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ISBN: 968-6005-41-2
QUEDA PROHIBIDA
LA VENTA, DISTRIBUCIÓN Y COMERCIALIZACIÓN
l. U na sociedad singular
2. El estrado y el púlpito
3. Sincretismo e Imperio
4. U na literatura trasplantada
l. UNA SOCIEDAD SINGULAR
JUANA RAMIREZ
(1648-1668)
l. La familia Ramírez
2. Sílabas las estrellas compongan
3. Los empeños de Juana Inés
4. La profesión
l. LA FAMILIA RAMfREZ
. • DuSun
--~- -:~-~-- --- o lT
PACLFI
(1675)
(1685)
Esa niña no podía ser otra que Isabel María de San José.
Años más tarde, en 1691, Juana Inés pide invertir mil cua-
trocientos pesos de oro común -unos meses después aña-
dió otros seiscientos pesos- en fincas del convento de San
Jerónimo "para que por el tiempo de mi vida el mayordomo
de dicho convento me acuda con los réditos correspondien-
tes y después a la madre Isabel María de San José, mi
sobrina". 12 Los dos hermanos de Isabel María de San José
eran también hijos naturales y no llevaban el apellido del
padre sino el Ramírez maternal. Isabel Ramírez dejó a Ma-
ría, como su padre le había dejado a ella, "por vida", la
hacienda de Panoayán. La razón probable: las otras dos
hijas de Asbaje, que carecían de fortuna, estaban ya aco-
modadas, Juana Inés en el convento y Josefa con un pro-
tector: Francisco de Villena.
El caso de Josefa no difiere mucho del de María. Como
ella, también tuvo hijos fuera del matrimonio. Se casó con
José de Paredes en 1664 pero dos años después su marido
la abandonó. No obstante, tuvo cuatro hijos. El enigma se
11 Guillermo Ramírez España, op. cit.
12 Enrique A. Cervantes, op. cit.
104 JUANA RAMlREZ (1648-1668)
4
El ejemplar en mi poder del Teatro de los dioses de la gentili-
dad (perteneció a don Vicente Riva Palacio que lo obsequió a mi
abuelo) es de 1673 (Madrid) pero hay ediciones anteriores. La pri-
m~ra es de 1620 (el primer tomo) y de 1623 (el segundo). Las fuen-
tes del relato de Vitoria son las mismas que manejó sor Juana en
su Neptuno alegórico y en otros escritos: Vicenzo Cartario, Pierio
Valeriano, Textor, Natal Conti, etcétera.
S1LABAS LAS ESTRELLAS COMPONGAN 121
Y el romance:
De aquella fatal tijera,
sonaban a mis oídos,
opuestamente hermanados,
los inexorables filos.
cieron no sólo con las deidades, pero con todas las cosas
invisibles, cuales eran los días, meses y semanas". Por la
misma razón, y también "por reverencia y respeto", no ha
sido descabellado "buscar ideas y jeroglíficos que simbóli·
camente representen algunas de las innumerables pre~
gativas que resplandecen en el conde de Paredes". A con·
tinuación, sor Juana explica por qué escogió una fábula
de la Antigüedad como alegoría del virrey, sin que esto
invalide de mentirosa la comparación, pues "las fábulas tie·
nen su fundamento en sucesos verdaderos; y los que llamó
dioses la gentilidad, fueron realmente príncipes excelen·
tes [ ... ] o inventores de las cosas". Neptuno le pareció ser
4
'un dibujo de Su Excelencia tan verdadero como lo dirán
las concordancias de sus· hazañas". Se embarca entonces
en la genealogía y hazañas de Neptuno, con gran acopio
de citas de los mitólogos en boga -Cartario, Pierio Vale·
riano, Natal, Textor- y de los poetas y autoridades clásicas
-Macrobio, Cicerón, Plinio, Ovidio, Homero- sin excluir
a los Padres de la Iglesia y a la Biblia.
La genealogía de Neptuno que nos representa sor Juana
no es inusitada, para su época, pero sí es tendenciosa. Más
adelante trataré de mostrar la razón de esta curiosa ge·
nealogía. Según Juana Inés fue madre de Neptuno "la diosa
Opis o Cibeles, la cual es la misma que Isis, por representar
estos dos nombres la Tierra, a la cual llamaron Magna
Mater [ ... ] Lo mismo significa Isis en sentir de Natal: lo
modo Luna dicta est, modo credita est Terra ... " (lo llama·
da Luna, creída Tierra.) La transformación de Opis en
lsis, de lsis en lo y de lo en vaca le permite, siguiendo a
los tratados de mitología de la época, acentuar el carácter
egipcio de la diosa y, por derivación, de su hijo, que ya no
es Neptuno, el dios marino de griegos y romanos; mejor
dicho, que sin cesar de serlo, es también Harpócrates (Ha-
rus), divinidad del silencio, hijo de Isis y adorado por los
egipcios en la forma de un niño-dios. Sor Juana estaba
fascinada por la figura de Harpócrates (lo cita de nuevo
en Primero sueño) y recuerda que San Agustín lo llamó
"dios grande del silencio". La misma cita figura en el Tea-
tro de los dioses de la gentilidad (capítulo XIII: De Harpó-
crato, dios del Silencio); sor Juana sigue muy de cerca a
Vitoria -otra vez: sin mencionarlo-- en el resto de sus
218 SOR JUANA IN:SS DE LA CRUZ (1669-1679)
Vitoria:
beldad y brío."
La identificación de Isis y Cibeles era un poco más difícil
pero no imposible: según Cartario, Cibeles era la "gran
madre" e Isis era también madre universal. Lo mismo su-
cede con la esposa del temible Saturno y madre de Neptu-
no, la diosa Opis, frecuentemente confundida con Rea y
Cibeles. Todas estas diosas se resuelven en lsis que, a su
vez, se transforma en una suerte de emblema secreto -aun-
que proclamado a voces- de la madre Juana Inés de la
Cruz. La monja, "letrada insigne'', proyecta sus deseos y
anhelos en la misma divinidad que veneró Apuleyo y en cuya
figura se enlazan la maternidad y la sabiduría. En la diosa
se condensan las obsesiones de Juana Inés: Isis es la ima-
gen de la maternidad y, al mismo tiempo, "la norma de la
sabiduría gitana". Juana Inés, a través de Isis, trasciende
la "masculinidad" inherente a la cultura y la "neutralidad"
que le imponen los hábitos en una suerte de feminidad
ideal y en una maternidad universal simbólica. El jurista
LA MADRE JUANA Y LA DIOSA ISIS 233
l. Lisonjas y mercedes
2. eoncilio de luceros
3. Religiosos incendios
4. El reflejo, el eco
5. Reino de signos
6. Diversa de sí misma
l. LISONJAS Y ~IERCEDES
r. Loa a los años del rey (IV). núm. 377. El Reflejo representaba a
José, hijo de los virreyes, que aún no cumplía un año de nacido.
250 SOR JUANA IN~S DE LA CRUZ (1680-1690)
1977.
276 SOR JUANA IN:eS DE LA CRUZ (1680-1690)
Al final aparece una idea que debió ser obsesión para ella
pues figura en otros poemas: el retrato es inmune al tiempo
pero esta victoria reduce la persona a ser yerta apariencia.
La dureza del retrato la hace pensar en la dureza del ori-
ginal y entonces brota el despecho:
¡Oh Lysi, de tu belleza
contempla la copia dura,
mucho más que en la hermosura
parecida en la dureza!
Vive, sin que el tiempo ingrato
te desluzca; y goza, igual,
perfección de Original
y duración de Retrato.
de Escipión.
7 Joscelyn Godwin, Athanasius Kircher. Renaissance man and the
Michigan Press, 1959. Véanse los tres ensayos que dedica Leonard
en ese libro al tema: Scenes, Writers aud Readings (1620), Tl1e Strauge
Case of tlze Curious Book Collector y On the Book Trade (1683).
324 SOR JUANA IN:e.S DE LA CRUZ (1680-1690)
Y diversa de mí misma
entre vuestras plumas ando ...
Desde que tomó los hábitos, en 1669, hasta 1690, sor Juana
Inés de la Cruz vivió protegida y segura. Hija natural, sin
fortuna ni padre conocido, había podido profesar gracias
a la liberalidad de un rico devoto que pagó la dote y a las
caridades de otros. Al cabo de veinte años de vida con-
ventual poseía un mediano caudal invertido en los negocios
del convento, una biblioteca que era la admiración de los
entendidos y una colección de instrumentos músicos y cien-
tíficos, joyas y objetos raros. Protegía a sus parientes, pres-
taba dinero o lo conseguía y subvenía a· las necesidades de
una sobrina, Isabel María de San José, que había adoptado
desde niña y que era como ella monja en Santa Paula. Otro
sobrino suyo, Felipe Ramírez de Villena, apodado "España"
por sus correrías, aún adolescente se fugó de la casa de su
madre y, en busca de aventuras, fue a parar a la península;
sor Juana intervino cerca del conde de Galve, puso en mo-
vimiento a las autoridades y logró que la policía pescase
al muchacho y lo devolviese a México y a su familia. La
sor Juana de 1690 no era la novicia desvalida de 1669.
Hábil administradora de los bienes del convento y de los
suyos propios, gozaba de crédito, según pudo averiguar
Dorothy Schons, entre los negociantes de la ciudad (Domin-
go de la Rea, mercader de plata, Diego Franco Velázquez,
prebendado de la catedral, y otros).
DIVERSA DE St MISMA 355
MUSA DECIMA
Afloja el cordel
que, según aprietas,
temo que reviente
si das otra vuelta.
amor que nos tiene. Pero sor Juana, que ha dicho lo con-
trario en sus poemas de amor, en este "romance a lo divi-
no" repite con mayor énfasis aún que la correspondencia no
sirve y, en otro pasaje, que no añade nada. Estas expre-
siones, referidas a Dios, son graves: ¿cómo fueron leídas?
No en su sentido propio sino como paradojas, hipérboles
y conceptos: su siglo había abusado de la agudeza. La
concepción de la no-correspondencia reaparece en la argu-
mentación de su único escrito teológico, la crítica al padre
Vieyra: el favor más grande que puede hacernos Dios, su
mayor fineza, es no hacernos ningún favor. La doctrina
de los "favores negativos" es el equivalente, en el nivel
teológico, de la del amor perfecto que no busca correspon-
dencia. Hay un claro paralelismo entre su idea del amor
-el divino y el profano- y su concepción de la relación
entre Dios y sus criaturas.
Estas paradojas, para llamarlas así, rozan la herejía. Hay
un eco del Dios aristotélico que, siendo la plenitud del ser,
no necesita ser amado ni es capaz de amar. Según Dodds,
uno de los rasgos distintivos del misticismo de Plotino es
el carácter unilateral y no recíproco del éxtasis: "El alma
aspira al Uno, desea fundirse con él, pero el Uno no experi-
menta un deseo recíproco porque desear es la marca del
ser incompleto, la señal de la insuficiencia." Aunque Plo-
tino fue leído en los siglos XVI y xvn, no es fácil saber si
sor Juana lo conoció directamente; no importa: frecuentó
autores profundamente influidos por el neoplatonismo. La
diferencia -una diferencia enorme- es que sor Juana
traslada la autosuficiencia divina a la criatura. Esta idea,
opuesta a la concepción ct¡!ntral del cristianismo, impone
una exigencia heroica y propiamente sobrehumana a la
criatura: amar sin buscar reciprocidad es un heroísmo que
no es humano sino divino. Llevada a sus más extremas y
rigurosas consecuencias, la no-correspondencia como per-
fección del amor equivale a una tentativa de autodivini-
zación. Los escritós de sor Juana no dejan traslucir esto:
quizá ella misma no se dio cuenta del alcance de su idea.
En el romance que comento sor Juana hace una confe-
sión que atempera el rigor de su doctrina. El amor no
necesita correspondencia pero nosotros la buscamos:
388 MUSA DI!CIMA
=t Núm. 157.
4
Núm. 207.
TINTA EN ALAS DE PAPEL 395
Mejores que estas canciones son las Tres letras para can-
tar (8, 9 y 10): tres delgados, transparentes chorros ver-
bales. En la primera una joven canta y al oír su voz, que
resuelve en armonía la discordia de los elementos y pone
en movimiento a los astros:
10Poemas 71 y 72 respectivamente.
I1Méndez Plancarte pensaba que Camargo había recogido estas
coplas anónimas pero Alatorre aclara que son de ese poeta (AvatareS'
barrocos del romance, México, 1977).
3. ARCA DE ~1úSICA
narios del siglo xx fue una realidad del XVII. Contra esa
realidad degradante se levantó, en el siglo XVIII, la idea del
intelectual crítico, sin Iglesia y sin señor.
¡Gila coro,
gulungú, gulungú,
hu, hu, hu!
¡Menguiquilá,
ha, ha, ha! 13
cante, cante,
y en concierto acordado
tus ondas sean veloces
sílabas, lenguas, números y voces.
Press, 1936.
428 MUSA DSCIMA
¿El agua?
¿La tierra?
¿El aire?
¡No, sino el fuego! 2 s
Estrellas se despeñan.
auroras se levantan.
Bajen las luces.
suban fragancias.
cuadrillas de jazmines,
claveles y retamas,
que corren,
que vuelan,
que tiran,
que alcanzan.
con flores,
con brillos,
con rosas,
con llamas.
a quien su Querido
le fue mirra un tiempo,
dándole morada
sus cándidos pechos:
la que en rico adorno
tiene, por· aseo,
cedrina la casa
y florido el ~echo: ..
glo XVI, México, 1935. Véase también, del mismo autor: Autos )'
cóloquios del siglo XVI, México, 1939.
452 MUSA DÉCIMA
Tradition.
462 MUSA DtCIMA
el color y formando una figura como las que usan los pintores
para expresar las ondas... (Diccionario de Autoridades).
466 MUSA DeCIMA
6z7
de esta suerte de reloj de arena que forman estas cuatro
partes
1 2
el viaje del alma traza un triángulo: el ascenso
~A~VM
AO . . OR
"PRIMERO SUElíi'lO" 487
11
de las cosas" y con su pincel invisible" pintaba "las figu-
ras mentales", "sin luz" y "con vistosos colores". Vossler
señala que la idea de que los colores existen por sí mismos,
in potentis, y se manifiestan, in actum, sin ser ocasionados
por la luz, es una derivación medieval de Aristóteles y
que se encuentra en Kircher (Ars magna lucis et umbrae,
1646). Cierto, la distinción entre potencia y acto es aristo-
télica pero las especulaciones sobre los diferentes tipos de
luz y sobre los colores que brillan por sí mismos sin nece-
sidad de un foco luminoso exterior, son más neoplatónicas
que aristotélicas. Kircher tomó esto seguramente del her-
metismo neoplatónico renacentista: Ficino, Patrizi, Bruno.
El pincel de la fantasía es invisible precisamente porque está
hecho de la luz interior que ilumina las visiones de nuestros
sueños. Esta luz invisible e incorpórea era una substancia
espiritual bien conocida de los neoplatónicos y los hermé-
ticos. Su manifestación más pura, dice Bruno, era la Lux,
primera creación de Dios según el Génesis. Ficino enumera
diferentes tipos de luz: la de Dios; en seguida, la luz inte-
lectual de los ángeles; después, la racional de los hombres;
más abajo, la del alma sensible; la del cuerpo astral -en-
voltura del cuerpo material- y, en fin, la luz solar de todos
los días. 15 La luz con que la fantasía pinta las figuras men-
tales es la luz del alma racional: este es otro rasgo que
sor Juana comparte con los neoplatónicos, que atenuaron
las diferencias entre la fantasía y el entendimiento. (En el
siglo xx aparece una insólita prolongación de estas ideas:
Maree} Duchamp afirma, en varias notas de la Caja blanca,
que "hay colores que son focos luminosos, colores fuentes
no sometidos a un foco de luz exterior". Bruno había dicho
lo mismo aunque, menos categórico, atribuía esta propie-
dad a los colores y metales que en el mundo sublunar son
opacos pero que en los astros brillan con luz propia.) 16
La fantasía copiaba las cosas y las reflejaba con la misma
claridad de aquel espejo del faro de Alejandría, en el que
se podían ver los navíos que surcaban el mar más allá de
15 Robert Klein, L'imagination comme vetement de l'ame chez
Marsile Ficino et Giordano Bruno (La Forme et l'lntelligible, París,
1970).
16 Cf. mi libro sobre Marcel Duchamp: Apariencia desnuda, Méxi-
41
alma Suena en conocer, fracasa y, ya despierta, se da
41
cuenta de que el conocimiento es un SUeño" vano e impo-
sible. El escepticismo de sor Juana, como el de tantos,
desemboca en un fideísmo: la entrega a Dios. Al final de
su vida, ante el fracaso de su sueño de saber, sor Juana
renuncia a los estudios humanos y a la palabra misma:
penetra en el mundo del silencio que es el de la contem-
plación y la caridad. Esta es la opinión de Ricard, Ramón
Xirau y del mismo Gaos: Hde la decepción vital e intelectual
al desasimiento místico, el refugio en Dios". 21 Primero sueño
es el poema de la crisis intelectual de sor Juana y el acto
inicial de su conversión. Esta hipótesis tiene una prolon-
gación: el poema es un ejemplo más, y el más radical y
riguroso, de la poesía barroca del desengaño ... Hay que
decir, ante todo, que esta idea reposa en una suposición
cronológica que carece de fundamento: hay muchos años
de por medio entre Primero sueño y la crisis de 1693. Así
pues, la relación causal entre el poema y la llamada con-
versión es demasiado laxa. Pero hay algo más y más deci-
sivo: ¿el tema del poema es realmente el sueño y la vanidad
del conocimiento?
Creo que las interpretaciones a que he aludido son real-
mente una lectura que hemos impuesto sobre el poema
para que coincida con la poesía barroca del desengaño y
con la visión del escepticismo como camino hacia la fe.
Sor Juana nos cuenta un sueño: el viaje del alma por las
esferas celestes,_ su deslumbramiento y sus tentativas por
convertir en idea su visión: el Intelecto ve y la Razón no
comprende lo que ve. El sueño que nos refiere el poema es
una alegoría del acto de conocer. Describe la visión, las
dificultades del Entendimiento, sus vacilaciones y su osa-
día, su ánimo heroico: quiere conocer aunque sabe de ante-
mano que seguramente fracasará. El modelo del alma --el
tipo, subraya sor. Juana- es Faetón, el joven que Júpiter
fulmina pero que eterniza su nombre al despeñarse. Ya antes
había comparado la aspiración del alma hacia la Causa
Primera a las pirámides egipcias. El modelo simbólico del
ansia espiritual es la pirámide; el modelo mítico es Faetón,
un personaje al que -por razones que aparecerán dentro
21 Ramón Xirau, Genio y figura de sor Juana Inés de la Cruz,
LAS TRAMPAS DE LA FE
l. Carta de más
2. La "Respuesta"
3. Y las respuestas
4. El asedio
5. La abjuración
6. Ensayo de restitución
l. CARTA DE MÁS
era de op1n1on que "la mayor fineza fue lavar los pies a
sus discípulos", entre.ellos al mismo Judas, el traidor. Viey-
ra sostiene bellamente que Cristo lavó los pies a Judas,
como a los otros, porque "el amor fino no busca causa ni
efecto: ama por amar". Sor Juana, como ya referí más
arriba, refuta al orador definiendo el significado de fineza:
la causa del acto es el amor y d lavar los pies es su fineza, es
decir, su expresión o signo exterior. Así, lavar Jesús los pies
al mismo Judas sí tuvo causa: su amor a las criaturas.
No sé si mi resumen, breve y tosco, deja vislumbrar un
poco la sutileza y el ingenio de Vieyra y de sor Juana.
Vana sutileza e ingenio vacío pues no estaban aplicados a
ningún objeto real sino a entelequias alejadas de la verda-
dera filosofía. Pasión retórica, enamorada de sí misma y
lejos también del auténtico sentimiento religioso: shadow
boxing. La parte que sigue tiene más substancia porque sor
Juana, después de defender a los tres santos, se encara a
la opinión de Vieyra y toca un tema que ya había tratado
mucho en sus obras profanas: el amor y la corresponden-
cia. Vieyra sostenía que "Cristo no quiso la correspondencia
de su amor para sí, sino para los hombres, y que ésta fue
su mayor fineza: amar sin correspondencia". Sor. Juana
había dicho algo semejante en sus poemas de amor y de
amistad amorosa a Lysi; también, en un romance de amor
a lo divino (56) repite que el amor más alto no necesita
correspondencia; si nosotros nos empeñamos en pedirla es
por una falla de nuestra naturaleza humana. ¿Cómo sale
del aprieto? En primer término, por el recurso a la autori-
dad de la Escritura. En el Antiguo y en el Nuevo Testa-
mento abundan los textos que indican que debemos amar
a Dios sobre todas las cosas. Del amor a Dios brota el
amor que tenemos o deberíamos tener a nuestros semej~n
tes y a nosotros mismos. Entonces, ¿Cristo necesita nuestra
correspondencia? No: "el amor humano halla en ser co-
rrespondido algo que le faltara si no lo fuera; pero al de
Cristo nada le falta aunque no le correspondamos". Al llegar
a este punto, el más arduo, sor Juana desarrolla la segunda
parte de su argumento.
Comienza diciendo:
Es el amor de Cristo muy al revés del de los hombres. Los
hombres quieren la correspondencia porque es bien propio
516 LAS TRAMPAS DE LA FE
Obras completas.
540 LAS TRAMPAS DE LA FE
Las quejas del virrey revelan que había tenido y tenía fric-
ciones con la Audiencia; los dos órganos más altos del
poder político de Nueva España estaban divididos y el uno
paralizaba al otro. Esta querella produjo un vacío de poder
que, automáticamente, fue ocupado por la Iglesia y su
cabeza visible, Aguiar y Seijas.
11
El virrey explica que 1a ojeriza del pueblo" en su con-
11
tra se debía al error de creer que se habían guardado
los granos por conveniencia propia" y que esa creencia
11
fue la razón de SU encono, el acometimiento al palacio
y las amenazas de mi muerte y la de todos los de mi fami-
4 Carta del conde de Galve a su hermano mayor, Gregorio María
.•
Cabrera, Miguel, 237, 306, 309, Carlos V, 39, 199, 200, 201, 226
324, 325, 329, 330, 356, 351, Carlomagno, 39
487 Carnam, Melchor, 425n.
Cabrera y Quintero, Cayetano Carranza, Jerónimo de, 417
de, 599, 600 Carreto, Otón Enrique, marqués
Caín, 53 de Grana, 129, 130
Caja blanca (Duchamp), 489 Carilla, Emilio, 469n., 487
Calancha, fray Antonio de ·la, Carrillo y Sotomayor, Luis, 78,
55 326
Calderón de la Barca, Pedro, Carta abierta a los nobles cris-
14, 74, 80, 81, 94, 186, 202, tianos (Lutero), 46
268, 312, 313, 326, 327, 378, Carta abierta al señor Alfonso
381, 399, 408, 410, 411, 431, Junco (Schons), 92n., 518
432, 441, 445, 448, 449, 450, Cartario (Cartari), Vicenzo,
451, 456, 462, 463, 465, 466, 120n., 213, 217, 218, 229, 232,
468, 471, 474, 555, 622, 627 235, 236, 240, 336, 423n., 477
Calderón y la crítica: historia Cartas de una monja portugue-
y antología (Durán y Gonzá- sa (Alcoforado) , 368
lez), 441n. Cartas espirituales (Fernández
Calleja, Diego, 13, 90, 91, 96, 97, de Santa Cruz), 584
98, 126, 127, 128, 130, 131, 132, Cartilla de la doctrina religiosa
140, 141, 147, 150, 152, 157, (Núñez de Miranda), 584
180, 181, 263, 264, 304n., 306, Casiodoro, 330, 423n.
310, 311, 319, 323, 324, 327, Casaubon, Isaac, 224
371, 469, 471, 483, 534, 552, Castiglione, Baltasar, conde de,
563, 591, 592, 593, 594, 595, 327
596, 597, 598, 599, 600, 601, Cas torena y Ursúa, Juan Igna-
602 cio, 89, 108, 182, 304n., 310,
Camacho, Gayna, Juan, 263, 559 342n., 348, 356, 384, ·397, 401,
Camargo, Jerónimo de, 404 435, 436, 521, 534, 535, 536,
Camoens, Luis Vaz de, 328 591, 596, 600
Campanella, Tommaso, 60,223 Catón, 394
Campoamor, Clara, 12 Castro, Francisco de, 82, 327
Canción a la vista de un desen- Catalina de Aragón, 245
gaño (Bocanegra), 82 Catalina de Médicis, 223
Cano, Melchor, 425n. Catulo, Cayo Valerio, 116, 136,
Cantar de los Cantares, El 385, 137, 281, 328
429, 462, 465, 539 Cavalcanti, Guido, 137, 275, 277,
Canzoniere (Petrarca), 280, 302 278, 282, 296, 381
Caramuel, Juan, 326 Cefiso, 462
Carlos 11, 33, 129, 188, 190, 192, Cena de Baltasar, La (Calde-
204, 245, 249, 253, 254, 258, rón), 468
261, 273, 286, 351, 442, 443, Cerda, José María de la, 249,
525n., 526 259, 434, 442
Carlos III, 62, 614, 626 Ceres, 71
1NDICE ONOMASTICO 637
Escudo de armas de México Felipe IV, 33, 129, 130, 133, 139,
(Cabrera y Quintero), 599n. 191, 245, 394, 395n .
.. Espejo del d e m o ni o, El" Felipe V (duque de Anjou),
(Tait), 226-227n. 188, 205, 441
Espinosa Medrano, El Lunare- Fénix de Occidente, El (Si-
jo, Juan de, 410 güenza),64
Espinosa Mireles, Gustavo, 308 Fernández del Castillo, Francis-
Esquilo, 329 co, 167, 438n.
Espíritu varonil de sor Juana", Fernández de Santa Cruz, Ma-
"El (Urzaiz), 92n. nuel, 90, 100, 150, 182, 183,
Essais (Montaigne), 333 189, 331, 356, 363, 414, 520,
Estado, Publio Papinio, 328 521, 522, 523, 525, 526, 532,
Estrada de Medinilla, María, 69 533, 534, 536, 538, 550, 551,
Estudios s o b r e el barroco 555, 556, 561, 573, 574, 579,
(Hatzfeld), 76n. 584, 585, 593, 596, 600, 606,
Etiemble, Réne, 59n. 607
Etimologías (San Isidro), 330 Fernández McGregor, Genaro,
Études sur le songe de Scipion 91
(Boyancé), 476n. Fernando de España, el Carde-
Eunoia (Ennoia), 230, 231, 547 nal-Infante, 198
Eurípides, 329 Fernando VII, 615
Eusebio de Cesárea, 329 Festugiere, A. J., 222, 460, 464n.,
Eva, 97, 457 473, 479, 481
Ficino, Marsilio, 59, 60, 138, 221,
Evangelios, Los, 55, 58, 64, 106,
222, 227, 234, 279, 280, 283,
423, 462, 480, 516
41
286, 325, 334, 386, 423n., 424,
Explicación del auto sacramen- 425, 426, 461, 464, 489, 493,
tal" (Bataillon), 447n. 506
Exposición astronómica del Figueroa, Francisco de, 326
cometa (Kino), 342, 343 Filón, 479
Fábula de Faetón (Villamedia- Filosofía secreta (Pérez de
na), 503 Moya), 214, 336
Fábula de Faetonte (Aldana), Fineza mayor, La (Palavicino),
503 535
Faetón, 122, 123, 160, 354, 484, Flaubert, Gustave, 260
496, 498, 499, 503, 504, SOS, Flora, 442, 444, 446
630 Flora, Joaquín de, 58, 106
Fanzilia de sor Juana, La (Ra- Flores Aguirre, Jesús, 308
mírez España) , 90n. Florescano, Enrique, 32
Fantasmi di Eros, 1 (Agam- Fludd, Robert, 224, 239, 335,
ben), 506n. 486n.
Fedra, 437, 438 Forme et l'Intelligible, La
Feijoo, Benito Jerónimo, 340 (Klein), 276n., 489n.
Felipe II, 226, 310n., 350 Foundation of Modern Political
Felipe III, 310n. Thought, The (Skinner), 440n.
íNDICE ONOMASTICO 641
Fourier, Charles, 60, 177, 239 Génesis, 315, 317, 318, 319, 489
Franco Velázquez, Diego, 354 Genio y figura de sor Juana
Freud, Sigmund, 15, 95, 112, Inés de la Cruz (Xirau}, 498í,.
121, 260, 281, 286, 288, 485, Ghelderode, Michel de, 200
605 Gibbon, Edward, 547~:. 1 548n. 1
588, 589, 590, 591, 592, 393, Orve y Arbieto Juan de, 89,
595, 596, 598, 600, 606, 607 98, 363, 558, 559, 561, 562
Núñez y Domínguez, José de J., Osiris, 112, 222, 229, 233, 234,
205 423, 425
Obeliscus A e g y ptiacus (Kir- Ovidio, 68, 94, 116, 185, 215, 217,
cher), 486n. 232, 235, 290, 291, 328, 336,
Obras (Salazar y Torres), 410 462, 463, 466
Obras escogidas (Toussaint), Oviedo, Juan de, 141, 150, 153,
365 154, 155n., 156n., 16'1, 181, 184,
Obras selectas de la célebre 190, 356, 522, 527, 534, 552,
monja de México (Mera), 364 553, 576, 579, 580, 583, 584,
"Observaciones sobre la obra 585, 586, 587, 588, 591, 592,
de sor Juana Inés de la Cruz" 595, 596, 600, 602
(Cossío), 399n., 409, 410 Pacheco de Narváez, Luis, 417
Octava Maravilla, La (Ribera), Pagan and Christian in an age
82 of Anxiety (Dodds), 385n.
Odisea, La (Homero), 472 Palacio Nacional de México, El
Oedipus Aegyptiacus (Kircher), (Valle-Arizpe), 171n.
225, 237, 316, 424, 425, 480, Palafox y Mendoza, Juan de, 39,
486n. 80, 521, 536
Oeuvres Poétiques (Tyard), Pa1avicino, Francisco Xavier,
284 84, 535
Officina (Textor), 336 Palés Matos, Luis, 418
O'Gorman, Edmundo, 25 Paliadas de Alejandría, 547n.,
Oliva, Juan Paulo, 528 548n.
Olivas, Martín de, 127 Pan, 446
Olivares, Gaspar de Guzmán, Panegírico de la paciencia (San-
conde-duque de, 39, 247 doval y Zapata), 81
Onfalia, 513n. Panofsky, Erwin, 75, 506
Opis, 217, 232 Papel de Poesía, 308
Paravicino y Arteaga, Horten-
Oración fúnebre (Carlos Si-
güenza y Góngora) , 89 sia Félix, 514
Paredes, condesa de y mar-
Orestes, 547n.
quesa de la Laguna (María
Orfeo, 461 Luisa Manrique de Lara y
Orizaba, conde de, 167 Gonzaga), 89, 132, 138, 175,
Orlando furioso (Ariosto), 327, 192, 204, 220, 255, 256, 257,
416 259, 260, 262, 263, 264, 266,
Oropesa, conde de (Manuel 268, 270, 271, 283, 284, 285,
. Joaquín Alvarez de Toledo y 287, 289, 290, 292, 293, 294,
Portugal) , 33 295, 296, 298, 299, 301, 302,
Ortega Medina, Juan Antonio, 304, 305, 309, 310, 341, 343,
92n. 349, 355, 363, 371, 375, 392,
Ortega y Gasset, José, 297, 340, 395, 408, 434, 442, 444, 451,
612 452, 516, 532, 553, 556, 557,
lNDICE ONOMA.STICO 649
the works of sor Juana" (Ga- Ronsard, Pierre de, 223, 283,
tes), 469n. 339
Renacimiento, El, 307 Rosicrucian En l ightenment,
Rendón, Beatriz, 99 The (Yates), 60n.
República, La, (Platón), 475, Rousseau, J. Jacobo, 440
476n., 494n. Rozas, Juan Manuel, 503n.
Révélation d' H ermes Trismégis- Rubens, Paul, 198, 202
te, La (Festugiere), 222n., Rubio Mañé, Ignacio, 38, 39, 40,
460n., 479n. 153, 193, 195n., 203n., 204n.,
Reverdy, Pierre, 79 205, 246n., 350n., 352n., 567n.
Reyes, Alfonso, 391, 471 571n., 572n.
Ribera, Anastasia Pantaleón de, Rufino, 423n.
186, 326, 408 Ruiz de Alarcón, Juan, 69, 73,
Ribera, Diego de, 82, 99, 139, 326, 378, 399
327, 409 Ruiz Lozano, Antonia, 104n.,
Ricard, Robert, 55, 84n., 91, 151, 110n., 152, 179
476, 481, 483, 490, 498, 511n., Ruiz Lozano, Diego, 97, 100,
512 101, 104, 109, 110, 112, 113,
Ricci, Matteo (Li Ma-tou) , 60 116, 117, 126, 129, 152, 166
Rig Veda, 95 Ruiz Lozano, Diego, el Mozo,·
Rimas, (Lope de Vega), 370 100, 104, 110, 126
Rioja, Francisco de, 326 Ruiz Lozano, Inés, 104n., 152,
Riva Palacio, Vicente, 120n., 179, 183, 521
246n. Ruiz Naufal, Víctor M., 599n.
Rivarola y Pineda, Juan Félix Saavedra Fajardo, Diego de,
Francisco, 205 484n.
Safo, 364, 609
Rivera Cambas, Manuel, 246n.
Sahagún, Bernardino de, 55, 58,
Rivera, Diego, 200 63, 457
Rivers, Elías L., 367 Sainetes de sor Juana (Mon-
Rivers, Georgina Sabat de, 12, terde), 434n.
367, 474 Saint-Simon, Luis de Rouvroy,
Robespierre, Maximilien de, 30 duqu~ de, 205
Robin, León, 494n. Salayzes, Felipe de, 347
Robles, Antonio de, 106, 131n., Salazar y Torres, Agustín de,
172, 186, 188, 348, 526, 530, 80, 81, 297, 327, 407, 410, 421,
570, 585 435, 436, 451
Rohde, Erwin, 136, 472 Salceda, Alberto G., 91, 96, 97n.,
Rojas, Fernando de, 326, 378, 133, 143, 144, 206, 315, 365,
431, 433 434, 594n., 603
Rojas Garcidueñas, José, 407n., Sálmacis, 290
45ln. San Agustín, 68, 121, 217, 281,
Romancero, 326, 399 330, 440, 461, 514, 518, 586,
Romero de Terreros, Manuel, 595
205 San Antonio, 329, 423
652 lNDICE ONOMASTICO
PRÓLOGO
Primera Parte
Segunda Parte
l. La familia Ramírez 89
2. Sílabas las estrellas _compongan 108
3. Los empeños de Juana Inés 126
4. La profesión. 143
Tercera Parte
Cuarta Parte
Quinta Parte
MusA DÉciMA
Sexta Parte
LAS TRAMPAS DE LA FE
Referencia libro:806
Octavio Paz
Sor Juana Inés de la Cruz
o Las trampas de la fe
Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe es mucho más que el
mayor estudio que se haya dedicado a una figura central de la historia
de la cultura en lengua española: es, también, uno de los títulos funda-
mentales de toda la obra de Octavio Pa4.; N o se trata sólo del examen de
un personaje concreto y apasionante, de una obra espléndida y singular;
es, en el enmarcamiento de este personaje, el mundo de la Nueva España,
núcleo esencial de nuestro común pasado colectivo, y, en la confluencia de
la cohetería verbal del barroco, el pervivir de la tradición hermética, irri-
gando, desde un sustrato medieval, aquella poética y la sociedad que la
sustenta. Más aún: en los dilemas personales a que se vio enfrentada sor
Juana en los últimos años de su vida son reconocibles esquemas de com-
portamiento análogos a los que han pautado no pocas y a menudo som-
brías páginas de la vida contemporánea. De ahí, en palabras del propio
Octavio Pa~ las coordenadas y el propósito de este libro capital: "la com-
prensión de sor Juana incluye necesariamente la de su vida y su mundo.
En este sentido mi ensayo· es una tentativa de restitución: pretendo resti-
tuir a su mundo, la Nueva España del siglo XVII, la vida y la obra de
sor Juana. A su v~ la vida y la obra de sor Juana nos restituye a noso-
tros, sus lectores del siglo XX, la sociedad de la Nueva España en el si-
glo XVII. R estitución: sor Juana en su mundo y nosotros en su mundo".
~ 20 910 608
608
ENSAYO