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Meteoro

a
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la verde espiga
biblioteca c h i a pa s
Rafael Tovar y de Teresa
presidente del conaculta
R oberto L ópez M oreno

Manuel Velasco Coello


gobernador del estado de chiapas

Juan Carlos Cal y Mayor Franco


director general del coneculta-chiapas

Susana del Pilar Utrilla González


coordinadora operativa técnica

Marco A. Orozco Zuarth


director de publicaciones

CH
861.44
L925
Meteoro
M589
López Moreno, Roberto
Meteoro / Roberto López Moreno ; ilustraciones de Rafael Galdámez.
— Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México : CONACULTA : CONECULTA,
2014.
539 p. ; 21 cm. (Colección Biblioteca Chiapas. Serie La verde espiga ; 24)

ISBN 978-607-7855-94-1

1. POESÍA CHIAPANECA — SIGLO XX I. Galdámez, Rafael, il.


bc
© roberto lópez moreno
© rafael galdámez, por las ilustraciones.

D. R. © 2014
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Paseo de la Reforma 175,
Col. Cuauhtémoc, 06500, México, D. F.

Consejo Estatal para las Culturas y las Artes de Chiapas, Boulevard Ángel
Albino Corzo 2151, Fracc. San Roque, 29040, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

publicaciones@conecultachiapas.gob.mx

ISBN: 978-607-7855-94-1
impreso y hecho en méxico

— 2014 —
En poesía lo he experimentado todo. No hay nada que no haya conocido y
que no haya puesto en práctica.
Pablo Neruda

Neruda, no digo que sea el más perfecto, sino el más vasto y variado
Octavio Paz

Mis versos sólo han sido sumas de la “ardiente paciencia”. Lo he


experimentado todo. No hay nada que no haya puesto en práctica,
vasto y variado. Imperfecto, alguna vez, pero he estado en todo.
Alguien dijo de las palabras: “chillen, putas”. Para mí, “heroico” me da
melodía de cuatro sílabas por encima de lo que desde el medioevo haya
dictado la Santa Inquisidora. Quiero que me sean cuatro y cuatro me
son, y cuatro son, cuatro, y la entonación se produce. No soy corrector
de estilo, soy poeta, por eso mi nóveda música y mi acto creador con las
palabras… mi poesía.
R.L.M.
Presidente de la Fundación Erik Satie
(Por la defensa de los artistas y la comunicación social)
En siete palabras

En Santiago de Chile conocí y establecí amistad con Nicanor


Parra, para muchos el último poeta de la vanguardia
latinoamericana. Para mí el gran poeta de la vanguardia es
Roberto López Moreno, su obra en conjunto está signada
por las búsquedas técnicas y formales, esto se traduce
en su propuesta actual El poemural, invito a los lectores,
estudiosos de la literatura y a las instituciones culturales, a
mirar con atención su discurso literario.
Mario Nandayapa

Roberto López Moreno ha llegado a esta segunda década


del siglo XXI como uno de los poetas vivos de mayor
importancia en Chiapas. Ha experimentado todo en
poesía, tanto en prosa como en verso. En su obra podemos
encontrar desde las formas clásicas como el soneto hasta
las más innovadoras formas poéticas como las ecuaciones
matemáticas o como la poesía negro-antillana, entre otras.
Marisa Trejo Sirvent

Creo que uno de los grandes descubrimientos de esta obra


poética, es que se puede ser enormemente genuino y auténtico
como escritor mexicano sin por ello dejar de ser, en el

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Roberto López Moreno Meteoro

sentido fuerte de la palabra, un escritor también necesariamente de los mismos moldes usando la misma adjetivación, la
latinoamericano. La guerra de Roberto López Moreno se da en misma forma, el mismo estilo”. Nos es dable asentar que ni
el lenguaje y con el lenguaje. Es una guerra diurna y solar, una Sabines ni los “espigos” son conservadores y conformistas
guerra florida. en relación con el modus dicendi o con el lenguaje que
Adolfo Castañón ponen a cantar. Pero soy de la opinión de que ninguno
trae consigo una subversión idiomática del alcance y del
carácter de la de Roberto López Moreno. No es un escritor
Para Solís Arenazas, Roberto López Moreno coincide con que pertenezca a un grupo afín o a una generación más o
Vicente Huidobro, en tres puntos: Primero, no se trata de menos estructurada, como pueden ser los modernistas, los
una postura meramente contemplativa frente a la naturaleza. contemporáneos, los “espigos” o los poeticistas, sino una
Segundo: tiene una pretensión creadora mediante el impulso voz solitaria, personal, irremplazable.
vital del colibrí que genera al mundo. Tercero: No hay ruptura Enrique González Rojo
radical con la naturaleza si no un canto a ella que se ofrece
como una alabanza.
Ricardo Cuéllar La escritura poética de Roberto López Moreno, nos remite
a un alto poeta inserto en la tradición más relevante de
nuestra lírica latinoamericana. Hoy nuevamente lo sostengo:
Su libro, ¿cómo llamarlo?, sorprendente y abrumador, porque Roberto López Moreno es un poeta necesario para nuestra
tiene tantas sorpresas como exigencias, y se ve que Ud. tiene poesía: imprescindible linaje natural.
una concepción de la poesía que ya no es usual, cuya ambición Daniel Téllez
podría, incluso, parecer excesiva, tanto por la fe en el lenguaje
como por el apetito incorporador de esos poemas. Quiero
decir que es un tomo para leerlo despacio y a sorbos, a pesar
de que lleva urgencias de comunicar y sed fluvial
Julio Ortega

Si tomamos en cuenta la lúcida aseveración de Julio Cortázar de


que: “me parece absurdo el escritor que hereda el lenguaje de su
generación anterior y de la tradición y escribe siempre dentro

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Meteoro

En tu pecho, Señor,
de áridas y abandonadas rutas
has colocado la primavera.
El musgo tierno crece en vericuetos
de esa longitud reseca,
anuncia la alegría de lo nuevo.
En ese pecho hay una muerte y una vida de continuo,
es una larga tierra de amor
que el corazón enciende y apaga.
Tu cuerpo es el palacio de Dios,
su adolorido domicilio y sin embargo florece.
Has colocado la primavera en tu pecho, Señor,
el manco que inventaste envuelto en fiebre está contento.
Su hipertermia no es de enfermo, es de libres.
El ignora que esa fiebre es coronada
por la estrella de Juliano,
por los que fueron corazón de hogueras,
por la imaginación rebelde.
Sólo es fiebre y arde hacia adelante.
Eso lo sabe, hacia adelante.

La luz se esconde tras columnas de la sombra divina.


En tu memoria sin que lo sepas arde Troya,
la desgracia,

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Roberto López Moreno Meteoro

arderán los últimos ensangrentados acales Cae la noche como un metal profundo,
en el aullido final de Tlatelolco no hay más carne que la noche, de ella hacemos día,
(no podremos beber de esta agua llena de salitre, de su inevitable infinitud, de su eternidad presente,
de sangre, de gusanos, visión de lo terrible). de su masa henchida de rumores.
En medio de la muerte tú, Señor, lanza hacia arriba. No cae la noche. Siempre ha sido a izquierda y derecha,
Qué pronto el futuro es el pasado, a lo arriba y a lo abajo.
pero lento, más lento que lo lento tú serás futuro, Tiene la boca de la noche una tesis de dientes apretados,
esa es la forma de burlar el tiempo sujetándote a sus leyes. destella mientras nos acogemos a su aquiescencia. Vivimos.

No despiertes, Señor, hacia los cisnes, Pero también la noche es materia transformable,
quédate en el vuelo terrible de los buitres, cada niño que de su vientre nace en la Moebius curvatura
témelo, horrorízate de esas alas, pero ayuda a la limpieza no encontrará el final que lo asesine,
en medio del pavor, del aleteo sombrío. permanecerá sin principio en la savia renovada del cosmos,
Asiste al trabajo profiláctico, en la punta de tu lanza, con fatiga, sí,
abona el camino de la flor, el estallido que triunfa de la muerte. pero sin sentencia de principios ni de conclusiones.
El abismo desde tus ojos, Señor, Niño de larga barba, espiral en la boca de dientes apretados,
es tu propio cuerpo, se ahonda en el vientre, ¡súrcalo!, reconoce el palmo de tu polvo novedoso,
conviértelo en latido, que el abismo vuele. de tu ancestro polvo por siempre renovado,
árdelo, preséntalo al hondo ojo de la sombra,
La penumbra sobre la penumbra sobre la sobre la ráfaga de ayer no ha nacido mañana todavía,
cantidad que produce el salto, se alzará en tu lanza.
suma hechizada, magia que establece el trance,
lanza irguiéndose de carga, de divinizada sobrecarga. Desciende, Señor, a conocer la luz,
Hoy que estás en la primavera voltea hacia tu pecho, a rendirla con la magia azul del tacto,
eje de equinoccios, ven y reconoce el rostro presentido,
ahí de nuevo el manco que florece, encuentra que era cierto y fuerza
su fiebre es marejada de arpegias buganvilias que te nombre montado en el ahí estar de la galaxia.
(de este hombre desgraciado tendrán noticias los venideros). Ven a tocar el rostro de la luz,
Hay una explosión de buganvilias clavada como un remo. su espectro tras la columna de sombra,
de él eres la partícula que somos,

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Roberto López Moreno Meteoro

ven, y lo carga de alas hasta iluminarlo.


desciende al punto en el que te ascendemos. Hace siglos aquí murió un hombre, yo soy su sueño,
Mientras no mueras seguiremos vivos, la memoria del derrumbe que incubará el vuelo,
inermes, debajo del barro que nos cubra, soy la memoria de la espuma, de las crestas del viento,
sólo erguidos en tu lanza, de la pica que marcó mis venas con muescas de ansia,
más muertos que el sol que multiplica al buitre, soy la sombra avanzando dentro de tu armadura.
más vivos que la sombra del ala proyectada sobre el piso
tintando obrera rotación de hormigas. Padre, presérvame del sol, quema, hiere,
Desde los muertos nacerán los vivos yo, el nacido de la sombra te lo pide,
para dar la eternidad al círculo. acércame a tu pecho viejo niño,
Si cada montaña tiene de nuestros estremecimientos hijo indefenso, defiéndeme, protégeme, acógeme,
somos nosotros solamente los del matrimonio con el cielo. eleva tu amargo corazón sobre este lodo.
La piel adolorida de estrellas crea sus estatuas de sal, El sol es hijo de esta sangre negra,
sus estaturas, sus estatutos, sus estamentos. con este fluir lo alimentamos diario.
Atrás el incendio, el cataclismo en perenne. ¿De cuántas voces, de cuántos alaridos está formado el
[cosmos?
Entre más vemos, menos vemos, Señor, Ah, la enorme arca de silencios que murmuran.
sólo tus ojos abarcan la insensatez del rayo. Sentémonos un momento sobre el tiempo,
Desde el lampo tramo de tu cuerpo es hora de escuchar la palabra de los muertos,
devuelve tus ojos al poeta, hablemos, hablemos, hablemos hasta hacernos oír
reintégrale su mano, por los que vamos a nacer mañana.
dale tu corazón de rita roca.
Hace años, en esta curva del espacio murió un hombre, Los muertos no existen, señor, lo sabemos,
un puño de arterias que nacerá mañana. los actuamos a diario, los hacemos decir, callar,
Conocemos la historia, Señor, regresarás y serás miles. los movemos en cada pensamiento, adentro de la ropa y de
Tu arma en ristre no será detenida por la sombra [la máscara,
porque de ella parte hacia los resplandores, los engendramos para su nacimiento de mañana,
mucho tiene del ala del buitre, para su muerte a la que habremos de asistir puntuales para
del zopilote que vuela de su víctima [que no mueran.
y se posa en el inmenso árbol oscuro Los muertos no existen, lo sabemos, sólo somos suma.

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Roberto López Moreno Meteoro

La gran bóveda, la interminable, es una biblioteca, fluye dentro del reloj de arena.
en ella aprehendemos esta simetría. Cadenas de eras apenas son un ciclo de sol,
Señor, hoy que colocaste primavera sobre magro lote no hay tiempo para aprender el idioma de las piedras,
haz florecer el sexo de la idea en esta realidad que nos delinea. no lo hay para el diálogo con troncos y arenales
El cosmos es congénito, y conocer la verdad de su existencia,
en él se abre en expansión continua la gruta del aroma. de su terca presencia entre la vida.
Todo dolor busca su compañera, su complemento. Si la sangre es fluir de hormigas
Dulcinea es congénita como el cosmos, y el recuerdo nostalgia de elefantes,
asúmela en tu lecho, ofrécele el perfume de Afrodita, ganemos el sol las veinticuatro horas con las que forja sus
de Astarté, combate bifurcado. [diástoles y sístoles.
Crécela, que entibie tus horarios tersos. No hay tiempo para aprender el idioma de las piedras.
Que las diosas la escolten Hay que ganarlo.
para abrir la tumba de la vestal Urbina
y ya ungida por ambas, La entraña de la noche es sombra viva.
le entregue en la insistencia de la carne Yo vengo de la muerte, Señor, de su rostro helado,
el homenaje de la vida. el movimiento de la oscura entraña me arrojó a la vida,
En Dulcinea y Catalina deposita una gota de Friné. de la sombra vengo y en ella hoy me multiplico,
Vamos, la libertad no nos encadene, soy ejércitos marchando sobre el polvo de Dios,
que ella misma se pueda dirigir a donde quiera. camino de Santiago, serpiente de nubes.
El delirio de la carne es también fuerza, Soy el cuerpo de todos, su memoria,
complementa, Señor, tu arisca guerra. soy tu lanza y tu derrota,
tu victoria final sobre los tiempos.
¿Cómo puede medirse el miedo de los héroes?
¿En qué reloj de arena? Sobre tu equino calcio a la intemperie cruzo el cosmos.
En la fábrica de rostros escogemos Yo, tu victoria final.
el que mejor le va a nuestra medida. Señor, hoy que pusiste la primavera sobre tu pecho
En la fábrica de ruiseñores para los cuerpos de los muertos, recíbeme en tu sombra.
el muerto escoge cuál para su pecho. Surca el cielo la fiebre del manco que inventaste,
En la fábrica de muertos el ruiseñor espera, —Catalina y Dulcinea lo asisten—

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Roberto López Moreno Meteoro

somos ese bólido, Y en el centro G como llaga sin perdones


esa ansia de arder, prender al buitre y al albo ruiseñor y su breve-infinito espacio irracional
que lleva adentro. irresoluble… misterio…
E=mc2, Praxis, 2010.
Escúchanos, Señor, somos tu media imagen,
entre más lastimados más tu triunfo,
tu vuelo de cadenas, K’at analté
tu alegría de heridas, Abrió los ojos y miró que de las llamas
Un pez de fuego echaba a andar hasta su rostro
tu combustión, tu historia. Ángel Carlos Sánchez
Hoy. Señor. Primavera. Pecho.
Acógenos. Engarzados en abecedarios de la arcilla, ayeres y
Acéptanos. mañanas hacen cadena entre la carne y su vuelo. ¿De qué
Protégenos. luz primera viene el recuento de los tiempos? ¿De qué
Recíbeme en tu sombra. principio astilla cósmica que baja por el brazo del escriba
¡Vuela! para hablarle a los ríos de las venas? Hijos del tiempo
Manco y loco ¡Arde!, Miguel Ángel Porrúa, 1991. somos, historia que se repite con sus nuevos acentos en las
catorce tablillas desde el verbo incandescente. K’at Analté
o quehacer de Maldonado reverdece desde su cuenta
14 de marzo nueva, vieja cuenta dictada por la sapiencia de los astros.
Desciende al ojo el códice, asciende desde el barro, libro
14159265358979, que se amasó con lodo y con el rayo de la memoria a mil
progresión a 4 días de abril cien grados de temperatura para el pie florido del Chilam
3238. Balam. Se levanta el Chilam Balam de Chumayel y camina
Cifra edicta sobre trece tablillas, vuelve a hablar en ellas. Kines y uinales
sobre dígitos primitivos: en el sacerdocio de la nueva sangre “se colocan y cuentan
4626433832 en el orden que sale el padre sol” y retorna la arcilla a ser
79 nuestro canto y la memoria nuestra. K’at Analté, teoría del
5028841971 sol desmenuzada sobre la madre tierra.
6939937510 Ábrara, CONECULTA-Chiapas, 2004.
5820974944…

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Roberto López Moreno Meteoro

Salmos primarios que nos ata a la vida y nos devuelve.


Suena.
Hay un sonido haciendo el mundo Irrumpe en nuestra piel.
desde el verbo de cal que nos da forma, Nos aniquila.
se enreda hacia la patria de los pájaros, Nos rehace al son de la mañana.
verdad con alas El corazón golpea su música hacia fuera.
que nada y que se arrastra. Hay un sonido de piedra
Hay un sonido en el mundo que nos crece. que nos relata la epidermis de los siglos.
Hay un sonido… el mundo… Hay un sonido de sal izada.
Allí estamos,
Iguana sistro de lumbre somos.
Mantarraya Hay un sonido que es una corriente
Cenzontle y nosotros en él,
Salamandra por él,
Hay un sonido que nos une desde el molusco y la espuma. con él.
Desde la arcilla del principio Hay un sonido que danza en nuestros ojos.
hasta el líquido principio de la llama en el aire.
El eco nos asigna un olifante, Hay un sonido iguana.
río ardiendo de girasoles. Hay un sonido iguana sobre la noche,
Hay un sonido que danza, danza, hay una piel que repta
gira sobre su forma y huye, sobre los cíngulos de la música.
y aquí entre nosotros derramándose, Es sangre áspera,
formándonos de nuevo. rompiendo la monotonía de la yerba.
Ah, la vieja canción de los ausentes, Suenan sus patas desde la memoria.
de los que están de vuelta Es como una cuerda tensa
sobre esta costra palpitante que viene y va
que nos congrega y alza, sobre la vía sin nombre de los infinitos.
que nos devora firme Sube la esencia de la caña
y nos vuelve a fundir en el sonido. por los tubos de su sueño,
Hay un sonido en el mundo la sustancia del día revienta entre las sombras.

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Roberto López Moreno Meteoro

Ya todo es rojo, árboles y latidos Ya todo es agua.


y la piel de esta iguana Ya todo es agua en esta hora.
piedra arrastrándose verdemente.
En sus cuatro torres camina su distancia. Hay un sonido cenzontle.
Y allí está el inicio, Hay un sonido cenzontle en giro pleno,
frente a los golpes rotundos de la savia, cuatrocientos costados del que canta
en la tierra que late en nuestros poros. coronando el corazón del aire.
Rondan acales en sus venas. Ahí puño de plumas.
Ah, el latido. Así, golpe de adentro.
Así.
Hay un sonido mantarraya. En sí.
Hay un sonido mantarraya en celo, Herida clave en alto.
golpea con su vientre El aleteo habla del espacio,
el zumo de las rutas movedizas en su azul está el mundo,
y nos habla con la vasta humedad en su mundo está el tiempo,
de su mirada. carnal horario,
Siente. cifra del viento;
Crece. en el viento está el viento,
Muerde la abundancia. en su nudo sonoro de raíces.
Cuerpo con las dimensiones de las cosas Palabra aérea.
repta también entre las ondas Aletazo de ayer, de luz, de siempre.
en un firme sentido de su oficio.
El nado nos dibuja cuerpo adentro, Hay un sonido salamandra.
nos agarra. Hay un sonido salamandra que arde.
¿Qué masa líquida contiene el canto Confabulación del fuego
en sus entrañas? para relatarnos.
La mantarraya lo sabe Brasa hacia el oído,
y ejecuta su conocimiento cristalino, como un batracio deshilado
lo establece en el cerebro del tiempo. en lumbre a toda prueba,

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Roberto López Moreno Meteoro

enhiesta contra el sol, El corazón golpea su música hacia fuera.


combate a sangre fría, El vuelo se desata de la tierra del cielo
ahí, y el espejismo asciende su pupila de agua;
donde el quehacer de la célula en el centro de todas las distancias
levanta el resplandor de las arquitecturas. se juntan en la chispa
Aliento que nos marca crepitando, Iguana
víscera de la llama, Mantarraya
rito, Cenzontle
en el centro estás tú irradiando en sonido. Salamandra.
Ah, el chisporroteo de tu movimiento.
Latido de la memoria. ¡Cuánta verdad danzando!
Cuando los hombres hicieron el fuego Desciende una estrella verde.
te estaban dando ritmo y promontorio. Un felino devora una paloma.
Ah, la música de tu música El recuerdo es tiempo erguido.
¡Quema! Hay un sonido en el mundo.
Hay un sonido, el mundo.
Las caras de la verdad bailan en círculos, Hay un sonido
espalda contra espalda. multiplicándose en las ondas.
Hay un sonido en el mundo Hay un sonido.
y un encantamiento de cascabeles Flechador del cielo.
que cuelga de su cuello y sus tobillos. Sinfonía de los salmos, UNAM, 1996.
Todo fue convocado hacia esta pira
de ecos que se retuercen
en las encordaduras del viento. Imágenes del quinto sol
Atabales.
Río. Primera parte: Imágenes toltecas
Girasoles.
Lermando de la tinta vital de la memoria. Hacedor del destino,
Ah, la serpiente sobre mi cabeza. mira a tus hijos vacíos de toda sangre
Música. crecer los vericuetos

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Roberto López Moreno Meteoro

de la sombra infinita, flor roja será, de tallo invencible


otórgales de nuevo el movimiento, porque arderá con la fuerza de las generaciones.
la fuerza necesaria para encender el día. Que ese día estalle la corola de la danza
Viaja a la muda mansión de los ausentes que lo construye todo desde su polen, polvo
en donde yacen los huesos sagrados de los antecesores, de pedernal cumplido.
con ellos habrás de construirnos de nuevo. Que en el centro de la flor combatan
Vence, ¡Oh, Señor!, la oposición del amo de las sombras, los guerreros tigres y ocelotes, los guerreros águila,
extermina su encono con tu rayo de luz, para dotar de su energía al cosmos.
arráncale los “huesos preciosos” Ya se cumplieron los 365 aullidos de la noche,
y dádnoslos dador, lánzanos de nuevo a la vida ya los 365 alaridos del día.
para venerarte, poder mayor de nuestro ensueño. Subo por las escalinatas del brazo de los sacerdotes,
Ya veo tu empresa coronada por el éxito. me venzo,
El varón de las sombras se retuerce el colibrí de piedra revienta los tejidos de mi pecho,
entre las nieblas de su imperio. un estruendo de teponaztles salpica el aire,
Ahora, que te asistan los dioses para la magna empresa. de mi pecho surge la flor roja, palpitante,
Sángrate la piel y el músculo, fuerza nuestra, es como una llamarada que se eleva,
fórmanos del divino torrente de tu savia crece, reconoce su origen, lo asume,
para dejar de ser esta nebulosa de angustia toma su puesto.
que flota desprovista del dolor del cuerpo. El sol nos quema.
Coloca el grano del maíz en nuestros labios. Sinfonía de los salmos

Segunda parte: Imágenes aztecas


La consagración de la Primavera
Yo fui el elegido para saciar la sed del Dios A Flor de María Mendoza Quino
que lermará en los borbotones de mi pecho.
Cumplidos los 365 latidos de este tiempo I
el cielo habrá de ser un inmenso comal
enrojecido; Cuán la fuerza poderosa
que mi sangre cobije la permanencia de la estirpe, que hace hablar las aves y las fieras.
que se alce vertical el día en que las flores nacen, Se estremece la techumbre de luz

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Roberto López Moreno Meteoro

y el fuego vuelto polvo de su polvo. en medio de confluencias de loros y guanacos.


Se abren las aguas y se cierra Tum tum enfurece el nuevo sol
la infinita sombra del cosmos. en los tambores del barro
La sangre de los cuerpos es un torrente y una confabulación de gérmenes avanza
que pone en movimiento los relojes, por los vericuetos de su entraña.
y de la voz de la hormiga y del helecho Del vientre de la insondable noche
flora y fauna multiplican su sentido. ya revienta el capullo de luz
Existe una energía que lo mueve todo. asido a la rama astral que le da vida.
En su sombra infinita los hombres la conocen, Tum tum, cada golpe arterial
enlazan sus manos, el ritmo de sus piernas, inventa los colores, los sonidos,
gira el círculo de la ceremonia. el recurso percusivo de la sierpe
La fricción de la danza con la noche junto a la eléctrica seda del felino.
empieza a repetirse en el prodigio. ¡Estalla el capullo!
Hay un misterio que despierta abrupto
II y se apodera de las pulsaciones.
Acechan la célula y el átomo,
Todo empieza en el ritmo de este cosmos, se emboscan en el sur de cada sangre
la bruma y la desbruma. para iniciar su danza ritual
El tum tum de la savia, sobre un estremecerse de tunkules.
de la sangre, Tum tum.
de las aguas de robustos manantiales. Del círculo sagrado surge el pecho
Rompe y alza, desvincula el horizonte que va a regar la fuerza de la tierra
para armarlo de nuevo en la pupila. con la fuerza de su tinta estremecida.
Tum y tum en la finca del latido, Se desata de la ceremonia
todo empieza en el ritmo de este cosmos. ya como muerte que nutrirá la vida.
De las ignotas venas de la tierra Tum tum.
avanza conflagración de incandescente hormiga. Crecen el Grijalva y el Usumacinta.
Durante la noche nació un árbol; El sol es un renacimiento de cabellera suelta,
a la orilla del renovado río de Heráclito cultamente salvaje.
irrumpe el nuevo árbol de Huidobro,

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Roberto López Moreno Meteoro

El sol es horno rojo, negro, Réquiem para un poeta


verde, blanco. A Carlos Pellicer
Es un danzante con el pecho ardiendo.
Sinfonía de los salmos Te vas para no irte,
equilibrio transparente que se empeña
entre fuga y permanencia,
(¿—?) piel sonora del Usumacinta,
alma de agua,
¿Cómo se llamaba aquel que por primera vez ansia de agua,
utilizó el oxímoron verso de agua,
como máximo acto de la creación? sonetísimo de agua,
¿Qué queda de él sobre el polvo? fuerza con la conciencia plena de su belleza.
Espera tiempo a que el oximoronista reinvente tu rostro Te vas para no irte,
en el juego de los extremos que se unen, para oírte espiral,
volverás a tener gesto, mueca, mohín, caracol de lumbre,
volverás a ser ábrara de las maravillas, helicón de la mitología
punto inicial del punto inicial, adanábrara, entre sirenas y manatíes ecuatoriales.
el principio de todo lo que es ni sigue siendo Tu ausencia colma de presencia
en la mayúscula capacidad del sueño. —tambor de selva—
¿Cómo se llamaba el que presenció la desmesura el vaso invisible,
de la primera aurora, el trazo invencible de la clorofila,
ésa, en la que estaremos mañana? vena por donde corre el endecasílabo
Ábrara ¡ay! intento para decir que estás,
de decir el acto creador del universo. que permaneces en la arrecha combustión
Ábrara de la metáfora,
manantial inagotable,
agua de la que lerma
nuestra eterna sed de tierra.
Sinfonía de los salmos

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Roberto López Moreno Meteoro

Intermezzo La armonía y el timbre


El mundo nace cuando dos se besan alivian la caja de velocidades.
Octavio Paz
Arranca la máquina,
maquina distancias.
El mundo nace cuando dos se enlazan A través de un bosque de cuerpos se adivinan
en el sensual secreto de la danza, paisajes
beso de carne y tiempo se consuma. placideces
Los ríos se hinchan, arrebatos
la pelambre vegetal arrebatos a ratos,
humedece las crestas de su ola, placideces con creces,
los suaves valles estremecen, paisajes de ignoteces presentidas;
la playa gime el abrazo del espumo, de León de Greiff el bólido fuellea.
el volcán lanza su lava fragorosa. En viaje byroniano por las vegas de Zipa
El mundo nace vasija del enigma, contemplamos absortos
adentro de ese vientre rotatorio a una princesa maya que en mayo se desmaya
se mezclan el zumo del licor sagrado uniéndose en casorio a un gordo mandarín
y la fiebre de la selva. cubierto con polvo del confín
Corren los dedos de la música. (criaturas como verbos de extremas lejanías).
Dos se besan, En el tramo que va
el mundo nace, gira. de angelical Verlaine a sensorial Rubén
Dos se están besando. la cetrina Cleopatra
Sinfonía de los salmos guardaba una cascada junto al pecho
que resbalaba lasciva en cuello regio
con su veneno de agua
8 por jazz (en líquido lívido liquido la libido)
vimos a Igor en medio de una rueda
Me monto sobre el bólido de tambores africanos,
de León de Greiff. a Sor componiendo un danzón en el Smyrna.
Con ritmo y melodía Y vimos orquídeas de Groenlandia
rebosamos el depósito de combustible. y los helados témpanos del Sahara.

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Roberto López Moreno Meteoro

Contemplamos Iremes y Elfos bailoteando quien espera se le loe


a saxofones belgas se reclama de diciembre.
y entre marimbas centroamericanas. La boquilla no se orilla
Conocimos la luz del movimiento y a la trompeta indiscreta
y las sombras del alma. le confiesa de una pieza
Todas esas y más maravillas visitamos, que la fecha que le cubre
recibimos lleva por nombre el de octubre.
revisamos El arco del violoncello
reciclamos que ni suda ni se escama
sobre el bólido de León de Greiff. ser de marzo se proclama.
Se apaga la música. Dice el violín que es de julio
Cae el telón. y la nota “la” de junio.
Sinfonía de los salmos El trombón con voz de acero
—redondo hondo y argüendero—
dice que nació en enero.
Prole do bebe ¿Y los sueños con empeños
de borrego y de rebaño?
El atril nació en abril, Ni de mayo ni febrero
la batuta, ni discuta, ni de diciembre ni enero,
por ser larga como un rayo esos son de todo el año.
debe haber nacido en mayo. Sinfonía de los salmos
La flauta desde la pauta
y con lamento certero
reclama ser de febrero. A veces
El “pico” breve y angosto
asegura que es de agosto. A veces se cae la luz
El fagot que es de noviembre, sobre la piel de los charcos,
los timbales de septiembre hoy me senté con las sombras,
y el estuche del oboe mi niña estaba llorando

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Roberto López Moreno Meteoro

y yo no supe por quienes, Qué forma de ser tan luna


desde dónde y desde cuándo. la de la luna.
Versitlán, Presencia Latinoamericana, 1984. Canciones de luna. Canciones para niños,
Encarnación Vázquez (mezzosoprano), disco, 2000.

Canción
Alegato desde el saurio
A Leticia Ocharán,
En tu pañuelo cabe el mar si lloras, tiempo de Tabasco
no llores niña paloma,
deja en su lugar . En el principio fue la sombra
al mar. la verdad del mundo estaba quieta
Versitlán
con el verbo recostado
entre plumas verdiazules
no habían heridas de luciérnagas
La noche redonda y honda ni aromas desplomándose
hasta la redondez del día
La noche redonda y honda
en mares de espuma y bruma entonces
inventa un lenguaje, aguaje, los hacedores erigieron el dedo y la mirada
ríos de luna. nos fueron dando nombre
Intenso en empeño el sueño desde nuestra columna vertebral
pasea por la duna bruna, de mazorca en armisticio
y en sombras se crecen, crecen,
plata y luna. y los progenitores ocuparon los inicios
Qué invento, lenguaje aguaje retiraron las aguas
Ríos de luna. y fueron nombrando y creando las cosas
Qué sombra que crece y crece. y el sustento de todo
Plata y luna. desde la fecha vestida

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Roberto López Moreno Meteoro

con calendarios vegetales clavado entre los filos de las flautas


y marítimos el sol levanta su bandera de fósforo
para designarnos una hamaca de huesos y golpea
colgada punta a punta la historia del principio
del tiempo y el espacio ciego caimán ardiendo
agita sus gases inflamados
primero poblaron nuestra historia y cae
con aves y cuadrúpedos a plomo
y así fue como la carne primigenia a las ramas retorcidas
se construyó de lodo para dictar el día
una vez que el elote
después vino el tiempo de madera se ha vuelto carne de todas las ofrendas
a sembrar la superficie
de esta geografía la selva
argumentada por la savia es mancha verde que hormiguea de vida
regocijada entre senos de alcohol y de caoba
y así por fin se abrió en un oleaje aéreo de mariposas
la carne verdadera carnadas de luz sobre la piel de la iguana
el átomo que juega en las mazorcas piedra grabada por el fuego y
irrumpe el bronce del principio
en las espadas de la milpa memoria jeroglífica
que habrá de proveer a los autores arruga cincelada
a los que sin nosotros al pellejo polvoriento en los abuelos
hubieran muerto cuando el parto en la oscuridad del mar
filtrados por el viento que golpea donde se sumerge
las entrañas sonoras emplumada
del barro y el carrizo la estrella de la tarde

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Roberto López Moreno Meteoro

y la esfera giró y entonces


las fórmulas completas del latido la cortina de los ojos
fueron dadas a luz el letargo descorre
en quirófanos de algas y corales se lame las heridas
los sexos paridores se aromaron de mar contempla inepto y azorado la montaña
sobre las líneas de la palma planetaria
y desde las cóncavas cavidades empezó la montaña establece
lento su permanencia total
el lento movimiento
bajo el agua llovida y todo reiníciase en su ciclo
desde un cielo recién inaugurado en su eje de barro
sobre oleajes solitarios en su herida a tierra y fuego
hasta esa soledad en la que sólo después de cada golpe
el retumbo del mar lo avasallaba todo de ascuas y penumbras
inventando en su lucha el movimiento
y ahí
en el seno de las orfandades marítimas argumento de las eras
el primer desgajamiento reclamó su forma el instante
se hizo piel dura para andar mide el pasado
y el futuro
torpe asimiló el golpe enardecido de piel iguánida
la atmósfera de lo eterno
con la mitad del cuerpo a nado
la otra cómo transcurre el río que bracea
aferrada a las raíces espoleado a su vez por la hojarasca
cae sobre el légamo por remotos imanes
se arrastra tierra adentro tendidos peces necios al océano
trueca su viscosidad por su rumor de cauces
su flor de escamas que dudan cautelosos
áspero adquiere la fatalidad terrestre entre este principio de maíz festivo

46 47
Roberto López Moreno Meteoro

y la sal salta hacia delante


trasatlántica remera la pulsa
la equilibra
cocodrilo del tiempo la lanza rotadora
animal que come y que defeca nos envuelve
clava voraz la dentadura nos besa sin recato
entre la carne y el sol y nos pone en los ojos la mañana
sobre surcos y crucigramas de agua
se pone a sacudir el día el gavial bosteza en el oriente
con las ramas
y lo lava camina la luz su pedrería sonora
y lo tiende y de pronto
y lo recuelga ahí
del vuelo de los pájaros la noche
culminación redonda de las fabricaciones diurnas
en esta hora de preñez incontenible calaverita de azúcar
se amotinan líquidos los verbos de tan quemada ennegrida
la lanza puntiardiente de la luz que yace aquí zapateando
desciende en las tripas de la vida
y deja embarazados con los faldones lúgubres de la hora inevitable
los pantanos arrastrados sobre el polvo
los nidos enarbolan metonimias la otra cara del vuelo
dibujan camaleón que muda los colores de la sombra
pentagramas en el aire rosa negra rozando los filos
puñetazos aéreos de los pétalos más oscuros
manto que cubre a los quebrados del hueso
abajo todo rompe y del aliento
a los enfermos del alba
la montaña es crin volcánica iluminados por cuatro cirios cardinales
en su combustión gorjea la sangre qué derrumbe estrepitoso de la luz

48 49
Roberto López Moreno Meteoro

qué retumbo subcutáneo la palabra es la urna en la que se deposita


qué paridero atroz de las gestas subterráneas la forma de las cosas que van
párpado que se cierra a describir el día
escama que repta a sangre fría lengua que lame humedecida
agazapada garra que de pronto la arena original
toma vida y hiende el aire cocodrilo a dejar brillantes los sentidos
sombrío albañil de los olvidos en los lomos del eco
Mictlantecutli sobre el solio dando nombre a los filtros y peines del paisaje
vientre enjuto de las ceibas cósmicas caracol nominador
dama de luto que desparrama entre sus piernas dedo de fuego
los estremecimientos de su orgasmo helado cincel de Vulcano
prostituta de la tos noctámbula en las hogueras de la voz
con su luna de mármol Kinich Kacmó tendido
como punto final de la danza de las horas entre las cuatro mojoneras del espacio
muerte de la palabra
carne doliente de los adioses salamanquesa absoluta
ronquido profundo paloma de maíz
moño negro toma cielo
se eleva sobre los hombros del mutismo
para decir las estrofas del viento y madura
la máscara de oxígeno puente entre la oreja y el acto
la alegría y el miedo entre el papel
la palabra y el movimiento del mundo
salamanqueja absoluta entre el ojo y la mano
sostiene con sus cuerdas el lenguaje entre el dicho y el lecho
arco de sonido resplandor
flecha de obsidiana al blanco galope gallo
hasta hacerlo decir

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Roberto López Moreno Meteoro

lemacto de permanencias en este mes de julio


varano día siete
lagartija me pisotean la cara bienguardada
sustento de la memoria entre las cuatro paredes de la ira
eje entre la pregunta y la respuesta
recipiente del grito en las calles fusilan una huelga
hace el amor con el sonido y toda la ciudad es un océano
y tiene hijos pacífico
cuelga de las orejas del mundo que nos pone soldado y soledad
está cantando en nuestros horizontes de silencio

y he aquí que después de parido ya bebo amargamente la ola que me toca


el discurso y se me achica la mirada
se pone a caminar con los zapatos de los pobres bajo la turbulencia de un viejo lagrimón
en una dislocada feria de colores líquido guerrillero en vacaciones
de pulpa amarga y risueña como el pueblo
deambula el corazón camina a capela sobre piedras
por las orillas de la cal menesterosa como un saurio rojo que quisiera
toma cerveza caminando sobre el filo
disputa con los filos del verbo a la intemperie pagar todas las culpas
con su costal de tropos albureros que cargan en la espalda los vencidos

también la palabra el saurio tiene nombre


cae lépera Calibán
sobre cuadernos de justicia en su fauces abiertas
donde se vuelve sacerdotisa negra se astilla y recompone
xantúsido nocturno la mañana
de alterada geografía
y aún así abro este paréntesis
nos sigue doliendo nuestra abro este paréntesis que se abre ala

52 53
Roberto López Moreno Meteoro

abro este paréntesis que se abre ala esperanza animal de extremidades extinguiéndose
abro este paréntesis que se abre ala esperanza saurio al cielo ahora te levanto feto
contra tiempo y marea
la selva es sol de soles pendón en cuatro patas
silbo verde bujía de las eras
que esgrime la vida con la muerte en sus entrañas te sacudo frente al polvo de los días
en ella muerde la fiebre alucinante rapto de luz tan necesario y nuestro
lagarto de mil dientes aunque al final termines siendo solamente
mordida que rescata hacia mañana anguido que se muere entre las ramas más altas de la espera
hacia la parda libertad del sueño anguido que se muere entre las ramas más altas
camino transitado tantas veces anguido que se muere entre las ramas
lagartijo agarrado anguido que se muere
a las paredes de la savia
Se cierra el paréntesis
a mitad del paréntesis
la selva circular nos vuelve al tiempo alego la vida
nos planta en el presente siempre vivo intransigentemente
el reptil se busca queriéndose alcanzar la cola en medio de estos horizontes malheridos
el reptil se busca queriéndose el saurio nos persigue
el reptil se busca nos acosa tan de cerca
que sentimos su tufo en nuestra entrega
el reptil se busca en esta vena tan honda
el reptil se busca queriéndose categórica
el reptil se busca queriéndose alcanzar la cola como esta tarde incontenible que azota
se enhebra en las industrias del horario los cristales
y entonces la esperanza aligator en punto
la esperanza se tuerce en una cuerda alego tu yo y mi tú desesperadamente
con el derecho al beso
esperanza piel dura al seno que se hace leche blanda por la lengua
montón de tiempo y hojarasca encinta al amplio vientre

54 55
Roberto López Moreno Meteoro

que baja a convertirse en herpetólogo palpamos el inicio


en un loco descenso subterráneo nos hacemos sangre
y sudor
la piel húmeda de estrellas y vida nueva
al llegar tirita un poema me arrastro hasta tu piel serenamente
un camaleón llueve afuera con las fauces abiertas al encuentro

xenosauro de agua yo te amo amor


lágrima repartida de la altura vente amor mío
dios líquido que nos devore este saurio
en las riberas del tiempo que desvara en nuestras venas
golpe del hidrógeno
en el pulmón del mundo un plectro
humedecedor sacerdote entre las cuerdas del viento
de los mitos tu pelo
tu cuerpo
con tu ración de dios tú absoluta
sobre la espalda
tratas de deletrear yo soy el canto en esta hora
la rosa que te ahoga reptil que contiene en las entrañas
lagarta que no nadas la música del mundo
que te hundes
en el ecuador de la sangre la ceiba de tu cuerpo se detiene
en el lagarto líquido
dinosaurio cocodrilo lechuguino cantando te lame las raíces
colea el corazón a golpes terco después
das frutos tan terrestres
es que esta soledad suena a campana después
mordemos das frutos tan aéreos

56 57
Roberto López Moreno Meteoro

la ceiba amor
es la marimba vertical de la magia dulcísimo estinco
por sus escalas sustancia nuestra
asciende la música como carne voluptuosa alego en tu defensa desde mi cal en punto
tratando de alcanzar el cielo me engarro de ti
bulliciosa anunciación
el marimbo del próximo cataclismo de la luz
celoso hormigueos nocturnos
arguye a lo lejos una canción cercana jalando con sus picos la sábana del día
para tenderla
no podemos amarnos libremente ardiente y fresca
porque algo acecha entre los mangles sobre la planicie de los hombres
en las riberas del río vuelto tiempo hambrientos de alba
sin embargo te cerco cama
leona amor
te devoro hasta el último centímetro dulcísimo estinco
de sal tan sustancia nuestra
de yodo por ti aún estamos
de ola
tomo la libertad sobre tu carne que no nos ensucien la aurora
me permito tu cuerpo de esta hora ni nos cambien la piel por la del odio
y me lleno de ti enardecida roca en cuatro patas
lodo divino “que estemos florecidos para el nado”

tu sexo era que éramos erando


es como un río estos esteros de miedo colectivo
a cuya dentadura líquida el feroz heloderma abre las fauces
remite lentamente tira el mordisco
la geografía de tu cuerpo

58 59
Roberto López Moreno Meteoro

acurrucamos la piel enardecida me prende


las rasposas extremidades oxidadas me calcina
nos tiembla el corazón me revierte a los brazos del principio
y angustiamos a que nos despierte la mañana apenas como el verde
vivo
alegamos bebo
exigimos la luz indago
y cuando las pupilas inventan fornico
de nuevo el nuevo día lato
el mismo cicutante nos atisba muero con prisa inoportuna
desde el fondo del espejo rebotando imprudente en las arterias
por algunos minutos transpiramos los ácidos del mundo en el viento que rasura
volvemos al cerrojo de nuestros cobertores esta piel hecha de tierra
y ahí entre la sombra de masa perturbada
nos devoramos cautelosamente entre los dientes de los pájaros
el caimán llora de risa junto al cieno
hay signos en lo que palpamos
del canto hasta la tierra este enorme lagarto culebra
hay pastizales en el aire superficie endurecida
que disputan nuestro caimán interno paladea el idioma de la gula
se clava recio
recuesto el sudor en esta hora y así me ha ido engullendo
lentamente
gavial de cuatro filos
me tiendo a secar por esta muerte que me avanza
y a que me expliquen motín del polvo
gequillo
es este basilisco tamagazo
a la orilla de mi sangre piedra andando
me sacude por esta muerte de juego entre los dedos

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Roberto López Moreno Meteoro

que peino en las mañanas navega esta balsa endeble


que amarro en los zapatos en la que nos rema el brazo ciego
que encoito cada noche y el ojo manco
por esta muerte
en mi contra para modelar los verbos del barro en tu costilla
estoy latiendo tan indefensamente pon a secar tu piel sobre la arena

pero el acoso sigue ahí el cocodrilo observa desde la sombra


sobre sus patas de corteza prehistórica y llora
el animal adquiere
su forma represiva y arriba
se dispone a aplicar la dentellada más arriba
la signatura total del exterminio del cielo más allá
el negro lagarto oscuro saurio sombra
se arrastra sobre légamos sudados pace sobre una raya negra
y llega hasta las puertas de las factorías nutrido de años luz
en donde inventa a cada golpe de reloj inmolados por la dentadura de las constelaciones
la porosidad del sueño
arriba
se sacuden los muros de los sindicatos en el techo y en el sótano de todo
sobre el fango en que las fauces chapotean hartado de esa tenacidad que llaman infinito
y desvariadas nos marcan reptil frío y palpitante
con el mordisco inevitable del siglo este saurio encorvado acecha
con sus millones de ojitos parpadeosos
sangrenpunta el grano universal
obrera que dibujas esta sed de todos en donde recobramos nuestra arquitectura diaria
sumérgete con nuestro cero al cociente de la espalda
ahonda en esta gran división que somos todos
bucea y emerge con la tierra celular del primer hombre en esta multiplicación de hacer ocioso
levanta los pendones de los mangles suma y resta de la vida y la muerte

62 63
Roberto López Moreno Meteoro

en este alegato sin finales se desploma en el cilanco que en el tiempo


alza la vista en nombre de todos refleja su alegórico desmayo.
contempla
se acurruca humildemente Me llamo entre las sombras,
este humilde lagarto que soy y me encuentro,
alegando su fósforo despojado de soles del camino.
su llama Astrid G., en el declive,
su apenas lucecita en el deshielo. supiste de un segundo de mi ida.
De saurios, itinerarios y adioses, UNACH, 1984. El oleaje de seres,
la sinfonía del claxon
y el caro monumento de la fotografía,
En el sur de la nostalgia contemplaron el cuadro de la diosa
caminando del brazo celebrante
Las alas migratorias se niegan a mi giro, en plena capital de la ignominia.
me sé yo mismo, y así,
yo mismo me impido. Cantamos el instante tal vez sin darnos cuenta,
el principio de vida,
Me ubico en las tinieblas el canto transportado de tu mano
ahogándome en la angustia del aliento, al frío de mi lápida en espera;
y oculto mis fracasos mientras tu palpitar se me ennostalgia,
en manifestaciones de pájaros que lamen el asfalto. cintila burlando mis afanes
tu propio resplandor de Estrella.
A la vuelta de la esquina
me atardece la sonrisa. Quizá en el interior de tanta bruma
Mi geometría infiltrada en el momento una llama se libere
por el átomo del carbono, buscando su extinguirse en la blancura
pierde el vuelo, nacida de tu interior tibieza.
y su alondra vocación de ave viajera
que descubre parajes del insomnio

64 65
Roberto López Moreno Meteoro

Por mientras, me deslizo entre las calles paralelo metal tendido al sur,
donde duerme la noche un sueño amargo matraca del abuelo,
sobre mi subconciencia reaccionaria. (cercanía a López) por este viejo camino vuelvo viejo
habiendo apenas transitado en horcas,
Sabrá de mi equipaje sin luz la alcantarilla, un suspiro viajero sobre el tiempo.
para que despojados del plomo que me clava,
bc
caminen mis zapatos hambrientos de distancia.

bc
Ya estoy aquí,
en la selva del hombre,
Atrás quedó lo que era citadino, ubicado en la cruz de dos caminos
yo cristiano, y en la curva imperceptible de mi propia vereda,
ateo y reaccionario, carne de retrato.
sigo el paso, Ya estoy aquí con las manos vacías,
y un sendero de esparto génesis de mi propio tormento,
me vive en la caricia de esta farsa. el sol cuelga de los rostros enjutos
a la sombra palúdica que aterra,
Regreso al viento, la sombra desvalida del canijo
retorno al sol, en ejercicio de su propia entrega.
a verme la otra cara, Mi raza. El espíritu.
vuelvo al punto de mi origen, ¿Cincelado en disciplinas indostánicas?
así; sin nada, ¡Qué traición tan verdadera!,
la alforja deshecha mordida en la pobreza personaje de mural denuncia
y un amargo sabor en esta boca, con grandes espaldas y olímpicas orejas.
tan sola, Pero ésta es la selva,
huérfana ya del seno inhabitado. rama, trino, tronco,
lunas besando las cabezas,
Torno por el camino más tarde, rocíos matinales,
recorrido en mi joven pasado, el violento rugido de la bestia,
camino petrolero, ríos, amoríos botánicos,

66 67
Roberto López Moreno Meteoro

el viento declamando su poema, sobre un reloj de siglos y un mapa de sangre,


su verso indiferente, arrebato telúrico en la ofrenda.
y del bronce, ¿quién se acuerda? Hay un puente tendido en tu camino,
en esta selva de hombres, devora Cuauhtemoc la suriana selva.
del desmenuzado bronce, Blom habla:
¿quién se acuerda? “Águila de bronce, levántate y vuela”.

bc
Frans Blom,
epígrafe de ti mismo
Frans Blom, conjugado en la estrella de la tarde.
mano blanca en mano negra, viejo abuelo,
seguirás hablando por el indio, empolvado Quetzalcoatl,
bebiendo tu propia trascendencia río de plumas
forjada en vigesimal sistema en el preludio del ocaso y las auroras.
y en la ruta del sol correteado por el maya. Blom habla:
“Avanza la sombra de Cuauhtemoc
Agua, aire, tierra, fuego, pendiente de una cuerda,
despiertan en tu forma los cuatro amaneceres. águila de bronce, levántate y vuela”.
Frans Blom, Frans guía,
bc
vuelto nuevos ramos en las aras
que los dioses extraviaron en la selva.
Kinich Kakmó te vela; Una lágrima fue río y caminó el desierto,
avanza la sombra de Cuauhtemoc acarició los ríos secos que me cruzan,
pendiente de una cuerda, se hizo voz a mi paso,
avanza águila de bronce se hizo una rosa,
y clava tu martirio entre la tierra. un aliento que pueblan girasoles
¡Ah! Te han escupido, en la danza que busca a Quetzalcoatl,
se sabe todo y el Chac Mool ya sueña mi nagual que se esconde bajo el trigo,
al que en su trono engorda, engorda… un número que bebe el horizonte,
mientras llegas nueva fiesta de pájaros con hambre.

68 69
Roberto López Moreno Meteoro

Volví al punto primario del paisaje tiempo y espacio para cantar los siglos
y he encontrado pizarrones multiplicando amor arrebatada en el arder que te enarbola.
en el viento y los maizales.
Tu altura está
Una estrella de tinta se clavó en el futuro fruto de tu siembra,
a la mitad de mis horarios huérfanos. Educadora,
Educadora del sol y los minutos. heredera del sol y la simiente,
Oh, tiempo, trino con la misión de despertar el ave,
desde este cuerpo acaricio tu rostro y me sosiego. verdes labios de amor,
Oh, principio ancestral de la vida y la muerte, vocación de primavera andando
en tus ojos de pez hacia los cuatro rumbos cardinales
me está mirando su canción de agua. por todos los caminos de la vida
desde el vértice agraz del silogismo.
bc
Tu eres el amor, Educadora,
Pensar la pauta del preludio para la sinfonía,
que igual se rompe la tierra para enterrar a un hombre tu eres el amor,
que para sembrar un árbol; pobladora del mundo
se te han roto los surcos naciendo humanidad en la semilla.
sembradora.
bc
Caminas nuevas rutas
pero me obstina el canto Cuando pueda detener tu paso
y persigo tu paso para hablarte, mi ser, despilfarrada espera,
invoco la palabra, y el tiempo y el espacio se unan
la única expresión de tu estatura, a detener tu huella.
universo de ti parido al alba Cuando pueda detener tu paso
ante la muerte del antiguo horario. arrebato de selva;
Tan solo la palabra besará tu rezo; tu murmullo de río,

70 71
Roberto López Moreno Meteoro

piel de arena, de tu esencia y mi esencia


será un beso de luz en la tiniebla. creciendo par en la orfandad del tiempo.

Cuando pueda ofrecerte mis canciones Amo el camino agreste en que te fuiste
bajo mi cielo en rigurosa pena a jugar con el día que me sangraba
y la marimba nocturnal florezca con ese atardecer donde el arroyo
con un sollozo en vela, hablaba con la estrofa presentida.

un verso, militante deshojado Amo tus pies gozando sobre el pasto


a tus plantas cansadas de vereda, que me fue estructurando la distancia
te hablará de mi miedo sepultado y tu pelo, cascada de las noches
bajo el manto verduzco de la tierra. como un lento diluvio en tus espaldas.

Cuando baile tu sexo en roja danza Amo tus ojos,


el canto de la luna nueva, abismos de mis vértigos
trataré de romper este silencio cantados en el vals que ya conoces,
que se enreda a mi voz y la silencia. en el vals donde naces a mi instinto,
Cuando pueda esta voz decir: ¡Te quiero! huérfana, palpitando en pleno cielo.
cuando pueda…
tal vez habré enterrado un miedo inútil Hay un afán en tu esbeltez de goce,
y nacido el dolor de verte ajena. tu girar que feliz se engolondrina.

bc
Amo lo que eres,
lo que soy para ti,
Amo la heroica promesa de tus muslos, lo que somos viviendo al ras del tiempo,
tu presencia de trino veraniego, de nuestra prisa;
tu anuncio de pasión, amo tu forma de canción al viento,
tus verdes labios, mi mueca y tu temblor,
las veredas tendidas al encuentro mi lágrima,
de tu sol y mi sol, mi sal que le da forma a tu sonrisa.

72 73
Roberto López Moreno Meteoro

bc
dejándome en la cama de todos los insomnios,
en la lágrima de todos los olvidos,
La hoja afilada del maíz envuelto en el recuerdo de todo lo que fuiste
hirió el vientre de la aurora, y que no fuiste,
yo estaba contigo de lo que platicaban tus silencios
diciendo mis versos a tu oído con una voz menos triste
y tú no respondías… que el de este cargamento de pájaros heridos,
tal vez sobre el teclado de una marimba encinta de trinos mutilados.
habías ascendido; Fue ayer que me acosté con la tristeza
cuántas veces, mi amor, hice lo mismo. y hoy despierto con hijos sin mañana.
Qué cercanos y siempre qué distantes. Te llevas tus pizarrones con la luz pastora,
tu lápiz que divide la ternura,
Aquella rima y me dejas espinas en la lengua
te despojó el ropaje frío para rasgar los muros de la noche
y nos lanzó desnudos del cansancio conjugando los tiempos de la ausencia.
a la vereda del primer beso tímido.
bc
Quizá las rosas nos estén abiertas
para vivir con nuestro pan marítimo, A la víbora víbora de la mar,
con promesas de luna en tus pupilas, flor de azúcar,
con la pena en tus adentros en declive, flor de sal,
los pinceles del tiempo en mi cabeza, sube al cielo,
el ansia que no pueda más erguirse, baja al mar,
unidos en las rutas a la víbora de la mar.
preñadas de arrecifes. La muchacha viene y va,
blanca blanca la azucena,
bc
verde verde el cafetal.
A la víbora en el palmar,
Me clavaste el adiós a media risa… la muchacha se fue al río,
Te alejas lava y lava su cantar,

74 75
Roberto López Moreno Meteoro

do, re, mi, pero el mundo está sordo,


fa, sol, la, el poeta canta versos,
lava y lava su cantar. pero el mundo está sordo,
A la víbora de la mar el poeta llora, ríe, sangra versos,
por el puente pasará pero el mundo está sordo,
con su aliento de distancia ala de los destinos,
lamento de inmensidad, pero el mundo está sordo,
es mi sueño que se aleja, alba de la noche,
es mi sueño que se va, pero el mundo está sordo,
va llorando por la vía, eco Federico,
es mi sueño que se va, alma de Neruda,
que se va, llama Gorostiza,
por el puente pasará. oración entre espinas,
A la víbora de la mar fuego contra el mito,
de la mar, metamorfosis a hombre,
por aquí debe pasar, grito subversivo,
quizá retorne en el tiempo, muerte al nuevo cambio,
tal vez nunca volverá. padre de la ausencia,
A la víbora víbora, hijo de la muerte,
a la víbora de la mar… espíritu del adiós,
de la mar… ruega por ellos,
pero el mundo está sordo,
bc
ruega por ellos,
pero el mundo está sordo,
Camino por la sombra madura del olvido, ruega por ellos.
el tiempo se me escurre entre las manos, Se hace polvo el tiempo
ni un pedazo de río entre los dedos, y nos hacemos viejos entre el mar y el insulto.
se muere el rito y yo con él, ¡Pronto! ¡Ganemos el instante!
el poeta se asfixia en el desierto, que hay que comprarle
es triste, un par de orejas a este mundo.
el poeta dice versos,

76 77
Roberto López Moreno Meteoro

bc
“El corrido de los pobres,
mentada palos tiranos”.
Un cohete se eleva por interminable cielo …Y siguió rebotando entre las piedras
y en suspiro final explora el éter su grito alcohólico y largo.
propagando ondulatorio eco, El susto se arropó tras los adobes,
abajo, las ventanas del miedo se cerraron.
el paisaje rural se vuelve viejo,
una iglesia, un portal… el cementerio. “Llegó el supremo gobierno,
En el sur de la nostalgia, Federación Editorial Mexicana, 1974. cuanto jijo arrejuntado”.

La cal se rompe en paredes


Corrido novias de vestido amargo.
La tarde se quiebra entre las milpas
Un ranchero bajó con su guitarra y el barranco.
y sus venas de pulque amotinado,
una alondra colgada en cada cuerda, Una parvada de pájaros de fuego
seis trinos borrachos. dividió al viento y al llano,
“Señores vengo a cantarles el agua del arroyo fue creciendo.
este corrido afamado”. Llantos.
…Y escupió
la saliva de su grito “Vuela vuela palomita
con la camisa en desorden con el canto fusilado
y con la calle de lado. de un ranchero hecho silencio
junto al silencio del campo”.
Su voz, En el sur de la nostalgia
profunda herida rasgada en los magueyes,
paso a paso,
se montó sobre del lomo de las notas
desde los lomos del trago.

78 79
Roberto López Moreno Meteoro

El río grande él, luminoso.


(fragmento) Ahí, otra vez nuevo para los nuevos ojos azorados,
para los minúsculos oídos en donde ya no cabe tanto.
Rrrrrrrrrrrrrr iiiiiii ooooooooo R Ahí el caudal
Pedregal arriba de la memoria, saliendo otra vez por primera vez a la sorpresa,
en el inicio de los descubrimientos, reventando su matriz de clorofila.
me veo entre un grupo de mayores, Una palabra cruza el aire ahora fresco. Río.
veo mi primera infancia Esa inmensidad que rebulle imponente entre las piedras
lanzada apenas a reconocer el mundo. se llama río ¿río es? ¡es el río!,
Las bestias bufan nerviosas en espera de que otros ojos
y son como una quilla rompiendo la marea terrestre. lo descubran mañana y así desde los siglos.
Un sol derritiéndose en forma de horno verde, Sencillamente, los mayores, a la sombra de la ceiba
de fiebre verde, de demencia verde, abren los labios y lo nombran:
cerca los caballos dicen río, nada más, como si nada
en la estrecha vereda, y ellos bufan. y a unos cuantos metros,
Crujen las ramas, reverberan. la tierra otorga su bautizo a un niño.
Nuestros cuerpos son cuchillos abriendo la maleza. Morada del colibrí (Poemurales), Papeles Privados, 1995.
El mío, pequeñito y deslumbrado
se guarda en la sapiencia de los grandes y poco entiende.
A lo lejos se oye un rumor que crece. El río
Conforme avanza la caravana (fragmento)
el rumor se agiganta. Va creciendo.
Cada vez es mayor. Elegía
Ya no se oyen los lentos cascos de las cabalgaduras. Las más bellas ciudades son tocadas por el encanto de algún
Yo ignoro que todo eso se llama chiapas, trópico, río. La de México, ciudad de sangre y obsidiana, se extiende
desmesura. bajo los signos de la devoradora de sus propias venas. Hubo
El rumor aumenta espantando; el breve corazón se agita. una vez un cauce agreste que saludable se desprendía de las
Y de pronto, en un claro del follaje… ¡Ahí!, alturas del Ajusco y cruzaba llanos y sembradíos, pequeños
con su ruido sin velos, enorme, entero y claro, lagunares, repartiendo entre patos silvestres y mugires, una
el torrente desgajándose en su reino de peñascos, alegría vestida de color verde-arboleda. Cuando niño, lo vi

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Roberto López Moreno Meteoro

pasar entre eucaliptos, frente a la colonia Portales, ya convertido Y sigues sin acomodarte al mundo
para entonces en canal de llagas negras; venía de Coyoacán y y caminas y te vas y te le huyes
nos decía adiós con su pañuelo de agua maltratada, porque se pero ahí sigues estando, eternamente,
iba a las planicies de Iztacalco, a donde fueron los fandangos para que te nombremos río.
de la aquella Santa Anita, hacia el noreste reseco de la urbe. Yo ¿En dónde está la falla de tu fuga?
era apenas un pequeño manojito de asombros, pero al río del ¿En dónde el error de tu álgebra de agua?
que hablo ya lo habían hecho un anciano de aguas cancerosas, Porque aunque nadie sepa dos veces de tu mismo cuerpo
de paso difícil, pestilente, que cruzaba cancino frente a lo que ahí sigues estando, asido a los úteros de la tierra.
iba a ser un recuerdo al que nombro “la Portales”, a la altura Y para que de fijo no puedas arrancarte
de la calzada de Tlalpan. Tanta amargura andando terminó te nacen peces en el vientre,
siendo entubada. ¡Coatlicue, terrible devoradora! Aquel viejo te ata la primavera desde adentro
caminante ahora yace, a diez años del veintiuno siglo, bajo una y te alimentan igual el colibrí de fósforo
larga lápida. A este kilométrico muerto nombramos Avenida y la terrífica ansia del ahogado.
Río de Churubusco. Descanse en paz aquel gigante, ultrajado Caminas y caminas y no terminas, Tántalo.
cada vez que un coche retoza sobre el esqueleto del agua. Nosotros, los que asistimos al milagro de mirarte
Padre nuestro… somos el pueblo de tus ojos tristes
Morada del colibrí (Poemurales) que un día sin puertas ató la primavera.
Morada del colibrí (Poemurales)

El río
(fragmento) El río
(fragmento)
Milagro de milagros:
¿Cuál es la ecuación de tu verdad rodando? Desde la imaginación cae el peso de los cuerpos para saciar
¿Cómo medir las veces que has recorrido el mundo? [los imanes del abismo.
¿La amarga sal con que te ciñe el cuerpo La antigua leyenda vuelve a escalar el reto de la roca para
a la hora en la que naces nuevamente, [cumplir puntual con el sumo de la ceremonia.
viejo alumbro de continuo renovado?, ¿Qué sal de espanto elude la espiral del sacrificio en esta
viejo dolor, ahí, presente siempre, [hora?
cumpliéndole puntual a los segundos. Nace en el vientre de lo aéreo y ahí se ovilla

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Roberto López Moreno Meteoro

el espectro de su vuelo que desciende, El río


que se abrirá en un parto de sombras en el fondo. (fragmento)
Yo levanto mi mano de légamo y me agarro del día con la
[desesperación de los condenados a vida. —Madre, ¿por qué se queja el río?
Ala cuadriculada, multiplicación de las incógnitas a la —Son los ahogados, hijo, olvídalo.
[terrible —Madre, está llorando el río.
[oscilación de la cadena perpetua. —No es llanto lo que escuchas.
Levanto mi mano de légamo, un arañazo de lodo apenas —Qué es, madre.
[para marcar la roca que me lanza —El olvido.
otra vez a cumplir la etapa demencial del ciclo. Morada del colibrí (Poemurales)

El naufragio es el centro del río, en donde la resurrección es


[insurrección y el eterno prisma se rehace eternamente.
Sobre la corriente flotan los ojos del suicida que se adiestra El nacimiento
[en la orilla del enorme precipicio.
Más abajo, en la sub-agua —Batalla del Sumidero— se Un hombre erguido de armadura
[gesta la cocción del azufre. —largo suspiro vertical y fiebre—
Al vacío un caballo negro, sin alas, un elefante negro, con su compañero rústico, redondo,
[todo y pasado adentro, el sueño que a ambos enlazaba,
un ruiseñor negro y la parte más sin luz de lo negro. arribaron los tres sobre sus montas,
Caballo y elefante y ruiseñor y lo negro quedan suspendidos asno, rocín,
[en las estrías orales, elefante amasado a plural memoria,
en el horal renovándose, donde dibuja el verbo su arco se postraron frente al sol de la criatura,
[heráclito, estaba sur el recién nacido,
“inmortales los mortales, y mortales los inmortales, viviendo había roto la sangre hacia la luz.
[su muerte, muriendo su vida”. Su cuna no era manca.
Alguien se clava un puñal de sima en el vientre del vértigo, Después la iba a mordisquear la vida.
[carnal hondura de la velocidad de la caída. Manco y loco ¡Arde!

Vive como nunca el acantilado.


Morada del colibrí (Poemurales)

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Roberto López Moreno Meteoro

El bautizo ¡Ojo por brazo! —gritó iracundo—.


Atacó a Dios, molino de molinos.
Rodrigo de Cervantes y Leonor de Cortinas Lo hizo cíclope de cíclopes.
anuncian el bautizo de su hijo Bajó humildemente el punzón oxidado,
celebrado sin sangre alguna en el mellado filo.
en la parroquia de Santa María la Mayor Desde entonces
de Alcalá de Henares Dios anda tuerto por donde anda.
el 9 de octubre de 1547. Manco y loco ¡Arde!
Se ruega a los que acudan
su puntual presencia
a la hora y en la hora De ausencias
de la señal de fuego.
Manco y loco ¡Arde! Nadie había visto el invierno.
Don Quijote callaba porque sabía.
El invierno desaparecido era,
Hecho de armas su ausencia preocupaba,
rompía el orden natural.
Don Quijote El invierno no estaba,
sintió fatiga. preguntaban con angustia por él,
Decidió descansar a la vera con desesperación.
del manco, ojos enfebrecidos. Lo buscaban en los pliegues del día,
El hombre ardiendo en las costuras de la ropa,
aprovechó el descuido. no estaba,
Fue por ahí no lo habían visto por ninguna parte.
a escudriñar Don Quijote callaba,
vericuetos de la noche. el sabía que el manco de fiebres
En un atajo dio con Dios. lo llevaba enredado entre los huesos.
Reclamó la ausencia de su brazo. Manco y loco ¡Arde!

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Roberto López Moreno Meteoro

La respuesta Del nuevo mundo

“¿Qué han hecho estos desdichados El lagarto es fuego desde el lomo,


que ansí los azotan…?” el ave es verde idioma entre los árboles,
Sancho al manco. las altas ramas cuelgan arañas voladoras,
Manco a Sancho: zaraguatan el aire,
—Están haciendo el crimen la carne vegetal es desmesura,
de quien los azota mientras silba. la savia forma ríos, incalculables culebreras de agua,
Manco y loco ¡Arde! el manatí navega leyenda de sirenas,
el jaguar, el tapir,
el quetzal, la nahuyaca, visten fiesta,
La primera piedra marimbamba de la flora enllamarada,
ínsula que Sancho le ha asignado al manco.
Yo, Ginés de Pasamonte, El manco nunca llega.
fui autor de la primera piedra. Estaba desde siempre.
Acúsome Manco y loco ¡Arde!
del rostro ensangrentado de aquel hombre,
era un loco
y enloquecí con él, Paradiso
pero yo de confusión,
de no entender el cobro, (La visita)
de miedo.
Acúsome en razón de villanía. El hombre de la enhiesta fiebre
Algo arde en mi cara. Quema. deja a Sancho
Por mi rostro resbala aquella piedra. en demencia de luz y guacamayas,
Manco y loco ¡Arde! (conversación de loros,
alumbros de luciérnagas).
El enfebrido busca sombra,
Lezama lo acomoda en el centro
de su biblioteca.

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Roberto López Moreno Meteoro

Su fiebre crece en la penumbra, Isabel viendo llover…


es un dragón en ese centro,
un cocodrilo en llamas. Llueve lumbre.
En los resquicios de su lumbre Huixtla se desgaja, fuerte, sobre el cielo.
conversa. La flor, el fruto, el corazón
El entusiasmo del manco se regocijan.
chisporrotea a dos manos, Desde el cuerpo curvo de la noche
Lezama coloca entre esas manos ella es los ojos felinos de esta lluvia,
estallar de savias. sube del suelo,
Manco y loco ¡Arde! del zumo sube,
en ala sube su zigzag eléctrico,
en nube.
Dulcinea frente al Usumacinta Ella ve llover Huixtla,
se convierte en los dedos de su agua,
Ella se dedicaba a jugar a las horas con el río, en las zonas del amarse,
lo ceñía por las noches con una cinta roja, de sentirse en lo más hondo.
ponía cascabeles a sus pies líquidos El diluvio continúa en esta hora.
y en las mañanas era un juntar los dos pechos La flor, el fruto, el corazón
con el sol en medio. se regocijan.
Ella jugaba y jugaba Isabel ve llover en Huixtla,
a que el río se detenía en su cuerpo, a Huixtla
jugaba a la ilusión desde la lumbre y su aguar nocturno.
y el río estaba ahí, Manco y loco ¡Arde!
no se movía de su sitio,
mientras, ella, Soconusco
era un correr de agua
hacia la mar canora. Lezama conversa manco:
Manco y loco ¡Arde! magma concéntrico rebulle
en vientre lito,

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Roberto López Moreno Meteoro

si rasguño en tal plano costal de anhelos y pesares desde mano de amo,


chorro tórrido derrama ascensiones, desleída memoria del solio de Calígula,
breve masa de plumas y fuego. yo, callado,
Las cuatro palabras estaturan lujuria y servicial a medias por rienda de fatiga,
sin sañudos tirantes. me pronuncio dolor de curvo lomo,
La serpiente llora hacia los lados, lo que me duele a mí le duele al mundo,
fantasmas de lumbre beben de ella, al lodo sobre el que cabalgo,
lerman de la ese aguada, al aire sobre el que me elevo,
retornan su función a sexo sin gramática. a la galaxia por la que me guían.
El rasguño abre herida horizontal, Yo, oscuro Rocinante
libera pentagramas verticales. también soy este mundo que delira,
Uno y dos suman telar del arco-iris. mi fiebre es la de todos,
Tres y cuatro. tinta ácida de mi escritura.
La imagen ya es profundidad, Yo, manco entre las sombras
triunfo de los párpados escribo este relincho
y de la espiral de las circunvalaciones. en el que reconozco mi dolor
Adelante, señor, toma gobierno. como el dolor de todos.
Manco y loco ¡Arde! El jamelgo me observa con ternura,
trémula desolada crin.
Su crin es viento.
De cabalgaduras Manco y loco ¡Arde!

Por la puerta falsa del corral


salí a recorrer el mundo, En la venta
espinazo dócil y molido el mío,
superficie de inicio trasijada, ¿Adónde estás, puta?
mataduras del tiempo, Maritornes recoge lascivia
mapas de la mala vida. bajo fealdad y falda,
Yo, maltrecho Rocinante, susto ovilla
en rincón penumbra,

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Roberto López Moreno Meteoro

en pecho de Sancho se acurruca, ochenta padres-nuestros,


en inocencia permanecida igual aves-marías, credos, salmos,
en sí de sueño. la señal de la cruz bendiciendo tal brebaje.
Crece el alboroto, El de escuálida epidermis, cura,
el gato al rato, El rústico rechoncho desvanece en vómitos,
el rato a la cuerda, desmayos, feroces sacudidas,
la cuerda al palo. siente que la muerte lo estremece adentro,
Mujer ventero arriero el estómago es un saco que se invierte
se lían en sombras rudas, sin gobierno.
la vida los ennuda. Sancho no sana,
La turbamulta cumple. el necio cuerpo aldeano
El hombre de armas, arroja en bascas
Sancho, la bendición de Cristo.
no saben por qué Al día siguiente plebeyos lo mantean
los acaba de golpear el mundo. para acercarlo al cielo.
Sancho duele huesos del alma, Manco y loco ¡Arde!
don Quijote yace sin sentido.
No se vaya nadie
que han muerto aquí a un hombre. El bachiller Sansón Carrasco
Manco y loco ¡Arde!
Yo, Sansón Carrasco,
no entendí la energía de aquel hombre.
Fierabrás Voté por la cordura,
por el estrecho mundo del esquema.
Caballero y rústico Aquel hombre ardía
molidos a palos y yo ciego;
se atienen al bálsamo de Fierabrás sonaba las imágenes
para aliviar heridas y yo sordo.
(fórmula balsámica que ungió el cuerpo de Cristo), Le vencí en lance de lanza
mezcla de vino, aceite, sal, romero, para imponerle angostura, inmediatez,

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Roberto López Moreno Meteoro

mi sangre atada. se vuelve realidad de adversa cara.


Voté por la cordura. Rústicos, aldeanos, gente de villana estirpe
Ay de nosotros, pueden alzarse a la luz de tal demencia,
los más que no nacimos para el vuelo. trastocar el marco lógico,
Manco y loco ¡Arde! ponerle el tonto nombre de idealismo.
Por ello,
hicimos de su fuerza motivo de sarcasmo,
Sancho a un poeta de sus espejismos, risa.
Nos mofamos, sí,
No temas poeta Villaseca, nosotros los duques
Juan Bautista de dolores, no fuimos culpables de esos hechos,
sólo los malos versos preservamos el curso de la historia,
no caminan. la tradición de los hombres nos guiaba.
Hay los que tarde o temprano Manco y loco ¡Arde!
vuelan.
Manco y loco ¡Arde!
Confesión

De duques Te azotaban, hombre atado al árbol.


Te azotaba tu amo.
Aquel hombre vivía en el ridículo, Yo fui el que hizo que te desataran.
ser sin juicio. Yo provoqué la ira de la bestia
Mi corazón de duque que luego te dio doble.
sintió fiesta de tenerlo bajo amparo No tiene culpa alguna
y así fue, el del quemante yelmo.
junto con el gordo que le seguía el absurdo. Me declaro culpable.
Nos burlamos de ellos Todo eso lo hice con una sola mano
porque es fuerza befarse del iluso y el demente, y lo lloro
de lo contrario, la locura que así mueve con dúo remordimiento.
Manco y loco ¡Arde!

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Roberto López Moreno Meteoro

La oración de Aldonza en el costado izquierdo del viento.


Los pájaros del mundo lo saben.
Yo, Aldonza Lorenzo, Manco y loco ¡Arde!
enloquecí a aquel hombre.
Entré Dulcinea en su cerebro,
guié su brazo, Acta de defunción
su voluntad,
la dirección endeble de su rienda. Yo, William Shakespeare,
Sus hechos fui, en uso de razón,
el filo que desde él atravesaba el viento, me declaro muerto en esta fecha,
la rotación del mundo 23 de abril, 1616,
sobre el local Toboso. ciudad Madrid,
Lloré en su lágrima. calle del León 89.
Reí en su risa. Dejo en Strattford,
Fui la pasión, en la misma jornada,
la visión, mi cadáver, manco,
la muerte… de pie sobre la luz del día.
Si tan sólo un beso Manco y loco ¡Arde!
hubiera sido…
Manco y loco ¡Arde!
Lápida

Epitafio 1547-1616
Aquí yace un hombre.
Aquí, bajo este tronco Perdió un brazo y lo rehízo en la batalla.
que camina sobre la tierra del hombre Sufrió hambres y se hizo pan,
yacía el brazo del poeta. prisiones y se hizo luz,
Se convirtió en rama, murió hasta hacerse vida.
después,

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Roberto López Moreno Meteoro

Un hombre de armadura, La junta


su compañero rústico, Visión de Chicomuselo
se postran frente al túmulo.
Les florece en los ojos haz de lágrimas. Va viva el agua de la vida, viva
Manco y loco ¡Arde! la de la muerte, verde una, roja
la otra; el clima baja y aloja
dos vertientes: la helada y la lasciva.

En el Cañón del Sumidero


Al filo del abismo El que marca sus pasos río arriba,
unidad de la dicha y la congoja,
Desde el cielo del verde, en su techumbre, llega a un punto del agua en que remoja
donde el horno de agreste forjadura su dialéctica impuesta en disyuntiva.
alza el fuego y la savia a su estatura
bajo el sol, sola brasa en mansedumbre. Río abajo el cauce de la muerte
se suicida en el cauce de la vida,
Desde el vértigo alado de la cumbre ya son uno corriendo misma suerte.
el vacío se vuelve catadura,
imán del precipicio en desmesura Agua fría y caliente, igual herida,
con su historia de razas y de lumbre. retoza el agua en el absorto inerte
cubriendo la distancia estremecida.
A la heroica herida baja el cosmos La roja y verde rosa de los vientos

con un tatuaje constelado en siglos


que se ensancha en amor, pavor, en Cosmos.
Hacienda de Santa María
En las inmediaciones de las Lagunas de Montebello
El hondo mineral murmura siglos
y el corazón se eleva —astilla y cosmos—
En el vaso del tiempo ensombra y brilla
del telúrico tajo de los siglos.
el trabajo que dio mano doctora,
La roja y verde rosa de los vientos, CONECULTA-Chiapas, 1997.
y la hora de ayer es esta hora
que la pupila crece y maravilla.

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Roberto López Moreno Meteoro

Viene el minuto desde la otra orilla El cauce es la leyenda, y lo es el puente,


hasta el umbral donde el paisaje mora y las piedras del lecho, y la maleza,
y el color da a la forma voz canora, y este calor que ahoga y que no miente.
y accede a este rincón donde se ovilla.
Esta fuerza avasalla, ruge, reza;
¿Quiénes antes que yo? ¿Cuáles latidos? algo de cataclismo está presente,
¿Qué sangres desde ancestras quemaduras lloro del sur… y el agua que no cesa.
dan sentido a este ardid de los sentidos? La roja y verde rosa de los vientos

Aguilar, Mazariegos, donosuras,


nos explican apenas lo que han sido: Amatenango de la Frontera
coleccionistas de cielos y locuras. Donde nace el Grijalva
La roja y verde rosa de los vientos
Al rectángulo azul… la primavera.
El útero se ovilla en el instinto,
Puente de Talismán el después, hacia atrás es sol extinto
Sobre el Suchiate
o promesa bordeando la ribera.

Y el agua que no cesa, noche y día, Aquí es el natalicio, ansia primera,


va tejiendo su historia de rumores, el principio del tiempo, que sucinto
baja envuelta en su estola de verdores anilla el panorama, tan distinto
con su propia visión de lejanía. al que vendrá en la forma y la manera.

Y el agua que no cesa, algarabía Ya ha jugado al origen con el día


que se alarga frontera entre dos flores, esta tarde, de soledad poliedra.
dos corolas de siglos y dolores, Un niño de agua, un niño todavía,
donde prenden la pena y la alegría.

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Roberto López Moreno Meteoro

desciende de la orquídea y de la hiedra Cisne y nahual se ciñen a esta fecha


e inicia a caminar su lejanía (este es un cisne que sí conoce
desde su cuna de cuaternaria piedra. su peso en el paisaje,
La roja y verde rosa de los vientos nahual que sabe su embrujada brasa)
cucharada de azúcar,
cucharada de sal.
Octavio Paz
No vio nacer al mundo, En la pupila azul de la memoria
mas se enciende su sangre cada noche se dibujan los perímetros del viento,
descienden hasta el cisne y el nahual
No vio nacer al mundo que laten en la sangre
mas se incendia su sangre cada noche; —adentro del gran árbol de su sangre—.
desde ese palpitar otea el día,
lo descifra, traduce, A la menor provocación
lo acomoda en todo lo que nombra. salta la sangre a ver el mundo,
El día aquí a encontrarse con los líquidos
es una herida por donde fluye de la tierra de la que fue hecha árbol.
un motín de buganvilias.
En el profundo cielo se refleja el mar.
Baja la fecha a nuestro somos, El mar es un tumulto de agua estanca
recorre litorales de barro y nube. en el que apenas cabe el huracán de la palabra.
Asombros. El reflejo brama.

Ometecuhtli —huitzillin amarillo— En el centro del espejo


(bujía de mis más rotundos desconciertos) un relámpago verde, fluido verde, manantial
eleva verde, verdad verde de alegría
sobre nuestros destinos y alegría de verde,
la sed del fósforo arquitectura de los siglos verdes,
y nos convierte en la patria verbo verde
de su penacho incandescente. con todos los caminos inventados

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Roberto López Moreno Meteoro

para vivir sus construcciones verdes. Ya creó de nuevo el día.


La vida, tocada por su mano verde, No vio nacer al mundo
arriba y abajo, a los lados, pero lo está inventando
adentro del tigre curvo al encender su sangre cada noche,
rayonado de años luz. Verdes. al arder en la inmensa y silenciosa noche,
al alzar la noche
El ansia bracea a contra-río, reposo de Dios,
va asumiendo la pequeñez de su distancia. tradición del Diablo,
Bracea. sacerdota y poetisa,
Hay valles y planicies en el recorrido fruto derramado desde el cosmos,
que se habían encuclillado oscura sabihonda,
en algunos rincones de sus células. cuna de la próxima ecuación verde.
Bracea río arriba.
Redescubre paisajes despintados (Abecedario Ave se diario Abecedario
por un tiempo a la inversa. A veces sedario
Reconstruye paisajes. A veces sed…)
Bracea hasta ovillarse, diminuta,
en un principio de agua mansa y misteriosa, Ya está aquí el día y su azul memoria.
laguna de sombra y de sustancia eléctrica. Es un libro que no cesa.
Bracea. Prende.
El ansia regresa a conocer la fuente. Delata mis blasfemias.
Volvió a su centro, De la obra poética, Papeles Privados, 1995.
a empaparse de la primera incógnita;
está ahí, ovillada,
segundos antes de que haga saltar Décimas lezámicas
en mil novecientas noventa y cuatro astillas (fragmentos)
el cristal que la contiene.
Ahora el ansia bracea río abajo, “La cornamenta difusa
asumida otra vez a la corriente. suda tinta”, negro broche,
Ahora es una fuerza más verde que nunca. toro todo de la noche

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Roberto López Moreno Meteoro

con el calcio de Medusa. Esta espiga es el anzuelo


En su escritura confusa que devora la dehesa,
brama el toro sempiterno, siete cielos y una mesa
velo en punta cada cuerno, inventan agua de celo.
reembistiendo en su lenguaje La hormiga se vuelve anhelo
con Octavio en el celaje, en su distancia distinta,
con Orfeo en el infierno. cosmos de veda que encinta
el tránsito minerado,
Espina de grado enhiesto hormiga que ha navegado
tras un cristal multiforme, el corazón de la tinta.
el iris está conforme
en su atizar el siniestro. “Luna de rondanas viejas
Con claro golpe maestro con media noche de pobre”
de Espinel hasta Lezama —sobre la cara de un sobre
se coluden en la trama la sed postal de las quejas—.
los pies de ritmo cubano Luna que sin voz te alejas
y salta sobre la mano y sin metáfora alguna,
el corazón de la llama. en la arista de la duna
vas hilando con tu alambre
De los yendos van los sueños, el denso collar del hambre
picos de manga cerrada, luna, luna, luna, luna…
harina combustionada
sobre la piel de los leños. La noche traga un anzuelo
Con atlánticos empeños, de escuela helada y oscura,
en los espejos creciendo y en su epidermis perdura
los tiestos van consumiendo lo mineral de su velo.
las onírias que no caben; Origen de un escalpelo
pobres las cosas, no saben, oficiante del ocaso,
dormir con pupila ardiendo. espuma negra en el trazo

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Roberto López Moreno Meteoro

de oscilante membresía, Su quehacer aquí descrito,


golpe en la barba del día talla de la hora ebanista,
al pisar sobre su paso. se destutela marista
y su cruz, carne y madero
Libro de siete prelados entra en el fuego, primero,
la nube que nos rebana, poniéndole pie a la lista.
su silencio de campana
rompecabeza venados; A Demócrito y Leucipo,
con los belfos castigados conjugaciones albando,
sobre este tambor de arena dentro de un dislate blando
se deshoja en cada pena blanden catalepsia e hipo.
que empena sobre el desierto, Química del arquetipo,
una vagina del huerto sinécdoque a sal dentada,
del libro que nos condena. rotor, esprea permutada
que a Demócrito y Leucipo
El acero hierve tinta tiñen, dando al teletipo
sobre la piel del mosaico conjugación en cascada.
y en las náyades, arcaico Décimas lezámicas, UNAM, 1986.
manotazo a cal encinta
se pinta sil que se pinta
con la madurez del barro. Händel
El tiempo con voz de marro
desata su sed bisonte Camino de riel, gravamen
tinta que crece horizonte, que de la hormiga sanguínea
cinta del dolor que narro. desciende sobre la línea
capitular de su examen.
Doble Cruz naciendo el rito, Sueña Händel maderamen
carpinterías desglosadas, de resolución venada,
padre de luces tatuadas verdad que arde entreverada
con un venir de infinito. desde el mástil del cuadrivio,

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Roberto López Moreno Meteoro

oscuro fondo de alivio fragores de enredadera


con la sien iluminada. ríos en do de dados deltas.
En sol mayor, Papeles Privados, 1995. En sol mayor

Verdi Beethoven

En cabalgata vertida Nada la nada del todo


sobre la tez de la idea en el fondo en que se fragua
desmonta Verdi la tea la escama humeante del agua
de la marca resumida. buscándole al pez el modo.
Coro a la encáustica, asida Universal reacomodo
al malabar reasumido que permite que retoben
por el hervor del sonido el cuadrúpedo más joven
que en lo helado de la llama y sus alas sempiternas,
tiende el azufre en la cama melenas al sol alternas,
de los ritos del oído. cimbra y sombras y Beethoven.
En sol mayor En sol mayor

Revueltas Haydn

Maguey, nopal y paloma, Triunfo de la perfección


cuchillos del horizonte que Haydn le inyecta al tallo.
hacen canturrear al monte Ya descarrilado mayo
con la sangre del axioma. recupera su estación.
Costillar de húmeda loma, Módulo de la canción
revueltas en que Revueltas se hace entraña del oboe.
—canarias binarias sueltas— Para cuando el tiempo loe
da a la verdad verdadera al buzo primaverado

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Roberto López Moreno Meteoro

habrá hecho luz el costado son el latido del gamo


del tiempo que lo corroe. plantado de enredadera.
En sol mayor En sol mayor

Ives Strauss

Charles Ives escarba el pecho Si don Juan, si don Quijote,


de los metálicos nudos, si el cello junto del piano,
los engranajes desnudos si las monjas del arcano
cifras son sobre del lecho. y los planetas a trote,
Techo a techo, trecho a trecho, la nota que no lo anote
trecho a techo tachonado cuando Strauss abra la visa
inventa un sol deletreado se revolverá concisa
que salta sobre el asfalto, aféresis de cicuta
vértigo del alto salto y no más será en su ruta
sobre el cielo germinado. piel de primera camisa.
En sol mayor En sol mayor

Schubert Ponce

Carbón de amplia valenciana Sobre la espalda de un tubo


vulcaniza la balanza, el edil se vuelve bronce.
se vuelve polvo la andanza Con la música de Ponce
y ser de sed la campana. tuvo una vez lo que tuvo.
El lloro de la ventana, Ahora en el predio de un cubo
el pañuelo de bandera, el edil se desmenuza,
Schubert cinta de la esfera una estatua de Medusa
y el ecuador en un tramo hierve en medio de la sala

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Roberto López Moreno Meteoro

y por el tubo resbala Segundo movimiento


una serpiente profusa. Allegreto. 4:56 Mint.

En sol mayor
Viene rodando la memoria
(hacia su atrás y hacia su adelante).
V sinfonía de Shostakovich Cadena de lumbre es la propuesta
(Dirigida por André Previn) y está aquí, crucigrama de tiempos.
Sentémonos al centro del conjuro.
Primer movimiento
Moderato. 16:52 Mint. Tercer movimiento
Largo. 15:45 Mint.

Convoco las hogueras de la memoria,


cito el fuego desde la sed de las venas, Vamos a repartirnos el fuego en equidades,
nombro las hogueras que me son, que nos han sido. aquí, el cuchillo del reloj.
Llamo aquí: ¿Cuántos muertos caben en su música?
y ellas asienten a hacer la ceremonia, Se desplazan en riel diurno
flor de fósforo, y danza. al futuro y al pasado sostenidos
Llama aquí: por esta combustión que hoy nos acoge,
ardezón de bailarinas feroces, tiernas y terribles, nos reconoce hijos,
tejen desde el rito del sonido, carne y sangre de su cuerpo eterno.
se enhebran, Asumidos plenos la luz llega
se desenhebran frente al ojo del recuerdo. y nos otorga nuestra ración de sombras
Viene rodando la memoria en su amarilla gasa ¡Ya estamos enteros en el viento!
y las hormigas que ofician la vitalidad del cuerpo ¿Cuánta vida cabe en cada muerte?
—la roja ebullición, colonia de nudos cardinales— El pentagrama dibuja sus signos,
celebran el advenimiento de la alacena total, hacia arriba y hacia abajo,
del abasto hay una historia que canta por los todos.
con el que se nutrirá de nuevo el día. El sonido se dilata… esto es un largo luto que arde.

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Roberto López Moreno Meteoro

Cuarto movimiento Qué verso lumbre al sur de los poetas,


Allegro non troppo. 9:55 Mint. mazorca del sonido desgranada
sobre el milagro de la agricultura,
…Y de la sombra surgirá la luz. sobre el filo empuñado por la rabia,
De su centro conmovido lapso de tierra-cielo en un arpegio,
el movimiento perenne tañe su átomo rencor-canción de cuna,
en el oído del cosmos. himno y lloro en un sol que se deshace
Acomoda seres y sonidos sobre la curva infinita. clave hiriendo
El esqueleto de la espiga se alza, sobre un bosque de crestas musicales.
junto a la savia sabia del calcio.
La sombra está en la luz tan nuevamente arriba. Marimba lengua al viento pulso a pulso,
El rito culmina. sonido de pleamar breñal adentro,
La batuta desciende. ritmo de sal,
En sol mayor remo del azúcar,
pulpa que vuela su inquietud marcada
con el rumor de todos los colores,
La marimba escala de la lluvia, la cascada,
A Daniel García Blanco del rayo cabalgando el son del monte.

Carne de la música, Qué exacta sinfonía le nutrió la jungla


desgarro de la selva para el canto, a través de sus venas vegetales;
la marimba es una rama de frutos relucientes qué blanda serenata hizo su cuerpo,
redondos y sonoros; sus estrellas vibrando en las entrañas
la tierra canta en ella, a golpe de cristal,
levanta su bandera a sangre y savia, a golpe de ave,
a pólvora y arcilla y filo y eco, sobre un predio tendido luna a luna
se enreda en nuestro tiempo y deletrea desde sus cuatro trinos cardenales.
el alma a flor de luz de los abuelos,
el sol de los pantanos, Brazo del tiempo abierto a nuestro tiempo,
los vientres cincelados por el fuego. asamblea de átomos y células

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Roberto López Moreno Meteoro

rehaciéndose en la espuma del cacao, la ebullición del ritmo,


en coros del café, cava a lo hondo y a lo alto
en las canciones, la pala de la carne
en el sol del amor a luna plena. y no penetra en el horizonte
de la azul corola
Compañera del vuelo sino en los asuntos de su vértigo.
sobre un teclado de milagros danza Se suma, se resta, se divide,
y su tesitura de árbol se multiplica como el pez de la leyenda
desciende y se hace río y transgrede la norma con su norma
en las manos del hombre. que siempre pone el límite
más allá de la pupila
Si canta la marimba todo canta, y su ilusorio tacto.
el reptil y la flor, la piedra ardiendo, Sinfonía de los salmos
los ríos que han crecido a sol de lágrimas,
la siembra que madura en cada pecho,
el quetzal que empuña vida entre las sombras, Poema a la Unión Soviética
el golpe del machete, la venganza, (fragmento)
la música que alivia los recuerdos,
la que es sed, la que levanta. (Conversación entre Juan Bautista Villaseca y Lezama Lima
acerca de la gesta de octubre)
Si canta la marimba todo canta,
racimo de recuentos,
pie nocturno, Villaseca- La semilla del agua creció hasta el corazón del
puñetazo de pájaros al alba. [fuego,
La voz primera, CFE, 1970.
los pechos convocaron
para poner en pie el centro de la noche.
Todo era suma en el filo de la flor,
Arcana tras la silueta del aroma,
atrás de la exquisitez de la forma.
El fragor multiplica sus átomos sensuales, El aire era una llaga en donde el miedo inoculaba
cae una gota hasta donde se gesta [su presencia;

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Roberto López Moreno Meteoro

su enfermedad soplaba en la oreja, en la piel, en cada partícula movible del gran río afianza el pie
[el hueso, [observatorio,
y cada casa era un pozo para la zozobra. los pétalos hipoides levantan la magia
sobre los hombros del movimiento
Lezama- Tremulación de sistros arguyen los textos del y la verdad de su instantero.
[sismo
supremador, vibran las láminas árticas, las Villaseca- No era el pueblo, era el viento en su nueva forma;
[verticales no era el viento, y sí el puño encendido
sobrevivencias coníferas el que hacía habitación en cada calle,
y el horno que reverbera los censos arenosos de el que crecía el prestigio de la lumbre,
[la surianidad. el que traía del mar la espuma para lavar la acera
El relato desata sus hormigas [y las palabras
en las diversas direcciones de la larga lagartija el que traía de la montaña la altura con que se
[líquida [esgrime el filo,
que sustenta diástoles y sístoles y eran el pueblo y el viento dos lobos fraguados
enlazados en el humo del concierto. [por la noche.

Villaseca- Amanecía con la dificultad del cielo. Lezama- Si de uno de los hemisferios de la corriente de
En cada camisa había una piel que se abotonaba [manecillas
con la ayuda de diez temblores torpes (procedían las categorías motrices,
para alcanzar la pólvora, la calle, el otro sentaba cualidades de materia inflamable.
la absolución del combate. “Sólo lo difícil es estimulante” es la sentencia
La luz era una herida que naufragaba [esgrafiada del poeta
frente a los litorales de la sangre. y un acontecer de estímulos alarga su cuerpo
[combustible
Lezama- Observamos con el ojo nuevo; sobre el abanico de números sujetos de cal y
el río cósmico florece el laberinto del prisma. [plomada.
Desde la novedad de la inteligencia, la
[arquitectura de la rosa Villaseca- Ya corre entre las venas el fragor del odio
recorre mesones homéricos, y es amor el que lo impulsa y alza

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Roberto López Moreno Meteoro

desde la barraca miserable, desde el plato desierto, Calidad que quema es el anillo del cauce
desde el dueño del jiote y la intemperie, [filosófico,
la suma de la sangre es una bandera que arde ceniza trascendida desde la rueda jaguar.
y en cada fogonazo la ciudad estalla, La tejedora ya no teje insomnios evasivos,
el campo se incorpora y habla la fuerza de su complemento ya está en calle de
y el mar es un gallo de sal desde su puesto. [regreso,
el orden en la punta de la luz es una gasa ígnea
Lezama- La cebolla de los platos extiende su velo hidráulico y se rompe en el múltiple quehacer de tejedores.
pero las cortinas se queman con los carbones del Aroma, fumarola desde adentro que hace
[siglo y los oleajes de la profundidad del jacinto una moneda
del cloruro y el sodio, fuerzas que se vuelven [colectiva.
[pájaros en las páginas. Diurno de las banderas que es.
Bumaga, bumaga y tinta para fortalecer
el rotor de las combustiones, Villaseca- Cada lobo es navaja que abre en dos la noche,
materia de la lengua y de la línea que fija. en una mitad crece la asamblea del barro,
en la otra, las raíces del mar del que venimos.
Villaseca- Por amor se despeña la savia, En su vena honda zumba el viento
los que vengan leerán ese amor entre las piedras y nos habla en la piel derramada de ciudades.
y sabrán de los que murieron para vivir por ellos, Voz ronca, amarga y verdadera la que habla.
como un leño encendido en el pecho y la
[memoria. Lezama- La física poética, sinécdoque
ondulatoria
Lezama- La profundidad del jacinto es una moneda metaforiza el tratado del espumoso humo,
[colectiva, aroma de recuerdo reordenando
diurno de las banderas es, el mecanismo que entreteje los hoy.
corona del contrapunto donde la fractura del
[equilibrio Villaseca- Los músculos aparecen empapados por el día,
arguye novedades que trabajan el haz húmedos de mañana.
[preponderante. Grita un congreso de mesas y cortinas,

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Roberto López Moreno Meteoro

de sillas, de cacharros, de manteles y humo y luminosa, puesto brevemente en tu contorno ajeno, los
arrojados a la media calle. dos desconocidos, conociendo, sabiendo que existías,
El crimen gime piedra bajo piedra. ahí, tan cerca —nosotros tan lejanos— en el asiento de
Piedra sobre piedra el día se levanta. enfrente en un vagón del metro. Cuánta distancia y más
distancia en tales momentos abatida. Ahora, en México se
Lezama- Ecuación de la llama. ya que existes, desconocida muchacha moscovita, porque
Asiendo la oquedad —el yo, la hoja de metal, el te conocí, porque te vi sentada frente a mí, porque supe
[nosotros— que eras en mi tiempo, nuestro tiempo. Ahora en México
supliendo los vacíos se ya que existes. Ahora camino sobre la calle de Kalinin,
con los golpes subterráneos de los cuerpos, por las cuadras cercanas a la muralla del Kremlin, en el
la fecha se desgaja en destinos, tramo que va de Tacuba a Atzcapotzalco, frente a la colonia
las sumas suman multiplicaciones. Clavería, viejo barrio. Pasa una muchacha frente a mí y es
la misma muchacha que vi en el metro de Moscú, viene a
Villaseca- decirme que sigues viva en la ideología de la primavera, en
Estallan las guitarras. el encuentro fortuito, en las arterias del relámpago de cuyo
Lezama- centro ha brotado esta calle luminosa.
Morada del colibrí (Poemurales) Morada del colibrí (Poemurales)

Poema a la Unión Soviética Poema a la Unión Soviética


(fragmento) (fragmento)

Quizá sea el mismo vagón desplazándose de la Estantzia Desfile de aniversario.


Universitiet a la Estantzia Léninskie Gory, y quizá para entonces Una ese policroma se dirige hacia el fondo
yo ya no sea yo, sentado enfrente de quien ya no serás tú, en —el centro de la plaza—.
el mismo vagón, en el vértigo de las velocidades, muchacha Entre la antigua construcción rojiza
moscovita. Será el mismo gusano azul del metro de Moscú y y la fuerza verde marcha
en él volveré a viajar frente a ti, con otra cara tal vez, con otro imantada por una bruma de cúpulas, volumen
nombre, quién sabe cuántas veces desde la realidad de México. desde el eco de leyendas orientales.
Tú no sabrás de mí, tampoco que una tarde te observé, bella En la antigua construcción rojiza

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Roberto López Moreno Meteoro

desde los años de sus muros, en los Montes Urales, en el Cáucaso,


cuelga un pendón, punzó, signos dorados (38, hoz con martillo). saludando a Inna, a Vasiliy, dobriy dien druziá,
Triunfan azules, amarillos, blancos, rojos, dobriy dien amistad,
agudos hacia arriba, camisa fresca, risa solar,
rectángulos horizontales, 2 + 4 + 8 + 16 + Universo.
Y sobre la multitud la esfera azul, grabada: Si Vid da
MNP PEACE FRIEDEN PAIZ PAZ. Versos que toquen las puertas del pecho
Río humano en movimiento colorido. y entrar y acomodarse camarada
Al fondo, también la silueta del Mausoleo. y beber el vino y la luz hermanos,
Todo este movimiento dentro de 1.35 m por 1.02 m. salir a la intemperie
En el ángulo inferior derecho, la firma. para insistir humilde sobre los adoquines:
Diego Rivera. 1956. “a ti hermana mayor, madre quizá, quizá maestra,
Morada del colibrí (Poemurales) hermana y maestra, lámpara primera”.
La casa de nuestro pecho
también ha de crecer desde esta tinta
Poema a la Unión Soviética para quienes después de nosotros y después
(fragmento) prosigan el trabajo de la vida,
cuando la vida siga viviendo
Kiev eslava es una muchacha que se perdió en el bosque en ellos…
a la orilla del Dniéper, y después.
Riga es ola ártica, arquitectura de espuma.
El cielo de Minsk es una ternura azul de curvo pecho. Este poema fue escrito en la Ciudad de México. Concluyó
Odesa, Tashkent, Dushanbe son la piedra y la sedas, su escritura en el año actual, cuando sonaban las 12 horas
y este sol que quema las distancias, del hombre en los relojes del mundo.
presencia al fondo y marina nuestra.
Estos versos fueron trazados puentes. P. D. Después fue el derrumbe.
Entonces yo nosotros en los litorales del Mar Negro, Morada del colibrí (Poemurales)
en las orientalidades del Caspio,

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Roberto López Moreno Meteoro

Ajusco o Efraín Huerta Piedra de sol, pirámide perpetua


(El Xitle) con la piel desollada ante el espacio.
Su cuerpo de lava y de maíz,
A Rodrigo Arenas Betancourt prodigador de pedernales en el amanecer,
llueve edades sobre el valle;
Los días se mezclan, se entrecruzan, ecos de obsidiana
se enredan en su oficio de espiral, en sus telares, fluyendo en los arroyos
modelan el jornal de la hora en punto quemaron su epidermis orográfica,
y en el musgo del tiempo —partículas de sal del infinito—, su estar ahí, entre los pájaros
trabajan ciegamente el movimiento, y la gramática enhiesta de los testimonios.
lo modelan segur al ras del suelo.
Hay un puño en lo alto, en el valle,
Abajo los días inventan horarios verdipardos, apretando sus venas de tierra enarbolada.
se encuentran en las calles, acales de humo. Se evitan,
se aniquilan en cruz entre el estruendo. Nos vigila, ternura aérea, ronca, áspera,
Las que fueron lagunas, ojos secos adormecen. sangre alta, negra en su altura,
en donde somos página tan suya, tan del tiempo,
De pronto, de los pistilos del ruido sombra de sus ramas
la vista se levanta, dardo a vuelo, tejida con flautas y reptiles, con ecos
y en lo alto, en la patria del relámpago, que nos dan forma y palabra.
en el prisma ancestral de la sorpresa, Nos vigila, ternura áspera
la silueta del Tlatoani, que cabe en el vientre volcánico de Anahuac,
allá su penacho, su etérea soledad, en el viento, en el agua,
ala descomunal, allá, su cresta planetaria. en el cadáver de algún grillo.

Silencioso titán, poblado de rumores, mudo y magnífico, Gigante nuestro, protuberancia nuestra,
muy sobre las filigranas del tezontle, carne y sol de nosotros, los de tierra,
sobre el naufragio de solios y canales, nuestro canto, atabal de nuestra arcilla,
por encima de los nuevos lenguajes, del estrépito, nuestro sur, nuestro signo,
su carne de piedra acumulada, nos vigila, obelisco fincado en nuestra savia

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Roberto López Moreno Meteoro

alumbrada con lámparas de todos nuestros muertos, Águila o sol, surco hacia arriba
de los que nacerán bajo sus siglos. naciendo en las raíces de lo aéreo.
De la obra poética
Escalamos sobre nosotros mismos sus arterias,
abajo, la sed cuadriculada,
la cerrada geometría del humo, Itinerario inconcluso
a nuestros pies se estrellan los oleajes, su flor de pedernales,
suman manchas rojas como mapas, En tu cuerpo de sal y fuego y resistencia se te arrodilla el
el sol abajo sangra, se precipita sobre las escalinatas, mar con toda su interna enteridad de espuma. Los pendones
el tezontle tlacuila códices a corno oscuro del mar marean tu pelo; los ritmos de este mar golpean tus
y hay un temblor perenne sobre cielos y casas. venas con el machete de la luna; los huracanes del mar son
tu lenguaje; el resumen del mar está en tus ojos, en ellos
El volcán precipita la mirada, me sumo, me resumo; en el zumo del mar doy con la vida.
todo se observa desde nuestro abismo, Arrodíllate, mar, en esta playa, bandera en nuestra cal, muy
desde este cuerpo de vértigos azules, cuerpo adentro; hembra espuma, varón de oleajes, macho
de piedra respirando entre las nubes; líquido, soplo de sal sobre esta playa que está sobre la tierra.
abajo se estremece el valle. En tu cuerpo se arrodilla el mar, se nos hinca sobre este que
No somos el volcán, hacer de barro que sustentamos en los telares del tiempo;
sólo el invierno que sube por sus miembros, se disuelve en ti, cresta de yodo, después de retumbar
la primavera ceñida a montañista misteriosas lejanías. Entonces reconoces la voz salobre del
hinchándose en las gavias de la tierra. abuelo, gigante movedizo… y estremeces. Estremezco frente
No somos el volcán, sólo su vuelo, a este oleaje preñado de secretos. Dentro de la hendidura del
su arrastrarse de barro; día y de la noche a golpe horizontal de manecillas, el polvo
no lo crecemos, nos crece en el asombro. se filtra amotinado, después… el mar se pacifica. Cuando
los marineros cruzan el océano trazan una raya de sangre
Varón del sur, abismo de su peso, sobre la piel primera. Las canciones que cantan en la hora
lengua en alto decir de la memoria, en punto se ahogaban ayer enredadas en las redes vegetales
¿vive águila o sol de este minuto? de las algas, en los minutos en los que empezaron, a nado,
¿pájaro de lumbre? a dictar su latido los relojes. Los marineros no cantan, sólo
¿hoguera que arde alas? son un invento de las olas pero ellos saben, y navegan.

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Roberto López Moreno Meteoro

Quién sabe en qué islas de lo ignoto mantienen escondidos los vientres tropicales con cigarras y epinicios. Porque sangras
nidos de las horas, los cofres oxidados de este día; un día se la tierra es fértil, se hace el camino que se tiende del ocaso
casan con la mar y otro día el mar se los traga de un bocado. hacia la aurora; a lo lejos, la marimba dialoga con un viento
Pero ellos permanecen en cubierta, a cubierto del tiempo que entretenido con su arpa de bejucos; después, el sol es un
los mece, juguetitos del mar, ola tan sola. Y una vez que del mar quetzal de vuelo lento. Yo traigo la canción del mar, la que
soy este barro hecho canción de sal, echo el ancla fondeando las fecunda; doblego tiernamente tus murallas de caoba, somos
entrañas paridas de la espuma. Pequeño marinero sin timón, en un abrazo el brazo, el ojo, el pelo del musgo. De pronto
sin brújula, sin vela, grito: “tierra a la vista” y me visto de venas nos amenaza el mar… después te canta entre las piernas…
y follaje, y me instalo en la boca del principio el terriento sabor ahora en tu cuerpo se arrodilla el mar y te deja con un peine de
de los adioses. Los marineros llegan a la orilla y coitean con las pájaros el que peines el fuego que te incendia. Los leñadores
costillas de la tierra. conocen los caminos… Tú conoces el mar y el hacha de
los leñadores. Te coronas de frutos para seguir viviendo
En dos columnas vitales pez nutrido a tierra y fuego después y más allá de que te clave mis filos amorosos. Un
un sol de sal amanece de encendidos manantiales oscuro leñador me maneja entre sombras el golpe preciso de
en las ondas desiguales levanta la voz del alba la dentadura. La luna es un tambor arriba. Abajo, el leñador,
su sexo sabio sumerge sobre la patria del aire guadaña al hombro, nos cercena de un golpe la cabeza
preña las profundidades crece el aire de sus alas mientras en torno todo danza. Nosotros, a barro y agua y
con su savia y sabiamente pez nutricio en la simiente carne y mediodía nos volvemos a hacer pacientemente.
le nace parto de sales buey que entre las olas ara
su harina de pan terrestre su harina de pan terrestre sobre dos troncos tendidos sobre dos troncos tendidos
cabalga un caballo verde en esta punta del puente
Te haz vestido verde en esta hora; el mar te lavó los pies sobre lleva en la crin encendidos recuerdos son a los trinos
la arena, yo te lavo la arena de los labios, tu lírida humedad de lentiojuelos que le muerden sonido de son ausente
trino a vuelo con que mides abuelos y bisnietos. La selva se nos la llaga de los caminos de la luna hasta el abismo
vino encima como una noche vegetal e insomne y tú ruges poder las cascadas de la fiebre la espuela sola se hiere
bajo mi peso. Mientras los grillos cosquillean las orejas vamos distancia de polvo herido polvo de verde latido
creciendo el musgo en nuestros cuerpos, sobre él caminan la de este caballo verde que sobre el polvo se pierde
insectos y canciones. Crece la pantera de tu sangre mientras la
ceiba se iza en las astas de la magia. Erecto el monte se adivina Ahora llueve sobre el Valle de México. Una ráfaga de
daga verde, la lluvia monta su fragor en él, quedan preñados los halcones electriza el aire; las esquinas se pueblan de médicos y

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Roberto López Moreno Meteoro

prostitutas. La ciudad es una gran mordaza de cemento en donde en el aire; milpas que estallan verde. Sobre el valle de México
se convive con dientes apretados. A la derecha dos volcanes llueven sus dos volcanes… y el Ajusco… Tú eres la ciudad
duermen sobre su cama de siglos y de nieve. A la izquierda el desde tus pinceles vegetales, desde cualquier punto del agua
sol se oculta rojamente y baja a preguntar por nuestros muertos. y de la selva, desde el mar. Y aquí estamos en las redes del
Entonces apareces tú, de nuevo entera, con tu vestido de cal y de cemento haciendo el canto cotidiano; volvemos al zócalo del
tezontle, con tu larga cabellera salpicada de cocuyos de difíciles día, a agitar nuestra bandera de reclamo, nuestra pancarta,
voltajes. A la salida de un cine un comefuego en vano trata de nuestra consigna, nuestro derecho a vivir en nuestra llama.
incendiar la noche y es apenas como un bobo mosquito de Hoy, a la sombra de esta sombra en algún rincón me rehago,
lumbre en tus orejas. Me acuesto junto a ti y un policía me exige me busco a reconocerme, me lloro a fiesta plena; me dejo
la licencia para el sueño. En esta gran casa luminada se vive y no caer desde los edificios para mirar que vuelo; monto en cólera
por todos y nadie. Adentro te desnudo largamente este cuerpo de letra oscura y así, sobre este jamelgo resonante, recorro la
tatuado por el ruido. Hacemos el amor en los elevadores y espina dorsal de la noche, hasta que mi diezmada tropa de
regresamos a la piel dolida paladeando atmósferas cerradas en las tropos tropiece con el trompo de la aurora.
alcantarillas de este mundo. Somos la ciudad del brazo múltiple, De saurios, itinerarios y adioses
todo y nada en este motín de halcones que electriza el aire, que
lisa los pelos erizados de silencio. Entrampados tempraneros
corremos el nudo de la corbata sobre el cuello y lo que estorba I
en esa hora, el café, la nostalgia, el beso matutino, se queda en el Illimani
camión de la basura, campanero, sonaja de la calle. Esta ciudad,
tu cuerpo, mi tacto lleno de rumores, de venas palpitantes, se Cabeza del viento, llamarada blanca para que la tierra se
extiende desde las lomas de tus senos hasta tus pies hermanados levante y penetre en la aislada carne del cielo. Ay, amor de
con la tierra. Recorremos tu cuerpo mano a mano, ciudad del la tierra amarga, cuna que nos levanta aquí, de esta manera,
estremecimiento, sobresalto nuestro. Sobre este enorme cuerpo hasta las palpitaciones de lo aéreo. El alma toca a Dios ¡Sol!,
me pregunto: los pezones que bate Nueva York en su hora lumbre y nieve repartidos en la verdad de cada pecho. El
atlántica, el vientre de tu vientre o este ombliguito, el pequeño alma azula el cuerpo, le da su dimensión de altura, su aliento
universo apretado de Ayotzingo, en qué difieren al punto del colosal que nos tremola. ¿Con cuántos muertos ha crecido
latido más profundo. Mira la vida desde este campanario, el el corazón de la montaña? En esta inmensidad únicamente
paridero vegetal que nos rodea; alza tu cuerpo sobre el pie que el silbo del viento tiene la respuesta (quena); nos habla
sube, pirámide del tiempo piedra a piedra, tan nuestra hoy; soles en el pecho y en la oreja; por los oídos llega al interior del
que ascienden sobre la escalinata; claustros que se desvanecen cuerpo, lo levanta, lo agita como bandera aterida que así,

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Roberto López Moreno Meteoro

tiritante, se adueña del espacio. Cabeza del viento, capitán del A ti, Xochipilli, eternidad orlada, nosotros los culpables de la
cielo, llamarada blanca, en tu enorme soledad, sol es la edad de risa, los que vamos a morir, te saludamos, los que estaremos
nuestra sangre. ¡Y sube! en ti, junto a tu solio, cada vez que florezcas.
Casa 26-VII, Papeles Privados, 1995. Casa 26-VII

II III
Xochipilli Coatlicue
A Ramón Oviero
Dios te salve Coatlicue, llena eres de gracia y de desgracia,
¡Que viva el canto! ¡Que cante la vida! Todo lo que se mueve, parida de la sombra. Luz tremenda, devoradora que repartes
ahora, es un ardiente manto de colores que torna a nuestro aliento las mazorcas de tus manos, de tu collar de corazones, del
con el aroma de la danza; las piedras de un río manso vuelven cráneo con que ciñes tu cintura. Madre tierra de donde parte
a tomar arquitectura en el fresco a la mano fondo claro, minuto y a donde llega todo, amargo y dulce nuestro, terriblemente
movedizo; el agua como el canto se desliza y la vida se viste de tierna, tiernamente terrible, míranos crecer, multiplicarnos,
pies líquidos. Todo rompe, la semilla el latido, la sangre el tiempo, pegados a tu difícil carne litográfica, en tu tatuaje de estrellas
la corriente la distancia que concluye en las orillas de la noche. en donde hace sus cónclaves el cosmos. Tú, la sabia, la que
Todo rompe Xochipilli, tú, aquí otra vez, abriéndote desde las elevas las serpientes de la tierra hasta las sienes, hasta la altura
tinieblas para tocar con tu dedo las auroras desde el ayer otra y mil de los pensamientos; tú, la docta, eje de roca, binomio que
veces entre nosotros, siempre, en el estallido de las sorpresas. Te fusiona tierra y cielo; tú, la culta, eleva nuestro barro hasta
sabemos por las mañanas, fogonazo de pétalos desde entonces tu altura, enciéndenos, con esa incandescencia de la entraña
siempre en vida, con el cuerpo tatuado, brazo florecido hasta este de la que proceden tu belleza de espanto, tu ríspida ternura,
tiempo. Te sentimos licor que dibuja tu nombre junto al musgo. los dos ofidios en los que se besan, arriba, las sangres de la
Tú en las lunas de la hembra, en el arado de los pájaros; tú en vida y de la muerte. Madre: cuando juntaste el cielo con la
la carne del fruto que viene como tú, quién sabe desde dónde y tierra para crear la chispa del milagro, una palabra, un acto,
desde cuándo; invento de los sentidos, incendios de la vista, tú, un testamento, se hicieron a sentar su sitio en el espacio. Así
nudo de buganvilias. “Joven abuelo”, ahuehuete, abuela verde, naciste el tiempo, en el interior de esta la nuestra casa, un
nos has creado en tu fe aún sin saberlo; signo en el que los dioses manojo de células apenas para medir el río de la sangre, para
disponen la alegría desde allá, desde el misterio, energía que danza medir el miedo y la alegría, el dolor, los dolores: el del hueso
hacia nosotros, edad de lo que bulle arriba y debajo de la tierra. y el del pensamiento; para medir la dicha y el placer, el odio y

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el terror, y las canciones. Total, todo entraba dentro del ámbito Iv


de aquel milagro. Y hubo más: la arteria plural creció sus redes Kukulkan
en la penumbra del rectángulo, se amplió hacia los destinos de la A Lourdes y Enrique

carne; hubo un vientre que se vistió con el dolor de las prisiones,


que se nutrió con el alcohol homicida de la mitad de la calle, Los corazones son un estallido de atabal en cada peho;
con el ansia del mercader, con el desencanto del baldado; hubo el viento, extendido dócilmente, es piel recorrida por la
un vientre que mordió el amargo por los desheredados, por los electricidad de los asombros. Estamos en la hora en la que el
desposeídos, por los que llevan la vida como un puñal clavado sol bajará por la pirámide a hacer inspección sobre la tierra.
entre los días, por el cuchillo que empuñó el suicida. Pero también Nosotros, sus hijos, la minúscula partícula que somos su
tocó la luz, la hizo, y ahí; en el centro de la luz y de la sombra, cuerpo, aguardamos silenciosos el descenso. Sabemos que
creció la eternidad del sumo verbo. Madre: cuando juntaste el el Dios-Sol ha escogido la pirámide para bajar por ella hacia
cielo con la tierra estallaste la chispa del milagro. Diosa te salve, nosotros. Sabemos que la antigua fuerza, el misterio de la
Coatlicue, padre nuestro que estás en el universo, zumo de tu sabiduría, le dio ese punto de contacto con la tierra. Lo
principio dual. La enorme culebra de tu centro aparece debajo sabemos, y estamos reunidos en este sitio en espera de que
de tu falda para lancear las humedades de la primavera, para una vez más se establezca el milagro. De pronto, ¡el milagro!,
hacer girar los astros sobre el brioso eje de tu punzada exacta. ahí, sobre los peldaños; lentamente se empieza a dibujar —
Diosa te salve, Coatlicue, padre nuestro, trinitaria estructura otra vez puntuales las entrañas del tiempo— un enorme
en ascenso de sus trece cielos, garras de águila. Madre nuestra: reptil fucilante que baja por los escalones del equinoccio a
levántanos, agítanos; míranos ciegos, postrados, inmóviles, con decirnos que es el momento del equilibrio perfecto entre el
el aliento vencido ante el pavor por la misteriosa simetría. Hijos día y la noche, que es el punto en el que la vida y la muerte
de tu vientre telúrico, frutos de tu útero de lava, niños somos son del mismo tamaño, y la luz y la sombra, y el canto y
del terror con el que la tierra alcanza su alegría. Míranos, madre, el silencio se corresponden en idénticas dimensiones. La
míranos ciegos. Indefensos ante el terremoto, entre los dientes pupila mira como cada uno de nosotros, convertido en
bestiales de la tormenta, reos del miedo, y del valor del necio, serpiente de luz, desciende a la tierra.
bajo el fogonazo del relámpago. Cúbrenos, madre, bajo tu falda Casa 26-VII
de serpientes, en medio de tu sínodo de estrellas, en la adolorida
cruz de tu cuerpo de piedra. Nosotros, los planetas de tu entraña
te ofrendamos la evanescente algarabía de los cascabeles con los
que nos dotaste para el canto.
Casa 26-VII

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Roberto López Moreno Meteoro

VII le ha dejado un surco


Chiapas a mi zapato.
Ciega luz, Papeles Privados, 1995
Sol verde que en el ceño de la sangre repta lento hasta el albor
del ala. Cataclismos de luz enfurecida que está pintando el día
con filo de sur en movimiento. Hay un torrente que nació en Asidero
el pecho y que rueda hasta la flor beligerante. La corola es el
fondo; en su centro crecerá la escritura de esta pólvora que la No hay
lágrima ha armado en el monte frutal, pacientemente. Que como tener un algo
el hermano se encuentre con su hermano, que el primo pez de que asirse.
asuma la ley de la montaña y sea concierto al puño de la flora, Una mano crispada
y la fauna reconozca los caminos confiscados por la muerte, en se agarra
donde la piedra sigue hablando oculta en la hojarasca. Hay una donde las astillas del verso.
voz que crece en las entrañas, que revienta en un tiempo hacia Ciega luz
delante. La antigua sangre es siempre nueva.
Casa 26-VII
Orden

Gato Amor, dolor, odios,


recuerdos, pasiones
La noche está durmiendo encendidas, rencores enconados,
encima de la alfombra, angustia, coraje, miedo,
su negra pelambre rabia.
encierra misterios Llegó el sol y puso
en el pleno corazón las cosas en su lugar.
del día. Ciega luz
La toco con la punta del pie,
la noche, nerviosa

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Roberto López Moreno Meteoro

Leyendo el testamento de Eliseo Diego Nada más.


entre Durango y Gómez Palacio Una nube moja lo aquí escrito.
…no poseyendo más
entre cielo y tierra que Ciega luz
mi memoria, que este tiempo;
decido hacer mi testamento.
Es
éste: les dejo
el tiempo, todo el tiempo. De la calle
Eliseo Diego A Rodolfo Mier Tonché

¿Cuánto tiempo se hace En la calle un hombre atropellado


de Durango a Gómez? deja escapar la vida
Transito ahora sobre el pavimento.
un asoleado lapso de Eliseo Yo voy a la cantina,
sobre la carretera. ahí me esperan mis amigos,
Soy una criatura más de estas distancias, desde rato largo
y ellas son se encuentran en el resplandor
en esta partícula que pregunta de la música.
a mitad del testamento. Un puñado de invidentes
¿Cuánto tiempo se hace toca y canta.
entre el amor y la distancia? Ciega luz
¿Entre la vida y la memoria?
Ciega luz
Visita

Celeste Llegan los muertos.


Toda la tarde han soplado
¿Una pared? ¿Una jaula? con violencia sobre el Valle.
¿Qué equilibrios de la lógica La ciudad amanecerá
rompe imprudente la mano? clara
Los pájaros son asuntos del cielo. como nunca.
Ciega luz

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Roberto López Moreno Meteoro

Persistencia Jerjes

Soy el primer hombre Soy el rey persa,


que murió en la tierra vuelvo a ser aquel rey,
y sigo caminando por eso, desde el sofá de la sala,
sobre mi antigua muerte. endeble barco de un verde-amarillo
Ciega luz forrado de plástico
ordeno mil azotes
sobre la piel furiosa del mar.
Un río Me pronuncio con esta marea
que derrama espuma por mi boca.
Ayer por la mañana, Cierro el libro,
en esta esquina éste naufraga sobre el sofá.
(Avenida Plateros y Ciega luz
Francisco P. Miranda)
delante de mí
mataron de cinco tiros a un hombre. Cuatros
El hombre muriéndose lentamente
sobre el pavimento A través de los años
en medio de la angustia y el sobresalto mi cuerpo
de los estudiantes de la Preparatoria. me ha venido preparando varios “cuatros”
Parecía una parte de la calle tarde o temprano
marcada para siempre. yo,
Desde anoche hasta hoy, el perfecto equilibrista,
un poco más allá de las 24 horas, habré de caer en uno de ellos,
un río de coches lo sé
ha lavado la sangre y espero
…y el recuerdo. sobre la flojedad de la cuerda.
Ciega luz
Ciega luz

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Roberto López Moreno Meteoro

Cotidianidad sin sustancias que mancharan


la sábana del día.
Delante de mí mataron a un hombre. Limpio y frío se elevó por los cielos.
Con cinco tiros Ciega luz
dispusieron de su vida.
A tres días del suceso
pienso en aquellos individuos Diurno de los adioses
que cumplieron el papel de violentos, (fragmentos)
los escucho bromeando, quizá;
compartiendo con sus familias, tal vez; I

tarareando, acaso, algo de moda,


asumiendo sus días con su sencillez Y es que uno dice adiós…
de carne y hueso, y se come un puñado de vida para siempre.
disfrutando cada uno —¿así será?—
de los asuntos de su cotidianidad. Se despide uno de la gente, de las cosas,
Ciega luz de la casa en que se nace,
del minuto inasible en que se ama,
de la cama inevitable
Un parto que habita recámaras de invierno.

De pronto, Habitaciones heridas


al tercer día entre los muertos, por el negro milagro del adiós,
la roca se abrió como un vientre recinto de sombras.
para dar a luz. Ecos mudos de los ecos,
Pero no hubo lamentos, qué húmedos,
no palpitaciones qué huérfanos,
ni desgarrada sangre. qué solos se quedan los cuartos
No hubo los dolores de la carne. que se quedan solos,
Del vientre de piedra salió el muerto qué dados a su soledad
para vivir, tan siempre viva.
sin sangre en el cuerpo,

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Roberto López Moreno Meteoro

Semilla de la muerte tlapalería de treinta y tres clavos,


silueta del silencio guacamole del malo en molcajete del bueno,
entre cuartos guacal de penas,
agazapada metáfora del vacío. tlaconete escurridizo,
comal de los suspiros,
A través del adiós, filtro de ausencias, nagual, cenzontle y ahuehuete.
me dibujo este cuerpo devanado,
rayo de sombra, luminoso hielo, Corona de noviembre;
sangre que late sobre los instantes. todos los días remiten a noviembre,
Me dibujo este cuerpo a puño firme, la piedra relatora,
el calcio que sostiene cada pena, el viento helicoidal dibujándonos
el eco masticado entre mis dientes el tiempo,
como vieja canción de nuevo encinta. el maguey hiriendo octubres;
A través del adiós me desdibujo, todo es río desbocado
me deshago, me rehago, me redigo; hacia noviembres sin remedio.
me estoy haciendo adiós, dócil, funesto, Adiós,
me estoy quedando aquí, en cada cosa, corona de noviembre,
mi cuerpo está colgando de la vida fruto amarillo de los sueños.
“y escucho con mis ojos a los muertos”.
Mi abuela materna
Y somos sólo polvo, polvito, partícula del tiempo. fue un árbol de marimbo
que permaneció entre nosotros
Y no somos más que esto: más allá de sus noventa años,
difícil estructura de adioses, desde quién sabe cuántos siglos de estirpe;
lo que no se crea ni se destruye por eso
pero cambia de formas en una flor de lágrimas. su adiós
fue un inmenso vacío
Hablemos del adiós papalote, a la mitad de la casa.
paliacate húmedo,

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Roberto López Moreno Meteoro

Sacudo los muebles, entrenando el alma


mis libros, para cuando el día
mi camisa, de la soledad.
me sacude el cuerpo el plumero del tiempo
y empiezo a desprenderme de este polvo Nuestra hermandad más sólida
con un reloj latiendo entre las venas. es el adiós,
cilicio,
Por qué el afecto, el amor, el cariño, citral,
la frente fresca, silencio,
el cuerpo a gusto; sima,
por qué el viento, esperma de la muerte.
por qué nuestras ventanas
abiertas al día, II
bebiendo luz que alumbrará los sueños,
por qué toda esta carne del fluir ¿Por qué naces nuevamente,
si finalmente… adiós?
Si ya no tengo palabras
Todo se va, para despedirte.
solamente nosotros nos quedamos, De saurios, itinerarios y adioses
presencia amarga
en cada uno de los que lloran.

Encontrarse para separarse. Del rito a la carne


Ah este lenguaje (fragmentos)
hostil
del movimiento. De pronto el escenario se ilumina
y un rastro de su cal,
Dado que la muerte de seda encinta,
dura toda la vida empieza a desfilar su pedrería.
se debe estar Los jardines de espuma alzan hechizos,

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Roberto López Moreno Meteoro

el rostro de la luz viaja hasta el ojo que no ha de repetirse doblemente


rítmico, lúbrico, plástico, plural, sobre su mismo trazo.
devolviendo la vida a la mirada.
bc
bc
Por abajo del viento,
De pronto el escenario se ilumina, entre la ardiente densidad del viento,
ahí, en el centro, las voces de este todo a los lados del viento,
simetran el color del movimiento, desde la danza se dibuja la hora,
los sobresaltos del pez, el tiempo de la almohada en púas,
los ojos atados a las alas aladas del destino, de la lluvia sonora como el fuego,
el holán de la noche, cabo a cabo, del ancla en alta mar, alto el insomnio,
el vuelo de una mosca junto al cisne, de la oración que pinta acribillados
el vuelo de algún cisne junto al cieno, con un zumbido arado como el hueso,
el remedo del lloro y de la risa, de la fruta correcta, almidonada,
la explosión de la risa del gusano que sucumbe en ella
y en un prisma salino la del lloro para multiplicarse.
con el cuello torcido a toda prueba. bc
bc
El agua de este vuelo vuela alígera
sobre la sed visual que le secunda,
Un cuerpo cruza como daga el cuerpo de la noche
lágrima viva que baila sal en punto,
erizado de focos,
ríspida, básica, múltiple
de cíngulos veloces,
por las venas urbanas de esta lluvia,
atados a la ley del movimiento.
de este sueño,
Leopardo de la sombra el ojo vuela con el vuelo
de estos crucigramas celulares.
en perfectos equilibrios.
Y allá abajo, de repente, bc
el sueño es la ciudad en donde vive el mundo,
la ciudad es un sueño de sed cuadriculada, Machincuepa del tiempo a voz robusta
la danza por encima es todo un vuelo sol a revés

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Roberto López Moreno Meteoro

sangrado filtro envueltos en copal saben a música,


(las voces de la tarde, magras, pardas, se congregan en nudos) a lianas que se burlan de la muerte,
y los peces de plumajes bellos saben a abuelo retratándose en las piedras,
semejan roncas aves a relámpago
con escama olorosa altas espumas. en su hora de dar forma a los latidos.
bc bc

Tumbas y palacios, Los dioses de la danza


teponaxtles de piedra reconocen el pubis de la noche,
(los ruidos del día se diluyen en embudos negros), están contentos.
rompe la danza su arreglado cosmos, El fuego se retuerce en cada piedra
el perfecto reloj que la circunda,
y ellos contemplan apostados en su altura
vencida novedad
impuesta ahí,
núbil, espérmica, abísmica
en las ácidas raíces de la tierra.
en su carga de nombres y verdades.
bc
bc

Los ríos de la danza llegan siempre


El baile gira, salta sobre un racimo de átomos
a los puertos salobres siempre en magia
y establece azul tiempo su arquitectura aérea.
En los dientes del cielo algo destella, a las puertas del mar siempre cantando
algo se rompe, hiere, se desgarra; al poniente desnudo
el baile rompe el cieno con un salto, sorprendido
el cielo con un salto, en su fálico reto de misterio.
el baile rompe el salto. Los ríos de la danza son hogueras.

bc bc

Los dioses de la danza están contentos, Todo empezó en el mar,


reverberan, yodado segmento del planeta —el más amplio—,

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Roberto López Moreno Meteoro

jacinto desde oleajes sempiternos, si tal,


medida de las cosas danza en nosotros.
con su regla de peces y misterios;
bc
el mar,
tumbo a ceniza siempre en punto,
agua bendita que quema y que carcome. La locura del ritmo es este ritmo,
flor eléctrica en sí de rito a carne
bc
con sus cartografías en tests de siglos,
riosinedades,
Todo empezó en el sur del cíclope, la locura del ritmo es este ritmo,
ojo que hierve a nado, torso a dorso despetalando el sueño
que mira y que designa, cuerpo a mente y a tiempo viceverso
que inventa y se reinventa en las arcas sin nombre del vacío.
a golpe de naufragios, La locura del ritmo, la locura
verbo líquido, para la libertad
estoas de las germinaciones mapa del pecho,
álgido, lúbrico, drástico línea, plano, volumen y contorno,
motor del nacimiento. el ritmo, la locura, siempre el ritmo.

bc bc

Si se mueve es poesía, Danza la danza lanza que ansía el cielo,


si tal, celo del filo vilo hacia la sangre,
es vena más profunda siempre ignota. uno dos tres, cuatro y voluta,
Si del mar ha venido espiral hacia el salto desde el fondo
es madre e hija, del hechizo al movimiento acumulado.
vibra tierra intocable de su magia, Cuánta verdad suspensa en ese filo,
cuerpo tan nuestro, río de redes
tangible como el sueño de su mundo. plúrido, unitario,
Si se mueve es poesía, de rodillas con alas y ala a nado

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Roberto López Moreno Meteoro

energía ejerciendo el nombradío, a ciencia del verter paciencia herida


devolviéndole al viento su eco agrario auscultándose en el sueño que lo mueve.
danzario helicoidal,
bc
sistemas encontrados:
fusión a evaporizaciones
condensaciones solidificadas Y la danza se encrespa gallo ardiendo
o salto sublimado. en el albor del orden tanto en feria,
Uno dos tres, cuatro y voluta, punto cúspide mástil pensamiento
lanza hacia arriba nuevamente henchido en alto dar por la materia.
en la hora de la muerte y la del parto.
bc
bc
La carne actúa hacia lo eterno
La célula primera movió un pie a esencia de equilibrio libro enhiesto,
para empezar la danza parte de ella. balcón de espuma si escenario al parto,
La matriz frente al caos amamantó astros epístolas, atmósfera, perímetro
de amarga iniciación temprana vía, de sangre hacia delante,
venero primitivo eco de sombras enerva, enhebra, enera
con su pequeña luz en movimiento, el latido primario venidero,
álgida, pálida, vértebra cinefica, isadora, monta en ala,
de yodo alcohol manando bienenritma los predios de la imagen,
esencia de su fuerza. ergástula en el aire libre espacio.
centra en la vista la cresta de la danza,
bc
se universa, se encrepita en el fiel del lunetario.
Cae el telón…
En el principio era la sombra. Ya todo está en la vida.
Después la chirimía, la cítara, Del rito a la carne, Papeles Privados, 1995.
el vociferoenarbolado corazón de atabales,
la organización de las imágenes,
el mundo asomándose al espejo

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Roberto López Moreno Meteoro

Abro la marimba de las llamas.


Se cierran las páginas
Abro la marimba de la marimba ardiendo.
de páginas cantando Verbario de varia hoguera, Instituto Chiapaneco de Cultura, 1993.
y te cielor
te gozar
a multigozo (Fragmento)
en Tapachula
así es el sol (Breve espacio evocativo)
a multihora Muy orondo Girondo
abro la marimba desde el índice Oliverso
y me azul el tiempo Urde verso
sobre esta piel sin armas Une verso
tropilícada vegetalísiva Universo
calivástida sohidrófala Univerbo
jitanjáfora tejida Muy orondo Girondo
a punta de manecillas En el fondo
después el sol Del verbo
se hace noche Del verso
y tú sigues ahí Del censo
listón incandescente Del seno
lengua de juego Del celo
fuego gozo que quema mareas Del cielo
carne Giro hondo
de la vida y la muerde Girondo
de la muerte y la vicia Gir o n DO.
y la alza y la lanza Verbario de varia hoguera
hacia todos los mundos
del rumbo

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Roberto López Moreno Meteoro

Soneto gañeñe Eva usa vello, lo lleva suave*


Para el druz Enrique González Rojo Roma: Atípica nací.
Pita Amor
A Soraya, Isela, Lena, Ani, Mara, Sharon, Ada, Mayra, Mati,
“Snigdo, belardordo cutresando, Lila, Dora, Coco, Caro, Dalila, Lolita, Mary, Amada,
ruizna, caznota ruizna, carroquerto”, Norah, Sara, Mina, Anel, Alesia y a Rosa.
Enrique dalmonarto druz Roberto,
bieliyniéregui, glisáfanta drevando. Adán usa su nada.
Nada Adán:
Ruizna, caznota ruizna, dolvi ebando, ¿Luz alegre ves en ese vergel azul?
gañeñe glisa, trisernal zucerto, A remar a la gloria duda ir Olga la ramera.
rolúmpago dadoño lampacerto, ¿Sólo Dios amas o os amaso ídolos?
crevares cantilínidos rubando. ¿O sacas odioso los ojos o los oídos acaso?,
odio la luz azul al oído.
Oliverio “llagánima masturbio”, La sed de sal
Mariano “filiflama alabe cundra”, no tirita (tiritón),
Vicente “lusponsedo solinario”. si liba soberanía rebosa bilis;
seres sosos, somos ala, ala somos sosos seres.
Ruizna, caznota ruizna de conurbio, La roca bajo las alas alojaba coral.
Enrique damolfarto cres infundra,
recedal, druz drevando verbinario. Amo la paloma,
13 sonetos + un sonejo = 14 dolores y un gozo…, ave Eva
el silencio o Catorce sonetos, UAM, 1990.
—oh ave de vaho—
la renegada general.
Sé verlas, eres al revés.

* Este poema fue estructurado con los palindromeses de los siguientes palin-
dromesistas: Jorge Solís Arenazas, Otto Raúl González, José Trinidad Me-
mije, Francisco Guzmán, Oscar René Cruz, Carlos Illescas, Ezequiel Ramos,
Rubén Bonifaz Nuño, José Antonio Robles, Alejandro Herrera Ibáñez, Willy
de Winter, Juan José Arreola, Héctor Zenil y Roberto López Moreno. Cada
palindromés fue recabado de diferentes publicaciones.

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Roberto López Moreno Meteoro

Amar es reconocerse rama, Marimbizado todo yo


da de los aires a la seria soledad. urdí palabras,
y después de haberlas
Arómame gema mora, intesticulizado plenamente
emáname aré llano
amor a ese aroma, con el Jesús en la pluma.
¡arómame gozo!, gimo mi gozo; gema mora, Motivos para la danza, Praxis, 1986.
are cada Venus su nevada cera,
yo sólo soy
soporte, tropos. Diurno del optimismo
Ábrara

He aquí el escenario del antiguo verso


escena río
Variaciones sobre un tema jesuita
es cena río
Al poeta Jesús Arellano
río sin cena
de cena más cena de sí misma
Totalmente enleninado con lenineces sin fin
río de risa mortal
traté de intesticular mis palabras
sin cena y sin río
para gritar que la oligarquianza
río sin cena
nos pisotea la unigenitez.
alzo hoy la voz a la mitad del río
Marx dijo a Lenin y río
repartiera la sal en cada día en el escenario río
y el camaradazón ríe risa como río
leninizó los horizontes. risa sin prisa
río sin río
En esto meditaba tuércele el cuello a esa risa
durante un viaje del alba hasta el ocaso risa sin cena y sin río
(¿cómo señalar al buitre millonario río que ríe…
que solamente vive para enrapiñizarse? río.
¿Al político desvergonzado en la engordanza? Motivos para la danza

166 167
Roberto López Moreno Meteoro

Los lepradores clemente no


mente es
Los pobres son La sonrisa ajada di
Una lepra que se extiende Hasta la raíz del esqueleto padín
Sobre la costra del planeta Se rompe boca abierta inclemente
Los pobres son Una maldición si
Un océano que crece y crece Crece no
Y el océano es La maldición di
El diluvio rabioso Que purificará el aire y los jacintos es
Donde humedecerán su desesperanza Cuando sean Clemente
[llamados a cuentas Padín
Los lepradores Los lepradores inclemente
Motivos para la danza. espadín
mente
es
Poemínimo él
A Myrta Yáñez él es
Clemente Padín.
Una flor sembraste en la tumba Inédito
de Efraín Huerta
¿Reconoces el aroma de este verso?
Motivos para la danza. Onomatómicas

Arriba las… ¡BANG!


Homenaje Tu ausencia pesa un… ¡UF!
El secreto de mi equilibrio se encuentra en el… ¡CUAS!
Clemente: No dispares esa… ¡PUM!
no clemente es Tú me la…¡Ay!
espadín

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Roberto López Moreno Meteoro

Tres de dinosaurios y uno de cuna II

En la plagidez del placio


I bebe sus fuentes don Carlos
Dinosaurio que ladra no es dinosaurio.
III

II No es lo mismo Vargas Vila


“Dije camello no dinosaurio, así es que la culpa no es del ojo que vales Llosa
de la aguja”.
III Dístico
(A Díaz Ordaz)
Pues bien yo necesito decirte ¡Dinosaurio! Presidentes Presidentes
¿Cuántas vidas bebes?
(El de cuna) Materiales de Motivos para la danza

Nota roja
Ante un cuadro de Leticia Ocharán
Durmió plácidamente durante cuartilla y media. Cuando
[despertó, La vista se detiene,
se encontró preso entre las columnas de la sección policíaca. contradicta,
en el seno de perenne movimiento
que mueve a Leticia en los colores,
Tres aproximaciones y llega hasta el guerrero, que en la tela,
revive, obsidianidoso, sus prehispanerías
I y se tiende sobre el plano amarilloverdante
Democracia para seguir la ruta del guerreador,
Demagogia quien no repara en la intrusidad de la mirada
Coprofagia e insiste en un por siempre avanzar el paso
suspendido entre los bastidores.

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Roberto López Moreno Meteoro

¿Qué afrentas irá a vengar su piel de piedra? Bamba lezama bamba


¿Qué redimisiones le habrá enfuturado su autora?
Elamú, calambú, cambú.
Y mientras este guerrero Capitán cabeza al uso
se desprende de las texturas vase a su achicar el mar.
(es decir, mientras lo arranca la vista Paisaje de sal y noches,
para llevarlo a desfacer posthispánicos entuertos), zumo de noches y sal.
la voz de la Coatlicue, Elamú, calambú, cambú.
violentamente viva, Paisaje de sal y noches,
se hace presente Zumo de noches y sal.
en un manchón de sombra protectora
con su difícil ternura de piedra eterna. Elamú, calambú, cambú.
Motivos para la danza Misal apenas, naipe cotidiano,
capitán de la nóveda espiral,
irar hiriendo las gavias de la sombra,
Décima polifema su furia vesperal.
Elambú, calambú, cambú.
“Si porque a tus plantas ruedo Irar hiriendo las gavias de la sombra,
como un ilota rendido” polifema su furia vesperal.
la glisa dibuja el nido
y los crevares el miedo. Elamú, calambú, cambú.
Deshilzada sobre un dedo Sobre la barca griega polifemar las iras
la mirada desentiba, da sabor africano al reciente recital,
una recedal cautiva con la cabeza al uso de tan bien repartida
con los pétalos blinsados que la frente espaciosa y el cogote hacia atrás.
y erecta fulgor de ensados Elamú, calambú, cambú.
drevada y caritativa. Con la cabeza al uso de tan bien repartida
Décimas lezámicas que la frente espaciosa y el cogote hacia atrás.

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Roberto López Moreno Meteoro

Elamú, calambú, cambú. Chiquirimbó chiquirimbá


Paisaje de sal y noches. que abriendo surco sobre la sal.
Elamú, calambú, cambá.
Paisaje de sal y noches. Después de cruzado el mar,
Plum cataplum cataplum plum plum y yo extenso platanar,
Paisaje de sal y noches. y yo haciendo el platanar
Plan cataplán cataplán plan plan. oigo una risa minera
Paisaje de sal y noches. y es que la reina Guiomar
Zumo de noches y sal. en la otra punta del mapa
Négridas, Instituto Veracruzano de Cultura, 1998. se ha puesto a cantar,
sobre la selva y el mar,
a cantar,
Redoble de la memoria sobre la selva y el mar,
a cantar,
Que si ese negro fue antes que yo; sobre la selva y el mar,
que si ese negro fue antes y es que la reina Guiomar
que la mi casa sobre las aguas, en la otra punta del mapa
que la mi casa en las tempestades se ha puesto a cantar.
abriendo surco sobre la sal. Pero el bom de sus tambores
Chiquirimbó chiquirimbá truena dibujos de funeral.
que abriendo surco sobre la sal. Chiquirimbó chiquirimbá
truena dibujos de funeral.
¿Habrá Yayagüita sido primero? Chiquirimbó chiquirimbá
¿Sobre qué tiempo tiempo vinieron sobre este Chiapas de cafetal.
aquellos de Yayagüita Chiquirimbó chiquirimbá
palabra azteca, lugar de negros?. que abriendo surcos sobre la sal.
Lugar de negros, palabra azteca,
sobre este Chiapas de cafetal. Tan lejos de Yanga y del rey Miguel
Chiquirimbó chiquirimbá aquí no hay Changó, aquí no Yeuá,
sobre este Chiapas de cafetal. aquí no Osaín y Osún aquí no.

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Roberto López Moreno Meteoro

Por este lado del mundo que abriendo surcos sobre la sal.
se desvaneció el tambor Chiquirimbó chiquirimbá
y la otra punta del mapa sobre este Chiapas de cafetal.
aquí no, Chiquirimbó chiquirimbá
quién sabe desde los cuándos truena dibujos de funeral.
aquí ya no, Chiquirimbó chiquirimbá
humo de ñáñigos entre malangas que abriendo surcos sobre la sal.
quién sabe desde cuándo no. Chiquirimbó chiquirimbá
Aquí marimba, y aquí pozol abriendo surco sobre la sal.
y la negrada de Cintalapa Chiquirimbó chiquirimbá
de Villaflores y Yayagüita, surco sobre la sal.
¿Dónde creció? Chiquirimbó chiquirimbá
Aquí marimba y pozol sobre la sal.
y los misterios de lo negrado antes que yo, Chiquirimbó chiquirimbá
son nombres negros la sal.
son nombres negros que no cruzaron el mar, Chiquirimbó chiquirimbá.
porque ya estaban labra labrados Chiquirimbó chiquirimbá.
sobre las piedras en el acá. Chiquirimbó.
Y si así fue, que si así fue ¡Ah!
aquella tinta de nuestra piel Négridas
¿ a dónde fue?
¿en dónde está?
Que si esos negros antes que yo, En dónde están
ay la memoria,
que si esos negros fueron muy antes Angus, las Angus,
que la mi casa sobre las aguas, ¿En dónde están las Angus?
ay la memoria, ¿En dónde las Angus prendieron tambor?
que la mi casa en las tempestades
abriendo surco sobre la sal. ¿De dónde hasta Huixtla?
Chiquirimbó chiquirimbá ¿De Huixtla hacia dónde?

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Roberto López Moreno Meteoro

Congo morongo Tam-bamba-Tam.


negro colocho Y la guanábana que es una sábana de verde azúcar.
congo colocho negro bocón, Tam-bamba-Tam.
huesos de marimba, Y la guanábana
lumbre sobre el suelo, Tam-bamba-Tam.
lumbre sobre el suelo, de verde azúcar.
huesos de marimba Tam-bamba-tam.
tambo que se cimbra Tam-bamba-Tam.
tamba del tambor. Bamba-Tam.
Congo morongo Tam.
congo colocho Angus, las Angus
lumbre sobre el suelo ¿De dónde las Angus trajeron su sombra?
negro bocón. ¿De qué fogonazo?
¿De cuál espiral?
Angus, las Angus.
¿En dónde están las Angus? Angus, las Angus,
¿En dónde las Angus prendieron tambor? ¿En dónde están las Angus?
¿En dónde las Angus prendieron tambor?
¿De dónde hasta Huixtla?
¿De Huixtla hacia dónde? ¿De dónde hasta Huixtla?
¿De Huixtla hacia dónde?
Sombra desde el tiempo,
calle del incendio, Tam-bamba-Tam.
vértigo del viento, Tom-bombo-Tom,
savia de azafrán. vienen del mar,
¿De dónde las Angus trajeron su sombra? crecen la flor.
¿De dónde trajeron el negror del mar? Tam-bamba-Tam.
¿De qué fogonazo? Tom-bombo-Tom,
¿De cuál espiral? sombras de allá,
La palmera sube sobre los secretos. vienen y voy.

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Roberto López Moreno Meteoro

Tam-bamba-Tam. Cambia e’paso tallé


Tom-bombo-Tom,
sombra de acá Tun kul tun kul
sombra que soy. vientre de madera.
Tam-bamba-Tam. Tun kul tun kul
Tom-bombo-Tom, entraña que anega.
ritmo de sal, Tun kul tun kul
remo de sol. mueve con la timba.
tam-bamba-Tam- Tun kul tun kul
Tom-bombo-Tom, licor de marimba.
Angus, las Angus Tun kul tun kul
¿En dónde están las Angus? ala sobre el tiempo.
Congo morongo, Tun kul tun kul
negro colocho, el falo del viento.
congo colocho negro bocón. Tun kul tun kul
Tam-bamba-Tam.
noches y redondas.
Tom-bombo-Tom.
Tun kul tun kul
nalgas rotadoras.
¿En dónde están las Angus?
Tun kul tun kul
Cáscara de mango,
la carne tunkula.
sol de tamarindo,
Tun kul tun kul
mango tamarindo,
el fuego madura.
cáscara de sol.
Tun kul tun kul
Angus, las Angus,
ya se curva el eco.
¿En dónde están las Angus?
¿En dónde las Angus prendieron tambor? Tun kul tun kul
el negro misterio.
¿De dónde hasta Huixtla?
¿De Huixtla hacia dónde…?
Négridas

180 181
Roberto López Moreno Meteoro

Cambia e’paso, Tallé; cambia e’paso. y la llama blanca blanca


Cambia e’paso, Tallé; cambia e’paso. se vuelve fuego.
Cambia e’paso,Tallé; cambia e’paso. Eco y ronda,
eco y ronda,
¡Tun kul! ronda y eco.
Négridas Négridas

Danzón
Ritmo dúo
a Leticia Ocharán La amarga mar del Caribe
a seis días de su partida. cruzó con el cuerpo ardiendo.
Su corazón de timbales
Ronda y eco alumbró Puerto Progreso
ronda y eco, y a Mérida caminó,
llama blanca en golpe negro. lumbre que iba tierra adentro.
Upa ondulante la grupa, Ya le llamaban Danzón
alba azúcar, y Danzón nos fue creciendo.
ritmo denso,
luna blanca, blanca espuma, Ay Danzón del corazón,
ronda y eco, del salón al arrabal
llama blanca en golpe negro. maestros de la tonada
Baila la noche esta noche cuánto regusto me dan,
con un sabor tabasqueño tumba, tumba
de ojo verde, verde, verde, y tumba y son,
verde pupila en el reto, bom y bom…
baila la noche esta noche y riacatán.
ronda y eco,
pega la manaza negra Pero aún iba a bordear
sobre una rueda de cuero los litorales del tiempo
y la llama blanca baila y por las costas del Golfo
piel de ondulado rejuego fue bajando, hondo, lento;

182 183
Roberto López Moreno Meteoro

en Campeche, trovador; y aquí con amor le hicimos


en Tabasco, marimbero, su más alto monumento.
en Veracruz, todo junto
a no caber en el viento. De la clave a Caridad
en Cuba, con otro texto,
Y México, capital, surgió la clave a Martí,
supo de su advenimiento: en charangas y troveros.
fandango de Santa Anita, Un verso de dicha clave
Canal de la Viga y, luego fue sumado al nuevo ingenio
de Ixtacalco al California y así adornó sus compases
fue inventando pasos nuevos nuestro danzón más completo
y se subió a los volcanes prendiendo desde la espuma
para ver bailar al pueblo. dos historias y un encuentro.

Juarez no debió de morir, Juarista en verde plumaje,


¡Ay! de morir… quetzal de luz chiapaneco,
Danzón que va retumbando
¿Qué cómo llegó hasta Chiapas? por las veredas del pecho.
Secretos de tiempo y viento, Va don Esteban Alfonzo
alas que arden los sonidos, inventándose en lo eterno.
golondrina en pleno vuelo
que va describiendo su arco Ay Danzón del corazón,
al pentagrama del cielo del salón al arrabal
para que Esteban Alfonzo maestros de la tonada
lo haga el eco de su ensueño. cuánto regusto me dan…
tumba, tumba
Nos trajo la mar amarga y tumba y son,
este modo de sabernos, bom y bom…
zumo endulzado con caña
y riacatán.
de amargos blancos y negros

184 185
Roberto López Moreno Meteoro

Y así ha llegado rodando, Juárez no debió de morir,


desde el mar hasta tu cuerpo, ¡Ay! de morir…
a tu piel de buganvilias
donde la selva se ha hecho Nace libertad del alma
tecla de piano y marimba, a la libertad del viento.
suspirito comiteco. Négridas
Tamborito
Un fragor de flamboyanes Al poeta Ramón Oviero
anida lumbre en tus senos,
río nocturno que te lame Pétalo rojo Pétalo blanco Pétalo negro
con su música de verbos el tambor de la alegría
y el “no debió de morir”, Pétalo negro Pétalo rojo Pétalo blanco
suave, tibio, hondo, lento, el tambor de la alegría
prende volcán repentino Pétalo blanco Pétalo negro Pétalo rojo
reventando en lava ardiendo. el tambor de la alegría
“No debió de morir”, cantan panameña panameña
la mar amarga y el cerro. el tambor de la alegría
citlali xochitl citlali uchitelnitza
Retumbar de paila y paila, el tambor de la alegría
timbal y machete arrecho, suma sangre siembra siempre
golpe de Danzón quemando el tambor de la alegría
los pistilos del deseo, Pa pan parará pan paran
que sube hasta tu cintura Pa pan parará pan pán
desde el mar hasta el mareo, el tambor de la alegría
y de esa la mar amarga Pan pan parará pan paran
muele la sal de los cuerpos. el tambor de la alegría
Arde, Sur de don Esteban, Pa pan parará.…
Danzón que en este momento El tambor…
nace libertad que danza Xochitl uchitelnitza
con la libertad del fuego.

186 187
Roberto López Moreno Meteoro

Ahé Canta y baila


Yo tú tú
Salta la Negra Nery Canta y baila
sobre el tablado, Yo tú tú
plan plan plan rataplán plan plan,
sobre el tablado, A través de las palmas
quema la cadera ahé, que duermen tranquilas
quémate en tu sangre ahé, la historia del agua
quema tu tambor ahé, se expande y reinicia,
plan plan plan rataplán, ahé, sabor de nostalgia,
la Negra Nery se viene, tambor que habilita
la Negra Nery se fue, el tun de la sangre,
baja el licor de la noche, Caribe y Antilla
luna de brasa y carey,
baja el universo todo Yo tú tú
para arder. canta y baila
Plan plan plan rataplán ahé. yo tú tú
La Negra Nery que viene y viene canta y baila
la Negra Nery que va y se fue, yo tú tú
la Negra negra, que arda la Negra, canta y baila
¡Quémate poema! yo tú tú
¡Ahé!
Négridas A través de las almas
de nube y arcilla
revienta el bolero
Sabre y Curiel su flor amarilla,
pétalo de fósforo,
Yo tú tú hoguera extendida,
Canta y baila que nutre su cuerpo
Yo tú tú de azufre y herida

188 189
Roberto López Moreno Meteoro

Yo tú tú Voz en la que el ritmo celebró


Canta y baila desde la piel de lo sensual
Yo tú tú el rito azul de la canción.
Canta y baila
Yo tú tú Cantaré este bolero, sí señor.
Canta y baila Bailaré este bolero, cómo no.
Yo tú tú
Sed que bebe fuego a plenitud.
Voy por la vereda tropical, Golpe de arteria de este yo.
un horizonte de mujer Golpe de arteria de este tú.
es el perfume de humedad.
Yo tú tú
Cantaré este bolero, sí señor. Canta y baila
Bailaré este bolero, cómo no. Yo tú tú

De la brisa que vino y se fue, Cantaré este bolero, sí señor.


la noche enciende en su quietud Bailaré este bolero, cómo no.
la hoguera de su amanecer.
Yo tú tú
Cantaré este bolero, sí señor. Canta y baila
Bailaré este bolero, cómo no. Yo tú tú

Sol que va prendiendo por ahí Cantaré este bolero, sí señor.


desde la sombra en que nació Bailaré este bolero, cómo no.
su desbordado frenesí.
Yo tú tú
Cantaré este bolero, sí señor. Canta y baila
Bailaré este bolero, cómo no. Yo tú tú

190 191
Roberto López Moreno Meteoro

Cantaré este bolero… Mendive ve.


Tinta ovierera, ronda Manuel,
Yo tú tú Mendive ve.
Canta y baila Maga la maga, bruja la bruja,
Yo tú tú luna la noche, Händel fulgura,
Canta y baila Martí martina, mira Miró,
Yo tú tú Picasso observa,
Canta y baila Mendive ve, ve… ve… ve… ve…
Yo tú tú La selva suena clave de Bach,
Canta y baila Vivaldi ondula el cañaveral,
Yo tú tú… Whitman es hierba y es matorral,
Canta y baila Brull canta a Lorca, Lam a Guillén,
Yo tú tú… prende Corelli,
Canta y baila… Mendive ve.
Négridas Vive Mendive, Mendive vive, Mendive vive,
Mendive ve.
Ábrara
Pupila de Mendive

Mendive vive Mendive ve, Mendive ve, ve… ve… ve… ve… Por este lado del mundo
Mendive ve. a Julia Marichal
Jungla nombra, sombra lumbre.
Lumbre en la cumbre Por este lado del mundo
Mendive ve. repica nuestro tambor,
Habla tronco, nombra el ave cuero rojo, cuero negro,
Y un ángel pájaro pasa y lo sabe. tiquitac del corazón;
Del ala el hilo, savia de magia, aquí la madera canta
Mágica y sabia lo mismo que canto yo
Mendive ve, ve… ve… ve… ve… y va sangrando su carne

192 193
Roberto López Moreno Meteoro

con el chorro de su voz, Negra, negrita del alma


marimba de siete lanzas ya se te cansó el tambor,
tiquitac del corazón. ya no te rezumba el mango
como antes te rezumbó,
¡Ea!, negra, seno al aire, caimito de media risa,
matraca de mi canción, pedacito de carbón,
vientre redondo mi negra negra de carne dolida
entre los velos del ron, hasta donde duelo yo;
gajito de arrecha noche negra acostada mi negra
tiquitac del corazón. sin marimba ni doctor,
negra tosienta mi negra
Baila la negra clavada que escupes tu roja voz
entre la rumba y el son, y dicen que son pedazos
suda que suda y resuda que arrojas de tu pulmón
el tiquitac del tambor, y yo se que están mintiendo,
tumba tumba tumba tumba, no son cosas del pulmón,
tumba de mi, tumba en sol, yo sé que es el tiquitaqui
tumba de la negra alegre, que masticas sin calor,
grupa gruesa, ronco ron, el tiquitaqui que sale
marimba que siembra el canto, cansado como tu voz,
canto que canta el cantor, yo sé que es el tiquitaqui
tumba tiquitac que tumba, tiquitac del corazón.
tiquitac que tumbo yo, Negra mi negra, la rumba
tumba tumba tiquitaqui que pronto se te cansó,
clavel de clavija en do, que pronto se te ha cansado
negra que baila clavada la clavija de tu son,
entre la rumba y el son. negra mi negra que escupe
tiquitac del corazón.

bc

194 195
Roberto López Moreno Meteoro

Un petate, cuatro velas, Aquí te supe mi negra,


marimba barata y ron… piel de zapote y danzón.
Aquí te supe marimba
De qué noche habré venido, del más encarnado son,
a cuál otra noche voy, y fuimos el negro y rojo
qué crestas de amargo oleaje latido de esta región
me han montado esta canción y fuimos el rojo y negro
cargada de sal y espuma, tiquitac del corazón.
manchada de luna y sol.
Para el negro sólo hay luna,
De qué rama oscura vengo,
lluvia, ron, viento, tambor,
de qué luz, de qué tambor,
para el negro sólo hay rumba,
qué abuelo nadó entre sombras
para el negro no hay doctor,
las cadenas del terror,
por eso negra del alma
qué rutas abrió en el agua
fuiste arrojando tu son
la llaga que le quemó,
en diez bocaradas rojas
qué látigo le hizo cruces
que la noche se tragó.
en las selvas del amor
tumba tumba tumba tumba Que del pulmón decían unos,
tiquitac del corazón. pero otros decían que no,
que te había dado macizo
Por los océanos pacíficos tiquitac del corazón.
encadenado rumor
que fue embarcado en Manila Negra, negra, no te mueras
la espuma amarga bebió que aún nos sobra danzón,
y la hizo tecla y palmera, no dejes que por ai digan
y la hizo sangre y tambor, que el hambre te apuñaló;
y la vistió viento nuevo levanta la cara, negra,
bajo novedoso sol que la luna es un tambor
y desembarcó en las costas que está esperando tu sangre
de banano y de sudor. sobre este filo del son.

196 197
Roberto López Moreno Meteoro

Baila, canta, ríe negra como un negro caracol


con el ritmo de tu tos me fue enredando en tu cuerpo
que no digan que has cambiado, y tu cuerpo se hizo el son.
que el hambre te apuñaló.
Fue entonces cuando mi negra,
Tómate la noche, negra, tiquitac del corazón,
clávate en este danzón, sentí
tose tu bandera roja la verdad del son,
con la lengua de tu voz alcé
y vamos al cielo a darle la verdad del son,
tiquitac del corazón. creí
la verdad del son,
Ya no estés triste mi negra grité
porque aunque no aiga doctor la verdad del son,
en la vaina de la noche crecí
estoy bailando tu sol la verdad del son,
hasta que dejes tu cuerpo canté
bailado en este rincón, la verdad del son,
con tu cobija de sombras, bebí
con mi sombra en rebelión, la verdad del son,
un petate, cuatro velas, bailé
marimba barata y ron. la verdad del son,
reí
bc
la verdad del son,
ahé
Negrita de amor dormida, la verdad del son,
apagadito carbón, ahé
ya no me dijiste nada la verdad del son,
pero al buscar tu canción, ahé
por el camino la noche la verdad del son,

198 199
Roberto López Moreno Meteoro

ahé Sed, luz, voz.


la verdad del son, Yo. Tú. Ellos…
la verdad del son, “Mamá m’quero, mamá m’quero…”
la verdad del son, Adentro retumba la sangre de la carne.
la verdad del son, “Mamá m’quero…”
la verdad del son La pupila se desborda enloquecida. El oído más ya no.
del son, Y uno, pequeñito, así de pequeñito,
del son, y uno, ahí en el centro de todo.
del son, Algo golpea fuerte, muy fuerte adentro, más… “Mamá m’
del son, [quero …”
son, El tambor del pecho quiere írsenos esta noche
son, atrás de las comparsas,
son, y uno ahí parado, nadita latiendo
son, con dos lagrimones rodando sobre la mejilla
son. frente a la ruidosa defensa contra la absoluta sombra.
Lo que suena se mueve, lo que se mueve suena.
¡Negra! ¡Despierta! ¡Levanta! Mientras, el nudo en la garganta
¡Arremángate el pulmón! se convierte en una lágrima sin sentido alguno
¡Toma un trago de marimba (tus huesos solititos, sacudidos, naufragan en la emoción).
en los teclados del ron! El ruido loco, pitos, tambores, “mamá m’quero”.
Cadera hecha de timbales La alegría ya no escucha, grita y camina,
echa el tambo pal danzón se desparrama entre las calles,
y vamos al cielo a darle lleva bien escondidita entre los fulgores de su vientre,
tiquitac del corazón. acurrucada como un huevo inequívoco,
Négridas a la curva sombra helada, pegajosa, inevitable,
acomodadita en las entrañas (filo fidelísimo), la sombra
[curva, fría,
Carnaval esa, a la que hemos querido emborrachar esta noche.
“Mamá m’quero mamá m’quero
¿Has sido en el Carnaval de Río? mamá mamá m’quero, una chupeta, una chupeta…”
Fulgores, silbatos, tambores. Inédito
Cantan, bailan, beben.

200 201
Roberto López Moreno Meteoro

Música de Álvarez del Toro con una cinta morada


prisma dédalo diorama
Compás de cuatro cuartos: un sapo se abre la vena en su profunda hondura
zapa la noche. Roza la hierba, hasta la raíz de su cauce
la rosa hierve. hasta la primera versión de los sentidos
¿A que suena la entraña mineral?, yo tenía mi cascabel
golpe de piedra tiene el destino después de su ábrara, confluyen preámbulos
partitura de la primera huella con una cinta morada
sobre el lodo. Ay reata no te revientes
Canta vegetal el peso de la iguana que es el último jalón
mientras el colibrí masculla Elliot les pela los dientes
su corazón de flauta en el zigzag de aromas. si lo zapatea Ezra Pound
Saturno cuaternario inventa la primera noche: Ay Ramón López Velarde
en la danza de la llama danza el malvado danzón
eco federico se propaga dédalo prisma diorama
desde la anacruza de su signo. yo tenía mi cascabel
Por la señal de la savia ardiendo, diorama dédalo prisma
de la savia ceiba, hondo hiende rebumbiante
de la savia viento, tunde tiende puente al tiempo
de la savia sabia. en la férvida edad de los sentidos
Por la señal del sol sobre el pecho de la selva lagarta, taca taca tataca
mosca viva, gasa garza, aura áurea, danta giganta. zumba y va rezumbando
Do, río que quema y que se quema a soles. Sí, do. mi cascabel en la arena.
Versalía Sinfonía de los salmos

Huapango Palabras para encender una hoguera

Yo tenía mi cascabel 22 violines Chávez Atabales Timbales Igor


salta el salto Tunkules 21 Violines segundos 78 Violas Maduro
con una cinta morada La Noche de los Mayas Stravinsky Retumbo

202 203
Roberto López Moreno Meteoro

La Sacre du Printemps 18 Cellos Noche Silvestre Ahora


Dudamel Venezuela Hugo Cadencia Medida Escansión Cielo llueve,
Ofrenda Atabá Atabá Atabales Batuta Acentos Mujer sangra,
Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar Río fluye,
Siete clarinetes La consagración Bolivariano Primavera Bufón llora,
Siete bajos Gustavo Dudamel Atabales Raspadores Motor vida, Sancho,
11 percusionistas 10 flautas Siete oboes Nicolás Movimiento.
Acentos La consagración de los Mayas Un corno inglés
bc
La Noche de la Primavera Totalidad Ritmos Ritos
Un contrabajo Silvestre Los años El tiempo Stravinsky
Rusia Primavera Venezuela Noche Dudamel Llueve
La consagración de la noche La primavera de los mayas Sangra
Atabá Atabá Atabales Atabá Atabá Revueltas Colibrí Igor Iguana Fluye
Un corno francés Disco Fogonazo Percusiones: Llora
La Hoguera. Vida
Inédito Movimiento
Manco y loco ¡Arde

Tríptico
Campaña
Ahora
El cielo llueve, Empuña
La mujer sangra, Levanta
El río fluye, Ataca
El bufón llora, Clérigos, encamisados, payasos y satanes del infierno
El motor de la vida, Sancho, [a lanza
En movimiento. La ira
El verbo
bc
Lo eterno
Manco y loco ¡Arde!

204 205
Roberto López Moreno Meteoro

Hechicerías ti
en
Entre visiones cueva Montesinos, mí
yelmo Mambrino fantasía, soy
maravilla Clavileño cabalgadas, sed
gobierno justicia Barataria imaginada, Verbario de varia hoguera
hombre manco y lanza ansia juntos,
encantamiento, imprenta.
Manco y loco ¡Arde! Buenos días:

Río moreno
(Fragmento) Electricidad
Carga vibrátil
En Obelisco de alas
mi Torrente iluminado
gris Perímetro de lo aéreo
tú Llamado vertical, llama
voz Manantial de aguas de fuego
de Verdad erguida por los sentidos
luz Canción de piel quemada para el gozo
y Escalera que sube hasta la luz del sueño
sal Espiral de sal que asciende sed de los deseos
y Pirámide formada con la obsidiana patria de tu carne
ser Verbario de varia hoguera
yo
no
soy A Castellanos poetisa
tal
sol Rosa-Río
en Motivos para la danza

206 207
Roberto López Moreno Meteoro

Poesía visual Alacrán

Éste es material producido dentro del movimiento de Poesía Visual, T


que desde hace décadas lanzaron en México Araceli Zúñiga y César

T
T
Espinosa, impulsores en nuestro país de las artes alternativas. Con O
ellos colaboró entusiasta la pintora ya fallecida, Leticia Ocharán. Ella M E
me dio el entusiasmo, la teoría y el espacio.
C O C A
C
O
Ataúd L
A
Motivos para la danza

DÍAZ
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Motivos para la danza
Motivos para la danza

208 209
Roberto López Moreno Meteoro

Cruz Los soles

H S L E
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L E S
H O M B R E S
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L
L
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S Motivos para la danza
Motivos para la danza

Juegos Rueda

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Motivos para la danza
Motivos para la danza

210 211
Roberto López Moreno Meteoro

Se va el caimán Nicaragua

Se va el caimán
Se va el caimán

S
C E
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F MER ICAA A
A

A U
C E
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Motivos para la danza

Terremoto

Motivos para la danza Motivos para la danza

212 213
Roberto López Moreno Meteoro

Schönberg* las buenas acciones?


Yo tuve una vez una extensa red de venas;
Música GGG ore. yo la tuve,
Murciélagosz, pero no fue siempre mía la dirección de los latidos,
Toq L uen… y suma. i + 2.
L podríamos decir que casi nunca.
Escudriñador,
cuadriformeh..
( palos de ciego los que han de dar la tinta y la saliva.
El cuerpo aterido entre el hoy y la memoria,
ll:Música GGG ore y no hay hoy,
mágico y t L enue,
L todo es memoria,
lunas y pierbrot, desde donde miramos los ojos de mañana,
eufonia e n azwl. lo único cierto por incierto,
Ps L t … Julio César,
L lo único asible en su inasible juego
Roma te unge afín. porque es abarcarlo todo
Roma te ungbe:llL a fin.
L sin tener más que el proyecto entre las manos;
México, D. F., 11 de agosto de 2014. Inédito. esa ha de ser,
esa es la forma de los todos,
semiótica del éter.
(Fragmentos) ¿De cuántos adioses somos suma?
¿Cuántos son los cadáveres transidos
¿Cómo empezarnos a decir el rostro para darnos la aorta de la que estamos colgando?
para no seguirnos golpeando contra las paredes? Nuestra presencia es un breve signo de interrogación.
¿Cuál es el lenguaje capaz de golpear el cuerpo
aterido entre el hoy y la memoria? bc
¿Existirán los verbos calvos como la imagen
en la que desnudamos la risa a cada paso, La luz se vicia de tanto caminar el día
el confort con el que se mienten a sí mismas y ennegrece,
*
Las tres G que aparecen en mayúsculas en el poema representan: 1, la ennegrece profunda, hondamente,
primera del apellido del poeta Giraud; 2, el símbolo de la nota Sol y, 3, la última
letra del apellido Schönberg. Aunque éste es un intento de poema dodecafónico,
después del hecho nocturno ¿qué más
habría que aclarar que la obra “Pierrot Lunaire” con base en 21 poemas de Giraud, puede asombrar a los ojos mortales?
todavía se encontraba en la etapa de lo atonal. Después, el dodecafonismo iba a
ser plenamente asumido por Schönberg. Sólo el verbo contendrá y dará

214 215
Roberto López Moreno Meteoro

su vuelo a la sangre entigrecida. olvídate de escoyos para el alma y sé


El verbo es rojo, de alma completa y célula vibrante,
como el gallo que se incendia entre las sombras. déjate coger por la brama del tiempo,
A veces me duelo tanto de no encontrar mi eco, purifícate,
el reflejo de la palabra que me establezca coge tú las uvas, el llamear de las eras
sobre el día que de carne te han formado.
(sólo una forma de la forma no complementa el verso, Vamos a sernos, a darnos, a venirnos
lo deja cojo y manco de su poligonía). hasta el limpio corazón de la llama.
No me captura el eco,
bc
y mientras,
en el fondo del espejo contemplo indefensamente
cómo se rebalsa el tiempo. Vino el mar ala niña
y se le clavó en las piernas.
bc
Es un cielo de peces el recuerdo,
es las humedades de la sal nocturna,
Amor mío, ¿encontraste la lengua para el habla? la del sabor que quema.
Ah, cuando hablas sobre la piel despierta. Vino el mar, copa y espuma,
¿Desde dónde nos viene el desconcierto? para un sorbo de su pez en llamas.
Cuántas preguntas para contestarnos ríos.
bc
Qué corta es la edad para el suspiro
y la entrega;
el padre que regresa a casa Ayúdame a cambiar el nombre
encuentra a su hija preñada por el falo de Dios, si es preciso;
monta en ira y la arroja ya no amor; que sea violencia, corno bronco,
a la nunca sola soledad del mar, subversión total,
quizá porque el amor de carne filo que hiende, golpe que sacude,
no debiera ser tocado por los dioses, mácula del éter. diente que maltrata y alza.
¿Silicios y claustros al mar! ¡Fuego a los timoratos de la carne!
Pero olvídate de Dios, Pero no,
fiera de fiebre entre las sábanas; ¿por qué más desperdiciar el fuego?

216 217
Roberto López Moreno Meteoro

El fuego guardemos se desliza entre el polvo que la envela,


para los que hemos de morir como una hoguera. que le da el movimiento de esta hora,
que la hace sueño para hacerla carne
bc
oh, el salto cualitativo de la piedra.
La estatua vuela al ras del piso,
En la memoria, se arrastra sobre la galaxia más lejana,
en la oscura curva resplandeciente, reúne sobre desde en ella
descansa un jardín de vegetación dorada. las geométricas fuerzas del cosmos;
El orden en aquel patio crece,
estaba a cargo de la naturaleza. crece en la extensión que la diminuta.
En el centro de la hojarasca desperdigada La estatua de la fuente de las tardes infantiles
dormitaba una fuente de piedra en este momento es expresión de la noche erguida,
enverdecida a tramos, carne aérea
lenguaje de un pasado mientras, por sus muslos
que daba la impresión de gran pasado. resbala una hormiga de piedra.
Y en la confluencia de las simetrías: la estatua,
bc
breve cuerpo de piedra picoteada
¿por el agua? ¿el microbio? ¿por el tiempo?
La mujer desnuda posa para el niño La flor nace
y las yerbas del patio solitario. para romper con pétalos la cadena del aire.
Aquella tarde, entre sus piernas, resbalaba El sexo de la estatua
una hormiga rojinegra. devorado por las hormiga ávidas
Bellos los duros y fríos muslos ahora vive, se estremece,
de la mujer de la fuente se mueve en cada uno
por donde la contradictoria hormiga de los minúsculos cuerpos.
aplica la brasa del movimiento. La flor nace
para romper con pétalos la cadena del aire.
bc
Es un hervidero el que recorre
el centro de la piedra.
Ahora la estatua vuela, vuela La piedra hierve.
por el cielo nocturno, Algo se estremece en el sexo del universo.

218 219
Roberto López Moreno Meteoro

bc Reclamo —partícula de ti—


tu mujer,
Sale uno del prisma y el sueño está ahí, mi mujer, para arderla con tu fuego,
viviendo su vida propia, para que se incendie
su maravilloso castillo de espejos; con la hoguera que te arrancó del pecho.
ya hay forma, dimensiones, movimiento,
bc
uno se roza con el asombro y crece,
se mira uno desde afuera,
se mide, se carga Ahora tengo esta astilla que arde
y ya con el haz de reflejos en la mano entre las manos,
regresamos nuevamente al corazón de la imagen ahora ardo,
como el hielo ha de tornar ahora es necesario decir la muerte,
al centro de la llama. inventarla,
crearla a fuego lento
bc para que no muramos.
Así sea.
Sol, dame tu mujer,
bc
la de los muslos altos,
la de humedades de aromar marino,
tu mujer, la que quema. Cada día nuestro vuelve a inventar el mundo.
Sol, dame tu mujer Piedra ¿de qué parte de mi sangre
que necesito fuego para habitar mi tiempo. fuiste construida?
Déjala que baje a los caminos Rama, alcahueta de los pájaros,
de esta carne tiritando. ¿qué parte de mi páncreas, de mi bíceps eres?
dame tu mujer Ah, columpio del oxígeno
porque me pertenece, que cuelgas mis pulmones en el aire.
porque soy tus partículas en la tierra, ¿En qué hueco de tu cuerpo me gestaste
en mi sangre. agua de río?
Yo soy tú, ardiendo este frío Ah, el poder de los poderes,
que me compone. en sólo nueve meses fui el creador de la naturaleza.

220 221
Roberto López Moreno Meteoro

Cada día volvemos a inventar el mundo, Mi sed es guitarra,


el triunfo del deseo y de su entrega. mi alma una sed tañendo
Ven acurrúcate, sola, a la orilla de mi sueño, la libertad de los caminos.
palpita, intensa, haz que mi sangre fluya Pongo mi sed al servicio de la juglaría,
como torrente erecto, pongo mi corazón en la cuerda
somos tan solos, tan solos estamos del sol mayor,
los creadores del mundo… del fuego sostenido, mi corazón
Vente a mí, en mí, de mí, que de la piedra late
multipliquémonos latidos sobre la piel terrena, con el ansia de medir el cosmos
¿por qué intentas fugarte desde sus afligidas dimensiones.
tras el vano espejismo de los ángeles? Mi sed es guitarra,
es el polvo, es el camino
bc
y lo pongo
—con la música de lo que somos—
La masa con la que están hechos los ángeles al servicio del sueño.
huele a plumas putrefactas
bc
…¿de eso nace el vuelo?
…y luego el salto;
los saurios se convierten en pájaros Cuando el sol se estrella en el pasto,
para que la tierra vuele después del primer golpe de sorpresa,
y el vuelo deje de ser sólo las hormigas suben en él,
responsabilidad de ángeles. hacen fiesta sobre el fósforo derretido,
Las extremidades superiores de lo que repta sobre el polvo esparcido del gigante.
se hacen alas y se instala en el aire ¡De prisa!
nuestra longitud terrestre. ¡A devorar los fragmentos de tal torso!
En el ave vuelan los ríos del tiempo
bc
y el sexo de los ríos.
El mundo está lleno de germen palpitante,
bc
la vida está por nacerse siempre,
es una conflagración de formas.

222 223
Roberto López Moreno Meteoro

Si se pisa una piedra no se sabe Ama tú con la fuerza de la cantidad hechizada


si se está pisando una futura sierpe y establece sobre la piel del ave y de la iguana
o una gota de semen que cada acto de amor es una historia antigua
o el vuelo de una mosca apenas por nacer en nuestras manos.
o la escama del viento Verbario de varia hoguera
o algún beso.
Todo es confluencia de energía
en espera del salto mágico Savia adentro
que se produce un instante después de
la cantidad hechizada. Ya el canto se hizo el orden savia adentro,
bc del caos el epinicio vuelve al caos
después de transitar sus armonías,
sus valles, sus pantanos, su dibujo,
Y el salto se produce
su lenguaje asignado sobre el beso.
abierto como la urgencia,
Rehacer el mundo en sí sobre del mundo
como la herida lasciva donde penetra el día
fue la pala, el arado, la herramienta,
para dejar su larva de fulgores.
fue nacer otra vez desde ese beso,
En las geografías de la carne
vaso del zumo totalizante y nuestro.
hay un punto de confluencia
Rehacer el mundo en sí desde nosotros
en donde se anudan todos los cauces,
amando asesinando
los que lubrican las máquinas del tacto,
la luz, el viento, el frío, la distancia,
los que trazan la verticalidad de los suspiros,
los que dan río a los jadeos. el espasmo en que nace lo nombrado,
En el salto el polvo de tu polvo,
se abre la tierra, mi polvo que es el tuyo,
sus flores, su energía, la rueda transitando por el polvo.
y cada minúsculo estremecimiento Ya el canto se hizo el canto
repercute en la lejanía de la estrella. sustento de la forma pie a la prisa,
lo que es día mañana será noche,
bc mañana de mañana hacia la noche,

224 225
Roberto López Moreno Meteoro

haremos desde aquí allá este canto, Tus ojos son el tiempo,
porque todo se mueve la medida del hoy desde la sombra.
tus ojos, el mundo que ellos hacen, Tus ojos son el día y lo acomodan,
este amor que secamos de la sombra, lo componen telar ensonorado.
del más allá Verdes tus ojos leticinias flamas,
vibrando en más acá nota tras nota, gramática del torrencial que vimos
puñal en vilo para darnos vida. hacer el pie, el paso, el horizonte.
Ya el canto es el desorden. Tus ojos son mi cero y soy tus cifras,
Pare rehacer el mundo, espejos de las palpitaciones.
periplo artesanal, Los que estuvieron, los que estarán
vino a vino, son unidos por tus ojos,
vena a vena, lengua de amores, pulso hacia delante,
desmenuzan auroras asombro de este barro repetido
tus ojos en cadena visual al infinito.
savia adentro.

Desmenuzan auroras
Tus ojos
Desmenuzan auroras pero en torno
Te doy un lampo en un beso, estamos ambos preservando el fuego
las constelaciones nuestras células, a uñas nada más, célula inerme
el oscuro gran cuarto semilla irrenunciable, el los dos en un arma solitaria
el ansia de las cosas solidaria razón con las auroras.
para que tú las unas, El manzano y el arca en arco vano
las reúnas, hacen juego de sombras y de luces
les des su vértigo correspondiente, pero somos más fondo, más altura,
su versión de edificio dentadura del sol son dadivoso
clave arriba que el precario reajuste de sus mitos.
erguida en la rodilla de los siglos, Desmenuzan auroras;
te doy tus ojos para que des tu alumbro. nuestra aurora

226 227
Roberto López Moreno Meteoro

en una tabla nada de la espuma, Vino a vino


larva,
yugular propensa al fuego Todo depende del vino en nuestra copa,
de tan cambiante eterna en nuestra ansia de asir el movimiento
siempre la misma y diferente cara; adhiriéndose a las formas carnales
es tu carne y mi carne de su carne, y líquidas del sueño.
es preservar dos ríos distintos Todo depende del vino que incendiamos
y sumergirse dos veces en el mismo cuerpo. en el rito primero vuelo encinta.
De la primera chispa lumbre de uvas
han de crecer las venas del latido
Vena a vena palabra de la lluvia,
música del relámpago,
En un beso del vino carne abierta invento de este todo que se nos quema adentro.
derramamos las venas de los astros Todo depende del vino
y sólo nuestra vena huella mínima, con el que nos venimos a la vida.
queda en pie, cosmos que arde.
Nuestra vena es las venas, de ellas somos
esta astilla astillada que nos damos, Periplo artesanal
latido del vivac,
lodo que canta la victoria ancestral de su grandeza, En un beso
entraña del prodigio piel a pulso tornamos de alto viaje
una a una hasta dos, hasta lo todo; amargo sideral como el manzano.
hasta el mar del amar, de estar encinta, Artesanos del vino vamos siendo;
repitiendo en el beso su manzano, del humo,
su vino de horadar, del amor a cuatro soles,
su zumo, cuatro derrumbes construyendo su eco,
su estar sobre la vida abierto espejo. alimento del día que son los días,
la miniatura esencia que alza todo.

228 229
Roberto López Moreno Meteoro

Para rehacer el mundo Bosquejo de un zapato


A Carlos Humberto Valencia
Para rehacer el mundo
fundaremos el sueño Transitas con el paso desvestido
con esta arcilla moldeable del lenguaje. la acrílica distancia que empincelas
Tú, yo y te hermana a la tierra del camino
en medio de la llama, el hoyo del zapato,
dándole nombre al verbo ventana que te abre un universo
con las estalactitas de la sangre. en donde gira nuestro polvo humano,
Savia adentro tus ojos desmenuzan aurora vena a vena vino a vino periplo y el hambre de la suela te recorre
artesanal para rehacer el mundo o Siete apuntes, Ediciones Delanbo, 1980.
por las venas vitales de tu trazo.
Alegórica actitud de luz
amarga.
Tres bañuelantes
Una carta
Salomé

Te escribo con mi cal desde esta hora


En el séptimo velo te me creces —barquilla del minuto agusanado—
junto al brocal que te desnuda el ansia, tú sabes soledad que no estás sola,
acrobática hijastra de la muerte, que estamos, amorosos.
enlístame en tu beso.
No como a Juan en siete soledades En ésta todos bien, ojos y manos,
me cercenes, danzante de lo incierto, el hígado humedece tu recuerdo
decapítame el miedo de los días, y el corazón nos habla del verano
quiero verlo sangrar entre tus dedos. que pasaron unidos.
Heptavélica, cuerpo de horario…
¡A bailar! Y bien, cuando recibas la presente
sabrás que estás conmigo y yo contigo,
no hay ausencias posibles, no hay ausentes,
sin embargo… qué solos…

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Roberto López Moreno Meteoro

Espero tu respuesta, no podemos La siesta de un fauno


seguir tan solos soledad amiga
en estos solitarios universos, El cabro, abracadabro
recibe abrazos. Punto. viola danzario
P.D. las medias luces del escenario.
No… Punto. Hay ahí dos ninfas cuyos empeños
En el sur de la nostalgia se vuelven sueños.
El fauno danza su intento
pero las ninfas se vuelven viento.
Nocturno Fundido con su verdad,
contorno azul de la inmensidad,
Si fueras Isabel árbol nocturno, Nijinski en trazo que extiende el brazo
principio desde el barro hacia lo aéreo, inclina los dedos hacia la tierra.
mi escasez sobre el ras, nada en lo aéreo, La luz se cierra.
río sería en el vacío nocturno. Sinfonía de los salmos

Pero eres Isabel árbol nocturno,


rama en la llama, flama de lo aéreo, Jazzotomía
y mi vacío se luz, nada en lo aéreo, A Gloria Contreras
y mi vacío se voz, nado nocturno.
Salta el lampo con la astilla
Levantarse y arder, crecer el viento, en la trama del espacio,
de la rama a la flama llama el viento relámpago del topacio,
y al llamar y al llamear prende el camino. danza que se maravilla.
El vuelo clava la quilla
Si fueras Isabel árbol del viento… en el eléctrico oleaje,
pero eres Isabel árbol del viento su lumínico voltaje
y yo sólo hosco polvo do el camino. pluvia la jazzotomía,
13 sonetos + un sonejo = 14 dolores y un gozo…, Gloria de la geometría,
el silencio o Catorce sonetos
verbo carnal del lenguaje.
Décimas lezámicas

232 233
Roberto López Moreno Meteoro

Sensemayá Te abro el aroma


que se enreda en el musgo de esta noche
La culebra se esconde en la yerba. y paladeo de ti
Roza un seno. selva de seda
Se esconde en la yerba.
bc
Roza un hueso.
Se esconde en la yerba.
Se esconde en la yerba. Se trata de esta llamarada
Tara tara tárará… húmeda
Sinfonía de los salmos toca con la punta la semilla.

En torno arde el universo.

13 tiempos de Eros bc
(fragmentos)
(Libro biautoral con obra plástica de Leticia Ocharán)
Depositas tu orgasmo entre las sábanas;
Lengua con lengua lo recojo con su envoltura blanca
la noche y la mañana para asustar ¡Buuu!
se encuentran a los malvados castos de la noche.
se entrecruzan
bc
se entrehablan;
una, relata su saliva aérea
la otra, Me voy a recostar sobre tu vientre,
sus paredes subterráneas, si alguien llama,
una sube por la espuma del placer, di que hoy no estamos
la otra… sobre la piel de la tierra,
baja… que nos venimos al fuego.
Trece tiempos de Eros, TEA (Taller de Expresión Artística), 1980.
bc

234 235
Roberto López Moreno Meteoro

Poema de cumpleaños en la larga invención de la distancia.


para un poeta hermano John Oliver Simon, mi amigo,
era el poema de su trabajo
Yo conocí a un poeta, y fuimos el trabajo de su sueño.
se llamaba John Oliver.
Oliver Simon se dedicaba a no dejarle reposo al movimiento. Fraterno John:
Trabajaba en los asuntos del alma Este pequeño cuento
con todas las fuerzas que acumula el verso; pretende aparecer sobre el papel
trabajaba, trabajaba, cada siglo que celebre
hacía la arquitectura de la imagen, un día de tu cumpleaños.
cincelaba el contorno de los días; De la obra poética
era un empeño en pie
en el nudo crucial de los idiomas,
en el encuentro de los sentidos múltiples. Blagodaram
Era un ser terrible. Al poeta Mateja Matevski
Yo vi como su corazón de amapolas
se alimentaba Gracias, poeta que puedes construir con los reflejos
con la sonrisa de los niños de Oakland. la simetría volátil del ensueño.
Yo vi como crecía Aquí, el resplandor de tu diseño:
en el relámpago sobre el viento oriente
de los ojos hondos de los niños de mi patria. hay un lago de hondas lejanías
Era un ser terrible. en donde habitan leyendas galateas
Era un poeta. danzando acuáticos velámenes.
Su tiempo permanecía en nuestras canciones. Hay un río también desde ese lago,
Su espacio era las verdades recorridas un largo sorbo para cruzar océanos.
por nuestra propia alegría. Los azules y verdes caminan hacia adentro.
Una vez lo tocó el viento… Xochitl baila sobre el pasto,
y su palabra hermana en torno, címbalos y sistros, bailarinas
nos fue nombrando, creando, aéreas como ángeles.
haciéndonos volumen y afectos El Drim naciendo

236 237
Roberto López Moreno Meteoro

gigante de su fuerza que va hacia la distancia, II

líquidas cuerdas tensando cada tono


y sobre de ellas, los dedos del milagro; Una mujer desnuda en esa orilla
canta el cello de Taseska detiene el discurrir por un instante,
flama acuática que exhala flores. la roca en su quietés fue el navegante,
Gracias por el paisaje oriente la infinidad del cosmos su rodilla.
que en el corazón crece poeta Nada al paisaje estático mancilla
como una flor de luz y de sorpresa. ni la emprisada curva de los vientos
INAC, Instituto Nacional de Cultura de Panamá, 2003. ni el diorama de sal de los lamentos
trabajando por la auroral sonrisa.
Pero el tiempo de pronto tiene prisa,
Canciones en La Habana vertiginio de los advenimientos.
Al poeta Waldo Leyva (En La Habana)
III

I
El poeta que sueña en tal orilla
En la orilla del canto, en la otra orilla, toca el cuerpo del tiempo, lo contiene,
el vientre del océano se hizo rosa, después le inventa alas y se aviene
una rosa de sal vertiginosa al giro de los sueños que le anilla.
al bélico trajín de fila quilla. Un cuerpo femenino es una astilla
El cuerpo del sonido, maravilla y hiere los espacios de la espuma
de luz el sombro receptor recinto, con un cauce de luz entre la bruma
taurino resplandor al laberinto que mueve aquel instante detenido
do la música vuelve arquitectura donde el poeta ardió, hirió, fue herido,
el espaldar del tiempo, que perdura sobre herida que lúmino rezuma.
sol calcinado del sediento instinto.
P.D. Veta vida que lámparo re suma.
De la obra poética

238 239
Roberto López Moreno Meteoro

Seis formas de ver el vuelo La araña transparente

Un zopilote hace vuelo raso para dar cuenta final de lo que Puede tratarse de un pensamiento mágico de la lacandonia,
[no le sirve a la vida. nadie lo sabe a ciencia cierta, pero se comenta que cuando
Dos zopilotes hacen la gaza con la que el cielo toca las cosas pica la araña transparente, la agresión no se percibe de
[de la tierra. pronto; los síntomas de la picadura no aparecen sino hasta
Tres zopilotes hacen un conjunto aéreo para que vuele el que el cuerpo empieza a tornarse cristalino.
[viento sobre las derrotas. El arca del Caralampio (El extraño mundo zoológico de Chiapas),
Cuatro zopilotes se elevan para inventar de nuevo los Katún, 1983.
[puntos cardinales.
Cinco zopilotes son el escorzo de las nubes.
Seis zopilotes hacen un grupo de teatro para que lo que vive La hormiga del sueño
[vuelva a tener alas.
Acá López, tú, el nosotros, Ediciones Corunda. H. Pascal, 1970. En las inmediaciones de Tenejapa existe un insecto al que
los moradores del lugar conocen como la Hormiga del
sueño. Dicen los enterados que cuando la hormiga pica, los
Héroe santo receptores entran en un estado de sopor al que los vulgares
denominan como “la muerte”.
Los reunidos empuñan la mano derecha y golpean sus pechos El arca del Caralampio (El extraño mundo zoológico de Chiapas)
a ceñido ritmo mientras repiten fervorosos: “Santo, Santo,
Santo”. De pronto, El Santo salta sobre el suelo; sobre el ring El
Santo salta y saca los ojos a Blue Demond. Un chorro de sangre, Cruenta alegría
endemoniada y azul, se desparrama sobre el cuadrilátero y el
piso, buscando alcantarillas del estruendoso coso. El gozo, El Cenzontle –nuestros antepasados así lo afirmaban,
mientras tanto, repite: “Santo, Santo, Santo…” El pueblo está absortos en impacto pleno-, es ave de cuatrocientos cantos
vengado. y es probable que si el último de sus trinos es para despedir
Acá López, tú, el nosotros la vida, el primero haya sido para saludar la muerte.
El arca del Caralampio (El extraño mundo zoológico de Chiapas)

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Roberto López Moreno Meteoro

M ¿frente al nada como velo descorriéndose ante el todo,


(fragmento) [surgiendo de la bruma de aquel parto?
No hubiera existido ojo para medir aquella hondura gigante
Hierven millas yodo bajo densa bruma, solitaria especie; [del espanto.
Pavoroso (así debió haber sido) sistema de inmensidades M, ay dando a luz.
[jugando a darse forma en la patria inaprensible del misterio,
irrealidad de lo intocable que empieza a darse voces de Hidrogenito de oxígena mirada, el monstruo niño que nació
[carga y de volumen [de noche de la convulsa matriz de olanes grises,
cuando el dedo de luz se activa a la creación de las medidas aúlla desde el terror pacificándose en su cuenca de atlántica
y el segundo y el milímetro [sonaja,
sientan sitio para iniciar desde sus vísceras haciéndose, el al laudo cenital de otro misterio que se abre paso entre la
[torrente de la hora y del aforo. Incandescencias. [comba sombra que nombra los destinos,
Salto hechizado preside la eclosión rueda que rueda resplandoras rutas sobre rieles que el rayo
del verbo en que la masa de fuego se hace masa del agua [ha recorrido, rueda de plata y sal.
[para buscar su nombre ya materia, El misterio allá, arriba, rigiendo el equilibrio de la espuma
su piel primera nacida entre vapores del sueño inabarcable [desde el dictado de su almanaque exacto.
[que en algún punto del curso soñó el cosmos. Sonríe el disco desvelado, desciende desde su sombra
A, fantasmagórica, de zumo concentrado que ovillada en un [altura, rostro redondo, distendido por el triunfo de sus
[vientre de germinal cocción, [desfiles albos
en cresta alejandrina de doble nervadura levanta mástil y precipitándose al vacío que ya no es más sorpresa, que
[asta de escama inaugural. [asumirá sus leyes, reconociendo madre fuente cita de
El ardid de la bruma en veintiocho capiteles resuelve [las equidistancias.
[arquitecturas de colosal preñez El misterio allá, abajo; allá-acá, arriba, ciñendo estatutos
y puéblanse de espasmos las columnas del éter, volumen [de marea amarrada de ese modo a la judicatura del
[inasible en el que sangra la A. [celeste diagrama.
No hubo vista presente en el tremante trance. La comunión galvánica transita ascensos y descensos,
¿De qué, testigo fuera la pupila que en ese momento [descendiendo… ascendiendo… descendiendo…
[estremecido asiera el don del Diablo?, en un solo mandato vertical, fluido columna, eje tensado en
¿en qué estatua de sal se hubiera convertido tal mirada [sus dos extremos, trenzados en aguas de la luz, en luz
[frente al albor surgiéndose en la forma?, [de las aguas, plata firme.

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Roberto López Moreno Meteoro

El niño monstruo acaba de iniciar el sueño de sus siglos. oscilan combustiones, de la ola a la ola, sumando sus
[En su cuna de sodio van a ser inventados los idiomas [hogueras al carnaval hidráulico que fluye entre la calma y
[azules de los horizontes. [el estruendo.
Pero es la noche amaneciendo. Desde lo alto de lo aún La larga soledad se va poblando de signos concebidos por
[innombrado, el esférico imán resplandeciente establece [dos fuerzas que engendran, dan a luz, le dan sentido al
[su legislatura, [rastro insondable del vacío,
sin su aérea voluntad no se movería la hoja del agua, ni la le llenan de volumen, al que dotan del candente pistón que
[voluptuosa savia de la marea sería sin su fuerza. [va forjando la historia inaugural del movimiento.
Caen helados rayos entre las hondas ondas. Ahora, el mar es el centro; el Sol, la estrella gravitando que
El niño monstruo aúlla antes y después del eclipse, se [le inventa las luces y las sombras,
[estremece, acaba de iniciar el sueño de sus siglos. astro amarillo, ola amarilla, barco amarillo, vela amarilla,
[sino amarillo, fuerza amarilla, que extiende sobre el metro
Ya es día. Abre el mar su rosa de los tiempos, es una tea de [que la mide, sus dedos amarillos.
[espuma en donde empiezan a arder lustros y años y Ya es día. Ya levanta de su lecho de agua el horno amarillo
[meses y minutos, los segundos… los siglos… [su colosal bostezo; abre los ojos, y enciende lo que la
es una antorcha de agua vértiga, vaso en que se fundirán las [mirada toca.
[eras en su confluencia de vivas coordenadas. Termonuclear latido que acaba de convertirse océano.
Coordenadas, meridianos, cuadrícula en que hará columpiar
[la vida sus salobres gavias marineras,
ahí, donde serán la onda mansa y el desatado furor de la Amo de cima y sima, este ojo de húmeda pupila observa
[tormenta; ahí, donde también será la muerte. [desde su intermitencia la danza planetaria.
Baja el sol a quemar la piel del agua, a crear la fricción de Siervo de sima y cima, fuente de sal alzada a su toda
[lo que mana invencible la chispa de su mecanismo, [maravilla.
para darle razón y abrirle rutas a esta inmensidad inmensa y
[sola rodando soledades planetarias, para darle el motor de Gira la masa azul en la creación de su zodiaco, rondana de
[su arrebato, [los destinos alucinada alucinante viajera a través de su
para que los contornos de lo que se alce queden grabados [arterial hechura, recorriendo un desierto de hidrógeno y
[a filo y fuego vivo en el curvo pecho del día. [oxígeno que
Hay un rubro de fósforo, fiel de rotaciones, y un sistema de [se hace plano fértil para los espejismos en los que retrata
[espumas girando en torno suyo; [la materialidad de sus fantasmas, los ecos que brotaron a

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Roberto López Moreno Meteoro

[borbotones de su pecho de espuma, la insumisa savia de Desde las vastas armonías del agua, la hormiga bracea hacia
[los reflejos, la música bronca de las tempestades. [la orilla para que tierra adentro respire el dinosaurio.
M, este segmento líquido del planeta, empezó llorando sal
La planicie poblada de fantasmas se mece bajo el orden de [y espuma. Es un ciego de agua y luz golpeando entre
[la luna, se quema con el vino dorado del día y empieza a [las venas.
[erguirse sobre su leyenda, a crearla con castillos de arena El libro VI (La construcción de la rosa),
IPN-Fundación René Avilés Fabila, 2009.
[que en el espacio infinito giran en doce constelaciones,
[jardines de las casas del cielo habitados por su era
[astrológica.
Tercer soneto dos
Así es su otra cara, la marcada por la magia. Pero todo es (Sonetos a Juan Bautista Villaseca)
[magia finalmente, qué si no, esa acumulación constante
[que mueve la esencia a su otro yo, hasta que la sirena Amigo, nos dejaste a medio verso,
[canta sobre las fatalidades, rompiendo las amarras de cuando apenas me estaba amaneciendo
[quien se ha atado al mástil de su sangre para no sucumbir en las arquitecturas del lenguaje
[en el misterio en el que sucumbe. y en el viento que abraza al trigo injusto.

Empieza a hincharse la historia de este cíclope. En su Tu muerte se ha colgado de los postes,


[entraña hay un coro que brota a su arada superficie, del semáforo necio de la esquina,
hay una siembra de timones en su vientre de mareas, en cruza las calles y saluda al humo
[donde canta el coro la desesperación de los ahogados, y duerme en nuestras casas por la noche.
el enigma invidente de alientos abisales,
las consejas del carbono relatadas por la puntual dinámica Cómo hablar con tu voz, amigo ausente,
[de ortos y de ocasos por tu Universidad que un día encontraste
empeñados en oficiar el ritmo, en ponerle cadencias al con la alegría izada a media asta
[discurrir del tiempo, río más grande que el mar que le da
[cuna. después que encanecidos generales
La célula ha brotado hacia la L desde la oscura entraña. patearon y orinaron las mañanas.
[Ascienden las colonias. Cómo hablar con tu voz, amigo ausente.
Trilogía entre la sal y el fuego, edición de autor, 1969.

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Roberto López Moreno Meteoro

Tercer soneto tres El piso verde, el agua clara,


brotando como verso que mundo quiere mundo.
Tu hermano Adolfo se vistió de jueves, Un abrazo del 23 hasta esta Struga, y la fotografía
con un jueves fatal, el de tu cielo, capturando hoja recientísima de veces calendarias. 99 unos.
a la cama del jueves vino el vuelo Siempre dije: (las matemáticas y la poesía…)…
y acostó su tristeza sobre el jueves. Ahora —en el después forzoso de este ahora— l’oiseau
se portera au-devant de nos tétes,
Tu verso concluyó, marzo seis, jueves, descenderá el ala inevitable a nuestras sienes
fue bajando tu jueves hasta el duelo, como el primer cirílico a las yemas,
se hizo jueves metáfora del hielo, tendremos, no obstante, Yves Bonnefoy, tendré
trigo de un martes que fenece un jueves. este instante capturado en tinta policroma,
usted (tú) en la piedra escrita, dans le pierre écrite.
En jueves tu semana finaliza, [Inmortalizada.
dos sílabas que acaban con tu prisa… Y el ave de nuevo.
con esa lentitud con que las bebes. Ábrara

El jueves se empoema con tu letra,


y el trigo se te viste de poeta Jerónimas
viviendo en martes y muriendo en jueves.
Trilogía entre la sal y el fuego I

Madre de todas las precursiones, Nise abre la pupila sobre


Yves Bonnefoy la llama de los 94 pulsos de la tercera siglatura, lerma en
el vaso del tiempo y nos convierte en las criaturas de su
Y el ave de nuevo se alzará en su vuelo. inventiva. Ordena señora las aristas del sueño; somos los
hijos de lo que ves y de lo que toca la tinta de tu impulso.
No de letra gala, del cirílico Sed sede de la sed y del agua en punto que la calma. Eje.
descendió a las yemas, “A vos divina Nise (¡mas qué susto!)”. A voz di diva en lira
de instantes compartidos a la orilla del Drim, y lauro el compás del ahora y el futuro del 600. Únenos a
sumado yo en 80 del orbe en su homenaje. tu verdad aérea de tan terrestre nutrimiento, ala iguana y

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Roberto López Moreno Meteoro

colibrí septentrionales a la orilla de la ese aguada (corriente amamantan los futuros del pasado.
de mariposas) en donde lerman los fantasmas americanos. El tiempo puente transita historias.
Si néblico tu perímetro delineado, como nunca el litoral de
tu volumen para saberlo nos, inconmensurable en el latido De pronto el mundo entra por la ventana;
de nuestra carne. Entre Coatlicue y Góngora las simetrías afuera la vaca husmea el pasto,
del misterio. Entre el misterio y la luz, tú, alta madre nuestra, en el centro del disco solar.
principio y cúspide de la Harmonía. (Esta vaca morirá sin haber conocido Roma;
pobre vaca que nunca conocerá Roma;
II
mansa vaca).

(El otro enamorado) La fuerza de Dios brinca entre chapulines,


da con un escarabajo,
Álvarez, rival, desde el hormigo hacer aspiré antes a esa gracia.
se asigna las galas de su simetría
Fui pretenso 300 siglos antes de mi nacimiento. No me robes
y entre la yerba se oculta silenciosa.
la novia que da sentido a esta mi tinta, polvo desmesurado en
Las ubres de la loba
su absurdo enamoramiento. No la arranques de mi lado que
crecieron, abrieron caminos.
yo la amé mucho antes que tu ansia, que tu demencia que era
La vaca muge su latín verde.
mía, que había sido sólo mía. Inés, Nise, Esin, Seni, laberinto
de otra cruz, córone de las pasiones, las cuatro, mentira que
En este momento el campo, inocentemente campo,
le dio altura a este gramo tiritante. ¿Cómo este polvo puede
sólo espera, perezoso, recostado en la tarde,
reclamar desde su suelo la verdad del viento? Álvarez, tómala
el momento de desplomarse
pues, asume la dimensión de tu locura.
sobre el activo radio de la lluvia.
Letras de Babel, Antología multilingüe latinoamericana
Bianchi Editores, Montevideo, 2001. Crecidas están las ubres de la loba.

En esta tarde todo sigue en su sitio


en las Colinas de Berkeley:
Una tarde en las colinas de Berkeley
el viento,
la vaca husmeando el pasto,
Las ubres de la loba
El escarabajo ocultándose en la yerba.
rebosantes
De la obra poética

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Roberto López Moreno Meteoro

Abuelo un signo de fósforo subraya su quehacer de herida.


En medio del crepitar maldito
Abuelo Whitman: se retuercen la ardilla, el azulejo,
¿Cuál es tu domicilio? la azorada lagartija que no sabe por qué su casa
¿Cuál tu demonio, santo viejo? quema,
¿Dónde tu casa niño de la dulce barba? la serpiente es un círculo de fuego
Te encuentro en el rincón humilde del pan, y el conejo salta su miedo sin salida,
en la risa rebosante del trigo, la iguana es un zigzag en desvarío,
en la hierba que arde, hormigas y abejorros
en el punto brillante de la noche. son teas que se arrastran hacia el carbón por siempre
Juguemos a la vida y la muerte; con el peso del Diablo sobre sus espaldas.
a Aquiles y la tortuga, La voz de Casandra se levanta
al ajedrez de los versos. como una humareda llorada por poetas
Vamos pues a tu casa de tiempo, en la unidad del tiempo.
a jugar a nosotros mismos Entre el humo y la niebla
en tu sala de espejos, que enuncian el mayor cataclismo.
“old man, I said to the mirror or air”. Los ojos de Casandra miran Troya
Habitemos el aire del aire, arden Troya
las ventanas de la ventana. lloran Troya
Vamos a extender tu domicilio todo es Troya en esta hora del desastre.
desde el tu verbo cotidiano y grande La lengua del presagio
hasta nuestra mínima parte del planeta. es lumbre en la montaña.
De la obra poética Ahora prenden el agua,
los músculos del aire,
la tierra.
Casandra* Ahora queman la razón y los sentidos.
Arden los montes… arden…
Arden los montes, Casandra ha enloquecido
una raya roja cruza la frente del destino, con el cadáver de Troya entre los brazos.
Entre siglos-Entre séculos , Antología Bilingüe Latinoamericana
(español-portugués), Bianchi Editores, Montevideo, 2000.
*
Poema escrito durante los incendios forestales de 1998 en México

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Roberto López Moreno Meteoro

Responso Luz por luz, sombra por sombra, al día lo que es del día, en
él tu acorde mayor, de LXXVII Cuerdas.
César: El pan nuestro de cada día dádnoslo hoy. Espiral. Punto.
De qué veneno, de cuál su hondura, de dónde amarga miel Septuagésima séptima suerte de la cuerda.
viene el rostro del tiempo que nos mira espejo desde el centro Después de Muerte, Música. Espiral…
de su blancura mueca. De qué blancos cayendo de amarillos.
Los ecos de la vida sobre la cal de la pared convergen, esqueletos César, ahora… el silencio…
del fuego son, remedos de su soledad, pero la fuerza que nos De la obra poética
sumerge en trama de tinieblas también iza voluntad de luz,
hachón de sonidos que enciende el antiguo golpe de la sangre.
La tea de sonidos desancla el pie, le desata de la inercia de su Tempo di tango
polvo para hurgar las entrañas de la muerte. Homenaje a Jorge Luis Borges
Desciende la planta a ser la enfermedad de Dios, esta herida
del costado que nos sangra sombras, este costillar transido, Los ojos del ciego
velamen de la barca funesta. se fijan en el punto centro de esta trama.
Desciende la planta gallo que canciona en vano, que pretende El poeta que ejerce su profesión de ver
llorarnos desde adentro, desgajarnos en corrientes de cal, hacia el adentro
marcarnos con agua oscura la indigencia del cuerpo. hoy divide su sed en dos siluetas
No miércoles de ceniza, siglos de ceniza; no en las simetrías inventado en la bronca música nocturna.
de la frente, sino en la longitud de este dolor andando, atajan El tango se ilumina
las aguas internas, tensas también, como la vana cancionez del con el sabio resplandor de su sombra.
gallo, estrías de tinieblas. Los ojos del ciego están mirando,
No pueden (¿no deben?) el hueso, la piel cargar tanto sombrío; inventando el espacio del latido.
así es como nos asimos de nuevo a la columna del sonido, para Sinfonía de los salmos
tocar la superficie en la cegadora luz de su eco.
¡Ay hermano en este resentirse del viento, de su roce de raíces
sobre la carne viva del día!
“Completamente, Además, ¡Dios!”
“Completamente, Además, ¡nadie!”.
“Completamente”.

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Roberto López Moreno Meteoro

París-Nueva York-México Ocho ciudades


(fragmento)

Entre el óxido y la rata, tu cuerpo,


Medellín
hinchado de alcohol,
tu piel crecida en costras
Unos dicen que es la capital de un país aéreo
con las que te cubriste del frío diariamente.
al que llaman Poesía,
Ya no alcanzaste el fondo de tu botella rancia.
otros, que es la Casa del tiempo.
Ahora tú tumefacto y la rata que huye,
Cierto es que entre lomas y celaje
y los agentes, y mi libreta…
existe una energía que en forma de relámpago
¿Qué sentiste en el momento en el que te ibas
transita las arterias de las almas,
en medio de tu fétido reino?
equilibrio que también se hace presente
¿En qué instante decidiste dejarnos la vida
entre el hierro vertical y las vidrieras
para que otros la cargáramos?
y las rojas techumbres de tejas coloniales.
Ay, turbiohermano,
Hay dos eficiencias que cruzan con distintas dignidades
arrojado por un vientre de luz a tu mundo de sombras,
la ciudad de esta leyenda,
en tus suelas deshiladas, en tus dedos fofos,
son metro y río.
encuentro ahora el minuto que se me había extraviado.
En el metro, el viajero se desplaza, siempre en vilo,
Ven, carne de nuestra carne nuestra, espejo roto,
como corresponde a lo que existe en esta levedad de lo
hoy dormiremos juntos toda la familia,
[inasible,
tibiamente todos,
por un ramal de signos tensado de verdad a verdad en las
hoy llevaron el gas a la casa.
[colinas.
Descansemos hoy.
En el río, los usuarios se deslizan con destino
“Ocho ciudades”, Ábrara.
a la última estación, más allá, más allá de las montañas.
En ambos casos, en las ambas direcciones,
se arriba con cumplidas eficacias
a los umbrales de una segunda patria
a la que llaman: Sueño.

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Roberto López Moreno Meteoro

Scopjie Este viento del que hoy te hablo


te habla ahora,
Por esta calle, y por esta otra que la cruza nos está hablando desde su ala transparente,
con árboles de flores guindas oliente de rosas y tabaco;
resuenan los zapatos del poeta Matevski; ahora novia tú de tres inviernos,
por aquí ha caminado el poeta, seguro, sobre el otoño de Bulgaria
mientras repasa matices y sonidos te digo de estas calles, de este viento.
atisbando la muerte de la luciérnaga.
Por las dos calles que se cruzan Sobre este callejón de nostalgias ajenas
se encuentran los siglos el eco de este viento
que han presenciado, uno y otro y otro, dibuja algún fragmento de nuestras existencias.
los múltiples nacimientos de la luciérnaga.
Abajo el río de agua, ¿Cómo será el abrazo en esta calle?
arriba, sobre el puente, el río de autos ¿El beso del amor?
y en la colina, por encima de la ciudad moderna, (El viento te dirá de estos misterios).
la antigua fortaleza diciéndonos Mira como le dobla el sueño aquella esquina,
que el tiempo es uno, cuchilla con aristas de melancolías.
trenzado de piedra y cal y carne y sangre. Pero el viento, nuestro viento, sigue,
se arquea caballerosamente y saluda al sol,
Hilda en Plovdiv el que en esta hora de las invocaciones
se entretiene pintando las paredes
Te voy a contar que andan siendo de este cielo
como es el viento en una ciudad que yo conozco; una sola sonora carcajada.
es una voluntad que lleva en sus quehaceres
los colores del tiempo, El viento, eslavo viento,
en su sonido crecen leyendas medievales pasa a nosotros su longitud de historia,
y antiguos monasterios mientras se entretiene en no tan nimias cosas,
—arca de la memoria para nacer lo nuevo—, juega con el vestido de la muchacha
bajan de las montañas que camina enfrente,
con los preservos frutos del hombre. lima los amarillos,

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Roberto López Moreno Meteoro

los verdes agudos, Moscú imposible


los naranjas de los exteriores
(esto es una antigua cajita de colores), En la ciudad lacustre de Ohrid,
nos dice vidas al oído, el poeta ruso Vyacheslav Kupriyanov
¿las oyes?, me invitó a Moscú, su tierra.
y se va a platicar con las hojas de los árboles, Antes, a la orilla del Drim,
con los ojos de su cuerpo; entre cerca de 80 poetas ahí reunidos,
sube a la cúpula de San Petka se hizo un risueño concurso de poemas
y triunfa sobre el rojerío de los tejados. dedicados al vino macedonio.
El premio fue un pequeño barril
Luego desciende y toca con sus dedos terrestres repleto con el mejor elixir de la zona.
las puertas de la Casa de México El barril lo ganó Kupriyanov.
(el Museo del Grabado Mexicano), Al regreso de Ohrid, rumbo a Struga,
ahí, sujetas a los muros interiores sobre un tosigoso autobús
vibran las otras formas de su esencia, lleno de polvo y de sospechas de ineptitudes,
reinventando su añil abecedario. empezamos a devorar montañas
y a beber en vilo del vivo vino vivo.
De nuevo afuera A cada trago nos alejábamos más de la ciudad prometida.
dobla nuestra esquina A la mitad del barril,
y se pierde en el final de la antañona calle. entre las notas de Kalinka y el Cielito Lindo,
estábamos ya muy lejos de Moscú.
Del viento se puede decir Así, llegamos hasta la última gota.
que es esta magia que nos ha rozado Qué bueno que ya había estado en Moscú
la piel y los recuerdos. en otras ocasiones.

Un día conocerás Plovdiv


y oficiarás en los secretos del viento.

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Roberto López Moreno Meteoro

Inmediaciones de Regensburgo Panteísmo


…cuando sueño con ella, que a mi lado temblaba
llena de hondos temores y en su seno albergaba
Precaución: junto al Cristo sagrado, mi cabeza culpable…
Próxima zona de luz. Antenor Lescano

Encienda su niebla. Los poetas malditos de México


Xorge del Campo
Peligro de quedar ciego,
filosofando eternamente.
Ábrara En el eje tierra-cielo
Xochitl citlali, la impureza
tensa también su sagrado oficio.
Disyuntivas Lo que observo es sagrado,
la flor que cintila en las alturas.
Amo los sistros y olifantes de Tablada, Lo que toco es sagrado,
con toda el ansia develante la estrella que perfuma los jardines.
del nóvedo helicón que nos abisma. Asiste lo sagrado a nuestro nacimiento en Boston,
Pero también amo, desde el fondo y hueso junto al cuervo,
de esa misma sangre, al suicidio de Lugones,
los cascos de la sur caballería a la desesperada soledad de Villaseca,
arrasando con sagrada furia a la cicuta de Darío,
su jardín de Coyoacán a la bruma del mar abrazando a Alfonsina.
(acto simbólico de la vida viva). Desciende lo sagrado a la corola,
Entonces, si los dos abro los pétalos de seda,
impulsos sanguíneos son veraces, penetro lentamente en el sexo de Dios.
¿a qué estirpe pertenezco?, Xochitl Uchitelnitza
¿cuál es de cierto el astro del que carne vengo?
Ábrara

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Roberto López Moreno Meteoro

Preguntas al código ¿Quién? ¿Qué?,


¿la alegría y su sombra?,
¿Qué (quién) habla?, ¿el tiempo y su reflejo en las bocas de la herida?
¿la arista oficiando la presencia?, Enigma de las cosas que palpitan.
¿el filo, o la mano que lo guía?, Ah, misterio del cerebro y de su mano
¿o la superficie hendida a testimonio? mineral y sab(v)ia.
¿Habla el alma que desciende por la mano Xochitl Uchitelnitza
hasta la eternidad de amate o tela?
¿Qué es lo que habla en este código,
en este antiguo y nuevo invento de las escrituras? Diurno a Silvestre Revueltas
El seño de la gubia sabe: (fragmento)
en el pecho del bosque se ovilla la memoria del planeta,
en su vena de árbol conviven el grito y el secreto, Silvestre es un dulce repartidor agrario,
entonces, no hay patria clorofila practica con su música
a donde no llegue la navaja y abra una de tantas formas de repartir la tierra,
y nazca un henchido devenir de verbos. de repartir al hombre
La gubia sabe, también la punta seca: desde la escala de la raíz y el trino
del vientre del planeta, del metálico latido, con los acordes de las compotas huérfanas,
de su sangre rebalsada en ácidos sobre la patria del aire
de los que emanan las luces y las sombras, coronada de tunas y de espinas.
nos asciende el concepto zumado en la pupila, Silvestre es todo eso, violín ardiendo.
buril no a la piel del mundo, a la entraña…
¿Quién?, ¿qué es lo que habla?, Silvestre Revueltas,
¿la piedra del principio al lápiz graso?, el de los relámpagos cantores en un puño,
¿el lápiz al albor de los sentidos? príncipe de las sonoridades,
¿Quién nos habita el pensamiento ronco ron crepuscular romántico tragiscósmico
desde el hielo y la llama del dibujo? [contundente,
(idioma sempiterno) uñas de pedernal, dientes de elote,
¡Habla! mineral. cabellera agitada por todos los caminos de tu patria
Vegetal, ¡responde! la poesía,

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Roberto López Moreno Meteoro

Silvestre, ceiba milagrera, Creación


vetusta construcción que nos das sombra
bajo tu copa canora, imán del universo. Y aquí está la rosa,
Silvestre Revueltas, FCE, 1975. arquitectura suprema,
vericueto vientre de las maravillas,
trigonometría del aroma,
Fundadores urna vegetal en la que el hombre
(Primero de enero del 2000) traza un segmento de su luz creadora,
de su sombra también, en cada punza.
¿Cuánto de nuestro cuerpo?
¿De memoria y proyecto? En esta ambivalencia de perfume y espina
¿Cuánto del abultado instantero establece el equilibrio de su filosofía,
acumulamos en la página de ayer cerrándose? estatuto en el que nos reconocemos hijos
Las ciudades del planeta hicieron simetría de júbilo de resplandores y penumbras.
como rito plural de muerte-vida en la alargada noche
(la noche más larga de los tiempos). Engarigongorada
Vida y muertos atrás, nos alzan, como los laberintos del cerebro humano,
levantan nuestra fuerza. aquí está la rosa.
¡Fuerza!
Montados sobre dos caballos Entre sus paredes brama el Minotauro.
(ya en uno, tropel total) El libro VI (La construcción de la rosa)
nos ha tocado ser la frente de los iniciantes,
los primeros constructores sobre el tiempo nuevo.
Y aquí estamos, ahora, La disputa
con nuestra vida, nuestros muertos, (fragmento)
dos mil golpes de sangre hacia delante,
en la renovación del fuego, Como dioses en su laberinto,
en el ascenso a su radiante cúspide. dicen que una vez,
Letras de Babel, Antología multilingüe latinoamericana en el final del tiempo,
es decir, sólo en el cambio de la forma,

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Roberto López Moreno Meteoro

Huidobro y Reverdy se encontraron Motivos para la danza


cuando recorrían sus encrucijadas azules. (fragmento)

Los dos hablaban el mismo idioma III


y eran tan distantes, dicen.
Fue en Tlatelolco,
En aquel encuentro, Reverdy nosotros los vimos esa tarde,
reclamó la primacía de un proyecto con nuestros ojos ardientes lo vimos,
en el que ambos dioses aparecían involucrados. lo sentimos, lo palpamos, nosotros lo vimos.
¡Dancemos!
Alegó precursorías. Destruyamos todo con la danza
Huidobro se limitó a sonreír para hacernos la luz y el nuevo tiempo,
por encima, dicen, de la galana rosa hacer el canto.
que lucía en la solapa. Fue en Tlatelolco,
El libro VI (La construcción de la rosa) Nosotros lo vimos,
estaban todos reunidos para empezar la danza.
Era la primera época,
La rosa roja fue en Tlatelolco,
(fragmento) el quinto sol danzaba sobre nuestras cabezas,
la piedra era la cama de los siglos,
A algunos molesta el resplandor subido, la lengua de los hombres,
el tono rotundo, la lengua de los vientos,
la tinta remarcada; la lengua de esa tarde,
a algunos les molesta de allá del cielo bajo,
pero era roja, fue del cielo que bajó
intensa y roja, como un relámpago,
roja y honda, del cielo bajó el rayo verde,
redondamente roja la raya verde,
la roja rosa de Huidobro. la muerte verde,
El libro VI (La construcción de la rosa) los hombres se reunían para iniciar la danza,

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Roberto López Moreno Meteoro

luego llegaron los perros de la muerte, IV


babeaban,
sus pisadas sobre las escalinatas, ¡Comience la danza!
plam, plam, plam, Porque esta noche
sus pisadas, nos hemos echado al hombro un compromiso,
plam, plam, plam, el de encontrarnos nuevamente,
sus pisadas, el compromiso de hablar
plam, plam. hasta la fatiga misma de nuestra saliva,
Del cielo cayó como un cometa, a palabra calada.
un rayo verde, un relámpago verde, una estrella verde. Hay que romper los verbos y la sangre amordazada
Nosotros somos testigos. para marcar el asco con toda nuestra lengua
Caían sus pisadas, plam, plam, plam, y quemar con la ceniza de los muertos ciegos
sus pisadas, plam, plam, plam, una cruz en la frente de los criminales,
clavaban sus pezuñas en el piso, el que dio la orden en Palacio,
babeaban, “el responsable soy yo”,
los hombres caían en medio de la danza. y las hienas de pronta ejecutoria.
Que florezca todo Y bien, todos los días son hoy,
porque todo está muerto, que lo digan los cuerpos cerrados para siempre en Tlatelolco
porque mataron todo. con las venas vencidas en las escalinatas,
Que se acabe todo porque reconstruiremos todo, que lo digan los herederos de este rito cruento
lo haremos todo, sobre 68 deyecciones,
nacerá todo, el que salió de su casa un diez de junio
volverá todo con la danza, para rebautizarse con la muerte,
dancemos, el que azota las plumas lastimadas
sus pisadas, en subterráneos plenipenitenciarios.
plam, plam, plam,
reconstruiremos todo con la danza, “El responsable soy yo”.
porque acabaron todo, Sí, claro, el responsable eres tú, pero también yo,
porque mataron todo, y todos los pronombres personales del idioma,
todo murió en un tumulto de fuego. y todos los minutos silenciosos,

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Roberto López Moreno Meteoro

y el desconocimiento de la palabra ¡Basta! Esto es el ojo extirpado,


En esas condiciones el cuello descoyuntado,
me asusta entrar a las maternidades de luz vertiginosa, las entrañas derramándose en las piedras,
palpar mi piel intacta los dedos mutilados,
y que mañana siga siendo el hoy de siempre, la asfixia,
y saber que jamás olvidaremos Tlatelolco esto es el rostro terrífico
desde esta descarnadora tumultez de tierra. de los hijos vencidos de Huitzilopochtli.

V Somos nosotros,
los supervivientes del doble cataclismo,
Aquí se acabó la danza … ¡Dancemos! los destinados a decirlo,
Motivos para la danza a rabiarlo.

Esto es un testimonio vivo; que vivan en él los criminales


Septiembre 1985 (el ojo de la madre Coatlicue
está cargado de sangre,
Esto no es un poema. es un coágulo monstruoso).
Nadie podría pensar que esto es un poema
después de ver su entraña demolida Cuánta carne nuestra fe entregada a solas,
dentro de un desconcierto de humo y polvo. solitarios fuimos frente al cosmos,
Esto es un grito, sólo eso, solitarios estamos con nosotros mismos
un rencor incontenible frente al hecho concreto del derrumbe.
que enciende su cal en los escombros… Ay nuestros dedos mutilados,
(otra vez Tezcatlipoca nuestro ojo extirpado,
moviéndose nuestro cráneo horadado,
bajo nuestros pies, sobre nuestras cabezas, nuestra flor de cempualsúchil.
otra vez el espejo humeante, Ay nuestros miembros perdidos en el fragor de la tierra.
los hombres devorados por los tigres
en el desplome cíclico del sol de tierra). Esto no es un poema,
porque si lo fuera,

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Roberto López Moreno Meteoro

dejaría de ser filo a exigirnos cuentas, y sólo encuentra un hijo muerto


a los criminales y a nosotros mismos, con surcos a traición clavados en la carne de su día,
sus cómplices, y sólo encuentra tu silencio entre sus voces,
los que morimos de soledad y angustia y abandono, tu ronco manantial acribillado.
pacientemente,
en el agudo pedernal del día. Ella te cubre entonces con su rebozo vegetal,
te lava las heridas
Esto no es un poema, con sus lágrimas, ríos furiosos,
fue apenas una lágrima mal escrita. dulcísimas corrientes indefensas
Y una piedra. y besa tu nombre sobre la frente abierta,
Motivos para la danza predio de la ternura,
receso ensangrentado.
Qué enorme soledad la de sus manos,
Diurno en la muerte de Emiliano Zapata qué llanto tan rencor
su agricultura rota,
Emiliano Zapata, qué modo de sangrar por tus heridas
daga de duelo en la entraña de tu madre, su angustia descarnada
lágrima lumbre en el vientre de tu madre, sobre el barro brutal de su lamento;
ardor de barro en el cuerpo de tu madre, qué modo de palpar tu sangre
cadáver tejido a raíz de pólvora, cuando la tarde derrite
cabalgata en el polvo los horizontes de sus ojos ardiendo.
a viva ausencia.
Y mientras… tú, jinete de vida,
Emiliano cosechando la muerte en cada poro;
ejercito de ejidos con la abstinencia en armas, y mientras… tú, fuego desecho,
hoy grito sin nombre en el pozo de la noche, naciendo libertad para los buitres,
tu madre te busca, te llama para los del festín en esta hora de espanto,
—llama enhiesta del maíz—, de tragedia,
repite tu nombre entre las cañas de plomo al hombro de la noche.

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Roberto López Moreno Meteoro

Emiliano muerto que te inventa de nuevo en cada cuna,


¿En qué Genaro? ¿En qué Lucio? en cada surco alzado,
¿En qué barranca nuestra en cada filo,
te está gestando la madre que aún te llora? cada vez que la posee el relámpago.
¿De qué llaga levantarás tu carne a vegetal y arcilla? Motivos para la danza

Muerto tea, barro río


enmauserando el amor de los arados; Antipol
luz puñal de los humildes que esperan de tu siembra,
de tus incendios enverbando la llanura, Este poema, amigo policía,
rehaciéndola. persígalo,
bórrelo,
Por ahora el festín ríe y se agita rómpalo,
y los asesinos se construyen diariamente atente contra él a macanazo limpio,
una bestial patria hágalo cuadritos,
de bestias revolcándose en estiércol. trágueselo si no teme indigestarse,
Por ahora el festín está de fiesta. pero mañana mismo,
esté seguro,
Ahora es tu silencio, lo verá de nuevo gritando por las calles.
tu madre se enllaga de tu cuerpo, Motivos para la danza
se tiende junto a ti,
de semilla a impotencia desgarrada.
Emiliano Zapata, Estamos en el canto
tu madre te busca,
solloza por el hijo Estamos en el canto,
tierra de su tierra, elote aéreo,
niño de su tierra. la danza se desgarra de la arcilla
Tu madre te reclama, tiembla, y hacen forma
brama su dolor profundo, el grito y el paso.
y llega a tanto ese dolor amargo,

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Roberto López Moreno Meteoro

Ahora los volcanes Amor es cal


caminan sobre la valle… (fragmento)
van a un mitin.
Motivos para la danza Amor es cal en los ojos,
transparencia que mira por el tacto,
que alumbra los eternos segundos de su todo
Estoy en huelga con la hoguera que le nació cantando,
horno lascivo resbalando en cada poro
Que no hable el líder de la central de embustes para intentar de nuevo el capítulo del estremecimiento.
porque me encuentro en huelga;
que no me pida ayuda el presidente Amor es cal y fósforo,
para el desarrollo integral y en los huesos,
porque estoy en huelga; y en la sensual dinámica de la musculatura,
que no quieran los sindicatos apoyarse en mis cuotas es fuerza de su cal que quema lumbre,
porque me fui a la huelga; es cal ya sin su fuerza que busca su otra parte
que no me quieran robar, matar, llenar de infamia, para juntar sus dos inmensas soledades
porque no me dejaré, y perecer dos en una misma llama.
pues ando en huelga;
que no me pida perdón el policía, Afuera el mundo gira,
el soldado matón, el halconcete, más, para los tocados por esta evanescencia,
que por esta vez cerré las puertas casi no existe.
de toda comprensión a quien ultraja,
clausuré a rojo y negro mi saludo, Ciego y desnudo,
mi magullada hermandad conciudadana. voraz trajinante, casi cristalino,
Soy un lobo, un Caín, una bestia sin nombre, golpeándose con muros
un delincuente, que casi son fuego que no pesa, casi,
y es que hoy, señoras y señores, amor es cal que
contra viento y marea, quema por adentro y por afuera
me acabo de declarar en huelga. y purifica con su quemadura
Motivos para la danza el arrebato animal de los sentidos.

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Roberto López Moreno Meteoro

Amor es cal de Dios… y lo es del diablo, colibrí del poeta Mier


un largo conmovido cuerpo, sin ojos, colocado en el latido izquierdo,
construido con legua y con saliva, no requiere más de eso para mover el mundo,
con dedos subvertidos, subversivos, para abarcar el universo
con muslos tatuados y establecer la perfección de su celeste sinfonía.
por la historia de los seres sobre esta superficie,
con vientres que se encuentran, Es el poder del número,
con ansias paralelas de soledad hallada. es su mágico imán que concilia las partes.

Amor ciego y desnudo, Se trata del yo que nada fuera


va por ahí, perdonando el mundo sin la eléctrica equidistancia de la otra verdad
al que casi no oye, ni comprende, que está ahí para darle sentido.
pero lo advierte, carne justificándose,
junto a la hoguera —diabólica y sagrada— Guarismo que se multiplica, se suma,
que le nació cantando. se divide o se resta
El libro VI (La construcción de la rosa) junto al movimiento solar que le alimenta.

El número que triunfa


El número en tiempo y en destiempo,
(fragmento) siempre el número,
que es por la existencia del otro,
El logos del amor. en su relación con el otro,
en el otro,
Su grandeza es tal que le cuantifica y le da dimensión,
que por ello cabe en sólo un tomo, que le da su valor y le establece,
en una página apenas, de la unidad a su relativo,
en nada más un renglón, sobre el débil y poderoso,
en la brevedad de un signo fugaz y eterno puente
(sí, más bien, en la brevedad del signo). de un suspiro.
El libro VI (La construcción de la rosa)
Así de tanto es, así su energía;
no requiere más allá de la mínima cifra,

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Roberto López Moreno Meteoro

Poemo Desde el sur de la carne,


(fragmento) desde el sur del jadeo,
está lloviendo en diluvio esta llama que me quema.
Si lo que tocamos y nos toca El libro VI (La construcción de la rosa)
es poesía escrita por las matemáticas,
suma es los labios besados cada tiempo,
suma los senos que toca cada beso, Simbiosis
suma el hondo nocturno de los sexos, (fragmento)

en tal suma me sumo…


totalmente poemo. Abro la llave de tu carne hondura,
El libro VI (La construcción de la rosa) fuente que nutre los puntos cardinales de mi fuerza,
abro la llave, inundo mis horarios con tu cuerpo,
territorio sembrado desde antes de nacido
Diluvio sur con las semillas del deseo
(fragmento) que se abre a horcajadas para sentar jurisprudencia
en el turgente episodio que te dibuja.
La ciudad es el sur, diluvio y mirto,
sur desde el norte de esta noche honda Busco tu imán,
de flagrante humedad entre las brasas. que fuerza más que el sol sobre la tierra,
busco la forma de inventarme en tus palpitaciones,
Y yo aspiro de ti, en ti, por ti, que sabía que era, que estaba, que existía,
ese sur de la carne con que aromas tu jadeo pero desgajada aún de mi volumen.
abriendo en dos la sombra.
Hoy te fusiono a mí… me fusiono, me integro total
El discurso del arcano por la vía de sentirnos en nuestra piel andando,
baja su manto sur en la humedad con la que besa el beso
a arropar el deseo que acaba de nacer oquedad y prominencias,
desde el vientre que le da sentido expectativas y cumplimientos exhaustos,
al espacio en que palpitas. con la que besa esa ansia de entrar en tu piel y palpitarla
con el ritmo que me dio la entraña sideral

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Roberto López Moreno Meteoro

de la que nací combustión múltiple para ser yo y tú, tú y yo, Relación de hechos
tú y tú, yo y yo,
tú y yo y yo y tú y tú y yo, Y los hombres hicieron el fuego para hacer la vida.
tú y sal, yo y agua, tú y lumbre, yo y tus túes Y cantaron.
en un mismo y para siempre estremecimiento. Y ardieron durante los días con sus respectivas noches.
El libro VI (La construcción de la rosa) Todo fue sometido a su orden, al oriente y poniente
del pueblo, al norte de la sal andando, al sur enrojecido;
cuerpo con cuerpo hicieron las auroras, el congreso de la
El reposo tierra en pie, en movimiento.
(fragmento)

Y se hicieron al río, al viento, a la montaña, a sorbos de


Déjate venir
amargura canto en pugna, hicieron las canciones de la
a mis brazos, sin reservas,
sierra, el verbo filo en alto cal y lumbre, el miedo y el
deposita en mi tu cerebro, tu carne excitada,
amor, la noche cabalgando sobre el día, el día vena en
el sudor de tu sed, ay, tan sedienta.
asta pulso a hierro, el hierro contorneando la ternura,
el amor por la paz desde la guerra, desde el fragor del
Sé toda tú, sé yo abrazándote hasta la casi asfixia,
hombre, de su signo, de su ronco fluir imán en brasas,
embrasándote los sentidos.
carne de las designaciones.
Hay que perdernos voraz, ferozmente
Y la sierra los vistió con la piel del monte.
y volver a encontrarnos, fuera de nosotros, magnificados,
más allá de la cárcel de nuestra biología. Y nadie los vio arrastrarse hacia el destino con la muerte
acechando en los barrancos, en la voz oscura de
Hay que ser aire, inventarlo nuevamente en nuestra fecha, serpientes, en el agua envenenada, en la fatiga, en el
hay que ser vuelo, inventarlo, grito del sol, sed cicutiba, lermando de los poros, de los
hay que ser tiempo, inventarlo. órganos con su agua combatiente; la muerte agazapada
en los colmillos, en el tigre, en el reptil, vidas de muerte,
Inventemos de nuevo el mundo, el universo, en las manchas que se prenden a los cuerpos, los sellan
y después, en el reposo, y carcomen, en el relámpago del enemigo.
apaguémonos, lentos, Y empezaron a vivir su soledad a solas, su sola soledad
al cerrar momentáneamente el capítulo del fuego. representando a todos, al hombre, al deshombrado a
El libro VI (La construcción de la rosa) golpe de abstinencia, al destejido, al sur desmenuzado

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Roberto López Moreno Meteoro

entre los surcos, al grito amordazado vientre yermo, al solo con lumbre los caminos, la antigua y joven caravana
en las ciudades y las villas. ardiendo con Sandino al frente de los hombres-niños.
Y era un ser colectivo el ser en sus alturas, un mitin de futuros, Y el tirano puso el grito en el cieno, reverberaba el campo
un puño de la sierra, del follaje. Era un congreso con la voz en su mirada, gruñía a coágulos, babeaba sobre el pueblo
de todos allá en la soledad de las montañas. su desvelo homicida. Acorralado por el odio bajó hasta
Y se inició el descenso desde el alba, caravana de sumas arma los infiernos de su sangre, maldita desde el coito de su
al hombro, arma a la mano, al destino de los tunes arma; padre y madre, desde la decisión del primer beso desde
cincel de la memoria hacia la hoguera, al centro de la piedra aquellos ambos.
desde el antes, palmo a palmo en la palma de las decisiones, Y ardió por dentro como ardían por su mano las ciudades,
legislación del fuego, descenso sin edad en las edades. los hijos, los hermanos, las madres, las cosechas.
Y de la nada venían que era venir de todo. En un principio Y la bestia rugió, se alzó colérica contra el fondo impasible
eran las sombras, y en ese yunque la luz bajó a las manos. del espejo.
Era el principio engendrador del día. Y el fuego a contrafuego bajó de las montañas, ciego como
Y bajaron armados por la historia; para la historia un gajo de el poeta, manco como el soldado que escribió la vida,
células del hambre, del tiempo entre las botas duelo y ansia. impuramente puro, músico sordo, sordo pintor de los
Y eran la altura hecha comando con los ojos de Sandino en las desgarramientos.
marañas, con los pies de Sandino sobre el fuego violento de su Y bajó vengador con su sol múltiple a conjugar el tiempo
lecho de cuchillos. verdadero
Y los vientres oscuros de las madres preñaron los caminos Y acomodó los tiempos y las cosas.
con plomo y con maíz. Y dispuso el prisma de los días con la harina del pan
Y eran niños los que encendían el tiempo, eran niños restituido.
naciéndose a la vida, haciéndose, creciendo con Sandino Y las raíces de la lumbre cierta prendieron otra vez desde
nuevamente, amando nuevamente en los fusiles. la tierra.
Y entonces se estremeció la entraña. Y nadie habita el mar sino la vida.
Y los pájaros olían a viva pólvora. Y nadie el surco, la casa, la marimba, sino esta luz verbando
Y el tirano clamaba enloquecido en su jaula de víbora y pantera. entre las venas, sino esta dimensión de algarabía varada
Y el tirano con cítaras de sangre mandó incendiar las voces en el perímetro del hombre, en su sol litoral cafeto
que le hendían. abierto, en su ancho fluir a piel de río.
Y así fue como ardieron Metagalpa, Esteli, Chinandega, Y todo se movió junto a su hora.
León, Masaya. Pero un incendio superior bajaba a bautizar Y ascendió por la espuma de la rabia para la arquitectura.

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Roberto López Moreno Meteoro

Y nadie habita el mar sino la vida. Treceadas


Y nadie el surco, la casa, la marimba, sino esta luz verbeando (Propuesta métrica de R.L.M.)
(fragmento)
entre las venas.
Y los cuerpos sembrados en la guerra ahora nacen de nuevo.
Y los ojos son océanos. 1
Y las aguas y el tiempo se confunden, los muertos del ayer,
los niños de ahora. Ahora todos juntos en el sueño. Ahora Con apariencia sencilla
y en la hora de las almas. Ahora y en la hora de los himnos. aquella estrella se astilla,
Ahora y en la hora de labranzas. Ahora y en la hora del meridiana, transparente,
principio, de los reconstructores, de los que nacen hoy tan clara, sutil, reluciente.
nuevamente, de los que cantan de tanto ser el canto. Un universo relente
Y las calles serán zumo y memoria, las piedras, las aceras, las en su láctea desmesura
puertas abriendo la alegría, las ventanas estallando. marco marca diligente
Y las paredes holladas por la muerte serán abecedarios donde a la cintilante hechura.
se lean los hombres. El cosmos baja y murmura
Y entonces los hechos y su tinta a pájaros vendrán de verbo al oído de Satie
en verbo. Aquí se alzó la luz dirán las flautas, aquí fue el y así lo que canta aquí
fuego, aquí fue la victoria. Crecerán las ciudades y sus hijos tiene aliento que perdura.
y dirán los relojes infinitos: Aquí se izó la risa a puño firme. Tal luz lerma en hondo pozo.
Y las madres parirán sus hijos sin el dolor del crimen.
Y los hijos y sus padres fabricarán el pan y las canciones. 2
Y el hombre y su mujer encenderán las uvas y sus lechos.
Y la mujer y su hombre crecerán sus ríos y sus estrellas. Sube Scriabin del estío
Y los poetas vivirán sus himnos a tinta y fuego. sobre el divino poema,
Y todo germinará entre rama y vientre, con la noche y la sangre traducido de un teorema
en equilibrio, con el cincel del viento repitiendo: Aquí nació con el ser del albedrío.
el amor, la flor, la llama; aquí ha nacido el tiempo. Suma fuerza el poderío
De la obra poética a la treceada presente
forjada en el riel del río,
seda de arco iridiscente.

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Roberto López Moreno Meteoro

Es un metal que florece, cielos que en el fondo prenden


que crece demonios, crece su azul carbón desbandado.
en el arqueado felino, Tal poeta buen piloto,
electrón que inventa el sino. alto salto, vuelo ignoto,
Hay luz coral prometea. se entona en tono su tinta
por mano leve y sucinta.
3 El medio igual cobra altura.

Columna central de savias 5


amanece pajarera,
mecánica relojera La prímula eslucha, eslucha
de elasticidades sabias. cuando Mussorgsky le dicta
Marinero de arduas gavias, de la gramática estricta
tu horizonte de cristales frase electa, apta, ducha.
en mareas de las Arabias De la sobrecarga, mucha
y en oleajes minerales que en esta prímula trilla
Rimski-Korsakov te nombra, lucha contra el viento, lucha,
reloj de sal que se enhombra, como eco de la semilla.
espiral con que convocas El compás abre los brazos
pensamientos de altas tocas. amenaza de palkazos
Árbol protegiendo el día. que se diluyen en trinos.
Sólo triunfan sus caminos.
4 Hay una espiral que canta.

Poeta de los sonidos 6


en Borodin encarnado,
piloto de arfados fluidos El hidrógeno trasmina
en la tierra desterrado. su titilar tintinado.
Nítidos nidos a nado Un recuerdo que camina
desde la imago descienden con el cíngulo al costado

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Roberto López Moreno Meteoro

dibuja un Tchaikovsky alado Intermedio


que con aérea pretexta,
da a la Cuarta, Quinta y Sexta Los escarlata motores
atavíos de tribunado. con frente ardiendo hacen cielo,
La concéntrica religia de flamígeros tenores
se invierte en expansión frigia riza la arista del vuelo.
con el metal deshilado Serge Nigg es saurio y vuelo
a sombra y luz orquestado. en el horno de su siglo,
Dasvidaña, arpegerío. su tiempo frente al vestiglo
barro sube hasta el anhelo.
7 Y en su alto, ave armadura,
constituye partitura,
Ritmo del ritmo rondando himno en bifrontes metales
como el río cuando ríe de sentencias capitales.
carbón, furgón que deslíe Parte gremial empautado.
el quién, el dónde y el cuándo,
para que después jugando 8
con el tiempo y el espacio,
carbón-furgón dando y dando, Triunfo de los oprimidos
vuelva a ser rubí, topacio, Prokofiev blande la pluma.
cuerpo, cerco que confronte, Do mayor en los abismos
gama que gana horizonte. ¡Brama el vientre de la bruma!
Dichas, goces, bienes, males, En la cresta de esta espuma
todo cabe, sol y sales. la forma de la sonata
Consagración de Stravinsky. no ata, sólo desata
colores de suma en suma.
Juega el oboe sin recelo
con el infierno y el cielo.

292 293
Roberto López Moreno Meteoro

Polemiza la batuta Una espiga ha maniatado


inocentona y astuta. los émbolos de la aurora
La orquesta es docta sonrisa. y en música se desflora,
carrillón matinizado.
9 Hay un poema que crece.

No es cantar si no se canta 11
la arista de lo que somos,
nidos desnudos y lomos El botón de la montaña
de lomas en nuestra planta. troquela el rumor del zumo,
Mediterránea garganta hiende el áureo el denso brumo,
con diverso flauterío brama adentro, desentraña.
Manuel de Falla levanta Metal de sonora saña
conciertos y desvarío con la que Bartok conforma
que se asombra y nos asombra en elíptica artimaña
con nuestra luz, nuestra sombra. los fieles de la antinorma.
Ya dibujada la piel Sube su encíclico genio
con limones y con miel al acimut del proscenio.
paso somos, vaso y canto. Mientras, el trigo madura
su lóngita quemadura.
10 El sonido sabe a tierra.

Vidrio de néctar herido 12


cabalgando el mar del nido
Ralph Vaughn Williams se entretiene Que no es más grande el discurso,
entre olanes de Selene. sí, con el Carulli metro,
La brújula se sostiene badila hacia cuerda y cetro
sobre el silvo deletreado a otros odres en transcurso.
que dentro del pecho tiene Para medir todo curso
el fuelle herrero del hado. nuestra arena es vasta y basta

294 295
Roberto López Moreno Meteoro

fuente en gracia en su recurso, sobre sus espaldas carga el castigo divino.


ruda y tierna vida en asta. ¿Quiénes osan elevar el puño
Si, con el metro del yodo hasta el curvado misterio de lo eterno?
y del ave. Todo y todo. ¿Quiénes son depositarios del fuego robado?
Todo se puede cantar Donde hay poetas,
con el acopio estelar donde crecen los talleres del color y del sonido,
¡Ay carne de la guitarra! se hinca la venganza del cielo.
Entonces,
13 los arrojados a la muerte
levantan sus signos para conjurar lo adverso,
Desde el bálago se enfila levantan la llama del demonio
birrete de clorofila. para prevalecer sobre la tierra.
Se sueña pared y cobre Y he aquí que te encuentro, Tijelino,
el relámpago salobre. convertido en volumen,
No hay partícula que sobre con los signos del fuego en las paredes,
en el lagar redivivo gritando la vida desde Orozco,
ni habrá centrífuga pobre desde el mar,
ni dios hontanar esquivo. en tierra adentro,
Sobre un capítulo vivo en cada corazón, surco que quema.
Sibelius se va de fiesta, Los malditos poetas, los artistas,
quemazón de la floresta ahora son los dueños de la vida,
desde azadón pensativo. ellos arrojarán la adversidad
…Y el bosque que no termina. a los infiernos del cielo.
De la obra poética
Tijelino:
tu ciudad está salvada.
Poema de Zapotlán De la obra poética

Tijelino:
tu ciudad está maldita,

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Roberto López Moreno Meteoro

Primera carta el viento vuela herido, con un tajo sangrante en el costado.


¿Son los signos que amasa nuestro tiempo
Ciudad de México. Serpiente de nubes. o fatalidad geográfica?
Edificio F-10, hasta lo aéreo, Porque te he de decir que aquí las cosas
es decir: departamento cuatro cuatro, último piso. no tienen mejores relaciones con el Norte
Código postal: y el Este atrasa restringido
1480, con un cero a la izquierda. las manecillas de su hoguera en vilo.
En este domicilio un colibrí El Oeste es el Mictlán. Se llega siempre.
se asoma diariamente a la ventana para inventar el día Cuéntame, hermano,
desde el zurdo estallar de la vidriera. cómo van por allá los asuntos de la dignidad,
Poeta Oviero. de la vergüenza, de la conciencia por las calles,
Ciudad de Panamá, Centro América. asuntos que me han dicho que radican
Paisaje de yodo con el azul a cuestas. sólo en el limpio corazón del pueblo.
Agua y viento. Dime, por favor,
Ramón: de que tonos se pinta en ésa la esperanza
¿Cómo están por allá? porque has de convernir en que si hablamos
Ahora soy tinta que vuela hasta tu patria, de flores donde cabe el universo,
territorio en el que el sur se angosta en esto también hay asuntos de matices.
ceñido por la sal de doble filo. Total, que en nuestra tierra no existe nada mudo,
En ésta todos bien es el acento del mar el que te pido
acomodados en los huecos de paz del infortunio, y presumirlo ave de altiplano.
en el cauce sanguíneo que remansa Espero tu respuesta, mientras tanto,
la tremante vocal de los agravios aquí entre dos volcanes
hasta que el zumo de la brasa líquida déjame inventar la vida a mi manera.
nos prenda su verdad en cada pecho. Inventar que existe una ciudad de sal antigua,
Leticia pinta el rostro de su sueño caminarla contigo,
y cada voluntad espera la hora de su alto sonido. meterme en la cantina “7 vidas” en el Barrio del “Chorrillo”
Me he enterado por acá que también en ésa naufragar en la estridencia de la sinfonola

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Roberto López Moreno Meteoro

mientras leo tu poema para el pintor Dutary allí cerca donde debes recordar aquella 7 Vidas que dicen/
y beber fraternados del mismo latido de la sangre. vidanunca/ vida leve/ vidaentonces/ vidacuando.
Escribe pronto.
Aquél era el Chorrillo./ Calle 25 que no existe./
Tu hermano Roberto. Calle 26 que ya es olvido/ calle 27 donde
ya no se vende cervezas/ pescado frito en las aceras/
P. D. Saluda a Palomino. Discúlpale el avaro sumar en las frituras y sao en las puertas desvencijadas.
pupilas los colores del sueño, así son los pintores.
En el Chorrillo ahora la mercancía es dolor/ miedo/
Roberto [humillación/
angustia desbocada/ ruinas como espigas
y espacios lacerados para la próxima memoria colectiva.
Envío primero Para que Dunia Marissa desde su infancia se acuerde.
Para que sepa qué es aquello/ por/qué los yanquis/
Diciembre trágicamente 20/ desde Panamá. por/qué los rangers.
Hermano: trágico todo/ muerto todo/ el asombro sobre uno/ Por qué el señor de la droga dice su última palabra
como si nunca lo vivido./ Llaman./ Me llaman./ Hay llamas establece su último ofertorio
[me dicen. como dice el maestro Trujillo/ y ejecuta su último acto
Una de la mañana anuncia ese reloj inmóvil sobre todos nosotros en su lugar de conjuros.
con dígitos trágicamente rojos.
Era la una hermano Roberto/ compañero López Esa primera noche corrí como obseso
amigo Moreno. Todo se vuelve impavidez/ en busca de alguna raíz/ un último vestigio de esa
carne para lo imprevisible/ pavor y agua que sigue piel que siempre ha estado pegada a mi alma.
más allá del horizonte que soñamos.
Allí entre calles cercanas a 5 de mayo/ fuga/ caos/
Aquel es el Chorrillo/ el que conociste estampida/ alarido.
en ese tu viaje desde México. Era la sorpresa agarrando a todos por los güevos/
Hay allá llamas/ lluvia de plomo/ trazadoras/ instaurándose como un imperio en contra de los sentidos.

300 301
Roberto López Moreno Meteoro

Hora tras hora/ bombas y más bombas hasta el amanecer. en donde nació hace siglo y medio José María Velasco,
Ahora que te escribo el sueño no es más aquel, que tuvo por pecho el paisaje de esta tierra.
que unos pájaros agujerados por alfileres de miedo. Estamos haciendo —porque sí— un homenaje
Si llega el otro día como un barco fortuito al poeta Juan Bautista Villaseca,
por allí te escribiré de la angustia de todos sepultado desde hace 20 años
y de la de este tu hermano. por los truhanes que hacen la historia
de la poesía de mi patria.
Ramón ¡Qué gran poeta Villaseca! Seguramente lo recuerdas
escribiendo en el aire para que éste lo repitiera
y multiplicara en las ramas de los árboles.
Segunda carta Aquí en Temazcaltzingo, en el parque central,
hay un kiosko como de película
Poeta Ramón Oviero. y en torno, callecitas de tarjeta postal acurrucadas entre el
Dirección: ahí, donde el crimen ha sido sin que el mundo se [montañaje
dé por enterado. por donde se pasean
el bronco sonido de Revueltas y la recatada nostalgia
Cintura de mar de Centro América. [velardiana.
Pareciera esto como un sueño rural del Continente
Querido hermano: y es tan real, tan tocables sus contornos,
sus soles, su gente,
Recibí tu carta fechada el pasado 20 de diciembre. su batahola de pájaros que escriben provincianidades
1990 es un año de sombrías cosechas. en el medio cielo.
Hoy tu gente siega el dolor que el asesinato trabajó en diciembre De pronto, despierta entre ceja y ceja el veneno de tu carta,
[del 89. Aplazada momentáneamente en el depósito del
[pensamiento
Hoy es 11 de agosto, el día de mi cumpleaños, —¡Cuánta fuerza tiene un muerto! Su sola presencia
y te escribo estas líneas en Temazcaltzingo, [repentina
una bella población del estado de México puede descarrilar el día—.
(si pudieras ver ahora este viento también americano). En el Bajío, a un puñado de kilómetros de la pupila,
Se trata de un bello caserío entre cerros verdes a apenas un manojo de transparencias

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Roberto López Moreno Meteoro

se desliza el tren que trae y lleva cartas como ésta. por la lanza de fósforo del pretoriano,
Miro el cerro, el kiosco, las palomas horadando la sangre, el hueso, la semilla,
y ahí, tomados por sorpresa el pensamiento, convertido brutalmente en la zozobrada
caen sobre de ellos las imágenes del crimen, [patria del terror.
las terribles imágenes haciendo su injusticia sobre el panorama. Me dices en tu carta que en el barrio de “El Chorrillo”,
Tu carta y la imaginación, hermano, cumplieron su quehacer: que la “7 Vidas” en donde tomamos cerveza al ritmo de
el kiosco se derrumba entre las bombas [bolero,
arrojadas por un odio que nos cayó de gratis, que aquella populosa risotada ya no existe,
las casas se hacen polvo en el estruendo que la hincaron sobre el polvo, a rabia y fuego.
y las palomas torcazas se convierten Ya lo sabía, hermano,
en lluvia de fuego sobre el espanto callejero. los periódicos de mi siglo me lo dijeron puntualmente
Huye la gente, sólo los cerros no huyen, y sin embargo, ahora que me lo cuentas tú
se aguantan ahí, como los machos, me sabe más a sal que nunca,
con el aéreo cabello enrojecido. a un amargo que se enreda a esta pena inútil
La muerte, el sobresalto, la destrucción del hombre y a la lágrima que esta vez la hace de tinta.
han viajado kilómetros Ramón:
para venir a estrellar su maldito huevo en nuestro suelo Te mando un abrazo en este día de mi cumpleaños.
para hacer el baldado, el muerto, el huérfano,
el que se quedó sin casa y sin caricia. Roberto
¿Por qué la muerte impuesta a nos desde tan lejos? De la obra poética
¿Por qué el odio del extraño que no viene a visitarnos sino a
[destruirnos?
¿Qué derechos invoca para venir a hacer añicos el paisaje? Carta a Dimas Lidio Pitty
La presencia de un solo muerto puede descarrilar el día.
De tu carta desprendo cientos, quizá miles, Dimas Lidio Pitty,
veo a otros hermanos, como tú, carne de nuestra carne, amigo y poeta y hermano y poeta
a los que conocí en tu tierra (en nuestra tierra) verde-Macondo o si con sólo decir poeta se dice lo demás.
a los que nunca vi, pero que sabía que ahí estaban. Muy entrañablemente.
La bomba sobre el brazo, sobre el ojo, sobre la uña, Panamá. Centro de América:
Mordisqueando el costillar, el costado herido He leído tus huellas en el agua

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Roberto López Moreno Meteoro

asido al libro verde bajo el mango muerto ninguna célula de nuestra agreste geografía
en donde estaban los fogones el asesino entrometimiento de la extranjera muerte.
para que la abuela cocinara ortos y ocasos Gracias, hermano Lidio por el verbo de tus huellas.
de aromos frutos latinoamericanos. En tal espejo seguiremos todos.
He leído tu libro y pienso en cómo Inédito
me hubiera gustado estar ahí, con ustedes, hermano Dimas,
en la Nueva Ciudad de Verona
celebrando tu primer libro con Oviero y los demás Jazz y Ofelia
…pero hay tantos kilómetros entre el acá y el 65…
pero hay también una abuela puente Ofelia fluyendo jazz
(recodo en verde con quebradita)
que cocina en los dos fogones con chipilín de Chiapas La verdad de la noche chilla flauta.
con azúcar de Cuba y cafetales colombianos Ofelia va del metal a la voz
y nos ofrece en uvo de cristal vino chileno. para que las luces rojas
Entonces estamos, seguimos juntos, se prendan del enritmo,
desconociendo la velocidad de la muerte los azules miran, saben,
pero en la responsabilidad de no morirnos. otras luces oyen.
Por la vereda del libro verde Este es el momento
Llegamos al país azul: en el que la vida nos jala la oreja
Pajarito que sí cantas, y nos dice …ahora.
corazón que sí caminas Ofelia ya no está en el escenario,
¡Qué radiante será el mundo sólo el fluido del tiempo
cuando yo esté con mi niña! entre focos azules y rojos
Quiero decirte después de tu libro vegetal pasa.
que tú, yo, Ramón Oviero,
los que latimos en las venas este tigre verde, Ofelia escribe jazz
en la responsabilidad de no morirnos
hemos aprendido a llevar la muerte bajo el brazo, Taca taca taca taca
para que no se atreva con ninguna ceiba, la máquina de escribir
ningún abismo, ninguna altura coronada en nieve, suena a do a re a mi a fa

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Roberto López Moreno Meteoro

a SOL Transición
a la si suena (fragmento)
en el margen de la hoja
nos agazapamos Los días llanos golpean los altos muros,
con la piel tatuada por la música. los escalan, buscan una entrada al brillante jardín,
donde la rosa en el centro hace una sola verdad
Ofelia dirigiendo un grupo de jazz de belleza e inteligencia.

En el centro de la corola metálica La decisión se introduce en el encanto,


se produce el estremecimiento. en el laberinto hechizado de la rosa
La flauta cadencia carne, y su esencial hermetismo.
la palpita El libro VI (La construcción de la rosa)

hacia las 7 direcciones del sonido.


Aquí la electricidad
es una tensa avenida Primeras galerías
(fragmento)
por donde transita la música.
La sangre sube por la escala de la inteligencia.
Y suena. Dice el de Trocadero 22, del cuadrado pie
El corazón de la vida se abre. que voló entre el peine y el lago:

Ofelia hizó del jazz lo eterno “no hay más que párpados suaves o entre nubes su agonía
[desnuda”.
El piano, la flauta, el bajo, la batería
callan. El ojo crece la conciencia frente al fluido fricativo
Libertema. que da respiración al minutero,
Empieza la gran música del silencio. es sobre el lomo mismo de la grave nariz,
De la obra poética curva y reseca, othoniana,
que de pronto ve tronchada la u de su vena.

308 309
Roberto López Moreno Meteoro

El acto se madeja (se desmadeja) entre el peine y la plancha así, el aire mismo pende de la enorme pluma
[cristalina. que fuerza poderosa eleva y afirma desde el piso.

Desde los párpados suaves nacerá la enseñanza, ¿Quiénes mantienen su férrea diagonalidad? Los
misal apenas, naipe cotidiano. arquitectos del origami, los
sacerdotes de la cocotología miguelina,
Es apenas una de las galerías de la rosa, ellos dan vuelta al botón, coágulo ovillado,
es el asombro enriquecido entre la balanza eterna. …y sangra la rosa.
El libro VI (La construcción de la rosa) El libro VI (La construcción de la rosa)

Era Góngora, Gracián, Juana de Nepantla


(fragmento) (fragmento)

La irradiación de la gigantesca cabeza, El gatillo dispara hacia el exterior de la prominencia


agudo dolor que abarca sus ocho columnas, donde la brasa luna escarmena su cuadrángulo de hielo.
asume gesticulaciones papirofléxicas,
su vuelo de sirenas, acentuación de justificaciones, Erizados cuadrúpedo y cuadrángulo,
explica a su modo la ecuación ecuatorial uno hace historia inmediata de la noche,
y rocía con sal líquida y tratada el otro pesa en su balanza los glóbulos del reloj interminable
el veloz metal consagrado en el tambor y la recámara. y la serpiente de la inquisición,
en atención a la diáda mucílaga,
Vuelan las sirenas su carnaval lúgubre. se desata, y libera el prestigio de sus discreciones.

Los rotundos cilindros divisores Desde las urnas vigilias el juego de las chapas
buscan ardientes su totalización en el frío destinado. es vértigo siempre verde,
la clave es rosa por abrirse,
El retorcido gusano ignora contenidos el misterio de lo que existe
de los maculados legajos que sujeta, pero que flota en el aire sin aún ser deletreado,

310 311
Roberto López Moreno Meteoro

está ahí, vibrando con su verdad a cuestas, Los vericuetos por resolver son vida,
cautivada en su taurino laberinto. dios toca la palabra.

¡Juventud! ¡Juventud!, contra el crimen de la muerte, Desde Córdoba, hasta el Coso de Huesca,
viaja la arquitectura religia asida a homéricos timones, Asbaje siembra una rosa en América.
la poderosa deidad del hilado anda,
vence la obstinación de tiempos y distancias De no parpadear las ventanas eléctricas
y a través del fuego de la rosa puntamarina, Ya hicieron el día.
en su décima verdad crecida autóctona
extiende culterano manto sobre la magna mesa, así hecha suya, El felino desciende del tejado filosófico.
cintilada con septentrionales alfileres.
El libro VI (La construcción de la rosa)
¡Gladios! Exclama el americano contemporáneo
y su paisana a lumbre de pincel construye la rosa (o flor de
[Huidobro), Juana de Nepantla
ya el acento toscano se había hecho más música (fragmento)
y su península había poblado el otro vientre.
Huidas del aro áureo
¡Juventud!, todo lo que guarda una sorpresa las doce sobre el empedrado hacen imperio suscrito
en el fondo del cóncavo tesoro, es joven, entre los códigos de Urania y las solmisaciones de la cuerda
lo que aguarda una respuesta. [de Erato.

Mientras su cincuenta por ciento sea pregunta En interacción dialéctica desciende el uno del descendiente,
el río seguirá siendo moderno, el eco, hielo ardiendo de astros y carne, oxímoron
difícil para el vulgo, cerrado, estimulante… que hace una punta la otra;
entonces, novecientos setenta y cinco por once
Ahora estamos en el futuro, mañana entre, de treinticinco a cuarenta,
estaremos en el presente, pasadomañana en el pasado. logra nacer el deslumbramiento
del seiscientos cuarenta y ocho entre los pájaros
La trama: contra la adrenalina de Caín —bronces éstos sin relaciones con la soga capellana—
el verbo borbotón del agua caracola. en el ¡Salve!, hacia arriba, hasta el contacto con la primera
[causa.

312 313
Roberto López Moreno Meteoro

La fuente Castalia inunda la recientísima cartografía. Arriba, se abre Febo el pecho,


se desangra sobre las extensiones de Nisea, el nuevo
A la tórrida rayos perpendiculares [continente.
desde la montaña blanca, desde el halo frío sobre la alquería; El libro VI (La construcción de la rosa)
bajan rayos como pirámides,
como el centro medio entre la línea y el círculo.
En el ámbito de los espejismos
Las doce sobre el empedrado, con su saco de inasibles (fragmento)

a plena luz del novísimo día


(lo por resolverse es forzosamente nuevo, lo sigue siendo, En el ámbito de los espejismos,
fuerza oculta, misterio poder, poetisa fantasía). raíz cuadrada sobre dos espátulas de plumas,
el ansia de horqueta en el lomo de su imagen más afín
Hay confines para las edificaciones. y arranca a cabalgata ciega
en la superficie de las desproporciones,
El indio de Santa Rosa al lado de Diego, el pintor, delincuente por suicida,
pasea desde Lima entre los campanarios poblanos servidora inconsciente del rectángulo epicúreo.
reforzando el arco que partió de Extremadura (o Arcos de Abre el buitre su ala rapiña
[Guadalupe). y pretende que ésta dibuje sobre su víctima
las fronteras del beneficio
¡Congadas y tocotines luiseminados! exigiendo que la vida vuele
bajo el nefasto diseño del espectro.
El libro VI (La construcción de la rosa)
Las doce a plenitud sobre el empedrado, sobre el aire,
Ámbitos —los cúlminos— entre catorce espejos…

Y el milagro. Filos
(fragmento)

Pasea sobre el nuevo piso, magín y retina, Juana Sáenz del


Levanta la guadaña la arista escarlatada,
[Cauri
fiel a los designios de la piedra escrita.
con flor gongorayargotante en izquierdo del hábito.

314 315
Roberto López Moreno Meteoro

Se yergue después el cumplimiento feroz del sordo oficio; ascensión que se repite, puntual, cada cumplimiento de las
la cosecha de su tarea múltiple [manecillas
se expande en partículas vivas desde el sitial señero hasta llegar al estallido —matriz motriz—
y desciende a tocar la puerta en cada pecho al punto más centro, más arriba,
asido con vientre soledades a la sed del viento. al vértice mismo de la c del sol, c mayúscula: C,
desde ahí, este humilde barro
La guadaña en el aire; y el gran ojo en llamas que se llama g,
la arisca la lengua del magro sacerdote, en g también mayúscula: G,
cenizo cause de reseco ruedo. escuchamos la campana de la torre;
acaba de aprehender, de pretender la hora,
Arriba el filo, erguido dentro de la dimensión innombrable. y lo pregona a pulmón de bronce.

El gris decidor lo blande desde el canal de su saliva Arriba y abajo cada planta, cada pulgar
para vestirse llovizna sobre un cementerio de atabales. en industria con sus cuatro opuestos
llenan un milímetro de la eterna carátula.
Y otra vez y otra en las arterias del rito.
Siempre hacia adelante.
Así, en lo alto, el filo, hilo, vilo
en dirección a la nuca de todo desenamorado Polifemo. Naceré, justo, en la página dos mil y tantos,
El libro VI (La construcción de la rosa) y a las doce en punto subiré al estallido de la rosa.
El libro VI (La construcción de la rosa)

Cenital
(fragmento) Chas pik
(fragmento)
Nací, justo, un día después del inicio del tiempo,
sed de agosto, A la corola en punto,
acto sobre la página 3113 antes de la cuenta hacia la diestra. laetita letifica,
G —según la “mano guidoniana”—,
Soy viejo y joven desde entonces, como una rueda de cobre,
desde que empecé a subir por el tallo de la rosa, vicario del súmmum,

316 317
Roberto López Moreno Meteoro

abre a total el día sus aguiladas dimensiones Pupila abierta desde el sesenta y uno del quinientos,
para darnos, ahí, adivínalo en tu peninsular oscilo,
la herencia oscilante entre los finales y los principios. hay seda para tejer el flujo de la gruta.

Centro cúlmen entre advenimiento y proscripciones. En el vaivén crecen los días.


El libro VI (La construcción de la rosa)
Chas pik.

Nosotros… a imagen y semejanza… Cambio de siclo


El libro VI (La construcción de la rosa) (Epílogo)
(fragmento)

Crecen los días Se abre la rosa de sangre y en el centro aparece la magnolia


(fragmento) (o flor de Coyoacán), alba copa en la que bebe el día. La
columna esplendorosa toca el cielo desde sus asuntos
Una gota de alas eriza el mar de las doce, terrenos. La vida no está muerta; acaso sea esa la maldición
donde la indomitez de la espuma eterna de los dioses, si tal, dótesele con dignidades de la
se hace cuerpo contra la entercada liga. carne erguida, con la frente recargada en las estrellas. Abajo
todo es humo y destrucción, corrientes de sangre hacen masa
El brío de la carne levanta su brazo blasonado de ayeres oscura con la ceniza de los templos, baja la galaxia a llorar
y señala que está presente la marea, siempre, su congoja en los pantanos, hay un dolor sobrehumano en
vaivén del sueño y sus pies sobre la tierra. las piedras y en los troncos, en el polvo descuartizado de
la fiera, en el vuelo arrastrándose del ave sorprendida por
Una gota de alas, enleva la partícula metatarsa el fogonazo; salió la culebra de su hoyo, y fue arrasada; el
de la hidráulica masa. pétalo de su capullo, y fue atravesado por la punta de lanza;
lo que respiraba, lo que latía, fue reducido por la saña. Un
Del arrebato de la espuma surge: designio secreto vino a romper la matemática del universo;
esto ha sido el fin del mundo, el exterminio de la yerba y
hay rostros frente a los que han hecho injusto el trigo. de la carne, ha sido el cataclismo mayor, la destrucción
de las eras, el final de la historia, lo que anunció el cometa

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Roberto López Moreno Meteoro

con su ráfaga helada, lo que leyeron llenos de pavor los graves así, levantará a cincel, pincel, corcel ardiendo, los estatutos
sacerdotes; no habrá recuerdo de virtudes y pecados. Hay un del nuevo orden que dará sentido al celeste equilibrio en
dedo que mata. Ese es el dedo que bajó hasta las casas en la hora cuyo interno se estremecen de origen formol y tiocianatos.
maldita. No hay piedra sobre piedra y sin embargo, de piedra Será el cambio de SICLO; de los esquemas de la muerte
sigue en pie la pirámide y su inscripción sagrada, sangrando su surgirá, más poderosa que nunca —así tendrá que ser—
tatuaje estelar sobre la espalda. No hay piedra sobre piedra y la rosa de la creación (o flor de Huidobro), maravilla del
sin embargo, entre la piedra demolida vuelve a brotar la rosa corazón del fuego, ecuación recoveca, laberinto borgiano.
de agua en emulsión con la sangre y la ceniza. No hay piedra En el salto del tiempo, piedra y sangre tornarán a cimiento
sobre piedra y sin embargo, en el hueco del tronco a flote, el y edificio, ahí el hombre y la mujer harán de nuevo su
hombre y la mujer que se hablan, que se tocan, han preservado amplia casa, se hablarán, y lanzarán su combustión al
junto al miedo, el ansia, la alegría, la ira, la traición, el heroísmo, centro de la nebulosa. Futuro nacerá tanta derrota, negará
los humanos etcéteras del día. No hay piedra sobre piedra y sin estas penumbras de sangre aniquilada, desgarrada sobre
embargo, el hombre y la mujer que se tocan en el fondo de la los mapas de la desesperanza. De esta desolación, de
cueva de agua aprietan en la mano la semilla. No hay piedra esta extinción del mundo, de esta larga agonía sobre las
sobre piedra y sin embargo, en su cueva de fuego el hombre páginas del Quinto Libro, de estas entrañas derramadas
y la mujer… Y son el mismo sueño tejido entre los siglos, entre los cascos de las bestias, de este no haber quedado
la misma esencia que se encuentra en ella para preservar a piedra sobre piedra, de esta sed, de esta memoria, de esta
quienes inventaron el conteo del tiempo, a los que hicieron el extrema agonía multiplicada, brotará la minúscula flama
número, supremo sortilegio del cerebro de las constelaciones. necesaria, con la que habrá de reconstruirse de nuevo el
No ha quedado piedra sobre piedra, pero entre la piedra y la universo. Ahora nada existe si queremos olvidarnos de la
nada, sobrevive un latido, la poesía, la minúscula chispa que lo muerte. Nada existe, estamos otra vez en los umbrales del
sostiene todo, el sur y el universo. Poesía es lo que sabe la piel y asombro, a punto de abrir las páginas del Libro VI, cambio
lo hace música, número palpitando entre la entraña y la mente; de ciclo; nuevo, total, rotundo nacimiento. Estamos frente
palabra que convertida en sangre se pone a medir el mundo; al pasmo mayor, entre el vacío y el portento. Conmoción.
baja a la subsombra pero canta, sube a la luz y sigue cantando; Salto hechizado preside la eclosión. Sientan sitio para
si canta —siempre canta— lo hace sobre el curvo pentagrama iniciar desde sus vísceras haciéndose, el torrente de la
del espacio. Poesía es lo que sabe la piel, también lo que no sabe hora y del aforo, incandescencias, el tiempo y el espacio,
y adivina. Poesía eres tú, repite el yo cumpliéndose. cuando el dedo de luz se activa a la creación de las medidas,
Llama hacia adelante, lengua en escorzo, fogarada de su sagrada irrealidad de lo intocable que empieza a darse voces de
fuerza, hará la jornada de las reconstrucciones; tendrá que ser carga y de volumen. Pavoroso (así quizá será) sistema de

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Roberto López Moreno Meteoro

inmensidades jugando a darse forma en la patria inaprensible Los negros de Tlalpan


del misterio. Hierven millas yodo bajo densa bruma, solitaria
especie. Aquí empiezan las eras. ¿Qué es lo que camina? ¿La historia? ¿La sangre?
¿Qué sobre la geografía? ¿Sobre los almanaques?
Gas. Huehueteotl expande su violento penacho,
su brasero que le quema la cabeza
(sag ags asg sga gsa) y lo convierte en piedra que habitarán los negros,
El libro VI (La construcción de la rosa) también; los negros de Tlalpan,
los que antes caminaron sobre espuma,
los que hasta el pedregal vinieron,
El trueno y el canto griego mexicanos desde atrás de la distancia,
andando los insomnios de la luna,
Y después del arrebol, la geometría de las constelaciones.
sangre amamantada desde los ácidos del barro, Pasa un colectivo y los incrusta
oscura vértebra planetaria, en el vientre de la ciudad voraz.
ha proseguido el saqueo a la alforja motora, Tezcatlipoca crece su brazo turbio.
crimen bestial del que hemos sido testigos, Y Quetzalcoatl su resplandeciente.
burla bestial de la que carne somos, Y Huitzilopochtli su fragoso.
grado bestial del antihumano. Y Xochipilli su florecido.
Derrota. Y Mictlantecuhtli su inevitable.
El alfabeto étnico Los negros de Tlalpan son, ahora,
asciende sobre sus cuatro elementos, una molécula del verdinegro reloj, el gran.
llega hasta la orilla aérea, El valle crece.
a sus espaldas vociferomanotean Xochitl Uchitelnitza
los que creen saber la hora.
Hay una luz intensa, adolorida, que vuela
al centro de la ávida corola de fósforo. Cerro de la Estrella
Pero
ha quedado un par de sandalias en el borde. Frente elevada de la primera edad
Xochitl Uchitelnitza no del fuego que abierto

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Roberto López Moreno Meteoro

a corola en flor maestra extendida y magnífica.


alumbraba cada vez de nuevo Colosal
el albor de los siglos. (y lucecita apenas)
No, la memoria individual para que al contemplarte fijamente
fue la que abrió los ojos nos elevemos a tu imán,
en la hamaca del aire maculado. nos desprendamos de la inutilidad para el vuelo.
Ya habían corrido los siglos Flor del cielo, estrella,
pero el cerro de la Estrella otra vez el albatros flor herida sobre la cubierta,
ahí estaba, todavía, otra vez hacia arriba (baudelariana de resplandores)
ahí está, hacia arriba
preservando con dificultad para vernos arriba, en el haz de tu vero parpadeo.
el promontorio Xochitl Uchitelnitza
desde donde ha visto
(ve)
pasar el tiempo. Juana Duval
Como ahí está,
ahí estaremos, seguiremos estando Tu estrella oscura junto a la luz descomunal
después de abierta la flor del fuego nuevo. d-e-s-p-r-o-p-o-r-c-i-o-n-e-s
Xochitl Uchitelnitza dio golpes de ciego, hendió y lamió la luz,
lastimó el ala y la dotó de ungüento,
ungüento y viento, viento gris.
Estrella flor, encendedor de la altura El albatros voló
y desde su mayor altura fue acomodando
Citlali xochitl, swicht de allá, colores y dimensiones, pesos y sonidos,
cintilo en el lilial extensor, dispuso simetrías de objetos y pensamientos.
refulge bieloalmática, maravilla de la corola Pero tú, Juana Duval,
que habrá de elevarnos de nosotros. sabías y comías y bebías de los abismos
Vuela corola aérea, citlali. de donde el ala se alzaba.
No al albatros de Baudelaire desplomado sobre la cubierta. Juana Duval, cómplice,
Ala, permanécete firme, Asistente en el increíble eje

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Roberto López Moreno Meteoro

entre el vuelo más alto Éxtasis del cenzontle,


y su abismal caída. miel de la abeja y de la nube
Juana sube
Duval a coronar la estrella
flor que habrá de derramarse,
oscura, citlali xochitl, xochitl uchitelnitza,
eterna sobre la honda sangre
por testigo de la contradicción de la tierra.
eterna. Xochitl Uchitelnitza
Xochitl Uchitelnitza

Conversación con O’Higgins


Hacanea
Sobre la mesa O’Higgins extiende los colores,
Los pobres son los que tienen miedo María nos observa,
…los otros, también. el maestro sonríe
El miedo entonces entra y sale como sonríe Coyoacán los domingos primaveros
Sube y baja y de sus manos surge el volumen
Por los poros del viejo caballo lastimado. con su categórico democratismo.
Está en todas partes, Hay pueblo en cada trazo.
Es la antesala de la muerte. Así conversa con los que nos asomamos
Xochitl Uchitelnitza a sus laborales ventanas,
con María,
con las paredes,
Matiz con las ideas y retornos de los tiempos
rehaciéndose en el centro de lámparas corolas.
Matiz del pétalo Xochitl Uchitelnitza
de Homero a Pablo.
Heroico.

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Roberto López Moreno Meteoro

Canción de cuna y mandolina El niño lleva en los pies


de la sección sur de Coyoacán alitas de núbil velo
A Amaranta y el caballito relincha
luciendo zapatos nuevos.
Desciende el párpado del velo. Un caballito de nubes
Tin tilín fuiiiiiii cabalga como en un vuelo,
Descansa la tarde su lánguido segmento. a su lado corre un niño
Tin tilín fuiiiiiii con pies alados, ligeros.
Duerme golondrina, El viento, canción de cuna,
Duerme sueño, se mece al compás del sueño
Que mañana … donde dos amigos juegan
Tilín… fuiiiiiii fuiiiiiiiiiiiii… por los rincones del cielo.
Xochitl Uchitelnitza Cirros, Cirros, corre Cirros,
corre que te alcanza Diego.
Cirros, Cirros, corre Cirros …
El sueño de los amigos Diego, Diego, sueña Diego …
Cirrooooss… Diegoooo…
Un caballito de nubes Cirrooooss… Diegoooo…
cabalga a mitad del cielo, y así, soñando, soñando,
a su lado corre un niño vuelven a inventor el tiempo.
con pies alados, ligeros. Xochitl Uchitelnitza
El caballito y el niño
por dos caminos y un cielo
van dibujando en el aire Zenobia Camprubí
el perfil de sus reflejos.
Un 22 de diciembre, Esposa del poeta,
como quien sale al recreo ernestino ramo de brillos solmisados
trazan la curva de un arco arpegio sostenido
de diciembre al 6 de enero. en el 12 velamen de la cuerda.
El rocín se llama Cirros Zenobia frente al mar
y el niño se llama Diego. que espuma versos,

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Roberto López Moreno Meteoro

flores de sal tactadas con la vista que fue tan sólo el valor
y ahora himnos, de una verdad valiente;
domas de luz, ágape Cordero. que fue…
Esposa Zenobia del poeta, Existe una certeza:
estarás en el mar, ¡Quemaba!
en la guitarra, La página de ese día
en la voz de la alondra conserva una esquina calcinada.
flor alada, Xochitl Uchitelnitza
estarás en la marca de tu poeta esposo.
Estarás.
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros Canciones de oriente
Cantando. (fragmentos)
Xochitl Uchitelnitza
Xi an 7

Dozal Son la siete de la mañana,


en una de las esquinas de la muralla de Xi’an
El filisteo se apellidaba Bravo los jóvenes hacen ejercicio
o Yáñez o indecencia, en medio del frío y la neblina,
ya no nos acordamos. es su forma de detener la muerte.
Yo estaba presente cuando el latigazo de lumbre Envueltos en abrigos y chamarras
cruzó el rostro del indigno. pretenden imponerle su ritmo al día que despierta.
Hubo un estremecimiento El eco de su empeño rebota
en el seno de la hora transparente, en otras similares y disímbolas
los goznes del viento ciudades del mundo.
fueron rondanas que aullaron Es su forma de detener la muerte.
hacia estupefactas direcciones. Eran las siete en la muralla de Xi’an.
Que no fue latigazo, Xi’an, China.
que fue un escupitajo de la rabia; Informe de viaje, UAEM-La Tinta del Alcatraz
(La Hoja Murmurante, Separata de Arte), 2012.
que no fue eso,

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Roberto López Moreno Meteoro

El ejército de terracota Recital en la embajada

Algunos cuentan que Chiu Shi Huang Beijin se abre estrella norte, verso y frío,
príncipe de esoterismos, Pescador es un sobre que viaja desde Tlalpan
lector de constelaciones, hasta el nexo sonoro de esta fecha,
pastor de astrologías, Pilar y Edgardo suman, multiplican,
mandó a hacer un ejército de terracota Sanlitun Dongwujie 5 para el recital
para defender su imperio. en que serán Revueltas y Satie
El mago aquel activaba su milicia impresionante fulgores meridianos. Puentes.
y vencía toda asechanza. Un puñado de verbos pentagramos se desprende
Después, del muro y novenos dragones
aquellos soldados volvían a su hábito estatuario mientras los Ming y Qing vigilan el decurso.
protegidos por el encantamiento. Empieza el recital:
El ejército de terracota era invencible. Siete notas.
Ahora, la legión carcomida Nueve dragones.
se levanta nuevamente desde el barro Se acorta la distancia, se alarga el tiempo.
(sin cabezas, sin brazos, Beijing, China.
caballos más polvo que caballos); Informe de viaje
hay nuevas asechanzas,
el ejército de Chiu Shi Huang
se pone de nuevo en pie, Nan Ying Lu
pero la tierra misma
se ha encargado de devorar su tierra. Nadie camina solo sobre Nan Ying lu,
Xi’an, China. los pasos chocan nocturnos
Informe de viaje con oscuros vendedores de relojes
ofreciendo imitaciones del tiempo en la vía pública.
Entre promesas de masajes
y noches sibaríticas

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Roberto López Moreno Meteoro

los seres se aglutinan, avanzan, retroceden, el vuelo maravilloso que se inicia.


se aglutinan, retroceden, avanzan, Thang Long tiene por nombre este milagro
mientras Shanghai desangra su luz fosforescente. que no es milagro,
Quizás haya un momento que solamente es el vuelo poderoso de la tierra.
en que apague toda esta algarabía luminosa, Hanoi, Viet Nam.
nuestros ojos no estarán en tal desastre. Informe de viaje
Crecen el estruendo y el gas neón
pretendiendo decir no a la soledad
en medio de la noche. Pueblo sur
Ruidos. Gente.
Nadie camina solo sobre Nan Ying lu Aquí fue la esquirla,
…mis pasos… la niña de la fotografía que dio la vuelta al mundo,
Shanghai, China. la sustancia que devora vegetación y cuerpos,
Informe de viaje el odio ultramarino,
la rabia del que mata prepotente
y se llena de rabia de su rabia.
Donde el dragón sube Aquí también fue el héroe,
A Pham Thu Thuy aquí amanece, hoy,
(Agua de otoño)
descorro la cortina
y la ciudad entre ríos se abre corola
Comenta Leonora Rueda: y la gente sonríe.
“Aquí se oye el cincel desde las cinco” Toca el claxon estridente hasta los huesos
A las cinco de la mañana, el que abre la pupila y las calles desde este temprano que me integra
contempla cómo desde el fondo de los lagos se convierten en ríos interminables, amenazas
surge el gran dragón en llamas, de motocicletas sin código y sin brida.
abre las alas de limo y fósforo Se inunda la ciudad en tales ríos.
y sube al cielo. (El dragón montado sobre la gasolina).
A las cinco de la mañana hay que abrir los ojos Es difícil imaginar en el horizonte de esta luz
para ver el portento, que aquí fue la esquirla,

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Roberto López Moreno Meteoro

la sustancia que devora vegetación y cuerpos, La turgencia de sí, desparpajada,


la niña de la fotografía que dio la vuelta al mundo. ilusión nada más, aéreo fluido,
Hanoi, Viet Nam. futuro de ilusión, haz desmedido,
Informe de viaje promesa hacia el quizás arquitectada.

Qué opresión de palomas, qué angostura


Canción lejana del área que se pliega, que se arquea,
que quisiera escapar de su moldura.
Oír una canción de Agustín Lara
en los pasillos del aeropuerto de Bangkok Te ciñe Ana Cristina y te recrea
no es poca cosa. y al querer estallar la curvatura
“Solamente una vez amé en la vida”, se abre el elevador… vuela la idea.
navega la melodía sobre el aire, Hog Kong, China.
bajo las aguas del océano vuela, Informe de viaje
la distancia penetra en el oído,
solamente una vez…
y es suficiente. Templo de la literatura
Bangkok, Thailandia.
Informe de viaje Alejandro Rodés, siglo XVII,
trece vocales, diez y ocho consonantes,
cinco acentos diferentes,
En un elevador en China los testimonios de los cuatro discípulos,
uno por cada punto cardinal,
Dos curvas, el escote, la mirada, por cada uno de los elementos,
el espacio severo, constreñido, y al fondo de las cinco puertas
el sentido de frenos, resentido, y después de las ochenta y dos estelas,
el cuadrángulo que ata, luz atada. sobre su solio de tortuga…
Confusio,

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Roberto López Moreno Meteoro

envuelto en rojo y oro, en misterio, Y Singapur se maquilla


en dorada magnífica magnificencia,
metáfora del tiempo y muy de aquella Te labraré sola y fiera
nuestra y universo “soledad en llamas”. en marfil de Singapur…
Hanoi, Viet Nam. Solamente que el marfil lo hayan traído de…
Informe de viaje comenta burlona, Amarilis.
Y el león de agua
sabe que ha sido traído del mundo todo
Budas y convertido en vitrina y mercancía,
que es la zarpa rampante del destello,
Desde sus profundos ojos de zafiro la sonora carcajada del Pacífico,
el Buda de oro observa, la Suiza de surasia alimentada, insaciable,
su vigente poder descalza los cuatro puntos cardinales por la rosa de los vientos.
que entre frívolos asombros se quitan los zapatos (Orchard Broad, triunfo del Triunfo… nos postramos).
…y transitan. Te labraré sola y fiera
El Buda de oro, el recostado, en marfil de Singapur;
el de esmeralda que es de jade reúne su cuerpo siamés en una flor un albur
y más, hacia la curva grande. busca el filo que le hiera.
Su antiguo regimiento lunar —entre aves y demonios— Labrada está la pantera
también es repartido a los turistas, en la página y la astilla,
cuerpo de ceniza el del otro succiona de orilla a orilla
fraccionado en cada urna (el oro a la cámara). el néctar que del marfil
Entre urgidos vendedores industrializa el alfil,
y compradores compulsivos y Singapur se maquilla.
recibe la ofrenda de la flor de loto,
universo cerrado, y ligereza. Singapur
a un lado, entre el moho y la lama de la abuela Bangkok Informe de viaje
las aguas del Chao Praya, fluyen.

Bankog, Thailandia.
Informe de viaje

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Roberto López Moreno Meteoro

Canciones de Vancouver el moderno pirata sobre domadas aguas.


(fragmento) Islas San Juan. Western Washington.
(Frente a las costas de Western Washington cerca de los
límites con Canadá existe una serie de islas formando un “Informe de viaje”, Ábrara.
laberinto acuático. Una de ellas se llama Isla López y enfrente
hay una bahía justo con el nombre de Roberto)

La niña de Seattle
North Pacific
(Frente a la Bahía Roberto) Jenny es una bella y ágil jovencita
que viaja de Seattle a Vancouver y de Vancouver a Seattle.
Cabalga, cabalga A bordo de su lúmica alegría
el moderno pirata sobre domadas aguas, se desplaza del carro comedor
va a fundar la Isla López, al vagón en donde está su asiento,
furibundo fundará la Isla López. junto a un balcón de pinarias maravillas.
Con zapatos de ciudad Camina y salta, salta y camina.
y smog en la epidermis ¡Qué florecida movilidad de Jenny!
avanza sobre la traza verde, Al final de la ruta
línea Sharpie. Jenny baja, en vez del equipaje,
Va flanqueado por cien ballenas gimnastas. un par de pequeñas muletas niqueladas.
Cabalga, cabalga Sólo así puede pisar la tierra.
el moderno pirata sobre domadas aguas, Arriba del tren las ruedas ayudan a caminar a Jenny
funda su ínsula y retorna y ella, arriba, sonríe y casi vuela.
habiendo saqueado los paisajes con el ojo, Abajo, sobre el andén,
laberinto de islas en territorio abrupto, va arrastrando dos desvalidas impotencias,
norteña desmemoria desde Creta. por tal, la niña prefiere estar a bordo,
Cabalga el pirata. en su tren de ilusiones,
Atrás deja su isla, la Isla López, en donde va y viene, viene y va,
subrayada junto a nombres extranjeros: en donde camina sobre ruedas y casi vuela.
Fisherman Bay, Flat point, Richardson. Ahora retorna Jenny de Vancouver a Seattle.
Atrás, al Norte, queda su isla. Entre Seattle y Vancouver viendo desplazarse a Jenny, 2002.
Cabalga, cabalga “Informe de viaje”, Ábrara.

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Roberto López Moreno Meteoro

El fa de Winnipeg Al norte se irá, hacia Whistler,


A Ernesto García de León asumirá el sabor de la montaña;
hacia el sur se irá, hacia Victoria,
Aquí. cruzará el estrecho mar
en el edificio más alto de Vancouver y será otro más de los pinos de Emily.
escucho con toda nitidez Ahora lo escucho sobre el alto edificio
el fa que viene rodando desde Winnipeg, Llegando desde Winnipeg.
desde el centro de las aguas encantadas. ¿Cuál será el secreto del fa de Winnipeg?
Viene rodando redondo, claro, tintinante, Vancouver, 2002.
trae el fresco verdor de las colinas “Informe de viaje”, Ábrara.
argüidas en abetos
y venas cristalinas de saludable frío.
¿Cuál es el secreto de la fa de Winnipeg? Visita a Frida
Aparentemente es un fa como cualquiera.
¿A qué suena el fa en México, La Habana, Buenos Aires? Por fin,
Es el mismo sonido, el mismo fa, ayer fuimos a visitar a Frida.
el mismo magnetismo dibujado Nos recibió en una de las casas de Emily,
entre primera y segunda tensión del pentagrama. en donde está hospedada desde hace algunos días,
Y no es el mismo fa, en las manzanas que forman
(quizá los físicos estén más enterados de estas cosas, Hornby, Robson, Howe y Georgia Street.
modernos nigromantes). Emliy Carr también habita en el interior
de cada tronco canadiense
Es que cada fa, cada acto sonoro solmisado, y en el fondo de límites espejos verdiazules.
se alimenta de atmósfera y raíces en donde fue dado a la vida, Pero esta vez, urbanas ellas, nos recibieron con té inglés
adquiere sus colores y sus formas, y algunas frutas mexicanas sobre tela.
la hondura y el paisaje, Fue una gran tarde.
por eso suenan aparentemente igual: fa, Compartimos un video con escenas del sol coyoacanense.
pero cada cual con su misterio. En ellas Diego, Trotsky, Concha Michel, todo aquel
¿Cuál será el secreto del fa de Winnipeg? [mundo.
Lo escucho fa que viene y que va. Y Frida hermosa, vestida de tehuana

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Roberto López Moreno Meteoro

en el interior de esta casa de Vancouver. atropellos medidos, calculados,


Me acordé de aquella carta en la que Aurora Reyes para hacer así la fiesta del poema,
le describe Juchitán a Frida. la magnífica verbaria francachela
Luego, frente a nuestros ojos, que da calor y color a lo pensado,
la imagen de David al lado de aquel féretro de todos esos tramas, bramas, dramas,
cubierto con la bandera del Partido Comunista. que dan también su carga novedosa (Vida)
No somos nada y somos todo al fluido del discurso.
cuando abolimos el tiempo y la distancia. ¡A mí extranjerismos y arcaísmos,
Adiós Emily. Adiós Frida. culteranismos y vulgarizaciones,
Más bien, hasta la próxima. adjetivaciones arbitrarias,
Vancouver, 2002. oscuridad y luz premeditadas!
“Informe de viaje”, Ábrara. Grito de guerra: ¡Exuberancia sobre los melindres!
Y la poesía siga siendo secreto no del todo revelado
más exacto danzante en el oído.
Canción trágica en Sunset Beach Poesía, misterio musicalizado
y nada, y nada más y todo.
Si yo tan de la música, Así,
tan a la hechura de las sensualidades, tan condicionados mis decires a la música
qué sería de mí al traducirse mi poema por medio de hartas y tantas impurezas,
a los ritos sonoros de otro idioma. ponedme un arma entonces en mis soles,
Polvo, polvito, apenas nada (quizá). pólvora en mis sienes perturbadas,
Que será de mis ripios para cumplir mis ritmos, disponed del gatillo arteramente,
de mis así por sí arbitrariedades, disparad a mansalva
de mis inmensurados neologismos, y sobre el charco de sangre así vertido,
onomatopeyas, aliteraciones, empezad, empezad…
de mis alteraciones al lenguaje, a las blancas palabras, ¡La traducción empiece!
al amparo de la convocatoria aquella: “chillen putas”, Vancouver, 2002.
de mis retorcimientos sin remordimientos “Informe de viaje”, Ábrara.
para el tañido azul de aquestas melodías,
de las argucia, audacias y falacias,

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Roberto López Moreno Meteoro

La luna sobre el Sena se desparrama a los lados como un arca abierta,


humeante, debatiéndose en el polvo.
La luna, desde arriba, Ahora hay Berlín al frente y a la espalda,
flota sobre el Sena, en la piedra demolida que pisa la bota del poeta,
(el río, con luna, en el cielo flota). soldado de la seda de Santiago.
Yo soy apenas sobre el puente Berlín enfrente y a los lados,
un atado de células atrás y a los lados
capturado entre cauce, altura y cauce, y un ring mudo en el centro del escombro.
entre emoción y causa, ¿El poeta?, ¿el soldado?,
entre este hoy levanta el auricular que extrae
de verbo de foco de barquito de turista de uno de los abandonados bolsillos
y un largo y denso pasado con olor del orate deshilado:
a páginas del polvo. —¿haló?, aquí desde los muros abatidos…
¿Desde qué sombras del tiempo y la distancia, Sí… aquí Rodrigo Díaz…
ésta, sobre le pont Sully? Rodrigo Díaz de Vivar… sí… todo es polvo…
¿Qué otra sombra después de mí Habrá que crear de nuevo la rosa…
inventará la antiquísima leyenda? “Ocho ciudades” (fragmento), Ábrara.
Arriba, la luna, observa nuevamente…
Ábrara
Puente

Berlín-creacionismo Kama Kamanda, descomunal torre de versos,


(El 2 de mayo de 1945 la tropas soviéticas tomaron Berlín me invita a la Bienale de Poesía de Luxemburgo.
poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial y con ello a la
amenaza que Hitler representó para el mundo. El tirano se había
Una sirena atlántica aúlla ausencias (por que sí),
suicidado cuatro días antes. Existe una fotografía del poeta pero hay un puente, siempre hay un puente.
chileno Vicente Huidobro entrando a Berlín vestido de militar.
Habla por un teléfono arrancado de los escombros y el texto
Crepita la sagrada masa
debajo de la fotografía es el siguiente: “Haló, aquí Rodrigo Díaz en sus entrañas de azufre retorciéndose,
de Vivar… todo abatido”.)
horno de dioses.
La energía es una culebra que vuela,
Aquí, en frente, está Berlín. se alarga sobre los músculos del agua.
Ya no está enfrente, Hay un puente sobre la sal azul

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Roberto López Moreno Meteoro

y un abrazo ignínato Presentación de un libro de Claudia


que suma en el espacio
en el que la poesía se sustancia Vemos cómo la escritora mexicana
fogarada desciende de un vagón del metro de Bruselas
en cumplimiento puntual de su trabajo. (de aquellos angostos vagones
Ábrara de color amarillo, recuerdo),
en la estación Brugmann,
entre las estaciones Stugvembergh y Heisel,
Plumisierpe de Luxemburgo después de haber seguido de largo
sin -como lo había prometido en uno de sus poemas-
Avanza el óxido sobre el acero haberle cortado la cabeza a Leopoldo II
ratificando la edad de la llama. lucidor de su nombre de asesino
Desde la epidermis alfabetizada de la piedra apenas cuatro estaciones antes.
—dogma nómada sobre la zal asul— Con el pretexto de las nostalgias
fucila el sobretiempo en una flor bilingüe este libro está lleno de bellísimas metáforas
que las manos del autor hacen liturgia. y aunque el megaterio quedó petrificado
Aguilar el metal. Serpear la imagen. Hábiles manos hábiles. varias estaciones atrás
Nuevos signos y el mismo, eterno, aquí, en Bruselas, partícula del mundo,
el arquitecto integrándose en 33 facetas y el silencio en medio, la luz sigue más viva
vibrando, y más tinta de Claudia.
creando tensión en el espacio, Inédito
carga divinizada, ahí,
en los jardines del Castillo de Beaufort,
en donde las siete caras de este cuerpo hablan al sol Gloria en la tierra
desde sus potencias interiores.
Plumisierpe de Luxemburgo, Juan Crisóstomo Ruiz,
metal aguilardado en donde ahora también estamos, por qué tanto amor a la deidad
…después del mar. si tan el hombre al aire,
Ábrara por qué tanto al aire

348 349
Roberto López Moreno Meteoro

si tan de la carne el ala. Pushkin descansa


Dale un verso al pecado, (fragmento)
vuélvelo no pecado, gratia plena, …y la cosas suceden con eco lejano
soba, lame, sorbe, que a veces nos invade
para hollar la sintaxis del ojo.
toca gloria con los dedos, José Díaz Cervera
con la punta de la lengua del lenguaje,
conviértete en el Ser Supremo de ti mismo. Escribía el organista viajero
Si tú te dices ven, déjalo todo, y mandaba otros sobres y cruzaba el mar-los mares.
y pasa a saludar amigo Y así Puschkin
al encerrado en su daría celda en los colores agrestes de Chapingo,
de la Rue Marivaux, en el perfil mineral de la Isla negra,
y bailen con Leopoldo y con Herrera en los verdes borbotones de los pasos perdidos,
la danza de los fieles demonios, en grietas guayasaminescas,
entre huríes y odaliscas, más allá del ábrara de los 100 años
bayaderas de vientres ondulantes de soledad de la víctima,
y sedas y licores yemenitas, más acá de Comala y de los errores.
entre piedras coruscantes de las arcas de Ormuz, Pushkin y el disparo en el pecho,
que prontos y saciados y saciándonos Pushkin y el asesinato que lo asesinaba.
estaremos estamos en la herencia. Pushkin y su abuelo negro
De cada rondana del fuellante tizne en el interior de una cueva vegetal de Chiapas.
haremos renacer cristal y cisne. Suave humedad y nuevo mundo.
Ábrara
También del romanticismo
se nutre el relámpago.
Ábrara

350 351
Del libro E=MC2

De andares

Mis primeros zapatos formales


en la ciudad de Huixtla
don Nicolás Arciniega,
foja 133 frente y vuelta
y 134 frente.
Eran unos zapatos de cinta tinta
con copia al carbón y paso
apenas por enterarse.
Quizá fueron intuidos para entre brasas,
pero intento trascendencia a los deméritos.

Piedra de Huixtla en Xochicalco


A Gustavo Gálvez Kobeh

Juego de paralelas
frágiles (fatalizadas) al destino de la curva sombra
para accionar el litos
desde-hacia dos alturas:
la que mide la masa, energías verde… azul…
desde el vertiginio puesto,
(secante dorada en medio de los dos océanos,
húmedo y largo labio de arena)
y su mínima cifra

355
Roberto López Moreno Meteoro

en las entrañas del estrépito, capturada Dinamo


a dos mil metros sobre el nivel del mar, A Héctor Saavedra
en una parte del cuadrángulo cercado,
coordenadas y meridianos en ocio pleno. Es una brasa del agua,
La curva sombra una brasa del aire y de la tierra,
fusiona las dos piedras que son la misma: un brazo con la piel del árbol,
la que quema, arriba y clorofila, leño que quema y recompone,
y su minúsculo reflejo narvarteano. que hace luz,
que hace la hoguera
con la bandera lumbre
Canta José Luis Caballero del sonido y puntual el tiempo.
Cuna del himno, es (astucia del barro)
Método de Möhr electricidad
relato ortogonal con el ligero roce de los dedos.
inercia en translación Por las seis arterias que la instruyen
tensiones fluye la vida.
para cantar el corazón cantando
geometría sonido
desde eje centroide Equipotencialidad en el parque México
corazón del corazón en rotaciones
Voz Vez Veces Voces El poeta Arturo González Cosío escribió
vibra un poema tensando desde su núcleo atómico
tramo de seda los cuatro elementos convertidos
lapso puente tiempo en levedad y rama sobre el Parque México.
construcción reconstrucciones Cada línea de tensión propuesta recibe y produce
resistencia de luces una descarga en el espacio en una medida igual
y recuerdos (neblisombro) a la del verbo como fisión de la energía A-rturo.
líneas finitas infinitas La operación entonces es
Cantan. A X 4 direcciones vectoriales = materia, que

356 357
Roberto López Moreno Meteoro

en el verso González, vascular se asume siendo ya, lo que va a ser,


a la curva sin término. Y late. por lo tanto, lo que ya es para ser.
González Cosío cierra su poema. Hay palabras más sencillas para decirlo,
pensamientos mayormente lúcidos
que han construido los signos necesarios
Anecdótico para la develación,
de Lezama a Christoph Rudolff;
¿Qué es Ábrara?, de 1525 en el signo,
me preguntó inquieto a Trocadero XX en el verbo.
un joven poeta. Y otras cosas.
Es el principio del principio, Ah, las eternas intersecciones entre tiempo y espacio.
Iba yo a abrir…
lo que sin ser aún
ya es en, y por lo que va a ser… Abstracción. Gira
iba yo a abrir… was bleibet aber, stiften es die dicter
De pronto, F. Holderlin

el ángel obeso que nos escuchaba


se adelantó: Sólo lo creado por los poetas
“es el rayo de luz permanecerá sobre la tierra.
impulsado por su propio destino…” La imaginación en el juego a los relativos
y se acomodó tranquilamente inventa y establece
en el enorme hueco y da la vuelta al mundo con el soplo, lo gira.
que le había hecho a la tarde. (aroma de las estrellas reflejos
del poderoso grano). Ábrara.
Todo ha de pasar por el filtro. Si no, no.
Radix de Ábrara Cualquier representación de la realidad
tiene que trascender a través del tropo,
En distintos trances lo he mencionado: fenomenología
Ábrara: trasladada al signo,
El segundo anterior a que sea, salto de lo que es, al código.

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Roberto López Moreno Meteoro

Si no, no. en cuyo centro tirita el alma ludita.


Gira, abstracción. Gira ¡Tanta concavidad en medio de la incandescencia!
1X1 = 1+1 = 0
¿Operación del vacío en medio de la llama?
Tropología ¿Sólo el resultado del absoluto ludismo cotidiano?
¿Tan solo tan corriente cosa?
Tropólogo inveterado intentaré, una vez más, Anabecedarismo.
por medio del método de superposiciones Rotor M-O., repele bono Z.
capturar el espacio intuido entre la materia
y el estado de inasibilidad.
Abre el procedimiento 1.e4 1.e5… Águeda
El tropólogo se fustiga en su caos de fractales,
se apoya en su Curva de Koch conceptual. Inicia el rito.
2. Ac4 2. Cc6 3. Dh5 3. Cf6… Brujos, físicos, videntes, magos, hechiceros, nigromantes,
Entropía sometida al cálculo. han sido convocados como testigos del puntual encuentro.
¿Si de la célula saltara a la dinámica de la molécula? En el primer receptáculo: el tiempo.
(preparoxitonía aguda) y de ahí a la del átomo?… En este otro: (¿?)
Volvamos a la posición 3. Dh5… Alguien me dice al oído: “también tiempo”.
El siguiente paso (inverso) sería el electrón medido en yoctogramos Entonces, ¿cuál es el secreto de la aleación
(cuatromillonésima parte de un gramo) y después, su antes. si se trata de una misma sustancia sobrepuesta?
¿Y si las negras no respondieran: 3. Cf6…? Suspenso.
“El rayo de luz impulsado por…” Oficia Águeda en el centro del dodecaedro.
Las negras responden 3. Cf6… En la primera ánfora las cifras tiñen oro,
4. D x Pf7 #. en esta otra, suenan a novedad tintando verdes.
hay dos fuerzas: se aproximan, se reconocen, se imantan;
las dos son tiempo.
Rotor M-O Un poder de poderes se ata y se desata…
se reacomodan las constelaciones…
La hoguera de electrones …y un frágil clavecín en medio.
produce un ángulo de reflexión

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Roberto López Moreno Meteoro

Señorita y niña desde lejos como producto del cálculo y la astucia.


El ser fue multiplicado por millones
Muerto ya el cadáver de Celia María Dolores, y la luz subió a los cielos y descendió planeta
La señorita Etcétera y La niña de la hipotenusa y se repartió entre los todos.
atisban por encima del hombro de los dos mil; Descendió para ser multiplicada por la masa,
una grisura cuadriculada macula los vértices. entre la masa y el pesado peso de las buenas conciencias.
Abre los brazos en cruz Euclides, No se conocía la velocidad de la luz,
y una conflagración de vectores si lo hubiera visto
se le clavan en el pecho. Marcos Cipac,
Abre su libro la hechicera Marcos Cipac de Aquino hubiera muerto
y en la siguiente página de atonitez suprema.
apura asfixia entre sus pócimas
que no huelen a sumas ni multiplicaciones.
Tomadas de la mano Sombra/luz/sombra/luz
señorita y niña tantean el espacio, ahora A Ana Padilla
la niña se mece en el etcétera,
la señorita se ciñe la hipotenusa. De la densa oscuridad, la misteriosa, la insondable,
Del sur son ambas, del bastante sur, surge el inesperado hecho de luz
hijas son de las más largas y mortales lejanías. asombrosa aparición desde el seno sombro.
Estallido.
Y no,
Hipótesis de Cipac tensión eléctrica de la educada mano.
Carlos García Estrada
Marcos Aquino, administra el óscilo voltaje.
Marcos Cipac de Aquino Después del hecho luminoso
fue el primero (sin saberlo) en medir la velocidad de la luz, (hoy/enero 2009)
300 millones de metros por segundo; Carlos desciende de su luz a la densa oscuridad…
sus vernales cerdámenes lograron al seno sombro…
el milagro de tal desplazamiento. allí repetirá el prodigio.
No había fórmulas para medir, después vinieron

362 363
Roberto López Moreno Meteoro

Negro van a despejar a X, esbozada


detrás de beligerantes molinos de viento.
Llegada y principio,
cuna y su eminencia galilea,
hondo y desde lo hondo Si le quitáramos la yugular…
así como profundo y desde lo profundo.
Todo del nada más el todo del todo. (y no existe “nada”). Si le quitáramos la yugular al exponencial
Hasta donde cierra el periplo ¿qué repercusiones tendría en el universo?
después de haber partido de hasta donde llega, Los acunados en cuna macedonia
imán de radiaciones devorante, ¿Sólo cuantifican sin el compromiso con la arteria?
equilibrio perfecto entre absortancia y emisividad, ¿Entonces existimos dos mundos, uno de piedra y otro de
el gran imperio de la irradiación infrarroja, [lágrimas?
deidad de lo absoluto de la que toda luz nace, ¿Entonces más por más da nada?
castillo del misterio, Asúmanse, ciegos que han ayudado a ver ¡Inconmensurables!
dador vibrante, Ni amados ni odiados, nada más ciegos más su prestigio.
plano sensualizado de Beatriz. A lo lejos, el herial, labrándose,
Sombradante. Abradante. ¡Halan mulas!
Salvan o matan desde su aparente inocencia.
Desde su no compromiso.
Operaciones Desde su metódico trabajo exhaustivo
dedicado a fulgurarle brillo a los guarismos
El matemático suma: 2+2=4 dentro de las prefijas, estrictas, anteojeras
El poeta suma: 2+X= Infinitos. que les dio la vida para su celebridad eterna.
Es cuando el compás se abre
desbordando la rigidez de la escuadra
y en las áreas que circunda Con sentido del tumor
—relámpago y latido—
vuelven a cabalgar hidalgo y escudero Hombre de cifras duras,
en pos del eterno misterio. gracias por ponernos a hervir el mundo,
Cabalgan… sacerdote de la observación,

364 365
Roberto López Moreno Meteoro

sin mayor compromiso que tu método, De cualquier manera, al final,


hijástranos con tu Ley de Hooke, fuera de la caja de Schrolinger,
con tus rayos catódicos y osciloscopios. un cisne negro nos espera.
Desde tu cuna aristotélica, desde muchísimo antes,
empezaste a alimentar los ejércitos, y las astucias,
hombre de cifras duras. Intermitencias
Lleno de fórmulas y simbologías
como cuando Hermes Trimegisto, En la calle curva,
te contemplamos hacer y nada hacemos justo donde se juntan las dos aceras,
porque nos convertiríamos simplemente se han encontrado Newton y Mozart.
en la “sagrada” inquisición de los ignaros. Destellan los ambos casos.
No inmoral, amoral solamente, y eso es mucho, Se reconocen, se abrazan,
búscale a los poderosos nuevos planetas se sientan frente a frente
y a los no iniciados ni acaudalados en el interior de un cafetín vienés. No conversan,
déjanos aquí, a que este incremento ambos dibujan sobre la mesa los monstruos enloquecidos
de masa en rotación multiplicada por angustia [de Goya.
nos quedemos a apagar la lumbre a sombrerazos. Los periódicos del día
anuncian el descubrimiento de nuevas ecuaciones,
informan también que la bomba atómica
El gato de Schrolinger acaba de hacer añicos dos ciudades
con sus miles de breves vidas que ahí eran.
Dentro de la decoherencia cuántica 06.11.45 140,000 09.11.45 80,000
hago un verso mientras el gato muere. (muchachuelo y gordo se dan la mano)
¿Y si el observador abre la caja Newton se levanta pesarozo, se va, a su soledad,
y el gato está escribiendo? a escribir sobre un albo pentagrama el Requiem de Mozart.
¿Exigiría la pistola de Hawking Amadeus no se mueve, permanece en su sitio,
y que me disculpara la “interpretación de Copenhague”? para contar a todos como fue que
Mejor sin dispositivo ni caja ni gato, vio caer la manzana hasta el suelo.
prefiero escribir de Sibelius, del cisne de Tuonela.
¡Qué gran diferencia entre cisne y virtual gato de experimento!

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Roberto López Moreno Meteoro

Zapato y perro

Los zapatos caminan sobre el piso,


cuando lo hacen por el aire
alcanzan una fuerza que se representa: La niña voltea hacia el espejo y adivina
E=mc2. o cree que adivina la metáfora,
El desplazamiento traza un arco luminoso el píloro de la abstracción escrita.
hacia la sombra como blanco, En la base del rectángulo vitrio
su trayecto es ira multiplicada, apenas se percibe, con letras diminutas,
determinado por huérfanos y viudas. la marca del espejo: H. G. Wells. 13 de agosto. 1946.
En estas condiciones la definición de la sangre es Varias mulas de tiro pasan por enfrente.
“el cuadrado de la velocidad de la luz Ninguna voltea a ver su obstinado rostro en el espejo,
que impulsa la masa desde la ira”. ellas siguen halando indiferentes entre sus anteojeras, por
En el espacio quedan vibrando imagen, y un sonido: [sistema,
¡Perro! hanchas en su novedante y creciente prestigio de
Puestos a recorrer los vértices del planeta, las coordenadas “mulas jala-fuerte”.
del cosmos y la mente. Ellas en su oficio.
Muntazer al Zaidí ha escrito la ecuación Trillan el trillable segmento hacia adelante,
sobre una esquina de la página 2008. trillan…
hacia adelante… nada más hacia adelante…

La niña y el espejo
Frente
La niña que lee versos deletrea a Holderlin:
Sólo lo que pueden ver los poetas ¡Detengan a la bestia!,
sobre la tierra será… claman las venas de la planta,
A un lado, sobre un espejo rectangular las vértebras del aire,
alguien escribió con lápiz graso: las preñadas heridas de la tierra.
Un estremecimiento recorre
el sistema circulatorio de los relojes.

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Roberto López Moreno Meteoro

¡Detengan a la bestia!, principio de El Quijote, nuestra obra madre en español, inicia:


“En un lugar de la Mancha (ocho sílabas) de cuyo nombre no
sed de sangre la lanza demente quiero acordarme” (once sílabas). También se estableció que
a hollar la luz donde se acunó la vida. si el poema era de una sola línea podría ser alejandrino (14
sílabas). Respecto a los menores de ocho había entera libertad,
Cómo pudo nacer tal monstruo
de uno a ocho hasta dónde se pudiera establecer una idea. El
de la pródiga matriz de la noche, proyecto era casi perfecto, sin embargo, pronto hubo diferencias
de la saludable respiración del día; en el seno del grupo laconista. Las referencias métricas, eran
un esquema, nada más, una sugerencia de punto de partida,
únanse la flor y el pensamiento para detenerlo, dentro del que deberían trabajar los poetas con toda su libertad
el perfume, y el aullido aterrador de las troyanas, creadora. Se trataba de usar el recurso como referencia de
acción no como guillotina. Así un poema de frescura lírica,
el canto, y las tablas civiles de Hammurabi, “Palomita blanca, palomita azul, ya seremos tierra, yo, tú.”,
el beso del amor y Sócrates, y Bach, y Martin Luther King, y escrito por nuestra compañera Flor Mendoza, fue desechado
sin mayores remordimientos. Porque existe una antigua regla
[el viento.
en la versificación que apunta, que en un verso acentuado en la
¡Detengan a la bestia!, última sílaba, cuenta por dos en vez de una. Entonces, la de once
a la sorda, la ciega, la brutal, la babeante, la bárbara insaciable. les salía en 12 y la de ocho en nueve. Tal absurdo fue aplicado
tajantemente. Los poetas de antaño se dieron esas licencias para
(La naturaleza también pare sus monstruos). poderse expresar mejor y que la métrica creada para ayudar
Detengan a la bestia el beso del amor, lastimara lo mínimo la idea que querían expresar; ahora, “siglos
después” esas licencias para facilitar la expresión, torpemente
y Sócrates y Bach y Martin Luther King y el viento, son utilizadas para limitarla (los correctores de estilo se imponen
las venas de la planta, a los poetas). Quizá tan absurda discusión continúe, porque se
han vuelto posiciones irreductibles, pero algo es cierto, que con
las vértebras del aire, todo y ello, el Laconismo también continuará. En seguida, una
las preñadas heridas de la tierra. breve exhibición de esta propuesta.

Laconismo El evangelio según el laconismo


Versículo 1
Con el apoyo de un grupo de amigos poetas en el 2012 logré hacer
realidad un proyecto que vivió en mí como encendida ansiedad,
la creación de la Poesía Laconista. Se trataba de la realización de La palabra sobre los muros se vuelve sangre.
poemas breves que pudieran escribirse en las bardas y convertir
a éstas en las páginas de un gran libro urbano. Para partir de
referencias formales pensé en que cada poema podía constar de dos
versos en el orden en el que fueran, uno de once sílabas y el otro
de ocho para crear así una poderosa dinámica fusionando el verso
culto (11) con el verso popular (8). Se trataba así de una propuesta
de gran vitalidad. Se contaba además con un hecho contundente: el

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Roberto López Moreno Meteoro

Poesía Eco
in xochitl in cuicatl
…Y soy.
Xochitl uchitelnitza
Flor maestra
Dolores

Tlazocamati cipactli Patriaaaaayyyyyyy


Gracias inicio

Nehuatl nimitz tlazotla xochitl itlanezi Con la equis


Te amo, flor del amanecer
Sobre un muro de sal gravé tu nombre
México… ¿sigo creyendo?…
Abroba
Aurora
A mi maestro de ruso,
Prof. Jorge de la Paz (q.e.p.d.) Crimen perfecto

Я имею в виду Доброе утро, любящая искру Si me quieres matar déjame vivo
Quiero decir buenos días, chispa amorosa y no habrá muerto más triste.

Poesía II Homenaje
“Quiero caerme y me sostiene un beso”.
“Sinfonía de la sangre”; Juan Bautista Villaseca.
el sol en verbos se levanta y arde.

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Roberto López Moreno Meteoro

Aseveraciones Candela perpetua


En la perfección, el mármol.
La imperfección es voltio de la carne. M t c l e c s
e r a a n a í
e o r d t t l
Laconicus n e c o r o a
A mi maestro de latín, Dr. Tarcisio Herrera Zapién c n e o e r b
u o o o o c a
Non es ira super iram mulieris e o o o o e s
No hay ira mayor que la de las mujeres n o o o o o o
o o o o o o o
hodie mihi… crabas tibi…
hoy a mí… mañana a ti…
Estructura

Danzas I En catorce escalones, piramidal tragedia.

Rita Cifuentes González,


Sur que danza los sueños en el aire. Tepochca

Y el pie que camina y el alma que anda


Danzas II entre sinos y esmeraldas.

Rita del Carmen Cifuentes


Sur que danza poemas en las mentes. Memoria

Aquí tuvo su fin un universo,


Danzas III perfil de obsidiana adverso.

Danza la danza danza de sí misma…


gira… mundo… gira… gira…

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Roberto López Moreno Meteoro

Afirmación Minucias

¡No! Soy poeta laconista,


nada en la galaxia, sólo una chispa.

Del sistema
En la muerte del poeta Marco Fonz Sin petición de chiche

Poeta solitario ¿cuál tu trofeo? Palomita blanca, palomita azul,


Una soga para el cuello. vuelo seré, luego, polvo en su quietud.
¿Seré cerceno incorrecto como tú?
Licencia lisiada, lesión de la luz?
La muerte del poeta Acartonado recurso, ya no tú,
acomodo del número en mal augur.
Ingenuos, no fue suicidio, fue asesinato. Siglo XXI mocho, no, ya no tú.
Palomita blanca, palomita azul,
Ciñe el vuelo perfecto, sé once y Sur.
Peticiones dolorosas Inédito

Ya no llores más poesía,


no podemos lermar tanta amargura. Ligerezas

Trovas
Avante Los serventesios rebozantes de cervezas
gemían y cervanteaban melodías
Una pantaleta al aire mientras empuñaban la lira
heroica bandera de la especie. que se les caía desde la décima primera
hasta la séptima altura
amarrada apenas con seis hilos
que le daban vueltas

376 377
Roberto López Moreno Meteoro

a la garganta herida de plurales a singulares modos que oyó a Avilés Fabila,


para no romper los ritmos convocados. al hombro corno lúcido
Los serventesios lloraban… y cítara tranquila
Lloraron intercalados añora estereofónica
y empaparon la luna de los trovadores. consuelos de consola
La luna está mojada. de la filarmonía
y anémica y anímica
las orejas afila
Décima tónica exasílábica y paroxítona la niña fonofílica
con cuarteta filípica como epílogo que oyó a Avilés Fabila
Décima tónica, al hombro corno lúcido
vértebra esdrújula, y cítara tranquila.
rápida brújula
estereofónica.
Su ala sinfónica Equilibrios
mese y hamácala, En justo repartimiento
funde la trácala, y en equidad democrática
no oigas al místico: a quien Dios negó talento
“¿Se agrega un dístico? le dio en cambio la gramática;
¡Fúchila! ¡Guácala!” igual que en el caso aquel,
mirado no tan de lejos,
“¿Rutila? ¿Rútila? en que la memoria es
¡Guácala! ¡Fúchila!” presunción de los pendejos.
No oigas al místico, Inédito
funde la trácala.
bc
A Marianina
La niña fonofílica

378 379
Al inicio de los “setenta” un grupo de pintores se reunió en el domicilio
de Francisco Zenteno Bujáidar para crear el primer núcleo de lo que
después fue conocido como el movimiento Tepito Arte-Acá. La primera
exposición colectiva bajo este nombre se realizó el 18 de octubre de 1974, en
el 134 de la calle de La Libertad (la que ya no existe). Desde ese entonces,
R.L.M. se entregó a la tarea de crear lo que debería ser la presencia de la
poesía del “Arte-Acá”. De esos años data Acá López, tú, el nosotros, el
primer libro escrito integrando el albur —forma de esgrima lingüística
muy de nuestros barrios— al discurso poético. El libro fue publicado por
Ediciones Corunda. H. Pascal, hasta octubre del 2012. Aquí, unos cuantos
poemas de esa obra que dio así nacimiento al seudónimo de ROLOMO.

La muchacha de acá

Esta era una muchacha


que andaba en muchas camas
y seguía siendo quinto
acá
(sin hijos, sin ojos, sin hojas, sin ajos)
acá nunca la abrieron
nunca la aventaron sobre el fuego
lo tenía bastante duro
dicen los que la conocieron en el catre y en la vida
que candado era su alma
que hoteles desiertos
como esos de arena que se encuentran en los mapas
con dos adentro y nadie
uno en uno a mil y nadie
me cae
si
el recuerdo hasta las ansias

383
Roberto López Moreno Meteoro

moriré de morirme silencioso de este ver gatos


y seco en cada zumo
y todo de tus palpitares
aquello era una muchacha y yo también,
que andaba en muchas camas cuando te veo, palpito.
y seguía siendo quinto Quema Marías
acá nunca la abrieron el grosor de esta pluma
tan duro que hoy te perdona
era su corazón las heridas,
una piedra la del alma
tirada sin respuesta y la del cuerpo
en uno de los tiraderos de la colonia que son
en donde decimos que vivimos. la misma
honda… honda…
¡Que onda!
Quema Marías
Jimeneada a Armando Jiménez
Ten trapito
Quema Marías
el grosor de esta pluma Niño de la calle
María del aire que no calle
María del mar tú
María del fuego hambre a la intemperie
María de ésta la que coge
tierra el frío
que se alarga y se en por la pescuezona
coge como nunca suerte gruesa
recoge, como finalmente siempre hay les va la mera neta
la intención incendiaria niño de la calle

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Roberto López Moreno Meteoro

con la jerga Pinches pochos dicen yes


como bandera adelante
frente a los cristales I
anuncia
al ojote del ocaso Pinche pocho eres
ten por ojo dices yes por sí
ten por gacho las moscas
ten de estos caracolitos te sienten
—y mostrándole la jerga— Caca Grande Special
ten trapito por hablar en ínglich
que la lengua se te haga
chicharrón pinche
Chiras Pancho tan pocho
ojitas sueltas como tunas
La luna con el frío hicieron chiras no son cuadernos
acá abajo de lo acá
tu y yo ya cuando enchuecas la mazorca
sábanas cual si niño cuando mama
del frío entre tus piernas me das sueño
ni la luna ni yo pocho Pancho
y como tú y yo ya no mameyes
sábanas siendo tiempo de aguacates
paquetes de hilo me sopesas
cuando chiras la tristeza calla
pelas porque muges chueco
pocho
que huyes
y que escapas

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Roberto López Moreno Meteoro

que te pelas tan roquito


a lo pelón con suelas roquitito
de hule clavadas quititito
en el frío de la acera. que en peladas
desdobladas
II calles hablas
para presumir de culto
Acá somos cuadernos para presumir de culo
tú sólo ojita suelta de culebra que habla inglés
acá mordemos la cal de cada esquina pocho Pancho tan pinchito
de cada hueso ayudante de cocina
tú te muerdes la lengua que hecha bolas ayudantito
acá nos repapalotea veri uel
la vida pinche pinchito
a ustedes les pasa sin quedarse panchitito
acá somos la calle oscura que sonríe
desportillada nuestra y dices yes.
jipi “verde” eres tú.

III Historia de un poeta


(Cuando se fue, me hablaron sus
zapatos viajeros…
Pinche Pancho tan pochito
Juan Bautista Villaseca)
ahí te va la santanera
a los pinches pochos Aquel poeta que conocí
es la boa acá en su universo
a los pochos Panchos dé
es la boa verbos
a los Panchos pinches y botellas de ginebra
es la boa rotos
pinche pocho en la acera sé

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Roberto López Moreno Meteoro

dolía El gandalla matolo y comiolo


aquel poeta (Para Lirilón Munguía)
untaba la piel del pie
en la tierra de él Este cuerpo lastimado
piso a medias
el recuerdo calles que se enjutan
de aquella vez en que a cambio de un libro que se ensombran
le regalaron y nos nombran
un par de zapatos nuevos pendejos
para qué este cuerpo es nuestro
y que pisara con otra piel cuerpo
el mundo por el que nada
le quedaba grande hacemos que hacemos
aquel par y naranjas dulces limón
nos detuvimos en un basurero partido este cuerpo
y retacamos los espacios que nos matan
ociosos y nos comen
con papel carbón las pulgas
usado del me vale
el verbo del poeta madres que nos lloran
empezó a caminar este cuerpo
desde entonces carne de su carne
cada poema suyo milímetros ay dé
original amor
y dos polvo y cascajo
copias a la nostalgia. abandono manjar
para las tasrra
mi cuerpo

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Roberto López Moreno Meteoro

nuestro cuerpo la espiral te regresa al mismo


a medias calles punto
y al final y aparte
Juanita un escalón más arriba
polvo pero todavía estás
sombra acá
nada… el danzón
la chavacana pastel
la panza agujereada
Plagio el puñal y la poli
(A Dámaso y Ninón) el pecado y el cura
madres
Mambo de sus hijos
que rico el mambo. las ruedas de los coches
mambo y las rueda de adioses sin adioses
que rico eee. rehaciéndose
reconstruyendo
sus pañuelos blancos
Gurvai en la
sal de las lágrimas
Ái nos bemoles y acá yo
vuelta a hacerme en la espiral
buey con la pluma en las manos vuelta a hacerme
mas no buey con la pluma en las manos
sé y tan tan.
cierra el círculo
si puedes
que al fin dé cuentas
rodando

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Una breve muestra del libro Parajoda, últimas consecuencias
de nuestra paradoja, de ROLOMO. (Inédito).

Adverso

Pasó el enemigo;
al percatarse de aquel esqueleto esperando
que modosamente permanecía sentado
a la puerta de su casa
externó una triunfal sonrisa.

Parajoda

Al nacer,
su madre murió de parto;
él quedó grave,
perfectamente enfermo de vida.

Las batallas del Peloponeso*

Los pájaros arreglan el día desde temprano,


lo platican, lo acomodan
y lo dejan en nuestras manos.
Finalmente hacemos de él una servilleta

* Título caprichoso que no corresponde en nada a la esencia del poema. Ex-


traño gusto del autor.

397
Roberto López Moreno Meteoro

y al caer la tarde “mardis longtemps vacants”.


lo tiramos S. Mallarmé*
al traspatio de los calendarios. al norte pongo la luna helada
corro las cortinas
igual que el telón de un teatro
Imitando a un poeta de éxito soy un buey de sombras.
de mi país y de este tiempo

La noche es un gajo negro Pohemático


por la ventana
Nota Anaxágoras Papadópulos realizó en el siglo pasado minucioso
asoma sus ojos profundos
estudio acerca de la poesía dórica o doria y sus concatenaciones con el
el vidrio es una red universo mágico de los habitantes del lejano oriente, cuya cultura dio
de anteojos cristalinos lugar siglos después a la deslumbrante cultura helénica y más tarde a la
grandiosa aventura latina.
la noche azota su misterio sobre él Basado en ciertas investigaciones realizadas por Papadópulos, el
adentro hay un foco sobre la mesa lingüista Henry Morphy, ha incursionado en el campo literario latino y
en sus indagaciones logró encontrar, en los anales del convento de una
sobre las paredes del cuarto antigua población italiana, Macerata, localizada a orillas del Adriático,
sobre el insomnio literato los folios del “Capitulum di Annum Alecrem”, primer documento del
latín escrito, muy anterior a las fechas en las que fueron dato público
la azucarera me dice que sí los poemas de Ovidio, Catulo, Virgilio y otros importantes poetas de
es una flor que estalla luminosa la lengua del Lacio. Algunos sabios aseguran que estos textos fueron
su agarradera de metal escritos en Gallipolio, ciudad ubicada en los litorales del Golfo de
Tarento, en el Mar Jónico.
se despedaza en brillos Henry Morphy ha estructurado todo un catálogo, con un apéndice
“I counted the lights”. fonético, que bajo el título de “Grammar and Poetry of Yesterday Latin”,
pretende ordenar todo el proceso filológico que se desarrolló entre la
G. Stein”* expansión de los etruscos y el mandato de Carlo Magno, protector de las
la sal el azúcar son cucarachas blancas letras durante su reinado (fue coronado en el año 800 por el Papa León III).
En esta investigación Morphy ha encontrado, entre otras cosas, las
amontonadas guías que explican las fuentes semánticas de los trouvéres y troubadours
en sus respectivos continentes franceses y muy especialmente de las expresiones líricas provenzales,
así como de las primeras lamentaciones visigodas por la caída del Rey
nadie habita la hora de ahora
Rodrigo, mucho antes de que floreciera el idioma español con el dominio
porque hoy es ayer sin mañana público del poema del “Mío Cid”. Entre los documentos manejados
por HenryMorphy, cuya veracidad fue sancionada por un cenáculo
integrado en la ciudad de Ostrava, se encuentra un pergamino firmado
* Citas tomadas de un título de un poema de Homero Aridjis. durante la Edad Media por el escolástico Césare Carissimi, fuente que

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Roberto López Moreno Meteoro

al parecer también tuvo en sus manos el maestro Anaxágoras Papadópulos. que el mármol transparente—: “tuércele el cuello al cisne
Parte de este material fue discutido durante el Concilio de Trento celebrado
entre 1545 y 1563.
de engañoso plumaje, y después, aquí, en el oscuro seno del
El pasado invierno tuve una entrevista con Morphy, poeta polígloto, río más oscuro, no moriré del todo, amiga mía”.
en su estudio de Seattle, en ese entonces una ciudad sitiada por la nieve.
Hombres necios que acusáis: “dolor, ¡qué callado
Morphy. Entre tragos de cogñac y té humeante, me informó su decisión de
traducir al inglés y posteriormente al francés, alemán y español los poemas vienes!, ¡juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver”.
que fueron fundamentando el latín que después llevaron los emperadores y Sabia virtud de conocer el tiempo a las cinco en punto de
soldados romanos hasta el último rincón del mundo occidental de entonces.
Morphy, personaje de una altura descomunal, epidermis cetrina y unos la tarde.
enormes anteojos montados sobre su inconfundible cara de momia, ha Tacón de reciente andar, quién supiera escribir: “me
practicado la poesía en su idioma natal y es un apasionado propagandista de
la obra del poeta inglés John Donne (“no me preguntes por quien doblan las gusta cando callas porque estás como ausente, porque
campanas, están doblando por ti”). escribes tu nombre con la equis que algo tiene de cruz y
No obstante la afirmación de Creepeal Simpson, quien asegura que
cuando el poeta deja de serlo se dedica a traducir del latín, del griego, o de calvario”. A decir me acompañe cualquier lirio morado:
bien del creta-mayanse, nuestro momifácico aedo-hurgador está dispuesto señoras y señores, aquí hemos terminado.
a llevar a cabo sus traducciones y traer a nuestros días la primigenia literatura
latina, para lo que cuenta con el ofrecimiento de una importante editora que
se dedica a publicar diccionarios enciclopédicos bastante conocidos en los P.D. En torno de una mesa de cantina hay días en que
países llamados del Tercer Mundo y en otras partes del planeta.
somos tan… hay golpes en la vida tan fuertes… ¡Yo no sé!
Este poema escrito por mí en el transcurso del vuelo de Seattle a
México, ya en plena primavera, es un reconocimiento a la labor de nuestro Qué enferma y dolorida lontanza…
carienmomiado investigador y poeta, de quien estamos seguros, que su
infatigable labor tendrá el éxito que merece entre las nuevas generaciones.

Inquiriendo
Mi amigo
(Reforma energética)
Momifaz
¿Cuál es el sexo de los ángeles?
hace versos desde atrás.
¿Cuántos ángeles caben en la punta?
de un alfiler.
Poema en tres párrafos Nada importa;
yo sólo sé que mi país
En un lugar de la Mancha, lleno de mí, sitiado en mi es una cueva de rateros.
epidermis, alzo hoy la voz a la mitad del foro —como la sed, ayer me robaron el tapón
como el sueño, como el aullido, como el llanto, más pulidos del tanque de la gasolina.

400 401
Roberto López Moreno

Destitulado

Poeta culto
que epigrafiaste tus malos versos
con buenos versos de Rimbaúd
usa tus versos como ataúd.

También se puede rimar de la siguiente manera:


usa tus versos como ató

402
Del libro inédito El libro proscrito, de ROLOMO.

Paideicas

Nadie dos veces en el mismo río


ha de bañar la cabellera hirsuta,
ni dos veces el mismo hijo de puta
le sostiene a la vida un desafío.

La materia es principio y es destino


ya que nada deviene de la nada,
aunque venga valiendo una chingada
un verso deshojado en el camino.

La vida no retorna, lo vivido


es un adiós de acento circunflejo
y nos pasamos haciéndole al pendejo
creyendo en un pasado redivivo.

Todo es mutable, el halo y su materia,


la regla no permite absoluciones,
por eso es que una punta de cabrones
se cuelga de la reata de la histeria.

¿Ahorcarse?, para qué, vana salida,


si el que todo rebulla en sus renuevos
es cosa de aceptar y echarle huevos
a las vicisitudes de la vida.

405
Roberto López Moreno Meteoro

Lo que fuego hoy es será ceniza, seré feliz porque dejo


por qué angustiarse, pues, por la secuela, un libro, un árbol y un hijo.
a mí el abuelo Cronos me la pela
aunque alegue el cabrón que va de prisa. Pero le salió mal todo,
pues por irónico modo
Hay filósofos que están por la agorera dejó al fin de su jornada
acción que has de seguir sin dar más largas,
cerrar los ojos, apretar las nalgas, Un libro muy aburrido,
…y esperar a que sea lo que Dios quiera. un árbol seco y torcido,
y un hijo de la chingada.
Francisco Liguori
Diálogo entre Liguori y Rolomo

Durante muchos años, los versos titulados “Inmoraleja” constituyeron el


La revelación
poema emblemático de Francisco Liguori en los banquete de la Hacienda de
Ocotepec del licenciado Saúl Uribe. En uno de ellos alguien pidió a R.L.M. (Respuesta a Liguori)
que improvisara una réplica a los versos de Liguori, que dentro de ese grupo
ya habían alcanzado la “inmortalidad”, eran ya todo un “clásico” para la
bohemia de la Ciudad de México. En ese mismo momento se escribió la Aquel amigo canijo
réplica, así quedó establecido el “diálogo” entre Liguori y R.L.M. que una vez tuviste, Pancho,
el que cayera en el “gancho”
del libro, el árbol y el hijo.
Inmoraleja
Aquel que en el entresijo
Tuve un amigo canijo no advirtió lo que era un “sancho”,
que leyó en un libro viejo que exoneraba muy ancho
aquel antiguo consejo dicen que decían que dijo.
y lo siguió muy prolijo.
Pero me cuentan, Liguori,
En su propósito fijo que el libro que se refuta
pensó, como buen pendejo, fue ceniza a posteriori,

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Roberto López Moreno Meteoro

el árbol, sólo viruta, Caminos cruzados


y que del hijo, a fortiori,
le nació un nieto de puta. Oler una vagina
es bajar el cielo al ras del barro
y después, dejarlo ahí,
A Gloria la de Huixtla perfectamente clavado entre dos muslos
de carne estremecida,
Si tu nombre lo llevas en las piernas, mientras nosotros ascendemos,
tentadoras promesas de placeres, contritos,
promesas nada más, sólo promesas, a la gloria.
promesas como a veces las mujeres.

Tus piernas y sus regios capiteles, Tres tercetas jimeneadas


dos columnas de Venus, sexo y brama,
dos torres colosales que contienen Este gallito tan chulo
la gloria que entre de ellas se derrama. con que tu afán entretienes
trátamelo bien, Jiménez…
Si tu nombre lo llevas en las piernas,
hermosas, tentadoras, dulces, tiernas, No es que envidie de Catulo
morenas como carne en nuestra historia, la tan florecida verba,
a mí me tuerces la jerga…
No te pido las piernas, no te asombre,
sólo pido besar tu ardiente nombre No mires con disimulo
y sorber las esencias de tu Gloria. el momento en que palpito,
dame tres y te repito…

(Consideración final)

Ah, rimas que piden “ulo”.

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Roberto López Moreno Meteoro

Colección hartopédica el cristal sujetábase a su oficio


en tanto que la noche caminaba.
De domingo siete
Afuera, la penumbra se alargaba,
…Y qué importa de dónde viene siendo besaba con su labio el frío del quicio,
la sed que ayer bebió sorbos raudales y el minuto prendido al maleficio
si asumieron su oficio los cristales en las mesas su lirio desmayaba…
sobre un atardecer de hielo ardiendo.
Es la noche que sueña y se agiganta,
…Y qué importan el dónde, el ando, el iendo, que se enreda a la imagen peregrina
si después del placer, acosos tales de la euforia que grita, ríe y canta.
crecen tanto en quehaceres avernales
que a lo pecado nos saldrían debiendo. Es la noche gozando de la espina,
cuando llora su risa la garganta
“Guadalupanos” hasta el Sur del hueso y florece su faz La Numantina.
libamos de tu gracia que hoy consagro. Cuando llora su risa la garganta
La sed terrible, el desajuste avieso, abrazada del poste de la esquina.

Escrito en el interior de la cantina La Numantina en Rivera de San


la angustia en punto, el alborozo magro; Cosme un 22 de diciembre de 1974. Cd. de México.
nos trae “Guadalupana”, todo eso,
a beber en tus fuentes el milagro.
Soneto anarcocolinista
(Domingo siete de marzo, 1993 en el diabólico centro de una espeluznante
cruda. Coyoacán. Ante la pintora Leticia Ocharán como testigo.
El azufre en candente y arda fiesta
Cantina La Guadalupana)
remueve su quehacer de horno maldito
y todo el que infernal vive en un grito
La Numantina
hoy al rebumbio de Satán se apresta.
Un murmullo creciente nos rodeaba
abrazado en la luz del artificio,

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Roberto López Moreno Meteoro

Los demonios, Colín, en roja orquesta, Si esta cuestión estimula


estruendan hasta el ardo desgañito, a reafirmar el empeño,
unos tocan trompeta, otros el pito, con una versión más mula
chupan y sorben de esa… y de ésta…
del geográfico diseño,
Feliz cumpleaños, hijo del averno, yo, que soy de Tapachula,
contenta nuestra madre, La chingada, terminaré de tuleño.
viene a frotarnos con alcohol el cuerno.
El incendio
(Célebre cantina de la ciudad de Guanajuato que Manuel Blanco,
No detengan el sorbo: Nunca y Nada,
Manuel Gutiérrez Oropeza y ROLOMO, descubrieron para la prensa
comprometámonos al chupe eterno nacional (y hasta la internacional).
y a apagar el infierno de una meada.

Si por efectos del vino


(En el cumpleaños de un personaje infernal, José Luis Colín, un 13 de
febrero del 2006 en la pulquería La hija del apache. Cd. de México.) sientes una hoguera adentro,
si la llama en ese centro
te llamare al desatino,
En ocho
no equivoques el camino
ni tu sino se empenumbre
“La Jalisciense” se llama
y cumple con la costumbre
en lugar de “La Tlalpeña”,
de buscar en “El Incendio”
así junta tal reseña
el alivio a tu dispendio
dos gentilicios de fama.
con manguerazos de “lumbre”.

En Tlalpan crece esta flama


pero es otro el santo y seña.
Desayuno clásico
Ya “Jalisciense” o “Tlalpeña”…
(Reunión con Homero Tobilla
bebamos… que se derrama. Virgilio Árias y el Prof. Edgar Robledo Santiago)

¡Con quiénes desayunamos!,


con Homero y con Virgilio,

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Roberto López Moreno Meteoro

quienes nos dan el auxilio Nieve de chimbo, exquisita,


grecolatino en que andamos. Si querés… un tu café.
Profesor Edgar, estamos,
en clásica repasada, Y así al pulsar a tus anchas
con la verdad despiadada el tenedor y el cuchillo,
de que a mí, pobre versero, serás voz en “Las Pichanchas”
entre Virgilio y Homero… tragón con mucho colmillo.
ya me cargó la chingada.

Banquetes y castillos
A la bodeguita
(Versos escritos en la Bodeguita del Medio Ni romana la licencia
en la Habana vieja)
ni de Platón el banquete,
Trimalción quedó en un brete
¿Barriga llena, corazón contento? de satiricona esencia.
Por el colmillo entra el sentimiento, Hoy la voz de esta experiencia
el estómago crece, el alma siente suma viandas, bebe vino,
cuánta dicha le debe al fino diente. para con debido tino
metafóricos poetas
luzcan en tandas discretas
Para un menú en Las Pichanchas pluma aguda y diente fino.
(En Tuxtla Gutiérrez)
De don Pedro loor y brillo,
Galán comerás mañana somos jengibre y Castillo.
el mejor menú de Tuxtla:
un tu pumpo con campana
y tus tostadas turulas. Caminante

Tu chipilín con bolita, Caminante, para un rato,


Filete “Simojovel” reposa el paso y recibe

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Roberto López Moreno Meteoro

la paz de Saúl Uribe se asomó la Timotea


en su pulque fresco y grato. por un cerrojo mundano,
Recibe fraterno trato y al ver como Feliciano
y este tarro bebe y vive. con entusiasmo que alegra
Si a la distancia proclive jalaba su “espantasuegra”
el horizonte te nombra, hasta donde Dios le dio,
di que te dio paz y sombra no pudo más y gritó:
la Casa Saúl Uribe. “¡No se vale mano negra!”.

Dos palindromeses dos Paseo por Tenango

Rusa, la ave se es eva, ala sur Primero Temamatla el Ayotzingo,


Ηο γοβοрим мир οβογ οη luego Tepopula el Mixquic
y cuando ya Tetelco…
te lo Atocpan
Petalerío y ¡Ahualapa!

Armando el gallo
Cervantino
Este es el gallito inglés, (Al investigador de Letras Latinoamericanas
de la UNAM, Carlos Cervantes Hernández quien
si con él no te entretienes, fue distinguido con la Cátedra Especial Rosario Castellanos)
reponle el pico y los pies
y mándaselo a Jiménez. Le debemos a Cervantes
de la lengua lo robusto,
Carlitos, no tengas susto
La manufactura aunque sí desde endenantes
nuestro idioma es un Procusto,
Con el calzón en la mano tú también eres Cervantes
y al aire por donde mea y a la lengua dale gusto.

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Roberto López Moreno Meteoro

Dimas sobre Michelle y Françoise Al poeta Óscar Castañeda Batres


o (Apasionado de la fiesta brava
Dimas vs Damas a quien Dios cogió confesado)
(Al poeta panameño Dimas Lidio Pitty)

Si Dios te ha cogido ¡Basta!


Al teléfono cuelgas lo malévolo, te diré por lo que queda
dime Dimas con gestos lo que gestas, que ese toro era de casta
prefiero que te cuelgues del teléfono y no casto, Castañeda.
y que no vengas a colgarte de éstas.

Biológicas
Fidelias
De muy jarocha progenie
El sindicato más chico un biólogo le explicó
—y eso ya todos lo saben— asuntos del ADN
es ese en que paradito a un mono del ADO.
solamente un miembro cabe.

A Alberto Elorza
Dos dísticos del optimismo (Autor del bolero “Tu ausencia”, quien presumía
en La Morada de Paz de tener un huevo de ónix)

Un par de buenas nalgas


En la Morada llegamos
siempre son una esperanza.
Alberto, a una conclusión:
si tu huevo izquierdo es de ónix
Un pene erecto
y el derecho el del Colón,
es el más audaz reto a la gravedad.
pues que tienes muchos huevos,
pero prestados… cabrón.

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Roberto López Moreno Meteoro

Gabriel Velázquez A don Mauro Jiménez Mora


(El que amenazó con irse a La Paz… (Periodista que en Acapulco inventó
y lo cumplió) la “Periloma”)

Ahora que te vas Gabriel Don Mauro Jiménez Mora


te despedimos con gusto inventó la “periloma”,
y que se te quite el susto es la cruza de un perico
pensando es destino cruel. con paloma mensajera
Serás feliz a granel que da mensajes hablados
y dueño de vastos bienes. donde quiera… donde quiera…
Ahora mientras te entretienes
responde a esta voz procaz:
ya sabemos que te vas… A Neto, Natátil y Notorio
(En décima inútil pero náutica)
avísanos si te vienes.
A Neto García de León

A un rector Anoto y noto que noto


(Bárbaro que mandó a destruir en San Carlos que nítida cual sonata,
un mural que pintaban Héctor Cruz, Adolfo la nonata serenata
Mexiac y Adrián Villagómez, porque no
le gustaba “la escuela realista”) se adelanta hacia lo ignoto,
y en este atisbar ennoto,
natalicio nato y neto
En esta historia matrera
—en décima, no en soneto—
de un México a lo pelón,
noticias de que esta nota
hubo un tal Pelón Sobera
denota de nota a nota
y un calvito Soberón,
la pura neta, mi Neto.
el primero orate era,
el otro… sólo un cabrón.

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Roberto López Moreno Meteoro

Al epigramista Guillermo Farber quiero decirte, mordaz:


tan premiado te estoy viendo
Aquel monumento ardiente que te las estoy pidiendo,
le dijo: “Guillermo Farber dime cuándo me las das.
guarde un momento la Parker,
venga a sentir qué se siente,
séame galán diligente Académico
y al oleaje de esta cama
¡Ay Gefe!, dele a esta dama Y resulta que la materia no se crea ni se destruye,
ese don que Dios le dio”. sólo cambia de forma…
Y Guillermo le apuntó… y resulta que Demócrito y Leucipo…
el final de un epigrama. que el caro Lucrecio Caro…
que el fruto de la ciencia
(“que siempre hace perder el paraíso”),
Al epigramista Vate Campos y Díaz que el rayo catódico,
que la termodinámica…
Sentir en estos perfiles Y resulta que el átomo…
del epigramista achaques Y resulta que el físico fulano de tal
es como venderle chiles no se encuentra en su cubículo… en la Universidad…
a ese tal Clemente Jacques. …está en misa.
…fue a misa por la señal…

Petición a Rogelio Cuéllar


Brindis macabrón
Hace ya bastantes años
allá en Uxmal me tomaste Diz que muerto desde hace más de un año…
dos fotos, y me juraste, Pero por siempre tan vivo el tal Leduc,
enviármelas entre paños. Que alzamos nuestra copa por Renato
Rogelio, fueron engaños, Los bohemios del brindis y… ¡Saluc!
y ante tu acción contumaz

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Roberto López Moreno Meteoro

Aniversario de Efraín un programa radiofónico del periodista Teodoro Rentería, transmitido


por Radio 6.20. Aquí una breve evocación .

Vate, cocodrilo en cinta


De máquina escribidora, En el aniversario de Berlioz
Tanto tropo trepa en tinta
Que un siglo más bebe… llora… Los políticos patéticos
de moral laxa y elástica
(Estos versos llevaban una ilustración de Leticia Ocharán, en donde
aparecía un cocodrilo escribiendo con la cola. Fecha: junio 1977). son los autores auténticos
de la “Sinfonía Fantástica”.

Sobre del Juárez-Loreto


(Por parte de un Partido político proeclesiástico hubo
un senador de nombre Juan de Dios Castro)
Sobre del Juárez-Loreto
viajaba la muerte un día
Pues la Cámara engendró
y en risas se deshacía
a un personaje falaz
sacudiendo el esqueleto.
con rostro de Juan de Dios
No haber pagado boleto
pero alma de Satanás.
era su dicha sucinta,
pero todo se despinta
y la parca y el camión
(La “píldora de emergencia” utilizada contra el
sólo habían sido invención embarazo provocó un gran escándalo clerical)
de un Cocodrilo en su tinta.
Hoy entre lo bien sabido
P. D. Este cuento tendrá fin cuando lo quiera Efraín. algo me mantiene bizco,
si píldora hubiera habido
no existiera tanto obispo.
Epigramas

ROLOMO fue epigramista político en varios periódicos como Claridades y


Oposición. Por años fue el epigramista de planta en el periódico El Día y en

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Roberto López Moreno Meteoro

(Dos empistolados atacaron una sucursal bancaria (El siguiente fue un epigrama escrito a don José Rogelio
en la Colonia del Valle de la Ciudad de México) Álvarez, creador y director de la Enciclopedia de México,
durante su visita al Club Primera Plana)
Después de este ataque artero
me es obligada esta cita: Homenaje, loor, respeto,
dan más miedo los banqueros al creador enciclopédico,
y esos no usan pistolita. por eso, no más por eso,
estas palabras le dédico,
porque si se la dedico
(En una reunión de presidentes, como iba a asistir el de Estados ya será enciclopedico.
Unidos, el de México, célebre por sus torpezas, se atrevió
a decirle por teléfono ni más ni menos que a Fidel Castro Ruz:
“Tú nada más comes y te vas”. Castro dio a conocer la
conversación al mundo y el torpe presidente fue exhibido Alburemas
en todo el planeta). (Perfil de una propuesta diccionaria)

Parece que ya antes y de manera inadecuada alguien había utilizado el


Nota de Fidel a Fox
término Alburema para amparar bajo la égida de tal expresión algunos
con claridad pertinaz: ingenios del lenguaje, chistes, breves juegos, surgidos de combinaciones
Chente, pa que no haya tox fonéticas o alguna que otra astucia por el estilo, pero que en rigor
sustantivo, nada tenía —ni tiene que ver— con lo que aquí se plantea en
pues renuncias y te vas. reclamo del uso correcto de esta palabra surgida no de una gracia literaria
particular, sí, del ingenio popular derivado de lo que denominamos
Albur, especie de pendencia verbal en ejercicio de oferta dudosa o
agresión comunitaria. El expresivo ¡Ah! proveniente de una de las partes
(Los hechos antes comentados provocaron el siguiente (a veces puede ser una convinación —acción de convivencia— bilateral)
epigrama en son de juego:) ratificará en todo caso un hecho consumado, por lo tanto el teorema que
ya ha empezado a perder su carácter nominal queda confirmado en el
hecho y dispuesto a la nueva y necesaria nominación. Entonces el fáctico
Títere del Norte, literario, en dialéctico y en mecánico movimiento, entra a describir el
fáctico material, en la natural expansión del imaginario colectivo. El
títere hasta el fin,
¡Ah! referido (expresión refleja de la materia vulnerada) viene a ser
pobre titerito la demostración vocal de la proposición léxica. Al ser aplicado este
titirititín. procedimiento nominatorio al rejuego idiomático de subrayado estrato
popular conocido como Albur, surge el Alburema, con base en la certeza
de que la propuesta es perfectamente demostrable. Finalmente, una feliz
muestra del Alburema es la siguiente:

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Roberto López Moreno Meteoro

Sabes mucho de la lengua Tigres y pájaro


y por eso es que citáis,
que el ave que incendia milpas Como se orina en los tigres
es pájaro quema maíz esta avecilla de marras,
por áhi dicen que le dicen
Advertencia: Existen cientos de Alburemas, a tal respecto, consultar al
el pájaro que mea garras.
autor de esta breve pero significativa muestra, ROLOMO. Gracias.

Día once Fatalismos

Yo nací de seda y fleco No sería por la fortuna,


y pantaloncito angosto, sino por paciencia y arte
presumo ser chiapaneco que estando tú por la Luna
y hasta ser niño de agosto. un burro llegara a Marte.

Minuscálido Consejo boxístico

No te me bajes del banco Antes de cada pelea


ni se te caliente el ojo, comerás hartos picantes,
ya ves que de día soy manco que huela la lona a brea
y de nochecita cojo. aunque huela el chile a guantes.

Suicidio Suertudotes

Un pobre diablo se ahorcó La mala suerte, señores,


de manera poco adusta, cuando el destino es tan malo,
pues, para hacerlo escogió viene en pomo de dolores
la reata de la tía Justa. y hasta en cajones de palo.

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Roberto López Moreno Meteoro

Calzando grande Recetario

Si de calzado se trata Sin recetas engorrosas,


hay un tipo que se pule para aliviarse de males
forrando muy bien la pata: las gotitas milagrosas
el pelón con suelas de hule. del doctor Elver González.

Dádivas Bélicas

A lo dado, buen afán, Las guerras son cosa mala


con alegría, sin enojo, en sus diferentes fases,
si en La Villa ayate dan, por eso, en cuestión de nalgas…
pues ni modo, ayate cojo. …las paces… …las paces…

De remedios Olímpica I

Si sufre usted los horrores En las olímpicas cuotas


de dolencias de cabeza a veces no importan tallas,
que le pongan inyecciones para el grandote hay derrotas
del gran Aquiles Baeza. y para el chico medallas.

Goteras De amores

Y cuando la lluvia azota No puedes amar a Ulises


admitirás que es un arte sin amar a Menelao
ver gotitas, ver gototas, como aquel que amara a Lenin
ver gotear y no mojarte. y todavía no ama a Mao.

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Árbitro Empeños

En las cosas del futbol Monte de piedad, desola,


aunque parezca un fetiche, estar inscrito en tu lista,
es difícil meter gol para hacer luego la cola
porque el del pito es metiche. con el prestamista.

Modas Preguntón

Para que luzcas decente Sobre la cultura griega


debes llevar cuando salgas no te pases de fregón,
bufanda, guantes y lentes ¿quién inventó la chaqueta?
y botas hasta las nalgas… Agamenón.

Cacerías De pitos y cornetas

En la cacería en manojo De la corneta los sones


hay prioridades distintas, y pa placeres el pito,
yo cacé un coyote cojo mas no te me desentones
de las nalgas pintas. siendo tan afinadito.

Daltónico Promoción

El daltonismo, señores, La revista Selecciones


es asunto poco sano, en promoción sin igual,
hoy el color del camote te ofrece en sus suscripciones
es el rosa mexicano. una introducción anual.

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Roberto López Moreno Meteoro

Envíos Presunsiones

En este reparto mi alma, Presumes de tanta seda


sin que pongas cara de asco, y hasta de lino exquisito,
mándame el repollo a Cuautla para encajes, lo que queda,
y el nabo a Taxco. confórmate y ten trapito.

Remedios Metro

Tienes cara de afligido En el “metro” hay una cosa


que ni acepto ni me explico,
por un gran dolor de muelas,
el hacer soberbia cola
busca al doctor Felipito
en la hora “pico”.
o ¡pelas!

Tan tán
Negritud

Explicado el Alburema
De la negritud, ni hablar,
y el contexto en que se da,
por si acaso se te antoja,
al despedirme del tema
yo te puedo presentar este miembro se les va.
la negra que las afloja.
bc

Laborante Cantata de la vieja ciudad del hierro

En el almacén de al lado, Ésta es mi casa, mi amargor, mi gozo,


por no haber ido a la escuela, las paredes del aire la sostienen,
los trabajos que he pasado y las horas de mí a sangres vienen
sacando y metiendo tela. desde los tiempos.

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Roberto López Moreno Meteoro

Un relámpago parte en dos la noche, éste es el inicio 0, 375 9.


arco de luz, electrizado puente, A partir de aquí interactuarán rostros y sinos
felino del pasado en el presente, que no saben de dónde viene el piso que pisan; nosotros sí.
voltio del verbo. Testigos del principio estamos siendo
como si dioses cotidianos tendiéramos el dedo hacia el
Esta es mi casa, ahí, donde retozo [poniente.
estas ansias de vida, este ferviente Hemos lanzado el pavimento hacia adelante,
sentirme mi ciudad, mi ojo, mi diente desde una taza de café en la que el sorbo aroma a minutero
y ser mi sueño. con dos cucharaditas de azúcar
para que el trago no sepa amargo.
Derroche del fluir, de humo en desgonce, Aquí, en Xochicalco y Romero de Terreros, sobre puentes
aterida armazón que hace del viento [de café,
crucigramas de hierro y de cemento, somos sin quererlo que así sea
miel y veneno. los testigos del tiempo y la distancia.
Inédito
Un relámpago parte en dos la noche.
Parte en dos el viento. Café “nopal con tunas”
Esta es mi casa, mi amargor, mi gozo.
Esta es la mi parte. Tengo. Levanto la taza,
Parte de un proyecto literario-musical el mundo se convierte en aroma,
tiempos y vidas
confluyen en el acto maravilloso.
Il caffe fiorentino El mundo adentro de una taza.
Todos los años,
Estamos en el punto exacto del comienzo, los años de los años y sus hechos
desde aquí, avanzando, derivarán destinos como calles, en el humo del oscuro brevaje
ábrara fluyendo, iconoscopio en acto hacia adelante, que se empieza deslizar
largo río con alas de petróleo que empieza aquí su extensa entre las veras y la imaginación cafetomaníaca.
[ruta. La avenida Diagonal de San Antonio
Cumbres de Maltrata, Xochicalco, Romero de Terreros, nos observa desde afuera.
[intersección y el A, Inédito

436 437
Roberto López Moreno Meteoro

Huixtla Tu nombre, acaso nació de la cadencia


(fragmento) con que arrulló sensible faz morena
en sus brazos mestizos ese bronce
Savia y barro, que su entraña engendrara en esta tierra,
paisanos míos, o quizás habrá nacido en la tormenta
paisanos ritmo de nocturnos grillos, que con furia tu imagen abrazara,
háblenme, la grandiosa y colosal tormenta
platíquenme del terruño querido, en que siete relámpagos sangraron
de las noches cálidas con humedad de río, vertiendo su vigor en siete letras.
del amor de selva,
del triunfal estío, Te miro con tu nombre de doncella
como la hija de un mago de la raza
y que el relato-pincel de sus paisajes
que poderoso se alzó piedra,
sea el mío.
y en las alturas inscribió su estancia
para cuidar a su princesa dulce
I
de labios de café y agreste gracia.

Huixtla, tú eres mi casa


Y te dio un trovador enamorado
y tus soles radiantes mis hermanos;
ese sabio hechicero, padre piedra,
la vieja Huixtla fiel de mis amores
un cantor que se acerca rumoreando
donde el mam fundó su vida y muerte y en un costado de tu ser se enreda
con el símbolo oscuro de sus manos, salpicando las arenas con su efluvio
bajo el diario fulgor de las auroras para decirte su canción eterna.
y la roja mutación de los ocasos.
Así te miro, Huixtla de mis sueños,
Un cielo chiapaneco nos cobija la Huixtla del quiché, maya arquitecto,
a ti y a mí, alumno de un Votán que se reintegra
y nos fija en la piel el beso ardiente a través del sentir de los abuelos
del átomo que vibra en los tejidos a tu sino jovial de dama airosa
y palpita febril en la simiente. adornada de perlas y de joyas
con que nimba tu frente el universo.

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Roberto López Moreno Meteoro

Cabrakán, Chirakán, recias deidades de una ribera de cualquier río de Chiapas;


que con piedra y con fuego te forjaron, y habrá que imaginarse aquel barro latente
nacieron en el tiempo y el espacio entregado sin preámbulos al centro
y al tiempo y al espacio remontaron de una eléctrica hoguera cegadora,
y murieron en la idea, no en la forma, aquel barro ardiendo como lámpara
cuando en Mam, tu vecina portentosa desde el cordón umbilical de cada verbo
las hispánicas huestes se posaron. clavado en una cruz de soledades y partos de dulzura.

Y aquí estás, límpida y clara, Sólo así, habiendo imaginado,


con tu regia garganta de madera quizá sintamos cercana la aptitud de nuestra lágrima;
que interpreta tu acento en los aleros verídica la vena que nos quema
entonando tu trinar de selva. en medio de este soplo de muerte criminal
que nos retumba dentro,
Aquí estás, proyectándote en tus hijos como un tambor en la selva abandonada,
y en los que aun sin serlo se te entregan; arrancada violenta de su fruto hijo y madre.
el indio y el artista, que ya unidos,
en el ígneo corazón te llevan, Era una alta mujer y nada más.
las notas que recogen en tus nidos Pero también un ruiseñor de soledad en fiesta.
los que viven por ti te la reintegran, Pero también el agua cayendo en cada lápida guardiana.
la nota que entendió Emigdio de Aquino Pero también el barro, el tascalate, la voz de los humildes.
y el Caballero Triste convirtió en poema. Pero también el sol.
La voz primera Era una alta mujer y todo más.

Yo sé en estos momentos que decir Rosario Castellanos


Diurno a Rosario Castellanos es decir a mi piel que siente frío,
es decirle a mis ojos que hay un naufragio incontenible
Habrá que imaginarse el barro arrebatado detrás de las cortinas de la compostura,
dolorosamente, es hablar de una orfandad de vuelo o de muleta,
rabiosamente, es sentir que los versos
amorosamente, se me vuelven pedradas en la cara

440 441
Roberto López Moreno Meteoro

y que la ausencia irremediable está golpeando I

un son de mordisqueo
sobre la escasa marimba de mis huesos. Chiapas,
corazón de selva
Para pensar en esta hora, Rosario Castellanos, con latidos de marimba en la espelunca.
habrá que imaginarse un río navegado por estrellas, Chiapas, verde y negra,
por ídolos de piedra construidos con el verde de la patria nueva
con el cincel inevitable de la sangre. y el negro ensangrentado del chamula.
Habrá que imaginarse, en fin,
que a la energía y la luz Esencia de David en partitura,
solamente con la luz y la energía, dolor que Lázaro sin miedo retratara,
y que la vida no ha de morir fulminada desde afuera flor que nace de la espuma del océano
porque adentro, desde muy adentro, y se extiende entre los ritmos de las ranas.
seguirá palpitando su semilla cósmica,
seguirá reventando su semilla. Chiapas,
Motivos para la danza. paraíso e infierno,
infierno y paraíso,
átomo universal de muerte y esperanza,
Chiapas sentimiento en el que el viejo tiempo muere
y la llama redentora se alza.
Cuántas veces el son de un parachico
su cauda de dolor relata Sirena dolorida del sureste
con la pompa salvaje del terreno, perfumada de plátano y de caña;
como marco, alondra con entrañas de madera,
bajo la falsa faz de alegre mascarada. madera y pan, pan y madera;
Alegría del dolor. tecla que vibra, alimenta, ensueña,
Congoja disfrazada. solloza, gime, canta,
Alegría. y levanta su epinicio en patria chica
Dolor… que después de que en el éter se condensa
como lluvia desde el cielo se abalanza.

442 443
Roberto López Moreno Meteoro

Sutil princesa que con frente orlada Mi vida es tuya,


por el rojo reventar de los cafetos como lo es la inmensa partitura del Vals Tuxtla,
embrujas con el sortilegio de las noches mayas mi vida es tuya
y aprisionas entre ritmos y suspiros como el son de la marimba que te canta
y entre las redes y el vaivén de hamacas, y el agridulce del fruto que te endulza;
el rumor de las olas que se estrellan Mi vida de presentes y de abuelos,
sobre las playas candentes que te cantan. mi vida, que la nostalgia nimba,
es llanto y risa,
II y al igual que tus marimbas
te trova bajo el manto de tus cielos.
Mi vida es tuya, Chiapas,
por tu historia y por tu hechizo maya, III
por tu ritmo y tu razón de hamaca.
Chiapas, nacida de contradicciones,
Mi vida es tuya, Chiapas, muchacha
porque las letras que forman tu palabra, que luces las sedas y flores de tu vestimenta
la palabra que amé desde mi infancia y bailas al llorar de tu Vals Tuxtla
y la sentí en el monte y la barranca, o al frenético reír del zapateado
son siete besos de hembra enamorada, que interpreta feliz Rascapetate
siete besos de madre, de incienso, o en simbólico vibrar Las Chiapanecas.
de brisa, de luna y de alborada.
Mientras tu carne de caoba late
Mi vida es tuya, Chiapas, y el Soconusco se vierte en chocolate
porque fui llevado de la mano a tus altares te refresca tu sabor de tascalate.
por la letra de Rodulfo Figueroa;
porque supe del amor que te ofrendaron Me arrebata con fuerza la emoción
los mártires de bronce del Tepetchia en compases de abuelo bolonchón
y porque una tu hija me ha enseñado el catorce de septiembre, fecha del destino,
la magia y la belleza de tu aurora. y es el mismo sol y el mismo son
los que alentaron a los héroes idos.

444 445
Roberto López Moreno Meteoro

Chiapas, Tierra de chía, Es tu eco, Chiapas,


¡cómo siento palpitar el corazón!, y vive en mí;
legendaria cintilación vive en mí,
de los nueve fulgores de Balún Canán; el eco de la piedra, de la llama, de mi casa;
como te veo transformada en jicalpeztle, el eco del burgués,
pletórico de flores, del proletario,
y gozo de tus venas hechas ríos el eco de mi ensueño provinciano,
donde hunden sus cuerpos las mujeres el eco de mi cielo
bronceadas por el beso de los soles que es tu cielo;
que incendian la paz del caserío. el eco de tu raza
¡Cómo vivo de tu eco!, que es mi raza.
del eco de la tierra del chamula, Ese eco que adoro y me embelesa
del eco que deambula y me liga a tu dolor y a tu grandeza,
y que en tu estancia, es el tuyo,
lo adivino escalando el Tacaná; es el mío,
navegando en aborigen Mezcalapa; es el eco aprisionado entre tus mapas,
en La Piedra de Huixtla, y ese eco de marimba vocinglera,
en Bonampak ese eco,
y en los murmullos de la pila en Chiapa. ese eco
En el suave decir de los zorzales, parece que dijera:
en el ósculo de efluvios matinales ¡Mi vida es tuya, Chiapas!
y en el son de tus marimbas. La voz primera
En tus noches, que también son noches mías,
en tu concierto fugaz de chirimías
y en los sollozos de tu bosque fimbria. Palomas négridas
En el ímpetu hostil de tus tormentas; Poema al alimón escrito entre los poetas
Arturo Jiménez y R.L.M. Los versos nones son de Jiménez
en el grito de las tierras del costeño y los pares de R.L.M.
y en las serenatas que revientan
bajo el balcón hechizado por su propio ensueño. Mujer
ábrara enunciando el primer terrón incandescente.

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Roberto López Moreno Meteoro

¿Ves cómo se enhilan los hilos de la tela?, enredado en la sombra rupestre de un instante
trama de constelaciones descendiendo iguana, —red al viento para atrapar el tiempo—
para ti no bastan los espacios de luz o de sombra tocar tu corazón con hierbas olorosas,
para ti es el punto ígneo en donde nace el tiempo. paloma roja estremecida entre palomas negras,
Las estancias que habitas amarte en el humo silencioso del beso íntimo,
son palomas de aéreas serenatas, del doble impulso, del uso en carne y viento,
la luna al medio día del abrazo casi espíritu del cuerpo enamorado,
con su misterio de hielo a medio fuego del cuerpo pan y gloria de sí mismo,
o el sol de media noche pasar por la ancha calle de la Ceiba Olorosa,
que incita el arder de las estrellas… crecer en árbol para tocar la nube
En ti se agita el canto de la síncopa oh amor como ayer el mismo
complemento de aféresis y apócopes, el hoy el siempre
la ilusión se bambolea el ojo de escorpión
o bien oscila del ojo a la memoria, el ojo nítido que habita la espiral de luz con que te llamas
de la Sombra a la Sustancia entre las hojas del Árbol cómo en el salvaje suelo de la hoja
lecho vegetal, latido, donde cuándo en el agua primera de la lava
el aire enamorado de tu biología se despierta dónde en el áspero suelo de la piedra
y el aire que toma aire y se va al aire el ojo deseo que nos mira
se enhalcona de amores, de chamanes conjuros… ciego, baja la sombra sustancia del Árbol ¿de la muerte y la
Que se abra el vientre que inventó la aurora. [vida?
Que se abra la flor… que el corazón se ilumine.
Que acaricie la espiral infinita de tu pelo. Ábrara del primer terrón incandescente…
Que el deseo galope en el deseo… que se enrosque en el El Árbol de la vida de la vida…
[árbol De la vida, más allá.
manzana a la que nacen dos ramas que acarician… De Ella.
De Ella…
Cómo te cantaré amor mío Inédito
con las voces maduradas de dúa sinfonía
ahora
en este lóngito y veraz ahora

448 449
Roberto López Moreno Meteoro

Persetos bárbaro soplo de ríspida cita,


péndulo vivo sobre la veleta.
El poeta José Manuel Recillas explica acerca de los Persetos que fue una
creación del poeta Luis Alveláis Pozos “siguiendo la proposición rímica
establecida por Edward Fitzgerald para las cuartetas de los célebres Rubaiyats Bálagos, lascas, consensa y concita,
de Omar Jayam. A la muerte de Alveláis, el propio Recillas, el poeta Arturo fuerza de canto que se precipita
Jiménez y R.L.M. decidieron hacerle un homenaje y escribir cada uno una
serie de siete Persetos en su honor. Éstos se publicaron en Montevideo, dándole títulos de huno a su estrato,
Uruguay, por la editorial Bianchi Editores en el 2003. Los siguientes son cinco vándalo viento que tan rudo habita.
Persetos correspondientes a R.L.M. Luis Alveláis siempre estuvo rodeado por
el silencio de todos.
Más hay un poder mayor que su trato,
Luis Alveláis, que tu tinta sonora, puño de cíclope puesto en el reto.
lámpara, límpida, voltio de aurora, Puño su muro, su dique, su veto.
trémula y lúbrica y lírida ampare
prístina prédica de ala canora. Puño su freno, su alto, su ato.
Puño en catorce, latir de rubato,
Rompe el silencio en violencia que pare puño que algunos le llaman: Perseto.
filo de luz que volátil depare
fino y gallardo lenguaje albarero Lóbrega, pérfida, va perfilando
y are las áridas heras, las are. négrida ráfaga lunihoradando,
sórdido vértice que viene siendo
Luis Alveláis al silencio muertero légamo núlido de bajo bando.
ciñe, violenta, valiente lacera,
hiende y herida, derriba, enacera. Práctica néblica que va creciendo
vetas verídicas desvaneciendo
Cércalo, córtale el hálito artero, lúminas, lúcidas, en mar profundo
vuélvelo vuelo, y que verbo agorero, mírala, mírala, nos está viendo.
viva y florezca por siempre en la hoguera.
Mírala, tétrica amarrando el mundo,
Vándalo viento, volátil saeta, mírala, lívida cuando desciende,
vértigo vivo, brutal estafeta, fúrica, bélica, calcula, entiende.

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Roberto López Moreno Meteoro

Pero hay la fórmula contra su fondo, El silencio, Alveláis, es este encierro,


muera la sombra con puñal rotundo, este entierro del sol, es este entierro,
versos… catorce, y la llama enciende. salitre residual, moho, es sarro,
es la voz sin cantar, quebrada a hierro.
bc
Es urna sin vino, ocioso tarro,
Enemigo silencioso, ¡ay, el silencio! es fantasma que angustia, espanta, aterra.
esencia de la ausencia que presencio Combátelo, Alveláis, sobre esta tierra.
sobre un eje movido por el ansia,
los buitres saben bien lo que sentencio. Esta sombra es verdad, pozo que narro,
Armado caballero a ariete y marro,
Silencio más silencio en la arrogancia no cejes, Alveláis, en esta guerra
de auras que apelaron en su instancia Entre el sol amarillo del escombro,
Bianchi Editores, Montevideo, 2003.
royendo la palabra, ¡irreverencia!
Enemigo silencio, ¡ay, el silencio!

San Bartolomé de los Llanos


Su siembra son las sombras, son su ciencia,
(Homenaje a don Corazón Borraz
no es ausencia siquiera, ya es ausencio, inventor de la marimba)
no es violencias y ya, también violencio.
En el centro la rosa reluciente,
Es crespón maldoror en la conciencia, corazón de los llanos y el sonido,
perversa, pervertida permanencia. se abre al himno que enciende cada nido
Enemigo silencio, ¡ay, el silencio! y que suma su sangre a la corriente.
bc
Estamos en el centro de esta fuente,
en el pecho de Chiapas, conmovido,
El silencio, Alveláis, es esta garra y da un salto la magia hasta el oído
que te asfixia, te cerca, que te agarra, con rumor de follaje y de torrente.
que te roe en la rabia de tal perro
y te lía en la baba de su amarra.

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Roberto López Moreno Meteoro

En el centro el invento inventó el día, una respuesta,


lo izó y lo recompuso a su manera, un motivo para ordenar las cosas y los sueños.
lo hizo carne jovial de la alegría.
bc

Y el Río Grande extendió en cada ribera


a aquel centro ya vuelto sinfonía Un cuerpo en una cruz, clavado,
y un sonoro lagarto de madera. es una ofensa al hombre
La roja y verde rosa de los vientos y lo será y será y seguirá siendo
por el que clava
y el que permite el clavo
Verbario de varia hoguera y pone a sus verdugos
la otra mejilla de su dolor inmundo.
(fragmentos)
Un cuerpo así transido es anatema,
sarcasmo para el que empuña
Aquí queda Anacreonte y levanta Tirteo,
el fuego que construye.
pero no a vocear asesinatos disfrazados de ardores
Clavado y clavador serán ceniza.
nacionales.
También en profesión fraterna se ejercita el fuego. bc
Ah, la enorme lista de los que han amado, tanto,
hasta convertir su nombre en un carbúnculo
Existe un poema. Existe un poema, vivo, como
que conmueve y lanza a conquistar el tiempo.
todos los que están escritos sobre las páginas diarias
Volveremos el latido a las potencias íntimas,
de la vida, idioma renovándose. Es un poema pronunciado
a los verbos sacudiendo nuestras estructuras, por los labios de un líder agrarista mexicano, Emiliano
y ahí, en las entrañas, apuntando su hora, Zapata. Cada vez que la mente se asoma a tal poema hay
descubrimos el alma en pie de guerra de Espartacus, un estremecimiento de piedras y de estrellas que recorre
las barricadas filiales de los comuneros, por el intermedio eje de la carne. ¿Cómo puede ser posible
la ternura de Rosa, los profundos ojos de Emiliano, que una sola línea diga tanto a la emoción y a la realidad
uno más otro y otro de la que ésta nace? ¿Qué las ocho palabras de la frase
hasta hacer el ejército por para los que laten, alcen al viento el poema más cumplido? Zapata dijo su
por para los que creen que siempre habrá un mañana, verdad en la asamblea revolucionaria, la gritó en boca de

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Roberto López Moreno Meteoro

los suyos, y ese poema nos ha de repetir en los ecos El día en que la muerte muera
verídicos de la tierra: ¿qué pan devorarán los poderosos?
He venido a decir que el pueblo existe.
bc
bc
Cuando el viento nos dice en las ventanas
La calle pide voz, nos da alas,
no la anónima voz que se esconde tras el grito. después,
La calle pide voz, un estallido perfectamente azul según el combustible será el vuelo;
localizable, nosotros, los de este lado de la sangre
como un derecho que se ejerza, que sacuda y transforme estamos a asumir la ortografía del viento,
lo si no,
desde las aristas del día hasta la seda latiendo de la
es traición de lesa carne.
noche.
La calle es domicilio de fe pública. bc
La calle pide voz y voto y nuevo horario …
y el brazo hará verdad, lo que la calle pide.
Homenaje a César Pavese:
bc “un día nos despertarán
de una vez para siempre”.
Pero entonces, también entonces,
¿Cuántos adioses ha de costar la vida?
tomaremos la palabra,
Cómo nos han diezmado el pan y la sonrisa,
y la haremos que trabaje
lo que no han de matar es la memoria, hasta hacer el sueño.
corriente que nos hila y crece.
Democrático Solón, rebelde Maiakovski, camaradísimo bc
[Neruda,
codo con codo entre puño y lengua. El sol iza la piel de la mañana,
¿En qué calibre se puede contener al pueblo? (Mir). ¿desde quiénes nos quema este reloj preciso?
Muchos adioses le han hecho a nuestro cuerpo, ¿en quiénes nos hallará de pie y de rojo?,
pero nosotros estamos para matar la muerte. ¿quiénes dentro de muchos años

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Roberto López Moreno Meteoro

caminarán estos afanes nuestros?, Era el cielo de Acambay, que ahora me es nuevamente en
¿de quiénes fueron estas calles que hoy transito? [este signo,
Las suelas y este sol son hilos de coser, el mismo viento,
hilván de predicados que hacen arder el verbo. los mismos árboles,
No sé en qué puño se alzará mi puño los mismos trinos,
enteramente vivo en esa hora. pero nosotros, los de entonces, no somos ya los mismos,
Cada hijo es abuelo de su padre, como lo declamaría desde los sures de aquel sur aquel poeta
por eso lleva en las manos de transparencias plenas.
la curva de la vara joven. Aquí conocí a una mexicana
¿En qué pupilas mirarán las mías? de más de 100 años sobre los calendarios.
Hay que hacer la canción desde esta hora, Nosotros, los de entonces, no somos ya los mismos,
pubis de seda, y aquel árbol con el tronco torcido,
como pidiendo misericordia a la naturaleza.
después, suave matriz de bronco fruto dulce;
Nosotros, los de entonces, no somos ya los mismos.
hay que hacer la canción,
Y aquella florecita amarilla, ¿esa flor, cómo se llama?
sintaxis, nuestra forma,
Nosotros, los de entonces, no somos ya los mismos.
prosodia en alto de nuestro sonido.
Ahora estamos en el centro de Acambay.
Hay que hacer lenguaje la canción desde esta hora,
La torre de Acambay nos devuelve el tiempo.
desde esa hora
Allá está el cerro, el viento, el cielo, la risa de Acambay
en la que inventaron este signo,
y la mexicana de más de 100 años, y mis versos,
¿quién inventará mañana este latido?,
y el poeta que sigue siendo el mismo nerudiano de los
ahí estaremos, de nuevo, para entonces, [siempres.
entonces, desde entonces, Y después de 100 mil horas
levantando el rostro y nuestro himno. —la torre, su reloj, presentes y pretéritos, el reloj, su torre—
seguimos aquí, siendo los mismos,
entre los cerros verdes,
El milagro de Acambay siendo los mismos,
(A Flor de María Mendoza Quino) con una flor allá en la nube,
con un verbo mendocino aquí en la tierra.
Hace mil horas, diez mil, cien mil horas, Siendo los mismos, poeta Pablo, siendo los mismos, poeta
estuve en esta realidad de verdes plenos. [pueblo,

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Roberto López Moreno Meteoro

Siempre los mismos vertiginio de languidez en venia


y a esto llamaremos: que encubre el reverbor que la concita.
“El milagro de Acambay”.
Gracias, gracias por el milagro. Rompe su luz de sombra el emerita,
Inédito el torrente su libertad ingenia,
conspiran el perfume y su gardenia
y el criterio del sol se precipita.

Trébol para armar


El ¿qué vendrá después?, la tinta diga…
Hace algunos años hice un juego de estructuras tomando como base el
soneto tradicional. A este juego le impuse el nombre de “Trébol para armar”.
Se trata de un reto a los poetas que se caracterizan por trabajar y dominar la
Soneto 2
forma. Son cuatro sonetos. El primero está escrito hasta el primer verso de la
primer terceta. El poeta que acepta participar en el juego debe completar los
cinco versos faltantes. El segundo soneto está escrito hasta el segundo verso El ansia arisca, el proceder anfracto,
de la primer terceta, el otro poeta deberá completar los cuatro versos que
faltan. El tercer soneto llega hasta el tercer verso de la primera terceta, así que de toda lenidad desposeído,
el que quiera completar la pieza tendrá que escribir los tres versos finales. Por desbridado el desboque del sentido,
último, el cuarto soneto concluye en el primer verso de la última terceta y con
con violencia irregular al tacto.
un fragmento de la siguiente línea, que como reto en pie dice: “incompleto
será”. Y es que el tercer verso del primer terceto termina solicitando una rima
prácticamente imposible en nuestro idioma. El creador del juego está seguro Ardando así la combustión de facto
de que esa línea nunca se complementará. Sin esperarlo, fueron varios poetas
los que respondieron al juego, cerca de 10, guardo sus materiales con gusto y azufre de epitelio resentido,
asombro. Debo de reconocer que quien estuvo más cerca de “completar lo quemó lo ido, quema lo venido,
incompletable”, fue el gran poeta Raymundo Ramos, maestro de maestros. funde en la carne su ariscado pacto.
Nota: Sí hay una solución para completar el cuarto soneto; es mediante
una argucia que mantengo en la máxima reserva bajo las instrucciones de que
cuando yo ya no esté en el juego tal argucia se dé a conocer. Urente, urgente, urdente, urdido el trasgo
avanza hacia el solar de las sorpresas…

Soneto 1
Soneto 3
Verdad de la muy sangre, estalactita,
columna de la llama primigenia, Ambarino silar de polvo de oro,
salve selva de sol su solo celo,

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Roberto López Moreno Meteoro

reviente sus aureales bajo el cielo, Y hay el fuego de un juego que incompleto,
trigor de sur trigal, vasto y canoro. incompleto será…
Inéditos
Es un silbo amarillo de un sonoro
almario de la espiga, alzado suelo,
aéreo de bondades, que en su vuelo, México siglo XXI
epinicia la tierra coro a coro.
Estufas, lavadoras, microondas
Otra vez es la sangre, ya dorada, o algo de fierro viejo que vendaaan,
grano ubérrimo, prímula dadora, culebrea ondulatorio el rango instrumentado,
gramo de luz, vírgula incendiada… González ondula citadías, López escucha.
Pará parirá pará pararirararaaa… (fragmento, tema de West
[Side History)
Estufas, lavadoras, culebrea vibratorio ululusaxea,
Soneto 4
Culebrea y ondulacita.
Se compran, colchones, tambores, refrigeradores,
Heresiarca la tinta hace un soneo
estufas, lavadoras, microondas
en la eléctrica atmósfera y su fluido,
o algo de fierro viejo que vendaaan.
un ardid que conecta a lo argüido
Se compra Táa, taritarataratara
con su tensión mayor en deletro.
Taritaratara taratararáa. (fragmento de Rhapsody in Blue)
Culebrea el sonido, caracol de las orejas, que vendaaan.
Vuela la tinta, hereje en su recreo,
Esquina descalada, descalsificada, descalificada,
alzándose contra lo constituido,
microondas o fierro viejo.
un voltio pecador, perenne huido,
López, González, estufas, Guillermos, Robertos,
reglamento torcido en alabeo. Taaa tararáaa tarará tararáaaa, taaa tarará tárará
(tema canción: Dónde, de Mario Ruiz Armengol)
Vocineos que estridan el paisaje estufas
son el cuerpo espiral del homenaje Pará parirá pará parariraraaa…(fragmento, tema de West
con que crece el entono de su triunfo. [Side History)

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Roberto López Moreno Meteoro

El día que ahí sigue. horas actuales circa 750 a. C.


(o fierro viejo que vendaaan…) Atrás un tamborazo misterioso de Wagner
Inédito que anuncia quién sabe qué cosas. Ahí… otra vez.
En lo alto la deidad tolteca
Después de la traducción (manto inconsútil, ciprio manto)
cortejada por los 120 pretendientes. Serpiente. Plumas.
La aptería [Mareas.
se ensancha tinta en extensión, y avanza, El manto déico cubre la epidermis desde Chipre.
baja la extremidad hasta el papel mariano En el comedor de Saúl cintila
y el pistón salta la espuma de una orilla a otra, glu goro gracias
océano de neuronas. mientras alardea la bisnieta de la cítara.
Leo y no soy yo, En este 16 de junio de 1904
pero soy desde otro tiempo, no soy pero soy tiempo estamos en la unidad del tiempo.
desde otro ulular geométrico, sí, enclavado en tiempo. (Adelanto del final del poema)
Tiricia se llamó por acá lo que allá barrena el alma Griego ético
colgada del gancho más gris de todos los verdes posibles, ley apática,
y nuestras uñas y nuestros codos se entienden doy patético
de allá a acá, de acá a allá. frase enfática:
El peso de Pessoa se derrama sobre el cristal novedero cuerpo estético,
y siempre está ahí, compactado, en mente estática.
como esta humilde página para dar gracias. Continuación:
Inédito Ulises péndulo Ulises,
péndulo citlali péndulo,
sobre la mar la serpiente de la tarde.
Hermenesterio Estamos en la unidad del tiempo,
en un lento, lejos, leso anochecer
El manto inconsútil, ciprio manto, desde la larga véspera.
desciende esterlino por el arco de la letra El heleno, el irlandés, Saúl, Ramón, José Luis,
si si si si si si si no a medias si si si si El cinco del dos mil. Estamos.
ocupa todo un día en los quehaceres de Ulises, Inédito

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Roberto López Moreno Meteoro

Números/diorama de manuelez Tangencio de premoniciones

Sentados en torno del rey Arturo el prisma cintila, Un buitre de ala triste, plagio de su la caída,
en el centro, el destellante juego de cristales desciende de los avernos azules
retorna y adelanta los tiempos al capricho del reflejo. (ahora más que nunca el azul es el color de los infiernos).
Arameo, griego, hebreo, pueblan el 66 Presagios aciagos.
para que el 126 hispano líe su haz de tinta. No es él, el avéfilo… este calosfrío de las distancias,
Julio Alejandro Quijano se escribe en el rebote de la luz, es su ala fúnebre que curva el horizonte,
la punta de la lanza apunta sínople; destino y desdestino ya siendo desde arriba,
el rostro enjuto y el cuerpo —convexo de milandes— desde el colosal tropiezo de su vuelo.
conversan con Gutiérrez Oropeza. 8. 2005. ¡Tiemblen mortales!
Inversión de espejos. Un yelmo yace El buitre es: real multiplicado. Vultúrido …¿y cenzontle?…
En plenitud de buídos se desvela en la caída.
sobre el punto muerto de la extremidad de enfrente.
Y tiemblen también
En el centro de la mesa hay un parpadeo de hablas,
por los que le trabaron el vuelo en sus alturas.
“un abstracto caballero se endebla
¡Tiemblen mortales en la hora rapaz del sombrío
sobre su hética montura…” Asiente Manuel.
[falconiforme!
Pasan Dante, Pushkin, pasa Shakespeare.
No es la hora de lo funesto.
Pasan Homero, Los García, Dostoievski.
Es la hora de saber que en tal siempre hemos sido.
Pasa Goethe, la pupila periodista los observa
Inédito
del 1 al 10, del 10 al 10.
El rey Arturo adivina la lejana historia.
Adivina al manco que nacerá en Alcalá de Henares. Cuatro mensajes por internet sobre Fausto Trejo
Adivina al fébrido vindicativo y al redondo su escudero. A Iván Leroy
Ellos y Gutiérrez Oropeza caminan sus 55 sobre Bucareli.
Se abre el libro en XXI. Iván, muchas gracias por la atención de avisarme.
Se abre la letra de lo siempre. Se nos fue un compañero irremplazable.
Manco y loco ¡Arde! Una figura inolvidable en la vida de los todos nosotros.
te envío un abrazo afectuoso,
recíbelo como si con ello
de alguna manera nos reencontráramos con él.

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Roberto López Moreno Meteoro

A Francisco con el fuego recorriendo el cuerpo.


Recibe un abrazo.
Alejandro, ¡Qué gran poema el tuyo!,
digno de Fausto, el que luchó
y seguirá luchando en los que vienen. A Roberto López Moreno
Es cierto, nos deja bastante huérfanos,
huérfanos de su combate, Roberto,
de su fuego compañero, ayer murió tu amigo Fausto Trejo.
huérfanos de su hermandad. Lará larálaralaraaaala lará laralaralaráaaaa
Gracias por tu poema una página más —frágil calendario—
porque en él nos haces hablar a todos te acerca +,+… +x+…
en este adiós sin adiós al camarada Pero antes el retintado 68
la calle zigzag del fósforo
laringe ensangrentada
A Francisco (segundo mensaje) multitudes cercadas
siquiatra frente al hondo vacío orangutano
Lástima Alejandro de que no pude estar ahí. “un minuto de silencio en honor de los masacrados”…
Conoces mi situación. Mc Gregor, el juez, odia terriblemente.
No pude estar pero con el alma en vilo lo imagino, “desaparecieron cientos de cadáveres”
porque así de emotivo fue el adiós que le dimos ???????????????????????????????
al pintor José Hernández Delgadillo, Prisión tortura destierro
un adiós en el que también estuvo Fausto. Tu amigo Fausto —huérfano Roberto— tu compañero
Dijimos palabras alusivas a su partida. de calle y codo, de calle y hombro.
Dijimos poemas. Tu amigo, ya no más.
Entonamos cantos de la tradición revolucionaria. Sombras. Un latido en el centro de la ergástula.
Gritamos su nombre con el puño en alto, Ahora en la libertad abierta.
entre la lágrima y la rabia. Persianas… postes que fuman vahos… H2O a sal dúa.
Sé lo que ayer viste, sentiste. Y otra vez el latido.
Yo también ya supe lo que es despedir a un camarada Bandera roja filos dentados mango y contundencia

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Roberto López Moreno Meteoro

“Hasta la victoria siempre, camarada Fausto Trejo”. Conversando con Carlos Borbolla
El río Tula crece… y la Plaza que fue… la que es…
Inédito Hombrón con zapatos de noticias.
Caminas.
Paseo de la Reforma, el cafecito aquel
Eran las 3.5 Adolfo Castañón y después de muchos años
llegas con tu ele inesperada,
Eran las 3.5 ascensiones de Richter; tu curva dolorosa por vía doble,
vinieron a informar a la ciudadanía de ti a ti, de ti a nosotros,
que el poeta había muerto. llegas al Club, tocas. Te esperábamos
¿Cómo decírselo ahora a sus poemas?, para decirte que la ausencia no existe,
¿cómo decirle al aire en el que vuela?, que no hay ausencias.
¿cómo al agua?, Tú y gente como tú, hermano nuestro,
tienes razón Adolfo, ¿cómo? estarán siempre en la plana de los diarios,
Tú me presentaste con él, ¿te acuerdas?, habitándola, porque para eso nacieron,
Casa de los Azulejos: “el es Roberto López…” para entrar en ella y no salir más nunca.
y yo tendí mi mano hacia el centro en combustión Ahora te digo, Carlos Borbolla,
de mis blasfemias. la plana de ese cada diario
Una cosa es hablar de la llama es una parte del corazón
y otra hablarle a la llama. con el que compartimos tu hermanía.
“El es Roberto López…” y la calle Madero Adiós, Carlos, adiós y bienvenido,
fue colibrí nocturno de mi anfracto calendario. qué bueno que tocaste,
Eran las 3.5 de Richter, Adolfo Castañón, espera, en un minuto Viridiana te abrirá la puerta.
unas horas antes Qué bueno que están todos,
la llama de Mixcoac se había elevado sobre el valle, que estamos todos juntos.
se había hecho aire de abril, Inédito
sur de domingo,
y nosotros pupila absorta frente a la transparencia. Nochi rezpe de la sapren
Eran las 3.5
y era la eternidad que nos rozaba. ¿Quién captura en un click el movimiento?
Ábrara ¿La luz cargando a cuestas su terca contraparte?

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Roberto López Moreno Meteoro

Te vimos tantas veces, nochi rezpe tú arribarías con un libro en la mano a decirle al oído que
moviéndote en lo exacto de la sal, [no es cierto,
en el zumo cierto desde su mecanismo en brillo y sombra. que junto contigo, seguiremos respirando el aire de América.
Aquí está esta historia, ésta, Inédito
a latido, a verdad de la pupila.
Personaje amigo, haznos una fotografía de este junio,
de tu junio para siempre. Poema extraviado y coda
Ahora… ¡Click !…, quedaste capturado en la memoria.
Inédito Querida Frida:
hace tiempo
el poeta Villaseca te escribió una misiva
Caminemos, Gonzalo Rojas… sigamos caminando… humedecida de aromas y matices;
no la encuentro,
permanece extraviada
Nada queda lejos de ti, Gonzalo Rojas,
en los desbarajustes que me integran,
tu risa… tu decir… y tú, en medio,
pero algo decía de México y tu alma,
repartiendo centímetro y minuto para todos.
y en ella eras un pan repartido junto al arcoíris,
Ahora Borzelli me dice por internet que decidiste salir de
en medio del santo olor aquel
[Chile,
del que hablaba en sus nostalgias Ramón López.
¿A dónde Gonzalo Rojas? ¿Hoy? ¿A dónde?
A través de esas tintas te conozco
¿Al corazón de cada uno de nosotros?
y te hermano tan hermanadamente.
Porque no sé en qué otra parte puedas habitar mejor Luego tú en aquella carta
después de América o de nuestra sangre, que es lo mismo. que te enviara Aurora Reyes,
Es una broma seguramente la de Borzelli, en la que te decía cómo era Juchitán
porque estás en Chile, ¿verdad Gonzalo? en el insomnio de la iguana,
sigues en Chile cubriendo con tu gonzalía en el ojo cósmico de su fuelle cuaternario.
el territorio mineral que te dio lo que nos has dado en Luego tú, Frida,
[palabras. repartiendo el pan como fusiles desde tu camisa roja,
Buenos días, Gonzalo Rojas. iluminados hipoglosos sobre el muro.
Si a lo largo de nuestros vastos, interminables milandes, Luego tú, en Vancouver,
algún día, alguno de nosotros llegara a despedirse, frente a mi vista de ahora,

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Roberto López Moreno Meteoro

inervando las paredes en lejanas lejanías, Y de nuevo la vida


y de nuevo, ahí, Aurora Reyes, ¡Frida! ¡Lotería!
y Siqueiros, y Trotski, y Diego, y Diego, y Diego, Inédito
y la Concha Michel de los corridos
asomándose por la ventana del video.
Y el México de hoy que sigue niño Conversando con González Rojo
acurrucado en tu falda de tehuana.
Hablará su fulgor por tus sentidos, Fue un cinco de octubre, bien me acuerdo,
por las palpitaciones de la entraña. octubre tenía que ser (y no se olvida).
Querida Frida: Tu homenaje en Bellas Artes. Tus ochenta años de lucha.
No encuentro el poema que te escribiera Villaseca Los que no te pudieron matar festejaban tus ochenta…
(sólo yo lo tenía y no lo encuentro), y ahí estábamos tus hermanos de fragores,
lo seguiré buscando entre mis hojas desvariadas los que tanto hemos luchado porque no te asesinaran,
con la certeza de que un día lo encontraré miles y miles y más y muchos más hubiéramos muerto al
en su forma de lágrima y sonrisa [permitirlo.
con la que México te dio el color Pero no fue así, y ahí estábamos todos, reunidos, en la fiesta,
que en sonrisas y lágrimas le diste. los que contra viento y marea, logramos tu juvenil presencia
Coda junto a las nuevas generaciones por las que hemos apostado.
Ahora, Frida: No te mataron hermano Enrique. No pudieron. Y ahora,
Amanece tu día doblaban las manos en un cinco de octubre,
como la lotería. aceptando la presencia del diablo en su templo inmaculado,
¡La luna! en su catedral mayor.
Se subió a la rueda de la fortuna. El diablo en su iglesia, oficiando misa laica.
¡El valiente! ¡Qué gran día para los contra la infamia! ¡Qué gran día!
Tu trazo siempre vivo que nunca miente. En un octubre tenía que ser. En un octubre mexicano.
¡La tuna! Y en un octubre fue. Bien me acuerdo.
Coranzoncito de espinas sobre la laguna. Inédito
¡La muerte!
Duerme niña inmortal, que hoy vino a verte.

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Roberto López Moreno Meteoro

Dos mujeres Abajo,


la ficha que marca para siempre la suerte de los malhechores:
Dolores MÉXICO. D. F. 00308.
Casi a la mitad de la fotografía, tinta negra,
Nombre: Dolores Jiménez y Muro. la tosca mano de la autoridad, marcó, desde su anonimato:
No diré nada de ella. A G I T A D O R A.
Búsquenla en las antologías literarias. Y de golpe los recuerdos.
No la hallarán. Yo estuve enamorado de esa niña, de esa joven,
Búsquenla en las heridas de la historia. de la delincuente del retrato,
No la hallarán
de ese rostro fichado.
En las páginas del movimiento obrero.
Era agitadora,
No la hallarán.
o sea, parte fue de los niños héroes de aquel tiempo de
En la lista de las mujeres destacadas.
[sangre.
No la hallarán.
De pronto, todo el peso de esos años,
No la hallarán pero ¡búsquenla!,
los recuerdos,
es lo menos que se puede hacer en su memoria.
Búsquenla. lo llorado a rabias de impotencia en calles magulladas.
Quizá la encuentren en un doblez del viento, Se interrumpe la visita a la exposición.
en el corazón sombrío de la llama, Hay una lágrima que no encuentra en dónde acomodarse.
quizá en la cresta del volcán Inédito

o alguna vez el agua quiera declamarla.


Jiménez y Muro, Dolores,
nuestro mayor agradecimiento será encontrarla.
…quizá en el alba… Hipatia en el centro del dodecaedro
Para la Dra. Nelly Judith González López

Oralia Baja la mano sabia hasta la profunda sangre


y dibuja la vida sobre el día,
El rostro de una joven, casi una niña, zumo de luz.
tomado de frente y de perfil. Hipatia en el centro del Dodecaedro alejandrino
Una fecha arriba: 30-VII-68. expande su belleza de la sabiduría.

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Roberto López Moreno Meteoro

Baja el filo al heráclito torrente A la mitad del hipo


y astilla el lámparo total, (A mi amigo el poeta Felipe Varela)
el punto igniscente
hacia las doce expresiones de su geometría latiendo, “Yo no lo sed desierto”, mi amigo, el poeta Varela
filo dador de las cintilaciones. jugó con las palabras en tal forma.
Entonces Hipatia, en el Centro del Dodecaedro, Pero más allá del juego se levanta la historia verdadera,
se simetriza a escala perfecta la del osado aventurero
hacia el lúmino Centro de la sabia belleza. que golpeara mi tierra con tres golpes de rama.
Versalía Tres golpes de sus ramas
fueron suficientes para herir la tierra,
Alta traición para herirla de muerte mortal
con bocas profundas, masticando su vacío oscuro,
El viento
delirante,
es un pájaro en flauto sostenido,
¿Cuántos millones recibieron los críticos inmorales del
tono de aguda tónica y filo dominante
[mundo
marcando el compás zarco de arteras agonías
para permitir que canonizáramos a las putas?
en lentitud que suma lenta
Tres nombres y una misma serpiente
para mayor angustia. Alta traición,
se enroscó en el sur de esta tragedia
porque se trata de una lentitud vertiginosa.
mientras el alcohólico brutal vomitaba en su informe de
En México son las horas,
gobierno:
el flauto sostenido aulla
como en el filo de un deceso, “y a mis enemigos sólo puedo decirles que chinguen a su
de eso, de lo muy nuestro [madre”,
industria el sonido que no pasa, que pesa lapidaria descarga contra el rostro de aquel día.
como un país vendado, Yo sí lo sed desierto, más pregunto:
como agnición vendida. ¿Cuánto cuesta el coito de los amorosos?
Ven… ido, ¿quién?, ¿es?… ¿el subirlo al resorte de las letras?
Ven… sido, sigue siendo, ¿una veintena de cabezas acaso, clavadas
habemos quiénes te lloramos. en el trayecto a la hacienda Golonchán?
Y te gritamos horizonte a grito ardiendo. ¡Veinte cabezas de indios despojados
Inédito meciéndose macabramente

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Roberto López Moreno Meteoro

en las estacas solitarias del camino? Con tres golpes de rama nos hirieron el tiempo,
Y la desmemoria de mi pueblo, que todo lo perdona, Yo sí la sed,
y los ayes bajo el polvo, en esto es que latimos, en esto es que aún estamos,
y su nobleza de siempre invitando al crimen en su contra. éste es el tiempo que no alcanzaron a llevarse viles
“A la chingada las lágrimas” y me puse a matar con el olvido. y éste es el tiempo en el que respiramos llagas.
Pero tres golpes de rama se hicieron en la tierra, Gracias damos las sombras, por lo que nos dejaron…
se asieron en el aire, disecaron la semilla, No más…
y la daga en el alma y el quetzal moribundo. Ah, de Chiapas es que estoy hablando.
Ya no recuerdo, ¿hubo una vez aquí la risa? Inédito
¿el agua de algún río sin sangre, acaso?
¿algún destino prometido antes del ahora abismo?
El Sabinal era un río fresco Galdámez
que cruzaba el corazón de una ciudad frutal.
Y luego, El Sabinal… una corriente turbia, La forma da forma a su ológrafo hermenésico, ahí,
como un mal signo que arrastrara su metáfora perversa. en el espacio en el que establece su poema
Agua podrida. Ruega por mí. imposible de toda posibilidad, posible de toda
Agua ultrajada. Ruega por ellos. [imposibilidad.
Agua de sombras. Ruega por todos. Para ser, y Es. Cotidianidades sugeridas, signos en el ojo.
¿Un verso de alcohol clasemediero vale el hambre? El pintor plastica con las sustancias de lo humano
¿De qué calidad tendrá que ser el verso para alcanzar el sueño
para justificar la burla y el despojo? o al revés.
Ahora soy el eco de una herida colectiva, Sustancia siempre que sustancia el ras de la pupila.
agua estoy de pie, difícil equilibrio, Y en el centro, el verbario visual de increíbles existencias
yo no pedí que se robaran a mi tierra, [espirales,
por eso exijo que me la devuelvan, éstas (aunque sí)
que la dejen por lo menos como estaba, no han partido del pincelario del artista,
muerta de hambre pero respirando. sino de la nutricia célula colectiva,
Hay un jaguar herido en el camino, ábrara del contado cuento que estará ahí,
herido de muerte, de muerte viva. cada vez que sus increíbles criaturas
Hay un jaguar herido en el camino respiren vida de nuestras propia vidas.
que nos camina el cuerpo disecado. Inédito

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Roberto López Moreno Meteoro

Visión de Disner Duda

Es el oficiante del barro que vuela, ¡Sí! No sé,


agua en llamas, Pascual Borzelli,
alquimista del XXI trabajando no, si tu galería fotográfica
con las sustancias del océano y de la selva. es un fichero de aciagos dementes
Es de nuevo el sol primario o sólo de frustrados criminales.
filtrado por los siglos que nos han traído Lo que sí sé, ¿o no?,
a esta opción de la existencia. es que en tu archivo de flagrancias
Visión de Disner, nos encontramos,
y ahí estamos fucilando cada golpe de luz perfectamente clasificados,
con que nos dibuja el tiempo, esos,
los que alguna vez, hemos
en el tiempo, desde el tiempo,
pretendido asesinar el tiempo.
desde la brasa que nos dio estos dedos de barro
Inédito
que desde Disner vienen
para ser el día de hoy en el que somos.
La revelación del mago
Inédito

Pascual:
adelanto la mano y te saludo,
Breve poema de deslumbramiento pero, ¿quién te saluda?
¿ese viejo que cree que no soy yo,
Margarita Candelaria: pero que sigo y que sigue siguiendo en la pantalla?
gracias ¿el que nunca creyó que algún día iba a ser eso…?
por la chiapaneca belleza de tu cuadro. ¿Yo? ¿López Moreno? ¿El mero mero?
Sugerencias. Difuminaciones. ¿El santo más cabrón de la pradera?
Una fuente legendaria en el centro del sueño. Pascual… pero ahí estoy,
Gracias por tu cuadro: ¿o es que tú me inventaste con esa nueva mueca
es un beso que le das al alma. que no me conocía?
¿O más? ¿Detuviste el tiempo con la sabiduría de tu cámara
Inédito o por el contrario, tan sólo me lo echaste encima?

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Roberto López Moreno Meteoro

Pero bien, lleno de fuego y de prodigios sumos,


no quiero hablar más de eso. lleno de sombras y dolores zumos
Sólo quiero decir, Pascual Borzelli, y de más y más fuego y de mayor prodigio.
que eres mago de todas las edades, Fui niño de huesos agitados.
que has inventado con tu genio a un personaje Me hizo bailar Pérez,
que yo no conocía. me sacudió el esqueleto hasta donde se le dio la gana,
Que ese soy yo, aunque yo no quiera serlo. un Pérez más de esta larga y ancha América nuestra,
Aunque no quiera “porque juro no ser ese, un Pérez más pero único, como él sólo.
porque yo era un joven escritor Qué le pasa a Lupita, no sé.
que se comía la lumbre a puños Qué le pasa a esa niña, su papá.
y sólo se mantenía en espera de que supieran Qué quiere bailar,
que lo que brillaba en la página era su vibrante letra”. mambó, mambó, mambó, mambó, mambó. Sí, sí.
¡Qué grande eres Borzelli! Oía, me sacudía Pérez
Inventaste un personaje, una novela, y algo de mí, muy en los torrentes vertiginios,
y ahora quieres que yo sea ése que creó tu cámara. adivinaba desde aquel entonces
Admiro la tu magia, la albinegra novela que engendraste, que este continente es inmortal y que Pérez y López
pero me niego a entrar en la pantalla de la computadora, y Sánchez y Gómez y Gómez
bueno… y Sánchez y Pérez, seguiremos bailando
hasta que no me deshaga de estos tristes achaques frente al dolor, frente a la muerte misma,
que me impiden asumirme plenamente. seguiremos agitando el esqueleto como tea,
Mientras… haz ¡click! con tu máquina del tiempo, estridentes,
con tu maquina diabólica y versátil en el centro mismo de la verde hoguera,
y dile al mundo: …y esa será nuestro mejor coartada.
“Así conocí a Roberto López, Versalía
el que creía que se comía la lumbre a puños”.
Inédito
Córdoba-Nandayapa
28 de mayo / homenaje a Leticia 2006
Estidentismo Escucho, me imanta el golpe (los), me llama con su poder
desde la vena más íntima y quiero describirlo, decirlo…
Nací en este continente Blam blam plim plim

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Roberto López Moreno Meteoro

La primera intención, onomatopéyica, Tatatí tirirí


valiéndome del recurso que dan los monosílabos. Tatatí tirirí
No sería la primera vez que así lo hiciere, Vine. Estoy. Iré. Fui.
pero hoy prefiero otro modo de expresarlo: Gotea.
Suena en el centro Nudo de tiempos.
un sol que se derrite en los ejes del maíz, Plom.
que se hace polvo amarillo entre las lianas, Informe de viaje
en los vasos cilíndricos de vasta clorofila
buscando los misterios de su renacimiento. Yeyi
Ritos enredados en las ebulliciones
desde el punto inasible de prehistorias aspirando, Isósceles seguramente, isósceles,
[exhalando. con su hipotenusa recostadita y lumbre,
Ah empeño, sangre que se fragmenta como teclas, como queriendo pelear.
eco recuperado de las mitologías. Una, que lo siente mucho, que
Hormiguear del hormiguillo, siempre ha estado medio loca… y ya ni modo.
Hormiguear del árbol horizontal que vibra, La otra, que ya ni modo, que ella es así, rara,
vibra sabio y hondo, vibra sabihondo, que lo siente mucho.
y carga de maravillas el oído. ¿Será que tales casos lo normal abonan
¿Desde dónde rumores tales, río verde? y la otra pretensión es la antirregla?
¿Desde cuándo fondo sangre del sonido? Una: La niña y su hipotenusa. (¿Duvalier?)
¿De qué átomo de hoguera líquida hasta el tallo Dos: La señorita Etcétera. (¿Vela?)
eco hasta el hoy desde el antier velado? …y Yeyi.
…Y al final, no escapo a la hormigueante tentación, no E=mc2
[escapo:
plam plam plam-plom Rosa de Guraieb
plam plam-plom
plam plam-plom Corola de acentos
plom plom que se abre esplendorosa
Rioverde habitare illum facis in auditu en el istmo botánico del día;
lignum sensuale, factum universus suena a metal, suena a madera,
gotea gotea… a las cuerdas azules que nos atan a la tierra;

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Roberto López Moreno Meteoro

del vértigo vegetal, hondo a la entraña, rojo café, azul párpado.


engalla el tallo cuando estalla en llama. Abajo, apenas perceptible en la distancia,
Rosa de Guraieb, A varios millones de niebla verdidecendida
rosa cromática, se percibe apenas (se adivina)
aroma de sonata sur, una ebullición a la que llaman Huixtla.
polen de la simetría, Inédito
…gracias por el sonido.
E=mc2
Guerrero poniente 9

Paisaje ¿De qué están hechas estas sombras que en el interior


(Desde la finca Hamburgo) [conversan?
¿Del pájaro que viene de beber luz desde la piedra?
Vengo de la montaña que todavía me mantiene en su alto. ¿Del paralelo río de metal que pasa acariciando las paredes
Vengo mordido por la nahuyaca verde antes de preocuparse por la sed de la distancia,
con la densa sustancia quemando entre las venas. o del otro, que cuadras adelante se va a volver guitarra
Todo verde de mente —mente con alas— para también tener qué ver con asuntos de las lejanías?
desciendo entre lianas y zumbidos Adentro, hay una conversación de brillos,
después de haber reinventado los asombros están inventando un marimbear de nietos
a sólo media cuadra del cielo que ya habían inventado varias veces antes…
(aunque aquí las alturas se miden La casa se llena de sombras que son brillos que conversan
por las longitudes de la ceiba). de sus cosas desde antes de don José María y las flores de
Bajo con el sol de frente que dicen que del mar viene, [argentina.
hachón inclemente que da de golpe Son los abuelos de los abuelos y sus abuelos…
y erosiona la piel y los sentidos. ¿De qué hablan exactamente?, se pregunta el viento…
Poder contra poder: nahuyaca contra espuma. Del sol es que hablan, del barraco sol,
Argovia y este verde total, el abuelo grande, el que no perdona, el que quema,
Argovia y este verde que me ennahuyacó la sangre. y de las lunas que se han quedado a dormir entre los sueños
Ramas cargadas de esferitas rojas, para que mañana vuelva a despertar el día.
zumbidos (aguijones esperando su hora), Guerrero Poniente 9 se acurruca colibrí y late.
rojo flor, azul pájaro, Inédito

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Roberto López Moreno Meteoro

Hondo Duvaleriano

Mango redondo, La marimba desata


cosmos cerrado, flores barnizadas,
azúcar del equilibrio, mariposas de laca.
sombra bajo la que el abuelo Inédito

se sentó para saborear la tarde,


para luego, Comiteca
heredarnos amoroso el verdear del trópico.
mango redondo, Flor, es ponda.
Inédito
hondo corazón, hondo.
Hondo…
Comitán
corazón hondo.
Inédito
Comitán es un reloj donde la historia
documenta su perfil de teja y alfarero
Alza tojolabal risotada la mañana
Flor de café
presumiendo en el viento belisario
su dentadura de nanche y de “azul” chicozapote.
En cada pétalo cimbra
sabe, bien que lo sabe, que aquí se inició la historia,
nieve desvalida
la nueva, con el nacimiento del correcamino
bajo el sol de la marimba.
que del nido se fue a su independencia
Inédito
para saber de qué color hablan los lagos.
Entonces,
uno aprende que desde Guadalupe Chichimá
Juego hasta el barrio de las siete esquinas,
Belisario rima con Rosario
Juega Martha Madrigal Y don Fray Matías de Córdoba
a acuarelas rima con quetzal,
de salada azúcar y endulzada sal. que San Caralampio hablaba en griego,
Inédito pero que al cumplir los 112 años sobre la tierra

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Roberto López Moreno Meteoro

el emperador Septimio después de martirizar al santo que un día como todos


vio volar su alma entre los cielos será leño de los siglos que amanece.
y allá con las estrellas aprendió a hablar el tzeltal Inédito
y el tojolabal y el español voceado, que fueron
Lolita Albores y Julia Alfonzo las que le enseñaron
y que las otras seis estrellas restantes Huixtla
las aprendió tarareando el danzón de don Esteban.
Por eso Comitán, desde cuando maya, no debe de morir. La piedra de Huixtla se encuentra
Y ahí está, pues, como viendito para Guatemala con un ojo en la cresta de una montaña
y para San Cristóbal con el otro. de la Sierra Madre Occidental;
Y ahí estará. es una inmensa masa de pie
que parece haber sido puesta por fuerza poderosa
en su colocación de desafío al cielo.
Los exóticos
Desde la cima, desde su punto de reto
Los exóticos conviven al pie del volcán, lo domina todo,
un volcán que no arroja lumbre, observa el mar marítimo
que vierte hierbas y hierve de troncos y de iguanas. y sus embarcaciones de espuma estruendosa
Los exóticos al pie de la gran montaña por un lado,
se vuelven eco de los viejos poderes. por el otro,
Los primeros hombres fueron hechos de madera, al mar verde
dice el libro de los abuelos con sus naufragios de hombres y de sueños.
y en madera se vuelven los hombres
en el interior de sus cabañas de cálido sur. Centro de fantasías y leyendas
Una escalinata que desciende, un río, su altura no la desliga de la tierra.
un fluido que canta su risa de tierra que imanta el agua. por ella, candente Piedra de Huixtla,
Un hombre, Luis Miguel, suben las voces de los dos océanos
desde temprano se levanta a juntar el fuego; y dejan su testimonio en el espacio abierto.
una mujer, Aurora, lo reparte. Levantamos los ojos
Todo es de madera, y es un gigante de carne y vuelo.
hasta este corazón exótico Casa 26-VII

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Roberto López Moreno Meteoro

Marzo 2007 hoy más terrestre… y murmullo.


La ceniza de rita roca se une a la corriente
Madre: (25 de diciembre)
(mamá Rita) se reintegra al paisaje;
No siento el gran dolor por tu no día, paisaje es ya y su fuerza
hoy, 15 de marzo que se mueve… continuamente se mueve…
antes de mediodía y una sábana y un bulto enfrente. para adueñarse así de la distancia
Asumo orgullo pleno por la forma de tu vida. y del por siempre… y del para siempre…
y de tu ausencia; La energía del agua y el fósforo…
por la arquitectura de tu tiempo, Una flor flota sobre el río.
E=mc2
por la forma y la manera de tu tiempo,
por el tino con el que hiciste
la construcción de tu no día
Lutos
para lastimar lo menos posible a tu hijo único,
para irte de mí de lo más tenue.
31 de diciembre del 2010
Madre:
20 horas con 50 minutos.
(mamacita Ritita),
Hoy me declaro muerto
grado 66 de este mi orgullo.
de alma y cuerpo,
Adiós madre. Chiapaneca.
aunque éste me continúe doliendo
Informe de viaje
quién sabe cuánto tiempo.
Hace frío.

H2O (saurio) entre fósforo y distancia Sentí el momento exacto


en el que fallecí
El fósforo cae perpendicular sobre la iguana. aquel 31 de diciembre (ayer).
La pequeña urna cede frente a la iguana ardiendo. Miré el reloj,
La enorme piedra (sacerdotisa) vigila desde su muy alto, eran las 20:50
como tensando un eje eléctrico entre su eminencia y el
[saurio Fallecí ayer, 31 de diciembre
hidráulico, rebotando entre las piedras de abajo, antes de las 21 horas.

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Roberto López Moreno Meteoro

Lo que venga después Para qué creó Dios a los que creó y creen en él tan
será solamente acto mecánico, [imprudentemente,
vacío reflejo, (que no se me confunda con ningún poeta vulgar y efectista
mero sonambulismo por lo que a continuación voy a rabiar.
memoria lastimada, No soy ningún poeta mayor que requiera de esos trucos).
eco flotando de lo que fue la vida. Duelo, está bien, y que chingue a su madre
la venda que se me dio para que duela a ciegas,
Inicio un nuevo año, ¿inicio?, inicia, inician, para saber que existo, para que sea lo único que sepa
de mí tan sólo queda este dolor del cuerpo mientras pongo el cuerpo y lo que me queda todavía del
para alimentar el ávido 2011 alma.
de acuerdo con las prescripciones. Me duele sin saber nada del dolor.
¿Y los dolores del alma? Me quejo sin saber nada de su lágrima.
¿El alma?
Inédito
esa es la que menos cuenta.
Alguna vez jugó a que era poeta.
Y nada más.
Entre poetas
Inédito

¿Y si volviendo a nombrar las cosas


fundamos de nuevo el mundo?
Balandra
¿En qué punto de la novedosa relación
Me duele sin saber nada del dolor. habremos de colocar a Dios
Me quejo sin saber nada de su lágrima, si es que va a existir otra vez entre nosotros?,
filosofías mudas asfixiando el cuerpo. ¿Para qué duelo? ¿en el aire del ave?,
[¿Para quién? ¿en las válvulas y pistones del movimiento?,
Oh, sabiduría a mí negada. ¿en el sexo de la flor?,
Oh, inmoralidad por hermetismo del dolor y la queja de su ¿en la erecta furia de la llama?,
[lágrima; ¿en la impaciente espera del polvo?
nada más nos obligan con su escama externa ¿En dónde —oh, duda— para hacerlo
pero no nos dicen cómo se hizo el mundo, ¿por qué?, ¿para cumplirnos su servicio?
[qué? Ábrara

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Roberto López Moreno Meteoro

Septapoética De un edificio que creció opulento


con catorce escaleras y una alfombra,
Cabalgan los siete jinetes de mi terrisueño. piso el séptimo piso que se asombra
Una rosa de fuego en tu tumba, Pablo Neruda. de este polvo mortal que late dentro.
Octavio, te toca la rosa negra.
Para Lezama es la rosa de aire Pero sigo mi paso tierra arriba,
destinada a expandirse cuando la luz la roza. insolente camino el edificio.
Flébil la rosa de Vallejo, flotando Ya son once escaleras de diatriba.
en las hondas corrientes de la sangre.
Huidobro y Gorostiza son los arquitectos de su propia rosa. Y en mis doce ascensiones de suplicio
Pero… ¿quién habla de tumbas en esta hora?, un yet pasa estruendante y vil derriba
¿quién, ñuto lene, se atreve? mis catorce escalones de artificio.
Descendientes de nuestro ábrara somos,
desbridado epítome y otra vez el prólogo, simún
y agüita nueva, ohmio de alfaguaras, (Fragmento)
¿quién se atreve?
¡Heptarquía! Y aquí el polo del morbo al borde del abismo asumiendo
Cabalgan los siete jinetes de mi terrisueño. [el vacío,
Ábrara
el hondo de la entraña ondula la caída,

Soneteando y la ansiedad araña la pared de granito que tajó el cataclismo


[sobre el yunque del eco.
Un soneto me mando a ser violento
como antítesis La rotundez del sismo abrió el enorme vientre rocoso

Un soneto me mando a ser violento. con la saña de hostil sacudimiento


Violador de mi rima, de su forma,
me sujeto de Lope, de su norma, que a la mirada engaña, cuando ya precipicio se despeña en
sujeto bien sujeto contra el viento. [sí mismo

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Roberto López Moreno Meteoro

invitando al volumen en línea estremecida a dibujar La amenaza persiste, y el risco artero


[descensos.
en sus raíces fincado —sino del acantilado— espera…
Espíritu y altura formando el mismo cuerpo de una misma
[caída El voladero, de la nube al vertedero ya es tragedia;

detienen en la arista su salto, se ha manchado el aire, se ha suicidado

mas perdura la sensación de un peso de corona vencida en capítulo primero el primer motín,

tragado por la boca de aquella desmesura y vivos en los fondos radioactivos, el alma y su altura,
eternos,
que llama con la fuerza de la tierra la fuerza del desplome.
saltaron ya de su nave
Aquí el morbo empujando brutal hacia ese sorbo de la
[enorme garganta —la azul voluntad del ave—

que se aferra a la ley del imán. para encender los avernos:


El libro VI (la construcción de la rosa)
Vacila y yerra el alma detenida ante aquel torvo gigante

que sin freno y sin estorbo invita, jala hacia su él, aterra. Presencia de la cocha enfrenada
A César Pineda del Valle
Al fondo del cañón el agua crece su amenaza bullente, su
[violencia, A solas varias lunas vereda a selva alta envuelta al cuerpo
en carne de un verde humedecido, hallazgan los instantes
dotando de rumores esa hornaza que aguarda el desenlace; el cual de su sentido filtrado entre las frondas. Ningún
lenguaje falta a la asombrada vista. Del arbustaje salta el
se estremece el barro diminuto en su insistencia de detener crach de la corriente desde el leñar; vencido heridivuelo
[el salto. mezcla su sangre en el crecido palpitar de la savia. Un

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Roberto López Moreno Meteoro

sobresalto asalta a las almas sencillas atadas a las lianas. El Salutación sur
cresterío de postas se clava en desconciertos veloces como el
rayo. Las oraciones vanas son un telar de ausencias. El prisma El sol se yergue y anda, del ceñido alabastro
de los muertos al cazador aprehende, y prende las lontanas el se levanta potente para escribir el día,
cerdo endemoniado de horizontes abiertos. desde el centro del cosmos despliega su osadía
y se quema en tu tinta de luz, Dolores Castro.

Tarde de Guanajuato La rondana del aire, el fósforo del astro,


distribuyen su oficio de exacta simetría,
La flor de media tarde su litoral prodiga, los imanes del agua, la distancia en la vía,
Xochitl, Tzitzitc o Nichim, de aérea arquitectura, el acento en el verbo, el voltio en el balastro.
perdura en el dibujo, donde la luz perdura
y crece sobre el tiempo para que el haz la diga. Emite una constante tu vocación de antena,
irradia hacia las rutas, más no te vas, no escapas,
La tarde es este verbo de gramática amiga pues siempre te encontramos en el gozo o la pena.
que establece el paisaje propuesto por la altura,
la transparencia insiste sin nube o veladura Religión de la savia eslabonando etapas,
en deletrear su himno, su salmo, su cantiga. y todo te detiene y en amor te encadena
el tiempo, el viento, el verbo, y el arder de este Chiapas.
La flor de media tarde su litoral estalla
en la pupila ardiendo a orilla del abismo
que el corazón de barro eleva en su muralla. Dos acentos y Carmen

El ondular minero reinventa el cinetismo Cómo decirte: Carmen, di… Carmen de la Fuente,
y el litoral florido, observa, inventa y haya y que mi voz se nutra con tus irradiaciones,
esta verdad con alas que nos dio el cataclismo. en donde el verbo crezca solar, y su funciones
de metáfora a imagen se cumplan en tu frente.

Y cómo decir Carmen, jardín iridiscente,


si ese Carmen que invoco, de cósmicas visiones,

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Roberto López Moreno Meteoro

ya habita en ti en el canto, la luz, las estaciones, Ícaro


por encima del hecho de mi empeño imprudente. Al escultor Luis Aguilar

Combustión que se expande hacia las direcciones, Filo masa forma cuerpo aire sol
mi Carmen te persigue; tu Carmen ascendente el diseño celar levanta anhelo
es acento asumiendo sus magnas dimensiones. y no hay cielo más cielo que su cielo
ni arrebol más arrebol que su arrebol.
Y al cumplir sus destinos de trazo trascendente
me quedo en los umbrales, inventando canciones, En laberíntica sed del caracol,
con la palabra: Carmen, que brota de tu fuente. se neblina espiral hacia el desvelo,
arquitectura, escultura al vuelo,
sobre horizonte herido en tornasol.
Diluvio sombra
Ícaro vuela de diotima mano,
aptitud que con vena de lo humano
La voz de la ventana trina en esta noche,
leña y cera, ala entera en el crisol.
con carne de relámpago atado a su desvelo
recorre las sorpresas del valle ya sin velo
Y muy antes del ser de la caída,
y a la seda nocturna se ofrenda como un broche.
el escultor le ha dado como vida
filo masa forma cuerpo aire sol.
La lluvia que ha llegado montada en largo coche,
vehículo que lleva del viento azul anhelo,
golpea de los cristales el claro terciopelo Son no ético
con que la luz culmina los rombos del derroche.
Un soneto me manda a hacer Lorena
En esta curva insomne regresa la memoria a través de este párpado electrónico,
a establecer el rostro grisáceo de su reto. correo —Siglo XXI— maratónico,
La sombra de las aguas le inventan nueva historia. enfrentando el esdrújulo con pena.
Pero hay una cadena de palpitar inquieto
que suma los pasados, relámpagos de gloria, De once sílabas paso a la docena
navegando en las venas febriles de un son neto. y el acento se vuelve estereofónico,

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Roberto López Moreno Meteoro

no hay argucia que me haga más sinfónico, Soneto en shock


no hay medida que cuadre en tal cadena.
¿Cuál es tu rostro verdadero?, dime,
Ni lúbrico ni lúcido ni lúdico mi corazón, latido monobloc,
ni en México ni en Pánuco ni en Mérida al revisar las hojas de mi bloc
he podido mostrarme más impúdico. mi colección de rostros cruel comprime.

Acepto mi fracaso, faz serena,


Buscando lo carnal y lo sublime,
no pude con esdrújulo tan fúrico.
culpando a la belleza de este shock,
No me vuelvas a hacer esto, Lorena.
en los haberes de mi extenso stock
sólo encuentro esta duda que me oprime.
Sonetillo
La llama renovada en su ballet
Lumbre cantó en salvático solar vuelve imagen lo que era quemadura.
de sol y de calor canta a sí mismo En la hoguera danzante observa Ivette
en la versátil llama del abismo que la esencia del fósforo perdura
cual si pudiera el alma develar y aunque mude de escena, foro o set
se eleva ardiendo a la danzaria altura.
Cantar en sur y llamas es cantar
en la orilla telúrica del sismo
donde la savia engarza su atavismo Ella ello ella
de garza en alta hoguera tutelar

Desciende la arda noche chiapaneca


Insomne ritmo de jaguar verdeante
sus signos estelares que en la heri-
agua celeste de la verde herida
da del ansia en vida, palpita eri-
imanta el cielo dúctil del instante
zada en voltio veraz de glifo y greca.
En la señal insólita y dormida
la carne se hace brasa en su constante Transita el tiempo sombro con su rueca
cama de amante mar amanecida y esa sombra solar, binomio deri-

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Roberto López Moreno Meteoro

mido, mide el latido en el que en Nery, Vizántico


ha sido la arda noche chiapaneca.
Roberto López Moreno.- En el peso doliente de este verbo
Henchida en el allegro que le alegra [que ostigo,
la sombra alumbra lumbre, en que se ovilla Enrique González Rojo.- te destruyo el testigo del otear
la luz blanca tensada en ser La Negra. [prepotente.
RLM.-En tu bosque mi abrigo de abrazor diligente
Y la orilla se mueve en su otra orilla, EGR.- perpetúa mi diente como triunfo y castigo.
biósfera de ella, ello… que reintegra
a Nery con un sur de maravilla. RLM.- Eran ocho: tu frente, el ocaso y el higo,
EGR.- cuando estuvo en mendigo con la nube y la mente
RLM.- sin contar que conmigo somos siete en tu frente
A la morada de Paz
EGR.- como grey repelente que hace el ocho contigo.
EGR.- Me empino a la consorte con suerte o bien sin ella,
Juan Bautista Villaseca. La noche con la espina se hizo rosa
RLM.- levanto la querella desde el mástil soporte
Roberto López Moreno. Una rosa que sangra el universo
EGR.- y pierdo, con el Norte, risada-oscura estrella.
JBV. Y el corazón con que camina el verso
RLM. Tiñe la piedra en que el amor se posa.
RLM.- Qué bien que nada pudo tan crudo desatino,
EGR.- beber fue mi destino regocijante y rudo
JBV. Noche que en las corolas se desposa
RLM.- y al calor del saludo tu estrella se hizo vino.
RLM. Engalanada con orlado cierzo
JBV. Y en los labios un beso ya disperso
RLM. Entre las sombras su verdad solloza
Soneto al alimón
JBV. Morada de la paz, trébol amigo, A nuestro hermano
Raúl Arrieta
RLM. Licor de vida en que la hora escancia
JBV. Una alondra dormida sobre el trigo
Roberto López Moreno.- Hermano de la paz que tanto
[estimo
RLM. Eco de luz que suspiró en la pena
Sergio Armando Gómez.- y que rompe mi amor de tarde en
JBV. La noche en las paredes es distancia.
[tarde;
RLM. Otro eslabón de la fugaz cadena.

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Roberto López Moreno Meteoro

RLM.- este fuego de alcohol, camino que arde, le arrancaron el trino y la simiente
SAG.- me desgarra la entraña mimo a mimo. con el plomo, sargento del gatillo.

RLM.- Recorro tu vereda y me lastimo Pero han de revivir en roja caña


SAG.- con el filo rompiente, soy cobarde, los hijos que diplomen en campaña
RLM.- y sólo me sostengo en el alarde tu bandera de milpa, Jaramillo.
SAG.- del censo colosal con que te intimo. Trilogía entre la sal y el viento

RLM.- Caminar tu camino es sed que late


SAG.- sin importar lo rudo del combate, El espejo
RLM.-dibujando en los signos más adversos: A José Luis Cuevas

SAG.- Una cobija —almohada de sostenes—, La mano es un pequeño monstruo en cinco pies.
RLM.- para el dolor azul que me mantienes Se desliza sobre el papel gritando
SAG.- y un abrazo, Raúl, en estos versos. su semilla de tinta,
Morada de Paz su lunes sin domingo,
su espuma silueteada.

Jaramillo De pronto,
en el estricto rectángulo de su cosmos
El huérfano trigal se enmedioluna, nos somos,
el surco se hace luto a media siembra, rabia y desistimiento,
la sangre del nopal, como una hembra, verdad de su dibujo redondo, cerrado.
hiere al espacio con la nueva tuna.
Espejo.
La choza que peleó con la fortuna
desde que el mar nos emplagó la tierra La mano nos detiene en el tiempo,
lamenta su canción sobre la sierra nos contiene, nos tiene…
donde el arado la justicia ayuna. Nosotros nos vemos en la carne de su sueño.
El campo se ha dormido nuevamente,

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Roberto López Moreno Meteoro

Sonejo Quiero fuego lento de tu fuente luz.


Así subir de nuevo a arder tu cielo,
No dejes que la soledad te muerda ámbar, dado, sensible cosmos tú.
los tanates
me acongojas si te abates Invento de los signos, denso velo
y recuerda donde crece el radio verde en este sur
cates felino alimentado de su celo.
sin entrar en más debates
ni en devotas ni en de-buta que te pierda
el quinto raund de las más pu… ra ansiedad Soneto 104 del Petrarca
vano reflejo
de verdad Soneto 104 del Petrarca
yo tan viejo y ni me arrugo del pellejo asido
no juegues soledad al fulgor amanecido
que nunca solo está ni el más perplejo. de la pionera barca.

Abarca
Contrarritmo los radares del sentido
y al décimo primero acento herido
Rompe el verbo luces y alas bosque en ti, en polvo ha convertido metro y arca.
sentir, beber, alzar la voz creciente,
flor en tiempo vivo, lúbrica que en sí. Sombra y aura,
disputa así del goce del presente. eterno juego al nada y a lo todo
que la danza al danzar arca y enmarca reconstruyen a eterno
Sube, se alza, arriba de su abril, [Liszt y Laura.
placer de andar el pétalo estridente, y en la frente del cosmos lauro y yodo,
roza risa, rosa rezo en un atril, la inmortal ilusión que izó el Petrarca.
ardor de arisco fuego irreverente.

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Roberto López Moreno Meteoro

Ardor, calor, Carlos y Yescas ración. Rasgada con su lumbre de espi-


na levantisca, en ponzoñar candoro-
Para hablar de las cosas que se encienden so esgrime su perfume hasta la poro-
el verbo se hace Ardor, Carlos y Yescas, sidad del sueño. Arquitecta en espi-
el tabor y el tambor, Carlos Illescas,
en la i y la tina se comprenden. real, mar de tu mar, seda de sed, aro-
ma asta-bandera sobre de los horro-
Y la tina le atina si es que emprenden res. Si concitas los ímpetus varo-
los letrados, las causas de estas muescas.
Y la tinta de Carlos y las Yescas nes, el helario da símbolos borro-
i latina en la tina bien convergen. sos es rosas albas del cristal paro-
dia. Rosa quemada en fuegos que corro-
En la tinta no tonta los letrados.
En el tinto los tantos enlitrados
y en tu Tántalo tú, Carlos Illescas. Reinvenciones

Lidia y sed de la griega a la latina, Cuando escucho tu voz y la imagino


i latina bañándose en latina, en la escala crestal de la infonía,
convertida en Ardor, Carlos y Yescas. armonizan los bérberos del día
extremos de pretérito y destino.

A una rosa amarilla ¿Quién inventó el sonido con tal tino?


(Círculo vicioso) ¿Quién fue el que nos dio el Do, Martha Mejía?,
(Exonerando a puristas)
(Soneto eterno) ¿el ábrara que ardió, el que ya ardía,
y el que ha de arder de nuevo en tu camino?

en el mar de su mar, crece la ríspi- ¿Petrarca, Garcilazo, un sonetista


da rosa, destinada a un signo de oro- buscando los secretos del tañido?
péndola ardiendo contra vuelo moro- El sonido ahí está, el inventista,
so sus reyertas en le hendida inspi-

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Roberto López Moreno Meteoro

lo ha reescrito en escalas repartido. El argumento a favor del verso blanco es tan simple; la
Milagro capturado por la artista, libertad que goza le cubre con prudencia todo flanco. El
Volviéndolo a inventar para el oído. verso libre es forma portentosa. Aquí ni él ni tú… ni yo me
atranco…¿Un soneto? ¡For God!, qué fuchi cosa.

Disertación contra el soneto


Con estrambote
Perder en estos tiempos el tiempo en un soneto es ocioso,
tedioso, odioso, porque el verso, aritmética oscura, limita su Vivo.
universo entre sumas y restas y restos de un faceto y chocante Cuanto
y pedante y pujante mamotreto. En un lenguaje nuevo llanto
francamente es perverso sujetar las palabras; si el efecto es estivo.
adverso, por parir un poema se aborta un triste feto.
Los poetas modernos debemos bien unidos formar un solo Libo,
frente contra dicha amenaza. Los que no escriban sonetos son ¡Tanto
netos sonidos de su tiempo, de un tiempo, nuestro tiempo, canto
nuestra era plagada de ritmos diferentes. Son idos —todo esquivo!
pasa— los que contando versos jamás dijeron nada.
Jamás he escrito un soneto; qué mal gusto, no lo haría, Hada,
verdad de Dios no lo haría, no lo haría ¡Qué boleto! No lo haría seda
ni en secreto, no lo haría, no lo haría, no lo haría, no lo haría. alada.
Jamás he escrito un soneto.
¿La verdad? Que es una bronca, si una palabra no entronca Veda,
con el final anterior, no falta un poeta añejo que te trate de nada
pendejo y eso sí que no. Mejor, si un soneto me manda a hacer queda.
Violante y en la vida me miro en tal aprieto, le azoto con el
arpa, porque un reto tan grosero, falaz y repugnante, no es para Nada…
mí, poeta de talante, poeta de mi tiempo, de respeto. nada…
Total, no se hable más ¡Muera el soneto! y que rime rimando n…
por delante.

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Roberto López Moreno Meteoro

Duda y definición E
A

Quizá
Acaso I

Acaso O

Quizá I

U
Quizá
O
Acaso
UUUUU.
Acaso
Quizá

Soneto vulgar

No
S

C.
C
No
S.
¿Sí?
¡No! S
C,
C
Vocales S

A T
E K
E B.
A
T
A K
E B.

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Roberto López Moreno Meteoro

Despejando a menos ÷
-
----------+ ÷
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷x
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷x -
----------+ ÷
-
---------+
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷X
÷÷÷÷÷÷÷÷÷÷X Requiescat in pace
----------+

100
XXXXXXXXXX÷
1000
++++++++++-
1000
XXXXXXXXXX÷
100

++++++++++-
XXXXXXXXXX÷ 100

++++++++++- 1000
1000
100
Más por entre por menos da menos
1
+ 10
X 1
X
+
10
1
+
0000
x
x
+

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Roberto López Moreno Meteoro

La longitud de la iguana roca que se vuelve líquida


Poemural para reptar llamarada entre las venas.

Crash… Crash… A Marco Antonio Montes de Oca

Sueño de Tecayehuatzin La hilandera teje su hilo, se bifurcan las puestas de los días,
arden las tardes moradas en el hilván de sílabas de yeso,
Nehuatl nimitz tlazotla xochitl itlanezi escayolas que empuñan el espacio.
Noyoloauh huitzilopochtli ca paqui Un disparo de estrellas da en el blanco y el aire agujereado
¡Paquiliztli! deja caer su torrente de sueños como uvas demolidas.
¡Paquiliztli! Escardadas de hisopos en el ojo estatuado de las dunas las
Cenca cualli tlen tica mareas babilónicas congregaron sus lagares.
Tlen tiila auh titlahtoa tlalpan
La hilandera teje su hilo, su acordeón de carbono ordenando
Pan noez
los plurales de la noche, la pulverización del frío que sobre
Nehuatl Citli quetzalcomitl
su epidermis sideral avanza sus columnas.
cicitlallo cetl
Hierve la ceniza en la red óptica de la noche, lámina
cecualli matlelli tlachihualiztli
suspendida del vacío, hilo de la hilandera puesto a resarcir
tlecuecaltzin
el alba, esclusas que revientan su vino trasijado. Todo
nimitz itoa
toma dimensión en el perfil de las sombras, águila curva
cualli tlanezi in xochitl in cuicatl
devorando tanagras cintilantes en el aire.
cualli teotlac inxochitlahtolli
Entonces se habita la hora con verbos de barro resbalando en
cualli yohualli tehuatzin xochitl itlanezi.
las arterias de cada manecilla, diástoles y sístoles renovando
el cosmos.
Iguana mayor La hilandera teje su hilo y lo desteje esperando del mar la
de 40, 071 longitudes. espiral del retorno, la hora del que llega con la piel teñida del
vivac que le amamanta; zurce su trama, coágulo del tiempo.
Fragmento del planeta, Regresa el rayo mesando largamente su enhiesta cabellera
piedra que camina, de sirenas, su epinicio salino, horadado por la extensa
terrón que se mueve, travesía, yelmo y panoplia en trofeos para la tejedora.
barro resquebrajado,

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Roberto López Moreno Meteoro

La hilandera teje su hilo, deshoja el ovillo en el ojo de la iguana, Se nos vino el cerro encima,
cordón del barro en un seto de auroras y de insectos. empezamos a ascender su sentencia
El polvo del velamen recostado en el lomo metal de la cuchara de tierra que se eleva.
patas de rebaños es, prisma sarcástico del endeble foco. Nos impuso su destino
Se enervan las decurias, las voces a la orilla del café, el mandoble que dócil asumió la carretera,
en la espuma perniciosa de la tinta, doble trama. … nuestro destino de saurio vertical
La hilandera teje su hilo pero ¡Oh! muñón estéril de su magia…. subió por el camino.
Teje y teje “y no se trenzan los cuernos del buey”. Arriba, un colibrí se desprendió de la corola terrestre,
Desde la persistencia del polvo inmóvil levanta el filo que tramontó más arriba de los ojos, y más,
volverá a poner en movimiento el día, poeta solo en su cegador con el himno del motor entre sus pinzas.
laberinto.
Iguana esférica
Dicen que la iguana muerde
gota de hidrógeno en el campo oscuro
pero yo digo que no,
terca curva.
yo cogí una por la cola,
nomás la lengua sacó.
Tla l pan tla l pan l pan tla
Son jarocho
tla tla tla tla pan tla l tla pan
lllllllllllll
pan pan pan pan pan pan pan
Iguala: municipio del estado de Guerrero, México.
tlal tlal
Superficie: 576.1 km.
pan l pan l pan l pan l
Retrato de los siglos tlalpa n tlalpa n
¿De qué memoria vienes? corazón de la tierra firme.
¿Cuál es la flor del tiempo que te amasa la piel?
2 365 19 19 x 4= latido del polvo.
Patas de la memoria,
265 29
sangras con la luna. 04

“y la infinita estrofa ardiente


Recipiente de luz
de los antros brota”.
Urna de la sombra
Manuel José Othón

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Roberto López Moreno Meteoro

Vaso del primer trino Entonces el ave descendió a los cienos,


Cuaternaria suma fue adquiriendo la longitud del polvo,
Arca de la alianza Su escama horizontal,
Torre acostada tierra sexual, polvo enamorado,
Arcilla que se mueve se puso a dibujar sobre la arena;
Así es. un hombre emergió de tal dibujo,
algunos le llamaron Sur,
Polvo la iguana le nombró: hermano Francisco.
arena Había nacido el “colibrí de tierra”,
cieno fue creciendo en el trazo, en su frente se amaban
piso el grillo y el misterio,
Saurio en estado de equilibrio perfecto su piel era de saurio.

Conciencia de lo eterno 1. Reflejo de la eras


(Círculo abierto, infinito cerrado) 2. Carta de los siglos
3. Heroico dinosaurio de hoy
Ver por donde masca la iguana 4. El tiempo tiene cuatro patas
Dicho popular
Dinosaurio enano,
lagartija gigante,
savia existencia sabia,
centro del equilibrio,
enigma de enigmas,
porque tú conoces mejor que nadie
la superficie corrugada del planeta,
paso a paso los milímetros de su reptil horizonte,
la suma salitrosa de sus segmentos,
es que en ti cabe la sabiduría,
hija de la distancia,

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Roberto López Moreno Meteoro

iguana-serpiente Plurálida la corona de Medusa


que con el perfil del sol desciendes hasta el piso domada por el grave sopor del trópico
al que estamos atados, no hierve espantos,
cuerpo de luz bajando por la escalinata, duerme tórridos.
iluminando con tu fósforo
la piedra angular de la pirámide Anguiano/Istmo.
para llegar a nos
y desatar este impulso Llorona de ayer y hoy
otra vez ave el cuchillo de la luna
que habrá de alimentarte se clavó en tu entraña,
desde el pecho abierto de los equinoccios, tu bandera de sangre humedeció la tierra,
iguana que palpita lumbre entonces, en cada terrón
en este colibrí de voz izquierda. tocado por tu hechizo,
se empezó a mover la vida
Aguas de Tabasco vienen sobre una larga flor de cuatro suelos.
Aguas de Tabasco van
Iguanas de Pellicer. Tecayehuatzin Icochilis

“En algunas ocasiones la hembra lucha por zafarse de las garras Yo te amo flor del amanecer,
enternecidas; se retuerce y a veces logra herir a su amador, mi corazón, colibrí zurdo, está contento.
pero finalmente sucumbe al gozo violento. Cuando todo ha ¡Alegría!
terminado, la iguana hembra presume entre sus congéneres las ¡Alegría!
huellas profundas, sangrantes, que dejó sobre su epidermis el Muy bien que estás,
amor de todos los iguanos del planeta”. que vas y hablas sobre la tierra,
“De iguanas” (fragmento), El arca de Caralampio. en mi sangre.
Yo, Citli, corona de plumas,
lleno de estrellas, hielo que se eleva,
Iguana: Sierra de Lampazos/Río Sabinas. sombra que se deshace
te digo: Verbo.
Señor de la casa de las llamas.

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Roberto López Moreno Meteoro

Te digo: Homenaje a José Martí


Buenos días flor y canto.
Buenas tardes palabra florida.
Buenas noches a ti, flor del amanecer.

Crash… Crash…

El largo y polvoriento reptil


de metal
era aguinaldo de juguetería….
Qué es aquello que verdea
Iguana: enmedio de la sabana,
de tu longitud de barro nace el colibrí en el que vuelas. yo creí que era zacate
Tus centímetros terrestres crecen alas y era la maldita iguana.
para sostenerse Canción popular.
en las entrañas transparentes del espacio.
El barro sabio, a sapiencia y suma
se hace nudo volátil, Bendita madre nuestra,
corazón emplumado en las rutas del viento. antes de volar convertida en colibrí
De la iguana naciste, colibrí, la metáfora de tu longitud es:
de su lodo horizontal y eterno. “Diezmillonésima parte del cuarto del meridiano terrestre”.
En el sol del colibrí vuelas iguana, Súmate.
madre, Cantidad Hechizada.
fracción del planeta Morada del colibrí
incrustada en la carne del aire.

530 531
Roberto López Moreno Meteoro

García Corrido
A la Morada de Paz
I
Licencia pide el alero
ADIÓS con la voz de los turpiales
Carne de nuestra carne, y aromas de tamarindos,
sueño de nuestro sueño, callejeros de la tarde.
una mariposa amarilla
para tu vuelo. El tejado se oscurece
y el campanario desmaya,
II mientras palpita el corrido
su corazón de guitarra.
RESURRECCIÓN DENTRO DEL TRIÁNGULO
Y al segundo día El nuevo fruto se entibia
resucitó entre Comala-Macondo con la caricia del aire
y La Habana. y se enfiesta de promesas
Eran los días terrenales. en sorprendido ramaje.

III Cantaba una golondrina,


moneda que llovió el cielo,
LATINOAMERICANISMO la luz que aprendió en las nubes
El terremoto. y resbaló por el cerro.
Después, el Universo….
El viento que por la noche
IV platica con el paisaje
lo ha gritado voz en cuello
EL INFINITO a la mitad de la calle.
Adiós…
Inédito Ha muerto López Moreno,
lo sabe la adusta loma,

532 533
Roberto López Moreno Meteoro

lo vieron llegar sangrando, al fondo de la barranca


mutilado de palomas. las tunas están sangrando.

Ha muerto López Moreno, Vuela, vuela palomita,


murió de dos cuchilladas, noviecita de un lucero,
dos dagas le están matando ve a avisarle a los maizales
del recuerdo a la nostalgia. que murió López Moreno.

Vereda de los adioses: Sobre la milpa volaron


¿dónde está López Moreno?, alas de blancos pañuelos,
¿dónde las dos cuchilladas yo… me quedé en los portales
que le bailan en el cuerpo? …pues no quise ver mi entierro.

Vereda de adioses verdes,


hilera de casas blancas, El final de la ópera
un pecho de rojos ríos
cruzado por negras dagas. Abro la ventana
para que entre el día,
El viento rural pregunta: es una sandía
—¿dónde está López Moreno?, verde, verde y roja,
quiero mirarlo de frente, tuya, tuya y mía.
no en el perfil del recuerdo. Rueda azul será,
rueda donde rueden
Los cuchillos que verdugos luz y melodía.
le desvistieron el alma
descansan su indiferencia Y llega la noche
en un trigal de pestañas. con su negro coche,
cristales de sueño
Ha muerto López Moreno, donde asoma un negro
dos ojos lo apuñalaron, muecas de zapote.

534 535
Roberto López Moreno Meteoro

El día es sandía, Más, más de noche.


la noche es zapote, Reverbera el horno.
las pupilas chicas
y el ojo grandote. Firma: Dos peones adelante, otro en hostigo, tres
Inédito caballos en acción preventiva, un alfil en el inicio de
su aventura incierta —Ruy + M.
Versalía
Poema con firma

Aquí la fragilidad del árbol (su sombra) se escribe. Meteoro


(fragmento)
La razón del sueño es el sueño mismo,
luz que taladra una impalpable oscuridad La entraña de la noche es sombra viva.
u origen, y mientras más se avanza
más de noche se hace: comienza la escritura.
Yo vengo de la muerte, Señor, de su rostro helado,
Karina Falcón el movimiento de la oscura entraña me arrojó a la vida,
de la sombra vengo y en ella hoy me multiplico,
El ave a la mitad del vuelo soy ejércitos marchando sobre el polvo de Dios,
detiene la curvatura de su polvo, camino de Santiago, serpiente de nubes.
manantial ayeando a la velocidad de lo inconcebible. Soy el cuerpo de todos, su memoria,
Desciende a posarse soy tu lanza y tu derrota,
en el perímetro intangible de la sombra; tu victoria final sobre los tiempos.
el árbol, la levedad de su eco
que también es él Sobre tu equino calcio a la intemperie cruzo el cosmos.
percibe la orla; Yo, tu victoria final.
inventa una manzana que no vuela Señor, hoy que pusiste la primavera sobre tu pecho
o vuela al revés. recíbeme en tu sombra.
El ave contempla el descenso Surca el cielo la fiebre del manco que inventaste,
que cubrirá después los varios infinitos —Catalina y Dulcinea lo asisten—
desde el asombro de la escritura haciéndose.

536 537
somos ese bólido,
esa ansia de arder, prender al buitre y al albo ruiseñor
que lleva adentro.

Escúchanos, Señor, somos tu media imagen,


entre más lastimados más tu triunfo,
tu vuelo de cadenas,
tu alegría de heridas,
tu combustión, tu historia.
Hoy. Señor. Primavera. Pecho.
Acógenos.
Acéptanos.
Protégenos.
Recíbeme en tu sombra.
¡Vuela!

bc
Contenido

En siete palabras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

Meteoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
14 de marzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
K’at analté . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Salmos primarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Imágenes del quinto sol
Primera parte: Imágenes toltecas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
Segunda parte: Imágenes aztecas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
La consagración de la Primavera
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
(¿—?) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
Réquiem para un poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Intermezzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
8 por jazz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38
Prole do bebe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
A veces . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
Canción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42

bc La noche redonda y honda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42


Alegato desde el saurio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
En el sur de la nostalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64
iconografía Corrido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

Rafael Galdámez
El río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
Génesis de mi propio tormento [9] • Al filo del abismo [15] • Hay un sonido El río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
salamandra [353] • En la pupila azul de la memoria [381] • En el sur de la El río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
nostalgia [395] • Camino transitado tantas veces [403] • La historia del
principio [539]. El río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
El río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Händel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
El nacimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 Verdi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
El bautizo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Revueltas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
Hecho de armas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86 Beethoven . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
De ausencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 Haydn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113
La respuesta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Ives . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
La primera piedra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88 Schubert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 114
Del nuevo mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 Strauss . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
Paradiso Ponce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 115
(La visita) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89 V sinfonía de Shostakovich
Dulcinea frente al Usumacinta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Primer movimiento. Moderato. 16:52 Mint. . . . . . . . . . . . . 116
Isabel viendo llover… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Segundo movimiento. Allegreto. 4:56 Mint. . . . . . . . . . . . . 117
Soconusco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
Tercer movimiento. Largo. 15:45 Mint. . . . . . . . . . . . . . . . . 117
De cabalgaduras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
Cuarto movimiento. Allegro non troppo. 9:55 Mint. . . . . . 118
En la venta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
La marimba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
Fierabrás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94
Arcana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120
El bachiller Sansón Carrasco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95
Poema a la Unión Soviética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
Sancho a un poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Poema a la Unión Soviética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
De duques . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
Poema a la Unión Soviética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127
Confesión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
Poema a la Unión Soviética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
La oración de Aldonza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Ajusco o Efraín Huerta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
Epitafio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Itinerario inconcluso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
Acta de defunción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
I Illimani . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
Lápida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
II Xochipilli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
En el Cañón del Sumidero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
III Coatlicue . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
La junta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
IV Kukulkan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
Hacienda de Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
VII Chiapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142
Puente de Talismán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
Amatenango de la Frontera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
Gato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 142

Octavio Paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104 Asidero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143

Décimas lezámicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Orden . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143


Leyendo el testamento de Eliseo Diego entre Durango Tres aproximaciones
y Gómez Palacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170

Celeste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

De la calle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

Visita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 Dístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

Persistencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Ante un cuadro de Leticia Ocharán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171

Un río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146 Décima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172

Jerjes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Bamba lezama bamba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173

Cuatros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Redoble de la memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 174
En dónde están . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
Cotidianidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Cambia e’paso tallé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
Un parto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
Ritmo dúo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
Diurno de los adioses
Danzón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149
Tamborito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Ahé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Del rito a la carne . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
Sabre y Curiel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 188
Abro la marimba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162
Pupila de Mendive . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
(Fragmento) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Por este lado del mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193
Soneto gañeñe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 164
Carnaval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
Eva usa vello, lo lleva suave . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
Música de Álvarez del Toro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Variaciones sobre un tema jesuita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166 Huapango . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 202
Diurno del optimismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167 Palabras para encender una hoguera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
Los lepradores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 Tríptico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 204
Poemínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 Campaña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
Homenaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168 Hechicerías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
Onomatómicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169 (Fragmento) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
Tres de dinosaurios y uno de cuna Buenos días: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 A Castellanos poetisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207

II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Poesía visual


III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Ataúd . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208

Nota roja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170 Alacrán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209


Óptica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 209 III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239
Cruz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 Seis formas de ver el vuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
Juegos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 Héroe santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
Los soles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 La araña transparente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Rueda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211 La hormiga del sueño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Se va el caimán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 Cruenta alegría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Terremoto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 212 M . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242
Nicaragua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 213 Tercer soneto dos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 247
Schönberg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 Tercer soneto tres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
(Fragmentos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214 Yves Bonnefoy . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
Savia adentro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 225 Jerónimas
Tus ojos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 226 I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Desmenuzan auroras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 227 II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
Vena a vena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 228 Una tarde en las colinas de Berkeley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
Vino a vino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Abuelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
Periplo artesanal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 Casandra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 252
Para rehacer el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 Responso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
Tres bañuelantes Tempo di tango . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
Salomé . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 230 París-Nueva York-México . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
Bosquejo de un zapato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Ocho ciudades
Una carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 231 Medellín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 257
Nocturno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 232 Scopjie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
La siesta de un fauno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Hilda en Plovdiv . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 258
Jazzotomía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 233 Moscú imposible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 261
Sensemayá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Inmediaciones de Regensburgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
13 tiempos de Eros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 234 Disyuntivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
Poema de cumpleaños para un poeta hermano . . . . . . . . . . . . 236 Panteísmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263
Blagodaram . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 237 Preguntas al código . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
Canciones en La Habana Diurno a Silvestre Revueltas
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238 Fundadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 266
II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 239 Creación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
La disputa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267 12 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295
La rosa roja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268 13 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296
Motivos para la danza Poema de Zapotlán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 296
III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269 Primera carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 298
IV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 271 Envío primero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 300
V . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272 Segunda carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 302
Septiembre 1985 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272 Carta a Dimas Lidio Pitty . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305
Diurno en la muerte de Emiliano Zapata . . . . . . . . . . . . . . . . . 274 Jazz y Ofelia
Antipol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Ofelia fluyendo jazz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Estamos en el canto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277 Ofelia escribe jazz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Estoy en huelga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 278 Ofelia dirigiendo un grupo de jazz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308
Amor es cal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 279 Ofelia hizó del jazz lo eterno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 308
El número . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 280 Transición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
Poemo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 Primeras galerías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 309
Diluvio sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 282 Era . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310
Simbiosis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 283 Góngora, Gracián, Juana de Nepantla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311
El reposo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 284 Juana de Nepantla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 313
Relación de hechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 285 En el ámbito de los espejismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
Treceadas Filos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 315
1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 Cenital . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 316
2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 Chas pik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 317
3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 Crecen los días . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 318
4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 290 Cambio de siclo (Epílogo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319
5 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291 El trueno y el canto griego mexicanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 322
6 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 291 Los negros de Tlalpan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
7 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 292 Cerro de la Estrella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 323
Intermedio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293 Estrella flor, encendedor de la altura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 324
8 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 293 Juana Duval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 325
9 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294 Hacanea . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
10 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 294 Matiz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 326
11 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 295 Conversación con O’Higgins . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 327
Canción de cuna y mandolina de la sección Piedra de Huixtla en Xochicalco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
sur de Coyoacán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 Canta José Luis Caballero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
El sueño de los amigos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328 Dinamo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
Zenobia Camprubí . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329 Equipotencialidad en el parque México . . . . . . . . . . . . . . . . . 357
Dozal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 330 Anecdótico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 358
Canciones de oriente Radix de Ábrara . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 358
Xi an 7 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331 Abstracción. Gira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
El ejército de terracota . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 332 Tropología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
Recital en la embajada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333 Rotor M-O . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 360
Nan Ying Lu . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 333 Águeda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 361
Donde el dragón sube . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 334 Señorita y niña desde lejos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
Pueblo sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 335 Hipótesis de Cipac . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 362
Canción lejana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336 Sombra/luz/sombra/luz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363
En un elevador en China . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 336 Negro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364
Templo de la literatura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 337 Operaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 364
Budas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 338 Si le quitáramos la yugular… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
Y Singapur se maquilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 339 Con sentido del tumor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 365
Canciones de Vancouver . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 340 El gato de Schrolinger . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 366
North Pacific (Frente a la Bahía Roberto) . . . . . . . . . . . . . 340 Intermitencias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
La niña de Seattle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341 Zapato y perro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368
El fa de Winnipeg . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 342 La niña y el espejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 368
Visita a Frida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 343 Frente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 369
Canción trágica en Sunset Beach . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 344 Laconismo
La luna sobre el Sena . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346 El evangelio según el laconismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 371
Berlín-creacionismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 346 Poesía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372
Puente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 347 Tlazocamati cipactli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372
Plumisierpe de Luxemburgo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 348 Abroba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372
Presentación de un libro de Claudia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Poesía II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 372
Gloria en la tierra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349 Eco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
Pushkin descansa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 Dolores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
De andares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355 Con la equis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373
Crimen perfecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373 Adverso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Homenaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 373 Parajoda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Aseveraciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Las batallas del Peloponeso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 397
Laconicus . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Imitando a un poeta de éxito de mi país y de este tiempo . . . 398
Danzas I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Pohemático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 399
Danzas II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Poema en tres párrafos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 400
Danzas III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 374 Inquiriendo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
Candela perpetua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 Destitulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 402
Estructura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 Paideicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 405
Tepochca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 Diálogo entre Liguori y Rolomo
Memoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375 Inmoraleja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406
Afirmación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 La revelación (Respuesta a Liguori) . . . . . . . . . . . . . . . . . . 407
Del sistema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 A Gloria la de Huixtla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 408
La muerte del poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 Caminos cruzados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
Peticiones dolorosas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 Tres tercetas jimeneadas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 409
Avante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 376 Colección hartopédica
Minucias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 De domingo siete . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
Sin petición de chiche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 La Numantina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 410
Ligerezas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 377 Soneto anarcocolinista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 411
La muchacha de acá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 383 En ocho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 412
Quema Marías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 384 El incendio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413
Ten trapito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 385 Desayuno clásico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 413
Chiras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 386 A la bodeguita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
Pinches pochos dicen yes Para un menú en Las Pichanchas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 414
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387 Banquetes y castillos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388 Caminante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 388 Dos palindromeses dos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416
Historia de un poeta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389 Petalerío
El gandalla matolo y comiolo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391 Armando el gallo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416
Plagio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392 La manufactura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 416
Gurvai . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 392 Paseo por Tenango . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417
Cervantino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 417 Goteras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430
Dimas sobre Michelle y Françoise o Dimas vs Damas . . . . . . 418 Recetario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431
Fidelias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418 Bélicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431
Dos dísticos del optimismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 418 Olímpica I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431
Al poeta Óscar Castañeda Batres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419 De amores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 431
Biológicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419 Árbitro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432
A Alberto Elorza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419 Modas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432
Gabriel Velázquez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 Cacerías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432
A un rector . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 Daltónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 432
A don Mauro Jiménez Mora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421 Empeños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
A Neto, Natátil y Notorio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 421 Preguntón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
Al epigramista Guillermo Farber . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422 De pitos y cornetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
Al epigramista Vate Campos y Díaz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422 Promoción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 433
Petición a Rogelio Cuéllar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 422 Envíos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434
Académico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 Remedios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434
Brindis macabrón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 423 Negritud . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434
Aniversario de Efraín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 424 Laborante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 434
Sobre del Juárez-Loreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 424 Presunsiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435
Epigramas Metro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435
En el aniversario de Berlioz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 425 Tan tán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435
Alburemas Cantata de la vieja ciudad del hierro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 435
Día once . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 428 Il caffe fiorentino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 436
Minuscálido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 428 Café “nopal con tunas” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 437
Suicidio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 428 Huixtla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Tigres y pájaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 438
Fatalismos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 Diurno a Rosario Castellanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 440
Consejo boxístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 Chiapas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 442
Suertudotes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 429 I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 443
Calzando grande . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430 II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 444
Dádivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430 III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 445
De remedios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 430 Palomas négridas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 447
Persetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 450 Duda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
San Bartolomé de los Llanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453 La revelación del mago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483
Verbario de varia hoguera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 454 28 de mayo / homenaje a Leticia 2006 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 484
El milagro de Acambay . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 458 Córdoba-Nandayapa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 485
Trébol para armar Yeyi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 487
Soneto 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 460 Rosa de Guraieb . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 487
Soneto 2 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 461 Paisaje . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 488
Soneto 3 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 461 Guerrero poniente 9 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 489
Soneto 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 462 Hondo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 490
México siglo XXI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 463 Flor de café . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 490
Después de la traducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 464 Juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 490
Hermenesterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 464 Duvaleriano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
Números/diorama de manuelez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 466 Comiteca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
Tangencio de premoniciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 467 Comitán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 491
Cuatro mensajes por internet sobre Fausto Trejo . . . . . . . . . . 467 Los exóticos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 492
Eran las 3.5 Adolfo Castañón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 470 Huixtla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 493
Conversando con Carlos Borbolla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471 Marzo 2007 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 494
Nochi rezpe de la sapren . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 471 H2O (saurio) entre fósforo y distancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 494
Caminemos, Gonzalo Rojas… sigamos caminando… . . . . . . 472 Lutos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495
Poema extraviado y coda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 473 Balandra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 496
Conversando con González Rojo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 475 Entre poetas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 497
Dos mujeres Septapoética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 498
Dolores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 476 Soneteando
Oralia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 476 Un soneto me mando a ser violento como antítesis . . . . . . . . 498
Hipatia en el centro del dodecaedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 477 (Fragmento) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 499
Alta traición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 478 Presencia de la cocha enfrenada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 501
A la mitad del hipo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 479 Tarde de Guanajuato . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 502
Galdámez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 481 Salutación sur . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503
Visión de Disner . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 482 Dos acentos y Carmen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503
Breve poema de deslumbramiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 482 Diluvio sombra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 504
Ícaro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505 Corrido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 533
Son no ético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 505 El final de la ópera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 535
Sonetillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 506 Poema con firma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 536
Soneto en shock . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507 Meteoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 537
Ella ello ella . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 507
A la morada de Paz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 508
Vizántico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 509
Soneto al alimón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 509
Jaramillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 510
El espejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 511
Sonejo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
Contrarritmo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 512
Soneto 104 del Petrarca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 513
Ardor, calor, Carlos y Yescas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 514
A una rosa amarilla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 514
Reinvenciones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515
Disertación contra el soneto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 516
Con estrambote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517
Duda y definición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 518
Vocales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 518
Soneto vulgar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 519
Despejando a menos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 520
Más por entre por menos da menos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 520
Requiescat in pace . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521
La longitud de la iguana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 522
García
I . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 532
II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 532
III . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 532
IV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 532
La edición estuvo a cargo
de la Dirección de Publicaciones del CONECULTA-Chiapas
Corrección de estilo / Liliana Velásquez
Diseño y formación electrónica / Mónica Trujillo Ley / Mario Alberto Palacios

Meteoro
se terminó de imprimir en septiembre de 2014 en Talleres Gráficos
de Chiapas, en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
Los interiores se tiraron sobre papel cultural de 90 kg
y la portada sobre cartulina couché de 169 kg. En su composición tipográfica se
utilizó la familia Horley Old Style MT. Se imprimieron mil ejemplares.

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