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Comentarios de psicólogos docentes

Tras consultar con barios psicólogos docente de distintos centros


educativos, todos coincidiendo en que las conducta de los niños es
diferentes en las aulas que las casa, se crees que se debe al cambiar de
ambiente y al estar en contacto con otros niños.

El aprendizaje de los niños debe venir motivado desde el hogar, asígnales


un horario de tareas y que se cumpla con el mismo, promover las lecturas
y regalar juegos didácticos y educativos.

¿Cómo se aprenden las conductas?

Condicionamiento. Los niños y niñas aprenden conductas por


condicionamiento cuando asocian dicha conducta a una respuesta o
estimulo determinado. Por ejemplo el niño que tiene una rabieta y recibe
atención, asocia la rabieta a la atención recibida. De esta forma ha
aprendido un tipo de conducta para lograr una respuesta.
Modelo. El modelo, es la forma de aprender conductas más complejas
o elaboradas, aquellos comportamientos basados en varias secuencias de
acción. Se trata de aproximaciones sucesivas a un comportamiento
determinado. Veamos un ejemplo: el adolescente que miente para evitar
un castigo. Esta conducta es más compleja que un simple llanto o rabieta,
lleva consigo varias acciones, como el realizar una acción no deseada, la
reflexión para elaborar una mentira, el momento en el que se cuenta esta
mentira, la forma de mantenerla o buscar encubrimiento. Para aprender
esta conducta el adolescente aprende primero a mentir cuando ha hecho
algo no deseado, si esa mentira le funciona para evitar una riña o castigo,
seguirá usando la mentira, mas adelante ira elaborando poco a poco toda
la secuencia de acciones que engloban este comportamiento.
Imitación. Los niños y niñas, aprenden imitando la conducta de los adultos
significativos para ellos. Aprenden más de lo que ven, que de lo que les
dice.

Los cambios de conducta en los niños entre el colegio y la


casa
No sería la primera vez que nos sorprende, quizás ya desde la educación
infantil, que al recoger a nuestros hijos del colegio y a la pregunta de ¿qué
tal se ha portado hoy?, la maestra nos responda: fenomenal y al dar la
vuelta a la esquina nuestro angelito se convierta en un pequeño demonio.

Lo mismo sucede con la comida, cuando en el informe de los cuidadores


del comedor aparece un “se ha comido todas las judías verdes” y esa
misma noche para cenar intentamos comprobarlo sin ningún éxito.
También es muy común que los profesores nos
La escuela necesita hacer las reglas claras
Normalmente, al comienzo del año escolar la escuela da a los estudiantes
un manual que enlista las expectativas de conducta. La escuela es
responsable por hacer que los estudiantes entiendan los códigos de
conductas.

Los códigos son diferentes de escuela a escuela. Estos cubren las


conductas y a veces incluyen reglas de vestimenta, reglas académicas y
de asistencia a clases. Los códigos también aclaran cuáles son las
consecuencias de no cumplir con las reglas.

La escuela legalmente no puede suspender a un estudiante por conductas


que están relacionadas o son resultado de una discapacidad
Por ley, la escuela tiene permiso de suspender a los estudiantes o
enviarlos a otros ambientes (sus casas, otros salones de clases, centros
especiales para problemas de conductas o alguna otra alternativa de
establecimiento educativo) por un periodo total de 10 días. Sin embargo,
podría ser ilegal suspender a un estudiante por incluso un día por

José Tomás Pérez

La percepción de que la educación que se imparte en los colegios privados


es de más calidad que la que se imparte en las escuelas públicas es un
mito, por lo menos en el caso de República Dominicana.
Son malas las dos. Son de baja calidad las dos.
Los resultados obtenidos por los estudiantes en las pruebas nacionales
demuestran que las diferencias entre estudiar en un colegio privado y una
escuela pública no es estadísticamente significativa. El promedio de las
calificaciones en las escuelas públicas es de 73.1 puntos y en los colegios
privados de 74.9.
Para muestra basta un botón. El 75% de los colegios privados no alcanza
el 50% de la calificación promedio en cuanto a profesionalización docente
se refiere, mientras que solo un 39% satisface los criterios de
infraestructuras y equipamiento.
En la actualidad la cobertura de los sistemas público y privado abarca unos
2,685,216 estudiantes, del los cuales el 75% asiste a las escuelas públicas
y el 25% a las privadas.
Una pequeña élite de centros privados, a los cuales asisten los estudiantes
de clase alta y media alta, nos dan la percepción de que la educación que
se imparte en ese sector es de calidad superior. La realidad es que todo el
sistema educativo necesita de una transformación total.
La materia prima que nutre la educación privada es la misma de la que se
alimenta la pública. Profesores con pobre preparación académica y bajos
salarios, graves deficiencias en las infraestructuras físicas, sobre población
en las aulas, pésimo equipamiento de los laboratorios, si es que lo tienen,
e inexistencias u obsolescencia de laboratorios de computadoras, entre
muchos problemas por numerar.
El nuevo presupuesto asignado a la educación pública no solo es un
requisito para elevar el número de la matrícula escolar a nivel de las clases
pobres y marginadas, sino también la premisa básica de las cuales
tenemos que partir para cumplir con uno de los compromisos a que está
abocado el Estado, que es la formación de ciudadanos productivos y útiles
al conglomerado social y al desarrollo del país.
Las decisiones que ha tomado el gobierno dominicano encaminadas a
construir 10 mil aulas y cerca de 500 planteles escolares es un paso
importantísimo hacia la solución de uno de los problemas más graves que
es el de la sobrepoblación y hacinamiento de los estudiantes. Las 11 mil
aulas que existen en las escuelas públicas alojan un promedio de 60
estudiantes por unidad, lo cual representa el primer agravio contra la
calidad del proceso enseñanza aprendizaje. Se necesitan 30 mil aulas
para cambiar esta situación.
La escuela pública debe empezar a jugar su rol. Una sociedad de
profesionales capacitados, de científicos, de investigadores, de técnicos,
de inventores, de humanistas, no se crea en las universidades, sino que se
incuba en los cimientos de los niveles inicial y primario de la educación
formal.
El 4% a la educación proporcionará recursos para empezar a romper con
las limitaciones de infraestructuras que tiene la educación pública y dará
paso a uno de los esquemas más efectivos para elevar la calidad de la
educación que es el sistema de tanda extendida. Sin embargo, uno de los
problemas más serios que actualmente enfrenta la educación en República
Dominicana radica en la pobre calidad de la enseñanza, en el contenido
desfasado de lo que se enseña y en la metodología basada en la
recitación y la memorización gráfica con que se enseña, aspectos que
necesariamente tendrán que ser redefinidos si queremos que la tanda
extendida cumpla con el objetivo para la que está siendo creada.
Tenemos textos y guías con los cuales el docente trata de conducir el
proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero, lamentablemente no se está
enseñando una de las habilidades básicas del cerebro humano: la
capacidad de pensar y de crear.
Estamos sacando de nuestras aulas a recitadores de textos y repetidores
de ideas y nos hemos olvidado que el producto más depurado que puede
salir de ese proceso es aquel alumno que es capaz de aprender a
aprender, de razonar, de entender lo que lee, de descifrar silogismos, de
investigar, de encumbrar su pensamiento a las intangibles zonas de las
matemáticas y las ciencias. Por eso, cuando llega el momento en que la
universidad exige del uso de estas habilidades, la mayoría opta por
desertar (el 70%) y los que no lo hacen terminan hacinados en el mundo
de la mediocridad profesional.
No es una tarea sencilla cualificar y capacitar más de 70 mil maestros. Es
por eso que la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje debe
orientarse a depender menos de lo que el maestro pueda enseñar y más
de lo que el alumno pueda aprender. Los textos y la metodología de
enseñanza tienen que ser la fuente y el canal hacia el auto aprendizaje del
estudiante, sobre todo a partir de los niveles de educación básica.
El otro aspecto significativo que tiene que priorizar el Estado es el relativo
a la gestión administrativa del sistema educativo. La descentralización aquí
es una estrategia clave. Las comunidades tienen que asumir el rol de
gestor y administrador de la escuela. Estableciendo Consejos o Juntas
directivas, compuestos por representantes de las asociaciones de padres,
de las organizaciones comunitarias, de los empresarios, de las iglesias, se
puede iniciar el establecimiento de un esquema de administración
autogestionaria de las escuelas públicas, en el cual la autoridad para
evaluar la calidad del proceso enseñanza-aprendizaje, contratar o cancelar
a los directores, al personal de apoyo y al cuerpo docente recaiga en esta
instancia de control y supervisión.

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