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¡Cuidado!

Enfermedades que provoca el estrés


Se ha dicho que el estrés es una de las enfermedades más importantes de los últimos años. Y en efecto, así

parece ser. El estrés puede provocar o desencadenar distintos padecimientos que afectan

sensiblemente nuestra salud. Por lo tanto, es muy importante estar al pendiente de este tema. En muchas

ocasiones, el estrés puede estar detrás de mucho problemas de salud, incluso sin saber cuál es su causa. Es

así que a continuación te presentamos algunas enfermedades que provoca el estrés.

Presión arterial alta


Una de las enfermedades o padecimientos más comunes asociadas al estrés es la hipertensión o

presión arterial alta. Evidentemente, el estrés tiene una incidencia directa en los infartos al corazón y otros

problemas cardiacos.

Problemas de la piel
Igualmente, el estrés parece tener un efecto negativo en nuestra piel ya que ocasiona descamaciones,

pigmentaciones, escozor, resequedad y picazón. En casos más graves también se puede presentar acné,

caída del cabello, sudoración excesiva, uñas quebradizas y urticaria.

Trastornos menstruales
Algunas mujeres pueden experimentar trastornos menstruales e incluso problemas hormonales por

culpa del estrés. En casos graves, las afecciones pueden ser tales que causan amenorrea o ausencia del

periodo menstrual. También esterilidad e infertilidad. Esto se debe a que las glándulas sexuales se producen

en el mismo sitio que el estrés, es decir el hipotálamo.

Problemas digestivos
Los problemas digestivos son otros de los males que puede causar el estrés. En este caso hablamos de

colón irritable, gastritis, nauseas, cólicos, diarreas, inflamación, dolor estomacal, etc. Una de las señales más

comunes para sospechar de que estos padecimientos son causados por estrés es que su aparición se da

esporádicamente, sin ningún motivo aparente.

Enfermedades y padecimientos piscológicos


Algunas de las afecciones más comunes y peligrosas causadas por el estrés son los padecimientos o

trastornos mentales. Al respecto podemos mencionar a la depresión, la ansiedad, los ataques de pánico y la

neurosis. Sin duda, el estrés tiene un efecto importante sobre nuestra salud mental.
Enfermedades virales
Al tener diversos efectos negativos en nuestro organismo, el estrés también facilita la aparición de

enfermedades virales o de virus ya que provoca que el sistema inmunológico de nuestro cuerpo, o

defensas, se vean duramente disminuidas, dejando el campo libre para que invadan nuestro cuerpo. Es por

ello que cuando tenemos altos niveles de estrés suframos alguna enfermedad de este tipo.

Trastornos sexuales
Evidentemente, el estrés también está asociado a padecimientos, problemas o trastornos sexuales de

diverso tipo. Sin embargo, lo más común entre los hombres es la eyaculación precoz y, sobre todo, la

impotencia. En el caso de las mujeres se pueden llegar a presentar cuadros de anorgasmia o de una

disminución del deseo sexual.

Migrañas y dolores de cabeza


Finalmente, otros problemas muy comunes que suelen ser desencadenados por el estrés son

las migrañas y los dolores de cabeza, sobre todo cuando se vuelven recurrentes en una época. Al elevar la

presión arterial, el estrés afecta directamente a nuestro cerebro, ocasionando dolores de cabeza de distintas

intensidades. De hecho, el estrés también puede afectar ciertos sentidos como el olfato, el gusto,

inhibiéndolos, e incluso dañar la vista.

Existen enfermedades causadas por el estrés debido a las respuestas emocionales, fisiológicas y
endocrinas que se dan en el organismo. Estas respuestas pueden tener efectos negativos en nuestra
salud, tanto mental como física.

De manera breve podría definirse el estrés como un estado físico y mental en el que entramos como
respuesta a acontecimientos estresantes. Las respuestas ante el estrés no son solo conductuales,
aunque ésta sea la única respuesta que directamente observable.

Las respuestas fisiológicas y endocrinas van encaminadas al aumento de la energía del individuo para
que éste pueda responder al estímulo de una manera rápida y eficaz.

Para ello se activa nuestro sistema nervioso autónomo (se tensan los músculos, aumenta nuestra
presión sanguínea, sudamos, aumenta el tamaño de nuestra pupila…), activa nuestro sistema
inmunológico y nuestro sistema endocrino segrega epinefrina, norepinefrina y esteroides.

La activación de nuestro sistema inmunológico se produce para evitar que suframos alguna infección
mientras respondemos ante el estímulo estresor, pero si este estímulo perdura en el tiempo el sistema
inmunológico cae y nos deja expuesto ante las infecciones. Por ello es tan usual resfriarse justo
después de un periodo de exámenes.
La epinefrina se encarga de liberar los nutrientes almacenados y la norepinefrina aumenta la presión
sanguínea para que estos nutrientes lleguen a los músculos y aumenten su activación.

La norepinefrina además funciona como un neurotransmisor en el cerebro y media las respuestas


emocionales ante estímulos aversivos.

El cortisol, una hormona esteroide secretada en situaciones estresantes, se encarga de convertir los
glucocorticoides en glucosa para que ésta pueda ser utilizada por el organismo, además aumenta el
flujo sanguíneo, y estimula las respuestas conductuales.

También tiene efectos negativos como disminuir la sensibilidad de los órganos reproductores ante las
hormonas reproductoras (concretamente la hormona luteinizante), lo cual disminuye el apetito sexual.

La vivencia de situaciones estresantes a largo plazo provoca daños cerebrales debidos principalmente
a la exposición de glucocorticoides.

Entre los daños cerebrales destaca la destrucción de las neuronas del hipocampo que causa problemas
de aprendizaje y memoria. También se ha comprobado que la amígdala sufre daños, lo cual hace que
la persona identifique una situación nueva como estresante.

Además, el estrés provoca un fenómeno denominado aprendizaje diabólico, este fenómeno se da


cuando se sufre un síntoma durante un largo periodo de tiempo, en este caso el estrés, y se crea un
circuito autodestructivo.

Digamos que las modificaciones de ciertos circuitos cerebrales hacen que se den respuestas
estresantes ante cualquier tipo de situación, lo cual hace que la persona sufra más estrés, vuelve a
modificar su circuito y dan respuestas estresantes cada vez más intensas. Este fenómeno puede
causar irritabilidad, cambios de humor y un aumento de la agresividad.

Los efectos que tenga el estrés sobre nuestra salud depende tanto de variables internas, es decir, las
asociadas al individuo, como externas, las asociadas al contexto.

En los cuadros siguientes pueden observarse algunas de las variables más estudiadas en cuanto a su
relación con el estrés:

Un acontecimiento vital por sí mismo no genera un trastorno, hay que tener en cuenta la
vulnerabilidad o resistencia biológica del individuo y las características del estresor y el contexto.

Las personas más resistentes al estrés suelen tener una predisposición genética que les hace
resilientes, es decir, les hace superar eventos estresantes negativos, tienen un temperamento
calmado, perciben que tienen el control de la situación, sienten que son eficaces, tienen una
autoestima alta y están bien integrados socialmente.
También existen variables externas que hacen que el evento se perciba como menos estresante como
pertenecer a sociedades comunitarias donde sea normal apoyarse en las personas del entorno para
superar eventos estresantes, tener buenas relaciones con los familiares (sin que éstos lleguen a ser
sobreprotectores), que el evento estresante no ocurra durante la infancia y, por supuesto, que los
estresores sean de baja intensidad y no ocurran de manera prolongada.

Además, el modo en el que aparecen los eventos estresantes condiciona el tipo de trastorno que se
puede desarrollar. Las situaciones estresantes de gran intensidad pero que pasan rápido son igual de
perjudiciales que las que perduran a lo largo del tiempo pero son de nivel moderado, sin embargo las
formas agudas del estrés suelen estar vinculadas a los síntomas de ansiedad mientras que las crónicas
predisponen los síntomas depresivos.

Trastornos físicos relacionados con el estrés


La exposición a situaciones estresantes durante un largo periodo de tiempo puede provocar o
intensificar los trastornos físicos descritos a continuación.

 Enfermedades coronarias. Estas enfermedades pueden darse por el aumento de presión


sanguínea provocado por la secreción de norepinefrina y cortisol. Entre estas
enfermedades se encuentra la hipertensión, las taquicardias e incluso el aumento de
probabilidad de sufrir un ataque cardíaco, una embolia o un infarto cerebral.
 Trastornos dermatológicos. Los desajustes hormonales y endocrinos provocados por el
estrés pueden causar problemas como el acné (por el exceso de secreción sebácea), la
alopecia, manchas, eccemas, sequedad, sudoración excesiva, debilidad en las uñas…
 Trastornos endocrinos. La hiperfunción del sistema endocrino puede acabar causando
diabetes de tipo II (producida por el aumento sistemático de glucosa en la sangre) y, en
los casos más graves, pueden acabar llevando a la persona a la obesidad.
 Trastornos gastrointestinales. El aumento de las secreciones de jugos gástricos puede
provocar úlceras en el estómago, problemas digestivos, náuseas, diarreas, dolor abdominal
e incluso un trastorno denominado síndrome del colón/intestino irritable que explicaré más
adelante.
 Trastornos respiratorios. El estrés sostenido hace que tengamos una mayor probabilidad
de sufrir alergias, apnea del sueño (cortes en la respiración mientras se está durmiendo
que disminuyen la calidad del sueño) y asma.
 Problemas musculares y articulatorios. Debido a la continua tensión de los músculos son
frecuentes los dolores de cuello y de espalda, los tirones y las contracturas. Además, esto
causa a su vez problemas articulatorios.
 Dolores de cabeza y migrañas. Al aumentar la presión arterial pueden inflamarse las
meninges (capas que envuelven al cerebro) y esto puede provocar dolor de cabeza y, en
casos más graves, migrañas. Un dato curioso es que el cerebro no tiene receptores del
dolor, por lo tanto, cuando nos duele la cabeza no es porque nos pase nada en el cerebro,
normalmente es debido a la inflamación de las meninges.
 Trastornos inmunológicos. Como he explicado antes, las defensas bajan si la situación
estresante perdura en el tiempo, por lo tanto, es más probable contraer enfermedades
infecciosas.
 Trastornos de los órganos sexuales. Los órganos sexuales pueden deteriorarse debido a
los desajustes hormonales provocados por el estrés. Este deterioro puede provocar
alteraciones de los ciclos menstruales, disminución del apetito sexual, empeorar algunos
trastornos de la conducta sexual (de los que hablaré más adelante) e incluso infertilidad
tanto en hombres como en mujeres.
 Problemas de crecimiento. La altura que alcanzaremos en nuestra adultez viene
predeterminada genéticamente, pero en nuestros genes no hay una cifra exacta si no un
intervalo dentro del cual podrá estar nuestra altura. La altura que alcancemos, dentro de
ese intervalo, depende de factores ambientales y uno de ellos es el estrés. Se ha
comprobado que los adultos que sufrieron estrés durante su infancia no llegan a la altura
máxima de su intervalo.

Influencia del estrés en trastornos psicológicos


Está claro que el estrés empeora algunos trastornos psicológicos, pero ¿por qué ocurre esto?

Según el modelo de diátesis-estrés desarrollado por Zubin y Spring existen componentes genéticos y
adquiridos que nos hacen reaccionar ante el estrés de diferentes maneras.

Esta reacción nos hace más vulnerables o resistentes ante las situaciones desencadenantes de
trastornos psicológicos.

Pongamos el caso de una persona que tiene genes que le predisponen a actuar de forma exagerada
ante situaciones estresantes.

Esta persona no sufre ninguna condición psicopatológica pero un día se divorcia, no consigue manejar
esa situación, y empieza a manifestar síntomas de algún trastorno psicológico.

Posiblemente otra persona, con una genética diferente, hubiera manejado de otra manera la situación
estresante y no hubiera llegado a desarrollar un trastorno psicológico.

Entre los trastornos psicológicos influenciados por el estrés nos encontramos con:

 La depresión. Se ha comprobado que el este trastorno es más frecuente en


 depresión. Se ha comprobado que el este trastorno es más frecuente en las personas que
han sufrido estrés crónico.
 Trastornos de ansiedad. Las personas que sufren mucho estrés en su vida cotidiana tienen
una mayor probabilidad de sufrir trastornos de ansiedad porque se activan demasiado ante
situaciones estresantes por el proceso de aprendizaje diabólico explicado anteriormente.
 El dolor crónico. Algunos estudios han demostrado que el estrés crónico produce
hiperalgesia (sensibilidad excesiva al dolor) en los órganos internos y el sistema
somatosensorial y, por lo tanto, es más probable sufrir dolor crónico.
 Los trastornos de la conducta sexual. Niveles altos de estrés pueden provocar un
trastorno de la conducta sexual denominado Trastorno del Deseo Sexual Hipoactivo. Este
trastorno es más frecuente en mujeres y conlleva la pérdida progresiva del deseo sexual.
 Los trastornos del sueño. Es frecuente que las personas que sufren niveles altos de estrés
desarrollen trastornos del sueño como el insomnio. Además, en un estudio reciente, se ha
demostrado que las maneras que tienen de afrontar el estrés este tipo de personas son poco
eficientes.
 Trastornos de la conducta alimentaria. Uno de los trastornos de la conducta alimentaria
más frecuentes en las personas que sufren estrés es el Trastorno por Atracón. Este trastorno
se caracteriza por los episodios de ingesta compulsiva (atracones), es decir la persona come
una cantidad de comida excesiva durante muy poco tiempo y tiene una sensación de pérdida
de control sobre lo que está haciendo.
 El alzheimer. Hay estudios que demuestran que el estrés produce un envejecimiento
prematuro de áreas claves del cerebro, como el hipotálamo, y, por lo tanto, aumenta las
probabilidades de desarrollar la Enfermedad de Alzheimer.
 Zubin y Spring sugieren que la experiencia de estrés es esencial para la aparición de psicosis
aguda. Estudios recientes han comprobado que esto es así, las experiencias estresantes mal
gestionadas, que causan malestar y ansiedad, pueden generar la aparición de síntomas
psicóticos en individuos con una predisposición genética. Además, si esto individuos han
sufrido una experiencia de trauma infantil, hay bastante probabilidad de que desarrollen la
psicosis.

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