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Jueces 6:11-24

Disposición y fe para servir…

Seguimos en nuestra serie en jueces, intitulada fidelidad al


Señor.
El ultimo sermón introducimos el contexto del pueblo de Dios
que antecede el llamado, el llamamiento del 5º juez Gideon.
Lo que vimos es que el pueblo de Dios seguía en el ciclo de
infidelidad, haciendo lo malo a los ojos del Señor (6:1), porque
andaban cada uno según bien les parecía a sus propios ojos
(21:25), y por eso amargaban la miseria de sus pecados. El
Señor les había entregado en las manos de los madianitas (6:1),
y los madianitas vinieron como langostas (6:5) y saqueaban
todo lo que tenían y destruían todas las cosas. Pero ellos no se
arrepentían porque durante 7 años (6:1), seguían en lo mismo.
Frente la dureza y la infidelidad Dios envía un profeta para
confrontarlos, porque ellos clamaban a Dios por liberación, pero
no porque estaban arrepentidos, sino porque querrían que Dios
solucionaste los problemas que ellos habían generados por causa
de sus pecados.
A pesar de la obra de gracia de Dios en libertarlos de la
esclavitud y de introducirlos en una tierra que mana leche y miel,
ellos eran mal agradecidos, infieles y desobedientes.
¿Te identificas con ellos? ¿No somos así muchas veces?
Pero Dios que es fiel siempre, incondicionalmente fiel, ahora
levantará un libertador, no porque se han arrepentido, sino
porque Él es fiel. La salvación de Dios no viene porque nos
arrepentimos, sino que la salvación de Dios viene porque es un
Dios de gracia: “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros,
en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
(Rom 5:8 LBA)
¿Cuál era el propósito de Dios en levantar un juez y librar Su
pueblo de la opresión que estaban viviendo? Era para que
volvieran a los caminos del Señor y anduvieran en fidelidad para
con Él.
El texto que tenemos por delante en esta mañana nos muestra
como Dios interviene en la historia para rescatar y conducir los
hombres al conocimiento y a la obediencia a Dios.
Lo que había era que la decadencia de la obediencia, de la
fidelidad de este pueblo para con El Dios verdadero seguía y
necesitaba ser corregida. No obedecían a Dios, sino que servían
a ídolos…
En lugar de avanzar en una vida de conocer más a Dios, y de
hacerlo conocido a la medida que avanzaban en las conquistas
en la tierra prometida, ellos copiaban la vida pagana de los
pueblos vecinos y pasaban a adorar a los ídolos de ellos.
No les faltaba instrucción, no les faltaba el cuidado de Dios, lo
que les faltaba era un corazón agradecido, dedicado y obediente
a Dios, para andar de manera fiel para con Dios.
Pero ellos se van acomodando con la vida que tenían, estaban a
gusto en convivir con paganos y copiar su estilo de vida.
Cuando el pueblo de Dios está cómodo con el mundo, cuando las
practicas mundanas no les resulta ser de molestia, cuando los
estatutos del Señor no son atesorados y obedecidos, cuando la
liberación de Dios es olvidada, el pueblo de Dios está viviendo
una vida de infidelidad y no tardará la corrección y disciplina de
Dios.
La iglesia nunca puede estar acomodada con el mundo, a pesar
de estar en el mundo. La iglesia no puede estar satisfecha con
lo que ha alcanzado, sino que debe continuar y perseverar.
La ordenanza de Dios en Su palabra es que debemos ir a todas
las naciones, que debemos predicar el evangelio a toda criatura,
¿cómo podemos nosotros acomodarnos solo con el reunirse y
estar cómodos en nuestra vida religiosa de frecuentadores de
iglesia cuando tenemos una tarea a cumplir?
Esta semana estuve con alguien que me decía que este domingo
cerraban su iglesia, y pondrían un candado en la puerta.
Las personas se van acomodando y acomodando, pasan a ser
indiferentes a los propósitos de Dios y cuando se dan cuenta,
están viviendo en miseria.
El propósito de Dios para ellos era que alcanzaran toda la tierra
prometida, leche y miel, expulsando los vecinos y viviendo de
manera diferente siendo obedientes y fiel al Señor y haciéndole
conocido.
No hay lugar a dudas que una de las características de la
fidelidad al Señor se manifiesta en el servicio a Dios.
El texto de esta mañana vamos a ver como Dios actúa en el
mundo para traer salvación: Dios llama a Gideon, Gideon
presenta excusas a Dios y Dios reafirma Su llamado haciéndole
promesas.
Me gustaría de mirar estas verdades presentes en el texto
desafiándonos en esta mañana a entender que somos llamados
por Dios para servirlo y que no seamos indiferentes al llamado
de Dios, sino más bien que confiados en Sus promesas seamos
obediente, siéndole fiel también en nuestro servicio.

1. Llamado de Dios – 11-12


Lo que encontramos es que tras la reprensión de Dios por medio
del profeta diciendo ustedes me han sido desobediente, Dios en
gracia decide enviarles un libertador a pesar de que no había
arrepentimiento.
Cuando en el v. 11 dice y vino el ángel del Señor, vemos la gracia
y la misericordia de Dios, en seguir buscando a pecadores
infieles para alcanzarlos, transformarlos para que anden en
fidelidad.
El pueblo hacia lo malo a los ojos del Señor, eran desobedientes
(7 años), pero Dios nos les había abandonado, sino que seguía
tratando con ellos, por medio de los madianitas, por medio de
profeta, y ahora por medio de un libertador.
Es interesante aclarar que aquí tenemos una Cristofanía, o sea,
no se trata de un ángel del Señor, sino que se trata del propio
Señor. Es una manifestación de Cristo en el A.T. Hay algunos
elementos que nos ayudan a entender que no es unos de los
ángeles del Señor, sino que es la manifestación de Cristo.
Primero el texto no dice vino un ángel, sino que vino El Ángel.
Segundo que en el v. 14 y 16, el texto dice que este Ángel es
El Señor, tercero en el v. 21-22, El Ángel del Señor acepta la
adoración por medio de las ofrendas presentadas y la reacción
de Gideon fue una conciencia de su pecaminosidad de estar
delante del propio Señor.
Por eso quien llama y comisiona Gideon es El propio Señor
soberano.
Dios es El dueño de nuestras vidas y por eso Él nos salva y nos
ordena a que vivamos una vida de servicio a Él.
Gideon estaba adentro, escondido con miedo de los madianitas.
El Señor viene a Él y le dice El Señor está contigo, valiente
guerrero. Y en el v. 14 dice que Él debería librar al pueblo de las
manos de los madianitas. ¿No te he enviado yo?
Aquí aprendemos que este ha sido el método de Dios, usar Sus
siervos como instrumentos en Su obra para cumplir Sus
propósitos.
A lo largo de la revelación bíblica vemos como Dios se ha servido
de Sus siervos, llamándoles, enviándoles y capacitando para que
hagan Su voluntad en la tierra.
Dios nos llama no solamente para ser de Él, sino también para
vivir para Él en servicio.
No es casualidad que tengamos en las escrituras las ordenanzas
de Cristo para la expansión de Su iglesia en la tierra. Dios nos
ordena servir a dentro de la iglesia, para edificación del cuerpo,
y nos ordena a servir a fuera, la proclamación del evangelio a
los perdidos. Una ordenanza no anula la otra, sino que estamos
bajo ambas ordenanzas y tenemos que obedecerlas. La fidelidad
se manifiesta en obedecer la ordenanza del Señor sirviéndole
con nuestras vidas.
Si solo estas cómodo asistiendo, observando y no estás sirviendo
al Señor, tenes que arrepentirse y involucrarse en el servicio al
Señor.
Es necesario entender que el siervo debe tener disponibilidad e
iniciativas para el servicio.
¿Estas consciente del llamado del Señor?
“Vosotros no me escogisteis a mí, sino que yo os escogí a
vosotros, y os designé para que vayáis y deis fruto, y que
vuestro fruto permanezca;” (Jn 15:16 LBA)
“y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí,
sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Cor 5:15 LBA)
¿En lo que depende de tu obediencia, hasta donde llegará la obra
de Dios, porque en lo que depende de Dios ella se cumplirá?

2. Las excusas de Gideon – 13-15


Gideon revela bastante de nuestro carácter frente el
llamamiento de Dios. Gideon en lugar de decir, Señor muchas
gracias por tenerme en cuenta para Tu servicio. Para mí el vivir
es Cristo.
Pero encontramos un siervo tristón (Leoncio y tristón).
Frente al llamado de Dios lo que encontramos son excusas y
percepciones equivocadas de Dios y de Su obrar.
Dios dice en el v. 12, El Señor está contigo, Gideon dice, no El
Señor nos ha abandonado v. 13.
Sabemos que ellos estaban viviendo dias difíciles, y en medio de
luchas tendemos a ver nuestros problemas como una evidencia
de que Dios nos haya abandonado. Nos cuesta entender que en
los problemas y en las dificultades Dios está obrando en
nosotros, por nosotros. Una segunda tendencia es que
esperamos que Dios haga algo por nosotros en lugar de
preguntarnos que es lo que Dios quiere enseñarme o que quiere
que yo haga en esta situación.
Por qué no nos manda alguien para ayudar, en lugar de decir
hazme la persona que puede ayudar.
Frente al llamado de Dios encontramos lamento, Ah Señor mío,
13, 15.
Frente al llamado de Dios encontramos dudas, si… 13, 17,
muéstrame una señal…
Cuando los tiempos son duros y difíciles tenemos la tendencia
de perder la percepción de la presencia y del favor del Señor.
Frente al llamado de Dios encontramos excusas, soy pobre, soy
pequeño, 15…
Gideon estaba diciendo a Dios, mira Señor te has equivocado, tu
visión no está bien, yo soy una persona común y corriente, y
para lo que quieres que haga necesitas a alguien mejor
calificado.
Gideon estaba preocupado con su pobreza, con su incapacidad
en lugar de confiar en el llamado de Dios.
Dios no nos llama porque somos suficientes, Él nos llama y nos
capacita para que Él sea nuestra suficiencia.
Aun que había escuchado el llamado de Dios, Gideon sigue
mirando a sí mismo. Y cuando uno mira a sí mismo no puede ver
más allá de las circunstancias, o de lo que sabe sobre su pasado.
En su autocompasión, reinan la duda, el miedo y la incredulidad.
Lo que Gideon tenía que entender para abandonar sus excusas
es que no se trata de él, no se trata de sus habilidades o
riquezas, no se trata de lo que el pueda hacer, se trata de
escuchar la voz de Dios y obedecer, se trata de creer que Dios
se servirá de nosotros a pesar de nosotros para cumplir Su
querer.
No piense que Dios está ausente porque pasas por luchas.
No pongas excusas para servir a Dios, obedezca Su palabra y
confíe que Dios usa las cosas que no son para confundir las que
son.
Entienda que Dios usa vasijas de barros para que la excelencia
del poder sea de Él y no de nosotros.

3. La promesa capacitadora de Dios – 16-24


Dios es tan paciente con nosotros. Gideon no es el primero ni el
último a darle a Dios excusas. Moisés dijo yo no sé hablar,
Jeremías dijo no sé hablar, soy joven, etc…
Pero Dios en Su longanimidad repite Su ordenanza, haciéndonos
afirmaciones de promesas para estimular nuestra fe y confianza,
para conducirnos a la obediencia y fidelidad.
Yo estoy contigo valiente guerrero. Dios nos habla de la manera
como Él nos ve en Cristo, no de como Él nos ve en nuestras
limitaciones. Para Dios Gideon es un instrumento escogido para
ser usado por Dios para librar a Su pueblo por medio de Su
batalla. Él Señor pelearía por Su pueblo.
Dios dice en el v. 16, ciertamente yo estaré contigo y
derrotarás…
Nos es quizás pueda vencerlos, sí ellos estén cansados, sí tengas
un gran ejército, nada de eso… Dios promete que le daría victoria
sobre los enemigos. La presencia y la capacitación del Señor,
conduciría Gideon a la victoria.
Dios promete siempre estar con los suyos. Es El Dios Emanuel.
No hay día, no hay situación que Él no esté con nosotros.
Dios no nos desampara jamás. Él mismo ha dicho: NUNCA TE
DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ (Heb 13:5 LBA)
Gideon le pide al Señor una señal en lugar de confiar en Su
palabra. Quiere que Él Señor le haga algo extraordinario para
que confíe en Su palabra. Trae una ofrenda y le presenta al
Señor. El Señor consume la ofrenda con fuego…
Frente la presencia santa de Dios es que entendemos nuestra
pequeñez y nuestra pecaminosidad. Dios en gracia nos dice no
temas, no morirás. Porque por medio de Cristo, Él ha hecho la
paz a través de la justificación que es en Cristo.
Gideon esperaba una señal, Dios le dio perdón de su pecado.
Dios le dio paz. Dios revela su pecado y le concede perdón. Dios
revela su incredulidad y le concede fe. Yahweh Shalom.
Debemos confiar en la palabra de Dios y obedecerla. Ya está
claro la ordenanza para el servicio, no es necesario ninguna
señal extra, sino una pronta obediencia. Mat. 28:19-20, Hechos
1:8.

Conclusión
Lo que encontramos en Gideon es lo que vemos en nuestras
vidas como creyentes, que Él Señor nos salva, nos llama y nos
comisiona.
Dios nos ha salvado para servirlo, por eso dijo, así como Él Padre
me ha enviado así también os envío. Jn. 17:18
Sí Dios nos ha enviado porque tenemos miedo o vergüenza de
hablar de Su palabra a nuestros parientes, vecinos…
Porque no tenemos disposición para salir a otros lugares más
lejos y proclamar Su palabra.

¿Estamos conscientes del llamado de Dios para nuestras vidas?


¿Nos oponemos o tenemos reservas? ¿Cuál tiene sido tu
disposición para el servicio, cuál tiene sido tu participación en la
obra de Dios?

Abandone las excusas


Abandone las percepciones equivocadas
Crea contra las circunstancias
Obedezca y sírvale a pesar de nuestra pequeñez.
No esperemos señal cuando tenemos la palabra clara del Señor.

La cena, llamado proclamar, promesas…


http://www.cbcroseville.org/resources/sermon-
archives/sermons-and-notes-online
http://jaap-haasnoot.nl/wp-content/uploads//Sermon-Series-
Judges.pdf

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