Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Integrantes :
Fernández Zapata Wendy
Herrera Ramos Jean
Izquierdo Castillo Karina Nicole
Marchena Reto Mary Priscila
Morales García Daniel
Parra Herrera Victor Alfonso
Ramírez Flores Yazmin
Profesor :
Navarro Madrid Alexander
Curso :
Actividad Formativa II : Apreciacion Musical
Tema :
Opera La Traviata
GIUSEPPE VERDI
En sus últimos años, Verdi trabajó en algunas obras no operísticas. A pesar de no ser
particularmente religioso, compuso obras litúrgicas, como la misa de Réquiem (1874) y
el Te Deum. También compuso el Himno de las naciones, que incluye las melodías de los
himnos italiano, francés, inglés y norteamericano.
Falleció en Milán, el 27 de enero de 1901, debido a un derrame cerebral. Dejó su fortuna
para el establecimiento de una casa de reposo para músicos jubilados que llevaría su
nombre: «Casa Verdi», en Milán, donde está enterrado
PERSONAJES
Comisionado bajo
Violeta Valéry: Es la protagonista de la ópera, bella e incrédula cortesana. Es una chica
que piensa que nadie la ama ni la amará, por ello la cuesta creer que Alfredo la ame y no
la quiera tratar tan solo como un simple objeto cuando se la declara. Es una
mujer joven que tiene tuberculosis.
Flora: Es una de las mejores amigas de Violeta. Es la que invita a Violeta a la fiesta a la que
acude con el Barón Douphol tras abandonar a Alfredo. Es una figura clave para el
transcurso de la historia.
Walter Fürst: Uno de los líderes de la revuelta; amigo de Guillaume Tell. Papel
para bajo.
Leuthold: Pastor fugitivo salvado por Guillaume Tell. Papel para bajo
secundario. Guillermo Tell de G.Rossini (Petit Liceu – La Baldufa)- Guía
didáctica: M. Antònia Guardiet 4
En orden de ubicarnos en el espacio tiempo, y recordando que la obra original fue “La dame
aux camélias” de Alejandro Dumas, debemos resaltar:
Está dividida en tres actos, que respetan la estructura tradicional de presentación, desarrollo
y desenlace.
La ópera se inicia con un breve pero brillante preludio que empieza a generar una buena
predisposición por parte del oyente (o del espectador si está en el teatro) de cara a disfrutar
de una ópera romántica que pone al espectador en un mundo de pasión, renuncia al amor,
ira y, finalmente, reconciliación en un momento trágico.
Acto I
Violetta Valéry, una famosa cortesana, da una lujosa fiesta para celebrar su recuperación de
una enfermedad. Uno de los últimos en llegar a la fiesta es Gastón, un conde, que llega
acompañado de su amigo, el joven noble Alfredo Germont, el cual hacía tiempo que deseaba
conocer a Violetta, pues la adoraba desde lejos.
Ya sentados en el banquete, empiezan a dialogar sobre el interés que sintió Alfredo por
Violetta cuando le ha dado popularidad en el mundo como es el célebre brindis (Libiamo!)
que entona Alfredo y que sigue Violetta posteriormente. Una vez acabado el banquete, se
van los invitados a otra sala para bailar y quedan ellos solos conversando ya que Alfredo se
siente preocupado por la salud de ella, a raíz de la enfermedad que se menciona al inicio de
la ópera y el mareo que le ha obligado a quedarse, y ella siente que el interés de Alfredo por
ella es demasiado sincero, ya que teme que tras este haya un amor al que ella no quiera
responder. A la pregunta de ella ("Da molto è che mi amate?") él da rienda a ese gran "Un dì,
felice, eterea". Alfredo le revela su amor, que ella no quiere ya que "ella no sabe amar" y le
conmina a ser amigos pero nunca amantes. Alfredo parte con el resto de los invitados, le
regala una camelia, y le dice que regrese cuando la flor se haya marchitado. Ella le promete
reunirse con él al día siguiente.
Sola en su casa, se queda pensativa ante esas palabras y que le hacen plantearse por unos
momentos aceptar ese amor que le propone. En pleno delirio emocional lo niega para volver
a ser ella misma, la Violetta que sólo quiere gozar del placer ("Sempre libera deggio!")
mientras, a lo lejos, se oye a Alfredo con ese "amor è palpito".
Acto II
Tres meses después, Alfredo y Violetta llevan una existencia tranquila en una casa de campo,
en las afueras de París. Alfredo revela en su célebre "Lunge da lei" y su posterior "De miei
bollenti spiriti" (“De mis salvajes sueños de éxtasis”) que Violetta ha renunciado por su amor
a los lujos y fiestas, que se siente "como en el cielo" estando con ella pero, de repente,
Annina, la doncella, llega desde París, y, cuando Alfredo le pregunta, le dice que ella fue allí a
vender los caballos, los carruajes y todo lo que Violetta posee para apoyar su estilo de vida
en el campo. Este sale rezongando a corregir esta situación.
Llega ahora uno de los momentos más importantes en la trama de la historia de esta ópera:
el encuentro de Violetta y el padre de Alfredo, Giorgio Germont. El diálogo entre los dos va
in crescendo en el argumento. Giorgio le pide un sacrificio para que abandone a Alfredo por
el bien de su familia, pues la suerte de su hermana ha sido destruida por su conexión con ella,
ya que su reputación como cortesana compromete el nombre Germont (Giorgio: Pura
siccome un angelo — «Tengo una hija pura como un ángel»)
En principio ella niega (A no!Giammai!...Non sapete che colpita d'atro morbo è la mia vita-
Ignoráis que mi vida está herida de una enfermedad fatal) para luego aceptar el sacrificio a
cambio de que, con el tiempo, él le confíe el secreto a Alfredo del tremendo sacrificio hecho
por ella.
Con la marcha del padre de Alfredo, Violetta se decide a escribir para despedirse de Alfredo
cuando éste llega de París. Ese Amami Alfredo! es de una pasión diferente a la que se puede
vivir en otras óperas, ese sentimiento de Violetta que sabe que ese debe ser el final, como
las lágrimas asoman en sus mejillas. De aquí al final del acto, se aceleran las situaciones.
Giorgio habla con Alfredo ("Di Provenza il mar, il suolo" con el fin de convencerlo para volver
a su tierra natal con sus familiares), Alfredo se indigna por esa separación sin motivo de
Violetta y parte hacia París para vengarse, desconociendo su sacrificio.
En la fiesta, el marqués le dice a Flora que Violetta y Alfredo se han separado. Pide a los
animadores que interpreten para los invitados (Coro: Noi siamo zingarelle — «Somos
gitanillas»); (Coro: Di Madride noi siam mattadori — «Somos toreros de Madrid»). Gastone y
sus amigos se unen a los toreros y cantan (Gastone, coro, bailarines: È Piquillo, un bel
gagliardo — «Fue Piquillo, tan joven y gallardo»).
Para ahogar su pena, Violetta, se consume aún más profundamente en su libertinaje. Llega
el barón Douphol. Ven a Alfredo en una mesa de juego. Cuando él la ve, Alfredo proclama en
voz alta de que se llevará a Violetta a casa con él. Sintiéndose enojado, el barón se acerca a
la mesa de juego y se une a él en el juego. Conforme apuestan, Alfredo gana grandes
cantidades de dinero hasta que Flora anuncia que la cena está preparada. Alfredo se va con
puñados de dinero.
Antes de que Alfredo abandone el salón, Violetta le pide hablar con él. Temiendo que la ira
del barón le llevará a desafiar a Alfredo a un duelo, ella amablemente le pide a Alfredo que
se marche. Alfredo confunde sus temores y se enfrenta a ella, exigiéndole que admita que
ella ama al barón. Dolorida, ella lo admite y, furioso, Alfredo llama a los invitados para
testificar lo que él tiene que decir (Questa donna conoscete? — «¿Conocéis a esta dama?»).
La deshonra tirándole dinero que dice le debe por los servicios prestados mientras vivieron
juntos, en frente de los invitados. Violetta se desmaya abrumada por la enfermedad y la pena.
Los invitados riñen a Alfredo: «Vete de una vez, te despreciamos. Has insultado a una noble
dama».
Flora y las damas intentan convencer a Violeta para que abandone el salón, pero esta se
vuelve hacia Alfredo: Alfredo, Alfredo, di questo cuore non puoi comprendere tutto l'amore
— «Alfredo, Alfredo, no puedes entender todo el amor de este corazón».
Acto III
Annina se apresura a la habitación para decir a Violetta que ha llegado Alfredo. Los amantes
quedan reunidos y él sugiere que ellos abandonarán París (Alfredo, Violetta: Parigi, o cara,
noi lasceremo — «Querida, dejaremos París»).
Pero es demasiado tarde: ella sabe que su tiempo se ha agotado (Alfredo, Violetta: Gran Dio!
morir sì giovane — «¡Oh, Dios! Morir tan joven»). El padre de Alfredo entra con el médico,
lamentando lo que ha hecho. Después de cantar un dúo con Alfredo, Violetta revive
rápidamente, exclamando que el dolor y la incomodidad la han abandonado (Violetta,
Alfredo, Germont, Anina, Grenvil: Prendi, quest'è l'immagine — «Toma, esta es la imagen de
mis días pasados»). Un momento después, ella muere en brazos de Alfredo.
BIBLIOGRAFÍA
Ribbans, G. (1998). La Dama de las Camelias en las novelas de Galdós. Actas del I
Franz, T. R. (2003). Pepita Jiménez" y" La Dame aux camélias. Hispanófila, (139),
61-68.