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46 | Cultura

Lecturas críticas

A propósito de Escritura no-creativa, de Kenneth Goldsmith

Argumentos
no-creativos

Ariane Díaz
Comité de redacción.

Kenneth Goldsmith es una de las estrellas del universidades norteamericanas, la variante de otros en un texto cohesionado, la transcripción
momento en el firmamento cultural norteameri- Goldsmith, el “arte de manejar la información y de una novela famosa a razón de una página al
cano. Fue nombrado en 2013 “poeta laureado” presentarla como escritura” [326], surgiría de un día o la presentación de informes legales como
por el MoMA de New York y eclipsó a otros en escenario histórico de hiperabundancia textual poesía [24/5].
2014 cuando fue invitado a leer en la Casa Blan- que encuentra en internet su espacio privilegiado: Dado que se trata de la reutilización de mate-
ca ante la presencia de Obama. Es el impulsor riales previos, cobraría importancia para su sig-
del sitio UbuWeb, archivo de textos, audios y vi- … confrontados con una cantidad sin prece- nificación el contexto en que se re-presentan
deos de artistas de vanguardia. Su “poesía con- dente de textos disponibles, el problema es que estos “artefactos” textuales. Aquello que para
ceptual” incluye obras como el registro de todo ya no es necesario escribir más; en cambio, te- un estenógrafo es su trabajo, por ejemplo, pa-
lo que dijo en una semana (Soliloquy) o de to- nemos que aprender a manejar la vasta canti- ra un “escritor no-creativo –aquel que encuen-
dos sus movimientos en un lapso de 13 horas dad ya existente. Cómo atravieso este matorral tra inesperadas riquezas lingüísticas, narrativas
(Fidget), así como la transcripción de pronósti- de información –cómo lo administro, lo anali- y afectivas al ajustar sutilmente el contexto de
cos meteorológicos (The weather) o de una edi- zo, cómo lo organizo y cómo lo distribuyo– es las palabras que no escribió– es arte, y revela
ción completa del New York Times (Day). lo que distingue mi escritura de la tuya [21]. tanto sobre los prejuicios, los pensamientos y
En la Academia también ilumina: dicta sus cla- los procesos de decisión del escritor/copista co-
ses de “escritura no-creativa” en la Universidad En este contexto, Goldsmith nos anuncia que mo lo hacen las formas tradicionales de escritu-
de Pensilvania. Incluso dejó sentir su calor en el a la escritura le ha llegado el momento de en- ra” [298]. A ello se le deberá agregar un análisis
MALBA con una serie de conferencias el año pa- frentarse a su propia versión de lo que la foto- de la materialidad paratextual: en qué papel se
sado. Algunos de los fundamentos de la propues- grafía fue para las artes plásticas hace ya más de presenta, con qué tipografías, etc.
ta de escritura no-creativa son los que esboza en un siglo, las cuales debieron reconfigurarse con Contexto y paratexto entonces podrán ubicar-
el libro publicado recientemente en castellano1. la aparición de una tecnología que permitía re- se en el lugar tradicional del “contenido”: la sig-
plicar mejor la realidad [39/40]. nificación del artefacto recae no en el texto en
El turno de la literatura Esta reconfiguración encontraría su procedi- sí, sino en las formas de manipulación –ya sean
Presentada en contraposición a las asignatu- miento en el uso de fuentes preexistentes en una voluntarias o no reflexionadas, pero emergen-
ras de “escritura creativa” que proliferan en las nueva matriz. Puede ser desde unir palabras de tes– del artista.
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Marzo | 47

Una novedad longeva libro, Capital, pretende ser la reescritura de la


No es ocioso plantearse la posibilidad de que obra sobre los pasajes de Benjamin, ahora si-
nuevos medios produzcan nuevas formas de re- tuada en New York; solo que los documentos
lacionarnos con la escritura. Es probable que allí reunidos desconocen que lo que ahora co-
solo a largo plazo podamos evaluar la radicali- nocemos publicado como Libro de los pasajes
dad de transformaciones: si, por ejemplo, supo- eran archivos para futuros trabajos, y que entre
nen un cambio tan profundo como la aparición ellos, a diferencia de lo que hace Goldsmith,
de la imprenta o la reproducción de imágenes incluyen acotaciones de la abundante escritu-
mediante el registro mecánico de la luz, que ra del pensador alemán.
dieron pie a nuevos géneros artísticos y a una Goldsmith no parece haber prestado sufi-
reconceptualización de nuestras formas de per- ciente atención a que uno de los ejes de este
cepción y prácticas cotidianas. Pero los inten- trabajo de Benjamin era mostrar cómo el fe-
tos de Goldsmith se parecen más al hilvanado tichismo de la sociedad moderna consiste en
de ideas planteadas por el arte moderno con- presentar como nuevo y brillante (como las
vertidas en lugares comunes. tapas doradas de su Capital) lo que es “siem-
Así se reiteran en su libro problemas ya clási- pre-igual-a-sí-mismo”, la mercancía3.
cos planteados por distintas corrientes del ar-
te del siglo XX: los “ready-made” de Duchamp El tiro por la culata
o los “artefactos” de Warhol que cuestionarían El libro no se priva de apelar a lo “post”:
la originalidad, el situacionismo que construiría dibuja un panorama contemporáneo de es-
nuevos contextos para viejos elementos, la ex- critura post-identitaria, donde habrían que-
perimentación con “la música” que nos rodea dado atrás nociones como las de autenticidad
de John Cage, en suma, expresiones vanguardis- “unificada y coherente” junto con las identida-
tas que suelen agruparse –sin tener en cuenta des culturales, nacionales o sociales, dando pa- por ejemplo, practica hace más de un siglo. Los
sus profundas diferencias políticas, históricas y so a atribuciones identitarias en términos de escándalos, enmarcados en la máxima de que
filosóficas– con la etiqueta de “arte conceptual”, consumo, de sujetos definidos por los objetos no habría algo como la “mala publicidad” –no
que toma también para definición de su poe- que posee y lo poseen [131-9]. por nada Goldsmith reivindica su formación
sía: “Mis libros son aburridísimos y leerlos se- Pero el análisis apenas crítico de las subjetivida- como publicista–, son parte de esa lógica. Pro-
ría una experiencia espantosa. No se trata de des contemporáneas y la insistencia en los con- mocionar el uso de materiales que circularían
leer, sino de pensar en cosas acerca de las que textos no parecen funcionar para dar cuenta de en la red al alcance de todos no está al servi-
jamás pensamos. La medida del éxito de un li- su propia práctica poética: en un país donde la cio, como lo era en numerosas experiencias de
bro así es la cantidad de debate que genera. Y sí cuestión negra está hace unos años a flor de piel, vanguardia, de eliminar la diferencia estableci-
que se han escrito reseñas, se comentan en los pocos días después de que se retiraran los cargos da entre arte y vida en el capitalismo o del cues-
blogs, y se incluyen en los programas de cur- contra el policía que disparara a quemarropa con- tionamiento de qué materiales son aptos o no
sos universitarios”2. Así, si algunas referencias tra Michael Brown, Goldsmith leyó en una confe- para reconfigurarse artísticamente según los cá-
de Goldsmith suenan al descubrimiento actual rencia universitaria fragmentos reordenados de la nones estéticos tradicionales; la reivindicación
de la rueda, otras se parecen sospechosamente autopsia del joven asesinado. Ante las extendidas provocativa del plagio ‘más bien el uso explícito
a simples malas lecturas. acusaciones que recibió por lo que fue conside- de materiales de otros, que el plagio justamen-
El Pierre Menard de Borges –y la reflexión so- rado una expresión de los estereotipos habitua- te ocultaría’, no pretende poner en cuestión, por
bre la relación entre experiencia y escritura que les sobre la comunidad negra, Goldsmith primero ejemplo, el régimen de “propiedad intelectual”
abre–, por ejemplo, se presenta como un escri- pidió que no se difundiera el video de la activi- que usufructúa la industria cultural y que legis-
tor que tuvo la suerte de escribir casualmente el dad, aunque terminó considerándose atacado en la el Estado en su favor y no el de los artistas4;
mismo texto que Cervantes solo que a destiem- su libertad de expresión. Pero aun concediendo a lo que buscan es resaltar un “gesto”, un estereo-
po [164], y no como la trabajosa voluntad de Goldsmith otra intencionalidad –poner en el ta- tipo de la figura del artista de vanguardia, como
quien se propone: “seguir siendo Pierre Menard pete un tema que lo preocupa, como lo defendie- una publicidad nos vende un gesto feliz al usar
y llegar al Quijote, a través de las experiencias de ron algunos–, cabría preguntársele en sus propios el último modelo de celular.
Pierre Menard”. Su manifiesta intención de se- términos: ¿acaso la escritura no-creativa no reve-
guir la línea de los trabajos de Walter Benjamin laba “los prejuicios, los pensamientos y los proce-
sobre la reproductibilidad técnica o su Libro de sos de decisión del escritor”?
los pasajes [167], olvida la estrecha relación de A pesar de lo propuesto en el libro, Goldsmith
estas reflexiones con el estatuto de la autonomía concluye que las escrituras no-creativas no pue-
del arte en la sociedad capitalista y los cambios den eliminar la expresividad de un sujeto par- 1. Bs. As., La Caja Negra, 2015. Las referencias a las
producidos en la percepción de la vida moderna ticular [33]. Más bien se parecen ejercicios de páginas de esta edición se harán entre corchetes al fi-
de la mano del fetichismo de la mercancía, a los abstinencia creativa para cosechar luego mejo- nal de la cita.
que pretende cuestionar –como olvida también res frutos. Pero como estas escrituras no son pa- 2. Entrevista en El País, “La vanguardia vive en inter-
que muchos de los ejemplos de las vanguardias ra ser leídas, lo que nos ofrecen entonces parece net”, 15/02/2014.
que festeja fueron planteados como críticas de ser la figura misma del artista como obra, un re- 3. Ver al respecto “Cita en un pasaje parisino”, en IdZ 20.
la sociedad capitalista–. De hecho su reciente curso que la industria cultural de Hollywood, 4. Ver al respecto “Con amigos así”, en IdZ 17.

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