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Elementos para considerar antes de crear una franquicia.

1. La primera pregunta por plantearse es si su negocio es adecuado como objeto de franquicia.


Más allá de tener un buen historial de ventas y una rentabilidad del negocio importante. Y es
que hay varios factores más que hay que plantearse en el primer paso de cómo franquiciar:

1.2 Conozca bien su concepto

El concepto tiene que estar enfocado tanto a los consumidores finales como a los potenciales
franquiciados.

la empresa tiene que ser algo que se puede sistematizar y replicar, no es algo que necesita su
toque personal para tener éxito.

Hágase 2 preguntas. Pregúntese a sí mismo si el concepto vendible, si usted mismo lo compraría. Y


además pregúntese si es clonable o replicable. Si hay posibilidad de que ese mismo concepto
pueda triunfar en otros ámbitos geográficos diferentes.

1.3 Compruebe sus datos financieros.

Como es de esperar, la mayoría de las franquicias que han alcanzado el éxito poseen un negocio
que ya es rentable. Así pues, su objetivo es tratar de replicar ese éxito en otros lugares. De hecho,
es conveniente que antes de empezar a franquiciar hayamos testeado la “clonación del éxito” con
unidades propias en otros lugares.

1.4 Conocer el mercado.

Se debe ser crítico. No confiar a ciegas en el presentimiento de que su negocio es un concepto que
puede funcionar con éxito bajo el modelo de franquicia. Procure obtener información y realizar
estudios de mercado. El objetivo será confirmar que existe una fuerte demanda de los
consumidores más allá de su ciudad de origen y que puede moverse dinámicamente en otros
mercados.

1.5 Prepararse para el cambio.

Convertirse en un franquiciador significa que va a realizar actividades totalmente diferentes de las


que le correspondían como dueño del negocio. De esa forma, dejamos de vender hamburguesas o
realizar tratamientos de depilación. Y pasamos a vender franquicias y ocuparnos del apoyo y
formación a nuestros franquiciados. La cuestión es si se siente cómodo como formador y director
de su producto y servicio más que como gestor de uno o varios establecimientos.

Además, deberemos renunciar a parte del control que hasta ahora hemos tenido sobre la forma
de ejecutar nuestro concepto de negocio. Los franquiciados lo ejecutarán exactamente como
usted les ha enseñado a hacerlo, pero no lo realizará usted directamente. Tampoco estará allí
todos los días para controlarlo a pie de establecimiento.
1.6 Evaluar otras alternativas.

Por supuesto antes de sumergirse en la franquicia, es positivo que desee considerar otras
opciones. Por ejemplo:

Unas expectativas de crecimiento más lentas.

La búsqueda de financiación a través de entidades financieras o de inversión.

Permitir el acceso de nuevos socios al capital.

Todas ellas son otras alternativas que pueden resultar más interesantes para usted. Puede que el
cómo franquiciar no sea tan importante como el ¿debo franquiciar?
¿Quiénes forman parte de una franquicia?

Éstos son los cuatro elementos claves que integran un acuerdo de franquicia:

1. El franquiciante

Es la persona jurídica que cede una marca comercial ya acreditada, así como su técnica de trabajo,
experiencia y conocimientos a cambio de determinadas compensaciones económicas.

2. El franquiciatario

La contraparte, persona física o jurídica que inicia la actividad comercial asociándose a la marca
franquiciada y recibe el fondo de comercio del franquiciante en una zona de exclusividad, así como
su asistencia permanente durante la vigencia del contrato.

3. El contrato

Es el medio. A través de este documento se determina la relación entre franquiciante y


franquiciatario. Esta relación se plasma con dos visiones:

- La autorización del franquiciante al franquiciatario, que le permite ser representado bajo su


razón social y vender sus productos o servicios con un sistema de trabajo concreto y previamente
experimentado a cambio de una remuneración determinada.

- La obligación del franquiciatario de seguir las normas, sistemas y procedimientos del


franquiciante.

4. Know-how

Entendido también como el “Saber Hacer”, es el conjunto de manuales y documentos que


transmiten los conocimientos y experiencias de naturaleza técnica, financiera, comercial o
administrativa, necesarios para reproducir el funcionamiento de la cadena.
Legislación de Franquicias.

Es sumamente importante registrar las marcas que sus dueños desean proteger y mantener en el
país.

Antes la marca era de quien la usaba.

Según el texto de la Ley 35 de 10 de mayo de 1996 reglamentada por el Decreto Ejecutivo N.º 7
de 17 de febrero de 1998:

“El derecho al registro de una marca se adquiere por su uso; mientras que el derecho al uso
exclusivo se adquiere por su registro”.

Esto significa que la persona que estuviera usando en el mercado nacional o internacional la marca
con mayor antigüedad, era quien tenía derecho a solicitar el registro de esa marca, mientras que
el uso exclusivo, que al final es lo que importa, se adquiría única y exclusivamente por su registro.

Esta prelación iba vinculada con la definición de uso que la ley definía como: “la producción,
fabricación, elaboración o confección, de artículos, productos o mercancías, y la prestación de
servicios amparados por tal marca, seguidas de su colocación en el comercio nacional o
internacional”.

Subrayo internacional porque en aquel momento la legislación hacía que los titulares de marcas
en el extranjero no tuvieran la necesidad de registrar su marca en Panamá, ya que si alguien
intentaba realizar un registro de esa marca en Panamá aprovechándose de que la misma no
estaba registrada en nuestro país, esa empresa extranjera sólo tenía que acudir a los Tribunales y
oponerse a este registro mostrando como evidencia su uso y/o registro anterior en cualquier otro
país del mundo, siempre que sean miembros de convenios internacionales a los que Panamá está
adherido.

La territorialidad cambia las reglas


El registro de marcas es ahora territorial. Esto tiene importantes implicaciones para
empresarios, emprendedores y comerciantes que operan en Panamá.
La Ley 61 de 2012, que rige la Propiedad Industrial introdujo cambios importantes y de los
que deberían estar al tanto empresarios, emprendedores y comerciantes que tienen
negocios o que operan en Panamá.
La Ley 61 de 2012 introdujo el concepto de territorialidad, modificándose y redefiniéndose esa
amplia definición de uso: “se entiende por uso de una marca, la colocación en el mercado nacional
de los productos identificados con la marca ya sea que estos hayan sido producidos, fabricados,
elaborados o confeccionados en la República de Panamá o en el extranjero. Se entiende por uso
de una marca de servicio, la prestación de los servicios amparados por dicha marca en el comercio
nacional. También constituirá uso de la marca su empleo en relación con productos destinados a la
exportación a partir del territorio nacional o en relación con servicios brindados en el extranjero
desde el territorio nacional.”

Esta nueva definición de uso se refiere al ámbito Nacional. Debe haber uso de la marca en el
territorio nacional.

Esto quiere decir que, si usted se interesa, por ejemplo, en traer una franquicia extranjera a
Panamá con determinado nombre comercial, pero hay otra persona en el país que ya estaba
utilizando el mismo nombre o uno muy similar al de la franquicia extranjera, la persona que la está
utilizando con mayor antigüedad en el mercado nacional es la que tendría derecho a obtener el
registro de la marca para ofrecer productos o servicios y, por supuesto, su consecuente uso
exclusivo. En términos prácticos, eso supone que, si usted es empresario extranjero y alguien se le
adelantó en el uso de esta marca, tendría que irse a juicio para probar su derecho a utilizarla.

¿Qué efectos tiene el cambio?

Esto obliga a todos los extranjeros a realizar el registro de su marca en Panamá y mantener
políticas de uso para evitar sufrir un proceso de cancelación de marca por falta de uso. Esto,
independientemente que su marca esté registrada en otro país.

Si es comerciante extranjero y pretende incursionar en Panamá con algún producto o la prestación


de algún servicio, tendrá que realizar el registro en nuestro país y asegurarse de mantenerlo hasta
que la comercialización sea posible, a fin de asegurarse de que no tendrá dificultades cuando
desee vender su producto o prestar su servicio.

Sin embargo, este cambio también obliga a los nacionales que estén interesados en realizar
negocios con compañías foráneas a asegurarse de que el registro de marca exista, a fin de que no
sean perjudicados con demandas ante los tribunales o sus negocios no puedan llevarse a cabo por
problemas surgidos de disputas por derechos sobre marcas ya en uso.

Algunos clientes extranjeros se preguntan si al no tener registrada su marca en Panamá, ya sea


porque otro se les ha adelantado, o porque simplemente no han podido o querido hacer el
registro, podría suponer una acción de uso indebido el paso de mercancía por el Canal de Panamá.
Tengo que decirles que la respuesta es sí.
Una vez que la marca se encuentra registrada en Panamá, el titular puede ejercer su derecho de
uso exclusivo presentando un proceso de uso indebido de marca contra quien la está utilizando
“sin su autorización”, razón por la cual es más que importante registrar la marca por su titular
legítimo antes que nadie.

En conclusión, las reglas del juego han cambiado en lo que a Propiedad Intelectual se refiere,
haciendo que el registro de una marca en el territorio nacional sea un requisito imperativo para
una serie de operaciones comerciales. Por lo tanto, mi consejo si es emprendedor, empresario o
inversionista es que se informe sobre estos cambios y valore la opción del registro de su marca en
Panamá. No hacerlo puede poner en riesgo su negocio actual o proyecto futuro.

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