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Registro Núm.

19883; Novena Época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su


Gaceta

Tomo XXV, Enero de 2007, página 356.

CONTRADICCIÓN DE TESIS 133/2005-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL SEGUNDO TRIBUNAL


COLEGIADO DEL SEXTO CIRCUITO, ACTUALMENTE SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO Y EL TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO QUINTO CIRCUITO.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es competente para
conocer y resolver sobre la presente denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con lo
dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 197-A de la Ley de Amparo; y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación; así como el punto segundo del Acuerdo General Plenario 5/2001, de veintiuno de
junio de dos mil uno, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintinueve siguiente, por
tratarse de una contradicción suscitada entre criterios de Tribunales Colegiados de Circuito, en
asuntos de naturaleza penal, materia exclusiva competencia de esta Sala.

SEGUNDO. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, conforme a lo


establecido en el párrafo primero del artículo 197-A de la Ley de Amparo.

De acuerdo con dicho numeral, cuando se sustenten criterios contradictorios entre Tribunales
Colegiados de Circuito en asuntos que son de su competencia, la denuncia correspondiente ante
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, sólo puede plantearse por:

a) Los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

b) El procurador general de la República.

c) Los Tribunales Colegiados o los Magistrados que los integren.

d) Las partes que intervinieron en los juicios en que tales criterios contradictorios se hayan
sustentado.

En la especie, la presente denuncia de posible contradicción de tesis fue formulada por el


presidente del Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito, por lo que se reitera su
legitimación para tales efectos.

TERCERO. De las constancias remitidas por los tribunales contendientes, se advierte lo siguiente:

I. El Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, al resolver el doce de marzo de mil novecientos
noventa y siete, el amparo directo número 132/97, resolvió en lo conducente, lo que a
continuación se transcribe:

"QUINTO. ... Por otra parte, debe indicarse que si bien es cierto conforme al dicho de la
denunciante, ésta se enteró de los hechos delictivos en cuestión porque así se lo indicó su menor
hija ... no menos cierto es que tal circunstancia por sí misma no es suficiente para negarle eficacia
probatoria a su declaración, pues como quiera que sea, aun a través de lo manifestado por la
agraviada tuvo conocimiento del suceso antijurídico, y por ello su deposición tiene valor indiciario,
máxime si se toma en consideración que al ser la madre de la ofendida puede establecerse que la
menor copulada le tenía la confianza suficiente para contarle de manera objetiva que había sido
atacada sexualmente por el hoy quejoso. Al caso, tienen aplicación las tesis sustentadas por este
Tribunal Colegiado al resolver los juicios de amparo directo números 184/95, 453/95 y 97/96, así
como también el diverso juicio de amparo directo 583/95, que respectivamente dicen: ‘Testigos de
oídas.’ (se transcribe). Además, cabe mencionar que la declaración de la denunciante ... no es un
dato aislado, pues también obra la declaración de la menor agraviada ... que coincidentemente
con la deposición de aquélla, mencionó que a mediados del mes de diciembre de mil novecientos
noventa y tres, cuando se encontraba en su domicilio en compañía de su menor hermana de
nombre ... de los mismos apellidos, y de su abuelo ... éste la llamó a su cuarto donde al llegar la de
la voz aquél cerró la puerta para que inmediatamente después la aventara a la cama, le bajó la
pantaleta y subió la falda para por último imponerle la cópula sexual. Versiones que se corroboran
con el certificado ginecológico practicado a la sujeto pasivo por el perito correspondiente, en que
determinó que ésta era una persona del sexo femenino de doce años de edad, púber, ‘no virgen’,
de himen anular, con desfloración no reciente por desgarros antiguos a las cuatro y siete en el
sentido de las manecillas del reloj, así como también se apoya con la declaración vertida ante el
representante social por el acusado en la que aceptó vivir en la misma casa con la esposa de su
hijo de nombre ... su nieta e hija de ellos ... y otros parientes e inquilinos, que sostuvo relaciones
de ‘noviazgo’ con ésta, a la que abrazaba, besaba y acariciaba en diferentes partes del cuerpo; y
por último existe el informe psicológico efectuado al acusado en que se concluyó que éste se
encontraba en su etapa de climaterio, que es un cambio somático cuando acaba el periodo
reproductivo, con personalidad remarcada por tendencias esquizofrénicas, trastorno psicótico que
se distingue por pérdida de contacto con la realidad y tendencias neuróticas." (fojas 379 vuelta a
380 vuelta del toca).

Similares consideraciones fueron sostenidas por el tribunal en cita, en los amparos directos
números 184/95, 453/95, 97/96 y 583/95, dando lugar al siguiente criterio:

"Novena Época

"Instancia: Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito

"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

"Tomo: V, abril de 1997

"Tesis: VI.2o. J/98

"Página: 202

"TESTIGOS DE OÍDAS. VALOR DE SU TESTIMONIO. Las declaraciones de los testigos de oídas deben
tenerse como indicios cuando existen en actuaciones otros elementos que les den validez.

"Amparo directo 184/95. Fernando Moro Tamariz. 21 de junio de 1995. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
"Amparo directo 453/95. Antonio León Cano. 4 de octubre de 1995. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.

"Amparo directo 97/96. Rubén Lozada Lumbreras. 8 de marzo de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.

"Amparo directo 583/95. Fernando Moro Tamariz. 26 de junio de 1996. Unanimidad de votos.
Ponente: Clementina Ramírez Moguel Goyzueta. Secretaria: Hilda Tame Flores.

"Amparo directo 132/97. Mariano Tlilayatzi Molina. 12 de marzo de 1997. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna."

II. Por su parte, el Tribunal Colegiado del Vigésimo Quinto Circuito, al resolver en sesión de
veinticuatro de mayo de dos mil cinco, el amparo directo número 667/2004, expuso en la parte
que interesa lo siguiente:

"SÉPTIMO. ... Es verdad que de conformidad con el artículo 224 del Código de Procedimientos
Penales de la localidad, toda persona que por sí o por referencia de otra conozca hechos
constitutivos de delito o relacionados con él, está obligado a declarar ante el Ministerio Público o
ante la autoridad judicial. Empero, la obligación que tienen los testigos de declarar, aun cuando
conozcan los hechos por referencia de otras personas, no vincula u obliga al juzgador a otorgar
valor probatorio a la versión que de los hechos proporcionen, sino que en todo caso el jurisdicente
debe sujetarse a las reglas que para la justipreciación de los medios de convicción establece la
legislación adjetiva en consulta. En efecto, la prueba testimonial es una de las más delicadas en su
apreciación, lo que obliga a un análisis acucioso de ese medio de convicción, para estar en
condiciones de poder concluir sobre su eficacia demostrativa; por tanto, para la valoración de las
declaraciones de testigos, deben tomarse en cuenta los elementos de justipreciación especificados
en el artículo 300 del Código de Procedimientos Penales del Estado, así como las demás
circunstancias objetivas y subjetivas que conduzcan a determinar la mendacidad o veracidad del
testimonio. Al respecto, es aplicable la jurisprudencia número trescientos cincuenta y dos de la
Primera Sala de la anterior conformación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada
en la página ciento noventa y cinco, Tomo II, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación,
editado en el año de mil novecientos noventa y cinco, Sexta Época, que dice: ‘TESTIGOS.
APRECIACIÓN DE SUS DECLARACIONES.’ (se transcribe). Asimismo, es aplicable el criterio del
mismo órgano jurisdiccional, visible en la tesis publicada en la página cincuenta y ocho, tomo
ochenta y cuatro, Segunda Parte, del Semanario Judicial de la Federación, Séptima Época, que
reza: ‘PRUEBA TESTIMONIAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE GUANAJUATO).’ (se transcribe). Por
consiguiente, este Órgano de Control Constitucional considera que la versión de los testigos de
oídas no merecen valor probatorio alguno, aun cuando por saber los hechos por referencia de
otras personas estén obligados a declarar, debido que al no conocerlos en forma personal y
directa, no pueden aportar datos de los que se desprendan circunstancias objetivas y subjetivas
que conduzcan a determinar la veracidad de los hechos sobre los que versa su información, de ahí
que no se comparta el criterio sustentado en la tesis de rubro: ‘TESTIGOS DE OÍDAS. VALOR DE SU
TESTIMONIO.’, emanada del Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, que la Sala Penal
colegiada responsable invocó como apoyo para otorgar valor a los testimonios analizados.
Tratándose de testigo de oídas pueden darse los siguientes supuestos: primero, que la persona
fuente de la información del testigo de oídas también proporcione su versión de los
acontecimientos, y segundo, que no se cuente con su testimonio; en ambos casos, es factible que
se presenten las siguientes hipótesis: primera, que el informante del testigo de oídas sea el propio
inculpado, y segunda, que se trate de un testigo presencial de los acontecimientos. En el primer
caso, habrá necesidad de justipreciar la declaración del informante del testigo de oídas a la luz de
las reglas que la legislación procesal penal establece sobre el particular (ya sea que el informante
sea el inculpado o de un testigo presencial), así como en función de las circunstancias objetivas y
subjetivas que aporte y conduzcan a determinar la veracidad de los hechos sobre los que versa su
información, para así descubrir la verdad histórica de los hechos investigados; de tal suerte que al
otorgar valor de indicio al testimonio de oídas, prácticamente se valoraría por partida doble a la
fuente de la información, pues si se cuenta con ésta sería innecesario atender el dicho de aquél;
de ahí que no sería correcto concatenar el dicho del testigo de oídas con la propia declaración de
su informante, ni con las demás probanzas, precisamente al contar con la versión de éste. En el
segundo supuesto, de otorgar valor al testimonio de oídas, de alguna manera implicaría
justipreciar la versión de las personas informantes del testigo, sin que se les reciban sus
declaraciones con las formalidades que al respecto establece el Código de Procedimientos Penales
del Estado, puesto que no habría posibilidad de que el juzgador, el agente del Ministerio Público,
el defensor o el propio reo lo cuestionen, repregunten, le hagan o le pidan aclaraciones, máxime si
se trata del propio inculpado, que no contaría con la asesoría de un defensor, ni su versión se
rendiría ante las autoridades facultadas para ello. Sobre todo, que en los casos analizados, al no
conocer los hechos en forma personal y directa, los testigos de oídas no pueden aportar datos de
los que se desprendan circunstancias objetivas y subjetivas que conduzcan a determinar la
veracidad de los hechos sobre los que versa su información; de ahí de determinación de este
órgano de control constitucional de no otorgar valor probatorio alguno a las personas que declarar
sobre acontecimientos que conocieron por referencias de otros. Sin que además sea factible
concatenar los testimonios de oídas con otras probanzas para darles validez, debido a que para
que eso suceda, en principio, por sí mismas deben tener valor probatorio y sólo en ese caso
relacionarlas con las demás, pues su valor no debe depender de otra u otras, sino de la probanza
en sí." (fojas 36 vuelta a 39 del toca).

CUARTO. Por razón de método, previo al estudio, se precisa establecer si los criterios de las
ejecutorias anteriormente transcritas que motivaron la denuncia de la posible contradicción de
tesis, son en efecto divergentes o contrarias.

Es conveniente establecer que los presupuestos requeridos para la procedencia de una


contraposición de criterios entre Tribunales Colegiados, son los que se especifican a continuación:

a) Que al resolver los negocios jurídicos, los Tribunales Colegiados examinen cuestiones jurídicas
esencialmente iguales.

b) Que respecto de esas cuestiones, los citados órganos jurisdiccionales adopten posiciones o
criterios jurídicos discrepantes.

c) Que la divergencia de criterios, provenga del examen de los mismos elementos.

Lo precedente así se encuentra plasmado en la jurisprudencia cuyos datos de localización, rubro y


texto se precisan a continuación:

"Novena Época
"Instancia: Pleno

"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

"Tomo: XIII, abril de 2001

"Tesis: P./J. 26/2001

"Página: 76

"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU


EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos 107, fracción XIII, primer párrafo,
de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo, cuando los Tribunales Colegiados de
Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de amparo de su competencia, el Pleno de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala que corresponda deben decidir cuál tesis ha de
prevalecer. Ahora bien, se entiende que existen tesis contradictorias cuando concurren los
siguientes supuestos: a) que al resolver los negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas
esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la
diferencia de criterios se presente en las consideraciones, razonamientos o interpretaciones
jurídicas de las sentencias respectivas; y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los
mismos elementos."

A continuación, cabe analizar si se satisfacen los requisitos exigidos para la contradicción de tesis,
y para ello, es pertinente hacer referencia si en la especie los Tribunales Colegiados se refieren al
mismo tema; de ser así, es oportuno examinar si los puntos de vista son divergentes y si parten de
los mismos elementos.

a) El Segundo Tribunal Colegiado del Sexto Circuito, en las resoluciones que dieron origen a su
criterio, se ocupó del análisis del Código Federal de Procedimientos Penales, del Código de
Procedimientos en Materia de Defensa Social para el Estado Libre y Soberano de Puebla, y del
Código de Procedimientos Penales para el Estado Libre y Soberano de Tlaxcala, en cuanto al valor
probatorio de la prueba testimonial, llegando a la conclusión de que las declaraciones de los
llamados testigos de oídas deben tenerse como indicios cuando existen en actuaciones otros
elementos que les den validez.

Los preceptos en los que se basó el Tribunal Colegiado de referencia, son los siguientes:

Código Federal de Procedimientos Penales.

"Artículo 286. Los tribunales, según la naturaleza de los hechos y el enlace lógico y natural, más o
menos necesario que exista entre la verdad conocida y la que se busca, apreciarán en conciencia el
valor de los indicios hasta poder considerarlos como prueba plena."

"Artículo 289. Para apreciar la declaración de un testigo el tribunal tendrá en consideración:

"I. Que por su edad, capacidad e instrucción, tenga el criterio necesario para juzgar del acto;

"II. Que por su probidad, la independencia de su posición y antecedentes personales, tenga


completa imparcialidad;
"III. Que el hecho de que se trate sea susceptible de conocerse por medio de los sentidos, y que el
testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones ni referencias de otro;

"IV. Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la sustancia del hecho,
ya sobre sus circunstancias esenciales; y

"V. Que el testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo, ni impulsado por engaño, error o
soborno. El apremio judicial no se reputará fuerza."

Código de Procedimientos en Materia de Defensa Social para el Estado Libre y Soberano de


Puebla.

"Artículo 201. La valorización de la prueba testimonial queda al prudente arbitrio del Juez o
tribunal, los que no pueden con la sola prueba testimonial, considerar probados los hechos
cuando no haya por lo menos dos testigos que reúnan las condiciones siguientes:

"I. Que por su edad, capacidad e instrucción, tengan el criterio necesario para juzgar del acto;

"II. Que por su probidad, la independencia de su posición y antecedentes personales, tengan


completa imparcialidad;

"III. Que el hecho de que se trate sea susceptible de conocerse por medio de los sentidos, y que el
testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones o referencias de otra persona;

"IV. Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la sustancia del hecho,
ya sobre sus circunstancias esenciales;

"V. Que el testigo no haya sido obligado a declarar por fuerza o miedo, ni impulsado por engaño,
error o soborno. El apremio judicial, no se reputará fuerza;

"VI. Que los testigos sean uniformes, esto es, que convengan no sólo en la sustancia, sino en los
accidentes del hecho que refieran; o que, aun cuando no convengan en éstos, la discrepancia no
modifique la esencia del hecho, a juicio del Juez o de la Sala, y

"VII. Que los testigos hayan oído pronunciar las palabras o visto el hecho sobre que deponen."

"Artículo 204. Los Jueces y las Salas, según la naturaleza de los hechos, la prueba de ellos y el
enlace natural, más o menos necesario que exista entre la verdad conocida y la que se busca,
apreciarán en conciencia el valor de las presunciones hasta el punto de considerar su conjunto
como prueba plena."

Código de Procedimientos Penales para el Estado Libre y Soberano de Tlaxcala.

"Artículo 219. Dos testigos harán prueba plena si concurren en ellos los siguientes requisitos:

"I. Que convengan no sólo en la sustancia, sino en los accidentes del hecho que refieren;

"II. Que hayan oído pronunciar las palabras o visto el hecho material sobre que deponen;

"III. Que su declaración merezca fe, conforme a las reglas que establece el artículo 221."

"Artículo 220. También harán prueba plena los testigos que convengan en la sustancia y no en los
accidentes, siempre que éstos, a juicio del tribunal, no modifiquen la esencia del hecho."
"Artículo 221. Para apreciar la declaración de un testigo, el Juez o tribunal tomará en
consideración las circunstancias siguientes:

"I. Que por su edad, capacidad o instrucción, tenga el criterio necesario para juzgar del acto;

"II. Que por su probidad, por la independencia de su posición y por sus antecedentes personales,
tenga completa imparcialidad;

"III. Que el hecho de que se trate sea susceptible de ser conocido por medio de los sentidos, y que
el testigo lo conozca por sí mismo y no por inducciones ni referencias de otra persona;

"IV. Que la declaración sea clara y precisa, sin dudas ni reticencias, ya sobre la sustancia del hecho,
ya sobre sus circunstancias esenciales; y

"V. Que el testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo ni impulsado por engaño, error o
soborno. El apremio judicial no se reputa fuerza."

"Artículo 222. Si por ambas partes hubiere igual número de testigos contradictorios, el tribunal se
decidirá por el dicho de los que merezcan mayor confianza. Si todos la merecen igual y no hay otra
prueba, se absolverá al acusado."

"Artículo 223. Si por una parte hubiere mayor número de testigos que por la otra, el tribunal se
decidirá por la mayoría, siempre que en todos concurran los mismos motivos de

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