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"AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL"

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

TEMA : EL CONTROL CONSTITUCIONAL COMO MECANISMO DE DEFENSA


DE LA SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL

CURSO : DERECHO CONSTITUCIONAL

DOCENTE : FIORELLA VALERO

SEMESTRE ACADEMICO: 2018-II

CICLO : III

ALUMNA:

 VILLAFUERTE RAYME, SOLEDAD

PERU- AYACUCHO

2018
CONTENIDO

I.- INTRODUCCION

II. SISTEMAS-MODELO DE CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD

III. CONTROL CONCENTRADO

IV. CONTROL DIFUSO

V. CONTROL LEGISLATIVO

VI. CONCLUSIÓN

VII. BIBLIOGRAFIA
EL CONTROL CONSTITUCIONAL COMO MECANISMO DE DEFENSA DE LA SUPREMACÍA
CONSTITUCIONAL

I. Introducción

Perú es un país que se ha caracterizado por la poca duración de sus textos constitucionales
desde los inicios de vida republicana, lo cual se ve reflejado en la cantidad Constituciones a
lo largo de su historia. Son el total once las Constituciones que han existido a lo largo del
devenir político y jurídico en la historia peruana, siendo la de 1993 la que está vigente en la
actualidad. Este número de Constituciones nos hace reflexionar acerca de nuestra propia
cultura constitucional ya que sustituir una carta fundamental por otra supone inestabilidad
e inseguridad. Ciertamente esto se debió, en parte, a que las constituciones políticas de
años atrás sirvieron como marco político en lugar de uno jurídico, considerando más
importante las leyes dadas por el poder legislativo y las normas con rango de ley del
ejecutivo que lo contenido en el propio texto constitucional. Todo esto cambió a lo largo de
los últimos años en donde la Constitución Política pasó de ser un simple referente “político”
a ser una “norma jurídica” en sí misma, esto es, que su observancia, cumplimiento y respeto
es vital para un Estado Constitucional de Derecho. Es así que lo dispuesto por la Constitución
empezó a jugar un rol determinante en el control político y jurídico de la Nación.

El presente artículo tiene como objetivo brindar una aproximación a los diversos controles
de constitucionalidad contenidos en el vigente texto constitucional peruano. En esta
ocasión, nos centraremos en el control relativo a la defensa del principio de supremacía
constitucional respecto de las demás normas que conforman el sistema jurídico peruano. A
manera de sinopsis, abordaremos lo referido a los sistemas de control de constitucionalidad
existentes. Luego, explicaremos los sistemas de control contenidos en la Constitución
Política peruana. Por último, tocaremos un tipo de control no muy usado pero que
constituye una herramienta de control más nos que ofrece el sistema jurídico peruano.
II. Sistemas-modelo de control de la constitucionalidad

Podemos señalar que existen, a nivel mundial, dos grandes sistema de control constitucional,
entre ellos: el europeo o de Justicia Constitucional concentrada, generalizado a partir de la
constitución austríaca de 1920 y de la obra de Hans Kelsen, en el que un órgano autónomo
especializado y constitucionalmente designado para ello tiene la potestad de revisar la
constitucionalidad de las normas legales y los actos de poder, estableciendo al respecto,
declaraciones generales ERGA OMNES de plenos efectos derogatorios. El segundo sistema es el
americano o de control difuso (también denominado de la Judicial Review), permite que sea el
mismo órgano jurisdiccional ordinario el que desarrolle la función de control de la
constitucionalidad inaplicando una norma que contraviene la constitución para el caso en
concreto, manteniendo la norma en cuestión en el ordenamiento.

Podemos observar que el primer sistema nos ofrece un control más efectivo a efectos que la
norma cuestionada puede ser retirada del ordenamiento jurídico previa pronunciación del órgano
colegiado respectivo, teniendo efectos generales. En cambio, el segundo sistema nos ofrece una
forma de control distinta ya que cabe la posibilidad de inaplicarse una norma de inferior nivel
alegándose su inconstitucionalidad para el caso en concreto, es decir, en la causa vista por el juez
y sólo para ella, siendo los efectos vinculantes sólo para las partes

Es así que el ordenamiento jurídico peruano en materia de control constitucional nos ofrece un
sistema dual o mixto debido a que ambas formas han sido recogidas. En materia de control
concentrado tenemos al Tribunal Constitucional que es un órgano colegiado reconocido
constitucionalmente, encargado de analizar la constitucionalidad de las diversas normas legales.
Por otro lado, tenemos también al control difuso el cual es ejercido tanto por los órganos judiciales
como los administrativos.

III. Control concentrado

El texto constitucional peruano establece en su artículo 201 que el Tribunal Constitucional es el


órgano de control de control de la constitución, siendo considerado -en la práctica- como el
máximo intérprete de la misma debido a la intensa labor que viene desarrollando en la actualidad
dirimiendo controversias en las cuales estén en juegos derechos fundamentales o
pronunciándose sobre la constitucionalidad de normas legales de inferior rango como leyes
ordinarias, decretos legislativos, decretos, reglamentos, entre otros.

Es así que su labor se ve precisada en el artículo siguiente donde se contempla que resuelve en
instancia única la acción de inconstitucionalidad, función que nos importa en el presente caso.
Debido a que la acción de inconstitucionalidad implica cuestionar seriamente la constitucionalidad
de una norma legal y su consecuente retiro del ordenamiento jurídico, la facultad para iniciar la
mencionada acción está limitada por la propia Constitución, es decir, sólo podrán hacerlo los
facultados por la Carta misma. El Tribunal no actúa de oficio a manera de vigilante de la
constitucionalidad, sólo actúa cuando los órganos y sujetos expresamente indicados en el artículo
203 de la Constitución inician un proceso ante este órgano colegiado.

El Tribunal Constitucional emite una sentencia, la cual no tiene efectos retroactivos, lo cual supone
que los efectos generados por la norma son válidos en el período de tiempo que estuvo vigente,
desde su publicación hasta la sentencia que declara su inconstitucionalidad. Dicha sentencia es
publicada en el Diario Oficial de la nación (en este caso el diario El Peruano), haciendo que la
norma quede sin efecto al día siguiente de la publicación. La excepción a la irretroactividad de las
sentencias del Tribunal Constitucional es lo referido a la materia tributaria. Según lo dispuesto por
el artículo 74 de la Carta fundamental, no surten efectos las normas tributarias dictadas en
violación de lo que establece dicho artículo. De esta manera, de acuerdo al artículo 81 del Código
Procesal Constitucional: “cuando se declare la inconstitucionalidad de normas tributarias por
violación del Artículo 74 de la Constitución, el Tribunal debe determinar de manera expresa en la
sentencia los efectos de su decisión en el tiempo. Asimismo, resuelve lo pertinente respecto de
las situaciones jurídicas producidas mientras estuvo en vigencia”. Es así que en materia tributaria,
de declararse la inconstitucionalidad de una norma, la retroactividad surge como una posibilidad.

De acuerdo a lo expresado, podemos concluir que el control concentrado está reconocido y


regulado por la misma Constitución Política del Perú. Adicionalmente, en el año 2004 se dictó una
ley que significó una codificación a las normas destinadas a iniciar procesos ante el Tribunal
Constitucional. La Ley 28237 o Código Procesal Constitucional contiene todo lo referente al
aspecto procesal (competencia, legitimidad, prescripción, etc.) de la justicia constitucional
concentrada en materia de garantías constitucionales, tanto las referidas a la defensa de los
derechos fundamentales como a la defensa del principio de supremacía constitucional.
IV. Control difuso
El texto constitucional peruano reconoce en su artículo 138 la segunda forma de control
constitucional, donde se señala que: “En todo proceso, de existir incompatibilidad entre una
norma constitucional y una norma legal, los jueces prefieren la primera. Igualmente, prefieren la
norma legal sobre toda otra norma de rango inferior”.
A diferencia del anterior sistema, este nos ofrece más acceso a la justicia constitucional debido a
que un ciudadano no estaría limitado por el artículo 203 de la Constitución. En este sentido, si un
particular inicia un proceso judicial y considera que una norma contraviene lo dispuesto en la
constitución, podrá solicitar que se inaplique la norma. De igual forma, el juez puede optar por
inaplicarla sin la solicitud de alguna de las partes, lo cual quiere decir que el control difuso en sede
judicial es a pedido de parte o de oficio.

El control difuso en sede judicial tiene su propio procedimiento debido a que las sentencias
expedidas por los jueces pueden ser elevadas en consulta para su respectiva observación ante la
Sala Constitucional y Social de la Corte Suprema para que se pronuncie sobre el tema. Todo esto
se encuentra contenido en la Ley Orgánica del Poder Judicial.

Adicionalmente al control difuso en sede judicial, podría hablarse de control difuso en sede
administrativa de acuerdo a lo que dispuso el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en
el expediente No 3741-2004-AA/TC, que constituye un precedente de observancia obligatoria.

En esta sentencia, el Tribunal constitucional establece que si bien es cierto que la Administración
Pública está sometida al principio de legalidad, ésta tiene la facultad y el deber de preferir la
Constitución e inaplicar una disposición infraconstitucional que la vulnera manifiestamente. En
este sentido, el ejercicio del control administrativo difuso se realiza a pedido de parte y de oficio
cuando se trate de la aplicación de una disposición que vaya en contra de la interpretación que
de ella haya realizado el propio Tribunal Constitucional.

El argumento ofrecido por el Tribunal Constitucional para sustentar la aplicación del control difuso
en sede administrativa (Tribunales administrativos u órganos colegiados que dirimen
controversias) se basa en la redacción del artículo 138 del texto constitucional. Dado que no existe
una prohibición explícita ni otra norma que disponga lo contrario, es razonable reconocer esta
facultad a la Administración Pública cuando ejerce función jurisdiccional dentro de su propio
ámbito. Dicha interpretación contribuye también a que el Tribunal Constitucional pueda también
hacer uso del control difuso cuando resuelve en última instancia procesos constitucionales
(Hábeas Corpus, amparo, entre otros).

Podemos concluir que el control difuso en el Perú, al igual que el control concentrado, está
reconocido en la Constitución Política. Dado que su reconocimiento no establece prohibición
alguna, el Tribunal Constitucional, como máximo intérprete de la Constitución, estableció en el
año 2006 que la Administración Pública tiene el deber de observar y cumplir lo dispuesto en la
Carta Magna. De esta forma, se reconoce también la aplicación del control difuso en sede
administrativa.

V. Control legislativo
Este tipo de control de la constitucionalidad es distinto a los comentados anteriormente.
Ciertamente, este tipo constituye más un procedimiento o formalismo vinculado a la dación de
normas legales que a un tipo diseñado específicamente para analizar la constitucionalidad de una
norma.

Este procedimiento de control está recogido en los artículos 90 y 91 del Reglamento del Congreso
de la República donde se contemplan procedimientos de control sobre la legislación delegada
(cuando se trata de decretos legislativos) y sobre decretos de urgencia respectivamente.

Como bien sabemos, los decretos legislativos son una forma distinta de dictarse normas con rango
de ley. Lo característico de esta forma es que el propio Congreso de la República dicta una ley
autoritativa en donde establece un marco de delegación de facultades para el Poder Ejecutivo. Es
con dichas facultades determinadas por ley, que el Ejecutivo puede dictar normas con fuerza de
ley sobre materias que competen exclusivamente al Congreso de la República. De igual forma, la
constitución reconoce en su artículo 118 inciso 19 que es facultad del Presidente de la República
el dictar medidas extraordinarias, mediante Decretos de Urgencia (los cuales tienen fuerza de ley),
en materia económica y financiera cuando así lo requiera el interés nacional.

Ambas formas de dictar normas están subordinadas a que se dé cuenta al Congreso de la


República para su evaluación. Una vez realizado el informe por parte del Ejecutivo, éste es
evaluado por la Comisión de Constitución y Reglamento, la cual emitirá un dictamen o un informe
al pleno sobre la constitucionalidad de los mencionados decretos, sugiriendo su derogación o
modificación por el Congreso de la República.

Ciertamente, y a manera de comentario adicional, este tipo de control procedimental no es del


todo efectivo debido -en gran parte- al sistema de gobierno peruano y al parlamento mismo.
Como bien sabemos, son tres los sistemas de gobierno reconocidos en el Derecho Comparado: el
régimen presidencial, el parlamentario y el semipresidencial. Cada uno de ellos tiene sus
especiales características, encuentra su origen y funciona en determinadas realidades. En el Perú,
si bien rige un régimen presidencialista, este esta marcado de figuras propias de el régimen
parlamentarista, llegando a la conclusión que nuestro régimen es uno presidencial con rasgos de
parlamentarismo. A esto debemos añadir que nuestra la historia peruana enseña que el
caudillismo y el militarismo han marcado profundamente la cultura política peruana. En este
sentido, si bien existen instituciones como los ministros, el voto de confianza, voto de censura,
refrendo ministerial, etc., no es un control determinante al poder presidencial. Un ejemplo
sencillo de esto es el refrendo presidencial ya que la oposición de un ministro no significa que el
presidente vea impedido su actuar pues puede destituir al ministro de turno y sustituirlo por uno
que comparta su visión política.

En resumen, el presidente de la República –en el Perú- tiene mucho poder, sumado a esto, está el
hecho de ser líder político de su partido. Otro ejemplo sencillo que contribuye a esto es la propia
Constitución Política vigente, debido a que en su capítulo IV donde regula lo respectivo al Poder
Ejecutivo, desarrollado en su articulado lo referido “sólo” al Presidente de la República.

Otro hecho importante es que en tiempos de elecciones, los partidos políticos buscan ganar
escaños a efectos de ser mayoría en el Congreso. Supongamos que el partido político del
Presidente elegido gana una gran cantidad de escaños, esto significará que el Presidente tendrá
un respaldo en el Congreso ya que sus colegas del partido apoyarán su visión política mediante la
delegación de facultades. Cabe la posibilidad que el panorama sea contradictorio y que el partido
no gane muchos escaños, de igual forma se buscará tener alianzas parlamentarias con el objetivo
de apoyar al Presidente.

Estadísticamente, se sabe que el Poder Ejecutivo es el que más legisla en el Perú, curiosamente
esto se da mediante Decretos Legislativos y Decretos de Urgencia. El monopolio legislativo del
Congreso ha dejado de ser tal, pasando a desempeñar una función de control en lugar de una
legislativa. Empero, teniendo en cuenta todo lo mencionado, no es posible hablar de un control
en todo el sentido de la palabra debido al enorme poder político que posee el Presidente de la
República. Hablar de control parlamentario o legislativo es utópico puesto que si se cuenta con el
apoyo de muchos congresistas, el mencionado control no prosperará. Sin embargo, jurídicamente
hablando, esto constituye una herramienta de control de la constitucionalidad más recogida en
nuestro ordenamiento, es una salida más plasmada en nuestras normas.

Determinar su efectividad, depende en el fondo, de la situación política que viva el país.

VI. Conclusión

Podemos señalar que en materia de control constitucional en Perú el ordenamiento jurídico


peruano nos ofrece tres formas bien definidas, cada una con sus ventajas y desventajas pero que,
en definitiva, buscan defender la supremacía de la Constitución frente a posibles normas que
contravengan lo dispuesto por ella sea por la forma o por el fondo.

El ordenamiento peruano combina extraordinariamente los dos sistemas más importantes del
mundo occidental contemporáneo. Sumado a esto, se encuentra otra herramienta jurídica que
en el fondo es más un procedimiento regular y obligatorio que un sistema bien definido. De igual
forma cumple una función similar a los sistemas comprendidos en la Constitución.

En conclusión, podemos afirmar que el sistema de justicia constitucional o de control de la


constitucionalidad es uno de los más perfectos posibles. No obstante, esta afirmación se
circunscribe a nuestra realidad debido a que funciona y es efectivo en nuestra realidad jurídica.
BIBLIOGRAFÍA:

1. GASCÓN ABELLÁN, MARINA. El papel del juez en el Estado de Derecho. En: La


Argumentación en el Derecho. Algunas cuestiones fundamentales. Palestra Editores.
Lima-Perú. Páginas: 21-26

2. QUIROGA LEÓN, ANÍBAL. Una aproximación a la justicia constitucional. En: Sobre la


Jurisdicción Constitucional. Fondo Editorial de Pontificia Universidad Católica del
Perú. Lima Perú. Páginas 151-187

3. Artículo 201 de la Constitución Política del Perú 1993: “El Tribunal Constitucional es
el órgano de control de la Constitución. Es autónomo e independiente. Se compone
de siete miembros elegidos por cinco años.

4. http://blog.pucp.edu.pe/blog/ariojabermudez/2013/03/22/control-
deconstitucionalidad-en-peru/

5. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1976003.pdf

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