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JUSTICIA

CON SENTIDO
COMUN
SOLUCIONES RAPIDAS
A CASOS DIFICILES

BELEM TORRES
Y SUS
ANECDOTAS

EDICION 2013

HECTOR TORRES BELTRAN


5E.LE.M TORRELS Y 5 Ü 5 ANECDOTAS

U c. Diego Valades, cuando fungía como secretario general de


Gobierno del Estado de Sinaloa, el destacado periodista
A.ntonio Pineda Gutiérrez y Don Belem Torres.
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

Antonio Pineda Gutiérrez don Belem Torres, Wulfrano García y Héctor Torres Beltrán.
5LLE.M TORRES Y SUS ANÉCDOTAS

5
JUSTICIA CON 5HNTIDO COMÚN

Don Belem Torres con Julio César Cháve^j amigos.


^ ^
5E.LLM TORRÍ1S Y SUS ANÉCDOTAS

“Mi abuelo B«lém, hasta muerto sigue siendo humilde,


pues su nombre lo lleva la colonia más pobre de Navolato"
Ing. Gustavo Alonso Ibarra Torres

“México fuera otro si hubiera muchos Belém Torres”


Lic. Francisco Rodolfo Álvarez Farber

Héctor: Sé lo que querías y admirabas a tu


padre, y por eso sé lo que estas sufriendo por
su muerte. Animo y pronta recuperación, amigo.
Jorge Medina León
Columna de frente y de perfil, Diario de Sinaloa
14 de mayo de 1993

Sección Reflejos
SOL DE SINALOA
Por Jesús Humberto Díaz Sarabia

Por el trabajo radiofónico “Navolato Belem Torres”, Radio


Sinaloa recibió mención honorífica en la categoría de
programa dramatizado en la V Asamblea General Ordinaria de
la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales
de México A.C., celebrada en Monterrey, Nuevo León.

Edición 2013
Primera impresión: Mayo de 1994

DERECHOS RESERVADOS: PROHIBIDA


LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL
INDICE

PAG.
LAS SENTENCIAS DE DON BELEM .,....................... 10
PRESENTACION... . .................................................... 11
LOS PUJIDOS DEL DIABLO............ . ............... .......... 12
EL DEDO................ ........ ......................................... . 14
LA DE LOS BURROS........ ............................. - ......... . 18
EL PALO............... „ ................................... . 20
EL TINTERO................................................................. 22
LA HERENCIA............. ....................... ............ .......... 24
EL DE LA VACA........................................................ . 26
EL MARIDO DELICADO................................................27
ADULTERIO SIN MALICIA----..................................... 29
EL PRESTAMISTA.........................................................32
LA LIMOSNA-..--.......................................... ............. 34
EL MALA PAGA................................................................ 36
LOS ROBA PUERCOS...-.......... -- - - - - - ......................37
EL MARIDO GOLPEADOR---...................................... 39
EL SECRETO QUE ME CONFIO-................................ 41
LA ANECDOTA P U R A ................... .................. ....... 44
DE 7 PULGADAS................ ............................................45
LA DE LA PISTOLA............. - .........................- - - .........48
SU NOMBRE ANIV. DE LAREV................................... 50
PAG.
CHICAS ALEGRES................ - ......... - .......................... 51
MUCHACHO QUE CAMBIÓ............................................ 52
VÍRGENES CON SURTE................................................. 53
EL “GOLLETERO”.............................................................55
DISCUSIÓN DE PAREJA................................................. 57
NIÑO LLORÓN................................................................. 58
CON LA LENGUA GANÓ............................................... 59
EN ESTADOS UNIDOS.................................................... 61
TERNA DE UNO...............................................................67
EL ENCUENTRO CON EL PUEBLO................................70
DON BELEM TORRES CON CALLES,
AVILA CAMACHO Y MIGUEL ALEMAN...........................73
LA JUSTICIA DE DON BELEM........................................ 77
SUS JUICIOS SALOMONICOS....................................... 87
DIALOGO Y CULTURA DE CANAL 3 DE TV...................88
UNA LEYENDA LLAMADA BELEM TORRES................................. 8
LA PICARDIA NAVOLATENSE........................................ 90
HOMENAJE DE LOS ABOGADOS................................................. 9
MUERE BELEM TORRES................................................93
LUTO EN NAVOLATO.......................................................... ........... 9
HOMBRE LEYENDA........................................................99
EPILOGO................................. ..................................... 102
LAS SENTENCIAS DE DON BELEM

Navolato ha sido pródigo con Sinaloa y con México. Aquí


nacieron, sólo por mencionar dos casos, el general Ángel
Flores, tres veces Gobernador del Estado y el Ingeniero
Juan de Dios Bátiz Paredes, fundador del Instituto
Politécnico Nacional.

Que decir, por otra parte, de uno de los hijos más


queridos de esta tierra: don Belem Torres.

Cómo no recordar sus salomónicas decisiones que


apartadas de los formulismos jurídicos, siempre se basaron
en la equidad, la justicia y el sentido humano, y en otro
difícil de encontrar: el sentido común.

Además de todo ello, sus sentencias valían y eran


cumplidas por el mero hecho de que las dictaba don Belem
Torres.

Dr. Gonzalo Armienta Caldarón


PRESENTACION

Con el propósito de dejar testimonio sobre la actuación


de mí señor padre en sus cargos de Síndico, Juez Menor y
Oficial del Registro Civil, recopilé todo lo que se escribió de
él y con entrevistas de amigos reporteros, se dio forma a
este libro.

Para ello se contó con la autorización del popular


personaje de Navolato, quien lamentablemente no pudo ver
su Obra, al retrasarse el proyecto por muchos años.

La edición va en su recuerdo.

Esperamos cumplir con este trabajo a la sugerencia que


constantemente nos hicieron grupos de amigos.

Agradecemos la participación de compañeros colegas


para lograr nuestro propósito.

A todos muchas gracias.

HECTOR TORRES BELTRAN


“LOS PUJIDOS DEL DIABLO” ...

El primer libro que toca el tema de Belem Torres lo


escribió Alejandro Lomelí Cota, con el título “Los pujidos del
diablo”, donde el autor se refiere a otros personajes que
alcanzaron fama por su manera de ser.
Al escribir sobre el Síndico de Navolato, señala que en la
década de los 40’s gobernaba Navolato como autoridad
responsable de la Sindicatura el ejidatario Belem Torres.
Era Belem, como todo mundo lo llamaba con afecto, mas
bien alto que bajo.
La amplia y permanente sonrisa de Belem era parte
congénita de su fuerte manera de ser y es que, Belem,
fincaba su personalidad en sus acciones que siendo nobles
y bien intencionadas beneficiaban a todos.
Era normal que, cuando de Culiacán llegaban las
órdenes para detener y remitir algún ciudadano emérito de
Navolato por algún delito, Belem con la más cumplida
autoridad ordenaba de inmediato al policía que utilizaba
como comandante: “arráncate echo la mocha y le dices al
compadre Luciano que se pinte porque hay órdenes de
meterlo al tambo”.
Después de una pausa que utilizaba para tomar aliento,
con tono feroz le ordenaba al comandante: "Con dos
chotas, a la caída de la tarde, te presentas por la puerta
delantera'del tal Luciano, y lo conminas a que se entregue
sin hacer resistencia del supremo Gobierno”.
Hasta en esa orden iba implícita su voluntad de servir al
amigo.
Le dejaba la puerta trasera como escape emergente.En
seguida, giraba el siguiente telegrama al Supremo
Gobierno de Culiacán: “Hoypresentemea detener acusado
(punto) según instrucciones giradas por la superioridad
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN

(punto) el tal Luciano volviose ojo de hormiga (punto) por lo


cual dícenme candidato penitenciaría (punto) encuéntrase
fuera entidad (punto) Síndico Municipal, Belem Torres,
rúbrica.
El telegrama al instante era llevado al Gobernador quien
sin hacer comentario alguno, guardaba el amarillo
documento al tiempo que pensaba para sí: "campesino, el
muy bribón. Apuesto que lo tiene escondido en su casa”...
Por lo demás no era extraño que a la mañana siguiente,
el prófugo, el tal Luciano y la máxima autoridad,
coincidieran en la orilla del río.
Entonces Belem Torres exclamaba con cierto dejo de
fingida indignación: -¡Compadre no joda!. Siquiera pélese
hasta Altata unos cuantos días mientras que a esos de
Cuiiacán se les olvida la orden.
Con Belem Torres, señala Lomelí Cota, los ciudadanos
de Navolato conocieron por primera vez lo que era la justicia
pronta, franca y expedita.

15
EL DEDO

Por Antonio Pineda

En recuerdo del hombre bueno, cuyo talento-de haberse


cultivado- le hubiera convertido en notabilidadjurídica.

Fue siempre, un hombre común.


Don Belem Torres fue un hombre de excepcional
seguridad. Cuando se le llevaba un problema para que él
diera la decisión final, escuchaba pacientemente a las
partes en discordia, después entrelazaba las manos y se
las llevaba a la barbilla y meditaba lo suficiente --a veces
mucho, a veces solo unos minutos --y luego dejaba caer la
decisión.
Creo yo que jamás asumió una actitud arrogante, porque
la humildad y la sencillez fueron virtudes consubstanciales,
como también lo fue en concepto de justicia.
Así como para los amantes de la música es inevitable la
revisión de la obra de Beethoven, para quienes tienen
vocación por el Derecho considero que debe ser un p’acer
analizar detenidamente los fallos de Belem Torres.
Es mucho lo que se ha recogido de este don Quijote de la
Mancha navolatense; pero, de entre todo eso, yo me inclino
por la anécdota de la sandía como la más graciosa y a la vez
la más relevante por los recursos que Belem puso en juego
para encontrar el camino de la verdad.
¿La recuerda, lector?
Se relaciona con unas sandías que se comió un fulano
argumentando que se habían desarrollado en su parcela y
que por lo tanto, eran de su propiedad.
JUSTICIA CON 5E.NTIDO COMÚN

Sólo que había de por medio otro campesino, que era


quien sí había sembrado las sandias en su terreno y
airadamente las reclamaba como suyas.
Cuando acudieron ante Belem en busca de justicia, éste
pidió al que había sembrado el “verano” que expusiera la
queja “pues debes saber Belem -dijo el campesino-- que yo
sembré las sandias en mi parcela, solo que algunas guías
se fueron arrastrando hasta meterse al terreno de éste”:
Ahí crecieron las “bolas” y el muy cabrón se las comió.
¿Es verdad eso?, Pregunta el juez al que se había
comido las sandias.
- Es verdad, aceptó el fulano aclarando de inmediato:
“pero quiero que sepas, Belem, que yo no se las robé,
crecieron en mi parcela”.
Ahí se desarrollaron y me las comí porque eran mías.
¿Oh no?.
Belem Torres meditó unos segundos, luego se echó
hacia atrás en la silla que ocupaba, se acercó en el pequeño
escritorio y le ordenó al que se había comido las sandias.
Siéntate aquí enfrente de mi, vamos a platicar un rato.
En cuanto el otro se sentó, el juez extendió el dedo
anular de la mano derecha y ¡o agitó frente a los ojos del
fulano acusado.
De quién es este dedo que te estoy enseñando?. Pues
tuyo, Belem ¿de quién cabrones podría ser?.
Bien, comentó Belem si yo te lo meto por el fundillo, ¿de
quién sigue siendo el dedo? 4

- Pues tuyo, Belem.


Ante esta respuesta el juez dictó su salomónica
resolución:
“Pues por eso vas a tener que pagarle a éste las sandias
que te tragaste, cabrón”. Si las guías se arrastraron y se
metieron en tu parcela, eso no quiere decir que eran tuyas,
BLLE.M TORRELS Y SUS ANÉCDOTAS

como no era tuyo el dedo que yo quería meterte en el


fundillo, ¿verdad?, Pues a pagar.se ha dicho.
Y, aunque a regañadientes, el fulano no tuvo más que
obedecer a la autoridad y pagó las sandias que se había
comido.
Aparentemente, la decisión de Belem Torres no
representaba un problema jurídico realmente serio; pero si
la sentencia es sometida a un análisis, surgirá un problema
de fondo: ¿cómo demostrar que las sandías que habían
crecido en una parcela ajena, eran propiedad del dueño de
otra parcela? El recurso del dedo es inobjetable. No deja
dudas y, menos, con la malicia que Belem puso en sus
preguntas.
Para mí, insisto, esa anécdota puede llevarse al foro que
se desee, con la seguridad que la decisión de nuestro
hombre merecerá apoyo total.
Al margen de sus funciones como juez y sus decisiones,
me es muy grato mostrar la otra cara de Belem. Fué un
hombre íntegro, ajeno a todo tipo de sinvergúenzadas.
Una vez le hice una pregunta directa:
- Belem: ¿eres un hombre rico?
Si me hablas de dinero, mi respuesta es no.
No han faltado cabrones que me vengan con
proposiciones de tal o cual negocio, pero ni caso les hago.

Los mando a la chingada y ya no vuelven; ahora que si


me preguntas por otro tipo de riqueza, te diré que sí tengo
una buena pachocha de amigos. Tengo también, el cariño y
el respeto de la gente de Navolato y el orgullo de una familia
que no ha sabido de lujos pero tampoco ha tenido que
soportar la vergüenza de que alguien me grite “viejo ladrón".
Así era Belem Torres.
Haber recogido sus anécdotas y darlas a conocer en un
libro, debe haber sido un trabajo agobiante, aunque dicho
JUSTICIA CON 5E.NTIDO COMÚN

aquí entre nos: nuestro don Quijote azucarero se merecía


eso y más.
Imitando a! maestro Ortega y Gasset, bien podría el
lector repetir las palabras que aquel le adjudicó a don
Quijote.
--Yo soy yo y mi circunstancia.
Y ya que de refranes y aforismo estoy hablando ¿porqué
no echar mano en obsequio a Belem de frases que saturan
el libro de don Quijote de la Mancha?.
“Nació para vivir muriendo”
“Ruin sea quien por ruin se tiene”
“Nunca lo bueno fue mucho”
“Quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija”.
Es interminable la cadena de refranes que hoy son parte
del habla popular; pero no es ahora la oportunidad para
hablar de ese otro ángulo de la personalidad. Lo dejaré ahí,
de pie en algunas de las calles de Navolato, con una ligera
sonrisa de picardía iluminando su rostro moreno y
devolviendo saludos que le llegaban de todas partes.
El libro que ha recogido la inteligencia de nuestro juez,
será también -afortunadamente- un bastión contra el olvido
que injustamente cubriría a este hombre, símbolo del alma
superior que ennoblece a los sinaloenses.

17
LA DE LOS BURROS

Un día llegó a Navolato un señor de Guadalajara, e


instaló a un costado del mercado su puesto ambulante de
ollas, cazuelas y platos, entre otros artículos de barro, sobre
una pequeña área de la calle, previo permiso obtenido de
La Sindicatura.
Y como se acostumbraba en aquella época soltar a los
burros, después de que éstos habían sido utilizados
durante el día para el acarreo de agua, uno de ellos
encontró una burra alrededor del mercado por lo que
empezó a”hacerle el amor” sin tomar en cuenta que en sus
correrías destruían la mercancía del tapatío, que se
“desgañifaba” gritando a los burros para que se fueran a
otro lado, sin ser atendido.
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN

Pasado el coloquio amoroso de los borricos, el hombre


de Guadalajara, encolerizado se dirigió a la Sindicatura
donde Belem Torres, después de escuchar su queja ordenó
a los policías que "aprendieran a los burros" como lo
hicieron, llevándolos al patio del edificio que ocupaba la
primera autoridad de Navolato.
Acto seguido, Belem hizo comparecer a los dueños de
los animales, ordenándoles pagar los daños, que
ascendían a 60 pesos, distribuidos de la siguiente manera:
El dueño del burro debe pagar 20 pesos y el de la burra
40.
Apenas escuchó la sentencia el dueño de la burra, elevó
su más enérgica protesta, pues consideraba que debían
pagar los daños en partes iguales, por lo que Belem le tuvo
que justificar su decisión, explicándole, que cuando los
burros ocasionaron daños a la mercancía, la burra “andaba"
en cuatro patas y el burro en dos, por lo que sostuvo la
cantidad fijada para cada uno.
“EL PALO”

Un juez como Belem Torres no habrá más, o será muy


difícil que lo haya porque no solo se caracterizaba por sus
sabias decisiones, sino también por su humorismo.
Así pues, se cuenta que un día, acudió a sus oficinas una
“mariposilla nocturna”, o sea "vendedora de amor”, como
quiera llamársele, y le expuso lo siguiente:
Belem, anoche un señor me violó ... ¡Y no me pagó! -
Exclamó muy indignada-.
El ilustre juez estaba muy ocupado y no podía atenderle
de momento, por lo que suplicó:
- En un momento le atiendo.
La mujer posiblemente llevaba mucha prisa, o tal vez son
de las que no les gusta esperar, o que se siente con
influencias ... Ei caso es que volvió a insistir:
- Belem ... Un tipo pasó la noche conmigo, ¡Y no me
pagó el desgraciado!.
Se habría dado cuenta el juez que aquello era gajes del
oficio, o estaba muy entusiasmado dictando a su secretaria,
pero siempre manteniendo la cordura, recomendó que le
esperara un momento ... Pero la mujer no estaba dispuesta
a irse sin obtener lo que quería.
- Mira Belem, anoche un individuo de tantos y yo,
convenimos en pasar la noche juntos, ¡pero no me pagó!.
Después de dictar el último renglón de un oficio, Belem
Torres procedió aprestar oídos al asunto que llevaba
aquella mujer, y con su sonrisa amable le inquirió:
-A ver ¿Qué se le ofrecía a usted? ¿De qué estaba
hablando?.
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

Ya la mujer, iracunda exclamó:


- ¡Del “palo"!
Sin dejar su sonrisa, don Belem contestó:
- ¡Ah! De eso se encarga la Forestal.
Con ésta respuesta, demostrando a una mujer que más
vale prevenir que lamentar, y que en todo negocio se paga
adelantado: gajes del oficio, después de todo, arrieros
somos y por el camino andamos.

21
EL TINTERO

Los problemas sexo-sentimental son quizá de los más


difíciles para un juez emitir resolución, pues generalmente
se involucra un vendaval de intereses y afectaciones; sin
embargo, para el gran sentido común que en don Belem
Torres fue una gran virtud no había gran problema.
Así se puede notar por ejemplo, en el caso de una señora
que muy afligida, con el llanto escurriéndole por sus mejillas
y limpiándoselo con su reboso, llevó a su hija de 15 años,
que también expresaba algo de congoja, vergüenza y
tristeza combinada por el coraje, de impotencia.
~ ”Don Belem; un hombre se ha burlado de mi hija y
¡quiero justicia!”, le dijo la señora con mucha enjundia
El salomónico juez tomó las cosas con calma,
acostumbrado a esos problemas que son cotidianos en los
pueblos chicos y, como no se trataba de una violación, sino
de una seducción y un trato carnal en la que las dos partes
e s t u v i e r o n de a c u e r d o , al m e n o s en e s o s
comprometedores momentos, trató de convencer a la
afligida señora de que hablara con los padres del muchacho
para que todo se arreglara en familia, evitando llecar al
escándalo.
La señora no se convencía, se mantuvo más firme en su
demanda de que le reparara el daño a su hija, de acuerdo a
los lineamientos penales y con todo el rigor de la Ley.
Ante tal insistencia don Belem ordenó al secretario que
levantara el acta de la queja y, al término de la redacción del
documento jurídico, el sabio juez le ofreció a la mamá de la
muchacha un canutero para que firmara las hojas de la
queja que se llevaría a La Sindicatura ... Pero cuando la
señora trataba de mojar el canutero del liquido que estaba
en el tintero, don Belem tomó el frasco y aún sobre la mesa
JÜ5TICIA CON SUNTIDO COMÚN

lo cambiaba de lugar, sin permitir a la señora meter el


canutero al tintero.
La mujer pensó inmediatamente que don Belem quería
bromear con ella, pero no le gustó ese actuar y se lo hizo
saber:
“Sé que usted es muy bromista, don Belem; pero sépase
usted que esto es una broma de mal gusto; ¡déjeme tomar
la tinta para firmarle al acta, que mi hija quiere justicia!”.
Sin perder el aplomo y aún más, con su característica
sonrisa picaresca que esbozaba frecuentemente, el juez
Belem Torres contestó:
“Mire señora, si su hija se hubiera movido como yo le
muevo el tintero para que no meta el canutero, no le hubiera
pasado nada”.
¡Cuanta razón habría en ese comentario” La señora y la
muchacha captaron inmediatamente la picardía de la frase,
pero también entendieron que si la muchacha hubiese
resistido y comportado con mayor dignidad, se mantuviera
casta; nunca las mejores promesas sentimentales se
cumplen mejor si no se concreta primero en la formalidad de
un matrimonio y de la mujer depende mucho que se lleve al
hombre a ese feliz término. No había que protestar ante el
Juez, sino procurar llegar a un acuerdo con la familia del
muchacho; solam ente que dicho acuerdo no se
estableciera, nuevamente estaba ahí el salomónico juez
para que los ayudara.

25
LA HERENCIA

Los casos de herencia son los más conflictivos, tanto por


las ambiciones que despiertan, como por ciertas
confusiones testamentarias, ya que en numerosos casos el
testamento no es muy claro en cuanto a la repartición de
bienes.
Asi también le sucedió un caso a don Belem Torres.
Resulta que una señora de Culiacán murió víctima de un
infarto y dejó como herencia a su esposo y al único hijo que
había procreado, una casa de dos pisos.
Todo iba muy bien, hasta que padre e hijo comenzaron a
disputarse el segundo piso. Ambos querían vivir en la
planta alta y ante la imposibilidad de un arreglo, recurrieron
a los tribunales culichis. Tampoco en éstos se logró el
arreglo, y entonces padre e hijo decidieron ir a Navolato y
poner el asunto en manos de Belem Torres.
- Voy a resolver el caso pero de una buena vez quiero
que sepan que si no aceptan mi decisión, los meto al bote a
los dos.
- No, don Beiem. Su fallo será inapelable -le dijeron los
dos fulanos-. La que sea la decisión será para nosotros la
palabra final.
Belem meditó unos minutos y, repentinamente, les
preguntó a los dos:
-¿Ustedes son católicos?.
-Si señor.
-¿Saben persignarse?-
- Si señor.
- Entonces dirigiéndose al hijo le ordenó:
-Aver muchacho, persígnate:
El muchacho hizo con los dedos la señal de la cruz, se
tocó primero la frente, después el pecho y dijo enseguida:
- En el nombre del padre, del hijo.. Y del..
JÜ5TICIA CON SLNTIDO COMÚN

- La voz de Belem lo interrumpió para ordenarle:


- A ver repite lo que ibas diciendo. Como que no oí muy
bien.
- En el nombre del padre... Del hijo.. D el...
Ya no puso seguir, porque hubo una nueva interrupción
pero ahora fue para escuchar la decisión del juez genial:
- Ya escuché lo que ibas diciendo y, según tu, el padre va
arriba y el hijo abajo ¿o no?.
Pues precisamente por eso tu padre va a vivir arriba y tú
en el piso de abajo ¿de acuerdo?.
De acuerdo, si señor.
Y padre e hijo salieron de Navolato fumando la pipa de ia
paz.
EL DE LA VACA

Un día, en ia carretera que va de Navolato a las playas,


un automóvil que conducía una señorita arrolló a una vaca y
la dejó en condiciones ideales para ser cocinada en filetes.
El dueño de la vaca demanda el pago del animal, en
tanto que la señorita exigía la reparación de los daños que
en el encontronazo había sufrido su coche. Como pasaba el
tiempo y no llegaban a un arreglo, optaron por ir a Navolato
y poner su caso en manos de Belem Torres, el salomónico
Juez que ya pertenece a la leyenda por sus sentencias.
Esta vez tampoco se equivocó Belem.
Tras escuchara la parte, le preguntó inesperadamente al
dueño de la vaca:
- Oye ¿dónde estaba la vaca cuando fue atropellada?.
- En mitad de la carretera, Belem.
Imposible que no la hubiera visto.
- Si deben haberla visto, pero tu vas a tener que pagar los
daños del automóvil, porque hasta donde yo sé, todavía no
hay carreteras para las vacas.
EL MARIDO DELICADO

Ciertamente los mexicanos tenemos la fama de ser


terriblemente celosos. Quizá también muy enamorados,
pero más lo uno que lo otro, de tal manera que hay sobradas
anécdotas sobre el tema.
Para aclararlo de una vez, habrá que decir que el título
de este caso verídico, como todos donde intervino la mano
de Belem Torres, no tiene nada que ver con la fama que
pesa sobre quienes nacimos en esta tierra tan mexicana y
tan bravia.
Bien, la historia es ésta:
El Castillo es un campo pesquero ubicado al sur de lo
que es el ingenio de Navolato, ese emporio que una vez fue
propiedad de la familia Almada Calles.
Pues resulta que en ese lugar estaba incubándose una
tragedia debido a un triángulo amoroso, de esos que nunca
han de faltar sobre todo cuando en medio de esa pasión
está una mujer de cascos muy livianos, como el que nos
ocupa.
Un buen día, uno de esos rudos pescadores, hombres
del mar acostumbrados a las inclemencias del mismo, llegó
a las oficinas del síndico con una amarga queja:
-"Mi amigo del alma, alguien por quien yo hubiera dado la
camisa, me quitó lo más preciado para mí en esta vida, me
quitó a mi mujer y se la llevó a vivir a su lado”.
Enterado de los pormenores de esta singular tragedia
amorosa mandó llamar en calidad de declarante al ofensor,
al -amigo-quita mujeres" quien ya en presencia de la
autoridad negó rotundamente que le hubiera quitado la
mujera su ex-amigo:
“Mentira, ella se fue conmigo por su puro gusto”.
BELLELM TORRES Y 5 Ü 5 ANÉCDOTAS

Dió pormenores de su versión y luego de una discusión


que se prolongó por casi media hora, el acusado aceptó a
regañadientes regresar a la dama casquivana en cuestión;
sin embargo puso un concebido pero...
“Es que ya he gastado mucho dinero en ella. Se vino sin
un cambio de ropa y con huaraches y tuve que traerla a
Navolato para comprarle trapos y zapatos.
Luego de esa perorata accedió a devolver a la dama en
cuestión, pero con una condición:
“Que la dejen vivir conmigo 15 días más para compensar
lo que he invertido en ella”
Belem Torres, que tenía un colmillo más que retorcido,
no quiso que el triángulo se volviera cuadrángulo y decidió
que el ofendido opinara en torno a tan extraña condición.
Y a la pregunta sobre “¿qué opina usted?", Y viendo que
el caso podría resolverse a su favor, el pescador ofendido,
al fin enamorado de la mujer, puso cara de indignación, se
puso verde de coraje pero... “Aceptó la propuesta", y lanzó
al aíre una advertencia que se escuchó en el recinto en
donde ya dos o tres personas escuchaban con atención el
desenlace:
“Bueno, ladrón de mujeres. Esta bien acepto, y la voy a
dejar por 15 días más", le dijo. Y endureciendo la mirada le
espetó: “pero óyelo bien, hijo de la chingada, ya sabes lo
delicado que soy para estas cosas; si tú no me la regresas
en ese plazo, si la conservas un día más, te mato cabrón".
Dicho y hecho, el ofendido y el ofensor salieron de la
oficina del Síndico. Con todo y la seriedad de ese hombrón
de porte distinguido que era Belem Torres, no pudo
disimular una sonrisa en los labios.

25
ADULTERIO SIN MALICIA

Por Evaristo Pérez V.

Corría el año de 1970 y don Belem Torres fungía como


Juez Menor y Oficial del Registro Civil de lo que fue La
Sindicatura de Navolato.
Desde esa responsabilidad, apoyaba en forma
incondicional a La Agenda del Ministerio Público en las
d ilig e n cia s que para in te g ra r correctam ente las
averiguaciones previas, se tenían que practicar en esa
sindicatura.
Don Belem, sin poses de “perdonavidas" como estilan
aquellos que se suben aun ladrillo del poder y se marean de
inmediato, recibía a quienes se disputaban bienes, honor,
libertad o dinero en las oficinas del gobierno y decía que “los
pleitos ni ganados son buenos".
En una everiguación previa que se integraba en la
Agencia Tercera del Ministerio Público por adulterio, que en
esos días aún estaba contemplada dicha acción como
delito, fue necesario citar a una joven señora acusada por
su esposo de engañarlo reiteradamente y sin compasión
alguna con varios vecinos de Navolato. Como tuve la
fortuna de ser amigo del Juez, personalmente le llevé la
orden de comparecencia para tal persona a efecto de
tomarle la declaración.
Sin tardanza alguna, la mandó citar sin el apercibimiento
de la ley, pues viejo conocedor de ios vecinos de ese lugar,
creyó más prudente citarla sin mayores aspavientos. No se
equivocó; en breves minutos la señora estaba con
nosotros; de unos 33 años cuando mucho, rostro moreno y
agraciado, cuerpo de formas más que aceptable, se
mostraba extrañada por cita a comparecer ante una
autoridad.
5HLE-M TORRE.5 Y 5 ü 5 ANÉ.CPOTA5

En esos año, don Belem ya era un hombre muy popular y


apreciado y sentimos curiosidad por ver cómo enfrentaba el
caso. No nos hizo esperar...
- ¿Qué pasa don Belem, por qué me manda citar con la
policía?, Mis niños se quedaron llorando de miedo; si mi
marido hubiera estado presente otra cosa hubiera sido.
Un poco apesadumbrado por la respuesta de la dama,
nuestro personaje ie dice:
-Señora:
- Pues es tu marido precisamente quien te “manda” citar,
-¿yesoporqué?
- Pregunta la señora francamente sorprendida por la cita,
como si no debiera nada.
- Yo no he hecho nada malo.
El Juez Menor ya sabía que se le demandaba por
adulterio y queriendo ahorrarse y ahorrarle penas a la pobre
señora, le informa:
- Es que tu marido quiere divorciarse de ti; ya no quiere
vivir contigo y te quiere separada de él.
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

La señora apenas daba crédito a io que oía -o fingía muy


bien- y vuelve a preguntar:
- Pero... ¿por qué?, Tengo derecho a saber la causa; yo
lo atiendo muy bien, le lavo, le hago sus tres comidas, le
plancho, limpio la casa, atiendo a los niños y además ayudo
para el sostenimiento de nuestra casa. ¿Por qué? ¿Por
qué?.
Ante la insistencia de la señora que Inquiría
directamente a don Belem, éste ya no pudo callar....
Es que.... -Titubeaba el Juez....
- ¡Dígame porqué!
- Le apremiaba la dama, El Juez en contra de su estilo
amable, y buscando hacer el menor daño posible, le dice,
- Es que tu marido sabe que te haz acostado con el
“Wume”, “el Víboras”, “El Monchi” y otros. Dice que eres
muy puta.
La buena señora se quedó callada y al parecer
confundida, y casi en susurro, como hablando para sí
misma dijo.
- Apenas que sea por eso...
Eso nadie nos lo contó, lo presenciamos personalmente.
EL PRESTAMISTA

A don Belem Torres no le gustaba dar trámite a las


demandas que por diversos delitos se presentaban en su
oficina, y menos si se trataba de casos que vela perdidos,
en los que sabía que lo único que iba a lograr era meter a la
'cárcel a alguien, sin que se reparara el daño.
Siempre invitaba a las partes que se involucraban en
algún problema a que buscaran solución, sin necesidad de
llegar a los juzgados. Agencias del Ministerio Público, o a la
misma Sindicatura, de la que era titular.
Pero cuando no lograba su propósito, no le quedaba otra
que entrarle al asunto, por más complicado que estuviera.
En una ocasión atendió a una persona que estaba muy
molesta porque su amigo, que trabajaba en El Ingenio, al
que le apodaban el Güacho, se negaba pagar 100 pesos
que le había prestado y que se com prom etió a
regresárselos en una semana, hacía ya casi un año.
“Debes admitir que te Chingó”, que resultó más vivo que
tú y que no van a poder demostrar que te prestó esa
cantidad”, le expresó El Síndico, recomendándole que no
presentara la demanda, porque solo iba a perder el su
tiempo.
Esto molestó más al afectado y casi a gritos pidió que se
metiera a la cárcel, ai que llamó “ratero abusón".
Ante la terquedad del denunciante, no le quedó otra a
don Belem Torres que citar al señalado, quien ya en la
Sindicatura aceptó que efectivamente había recibido cien
pesos pero que no sabía cuando los iba a pagar, porque
estaba sin trabajo.
“Debo no niego, pago no puedo", sostuvo y nadie lo sacó
de ahí.
JUSTICIA CON 5E.NTIDO COMÚN

Enfadado por no lograr nada, el afectado salió casi


corriendo de la Sindicatura, echando “pestes” contra el tal
Güacho y contra la autoridad.
El Síndico sólo alcanzó a decirle que se escondiera por
que si lo agarraba el ofendido, la "chinga” nadie se la iba a
quitar.
Don Belem Torres actuó así, porque sabía que nada iba
a ganar con meter a la cárcel a una persona que no tenía ni
en que “caerse muerto”.
Son tantos los casos como estos que van a dar a los
tribunales, donde difícilmente se pueden todos atender.
Así es que mucho cuidado cuando presten dinero. El
mundo está lleno de picaros como el tal Güacho”.

Homenaje a Belém Torres en avenida que lleva su nombre.


LA LIMOSNA

Por José Ángel Inzunza

Uno de los hijos del célebre y enigmático juez


navolatense, Don Belem Torres (q.e.p.d.), anunció a su
famoso padre que se quería casar y, le pidió que le ayudara
con lo de la iglesia; o sea, que el costo y los arreglos del
matrimonio eclesiástico corrieran por cuenta de quien
entonces fungía como Síndico de Navolato.
Al acudir al templo don Belem hizo algunos pucheros,
pero mas pucheros hizo el padre Alejandro Ortiz cuando vió
que se le acercaba el Síndico ... Ave María Purísima; el
diablo en la casa de Dios; “Que Dios nos agarre
confesados”, fue algo de lo que pudo interpretarse en los
gestos y expresiones del sacerdote, también famoso en
Navolato, fundador de la iglesia de San Francisco de Asís,
la que se encuentra frente a la plazuela “Vicente Guerrero”.
Después de los saludos de rigor, que no por ello dejaban
de ser muy afectuosos, pues se estimaban muchísimo y
eso de diablos en contra de santos solo se los decían entre
ellos. En tono socarrón, el sacerdote preguntó al r*1oteo
navolatense: -"Que te trae por estos sitios Belem, ¿vienes a
aportar para la construcción de la parroquia?”.
Antes de contestar, el salomónico personaje esbozó una
sonrisa picaresca que un por leve y breve, casi hacía que se
cayeran los santos de la iglesia.
“Vengo por un encargo muy distinto, padre Alejandro; mi
hijo Juan anda muy ca|:°nte y quiere matrimoniarse ... Y ...
Pues quisiera que me apoye con lo de la iglesia ... O sea,
que me haga una oferta razonable, si no hubiera de otra que
pagar”.
JUSTICIA CON SUNTIDO COMÚN

El sacerdote se rascó la cabeza e hizo como que


sacaba cuentas y concretó su oferta: por tratarse de ti -así
dicen todos, aún que le cobren a uno igual que a los demás-
“te lo dejaré en 500 pesos”.
Don Belem dió un salto hacia atrás como si hubiera
recibido un golpe sorpresivo y solo por que estaba en la
“casa de Dios” no puso el grito en el cielo, pero no pudo al
menos contenerse de expresar su inconformidad:
“¡Nombre! Eso no lo gano ni en un año”.
“Si puedes Belem, tienes dinero, no te hagas -expresó el
clérigo- “Te pongo todo bien alumbrado, bien decorado, con
tapete desde la entrada, música y coros y, si das 600 pesos
para la construcción de la iglesia, hasta le doy a los novios
un sermón que los deje deslumbrados. El jaloneo se dio
naturalmente: “No puedo, tu sabes que siempre te he
ayudado con tablas o materiales de construcción, pero ...
600 o 500 pesos...".
"También cuesta mucho hacer una iglesia: los
materiales, los trabajadores, en fin ...”.
“Está bien, está bien ... Déjame la misa en 500 pesos,
aun que no les des un buen sermón a los novios -expresó
vencido el Salomónico Juez.
El padre Alejandro casi se frotaba la manos de triunfo,
cuando un aclaración de Belem le hizo contener su euforia:
“Pero con una condición” -dijo el Síndico navolatense,
dejando al sacerdote con la boca abierta en señal de
interrogación, y dejó caer su condicionamiento:"... Que me
dejes la limosna”.
“Ah, no ... ¡Eso si que no! ¡Me quedo con las limosnas
aun que no me pagues la misa!”.
La limosna ni al papa se la doy.
La boda se realizó con bombo y platillo -el padre
Alejandro no le cobró en efectivo al bonachón y astuto Juez
y Síndico de Navolato, pero don Belem Torres le surtió muy
bien de materiales de construcción.
EL MALA PAGA

Un día llegó un hombre ante la oficina de Belem a


quejarse de que le había prestado 500 pesos a un amigo y
éste no quería pagarle. Inclusive negaba deberle medio
centavo, tan sólo.
-¿ Y no tienes algún papelito firmado o algo que me
permita obligarlo a que te pague?, Le preguntó Belem.
La respuesta fue negativa.
- No firmó nada, todo lo hicimos de palabra, como los
hombres; pero ya ve, ahora se está rajando.
Sin explicar porqué, Belem le hizo al quejoso una
pregunta que no parecía tener relación con el adeudo.
¿Te acuerdas dónde le prestaste el dinero?
- Como no, fue debajo de un mezquite grandote que está
por allá por cierto rumbo, repuso el denunciante.
Tras eso, Belem mandó llamar al picaro y le sugirió que
le pagara los 500 pesos.
Nuevamente, como si no viniera al caso, Belem se dirigió
al quejoso y le dijo:
Vete a donde está el mezquite y me traes una ramita.
Aquí te esperamos.
Tres horas después seguía la espera repentinamente,
Belem se puso de pie, muy molesto y exclamó:
-¡Cómo se tarda este con la ramita que le pedí!
Y se va a tardar más, porque el mezquite está en la
quinta chingada de lejos.
Belem sonrió, le clavó la mirada en los ojos y le dijo:
Conque si sabes dónde está el mezquite ¿no?. ¿No
crees que esa es la prueba de que sí te prestó los 500
pesos?.
¡Págale o te meto al bote!.
Y pagó.
LOS ROBA PUERCOS

Hubo un tiempo que en Navolato abundaban los


puercos, cerdos, cochinos, marranos o como quieran
llam árseles, pues muchas fam ilias los tenía, los
engordaban y los mataban para alimentarse por un buen
tiempo o para organizar una fiesta o simplemente un gran
convivió con otros familiares y amigos.
Tantas molestias causaban los puercos por las calles de
Navolato; inclusive en el primer cuadro de la ciudad y por la
plazuela “Vicente Guerrero", causando además mala
imagen para el turismo, que el Síndico Belem Torres decidió
poner un letrero en la plazuela, cuyo mensaje decía
textualmente así:
“Quien tenga puercos, que los amarre, quien no, no”. O
sea que quien fuera dueño o poseedor de un marrano,
marranito o marrana, debía tenerlo bien amarrado en su
casa, en los chiqueros que para ello se creaban en los
patios de cada hogar.
Obvio era que a quien no tuviera puercos no aplicaba
esa advertencia, con la debida sanción que iba a aplicar la
autoridad.
Un día llegó a la ciudad un amigo de don Belem Torres y
vio el letrero colocado en la plazuela e inmediatamente fue
a saludar al famoso Juez y Síndico municipal.
Después de abrazo, saludo y la conversación de rigor en
dos personas que dejan de verse por un tiempo, el amigo de
don Belem le increpó:
- Oyé Belem, ¿por qué pusiste ese letrero en la plazuela;
ese acera de los puercos? ... Te he conocido muchas
famas, pero la verdad, en eso creo que la regaste”.
Con una sonrisa picarona que no se borraba de sus faz,
el representante de la autoridad en Navolato inquirió:
BELUM TORREIS Y SUS ANÉCDOTAS

“¿Qué es lo que no te gusta del letrero?".


- Que dice que quien tenga puercos, que los amarre,
quien no, no. Eso último se me hace que estuvo por demás
obvio”.
“Si, pero lo que advierto es que quien no tenga puercos,
que no los amarre, o sea que no se los roben”.
Definitivamente el salomónico Juez y entonces Síndico
de Navolato había pensado en todo: imponía el orden para
los dueños de los puercos, pero también les protegía del
abigeato, si así se puede calificar el robo de puercos.

“Quien tenga puercos,


que los amarre,
quien no, no”.
MARIDO GOLPEADOR

En tiempos en los que le tocó a don Belem Torres fungir


como autoridad de Navolato, eran contados los casos de
divorcios que se presentaban en los juzgados. La mujerera
todo obediencia; desde que tenía edad para el matrimonio,
en su misma casa le aconsejaban que debería de atender
en todo a su esposo sin protestar para nada.
Así es que sabía muy bien a donde iba, cuando decidía
dejar su casa para formar su propio hogar. Jamás se
hubiera presentado en esos años un escándalo como el
que ocurrió en el puerto de Mazatlán donde una señora,
decidió dejar a su marido, aún cuando él era presidente
municipal, por el hecho de que la golpeó. Él tuvo que dejar el
importante cargo para hacerle frente a la acusación.
El estricto control que ejercían los hombres sobre sus
esposas, también era motivo para que algunos casos se
llevaran hasta el entonces Síndico.
Así, un día vecinos que observaban como un individuo
medio mataba a su esposa, porque se había atrevido a
desobedecerlo, decidieron pedir la intervención de la
policía para que calmara al señor.
No le gustó mucho la petición a la autoridad de Navolato,
pero ante tanta insistencia, tuvo que acceder,
recomendándole a los gendarmes que mandó, que
actuaran con mucho cuidado porque el asunto era delicado.
En minutos llegaron al domicilio que se les señaló, donde
efectivamente, la señora estaba a punto de morir ahorcada.
A como pudieron le quitaron al furioso esposo, pero ya libe­
rada de él, la victima les reclamó que porqué intervenían en
algo que no les importaba, ya que ella era propiedad de su
marido y por lo tanto le podía pegar cuantas veces quisiera.
BELUM TORKE.5 Y SUS ANÉCDOTAS

“Vente viejo, sígueme pegando, no le hagas caso a estos


pinches “ c u íc o s ", gritó la señora ante el asombro de vecinos
y de ios propios “guardianes del orden", quienes regresaron
a la Sindicatura, donde rindieron el parte correspondiente
en el que informaron lo sucedido.
“Les dije que el caso era delicado" fue todo lo que les
expuso don Belem Torres, quien después de ello, la
pensaba antes de actuar con los maridos golpeadores.
Ahora esas cosas ya no se dan, pues pobre del que se
atreva a tanto. Si no lo creen, pregúntele al ex alcalde
Mazatleco.

40
EL SECRETO QUE ME CONFIÓ

Por Guzmán Taboada

Evoco con frecuencia la figura de Belem Torres y sin


querer sonrío con cierta malicia, porque él y yo guardamos
un secreto que me confió, pensando seguramente que me
olvidaría de aquel rostro que vi salir de su oficina aquella
mañana...
Allí estaba el flamante Oficial del Registro Civil del
pueblo de Navolato; hombre que supo aplicar la justicia
s a l o m ó n i c a h a c i e n d o g a l a de s e n c i l l e z , sin
rebuscamientos, utilizando la lógica pueblerina.
Corpulento, de nariz abultada, sonrisa bonachona que
invitaba a la conversación. No sé aún a ciencia cierta si
Navolato se conoce más por su ingenio azucarero o por las
mil y una anécdotas de Belem Torres.
Mi visita, como la de todos los que nos acercábamos a
Belem, fue para solicitarle algún servicio, en mi caso,
pedirle que mi matrimonio civil contraído en La Paz, Baja
California, quedara inscrito en los libros de mi pueblo natal,
en el que registré a cada uno de mis hijos, y más atrás, en el
mismo en donde consta el nacimiento y matrimonio de mis
padres.
Cuando iba trasponiendo la puerta de acceso de las
oficinas del Registro Civil, me encontré saliendo de su
interior a una amiga mía, quien por cierto iba embarazada;
simplemente la saludé como ocurre en los pueblos chicos,
intercambiamos las palabras de rigor, ¿cómo están en tu
casa?, Todos bien, gracias, me dio mucho gusto saludarte,
y por ese estilo.
Todo esto ocurrió en un minuto mientras caminábamos
ella y yo en sentido contrario.
i

BE.LLM TORRE.S Y 5Ü S ANÉCDOTAS

Me dirigí sin mas ni más hacia Belem, quien como


siempre, sobresalía del mostrador por su elevada estatura y
como digo, por su amplia sonrisa y gestos invitando a pasar.
- Que tal Belem, cómo ha ido, le dije parándome frente a
él.
- Pásale muchacho ¿qué novedades tienes? ¿qué te
trae por acá?, Me respondió para corresponderá mi saludo.
- No, no tengo ninguna, en cambio tú debes de tener
alguna. Me fui sentando dispuesto a escuchar, a sabiendas
de que Belem siempre tenia algo que contar. Y así fue:
- Te tengo una, dijo cruzando las manos sobre su
abultado estómago y esbozando una plácida sonrisa ¿viste
a la muchachita que va saliendo ahorita? -Me preguntó- si,
si la vi, asentí con palabras e inclinando afirmativamente mi
cabeza, sin informarle que la conocía, es más que era
amiga mía.
-¿Viste que va embarazada?, Me volvió a preguntar.
-Sí, me di cuenta.
- Pues como te cuento, hace un año que vino y me dijo
que se quería divorciar de su esposo, yo le pregunté
entonces que si su esposo la golpeaba, me dijo que no la
golpeaba; le pregunté que si era borracho me dijo que no
era borracho; y le pregunté que si era huevón -en esos
términos- y ella me respondió que no, que era muy
trabajador.
Rascándome la barbilla, intrigado le inquirí ¿entonces,
qué te pasa muchacha?, ¿no te quiere? Si -me contesto
presta. -Si, me quiere mucho; ¿será que tu no lo quieres a
él?, Sí, yo también lo quiero mucho.
Me quedé sin argumentos y decidi preguntarle para que
me sacara de dudas ¿entonces qué tienes muchacha?. No,
señor Belem Torres, me quiero divorciar porque mi esposo
no puede tener hijos y yo si quiero tener hijos. Ay muchacha
por Dios, le dije ¿es por eso?. Mira te voy a dar un consejo.
¿Tu esposo sabe que te quieres divorciar?. No, no sabe.
Mira vete un fin de semana a Mazatlán, búscate un
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

muchacho que te guste ... Me interrumpí para


preguntarle ¿tú de donde eres?. Yo soy de Mazatlán, me
informó. Ah, pues con mayor razón; dile a tu esposo que vas
de vacaciones con tu mamá, pero no te vayas con tu mamá,
búscate un muchachito y dile que te quieres embarazar, y
ya que te sientas que estás embarazada te vienes a tu casa;
si tu marido se da cuenta que estás embarazada y se enoja,
vienes y los divorcio, pero ... Si no se enoja, sigue viviendo
con él.
Al terminar su relato, Belem, volvió a la carga:
- ¿ La viste?, Va embarazada.
- Si, si la vi embarazada, le volví a responder.
- ¿Sabes a lo que venía?, a agradecerme el consejo
porque su esposo, está muy contento por que ella esta
embarazada y está llevando todo el proceso del embarazo;
en una semana o dos ella va a parir y el más contento de los
dos, es el esposo ... Y como no hay demanda de divorcio,
van a vivir muy felices.
Volvió Belem a cruzar sus manos al frente, sonrió y me
clavó la mirada como solía hacerlo para constatar el
impacto de sus palabras; yo me hice el disimulado; ni por
asomo Belem podía imaginarse todo lo que bullía en mi
mente, por que no le platiqué que el esposo de la señora era
en ese entonces un compañero mío de trabajo.
Me quedé con el secreto de quién es ella, y quién es él,
sonriendo como Belem para mis adentros.
Al cabo de algún tiempo los vi a ella y a él con el niño.
Eran y son una familia muy bien avenida ¡muy felices los
tres!.
Esta historia cuya identidad de los protagonistas sigue
siendo un secreto, no termina aquí. Al poco tiempo los tres
se fueron a los Estados Unidos de dond ella regresó de
nuevo embarazada, lo que hizo volar mi imaginación
¿llegaron a algún acuerdo? Lo cierto es que ella va por su
segundo hijo.
Solamente una persona como Belem Torres , podía dar
ese tipo de consejos salomónicos.
Navolato VS Ciudad de México

LA ANÉCDOTA PURA
Por Herberto Sinagawa

- ¿La consigna el Toñico en su libro El vago del


Malecón?.
-Que yo sepa, no
¿Y cómo está la cosa?, Seré curioso.
- Está en que don Belem Torres fue a México a arreglar
peliagudos asuntos de los cañeros de Navolato. Iba a ir al
sindicato y tenía que ponerse guapo. Dejó el hotel y se
metió a una peluquería. El peluquero luego lo identificó por
su acento notablemente costeño, y entre tijerazos, tijerazos
y jalón de los dientes de la maquina le preguntó con una alta
dosis de mala leche y sorna: Perdone señor ¿de donde es
usted?. De Navolato ¿por? -Por nada y siguió la tarea del
trasquile. El peluquero volvió a la carga, confiado en su obra
de destrucción: -Oiga, ¿y ese Navolato es tan grande como
la ciudad de México?.
Don Belem se volvió encorajinado en el sillón del fígaro y
le contesto con sus ojos empequeñecidos por los dulces
efectos de la venganza:
Viera que sí es más grande Navolato que la ciudad de
México, mucho más grande, si señor, nada mas que todavía
no está fincado. ¿Acabó la jiribilla del peluquero?
¿Qué cree usted ilustre?: Silencio en la noche una pelea
más ganada por nocaut del ilustre y querido viejo de
Navolato.
¿Dijo usted, algo del Quijote?
-Si ¿y?
DE 7 PULGADAS

Por Evaristo Pérez Villarreal

Aquellos que se crean puritanos, deben saltarse este


capítulo de la vida de don Belem Torres porque está muy
picoso, quizá tanto como el de la sandía pero si deciden
leerlo, pues ya están advertidos... Adelante pues...
Concluido el desayuno sabatino de los abogados de un
colegio, platicaban ya fuera de agenda, de la última de este
inolvidable juez de Navolato.
- Sólo que las decisiones de don Belem se hayan
fundado en los principios generales del derecho,
explicaban que todas ellas haya sido puntualmente
obedecidas por los protagonistas de los casos que se le
plantearon -dice el abogado que llevaba la voz cantante en
la reunión- recuerdo una de esas intervenciones en la cual
este principio jurídico no fue aceptado por la quejosa, quien
se negó a obedecer el consejo que le dio el sabio juez.
- ¡Cuenta, cuenta!- Lo apremiaron sus colegas una vez
que concluyó la reunión y el abogado sin hacerse mucho del
rogar, inició su narración.
- Pues bien, a mí me tocó estar en ese preciso instante
en que una señora se negó hacerle caso a Belem.
Resulta que una joven señora, algo esmirriada se
presentó ante él acompañada de un pasante de derecho,
cohibido como todos ellos y le dijo:
- Don Belem, vengo a que me divorcie de mi marido, ya
que no puedo vivir con él, es un bruto en la cama y
simplemente ya no lo aguanto, y prefiero que digan “aqui
corrió que aquí murió”.
-Aver ¿cómo está eso?
- Preguntó el juez menor algo intrigado pero con alta
dosis de picardía.
BULLM TOKRE.5 Y SUS ANÉCDOTAS

-Tú tienes ia obligación de compartir la cama con tu


Marido... Es la ley y la iglesia quienes lo mandan.
- Pues a mí me gustaría ver a la ley y a la iglesia con
todos sus sacerdotes en los apuros en que me mete el
salvaje de mi marido cada que se le pone, para que
pudieran opinar con justa razón; así de lejos cualquiera lo
hace.
- Al ver que la platica iba a estar larga y sin solución del
caso, el juez de Navolato pidió a la quejosa que al día
siguiente volviera pero en compañía de su marido, pues
quería comprobar con sus ojos los atributos físicos que
según la señora poseía aquel afortunado, pero que para la
señora, más que atributos, eran defectos.
Puntuales llegaron al día siguiente marido y mujer y la
reunión inició contándose con la presencia de un médico,
en quien se confió el dictamen de decir si aquel individuo
tenía sus medidas dentro de los rangos normales o si por el
contrario, era como su esposa decía, un fenómeno..
- ¿ Para que soy bueno?
- Preguntó aquel hombre cuya presencia física no era
como para asustar a nadie.
- Mi mujer dice que usted me quiere ver, estoy a sus
órdenes.
- Don Belem le informó rápidamente que su esposa lo
quería dejar por no aguantarlo durante el acto sex;n», al
que era tan aficionado.
- Para saber a ciencia cierta si tu señora dice la verdad o
sólo es un pretexto para dejarte, debes permitir que el
médico te vea lo que tu ya sabes y tome una decisión final.
- Pues si dudan de mí -intervino la señora- yo quiero
estar presente no vaya a ser la de malas.
- Para no hacérselas muy cansada -continúo el
abogado- les diré que el médico procedió muy profesional, -
examinando escrupulosamente a aquel amigo que se dejó
hacer, quitándose por completo la ropa modesta que
llevaba, sentándose en un pequeño taburete. Con sus
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

manos correctamente enguantadas procedió a medir aquel


órgano sexual masculino ante la irritada mirada de la
señora quien a duras penas se contuvo pero no pudo más,
cuando el médico le dijo a don Belem, ignorándola por
completo.
- No hay nada anormal don Belem.
- Dijo el doctor, quitándose ceremoniosamente los
guantes.
- Son sólo siete pulgadas que en una erección puede
llegar a ocho, pero nada anormal.
-Ya ve señora.
-Trata de medirla en el problema que ya vislumbraba.
- Es más el escándalo que usted hace...
- ¡Que escándalo ni que nada!.
- Explota aquella pobre dama navolatense, así
cualquiera se lo mide a éste C. Mídanselo como yo, noche
tras noche y verán si es normal el C...
- Los dejó hablando solos. Ni se despidió al día siguiente
que se largó a su pueblo natal Escuinapa de donde se la
trajo el bárbaro éste...
LA DE LA PISTOLA

Entre las anécdotas debemos consignar “la de la


pistola”, que escuchamos así de uno de los historiadores
del Juez Menos y Síndico de Navolato:
Resulta que un amigo querido de don Belem, compadre
por añadidura, era de esos típicos personajes campiranos
que gustan de las armas y traerlas fajadas a la cintura y,
como tenía con urgencia que viajar a la capital del país,
insistió ante el Síndico para que lo otorgara un permiso para
portar armas de fuego.
El apuro subió de volumen en las vísperas de su salida a
la ciudad de México, pues en la capital, llena de peligros,
cómo iba andar desarmado. Además pues que caray,
había que echar estilo y hacerle honor a la fama de “machos
empistolados” que por aquel entonces gozaban los de
Sinaloa.
El compadre, que por cierto se llamaba Pedro, enfadó
tanto que con sus insistencia en el permiso para portar
armas en la capital, que Belem terminó por complacerlo,
dictando a su secretario, un señor llamado Roberto Rubio,
en papel membretado de la Sindicatura, un memorándum
que a la letra decía así:
“Yo J. Belem Torres, Síndico de Navolato, autorizo a mi
compadre para que porte arma en toda la República y fuera
de ella”.
Al recibir el documento, Pedro salió muy contento de La
Sindicatura y días después partió rumbo a México llevando
en su cartera lo que consideraba un valioso documento: el
permiso extendido por su compadre.
Ya en la capital Pedro asombrado recorría las amplias
avenidas, sus calles llenas de transeúntes y admiraba con
verdadero entusiasmo los grandes edificios. Precisamente
cuando veía con encanto el famoso edificio de la
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

Latinoamericana, por aquel entonces el más grande de la


gigantesca metrópoli, ubicado en San Juan de Letrán y
avenida Juárez, el provinciano sintió una pesada mano que
lo tomó por los hombros.
Eran dos tipos malencachados, cara de malos y tejana
de lado, quienes al momento que le esculcaban la cintura,
por encima de la chamarra de Pedro, con voz que denotaba
su estado etílico le preguntaron:
¿Trai permiso pa’ portar arma?.
Pedro, visiblemente nervioso por el temor que imponían
los dos tipos, típicos policías de la secreta capitalina, de
inmediato echo la mano al bolsillo de su chamarra y sacó el
memorándum expedido por el Síndico de Navolato y lo
entregó a los “polis”.
“El guardián del orden público” dio rápida ojeada al
documento y luego de repasarla espetó a Pedro:
“Aquí este permiso vale madre, amigo, acompáñeme a
la delegación":
Ya más dueño de la situación, el provinciano pidió una
tregua a los policías: ¡Espérenme un momento, y a la vez
que se alisaba la chamarra y dejaba ver que sólo llevaba la
funda, sin el arma, porque nomás vengo a tantear, ya
conozco lo mentiroso que es mi compadre Belem!.
SU NOMBRE: ANIV. DE LA REV.

En su carácter de oficial del Registro Civil, a don Belém


Torres le correspondía anotar en libros de oficina a su cargo
a niños y niñas que nacían en el municipio de Navolato.
Vaya situación a la que se enfrentaba para convencer a
padres de familia que intentaban poner nombres raros a sus
hijos.
Epigmenio, Escolástica, Episponio, Hermógenes,
Hermelando, Iluminada, y Circuncisión, son algunos de los
nombres que fueron rechazados por don Belém.
Pero el que más nos llamo la atención fué el de aquella
pareja que querían que su bebé se llamara Aniv. De La Rev.
“No señores, no desgracien a su hijo, que de seguro va a
ser la burla de todos cuando crezca”, les aconsejaba el
también juez menor de Navolato.
Los esposos insistían:”Queremos que se llame Aniv. De
La Rev.”
Bueno, les pregunto don Belém: ¿y porque tanta
insistencia en este nombre?
“Aque señor tan terco” le contestaron.
“No ve que nuestro hijo nació el 20 de Noviembre, y así
trae en el calendario. Cheque y verá que decimos la
verdad”.
Y don Belém registro el almanaque, y en efecto, así
decía, en referencia al aniversario de La Revolución.
No le quedó de otra que acceder a la petición de la
pareja.
El registrado debe ser ya adulto, y de seguro se cambió
el nombre.
Ya se promueve una iniciativa, para que oficiales del
Registro Civil recha n caprichos de matrimonios que
deseen registrar a sub hijos con lo primero que se les
ocurra.
CHICAS “ALEGRES”

Grupos de muchachas de la vida alegre, prostitutas


pues, se reunían todas las noches en un lugar que se le
conocía como La Feria, donde vendían su cuerpo.
Como en todo ese tipo de negocios, eran frecuentes los
escándalos entre clientes y damas.
En cierta ocasión las cosas llegaron a mayores, por lo
que tuvo que intervenir la policía, la que al no lograr poner
orden, remitió a la Sindicatura a todas la que participaron en
el “zafarrancho".
A h íja autoridad que era Belém Torres, platicó con todas,
a las que invitó a trabajar en orden, y a que se concretaran a
atender a sus clientes.
De buena gana las muchachas aceptaron la recomen­
dación, y al no ser detenidas ni multadas, le hicieron la
siguiente oferta al síndico: “Señor, le dijeron, es usted muy
bueno, como agradecimiento a su gesto, hemos determi­
nado entregar a usted la mitad de lo que nos entre esta
noche”
“Madre” exclamo don Belém “no me den nada, váyanse
luego y pórtense bien, porque a la otra si las meto al “bote”.

51
MUCHACHO QUE CAMBIÓ

Con la sospecha de que se trataba de un narcotraficante,


el padre Alejandro Ortiz se negaba a casar a un joven
enamorado.
Varias veces había ¡do el muchacho a la iglesia con su
novia con la intención de que les uniera en matrimonio.
La respuesta siempre era “no”.
Cansado de no lograr su propósito, el joven, pidió a
Belém Torres que lo acompañara al templo, pues estaba
enterado de las buenas relaciones que había entre el
párroco y la autoridad de Navolato. Aceptó de buena gana
don Belém y fueron al templo de San Francisco de Asís, a
tratar de convencerá don Alejandro que casara a la pareja.
Don Belém fue al grano con el asunto que lo llevaba,
“padre, le dijo, este muchacho y su novia andan muy
calientes, y pues quieren unirse en matrimonio”. Por el
gesto que puso el sacerdote, El Juez se dio cuenta de que la
situación no estaba nada fácil.
Continuó con su misión: “padre, insistió, el joven es de
buenas familias, y está dispuesto a dar una considerable
cantidad de dinero para mejoras en la iglesia".
Ante este argumento, el sacerdote, cambió su rostro de
molesto a alegre, y de inmediato aceptó la petición,
diciéndole al joven: “como has cambiado muchacho".
“Fija la fecha de tu boda, y déjame el dinero, que espero y
sean muchos miles de pesos”
La boda se realizo y la pareja vive muy feliz.
Casos como este, se presentaron con frecuencia en el
templo de San Francisco de Asís, que se construyó gracias
al padre Alejandro Ortiz, y que ahora es orgullo de todos los
navolatenses.
VÍRGENES CON SUERTE

Belém Torres sabía que acababa de comprar boleto para


el infierno, y que era candidato a ser excomulgado por su
atrevimiento a llamar a La sindicatura al padre Alejandro
Ortiz, para que explicara el porqué las vírgenes de su iglesia
siempre se sacaban las rifas que organizaba.
Y es que las presiones eran muchas de los que
compraban número para las promociones del encargado de
la parroquia de San Francisco de Asís.
Ya habían sido ganadoras La Virgen de Guadalupe, La
Purísima Concepción, Fátima, y muchas más, por lo que
todo el dinero quedaba en manos del sacerdote, que hay
que reconocer; lo empleaba para la construcción del
templo.
Pero la gente ya estaba molesta, por lo tanto se
inconformó con la autoridad de Navolato.
Ante esto, no le quedó de otra a don Belém que citar a su
amigo Alejandro Ortiz.
Ya en La Sindicatura, el padre expuso que no era
culpable de que el premio siempre quedara en la iglesia.
"Eres tú, el que me quiere molestar”, acusó.
Ante la insistencia de que no estaba bien lo que hacia, el
padre aceptó tener más cuidado para que no siempre
ganaran las vírgenes.
“Pero no siempre, recalcó, porque si no lo hago así,
quien chingados me va a dar dinero para terminar la obra”.
“Ahora dime, quien te vino con el chisme”, exigió.
Eso si que no le voy a decir, recibió como respuesta.
“Bueno, deja que llegue el domingo, para que veas cómo
te voy a poner a ti y a todos los que asistan a misa,
amenazó.
Y lo cumplió, agarró parejo en su sermón.
El incidente no suspendió sus rifas, que dieron como
resultado lo que hoy es el Templo de San Francisco de Asís.
I
BHLHM TORRES Y SUS ANÉCDOTAS

Tuvo cuidado de que de vez en siempre sus vírgenes


continuaran ganando.
Ah, no abandonó La Sindicatura, sin antes venderle un
boleto a don Belém Torres para una próxima rifa.
EL “GOLLETERO”

A ver, a ver, a usted, ¿porque lo trajeron aquí? Preguntó


el Síndico Belém Torres al detenido.
“Por no ser adivino”, contesto.
Explique ¿Cómo está eso? Pidió la autoridad.
Pués verá, respondió, participé en un concurso, y el
dueño de la cantina me negó los cien pesos que me había
ofrecido, nada mas por no contestar bien una pregunta.
No le entiendo, deme más detalles.
“Pues mire, me prometieron la cantidad que le dije si
acertaba cuatro preguntas”
Y ¿Cuáles fueron?
La primera, que si cuantas cantinas había en Navolato, y
les dije que tres.
Que cuales, y respondí: “María Elena”, “La Gaviota” y el
“Pipi”
Luego, que cuales eran las marcas de las cervezas que
se vendían, a lo que contesté que cuatro: Pacifico, Carta
Blanca, Modelo y Corona.
Me anime a más no poder cuando se me informó que
prácticamente los cien pesos eran míos, si acertaba la
última pregunta.
¿Cuánto vale un “cuartito”? se me pregunto, y sólo
alcancé a decir: pos... p>os... pos...
Se me insistió, agregó, díganos el precio de la Media y
pos, pos, posfué todo lo que pude decir.
¿Y qué chingados les iba a responder, si en mi méndiga
vida he pagado por emborracharme?
Al ver que todos se reían de mí, no me quedó de otra que
agarrar a chingasos al dueño de la cantina, y por eso me
detuvo la policía.
Déjenlo ordenó el Sindico, y tráiganme al dueño del
negocio, para que pague lo que prometió, por no contar con
permiso para sus promociones.
BLLUM TORKH5 Y SÜS ANÉCDOTAS

Así, siempre salió ganando el “golletero” pues recibió la


multa aplicada por el sindico Belém Torres.
Antes de que saliera de La Sindicatura, la autoridad le
pregunto cual era su nombre.
Pedro respondió, y salió corriendo, ya que ya era hora de
la “botana” y del “gollete"
“Dígale a ese cantinero que no soy adivino” gritó desde la
calle.
DISCUSIÓN DE PAREJA

Aquella pareja discutía por todo. En una ocasión, al ver


que estaban a punto de llegar a los golpes, porque no
estaban de acuerdo en algo, sus vecinos pidieron la
intervención de la policía.
De inmediato llegaron dos gendarmes a casa del
matrimonio, y al no poder calmarlos, los llevaron con El
Síndico Belem Torres.
“A ver muchachos, ¿cuál es el problema, les preguntó la
autoridad?
“Es que, mire, explicó la señora, este cabrón aparte de
que no da dinero para el gasto, anoche me llegó con unas
flores, como un detalle para acostarse conmigo”.
“Eso, en lugar de alegrarme, me encabrono más, y lo
único que le dije fue que con eso no comía, y ahí empezó la
discusión”.
¿Es cierto lo que dice tu esposa?, preguntó don Belem,
al enojado señor.
“Pues sí, contestó”
“Estaba caliente, y pensé que con unas flores de 50
pesos, la iba a animar a que se fuera a la cama conmigo”,
agregó.
“Tu esposa, tiene razón, con flores no se come, reprocho
la autoridad".
“Vas a pagar 50 pesos de multa, y ese dinero es para tu
vieja, para que cuando menos coma bien un día”, sentenció
don Belem Torres.
Por tal de no quedarse en el “bote” y hacer más grande el
problema, no tuvo de otra el “galán”, que pagar.
Y así, la pareja regreso a casa, a buscar otro pretexto
para pelear.
Sirva esto de ejemplo, para los que acostumbran aún
regalar flores a su pareja.

57
NIÑO LLORÓN
Por Bruno Tamayo Romero

Un niño de unos cinco años lloraba a más no poder


porqué su papá se había muerto. Nadie lo calmaba.
Desesperada, su mama, aprovechando que su casa
estaba cerca de la iglesia, mandó llamar al padre Alejandro
Ortiz, para que hablara con su hijo.
“Mira niño, le dijo el sacerdote, tu papá ya está en el cielo
con Dios. Algún día, todos nos vamos a morir".
Eso no calmó al pequeño, que continuaba derramando
lágrimas.
Ante esto, la señora optó por pedir el consejo de la
profesora Lucila Achoy, cuya vivienda también estaba cerca
de la primaria Benito Juárez.
“Pequeño, le manifestó la maestra, tu eres muy
inteligente, y debes entender que lo que pides es imposible.
Tu padre no puede revivir”. Ya está descansando.
No, para nada, el menor lloraba más.
“Don Belem, recordó la madre, que estaba a punto de
volverse loca”.
Y va por él a La Sindicatura.
Ya frente ai niño, la autoridad de Navolato, le reprocha:
“Cómo eres tonto, por más que sigas llorando, tu papá no va
a salir del panteón."
“El ya se fue, entiende.”
“Además, le preguntó, ¿Cómo sabes que era tu papá? A
lo mejor era un señor con el que se metió tu mamá.”
Reflexionó el menor, y poco a poco se fue calmando,
hasta que dejó de llorar.
Ahora la que estaba a punto de derramar lágrimas, era la
mamá, quién con una sonrisa nerviosa, le expresó al
Síndico. “Como eres Belem”.
Que puntadas se te ocurren.
“Mira, que dudar de mi”. Ahora te voy a confesar algo. “SI
engañe a mi marido. El llorón no es de él”.
CON LA LENGUA GANÓ
Por Bruno Tamayo Romero

Por fin se anunciaba la carrera de caballos que Navolato


y todo Sinaloa estaba esperando. Los dos animales, La
Colorada y El Diablo eran ganadores, pero nunca se habían
enfrentado.
Había mucho interés por saber quien era el mas ligero.
La competencia se veía muy reñida, por lo que los
organizadores determinaron llamar a don Belem Torres
para que fungiera como Juez, con la aclaración de que su
fallo seria inapelable.
Se cruzaron las apuestas, que llegaron a miles de pesos,
los cuales se entregaron al sindico para que los repartiera
entre los ganadores.
Llego el día de la competencia, y ante cientos de
personas que se colocaron a lo largo del taste, los caballos
corrían a mas no poder.
Agotados llegaron muy cansados a la meta, por lo que
los apostadores se frotaron las manos pues al menos no
iban a perder aunque tampoco ganaban. Se les tenía que
regresar el dinero.
Vaya problema al que se enfrentaba don Belem, pues
era mucho lo que tenia que repartir.
De plano se hizo “bola”, por lo que optó por darle el gane
ala “colorada”.
Los protestantes no se dejaron esperar, entre los que le
apostaron al “Diablo" alegando empate entre los dos
animales.
Pidieron, exigieron al juez, que diera una explicación a
su decisión.
“Es que miren, les dijo, ciertamente que llegaron iguales
a la meta, pero lo que ustedes no vieron es que La
Colorada, al termino de la carrera, saco la lengua, y con eso
llego primero.
No muy convencidos, aceptaron la decisión del sindico,
BELEM TORRES Y SÜS ANÉCDOTAS

ya que habían sido advertidos que su decisión seria


respetada.
Aun se comenta la famosa carrera, y se esta en duda del
fallo de don Belem.
Lo cierto es que no hubo argumentos para alegarle...
Con la lengua también se gana.

6o
EN ESTADOS UNIDOS
Por Enrique Ruiz Alba

“Todo empezó cuando tres vaqueros a! servicio de


Richie arreaban ganado por el rumbo de Dautillos. Fue
entonces cuando hicieron el macabro hallazgo; el cuerpo
calcinado de un desconocido. Los vaqueros colocaron una
rama sobre el cadáver y me mandaron avisar. La tuve que
hacer de representante social, como tantas veces, porque
en Navolato no había Agencia del Ministerio Público.
El delegado Alejandro Armenta me dio la noticia, nos
fuimos por el Dr. Burgueño al Centro de Salud y antes de
salir a Dautillos nos comimos unos tacos, porque ya
sabíamos que después de ver el cadáver no podríamos
comer. Tú sabes, el hedor de carne humana es el más
penetrante de todos cuantos hay en la tierra ...
A la sombra del fresco portal casero, Belem Torres, ¡el
viejo y sabio Belem!. Hoy emérito, narra el presente
episodio, uno de tantos en que figuró como actor principal
en su prolongada y pintoresca carrera de funcionario
público. Arrellanado en la oscilante poltrona, con su
sempiterna sonrisa adornando su rostro arrugado como
huella del tiempo, continúa su relato.
“Llegamos al lugar indicado y procedimos a realizar la
investigación. Cerca del cuerpo carbonizado había unas
huellas de llantas angostas, lo que me hizo deducir que el
tipo aquel fue llevado en un carro chico hasta aquel lugar.
“Cerca de esas huellas encontramos varios casquillos de
balas, confirmando nuestras sospechas de que se trataba
de un asesinato, pero además indicios sobre la arena de
que la víctima fue arrastrada desde el sitio donde lo mataron
hasta donde fue encontrado, para empaparlo de gasolina y
prenderle fuego”.
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

¿El clásico ajuste de cuentas entre narcos?..


“Realmente no pudimos deducir otra cosa. Se trataba de
un hombre aniquilado por cierta “cosita”.
¿Lograron identificarlo?
“Fue sumamente difícil. Estaba carbonizado, la ropa
tostada al igual que el calzado. El único indicio que se
obtuvo en el momento era el encontrar pedazo de cuello de
la camisa que no fue consumido por el fuego. La camisa era
de marca “gringa”, fina, auténtica de Estados Unidos.
Llegamos a la conclusión de que el asesino era un “gringo”.
Enterramos el cuerpo y le pusimos una cruz de mangle
para identificar la tumba provisional. Yo le calculé al
muertito entre 23 y 25 años. Levanté el acta y di aviso a
Culiacán. Al día siguiente llegó una partida de judiciales
comandada por un tipo al que apodaban el “Macho Prieto”,
quien fanfarronamente aseguró que en tres días aclararían
el caso, pero pasaron dos años y nada; el crimen seguía en
el misterio y nadie reclamó el cadáver.
¿Se logró al fin el esclarecimiento?.
“Después de mucho tiempo. Resulta que un día llegaron
unos norteamericanos buscando a un paisano, y me
pidieron que les mostrara el expediente del difundito. Acudí
a la Agencia del Ministerio Público en Culiacán y me fue
proporcionado; entonces los tres “gringos” y algunos
judiciales, entre ellos un amigo de Tijuana, me pidieron los
acompañara hasta la rumba donde sepultamos el cadáver.
¡Cuál sería nuestra sorpresa al encontrar dos tumbas más
junto a la que nosotros habíamos hecho!.
¿Otros dos asesinatos?.
“No, simplemente no observamos al enterrar al “gringo"
que ya estaban aquellas tumbas, en una de las cuales,
sabríamos después, estaba enterrada una niña que pereció
ahogada y, en la otra, el padre de Crucíta Orduño, esa
muchacha que fue Síndico de Altata y actualmente regidora
en el Ayuntamiento de Navolato que encabeza Wulfrano
García”.
BELEM TORRES Y SÜS ANÉCDOTAS

¿Cómo precisaron la tumba que correspondía al


“gringo”?
“Por simple deducción, medimos la distancia que
mediaba entre el sitio donde vimos las huellas del carro en
la primera investigación hasta el lugar de la sepultura,
distancia que quedó consignada en el acta que levanté.
Nuestro cálculo se vio corroborado con la aparición de
partículas de arena quemada al remover la fosa para
proceder a la exhumación. Allí estaban los restos del
asesinado".
Don Belem hace una pausa para callar a unos nietos que
retozaban en torno a lugar de la entrevista, logrando lo cual
y con aires de satisfacción por haber impuesto su paterna
autoridad, me habla sobre la identificación del cadáver.
“ Les pregunté a los gabachos que cómo iban a
reconocer al difunto después de tanto tiempo de enterrado y
dada la carbonización de que fue objeto, y su respuesta en
español -lo hablaban muy bien- fue en el sentido de que la
obtendrían a través de una placa metálica, un trabajo dental
especial que le hicieron en vida y del cual traían la lámina
fotográfica correspondiente. “Si la encontramos -dijeron-
tendremos la pista para establecer su identidad, pero
también el esclarecimiento del crimen”.
“Realizada la exhumación y en un ambiente fétido
provocado por el rescate de los putrefactos restos, los
gabachos tomaron la cabeza con asombrosa naturalidad y
procedieron a lavarla, para enseguida examinarla
minuciosamente. Sus cabezas se movieron en ademanes
de asentimiento al descubrir la placa y confirmar con la
fotografía que se trataba de la misma, por tanto el
asesinado era el hombre que buscaban. Seguros de ello,
me mostraron una fotografía del difuntito en la que estaba
anotado su nombre, su dirección y fecha de nacimiento, y
fíjate que atinada le pegue en cuanto a su edad, pues en el
acta que levanté quedó asentado mi cálculo de que el
occiso tendría entre 23 y 25 años, y resultó que
exactamente contaba con 24 al morir”.
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

¿Ahí concluyó el caso?


“No, de momento echaron la cabeza y demás restos en
un costal para llevárselos a Estados Unidos a darles
sepultura. Luego nos invitaron al médico legista y a mí a
comer al restaurante de doña Loreto en Altata, fue en ese
lugar donde doña Loreto nos informó que en una de las
tumbas que encontramos estaba sepultado don Nabor
Orduño, fallecido a causa de una accidente. Yo de plano no
pude comer, me afectó bastante la exhumación y el olor
putrefacto de carne humana”.
Quien pensaría que a resulta del caso que se narra,
Belem Torres, habría de traspasar por vez primera en su
vida las fro nte ras m exicanas, y eso ocurrió en
circunstancias en un tanto extrañas como se verá
enseguida.
A poco de haber regresado los extranjeros a su país,
Belem recibió un llamado telefónico de Tijuana invitándole a
pasear a los Estados Unidos con todos los gastos pagados.
A los pocos días recibió de San Diego, California, en igual
sentido, sólo que en ésta ocasión se le pidió que fuera
acompañado del médico legista, es más, le fue ofrecido que
vendrían en avión por ellos.
Pero dejemos que él continúe el relato. “Se trataba de
gomero, de narcotraficantes, y lo que deseaban era que
acudiéramos a una corte del vecino país para rendir
declaración sobre el caso del “muertito", auerian
nuestro testimonio no sé con qué fines, a lo mejor -pensé-
trataban de cobrar algún seguro de vida o simplemente que
las autoridades de aquel país tuvieran conocimiento oficial
de la muerte de su paisano”.
“Yo la pensé, ¡caray!, Porque se trataba de narcos, pero
me fui a Culiacán, a pedirle consejo al Presidente del
Supremo Tribunal de Justicia, quien al calor de una taza de
café que me invitó le platiqué la historia. Me dijo “La decisión
es tuya, por mi no hay inconveniente, si quieres irte autorizo
los días que sean necesarios”.
“Consulté el caso con mi familia y finalmente decidí
BE-LEM TORRLS Y 5 Ü 5 ANÉCDOTAS

aceptar la invitación, lo cual comuniqué a los gabachos los


que un buen día llegaron volando a Culiacán y tras el
encuentro con ellos me invitaron a comer camarones a
Altata".
Los gringos traían un avión de cuatro motores y a un
mexicano de piloto. Los llevó en una raid sobre el mar desde
Altata hasta Mazatlán y al regreso venían maravillados de
las riquezas que dijeron tenemos en Sinaloa. A la mañana
siguiente partimos cinco gentes en el avión.
Me tocó ir sentado junto al piloto, sintiéndome incómodo
porque sólo había cuatro asientos y los tres pasajeros del
fondo ¡ban muy apretados, aunque dijeron que uno de ellos
se quedaría en Mexicali.
Luego comentaron que el avión era de instrucción, para
enseñarte a pilotear, porque tenía otro volante y controles,
hasta me propusieron que yo piloteara pero ... ¡Cuándo iba
yo a manejar un aparato de esos!.
Ya en pleno vuelo pude advertir que el piloto era un
experto en eso de tripular aviones, y hasta pude
comprobarlo cuando llevando una cerveza abierta arriba de
los controles aterrizó en el aeropuerto de Hermosillo sin
derramar una sola gota de la ambarina. Cumplida la escala
técnica reanudamos el viaje sobrevolando el
inmenso Desierto de Sonora hasta llegar a Caléxico. Ahí
pernoctamos y al día siguiente me consiguieron en
migración un permiso por siete días de permanencia en
territorio gringo.
La madrugada del día siguiente continuamos el viaje
pero en automóvil, por la mañana ya en el suelo de Estados
Unidos nos detuvimos a desayunar en un restaurante. Yo
creo que los gringos eran naturistas pues nos sirvieron de
comer puras ramas; yo de plano no pude comer nada. Por la
tarde llegamos a un pueblo hospedándonos en un hotel y
cuando me disponía a acostarme tocaron a la puerta de mi
cuarto invitándome uno de ellos a tomar en rededor de una
fogata que había en el patio; ahí parado estaba un tipo de
una escopeta y le pregunté en cuánto me la vendía ... La
JUSTICIA CON SILNTIDO COMÚN

verdad tenía un poco de miedo. Ahí amanecimos tomando.


Más tarde después de bañarnos y cambiarnos me
pidieron que los acompañara ante el Fiscal del Distrito para
ratificar el informe que ya obraba en poder del Fiscal. ¡Vaya
sorpresa que me llevé! Ahí junto al Fiscal estaba presente el
dentista que había hecho el trabajo al “quemadito”, pero
también tenía detenidos a tres sospechosos del asesinato.
Como yo no hablo inglés me pusieron de intérprete a una
mujer muy guapa, que nomás de verla me perturbaba todo.
Mi acompañante el médico legista, era bilingüe y no
necesitó intérprete.
¿Y cómo le fue con su declaración ante el Fiscal?.
-A mi bien, dije todo lo que sabía respecto al muertito...
Los jodidos resultaron los sospechosos.
- ¿Resultaron culpables?
- Si, uno de ellos, se fue poniendo descolorido conforme
avanzaba el interrogatorio. Al final del juicio los remitieron a
la prisión, y más tarde creo que los condenaron a cadena
perpetua.
¿Entonces lo trataron bien los gringos?
- Muy bien, diría yo. Además del buen trato recibido nos
pagaron tres mil dólares al doctor y a mí, para regresarnos
nos reservaron un vuelo desde Mexicali a Culiacán, nos
transportaron en carro hasta la frontera.
- Después de algunos contratiempos por no encontrar
cupo en el vuelo de ese día, al siguiente, luego de efectuar
algunas compras en la frontera abordamos la aeronave que
finalmente nos trajo de regreso a Culiacán.
Así terminó aquel inesperado viaje a los Estados Unidos,
y para que vea lo atento que son los gringos, a los pocos
días de nuestro arribo a Culiacán, nos llegó una misiva en la
que nos daban las gracias por haber contribuido a
esclarecer un crimen, pero principalmente por contribuir
con la justicia del vecino país que dio el merecido castigo a
los culpables”.

Entrevista realizada el 3 de Marzo de1980


TERNA DE UNO

Abrió las puertas de mamparas un hombre encorvado


con las insignias de Teniente Coronel. El rostro del
secretario del gobernador era igualito a un garbanzo
gigantesco que se hubiera puesto como remate a un tronco
doblado por la cintura, de tanto hacer caravanas, pensaron
los de la comisión: ¡Si señor! ¡No faltaba más señor! Como
no señor! ¡Lo que usted mande señor! Y, como a todos se
les ocurrió lo mismo, todos a la vez sonrieron.
- Que pase la comisión de Navolato -dijo con voz gastada
y acercándose a ellos les susurró: no tarden mucho, el
señor tiene mucha audiencia.
- ¡Tipo mentiroso!- Pensaron al ver la sala vacía- y
cruzaron el umbral.
- ¡Hola muchachos!, Se oyó la voz del mandatario que
sin alzar sus lentes de verdes cristales de una capucha de
fina malla, de las que usaban los pescadores aficionados
para espantar y protegerse de los jejenes, mientras pasaba
el dedo índice por el agujero para la boca simulando una
señal precoz.
- ¡Mi general! -Grito Audelio López que fungía como
presidente interino del com isariado- (el titular se
encontraba en la ciudad de México solicitando el recto y
probo ingeniero Luis Alcerreca los ayudara para obtener la
ampliación del ejido).
- ¡Mi general! -Repitió- venimos a solicitarle con todo
respeto que en Navolato nombre a un Síndico Municipal
que sea ejidatario pues ya estamos hasta el gorro de que
todas las autoridades de Navolato a fuerzas tienen que ser
recomendados por el gerente del Ingenio de Navolato “La
Primavera", que es lo mismo que decir Jorge Almada.
- ¡Con el debido respeto, mi general! -Intervino el
desgarbado secretario particular- me permito recordarle
que usted prometió a las fuerzas vivas de Navolato,
BULfLM TORRH5 Y 5 Ü 5 ANECDOTAS

concretamente a la H. Cámara de Comercio, que la


Sindicatura estaría siempre en manos de personas
honorables y decentes. Sólo se lo recuerdo señor.
Macías Valenzuela, montó en cólera y pegando un fuerte
puñetazo que hizo saltar los papeles de la mesa gritó
indignado:
- Asi es que, según tu. ¿Enre los ejidatarios no hay
personas decentes y honorables? ¡Dímelo! -Exigió- por su
mente pasó su infancia campesina en las Cabras, pequeña
ranchería en la montaña donde nació. Volviéndose a los
ejidatarios -gritó- la sindicatura es suya muchachos,
tráiganme una terna.
- ¡Aquí está mi general! se adelantó Audelio López,
sacándose de la bolsa de la cam isa un papel
cuidadosamente doblado en el que se leía:
- “Terna que el ejido de Navolato presenta al C. Pablo E.
Macías Valenzuela, para que de ella se escoja a la persona
que se encargará de la Sindicatura Municipal".
- Primer candidato ... C. Belem Torres, segundo
candidato C. Belem Torres, y tercer candidato C. Belem
Torres.
La terna hizo el milagro de bajarle la ira al gobernador,
¿Acaso él, en la toma de Navojoa no había lanzado una
ametralladora en una carga mortal con ramas que llevaban
amarradas a la silla de los caballos y detrás de la po'vr,r!era
iba él, lazo en mano?
Sonrió bonachonamente al recordar su propia hazaña.
Tocó el timbre y ordenó: que vengan el licenciado Jesús
P. Ruízyel Procurador licenciado Manuel Lazcano.
Cuando los funcionarios llegaron precisó:
- Licenciado Ruíz, que la presidencia extienda
nombramiento de Síndico de Navolato al C. Belem Torres y
tú -dijo al procurador- oriéntalo sobre sus atribuciones
legales.
Luego giró hacia la esquina en que se encontraba el
secretario particular y a voz en cuello amenazó:
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

-¡ Mucho cuidado con meter tus narices en eso! ¿Me


entiendes?
Una guapa secretaria se acercó a la modesta mesa del
despacho para recoger los acuerdos firmados para luego
distribuirlos.
- ¿Cuándo te casas Graciela?
Cuando me consiga un novio mi general, respondió la
muchacha para inmediatamente agregar:
- Están muy escasos los muchachos que quisieran dar el
mal paso y salió sonriendo.
-Llámenme al aviador, me voy a de pesca a la Reforma y
no estoy para nadie.
- Ciérrenme la puerta con llave y cuando venga el
aviador llamen.
Si, él era igual a estos ejidatarios, con un alma que
vibraba frente a los mismos estímulos, la razón por la cual,
le regocijaba la astucia campesina. En rápida sucesión,
recordó su infancia por montes y breñales: su juventud
entregada a la revolución desde el primer instante.
¿Acaso él no usó de esa misma astucia campesina de
soltar a todo correr varios caballos con ramas amarradas a
las sillas que levantaban una nube de polvo y dentro de esa
nube él, Pablo E. Macias Valenzuela, jinete con la reata
presta, para lograr la hazaña de lograr lazar la
ametralladora que los diezmaba, y así romper la cortina de
fuego que les impedía tomar Navojoa?
- Ojalá -reflexionó- que Belem Torres, sea un buen
Síndico y como si fuera profecía, así sucedió.

69
EL ENCUENTRO CON EL PUEBLO
Por Guillermo Aguilar

Por su extraordinario sentido del humor, su filosofía


de la vida y su don de gente, muy pronto don Belem Torres
se convirtió en una persona de alta estima en Navolato y
sus alrededores cuando se integró al servicio público, al
asumir el cargo de Síndico Municipal de esta cañera región,
que por esa época, en los inicios de los años cuarenta, la
década del desarrollo agrícola, aún pertenecía al municipio
de Culiacán.
Su actitud humanitaria, su manera muy especial de
impartir justicia y su buen trato con todo ciudadano que
acudía a plantearle cualquier tipo de problema, le permitió
ganar muchos amigos y sobre todo el respeto general,
incluso la estimación de escumbrados políticos y el párroco
de Navolato, el siempre recordado don Alejandro Ruiz Ortiz.
La fama del Síndico, Belem Torres, bien pronto se
extendió por toda la región, el estado y gran parte del
territorio nacional. Sus “chistes", decisiones salomónicas,
volaban a través de navolatenses que viajaban a la capital
de la entidad o a otros lugares del país.
Por esa época estaba en pleno apogeo un
comediante de carpa, “Don próculo”, se hacía llamar, quien
incluía en su repertorio las anécdotas de don Belem Torres.
Este gran carpero se encargó de difundir las acciones del
personaje navolatense.
A los pocos días de haber asumido el cargo de
síndico, en su calidad de primera autoridad, don Belem
Torres tuvo su primera comparecencia pública. Por su
investidura fue el responsable de dar el Grito de
Independencia la noche del 15 de septiembre ante miles de
personas congregadas en la plazuela “Vicente Guerrero",
de la cabecera de la Sindicatura de Navolato.
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

En punto de las once de la noche, muy solemne y


acompañado por los ciudadanos más distinguidos, amigos
y colaboradores, don Belem, subió al kiosko “Conrado
Solís” de la plazuela y, a todo pulmón vitoreó a los Héroes
de nuestra Independencia, pronunciando las frases de
rigor.
-Mexicanos, ¡Viva don Miguel Hidalgo y Costilla!.
- ¡ Viva don José María Morelos!.
- ¡Viva Doña Josefa Ortiz de Domínguez!.
-¡Viva México!.
-¡Viva México!.
-¡Viva México!.
Muy correctam ente y coreado por miles de
ciudadanos había pronunciado el grito de Independencia
en recuerdo de la gesta de Dolores. Hasta ahí todo bien,
pero emocionado por el vibrante momento, por lo fuerte de
vivas y aplausos, entusiasmado a mas no poder, quiso
mantener el patriota momento e, ingeniándoselas para
sostener nuestro lábaro patrio con la mano izquierda,
apuntando con la derecha a su espalda, en donde se
encontraba el cuadro del padre de la Patria, Belem Torres,
exclamó a todo pulmón:
“Navolatenses, si no fuera por el de atrás, ya nos
hubiéramos muerto”. Luego de unos segundos de silencio
empezaron a escucharse risas, vinieron los discretos
codazos entre los que dieron su propia interpretación a lo
expresado y señalado por la autoridad del lugar.
Han pasado varios años de ese suceso pero aún hay
quienes lo recuerdan con simpatía.
Al comentar el suceso, don Belem expresó que hubo
algo de eso, pero que fue el presidente municipal de
Culiacán el que lo “corrió” de esa manera.
De ahí en adelante todo lo que hacía la autoridad de
Navolato bien pronto llegaba a Culiacán. Bastaba que se
encontrara algún Navolatense en la sede del gobierno
estatal, en el Ayuntamiento o en cualquier oficina pública
BULUM TORRUS Y SUS ANECDOTAS

para que se le interrogara: ¿Cuál es la última de don


Belem?.
Son muchas las anécdotas que se le atribuyen a
nuestro personaje. Picado por la curiosidad que le
caracteriza, el destacado maestro del periodismo Antonio
Pineda Gutiérrez, “toñico", le preguntó en una ocasión si
eran suyas todas las que se platicaban y se le atribuían,
recibiendo en respuesta un “no” categórico.
“La mayoría son mías, -aceptó- pero hay muchos
milagros que me cuelgan sin ser míos y yo los dejo que
corran, qué otra cosa podría hacer”, comenta el periodista
en su libro “Trozos de vida”, donde también consigna que
aún en este tiempo son raros los velorios en la región de
Navolato y Culiacán donde por angas o mangas no se hable
de Belem Torres, el Juez Menor y Síndico más célebre que
haya tenido ciudad alguna de Sinaloa.
DON BELEM TORRES CON CALLES,
AVILA CAMACHO Y MIGUEL ALEMAN
Por Santiago Avilez

Corría la década de los 40’s cuando don Belem Torres


tuvo su primer encuentro político con quienes más tarde
serían presidentes de la República Mexicana.
En esa época, Navolato se caracterizaba por la
tranquilidad existente. El ingenio La Primavera gozaba de
una infraestructura económica que producía una paz
espiritual en los obreros que no tenían sobresalto de
ninguna especie.
Hoy, 50 años después, quien fuera juez calificador de La
Dirección de Seguridad Pública del Ayuntaiento de
navolato, recuerda que en 1942, siendo representante de la
Sociedad de Interés Colectivo y Agrícola, acudió a la fábrica
azucarera a tramitar asuntos relacionados con su
organismo y allí, se encontró con Rodolfo Calles, quien era
el gerente de la empresa mismo que lo invitó a su casa
ubicada en Almada y Corona, a conversar tranquilamente.
- En eso estábamos cuando tocaron a la puerta, Rodolfo
abrió y mi sorpresa fue que el visitante era mi general
Plutarco Elias Calles, quien luego de saludos de rigor, se
puso a platicar conmigo. Tocamos los temas de agricultura,
de pesca y azucarero.
Antes de despedirse -porque iba para El Tambor- me
dijo: “Belem, duro para que progresen”. Se refería a la
riqueza natural de estas tierras.
Los recuerdos fluyen con claridad de la memoria de Don
Belem. La sala de estar, que también sirve de comedor, es
el escenario donde se desarrolla esta entrevista.
Doña Alejandra Beltrán de Torres, su esposa, va y viene
de la cocina al comedor, de cuando en cuando pone
atención a la conversación.
BLLUM TORREÓ Y 5 Ü 5 ANÉCDOTAS

Don Belem Torres nos saca de nuestro pensamiento y


continúa:
“Durante la campaña del general Manuel Ávila, gente de
su avanzada se entrevistó conmigo, y me pidieron luego de
entregarme una carta del candidato que concentrara gente
a Culiacán. Recuerdo que les llevé campesinos de todos los
ejidos y conversé largamente con el candidato a la
presidencia de la República".
“En esa ocasión quedó formalmente de visitar Navolato y
así lo hizo. Al día siguiente lo teníamos con nosotros en la
Plazuela Vicente Guerrero, pero antes, habíamos
alborotado a todo mundo”.
“Llegó a eso de las cuatro de la tarde y venía
acompañado del Ing. Liera, quien era el candidato al
gobierno del estado de Sinaloa. Luego, en la Plazuela, los
obreros celosos como son, habían aconsejado a su líder, un
señor de apellido Guerrero, para que dirigiera unas
palabras al general Ávila Camacho y esto fue más o menos
lo que dijo:
- General Manuel Ávila Camacho, candidato del partido
en el poder a la presidencia de México, por conducto de su
servidor, los obreros navolatenses le piden que defina su

7+
JUSTICIA CON SELNTIDO COMÚN

política, porque hasta ahorita, no tiene programa y le


solicitamos también que apoye al Ing. Liera para que sea el
gobernador, aquí, en Navolato, por lo pronto, no queremos
ni a Rodolfo T. Loaiza, ni a nadie.
El general Ávila respondió - recuerda don Belem- más o
menos con las siguientes palabras:
- Tengo conocimiento, porque así me lo han hecho saber
en el transcurso de mi campaña, que voy a ser maniquí de
los obreros de este país, y esto me apena.
La amena conversación sigue adelante. El hombre de
las sentencias salomónicas, prosigue:
“Tiempo después, cuando el general Ávila Camacho ya
era presidente, le fuimos a visitar el líder obrero y yo;
llegamos a Palacio y nos recibieron bien. Nos hicieron
pasar con el hombre que dirigía al país y después de los
saludos de rigor, reconoció a Guerrero, el líder que le había
exigido la asunción al gobierno del Ing. Liera y le dijo, señor,
yo a usted lo conozco, ¿no es así?”.
- El representante obrero tuvo que pedir perdón, dice don
Belem, mientras una sonrisita lo traslada hacia la época del
Lic. MiguelAlemán.
Las horas transcurren en el hogar del entrevistado. A lo
lejos, las antiguas campanas del viejo reloj del majestuoso
templo de San Francisco de Asís repiquetea tres sonidos.
Son las tres de la tarde.
“Con la venida del Lic. Miguel Alemán también participé
en su campaña, porque él me lo pidió y al igual que con el
general Ávila Camacho, le llevé mucha gente a Culiacán, a
La Sociedad Mutualista”.
“Estando allí, nos dieron comisiones, y las cumplimos” -
dice don Belem- para luego sostener que el entonces
candidato quedó de visitar Navolato y lo cumplió. Lo
llevamos al cetro social "Carlos Quihuis", donde le teníamos
preparada una fiesta. Allí bailó con La Mere Soto de Medina
hasta que se cansó".
BLLE.M TORRE.5 Y SÜS ANÉCDOTAS

- Al término del convivió se despidió y se regresó a la


ciudad.
- Posteriormente, un ex obrero, “El Che Ramírez”
representante de los cañeros en la capital del país, con
mucho entusiasmo me había puesto como candidato a
diputado federal. Me envió un telégrama donde me
solicitaba que me trasladara a la capital del país.
Así lo hice y ya estando allá fui a buscar al “Che Ramírez"
quien me llevó con Miguel Alemán y le dijo que yo era su
candidato a la diputación federal.
- El candidato, después de expresar que regresaría a
Navolato a bailar, con La Mere, dijo que contaba con su
apoyo pero que de cualquier manera trabajara por la causa.
Ya en Navolato, me mandó llamar el Lic. Fausto Marín,
quien fungía como Secretario General de Gobierno y
después de felicitarnos por nuestra acción nos reprendió
porque “Nos habíamos brincado las trancas”. Me pidió la
diputación federal por una local. Acepté y el candidato fue
Francisco Soto Leyva.
“Lo demás ya es historia”, precisa don Belem Torres,
mientras que los colores del arco iris se extienden sobre el
horizonte.

Entrevista realizada el 10 de Abril de 19üó

7¿
LA JUSTICIA DE DON BELEM
Por Evaristo E. Pérez Villarreal

Por supuesto que las decisiones tomadas por Don


Belem, son humanas y muy sabias, impregnadas demás,
de un nítido sentido común poco usual; pero, ¿qué tan
apegadas a la ley y a los procedimientos de los códigos
vigentes se encuentran? ¿acaso sus sentencias violan
algunos aspectos de la justicia?.
Para conocer la opinión de funcionarios profesionales en
la aplicación de la ley y en su interpretación, acudimos
hasta sus despachos y les preguntamos sobre lo que los
jueces como ellos, de ambos ramos, civil y penal, piensan
de la forma de juzgar de don Belem Torres.
Con esta divisa acudimos hasta el austero despacho del
Lic. José Luis Pineda Rodelo, Juez Sexto de Primera
Instancia de lo penal del Distrito Judicial de Culiacán,
provistos de un legajo en el cual se encuentran escritas la
mayoría de las anécdotas de nuestro personaje para que se
adentrara en el espíritu del pensamiento de lo que es justo
para este señor; con toda cortesía pero con un dejo de
suficiencia nos dice el juez: “no es necesario creo conocer
la mayoría de las anécdotas de Belem”.
Sin embargo, con curiosidad tomó en sus manos las
cuartillas, las analizó con cuidado y levantando los ojos nos
pregunta algo extrañado:
“No veo aquí la narración del navolatense a quien su
vecino le robó la esposa”.
En efecto, entre aquellas narraciones no se incluía a la
que el Juez se refiere y una de la más graciosa y verdadera.
Con ello, sin presunción, el juez Pineda Rodelo, demuestra
palmariamente conocer al dedillo el abundante anecdotario
de Don Belem. Ahí mismo, en su despacho, escuchamos
BULLM TORREIS Y SUS ANÉCDOTAS

esa simpática relación de hechos que son un monumento a


la picardía sinaloense.
Sin embargo, nuestra visita obedecía a otros motivos,
así que, con tacto, intentamos y logramos que el Juez
retomara el sendero de la conversación para tratar de
conocer lo que la ley civil y penal opina de las decisiones de
Belem Torres.
“Te puedo contestar que Belem, es un hombre sabio, con
la sabiduría que nace del pueblo mismo, sin pretensiones
de que lo dicho sea la última palabra pero que resuelve de
tajo y en forma práctica, el problema que se analiza; es una
decisión además de honesta impregnada de sentido
común.
“Don Belem tiene una gran ventaja, reconoce el Juez
Pineda Rodelo, mientras toma entre sus manos el Código
Penal y de Procedimientos Penales en vigor y en el que los
jueces como él, se ven precisados a fundar sus
resoluciones jurídicas; señala al código con el dedo índice
derecho y lo agita frente a nuestros ojos. Aquí están -dice­
las normas legales que castigan los hechos humanos
considerados como delitos y no podemos inventar hechos
que aunque repugnen a la justicia, si no están en el código,
no podemos castigar.
Si el hecho se encuentra en el código y se comprueba
que una persona lo cometió, se le dicta la sentencia de
acuerdo con determinadas circunstancias de tiempo, lugar
yespacioyahí termina el problema.
La ventaja que tuvo Belem es que dictó en el pasado, sus
resoluciones, de acuerdo única y exclusivamente
conforme a su criterio y su sentido común; y como tanto el
primero como el segundo de ellos, son equilibrados y
honestos, además de justos en los que campea la equidad,
sus sentencias tienen las características de la ley natural y
la humana, pero no de la ley escrita, sin que eso demerite
sus apreciaciones”.
Tiene razón el Juez: la ley es más estricta y los jueces,
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN

como nuestro entrevistado, se deben apegar a ella


indefectiblemente; en cambio don Belem, no, él se apega al
sentido común del ser humano y de la sociedad en que vive
y normalmente sus sentencias son mejores que las
oficiales, al grado de darle la vuelta al mundo de boca en
boca.
Momentos después de abandonar el despacho del Lic.
José Luis Pineda Rodelo ubicado en una colonia proletaria
de la capital sinaloense, nos trasladamos al llamado
Palacio de Justicia en una subjetiva añoranza de los
palacios de los usados por los reyes, encontrándonos sin
problema alguno, en el despacho que ocupa el Lic. Martín
Monárrez, Juez Cuarto de Primera Instancia del Ramo Civil
del mismo Distrito Judicial del Juez Pineda, con la misma
finalidad: que nos aclare el verdadero alcance jurídico y la
real ubicación dentro del contexto de la ley actual, de las
decisiones de Don Belem Torres.
El Lic. Martín Monárrez es un joven funcionario del poder
judicial pero ya peina canas producto más de otra cosa, de
las preocupaciones de dictar sus resoluciones ya
sean de trámite o sentencias definitivas lo más
apegadas a derecho.
Le hicimos saber el objeto de
nuestra entrevista y al conocerlo, de
inmediato entró en materia como si ya
nos esperara preparado para ello.
“ Cr e o c o n o c e r t o d a s l as
re s o lu c io n e s de Don B elem y
sinceramente te puedo decir que si bien
no son propiamente resoluciones
judiciales en el alto sentido del término,
si tienen casi todas las características
de las que dicta normalmente un Juez
c o n o c e d o r de l d e re c h o y sus
recobecos”.
“Esto significa que están fundadas
BLLUM TORREIS Y SUS ANÉCDOTAS

en la ley, en el caso que nos ocupa, en el Bando de


Policía y Buen Gobierno; escuchar a las dos partes en
litigio brindándoles a ambas la oportunidad de defenderse y
sostener su acusación respectivamente; también le brinda
la oportunidad de ofrecer y desahogar pruebas suficientes
para demostrar su derecho o para excepcionarse, y lograr
con estos elementos, una resolución justa”.
El funcionario judicial, acostumbrado a dar la palabra a
quienes buscan justicia y un poco de comprensión, detiene
su conversación, esperando quizá que le formulemos
alguna nueva interrogante, al ver que no se le interrumpe,
sino que espera con impaciencia sus palabras, dueño de la
palabra, con libertad agrega:
“Pongamos por caso el asunto en el cual el deudor que
niega en forma sistemática deberle algo a quien se
considera su acreedor y quien reclama airadamente le
reintegre su dinero, pero lo hace sin poder aportar ningún
elemento de prueba indudable o al menos una buena
presunción de la verdad de lo que afirma y brindarle a Don
Belem, un medio para obligar al deudor a cumplir con
la obligación legal y natural de
reintegrar el dinero que le fue
. prestado. Don Belem tiene
que h a ce r ga la a q u í -
continúa diciendo e! Juez
Lic. Martín Monárrez- de lo
que llama “pensamiento
lateral” y urde mandar al
acreedor a que traiga,
precisamente del sitio en
el que se efectuó la
operación, una rama del
mezquite en el que se
s e n ta ro n , b a jo su
sombra, para hablar
del negocio.
80
JUSTICIA CON 5E.NTIDO COMÚN

El acreedor "vuela” a traer esa rama, sin saber para que


la quiere Don Belem. No cae en cuenta que cuando el
deudor le dice a Belem que si todo ese tiempo que él, el
acreedor va a tardar en regresar, pues el árbol de mezquite
está muy retirado, se puede considerar arrestado, está
reconociendo el adeudo y que eso es más que suficiente
para decretar que adeudo es una realidad y que tiene que
pagar si no quiere quedarse detenido por las treinta y seis
horas de ley. Para los efectos de la resolución de Belem,
esos datos son más que suficientes, pero no así, por
supuesto para la ley que requiere pruebas de mayor
fortaleza”.
Componiéndose los lentes sobre el puente de su nariz, el
Juez continúa haciendo gala de conocer ampliamente el
juicio de nuestro personaje.
“Ahora, si hablamos por ejemplo de los daños causados
por los dos borricos ya tan famosos, independientemente
de las causas de sus inquietudes, resulta legal y lógico que
el propietario del jumento que causó más daño al romper
loza recién cocida, pague más dinero que el propietario del
burro que rompió menos ollas y cazos.
Cabe hacer la aclaración que, según nuestros
informantes, los propietarios de los animales no discutieron
lo justo de la sanción y la lógica del Juez los desarmó
cubriendo la proporción que les tocó”.
Para concluir su interesante plática, el Juez Martín
Monárrez acota:
“Don Belem Torres no aplica la ley de los códigos, mucho
menos sus procedimientos, aplica, eso sí, la ley del Sentido
Común...
Y tiene toda la razón.
A estas alturas del agradable trabajo que nos echamos a
cuestas ya sabíamos que Don Belem era un personaje muy
popular y ampliamente conocido en los círculos judiciales,
pero no sabíamos a qué grado llegaba esa popularidad.
¡Todos lo conocen y también a sus decisiones
BULUM TORRE.S Y SUS ANÉCDOTAS

salomónicas! Es de llamar la atención que las actuales


generaciones tienen un amplio conocimiento de la vida
profesional de Don Belem y en muchos casos el
comportamiento suyo, es puesto como ejemplo en las
escuelas de derecho o donde se estudie esta rama del
conocimiento.
En fin, el caso es que su trabajo es conocido en el ámbito
del poder judicial y eso nos facilita enormemente nuestra
encomienda.
La hora de salida de los burócratas del Poder Judicial,
incluyendo a los jueces, se acercaba ya; pero decidimos
intentar platicar con el Juez Segundo de Primera Instancia
del Ramo Familiar, Lic. Enrique Estrada López, sabiendo
que acostumbra a salir hasta que no quede nadie en el
Palacio de Justicia de la Unidad Administrativa.
La puerta del despacho de este joven funcionario se
encontraba abierta como normalmente está todo el tiempo
de actividad normal; nos asomamos discretamente y lo
encontramos firmando los acuerdos y la lista de ese día,
pues la ley ordena que esa lista este firmada antes de la dos
de la tarde y a la vista del público; escrupuloso con esos
ordenamientos de la ley, procura cumplirlos sin excusa
alguna y lo ha logrado. Sin levantar la vista del acuerdo, el
Juez nos invita a pasar amablemente, dando por terminado
su trabajo de firmar los expedientes y haciéndolos a un lado
de su escritorio, nos pregunta con sorno en su sonrisa:
“¿Vienes en tu carácter de abogado o en el de periodista, no
te veo ni la grabadora ni el código?”. No nos causó sorpresa
su interrogante pues cuando nos entrevistamos con él, esa
es su principal preocupación: saber si está con el periodista
o con el abogado para saber como comportarse.
Le informamos que en esa ocasión nuestra visita
obedecía al interés de conocer su opinión de las
resoluciones dictadas por Don Belem Torres y que tienen
relación con el derecho familiar del cual es especialista,
en virtud de que Don Belem dictó varias resoluciones de
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

esta rama del derecho y que es tan delicada por tratarse del
núcleo social más importante para el Estado que es la
familia, nadie más indicado para hablar del caso que el
Licenciado Estrada López.
Notamos que le extraño nuestra posición; una opinión en
lo personal le hubiera parecido quizá más acorde con la
entrevista que le solicitamos, pero entrar al análisis del
aspecto jurídico de las sentencias de Belem, era lo que
menos esperaba el Juez. Sin embargo nos invitó a
preguntar y lo hicimos.
“No, no conozco personalmente a Don Belem Torres, lo
he visto de lejos en actos oficiales en los que hemos
coincidido y la verdad sea dicha, me ha llamado
poderosamente la atención su porte y su solemnidad que
aunados a sus canas y a su estatura elevada, le dan un
porte de patriarca que le queda muy bien con su edad”.
El Juez de lo familiar cambiaba momentáneamente de
tema y nos resulta difícil lograr que retome el curso y el
meollo de la conversación inicial con Don Belem como tema
principal. Además fue necesario atender a dos abogados
litigantes que entraron al despacho a plantearle sus
problemas jurídicos y de procedimientos en el aspecto
familiar que ahí se atienden. Por fin se desocupa un poco y
centrado en el tema, continúa:
“ Como abogado que eres, sabes bien que las
resoluciones judiciales significan que el juez “dice la ley”,
esto es que el encargado de administrar la justicia, la
personaliza aquel caso específico, de una opinión legal en
forma de sentencia; de la norma general contemplada en el
código, extrae lo esencial para aplicarla a un caso concreto,
particular, individual.
Esa es la función del Juez; claro que además debe
conducir el procedimiento para que esa aplicación sea lo
más apegada posible al derecho, a la justicia y a la equidad,
utilizando para ello las pruebas que las partes en litigio
tengan y demostrar el derecho que les asiste. El derecho
BELUM TORRAS Y SUS ANÉCDOTAS

que no puede demostrarse, es únicamente una


perspectiva de él mismo, no es derecho pues; es sólo la
sombra de un derecho".
¿Cuál sería la opinión suya respecto de la negativa de
una señora navolantese que se negaba al débito carnal con
su esposo por ciertas cuestiones morfológicas de su
esposo? Le preguntamos al Juez.
Notamos que registró de inmediato el caso entre los que
ahí se ventilan, pues tomó el Código Civil abrió en las
páginas iniciales en donde se tratan las causales de
divorcio, lee un poco y levanta ios ojos para mirarnos
finalmente: “como puedes ver -nos dice bajando un poco el
volumen de su voz pues su secretaria se prepara para
retirarse- la ley no señala como causal de divorcio, el que
una mujer le niegue al marido el débito carnal, aunque
debería de ser, sin embargo el marido en el caso analizado
por Don Belem, pudo ser demandado por injurias ya que
esa negativa puede ser considerada como falta de respeto
y malos tratos de la mujer al marido.
Por eso creemos que Belem estuvo en lo justo cuando le
dice a la mujer que debe seguir otorgando el débito carnal a
su marido a pesar de las quejas de la dama”.
“En cuanto a la amonestación que hace Don Belem a la
madre de la joven que se fugó con su novio, al demostrarle
que su hija no opuso resistencia adecuada y por lo tanlr>no
podía ejercer acción penal en contra del chamaco y en
cambio debían casarse, también fue una correcta
apreciación de las circunstancias; la figura retórica del
tintero movible y el canutero que Belem puso en práctica
frente a la madre, fue argumento más que suficiente para
demostrarle que la razón estaba de parte del muchacho”.
“Ahora que si tu quieres que los lectores que vean
anécdotas y estas opiniones, realmente entiendan las
decisiones de Don Belem, deben tener conocimiento de
cómo sucedieron las cosas, pues la ley habla en forma
diferente a como las resolvió nuestro personaje:
JUSTICIA CON 5E.NTIDO COMÚN

esencialmente las resoluciones del señor Torres son


acertadas”.
El abogado postulante, Carlos Gilberto Morán Cortéz
estaba a punto de concluir su intervención en el juicio en
que fungía como defensor del acusado.
Durante el descanso de la audiencia, abordamos al
popular abogado para que nos diera su opinión como
litigante, de los juicios de Don Belem.
Tal vez no tomó muy en serio nuestra petición su sonrisa
picaresca y hasta un poco divertida lo daba a entender así.
Pero al darse cuenta que las cosas iban en serio, no se
resistió más, sólo nos advirtió y así lo entendimos, que si la
audiencia se reiniciaba y no terminábamos la entrevista, la
concluiríamos en otra oportunidad. Obviamente estuvimos
de acuerdo.
Sin preámbulo alguno, Morán Cortés inició su plática:
“La verdad es que tu paisano Don Belem -nos dice de
entrada el abogado- bien puede errar en cuanto a
encuadrar sus sentencias dentro de la hipótesis que
contempla la ley en los artículos de los códigos, y no ser sus
sentencias un dechado de técnica jurídica, pero las que
conozco, no están en contra de la norma jurídica y en
cambio, son un portento de sentido común".
Después de checar que la audiencia esté suspendida,
Morán Cortéz continúa su conversación: “Conozco casi
todas las anécdotas de Belem, pero me llama la atención
aquella en la que asegura al peluquero “chilango”
que Navolato es más grande que la ciudad de México, pero
que todavía no está completamente construido. El fígaro
capitalino queriendo reírse un poco a costa de su paisano -
insiste el Lic. Carlos Gilberto Morán Cortéz- se llevó toda
una lección de amor por el terruño.
Belem le dio a entender que Navolato es más grande que
la ciudad de México, pero refiere a grandeza, moral y
honradez, no al simple tamaño, área pavimentada y
edificios construidos; eso es lo de menos según Belem.
BE.LÍLM TORRE.5 Y SUS ANÉCDOTAS

Navolato es más grande que México ... La magnitud


material vendrá después ..Y quizá sea lo de menos".
Don Belem fue la clase de funcionario público que los
abogados quisiéramos tener sirviendo en los puestos de
relevancia y en los que el sentido común debe imperar
sobre cualquier otra consideración. Es un funcionario en
donde el “amiguismo” y los compadrazgos influyeron, pero
no en la forma tradicional, es decir para tergiversar las
cosas, sino para tratar de usar su influencia ante el amigo o
el compadre y arreglar el problema que se le plantea, de
una vez y para siempre.
Cuando el Lic. Carlos Gilberto Morán Cortéz estaba
“agarrando el hilo” de la plática, el secretario del juzgado
penal se acerca y discretamente invita al abogado a pasar a
la sala de las audiencias. El litigante se levanta, alisa un
poco el pantalón y nos pide que si deseamos seguir
platicando de ese interesante tema, esperemos que la
audiencia termine y lo hará con mucho gusto. Decidimos
dejar ahí sus impresiones de la ley de Don Belem: lo
expresado fue más que suficiente.
“Insisto -dice por último Moran Cortez- y lo digo
abiertamente: qué bueno que los funcionarios públicos,
sobre todos los de poder judicial, tuvieran un poco de lo que
tuvo Don Belem”.
El trabajo de Don Belem al frente del Juzgado Menor de
La Sindicatura de Navolato, merece, según funcionarios y
litigantes del foro local, no solo el reconocimiento de todos,
sino el aplauso general por ser casi un tratado de justicia los
casos en los que intervino tan acertadamente.
SUS JUICIOS SALOMONICOS

En entrevista que ie hizo la profesora María Teresa


Zazueta para el periódico Noroeste el 4 de marzo de 1976,
escribió que Belem Torres sobrepasa humanamente a su
propia imagen popular, ya que, explica, ésta se basa
íntegramente con lo anecdótico, con lo que viene hacer
caricatura, cáscara de la profunda sabiduría que posee.
Señaló que el juez es en exponente de una tradición oral,
con sus propias normas jurídicas, históricas y culturales.
Don Belem le dijo que como juez siempre se tienen
muchos problemas, pues hay muchos pleito y el que pierde
nunca queda conforme. Que las soluciones muchas veces
se dan en forma de vacilada y salen bien.
Entonces, ¿cuando responde en forma ingeniosa lo
hace para tratar de limar un poco las asperezas del
momento? Le preguntó la reportera, a lo que el popular
personaje respondió: “es que cuando están peleando dos
personas, para apaciguarlos hay que platicarles algo. La
gente de rancho viene con cualquier problema y no quiere
perder, pues según dice, tiene la pura razón”.
La directora de la Escuela de Comunicación Social
describió a don Belem Torres, como un hombre con malicia,
mas no con maldad. “Posee, escribió, una delicada y
natural gentileza y es honesto en extremo”. En el inicio de la
nota, explicó que al concederle el honor de entrevistarlo
para Noroeste, pudo darse cuenta del trem endo
c o m p ro m is o que im p lic a c a p ta rlo , p re s é n ta lo
periodísticamente por lo que fervientemente deseó haber
podido contar con la genialidad de un Cervantes Saavedra,
a fin de dar una cabal idea a todas sus facetas humanas.

&7
T
DIALOGO Y CULTURA
DE CANAL 3 DE TV

En su programa Diálogo y Cultura que durante mucho


tiempo se transmitió los sábados por el canal 3 de
televisión, el profesor Eduardo Roel Farías dijo en un
espacio que le dedicó al ex Juez y ex Síndico de Navolato,
lo siguiente:
Belem Torres, es toda una institución dentro del campo
del derecho, un anecdotario viviente, una persona muy
estimada.
Señaló que “Algo que es muy importante resaltar es que
a pesar de sus muchos años de fungir como servidor
público no tuvo problemas con los juicios salomónicos que
se vió precisado a dictar.
“Don Belem Torres, concluye, fue una persona muy
estimada y muy querida”.

88
UNA LEYENDA LLAMADA BELEM

Por su parte, Martín Mendoza, destacado periodista de


El Debate de Cuiiacán, entrevistó a don Belem Torres en
1990 y en su nota escribió que la personalidad del juez
asemejaba a la de un patriarca griego, con una lucidez
mental estupenda y una conversación fluida, y rica en
anécdota e historia. Le dijo el entrevistado que en la difícil
situación de conciliar intereses y armonizar a la sociedad,
consideraba haberla llevado bien con todos.
¿Por qué ocurrían estas cosas? Le pregunto el leído
columnista y la respuesta de don Belem fue de que “La
gente es muy caprichosa, pelea por nada. Pelea hasta por
una gallina y uno tiene que meter paz, pero actuando con
justicia, dándole la razón al que la tiene”.
r

LA PICARDIA NAVOLATENSE

Herberto Sinagawa Montoya, escribió en El Sol de


Sinaloa que pocas personas ha admirado y querido tanto
como a Belem Torres, al que llamó el picaro conversador de
Navolato y figura cumbre dentro de la vida disipada y feliz.
Comentó que vivió un buen tiempo en Navolato, donde
conoció su riquísimo anecdotario, el que dijo, no supo
apreciar porque todavía estaba mareado por la
adolescencia, y sus inclinaciones lo llevaban más a
disfrutar de las viejas películas nacionales en el cine Royal
o Emancipación.
“Al paso de los tiempos, señala, empecé a apreciar las
charras de Belem, y gocé de lo lindo, como un demente
tranquilo, de sus chispeantes aventuras y sus salomónicas
sentencias como juez de paz en el ingenio azucarero".
HOMENAJE DE LOS ABOGADOS

En su día, La Asociación de Abogados del Municipio de


Navolato rindió un público reconocimiento a don Belem
Torres, quien fungía en ese entonces como juez calificador
de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.
A continuación, el mensaje del presidente de ios
abogados, Lic. Jesús E. Valerio C.:
“La Asociación de Abogados del Municipio de Navolato
A. C. Que me honro en presidir, hoy está de fiesta, porque
conmemora el día del Abogado dentro de un marco de
unidad conjunta, la cual hoy manifiesta a la comunidad
navolatense su júbilo, al contar con la presencia del
personaje distinguido y que el día de hoy Navolato,
representado en este recinto conjuntamente recibe con
alegría a Don J. BELEM TORRES OJEDA.
Cumpliendo con objetivos de nuestra asociación, este
día memorable hacemos práctico el principio de
solidaridad, motivados naturalmente por la presencia, el
ejemplo, su calidad humana, sencillez, popularidad, del
ingenio circunstancial para expresarse, de la persona
conocida y reconocida en todos los rincones del municipio
de Navolato, DON BELEM TORRES.
Nuestra agrupación profesional valora la integridad
moral, honestidad, así como rechazamos todos los
conductos fuera del orden ju ríd ic o y que estén
encaminados a crear desconcierto y al mismo tiempo
exigimos respeto a las normas jurídicas. Decía que valora la
integridad moral y honestidad en la persona de Don Belem,
porque seguros estamos de que sus buenos principios
puestos en práctica, en los distintos cargos públicos, la
com unidad navolatense re cib irá más be neficios
fortaleciéndose desde luego el principio de autoridad en
Todos los puntos de vista de la administración pública.
BfLLELM TORRES Y SUS ANÉCDOTAS

Por eso estamos aquí don Belem, porque su filosofía


sirve de estímulo para el ejercicio de nuestra profesión, con
su ejemplo y sus buenos principios morales fortalecemos
nuestro quehacer cotidiano para lograr convivir e nuestra
comunidad como usted lo hace, porque representan sus
acciones un pilar fuerte en su familia y la sociedad
navolatense”.
“SEÑOR DON BELEM TORRES OJEDA, RECIBA
USTED DE NUESTRAASOCIACION DE ABOGADOS DEL
MUNICIPIO DE NAVOLATO EL RECONOCIMIENTO
HACIA SU EJEMPLO Y A SUS PRINCIPIOS , MISMOS
QUE VALORAM OS, QUE HAREMOS PATENTE
SIEMPRE. ¡EN HORABUENA!".
MUERE BELEM TORRES

El martes 11 de mayo de 1993, a eso de las 10 de


mañana, Belem Torres murió de un paro cardíaco, en su
casa de la ciudad de Navolato.
Así se anunció su muerte en la prensa de Culiacán:

EL SOL DE SINALOA
Luto en Navolato; murió
Ayer don Belem Torres

Por Carmen Aída Guerra

Murió ayer don Belem Tores, personaje legendario que


se lleva tras de sí una parte importante de la historia de
Navolato, su tierra natal. Murió un gran señor, un hombre
santo, un hombre que aplicó la justicia sin conocerlas leyes.
Don Belem Torres Ojeda, nació en 1909 casi iba con el
siglo. Once años de su vida fue síndico y 23 ejerció la
función de juez, emitiendo fallos que jamás entraron en
discusión. Salomónicamente juzgaba porque además de
obrar con preclara inteligencia, lo hacía con el corazón.
Llora Navolato su ausencia que ayer a las 10 de la
mañana se inició. La grandeza de su vida tuvo el reflejo de
su muerte. Madrugó a la parcela que tenía sembrada de
maíz, y así de pie, como mueren los árboles, regresó a su
hogar, en donde ni siquiera alcanzó a recostar su
humanidad. Había pasado ya a mejorvida.
Se fue don Belem Torres, queda el ejemplo de su vida
que puede resumirse en su última presencia en un acto
público. Acudió como padrino de boda de un abogado. Esa
es la anécdota que lo pinta de cuerpo entero.
El Lic. Gonzalo Villarreal lo visitó en su hogar y con estas
palabras lo invitó a él y a su esposa Alejandra Beltrán, a
BELUM TORRE.S Y SUS ANÉ.CDOTA5

apadrinarlo en esa ceremonia: “ Don Belem, busqué una


persona que nunca le haya hecho un mal a nadie, que
jamás haya discutido y peleado con alguien, una persona
que fuera honesta a carta cabal, que no se hubiera
enriquecido con los puestos públicos, que no fuera
envidiosa ni egoísta. Esas cualidades las encontré en usted
y por eso vengo a que me haga el honor de ser mi padrino.
No quiero que me regale nada, solamente que honre con su
presencia a este acto importante en mi vida, para que sea
ejemplo y guia para mi vida”.
Don Belem aceptó, sintiéndose halagado por las
palabras del joven, como un símbolo de esa vida suya
ejemplar sin abandonar su modestia, acompañó a la pareja.
Infinidad de anécdotas se cuentan a diario en los salones
de clases de las escuelas de derecho, su singular,
espontáneo y atinado veredicto que hacía que un juicio que
podía prolongarse meses o años, se resolviera en el mismo
instante, y lo más noble, que ambas partes se retiraban
satisfechas. Allí está el caso del Tintero y el de la Sandía,
entro otros.
JUSTICIA CON SE.NT1DO COMÚN

La fama de don Belem Torres rebazó no sólo la frontera


de Navolato, sino las de nuestro Estado. A don Belem se le
tuvo siempre una absoluta confianza en los puestos que
llegó a ocupar.
Su acrisolada vida, su disposición de escuchar, su
palabra oportuna, la forma en que sonreía hacía recordar la
ingenuidad encantadora de un niño, no había malicia ni
maldad en su persona.
¡Cómo se le va a extrañar en Navolato!. Cuánto tienen
que aprender de él los “jueces de a deberás”. Don Belem no
conocía las leyes, pero conocía el corazón del hombre.
Interpretó, eso si, la ley con la sabiduría campirana del juez
bueno.
Su viaje a la eternidad lo lloran su esposa Alejandra, sus
hijos Felicitas, Juan Humberto, Manuel, Norma y Héctorr
sus nietos y ¡todo Navolato!.

NOROESTE
FALLECIO BELEM TORRES

Por Martha Alicia Araujo

De un padecimiento cardiaco falleció ayer don Belem


Torres Ojeda, a quien se le llegó a denominar “La Leyenda
Viviente de Navolato”. Sus anécdotas cruzaron la frontera
de Sinaloa, revistas nacionales se ocuparon del trabajo que
él desempeñó como funcionario público.
Don Belem torres gozó siempre de la estima de tos los
habitantes del municipio. Siempre se le vio erguido de una
lucidez extraordinaria para su edad y sobre todo atento para
todas aquellas personas que le tocaba atender como juez
en la Dirección de Seguridad Pública.
BULUM TORRES Y SUS ANÉCDOTAS

ELDEBATE
Murió Belem Torres

Don Belem Torres Ojeda, notable personaje de


Navolato, quien como juez destacó en la alta, media y baja
socie dad por sus sa lo m ó n ica s d e c is io n e s que
independientemente de ser atacadas por los protagonistas
de pleitos, hacían a estos quedar “votados” de la risa, murió
la mañana de ayer de un paro cardíaco.
Nacido en Baricueto, el 20 de febrero de 1909, Belem
siempre se caracterizó por su simpatía y desde joven cobró
fama por su proceder folklórico ante sus amigos, quienes
constantemente buscaban de su compañía.

LA HORA DE SINALOA
Horario Político

Por Leonel Solis

Murió ayer en Navolato el ilustre personaje sinaloense


Belem Torres, a los 84 años de edad, quien fuera parte de la
historia de Culiacán e indispensable en el anecdotario
Sinaloense.
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN

Como Juez de Navolato, adquirió una gran fama por sus


salomónicas decisiones tanto en cuestiones domésticas
como en conflictos entre vecinos de esa zona.

EL DIARIO DE SINALOA
En Confianza

Por Alejandro Sicairos

Símbolo de la sabiduría de navolato, arbitro social por


sus fallos salomónicos, sentó polémica y tradición durante
toda una época que quedó registrada en la memoria de
muchas generaciones sinaloenses, falleció ayer don Belem
Torres.

TV. Y RADIO ANUNCIARON TAMBIEN LA MUERTE

Canal 3 de televisión, Radio UAS y varias estaciones de


radio se refirieron también a la muerte de don Belem
Torres, así como periódicos de diversos lugares de la
entidad.

57
LUTO EN NAVOLATO

Buscando enterarme de lo rutinario,


El 12 de mayo cruel me sorprendió,
Luto en Navolato! Se lee en el Diario;
El cielo ha llorado lo que sucedió:
Murió ayer longevo, un Juez legendario.

Todo veredicto confiado a su mano,


Obtuvo su pronta y fiel resolución;
Relata su gente con respeto ufano
Resultas de juicios que fueron montón;
Es para el recuerdo de su pueblo hermano:
Sabio entre los sabios ¡como Salomón!.

Lic. Tomás Rochin Conzález

Culiacán, Sin., 12 de Mayo de 1993


JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

HOMBRE LEYENDA
Por José María Figueroa Díaz

La venerable figura de don Belem Torres, a seis años de


su desaparición física, sigue paseándose por las calles de
Navolato, con su andar parsimonioso, su frente alta, y su
sonrisa bonachona, simpática y alegre.
No está muerto, sigue vivo, presente en el pensamiento
de los navolatenses, con los que compartió dichas y
tristezas, más las primeras que las últimas, durante su
pródiga y fecunda existencia.
Podemos decir que don Belem Torres fue un hombre que
disfrutó y gozó la vida a toda plenitud.
En su larga trayectoria como servidor público -y a la
gente del ingenio le consta- supo conducirse con
antigencia, eficacia y probidad, allegándose con ello un
nombre respetado y admirado por todo el mundo.
En los claroscuros, que todo ser humano tiene en su
tránsito por la vida, nunca se arredró ni se amilanó. Al mal
tiempo siempre le puso buena cara asi se lo estuviera
llevando la trompada.
Hombre de pocas ilustraciones, sacó ventaja y provecho
de su innata sabiduría que había abrevado en la fuente de
su mente despierta y privilegiada, y en los principios de
equidad y rectitud que asimiló e impartió a lo largo de su
vida.
Hombre leyenda, escriturada por su juicios salomónicos
en su práctica como Síndico, Juez Menor y Oficial del
Registro Civil, su nombre y fama trascendieron las fronteras
de Navolato y se esparcieron por toda la república y por el
extranjero.
Belem fue sinónimo de justicia y equidad. A cada quien,
al dictar sus resoluciones y sentencias en los múltiples y
BHLLM TORKE.5 Y 5 Ü 5 ANÉCDOTAS

sonados casos en que intervino, le dio lo suyo, dentro de su


manera práctica y justa de entender y valorar la impartición
de la justicia.
Tuvo la virtud -esa señora tan desatendida- de escuchar
a las partes que intervenían en los conflictos que se
presentaban e iban a dar su despacho. Nunca un juicio fue
resuelto a la “trompa talega”, es decir, sin oír los alegatos de
defensa de los ofendidos y de los que habían causado el
supuesto daño.
Una vez compenetrado del caso, examinado a
conciencia desde todos los puntos de vista, emitía su
dictamen, siempre apegado a la ley o la interpretación -la
mayoría de las veces- que de la misma hacía, donde nunca
hubo favoritismo ni componendas para nadie.
Jamás se vendió al mejor postor como otros que tasan la
justicia para medro personal.
Por su manera sui generisde resolver los juicios, usando
el sentido común en ocasiones llegando a lo insólito a lo
nunca visto, el nombre de Belem Torres trascendió al
espacio y la difusión de la anécdota inverosímil, chusca y
festejada.
JUSTICIA CON SE.NTIDO COMÚN

Su patronímico se inmortalizó, figurado en los anales de


la jurisprudencia como un innovador, un precursor, en la
búsqueda y procuración de la justicia.
Belem Torres, en su tiempo, se codeó con los personajes
más altos de la política nacional y estatal.
Fue gran amigo de don Leopoldo Sánchez Celis, quien
siempre desde antes que asumiera la gubernatura, los
distinguió con su afecto y consideración muy especial.
Don Plutarco Elias Calles cuando venía a Navolato y al
Tambor, buscaba su grata compañía para regocijarse con
su plática costumbrista, coloquial, pletórica de anécdotas
en las que don Belem era el protagonista principal.
El viejo y querido Juez nunca hizo alarde de sus
relaciones con los poderosos de aquel entonces. La
sencillez, la mesura, la conducta vertical, fueron los signos
distintivos de este insigne y peculiar sinaloense.
Pasa a la posteridad como el hombre recto, el juez justo,
honesto y el padre de familia responsable y cariñoso, que
legó a sus hijos un nombre limpio, ejemplo y modelo para
ellos y para las generaciones de hoy y mañana de los
navolatenses.
5LLLM TORREIS Y SUS ANÉCDOTAS

JU STIC IA CON SENTIDO COMUN


EDICION NUMERO 16
20 MIL LIBROS VENDIDOS
GRACIAS POR SU ACEPTACION

Con mas de 20 mil libros vendidos, salió la edición número 17 del libro
Justicia con Sentido Común, Belem Torres y sus anécdotas.

Con un tiraje considerado, durante 15 años, se ha imprimido la obra,


la cual se ha agotado en librerías en menos de doce meses.

Agradecemos su Preferecia.

A continuación explicamos la forma en que se ha distribuido cada


edición:

Primera: La adquirió en su totalidad Gobierno del Estado de Sinaloa

Segunda: La Universidad Autónoma de Sinaloa

Tercera: Se vendió en 150 puestos de revistas

Cuarta: La obtuvo el Ayuntam iento de Navolato

Quinta: La distribuyo empresas Ley en todas sus tiendas

Sexta: Ayuntam iento de Culiacan

Séptima: Librerías Santa Rita

Octava a Quinceava: Librerías México i

Justicia con Sentido Común se ha presentado en auditorio del


Ayuntam iento de Navolato, auditorio de Librerías México, en el
marco de la Expo Educa de la Secretaria de Educación Publica y
Cultura y en la Torre Académ ica de la Universidad Autóma de
Sinaloa.

Ha recibido reconocimiento de la Secretaría de Educación Publica y


Cultura, de empresas Ley y de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

Lo han comentado destacados abogados, magistrados del Supremo


Tribunal de Justicia, Presidentes de la República, Gobernadores,
Profecionales y miles de personas.
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

Le han dedicado espacios en la Hora Nacional y en Varias estaciones


de Radio y Televisión.

A través de personas que tienen fam iliares o amigos en el extranjero,


el libro ha llegado a Brasil, Francia, España, Estados Unidos y
Canadá entre otros países.

Con nueve anécdotas nuevas, en decisiones al estilo Belem Torres,


ponemos a su disposición la nueva edición Justicia con Sentido
Común.

Decisiones Rápidas a Casos Difíciles es la presentación.

Gracias de antemano, por su aceptación.

Ah el libro se ha vendido únicam ente en Culiacán y se sostiene el


precio de hace 15 años, que es de 99 pesos.

DIRECTORIO

Edición 2014 Número 16


JUSTICIA CON SENTIDO COMUN
Director General: Héctor Torres Beltrán
Coordinador: Bruno Tamayo Romero
Diseño: Oscar Peinado Jr.
Portada: Rafael Sánchez Rendón
Venta: Librerías México en Exclusiva
Impresión: Alonso Bueno Ruelas

105
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN

Líe. Miguel E. Calderón, Ing. Víctor Godoj Angulo y


Héctor Torres Beltrán en una de las presentaciones
del libro ‘Justicia con Sentido Común”.

Don Belem Torres en reunión familiar.


JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

En el marco de una Expo Educa, promovida p o r la SEPYC,


E l Lic. Raúl René Rosas Echavarria comentó
el libro Justicia con Sentido Comúm.

Lic. Eduardo Niebla A lváre^j José María Figueroa narran


anécdotas de don Belem Torres en Auditorio de Librerías México.
JUSTICIA CON SLNTIDO COMÚN
JUSTICIA CON SENTIDO COMÚN

Don Belem Torres fue un personaje que


alcanzó fama por su manera de impartir
justicia. En forma práctica, procediendo
siempre con sentido común, resolvió los casos
que se le presentaron en los más de 20 años que
fungió como síndico y juez en la ciudad de
Navolato.

Sus decisiones y manera de actuar llamaron


la atención de estudiosos de derecho, entre
ellos, los licen ciad o s A lberto Sánchez
r

González, Francisco Alvarez Farber y Diego


Valadés, quienes se desempeñaron como
presidente del Supremo Tribunal de Justicia,
Procurador General de Justicia y procurador
General de la República, respectivamente.

C om entan sus p rin cip ales anécdotas


destacados periodistas y se ilustra la portada
con caricaturas de Rafael Sánchez Rendón.

A todos ellos les agradezco su participación


para cumplir con uno. de mis más grandes
anhelos. Escribir un libro sobre la vida de mi
señor padre.

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