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"Seamos tolerantes".

¿Siempre? ¿Con todos? ¿Con los fanáticos e intolerantes? Así caeremos en el dogmatismo de la
tolerancia: ¡un fanatismo que es suicida! ¡Seamos intolerantes con esa tolerancia!

Perdónenme, pero... yo no respeto creencias

Así como lo leen: no las respeto.

Tampoco respeto las opiniones ni las ideas. ¿Por qué? Porque sencillamente no son susceptibles
de ser respetadas.

Susceptibles de respeto somos las personas y los derechos (los verdaderos derechos -discusión
que trataré luego-).

Considero que Fernando Savater lo expresa mejor que yo:

Seguimos con la monserga de que hay que respetar todas las opiniones, cuando lo respetable son
las personas: las opiniones, por el contrario, solo se respetan tomándolas en serio y por tanto
criticándolas cuando lo merecen.

¿Y entonces? Tengo la firme convicción de que las teorías, opiniones, modelos, etc. hay que
someterlos a crítica, análisis… vapulearlos y exprimirlos hasta que se derrumben o prueben su
consistencia con los hechos conocidos.

¡Método científico básico!

Como amante de la Libertad de Expresión, no le reconozco a esta más límites que los hechos -con
la excepción de las obras de ficción- y el honor y la honra de las personas. Por tanto no debe ser la
libertad de expresión una coartada para calumniar e injuriar a nadie.

Además, ¿cómo es que nos comunicamos? Respondiendo a un interlocutor. Es la dinámica básica


de la retórica, de un debate o de un diálogo: uno responde a la pregunta que le formulan,
presenta contraargumentos, destruye sofismas, exige evidencia, etc. Básicamente uno se expresa
sobre lo que los demás dicen.
Sin embargo resulta que algunas bastantes personas piensan que como ellos consideran algo
sagrado, eso es completamente suficiente como para que se respete dicha postura. Pues por muy
sagrado que alguien tenga el racismo, la homofobia, la ablación mutilación de clítoris, el no comer
determinado alimento en determinada fecha o una creencia en un ser superior para el cuál no hay
ni un atisbo de evidencia, yo seguiré criticando esas nociones -y muchos otros despropósitos-
como mejor me parezca.

Por otra parte no puedo dejar de preguntarme, los que quieren que se respeten sus ideas, ¿en
dónde carajos dejaron su congruencia? ¿por qué no se responsabilizan de lo que dicen?

¡Qué cómoda es la posición en la cual se puede decir cualquier cosa -sea una sandez del tamaño
de Júpiter o una genialidad einsteiniana- y que esa expresión quede protegida y no esté abierta al
debate!

Probablemente, Richard Dawkins lo expresa mejor que yo:

Se espera del resto de nosotros que defendamos nuestros prejuicios. Pero pedirle a una persona
religiosa que justifique su fe, infringe la "libertad religiosa".

Si alguien no está dispuesto a defender sus tesis, puntos de vista, prejuicios y demás a la luz de un
debate argumentado y contrastándolo con los hechos, bien puede guardárselas para su fuero
interno. Es libre de pensar lo que sea y también de decir lo que sea, pero si lo que piensa es una
perogrullada que no se ofenda cuando se le haga caer en cuenta.

Supongo que en la cadena de irresponsabilidad que inculcan las religiones, con esto no se podían
quedar atrás: ten todos los hijos que te lleguen -así no puedas sostenerlos-, peca cuanto quieras -
que al confesarte serás perdonado-, tapa a las mujeres de arriba a abajo -que si les ves un
centímetro de piel y las violas, será su culpa-, habla cuanta porquería quieras e incluso niega los
datos científicos probados -que la superstición por ser sagrada no debe ser impugnada-.

Creo que para resumir puedo citar las palabras del gran Douglas Adams:

Ahora, la invención del método científico y la ciencia es, estoy seguro de que todos estarán de
acuerdo, la idea intelectual más poderosa, el marco más potente para el pensamiento y la
investigación y la comprensión y para desafiar al mundo que nos rodea, y que se basa en la
premisa de que cualquier idea está ahí para ser atacada y si resiste el ataque entonces vive para
luchar otro día y si no resiste el ataque se desecha. La religión no parece funcionar así; tiene
ciertas ideas centrales que llamamos sagradas o santas o lo que sea. Es una idea a la que estamos
tan acostumbrados, ya sea que la suscribamos o no, que es un poco extraño pensar lo que de
hecho significa, porque realmente lo que significa es: "Aquí hay una idea o un concepto del que no
está permitido decir nada malo, simplemente no se está permitido. ¿Por qué no? - ¡Porque no!".

Si alguien vota por un partido con el cual usted no está de acuerdo, usted tiene toda la libertad de
argumentar sobre él; tanto como usted quiera. Cada quién puede tener su propio argumento pero
nadie se siente agraviado por eso. Si alguien piensa que los impuestos deberían ser aumentados o
reducidos, usted tiene toda la libertad de argumentar sobre eso. Pero por otra parte, si alguien
dice: “Yo estoy obligado a no tocar ni siquiera el interruptor de la luz los sábados”; usted dice: “Yo
respeto eso”. ¿Porqué debe ser perfectamente legítimo apoyar al partido laborista o al partido
conservador, a los republicanos o a los demócratas; este modelo de economía versus este otro,
Macintosh en vez de Windows—pero tener una opinión sobre como comenzó el Universo; sobre
quién creó el Universo… no... !eso es sagrado!?

...

Aún así, cuando uno lo mira racionalmente, no existe ninguna razón para que esas ideas no estén
abiertas al debate.

Probablemente algunos no estén de acuerdo con lo que expongo en este artículo así que para
finalizar les pregunto ¿cómo harán para respetar mi opinión y a la vez controvertirla?

Las ideas no tienen derechos

Managua, Nicaragua | 11 Mayo 2013 | 12 a.m. | elnuevodiario.com.ni

Varias veces me han dicho que tengo suerte de no vivir en un país musulmán, porque si así fuera,
ya me habrían hecho picadillo muy fino por publicar mis ideas contra la religión. Es cierto. También
tengo suerte de no haber nacido en tiempos de los emperadores Teodosio o Justiniano, o en
tiempos de la Santa Inquisición, pues en ese caso habrían sido los cristianos quienes me habrían
hecho picadillo.

De igual manera, los predicadores cristianos son afortunados de no haber nacido en Roma en
tiempos de Nerón, pues habrían terminado en el circo devorados por los leones, crucificados,
colocados como piras humanas alumbrando las calles de la ciudad, o de alguna otra horripilante
manera.
Todo lo anterior es cierto, pero no viene al caso; pienso que quienes eso afirman no desean en
realidad volver a esos tiempones, aunque por sus expresiones dan la impresión de que sienten
nostalgia por ellos. Ese tipo de barbarie agrede a las personas, las que tienen derechos.

Algunas personas me han dicho que cuando ataco sus ideas religiosas lo que realizo es un ataque
personal. Eso no es cierto. Yo nunca he agredido a nadie ni violentado sus derechos por causa de
sus ideas. Yo ataco ideas con frecuencia, pero nunca ataco a las personas.

No entiendo qué significa la frase “tenés que respetar mis ideas”. Yo respeto a quien las profesa,
pero no las ideas mismas. Existe todo tipo de ideas. Algunas de ellas son repudiadas por la mayoría
de las personas y otras más bien aceptadas por casi todos. No hay manera de determinar cuáles
son las ideas que se deben respetar y cuáles no. Opino que no se debe respetar ninguna, pues las
ideas no tienen derechos. Las personas, en cambio, deben respetarse todas; todas tienen
derechos. ¿Respetaría usted la idea de que la esclavitud debe legalizarse? ¿Respetaría usted la
costumbre de la ablación del clítoris? ¿Debe respetarse la idea de que las mujeres no tienen
derecho al voto?

El mundo de los humanos cambia constantemente a causa de que no se respetan las ideas; eso es
algo bueno. Lincoln no respetó las ideas de los esclavistas del sur de los E.E.U.U. Ghandi no
respetó las ideas colonialistas de los ingleses. Jesucristo no respetó las ideas del imperio romano.
Con ello no hicieron nada malo. Quienes cometieron falta fueron aquéllos que violentaron los
derechos humanos de Lincoln, Ghandi y Jesucristo; los tres, al igual que muchas otras personas,
fueron asesinados por sus ideas.

Los derechos de las personas deben ser sagrados, pero que quede claro: las ideas no tienen
derechos.

Del respeto a las ideas

Sabemos que los términos ideas, creencias y opiniones son diferentes entre sí, pero para efectos
de esta entrada voy a englobar las 3 dentro del término ideas, con el fin de no estar especificando
cada rato, a menos que el marco del texto lo requiera.
El tema de esta entrada es tan trilladísimo en la comunidad bloguera que yo ya me había tardado
en escribir al respecto: ¿Tenemos que respetar las ideas de los demás? ¿Las ideas por sí solas
merecen respeto?

Para empezar el tema lo han tratado de forma breve, concisa y chingona Fernando Savater y Jaime
Nubiola. En opinión de ellos las ideas por sí solas no merecen respeto. El respeto es hacia la
persona.

Y en mi opinión ni siquiera eso. El respeto se gana con acciones. No es algo que vaya implícito o
incluido en el paquete que cada ser humano trae (si es que existe tal paquete) cuando sale del
viscoso agujero de su madre y empieza su vida en este mísero planetita. Ya no valen los
pendejísimos y consabidos...

Respeta a tus mayores

Porque soy tu padre/madre (¡la madre que!)

¿No ves que la gente se ofende?

¿Cómo vas a respetar a una persona si no respetas sus ideas?

Aunque tengas razón no tienes derecho a meterte con las creencias de los demás. Remarco éste
porque me lo soltaron hace rato. Normalmente me río y tildo de idiota a quien dice eso, pero dado
que quien me lo dijo es alguien cercano y muy querido, en vez de reirme, hice un puto coraje que
sigo masticando.

.. y muchas otras pendejadas de ese tipo.

Esta última aseveración es la que voy a patear, putear, despedazar, escupir, mear, cagar y todo lo
demás. Es una obra maestra de la estupidez, el miedo y la intolerancia.

Las bases que nos hacen tener derecho a meternos con las ideas de la gente son las siguientes:

Libertad de expresión.

Me dicen que hay 2 viejas cabronas que andan sonsacando a la banda, diciendo que tenemos
libertad de expresión y que no hay razón por la que tengamos que callarnos. Las 2 hijas de puta se
llaman Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos. Doña Decla anda de hocicona diciendo que La libre comunicación de
los pensamientos y de las opiniones es uno de los derechos más preciados del hombre; todo
ciudadano puede, por tanto, hablar, escribir e imprimir libremente...; y Doña Consti le hace
segunda diciendo que LA MANIFESTACION DE LAS IDEAS NO SERA OBJETO DE NINGUNA
INQUISICION JUDICIAL O ADMINISTRATIVA.
Conocimiento

O lo que es lo mismo, saber de lo que estamos hablando. Cierta es aquella máxima de que si no
sabes, no opines. Eso implica que, cuando sabemos sobre un tema determinado podemos opinar
libre e impunemente, y que si alguien se ofende por lo que decimos, tendrá que saber primero si
lo que decimos es verdad, en cuyo caso no les queda más que joderse. En el caso contrario, es
decir, que sepa y argumente, nos toca a nosotros corroborar o desmentir su revire, y si tiene razón
nos jodemos nosotros. Ésta responde a eso de "aunque tengas razón no tienes derecho" con un "si
tengo razón tengo derecho (idiota)".

El respeto hacia la persona, ya que se lo ganó, implica el reconocimiento de su derecho a existir y


su derecho de opinar lo que le de su chingada gana. La intolerancia no es, como opinan los
ignorantes, el burlarse o meterse con las ideas de los demás; la intolerancia es negar ese derecho
a existir, a creer o a no creer. Intolerante es el que no permite que sus ideas sean puestas a prueba
o sometidas a la crítica. El aceptar todas las ideas de forma acrítica sólo crea fundamentalismos y
es indigno de aquellos que se claman seres humanos.

Cierro con lo que le dije a un idiota hace un par de años con respecto a este tema:

... considero idiota a aquel que se ofende con la refutación o el derribo de sus ideas. Si tú te
ofendes con eso no puedo hacer nada. Y, complementando lo anterior y para que quede claro,
respetaré las opiniones sustentadas y con un genuino interés por compartir. Si tus opiniones llegan
a eso, las respetaré, si no, no te sorprendas. Y verás que no seré el único con ese criterio.

O lo que es lo mismo: Si quieren que respete sus opiniones no sean idiotas.

Actualización: Antonio comenta de forma excelente el siguiente revire que me voy a fusilar
impunemente: "Supón que yo creo que tú eres un pendejo. Es mi idea y la tienes que respetar". A
ver respeten eso idiotas

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