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Poseía ya una gran capacidad para la asociación de ideas y para el habla, derivada de su
arquitectura craneal, y esto, sin duda, le dio cierta ventaja frente a las subespecies arcaicas de
Homo sapiens con las que llegó a convivir y sobre las que, genéticamente, acabó
imponiéndose.
Pero a diferencia del Homo erectus, que también había migrado a estas regiones casi un millón
de años antes, el Homo sapiens abandonó por primera vez el Viejo Mundo y comenzó un
periodo de colonización en tierras jamás pisadas por otro homínido, llegó a Oceanía hace
unos 55.000 años e incluso el continente americano sobre unos 40.000 años aproximadamente.
El Homo Sapiens posee una serie de características comunes a la rama de la que procede
primate, vamos a enumerar cuales son las principales:
Nuestro padre fue el homo antecessor, nuestro abuelo el homo ergaster, precedido por el
homo habilis y, si nos remontamos lo suficiente en el tiempo, terminamos descubriendo que
tenemos un antepasado que compartía características tanto humanas como de “mono” y que,
según las estimaciones de los biólogos, tendría que haber vivido en África de hace 5 a 11
millones de años.
Este antepasado común es el famoso eslabón perdido, que ya está más o menos
encontrado. El Nakalipithecus Nakayamai, descubierto por un grupo de arqueólogos
japoneses en Kenia, con una antigüedad estimada de 10 millones de años. Tanto el lugar como
la fecha coinciden con las estimaciones, así que hay razones sólidas para afirmar que este es
el antepasado común entre el resto de simios y los humanos.
Nakalipithecus Nakayamai, restos de lo que se creé fue el eslabón perdido
LOS SIMIOS
Chimpancés y bonobos: Son omnívoros y sociales, sus cerebros tienen una tercera parte de
la masa del nuestro, a pesar de ésto se puede decir que tienen cierta inteligencia. Son animales
muy pequeños, por lo que no podrían llegar a cazar presas grandes que le proporcionaran las
proteínas necesarias para desarrollar el cerebro, son animales que no se organizan para salir a
cazar, por lo tanto, animales que son incapaces de trazar estrategias, por lo que tampoco
ejercitarían su inteligencia.
Sahelanthropus tchadensis
El pariente común a partir del cual se separaron como ramas independientes y que daría lugar
a una evolución de forma distinta, hasta llegar a la especie que ahora conocemos, fueron
los Sahelanthropus tchadensis, una especie de homínido extinto cuyos fósiles fueron
hallados en el desierto del Djurab.
Gorilas: Son herbívoros, su peso oscila entre los 135 y 180 kg. Son capaces de usar
herramientas y tienen una fuerza tremenda. Tienen una dieta estrictamente vegetariana, lo que
significa que, como son tan grandes, tienen que pasarse prácticamente todo el día comiendo
hojas para poder conseguir las calorías necesarias para vivir.
LOS HOMÍNIDOS
Como hemos visto la familia de los homínidos, surge como división del grupo de los
primates, los homínidos comenzaron su evolución hace 15 millones de años hasta el hombre
actual, mientras que la familia de los orangutanes, gorilas y chimpancés no ha sufrido apenas
cambios. Las especies que representaron verdaderos saltos evolutivos, es decir, verdaderos
momentos de cambio, fueron las siguientes:
El Australopithecus, es considerado como el primer homínido bipedo. Poseía mandíbulas
poderosas y fuertes molares, sus miembros largos. Cerebro con un volumen inferior a los 400
cm3. Altura no suprior a 1,20 m y 30 kg de peso. El primer Australopithecus fué encontrado
en Etiopía y fue llamada Lucy.
Homo habilis: Por las variaciones climáticas que conocemos, sabemos que fue propicia para
el crecimiento de los pastizales, lo que obligó a adoptar una posición más erguida, ya que
debían parar sobre sus pies para divisar posibles peligros, incluso se cree que pudo haber
hablado. Tenían un cerebro más grande, alrededor de 750 centímetros cúbicos.
Su característica más importante fue el cambio en su forma de alimentación, ya no sólo
comían frutas y vegetales sino también animales, el Homo Habilis, se hizo carroñero. Fueron
hallados restos fósiles en la Garganta de Olduvai (Tanzania) junto a los primeros utensillos.
Antigüedad: 2 millones de años
Son los primeros homínidos que se distribuyeron ampliamente por la superficie del
planeta. Las caracterísitcas del Homo Erectus es un cuerpo alto, espesa cejas y gran
musculatura. Poseían un cerebro mayor que el del homo habilis, alrededor de 1.100
centímetros cúbicos. Descubrieron el uso del fuego y fabricaron la primera hacha de
mano. El primer homo erectus fue encontrado en Java (Oceanía) a fines del siglo pasado.
Antigüedad: 1.5 millones de años
Homo Sapiens: Vivió en Europa, en África y en Asia. Los hallazgos arqueológicos reflejan
cambios importantes en el comportamiento de esta especie: utilización de instrumentos de
piedra y hueso más trabajados, cambios en las formas de cazar, uso y dominio del fuego,
empleo del vestido, aumento en el tamaño de las poblaciones, manifestaciones rituales y
artísticas. El representante del homo sapiens más antiguo es el hombre de Neanderthal
(Alemania). Antigüedad: De 150.000 a 200.000 años.
Homo sapiens sapiens: Sus características físicas son las mismas que las del hombre
actual. Su capacidad cerebral es de alrededor de 1.400 centímetros cúbicos. Se cree que
apareció en Europa hace alrededor de 40.000 años. El homo sapiens sapiens es el que
protagonizó, a partir del año 10.000 a.C., cambios muy importantes en la organización
económica y social, como las primeras formas de agricultura y domesticación de
animales, y la vida en ciudades. Su representante mas fiel es el hombre de Cromagnon
(Francia). Antigüedad: De 80.000 a 40.000 años.
Homo Sapiens – Alimentación
Cuando los ancestros del Homo Sapiens, vivían en los árboles comiendo bayas, frutos y
hojas, tan abundantes en vitamina C, probablemente, perdieron la capacidad metabólica que
tienen el resto de mamíferos para sintetizar en su propio organismo dicha vitamina, tan
necesaria para evitar entre otras enfermedades el escorbuto, aunque antes parecen haber
perdido la capacidad de digerir celulosa.
Todo esto se debe a que la alimentación de los homínidos fue modificándose según se iba
modificando su hábitat, las selvas originales se redujeron o bien resultaron superpobladas,
por lo que los primeros homínidos se vieron obligados a recorrer importantes distancias,
para obtener nuevas fuentes de alimento.
La pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes, como hemos visto antes, se
vería compensada con una mutación que experimentaría el Homo Sapiens al metabolizar
rápidamente el almidón transformándolo en energía, muy necesaria para desarrollar el
cerebro.
La dieta del Homo Sapiens era muy nutritiva y equilibrada, ya que dominaban el fuego.
La forma de vida del homo sapiensa los convertía en cazadores móviles, se alimentaban
tanto de mariscos como de pescado, pasando por grandes mamíferos como los bóvidos,
renos, mamuts o rinocerontes. Conocía la existencia de plantas para uso medicinal y
curativas.
Recientes investigaciones sobre los primates han demostrado que muchas de estas
características no son sólo y exclusivas de los seres humanos. No obstante, se puede afirmar
con cierta seguridad que el lenguaje humano posee características especiales.
Los seres humanos relacionan una serie limitada de unidades gramaticales y de signos
separados para formar un conjunto infinito de oraciones, que bien pudieran no haber sido
oídas, emitidas, leídas, escritas o pensadas con anterioridad.
Sin embargo el lenguaje humano tiene aspectos creativos e interpretativos que parecen
marcar sus diferencias. Se cree que la comprensión de la lengua está ligada a la función
que realiza una determinada zona del cerebro conocida como área de Broca. Hasta que
se produjo esa especialización fisiológica, se creía que no había diferencias entre el lenguaje
humano y el sistema de comunicación utilizado por otras especies animales.
Al parecer fue en la era de Neandertal cuando se inició el lenguaje, pero hasta la
aparición del Homo sapiens no se dio una evolución lingüística significativa.
El lenguaje humano puede contar con 30.000 ó 40.000 años de existencia. La enorme
diversidad de lenguas que hay en el mundo demuestra que una vez que apareció el lenguaje
se produjeron los cambios a gran velocidad. No es posible saber si hubo una primera y
única lengua, ni cuáles fueron sus sonidos, gramática y léxico. La lingüística histórica, que
se encarga de descubrir y describir cómo y por qué surgieron las lenguas, apenas puede
sugerir algunas hipótesis para explicar esta evolución.
Los chimpancés tienen la mandíbula mucho más larga que la laringe, esta
circunstancia les impide hablar, pero lleva aparejadas otras aptitudes como que son
perfectamente capaces de tragar y respirar al mismo tiempo, lo cual es una habilidad común
a todos los mamíferos que los homo sapiens disfrutan al nacer, pero van perdiendo conforme
se desarrollan. El paleontólogo Ignacio Martínez lo explica muy gráficamente “El precio
que pagó la especie humana a la naturaleza a cambio de conseguir la facultad de
hablar fue la posibilidad de morir atragantado”.
Pero saber cómo surgió el lenguaje es una de las más fatigosas y complicadas tareas a las
que se pueden enfrentar los investigadores que centran su trabajo en el pasado. No sabemos
cómo se comunicaban nuestros ancestros, se supone que la manera en que se comunican
hoy chimpancés, gorilas, bonobos y orangutanes puede parecerse a las formas de
comunicación que usaban algunos de nuestros ancestros antes del surgimiento del lenguaje.
En la actualidad se siguen métodos y técnicas muy diversas procedentes de diferentes
disciplinas, desde estudios sobre comportamiento de primates actuales, hasta estudios de
registro de la actividad de nuestro cerebro para ver qué partes son las responsables de
nuestro lenguaje.
Otras estudian cómo adquieren los niños la lengua materna, cuáles son las características
del lenguaje de signos de las personas sordas, en qué se parecen y difieren las distintas
lenguas del mundo…etc.
Todavía no se sabe cómo y cuándo empezaron a hablar nuestros ancestros. Hay muchas
hipótesis, algunas hacen hincapié en el surgimiento del complejo aparato fisiológico que
nos permite articular palabras habladas, otras en la complejidad cognitiva que hay detrás
de la palabra hablada y que podría haberse expresado originalmente mediante gestos.
Los estudios de comunicación entre hombres y primates, fundamental para conocer los
fundamentos de la comunicación
Pero todas se enfrentan a la escasez de datos fidedignos, es que no existe un origen del
lenguaje, sino varios orígenes. El lenguaje no es una capacidad única y singular, sino
unacompleja articulación de capacidades diversas que nuestra evolución acertó a
combinar de una manera singular.
Es por eso que para hablar de la aparición del lenguaje humano tal y como lo conocemos,
primero hay que saber que el primer lenguaje fue simbólico, el lenguaje humano simbólico
tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos previos a cambios importantes
dentro de la estructura del sistema nervioso central. Así por ejemplo, los chimpancés
pueden realizar un esbozo de lenguaje simbólico basándose en el lenguaje de comunicación
para mudos.
Para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos se necesitarán más
modificaciones morfológicas. En los mamíferos, por ejemplo, la orofaringe y la laringe, se
encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que la glotis puede cerrar la tráquea de
forma estanca al beber e ingerir comida. Sin embargo en el Homo Sapies, por lo tanto el
hombre actual, la laringe se ubica más abajo, por lo que permite a las cuerdas vocales la
producción de sonidos más claros y nitidos, sin embargo al no cerrarse de forma estanca
la tráquea, la respiración y la ingesta de alimento deberán alternarse para no
ahogarse.
La tecnología empleada consistía en producir largas y finas hojas de piedra que eran
romas en un lado para poder ser acopladas a ranuras esculpidas en madera o piedra. Con
ello se fabricaban armas ligeras que podían ser utilizadas como proyectiles, tales
como flechas en un arco o propulsores de dardos (atlatl), que dan una gran ventaja sobre
otras armas manuales ya que aumentan el alcance del tiro, disminuyendo el riesgo de
resultar herido.
En la fabricación de estos objetos fue necesario tratar las piedras con fuego, las
herramientas descubiertas debieron de ser “esenciales” en la migración que condujo a los
Homo Sapiens fuera de África, así como en su mayor supervivencia en comparación con los
neandertales.
Estas herramientas reflejan mejor la capacidad de los humanos modernos para desarrollar
ideas complejas y transmitirlas a sus descendientes, algo que probablemente se hacía a
través del lenguaje.
La ínvestigación sobre los riesgos que el medio natural lleva consigo para el
hombre comenzó a desarrollarse en el ámbito geográfico anglosajón hace más de
un cuarto de siglo, y con un carácter básicamente aplicado en relación con
diversos aspectos de la ordenación del territorio. El momento en que surgen y el
objetivo principal de estas investigaciones presta al conjunto de los trabajos
realizados hasta hoy, un contenido eminentemente técnico-práctico, con un
general olvido del papel que este tipo de acontecimientos tiene respecto a las
estructuras económicas y sociales de los grupos afectados, aspecto este al que se
ha prestado singular atención por parte de ciertos historíadores (Kula, 1963) cuyo
punto de vista es muy interesante introducir en el análisis geográfico de estos
fenómenos.
Desde que hace ya seis decenios se definió la geografía como "ecología humana"
(Barrows, 1923), haciendo hincapié en "las relaciones existentes entre los medios
ambientales naturales, de un lado, y la distribución y actividades del hombre, de
otro", muchos geógrafos se preocupan por analizar las relaciones generales entre
las poblaciones humanas y el medio. Hoy está ya fuera de duda que cualquier
examen crítico de las actividades del hombre como especie dominante en un
ecosistema, aparte de atraer lógicamente la atención de investigadores de otros
campos científicos, pone al geógrafo en contacto con cuestiones realmente
fundamentales para la supervivencia de la especie humana y, por supuesto, para el
mantenimiento de su calidad de vida (White, 1975).
Desde un punto de vista ecológico, parece claro que la constante interaccíón entre
vida y actividad humana por un lado, y medio natural por el otro, se realiza dentro
de unos límites muy variables. Hasta cierto nivel, diversos mecanismos de tipo
técnico y social (que pueden llegar a ser muy complejos) permiten al hombre
obtener de la naturaleza aquello que le es útil, paliando al mismo tiempo la
incidencia de aquellos otros aspectos que le pueden ser perjudiciales en algún
grado.
La numerosa bibliograf ía que existe actualmente sobre el tema de los riesgos (en
parte recogida en las referencias de este trabajo), muestra con claridad que el
interés por este tipo de investigación estuvo desde el principio en relación con el
problerna de la correcta administración de los recursos del medio y surgió, por
tanto, de una preocupación eminentemente práctica.
Aquello que puede considerarse como riesgo natural es, por tanto, algo variable,
puesto que son mutables a lo largo del tiempo y del espacio los niveles de
civilización de las dístintas sociedades, y lo que para cada una de ellas puede
calificarse como riesgo es algo que sufre fuertes variaciones a lo largo del tiempo
y de un lugar para otro. Se trata pues de un problema de interacci6n entre el
hombre y la naturaleza, interacci6n variable y gobernada por el estado de
adaptación respectivo entre el sistema humano de uso de la naturaleza y la
situación de esta en sí misma.
Dentro del primer conjunto, de acuerdo con su principal agente causal es posible
distinguir entre los que tienen un origen climátíco o meteorológico (sequías,
huracanes, inundacíones, etc), y los que son generados por factores de carácter
geológico o geomorfológico, caso de los terremotos, los deslizamientos de tierras,
la erosión, etc.
CUADRO N.º 1
Ríesgos naturales según sus distintos agentes causales
GEOFÍSICOS BIOLÓGICOS
Climáticos y Geológicos y
Florales Faúnicos
meteorológicos Geomorfológicos
- Enfermedades bac-
terianas y producidas
Gripe
- Hiedra tóxica
- Mordiscos animales
venenosos
Otro hecho evidente es que los distintos tipos de riesgos enumerados no presentan
en absoluto el mismo grado de peligrosidad para el hombre. Hoy, aquellos que
forman parte del conjunto biológico son previsibles en sociedades suficientemente
evolucionadas, hasta el extremo de haber sido prácticamente erradícados algunos
de ellos (la fiebre amarilla o las tercianas mediterráneas), mientras que los riesgos
con origen geof ísíco no pueden aún prevenirse en multitud de casos.
nados por él mismo: contaminación, ruido, etc., cuyo análisis puede realizarse por
el mismo método que los restantes.
Desde el punto de vista aquí adoptado no existe el riesgo sin tener presente su
transcendencia para el hombre y las modificacíones que este puede introducir en
aquel. Iniciativa y acción humanas son componentes esenciales de peligro: si no
hay población las inundaciones no son riesgos, los terremotos del Terciario
tampoco lo son.
A la hora de analizar el papel humano ante las oscilaciones extremas del medio, se
ha puesto en evidencia la insistencia de las poblaciones en ocupar áreas
peligrosas. Este es un hecho de primordial importancia que, sin embargo, no ha
recibido hasta el momento la atención que merece. Los modelos de localización
tradicionales, basados en la racionalidad económica no pueden explicarlo, de
manera que ha sido necesario explorar modelos de comportamiento, con lo que la
geograf ía de los riesgos desde un primer momento ha estado ligada en su avance
con el de la geograf ía de la percepción (Capel, 1973). El primer paso en este
sentido fue la aplicación de conocido modelo de "racionalidad limitada" a los
habitantes de La Follette, Tenessee, respecto del riesgo de inundación (Kates,
1962). Desde ese rriomento hasta la actualidad este tipo de investigaciones son
con mucha frecuencia interdisciplinarias, con la participación de sícólogos. La
colaboración de historiadores, en particular de historia económica, sería en nuestra
opinión de un valor inapreciable, aún no explotado.
Por último, frente a la ampliación por parte de los grupos humanos de las
posibilidades de riesgo catastrófico o de su potencial gravedad, destaca la
frecuente inexistencia o inoperancia de los organismos encargados de prevenir o
paliar estos acontecimientos. Desde un punto de vista más general este factor
social de indudable importancia plantea la cuestión de los diversos tipos posibles
de adaptación y defensa contra los diferentes riesgos, muy distintos según el grado
de cohesíón social de los diversos grupos y la tecnología de que disponen,
cuesti6n esta a la que se aludirá más adelante.
Quizá el SE de la Península sea una de las áreas que mejor ejemplifican esta
fisonomía contradictoria. La huerta de Murcía o la de Lorca, se asientan sobre la
llanura aluvial del Segura o el enorme cono de deyección del Guadalentín,
buscando agua y suelos capaces de hacer rentables los cultivos. Pero un régimen
pluvíométrico que suele concentrar las lluvias en fuertes aguaceros, capaces de
descargar en pocas horas "mortíferos díluvios" (Pardé, 1961), ha destruido, y
puede destruír en el futuro, tanto las vidas humanas como la prosperidad
laboriosamente conseguida.
Los tipos de inundaciones son tan variados, tanto por su origen como por su
duración, fuerza época, etc., que resulta muy difícil tratar de establecer los daños
que pueden producir, salvo en los términos más generales.
Por otra parte, la estimación de los daños potenciales que pueden derivarse de una
inundación es algo estrechamente relacionado con el modo de ocupación humana
del área afectada y con su nivel de desarrollo. Este último reviste singular
importancia, ya que puede considerarse en líneas generales que aquellos grupos
humanos que tienen mucho que perder suelen tratar de proveerse de los medios
más adecuados para luchar contra las posibles catástrofes.
Otro, punto de vista permite clasificar los daños producidos por una inundación
como de índole directa o indirecta. Clasificación que reviste un particular interés a
la hora de analizar y valorar las actuaciones que puedan hacerse con el f ín de
reducir los daños. Así el más evidente y dramático de los efectos directos de una
inundación es la pérdida de vidas humanas, pero a éste se unen, en regiones
agrícolas, la destrucción de cosechas y las pérdidas en la ganadería, en las
viviendas e incluso la erosión de los suelos. Una valoración completa de los daños
directos incluiría no sólo lo expuesto, sino también el coste de las reparaciones, la
limpíeza general, los gastos en ayudas de emergencia y la interrupción genral de
trabajos y ocupaciones durante un período más o menos largo.
Muy clara tenían esta doble condición del agua en crecida los reunidos en Murcia,
a finales del siglo XIX, en el Congreso contra las inundaciones en Levante.
Aludiendo en concreto a día Veja Baja se afírma. "Indudablemente allí las
inundaciones hacen un daño considerable, pero al mísmo tiempo... a fuerza de
inundaciones tíenden a elevarse esos terrenos, efecto de los sedimentos que
aquéllas van dejando... llegará un día en que no esté como hoy casi al nivel del
mar... o más bajos". Quizá por estas consideraciones el congresista Sr. Baleriola
proponía la siguiente, e interesante, definición: "Inundación significa el
desbordamiento de los ríos de sus cauces naturales, arrasando los campos
dedicados a la agricultura y produciendo siempre mayores daños que beneficios"
(Congreso..., 1885).
Las crecidas en sentido estricto se producen sólo a partir de un cierto caudal cuyos
efectos ya no pueden ser fácilmente controlables por el hombre; de manera que
sólo es posible hablar con propiedad de inundación cuando se supera el caudal
regulable por el sistema humano de defensa establecido y comienzan a producirse
daños no previstos. Es la conjunción de los rasgos hidrológicos de una cuenca y el
sistema de control humano establecido lo que proporciona a las crecidas su
calidad de riesgo a partir de cierto umbral de inadecuación.
Pero para los grupos humanos que viven en áreas de riesgo, tan importante al
menos como la caracterización detallada de un cataclismo de este tipo es el
conocer las posibilidades de que se repita. Se incluye aquí tanto la predicción de
avenidas (con finalidad de precaverse) como la previsión de sus características
(Ward, 1978), en la que entra el cálculo de su probable magnitud.
Conviene, según lo dicho, conocer también la eficacia que tienen los métodos de
previsión del riesgo y los sistemas de defensa. Pero la posibilidad de prevenir a
que ocurra una inundación se limita al espacio de tiempo en el que las condiciones
meteorológicas e hidrol6gicas que puedan provocarla empiezan a desarrollarse. La
formulación de una previsión sobre las condiciones que presentará la inundación
requiere completa información sobre la situación hidrológica, las precipitaciones,
las condiciones del suelo en toda la cuenca fluvial, los informes del tiempo y las
posibilidades de evolución de éste.
En general, las previsiones respecto a grandes sistemas fluviales son mucho más
fiables para los sectores aguas abajo que para los de cabecera. Aguas arriba, una
previsión del máximo de la onda de crecida y el tiempo en que se va a producir,
son suficientes para poder tomar medidas efectivas, pues la velocidad de crecida
suele ser rápida y el período de inundación corto. En los tramos inferiores de
grandes sistemas fluviales (con velocidad de crecida y bajada inferiores) es
conveniente prever el tiempo en que se alcanzarán las diferentes etapas críticas del
nivel, aunque en estos casos es más sencillo, pues el tiempo y la fiabilidad de la
alarma aumenta con la distancia aguas abajo, si existe un conocimiento adecuado
de las condiciones aguas arriba.
Se ha señalado, por otra parte (Beyer, 1974), la gran signifícaci6n que para los
asentamientos humanos reviste el acondicionamielnto de una cuenca en este
sentido, pues tales obras por su misma naturaleza implican mejores condiciones
para el aprovechamiento de la tierra, con lo que tienden a fomentar la ocupación
continuada e intensa de los sectores propensos a inundarse. Esta "falsa seguridad"
ya aludida puede tener el corolario de que si la protección resulta insuficiente los
daños lleguen a ser excepcionalmente elevados.
El escollo principal con que tropiezan las dos formas de adaptacíón al riesgo hasta
el momento comentadas se encuentra en la rentabilidad de las obras. Es más que
probable que un trabajo de ingeniería de gran envergadura o una protección civil
cuidada puedan parecer una inversión no rentable si sólo se realizan ante un riesgo
"remoto" de inundación. En la cuenca del Segura los embalses construidos unen a
su papel defensivo el de almacenes de agua para riego, y es este segundo aspecto
el que los valora como rentables. Más aún, alguna presa de poca entidad, como la
de Santomera, fue en su momento críticada por su escaso papel para el riego, y
varías obras previstas, como el embalse del Romeral en el Guadalentín, están
totalmente olvidadas. El riesgo, sin embargo, no es "remoto", y la realización de
este tipo de obras lleva consigo una mayor comprensión del peligro y de las
formas de evitarlo por parte de las poblaciones afectadas, lo cual las hace más
proclives a aceptar comprometerse en una intensa defensa pasiva.
Por último, cabe señalar que incluso a pesar de tomarse medídas adecuadas, es
muy probable que en muchos casos se produzcan pérdidas inevitables. Aparece
entonces el deber social de proporcionar asistencia a las poblaciones afectadas.
Asistencias que pueden ir desde la creación de un seguro contra inundacíones
hasta la posibilidad por parte de la administración del Estado de aligerar la presión
fiscal sobre la población afectada durante un cierto período de tiempo, o la
concesión de créditos baratos para la reconstrucción. En este terreno la posibilidad
de acción puede alcanzar empresas de gran envergadura, como sería la
reacomodación de personas y pertenencias en otro territorio más seguro, por
cuenta del Estado,
Para una reducción eficaz de los daños provocados por ínundaciones, estas
acciones plantean, sin embargo, un importante dilema. En el caso de no estar
convenientemente proyectadas pueden tender a fomentar la ocupación persistente
de áreas realmente peligrosas, y engendrar cierta resistencia a la adopción de
medidas más racionales.
Aunque el análisis del riesgo de inundación es, hasta el momento, el que ha sido
considerado con más detalle, existe una clara conciencia de la importancia de
otros acontecimientos de esta índole, cuyo impacto sobre las sociedades humanas
expresa el cuadro n.º 2.
CUADRO Nº 2
Riesgos catastróf icos del mundo durante el siglo XX.
Evaluación parcial de pérdidas y víctimas.
Inundaciones
TOTAL
Los terremotos, de ser ciertas las estimaciones de Foucher incluidas líneas arriba,
suponen el segundo riesgo natural en importancia por el número de víctimas
humanas que genera. Cabe, por otra parte, la consideración de que al año se
producen en el mundo alrededor de un millón de terremotos de muy diversa
intensidad que afectan en grado variable a las modernas formas de ocupación del
territorio (víario, ciudades) y en particular a las grandes obras de ingeniería
(embalses, autopistas, canales).
Mucho más importantes son las acciones que pueden emprenderse por parte de la
comunidad afectada en sus distintos niveles (local, regional, estatal). Existe toda
una gama de ellas una vez producido el desastre, en la que se incluyen
operaciones de emergencia y procesos de evacuación cuando son necesarios, así
corto medidas concebidas para paliar la desorganización social y económica, a la
vez que se restablece el funcionamiento normal del grupo humano lo más
rápidamente posible. Pero no cabe duda que tienen mucho más interés aquellas
acciones encaminadas a preparar a la comunidad frente al riesgo sísmico, pues son
las únicas aue pueden lograr una disminución significativa de los daños.
El estudio, iniciado ya en el trabajo sobre London, del papel que juegan las
variables de personalidad en las posibles adaptacíones al riesgo, llevaron a
desarrollar el análisis del L.O.C. ("Locus of control"), medida del grado en que la
gente acepta la responsabilidad de controlar los sucesos que les afectan, y que de
entrada permite clasificar a las personas en dos categorías: los individuos que se
sienten responsables de sus éxitos o fracasos y los que creen en fuerzas situadas
por encima de ellos (azar, destino, Dios) que determinan sus vidas.
2. Ante el riesgo las distintas sociedades humanas tienen tres tipos de reacción:
Con estas hipótesis como base se iniciaron diversos estudios aplicados a riesgos
diferentes, donde se combinaba la investigación específica sobre ellos con
diversas entrevistas encaminadas a detectar la actitud de las poblaciones, así como
análisis sobre. la personalidad de los grupos afectados. Pese a las dificultades de
coordinar un trabajo de esta envergadura (pues práctícamente se realizaron
investigaciones en todo el mundo, aunque en España no se realizó ninguna), y el
obvio error de utilizar cuestionarios homogéneos, elaborados en Estados Unidos
para ciudadanos de ese país, en áreas culturales muy diferentes, se publicaron gran
número de estudios (muchos de ellos se íncluyen en la bíblíograf ía de este
trabajo) y en 1976, en la reunión de la Unión Geográfica Internacional de.Moscú
se estableció un "Grupo de Trabajo" sobre percepción ambiental.
En los últimos años son precisamente los peligros creados por la propia actividad
del hombre, en particular la contaminación y los peligros y riesgos propios de los
procesos de desarrollo, así como su percepcíón los que han atraído con preferencia
el interés de los investigadores anglosajones, a la vez que en el ámbito de la
geografía francesa se iniciaban los primeros pasos en este campo, con
aportaciones que se encuadran en la descrípción de fenómenos concretos (número
24 de la revista Hérodote, correspondiente a 1982) o en relación con la ordenación
del territorio (Coloquio sobre Développement et Envíronnement dans la régíon
Provence-Alpes-Cóte dazur, Sull. Assoc. Géogr. Franc. nº 486, París, 1982), pero
siempre considerando los riesgos desde un punto de vista menos global y más
apegado a sus características estrictamente físicas.
Conclusión
De forma menos tangible, pero no menos importante, los diversos estudios han
demostrado sobradamente que la imagen que tienen los habitantes de lugares
peligrosos sobre sus riesgos y el abanico de posibilidades para evitarlos o palíarlos
suele ser bastante diferente de la que tienen técnicos y políticos, de manera que si
hay que realizar una política eficaz en relación con los riesgos naturales (o más
ampliamente, de gestión de recursos) la participación popular es imprescindible.
Por otra parte como cada colectividad o individuo con opción a elegir la forma de
adaptarse al riesgo, lo hace mediante una escala de valores que se refieren tanto a
su idea sobre la organización del territorio, como a la facilidad técnica de su
decisión, carácter económico y trascendencia social, la investigación de los
riesgos naturales adquiere una dimensión política, en cuanto cualquier tipo de
decisión puede generar tensiones y reacciones muy distintas entre el grupo
afectado, singularmente si existe una clara conciencia colectiva sobre el riesgo.
Riesgo natural
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Se ha sugerido que riesgos geológicos sea fusionado en este artículo o
sección (discusión).
Una vez que hayas realizado la fusión de artículos, pide la fusión de historiales aquí.
Este aviso fue puesto el 4 de noviembre de 2013.
Un riesgo natural se puede definir como la probabilidad de que un territorio y la sociedad que
habita en él, se vean afectados por episodios naturales de rango extraordinario.1 En otras
palabras, la vulnerabilidad de una población o región a una amenaza o peligro natural.
Por el contrario, los riesgos antrópicos son riesgos provocados por la acción del ser humano
sobre la naturaleza, como la contaminación ocasionada en el agua, aire, suelo, deforestación,
incendios, entre otros.
La amenaza o peligro natural hace referencia a la probabilidad de que se produzca un
determinado fenómeno natural, de una cierta extensión, intensidad y duración, con potencial
para causar daños a personas o al entorno.1
La vulnerabilidad hace referencia al impacto del fenómeno sobre la sociedad,1 y es
precisamente el incremento de la vulnerabilidad el que ha llevado a un mayor aumento de los
riesgos naturales. La vulnerabilidad abarca desde el uso del territorio (exposición al riesgo)
hasta la estructura de las construcciones y mecanismos de alarma y aviso (sensibilidad
socioeconómica), y depende fuertemente de la capacidad de respuesta de la población frente
al riesgo (resiliencia).
El número de desastres humanos ha aumentado en los últimos años porque al ir creciendo la
población, el número de personas a los que afectan está siendo mayor cada vez. Por otra parte
el traslado de muchos habitantes a las ciudades con el proceso de éxodo rural acentuado sobre
todo en los países subdesarrollados, hace que cuando se produce cualquier incidente en la
proximidad de una gran ciudad las consecuencias sean dramáticas. Un solo terremoto, con
epicentro en la ciudad china de Tangshan, mató a más de 250 000 personas en 1977.
Es necesario distinguir entre:
Geología:
Vulcanismo
Terremotos
Tsunamis - maremotos.
Deslizamiento de laderas.
Meteorológicos e hidrológicos:
Nieve y hielo
Lluvias intensas, granizo y tormentas
Inundaciones súbitas y en grandes cuencas.
Olas de frío y de calor
Vientos fuertes (Tornados y mangas marinas), incendios forestales y temporales
marítimos.
Ciclones tropicales
Geomorfológicos:
Movimiento de terreno:
Subsidencia
Aludes
Deslizamientos
Solifluxión
Climatológicos:
Sequías y desertificación
Inundaciones
Ola de calor
Ola de frío
Agujero de la capa de ozono
Lluvia ácida
Cambio climático
Biológicos
Plagas
Epidemias
Cósmicos
Choque de objetos del espacio con la Tierra
Tormentas geomagnéticas
A inicios de un proyecto hay más en riesgo que a medida que este avanza
hacia su finalización. En consecuencia, la gestión de riesgos debe hacerse
a inicios del ciclo de vida del proyecto, así como de manera continua.
Prevención:
Eliminación de una amenaza específica, a menudo al eliminar la causa.
Mitigación: Reducción del valor monetario estimado de un riesgo al
reducir la probabilidad de ocurrencia.
Aceptación: Aceptar las consecuencias del riesgo. Con frecuencia, esto
se cumple al desarrollar un plan de contingencia para ejecutar si el
riesgo llega a ocurrir.
Al desarrollar un plan de contingencia, el equipo de proyectos participa en
el proceso de solución de un problema. El resultado final será un plan que
se pueda aplicar al momento.
Gestión de proyectos
Demasiados proyectos que se realizan al mismo tiempo
Cronogramas imposibles de cumplir
No hay una persona responsable de todo el proyecto
Pobre control de los cambios de diseño
Problemas con los miembros del equipo
Pobre control de los cambios de clientes
Pobre comprensión del trabajo de gerente de proyectos
Persona equivocada asignada como gerente de proyectos
Prioridades del proyecto en conflicto
Planeamiento y control no integrados
Oficina de proyectos mal organizada
Externos
Impredecibles
Requisitos regulatorios inesperados
Desastres naturales
Vandalismo, sabotaje o efectos secundarios impredecibles
Predecibles
Riesgos del mercado u operacionales
Riesgo social
Riesgo ambienta
Medios de comunicacón
Inflación
Fluctuaciones en la divisa
Técnicos
Cambios tecnológicos
Riesgos derivados de los procesos de diseño
Legal
Uso no autorizado de marcas y licencias
Demandas por ruptura de contrato
Problemas con la fuerza laboral o el lugar de trabajo
Legislación
de Concepción. carolmartinez@udec.cl
Resumen
Se presenta una revisión crítica respecto al estado del arte de los estudios de "Riesgos naturales".
Se utilizan diversas fuentes para realizar un análisis fenomenológico de los principales conceptos
relacionados. Los conceptos se complementan con ejemplos nacionales e internacionales. La
revisión incluye la evolución del estudio de los riesgos, abarcando las principales contribuciones
realizadas desde el siglo XIX a inicios del siglo XXI, reconociendo el aporte a nivel internacional de
diversos autores y organizaciones. Se trata el rol de los estudios de percepción en el análisis de
riesgos. Finalmente se explican diversos modelos conceptuales fundamentados en la literatura para
abordar los estudios de riesgo. A partir de la revisión de los modelos, se deriva en una nueva
propuesta conceptual que integra tres factores del riesgo: amenaza, recurrencia histórica y
vulnerabilidad.
Abstract
We present a critical review of the state of the art in "Natural Risk" studies. We used several sources
in order to perform a phenomenological analysis of major concepts related to this topic. These
concepts are illustrated with national and international examples. The review includes the evolution
of risk studies, including major contributions from the end of the 19th century up to the beginning of
the 21st century, recognizing the contributions of a number of international organizations and
authors. Finally, we analyze a number of conceptual models in the literature in order to approach risk
studies. Based on this model review, a new conceptual proposal that integrates three risk factors:
threat, historical frequency, and vulnerability is derived.
Introducción
En los últimos años, los medios de comunicación nos han hecho testigos de cómo
las distintas regiones del globo han sido afectadas por un conjunto de catástrofes
y/o desastres naturales. Terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas, huracanes,
deslizamientos, han cobrado la vida de millones de personas, afectando su medio
socio-económico, generando un retroceso en su avance para salir de la pobreza.
Este trabajo aborda los conceptos básicos relacionados con el riesgo natural. Del
mismo modo, se realiza un recorrido por las principales contribuciones relacionadas
al estudio de los riesgos, considerando que se trata de un concepto que involucra
una dimensión natural (amenaza) y otra humana (vulnerabilidad). Por último se
presentan los modelos conceptuales disponibles en la literatura para abordar un
estudio de riesgo natural. Para el cumplimiento de los objetivos planteados se
realizó una revisión bibliográfica crítica del estado del arte de cada eje temático.
Riesgo
Cabe señalar que la búsqueda de una definición integral es difícil, debido a que
cada disciplina da su propia valoración al concepto (Cardona, 2001). Para riesgo
natural, se encuentran tres definiciones (Tabla I), según la prioridad del
componente natural, social o territorial que forma parte de él (Ayala-Carcedo y
Olcina, 2002).
Tabla I
Enfoques para definir riesgo, dependiendo del componente
Catástrofe
Tampoco existe una clara diferencia entre los conceptos de catástrofe y desastre,
llegando incluso a proponerlos como sinónimos. Aneas (2000) señala: "desastre o
catástrofe es el conjunto de daños como consecuencia o producto del peligro", en
esta definición no hay una diferencia entre ambos conceptos. En la misma línea se
encuentra la definición de Whittow (1984), quién precisa, que el desastre o
catástrofe es la materialización del riesgo percibido.
Olcina (2006), realiza la distinción, definiendo catástrofe como el "efecto
perturbador que provoca sobre un territorio un episodio natural extraordinario y que
a menudo supone la pérdida de vidas humanas"
Desastre
Para Lavell (2001) es el fin de un proceso, donde se construye el riesgo por parte
de una sociedad, y que se materializa con el desencadenamiento de un peligro,
revelando el riesgo latente. El autor en otra obra (1996), sostiene que el desastre
es
Cardona (2003), clasifica las pérdidas de los desastres en directas e indirectas. Las
directas, señala, "están relacionadas con el daño físico, expresado en víctimas, en
daños en la infraestructura de servicios públicos, en las edificaciones, el espacio
urbano, la industria, el comercio y el deterioro del medio ambiente, es decir, la
alteración física del hábitat". Mientras que las pérdidas indirectas, se pueden
subdividir en sociales y económicas, entre las sociales están:
Figura 1
Dichato, Chile. Área con riesgo de tsunami (antes del 27-F 2010)
Figura 2
Materialización del riesgo. Desastre causado en Dichato por tsunami del 27-F 2010
Fuente: Google Earth
Un análisis de riesgo está integrado por tres fases (Ayala-Carcedo y Olcina, 2002):
Primera Fase: Análisis de factores del riesgo, que consta de tres análisis2:
A) Peligrosidad; B) Vulnerabilidad; C) Exposición
Segunda Fase: Evaluación del riesgo
Tercera Fase: Análisis y diseño de medidas de mitigación del riesgo
Peligrosidad o Amenaza
Tabla II
Fenómenos naturales potencialmente peligrosos
Fuente: OEA, 1993
Figura 3
Criterios de clasificación de peligros
Tabla III
Tipos de peligros según duración y origen (Natural/humano)
Donde:
Riesgos de Tipo III. Fenómenos como las sequías, las plagas, etc. Producto de
condicionantes biológicas, químicas o naturales en un ambiente determinado.
Riesgos de Tipo IV. Fenómenos como la polución, los producidos por la miseria, la
insalubridad, la violencia urbana, etc. Su ocurrencia puede deberse a una gran
variedad de condicionantes de origen humano. Por ejemplo riesgos a que puede
conducir un colapso en la estructura urbana causado por su propia dinámica.
Vulnerabilidad
Tabla IV
Dimensiones de la vulnerabilidad individual
Fuente: Wilches-Chaux, en Maskrey (1993) y Cardona (2001)
Figura 4
Estructuras dañadas por el Terremoto del 27-F de 2010 en Chile
Exposición
Mitigación
Las medidas de mitigación son agrupadas bajo dos ópticas (Larraín y Simpson,
1994; Wilches-Chaux en Maskrey, 1993; OEA, 1993: Ayala-Carcedo y Olcina,
2002) que son las más comunes: medidas estructurales y no estructurales.
Figura 5
Gaviones Río Lía, Arauco-Región del Bío Bío
Figura 6
Dique, Río Chol Chol, Nueva Imperial Región de la Araucanía
Fuente: fotografías tomadas por el autor
Ambos tipos de medidas, son externas a las personas, pero como se verá más
adelante, la efectividad en su implementación depende de ellas (Larraín y Simpson,
1994). Resulta curioso el resultado de algunas experiencias de mitigación tanto
estructural como no estructural. Por ejemplo, en la ciudad de Osorno, existe un
sector denominado Francke formado por un conjunto de viviendas sociales, que fue
construido en la primera terraza de inundación del río Rahue. Para evitar las
inundaciones fluviales fue construido un dique a fines de los noventa, sin embargo
dicha obra provocó un incremento de los anegamientos en el sector, cumpliendo la
función de una presa (Márquez, 2008). Situaciones similares se han observado en
zonas rurales de Bangladesh, donde una serie de obras de control de inundación
incrementaron las pérdidas por inundaciones (Thompson y Sultana, 1996).
Sin embargo no sólo a nivel estructural, muchas veces las medidas a nivel no
estructural no se concluyen debidamente, o bien su efectividad es cuestionable. El
Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA), contaba
hasta fines de la década de los noventa con un excelente material de instrucción en
formato de texto escolar (actualmente disponible en la web) sobre el peligro de
tsunamis, sin embargo hasta esa fecha, dicho material nunca fue difundido de
manera masiva a la población de interés, quedando en las bibliotecas de los
establecimientos que los solicitaban, debido a la baja cantidad de ejemplares que
se distribuyeron a los colegios, los que en su mayoría no contaban con recursos
para reproducir el material.
Maskrey (1993), hace una distinción entre mitigación popular y mitigación oficial. La
mitigación popular es aquella que se realiza con y desde la población y sus
organizaciones, cuya efectividad según el autor es alta para reducir los desastres.
Existe poca experiencia en América Latina en este campo, para este tipo de
mitigación no existen recetas, y cualquier medida debe tomarse respetando el
contexto de la gestión local y de la población, pues son ellos los que se encuentran
en contacto directo con la amenaza y por ende su actuación influirá en la
materialización del desastre. Entonces esta mitigación consiste en la
"implementación de medidas específicas de mitigación y otro que consiste en la
profundización de la conciencia de la vulnerabilidad y de la organización social
necesaria para reducirla". Por su parte, la mitigación oficial tiende a preocuparse de
las medidas de mitigación -sobre todo estructurales- para no desestabilizar la
economía y su sistema político.
Fue precisamente ese rasgo de mitigación popular el que permitió salvar la vida de
miles de personas que se encontraban en las costas de Chile cuando ocurrió el
terremoto y posterior tsunami del 27-F de 2010. Para este evento, las autoridades
no emitieron oportunamente la alarma respectiva que podría haber evitado la
muerte de cientos de personas en la costa chilena. En contraste, en el archipiélago
Juan Fernández (Fig. 7) una niña de 12 años alertó a la comunidad, corriendo a la
plaza de la isla haciendo sonar el bong instalado en el centro del parque, evitando
una tragedia mayor, de la que realmente ocurrió.
Figura 7
Destrucción en Bahía Cumberland, Juan Fernández, debido al tsunami 27-F 2010, Chile
Fuente: La Tercera.com
Evolución del estudio de los riesgos
Por otro lado, a fines del siglo XIX se crearon importantes Servicios Geológicos,
tanto en los Estados Unidos (1879) como en Japón (1882), surgidos al amparo de
la exploración de minerales. Será en el siglo XX cuando asumirán un papel de
investigadores de riesgos geológicos, ante todo sísmicos, debido a los sismos que
afectaron a Italia en la segunda mitad del XIX y al terremoto de San Francisco en
1906 (Ayala-Carcedo y Olcina, 2002).
Tabla V
Cambios en la consideración antrópica de la peligrosidad natural a lo largo del siglo XX
Fuente: Ayala-Carcedo & Olcina, 2002
El año 1927 fue decisivo debido, principalmente, a la inundación del rio Mississippi,
el cual anegó 7 millones de hectáreas, obligando la evacuación de 600.000
personas, principalmente de Tennessee, Illinois, Arkansas, Mississippi, Luisiana y
Kentucky. Producto de esto, en 1928, el gobierno norteamericano aprueba una
nueva ley de control de inundaciones (Flood Control Act), autorizando al Cuerpo de
Ingenieros para proceder a la realización de obras con el fin de controlar las
inundaciones en el valle inferior del Mississippi mediante un costoso plan de
construcciones que se llevarían a cabo en un lapso de 20 años (Ayala-Carcedo y
Olcina, 2002).
Con el paso del tiempo, el gobierno norteamericano, deseaba evaluar los alcances
de las construcciones en defensas fluviales, para este efecto, cita a un grupo
interdisciplinario (ingenieros, hidrólogos, economistas, psicólogos, sociólogos y
geógrafos), dentro de este equipo se encontraba Gilbert White (1958), los
resultados fueron decisivos, el alto gasto para controlar las inundaciones no eliminó
el factor peligro, reapareciendo, debido a la expansión de las urbes (Aneas, 2000:
6).
En la investigación social del desastre, también destacan los estudios de otros dos
norteamericanos Henry Quarantello y Ruseell Dynes (1972), quienes relacionaron
el comportamiento colectivo y el análisis organizacional con la investigación en
desastres. Los ingleses tampoco estuvieron ausentes, destacando tres autores:
Wisner, Westgate y O'Keefe (1977), quienes para examinar la vulnerabilidad
partieron del conflicto social, para ver las respuestas sociales e institucionales
(Maskrey, 1993). En 1972, Thom y Zeeman establecen los fundamentos de la
"teoría de catástrofes", "que ha tenido aplicación posterior al estudio de la
peligrosidad natural y sus efectos sociales en espacios regionales" (Ayala-Carcedo
y Olcina, 2002: 49).
Hoy los riesgos son locales y globales (Robertson, 1992, en Beck, 2000: 15), lo que
ha producido que las peligros sean difíciles de controlar y calcular, donde los
responsables están poco definidos o bien resulta difícil de hacerlo, por lo tanto el
control que se quiso imponer sobre ellos en la etapa del "juicio determinado" es
sólo una solución ingenua. Ante esta nueva situación, la creación de Instituciones
Internacionales ayuda en la toma de acciones frente a ellos, pasando a la nueva
concepción de "sociedad del riesgo global", la cual se materializa cuando las
normas y las instituciones no son capaces de conseguir la seguridad para su
población (Beck, 2000: 15-16).
"no existe el riesgo sin tener presente su transcendencia para el hombre y las
modificaciones que este puede introducir en aquel. Iniciativa y acción humanas son
componentes esenciales de peligro: si no hay población las inundaciones no son
riesgos, los terremotos del Terciario tampoco lo son".
Lo anterior está ligado a como el sujeto interpreta las situaciones, si considera que
sus respuestas ante estas son manejables o inmanejables, en el primer caso
hablamos de control interno, mientas que en el segundo de control externo. En ese
pensamiento se producen "deformaciones", como señalan Romero y Maskrey
(Maskrey, 1993), siendo la más corriente atribuir que el desastre se produjo por
fuerzas poderosas o sobrenaturales que actúan en forma irremediable contra los
seres humanos, otros aún tienen una conciencia mágica de estos sucesos o bien
se lo atribuyen al castigo de un "dios", o de la acción de la "maléfica Naturaleza",
estas visiones aún están asentadas en el mundo rural y sobre todo en los
indígenas.
Parece interesante hacer notar que el riesgo no sólo está presente en los objetos
físicos y naturales del medio, sino que también existe una dimensión que es
subjetiva: "conciencia de riesgo", este concepto resume todo lo explicado
anteriormente. Se llama "conciencia de riesgo a la imágenes cognoscitivas del
sujeto concreto, individual o colectivo, desarrollado en relación a las amenazas, a
su propia situación de vulnerabilidad (autoconciencia de vulnerabilidad) y a las
relaciones entre ambos aspectos (riesgo de desastre). La conciencia de riesgo no
es un reflejo pasivo del riesgo, sino su interpretación activa. Por lo tanto, es parte
constitutiva del riesgo mismo" (Campos, 1998: 30), esto hace que toda medida de
mitigación -por ejemplo- debe tomarse respetando la gestión local y a la población,
analizando sus problemas y las soluciones adecuadas a ellos (Maskrey, 1993).
Modelos Conceptuales
Lavell (2001) señaló que el riesgo solo existe cuando hay una amenaza con
determinadas condiciones de vulnerabilidad, interactuando entre ambas en un
espacio y tiempo determinado. Para comprender cualquier modelo conceptual de
riesgo, se debe tener presente lo mencionado por este autor. Cardona (1993)
señala cinco puntos a considerar al momento de evaluar la amenaza, la
vulnerabilidad y finalmente el riesgo (Fig. 8).
Figura 8
Aspectos a considerar en la evaluación de riesgo
(ec. 1)
Entendiendo por:
(ec. 2)
Entendiendo por:
Ai (AMENAZA)= Probabilidad de que se presente un evento con una intensidad
mayor o igual a i durante un período de exposición t.
Ve (VULNERABILIDAD): Predisposición intrínseca de un elemento expuesto a ser
afectado o de ser susceptible a sufrir una pérdida ante la ocurrencia de un evento
con una intensidad i.
Rie (RIESGO): Probabilidad de que se presente una pérdida sobre el elemento e,
como consecuencia de la ocurrencia de un evento con una intensidad mayor o
igual a i.
Para la OEA (1993), los estudios de riesgos naturales descansan sobre el análisis
de la Amenaza y la Vulnerabilidad, expresándose en la siguiente fórmula (ec. 3):
(ec. 3)
Entendiendo por:
A (AMENAZA O PELIGRO)= Entrega información de la ubicación y severidad de un
fenómeno peligroso. Además incluye la probabilidad de ocurrencia en un tiempo y
área dado. Su evaluación se debe realizar considerando la información científica e
histórica de una determinada área.
V (VULNERABILIDAD)= La vulnerabilidad es el estimado del grado de perdidas
y daños que pueden resultar de la ocurrencia de un fenómeno natural de
severidad determinada.
R (RIESGO)= Corresponde a la integración del análisis de peligros de un área, y de
su vulnerabilidad a ellos, por lo tanto es un estimado de las probables pérdidas
previsibles para un determinado evento peligroso.
(ec. 4)
Entendiendo por:
A (AMENAZA): Corresponde al análisis del peligro natural en sí.
E (EXPOSICIóN): Corresponde a la posición geográfica de una infraestructura o de
la gente en relación a la amenaza.
V (VULNERABILIDAD): Consideración y grado de pérdidas y daño.
Entendiendo por
(ec. 6)
Entendiendo por
A (AMENAZA)= Posibilidad que se presente un fenómeno natural de una probable
magnitud o intensidad y que abarque una zona geográfica delimitada.
V (VULNERABILIDAD)= Propensión de las estructuras sociales, entendiéndose
como tales: población, edificaciones, instancias, espacios de acción,
organizaciones, estructuras.
DF (DEFICIENCIAS DE PREPARACION)= Deficiencias que existen con respecto a
las medidas y actividades que se deben realizar durante el fenómeno para reducir
la pérdida de vidas humanas y de la propiedad.
(ec. 7)
Entendiendo por:
RH (RECURRENCIA HISTóRICA)= Historia significativa del peligro en el área, su
distribución temporal y espacial, que permite la reconstrucción de la dinámica del
fenómeno.
A (AMENAZA)= Probabilidad de ocurrencia de un peligro natural, de magnitud
y frecuencia determinada, que permite obtener la posible ubicación y
severidad del evento.
V (VULNERABILIDAD)= Concepto eminentemente social, acumulativo de
fragilidades (terrenos inestables, viviendas precarias, falta de medios para
satisfacer necesidades). Cada fragilidad se puede expresar en una denominada
vulnerabilidad individual o específica, la suma de estas se denomina vulnerabilidad
global. La vulnerabilidad global representa la capacidad potencial de un grupo de
personas para anticipar, sobrevivir, resistir y recuperarse de un impacto de un
desastre o catástrofe (Blakie, 1996; Campos, 1998; Cardona, 2001; Romero y
Maskrey en Maskrey, 1993; Wilches-Chaux en Maskrey, 1993).
R (RIESGO)= Probabilidad de ocurrencia de un peligro en un área determinada,
que pueda generar potenciales daños y pérdidas en el medio antrópico, así como la
capacidad de este para poder recuperarse. Representa la plasmación territorial de
una actuación humana poco acorde con los rasgos extremos de medio donde tiene
lugar (Ayala-Carcedo y Olcina, 2002; OEA, 1993; Wilches-Chaux en Maskrey,
1993)
Notas
1 Oficina de Coordinación para el Socorro en caso de Desastres, perteneciente a Naciones Unidas.
2 Cuando se integran los factores de amenaza, vulnerabilidad y exposición. También pueden ser
Agradecimientos
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Procedia, 2011, N° 5, pp. 2340-2345
Las rúbricas son instrumentos que nos permiten observar aspectos muy finos respeco al logro de
los aprendizajes de los estudiantes.
El video muestra lo que podemos evaluar con este instrumento.
Esta es otra rúbrica para trabajar en el áreas de Foremación Ciudadana y Cívica.
Recordemos que las rúbricas no son rígidas.
Si comenzamaos a utilizarlas nos daremos cuenta en el camino de lo útil que son y de cuanto
podemos mejorarla de acuerodo a lo que queremos evaluar.
Publicado por Fidelia Viguria Naveros en 15:22 No hay comentarios:
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L A T IE RRA | S O S T E NIB IL IDAD
E XT INCIÓ N DE E S PE CIE S
MIGR ACIO NE S MAS IVAS
Después de haber visto en qué nos afecta el cambio climático, es importante dejar claro
que el cambio climático no se puede evitar. Podemos reducir sus efectos y adaptarnos a
sus consecuencias, es decir, podemos combatirlo mediante la aplicación de medidas a
pequeña y gran escala que ayuden a frenar el cambio climático. Estas acciones se conocen
como medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.
MITIGAR LOS EFECTOS
ADAPTARNOS AL ENTORNO
a mitigación consiste en poner en marcha acciones para reducir y limitar las
emisiones de gases efecto invernadero con el objetivo de evitar que la
temperatura global del planeta siga aumentando. Estas acciones consisten
en una mayor inversión en energías renovables, una transición hacia
una economía baja en carbono, promover la eficiencia energética, la
electrificación de procesos industriales o la implementación de medios de
transportes eficientes (transporte público eléctrico, bicicleta, coches
compartidos…).
Por otro lado, acciones como la fijación de un precio del carbono, traducido
en impuestos sobre la emisión de GEI o en mercados de carbono que
limitan el volumen de emisiones o asignan un precio para el intercambio de
créditos de carbono, también son una importante ayuda a la hora de luchar
contra el cambio climático. La asignación de un valor económico a las
emisiones de gases de efecto invernadero lo suficientemente alto fomenta
que la inversión de gobiernos y empresas se redirija hacía modelos de
producción y consumo menos contaminantes.