Вы находитесь на странице: 1из 1

El drama en el Cebaf (Centro Binacional de Atención

Fronteriza) de Tumbes no ha terminado para


muchos venezolanos en Perú. Si bien miles de migrantes
pudieron ingresar al país antes del 1 de noviembre para poder
solicitar el Permiso Temporal de Permanencia (PTP), hay
quienes no pueden continuar su camino hacia otras ciudades
del país y deben ‘vivir’ en el centro de control migratorio. ¿La
razón? “No tenemos ni un sol para subir a un bus”, dicen.

Santiago, de 36 años, partió de su natal Barinas el 21 de


octubre y llegó al Perú el martes 30. Logró sellar su ingreso a
nuestro país, pero aún no puede viajar a Lima porque sus
bolsillos están tan delgados como él. "He bajado mucho de
peso, como de la caridad de la gente que pasa por aquí y de
los organismos internacionales que a veces nos traen un plato",
cuenta.

Como Santiago, Ramón (26) también ‘vive’ en uno de los


pasadizos del Cebaf. Aquí duerme desde el martes. Su cama
es una frazada y su almohada, una mochila. Dejó a su mamá
en Barquisimeto, donde trabajaba en un almacén. Anhela llegar
a Lima, pero tampoco tiene dinero para tomar un bus.

Metros más allá se encuentran María y Moisés. La pareja juega


con `Pancho’, un perico de 4 meses de edad que los acompaña
desde que trabajaban en un circo en Boyacá. “Decidimos entrar
a Perú porque allá [en Colombia] mucho explotan a
los venezolanos. Lamentablemente se nos ha acabado plata y
tampoco podemos ir ni a la ciudad [por Tumbes]”, dicen.

Вам также может понравиться