnicos. Para el adepto al culto de Batuque, existen cinco "lados" de su religión, que son ciertamente "modalidades de culto" originadas dentro de las tribus o "naciones" predominantes. Cada casa se atribuye por lo general dos de estos "lados" o "naciones" (también se le llama "Nación" al culto, como para diferenciarlo de "la Religión" que engloba además a otros cultos afrobrasileños, tales como Umbanda (o "caboclos") y Quimbanda (o Línea Cruzada - cruzada con el Batuque)), por ejemplo jeje-oyo, jeje ¬ijesha, jeje-cabinda, etc. Las diferencias entre los "lados" o "naciones" están circunscriptas a: - Ritmo del tambor (toque) - Uso o no de algunos axe cantados (rezos en lengua yorubá) - Orden de sucesión de los Orixa (este orden jerárquico se llama “siré” en el Candomblé, en el Batuque no tiene un nombre específico) - Numeración Mágica ("cuenta" de santo. Nótese que es frecuente llamar al Orixa "santo", notorio ejemplo de asimilación cultural con la Iglesia Católica. No obstante hay actualmente una tendencia muy marcada de devolver el préstamo y llamar al Orixa simplemente Orixa) De todos los "lados" quienes llevan un ritmo más rápido, picado y festivo, son indudablemente los jeje. Las otras "naciones" cantan en ritmos más lentos, solemnes y acompasados. Esto hace que los festejos, que suelen ser largos, incorporen axe de “jeje” para matizar, logrando cada tanto retomar la atención de los presentes. En teoría, la casa toca su ritmo propio para los Orixa hechos allí, y luego saludaría o llamaría a los de otras modalidades de culto que estuviesen esperando dicha gentileza. En la práctica, como anotamos, es un modo de lograr animación cuando la fiesta está volviéndose demasiado lenta, pues hay que tener siempre presente que, los Orixa, adoran danzar. Los "lados" o "naciones", en orden de menor a mayor número de adherentes, tanto en Porto Alegre como en Uruguay, donde el Batuque crece día a día como manifestación religosa, se denominan así. 1) DEJE (muchos adeptos dicen jejo) - Es de origen dahomeyano (actual República de Benin). Vivaz y alegre, se hace absolutamente imposible encontrarlo como ritmo puro, aún en Porto Alegre. Siempre está presente aunque asociado a otros toques tribales. Se ejecuta con varetas de madera de cipó llamadas oguidavi y se danza enfrentados en la roda. varones y mujeres (los orisha, no sus hijos) en pasos rápidos y cortos con giros que recuerdan la coreografía del gato ripolatense. Montevideo carece de casas donde se toque jeje "a lo jeje", aunque el pasado año se mostró en público esta modalidad de danza en un encuentro propiciado por el babalorisha Armando de Oshala (Armando Ayala). cuyo iniciador. Joáo de Bara (Joáo C. Lima) aún tocaba este ritmo en la década de los 60. La última casa netamente jeje de todo el estado de Rio Grande do Sul está en Viamáo, el ilé de Voltér de Ogún (Voltér C. da Rocha). Este tipo de toque exige que el ejecutante del tambor sostenga entre sus piernas el instrumento, mientras que para otros ritmos éste es usado generalmente acostado sobre sus rodillas. Otra particularidad consiste en el uso del agogó para acompañar el ritmo, además del tradicional chequeré o ajé. El agogó es un par de campánulas de hierro sin badajo unidas por una varilla del mismo metal en forma de "U" con uno de los lados más prolongado. Se golpea con una vareta de cipó. Las demás naciones sustituyeron el tradicional agogó africano por campanillas comunes llamadas genéricamente "sinetas". Su cometido, además de marcar el compás, es urgir la llegada del orisha en su iniciado. Bien que como modalidad religiosa pura está casi completamente extinta, la nación jeje subsiste en los nombres de sus divinidades (VODUN) que son evocadas en los áshé cantados: LEGBA (orisha Bara), AVAGAN (orisha Ogún), LEPON (orisha Shapaná), SAKPATA (orisha Shapaná), BADÉ, SOGBO (orisha Shangó), AVEREKETE (orisha Naná). Señalemos entre los aportes básicos de esta etnia, la introducción al culto de Batuque de tres vodun de alta significación: BARA, SHAPANÁ, y NANÁ, esta última su máxima divinidad, asociada a la creación y al orden cósmico 2) NAGÓ - Esta palabra designa genéricamente a todos los yorubás: OYO, IJESA, OFA, ILOBU, IJEBU, REMO, KETU. También este toque_ en estado puro es prácticamente inexistente, aunque relevamientos efectuados entre 1970 y 1981 en Rio Grande encontraron dos casas autodefinidas como "nagó" a secas, la de Miro de Ogún (Olmiro Camargo de Deus), y la de Alzenda da Oyá (Alzenda Meneses). Es un ritmo sincopado, lento, majestuoso y grave, de tonos bajos. Difiere de otros lados más que en el orden de sucesión de los cantos, en el detalle de asentar el Balé, (Igbále en yorubá) la casa donde se cultúa a los miembros difuntos del grupo en la parte del frente del templo religioso y no en los fondos como lo hacen habitualmente los demás lados, cerca de Legba, el Bara-eshu de la calle del dueño de casa. 3) CABINDA - Cinco o seis casas-madre reivindican para sí en Porto Alegre el distintivo de ser de nación cabinda, aunque sus seguidores suelen pronunciar "cambina". Se considera al babalorixa Gululu como introductor de esta modalidad ritual, siendo sucedido por Valdemar de Shangó Kamucá, el verdadero fundador del lado, quien fijara definitivamente el corpus de creencias y prácticas (Valdemar António dos Santos). Dice la tradición que Valdemar traducía a Gululu, cuyo portugués parece haber sido ininteligible. Las órdenes y fundamentos del africano eran reinterpretadas por su ayudante, hombre dotado de gran capacidad organizativa y singular don de síntesis. Es probable que hubiera adaptado a la realidad gaúcha un sinnúmero de detalles que produjeron una flexibilidad y simplificación de criterios que subisten hasta hoy. Con respecto a otros lados, una característica notoria es el número atribuido a los orisha: 5 para Ogún (7 en las demás naciones), 11 para Ode (7), 9 para lemanja- (8 normalmente). Colocan raramente buzios (cowries) al lado de los ókutá, y juegan sólo ocho mientras que usualmente se utilizan dieciséis más los testigos (okueo). Siendo sumamente parcos en sus obligaciones, en cantidad y tamaño, ponen escasas quartinhas (botellas de barro para el agua), y siempre tapadas, sólo las abren en ocasión de algunos rituales, y no lascan a propósito (como los jeje) la boca de la que corresponde a Bara. La sucesora de Valdemar fue Madalena de Oshum Epanda (Maria Madalena Aurélio da Silva) iniciadora del recientemente fallecido Romário de Oshala Onifá (Romário Almeida), considerado en vida como el más fiel y puntilloso portavoz de Cabinda. Hija espiritual del finado Romário en Montevideo, con casa abierta y todos los áshé es la iyalorisha Milka de Oshum Epanda (Milka Pérez), establecida en el barrio Conciliación. El Legba de Cabinda se entroniza en un agujero en tierra, al que se alimenta de cuatro en cuatro años, o de siete en siete años, según la casa. Entre obligación y obligación permanece tapado en su pozo, señalado la más de las veces por un candelero de barro. 4) OYO - El lado o nación de oyo es uno de los más seguidos por la comunidad del Batuque, sólo superado en número por el culto de modalidad ijesha, llamado popularmente jeshá. Su particularidad estriba en el orden sucesional de los cánticos, invocando en primer término a los orixa varones en esta secuencia: 1) BARA 2) OGÚN 3) SHAPANA 4) ODE 5) OSSAYN 6) ORUMILA 7) BOKUN (ambos Oxala) 8) SHANGO (OGODO AGANJU. IBEIJI) Xangô va último de los varones por haber sido rey de Oyo, de manera que es el supremo antepasado tribal.