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Ángeles del abismo

de Enrique Serna
Ricardo Muñoz Munguía

Hace tiempo que Enrique Serna se ha ido laberintos del alma de sus creaturas. Serna
haciendo cada vez más necesario para la tiene el ojo crítico suficiente para observar
literatura mexicana. Se trata de un autor los laberintos de su historia.
que ha logrado alejarse en todo momento Suele ocurrir que cuando los escritores
de la crónica fácil, del costumbrismo ram- abordan temas de índole histórica no lo-
plón, de las intrigas clasificadas. Tras la gran aportar suficiente intensidad a la
publicación de su espléndida obra sobre narración y, por temor a desvirtuar los he-
Santa Anna titulada El seductor de la patria chos, terminan cayendo en la solemnidad
—a la que Seymour Menton no ha dudado de una erudición excesiva. Serna ha logrado
en calificar como una de las mejores nove- evadir este realismo puntilloso y estéril al
las históricas de la literatura mexicana— recrear libremente a sus personajes y al con-
ahora nos entrega Ángeles del abismo, una centrarse en lo que Stendhal llamara los
de sus novelas más ambiciosas. “divinos detalles”, de modo que al leer Án -
Ambientada en el siglo XVII, la novela geles del abismo el lector tiene entre sus
cuenta la historia de amor y desventura de manos un libro ameno, inteligente y sobre
Crisanta Cruz —una joven castiza y actriz, todo dive rtido: una verdadera fiesta de im-
que finge tener contacto con Dios a través posturas, un banquete del barroco. El autor
de arrobamientos y trances— y Tlacotzin, afirma en las conclusiones a su libro que
un indio que vive atrapado entre el catoli- su proyecto inicial era “narrar la vida de
cismo imperante y la poderosa fe de sus Teresa Romero con apego a la informa-
antepasados indígenas. Tanto Cr i s a n t a ción disponible. Desde el primer e s b o zo
como Tlacotzin son rebeldes e insurre c t o s : se ganara la confianza de las familias adine- de la novela me concedí todas las libertades
conciencias insobornables que fingen lo radas en el siglo XVII y cuyo caso fuera uno de la ficción, empezando por rebautizar a
que no son con tal de obtener dinero y auto- de los más sonados de aquel tiempo. su heroína”.
nomía. Crisanta se hace pasar por una beata En la novela se despliegan las virtudes Ángeles del abismo confirma a Enrique
iluminada y Tlacotzin hace lo suyo con los de un narrador con un sólido oficio. Las Serna como uno de los novelistas más sóli-
clérigos al hacerles creer que ha abando- piezas encajan en la historia de manera dos de la literatura mexicana del siglo que
nado la religión de sus ancestros y se ha precisa. El autor nunca se olvida de dotar comienza.
convertido al catolicismo. a sus personajes de fuerza suficiente para
El autor toma como pretexto el pro c e s o atravesar sus infortunios, y privilegia la
inquisitorial contra Teresa Romero, tam- fluidez del lenguaje así como el tono iróni-
bién conocida como la “falsa Te resa de co y provocador. Cuando se lo propone Enrique Serna, Ángeles del abismo, Joaquín Mo rtiz, México,
Jesús”, quien gracias a sus éxtasis fingidos puede recurrir a los excesos e intrincados 2005, 538 pp.

Las piezas encajan en la historia de manera precisa.


El autor nunca se olvida de dotar a sus personajes de
fuerza suficiente para atravesar sus infortunios.
100 | REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO

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