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Paraná, lunes 5 de noviembre de 2018 CULTURA Y ESPECTÁCULOS 15

X X “TESTIGO, UNA DE TERROR RURAL”

Una oda teatral a la habilidad XXFicha Técnica

por contar historias cautivantes


Actúa: Toño López

Vestuario: Laly Mainardi -


Sastrería Teatral Municipal

Objetos: Jani Toscano


El unipersonal “Testigo, una de terror rural” ha sido la excusa perfecta para renovar la convicción en torno a que el
teatro sigue siendo un medio propicio para trasladar a los espectadores a parajes y situaciones aparentemente lejanos, Edición y Operación de
Sonido: Andres Main
cuando en realidad se producen desde los pliegues interiores de su sensibilidad. El espectáculo dio cuenta de una bien
lograda transposición genérica (de la literatura al teatro) y un intenso trabajo sobre cada uno de los aspectos de la Fotografía y Diseño Grá-
puesta en escena. fico: Eva Cabrera

Diseño de Luz y Dirección


X X Víctor Fleitas General: Juan Kohner

U n exigente desarrollo de ta-


lento interpretativo, habili-
dad comunicativa y capa-
cidad de dominio del espacio es-
cénico, el cuerpo y los tiempos del
municativa; la habilidad narrativa
de López y su pericia para decir y
ayudarse con la expresión corpo-
relato se ve obligado a afrontar To- ral; su sentido del tempo y la cons-
ño López cada vez que se repone trucción de un personaje que debía
“Testigo, una de terror rural”, bajo resolver el desafío de portar relatos
dirección de Juan Kohner. La últi- totalmente diferentes, es decir, un
ma vez en Paraná, en la Sala Meta- personaje distinto al de los cuen-
morfosis del Callejón de los sueños, tos, pero que estuviese en condi-
el elenco y equipo técnico lograron ciones de abrazar a todos ellos en
conformar la atmósfera que preci- una simbiosis verosímil.
sa el guión, un tapiz de situaciones Así, en medio de una escena des-
que amalgama climas, personajes y pojada, los paisajes fueron siendo
estrategias narrativas de dos cuen- construidos por el desarrollo ac-
tos de Sebastián Bordoski: El últi- toral de López, algunos objetos de
mo cajón y Testigo forzoso. los que echa mano y un diseño de
Al observar retrospectivamente luces dispuesto para construir dis-
la puesta en escena, es difícil men- tintos planos. Curiosamente, inclu-
cionar que está presente el “suspen- so aquellos que no saben qué es ser
so” sin caer en la tentación de aludir parte de la exuberancia selvática ni
aEdgar Allan Poe,Alfred Hitchcock, llegaron a imaginar que en ese vas-
eventualmente a Stephen King e in- to reino agreste podrían esconderse
cluso a Narciso Ibáñez Menta, aun- casas repletas de misterio, por obra
que las obras del estadounidense y y gracia de la discursividad teatral
el español nacionalizado argentino, desplegada se sintieron en medio
probablemente sean más afines a El diseño lumínico es uno de los puntos altos de la puesta en escena. de esa atmósfera de calor, hume-
la idea de “terror”. En cualquier ca- dad y muerte, atravesaron pasillos
so, se alude a lo mismo: un tipo de de vegetación, pasadizos de ladri-
recurso narrativo que se propone tasmales que se hacen presentes en En “Testigo”, el desasosiego se sencia de un factor gracioso que lo llos y revoque, salas con muebles
apoderarse de los sentidos del des- la materialidad de lo representado. provoca a partir de dos historias acerca al sketch, sumado a la amis- en cuyos cajones los aguardaba el
tinatario hasta mantenerlo en una En la discursividad teatral se pre- que funcionan como pilares so- tosa participación de lo compinche. destino o claros donde tomar aire
agobiante expectativa sobre lo que para el terreno para que el desam- bre los que se soporta la discursi- En efecto, la picaresca le da otro vo- mientras los persigue un padre ar-
pueda llegar a ocurrirle a los per- paro ante la crueldad, el amor y la vidad teatral, a la vez que la orga- lumen a ese agradable estremeci- mado, dispuesto a salvar el honor
sonajes. muerte, y el dolor irracionalmente niza. No son dos actos, pero la es- miento de terror sobrenatural que familiar mancillado.
Lo habitual en la mejor lograda infringido, tenga esa sensación de trategia discursiva y el despliegue pueden provocarnos no entidades “Testigo, una de terror rural”
escritura de suspenso, es que el texto lo inminente e induzca al morbo, de recursos permite identificar ca- tétricas, fantasmales, sino perso- no parece perseguir el objetivo de
se complete en el destinatario, que es decir, que el espectador se sien- da zona con claridad. nas reales, de carne y hueso. Aquí transmitir un mensaje preciso, de
es donde habita una noción múl- ta atraído por aquello que conside- En la primera, la desgracia es in- es más nítida la presencia de ras- adoctrinar; ni a nivel personal ni a
tiple de lo horrendo. Entonces, el ra tenebroso e irracional. dividual, se presenta como de ca- gos del costumbrismo en las des- nivel político. Lo que no significa
trabajo de quien cuenta (un libro, Por cierto, la escritura de Bordos- sualidad, no es buscada aunque se cripciones de lo que suele ocurrir que el espectador no pueda produ-
un narrador, un actor) consiste en ki (la pieza se apoya en dos cuen- llegue a ella por pura curiosidad; es en las fiestas populares entre per- cir asociaciones disímiles, toda vez
liberar los perros hambrientos del tos suyos) le aporta una cepa com- volcánica y al derramar su conjuro sonas que se buscan hasta encon- que los relatos de horror, suspenso
espanto, incluso de aquellos que pletamente comarcana a la discur- por la ladera inevitable distingue al trarse y los familiares de alguna de o terror, como quiera llamárselos,
no sabíamos que vivían allí. sividad, heredera tal vez de Hora- desdichado del resto de los morta- ellas que no se conforma con la fu- no procuran paralizar (aunque en
En “Testigo”, esta prescripción se cio Quiroga: ahí, la naturaleza no les, lo marca como un maldito, lo gaz reunión, sino que buscan insti- algún momento esta sensación nos
sostiene: el ser humano está inde- es una entidad bucólica sino un convierte en creyente de una ver- tucionalizar el vínculo en ciernes. acorrale), sino que deben transfor-
fenso y a merced de un imprevis- espacio que se repente se vuelve dad impar, difícil de explicar y de Dado que, mientras redime, el hu- marse en un antídoto, en el senti-
to que a su vez es fantástico, som- hostil. Esa postal conocida, fami- entender. Así, una serie de enca- mor y la compañía del otro ante lo do de que preparan el alma contra
brío, macabro, terrible y luminoso, liar -con sus senderos, su espesa denamientos, hace que de la vida infausto despresuriza las válvulas eventuales amenazas.
atractivo. Sentado cómodamente en vegetación, sus límites ajustada- anodina de un desdichado emerja de la intranquilidad y el sobresal- Sin dudas, al romper el esque-
la platea, el público se cubre con la mente imprecisos, sus animales y un elemento sobrenatural o inex- to, la ubicación dentro del guión ma de certezas que nos habitan
piel del protagonista y hay un raro alimañas, los vecinos de siempre-, plicable, que rompe las certezas y de estas esencias narrativas extraí- están en condiciones de producir
placer que se juega en ese estar sin se despliega repentinamente hacia nos anoticia de la existencia de otras das de los cuentos “El último ca- una contracoherencia política, de
querer irse ni quedarse, un vértigo pasadizos emocionales secretos e leyes y dimensiones. La idea de un jón” y “Testigo forzoso” parece ser cuestionar los lugares comunes y
parecido al que se experimenta al inesperados. Es como si, cada tanto, destino cruel merodea esa orilla. la adecuada. hasta los estatutos de la correc-
revivir una pesadilla. el espíritu bestial del entorno bus- Al compartirse el relato transfiere En lo específicamente teatral, ción, lo que convierte en transfor-
Igual, en “Testigo” no hay escenas cara poner las cosas en su lugar y, parte de esa carga, aunque el mal merece destacarse de “Testigo”: el mador, movilizante, a un espectá-
de sangre, ni monstruos despiada- en la repulsión de ese cosmos in- no se vea aliviado. dispositivo de iluminación, reple- culo que en primera instancia pa-
dos, ni rencorosos aparecidos con finito y puntual, corriera riesgo el En la segunda, lo siniestro apa- to de pequeños detalles pero su- reciera perseguir el saludable an-
sed de venganza, ni designios fan- microuniverso de cada individuo. rece enmendado por la mayor pre- jetos a la búsqueda de eficacia co- helo de entretener.

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