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Nr. 16 Oslo 12.-17. august 2002
skandinaviske
XV romanistkongress
Oslo 12.-17.august 2002
(1) Hoy tengo uno de esos días en que te encuentras deprimido sin saber por qué
(Gómez Torrego1: 1992, 13)
(2) Qué bien vives, tío! – Es que uno sabe montárselo bien (Gómez Torrego: 1992, 15)
1
Gómez Torrego, Leonardo (1992): La impersonalidad gramatical: descripción y norma, Madrid, Arco
Libros
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Mikkel Hollænder Jensen
(3) La verdad es que nunca sabes cuándo vas a morir ( Gómez Torrego: 1992, 13)
(4) Cuando uno mira al sol, se queda como ciego (Gómez Torrego: 1992, 14)
Casi todos los autores de los tratamientos monográficos y específicos del tema dicen que estas
dos construcciones son iguales y totalmente intercambiables entre sí.
El objetivo que nos planteamos es el de proponer una modelación que nos permite
establecer una diferencia entre estos dos usos – que sí creemos levemente diferentes – y
anotar las diferencias para ellos.
Vemos en el ejemplo 5 (prima) que si se substituye a este uno por un tú, el cual también
puede usarse como un encubridor de yo, que no son sustituibles y que se vuelve deíctica, o
sea que tú obtiene su lectura prototípica:
2
José A. Martínez (1989): El pronombre II, Madrid, Arco Libros (p. 60)
3
Ridruejo, E. (1981): ”Uno en construcciones genéricas”, Revista de Filología Española, LXI, pp.65-83
4
Maldonado Soto, Ricardo (1992) Middle Voice: the Case of Spanish SE. UMI Dissertation Services
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uno y tú
A manera de conclusión parcial, podemos ver que el significado referencial de uno, cuando su
sentido es un «yo encubierto» se liga de manera muy clara al emisor de la oración y que lo
hace de manera más clara que tú. Uno puede significar «yo» en este contexto no marcado –
lo que no es posible para tú.
Aún así, este «yo encubierto» no es el mismo que un «yo» expresado en primera persona.
El sentido de uno, aleja un poco al emisor de la responsabilidad pragmática de lo expresado y
toma un cierto aire de verdad incuestionable. Si el autor hubiera preferido poner «yo» en vez
de uno, tendría demasiada presencia su opinión personal y esta es precisamente la razón por la
que se usan las impersonales.
Tú encubridor de «yo»:
Para que tú venza su referencia deíctica hacia el interlocutor es necesaria la adición de
diferentes elementos que permitan una lectura impersonal, los llamados inductores, o
activadores de impersonalidad destacados por varios autores, entre ellos María Lluísa
Hernanz5 y Elena De Miguel6:
La clase semántica del verbo también influye (los verbos modales favorecen una
lectura impersonal de tú)
Una vez bloqueada la referencia al interlocutor creemos que se obtiene la referencia al emisor
por el mismo procedimiento que con uno – aunque varios autores reconocen que muchas
veces es difícil distinguir si su referencia es genérica o particular.
Esta lectura de la segunda persona del singular con referente particular encubridor depende
en un grado alto de la situación comunicativa en que se enuncia.
5
Hernanz, Mc.,L.(1990): ”En torno a los sujetos arbitrarios: la 2c persona del singular”, en Demonte, V. y
Garza Cuarón, B. (eds.), Estudios de lingüística de España y México, UNAM (pp.151-178). Discute los
activadores de genericidad en relación con la noción de sujeto arbitrario.
6
De Miguel Aparicio, E. (1992): El aspecto en la sintaxis del español: perfectividad e impersonalidad,
Madrid, U.A.M.
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Mikkel Hollænder Jensen
Sin embargo, lo que distingue a estas construcciones con tú, tanto las encubridoras como
las genéricas, frente al uso de otros impersonales según una autora como la María Rosa Vila7
es que obedecen a una función comunicativa idéntica:
Este uso se puede llamar, pues, un uso empático donde se apela al interlocutor a que participe
de manera más activa en el contenido de lo comunicado – que de alguna manera se imagine
en las mimsas circunstancias – , y es precisamente aquí donde el uso de tú se distingue de uno
de manera muy clara:
Hemos visto ya cómo el uso de uno puede significar el emisor en exclusivo, pero este
procedimiento no tiene el mismo efecto pragmático para el receptor como lo tiene el uso con
la segunda persona del singular – el uso con uno es menos impersonal – menos general – en
este caso. Veamos un ejemplo de tú encubridor de yo:
(6) Cada vez tengo más preocupaciones por mis hijos. Y es que si tú no te preocupas
por ellos, no sé quién lo va a hacer (Gómez Torrego: 1992, 13)
(6’) Cada vez tengo más preocupaciones por mis hijos. Y es que si uno no se preocupa
por ellos, no sé quién lo va a hacer.
7
Vila, M.R.(1987): ”La segunda persona gramatical en función no deíctica”, Revista Española de
Lingüística, 1, I, pp.57-68
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uno y tú
luego también por una falta de de conexiones con la situación comunicativa o por adiciones
de constituyentes de diferentes tipos (locativos, temporales, etc.)
Pero en la lectura genérica, uno y tú mantienen las sombras de cuando están encubriendo al
«yo» hablante y, así, la lectura genérica con tú invitará también más a la participación
empática del oyente que con uno. Esto se puede ver por la sustitución en los siguientes
ejemplos:
Uno genérico:
(7) Pero de lo que aquí hablábamos es de la expresión domicilio fiscal, que sugiere una
capacidad de orden metafísico para apoyar las piernas en un sitio y el riñon forrado
en otro. A lo mejor, un día te cruzas con la tenista por la calle de Barcelona y
aunque la veas entera, resulta que no, que tiene el domicilio renal aquí, y el cordial
allí. Yo no sé si uno es de donde hace pis o de donde recibe el Príncipe de
Asturias. (Juan José Millás, Levante, 9/9/98)
Tú generico
(8) ¿Qué tal, Ismael? ¿Crees que se pierde credibilidad cuando se tiene éxito?- Se
corre el riesgo de que tu mensaje se tergiverse, te haces más vulnerable a las
suspicacias de la gente... Eso es cierto...(Entrevista digital a Ismael Serrano,
cantante, El País, 18/03/02)
(8’) Se corre el riesgo de que el mensaje de uno de tergiverse, uno se hace más
vulnerable a las suspicacias de la gente... Eso es cierto.
Conclusión
Hay cuatro lecturas de estas construcciones; cada una con diferentes grados de prominencia
del emisor y cada una dependiendo de un grado relativo de efecto de empatía del interlocutor
vía el uso de la segunda persona del singular o de falta de la misma.
Las impersonales con referencia genérica y/o encubridora tienen diferentes lecturas y no
son iguales como se suele decir. El esquema básico que representa cada tipo con referente
encubridor también se mantiene en el uso genérico aunque no de manera tan marcada. Véase
el esquema 1 que representa estas cuatro lecturas :
Tú Uno
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8
Bolinger, D.: (1979): ”To Catch a Metaphor. You as Norm”, American Speech, 54 (3), Lansing, Jeff (1992):
”Imper-sonal You” (manuscrito no publicado)
9
Véase por ejemplo: Berrendonner, Alain (1981): Éléments de pragmatique linguistique, Paris, Minuit,
Brandt, P.AA. (2000): Qu’est-ce que l’énonciation? Manuscrito no publicado, Ducrot, Oswald (1984): El
decir y lo dicho, Barcelona, Paidós, 1986. La lista de autores que trabajan con la enunciación es larga y nos
hemos limitado a estas tres referencias.
10
También en la gramática cognitiva de Langacker se le otorga un importante papel a la noción de punto de
vista para la construcción de sentido.
11
Brandt, P.AA. (2000): Ibid.
12
Moignet, G. (1981): Systématique du langue française, Paris, Klincksieck
13
Fauconnier, G. & Turner, M. (1998): ”Conceptual Integration Networks”, Cognitive Science, vol 22, pp.
133-187.
14
Maldonado Soto, Ricardo (1999): ”Espacios Mentales y la interpretación del SE impersonal”, Anuario de
letras (Vol. especial, IIF, UNAM, (pp. 205-227)
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uno y tú
vista desde el olimpo aunque la misma puede ser resultado de experiencias personales y se
puede apelar a un interlocutor para que tome parte en ellas. Esto será lo que tiñe de verdades
«no discutibles», de verdades menos subjetivas, a los usos impersonales – es lo que quita la
responsabilidad directa de un enunciado, permitiendo al que lo enuncia esconderse en un
grupo más extenso, o bien postular que lo que dice de su experiencia personal es válido para
todo el mundo.
Para las expresiones impersonales en cuestión hay cuatro constructos interrelacionados
diferentes, cada uno con su lectura particular, como vimos antes, que dependerá de las
conexiones que se establezcan o dejen de establecerse entre los puntos de vista diferentes y
los espacios de experiencia a los que se enfoca y lleva al oyente.
(9) Lo peor, sobre todo en mi trabajo, es que eres mayor para algunas cosas y demasiado
joven para otras. Me pasa en todo. Eres joven para casarte y tener hijos, pero no tanto
como para hacer lo que quieras porque tienes responsabilidades que asumir (Modelo,
23 años, El País, 7/4/2002)
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Figura 1: tú = yo encubierto
10 ¿Quién nos lee? Aparte del público obvio, que es el de los colegas críticos, yo
poseo dos testimonios continuados, insistentes y, por lo tanto, fiables: uno, una
anciana y maravillosa tía mía que frecuentemente me recuerda que lee con deleite
mis artículos, pese a que, según afirma, jamás entiende ni jota de sus contenidos
(es decir, la música le resbala, pero está enamorada de mi prosa galana); y dos,
algunos compositores y algunos intérpretes que, habiendo salido bien parados de
alguna crítica, cumplen la condición de poseer mi teléfono particular desde hace
muchos, muchos años. Pero uno, que es poco dado a las generalizaciones, se
resiste a creer que sus lectores sean sólo los amantes de la calidad prosística como
valor autosuficiente y aquella parte de los viejos amigos músicos a los que tengo la
suerte de poder poner bien. (ABC Cultural, 01/11/1996 : PREGUNTAS
LACERANTES – CREA)
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referencia genércia. Aunque la verdad a la que se enfoca sea una verdad incuestionable «del
olimpo» se establecen conexiones leves de manera análoga a antes con el emisor y el
receptor, respectivamente – con las mismas lecturas básicas como resultado: uno baja la
presencia referencial del interlocutor mientras que tú es más interpersonal y apela más al
interlocutor a tomar parte de lo enunciado.
Tú con referente genérico, ejemplo 11, se construiría de la siguiente manera:
(11) Doña Marta ha arruinado con su soliloquio -que es como el de Lady Macbeth, pero
al revés- a un brillante y muy dotado político, que es su marido y que está en un
momento delicado. De nada sirve hacer precampaña preelectoral si al lado tienes
una santa esposa que soliloquia políticamente y encima tiene tren. Tren de vida,
quiere decirse. (Umbral, El Mundo, 23/02/01)
Figura 3: tú = genérico
(12) Hombre, yo creo... lo que escandaliza aquí no es tanto que una persona se lleve
unos millones, como que esa persona estaba a cargo de la custodia de esos
millones. Si uno está en la cola de un banco y le roban el bolso, bueno, pues mala
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suerte y, en fin, ya sabemos que hay rateros que roban los bolsos. Pero lo que uno
no espera nunca es que el cajero le robe su dinero. Eh... eso es lo que realmente ha
alarmado... (Corpus de la Universidad de Gotemburgo,
<H3>ADEB022A</H3><24-6-91> <fuente=televisión> <localización=Madrid>)
Hay, pues, cuatro lecturas distinguibles, todas con una combinación en la enunciación de
puntos de vista y delegación espacial y hemos creído más apto representarlo en un marco
teórico de integración conceptual aunque también se podría esquematizar de otras maneras.
Un análisis de este tipo nos ha permitido ver que las expresiones impersonales con uno y tú
no son totalmente equivalentes.
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Bibliografía:
Berrendonner, A. 1981: Éléments de pragmatique linguistique, Paris, Minuit
Bolinger, D. 1979: «To Catch a Metaphor. You as Norm», American Speech, 54 (3)
Brandt, P. AA. 2000: Qu’est-ce que l’énonciation? Manuscrito no publicado
De Miguel Aparicio, E. 1992: El aspecto en la sintaxis del español: perfectividad e
impersonalidad, Madrid, U.A.M.
Ducrot, O. 1984: El decir y lo dicho, Barcelona, Paidós, 1986
Fauconnier, G. & Turner, M. 1998: «Conceptual Integration Networks», Cognitive Science,
vol 22, pp. 133-187.
Fernández Soriano, O. & Táboas Baylín, S. en Bosque, I. & Demonte, V.: Gramática
descriptiva de la lengua española (GDLE), Madrid, Espasa, 1999 (II, 27, 1723-1778)
Gómez Torrego, L. 1992: La impersonalidad gramatical: descripción y norma, Madrid, Arco
Libros
c c
Hernanz, M .,L. 1990: «En torno a los sujetos arbitrarios: la 2 persona del singular», en
Demonte, V. y Garza Cuarón, B. (eds.), Estudios de lingüística de España y México,
UNAM (pp.151-178)
Lansing, J. 1992: «Impersonal You» (manuscrito no publicado)
Llorente Maldonado de Guevara, A. 1977: «Las construcciones de carácter impersonal en
español» en Estudios ofrecidos a Emilio Alarcos Llorach, , Universidad de Oviedo (pp.
107-125)
Maldonado Soto, R. 1992: Middle Voice: the Case of Spanish SE. UMI Dissertation Services
Maldonado Soto, R. 1999: «Espacios Mentales y la interpretación del SE impersonal»,
Anuario de letras (Vol. especial, IIF, UNAM, (pp. 205-227)
Martínez, J.A. 1989: El pronombre II, Madrid, Arco Libros
Moignet, G. 1981: Systématique du langue française, Paris, Klincksieck
Ridruejo, E. 1981: «Uno en construcciones genéricas», Revista de Filología Española, LXI,
pp.65-83
Vila, M.R.1987: «La segunda persona gramatical en función no deíctica», Revista Española
de Lingüística, 1, I, pp.57-68
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