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Chikungunya

Según la Organización Mundial de la Salud, la fiebre ChiKungunya es una enfermedad


vírica transmitida al ser humano por mosquitos. Se describió por primera vez durante un
brote ocurrido en el sur de Tanzanía en 1952. Se trata de un virus ARN del género
alfavirus, familia Togaviridae. "ChiKungunya" es una voz del idioma Kimakonde que
significa "doblarse", en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores
articulares.
Agente Causal:
EL ChiKungunya es una enfermedad viral transmitida al ser humano por mosquitos
infectados. Generalmente, los mosquitos implicados son Aedes Aegypti y Aedes
Albopictus, dos especies que también pueden transmitir otros virus, como el Dengue y el
Zika. Mientras que Aedes Aegypti está confinado a las zonas tropicales y subtropicales
como es el caso de Puerto Rico, el Aedes Albopictus también está presente en regiones
templadas, e incluso templadas-frías.
La transmisión del ChiKungunya
El ChiKungunya se ha detectado en más de 60 países de Asia, África, Europa y las
Américas. El virus se transmite de una persona a otra por la picadura de mosquitos hembra
infectados. Estos mosquitos suelen picar durante todo el periodo diurno, aunque su
actividad puede ser mayor al principio de la mañana y al final de la tarde. Ambas especies
pican al aire libre, pero Aedes Aegypti también puede hacerlo en ambientes interiores. La
enfermedad suele aparecer entre 4 y 8 días después de la picadura de un mosquito
infectado, aunque puede oscilar entre 2 y 12 días. Aunque rara vez provoca la muerte, el
dolor en las articulaciones puede durar meses o años y en ocasiones convertirse en un dolor
crónico y causa de discapacidad para algunas personas.
Hay tres factores para una transmisión rápida que se ha documentado en Las Américas:
1) Se trata de un virus reciente para Las Américas.
2) Como es un virus reciente, toda la población es susceptible de adquirir el ChiKungunya
porque no tiene defensas.
3) La presencia del mosquito Aedes Aegypti está ampliamente distribuida por las
condiciones del clima, la temperatura y la humedad de los países tropicales.
Signos y síntomas del ChiKungunya
Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de dolores
articulares. Otros signos y síntomas frecuentes son: dolores musculares, dolores de cabeza,
náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. La mayoría de los pacientes se recuperan
completamente, pero en algunos casos los dolores articulares pueden durar varios meses o
incluso años. Se han descrito casos ocasionales con complicaciones oculares, neurológicas,
gastrointestinales y cardiacas. Son las personas de edad avanzada, los niños pequeños o
menores de un año, las embarazadas y las personas con alguna enfermedad preexistente los
que pueden presentar complicaciones graves hasta llegar a la muerte.
Distribución geográfica del Virus Chikungunya

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han publicado la


distribución geográfica con los países y territorios que han sido reportados con casos de la
Fiebre Chikungunya.

Diagnóstico del ChiKungunya


Las manifestaciones clínicas de la fiebre de ChiKungunya son muy inespecíficas. No hay
síntomas muy característicos que hagan sospechar que se padece esta enfermedad en
concreto en un primer lugar, por ello es difícil que el médico diagnostique la fiebre de
ChiKungunya directamente. No obstante, se debe pensar en esta enfermedad en las
siguientes situaciones:
1. Fiebre elevada en personas que han viajado a zonas de riesgo (África, Asia, Pacífico,
zonas tropicales y subtropicales de América) y que presentan fiebre elevada (mayor de
38.5ºC), sobre todo si se acompaña de dolores articulares.
2. Síntomas parecidos al Dengue o a la Malaria, habiéndose descartado ambas (fiebre muy
elevada, exantema en piel, artritis, etcétera).
Para establecer el diagnóstico se pueden utilizar varios métodos. Las pruebas serológicas,
como la inmunoadsorción enzimática (ELISA), pueden confirmar la presencia de
anticuerpos IgM e IgG contra el virus chikungunya. Las mayores concentraciones de IgM
se registran entre 3 y 5 semanas después de la aparición de la enfermedad, y persisten unos
2 meses. Las muestras recogidas durante la primera semana, tras la aparición de los
síntomas deben analizarse con métodos serológicos y virológicos (RT–PCR).
El virus puede aislarse en la sangre en los primeros días de la infección. Existen diversos
métodos de reacción en cadena de la polimerasa con retrotranscriptasa (RCPRT), pero su
sensibilidad es variable. Algunos son idóneos para el diagnóstico clínico. Los productos de
RCP-RT de las muestras clínicas también pueden utilizarse en la genotipificación del virus,
permitiendo comparar muestras de virus de diferentes procedencias geográficas.
Estos análisis no se realizan en los laboratorios de forma rutinaria. En los países con
circulación endémica de ChiKungunya muchos pacientes no son diagnosticados. Es común
que cuando llega el resultado de confirmación el cuadro suele haberse resuelto, salvo en los
casos en los que se cronifique.
Tratamiento para el ChiKungunya
No existe ningún antivírico específico para tratar la fiebre ChiKungunya. El tratamiento
consiste, principalmente, en aliviar los síntomas, entre ellos el dolor articular. Sólo se puede
esperar a que las propias defensas del cuerpo eliminen el virus.
El cuadro clínico se puede tratar con medicamentos que alivien las molestias del paciente,
sobre todo analgésicos que disminuyan la fiebre y el dolor, como el paracetamol. Se debe
evitar la aspirina y otros antiinflamatorios porque pueden alterar la coagulación de la sangre
en cuadros clínicos similares de mayor riesgo como el Dengue. Si el dolor articular no cede
se podrían utilizar opioides como el tramadol o la morfina. En la fase aguda los corticoides
no están indicados pero podrían ser necesarios en la fase crónica si ésta aparece. Se
recomienda ejercicio suave y fisioterapia en la fase de recuperación. Si el ChiKungunya es
grave se pueden realizar intervenciones más agresivas, aunque son casos excepcionales. Si
es necesario, el paciente podría tener que ingresar en una Unidad de Cuidados Intensivos.
Al día de hoy no existe una vacuna comercializada contra este virus, así que curarse de la
infección depende del estado de salud previo del paciente afectado y de la atención sanitaria
que se le proporcione. En un país desarrollado con buena atención médica es poco probable
morir de esta infección.
Ciclo de Vida del Agente Causal
Dengue
El Dengue es una enfermedad infecciosa de causa viral, que se transmite por medio del
mosquito hembra Aedes Aegypti. Según datos del Centro para el Control y Prevención de
Enfermedades, más de una tercera parte de la población mundial vive en áreas con riesgo
de infección y hasta 400 millones de personas se infectan anualmente.
Agente causal
El virus se transmite mediante la picadura de la hembra del mosquito Aedes Aegypti,
cuando el mosquito pica a una persona infectada y luego pica a una persona sana. Es decir,
la infección se produce cuando el mosquito pica a una persona enferma y capta el virus y
después pica a otra sana (hospedador) y se lo trasmite. La infección genera inmunidad de
larga duración contra el serotipo específico del virus. Dicho de otra manera, el mosquito se
infecta y sirve de puente. Para que el mosquito transmita la enfermedad debe estar afectado
con el verdadero agente etiológico: el virus del Dengue.
Tipos de Dengue
Existen cuatro tipos de virus del Dengue (DEN1, DEN2, DEN3, y DEN4). En Puerto Rico
se han reportado casos de los cuatro grupos, aunque predominan los serotipos DEN1 y
DEN4. El más frecuente es el DEN1, conocido como el Dengue clásico.
- El Dengue clásico
Se caracteriza porque el paciente presenta fiebre, la cual puede estar acompañada de uno o
más síntomas (como por ejemplo: dolor de cabeza, dolor muscular, náuseas, vómitos,
diarreas, conjuntivitis). La fiebre dura aproximadamente cinco días. El tratamiento es de
tipo sintomático y el paciente mejora al cabo de aproximadamente 7 días. Esta forma de
Dengue es benigna y no produce muertes.
- El Dengue hemorrágico
El Dengue hemorrágico puede aparecer precedido o no del Dengue clásico. El Dengue
hemorrágico es menos frecuente. El principal factor de riesgo para la aparición de este tipo
de Dengue es haber tenido una infección previa por otro serotipo de Dengue, pero también
influyen el origen geográfico de la cepa viral y la susceptibilidad del huésped. El Dengue
hemorrágico, es la forma grave de la enfermedad y produce shock y muerte si no se trata
adecuada y oportunamente. En esta forma de Dengue también hay fiebre, malestar general
y se pueden producir hemorragias. Se puede observar sangrado nasal, sangrado en las
encías, vómito con sangre, aparición de moretones o enrojecimiento de la piel. No hay
medicamento específico para el Dengue hemorrágico (DH). Afortunadamente, el DH puede
manejarse efectivamente con terapia de reemplazo de líquidos, y si se diagnostica
temprano, la tasa de letalidad puede mantenerse en menos de 1%.
-Dengue: síndrome de choque o de shock
Se manifiesta principalmente en niños y adolescentes, presentando fiebres repentinas y altas
(alrededor de 40 grados centígrados). Otras características son: pulso débil y acelerado,
disminución de la presión del pulso, piel fría y húmeda e inquietud generalizada, fiebre,
anorexia, enrojecimiento facial y diarrea. El estado del enfermo se deteriora repentinamente
con signos de debilidad profunda, inquietud intensa, sudoración profusa, y dolor abdominal
severo, llegando a estados más graves que pueden provocar la pérdida de conocimiento.
- El Dengue asintomático
Se trata de los casos en que la persona adquiere y desarrolla la enfermedad, pero carece de
las sintomatologías propias que le son comunes. Aunque la persona no presenta síntomas es
portadora del virus, pudiendo ser fuente de contagio si es picada por algún mosquito que
propague la enfermedad.

Distribución Geográfica del Dengue


Diagnóstico del Dengue
Para obtener un diagnóstico certero de la infección se requiere la confirmación del
laboratorio, ya sea por aislamiento del virus o detección de anticuerpos específicos.
- Aislamiento del virus del Dengue Cultivo: permite la detección del ARN viral en
muestras de plasma o tejidos en casos de evolución fatal. Sirve para la detección rápida de
Dengue y tiene como ventaja adicional la capacidad de detectar el serotipo viral. Para
aislamiento del virus se debe tomar una muestra de suero tan pronto sea posible o dentro de
5 días después de la fecha del comienzo de los síntomas.
- Serología: La prueba de fijación de complemento para IgM (inmunoglobulinas M) indica
solo diagnóstico presuntivo. Para el diagnóstico serológico se requiere una muestra de
suero en la etapa convaleciente obtenida al menos 6 días después de la fecha de comienzo
del primer síntoma.
- Estas muestras pueden ser analizadas en el laboratorio para detectar anticuerpos anti
Dengue por la prueba de ELISA (enzymalinked inmunosorbent assay). Las muestras de la
etapa aguda y la convaleciente, se deben enviar al CDC para hacerle las pruebas.
Tratamiento para el Dengue
Aunque no existe un medicamento específico para tratar esta enfermedad, existe un
tratamiento basado en las manifestaciones clínicas que ha demostrado reducir la mortalidad.
Las personas que crean que tienen Dengue deben consultar al médico y evitar los
analgésicos con aspirina y los antiinflamatorios no esteroides como el ibuprofeno, y solo
usar acetaminofeno (panadol o tylenol), además de reposar, tomar abundante líquido y no
exponerse a nuevas picaduras de mosquitos.
Malaria
El paludismo o malaria es una enfermedad parasitaria conocida desde la antigüedad. Este
parásito es uno de los patógenos humanos más importantes y ha desempeñado un papel
muy significativo en el desarrollo y propagación de las diferentes culturas humanas. Se han
encontrado papiros del Antiguo Egipto que hacen referencia a la aparición de fiebres
intermitentes tras las crecidas de El Nilo. Asimismo en la Antigua Grecia y Roma el
paludismo se conocía con el nombre de fiebres tercianas o cuartanas (según se produjeran
los ataques cada 48 ó cada 72 horas). El hecho de que la enfermedad estuviera asociada a la
presencia de zonas pantanosas dio origen a los dos nombres con los que se la conoce
actualmente, paludismo (del latín palus = pantano) y malaria (del italiano mala aria = mal
aire).
Agente Causal
Enfermedad producida por un parásito (protozoo) del género Plasmodium que es
transmitido por la picadura de las hembras del mosquito anófeles (Género Anopheles).
Existen cuatro especies de plasmodios que pueden afectar al hombre: Plasmodium
falciparum , Plasmodium vivax , Plasmodium malariae (y Plasmodium ovale. De todos
ellos la infección más común es la causada por P. falciparum, que además es la que causa
una enfermedad más grave siendo la que mayor número de muertes produce.
¿Cómo se produce?
La transmisión de la enfermedad se produce cuando un mosquito hembra infectado, del
género Anopheles pica a un ser humano, ya que esta necesita ingerir sangre para que
puedan madurar sus huevos. No todos los Anopheles son capaces de transmitir el
paludismo o malaria.
La forma infectiva del plasmodio pasa a la sangre y en pocos minutos llega al hígado donde
se multiplica y madura. Una vez maduro rompe las células hepáticas y pasa al torrente
circulatorio infectando a los glóbulos rojos. En el interior de éstos se divide activamente,
rompe la célula y se libera de nuevo a la circulación sanguínea donde puede infectar nuevos
glóbulos rojos y producir nuevos ciclos. La rotura sincrónica de los glóbulos rojos cada 48-
72 horas (en función de la especie de Plasmodium que infecte) es la desencadenante del
cuadro clínico típico de paludismo (escalofríos seguidos de fiebre y sudación intensa). En el
caso de la infección por P. falciparum la enfermedad cobra mayor gravedad dada la
cantidad de glóbulos rojos destruidos (hasta un 20%) que supone a la persona una anemia
severa. Así mismo se producen lesiones en diversos órganos, y en función de los órganos
afectados la gravedad es mayor o menor (paludismo cerebral, paludismo álgido cuando
afecta al tracto gastrointestinal, etc.).
Distribución
El paludismo o malaria causa cada año entre 500 y 700 millones de casos clínicos y de 1´5
a 1´7 millones de muertes. Entre el 40% y el 50% de la población mundial vive en zona de
riesgo. De todos los casos de malaria más del 90% ocurren en África. En el África
subsahariana existen 300 millones de infectados de una población de 500 millones, 150
millones de casos clínicos y más de un millón de muertes al año, principalmente la
población infantil (menores de 5 años). En este continente el 20% - 30% de las consultas
hospitalarias y el 10% de las admisiones hospitalarias son debidas a la malaria.
Aunque sea una enfermedad ampliamente distribuida en los trópicos, el riesgo de
adquisición es muy heterogéneo, y varía de país a país, e incluso de zona a zona dentro del
mismo país. El destino geográfico, la ruta específica seguida, la duración del mismo, el tipo
de viaje o la estación del año en que se realiza son factores determinantes del riesgo. Podría
decirse que el mayor corresponde a África del oeste y África del este, seguido de Papúa
Nueva Guinea, islas Salomon y África del sur, el riesgo es intermedio en el subcontinente
indio y el riesgo es bajo en las áreas turísticas de América latina y del sudeste de Asia. No
obstante, en áreas concretas de Brasil, India y Tailandia el riesgo es considerable.
Las especies parasitarias también presentan una distribución geográfica particular. El
Plasmodium falciparum se distribuye por todas las zonas palúdicas y predomina en África
subsahariana (donde ocurren el 83% de todas las infecciones de malaria falcipara); P.
malariae tiene un área de distribución similar a la de P. falciparum pero es mucho menos
frecuente; P. vivax predomina en América central y del sur y en el subcontinente indio; y P.
ovale es el sustituto del P. vivax en África y es muy raro fuera de ella. El riesgo viene de la
mano de P. falciparum , la más virulenta y la más resistente a los antipalúdicos, y la casi
totalidad de las muertes están producidas por P. falciparum y adquiridas en África
subsahariana.
En el siguiente mapa se representan las zonas de riesgo a nivel mundial.
¿Cuándo sospechar?
A efectos prácticos, cualquier FIEBRE de origen desconocido en un viajero procedente de
una zona de riesgo debería ser considerado sospechoso de tener paludismo o malaria con la
necesidad de confirmar el diagnóstico. Al regreso se deberá tener en cuenta los síntomas
siguientes: Cuadro clínico: El periodo de incubación de la enfermedad, o periodo desde el
contagio hasta que se manifiesta la enfermedad, suele durar entre 8 y 30 días, siendo más
corto para P. falciparum y más largo para P. malariae. Se caracteriza por una crisis febril
después de unas horas de malestar general, dolor de cabeza, en las articulaciones,
escalofríos (con intensa sensación de frío -dura entre 15 minutos y una hora), para acabar
con un periodo caliente con sudación abundante y alta temperatura (puede alcanzar los 40º-
41ºC) que puede durar entre 2 y 4 horas.
¿Cómo se confirma el diagnóstico?
Ante la sospecha de paludismo o malaria por tener cualquiera de los signos o síntomas
compatibles (PRINCIPALMENTE FIEBRE) lo mejor es acudir a una consulta
especializada de viajeros (enlace a la lista de unidades o consultas especializadas) si existe
en su comunidad. Si no, la recomendación es acudir a urgencias de un hospital terciario o
gran hospital. Cualquier persona puede informarse en cualquiera de los centros de
vacunación de Sanidad Exterior o consultas especializadas para viajeros para que le sea
indicado el lugar más próximo al que acudir. El diagnóstico más sencillo es tomar una
muestra de sangre obtenida al pinchar la yema del dedo de la mano o el lóbulo de la oreja
(ver imagen) y extenderla en un cristal (ver imagen) (portaobjetos) para que una vez teñido
se pueda observar al microscopio y ver los parásitos en el interior de los glóbulos rojos.
¿Cómo se soluciona?
Con un diagnóstico rápido y un tratamiento adecuado. Hasta hace poco la mayoría de la
gente, incluidos los profesionales de la salud, pensaban que el paludismo o malaria era una
enfermedad que duraba toda la vida. Esto era debido a que en España la principal infección
malárica era causada por la especie Plasmodium vivax. Algunos parásitos de esta especie al
penetrar en las células del hígado quedaban en estado latente y podían producir con
posterioridad al ataque primario nuevos ataques (denominados recidivas o ataques
secundarios) a los meses o incluso a los años de haber sufrido el primer ataque. Las cuatro
especies que causan el paludismo o malaria tienen cura definitiva combinando, la terapia
contra las formas que producen la clínica en sangre, con la terapia contra las formas
hepáticas con un antimalárico o antipalúdico hepático (primaquina). Esto mismo ocurre con
las infecciones causadas por Plasmodium ovale (producen ataques secundarios). Hoy día
disponemos de fármacos eficaces para curar definitivamente la enfermedad. El problema es
el retraso diagnóstico cuando aparecen las complicaciones.

Ciclo de vida del agente causal


Leishmaniasis
Es una enfermedad infecciosa provocada por parásitos protozoarios flagelados del
género Leishmania, que puede afectar a la piel y a las mucosas, o a tejidos y órganos
hematopoyéticos (proceso de formación de las células sanguíneas), como la médula ósea, el
hígado y el bazo. Es transmitida a los seres humanos mediante la picadura de insectos
dípteros hematófagos (que se alimentan de sangre) infectados, principalmente de los
géneros Phlebotomus y Lutzomya.

Existen diversas variantes de leishmaniasis, siendo las tres principales la visceral o kala-
azar (es el tipo más grave, mortal casi en la totalidad de los casos), la cutánea (la más
habitual, causa úlceras, deja cicatrices visibles y es causa de discapacidad) y la
mucocutánea (destruye mucosas de nariz, boca y garganta).
El agente infeccioso

El parásito responsable de la leishmaniasis es un protozoo intracelular obligado del sistema


retículo endotelial perteneciente a la familia de los kinetoplástidos, género Leishmania, que
está constituido por diversas especies y subespecies. En el Viejo Mundo los principales
complejos de especies presentes son la L. mayor, L. aethiopica y L. tropica, mientras que
en el Nuevo Mundo figuran la L. mexicana, L. amazonensis, L. braziliensis y L.
panamensis.

El parásito se presenta bajo dos formas: el promastigote y el amastigote. El primero es


libre, móvil, posee un solo flagelo en el extremo anterior, y se encuentra en el vector, por lo
que es la forma que infecta a los seres humanos y a los animales.

El segundo es de forma ovalada, inmóvil, no posee flagelo, se encuentra en el reservorio


vertebrado afectado, y es la forma que contamina al vector.

El vector

Son pequeñas moscas de 2 a 5 mm de longitud conocidas como flebótomos


(género Phlebotomus en el Viejo Mundo y género Lutzomya en el Nuevo Mundo), que
habitan sobre todo en las zonas boscosas y se caracterizan por tener el cuerpo densamente
cubierto de pelos color cenizo, patas largas y alas blanquecinas terminadas en punta
siempre erectas. Las hembras necesitan sangre para alimentar sus huevos y poder
reproducirse; además, tienen un radio de vuelo muy corto, y al colocarse sobre la piel en
busca de alimento dan pequeños saltos.

Su máxima actividad de picadura abarca desde las seis de la tarde a las seis de la mañana
del día siguiente, razón por la cual las personas que viven en zonas de riesgo deben
protegerse de las picaduras durante estas horas.
La leishmaniasis se transmite al ser humano a través de la picadura del vector, en este caso
el flebótomo hembra infectante, el cual previamente ha ingerido sangre de un reservorio
infectado con los parásitos.

Los flebótomos hembras requieren sangre para poder reproducirse. Por ello, después de
alimentarse del reservorio infectado, los parásitos ingeridos junto a la sangre se multiplican
en pocos días en su intestino para, posteriormente, migrar hacia la proboscis o trompa del
insecto para ser inoculados con la picadura.

Una vez que estos microorganismos son introducidos por el insecto en la piel de una
persona sana, inmediatamente son captados por los macrófagos (unas células del sistema
inmunitario), y se multiplican en el interior de estas células hasta que las destruyen, y
entonces salen a colonizar a nuevos macrófagos.

La infección entre personas también se puede dar a partir de parásitos que el vector ha
tomado de otro hospedero humano, que es lo que se conoce como ciclo antroponótico; sin
embargo, este tipo de transmisión es poco frecuente, al igual que los casos reportados por
transfusión sanguínea, transplante de órganos y contacto sexual.

Distribucion Geografica de la Leishmaniasis

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cerca de tres millones de personas
alrededor del mundo padecen la enfermedad, 12 millones están infectadas, y 350 millones
habitan en zonas de riesgo de contraerla.
Esta enfermedad parasitaria afecta especialmente a las regiones más pobres del planeta, ya
que su aparición se asocia a malas condiciones de alimentación y vivienda, los
desplazamientos migratorios, la falta de recursos y, en general, a problemas de salud que
debiliten el sistema inmune. Algunos expertos la vinculan también con el cambio
climáticoo la deforestación, en lo que a la mano del hombre se refiere.

En el Viejo Mundo es endémica en Asia Menor, Sudeste Asiático, litoral del Mediterráneo,
la sabana Subsahariana, y las zonas montañosas de Etiopía, Kenia y Namibia; mientras que
en el Nuevo Mundo se observa prácticamente en todos los países americanos tropicales, en
particular: México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá,
Venezuela, Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia y República Dominicana.

El diagnóstico
Se establece basándose en los antecedentes epidemiológicos (investigar la procedencia de
la persona, tipo de trabajo que realiza, y su correlación con los aspectos clínicos de la
enfermedad), las manifestaciones clínicas (examen de las lesiones) y las pruebas de
laboratorio.

Para llegar al diagnóstico definitivo es imprescindible demostrar la presencia de los


amastigotes en el frotis o la biopsia de la lesión, de las mucosas, la médula ósea y el bazo, o
de los promastigotes a través del cultivo del material obtenido de las lesiones en piel,
mucosas, médula ósea y bazo. (los amastigotes y los promastigotes son distintas formas del
ciclo vital de los organismos del género leishmania, causante de la leishmaniasis).

En más del 70% de los casos, la microscopía o histopatología pueden revelar la existencia
del parásito.

Otros métodos diagnósticos que están siendo usados con mayor frecuencia son:

 La reacción en cadena a la polimerasa (PCR): técnica molecular con alta


especificidad y sensibilidad para detectar el material genético de la Leishmania.
 Inmunofluorescencia Indirecta (IFI): técnica capaz de detectar la presencia de
anticuerpos específicos contra la Leishmania, principalmente de tipo IgG, en el suero
del paciente sospechoso.
 Ensayo inmunoabsorbente ligado a enzima (ELISA): técnica que, al igual que la IFI,
permite la detección de anticuerpos específicos contra el parásito en el suero del
paciente sospechoso.
 Prueba de Montenegro o Leishmania: esta es una prueba inmunológica de
hipersensibilidad retardada semejante a la PPD (prueba de la tuberculina) con alta
sensibilidad y especificidad; sin embargo, no permite establecer una diferencia entre
infección actual o pasada. Consiste en la aplicación por vía intradérmica de 0.1 ml de
un antígeno de Leishmania (leishmanina) en la cara anterior del antebrazo, debiendo
efectuarse la lectura a las 48 o 72 horas en la zona de aplicación. Se considera positiva
la lectura cuando el diámetro de la induración causada por la intradermorreacción es
igual o mayor de 5mm.
Ciclo de vida del agente causal

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